libro farmaceutico

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Caminos y Horizontes FarmacuticosUna visin humanista del medicamento y la farmacia

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Todos los derechos reservados No est permitida la reproduccin total o parcial de los contenidos de este libro sin autorizacin expresa del autor. La respuesta ser armativa si el objetivo es docente, indicando la autoria. Registro de Propiedad Intelectual, Inscripcin N 177576 Diseo de portada: Patricio Villaroel [email protected] Impreso en Grca Santa Berta Eleuterio Ramrez 192, Concepcin Este libro ser distribuido gratuitamente Prohibida su venta

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A todos mis seres queridos, a la memoria de mis padres que me formaron para luchas justas, a mis colegas que a diario entregan generosamente un valioso aporte a la salud y la vida y, especialmente, a la juventud farmacutica que deber reinvindicar a nuestra noble y digna profesin.

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CAMINOS Y HORIZONTES FARMACEUTICOS

INDICEArtculos y ConferenciasI II III IV V VI VII VIII IX X XI XII XIII XIV XV XVI XVII Qu es farmacia social? Bases estratgicas para jerarquizar el rol farmacutico Cultura del Medicamento: El gran objetivo farmacutico Hay otros tipos de farmacias y alternativas de acceso a los medicamentos? El farmacutico y su circunstancia en la ocina de farmacia Desafos y proyecciones del nuevo Formulario Nacional de Medicamentos Atencin farmacutica: la ltima carta? La barrera farmacutica de proteccin sanitaria Nuevos desaos farmacuticos Farmacia asistencial: un camino viable para la atencin farmacutica Ms all de las molculas Los nuevos caminos y horizontes de la profesin farmacutica Hitos y mitos de la farmacia Farmacias de cadena en Chile: origen, desarrollo y efectos La farmacia mtica Que tienen en comn la aspirina y la Coca-Cola? Las nuevas fronteras del acto farmacutico 17 23 35 43 57 67 83 91 105 127 135 167 181 217 235 247 2539

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PRLOGOEl Profesor Hernn Vergara Mardones, es un hombre que desde muy joven demostr un evidente inters por ser actor y no espectador en cada uno de los mbitos de los que form parte. De amplia cultura general, la experiencia adquirida le ha valido una destacada participacin en organizaciones sociales, polticas, universitarias, gremiales y deportivas. Qumico Farmacutico por la Universidad de Chile recibi su ttulo con la ms alta calicacin e inici su vida acadmica en el ao 1956, en el seno de la Facultad de Qumica y Farmacia que le form. Se distinguen en su labor docente dos perodos, el primero dedicado a la Fsica (1956-1980) donde ejerci con dedicacin y en continuo perfeccionamiento, las funciones acadmicas de ayudante, luego Jefe de Laboratorio y nalmente de Profesor. En el segundo perodo, desde 1980 hasta la fecha, inicia una fructfera tarea que nace de su profundo amor por la profesin farmacutica y de un ferviente deseo de mejorar el proceso formativo del qumico farmacutico y, fundamentalmente, de poner de relieve la importancia que le cabe como profesional de la salud al servicio de la sociedad. Su genuino y encomiable espritu farmacutico, hurgando en la historia de su profesin, observando, palpando, viviendo y analizando crticamente la realidad farmacutica nacional, as como tambin descubriendo oportunidades latentes y anticipando su futuro, ha trado como consecuencia la publicacin de valiosos documentos. Entre ellos hay imgenes que son un verdadero tesoro para la profesin farmacutica y que dan cuenta del papel social del farmacutico y de su amplio campo de actividades al servicio de la salud. Tambin frases que jerarquizan la funcin farmacutica y orientan y educan a la poblacin en materia de medicamentos, transformando al cliente en paciente y siempre inculcando el respeto por los frmacos. Cabe destacar, en el mbito acadmico, la creacin de cursos de Introduccin a la Farmacia y Farmacia Social, los que han llenado vacos en los procesos formativos de las carreras de de Farmacia en Chile. Estos cursos han resultado ser fundamentales para que, tempranamente, se estimule el espritu y amor por el proyecto de vida que han escogido los estudiantes, ya que las mallas curriculares en su ciclo bsico escasamente tienen acercamiento al mundo real de la profesin. Realizar una resea biogrca de un hombre multifactico como el Prof. Vergara, no es tarea fcil, por lo que el autor de las presentes lneas ha estimado que deba privilegiar aquello que mejor ha conocido y que estimara ser lo ms indispensable para entender el signicado del libro que tiene en sus manos.

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Desde 1980, en su actividad acadmica se proyecta a todas las universidades chilenas que imparten la carrera de farmacia, donde la Universidad Austral de Chile ha sido distinguida desde su fundacin con su permanente colaboracin, y en su actividad gremial que ha abarcado a todo el pas, la contribucin del Prof. Vergara ha sido extraordinaria. Sus artculos, conferencias, seminarios, opiniones, expresiones, imgenes, son el resultado de observaciones y estudios rigurosos, de un inteligente anlisis y de profundas reexiones, todo ello marcado por un acendrado espritu farmacutico. Si bien el Prof. Vergara es un destacado expositor, es aun mejor escribiendo, lo que el lector podr apreciar al nalizar la lectura de los documentos que han sido seleccionados y que desde ahora quedan a disposicin de todo el mundo, poniendo de maniesto su generosidad, rasgo que amerita un sincero reconocimiento. Dr. J. Humberto Dlz Vargas Qumico Farmacutico Ph.D. Profesor Titular de Farmacologa Director Instituto de Farmacia Universidad Austral de Chile

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Agradezco el aporte de Laboratorio Pasteur que ha hecho posible la publicacin de estos trabajos, cuyo objetivo es fortalecer el espritu de las futuras generaciones farmacuticas y profundizar su compromiso sanitario. El Autor

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IntroduccinHace veinticinco aos, todava era docente de fsica en la Facultad de Qumica y Farmacia de la Universidad de Chile. En esos aos , mi preocupacin mayor era cmo conectar la fsica que enseaba con su aplicacin - hasta donde era posible- a los actos farmacuticos que enfrentaran los alumnos en su ejercicio profesional futuro. No era fcil, excepto en la parte experimental, en un ambiente en que prevaleca el concepto de ciencia pura, es decir, no vinculada directamente con los aspectos tcnicos de una profesin. Era una poca en que predominaba el concepto que la facultad tenia por misin formar cienticos e investigadores. Adems, la facultad ya haba ampliado sus compromisos y de hecho exista una convivencia entre estudiantes de varias carreras con intereses y objetivos distintos. As se haca difcil una formacin discriminada en los ramos bsicos comunes y los modelos de anlisis eran neutros, sin objetivos denidos . Muchos conceptos de gran proyeccin en el quehacer farmacutico quedaban limitados a su postulacin terica. Los docentes de la asignatura de fsica, casi todos entonces con ttulo farmacutico, nos inhibiamos de entrar en la modalidad sealada para no herir susceptibilidades. Renunci a la bsqueda de modelos de aproximacin farmacutica y me centre en otro problema que tambin me causaba una honda preocupacin : la tarda vinculacin del alumno de farmacia con materias propias de su futura profesin. Recin en sptimo semestre se encontraban con disciplinas tericas y tcnicas farmacuticas. Este hecho hizo que muchas veces, provocando escndalo, dijese que la formacin del alumno en el primer ciclo-ms de la mitad de la malla curricularera farmacuticamente asexuada, en tanto la vertiente qumica exagerada y no comprometida, obstrua la visin sanitaria. Aqu mi decisin frente al tema fue ms drstica que la anterior. Simplemente abandon la enseanza de la fsica y propuse la creacin en primer ao de un curso de introduccin al mundo farmacutico. No fue fcil aprobarlo, pues no se estimaba necesario. Cuando se aprob- por no haber otra posibilidad reglamentaria- comenz a dictarse como Seminarios de Qumica , para cambiar despus a Introduccin a la14

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Ciencia Farmacutica, hasta que venciendo un complejo imperante impusimos el nombre que conserva : Introduccin a la farmacia. Soy parte interesada en un juicio respecto a la utilidad que ha prestado este curso en cuanto a denir de mejor manera la razn de ser del farmacutico, cuya falta de connotacin sanitaria y compromiso social son, sin duda, las causas de la baja identidad social que la opinin pblica le entrega a nuestros profesionales. Creo haber colaborado a remediar en alguna medida tales falencias, desde que me despegu de la docencia en ciencia bsica. En los ltimos diez aos he reexionado intensamente sobre el futuro farmacutico y acerca de qu hacer para obtener la identidad social que hoy no tenemos. Fruto de estas reexiones son los artculos recopilados en esta presentacin. En el mismo camino me dediqu a invitar al farmacutico a incorporarse a un mundo que le es propio , pero que no vive. Escrib varios artculos y cre el curso de Farmacia Social para abrir las puertas a ese mundo farmacutico que existe ms all de las molculas. Varios de los artculos y conferencias incluidos en este libro tienen clara y denitivamente este propsito. He escrito para mis colegas , en especial para aquellos que estn comenzando a caminar en el surco farmacutico y muy especialmente , para quienes van an en pos del ttulo, porque sern ellos, ambos, los que abrirn nuevos horizontes. Una ltima cuestin. Sostengo con pasin que nuestra profesin es sanitaria, una profesin de la salud, cuya meta es salvar muchas vidas o aliviar muchos transtornos y disturbios. Nunca debemos olvidar que el acto farmacutico es vida. La qumica es una buena herramienta para la obtencin de tales objetivos ,pero no es nuestra meta, menos nuestra razn de ser. Por ello me molesta que en muchas farmacias y hospitales nos identiquen como qumicos. Debo advertir a los lectores que varios conceptos como la Cultura del Medicamento, por ejemplo, aparecen en ms de un artculo o conferencia porque fueron publicados en distintas pocas y porque constituyen una idea central que es necesario transmitir hasta que se convierta en una conviccin.

