literatura española del siglo xviii

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Literatura española del siglo XVIII Prof. Diego Ribeira López

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2º BACHILLERATO

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Page 1: Literatura española del siglo XVIII

Literatura española del siglo XVIII

Prof. Diego Ribeira López

Page 2: Literatura española del siglo XVIII
Page 3: Literatura española del siglo XVIII

1798Cienfuegos

¡Congojosa verdad! Tú has encerrado / en el sepulcro del dolor mis días.

1797Goya

El aquelarre1771Cadalso

Noches lúgubres

1795González del Castillo

¡Cómo podré llevar, ¡ay!, una vida / llena de amargo tedio?

1794Meléndez Valdés

…y a este fastidio universal que encuentra / en todo el corazón perenne causa.

Prerromanticismo

Page 4: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía ProsaTendencias Teatro

Page 5: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Tendencias

Surge el Neoclasicismo, que proponía la austeridad y la limitación de la fantasía creadora a modelos

preestablecidos. Las líneas definitorias de esta corriente son:

Los escritores continuaron con los modelos barrocos tanto en la poesía, como en el teatro y la prosa.

Sin embargo, se produjo un notable auge del ensayo, que sirvió en muchos casos de vehículo de expresión de las

ideas ilustradas.

2ª mitad del siglo XVIII

1ª mitad del siglo XVIII

Concepto de buen gusto

Sujeción a reglas que procuren el equilibrio, sencillez, simetría

La utilidad: el arte debe aunar lo agradable y lo útil.

Page 6: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía ProsaTendencias Teatro

Page 7: Literatura española del siglo XVIII

Poesía

NeoclásicaPosbarroca

Se cultivó en la primera mitad del

siglo XVIII

Imitaba a los grandes poetas barrocos del siglo XVII (Góngora, Quevedo), usando

los mismos metros y abordando temas similares (amorosos, satíricos).

Antonio Porcel Eugenio Gerardo Lobo

Didáctica RococóSentimental Filosófica

Literatura del siglo XVIII

Page 8: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

Sentimental

Cultivada hacia finales del siglo XVIII, en esta línea poética se

acentúan los desahogos emocionales, cargados de

desesperación y pesimismo, con algunas notas tétricas.

¿Adónde, adónde los dolientes ojos vuelves? ¿Qué buscas? ¿o por quién exhalas tanto suspiro de dolor y angustia? ¿Qué atiendes, di, que el respirar parando el alma toda en el oído clavas ansioso de escuchar? En vano, en vano anhelas por oír: la quieta noche a los mortales con su sombra encierra, y acalla al mundo que tranquilo yace en un mar de silencio sumergido. Mas ¡ay! ¿cuál son tan a deshora turba la silenciosa paz de las tinieblas?

Nicasio Álvarez Cienfuegos

Page 9: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

Sentimental Didáctica RococóFilosófica

Page 10: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

Didáctica

Entendida como poesía útil. Se desarrolla por medio del a fábula.

Félix María Samaniego

Tomás de Iriarte

Es voz común que a más del mediodía en ayunas la zorra iba cazando. Halla una parra, quedase mirando de la alta vid el fruto que pendía. Causábale mil ansias y congojas no alcanzar a las uvas con la garra, al mostrar a sus dientes la alta parra negros racimos entre verdes hojas. Miró, saltó y anduvo en probaduras; pero vio el imposible ya de fijo. Entonces fue cuando la zorra dijo: "¡No las quiero comer! ¡No están maduras!" No por eso te muestres impaciente si se te frustra, Fabio, algún intento; aplica bien el cuento y di: ¡No están maduras!, frescamente.

Por entre unas matas, seguido de perros, no diré corría, volaba un conejo.

De su madriguera salió un compañero y le dijo: «Tente, amigo, ¿qué es esto?»

«¿Qué ha de ser?», responde; «sin aliento llego...; dos pícaros galgos me vienen siguiendo».

«Sí», replica el otro, «por allí los veo, pero no son galgos». «¿Pues qué son?» «Podencos.»

«¿Qué? ¿podencos dices? Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo.»

«Son podencos, vaya, que no entiendes de eso.» «Son galgos, te digo.» «Digo que podencos.»

En esta disputa llegando los perros, pillan descuidados a mis dos conejos.

