libro 37 escritura aymara√ ok
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ESCRITURA
AYMARA
Félix Layme Pairumani
2015
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Félix Layme Pairumani
Derechos reservados:
© Félix Layme Pairumani
www.aymara.ucb,educ.bo
www.periodicojayma.com
facebook felix layme pairumani
facebook catedra de aymara
Número de ediciones:
1ra. Edición electrónica 2015
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INTRODUCCIÓN
En esta obra en especial estarán presentes: 1 personas, 2
entidades estatales, 3 instituciones científicas y 4 las organizaciones
sociales o el pueblo que tuvieron que ver poco o mucho con las
lenguas aymara y quechua. Defensa idiomática, lucha por el
bilingüismo, su inclusión en la educación y desarrollo de las
lenguas indígenas. Unos moviéndose a favor, otros en contra, de un
lado para otro. Unas veces sinceramente o demagógicamente y por
otro lado estarán las iniciativas personales que en su afán de buscar
la equidad lingüística buscan también llenar un vacío en la justicia y
la paz social. Por otra parte las organizaciones sociales, el pueblo
mismo con sus individualidades, siempre están buscando la
ecuanimidad. Todos, cual sea su forma de actuar, una veces desde
varios frentes y algunos desde donde creen y pueden plasmar su
objetivo de lucha. Ante todo es una historia de disputa por la
identidad idiomática.
El interés por la recuperación de las lenguas indígenas ha
surgido con relativa frecuencia en los años ochenta y con más
intensidad en los años noventa. Las iniciativas personales primaron
más que las organizacionales. Unas veces hubo intenciones e
iniciativas individuales y en otras sólo discursos encendidos de los
dirigentes sindicales y de las organizaciones de los pueblos
indígenas. En todo caso los protagonistas fueron las acciones más
pragmáticas de los promotores culturales que han trabajado
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silenciosamente alcanzando las metas que se habían planteado.
Estas actividades se iniciaron desde mucho antes de 1980
difundiendo la política de conservación y desarrollo de las lenguas
indígenas. Algunos, los más intrépidos, han iniciado sus
actividades desde la forma escrita, publicaron periódicos y libros
escritos en lengua aymara y quechua. Como también otros han
incursionado con traducciones de los principales instrumentos
jurídicos. Con todo, paulatinamente, se han cumplido las primeras
etapas de la recuperación de estas lenguas, aunque hoy parece que
es apresurar los pasos, sin embargo creo que persiste aún lo anti-
aymara y sigue oculta la sombra del talón de Aquiles del Aymara
aún en el mismo pueblo.
Para muchos, eso de recuperar las lenguas indígenas, fueron y
aún son considerados algo así como actividades absurdas de
retroceso histórico. Según los antiaymaras, las lenguas indígenas
obstaculizaban la unidad, el progreso, la integración nacionales. En
fin, para algunos todavía es un estorbo para la civilización. Aunque
la recuperación de las lenguas aymara y quechua no son para
dividir al país o para obstaculizar el desarrollo o el progreso
nacional. En los nuevos tiempos no hay mejor unidad que respetar
la diversidad cultural. En esta era no se lo hará el progreso nacional
con la eliminación de lenguas indígenas, con acciones que resientan
a la gente o con la superposición vertical de lenguas como en la era
de la homogeneización, sino con el trato horizontal de todas las
lenguas y culturas nacionales, es más, es favoreciendo a éstas.
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Integración nacional en la visión moderna sería practicar la
alteridad en el plano nacional. Si antes la civilización era la invasión
de una forma a otra, hoy es respetar la diversidad cultural y
lingüística. Hoy están vigentes los paradigmas de convivencia
pacífica y armónica de diferentes culturas y lenguas en cualquier
escenario. Hay que entender al otro conociendo y entendiendo la
propia cultura. Antes jamás se ha considerado lo que piensan y
hacen los otros, esa es la causa principal y el origen de la
incomprensión nacional. ¿Qué puede pasar cuando unos piensan
que el futuro está adelante y para otros está atrás? ¿Qué dirían
cuando para unos la mujer simboliza el mal y en cambio para otros
representa el bien? O ¿Qué pensarían cuando en una cultura el
hombre simboliza el bien y en otro el mal? Sin embargo estas y
otras suceden a menudo en el país y no se han comportado, por lo
menos, en forma debida y respetuosa frente a una manera de ser
así.
Mientras unos moran la Tierra creyendo convivir con ella en
una lógica de muerte y otros en una lógica de vida, lo absurdo se
impone irremediablemente. En esta situación de caos alguien tiene
que perder y otros tienen que ganar, porque el tiempo no da vueltas
en vano. Mientras en su propia lengua para unos hay género
gramatical para otros no existe esta categoría. En esta realidad, uno
de ellos tiene que saber entender al otro. En tanto unos hablan como
si conocieran todo, otros no lo hacen de esa manera, pero están
obligados a saber comprender al otro. Para unos ser zorro, es decir
astuto, es una virtud, para otros eso es lo contrario, entonces hay
que saber aprender del otro y saber convivir en relatividad. Para
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otros imitar al ratón no es malo, pero para otros eso es funesto.
Todo esto debe reflejar en alguna medida la producción oral y
escrita de las lenguas indígenas. Bajo esa lógica debe encararse la
futura producción literaria en lenguas andinas y orientales de
Bolivia. Pues eso es lo que hemos entendido en los últimos veinte o
treinta años. Dentro de un mundo de relatividad cultural, lo ideal y
adecuado es vivir en la interculturalidad. Si en la balanza uno de
ellos está en dificultades para alcanzar la horizontalidad, entonces
ahí viene la dignificación y la intraculturalidad de ambos para
lograr equilibrar.
Este texto se ha dividido en siete partes para el desarrollo de
este tema: I Los pioneros de la escritura andinas, II Sistemas de
escritura y las lenguas andinas, III Los instrumentos lingüísticos, IV
El desarrollo de la Literatura Aymara, V La enseñanza de la lengua
aymara, VI Introducción a la Educación Bilingüe yVII La búsqueda
de la equidad lingüística.
Este trabajo pretende abarcar varios temas que son importantes
para encontrar información sobre el desarrollo de las lenguas
nacionales. Se toca el desarrollo de la escritura, sistemas de
escritura andinas, la introducción del sistema latino de escritura en
las lenguas indígenas. Por otro lado, hay que buscar información
sobre la producción literaria en las lenguas indígenas, tanto en el
pasado como en los últimos tiempos. Asimismo la posibilidad y la
libertad para avanzar sobre el desarrollo de las lenguas nacionales.
También se hace una evaluación rápida de la producción literaria
aymara cualitativa y por último la enseñanza de la lengua aymara
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en el último medio siglo, para que esté dentro del contexto
educación, es capital para el resurgimiento de la lengua aymara.
Luego se reflejará una política lingüística, especialmente la
propia antes que la oficial, para avanzar en la lucha por la equidad
lingüística, así como las expresiones, manifestaciones y exigencias
de las organizaciones sociales para el uso en la educación,
oficialización y la recuperación de las lenguas nativas.
Además también hay que tomar en cuenta el contexto para ver
con claridad el desarrollo de las lenguas indígenas del país.
Un dato curioso es que en 1952 había dos tipos de
comunidades, comunidades originarias y comunidades de
haciendas. Es obvio por qué se las llamaba así. Las comunidades
originarias en todo el país eran 6.330 y las comunidades de
haciendas eran 19.296. Es decir que más de dos tercios de las
comunidades eran dominadas por los patrones en las haciendas y
fueron desestructuradas. En las primeras, hasta cierto punto, se
conservaban muchas tradiciones culturales y en las segundas se
desestructuraban sistemáticamente. Porque en estas últimas no se
respetaba a la persona como miembro de una sociedad cultural ni
lingüística, sino que la población indígena vivía en un estado
permanente de discriminación y en algunos casos de hostigamiento
y en otras de zozobra. Estos mecanismos de dominación eran una
especie de armas para el sometimiento y esclavización. Lo dice toda
su producción intelectual, sean estudios sociológicos, históricos,
novelas o cuentos, reflejan fielmente el grado de sufrimiento a que
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estaban sometidas las comunidades indígenas. Además, en
literatura, es sabido que en los países latinoamericanos no hubo ni
hay creatividad. Solo hubo, con nombre de literatura, una especie
de transcripción de aquellos sufrimientos indígenas que fueron
modelados como novelas. Si esa literatura es creación o
imaginación, es decir falsa, entonces sus autores tendrían que ser
unos perversos para crear semejante literatura. Sobre todo el
principio, aquellas acciones fueron un mecanismo de sometimiento
y domesticación. Como también hubo hacendados que trataron con
respeto a los peones, hasta han aprendido la lengua indígena, sea
por necesidad o por otra causa.
Sólo los patrones, para llevar mejor sus cuentas de las fuerzas
físicas gratuitas y la Iglesia, en alguna medida, tenían control
minucioso del registro de la población indígena. En esos tiempos, el
Estado no tenía tuición ni tenía registros oficiales de la población
indígena, sino recién a partir de 1945 hubo Registro Civil para el
indio, para registrar los nacimientos, los matrimonios y las
defunciones indígenas.
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I
LOS PIONEROS DE LAS
LENGUAS ANDINAS
1. LA REVITALIZACIÓN DE LAS LENGUAS INDIGENAS*
Introducción
Hay una evolución permanente en el pensamiento de los
investigadores extranjeros y nacionales, una especie de toma de
conciencia real de algunos en torno a las lenguas indígenas. Los
documentos publicados hasta el presente lo demuestran. Se observa
un proceso que está acorde con las iniciativas y necesidades de cada
época histórica. Este proceso se inicia en el siglo XVI en América
sobre todo por iniciativa de algunos iluminados que sostuvieron
una polémica sobre la conveniencia de la EVANGELIZACIÓN en
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castellano o en lenguas indígenas. Se sabe que en los primeros años
de la conquista se evangelizaba al indígena americano en la lengua
oficial del catolicismo, el latín. El uso de estas lenguas genera dos
corrientes en pugna. Unos quieren para ser más efectivos en su
labor y predicar el Evangelio en las lenguas indígenas de manera
efectiva y otros quieren continuar predicando su fe en la legua
oficial del cristianismo el latín y algunos de ellos en castellano.
A fines del Siglo XIX, en las altas esferas de científicos sociales,
se empieza a dar importancia a las lenguas indígenas en la
investigación científica en los diversos campos de las ciencias
sociales, pronunciándose especialmente a través de los Congresos
Internacionales de Americanistas. Posteriormente, en los primeros
Congresos Interamericanos Indigenistas ya piensa en la necesidad
de usar las lenguas nativas en el proceso educativo como medio
para acelerar una transición lingüística hacia la castellanización de
los nativos.
Al final, se plantea el uso de las lenguas indígenas en la
educación bilingüe y, actualmente, piensan en la revalorización,
revitalización y el desarrollo de las culturas y lenguas indígenas
mediante un proceso de educación bilingüe e intercultural.
En el transcurso del presente trabajo veremos los distintos enfo-
ques que –a nuestro juicio– son necesarios para una plena
revalorización y revitalización de nuestras lenguas indígenas.
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Se sabe que los indios no podían instruirse ni podían aprender
a leer ni escribir en castellano y menos en sus propias lenguas.
Antes de aquellas etapas históricas, las lenguas indígenas estaban
desacreditadas y discriminadas. Tampoco la población hablante de
las lenguas discriminadas tenían ni voz ni podían votar en las
elecciones, no estaban reconocidos sus derechos ni su ciudadanía.
En materia de salud estaban abandonados a su suerte. Cuando
había que exprimir sus fuerzas para beneficio del amo, se lo hacía a
punta de garrote. Se podía vender una hacienda con su población.
Eso es esclavitud ¿o no? Arguedas afirma en Raza de Bronce:
“Nunca se dieron el trabajo de meditar si el indio se podía zafar de
su condición de esclavo, instruirse, educarse, sobresalir.”
Finalmente, hay que recordar que el pensamiento del pueblo
aymara es holográfico. Por tanto, su lucha antes de personas o
individuos es global, es comunal, es desde varios frentes, digamos
desde varios gremios. Naturalmente su lucha no es igual, unas son
más que otras, depende desde el campo que hayan escogido su
lucha de liberación.
A. Lenguas indígenas y evangelización
En 1535 se inicia la colonización española de Indo-América. Los
españoles, para conquistar América, habían llegado armados de
Dios y el diablo. Es decir al indio americano lo habían doblegado
por la fuerza de la cruz y la espada. En aquella época a los
españoles no les interesaban en absoluto extender y difundir su
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lengua y cultura entre las naciones avasalladas, sino exprimir las
fuerzas de los vencidos para encontrar riquezas. Sobre todo los
españoles buscaban el oro y la plata en sus ambos sentidos.
Después de la invasión de los españoles, al fracasar la
evangelización en latín y luego en castellano, algunos religiosos se
inclinan por el uso de las lenguas indígenas para este propósito.
Ellos se dedican incluso a escribir obras en lenguas andinas
(Domingo de Santo Tomás ya en 1560 publicó en Valladolid su
Vocabulario Bilingüe Castellano-Quechua, Gonçalez Holguín en
1608, Bertonio en 1612 y Torres Rubio en 1616). Hacia fines del Siglo
XVI recrudece la pugna entre los religiosos sobre el uso del español
o de las lenguas indígenas con propósitos de evangelización. Varios
religiosos de entonces, como Domingo de Santo Tomás, Barzana,
Bertonio, Torres Rubio y otros, exigían que los Evangelios sean
predicados a los indios por lo menos en la lengua castellana. Los
clérigos más lúcidos sugerían que los Evangelios deben ser
predicados en la lengua materna de los indios. Y los más radicales
no aceptaban estas sugerencias y surge la pelea entre los
conservadores y progresistas sobre el uso de lenguas en la
evangelización en el virreinato del Perú.
Organizan una reunión eclesiástica llamada I Concilio
Provincial de Lima, en la que los evangelizadores progresistas
pierden completamente en su afán de predicar los evangelios en
lenguas indígenas. Al año siguiente, 1583, se lleva a cabo el II
Concilio Provincial de Lima. Esta vez el grupo de sacerdotes
progresistas más o menos logran aumentar adeptos a la causa del
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uso de las lenguas indígenas, pero igual pierden en su lucha. En
1584 se produce el III Concilio Provincial de Lima y al fin triunfa la
causa de los progresistas coloniales, es decir evangelizar en lenguas
indígenas a los indios. En ese año el Concilio Provincial de Lima
autorizó el uso de las lenguas aymara, quechua y puquina para la
evangelización de la población indígena. Varias obras fueron
publicadas en estas lenguas por el mismo Concilio Provincial o
como consecuencia de la iniciativa de algunos religiosos. Uno de
estos documentos es el “Catecismo en la lengua aymara del Perú
ordenado por la autoridad del Concilio Provincial de Lima e
impreso en esa ciudad el año de 1583” (IHS Con previlegio. En
Sevilla, por Bartolomé Gómez, año de 1604). Las “Anotaciones
Generales de la Lengua Aymara” se publicaron en el año de 1584.
Dicho documento queda registrado con una introducción de Edwin
Llanos Arispe con el título de “Annotaciones de la lengva aymara”
(1584), que se publicó en la Revista “Ciencia y Cultura Nº 27
páginas 65-80, de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. El
estilo de este documento es similar al Vocabulario de la Lengua
Aymara de Bertonio. Es muy probable que este autor haya escrito
dicho documento para el Concilio Provincial de Lima.
Para que la Evangelización sea más efectiva han escrito
catecismos, sermonarios, gramáticas y vocabularios de las lenguas
indígenas. No se enseñaba a leer y escribir a los indios, sino que los
religiosos europeos aprendían las lenguas de los indios, en este caso
el quechua, aymara o el puquina para luego predicar el Evangelio
en esas lenguas. Estaba prohibido enseñar a escribir a los indios.
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Sin embargo, el tema seguirá siendo objeto de controversia.
Hacia 1772, Don Juan José del Hoyo, en los últimos aleteos de la
Colonia, aún pregonaba en contra del uso de las lenguas indígenas
en la evangelización. Eran las últimas décadas del dominio colonial.
Después de la independencia (1825) se reactivan las iniciativas
de los movimientos que alientan el uso de lenguas indígenas con fi-
nes religiosos. Estos estaban encabezados por Beltrán, Escobari,
Sanjinés. Hugo Lanza Ordoñez anota a su vez a Néstor Peñaranda,
que el franciscano Fray Felipe Leonardo Soliz, con su oratoria, hace
llorar en la basílica de San Francisco como en la de Copacabana.
También menciona, entre los cultores no religiosos, al Dr. Nemesio
Iturri Núñez, presbítero Felipe López Mené, al políglota y Dr.
Nicolás Fernández Naranjo, Erasmo Tarifa Ascarrunz, Manuel de
Lucca Pando, al Ing. Iván Guzmán de Rojas entre otros. Sin creer
agotarlo, pues la sorpresa que guardará sobre el tema en Puno, el
lado peruano. Es más, añade al catecismo himnos o poesías
religiosas andinos a la Virgen María (Pacha Mama) surgidos
espontáneamente por el dolor que se sufría por el pesado yugo
colonial.
A partir del siglo XIX aparecen nuevas inquietudes y movi-
mientos que fueron transformándose poco a poco conforme pasaba
el tiempo y de acuerdo a la realidad socio-lingüística de esta parte
de América. En los primeros años de la República, aún se sostenía
que las lenguas nativas solo servían para la “evangelización”, pero
a partir de fines del siglo XIX se empieza a hablar del estudio de las
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lenguas indígenas para conocer el pasado y la grandeza de las
culturas indígenas.
B. Congreso Internacional de Americanistas (ICA)
En primer lugar se debe aclarar lo que fueron estos Congresos
Internacionales de americanistas. Esos son congresos de científicos
sociales del mundo. Se realizaron cada dos o tres años y
normalmente en la capital de cualquier país del mundo. Son
patrocinados, en su mayoría, por las universidades. El primero se
realizó en 1875 en Nancy-Francia. El II en Luxemburgo 1877, el III
Bruselas 1879, el IV Madrid 1881, el V Copenhague 1883, el VI
Turín-Italia 1886, el VII Berlín 1888, VIII París 1890, el IX Huelva-
España 1892, el X Estocolmo 1894, el XI México-D. F. 1895, el XII
París 1900, el XIII Nueva York 1902, el XIV Stuttgart-Alemania 1904,
el XV Quebec-Canadá 1906, el XVI Viena 1908, el XVII Buenos Aires
/ México, JD. F. 1910, el XVIII Londres 1912, el XIX Washington, D.
C. 1915, el XX Río de Janeiro 1922, el XXI La Haya, Holanda /
Göteborg-Suecia 1924, el XXII Roma 1926, el XXIII Nueva York
1928, el XXIV Hamburgo-Alemania 1930, el XXV La Plata,
Argentina 1932, el XXVI Sevilla, España 1935, el XXVII México, D. F.
/ Lima-Perú 1939, el XXVIII París 1947, el XXIX Nueva York 1949,
XXX Cambridge-Inglaterra 1952, el XXXI Sao Paulo-Brasil 1954, el
XXXII Copenhague 1956, el XXXIII San José-Costa Rica 1958, el
XXXIV Viena 1960, el XXXV México-D. F. 1962, el XXXVI Barcelona-
Sevilla 1964, el XXXVII Mar del Plata-Argentina 1966, el XXXVIII
Stuttgart-Munich 1968, el XXXIX Lima-Perú 1970, el XL Roma-
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Génova 1972, el XLI México-D.F. 1974, el XLII París 1976, el XLIII
Vencouver-Canadá 1979, el XLIV Manchester-Inglaterra 1982, el
XLV Bogotá 1985, el XLVI Amsterdam 1988, el XLVII Nueva
Orleans-EEUU 1991, el XLVIII Estocolmo-Uppsala 1994, el XLIX
Quito-Ecuador 1997, el L Varsovia-Polonia 2000, el LI Santiago de
Chile 2003, el LII Sevilla-España 2006, el LIII México-DF 2009, el LIV
Viena –Austria 2012, y el LV San Salvador 2015.
De estos Congresos han surgido, gradualmente, conclusiones y
recomendaciones muy alentadoras para su época, en favor de las
lenguas y culturas indígenas. Sobre todo para la antropología, la
arqueología, la lingüística y la etnohistoria. Posteriormente,
coadyuvarían en una nueva conciencia de respecto al otro y
conforme al advenimiento de los nuevos tiempos, con respecto al
trato humano de los indios americanos. En esta ocasión trataremos
solo lo concerniente a la lingüística.
El XXIV Congreso de Hamburgo-Alemania de 1930, dice Juan
Comas, tras reconocer a instituciones que habían facilitado medios
económicos y técnicos para el estudio de las lenguas aborígenes de
Norteamérica, expresaron el deseo de que esa acción se extendiera
en el resto del Continente. Y continua: “Al mismo tiempo el Presidente y
el Secretario general del Congreso se dirigieron a los ministros de Relaciones Exteriores de los distintos países hispanoamericanos solicitando que el gobierno respectivo fomentara las investigaciones lingüísticas de idiomas aborígenes, antes
que desaparezcan”. En Bolivia, en esa época, justamente el Gobierno
buscaba la desaparición de los idiomas indígenas, porque los
consideraban un estorbo para el “progreso nacional”.
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Posteriormente, en 1939, se realiza el XVII Congreso Inter-
nacional de Americanistas en Lima-Perú donde se aboga por el
estudio científico de las lenguas nativas. En este evento se llega a
adoptar un alfabeto para las lenguas aymara y quechua, basado en
el alfabeto de Alejandro L. Dun que data de 1894.
El XXXI Congreso de Sao Paulo-Brasil de 1954 pone énfasis en
el Tupi-guaraní. Quizá por eso en el Paraguay todos rápidamente
adoptaron el Guaraní para todo, en alguna medida despojando
lengua y cultura a los genuinos indígenas guaranís. Aunque, en el
fondo, los aborígenes tupi-guaraníes, de aquel país, hoy estén
abandonados y ni siquiera tengan dignidad.
C. XLVI Congreso Internacional de Americanistas
Asistí a uno de los Congresos de Americanistas, fue en
Amsterdam en 1988. Estuve en el Simposio Visión India, con líderes
y académicos indígenas. “El Simposio era un foro para la visión de
los mismos indígenas en cuanto a: 1) el uso de los recursos
naturales y las políticas de desarrollo; 2) los valores culturales, la
identidad étnica y su papel en la sociedad; 3) las lenguas indígenas
y la educación; 4) los derechos humanos de los pueblos indígenas.”
Aquí un resumen de Lechiner: “Con la excepción del iniciado proceso de
paz y autonomía de los pueblos indígenas en Nicaragua, el panorama a nivel americano es muy negativo. Con diferentes matices encontramos en todos los países la explotación económica, la corrupción y manipulación política, la discri-minación social, cultural y racial, el ecocidio, el etnocidio y el genocidio. Esta
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realidad de pobreza, humillación y violencia ha causado también la migración forzada, de modo que muchos hoy día viven como refugiados dentro de su propio país o en países colindantes. Dado este contexto, que aún recibe poca atención de parte de los medios de publicidad, se frustra generalmente todo trabajo de desarrollo genuino. Los apoyos no llegan, son aprovechados por otros, o tienen poca transcendencia.
Históricamente se puede trazar el desarrollo de esta estructura cómo la
colonización europea creó una asimetría social básica, que después de la llamada 'Independencia' se reforzó en los Estados-Naciones actuales, no iniciando una descolonización para los indígenas, sino combinando un colonialismo interno con la dependencia económica general. La cultura indígena es considerada en términos de un 'progreso' definido unilateralmente por el mundo occidental industrial. Para cubrir esta realidad y silenciar una posible conciencia culpable, se ha elaborado numerosas legitimaciones que dominan la percepción popular, los proyectos gubernamentales (el 'indigenismo') y hasta cierto punto también la investigación científica. Existe también una larga tradición de resistencia, que parte de la cosmovisión tradicional y principios sociales propios. Se enfatiza, por ejemplo, en la necesidad ética del respeto y de la reciprocidad en las relaciones entre la gente y en las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Tales principios, así como la base territorial, el trabajo comunitario, la lengua y el modo de pensar propios, las leyes consuetudinarias, la tecnología y la medicina basadas en un profundo conocimiento ecológico y biológico, etc., son puntos de partida para un desarrollo adecuado. No se concibe como un complejo estático, sino como una creatividad propia, que puede incorporar las revoluciones en la tecnología y en el pensamiento. Explícitamente se rechaza la idealización romántica y el aislamiento tradicionalista.
Se presentó y explicó proyectos propios que enfocan la autonomía
organizativa, económica y cultural. Esta autonomía no se debe entender como separatismo, sino como control sobre los propios recursos y sobre el propio desarrollo. Es crucial una verdadera educación bilingüe-bicultural, diseñada, dirigida e instrumentalizada por los propios indígenas, así como un cambio radical en la educación y la conceptualización en los países del 'Primer Mundo'. Obviamente estos proyectos exigen una convivencia igualitaria, un Estado de
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Derecho, la desmilitarización del campo y de la vida social en general, así como una política democrática y de respeto a los derechos humanos de individuos y pueblos.
Lo afirmado arriba no es más que un breve esbozo de la temática. Obviamente
en cuatro días de ponencias, además de reuniones previas de varios días de discusión preparatoria y reuniones posteriores de evaluación, no se puede resumir
adecuadamente en este breve espacio.”
Algunos han roto el paternalismo gracias a Musiro (Maarten
Jansen), institución que los ha viabilizado el citado Simposio. En la
intervención que les tocó, hablar de la situación cultural y
lingüística de la realidad boliviana. Cuando dijeron que en Bolivia
estában avanzando en la toma de conciencia e identidad cultural
más o menos apresurado. Antes que uno de ellos termine de hablar,
un académico indígena mexicano le increpó y se escandalizó
diciendo que el “problema era estructural” en clara muestra de
menosprecio a esa intervención sudamericana. Otro indígena
mexicano y académico dijo que el “avance de liberación mental
indígena era diferente entre los países americanos”. Claro, eso es. El
desarrollo de conciencia de identidad cultural no era iguales en los
distintos lugares. En Bolivia, después de 5 años de aquel Congreso,
en 1993 -1995 ya tuvieron un primer Vicepresidente indígena, el
aymara Víctor Hugo Cárdenas, luego de 10 años un primer
Presidente indígena, el hermano Juan Evo Morales Ayma.
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D. Congresos Indigenistas Interamericanos (CII)
Los Congresos Indigenistas Interamericanos son Congresos de
científicos sociales de América Norte, Centro y Sur. Congresos de
gente ha estado trabajando por las culturas y lenguas americanas,
más o menos estrechamente o en varios casos son militantes
indigenistas. Se sabe, con documentación, que se ha realizado 12
Congresos (I Pátzcuaro-Michoacán-México 1940, II Cuzco-Perú
1948, III La Paz-Bolivia 1954, IV Guatemala 1959, V Ecuador 1964,
VI Pátzcuaro-México 1968, VII Brasilia 1972, VIII Mérida-México
1980, IX Santa Fe-Nuevo México-Estados Unidos 1985, X San Martín
de los Andes-Neuquén-Argentina 1992, XI Managua-Nicaragua
1993, XII México-DF 1999,...)
Las conclusiones de estos Congresos son muy interesantes para
la conservación y/o, en su caso, para la “castellanización” de los
idiomas indígenas. Sobre todo en el pensamiento de los científicos
sociales, debido a la influencia poderosa de los paradigmas de la
Revolución Industrial, que les interesaba a la larga la
“castellanización” y “civilización” del indígena americano, como
parte de un plan de “progreso nacional”, aunque querían conservar
las lenguas aborígenes –como los llaman ellos– para estudios
científicos de Ciencias Sociales y luego para el Museo. Les ha
interesado más usar las lenguas para la transición al castellano.
Jamás han imaginado desarrollar estas lenguas. Eso hubiera sido en
esos tiempos algo así como sublevación o rebelión qué vendría
después un desarrollo autónomo de estas culturas y lenguas.
Estaban atentos, estaban controlando, pero no han hecho nada
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hasta 1952. Claro, no estaban equivocados. Ahora estamos
hablando de la descolonización que para muchos es una espina
dolorosa en sus talones.
Por otra parte, de 1940 a 1968 se realizan seis Congresos Indi-
genistas Interamericanos. En 1940, en Pátzcuaro-México, se afirma
que las lenguas nativas pueden ser aprovechadas para la educación
y en programas culturales. El III Congreso Indigenista
Interamericano realizado en 1954 en La Paz es rico en resoluciones
y recomendaciones al respecto. Se recomendó la alfabetización en
lenguas nativas, la realización de experiencias en educación
bilingüe, la difusión de literatura y la aprobación de un alfabeto
para unificar la producción literaria en lenguas nativas. El IV y V
Congreso llevados a cabo en Guatemala y Ecuador
respectivamente, confirman las resoluciones de los anteriores
Congresos. Finalmente, el VI Congreso llevado a cabo en México en
1968, aparte de repetir resoluciones anteriores, aporta un hecho
nuevo al hablar por primera vez de una alfabetización ínter-
cultural, con lo cual se ve claramente el avance de las ideas
indigenistas.
Todos ellos eran hijos de la época. Aunque los nuevos
paradigmas, opuestos a la era, estaban naciendo, ellos eran ajenos y
no creían que todo podía cambiar. No imaginaron que, muy pronto,
el tiempo lineal sería caduco. Con todo, sea como sea, los
componentes de dichos Congresos e investigadores cumplieron su
misión de acuerdo a su tiempo. Se pasó de una obscura era colonial
a una de castellanización y de ésta a usar las lenguas indígenas para
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la transición al castellano. Faltó poco para llegar a la recuperación y
desarrollo de las lenguas indígenas, a lo que, en los últimos
tiempos, se apunta.
E. El manifiesto de Tiwanaku y su impacto
Uno de los documentos de los últimos tiempos que ha
destapado la conciencia oculta del opresor y de los oprimidos fue el
Manifiesto de Tiwanaku, de 1973. Se inicia como un eco del
manifiesto o proclama de Pedro Domingo Murillo de 1809.
"Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre", dijo el Inca
Yupanqui a los españoles. Nosotros, los campesinos quechuas y aymaras, lo mismo que los de otras culturas autóctonas del país, decimos lo mismo. Nos sentimos económicamente explotados y cultural y políticamente oprimidos. En Bolivia no ha habido una integración de culturas sino una superposición de dominación, ha-biendo permanecido nosotros en el estrato más bajo y explotado de esa pirámide. Bolivia ha vivido y está viviendo terribles frustraciones. Una de ellas, quizás la mayor de todas, es la falta de participación real de los campesinos quechuas y aymaras en la vida económica, política y social del país. Pensamos que sin un cambio radical en este aspecto será totalmente imposible crear la unidad nacional y un desarrollo económico, dinámico, armónico, propio y adecuado a nuestra
realidad y necesidades.” (<)
En lo que concierne a “La Educación en el Campo “ y sobre la
lengua y cultura dice:
“Para nadie es un secreto que el sistema escolar rural no ha partido de
nuestros valores culturales. Los programas han sido elaborados en los Ministerios y responden a ideas y métodos importados del exterior. La Educación Rural ha sido una nueva forma (la más sutil) de dominación y anquilosamiento. Las Normales
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Rurales no son más que un sistema de lavado cerebral para los futuros maestros del campo. La enseñanza que se da es desarraigada, ajena a nuestra realidad no sólo en la lengua, sino también en la historia, en los héroes, en los ideales y en los valores
que transmite.”
Este fue uno de los hitos históricos para buscar la liberación y
recuperación de la identidad humillada y atrapada en sus propios
prejuicios y en los ajenos. Fue un despertar de las conciencias más
negras de la historia boliviana. Fue una advertencia de cómo
estaban pensando las élites intelectuales aymaras y quechua y de
cómo pensarían en el futuro.
Reconocen la propia cultura como primer valor: "(…) Los
políticos de las minorías dominantes han querido crear un desarrollo basado únicamente en la imitación servil del desarrollo de otros países, cuando nuestro acervo cultural es totalmente distinto.‖ ―(…) Los campesinos estamos convencidos de que solamente habrá desarrollo en el campo y en todo el país, cuando nosotros
seamos los autores de nuestro proceso y dueños de nuestro destino.”
“Nuestra Historia nos habla. Antes de la Conquista Española éramos ya un
pueblo milenario, con virtudes que se desarrollaban dentro de un ambiente altamente socializado. La Colonia no supo respetar ni reconocer nuestra cultura, sino que ésta fue aplastada y sometida. La Independencia no trae la libertad para el indio. Antes bien, realizada ésta bajo los principios del liberalismo, el indio es juzgado y tratado como elemento pasivo, apto únicamente para ser usado en las guerras continuas como carne de cañón. (…) Tampoco creemos en la prédica de aquellos Partidos que, diciéndose de izquierda, no llegan a admitir al campesinado como gestor de su propio destino. Una organización política, para configurar un instrumento de liberación de los campesinos, tendrá que ser creada, dirigida y sustentada por nosotros mismos. Nuestras organizaciones políticas deberán res-
ponder a nuestros valores y a nuestros propios intereses.”
24
“Economía: Sin embargo nadie podrá decir que el campesino no trabaja. La
política agraria de nuestros gobiernos ha sido nefasta. Estamos librados a nuestra propia suerte. El país gasta más de 20 millones de dólares en importar productos agrícolas que nosotros podríamos producir. Se prefiere pagar al exterior antes que pagar al campesino. Los créditos bancarios, cuando se han orientado hacia el campo, han servido únicamente para los nuevos terratenientes y para los oligarcas del algodón, de la caña de azúcar y la ganadería.
“Los Partidos Políticos y el Campesinado. En la práctica el campesinado de Bolivia no ha pertenecido realmente a ningún Partido Político, porque ninguno ha representado sus verdaderos intereses ni ha estado inspirado en sus valores culturales. Sin embargo, debemos reconocer que fue el MNR, quien más y mejor ha representado los intereses campesinos al dictar las Leyes de la Reforma Agraria y el Voto Universal. El MNR, tuvo la posibilidad histórica de convertirse en un partido que fuera instrumento de la liberación campesina, pero todo eso se frustró debido, sobre todo, a que elementos de la reacción derechista y sin ninguna sensibilidad social, se incrustaron en las filas de este Partido y lograron detener el proceso de nuestra liberación.‖
El Sindicalismo Campesino: El Sindicalismo Campesino si bien en sus bases y
en muchas de sus organizaciones provinciales es una organización de auténtica re-presentación campesina, en las esferas departamentales y nacionales ha sido instrumentalizado no pocas veces en favor de intereses totalmente ajenos a nuestra clase. Todos los defectos del partidismo político de la ciudad han entrado al campo por obra de seudo-dirigentes que se han autonombrado como repre-sentantes campesinos. Ellos han sido y siguen siendo los corruptores de nuestro pueblo Aymara y Quechua, ante la benévola e indiferente mirada del Gobierno. Ellos son los que han llevado hasta el campo el sectarismo, el politiquerismo, el nepotismo, la corrupción económica y moral, la ambición personal, el odio entre hermanos, el falso caudillismo y la carencia de representatividad. Pero quizás nada nos ha hecho tanto daño como el paternalismo; el esperar ingenuamente las
soluciones desde afuera y desde arriba.”
25
“La Educación en el campo. En el aspecto de organización práctica la escuela
rural es una especie de CATÁSTROFE NACIONAL. El presupuesto de Educación es deficiente y está mal distribuido, correspondiendo mucho más a la ciudad que al campo. Aún en la actualidad el 51 % de los niños del campo no pueden ir a la escuela sencillamente porque no existen en sus comunidades. El campo no sólo carece de aulas, carece también de libros, de pizarrones, de pupitres, de material didáctico y sobre todo de maestros que amen realmente a nuestro pueblo oprimido‖.
―La revolución en el campo no está hecha; hay que hacerla. Pero hay que
hacerla enarbolando de nuevo los estandartes y los grandes ideales de Tupac Katari, de Bartolina Sisa, de Willca Zarate. Hay que hacerla partiendo de nosotros
mismos.” (Manifiesto de Tiwanaku, 1973).
__________________________________
*Tomado de: Por la liberación del indígena,/Documentos y testimonios, Compilación del proyecto
Marandú, prólogo de Adolfo Colombres, ediciones del Sol, Buenos Aires, 1975.
26
F. Revalorización de las lenguas indígenas
A nivel nacional Mariano Baptista Gumucio (en 1970) fue uno
de los pocos Ministros de Educación que emprendió una política
cultural de valorización para las expresiones culturales nacionales,
políticas consecuentes a su condena de las anteriores políticas
culturales de tendencia segregacionista, de negociación y
aplastamiento de las culturas nativas y de culto a todo lo extranjero.
“En la «Declaración del Gobierno Revolucionario» de entonces se
afirma que el Estado prestará decidido apoyo al estudio y difusión
de las lenguas nativas, aunque estos propósitos no llegaron a
cumplirse por diversas causas y circunstancias.
Por otro lado varias entidades culturales públicas y privadas
han hecho más de lo esperado en favor del resurgimiento de las
lenguas y culturas nativas. Cabe destacar el caso ejemplar del
Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) fundado en
1965, cuando dirigía el entonces profesor Pedro Plaza Martínez, que
pese a depender del Ministerio de Educación y Cultura y a las
limitaciones económicas que tiene, ha realizado actividades
decisivas para la revalorización de las lenguas nativas. Entre estas
actividades filológicas se puede mencionar en lenguas nativas, y –
ante todo– el enfoque de su pensamiento lingüístico, que se
manifiesta en un documento publicado en 1971, producto del
Primer Seminario Nacional sobre Lenguas Nativas, cuyas
conclusiones son capitales para la revitalización de las mismas.
27
Entre las instituciones culturales privadas sin duda alguna, la
más destacada entonces es el Instituto de Lengua y Cultura Aymara
(ILCA) que trabaja exclusivamente en lenguas nativas. Esta entidad
empezó sus actividades en 1972, y con mayor amplitud y de-
dicación desde fines de 1982. Sus objetivos son la dinamización,
revitalización y re valorización de la lengua y cultura aymara. Es la
primera institución que se dedica a enseñar a leer y escribir en
lengua aymara a los propios aymaras de las áreas rurales. Estas
actividades, silenciosas pero eficaces, han sido acertadamente
valoradas por Albó, Greaves y Sandoval en una reciente
publicación.
También son dignas de mención las contribuciones del Centro
Cultural Portales de Cochabamba en pro de la re valorización de las
lenguas nativas, particularmente a través de la realización de tres
Congresos de Lenguas Nacionales (1973, 1974 y 1976), cuyas
conclusiones y recomendaciones reflejan adhesión y compromiso
por la causa de las lenguas indígenas.
Dentro de este conjunto de instituciones que trabajan en el
terreno de la revitalización lingüística nativa, merece un comentario
especial el rol decisivo jugado por la Universidad Mayor de San
Andrés de La Paz. Esta Universidad instauró la enseñanza de
lenguas nativas (aymara y quechua) hacia 1968, pero su mayor
mérito es el de haber incorporado la especialidad de las lenguas
nativas a nivel de Licenciatura dentro de la estructura académica de
la Facultad de Humanidades. Este hecho –iniciado en 1979– es
trascendental dentro de la historia de la Universidad Boliviana,
28
además es la única Universidad americana que otorga licenciatura
en lenguas nativas hasta entonces, con lo que ciertamente se ha
dado “pasos gigantes para la revitalización de lenguas y culturas
nativas”, como indica el Profesor Yapita, director de ILCA. En este
sentido es de destacar la labor desplegada por el Dr. José Guillermo
Mendoza, entonces jefe de la Carrera de Lingüística e Idiomas de
dicha Facultad.
G. Revalorización: una exigencia del pueblo
La revalorización es una exigencia del pueblo y de sus
intelectuales que supieron leer la realidad nacional con ojos de
buenos expertos. El Centro Portales ha realizado –que yo sepa–
unos seis seminarios sobre “lenguas nacionales”. Uno de los
primeros (que se realizó del 18 – 23 Febrero de 1973) entre otras
conclusiones dice: ―La enseñanza ametódica e impositiva del castellano, como
lengua oficial, ha determinado frustraciones y procesos negativos de aculturación
desde las escuelas básicas y hasta las campañas de y planes de alfabetización.”
En un documento publicado en 1973 en mimeógrafo, por el
Centro de Coordinación y Promoción Campesina “MINK’A” y
otras instituciones, que se reunieron en una “Semana Social India”
entre 1 al 20 de Octubre de 1973, en la Paz. Entre los primeros
puntos y entre otras decían:
1.- Solicitamos que el Gobierno decrete la oficialización de las
lenguas autóctonas como el aymara y el quechua, e implantar
dentro el sistema educativo como materia de promoción en todos
29
los ciclos de la enseñanza pública. Los idiomas extranjeros como el
inglés y francés deben ser sustituidos por los nuestros, de lo
contrario caemos en otra forma de alienación cultural.
2.- La creación de una Institución para el estudio de las lenguas
aymara y quechua con el fin de formar profesores de las lenguas
citadas.
3.- Que se escriba libros y otras publicaciones en las lenguas
aymara y quechua.
Todo este movimiento institucional en favor de las lenguas na-
tivas no podría explicarse sin la labor consciente y decidida de los
propios intelectuales, profesionales, dirigentes sindicales,
universitarias y gente de base, aymaras, quechuas, etc. Es, en
realidad, la proyección institucional de un movimiento profundo de
re-identificación de las poblaciones nativas en su conjunto.
Ya en 1974 se reunieron en Paraguay los principales líderes na-
tivos americanos y en las conclusiones de su encuentro exigieron a
los gobiernos el reconocimiento oficial de las lenguas nativas. En
1975, en ocasión del XXV Simposio del Centro de Estudios
Latinoamericanos, se reunieron en la Universidad de Florida
meritorios autóctonos americanos y se pronunciaron en el mismo
sentido.
Por otro lado las entidades sindicales se han manifestado direc-
tamente por la revalorización y revitalización de las lenguas na-
30
tivas. Aunque no tuvimos la suerte de hallar documentos de la
Central Obrera Boliviana (COB) sobre este particular, en el II
Congreso Departamental de Campesinos de La Paz, en 1982,
tuvimos la ocasión de escuchar por radio la ponencia de un co-
nocido líder obrero quien alentaba decididamente por la
revalorización de las lenguas nativas, palabras que fueron recibidas
con estruendosos aplausos por la audiencia campesina reunida en
esa ocasión.
Dicho evento se realizó en La Paz del 1 al 18 de diciembre de
1982. En sus conclusiones, en Asuntos Educativos y Culturales,
decía: “1.- Exigir la implantación de la Educación Bilingüe en
aymara-castellano y quechua-castellano.”
A la clausura de este Congreso, se determinó “6.-Luchar por la
aniquilación de la opresión lingüística y demandar la declaratoria del aymara,
quechua y castellano como lenguas oficiales de Bolivia.” De la misma forma,
la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Bolivia (CSUTCB), en su “Plataforma de Lucha” de 1983, exige la
oficialización de las lenguas nativas y la “implementación” de esta
medida, en un pliego de peticiones elevado al entonces Presidente
Siles.
En marzo de 1983, en Tiwanaku, se realiza el II Congreso de
Pueblos y Organizaciones Indias de Sud América. Al igual que en
1974 en Paraguay, este evento resuelve pedir a los diferentes
gobiernos la oficialización de los idiomas nativos.
31
El mismo año, el Presidente Siles dispone el estudio del Plan
Nacional de Alfabetización y Educación Popular, que desde llevar a
cabo de acuerdo con los objetivos y funciones que le fueron
señalados, será un gran paso adelante por su carácter bilingüe e
intercultural. Para la implementación de este Plan, el organismo
encargado de llevarla adelante –Servicio Nacional de Alfabetización
y Educación Popular (SENALEP) – ha organizado hasta ahora seis
seminarios que han contribuido a elaborar una política al respecto y
requiere un estudio serio y mesurado.
En septiembre de 1983, el entonces Ministro de Educación, Dr.
Alcides Alvarado, dictó una Resolución Ministerial disponiendo la
enseñanza obligatoria de lenguas nativas en colegios fiscales a
partir de 1984 y posteriormente en colegios particulares. Esta
medida que en sí es positiva, no se la ha implementado ni aplicado
a pesar que en la gestión escolar 1984, aun estaba en ejercicio el
Ministro de Educación Alvarado, por tanto consideramos que ese
decreto fue solo una medida demagógica y de distracción.
Pese a todo en Europa, en el I Encuentro Internacional sobre
Destrucción Cultural y Derechos Humanos del Indígena
Americano, que se llevó a cabo en Madrid el 2, 3, y 4 de abril de
1984, resonaba como un eco la exigencia de respeto al indio.
“Lo que yo quisiera es dialogar con Europa, con España pero el querer no basta,
porque el diálogo significa realización horizontal y realización horizontal significa respeto mutuo, pre–aceptación de que somos diferentes y que la diferencia no es inferioridad, pero estas palabras son muy grandes para muchos europeos, porque realmente es difícil para un indio dialogar con un europeo; como enseñar a alguien que cree que lo sabe todo, imposible.
32
Entonces antes de establecer este diálogo me parece útil romper los obstáculos que impiden esta comunicación, ya que es muy propio en el pensamiento español y europeo el tratar de universalizar sus referencias. Ayer por ejemplo se decía que antes los Yanomami trabajaban cuatro horas porque había bastante caza y ahora trabajan 6 horas porque hay menos caza, entonces aquí, si ustedes son capaces de abrir su cerebro para ver algo muy importante, van a ver que se está universalizando el concepto de trabajo y escuchen que un indio les dice que dentro de nuestro mundo el concepto de trabajo no existe y dentro del idioma español trabajo etimológicamente hablando viene de travalliari, que son dos palos cruzados y usados para torturar. Dentro de la religión judeo–cristiana el trabajo es el castigo de Dios. Dentro de nosotros este concepto no existe o estamos pescando o estamos sembrando o estamos nadando pero no estamos trabajando. Entonces cuando tratamos de entender o describir el mundo indio, usando solamente categorías europeas, estamos tratando de hacer una operación del cerebro con guantes de boxeo. Es algo tan útil, es tan fino que realmente no estamos entendiendo, por eso les digo que aceptar que las categorías de ustedes no son universales es el primer paso para que exista una posibilidad de diálogo.
Ahora ¡por qué ustedes tiene miedo a la muerte? Porque tienen miedo al
infierno, otra categoría que no existe dentro del mundo indio; nosotros nos preguntamos ―¡qué medida más «infernal» es capaz de inventar algo como el infierno‖. Imagínense ustedes esa mente, realmente absurdo. Yo voy a hablar del terrorismo religioso ha nacido en Europa, ese terrorismo continúa y llega a la bomba atómica. (…)
Por ese lado una inteligencia profunda y por otra para producir armas una
estupidez tan rudimentaria, es que algo anda mal. Mi opinión al respecto es que no hay pueblos ni superiores ni inferiores, simplemente hay pueblos que orientan su inteligencia hacia la vida y hay pueblos que orientan su inteligencia hacia la muerte. Europa obviamente orienta su inteligencia hacia la muerte, no es casual que la
humanidad tenga que agradecerle por la bomba atómica.”
33
Para finalizar aclaramos, en alguna oportunidad, que al esbozar
este pequeño aporte, hemos tropezado con varios factores que
determinaron sus limitaciones y profundidad, así como su
extensión, entonces no contábamos con documentos importantes
para avanzar el tema como los de UNESCO ni tampoco hemos
estudiado los referentes del Perú, pero ahora hemos conseguido
dichos documentos y podemos hacer una relación exhaustiva al
respecto. El debate sobre las lenguas nativas, si bien tiene ya una
duración de más de cuatro siglos, adquiere hoy en día una nueva
dimensión en la sociedad boliviana.
-----------------------------------------------------------------------
* Una versión resumida fue publicado en el Boletín Chitakolla, Año 2, Nº 12, septiembre de 1984, La
Paz.
34
2. LAS VOCES DE LOS PIONEROS
Introducción
En este capítulo se rescata a los principales estudiosos y líderes
que han apoyado decisivamente por la recuperación de las lenguas
aymara y quechua, gente que pese a estar condenada persistieron
en su lucha y en su momento, con su participación, han
coadyuvado poderosamente en la persistencia de dichas lenguas.
Hay que morir peleando.
Son personas o instituciones que han trabajado con el objetivo
el de recuperar la lengua aymara directa o indirectamente, además
es el objetivo colateral de su trabajo. No han usado la lengua para
cuestiones solamente religiosas, por ejemplo. No fue un chantaje ni
un instrumento de sometimiento, su lucha se convirtió en una causa
justa por el idioma antes que el propio ejercicio de su profesión.
Aquí se mostrará cuándo y quienes fueron, qué hicieron o
dijeron por las lenguas aymara y quechua. Sobre todo en una época
en que dichas lenguas estaban ya condenadas a desaparecer. Estas
personas se reducen a cinco, aunque hay otros más que les
secundaron ideológica y prácticamente en menor escala. Ellos son
de acuerdo al espacio-tiempo Carlos Felipe Beltrán, Felipe Pizarro
García, Paul Rivet, Juan de Dios Yapita y organizaciones sociales.
35
A. Carlos Felipe Beltrán (1816-1898)
En esta oportunidad trataremos en especial y de una manera
somera sobre la labor del padre Carlos Felipe Beltrán a quien se le
debe valorar por lo que hizo en tiempos muy difíciles, pues su
trabajo y sus sugerencias, en lengua aymara y quechua, han
alcanzado hasta esta era. Asimismo ha despertado la atención nada
menos que del insigne americanista francés Paul Rivet.
Carlos Felipe Beltrán había nacido en la localidad de Ocuri,
Departamento de Potosí y Oruro. Afirma Rivet que C.F. Beltrán,
según los documentos, ejerció 16 años de sacerdocio en ambientes
quichwas y más de 35 años en regiones aymaras de Oruro, lo que
hace que se considere más orureño que potosino; como veremos en
seguida, los lugares donde Carlos Felipe Beltrán cumplió su
apostolado.
A mediados del siglo XIX, que corresponde a 40 o 45 años
desde la fundación de la República, el mundo aymara en su
conjunto, lo mismo que el qhichwa, estaba sometido al yugo de la
explotación y servidumbre. Se puede afirmar que fue una especie
de esclavismo, trabajaban a látigo y se los podía comprar o alquilar,
no había escuelas para indios ni era permitido pensar en ellas.
Nacían y morían sin honor ni gloría.
De sus actividades se concluye que Carlos Felipe Beltrán fue un
inquieto pastor de almas y con seguridad que estaba ejerciendo
bien su vocación. En el proceso, con el influjo de la injusticia que
36
sufrían sus feligreses se convirtió en un arduo luchador por la
libertad del indio. Decidió enseñar a leer y escribir, primero en
castellano luego hasta incluso en las propias lenguas maternas de
los oprimidos. Se convirtió en un asiduo investigador de las lenguas
indígenas. Para plasmar su pensamiento compró una imprenta con
tipos especiales desde los Estado Unidos en la que imprimía todas
sus publicaciones.
De todas ellas, por supuesto, para nosotros, la más interesante y
creemos que la mejor producción es su obra lingüística ORTOLOGÍA
DE LOS IDIOMAS QUICHUA Y AYMARA, cuyas propuestas veremos
más adelante.
Beltrán fue un admirador y amante de las lenguas autóctonas y
decía: “la quichua está por ser conocida y lástima sería que (…) perezca (…)”, y
dedicó su vida, aunque – como no podía ser de otra manera en su
condición de sacerdote– produciendo más literatura evangélica en
lenguas andinas. También hay algunas propuestas de real valía
difundidos entonces para resolver el problema social que la
sociedad opresora adoptaba al marginar a los indígenas.
Conocedor profundo del idioma aymara y quichwa, inventó los
signos gráficos especiales para dichas lenguas. Escribía con cinco
vocales, pero fue el primero en usar la diéresis (¨) para el
alargamiento vocálico. Beltrán en aquel entonces, empezó a usar la
diéresis (ü) sobre la vocal en vez de dos vocales seguidas. Uno de
sus méritos en relación al conocimiento de las vocales, tras estudiar
las dos mayores lenguas del mundo andino, radica sin duda en sus
37
conceptos sobre dichas vocales: "...cambia a veces la í en e y la o en
u". Y después de breves consideraciones y ejemplos sobre las
vocales complementa: "Respecto de la o y de la u hay que hacer casi
las mismas advertencias, a saber, que en muchas ocasiones se ha de
pronunciarla o un poco suavizando ó apagada como degenerando
en u, (...)".
Estos conceptos son propios de todos los que han estudiando en
profundidad la lengua aymara y qhichwa. Recordemos a Bertonio
que dice casi lo mismo acerca de las vocales a principios del Siglo
XVII. Antes de Beltrán nadie había tratado con seguridad sobre las
vocales de las dos lenguas andinas. Se diría que en su época fue el
único en tratar esos problemas, con excepción algunos antropólogos
extranjeros.
B. Don Felipe Pizarro García
La mejor manera de poner un modelo, una enseñanza, es
señalando a una persona que haya demostrado entereza en la lucha
por sus ideales. Dará ganas de buscarlo y seguir sus huellas, siendo
un asunto de motivación. La biografía del profesor y doctor Felipe
Pizarro es un perfecto modelo a seguir.
Así que empezaré diciendo que Felipe Pizarro, según los
documentos, nació en Copacabana un 13 de septiembre 1877. Como
la vida no es eterna se sabe que falleció el 14 de noviembre de 1941
en ciudad de La Paz. Fue abogado, escritor, periodista y
aymarólogo. Fue un defensor empecinado del indio, cuando
38
nuestros abuelos sufrían una especie de esclavitud y no tenían
derechos, votos ni escuelas.
En 1897, a sus 20 años de edad, había fundado en La Paz una
Escuela Nocturna de Indígenas para adultos. A sus 27 años publicó
su primer libro titulado: “Lectura por la escritura o arte de aprender
a leer y escribir en cuatro meses”. Por primera vez en la historia de
la educación experimentó una metodología de lectura-escritura
bilingüe con resultados extraordinarios puesto que se aprendía a
leer y escribir en un mes. Esta experiencia está detallada en su libro
“El alfabetizador del Indio”.
Fundó varios periódicos como el Aru wiyiri, El Indio y El Mallku
y, durante la sublevación y masacre de Jesús de Machaca (1921),
fundó el periódico El Andino, denominándolo órgano de
Propaganda de Cultura Indígena con noticias y notas en aymara.
Su pensamiento pedagógico indigenista está formulado en el
artículo sobre "La educación del indio". Dijo en 1933 que “Siendo,
pues, un principio fundamental el respetar la personalidad o sea la lengua materna del estudiante, resulta incomprensible que con el pobre indio se ha dado hacerle una excepción perjudicial, obligándosele a pensar y a expresarse en un idioma ajeno a su naturaleza; y hasta tentando de hacerle olvidar su idioma materno, sin advertir que hacer olvidar un idioma, importa matar la tradición y matar la tradición es
matar el espíritu nacional.”
Ocupó cargos de importancia en la docencia, desde Profesor,
Director e Inspector. En el Congreso Pedagógico de 1925, todas sus
39
ponencias fueron aprobadas, sobre todo la enseñanza bilingüe, hoy
recién en boga.
Ya en febrero de 1901 afirmaba: “Mientras tanto, yo seguiré con las
clases dominicales que me he impuesto, sin desmayar un solo instante en mis
tareas.” Se dedicó con pasión a la Educación del Campesino para lo
que fundó las primeras Escuelas Indigenales, primero en el
Altiplano con sus propios recursos y en la ciudad desde 1915 sin
desatender sus clases diurnas. También creó escuelas Nocturnas y
Dominicales para los campesinos adultos y aún después de jubilado
continuaba en su empeño sin ayuda estatal.
