libro juego literario de medellín

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Encontrarás un recorrido histórico de los XV años del Juego Literario de Medellín

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Juego Literario de Medellín

Una forma gozosa de cultivar lectores

Page 4: Libro Juego Literario de Medellín

© Alcaldía de Medellín

Sergio Fajardo Valderrama

Alcalde

Juan Manuel Valdez

Secretario de Cultura Ciudadana

Adriana Sampedro Cuartas

Subsecretaria de Cultura Ciudadana

Coordinación Juego Literario

Gloria María Giraldo de la Cuesta

Servicio Móvil de Lectura, Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín

Edición académica

Gloria María Giraldo de la Cuesta

Juan Pablo Hernández Carvajal

Textos

Ricardo Aricapa

Diseño y diagramación

Saúl Álvarez Lara

Fotografías

Servicio Móvil de Lectura, Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín

Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra

Utopía Urbana Ltda.

ISBN:

Medellín, septiembre de 2007

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Juego Literario de Medellín

Una forma gozosa de cultivar lectores

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Las palabras continúan habitando la ciudad

El por qué de este libro

15 años creciendo

Un oso que antojó a los niños

Vuelve y juega

Llegan los poetas

Con la peor señora del mundo

Un encuentro entre conjuros y sortilegios

Las luces del nuevo siglo

Willy en Medellín

Un Chigüiro camina por las aulas

Juego con un autor que ya no está

2007, el juego se multiplica

Cómo se ha jugado

Arranca la lectura

La escritura, ejercicio imprescindible

Los encuentros zonales

Sesión final con el autor

J u e g o L i t e r a r i o

Sumario

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35

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J u e g o L i t e r a r i o

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Las palabras continúan habitando la ciudad

El Juego Literario de Medellín es un proyecto de promo-

ción de lectura de la Secretaría de Cultura Ciudadana del

Municipio de Medellín que busca contribuir a la formación

de lectores y escritores en la ciudad. Esta propuesta vincula

a niños, jóvenes, maestros, bibliotecarios y promotores de

lectura con destacados autores contemporáneos de la lite-

ratura infantil y juvenil a partir de actividades de carácter

cultural y educativo, basadas en la participación, el juego

y la creación.

Durante sus quince años de realización continúa,

el Servicio Móvil de Lectura, adscrito a la Secretaría de

Cultura Ciudadana, ha liderado este proyecto de ciudad

en el cual han participado reconocidos autores nacio-

nales e internacionales y se han beneficiado más de

12 mil niños y jóvenes vinculados a 331 instituciones

educativas de la ciudad.

Como una manera especial de celebrar sus

quince años, la Secretaría de Cultura Ciudadana

del Municipio de Medellín, dentro de su Plan de

Lectura Medellín una ciudad para leer, y con el

apoyo del Ministerio de Cultura de España y la

Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra,

hace posible que las palabras continúen ha-

bitando la ciudad mediante una programa-

ción especial en la cual se incluye la visita

de 20 autores, nacionales e internaciona-

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les, la realización de talleres de promoción de lectura, tertulias

literarias y encuentros con autores desde Instituciones Educa-

tivas y Parques Biblioteca.

El XV Juego Literario llega a 120 espacios culturales de la

ciudad y beneficia a más de 50.000 niños y jóvenes escolares.

Así mismo, ofrece una nutrida programación en la Fiesta del

Libro y la Cultura y una interesante agenda académica en el

XVI Seminario de Literatura Infantil de Medellín.

Esperamos que esta publicación contribuya a la forma-

ción de ciudadanos lectores y ha hacer de Medellín la más

educada.

Sergio Fajardo Valderrama

Alcalde de Medellín

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J u e g o L i t e r a r i o

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El por quéde este libro

Colombia es un país de pocos lectores, donde el libro es

un objeto extraño, ajeno a las actividades cotidianas. Se cal-

cula que su índice de lectura es de menos de un libro por

persona al año, cuando, según la UNESCO, un buen índice par

un país no debe bajar de 2.5 libros por persona al año.

Nuestros niños leen poco y con frecuencia mal. Por lo ge-

neral leen por obligación o compromiso, sin paladear el texto,

sin interiorizarlo, sin extraer de él todos los matices e interpre-

taciones posibles; cuando no es que lo leen como una tortura.

Con consecuencias socialmente lesivas, si se tiene en cuenta

que la lectura es irremplazable en la construcción de una só-

El Colombiano. Martes 21 de Noviembre de 2006

Page 12: Libro Juego Literario de Medellín

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lida base cultural. Sin una formación temprana en el hábito de

la lectura, difícilmente un adulto será amigo de los libros. El

acto de leer no será para él lo que Jorge Luis Borges dijo que

es: una de las formas de la felicidad humana.

Y son la niñez y la adolescencia las etapas de la vida don-

de es posible incidir de manera más efectiva en la formación

de sólidos hábitos de lectura. Mientras más temprano tenga

una persona su encuentro con el libro, más probabilidades

tendrá que éste, el libro, pase a ser un elemento indispensa-

ble en su universo afectivo y cognoscitivo. En consecuencia,

corresponde a la escuela y a la biblioteca hacer el mayor es-

fuerzo en esta materia.

Pero, paradójicamente, es la misma escuela la que frena

la relación placentera entre el libro y el niño, al convertir la lec-

tura en una carga académica más, en una aburrida y tediosa

obligación; además en competencia franca con la Internet y la

tecnología digital, que le ofrecen al niño una variada gama de

juegos divertidos y pasatiempos, sin exigirle mucho esfuerzo

crítico y analítico. Es tal vez por eso que a nuestras universi-

dades los bachilleres llegan cargados de un pobre equipaje de

lecturas, que no van más allá de los textos obligados de los

cursos de literatura y filosofía, y de lecturas sueltas de libros

de autoayuda y superación personal.

¿Qué hacer entonces para que los niños y los jóvenes

lean? ¿Cómo lograr lectores autónomos y críticos y a la vez

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felices? ¿Cuál es la función del padre de familia, del maestro

y del bibliotecario en esa tarea? ¿Qué estrategias se deben

utilizar? ¿Cuáles son los libros más adecuados? Estas, y otras

más, son las preguntas que ha tratado de resolver en la prác-

tica el Juego Literario de Medellín.

El Juego Literario es una estrategia de promoción de la

lectura participativa que lidera en la Secretaría de Cultura Ciu-

dadana de Medellín en establecimientos educativos públicos

y privados de los niveles de educción básica y secundaria.

Es fundamentalmente un proceso pedagógico, una completa

propuesta de acción con el libro que rompe sustancialmente

los anticuados esquemas que han regido la relación del alum-

no con la lectura.

Parte de la invitación a un autor reconocido en el ámbito

de la literatura infantil y juvenil, cuyos libros serán material de

lectura de todos los actores y dinamizadores involucrados en

el juego: estudiantes, educadores, bibliotecarios, promotores

de lectura, talleristas y padres de familia.

Durante varios meses todas estas personas hacen par-

te de un proceso que empieza por la escogencia del autor

invitado y los establecimientos educativos participantes. Lue-

go desarrolla una amplia gama de actividades y talleres de

lectura, concursos, juegos de palabras, puestas en escena,

representaciones artísticas, cruce de cartas, diarios persona-

les, periódicos murales, carreras de observación… La lista es

Page 14: Libro Juego Literario de Medellín

14

larga, porque son ilimitadas las actividades creativas y lúdicas

que pueden animar el proceso de lectura, que termina de la

mejor manera que puede terminar: con el encuentro cara a cara

con el autor invitado, con ese desconocido de quien tanto han

hablado y a quien tanto admiran porque han leído sus obras al

derecho y al revés.

Y en materia de autores, el Juego Literario de Medellín los ha

tenido de primer nivel: Roald Dahl, Ana María Machado, Anthohy

Brown, Francisco Hinojosa, Jordi Sierra i Fabra, David Chericián,

Sergio Adricaín, Antonio García Teijeiro, Hernán Rodríguez Cas-

telo, entre los extranjeros; Yolanda Reyes, Irene Vasco, Ivar Da

Coll, Evelio José Rosero, Celso Román, entre los colombianos.

“El Juego Literario es una puerta que se nos abre con solo

empujarla y que adentro esconde un mundo lleno de conoci-

mientos, de satisfacción y de entretenimiento. Me siento afor-

tunada porque me interesé más en leer y maduré un poco más

como persona”, escribió en su diario personal la niña Deisy Her-

nández Ramírez, del grado 11º del Liceo Consejo de Medellín, y

con eso resume todo el sentido y los alcances de este singular

evento de lectura que este año 2007 cumple 15 años de exis-

tencia. Y es singular porque una experiencia similar no existe en

ningún otro país de habla hispana, dicho por todos los escrito-

res extranjeros que han participado.

El objetivo de este libro es enterar al lector, a manera de

crónica, de la evolución que ha tenido el Juego Literario en sus

diferentes etapas, hasta llegar a ser lo que es hoy: un evento

pedagógico de alcance a toda la ciudad, una herramienta

que ha probado ser eficaz en la lucha contra la apatía por

el libro y la lectura. También se describen en detalle la

metodología y las pautas del Juego, que pueden ser

aplicadas por los educadores y promotores de lectura en

cualquier institución educativa...

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...espero que disfruten su lectura.

Page 16: Libro Juego Literario de Medellín

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J u e g o L i t e r a r i o

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A principios de los años 90 la promoción de

la lectura era una actividad que en los estable-

cimientos educativos de Medellín se cumplía de

una manera que se podía calificar de rutinaria y es-

quemática. No iba más allá de lo que los maestros

y profesores de escuelas y colegios lograran hacer

en sus clases de español y literatura, y no incluía

estrategias creativas y dinámicas que involucraran

gozosamente a los niños en la lectura.

En una palabra, en la ciudad el recurso de la

lúdica no se utilizaba en la formación de niños lec-

tores, cuando ésta ya era una tendencia que venía

ganando espacio. En Bogotá, por ejemplo, ya había

tenido lugar una experiencia de Juego Literario, en

1988. Se realizó por iniciativa de la bibliotecóloga

Silvia Castrillón, directora en ese momento de Fundelectura,

y reunió más de 300 niños entre 11 y 14 años en torno a la

novela Por todos los dioses, del escritor Ramón García Do-

mínguez, quien estuvo presente en el evento.

En aquellos años existía en Medellín un programa de pro-

moción de lectura en los barrios y áreas rurales que carecían

de bibliotecas, más conocido como el Bibliobús, porque los

libros se llevaban a las escuelas y colegios en un bus adapta-

do como biblioteca ambulante. Fue un vehículo que Colcul-

tura le donó al Municipio de Medellín para llevar servicios de

lectura a zonas carentes de bibliotecas. El servicio Bibliobus

15 años creciendo

Page 18: Libro Juego Literario de Medellín

estaba adscrito a la Secretaria de Educación y Cultura, y lo

dirigía la bibliotecóloga Gloria María Giraldo de la Cuesta quien

tuvo la idea de replicar en Medellín un Juego Literario similar

al realizado por Fundalectura en Bogotá, con las debidas va-

riaciones.

Lo curioso fue que en un principio la gente de las zonas a

las que iba el Bibliobús creyó que la función de éste era llevar

almuerzos a las escuelas, porque, por su parecido, lo confun-

dían con el furgón de la Secretaría de Bienestar Social que iba

de barrio en barrio surtiendo los restaurantes escolares. Cuan-

do vieron que no era comida lo que llevaba sino libros, la gen-

te protestó. Dijo que para qué libros, que lo que necesitaban

era comida. “Fue difícil hacerles entender que los libros son

también alimento, alimento espiritual, tan importante como el

material”, recuerda Gloria María.

La novela escogida para aquella primera experiencia de

juego con la lectura —prueba piloto podría llamarse—, fue

Matilda, del inglés Roald Dahl, que trata de una niña a quien

le fascinan los libros, pero no puede leerlos. Los adultos se lo

prohíben porque consideran la lectura una actividad estúpida,

impropia para una niña. Entonces Matilda sufre su suerte y

lucha por su derecho a leer, con su maestra y la bibliotecaria

de su barrio como únicos apoyos.

Se escogieron 180 niños de dos escuelas, quienes leyeron

Matilda en sus clases de español bajo la conducción de sus

maestros. Una vez todos la leyeron, se reunieron en el Centro

Educativo y Cultural La Floresta para hacer un juicio a los res-

ponsables del mal trato a Matilda, es decir, un juicio a los adul-

tos. En eso consistió el Juego. Los mismos niños nombraron el

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Page 19: Libro Juego Literario de Medellín

jurado, los fiscales y los abogados de la defensa. Se analizó la

relación de los personajes adultos con Matilda, y la responsa-

bilidad que a cada uno le cabía por la mala educación que le

estaban dando, lo cual generó un interesantísimo debate en

el que los niños se divirtieron, aprendieron, cuestionaron y

acusaron. Hablaron de cosas como el machismo y el maltrato

a las mujeres y a los menores, del respeto a los gustos y la li-

bertad del otro. Y algunos lo hicieron con tal vehemencia que

por momentos provocaron el sonrojo de los maestros y pa-

dres de familia que se encontraban en el Centro Educativo.

Como el balance fue positivo se decidió repetir la expe-

riencia. Así que Gloria María, en asocio con la bibliotecóloga

Francia Santamaría, directora de la Biblioteca de Primaria de

la Universidad Pontificia Bolivariana, programaron para el se-

gundo semestre de 1993 la primera versión del Juego Litera-

rio de Medellín, como de una vez quedó bautizado el evento.

La idea era hacerlo con una buena logística y organiza-

ción, en un escenario más cómodo y espacioso, y con mayor

compromiso por parte de los maestros de las escuelas y co-

legios invitados. Y lo más importante: con la presencia del

autor de la novela leída por los niños. Ese era realmente

el quid del juego: que después de la lectura los ni-

ños se encontraran con el autor de la novela, para

escucharlo, aplaudirlo, tocarlo y preguntarle cosas

sobre su literatura y su vida. La expectativa por

conocer y encontrarse con el autor en persona, sin duda

mantendría en azogue permanente el interés de los niños por

la novela leída, y sería un ingrediente dinamizador de toda la

actividad.

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J u e g o L i t e r a r i o

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Las dos instituciones educativas invitadas al Jue-

go Literario fueron la escuela pública Sor Juana

Inés de la Cruz, ubicada en Pedregal, un barrio

popular de la zona noroccidental de la ciudad, y

la Preparatoria de la UPB, de carácter privado. Se

escogieron los estudiantes de los grupos de grado

quinto en ambos planteles —unos 200 en total—

con sus respectivos maestros, que actuaron como promoto-

res y animadores de la lectura en sus clases, actividad a la cual

debían dedicarle por lo menos dos horas a la semana.

El escritor invitado fue el polifacético Luis Carlos Neves,

escritor brasilero de literatura infantil, poeta, profesor de ni-

ños, autor y actor de obras de teatro, además abogado con

especialización en Ciencias Políticas y Derecho del Ambiente.

Para ese momento había ganado varios premios en concursos

de cuentos y dramaturgia infantil en Venezuela y Colombia y

tenía 15 libros publicados, entre los cuales se destacan Antojo

de Oso, Hazañas del sapo Cururu, Arias Imaginarias y Carabela

Calavera, obra ésta que narra la historia de una niña y el fan-

tasma de un pirata irlandés que habita un barco antiguo.

Varias circunstancias se conjugaron para que Neves fuese

el escritor invitado al Primer Juego Literario. Una: era un autor

reconocido, cuya obra Antojo de Oso se conseguía fácil en el

mercado. Lo había publicado Edilux en su colección de litera-

tura infantil. Otra: Neves había hecho la promesa de volver a

Medellín, la vez que aquí estuvo recibiendo el Premio Enka de

Un oso que antojóa los niños

Page 21: Libro Juego Literario de Medellín

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Literatura Infantil por su novela Carabela Calavera; premio que

por cierto recibió en una ceremonia que a él, según dijo, le pare-

ció triste porque no había un solo niño presente. Tanto así que al

día siguiente se fue para un jardín infantil de la ciudad a compartir

un rato con los niños, que quedaron encantados con su cadente

acento brasilero y sus artes de teatrero: les contó historias, les

hizo trabalenguas y les leyó versos. Ese fue el día que prometió

regresar: para compartir un día completo con los niños paisas.

Y la última circunstancia: Neves anunció su presencia en

Medellín para octubre de 1993, como ponente invitado al VI Se-

minario de Literatura Infantil de Medellín, evento que con el aus-

picio de la Secretaría de Educación Municipal cada año reunía

en Medellín a escritores y especialistas en temas de literatura y

pedagogía de América Latina. Los organizadores del Juego Lite-

rario celebraron y aprovecharon esa feliz coincidencia de fechas

para invitar a Neves a participar como autor invitado, dado que

el Servicio Móvil no tenía fondos suficientes para costear el viaje

de un escritor extranjero. Tal vez sobre decir que Neves aceptó la

invitación complacido.

La novela escogida para el Juego Literario fue Antojo de Oso,

y la única leída por los niños porque de Neves no se conseguían

más obras en las librerías. Antojo de Oso es la historia de un in-

Page 22: Libro Juego Literario de Medellín

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vestigador que llega a un pueblo en busca de un baquiano

que lo acompañe a buscar el oso frontino, una especie en

vía de extinción. El baquiano es tío de Ernesto, un niño de 12

años, protagonista de la novela, quien los acompaña en la

aventura, pero no sin aprensión porque piensa que la inten-

sión secreta del investigador es matar al oso. ¿Debe actuar

para impedirlo? ¿Debe regresar a casa?, son las preguntas

que afligen a Ernesto a medida que avanzan en la búsqueda

del oso. Es una aventura sembrada de bosques, dudas, asom-

bros y risas.

