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Por Em mal1l1el CARBALLO
LIBROS25
en este sentido, a las conversaciones sobre el tiempo: sonuna manera de salir del paso".Los políticos, a su vez, hablande éste. "Es deci r: de nada"'burlando así a los que creenque conversan con sus amigosele los "secretos públicos".AqltÍ Reyes se burla de los filósofos: el domingo vl'intitrésde enero de mil novecientostrece -fecha en que escriheesta divagación- "el día amaneció despeinado y ojeroso".
Otro domingo, Domillgo S'iete de diciembre del mismo año,le sirve de pretexto para hablar de la verdael y sus maticesde mentira. A veces, la verdadresulta inoportuna y, lo que esmús, innecesaria -como en elcuento que relata de Juanito Vlas brujas-; ansiar este tipoele- verdad "es una inercia lógica, tina sol idi ficación elel espíritu, y una falta de educación". A \'l'ces se prcsenta colno una verdad a medias: "lade los políticos, la de los médicos, la de toelo el que fornmla diagnósticos o dice la buenaventura por sociologia, química, astronomía o quiromancia;1,: ele los augurcs de toda espeCie, CJue ya ('n los dichosostiempos ele Catón soltaban larisa al encontrarse". "La verdad cs. en esencia. un modo eleoportunidad. Es, vista desdea fuera, una adecuación.
-"Y, vista por dentro, unestado ele ánimo, como la alegría o la pena -oigo e1ecir alotro escéptico". Claro, el Alfonso ;Reyes de esta d~va
gación es un frívolo para losque anuncian un porvenir mejor, para nCJuellos que estánseguros ele que la mejor ele lasformas de la vida es la presente. Los lógicos "mecanistas"le responderán, indignados,que "la verelael innecesaria esuna verdad absoluta". El conoce ele antemano la objeción,pero no le convenece: su ojoderecho se llama dogmatismo;su iZCJuierdo, escepticismo.
La postura ele I{('yes en est.adivagación se asocia con b tjuesustenta en l/JI 'illth-pl'ctc deI?cllá1/. Asi como I'inre Lasserrl' usó c!t'1 autur de La vidad" Jesús "como ele un patrónpara apreciar valores actuales",l\eyes usa a Lasserre para insillua l' la convenicncia de"apreci:lr -simultáneamcnte- el mUlldo descl~ clos opuestasperspectivas". ] lustra· el co¡r;clltario COIl ulla fábula: "Unhombre se propuso un día notener ideas preconcebidas,110 tener prejuicios; y este mismo día percliú la vista . .'\1 siguiente se colgó de una solaidea, como ckses¡wrado. y fUIlde') ell ella tocio un sistema delmundo: y siguió a ciegas. Altercer dia meelitó ('n sus dosexperiencias. Y como al hacerlo tuviera CJue confrontar lq
R E Y E SDE AGUII,A
cromca túnica griega. Ambostienen "que soportar cOl-tesanias de monumento público".Goethe ahuyentaba a los inoportunos' "turistas e1el intelecto", "mostrándoles sus colecciones osteológicas": Reves,dándoles lecciones de cocina,hablándoles de su actual dieta,ambos, en primer término, permaneciendo con la "máscaraoficial" o Goethe, en detrimento de la esposa de Eckermanil.atrapó a éste entre sus garras,conversó en ycz de escribir libros de notas. Reyes, cortés"como indio mexicano", respeta la tranquilidad de las mujeres: escribe libros de notas, carece de secretario. Goethe es,por extensión, una águila bicéfala; l"\eyes, una solitaria águila azteca.
El mejor elogio que ele ambos podemos hacer -los p:l11egíricos suelen ser contraproducentes- consiste en I~erlos,
signo irrefutable de la actualidada de un escritor.
La segunda edición de Elcazador ele Alfonso l{eyes convida más a una descripción desus excelencias, a hac=r un:\breve antología de sus expresiones afortunadas, ele susideas más jugosas, que a intentar una obvia valoración que, aldeclarar en tono ecuánime:"éste es uno de los libros másbellos y sugerentes que se hanescrito en México durantenuestro siglo", no arrojaríamás luz sobre ~us mérito~.
El libro se abre con una "divagación" sobre el tiempo:"hablar del tiempo es habb ¡
de las grullas", del hombre:"¿ Qué es e] hombre? El hombre es un ser que habla deltiempo con sus semejantes",que habla de las grullas cuando es agricultor en la vida °en la liter;'.tura, asociándo!:lscon la época propicia paraarar; cuando l'S U!l aburridociudadano, el hombr~ i(1L-ntifica el tiempo con la política:¡'Las conversaciones del tranda sobre la política se parecen,
ALFONSON A '1' U R Al, E Z A
* A L F °N soR E Y E s, El ca::ador. L:.nsayos y divagaciones(1910-1921). Segunda edición. Tezontle. México, 1954. 216 pp.
,'Y h;~y l~atl1l'alezas deaguda, aves depresa del espíritu, poetas de ale-
gria supel-ior para quienes lafelicidad es la belleza". Alfonso Reyes pertenece a este tipode naturalezas. Al ponernos encontacto con su obra perdemostierra; ya en las alturas, el cautiverio resulta, paradój icamente, beneficioso, nutricio. Perotoda lectl1l'a tiene final. La caída siempre que se trate de suobra será dolorosa: nuestra relación con él es indirecta, dekctores. (Y un lector siemJ?rees una espera, una cosa pasIVacondicionada en su existir a laaparición de un nuevo libro).Una solución ficticia para prolongar nuestra estancia en esaconstelación de la Vía Láctea-El Aguila- consiste en tomar la parte por el todo, unaobra -en este caso El caza·dor~'-por la vida, entablarconversación con ella: apócrifos Ec1cennanns con un Goethe ausente.
Toda comparación es arbitraria; entre nosotros, funesta.Ei pródigo siglo XIX mexicanosobreestructuró a sus escritores: Píndaros, Virgilios, Marciales ... Pero hablar, asociándolos, de dos escritores de lamisma familia -naturaleza-,es menos peligroso. Reyes como Goethe tiene tantas carascomo géneros existen en literatura. Como el germano es unpedagogo, sin pedantería, porque nunca se 10 propuso comometa; un alacrán hembra, entrañable alimento; el pastor-en lenguaje homérico- dela literatura de su país. A ambos se les acusa de un mismovicio: el de perfección en laobra, el del excesivo aprendizaje, nunca colmado, en la vida. A Goethe nos 10 presentancon una "vieja peluca" de cortesano; a Reyes, con una ana-
• Ver de nuevo Jil acorazadoPotelllkin o Un f¡e}'ro aJldduz(',; \"ol\'er ....1 tiempo de las promesas. N o se les dé más rangoque ése. Aquí cstán las pruebas. l\1ueran bs prom·::'sas.
• "Celuloide eres, y en celuloide te convertirás".
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o y el parto de las cámaras"ólo dió a luz un bombín y unpar de zapatos viejos y gran·des.
• La idea de los EstadosUnidos como lo inocente, lopuro, lo no-cont,uninado, csuna de las norte:ulll'ricanascentrales. Gran' parte de suliteratura podría resumirse eneste sentimiento; el mismoHcnry Jamcs, ¿ no cstá enfren6nclo b inocencia -"\'lligar" pero sana- de sus turislas noxteamericanos, al refinamiento enfermizo aristocrútico, incomprensible a la espontaneidad, del europeo?"God's Country" es un datode conCiencia inmediato, y conduce a la justificación, a iaépica, al optimismo. La j u:.;tificación requiere "villanos"que la sometan a prueba (ElGran F'fe Pies Morados, Pancho Villa, Kaiser, Gestapo,NKVD). La épica, da todaslas' soluciones de antemana(recompensas, castigos, lastropas de la Unión salvanlas situaciones con cronómetro; todo criminal está sentado, ya, sobre la silla eléctrica).El optimismo vislumbra la perfeccióli absoluta del mej 01', delos mundos. Gregory Peckderrota, single-handed, a lasfuerzas villanas, extranjeras,mal vestidas, anti-higiénicas.El que la hace, la paga. HappyEnding.
tos. No deja márgenes de conciencia al espectador porqueésté -hombre o comunidadno le interesa: el cine es parael público. El cine, dirigido alpúblico, busca expresarse ensentido univoco, sin posiblesdudas o interpretaciones acercade lo que quiere decir: estees el bueno y este es· el malo;este pequeño montaje indicaque nuestro héro::' ha perdido~
la razón: este movimiento decámara significa que tú, cretino de la fila H, deb~s preverun asesinato; esk "c1ose-up" (<le una flor subraya la intens~
melancolía de nuestra heroína.Su filosofía es la de pan, pan,vino, vino. Y todo <u-k -lapoesía, en primer términovive de la significación múltiple, de llamar al pan guadaña, risa, piedra, de explotarcontinuamente en la sangre dela participación. De ser, un poco, riesgo, y también, responsabilidad: lo quc nunca ha sido el cinc.
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desconfianza en todas las ideas-de.la antevíspera- con la feen una sola idea -de la víspera- recobró súbitamente lavista. '"
_"¡ Eureka! -salió gritando a la calle-. Y de hoy másmi ojo derecho se llamará dogmatismo. y mi izquierdo es¡;epticismo". Moraleja: "Vete alas antípodas, hijo mío".
En Madame CaiUnux 'V laficción finalista, J(ey~s' reivindica el l11isterió, recuerdala sola yerdad absoluta sobrela que se funda 1:1 naturalez:lhl'll1ana: "rl hombre es inexplicable", incongruente; separn las pepitas de' oro de losminutos lúcidos" de las incontables arenas de los "minutosciegos". La mayor parte de losactos del hombre no están reaidos por la finalidad: "Nih d'premeditación, ni no preme 1-tación, ni ambas cosas a la vez,ni ninguna de ellas. Sino otracosa. i La eterna otra cosa (ohhijos del azar y del misterio)que no nos es dable definir!"'.Descon fiemos, pues.: el mundo y nuestra conducta son incongruentes". La razón está departe de los coros de Eurípides,no de la lógica finahsta ..