Escribió varias obras y periódicos bilingües como "EL
ALFABETIZADOR DEL INDIO", "LA LECTURA POR LA ESCRITURA", EL
AJAYUN ARUPA", el ''DICCIONARIO AYMARA-CASTELLANO" y otros.
Luego se dedicó al Folklore y dejo muchas tradiciones escritas en
periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Perteneció a varias
sociedades científicas de Bolivia, Perú, Argentina y Uruguay. El
género de sus estudios fueron Didáctica, Filología, Folclore y
Literatura General. Pienso que esta persona es eminente y digna de
seguir sus huellas.
Ha estudiado el aymara y tiene varios textos escritos en dicho
idioma. Carlos Felipe Beltrán entendió en profundidad que el
problema del indio era cultural. Esto significa dotarle de todo,
puesto que cultura puede significar, desde un punto de vista
holográfico, todo, Tierra o Economía, Poder Político en su ayllu y
marca, Social que se traduciría en libertad. Por eso dotarle del
40
mecanismo de escritura y mejor aún en su propio idioma, era su
objetivo.
Daniel Sánchez Bustamante, refiriéndose al Congreso
Pedagógico de 1925, anotó: “Un maestro sencillo levantóse poseído de
profunda emoción en el seno del Congreso y clamó contra la castellanización prematura y sistemática. Era don Felipe Pizarro. Su experiencia apostólica, su práctica ferviente y su fe ardorosa, desnuda de pretensiones científicas, le
inspiraban la intuición del iluminado”.
D. Paul Rivet: El Bibliógrafo del aymara y quechua
Paul Rivet es un etnólogo francés nacido en 1876 y fallecido en
1958 en París. Creador de “La Teoría Oceánica o Multirracial” que
expuso en su libro “Los orígenes del hombre americano” publicado
en 1943. En esta obra nos muestra que el origen de los indígenas
americanos es el resultado de varias migraciones de Asia, Polinesia,
Australia y Melanesia. Estuvo unos seis años investigando a los
indígenas en el Ecuador.
Las obras de una persona hablan de su grandeza o nimiedad.
Hay acciones visibles e invisibles para una época. Los trabajos
realizados por muchos hoy no se ven si no han dejado registros de
sus obras. En cambio, los que dejaron testimonios escritos quedan
como huellas imborrables en el tiempo y sus autores son
inmortales. Pero, si alguien, ajeno a una realidad, hace un máximo
esfuerzo por seguir de cerca sobre la situación de una realidad,
registrando y describiendo para el bien de un pueblo,
41
sistemáticamente sobre un tema, el autor merece ser recordado y
honrado, obviamente se inmortaliza.
Paul Rivet ha estado siguiendo paso a paso, pese a la lejanía
(desde París vigilando la producción literaria de las dos mayores
culturas andinas) toda la producción intelectual en y sobre la
lengua aymara y quechua. Desde la llegada de los españoles desde
1560 a 1955, había registrado la publicación de obras, folletos,
volantes y todo tipo de publicaciones sobre y en aymara y quechua.
Paul Rivet escribió, en colaboración con Georges de Créqui-
Montfort, “Bibliographie des langues aymar{ et kichua”, en cuatro
tomos y el último volúmen se publicó en París en 1956.
Una de sus más célebres actuaciones, además de la
institucionalización de los “Congresos Internacionales de
Americanistas”, es la edición facsimilar del manuscrito (la carta
gigante) de Waman Puma de Ayala en 1936, titulado “Primera
nueva corónica”. Ésta y la edición de sus cuatro tomos de la
Bibliografía de las Lenguas Aymara y Quechua son muy
importantes para la historiografía del mundo andino.
Dicha Crónica, la Carta Gigante de Waman Puma de Ayala, fue
enviada al Rey de España el 14 de febrero de 1615, tras describir los
sufrimientos en la Colonia que le tocó vivir al autor. Dicha carta no
llegó a su destino, sino que, muy probablemente el barco que
llevaba el cargamento de las colonias de Sud América fue saqueado
en el Atlántico por los piratas daneses, prueba clara es que, tres
42
siglos después, recién en 1908 descubren la carta de Waman Puma
de Ayala en la biblioteca real de Copenhague.
En todo caso, Paul Rivet fue un personaje extranjero que ha
hecho mucho por esclarecer, sin prejuicios, sino científicamente los
temas de interés americanista y andinos. Ése es su mérito para que
aquí, tomemos muy en cuenta en la historia de las lenguas andinas,
porque además sus libros nos han servido mucho para la relación
de los hechos históricos lingüísticos de esta obra, que hoy
entregamos al pueblo aymara.
E. Juan de Dios Yapita
Juan de Dios Yapita es un lingüista aymara. Su mayor mérito y
acierto fue hallar y establecer las tres vocales fonémicas (/i/, /a/ y
/u/) del aymara para esta época. El segundo hallazgo fue implantar
la x como fonema /x/ para el fonema postvelar fricativo, cuando
para otros era la doble jj. Aunque el uso de /x/, de forma
sistemática, fue aprobado primero en el “ACTA DE LA
INDEPENDENCIA DECLARADA POR EL CONGRESO DE LAS PROVINCIAS
UNIDAS EN SUD AMÉRICA” en 1816, cuya versión en aymara fue
atribuido a Vicente Pazos Kanki, como consta en la obra de Paul
Rivet. Los estudios de Juan de Dios Yapita fueron basados en la
ciencia de la lingüística. Por todo ello fue pionero en relanzar la
escritura de dicha lengua, pero esta vez hacia una escritura
sistemática. Todo esto en una época, 1968, en que campeaba la
43
discriminación de idiomas indígenas. Éste es el mérito de Don Juan
de Dios Yapita.
Don Juan Dios Yapita, por su labor y persistencia a enseñar el
aymara en las universidades fue entonces un acto heroico para.
Junto a un par de artículos escritos en los años 80 que son capitales
para analizar la cultura aymara y proseguir su estudio.
Siempre, para un indígena, es considerado tan solo como un
informante el escribir cualquier obra en colaboración con un gringo,
porque, obviamente al indígena no se lo considera como coautor en
un nivel horizontal, por más que los indígenas hayamos aportado
más conocimientos, somos discriminados, no por el coautor, sino en
la óptica del grueso de la sociedad opresora, somos vistos como
simples informantes. Más de uno ha insinuado esto en la
presentación del AYMARA Compendio de Estructura Fonológica y
Gramatical. Eso ha pasado con Juan de Dios Yapita, en coautoría
con Martha J. Hardam luego con Denis Arnold. Esto pasó también a
Mauricio Mamani con William E. Carter y eso me ha pasado a mí
cuando me metí de coautoría con Xavier Albó. Los indígenas,
cuando nos metemos con gringos, siempre somos ensombrecidos y
disminuidos, hagamos lo que hagamos, también debemos
reconocer que es necesaria una madrina o un padrino para salir del
cascarón, con mayor razón en nuestra condición de dominados
coloniales, aunque no todos. Los más han tenido por Madrina a la
Universidad.
44
Juan de Dios Yapita había empezado en los años 1965,
estudiando Lingüística. Después en 1968 fue profesor de Aymara
de la Universidad Mayor de San Andrés. Posteriormente se fue a
enseñar aymara a la Universidad de Florida (Estados Unidos).
Luego de unos años volvió a la Universidad en que empezó a
enseñar aymara. En cuanto a su producción intelectual, conozco un
libro, que más me gusta, “Enseñanza de la lengua aymara como
segunda lengua”, que ha publicado la famosa editorial Difusión en
los años setenta. Luego sólo conozco boletines y abundantes
volantes dispersos. Sin embargo habría que compendiar toda su
producción intelectual de 1968 a 2000, que es más rica y que está
dispersa en periódicos y revistas.
Fundó el Instituto de Lengua y Cultura Aymara bajo una
Resolución Ministerial y donde trabajó intensamente en la escritura
de la lengua aymara. La labor incansable de este Maestro de la
Juventud es admirable. Después del desparecido Felipe Pizarro
García hoy tenemos a un Maestro que nos demostró su portento por
una causa, la aymara.
Juan de Dios Yapita se sabe que nació en la comunidad de
Qalamaya, provincia Omasuyos a orillas del lago Titica, en 1931.
Después de asistir a instituciones educativas, se formó para
contador pero en el proceso fue dejando aquello y se convirtió en
un aventajado lingüista. Enseñó la lengua aymara a extraños y a los
propios indígenas. Fue un mentor de juventudes en lingüística
aymara. Fue profesor de aymara de la Universidad de Florida y la
Universidad Mayor de San Andrés durante varios años.
45
Sin embargo, los defensores y cultivadores de estas dos lenguas
aymara y quechua son varios y por no omitir a algunos no los
mencionamos. Serán otras generaciones que examinarán en detalle
este aspecto.
F. El discurso de Juan Lechín Oquendo
Este capítulo parecerá como el título de un tema más o menos
político o más sindicalista, que cualquier otra cosa. Pero no es así.
Hubo en el pasado muy pocos políticos que tuvieron la sinceridad y
la lucidez mental de proclamar su verdadera identidad o por lo
menos reconocer sus raíces culturales ancestrales. Entre ellos está
Don Juan Lechín Oquendo, un afamado luchador por las
reivindicaciones populares de Bolivia. Reitero muy pocos políticos
y dirigentes sindicales, después de haber bebido el marxismo
reconocen sus raíces culturales. Por su sinceridad Juan Lechín
Oquendo fue reconocido y aplaudido en su momento por las bases
campesinas aymaras, cuando visitó uno de sus Congresos.
Este texto fue grabado por Donato Ayma Rojas, otro luchador
por las conquistas culturales aymaras. Esta grabación y apreciación,
muy meritoria, de la lengua aymara fue transcrita por el suscrito.
Este discurso de Juan Lechín Oquendo fue en el II Congreso
Departamental de Federación Única de Campesinos de La Paz, el 15
a 17 de diciembre de 1982, en la ciudad de La Paz. Por todo lo que
dice y porque los hablantes del aymara debemos respetar a los
46
líderes mestizos o criollos por lo que dijeron e hicieron en su
momento, para fortalecer las lenguas indígenas subestimadas, por
apresurar el reencuentro con su propia identidad y hacer una
revolución pacífica a partir de una toma de conciencia andina. Esta
acción es primero y la mejor vía de la revolución a nuestro favor. El
discurso de Lechín se transmitió por Radio San Gabriel en el área
aymara y conmovió a muchos y lo rescatamos para la posteridad. Si
la radio es efímera por ser oral y muchas veces las voces se las lleva
el viento nosotros las rescatamos y las pusimos en la forma escrita
porque creemos que la forma escrita perenniza las ideas para las
generaciones del futuro.
El famoso líder obrero decía:
“El compañero Jenaro lo dijo, yo quiero repetir. «Bolivia, compañeros, tiene
dos nacionalidades fundamentales: La aymara y la quechua, que son la gran mayoría de la población». Los que vivimos en las ciudades, la gran mayoría de la gente de las ciudades, también tenemos sangre aymara o tenemos sangre quechua. Yo tengo sangre aymara, yo soy nacido de madre aymara y nacido en Corocoro, soy de Pacajes. Como yo… (aplausos) los dirigentes sindicales en su gran mayoría mantienen su raza intacta, aymaras y quechuas. Y si tienen mezcla, tienen siempre eminencia o preeminencia de la sangre aymara o quechua.
De tal modo que podemos asegurar, lo que decíamos, en la época en que
gobernaba la rosca, cuando la rosca decía "el problema en este país son los campesinos". Cuando nosotros tuvimos la suerte de llegar al Parlamento, dijimos, el problema de este país, no son los campesinos, son los pocos blancos que hay; porque es la verdad... (aplausos). Y lo curioso es que desde la época del coloniaje, nos han acostumbrado a que los gobernantes a que los explotadores, tengan la piel blanca y los explotados, a los que han matado como mitayos, en las minas, sean aymaras o quechuas.
47
Esa costumbre continúa. Eso no quiere decir que nosotros vamos a terminar
con las pieles de color blanco. No! No vamos hacer lo que han hecho los gringos de EEUU. Ése país que se dijo civilizado, ha cortado la cabellera a los nativos de Estados Unidos. No. No los vamos a tocar; pero si llegado el momento, tendrán que rendirnos cuentas de todos los dineros que se han apropiado injustamente. Dineros del pueblo boliviano. Eso sí! (aplausos) Por eso digo yo, —repitiendo lo del compañero Jenaro— … Y sugiriéndole al compañero dirigente de Maestros Rurales, que uno de los problemas que deben pedirles, es que la educación tenga fundamentalmente un idioma nativo, los dos idiomas aymara y quechua … (aplausos)‖
―Porque es el idioma de nuestra tierra. Es el idioma que entendemos mejor
desde niños. Nuestros padres nos riñen en aymara, nuestros padres nos aprecian y abrazan en aymara. De tal modo que nuestra mente está para entender el aymara. Y nos vienen a distorsionar la cabeza enseñándonos el castellano. Nuestra cabeza no piensa igual. Por eso es importante que los maestros por un lado y nosotros por otro, exijamos como lenguaje materno el aymara y quechua y después —si quieren— que nos enseñen el español para hablar con los blancos (aplausos).
Compañeros ustedes nos han enseñado mucho…” (Grabación de Donato
Ayma Rojas, 17 de diciembre de 1982, regrabación por Radio y
transcripción de Félix Layme Pairumani)
Como podrá apreciarse, este discurso es alentador para la
incipiente identidad cultural aymara que entonces se sostenía. En
aquel entonces estaba aún vigente la política cultural de
“civilización” y la “castellanización” a “raja tabla” en lo lingüístico.
Hablar de educación bilingüe, entonces, era como un sacrilegio.
Enseñar aymara estaba visto como un acto retrógrado y quienes lo
hacían, para unos, estaban como actos de unos inútiles héroes y
para otros como un acto de ir atrás, contra la historia y contra las
políticas de progreso nacional.
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G. Luchas por varios frentes
No es casual que grandes acontecimientos histórico que se han
producido más o menos en cada década, unas más célebres que
otras y unas directa o indirectamente que otras. Ya en 1989 Zarate
Villca participaba en la Revolución Federal aliado de Pando en la
Revolución Federal. Después de 10 años Franz, Tamayo escribía sus
famosos artículos demoledores en El Diario, que luego serían
fundamentales para mucha gente. Por la lectura de Creación de
Pedagogía Nacional nacería una corriente progresista en los
intelectuales y militares del país así como a sus contrarios que,
indirectamente, alimentaría más a los primeros. En el año 1922,
Leandro Nina Quispe, un maestro taraqueño y precursor de las
enseñanzas de lectura y escritura para los indígenas, deambulaba
como un profeta andino.
En 1931 Avelino Siñani y Elizardo Pérez fundan en Warisata la
primera escuela indigenal. Es el mayor hito histórico de la
educación indígena en el país y el continente. Luego la Guerra del
Chaco (1932-1934) ensombrecería y luego corroboraría que la
Guerra se había perdido porque el indio no estaba educado. En
1940 se instituye el registro Civil para los indígenas que antes ni
siquiera estaban tomados en cuenta como ciudadanos bolivianos,
sino que los inscribía la Iglesia Católica en sus parroquias y se
producía por primera vez, desde la llegada de los españoles, en
1945 la realización del Primer Congreso Indigenal y Campesino.
49
Posteriormente se produjo la Revolución Nacional de 1952. Los
cambios, después de esta Revolución, se han dado paulatinamente.
Se han ido dando, más o menos, cada década por la recuperación
cultural y lingüística del aymara-quechua. Para 1962 se habían
multiplicado las escuelas en el campo, aunque con currículum
oculto para forjar mano de obra barata para la industrialización.
Todos esos altibajos sirvieron, pese a todo, para los propósitos
libertarios de conciencias indígenas.
En 1973 se produjo el célebre Manifiesto de Tiwanaku. Este fue
otro hito histórico para que los corderos educados se despojen y
digan su palabra sobre la realidad nacional y su situación como
protagonistas. El Manifiesto rompió el silencio cómplice de una
política de “castellanización” y dominación de los pueblos aymara-
quechuas. Desde entonces provienen las primeras poesías protesta
dentro de la literatura aymara.
Para 1982 hubo varios acontecimientos y uno de ellos es el
Discurso de Juan Lechín Oquendo. Como se ha visto, el discurso de
Lechín nos ha hecho dar cuenta que una secuencia más o menos de
una década o en su entorno un cambio cualitativo a favor de las
luchas indígenas, unas más que otras. El grueso del pueblo aymara
no despertaba de su letargo, sino después de una década del
discurso de Juan Lechín Oquendo de 1982.
Además de otras actividades, para 1992, se hicieron varias
experiencias de educación intercultural y bilingüe. Fue el año de
1992, el Quinto Centenario, otro de los hitos del despertar del
50
pueblo aymara-quechua. Fue la pólvora del despertar de una
conciencia sobre el encontronazo o invasión de Europa al
Abiyayala, sobre todo el inicio para pensar la descolonización.
Para el año 2002, con la expulsión del diputado cocalero
campesino Juan Evo Morales Ayma, el sistema opresivo había
firmado su sentencia de extinción política. De ahí en adelante
pasarían muchas cosas, en verdad era una Revolución Cultural.
Tenemos que entender que una revolución es un cambio y éste es
cambio de paradigmas, entonces estamos frente a una verdadera
revolución. Así mismo el año 2002 tiene varios hechos históricos del
pueblo aymara-quechua que no están registrados ni analizados
debidamente para tener un panorama claro del desarrollo de una
conciencia ancestral andina.
Sin embargo, el pueblo aymara aún no había tomado conciencia
real del rescate de su identidad cultural y menos tiene conciencia de
la importancia de su lengua materna. Este es otro proceso y sólo se
lo hará con un nuevo plan de alfabetización en la lengua aymara.
51
II
LA ESCRITURA Y LAS LENGUAS
ANDINAS
Introducción
En el estudio de las lenguas aymara y quechua, cada vez que se
avanza más, surgen problemas de toda índole. En especial cuando
se analiza la escritura sistemática de estas dos lenguas. El problema
más grande fue el fonológico, después fueron problemas
ortográficos y luego las dificultades normativas debido a
intransigencias, de algunos, por la forma que de fondo. Hasta hay
gente que discrepa del uso de sistemas de escritura, quiero decir
sistema anti-latina y latina. Las consecuencias de esta última pelea
aún no llego al río. En la historia de la escritura que normaliza las
lenguas andinas fueron sólo propuestas y de ahí no pasó a más.
Unos prefieren lo no latino, no obstante ni siquiera los mismos
proponentes escriben en ellas, en realidad son gestos poco
prácticos.
52
Otros piensan que el español, el francés, el inglés y otros
idiomas tienen sistemas o símbolos de escritura propia. Cuando en
aymara usamos esos mismos símbolos de escritura creen que
estamos utilizando símbolos de escritura de esos respetables
idiomas. Para complicar más podemos decir que esos idiomas no
tienen símbolos de escritura propia, sino prestados del latín. Los
símbolos de escritura que utilizan esas lenguas son símbolos de
escritura latina y ésta la cosechó del alfabeto fenicio y hebreo. Por
tanto, esos idiomas utilizan símbolos de escritura latinos en sus
alfabetos, lo mismo que hacemos ahora para las lenguas aymara y
quechua.
En esta ocasión veremos los sistemas de escritura universales
más relevantes. Sin este requisito no está claro cuando
emprenderemos el desarrollo de la escritura de las lenguas
indígenas. Para entrar en el terreno mismo de las escrituras de las
lenguas aymara y quechua hay que conocer las razones para su
desarrollo por vía de sistemas de escritura universales o una propia.
Lo curioso es que los detractores de la escritura de las lenguas
indígenas, mientras desarrollamos la producción literaria aymara o
quechua, nos achacan y tratan al aymara peor que una cenicienta
que ni le dan la posibilidad de que pueda escribir. Arguyen que ni
siquiera tiene símbolos de escritura sistemática cuando sus propios
idiomas prestigiosos no la tenían, sino son adoptados del sistema
latino de escritura.
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Reitero. Para discriminar y desvalorizar a los idiomas
indígenas, algunos han optado por argumentos tan pueriles como
que “los idiomas aymara y quechua no tenían o no tienen símbolos
de escritura propia” que dichos idiomas “son sólo dialectos y no
idioma ni lengua”, obviamente sin conocer el fondo mismo de la
filología. El español tampoco tiene, reitero, símbolos alfabéticos
propios, sino prestados del latín. Todos los idiomas tienen dialectos,
sobre todo el español. El dialecto es parte de un idioma, es la
variación regional del habla de una lengua.
Para estudiar este tema, fundamentalmente, se ha consultado
otras investigaciones relacionados, es decir la base de la bibliografía
existente sobre la materia. El acopiar pieza por pieza nos ha costado
bastante tiempo y paciencia para reunir materiales y poder opinar
sobre el tema.
1. SISTEMAS DE ESCRITURAS Y LENGUAS UNIVERSALES
En primer lugar lo que existe son lenguas universales y
sistemas de escritura universales. Se llaman “universales” a
aquellas lenguas muy conocidas por su difusión, lo mismo que su
escritura. Sin embargo un sistema de escritura universal puede ser
adoptado por varias lenguas también universales. De hecho eso ha
sucedido con el sistema de escritura latina, que han adoptado seis
de los doce idiomas más grandes del mundo: Español, Inglés,
Portugués, Alemán, Francés e Italiano.
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Los sistemas de escritura universales hoy no son más que una
media docena aproximadamente. Veamos. La escritura latina, la
cirílica, la griega, la árabe, la hebrea y la ideográfica.
Se ha comprobado que existe una serie de sistemas de escritura
o sistema de símbolos alfabéticos pero no son conocidos entre las
más de cuatro mil lenguas que existen en el mundo. Dichos
sistemas son conocidos escriturariamente solo en una decena o
veintena de lenguas. Entre ellas también están los sistemas de
escritura indígenas desarrolladas en su momento de apogeo. Y
algunos, por ser quizás más genuinos, insisten con unos alfabetos
que ni ellos mismos dominan su uso. Pero además, ni con el
desarrollo de la propia lengua se puede alcanzar el máximo
impulso de su propia escritura, debido a la apabullante supremacía
del sistema latino de escritura que por la fuerza de la ciencia y
tecnología, además de prejuicios coloniales propios de sus
hablantes, se está quedando como el sistema de escritura más
grande del mundo. A estas alturas es descabellado desarrollar un
sistema nuevo y opuesto al sistema latino de escritura.
Las doce lenguas universales de hoy, de acuerdo a su densidad
poblacional que los hablan, están de acuerdo al siguiente orden:
Mandarín, Español, Inglés, Hindi, Árabe, Portugués, Ruso, Japonés,
Alemán, Francés, Coreano e Italiano.
Insisto, como se analizará, seis (español, inglés, portugués,
alemán, francés e italiano) de las doce lenguas más extendidas
poblacionalmente del mundo usan en su escritura el sistema latino.
55
En segundo lugar están tres lenguas orientales (Chino mandarín,
Japonés y Coreano) con sistemas ideográficos. Finalmente tres
lenguas con sistema de escritura propia cada uno, el ruso, hindi y
árabe.
Ahora la meta de aprendizaje de nuevas lenguas para un
indígena andino u otro, deberá ser primero leer y escribir su lengua
materna, luego el castellano, después el inglés y chino mandarín.
Luego si alguien tiene interés y capacidad de aprender otras
lenguas aún.
Antes había la creencia de que una persona tenía la capacidad
de aprender un solo idioma y hasta por cuestiones políticas la
exigencia era que en un país se debía hablar una sola lengua. Claro,
eso estaba bien cuando reinaba el paradigma de la homogeneidad,
pero ahora estamos en la era de la diversidad y alteridad. Hoy el
que tiene dominio, mejor el que sabe hablar varios idiomas tiene
mayores opciones. El mundo ha cambiado diametralmente y si uno
quiere triunfar tiene que estar de acuerdo con las reglas de juego de
los nuevos tiempos.
2. HISTORIA DE LA ESCRITURA ANDINA
La escritura, cual sea su sistema, es uno de las muestras del
mayor avance en una cultura. Durante todo el tiempo de la
intromisión colonial se ha pregonado que las mayores lenguas del
llamado nuevo mundo no tenían escritura. Posteriormente se ha
56
constatado algunos hechos que niegan dichas afirmaciones. Claro
está que los que formaron parte del colonialismo, en un principio,
quisieron encontrar una escritura de las lenguas americanas como
propias. No entendieron otra forma de escritura. Con el transcurso
del tiempo, ha cambiado esta manera de concebir una sola forma de
escritura.
Varios investigadores, en esta materia, han avanzado
ampliamente. Uno de los primeros fue Dick Edgar Ibarra Graso, con
su trabajo Escritura Indígena Andina, publicado en 1953, en el que
presenta una serie de escrituras de rezos religiosos, especialmente
de las épocas colonial y republicana. Los intentos de desarrollar un
sistema para escribir datan desde tiempos muy remotos. No se ha
llegado a un sistema claro, preciso y adecuado para reflejar la forma
escrita de las lenguas andinas. Precisamente, en la lengua aymara
existe la palabra qillqaña, /qillqaña/ o [qilqaña] que quiere decir
escribir y existen varias toponimias con esa palabra. Quizá la
intromisión colonial de los españoles, por su política de
sojuzgamiento, ha evitado, en alguna medida, conocer ciertos tipos
de escrituras antiguas, desarrolladas o en proceso de desarrollo por
ser contarios a su sistema de escritura y/o por celos políticos.
Según otros investigadores, "la escritura existió siempre en el
Perú". Existen datos históricos de que los Incas, por razones
estratégicas y políticas, la prohibieron. Lo mismo hicieron los
españoles. Si no fue eso, por los menos han truncado, directa e
indirectamente, el desarrollo de los medios de comunicación
propios de los indígenas en aquellos tiempos. Nada es definitivo, la
57
historia lo aclarará y ya van investigando. Pastor Ordóñez, un
investigador peruano citado por Enrique Valle, dice: "Los kollas
habitantes de esa zona, llamada el Kollao, poseían en tiempos
remotos una escritura ideográfica propia, en plena evolución" (Valle
1976).
En los últimos tiempos existen personas que se ocupan de la
escritura, proponiendo un sistema distinto al sistema latino de
escritura, justamente por resentimiento con el hispanismo y el
Occidente. Inventaron curiosos símbolos alfabéticos, algunos
basados en peculiares inventos anti-latinos. Y alguno que otro
presenta ingenuamente simples mutilaciones de símbolos latinos.
Pero lo curioso es que los inventores no escriben sus pensamientos
en dichos alfabetos, y si escriben alguna que otra hoja, ni el propio
inventor sabe leerlos por lo que esas iniciativas pasan a ser simples
anécdotas.
Si las lenguas indígenas lograran desarrollar su literatura, con
éxito, sería escribiendo en símbolos latinos, que al final son factibles
escribir y son tecnologías universales. Insisto existen cerca de 4.000
lenguas en el mundo, pero sólo existe una decena de sistemas de
escritura más conocidos, desarrollados o universales (Latino,
Cirílico, Griego, Árabe, Hebreo, las escrituras ideográficas chinas
y...). Fuera de ello, los adelantos tecnológicos que son universales –
occidentales o no– deben ser empleados con inteligencia por los
indígenas, por eso pienso que se debe desarrollar la literatura
aymara en dicho sistema de escritura, sin que con ello se nieguen
las otras y las genuinas formas de comunicación indígenas.
58
En todo este tiempo, de las cuatro décadas, que he dedicado
mis esfuerzos en la escritura de la lengua aymara, se puede reflejar
tranquilamente tanto cultural y lingüísticamente el aymara en el
sistema alfabético latino. Quiero decir en un alfabeto confeccionado
con los símbolos latinos de acuerdo a la lengua aymara.
3. SISTEMAS DE ESCRITURA PREHISPÁNICOS
A. Alfabeto de Enrique Valls – 1976
Enrique Valls de EFE, en 1976 (matutino PRESENCIA, 12.01.76),
publica una nota con el título de “Los incas tuvieron una escritura
logogr{fica”. Aunque la Real Academia Española no reconoce este
término, se puede interpretar que se trata de una escritura basada
en logos graficados. Valls textualmente nos dice: “Uno de los reproches
que se le ha hecho secularmente a la civilización conocida como incaica que floreció en el Perú, tras de nacer modestamente en el Cuzco y extenderse hasta lo que es hoy Ecuador, Bolivia, el norte de Argentina y parte de Chile, es su carencia de escritura. Este reproche es rechazado por la investigadora Victoria de la Jara, peruana, arqueóloga y antropóloga, que ha pasado largos años de estudio, tratando
de demostrar lo erróneo de esta afirmación.”
Si la escritura era logográfica no era sistemáticamente
reproducible en un mensaje, en varias unidades de comunicación,
sino solo eran frases-mensajes personales, locales o de linajes. Sin
embargo estaban a punto de llegar a sistematizar un mensaje escrito
59
para fines de masificación. Si el mensaje estaba en un tejido o en
una cerámica eran mensajes de linajes o regionales, eso mismo ha
ocasionado que dichas escrituras hayan desaparecido con facilidad
con el tiempo.
Enrique Valls continúa: “La escritura incaica es logogr{fica.
Cada signo representa una palabra que puede comprenderse sin
considerar la pronunciación. El uso de colores y la adición de líneas
y puntos sobre una forma básica, permitió reducir el número de los
signos facilitando el aprendizaje. Los signos incaicos son
geométricos, porque el tejido condiciona su forma, que también se
conserva en madera. Casi todos los textos incas que se conocen
están sobre tejidos y en los keros, vaso ceremoniales, dice Victoria
de la Jara”.
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Esta investigación está basada en objetos pre-hispánicos y son
genuinas muestras de mensajes escritos, como dice, en geroglifos,
cuya interpretación, por supuesto, no fue fácil. En su tiempo lo
mismo ha debido pasar, eran prendas con motivos simbólicos o
icónicos cuya lectura era accesibles para pocos.
Para su mayor conocimiento y por ser uno de los testimonios
genuinos que tiene referencias antiguas de la escritura inca, los
seleccionamos y anexamos a la presente obra.
B. Escritura jeroglífica de Ibarra Grasso
Dick Edgar Ibarra Graso con el título de: LA ESCRITURA
JEROGLÍFICA DE ORURO, publicó en el desaparecido matutino
PRESENCIA, en su sección LITERARIA, en 1982 un cuadernillo de
escritura jeroglífica encontrada en Oruro. Ibarra Graso a la letra
dice:
“El cuadernillo posee ocho páginas de escritura, conteniendo
rezos católicos y constituye una especie de catecismo. Esta escritura
todavía está muy difundida en la región Andina de Bolivia, y parte
del Sur del Perú, al menos en Puno y Cuzco. Del Noroeste
argentino existen noticias de que hasta fines del siglo pasado, al
menos, se usaban en Jujuy y en épocas anteriores su conocimiento
llegaba hasta la zona de las lagunas de Guanacache, en la provincia
de Mendoza.”
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El autor ya desde 1940 había descubierto la existencia de
escritura indígena y para 1953 publica un libro sobre el tema. En su
artículo, Ibarra Graso, fundamenta:
“Esta escritura se escribe hoy sobre papel, papel común por los demás incluso
hojas de diario sobre cuyas letras se dibujan los jeroglíficos, en cuero también en la región de Copacabana, arcilla y piedra, lo último antiguamente. Los escritos de arcilla son de dos formas: la primera la conocimos en San Lucas, y consiste en la fabricación de unos discos de arcilla de hasta más de un metro de diámetro, sobre el cual se pegan los signos jeroglíficos hechos en forma moldeada y puestos
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parados, los podríamos comparar, en su forma general, a las velitas de cumpleaños de una persona que cumpla bastante de ellos. La segunda forma consiste en un disco semejante, algo menos grande, pero más ancho, en cuya superficie se encuentran los signos representados por multitud variada de cosas menudas: piedrecitas, trozos de cerámica con grabados o no, dientes, trocitos de vidrio, semillas, etc. El P. Joseph de Acosta en 1591, describe exactamente eso, y las llama ―ruedas de rezar‖. En el Museo Arqueológico Municipal de Oruro hay un hermoso ejemplar de esta forma de escribir. Para el Museo Arqueológico de la Universidad de Cochabamba hemos conseguido personalmente dos, procedentes
de Puqui en las cercanías de Salinas de Garcí Mendoza, en Oruro.”
Y agrega:
“Esta escritura, que hoy se utiliza exclusivamente para escribir los rezos
católicos, es sin embargo de origen precolombino, pero al parecer solo se usó para pequeñas anotaciones por la gente del pueblo, sin que nunca fuese tomada como elemento cultural importante por las diversas civilizaciones que se sucedieron en la región andina. Su primera manifestación que conocemos es la inscripción en un ceramio Chavín de un numeral que representa el 5, formado por cinco rayitas unidas por sus bases; luego en la espada del llamado Monolito Ponce, se encuentran cuatro signos de esta escritura, en forma evidentemente más desarrollada, que indica que la escritura tuvo bastante importancia en la civilización de Tiahuanaco. Su uso siguió en el periodo del Reino Colla, así aparece en un keru de madera procedente del Norte de Chile, en donde se encuentra un personaje con ocho signos a su alrededor. De Cochabamba tenemos una pequeña tablita de piedra, con once signos grabados, etc.‖
Es imperioso leer su libro, sin embargo el artículo en cuestión es
un buen resumen de su obra y anexamos al final de este libro.
63
C. José Huidobro Bellido – 1987
Huidobro Bellido es un arqueólogo peruano. En tres artículos
publicados en 1987, hizo saber sobre su posición sobre la escritura
indígena. Él comienza diciendo:
―Desde pequeños aprendimos que en el denominado ―Nuevo Mundo‖ las
culturas andinas no habían conocido la escritura, afirmación esta que mostraba ante la historia universal a las culturas precolombinas como ágrafas. Se decía, poniendo como ejemplo al antiguo mundo tawantisuyano que los inkas nunca conocieron la escritura y que solo habían conocido ―unas cuerdas sencillas con nudos llamados quipus‖. Estas afirmaciones con el transcurrir del tiempo fueron quedando relegadas, ya que posteriores estudios como los de Victoria de la Jara, realizados con una nueva visión, fueron hallando pruebas materiales de que en Indoamérica prepizarrina existieron diversas culturas que poseyeron sistemas de escritura tan iguales o superiores a las desarrolladas de la vieja Asia o el antiguo Egipto.‖
Después, nos hace saber sobre la escritura en Huaycán, en Perú:
―Karola Siebert manifestaba respecto de los grabados del denominado
Templo de la Luna de Huaycán: En el Templo de la Luna se pueden ver dos paredes con unos jeroglíficos que nos hablan de la fase de la Luna y el diluvio universal (Siebert 1965:42). Esto quiere decir que los antiguos andinos ―escribían‖ en sus monumentos arquitectónicos tan igual que los antiguos egipcios. ―En este bello mural nos sigue diciendo Siebert vemos a la izquierda los símbolos del agua universal y a la derecha vemos los jeroglíficos que nos indican el diluvio que se va y el diluvio que se viene. Después están las fases de la Luna…‖(Siebert 1965:42).―
Luego nos habla del escriba de Chocopata-Cusco, lo cual es
novedoso, él dice:
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―Y al decir único tenía mucha razón, ya que esta pieza de valor incalculable
nos trae un maravilloso mensaje del lejano pasado tawantinsuyano. Con el nombre de ―Amauta‖ (Que nosotros preferimos denominarlo ―Escriba‖) fue bautizado este raro espécimen encontrado en el lugar denominado Chocopata, Cusco. Por el arqueólogo Italo Oberty. Las características del idolillo son: cabello largo, rostro barbado, nariz aguileña, manos muy grandes y un tocado muy singular. Lo importante del escriba es que está leyendo una tablilla en la que se encuentran una serie de jeroglíficos. El descubrimiento del ―Escriba‖ plantea un sin número de interrogantes. Sin embargo él mismo constituye otra prueba física para poder demostrar que en América India hubo escritura jeroglífica.‖
Hoy se puede preguntar ¿Dónde está el escriba?, es decir ¿en
qué museo se encuentra este valioso tesoro? Ni el mismo Huidobro
tiene una foto para ilustrar su artículo, sino solo un dibujo
aproximado. El autor no presenta un sistema de escritura ni
jeroglíficas, sino una referencia de que hubo escritura en el mundo
indígena.
65
D. Inka: Waskar Chukiwanka – 2003
Chukiwanka es un célebre intelectual aymara. Es respetado y
tiene una larga trayectoria, primero historiador académico, segundo
como político (desde muy joven militó en la lucha por la identidad
cultural aymara y yo lo he visto cuando en la Feria del 16 de julio
de la ciudad de El Alto, pregonaba su pensamiento hecho todo un
p´axpaku), fue diputado nacional y, tercero, es autor de varios libros,
uno de ellos de la historia de la wiphala. Con estos antecedentes es
justo tomar en cuenta una de sus propuestas: la escritura Tawa.
66
La escritura tawa de hecho es complicada, sin embargo, por
primera vez, siempre serán complicadas todas las cosas, sobre todo
la escritura. Una de las virtudes del aymara es que, entiende que
nada es imposible, esa es su fuerza de rebeldía, aunque algunas
cosas sean irreversibles, todo tiene su tiempo, hay que saber
esperar.
La forma de la escritura no debe ser única, sino diversa. Lo
contrario de estas propuestas es que no parecen ser practicables,
pero algún día lo serán. Hoy ni los propios autores de esas
propuestas escriben en sus ofertas. Por ahora, aunque apenas
deletrean algunos y otros ni los escriben, pero esperemos que algún
día, en el futuro, se atreverán. Es la fuerza de la rebeldía aymara la
que cuenta, toda iniciativa nueva es una rebeldía a lo establecido. Si
es así entonces ¿quién puede enseñar a escribir en esos alfabetos
extraños? No te desesperes vendrá el poeta. Lo que hoy es paradoja,
mañana puede ser realidad.
Sin embargo, nosotros también podemos estar equivocados. Por
eso hoy mostramos aquí esas propuestas, hoy extrañas para
nosotros y quizá mañana prosperen esas insólitas ofertas. Lo
respetamos y lo exponemos aquí, porque la historia no discrimina
ningún recurso, imaginación, creación ni propuesta. Estamos en la
era de la incertidumbre. Por más chocante que sea la oferta de otros
se debe respetar y aceptar que todos tienen derecho a expresarse
sobre cualquier asunto. Por esta razón pido disculpas si de alguna
manera he sido agrio con estas propuestas, pero yo también tengo
67
derecho a expresar mi parecer sobre cualquier tema, mucho más si
es tema de mi libro.
E. El quipu incaico
Para este acápite acudo a Burns para entender lo que son los
quipus haciendo un resumen de la introducción de su libro.
Nuestro autor empieza diciendo: ―Hace más de quinientos años en el
imperio incaico era usual el manejo de los quipus para comunicar y recordar eventos. Si bien es cierto que estos útiles medios de comunicación existieron antes de ser fundado el Tahuantinsuyo, los Incas sin embargo los desarrollaron en un sistema esencial capaz de mantener el orden administrativo de un territorio que crecía con cada día.‖
68
Sin embargo todos quieren saber y ¿qué son los quipus? “La
respuesta parece obvia: son conjuntos de hilos de diversos colores y tamaños anudados de distintas maneras, cuya función principal era almacenar y transmitir información. No obstante, un quipu –visto desde una perspectiva de estudio –consiste, mínimamente, de un cordel principal o troncal, del cual penden colgantes (los colgantes suspendidos en otros colgantes se llaman subsidiarios), y sus rasgos significativos más comunes son nudos atados en colgantes, u otras modificaciones de colgantes. Los amautas y quipucamayos, hasta donde se sabe, los utilizaron principalmente para anotar las cuentas de los tributos, la estadística demográfica, el
recuerdo de hechos pasados, as leyes y ordenanzas, los ritos y ceremonias.‖ (Op.
cit. P.13)
Sin embargo, cronistas y viajeros perspicaces se refirieron
durante la Colonia temprana a la existencia de ciertos quipus que
registraban literatura (poemas y canciones) a diferencia de los
quipus comunes de carácter contable o censal. Esta referencia se ve
reforzada por la mención que hacen Viviano y Davide Domenici de
un manuscrito del siglo XVII de un misionero jesuita que cuenta lo
siguiente: "He visitado archivos sobre quipus que narran la verdadera historia del pueblo inca y la que esconden sus comuneros. Estos quipus difieren de los que se usaban para hacer cálculos ya que tienen símbolos muy elaborados que cuelgan de una cuerda principal; fueron enterrados por desconocimiento por los españoles,
especialmente sacerdotes". Entonces, ¿cómo pudieron esos cordeles de
nudos y colores representar un lenguaje? Se afirma que en el
Tahuantinsuyo se manejaban sistemas de fijación de información
basados en quillcas (letras) y números que conjuntamente con los
nudos y colores de los quipus, conformaron la misteriosa escritura
perdida de los Incas con la que se registraba toda clase de
informaciones tanto en los quipus como en los tocapus.
69
El enorme corpus de quipus, descrito tanto por Leland Locke
como por Marcia y Robert Ascher, nos ha dado la pauta necesaria
para emprender una difícil pero hermosa tarea: la lectura o
decodificación de quipus. Para cumplir con tal cometido, el
presente libro está dividido en una breve introducción y en dos
capítulos algo extensos. En la introducción, se hace referencia al
portentoso avance de la civilización Inca y sus antecesores, y
buscamos responder a la interrogante cruda de cómo era posible
que una civilización de tantas luces y alcances no haya tenido,
aparentemente, una escritura de letras.
En el primer capítulo, planteamos la existencia de una escritura
de letras en el Incanato, basada en las ilustraciones de la Nueva
Corónica y buen Gobierno de Felipe Guarnan Poma de Ayala, y
sustentada en un alfabeto compuesto de diez grafías consonánticas
que combinadas con números conformaron un sistema acrofónico.
Se aborda además las relaciones pasadas y actuales entre el runa
simi o quechua y castellano. Cerramos este apartado con un estudio
en detalle sobre el quipu. En el capítulo segundo abordamos
directamente la decodificación de los quipus. La decodificación del
quipu BGQ1, publicada en nuestra obra inicial Legado de los
Amautas, nos permite tomar ese modelo para la tarea con los demás
quipus aquí descifrados. Finalmente, concluimos con algunas
reflexiones sobre la necesidad de continuar la tarea de seguir
descifrando estos importantes medios de comunicación, para
desentrañar todo el legado glorioso y ejemplar de los pueblos
andinos.
70
Para concluir se puede afirmar con seguridad, que el estudio de
la escritura andina, apenas comienza a hurgar sus fuentes, puesto
que, fuera de los mencionados hallazgos, existen otros trabajos
dispersos en libros, revistas y periódicos, que por falta de tiempo y
recursos nos privamos de continuar. Otros los har{n<
4. INICIATIVAS DE ESCRITURAS ANTI-LATINAS
A los 20 años después de la Revolución Nacional de 1952, quizá
como producto de la educación indígena primero y luego la
educación campesina, se produjeron algunas reacciones contra el
sistema de escritura latina. Estas reacciones, después de aquel
acontecimiento histórico, las hubo también en política y otros.
Diríamos que los ultras, extremos, siempre han existido y eso no es
nada extraño, es parte de la diversidad.
Estas propuestas de escrituras son un conjunto de alfabetos
para escribir las lenguas aymara y quechua y no son residuos
antiguos de escrituras pre-hispánicas, sino una extraña propuesta
de rasgos distintos y otros son adulteración de los mismos símbolos
latinos. Quizá se han propuesto presentar esta clase de iniciativas
nada novedosos solo por contrariar al sistema de escritura latina.
Sin embargo, en la historia de sistemas de escritura de lenguas
indígenas andinas importa analizar y dar una relación más o menos
71
exhaustiva de su existencia. Estas iniciativas muy bien pueden ser
una muestra de una de las preocupaciones de la subsistencia de las
lenguas aymara y quechua. Siempre habrá este tipo u otras de
preocupaciones sobre el porvenir de las lenguas indígenas.
Además, cuando se trata de libertad de expresión, todas las
ideas son bienvenidas por más descabelladas que sean. Es en este
sentido que aquí se toman en cuenta, aunque no sean prácticas, esas
otras formas de pensar sobre la búsqueda de escritura no latina de
las lenguas indígenas.
A. Alfabeto de Claudio Payi - 1973
Claudio Payi, según se sabe, fue potosino. En 1973 hizo circular
en el Museo de Etnografía y Folclore (MUSEF), en una hoja
mimeografiada, un alfabeto extraño. Sin más fundamentación que
su equivalente de sus símbolos con las latinas.
Son símbolos de escritura ordenado, en primera columna están
las mayúsculas y seguida de minúsculas, así como los
correspondientes números. Son símbolos extraños que tiene un
orden paralelo al alfabeto latino con símbolos que más parecen a
letras latinas mutiladas, es decir rasgos cortadas de letras latinas.
El texto está explicado en una hoja escrita en aymara y en
símbolos latinos. Según, Juan de Dios Yapita, a quién Claudio Payi,
primero presentó su alfabeto, se produjo el siguiente incidente. El
72
profesor, entre sonrisas advirtió que faltaba el fonema /x/, y le
preguntó y ¿dónde está la x? y Claudio contestó, “aquí”, señalando
su bolsillo y ¿por qué no has puesto aquí? Porque me lo pueden
robar, fue la respuesta. Si se analiza con detenimiento, el alfabeto de
Payi, reitero, no son más que letras latinas adulteradas o mutiladas.
Sus seguidores, aún el año 2005, plagiando continuaban
difundiendo dicho hoja mimeografiada. Lo curioso es que en ese
sistema no se ha escrito ni una página. Cuando una obra no tiene
seguidores se muere de por sí, más aún si su autor no ha hecho
nada por ella y solo ha sido producto de las circunstancias y por
figuración.
73
B. Alfabeto de Hernán Mena Bustillo – 1976
Uno de los mejor planteados en la presentación de su propuesta
de alfabeto fue Hernán Mena Bustillo. La propuesta de este autor
está abundantemente fundamentada. El autor presentó su inútil
propuesta, nada menos que en el XLII Congreso Internacional de
Americanistas en París en 1976. Luego el 14 de noviembre del
mismo año lo publicó PRESENCIA LITERARIA, en La Paz-Bolivia.
Inútil, porque después de casi cuatro décadas nadie siguió a la
propuesta de Mena ni siquiera el propio autor tuvo la capacidad de
enseñar, luchar y continuar con la producción literaria en dicho
alfabeto. Todo fue solo una ilusión. Sin embargo hubo el hecho y
éste debe ser reconocido por la historia, por lo menos Mena ha
hecho eso lo que otros no harían nada por su idioma materno que
se muere.
El principal argumento que esgrime Mena es la siguiente:
“Porque, seamos francos, ¿Quién, en Bolivia, que se precie de cultura
hispánica, va a tratar de ―imitar a un indio‖, de ―pronunciar a lo indio‖, con todos los matices de voz, de entonación, con los giros del lenguaje, las interjecciones, los gestos? Pocos, desoladoramente pocos. Y, sin embargo, desde el punto de vista lingüístico y psicológico son elementos esenciales, irrenunciables. Ellos constituyen el núcleo, el hueso, el alma de la lengua. Miremos la situación desde otro punto de vista. ¿Sabe usted como pronunciaría el alfabeto latino un indio de 24 quilates, un inca, u digno hijo de Pacakutij (Pachacutec)? Mas o menos así: A (como la A española, quizá un poco más abierta) UE (diptongo de U mas E atona, más
exactamente como la ъ del búlgaro), CI (con una S fina, como la S del francés), DI
(D muy blanda, casi Y, como la De del eslovaco), E (E abierta), IPHI (I inicial
dura, como la ы del ruso, mas la PF del alemán), JI (J palatal). ATCHI (con la C
del checo), I, JUTA (con la U muy posterior, no redondeada, o muy poco) KA, ILI (I inicial siempre dura), ILLI, IMI, INI, IÑI, O, PI, KU, IRI, (con una R de
74
muy leve vibración, como la R del japonés), ISI, TI, U, UE, JOPHLI UE (la B se
ha ensordecido), IKIS, YI, CITA.” (Op. cit)
75
Obviamente la lengua o el idioma no solo son palabras, frases y
oraciones, dentro de ella existen otros componentes secundarios
como ciertas entonaciones, mímicas y hasta gestos. Por el camino de
“tal como hablamos debemos escribir” no vamos a llegar a ninguna
parte. No se debe confundir con el lenguaje fonético (oral) y
fonémico o fonológico (escritura). Hay que saber sintetizar y hacer
sistemática la escritura que meterse a un túnel sin salida.
Hay una forma de matar la lengua, es complicando, mutilando,
haciéndola y hasta imposible de aprender a escribir una lengua.
5. LA ESCRITURA LATINA DEL AYMARA
A. La importancia del sistema latino
Hay más de 4000 lenguas en el mundo y sólo una decena y más
de sistemas de escrituras, se optó por el sistema latino, primero fue
porque es con la cultura latina que tuvimos contacto con la cultura
occidental. Como efecto de la colonización y la era de la
Independencia, a estas alturas, es conocido el sistema latino y es
fácil su reproducción escribiendo, hasta cierto punto, por la
alfabetización en las escuelas y no es coherente inventarse una más
por solo contrariar a dicho sistema de escritura por varias razones.
La tecnología actual es universal, quiero decir computadoras y
otras en muchos casos son fáciles de manejar en el sistema latino.
Nadie está prohibiendo o siquiera insinuando de que no se escriba
en esos mecanismos de escritura. No solo por el resentimiento
76
contra el proceso colonial, en el que algunos o muchos han sufrido
y han sugerido, para contrariar otras formas de escritura vamos a
sacrificar a ultranza la escasa tradición de escritura y lectura
adquiridas, en el último medio siglo. Adoptar una propuesta muy
arcaica, anticuada y complicada para el momento histórico en que
se está viviendo, es embrollarse en más dificultades.
El pueblo aymara como muchos pueblos indígenas de las
Américas, ha sido colonizado por gente que supo escribir en la
escritura latina. Este hecho, con el proceso y el transcurso de los
años de cambios, se ha impuesto enseñando, a través de su sistema
escolar, a leer y escribir en ese sistema de escritura. De esa tradición
de escritura proviene el hecho de aprender a leer y escribir en
símbolos latinos, porque la misma lengua española se escribe en ese
sistema y en las lenguas indígenas no es difícil escribir en el sistema
latino. Todos los mecanismos de escritura se han dado a favor de
dicha escritura en las lenguas indígenas, porque de lo contrario en
otros sistemas de escritura sería prácticamente casi imposible.
Hay cosas que no se deben hurgar rápidamente buscando
descolonizarse por descolonizarse. Hay cosas que no son
reversibles y una de ellas es la escritura. Insisto la existencia en el
mundo de más de cuatro mil lenguas y solo una decena de sistema
de escrituras más conocidos nos lo demuestra.
Inventar y proponer un nuevo sistema de escritura, así sea
genuino para los propios indígenas como quipus, logográfico,
ideográfico u otros, por más que sea deseable, no es factible y ni es
77
práctico en esta era de desarrollo informático y cibernético. Primero
por el avance tecnológico, segundo por la dificultad de aprender un
nuevo sistema, si apenas se escribe en el sistema latino. Tercero sino
se tiene siquiera tradición de lectura y menos escritura, aún en el
sistema más extendido del mundo, no se podrá escribir nunca en un
nuevo sistema y cuarto porque no hay profesores que enseñen en
esos sistemas extraños, cuando ni los inventores y los reinventores
de sistemas antiguos de escritura andina, no las escriben ni han
hecho aprender ni a su mujer e hijos a leer en esos sistemas de
escrituras que proponen, porque no son creíbles.
Ya se ha visto la historia de la escritura.
Para concluir, reitero, las razones para optar la escritura latina
son: a) Porque los que conocemos los mecanismos de escritura
latina ya hemos escrito siquiera algo en ella b) Porque el sistema de
escritura latina es una de las más extendidas en el mundo c) Porque
las escuelas y las computadoras usan símbolos latinos y d) Porque
toda la comunicación social está escrito en símbolos latinos.
Todos estamos rodeados de símbolos latinos (productos,
enlatados, carros, máquinas, señalizaciones de transito, etc.).
Prácticamente toda documentación está en la escritura latina
(certificados, documentos de propiedad, transacciones, etc.). En la
educación, mal o bien, es en castellano (porque los aymaras y
quechuas pidieron aprender ese idioma), se aprende a leer y
escribir en sistema latino. Y finalmente la tecnología (quiero decir
computadoras) están en sistema latino. Algunas cosas, por más
78
colonialista que parezcan, se deben mantener y adoptar a nuestra
manera de ser, no es cuestión de rechazarlas. Hay que saber
armonizar dos tecnologías, la andina y la ajena, todo extremo, todo
purismo es la muerte de una cultura. Adoptar, renovarse es vivir.
B. Las razones de la escritura latina
Aunque para los varones no todo se puede hacer a la vez. Para
la mujer aymara se puede hacer algunas cosas a la vez. Por
prudencia no se debe expulsar todo la vez, solo por descolonizarse,
sino es un proceso, algunas cosas son irreversibles. Uno de estas
cosas irreversibles es el sistema de escritura ya adquirida.
Para nadie es desconocido que los españoles al colonizarnos
nos trajeron varias cosas. Entre ellos animales, la vaca y la oveja son
las más conocidas. Cuando uno cree que baila una danza
genuinamente andina la waka waka, diríamos que baila una danza
mestiza. Pues la vaca ha sido traída por los españoles. Otro tanto
sucede con la oveja. Cuando uno luce ropa de bayeta (hilada y
tejida de lana de oveja) y cree que es indígena y genuinamente
aymara frente al que usa pantalón de algodón, se engañan. Al
contrario el algodón es propio de América y fue conocido en lengua
aymara como qhiya. La bayeta de oveja, se puede decir que es
procedente de Europa, la oveja fue introducida por los españoles en
el siglo XVI a América. Una cosa es, que nos hemos apropiado
pronto de estos animales por razones económicas y creemos y los
consideramos como algo propio de los indígenas.
79
La tecnología y el mecanismo de escritura fue traída por los
españoles. Aunque no tuvieron un sistema de escritura
propiamente de ellos, sino los romanos les dotaron y con el proceso
histórico adquirieron el dominio del sistema latino. Los españoles
se apropiaron de la escritura latina, lo mismo que nosotros de la
vaca y la oveja. Creyeron que tuvieron un sistema de escritura
propio, cuando en realidad lo que pasó fue apropiarse de un
sistema ajeno y adecuarlo a la idiosincrasia de su idioma.
En principio, en las tierras sojuzgadas de América, era
prohibido enseñar a leer y escribir a los indígenas americanos, lo
mismo que vender caballos y armas españolas. Tuvieron sus
razones coloniales. Pero al presente, en los nuevos tiempos, las
cosas han cambiado diametralmente. Lo prohibido es lo que antes, a
como dé lugar, se aprende con facilidad. Nuestros abuelos
aprendieron, unas veces, valiéndose de la propia Iglesia Católica,
del rango de cacicazgo y en otras clandestinamente. Mucho más en
la Guerra de la Independencia y más aún en la era republicana y
para la segunda etapa del republicanismo (1955). Primero en la era
de escuelas indígenas y las escuelas rurales el aprendizaje del
castellano y su escritura se habían masificado para los indígenas
aymara, quechuas y otros; sobre todo se dio un desmesurado
prestigio a la cultura dominante.
A estas alturas no hay vuelta que dar. El sistema de escritura
latina ha quedado como el aceite en la piedra, impregnada, no
habrá poder que la haga cambiar, esto no es descolonizable lo
mismo que la vaca y la oveja.
80
Sobre este tema, reitero a propósito, para que quede bien claro
al respecto.
—La más común de las escrituras en todo el mundo es el uso de
los símbolos latinos.