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CAPITULO I

QU ES FARMACIA SOCIAL?-CONFERENCIA DICTADA EN UNIVERSIDAD DE VALPARASO, 2004 -CONFERENCIA UNIVERSIDAD HUMANISMO CRISTIANO, 2005 -ARTCULO PUBLICADO EN ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS FARMACUTICAS, 2004

En algunas publicaciones ha estado apareciendo con cierta frecuencia, aunque tmidamente, la expresin Farmacia Social. Los aspectos con los cuales se asocia son diversos. Entre ellos, algunos estn relacionados con Salud Pblica, otros son de carcter legal e incluso a Farmacia Social se le relaciona con el rea clnica. Es decir, Farmacia Social tiene todava una denicin hbrida. Es ms bien un intento por encontrar una expresin que se reera con propiedad a los compromisos y efectos sociales del medicamento. Hay quienes sostienen que el origen de la Atencin Farmacutica as se puede ver en los postulados de Hepler y Strand- naci en un contexto17

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social, toda vez que ella surgi para resolver un problema derivado del uso indiscriminado de medicamentos en un sistema abierto de consumo. Como quiera que sea, est claro que es absolutamente necesario hacer un esfuerzo para categorizar bajo la denominacin de Farmacia Social el conjunto de aspectos relacionados con el impacto social de los frmacos. Nuestra propuesta debe alcanzar una mayor relevancia y estimular la vinculacin del mundo farmacutico con la dimensin social de los medicamentos en especial de los profesionales del rea- como un desafo que no hemos asumido plenamente en esta perspectiva. Para intentar una denicin del rea de Farmacia Social es necesario jar un marco conceptual. Para ello se pueden elegir algunos aspectos fundamentales relacionados con los medicamentos y sus requerimientos bsicos. Entre ellos se pueden citar calidad, cantidad necesaria, debida oportunidad, accesibilidad de la gente e informacin sobre frmacos. Veremos uno por uno estos aspectos. La calidad de un medicamento es un aspecto social de primera importancia. No se puede admitir que no cumplan este requisito bsico aquellos productos destinados a atender una necesidad esencial y tan sensible como es la salud. Siendo la calidad un objetivo central, ella se acredita con otras dos exigencias fundamentales: la ecacia probada y la seguridad acreditada. Ambas exigencias al ser satisfechas, le otorgan al medicamento una condicin indispensable para el cumplimiento de su cometido social. Los conceptos aseguramiento de la calidad y calidad total constituyen principios identicables con Farmacia Social aunque para cumplirlos sea necesario acudir a tcnicas analticas y clnicas, que pueden desviar la ubicacin del tema. La dictacin de leyes, reglamentos y normas fundadas en principios de orden social, destinadas a regular esta tarea, determinan el carcter social del aspecto analizado. En cuanto a cantidad necesaria del medicamento, es fcil entender que no se resuelven los problemas de salud si la produccin de medicamentos18

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es menor que la demanda social. Esta se atiende debidamente asegurando una produccin suciente y un abastecimiento pleno, no selectivo ni discriminatorio. El concepto produccin suciente segn la necesidad es tambin un objetivo de Farmacia Social, no obstante que su satisfaccin se concrete a travs de proceso tecnolgicos industriales. Todo el sistema productivo ha de estar concebido sobre los requisitos sealados. Otro objetivo social es la oportunidad en la entrega del medicamento. En este tema las necesidades estudiadas y por lo mismo previstas y la distribucin socialmente programada, son fundamentales. Los medicamentos no pueden llegar a sus destinatarios en forma inoportuna, es decir, despus que fueron necesarios. Por cierto que ste es un concepto epidemiolgico muy ligado al rea de Farmacia Social. De igual manera, es tambin un objeto social la accesibilidad de la gente al medicamento. De todos, es este el ms fcil de relacionar directamente con el rea social. Aqu surgen como requisitos esenciales el acceso pleno a los medicamentos y la existencia de productos con precios al alcance de todos los segmentos poblacionales. Del mismo modo, deben considerarse los ms diversos sistemas que hagan posible que la gente encuentre la va ms apropiada para este efecto. Frmacos para todos es un concepto social y un desafo poltico. El estudio de las vas de acceso y alternativas es una materia totalmente asimilable a Farmacia Social. Debe haber sistemas de seguros, formatos de copago, gratuidad para sectores carenciados y medidas de excepcin para importar medicamentos patentados cuando se presenten urgencias. Por ltimo, corresponde la informacin sobre medicamentos. Este tema es fundamental porque apunta a la educacin de la poblacin en medicamentos, un tema de primera importancia. Se trata de crear una cultura del medicamento y este es un objetivo social impostergable para asegurar su uso racional, correcto y ecaz. La informacin y orientacin sobre frmacos tienen una fuerte connotacin social.19

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Lamentablemente, no hay referencias ni antecedentes que permitan armar que los temas que conforman este conjunto sean del inters de los qumicos farmacuticos. De hecho, en el mundo de los medicamentos son otros profesionales y expertos los que estudian, opinan y manejan materias como polticas de medicamentos, sistemas de acceso a frmacos, informacin y manejo del mercado farmacutico. Farmacia Social es una de las asignaturas pendientes de los qumicos farmacuticos, tanto en su formacin como en su ejercicio profesional; y no se detectan mayores inquietudes por asumir la responsabilidad de enfrentarla como tarea propia, probablemente por no estar el tema an sucientemente socializado entre nosotros. Se puede armar que datos bsicos como produccin y consumo de medicamentos, vas y sistemas de acceso de la poblacin a los frmacos y poltica de medicamentos esenciales, suelen no ser conocidos ni manejados por los qumicos farmacuticos. Podemos postular tambin que el qumico farmacutico es un profesional incompleto si se limita al conocimiento quimicofarmacolgico. La dimensin social del frmaco debe formar parte de su preocupacin y su compromiso en igual o mayor medida que su quehacer tradicional. Hay un modelo de anlisis muy til para comprender de mejor manera cun amplio y polifactico es el conjunto de dimensiones que presenta un medicamento y cul es la relevancia que tiene cada una de ellas por la ubicacin que se les puede asignar en el citado modelo. Un cubo con sus seis caras puede servir para representar las dimensiones de un medicamento y la ponderacin de cada una en el enfoque que suele drseles, tanto en la formacin del farmacutico como en su quehacer profesional. La cara delantera del cubo podra representar la dimensin qumica, tal vez la ms visible y promovida (no olvidemos que en farmacias y hospitales20

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es muy comn hablar de qumico para referirse al farmacutico). La cara superior correspondera a la dimensin farmacutica propiamente tal, es decir, aquella directamente vinculada con la dispensacin del medicamento. Por su parte, las caras laterales contendran las dimensiones farmacuticas cientcas, esto es, la farmacodinmica y la farmacocintica. La cara posterior servira para localizar la dimensin tico-legal, un tanto difusa y postergada como preocupacin farmacutica en lo que su quehacer habitual se reere. Por ltimo, en la cara inferior estara localizada la dimensin social, denitivamente la dimensin menos visible del medicamento en la mirada farmacutica. Aquella que despierta al menor inters profesional y la de menor dominio. Se puede armar que la dbil presencia de los qumicos farmacuticos en el concierto socio-cultural (campo poltico, presencia en grandes eventos, participacin en foros, publicacin de libros) se explica por su escasa proyeccin en el rea descrita. De igual matera, se puede armar que su tendencia a demeritarse se remediara si se comprometieran en esta perspectiva social. Todo lo anterior habilita una propuesta bien concreta: los qumicos farmacuticos debemos asumir como propia la creacin y desarrollo de esta rea de Farmacia Social, comenzando por incorporar en los planes de estudio de la carrera la asignatura correspondiente, promoviendo estudios y publicaciones y estimulando la presencia farmacutica en este mundo. Nota nal: La asignatura de Farmacia Social fue incorporada en el plan de estudios de Qumica y Farmacia, como ramo electivo, en la Universidad de Chile, en el 2004. La dicta el autor de este artculo.

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CAPITULO II

BASES ESTRATGICAS PARA JERARQUIZAR EL ROL FARMACUTICOREVISTA PHARMAKON,DICIEMBRE 1999

Estrategia se puede denir como un conjunto de acciones orientadas a la obtencin de una posicin (fsica, poltica, social, comercial, etc.), a superar una situacin adversa, o a mejorar una imagen pblica. Un plan estratgico comienza por jar una nalidad, un objetivo; luego se seleccionan los destinatarios y despus se denen los mensajes. En nuestro caso, el objetivo es jerarquizar el rol del farmacutico y enaltecer su imagen profesional y humana. Los destinatarios de nuestros mensajes sern las comunidades, la opinin pblica, las autoridades polticas y sanitarias, los medios de comunicacin,23

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los qumicos farmacuticos, los alumnos de Farmacia y los escolares de educacin bsica y media. Hay dos grupos de destinatarios: el grupo interno o propio y el medio externo o distante. Las acciones orientadas a ambos sectores pueden tener un curso paralelo, pero partiendo por el medio interno. Los discursos deben ser diferentes en su forma, pero apuntando al mismo objetivo nal. Cabe hacerse una pregunta: requiere la profesin farmacutica, hoy en Chile, alcanzar una posicin ms destacada, superar una situacin adversa o mejorar su imagen pblica y su cotizacin social? Mi respuesta es un SI rotundo; tanto desde una perspectiva gremial como desde una visin sanitaria. Una observacin directa de la realidad farmacutica revela algunos signos y sntomas negativos: 1. Se detecta una baja identicacin social (por parte del pblico) del qumico farmacutico como profesional, no obstante ser Qumica y Farmacia una de las 13 profesiones de nivel universitario (DFL N1, MINEDUC, 30.12.1980) 2. Su cotizacin es cada vez menor: en las postulaciones a la Universidad, Qumica y Farmacia ocupa un lugar muy secundario. 3. Los productores de T.V. y los periodistas no llaman a los farmacuticos para opinar sobre frmacos y medicamentos; slo lo hacen cuando hay escndalos o situaciones extremas. 4. La participacin del Q.F. en la produccin, aseguramiento de la calidad y control de medicamentos es prcticamente ignorada por los consumidores. Muy pocos captan o reparan que son estos profesionales quienes cumplen tan importantes funciones. 5. El farmacutico est como ausente en la farmacia. No se diferencia de la gente de blanco. Muchos creen que los dependientes son farmacuticos.