Sir J:'dward Gray y la tragedia del síJnbolo le sirve paracontraponer el acto social conel acto revolucionario. El hombre en compañía de hombres esuna avispa sin aguijón. Lo quedice -no importa, es más, importa que no diga nada. Elhombre del centro, cuyo papelconsiste únicamente en ser símbolo, en encarnar a su gruposocial, habla con un aire de"inmovilidad trágica": "el valor de sus palabras está en sersuyas, está en el poder sobrehumano del centro; que no presuma, pues, de sutil, de fantástico o de innovador. Merezca,en silencio, el honor de encarnar el centro; respete la invisible fuerza geométrica confiada a sus manos; domínese, castíguese, mátese". Lo que dicees "como el aire, invisible depuro ambiente. Cada una desus palabras es neutra, y hastala sintaxis que las liga estátoda predeterminada. El oídose desliza, oyéndolo, sin tropiezos ni sobresaltos. Asegu10que hablaría con tono monótono y sin mover las manos:los ojos, cargados de vida, revelarían -a pesar de la serenidad de la boca- toda la tragedia de ser símbolo ; de no podertronar y estallar, de ser encarnación de lo fijo; de no podercrear ni matar, de ser la encarnación de lo eterno". Si elhombrr del centro debe parecerse a los de! círculo, éstosdeben identificarse entre sí:"Ya no importa lo que seamos,10 que valgamos: para ser sociales, para conversar con los
demás, hemos de ser comoellos, parecernos a todos. Hacerse sentir es ser grosero.¡ Ay del que quiera hablar como lo que es! Ni al más finoy depurado escritor toleraríala sociedad un modo distintode charlar. Un hombre puedeescribir, si guiere (¡ oh solitario milagro de escribir!), qúegasta de la aventura; pero lasFurias Sociales no le puedenconsentir que sea aventurero.Al llegar al círculo, tiene queneutralizarse, escondiendo apunto su aguijón. Si le toca elc"ntro del círculo, llorémosley:t como lloraríamos al amigoconvertido en estatua".
El grupo humano en qtie vive Alfonso Heyes trata de convertirlo en el hombre del centro, quiere que lo encarne como símbolo. Pero el hombredel centro, por definición, ese! que más se parece a sus se~
mejantes, el menos personal;sus actos siguen la corriente,nada tienen de revolucionarios.Heyes no posee la facultad mimética, es uno -individualen la obra y en el obrar. Jo es-como quieren los "alejandrinos de todas las épocas" "un manso y aseado cordero";por el contrario, es una "hermasa bestia de la tierra: elhombre desnudo"; "representa la existencia humana en sucrudo aspecto de problema, deasombro, de guerra y de simbolo confuso".
En el ensayo De la lenguavulgaJ', Reyes parece respondera los que lo atacarán, cuandoaparezca El deslinde, de nousar una terminología másccherente, precisa y científica:"¡ Oh, no me deis a mi taleslenguajes como el de la filosofía moderna, que consta demeras voces artificiales y casiidénticas en todos los idiomasdel mundo! Este esperanto dela filosofía podrá ser muy lógico, mas no es lenguaje". Reyes es un hombre revolucionario que lucha con el lenguaje,un poeta -en prosa y en verso-- que rescata las palabrasde su función de "clisés", convirtiéndolas en vida, en bulliciosa sangre ele su obra. (Elhombre del centro -convieneaquí insistir en él- se expresacon cadáveres, utiliza el esperanto) .
"La lectura monótona -dice en. La lectura estética- esel ritmo neutro y adecuado para la fácil comunicación de lasideas. Los trozos recitados conénfasis salen afuera sucios conese tamo, ese flogel o pelusillade la pasión". La lectura monótona se identifica con la lectura estética porque no tratade persuadir, de demostrar:apela a la inteligencia de loshombres, no a su pasajero entusiasmo. La lectura enfática
"es inmoral; busca la victoria"."Es una de las formas posibles del engaño". Necesita para triunfar de la persuasiónsensible o emocional de suslectores: intenta demostrar. Lalectura monótona "es la lealtad del lector: a través de ella,parece que la obra leída re~,ue
na por -su sola. virtud. La lectura- enfática pertenece aún ala era de lá onomatopeya; noasí la monótona, que es la propia de la cultura. Si aquélla esasiática, ésta es ateniense". Elénfasis es patrimonio de laoratoria; la monotonía dela lectura estética.
Alfonso Reyes suele publicar sus notas con el título deEpílogos (Ver Epílogos de1953. Revista Universidad dtM éxico, Vol. VIII, NQ 6, febrero de 1954). En el ensayo Loslibros de notas nos habla deotro escritor que hacía lo mismo: "Rémy de Gourmont solía publicar sus libros de notasbajo el nombre griego de Epílogos". En este ensayo, además de citar a un escritor quelo antecedió en publicar estaclase de libros, se refiere a lacausa que los origina: "Los libros de notas -pulso febrildel tiempo- serán la literatura de mañana, y ya casi sonla de hoy".
Entre las clasificaciones queusa en T em peramentos de escritor encontramos dos, paranosotros fundamentales: Escritores que escriben y escritoresque no escriben. En Méxicopara adquirir la ciudadanía literaria, los escritores debenpertenecer a la segunda cate.goría: constituye un acto social puro. Un escritor que noescribe complace a todos losde su oficio: "En ese: la tranquilidad de todos reposa enese". Puede -"el que niás separece a todos resulta el primero"- llegar a la Academiade la Lengua. Cuando este tipode escritor quebranta los sabiospreceptos -l:l1 el ensayo Losorígenes de la guerra tlterariaen LsjJaiía se encuentra unejemplo magistral- se le aplica "ese delicado procedimiento, corona de la destreza y ladiscreción, que hoy conocemoscon el nombre de la conspiración del silencio". El santo patrono de la literatura mexicanadebería ser -de ser algunoJuan Alfonso de Baena, el delCancionero, creador de este sutil procedimiento. El ejemploque es peligroso seguir, el delpropio Alfonso Reyes, el escritor mexicano que más escribe, que más enemigos tiene.
De las citas es un ensayo enel que Reyes nos confiesacuándo y por qué usa las comillas: "De mí diré que sólosiendo indispensable las uso--las citas-, porque han co-
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menzado a avergonzarme: sonel signo de lo no incorporado,de lo yuxtapuesto, de lo que nosabemos; ell<is sirven admirablemente para exhibir el cuerpo extraño incrustado en nuestro organismo. No puedo pasarlas: me punzan en la ga1-ganta como los mosquitos t'n
el vino de que se quejaba Quevedo". Previamente, y de modo genérico, había afirmado:"No se debe citar para ennoblecerse con la cita, sino pdraennoblecerla" .\ Mrs. Amyot, protagonistade un Cllento de Edith Wharton, ha legado a la posteridadsu nombre, símbolo de lainexactitud. Poseía dos "donesfatales: una memoria genialmente obtusa y una extraordinaria fluidez verbal". Todo lorecordaba, pero lo recordabaa medias. "El amiotismo esnuestra ley: errar es de humanos". "La inexactitud no ess,iempre fruto espontáneo. Soberbia flor de invernadero, eshija del leer y del escribir, ypudiera representársela comoun hombre que hojea un librode prisa. La cultura produceprimero, y después se pudre:de aquí la inexactitud".
M ontaigne y la mujer poseeuna de las más certeras imágenes del autor de Los ensayos:"Visto así, en conjunto, parece indudable que Montaigne es'un ejemplo más de esta especie de desamor que acompañasiempre al egoísmo". Cree, refiriéndose a Jos Ensayos, "queno hay mejor medio para ignorar la fisonomía de un hombre que conocerlo por milí-metros". .
La cuarta y última parte dellibro está formada por Unosmemuscritos olvidados. Eeyesdedica estas páginas a JesúsAcevedo "que sonreía tanamablemente cuando lograbasorprender, como en una vislumbre, el alma confusa de susamigos". Acevedo ya nos erarostro familiar, es uno de lospersonajes, junto con Carbonel, de La entre'vista de El plano obliclto (1920). La narración es autobiográfica. Acevedo aparece en ella disfrazado, se apellida Robledo. Esaquí, corno lo pinta la dedicatoria de El cazador, un ser"ávido de almas". Aparte decIue sus rasgos espiritualescoinciden en la ficción y en lavida, Reyes lo delata -página39- cuando lo nombra por supropio apellido: "Acevedo yale ha entendido, y corta comoun rayo'·... Líneas despuésel error se subsana: de nue\'ovuelve a ser Robledo. l:."n descuido momentáneo del autorofrece la pista de este curiosodato.
(1'11.1'11 11 /a pág, 32)
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FERDINAND ZWEIG, El pensa. miento económico y su pers
pectiva histórica. Breviarios,93 .. Fondo de Cultura Económica. México, 1954. 216 pp.
El material que ofrece la expe-riencia de la época niercantilista,dice el autor al principio, es lo qucconstituye actualmente el mayorinterés de nuestra generación. Cada generación comprende profnndamente unas épocas y se distraeen ellas sin alcanzar de otras másque un conocimiento suoerficial.De esta manera, el autor hace vercómo.' un determinado momentohistórico, puede recobrar. a vecesla atención de los investigadores.La escuela canonista de la EdadMe<)ia, por ejemplo, caracteriz~da
por la doctrina de iustum pret1U'llly iushl'lll salm··iml/., ha dado lugara nuevas consideraciones. La escuela socialist¡¡, que solía ser considerada como perteneciente a losestudios políticos y sociales, hatomado hov gran importancia a losojos del 'economista mode;n?, yla ayuda ..prestada en los ultl~nos
tiempos, por la escuela marXIsta,para llegar a una· !nejor com~r~nsión de la econotma monopoltstlcatan relacionada con el supuesto dela lucha de clases, Ita contribuídoa fortalecer esos lazos entre la economía y la escuela socialista.
Más adelante, y para mostrar elsentido de la preponderancia histórica de los pensadores, Zweigestablece comparaciones entre algunas figuras. deL pensamiento económico. Hace ver cómo, vgr.,aunque Carias Rodbertus ~sbozóprimero que Marx la tesIs delsocialismo científico y la ley dela plusvalía. éste tiene una importailCia fundamental; porque. parala permanencia histórica de unpensador, 10 (Jue cuenta es la medida de su influencia V no necesariamente la originalidad de pensamiento.
Se destaca en la obra la secciónreferida a los nensadores inmediatamente relacionados con CarlosMar~. En la parte dedicada a Lenin se plantean con claridad lascircunstancias de la actitud de estepersona¡'e y se muestran las prin,ioales facetas de su pensamlellÍo.Desgraciadamente esta sección seensucia al final con el a<rregado,tendencioso y un noco risible, deuna conversación ima!:(in~ria ~ueel autor. entabla con Le11ln qUIen,actuando allí de acuerdo con surosición ima<rinaria, habla de can'ubciótt del Estado ruso, de chauvinismo social y llama estún~~~5a nuestros contemooráneos SOVlf't1
coso Algunas frases como "sólo Jos(Jue sufren llueden renovar el socialismo", dan una impresión ~uriosa puestas en boca de Len~n.Zweig sigue a(luí, en suma. la nl1Sma técnica de Renan que, al hablarde Cristo, lo presenta como UlI
hombre limpio y ma.gnifico, peroataca seriamente a los cristianos.
E.L.
MARIANO Rurz-FuNEs, Criminalidad de los menores. Imprenta Universitaria. México,1954. 400 pp.