Los que por cuestiones de poco momento dejan lo que importa, llévense este ejemplo. Fábulas en verso castellano (1781)

Fábulas literarias (1782)

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Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

DidácticaSentimental RococóFilosófica

Page 12: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

Filosófica

Búsqueda de una poesía útil, al servicio de la humanidad y el progreso, alejada de los temas amorosos propios del rococó. Los poetas de

esta corriente cultivaron el endecasílabo suelto, cercano a la prosa.

Ambas gimiendo para siempre huyeron como la peste y las borrascas huyen de la afligida zona que destruyen, si los vientos del polo aparecieron. Los hombres todos su igualdad sintieron, y a recobrarla las valientes manos al fin con fuerza indómita movieron. No hay ya, ¡qué gloria!, esclavos ni tiranos; que amor y paz el universo llenan, amor y paz por dondequier respiran, amor y paz sus ámbitos resuenan. Y el Dios del bien sobre su trono de oro el cetro eterno por los aires tiende; y la serenidad y la alegría al orbe que defiende en raudales benéficos envía.

¿No la veis? ¿No la veis? ¿La gran coluna, el magnífico y bello monumento que a mi atónita vista centellea? No son, no, las pirámides que al viento levanta la miseria en la fortuna del que renombre entre opresión granjea. Ante él por siempre humea el perdurable incienso que grato el orbe a Guttemberg tributa, breve homenaje a su favor inmenso. ¡Gloria a aquél que la estúpida violencia de la fuerza aterró, sobre ella alzando a la alma inteligencia! ¡Gloria al que, en triunfo la verdad llevando, su influjo eternizó libre y fecundo! ¡Himnos sin fin al bienhechor del mundo!

A la invención de la imprentaManuel José Quintana

Page 13: Literatura española del siglo XVIII

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

FilosóficaDidácticaSentimental Rococó

Page 14: Literatura española del siglo XVIII

De tono menor, con un léxico cortesano y refinado. Las composiciones

características son las anacreónticas. Sus temas preferidos son el amor y la

belleza femenina en un escenario bucólico.

Literatura del siglo XVIII

Poesía

Neoclásica

Rococó

“Mortal he nacido, para seguir la ruta de los mortales. Sé cuántos años he visto alejarse, pero ignoro cuanto espacio me queda por recorrer. ¡Lejos de mí, tristezas! Nada quiero tener ya en común con vosotras. Antes de que me sorprenda el término fatal quiero jugar, reír, danzar, siempre con el hermoso Baco.”

Anacreonte

Esta es la villa, Coridón, famosa que bañada del breve Manzanares leyes impone a los soberbios mares y en otro mundo impera poderosa.

Aquí la religión, zagal, reposa rica en ofrendas, fértil en altares; en las calles los hallas a millares; no hay portal sin imagen milagrosa.

Y por que más la devoción entiendas de este piadoso pueblo, a cada mano ves presidir los santos en las tiendas.

Y dime, Coridón: ¿es buen cristiano pueblo que al cielo da tantas ofrendas? Eso yo no lo sé, cabrero hermano.

Juan Pablo Forner Juan Meléndez ValdésFray Diego Tadeo GonzálezJosé Cadalso

Sí, amigo, sí: mi espíritu insensible, del vivaz gozo a la impresión süave, todo lo anubla en su tristeza oscura, materia en todo a más dolor hallando y a este fastidio universal que encuentra en todo el corazón perenne causa. La rubia Aurora entre rosadas nubes plácida asoma su risueña frente, llamando al día; y desvelado me oye su luz molesta maldecir los trinos con que las dulces aves la alborean, turbando mis lamentos importunos.

Botijo con bonete clerical, que viertes la doctrina a borbollón, falto de voz, de efectos, de emoción, lleno de furia, ardor y odio fatal;

la cólera y despique por igual dividen en dos partes tu sermón, que, por tosco, punzante y sin razón, debieras predicárselo a un zarzal.

¿Qué prendas de orador en ti se ven? Zazoso acento, gesto pastoril, el metal de la voz cual de sartén,

tono uniforme cual de tamboril. Para orador te faltan más de cien; para arador te sobran más de mil.

No basta que en su cueva se encadene el uno y otro proceloso viento, ni que Neptuno mande a su elemento con el tridente azul que se serene;

ni que Amaltea el fértil campo llene de fruta y flor, ni que con nuevo aliento al eco den las aves dulce acento, ni que el arroyo desatado suene.