La fecha del encuentro de los niños con Neves se fijó para

el 14 de octubre, pero en las aulas empezaron a leer Antojo

de Oso desde el mes de agosto, una vez regresaron de las

vacaciones de mitad de año. Y en este punto vale señalar una

novedad que resultó importante para la dinámica del Juego

Literario. Resulta que el servicio del Bibliobus cumplió su vida

útil y en su reemplazo se creó el Servicio Móvil de Lectura,

también a cargo de Gloria María Giraldo. Se llama así porque

los libros llegaban a los planteles educativos dispuestos en

colecciones itinerantes llamadas cajas viajeras, y en cada

plantel permanecían una temporada antes de pasar a otro, y

luego a otro y así sucesivamente. Era un servicio más versátil

que el Bibliobús y de mayor impacto, razón por la cual tuvo

un apoyo especial de la Consejería de la Presidencia para Me-

dellín, que entonces dirigía Jorge Orlando Melo, y que consis-

tió en una asignación presupuestal para la compra de libros.

Más adelante, la misma Concejería donó un vehículo que se

acondicionó de manera adecuada para el transporte de las

colecciones de libros que desde el Servicio Móvil de Lectura

llegaban a las escuelas urbanas y rurales de la ciudad.

Así que fueron los promotores de lectura del Servicio

Móvil quienes llevaron Antojo de Oso a los dos planteles edu-

Page 23: Libro Juego Literario de Medellín

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cativos seleccionados, y quienes instruyeron a los docentes

en las pautas básicas del Juego Literario, explicándoles muy

bien el carácter de la tarea de promoción de lectura que iban

a realizar. Porque no se trataba de que hicieran lo mismo que

habían hecho siempre. La idea era que aplicaran sus destrezas

y habilidades pedagógicas en ayudar al niño a encontrarle un

sentido más rico a la lectura; hacer de esta una actividad que

no esté perturbada por la esperanza de ganar o el miedo de

perder, en que el niño no tenga la obligación de recitar una

lección y sacar una nota. No tenga obligación de nada.

En otras palabras: los docentes debían olvidarse de pre-

guntar lo de siempre: cuál es el mensaje del libro, resúmalo en

dos páginas, describa el personaje principal y demás pregun-

tas del recetario tradicional. Nada de eso. Se trataba era de

jugar. Los niños no tenían por qué asumir responsabilidades

más allá de la mera lectura del libro, a su ritmo y a sus anchas,

gozándoselo, haciéndose amigo de él y de los personajes que

lo habitan. Ya después se vería cómo se prepararían para su

encuentro con Neves.

En las dos escuelas seleccionadas se empezó por la lec-

tura de algunas páginas de la poesía y cuentos de Neves, ani-

mados por divertidos trabalenguas y juegos de palabras, un

arte en el que el brasilero es prolijo. Y así llegaron a Antojo de

oso, novela que los docentes en sus clases y los promotores

de lectura en sesiones de taller, leyeron a los niños en voz alta,

actividad que se combinó con lecturas de temas relacionados

y la elaboración de carteleras sobre el tema de los osos, con

mensajes de respeto y amor por la naturaleza.

También ayudó el cine. En varias funciones se les proyectó

a los niños la película El oso, del director francés Jean Jaques

Annaud, en cinta de VHS porque en aquella época todavía no

se conocía el DVD.

Otros libros leídos por los niños fueron:

. Arias imaginarias

. Carabela, calavera

. Hazañas del sapo Cururu

Page 24: Libro Juego Literario de Medellín

24

A finales de septiembre, dos semanas antes del encuentro

con Neves, se realizó un ensayo, un evento preparatorio con

todos los niños participantes, para evaluar qué tan preparados

estaban para ese encuentro. Al fogueo, así se llamó el evento,

los niños llevaron escritas las preguntas que iban a hacerse

entre sí, los de una escuela a los de la otra; preguntas sobre el

autor, el tema y los personajes de Antojo de oso, elaboradas

por ellos mismos con mínima ayuda de sus maestros. Así que

debían llegar bien preparados porque cada respuesta acer-

tada otorgaba puntos, y ganaba la escuela que más puntos

hiciera.

Pero antes, y como preparación para el fogueo, el Juego

Literario propició que los niños le escribieran cartas a Luis Car-

los Neves, y se cruzaran también cartas entre ellos, de una

escuela a la otra, o sea una correspondencia a ciegas porque

no se conocían. Fue una actividad que le agregó pimienta y

expectativa al fogueo, como se infiere de la carta que Ana Isa-

bel Restrepo Cardona, alumna de la Preparatoria de la UPB, les

envió a los niños de la escuela Sor Juana Inés:

“Queridos niños, este juego literario me hace sentir un poco nerviosa por ser el primero en el cual participo, pero a la vez voy a tratar de con-trolarme un poco para poder representar muy bien a la UPB. También quiero desearles suerte porque ya sé que ganará el mejor. Espero que es-tén calmados y que tengan muchos éxitos”.

Page 25: Libro Juego Literario de Medellín

25

El fogueo se realizó en la biblioteca escolar de la UPB,

donde por primera vez se vieron las caras los 200 niños y

niñas participantes, quienes lo único que tenían en común,

aparte de ser niños y ser escolares, era la lectura compartida

de Antojo de Oso, y las cartas que se cruzaron a ciegas.

El fogueo empezó con la lectura del fax que Luis Carlos

Neves envió a los niños. Su texto es el siguiente:

“El otro día fui al zoológico de Barquisimeto, Venezuela, donde vivo, y para mi sorpresa ha-bía una pareja de osos frontinos, los consentidos del zoológico. Era la hora del desayuno. ¿Qué co-mían? Frutas, muchas frutas. Yo, embelezado, cautivo, me senté a observarlos. Instantes des-pués se fueron a caminar. La osa adelante, el oso siguiéndola, tranquilos. Se acostaron a des-cansar, él con la cabeza en el lomo de ella. Él hacía un ruido más o menos así: purrrrr, pu-rrrr, purrrr. Y ella feliz con aquella serena-ta. La directora del zoológico me prometió una foto del osezno que debe llegar en cualquier momento. Tan pronto la tenga les enviaré una copia. Esas y otras historias de ososo prometo contárselas a ustedes. Un abrazo del amigo,

Luis Carlos Neves”.

Page 26: Libro Juego Literario de Medellín

26

Luego se siguió el juego de las preguntas saca-

das al azar de dos tómbolas, y las correspondien-

tes respuestas; con un detalle llamativo: a pesar

de ser niños de clases sociales diferentes, alum-

nos de escuelas con entornos completamente

distintos, no hubo entre ellos diferencias notorias

en la percepción del mensaje y los personajes de

la novela leída.

Al final intercambiaron dulces y esquelas, y

algunos apuntaron sus direcciones para seguir escribiéndose

por carta de papel puesta en un buzón, porque la tecnología del

correo electrónico apenas empezaba a conocerse en Medellín.

Y así, con lecturas en clase y en las casas, con el cine, las

carteleras, el cruce de correspondencia y el fogueo preparato-

rio, los niños llegaron a su encuentro con Luis Carlos Neves,

programado en el auditorio del Planetario Municipal, un lugar

hermoso y muy apropiado, que para la tarde del evento fue

decorado con flores, osos de peluche, banderas de Colombia,

Antioquia y Brasil, y racimos de bombas de colores: negros y

rojos las de la UPB, azules las de la Sor Juana.

El auditorio estaba repleto de niños y niñas con los uni-

formes de su escuela, todos inquietos y en gozosa algarabía.

Estaban a la espera de Luis Carlos Neves, que en cualquier mo-

mento debía llegar:

—¡Pilas! ¡Pilas! Ahí viene un cucho parecido al que está en

el libro —gritó un estudiante desde la puerta del auditorio para

alertar a los de adentro.

Era, en efecto, Luis Carlos Neves, avistado por el estudian-

te en el momento en que se apeaba de un carro y entraba al

Planetario Municipal. Fue recibido por un tumultuoso coro de

voces delgaditas y festones agitados con emoción plena, y con

estribillos ensayados con anterioridad. El ingresó en medio de

Page 27: Libro Juego Literario de Medellín

27

abrazos, apretujones, sonrisas, y completamente anonadado

—diría después—, ya que en su vida de artista jamás se había

visto ovacionado de tan emotiva y ruidosa manera.

Después de presentar los saludos a nombre de sus res-

pectivos planteles, los niños empezaron a reventar las bom-

bas, pues dentro de ellas estaban las preguntas para hacerse

entre ellos y las que le iban a hacer a Neves. Ese cruce de

preguntas y respuestas fue la actividad central del encuentro.

Al final una niña de la Sor Juana Inés le entregó al escritor un

cuento creado, ilustrado y empastado por ella a partir de los

personajes de Antojo de Oso. Otros niños le hicieron otros

regalos y todos terminaron como al principio: en una tumul-

tuosa algarabía de despedida.

Reseña del libro Antojo de oso.

Page 28: Libro Juego Literario de Medellín

Esa semana tres periódicos (El Colombiano, El Mundo y El

Tiempo) publicaron notas sobre el Juego Literario, y eso le dio

resonancia en la ciudad, principalmente entre los biblioteca-

rios y profesionales en la promoción de lectura, pues se trata-

ba del nacimiento de una nueva y gozosa manera de cultivar

lectores. No sólo era la primera experiencia de su clase en la

ciudad, sino que con su particular metodología era la única

en Colombia y Latinoamérica, según lo aseveró el mismo Luis

Carlos Neves. Éste señaló que en todos los viajes que había

hecho en ninguna parte había visto una experiencia parecida.

Y para ser la primera experiencia, el Juego Literario cum-

plió con las expectativas, tanto que se decidió repetirlo al año

siguiente, obviamente con algunos detalles mejorados, como

extender invitación a más escuelas, lograr un mayor compro-

miso por parte de los docentes, vincular más promotores de

lectura al proceso, mejorar la calidad de los talleres y lograr

que el encuentro del escritor con los niños fuese más cálido

y espontáneo.

Asimismo se entendió que para la dinámica, y la exis-

tencia misma del Juego Literario, era importante afianzar los

vínculos con las empresas editoriales; al fin de cuentas son

las proveedoras de la materia prima del Juego. En aquella pri-

mera ocasión la presencia la tuvo Editorial Edilux, que donó

una buena cantidad de libros a las dos escuelas participan-

tes, adicional a los libros que el Municipio de Medellín compró

para apoyar el evento. Después el turno en el Juego sería para

otras editoriales, como Alfaguara, Norma, SM, Fondo de Cul-

tura Económica, Panamericana, entre otras, según la filiación

del autor invitado.

28

Page 29: Libro Juego Literario de Medellín

J u e g o L i t e r a r i o

29

El II Juego Literario de Medellín siguió en la línea de pro-

mover una obra de calidad literaria de un autor de prestigio. El

escogido esta vez fue Hernán Rodríguez Castelo, quien al igual

que Neves llegó invitado al Juego Literario por la vía de su pre-

sencia como ponente en el Seminario de Literatura Infantil.

Rodríguez Castelo es autor de numerosas obras de lite-

ratura infantil y juvenil, profesor de lectura y escritura para

niños en Alangasi, Ecuador, su país de origen. Entre sus obras

se destacan El camino del lector, Memorias de Gris, El gato sin

amo, y la novela base del II Juego Literario: Historia del niño

que era rey y quería casarse con la niña que no era reina, que

trata de un niño que a bordo de una ballena sale de Europa

hacia América en busca de la niña con la que se quiere casar.

Esta vez la expectativa suscitada entre las instituciones

educativas fue mayor, empezando porque ya no fueron 2 sino

8 las escuelas participantes, entre públicas y privadas. Otras

Vuelve y juega

Page 30: Libro Juego Literario de Medellín

30

entidades participantes fueron Comfenalco y la Fundación Ra-

tón de Biblioteca. Se trabajó con estudiantes de los grados 5º y

6º y la metodología fue la misma: lectura en voz alta en las au-

las, tanto de la novela base como de otras obras de Rodríguez

Castelo; elaboración de carteleras e investigación sobre temas

afines a las ballenas; ejercicios de comprensión de lectura con

base en juegos de preguntas y respuestas; encuentros de fo-

gueo entre las instituciones y cruce de cartas del escritor con

los niños y de éstos entre sí.

El siguiente es un párrafo de la carta que Rodríguez Caste-

lo envió un mes antes de su visita a Medellín:

Y esta fue la carta que la niña Juliana Velásquez le envió

al escritor:

“Mis queridos amiguitos: Les escribo desde la cumbre

del Ilaló. El Ilaló es un pequeño volcán apagado —tan

pequeño como los del Principito (les ha hablado alguien

de ese bello libro?)- se alza en el centro de un hermoso

valle, el Valle de los chillos. Yo procuro subirlo siquiera

una vez por semana. Me gusta estar aquí solo, escuchando

el viento correr por las cañadas, arrastrando nubes por el

ancho cielo o haciendo temblar la gran cruz. Porque en lo

alto de esta colina hay una enorme cruz de metal, que se

ve desde todo el Valle”.

Page 31: Libro Juego Literario de Medellín

31

Un detalle interesante fue que los docentes de grados

diferentes a 5º y 6º se contagiaron del Juego y también en

sus clases leyeron los textos de Rodríguez Castelo, y se vieron

grupos de niños reuniéndose en la casa de algún compañero

para hacer lecturas colectivas. También fue más surtido el cru-

ce de cartas entre los estudiantes, lo cual llamó la atención de

sus padres por la novedad que eso representaba en niños de

su edad. Y a propósito de padres de familia, en esta segunda

versión del Juego éstos se involucraron más. No pocos acom-

pañaron a sus hijos a leer en la biblioteca e hicieron para ellos

los disfraces y las porras de la sesión final.

Hubo dos encuentros de fogueo, uno en el Jardín Botánico

y otro en el Colegio Palermo de San José. Como novedad se

registró una carrera de observación entre equipos de dos ins-

tituciones, que debieron descubrir en su recorrido elementos

relacionados con la novela leída.

Así llegamos al 20 de octubre de 1994, sesión final con Ro-

dríguez Castelo en el Planetario Municipal. Pero en esta oca-

“Hola Hernán:Me gustó mucho su

libro. Es muy romántico y tiene un lenguaje muy elegante o se puede decir muy poético; es una histo-ria que deja por enseñan-za que el amor es más valioso que todo el oro del mundo. Quisiera conocer-lo más a fondo, me parece que usted es tan román-tico. Hasta pronto y feli-citaciones por ese libro”.

Page 32: Libro Juego Literario de Medellín

32

sión ya cada plantel tuvo que hacer una selección, en vista de

que todos los estudiantes que participaron en el proceso de

lectura no cabían en el Planetario. Se escogieron de a 25 por

cada plantel. Y allí, entre todos ellos, en medio del colorido de

sus uniformes escolares y los disfraces que tenían algunos,

bajo un reverbero de consignas, estribillos y porras agitadas

en briosa competencia, apareció en persona Hernán Rodrí-

guez Castelo. Entonces la felicidad de los niños se elevó hasta

el techo. Fue ovacionado como lo había sido un año atrás Luis

Carlos Neves.

La sesión final ya no giró en torno a la confrontación de

preguntas y respuestas. Un grupo de niños escogidos se re-

unió en el escenario alrededor del escritor, para conversar,

hacerle preguntas y compartir con él secretos de su vida y

detalles de las obras que leyeron, mientras en la tribuna los

otros niños seguían la tertulia y aplaudían las ocurrencias del

escritor. Al final los alumnos de la escuela San Lorenzo de

Aburrá representaron una obra de teatro con pasajes de la

novela Historia del niño que era rey y quería casarse con la

niña que no era reina.

Page 33: Libro Juego Literario de Medellín

33

Para el III Juego Literario el número de planteles edu-

cativos participantes se encumbró a 18, entre públicos y

privados. También se vincularon 7 bibliotecas zonales y

de núcleo, y continuaron con su participación Comfenalco

y la Fundación Ratón de Biblioteca. Los 18 planteles, por

grupos, realizaron los encuentros de fogueo previos a la

sesión final con el escritor invitado, que en esta ocasión

fue Miguel Ángel Pérez Ordóñez.

Pérez Ordóñez es escritor colombiano nacido en el

departamento de Santander, que alterna la escritura de

textos infantiles con su profesión de médico siquiatra, espe-

cializado en tratamiento de niños. Obras suyas son Tobías el

capitán de los delfines, Cuando las AES nos invitaron a jugar

y El zorro y el monstruo, todas leídas en el Juego Literario.

La metodología del Juego fue igual, pero con más even-

tos de lectura y mayor versatilidad, ya no solamente en las

aulas sino en los patios, afuera de los muros de la escue-

la, en las bibliotecas, y en todo lugar donde se pudiera leer.

También hubo más creatividad por parte de alumnos y profe-

sores. En varios colegios se realizó un concurso que resultó

ser un excelente ejercicio de comprensión de lectura. Se tra-

taba de reelaborar un final distinto para Tobías el capitán de

los delfines, a partir de sus mismos personajes y situaciones.

Ganaban los dos mejores finales, y el premio era leerlos en la

sesión final con Pérez Ordóñez.

Fue de gran factura la representación teatral de Tobías

el capitán de los delfines, realizada por los alumnos del co-

legio Fe y Alegría José María Veláz, con buen juego de luces,

esmerada escenografía y actuación de personajes. En otro

colegio contrataron un cuentero profesional para representar

El zorro y el monstruo, y en otros hubo actuación de mimos

y show musicales.

Page 34: Libro Juego Literario de Medellín

34

La sesión final resultó exitosa, más ágil y amena. Una no-

vedad fue la muestra fotográfica que se expuso a la entrada

en los pasillos del Planetario Municipal. Cada institución par-

ticipante tuvo allí su panel de fotografías, que daba cuenta

de las distintas actividades y eventos de lectura realizados

en los meses previos. Después esta misma exposición fue

exhibida, de manera itinerante, en cada una de las

instituciones participantes del Juego.

En la sesión final se destacó una bella e ingeniosa repre-

sentación de los alumnos de la escuela José María Velaz. Para

la alegoría del mar y el movimiento de olas apelaron a un

juego de sábanas azules de plástico, sobre las que flotaba el

barco de Tobías, algo que a los ojos de los espectadores cauti-

vó por su sencillez y eficacia poética. Muy bella fue también la

silleta en miniatura que las niñas del colegio del corregimiento

Santa Elena, cuna de las flores y los silleteros, le obsequiaron

a Pérez Ordóñez; como graciosísimo resultó el frondoso collar

de arepas que los estudiantes de otro colegio le colgaron en

su cuello al escritor.

