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LÍMITES en el noviazgo

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Primera parte

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Page 1: Limites en El Noviazgo

LÍMITESen el noviazgo

Page 2: Limites en El Noviazgo

LÍMITESen el noviazgo

Henry Cloud y John Townsend

EDITORIAL

DEDICADOS A LA EXCELENCIA

Page 3: Limites en El Noviazgo

La misión de EDITORIAL VIDA es proporcionar los recursosnecesarios a fin de alcanzar a las personas para Jesucristo y ayu-darlas a crecer en su fe.

© 2003 EDITORIAL VIDAMiami, Florida

Publicado en inglés bajo el título:Boundaries in Dating© 2000 por Henry Cloud y John TownsendPublicado por The Zondervan Corporation

Traducción: Omayra Ortiz

Edición: Madeline Díaz

Diseño interior: A&W Publishing Electronic Services, Inc.

Diseño de cubierta: O’Design

Reservados todos los derechos

ISBN 0-8297-3557-7

Categoría: Vida cristiana / Noviazgo

Impreso en Estados Unidos de AméricaPrinted in The United States of America

03 04 05 06 07 08 ❖ 07 06 05 04 03 02 01

Page 4: Limites en El Noviazgo

A Matilda Townsend (1902-1983), quien contribuyógrandemente a mi vida

—J. T.

A todos los solteros y solteras, con la esperanza de que susexperiencias con las citas puedan hacer realidad los deseos de

sus corazones y lo mejor de Dios para ustedes.—H. C.

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CONTENIDO

Reconocimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

¿Por qué las citas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Parte 1: Tú y tus límites1. ¿Por qué los límites en las citas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

2. Exige y personifica la verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

3. Llévate a Dios a tu cita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

4. Las citas no curan un corazón solitario . . . . . . . . . . . . . . 73

5. No repitas el pasado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Parte 2: ¿Con quién debo salir?6. Con qué puedes vivir y con qué no . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

7. No te enamores de alguien a quienno considerarías para ser tu amigo . . . . . . . . . . . . . . 109

8. No arruines una amistad por tu soledad . . . . . . . . . . . . 123

9. Ten cuidado cuando los opuestos se atraen. . . . . . . . . . 135

Parte 3: Cómo solucionar los problemas en las citas…cuando eres parte del problema

10. Acostúmbrate ahora, paga después . . . . . . . . . . . . . . . . 153

11. Demasiado y muy aprisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161

12. No permitas que te secuestren. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175

13. Despídete de las falsas esperanzas . . . . . . . . . . . . . . . . . 189

14. Límites en la culpa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205

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Parte 4: Cómo solucionar los problemas en las citas…cuando tu pareja es el problema

15. Dile no a la falta de respeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221

16. Córtalo antes de que crezca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235

17. Establece los límites físicos apropiados . . . . . . . . . . . . . 241

18. Establece un cuarto de detención . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

Conclusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281

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RECONOCIMIENTOS

C on gratitud a nuestro agente, Sealy Yates; nuestro editor,Scott Bolindre; y nuestra editora, Sandra Vander Zicht. Mu-

chas gracias a nuestro director de mercadeo, John Topliff, cuyacomprensión de las necesidades de nuestros lectores hace quepodamos disfrutar más el proceso de publicación.

También deseo reconocer a Guy y Christi Owen, quienes es-tuvieron presentes para mí durante mis largos años de salidas ycitas.

Quiero reconocer a Lillie Nye por sus esfuerzos para que estematerial llegue a los solteros en todos los lugares y por su ayuda alo largo del camino.

Gracias al grupo de Daytona por compartir sus experiencias yvalor.

Gracias al equipo de trabajo de la revista Christian Single [Elsoltero cristiano] por ayudarme a entender las realidades que en-frentan los solteros hoy día y por proveer un excelente recursopara ayudarles.

Gracias a los Ministerios para Adultos Solteros por invitarnosa participar con ustedes a través de los años.

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Gracias a Jim Burns, presidente del Instituto Nacional de Mi-nisterios Juveniles, por su contribución al explicar sobre losaprietos en que se encuentran los adolescentes durante las citas ypor su perspectiva sobre el pensamiento actual de la iglesia. Suministerio ha cambiado la imagen de las citas para literalmentemillones de personas en el mundo entero. Ahora tienen más se-guridad que si él no hubiera estado ahí a lo largo de los años.

—H. C.

Gracias a Roy y Susan Zinn por su trabajo con los solteros enel ministerio North Carolina State Navigators [Navegantes delestado de Carolina del Norte]. Su amor y ministerio ha tocado amuchos, incluyéndome a mí.