Esta obra cuyo tema tanfo r,reocunó siempre al doctor Mar~an.oRuiz~Funes, con una nota preltrplnar de .Tulián Calvo y un breve prólogo del autor, después de l1\laIntroducciótt que comprende losdos primeros capítulos:. ~nte~pretaciones genéticas yClastftcaClonesde los menores delincuentl'S, des"'Trolla la etiología de la d~lin.cuencia del menor en los sigUIentesintitulados: El medio ",,,biente,HZ cinematógrafo, PI med·io fe:miliar, La profesión, La escolarIdad,
La vagancia, La herencia" La edad,Factores psicolóqicas, Enfenneda.des físicas, El alcoho¡'ismo, Las enferllledades lIIentales, El sexo eInterpretación etiológ·ica. de la delitlcuencio de los menores. A continuación aborda lo que a nuestroentender, sin menoscabo del valorcientífico de lo anterior, contieneel mensaje fundamental del libro:la parte llamada Problemas penales v crúninológicos, donde a travésde varios capítulos ofrece metódicamente un panorama de 1<;\ delincuencia del niño y del adolescente,para concluir propugnando unanueva manera de ver tal realidad, ala luz del ámor y la comprensión,pues, citamos textualmente al maestro, rl1lletlOr está fuera del derechopenal. Las siguientes páginas lasdedica a la Jurisdicción de m.moresy al estudio de Un Cód;go del mpnor enunciado sobre la base dela ;nás elemental justicia, que nonos permite tomar como decisiva laconducta criminal del menor par"castigarla, ¡mes solamente es eoisódica v, llar lo mismo, susceotiblcde ¡"re~ención, o cura, nero no decondena nenal. Para' terminar, enfoca la actnalidad de la delincnencia de los menores, agravada (Iespués de la última conf!ag-raciónmundial. ilnsti-ando cu aCierto conmultitud de estadísticas e investi"'aciones realizadas en tal campo~or eminentes estudiosos. Una extensa bibliografía cierra el libro,uno de los más importantes que sehayan escrito sobre tema tan trascendental.
A. L.
V. GORDON CHILDE, Los Orígenes de la CivilizaCión. Breviarios, 92. Fondo de CulturaEconómica. México, 1954,291 pp.
Uno de los objetos primordialesde esta pequeña óbra es la: de indicar que la historia justifica aúnla confianza en la idea de progreso, cuando es enfocada con un criterio cientí fico, o sea impersonal,objetivo. "La actitud científica semuestra, [dice el historiador GordonChilde1, en el hábito de formulariuicios' imparciales sobre los hechos,dejando a un lado los sentimientosr-ersonales". Con la historia no debeocurrir lo que a Don Quijote conel Retablo de Maese Pedro. Hayque ser un espectador, tener laconciencia de estar sentado etl labl{tarn.. Por esto, agrega el autorque "la importancia atribuída porlos hombres de ciencia al númerov a la mensuración, no deja (le teilf'r relación con la exigencia de~doptar una actitud impersonal.El número, como siemore. condenalo humano al ostracismo. La tareaque el historiador debe realizar tiene que ser, C01110 se deduce de lodicho, un destacar lo significativo,lo esencial del progreso V no confundir los adelantos con las regresiones. Si el historiador limita superspectiva a períodos breves, losaltibajos parecen más notables queel progreso. Hay que tener, entonces, una visión amplia. Todos estos pronósitos los realiza con acierto V. Gordon Childe.
E. G. R.
GUSTAV BARTHEL, Historia delarte alemán. Breviarios, 87.Fondo de Cultura Económica.México, 19.53 .. 252 pp.
El autor de este tratado se preocupa por deslindar los cambios quetuvo el arte alemán en las etapasde su desarrollo; la situación geográfica y la historia de Alemaniason las causas de que su arte estéíntimamente unido al movimientoartístico europeo; el arte alemán
siempre ha estado en lucha entre lopropio y lo extraño; esfuerzo quese puede compendjar en la frasede Goethe: "muere y realiza te" .que cada época ha seguido con provecho. 1) Cuando Carlomagno logra la unidad política ~' relig-iosade su imperio, nace el arte occidental: el nuevo espíritu cristianoadopta las formas de la antigüedad. 2) El ~.rte atónico, en su contemplación de lo divino relega lasformas clásicas; encuentra sus propios materiales expresivos que servirán de base p;'ra la futura rrrandeza del arte alemán. 3) En l~s
épocas sálica v estáu fica la arquitectura y la ,;intnra alcanzan nllagran perfección formal. 4) EnAlemania se im1'uso el goticismo,pero se le iml1rimió 1111 c?r;Í,cterI'I'O"io. S) En la ·alta Edad Mediael "estilo bhl'lIlo" tiende ,1 renresentar la realidad. en onosició11 al~. tendenci,l antprirw esniritual y?hstraccionista. 6) En la genera("1011 .clásica. rica en ~lún1ero v calidad (le artistas. se destaca Dl'rero, quien enr~rlla (.>1 esn Íri111 J"'''manista riel Rp'lacim;pnfo. 7) 17.1arte alel";¡'n t~r(h mucho en asimi);", el ;',flujo it",liano. 1)ero aunonet~.rde lleva ~l harroco ;\ S" ll'''S~lto g-rado dp nerfpcc;,)P. ~) l7.1siglo XIX asnira a 10 ;nalc~n7.ahle
v el actual husca en el arte ahstrac(o nuevas I:erspecti vas.
c. V,
A. S. TURBERVILLE, La Inquisición Española. Breviarios, 2.Fondo de Cultura Económica,México, 1954, 154 pp.
Este libro de Turberville, que alcanza ya la tercera edición española, permite pasear a grandes trancos entre las motivacioues religiosasy políticas que, en España. dieronsitio al surgimiento de la Inquisición.
Con ecléctica nero aguda mirada,el autor revica el curso de los procedimientos inquisitoriales, el carácter de la organizacióu y la nosible veracidad de sus cronistas.
El largo periodo de mucrte a loshereies, se inició en España el 6de febrero de l481. día en qne sellevó a cabo el primer auto de fecon la quema cle seis l'prsonas.Turberville aounta que, al vrincipio, las quemas fueron mucho másnumerosas, pero como entonces nose llevaban estadísticas, es oi fíciltener una iclea del número de íJersanas (JI,., se nurificaron en la' ho<ruera. Mientras al<rlJl10s croni~ta~
~omo Pulgar, secretario de I~ rp;nah?bel, dicpn que el número de hereies sacrificados l'Ie~aha a 2,000,otros. ~omo Llol'ente, ceñalan "1'1
increiblp total de 32,000 p sos (lerelniaciótl. en persona; pero Turberville anota que los sistemas decálculo de Llorente resnltan s;empre fantásticos y sus cifras invitana la duda.
Todo el manp;o in(luisitori" I ~e
muestra en el lihro. Se ve có,no,nor eje111])lo, allnnne la Iglesia "nonnede derram~r h sanp're de sn<;hi ios, ni ~ún la d"l más reacio"los incln;sidores l1udieron salvar este obstácnlo r1eiand" .simnlel1'"ntela eipcución del reo al Estado. Turberville h?ce ]'otar eme semeiante~rdid, no lihph~. a h Inquisiciónde la responcabilioa(1 ética, Pllec elvel'edicto de "rela iación" qne el Estado traducía en sentencia de muerte. era transmitido por medio de nneu fem;.:"lo ("elajación) nnivprs'.Impnt" entpndirlo v cuando el Inquisidor dict?ha la "epa conocíanerfectamente su pnUivalenci~. Dei.,.ual m~nera ce relatan l"s ah',s"sd~ quP el nuehlo esnañol era víct.i111'1: el más insignificante a¡;rrav10ner.•onal col1tra un funcion?rio dela Inqúisición se consideraba un
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acto herético, y el culpable era castigado por cometerlo.
Al final de la obra se discutenlas defensas que hicieron de laInquisición española hombres co1110 De Maistre, Balmes V Men~n
dez y Pelayo. Estos hábiles defensores aceptan por ej emplo que laInquisición utilizaha normalmentela tortura, pero al hacerlo no hacíasino seguir los procedimientos enboga de la é])oca; todavía en elsiglo XVII los trillllll~les de Esnañatenían el saludab1" hábito de aplicarla~ "emnullweras" y la calza.
Turherville rechaza a estos abog?dos haciend" notar que, aún Jos;ll:>S celosos defensores de la In·quisi,ión, 110 nretenden ho~' en díaiusti ficar todos sus aclos. Al final~eñala los horrendas lacras de -laInquisición que "tendió a falsea l'los valores morales" v urolongú elcastigo de los sentenciados, a generaciones de r1e~cendienles (Ille sesUl)oní~n manchad"s ])or la, "malasangre". Pero ta'11bif.n SP rp.conocepn el libro (Iue h Inquisición 110fué la ímic" cnlpahle de los es');¡ntos"s decenfrepos " los '''IC se llegópn Esp~ña en ,,1 intento ,le prote!!erla ortor10xi;¡. N o t",1"s l"s funcio""rios de la I"nuisici011 fupron in(Iignos y crueles. 111UC11l1S ,le ellos('lhr~h'CIn rf'l11V~l1ci(lns (11" ell santaactitud. 5ólo 11'1 for111;,hble efluívaco gener;' 1 hi7.o 110s;hle tal vezla conslll',,,,i'JIl de los horrores ill(Iui,itoriales.
E. L.
MJ''NlTEL DURÁN. Ciudad asediada. Tezontle. México, 1954.95 pp,
El noeta esnañol 1\¡{~n"el D"d'l,nos entff~!:(a en Sil CiuJa¡! axedinda1111 ha7 de noenlas ,<lL1P. glr'1.11 ~lre_
rl.ed"r de 1.11'1 t~n'" Clt;¡(buo. L~ 1.,lle del centro", "1 ns 1"'l'1oCl:llt'es". 4lElh~"C0 pn el iardí.,". "El v~q:ablln
d,,". "Pascacielos", "Anllucios lurlill()~OSH. etC"_. nos p'l1e~tran 1111:1.
cind;¡rl en todas suc fac~tas. Hayupa frecuen tp comh;n~.ciólI líricap"tre 10 me,~.njco -el tranvía. lose1evadorps. I"s ~nU!1cios lumino·.l:::f).'- v Jos e1~1"'lFntf)'" "()ét;c()~ t'·arlicionaleo -pi cre"t'lScu!O los· ná ;aros, el silencio- fp nodría decir,llar ello n"e este libro es una "srecie d~ fábri~a -con sus fundí('jone~. sus 1"'lláott;n'ls. 511 p.rasa :vSil ruid0---- rle na1",hras hermas' s,1111 tr;:lrtnr ~~ nétrl1f)S n 11'1 ~anli.óll
de eS"II111a. Se uos h,hla de:b r";lf'''~ ,.lo lo~ trpnpt;,
q~~' ¡Jasan. heridos, a lo lejos".
o de:
"... los horrihles hueco~
que SOIl todo lo quP queda cuan(do desaparece
un ser amado".
Además de lo mecánico que losojos del !loeta descubren en la dlldad. Durán halla ell 'ésta, tambiéllcombinada con elementos selltimenfales, la cotidian;¡ nrocesión de ven·dedores de periódicos:
"El vidrio empañado del hori(zonte
vibrará ahora con los gritos(de los vendedores de
(periódicos" .