Después de la sesión final, como hecho novedoso, hubo

una tertulia en la que participó el escritor con los docentes de

las 18 instituciones participantes y los promotores de lectura;

un encuentro para cruzar experiencias, evaluar

la eficacia de las estrategias empleadas y oír pro-

puestas para mejorar el Juego Literario. Y esta

vez, como invitados especiales, asistieron varios

padres de familia, distinguidos porque fueron los

que todo el tiempo acompañaron el proceso lec-

tor de sus hijos.

Page 35: Libro Juego Literario de Medellín

35

El IV Juego Literario más que un juego resultó un ensayo,

porque estuvo cargado de cambios y novedades, en todos

los órdenes. Para empezar, el género

narrativo, que había marcado la pauta

en los tres primeros juegos, se cambió

por el género poético.

Y ese cambio fue todo un desafío para los do-

centes de los planteles educativos, poco dados a escar-

ceos con la poesía. Es un género que no los atrae, tal vez

porque le tienen miedo, o respeto, o cualquiera de esos

sentimientos que señalan la lejanía de los docentes con el

género poético. El género narrativo los asusta menos, por

ser más familiar, porque tiene elementos y recursos que

facilitan el interés de los niños en la lectura: una historia,

unos escenarios y unos personajes bien definidos. Sin em-

bargo, la poesía tiene recursos que le son propios y que se

pueden explorar en un evento lúdico de lectura como los

juegos de palabras, las rimas, los trabalenguas, las adivi-

nanzas, etc. Ese justamente fue el desafío aquel año: poner

a los niños a jugar y gozar la lectura de la poesía.

Otra novedad: no fue uno sino tres los autores invitados,

dos poetas cubanos: David Cherician y Sergio Adricaín Her-

nández; y la escritora antioqueña María Elena Quintero, todos

autores de libros para niños.

Cherician, nacido en la Habana, es poeta y traductor, figu-

ra sobresaliente de la literatura infantil de Cuba, donde ganó

J u e g o L i t e r a r i o

Llegan los poetas

Page 36: Libro Juego Literario de Medellín

36

el Premio Nacional de la crítica. Autor de Caminito del monte,

Dendoredorolenito, Uno, dos, y tres, Rueda la ronda, Mane-

citas de hombre fuerte, Trabalenguas, Urí, urí, urá. Andricaín

es poeta y periodista, asesor cultural y editor de revisas de

literatura infantil, autor del libro Sobre la nube un lucero, en-

tre otros; María Elena Quintero, maestra de oficio en escuelas

públicas, conocida por tres libros publicados: Puertos, La polla

pochola y La banda de las chicharras, que impactó a los niños

por la musicalidad de sus poemas.

La tercera novedad estuvo en la

edad de los niños participantes: ya no

fueron de primaria sino de grados 6º y

7º de bachillerato, de 20 instituciones

educativas, dos más que en el juego

pasado. Y se multiplicaron los encuen-

tros preparatorios. Se realizaron 6,

en distintos escenarios de la ciudad,

como el Planetario Municipal, Jardín

Botánico, Biblioteca Pública Piloto, Biblioteca de la Floresta y

Biblioteca Central de Comfenalco. Fueron realmente talleres

de sensibilización poética, tanto para alumnos como para

profesores, con la idea de que éstos le tomaran gusto a la

poesía en el aula, que aprendieran a reconocer sus diferentes

tendencias, a valorar su esencia y, por supuesto, a transmitir a

sus alumnos el disfrute de las obras de este género.

Cabe destacar el papel que la música y el canto tuvieron

en esta versión del Juego Literario, como recursos de comu-

nión de alumnos y docentes con la poesía. Por eso esta vez

se contrataron músicos como talleristas, con el encargo de

musicalizar versos de los poetas invitados, y animar los 33

talleres que se realizaron a lo largo de dos meses, buscando

con ellos que los niños descubrieran el ritmo y la rima de los

Page 37: Libro Juego Literario de Medellín

37

poemas. Oscar Vahos, especialista en rondas y juegos infan-

tiles, y la cantante Katia Komas, con su guitarra, fueron los

principales animadores de los talleres.

Como también lo fue la escritora y pedagoga Aura López,

y su bella y cultivada voz de lectora consumada, a quien tanto

le gustó el Juego Literario que siguió vinculada de corazón en

las versiones de los años siguientes. Prueba de su aprecio por

el evento, fue lo que de su puño y letra escribió en la columna

que ella tenía en un periódico local:

“… familiarizarlos con la palabra

poética mediante la lectura en voz alta,

el diálogo con los escritores invitados,

el intercambio de poemas dichos de

memoria o escritos, cartas que van y

vienen remitidas por quienes ya se co-

nocen, o acaban de conocerse gracias

a estos encuentros. El Juego Literario

abre la posibilidad de rescatar la pa-

labra poética y sacarla de los fríos estantes, de los lugares

inaccesibles, de las páginas olvidadas. Uno lo desea, no como

algo transitorio, sino como un juego cotidiano, como sustan-

cia permanente”.

Dado el despliegue de prensa que tuvo el evento aquel

año, y el nivel de conocimiento que tenía en el sector educa-

tivo (cada vez eran más las solicitudes de instituciones que

querían participar), se podía decir que el Juego Literario ya te-

nía su incidencia marcada. Unos mil niños de unas 50 institu-

ciones habían ya vivido en Medellín la experiencia del Juego.

Sin embargo éste seguía presentando algunas falencias,

problemas de organización y logística que era necesario re-

solver, en buena parte relacionados con su financiación. Era

realmente una actividad de poco costo y bajo presupuesto;

Page 38: Libro Juego Literario de Medellín

38

un evento hecho más con el corazón

y con las uñas. Pero esas limitacio-

nes se suplían en buena parte con el

ingente esfuerzo logístico y organiza-

tivo que cada año desplegaban Gloria

María Giraldo de la Cuesta y su equipo

de promotores del Servicio Móvil de

Lectura. Ello implicaba, entre otras co-

sas, buenas relaciones con las casas

editoriales a fin de que apoyasen el

evento, bien fuera costeando la traída

del autor, donando libros, financiando

las postales y afiches promocionales,

o publicando las memorias. También

implicaba conseguir locaciones, con-

tratar talleristas y promotores de lectura y garantizar el trans-

porte de los estudiantes a los encuentros de integración y a

la sesión final.

La sesión final con los tres poetas invitados se realizó,

como siempre, en octubre, a la par con el Seminario de Lite-

ratura Infantil de Medellín. Y en esta ocasión en un sitio con

magia propia: la cúpula del Planetario Municipal. Fue una be-

lla y singular sesión de poesía bajo las estrellas.

Pero, con todo, el balance general del Juego Literario en

su variante poética no fue igual al de juegos anteriores. Era

claro que promover la lectura lúdica en prosa no era lo mismo

que promoverla en poesía. Por inexperiencia en este género

se vieron más las fallas e inconsistencias en la metodología

del Juego, así como la falta de creatividad lúdica de los educa-

dores para acercar a los alumnos a la poesía. Quedó sí como

una valiosa experiencia de frente a los juegos que estaban

por venir.

Page 39: Libro Juego Literario de Medellín

39

Francisco Hinojosa, destacado cuentista y novelista meji-

cano, periodista cultural, dueño de una notable producción de

literatura infantil, fue el autor invitado al V Juego Literario de

Medellín. Y llegó en compañía de La peor señora del mundo,

su libro más reconocido y la obra base del juego, que desató

una especie de fascinación colectiva y constituyó un feliz su-

ceso de lectura en la ciudad.

Durante tres meses la grotesca y furiosa señora, “gorda

como un hipopótamo que fumaba puro y tenía dos comillos

puntiagudos y brillantes. Además usaba botas de pico y tenía

unas uñas grandes y filosas con las que le gustaba rasguñar

a la gente”, fue la figura más comentada y odiada en las 25

instituciones educativas que este año, 1997, participaron en el

juego, número récord de instituciones invitadas.

Y es también La peor señora del mundo —que en 1998

fue premiado en Colombia como el mejor libro extranjero para

niños— un buen ejemplo de una vertiente que venía haciendo

J u e g o L i t e r a r i o

Con la peor señoradel mundo

Page 40: Libro Juego Literario de Medellín

40

carrera en la literatura infantil, de la cual Francisco Hinojosa

es un adelantado exponente. Es la vertiente que da vía libre al

esperpento, a la sátira y la parodia, al retrato ridículo y patético

del comportamiento humano y la realidad cotidiana. “Hinojosa

cree en la infancia como el jardín del edén donde los niños

juegan a la guerra como bárbaros de la edad primigenia”, dijo

de él el crítico Christopher Domínguez Michael, en su Antología

de la narrativa mexicana del siglo XX.

Por ser literatura de amplio espectro, o sea de fácil acceso

a niños y jóvenes por igual, en esta versión del Juego Literario

participaron estudiantes de 3º de primaria hasta 9º de bachi-

llerato, quienes, aparte de La peor señora del mundo también

leyeron otras de las obras de Hinojosa como Aníbal y Melquía-

des, La fórmula del doctor Funes, Una semana en Lugano, y

Amadís de Anis… Amadís de codorniz.

Para destacar, la frondosa correspondencia entre los niños

y jóvenes de los establecimientos participantes, y entre éstos

y Francisco Hinojosa. Entre otras cosas porque en esta versión

del Juego Literario —como novedad— se les entregó a los ni-

ños postales bellamente diseñadas, para que ellos escribieran

sus mensajes. Y no faltaron quienes enviaron sus cartas expre-

samente a la protagonista de la novela, o sea a la peor señora

del mundo, reprochándole su conducta, sus arrevesados senti-

mientos y sus malos pensamientos. “Por favor cambie su forma

de pensar y su vida cambiará”, le dice un niño en una carta.

La profusión de cartas se debió en buena parte al correo

electrónico a través de la Internet, un invento que ya para en-

tonces había dejado de ser una rareza y su uso se había ex-

tendido. Muchos establecimientos educativos ya contaban con

este servicio, por ejemplo el colegio Alcaravanes, de donde una

niña de 4° básico le envió por Internet esta carta a Francisco

Hinojosa:

Page 41: Libro Juego Literario de Medellín

41

Como esta vez se prolongó por más tiempo la presen-

cia de Hinojosa en Medellín, éste pudo asistir a otros eventos

programados por la organización del Juego Literario durante

la semana previa a la sesión final en el Planetario Municipal.

Eso le permitió tener más contacto y pasar más tiempo con

sus lectores, lo cual lo llenó de mucha alegría y le dio inolvi-

dables satisfacciones, según dijo después. Estuvo presidiendo

encuentros con estudiantes y docentes en la biblioteca del

barrio Santa Cruz, en el liceo del corregimiento Santa Elena, y

en varios colegios privados que lo invitaron y le dieron recep-

ción especial.

A la sesión final en el Planetario Municipal asistieron 400

alumnos acompañados de sus profesores, padres de familia,

bibliotecarios y promotores de lectura. Se destacó una inge-

niosa representación teatral que los estudiantes del colegio

Héctor Rogelio Montoya montaron a partir de un libreto escri-

to por ellos mismos. Consistió en un juicio a La peor señora del

mundo, con base en las acusaciones de quienes padecieron

sus malos tratos y las declaraciones a favor de sus abogados,

que justificaban sus actos.

“Querido Señor Hinojosa, ya hemos leído tres libros suyos: La peor señora del mundo, Aníbal y Melquíades y la formu-la del doctor Funes. A nosotros los niños de Alcaravanes nos han encantado tus libros. Hemos intercambiado cartas con los niños y niñas de la escuela José María Veláz; también he-mos jugado alcanzar la estrella, que es un juego con estrellas de colores que adentro tienen preguntas sobre tus libros. Es un juego muy divertido”.

Page 42: Libro Juego Literario de Medellín

42

Después de la sesión final, ya en horas de la noche, se

realizó una interesante tertulia en la que participaron biblio-

tecarios, promotores de lectura, docentes, organizadores del

Juego, Francisco Hinojosa y otros escritores y especialistas en

literatura infantil invitados, entre ellos la escritora argentina

Graciela Montes, Daniel Goldín (editor de la obra de Hinojo-

sa), e Irene Vasco, escritora colombiana. Se habló a raudales

de literatura infantil, de la lúdica en la formación de lectores,

de autores y libros recomendados, y cada uno contó sobre

su experiencia en el Juego Literario, a manera de evaluación.

Como quien dice, tema fue lo que sobró. Y esa misma noche

Irene Vasco quedó “fichada” como escritora invitada al próxi-

ma Juego Literario.

Y a manera de evaluación del papel pedagógico que viene

cumpliendo el Juego Literario 5 años después de su nacimien-

to, es elocuente lo que afirma Dora Nidia Cortes, educadora

del Liceo Concejo de Medellín, en la carta que pasado el even-

to le envió a los organizadores del Juego:

“… nos hemos sentido afortunados y privilegiados, porque nos han tenido en cuenta en esta entusiasta propuesta. Pre-senciamos con agrado y alegría como nuestros alumnos que participaron en el Juego Literario han sobrepasado el abismo que los separaba del libro; han superado el riesgo de perderse algunos de los hilos entrecruzados de actividades académi-cas que esfuman la lectura, y se han consolidado como gran-des lectores”.

Page 43: Libro Juego Literario de Medellín

43

Irene Vasco fue la invitada al VI Juego Literario de Mede-

llín, en el año 1998. El número de planteles educativos as-

cendió a 23, de primaria y bachillerato, y se sumaron como

entidades participantes el Jardín Botánico de Medellín y la

Biblioteca Pública Piloto.

Irene Vasco era una autora reconocida

en Colombia desde 1989, año en que salió

su primer libro al mercado: Don Salomón y la

peluquera, que cuenta la historia de un león

que se ve enfrentado al problema de no tener

quien lo peine para asistir a una fiesta de gala

que se va a dar con todos los animales. Des-

pués de recorrer la selva logra encontrar una

peluquera, pero tan despistada que le corta la

melena más de la cuenta, dejándolo con un

motilado rarísimo, conviertiéndolo en el centro de atención y

la sensación de la fiesta.

Su libro más importante es hasta ese momento Conjuros

y sortilegios, publicado en 1990, seleccionado en la lista de

honor Ibby - Fundalectura, entre otros galardones internacio-

nales. Es, a juicio de la escritora Yolanda Reyes, “un libro que

logra encantar a los niños con la magia de la poesía, un gé-

nero del que se publica poco en Colombia; un libro creativo,

irreverente y fresco, decididamente a favor de los niños”.

En esta ocasión hubo dos sesiones finales con Irene Vas-

co, una con los niños de primaria en el Planetario Municipal,

J u e g o L i t e r a r i o

Un encuentro entreconjuros y sortilegios

Page 44: Libro Juego Literario de Medellín

44

y la otra en el Jardín Botánico con los grupos de bachillerato,

de a 400 estudiantes en cada sesión. Ya era evidente que una

sola sesión no daba abasto para la cantidad de niños y jóve-

nes participantes del Juego Literario. En ambas sesiones fue

reiterada la apelación a los elementos de misterio y brujería

suscitados por la lectura de Conjuros y sortilegios. Se vieron

muchos disfraces y motivos de brujas (además ya estaba

cerca la noche del Halloween), candelabros, murciélagos,

brebajes, etc.

De modo que Irene Vasco estuvo literalmente en-

cantada durante las horas que duraron sus dos en-

cuentros con los niños y jóvenes de Medellín. Así lo

atestigua en un aparte de la carta de agradecimiento

que después envió a la organización del evento:

Un año después, por esos imponderables que nunca fal-

tan, a la misma Irene Vasco le corresponderá volver a fungir

como autora al Juego, porque la escritora invitada formalmen-

te, la brasilera Ana María Machado, no pudo venir a Medellín.

Debió cancelar su participación por asuntos de salud.

“…recibí los regalos más bonitos que nadie jamás ha recibido: silletas como las que desfilan por las calles de Medellín en la Feria de las Flores, pero en miniatura, he-chas por los niños. Y como si fuera poco, las habían hecho para mí. Guardo las silletas, pero trato de no mirarlas. Me da miedo que sus flores secas vuelen y desaparezcan y que repentinamente el hechizo de ese día se rompa”.

Page 45: Libro Juego Literario de Medellín

45

De Ana María Machado hay que decir que es una

de las escritoras de literatura infantil más importantes

de América Latina. Para ese momento su obra había

sido traducida a varios idiomas y se había leído en 16

países, con ventas millonarias de sus libros, entre los

que se destacaban Ah pajarita si yo pudiera, Un deseo

loco, Un buen coro, Camilón comilón, El domador de

monstruos, La abuelita aventurera, Un montón de unicornios,

Un pajarito me contó. Son obras que posibilitan un juego de

rimas y consonancias muy cercano al folclor popular del Bra-

sil, que cautivan por el humor, la sencillez de su lenguaje, sus

dinosaurios, dragones, unicornios y otros personajes fantás-

ticos.

En la hoja de vida de Ana María Machado también re-

salta haber figurado como candidata al premio Hans Cristian

Andersen, considerado el Nobel de la literatura infantil; y

contaba su oficio de traductora, periodista cultural, profesora

universitaria, y su doctorado en la École de Pratique des Hau-

tes Études, de París, donde fue alumna de Roland Barthes.

Era pues, una invitada de lujo, cuya presencia en el VII Juego

Literario desafortunadamente no se pudo dar. Pero quedó de

todas maneras la lectura de sus libros, que fascinaron a los

niños de Medellín.

Irene Vasco, con la experiencia adquirida en el

juego anterior, supo suplir muy bien la ausencia de

la Machado, cuya obra ella conocía al dedillo, por-

que hablaba el idioma portugués. Además era

amiga personal de la brasilera, lo cual fue una

ventaja a la hora de orientar los talleres en los

que estuvo con los niños, y en la sesión final en

el Planetario Municipal. Fue la sesión final más loca

y guapachosa que se haya hecho hasta entonces,

Page 46: Libro Juego Literario de Medellín

46

porque su motivo central fue el carnaval, con disfraces clási-

cos del Carnaval de Río de Janeiro, humo de colores, juego de

luces y samba, mucha samba.

