libro de entretenimiento de la pícara justina

52
LIBRO DE ENTRETENIMIENTO DE LA PÍCARA JUSTINA FRANCISCO LÓPEZ DE ÚBEDA (Baltasar Navarrete)

Upload: others

Post on 26-Jun-2022

7 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

LIBRO DE ENTRETENIMIENTODE LA PÍCARA JUSTINA

FRANCISCO LÓPEZ DE ÚBEDA(Baltasar Navarrete)

Page 2: Libro de entretenimiento de la pícara Justina
Page 3: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

LIBRO DE ENTRETENIMIENTODE LA PÍCARA JUSTINA,

en el cual, debajo de graciosos discursos, se encierranprovechosos avisos.

Al fin de cada número verás un discurso que te muestra cómote has de aprovechar de esta lectura para huir los engañosque hoy día se usan.

Es juntamente Arte poética, que contiene cincuenta y unadiferencias de versos hasta hoy nunca recopilados, cuyos nom-bres y números están en la página siguiente.

Dirigido a don Rodrigo Calderón Sandelín, de la Cámara deSu Majestad, señor de las villas de la Oliva y Plasenzuela, etc.

Compuesto por el licenciado Francisco de Úbeda, naturalde Toledo.

Con privilegio.

Impreso en Medina del Campo, por Cristóbal Laso Vaca.Año M. DC.V.

Page 4: Libro de entretenimiento de la pícara Justina
Page 5: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

La nave de la vida pícara, grabado de Juan Bautista de Moralesque figura en la primera edición, antes del prólogo al lector.

Page 6: Libro de entretenimiento de la pícara Justina
Page 7: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

TABLA DE ESTA ARTE POÉTICA,EN QUE SE PONEN TODAS LAS ESPECIES Y DIFERENCIASDE VERSOS QUE HASTA HOY HAY INVENTADOS, LOSCUALES ESTÁN EN ESTE LIBRO REPARTIDOS EN LOSPRINCIPIOS DE LOS NÚMEROS

1 Redondillas lib. I, pág. 232 Quintillas lib. I, pág. 353 Soneto de pies agudos al medio y al fin lib. I, pág. 444 Octavas de esdrújulos pág. 535 Terceto de esdrújulos pág. 656 Redondillas con su estribo pág. 717 Glosa de uno en quintillas pág. 828 Octava de pies cortados pág. 889 Redondillas de pies cortados pág. 10110 Sextillas pág. 10911 Glosa de redondilla pág. 116

LIBRO SEGUNDO. PARTE 1.ª

12 Canción de a ocho pág. 12713 Villancico pág. 13714 Endecha[s] con vuelta pág. 14515 Liras pág. 15616 Octavas españolas y latinas juntamente pág. 16417 Rima doble pág. 16618 Estancias de consonancia doble pág. 17319 Octava pomposa pág. 185

2.ª PARTE DEL LIBRO SEGUNDO

20 Sáficos y adónicos de consonancia latina pág. 19521 Sáficos y adónicos de asonancia pág. 20722 Redondillas de pie quebrado pág. 213

Page 8: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

23 Seguidilla pág. 22124 Octava con hijuela y glosa pág. 23025 Sextillas de pie quebrado pág. 24526 Quintillas de pie quebrado pág. 25427 Sonetillo de sostenidos pág. 26928 Romance pág. 27629 Sonetillo simple pág. 28430 Media rima pág. 29831 Unísonas pág. 306

3.ª PARTE DEL LIBRO II

32 Esdrújulos sueltos con falda de rima pág. 31633 Verso[s] suelto[s] con fin de rima pág. 32834 Tercetos de pies cortados pág. 33535 Sextillas de pies cortados pág. 34436 Liras semínimas pág. 35537 Soneto llano pág. 36238 Séptima de todos los verbos y nombres cortados pág. 37039 Sextillas unísonas de nombres y verbos cortados pág. 380

LIBRO TERCERO

40 Tercetos de ecos engazados pág. 38941 Versos heroicos macarrónicos pág. 39842 Canción mayor pág. 40843 Octavas de arte mayor antigua pág. 41544 Seguidilla cortada pág. 42345 Séptima de pies cortados pág. 427

LIBRO CUARTO

46 Redondillas de solos dos consonantes pág. 43347 Liras de pies cortados pág. 44048 Redondillas de pies esdrújulos pág. 44849 Hexámetros españoles pág. 45650 Redondillas de tropel pág. 466

Son cincuenta maneras de poesía.

8 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 9: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

PRIVILEGIO REAL

Por cuanto por parte de vos, el licenciado Francisco Lópezde Úbeda, nos fue fecha relación que habíades compuesto unlibro intitulado Libro de entretenimiento de la pícara Justina, quetenía dos tomos, el cual os había costado mucho trabajo y estu-dio, y era muy útil y provechoso, y contenía cosas muy curio-sas acerca de la moralidad y de las buenas costumbres; y nospedistes y suplicastes os mandásemos dar licencia para lo poderimprimir, y privilegio por término de veinte años o como laNuestra Merced fuese; lo cual visto por los de nuestro Con-sejo, y como por su mandado se hicieron las diligencias quemanda la premática por nos últimamente fecha sobre la impre-sión de los libros, fue acordado que debíamos de mandar daresta nuestra cédula en la dicha razón, y nos tuvímoslo por bien.Por lo cual, vos mandamos dar licencia y facultad para que,por tiempo de diez años, cumplidos primeros siguientes queeran y se cuentan desde el día de la data de esta nuestra cédulaen adelante, vos, o la persona [que] contra ello vuestro poderhubiere, y no otra alguna, podáis imprimir el dicho libro quede suso se hace mención, con las enmiendas en él puestas porTomas Gracián, que es la persona a quien por nos se mandóviese y enmendase el dicho libro.

Y, por la presente, damos licencia y facultad a cualquierimpresor de estos nuestros reinos, que vos nombráredes, paraque, durante el dicho tiempo, le puedan imprimir por el ori-ginal que en el nuestro Consejo se vio, que va rubricado cadaplana y firmado al fin de él de Francisco Martínez, nuestrosecretario de Cámara y uno de los que en nuestro Consejoresiden, con que, antes que se venda, le traigáis ante ellos conel dicho original para que se vea si esta dicha impresión estáconforme a él, y traigáis fe en pública forma cómo por el

Page 10: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

corrector por nos nombrado se vio y corregió la dicha impre-sión con el dicho original.

Y mandamos al impresor que así imprimiere el dicho librolo imprima al principio y primer pliego de él, y no entreguemás de un solo libro con el original al autor o persona a cuyacosta se imprimiere, para el efecto de la dicha corrección ytasa, hasta que, antes y primero, el dicho libro esté corregidoy tasado por los del nuestro Consejo. Y estándolo, y no de otramanera, pueda imprimir el dicho principio y primer pliego,en el cual seguidamente se ponga esta nuestra licencia y pri-vilegio, y la aprobación, tasa y erratas, y no lo podáis venderni vendáis vos ni otra persona alguna hasta que esté el dicholibro en la forma susodicha, so pena de caer e incurrir en laspenas contenidas en la dicha premática y leyes de nuestrosreinos que sobre él disponen.

Y mandamos que, durante el dicho tiempo, persona alguna,sin vuestra licencia, no le puedan imprimir ni vender, so penaque el que lo imprimiere o vendiere haya perdido y pierdacualesquier libros, moldes y aparejos que de él tuviere, y másincurra en pena de cincuenta mil maravedís por cada vez quelo contrario hiciere. De la cual dicha pena sea la tercia partepara la nuestra Cámara, y la otra tercia parte para el juez quelo sentenciare, y la otra parte para el que lo denunciare.

Y mandamos a los del nuestro Consejo, presidentes y oido-res de las nuestras Audiencias, alcaldes, alguaciles de esta nues-tra Casa y Corte y Cancillerías, y otras cualesquier justicias detodas las ciudades, villas y lugares de los nuestros reinos y seño-ríos, a cada uno en su jurisdicción, así a los que ahora soncomo a los que serán de aquí adelante, que os guarden y cum-plan esta nuestra licencia y merced que así os hacemos, y con-tra ella no vayan ni pasen, ni consientan ir ni pasar en maneraalguna, so pena de la Nuestra Merced y de diez mil marave-dís para la nuestra Cámara.

Dada en Gumiel de Mercado, a 22 del mes de agosto de 1604.

YO, EL REY.Por mandado del Rey, Nuestro Señor,

JUAN DE LA MEZQUITA.

1 0 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 11: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

APROBACIÓN

Por mandado de Vuestra Alteza, he visto este libro de apa-cible entretenimiento, compuesto por el licenciado FranciscoLópez de Úbeda, y me parece que en él muestra su autormucho ingenio, rara lección en todo género de lectura, granelegancia y orden, subido estilo, discreto, apacible, graciosoy claro; y que debajo de gracias facetas y tratos manuales,encierra consejos y avisos muy provechosos para saber huirde los engaños que hoy día se usan. Y puede Vuestra Altezadar la licencia y privilegio que suplica.

Page 12: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

A DON RODRIGO CALDERÓN Y SANDELÍN,DE LA CÁMARA DE SU MAJESTAD, SEÑOR DE LAS VILLAS

DE LA OLIVA Y PLASENZUELA, EL LICENCIADOFRANCISCO LÓPEZ DE ÚBEDA, QUE SUS MANOS BESA

Señor:Esta es solo para suplicar a Vuestra Merced me dé licencia

para honrar y amparar con el escudo de sus armas este libro,el cual he compuesto solo a fin de que con su lectura, que esvaria y de entretenimiento mucho, y no sin flores que, gusta-das y tocadas de tan preciosa abeja, darán miel de gusto y apro-vechamiento; digo, pues, que le compuse para que VuestraMerced descanse algún rato del trabajo y peso de los gravísi-mos negocios en que Vuestra Merced sirve a la persona realde nuestro catolicísimo César y universal Monarca y a estosreinos, mostrando en tan altos puestos las raras prendas desu discreción e ingenio, el valor de su pecho en los negociosarduos, la rara clemencia y mansedumbre con que ha obli-gado a su servicio todos los ánimos nobles y gratos, y a su amis-tad grandes príncipes.

Y, demás de esto, ha mostrado la ilustre sangre que Vues-tra Merced heredó del señor Francisco Calderón, capitán dela guardia española, padre de Vuestra Merced, cuyas conoci-das virtudes y modestia han esmaltado la antigua nobleza delos Calderones y Arandas, sus antecesores, linajes tan antiguoscomo nobles, y tan nobles como antiguos, a quien dignamentese juntó la clara sangre de los nobilísimos caballeros Sande-lines, holandeses, progenitores de Vuestra Merced, cuya per-sona, casa, salud y estado prospere el cielo largos y felices díasen compañía de mi señora doña Inés de Vargas y Carvajal,gloria y honra de la nobleza extremeña.