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6. El farmacutico no est incorporado en el equipo de salud, no obstante que la formacin en Farmacia Clnica cumpli ms de 30 aos en los planes de estudio. Esta es la situacin. Para cuanticarla es necesario hacer una comparacin entre un perl farmacutico ideal y otro real, y as saber cun diferentes son entre si. De all se puede concluir cules son los mensajes a trasmitir y las acciones correctivas a implementar. Haremos tal comparacin. Perl ideal: 1.- El qumico farmacutico es un profesional de la salud. 2.- Debe estar comprometido efectivamente con la vida. 3.- Es un servidor pblico. 4.- Integra la barrera farmacutica de proteccin sanitaria: Deno como tal el conjunto de acciones que debe ejecutar el farmacutico para el cumplimiento de los requisitos bsicos de los medicamentos y la promocin de su uso racional. El farmacutico debe ser: Garante de la calidad, ecacia y seguridad de los medicamentos; informador y orientador en medicamentos y tratamientos; promotor del uso racional de frmacos; seguidor de terapias; educador sanitario; farmacovigilante. Entre las caractersticas ideales que ha de tener el qumico farmacutico en su conducta social y de servicio, debe ser slido y solvente en sus conocimientos; serio, tico y responsable en sus prestaciones sanitarias; oportuno, rpido y expedito en la atencin profesional; inquieto, vido de informacin y conocimientos en su desarrollo personal y profesional y participativo, proactivo y solidario en su relacin con el medio social. Si convertimos todas estas deniciones en parmetros, podremos establecer la magnitud de las diferencias que muestra nuestra realidad respecto al perl ideal. Aqu corresponde preguntarse si el farmacutico se considera como un profesional de la salud, y le agrada serlo; si est o no efectivamente comprometido con la vida de los pacientes; si es efectivamente un buen servidor pblico o est muy condicionado por su circunstancia; si tiene25

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conciencia que es un integrante de una barrera de proteccin sanitaria. A continuacin intentar dar respuesta a estas interrogantes contrastando la realidad que yo observo con el perl ideal. Perl real: 1.- El qumico farmacutico no se siente plenamente identicado con el rea de la salud. Le pesa la fuerte carga qumica que recibi en su formacin; fue orientado al campo cientco y le cuesta salirse de ese esquema. Por ello se producen muchas frustraciones y le agrada que lo llamen qumico. 2.- Su compromiso con la vida es muy lejano y difuso. El acto farmacutico se cumple con mucha aplicacin y tica, pero sin asociarlo con la calidad de vida o con la vida de un ser humano. 3.- Su funcin como servidor pblico est obstruida por un medio excesivamente mercantilizado como el que se aprecia en los establecimientos farmacuticos. Recordemos que casi el 70% de los farmacuticos ejercen en farmacia privada y que sta es la expresin ms emblemtica de la profesin. 4.- Las farmacias como puntos de venta y su velocidad de rotacin, que es el arma para su xito comercial, impiden desarrollar plenamente las acciones sealadas en la barrera farmacutica de proteccin sanitaria. Si se repara que tales acciones deberan ser las fortalezas de la profesin, se deduce que el farmacutico en esta rea est muy negativamente presionado por su circunstancia. La Atencin Farmacutica en estas condiciones es casi una utopa. 5.- Felizmente, otros farmacuticos pueden contribuir ms ecazmente a la proteccin sanitaria desde las industrias farmacuticas, el Instituto de Salud Pblica y las Inspecciones de Farmacia, aunque la gente no lo capte. Por otro lado, es un hecho que el farmacutico de farmacia privada ejerce muy aislado de los medios de actualizacin de conocimientos y de sus propios pares. Asimismo, se deja absorber por la rutina de su trabajo y se margina de los centros de desarrollo personal. El uso de internet ha permitido reducir este ltimo problema.26

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Otros dos grandes fenmenos inciden poderosamente en el ejercicio profesional farmacutico: la tangibilidad del medicamento y la carencia de un cultura del medicamento en nuestra poblacin. La tangibilidad es la preeminencia de los aspectos materiales del medicamento sobre sus objetivos esenciales. La transaccin comercial que se opera en torno al medicamento es un fenmeno tangible: cambio de un objeto por dinero. La cultura del medicamento que no existe en Chile, es el conjunto de convicciones y conductas para un correcto contacto y uso de los frmacos. a) ACCIONES ESTRATGICAS Una buena decisin estratgica obliga necesariamente a visualizar los aspectos de mayor gravedad y trascendencia. Es decir, aquellos que requieren un ataque ms frontal y urgente. En nuestro caso, las urgencias mayores estn concentradas en la correccin de la formacin farmacutica y el desarrollo de una cultura del medicamento. La primera est centrada en lo que corresponde hacer en un nuevo proceso formativo para entregar a la sociedad un qumico farmacutico apto y convencido de su importancia. La segunda es crear en la gente una cultura del medicamento, esto es, desarrollar un conjunto de conceptos y actitudes para optimizar el acceso y uso de medicamentos. Formacin Farmacutica El primer segmento a atacar es el de farmacuticos jvenes, donde an se pueden superar debilidades, y los estudiantes de Farmacia donde se deben corregir las fallas que se detectan. Hay muchos aspectos de la Formacin Farmacutica que deben ser reformulados y/o corregidos. Es necesario dirigir mensajes a quienes deben tomar o exigir decisiones. En este caso, autoridades universitarias, organizaciones gremiales farmacuticas y estudiantes de la carrera.27

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1. En primer trmino, hay un gran problema de indenicin: para muchos profesores y alumnos no est sucientemente claro que Farmacia es una profesin sanitaria, es decir, del rea de la salud; 2. El ciclo bsico es farmacuticamente asexuado. Se dir que la ciencia no tiene orientacin, pero en los ramos bsicos es posible y aconsejable insertar seminarios y modelos de anlisis relacionados con temas farmacuticos. 3. El ciclo bsico es an muy extenso e identicado excesivamente con la Qumica; lo cual de suyo no es incorrecto, toda vez que esta ciencia es un arma esencial para la comprensin e interpretacin de los fenmenos y procesos farmacuticos. 4. El problema reside en que el exceso sealado vincula al alumno muy fuertemente a esta disciplina y a reas ajenas a la Farmacia, obstruyendo la perspectiva sanitaria. Muchos alumnos, recin en 4 ao captan que van a ser profesionales. Antes creen que van a ser cientcos e investigadores. 5. En cambio, la formacin en la lnea biolgica es decitaria y suele darse en unidades acadmicas extramurales. Biologa, Anatoma, Fisiologa y Patologa deben ser incrementadas en profundidad y extensin. Si no pueden ser propias, a lo menos deben ser muy controladas. De igual manera, la formacin en bioqumica debe ser fuertemente incrementada. 6. La preparacin en el rea clnica es claramente insuciente. El contacto con ese ambiente debe hacerse precoz y sostenidamente. Es necesario agregar en el plan de estudios Semiologa, casustica clnica e interpretacin de exmenes clnicos como una asignatura nueva, o incorporarlos como temas en el Internado. 7. El cuerpo docente del ciclo bsico, pudiendo no ser farmacutico de profesin, debe tener un cierto grado de conocimiento e identicacin con Farmacia y, a lo menos, respeto por la futura profesin de sus alumnos. 8. En el ciclo profesional o tcnico, junto a los acadmicos que desarrollan ciencias farmacuticas, debe haber un nmero signicativo de farmacuticos que ejercen en el campo externo, para recibir el aporte de la28

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experiencia prctica y la actualizacin de conocimientos tecnolgicos. 9. El ideal es que la formacin farmacutica se realice en un hbitat propio, y si por fuerza mayor, tiene que ser compartido con otras carreras, los legtimos intereses y proyecciones de Farmacia no pueden quedar supeditados ni postergados por los de las otras carreras con que comparte el proceso. 10. Cuando se producen estas situaciones de convivencia, suele suceder que haya muchas asignaturas en comn. Por lo general, as se inhibe o distorsiona el desarrollo farmacutico desde sus primeras etapas, porque los ramos bsicos no incluyen seminarios diferenciados para analizar modelos farmacuticos. 11. Es inaceptable que en algunas facultades exista una escuela de pregrado para todas las carreras que se dictan en ella. Va contra la denicin esencial de escuela: unidad acadmica responsable de la formacin profesional. Qumica y Farmacia necesita su propia escuela. 12. El rol del farmacutico exige una gran vocacin de servicio, una fuerte solidaridad social y una rme conviccin de la necesidad, importancia y trascendencia de la funcin que cumple. Estos valores deben ser especialmente desarrollados en el proceso formativo. 13. El ambiente en que se desempea el farmacutico, en especial aqul en que acta como director tcnico de una farmacia, suele ser adverso. Para superar esa circunstancia se requiere carcter y personalidad. Este aspecto debe estar considerado en el plan de estudios y sus objetivos.Su ausencia origina una cierta tendencia a la frustacin y debilidades en su autoestima. 14. El acto farmacutico, donde quiera que se ejecute, debe estar asociado con su objetivo vital, esto es, relacionado con la calidad de vida y con la vida de un ser humano. La vitalizacin del acto farmacutico debe ser un objetivo primordial en el proceso formativo del futuro qumico farmacutico. El acto farmacutico es vida. 15. La gestin farmacutica, en todos los campos laborales, exigir cada vez con mayor intensidad conocimientos del rea de administracin, manejo de personal, relaciones humanas, enfrentamiento de conictos, trabajo en29

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equipo y liderazgo; as como el dominio de herramientas imprescindibles, entre las cuales cabe sealar computacin, ingls y lenguaje. 16. Por ltimo, el qumico farmacutico debe ser un profesional de cultura general a lo menos compatible con su nivel universitario. Por ello requiere cursos electivos u obligatorios que le despierten esa inquietud. En otro aspecto, debe ingresar denitivamente al mundo farmacutico que est mas all de las molculas Terminada esta visin, es menester iniciar una estrategia dirigida a los actores del proceso formativo para remediar, corregir y suplir tantas debilidades detectadas a lo largo de muchos aos, en especial, en el nicho acadmico en que an acto y que temo se reproduzcan en otras universidades. b) CULTURA DEL MEDICAMENTO En Chile no existe cultura del medicamento, ya denida como el conjunto de convicciones y conductas que deben denir la actitud del paciente o usuario en sus contactos y uso de frmacos. En la misma medida en que logremos crear en la poblacin conceptos como respeto por el medicamento, derecho a la informacin sobre frmacos, uso racional de medicamentos y farmacovigilancia, podemos esperar que la comunidad entienda la trascendencia e importancia del medicamento y tambin la del farmacutico, y nos identique como corresponde con este bien social. He aqu algunas de las ideas fuerza que debemos transmitir para crear la cultura del medicamento en la poblacin, principalmente, pero tambin en las autoridades polticas, sanitarias y acadmicas. 1. El medicamento es un bien social. No es un bien de consumo. Est destinado a satisfacer una necesidad esencial como es la salud. Por tal razn, no debe considerarse como una mercanca, aunque sea objeto de transacciones comerciales. En otras palabras, debe brindrsele un trato especial restndolo de las reglas del mercado libre para estimular el respeto por el medicamento y facilitar as el acceso informado de la poblacin.