O percibe el vagabundo que espera:
"llegar al rei~lO del Gran Men(drugo y la Cáscara Eterna".
Manuel Durán tiene una característica que le da un carácter especial a sus poemas: una frecuentenitidez. Sus poemas, en brazos dela fantasía: no dejan casi nuncade tener un sentido objetivo. Da,jJor así decirlo, un tratamiento solar a los paisajes citadinos, ve enpleno día no sólo las plazas, las
De Andrés 'HENESTROSA
PRETEXTOSIgnacio M anúel Altam·irano escribió poco, si b.ie.n: siemp're
dentro de un límpido estilo. Su ideal era, dice Vrrn.na, verterdentro de la más depurada forma, como .esculpido vaso corintio,el vino puro de la sanqre indíqena. Su genio literario,.· el caudal de su informacióíi, la Vw".teria prima que'acutfiUlq desdeStt niiiez, bronca 'Y pueblerina,. la aparente facilidad ?lt~e trásciende sus pág'inas, crearon en sus ci'm:temp0rCmeos la .certezade que debiera escribir más, J' hasta Je in:ventarort una fama deescritor perezoso. Porque nunc(J faltart quie1'LCS, d.e buena ode mala fe, doliéndose o gozando .con 'ello, acusen a los escritores que quieren exaltar '0 ap'lacar' que escriben poco, depereza, y toman la parquedad en las :¡nfra,s' apariencias. Altamirano era un hombre de tradic'íp11, oraf, th.ás Que escrita, comoindio aue era. N o en balde ,encontró. en- la -cátcrlr.a,. en la tr:ibuna,en el diáloQo, la tierra ae sembradura aud reclamaba su bullentecspiritu. Eso sin. olviClQ.r (}tlC era un' eú:ritQr¡, ,/!'er,o .tambié'/'l, tmhombre de acción,. como.[o .han sido hasta ahort!Jos 1iftejoresameriaJ.n,os. Una mitad- escr.itor v otra mitad solaado. eso fuéese ind'io ejemplar. ¿No decía Daría ,o:Ue era Amé1íi:pa tierr.ade /Joetas 'V de qenerale.s? La, letra es milicia> se. pudiera' dqcir,COll:w se dice de' la vida. . '.
A una de estas dos razones se puede deheiY la' Parquedad' enlos escritores de este ranpo: a alfe pron,to llega el momento enque la conciencia de la Perfecci6n es .mayor oue la capácidadcreativa: este el caso de Pedro H enríquei Ure.i'ía:pongamospor' eiemPlo. O bien aue viniendo del mundo indípena. de f,atradición 'oral. no se alcanza a deshoior la lén{J~taúpafíola Queen cierto modr¡ nos es extraíía. der' halo de ll?naua de diiJsesnue tU710 para los nati7Jos ¡nexicanos desde que la overon hablar.Este el cdsn de Altam.irrl11.O. Inconscil?ntemente, aunc!w~ no corrauna oota de sanrlre india bor nuestras 7Jen.as, en todo' I?séritor(11nl?rirano, oPer~ I?sta verdad. Eso explica '!ue el' úrritor purista dI' nuestras fierras lo sea I>or mrmerá 1nás ¡'xtremaaue loseshañoles. Altamirann nunca .·~uperrÍ muchas de la:f 71ivenciflsdel hasado indír¡ena. Ya no creía en ídolos. comn taml)()co creJaen dios .. pero l~ quedahan (.sta V otras suhl'rsticiones: GuardahIYsacramenft'. como el cáliz la hostir¡. al indio dI?! I>a.m.dn. En. 13IUlcí. p.n. 13 mI? casé, 1'11, 13 he dI? mor·ir. acostulnbraba decir.V IYsí fué. ) Y no aPlazó por almm,os años ln conr:l1Jsion .deEl 7.:é1rco . .dlo hor 110 renn1J,rlMla rll?sde el capíf1J10 XII en aueSI' hnhír¡ dl'tenido pnr rl?hHir rd nÚ1"I.ero ar¡orl?ro'1 ('omo recordarán los lectores. pI techo dl?l loral en Mtl' I?scrih.frr. se vino alsuelo no hien el maestro aanr¡hr¡ la h¡,terta de 'r¡ rnlle ...
Escribía poco, por no deiar el testimonio de una pápinapreciPitada, a medio hacer, con las máculas dé la imProvisación.A plazaba con frecuencia sus colabo.raciones, prometidas al impulso de la ce;teza dI? oue "tenía con aué (¡j,ierer". como dice elhueblo, ,Por evitar el dramático encu';ntro' con el I1tonstruo dela expresión escrita, enn lo que crecía la leyenda de escritor perezoso. Cuando le nr¡uiioneciban snsPropios reproches, Vl?nciendo rl'sistencias sob~ra~.as, tomaba la pluma :v 1lert{a al paPelaauellas cosas IJW? a solas, mientras caminaba, mientras dormía,había memorip,ado, aunque sin cerrar la puerta a las sorPresasoue Pudieran lll?aar mientras escrihiera. De allí la conseia de aueim P¡:01Jisaba. A.~í escribió. esa jova (}ue es La Navidad en lasmontañas. Francisen Sosa haMa (dcanzado de Altamirano la Promesa de escribirleali)o para El álbum de Navidad que se i~primía en el folletín de La Iberia, periódico de Anselmo de laPortilla. Pero pasaban los días sin que se cumpliera. DesesPerado don Pancho Sosa casi lo secueStróduranie tres días, aleiando a tocio aauel aue .Pudiera interntrnrir la creación a QueAltamirano estaba entregado. A 11tedida que las páginas ibansaliendo corrían a la imprenta. N o de otra manera se escribióel Facundo, el Uliscs criollo, el Martín Fierro, la Historia de mimadre ... Cuando el escritor mexic.a.no publicó La navidad enforma de libro, trajo a cuento el suceso. Y decía como doliÍ'ndose de una acusación injusta, que Sosa "conociendo mi decantada pereza" casi lo había secuestrado para que escribiera aquellas páqinas, de verdad. inmortales.
Miren, pues, lo que reclaman escrito.r.es f.arragosos, las muchas razones que suelen concurrir para que un escritor de quiense espera mucho, escriba poco.
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calles, los rascacielos, sino tambiénla noche, la -niebla, la oscuridad.Si Manuel Durán no se distingueespecialmente como poeta creativo,como poeta Cjue desordene de mallera extraordinaria la realidad, síes, en cambio, un poeta que entraa la caverna de la poesía actual conla antorcha saludable de la claridad.
E. G. R.
LUIS GARRIDO, Alfonso Reyes.Colección Cultura Mexicana,12. Imerenta Universitaria,México, 1954. 120 pp.
Al fonso Reyes en su larga can'era (".lenta con una obra uumerosa vesnltndida, sus títulos acusan lamás variada actividad literaria. Ensn Obra poética (1952), en la queaparecieron poemas fechados den-
. t ro de un extenso lleríodo que seiniria en 1906, confirmó su granrali~ad de poeta; unas veces hermético y otras accesible, pero siempre demanda la ·atención de los leétores; sÓlo ofrece esencias. En susensayos aporta algo nro¡)io. su 'sensibilid;:d, la que no discrimina -co1110 en la mayoría- a su intelectobien dotado; sus facultades nuncase contraponen, sino que se asocian con la fortuna de un hombre rena('entista que pone alma ycuerro en cada una de sus lla];:bras.Prefiere el cuento a la novela; enesta forma sintética también imllrime el espíritu modemo de ]0esencial. Los escritores i<')Venes mnciJO aprovecharán estudiando atentamente la obra y la vida de Reyesquien en repetid?'s ocasiones ha 'ex~nresado la esperanza de que su fidelidad a las letras sirva de ~jemploa los jóvenes.
c. V.
MAX Aun, La poesía española contemporánea. ImprentaUniversitaria. México, 1954.·230 pp.
A Max Aub le duele España. Es,,1 mal de LTnamuno. Pero a MaxJ\ ub le duele toda la Tierra. elC'1yo es un dolor que sólo tiene sullaga princioal en España. porque,11 generación 'estuvo allí en elmomento de la hericla cuando. co1"'0 decía Larca,. España era. elúnico país del mundo en que la,:merte era espectáculo nacional.
y aquel dolor, que muchos lleva"'0S dentro con mayor o menordio;nidad, sirve con frecuencia aMax Aub llara medir la estatUraoc los noetas nero. a veces. éU ""-10ración es un tanto injusta. DeManuel Altolaguirre. poi eiemplo,c,e die: en este libro que ':ti.r;ne un1"equeno venero (le DoeSla, que"tiene un douaire infantil de pronlos, por lo que sus mejores versos!'on casi siemnre los primeros desus ¡·oemas". Esto no es acertado;Altolaguirre es uno de los másnítidos poetas españoles contemporáneos, y algunos de sus poemasa\can zan tal unidad que no' esposible decir, como no sea con uncriterio formalista, que sus mejoresversos son éstos o aquéllos. Hayfine fijarse en ese mismo noema queJv[ax Aub incluye en 'u libro. Havque recordar ;'quel otro que em'nieza: "Mírate en un es~ejo ylue;:;o mira I estos retratos tuvosolvidados. I pétalos son de tu heHeza antigua, I y deja que denuevo te retrate I des1Jojálllloteasí <1e tu lJresen(e, etc. T~os "oemas de Altolaguirre adquieren' rara vez ese tono <esotérico de :t1gunos de León Felioe.
Para M;:x Aub hay grandes ybuenos poetas: y entre los grandesque no siempre son :nuy buenostiene, por cierto, a León Felipe ya Unamuuo; entre los bueuos aManuel Machado; entre los buenos que a veces son grandes a Juan
Ramón y entre los grandes <¡ue,"cuando se les acopla el verso",on buenos, a Antonio M;:chado.Con los ejemplos es si.em;we difícilqtar . absolutamente de acuerdo,
nero cuando dice Max Aub: "Elnundo lo han 'hecho, lo han plantado los grandes poetas, y los buenos poetas lo han adornado", basta,encarnar las frases coIi algunos de
UN VERSIDAD DE MEXICO
los ídolos propios para ponerse oeacuerdo. Yo dejaría, por ejemplo.entre los grandes poetas que tiasiempre son bitenos, a Pablo Neruda (y creo que Max Anb estaríaconmigo en este caso). Neruda noes ya de los que sólo adornan elmundo, es de los (lue lo ulantan,aunque a vece~ tenga (Iue recnrriral discurso noJítico. A Manuel AI·tolaguirre. l~ongamos ~Jor caso, habría qne dejarlo de todas "lanera,en tre los huenos poetas. El !Netadeseable, desde luego, sería u~o
siempr.e gran~le y bueno. nn !:ac'~
dor del mundo que también .lo ,tdornani, ·un gig-ante' de oro.