Vale.

Page 13: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

TASA

Tasose este libro, intitulado La pícara Justina, por los seño-res del Real Consejo, en tres maravedís y medio cada pliego.

Page 14: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

PRÓLOGO AL LECTOR,EN EL CUAL DECLARA EL AUTOR EL INTENTO

DE TODOS LOS TOMOS Y LIBROSDE LA PÍCARA JUSTINA

Hombres doctísimos, graves y calificados, en cuya doctrina,erudición y ejemplo ha hallado el mundo desengaño, las escue-las luz, la cristiandad muro y la Iglesia ciudadanos, han resis-tido varonilmente a gentes perdidas y holgazanas y a sus fau-tores, los cuales, con aparencia y máscara de virtud, hanquerido introducir y apoyar comedias y libros profanos taninútiles como lascivos, tan gustosos para el sentido cuan daño-sos para el alma. Esta ha sido obra propia de varones evangé-licos, los cuales no consienten que la honra propia del Evan-gelio (que consiste en una publicidad y notoriedad famosa)se dé a fútiles e impertinentes representaciones de cosas másdignas de perpetuo olvido que de estamparse en las memoriashumanas. Y que no es justo que el nombre de libro, que se dioa la historia de la genealogía y predicación evangélica de Cristo,se aplique a los que contienen cosas tan ajenas de lo que Cristoedificó con su doctrina y pretendió en su venida.

Estos insignes varones han mostrado en esto ser custodiosangelicales, que defienden los sentidos para que por ellos noentre al alma memoria del pecado ni aun de su sombra, tandañosa cuan mortífera; han probado ser jardineros del dul-císimo paraíso de Cristo, pues han pretendido que, para quelas tiernas plantas que son los niños cristianos crezcan en lavirtud sin impedimento, no les ocupen viendo o leyendo en sutierna edad cosas lascivas; las cuales, para impremirse en ellos,hallan sus sujetos de cera, y, para despedirse, de bronce; hasevisto ser leídos en los santos de la Iglesia y criados a los pechosde su doctrina sin discrepar un punto de ella, pues por ella

Page 15: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

han juzgado cuán donoso es en la Iglesia de Dios usar seme-jantes libros y asistir a las tales representaciones. Han mos-trado en esto su modestia y mortificación rara, junta con unagran caridad, pues, a trueco del universal provecho de lasalmas, han carecido y querido carecer de estos gustos, siendoellos los que, por la gran capacidad de su ingenio, pudieranmejor juzgar de qué cosa sea gusto, si ya no es que la divinacontemplación, a que son dados, les quita el tener por gustoslos que el mundo aprueba por tales. Finalmente, entre otrasgrandes virtudes suyas, dignas de eterna memoria, han mos-trado el valor de su cristiano pecho, pues ni el gusto de lospotentados holgazanes que amparan este partido, ni losimportunos ruegos, ni promesas de grandes intereses y ofer-tas, ni la contradicción de sabios placenteros ha sido partepara que no contradigan a un tan perjudicial cáncer de lasalud del alma, a un hechizo de la carne, a una fantástica ilu-sión del demonio; y, por decirlo todo, han resistido a un cosa-rio infernal, el cual, a trueco de juguetes niñeros, compra ycautiva las almas y las engaña como a negros bozales, obrapropia de quien cumple y amplifica la de la redención deCristo y misterios de la redención de las almas, que fue el finque trajo a Dios del cielo al suelo; y a ellos, a la Iglesia, madresuya, en buena hora y feliz día.

Mas, como sea verdad que el vicio es el más valido, y susdefensores más en número, y la verdad tan atropellada, ya sehan introducido tales y tan raras representaciones, tan inúti-les libros, que, en la muchedumbre del vulgo que sigue estaopinión, ha[n] anegado y ahogado tan santos consejos cua-les son los que referido tengo de estos santos varones, admi-tiendo sin distinción alguna cualquier libro, lectura o escritoo representación de cualquier cosa por más mentirosa y vanaque sea. Y callo el agravio que hacen aun los mismos que escri-ben a lo divino a las cosas divinas de que tratan, hinchéndo-las de profanidades y, por lo menos, de impropiedades y men-tiras, con que las cosas de suyo buenas vienen a ser másdañosas que las que de suyo son dañosas y malas. De aquíinfiero que si el siglo presente siguiera tan docto y sano con-sejo como el de estos famosos varones, no me atreviera aun a

P R Ó L O G O A L L E C T O R 1 5

Page 16: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

imaginar el estampar este libro; pero, atendiendo a que nohay rincón que no esté lleno de romances impresos inútiles,lascivos, picantes, audaces, impropios, mentirosos, ni pueblodonde no se represente amores en hábitos y trajes y con ade-manes que incentivan el amor carnal; y, por otra parte, no hayquien arrastre a leer un libro de devoción, ni una historia deun santo, me he determinado a sacar a luz este juguete, quehice siendo estudiante en Alcalá a ratos perdidos, aunque algoaumentado después que salió a luz el libro del Pícaro, tan reci-bido. Este hice por me entretener y especular los enredos delmundo en que vía andar.

Esto saldrá a ruego de discretos e instancia de amigos. Dilesel sí. ¿Cumplirelo? No más, sí. Pero será de manera que enmis escritos temple el veneno de cosas tan profanas con algu-nas cosas útiles y provechosas, no solo en enseñanza de floresretóricas, varia humanidad y lectura, y leyendo en ejerciciotoda el arte poética con raras y nunca vistas maneras de com-posición, sino también enseñando virtudes y desengañosemboscados donde no se piensa, usando de lo que los médi-cos platicamos, los cuales, de un simple venenoso, hacemosmedicamento útil, con añadirle otro simple de buenas cali-dades, y de esta conmistión sacamos una perfecta medicinapurgativa o preservativa, más o menos, según el atempera-mento o conmistión que es necesaria.

Si este libro fuera todo de vanidades, no era justo impri-mirse; si todo fuera de santidades, leyéranle pocos (que ya setiene por tiempo ocioso, según se gasta poco); pues, para quele lean todos, y juntamente parezca bien a los cuerdos y pru-dentes y deseosos de aprovechar, di en un medio, y fue que,después de hacer un largo alarde de las ordinarias vanidadesen que una mujer libre se suele distraer desde sus principios,añadí, como por vía de resunción o moralidad (al tono de lasfábulas de Hisopo [y] jiroglíficos de Agatón), consejos y adver-tencias útiles, sacadas y hechas a propósito de lo que se dicey trata.

No es mi intención, ni hallarás que he pretendido, contaramores al tono del libro de Celestina; antes, si bien lo miras,he huido de eso totalmente, porque siempre que de eso trato

1 6 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 17: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

voy a la ligera, no contando lo que pertenece a la materia dedeshonestidad, sino lo que pertenece a los hurtos ardidososde Justina. Porque en esto he querido persuadir y amonestarque ya en estos tiempos las mujeres perdidas no cesan sus gus-tos para satisfacer a su sensualidad —que esto fuera menosmal—, sino que hacen de esto trato, ordenándolo a una insa-ciable codicia de dinero; de modo que más parecen merca-deras, tratantes de sus desventurados apetitos, que engañadasde sus sensuales gustos. Y no solo lo parece así, pero lo es.

Demás, que a un hombre cuerdo y honesto, aunque no leentretienen lecturas de amores deshonestos, pero enredos dehurtillos graciosos le dan gusto, sin dispendio de su gravedad,en especial con el aditamento de la resunción y moralidadque tengo dicho. Y de este modo de escribir no soy yo el pri-mer autor, pues la lengua latina, entre aquellos a quien eramaterna, tiene estampado mucho de esto, como se verá enTerencio, Marcial y otros, a quien han dado benévolo oídomuchos hombres cuerdos, sabios y honestos. Pienso que losque así escriben, añadiendo semejantes resunciones a histo-rias frívolas y vanas, imitan en parte al Autor natural, que dela nieve helada y despegadiza saca lana cálida y continuada,y de la niebla húmeda saca ceniza seca, y del duro y desabridocristal saca menudos y blandos bocados de pan suave.

Consulté este libro con algunos hombres espirituales, aquien tengo sumo respeto, y sin cuyo consentimiento no mefiara de mí mismo, y dijéronme de mi libro que, así como Diospermitía males para sacar de ellos bienes, y junto con elpecado suele juntar aviso, escarmiento y aun llamamiento delos escarmentados, así (supuesto que en estos tiempos mise-rables tan desenfrenadamente se apetece la memoria de cosasvanas y profanísimas) es bien que se permita esta historia deesta mujer vana (que por la mayor parte es verdadera, de quesoy testigo), conque, junto con los malos ejemplos de su vida,se ponga, como aquí se pone, el aviso de los que pretende-mos que escarmienten en cabeza ajena. Bien sé que en otrotiempo no fueran de este parecer, y así me lo dijeron, ni yosin su parecer me fiara de mí mismo; pero, por esta vez, pro-bemos. Y permítaseme que pruebe si acaso tantos como están

P R Ó L O G O A L L E C T O R 1 7

Page 18: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

resueltos de leer, así como así, lecturas profanas y aun des-honestas, leyendo aquí consejos insertos en las mismas vani-dades, de que tanto gustan, tornarán sobre sí y acabarán deconocer los enredos de la vida en que viven, los fines desas-trados del vicio y los daños de sus desordenados gustos. Y,finalmente, probemos si acaso por aquí conocerán cuán fútily de poca estima y precio es la vida de los que solo viven a leyde sus antojos, que es la ley que Séneca llamó ley desleal yCicerón ley espuria o adúltera.

En este libro hallará la doncella el conocimiento de su per-dición, los peligros en que se pone una libre mujer que no serinde al consejo de otros; aprenderán las casadas los incon-vinientes de los malos ejemplos y mala crianza de sus hijas;los estudiantes, los soldados, los oficiales, los mesoneros, losministros de justicia, y, finalmente, todos los hombres, de cual-quier calidad y estado, aprenderán los enredos de que se hande librar, los peligros que han de huir, los pecados que lespueden saltear las almas. Aquí hallarás todos cuantos sucesospueden venir y acaecer a una mujer libre; y, si no me engaño,verás que no hay estado de hombre humano, ni enredo, nimaraña para lo cual no halles desengaño en esta lectura. Aunlo mismo que huele a estilo vano no saldrá todo junto, aten-diendo al gasto propio y al gusto ajeno. No doy este libro pormuestra, antes prometo que lo que no está impreso es aúnmejor; que Dios comenzó por lo mejor, pero los hombresvamos de menos a más.