Gracias a Mike Hoisington y Cary Tamura por colaborar conla clase Single Focus [Enfoque del Soltero] en First EvangelicalFree Church, en Fullerton, California. Su iniciativa y liderazgopara los solteros ha dado buenos frutos a través de los años. Gra-cias a Chuck Swindoll, el pastor principal en aquel momento, porpermitirnos pensar en las luchas de los solteros de manera creati-va.

Gracias a Scott Rae, el anterior pastor de solteros en MarinersChurch en Irvine, California. Apreciamos mucho sus grandes es-fuerzos por ayudar a los solteros a crecer espiritualmente y porlas muchas oportunidades que nos ha brindado para hablarles asus grupos.

—J. T.

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¿POR QUÉ LAS CITAS?

H ace varios años atrás estaba dando un seminario para sol-teros en la región central oeste de los Estados Unidos,

cuando de la audiencia surgió una pregunta:—Dr. Cloud, ¿cuál es la postura bíblica con relación a las ci-

tas?Al principio pensé que había escuchado mal la pregunta, así

que le pedí a la joven que la repitiera. Y la repitió de la mismamanera.

—¿A qué se refiere usted con “la postura bíblica”? —pregun-té.

—Bueno, ¿piensa que acudir a una cita es algo que la Bibliaaprueba? —explicó la dama.

Una vez que oí su pregunta, pensé que estaba bromeando,pero pronto me percaté de que no era así. Había escuchado a lagente preguntar sobre la postura bíblica con respecto a la penacapital o a la eutanasia, pero nunca con respecto a las citas amo-rosas.

—No creo que la Biblia nos dé una “postura” con relación alas citas —le dije—. Tener citas amorosas es una actividad que

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llevan a cabo las personas, y como con otras muchas cosas, laBiblia no habla de esto. De lo que sí habla la Biblia es de serpersonas amorosas y sinceras en cualquier cosa que hagamos.Así que mi respuesta sería que la postura bíblica en este tematiene que ver más con la persona que uno es y en la que se estáconvirtiendo que con si puede o no salir a una cita. La posturabíblica con respecto a tener una cita sería que debe llevarse acabo de una manera santa. Por cierto, Dios hace que la gentecrezca a través de las relaciones en las citas de la misma mane-ra que las hace crecer por medio de muchas otras actividadesde la vida. La cuestión no es si se debe o no tener una cita. Laspreguntas están más entrelíneas: “¿Quién eres en tus citas?¿En quién te estás convirtiendo como resultado de tus citas?¿Cuál es el fruto de tus citas para ti y para la gente con la quesales? ¿Cómo las tratas? ¿Qué estás aprendiendo?” Y otra grancantidad de asuntos sobre los que la Biblia es muy clara. Estotiene que ver mayormente con el desarrollo del carácter y concómo tratamos a las personas?»

—Entonces, ¿usted cree que está bien salir a una cita? —si-guió presionando.

—Claro que sí, pero está bien tener citas dentro de los pará-metros bíblicos, los que, a propósito, no son agobiantes. Estosparámetros le salvarán la vida y le ayudarán a estar segura de en-contrar a una buena persona para casarse —le dije, riéndome pordentro al pensar con cuánta frecuencia los cristianos quieren unaregla.

Pensé que este era el final del asunto hasta que la misma pre-gunta seguía surgiendo en cualquier lugar en que hablaba a per-sonas solteras. Una y otra vez me preguntaban si tener una citaera algo correcto o no. Sentí curiosidad de saber por qué la genteseguía haciendo la misma pregunta.

Así que, un buen día, pregunté de dónde estaban surgiendoestas preguntas. Y me enteré de un movimiento que se estabaorganizando basado en el libro I Kissed Dating Goodbye [Ledije adiós a las citas] de Joshua Harris. La premisa del libro es

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que tener citas no es una buena idea y que mucha gente está de-jando de hacerlo. Mientras seguía investigando, me di cuentaque en algunos círculos el movimiento iba mucho más lejos. Mu-chos cristianos estaban afirmando que tener citas era pecamino-so en sí mismo; otros, al menos, estaban sintiendo que las perso-nas que aceptaban salir a una cita eran menos espirituales que lasque no lo hacían. Se estaba tornando un asunto «cristiano» el re-nunciar a las citas. Al principio pensé que esto era solo en algu-nos círculos, pero mientras más viajaba por todo el país, más oíasobre esto.

Así que leímos Le dije adiós a las citas y en este capítulo pre-sentaremos algunas de nuestras reacciones. Por varias razones,estamos en total desacuerdo con la premisa de que todo el mun-do debe abstenerse de tener citas amorosas. Pero antes de entraren detalles específicos, queremos validar las razones detrás deeste movimiento.