—Por tecnología, máquinas de escribir, etc. incluso idiomas con
otras formas de escritura, hoy están intentando escribir con los
símbolos latinos tal el caso chino y el japonés (Ren Chao). Por eso,
hoy, en el mundo andino se ha adaptado para la escritura de las
lenguas indígenas la simbología latina.
—Sobre todo para alcanzar y apropiarse del avance de la
tecnología universal.
—Por la enseñanza de lectura y escritura en esos símbolos<
—A estas alturas, de cualquier modo, ya es fácil lo conocido o
recientemente aprendido, es decir el sistema latino y la escritura del
castellano. Esta latinización coadyuva directamente a la moderna
escritura del aymara.
C. Los precursores de la escritura latina
Los precursores de la escritura aymara y quechua son los
religiosos coloniales. Llegaron al Imperio Inca junto a los
81
conquistadores españoles en 1533. Domingo de Santo Tomás fue
uno de los primeros autores de la gramática y vocabulario quechua.
Llegó al Perú en 1538 y para 1560 ya tenía publicados dos de sus
libros en Valladolid “Grammatica o Arte de la lengua general de los
Indios de los Reynos del Peru Nueuamente compuefta por el
Meftro fray Domingo de S. Thomas.” Y “Lexicon, o/Vocabulario de
la lengua general/del Perv”, también publicado en Valladolid y en
el mismo año.
Luego, Ludovico Bertonio, otro de los primeros grandes autores
de gramática y vocabulario aymaras, arribó al Perú en 1581. Para
1603 y 1612 publicó varios libros. Hizo lo mismo Diego González
Holguín. Publicó sus obras en 1586 un vocabulario del quechua y
Diego de Torres Rubio (Arte Breve 1616) entre los que publicaron
libros sobre las lenguas andinas. A todos ellos se los califica como
los clásicos del aymara y quechua.
Los sacerdotes de la línea de los progresistas empezaron a
aprender, estudiar y escribir en y sobre las lenguas andinas,
motivados por el fracaso sufrido en la evangelización en lengua
latina y castellana. Para este efecto escribieron obras como
gramáticas, vocabularios y catecismos evangélicos en dichas
lenguas. Esto con el fin de que los religiosos recién llegados puedan
aprender y evangelizar con facilidades a la población sometida. No
era para enseñar a leer y escribir en lengua aymara y quechua a los
propios indios, eso –entonces– estaba prohibido. Es decir los
mecanismos de la escritura estaban prohibidos a los indígenas, lo
mismo que tener y montar a caballo y obvio usar armas.
82
El objetivo de sus obras fue la evangelización, es decir usar
como medio los idiomas andinos para sus objetivos. Dichos
instrumentos coloniales, evangélicos y lingüísticos no fueron
escritos para los indígenas, sino para los propios religiosos
españoles. Era aprender las lenguas indígenas para que luego
prediquen con facilidad, para hacer entender a los indios “las
buenas nuevas” de Cristo. Así nos indican los propios religiosos
coloniales, reiteradamente, en las páginas de presentación de sus
libros.
Reitero, en la Colonia no pensaron en ensenar a leer y escribir a
los indígenas, ni siquiera en sus lenguas maternas, menos en el
castellano. Con excepción de los hijos de los caciques, después de
ser evangelizados y ennoblecidos por España, podían aprender a
hablar y escribir la lengua castellana. Por esa excepción Juan de
Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salca Mayagua en 1613 y Felipe
Guarnan Poma de Ayala en 1611 (1587-1613) aprendieron a leer y
escribir. Por eso se ve en la redacción de algunos pasajes en aymara
y quechua, no son sistemáticos como la redacción en Ludovico
Bertonio por ejemplo. En los escritos coloniales de algunos
escritores indios no hay sistematicidad en la escritura en la
representación fonológica ni de escritura. Muchas veces hay que
adivinar si un símbolo corresponde a un determinado fonema u
otro. Prueba clara de que no se encontraba la escritura de las
lenguas indígenas en las parroquias.
83
Además no existen textos para enseñar de las fases iniciales de
lectura y escritura en las lenguas andinas para los indígenas en toda
la época colonial, tampoco existen textos para enseñar el castellano
a los indígenas. En cambio abundan los catecismos, sermonarios y
otros instrumentos evangélicos para catequizar a la población
recién conquistada.
Para tales propósitos conformaron un alfabeto más próximo al
castellano para las lenguas andinas. Fueron los religiosos coloniales
quienes implantaron el uso del sistema latino de escritura en las
lenguas indígenas. Los religiosos no tuvieron problemas de
escritura en toda la Colonia. Es decir no hubo peleas internas sobre
alfabetos entre ellos, por lo menos eso no se ve en los documentos
coloniales. Así que, por otro lado, aquellos escritos, cual sea su
origen, hoy nos sirven para estudiar y fortalecer nuestras lenguas
maternas. La implantación del sistema latino fue todo un proceso
hasta que nosotros los indígenas ya escribamos en él.
D. La naturaleza de la escritura latina
—Escritura latina de las lenguas indígenas. Todo ello con el fin
de sistematizar la escritura en las lenguas andinas utilizando la
simbología latina para conservar y desarrollar aceleradamente las
culturas andinas.
—La escritura fonética
84
[Janiw eqeqo uñjañ munapktti]
Esta escritura, la fonética, directamente sería la transcripción de
lo dicho.
—La escritura fonémica
La escritura fonémica trata de la presentación formal escrita de
la lengua en forma sistem{tica<
/Janiwa iqiqu uñjaña munapxkthti/
—Intentos de la escritura al modo andino y latino
Como siempre en todo hay dos corrientes de opinión. Los
conservadores y los liberales. Los primeros, con la escritura fonética
[] optan por la innovación, la forma moderna o castellanizada y los
segundos, es decir la escritura fonémica // mantiene la forma
antigua y leal de la tradición idiomática aymara.
85
–n
–m
Fonema diversas escrituras
k k, c (delante a, o, u), qu (delante i, e)
b b, v
g g (delante a, o, u) gu (delante i, e)
j j, g
s s, z, c (delante i, e)
w hu, v
y y. i
k+s x, cs, cc
86
E. La escritura aymara en la República y en la actualidad
Hay cosas que son irreversibles o son muy difíciles de
retroceder en el tiempo-espacio. Una de ellas es la escritura que en
nuestro caso, es la escritura latina en toda Indoamérica y hasta en el
mundo. Una vez que los españoles llegaron a América de ellos
aprendimos el catolicismo y clandestinamente el idioma y en
especial la escritura. Ellos habían aprendido de los romanos y
después de varios siglos de sometimiento que les infringieron los
moros, hasta tuvieron la numeración arábiga para su idioma.
Con el advenimiento de la era republicana y con los nuevos
tiempos aquello que fue prohibido ya era lícito y se difundía para
todos. El castellano no solo se enseñaba en la Colonia, con el
transcurrir del tiempo se castellanizaba, esto es enseñar el castellano
a la fuerza y a expensas de las lenguas indígenas, nativas o
maternas de los indígenas. Por este hecho, es obvio, que su escritura
también se difundieron. Ahora para todos los indígenas son
conocidos el alfabeto o letras del alfabeto castellano y muchos saben
leer mal o bien. Por lo tanto el sistema latino ya no es ajena a la
escritura de las lenguas indígenas. Es más, se asocia fácilmente de
cómo puede ser escrito el aymara o quechua con los mismos
símbolos de la escritura del alfabeto castellano. Eso ha pasado con
Waman Puma de Ayala o con Vicente Pazos Kanki en el pasado y
hoy con muchos de nosotros, se puede escribir el aymara o quechua
en símbolos latinos, claro que no sistemática, pero muchos perciben
cómo escribir.
87
Aquí cabe aclarar lo que es el proceso de la escritura en lenguas
indígenas y tener en cuenta que la población ya no es pasiva. Es
decir, ya son protagonistas tanto en la elaboración e implantación
de la escritura de dichas lenguas. Existen varios líderes que van
trabajando en la escritura de las lenguas indígenas, maestros y
líderes de base. Algunos muy versados, otros recién iniciados.
Hasta cierta época continuaba una especie de paternalismo
religioso y de algunos simpatizantes con dichas lenguas, referente
al tema del proceso de la escritura de los idiomas indígenas. Hoy
pocos escriben canciones e himnos religiosos, hasta los objetivos ya
son mayores, incluso después de empezar la tradición de la lectura.
No solo ir por una producción de literatura aymara con erudición
sino lograr un clásico de la literatura aymara.
Primero se delimitan los campos de acción en el que se han
movido muchos para el proceso mencionado. Enseguida se puede
mencionar lo siguiente: a) Alfabeto, b) textos de escritura y lectura
(alfabetización), c) gramáticas, diccionarios y manuales de
ortografía, d) producción literaria en sus diversos géneros y e)
investigaciones especializadas en lengua castellana sobre el tema.
Por ejemplo hoy existen más que antes varios diccionarios bilingües
en lenguas indígenas escritos por los propios hablantes.
Aquí se verá en especial el inciso b), el resto se verá más
adelante o en otra ocasión. En cambio del resto lo describimos luego
y en forma abreviada.
88
En su generalidad, en torno a los primeros cien años de la era
republicana, la escritura aymara fue haciéndose un problema y por
supuesto despertó un inusitado interés. Primero para continuar
evangelizando y segundo para mejorar el antiguo sistema de
escritura de las lenguas andinas, en especial aymara y quechua. En
esta etapa van proliferando una serie de alfabetos. Lo contrario
pasaba con los textos de alfabetización, que no pasaban de uno o
dos. Pero hasta hoy no han terminado los problemas de escritura en
este proceso de recuperación de las lenguas indígenas, y nos invita
a continuar trabajando por nuestro pueblo que es luchar por el
bilingüismo y la diversidad.
F. Los alfabetos aymaras modernos
La introducción de la escritura con simbología latina, reitero, se
inicia después de la llegada de los españoles a América. Más que a
cualquier otro sector de poder en aquella época, fue a los religiosos
a quienes les tocó el papel de introducir la forma escrita moderna
en lenguas nativas. Lo hicieron en latín y castellano, naturalmente,
con el fin de facilitarse la tarea de la "evangelización".
Por la desigualdad en la fonología de las lenguas andinas y
europeas, los religiosos del Siglo XVI tuvieron bastantes problemas
en aprender las nuevas lenguas, en ordenar sistemáticamente la
escritura en lenguas nativas y, en especial, en adaptar la simbología
latina a la fonología aymara. En los primeros alfabetos se observa
una serie de dudas y confusiones de fonemas para asignar un
símbolo para escribir cada fonema. Aún así, se hizo una serie de
89
trabajos en lengua aymara. Lo que actualmente nos ofrecen es una
fuente inagotable de investigación en diversos campos del
pensamiento andino.
Entre los pocos religiosos que escribían en aquella época
sobresale la figura de Ludovico Bertonio, seguido de cerca por
Diego de Torres Rubio. Aunque, entonces, muchos religiosos ya
hablaban la lengua aymara, no consiguieron escribirla. En el
supuesto caso de que lo hubiesen logrado, sus textos se perdieron
con el tiempo, como pasó con varios de los manuscritos del padre
Barzana.
En los primeros años de la República, en su generalidad,
muchos creían que las lenguas andinas sólo podían servir para la
evangelización y no para describir la ciencia y la literatura. Hasta
las calificaron, paradójicamente como simples dialectos, como si
fuese un sub-lengua o unos infra-idiomas. Cuando, irónicamente,
todos los idiomas del mundo tienen dialectos, sobre todo, el idioma
castellano es una sarta de dialectos en el mundo.
Los alfabetos creados para la escritura de las lenguas indígenas
en la Colonia fueron modificados poco a poco. Los iniciadores de la
innovación fueron Carlos Felipe Beltrán, Isaac Escoban y otros. Con
la celebración del Primer Congreso Internacional de Americanistas,
en 1875, en Francia, se produce un inusitado interés y preocupación
por estudiar las lenguas nativas de América. Y los que empezaron
dichos estudios –especialmente en lo fonológico– fueron los propios
miembros de la Sociedad de Americanistas. Este hecho –repito–
90
causó preocupación entre los criollos del Perú y de Bolivia,
concretamente con respecto a la lengua aymara. Algunos, como
Belisario Díaz Romero, Rosendo Gutiérrez y Carlos Bravo,
creyéndose superiores o mejores conocedores de la dicha lengua,
ensayaron propuestas de alfabetos para escribir la lengua aymara,
pero les falto el toque final, la sistematización.
Con el transcurso del tiempo se ha acumulado, como
propuestas, una serie de alfabetos para el idioma aymara. Ofertas
que con el tiempo se fueron imponiendo conforme a las políticas
culturales, algunos, con objetivos científicos, otros, con propósitos
políticos de asimilación y los más con fines religiosos.
Posteriormente se produjo una especie de "guerra de alfabetos", por
las posiciones intransigentes adoptadas entre ellos. De todos los
alfabetos elaborados, tres se destacan hasta el año de 1983.
El primero, adoptado por religiosos católicos y protestantes en
los años sesenta, codificó un alfabeto bilingüe para facilitar la
castellanización. Los iniciadores fueron los católicos luego los que
lo sistematizaron fueron los protestantes, en especial los del
Instituto Lingüísticos efe Verano (ILV). Los católicos y los
protestantes, juntos, después de traducir publican el Nuevo
Testamento en aymara. Después de unos años, en 1968, se aprobó
un alfabeto durante el gobierno del Gral. Barrientos, bajo el D.S. N°
08483 del 18 de Septiembre de 1968. Dice el Decreto que se trata del
"más aconsejable medio de tránsito al castellano, aunque,
paradójicamente, dicho Decreto no derogaba el anterior alfabeto y
los dos funcionaban sin que importe a nadie. Los símbolos
91
designados llevan la misma complejidad del latín y del castellano,
por lo que fue rechazado por otros sectores.
El segundo es producto de los 10 primeros Congresos de
Americanistas, alfabeto que fue propuesto por Alejandro L. Dun y
otros, en 1894. Para aquel tiempo es, sin duda, el mejor estructurado
en cuanto a las consonantes. Aun hoy están vigentes los símbolos
designados. Con ligeras variantes fue re-aprobado por otros
Congresos, como por ejemplo por el III Congreso Indigenista
Interamericano (La Paz, 1954), después de haber sido revisado por
el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL). Este alfabeto,
originalmente, fue hecho para realizar estudios científicos, para
escribir las palabras aymaras y quechuas, y realizar estudios de
prehistoria americana y, luego, para facilitar el aprendizaje del
aymara a los que no sabían hablar esta lengua. Ha sido reconocido
también por Decreto Ley No. 03820 del 1 de septiembre de 1954,
por el gobierno de Paz Estenssoro.
Y, finalmente, el tercero es producto de la educación indígena.
Los que proponen este alfabeto son aymaras ya instruidos por la
escuela indígena. Es como una protesta a la imposición
extralingüística, protagonizada por los protestantes. Aparece este
alfabeto indígena el mismo año 1968 en que se oficializa el alfabeto
de la "castellanización". Juan de Dios Yapita propone el alfabeto
fonémico aymara y plantea escribir dicha lengua tal como se
escriben otras lenguas; con un sistema de signos convencionales a
su idiosincrasia y conforme a su fonología.
92
El alfabeto fonémico aymara es, sin duda, el que mejor y
definitivamente refleja la fonología de esta lengua, tanto en
consonantes como en vocales. El principal objetivo fue la
revitalización de esta lengua andina. Como no podría ser de otra
manera, es a partir de este alfabeto que los indígenas que hablan
dicha lengua empezaron a escribir sobre su cultura. De esta manera
se enfrentaron con dos de sus fuertes adversarios –la alianza
católico-protestante–, en una especie de lucha por el alfabeto, pero
en el fondo no fue más que luchar por "ser aymaras". Obviamente,
en los católicos había disidentes que favorecería a la corriente
indigenista de 1983.
G. La unificación de alfabetos aymaras
Con el advenimiento del gobierno de Hernán Siles Suazo y a
iniciativa de los políticos de entonces, se ha levantado la bandera de
la "alfabetización" y se crea el Servicio Nacional de Alfabetización y
Educación Popular (SENALEP). Este organismo estatal se propone,
de acuerdo con las exigencias de los diversos sectores del pueblo,
enseñar a leer y escribir en lenguas indígenas. Pero entonces se ve
presionado por los tres sectores sustentadores de sus alfabetos.
Cada uno de ellos insiste en que se adopte el suyo. El SENALEP no
sabe a quiénes o a quién dar crédito y por ello organiza un Primer
Seminario Internacional sobre Educación Intercultural y Bilingüe
que se realizó del 8 al 12 de 1983, en la ciudad de Cochabamba.
En la discusión sobre el alfabeto estuvieron presentes los tres
grupos interesados, a saber: la Comisión de Alfabetización y
93
Literatura en Aymara-Instituto Lingüístico de Verano (CALA)
dependiente del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), el Instituto
Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) y el Instituto de Lengua y
Cultura Aymara (ILCA). Fuera de ellos estuvieron también
presentes instituciones estatales, organizaciones de base como la
Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación
Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia (CONMERB) y
otras organizaciones de base. Además estaban los representantes de
las universidades, instituciones de educación y cultura popular,
instituciones religiosas, organismos e instituciones internacionales y
otros.
En esa ocasión, después de deponer toda actitud propia que
pueda atentar contra las lenguas aymara y quechua, y en aras de la
unidad, se adoptó, por unanimidad y con la aprobación de los
propios sectores en pugna, un alfabeto único para el aymara y otro
para el quechua. Se hizo todo lo posible para que el nuevo alfabeto
incorporase posiciones de uno u otro sector, Unos perdían la
complejidad de signos del castellano en el alfabeto aymara y
quechua (c/q y c/q'); otro perdía el doble apóstrofe (") para las
aspiradas; alguno que otro las vocales abiertas, y así fue un triunfo
el acuerdo de la "unificación", en gran medida dirigida por Xavier
Albó y con ello concluyó la "guerra de alfabetos".
En los siguientes meses se oficializó un alfabeto único del
aymara y otro del quechua, bajo el D.S. No. 20227 de 9 de mayo de
1984, por el gobierno de Hernán Siles Suazo. El Decreto Supremo
94
dispone que; "toda obra científica, literaria, así como pedagógica y,
en general, todo uso escrito de los dos idiomas andinos debe
utilizar el alfabeto único [...]". Después se abrogaron todas las
disposiciones contrarias al nuevo Decreto.
Este hecho, sin duda, es un hito histórico para las lenguas
aymara y quechua. Hoy, los sustentadores de los tres alfabetos
diferentes de dichas dos lenguas andinas tienen un criterio
unificado, aunque algunos intransigentemente todavía insisten en
sus divergencias, pero ya sin conseguir credibilidad por parte de la
población aymara. Lo más triste es que, pese a que hasta los
empíricos entienden el tratamiento del problema fonológico y
fonético, es decir el uso de tres vocales de dichas dos lenguas
indígenas y la normalización lingüística de una lengua, los
académicos con doble licenciatura y doble doctorado no entienden
y no lo harán mientras no se despojen de su simulación y vicios
académicos. Mientras para otros (lingüistas y antropólogos)
“escribir el aymara y quechua con cinco vocales es un descrédito
para un académico” (nos dijo Lucy Briggs).
H. Surgen nuevos problemas menores
Después de una década surgen otros problemas sin
importancia, pero que magnificaron como el de, si se escribe con
vocal al final en la palabra o frase. Algunos universitarios, por
discriminar a los lingüistas empíricos, decidieron caprichosamente
escribir “así como hablamos”, confundiendo transcripción con
escritura normalizada de una lengua. La lengua aymara se escribe
95
con vocal final en palabras, frases y oraciones. Con mucha más
rigurosidad si existe una coma, punto y coma y punto. Lo
paradójico es que, teniendo maestrías y doctorados, confunden
transcripción con la presentación formal y escrita de la lengua
aymara.
Existe una especie de desconocimiento de la realidad oral y
escrita de una lengua. Unos no han salido del nivel de transcripción
de la oralidad. Puesto que, dicen: “el aymara debemos escribir así
como hablamos”. Su fundamento científico, especialmente
lingüístico y antropológico, les impide salir más allá de la simple
transcripción. Su fundamento es que no se debe modificar en
absoluto ningún rasgo de la expresión oral. Según ellos, reitero esto
les coarta ir más allá, de la simple transcripción. Es su dogma, bajo
ninguna circunstancia se debe modificar la emisión oral para
criterios de investigación científica. Por eso se quedan en la mera
transcripción de la forma oral de una expresión. No escriben para
desarrollar la lengua, sino para reflejar fielmente una expresión, eso
es transcripción. Por tanto fotografían la lengua o mejor desecan la
expresión oral para el análisis lingüístico, para estudiarlo.
Confunden el análisis lingüístico con la producción literaria.
Para nosotros, la lengua es un instrumento de comunicación
muy dinámica como la sociedad que lo habla. Por tanto, si hacemos
también transcripción, vamos más allá de ello, proyectamos una
forma escrita estandarizada y sistemática para desarrollar la lengua
indígena. La expresión es espontánea, el subconsciente no puede
controlar ciertos lapsus al hablar, por eso una expresión oral tiene
96
tantos errores y muchas veces cuando no se tiene dominio de una
lengua no hay modo de controlarlo y se escapan algunos errores y
sólo se puede pedir perdón y disculpas. En cambio la forma escrita
es posible controlar y consultar para evitar errores. Hasta existen
borradores para remediarlo, para no estar pidiendo disculpas. Si se
quiere, la escritura es la presentación formal de una lengua. La
escritura es la transcripción de la expresión oral, esta es la materia
prima de la escritura, de ahí proviene la presentación sistemática,
estandarizada y formal de la lengua.
¿Hay desinteligencias o caprichos? Más que desinteligencias,
creo que hay caprichos. Porque la pelea no es de fondo sino de
forma. Sea con vocal final o sin ella el significado es exactamente
igual. Dos más tres es igual a cinco, pero tres más dos también es
cinco, solo es de forma, el problema no es de fondo. Para nadie es
desconocido que el orden de los factores no altera el producto. Pero,
el aymara antiguamente, cuando no tenía influencia del castellano,
siempre llevaba la vocal final. Es más, los ancianos de antes, que no
tenían influencia con las radioemisoras (con programas aymaras
citadinas), hablan el aymara con vocal completa y muy lentamente,
porque tiene vocales finales y eso de hablar calmado era su cortesía.
Por eso aferrarse a la postura de elisión de la vocal final de las
palabras aymaras, además atentar el trato aymara, sólo es un
capricho e ir contra la integridad de la lengua aymara.
Primero. Pareciera que no quieren entender la escritura fonética
y la fonémica o fonológica.
97
Segundo. No entienden transcripción (“así como hablamos”)
con escritura sistemática normalizada. Proclaman que la lengua
aymara se debe escribir como una variante de aymara
castellanizado. Entonces, si es así ¿cómo justificamos las tres vocales
del aymara? Pues ellos mismos escriben el aymara con las vocales
/i/, /a/ y /u/, pero fonéticamente existen las vocales abiertas [e] y [o]
y más vocales abiertas en el aymara ([I], [E], [A], [O] y [U]). Las
lenguas jamás se escriben así como hablamos. Es decir, reitero,
confunden la transcripción con la presentación formal de la lengua.
(La transcripción entendida en este caso como escribir lo que
alguien está hablando, tal como es. Si tose hay que escribirlo).
Tercero. En todas las lenguas del mundo, muchas veces, se
escribe de una forma y se lee de otra manera, ejemplos abundan:
Michelle se dice [Maykol] Rousseau [Rusó] (<) Así que el aymara
no se escribe así como hablamos.
Cuarto. Se escribe en aymara: Nayaxa kullawa thuqhuña muntha.
Proponen que se debe escribir: Nayax kullaw thuqhuñ muntha. El
significado es exactamente el mismo. No saben por qué luchan.
Ellos luchan más por la forma que por el fondo.
Quinto. El aymara ha sufrido cierta influencia del castellano en
el proceso colonial. En ese penoso camino de “castellanización” y
acriollización de la lengua aymara. Por tanto con una oración con
vocal completa se pretende rescatar la característica pausada del
aymara. Eso fue una forma ceremonial del aymara. Los ancianos y
ancianas hablan despacio y con vocal completa. A partir de la
Revolución del 52 el aymara se ha castellanizado. Hasta esa forma
pausada se ha perdido por imitar al castellano, un idioma hablado
casi de corrido que tiene el español. A eso colabora la elisión de
98
vocal final. Eso es ir contra la naturaleza e integridad del idioma
aymara. Como prueba, si se toma un diccionario aymara y se busca
la terminación de las palabras, jamás se encuentra ni una palabra
que termine en consonante. Por tanto, podemos deducir que la
imposición a ultranza de la supresión final de la vocal en la
escritura aymara obedece simplemente a la castellanización del
aymara, a los caprichos personales incubados y generados por
actitudes discriminatorias de los empíricos. Si el significado con
vocal final o sin ella es el mismo, entonces no hay problema, es
decir, si es que lo hay, reitero, no es de fondo sino de forma, por eso
es solo un capricho.
I. Algunos objetivos lingüísticos
En todo esto cuando el Estado sostuvo una política lingüística
diferente, el pueblo resistía, y lo consideraba como a una
enfermedad pasajera. Mientras tanto unos no hacían nada nosotros
hicimos los siguientes instrumentos:
1. Los instrumentos lingüísticos del Aymara, (elaboración de
ortografía, gramáticas y diccionarios); en su primera fase, falta una
segunda y sobre todo mayor difusión.
2. Bases legales: jamás se ha esperado aquello, es más muchas
de ellas ni siquiera se sabía de su existencia. Si bien ellas son
necesarias como respaldo, sin embargo caen en lirismos; creemos
que son más urgentes las acciones en la práctica.
99
3. Difusión de la lengua Aymara. Por eso hemos fundado y
mantenidos dos periódicos indígenas desde 1982 a 2004 (me refiero
al Jayma y Kimsa Pacha).
Desde hace varias décadas las organizaciones sociales han
exigido al Estado, a través de resoluciones y recomendaciones, una
educación bilingüe y la oficialización de las lenguas indígenas
Aymara y Quechua. En la actualidad, el Gobierno está
distribuyendo computadoras en las escuelas y colegios. Si bien esto
ayudará mucho en la enseñanza aprendizaje de nuevas tecnologías
de enseñanza, será mejor aún cuando se recupere de manos
privadas el WAI VAI, un instrumento satelital o canal gratuito de
servicio social, porque sin él, esas computadoras sin ése canal de
servicio a la humanidad no servirán de mucho por el costo enorme
del Internet en las áreas rurales. Es necesario que las nuevas
tecnologías se integren como nuevas metodologías de enseñanza de
lenguas y ciencias en las escuelas y colegios, además de que
servirán para la capacitación de escritores en lenguas indígenas.
Algunos objetivos:
*Recuperar, desarrollar y difundir la lengua Aymara a través de
medios de comunicación como periódicos, televisión, la radio y
otros medios masivos.
*Incentivar la producción literaria normalizada en lengua
Aymara para coadyuvar el proceso de creación intelectual.
100
*Rescatar del olvido y del silencio los trabajos académicos, tanto
lingüísticos y antropológicos, más aproximados a la interpretación
del pensamiento Aymara.
*Contribuir en las campañas de alfabetización en lengua
Aymara.
*Rescatar e incluir en los seminarios sobre estrategias de
relanzamiento económico en las poblaciones de habla aymara, para
asegurar la recuperación y desarrollo lingüístico cultural del mismo
pueblo.
*Rescatar y difundir los paradigmas del pensamiento Aymara y
las nuevas concepciones de vida.
*Sobre todo en las carreras de lingüística de las universidades,
crear una materia de formación de escritores en lenguas indígenas a
partir de un estudio intensivo de la cultura aymara y quechua.
Y sabemos que varios organismos internaciones, en especial de
las NNUU se han pronunciado desde 1953 al presente, pero vuelvo
a reiterar y volveré a insistir, han sido gotas de agua sobre la arena
candente, porque no van acompañadas de un soporte económico
respetable. Son como las leyes españoles del siglo XVI, “se acatan
pero no se cumplen”.
101
III
LOS INSTRUMENTOS LINGÜÍSTICOS
INTRODUCCIÓN
En este capítulo mostramos un panorama exhaustivo y
detallado de los principales textos aymaras en forma breve, es decir
sobre los instrumentos lingüísticos del idioma aymara.
Las características tipológicas de la lengua castellana y aymara
son totalmente opuestas. La primera es una lengua flexiva y hasta
cierto punto aislante y la segunda, pertenece al grupo de las
lenguas aglutinantes. Asimismo la primera reconoce tres personas
gramaticales y la segunda cuatro, la una tiene género gramatical y
la otra no. Pero, quizá lo más diametralmente diferente sea la forma
en la que el aymara y el castellano hablante entienden y estructuran
la realidad. Los puntos de partida son otros, la ideología otra, el
entendimiento del mundo y de las cosas otro. Por éstas y otras
características lingüísticas, no es fácil hacer una gramática y un
diccionario bilingüe, especialmente, cuando la lengua de entrada es
102
el castellano. Pese a todo, a través de este libro intentamos
aproximarnos a esta realidad.
Descolonizar una lengua es muy complicado porque todos los
instrumentos lingüísticos, obviamente, han sido enfocados desde la
perspectiva cultural europea. Todas las gramáticas por la fuerte
occidentalización desde las escuelas han sido colonizadoras.
Siempre se pretende hacer los instrumentos lingüísticos desde la
perspectiva de la lengua de mayor prestigio. El redescubrimiento y
comprensión de la epistemología aymara recién está en gestación.
Estudiando esos tres componentes hay que revisar nuestra
producción sobre los instrumentos lingüísticos. Ya Franz Tamayo
decía: “Los libros, en el curso de los años y de la tentativa científica,
tienen el derecho de modificarse, cambiarse y aun transformarse.”
Si antes hemos encarado algunos instrumentos lingüísticos desde la
perspectiva mixta, es por cuestiones del advenimiento de la
interculturalidad, porque de una y otra perspectiva tenemos que
entender estas dos lenguas (castellano y aymara) opuestas
tipológicamente. Además de que uno, para emprender un trabajo,
pudo haber estado sujeto bajo contratos de trabajo.
Teniendo esas características, la lengua aymara, tiene sus
propios instrumentos lingüísticos, esto es, sus propias reglas de
normatividad como lengua y el contexto sociocultural y político que
encierra como un halo a un idioma.
103
Cuando nos referimos a instrumentos de una lengua estamos
hablando del alfabeto de un idioma, la gramática, la lexicología,
manual de ortografía y la base legal que reconoce o da ciudadanía
al idioma en el ámbito de un país.
1. LOS INSTRUMENTOS LEGALES
En 1997 se publicó la Constitución Política del Estado traducida
a la lengua aymara. Lo hizo el profesor Vitaliano Huanca y
posteriormente se tradujo también a la lengua quechua. También la
nueva Constitución Política del Estado Plurinacional (CPEP) fue
traducido al aymara.
Así mismo a pedido de la Contraloría de la República se ha
traducido la ley SAFCO. De la misma forma, se está trabajando en
las revisiones y validaciones de las leyes INRA y Participación
Popular, cuya primera versión fue mandada traducir al profesor
Huanca por la Universidad de La Cordillera.
Por otro lado, el país cuenta con la traducción en ocho lenguas
orientales de la Declaración de los Derechos Humanos. El programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) encargó a la
UCB/SECRAD y fue ejecutada de una manera admirable. En las
lenguas orientales de Bolivia. En los idiomas que fueron traducidos
son: Ayoreo, Chiquitan (Besuro), Sirionó, Tacana, Tsimane, Weenhayek y
Yucuraré. Luego agregaron acertadamente la lengua Esse Ejja.
104
Ahora si acudimos a examinar la situación jurídica de las
lenguas indígenas, en todo caso, son muy favorables, aunque no
lleguen todavía los incentivos. En los últimos tiempos desde la OIT,
Naciones Unidas, UNESCO, han difundido favorablemente la
defensa de los derechos lingüísticos, los que repercutieron en
Bolivia, desde la CPEP, la “Ley Avelino Siñani” y la Ley General de
Derechos y Políticas Lingüísticas han avanzados de acuerdo a las
expectativas esperadas. Sin embargo, éstas sin el apoyo financiero a
la identidad lingüística sería algo así como las Leyes Indias de los
españoles de la Colonia, se acatan, pero no se cumplen.
Algunos creen en el poder absoluto de la Ley. Ésta, sin la
sustentación científica, el apoyo del pueblo y apoyo económico para
su implementación, no vale nada. Por ejemplo: Las Leyes Indias de
los Reyes españoles en la Colonia, si bien se acataban, no se
cumplieron. Ninguna ley sin la voluntad, conciencia de su pueblo y
su prosperidad económica hará milagros. Al contrario, en algunas
que se pretende normar gustos y estilos hasta pueden ser
contraproducentes. Otros pueden resultar algo así como camisa de
fuerza.
El advenimiento de leyes salvadoras o protectoras de los
idiomas indígenas son como “al burro muerto cebada al rabo”. Así
que, no, porque esas leyes sean nacionales u de organismos
internacionales, las lenguas indígenas andinas y orientales están
vivas, sino por la conciencia y persistencia permanente de su
población, porque son fuertes a las discriminaciones odiosas y sobre
todo porque su pueblo ha luchado y los que creen en el idioma de
105
su pueblo trabajaron silenciosamente en una labor de hormigas, por
el restablecimiento de su lengua y cultura, aunque muchas veces
con flaquezas y dudas de sí mismos obvio en una situación colonial
y neocolonial.
La lucha por los idiomas hasta el año 2005 se ha hecho sin
ninguna ley, porque era una lucha contestataria de rebelión, era ir
contra el orden establecido. Ahora cuando abundan las leyes sobre
el uso de idiomas, es como si el Estado las hubiera arrebatado la
bandera de lucha y pelean entre ellos por los idiomas. El pueblo los
mira atónitos, esperando resultados, pero nada. No han hecho
nada, no han producido en esos idiomas nada que valga la pena y
soporte de cuantas ediciones se pueda tener de sus obras. Todo es
pasajero.
2. EL ALFABETO: INSTRUMENTO NUMERO UNO
A. El alfabeto
Todos los pueblos en la antigüedad han escrito sobre sus
dioses, historia y problemas en diversos materiales y en varias
formas; cuero, papiro, tablillas, piedras, cerámica, tejidos y
representaciones de pinturas, grabados o dibujos en las cavernas,
que se conoce con el nombre de arte rupestre. Eso también es una
forma de escribir.
Desde los dibujos hasta una escritura simbólica sistemática se
ha desarrollado en bastante tiempo. Últimamente, debido a la
106
invención del papel e imprenta, la escritura ha progresado
aceleradamente hasta jerarquizar a las lenguas en ágrafas y no
ágrafas.
Los idiomas más conocidos y por el mayor estatus que
alcanzaron debido al colonialismo que desarrollaron, después del
famoso invento de Gutemberg, sistematizaron y desarrollaron la
escritura de sus lenguas para reflejar de forma escrita en ese medio
de comunicación. El sistema de escritura que rápidamente se
desarrolló fue el romano. Éste, por su dominio imperial, creció
desmesuradamente e influyó en otras lenguas. Cada idioma adoptó
sus símbolos de escritura e incluso, algunos, bajo el modelo
gramatical del latín, idioma de los romanos.
Este modelo es el orden alfabético que todos hoy conocemos y
ese orden de sonidos debe ser seguido por las lenguas ágrafas para
ser escritos. Los mismos colonizadores, una vez que llegaron de
Europa a América, adoptaron un sistema alfabético para escribir las
lenguas indígenas, porque tenían la necesidad de escribir las
lenguas indígenas para poder aprender esas lenguas y luego
evangelizar con facilidad.
Dichos alfabetos, que eran varios, fueron imponiéndose a través
de los siglos de dominación colonial hasta que se ha hecho tradición
el orden alfabético de A - Z. Fue así que cuando se ha querido
avanzar en la escritura de las lenguas aymara y quechua el camino
ya estaba trazado, el seguir la tradición latina de escritura. Además
“la castellanización” con su enorme prestigio se imponía. Solo había
107
que pelear algunos detalles, adecuar aquel sistema latino a los
requerimientos fonológicos aymaras. Peor aun con el desarrollo
científico y la tecnología, ha quedado incólume el sistema latino en
los pueblos indígenas, éste no se descolonizará.
Hoy, para desarrollar una escritura sistemática, necesariamente,
se requerirá cuatro instrumentos lingüísticos fundamentales a
saber: alfabeto, diccionario, gramática y manual ortográfico. Cada
uno de estos, por el momento, puede tener varias clases y pueden
ser elementales y/o avanzados.
B. La pelea de alfabetos cosa del pasado
En materia de alfabetos existe una larga historia de luchas por
el uso de símbolos, para ver y ratificar los puntos allí sustentados.
Habían ordenado más de veinte tipos de sistemas de escritura para
el aymara y otro tanto para el quechua. Algunos fueron
confeccionados con bases lingüísticas que postulaban la
preservación y el desarrollo de la lengua. Otros fueron construidos
con criterios políticos que buscaban la extinción de las lenguas
indígenas y la transición al castellano. Como también hay otros que
son declarados inviables. Esto se inició para las labores de
evangelización de los indígenas en 1533.
Tres de los principales alfabetos son, el primero el alfabeto
indigenista que fue aprobado por el III Congreso Internacional
Indigenista Interamericano que se reunió en La Paz, que a su vez,
108
fue aprobado en el Perú en 1939 por el XXXIX Congreso
Internacional de Americanistas. Dicho alfabeto fue reconocido por
Decreto Ley N° 03820 del 1 de septiembre de 1954, firmado por el
Dr. Víctor Paz Estenssoro. El segundo alfabeto, el de los
protestantes, fue reconocido por el Gral. René Barrientos Ortuño
con el Decreto Supremo N° 8483, de 18 de septiembre de 1968. Este
alfabeto aymara, que salió precipitadamente, no deroga el anterior
Decreto y, como no podía ser de otra manera, se produce una
anarquía en el uso de alfabetos. Apareció el mismo año un tercer
alfabeto, por desacuerdo y porque el nuevo alfabeto oficial
técnicamente era inconsistente. Este último alfabeto fue elaborado
por Juan de Dios Yapita.
ALFABETO COLONIAL ALFABETO INDIGENISTA ALFABETO DE REVITALIZACION
Para evangelizar Para castellanizar y civilizar Para revitalización y desarrollo
de la lengua
Sustentadas por las iglesias Evangélica y Católica
Sustentada por los indigenistas y americanistas
Por el lingüista Juan de Dios Yapita
1968 1954 1968
Debido a las exigencias que surgían de las tres corrientes, para
llevar a cabo el plan de alfabetización de entonces, se tuvo que
pensar en la unificación de alfabetos tanto para el aymara como
para el quechua.
En 1983, a iniciativa del Servicio Nacional de Alfabetización y
Educación Popular (SENALEP) y ante la anarquía de uso
incoherente de una serie de alfabetos para encarar un plan de
alfabetización, con el apoyo y participación de organismos estatales,
académicos, sindicales y populares, se convocó a un Primer
109
Seminario Internacional con el título de "Hacia una Educación
Intercultural y Bilingüe" con el fin de tratar una variedad de
problemas educativos, uno de los cuales fue "la anarquía de
alfabetos".
En dicho evento estaban presentes representantes de las
diversas entidades e instituciones. Para mejor información cito
parte del documento de divulgación del Ministerio de Educación y
Cultura titulado "Alfabeto único oficial para los idiomas aymara y
quechua", publicado en octubre de 1983, sobre la participación de
instituciones para la unificación de los alfabetos de aymara y
quechua. Textualmente dice:
El Ministerio de Educación y Cultura a través de sus
organismos especializados y descentralizados, Instituto Boliviano
de Cultura (IBC), Instituto Nacional de Antropología (INA), el
Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL), el Servicio
Nacional de Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) y el
Proyecto Rural I de Cochabamba.
Las Universidades: "San Andrés" de La Paz, y "San Simón" de
Cochabamba, La Central Obrera Boliviana (COB) y la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Bolivia (CSUTCB). También participaron representantes de La
Comisión de Alfabetización y Literatura en Aymara (CALA),
ALFALIT Boliviano, EMELAT, Instituto de Lengua y Cultura
Aymara (ILCA), Centro de Investigación y Promoción del
110
Campesinado (CIPCA), Sociedad Bíblica, Instituto de Idiomas
Maryknoll y Radio "San Gabriel".
En la reunión de Cochabamba, se contó, además, con los
represéntenles del Proyecto de Educación Bilingüe de Puno, Perú,
(Ministerio de Educación Misión Alemana) INIDE y la Universidad
Católica de Ecuador (UCE)".
Este evento se llevó a cabo del 8 al 12 de agosto de 1983 en la
ciudad de Cochabamba, En esa ocasión, después de deponer toda
actitud intransigente y en aras de la unidad y por el compromiso de
trabajar por la recuperación de las lenguas aymara y quechua, se
unificó y se adoptó el nuevo alfabeto. Y para no extenderse más en
inútiles discusiones, se dio la posibilidad de usar las cinco vocales
castellanas con la esperanza de que con el tiempo se comprendiera
mejor el problema. Esto sucedió en el presente, pues mucha gente
empieza a comprender y tomar conciencia de un alfabeto con
perspectiva. El siguiente año, el alfabeto unificado fue reconocido y
oficializado bajo el D.S. N° 20227 del 9 de mayo de 1984,
derogándose anteriores disposiciones contrarias a dicho Decreto
Supremo, es decir a los anteriores decretos que reconocían alfabetos
de las lenguas aymara y quechua.
Actualmente todos escriben con el Alfabeto Único del Aymara
y Quechua, salvo alguno que aún mantiene el antiguo alfabeto
colonial, utilizando cinco vocales.
111
Pero hoy ya no es bien visto hablar de alfabetos sino de avanzar
y encarar otros problemas de escritura mucho más trascendentales
en la recuperación y normalización de la lenguas andinas. La pelea
de alfabetos es cosa del pasado.
C. El alfabeto oficial
El alfabeto es un conjunto de signos gráficos bajo un orden
convencional destinado a reflejar de una manera sistemática la
articulación de una lengua. Por tanto cada lengua tiene, para
escribir, un alfabeto convencional de acuerdo a sus características
fonológicas.
El alfabeto más usado es el Alfabeto Oficial, que fue reconocido
bajo el D.S. Nro. 20227 del 9 de mayo de 1984, derogándose
anteriores disposiciones (sic) contrarias a éste Decreto Supremo.
En Bolivia, después de una larga exigencia del pueblo,
recientemente, fue aprobado en la Cámara de Diputados y luego en
el Senado la Ley de Oficialización de las Lenguas Nacionales (las
lenguas: castellano, quechua, aymara, guaraní y unas treinta
lenguas más de Bolivia) y próximamente dicen las fuentes oficiales
se la promulgará como Ley de la Nación por el Señor Presidente de
la República.
El uso del alfabeto único y oficial se ha generalizado en forma
notable entre los aymaras. En menos de diez años la producción
112
escrita con este alfabeto ha sobrepasado lo que otros han hecho en
treinta años. Esta demostración cuantitativa y cualitativa dejaría
estupefactos a muchos.
Últimamente, frente a intentos aislados de modificar el alfabeto
único, en el "IV Congreso Internacional Académico de las lenguas
quechua, aymara y guaraní" que se realizó en los primeros días del
mes de octubre de 1992 en Cochabamba, se ratificó la vigencia del
alfabeto único y oficial de las mencionadas lenguas. Algunas partes
salientes del Boletín de la Academia, dice: "La institución académica
rescatará las conclusiones y recomendaciones de congresos,
seminarios, mesas redondas, talleres e investigaciones referidas a la
lingüística andina amazónica y la educación intercultural bilingüe.
Socializará experiencias y trabajos de investigación actual de la
lingüística, sociolingüística y temas afines. También apoyará a las
acciones de normalización lingüística en base al D.S. 20227/84, hacia
la implementación de la educación intercultural bilingüe, la
alfabetización y posta-alfabetización, conformar las Academias
regionales según las características lingüísticas de nuestro país"
(Boletín de la Academia de Lenguas Aymara, Quechua, Guaraní y
otras).
Finalmente, es más urgente abocarse a la producción e
investigación de temas que falta desarrollar, como la normalización,
el estudio de la semántica aymara y otras, que tratar temas ya
superados por la investigación científica en el tiempo.
113
D. Explicaciones técnicas
A continuación, detallamos las consonantes del citado alfabeto
de acuerdo al cuadro de los puntos de articulación en el Alfabeto
Fonético Internacional. Primero del aymara y luego del castellano.
a) Consonantes aymaras Labiales
Alveodentales Palatales
Velares
Postvelares
P t ch k q
ph th chh kh qh
P' t' ch' k' q'
s j x
1 11
m n ñ
w y
r
b) su comparación con el Alfabeto castellano (boliviano)
1) Fonémico (Consonantes fonémicos del castellano)
Labiales Alveodentales Palatales Velares
p t ch k
b d g
f1 s j
l ll
m n ñ
w y
r,rr
114
1 labiodental
Variantes en la escritura (variaciones fonéticas de las
consonantes castellanas)
Fonema Diversas escrituras k k, c (ante a, o, u), qu (ante i, e)
b b, v
g g (ante a, o, u) gu (ante i, e)
j j, g
s s, z, c (ante i, e)
w hu, v
y y. i
k+s x, cs, cc
Como se ve, en el alfabeto castellano la escritura de las
consonantes no es fonémica ni siquiera fonética. Por ejemplo la g
puede representar dos fonemas y cada uno de ellos se representa
además por otros signos: gu y j. Todo ello es el resultado de una
larga historia desde que el castellano fue evolucionando a partir del
latín.
Todo lo contrario pasa con las cinco vocales castellanas que sí
son impecablemente fonémicas, (Las expresamos con la doble barra
//),
Vocales:
/i/ /u/
/e/ /o/
/a/
115
b) Las vocales aymaras
Varios autores han usado las cinco vocales del castellano en la
escritura de las lenguas aymara y quechua como si fuesen la lengua
castellana o como si hubiera algún parentesco o tipología entre las
lenguas andinas y la indoeuropea castellana. "El sistema fonémico de
cada idioma es distinto." (Swadesh). De no haber ocurrido la
inversión de vocales en la comunicación de los hablantes aymaras o
quechuas, cuando se expresaban en castellano, no habría necesidad
de hablar sobre el problema. Es muy sabido que las personas que
han aprendido una segunda o tercera lengua siempre han
encontrado problemas en los sonidos diferentes e inexistentes en su
idioma. Las interferencias no sólo se dan en fonología sino también
en la sintaxis. Los ejemplos abundan en las expresiones de nativos
cuando se expresan en castellano o en extranjeros ingleses,
franceses, alemanes u otros cuando hablan el castellano. Pero
hechas las investigaciones científicas sobre la materia, se ha
comprobado que el aymara y quechua no tienen las cinco vocales
como el castellano, sino solamente tres /i/, /a/ y /u/ con varios
alófonos, variaciones o gradaciones. "Todos los lingüistas están de
acuerdo en que tanto el quechua como el aymara originalmente
tienen sólo tres vocales fonémicas /a, i, u/" (X. Albo).
Así lo habían intuido Bertonio, Torres Rubio y otros clásicos de
la época colonial al hablar de la dudosa existencia de las vocales e y
o, en aymara cuando la ciencia de la lingüística todavía no había
nacido. Actualmente se sabe que el aymara tiene fonéticamente
116
ocho o nueve vocales a nivel de variaciones pero sólo tres vocales
fonémicas, con significado propio.
La fonética es la descripción de las realizaciones concretas de la
lengua con sus aspectos suprasegmentales de las que resultan los
alófonos, y/o variaciones, y éstos aún pueden variar mientras que la
fonémica describe las unidades diferenciadoras de significado. Aquí
interesa la distinción de significado y función que cumple una
unidad fonémica y es indivisible.
Veamos algunos contrastes entre lo fonético [ ] y lo fonémico / /:
fonética fonémica
[i] [u] /i/ /u/
[T] [v]
[e] [a] [o] /a/
[E] [A] [O]
Veamos algunos ejemplos en la escritura fonética y fonémica: [isi] ropa, /isi/
[p'IqE] cabeza, /p'iqi/
[ñeq'E] barro; /ñiq'i/
[k'ara] salado, /k'ara/
[q'Ara] pelado; /q'ara/
[ñuku] bozal, /ñuku/
[t'UqO] clueca, /t'uqu/
[p'oqO] cana. /p'uqu/
117
Además aunque uno escriba [p'IqE, p'iqe, p'eqE, p'iql, p'íqi], la
palabra aymara no cambia de significado. Pero, en castellano, estas
variantes suponen cambios de significado, es decir, son fonémicas.
Ejemplos; socio, sucio; mesa, misa; piso, peso, etc.
Las vocales abiertas e y o y sus variantes normalmente, en
aymara sólo se producen con las cuatro consonantes postvelares,
debido al punto de articulación en que se encuentran estas
consonantes. Prácticamente el aymara hablante no percibe ni
mínimamente las variaciones internas de las tres vocales.
"A veces el investigador del idioma autóctono es un fonetista a
la antigua, que sabe analizar pero no sintetizar" (Swadesh). Un
sociolingüista decía: "...la mera presencia de alófonos no justifica la
adopción de letras distintas. Llevados por este principio, en
quechua y aymara no llegaríamos a cinco sino a ocho, diez o más
vocales (!). Un hablante de castellano sólo percibe cinco, pero un
inglés detectará fácilmente otras muchas variantes, Tampoco vale el
argumento pedagógico para la transición al castellano. El contraste
e/i, o/u no se detectará precisamente en los alófonos sino en los
contrastes de sentido, y ello ocurrirá ante todo en el aprendizaje del
castellano como segunda lengua" (Albo).
Para los docentes universitarios usar cinco vocales en la lengua
aymara, sabiendo que no es así, “es un descrédito”, decía un
lingüista de una prestigiosa Universidad.
118
3. LOS DICCIONARIOS
Un diccionario es un libro con descripción de cada palabra y
sistemática y alfabéticamente ordenado el vocabulario de una
lengua.
La compilación de diccionarios, vocabularios y glosarios
constituye una tarea ardua y difícil. Para no extender más, diremos
que hay diccionarios mono o bilingües o multilingües,
especializado o especial, histórico o etimológico, orto épico y
ortográfico, fraseológico, estilístico o idiomático, de dialectos, de
palabras extranjeras, de acentuación, de sinónimos, etc.
Todos los diccionarios llamados aymaras ya publicados de la
Colonia al presente son diccionarios bilingües aymara - castellano o
a la inversa.
La elaboración de un diccionario aymara monolingüe hasta
1986 es un hito en la historia de la lengua aymara. Primero, porque
es enfrentarse, con la presentación de cada vocablo, con conceptos
propios. Es romper un esquema bilingüe a una lengua materna
propia. Este modelo, de hecho nos conduce a buscar definiciones
propias antes que traducción de descripciones ajenas. Lo hicimos en
ése año y no logramos publicarlo hasta 1996. Sin embargo esta obra
constituye un valioso instrumento de toma de conciencia de
identidad para los estudiosos y estudiantes de esta lengua. Desde
esa perspectiva amplía el horizonte del idioma aymara,
119
comprendiendo los sinónimos y antónimos, recupera las palabras
en su exacto sentido y sus significados enriqueciendo el
vocabulario.
Los diccionarios bilingües aymaras son generalmente para
aprender la lengua y en su generalidad están dirigidos a los que
están aprendiendo esta lengua. Algunos, los más antiguos o los que
están escritos desde la perspectiva y conceptos del castellano son
obsoletos, además es de difícil alcance para el manejo de los
profesores, estudiantes y promotores.
En este sentido, la elaboración de un diccionario, siquiera,
básico aymara, desde el punto de vista de la cultura aymara es de
gran utilidad, no solamente porque es único en su género sino,
particularmente, porque tiene la visión de revalorizar la identidad
aymara y nacional.
El orden alfabético para las entradas en aymara en los
diccionarios es el siguiente: a ch chh ch' i j k kh k' 1 11 m n ñ p ph p'
q qh q' r s t th t' u w x y
Además existe un alargamiento vocálico (") que, como su
nombre lo dice, alarga a cualquiera de las tres vocales del aymara,
que fonológica y gramaticalmente puede cambiar de sentido de las
palabras.
120
A. Diccionarios clásicos coloniales
El más antiguo es el "Vocabulario de la Lengua Aymara" de
Ludovico Bertonio; publicado en 1612; que alcanzó varias ediciones
(1612 Francisco de Canto, 1879 Leipzig, 1956 Don Bosco, 1984
Musef, 1993 San Gabriel, 2005 Arequipa y 2008 UMSA realmente
digno de estudio.
El Vocabulario Aymara de Ludovico Bertonio (1557/1625), fue
publicado en 1612; impreso en la Compañía de Jesús de Juli, en la
provincia de Chucuito por Francisco del Canto. En realidad, esta
obra de Bertonio, es el primer diccionario aymara.
Otro de los lexicógrafos coloniales es Diego de Torres Rubio
que en 1616 publicó un manual de aymara. Aunque ésta es una
gramática, sin embargo lleva anexa un " Vocabulario breve
aymara", como su autor lo llama. Esta obra también fue publicada
en la Imprenta de Francisco de Canto en Lima. Luego tenemos a
varios lexicógrafos.
De las anteriores ediciones se puede realzar dos hechos.
Cuando en el país se subestimaba y se veía al aymara como un
dialecto de una tribu salvaje, en Europa, los alemanes hicieron la
segunda edición, no facsimilar, sino transliterando, copiada letra
por letra trabajo muy moroso de este diccionario. En 1879, en dos
tomos, y junto con la gramática fueron publicados por Julio
121
Platzman en una hermosa edición, en la ciudad de Leipzig, en la
casa editora de B.G. Teubner.
En 1945, otro alemán, el insigne antropólogo Arthur Posnansky
planeó publicar el "Vocabulario de la lengua aymara" de Ludovico
Bertonio, en la misma forma que publicara la obra de Guarnan
Poma de Ayala en cuatro números del Boletín de la Sociedad
Geográfica efe La Paz. Empezó publicando un primer fascículo en
el Boletín No, 68 hasta la página 48; prometiendo continuar en el
siguiente número, lo que nunca aconteció.
Al cabo de once años del intento y publicación de la tercera
edición por Posnansky, la Editorial "Don Bosco", en 1956, publicó
en facsímil y en un solo volumen el "Vocabulario de la lengua
aymara" de L. Bertonio. Posteriormente, este incunable alcanzó el
2014 la séptima edición, unas veces edición facsimilar y en otras
transliteradas, a cargo de varias instituciones.
B. Diccionarios y vocabularios post-clásicos
Se llaman postclásicos a los posteriores diccionarios coloniales.
Aquellos diccionarios, me refiero a los diccionarios posteriores a
Gonzales Holguín y Bertonio, que jamás serán igualados. Si lo
hacen serán en tamaño y magnitud del diccionario, pero en el
tiempo siempre serán superiores y muy meritorios. Porque de una
u otra forma, mal o bien reflejan los vocablos aymaras de la época.
122
Por tanto aquí tratamos de los diccionarios aymara que se han
elaborado posteriormente a aquellos colosos, sea en base a sus
cosechas y con las nuevas investigaciones, sea enteramente escritos
desde otra perspectiva y cual sea su magnitud.
En Bolivia Juan Enrique Ebbing, Manuel Rigoberto Paredes,
Pedro Miranda S.J., así mismo la Iglesia Evangélica CALA tiene un
breve diccionario, como el Instituto de Idiomas de los Padres de
Maryknoll y Manuel De Lucca. Hans van den Berg publicó en
Iquitos un "Diccionario Religioso Aymara", obra única en su género
y por cierto muy valiosa por los datos que aporta. En 1990
aparecieron dos obras que sin duda tienen su valor; la UMSA-OEA
publicaron un "Léxico Pedagógico " asimismo Erasmo Tarifa
publica su Diccionario Aymara.