Puse dos consideraciones en dos balanzas de mi pensa-miento. La una fue que acaso algunos, leyendo este libro, seríaposible aprendiesen algún enredo que no atinaran sin la lec-tura suya. Diome pena; que sabe el Señor temo el ofender SuMajestad divina como al infierno, cuanto y más ser catedrá-tico y enseñar a pecar desde la cátedra de pestilencia. Puseen otra balanza que muchos —y aun todos los que leyereneste libro— sacarán de él antídoto para saber huir de muchasocasiones y de varios enredos que hoy día la Circe de nuestracarne tiene solapados debajo de sus gustillos y entreteni-mientos. Mas pesó tanto la segunda balanza, que atropelló elpeso del primer inconviniente. Demás de que ya son tan públi-

1 8 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 19: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

cos los pecadores y los pecados, escándalos y malos ejemplos,ruines representaciones de entremeses y aun comedias, al-cahueterías y romances, coplas y cartas, cantares, cuentos ydichos, que ya no hay por qué temer el poner por escrito enpapel lo que con letras vivas de obras y costumbres manifies-tas anda publicado, pregonado y blasonado por las plazas ycantones. Que este es el tiempo en que, por nuestros peca-dos, ya los malos pecan tan de oficio, que se precian de pecarcomo si cada especie de pecado, cuanto más inorme y feo es,tanto más compitiera con la gloria de un famoso artificio, cien-cia, hazaña o valentía muy famosa.

Finalmente, pienso (debajo de mejor parecer) ser muylícito mi intento, y si no, condénense las historias gravísimasque refieren insignes bellaquerías de hombres facinerosos,lascivos y insolentes; condénese el procesar a vista de testigosy de todo el mundo, y el relatar feísimos crímines y delitos,según y como se hace en las reales salas del crimen, dondereside suma gravedad, acuerdo y peso; condénense los edic-tos en que se hace pública pesquisa de crímines enormes ygraves; condénense las reprehensiones de los predicadoresque hacen invectivas contra algunos vicios en presencia dealgunos que están sin memoria e imaginación de ellos. Pero,pues esto no se condena, antes es santo y justo, quiero que,por lo menos, se conceda que mi libro es no digo santo, queeso fuera presunción loca, ni tal cual es la menor de las cosasque he referido; pero, a lo menos, concédase que el permi-tirse será justo, pues no hay en él número ni capítulo que nose aplique a la reformación espiritual de los varios estados delmundo.

Sin esta utilidad, tiene mi libro otra, y es que no piensenlos mundanos engañadores que tienen ciencia que no sealcanza de los buenos y sencillos por especulación y buen dis-curso, ya que no por experiencia. Y, para conseguir este santofin que prometo, había determinado hacer un tratado al finde este libro, en el cual pusiese solas las resunciones y apli-caciones al propósito espiritual; y moviome el pretender queestuviese cada cosa por sí y no ocupase un mismo lugar unoque otro. Pero, mejor mirado, me pareció cosa impertinente.

P R Ó L O G O A L L E C T O R 1 9

Page 20: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

Lo uno, porque el mundano, después de leído lo que a sugusto toca, no hará caso de las aplicaciones ni enseñanzas espi-rituales, que son muy fuera de su intento, siendo este el míoprincipal. Lo otro, porque después de leídos tantos númerosy capítulos, no se podría percebir bien ni con suficiente dis-tinción adonde viene cada cosa. Y, por esto, me determiné deencajar cada cosa en su lugar, que es a fin del capítulo ynúmero, lo cual puse muy breve y sucintamente, no porquesea lo que menos yo pretendo, sino porque, si pusiera estodifusa y largamente, destruyera mi mismo intento; que quienhoy día dice cosas espirituales larga y difusamente, puedeentender que no será oído; ca en estos tiempos, estas cosasde espíritu, aun dichas brevemente, cansan y aun enojan.

Quiera Dios que yo haya acertado con el fin verdadero, yel pío lector con el que mi buen celo le ofrece, a honra y glo-ria de Dios, que es el fin de nuestros fines.

2 0 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 21: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

PRÓLOGO SUMARIODE AMBOS LOS TOMOS DE LA PÍCARA JUSTINA

Justina fue mujer de raro ingenio, feliz memoria, amorosay risueña, de buen cuerpo, talle y brío; ojos zarcos, pelinegra,nariz aguileña y color moreno. De conversación suave, únicaen dar apodos, fue dada a leer libros de romance, con oca-sión de unos que acaso hubo su padre de un huésped huma-nista que, pasando por su mesón, dejó en él libros, humani-dad y pellejo. Y ansí, no hay enredo en Celestina, chistes enMomo, simplezas en Lázaro, elegancia en Guevara, chistesen Eufrosina, enredos en Patrañuelo, cuentos en Asno de oro, y,generalmente, no hay cosa buena en romancero, comedia, nipoeta español cuya nata aquí no tenga y cuya quinta esenciano saque.

La suma de estos tomos véala el lector en una copiosa tabla.Mas, si con más brevedad quieres una breve descripción dequién es Justina y todo lo que en estos dos tomos se contiene,oye la cláusula siguiente, que ella escribió a Guzmán de Alfara-che antes de celebrarse el casamiento:

Yo, mi señor don Pícaro, soy la melindrosa escribana, lahonrosa pelona, la manchega al uso, la engulle fisgas, la quecontrafisgo, la fisguera, la festiva, la de aires bola, la meso-nera astuta, la ojienjuta, la celeminera, la bailona, la espa-bila gordos, la del adufe, la del rebenque, la carretera, la entre-tenedora, la aldeana de las burlas, la del amapola, la escalfafulleros, la adevinadora, la del penseque, la vergonzosa alo nuevo, la del ermitaño, la encartadora, la despierta dor-mida, la trueca burras, la envergonzante, la romera plei-tista, la del engaño meloso, la mirona, la de Bertol, la biz-madera, la esquilmona, la desfantasmadora, la desenojadora,

Page 22: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

la de los coritos, la deshermanada, la marquesa de lasMotas, la nieta pegadiza, la heredera inserta, la devota mari-dable, la busca roldanes, la ahidalgada, la alojada, la abor-tona, la bien celada, la del parlamento, la del mogollón, laamistadera, la santiguadera, la depositaria, la gitana, la pala-tina, la lloradora enjuta, la del pésame y río, la viuda conchirimías, la del tornero, la del desciplinante, la paseada,la enseña niñas, la maldice viejas, la del gato, la respostona, ladesmayadiza, la dorada, la del novio en pelo, la honruda,la del persuadido novio, la contrasta celos, la conquista bol-sas, la testamentaria, la estratagemera, la del serpentón, ladel trasgo, la conjuradora, la mata viejos, la barqueada,la loca vengativa, la astorgana, la despachadora, la santia-guesa, la de Julián, la burgalesa, la salmantina, la ama sala-manquesa, la papelista, la excusa barajas, la castañera, lanovia de mi señor don Pícaro Guzmán de Alfarache, aquien ofrezco cabrahigar su picardía para que dure los añosde mi deseo.

Estos epítetos son cifra de los más graciosos cuentos, aun-que no de todos los números, porque son muchos más. Peroporque aquí se ponen tan sucintamente, remito al lector a latabla siguiente.

2 2 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 23: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

INTRODUCCIÓN GENERALPARA TODOS LOS TOMOS Y LIBROS,

ESCRITA DE MANO DE JUSTINA,INTITULADA

LA MELINDROSA ESCRIBANA.

DIVÍDESE ESTA INTRODUCCIÓN EN TRES NÚMEROS

NÚMERO IDel melindre al pelo de la pluma

Redondillas

Cuando comenzó Justinaa escribir su historia en suma,se pegó un pelo a su pluma,y al alma y lengua mohína.

Y, con aquesta ocasión,dice símbolos del peloy mil gracias muy a pelopara hacer su introducción.

Un pelo tiene esta mi negra pluma. ¡Ay,pluma mía, pluma mía!, ¡cuán mala soispara amiga, pues, mientras más os trato, mása pique estáis de prender en un pelo y bo-rrarlo todo! Pero no se me hace nuevo queme hagáis poca amistad, siendo, como losois, pluma de pato; el cual, por ser ave que

Es tan artificiosaintroducción quecon su ingeniocapta labenevolencia alos discretos, ycon su dificultaddespide, desdeluego, a losignorantes.

Suma del número.

Pluma de pato essímbolo de laamistadinconstante

Page 24: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

ya mora en el agua como pez, ya en la tie-rra como animal terrestre, ya en el airecomo ave, fue siempre símbolo y figura dela amistad inconstante, si ya no dicen losescribanos del número —y aun los sinnúmero— que con ellos han hecho treguassus plumas. En fin, señor pelo, no me dejáisescribir.

No sé si dé rienda al enojo, o si saboree elfreno a la gana de reírme, viendo que se haempatado la corriente de mi historia y quetodo prende en el pelo de una pluma de pato.Mas no hay para qué empatarme; antes, osconfieso, pluma mía, que casi me viene a peloel gustar del que tenéis, porque imagino quecon él me decís mil verdades de un golpe, yun golpe de mil verdades. Y entenderéis elcómo si os cuento un cuento que puede sercuento de cuentos.

La prudentísima reina doña Isabel, prez yhonor de los dos reinos, queriendo persuadiral rey don Fernando que cierta derrota y jor-nada que intentaba era tan contra su gustocuan contra el buen acierto, volvió los ojos aunas malvas que estaban en el camino y,mirándolas, le dijo:

—Señor, si el camino donde están malvas,y no otra cosa, nos hubiera de hablar en estaocasión a vos y a mí, ¿de qué tratara?

Respondió el rey:—Vos lo diréis, señora.Entonces dijo la reina:—Claro es que el camino, donde solas las

malvas sirvieran de lengua, no supieran, enesta ocasión, decirnos a mí ni a vos otra cosa,sino «mal vas».

Volvió la rienda el prudentísimo monarcay, sonriéndose, dijo a su Isabela:

Huélgase de latravesía del pelo

Cuento apropósito que lospelos hablan.

Pregunta de lareina doña Isabel

2 4 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 25: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

—No entendí que las malvas sabían hablartan a propósito y tan bien.

La reina, echando el sello a su prudentí-simo discurso y catecismo, dijo:

—No os espantéis, señor, de que las malvashablen tan bien, porque los yerros de losreyes, como son personas tan públicas y comu-nes, por secretos que sean, las piedras los mur-muran, y las malvas los pregonan.

Dijo la reina por extremo bien; que aunallá fingió el poeta que por doquiera quecaminaba Júpiter, rey de los dioses, llevabadelante de sí, como pajes de hacha, sol y lunay todas las estrellas, para que el mundo y dio-ses menores viesen los caminos por donde surey andaba. Y otro pintó a un rey cargado delos ojos de sus vasallos.