Nadie se opondría de esta manera a las citas sin tener unabuena razón, y la razón por la que mucha gente está renunciandoa esto parece ser esta: dolor, desilusión y efectos perjudicialespara sus vidas espirituales. En otras palabras, las citas no los hanayudado a crecer, encontrar una pareja, o transformarse en unapersona más espiritual. Entonces, sí tiene sentido despedirse delas citas.

Y sentimos empatía por este dolor. Como hemos visto através de los años trabajando con muchos solteros, y al ser no-sotros mismos solteros por mucho tiempo (ambos nos mantu-vimos solteros hasta bien entrados los treinta), las citas pue-den causar mucho dolor y sufrimiento. Muchas personas sedesilusionan en el proceso y sienten que no saben qué hacerpara que funcionen. Se les hace trizas el corazón, escogen re-petidamente al «tipo equivocado», no pueden encontrar al«tipo correcto», o encuentran al «tipo correcto» pero no lesgusta tanto como el chico o la chica equivocada. Tienen pro-blemas para integrar su vida espiritual a las citas. Se pregun-tan qué hacer con la atracción física y los límites morales, y

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también se cuestionan cuándo deben pasar de las citas casua-les a una relación más importante.

Para mucha gente el dolor y el sufrimiento que obtienen al te-ner citas amorosas se vuelve demasiado grande y están listos parabuscar alguna alternativa. Y partiendo de esta motivación, coinci-dimos con los seguidores del movimiento de no citas y con quie-nes lo proponen. El dolor de una cita no vale la pena si no nos lle-va a nada bueno. Entendemos el motivo del Sr. Harris paraescribir este libro.

Sin embargo, diferimos de su conclusión. Aunque estamos deacuerdo en que el dolor debe terminar, no pensamos que las ci-tas son el problema. Creemos que es la gente. De la misma ma-nera que los carros no matan a las personas, pero sí los conducto-res borrachos, las citas no lastiman, pero sí lo hace no tenercontrol en las citas. El consejo de Pablo a los colosenses es muyacertado: «Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios deeste mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo,se someten a preceptos tales como: “No tomes en tus manos, nopruebes, no toques?” Estos preceptos, basados en reglas y ense-ñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con eluso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectadapiedad, falsa humanidad y severo trato del cuerpo, pero de nadasirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa» (Colo-senses 2:20-23, cursivas nuestras). Pablo le advirtió a los colosen-ses que hacer reglas y abstenerse de ciertas prácticas no desarro-llaría la madurez que necesitaban para vivir la vida.

Los problemas humanos son asuntos del corazón, del alma,de la orientación individual hacia Dios, y de una inmensa gamade otros asuntos relacionados con la madurez. Como dice Pablo,evitar ciertas cosas en las que te puedes involucrar peligrosamen-te, no cura el problema básico de inmadurez, que es interno y noexterno. Quizás seas inmaduro y no estás listo para lidiar con lascitas, así que te abstienes de ellas. Pero, al menos que hagas algopara crecer, seguirás siendo inmaduro y llevarás esa inmadurezhasta el matrimonio.

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Evitar las citas no es la cura para los problemas que se en-cuentran en ellas. La cura es la misma cura bíblica para todoslos problemas de la vida; esta es, el crecimiento espiritual quelleva a la madurez. Aprender a amar, seguir a Dios, ser íntegroy responsable, tratar a otros como quieres que te traten, desa-rrollar el autocontrol y construir vidas satisfactorias son mane-ras de asegurar que el proceso de las citas sea mejor.

Antes de decir en este libro cómo tener buenas citas, quere-mos señalar algunas razones por las que pensamos que no debesdecirles adiós y varios motivos por los que creemos que este pro-ceso es muy bueno.

En el capítulo «Los siete hábitos de las citas altamente defec-tuosas», Joshua Harris habla de las siguientes tendencias negati-vas de las salidas a citas románticas:

1. Conducen a la intimidad pero no necesariamente alcompromiso.

2. Tienden a provocar que se salte el paso de la «amistad»en una relación.

3. Con frecuencia, confunden la relación física con elamor.

4. Alejan a la pareja de otras relaciones vitales.

5. En muchos casos, distraen a los adultos jóvenes de suresponsabilidad primordial de prepararse para el futu-ro.

6. Pueden causar descontento con el don divino de la sol-tería.

7. Crean un ambiente artificial para evaluar el carácter deotra persona.

Todos estos problemas son causados por las personas y la ma-nera en que participan de las citas. A lo largo de este libro

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