En Puno - Perú, Mario Franco Inojosa, el Proyecto Experimental
de Educación Bilingüe -Puno (Convenio Perú - República Federal
de Alemania), Juan Luis Ayala Loayza, sin contar las últimas
novedades bibliográficas referentes a instrumentos lingüísticos de
las lenguas indicadas tanto de Bolivia, Perú y Chile.
a). De la época republicana
En 1966 el peruano Mario Franco Inojosa publica en Puno-Perú,
una versión modernizada del libro de Torres Rubio. La
actualización fue hecha en el alfabeto aprobado en 1939, en Lima,
por el XXVII Congreso Internacional de Americanistas que se llevó
123
a cabo en dicho año en Perú. El vocabulario en sí no es completo y
el mismo Torres Rubio dice que son "los vocablos más comunes,
que ordinariamente usamos". Pese a ello, la obra de Torres Rubio,
constituye un trabajo muy importante por cuanto los documentos
de aquella época son escasos.
En 1917, Juan Antonio García S.J. publica una gramática en base
a una de las obras de Bertonio, la que lleva un vocabulario que su
autor llama "Silva de frases".
En Puno-Perú, en 1965, Mario Franco Inojosa publicó un "Breve
vocabulario castellano aymara" que es elemental y contiene, además
de lexemas comunes, vocablos nuevos del aymara lupaka.
Juan Enrique Ebbing, en 1965, publicó su "AIMARA, Gramática
y Diccionario". Como su título lo dice en dicha obra va incluida un
diccionario, es elemental y este está dirigido para los que se
proponen aprender el idioma aymara.
En 1970 la Revista PUKARA, entonces de la Prefectura de La
Paz, publica un "Vocabulario de la lengua aymara" que fue escrita
por Manuel Rigoberto Paredes y fue fichado por Paul Rivet en su
estadía en La Paz en 1954. Dicho vocabulario también circuló, en
1971, en separata publicada por Ediciones ISLA.
El mismo año, 1970, Pedro Miranda S. J. publicó su "Diccionario
Breve Castellano Aymara y Aymara Castellano". Este trabajo creo
que no es breve, como modestamente lo llama su autor, pues no
124
será muy abundante en términos, pero tiene un alto contenido
antropológico difícil de hallar en otros diccionarios, aunque, como
todos, fue escrito con fines religiosos.
En la época también aparecen varios vocabularios o
diccionarios breves como: los de CALA (1976), ILCA (1974) e INEL
(1978).
El Instituto de Idiomas de los Padres Maryknoll, en 1978, editó
un diccionario de uso interno. Su característica es que todas las
entradas lexicales son ejemplificadas, lo que ayuda a los que están
aprendiendo dicha lengua.
En 1983 Manuel De Lucca con la cooperación de Misión Alianza
de Noruega publicó en la Imprenta de CALA un "DICCIONARIO
Aymara Castellano, Castellano Aymara". Esta obra se nutre de la
investigación de campo y del vocabulario de Bertonio.
Posteriormente, en 1987, en una versión resumida lo publica la
Editorial "Los Amigos del Libro". Uno de los méritos de esta obra es
citar el lugar de la fuente donde fue hallado el léxico, dato muy
importante para un estudio de dialectología.
En Perú Juan Luis Ayala Loayza, en 1988, publica un
"Diccionario Español Aymara Aymara Español" que muy bien
completa el panorama léxico del aymara del antiguo Chucuito.
Erasmo Tarifa Ascarrunz publicó con el apoyo del Convenio
"Andrés Bello" un "Diccionario aymara castellano" con lo que,
125
últimamente, se están incrementando notablemente los diccionarios
aymaras.
b). Diccionarios modernos
Para calificar de modernos a los instrumentos lingüísticos
tomamos tres requisitos fundamentales; 1.- que esté elaborado
desde la perspectiva lingüística; 2.- que esté escrito en el Alfabeto
Único, 3.- que esté escrito desde la perspectiva de la lengua y
cultura aymara y 4.- que sea novedad y/o haya tenido éxito.
El Proyecto Experimental de Educación Bilingüe Puno
(Convenio Perú República Federal de Alemania) también publicó
un "DICCIONARIO Aymara Castellano" en 1984. Esta obra refleja
una serie de variantes dialectales que enriquece la lexicografía
aymara. Escrito y producto de las experiencias de educación
bilingüe desarrollado en esos años en Puno-Perú.
En 1985 Hans van den Berg publicó en Iquitos un "Diccionario
Religioso Aymara", obra única en su género y por cierto muy
valiosa por los datos que aporta. Este será un hito para que en el
futuro se escriban diccionarios especializados de la lengua aymara.
Otro de los libros que sale de la rutina es el “Aymara aru pirwa”/
“aymara arunaka thaqhañataki”, escrito por Félix Layme. Publicado en
el año 2002 con el auspicio del Unicef. Es un diccionario aymara
monolingüe, es decir todas las entradas y definiciones
126
terminológicas están desarrolladas enteramente en lengua aymara.
Por este hecho es el primero y único en su género en Bolivia en
dicho idioma.
Como penúltimo tenemos, otra vez, el “Diccionario
Bilingüe/Aymara-Castellano” de Félix Layme Pairumani, respetado
por su volumen y capaz de responder con éxito a todas las
consultas. Habiéndose publicado la primera edición en 1993, en
solo 22 años ha alcanzado cinco ediciones a 2015. La primera a
cargo de Presencia en 1993, la segunda por Reforma Educativa en
1996, la tercera a cargo del Concejo Educativo Aymara en 2004, la
cuarta edición estuvo a cargo de Ediciones Biblos de Cochabamba
en 2011 y la quinta edición por la editorial Osel-Book en 2015.
Mientras con excepción de Bertonio, todos los diccionarios no salen
de su primera edición.
Para finalizar, en 1990 han aparecido dos obras que sin duda
tienen su valor; la UMSA y OEA publicaron un "Léxico Pedagógico"
en el que proponen una terminología pedagógica aymara para
adoptarlo en el quehacer educativo.
c. Diccionarios aymaras inéditos
Es difícil saber al presente la cantidad exacta de diccionarios
aymaras inéditos. Nunca se ha realizado un trabajo sobre el tema
por lo que trataremos aquí muy aproximada y brevemente.
127
En primer lugar tenemos a Carlos Felipe Beltrán (1816 1898),
este admirable religioso, aparte de haber publicado un considerable
número de folletos religiosos en quechua y aymara, dejó inédito un
"diccionario aymara español". Esto lo podemos saber para el
registro que dejó el científico francés Paul Rivet, quién escribió en la
revista Kollasuyo (nº 68, 69 y 70) sobre Carlos Felipe Beltrán. No
sabemos al presente dónde se halla dicha obra. Es importante
porque Beltrán, con seguridad, conocía bien y reflejaba las variantes
dialectales de Oruro, Potosí y La Paz de la época, es decir del siglo
XIX.
Se sabe también que Nicolás Acosta (1844 1893) dejó inédito un
"Diccionario de la Lengua Aymara". Esto lo dice Arturo Costa de La
Torre en su obra "Catálogo de la Bibliografía Boliviana" pero no
tenemos datos sobre el número de léxicos con que cuenta ni en el
lugar donde se encuentra. Sólo se sabe que, después de la muerte
del autor, su biblioteca fue vendida a una Universidad de los
Estados Unidos.
El historiador José Rosendo Gutiérrez (1840 1883) también
había dejado inédito un "Diccionario de la Lengua Aymara" que se
halla en la Sección Archivo de "José Rosendo Gutiérrez", en la
Biblioteca de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz
(comunicación de Don Antonio Paredes Candía).
Carlos Bravo (1849 1902) siendo uno de los fundadores de la
"Academia Aymara", en 1900, dio noticia y sometió ante la
Academia, para su examen y corrección un "Vocabulario Aymara
128
Castellano y Castellano Aymara" y un "pequeño diccionario de los
modismos de la lengua aymara". Examinando los datos, parece que
no es más que una corrección y actualización del Vocabulario de
Ludovico Bertonio.
El inquieto profesor Felipe Pizarro García (1877 1941) también
aparece, en la obra de Costa de La Torre, como autor de un
manuscrito con el título de "Diccionario Aymara Español". Sin
embargo, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz (n° 65,
p. 112), en una nota de homenaje póstumo al profesor Pizarro, en la
enumeración de sus trabajos, no se hace mención a dicha obra.
También tenemos datos de un trabajo inédito de Nemesio Iturri
Nuñez (1900? 1959) con el título de "Diccionario de la Lengua
Aymara. Según informaciones de Paredes-Candia, la mencionada
obra "tiene más de 20,000 voces" y dizque sus familiares conservan
aún dichos manuscritos.
Finalmente, Luis Soria Lenz (1898 195?) habría dejado un "Breve
Diccionario Castellano Aymara y Aymara Castellano".
Esto en relación a los estudios hasta antes de los años setenta.
De los actuales estudiosos no tenemos datos, es posible que se estén
trabajando sobre los instrumentos lingüísticos aymaras con más
dedicación, esta vez, por parte de los propios investigadores de esta
lengua.
129
4. GRAMÁTICAS AYMARAS
¿Definición de gramática? Primero consultemos con la Real
Academia Española (RAE). En primera instancia nos dice que es el
“Arte de hablar y escribir correctamente una lengua.” No nos dice gran cosa.
En una segunda instancia nos dice: “Aquella en que se trata de los
principios generales o fundamentos de todos los idiomas.” Más o menos está
claro. Pero consultemos con un diccionario de la especialidad de
lingüística. Acudamos a Lewandowski, pero éste nos lleva a un
caos inaudito, lo único que pude rescatar de éste es: ―—construcción
lingüística, estructura inmanente del lenguaje, el sistema de reglas en funcionamiento que subyace al lenguaje; —conjunto de las reglas, de las posibilidades de una lengua, representadas –> en una teoría de la gramática como –>modelo y teoría parcial de una –>teoría del lenguaje, o como teoría lingüística
universal.” (Op. cit. p. 158). Para mí es más fácil entender en el
Diccionario de Gabino Ramos “Ciencia que estudia la estructura [de un
idioma].”(sic.).
Estos datos son importantes de saber antes de entender qué es
una gramática, puesto que sabiendo muy bien del tema se puede
reflejar la naturaleza de la estructura de un idioma y no tomar
moldes o modelos de otra lengua sí o sí, sino observando,
analizando y reflejando lo extraordinario y raro de los componentes
estructurales de un idioma. Esas diferencias son las que no
debemos inhibir ni pasar por alto, porque esa puede ser la riqueza y
en fin una nueva forma diferente de ver el mundo o su mundo.
130
En la Bibliografía describo, especialmente, a los estudiosos de
las gramáticas aymaras, por supuesto todos con su manera de
pensar y ver el mundo aymara. Todo esto es complejo cuando se
quiere encarar una educación bilingüe, quiero decir que no siempre
se encuentran los más confiables. Sin ánimo de influir en nada al
respecto, más al contrario sólo de información histórica, menciono a
los principales trabajos en esta rama.
Nuevamente tenemos a Ludovico Bertonio que ha publicado
varias gramáticas, unas tres versiones de 1603 a 1612, una de ellas
fue publicada nuevamente en Alemania 1879. Luego tenemos a
Diego de Torres Rubio (1616), Helen Roos, Juan Enrique Ebbing,
Erasmo Tarifa, Martha Hardman-Vasquez -Yapita, Rodolfo Cerrón-
Palomino, Saturnino Gallego, Donato Gómez y José Condori.
Unos hicieron dichos instrumentos desde la perspectiva del
latín, especialmente los coloniales, otros del castellano, unos muy
técnicos y los otros intentan realizar desde la perspectiva andina y
didáctica.
Existen varias gramáticas que los occidentales nos han llevado
por el camino de la homogeneización en todo. En los hechos, de
acuerdo al tiempo transcurrido, tenemos varios tipos de gramáticas
aymaras y quechuas. Esto, si se analiza con ojos andinos, me parece
muy rico para entender cómo funciona la gramática de la lengua
aymara.
Hoy ni el español pretende normas únicas. En el IV Congreso
Internacional de la Lengua Española se presento un proyecto –Lía
131
Varela y Jaime Otero– de elaboración de una Gramática descriptiva
de la lengua española basada en la noción de “norma poliédrica” y
ya no de norma única, para la lengua común.
A. Gramáticas Aymaras publicadas
Las gramáticas de la lengua aymara tienen una historia larga
como cualquiera de las lenguas del mundo. Al presente existen
unas doce gramáticas de dicha lengua. Algunas, las más antiguas,
están escritas tomando como modelo el latín o el castellano, como
las gramáticas escritas después de la independencia e incluso aún
en la era republicana, como el caso del “Suma Lajjra Aimara
Parlaña” publicado en 1969. Algunas, muy pocas, desde la
perspectiva científica. Aún no se ha escrito una gramática aymara
desde la perspectiva de la propia lengua menos para el uso de los
propios hablantes. Las gramáticas escritas hasta los años ochenta
eran para sacerdotes, para los lingüistas o para que los gringos que
quieren aprender el idioma aymara o quechua, pero nunca fue para
los propios indígenas.
Reitero, las gramáticas aymaras y quechuas siempre han sido
escritos, en su mayoría, para responder a los requerimientos
coloniales, en especial religiosos. Aun la misma ciencia de la
lingüística ha servido para ese propósito (Véase Helen Ross por
ejemplo). Uno que otro ha sido construido con un propósito
enteramente científico, por ejemplo la gramática aymara de
132
Hardman que es para enseñar a otros lingüistas. Esto está claro en
su terminología especializada que utiliza para explicar.
Sin embrago, últimamente aparecen varias gramáticas,
pretendidamente escritas desde la perspectiva y con propósitos de
desarrollar la lengua. Son de los propios hablantes de la lengua
aymara. Y otros, por extranjeros que al querer aprender el idioma y
por tanto anotar las reglas pasaron a estructurar una gramática
(caso J. A. Ebbing y Saturnino Gallego). Y no ha faltado alguno que
otro, reitero, ha embutido el aymara al molde latino del castellano
(caso Erasmo Tarifa).
B. Gramáticas coloniales
AUTOR F. EDICION TITULO Años de
reedición Objetivo Lugar de edición
Ludovico Bertonio
1603 Arte breve de la
lengua aymara
1879 Religioso Roma/Leipzig
Ludovico
Bertonio
1612 Arte de la lengua
aymara
¿? Religioso ¿?
Ludovico Bertonio
1612 Arte de la lengua aymara con una silva
de frases
Juli/202 Religioso Cochabamba
Diego de
Torres R.
1616 Arte breve de la
lengua aymara
1966 Religioso Juli/Lima
133
C. Gramáticas Post-clásicos
AUTOR F. EDICION TITULO Nº de edición
Objetivo Lugar de edición
Ernest W. Middcndorf
1890 Gramática aymara (en alemán)
1 científico Alemania
Juan Antonio García
1915 Gramática aymara 3 Religioso La Paz
Germán Villamor
1945 Gramática aymara y quechua
1 Turístico? La Paz
Helen Ross
1954 Rudimentos de la lengua
aymara
1 Religioso La Paz ¿?
Juan enrique Ebbing
1965 Gramática y diccionario aymara
2 Aprender el idioma
La Paz
Erasmo Tarifa Ascarrunz
1968 Gramática de la lengua aymara
1 Castella-nización
La Paz
Instituto de Idiomas Maryknoll
1978 Introducción a estudios preliminares de la gramática aymara
1 Enseñanza Cochabamba
D. Gramáticas Modernas
Reiteramos, para considerar y calificar a un trabajo como
modernos instrumentos lingüísticos tomamos tres parámetros que
creemos son fundamentales. Uno que esté elaborado desde la
perspectiva lingüística, dos que esté escrito en el Alfabeto Único
que sea de mayor uso y tres que esté escrito desde la perspectiva de
la lengua y cultura aymara.
134
AUTOR F. EDICION
TITULO Nº de edición
Objetivo Lugar de edición
Martha Hardman de Bautista
1987? Compendio de estructura fonológica y gramatical del idioma aymara
1 científico La Paz
Donato Gómez B. y José Condón
1991? Morfología gramatical de la lengua aymara
2 científico La Paz
Juan Carvajal Carvajal
1989 Estructura gramatical de la lengua aymara
1 Investigación.
La Paz
Félix Layme Pairumani
2002 Gramática Aimara/Para maestros de educación intercultural bilingüe
2 Pedagógico La Paz
E. Gramáticas aymaras inéditas
En cuanto a gramáticas se refiere podemos afirmar con
seguridad que fueron menos estudiadas quizás porque la lengua no
se habla por la gramática. Pero de todos modos para los maestros y
estudiantes aymaras y quechuas es importante estudiar la
gramática para recuperar la lengua además de la cultura.
Los que hemos aprendido a hablar el castellano por el método
de "castellanización a raja tabla", tenemos serios problemas cuando
nos expresamos en dicha lengua y aun en ambas lenguas. Esto no es
ninguna novedad, puesto a muchos estudiosos como Ana Irahola
(lingüista española), en 1992, en sus transcripciones de castellano de
los maestros de área quechua y aymara hacía notar la sintaxis del
135
castellano y la sintaxis de un castellano entreverado con el aymara.
El referido estudio es en realidad una tesis que ojalá pueda ser
publicada y podamos confrontar el origen de nuestros errores.
Sin duda realizar estas obras es muy complicado. Se necesita
conocer la lengua y cultura aymara en profundidad, pues las
características de la tipología aymara no son como del castellano, en
su caso son opuestas. La lengua castellana es una lengua flexiva y
hasta cierto punto aislante y la lengua aymara sufijante y pertenece
a la rama de las lenguas aglutinantes, lo mismo que el quechua.
Y para terminar esta parte cito lo que dije en 1992, en el
diccionario aymara que publiqué en PRESENCIA, sobre algunas
características culturales que mantengo:
El aymara y castellano, reitero, son lenguas tipológicamente
opuestas, la una pertenece a las lenguas aglutinantes (sufijante) el
otro es aislante-flexivo. Mientras el primero funciona solamente con
sufijos, el otro necesita de afijos, prefijos, sufijos e infijos. Alguna
vez dije: "La primera reconoce tres personas gramaticales y la segunda cuatro; la
una tiene género gramatical y la otra no. Pero, quizá lo más diferente sean la forma en la que el aymara y el castellano hablante entienden y estructuran la realidad: Los puntos de partida son otros, la ideología otra, el entendimiento del mundo y de las cosas otro. Por éstas y otras características lingüísticas, no es fácil hacer un
diccionario bilingüe, especialmente, cuando la lengua de entrada es el castellano".
136
5. MANUALES ORTOGRÁFICOS
Todos se atrevieron a la creación de alfabetos. Existen más de
veintidós alfabetos, pero no existen otros tantos de diccionarios y
gramáticas, menos manuales de ortografía. Toda esta producción ha
sido elaborada por autodidactas en la lengua o si se quiere de gente
de otra especialidad. Los lingüistas son autores en una ínfima
minoría y, generalmente, su producción casi nadie lee. Por eso su
trabajo, seguramente, se publica en pocos ejemplares y parece que
son solo para especialistas y no tienen efecto directo en la política
lingüística ni en las acciones políticas a favor de una lengua
oprimida.
La ciencia sin la política no sirve para nada, como tampoco
sirve la política sin la ciencia. Estas dos instancias deben
complementarse, ahí estamos los vulgarizadores de la ciencia. Los
resultados científicos hay que ponerlos en claro y didácticamente
para el pueblo. Esa es nuestra tarea, ahora y en el futuro.
Si bien la gramática muestra la estructura de la lengua y reglas
generales de una lengua, la ortografía va más allá en la lengua
aymara. No solamente es la pronunciación cuando se habla de
ortografía, sino toca otros componentes como las reglas de
escritura. De ahí que es urgente leer sobre este tema para tener
dominio de la lengua aymara, en especial para traductores,
escritores, poetas y hasta para los locutores aymaras, más para éstos
últimos puesto que deben hablar al público en lenguaje perfecto y
no en un lenguaje mezclado entre aymara y castellano como hasta
137
ahora se ha procedido. Por otra parte, también se debe recalcar que
esta tarea es tan difícil en una situación como la nuestra donde la
interferencia gramatical del castellano campea en la oralidad
aymara. Esto debido a que la expresión oral de cualquier lengua es
espontanea y es muy difícil controlar el subconsciente para
expresarse correctamente en un idioma.
No es como la forma escrita donde se dispone de tiempo para
consultar diccionarios, existen borradores para corregir. La forma
oral no tiene ocasión para esos recursos. Por eso los locutores
aymara deben tener el máximo cuidado de propalar su mensaje en
un aymara correctamente expresado. La radio también enseña, toda
expresión de una radio emisora es escuchada e imitada por la
audiencia. Si tal o cual locutor se expresa de una manera incorrecta,
el público muchas veces imita dicha expresión y se hace el efecto
reproductivo de una forma incorrecta de hablar el aymara.
138
139
IV
El DESARROLLO LITERARIO AYMARA
Introducción
El desarrollo de la Literatura Aymara desde tiempos antiguos al
presente se fue convirtiendo en un tema complejo. Me limitaré a
esbozar los componentes más sobresalientes del tema desde la
perspectiva indígena y sin afanes académicos o científicos sino más
bien desde una posición más empírica, de uno que busca el
desarrollo y la producción literaria en esta lengua. Porque si uno se
esfuerza desde la perspectiva académica, además de no serlo, no
tendría la fuerza motivadora con que se ha estado haciendo desde
el anarquismo lingüístico, más aún con la vulgarización de
conocimientos científicos. Además reitero, para mí, la ciencia sin
política no sirve para nada. Es como descubrir al delincuente y no
hacer nada por la justicia. En esta vía es más efectivo el empirismo,
que es simultáneo con la política.
El mecanismo de escritura no era lícito para los indígenas y por
eso no se ha desarrollado propiamente la literatura aymara. En toda
la Colonia y aún en el primer Siglo de la era republicana era estéril
la producción literaria aymara, salvo excepciones como la de
Waman Puma de Ayala o Vicente Pazos Kanki que publicaron su
producción intelectual en la Colonia. En la era republicana son
también excepciones los trabajos de Carlos Felipe Beltrán y Víctor
140
Ibáñez, con su CHACHAPUMA. Novela de costumbres indígenas
del tiempo del Imperio Aymara, en 1919.
Los precursores se gestaron en el centenario de la República de
Bolivia. El mismo Ib{ñez en 1930 publica el “Aukakallu”. En 1931
se funda Warisata y empieza a deciparse el ambiente del
oscurantismo de los tiempos difíciles. Los cambios paulatinamente
desembocan en la Revolución del 52. De ahí en adelante se abre un
mundo de incógnita ¿qué hará el pueblo aymara ya sabiendo leer y
escribir?
Incentivado por instituciones religiosas y organismos no
gubernamentales (San Gabriel, CIPCA, QHANA, etc.) se ha visto un
protagonismo expectable y prometedor. Así mismo, la participación
de líderes es evidente en cuanto a una especie de participación en la
poesía protesta.
Durante los últimos veinte años 1980 a 2000 he visto que
muchos, justamente por temor al descrédito, no hacen ni dejan
hacer el ejercicio intelectual y la libertad de expresión en la
producción literaria, en las propias investigaciones ni en las
especulaciones sobre el mundo andino. Es decir no ven con buenos
ojos, tanto los investigadores profesionales indígenas y no
indígenas, aquello que hacen los empíricos andinos. Creen que esta
forma de hacer investigaciones y las luchas culturales no tienen
importancia aunque no para un Arturo Orías, Ramiro Condarco
Morales y Jorge Ovando Sanz que son materia y temas de
investigaciones académicas. Peor aún, a los profanos les sacan de
141
quicio si los empíricos andinos se manejan todavía en la lógica
propia del mundo andino.
Lamento mucho, pero eso es lo que he percibido de los
académicos citadinos en los últimos cuarenta años.
1. PROLEGÓMENOS ACLARATORIOS DE LA LITERATURA
A. Definiciones:
Literatura, en términos etimológicos, es el conocimiento y uso
de las "letras", es decir del lenguaje escrito. Con ello se quiere decir
que cualquier expresión escrita es literatura. Eso me ha referido el
antropólogo Xavier Albó.
Sin embargo, en términos propiamente literarios, desde un
punto de vista más apropiado, se considera literatura al arte bello
que emplea como instrumento la palabra. Es la lengua como
expresión de arte. Literatura andina es toda expresión bella, oral o
escrita. Sobre todo ahora, de la misma manera que la forma literaria
escrita, se resalta también el valor de la literatura oral y por
supuesto que la oralidad es el origen de lo escrito. En este trabajo
nos abocaremos más a esta segunda parte, el lenguaje bellamente
escrito. Aunque ya desligándonos de los cánones lingüísticos,
porque Rolando Barthes nos advierte, sabiamente.
142
“En esos momentos puede decirse que entre la literatura y el lenguaje no
queda ya ninguna zona común de reflexión: la literatura ya no se siente lenguaje, excepto por lo que respecta a algunos escritores precursores, como Mallarmé, y la lingüística reconoce no tener sobre la literatura más que algunos derechos, muy limitados, encerrados en una disciplina filológica secundaria, la estilística, cuyo
estatuto, por otra parte, resulta incierto.” (Barthes, 1994, p. 23)
En el mundo aymara existen variadas formas de expresiones
bellas muy dignas de ser tomadas en cuenta por su profundidad en
el tema y sobre todo por su forma expresiva, que suelen repetirse en
forma oral unas más que otras. Si se repiten muchas veces es que
cumplen su función social y cultural. Se manifiestan en las
actividades más variadas de una comunidad. A eso se llama
«literatura oral» por no existir otra expresión más precisa ya que,
unir dos elementos, como son la oralidad y la literatura, es
contradictoria de por sí. Una cosa es lo oral (expresión espontánea)
y la literatura (arte de la bella palabra escrita). Desde una lógica
tetraléctica, resultaría literatura oral y literatura escrita en términos
aymaras, una armonización de elementos contrarios, es una
solución lógica muy propia del aymara. Una vez que estas ya son
escritas pasan a ser, de alguna forma, literatura.
La literatura aymara, desde el punto de vista del arte de la bella
palabra escrita, se refiere entonces justo a las tantas y variadas
versiones de cuentos, leyendas, mitos, canciones y oraciones
rituales, tanto del pasado como del presente. Son las
manifestaciones sociales y culturales escritas que entretienen,
divierten, deleitan, hacen sentir, reír o llorar. En fin, son expresiones
bellas del alma, del pueblo, que es el complemento perfecto del
143
currículo escolar de la nueva educación. En especial para el
desarrollo armónico del alma para el desarrollo cultural y espiritual
de un pueblo. Estas manifestaciones, por supuesto, forman parte de
un conjunto holístico mucho más grande de actividades sociales
aymaras. Pero además, dentro de esa globalidad, se considera
probable la existencia de varias formas de escritura en las culturas
indígenas pre-hispánicas. Ellas también reflejan de la misma
manera la expresión literaria oral, en la que, después de siglos de
sometimiento, la cultura aymara muestra tener en principio la
'literatura oral'.
Hace algunos años, se ha mostrado en una antología de
literatura aymara, un panorama más o menos completo, sobre el
tema, con el aporte de diferentes contextos. Se espera que en el
futuro se realicen estudios de todos los géneros literarios aymaras.
En todo caso, recién se está empezado a estudiar en detalle las
piezas de literatura indígenas.
B. La fiesta trabajo-aymara
Una de las características culturales aymaras es que, es un
pensamiento holográfico. Es decir, es una cultura en la que todo es
global o total, lo segmentario no es relevante. Esto es muy claro
cuando se toca un aspecto como la ritualidad; junto con ella se
engloba de manera automática otros componentes como la música,
la danza, la producción, la poesía, oraciones en fin su totalidad.
144
La intromisión hispana, destruyó gran parte de la literatura oral
aymara. Primero persiguió y quiso exterminar a los dioses andinos
con aquello de la "extirpación de idolatrías". Con esto se afectó todo
el sistema del comportamiento humano de los indígenas y su
relación con la Tierra. De hecho han desaparecido algunos modelos
tecnológicos, como la inhumación de cadáveres, como el de trabajo-
fiesta, el jayma, etc. Están en peligro otros componentes culturales
como la tecnología del manejo de la lluvia, granizada, helada y
vientos. Segundo, sometió con una brutal discriminación
inhumana, redujo a la miseria con la explotación económica. Éstos
han hecho al indígena en un ser servicial, resentido, agresivo y
apático. Además lo ha inclinado a un ser derrotado y de ahí al
alcoholismo.
En fin ¿qué se podía esperar, en materia de producción o
reproducción cultural de un pueblo sometido de esa manera? Se
sabe que ni la lucha armada, ni la política ni los líderes indígenas
tuvieron éxito. Entonces estas sociedades comunitarias, de forma
paralela, optaron por nuevas formas de lucha: la resistencia pacífica
y cultural, en sus variadas formas (comunicadores, folcloristas,
promotores culturales, sindicalistas, políticos indígenas, etc.), que se
ven en la actualidad en todas partes y en todas las manifestaciones
sociales.
Este tema, en realidad, es otra de las características culturales
del aymara. Por supuesto corresponde a la tradición oral, que luego
de ser escritas sería literatura oral. Es que en el pueblo aymara se ve
que no existió el concepto y la acción de trabajo como se
145
conceptualiza en el occidente; sino más bien una especie de fiesta-
trabajo. Esto la realizaban con facilidad con el paradigma de la
reciprocidad que su a vez reproducía el paradigma comunitario.
Pero viendo y analizando dicho concepto de trabajo, ni en la misma
cultura occidental parece y aparece un concepto genuinamente
humano y de paz, sino proviene de un afán perverso y diabólico de
apropiación de lo ajeno, de dominación a otro pueblo cuyo
instrumento fue la tortura en muchos casos. La palabra trabajar
etimológicamente en occidente proviene de travalliari, dos palos
cruzados que fueron usados para torturar.
Entonces los seres humanos desde tiempos inmemorables
siempre facilitaban las actividades diarias, antes que estar sufriendo
en la realización de sus actividades agobiantes. Es pues
comprensible la abundancia de fiestas agrícolas en las comunidades
indígenas, sean estas para cosechar la papa, el desgrane de la
quinua y cañahua. Hasta hace poco, aquellos cereales, eran
cosechados con canciones y bailando dentro el sistema del ayni. Es
decir un trabajo de colaboración reciproca bailando y cantando.
Cuando se estudia con detenimiento estas muestras, se hallarían
grandes sorpresas. Aún abundan algunas canciones para ello. Sólo
en los últimos trescientos años de la Revolución Industrial el
concepto de trabajo aburrido y sacrificado se ha acentuado y para
atenuar esos sufrimientos y estrés se ha instituido las vacaciones y
días feriados.
Claro que las fiestas andinas, por su carácter de pueblo
sometido a la dominación, se fueron románticamente por la
146
libación, para aplacar su condición de dominación. Todo confluye
en vida social de un pueblo más para el mal o más para el bien.
Depende.
C. Los nuevos resurgimientos:
El pueblo aymara resurgió poco a poco, pero en tiempos
recientes a pasos de marcha. Después de un desprestigio cultural
social y explotación en varias etapas históricas, pese a las nuevas
formas de dominación, se está recuperando. Eso se ve en especial en
el campo de la producción literaria aymara, donde hay avances
alentadores en los últimos casi veinte años (1980 a 2000). Después
de la oralidad incursionamos en la escritura. Se ha salido de la pelea
de alfabetos y ahora se sale de la mera transcripción fonética
llamada a medias fonémica, antes entendida como escritura, a una
escritura sistemática fonémica de la lengua aymara, a la que se
llama normalización lingüística.
Asimismo en otros campos, como la ritualidad ésta ha salido de
la clandestinidad y hoy se vuelve a practicar libremente. Muchos
elementos culturales se mantienen, la música y la danza (es decir la
fiesta andina) con sus características propias, algunas otras
provenientes de afuera, han sido estilizados al modo andino. Las
innovaciones sin embargo, siempre se basan en la lógica cultural
aymara. Pese a la monstruosa alienación cultural, producto de la
escolarización occidental, paulatinamente con el esfuerzo de varios
intelectuales indígenas se va valorando su cultura y fortaleciendo
los movimientos de reivindicación del pueblo y con ello de hecho se
147
acrecienta la producción literaria en esta lengua andina y en sus
varios géneros.
Pero esto no quiere decir que se olvide de las sombras
destructivas a largo plazo del aymara y quechua, una especie de
cáncer que lentamente va creciendo en el interior de cada persona,
el afán de olvidar su lengua materna y cambiar de idioma algún día
para alcanzar un estatus social más elevado. Ése es el cisma que
corroe a cada individuo, pese a que se declare ferviente partidario
de la conservación de las lenguas indígenas. Pero, en los hechos, en
la vida real no pasa nada de eso.
La recuperación del aymara y quechua tiene que pasar por una
campaña gigantesca, primero de alfabetización en dichas lenguas
indígenas, segundo por una concientización de las razones y por
qué no deben morir dichas lenguas y tercero el problema es
económico. Sin el fortalecimiento económico de dichos pueblos será
inútil hablar de la recuperación de las lenguas aymara, quechua y
guaraní. Sin esos tres pasos y más, no veo cómo se puede recuperar
las lenguas indígenas del país.
D. Los tiempos regresan:
El pueblo aymara después de haberse guarecido largo tiempo
(cuatro siglos), de la tormenta de la colonización sale hoy de su
escondite. Ahora debe recoger sus pertenencias y emprender sus
labores cotidianas y anuales y hacer un nuevo plan de vida
armoniosa como en el pasado, sin copiar los males ajenos que
148
distorsionen su sociedad. Debe desplegar sus fuerzas creativas
como en el pasado.
Ahora las cosas están cambiando. Nada permanece intacto,
todo es cambio. Eso lo sabían muy bien los aymaras y no solamente
ellos sino también otras culturas del Hemisferio Sur. En la cultura
aymara se la conocía como el Pacha Kuti. Se sabía que el tiempo no
era lineal sino cíclico, que había ciclos cortos, medianos y de largo
plazo. Han pasado los tiempos de esclavitud (¿o qué otra cosa eran
la mit’a minera y las haciendas?), aunque persisten los sufrimientos
camuflados en la democracia.
De todas maneras, ahora estamos obligados a una nueva tarea,
la construcción de un nuevo porvenir: la de la paz, la cultura, el
respeto a la Pacha Mama y a la diferencia entre los pueblos. Reitero,
sabemos que sólo respetando las diferencias culturales llegaremos
al entendimiento entre los seres humanos. Eso lo vamos a hacer de
acuerdo con la sabiduría de nuestros ancestros, pues ellos
practicaron la convivencia en la horizontalidad y ahora haremos
conforme a los paradigmas culturales aymara - quechuas.
En fin, es hora de registrar, estudiar y producir nuestros
pensamientos, no solamente orales, sino escritos para que
permanezcan por mucho tiempo. Las canciones, la poesía, los
cuentos, leyendas, mitos y tantos testimonios son una verdadera
historia y ahí está precisamente nuestra filosofía. Debemos escribir
para que las generaciones futuras puedan estudiar y practicar la
sabiduría del pueblo aymara.
149
Todas las taras coloniales aprendidas deben ser revisadas y la
mayoría desechadas. El alcoholismo por ejemplo. Si para aplacar
nuestra condición de esclavos en la Colonia, muchos por escapar se
sumergieron en modelos coloniales. Ahora se debe desechar y
abocarse a la construcción de una sociedad como wiphala visto por
fuera como por dentro. Ya no hay por qué y ni de qué llorar. Es
hora de inventariar los recursos y empezar a caminar para vivir en
armonía, como fuimos, genuinamente. Ahora los poderosos de ayer
están aturdidos y no saben qué hacer en el mundo. Se les han
agotado sus conocimientos, especialmente su filosofía de vida y no
saben de dónde copiar. Un ejemplo. El sirwiñaku, después de
hacernos olvidar su práctica, hoy con el nombre de matrimonio de
prueba, en el Occidente ya le están tomando en cuenta.
Nosotros los indígenas somos, ahora, modelo en el mundo. No
es casual que muchas universidades nos visitan para hacer sus tesis.
Ahora es tiempo de los pueblos del Hemisferio Sur, el ciclo del
norte terminó o está declinando desde hace medio siglo.
Los tiempos regresan. Es hora de indagar lo que los antiguos
hicieron, pensaron, dijeron y lo que buscaron. Es hora hallar la
identidad perdida y recuperar la lengua materna que se está yendo
imperceptiblemente.
Hace medio siglo, los primeros profesores indigenistas
descubrieron el poder y carácter de nuestros idiomas. Hallaron
gestos y dichos tan penetrantes en la lengua quechua al oírlos a los
150
indígenas los primeros profesores quedaron atónitos. Toribio
Claure presenció una escena de éstas. Cuando una mujer quechua
se defendía, dice dicho autor. ―La persuasión, adquiere en el quichua,
expresiones tan dulces, tan subyugantes, que no habrá perversidad humana que se
resista o permanezca indiferente a su poderoso influjo.‖ (Op. cit. 1949, p. 59).
Podemos afirmar que las formas de persuasión aymara no lo son
menos. Esas expresiones duermen aún, duermen en el pueblo
quechua y aymara de manera algo distintos en la una como en la
otra. Esas expresiones son las que tenemos que volver a practicar o
hallar y estudiarlas para recuperar nuestra alma, la genuina
expresividad de nuestros idiomas perdidos en la Colonia y en era
Republicana.
2. REVISANDO LA HISTORIA LITERARIA AYMARA
A. La literatura andina pre-hispánica
Antes de que los españoles llegaran a estas tierras de los Andes,
con seguridad florecían muchas culturas. En completo respeto a la
diversidad cultural forzado por el escenario geográfico, aún en el
llamado Imperio Incaico, debido a que, uno de sus paradigmas más
importantes, fue la Pacha Mama, la cual enseña que todo es global y
diverso a su vez. Dentro de la cultura aymara se ve una diversidad
regional admirables y ni qué decir en la cultura quechua. Veamos
un ejemplo de esta diversidad cultural en Bolivia. La vestimenta en
la población de Tarabuco es distinta a la de Potolo o la Jalq'a no es
igual a la de Raqay Pampa que a su vez es diferente a la de Norte de
151
Potosí y ésta a la de Charasani-La Paz, sin embargo son
componentes de una sola cultura, la nación Quechua.
Los tantos y tan variados restos culturales como son las
diversas formas y diseños de cerámicas y los tejidos nos muestran
que manejaron muy bien un paradigma, la de la diversidad. Esta les
sacó de quicio a varios escritores bolivianos, como por ejemplo a
Alcides Arguedas. A él le enfermaba la diversidad geográfica,
climática y étnica de Bolivia, la consideraba un obstáculo para 'el
progreso' del país. Imaginó que sólo en ambientes como las llanuras
de Europa Central, climas uniformes, estaciones puntuales,
étnicamente homogéneas, eran requisitos para “el progreso”. Ahora
esas ideas son sólo añoranzas, el futuro es diverso y es necesaria la
coexistencia pacífica con el otro.
En cada una de las culturas, actualmente, aparecen colosales
monumentos arquitectónicos. En los Andes hubo conceptos
arquitectónicos, cosmológicos, una economía original y un conjunto
de paradigmas culturales diferentes. En una situación como ésta
¿cómo no va haber el cultivo de las bellas artes? Todos sus trabajos
grandes y pequeños lo hicieron cantando y bailando. Un ejemplo
contundente es la tawaylla, el desgrane de la quinua en son de
danza. Por supuesto hubo las expresiones bellas de sentimiento,
rituales y de convivencia armoniosa. Una cosa es que eran distintas
y diversas de una región a otra, que luego fueron barridas por el
tiempo y la situación adversa que vino después.
152
La literatura oral, con seguridad, tuvo que ser practicada de
una manera diversa y original en cada cultura y no faltaron otras
que fueron imitadas. Aquí no era ilícito copiar e imitar porque no
era un mundo individualista a pie juntilla sino era parte de una
sociedad comunitaria. Así que cada imitador iba mejorando
libremente, sin ataduras de propiedad intelectual, una pieza de
canción u otra en una comunidad.
No temo decir que hubo escritura en el mundo andino antes de
la invasión de los españoles. Podemos hablar sin temor a equívocos
de varias formas de escritura andina. Estas pueden haber sido
simbólicas, logográficas e ideográficas. Hubo varias maneras de
escribir y resolver los problemas comunicativos y numéricos. Un
ejemplo, la yupana incaica de Guarnan Poma es distinta de la de
Tiwanaku, enseñada por Jorge Miranda Luizaga, en su libro "La
Puerta del Sol".
Reitero, la cosmovisión, las concepciones y las formas de
encarar las actividades en los andinos eran distintas a la de los
españoles. Pero frente al desprestigio y la persecución tuvieron que
ser camufladas y luego pasaron al olvido. De esa época se ha
conservado sólo algunos mitos, el resto parece haber desaparecido,
salvo alguna que otra poesía aymara gracias a la mano que las
escribió en la lengua de origen en cierta época difícil de la Colonia.
Por eso es importante la escritura. La escritura hace perdurable
la lengua. Si apenas llegaron los españoles hubiesen escrito en
aymara y quechua todas las costumbres, canciones, mitos, etc.
153
habríamos tenido muchos más elementos de juicio sobre la cultura
aymara y quechua, en fin todas las culturas amerindias.
B. La literatura aymara-quechua en la colonia
En la Colonia sabemos que quienes tomaron en cuenta las
lenguas indígenas fueron los religiosos cristianos de la época.
Obviamente, sabemos que todo texto fue escrito para fines de
evangelización y lo dicen ellos mismos en las presentaciones de sus
obras que se publicaban con una serie de autorizaciones
eclesiásticas.
En estas obras muy pocas veces se tomaron en cuenta la belleza
de la expresión aymara, es decir la literatura oral de entonces. Éstas
no fueron recogidas ni escritas y menos difundidas salvo en
algunas obras de Bertonio y Torres Rubio que fueron publicadas
algunas perlas literarias.
Reitero que en los catecismos cristianos se pueden hallar muy
pocas piezas literarias aymaras. Hay alguna que otra en uno de los
libros de Bertonio. Las piezas literarias han sido consideradas como
supersticiones y con el fin de combatir esas pocas piezas, se han
mostrado solo algunos fragmentos y que es todo lo que quedó. Lo
hace notar Bertonio que existen gracias a la participación de Don
Martín Santa Cruz del ayllu Cara, oriundo de una de las dos
parcialidades de la provincia de Juli.
154
En cambio cuando los religiosos se alejan de temas evangélicos
aparecen muchas más muestras de literatura genuinamente andina.
Me refiero a los escritos de Guarnan Poma de Ayala en los que
aparecen piezas literarias del quechua y algunas del aymara. La
misma actitud encontramos en relación con algunos cronistas
españoles de principios de la Colonia.
Con todo, existen muy pocas piezas literarias. Sin embargo
creemos que la literatura oral aymara debió ser mucha más rica,
variada y original en aquel entonces. De haber sido escritas hoy
contarían con muchas y valiosas piezas literarias de la época.
Una cosa es bien clara en la producción literaria aymara
colonial, aunque sólo sea religiosa. La época Colonial se divide en
dos etapas. La una, desde 1560 a 1660 más o menos. Después, hasta
la Guerra de la Independencia no se ha publicado nada importante
y capital para los estudios aymaras. Eso sí, es evidente, la
publicación de abundantes catecismos y otras publicaciones
menores o reedición de aquellas obras ya publicadas. Pese a que
Guaman Poma de Ayala ya había escrito su enorme carta al rey
Felipe II en torno a 1615, este no se conocería hasta 1908, año en que
descubrió el manuscrito el profesor Richard Pietschmann en la
Biblioteca Real de Copenhague. Recién en 1936 hicieron una edición
facsimilar en Francia. En dicha carta de 1.179 páginas, aparecen
verdaderas piezas literarias en quechua y algunas en lengua
aymara.
155
La tradición oral de entonces estaba vigente. Es más, existen
otros casos de varios géneros de cuentos y leyendas. Con seguridad
el arte bello de la palabra en su época fue muy cultivado, pero no
fueron escritos. Recién ahora tenemos a la mano cuentos recogidos
y escritos en la Colonia. Los que fueron fantaseados en castellano y
al modo español. Por ese mismo motivo no lo consideramos
propiamente literatura aymara. Circulan todavía como leyendas y
mitos al modo castellano. Mientras no se analice someramente y
clasifiquen qué es lo andino y qué no lo es, no se sabrá gran cosa
sobre la literatura oral aymara.
Los cuentos, leyendas y mitos aymaras escritos en castellano
pierden su riqueza expresiva y cultural. Lingüísticamente, por la
diferencia de categorías gramaticales y semánticas pierde
obviamente su personalidad genuinamente aymara, a menos que se
lo rescate al modo del castellano andino. Esa es la suerte, también,
de las traducciones.
Sobre este tema hay mucha labor que desplegar. Aquí no lo
damos por agotado. Se puede ver con nuevos enfoques y visiones,
al fin y al cabo nada es definitivo. Se debe continuar buscando más
datos que enriquezcan estos primeros bosquejos.
156
C. En la primera etapa de la era republicana
En la bibliografía de lenguas Aimara y Quichua de Paul Rivet,
no hay que descubrir ya grandes obras, éstas ya han sido
difundidas y son por de más conocidas como, Domingo de Santo
Tomás, Bertonio, Holguín, Torres Rubio y otros, si no otras obras
menores, especialmente en su mayoría de corte religioso cristiano
católico, más papeles, páginas escritas en aymara o quechua.
Por ejemplo, de los once trabajos que hizo Vicente Pazos Kanki
con la Iglesia católica y de ellos sólo son conocidos “los cuatro
evangelios en aymara”. Los dos últimos siglos de la Colonia y en el
primer siglo de la República fueron estériles en la producción
literaria aymara, salvo alguno que otro trabajo más o menos
novedoso, como la que acabamos de mencionar la de Pazos Kanki o
la de Emeterio Villamil de Rada.
Como se ha visto, los precursores del resurgimiento de la
literatura en lenguas andinas fueron los antropólogos europeos.
Parece tener su origen sobre todo en los primeros Congresos
Internacionales de Americanistas que se iniciaron en 1875 en Nancy
-Francia. Para el aymara, si bien en la Colonia se sintió la necesidad
de implantar una escritura alfabética latina a inicios del siglo XIX,
esta escritura alfabética se fue sistematizando y perfeccionando
paulatinamente. Justamente en esto han coadyuvado los
americanistas Max Uhle y Alejandro L. Dun.
157
Aunque en esos años en uno y otro alfabeto, algunos,
especialmente los religiosos, en su labor de producción de textos
bíblicos en aymara, se dedicaron a recoger alguna que otra poesía
aymara de entonces. Las convirtieron en poesías católicas dedicadas
a las vírgenes. Es obvio que, originalmente, éstas eran canciones
dedicadas a la Madre Tierra, la Pacha Mama. (Esto es notorio y se
pueden encontrar con seguridad en los escritos de Carlos Felipe
Beltrán y José María Sanginéz en la era republicana).
Sin embargo mucho antes de esta situación ya las luchas
cacicales fueron encomiables pues fortalecieron el movimiento con
reclamos concretos tales como la creación de escuelas para la
enseñanza de lectura y escritura. Estas exigencias estuvieron
encabezadas por Santos Marka T’ula y Rufino Nina Quispe que
actuaron en el Departamento de La Paz en los años 1920 a 1930.
Algunas poesías - canciones aymaras escolares surgieron entre
los años 1931 y 1939, con el advenimiento de las escuelas
indigenales fundadas por Elizardo Pérez. Éstas son, hasta ahora,
muy famosas. Una es la de Warisata (me refiero a la canción escolar
Illampu), otras son la de la provincia Pacajes. En esto ha tenido
mucho que ver Alfredo Guillen Pinto, alentando e incentivando su
cultivo. Lamentablemente son pocas las piezas, apenas cuatro que
han pervivido y la más famosa es Axawiri Imilla. Éstas canciones
escolares surgieron en una época, que la llamaría “la época de oro”
de la educación indígena, en torno a 1931. Después, jamás
alcanzarían a producir lírica alguna en materia de inspiración en la
158
libertad, por más que sea un solo instante en la historia, porque
sabemos que las escuelas indigenales fueron atacadas y destruidas.
En los años posteriores, los primeros en recuperar los cuentos
aymaras son los antropólogos Weston La Barre en 1947 y Harry
Tschopik en 1948. En Bolivia, Luis Soria Lens, en 1951 recogió
algunas poesías en dicha lengua y un año antes Alfonso Finot y
Antonio Gonzales Bravo escribieron unas cinco poesías no
religiosas en dicha lengua. Asimismo Manuel Rigoberto Paredes
publicó algunas poesías aymaras en "El Arte Folklórico de Bolivia".
D. El resurgimiento: post 1952 de las lenguas andinas
A nivel de creaciones personales de poesía en esta lengua
existen dispersas en varias publicaciones. Todas ellas, hasta aquí,
no son escritas por aymaras. Y es que antes no era permitida la
enseñanza de la escritura a los indígenas. Sólo a partir de 1955, la
Reforma Educativa generalizó la educación indígena.
Después de 1970 algunos aymaristas inauguraron la escritura
aymara enseñando esta lengua a los extranjeros y a los que no
hablan dicha lengua. Empezaron a divulgar varios volantes
mimeografiados. Generalmente sin escritura sistemática sino cuasi
transcripciones de la oralidad. Casi ninguno cumple con el requisito
literario de belleza de la palabra, si no didáctico. Sin embargo, al
159
final fue un buen paso y hay que comprender que por ahí se
empieza, para llegar a niveles más altos de la conciencia en la
redacción aymara.
De esa época, es decir de 1953 a 1981, no se encuentra
producción literaria aymara de valía, es decir el cultivo del arte de
la palabra bella. Aunque los grupos folclóricos crearon de una
manera espontánea algunas canciones en dicha lengua. Posterior a
1972 hay algunas producciones literarias, generalmente
incentivadas por algunos programas radiales e instituciones
lingüísticas (Radio San Gabriel e INEL) que han difundido modelos
de escritura de cuentos, en ellos se ven un eco de un movimiento
indígena que luego se proyectará como Katarismo.
A partir de 1982, y más por el programa de alfabetización que
se inició en 1983 a cargo del Ministerio de Educación, fue naciendo
poco a poco la escritura en aymara con alguna regularidad a través
de cuentos y poesías. Toda esta producción, especialmente en la
poesía, tiene un contenido más dedicado a la Madre Naturaleza -
Pacha Mama. Es decir, dedicado a la Ecología y un segundo lugar
está dedicado a los líderes indígenas como Tupaq Katarí y Bartolina
Sisa. Los temas tienen que ver con la búsqueda de la libertad, otros
se refieren a la vida y algunos a la escuela. Pero fuera de ello existen
algunos textos escritos aymaras dispersos, en ediciones muy
rudimentarias y limitadas por lo mismo casi desconocidas.
En cuanto a cuentos tenemos los cuentos aymaras de CALA,
1976 (pequeños folletos escritos en dicho idioma y castellano),
160
"Achilan wiñay arupa" (1987) de ILCA, "Wiñayarunaka* (1980) de
INEL y folletos de cuentos de Radio San Gabriel (1988).
En la misma época se hizo notar la producción literaria en sus
varios géneros en el Programa Experimental de Educación Bilingüe
de Puno - Perú llevado a cabo en 1977 a 1991 con la cooperación de
la GTZ - alemana. Son importantes la producción aymara
personales de José Luis Ayala y Víctor Ochoa además de otros, en el
Perú.
Las razones para la escasa producción literaria en la lengua
aymara son principalmente la alienación cultural, producto de una
educación enajenante, traumatizante y de castellanización. Sin
embargo, esto atenta directamente a las iniciativas de producción
literaria aymara. Además en esa situación existe el temor a la
ridiculización y sobre todo a los ataques tempranos de algunas
personas propias y extraños a toda producción escrita en esta
lengua. Un ejemplo. En 1994 en Bolivia a través de una revista de
una poderosa ONG, un ciudadano, de cuyo nombre no quiero
acordarme, aún siendo aymara, atacaba sin consideración bajo
simples sospechas (porque no otra cosa es cuando dice: "Noto,...
Notaba,... he notado,... parece..."), con pretensiones de estudio batía a
diestra y siniestra en un lenguaje cínico e irónico, desanimando a
los pocos redactores en dicha lengua. Con él se inició la liquidación
de la escasa producción literaria aymara peruana y boliviana de los
últimos años.
161
Sin embargo vienen los nuevos tiempos. Ahora, me refiero a los
años noventa y cinco en adelante, contamos con varias
producciones literarias de organizaciones culturales indígenas de
Bolivia y Perú, los que no menciono por temor a omitir a algunos.
Así mimo con la implantación de la educación intercultural y
bilingüe hay la posibilidad de que se avance más en la creación
literaria aymara pero cuidando de que sea una producción genuina.
Aunque nada es definitivo, todo es un proceso.
3. PERSPECTIVAS DE LAS LENGUAS INDÍGENAS
A. Los nuevos paradigmas
Alguna vez dije: “Se creyó que los españoles acabarían con el aymara, que
la República sepultaría a los herejes, que la revolución del 52 acabaría con su historia y que finalmente la globalización sepultaría para siempre su existencia, pero ¡nada! Los antiguos paradigmas científico-histórico-occidentales no pueden compararse con el pensamiento aymara; sin embargo, muchos de los posmodernos coinciden en la manera de pensar y obrar: como anillo al dedo y agua que llevan a
su molino.” Los paradigmas posmodernos casi todos coinciden con
los andinos y por supuesto con los aymaras (La Razón: 21.12.2010).
Honestamente, para decir aquello, ya había leído a Javier
Medina. Para saber dónde estamos en la historia, textualmente cito
a Javier Medina, él dice: ―En este sentido, si seguimos la sugerencia de Kuhn
acerca de la Estructura de las revoluciones científicas y, sobre todo, la tesis de Toffler sobre la Tercera Ola y reconstruimos las otras dos, podríamos diseñar, a vuelo de pluma, y por amor de la brevedad, la siguiente matriz que puede ser leída desde el centro hacía los costados:‖
162
―Así, pues, a la pregunta donde nos ubicamos en la historia universal, yo
respondería diciendo que la mayoría de este país, la Bolivia amerindia, se ubica a) materialmente, en la Primera Ola; es más, ésta fue una de las cunas más importantes de la Agricultura gracias a que concentra la mayor biodiversidad del planeta b) intelectualmente, en la Tercera Ola por la sintaxis y lógica no aristotélicas, de Tercero incluido, que permiten a idiomas como, por ejemplo, el Aymara, por ser insuperables lenguajes para traducción automática en sistemas computarizados. Con otras palabras, el Paradigma holista de la Primera Ola y el Paradigma sistémico de la Tercera Ola comparten una misma sintaxis: la interconectividad total del hecho biótico. La minoría europea de este país se ubica en la Segunda Ola, sólo que de un modo fantasmático pues no tiene y lo que
Revolución Agrícola Revolución Industrial Revolución Informática
Religiones de manifestación Localismo
Des-centralización Diferencias Consensual Redes Andrógino/sistemas disipativos
no lineales Tinku, taypi Pachamama Inter-relaciones Animista Integralidad
El cuerpo como campo de energías Parte de un continuum cósmico Aprender como un viaje Con-centración
Holista
Religión de proclamación Universalismo
Centralismo Homogeneización Autoritarismo Institucional Masculino/lineal/racional
Izquierda/derecha Naturaleza como cosa Compartimentos estancos Mecánico Especialización
El cuerpo como máquina Dicotomía cuerpo-alma Aprender como un producto Primacía de lo exterior
Atomista y segmentario
Religiosidad neo-pagana Regionalismo
Descentralizaciones Respeto a la alteridad Horizontalidad Redes, circuitos Racional e
intuitivo/interacciones no lineales Centro radical Hipótesis Gaia Inter-disciplinariedad Flujo de energía
Conjunto El cuerpo como sistema Continuum cuerpo/psique Aprender como un proceso Revalorización de la
experiencia interior Sistémico
163
constituye la esencia de la revolución industrial: la fábrica. Por eso, esta Bolivia oficial existe como un simulacro y, a saber, que no funciona. No funciona el Estado-Nación, el principio de soberanía, un mercado interno homogéneo; no funcionan los poderes del Estado, sobre todo el Legislativo y el Judicial; la corrupción y falta de credibilidad son universales; no funciona el sistema educativo: no tiene referencia en la producción; no tenemos un sistema de seguridad alimentaria; siempre estamos en emergencia... No sólo eso, sino que además sabemos que no funciona, pero –curiosamente– no sacamos de ello las consecuencias.