Mirad, pues, ¡oh pelos de mi pluma!,cuánto me honráis y cuánto os debo, pues,para decir mis yerros, mis tachas y mis man-chas, hacéis lengua de vuestros pelos, como sifueran yerros de real persona, que las malvaslos pregonan. Así que, de haberse atravesadoeste pelo, y de lo que yo alcanzo por la judi-ciaria picaral, colijo para conmigo que mipluma ha tomado lengua, aunque de borra,para hablarme. Sin duda, que me quiere darmatraca por ver que me hago coronista de mimisma vida. En lo cierto estoy, como si lo adi-vinara. Ella es matraca.

Al arma, señora pluma. Aquí estoy y re-sumo fielmente lo que me decís, porque enpago escribáis con fidelidad lo que yo osdijere.

¿Ofrecéisme ese pelo para que cubra lasmanchas de mi vida o decisme, a lo socarrón,que a mis manchas nunca las cubrirá pelo?Agradézcoos la buena obra, pero no la buena

Los hechos de losreyes las piedraslos pregonan.Cuento apropósito y unafábula.Los reyes sonmuy sojuzgados.Tráense apropósitojeroglíficos.

[El pelo de lapluma honra a laescritora].

Fíngese que lospelos danmatraca a laPícara; habla conellos y responde.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 2 5

Page 26: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

voluntad, ni menos la sana intención. Masentended que no pretendo, como otros his-toriadores, manchar el papel con borrones dementiras, para, por este camino, cubrir lasmanchas de mi linaje y persona. Antes, piensopintarme tal cual soy, que tan bien se vendeuna pintura fea, si es con arte, como una muyhermosa y bella; y tan bien hizo Dios la luna,con que descubrir la noche oscura, como elsol, con que se vee el claro y resplandecientedía. En las plantas hacen labor las espinas; enlos tiempos, el verano, y en el orden del uni-verso también hacen su figura los terrestres yponzoñosos animales; y, finalmente, todo lohizo Dios hermoso y feo. Dígolo a propósitoque no será fuera de él pintar una pícara, unalibre, una pieza suelta, hecha dama a puroandar de casa en casa como peón de ajedrez;que todo es de provecho si no es el unto delmoscardón. Los que pretendieren entreteni-miento, tras el gasto hallarán el gusto.

No quiero, pluma mía, que vuestras man-chas cubran las de mi vida, que (si es que mihistoria ha de ser retrato verdadero, sin tenerque retratar de lo mentido), siendo pícara, esforzoso pintarme con manchas y mechas, picoy picote, venta y monte, a uso de la mandi-landinga. Y entended que las manchas de lavida picaresca, si es que se ha de contar y can-tar en canto llano, son como las del pellejo depía, onza, tigre, pórfido, taracea y jaspe, queson cosas las cuales con cada mancha añadenun cero a su valor.

Mas ya querréis decirme, pluma mía, queel pelo de vuestros puntos está llamando a lapuerta y al cerrojo de las amargas memoriasde mi pelona francesa. Pareceisme al galánque, por quejarse de un golpe de los desvíos

No es fuera depropósito pintaruna vida pícara.Tráense símiles apropósito.

La vida pícarapréciase de sustachas. Símiles apropósito.

El pelo de lapluma moteja depelada y bubosa.Cuento apropósito.

2 6 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 27: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

presentes y daños pasados de su dama, hizoque le sacasen de invención, echado en unpelambre, con un mote que decía:

Acordaos de un olvidado,que por vos está pelado.

Así vos, con ese pelo, queréis publicar mipelona, antes que yo la escriba. Según eso, yame parece, señora pluma, que me mandáisdestocar y poner in puribus, como a luchadorromano, y que, animando vuestros puntos ala batalla, viéndolos con pelo y a mí sin él,tocáis al arma y les hacéis el parlamento, fun-dándolo en el que se suele practicar en la bata-lla del ajedrez, que dice: «Cuando tuvieres unpelo más que él, pelo a pelo te pela con él».

Confiésoos de plano, señora pluma, que,con solo un pelo que se os ha pegado a lospuntos, me lleváis conocida ventaja; y confieso—si ya por tanto confesar no me llaman con-fesa— que los pelos que de ordinario traigosobre mí andan más sobre su palabra que sobremi cabeza, que tienen más de bienes mue-bles que de raíces; que son como naranjasrojas puestas en arco triunfal, que adornanplantas que no conocen por madres ni aunpor parientas; y que son mis cabellos demanera que, si me toco de almirante, temobarajas de poste, no tanto por el chinchón(que, como ha tanto que soy condesa deCabra, no temo golpes de frente), cuantoporque, como mis cabellos son amovibles yborneadizos, temo que al primer tope vuelvabarras al almirante y descubra el calvatruenode mi casquete; el cual, como está bruñidosobre negro, parece pavonado como pomode espada.

Matraca a unbuboso y pelado;y dícelo la pícarapor sí misma.

Cabellos de unbuboso;compáranse, etc.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 2 7

Page 28: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

¿Toda esta fanega de confusiones confiesoque hay para ello? Digo que sí. Concedo quesoy pelona docientas docenas de veces ¿Seréyo la primera que anocheció sana en Españay amaneció enferma en Francia? ¿Seré yo laprimera camuesa colorada por de fuera ypodrida por de dentro? ¿Seré yo el primersepulcro vivo? ¿Seré yo el primer alcázar enquien los frontispicios están adornados dericos jaspes, pórfidos y alabastros, encubriendomuchos ocultos embutidos de tosca mampos-tería, y otras partes tan secretas como necesa-rias? ¿Seré yo la primera ciudad de limpias yhermosas plazas y calles, cuyos arrabales sonuna sentina de mil viscosidades? ¿Seré yo laprimera planta cuya raíz secó y marchitó elroedor caracol? ¿Seré yo la primer mujer que,al pasar el lodo, diga las tres verdades de ungolpe, cuando, enfaldándome por todos lados,diga: «Muy sucio está esto»? En fin, ¿seré yo laprimera fruta que huela bien y sepa mal?

No me corro de eso, señora la de los pelos;antes, pretendo descubrir mis males, porquees cosa averiguada que pocos supieran vivirsanos si no supieran de los que otros hanenfermado; que los discretos escriben el aran-cel de su propia salud en el cuerpo de otroenfermo; y no hay notomía que menos cuestey más valga que la que hace la noticia propiay la experiencia ajena. ¿Y piensa el dóminepelo que de eso me corro yo? ¡Dolor de mí, sisupieran los señores cofrades del grillimónque me corría yo de pagar culpas oscuras conpenas claras! No, mi reina; que ya se sabe queun mismo oficial es el que tunde las cejas y lavergüenza y, de camino, con el tocino de lastijeras, unta las mejillas para desterrar el rosi-cler de las corridas. Un clavo saca otro; como

Símiles paraconsolarse unbuboso.

Mujer cuandodice tres verdadesde un golpe.

Prueba convenirmanifestar susenfermedades.

2 8 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 29: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

este mal es todo corrimientos, con él se qui-tan los corrimientos; y ansí, se vee que ningúnpelado se corre, por más que lluevan fisgas ymatracas. Otra tecla toque, señor pelo; queesa, por más que se curse, nunca me sonó mal.Antes, en buena fe, que me holgase saber sihogaño los señores cofrades publican con-gregación, porque, como quien soy, juro (a lomenos como quien fui, que el otro juramentodaba el golpe en vago) de ir, por honrar sujunta, más cargada de parches por la cara quesi ella fuera privilegio rodado, y ellos, sellospendientes.

¡Desmelenadas, desmelenadas de nosotras,si cuando nuestros gustos dieron al dolor latenencia de nuestros cuerpos, desterraranpara siempre de nuestras almas el consuelo!Como si el alma no pudiera, o no supiera, darposada a muchos gustos que vienen en hábitode peregrinos, mientras el cuerpo llora yafana. Sin pelo salí del vientre de mi madre,y sin pelo tornaré a él; y si alguno pensare quenací con pelo, como hija de selvajes, terné elconsuelo de la rana.

Dicen las fábulas, a propósito de que nadiehay contento con su suerte, que la rana en rea-lidad de verdad nació con pelo, pero no tantoque no naciese con mucha más envidia quepelo. Y de quien tuvo envidia fue del cisne yde la mosca: del cisne, porque cantaba dulce-mente en el agua, y de la mosca, porque dor-mía todo el invierno sin cuidado. Y así, pidióa Júpiter le diese modo como ella durmiesetodo el invierno y cantase todo el verano. ElJúpiter oyó benignamente su petición y la dijo:

—Hermana rana, harase lo que me pedís;mas, para conseguir el efecto que pretendéis,es necesario que os pelemos, y del pelo que

Los bubosos notienen vergüenzani se corren, ypor qué.

Juramento envago.

No quita undolor todos losgustos.

Fábula apropósito decómo seconsuelan losbubosos.Mosca y cisneenvidiados de larana.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 2 9

Page 30: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

os quitaremos se os infundirá una almohadasobre que durmáis todo el invierno como lamosca; y del mismo pelo os haremos una len-gua de borra con que al verano cantéis, nocon tanta melodía como el cisne, pero conmás gusto y mejor ocasión, pues él canta paraconvidar a la muerte, pero vos cantaréispara entretener la vida.

Pelose la rana, y el pelarse le valió conse-guir su gusto y su petición.

A propósito. Los pelados tenemos este con-suelo: que si algún tiempo fuimos gente depelo y ahora no le tenemos más que por lapalma —¡Dios sea loado!—, podemos decirque del pelo hecimos almohada para dormir,mientras los sanos están en misa y sermón, imi-tando las moscas, que todo el invierno son dela cofradía de los siete dormientes; y junta-mente, hecimos lengua de borra para decirde todos sin empacho. Y viene esto bien conel refrán de los del hospital de la folga, enToledo, que dice: «Los pelados son hidalgoseclesiásticos y pájaros arpados». Y dícenlo por-que los de nuestra facción sin pena pierdenla misa, y sin vergüenza la fama. Dicen detodos más que relator en sala de crimen, y aunde sí no callan; y si una vez dan barreno a lacuba del secreto, hasta las heces derrama. Paradecir de los otros, son como galeotes en galeray, para pregonar su caza, son como gallinasponedoras, que para un huevo atruenan unbarrio.

Sor pelo, sepa que, si en el discurso de lamatraca de la pelona lo quisiéramos meter avoces, no nos faltara cómo echarlo por laventa de la zarzaparrilla. Mil escapatorias tuvié-ramos, que sesenta son las especies de lasbubas, como las de la locura, y se apela de una

Aplícase lafábula.

Bubosos:hidalgoseclesiásticos ypájaros arpados, ypor qué.

Bubosos sonparleros.Sesenta especiesde bubas.