Y en esta ocasión fueron 30 las instituciones educativas

participantes en el Juego: 24 públicas y 6 privadas. Era por

tanto un evento que ya se hacía sentir en la ciudad, que es-

taba poniendo a leer, con resultados inobjetables, a unos tres

mil niños, porque en el proceso de la lectura participan por

cada institución no menos de cien niños y jóvenes. Fue por

eso que se optó porque el escritor invitado estuviera en varios

escenarios para que pudiera reunirse con el mayor número

de niños posible, como lo habían estado Francisco Hinojosa

e Irene Vasco.

Page 47: Libro Juego Literario de Medellín

47

Yolanda Reyes, escritora colombiana, naci-

da en Bucaramanga, con una larga carrera en la

docencia y estudios de especialización en filo-

logía y literatura, ganadora del premio Noveles

Talentos de Fundalectura por su libro de cuen-

tos El terror de 6º B y otras historias de colegio,

fue la escritora invitada en el año 2000. Con

ella, y con los alumnos de 32 establecimientos

educativos que este año participaron, el Juego

Literario de Medellín entró al siglo XXI con todas sus luces

encendidas.

“Yolanda Reyes logra componer relatos tiernos e hilaran-

tes, trágicos e irrespetuosos que reflejan como pocos esos

caos en que la traviesa inocencia, al lado de la imaginación,

predominan sobre todas las cosas”, dice de ella Conrado Zu-

luaga, crítico literario. Y es que sus cuentos y novelas, además

de divertidos, son refrescantes, desnudos de solemnidad. Y

en ellos los adolescentes se ven reflejados en sus problemas

cotidianos, sin paternalismos ni afanes moralizantes. Aparte

de El terror de 6º B, libro base del juego que narra los des-

enfrenos de la vida de colegio, otras obras de Yolanda Reyes

son María de los dinosaurios, Biografía de Manuel Ancízar,

Los años terribles.

ºY en consonancia con el espíritu de estas obras para la

versión del Juego Literario de este año, el primero del nuevo

siglo, se escogieron estudiantes de grados 6º, 7º y 8º, o sea

J u e g o L i t e r a r i o

Las luces delnuevo siglo

Page 48: Libro Juego Literario de Medellín

48

en plena adolescencia. Con ellos el proceso de lectura, los ta-

lleres, los encuentros interinstitucionales y la sesión final se

hicieron con la misma metodología de juegos anteriores, con

las novedades que la organización y cada plantel aportaron.

Para destacar, el concurso de diarios personales, con la

idea de que los estudiantes plasmaran sus impresiones sobre

temas muy íntimos: el primer amor, el significado de ser ado-

lescente, la relación con la familia y los amigos, etc. En uno

de los diarios escogidos, el de Johana, de la escuela Rosalía

Suárez, se lee:

Otra actividad interesante fue el concurso de periódicos

murales en todas las instituciones participantes, con el tema

de la adolescencia. En los murales cabían entrevistas, opi-

niones, caricaturas, reseñas de los libros de Yolanda Reyes y

datos sobre la vida y obra de ésta. Con todos los periódicos

murales ganadores en cada institución se hizo una exposición

el día de la sesión final con Yolanda Reyes en el Planetario

Municipal.

Como anécdota de la sesión final, harto conmovedora por

cierto, quedó lo ocurrido con Johana, estudiante del liceo San-

“Ser adolescente no es nada bueno. Uno tiene que pa-sar por obstáculos muy horribles. Los padres lo van recha-zando porque uno se vuelve rebelde…Tengo rabia con mi adolescencia porque los hombres lo ven a uno con mucha morbosidad, no me gusta ser adolescente porque siento que el mundo se me cae encima. Pero tampoco quisiera ser vieja tan pronto, pero bueno el destino es el que manda”.

Page 49: Libro Juego Literario de Medellín

49

ta Rosa de Lima. Resulta que por el diario personal que ella

presentó al concurso se supo que padecía una enfermedad

incurable y que le quedaba poco tiempo de vida. Su escrito

precisamente versaba sobre el significado de la muerte en

plena adolescencia. Yolanda Reyes, quien manejó la sesión

con la propiedad que le daban todos sus años de docencia,

la invitó a subir al escenario para que leyera su escrito. Y es-

cuchar a aquella niña leer con voz pausada lo que era algo

así como su epitafio, fue un momento realmente emotivo.

Para su novena versión, realizada en septiembre de

2001, el Juego Literario dio un notable salto geográfico.

Como se dice popularmente: al otro lado del charco, a la

madre patria, a España, país de donde vino Jordi Sierra

i Fabra, el escritor invitado, todo un personaje de la

literatura infantil y juvenil, un hombre polifacético y

prolífico en letras y músicas, porque aparte de escri-

tor se le considera una autoridad en la música rock.

Nacido en Barcelona en 1947, Jordi Sierra se define

como un apasionado de la literatura, dedicado a escribir des-

de cuando tuvo 21 años. Y a escribir febrilmente, según da

cuenta su caudalosa obra: 250 libros escritos, en todos los

géneros, desde la novela negra a la ciencia ficción, pasando

por la narrativa infantil y juvenil, la poesía, el ensayo, el humor

y las biografías de músicos. Algunos incluso fueron llevados

al cine.

Page 50: Libro Juego Literario de Medellín

50

Los temas de Jordi Sierra son contemporáneos,

de palpitante interés para los jóvenes de hoy: la

música, el consumo de drogas sintéticas, la ano-

rexia, o asuntos sociales como la ecología, los

desplazados, la guerrilla. “Es un todo terreno de

la literatura, sin género que se le resista, que es-

cribe con la música de Stravinsky o The Beatles,

rock o heavy metal”, comentó sobre él un perió-

dico de Barcelona. Y el mismo Jordi Sierra opina

sobre su obra lo siguiente:

“Mis libros son sobre jóvenes, sus personajes son

jóvenes, pero los puede leer cualquiera: padres de fa-

milia, docentes. Son libros duros, porque no creo que el

niño tenga que leer libros felices. Hay que contarle el mundo

en el que vive para que no crezca intolerante o racista. Mis

libros son un espejo en el que el lector se refleja y aprende

a conocerse”.

Precisamente por ese particular perfil temático de las

obras de Jordi Sierra i Fabra, para esta versión del Juego

Literario se decidió convocar a jóvenes de grados 9º y 10º,

quienes leyeron, entre otros libros de este

autor: Campos de fresas, que trata el tema

de las drogas sintéticas; El joven Lennon,

biografía de la vida juvenil del fundador de

The Beatles; Las chicas de Alambre, que

aborda el mundo del modelaje; Las alas del sol, sobre vidas

de desplazados; y la trilogía: …en un lugar llamado Tierra, Re-

greso a un lugar llamado Tierra y El testamento de un lugar

llamado Tierra.

El siguiente es el primer mensaje que Jordi envió desde

España a los jóvenes con los que, dos meses después, se iría

a reunir en Medellín:

Page 51: Libro Juego Literario de Medellín

51

Y esta que sigue es una de las muchas cartas que por

correo electrónico recibió Jordi de los jóvenes de Medellín:

La estadía de Jordi Sierra i Fabra en Medellín, que se pro-

longó varios días, fue movida. Estuvo en muchas partes y

compartió con distintas gentes, jóvenes y adultos. En primer

lugar con la prensa, porque es un artista carismático y con

“Recibí hace unas semanas la propuesta de ser el autor in-vitado al Juego Literario. Hay pocas palabras para describir el honor que supone para mí este reconocimiento, máxime cuan-do voy a ser el primer escritor no latinoamericano que tome parte en este evento tan reconocido. Decenas de chicos y chicas leen estos meses mis libros en Medellín, a la espera de nuestro encuentro en septiembre, y esto me sigue produciendo asom-bro. Ellos conocen mi alma. Yo pronto conoceré sus rostros”.

“Usted se ha convertido como en una especie de adicción, sus libros nos envuelven en la magia y pasan de ser solo un montón de papel a ser historias que despiertan sentimientos que muchas veces resultan enre-dados dentro de nosotros. Somos estudiantes de décimo gra-do, con un montón de inquietudes y miedos que a veces se identifican con sus obras, o por lo menos con sus personajes. Nos gustaría conocerle, mirarle a los ojos y ya que como di-cen que estos son el espejo del alma, poder mirar la suya”.

Page 52: Libro Juego Literario de Medellín

52

oficio mediático. Fue invitado a programas de Teleantioquia y

Telemedellín, estuvo en una tertulia en el periódico El Colom-

biano, y fue entrevistado por los tres periódicos de la ciudad.

Asistió a cuatro talleres y charlas con docentes en las bibliote-

cas de La Floresta, Robledo y las de Comfenalco del centro y

el barrio Guayabal; y le alcanzó el tiempo para compartir con

los estudiantes de 5 instituciones privadas.

La sesión final tuvo un escenario distinto al Planetario Mu-

nicipal. Se realizó en el teatro Lido, ubicado en el Parque de

Bolívar y declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad. Allí

Jordi se reunió con 400 jóvenes en una amena tertulia que se

cerró con un concierto de música rock. Y en la noche encabe-

zó una tertulia con docentes, promotores de lectura y padres

de familia.

Pero la presencia de Jordi, y su importancia para el desa-

rrollo del Juego Literario, fueron más allá. Tan impresionado

y entusiasmado quedó con el evento, le dio tanto valor, que

decidió apoyarlo desde España. Fue así como creó en Me-

dellín, en el 2005, la Fundación Taller de Letras, que a partir

de ese momento contribuirá a impulsar y a apoyar el Juego

Literario en la ciudad. Es una especie de filial de la Fundación

Jordi Sierra i Fabra que él mismo había impulsado en su natal

Barcelona.

Page 53: Libro Juego Literario de Medellín

53

Si hay un personaje de la literatura infantil contemporánea

más reconocido y querido por los niños del mundo entero, es

el chimpancé Willy, pesonaje central de las obras del escritor y

gran ilustrador inglés Anthony Browne, autor escogido para el

X Juego Literario del año 2002; de quien los niños de Medellín

leyeron obras como Willy el campeón, Willy el mago, Willy el

soñador, Willy el tímido, El libro de los cerdos, El libro del osito,

El Túnel, Gorila, Voces en el parque y Zoológico.

Anthony Browne ya había estado dos veces en Colombia

en años anteriores, una de ellas en Cartagena, recibiendo el

premio Hans Christian Andersen, el más importante galardón

de la literatura infantil a nivel mundial. Pero pese a la invita-

ción que la organización del Juego Literario le cursó, y que

él en un principio aceptó, surgieron inconvenientes que no

le permitieron viajar a Medellín. Pero igual, su obra se leyó

con entusiasmo en la ciudad y fue una experiencia inolvidable

para los niños que participaron en el proceso de lectura.

J u e g o L i t e r a r i o

Willy en Medellín

Page 54: Libro Juego Literario de Medellín

54

En cuanto a los datos biográficos de Anthony Browne,

nada más pertinente que una aparte de la carta que él mismo

le envió a los niños de Medellín cuando todavía su participa-

ción en el Juego Literario estaba en firme:

¡Hola amigos! Este año estaré en el X Juego Literario. Estoy ansioso por llegar a Medellín y conocer mucho sobre ustedes. Sé que son muy buenos lectores y que disfrutan con mis libros, por eso quiero contarles un poco de mí. Nací en Sheffielde, Inglate-rra, en 1946. De pequeño viví en una taberna con mi madre y mi hermano, mi padre estaba en el ejército. Allí me paraban sobre las mesas y contaba cuentos a los clientes. Además dis-frutaba dibujando. Me encantaban las escenas de peleas en-tre indios y vaqueros. Un día descubrí a Alicia en el País de las Maravillas. Fue genial y empecé a realizar ilustraciones surrealistas aunque yo no sabía qué era eso. Era pésimo estu-diante, pero logré terminar la carrera de diseño grafico. Fue entonces cuando aprendí como contar historias con imágenes, ya tenía la posibilidad de crear con libertad y así nacieron gorilas, osos, niños y chistes. Luego me di cuenta de que podía escribir e ilustrar para niños, y a eso me dediqué. Desde enton-ces he publicado muchos libros, que tratan de los sentimientos, pero busco que el humor siempre esté presente. Ahora vivo con mi familia al sur de Inglaterra en una aldea cerca del mar, donde paso los días en compañía de mi esposa Jane, que es vio-linista; Joseph y Ellen, mis dos hijos; un perro y un gato”.

Page 55: Libro Juego Literario de Medellín

55

Willy, que como era de esperarse fue la estrella rutilante

del Juego Literario de aquel año, es un chimpancé solitario y

amable que viste pantalón verde y chaleco de colores, a quien

le gustan muchas cosas: pintar, andar en triciclo, jugar, dis-

frazarse, ir a fiestas, estar con amigos, bañarse en la tina, oír

cuentos, leerlos. Su figura, siempre simpática y feliz para los

niños, aparece en los libros de Browne haciendo todas estas

cosas, porque son historias en las que el texto y las ilustracio-

nes se funden en un solo cuerpo narrativo. “Lo que verdade-

ramente amo es la relación entre las imágenes, las palabras

y los niños”, dice el autor. Y sus ilustraciones son tan ricas en

detalles que obligan al lector a utilizar su capacidad de obser-

vación, haciendo de la lectura toda una propuesta lúdica.

Esta vez, por la índole de las obras de Browne, los escogi-

dos para el juego de lectura fueron niños de primaria básica

de 33 planteles educativos, como siempre entre públicos y

privados. Y en ese juego Willy dio para todo. Con la orientación

de los docentes y los promotores del Servicio Móvil de Lectura

los niños lo dibujaron y pintaron en todas sus facetas. Le in-

ventaron historias, le compusieron acertijos, sopas de letras,

crucigramas y otras ocurrencias lúdicas que resultaron muy

divertidas.

Ante la declinación de la visita de Anthony Browne para la

sesión final, la organización del Juego Literario volvió a llamar

a Irene Vasco, quien por segunda vez reemplaza un escritor

que no pudo venir a Medellín, demostrando así el enorme ca-

riño que ya le había tomado al Juego Literario. Esta fue su ter-

cera participación, contando la vez en que ella fue la escritora

invitada. Vino a Medellín acompañada de su hija María del Sol,

quien por su amplio conocimiento del idioma inglés realizó

un aporte importante leyendo algunos textos enviados por el

autor especialmente para el Juego.

Page 56: Libro Juego Literario de Medellín

56

Aparte de la sesión final, que en esta ocasión

se realizó en el marco de la Feria del Libro de Me-

dellín, Irene Vasco participó en dos talleres con do-

centes y promotores de lectura, y tuvo encuentros

con estudiantes de tres colegios privados en el Co-

lombo Americano. Es de destacar el apoyo que la

Facultad de Idiomas de la Universidad de Antioquia

brindó en esta ocasión, con la traducción de algu-

nas obras de Browne y los videos que él mismo

grabó y envió a Medellín para tener, por lo menos,

esa presencia en el Juego Literario.

Otro hecho a destacar fue la reanudación del

Seminario de Literatura Infantil de Medellín, evento

que, por decisión de la Secretaría de Cultura Ciuda-

dana de la época, estuvo cuatro años suspendido. Su relanza-

miento se hizo en el marco de la Feria del Libro, en el Palacio

de Exposiciones.

En el año 2003 el escritor invitado fue Celso

Román, y el número de instituciones educa-

tivas participantes ascendió a 45, que invo-

lucraron en el proceso lúdico de lectura a

1.600 estudiantes de primaria y secundaria,

el número más alto hasta entonces.

La hoja de vida de Celso Román dice

que es un escritor nacido en Bogotá, en

1947, quien llegó al oficio de la literatu-

ra después de algunos devaneos en otros

asuntos, como quiera que primero cursó medicina

veterinaria en la Universidad Nacional y escultura en Bellas

Artes. Sus primeros trabajos literarios los publicó en las pági-

nas de los periódicos El Tiempo y El Espectador y en revistas

de literatura. Al Juego Literario llegó precedido por el prestigio

Page 57: Libro Juego Literario de Medellín

57

de haber ganado el Premio Enka de

literatura infantil, con el libro Los ami-

gos del hombre, y el Premio Norma

- Fundalectura, con El Imperio de las

cinco lunas.

En su temática, Celso Román es

un escritor de variopinta gama, que

explora en diversos mundos: en el de

los mitos y las leyendas colombianas,

en los sucesos y los objetos de la vida cotidiana, y en los asun-

tos de la ciencia y la ecología. Resultado de esto son los doce

cuentos cortos de la serie Viva la Ciencia. Y es un escritor

particularmente sensible al tema de los animales, no en vano

fue profesional de la veterinaria antes que escritor.

Debido al alto número de estudiantes participantes en los

procesos de lectura, la sesión final se tuvo que partir en tres

tandas, para que así el escritor invitado pudiera tener con-

tacto directo con un mayor número de estudiantes. Una de

estas sesiones se hizo con los establecimientos público, en el

Jardín Botánico, otra en el Colegio San Ignacio con las institu-

ciones privadas, una tercera sesión de taller con los docentes

que animaron el Juego Literario, y una cuarta con los niños del

corregimiento Palmitas, donde Celso Román gozó como otro

niño más en su comunión con la naturaleza. Incluso con sus

propias manos sembró un árbol.

Pero además —y como novedad— un grupo de madres

de familia esta vez no participó como acompañante sino como

protagonistas del Juego Literario. El proceso de lectura con es-

tas madres se hizo durante tres meses en el Centro Educativo

La Pradera y la Escuela Ricaurte, entre otras instituciones. Esta

iniciativa lectora con las madres de familia la impulsaron Aura

López y la promotora de lectura Blanca Nelly Múnera.

Page 58: Libro Juego Literario de Medellín

58

Por su nombre y apellido es difícil advertir la nacionalidad

colombiana de Ivar Da Coll, escritor e ilustrador invitado al XII

Juego Literario de Medellín en el año 2004. Nacido en Bogotá

para más señas.