Caídas las grandes Palabras de la Segunda Ola, la minoría europea de este país
se ha aferrado al dogma de la Democracia formal de las sociedades industriales, con una fe cerril y carbonera que asombra. Como piensan dicotómicamente, contraponen democracia a dictadura. Y ello no es necesariamente así. Es cierto que las sociedades occidentales se han manejado con el Principio de identidad y el Principio de no contradicción; pero estos principios de la lógica aristotélica no son precisamente pertinentes en sociedades de Primera o Tercera Ola. Otra vez, pues,
la analogía para poder nombrar lo que nos sucede.‖ (Medina, 1992, p. 154 ss.).
C. El redescubrimiento de lo propio
Esto de conocerse a sí mismo, para muchos, es muy difícil. Un
autoexamen de su personalidad, de su carácter e idiosincrasia
parece por demás. Todos creen que se conocen a sí mismos, sin
embargo no lo es, por eso varios filósofos occidentales como
orientales recomiendan “conócete a ti mismo<” dijo, según
Diógenes, Tales Milesio, uno de los siete sabios de Grecia y lo
mismo ha dicho el estratega militar chino Sun Tzu. La conciencia de
la identidad cultural, lingüística, social, económica, etc. nos llevará
ineludiblemente a la libertad. Pero, en una situación colonial mucha
gente no cree en sí mismo y cree que lo que hace, da por conocida a
164
su personalidad, mintiéndose a sí mismo. Una vez más, por mirar
apresuradamente fuera, descuida el verdadero origen de la mayor
seguridad y creatividad, el conocimiento de sí mismo.
El otro componente es la lectura. No tenemos hábitos de
lectura, pero si hemos alcanzado tareas mucho más difíciles,
también alcanzaremos la tradición de lectura. Lo importante es que
exista un plan, una meta a alcanzar, sobre todo decisión de ser y
hacer bien las cosas. Solo a partir de la identidad se puede ser
capaces de ser creativos y llegar a metas consideradas utopías.
Se debe buscar obviamente la propia filosofía, la adecuada
epistemología, los paradigmas perdidos u olvidados, con que se
conducen en su sociedad. La lógica trivalente o tetraléctica aun se
practica, hace falta abrir bien los ojos y describir lo que los antiguos
abuelos han descubierto y han buscado.
Si nuestros paradigmas culturales tienen mucho en común con
los del futuro mundial, es imperativo recuperar la identidad
cultural perdida o por perderse. Es decir debe ser la estrategia
volver y recuperar nuestros paradigmas culturales, sin desconocer
lo que saben las otras culturas extranjeras.
165
4. PRODUCCIÓN LITERARIA AYMARA EN LA REFORMA EDUCATIVA
(1995-2005)
Introducción
En los años noventa se ha implantado la Reforma Educativa
Boliviana, en el que se reconoce la pluriculturalidad y
multilingüismo de la realidad social boliviana. Mientras tanto, ya se
avanzó bastante en el proceso de la recuperación de las lenguas
vernáculas bolivianas por parte del pueblo encabezados por sus
líderes políticos y culturales. Ya mucho antes, las actitudes
contradictorias de los altos funcionarios del Estado boliviano hacían
entrever la inconsistencia de su política de homogeneización
nacional, porque no otra cosa fue la política de la “castellanización”
y “civilización” de los indígenas, como forma del “progreso
nacional”.
Con la implantación de la educación intercultural y bilingüe
dentro de la Reforma Educativa se apoya a las políticas de
fortalecimiento de las lenguas indígenas de Bolivia. Es producto,
por una parte, debido a los cambios de paradigma que está
sufriendo el mundo, y por otro, es el fruto de una larga lucha de los
diversos sectores del pueblo aymara en su búsqueda de respeto y
dignidad para su cultura. Por último, es producto de la visión clara
de algunos intelectuales y políticos bolivianos progresistas que han
proyectado un futuro mejor, creyendo encontrar justicia social. Han
166
optado esta opción de política cultural, pese a la oposición de los
sectores tradicionales por la nueva visión que se pintó en el
horizonte con respecto a las políticas culturales. Esta nueva postura,
naturalmente, modificará la política de "castellanización". Aunque,
por el momento, fuese solo una acción para usar las lenguas
indígenas para llegar a la castellanización, pero con el proceso se
arreglan y se mejoran en el camino. Cual sea su posición en el inicio
se abre una nueva coyuntura, esta vez mucha más amplia, para la
producción de la literatura aymara-quechua.
En los últimos años, me refiero a la década del 90, he estado
siguiendo de cerca las experiencias de educación intercultural y
bilingüe en las áreas aymara y quechua. Se ha llegado a conocer de
cerca la edición de las obras en estas lenguas para la Biblioteca
Escolar de la Reforma Educativa de entonces.
Los técnicos o políticos de turno siempre desdeñan las lenguas
y culturas indígenas. Si políticamente están cercados por el contexto
mundial y hay recursos para la recuperación de esas políticas
culturales, lo hacen a regañadientes y sin tener fe en esas lenguas y
casi obligados por captar recursos antes que reconocer la diversidad
cultural del país. En este camino ellos no han tenido más que buscar
a los entendidos o experimentados en el manejo de las lenguas
indígenas. Por esos azares estuvimos cumpliendo lo que se puede
hacer con respecto a la recuperación lingüística y cultural de los
pueblos indígenas. Hablo de esa producción que muchas veces
hemos asumido por la causa, para hacer alguna producción
tangible que quede para las futuras generaciones.
167
A. Antecedentes de la producción aymara actual
La Dra. Lucy T. Briggs, lingüista norteamericana se fue
directamente en señalar las cosas prácticas en aymara en su
ponencia (en Estudios Bolivianos - Cochabamba). Apunta tres
importantes publicaciones en la producción de la literatura aymara
en Bolivia. La primera es: YATIÑATAKI, publicación de INEL
(Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos: hoy desaparecido), y
que en su tiempo (1974-1981) fue una de las pocas producciones
periódicas que salía escritas en lenguas andinas.
La segunda es JAYMA, que ha iniciado sus actividades en 1982
y publica periódicamente noticias y literatura aymara en aymara y
artículos de investigación en castellano. Y finalmente tenemos a
YATIÑASAWA de ILCA (Instituto de Lengua y Cultura Aymara).
Aparte de dichas publicaciones existen otras no periódicas, sino
ocasionales, como: CUENTOS ANDINOS, los libros de Rufino Phaxsi
y otros. Esta relación está fuera de todo esfuerzo y apoyo religiosos.
Sabemos (que) también los protestantes y católicos realizan
producción literaria en aymara, generalmente de temas cristianos,
(que) es loable siempre y cuando reflejen la genuina gramática
aymara, y el pensamiento, cosmovisión y esencia de la cultura
aymara, aunque eso es pedirles demasiado.
168
A inicios de 1980 estuvimos en una especie de enfrentamiento o
guerra de alfabetos, debido al uso de varios alfabetos para escribir
la lengua aymara. Felizmente, en 1983 y 1984 se ha unificado el
alfabeto para escribir la lengua aymara y asimismo también para la
lengua quechua. Esta etapa quedó como una etapa histórica ya
superada en cuanto al alfabeto, gracias a las orientaciones de la
ciencia de la lingüística y sobre todo por la predisposición que
tuvieron los asistentes interesados de verdad en las lenguas
indígenas, que concurrieron al I Seminario Internacional Hacia una
Educación Intercultural y Bilingüe de Cochabamba en 1983, que en
aras de la recuperación de las lenguas aymara y quechua ha optado
por entender las razones de la urgencia de la unificación del
alfabeto de cada de estas lenguas andinas.
A partir de la unificación de alfabetos aymaras, se ha realizado
una campaña de alfabetización en lenguas aymara y quechua, a
cargo el Servicio Nacional de Alfabetización y Educación Popular
(SENALEP), que ha alfabetizado una gran cantidad de población
bilingüe (aymara - castellano). Una muestra de la magnitud de esta
campaña es que logró publicar más de cien mil cartillas de
alfabetización en lengua aymara y otro del quechua (hubo varias
ediciones), además de atender a la población castellana.
Gracias a esta campaña de alfabetización han surgido, aunque
en forma dispersa, varios poetas y cuentistas aymaras, en un
principio tímidamente pero luego con brío, como se podrá apreciar
en la Antología de Literatura Aymara volúmenes I y II. (Estas
antologías concentran poesía y prosa aymara de las distintas
169
épocas, de áreas rurales, sub - urbanas y urbanas, publicadas y no
publicadas. Como su nombre lo dice, es antología de lo más
sobresaliente que hay de la producción literaria aymara, en el
ámbito continental.
Hasta antes de 1995 parece haberse allanado los problemas de
la escritura y la producción de literatura aymara. Sin embargo una
cosa que pudo ser de fácil resolución, como aquello de alfabetos,
fue la escritura aymara, que puede ser escrita desde la perspectiva
fonética o fonémica y se optó por la segunda. En la normalización
lingüística de esta lengua, es decir en la escritura sistemática, surgió
una complicación demagógica propia de caprichos enfrentados. En
anteriores oportunidades, se ha tocado este tema, sin embargo, a
veces conviene reiterar y eso es redundar, y si éste aclarará el
camino a la nueva convivencia, entonces valdrá la pena excederse.
Algunos antiguos predicadores de escritura fonémica hoy
proclaman la escritura fonética del aymara en cuanto a escritura
sistemática. Dicen que "el aymara se debe escribir así como
hablamos... "(Es decir continuar en la etapa de la transcripción
fonética aymara, como se lo hacía antes de 1990). Ahora hay una
especie de tregua. Pidieron "flexibilidad" y se lo aceptó, pero
también la hubo en 1984 para el alfabeto. Pero solo resultó que fue
capricho. El problema no es de fondo sino de forma (2+3=5 y 3+2=5),
desde el punto de vista racional, el orden de los guarismos no altera
el producto. Lo mismo sucede si se escribe en aymara con vocal
final completa o elidiendo la vocal al final. El significado no cambia
170
ni un ápice. Entonces el problema no es de fondo sino de forma, por
tanto es solo un capricho.
B. Producción literaria aymara de 1990 a 1999 a). El contexto
Desde todo punto de vista las lenguas indígenas estaban mal
vistas. Estaban consideradas como algo ilícito. No tenían
autorización oficial ni leyes les que les protegían ni menos que les
alentaban. El comunicador en lenguas indígenas, un escritor en
lenguas aymara, quechua y guaraní estaban vistos como lenguas
incipientes e idioma de salvajes. Como lenguas sin gramática ni
escritura. “El aymara es una lengua de analfabetos”(Eduardo Pérez
Iribarne).
No había gente que valore la redacción aymara y en otras
lenguas indígenas. Cuando aparecía algún texto enteramente en
quechua u otra lengua se sorprendían y la consideraban como
actividades de gente desocupada que perdía su tiempo. Escribir en
aymara y peor publicarlo era una pérdida de tiempo. Para la
felicidad de los enemigos de las lenguas indígenas ni siquiera había
lectores en sus propios hablantes.
Aunque en honor a la verdad y descargo de intelectuales de
mucha altura intelectual, hay que mencionar a contados científicos
como los doctores Arturo Orías, Ramiro Condarco Morales, Jorge
Ovando Sanz y otros, de la misma sociedad opresora compraban y
171
se cuidaban de comprar los siguientes números del periódico Jayma.
Pero en el grueso de la población hispana nada. Asimismo en la
sociedad indígena habían varones que fueron asiduos lectores, por
su puesto muy pocos, si a uno se lo puede mencionar es a Simón
Yampara Guarachi.
Ya se había caminado en todo tipo de caminos tortuosos y lleno
de obstáculos. Ya se había transitado por una producción radial
más o menos exitosa. Se ha deambulado por una experiencia en la
comunicación social escrita en lenguas aymara y quechua
(periódico Jayma y Cono Sur). Se ha realizado ensayos de pequeños
concursos literarios (Khana, Cipca y San Gabriel). Pero seguía
siendo como una especie de trabajo clandestino, sin autorización y
de nivel familiar antes que abiertamente público.
A continuación enumero los siguientes textos aymaras a los que
tuve acceso para revisarlos, en mi calidad de consultor para la
adecuación de los primeros y revisión en el resto en la gestión de
1995-1996. Estos corresponden a los primeros textos publicados y en
vías de publicación. Estos no son textos con contenidos curriculares
escolares sino textos auxiliares de lectura y generalmente de la
tradición oral aymara.
172
b) Textos aymaras peruanos
En el Perú, en la localidad de Puno, en los años 1980 a 1990, con
el financiamiento de GTZ –Alemana, fueron desarrollando
experiencias de educación bilingüe. De éste proyecto, por lo menos,
existe una buena cantidad de publicaciones de materiales de
lectura. Muchos son en lengua aymara y quechua. Para nuestro
estudio se ha reunido las de aymara, en su mayor parte. Son libros
que realmente fueron hechos con mucha dedicación y aprecio a la
educación bilingüe, lástima que la gente de entonces no supo
apreciar esa coyuntura para fortalecerse culturalmente. Aquí solo
mencionamos los libros literarios y así los abundantes textos de
educación regular en aymara y quechua. Particularmente son dos
de cuentos y una de poesía aymara. Wiñay Pacha volúmenes I y II.
La de poesía es Suma Arusa, las que, a su vez, fueron publicados en
Bolivia, previa adecuación a la escritura normalizada del aymara
del país.
La característica de estas obras, me refiero a las peruanas,
contienen hermosos dibujos hechos por profesionales dibujantes
conocedores del medio ambiente aymara y por supuesto fueron
publicados con la Cooperación de GTZ - alemana.
173
c) Producción de THOA (recopilados por Vitaliano Huanca).
Nº
Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar/ edición
1 Kunturixatawaqumpi lulimpi/
Jukumarixa warmimpi / Warixa tawaqunakampi
Cuentos +
traducción castellana
¿? 6.5x22
cm
¿? A todo
color
La Paz
2 Liqi liqixa tata Pirutimpi Cuentos+
traducción castellana
17 6.5x22
cm
12
ilustraciones a todo color
A todo
color
La Paz
3 Phisimpi anumpi / Uywani
warmimpi / Phisixa Mariya
tawaqumpi / Phisixa supayampi
Cuentos +
traducción
castellana
31 6.5x22
cm
27
ilustraciones
a todo color
A todo
color
La Paz
4 Qamaqixa warmi achakumpi/qamaqixa achakumpi
Cuentos+ traducción
castellana
32 6.5x22 cm
13 ilustraciones
a todo color
A todo color
La Paz
5 Qamaqixa liwunampi Cuentos+ traducción
castellana
16 6.5x22 cm
14 ilustraciones
a todo color
A todo color
La Paz
6 Jamp'atumpi waynampi / Qhisi
challwampi tawaqumpi
Cuentos+
traducción castellana
34 6.5x22
cm
12
ilustraciones a todo color
A todo
color
La Paz
7 Qamaqixa k'ank'ampi Cuentos+
traducción castellana
16 6.5x22
cm
12
ilustraciones a todo color
A todo
color
La Paz
8 Qamaqixa warmi achakumpi /
Qamaqixa achakumpi
Cuentos+
traducción
castellana
32 11
ilustraciones
a todo color
A todo
color
La Paz
d) PEIB (Libros preparados por Juan Carvajal).
Nº Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar de
edición
1 Tiwula 1 Cuentos cortos 89 18x21 Interior a dos
colores
A todo color La Paz 1991
2 Tiwula 1I Cuentos cortos 73 18x21 Interior a dos
colores
A todo color La Paz 1995
3 Tiwula 1II Cuentos cortos 77 18x21 Interior a dos
colores
A todo color La Paz 1995
174
Estos libros fueron publicados en la Imprenta Artes Gráficas
Latinas, bajo el Convenio MEC- UNICEF.
e) Producción de Félix Layme Pairumani
Nº Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar de edición
1 ARSUTANAKA 1 Fábulas aymaras 1 55 18x21 45 ilustraciones a dos colores
A todo color
La Paz
2 ARSUTANAKA 2 Fábulas aymaras 2 57 19x21 cm 40 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
3 AMTKAÑANAKA Amenidades aymaras 60 19x21 cm 45 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
4 YATITANAKASA 1 Relatos culturales 1 62 19x21 cm 25 ilustraciones a dos colores
A todo color
La Paz
5 YATITANAKASA 2 Relatos culturales 2 64 19x21 cm 25 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
6 Wali CH'ULLQHIÑASAWA
Relatos históricos 63 19x21 cm 28 ilustraciones a dos colores
A todo color
La Paz
7 MUSPKAÑANAKA Cuentos fantásticos 63 19x21 cm 63 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
8 JAWARINAKA Cuentos aymaras 56 19x21 cm 40 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
9 AYMARA AMUYUNAKA Mitos aymaras 55 19x21 cm 40 ilustraciones a dos colores
A todo color
La Paz
10 SÄWINAKA Proverbios aymaras 65 19x21 cm 51 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
11 JAYLLINAKA Antología de cantos 53 19x21 cm 37 ilustraciones a dos colores
A todo color
La Paz
12 JAWARINAKA Antología de poesías 72 19x21 cm 35 ilustraciones
a dos colores
A todo
color
La Paz
Estos libros alcanzaron dos ediciones. La primera entre 1994 y
1995 a cargo del UNICEF en apoyo al proyecto de Educación
Intercultural Bilingüe, ejecutado por Convenio MEC -UNICEF (1990
175
a 1994). Y la segunda fue publicada a cargo de la Reforma
Educativa del Ministerio de Educación en 1996.
Una cosa debe quedar bien clara. Lo primero es siempre lo
primero. Los primeros libros publicados jamás serán alcanzados
por los segundo ni los terceros. El tiempo transcurrido entre éstos y
aquellos no lo permiten. Los primeros siempre serán los
generadores de los segundos. Un ejemplo. Ludovico Bertonio jamás
será alcanzado por ningún otro diccionario de manera
independiente. Siempre será hijo de aquel. Por más que tenga
defectos, desorden u omisiones, el antiguo siempre será como un
faro que guiará a las de más producciones de libros de su
especialidad.
Por lo demás, existen libros solitarios o dispersos que han sido
publicados en la misma serie, que no citamos aquí, por no
extendernos más.
f). Producción literaria aymara inédita
En mucho tiempo, en forma esporádica, se han dedicado a la
producción escrita aymara. Toda aquella producción ha servido
para practicar la lectura y la redacción en la lengua aymara, éste fue
perfeccionándose hasta llegar a una sistematización de la forma
escrita de esta lengua. Sin duda en un principio se ha empezado a
escribir dicha lengua de una especie de transcripción luego a una
forma de transcripción mejorada y ahora se transita en la escritura
176
sistematizada. En otras palabras, esta última se llama también
normalización lingüística de la escritura aymara.
Si en la escritura se tuvo varios pasos o etapas hasta llegar a una
escritura más o menos perfeccionada, la misma producción de
literatura aymara tuvo también todo un proceso de desarrollo. En la
colonia, primero fueron las traducciones bíblicas, casi pocas o
ninguna de trascendencia en cuanto a la transcripción de la
literatura oral propiamente aymara. En la República se ha
continuado con lo mismo, especialmente en la primera etapa.
Recién en los años treinta en adelante fueron recogidas algunas
canciones escolares y folclóricas inspiradas en las lenguas
indígenas.
Posteriormente entorno a 1950, aparecen algunas poesías
escritas en lengua aymara por mestizos que sabían dicha lengua.
Obviamente todas escritas a la manera castellana. Se puede concluir
que en el mundo aymara no hubo poesía declamada como en el
mundo castellano u otros idiomas, sino cantada, es decir cantos o
canciones en aquellos tiempos. Pero recientemente, con el
advenimiento de la escuela, tanto recitar en castellano en horas
cívicas los días lunes y en fechas cívicas. Este ha acostumbrado
adoptar la poesía declamada. En las primeras oportunidades de los
concursos de poesía, en esta lengua, han aflorado una buena
cantidad de poesías escritas en aymara, especialmente a partir de
1970 en adelante. Es decir aparecen creaciones individuales en la
poesía aymara, muchas de ellas son inéditas, pues apenas han sido
177
declamadas en las escuelas y después nadie lo ha recogido ni
menos publicado.
En las canciones indígenas no hay creación personal sino
comunitaria. Si es que las hay, se convierten en trabajos anónimos
con el aporte de los demás miembros de la comunidad. Al invento
de uno, otros iban añadiendo, quitando, en fin, mejorando hasta
llegar a perfeccionarlo, luego los difundieron. Después llegaría a
cautivar a todos los miembros de la comunidad por su belleza y
expresividad alcanzada. La cultura y lengua aymara responde a
una situación comunitaria y claro esto tiene lógica. No es que esté
en contra de las creaciones individuales, sino simplemente se hace
notar que es mil veces mejor la participación de los otros en un
trabajo por más personal que éste sea.
Los hablantes de esta lengua se manejan bajo una norma, se
llama la reciprocidad y sin ella no es posible llegar a producir una
obra de arte que llegue al corazón del pueblo aymara y lo correcto
es citar el concurso de dichos colaboradores para la culminación de
una obra, en este caso la literatura aymara. Por ello, siempre se cita
la procedencia, los que me contaron, los que aportaron en algo en
toda la producción de literatura aymara. Este proceso se ha
tergiversado porque se sabe la complejidad cultural y lingüística
aymara. Así que, con él, se hizo literatura en dicha lengua, sacando
de la enredada y redundancia de la tradición oral para gustar la
lectura e incentivar producción literaria en esta lengua, sobre todo
para buscar desarrollar el hábito de lectura en lengua aymara en las
futuras generaciones.
178
g). Problemas históricos y socioculturales
Se puede asegurar que además de los problemas históricos y
socioculturales también hay un proceso de desarrollo en este rubro.
Reitero, primero fueron las traducciones bíblicas, luego canciones y
cuentos, ahí nació la poesía aymara sin canto. En la actualidad se
produce (si vemos la producción literaria, en esta lengua de la
Reforma Educativa) en base a cuentos y poesía aymara sin canto.
Las creaciones personales son muy pocas y si hay son inéditas, son
orales como algunas novelas radiales y en su generalidad tienen
interferencias culturales y lingüísticas del castellano. Por ejemplo
los ensayos en esta lengua son pocas. En cuanto a las
investigaciones científicas en dicha lengua apenas hay una, la de
Carlos Mamani, sobre un tema histórico. Después del año 2000,
recién se habría iniciado la producción literaria de creación
individual, fecunda sobre todo. Será aún difícil encuadrarse al
contexto aymara o indígena, con lo que se retrasará aún todavía
más.
De la misma manera el proceso de toma de conciencia de la
importancia de la lectura tuvo también sus primeros pasos. En
principio, el aymara, se inició leyendo como el castellano. Mucho
después se entendió que no se debía leer corrido como el castellano
sino pausada y tranquila en la lengua aymara.
Cuando se ensayó la lectura del aymara corrido como el
castellano grande fue la sorpresa. Cuando uno se ha visto enredada
179
en una serie de conflictos producto de la tipología lingüística, en
cada una de ellas. En esta situación sería cómico ver leer la lengua
aymara a la mayoría de sus propios hablantes, en especial los que
recién se inician en el estudio de esta lengua, me refiero a
estudiantes de nivel superior.
Cuando uno no se está bien entrenado en la lectura de esta
lengua, tiene varios problemas, por falta de tradición de lectura. Lo
mismo ha ocurrido con la escritura, ya que escribían con el alfabeto
castellano, luego mejoraron medianamente y después se dieron
cuenta que no eran iguales la escritura de ambas lenguas, que
habría que tomar conciencia del valor de los símbolos en una y otra
lengua.
Fuera de ello hay otro componente importante que se debe
tomar muy en cuenta si se quiere escribir y analizar la literatura
aymara, en estos pasos o etapas del proceso de la escritura aymara.
El hecho es que los indígenas que hablan esta lengua y otros como
sus padres y abuelos estuvieron colonizados desde hace siglos. Los
indígenas actuales fueron colonizados más o menos hace como
cincuenta años con mucha más intensidad y efectividad con la
escuela. Es decir colonizados con nuevos modelos ajenos de
comportamiento sociocultural. Eso repercutirá desfavorablemente
en la gente que se dedique en la producción literaria aymara.
La castellanización fue más intensa desde 1952 a 1990 más o
menos, aunque luego hubo coyunturas para contestar y luchar por
una educación acorde con los derechos humanos y del niño. En este
180
proceso los indígenas se han empapado de la manera de ver el
mundo como de sus señores y con la propia han actuado y
sobrevalorado los valores ajenos. Se han avergonzado de propia
lengua, de sus apellidos indígenas y hasta de los nombres de sus
pueblos y comunidades. Esos nombres han cambiado por una serie
de nombres extraños. Lo mismo ha ocurrido con su propia manera
de pensar y actuar.
Por tanto pretender escribir su propia lengua de la noche a la
mañana es sencillamente escribir con palabras aymaras frases y
oraciones castellanas. Mucho tiempo ha pasado para que se
percaten de esta situación. Por lo menos algunos tardaron una
década, en salir de esta situación. Aun así han dirigido sus medios
de comunicación con mucho miedo, esperando sanas críticas de los
supuestos conocedores de la materia de la redacción en esta lengua,
si es que los había. Ahora, habrán críticas, pero serán más por
intereses personales que por una crítica ecuánime puesto que toda
crítica a destiempo no es más que por revancha o una causa
emocional.
Como se verá hay un conjunto de pasos que se puede llamar
proceso de toma de conciencia cultural y de escritura aymara. Con
seguridad que esto ha debido pasar y pasa en muchas culturas
indígenas no andinas. Creo que hay mucho que trabajar en esta
materia. Aunque también hay que recalcar que en otros países es
posible que la situación sea distinta puesto que allí la educación
indígena empezó mucho más antes. Como también hay los que
181
empezaron recién en estos temas. Con todo no es homogéneo el
proceso de conciencia y de la escritura de las lenguas indígenas.
5. LA LITERATURA EN LENGUAS AYMARA Y QUECHUA
En materia de literatura aymara y quechua se puede decir que
este campo es muy amplio. Para el aymara me remito a lo que dije
alguna vez en Puno en el "I Congreso de la Lengua y Cultura
Aymara". El quechua es una lengua gemela del aymara, en la
antigüedad se llamaba runasimi y el aymara jaqaqru, son dos
lenguas que tienen la misma tipología lingüística y cultural.
Asimismo hacen y son una hermosa pareja en la historia política
andina.
Sin embargo a grandes rasgos puedo decir que el quechua está
en una situación similar al aymara, es decir en la etapa de los
primeros pasos de producción literaria. Por ello es necesario
guardarse críticas destructivas para no desmoralizar el proceso de
producción literaria aymara y quechua.
Tenemos suficientes problemas en la tarea de incentivar el
desarrollo literario de las lenguas maternas, como para entretenerse
con observaciones destinados a frenar la producción literaria en
lenguas andinas. Con la alienación cultural, la educación de
transición al castellano, sustentadas irracionalmente por algunos
sectores y la comunicación social no siempre cumplen el papel de
182
toma de conciencia a favor de las lenguas indígenas, por el
contrario obstaculizan con sus programas ajenos y de aculturación.
Al final, sin duda habrán nuevos problemas, gente que se aferre
a una forma escrita de las lenguas indígenas como si fuese un
dogma religioso. En cambio, continúan codeándose con los que
sustentan la castellanización y los que buscan la educación bilingüe,
ante la paciencia de los indiferentes y profanos.
No es razonable que después de tantos años continúenos en la
oralidad cuando está tecnología, la forma escrita es y será siempre
la reina de la comunicación social, mucho más en la nueva era. La
forma escrita además de plasmarla para leer una y otra vez,
analizar e interpretar su significado para beneficio de los
interesados eterniza la lengua y permite la difusión del
pensamiento aymara y quechua más allá de lo insospechado. Por
eso la producción escrita de las mencionadas lenguas andinas debe
salir de la simple oralidad a la doble vía: oral y escrita.
Debemos saber que el dilema "para aprender una segunda
lengua es preciso saber bien la lengua materna" (Bárbara
Schuchard, 1972), se fue repitiendo por muchos años, es hora de
que la entendamos y la practiquemos. Ese es el camino para
aprender un buen castellano como segunda lengua.
Otro de los dilemas lingüísticos es aquel proclamado por Franz
Tamayo, que dice: "Para aprender a leer y escribir se precisa saber
antes hablar y comprender la lengua". Esto lo ha dicho en 1910 y los
183
"beodos" como él llamaba a los tecnócratas, no lo han entendido
entonces ni en los años 50, 70 ni hoy. Por no comprender a Tamayo,
irónicamente, han proclamado la alfabetización en lengua castellana
para los hablantes aymara y quechua. Hasta ahora muchos no las
entienden ni las van a entender, por eso se cierran y se oponen a la
educación bilingüe.
Hace unas dos décadas mucha gente no comprendía que el
aymara tiene solo tres vocales, incluso gente con doble doctorado.
Ahora proclamar cinco vocales en aymara es un descrédito para
quiénes lo sostengan. Dicen que la historia no se repite. Pero ahora,
paradójicamente, nuevamente la historia parece repetirse. Hoy,
gente con doble licenciatura no entiende lo que es una
normalización lingüística y siguen proclamando que "se debe
escribir el aymara así como hablamos".
Ya ha retornado el paradigma de la diversidad con la
Revolución Informática Cibernética y los profesores como Jaime
Escalante, doctores como Guillermo Bedregal y otros, consideran
que la educación bilingüe es un retroceso en plena era de la
diversidad. O sea, siguen pensando que el tiempo es lineal, cuando
el mayor intelectual occidental Albert Einstein ha generado una
nueva concepción, la de “relatividad cultural”. Por lo tanto nos falta
mucho por entender la realidad en que vivimos entre unos y otros.
Existe todavía una intolerancia, un autoritarismo vertical en
tiempos de la horizontalidad.
184
Hay mucho por hacer por nuestro pueblo y nuestro futuro.
Parafraseando a un proverbio árabe podemos decir “mientras
podamos escribir un libro hagámosla en nuestra lengua materna,
plantemos no sólo un árbol, sino muchos y eduquemos a nuestros
hijos para una civilización de respeto a las diferencias y no para una
que se está despidiendo”.
Si bien hasta ahora se han producido dichos instrumentos
lingüísticos desde una posición tradicional o si se quiere empírica,
sin rigores lingüísticos, es que los especialistas por más que sepan
hablar la lengua aymara, no van a escribir con estos instrumentos,
sino algunos líderes lingüísticos del pueblo y ya lo harán en su
oportunidad. Además algunos profesionales en el pueblo aymara
necesitan fuertes incentivos para producir sus materiales y lo hacen
siempre en castellano sobre la lengua aymara. Tampoco hablan
dicha lengua a diario sino ocasionalmente cuando los conviene. Si
han hecho investigaciones con nombre de tesis jamás publican sus
obras, salvo muy pocas excepciones, los más los han guardado en
los archivos de su institución, al cual tienen acceso muy pocos o
sólo ellos. Si es una tesis de licenciatura ¿cuál el miedo a
publicarlas? Yo por mi obra no temería usar los recursos
económicos propios para difundirlos.
185
V
LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA
AYMARA
Introducción
Una primera observación. En un país con múltiples lenguas la
política lingüística del Estado debe ser, por lo menos, propender a
enseñar siquiera las principales lenguas, pero aquí solo se ha
procedido, con el nombre de libertad en idiomas se enseña la
lengua del conquistador.
Una segunda mirada. Las lenguas nacionales, si se han
reconocido, deben ser difundidos por los tres estamentos
educativos: desde la educación regularizada, educación superior y
educación alternativa. Además de que existen esos estamentos
estatales ninguna de las mencionadas instancias las difunden de
manera sistemática y regular, sino de favor, demagógica o
conmiseración. Los que pueden enseñan las lenguas indígenas
como pueden y los más improvisan. Es más su personal de
186
instrucción discute con el Estado y en contra de las leyes si se debe
o no enseñar las lenguas indígenas.
Un tercer vistazo. Hasta ahora no existe una metodología de
enseñanza de lenguas, aún para la lengua oficial y menos para las
lenguas indígenas. Si hay algunas metodologías son iniciativas de
enseñanza de lenguas por gente dedicada voluntariamente a esta
labor. Todos los profesores de enseñanza de lenguas del país son
profesionales autodidactas que la vida les ha enseñado a obrar en
un mar de confusiones y estériles con las lenguas indígenas.
Todos sabemos que en esta nueva era es imperioso aprender
una de las lenguas indígenas en Bolivia. No porque se le ocurre al
gobierno de turno, sino porque el paradigma universal es
diversidad, alteridad y horizontalidad entre todos. Además hoy
estamos en una especie de “relatividad cultural”. Eso supone que
no hay culturas ni lenguas superiores tan solo diversos o diferentes
comparadas unas con otras y que hay respetar al otro en la medida
en que quieras ser respetado. Hoy la cultura se encamina hacia una
convivencia horizontal sin verdades absolutas.
Por eso los voluntarios y autodidactas hemos llegado al
convencimiento de que el Estado no va hacer nada por las lenguas
indígenas, porque apenas dan pautas de política lingüística. No es
quedarse en fabricar leyes sino dar un real impulso a la nueva
convivencia en los términos anunciados. Nuestra política también
está colonizada y allí no llega la descolonización, hasta hicieron
falsas alfabetizaciones, la alfabetización siempre ha sido en la
187
lengua materna, pero ellos han inventado una alfabetización en el
segundo idioma.
1. BASES PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
Para enseñar una lengua hay que conocer bien las categorías y
las estructuras gramaticales de ambas lenguas, la del estudiante y la
lengua a enseñar, que no son iguales, a menos que sean lenguas
emparentadas como castellano y portugués o paralelas como la de
aymara y quechua. El profesor de lengua debe saber enseñar o
mínimamente conocer la lingüística para facilitar su propio trabajo.
Y para los estudiantes de una lengua, el lema debe ser, “para
aprender una segunda lengua es necesario saber bien la lengua
materna”. Porque es en base de las estructuras de la lengua materna
que se va a contrastar y asimilar con dedicación las diferencias.
Se debe identificar los valores conflictivos con la lengua
materna y la segunda lengua. Como los clásicos de la lingüística
han dicho que “la lengua es un sistema de h{bitos”, entonces se
aprende practicando, es fundamental ir acostumbrándose a hablar.
No se enseña la lengua partiendo de la gramática, pero pese a eso
más adelante siempre se requerirá el auxilio del ordenamiento de la
gramática. De una u otra forma, la lengua es gramática.
En la situación boliviana el análisis contrastivo ayudará a
comprender mejor la tarea y la del estudiante de lengua para un
rápido aprendizaje. El análisis contrastivo surge y explica los
188
fenómenos opuestos o conflictos entre dos lenguas y culturas. En
especial muestra el funcionamiento de ciertos valores gramaticales
y culturales de una lengua frente a otra, en este caso el de castellano
y la lengua aymara, que son sistemas diferentes.
Si consideran que una lengua es muy difícil podría ser debido a
las diferencias tipologías lingüísticas, como el caso de las lenguas
Aymara y Quechua versus Castellano. Las primeras son lenguas
sufijantes por excelencia y pertenecen a lenguas aglutinantes y la
otra, por el contrario, es flexivo-aislante. Totalmente opuestos.
Además de que dichas lenguas andinas salen de los parámetros
propiamente lingüísticos. Aquí, además tiene que ver la tipología
cultural.
Para muchos es sabido que mucha gente pareciera tener terror a
la lengua aymara. La consideran, sin darse cuenta, muy difícil.
Aquello ha contagiado incluso a los propios aymaras quienes temen
escribir su propia lengua. Y con ello no hacen más que distorsionar
su mente de forma psicológica. Si dices que es difícil, es difícil. Aquí
entra la habilidad del profesor de lengua de desbloquear ese
trauma, el desmitificar una falacia que como un tumor bloquea la
mente. Todas las lenguas son complicadas, con algunas excepciones
como el portugués para castellano hablantes o quechua para
aymaras o viceversa. A la hora de aprender una segunda lengua
ayudará muchísimo, reitero, la decisión y el deshacerse del trauma,
para el aprendizaje de una nueva lengua, en la situación boliviana.
189
2. LOS COMPONENTES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
A. Los estudiantes
Tenemos un abanico de posibles estudiantes de lenguas.
Entre los del mismo país tenemos a los propios aymaras que
saben hablar la lengua aymara y no saben escribirla, nativos que
han perdido casi un 50% del idioma materno y que tienen muchas
dificultades. Los nativos que apenas hablan un 20 o 10 % del
aymara necesitan recuperar su aprendizaje del idioma materno.
Asimismo, tenemos estudiantes de aymara que no hablan nada de
este idioma. Como también tenemos extranjeros interesados en la
lengua aymara. Para enseñar a éste último grupo es esencial tener
los conocimientos lingüísticos, porque con ellos podemos explorar
la tipología y características sintácticas para tener éxito en nuestro
propósito.
Requisitos:
Decisión del estudiante: no debe venir por curiosidad o porque
le han obligado o por necesidad. Éste último tiene varios tipos de
necesidades, por necesidad de comunicarse con los que hablan ésta
lengua o porque le han obligado a presentar pruebas de que se sabe
hablar el aymara para optar un cargo. Éste último, aunque
obligado, que es un avance, algún día comprenderá de verdad que
190
es necesario saber hablar dicha lengua. A los anteriores hay que
motivarlos.
Dificultades
La edad de las personas. La edad tiene mucho que ver con el
aprendizaje de una lengua. Aunque no faltan excepciones, cuando
hay decisiones tomadas en serio o cuando ya sabe hablar varias
lenguas. Las lenguas llaman a las lenguas. Quién sabe dos o tres
lenguas, por más que sea adulto, si tiene una decisión tomada y
puede aprender con soltura otra lengua más.
Sucedió en un curso extraño de aymara extra universitaria, de
gente de pueblo, sean éstos gringos, mestizos criollos o aymaras
que han perdido su lengua hace tres generaciones.
Los ancianos aymaras decían: “Ch’uqixa khallt’ixa,
khallt’apuniwa”. Es decir, si la papa queda a medio cocer ya no cuece
por más que haya suficiente fuego. En este caso jamás volverá a
cocerse. Aquellos estudiantes de aymara que procedían de varios
cursos rápidos de aymara, han iniciado y luego por diversas causas,
por ejemplo por falta de práctica diaria del nuevo idioma, se
olvidaron gran parte de lo aprendido, luego cuando tuvieron
tiempo, ante otro profesor, nuevamente fueron a inscribirse para
aprender aymara. Lo mismo que anteriormente abandonaron a
medio camino su estudio de aymara alegando que el profesor no
sabe enseñar u otro argumento. Así, sucesivamente hasta que entra
en el trance de que nunca aprenderá aymara y si lo cree y sigue
actuando así, pues así ser{. Gleasson dice que la lengua “es un
191
sistema de h{bitos”. Entonces si no se practica lo poco que se ha
aprendido el aymara, jamás se podrá desplegar a aprender el
idioma. Es como la chispa y luego la llamarada.
Fuera de ello hay otros componentes que dificultan la
enseñanza o el aprendizaje del nuevo idioma. Primero el prestigio
del nuevo idioma por aprender. El aymara es una lengua altamente
desprestigiada y por siglos por el colonialismo de todo tipo. Aun
para los propios hablantes de dicha lengua no tiene un valor
capital, sino secundario. El cambio de apellidos aymaras por uno
español es la prueba de esta aseveración. La lengua que sí tiene
reputación es el castellano, pero no existe la enseñanza de este
idioma para los indígenas. Por más que los indígenas quieren
aprender a hablar el castellano, pero no hay enseñanza del
castellano a los indígenas aymaras, sino una castellanización a los
aymaras y eso es enseñar a la fuerza el castellano a expensas de su
lengua materna.
Segundo, el trabajo recargado de los estudiantes de lengua
aymara también es un obstáculo para el éxito del aprendizaje de
dicha lengua. Un ejemplo. Los estudiantes universitarios, por la
naturaleza de vencer cuantas materias pueda, toman seis o siete
materias en un semestre además el aymara, ya no pueden atender a
tantas materias y muchas veces tienden a faltar o ir a clases de
aymara día por medio.
Tercero, la enseñanza asistemática de la materia. Ya hemos
dicho que para poder aprender una lengua debiera haber unos tres
192
niveles por no decir cuatro. Si vamos a empezar con un primer
nivel hay que continuar con el segundo y el tercero, pero esto no se
da en las universidades. Claro que un primer nivel ésta bien para
los que saben hablar la lengua objetivo, pero no para los que no
saben nada del idioma que se pretende aprender. Para ellos son los
tres niveles. Estas dificultades deben ser analizadas para tener éxito
en la enseñanza de lenguas indígenas.
B. Componente cultural
Para aprender un idioma no solamente es primordial la lengua
sino también es muy importante la cultura. Lo contrario es como
querer criar el pez sin el agua. Son importantes los puntos de
partida culturales, la cosmovisión y la lógica de la lengua a
estudiar.
Contenidos:
La enseñanza de una lengua jamás debe empezar por la
gramática, aunque los aprendices desesperados puede hacerla, sino
con la práctica oral de la misma lengua en forma sistemática. Sin
embargo, el contenido oculto es la gramática, porque sin ella la
lengua no existe.
Si es así, el primer componente serán los pronombres
interrogativos (sin éste cualquier idioma sería un desastre), los
nombres y verbos más usuales, paralelamente estarán presente la
fonología. Luego entrará las destrezas del estudiante de la nueva
193
lengua en el escenario y aquí es práctica y práctica oral de la nueva
lengua.
Las lenguas extranjeras en nuestro país se enseñan años en los
centros educativos regulares y aún así no logran resultados
satisfactorios por diversas causas. En este sentido, en un medio
bastante complejo como el nuestro, una lengua desprestigiada y
subestimada como el aymara o quechua, que adicionalmente no
cuenta con los instrumentos auxiliares necesarios, no es posible
pretender aprenderla y/o enseñarla en unos cuantos meses, sino,
solo una enseñanza elemental como para entender y saber contestar
las interrogaciones básicas, formular preguntas y comprender una
nueva cultura desde sus paradigmas. Ése es el Primer Nivel.
Con un profesor que conoce su materia y un buen método, con
un texto relevante y con estudiantes que de verdad quieren
aprender la lengua con la memoria y el corazón, los resultados
serán mayores a los esperados.
Materiales
No hay textos de aprendizaje de la lengua aymara, lo más
conocidos son el de Grondin, Cotari y algunos más. Son textos
escritos seriamente, un curso completo y que no sea traumático, es
fundamentalmente importante para no ahuyentar a los que quieren
aprender el idioma. Si últimamente aparecieron como hongos tras
la lluvia, algunos textos, son folletos elementales de la lengua
aymara, no es un método sistemático, creativo y efectivo para hacer
aprender la lengua aymara.
194
Para la producción de un buen texto de enseñanza del aymara
para no indígenas o de la enseñanza del castellano para aymaras, se
ha cifrado esperanzas en una generación de lingüísticas, se ha
esperado inútilmente, creo que los salvadores no vendrán, que
pena, no tenemos alternativa que acudir a los empíricos.
3. LAS INSTANCIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
En el país andamos muy mal en materia de enseñanza de
lenguas. No solo en aymara o en quechua, sino en la misma lengua
oficial castellana. Los bachilleres campesinos llevan la peor parte en
su formación y el aprendizaje de la nueva lengua. Aún algunos de
los estudiantes de colegio de los centros urbanos tienen problemas
de redacción en la lengua oficial, el castellano.
Existen tres instancias de educación en Bolivia: La educación
regular (primaria y secundaria). La educación alternativa (no es
regular ni escolarizada) y la educación superior (Universidades e
Institutos Superiores de formación.
En estas instituciones no se enseña sistemática y completamente
hasta aprender la nueva lengua. Si no solo se pasa un semestre de
los cuales son efectivos sólo cuatro meses del semestre. Son cursos
para simular que se enseña aymara y solo se enseña un aymara
incipiente, bueno porque es un Primer Nivel. Reitero, un idioma se
aprende, siquiera, en tres niveles, por no decir cuatro niveles.
195
A. Enseñanza de lenguas en educación regular
Hasta hace poco no había textos de enseñanza de la lengua
castellana para los indígenas que no hablan dicha lengua. No existía
personal, especialmente preparado en enseñanza de lenguas, sino
que cualquier profesor podía asumir también la materia de
enseñanza de dicha lengua. Creen que es suficiente que hable el
idioma de enseñanza. Peor aún no existe un método probado y
debidamente experimentado. Sin duda es la parte más delicada de
la enseñanza de lenguas en Bolivia.
En el país se enseña el inglés, francés y otras lenguas durante 12
años, sin lograr aprender dichas lenguas. Casi lo mismo pasa con
las lenguas indígenas en los centros urbanos. Se está fallando
primero en la creación de un método de enseñanza de lenguas y
segundo no existe un texto que refleje éste método, luego son
importantes la capacidad de los profesores y el interés de los
estudiantes por aprender dichos idiomas.
Recalco, a los lingüistas jamás se les ha ocurrido elaborar un
texto de enseñanza del castellano para los monolingües aymaras y
quechuas. Si el objetivo es recuperar las lenguas aymara y quechua,
esto será posible en la medida en que los campesinos hablantes del
aymara y quechua aprendan a hablar bien el castellano.
196
B. Enseñanza de lenguas en educación alternativa
Desde la gran campaña, realizado por el Servicio Nacional de
Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) en la década del
los años 80, entonces tan fustigado por algunos sectores gremiales y
sindicales en su tiempo, se pudo hacer mucho por la dinamización
lingüística y cultural del pueblo, por dar esperanzas para proseguir
sus estudios posteriores. Sea para alcanzar a profesionalizarse o
bien continuar de manera autodidacta por la lucha de su cultura.
Los continuadores de la educación alternativa que mejor han
desarrollado el legado del SENALEP fue el CETHA –Corpa.
Entonces, es menester estudiar esta historia del Centro de
Educación Alternativa del país.
Hoy se olvidan de sus hazañas y se atreven a la alfabetización
en castellano. Se alfabetiza a las personas que hablan su lengua
materna, pero que no las escriben, lo demás es enseñar otras
lenguas.
4. LA IMPORTANCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS
Antes, para muchos, era una vergüenza hablar y enseñar las
lenguas indígenas en las escuelas. Los tiempos han cambiado de
dirección y hoy es una necesidad y obligación aprenderla. Sobre
todo aprender a escribir sabiendo hablar el aymara. Mañana será
parte de nuestra cultura general, en nuestro país el saber hablar y
escribir las lenguas indígenas.
197
El interés en el país por las lenguas indígenas ha crecido
paulatinamente desde los años noventa. En muchas carreras
universitarias fueron tomando muy en cuenta el asunto de lenguas
indígenas. En algunas universidades del mundo Centro Andino es
requisito saber una de las lenguas indígenas para culminar los
estudios superiores en forma integral. El interés por las lenguas
indígenas en países del Hemisferio Norte surgió en los años setenta.
Este hecho no es solamente en centros de formación académicos del
país sino en los países vecinos como Perú y Chile. Así mismo, se
enseña en universidades de Norte América y Europa.
El estudio de las lenguas aymara y quechua, como toda lengua
del mundo, es amplio y complejo. Para introducirnos, estamos ante
una lengua muy antigua que tiene unos cinco mil años y durante
ese tiempo se ha mantenido en la oralidad. Recién en la Colonia
nació la escritura latina de las lenguas andinas. Sin embargo, sobre
la escritura latina aún es tema complejo y existen pocos trabajos
sobre el tema. Asimismo, vamos a referimos al proceso histórico
general de la escritura, es decir cómo y cuando se empezó a escribir
las lenguas aymara y quechua en la simbología latina, pero sobre
todo las razones por las que se debe escribir en dichos símbolos.
Aunque parezca absurdo para algunos, las lenguas Aymara,
Quechua y otras son importantes para recuperar la fuerza propia de
nuestros pueblos, porque detrás de las lenguas y culturas están
otras energías innovadoras y creadoras que han sido cambiados con
la concepción de espacio y tiempo lineales. Las lenguas recuperan
198
las energías para retornar al conocimiento seminal, la reciprocidad,
la totalidad y lo comunitario. Es pues muy importante, es decir
capital, para reconocer con facilidad la cosmovisión propia, la
sacralidad de la Tierra y que ella es viva y parte de los seres
humanos.
En el nuevo milenio querer extinguir las lenguas indígenas en
nombre de la “civilización” y homogeneización, es un crimen. Ya
no es tiempo de amordazar a un pueblo haciendo que cambie su
lengua materna por la fuerza por el idioma oficial del colonialismo,
mucho más si se tiene en cuenta que esa lengua es opuesta a la
naturaleza de la lengua materna del indígena. En los nuevos
contratos sociales del Siglo XXI se requiere, urgentemente, la
enseñanza de la lectura y escritura en sus lenguas maternas y la
enseñanza de la segunda lengua u oficial de forma apropiada.
Cuando se habla de alteridad y diversidad, la civilización y la
homogeneización no son coherentes con la época, no retomar las
lenguas indígenas.
Nadie se opone a la enseñanza del castellano como segunda
lengua. Toda lengua para el ser humano es un recurso de
comunicación, pero nos oponemos a la "castellanización", porque
mata a las lenguas indígenas. Además existe otro argumento más
contundente, al niño se le enseña en la lengua que sabe. Y toda otra
lengua que el niño no sabe hablar, se le enseña a hablar y después,
cuando ya la haya aprendido se le enseña a escribir su lengua
materna, al que pasará con facilidad los mecanismos de la lectura y
escritura de la segunda lengua.
199
Estamos en el Hemisferio Sur. La Naturaleza, es decir, el medio
ambiente, el clima, el movimiento del agua, son distintos al
Hemisferio Norte. Aquí todo es diverso y lo que es diverso
funciona. Allí es la puntualidad, aquí es flexibilidad. Hoy la lógica
no es aristotélica solamente, sino también es trivalente o difusa.
Reitero hoy vivimos en tiempos del reinado de los paradigmas de
alteridad y diversidad. Por eso, el saber muchas lenguas es una
riqueza para los pueblos, porque tienen diversas formas de ver el
mundo, de ver las cosas y de respetarse mutuamente.
5. LAS RAZONES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
A. ¿Por qué la enseñanza de lenguas indígenas?
Antes nos hablaban de “castellanización” y “civilización”
porque el paradigma era la homogeneización y eran tiempos de la
Revolución Industrial. Hoy estamos en la Revolución Informática y
Cibernética, el paradigma ordenador es diversidad y alteridad, esto
hay que saberlo bien para tener éxito en la vida.
Antes el objetivo era aprender una sola lengua oficial, hoy es
respetar al otro y sólo aquel que sabe varias lenguas tiene mayores
opciones. Para los bolivianos hoy es imperioso saber una de las
lenguas indígenas no solo porque lo dice nuestra Constitución, sino
por necesidad y por deber. ¿O, no es un deber ser culto?
200
¿Por qué aprender una lengua indígena además de la
disposición Constitucional?
Concretamente: ¿Cuáles son las razones de la importancia de
aprender el Aymara o Quechua?
B. Para los propios indígenas
a) Para que uno sea genuino. Porque cualquier ser humano,
sólo puede ser creativo a partir de su lengua y cultura maternas.
Para evitar que su creatividad se anule y que por que las hablen no
se conviertan en simples calcadores, plagiadores y remedadores.
b) Para aprender bien y debidamente una segunda o tercera
lenguas sólo a partir de la lengua materna se aprende correctamente
una segunda lengua, en este caso el castellano. Muchas veces
importan los calcos sintácticos a la hora de aprender otra lengua,
siempre habrá comparaciones y las diferencias con las
comparaciones son las que se debe aclarar en una y otra lengua
para aprender o para enseñar.
c) Para evitar y entender que las lenguas y culturas hoy son
relativas en el mundo y que nadie tiene la verdad absoluta. La
alienación cultural era producto de la superposición de culturas,
por la imposición de culturas con mucho prestigio contra otras
culturas desvalidas como la aymara y quechua. Ya es tiempo de
aprender el castellano, el inglés, el mandarín o cualquier otra
lengua extranjera, pero sin olvidar ni reprimir, como en el pasado,
201
la lengua materna. Hoy es tiempo de dignificación de las lenguas
oprimidas.
C. Para los no indígenas
a) Para ser ecuánimes, solo aprendiendo una lengua indígena
recuperarán su dignidad. Para conocer la Patria profunda con su
rica diversidad cultural y lingüística, sin prejuicios.
b) Para practicar la alteridad que es el paradigma de
comportamiento más importante del siglo XXI, y esto es conociendo
mejor a sus habitantes, dónde viven, cuántos son, cómo piensan,
cómo ven las cosas y cómo son sus idiomas.
c) Para vivir ya en armonía, justicia y paz con los habitantes
originarios, un día injustamente maltratados.
d) Para entender y archivar los odiosos prejuicios coloniales que
distancian y reflejan la ignorancia y nos hacen quedar mal en plena
era de la diversidad y alteridad.
3) Para los que son o creen que son extranjeros
a) Para vivir en armonía con los originarios del país en que
están de paso o residen.
b) Para conocer mejor su pensamiento, sus sentimientos y para
tener éxito en sus relaciones
202
c) Para completar su cultura general, para saber cómo piensa la
gente en diferentes culturas.
En el transcurso del tiempo las concepciones y las actitudes de
los investigadores fueron cambiando poco a poco valorando lo
indígena aunque, pese a ese cambio cualitativo, las políticas no
cambiaron con esa misma rapidez. Los que menos comprenden
estos cambios son los políticos de todos los colores porque se
aferran a determinaciones de sus jefes o doctrinas refutadas por la
historia y los avances científico-tecnológicos.
Ya lo dijo uno de sus sabios: "La civilización implica la coexistencia de
culturas que presentan entre sí la máxima diversidad. Consiste incluso en esta coexistencia. La civilización mundial no puede ser la coalición, a escala mundial, de
culturas que guarden cada una su propia originalidad." (Claude Levi-Straus,
Race et Histoire, París, 1961).
6. NUESTRAS TAREAS PRIORITARIAS
Las corrientes que niegan los valores autóctonos o indígenas
aún son muy fuertes y arraigadas en amplios sectores del país, lo
que supone aún una larga tarea de cambios de mentalidades y de
debate público. No es suficiente dotar a las lenguas de un rosario de
leyes sin el apoyo financiero.
Esa corriente de verticalismo y de homogeneización ha llegado
incluso a construir un nuevo colonialismo para distorsionar a los
203
propios autóctonos, originando desconfianza de las propias
culturas del dominado. Esta corriente, mimetizada incluso en
corrientes pro-autóctonas, motiva también, sin darse cuenta,
actitudes demagógicas que se manifiestan en apoyo solamente
verbal a la oficialización de las lenguas nacionales, motivado por
simple conveniencia de comodidad política.