3 0 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 31: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

para otra por vía de agravio. Y más yo, que, apuro pasar clases, estoy de la otra parte delas bubas; pero no es mi desiño que salgan lasmonas de máscara, sino que se venda cadacosa por lo que es. Si yo quiero —después dehaber sido ladrona del tiempo— predicar alpie de la horca, ¿quién me puede condenar,si no es algún sin alma que no quiere escar-mentar en cabeza ajena? El cisne canta sumuerte; el cínife, los daños de la canícula; larana, los ardores del verano; el carro, su cargay su peligro, y el invierno pregona, con trom-petas y atabales del cielo, los rayos y tempes-tades. Según esto, ni es injusto ni indecenteque permitan el cielo y el suelo el que sea pre-gonera de sus males la misma que los labrópor sus manos, y que con el mismo estilo conque hablaba, cuando sin sentir nada, o porsentir demasiado, se le pegó esta roña, digaahora, a lo pícaro y libre, lo que cuesta elhaberlo sido. Así que, para con este artículode retarme en España lo que pequé en Fran-cia, ya he cumplido.

Mas paréceme que me dice mi pluma quese le ofrece otro escrúpulo, en prosecuciónde lo que significa el pelo atravesado a talcoyuntura, y es lo siguiente:

Díceme mi pelo que me llamó pelona nopor bubosa, sino por pobre. ¡Oh, qué lindo!Hablara yo entre once y mona, cuando con-trapuntea el cochino. Sepa, señor pelo, queviene a pospelo esa injuria, y aun no la tengopor tal, ni habrá pícara que tal sienta, porquepobreza y picardía salieron de una misma can-tera; sino que la picardía tuvo dicha en caeren algunas buenas manos que la han pulidoy puesto en más frontispicios que rétulos decomedias; y a la pobreza la arrimaron en la

Abona el tratarde la picardía ybubas con variossímiles.

Abona el hablar alo pícaro.

El pelo moteja depobre, pícara,pelona.

Pobreza,hermana depicardía, y en quése diferencian.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 3 1

Page 32: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

casa de una viuda vieja y triste; la cual, que-riéndola labrar para sacar de ella un morteropara hacer salsas de viandantes, sacó de ellaun cepo de limosna. Y por tanto, como la san-gre sin fuego hierve, dondequiera que seencuentran pobreza y picardía se dan elabrazo que se descostillan. Y yo, que del ripiodel mortero de la vieja cogí más que nadie,tan lejos estoy de correrme de eso y de que mellaméis pelona, que antes es el mote que ciñeel blasón de mi gloria y adorna el festón ycuartel de mis armas.

Llamome pobre y pícara mi pluma. ¡Grancosa!, ¡como si los pobres no tuvieran la pia-máter en su sitio! ¿Es porque no tengo másque unas jerviguillas, y esas ruines? Puesemperador ha habido tan desherrado quetenía unos zapatos solos, y para remendarlosse quedaba en casa, hecho pisador de uva otorneador de tinteros, que son oficios de apie mondo. ¿Es porque los pícaros siempreque comemos vamos a menos? Pues capitánha habido a quien príncipes tributarios suyosle encontraron cenando nabos pasados poragua, dando en ellos con tal prisa y furia quese podía decir con toda propiedad que erala batalla nabal. ¿Es porque los pobres trae-mos el testamento en la uña del meñique?Pues romanos cónsules ha habido para cuyoentierro fue forzoso pedir limosna, sin habermuerto con otra deuda más que la delcuerpo a la dura tierra, ¿Ello es, en resolu-ción, que los pícaros somos pobres, mendi-gones, menesterosos? Pues ¿no sabes, plumamía, que la diosa Pandora fue pobre, y porserlo tuvo ventura, y aun acción, a que todoslos dioses la contribuyesen galas, cada cualla suya?

Pobreza, morterode salsas.Pobreza, cepo delimosna.

Alabanza de lapobreza.Ejemplosverdaderosaplicadosridículamente.Pícaros, cuandocomen, van amenos.

Batalla nabal.

3 2 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 33: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

El pobre sobre todas las haciendas tienejuros, y aun el español tiene votos, porque siem-pre el pobre español pide jurando y votando.Si, juntamente con ser yo pobre, fuera sober-bia, tuviera por gran afrenta el llamarme pelona,como también la misma diosa tuvo por afrentaque se lo llamasen, cuando, por haber sidopobre y soberbia, la desplumaron y pelarontoda los mismos dioses que la habían dado susricas y preciosas plumas, y, por afrentoso nom-bre, la llamaron la Pelona o la Pelada. Y de ahíha venido que a algunos pobres hidalgos, quede ordinario traen la bolsa tan llena de sober-bia cuan vacía de moneda, y piensan que porel barreno del casco han de evaporar el aire yyerran el golpe, los llaman Pelones, porque sonpobres pelones como la diosa pelada. Esos sepodrán correr del titulillo, pues son pandorgospelados; pero yo, pobreta, que no hay hombrea quien no me someta, no tengo por afrentosoel nombre. ¡Tristes pícaras! Si nos preciamosde emplumadas, mal; si de peladas, también.Digo que del mal, lo menos: más quiero serpelada que emplumada.

Paréceme, señor pelo, que no hay ya quéhacer aquí, pues, cuanto me ha querido decirno encaja. Podría yo jugar con él al juego quellaman los niños «pelos a la mar» y echarle conun soplo a galeras, y no estoy muy fuera dehacerlo. Pero antes que le dé yo vaya y se vaya,le quiero hacer una fanega de mercedes, y son:que le doy licencia para que se alabe de que, sinsaber lo que ha hecho, me ha hecho sacar delarca un celemín de retórica, porque, con atra-vesárseme en la pluma y discurrir los símbolosdel pelo y de los pelones, he tenido buena oca-sión para pintar mi persona y cualidades, lo cuales documento retórico y necesario para cual-

La pobreza tieneacción a todo.Pruébalo.

Pobreza consoberbia es cosaafrentosa.Ejemplo.

Hidalgos pobresse llamanPelones, y porqué.Pobres hidalgosson pandorgos.

Confusión depícara.

Juegos de «pelosa la mar».

Aplícase elatravesar el peloal hacer el autorsu introducciónretórica.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 3 3

Page 34: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

quier persona que escribe historia suya o ajena,pues debe en el exordio poner una suma delsujeto cúya es, describiendo su persona y cuali-dades, en especial aquellas que más a cargo suyotoma el historiador.

De manera que mi pluma, aprovechándosede sola la travesía de un pelo, ha cifrado mivida y persona mejor y más a lo breve que elque escribió la Ilíada de Homero y la encerródebajo de una cáscara de una nuez. Ni fuemejor abreviador el artífice Mimercides. Soloun pelo de mi pluma ha parlado que soypobre, pícara, tundida de cejas y de vergüenza,y que, de puro pobre, he de dar en comer tie-rra, para tener mejor merecido que la tierrame coma a mí, que, si me rasco la cabeza, nome come el pelo. Y según mi pluma lleva lacorriente atrevida y disoluta, a poca más licen-cia, la tomará para ponerme de lodo, porquequien me ha dado seis nombres de «p» (con-viene a saber: pícara, pobre, poca vergüenza,pelona y pelada) ¿qué he de esperar, sino que,como la pluma tiene la «p» dentro de su casay el alquiler pagado, me ponga algún otronombre de «p» que me eche a puertas? Mas,antes que nos pope, quiero soplarle, aunqueme llamen soplona.

Aprovechamiento

De lo que has leído en este número primero, lectorcristiano, colegirás que hoy día se precian de suspecados los pecadores, como los de Sodoma, quecon el fuego de sus vicios merecieron el fuego que

les abrasó. Es, sin duda, que el mundo y demonio,por fomentar la liga que tienen hecha con la

carne, nuestra enemiga, acreditan y honran losvicios carnales.

Cualidad deexordios.

Nota el artificiocon que se traetodo lo dicho apropósito, y seresume lo dicho.

La pluma da seisnombres de «p».

Sopla Justina latinta para quitarel pelo de lapluma.

3 4 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 35: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

NÚMERO IIDel melindre a la mancha

Quintillas

Por soplar, manchó Justinasaya, tocas, dedos, palma;y por el mal que adivina,aunque no era tinta fina,le llegó la mancha al alma.

Que no hay más justo receloque temer manchas de lengua,pues no hay jabón en el sueloque, si te manchan un pelo,te pueda sacar la mengua.

¡Ay, que me entinté palma, lengua, toca ydedo por quitar un pelo! Ya yo sabía, señoratinta, que vivo en Cuaresma y con velacionescerradas, sin que ella viniera muy aguda aechar sobre el retablo de mis dedos otro deduelos con el guardapolvo de su luto. Pues nonos coque, que tiempo hubo en el cual, si yoquisiera, me sobraran sacrismochos que de uninstante a otro me quitaran el guardapolvo yme pusieran de veinte y cinco. Pasó aqueltiempo, vino otro. No es por culpa mía. Atri-búyolo a la Fortuna, que es ciega; al tiempo,que es loco; al albedrío humano, que es vol-tario, y, para decir verdad, parte de culpa tie-nen unos sulquillos que me han salido a lacara, que algunos los llaman rugas; y engá-ñanse, no lo son, sino que mi rostro es muyblando de carona, y los cabellos soltadizos, quede noche se me han derribado por cuello,cara y frente, me sulcaron la carne y me deja-ron estas señales; y yo, de puro enojada con-tra tan traviesos cabellos, los segué un agosto

Suma del número.

A propósito de lamancha de lasaya, prosigueartificiosamenteel autor laintroducción desu libro.

Quéjase de losdaños de la tinta.

Pinta el tiempode su mocedad ycómo todo semuda.

Excusa sus rugas graciosamente.

Excusa elhabérsele caídolos cabellos.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 3 5

Page 36: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

y me unté con sangre de morciélago, porqueno naciesen más cabellos tan villanos y tanamigos de arar tierra virgen. Y, aunque halléremedio para dar carta de lasto a mis cabellos,no le he descubierto para embeber estas alfor-zas o bregaduras del rostro, que parece hojal-drado.

Una bruja me dijo que no se me diesenada, que diz que las rayas de mi rostro no seme echaban de ver más que por la palma.¡Tómame el consuelo!¡Como si en la palmano se vieran las rayas! Ahora bien, pasé de laraya, y saliéronme muchas rayas. No importa;que el alma tiene muchos agujeros y, si huyede la cara, acude a la lengua.

Consuélome con que, si la tinta se entona,por lo mucho que reluce, a poder de gomapreparada, tiempo hubo en que relucía micara como bien acecalada; tiempo en el cualmi cara andaba al olio, mudando más figurasque juego de primera, ejercitando más meta-morfosis que están escritos en el poeta de lasOdas, mudando más colores que el camaleón,estrujando pasas, encalando carbón, deshe-rrum[br]ando redomas; en fin, tiempo en elcual estaba en mi mano ser blanca o negra,morena o rubia, alegre o triste, hermosa o fea,diosa o sin dios. Verdad es que, como esta arteestabularia requiere ciencia y potencia, yo locompasaba de modo que la potencia la enco-mendaba a mi mocedad y a mis manos; y laciencia, a tres redomas y dos salseras. Y conesto, cuando tañían a concejo en mi villa el díade fiesta, cantaba yo al son de mi bandurriatres y dos son cinco, ¡y adiós, que esquilan!