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2. El medicamento es un producto que junto al efecto positivo que de l se espera, conlleva riesgos de diversas magnitudes y puede producir efectos adversos. Por ello, requiere un gran respeto en su manejo en todas sus etapas y de parte de todos los actores que participan en ellas, 3. Este hecho obliga a entregar una informacin completa y comprensible sobre frmacos y medicamentos. Es un derecho ciudadano que cada paciente o usuario debe exigir que se cumpla para conocer los antecedentes e instrucciones conducentes a su correcta administracin y uso, as como la advertencia de riesgos y las precauciones a observar. 4. El uso no racional de frmacos es un problema grave que debe ser enfrentado por toda la comunidad. Son muy comunes los excesos y trasgresiones en esta materia: automedicacin, uso innecesario, posologas alteradas, falta de adherencia a tratamientos, recomendaciones a terceros, uso de medicamentos vencidos. 5. Es frecuente observar publicidad indebida o engaosa respecto a ciertos medicamentos, que estimulan su uso o destacan virtudes y atributos no comprobados para inducir su adquisicin. Sabemos que son publicitables slo aquellos medicamentos sintomticos que no requieren receta mdica, pero suele ocurrir que tambin se publicitan otros impedidos de hacerlo. Este es un riesgo agregado que se debe combatir. 6. Si se repara en el objetivo a que estn destinados los frmacos, esto es, evitar las enfermedades, recuperar la salud perdida o atenuar disturbios y malestares, se concluye que los medicamentos deben cumplir tres requisitos esenciales, que son calidad, ecacia y seguridad. El Estado dispone de sistemas de control destinados a acreditar tales condiciones. Los pacientes y usuarios deben colaborar a que ellos se cumplan cabalmente. 7. La vigilancia y el control en el mundo de los medicamentos son fundamentales. El riesgo que conllevan, porque, en denitiva, no hay frmacos inocuos; y muchos de ellos producen efectos adversos o no deseados, obliga a establecer una red de proteccin de la salud. Esa es la plena justicacin que tiene la presencia de qumicos farmacuticos en todas las etapas que cursa un medicamento. Estos profesionales constituyen una barrera farmacutica de proteccin sanitaria.31

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8. El ambiente que rodea al medicamento debe ser tico, sobrio, saludable, cordial, seguro y conable. El panorama que se muestra ante nuestros ojos lesiona varios de esos requisitos indispensables y expone a pacientes y usuarios a riesgos mayores, inseguridad y desinformacin, entre otros efectos negativos y peligrosos para la salud pblica. Como se podr deducir, este conjunto de observaciones sobre frmacos y medicamentos debe ser transmitido en mensajes directos a la poblacin para que sta adquiera una cultura suciente y asuma una conducta correcta. Parece aconsejable extender estos mensajes a las autoridades en general. Si se logran desarrollar ambos polos expuestos: formacin farmacutica y cultura del medicamento, y se armonizan adecuadamente, tendremos a la mano las bases estratgicas necesarias para la jerarquizacin del rol farmacutico. Este es el objetivo de este trabajo, pero al mismo tiempo es la gran tarea de nuestro gremio: asegurar el desarrollo de la profesin y la proteccin de la salud y la vida de nuestro pueblo. Nota nal: Los proyectos de aches que se muestran han sido ideados por el autor de los artculos recopilados en esta presentacin. Se proponen para servir de base de una campaa pblica de jerarquizacin del rol farmacutico que algn da seremos capaces de llevar adelante.

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CAPITULO III

CULTURA DEL MEDICAMENTO: EL GRAN OBJETIVO FARMACUTICOREVISTA PHARMAKON, AGOSTO AO 2007 CONFERENCIA ACADEMIA DE CIENCIAS FARMACUTICAS, VALPARASO AO 2004

Qu se entiende por cultura? Se podra decir que es sabidura, conocimientos, dominio de una determinada rea del saber o del quehacer. Pero tambin es el respeto por ciertos conceptos, principios y valores o la conducta frente a determinadas situaciones sociales. Es decir, es cmo una sociedad entiende y se comporta frente a circunstancias de la vida social o de la convivencia. Existen muchas culturas: cvica, democrtica, deportiva, artstica, del vino, etc. La cultura del medicamento se puede denir como el conjunto de35

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conceptos y convicciones que determinan una conducta correcta de la poblacin y de las personas en sus contactos con los medicamentos, en especial con su uso y el respeto que les debe brindar. Pues bien, en Chile no existe cultura del medicamento. Un breve anlisis de situaciones concretas nos permitir demostrar que lamentablemente esta armacin tiene fundamento: La automedicacin entendida como el acceso y uso de los medicamentos sin pasar por una prescripcin o una informacin profesional idnea, es un problema de salud pblica mucho ms grave y de efectos ms negativos que lo que capta tanto el pblico como la autoridad sanitaria. Es de comn ocurrencia que la gente trate de acudir al uso de antibiticos para enfrentar disturbios menores. No es muy difcil obtener medicamentos de prescripcin sin receta. El uso de corticoides, antidepresivos y otros frmacos de alto riesgo crece casi sin control Muchas personas no tienen conciencia del riesgo a que quedan expuestas con un acceso tan abierto a los frmacos. La autoridad sanitaria no enfrenta la situacin, cree que en Chile no hay problemas con los medicamentos y slo se observa una preocupacin por mantener un mercado que lo estima como adecuado. Para ello tiene que hacer la vista gorda frente a muchos casos que merecen mayor control. Es una costumbre muy arraigada la recomendacin teraputica de y a terceros. Muchos se sienten habilitados para aconsejar el uso de frmacos que le remediaron aparentemente disturbios supuestamente similares. En muchos hogares existen botiquines domsticos, donde se van almacenando los saldos de medicamentos tras su uso parcial. Se acude a ellos con frecuencia en la conviccin que sern nuevamente ecaces sin considerar vigencia expirada, estado de conservacin y posibles confusiones. Si hay productos donde el uso debe ser racional, son los frmacos.

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Por el riesgo deletreo que conllevan junto a la ecacia esperada. Sin embargo, es en este campo tan sensible y delicado donde se observa un abuso, que se maniesta de muchas maneras, algunas expuestas en las observaciones anteriores y otras que se vern en las siguientes. Una de ellas es la falta de adherencia a los tratamientos que no se respeta en dosis, frecuencia y extensin. Muchos tratamientos simplemente se interrumpen porque supuestamente la patologa desapareci apenas fueron atenuados sus sntomas ms apreciables. La gente no sabe que tiene derecho a una informacin sobre medicamentos completa, clara, veraz e idnea, en las instancias donde se prescriben y dispensan. Este derecho ciudadano no slo no se ejerce; tampoco se exige su cumplimiento. De esta manera, una informacin tan importante tratndose de frmacos es equivoca, insuciente, confusa o inexistente. La presentacin de las farmacias de cadena es denitivamente parafernlica. Luminosas, policromticas y comercialmente cautivantes. Si se suma la atraccin que producen las ofertas y promociones, se entiende por qu los encuestados respecto a los establecimientos que ofrecen la mejor atencin se pronunciaron mayoritariamente a favor de estas farmacias. El hecho no es de suyo criticable, pero evidencia la falta de cultura del medicamento por cuanto en estas opiniones no estuvieron presente consideraciones sobre la calidad de la atencin, informacin, orientacin, consejos y seguridad. Es evidente que el funcionamiento de las farmacias est exacerbadamente mercantilizado. No slo no se diferencian de otros establecimientos, sino que son ms agresivas que muchos de ellos. La gente identica las farmacias como establecimientos comerciales y cree que los productos que venden son bienes de consumo. Nada ms lejos de la entidad que debiesen tener, pues los frmacos son bienes sociales de momento que estn destinados a atender necesidades esenciales como son los problemas de la salud. Las farmacias, entonces, deberan concebirse como establecimientos de servicio. La poblacin no capta esta ltima connotacin.37

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En las farmacias prima la velocidad de rotacin por sobre una buena y dedicada atencin profesional. El secreto del xito comercial est en este concepto. Mientras ms pronto se agote el stock, ms rpidamente se har la utilidad. El desmedro que sufre as una atencin esmerada, como la que exige la entrega de un medicamento, no es advertido por el pblico. La denominacin que internamente se les da en las grandes empresas a sus farmacias es punto de venta. Detrs de esta expresin est, por cierto, una denicin puramente comercial. Ella representa una concepcin totalmente antagnica con centro de salud que es la meta natural de estos establecimientos, de acuerdo a las grandes deniciones que ha hecho la OMS en la materia. La opcin del pblico cuando acude a estas farmacias est denida por los antecedentes entregados en los puntos anteriores. Se sacrica una mejor atencin profesional porque prevalecen otros factores como son los precios, las ofertas, las promociones y los benecios que se otorgan a travs de convenios estratgicos con grandes casas comerciales. Una decisin de esta naturaleza pone en evidencia la ausencia de cultura del medicamento. Dentro de la liberalizacin comercial que favorece los negocios farmacuticos est tambin la autorizacin de ventas de medicamentos por telfono e Internet, De esta forma se pierde la vigilancia profesional y se aumenta el riesgo. La imagen asociada es la venta de pizzas por va telefnica. Una modalidad de esta naturaleza slo es aceptable para enfermos crnicos debidamente registrados en una farmacia. Uno de los objetivos comerciales an postergado es sacar los medicamentos de las farmacias para venderlos en supermercados. El slo hecho de pretender este cambio en el cdigo sanitario es un demostracin de la falta de respeto por los frmacos que existe en el medio y este cambio se intenta al amparo de la falta de cultura del medicamento. La venta directa desde las gndolas, que an no ha sido autorizada, se puede considerar como un paso previo a la venta de medicamentos junto a la mayonesa y el ketchup.