Da Coll, de padre de ascendencia italiana y madre de

abuelo sueco, es uno de los autores de literatura infantil más

exitosos de la última generación; prestigio que también se

extiende a su arte como ilustrador de sus propias obras. In-

cluso ha trabajado para distintas editoriales como ilustrador

de libros de otros autores. Es además un hombre de teatro,

un titiritero más específicamente, un hacedor de muñecos y

diseñador de escenografías para representaciones de títeres.

Chigüiro es un mamífero que habita en los llanos orien-

tales colombo venezolanos, y es uno de los personajes cen-

trales de los cuentos de Da Coll; un personaje que resulta

entrañable para los niños que se acercan a su mundo, es-

pecialmente para los más pequeños, los que se inician su

acercamiento al mundo del libro. Las muchas aventu-

ras que Chigüiro vive en las inmensidades de los llanos

orientales, son la materia prima de los cuentos de este

autor bogotano, los mismos que en el año 2000 le valie-

ron su postulación como candidato por Colombia al Premio

Hans Christian Andersen.

En una de las cartas que Da Coll envió a los niños de Me-

dellín, previo a su encuentro con ellos en el mes de octubre,

Chigüiro se autopresenta de la siguiente manera:

J u e g o L i t e r a r i o

Un Chigüirocamina por las aulas

Page 59: Libro Juego Literario de Medellín

59

Por su parte, la escritora Yolanda Reyes al comentar

la obra de Da Coll resalta lo que ella llama la poética de

lo simple:

“La suya es una escritura desenfadada, llena de ma-

tices expresivos; es un universo en el que las pequeñas

cosas son miradas con una poética de lo simple, que se

acerca sin presunciones adultas o intelectuales al univer-

so infantil. Sus personajes quedan en la memoria, algo que no

es fácil que se de en la literatura infantil colombiana”.

Este XII Juego Literario involucró en los procesos de lectu-

ra a 1.800 estudiantes de 35 instituciones educativas. Y si su-

mamos todos los participantes en las 11 versiones anteriores,

tenemos que hasta ese momento unos 9.000 niños y jóvenes

de cerca de 300 instituciones de Medellín han vivido la expe-

riencia del Juego Literario.

Otro aspecto importante fue la conferencia magistral que

ofreció a maestros la especialista en literatura infantil Beatriz

Robledo, directora de Taller de Talleres y ampliamente conoce-

dora de la obra de Ivar Da Coll.

“¡Hola a todos! Soy Chigüiro, un simpático ani-mal que vive en los Llanos. Bueno también soy mamífero, camino en cuatro patas y me siento sobre el trasero para limpiarme la cara con las ex-tremidades delanteras o para bailar. Quiero que nos hagamos muy amigos, porque eso del Juego Li-terario me parece súper divertido. Cuando nos lle-gó la invitación de Medellín, Ivar y yo saltábamos de emoción. Su amigo, Chigüiro”.

Page 60: Libro Juego Literario de Medellín

60

La mecánica, las lecturas preliminares y los ejercicios su-

geridos por los docentes en cada establecimiento, no tuvie-

ron mayores variaciones con respecto a los juegos de años

anteriores. Hubo sí un énfasis en el perfil de los talleristas: se

contrataron ilustradores para que promovieran los dibujos y

las ilustraciones de la obra de Ivar Da Coll.

Una bien curiosa novedad fue la participación de bebés.

Sí, de bebés, aprovechando que los editores de la obra de Da

Coll publicaron un tiraje de libros hechos especialmente para

bebés, en material de plástico. El antecedente de esta expe-

riencia fue un simposio que un año atrás se había realizado

en Bogotá sobre el tema lectura con bebés, dictado por un

experto francés. De este simposio el Servicio Móvil de Lectura

sacó la idea de hacer un proceso con bebés en el Juego Lite-

rario de Medellín. Lo lideró la promotora Blanca Nelly Múnera

y se llevó a cabo en la sede del Servicio Móvil de Lectura con

un grupo de mamás y papás. Y así, mediante la lectura oral de

los cuentos y la visión guiada de las ilustraciones de Da Coll en

los libros de plástico, los bebés tuvieron su primera relación

con el libro.

Algo que conmovió mucho a Da Coll, fue su visita al co-

rregimiento Palmitas, donde hay escuelas a las que las cajas

viajeras del Servicio Móvil tienen que llegar a lomo de caballo,

por lo escarpado del terreno y lo lejos que se encuentran. Allí,

Page 61: Libro Juego Literario de Medellín

61

la emoción del autor fue grande al comprobar que en esas

lejanías los niños estaban leyendo su obra. Pero dejemos que

sea él mismo Da Coll quien nos haga, a su manera, el balance

del Juego Literario, en este aparte de una entrevista que con-

cedió a un periódico local:

¿Cómo te sientes con los niños de Medellín cuando te ro-

dean y te dicen que eres un gran escritor?

“Me aterra y me asombra que para ellos sea tan impor-

tante verme. Descubrir que existo, que soy de carne y

hueso. Nunca creí que el Juego Literario tuviera tanta

fuerza. Ya perdí la cuenta de cuántos autógrafos he dado

y todavía me falta un día”.

¿Cuál de los encuentros con los niños te ha impactado

más?

“Me emocionó mucho el encuentro en el corregimiento

de Palmitas, porque eran los chicos de las escuelas rura-

les. Tuvieron que desplazarse para ir a conocerme y dejar

sus labores para compartir conmigo. Ellos conocían mis

libros y hablaban sobre las historias. Eso de verdad me

causa mucha admiración y respeto”.

Y sobre El Juego Literario en sí, ¿qué nos puedes decir?

“Me encanta como esta estructurado: cubre diferentes

sectores, estratos y colegios, la zona rural y urbana. Ade-

más tiene diversidad de lectores: bebés, niños, padres,

maestros, bibliotecólogos, promotores. En la tertulia des-

cubrí que los maestros saben mucho de literatura infan-

til, se han preparado bastante para ello. Ellos son en ese

sentido verdaderos instrumentos de paz, porque alguien

que esté cerca de un libro tiene la probabilidad de ale-

jarse de cualquier manifestación de violencia. El juego

literario es un aporte a ser mejores ciudadanos”.

Page 62: Libro Juego Literario de Medellín

62

Para el XIII Juego Literario el autor invita-

do fue otro bogotano: Evelio José Rosero, un

escritor de larga trayectoria y reconocimien-

to nacional e internacional. Ganó el Premio

Iberoamericano Norma–Fundalectura, el

Premio Colcultura, y el Premio Enka de

Literatura Infantil, entre otros. Tiene ade-

más estudios de comunicación social y

periodismo, que ejerce tangencialmente.

La literatura de Rosero comprende un amplio espectro:

es apta para chicos, jóvenes y adultos, por lo que para esta

versión del Juego se seleccionaron niños de 5º de primaria y

de 6º y 7º de secundaria, quienes leyeron obras como: Tere-

sita cantaba, Juliana nos mira, Mateo solo, Las esquinas más

largas, El aprendiz de mago, Cuentos para matar un perro, La

pulga fiel, La duenda, Juega el amor, El hombre que quería es-

cribir una carta, El señor que no conoce

la luna, Para subir al cielo, El capitán de

las tres cabezas, y la obra de teatro Ahí

están pintados.

Lo siguiente es lo que le escribió una

niña a la promotora que animó los ta-

lleres de lectura en su escuela, sobre lo

que para ella significó el Juego Literario:

Sobre esta versión del Juego, el periódi-

Page 63: Libro Juego Literario de Medellín

63

co El Tiempo publicó una crónica en la

cual se resalta la calidad del encuentro

final en el cual los niños hicieron pregun-

tas como esta: “En tu libro El señor que

no conocía la luna me impactó mucho

el principio en el que el protagonista no

puede salir de su propia cárcel, ¿me pue-

des decir en qué estabas pensando cuándo

escribiste eso?” Ante esta pregunta de Luisa

Fernanda Toro, de 11 años y estudiante del grado 5º de la

Escuela Normal Superior de Medellín, el auditorio quedó en

silencio, pues ninguno de los casi 500 asistentes sabía porque

una niña hacía este tipo de preguntas sobre un libro escrito

en un principio para adultos.

El XIII Juego Literario se llevó a cabo en el marco de la

10ª Feria del Libro de Medellín y contó con el apoyo técnico

y logístico de Utopía Urbana, entidad que ha acompañado el

Juego en varias de sus versiones.

“Me gustó el encuentro entre escuelas y me gustaron todos los cuentos de Evelio José Rosero y en especial Teresita cantaba. Y me gustaron mucho tus clases. Ojalá que volvieras pero lásti-ma que no vas a volver a darnos más clases. Me voy a quedar muy triste, pero gracias por venir a la escuela a hablarnos de Evelio José, gracias por hablarnos y enseñarnos, gracias por todo y que te vaya bien, espero que te acuerdes de nosotros”.

Page 64: Libro Juego Literario de Medellín

64

El Juego Literario del 2006 fue especial,

distinto a todos los realizados hasta enton-

ces en el sentido que el autor invitado ya

no fue una persona de carne y hueso sino

un autor ya fallecido. Estamos hablando del

británico Roald Dahl, un clásico de la lite-

ratura infantil del Siglo XX del cual se celebraba un su 90º

aniversario.

Nacido en el país de Gales en 1916 y fallecido en Oxford

en 1990, Dahl es considerado un autor impertinente, contro-

vertido, de humor corrosivo, cuyas novelas y cuentos han

merecido juicios de todo tipo: cínicos, crueles, brillantes, hila-

rantes y hasta desagradables y nauseabundos. Pero los niños

son felices leyéndolos; gozan de lo macabro y extravagante

que hay en ellos, y también del absurdo, el disparate y el sin-

sentido de sus personajes y situaciones.

Es de anotar que el trabajo literario de Roald Dahl ya es

inseparable de las ilustraciones que de sus textos ha hecho

el artista Quentin Blake, también británico, cuyos

dibujos tienen un aire de

espontaneidad y frescura

tal que crean la falsa ilu-

sión de ser hechos por un

niño.

De la biografía de Roa-

ld Dahl hay que decir que

J u e g o L i t e r a r i o

Juego con un autorque ya no está

Page 65: Libro Juego Literario de Medellín

65

tuvo una infancia no muy agradable, que como piloto de la

Royal Air Force combatió a italianos y alemanes en la Segun-

da Guerra Mundial, y que durante la convalecencia de las he-

ridas que sufrió en un accidente aéreo, descubrió algo que no

lo va a desamparar en el resto de su vida: la escritura. Empe-

zará a fluir en él todas esas historias que tanto han divertido

a niños, jóvenes y adultos del mundo entero: Los

Gremlins, James y el melocotón gigante, Charlie y

la fábrica de chocolates, una novela traducida a 17

idiomas, que trata sobre una fábrica de chocolates

en la que, bajo la batuta de un director loco, se ha-

cen cosas maravillosas. Después vinieron El gigan-

te bonachón, El campeón del mundo, Los cretinos,

Las brujas, y Matilda, que en sólo en el Reino Unido

vendió en seis meses medio millón de ejemplares.

Algunos de sus libros fueron llevados al cine.

A parte de la lectura de todos estos li-

bros, los niños de las más de 50 instituciones

educativas participantes en el Juego Literario

de este año pudieron ver también 4 películas

y 5 funciones de títeres. Además se realizaron 3

tertulias sobre literatura infantil con docentes, bi-

bliotecarios y promotores de lectura. Fue de mu-

cha ayuda el apoyo dado por Peonza, revista de

literatura infantil de España, que desde este país

envió a Medellín un surtido material gráfico, afiches

y piezas promocionales de la obra de Roald Dahl.

En realidad esta versión del Juego Literario, no fue

un encuentro sino un reencuentro con Dahl, ya que,

como se recordará, la lectura colectiva de su novela Ma-

tilda fue el germen que dio origen al Juego Literario, por

allá en 1992.

Page 66: Libro Juego Literario de Medellín

66

El Juego Literario de Medellín cumple sus pri-

meros 15 años de existencia en el 2007, hecho

que, aparte de ser un buen motivo para celebrar,

da cuenta del notable desarrollo alcanzado por este

proyecto cultural, y exalta de paso la tesonera labor

realizada por el Servicio Móvil de Lectura y demás

instituciones y personas responsables de su organi-

zación a lo largo de todos esos años.

Pero en esta ocasión no se trata de un Juego Li-

terario al estilo de los realizados en años anteriores,

ni se queda en la mera celebración de los 15 años. Es

una edición muy especial, que se realiza en el marco

de la gran apertura cultural que impulsa en Medellín la

Administración del Alcalde Sergio Fajardo Valderrama,

y que tiene a la educación, el libro y la lectura como

protagonistas de primera línea. Es, en fin, una apuesta

que favorece de una manera enfática la actividad lec-

J u e g o L i t e r a r i o

2007, el juegose multiplica

Page 67: Libro Juego Literario de Medellín

67

tora en establecimientos educativos y bibliotecas públicas de

la ciudad.

Y esta apuesta tiene que ver con la decisión de incluir al

Juego Literario dentro del Plan Municipal de Lectura Medellín

una ciudad para leer, decisión que tomó la Alcaldía y que de

entrada le concede al Juego una categoría que antes no tenía:

lo convierte en un gran evento de ciudad, vinculado a otros

programas y eventos como la Fiesta del Libro y la Cultura, el

XVI Seminario de Literatura Infantil, la Red de Escritores Esco-

lares, el Festival Infantil de Poesía Ecológica, el Congresito los

niños y niñas tienen la palabra y el Programa Buen Comienzo.

Pero sobre todo, vinculado a la programación cultural de los

cinco Parques Biblioteca que la Administración del Alcalde Fa-

jardo le entrega este año a Medellín.

La primera consecuencia de este nuevo protagonismo del

Juego Literario es que su convocatoria y montaje ya no se ha-

cen dentro de las limitaciones logísticas del Servicio Móvil de

Lectura, que por cierto desde el 2002 dejó de ser dependencia

de la Secretaría de Educación y pasó a ser adscrito a la Secre-

taría de Cultura Ciudadana. La realización del XV Juego Literario

de Medellín supone este año una alta inversión superior a los

$200 millones, de la cual el 60% lo aporta la Secretaría de Cul-

tura Ciudadana.

El resto de la financiación corre en parte por cuenta de la

Fundación Taller de Letras, filial en Medellín de la Fundación

Jordi Sierra i Fabra, entidad que también tiene a su cargo la di-

rección y organización de todas las actividades de esta edición

especial del Juego Literario. El Ministerio de Cultura de España,

por su parte, en convenio con La Fundación Jordi Sierra i Fabra,

corrió con la invitación oficial y la financiación del desplaza-

miento hasta esta ciudad de 8 autores españoles de literatura

infantil invitados de manera especial al Juego Literario.

Page 68: Libro Juego Literario de Medellín

68

Y esa, la presencia constante de autores, es otro hito del

Juego Literario en esta versión de cumpleaños. Ya no se hizo,

como en las versiones anteriores, con un solo autor invita-

do. Esta vez son 20 autores, colombianos y extranjeros, entre

quienes figuran varios de los invitados a Juegos anteriores,

como Jordi Sierra i Fabra, de España; Francisco Hinojosa, de

México; y los colombianos Irene Vasco, Celso Román, Evelio

José Rosero, Ivar Da Coll y Yolanda Reyes.

Otros escritores invitados por Colombia son Jorge Franco,

Emma Lucía Ardila, Luis Fernando Macías, Maria del Sol Peral-

ta, Mario Mendoza y José Luis Díaz-Granados. La delegación

extranjera la completan, por España: Alfredo Gómez Cerdá,

Andreu Martin, Care Santos, Carlo Frabetti, Gonzalo Moure,

Ricardo Gómez y Antonio García Teijeiro.

La extensa programación y la duración en el tiempo son

también novedades de este Juego Literario, que se inicia en

abril y se extiende hasta noviembre, o sea cinco meses más

de su duración tradicional. Como también

es de destacar el notable incremento del

número de instituciones educativas vincu-

ladas: 103 en total, el triple de las que par-

ticiparon en el juego del 2006. Y son 17 las

instituciones culturales que esta vez apoyan

el evento, entre las cuales hay bibliotecas

públicas, Cajas de Compensación Familiar,

casas de la cultura, librerías, la Escuela del

Maestro, el Centro Colombo Americano y el

Jardín Botánico.

Para las actividades de promoción de

la lectura se realizan 720 talleres en institu-

ciones educativas y bibliotecas públicas de

la ciudad, con lo que se espera impactar a

Page 69: Libro Juego Literario de Medellín

69

26 mil niños de preescolar y básica primaria, y a 30 mil jóve-

nes de secundaria. Los talleres, como se sabe, constituyen

el cuerpo central del Juego Literario, pues en ellos los niños

y jóvenes exploran las múltiples posibilidades que ofrece la

lectura, encuentran un espacio para contar historias, jugar

con las palabras, dibujar, pintar, crear y sobre todo divertirse.

Asimismo se programan 20 tertulias de los autores invitados

con los docentes, bibliotecarios y promotores de lectura, a las

que se espera asistan unas 1.300 personas en total.

Y en este punto vale destacar que una buena parte de

los talleres, las tertulias y los encuentros con los escritores

invitados tiene lugar en los nuevos Parques Biblioteca que la

Administración Municipal entregó este año a la ciudad. Son

escenarios naturales para una actividad como el Juego

Literario, que en ellos tiene ya espacios garantizados

para sus futuras realizaciones.

Entre los meses de abril y octubre se desarrolla

un proceso de promoción de lectura con base en las

obras de los escritores participantes en el Juego Li-

terario, cuyo lanzamiento se hizo en el mes de abril

con la presencia del el mexicano Francisco Hino-

josa, autor de la célebre obra La peor señora del

mundo. Francisco permanece varios días

en la ciudad, donde preside un encuentro

con estudiantes y otro con profesores, bi-

bliotecarios y promotores de lectura.