Mas ¡ay!, que no hay tanta infelicidadcuanto haber sido dichosa una persona. Esteamargo trago, aquesta memoria triste debo yo

Rugas no seencubren.

Consuelo de unamujer vieja.

Píntase unamujer afeitada.

Todo el bienparecer está enmanos de unamujer.Quien se afeitatiene la potenciaen las manos y laciencia en lassalseras.

De qué seacuerda y conqué ocasión.

3 6 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 37: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

a la mancha y fealdad que la tinta ha queridoponer en los dedos con que yo solía hacerestas maravillas.

Mas creedme, señora tinta, que, aunquemás ufana estéis de haber manchado misdedos, toca y lengua, y tras esto lo estéis de quela mancha vuestra me llegó al alma, por lomenos no podréis negarme que habéis califi-cado mi historia, porque, de haber vos dado aentender que ya no tengo sumilleres de corps,ni de cortina, ni sacrismochos despolvorantesdesojados por mi contemplación, creerán quesoy escritora descarnada, desocupada de moci-les ejercicios, que ni me vierto ni divierto, queestoy machucha, que soy de mollera cerrada,que soy cogitabunda y pensativa, y no comootros historiadores de jaque de ponte bien quede la noche a la mañana hacen madurar unahistoria como si fuera rábano.

Pero, porque no se alabe tanto la hermanatinta, ni se precie de manchega y de que sehalla bien en estas carnes pecadoras, ¡a fe quela he de quitar con saliva!

¡Ay, ay! ¡Por el siglo del buen Diego Diez,mi padre, que he mojado tres veces el dedocon saliva en ayunas y no quiere salir la man-cha! Demonio es la negra tinta, pues, aunquefuera serpiente, hubiéramos ya aventádola yaun muértola; que, según dicen en alabanzadel ayuno, la saliva en ayunas mata las ser-pientes. Mas, según veo, esta tinta, mientrasmás la escupo, cunde tanto como si fuera olio,con que asientan y se entrañan la tinta y colo-res. Por mi fe, que lleva camino de pedir tér-mino perentorio y meses de plazo antes desalir a cumplir el destierro. Aun si fuese peorde sacar una mancha de las carnes que de losvestidos, sería el diablo.

Aplícase lamancha a laintroducción dela historia.

Moja Justina eldedo y no puedequitar la mancha;antes, se entintala saya. Hace deello melindre yconcluye apropósito.

Saliva en ayunas.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 3 7

Page 38: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

Peor está que estaba. Juro como mujer debien —a lo menos, como mujer de buenos—que, por quitar la mancha del dedo, se me haentintado la saya blanca de cotonía, puesta dehoy. Ya es esto mal pronóstico. Tiros son a mifama, irremediable pena; que, en fin, para elvestido hay jabón, pero no para la mengua enla fama, contra quien esta mancha arma lamamona, estando en ley jiroglífica, y quiereque mi misma pluma dispare contra mí laballestilla.

¡Ay de mí! Por soberbia me tiene la For-tuna, pues ansí me trata, pareciéndole quepara humillar mi entonación son necesariastodas estas diligencias. ¡Oh Fortuna! Admitola advertencia, pero niego el presupuesto.Nadie piense que el intitularme Pícara eshumildad superba o que pretendo hacer loque algunos; los cuales, disfrazando su nom-bre o debajo de bucólicas églogas y diálogospastoriles, intentan lisonjear a otros y ensal-zarse a sí mismos, volviendo las trabas en suel-tas, trepando con grillos de cordel y sacandocaras de hombres debajo de las máscaras demonas. Que quien entendiere bien qué cosaes nombrarme la Pícara, dará por creído quetomo otro rumbo y voy ajena de toda sober-bia y altivez.

Herodes se ensoberbeció tanto un día quese vio adornado con ricas ropas de tela, rever-berantes con el sol, que, deslumbrado del res-plandor de su vestido, o por mejor decir, desu ignorancia, dio en decir que era dios y quecomo a tal le adorasen. Mas, como el cielo esenemigo de soberbios —y tanto, que por nopoder sufrirlos, dio con la carga en el suelo yaun en el infierno—, quiso confundir susoberbia loca a papirotes, y aun a menos. Con-

Sopla Justina, ycáese tinta en lasaya.

La mancha esmal pronóstico, ylo primero essímbolo decastigo desoberbia.

El título depícara no es conmal fin.Autores hay que,con aparencia deestilo humilde,lisonjean y hacenotrasimpertinencias.

Historia de Herodes,ensoberbecidocon sus vestidos.

El cielo, enemigode soberbios

3 8 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 39: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

fundiole con manchas, las cuales, cayendosobre la ropa, le traspasaron el alma, como sicada gota llevara una saeta de celestial fuegoenvuelta en sí. Y fue que un día le envió tantaagua, y con ella manchas sobre su vestido rico,con que le dio bien a entender que su nuevadivinidad era ahogadiza y pasada por agua, yaun aperdigada a ser pasada por fuego. Justocastigo, no lo niego. Justa pena contra quien,por verse vestido de oro, se olvida que es depolvo y lodo, como si el oro y cuantos ricosmetales hay no trajesen consigo la memoriade la muerte y corrupción en razón de que lasarenas exhaladas, corrompidas y acabadas, envirtud de su corrupción, se convierten en zafi-ros y en las demás piedras y metales preciosos.Y la misma memoria traen las sedas consigopor haberlas tejido y labrado un gusano; elcual, por unos mismos pasos, va caminando ala muerte y a hacer su tela.

Mas, ¿a qué propósito se ha enfrascado Jus-tina en el Miércoles de Ceniza, no habiendopasado Carnestolendas? Yo te lo diré, amigopreguntador. A un Herodes relleno de divini-dad postiza, bien fue que la tinta le diese aentender que tenía más de manchego que deinmortal dios. Pero ni de mi vestido, ni delnombre que me doy en esta historia, ¿quésoberbia se puede presumir para que así mehumille el cielo? Es, sin duda, que me tienenpor tan soberbia los murmuradores de estosmis escritos que han pedido al cielo, que, parahumillar mi entono, no se contente conhaberme echado en remojo a puro hacer saliva,sino que llueva agua de Guinea sobre mis ves-tidos. Pues, por mi fe, que no hay para qué.

Ya sería posible que esta culpa no estuvieseen mí, sino en mi saya. Mas, por cierto, que no

Divinidadahogadiza, etc.

Todo es memoriade la muerte: oroy metales,sedas.

Gusano de seda.

Excúsase de lacomparación deHerodes, yatribúyelo a losmurmuradores.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 3 9

Page 40: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

sé yo, saya mía, qué culpas sean las vuestras quemerezcan tan desproporcionadas penas; antes,de verdad, afirmo que en mi vida tuve saya quemás en estado de inocencia viviese. Diome estasaya un inocente de los que caen por verano,habrá cuatro días, con tan sana intención y contantas reverencias, que tuve escrúpulo de ves-tir saya tan reverenciada y reverenda, imagi-nando si acaso la había rifado a alguna ima-gen; como el otro que azotaron porque, despuésde haber ganado a san Antón la moneda, lerifó todas las cochinillas que le encomendasenaquel año. Y lo mismo hizo con una santaLucía, a quien, después de ganado el dineroque tenía para aceite a la lámpara, le dijo:«Señora santa Lucía, una noche, y sin ojos,bien os podréis acostar a escuras».

Con su salsa se lo coma, que, a lo menos, sipudo rifar la moneda a estos santos, pero nolos docientos amapolos que le mandaron asen-tar los señores inquisidores por estas insolen-cias y otras semejantes; que ni en burlas ni enveras es bueno partir peras con los santos, queson nuestros amos. Así que, quizá este era rifa-sayas, como el otro era rifacochinos. Perodébome de engañar; sin duda fue que aquelbendito que me dio la saya había sido frailenovicio y, al dármela, no me habló por no que-brar silencio, si ya no es que las niñas de susojos —como niñas, en fin, parleras— me par-laron un montón de cosicas. También es ver-dad que ayer, que se contaron tres días des-pués de la data, salió, como ahogado, a laorilla del río, donde me columbró, yendo yoa una ermita de un ventero, y me dijo dos otres razones pavonadas, en que me apuntóalgo tocante a la saya. Mas, como yo estaba yaensayada y ero moza de buenas costumbres y

Cuenta cómo ledio la saya unbobo, y que lasaya no tieneculpa quemerezca pena demancha.El rifadorcastigado.

Niñas de los ojos.

4 0 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 41: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

mejores pasos, y el hombre no sonaba, no dejéel portante; sino, a lo envarado, le volví a mirarcon unos ojos que enfrenaran un berraco; y,desde aquel punto y hora, quedó tan a tapónel pobre noviciote, que no me ha dicho chusni mus. Así que la saya no tiene la culpa, lapecadora, y no sería justo que, si la culpa esmía, lo pague ella.

Señora saya, que ya se pasó el tiempo de lossicionios, Píndaros, colonios, en el cual ahor-caban los sayos y sayas de los malhechores; locual, después, la gentilidad tomó por jiroglí-fico de la injusticia que hacen los juecescuando imponen al inocente la culpa del mal-hechor. Mas ya podría ser que alguna otra sayamía, compañera vuestra, os hubiese pegadoruines mañas merecedoras de estas manchas;que esto de malas mañas pégase más que frisade verdugo a carnes de público penitente.

Mas ¿qué hago de espulgar culpas de misaya? Ya no me falta sino mirar si en el alforzase le ha retraído algún pecado nefando oalguna descomunión de matar candelas, segúnando echándola hurones que husmeen losdeméritos que la acarrearon la mácula. Mas,¿para qué me gasto?, ¿para qué me consumoen despabilar las entendederas? ¿Qué puedehaber sido el haberme manchado, lo primerolos dedos, y lo segundo el vestido, sino un pro-nóstico y figura de lo que me ha de sucederacerca de mi libro, si ya no me ha sucedido?Los dedos, ¿no son con quien escribo mi his-toria? Pues ¿quién duda sino que el habercaído en ellos mancha pronostica las muchasque han de poner o imponer a mis escritos?

Acuérdome haber leído que, tomando Aris-tóteles la pluma en la mano para escribir cier-tas cosas contra Platón, cayó una china de lo

Jeroglífico de lainjusticia.

Péganse las malasmañas.