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La venta de medicamentos en buses, ferias libres y almacenes de barrio es otra manifestacin de la ausencia de cultura del medicamento. Est claro que si sta existiese, nadie osara ofrecerlos en los sitios sealados. Su falta de control policial es fatal contra el respeto que merece y necesita el medicamento. En la Atencin Primaria se produce un hecho de extrema gravedad. La entrega de medicamentos a los pacientes se efecta por gente sin ninguna preparacin. As, el riesgo aumenta peligrosamente y la informacin sobre precauciones de uso, conservacin, administracin y deteccin de posibles efectos adversos, no existe. Es inconcebible que la autoridad sanitaria no asuma una accin correctiva. Es una reivindicacin social impostergable. As lo debieran entender los usuarios. La publicidad de medicamentos est reglamentada. No obstante, con frecuencia se destacan y transmiten virtudes y atributos que los medicamentos no poseen en el grado del comunicado con un afn engaoso. Es comn que la gente oriente sus compras por el estmulo publicitario. En el campo de los frmacos no se observa un afn educativo y sanitario en la propaganda de estos productos, como debiera ser. Es evidente que en este mundo prevalece la tangibilidad del medicamento. Se entiende por tal el conjunto de propiedades y caractersticas externas de un producto farmacutico, entre otras su precio. Queda as postergada una consideracin del valor intrnseco del medicamento y su impacto sanitario y social. Ello incide en la poltica de medicamentos que impulsan las autoridades y en la forma cmo la poblacin capta erradamente lo qu es un medicamento. En un punto anterior se seal que la informacin mdica es precaria. El problema no se corrige en el mesn de la farmacia donde no est el farmacutico, La informacin menor que pueden entregar los dependientes no es suciente. Muchos de ellos se aventuran en reas para las cuales no tienen preparacin, pero el pblico no hace la diferencia, muchos creen que todos quienes llevan un delantal blanco son farmacuticos.39

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En cuanto a las falencias institucionales hay que mencionar a lo menos cuatro: ausencia de farmacovigilancia, postergaciones reiteradas de medidas de proteccin sanitaria como normas GMP en grado pleno, los estudios de biodisponibilidad para la bioequivalencia y la puesta en marcha del Formulario Nacional de Medicamentos. Ningn sector social presiona la correccin de estas situaciones pendientes. Por qu? no le importan?

La gente ignora la importancia de estos ltimos aspectos de poltica de medicamentos, como tambin la gravedad de los temas sealados con anterioridad. Es evidente la ausencia de una correcta cultura del medicamento en la poblacin. Muchas veces nos hemos preguntado acaso no ser sta la causa principal de la escasa cotizacin que tiene la poblacin en Chile por la gestin del farmacutico. Talvez sera mayor y mejor la identidad social de este profesional si la poblacin tuviese una mejor y mayor cultura en ese mbito. En muchos otros pases la situacin es diametralmente diferente. El respeto por el medicamento es la piedra angular. De ah deriva todo. Si se respeta el medicamento, se respetar la farmacia y obviamente al profesional que la dirige. El desarrollo de la Cultura del medicamento es un objetivo central del gremio farmacutico, de los profesionales de la orden y de los formadores de los futuros farmacuticos. Las preguntas son qu y cmo hacerlo. Pareciera aconsejable denir las bases para una correcta cultura del medicamento y luego qu hacer para corregir este grave problema. Bases para crear una correcta cultura del medicamento 1.- El medicamento es un bien social. No es un bien de consumo. Est destinado a satisfacer una necesidad esencial como es la salud. Por tal razn, no debe considerare como una mercanca, aunque sea objeto de transacciones comerciales. En otras palabras, debe brindrsele un trato especial restndolo de las reglas del libre mercado. 2.- El medicamento es un producto que junto al efecto positivo que de l40

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se espera, conlleva riesgos de diversas magnitudes y puede producir efectos adversos. Por ello requiere un gran respeto en su manejo en todas sus etapas y de parte de todos los actores que participan en ellas. 3.- Este hecho obliga a entregar una informacin completa y comprensible sobre frmacos. Es un derecho ciudadano que cada paciente o usuario debe exigir que se cumpla para conocer los antecedentes e instrucciones conducentes a su correcta administracin y uso, as como la advertencia de riesgos y las precauciones a observar. 4.- El uso no racional de frmacos es un problema grave que debe ser enfrentado por toda la comunidad. Son muy comunes los excesos y transgresiones en esta materia. El Estado debe promover el uso racional de medicamentos como un tema central de Salud Pblica. 5.- Es frecuente observar publicidad indebida o engaosa de ciertos medicamentos, que estimulan su uso o destacan virtudes y atributos no comprobables para inducir su adquisicin. Sabemos que son publicitables slo aquellos medicamentos sintomticos que no requieren receta mdica. Estos deberan categorizarse en dos grupos: publicitables y no publicitables, segn su riesgo de su uso. 6.- Si se repara en el objeto a que estn destinados los frmacos, esto es, evitar las enfermedades, recuperar la salud perdida o atenuar disturbios y malestares, se concluye que los medicamentos deben cumplir tres requisitos esenciales: calidad, ecacia y seguridad. El Estado dispone de sistemas de control destinados a acreditar tales condiciones. Los pacientes y usuarios deben colaborar a que ellos se cumplan cabalmente y deben ser invitados a exigir la satisfaccin de tales requisitos. 7.- La vigilancia y el control en el mundo de los medicamentos son fundamentales. El riesgo que conllevan, porque, en denitiva, no hay frmacos inocuos, y muchos de ellos producen efectos adversos o no deseados, obliga a establecer una red de proteccin de la salud. La scalizacin educa a los consumidores y los suma a esta accin. 8.- El ambiente que rodea al medicamento debe ser tico, saludable, cordial, seguro y conable. El panorama que se muestra ante nuestros ojos lesiona varios de esos requisitos indispensables y expone a pacientes y usuarios a riesgos mayores, inseguridad y desinformacin, entre otros efectos negativos41

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y peligrosos para la salud pblica. Inculcar el respeto al medicamento es un objetivo social impostergable. Qu hacer? Debe promoverse una gran movilizacin de conciencias para que la comunidad capte que la Cultura de Medicamento es un tema de primera importancia social. Para este efecto, se deben seleccionar las ideas fuerza ms impactantes y componer un mensaje muy potente llamando la atencin de la gente respecto a la importancia y trascendencia del medicamento como agente de salud. El tema central debe ser el respeto por el medicamento. De l se pueden derivar todas las conductas a promover para un uso correcto, racional, oportuno e informado. El estimulo a la adhesin a los tratamientos es tambin un objetivo sensible. Se debe ligar slidamente el medicamento con el farmacutico, que es el profesional que est presente en todas y cada una de las etapas que cursa un medicamento hasta producir el efecto teraputico deseado. Si se logra despertar el respeto por el medicamento, se obtendr por efecto lgico el respeto que merece este profesional y el sistema en el que opera. La estrategia a concretar es un tema tcnico que deber considerar observaciones como las indicadas. En lo esencial, hay algunas situaciones que merecen ser atacados prioritaria y rpidamente. Entre stas, hay que considerar la idea de recticar la creencia muy errada y generalizada de que en Chile no hay problemas con los medicamentos. En esta materia los principales destinatarios son las autoridades polticas y sanitarias, que es donde ms se aprecia este juicio equivocado. En segundo trmino, se hace cada vez ms necesaria la dictacin de una Ley del medicamento que incluya todos los aspectos y objetivos de orden social relacionados con los frmacos que es menester desarrollar en una sociedad moderna. Por ltimo, es muy aconsejable incluir en los planes y programas educacionales temas que contribuyan a desarrollar tempranamente en los estudiantes y por reejo, en toda la sociedad, la Cultura del Medicamento en toda su extensin y en especial el respeto por los frmacos.42

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CAPITULO IV

HAY OTROS MODELOS DE FARMACIA Y SISTEMAS DE ACCESO DE LA POBLACION A LOS MEDICAMENTOS?

PUBLICADO EN ACTUALIDAD FARMACUTICA, JULIO 1994, CON APORTES DE ROSSANA RAMOS Y CLAUDIA SALAZAR.

Las nuevas generaciones slo conocen el modelo de farmacia que ven todos los das y observan cmo la gente se provee de los medicamentos que necesita.43

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Es seguro que alguna vez se han preguntado si hay otros formatos de farmacia y de formas de obtener los frmacos. Este trabajo tuvo el propsito de estudiar distintos tipos de ocinas de farmacia fuera del pas como una manera de compararlas con las que conocemos en Chile, a objeto de disear un modelo que permita cumplir de mejor manera las funciones que le corresponden a estos establecimientos. Para este efecto se hizo una encuesta que incluy diecinueve pases, en los cuales se investig como estn estructuradas las farmacias y la forma cmo estn insertas en los sistemas de salud. Por ello se pretendi conocer los sistemas de acceso del pblico a los medicamentos y las modalidades de dispensacin; el dominio o propiedad de las farmacias; la presencia del farmacutico; los productos que se expenden en las farmacias adems de los medicamentos; el control que se ejerce sobre ellas y la imagen que proyectan en la poblacin las farmacias y los farmacuticos. Como una manera de tener un contexto nacional de referencia, las farmacias existentes en Santiago, previa clasicacin de acuerdo a su mayor connotacin, fueron caracterizadas en diferentes tipos: segn el pblico atendido; la causa del acceso del pblico, la presencia del farmacutico y la forma de adquisicin de medicamentos. Con todos los antecedentes recogidos se pudieron establecer las similitudes y diferencias entre las farmacias que operan en el pas y las del exterior. En trminos generales se podra armar que en varios de los pases consultados, especialmente los europeos, la farmacia funciona de un modo muy profesional, lo cual podra justicarse por los sistemas de acceso del pblico a los medicamentos y por un fenmeno cultural. En varios de estos pases existen diversos sistemas que eliminan el pago directo en la farmacia, reemplazndolo por bonos u rdenes entregadas por instituciones con las cuales existen convenios. As sucede, por ejemplo, a travs de instituciones mutuales, cooperativas o de seguros. En estos casos el Estado a travs de la Seguridad Social es el que entrega a la poblacin sus medicamentos, para ciertos segmentos de ella en forma gratuita y para otros en forma bonicada. La dispensacin correspondiente no slo se hace en farmacias asistenciales sino tambin en farmacias privadas con las cuales el Estado suscribe convenios.44