Hay que trabajar mucho en educación, en especial en el nuevo
currículum escolar. Reitero al niño se le enseña en la lengua que
sabe hablar. Enseñar al niño o niña en una lengua que no sabe
hablar, es traumatizar y destrozar su personalidad. Eso es lo que ha
estado sucediendo hasta ahora en el país, salvo algunas
excepciones. Sin entender lo que es la educación intercultural
bilingüe es difícil entender la intra-culturalidad. No hay que saltar
pasos progresivos ni regresivos, ahí está el secreto de lo
retroprogresivo.
Hablan de alfabetización. Se alfabetiza al que sabe hablar la
lengua y no la sabe escribir. Se enseña una segunda lengua al que
no sabe dicha lengua. Los pasos son distintos. Mientras hayan
monolingües en lenguas indígenas en el país, no es concebible
alfabetizar en castellano y luego plantar banderas blancas. Aun con
un incipiente castellano balbuceado, la alfabetización no salvará al
trauma lingüístico aplicado, durante el proceso de castellanización.
Aquí la tarea es amplia y complicada. Se trata de una cruzada de
reflexión y toma de conciencia interior de liberación.
204
Poca gente entiende cuando se habla de la revitalización de las
lenguas y culturas autóctonas. Alguno que otro se pregunta: ¿Por
qué revitalización, acaso no está vivo el aymara? El pueblo aymara
o quechua está vivo, en especial en sus personas mayores, sin
embargo en su juventud y peor en su adolescencia, por la acción
alienante de la escuela, está casi muerta.
Nuestras tareas por ahora son:
1.- Producción de literaria monolingüe en lenguas indígenas
autóctonas.
2.- Ahora que se reconoce a las lenguas oprimidas se debe
incentivar la enseñanza de dichas lenguas en todos los estamentos
estatales, públicos y privados.
3.- Alfabetización en lenguas aymara, quechua, guaraní, etc.
4.- Crear periódicos y revistas en lenguas mencionadas.
5.- Publicar los instrumentos normativos lingüísticos de las
mencionadas lenguas.
6.- Ya lo hemos dicho alguna vez de iniciar estudios y planes
tendentes a lograr el poder económico para asegurar y consolidar la
revalorización y revitalización de las lenguas nativas.
205
VI
INTRODUCCIÓN A LA EDUCACION
BILINGÜE
Introducción
En toda la era colonial y republicana fue tradición la actitud de
discriminación y una sarta de prejuicios contra las lenguas
indígenas. Las culturas indígenas además eran consideradas como
hechos y obras de salvajes en la Colonia y los pueblos del oriente
boliviano eran vistos aún peor y no solo eso, se los cazaba como a
fieras perjudiciales (Léase a Wanda Hanke).
Las lenguas andinas y no andinas de estas tierras, porque
estructuralmente no tenían similitud con la gramática del latín, eran
consideradas inferiores e imaginaron que era un obstáculo para el
progreso. En la era republicana, esa mentalidad colonial, no había
cambiado en nada. En la actualidad aún existe gente con esa
creencia.
206
Luego con la Revolución del 52, a mediados de 1955 recién se
empezó a implantar las escuelas en las comunidades indígenas, bajo
la Reforma Educativa y la mirada incrédula de las fuerzas sociales
derrotadas. Estas escuelas no desarrollaban la propia creatividad,
sino distorsionaba y alienaban al pensamiento indígena,
imponiendo una nueva forma de ser. Porque su política fue
imponer un nuevo modelo de desarrollo, por tanto, fue plenamente
una especie de invasión cultural, de “castellanización y
civilización” a la fuerza. El paternalismo ante todo fue la norma a
seguir sin discutir. Ellos, los blancos revolucionarios, lo sabían todo
pese a que los sectores populares habían hecho la Revolución. Los
indígenas sólo tenían que obedecer y hacer lo que ellos mandaban.
Sabían ellos los modelos de vida y todos tenían que aprender ese
modelo. Lo que importaba entonces era la “civilización” y el
“progreso nacional”.
Reinaba la cultura occidental. Todos tenían que saber que ella
era la rectora y el modelo en el mundo, los demás que no coincidían
con ella, eran considerados salvajes, es decir no eran culturas. Con
ese argumento pueril han dominado y domado el mundo indígena.
Hasta ahora ese concepto sigue y permanece vigente en varias
capas sociales. Los caminos de la descolonización empieza a partir
de la Segunda Guerra Mundial.
No había enseñanza del castellano sino una brutal
“castellanización”, es decir cambiar por la fuerza las lenguas
indígenas por el castellano. Para plasmar esa política, la
metodología era brutalmente traumática. Además de ello, el
207
personal docente que la ejecutaba fue gente improvisada, algo así
como si vaciaran la ciudad de desocupados y a falta de estos
algunos malandrines más, a quienes llamaban maestros interinos.
Se castellanizaba directamente con la lectura y escritura del
castellano prohibiendo el uso de su lengua materna en el aula a los
niños. Por esta vía se ha llegado a la distorsión de ambas lenguas.
Eran las últimas décadas donde sólo algunos sectores sociales
tenían la verdad absoluta.
Los indios no podían instruirse ni podían aprender a leer ni
escribir en castellano y menos en sus propias lenguas. Éstas estaban
desacreditadas y discriminadas, tampoco podían votar en las
elecciones, no tenían derechos ni ciudadanía. En materia de salud
estaban abandonados a su suerte. Eso sí, cuando había que exprimir
sus fuerzas para beneficio del patrón se lo hacía a punta de garrote.
Se podía vender una hacienda con su población. Eso es esclavitud
¿o no? Arguedas afirma en Raza de Bronce: “Nunca se dieron el
trabajo de meditar si el indio podía zafar de su condición de
esclavo, instruirse, educarse, sobresalir.”
Finalmente hay que recordar que el pensamiento del pueblo
aymara es holográfico, por tanto, su lucha antes que personas o
individuos es global, comunal. Su lucha se asentó desde varios
frentes, digamos gremiales. Naturalmente que su lucha no era
igual, unas son más que otras, depende desde el campo que haya
escogido pelear por su liberación.
208
1. LA UNESCO Y LAS LENGUAS VERNÁCULAS
Pese que la UNESCO en 1954, ya aclaró que “Es un axioma afirmar
que la lengua materna constituye el medio ideal para enseñar a un niño. Desde el punto de vista psicológico, la lengua materna es el sistema de signos que funciona de manera automática en su mente para permitirle expresarse y comprender. Sociológicamente, es un medio de identificación entre los miembros de la comunidad a la que pertenece. Desde el punto de vista educativo, el niño aprende más rápidamente empleando esa lengua que mediante otra con la que no esté
familiarizado.” (Op. cit. p. 13). Los civilizadores no lo creyeron tanto
tiempo y recién lo hacen, a tanta exigencia del mismo pueblo y de
los organismos internacionales como la UNESCO y el UNICEF.
Florian Coulmas, en 1983, afirmó: “El interés en la muerte de un
idioma se originó en Europa Occidental y en Norte América, donde los grupos minoritarios que viven dentro de las fronteras de Naciones-Estado consolidados y opulentos, han sido capaces, recientemente, de obtener algún apoyo y simpatía para su causa. Históricamente, la idea de la Nación-Estado y con ella la del nacionalismo europeo que floreció desde el Renacimiento, nunca ha favorecido la diversidad lingüística y cultural, sino, más bien, ha puesto énfasis en la unidad y uniformidad. Las minorías fueron con frecuencia consideradas como una amenaza
para la integridad nacional.” (Op. cit).
La conclusiones de la UNESCO son contundente cuando
afirman: “Cuando la lengua extranjera pertenece a una cultura totalmente
extraña, el niño halla dificultades adicionales aún mayores: interpretar por sí mismo las nuevas ideas en términos de su propio pensamiento –su lengua materna–, y expresar sus propias ideas y pensamientos en los nuevos modos de la lengua extranjera. Las ideas que han sido formuladas en una lengua son tan difíciles de expresar en los modos de otra, que una persona encargada de esa tarea puede muy bien perder su facilidad para expresarse. Un niño, obligado a efectuar ese trabajo a
209
una edad en que su capacidad de autoexpresión, aun en su lengua materna, no está completamente desarrollada, quizá no logre nunca expresarse adecuadamente. Por estas razones, es necesario realizar todos los esfuerzos posibles para dar la
educación en la lengua materna.” (Op. Cit. P. 50-51).
En el Seminario sobre «Educación y lenguas nativas» que el
Centro Portales realizó entre 12-14 de octubre de 1973. Se supo que
pese a ciertos prejuicios coloniales, las “Experiencias realizadas con
campesinos que aprendieron los rudimentos de lectura y escritura en castellano, muestran que al pasar a la práctica de la lectura y escritura en lengua nativa, superan rápidamente las dificultades iniciales, incluso descubriendo ellos mismos las reglas ortográficas nuevas al interpretar los significados de las palabras por
contexto.”
Por estas y por varias otras razones, no hay que ver a la
Educación Intercultural y Bilingüe como algo imposible e
impensable. Son nuestros miedos y nuestros hábitos coloniales que
los hemos considerado como verdad absoluta, nos hacen sus
esclavos y no nos deja pensar con lucidez. Siempre se ha dicho que
el pensamiento opresor es un pensamiento único y tan poderoso
que nada puede cambiarlo o transformarlo, cuando, hoy en
nuestras narices, se está desmoronando. La cultura del opresor está
en crisis. Hoy nada hay absoluto, todo es incertidumbre, vivimos en
tiempos de caos cuántico, sin embargo en la cultura aymara y
quechua ése fue y es un paradigma, de ahí que la lógica andina es
trivalente.
La UNESCO hasta hoy sigue en defensa de las lenguas en
peligro de extinción o indígenas en su gran mayoría, pero todos son
210
“sordos por conveniencia”. Para la sorpresa de muchos el quechua
y aymara también están considerados en peligro de extinción.
2. PRECURSORES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE
Entre 1894-1906, Friedrich Max Uhle y otros insisten en la
imperiosa necesidad de estudiar lo nativo, de comprender y
despertar el pasado estudiándolo a través de sus idiomas, folclore,
costumbres, técnicas y música en los pueblos de América.
Coincidiendo con estas posiciones, en esta misma época publican
varias obras importantes (Bertonio / Platzman, Middendorf y otros),
que coadyuvan a este movimiento.
En 1917, Juan Bardina, experto español en educación, en su
informe al Presidente, decía “Yo no estoy obligado a colaborar en la
desviación y anulación de una raza.” (Op. Cit. P. 14) Esto refiriéndose a los
pueblos aymara y quechua. Y continua m{s all{: “Son pocos en La Paz
los que han estudiado más profundamente que yo la literatura aymara, la lengua quetchua, el folklore indígena. Negar a los alumnos las luces de esas capacidades, es atentar contra lo más elemental de su cultura. Una cosa semejante podríamos decir
de no pocos puntos especializados correspondientes a otras secciones.” (Op. cit.
34). Y concluye: “Y como si una voz misteriosa surgiera del fondo del Lago
Sagrado y la llamase a un gran destino, esos indiecitos, tan despreciados hoy, serían asombro del mundo y orgullo de su país; porque, por segunda vez en la Historia, se habría demostrado que la civilización y la energía no son patrimonio eterno de
una sola raza.” (Op. Cit. 199).
211
Posteriormente, el polígrafo boliviano Daniel Sánchez
Bustamante, haciéndose eco de estas posiciones, propone que: “Los
niños de raza aimará o quechua deben recibir un núcleo muy firme de conocimientos; pero, por el momento, todavía muy restringido: ante todo, la enseñanza de la lengua castellana, sin soñar con desterrar el aimará o el
quechua;…” (op. Cit. P. 47-48). Sin embargo también proliferan las
posiciones contrarías, como por ejemplo la de Ezequiel Osorio
quien hacia 1916 planteaba la guerra implacable a los idiomas
aborígenes como una forma de integrar aceleradamente a los
nativos a la sociedad boliviana bajo la consigna: “Difundamos el
castellano y hagamos desaparecer las lenguas bárbaras.” (Citado por Guillen
Pinto, 1919, p. 78).
La meta desde hace tiempo fue: “El día que en Bolivia no haya sino la
lengua española en el uso de todos, podremos decir que estamos en la verdadera
senda que lleva el progreso.” (Guillen Pinto p. 165). No hay dudas, la
desaparición de las lenguas indígenas estaba ya determinada.
Luego en 1946, Vicente Donoso Torres, en su “Filosofía de la
Educación Boliviana”, proclamaba la “castellanización” del
indígena, “Necesitamos m{s bolivianos que indios” decía.
Aunque mucho antes de aquel filósofo Elizardo Pérez (1931), en
Warisata, pone en práctica sus propios ideales defendiendo el uso
de las lenguas nativas. Las concepciones anti-feudales del indicado
pedagogo se concretizan en la definición que hace él de su escuela:
“Lo ideal sería que todos los bolivianos hablemos español, quechua y aimara,
porque tales, son, en realidad los idiomas nacionales. Negar lo español sería tan necio como negar lo aimara o lo quechua en la formación de la conciencia o la
212
mentalidad nacional. Nuestra Escuela es pues bilingüe y lo es porque los idiomas maternos no deben desaparecer, con el objeto de que concurran a ese gran proceso de interpretación idiomática, que dará con el tiempo un idioma estrictamente boliviano, así como el inglés que siendo de origen sajón y de influencia latina, es
hoy un idioma original.”(op. Cit. p. 474).
Esto se ve claramente cuando Máximo Huañuico compone su
célebre canción “Illampu” en aymara, así mismo Antonio Gonz{les
Bravo compone varias poesías aymaras.
3. EXPERIENCIAS DE EDUCACIÓN BILINGÜE EN PERÚ
Experiencias de educación bilingüe existen varias o quizá
muchas. En esta ocasión se citan, de acuerdo a mi visión, dos
experiencias más trascendentales del vecino país del Perú. Uno en
la Amazonía de dicho país en los años 70 y el otro en el
Departamento de Puno en los años 80, acá muy cerca del lago
Titicaca, experiencias que fueron llevadas en las lenguas: Shipebo,
Aymara y Quechua.
Mildred L. Larson, en 1979, dice que: “Los problemas de interferencia
lingüística fueron mínimos con el método de educación bilingüe. Aprendiendo a
leer primero en el vernáculo, la adaptación fue más fácil.” (Op. cit. p. 53). Esta
afirmación, realmente es tan importante para los propios andinos
que debería meditarse seriamente.
Es más. El autor cita un documento de la UNESCO de 1953 que
dice: “Educadores y psicólogos concuerdan en que un niño debe
aprender a leer y escribir en la lengua que se habla en el hogar<
213
Cuando se han sentado esas bases, el niño puede lograr un dominio
total de su propio idioma y, si es necesario, de otros idiomas; sin
ello, existe el peligro de que nunca pueda lograr el completo
dominio de ningún idioma.” (Larson, p. 289)
“Así frente a otras posibilidades, la educación bilingüe en la selva, a pesar de
sus riesgos, ha producido positivos resultados, según la opinión de los mismos nativo-hablantes y los especialistas de campo que han trabajado con el programa. Dichos resultados incluyen: el estímulo de sentimientos de autoestimación y de confianza en sí mismas, el fomento de la participación en la vida nacional, la disminución del trauma socio-educativo; el mejoramiento de la situación económica y el nivel de salud y la apertura hacia una mayor independencia y la libre determinación. Tomándola como un todo, es posible que ninguna otra solución hubiera resultado tan efectiva, los resultados positivos sobrepasan a los
negativos.” (Larson, p. 289 y 290).
Esta experiencia está reflejada en una obra de 520 páginas con el
título de EDUCACIÓN BILINGÜE/ una experiencia en la Amazonía
peruana, publicado en Lima en 1979. Es una antología y
recopilación de Mildred L. Larson, Patricia M. Davis y Marlene
Ballena Dávila.
La experiencia de Puno, que ha tenido un fuerte apoyo
económico, nada menos que de la GTZ-Alemana, no fue bien
aprovechada, pese que sus técnicos han producido una motivadora
producción de materiales espectaculares para tal efecto. La
alienación cultural fue un escollo serio para obstaculizar la marcha
de la educación bilingüe y los técnicos de la misma sucumbieron
ante tal oposición. Tras dos décadas de aquella experiencia mucha
gente de Puno ni se acuerda de la misma.
214
Creo que técnicamente el proyecto fue bien llevado. Hubo
recursos para realizarlo. El equipo pedagógico tampoco lo era
menos, se ve por su producción de textos para el proyecto. Los
materiales o textos producidos para cada grado y para cada materia
hablan mucho sobre el rubro, asimismo hubo las guías didácticas
para cada grado y materia. Entonces ¿dónde estuvo la falla?
Puedo estar equivocado, pero creo que la falla estuvo en la
población beneficiaria. Concretamente en los padres de familia de
las comunidades en que se realizó el proyecto de educación
bilingüe. Para muchos es conocido que en las décadas 70, 80 y hasta
90 campeaba una especie de fenómeno de “alienación cultural”,
tanto en Bolivia y el Perú. Esta es la vergüenza por hablar el aymara
o quechua y llevar apellidos indígenas. La gente ha creído que su
desgracia estaba en saber su lengua aymara o quechua y de lleno se
zambullía en el castellano para lograr su metamorfosis de indio a
mestizo. Cuando se hablaba de educación bilingüe creían que se
estaba hablando de una educación solamente en aymara o quechua
y las propias comunidades rechazan una educación bilingüe. La
paradoja es, mientras sus dirigentes exigen la oficialización de las
lenguas indígenas y piden educación bilingüe, sus bases rechazan la
educación bilingüe.
215
4. EDUCACIÓN BILINGÜE Y LA REFORMA EDUCATIVA NEOLIBERAL
En los años 1989 a 1990 se inicia, bajo el Convenio MEC-
UNICEF, un proyecto de Educación Intercultural y Bilingüe en doce
núcleos escolares del país, 7 en la región quechua y 5 en la región
aymara. La educación bilingüe es una metodología. Lo fundamental
de esta es partir de la lengua que sabe el niño para ensenar. Aquí
Franz Tamayo nos dice, en 1910, esta joya; "Para aprender a leer y
escribir se precisa antes saber hablar y comprender la lengua". Esto
no se ha podido entender en cuarenta años hasta 1950 y de ahí
hasta ahora.
Entonces, metodológicamente, educación bilingüe es partir con
la escritura y lectura en la lengua que sabe el niño. Luego
simultáneamente, o un poco después, la enseñanza oral de la nueva
lengua, o segunda lengua. Una vez aprendido en forma oral
muchas palabras de la nueva lengua se hace la transferencia de la
escritura a la segunda lengua. Obviamente los fonemas y sus
símbolos comunes primeramente y luego aprenderán los nuevos
sonidos y símbolos de la nueva lengua. Debemos recordar que hay
dilemas que no deben ser olvidados. Para aprender una segunda
lengua hay que saber bien la lengua materna. El niño aymara ya
tiene aprendido con fluidez el idioma materno. Por lo que
aprenderá con relativa facilidad la escritura de su idioma. La nueva
lengua, en este caso el castellano, no se aprende despreciando la
lengua materna del niño, en nuestro caso el aymara. Esto es lo que
está sucediendo en las escuelas rurales.
216
Esta modalidad de educación bilingüe, como no podía de otra
manera, ha despertado un inusitado interés en muchos y en otros
un rechazo contundente. Y sobre todo ha producido alguna que
otra polémica. Eso mismo ha fortalecido a la causa del bilingüismo.
Todos esos antecedentes fueron calando hondo en algunos
intelectuales bolivianos que abogaron por la educación bilingüe. La
idea fue creciendo paulatinamente hasta que algunas instituciones
también realizaran experiencias de la educación intercultural y
bilingüe. Con esas experiencias se supo de las causas del trauma
que padecen los indígenas aymaras y quechuas. Como ejemplo
tenemos para un castellano "horrendo", como dirían algunos
escritores bolivianos.
Reitero, el Ministerio de Educación hizo sus experiencias de
Educación Bilingüe e Intercultural, bajo el convenio MEC-UNICEF
en los años 1989-1994. Experiencia que se generalizó en la Reforma
Educativa que emprendió hasta el año 2005.
Cuando se habla de educación intercultural y bilingüe alguna
gente cree que va ser una educación en una sola lengua, en este caso
solo en aymara, no entienden que quiere decir “bilingüe”. Si hoy la
temen todavía, me parece que es ignorancia e incapacidad para
entender los nuevos tiempos y un desconocimiento de los
paradigmas vigentes.
Varios son los factores que ocasionaron dicho fenómeno de
desentendimiento. El desconocimiento del valor de la lengua
217
materna para el aprendizaje de una segunda lengua, la existencia de
dos fonologías distintas, la visión cultural diferente entre las dos
lenguas, las diferencias tipológicas lingüísticas y fundamentalmente
la falta de una adecuada enseñanza del castellano como segunda
lengua, son las causas fundamentales.
Sobre todo, junto al castellano se produjo la alienación cultural.
La alienación cultural –dice INDICEP–se manifiesta como:
vergüenza y auto negación; admiración por todo lo extranjero, lo
importado, complejo de inferioridad, culto a los valores ajenos,
creencia que el progreso consiste en la adopción de la forma de vida
de los países imperialistas, desvalorización de lo propio, etc. En el
caso andino la vergüenza por nuestros apellidos indígenas, la
vergüenza por hablar las lenguas maternas son algunas de las
muestras de la alienación. Las consecuencias son obvias. Los
indígenas se abaten en un mar de confusiones, de frustraciones, de
apatía, se vuelven rencorosos y al final agresivos.
La educación intercultural y bilingüe, según los intelectuales
progresistas, es justamente para remediar esta situación. Ésta es una
coyuntura para recuperar el pensamiento indígena. Habrá algunos
cambios de actitud en la población, sin embargo creemos que el
problema continuará si no se hacen cambios estructurales y el
retorno a los paradigmas andinos.
Luego a raíz de aquellas experiencia se han realizado, dentro de
la Reforma Educativa Neoliberal, la Educación Intercultural y
Bilingüe, que fue mal entendida, como si se tratase de ensenar sólo
218
en aymara o quechua. El mismo nombre lo dice claramente. Dice
bilingüe, nadie está en contra del castellano, al contrario. Reitero,
desde la perspectiva del aymara sería, para aprender el castellano
primero se precisa saber bien la lengua aymara. Así de simple.
5. PRECURSORES DE MATERIALES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE
A. Cartillas de alfabetización
Uno de los primeros que se preocupó de la implantación de la
escritura de las lenguas indígenas en los propios hablantes fue sin
duda Carlos Felipe Beltrán. Publicó cerca de cuarenta opúsculos en
lenguas castellana, aymara y quechua. Algunos son libros de
sermones, antología de cánticos religiosos, literarios y folletos de
alfabetización (silabarios para uso de niños en castellano y quechua
en 1872).
Dicho religioso despertó la atención de varios estudiosos, como
Paul Rivet, entre otros. Dicen las fuentes históricas que, en esa
época, Beltrán discrepó y polemizó con el Dr. José María Montero y
José Jenaro Solíz sobre la lengua quechua. Además hizo interesantes
proposiciones para mejorar el alfabeto y las reglas para adoptar los
préstamos lingüísticos.
Las labores y actitudes de Carlos Felipe Beltrán fueron muy
diferentes a los sacerdotes coloniales. Digamos que, los religiosos
coloniales eran los pescadores y Beltrán enseñaba a pescar. Otra de
219
las diferencias es que elaboró textos dirigidos a los propios
hablantes. En una de esas publicaciones, en 1890 dice en los
subtítulos; "Miscelánea literaria en quichua y español para la
instrucción recreativa del indio y su afición al estudio". En otro
subtítulo y en otro opúsculo, en el mismo año, dice; "Escuela
indiana o método para enseñar a leer y escribir a los indiecitos en
quechua y castellano". Aunque hoy esto suene algo peyorativo, por
lo de "indiecitos", pero, en aquel entonces, está muy claro en la
intención de enseñar a leer en las dos lenguas (castellano quechua,
o castellano aymara) a sus hablantes, por más que fuese en gran
parte, para la evangelización.
Además de incursionar en terrenos como el alfabeto ("Ortología
de las lenguas aymara y quichua"), también incursionó en temas
como la gramática y lexicografía, aunque no las publicó. Sin duda,
de una u otra forma resulta ser el primero en pretender que los
propios indígenas escribiesen en sus lenguas maternas sin
propender la transición de idiomas. Éste es el hecho más
importante de Carlos Felipe Beltrán y esto la historia lingüística no
puede ignorar. Beltrán es el primer iniciador del proceso de la
escritura de las lenguas indígenas en Bolivia. Motivado por su fe
católica y por su amor al indio y a las lenguas quechua y aymara,
Beltrán ha hecho lo impensable para su época.
Reitero, aquí nos estamos abocando a la gente que ha trabajado
en la introducción de la escritura aymara y quechua en la población
que habla estas lenguas. En otras palabras a los alfabetizadores, esto
220
sin duda es tan importante como con los otros en el proceso de
escritura para el futuro de nuestras lenguas indígenas.
En este terreno existen personas que han elaborado textos en
lenguas indígenas. Otros más con el afán de evangelizar, unos con
el fin de difundir sus alfabetos y otros en la convicción de que se
debe alfabetizar en la lengua que sabe la población. En este caso los
primeros se hicieron en la era republicana para enseñar a leer y
escribir en las mencionadas lenguas. Luego los inventores de
alfabetos hicieron lo propio para mostrar la bondad de sus
alfabetos, entre ellos se encuentran católicos, protestantes y otros.
Uno de los pioneros de la escritura aymara es sin duda, después
de Beltrán, el profesor Felipe Pizarro, que publicó y enseñó en
lengua aymara en los años 1920 con un anónimo publicado en 1946
con el título de "Aymara silabario" como consta en la bibliografía.
Finalmente fueron naciendo a requerimientos estatales o
privados para implementar la alfabetización en lenguas andinas.
Por ello tenemos cartillas elaboradas por las iglesias evangélicas,
como por ejemplo de CALA (Comisión de Alfabetización en
Lengua Aymara), que es para evangelizar y difundir su alfabeto.
Otro tanto sucede con INEL (Instituto Nacional de Estudios
Lingüísticos, hoy desaparecido), en 1976 editaron una cartilla con el
título de: "Alfabeto Aymara Ilustrado", cuyo texto es para difundir
el alfabeto mejorado del Congreso Indigenista Interamericano. Lo
mismo ocurre con un texto de Juan de Dios Yapita, con el título de
"Alfabeto fonémico aymara", que circuló en 1974.
221
Son escasos las cartillas que no tienen fines religiosos y que
difunden alfabetos, como el texto "Jisk'a" ('Aymara leit'añataki,
Pequeño Silabario Aymara') de Ernesto Aliaga Suárez en 1968. Estas
publicaciones no son textos amplios del Alfabeto Aymara, sino
contienen muy poca información.
Las cartillas mejor elaboradas, sistematizadas y bien
programadas, con contenidos amplios de alfabetización son los del
SENALEP (Servicio Nacional de Alfabetización y Educación
Popular), realizados en 1884 en adelante. Muchos conocen dichas
cartillas (el aymara con el título de Markaslayku y Musuq
P'unchay/Rijch'arina el quechua), puesto que fue editado en un tiraje
de más de 100 mil ejemplares según tengo entendido, y en
sucesivas ediciones. Obviamente el impacto fue muy grande. Ha
fortalecido el actual movimiento e implantación de la educación
bilingüe y el nuevo despertar de la consciencia indígena.
Por otro lado, después de la desaparición del SENALEP, se
elaboró tres textos o cartillas, para el aymara, quechua y guaraní. El
primero a cargo de Félix Layme Pairumani, con el título de; Aymara
Qillqaña Yatiqañüni. El segundo por el Dr. Pedro Plaza, titulado
Qhichwata Qillqanapaq y el tercero a cargo del profesor José
Barrientos, con el título de "Ñañemboe Yaikuatia Ñañe Ñee",
respectivamente. Estos textos, publicados en 1995 por la Reforma
Educativa, hoy sirven para los maestros como instrumentos auto
instructivo de la lectura y escritura de dichas lenguas.
222
B. Los textos de lectura y escritura en aymara
Cabe recalcar que hasta 1989 se había trabajado más para
adultos. Ya en los inicios del noventa se elaboraron textos de lecto-
escritura sistemática para niños en las lenguas aymara y quechua
dentro de un programa de educación bilingüe bajo el convenio
MEC-UNICEF (1990-1995), cuyo trabajo es tan importante para
lanzar hoy, con seguridad, hacia la Educación Intercultural y
Bilingüe.
Paralelamente, la Comisión Episcopal de Educación (CEE), en
los mismos años también incursionó en educación bilingüe y
produjo textos para niños quechuas. Aunque no se supo más del
proyecto de educación bilingüe de CEE.
Una década antes del convenio MEC-UNICEF boliviano, en el
Perú (1978 a 1990), con otro convenio, entre el Ministerio de
Educación del Perú y la GTZ Alemana, se experimentaba la
Educación Bilingüe en Puno, en las lenguas aymara y quechua.
Dicho Proyecto fue llevado a cabo con la participación de expertos
en la materia, tanto de Alemania como del Perú.
Producto de aquella labor nacieron valiosos textos en las dos
lenguas andinas y todo ese material, sin duda son básicos hoy para
elaborar textos de educación intercultural y bilingüe. Están
dirigidos para niños aymaras y quechuas. Para las futras acciones
educativas bilingües es imperativo consultar dicho material. El
trabajo del Perú es muy serio y metódico de educación bilingüe.
223
Cada texto de grado y materia tiene su manual instructivo de
metodología para el maestro. Aquí los expertos y docentes que han
elaborado los textos han demostrado su capacidad profesional, es
un trabajo de mucho esfuerzo, tiempo y dinero. Aquí solo se juzga
por sus obras, por la producción y esmero con que están hechos los
materiales escolares y guías para el profesor. No tuvimos ocasión
de visitar la aplicación in situ de la educación bilingüe de Puno-
Perú.
En Bolivia, así mismo, el Departamento de Lingüística de la
UMSA, ha ensayado una fugaz educación bilingüe del que no se
tiene información. Fuera de ello, se han realizado varios ensayos de
educación bilingüe en el país, pero lamentablemente no se han
publicado los textos ni los resultados. Seguramente los
financiadores no estipularon su publicación y aún deben contar con
los informes de sus proyectos.
Paralelamente el convenio MEC-UNICEF en Bolivia, ha
desarrollado un proyecto experimental de Educación Intercultural y
Bilingüe en seis unidades educativas quechuas y cinco escuelas en
la zona aymara. Esta experiencia estuvo asesorada por los expertos
peruanos que trabajaron en la experiencia de Puno con la GTZ. En
este proyecto se ha producido los textos para escuelas primarias
para cada grado y materia así como también las guías para los
maestros. En especial en esta experiencia, es notable la preferencia
por la enseñanza de la segunda lengua de forma metódica y
sistemática. El lema m{s o menos era: “en la medida que el niño
224
aprenda a leer y escribir en castellano, dará importancia al
aprendizaje del aymara y quechua”.
Todas estas experiencias deben de ser estudiadas y analizadas
(buscando informes de estos proyectos). Los problemas que en su
momento obstaculizaron la marcha de la educación bilingüe para
emprender sus propios derroteros, pero tenemos la manía de no
estudiar experiencias anteriores. Todos quieren inventar la pólvora.
Por ese camino nunca llegaremos lejos. No hay que olvidar los
trabajos realizados por los pioneros, sus aciertos y desaciertos,
además de descubrir dónde tuvieron sus mayores problemas para
avanzar.
En materia de producción de textos de aprendizaje del
castellano para hablantes de aymara y quechua andamos como
tortugas. No existe un texto novedoso, creativo y atrayente para
niños, adolescentes ni para adultos. Han pasado tres décadas de la
creación de la Carrera de Lingüística y “no aparece el poeta”,
quiero decir el especialista, sino todos nos relatan sobre la
morfología del idioma aymara y quechua hasta el cansancio para
enseñar a otro similar a ellos. Con seguridad seguirá la letanía.
225
6. LA NUEVA EDUCACIÓN QUE SE BUSCA
Con la apertura de la Educación Intercultural y Bilingüe es hora
de que, desde las escuelas se vaya trabajando intensamente en lo
cultural, en las nuevas actitudes de saber entender al otro, buscar la
recuperación de las lenguas indígenas y sobre todo se debe ir en
busca de la propia epistemología.
Primero se debe conocer cómo está hoy la cultura o civilización
a la que queremos entrar o convertirnos, qué valores rigieron y qué
valores hoy rigen en esa civilización. Y saber si nuestra cultura está
superada o no por la historia.
El paternalismo es pasarse de humanista a confianzudo. Nos
han ofrecido el cielo y nos han emborrachado con nimiedades.
1) Nos han hecho creer en ellos y el desprecio por nosotros
mismos. Ahora que estamos emborrachados con y por la
civilización occidental, pretenden juzgarnos y proclamar que
queremos civilizarnos a lo occidental, pretendiendo desmentirnos
con las actitudes de nuestros propios alienados culturales y
generalizar que queremos civilizarnos, cuando en realidad no
quieren que lleguemos a despejarnos de nuestra borrachera, es
decir quieren de una buena vez cerrar el caso proclamando que
“queremos olvidar el aymara, el quechua o el guaraní”, sin dejarnos
despejarnos y descolonizarnos.
La formación académica occidental se la tomaron muchos
profesionales indígenas como ente propio y connatural, algo así
226
como lo más sublime y definitivo, que no habrá salida de él más
que hacerlo propio. Cuando para muchos de nosotros dicho
academicismo no es más que un instrumento de investigación
científica, es una herramienta prestada y quizá existan otras
herramientas alternativas propias de investigación científica.
Cuando proclaman que la epistemología de la ciencia occidental es
la única y universal, me están diciendo que los constructores de
Tihuanaco, Teotihuacan y Chinchin Itza, fueron construidos con
epistemologías occidentales y eso no lo creen ni sus abuelos. Si no
se dan cuenta de esto, entonces tenemos en casa un enemigo
propio, los indios falsificados que combaten la recuperación de
nuestro propio pensamiento.
No hay culturas perfectas y absolutas, depende de la
perspectiva de cada persona y cultura, sin embargo es mejor
rescatar lo bueno de otras culturas y llegar a un plurilingüismo del
que estamos en la era de la diversidad y alteridad. Pero en eso los
indígenas somos campeones, puesto que se ha practicado eso
mismo por miles de años.
2) Hay que desechar toda forma de paternalismo. Éste proviene
del verticalismo y de la discriminación, de la presunción de que uno
solo tiene la verdad absoluta. En la era de lógica difusa siguen
anclados en Aristóteles.
3) Una educación basada en el racionalismo es ir de conceptos y
definiciones y perderse en teoría para no hacer nada. Creen que la
tecnología es solamente máquinas, olvidan que también son
227
aplicaciones y conocimiento sin máquina. Por tanto hacer llover sin
máquinas y leer en coca también es tecnología.
4) Una educación que se basa en los conocimientos empíricos,
es para saber y poder sistematizar. Debemos preguntarnos ¿cómo
los indígenas americanos sabían que el espacio-tiempo es una sola
realidad? Eran empiristas. Es decir sus conocimientos se basaron en
experiencias de la vida. Sus fuentes de conocimientos eran la Madre
Naturaleza, los animales, las plantas, etc. No había pues escuelas
encerradas en cuatro paredes haciendo producir lechugas en el
pizarrón. Las escuelas eran la propia comunidad, por eso Elizardo
Pérez habla de “escuela-ayllu”, pero los pedantes la destruyeron. O
cuando Mariano Baptista habla de “ciudad-escuelas” ni entienden
ni creen. El racionalismo ha calado hondo con una educación
basada en la teoría abstracta.
5) Rescate de los conocimientos tecnológicos andinos. Estos
conocimientos, varios de ellos, están basados en la física cuántica.
Mientras no se estudie esta materia no se hará ni se avanzará gran
cosa para entender estos temas. La ciencia hoy, no solamente es la
demostración objetiva de las cosas, sino también es objetiva y
subjetiva. Entonces, en los temas andinos, también entran como
materia de estudio los conocimientos de los yatiris.
6) Ya se ha dicho y se lo repite. Cuando se habla de educación
bilingüe creen que se va desechar el castellano y solo será en una
lengua indígena. Dice bilingüe, el castellano y una lengua indígena
m{s. Ya no son tiempos de “castellanización” es decir enseñar el
228
castellano a la fuerza a costa de una lengua indígena. Un
tratamiento de lenguas acorde con los nuevos paradigmas quiere
decir conforme al paradigma de diversidad y alteridad. Hoy, en la
era de la posmodernidad, la meta es saber más lenguas. Quien sabe
más lenguas tiene mayores oportunidades. La política de
monolingüismo es historia.
229
VII
HACIA LA EQUIDAD LINGÜÍSTICA
Introducción
Lo que hay que saber es ¿qué se ha alcanzado hasta hoy en
cuanto el desarrollo de las lenguas y culturas indígenas? Si hubo
avances es por el propio esfuerzo del pueblo y nada fue hecho por
los políticos de turno. Se debe estar consciente de que esas luchas
del pueblo fueron por los frentes más avanzados desde donde se ha
luchado por las lenguas y culturas andinas. Comunicadores (orales
y escritos), los sindicalistas. Hubo otros frentes indirectos que han
coadyuvado a este movimiento, como son los folcloristas y algunos
intelectuales. En fin, la lucha por el idioma es un anhelo del pueblo
y la han ejecutado entre muchos. Además es multifacético, está en el
imaginario del pueblo, es un plan y programa holístico que está en
la mente de las entidades culturales, políticas, sociales, económicas,
etc.
230
¿Los políticos? Ellos como organización no han hecho nada más
que seguir modelos occidentales. No han hecho políticas estatales
en muchos rubros, siempre han deambulado así, sin políticas
estatales. Algunos abanderados del pueblo han asumido su rol en
cada una de los rubros de forma independiente y costo personal,
invirtiendo dinero muchas veces por sus creencias y en otras
donando sus tiempos libres por la causa cultural lingüística.
De hecho son los anarquistas los que realizaron esos trabajos
difíciles. No son gente especializada y tecnologica, sino líderes
sociales, culturales, sindicales, folclóricos, etc. que se han ocupado
de leer las investigaciones científicas, que se publican en muy
reducidos ejemplares y que, tras leer sueñan recuperar la memoria
de su pueblo con esas investigaciones. Son una especie de
divulgadores o vulgarizadores de las ciencias sociales. Han usado
los resultados de la ciencia para sus fines políticos, eso es lo bueno,
me parece una acción muy inteligente y acertada.
Claro que esa es una actividad política. A esos anónimos no les
interesa la ciencia por la ciencia, eso sería vivir sin sentido, cantar
por cantar, en fin una especie de “masturbación mental” (Yampara),
sino los conocimientos científicos que se publican en muy pocos
ejemplares, lo toman y lo divulgan a favor de las políticas del
pueblo o por lo menos se fortalecen con esas lecturas para tener
seguridad de lo que se está haciendo.
En su mayoría han hablado, han opinado y alguno que otro a
escrito. Otros lo documentaron debidamente para la posteridad. Es
231
más importante lo que en su momento han dicho, más que haber
obrado físicamente generando una nueva conciencia. Muchas veces
el avivamiento de la palabra del momento presente es la que luego
dio satisfacción espiritual. Son recogidos por los que saben escribir
y documentar. Entonces existe un inusitado movimiento invisible e
intangible, como si se moviera solo en el espíritu de las personas o
en otra dimensión. Quizá es una o ambas.
En esta actividad de documentar cada uno ha trabajado como
puede y lo que debe, de acuerdo a su formación y capacidad de
raciocinio y posición ideológica. Por lo menos esto han hecho de
acuerdo a su limitada capacidad intelectual, otros con mayores
carteles y estudios no han hecho nada por su pueblo, es como si no
existieran. Sólo se refleja lo que uno cree. Esto es lo que dicta la
razón y corazón, nada se puede hacer por cambiarlo.
El afán de escribir, desde que uno aprende a escribir, es un
imán que lleva siempre a anotar todo, cuando se está en una
reunión o se está en una charla o cuando se está viendo o leyendo
noticias. En esta realidad, la escritura, tiene que ver con todo.
1. LOS MEDIOS ORALES
Los primeros en incursionar en la recuperación de las lenguas
indígenas sin proponérselos son los radialistas. Claro, no podía ser
de otra manera en un mundo de muchas necesidades. El pueblo
aymara, quechua y otras son culturas mas orales que escritas y en
232
esa condición se han mantenido relativamente hasta ahora. Un
instrumento como la radio ha resultado un éxito en ese mundo. En
principio, como siempre, con interferencias lingüísticas y culturales
debido a la política de la castellanización, pero en su conjunto, los
programas radiofónicos en aymara fueron mejorando de manera
paulatina.
En los últimos tiempos todos intentan mejorar dicha forma oral
con más énfasis en incrementar la riqueza léxica y el descuido de
conocimientos gramaticales. Pero falta mucho por hacer sobre todo
para alcanzar y comprender el nivel óptimo de la oralidad. Sobre
todo expresarse desde el contexto cultural y lingüístico aymara.
Falta emprender estudios sobre el uso adecuado del idioma en los
programas radiales aymaras o quechuas.
Existen muchas emisoras radiales, sin embargo, hay pocos
programas en las lenguas indígenas. Sobre todo apenas dan una
hora para programas en dichas lenguas. Así como también existen
radio emisoras que jamás usan aymara ni quechua en sus
programaciones.
Existen dos tipos de radios urbanas y radios provinciales, en
estas últimas el uso frecuente de la lengua es más en lenguas
indígenas. Esto requerirá un análisis posterior, dada la proliferación
de estas emisoras.
Por otro lado tenemos la incursión de la televisión en el
escenario aymara o quechua. Sin embargo, éstos canales con sus
233
programas novelísticas van produciendo una especie de alienación
cultural, además de otros con menos efectos dañinos. Hay
programas generalmente opuestos a la realidad cultural andina.
Difunden de manera indiscriminada valores ajenos y nocivos para
los pueblos indígenas y el país. Un canal estatal no daba ni cinco
minutos para informativos aymaras y quechuas.
(CUADRO DE RADIO EMISORAS AYMARAS de mayor alcance)
Radioemisora Habitualmente Nº Prog. Aymaras
San Gabriel Aymara Todas
Pacha Qamasa Aymara Todas
Nacional castellano 6 horas
Fides castellano 4 horas
XX castellano 3 horas
YY castellano 2 horas
1. Radios
a) Urbanas
b) Provinciales
2. Televisión
2. LOS MEDIOS ESCRITOS EN AYMARA
Sera bueno pintar el marco espacio-temporal y social del pueblo
aymara y quechua. Es bueno y coherente empezar estableciendo las
referencias del medio social imperante para entender a estas
culturas y lenguas. Estos informes de la variedad de descripción de
la ubicación, población, referencias socio-económicas y demás datos
serán importantes para tener un cuadro completo del problema.
Aunque muchas de ellas ya son conocidas en su generalidad.
234
Aquí solo quiero manifestar, una vez más, las principales
características culturales del mundo aymara. Porque por ahí es
donde se empieza a entender el respeto al otro. Para no alargar más
se puede decir que el pueblo aymara tiene una concepción holista de
las cosas y por lo tanto es comunitario, todo esto se lo aprendió de
la Pacha Mama, la concepción socio-económica se basa en la
reciprocidad. Es profundamente respetuoso con la Madre
Naturaleza la que se llama también Pachamama. Tiene una visión
andrógina en cuanto al género. En fin, cree en el pacha, espacio-
tiempo que es cíclico.
Quiero aclarar que la realidad socio-lingüística del país es
eminentemente bilingüe. Los monolingües son pocos. Una tercera
parte es quechua-castellano, otra es aymara-castellano, los
monolingües quechuas, castellanos y aymaras son muy pocos en
relación a los bilingües. Debo decir que hay una abismal diferencia
en cuanto a la tipología lingüística de las lenguas andinas y el
castellano. Reitero, la una es una lengua aislante flexiva y las otras
son sufijantes por excelencia y pertenecen por supuesto a la rama
de las lenguas aglutinantes.
Para este trabajo sólo hemos tomado en cuenta los últimos
avances en cuanto el desarrollo de la educación bilingüe y
programas de alfabetización para despertar en los futuros lectores
de dichas lenguas para desarrollar una comunicación escrita en
lenguas andinas.
235
Primero debemos hacer un homenaje a Felipe Pizarro, por
iniciar el uso de la lengua aymara en la comunicación social escrita
en el periódico "El Andino", fundado y sostenido por él mismo en
1921, aunque con una extensión mínima de la lengua mencionada.
Hay que considerar que fueron en tiempos muy difíciles para esta
lengua, puesto que en la misma época José Luis Osorio, en Sucre,
hablaba de “declarar guerra a las lenguas aymara y quechua”.
Fue 1982 en que se fundó JAYMA, modestamente, un periódico
escrito en lengua aymara y castellano. Se soñaba poder desarrollar
una comunicación entre más de cuarenta comunidades de Jesús de
Machaca, en una dinámica horizontal con la diversidad de
conocimientos en aquella región. Se lo bautizó con el nombre de
JAYMA, que quiere decir trabajo comunitario para todos.
En la misma época o un poco antes apareció Yatiñasawa,
dirigido por Juan de Dios Yapita y el otro por INEL (Instituto
Nacional de Estudios Lingüísticos hoy desaparecido) con el nombre
de Yaüñataki (edición en mimeógrafo). Un poco después entró en
escena el periódico quechua denominado Ñawpaqman/CQNOSUR,
en áreas rurales de Cochabamba. Fue fundado el año 1983, con el
nombre de "Mizqueño" por el Centro Cultural Portales y a partir de
1986 fue sostenido por el CENDA, con el nombre de Ñawpaqman.
Esta realidad tiene problemas socio-lingüísticos si no se toman
adecuados métodos de enseñanza de lenguas. No es fácil enseñar
una lengua opuesta a la lengua materna. Estas características por
supuesto no han sido tomadas en cuenta en la era de la
236
castellanización. Recién desde 1990 se ha empezado a enseñar la
lengua castellana respetando la lengua materna en algunas
escuelas. Sólo a partir de 1995 se inicia con bastante vacilación,
temor e inexperiencia con la nueva metodología de primeras y
segundas lenguas. Es decir respetando las lenguas maternas y
enseñando una segunda lengua. Para ello se ha tenido que formar
unos expertos denominados “asesores pedagógicos”.
Además hay que añadir que varios periódicos bilingües fueron
creados a partir de 1990, Entre los principales, por ejemplo,
tenemos: Sartasipxañäni, en la lengua aymara que nació en Jesús de
Machaca en 1993 y alcanzó a unos 8 números. El otro es el Wiñay,
periódico bilingüe quechua y castellano, se publicó a finales de 1993
y 1994 y que logró alcanzar a cuatro números. Pero hubo otros
medios de comunicación escritos que alcanzaron a sobrevivir y
murieron a 1, 2 o 3 números.
ETAPA AÑOS Nos. PUBLIC.
PP FORMATO LENGUAS Lugar de Circulación
1ra. 1982-1983 2 36 1 cuartilla Aymara Jesús de Machaca (Campesinos)
2da. 1983-1984 3 4 ½ tabloide Aymara La Paz (Fed. Sindical)
3ra. 1985-1989 21 8 Tabloide Aymara Campo-ciudad
4ta. 1990-1992 14 12 Tabloide Aymara-castellano
En escuelas del EIB de
LP-CCB-OR-POT y CH
5ta. 1995-1998 12 12/16 Tabloide Aymara-castellano
Campo-ciudad
237
ETAPA AÑOS Nos. PP FORMATO LENGUAS Con … Lugar de Circulación
6ta. 2000 300 8 Tabloide Aymara-quechua
“PRESENCIA” Jayma
Nacional, Dir. FLP
7ma. 2002 50 8 Tabloide Aymara, quechua y guaraní
Los jueves/c “LA
PRENSA” Kimsa pacha
Nacional, Dir. FLP
8va. 2003 2004
50 8 Tabloide Aymara, quechua y guaraní
Los jueves c/ “LA
PRENSA” y CEA Kimsa Pacha
Nacional, Dir. FLP
9na 2006 14 8 ½ tabloide Aymara-castellano
Los jueves c/ “LA
PRENSA” y CEA Dir. Lucio Torrejón S.
En los medios escritos los primeros en incursionar en la escena
de la prensa escrita fueron en aymara El Andino 1922, Yatiñasawa
1972, Jayma 1982, Sartasipxñäni 1993. En quechua Nawpaqman
(Conosur) 1986, Wiñay 1994, para fortalecer las lenguas indígenas
de manera escrita y en el medio que más interesa al público, en los
medios de comunicación.
Periódico año final Nros.
El Andino 1921 1923? 3
Yatiñasawa 1972 1988 15
Jayma 1982 2001 370
Ñawpaqman 1986 ¿? ¿?
Wiñay 1994 1994 3
Kimsa Pacha 2002 2004 140
En esa condición, oral y escrita, hay seguridad de que las
lenguas indígenas se recuperarán no para apabullar al castellano
que será siempre la lengua franca en nuestro país, sino para ver la
riqueza cultural, y sobre todo por la equidad lingüística. Porque a
partir de una cultura y lengua se puede alcanzar un desarrollo con
238
éxito. Solo a partir de su lengua y cultura maternas se puede ser
creativos, y no en las prestadas, y porque solo desde esa perspectiva
se puede entender al otro.
Como en toda obra humana se ha enfrentado con diversos
problemas, pero el mérito mayor es haber inaugurado cuanto antes
la comunicación escrita en estas lenguas con mayores perspectivas.
En esta situación los abanderados son Jayma en el matutino
"Presencia" y ahora " Kimsa Pacha" en el periódico "la Prensa", Por
otro lado hay problemas que se irán superando de manera
paulatina. Pero esto se lo hará unidos entre locutores y escritores
ayamara-quechua. Creo que esta vez tendrán éxito. Pero todavía
falta mucho por entender, sobre todo entender que la escritura
aymara no es una mera transcripción sino la presentación de una
escritura sistemática y ordenada de la lengua. A esto se llama
normalización lingüística del aymara.
Por tanto, hubo periódicos a escala limitada que son aquellos
pocos que nacieron cada cuantos números y desaparecieron rápido.
Algunos como Jayma y Conosur se mantuvieron por más de dos
décadas. Luego existieron periódicos que, como suplementos,
sobrevivieron en una situación injusta, junto con grandes medios de
comunicación. Tal el caso de Jayma con Presencia y ahora Kimsa
Pacha con el periódico La Prensa.
El objetivo de Kimsa Pacha es fortalecer las lenguas indígenas
desarrollando la tradición hablada y escrita, y sobre todo, ir más
allá de simple oralidad e ingresar a la lectura y redacción. Además
239
consolidar la tradición de lectura y escritura, con ella asegurar la
publicación de suplementos en aymara, quechua y guaraní en unos
años más.
3. LA TRADICION DE LECTURA Y ESCRITURA
A. Los lectores de los periódicos indígenas
En 1983 estaba ya funcionando el Servicio Nacional
Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) que ha realizado
unos seis seminarios en varios aspectos y temas de interés de
aquella época. Como producto fundamental ha producido una
edición de 100.000 cartillas de alfabetización que se han agotado
rápidamente. Esto es una muestra de que fue efectivo dicho
instrumento de alfabetización en lengua aymara y otro tanto en el
quechua. Sin embargo, dicha institución fue clausurada gracias a las
peleas políticas y pugnas burocráticas en 1996.
Esta iniciativa de alfabetizar en lenguas aymara y quechua,
quiere decir enseñar a leer y escribir a una persona que solo sabe
hablar oralmente una de las lengua andinas mencionadas. Por
tanto, hablar de alfabetización en castellano a los que solamente
hablan el aymara o quechua es un absurdo. Querrán decir
enseñanza del castellano como segunda lengua.
Las repercusiones, después de la liquidación del SENALEP,
continuaron. Han surgido varias ONGs con proyectos de
alfabetización. Por ejemplo el Plan Internacional realiza labores de
240
alfabetización en varios lugares y silenciosamente. Otro tanto
sabemos que en Sucre una institución de alfabetización bilingüe ha
ganado un Premio de la UNESCO, por su destacada labor, etc.
B. Proyección
El terreno más complicado y difícil de abordar y continuar es la
tradición de lectura en los pueblos aymara y quechua. Si las radios
tienen éxito en sus audiencias es porque están frente a un pueblo de
fuerte raigambre de tradición oral. Tanto el aymara y quechua son
culturas eminentemente orales y, muy posiblemente lo sean, las
otras culturas indígenas.
Esta es una de las muestras de que las culturas andinas no
habían desarrollado un sistema de escritura a niveles generales,
sino solo en un segmento de la sociedad andina como son los yatiris
y otros analistas de la semiótica andina. Reitero, lo que en las
culturas andinas cobra más fuerza son informaciones orales y
audiovisuales y no la forma escrita. Además se ha prohibido la
lectura y escritura en toda la Colonia y aún principios de la
República. La tradición de lectura en estas dos culturas estaba
desterrado o en su caso recién empezaba a interesarles y, otra vez,
una élite de lectores y escritores se interesó con más ahínco de este
mecanismo de lectura y escritura.
Muchos docentes y el público en general se lamentan que los
escolares o mejor los colegiales no leen o no les interesa leer y si
leen obligatoriamente no entienden lo que leen. La respuesta está en
241
que están frente a alumnos de un estrato social donde la tradición
de lectura está recién en gestación o no existe.
Desde los estamentos estatales no se ha incentivado por
interesarlos por los beneficios y bondades de la lectura y escritura,
ni siquiera para el castellano y menos para las lenguas indígenas.
Probablemente en Bolivia existen más de dos millones y medio de
analfabetos. Analfabeto es aquel que sabe hablar su lengua materna
y no la sabe escribir.
4. POLÍTICA LINGÜÍSTICA DEL PERIODISMO AYMARA
Introducción
Primero. Muchas veces los trabajos intelectuales de los
anarquistas son más efectivos que de los tradicionales
profesionales. Todo lo contrario a un autodidacta, un anarquista
manifiesta su idea con la naturalidad del rocío que yace en las hojas
tranquilas, que expresa un mundo oculto y nuevo, no pensado a
propósito. Muchos no necesitan de un académico más, que en
verdad pululan en abundancia en las universidades, sino que uno
se exprese naturalmente. El sentimiento y parecer del lado opuesto,
es que diga su vivencia de la vida y a decir verdad la ciencia se
regocija sistematizando esos conocimientos empíricos. ¿Qué sería la
ciencia sin los conocimientos empíricos? Los inventaría o
desaparecerían. En verdad Umberto Eco dice que ―Cada lengua constituye un cierto modelo del universo, un sistema semiótico de comprensión del mundo, y si tenemos 4.000 modos distintos de describir el mundo, esto nos hace más ricos. Deberíamos preocuparnos de la conservación de las lenguas del mismo modo que nos
preocupamos de la ecología.‖ (En: V. V. IVANOV, Reconstructing the Past,
242
1992, p. 4). Sólo a la juventud le interesa ambas conocimientos: la
totalidad; porque teniendo la libertad de educación empírica, aún
conserva la mente holística y originaria, es decir estamos listos para
el cambio y creemos como aymaras en aliados y contrarios a su vez
y la complementariedad de opuestos. Si bien la otra cuadrícula
racionaliza, ésta, la participación de los empíricos, recrea la mente y
humaniza la ciencia, es además creativo. Siempre se debe navegar
simultáneamente en ambas direcciones. Armonizar contrarios es
nuestra naturaleza.
Segundo. Ni Calvet ni Ninyoles se aproximan en su análisis a la
epopeya de la lucha política aymara. La pelea por la lengua
materna se remonta a más de tres décadas. Uno mismo ha vivido la
experiencia. No tenemos más que la escuela de vida que no
pertenece a ninguna corriente lingüística. El pensamiento son las
generadas en el mundo andino. La experiencia de los empíricos es
el terreno mismo de las acciones de la escritura de la lengua
aymara. Hemos puesto los cimientos de la escritura sistematizada
de la lengua aymara sobre bases firmes, sabiendo jugar y
cambiarlos en su oportunidad. Hoy muchos siguen nuestro camino
ya trazado en cuanto a la escritura sistematizada o normalizada de
la mencionada lengua. Hasta el mismo Ministerio de Educación
enarbola dicha bandera. Aunque algunos lingüistas le hacen guerra
con simplezas como: “hay que es escribir el aymara así como
hablamos”. Un autor con mayor y mejor producción de literatura
indígena decidirá las futuras acciones.