Max Aub no encuentra más salida nara el arte contemporáneo qnela del ·realismo sooialista. Cree que
· ,on los lJ'artidarios de Oriente enOccidente ·Jos únícos que' 1Jneden
· dar hoy obras i,mportantes' "por-· que sólo' ellos SOll' capaces de 'pro
testar, de rebelarse". Pero no seaclara en el libro cómo piensa elautor Qne' .puede gniarse aquel realismo. Tal vez la solución, hay queinsistir en ello, está en un neorrealismo orientado a conciliar 'esos dosulündos entre los CjI.!!l,1l1 ¡¡rtista va'1m ahora, con un andar .de néndulo :el mundo de "la imagiliación" y el,de la realidad.
A eoto se' dirige aoaso' la motesta de Max Aub que se 'lamenta del,excesivo amor a los ·ra·roos, a losmalditos. "No niego la imnortancia
,de los raros, per.o C01110' condimento -dice-o ¿Quién .se sustenta ¡le.la sola llimienta. .o de' sal y clavo?'Sín dllda, sin ellos, a la lJoesía 'lefaltaría sabor, neno sin los ciernasla 1l0esía no exi,tiría. ,Pido sell('illamente un mundo má, ancho." Y
· muohos lo pedimos con él.·E.L
Francisco Monterd~ Fernándf'7..Imprenta Universitaria. México, 1954. 222 pp,
E,te libro rle ,'rte ofrece remo,rl'lccion~" de la ohra del malogrado"intor Francisco MonJerde Fernández, anien dp!;oups rie concienzudoarorendi'za'i e lop;ró dominar varíastécnicas V materiales, conocinlientos .que con su velnntail creadoraV' el entuoiasmo de 'la juventud emnleó' en los 111ás diversos caniínos.
· Bu""",,rlo "ipmnre un estilo llrolliosp deió inflnir nor onuestás corrientes artí"ticas.· .ha,ta clue con losañno 'su talpntn creador nudo :\si~';Ia.rlas. v dar los fr·utos psnerados.Como "rtista tuvo ·lJroblemas de1'1UY ·difenentes -índoles: ·escenografía. ilustración de -libros, ¡:etrato,paisaie. que S\lOO plantear v resol'-er .o·atisfactoriamente. dando a cada obra una forma adecuada a susnecesidades lllásticas. Comoletan aeste libro olliniones sobre el desanareC'ido pintor de .algunas autoridades en artes plásticas mexicanas.
C. V.
JUAN RUIZ DE ALARCÓN, T_u.\paredes oyen. 'Biblioteca delEstudiante Universitario, 6.(Se_~unda edición.) Edicionesde la Univel'sidad _Na.cionalAutónoma. Méxi.co, 1952.190 pp.
Comedia de enredos el~ tres actos. N o <eS .preciso alabar ·ulla vezmás la obra de Juan Ruiz de Alarcón, pues todo mundo conoce o haoído elogiar en la escu.ela o encUálCjuÍer otra part~, las excelenCIasde su tr-abajo,' .
:Hablaré entonces; direc.tamente.de Las/Jaredes ·oyen. Todo mllndocree r:¡ue los· :'J.¡ltores· clásicos delos Siglos de Oro, son 'Unos .viejosde larguísimas barbaS, que· se .mueren .de ·polvo· y de aburrimiento ,~'
que .escríb.\eron l,ma serie de cosas
UNIVERSIDAD DE MEXICO
difíciles y poco divertidas (y n11lchas veces no les falta razón) ; pero he aquí que cualquiera que leaesta comedia por primera vez, sedará cuenta de qne se trata de unaobra fresca, brillante, pero sobretodo terriblemente divertida. Aunque claro que no deja de ~ndar porallí su moraleja como en todaslas obras de este autor y que llegaa molestar un poco ,'\ las gentesque están acostumbradas al teatromoderno en donde el "mensaje"está muy bien disiml1l~do v nomolesta en abstoluto; pero claro,este defecto 110 es de la mavorimportancia y por otra parte' cnLas paredes oyen está mncho nll'nos marcado que en cualq'ú'era delas otras obras de Alarcón. Novoy a decir que es una obra (IUedebe leerse como un acto de culturaelemental, pues no quiero dar aquíla impresión de estar haciendo unanota didáctica y a lo mejor nadieme lo creería. Creo que es una obraque debe leerse de cualquier manera.
zapotccas" de fray Juan de Córdoba, el argumento del Tr-itmfo delos Santos, los fragmentos inéditosde Sahagún, los extractos de laPrimera parte de los problemas .)1secretos 1IIaravillosos de las Indiasdc Cárdenas, del A rte en lengualIIi.rtew de fray Antonio de losReyes y de la Relación historiadade Ribera Flórez, el prólogo delSermonario de fray Juan Bautista- son de insigne rareza y de permanente interés literario c histórico.
«La escuela bibliográfica mexicana, en la que, tras de los venerables antecesores Eguiara y Beristáin, descuellan como figurasprincipales el propio Carcía Tcaz!Jaleeta, Andracle y Leún, requeríauna nueva edición de la obra delprimcro de éstos, escasa hoy -laedición original se publicó en 1886y constaba de 362 ejemplares- yde IllUY elevado precio. Pero erainexcusable, sin alterar lo más mínimo el texto original, complementarlo y ponerlo al dia, incorporandoa él Jos esfuerzos de muchos investigadores beneméritos que siguieren sus huellas. El Fondo deCultura Econúm;ca encomendó tallabor a don Agustín Millares CarIo, bibliógrafo él mismo de renom-'bre internacional, que ha sabidocumplir airosamente su misión, conla colaboración de muchos bibliófilos e investigadorcs que supieroncorresponder generosamente al empeño. Fruto del trabajo constantede diez afias es esta nueva edición.En ella se adiciona la obra del insigne historiador mexicano no sóloen su parte puramente bibliográfica -sumándole sustancialmentelas de Medina, León, Wagner, Valtón, etc.-, sino asimismo en muchas cuestiones de detalle, tantoen las noticias biográficas de losautores como en las jugosas di serüciones aludidas antes y que figuran cn el cuerpo de la Bl:bliografía.
«El artículo preliminar sobre "Tutroducción de la imprenta en México", sobre todo, ha sido enriquecido con una importante investigación personal del señor Millares que viene a confirmar las conclusiones del autor con nuevos argumentos en favor de b primacíade Tuan Pablos. Al final de eseartículo, ahora se insertan ochentareferencias documentales, relativasa impresores del siglo XVI, en lugar de las nueve que dió Icazbalceta. El más importante estudiobibliográfico que se añade es elde la Doct1'ina C1'istiana en lenguaespmiola y mexiwna, de 1550, dela que se denuncia la existenciade tres ediciones di ferentes, datadas en el mismo año. En virtud debúsquedas ajenas y propias, los 118impresos que conoció García Tcazbalceta, se hacen ascender a 180piezas bi!Jliográficas de las que engran parte han sido comprobadas,complementadas y en algún casoenmendadas las correspondientesdescripciones. Entre las adicionadas -por no contar las fórmulasy tesis, que ya se incorporan orgánicamente, ni el jubileo de Gregorio XTV (1592), publicado antes por el propio Millares-, la demás relieve es sin disputa la Cartay provisión l'eal sobre la yefor11l,agregoriana del calendario (1583),de que ahora se da noticia por primera vez. Finalmente, se insertancomo apéndice una relación de impresos mexicanos e1el siglo XVI cuya existencia consta sólo por referencias más o menos seguras, yotra de aquéllos cuyos datos esenciales desde el punto de vista bibliográfico sólo han sido hasta elmomento objeto de conjeturas. Noescapará a nadie su indudable utilidad para futuras investigaciones.Algunas "adiciones" por el génerode las que recogió al final de sn
ble a costa de nuestras buenas maner¡:s, optaremos por lo primero,11ermitiendo brevemente a cada unode los vates, la oportunidad -nosiempre oportuna- de su propiapalabra: "¡ Cuánto tiemJlO sin verte! ¡ Cómo lloro !", Brand Sánchez;"¡ Ay de la pena que lloro !", Gallardo Topete; "Con luz de llantosus ojos", Pérez Vázquez: "la lluvia matinal de sus pUJlilas", Sandoval; "Hay en el aire un llanto",M. Barba: "¿ Por qué será queellos lloran ?", Carcía Varela; y,por último -reconocemos el acierto- "... se quej~n de veinte milmaneras" y "en fila india transcurre la idiotez" \,yestrup.
A. L.
ICAZBALCETA Y SU"nTBLTOCRAFlA"
«El más importante trabajo dedon Joaquin Carcía IC1zbalceta essin duda su Bibliografía Me:ricanadel Siglo XVI. * Esa obra, "delas más perfectas y excelentes queposee nación alguna" (Mcnéndezy Pelayo), consumió cuarenta añosde la vida fecunda de su autor ypor unánime ascenso le granjeó eltítulo de "verdadero fundador dela bibliografia l11~xicana moderna"(Medina). A los sesenta y ochoafias de su publicación, en 1886, laBibliogafía de Jcazbalceta siguesiendo un instrumento de trabajoindispensable y un legítimo orgullopara la cultura mexicana: con ellacouquistó México el primer lugaren esta clase de estudios en el contincnte americano, después sólocompartido con Chile gracias a laobra ingente de don José ToribioMedina.
»La obra del polígrafo mexicanono es sólo un acervo de descripciones bibliográficas minuciosamente hechas. Para la historiografíapresenta además el aliciente de contener toda una serie de verdaderasmonografías acerca de diversospuntos de indudable interés histórico -"Introducción de la imprenta en lVféxico", "De las recopilaciones de leyes", "Los Inédicosde México en el siglo XVI", "Laindustria de la seda en México","Noticias de los autos de fe celebrados en México"-, sobre loscuales todavía son válidas sus conclusiones y apenas si se ha adelantado gran cosa en su conocimientoposterior. Lo mismo puede decirsede la treintena de biografías -entre las que destacan las de frayPedro de Gante, don FranciscoCervantes de Salazar, don Francisco Marroquín, fray Alonso dela Vera Cruz, Dr. Vasco de Puga,fray Domingo de la Anunciación,fray Bartolomé de Ledesma, frayPedro de Feria, fray Benito Fernández, fray Pedro de Agurto, frayMaturino Gilberti, fray Alonso deMalina, fray Juan de Córdoba, P.Pedro de Morales, fray Juan deGaona, fray Bernardino de Sahagún, Dr. Diego Carcía de Palacio,fray Antonio de los Reyes, frayElías de San Juan Bautista y frayJuan Bautista- con que Icazbalceta adornó su obra. A su vez, losdocumentos que transcribe literalmente o extracta por extenso -elTúmulo Imperial, las "Noticiasacerca de las antigüedades de los
" Bibliografía mex¡:ca.na del siglo XVI. Catúlogo razonado de libros impresos cn México de 1539 a1600. Con biografías de autores "otras ilustraciones, precedido de unanoticia acerca de la introducciónde la imprenta en México, por Joaquín García Icazba1ceta. Nueva edición, por Agustín Millares Carla.México, Fondo de Cultura Económica, 1954. Volumen especial de la"Biblioteca Americana", en folio,de 484 pp., encuadcrnación holandesa.