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ANTECEDENTES Y OBJETIVOS El funcionamiento de muchas farmacias, especialmente en Santiago y en algunas capitales de provincia, causa preocupacin por su creciente falta de identidad con un modelo ideal que, aunque concebido abstractamente, le supone y asigna a estos establecimientos la funcin de dispensar correctamente los medicamentos que la poblacin necesita y de otorgar la seguridad que ella requiere en una materia de tanto riesgo; funcin que est, adems, bsicamente denida en la reglamentacin farmacutica. La distorsin que se aprecia ha sido estimulada por la aplicacin irrestricta de una poltica de comercializacin de mercado libre a los productos farmacuticos que, entre otros efectos, produce una orientacin prioritaria del pblico hacia las grandes farmacias, relegando a un segundo plano la opcin de preocuparse de una buena atencin profesional. Este mismo fenmeno est lesionado el funcionamiento de las farmacias medianas y pequeas que suelen estar situadas en los sectores poblacionales de menores recursos, los que acuden a ellas en situaciones de emergencia y de necesidades inmediatas. Muchas de estas farmacias han perdido rentabilidad y como consecuencia de ello han sufrido un deterioro en la atencin profesional. El rostro que muestran las grandes farmacias y muchas otras que son arrastradas por la competencia, no corresponde a la imagen de respeto que debe proyectar un centro de dispensacin de medicamentos. La inquietud que justica este trabajo se origina en que el sistema imperante, a nuestro juicio, no favorece la mejor atencin en medicamentos que necesita la poblacin, sino que, por el contrario, la entorpece y perjudica. En nuestra apreciacin, el sistema vigente hace que la atencin profesional sea absorbida por la presin comercial, que se estimule el consumismo y que se produzcan con frecuencia reemplazos incorrectos de medicamentos. Todo lo anterior le resta seguridad y respaldo a la entrega de medicamentos y se opone a su uso racional. Ambos aspectos son, desde el punto de vista social, obligaciones ineludibles. En cuanto al ejercicio profesional farmacutico, el sistema que predomina lo lesiona y lo inhibe gravemente. El qumico farmacutico es un profesional45

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formado para entregarle a la poblacin la seguridad y ecacia a que tiene derecho en el rea de los medicamentos, considerando como suya la responsabilidad en todas las etapas del proceso: tanto en el diseo, elaboracin y aseguramiento de calidad como en la dispensacin de los medicamentos. El qumico farmacutico est formado adems para servir como agente y vigilante de la salud pblica y como educador sanitario. Estas y su responsabilidad en la entrega de medicamentos se ven seriamente daadas por el actual sistema de comercializacin de medicamentos que relega a un segundo plano o simplemente no considera el compromiso social que exigen acciones de salud pblica tan trascendentes. Est claro que la solucin pasa necesariamente por cambios en el sistema, tanto en la poltica de precios de los productos farmacuticos como en las vas de acceso de ellos. Es probable que ya no se pueda volver al precio nico y que el dominio de las farmacias siga abierto a cualquiera. Pero tambin es probable que se disee una poltica racional de precios, ms transparente y que atene a un rango menor la diferencia de precios de venta de los laboratorios a las farmacias; as como es posible establecer nuevas vas de acceso del pblico a los medicamentos de manera de asegurarle una atencin profesional adecuada. En todo caso, no es nuestro propsito entrar en el tema econmico involucrado. Nos preocupa, en cambio, analizar y proponer bases para la formulacin de modelos de farmacias ms apropiados para los objetivos sociales que postulamos para su funcin, as como nuevas formas en que el pblico pueda acceder a los medicamentos. La idea es disear modelos y formas de farmacias y vas de acceso en que los aspectos prioritarios sean la seguridad y el uso racional de los medicamentos; y en que la operacin de entregar un bien tangible a cambio de dinero se reduzca formalmente a la mnima expresin. MODELOS DE FARMACIAS Y MODALIDADES DE DISPENSACION DE MEDICAMENTOS EN DIFERENTES PAISES Se analizan los distintos aspectos que permiten caracterizar las farmacias existentes en los pases consultados.46

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1.- Dominio de las farmacias En el conjunto de los pases en que se practic esta encuesta estn presentes todas las formas de propiedad de farmacia: estatal, semiestatal y privada. En este ltimo caso la propiedad puede ser de una persona natural, de una persona jurdica, de una empresa comercial cualquiera, de una institucin de salud, de una mutual, de una cooperativa o de algn seguro de salud. En la mayora de los pases considerados coexisten los tres tipos de propiedad, pero en algunos prevalece claramente uno de ellos. Por cierto que ello depende del sistema poltico y econmico existente en cada pas. As, por ejemplo, en Suecia y Noruega predomina la farmacia de propiedad estatal, donde el Estado asume directamente el rol de prevenir, proteger y fomentar la salud. En Italia se presenta un caso si se quiere especial y prcticamente nico en este sentido. Se trata de la farmacia de propiedad semiestatal. Consiste en un convenio que se establece entre el Estado y un farmacutico colegiado seleccionado mediante un concurso en que se le exigen ciertos requisitos y el cumplimiento de compromisos jados por el Estado. El capital es aportado por ambas partes y el profesional adems de las utilidades recibe una remuneracin mensual. El Estado italiano determina el lugar donde instalar nuevas farmacias de este tipo segn las necesidades de la poblacin que va detectando. En cuanto a las farmacias de propiedad privada prcticamente existen en todos estos pases, pero con diversas modalidades. En Blgica la nica persona natural que puede ser propietario de una farmacia es aquella que est en posesin del ttulo farmacutico, y ste no puede ser propietario de ms de una farmacia. Semejante situacin se observa en Espaa, Italia y Sudfrica. Tambin en Canad y Egipto, pero en estos dos ltimos pases no hay limitacin en el nmero de farmacias que pueden ser de propiedad de un farmacutico. En otros pases como Gran Bretaa, Israel, Costa Rica y Panam la propiedad de una farmacia es de una razn social en la que debe haber a lo menos un farmacutico y slo en Alemania, Estados Unidos y Mxico el dominio de la farmacia est abierto a cualquier persona jurdica. En varios de estos pases hay farmacias que son de propiedad de institu47

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ciones directamente relacionadas con la seguridad social, como mutuales de salud, seguros de salud o cooperativa de servicios. De algunos de estos tipos es comn encontrar en pases como Alemania, Blgica, Gran Bretaa, y tambin en Israel. 2.- Forma de acceso de la poblacin a los medicamentos Hay dispensacin gratuita de medicamentos a travs de farmacias privadas en pases como Noruega, Gran Bretaa, Espaa y Canad. En ellos la gratuidad se aplica a segmentos de la poblacin como ancianos, crnicos, embarazadas, lisiados y veteranos de guerra. En algunos de estos casos el volumen de la poblacin favorecida con este servicio es bastante alto, teniendo en cuenta que la distribucin en las mismas condiciones tambin se hace en farmacias asistenciales y hospitalarias, especialmente a los indigentes. En otros pases la gratuidad est restringida a un menor volumen de la poblacin. En Italia gozan de ellos los enfermos crnicos y lo propio ocurre en varios otros pases europeos. En oposicin, y en distintos grados de intensidad, se constata la adquisicin con dinero o tarjeta de crdito en farmacias privadas. En los pases latinoamericanos observados, con la excepcin de Argentina y Costa Rica, la mayor parte de la poblacin accede a los medicamentos de esta manera. Obviamente, el volumen en que se presenta esta modalidad disminuye en la medida que es mayor la gratuidad o el uso de sistemas de adquisicin a travs de rdenes o bonos de las instituciones de seguridad social. En Estados Unidos, por ejemplo, prcticamente toda la venta se canaliza a travs del sistema de seguro de salud, y en Blgica especialmente a travs del sistema mutual. Estos ltimos sistemas suponen una aliacin del interesado a una entidad en la que se inscribe libremente y cotiza peridicamente. En Blgica el sistema opera de modo que el aliado accede a los mismos benecios cualquiera sea el monto de su cotizacin. Es decir, es un sistema distributivo. Por ltimo, en pases donde la salud se enfrenta con un criterio social: Suecia, Noruega, Gran Bretaa, Canad y oros en menor medida, se crea un fondo de solidaridad que permite bonicar el precio de ciertos medicamen48

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tos. En los pases europeos y tambin en Israel muchas empresas otorgan a travs de su departamento de bienestar o de los sindicatos una atencin farmacutica propia o a travs de convenios. Los medicamentos son bonicados y en muchos casos gratuitos. Es digno de destacar que el mayor volumen de entrega de medicamentos a la poblacin se produce en los pases europeos a travs de sistemas sociales, reduciendo al mnimo la operacin de transaccin comercial del producto farmacutico como bien tangible a cambio de dinero, generalizada en Chile y muchos otros pases latinoamericanos. Nos parece que el sistema que predomina en los pases europeos, adems de la entrega gratuita en los casos que lo merecen, es la forma en que mejor se puede otorgar a la poblacin seguridad en los medicamentos y garantizar su uso racional. De esta manera, el profesional farmacutico puede cumplir plenamente su funcin de garante de la seguridad en los medicamentos y de promotor del uso racional de ellos. En las farmacias en donde predomina este sistema, el pblico es prcticamente cautivo y ello permite una relacin ms integrada entre profesional y paciente, haciendo posible acciones de farmacia clnica. En aquellas partes donde se establece un sistema que permite una relacin formal entre el paciente y su farmacia, es fcil entregar una buena informacin profesional, la que es muy bien recibida y apreciada, especialmente en los pases europeos. 3.- Presencia del farmacutico en la ocina de farmacia En casi todos los pases de los cuales se recibi informacin, la farmacia privada debe ser dirigida por un farmacutico en cumplimiento de una disposicin legal. Se excepta de esta norma Mxico. En Honduras y Panam hay direcciones tcnicas nominales. En todos los pases europeos y adems en Canad, Estados Unidos, Sudfrica e Israel, la presencia del qumico farmacutico es obligatoria todo el tiempo que la farmacia est abierta al pblico. De los pases latinoamerica49