En vano anuncias, verde primavera, tu vuelta de los hombres deseada, triunfante del invierno triste y frío.

Muerta Filis, el orbe nada espera, sino niebla espantosa, noche helada, sombras y susto como el pecho mío.

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Literatura del siglo XVIII

Poesía ProsaTendencias Teatro

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Literatura del siglo XVIII

Teatro

Costumbrista NeoclásicoBarroco

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Literatura del siglo XVIII

Teatro

CostumbristaBarroco

Cultivado en la primera mitad del siglo XVIII. Prohibición de los autos sacramentales.

Piezas breves (sainetes) sobre tipos y costumbres característicos del siglo XVIII

José de Cañizares Antonio de Zamora Ramón de la Cruz

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Literatura del siglo XVIII

Teatro

Costumbrista NeoclásicoBarroco

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Literatura del siglo XVIII

Teatro

Neoclásico

Su finalidad es aunar deleite y enseñanza. Búsqueda de la sobriedad, verosimilitud y

claridad. Regla de las tres unidades y decoro.

Restricción en el número de personajes.

“prodesse et delectare”

Lógrase la unidad de acción en los poemas épicos o dramáticos, con la unidad de la acción en ellos representada, la cual unidad consiste en ser una la fábula, o sea el argumento, compuesto de varias partes dirigidas todas a un mismo fin y a una misma conclusión. De manera que todas las dichas partes o las varias acciones que componen el todo de la fábula, han de ser, según Aristóteles, tan esenciales, tan coherentes y eslabonadas unas de otras, que, quitada cualquiera de ellas, quede imperfecta y mutilada la fábula. (…) Unidad de tiempo, según yo entiendo, quiere decir que el espacio de tiempo que se supone y se dice haber durado la acción sea uno mismo e igual con el espacio de tiempo que dura la representación de la fábula en el teatro. Esta correspondencia e igualdad de un espacio con otro constituye la unidad de tiempo. (…) La unidad de lugar consiste, pues, en que el lugar donde se finge que están y hablan los actores sea siempre uno, estable y fijo desde el principio del drama hasta el fin; y cuando poco o mucho no fuere uno y estable el lugar, será faltar poco o mucho a la unidad. Supongamos que en una comedia, el teatro, al principio, se finge ser una calle de Zaragoza; digo que el teatro ha de ser la misma calle por toda la comedia.

Poética (1737)

AristótelesPoética

HoracioIgnacio de Luzán

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Literatura del siglo XVIII

Teatro

Neoclásico

Comedia Comedia sentimentalTragedia

En verso. Personajes nobles o reyes, acontecimientos

históricos y finalidad didáctica. Sometimiento de las pasiones a la razón y la

obligación.

Vicente García de la Huerta

Personajes comunes. Ridiculiza vicios y errores sociales y recompensa la verdad y la virtud.

Leandro Fernández de Moratín

Exaltación de nuevas virtudes cívicas (sensibilidad, humanidad, honradez).

Gaspar Melchor de Jovellanos

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Literatura del siglo XVIII

Poesía ProsaTendencias Teatro

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Literatura del siglo XVIII

Prosa

NovelaEnsayo

Page 23: Literatura española del siglo XVIII

Escritos destinados a modernizar la mentalidad española: combaten errores

científicos y populares. Dirigidos a un público amplio, abordan temas variados con un estilo cercano y

familiar.

Literatura del siglo XVIII

Prosa

Ensayo

Gaspar Melchor de Jovellanos

José Cadalso

Benito Jerónimo Feijóo

E n t re e s t o s a t e r r a d o s c o n e s a s v a n a s imaginaciones habrá algunos, a quienes el continuo vapor vaya debilitando, y consumiendo, hasta hacerlos enfermar, y morir, y éstos serán aquellos de quienes se dice que los Vampiros les chupan la sangre. Tal vez el Vampiro, que se sienta a la mesa donde hay convite, será un tunante, que, sabiendo las simplezas de aquella gente, en el arbitrio de fingirse Vampiro, halla un medio admirable para meter gorra. Lo de que no come, ni bebe es mentira: que se forja después para defenderse de los que se burlan de su sandez en dejarse engañar del tunante. Finalmente, se puede dar por cierto que de fatuidades, y embustes se compone todo el rumor, que se ha esparcido de Vampiros, Brucolacos, y Excomulgados.