En esta versión cabe destacar la pu-

blicación de una serie de once cartillas

coleccionables que la organización del

Juego Literario reparte entre los docentes,

bibliotecarios y promotores. Su objetivo es

que sirvan como herramientas didácticas

Page 70: Libro Juego Literario de Medellín

70

en los procesos de lectura, toda vez que cada coleccionable

contiene información sobre la vida y obra de los autores invi-

tados, así como reseñas de sus libros y ejemplos de juegos y

actividades lúdicas que los docentes y bibliotecarios pueden

utilizar en los procesos de lectura con sus estudiantes.

En la parte de difusión, el evento no se queda atrás. Tiene

como medio principal de difusión la página Web www.jue-

goliterariomedellin.com, en la que, a parte de la información

detallada de la programación y las noticias sobre los distintos

eventos, los lectores tienen la posibilidad de conocer la vida y

obra de los 20 autores invitados, e incluso conversar con ellos

a través de foros virtuales. Además la página Web incluye pro-

puestas didácticas para animar procesos de lectura, como

adivinanzas, juegos de palabras, curiosidades, ejercicios de

escritura creativa, concursos, producciones de los niños en

los talleres de lectura, etc.

En el mes de julio, el narrador y poeta español Antonio

García Teijeiro es el encargado de animar con su presencia los

talleres con los estudiantes y las tertulias con los docentes y

promotores de lectura. Su obra, escrita en gallego y castellano

(más de 60 libros publicados), ha merecido en su país varios

premios importantes. Su libro Versos de Agua

fue incluido por la crítica entre los 100 mejo-

res de la literatura española en el siglo XX. La

estadía de García Teijeiro en Medellín se prolon-

ga durante una semana, pues coincide con la

celebración del Festival Internacional de Poesía

de Medellín, evento en el que este autor ofrece

varios recitales.

Sobre El Juego Literario, y a manera de ba-

lance de su visita, García Teijeiro deja la siguien-

te opinión:

Page 71: Libro Juego Literario de Medellín

71

Mario Mendoza, autor colombiano de libros de interés para

jóvenes y adultos, llega como invitado a mediados de agosto, y su

visita es el abrebocas de lo que va a ocurrir en septiembre, mes

en el que llegan como invitados al Juego Literario los escritores

colombianos Celso Román, Irene Vasco, Evelio José Rosero, Javier

Naranjo, Emma Lucía Ardila, Luis Fernando Macías, Maria del Sol

Peralta y José Luis Díaz-Granados, y de nuevo el español Jordi Sie-

rra i Fabra, quienes tienen una apretada agenda de encuentros y

talleres con estudiantes, docentes

y bibliotecarios en

el marco de la

Fiesta del Libro

y la Cultura.

“Yo valoro muchísimo este Juego Literario. Es un mo-delo que podría aplicarse en cualquier otra parte del mundo. En España, por ejemplo, tendríamos mucho que aprender de él. Me he quedado auténticamente sorpren-dido de la capacidad de las personas que participan, del grupo humano tan maravilloso que está al frente y la buena relación que existe entre ellos, lo cálidos que son. Yo noto su afecto, y aplaudo sobre todo su compromiso con la lectura, con la poesía y la literatura”.

Page 72: Libro Juego Literario de Medellín

72

La Fiesta del Libro y la Cultura (antes llamada Feria del

Libro) en esta ocasión se realiza por primera vez en las ins-

talaciones del Jardín Botánico, un escenario bello y magnífico

donde el Juego Literario dispone de una gran carpa para de-

sarrollar los encuentros con los autores invitados y los estu-

diantes que han leído sus obras, al igual que una nutrida pro-

gramación de talleres, conferencias, lanzamientos de libros y

tertulias con los docentes y el público en general.

El escritor Jorge Franco, autor de la célebre no-

vela Rosario Tijeras, es el autor invitado al Juego

Literario durante la última semana de septiembre,

mientras para octubre y noviembre está prevista

la presencia en Medellín de los otros seis autores

españoles.

La agenda de los demás escritores españoles

invitados al Juego Literario se extiende al XVI Semi-

nario de Literatura Infantil de Medellín, a realizarse

entre el 4 y el 6 de octubre, como quiera que ambos eventos

persiguen el mismo propósito: fomentar el libro y la lectura en

la ciudad, y en tal condición hacen parte del Plan Municipal de

Lectura Medellín una ciudad para leer.

Y así termina la versión del XV Juego Literario de Mede-

llín, la que por sus especiales características está llamada a

marcarle derroteros más ambiciosos a este evento, al que sin

lugar a dudas le quedan muchos años de fructífera vida por

delante, para que las palabras continúen habitando la ciudad,

como bien lo afirmó el Alcalde Sergio Fajardo en el acto de su

lanzamiento.

Page 73: Libro Juego Literario de Medellín

73Coleccionables Juego Literario

Page 74: Libro Juego Literario de Medellín

74Coleccionables Juego Literario

Page 75: Libro Juego Literario de Medellín

75

El Juego Literario es un proceso que

avanza por pasos. El primero es establecer

las instituciones educativas que van a parti-

cipar, y el grado de escolaridad de los estu-

diantes escogidos para el proceso, algo que

depende del perfil del autor invitado como base

del Juego y del estilo y contenido de su obra. Si es

una obra de fácil comprensión y además bien ilus-

trada, se escogen los más pequeños, niños desde

preescolar hasta el grado 5º. Para obras más com-

plejas, de temática juvenil, se escogen estudiantes

de 6º hasta 11° grados. La selección puede ser más

amplia si se trata de un autor cuya obra puede ser

asimilada con igual interés por niños y jóvenes, e

incluso adultos.

El segundo paso es convocar a los maestros y bibliote-

carios de los establecimientos participantes, paso importante

porque son ellos, los formadores, los principales incitadores del

proceso de lectura. Por eso tan importante como que el niño no

sienta su participación como una obligación, motivo de buena o

mala nota, es que los educadores no lo vean como una carga

académica adicional. Tanto para éstos como para sus estudian-

tes la lectura debe ser un juego, un momento divertido, espon-

táneo. “El conocimiento debe llegarle al niño por gravedad y

no por imposición”, señala al respecto el poeta cubano David

Chericián, quien participó como autor invitado en el año 1996.

J u e g o L i t e r a r i o

Cómo se ha jugado

Page 76: Libro Juego Literario de Medellín

76

El solo hecho de involucrar a los educadores en el proce-

so de la lectura, es ya un logro del Juego Literario, porque lo

general y establecido es que éstos en su rutina escolar sean

poco afectos a la lectura, y por tanto tengan pocas vivencias

lectoras con sus alumnos. La tarea es entonces sensibilizar

y estimular a los docentes hacia la actividad lectora; hacer

que sean capaces de conducir la lectura de un libro por las

sendas más juguetonas y atractivas, de aplicar sus des-

trezas pedagógicas en encontrarle un sentido más rico

al acto de leer, pues no de otra manera lograrán atraer el

interesar de sus alumnos hacia los libros.

Un docente insensible a la magia de la poesía y la

literatura difícilmente logrará transmitirle al niño toda la

riqueza que encierra un libro, es lo corrobora Francisco

Hinojosa (escritor invitado en 1997 y en 2007) cuando

dice:

“La lectura se transmite por contagio. El solo hecho de

ver a su papá o a su mamá leyendo, o ver con frecuencia al

maestro concentrado en un libro, tiene para el niño el efecto

de contagio. Por eso al educador que no le guste la lectura

le queda más difícil cumplir su responsabilidad de formar

alumnos lectores”.

En el caso de la poesía, la sensibilización de los do-

centes es tarea más complicada todavía, porque, como

lo dice Antonio García Teijeiro, autor español de poesía

para niños invitado al Juego del 2007, en todas partes los edu-

cadores son poco afectos a la poesía:

“Está claro que los adultos guardan distancia con la poe-

sía. Le tienen una especie de miedo y por eso no la trans-

miten en las aulas. En cambio para los niños la poesía es

algo natural, les gusta jugar con las palabras, les gusta hacer

poesía, siempre y cuando ésta se la transmitan unos buenos

Page 77: Libro Juego Literario de Medellín

77

mediadores, que pueden ser los maestros, los bibliotecarios

y talleristas. Lo ideal fuera que se las transmitieran los padres

en el hogar, pero eso es aún más escaso”.

En efecto, el Juego Literario parte del postulado de que la

escuela no es la única formadora en la lectura. El buen lector

es, o debe ser, el resultado de la trilogía familia, biblioteca y

escuela. El primer acercamiento que el niño tiene al libro es

la voz de sus padres, cuando éstos le leen o le cuentan histo-

rias. Dice al respecto Francisco Hinojosa:

“Lo primero en la formación del lector, es la voz del padre

o la madre que les cuenta un cuento, que no necesariamente

tiene que ser leído. Por eso hay que felicitar a esos padres

que tienen inventiva para recrearle historias a sus hijos, que

no es algo muy complicado porque pueden ser historias sen-

cillas, a partir de las cosas cotidianas del niño: la familia, el

perro, los vecinos, los objetos de la casa…”.

Y agrega Celso Román, autor invitado al Juego en el 2003

y 2007:

“La mejor forma de que los niños se aficionen a la

lectura es que la mamá y el papá sean lectores, les

muestren el libro como un dulce para que ellos se

enamoren de él, sin que quiera decir que haya que

poner el libro en competencia con la televisión”.

Pero en nuestro medio es muy poco, casi nada, lo

que los padres hacen por la promoción de la lectura

en los hogares. Es la razón por la cual el Juego Literario,

casi desde el principio, se ha interesado en involucrar a

los padres de familia en los procesos de lectura.

El tercer paso es la escogencia del autor invitado, cuya

obra será la base del Juego. Debe ser un autor recono-

cido en el ámbito de la literatura infantil, es decir, que

su obra, o buena parte de ella, cumpla con las exigen-

Page 78: Libro Juego Literario de Medellín

78

cias del género en cuanto a estructura y contenido, que sea

adecuada para la edad y la etapa sicológica del niño. Aparte de

entretenida, debe ser una obra que le ayude al niño y al joven

a ampliar su visión del mundo; cuentos, novelas y poemas que

les aporten valores y conocimiento, al tiempo que active en

ellos la imaginación y la capacidad de expresión; textos que

enriquezca su lenguaje, que los invite a jugar y a reír. Una obra,

en fin, de calidad estética y universalidad. “Un poema para

niños tiene que ser, ante todo, un buen poema, porque si no

lo es, no es bueno para nadie. Los niños son más inteligentes

que uno”, dice tajante García Teijeiro.

La escogencia del autor también depende de que sus li-

bros sean de fácil consecución en el mercado, porque se trata

de que el mayor número posible de ejemplares circule por los

establecimientos educativos participantes. Lo ideal sería que

cada niño dispusiera de su ejemplar, bien porque el Juego Li-

terario se lo proporcione, o sus padres hagan el esfuerzo y se

lo compren; esfuerzo plenamente justificado dado el intenso

uso que su pequeño va a hacer de él. Además, el hecho de

poseerlo lo pone desde temprano en una relación personal

con el libro, factor clave en la formación de una personalidad

lectora.

Por fortuna el repertorio de literatura infantil y juvenil es

bien amplio, y entran al Juego tanto escritores clásicos como

contemporáneos, en español o traducidos de otros idiomas.

De entrada hay que desechar libros didactistas y de autoayu-

da, que pululan en el mercado y suelen ser tentadores. Estos

libros no son los que más convienen al Juego Literario, porque

tienen a la manipulación ideológica y la complejidad de la exis-

tencia la reducen a fórmulas simplistas.

Hay que tener especial consideración con los autores co-

lombianos, por ser el Juego Literario un escenario para dar

Page 79: Libro Juego Literario de Medellín

79

a conocer los valores de nuestra literatura. Formar lectores

para la literatura y la poesía colombianas, es la mejor mane-

ra de contribuir a su fortalecimiento. A este respecto, resulta

pertinente consignar aquí lo que sobre el tema escribió la do-

cente y escritora Yolanda Reyes, invitada al Juego Literario del

año 2000 y 2007, experta en literatura infantil:

“Una gran parte de los títulos que se han publicado en

Colombia en las últimas décadas se podrían calificar de no-

velas “tipo premio Enka”, porque fueran escritas para este

concurso, el único atractivo en nuestro medio durante mu-

chos años. Eran obras cuya temática, más orientada a un

público juvenil, se inscribía en una cierta citación del realismo

mágico, muy a tono con las tendencias de moda en la litera-

tura latinoamericana. La preocupación estilística se tradujo

en un lenguaje del tipo prosa poética, lleno de imágenes des-

criptivas, con uso y abuso de metáforas y con más interés

en escribir bien que en escribir algo. Los hechos, que son la

materia prima de la narración, quedan siempre relegados a

un segundo plano o sepultados entre una retórica mucho

más cercana a los círculos académicos que a los intereses

de los niños. En los últimos años ha nacido otra tenden-

cia: libros de pocas páginas, muy bien ilustrados, con

historias sencillas y un lenguaje fresco y renovador.

Ya es posible encontrar personajes que se le queden a uno

en la memoria después de cerrar el libro, cosa que antes no

ocurría. Dentro de esta nueva tendencia sobresale la obra de

Ivar Da Coll e Irene Vasco…

Todavía nos falta explorar otros lenguajes para los niños

de hoy, niños que juegan en la pantalla de un computador,

que saltan de un canal a otro con el control del televisor; ni-

ños impacientes y críticos, pero también ávidos de libros que

logren cautivarlos e interpretar su mundo”.

Page 80: Libro Juego Literario de Medellín

80

Sobre el papel de las editoriales, Yolanda Reyes sostiene

que les ha faltado un trabajo más visionario y comprometido.

Tanto que, con la excepción de una o dos editoriales, éstas

prefieren publicar autores extranjeros o adaptaciones de

cuentos clásicos, antes que arriesgar en la línea de promover

escritores colombianos.

Page 81: Libro Juego Literario de Medellín

81

Una vez seleccionados los establecimientos educativos y

estudiantes participantes, y escogido el autor invitado, arran-

ca el proceso de lectura con todas sus variables y su artillería

de recursos lúdicos, que no son pocos.

El proceso de lectura se realiza a partir de pautas genera-

les, no de reglas preestablecidas. Porque no las hay. Son mu-

chos los caminos y atajos que se pueden tomar, es un proceso

creativo. Lo deben poner en marcha los docentes en el aula,

básicamente en sus clases de español y literatura; o en las

ocasiones en que puedan, porque son ellos los conductores

naturales de los niños en su acercamiento al libro. Deben sí

ser muy claros en que no se trata de una actividad académica

más, o sea obligatoria y por tanto calificable, pues en ningún

momento pueden perder de vista que se trata de un juego,

de un momento divertido, algo que no tiene por qué generar

estrés y sí mucho disfrute de la clase. Esa es la expectativa

que los docentes deben generar.

J u e g o L i t e r a r i o

Arranca la lectura

Page 82: Libro Juego Literario de Medellín

82

Si bien la acción de los docentes en el aula es decisiva

para el avance del Juego Literario, leyéndoles a sus alumnos

en voz alta textos del autor invitado y contándoles detalles

sobre su vida y obra, a fin de que sepan quién es ese escritor

remoto con el que se van a ver las caras en la última sesión,

son los talleres de lectura los que constituyen la médula espi-

nal del proceso. En los talleres se explora,

entre los talleristas y los estudiantes, las

múltiples formas de leer un texto literario,

desde las posibilidades de la lúdica.

Hasta antes de la visita del escritor

invitado, los talleres están a cargo de pro-

motores de lectura vinculados al Juego

Literario por el Servicio Móvil de Lectura

de la Secretaría de Cultura Ciudadana de

Medellín, como también a cargo de las entida-

des de apoyo administrativo y logístico como

es el caso de Utopía Urbana, Aseibi y Funda-

ción Taller de Letras que se han vinculado

en diferentes versiones. Los talleristas son

escogidos básicamente entre estudiantes

de literatura o bibliotecología, es decir, con

entrenamiento en procesos didácticos de lectura. Se realizan

varios talleres por cada establecimiento educativo participan-

te en el Juego. Pueden realizarse en el mismo plantel: en la

biblioteca o en el auditorio si los hay, o por fuera si hace falta,

o a campo abierto: en una manga o un parque por ejemplo.

La lectura de un cuento, un poema o una novela sirven

de excusa para crear situaciones e inventar juegos en torno

a los personajes y los temas de las obras leídas, que pueden

ser, por ejemplo: poner en escena los pasajes más significati-

vos de una obra, contar una historia distinta con los mismos

Page 83: Libro Juego Literario de Medellín

83

personajes, o lo contrario: contar la misma historia con otros

personajes; o escribir esquelas, o dibujar los personajes de

los cuentos, o el mapa del país del autor, o hacer juegos de

palabras como acrósticos. trabalenguas, adivinanzas… La

lista es larga, porque son muchas las formas como un buen

texto literario detona la imaginación y creatividad de los ni-

ños.

Como también hay que animar a los niños y jóvenes

lectores a ir más allá de los personajes y las historias de los

libros. Hay que inducirlos a explorar temas relacionados. Por

ejemplo, cuando leyeron el cuento Antojo de Oso, de Luis

Carlos Neves, primer escritor invitado al Juego Literario, bus-

caron en la biblioteca sobre las distintas especies de osos,

hicieron carteleras con dibujos de osos y alarmas sobre los

peligros de su extinción como especie, y vieron una pelícu-

la en la que el protagonista es un oso. Cuando leyeron El

hombre que bajó la luna, investigaron sobre la llegada del

hombre a la luna, e incluso visitaron el Planetario Municipal;

con La noche de los juguetes dedicaron una sesión de taller

a aprender a hacer juguetes, y con Medias dulces, cuento

escrito e ilustrado por Ivar Da Coll, fabricaron deliciosas figu-

ras de mazapán que se comieron al finalizar el taller.

Otro ejemplo de buen aprovechamiento de temas re-

lacionados se dio en torno al mejicano Francisco Hinojosa.