H. M.
c.v.
intcligencia, disciplina y cultura tremendas para escribir su teatro. Nosda en Los elllpelios de una casa lasituación barrocamente complicadade una comedia de enredos muy desu época y del teatro español. Usamuchas veces del artificio dramático, falto de lógica, para ayudara la complicación de las relacionesamorosas de los personajes; perolo emplea tan bien, tan en sus lug~res y COI~ tanta gracia, que unose olvida de que esto es permitidosólo en la farsa y --que la obra dcSor ·Juana no lo cs: La comedia esmás entretenida que chistosa; tieneun ritmo tan rápido que no da lugara posibles ausencias mentales. Hayuna escena de una gracia f rcsca ybrillante en el tercer acto, que parece desusada en una ;nentalidadtan severa como la de su autora;s;n embargo, esta escena es una delas mejores en toda la obra.
Esta comedia no tiene ¡lÍngunaspretensiones y nadie puede cxigírselas: no es otra cosa que un divertimiento y cumple esta misión. Losempelios de tina casa cs una obraen tres jornadas y en verso, queen esta edición viene acompañadade un sainete segundo 'lue fué representado junto con la obra durante el segundo intermedio. Esun juguete, un paso de comedia enel que los personaj es tratan de serlos autores contemporáneos de SorJuana, que se reÍtnen para criticary silbar la obra.
Libro de Cbilam Balam de chumayel. Prólogo y traducciónde Antonio Mediz Bolio.Biblioteca del Estudiante Universitario, 21. (Segunda edición.) Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma.México, 1952. 196 pp.
El núcleo de códices -mayas másimportante que se conoce es elChilam Balam, compilado en elsiglo XVIII por uno o varios indiosinstruídos en las letras curopeas.El Libro de Chilam Balan¡ tomósu nombre del sacerdote cuyas profecías aparecen al final del manuscrito, encontrado a mediados delsiglo XIX en el pueblo de Chuma\'el. El contenido de este texto noés otro que el de la tradición oralmaya que pasó de padres a hijos,hasta que hubo alguien capaz deconsignal1la por escrito; en los'textos no sólo se encuentra la cultura maya, sino que se deja verel influjo cultural de occidente; sulenguaje cuando explica fenómenos físicos es simple, pero cuandoen alegorías se refiere al porvenires ininteligible; su tono general esreligioso: las profecías abundan,se usa el acertijo como fórmula deiniciación religiosa; la historia también ocupa un lugar: cronologíassintéticas que los mayistas llaman"serie de los Katunes". Este libro,cuya traducción directa del mayase acredita a Mediz Bolio, presentaaspectos intcresantes no sólo parael investigador: en sus páginas hayfragmentos de belleza extraordinana.
Siete poetas y un grabador, Talleres Gráficos del Estado.Aguascalientes, 1954. 64 pp.
Este libri to, al que se entra porun estrecho "Pórtico", poem:t deGallardo Dávalos, donde se hablade mármoles pentélicos, trovadoresy fuentes de Juvencio, cumple malla aspiración del poeta que, segúaliter2l expresión, pretende dar "másgloria y prez a sus mayores". Pero como para muestra basta unbotón, y expresar un juicio, dadaslas circunstancias, sólo sería po~i-
n.M.
Poesía indígena. Selección, versión, introducción y notas deAngel Ma. Garibay K. Biblioteca del Estudiante Universitario, 11. (Segunda edición.)Ediciones de la UniversidadNacional Autónoma. México,1952. 220 pp.
En rigor, no existió una literatura escrita en lengua náhuatl,careciendo de un alfabeto, su numeroso acervo poético tuvo queser trasmitido oralmente de generación en generación; cuando laconquista española determinó sudecadencia, los misioneros recogieron parte de la dispersa producción, que de otro modo se hubieraperdido para siempre. De dos fuentes se tomaron los poemas que aparecen en este libro: del manuscritodel padre Sahagún, y del tituladoCantares mexicimos, cuyo origense desconoce. Esta poesia anónimafué creada para acompañar losbailes -canto individual o colectivo-, en alabanza de _dioses ypríncipes, modalidad que se aproxima a nuestros géneros épico yS2cro, además existen otros ~-oe
mas que se acercan más a nuestralírica; su mundo poético-mitológico varía su tono, del regocijo ala tristeza, según las circunstancias; pero su contenido, oscuro paranuestra ignorancia, sólo nos permite entrever sus dioses cruentos,sus batallas, y su desprecio epicúreo por la vida terrenal; sus recursos expresivos son pobres, lasideas se repiten, las imágenes ensu mayoría se limitan a aves deplumaje fino, piedras preciosas yflores; sus intereses, como los decasi toda poesía primitiva, son reducidos. La selección, versión, introducción y notas de Garibay K.son meritorias en todo concepto.
e. V.
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ,
Los empeños de una casa. Biblioteca del Estudiante Universitario, 14. (Segunda edición.) Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma.México, 1953. 200 pp.
Esta comedia de enredos, de SorJuana, se publica por segunda vezen la Biblioteca del Estudiante Universitario.
Ya el doctor Jiménez Rueda hace el debido elogio y nos proporciona los datos biográficos de SorJuana en el intersentasímo prólogodc este libro. Es indudable que SorJ U2na cra una mente cxtraordinar;aque snplió su poca expcrienci<l con
o
obra el gran bibliógrafo Inexicano,permiten asegurar que en la medlela de lo posible en obras de estana turaleza, la presente ha recQgidotodo lo esenciál que en la materiase ha publicado hasta el dí·a mismo de su aparición. En el aspectográfico, las 50 láminas fuera detexto que contenía ,originalmenteesta obra, se han alunentad0 hastaISi (facsimiles de portadas y colofones), muchas de ellas a dos colores; aparte de los grabados intercalados. También se ha agregado un minucioso il)dice analítico.
<tDon Primo Feliciano Velázquezpudo escribir que la' BibliogmfíaMexicana de/'Siglo XVI "inmortaliza a Joaquín García Icazbalcetay da gloria a la nación". La nuevaedición de esta obra, que puede cali ficarse de monumental, es un'ineStimable servicio rendido a lacultura mexicana por el doctor donAgustín Millares CarIo. Constituye a la vez el justo homenaje debido a su autor y un timbre de orgullo legítimo para el Fondo deCultura Econúmica que con ella, aLos veinte años de su meritoria yhonrosa labor eclitorial, rinde el me.recido tributo a la imprenta rnexiCaI¡a.»
Cuando escribí lo anterior, de tono estrictamente informativo, parallenar las solapas de la cubierta queampara al nueva edición de la monlllnental obra de Icazbalceta, mehallaba penetrado por un dilatadoy <'abal conocimiento del libro y dela gran significación que ha tenidoy .está llamado a tener todaví<l. pormuchos años para la historia de lae.ultura colonial de México. Aúnme contienen sentimientos de admiración hacia la seriedad, la honra.cl.ez y la peculiar técnica de trabájo del' modesto y genial autodicdacta mexicano. El tiempo y laocaSión no son propicíos para elcomentario ni para proseguir inv.estigaciones posibles que, sin rectI flcar nada sustancial, traigan mayores esclarecimientos a las diversas cuestiones históricas que élabordó. Ditirambos ni elogios declase alguna son necesarios parap.onderar lo que· se alaba por elSImple hecho de existir. Quizá sípara apuntar lo que va de ayer ahoy: .del ayer en que era posibletrabajar con la acendrada dedicación, con la minuciosidad y el rigor, con el depurado interés cientifico y hasta diríamos con la abnegación con que puso a contribución su inteligencia v su esfuerzo don Joaquín García- Icazbalcetaen la segunda mitad del siglo pa~sado, y del hoy que todos contemplamos y padecemos. Se trata deun ~lesti~o histórico ~ya sé quela h.lstona no sólo se estudia y se~sc:lbe-, de una "agp'nía" que esmdlspensable rectificar en aras delejemplo, del ejemplo humano delIcazbalceta que se siente palpitar ensu obra, y de nuestra voluntad dehombres vivos que se pretendenfieles a sí mismos, a su capacidady a su responsabilidad intelectuales.
T oda eso veo \'0 en el conocidolema de su ex-lilÍris, honrosa cifr:,.de' una vocación: O/ium sine litteris 11-/01'S. esto
J c.HILARIÓN FRÍAS y SOTO, Album
fotográfico. Edición, prólogoy notas de Andrés Henestrosa.Las Letras Patrias, 2. México,1954. 84 pp.
Este libro se inspira en la literatura picaresca española. Sus métodos son semejantes a los de Quevedo; pinta los vicios de la sociedad con el fin de inoralizar ydivertir a los lectores; los colocafrente a un espejo de aumento endonde se reflejan, agigantados, losdefectos. Los tipos favoritos de lapicaresca española son los mismos
que trata· Frías y. Soto: La /ravia/a, El peluquero, El eS/l/·dian/e.La técnica satírica de este escritortiene antecedentes en las sátirasanóilÍmas de nuestro siglo XVII!;pero Frías y Soto es un prosistaculto y sensible, su cr-iterio es delo más avanzado' dentro de sutiempo..' El· A lbltllt fOt'Ogl-áf'ico, como loindica su nombre, es una serie deimágenes de tipos mexicanos, cadauno dentro del marco de su respectiva actividad social; las líneas quedelimitan al modelo son parcas yproducen un 'efecto de realidad. Lasmujeres despiertan en Frías y Sotosentimientos. r-ománticos; pero noes ciego a 'las desdichas sociales deellas, compadece 'su precaria situación- social .Principalmente ~irige
su desprecio. contra los detentadores del poder: el clero, los políticos' y'los ricos.. Frías y Soto antepone la verdad
a cualquier otra cosa, aun a la mi~ma literatura, la realidad es su máxima aspiración. No es raro pue'ssu gusto por la fotografía, la queseguramente le satisfac'e por laprecisión de sus medios illecánicosque logran una copia fiel de lanaturaleza.
Frías y Sotd es un modelo devirtudes liberales. Cree que la moral se basa en la razóñ, y se burlade la superstición y del oscurantismo. En lo personal ama la verdad,la justicia, y la moderación; sumayor mérito es la integridad deS11 espíritu equilibrado que aún sabereconocer los méritos de sus adversarios políticos; su carácter es eleg«nte, escéptico y satírico.
Con conciencia social escribe para un público numeroso, al queprocura educar ppr medio de labelleza y la verdad; es cuidadosoen su lenguaje; aunque por sus teTP.as está expuesto al naturalismo
. no cae en él, sino en un realism~que por la sana intención de suironía es edificante.
Como Lizardi, también tiene conciencia de lo mexicano; lucha pordestruir los sentimientos de inferioridad del 'público; habla en favor del mexicano víctimas de lascircunstancías desfavorables, quienen igualdad de circunstancias no esinferior al hombre europeo.