Cartas eruditas y curiosas

Cartas marruecas

Informes, memorias y discursos dirigidos a autoridades para conseguir reformas.

Informe sobre la Ley Agraria. Memoria sobre educación pública.

Memoria para el arreglo de la policía de los Espectáculos y Diversiones Públicas

"Política" viene de la voz griega que significa ciudad, de donde se infiere que su verdadero sentido es la ciencia de gobernar los pueblos, y que los políticos son aquéllos que están en semejantes encargos o, por lo menos, en carrera de llegar a estar en ellos. En este supuesto, aquí acabaría este artículo, pues venero su carácter; pero han usurpado este nombre estos sujetos que se hallan muy lejos de verse en tal situación ni merecer tal respeto. (...) Políticos de esta segunda especie son unos hombres que de noche no sueñan y de día no piensan sino en hacer fortuna por cuantos medios se ofrezcan. Las tres potencias del alma racional y los cinco sentidos del cuerpo humano se reducen a una desmesurada ambición en semejantes hombres. Ni quieren, ni entienden, ni se acuerdan de cosa que no vaya dirigida a este fin. (...) El continuo artificio, que ya se hace segunda naturaleza en ellos, los hace insufribles aun a sí mismos. Se piden cuenta del poco tiempo que han dejado de aprovechar en seguir por entre precipicios el fantasma de la ambición que les guía.

La lucha de toros no ha sido jamás una diversión, ni cotidiana, ni muy frecuentada, ni de todos los pueblos de España, ni generalmente buscada y aplaudida. En muchas provincias no se conoció jamás; en otras se circunscribió a las capitales, y dondequiera que fueron celebrados lo fue solamente a largos periodos y concurriendo a verla el pueblo de las capitales y tal cual aldea circunvecina. Se puede, por tanto, calcular que de todo el pueblo de España, apenas la centésima parte habrá visto alguna vez este espectáculo. ¿Cómo, pues, se ha pretendido darle el título de diversión nacional? Pero si tal quiere llamarse porque se conoce entre nosotros desde muy antiguo, porque siempre se ha concurrido a ella y celebrado con grande aplauso, porque ya no se conserva en otro país alguno de la culta Europa, ¿quién podrá negar esta gloria a los españoles que la apetezcan? Sin embargo, creer que el arrojo y destreza de una docena de hombres, criados desde su niñez en este oficio, familiarizados con sus riesgos y que al cabo perecen o salen estropeados de él, se puede presentar a la misma Europa como un argumento de valor y bizarría española, es un absurdo. Y sostener que en la proscripción de estas fiestas, que por otra parte puede producir grandes bienes políticos, hay el riesgo de que la nación sufra alguna pérdida real, ni en el orden moral ni en el civil, es ciertamente una ilusión, un delirio de la preocupación.

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Literatura del siglo XVIII

Prosa

NovelaEnsayo

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Literatura del siglo XVIII

Prosa

Novela

En la primera mitad del siglo es clara la influencia del barroco en la novela.

En la segunda mitad del siglo predomina la novela didáctica.

Diego de Torres VillarroelVida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del Doctor Don Diego de Torres Villarroel, catedrático de prima de matemáticas en la Universidad de Salamanca, escrita por él mismo.

Padre José Francisco de IslaFray Gerundio de Campazas

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Literatura del siglo XVIII

Poesía ProsaTeatro

NeoclásicaPosbarroca

Didáctica

Rococó

Sentimental

Filosófica

Antonio PorcelEugenio Gerardo Lobo

Nicasio Álvarez Cienfuegos

Tomás de IriarteFélix María Samaniego

Manuel José Quintana

José CadalsoFray Diego Tadeo González

Juan Pablo FornerJuan Meléndez Valdés

CostumbristaBarroco Neoclásico

José de CañizaresAntonio de Zamora

Ramón de la Cruz

Comedia

Tragedia

Comedia sentimental

Vicente García de la Huerta

Leandro Fernández de Moratín

Gaspar Melchor de Jovellanos

NovelaEnsayo

José CadalsoBenito Jerónimo Feijoo

Gaspar Melchor de Jovellanos

Diego de Torres VillarroelJosé Francisco de Isla

Page 27: Literatura española del siglo XVIII

Gracias