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nos slo en Per se exige lo mismo. En los restantes, pueden hacerlo por menor tiempo que el horario de atencin. En ciertos pases como Honduras y Panam, un mismo qumico farmacutico puede tomar ms de una direccin tcnica, hasta 6 en total, lo que obviamente, le impide su dedicacin plena a cada una. Esto mismo sucede, aunque no fue registrado en este estudio, en Uruguay. En Brasil y Colombia, hay ms farmacias que farmacuticos, llenndose el vaco con prcticos habilitados. En casi todos los pases observados en este trabajo las farmacias tienen una atencin de ocho horas y slo en Alemana, Israel, Estados Unidos, Honduras y Sudfrica hay establecimientos que tienen horarios mayores. Se hacen turnos en todos los pases de la muestra y en varios de ellos hay farmacias de atencin permanente las 24 horas del da 4.- Control de venta de medicamentos En la mayora de los pases considerados en este trabajo la mayor parte de los medicamentos se dispensa bajo prescripcin mdica. Especialmente estricta es esta disposicin en Gran Bretaa, Alemania, Blgica y Estados Unidos donde la presentacin de la receta mdica es obligatoria, exceptundose un reducido nmero de medicamentos O.T.C. En cambio, en los pases latinoamericanos y Egipto, slo algunos medicamentos como estupefacientes y psicotrpicos y algunos ms, se entregan con receta mdica, lo cual no diere con lo que conocemos en Chile. En Suecia, Noruega y Gran Bretaa, donde el volumen de entrega gratuita es alto, el sistema opera obviamente en base a recetas. Lo mismo se puede decir respecto a aquellos pases donde existe la entrega de medicamentos con cargo a una entidad social, mutual o cooperativa. En algunos estados de los Estados Unidos el farmacutico est habilitado para prescribir ciertos medicamentos. No se observa situacin similar en ninguno de los pases de la referencia. (en el Reino Unido y Francia ha50

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sido autorizada la prescripcin farmacutica acotada. Dato actualizado al 2008). 5.- Qu se vende en las farmacias? Al igual que en Chile, en la mayora de los pases encuestados se acepta que en las farmacias se expendan otros artculos como cosmticos, perfumera, productos de tocador y accesorios mdicos. En Mxico adems se venden dulces, cigarros y productos naturales. En pases como Estados Unidos y Canad, muchas farmacias son parte de recintos llamados drugstore, pero en ellas slo se expende medicamentos. Esto rompe el mito muy difundido aqu en Chile que en las farmacias estadounidenses se venden muchos otros productos ajenos a ella. En Blgica, Italia, Suecia y Alemania se venden adems de medicamentos, alimentos para nios y en Espaa artculos pticos y de ortopedia. La publicidad de los productos farmacuticos de venta bajo receta mdica est prohibida en todos los pases encuestados, excepto Honduras que presenta una situacin increblemente liberalizada en esta materia. En cuanto a la promocin de medicamentos de venta directa dentro de las farmacias, sta se acepta en varios pases, incluso en forma de ofertas y letreros llamativos. Esto se aprecia en Israel y Alemania. En otros, la promocin est limitada a expresiones menores. En Espaa hay medicamentos de venta directa publicitables y otros no publicitables. 6.- Control de farmacias Respecto a la entidad que controla las farmacias en los diferentes pases se observan tres modalidades: Servicio de Salud (estatal), Municipalidad y algn Organismo autnomo. En la mayora de los pases el control legal lo ejerce el Servicio de Salud estatal. Sin embargo, en Canad este control es aplicado por el Colegio de Farmacuticos. De igual manera, aunque slo hasta diciembre de 1992, existi este tipo de control en Honduras.51

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En otros pases como Alemania y Espaa existe un control mixto entre el Estado y un organismo autnomo especializado. El nico caso donde la Municipalidad efecta el control es en Blgica. 7.- Imagen de la farmacia y el farmacutico Con respecto a la imagen que proyectan las farmacias se aprecia que los pases encuestados presentan las tres expresiones consultadas. Es as como nos encontramos con pases como Estados Unidos y Canad, en que las farmacias por su ubicacin parecan ser una mezcla comercial y profesional, pero en la prctica son esencialmente profesionales gracias a la separacin existente entre la venta de productos generales y los de prescripcin. En estos pases la poblacin tiene un gran respeto por el profesional farmacutico. En la generalidad de los pases europeos la imagen que prevalece claramente es la de una farmacia profesional y el farmacutico es un profesional respetado y considerado como til y necesario. En cambio, en Israel, Egipto, Sudfrica y los pases latinoamericanos se aprecia una imagen que combina en diversos grados ambas expresiones, es decir, la connotacin profesional y la connotacin comercial, prevaleciendo esta ltima. En Honduras en un alto grado, y en Per y Mxico en medida considerable, se aprecia un predominio de la imagen comercial. Obviamente, all donde la imagen comercial prevalece disminuye la consideracin que se le otorga al qumico farmacutico como profesional. Conclusiones 1.- De las observaciones practicadas en varios pases se puede deducir que existen otros tipos de farmacia diferentes de los que se conocen en Chile, en los cuales la seguridad en los medicamentos y su uso racional estn garantizados por un pleno respaldo profesional. 2.- Este hecho es evidente en la mayor parte de los pases europeos.52

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3.- Al parecer no es tanto el dominio o propiedad de la farmacia el que determina la caractersticas positiva sealada. Son ms bien las modalidades de entrega de medicamentos a la poblacin que eliminan el pago directo de los medicamentos rompiendo el esquema comercial de la transaccin de un bien tangible a cambio de dinero. 4.- En varios pases europeos existen sistemas mutuales, cooperativos y de seguros de salud a travs de los cuales el pblico accede a los medicamentos haciendo uso de un convenio. Es comn, adems, la entrega en estos establecimientos de medicamentos en forma gratuita o bonicada a segmentos especiales de la poblacin. Estas modalidades producen una mejor relacin entre el paciente y su farmacia y facilitan una atencin profesional farmacutica de mejor calidad. 5.- El control que ejercen organismos estatales, autnomos o municipales se limita, en estas condiciones, a un ordenamiento o regulacin formal y al cumplimiento de normas generales. Es evidente que en estos pases existe una cultura farmacutica tanto en la poblacin como en las autoridades y los profesionales. 6.- En varios de estos mismos pases la propiedad de la farmacia est abierta slo a los profesionales farmacuticos, como persona natural o dentro de una sociedad, y en algunos casos parece que este ltimo principio es adecuado porque impide la concentracin de la propiedad de farmacias con el consiguiente manejo del mercado farmacutico. 7.- En todas las situaciones descritas positivamente la farmacia tiene un carcter eminentemente social, el rubro est limitado a los medicamentos y a los productos que clsicamente se expenden en farmacias y la imagen que proyecta en la poblacin tanto el establecimiento como el profesional farmacutico es de excelente nivel. 8.- Respecto a las farmacias que existen en Estados Unidos y Canad la observacin realizada destruye un mito que se ha utilizado en Chile para justicar la conducta de las farmacias que operan como puntos de venta. Se dice que en los drugstore se vende de todo. La encuesta que hemos efectuado demuestra que las farmacias operan dentro de estos establecimientos, pero en un recinto perfectamente delimitado y all slo se dispensan medica53

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mentos y bajo reglas estrictas que exigen recetas mdicas. ACTUALIZACION Han pasado casi quince aos desde que se public el artculo precedente. En lo que se reere a las farmacias chilenas el tema no ha cambiado para bien, sino que muy por el contrario, se ha exacerbado el mercantilismo a lmites impensados (velocidad de rotacin, integracin vertical, remuneraciones por metas, convenios comerciales con grandes tiendas). Lo nico que llama la atencin es que las llamadas farmacias independientes no han desaparecido y con frecuencia aparecen nuevas, no obstante que su participacin en el mercado no llega al 5% de la venta nacional a pblico. En Europa, especialmente desde la Comunidad Econmica Europea, se est ejerciendo una fuerte presin para comercializar el mundo farmacutico en aquellos pases donde aun prevalece el modelo profesional de farmacia. Espaa y Finlandia son hoy los blancos especialmente elegidos por la fortaleza de sus experiencias y por la gran aceptacin que tiene en la poblacin el modelo de farmacia que all impera. El sistema que existe en Espaa es paradigmtico, digno de ser imitado. Pues bien, en este momento los farmacuticos espaoles estn resistiendo con todas sus fuerzas y con gran respaldo comunitario, los intentos de grandes empresas en orden a comercializar las farmacias hispanas. En Espaa, se han valido de una ley llamada de asociaciones profesionales para obligar a los propietarios de las farmacias de este pas, todos ellos farmacuticos, a aceptar una participacin en ellas de un 20% de capital abierto. Es una situacin en desarrollo, cuyo resultado nos debe interesar a quienes creemos en la farmacia profesional. El cuadro mostrado en el artculo publicado en 1994 ha sufrido un retroceso en Europa por la presin que se ejerce, como quiera que sea, por la globalizacin econmica que todo lo invade.

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Sera lamentable que aqu en Chile el tema se agravase aun ms porque la lesin a la salud pblica se est haciendo evidente y la plataforma comercial est teniendo cada vez mayores contradicciones entre los objetivos declarados y la realidad. Al comienzo se justicaron al ofrecer menores precios. Ahora existen dudas sobre el particular y evidencias que no constituyen un buen modelo para servir a la proteccin sanitaria.

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CAPITULO V

EL FARMACEUTICO Y SU CIRCUNSTANCIA EN LA OFICINA DE FARMACIAEXPOSICION ESPECIAL PARA ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE QUIMICA Y FARMACIA DE LA UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE, SEPTIEMBRE 2003.