La significaciónde la mancha apropósito dehacer suintroducción elautor.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 4 1

Page 42: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

alto, la cual le hirió en el pulgar, y, aunque noera nada agorero, dijo: «Dedo apedreado no pue-de apedrear bien». Y cesó, por entonces, deimpugnar a Platón.

A propósito: mancharse mi dedo, y con elmismo material que le había de ayudar a escri-bir, es cierto pronóstico de que pondrán tachaso impondrán mácula y dolo en los dedos quelo escriben, cuanto y más en la intención míay en la perfección de esta mi obra. Y el habér-seme manchado la saya con que yo me adornoes indicio de que no solo en la sustancia de estahistoria pondrán los murmuradores falta ydolo, pero aun en el modo del decir y en elornato de ella; conviene a saber: en los cuen-tos accesorios, fábulas, jiroglíficos, humanida-des y erudición retórica pondrán más faltas quehay en el juego de la pelota. Pero pongan,que les llamaré gallinas; murmuren, que sobrelo que se habla no están impuestos millones;desustancien, que no les engordará el caldoesforzado que de aquí sacaren; digan, que deDios dijeron; deslustren, desadornen. ¿Sabencon qué me consuelo? Con una carretada derefranes: arrastren la colcha para que se gocela moza; tras diez días de ayunque de herrero,duerme al son el perro; tañe el esquilón y duer-men los tordos al son; al son que llora la vieja,canta el cura en la iglesia.

¡Afuera, murmuradores, cuyas lenguas sonacicates de mi intención! Cuanto y más, queel tiempo, aunque es todo locura, todo locura; y es cierto, que ningún otro médico datan infalibles recetas para curar un desengaño.Y por eso dijo bien un poeta: «No hay man-cha que con algo no se quite, ni detracciónque el tiempo no desquite». Si yo manchareajenas vidas, linajes, estados, oficios o perso-

Dicho notable deAristótiles.

Aplicación.

Refranes apropósito detener en poco elqué dirán.

4 2 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 43: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

nas, o descubriere algún nocivo secreto, elCielo manche mi honor. Mas, pues no tratode eso, ¿por qué me quieren matare?

—Venga jabón, Marina, no te dé pena mimal; que, como dice el refrán, no temas man-cha que sale con agua.

¡Donosa hisopada, que así me ha salmo-nado la saya! ¡Vive diez, que como la saya esblanca y se ha salpimentado con tinta, parecenaipe de suplicacionero! Mas no importa, quelas astutas, de un momento a otro momento,hacemos verano y mudamos rostro, edad ycasa. ¡Qué aliño para no mudar saya! ¡Vivediez! No digo yo saya, pero, a poder de mielcerotera, entraremos en tantas mudas, quemudemos el pellejo como la culebra o ciliebra,que así la llaman unas benditas de mi barrio, quellaman a las zapatillas, daifas; a las ligas, tene-dorcillos; a las calzas, taleguillas; al faldellín, cercomenor; a las piernas, listoncillas; al culantro,cilantro; a las turmas del carnero, hígado blanco,y usan otros nombres a este tono, que losdebieron de hallar en la calepina machorra,a quien atribuyó la otra Melibea, que decíaque este nombre asno se había de escribir conequis. Pero, dejados asnos a un lado,

—Venga papel, Marina.

Aprovechamiento

Especial vicio es de gente perdida no llorar los gravesdesastres de su alma y lamentar ligeros daños del

cuerpo. Tal se pinta esta mujercilla, la cual llora lamancha de una saya como su total ruina y de susinormes pecados no hace caso. De este género degente dijo el Profeta: «Tienen manchas desde la

cabeza a los pies y, siquiera, no cuidan del fin enque vendrán a parar males tamaños».

Excúsase demurmuradora ymaldiciente.

Habla con sucriada.

Mira la saya másatentamente yapódala.

Treta de astutas.

Nombres variosimpuestos por lasmelindrosas.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 4 3

Page 44: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

NÚMERO IIIDel melindre a la culebrilla

Soneto de pies agudosal medio y al fin

Púsose a escribir Justina, y viopintada una culebra en el papel.Espantose y llamó al ángel san Miguel,diciendo: «¡Ay, que es culebra, y me mordió!

Mas ¿si es pintada? Sí es. Mas bien sé yoque la culebra es símbolo cruel».Franqueola el temor, luchó con él;es cobarde el temor y amainó.

Ya que vio la figura sin temor,discurre así: «¿Acaso este animalanuncia solo mal? No. Pues ¿qué más?

Bienes. ¿Cuáles son? Fuerza y valor,prudencia, sanidad. ¡Oh pesia tal!¿Qué me detengo, pesar de Barrabás?».

—¡Jesús, mi bien! ¿Qué has traído aquí,Marina?

Buena sea la hora que nombré culebra,pues veo con mis ojos la que con la boca nom-bré. Mas ¿si es dragón? ¿Si me ha mordido?¿Si me moriré? ¡Ay Dios! Al rostro me mira:debe de ser saltarrostro. ¡Válgame san Miguel,que venció al diablo; san Rafael, que mató alpece!,¡ válgame san Jorge, que mató la araña,y san Daniel, que venció a los leones!, ¡vál-game santa Catalina y santa Marina, abogadascontra las bestias fieras! ¡Ayme!, ¿dónde huiré?Mas ¡qué boba soy!, que no es cosa viva, sinoculebra pintada en el papel que llaman deculebrilla. Ya parece que se me ha tornado elalma al cuerpo; ya no tengo miedo. Mas ¡ay,qué necia! ¡Qué presto nos consolamos las

Suma del número.

Vio Justina unaculebrilla en elpapel. De lo cualhace donososmelindres y, enachaque deconsuelo, declarael autor suintento y haceprólogo al lector.

Miró Justina alpapelde culebrilla yhace melindresde haber visto laculebra. Hablacon su criada.Tornó sobre síJustina y vio quela culebra erapintada en elpapel.

4 4 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 45: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

mujeres con cosas pintadas! Debe de ser por-que somos amigas de andarlo siempre. Mas,si va a decir verdad, por mal pronóstico tengover pintada culebra en el papel en quienestampo mis conceptos, y, especialmente, meda pena el haberla visto al tiempo que toméla pluma en la mano.

¡No fuera este papel de la mano! Yasiquiera, con serlo, persuadiérame a que des-pués de escrito, tuviera mano para hacermemercedes y me acarreara honra y provecho,dándome a maravedí el palmo. ¡No fuera estepapel de la mano, para ganar por ella a losque blasfemaren de estos renglones por serobras de las mías! Si fuera de la mano, creyeraque era mostrador del reloj, con que pintana la esperanza cuerda. Pero, siendo de cule-brilla, entenderé que es amenaza de la envi-dia, cuyas armas fueron una sierpe o culebraque va engullendo un corazón.

¡Ay, mi Dios! Papel mío, ya que no sois dela mano, ¿por qué no fuistes del corazón, paraque en la historia donde hago alarde de algu-nos empleos del mío, fuérades tan felice pro-nóstico como yo deseo? Necesidad teníadesde corazón para mostrarle en las adversidadesen que os habéis de ver, y aun cuando tuvié-rades dos, como las perdices de Paflagonia,no fueran de sobra. Mientras un animalmuerto tiene dentro de sí el corazón, tarde ymal le penetra el fuego. Y así, si vos, aunquevais muerto, tuviérades corazón, tarde os ven-ciera el fuego de la envidia de mis contrarios;los cuales, por momentos, intentarán alqui-tranaros con el fuego de sus lenguas fogosas.Pero, siendo de culebrilla, pensaré que sois elfogoso cancerbero o que habéis de ser traidory ofreceros a quien de vos se quisiere servir

Mujer, cosapintada.

El papel de lamano es buenpronóstico.Hace de todointroducción a supropósito.

Jiroglífico de laesperanza y de laenvidia.

Papel de corazón,buen pronóstico.

Perdices dePaflagonia.Excelencia delcorazón.

Culebrilla essímbolo dedaños. Refiérensey decláranse.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 4 5

Page 46: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

para atacar contra mí la culebrina de su inten-ción infernal.

En ver que tenéis culebrilla o dragón pin-tado se me caen las alas de águila, tan propiasde mi arriscado ingenio, y me parece que, asícomo es propiedad del dragón subirse alencumbrado nido de la real águila, donde, conel veneno que allí pone, quitara la vida a suspolluelos si el águila no se valiera de la pre-ciosa piedra etites, llamada comúnmente pie-dra del águila, que es única para malos partos,para ser gratos y amorosos, y tiene otras exce-lentes propiedades; así pienso que, cuando yomás me encumbrare en el nido de la altísimaelocuencia, cuando más levantare el estilosobre las nubes de la retórica, entonces elvillano y terrestre vulgo hará alas de la envidiay veneno de la murmuración, y querrá, comoel dragón, oprimir los polluelos de mi enten-dimiento, que son mis conceptos y discursosingeniosos, que creo son particulares por habersido engendrados de un ingenio razonablejo-nazo, crecidos con lección varia, aumentadoscon la experiencia, acompañados y bañados dedulces facecias, que, demás de ser sin perjui-cio de nadie, van en un estilo muy aparejadopara dar bohemio a los principotes, cansadosde cansar y estar cansados.

Mas, ¿de qué temo?, ¿qué me acobarda? Yapensará alguno que soy agorera, y tengo tantode eso como de ermitaña. ¿Es posible que laculebra solo anuncia males, y solo es tablillade malas mensajerías? No lo creo. No hay ani-mal cuyas propiedades, en todo y por todo,sean tan malignas que, a vueltas de algunasnocivas, no tenga otras útiles y provechosas.La hormiga con su gulosía daña y con su dili-gencia enseña; la abeja con su miel convida y

Propiedades deláguila y dragón yetites.

Alabanzas de lahistoria yhistoriador.

Todo animaltiene algunasbuenaspropiedades, envirtud de lascuales significaalgo bueno:hormiga, abeja,león, águila.

4 6 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 47: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

con su aguijón atemoriza; el león con su có-lera mata y con su nobleza acaricia; el águilacon su fiereza persigue al dragón, mas con surealeza ampara los hijos de la cigüeña mon-tañesa, su media hermana; los elementos consus excesos matan y con su temperamento vivi-fican; los animales venenosos, con lo mismoque dañan, aprovechan a los heridos; luegono es de creer que haya animal el cual notenga algunas buenas cualidades que sean pro-nósticos de algún buen suceso. Según eso,algo de bueno habrá en la culebrilla que meprometa un venturoso fin.

Milagro es que no se me acuerde a mí lobueno que significa la culebrilla, que no hayhoja en los jiroglíficos, ni en cuantos autoresromancistas hay, que yo no tenga cancelada,rayada y notada. Doyme en la frente con lapalma para preguntar a mi memoria si está encasa. ¡Ya, ya!, ya se me acuerdan mil primoresacerca del símbolo y buen anuncio de la cule-brilla.