243
Tercero. Se hará una relación aproximada de la política
lingüística con que se ha emprendido en la experiencia de redacción
de los periódicos indígenas en el contexto sociolingüístico
boliviano. Se ha dedicado de lleno a producir e inundar con
literatura en Aymara en un momento en que dicha lengua es
discriminada y condenada a una muerte segura. Se ha acumulado
una serie de experiencias para hacer un periódico indígena. Se ha
producido abundantes números en los dos periódicos: Jayma, Jayma-
Presencia y Kimsa Pacha-La Prensa. Así mismo se ha publicado una
buena cantidad de libros escritos en lengua aymara desde 1996.
A. Antecedentes de la política lingüística
De los castigos en la escuela por hablar la lengua aymara se ha
aprendido bastante, la discriminación de lenguas les dio la
impresión de que sus padres eran despreciables. Han vivido con ese
trauma por mucho tiempo, desde la adolescencia y juventud. Todas
las injusticias fue realmente una escuela de rebeldía y esa ess la
fuerza aymara. Cuando los jóvenes hemos creído tener derecho a
saber la lengua y cultura de nuestros mayores, hemos practicado el
idioma en la casa, pero jamás era bien visto en la escuela y el
colegio. Ahora sabemos, que querían expresarse en la lengua que
mejor sabían, pero no les dejaron. Esa opresión es como un trauma
de un resorte enrollado que se manifestará, no se sabe cómo. Esta
pues parte de una injusticia.Primero porque es el primer y original
instrumento de comunicación con que contamos y segundo porque
en la comunidad nuestros padres lo hablaban habitualmente.
Después se ha comprendido que la lengua es una realidad
244
simultánea con la cultura, eso estaba en nuestro ser, además de que
es un instrumento de comunicación social, es un instrumento
político para el fortalecimiento de identidades culturales. Así que
así se ha empezado a luchar por la reivindicación cultural.
Las lenguas indígenas para la Nación-Estado fue y es un
estorbo para los afanes de homogeneización y solo ellos tenían la
potestad de decidir, el hacerlas desaparecer o no. Porque entonces,
los indígenas vivíamos en una situación vertical y dentro de las
políticas de masificación trazados por los opresores. Estábamos en
sus manos, ni siquiera teníamos la voz para defendernos. Además,
era inútil hablar con ellos, tenían la verdad absoluta. Sólo quedaba
un camino: callar y trabajar silenciosamente por nuestra identidad,
con fe en el Pacha Kuti. El lema fue hablar y escribir entre nosotros
del futuro en nuestra lengua materna.
Había que despertar al gigante dormido antes que ellos lo
adormezca con propuestas políticas demagógicas. En aquel
entonces, 1972, transitábamos en el contexto de la dictadura militar
y optamos por la vía de la lucha pacífica, empezando por el idioma.
Nos propusimos escribir e inundar con literatura aymara. Cuando
para empezar inventariamos los materiales lingüísticos escritos en
aymara hasta entonces se constata que no existía gran cosa. Salvo
algunos panfletos religiosos católicos y protestantes llegaban de vez
en cuando a las ferias. Es que para entonces no teníamos acceso ni a
los cuatro tomos de Bibliografía de las Lenguas Aymara y Quechua
de Paul Rivet publicado en 1951 a 1956. Aún así, los vocabularios y
245
gramáticas de la primera centuria de la Colonia, en los tres siglos
posteriores, no han hecho gran cosa.
Los aymaras no tenían nada escrito en lengua aymara, si habían
algunos eran para enseñar a los que no son aymaras. Porque si bien
contenían palabras antiguas y en desuso, esos documentos de
épocas anteriores, no eran gran cosa para esta era. La meta no se iba
a cumplir con catecismos y panfletos evangélicos, sino con una
producción literaria cultural, política, filosófica, etc. de nuestro
pueblo. Además se encontraban en un ambiente indiferente y con
autoridades políticas contrarias a los que queríanla recuperación de
la lengua aymara. Sobre todo los académicos aymaras de entonces
que en vez de alentar su labor de rescate, los desmoralizaban
arguyendo que “¿A estas alturas para qué sirve el Aymara?”,
“Aprender el Aymara es como el caminar del cangrejo”, “Lo pasado
hay que olvidarlo”. Quizás entonces tenían razón. Era el apogeo del
tiempo lineal occidental, eran newtonianos. Las verdades de ayer,
hoy son solo paradojas de la historia, ¿quién lo puede creer? Hoy ya
no rige el tiempo lineal, aunque muchos lo sigan. Hoy para los
propios occidentales el tiempo es retroprogresivo y para los
andinos siempre fue cíclico por milenos. Sin embargo la batalla por
la lengua se iba a librar en aquel escenario y escribiendo en la
misma lengua despreciada. Eso era empezar de cero y era
enfrentarse a un proceso largo y penoso.
En esta era el que sepa varias lenguas tiene mayores opciones.
Hay docentes que en el pasado enseñaban el castellano reprimiendo
la lengua materna del niño en la escuela. Jamás se les ocurrió
246
enseñar la segunda lengua sin reprimir ninguna lengua. La mejor
manera de aprender otras lenguas es la vía de la lengua matera. Se
debe reiterar que la lengua materna es la llave para aprender otras
lenguas. La era en que se vive los obliga a retornar a la lengua y
cultura maternas. La lucha por conservar las lenguas indígenas es
un derecho a la vida. Un pueblo sólo puede expresarse libremente
en su lengua materna. Expresarse en una lengua prestada, cuando
no se domina esa lengua, siempre tendrá ataduras sintácticas,
semánticas y culturales más aún si la lengua del entorno es de
enorme prestigio y de una sociedad discriminante como la
española, siempre impedirán la libre expresión y de hecho se atenta
a la libertad de expresión. Es como andar con una camisa de fuerza.
Eso es el amordazamiento de un pueblo ¿Se escucha en las
madrugadas los programas radiales aymaras? Ahí está claramente
el clamor del pueblo aymara expresándose en una lengua atrofiada.
Además, se constata las interferencias culturales y la anulación de la
creatividad aymaras. La política lingüística del pueblo aymara fue
libertad en cuanto a idiomas, la revitalización y desarrollo de la
lengua aymara, con el fin de recuperar la creatividad andina, como
recurso clave para el resurgimiento cultural aymara.
B. Escollos coloniales
El colonialismo continúa con su imposición vertical de políticas
que atentan primero a las lenguas indígenas y después a toda una
cultura. Teniendo una lengua como el castellano, de tanto prestigio
y poder, todavía infringen con políticas de extinción de otras
lenguas menores. Cuando se dice recuperar la lengua Aymara
247
estamos diciendo recuperar del colonialismo aplastante con su
pretexto de lengua oficial, para desarrollarse en armonía con otros,
no para imponer ni mucho menos para aymarizar a otros pueblos,
sino para convivir en armonía con otras culturas. Aunque esto fue
soñar, hoy es posible gracias al advenimiento de los nuevos
paradigmas de la Revolución Informática Cibernética.
Los modelos en nuestro país, en el pasado, fueron el
verticalismo, racionalismo e individualismo. Uno de los
paradigmas trascendentales del industrialismo era la
homogeneización, por tanto la multitud de lenguas indígenas eran
un estorbo para sus políticas. Hoy estamos en la globalización, y
ésta no es sinónimo de homogeneización, sino es algo así como
homogeneización-diversidad o diversidad-homogénea, es ambas
cosas a la vez, sino fuera así no tendría sentido la alteridad y
diversidad que son también paradigmas de esta era. El tiempo y
espacio para Newton fueron dos realidades absolutamente
separadas y luego para este tiempo, según Einstein, ambas son una
sola realidad simultánea. Por eso para un aymara aliados y
contrarios es su racionalidad, es normal aquello de individual y
comunitario, aliados y contrarios, así se lo entiende en la realidad
aymara. La vida es el arte de vivir en complementariedad, es saber
armonizar contrarios para vivir bien y en paz con el otro.
Son nuevos tiempos, todos los Estados y pueblos deben cuidar
y desarrollar sus propios instrumentos de comunicación. No debe
molestar el desarrollo de otras lenguas mayores, de lo contrario
estaría demostrando afanes imperialistas. Es más, los propios
248
indígenas quieren aprender esas lenguas, por eso casi todos los
indígenas son bilingües, hasta trilingües y hay hasta tetralingües
como el caso de los Chipayas y Kallawayas. Por supuesto que
tienen interés por aprender bien el castellano, el inglés o el
mandarín. Esa es la meta, pero jamás una castellanización del siglo
pasado o una anglización o mandarinización.
A propósito para aprender a leer y escribir primero hay que
saber hablar la lengua materna. Hoy hay muchas escuelas que
enseñan a leer a los aymaras directamente en la lengua castellana,
sin que los niños aymaras sepan hablar dicha lengua. Esta es una
aberración pedagógica que solo se puede dar en un Estado colonial.
Y reitero, para aprender una segunda y hasta una tercera lengua es
necesario saber bien la lengua materna. En estas condiciones es
insólito despreciar la lengua materna en la escuela. Al niño se le
enseña en la lengua que habla o sabe.
Volviendo al tema, reitero lo que nos molesta son los afanes
colonialistas de imponer una sola lengua al mundo a expensas de
otras lenguas menores, es su pretexto de civilización, progreso e
integración nacional, todos en un marco conceptual trasnochado de
homogeneización. El futuro, o mejor hoy, se prefiere lo bilingüe,
trilingüe ya no hay opción para monolingües. Reitero, cuando el
paradigma del nuevo comportamiento humano es la diversidad,
alteridad y equidad, no quiere decir reducir a una sola lengua. No
queda otra alternativa que incentivar y desarrollar las lenguas
despreciadas. No son tiempos de verdades absolutas, son tiempos
de olvidar taras y prejuicios absurdos, son tiempos de
249
horizontalidad, son tiempos de construir una nueva realidad más
justa.
Las lenguas mayores tienen o crean academias de lenguas.
Quizá en el mundo Aymara, éstas no sean necesariamente vitales.
En el Occidente reinó el modelo la homogeneización, la
centralización y lo vertical, entonces se justifica instituciones
rectoras de ése tipo. En la cultura Aymara no es así, es una cultura
de diversidad-holística, en este sentido será mejor una cadena de
identidades, una red de modelos que varían los mínimos y
engloben los componentes comunes. En un principio, cuando se
quiere salir del colonialismo, puede ser, la academia, es una especie
de camisa de fuerza, que estorba más que facilite la libertad de la
escritura y que evite la incursión de nuevos valores en la
producción escrita de un idioma indígena. Además, no están dadas
las condiciones para formar o crear academias cuando no se tiene
escritores, por lo menos varios, en una lengua indígena. Porque no
vaya ser que los llamados lingüistas aymaras, con apenas con un
solo artículo en Aymara en su haber, sean miembros o académicos
de la magna corporación de una lengua, que analizan y escriben
solo en castellano, que más saben de teoría lingüística que de la
redacción propia del idioma indígena, que más conozcan
contenidos culturales occidentales que el pensamiento Aymara,
ejerciendo su función rectora como parásitos desde arriba y en
castellano y no en lengua indígena.
Lo lingüístico no resuelve los hábitos de escritura y producción
literaria, más que teoría es la práctica. Mucho más cuando la
lengua, como la Aymara, sale de los lindes de la propia lingüística.
250
Frente a importar modelos occidentales mejor es la creación
temprana de academias de lenguas indígenas. La recuperación de la
lengua Aymara no solamente es producción literaria escolar, es
mucho más, es más de arte que de ciencia del lenguaje. Reitero, “la
lingüística reconoce no tener sobre literatura más que algunos
derechos muy limitados”. Para mayores dilucidaciones léase a
Rolando Barthes (1994, 23).
C. Nuestra política lingüística
En todo caso, así como existieron muchas lenguas en el pasado,
en esta era de la misma manera deben subsistir muchas lenguas, sin
imponerse y homogeneizarse como en el colonialismo o
industrialismo. Sus intelectuales no aceptan la castellanización o
asimilaciones lingüísticas y culturales, sino aprendizajes de
primera, segunda y tercera lenguas. No hay una razón coherente a
la nueva era de por qué hay que saber una sola lengua, so pretexto
de integración, civilización y progreso nacional, en una situación de
libertad y democracia. Cuando se tiene capacidad y la mente no
lleva traumas para aprender más lenguas y cuando saber tantas
lenguas es un recurso y más opciones de visión.
Ciertamente los anarco-lingüistas, ilusos y soñadores tuvimos
que luchar contra tres frentes: contra círculos oficiales en el que su
postura es la homogeneización lingüística de Nación–Estado, con
límites bien demarcados y algunas veces hasta minados. Contra la
sordidez del mismo pueblo indígena oprimido que no cree en sí
mismo, sino en los prestigiosos colonizadores y ante la situación
251
caótica que ambos generan ante las iniciativas en pro de las lenguas
indígenas y sobre todo evitando recursos para las acciones de
recuperación de lenguas perseguidas.
Lo que se busca es primero que esos círculos oficiales se abran
con lucidez. Hagan esfuerzos por ser justos y den recursos
económicos para incentivar a los promotores y escritores en lenguas
indígenas. No hay que olvidar que la valoración de las lenguas
indígenas son inútiles sin el componente económico. Tampoco
lengua y economía son separadas, uno sin el otro no funcionarán.
Sin este componente todas las iniciativas de buena voluntad serán
insuficientes, el enorme prestigio de las lenguas oficiales siempre
aplastará las incrédulas iniciativas del oprimido, si no se lo apoya
debidamente.
Segundo, se debe desatar una campaña sistemática de
educación del oprimido al estilo freireano, una especie de
descolonización lingüística, una toma de conciencia de la realidad
para asumir mejor la alteridad. Sólo a partir de nuestra lengua y
cultura podemos entender al otro; de lo contrario sólo se
mascullarán chauvinismos y fundamentalismos de uno y otro
frente. Y tercero, desbloquear ese meollo colonial, que nos ata,
incentivando, valorando y dando prestigio a esos pocos promotores
culturales, a esos pocos escritores en lenguas indígenas porque esos
son los modelos a seguir en un pueblo indígena y en cualquier
nación.
252
Requerimos de personas aymaras que con sanos propósitos
estudie, cultive y escriba en la mencionada lengua desde la
perspectiva de ésta lengua, desde su genuino modo de pensar y
hacer. Si es posible, con mística reflejando el genio de la lengua.
Solo así describirá la característica y el rico aporte de los Qulla al
mundo. Porque escribir una lengua en estructuras de pensamiento
ajeno y gramática ajena es una forma destruir una lengua. Así
mismo, encarar educación bilingüe sin saber ambas lenguas es
engañar, es suplantar a los técnicos de una lengua indígena y
cumplir el papel de un paternalista del siglo pasado.
No nos preocupamos de ser uno, aunque sí en círculos
colonizados u occidentalizados. La esencia humana es dos en
unidad. Las trivialidades y cuestiones contradictorias son parte del
ser humano. Una cosa es que se ha satanizado y se ha pretendido
extirpar esa parte que les molesta para cultivar el yo único. Lo que
para un indígena parece una especie de auto-castración de una de
las dos partes del ser humano. Aprendieron con ello a creer en el yo
y rechazar al otro. Para la cultura Aymara el mal y el bien coexisten,
no puede haber el uno sin el otro. Sin embargo en otras latitudes
han decidido eliminarlo y creo que lo lograron del todo. Allá ellos,
respetamos su manera de pensar, los hemos aceptado por más de
cinco siglos. Nosotros los aymaras hemos vivido siempre en la
complementación de opuestos, ahora deben dejarnos ir por nuestro
camino o en todo caso deben aprender nuestros modelos.
La preservación de la unidad del idioma Aymara no supone
homogenización sino diversidad-holográfica. La lengua es como la
253
Madre Naturaleza que nos une y respeta las diversidades.
Justamente las diferencias son la riqueza, si fuera todo igual ¿qué
sentido tendría la vida? Eso sería la muerte para el Aymara. La
coexistencia con el contrario es la dinámica en la vida, es la fuente
de la armonización y generar valores para el crecimiento espiritual.
Hay algunos lingüistas que creen que, por que la lengua
Aymara es lengua oral no se debe escribir en el sistema latino.
Nosotros no creemos que es posible. La escritura es un instrumento
de comunicación, es como un teléfono o un ordenador, hacer que
un pueblo no tenga acceso a la tecnología universal es un absurdo.
Ahora tampoco es ético tildar a propuestas indígenas de etnicistas,
nacionalistas y fundamentalistas, cuando ellos, los acusadores, han
practicado eso por siglos, además que ellos mismos nos enseñaron
eso bajo su sistema colonial. Mientras estemos viviendo en medio
de etnicismos, nacionalismos y fundamentalismos ajenos, con ellas
despegaremos y después nos despojaremos de ellos.
254
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ANEXOS
Los incas tuvieron una escritura logográfica Por Enrique Valls Uno de los reproches que se le han hecho secularmente a la civilización conocida
como incaica que floreció en el Perú, tras de nacer modestamente en el Cuzco y extenderse hasta lo que es hoy Ecuador, Bolivia, el norte de Argentina y parte de Chile es su carencia de escritura. Este reproche es rechazado por la investigadora Victoria de la Jara, peruana, arqueóloga y antropóloga que ha pasado largos años de estudio tratando de demostrar lo erróneo de esa afirmación.
Victoria de la Jara dice que los cronistas españoles que fueron quienes unánimemente
afirmaron que los incas no poseían escritura alguna, no supieron entender lo que se les ofrecía a sus ojos y que estaba dibujado por así decirlo, en vaso ceremoniales, mantos funerarios y telas.
La escritura incaica es logográfica; cada signo representa una palabra que puede
comprenderse sin considerar la pronunciación. El uso de colores y la adición de líneas y puntos sobre una forma básica, permitió reducir el número de los signos facilitando el aprendizaje. Los signos incaicos son geométricos, porque el tejido condiciona su forma, que también se conserva en madera. Casi todos los textos incas que se conocen están sobre tejidos y en los keros, vaso ceremoniales, dice Victoria de la Jara.
La primera evidencia de la escritura inca, la encontró la investigadora citada en dos
mantos funerarios de la cultura de Paracas (Sur del Perú), escritura a la que llamo ―signos semilla‖. En esos mantos hay 213 personajes con 213 inscripciones diferentes. La confirmación de su idea la encontró trabajando con una pequeña tela decorada en la que había 23 felinos y 23 inscripciones diferentes. Cada felino lleva 6 o 7 ―signos semilla‖ bordados en diferentes colores.
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Victoria de la jara copio fielmente todos los ―signos semilla‖ que pudo encontrar
durante dos años seguidos y le remitió un informe al respecto al sabio lingüista francés Marcel Cohen considerado como una eminencia en su especialidad. Cohen le respondió tras estudiar el informe que ―según el número de signos y en razón de alineamientos sobre ciertos documentos me parece que se encuentra usted frente a una verdadera escritura, tal vez ideo fonográfica como la de Egipto y Mesopotamia‖.
De acuerdo a estas opiniones, de un demostrado experto y de otros recabados por la
investigadora peruana, los ―signos semilla‖ forman por sí mismo un sistema grafico en el que esos gráficos parecen corresponder a las palabras signos.
EL MENSAJE DE LOS KEROS Según Victoria de la jara, sobre los vasos ceremoniales llamados keros, fue escrita la
historia de los incas y su lectura restituirá las partes del código sobre madera que se creyó perdido y que de acuerdo a antiguas versiones fue mandado preparar por el Inca Pachacutee, con el objeto de perennizar la memoria de los fundadores del imperio inca.
Victoria de la Jara ha descifrado algunos símbolos dibujados en un kero. Según dice
se trata de una inscripción fúnebre dedicada al inca Pachacutee. Tres filas de signos decoran la parte superior del kero. Una misma inscripción se repite en la primera y tercera hilera de signos, pero la segunda fila ostenta símbolos diferentes. Según la investigadora ello quiere decir lo siguiente: ―Madre fértil Apu Inti (padre sol), luna resplandeciente, Apu creador, (padre creador) madrecita fértil, gran Apu inti, luna resplandeciente Apu creador.
A decir verdad, según otros investigadores e historiadores peruanos, la escritura
existió siempre en el Perú, pero fue eliminado justamente por el inca Pachacutee, que la substituyo por las cuerdas con nudos llamados quipu que solo podían ser interpretadas por sus guardianes los quipucamayos.
Según el historiador Montesinos, reputado de fantástico por los investigadores
―serios‖, la escritura fue inventada en el Perú por Huaynacavi- Pirhua, pero el inca estableció la pena de muerte para quien usara las ―kelkas‖. Estas eran hojas de árboles sobre las que se escribía a guisa de papel, algo así como el papiro de los egipcios. Mas el inca prohibió que esta escritura se usara, y poco después un amauta (sabio) invento caracteres para escribir, fue quemado vivo. Luego solo se usaron los quipus…
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Otro investigador, Rigoberto Paredes, dice que los incas suprimieron la escritura para
evitar que el pueblo se instruya lo suficiente y pudiera dudar de su ―origen divino‖. Lo cual concuerda perfectamente con el régimen despótico y asfixiante que los incas impusieron a sus súbditos como verdaderos señores de horca y cuchillo.
El inca Pachacutec, además era muy celoso del buen nombre de la realeza, ya que
según otras versiones, ordeno eliminar de la historia incario los nombres de todos aquellos incas cuyos hechos no eran muy edificantes y reconstruyo esa historia fabricando nuevos quipus en donde todo era positivo para la casta gobernante.
Pastor Ordoñez, autor de pictografías sobre puno, en el altiplano peruano-boliviano,
dice textualmente. ―Los kollas habitantes de esa zona llamada el kollao poseían en tiempos remotos una escritura ideográfica propia. En plena evolución. Sobre las paredes, sobre las rocas, sobre los objetos manuales se distinguen representaciones humanas o de animales y plantas que no solamente recuerdan al objeto correspondiente, sino que constituyen correlaciones graficas de nombres ``.
¿Tuvieron los incas una escritura eliminada por razones políticas, a la que sustituyo
otra solamente para elites (como también se ha sostenido), dejando al grueso del pueblo incaico de lado? Tal vez, puesto que en realidad la suma de todo lo dicho más arriba parece apuntar hacia ello y más teniendo en cuenta el carácter feudal y teocrático del régimen de incas.
---------------------------------- Tomado de: PRESENCIA, lunes 12 de enero de 1976.
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LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE ORURO Por Dick Edgar Ibarra Graso
En la excursión de estudio hecha, en compañía del Sr. Roy Querejazu al Sur del
Departamento de Oruro, en busca de un grupo de sobrevivientes de los antiguos y supuestamente ya desaparecidos Urus que dieron el nombre al Departamento, encontramos también, y así dijimos en nuestras primeras declaraciones a la PRENSA, un cuadernillo de escritura jeroglífica, que es la primera muestra de ella que obtenemos de Oruro. En realidad antes habíamos visto otros cuadernillos semejantes, pero nos fue imposible comprarlos.
El cuadernillo posee ocho páginas de escritura, conteniendo rezos católicos, y
constituye una especie de catecismo. Esta escritura todavía muy difundida en la región Andina de Bolivia, y parte del Sur del Perú, al menos en Puno y Cuzco; del Noroeste argentino existen noticias de que hasta fines del siglo pasado, al menos, se usaban en Jujuy, y en épocas anteriores su conocimiento llegaba hasta la zona de las lagunas de Guanacache, en la provincia de Mendoza.
Descubrimos de la existencia de esta escritura en 1940, en San Lucas, provincia de
Cinti, Chuquisaca, y en 1953 publicamos un libro bastante extenso sobre ella, con unas 1200 muestras de escritura. Este libro naturalmente esta hoy muy agotado, pero esperamos que a mediados de año o poco más salga una nueva edición, muy ampliada en sus informaciones, en su texto e ilustraciones.
Las muestras reproducidas en la primera edición de nuestra obra proceden de los
Departamentos de La Paz, Potosí y Chuquisaca, faltando por entonces muestras de la escritura de Cochabamba y Oruro, las cuales han aparecido ahora.
Esta escritura se escribe hoy sobre papel, papel común por los demás incluso hojas de
diario sobre cuyas letras se dibujan los jeroglíficos, cuero también en la región de Copacabana, arcilla y piedra, lo último antiguamente. Los escritos de arcilla son de dos formas: la primera la conocimos en San Lucas, y consiste en la fabricación de unos discos de arcilla de hasta más de un metro de diámetro, sobre el cual se pegan los signos
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jeroglíficos hechos en forma moldeada y puestos parados, los podríamos comparar, en su forma general, a las velitas de cumpleaños de una persona que cumpla bastante de ellos. La segunda forma consiste en un disco semejante, algo menos pero más ancho, en cuya superficie se encuentran los signos representados por multitud variada de cosas menudas: piedrecitas, trozos de cerámica con grabados o no, dientes, trocitos de vidrio, semillas, etc. El P. Joseph de Acosta en 1591, describe exactamente eso, y las llama ―ruedas de rezar‖. En el Museo Arqueológico Municipal de Oruro hay un hermoso ejemplar de esta forma de escribir. Para el Museo Arqueológico de la Universidad de Cochabamba hemos conseguido personalmente dos, procedentes de Puqui en las cercanías de Salinas de Garcí Mendoza, en Oruro.
Esta escritura, que hoy se utiliza exclusivamente para escribir los rezos católicos, es
sin embargo de origen precolombino, pero al parecer solo se uso para pequeñas anotaciones por la gente del pueblo, sin que nunca fuese tomada como elemento cultural importante por las diversas civilizaciones que se sucedieron en la región andina. Su primera manifestación que conocemos es la inscripción en un ceramio Chavin de un numeral que representa el 5, formado por cinco rayitas unidas por sus bases; luego en la espada del llamado Monolito Ponce, se encuentran cuatro signos de esta escritura, en forma evidentemente más desarrollada, que indica que la escritura tuvo bastante importancia en la civilización de Tiahuanaco. Su uso siguió en el periodo del Reino Colla, así aparece en un keru de madera procedente del Norte de Chile, en donde se encuentra un personaje con ocho signos a su alrededor. De Cochabamba tenemos una pequeña tablita de piedra, con once signos grabados, etc.
Su uso actual ya lo conocemos, es el escribir fundamentalmente los rezos católicos,
pero en dos ocasiones hemos visto pequeñas cartas en las cuales se daban informes sobre la cantidad de bultos de sal vendidos, etc.
Presentamos aquí una página del cuadernillo citado al principio. Procede de la
localidad de Quillacas, al Sur de Oruro, y contiene el rezo de los 10 mandatarios. El indígena que nos lo vendió, de nombre Primitivo Jallasa, ya no lo sabía leer pues había pertenecido a su abuelo; se sorprendió mucho al ver que yo leía esos rezos sin mayor dificultas, pero eso no es tan de extrañar considerando el libro que escribimos sobre ello y en donde hay la traducción, signo por signo, de numerosos rezos. Los textos escritos están en lengua aymara, que no sabemos, pero si conocemos los principales signos, de modo que la lectura general de los mismos nos es perfectamente posible.
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La página reproducida contiene los 10 Mandamientos, como lo dijimos, y los signos utilizados en ella son de tres clases: primero, de representación directa, o sea una mujer, mujer, segundo, simbólicos, una cruz, Dios; tercero, fonéticos, una aproximación, como si en castellano dibujásemos un sol y un dado, y le leyéramos allí soldado; así un ojo, nayra en aymara, representa su sinónimo en pronunciación nayra, primero.
Los números están representados por rayitas, y es fácil así identificar en el texto
reproducido cada uno de los 10 Mandamientos. La escritura se hace según nuestra forma, pero en los textos más antiguos se realizaba comenzando por abajo y siguiendo en zig-zag para arriba. Dos rayitas forman el punto final, que aquí han sido trasformadas en hoces no sabemos su porque. El signo ―mandamiento‖, que aparece en tercer lugar, consiste aquí en dos cuadrados sobrepuestos, pero en textos más antiguos consiste en dos triángulos contrapuestos.
Las primeras palabras de este rezo son: De Dios (una Cruz), los Mandamientos son
(un hombre indicando los dos cuadrados), 10 (diez rayitas), los primeros (un ojo), tres, (tres rayitas), etc.
(PRESENCIA LITERARIA, La Paz, domingo 30 de mayo de 1982)
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ESCRITURA INCA Por: HERNAN MENA BUSTILLOS Resumen del trabajo que con el título ―Escritura Inca‖ fue presentado por el autor al
XLII Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Paris del 2 al 9 de septiembre de 1976.
¿QUE ES UN ALFABETO? De una manera general puede decirse que un alfabeto es
un conjunto de signos convencionales que sirven para transcribir una lengua. Nosotros seremos más exigentes y plantearemos las cosas así: Necesitamos un alfabeto quechua –o inca, como quiera llamársele – que: 1) Reproduzca lo más exactamente posible los sonidos de la lengua; 2) Sirva como buen instrumento de clasificación de las palabras (el diccionario): 3) Permita establecer claramente las estructuras del idioma. Debemos añadir aun una cuarta exigencia a este alfabeto: la sencillez, tanto en su manipulación como en el aprendizaje. Esta exigencia nace de la realidad cultural del pueblo inca. Es un pueblo prácticamente sin experiencia en la materia y es necesario que disponga de un instrumento pedagógico claro, sencillo y adaptado a su lengua.
Veamos como creemos haber resuelto todos estos problemas. Se notara e primer lugar
que hemos renunciado al alfabeto latino. Esta cuestión merece un análisis cuidadoso. La experiencia muestra que los sistemas propuestos son bastante deficientes, razón por la cual existe una verdadera anarquía en la manera de escribir el quechua. Es suficiente consultar algunos libros de diferentes autores para constatar nuestra afirmación. Lo mismo –a mayor escala y con peores consecuencias– se nota en la confección de los diccionarios, puesto que el orden de los signos, así como la manera de transcribir los sonidos, determinan la posición de las palabras. Si a esto se añaden otras veleidades como es el suprimir algunas vocales y otras tantas consonantes el resultado es verdaderamente catastrófico. Imagínese un diccionario de la lengua española organizado según el alfabeto japonés; el resultado será de una gran confusión. Y si, para pulir las aristas, le quitan al español dos vocales y dos o tres consonantes se obtendrán, al final, un libro de una confusión infernal. La imagen no es arbitraria, hay un diccionario quechua de mucho prestigio que corresponde, casi punto por punto, a estas características.
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Sin embargo, el problema no está resuelto. Aun podría argüirse así: ―La carencia de un tal sistema no excluye posible aparición. Después de todo, el albanes, el turco, el checo, el vietnamita y tantos otros, son, como el quechua, idiomas alejados de las lenguas románticas y usan para su transcripción los caracteres latinos. Y no les va tan mal‖. Es verdad; pero, detengámonos un instante a reflexionar sobre dos hechos fundamentales. Primero: Existe la tendencia a conferir al alfabeto latino un valor inmanente, una ventaja específica sobre los otros sistemas. Es completamente erróneo. Los signos en lingüística – y en todas las materias – son arbitrarios, convencionales, no tienen ningún valor en sí.
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Luego, son perfectamente equivalentes. Por otra parte. ¿De qué le sirve a una persona conocer el alfabeto latino frente a una página escrita en lengua polaca o alemana? No avanzaran una pulgada en la comprensión del texto y, en la lectura, sus conocimientos serán fuente de innumerables errores. No vayamos tan lejos, trátese de leer en francés, que es una lengua próxima al español, y se verá cuantas dificultades surgen. (No tomamos en cuenta los problemas de impresión de recuperación de textos, de cambios pedagógicos, por ser de poca importancia). No tenemos bibliotecas ni amplios programas de enseñanza, ni siquiera un periódico. Estamos lejos de los problemas actuales de la China o de la situación de los rusos en la época de la revolución, o de la problemática de los turcos en los días de Ataturk. Estamos al comienzo del ovillo uy mas vale empezar de buen pie. Segundo: En Suecia viven los suecos, en Albania los albaneses, y así sucesivamente. Es decir al interior de sus fronteras nacionales no existen problemas idiomáticos. En Bolivia los indios no están solos. Al contrario, están en contacto permanente con una civilización superior que utiliza una lengua diferente. Por consiguiente, si se adopta –o adapta– el alfabeto latino, las fuentes de error se multiplican por 10, por 20, por 80. (Piénsese en el conjunto de factores adversos al quechua - y al aymara, por supuesto.-: Profesores de formación hispánica, alumnos desorientados, niel de cultura muy bajo del pueblo, el lenguaje hibrido de los centros urbanos, tendencias deformantes en la radio y la música, neta subestimación social y psicológica quechua, excesivo peso del español, etc.). Resultado: La pronunciación y la escritura hispánicas tienden a imponerse a la escritura y pronunciación quechuas. Es una constatación de todos los días. Porque, seamos francos, ¿Quién, en Bolivia, que se precie de cultura hispánica, va a tratar de ―imitar a un indio‖, de ―pronunciar a lo indio‖, con todos los matices de voz, de entonación, con los giros del lenguaje, las interjecciones, los gestos? Pocos, desoladoramente pocos. Y, sin embargo, desde el punto de vista lingüístico y psicológico son elementos esenciales, irrenunciables. Ellos constituyen el núcleo, el hueso, el alma de la lengua. Miremos la situación desde otro punto de vista. ¿Sabe usted como pronunciaría el alfabeto latino un indio de 24 quilates, un inca, u digno hijo de Pacakutij (Pachacutec)? Mas o menos así: A (como la A española,
quizá un poco más abierta) UE (diptongo de U mas E atona, más exactamente como la ъ del búlgaro), CI (con una S fina, como la S del francés), DI (D muy blanda, casi Y, como
la De del eslovaco), E (E abierta), IPHI (I inicial dura, como la ы del ruso, mas la PF del alemán), JI (J palatal). ATCHI (con la C del checo), I, JUTA (con la U muy posterior, no redondeada, o muy poco) KA, ILI (I inicial siempre dura), ILLI, IMI, INI, IÑI, O, PI, KU, IRI, (con una R de muy leve vibración, como la R del japonés), ISI, TI, U, UE, JOPHLI UE (la B se ha ensordecido), IKIS, YI, CITA. Siguiendo más o menos las
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pronunciaciones anotadas anteriormente). Como se ve, hay bastante material para hacer burlas. Lo que no se comprende es porque un indio tiene que hacer el ridículo y someterse a las burlas, o a la tiranía, o, en el mejor de los casos, a la condescendencia caritativa del profesor cuando se trata de aprender su propia lengua. Y si se piensa que un tercio de ese alfabeto es completamente inservible (B, C, D, F, G, H, Q, X, Z) y que el resto es, a la evidencia, insuficiente a colmar las brechas (los signos diacríticos podrían resolver el caso de las consonantes triples - quedaría el problema de su denominación - ¿y los diptongos? Aquí no hay solución aceptable, sin hablar de los signos mixtos cuya importancia es indiscutible), se ve pues que insistir en el alfabeto latino es una verdadera locura. En conclusión: la adopción – que más parece una imposición de los caracteres latinos para el quechua es una solución absurda que causa perjuicio a ambas partes: Los incas obtendrán a la larga – y a la corta, a juzgar por sus manifestaciones – una lengua caricatural y extravagante destinada a las aldeas y los socavones; los hispanohablantes, un español empobrecido y deformado, invadido de quechuismo, el castellano de nuestros arrabales. Dentro de este esquema tampoco nuestra elite cultural queda intacta: en el ámbito hispanoamericano actual el español de Bolivia es verdaderamente lamentable. Más vale separar las aguas: ahora que es tiempo. Ganaran las dos culturas en propiedad de la riqueza, en personalidad. Más vale la interacción de dos culturas ricas, vigorosas, hermanadas por la historia que una hibridación forzada que más parece una servidumbre. En fin de cuentas, hay muchas lenguas y muchos alfabetos en el mundo. ¿Está el pueblo inca tan abandonado de la mano de Dios que no pueda aspirar a poseer su propia escritura que tanta falta le hace? ¿Están sus mejores hijos tan desalentados que no puedan aceptar el desafío del futuro?
Veamos ahora las virtudes y los defectos del alfabeto propuesto. Debemos, de entrada,
reconocer ciertas imperfecciones. Se pedía demasiado: Una frase en la que aparecerían una sola vez todos los sonidos de la lengua ordenados de acuerdo a criterios lingüísticos, y que esta frase tuviera, además, una significación fácilmente comprensible. El resultado es aceptable. Las vocales ocupan los lugares pares y las consonantes triples los lugares impares, la semiconsonante esta exactamente al medio de los dos grupos, los diptongos están ordenados de manera imperfecta (salpicados de consonantes y signos mixtos), y al final un grupo de consonantes. En cuanto a las palabras utilizadas, también estas presentan ciertas imperfecciones etimológicas y semánticas, no fonéticas (uelayuj, iuiaoaua). Otra imperfección resulta de la no coincidencia total del paradigma mnemotécnico (que recurre a vocales auxiliares para dar sentido a la frase) con el esquema teórico.
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Creemos, sin embargo, que todas estas deficiencias están ampliamente compensadas por la grande, enorme, irrefutable ventaja que representa el hecho de disponer de una frase que contiene todos los elementos necesarios para la transcripción de la lengua y que constituye, además, un sistema practico y seguro de referencia. Desde el punto de vista de la alfabetización, problema número uno del pueblo inca – es un instrumento de valor inestimable: Permitirá reducir a meses el trabajo de años.
Sin duda, lo que más sorprende al principio son los signos mismos que, por ser raros,
se cree que tienen que ser necesariamente difíciles. Es una impresión falsa. Hemos renunciado a toda presunción de originalidad plástica, a toda complicación inútil en aras de la sencillez. Todos los signos se pueden trazar con dos movimientos de la mano (salvo uno o dos), se ha dado preferencia a la línea curva sobre la recta para facilitar, el trazado, algunos de ellos coinciden con otros existentes en otras lenguas (las posibilidades de invención de signos sencillos a dos trazos son limitadas, imposible evitar las coincidencias), todos son claramente reconocibles. (Hay algunos que nos reprochan de no habernos inspirado en la cerámica, los tejidos, los quipus, etc. Pensamos que se equivocan: Se debe escribir clara y rápidamente, sin perder el tiempo en hacer obras de arte. La caligrafía pertenece a la edad media).
Veamos ahora los sonidos en particular. Las consonantes triples no tienen discusión,
con ligeras variantes todos están de acuerdo. Nosotros hemos separado las series K.K.K y Q.Q.Q para marcar la diferencia. En cuanto a las vocales hay una discusión terrible. Nosotros pensamos que hay ocho vocales, que- para no atizar el fuego y crea complicaciones en el aprendizaje – se pueden reducir a cinco, tres considerándose realizaciones secundarias de las vocales fundamentales (Ê, I. U; E, Î, Û. La discordancia en la E sirve para marcar la diferencia con el español). Creemos que es una convención razonable. Los más exigentes utilizaran ocho vocales y, los demás, cinco, sin que esto altere la estructura del sistema, puesto que solamente las cinco vocales fundamentales sirven como criterios de clasificación. En cuanto a la semiconsonante (Y) hay unanimidad. El problema de los diptongos es muy complejo para ser expuesto en todos sus detalles. Bástenos decir, de una manera esquemática, que en el quechua se produce, como en el alemán, el ataque fuerte de las palabras, lo que origina la diptongación en posición inicial; en las demás posiciones, la diptongación es una regla general (un alfabeto, considerado como esquema fonético, es siempre una fórmula de transacción, debe atender al mayor porcentaje estadístico. Como bien dicen: la excepción confirma la regla). La separación del diptongo UE de UI permite recuperar pronunciaciones regionales y de gran expresividad a las palabras. La separación de OA y UA no solo responde a una realidad, y, en este
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sentido, permite reconocer muchas palabras, sino que también jugara un rol capital al momento de establecer la gramática, puesto que entonces se contara con dos partículas diferentes con valores morfológicos y sintácticos propios. (Para este asunto de los diptongos aconsejamos a los interesados a reflexionar sobre el desarrollo de la V latina en las lenguas romances y germánicas, así como sobre el sistema de vocales y diptongos en el ruso moderno. Igualmente las soluciones del japonés son muy instructivas).
Esta misma lógica de dar soluciones sencillas a problemas complejos – finalmente, una
escritura debe estar al servicio de la masa del pueblo y no ser el privilegio de unos cuantos iniciados- nos ha conducido a encontrar soluciones originales. Es el caso de los signos mixtos, hay varias formas de la vocal I. Su estudio es complejo y haya correr aun mucha sangre de lingüista, la tinta. Sin introducimos el símbolo mixto (lo llamamos mixto porque pensamos que se trata de una I larga más una iota) el problema está resuelto, independientemente del resultado de las discusiones de los especialistas en independientemente de las diversas maneras de pronunciarlo, porque estamos de acurdo en lo principal: en su valor funcional. Significa ―a él‖ en los imperativos (uillariiy), da un matiz de la hipótesis (niuajtiiykiri), una forma de la posesión (sonqoyniiy), una forma de complemento verbal (puriiycacharin), etc. Argumentos parecidos son validos para el signo (25) que permite diferentes pronunciaciones (yoj, yuj, ûj), pero cuyo valor semántico es siempre el mismo. Estas convenciones simples no solo resuelven problemas aparentemente insolubles sino que confieren a la lengua una gran uniformidad sin destruir los particularismos. Al mismo fin sirve el signo auxiliar X que deja en suspenso el problema espinoso del plural. (En realidad aquí no hay verdadero problema sino un malentendido, futo de la poca información lingüística y de la influencia del español. En efecto, en lengua quechua no existe el plural como forma gramatical definida, como sucede en las lenguas románicas, germánicas y eslavas; la noción del pluralismo, al igual que en el japonés, está dada por partículas, o por el sentido de la frase).
En fin, no se debe olvidarse que una lengua de cultura es siempre el resultado de una
convención, de una voluntad común, de una creación concertada y cumulativa. Fue el caso de la koyné en Grecia y fue y es el caso del hochdeutsch en Alemania. A la raíz de estas convenciones no solo debe encontrarse una voluntad común, sino también el conocimiento justo de las tendencias convergentes, es decir, aquellas que garantizan la unidad y el porvenir del idioma, y el rechazo firme de todas las corrientes divergentes que tienden a su dislocación y fragmentación. Así se han hecho las lenguas cultas que hay en el mundo; así se hará la nuestra. Si se nos pidiera el argumento más sólido en favor de nuestro alfabeto, responderíamos sin hesitación: la práctica. En la alfabetización directa a la lengua. Según
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nuestra manera de ver, un alfabeto debe ser un mecanismo rigurosamente calculado. Si todos los elementos componentes funcionan bien, el conjunto marcha bien. Naturalmente, nuestro objetivo va mas allá de la sola transcripción de los sonidos, incluye la organización de la lengua (la gramática) y su clasificación (el diccionario). Con todo, la reproducción de las palabras es ya buen examen. A quienes realicen esta prueba les sugerimos hacer fichas con los signos (lo que elimina su memorización, que es forzosamente lenta) y disponerlas en la forma en que estos se presentan. Luego, repetir varias veces, lentamente, el paradigma mnemotécnico hasta crear un cierto automatismo en la identificación del sonido con el signo. Después de tener un poco de práctica con palabras sencillas, tratar de construir las palabras más difíciles y más raras para ver si efectivamente el sistema dispone de todos los signos necesarios para su transcripción exacta.
Antes de finalizar, quisiéramos insistir en un verdad fundamental: una lengua es lo que
podríamos llamar un determinismo histórico, un verdadero fatalismo. Un pueblo no puede decir: ―No me gustan mis valles, ni mis ríos, ni mis montañas. No me gusta el color de mi piel‖. No hay nada que hacerle. No se puede cambiar. Con la lengua sucede lo mismo: Sea pobre, inculta, despreciada, deformada, incluso renegada, es siempre el corazón, el refugio, la esperanza, el destino, el símbolo de un pueblo. Tan cierto, es esto que cuando muere una civilización desaparece su lengua y cuando muere una lengua desaparece un pueblo. En esta materia no hay conveniencia política, no hay argumento histórico ni moral que valga. Es una especie de derecho natural: se tiene derecho a oír, a oler, a mirar. También se tiene derecho a hablar. Y hablar en la lengua de los padres los parientes, los amigos. Eso es lo que constituye una continuidad histórica, un dominio cultural. ¿Seremos tan optimistas si creemos que en nuestra época también se tiene derecho a escribir? Vaya este trabajo como un aporte a ese gran movimiento espiritual: El Renacimiento del pueblo inca. Para ayudar a la comprensión y al estudio del alfabeto incluimos la letra de una canción; los entendidos podrán divertirse haciendo comparaciones con la letra de la Marsellesa. Se canta con la música de la cueca del 111.
Tomado de: PRESENCIA Literaria, Domingo 14 de noviembre de 1976.
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PRIMER SEMINARIO NACIONAL SOBRE LENGUAS
NATIVAS
26 de abril — 3 de mayo de 1971
DECLARACIÓN: 1º — El lenguaje como uno de los instrumentos de liberación de los pueblos
oprimidos El lenguaje constituye uno de los instrumentos más importantes y primarios creados
por el hombre, que le sirve como medio de comunicación social y por tanto significa arma eficaz en el proceso de liberación de los pueblos oprimidos. Por tal razón, debe merecer la atención primordial de los organismos estatales.
En nuestra realidad nacional, se observa la diferencia fundamental entre la ciudad y el
campo. Mientras aquélla ofrece a sus moradores amplios adelantos científicos y técnicos y por consiguiente la posibilidad de alcanzar mayor bagaje cognoscitivo, en contraposición los habitantes del agro se debaten en el ostracismo cultural más dramático. La información científica no llega hasta ellos, o si llega, en forma incompleta, incomprensible a través de una lengua ajena, dado que los instructores, técnicos o investigadores, en la generalidad de los casos no aplican el idioma que se habla en esas áreas.
Se debe afirmar también, que el lenguaje aporta directamente a concientizar a los
sectores oprimidos, porque la personalidad humana no puede florecer en una vida de duro esfuerzo y pobreza. Tal estado de postración tiene que ser superado. No sólo conformarse con los cambios cualitativos y cuantitativos en la relación de las fuerzas productivas y los medios de producción, sino que se requiere la transformación en el estrato espiritual del hombre que repercute en la libre comunicación de las masas, de acuerdo a sus necesidades en su propia lengua.
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En nuestro país, se cuenta con dos lenguas indígenas habladas por la mayoría, la quechua y la aymara, con más del 33 y 22% del total respectivamente. De ahí que el legalizar el uso oficial de las mismas será el principio de la liberación efectiva del pueblo boliviano. Y, en virtud de que el corolario de toda transformación es el desarrollo integral del hombre, habrá que enfrentar con toda valentía la educación del hombre nuevo boliviano, consciente de su destino.
2º—Abrogar la discriminación lingüística En Bolivia existe todavía una especie de discriminación lingüística. A los grupos que
hablan lenguas aborígenes se les considera de una manera peyorativa. En el fondo, menosprecio y explotación van íntimamente ligados.
Sobradamente sabido que las comunidades indias constituyen lo superviviente de las
grandes culturas indígenas que fueron sometidas por la conquista en el siglo XVI a la férula del colonialismo español. Luego, la independencia política obtenida en 1825 no trastrocó el sistema económico-social imperante, sino tan sólo reemplazó al amo europeo peninsular por el patrón criollo. Como consecuencia, el castellano advino como idioma de la clase dominante y las lenguas nativas como expresión de los vencidos.
Imperativo ineludible desechar ese esquema discriminatorio y esa tarea tiene que
tener especial énfasis dentro del proceso de liberación implantado en Bolivia. Justo reconocimiento a la heroica como silenciosa resistencia de los indios a la destrucción de su genuina cultura y a la extinción de su lengua.
Hoy en día la acción imperialista tiende a forzar la adopción de rasgos alógenos. Ella
debe ser evitada, ya que a los grupos indígenas no se les puede obligar a recibir productos que no quieren. Tampoco se les puede obligar a que renuncien a su propia lengua.
3º — Importancia histórica y científica Un argumento más radica en la importancia histórica del aymara y del quechua.
Ambas lenguas se hallan vinculadas a antiguas culturas que florecieron en el período precolombino y por tanto de larga tradición. La primera fue expandida por el imperio de Tiwanaku en el lapso comprendido entre 724 y 1150 de nuestra era en la región andina, a través del territorio comprendido entre Cajamarca en el Perú por el norte hasta el sur de Bolivia, y noroeste argentino, abarcando además el litoral septentrional de Chile.
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Tiwanaku se distinguió por sus logros en arquitectura con sus inmensos templos y palacios, así como por su artística artesanía, en cerámica, metalurgia y textilería. La se-gunda fue también extendida por el imperio inkaico, que se desarrolló entre 1438 - 1532, cubriendo una superficie de cuatro millones de kilómetros cuadrados y quince millones de habitantes. Todos los autores han reconocido la labor social del mismo, donde no existió la miseria, el hambre y la desocupación. El Cuzco, su capital, el momento de la conquista fue una de las ciudades más pobladas del mundo y no había ninguna en España que se le equipara en densidad demográfica. Dichos imperio, en el aspecto intelectual, consiguieron excelentes expresiones, que como es lógico repercutieron en la lengua, con singular riqueza de vocablos.
El estudio de las indicadas lenguas permitirá a la investigación científica poseer un
magnífico medio para la reconstrucción ideal de la filosofía y el pensamiento de esas extinguidas culturas prehispánicas. Su estudio y su análisis en los centros universitarios promoverán el interés y de seguro se operará algo similar a lo que acontece en México con el náhuatl, donde con verdadera devoción se lo aprende.
Bolivia tiene que manifestar orgullo por el hecho de que en el país se hablan las
aludidas lenguas y no es riesgoso afirmar que en el futuro habrá un renacimiento de las mismas, en el plano científico y literario.
4º— La lengua como fenómeno estructural Una tesis marxista sostiene que el lenguaje no es fenómeno super-estructural, sino
por el contrario estructural. Definido no como mera consecuencia ideológica o espiritual, como un reflejo, sino
ubicado en la esfera de las relaciones materiales, ligado estrechamente al desarrollo de las fuerzas productivas, a las necesidades del hombre. Si bien fundamental en la acumulación cultural y estética, sobre todo conquista técnica e instrumental. La lengua es herramienta del avance social.
En el caso del quechua y del aymara, además de formas lingüísticas históricamente
logradas, no se las puede desvincular del proceso social en Bolivia. 5º—Analfabetismo y educación El analfabetismo constituye una vergüenza histórica para las clases que han detentado
el poder político y cuyas raíces profundas se hunden en la misma colonia. Tanto durante
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el dominio hispánico como en el período republicano se descuidó su erradicación, ya que importaba más la explotación sistemática del nativo que trabajaba en el agro. Sólo a partir del 9 de abril de 1952 se comenzó a comprender la magnitud del problema y se incrementó notoriamente el número de escuelas rurales. Se puede indicar que en Bolivia casi todas las comunidades poseen locales escolares, en la mayoría de los casos erigidos con su propio esfuerzo y medios. El Estado en la práctica no dota de material escolar a las aulas y se percibe alarmante ausencia de pizarras, tiza, etc.
Es preciso considerar la importancia del factor humano maestro, el que no ha
contribuido a una educación adecuada, pues el Estado debería propender a elegir a quienes por vocación y capacidad conduzcan la nueva escuela nacional, ya que en ella se asentará el futuro de la sociedad.
Inmediatamente surge la cuestión de lengua y alfabetización. Sería aconsejable que se
imparta ésta en el idioma materno, siguiendo las más modernas prescripciones técnicas al efecto.
Es necesario que las lenguas autóctonas que han sido preteridas durante tantos siglos
vuelvan a tener vigencia plena y condiciones de igualdad con la castellana. 8º — La Revolución Cultural y las lenguas nativas Las consideraciones precedentes fundamentan la necesidad y conveniencia de
oficializar el uso de las lenguas quechua y aymara. Dicho paso, en extremo positivo, no resuelve de por si el problema de fondo planteado en nuestro país. Puede convertirse en un instrumento, ya sea en favor del proceso revolucionario, o de medidas meramente reformistas, e inclusive implicar mayor sometimiento del autóctono, sino se enfoca adecuadamente sus implicaciones.
La oficialización preconizada tiene que estar acompañada por una serie de
disposiciones, que partiendo de una revisión total del problema, abra un proceso profundo de cambios radicales, no sólo en el plano económico-social-político, sino también de liberación cultural. A dicho proceso, de hondo contenido, denominamos REVOLUCIÓN
CULTURAL BOLIVIANA. Se podría caracterizar por los siguientes rasgos generales:
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(1) Su objetivo principal radica en la solución del actual dualismo cultural antagónico que hasta hoy separa al país en los términos mundo indio – mundo occidentalizado, manteniendo una división que impide plasmar una nueva conformación de tipo revolucionario.
(2) Tal propósito habrá de plasmarse en una expresión concreta, que sólo puede ser
dada por el propio pueblo, protagonista y ejecutor del movimiento de liberación. (3) Entendemos la revolución cultural como un hecho integral y de ningún modo
aislado de los otros aspectos del proceso revolucionario, ni anterior, ni posterior, sino tan simultáneo corno pueden serlo la acción y el gesto que lo realiza.
(4) Ese proceso permitirá que el pueblo concrete soluciones cabales. Ello no significa
desconocer el papel de los intelectuales en la revolución cultural Al contrario, son quizá los más llamados para delinearla, sistematizando y formulando los logros del proceso revolucionario popular en el campo de la ciencia y la cultura.
(5) La revolución cultural tiende a la creación del nuevo hombre boliviano, libre del
imperialismo y colonialismo, dueño de su destino, dotado de rasgos propios y con propia expresión. Lógicamente, para conseguirlo se precisa que se rompan las barreras de preterición de todo lo indígena y entre ellas el otorgar a las lenguas nativas su plena importancia oficializándolas.
RECOMENDACIONES INMEDIATAS 1,- Solicitar al Supremo Gobierno se dicte el respectivo Decreto disponiendo la
existencia de tres lenguas oficiales en Bolivia, la castellana, la quechua y la aymara. 2.- Pedir la traducción al quechua y al aymara de todas las disposiciones legales
vigentes. 3.- Recomendar al Ministerio de Educación y Cultura el sostenimiento de Academias
de las principales lenguas nativas, para que elaboren normas y diccionarios oficiales de las mismas.
4. — Que mientras funcionen plenamente dichas academias, se adopte transitoriamente el sistema de grafías aceptado por el III Congreso Indigenista Interamericano.
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5. — Que el Estado imponga las medidas conducentes para impulsar la producción
literaria en sus diversas ramas, así como la divulgación científica, en lenguas aborígenes. 6. — Solicitar la reedición de los autores clásicos en lenguas nativas (Bertonio,
Torres Rubio, González Holguín etc.). 7.— Asimismo, la publicación de textos didácticos y pedagógicos en idiomas
indígenas. 8.— Pedir se incremente a los centros de investigación científica que estudian las
antiguas culturas precolombinas y revalorizan nuestro pasado. 9.— La realización de un Seminario sobre la familia lingüística guaraní, con sede en
Santa Cruz, con vistas a estudiar su difusión y sus características en Bolivia. 10- — Pedir la revisión del artículo 115 del Código de la Educación Boliviana por
su carácter discriminatorio. 11. — Solicitar la concesión para el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos
KIPUKAMAYU, de una sede apropiada, dotada de biblioteca especializada y de laboratorio lingofónico.