Debemos el Conociniiento de esteautor injustamente postergado, alentusiasmo de Andrés Henestrosapor las letras n~exicanas..
c.,V.
LUIS Rws, Canciones de ausencia. Universidad de Guanajua'.too Guanajuato, 1954. 80 pp.
Luis Rius presenta un libro depoemas en los que predomina lamelancolía serena que no degeneraen gritos. Los artificios de su expresión perma·necen casi invisihles:los adjetivos son elementales; lasrimas asonantes, sordas; la métricair-regular, llunca brillante.
El paisaj e es gris, provinciano,diáfano, encerrado en líneas rectas;la aldea y el ,campo mexicano tienen en la voz del poeta' la claridaddel jardín francés; sobrio paisajeque se aparta de la exuberanciabarroca: a un mínimo de materia,un máximo de. expresión:
"Mañana en el pueblo:claro despertar del alma.En el regazo del monte,las calles aprisionadasbrilla en quebrados surcosal oro de la mañana". '
El poeta pone sumo cuidado enla elección de sus materiales; descarta lo superfluo, dej'a sólo Joesencial; va por los caminos de lapoesía pura dónde tieneri' lugar lasesencias, y los' sentimientos decantados en largo proceso de estudio;en fin, Rius domina una técnicaque somete todo movimiento del es-
pír.itu a.la .arquitectura del poema.La emoción del poeta es evi
dente, no requiere falsos lujos verbales para mani festarse :
"Si a ti no fucia, corazón cautivo¿adónde el sueño?;¿dónde el ave del sueño posaríasu desgarrado vuelo ?"
En los versos anteriores la eccnomía de. las palabras es estricta.La. fOTllla interrogativa nos da d~
inmediato el clima; la interrogación qve se repite ahonda más lavaguedad del dilema que el poetaplantea: ¿qué objeto tendría elsuerro 'Si no existiera la emoción?La ima'gen ".ave· del sueñó" apoyada por' la afirma<;ión de queposee un "desgarrado v\lelo" parece'agotar la .posibilid~d de poder añadir nuevos términos que definan al
'SVeño. angustiado del poeta. Peroaún agrega:
"Es tan frágil su pluma;tan ásperos los campos y los
vientos".
Estos dos versos participan dela tónica general de la poesía deLuis Rius, quien poema tras poemahabla en forma directa de lo tristeque es' la existencia del hombre yde lo insegllTo de su destino.
e. V.
BERNARDO JIMÉNEZ MONTELLANO, Poemas. (Con 'unanota de José Luis Martínez.)México, 1953. 98 pp.
Cuando muere un poeta deja vivauna parte silenciosa de su ser: sonsus papeles, sus proyectos, una parte suya indefensa. Sus aplliltes ?on,.para el que debe rescatarlos con.la imprenta, como un mapa in.c,'II1pleto que nos hubiera llevado alsitio en que se hallan 'Jiis 'pakhrasque no dijo el poeta. Les' poema,que forman este libro de BernardoJiménez Montellano son procluctc,de varias edades, y por ese motivono presentan un carácter organizado; leerlos viene a ser, pam losque no conocimos de eerca al :mtor, cómo contemplar ún grupo deretratos suyos tomados en d¡sti.ntas épocas.
El creador de "El arca del ángel", su mejor lihro.acaso, nos dejaver aquí su clara facultad poé6:a.
"Un árbol crece a nuestro lal10y a cada palabra de tu vozuna hoja emerge,como la lengua verdeque perdura p0r -una semanao un año, o' para siempre,en un retrat-o que impresioneun jardinero o un caminante".
, Arbol de Eva y Adán que ,econtempla luego en el poema CO~I
e$píritu singularmente cómico:
"Que vengan los fotógrafos delnlun(lo
y se tomen todas las placasy lo hagan inmortal".
La comicidad de lo santo es 1111
aspecto que insiste en presentarse:
"Cuando los santos se colocanlas alas,
"cuando los santos se colocanla aureola".
y esa insistencia de 10 religiosocómico extrae de ciertos objetosrelaciones metafóricas que siemprellevan a las mismas figuras. Enlas nubes, por ejemplo, espera confrecuencia ver dibujos angélicos:
"Las nubes dieron pasoal azul del cielo parapresenciar -desde lacelestial barandilla- cómouna turba de ángelesaplaudía mi últimopar de banderillas".
O como dice en otro poema:
VNIV.EaSlDAD DE MEXIcO
"Y entre el alto abeto asoma.. la nube con la forma del ángel".
Las .magníficas líneas que JoséLuis Martínez cita enlazadas en lanota 'inicial; -son múestra indiscutible del auténtico poeta que latíaen Jiménez Montellano: "Todoslos hómbre's tenemos el muhdo anúestros pies, antes de cstar muertos". "Después' de la 'muerte, escostumbre dejar el mundo a nllestra espalda." "Es un muerto, además, comparable a una isla; rodeado de tierras por todos lados, 111enos por uno que viene a ser él mis-1110." . .
Sugestionado siempre por el cielo, prefirió tal vez por eso moriren el mar en donde "las extrañasregiones-subma,rinás I y el extrañoinfinito azul de aves I que se pierde h¡¡cia arriba", lo acercaban alcélico paisaje. El" dramático poema trunco {llIesto al fin¡¡1 del libro,relata un viaje del po~.ta hacia. elseno del mar, y de este viaje 11l1ll
ca pudo retornar Bernardo Jim.éne~Monteljano para escribir el fin deese poema.
.... E, L."
ARISTÓTELES. E/ica Nicomaquea.Versión española' y notas deAntonio GÓmez· Robledo. (Bibliotheca: Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexi{;ana). México~_.lmprenta Universitaria, 1954'.
La Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanor-um' Mexicana seenriqueee (;onsiderablemente al in.c1uir, en esta colección de obrasbilingues,. la Etica- N icomaqltea deAri~tóteles·.. Obra de .importanciafi10sóficaextraordinaria: viene ';\servir al universitario, al maestro e,induso, al especialrsta,' .de maneraasombrosa. "Obra, ·eúm0 todo A ris·tóteles, de tal influencia en- todala: historia: filosófica occidental que,en .mía 'bllena tradticc"Íón,' resultadocumento iridisg.ertsablepara poder comprender .gran parte del desenvolvimiento de las disciplinas éticas contemporáneas. La versión es~
pañola y las notas' son de AntonioGómez Robled'o, quien nos explicaen el prólogo; los motivos que lollevaron a realizar esta magna empresa. "He querido, nos dice, colocarme en un plano realista, haciendo lo que los mexicanos podemos hacer en gelleral y 10 que den:>sotros demanda el universitariomexicano a quien debe servir estaColección Bilingue. Lo que él necesí't<i es tener a S\l izquierda un texto orginal que 'mereZca confianza,y a su derecha una traducción' fielqHe le ayude a la comprensión delprimero." La Etica. Nicolllaquea delEstagirita, traducida por AntonioGómez Robledo, debe ser saludádacon toda clase' de parabienes por(Jue, además de cumpli runa funcióI\ estudiantil necesaria, llena unhueco que en todas las bibliotecasestaba- reservildo para una obra deestas ·magnitudes.
E. G, R.
RonOLFO BATIZA, Tres ensayoss'obre el fideicomiso. México,Imprenta Universitaria, 1954.
Esta obra se compone de tres en-sayos. El primero, denominado: Elelemento contractital en la relaciónfidlKiaria, tiene la' finalidad de demostrar la naturaleza contr'actualdel fideicomiso mexicano, conclusiói1 a que se llega una vez expuestos los antecedentes del derechoangloamericano respecto. a la naturaleza del "trust"· y de los contratos, y de ciertas corrientes jurídicas sudamericanas, antecedentes deb legislación mexicana, que per-
UNIVERSIDAD DE MEXICO 31
· miten el tratamiento del .problemaa la luz de esta legislación. .
El segu!ldo ensayo, La 1-egla contm las perpetuidades en el inlst ye!'l el "fideicom.iso", se refiere, engeneral, a la condición suspensivaa que puede sujetarse el fisleicomiso, para lo cual se hace "una exp.o.sición der problema paralelo existente en el COll'/,'lnon La'W, así como
de las raíces que tiene nuestra legislación a este respecto en las dePanamá, Chile y Francia.
El tercer y último. ensayo, 1:".1 lideiccl1liso de seguro de vida, seorienta a explicar en forma sistemáticá, con la mira de implantarloeu M~xico, el "trust", cuyo patri1110n:o consiste en una póliza de segnro, de diaria ,~pEcaciún en Nortee
américa. En este estucEo se realizaun análisis de los problemas legalesque su adopción originaría en 'elderecho mexicano.
La obra contiene, además. un índice de materias, ',lll índice de autores y un' índice analitico. v ',resapéndices que, respectivamente, cont'enen las dis'~osiciones reglamcntar'as del fide'comiso en la Ley Ge-
neral de Titulas y Operaciones deCrédito, las disposiciones relativasa operaciones fiduciarias en la LeyGel'eral ele Instituciones de Crédito y Organizacíones Auxiliares ylas circulares v ofic'os cí-rcubresd'ctaebs por la' Call1is·iÓ1·¡ NacionalBancaria, o ror ~t1 eondtkto, ;-;arallas instituciones fiduci.arias.
J J. R.
LAS REVISTAS'abandonado definitivamente la li'teratura; otros, más racionales,pensaron que pronto volvería a pu,bl:car. El ensayo que comentamos¡¡-<trece d.ar:.. la razóu. a estos últimos. El párra fa final sintetiza admirablemente las tesis del estudio:"Su pluma tenía la socarronerí:laguda del mexicano. Supo aprovechar las circunstancias y preferirla burla y la ironía a lrinj·uria.Al fin, quizá fueron más eficacessus maliciosas sonrisas y sus sáti ras que muchos denuestos y vroclamas de los periodistas insurgentes. En sus últimos días llegó acomprcnder que su Periquillo teníauna particularidad innegable, la descr la única obra novelesca propia del país que se habÍ':! escrí topor un americano. Pero nuestroprimer novelista acertó no sólo ainaugurar el género de Hispanoanlérica: acertó, adenlás, al revelarnos nuestra nac;onalidld cultural y ;¡ enseñar al mundo lo queera distintivo de México." Gon"zález Guerrero reproduce en cuento -el único que de él se conocede Ramón López Velarde, hastaahora no coleccionado: El obsequio de Ponee. El cuento en sí esdeplorable. López Velarde sapienteen la autocrítica, no reincidió enesta breve fórmula narrativa. Suprosa atrae desde el primer momento porque se advierte en ella alpoeta; en este cuento al esfumarseel poeta, se es fuma el mérito. Elsuplemento de este número estádedicado a Manuel Tasé Othón. Enel sc incluyen poes'ías, la comediaen un acto y en verso La radcna de.flores. dos prosas y varias cartas.Las obras e¡ue aquí se incluyen nocstán coleccionadas.