La farmacia comunitaria es la ms emblemtica y mayoritaria de las reas del ejercicio profesional farmacutico. En Chile dos de cada tres farmacuticos trabajan en este tipo de farmacia (66%). El desempeo del farmacutico como director tcnico de farmacia comunitaria merece un anlisis muy profundo en la perspectiva de su futuro en el mediano y largo plazo Se debe presionar un cambio importante en su funcin. La salud de la poblacin lo exige y adems en este rol el farmacutico est subutilizado.57

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Debemos reexionar seria y profundamente sobre el tema para obtener conclusiones y convicciones tiles y atinadas para disear y denir un objetivo y la estrategia para alcanzarlo. Esta tarea es impostergable. Metodolgicamente se necesita un modelo de anlisis. He encontrado un modelo de aproximacin en los fenmenos fsicos. Estos ocurren en un ambiente bien denido que se denomina campo, que se puede caracterizar y dimensionar. Los fenmenos fsicos implican interacciones; no suceden aisladamente y en cada interaccin hay siempre una energa en juego. Este modelo es aplicable al farmacutico en su gestin profesional a cargo de una farmacia comunitaria. Veamos cmo. El campo es el escenario en que acta el farmacutico; es su entorno, es su circunstancia. Las interacciones constituyen su compromiso, es decir, el conjunto de acciones en las que interacta con otros actores. La energa, por ltimo, se puede asociar con el espritu que debe aportar como soporte para un trabajo tan trascendente por su impacto en la salud y en la vida. 1.- EL ESCENARIO FARMACEUTICO La ocina de farmacia: un Centro de Salud, es una denicin ideal que se contrasta con la farmacia: un Punto de venta. Nuestra realidad presenta este ltimo modelo en plena expansin y, al parecer, en forma irreversible. Las grandes farmacias privilegian el lucro sobre el servicio. La farmacia ha tenido siempre una connotacin comercial: se entregan productos a cambio de dinero. En los ltimos decenios, tras sucesivas desregulaciones (dominio abierto, ruptura circuito restrictivo, horario ampliado, precios libres) se ha llevado la dimensin comercial a un grado superlativo. As, la velocidad de rotacin, promociones, ofertas, captacin de un pblico cautivo, son funcionales al modelo. El personal es remunerado segn cumplimiento de metas y canelas (incentivos que dan los laboratorios) y el farmacutico es absorbido en funciones administrativas que pasan a ser prioritarias.58

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Encuestas recientes revelan que el pblico pondera positivamente la atencin en grandes farmacias. Existe adems la creencia generalizada que no hay problemas con los medicamentos. Los polticos no los incluyen como temas de preocupacin en sus planes y programas. Ello se explica porque no hay cultura del medicamento y prevalece la tangibilidad. La mayor parte de la poblacin considera el medicamento como un bien de consumo, como un tangible; no lo aprecia como un bien social, como un bien de salud. Por ello, al pblico no le importa mayormente el respeto que requiere el manejo de los frmacos, la adhesin a los tratamientos y una correcta informacin. Por lo mismo, el menor precio que le ofrecen pasa a ser el factor decisivo en la opcin del usuario. Las autoridades no reciben quejas ni perciben problemas y permiten el desarrollo del modelo. La situacin ha estimulado los afanes de ciertos comerciantes que intentan vender medicamentos desde estantes ubicados fuera del control sanitario del farmacutico. El paso siguiente es venderlos fuera de las farmacias. Hay otras circunstancias que caracterizan el campo. El 95% de las ventas a pblico est concentrado en las tres grandes cadenas, que en conjunto con otras cadenas menores, poseen ms de la mitad de las farmacias chilenas. Las pequeas farmacias independientes estn amenazadas de extincin. Estas farmacias independientes compran a los productores a precios mayores que los que las farmacias de cadena ofrecen al pblico. As, slo las necesidades menores o muy urgentes se resuelven habitualmente en las farmacias perifricas y rurales, donde los precios son, obviamente, mayores. Esta situacin ha cambiado por la participacin como intermediarias de las distribuidoras (dato actualizado al 2008). Las pequeas farmacias perdieron su rentabilidad y con ello su vigencia como centros de dispensacin de medicamentos, que es su rol social. Slo el 25% de ellas son de propiedad de farmacuticos y en aquellas que pertenecen a personas ajenas a la profesin ha disminuido la presencia farmacutica.59

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No obstante lo anterior, con posterioridad a la fecha de publicacin de este trabajo han seguido instalndose nuevas farmacias independientes (actualizado al 2008). En este escenario comienza a abrirse paradjicamente una expectativa interesante. La competencia entre las cadenas esta agotndose en estrategias comerciales y estn buscando ofrecer otras ventajas adicionales. Una de las ideas podra ser potenciar la presencia farmacutica y desarrollar aspectos de Atencin Farmacutica. Algo de esto ya comienza a verse en Chile. Aunque surge la duda que esta iniciativa pueda tener solo un afn comercial. (En trminos reales tal iniciativa se frustr). No estara completo este estudio del escenario si no agregsemos que el farmacutico de farmacia comunitaria trabaja muy aislado del medio sanitario. Su relacin con sus pares y otros profesionales es mnima. El acceso a la informacin farmacolgica actualizada le resulta difcil. As, el profesional queda expuesto a una obsolescencia precoz de conocimientos o a un reciclaje lento. Internet puede ayudar a superar este problema. La falta de identicacin con los problemas de salud y con el impacto social de los medicamentos son otras consecuencias que derivan de las caractersticas de este escenario. Debido a esta situacin el farmacutico le resta trascendencia a sus actos y se convierte esencialmente en un administrador. La formacin profesional farmacutica es decitaria en aspectos fundamentales. En Chile el farmacutico no esta sucientemente identicado con el objetivo sanitario. Por ello, no posee la conviccin, el espritu ni las herramientas que se requieren para imponerse en un medio adverso y corregir los problemas que le impiden ejercer correctamente su profesin. Tal es el escenario en que se mueve el farmacutico de farmacia comunitaria. Es una realidad difcil para el buen cumplimiento de su tarea y requiere cambios drsticos. No ser fcil lograrlo porque hay aspectos crticos fuertemente mercantilizados y la conducta profesional est muy condicionada por este sistema.

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2.- EL COMPROMISO FARMACEUTICO Segn nuestro modelo de anlisis, el compromiso sera el conjunto de interacciones que componen el quehacer del farmacutico en farmacia comunitaria. Interacta muy especialmente con quienes acuden a la farmacia, con sus propietarios, con los auxiliares, con los prescriptores, con el pblico en general y, muy dbilmente, con el medio social. Son muchos los actores que entran en contacto con este profesional convirtindolo en un polo de referencia que debiera ser imprescindible. La gente visita una farmacia para satisfacer una necesidad de salud. Busca un paliativo, un medicamento sintomtico o frmacos para iniciar un tratamiento prescripto. Es decir, el farmacutico est en un punto en que un enfermo busca una solucin, un servicio, una atencin. En los pases donde existe cultura del medicamento, el pblico aprovecha plenamente los servicios del farmacutico. Lo identica, lo ubica y lo solicita porque sabe que le puede ayudar en la solucin que busca a travs del medicamento acompaado de una informacin. Segn la teora de la necesidad, cada necesidad debe ser satisfecha con una cosa, con algo. En nuestro caso ese algo no es slo un medicamento sino que todo aquello que lo hace til, seguro y ecaz. Es decir, informacin, orientacin, consejos. Ese algo forma parte del compromiso farmacutico y se concreta cuando este profesional interacta con un paciente o con quien lo represente. La interaccin ms complicada es con los propietarios. Cualquiera puede acceder al dominio de una farmacia. Suelen armar que contratan un farmacutico slo porque la ley lo exige. Por lo general, hacen prevalecer el inters comercial sobre el servicio sanitario. Cuando interacta con los prescriptores debe dar cumplimiento a la receta correcta y est obligado a corregir sus errores, adems, debe informar a los mdicos sobre medicamentos si el caso lo amerita o cuando los errores se repiten.61

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En su relacin con el personal auxiliar su compromiso es vigilar la atencin que brinda al pblico. Es muy frecuente que los dependientes creen saber farmacia cuando manejan nombres, laboratorios, formas farmacuticas, dosis, productos similares y algunos objetivos teraputicos. Es comn que invadan temas mayores. El personal debe conocer y respetar el lmite que le debe imponer el farmacutico. ste no debe dejar en otras manos lo que es de su exclusiva responsabilidad. La presencia de propietarios ajenos a la profesin y la presin comercial son factores difciles de superar. En este aspecto, no se debe olvidar la responsabilidad legal que tiene el farmacutico. Lo anterior es el trabajo de rutina. Es el quehacer cotidiano. En qu medida cumple hoy el farmacutico su compromiso bsico?. Hay, por cierto, otros conceptos ms trascendentes que denen la interaccin del farmacutico con el medio social, especcamente con la salud de la gente, con la calidad de vida de la poblacin y con la vida misma. El farmacutico es el garante de la calidad, ecacia y seguridad de los medicamentos. No slo cuando participa en su elaboracin y control de calidad. Tambin en su dispensacin, cuando el medicamento llega al paciente. Esta es la instancia ms vulnerable del proceso, donde pueden invalidarse todas las exigencias y controles previos. En esta etapa toda la responsabilidad est en manos del farmacutico. No puede ignorarla, ni eludirla. El farmacutico es tambin el referente e informador de frmacos y medicamentos. No slo por que ha sido preparado para ello. No slo porque sabe el cmo y el por qu actan los medicamentos. La exigencia sanitaria lo obliga, toda vez que la informacin sobre medicamentos al alcance de la gente es precaria. El farmacutico entra en accin frente a un enfermo o a quien lo represente, cuando llega sin informacin suciente, sin indicaciones claras respecto al tratamiento o a la correcta administracin del medicamento y sin advertencias sobre posibles efectos adversos.62

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Se puede agregar otra situacin. Con mucha frecuencia el enfermo acude a una farmacia sin pasar por una consulta mdica. El farmacutico debe medir la magnitud del problema que le presenta y actuar ticamente, derivndolo a un centro mdico, si es preciso, o asumiendo una atencin directa responsable, si el problema es menor. En una situacin como esta es fundamental el buen criterio y conocimientos slidos y actualizados. Hay an otra situacin de comn ocurrencia. Es la sustitucin de medicamentos. Se produce generalmente por carencia de recursos. Si se trata de una urgencia, el farmacutico se puede sentir facultado para recomendar un similar. Muchos lo hacen a diario. Est prohibido, pero si lo hacen por una necesidad, lo importante es que lo hagan bien, farmacolgica y ticamente. Otro aspecto del gran compromiso farmacutico es la promocin del uso racional del medicamento. La ausencia de una cultura del medicamento se maniesta en la falta de adhesin a los de tratamientos, en la automedicacin, en el uso indiscriminado de medicamentos duros. Son problemas cuya solucin, el farmacutico puede y debe asumir. Una tarea pendiente es la educacin sanitaria. El farmacutico debe ayudar a crear esa cultura del medicamento que tanta falta hace y promover el uso racional. Pero adems podra contribui