líneas nodales
TRANSCRIPT
Hacia 1787, el alemán Chladni, considerado uno de los pioneros de la física acústica,
estudia por primera vez estas líneas nodales.
Ernst Chladni (1756 - 1827)
Con estudios de Derecho, músico aficionado y un entusiasta de la ciencia, Chladni
encuentra la ley que lleva su nombre, una relación sencilla entre los modos propios de
vibración de una placa. Para ello, se valió de placas sujetas por el centro sobre las que
espolvoreaba arena fina. Al hacerlas vibrar con un arco de violín, los patrones de las
líneas nodales se hacen visibles, pues sobre esas líneas se acumula la arena rebotada
de las otras zonas vibrantes.
De esta forma, cada frecuencia natural de vibración de la placa corresponde con un
patrón determinado. Chladni trasladó cuidadosamente al papel cada uno de los
patrones que iba encontrando, lo que permitió popularizarlos, mientras se dedicaba a
realizar demostraciones ante el fascinado público europeo.
La ley de Chladni relaciona la frecuencia aproximada de la vibración de un platillo
circular, de centro fijo, con el número de líneas nodales radiales (m) y no radiales
(n):Cuando Chladni repitió este experimento en la Academia de Ciencias de París, en
1808, se oyó una exclamación de asombro: “¡el sonido puede verse!”. Era la voz de
Napoleón Bonaparte.
f = C (m + 2n)2
donde el valor de la constante C sólo depende, en principio, de las propiedades del
platillo. Sin embargo, el exponente puede sufrir variaciones en distintos rangos de
frecuencias incluso para el mismo platillo, aunque siempre ronda el valor 2. Una
expresión más general, del tipo:
f = C (m + bn)c
amplía la relación anterior, para distintos valores de b y c, a platillos circulares no
planos como los címbalos, las campanas y las campanillas.
En el caso de placas y membranas circulares sujetas por su borde (tambores y
timbales, por ejemplo), los patrones obtenidos se componen de diámetros y
circunferencias concéntricas. En la siguiente imagen vemos algunos. Debajo de cada
dibujo aparece la frecuencia relativa con respecto a la frecuencia fundamental.
Observemos que, al contrario de lo que pasaba con la cuerda vibrante, las sucesivas
frecuencias naturales (los sucesivos parciales) no son múltiplos enteros de la
fundamental (no son armónicos).
Curiosamente, patrones similares aparecen al representar gráficamente la función de
probabilidad de los distintos orbitales de los electrones:
La protagonista
Pero la ley de Chladni, además de ser una aproximación, sólo recoge la observación del
fenómeno, clasificando las figuras obtenidas, pero no las explica. Napoleón había
quedado tan profundamente impresionado por las figuras que mostraban las placas
que ofreció una fuerte recompensa por una explicación.
Naturalmente, para encontrar esta explicación será necesario modelizar
matemáticamente el fenómeno físico. En 1809, la matemática francesa Sophie
Germain comienza a trabajar en el problema, pero no es hasta 1816 cuando, en su
tercer intento, consigue ganar el premio otorgado por la Academia Francesa de las
Ciencias.
El éxito de Germain se considera mucho más que un premio. Ella había luchado toda su
vida por poner su talento por encima de los prejuicios contra su sexo. También es
sabido que mantuvo correspondencia y amistad con el príncipe de las matemáticas,
Gauss, a quien le protegió, gracias a su influencia con Napoleón, al invadir las fuerzas
napoleónicas la ciudad natal de Gauss, Brunswick (cerca de Hannover), por temor a
que le ocurriese algo similar a lo que le sucedió a Arquímedes.
La aceptación de la Academia de los argumentos de Germain, pese a “su condición de
mujer”, es un hito más en la lucha de la mujer a lo largo de la historia por ser aceptada
como igual en los diferentes sectores intelectuales “reservados para hombres”.
La ecuación anterior pertenece al trabajo de Germain sobre platillos. En la siguiente
imagen, siguiendo el estilo pop, hemos coloreado a nuestro antojo la ilustración que
aparece en la página dedicada a ella en “El rostro humano de las matemáticas”.
Resonancia
La placa se puede hacer vibrar por excitación directa, frotándola con un arco o
agitándola con algún tipo de sistema mecánico o electromecánico. Pero también
podemos conseguir que vibre por resonancia, mediante un emisor de sonidos con
suficiente intensidad. Esto suele hacerse colocando un altavoz justo encima o debajo
de la placa, como sucede en la siguiente película, en donde la arena ha sido
reemplazada por sal.
Si, en vez de provocar la vibración de una superficie sólida, usamos una fina película
líquida colocada sobre una membrana tirante y la exponemos a una intensa
iluminación lateral, el resultado puede ser realmente espectacular, como muestran las
siguientes fotografías de Alexander Lauterwasser (cuyo apellido resulta ser de lo más
apropiado).Vibraciones líquidas
Los patrones que hemos visto resultan de gran utilidad para mejorar la calidad en la
construcción de violines y otros instrumentos de cuerda al poder comprobar el luthier
si se reproducen o no las figuras de Chladni sobre la tapa y la base, corrigiendo
cualquier asimetría que pudiera presentarse.Los instrumentos de cuerda
En esta fotografía podemos ver el resultado de un experimento sobre el fondo de la
caja de un violín.
Los siguiente dibujos corresponden a distintos modos naturales de vibración de una
guitarra.
Laboratorio virtual
Con ayuda de los siguientes applets de Paul Fasltad podemos recrearnos en la
visualización (en dos o en tres dimensiones) de los distintos modos de vibración de
membranas rectangulares y circulares. Aunque las etiquetas y las instrucciones se
encuentran en inglés, basta jugar un poco con el ratón y los deslizadores (lo que
recomendamos vivamente) para apreciar el funcionamiento. ¡Incluso podemos oír el
sonido correspondiente, activando la casilla Sound!
Resulta particularmente atractiva la opción “Mouse = Poke membrane” (Display 3D),
pues con ella basta hacer un clic en la ventana de la membrana para visualizar tanto la
onda transversal inicial como sus sucesivos reflejos.
Laboratorio de membranas rectangulares:
Figuras de Lissajous
Estas curvas fueron descubiertas y estudiadas por el matemático francés J.A. Lissajous
al intentar hacer visible el movimiento vibratorio provocado por el sonido. En el
experimento original, Lissajous tomó dos diapasones de distintas frecuencias de
vibración y colocó un espejo pequeño sobre cada diapasón. Después colocó el conjunto
de forma que un rayo de luz se reflejase, sucesivamente, en ambos espejos antes de
proyectarse sobre una pantalla. La imagen que aparece en la pantalla (con apariencia
de continuidad, dada la su persistencia en la retina del espectador) es la figura. Estas
figuras también se pueden trazar con un armonógrafo simple.