Los niños buscaron a México en el mapamundi y allí a Cuer-

navaca, ciudad donde vive el escritor; cantaron rancheras

de Vicente Fernández y extrajeron de las lecturas palabras

usadas en este país y en el nuestro no, como chaparro, chile,

maple, cacahuete; e hicieron carteleras con las figuras repre-

sentativas de la literatura y la cultura mejicanas, como Sor

Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo, Octavio Paz, Diego Rivera,

Frida Kalo, Pancho Villa, Cantinflas y el Chapulín Colorado. Juan Rulfo, Pancho Villa, Frida Kalo, Cantinflas

Page 84: Libro Juego Literario de Medellín

84

Cuando la escritora invitada fue Ana María Ma-

chado, de Brasil, las actividades y juegos giraron en

torno a la cultura brasilera, a la zamba y el carnaval.

En un colegio los niños se aprendieron y cantaron en

coro una canción brasilera, en español y en portugués;

y a partir de la lectura del libro Un deseo loco, estudiantes

de otro colegio, con la ayuda de un grupo de teatro, elabora-

ron máscaras y disfraces de carnaval, actividad que dio origen

a una graciosa comparsa que presentaron en la sesión final

del Juego Literario.

Cuando el autor invitado es además de escritor ilustrador,

como es el caso de Ivar Da Coll con su personaje Chigüiro, o

Anthony Browne con su chimpancé Willy, el taller se presta a

actividades de pintura y dibujo. En ese caso, el tallerista debe

ser alguien con habilidades en estas expresiones artísticas.

Como también siempre resultará interesante invitar cuen-

teros profesionales para que hagan narraciones escenifica-

das de las obras; o a mimos, para que hagan pantomimas,

o a artistas que musicalicen los poemas. Se puede también

echar mano de otros recursos complementarios, como cine

foros con películas basadas en los libros del autor, es el caso

de Roald Dahl, Jordi Sierra i Fabra, Mario Mendoza y Jorge

Franco, que tienen varios libros llevados al cine; o proyectar

videos relacionadas con los temas leídos. El tema de la ima-

gen es clave en el imaginario de los niños.

En realidad todo es aprovechable para el Juego Literario,

hasta lo más inesperado. Por ejemplo: a partir de la novela

La fórmula del doctor Funes, de Francisco Hinojosa, cuyo

protagonista es un físico loco, los estudiantes hicieron en el

laboratorio de física un experimento sugerido en la novela. Y

en otra sesión de taller la biblioteca se convirtió en sala de

audiencias, donde se adelantó un juicio contra La peor señora

Page 85: Libro Juego Literario de Medellín

85

del mundo, protagonista de la exitosa obra de Hinojosa, con

jueces, abogados, fiscales y todo lo demás.

Cuando la obra del autor invitado pertenece al género

poético, es más fácil para los niños entrar en el Juego, porque

la despensa de recursos que ofrece la poesía es generosa. La

dificultad en este caso es para los docentes, porque, como

bien lo dice Antonio García Teijeiro, éstos no han sido edu-

cados en la sensibilidad poética y entonces se enfrentan a la

poesía con miedo, con inseguridad.

“Cuando hago talleres de poesía con otros docentes

—dice García Teijeiro, quien habitualmente es profesor en un

colegio de bachillerato en su Galicia natal— noto que entran

un poco cortados, prevenidos. Pero cuando se contagian del

ambiente de juego que yo les propongo, se abren de tal ma-

nera que descubren ese lado poético que tenemos todos. De

ahí la importancia de los talleres de poesía con los docentes.

Ellos tienen que perder el miedo a leer poesía en voz alta, a

llenar el aula de versos”.

Este escritor, quien cuenta que sus clases siempre las em-

pieza con la lectura de un poema en voz alta, dice que en la

relación del docente con el niño la poesía entra por contagio,

que puede ser negativo cuando el niño ve que el docente

lee de manera mecánica, sin alma ni sentimiento, que

no cree en lo que hace,

o simplemente lo usa

sólo para rellenar un

momento muerto de

la clase, que son co-

sas que el niño capta.

En cambio el conta-

gio es positi-

vo cuando

Page 86: Libro Juego Literario de Medellín

86

la lectura entra matizada por el afecto y la pasión que el do-

cente le ponga. Pero el docente no puede ponerla cuando el

mismo no se ha sensibilizado hacia la poesía, cuando no co-

noce nada acerca de autores y de obras recomendadas para

la lectura de sus alumnos.

En el propósito de entretener a los niños y avivar su in-

terés por el proceso de lectura, los docente y promotores de

lectura tienen a disposición una cantera grande de recursos

lúdicos y juegos de palabras, sobre todo cuando se aborda el

género poético: canciones, rimas, trabalenguas, adivinanzas,

metáforas, acrósticos, pictogramas, jeroglíficos, criptogramas,

mentiras y exageraciones, ordenamiento lógico de versos,

juego éste que consiste en que al estudiante se le dan des-

ordenados los versos que constituyen un poema, para que

él los ordene como mejor le parezca y después coteje con

el poema original. Por fortuna existe buena

bibliografía de libros y cartillas que descri-

ben e ilustran juegos de palabras y otros

recursos que resultan útiles para promo-

ver la lectura entre niños y jóvenes.

Page 87: Libro Juego Literario de Medellín

87

Ahora detengamos en las posibilidades del Juego Literario

en lo referente al ejercicio de la escritura de textos, actividad

complementaria del Juego que resulta sumamente importante

en la formación de la personalidad lectora de niños y jóvenes.

El ejercicio de escritura más interesante, por el impacto e

interés que genera en los estudiantes, es el cruce de cartas,

que puede darse en varias direcciones: desde los estudiantes

hacia el escritor y viceversa, o entre los mismos estudiantes,

preferiblemente de instituciones educativas diferentes. Para

esto a cada institución participante en el Juego Literario se le

debe asignar una institución hermana, para que los estudian-

tes de ambas se relacionen por medio de cartas y en encuen-

tros de fogueo que sostienen antes de la sesión final con el

escritor invitado.

El cruce de cartas es una experiencia de valor pedagó-

gico que alienta de vida el Juego Literario, pues se parte del

hecho de que a los estudiantes les causa admiración recibir

una carta en formato de papel, sobre todo en estos tiempos

en que el correo electrónico sustituyó el correo tradicional. El

ver su nombre escrito en un sobre es algo que al niño le hace

sentir cierto aire de orgullo. Por eso es una actividad central

del Juego, y para estimularla cada año se imprimen y reparten

postales y esquelas en los planteles participantes, con moti-

vos alusivos al autor y la obra leída.

La característica principal del cruce de correspondencia

es que quien remite la carta no tiene sino el nombre de su

J u e g o L i t e r a r i o

La escritura, ejercicio imprescindible

Page 88: Libro Juego Literario de Medellín

88

destinatario, porque personalmente los estudiantes no se co-

nocen. El único vínculo entre ellos son los libros cuya lectura

han compartido. Sí saben que después, en los encuentros de

fogueo entre las instituciones hermanas, se podrán conocer;

como también conocerán al escritor en la sesión final. Tal ex-

pectativa es saludable porque sirve de azogue para mantener

vivo el interés de los estudiantes en el Juego Literario.

¿Qué escriben los estudiantes en estas cartas? Hacen

apuntes sobre los libros y el autor que leyeron, y sobre asun-

tos personales: sus gustos y aficiones, el valor de la amistad

y ser juicioso con la lectura. Y no falta el chico que aprovecha

para hacerle un inocente lance amoroso a la niña con quien

en suerte le tocó intercambiar esquelas, y que todavía no co-

noce.

Esta, por ejemplo, es la carta que Erika Londoño, del grado

10º del Liceo Santa Elena, le envio al niño de la institución edu-

cativa hermana, el año en que el escritor español Jordi Sierra

fue el invitado:

“¡Hola! Soy Erika y desearía contarte mi experiencia con

las obras de Jordi Sierra i Fabra. He leído los libros El niño que

vivía en las estrellas y Marte XXIII”. Me parece que en ellos

Jordi nos habla simbólicamente de algo que la juventud debe

rescatar, como lo es la autonomía, la espiritualidad y el ver-

dadero yo que somos nosotros mismos. Debemos saber que

cada libro en su fantasía será una muestra de lo que es el

mundo realmente”.

Los docentes y promotores de lectura también deben in-

ducir a los estudiantes a escribirle cartas al autor por Internet,

que es el mejor medio porque regularmente éste reside en

otra ciudad u otro país. ¿Sobre qué le escriben? Sobre muchas

cosas, porque en el desarrollo de sus lecturas y los ejercicios

en los talleres se van cargando de preguntas y su curiosidad

Page 89: Libro Juego Literario de Medellín

89

sube al punto más alto. Le preguntan sobre sus personajes

y los temas de sus libros, pero también sobre su familia, su

estado de salud, sus hijos, sus mascotas, dónde y con quién

vive, qué le gusta comer, si sabe bailar, por qué decidió escri-

bir, de dónde saca tanta imaginación, etc.

Esta es la carta que un joven de la Fundación Ratón de

Biblioteca le escribió a Jordi Sierra en el 2001, año en que éste

fue invitado al Juego Literario:

“Soy Jorge Mariaca, un joven de 20 años y he leído su

libro titulado La fábrica de nubes. Ese es un cuento para ni-

ños, pero a mi me pareció fantástico. La forma como usted se

expresa, como llega con un lenguaje tierno e infantil. Me

permite analizar que usted posee mucha ternura, cariño

y amor en especial por los niños y jóvenes, quienes necesi-

tan cultivar su imaginación y usted les ayuda a ver, a conocer

otros mundos de fantasía e imaginación”.

Esta es la carta que la niña Alejandra, estudiante de grado

6º del colegio Camilo Torres, le escribió a Yolanda Reyes:

“Yolanda te quiero decir que he leído todos tus lindos

libros, el que más me gustó sobre todo fue El terror de 6º

B, porque eran muy hermosas las historias. Bueno, aquí me

despido porque me tengo que ir para la casa. Me pareció muy

interesante el encuentro con el otro colegio porque conocí

al niño que me escribía. También me pareció muy divertido

pero lástima que algunas niñas eran muy creídas. ¡Chao!”.

Esta es la opinión de Irene Vasco, escritora invitada a

varios Juegos Literarios, sobre su experiencia en el cruce de

cartas con los niños:

“Jugar con los niños a través de las cartas fue encantador.

El correo me hechizó hasta el punto de dejar mis tareas de

lado y pasar días enteros escribiendo, contestando de una

en una todas las cartas recibidas, que eran muchas. Intenta-

Page 90: Libro Juego Literario de Medellín

90

ba tarjetas novedosas, le robaba calcomanías a mis

hijos, hasta compraba sellos de los almacenes para

decorar las cartas. En mi casa me decían que parecía

embrujada. Y lo estaba. Pero mientras las cosas suce-

dían a distancia, por carta, eran irreales, solo se trataba

de un juego. Al llegar a Medellín descubrí que quienes

escribían eran niños de verdad y no seres virtuales,

como los que yo imaginaba desde lejos. Fue apasionante

verlos aparecer en las bibliotecas y multiplicarse, y oír sus

preguntas. Honestamente no entendía por qué querían sa-

ber tanto sobre mí (sigo sin entenderlo) pero así fue. Y fue

emocionante, no puedo negarlo”.

Sobre el mismo tema, esto escribió la profesora Marta

Elena Vélez, de la Escuela Municipal Belén:

“Es muy importante para los niños poder comunicarse

con alumnos de otras escuelas, porque además de lo gratifi-

cante que resulta para ellos establecer un correo, implica un

mejoramiento en la estructura gramatical y el aprendizaje de

la ortografía”.

Y este es el testimonio de Carlos Loaiza, promotor de

lectura:

“Me correspondió trabajar con los niños y niñas entre 10

y 17 años de la Corporación Talentos, en el sector de Lovaina,

chicos que por motivos varios no han tenido una educación

continuada. En lo personal me parece que es un logro ma-

ravilloso el que se hubieran entregado al Juego Literario con

tanto gusto, alegría, casi fiesta, rompiendo sus temores y pre-

juicios para escribirse con los niños y jóvenes de la institución

hermana. Eso me llena de regocijo el alma”.

Claro que también los niños pueden escribir cartas ficti-

cias, destinadas a personajes de los libros leídos. Un perso-

naje que fue objeto de muchas cartas fue La peor señora del

Page 91: Libro Juego Literario de Medellín

91

mundo, el año en que Francisco Hinojosa fue el autor invitado.

En sus cartas los niños le reprocharon a la peor señora su

comportamiento y mofaron de su aspecto físico.

Aparte de las cartas y las esquelas, hay otros ejercicios de

escritura que se pueden implementar a las aulas y los talleres.

Ejemplos: resúmenes o reseñas cortas de los libros leídos, o

escribirle un final distinto a un cuento, como ocurrió con To-

bías el capitán de los delfines. Los dos mejores finales fueron

leídos en la sesión con Hernán Rodríguez Castelo, autor del

cuento.

También es buen ejercicio que los niños escriban cuentos,

poemas o trovas inspirados en las obras leídas o sobre temas

relacionados. Por lo regular los animales, la naturaleza y la eco-

logía son los temas favoritos de los niños. Por ejemplo William

Andrés, de la escuela Juan Sebastián Sandoval, inspirado en la

lectura de Anthony Brown, escribió este cuento corto:

“Érase una vez un tigre muy feroz llamado Tahí, un día el

tigre salió a la selva y se perdió, esa noche estaba muy tene-

brosa y el tigre tenía mucho miedo”.

De Sergio Andrés Rojas Echeverri, niño del centro educa-

tivo San José de la Montaña, inspirado en el libro Las cosas de

la vida cotidiana, es este texto sobre el cordón:

“Los cordones fueron hechos en España hace muchos

años por la necesidad de las personas para amarrarse los za-

patos, utilizaban trapos pero se reventaban y los de cabuya

se deshilachaban. Hasta que un día un hombre muy extraño

cogió una lombriz y la amansó y la colocó en sus zapatos y la

lombriz se adaptó al zapato y se quedo ahí para siempre”.

Otro ejemplo de la inventiva de los estudiantes es este

“manifiesto”, redactado en tono de mofa por un grupo del co-

legio Santa María de la Paz, inspirado en la novela El terror de

6º B, cuento de Yolanda Reyes.

Page 92: Libro Juego Literario de Medellín

92

Los estudiantes del colegio Santa María de la Paz mani-

fiestan qué todos los estudiantes tienen derecho a:

1. Jugar y divertirse en el Juego Literario

2. A que todas las profesoras hagan fila en la tienda

y que no se metan como siempre lo hacen.

3. A comer todo lo que queramos en el salón.

4. A hacer indisciplina en el salón.

5. A que todos los días tengamos derecho a jugar fútbol.

6. A tener un descanso de tres horas.

7. A que las clases sean más cortas.

8. A venir con la ropa que uno quiera.

Comuníquese y cúmplase.

El juego con las palabras es otra cantera de la cual se

puede echar mano, especialmente cuando la obra del autor

invitado es poética. Como se vio en el capítulo anterior, hay

muchas maneras de jugar con las palabras (rimas, trabalen-

guas, acrósticos, adivinazas, poemas, etc.).

Un niño del colegio Cristo Rey, inspirado en Dora la lora,

personaje de un cuento de Irene Vasco, escribió el siguiente

texto con base en rimas:

Estaba la lora Dora

Sentada en su mecedora.

Cuando pasó Mario el canario

Invitando a su vecindario.

La lora Dora dijo: qué pasará ahora

cuando me pare de la mecedora.

Page 93: Libro Juego Literario de Medellín

93

Mario el canario se le tiró encima

Le pegó un aletazo y la tiró para arriba.

Dora la lora reaccionó, tomó espinacas

Y muy fuerte se volvió.

Mario el canario voló al palacio

Y Dora la lora le dio un palazo.

Mario el canario quedó borracho

Del tremendo guarapazo.

Dora la lora le dio un refresco

Y Mario el canario quedó molesto

Y es por eso que se acabó esto.

Los acrósticos también son una buena propuesta para

ejercitar el ingenio. Este es un ejemplo, hecho con base en el

título del cuento Una cama para tres:

Una

Noche, misteriosa

Andrés se acostó pero no era

Capaz de dormir. Mamá le leyó cuentos

Al sentirse tan cansada se enfureció.

Mamá léeme otro cuento- dijo

Andrés. Ya no más, es muy tarde –repuso mamá

Pero sus pesadillas no lo dejaban dormir

Andrés le decía a mamá

Rayos! El dragón me atrapa.

Andrés no diga

Tonterías contestó papá. Es extraño que un dragón

llegue hasta acá.

Rápido mamá! Mira que me atrapa, déjame

Entrar a la cama tuya y de papá,

Sí hijo, entra ya, y las pesadillas pronto terminarán.

La escritura de diarios personales han resultado ser efec-

tivos para estimular a los estudiantes a escribir sus vivencias

Page 94: Libro Juego Literario de Medellín

94

y opiniones. Por ejemplo, en el Centro Educacional

Don Bosco, a propósito de la lectura de la novelas

El terror de 6º B y Los años terribles, de Yolanda

Reyes, a los estudiantes se les pidió que escribie-

ran en su diario algo sobre sus conflictos en el hogar y en el

colegio, y se les puso a definir, de acuerdo con sus vivencias

personales, palabras como familia, cantaleta, amistad, com-

plicidad, adolescencia. Resultado de ello es este texto sobre

lo que para la niña Johana, de la escuela Rosalía Suárez, sig-

nifica la adolescencia:

“Ser adolescente no es nada bueno. Uno tiene que pasar

por obstáculos muy horribles. Los padres lo van rechazando

porque uno se vuelve rebelde…Tengo rabia con mi adoles-

cencia porque los hombres lo ven a uno con mucha mor-

bosidad, no me gusta ser adolescente porque siento que el

mundo se me cae encima. Pero tampoco quisiera ser vieja

tan pronto, pero bueno el destino es el que manda”.