—Moza, abre esas ventanas; que, según mehierve de conceptos esta cholla, no hay papelen casa de Anica la papelera, ni tinta en lostinteros, para comenzar a discantar los alegrespronósticos que me anuncia para en este casola culebrilla, cuyo temor he rendido con lamemoria de lo que tengo de escribir a estepropósito.

Por cierto, si bien lo miro, antes tengo poranuncio de gran consuelo que el papel enquien deposito mis conceptos y mi sabiduríasea de culebrillas. Lo primero, porque quienviere que mis escritos tienen por arma y bla-són una culebra, pensarán que soy otra diosaSofía, reina de la elocuencia, y que me con-vertí en culebra, no para engañar al dormido

Elementos.

Animalesvenenosos.

Justina, lectorade romancistas.

Habla con sucriada.

Culebra, felizpronóstico demuchas maneras.

Fábula de la diosade la sabiduría yde la elocuencia.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 4 7

Page 48: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

Adán, como los herejes valentinianos lo afir-maron de la dicha diosa Sofía, vuelta en cule-brilla, sino para enseñar sabiduría a los dor-midos que no saben en qué mundo viven,según como lo canta el poético coro de lamisma Sofía vuelta en culebra. Y, en parte, nose engañará quien pensare de mí aquesto, por-que yo, en el discurso de este mi libro, noquiero engañar como sirena, ni adormecercomo Cándida, ni transformar como Circe oMedea, ni entontecer como Cécrope, ni des-lumbrar como Silvia; que, si esto pretendiera,no pusiera las redes en la plaza del mundo nilas marañas por escrito y de molde. Quierodespertar amodorridos ignorantes, amones-tar y enseñar los simples para que sepan huirde lo mismo que al parecer persuado. Nohablo con los necios, que para ser oidores demi sala, a los tales cuéntolos por sordos; y aunternía a gran merced si para en caso de leerfuesen ciegos, que de esta suerte pensaría que,siéndolo, me serían más aceptas las oracionesque me rezasen a cierra ojos, que con ellos.Así que, lo primero, la culebrilla os significala desengañadora elocuencia mía.

Pintan a Aristóteles como que traslada susescritos del corazón de una culebra por serella símbolo de la prudencia, astucia y sabi-duría. Y así debo entender que a mi autoridadimporta que el papel en quien yo escribo seade culebrilla, porque de aquí colegirán misdevotos, si gustaren, y mis enemigos, aunqueles pese, que mucho de lo que aquí dije lo tras-ladé del mismo original, de quien Aristótelestrasladó la ciencia con que se alumbra el orbe.

Esculapio, dios de la medicina, tuvo porarmas y blasón una culebrilla argentada, enmemoria de que en figura de culebra hizo

Valentinianos.

Intento del autoren su libro: esdesengañarignorantes.

Despídese de losnecios el autor.

Sabiduría deAristótilsignificada por laculebra.

Medicina deignorantes,significada por laculebra sicionia.

4 8 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 49: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

en Sicionia milagrosas curas, en especial enmateria de ojos. Esto me viene muy a propó-sito, porque la culebrilla me promete —y yome prometo— que con mis escritos he decurar y desengañar muchos ciegos; convienea saber: madres descuidadas, padres necios,inocentes niñas, errados mancebos, labrado-res tochos, estudiantes boquirrubios, viejoslocos, viudas fáciles, jueces tardos. Y debér-seme ha el blasón de segunda Esculapia, pueslo que la culebra rasguña, mis obras lo dibu-jan. Y si faltare quien me diga un amén, porlo menos podré decir que una escritora hadicho gran bien de mis cosas, y será tanta ver-dad como que yo soy nacida y tengo boca.

El dios Mercurio era el dios de los discre-tos, de los facetos, de los graciosos y bienhablantes, y este tenía por armas una hermosaculebra enroscada en un báculo de oro. Segúneso, norabuena os vea yo, culebrilla mía, enros-cada en el papel sobre quien yo recliné micorazón y mis manos. Pues con esto entende-rán los que en vos vieren mis obras que no lesquiero dar pena, sino buenas nuevas, como eldios Mercurio; que les hablo con donaire ygracia y sin daño de barras; que, si con lison-jas unto el casco, por lo menos no es unto sinsal; que, si amago, no ofendo; que, si cuento,no canso; que, si una liendre hurto a la famade alguno, le restituyo un caballo; que con losdiscretos hablo bien, y con los necios habloen necio para que me entiendan. En fin, todasson gracias de Mercurio, y si doy algún dis-gustillo, es con palo de oro, que es como palosde dama, que ni dañan ni matan.

Pero ya que tantas cosas se me acuerdan enpro del prójimo, querría dar con alguna enderecho de mi dedo, por no ser del bando de

Provechos de estelibro.

Justina, segundaEsculapia.

Gracia y donaire,significado por laculebrilla.

Intento del autores dar gusto sinhacer daño.

Palo de dama.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 4 9

Page 50: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

los galeotes, que dicen no se haber ensilladopara ellos el refrán que dice: «más cerca estála camisa que el sayo».

¡Ya! ¡Ya! ¡Una boa! La culebra, para no dara la muerte franco el postigo de los oídos, pordonde el encantador la guía, cose el un oídocon el suelo, y el otro zúrcele con la cola, paraque, a puerta cerrada, se torne la muerte y aunel diablo. ¡Oh culebrilla, amiga mía, y québien me está remirarme en el espejo que meaclara vuestro catecismo, y aprender en él yen vos cómo me he de defender de los que,so capa de melosas lisonjas, me baldonan!Bien sé que de estos sirenos enmascarados mehan de salir a cantar y ladrar juntamente.Unos me dirán: «Buena está la picarada, señorlicenciado». Otro dirá: «Gentil picardía». Otro:«¡Oh qué pícaro libro!». Otro dirá: «Buena estála justinada». Otros: «Bueno es el conceptillo,agudo pensamiento, gánasela a Celestina y alPícaro».

¡Dolor de mí, si yo no supiera que hay mor-diladas insertas en unción de casco y pullasenvueltas en lisonjas, y aun envidias enrosca-das en alabanzas! Hermanitos, a otro perro.

Mil años ha que hice esta obrecilla. Paraaquel tiempo, sobraba; y si no fueran mocitos,que de lástima no me han dejado vaciar estaconserva, ya hubiera este librito ídose por su piea la especería. Dícenme que está muy bueno ellibrito picarero y que se holgarán con él.Vayáis norabuena, librito mío, que más cues-tan los naipes y valen menos. Si ello el libroestá bueno, buen provecho les haga; y si malo,perdonen, que mal se pueden purgar bien losenfermos si yo me pongo ahora muy despacioa purgar la pícara. Mas ¡ay!, que se me olvi-daba que ero mujer y me llamo Justina. Vayan

Propiedad de laculebra.

Remedio contralos lisonjeros,significado por laculebrilla.Fisgas del librode la pícara.

Responde a lastácitas delmurmurador.

Habla con ellibro.

5 0 L A P Í C A R A J U S T I N A

Page 51: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

con Dios, que estábamos hablando yo y elseñor don papel de culebrilla.

Señor don papel: como digo de mi cuento,si alguno de estos hombriperros o perrihom-bres os saliere a cantar por delante y a mor-der por detrás, no tengáis pena; que, teniendoculebrilla, con los que os ladraren, jugaréis dediente, y con los que os cantaren, con lisonjao sin lisonja, haréis lo que la culebra, cosiendoel un oído con el suelo de humildad y el otrocon la cola de despedida.

El ignorante vulgo es de casta de perro dealdea, que halaga al zafio mal vestido, y ladray muerde al caballero bien ataviado que pasade camino, no teniendo otra causa de este malacierto, otra que su natural ignorancia y el notener trato ordinario con los de hábito seme-jante. Así el vulgo ignorante, como no conoceni sabe qué cosa es una discreción en hábitoperegrino, a vulto ladra a la fama del autor, yaun si puede morder, se ceba asaz.

Culebra tenéis, papel mío; defendeos. Si alo grave que tenéis os perdieren el respeto, sil-bades, y aprovechaos de que tenéis culebra ytenéis de pícaro lo que yo de pícara. Y si prohi-diaren, morded, que los dientes no se hicie-ron para echar melecinas. Solo os pido que sillegare un Pérez de Guzmán el Bueno, os rin-dáis a su grandeza, acompañada de su hidalgaintención y noble proceder; que ni por Péreztendrá pereza en haceros bien, ni por Guz-mán le será nuevo el usar de cortesía. Y, gene-ralmente, quiero que os rindáis y sujetéis alnoble lector que con bondad pasare los ojospor vuestros sanos consejos, vestidos con elzurrón de chistes y gracias picarescas; que, enfin, tenéis culebra, y es vuestro oficio andarpecho por tierra.

Torna a hablarcon el papel deculebrilla.

Definición delvulgo, que esperro de aldea.

Capta labenevolencia alos corteses.Pérez deGuzmán.

I N T R O D U C C I Ó N G E N E R A L P A R A T O D O S L O S T O M O S . . . 5 1

Page 52: Libro de entretenimiento de la pícara Justina

Ahora bien, mal o bien preparado, ya tengopapel sin temor, dedo sin mancha y pluma sinpelos. Puesta estoy a figura para escribir. Nome faltaba sino que vos, señor tintero, os ento-násedes y hubiésemos menester haceros otrostantos conjuros. Mas yo os fío; que, siendo tanpropio de cornudos el sufrir, siendo vos depuro cuerno —por bien lo nombremos—, for-zoso será que sufráis estocadas de pluma queos saquen sangre tinta y tengáis tanta pacien-cia cuanta suele tener una olla de mondon-guera o malcocinada, en la cual —según decíaCisneros—, es mucho de ponderar que, aun-que tan de ordinario es combatida de esme-rilazos de cuchar herrera, jamás quebró, niestalló, ni hendió por los lados más que si lastales ollas fueran encantadas.

¡Agua va! Desvíense, que lo tengo todo apunto; y va de historia.

Aprovechamiento

La verdadera sabiduría es luz que no solodescubre su objeto, pero a sí misma se manifiesta a

quien la posee, de manera que nadie hay quemejor sepa lo que sabe, o lo que ignora, que aquel

en quien la ciencia está. Y, por el contrario, elignorante la primera ignorancia que tiene es de

que es ignorante. De aquí es que con razón pintael autor esta mujercilla tan hueca de cuatro

jiroglíficos que leyó en cualque romancero, en elentretanto que se le secaban los paños o traían elmedio para medir cebada, que le parece que no

hay sabio de Grecia a quien no lo gane, ni hombreque no envidie su sabiduría y elocuencia.

Habla con eltintero.

Olla demondonguera.

5 2 L A P Í C A R A J U S T I N A

Siguiente