SUMMA, revista literaria. Núm.4. Guadalajara, agosto de 1954.
T a mayo" narte de este númeroestá dedicada al cnento. Unas brevcs re flexiot.les cohre cuento y "0vela ele Salvador Echavarría y Ar~
iuro R¡vas Sáim "bren el sumario.Para Salvador Echavarría la di ferCllcia ohv·a q:'lC f'xistc ~lltre ;nil
bos es la dimen,i,')\1: "El cuentopuro es inextensible: la novela puraes· inconden,a,ble", Riv;¡s SáillZ con;;tt· peclíliar iógk~ y estilo alucinado, pasto,o, arhitrar¡·o. asocia elcuento "con la ingenuiebd y, porende, con la niñez". liLa :lOvcla-el'cc- es f ().rma dc madurez, pa¡-aadultos". Entre todo:; los ('uentosineluídos destaca el de Tomás Mojarra, La.. cartera. Este joven autoraún no domina los nroblemas delcuento, pero apunta las disposiciones esenciales: sabe ordenar los sucesos en su secuela ',eméloral, subravar el énfasís -C0I110 quiereF¿rster- en la causalidad de lossucesos narrados; resl~ol1lle con éx ito a las dos pre;jnl1 t;!S hisicas delcuento: "i ,. luego?" -la historia-,"¿ 1;01' qu6?" -la trama-o La creacic',n ele personajes, defectuosa, leimpidió redondear su cuento. Des.leídos poemas y reseñas bibliográficas que en vez de aludir a los li,bros que comentan, los eluden, cierran el número.
IDEAS DE MÉXICO, Año IV , Vol. 1,
Núm. 5. México, mayo-junio
de 1954.
El tr,:shulllar-te discurrir deOthón Lara Barba impide que susempresas, editoriales alcancen unmítiimo de periodicidad, logrando,en camb:o, mediante este bello "coneo". averiguar el lugar donde seencuentra, constata" su afecto pO'rla poesí?.. Jaime Sahines en El poema de los muslos se empeña en desmentir las apreciaciones que 10 sitúan como el más aélreciable de lospoetas jóvenes.
CHICALOTE, correo de nuevaspoesías. Núm. l. Huejotzingo;octubre de 1954.
Del poeta neg.~·o Bernanl B. Dadie, anarece mas C]ue., un ,~)nema
una reveladora con teslOn : I Porque no tengo auto / no soy, naraellos, un hombre! / i Porque no tengo un castillo! no soy, para ellos.un hombre I / i Porque no tengoc.uenta en el hanco / no sov, paraellos, un hombre! / Lo sé". JoséPascual Bu xó ofrece una muestrade su poesía, jJreocu~ada tambiénnor sus semejantes: "Lo llevan ylo traen, / lo cnnujan y ,\corralan,'! y marcha / march;, s:n :11ás, /desnudo como el agua / pero notr?nsparente. / amurallado y sucio,/ descolloc:do é\.UIl 1""'ara ~l1S 111<tnos".
Fantasía y [I-cación poética cn Vien e~ 1.111 sl1Q:ercnte ~l1sa'yo de G~ reía Díaz: "1111 .~rall l;oeta vive 1':11
una nroximidaci inmediata a los,entido~. vive en la fantasía, y. loque re;; mAs irn·~nrtalljf'. vive en époras de ¡-¡:iie::: o de barl1l1rie. En edades po de reflcxión, sino ele ;magin~ción' po ,le entendim'ento, ,inode fantasía. Homero. padre 11 príncipe de Ins parlas. nac.e en la barharie anti¡;rua, y Dante. cn la "retoñada barbarie de Ttalia". A vece~;
los fil<">sofos son más bárbaros yni íios que 103 poetas.
LAS LETRAS PATRIAS. Revista delDepartamento de LiteraturadeIIMBA. NQ 3. México, julioseptiembre de 1954.
El sumario de este ní,mero seah re con una sorpresa: ¡:crl'lé.nrle.~
de Li:::a..rdi v los orirJenes rle la noz'eia en M/rico ele Tasé Luis Martínez. Este inteligente crítico denuestras letras tenía poco más deun año de no publicar. Los más.pesimistas supusi:e:mn que !:labía
ARMAS y LE.TRAS, Universidadde Nuevo León. Año XI, Núm.8. Monterrey, agosto de 1954.
ARTES DE MÉXICO, Núm. 4. México, mayo y junio de 1954.
Lo fundamental elel número loconstituven los estudios de ManuelToussa'~t -La pintura I1/.1Iral enM éxico- y Raúl Flores Guerrero-Los Illumlistas del siglo XI X-oMiguel Covarrubias incursiona porlos mfi!:.es del Sllr _=-Poliuesi<l, M~.::
En Ru¡'én Darío y el modcrn:s1110 en la literatura liispanoamericana se exrone llara consumo de estudiantes, 10 siguiente: "El modernismo se nos anarece hoy, en principio, como nna' nueva forma dt; revolución poética que tiene 'u onge.nen un constante afán ele rlrscubnrnuevas formas noétlcas, liberandola creación estética de todo ~'1tgo
nreceptual". En Bernr7rdo. de Balbuena.. y la Grande:::a.. M e:ncana encontramos esta opinión implicita:"La Grande:::a Mexicana habla rol'su sólo título: es lo grandioso, dela ciudad, en o¡::osición a 10 pequepo. mezquino. de los pueblos; lasdelicadezas de la corte que hací'ldespreciar las miserias del cortijo".
AGÓN, Cuadernos mensuales defilosofía, arte y letras. Núm.1. Montevideo, abril de 1954.
AGÓN, Cuadernos mensuales defilosofía, arte y letras. Núm.2. Montevideo, tulio de 1954.
tiempo, ele aquí su .énfasis CI1 la lanesia y Micronesia-, dereniéndo-imp,trcialielad, esta imparcialidad se no en las "bellas y condescen-es, desde luego, Sil il1l.parC:·lllidad; dientes huríes y salvajes amables yha llegado ~ ella, al igual que los valientes", sino en l,~s artes de estqshistoriadores e1el positivismo, para pueblos. Toussaint ordena s:ntética-
En esta entrega se pide El premio hacerla un alegato incantroverti- mente el material de su trabajo:N obel para Alfonso Reyes, y ce ble, irrefutable, con instrumento "Estas obras pueden clasi ficarse de'anuncia que el "próximo número que se descarga en los opositores. la manera siguiente: pintura deco-será un homenaje --pobre tal vez- Altamirano usará este instrumento rativa; imágenes y escenas bíbli-al mexica;;ü universal en quien ve- para lanzarlo contra esa corriente cas; de la pasión de Cristo, vidasmas el porvenir de la inteligencia hispanizante que es también, a su de santos o simplemente religiosas;americana". El cuento de Enrique manera, imparcial'. unas cuantas son de carácter histó-Amorim, Contrafuego, está escrito "El mérito de Altamir~no -con- rico; otras mitológicas y finalmen-con prosa limpia y agil, y el de Val- c1t¡ye esta valiosa investigadora es te retrato:s". L~ s~tbia mano ele Vi-dés-La'¡.r~,·~e-gol'w,·co.f.l....I:ttu'nm ..y_. hafleT-€Fea6e--u-H--t~-Z.M~. s.el't.~_ ROJ.-º .. se.(:I~Ja Yd~r <:11. el Jor-;fantasía; ambos son lo mejor de que responde a la realidad de otros mato suntuoso, acerta o.este número. semejantes de su tiempo; por lo
mismo, no importan las 'deformaciones' que sufre d plateado, -¡-ampoco imrorta que su imparei.'llidadse haya ven'do abajo; pues d genio noético de Altamirano hace quelos hechos en los ctnles 'ólretendióapoyar su éllegato, los internretecon m propio sentir y pensar comoocurre siempre en la obra literaria auténtica, de manera que alelevarlos a categoría artí~tica losrotenc:a, muestra su realidad verdadera y da así su personal. subjetiva -claro está- visión histór;c~. Así supera el 'realismo' de eU
tiempo y podemos hoy descubriren su obra una realidad tanto :násprofuuda. humana y autéut:ca revelada por su imaginación creadora". Destacan. ~simismo, en rstenúmero los trabaios de Tustino Fernández sobre F.I diario de Waldec¡"';de Francisco de la Maza sobre El1I.rbanislllo neoclásico de IgnacioLastera; de Pedro Rojas sobre Lotándaro. y el de Raúl Flores Guerrero sobre El convento de Charo ysus ll1-lIrales. Los Anales del Instituto de Investigaciones Histórica' constituyen, en definitiva, lamás importante publicación que seeditél C!l México sobre estos temas.
Ocupa la mayor parte de sus páginas elbomenaje a Alfonso Reyes.Recogemos algunas opiniones: "Ree-yes tiene siete personalidades comolos gat~s siete vidas". "Penetrar ensu obra ~1:Úi:id.o ({lOS ha dicho enJeli f s~ntesi.s Rodríguú MQuegal'-:".es aleccionadora tarea. La simpleenumeraci6n de sus títulos sobrecoge; la vastedad asombra; la cali,.dad, en" fin, admira". '''Yo les sugie.1'0, cuando vayan a. México·, ¡11irenlas pirámides, la h:lz transparente,envolvedora, y, busquen a AlfonsoReyes ..." El propio Reyes colabora con un breve ensayo, El supuesto
.0li1l1pis1llo de Goethe: "La maníade convertir a Goethe en una figura de museo no le verdona ¡¡¡ a' lahora de la muerte".
ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACtoNES ·EsTÉncAs. Nº"22. México, 1954.
Manuel Toussaint abre la pagínación de este número con una breve bistoria del Instituto de Investigaciones Estéticas, que tan eficaz
'mente dirige. El Instituto fué crea,do en 1934, y desde entonces ha·realizado una múltíple labor mundialmente reconocida. Entre las 11lI-
·blicaciones más importantes que haeditado figuran, además de los Anales, Planos de la Ciudad de M é.rico (1938), del propio Toussaint,Justino Fernández y Federico Gómez de Orozco, la Sillería de San.Agustín (1941), de Rafael García'Granados, El Romance espmiol y el'Corrido me;ricano. Estudio comparativo (1939), de Vicente T. Mendaza, Arte Pl'ecolombino y de laAmérica Central (1944), de Salvador Toscano, Arte Colonial en Mé.rico (1948), de Manuel Toussaint,:Arte Moderno y Centemporé.neo de,México (1952) de Justino Fernández. Además, el Instítuto se hapreocupado de fomentar la investiga6ón ele la Historia del Arte"fuera de la Universidad". Clementina Díaz v de Ovando estudia gCU
s'osamcnté La visión histórica deI,r¡nacio Manuel Altamirano.
Las principales teorías del autorde El Zarco, acerca de la historia,se resul11~n de la siguiente ;n,~nera :"Al.tami,rano está dentro del ambiente positivista-ci:entificista de s·u