Como ejercicio de escritura también es de utilidad peda-

gógica poner a los estudiantes a opinar sobre los libros leídos

o a comentar situaciones de los personajes, o sobre el Juego

Literario mismo. Por ejemplo, la niña Marta Grajales, en un

cuaderno especial que llevó y que tituló Mi proceso literario,

escribió este comentario:

“A mi me pareció el Juego Literario una experiencia ma-

ravillosa porque en la escuela casi nunca leímos libros, o si

los leíamos eran siempre Caperucita Roja, Blanca Nieves. En

Page 95: Libro Juego Literario de Medellín

95

cambio en este Juego Literario conocimos de todo un poco

de literatura infantil y juvenil. También me pareció agradable

porque Carlos (el promotor de lectura) le ponía alegría a las

lecturas, hacía que fueran agradables”.

Para efecto de estimular la escritura de textos, se reco-

mienda promover la elaboración y disposición de carteleras

y periódicos murales en un lugar bien visible del plantel edu-

cativo, pues es allí donde los estudiantes pueden publicar sus

textos, ilustraciones, dibujos y demás actividades desarrolla-

das en las aulas y los talleres.

En este punto es bueno agregar algo sobre la manera

como los docentes y promotores de lectura deben afrontar su

compromiso y responsabilidad con el Juego Literario; compro-

miso que pasa por su preparación personal y su empeño para

que todo salga bien y el Juego gane en dinamismo y avance

en lo que es su función básica: la formación de lectores.

Para ello los docentes y promotores de lectura deben re-

unirse periódicamente en mesas de trabajo, con el objeto de

hacer reflexiones, análisis y discusiones en torno a temas que

atañen al Juego. Enterarse, por ejemplo, de nuevas estrategias

de lectura, de aspectos polémicos referentes al autor

invitado y al material de lectura, de proyectos

que pueden ponerse en práctica con los

niños y nuevas posibilidades de traba-

jo con el libro. Por eso, para facilitar

el desarrollo del Juego Literario,

es conveniente que éste sea

incluido como programa

estratégico en el Proyec-

to Educativo Institucional

(PEI) de cada institución

educativa.

Page 96: Libro Juego Literario de Medellín

96

Estos encuentros se realizan dos o tres semanas antes

de la sesión final con el escritor invitado. Se hacen entre los

estudiantes de las instituciones educativas hermanas, lo que

significa que en el caso del Juego Literario de Medellín su nú-

mero es considerable por el ya alto número de instituciones

participantes. En el 2006 fueron 45 instituciones, y en el 2007

la suma se elevó a 102.

Son encuentros que duran unas dos o tres horas, y se

hacen con varios objetivos. El primero es que los estudiantes

se conozcan, compartan las experiencias del Juego Litera-

rio, intercambien ideas, e incluso se entreguen obsequios

y presentes. Es un momento especial porque allí se van

a conocer personalmente quienes previamente se cruza-

ron cartas, lo cual es algo que en los niños y los adoles-

centes siembra expectativas saludables. Lo segundo, es

que estos encuentros zonales se hacen para examinar

el grado de preparación de los estudiantes de

cara a la sesión final con el autor invitado. A

esta sesión, tan importante para ellos, y sobre

todo tan anhelada, no pueden ir de cualquier

manera. Deben ir bien preparados para que

sea lo más fructífera posible.

Los encuentros zonales deben hacerse

en recintos cómodos y amplios, donde, ojalá,

quepan todos los estudiantes de las institu-

ciones hermanas. Pueden realizarse en el

J u e g o L i t e r a r i o

Los encuentroszonales

Page 97: Libro Juego Literario de Medellín

97

auditorio o los patios de alguna de las instituciones, o en la

biblioteca si ésta es lo suficientemente espaciosa. Pero es

preferible que se hagan por fuera de los planteles, de modo

que la experiencia represente para los estudiantes un estimu-

lante cambio de ambiente.

En Medellín hay muchos escenarios adecuados para rea-

lizar estos encuentros. De hecho se han llevado a cabo en el

Jardín Botánico, los auditorios del Colombo Americano y la

Biblioteca Pública Piloto, entre otros. Pero son

los nuevos Parques Biblioteca que construyó la

Administración Municipal, dados al servicio en

el año 2007, los recintos más idóneos para una

actividad como el Juego Literario. A partir de

ahora estos Parques Biblioteca serán, sin duda,

otra de sus fortalezas.

Por su parte los docentes, los promotores

de lectura y bibliotecarios deben procurar que

estos encuentros sean ágiles y divertidos, y sobre todo equili-

brados en la participación de los grupos, para evitar que solo

uno de ellos manipule o se apropie de la actividad.

Son muchas y variadas las actividades lúdicas y de com-

prensión de lectura que se pueden realizar en estos encuen-

tros entre instituciones hermanas. La actividad básica es el

fogueo de preguntas y respuestas de los estudiantes en

torno a las obras leídas y a la biografía del au-

tor. Es una buena manera de evaluar su grado de

comprensión y asimilación de las lecturas, y qué

tanto saben del autor invitado.

El fogueo de preguntas y respuestas puede

hacerse al azar (por medio de balotas o sobres

cerrados) o por un cuestionario. Cada institución

conforma un bando, cuyos integrantes deben

Page 98: Libro Juego Literario de Medellín

98

responder correctamente las preguntas, sopena de rebajar

puntos en la tabla de evaluación. Gana el bando que más

puntos obtenga. Esta clase de competencias son importantes

como dinamizadoras del juego, no como fines en sí mismas,

pues la competencia no es de la esencia del Juego Literario.

Son incluso los mismos niños quienes al final dictaminan y

aceptan por aclamación al ganador.

Tampoco se trata de hacer pregun-

tas de respuestas cerradas, que son

más difíciles, con el fin de hacer perder

a los otros. Las preguntas, en un núme-

ro igual para cada bando, deben ser

abiertas, o sea admitir más de una res-

puesta válida. En la factura de las pre-

guntas y la calidad de las respuestas

se manifiesta el grado de creatividad,

reflexión y comprensión de los estudiantes. Por eso en su re-

dacción sólo pueden participar ellos. Los docentes y promo-

tores no deben intervenir, a menos que sea para mejorar la

redacción de las preguntas o evitar desviaciones y excesos.

Otras actividades que al tiempo que divertidas resultan

didácticas, son los concursos. Por ejemplo “Concéntrese”, un

concurso de retentiva y memoria que antaño fue muy popular

en la televisión colombiana, se ha jugado en varias versiones

del Juego Literario, con mucho éxito. También se han realiza-

do carreras de observación, para las cuales los estudiantes

de las instituciones participantes se reparten por equipos.

Cada equipo debe pasar por todas las bases establecidas

y resolver las distintas actividades y situaciones planteadas

en cada una, con temáticas relacionadas con el autor y las

obras leídas. A parte de ser una forma gozosa de sacar el

Juego Literario a la calle, al espacio público, las carreras de

Page 99: Libro Juego Literario de Medellín

99

observación sirven para acentuar en los niños el sentido de

responsabilidad y el trabajo en equipo. A estas actividades se

suman otras como el popular “ahorcado y las loterías y rom-

pecabezas elaborados por los promotores de lectura.

Considerando que casi todos los cuentos y novelas para

niños se prestan a la representación teatral (por lo regular sus

personajes exagerados no tienen rasgos muy definidos

y particulares), la puesta en escena de las obras leídas

constituye una de las formas preferidas de expresión

en los encuentros zonales y en la sesión final con el

autor. Es también la ocasión para que los estudiantes

demuestren su ingenio y creatividad a partir de los

símbolos y elementos más relevantes de las obras, y

caractericen los personajes desde sus expresiones,

sus diálogos y sus trajes. El vestuario, por ejemplo, se

puede improvisar con ropa que los niños traigan de

sus casas, y el escenario se reinventa con los recursos que

estén a la mano y no impliquen un alto costo.

Hay puestas en escena que siguen el curso narrativo de la

historia original, y otras que se salen de este curso y recrean

situaciones nuevas. Por ejemplo, fue muy bien comentada la

representación teatral que un grupo de estudiantes de la ins-

titución Héctor Rogelio Montoya hizo a partir de la novela La

peor señora del mundo, del mejicano Francisco Hinojosa. El

grupo se ideó un pintoresco tribunal de justicia para juzgar a

La peor señora del mundo por sus malas mañas y pésimas

costumbres. El juicio se montó con abogados, fiscales y jue-

ces nombrados entre los mismos estudiantes, que con gracia

e ingenio supieron construir una historia propia a partir de la

historia original.

Prácticamente en todas las versiones del Juego Literario

se han hecho puestas en escena, y en algunas oportunidades

Page 100: Libro Juego Literario de Medellín

100

ha habido también función de títeres, para lo cual se ha con-

tado con el apoyo de talleristas expertos en elaboración de

muñecos y el arte de narra una historia a través de ellos.

Finalmente, es importante involucrar en estrategias de lec-

tura a los padres de familia que, más allá de acompañar a sus

hijos a los talleres y sesiones de lectura, muestran un interés

por el Juego Literario. Se destaca una experiencia piloto rea-

lizada por una promotora de lectura con un grupo de padres

del sector de la Floresta, quienes semanalmente asistieron a

un taller de lectura. Con los adultos los recursos lúdicos tam-

bién se usan, obviamente no de manera tan elemental como

con los niños. En el año 2004, también se hizo una experiencia

lectora con bebés acompañados de sus padres en la cual se

realizó un ejercicio de familiarización de los pequeños con el

libro como objeto, con sus imágenes y con la voz del lector.

Page 101: Libro Juego Literario de Medellín

101

J u e g o L i t e r a r i o

La sesión finalcon el autor

Para la sesión final con el autor se debe

hacer una selección de los estudiantes de

cada institución educativa participante, ya

que en el caso de Medellín éstas son mu-

chas y todos los estudiantes no caben en un

solo recinto. Tal selección se hace mediante

juegos de competencia entre aquellos que,

a juicio de los docentes y promotores de

lectura, mejor aprovecharon los talleres y

mostraron más compromiso con el proceso de lectura.

Porque la otra alternativa es no hacer una sola sesión final

sino programar varias, para abarcar así más estudiantes. Esto

de hecho se ha venido haciendo en las últimas versiones del

Juego Literario, que han tenido dos y hasta tres encuentros

con el autor invitado, como también varios talleres y tertulias

de evaluación con los docentes, bibliotecarios y promotores

de lectura que participaron en el Juego.

En cualquier caso, la sesión final con el autor no debe

tener más de 400 estudiantes, porque entonces se vuelve

inmanejable, se dificulta el contacto físico de los niños con

el autor, que es un elemento sustancial del Juego Literario,

su promesa básica. Es conveniente sí, y además justo, invitar

a aquellos padres de familia que a lo largo del proceso del

Page 102: Libro Juego Literario de Medellín

102

Juego mostraron interés y compromiso. Ellos también deben

tener el privilegio de encontrarse y hablar con el autor.

A la sesión final los estudiantes llegan en el punto más

alto de expectativa. Es el momento del tan anhelado encuen-

tro con ese escritor desconocido del que tanto han hablado,

a quien tanto han leído y de quien ya han recibido cartas y

mensajes de saludo. Están llenos de admiración por él y tienen

cientos de preguntas para hacerle.

Y es que para los niños los autores son por lo general

seres gaseosos, incluso porque no los asocian con los libros.

Creen que los libros salen de máquinas que los escriben y

los producen como cualquier otro artículo del mercado. Por

eso el encuentro cara a cara con el autor es una experiencia

impactante, que los llena de emoción. Además porque éste

los saluda, los abraza, les firma autógrafos y dedicatorias, y se

dirige a ellos con sencillez y palabras amables.

Es también para los estudiantes la oportunidad de escu-

char, en la propia voz del autor, las respuestas a sus dudas e

inquietudes en torno a los personajes y las obras que leyeron;

la ocasión de esclarecer aquellos detalles que no entendieron

o quedaron obscuros, y el momento de hacerle las ineludibles

preguntas de rutina: qué lo llevó a ser escritor, cuándo se dio

cuenta de que lo era, cuál de sus libros se parece a su vida, en

qué se basa para crear sus personajes, qué consejos le daría a

alguien que quiera ser escritor, por qué escribe para niños y si

también escribe para adultos, cuántos hijos tiene, etc.

“En estos encuentros los jóvenes se acercan al escritor

de una manera muy familiar, desmitifican su imagen, e incluso

se dan cuenta de que algún día pueden llegar a ser como él”,

dice al respecto Blanca Nelly Múnera Gallego, quien fue pro-

motora del Servicio Móvil de Lectura.

Sin embargo, la sesión final no se puede quedar sólo en el

Page 103: Libro Juego Literario de Medellín

103

juego de preguntas y respuestas, porque este es un esquema

que rápidamente se agota. Entre otras cosas porque en las

cartas que previamente el escritor ha cruzado con los estu-

diantes ya ha resuelto muchas de las preguntas.

En la sesión final debe haber un espacio para que el

escritor invitado lea sus textos en su propia voz, lo cual es

especialmente deseable cuando se tra-

ta de un escritor con chispa histriónica,

presencia escénica y poder de contagio.

Porque no todos tienen ese don. Algunos

son tímidos, como fue el caso de Irene

Vasco, quien así cuenta su experiencia

en el primer Juego Literario en el que

participó, en 1998:

“El Juego Literario fue el escenario

perfecto para borrar uno de mis grandes terrores: el miedo a

los adolescentes. Hasta hace poco les tenía pavor a los jóve-

nes mayores de 12 años. Los miraba desde lejos, no me atre-

vía a cercarme a ellos. La tarde pasada en el Jardín Botánico

con un grupo de ellos me hizo considerar mis viejos prejui-

cios. Por una vez no hice hechizos, no convertí a los niños en

murciélagos ni las niñas en princesas. Solo hablé. Mientras

caía la tormenta que al principio me pareció interminable, los

muchachos hablaron sobre la vida, sobre las personas, los

sentimientos y, creo, que hasta sobre la muerte. La tormenta

se calmó. La tarde se terminó y yo quería quedarme ahí con

esos jóvenes vitales, llenos de inquietudes, con los que espe-

ro volver a encontrarme un día para seguir aprendido”.

Total, para el autor el encuentro con estudiantes que han

leído su obra al derecho y al revés, que saben muchas cosas

suyas, y que además le hacen un recibimiento casi de estrella

del rock, siempre será una experiencia impactante, que difí-

Page 104: Libro Juego Literario de Medellín

104

cilmente podrán olvidar. Francisco Hinojosa va incluso más

allá, dice que su primera participación en el Juego Literario le

cambió el rumbo a su escritura:

“Ese encuentro con los niños fue fenomenal. Ellos pa-

saban y me tocaban a ver si yo era de verdad. Juro que me

sentí como un jugador de fútbol o un cantante de rock. Nunca

creí que un escritor pudiera ser ovacionado de la manera en

que lo hicieron conmigo. Lo que más me conmovió fue que al

final una niña se me acercó y me regaló un libro de cuentos,

de un autor que no recuerdo. En esas el papá se me acercó y

me dijo que ese era el libro favorito de ella, el que leía todas

las noches. ¡Y me lo regaló a mí, su libro preferido! Todo eso

me marcó mucho, fue definitivo en mi carrera literaria. Desde

entonces me dediqué más a la literatura para niños, porque

hasta ese momento yo había producido más para adultos”.

Sólo en una ocasión, en la versión del año 2006, el Juego

Literario tuvo como autor invitado a un escritor ya fallecido,

o sea que en esta ocasión no se cumplió la promesa básica

del evento: el encuentro de los lectores con el escritor, lo cual

en este caso se justificó porque se trataba de Roald Dahl, un

clásico de la literatura infantil del siglo XX. El proceso del Jue-

go fue similar en todos sus pasos, menos obviamente en la

sesión final.

El encuentro con el escritor es también el momento ideal

para que los estudiantes y talleristas exhiban las mejores pro-

ducciones desarrolladas durante el pro-

ceso del Juego Literario, y para que cada

institución educativa se luzca con esas

producciones, que pueden ser obras de

teatro o representaciones artísticas con

motivos alusivos o relacionados con las

obras leídas. O realicen exposiciones de

Page 105: Libro Juego Literario de Medellín

carteleras y periódicos murales, de separadores de libros, o

hagan una reseña fotográfica de las actividades realizadas. El

proceso de lectura de la obra de Roald Dahl fue el motivo para

que los estudiantes de un colegio hicieran el Museo Roald

Dahl, con hojas de árboles, piedras, fotografías, bolas de cristal

y otros objetos familiares en la obra de este autor.

Una actividad que ya es imprescindible es el encuentro,

o los encuentros, del escritor con los docentes, promotores

de lectura, bibliotecarios y padres de familia participantes en

el Juego Literario. Son tertulias con carácter evaluativo, en las

que cada quien expresa su parecer sobre el Juego, sus acier-

tos y desaciertos, y cuenta si quiere su experiencia personal.

También se analizan temas específicos de la obra del autor y

se reflexiona sobre el proceso de lectura como hecho pedagó-

gico. “Qué es leer, para qué leer, y qué leer, son las preguntas

a partir de las cuales se puede armar una tertulias con los

docentes”, sostiene Francisco Hinojosa.

Como también es importante que en cada institución

educativa los docentes elaboren al final unas memorias del

Juego Literario, en forma escrita y con apoyo de imágenes y

fotografías. Por ejemplo, en sus memorias la profesora Dora

Nidia Cortes, del Liceo Concejo de Medellín, consignó estas

palabras sobre su experiencia, que constituye una buena ex-

presión de lo que es y logra hacer el Juego Literario:

“… nos hemos sentido afortunados y privilegiados, por-

que nos han tenido en cuenta en esta entusiasta propuesta

del Juego Literario. Presenciamos con agrado y alegría como

nuestros alumnos que participaron han sobrepasado el abis-

mo que los separaba del libro; han superado el riesgo de per-

derse algunos de los hilos entrecruzados de actividades aca-

démicas que esfuman la lectura, y se han consolidado como

grandes lectores”.

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Page 106: Libro Juego Literario de Medellín

Y en esas mismas memorias se consigna la opinión del

niño Didier Mejía, que viene a ser el mejor elogio que se le

pueda hacer a un proceso de aprendizaje de lectura:

“… Hoy leo con más ganas. Ahora leo un libro y no lo dejo

hasta terminar. Cuando llego al final me da pesar porque me

involucro mucho en las historias”.

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