12. — Sugerir la aplicación de la computadora y de la cibernética en el estudio
lingüístico. 13.— Sugerir que el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos, KIPUKAMAYU,
organice institutos regionales en las localidades de Umala, Tiwanaku y Achacachi, para el aymara; Yura, Novillero, Yamparaez y Oruro, para el quechua; Santa Cruz para el guaraní.
14. — Sugerir que las universidades enseñen lenguas nativas y exigir como requisito
indispensable a sus egresados el conocimiento de cuando menos de una de ellas para la obtención de título académico.
15. — En las Escuelas Normales Rurales debe ser condición indispensable para el
postulante el conocimiento de una lengua nativa y para su egreso el hablarla con fluidez.
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16.— La alfabetización debe ser impartida en la lengua materna. En cuanto a la educación ulterior, aconsejable el sistema bilingüe funcional (Castellano más una lengua nativa).
17.— Apoyar la medida adoptada en las Escuelas Normales Urbanas en sentido de !a
obligatoriedad del aprendizaje de por lo menos un lengua nativa para su egreso. La Paz, 3 de mayo de 1971.
Lic- Juan Cornejo Lora Director del Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos KIPUKAMAYU,
Coordinador del Seminario
Lic. Wálter Hermosa Virreira, Prof. Carlos Ponce Sanginés Presidente, Primera Comisión presidente. Segunda Comisión
Dr. Hugo Lanza Ordóñez Sr. Zenón Barrientes M.
Relator, Tercera Comisión Relator, Primera Comisión
Prof. Oscar Bustillos. Dr. Gregorio Loza Balza Secretario, Primera Comisión Relator, Segunda Comisión
Prof. Pedro Plaza Martínez
Secretario, Tercera Comisión
NOTA: La Academia Nacional de Ciencias de Bolivia inició la publicación de su Serie Documentos Científicos, con el objeto de divulgar las conclusiones de simposios y reuniones científicas que se realizan en el país, La A. N, C, B. simplemente realiza la edición, sin necesariamente solidarizarse con el contenido de los documentos editados.
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CONCLUSIONES DEL PRIMER CONGRESO DE LENGUAS NACIONALES
1. Aspectos socioculturales Considerando que: - Las culturas quechua, aymara, tacana, guaraní y otras sufren las presiones de la
cultura urbana que somete a estos grupos a situaciones de crisis económica social. - El respeto y desarrollo de las lenguas debe ser encarado al mismo tiempo que los
demás problemas, especialmente los sociales y económicos. - La enseñanza ametódica e impositiva del castellano, como lengua oficial, ha
determinado frustraciones y procesos negativos de aculturación desde las escuelas básicas hasta las campañas y planes de alfabetización.
- Todos tenemos derecho a identificarnos con nuestra propia cultura y tener opción
a compartir, en igualdad de condiciones, los beneficios de las diversas culturas sin presiones externas.
- La integración de la nación boliviana en el más profundo de sus sentidos sólo podrá
consolidarse a partir de la clara conciencia de su pluriculturalidad. El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Que el Estado boliviano elimine toda acción discriminatoria, de agresión en sus
diferentes formas y desprestigio de los valores culturales propios de las mayorías y minorías culturales autóctonas, legislándose y planificándose de tal manera que se garantice la pervivencia y desarrollo de las diversas culturas nacionales como fundamento de una nación integrada.
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- Que la promoción humana, llámese alfabetización, desarrollo, educación popular, etc., se realice en forma integral, toman do en cuenta los caracteres singulares de las culturas que conviven en Bolivia.
- Que la atención del problema económico y social de los diversos grupos culturales
sea el centro notivacional de los programas educativos, lingüísticos y otros, permitiendo que los representantes de estos grupos sean quienes decidan y orienten dichos programas.
- Que los agentes externos a las culturas autóctonas, trabajadores sociales,
investigadores, educadores populares, deben poseer una preparación sin prejuicios que les permita identificarse con la comunidad y actuar en base a una confianza y aceptación mutua, interpretando los anhelos e intereses de dichos grupos humanos.
2.- Aspectos Educativos Considerando que: - La escuela no da importancia al desarrollo de la comunicación en lengua materna,
cuando se trata de culturas diferentes a la urbana hispanohablante, tratando más bien de suplantarla por el castellano, obligando al niño aymara, quechua, tupi-guaraní y de otras culturas a expresarse, leer y escribir en un idioma totalmente distinto a aquel con el que se educa y comunica en el hogar y comunidad.
- Los programas imponen lenguas de culturas extrañas (por ej. inglés y francés) sin
ningún sentido pedagógico y funcional desde los primeros cursos. - Los programas escolares, partiendo de la concepción de "un niño universal" que no
es sino una abstracción a partir del niño de cultura urbana, desatienden y subestiman contenidos y realidades propios de las culturas autóctonas.
- Las iglesias y otras instituciones en su acción educativa lle van signos claros de
alienación cultural: sus principales va lores son extranjeros o extranjerizantes, y su organización
y sus métodos verticales. El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda:
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- Pedir al Ministerio de Educación y Cultura, en especial, que examine y cambie la política prácticamente negligente y peyorativa en relación a
los idiomas nativos. - Proponer el sistema de educación bilingüe sin relaciones de temor, imposición y
humillación ni subordinación de las lenguas nativas al castellano. Entendiéndose, por tanto, como sistema bilingüe el estímulo del desarrollo tanto espontáneo como sistemático de las lenguas nativas y la enseñanza metódica y oportuna del castellano, ayudando a resolver las dificultades propias de cada lengua.
- Dar mayor importancia, para obtener verdaderos cambios en educación, a la
educación asistemática, teniendo en cuenta que además de los niños, tomarán parte activa los adultos portadores de los valores culturales de la comunidad y entre ellos la lengua.
- Que la escuela valore y promueva las lenguas maternas y todos los valores de las
culturas autóctonas. - La enseñanza de la lectura y la escritura y la promoción humana escolar deben tener
como base las lenguas nativas sin descuidar la enseñanza, con métodos adecuados, del castellano como segunda lengua y dejando, además, abierta la posibilidad del conocimiento de otras lenguas y culturas.
- Pedir que el Ministerio de Educación designe escuelas pi loto y modelo, para iniciar estas nuevas orientaciones en educación.
- Que las escuelas, radioemisoras, iglesias y otras instituciones que llegan a los puntos
más recónditos del país tengan en cuenta y respeten las culturas nativas a quienes se dirigen, realizando un porcentaje predominante de programas con valores nativos antes que extranjeros, rurales antes que urbanos.
- Que las normales rurales y también urbanas cambien radicalmente sus programas,
obteniendo contenidos y métodos a partir de la investigación y permanencia en las comunidades para las cuales se forman los futuros educadores.
- Promover la creación literaria en lengua nativa a través de concursos, difusión
radial, publicaciones, etc., estimulando a quienes se distinguen como creadores en sus propias lenguas nativas.
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3. Aspectos Lingüísticos Considerando: - Que los problemas de las lenguas nacionales hasta hoy no han sido atendidos como
parte de la realidad pluricultural que caracteriza al país. - Que no existe, por una parte, la suficiente cantidad de especialistas que con
objetividad encaren el problema, y por otra, recién comienzan a intervenir los propios interesados, para que se posibilite una vigorosa corriente lingüística.
Que hasta hoy, en el enfrentamiento de los diferentes problemas lingüísticos han
pesado los interesas y preconceptos de instituciones, grupos religiosos y orientaciones estatales del momento.
- Que es imprescindible introducir los criterios y formación lingüística y
sociocultural en la orientación de los planes educativos, tanto sistemáticos como asistemáticos y en los diferentes medios de comunicación nacionales.
- Que, a pesar de diversos intentos, el problema de la ortografía, como problema
lingüístico muy específico es tratado con anarquía y desligado de un contexto más amplio lingüístico y Bocio-cultural.
- Que existen en Bolivia, instituciones, la mayor parte de las cuales se encuentran
representadas en este Congreso, que coordinando en forma positiva sus esfuerzos podrán cumplir tareas vitales en relación al desarrollo de las lenguas nacionales.
El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Que se organicen cursos de lingüística aplicada a la realidad nacional,
sociolingüística y psicolingüística para profesores que dictan lengua y literatura y para educadores de áreas rurales. Asimismo, que se estimule la formación de especialistas en estas ramas.
- Que se elabore y publique un texto guía de lingüística de las lenguas nacionales que
sirva de base para estudios posteriores y constituya una forma de difusión de esta ciencia
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- Realizar investigaciones con las siguientes prioridades: • Estudio de las variaciones dialectales, exigido por los problemas surgidos de la
interrelación de las lenguas nacionales. • Estudio de la situación lingüística nacional en instituciones clave como la escuela y
la radiofonía, atendiendo en forma especial los aspectos socio y psicolingüísticos. • Análisis contrastivo del quechua, aymara, lenguas orientales y castellano. - Obtener la inclusión de preguntas relativas a la situación lingüística del país en el
próximo censo nacional. - No pronunciarse definitivamente en este Congreso acerca de un alfabeto de las
lenguas nativas, sino limitarse a señalar los siguientes principios que deben tenerse en cuenta en una ortografía práctica para las mismas:
• Escoger símbolos de fácil caligrafía y diferenciación. • Utilizar, en lo posible, símbolos que existen en las máquinas de escribir y en las
imprentas. • Prever la necesidad de representar préstamos léxicos, sobre todo del castellano. • Tener una sola representación para cada sonido contrastivo o fonema. • Utilizar símbolos ortográficos del castellano para sonidos que éste tiene en común
con las otras lenguas nacionales, pero sin llevar en lo posible a la escritura de las lenguas nativas las complicaciones e irregularidades de la ortografía castellana, facilitando así el intercambio entre idiomas nacionales, sin violentar la estructura fonológica de los mismos.
• Tomar en cuenta representaciones cuyo uso se encuentra difundido. • Realizar investigaciones para determinar en forma comparativa las ventajas y/o
desventajas de cada solución, de terminándose la mejor alternativa en caso de conflicto entre los criterios anteriores.
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4.- Aspectos Generales Considerando: - Que no existe un plan lingüístico integral e interdisciplinario para Bolivia, siendo el
problema de las lenguas nacionales decisivo para resolver la orientación de planes educa-tivos y otros aspectos de la vida nacional.
El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Encarar todo problema específico lingüístico, como el de la ortografía, sin
desglosarlo de su contexto socio-cultural, y de acuerdo al conjunto de recomendaciones del Congreso.
- Elaborar en base a los documentos de trabajo, resoluciones y recomendaciones del
Primer Congreso Nacional, un Plan Integral Lingüístico para Bolivia, que será puesto en marcha a partir de la realización del presente Congreso y evaluado en su primera etapa durante la realización de un segundo Congreso que será realizado en el plazo de un año.
- Coordinar los esfuerzos de las instituciones que trabajan por el desarrollo de las
lenguas y culturas nacionales mediante un proyecto lingüístico para Bolivia. - Designar un comité ejecutivo que en nombre del Primer Congreso Nacional de
Lenguas y en permanente consulta con sus miembros e instituciones representadas, se responsabilice de llevar adelante dichas resoluciones.
Cochabamba, 23 de febrero de 1973
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OBSERVACIONES SOBRE ENSEÑANZA DE LECTURA Y ESCRITURA EN LENGUA QUECHUA
Introducción Para el año 1974 el Departamento de Lingüística del Centro Pedagógico y Cultural
Portales está planeando un trabajo experimental sobre enseñanza de lectura y escritura en lengua materna. En previsión de dicho programa, desde marzo de 1973 se vinieron acumulando observaciones relativas a actitudes educativas, especialmente en lo que se refiere al grado de resistencia y aceptación de las lenguas nativas por una parte, y por otra se realizaron algunas experiencias previas en la escuelita de Waykhuli, sin interferir el programa oficial en lengua española y usando un buen grado de flexibilidad que tuvo en cuenta las actitudes de la maestra, sus modalidades y ritmo de trabajo . Los resultados ob-tenidos, relatados en forma breve, queremos que sirvan de interrogante al Seminario sobre Educación y Lenguas Nativas, uno de cuyos objetivos es formular sugerencias a quienes se proponen realizar trabajo de campo.
2. Actitudes.- De 24 maestros de educación rural reunidos en el seminario realizado en el núcleo
escolar de Méndez Mamata (mayo 1973), en el que se trató como tema central el de la educación en lengua materna, sólo un maestro y una maestra tuvieron una posición favorable a la enseñanza de lectura y escritura en lenguas maternas nativas. Se trataba del Profesor Tomás Rodríguez, invitado en forma especial, justamente en conocimiento de sus ideas claras a este respecto. Esta actitud favorable fue resultado de una experiencia realizada con una cartilla en lengua nativa hecha por él mismo. La maestra pertenecía a la escuelita de Waykhuli, en la que se realizaron las experiencias que relataremos luego. La maestra de Waykhuli era renuente, en un principio, a enseñar en quechua la lectura y escritura, sin embargo, sus primeras experiencias en el primer curso de su escuela, determinaron cambios favorables.
En cuanto a los demás maestros, se pudo observar una firme oposición a la enseñanza
de lectura y escritura en lengua materna, lo que corresponde a una actitud generalizada
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entre los maestros rurales. Esto coincide con los resultados de una escala de actitudes aplicada durante al año 1970 por Indicep. A la proposición ―al campesino se lo debe castellanizar en lo posible aun antes de que ingrese a la escuela‖, el 91% de los maestros rurales respondió afirmativamente.
Sin embargo, en forma también generalizada los maestros aceptan el uso de la lengua
nativa materna como medio de comunicación efectivo con sus alumnos y por tanto como auxiliar en la enseñanza. Pero, salta a la vista una contradicción: los maestros se comunican con los niños en quechua y exigen al mismo tiempo que se acostumbren a hablar en forma permanente en castellano. Hemos visto que aún existen castigos como el "cocacho", que recibe de su vecino el niño que emite alguna expresión en idioma quechua. Y como visitantes de las aulas rurales nos hemos llegado a acostumbrar a la actitud crítica verbalizada o no del maestro cuando nos dirigimos a los niños en su lengua materna.
Esta actitud del maestro rural se 'debe a la siguiente contradicción manifiesta: los
programas oficiales exigen una castellanización veloz (hemos encontrado calendarios que destinan a este efecto 15 días del período de aprestamiento) en forma previa y paralelamente a la enseñanza de la lectura y escritura, por una parte, y por otra: el maestro rural conoce por experiencia el conjunto de dificultades que significa el comunicarse y enseñar a leer y escribir en castellano, encontrándose totalmente de acuerdo en utilizar la comunicación en lengua nativa como auxiliar de su tarea. Y por qué acepta con tanta docilidad la enseñanza de lectura y escritura en castellano? Simplemente porque el educador ha estructurado una actitud conflictiva: es en un porcentaje muy elevado quechua-hablante nativo que rechaza, "por buena educación y afán de progreso", su lengua materna y cultura materna en beneficio del castellano. En círculo vicioso, la exigencia de castellanización es la institucionalización y pedagogización de este conflicto.
Fue ilustrativa esta observación: un maestro tenía a su cargo una clase modelo de
lenguaje para sus colegas, en base a programación y texto oficiales; el tema debía desarrollarse en lengua castellana y así comenzó. Sin embargo, a pesar de la gran habilidad del maestro que logró mantener el interés de la clase, con mímica, danzas y recursos que recordaban a un prestidigitador, tuvo que dejar el castellano y readaptar el tema en lengua y ambiente nativos; todo esto exigió un esfuerzo demoledor para el maestro. Por otra parte, podía advertirse los siguientes hechos en cuanto a canales de comunicación: los niños, en voz baja, seguían la clase y la comentaban en quechua entre ellos; el profesor di-rigía las preguntas en castellano, frente a éstas los niños debían reinterpretar y traducir lo que para ellos venían interpretando y finalmente el maestro, al darse por vencido con el
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castellano, lanzaba preguntas en quechua; esta vez se apoderó la perplejidad de los niños, no sabían si tenían la obligación de responder en castellano o en quechua. Ante estas dificultades y fracasos surge el eslabón más elaborado del círculo vicioso conflictivo al que aludíamos: el estereotipo prejuicioso, medido por la ya citada escala de actitudes de ÍNDICE con el siguiente resultado: el 72% de maestros rurales (sobrepasa con mucho a porcentajes de otros grupos) responden SI a la siguiente proposición: "El campesino es muy lento de inteligencia, por tal motivo es práctico y beneficioso educarlo preferentemente para trabajos simples, ya sean técnicos o de artesanía".
Estas y muchas otras observaciones, así como el análisis de textos de lectura y
documentos técnicos oficiales convergen en mostrarnos la institucionalización de resistencias y prejuicios hacia las lenguas nativas.
Hemos constatado también el fracaso en el intento de neutralizar estos prejuicios con
simples argumentaciones, así nos lo demostró el seminario que organizamos en el Núcleo Escolar de Méndez Mamata, salvo excepciones ya citadas, respondió el silencio ante la proposición de educación en lenguas nativas, y las charlas informales rebelaron, más bien, una renuencia defensiva frente a una posible proposición de experimentar en lenguas nativas.
En cambio, por ahora, los diálogos amigables, en que con claridad y cuidado se ha
mostrado la ventaja que ofrece el uso de las lenguas maternas, se ha indagado con los maestros el bajo grado de lectura comprensiva que han logrado los niños castellanizados, la facilidad con que pueden estos mismos niños elaborar un texto en su propia lengua o leerlo comprensivamente, han resultado ser de suma efectividad. Contribuiría a crear en gran escala una actitud positiva hacia la utilización de las lenguas maternas la demostración del proceso y resultados de una experiencia piloto debidamente implementada y proyectada.
3. Experiencia con lectura, y escritura en lengua materna.- Las observaciones anteriores sobre actitudes, confirmaron nuestra primera impresión
de que no existía un ambiente propicio para llevar adelante de inmediato una experiencia piloto en cuanto a uso de las lenguas nativas en la escuela rural. Además, era necesario obtener datos previos que permitan formular un programa experimental de largo alcance.
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Con este criterio, al mismo tiempo que íbamos tornando contacto con autoridades de educación rural y discutiendo el tema con los maestros interesados en un posible plan experimental, realizamos junto con la maestra de la escuela de Waykhuli, Sra. Lidia de Lobada, una experiencia formulada de tal manera que no interfiriera el programa oficial de enseñanza de lectura y escritura en lengua castellana. En la primera etapa colaboró el Prof. Freddy Soria Galvarro.
Primeramente se realizaron conversaciones en quechua con los niños. Qué diferencia
de efectos según los idiomas que se utilizaron. El silencio o respuestas monosilábicas a los estímulos en castellano obligan al educador que conduce la clase al grito autoritario e inexpresivo, a la motivación forjada y a una situación de tensión con los niños. En cambio, al pasar al quechua, el panorama cambia. Esto ocurrió en una clase: se preguntaba en castellano sobre lo que los niños habían hecho el domingo pasado, nadie respondía; lo máximo que se respondió fue: que fueron al río o al cerro, expresado en forma muy impersonal; pero, creada la atmósfera y lanzadas las preguntas en quechua, la conversación y los relatos se hicieron amenos, a partir de respuestas como éstas:―orqopi rumisitusta wayk‗ orqani‖ (cociné piedrecitas en el río), ―mayupi sunt‘erqachani‖ (me revolqué en el río). La lengua materna permite partir de la vivencia propia, de lo que se hace y pervive en la imaginación. Por eso no nos cansaremos de repetir: la entrada del niño en la escuela rural, que significa una ruptura del desarrollo de sus posibilidades expresivas a través de la lengua, determina un disloque en su proceso evolutivo en una etapa en que la conducta psicomotriz debe subordinarse a una vida interior cuyo desarrollo se acentúa materializándose a través del lenguaje.
De estas conversaciones iban saliendo vocabulario y temáticas propias del mundo del
niño campesino. Obtuvimos así, con la maestra, los primeros textos quechuas que fueron multigrafiados por un rápido sistema de impresión.
Los niños reaccionan con entusiasmo al encontrarse con lo que contaron y dibujaron,
impreso para todos los compañeros y con toda la jerarquía de un texto de lectura. Y la sorpresa crece en estos niños que ya avanzaron escritura y lectura en castellano, al descubrir que las líneas escritas tienen un significado, y un significado que les incita a reír, a comentar entre ellos, y desplegar imaginación a partir de su propio mundo. La lectura de una frase en castellano para ellos resulta fatigosa, se va a remolque de sílaba en sílaba y a veces deteniéndose en letras, con retrocesos y descansos; de por sí todo este proceso ya descarta la posibilidad de captar el sentido y vivenciar la frase, mucho más si se trata de
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una lengua ajena, que recién se la va conociendo. Normalmente, el niño no entiende lo que lee en castellano, peer si él mismo ha escrito.
Una cosa es proponer al niño: Pili sua misi;
que proponerle:
gato ladrón de patos; aunque esta frase signifique lo mismo que la anterior, hasta es muy posible que ese
significado no sea reconocido, por los motivos arriba indicados y por otros como la asociación de la frase y cada una de las palabras con recuerdos muy propios que estimulan inmediatamente la imaginación y la necesidad de expresarse.
Cuán fácil será encontrar de un solo "golpe de lectura", el sentido de la frase
quechua. Debido a que el proceso de retención ha sido logrado a partir, justamente, de la captación del sentido. Esta remisión inmediata a los significados facilita de un modo extraordinario las percepciones globales. Por este motivo y otros, a los que dedicaremos atención en otra oportunidad, en la enseñanza de lectura y escritura en quechua se puede aplicar algo que es imposible hacer cuando no está en juego la lengua materna: los métodos globales.
Durante la primera parte de la experiencia, se constató que los niños pudieron
familiarizarse a través de las prácticas en quechua en manejar con soltura las sílabas ya avanzadas en castellano y luego utilizarlas en nuevas lecturas en esta misma lengua, aunque mostraron más facilidad y gusto en formar nuevas frases quechuas con las palabras avanzadas e interpretar por contexto aquellas frases nuevas con palabras desconocidas y conocidas,
Posteriormente, la utilización del quechua facilitó el aprendizaje de las nuevas sílabas
que exigía el avance del programa castellano. Se acumularon, siempre con temas sacados del ambiente, de los ciclos vitales de la
comunidad y experiencias personales, las hojitas que llegaron a constituir una breve cartilla, pero lo suficiente como para comprobar que con un texto elaborado de esta manera se desplazaría, a la brevedad y con positivos efectos, los textos desambientados, actualmente utilizados.
300
En la última etapa, la lectura de temas quechuas sirvió de consolidación de la capacidad de leer que luego era transferida a la lectura de temas en castellano.
Debemos hacer notar que esta experiencia la hicimos con mucho respeto por el
programa oficial conducido por la maestra, a cuyo criterio dejamos lo que se refiere a la enseñanza de los fonemas privativos del quechua, sugiriéndole solamente la posible sigilografía a ser utilizada Hizo su experiencia concluyendo que en la misma no provocó dificultades ni interferencia en el maneje del sistema signográfico del castellano.
4. Conclusiones y recomendación Estas breves pero significativas observaciones nos conducen a las siguientes
conclusiones y recomendaciones vializables con el apoyo del Seminario sobre "Educación y lenguas nativas".
a) Proyectar para el período escolar de 1974 una experiencia piloto debidamente
implementada en base a las proposiciones siguientes. b) Establecer criterios, materiales y métodos para la enseñanza experimental de
lectura y escritura en lenguas nativas y del castellano, en forma oral, como segunda lengua. c) Se debe prestar especial atención a la utilización de los métodos globales. d) Los niños deben ser estimulados a preparar junto con la maestra sus materiales de
lectura. e) Se debe prestar especial atención al período de aprestamiento sustituyendo la
castellanización por actividades expresivo-lúdicas.
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PREJUICIOS RELATIVOS AL USO DE LAS LENGUAS NATIVAS
1. Introducción.- Se llama prejuicio a un punto de vista, un razonamiento, una actitud o una conducta
aparentemente conforme con la realidad. La distorsión de la realidad que entraña el prejuicio comienza ya en la percepción, lo que nos hace ver que el prejuicio en mayor o menor grado corresponde a una conformación de la personalidad, como resultado de una particular dinámica de los impulsos, especialmente la agresividad, frente a situaciones ambientales que son fuente de gratificaciones o frustraciones. Son estas últimas las que suelen producir el prejuicio negativo u hostil, que es al que normalmente se hace referencia y nos interesa aquí. Tratar de analizar estos aspectos es entrar a ubicar diversidad de factores determinantes, tanto en el plano de la personalidad como en el de la situación ambiental, que involucra desde las desigualdades económicas de los grupos hasta las modalidades con que cumpla su rol el poder político. Lo que nos reducimos a afirmar es, aludiendo ya al tema que nos ocupa, que los prejuicios relativos a las lenguas nativas, al igual que otros, se estructuran como consecuencia de un conflicto crónico, velado o evidente, entre grupos humanos en situación de interculturalidad. Los miembros de un grupo en esta situación expresan el prejuicio con proposiciones estereotipadas que son falsas generalizaciones con hostilidad, totalmente inadvertidas o más o menos manifiesta. Expresión con hostilidad y rechazo muy encubiertos será decir: "el quechua no es un idioma sino un dialecto". El sub-prefecto de una provincia del valle cochabambino, hace poco gritaba en un colectivo: "No sean incivilizados, hasta cuándo van a hablar quechua". Aquí el rechazo y hostilidad se encuentran menos ocultos.
Expresado en forma concisa lo que es el prejuicio, paso a realizar un inventario con
breves comentarios de los prejuicios que crean una atmósfera adversa a la utilización de las lenguas nativas.
2. Inventario de prejuicios.-
302
A. Los campesinos prefieren el castellano en lugar de su propia lengua para alfabetizarse y para el aprendizaje de lectura y escritura de sus hijos, como recurso do enfrentamiento a la ciudad.
Como todo estereotipo prejuicioso, éste parece ser una completa verdad. Pero no es
así por más de un motivo: primero, se lo hace funcionar en situaciones y contextos que dan a entender que esta preferencia del campesino significa un rechazo de su lengua; segundo, parte de supuestos también prejuiciosos e inducidos por el campesino: de que no existe otro camino de enfrentamiento a la ciudad, por ejemplo, hablando siempre de lenguas» el que los funcionarios de oficinas públicas, profesionales, etc. sepan y practiquen lengua nativa. Además, se excluye el hecho de que no sólo hace falta manejar el castellano para enfrentar la ciudad, sino afirmar la personalidad con el buen manejo de la propia lengua.
B. Es muy difícil escribir y leer en quechua o aymara, más aun para el campesino.- El hombre de ciudad bilingüe, que ha aprendido a leer y escribir en castellano, tendrá
gran dificultad en leer en quechua, aun conociendo las reglas de la ortografía usada. Y luego hace este razonamiento: "Si yo (o nosotros) difícilmente leemos en quechua o aymara, para el campesino quechua (o aymara) esto será casi imposible".
La infravaloración de la capacidad del quechua y el aymara es el fondo de este
estereotipo, ya que no conocemos prácticas sistemáticas de una enseñanza metódica, con materiales adecuados, en lengua nativa.
Experiencias realizadas con campesinos que aprendieron los rudimentos de lectura y
escritura en castellano, muestran que al pasar a la práctica de lectura y escritura en lengua nativa, superan rápidamente las dificultades iniciales, incluso descubriendo ellos mismos las reglas ortográficas nuevas al interpretar los significados de las palabras por contexto.
C. El aprendizaje de la lectura y escritura en quechua dificulta el posterior
aprendizaje de lectura y escritura en castellano. Como en el caso anterior, se proyectan y generalizan las dificultades propias del
hombre de ciudad, que sufre situación conflictiva en cuanto a lenguas.
303
Se llama la atención sobre dificultades provenientes del quechua, que viene adoptando una signografía racional y no sobre las más graves del castellano con una signografía irracional bien consolidada.
El aprendizaje de lectura y escritura en lengua nativa, venciendo sus propias
dificultades, para luego pasar al aprendizaje de lectura y escritura en castellano con las suyas, es encarar el proceso en forma lógicamente graduada, a tal punto de ser dos aprendizajes totalmente diferentes, encarados cada uno oportunamente: primero, el traslado del sistema de significados auditivo-orales completamente familiar a una simbología escrita y luego la ampliación del sistema escrito ya conocido para abarcar significados de una segunda lengua, que presentará más o menos dificultades de acuerdo al grado de conocimiento de la segunda lengua. El proceso se dificultará siempre si el aprendizaje de lectura y escritura se comienza con la segunda lengua.
Por tanto, las interferencias son problemas que surgen de la falta de método y de las
situaciones de conflicto intercultural en que se realizan los aprendizajes. Además, en circunstancias y tonos determinados, la proposición acepta que el castellano pueda interferir en las lenguas nativas, pero no lo contrario, aunque aquellas tengan prioridad por maternas.
D. La educación en lenguas nativas, así como la práctica y desarrollo de las mismas,
atrasa la integración de las poblaciones nativas a la vida nacional. Lisa y llanamente, lo que sostiene este estereotipo como integración de la vida
nacional es la desaparición de las culturas nativas. Una larga experiencia histórica demuestra que la integración nacional por este camino es imposible, el sistema educativo castellanizador y muchos otros aspectos de la vida institucional han fracasado en este objetivo.
La integración planteada así no es sino expresión de temor y hostilidad a la
convivencia y desarrollo en la vida nacional de grupos humanos con modalidades culturales diversas.
El problema de integración en realidad es por una parte la comunicación e
interrelación adecuada entre grupos con modalidades culturales diversas y por otra, la organización de los mismos dentro de un solo sistema administrativo y estatal.
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La integración de los quechuas y los aymaras a la cultura de ciudad es imposible. La integración de individuos aislados quechua y aymaras en base al olvido u ocultación de sus valores culturales y principalmente de la lengua es ineficaz. El portador del prejuicio re-plicará que de este modo propugnamos el aislamiento de quechuas y aymaras. Es propio de él no ver matices de acuerdo a las complicaciones que tienen la vida real, ve las cosas y las personas catalogándolas de acuerdo a puntos extremos: indigenista-modernista, bueno-malo, izquierda-derecha, etc.
E. Utilizar las lenguas nativas en la educación significa aislar, de acuerdo a un
indigenismo ya periclitado, a las poblaciones nativas, y poner en vigencia organizaciones sociales y estilos de vida del pasado como el correspondiente al incario.
Las proposiciones prejuiciosas, como ya se dijo, tienden a dividir los grupea
humanos, los puntos de vista, las filosofías, en dos: materialistas y espiritualistas, buenos y malos, etc. Así, este estereotipo afirma un extremo de la dualidad. Si se afirma la posibili-dad de desarrollo de las culturas y lenguas nativas, se es indigenista que se opone a lo que se ubica en el otro polo: la modernidad, no se conciben los matices y las posibilidades que escapen a esta dualidad. Al afirmar un extremo y negar el otro, justamente el punto de vista prejuicioso se aleja de la realidad.
De lo que se trata es de lograr el mayor desarrollo de los grupos humanos y esto será
posible a partir de aquellas potencialidades con que cuentan, entre ellas el idioma, más el aporte de todo aquello que nos ofrezca la modernidad: por ejemplo, la tecnología propia de un mundo que vive la era electrónica.
F. Las lenguas nativas son lenguas atrofiadas, en las cuales no se puede reflejar la
riqueza y complejidad de la vida moderna. La infravaloración de las lenguas y formas de vida nativa se refleja en esta obsesión
por la modernidad. Y se quiere dar modernidad sólo en palabras, sin advertir la necesidad, la urgencia de desarrollar modernidad en esa vida nativa respetando, claro está, su propio estilo de vida. Lo que queremos decir, en otra forma, es que una lengua refleja la vida real del grupo humano. Los quechuas y aymaras no tienen por qué reflejar una realidad que no les corresponde; en la medida que se abra el camino de desarrollo de la cultura quechua y aymara las lenguas reflejarán este proceso.
305
Por otra parte, esta afirmación, como toda afirmación prejuiciosa, parte de un etnocentrismo exagerado. La cultura de ciudad se ha desarrollado predominantemente por el lado de los utensilios y por este lado también se ha desarrollado una lengua de ciudad como el castellano. Pero si vemos por el lado de las acciones y sentimientos humanos y vida de la naturaleza, veremos también posibilidades de las lenguas nativas.
El desarrollo de las formas de vida nativa se dará en situación de interculturalidad, lo
que hace que no se descarte la interacción positiva de las lenguas, cada una con sus propios matices y riquezas.
G. Es imposible comunicar por medio de las lenguas nativas conceptos técnicos y
científicos propios de la civilización actual. Si estos conceptos técnicos y científicos están alejados de la vida, poco interesa que
no se los pueda reflejar en la lengua materna, se los manejará en una segunda o tercera lengua a las cuales tendrán acceso quechuas y aymaras. En la medida que estos conceptos estén pegados a la vida y emerjan en gran parte de ella misma, no se tiene por qué pensar que los idiomas nativos no estén en posibilidades de expresar lo técnico y científico.
Por otra parte, acaso no hace falta desarrollar otros valores humanos que
complementen a los técnicos y científicos? No es un prejuicio que desvaloriza nuestra vida el exaltar la tecnología y ciencia que frecuentemente no va pareja a valores que están al servicio de la vida?
3. Manera de neutralizar los prejuicios.- Quienes se manejan con prejuicios, acostumbran llevar agua a su propio molino. La
manera más inhábil de neutralizar sería polemizar con ellos; frente a los mejores razonamientos, las "razones" emocionales del prejuicio apenas percibibles buscarán, afirmarse.
Un análisis del prejuicio, introduciendo las afirmaciones dentro de un contexto más
amplio y relacionando con los diferentes aspectos de la realidad cultural y lingüística tendrá mayor efectividad que entrar en una polémica.
La utilización cada vez más generalizada de las lenguas nativas, con espontaneidad y
eficiencia. Por ejemplo, se ven comunicados y noticias en la prensa, dirigidos a poblaciones
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campesinas fundamentalmente; y qué razones impiden que esos materiales vayan en lenguas nativas? Esto contribuiría a elevar el prestigio de las lenguas nativas, pues el prejuicio se alimenta del bajo prestigio para, a su vez, alimentarlo.
Pero la mejor manera, sin lugar a dudas será crear modelos de experimentación con
lenguas nativas para difundir su aplicación, mostrando que estas lenguas deben y pueden ser usadas y desarrolladas.
DECLARACIÓN DE PATZCUARO SOBRE EL DERECHO A LA LENGUA*
Reunión técnica regional sobre educación bilingüe y bicultural El derecho a la lengua implica: a) Que las etnias de América, al igual que las de todo el mundo, tienen el derecho a
expresarse en sus respectivas lenguas en todos los actos de su vida pública y los estados están obligados a reconocer ese derecho, dictando las reformas legislativas tendentes a la oficialización de dichas lenguas.
b) Que la lengua debe constituir la base a partir de la cual se lleve a cabo la enseñanza
escolar y sistemática, de ella y de los demás conocimientos que se transmiten al educando, sea éste niño o adulto;
c) Que por ser dicha lengua la expresión de una particular manera de pensar y actuar,
la cual sustenta una determinada concepción del mundo y de la vida, su enseñanza no se puede separar de tal cosmovisión, por lo que los conocimientos que se impartan deben descansar en esta última; en tal virtud los planes, programas o contenidos de estudio deberán estructurarse conforme al cumplimiento de tales fines;
d) Que el aprendizaje de otras lenguas estará subordinado a los lineamientos
anteriores, razón por la cual se les conceptuará como segundas lenguas aptas pan comunicación con los otros sectores de la población;
307
e) Que la formulación de planes, programas o currícula de enseñanza sistemática de cualquier área del saber corresponde a cada
etnia en particular y, mente, será ella la que determine quiénes los y qué contenidos y metodologías emplearán;
f) Que aquellos sectores de las etnias que por razones históricas particulares han sido
objeto de una agresión colonial intensa, que ha llegado a extremos de deculturación, tales como la pérdida de la lengua, sin que por ello hayan abandonado otros elementos que conforman su identidad histórica y su conciencia colectiva, tienen derecho a ser plenamente reincorporados a la etnia madre, a través de un tipo de aprendizaje lingüístico cuyos principios y formas de ejecución deberán ser concertados entre los hablantes de la lengua materna y aquellos que la van a recuperar;
g) Que los miembros de todas las etnias, de la misma manera que tienen el derecho al
uso pleno de su lengua, tal como ha sido establecido en los parágrafos anteriores, tienen también el derecho a ser juzgados en su propia lengua conforme a normas establecida por tribunales concordantes con la cultura respectiva;
h) Que el derecho a la lengua corresponde indiscriminadamente a cada etnia, no
importando el número de miembros de esta última, ya que a este respecto privan los criterios cualitativos sobre los cuantitativos, toda vez que las reducciones de las poblaciones son, en muchos casos, consecuencia directa o indirecta de acción colonizadora a la cual también se debe poner mediante la reapertura de los espacios sociales cercados y la consiguiente liberación de las facultades creativa de sus pobladores.
Pátzcuaro, julio de 1980.
* CREFAL/III/UNESCO, julio de 1980. ---------------------------------------------- CADAL (Centro antropológico de Documentación de América latina, A.C.) CIVILIZACION
/Configuraciones de la diversidad 1, CADAL y 1, México D.F. 1983 (1 CEESTEM, Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo).
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SOBRE EL INSTITUTO LINGÜÍSTICO DE VERANO La declaración La política colonialista, del ILV fue el producto, tanto del
conocimiento y la experiencia que los participantes tienen sobre las actividades de esta institución misionera, como de dos informes sobre la misma que se utilizaron en el Encuentro, en los que se analiza la historia de la institución, su expansión en el Tercer Mundo, su papel de precursor ideológico del sistema imperante, los efectos destructores de su trabajo en las culturas indígenas y su actividad desmovilizadora de las capacidades de respuestas autónomas de las etnias locales.
La política colonialista del ILV El idioma propio constituye un factor fundamental en la existencia y en el proceso de
liberación de cada pueblo indígena. Un pueblo que haya perdido su lengua tiene grandes dificultades para definir su ser y su proyecto histórico.
Toda educación formal o informal debe basarse en el idioma del grupo, pero no para
transmitir contenidos y valores alienantes sino los pertenecientes al acervo de cada pueblo y aquellos elementos ajenos que de alguna manera sirvan de instrumentos de lucha en el proceso de liberación. Cualquier institución intrusa que bajo el pretexto de estudiar el lenguaje conlleve formas de dominación es indeseable y debe ser eliminada.
En la mayoría de los casos, la pérdida del idioma indígena en las nuevas generaciones
significa el comienzo de la muerte del grupo. En tales situaciones, la dinámica de la lucha de recuperación y liberación exige abrir canales de contacto entre los ancianos y los jóvenes para que a través de un nutrido diálogo intergeneracional el pueblo recupere y refuerce su idioma y sus sistemas de relación fundamentales.
El uso del idioma —sea oral o escrito— debe ser gobernado por el mismo pueblo
indígena dentro de sus propios cauces de creatividad. La aceptación indiscriminada de préstamos lingüísticos o ideológicos a partir de las lenguas dominantes conduce a la larga a un procesó de desnaturalización y pérdida del idioma.
El lenguaje indígena no se restringe solamente idioma verbalizado, sino que implica,
también las formas de actuar, los sistemas organizativos, así como los procedimientos de
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elaboración de manifestaciones culturales materiales y no materiales. Hay que restaurar la dimensión del lenguaje vivo a los diversos códigos culturales indígenas para acabar con el folclorismo y el exotismo que trata de reducir toda la dinámica cultural a una superestructura fragmentaria y superflua que pierde toda significación para la resistencia y la liberación de los pueblos.
La palabra se convierte en instrumento de lucha en la medida en que asume la
codificación total del proyecto histórico que adelanta, en forma libre, autónoma y creativa todo pueblo que pugna por la superación radical de los condicionamientos seculares establecidos por el sistema global de dominación colonial.
Ahora bien, los estados nacionales propician una política educativa y del lenguaje que
atenta contra la integridad de las sociedades indoamericanas al privárselas del instrumento esencial de la conceptualización como dimensión civilizatoria propia. Esta política se expresa en unos casos en un monolingüismo declarado que admite únicamente la lengua del dominador como instrumento de comunicación generalizado. En otros esta misma política, cuyo objetivo final es la europeización lingüística, se encubre bajo el manto de un falso bilingüismo, que se manifiesta primordialmente en el sistema educativo durante los primeros años de aprendizaje escolar. En lugar de reconocer francamente la existencia y vigencia de las lenguas indígenas e implementar su oficialización, sea a nivel regional o nacional, según sea el caso, la mayoría de los estados americanos delegan su política lingüística en entidades pseudocientíficas norteamericanas de carácter religioso "fundamentalistas", entre las que se destaca el "Summer Institute of Lingüistics" (SIL) a escala mundial.
El Instituto Lingüístico de Verano, en relación a las lenguas en sí, opera con dos
objetivos políticos daros. a) presenta un cuadro de extremada fragmentación dialectal y lingüística, tratando de
demostrar la inviabilidad de la formación de unidades lingüísticas estandarizadas, esenciales para el despegue de proyectos políticos de liberación de los pueblos indios, y
b) sustentar la ideología del carácter ahistóríco, estático y regresivo de tas lenguas
indígenas, según la cual éstas serían incapaces de absorber dinámicamente las nuevas experiencias colectivas que confrontan los pueblos oprimidos. En otros términos, se les niega la posibilidad de una interpretación propia tanto conceptual como lingüística, de la dinámica social y de la naturaleza.
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Es evidente el papel fundamental del ILV en la movilización de los movimientos de
liberación indoamericanos que a partir de lo ideológico penetra hasta los niveles organizativos de base de las sociedades indígenas. El ILV forma un estrato de maestros y promotores bilingües a quienes manipula según sus metas políticas, y quienes a su vez instrumentalizan el resto de las comunidades al servicio de dicho esquema de dominación. De esta forma el instituto llega a controlar vastas áreas que constituyen enclaves de importancia estratégica para el dominio geopolítico del continente por parte del impe-rialismo y la eventual apropiación de recursos naturales.
Después de más de cuarenta años de presencia en Indoamérica, es notoria la función
monopolizadora del ILV en el campo de la lingüística, tanto teórica como práctica, que ha obstaculizado de hecho el surgimiento de cuadros nacionales de relevo en este campo. Para citar un caso concreto, cuando en 1975 el gobierno peruano intentó nacionalizar las actividades del ILV, uno de los tantos obstáculos con los cuales se enfrentó fue la carencia absoluta de lingüistas y técnicos capacitados.
Otra faceta de la actuación del ILV es la evangelización coercitiva en términos
fundamentales las de los pueblos americanos. E1 objetivo inmediato de esta evangelizaron es conocer desde adentro el entero sistema de pensamiento de los pueblos invadidos, lo que acelera el proceso de descomposición social, impidiendo el surgimiento de respuestas-alternativas de carácter político. Su gestión evangelizadora ataca los puntos claves del sistema social y cultural, lo cual se traduce en el impedimento progresivo de las prácticas habituales de los grupos. Se trata, pues, de una estrategia que apunta hacia la desintegración irreversible de los pueblos y culturas indoamericanos, que irrespetando la dignidad y los derechos humanos más elementales coadyuva al plan de recolonización acelerado del continente.
Barbados. 28 de julio de 1977 ---------------------------------------------- CADAL (Centro antropológico de Documentación de América latina, A.C.)
CIVILIZACION /Configuraciones de la diversidad 1, CADAL y 1, México D.F. 1983 (1 CEESTEM, Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo).
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¿Por qué escribimos en Aymara con sólo 3
vocales?* M. J. Hardman
Se ha gastado mucha tinta y mucha pasión argumentando lo que debe ser el alfabeto
para representar a la lengua Aymara, casi sin excepción entre personas cuya primera lengua NO es la lengua Aymara. Hay sin embargo, un alfabeto desarrollado dentro de la comunidad Aymara misma, que escribe la lengua con 26 consonantes, pero sólo con 3 vocales, más un símbolo de alargación vocálica. De las consonantes han habido pocos reclamos – es una riqueza de la lengua y se aprecia, al mismo tiempo que se reconoce como elemento necesario.
Es al contrario en el caso de las vocales. Muchos reclamos hay. Las letras que utilizan
para representar a las tres vocales son: A I U. Las personas que hablan español siempre reclaman asi: ¿y la E y la O? Hasta la misma
gente bilingüe muchas veces optan por distorsionar a su propia lengua con el fin de que en la escritura parezca más al castellano. Y muchas veces esto se hace por desconocer las bases científicas lingüísticas que deben regir en el desarrollo de un alfabeto.
Cuando existe ya un alfabeto para representar a una lengua con una larga historia,
suele haber muchos detalles en que el alfabeto y la lengua ya no se concuerdan. Por ejemplo, la H en castellano se usa más de adorno que de otra cosa – hecho que quita mucho tiempo de los niños escolares y de sus profesores. Después hay también los dolores de cabeza que dan los usos arbitrarios de la B o la V, o los casos tan confusos (sobre todo para los niños) de la C, la S y la Z.
Como los que hayan intentado el aprender inglés saben muy bien, el sistema de
escritura que se utiliza para representar a la lengua inglesa tiene todavía menos correspondencia con la misma lengua, hecho que multiplica los problemas para los estudiantes, tanto extranjeros como los mismos, anglo – hablantes. Para los mismos anglo–hablantes es tarea de mayores proporciones el aprender a leer y escribir su propio idioma, a veces un problema casi insuperable. Aunque parezca mentira, el analfabetismo es actualmente un problema de primera urgencia en los Estados Unidos –– es decir; el analfabetismo entre los graduados de la escuela secundaria. En el estado de la Florida ha
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llegado a tales proporciones que más de la mitad de los graduados de la secundaria no pueden leer lo suficiente como para confrontarse con un periódico o sacarse un brevete.
La escritura que, se utiliza para representar a la lengua inglesa no representa a
ninguna variedad de la lengua de por sí, así que en ese sentido se pudiera decir que presenta igual dificultad para todos.
P ero se paga un preció muy alto para esa desconcordancia, en el tiempo y el esfuerzo
tanto de los alumnos como de los profesores dentro del aula, sin contar además, los costos sociales que recaen sobre los que fracasen en la tarea, costos que pagan la sociedad en general. Y todo esto por insistir en un alfabeto con raíces históricas pero que ya no representa en forma sistemática y consistente.
Frente al problema de desarrollar un sistema de escritura para representar a una
lengua donde no existe en la actualidad tal tradición, se puede optar por inventar a un sistema donde hay un reflejo fiel del sistema sonoro de la lengua, es decir –un carácter alfabético (ya sea letra o combinación de letras) por cada unidad sonora (fonema) – o se puede optar por inventar un sistema que, desde el primer momento presenta a los estudiantes los problemas que se han heredado los sistemas de escritura para castellano o para inglés. Podemos insistir en que se aprendan dos o más maneras de representar una sola unidad sonora (fonema), que aprendan dos' o más valores para otras letras o caracteres– es decir, obligar al aprendiz a (mal) gastar su tiempo aprendiendo complicaciones gratuitas.
Hay una base científica para poder decidir el número de caracteres (letras o
combinaciones de letras) que se necesitan para un alfabeto que ha de representar a una lengua dada, la cual es la teoría fonémica de la ciencia lingüística. 2 El número de distinciones que utiliza en una sola lengua es limitada. Cada ―distinción‖ se oye por los hablantes de tal lengua como un solo ―sonido‖ aunque fonéticamente es muy fácil ya mostrar que en verdad hay mucha variación en la realización física de cada "sonido". En inglés, aunque varía según el dialecto, hay más o menos 45 fonemas, es decir "sonidos" distintos, según el oído inglés; en castellano hay unos 23. El Aymara tiene 29, mientras sus lenguas hermanas, Kawki y Jaqaru tienen 39.
Para explicar bien la idea de variación dentro de un solo fonema, o unidad sonora,
vamos a dar unos ejemplos. En inglés ocurre p", como al principio de la palabra pot 'olla; también ocurre p, como en la palabra sport 'mancha' –– pero esta diferencia NO
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IMPORTAD, pata el oído del anglo hablante, ni siquiera se escucha. En Aymara también ocurren p" y p, pero la diferencia SI IMPORTA: jup"a 'quinua' y jupa 'ella, él'.'Así que, si vamos a representar a la lengua Aymara, tenemos que escribir esta diferencia, pero no para escribir la lengua inglesa.
En castellano ocurre th como en hada; también ocurre d como en anda –– pero esta
diferencia NO IMPORTA, y seguro mis lectores están en este momento quejándose de que en hada no hay th sino d. Para representar el castellano tienen razón. Pero estos dos sonidos también ocurren en inglés, y allí SI IMPORTA la diferencia: th ocurre en they 'ellos' y d ocurre en day 'día'. Así que al representar al inglés, es necesario indicar la diferencia entre th y d; pero no lo es al representar al castellano.
Hay los que argumentan de que, si los hablantes de una lengua escriben ésta como si
fuera otra, pueden aprender la segunda lengua con más facilidad. Así qué un hablante de inglés aprenderá con más facilidad el Aymara si escribiera p"ot pero spot. De igual modo, un hablante de español aprendería con más facilidad el inglés si escribiera atha (por hada) pero anda.
Para quien tenga ojos, lo absurdo de tal proposición es obvio: mejor es aprender cada
lengua tal cual es. Tampoco hay que confundir a una lengua el sistema que se utiliza para representarla.
Sin embargo, es justo esta clase de lógica que utilizan los hispanohablantes — sobre
todo los de los ministerios de educación, los religiosos, los catequistas, y los políticos que quieren insistir en el imperialismo hispano, en la ''castellanización'' de todo lo indígena — y de allí proponen campañas de "alfabetización" y de ―castellanización‖ donde los hablantes de Aymara pueden aprender el castellano escribiendo su propia lengua como si fuera castellano. 3
Hay en el Aymara TRES VOCALES DISTINTAS. Se pudiera representarlas con
los caracteres o las letras que se quiera, siempre y cuando sean TRES. Como el anglo –hablante escucha dos sonidos (day – thet) donde el hispano – hablante escucha sólo uno, y como el aymara – hablante escucha dos sonidos (jup"a – jupa) donde el anglo – hablante escucha uno solo: de igual el Aymara hablante escucha sólo un sonido donde los hispano –hablantes escuchan dos. Es decir, misa y mesa le suena igual.
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En castellano la d como en inglés they ocurre entre vocales. En inglés la p" como en Aymara jup"a ocurre al principio de palabras.
En igual forma, las variantes de las vocales I A U, un solo sonido cada uno para el
oído Aymara, son acondicionadas según el ambiente. Para el bien de los chisteros baratos urbanos, el ambiente M – S es un ambiente donde no ocurre ni 'i' ni 'e' sino algo intermedio, fuera de la experiencia hispánica –– así que misa / mesa es buena 'leña' para esos chisteros que quieren burlar de lo que no entienden. Pero veamos un poco más en serio. La palabra' churitu es 'me da/dio', pero no es oración, es palabra suelta no más. Para formar oración es precisó agregar un 'sufijo oracional', es decir, un sufijo que indica qué clase de oración es. Si se dice churituwa es 'Me da /dio.'. En este caso, la segunda u suena, para el oído hispánico, como 'u'. Pero si se dice churituxaa es 'Me da/dio, yo creo', entonces la segunda u más parece al hispánico, 'o'. Pero noten, es la misma palabra, solo en distintas oraciones. O tomemos otro ejemplo. La palabra sari 'se va/ fue', donde la i parece a la 'i' hispánica, se conforma de la raíz: sar– 'ir' y la desinencia –i 'tercera persona'. Si agregamos a esta palabra, en su sitio debido al sufijo –x– ‗completo‘, nos da la palabra sarxi ‗se va/fue (p. ej. a su casa)‘. En este caso la i parece más al castellano ‗e‘ pero noten: es la misma desinencia, es decir – uno pudiera escribir con cinco vocales la lengua Aymara con tal que ya sea hispano – hablante y con tal que no entienda bien el significado de las palabras. Porque uno va a tener que ir variando la deletración siempre de acuerdo a la posición, y ninguna palabra va a tener una deletración fija.
E s decir: si impusiéramos el sistema inglés a la representación del castellano (para
mejor aprender inglés) se escribiría: de thuelo pero en duelo; lo thicho pero un dicho. Desde luego, es posible imponer esta clase de tontería en la ortografía que se utiliza
para representar a una lengua. Pero es colmar de trabajos extras y confusiones innecesarias solo para dar la apariencia de facilidad a maestros que no hablan la lengua de sus alumnos.
Pero hay otro efecto todavía más triste: engaña a los niños –– haciéndoles pensar de
que los sistemas vocálicos del castellano y del Aymara son lo mismo. ¡Y no son lo mismo! –– como es testimonio elocuente los chistes sin fin que se cuentan en la calle y que se publican en los periódicos. Les roba a los niños la oportunidad de percibir, y de comprender, de que, para aprender bien el castellano es necesario aprender UN NUEVO SISTEMA.
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Y aquí es la tragedia de la confusión entre escritura y lenguaje, y entre sistemas lingüísticos autónomos.
Porque al fin y al cabo, es insulto tanto al castellano como al Aymara confundir la
lengua con su "escritura, y negarle a cada uno la existencia de su propio sistema. Y si, al negar la realidad de esta diferencia, se puede lograr que los niños campesinos sigan hablando el castellano con su 'dejo campesino', entonces está ignorancia lingüística pueda utilizar se para continuar la justificación de la discriminación social que existe actualmente.
Por e so hay que escribir el Aymara con TRES' vocales: A I U. Y, por eso hay que
enseñar el sistema del castellano, que ES diferente, con 5 vocales. Así, y sólo así, se podrá dar real oportunidad a los niños de habla Aymara.
NOTAS 1 A A CH CH" CH' I I J K K‖ K‘ L LL M N Ñ P P‖ P‘ Q Q" Q‘ R S TT‖ T‘ U U W X
Y para los lectores que no lo conozcan. 2 Hay para ciertas lenguas, ciertas condiciones mórfofónémicas que exigen la modificación de
esta teoría–– pero no juega estas complicaciones ni el menor rol en la cuestión a mano en este artículo.
3 La mayor parte de lo dicho en este artículo también pudiera tener aplicación a la represen-tación escrita de la lengua Quechua. Hay, sin embargo, muchas variantes de la lengua–Quechua, y en algunas parece que lengua misma ya bajo de los conquistadores y por su uso por estos mismos conquistadores ha cambiado de tal modo que se ha asimilado al sistema hispánico. Por la mucha pasión que hay entre los quechuólogos, prefiero no meterme en estas peleas. Qué quien, lea, vea hasta donde es aplicable lo dicho.
______________________________ *Tomado de: EL DIARIO, 15 de octubre de 1978.
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Declaración de los disidentes DECLARACIÓN DE LAS REPRESENTACIONES DE
UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES ACADÉMICAS AL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE ACADEMIAS DE LA LENGUA QUECHUA Y AYMARA
Los abajo firmantes, ante los acuerdos, en la plenaria, sobre la adopción de cinco o
tres para el Quechua, dejan establecido lo siguiente: 1. Nuestro cuestionamiento, sobre la forma en la que se desarrolla la discusión, en la
que más primaron factores emotivos que científicos. 2. Nuestro desacuerdo, con la decisión de adoptar por votación acerca de un aspecto
que debe sustentarse en una fundamentación científica y objetiva. 3. Nuestro rechazo a la forma de tomar decisiones sobre problemas fundamentales
de orden lingüístico, que luego, inevitablemente, afectarán a los hablantes de estas lenguas, sin que las organizaciones de base campesinas Quechua y Aymara, hayan estado presentes,
4. Deseamos también declarar, que la adopción de cinco vocales, refleja una posición
contraria a la identidad de la lengua quechua y significa seguir subordinando esta lengua a la estructura del castellano, con la consiguiente atrofia de las lenguas y culturas nativas.
Por otro lado, usar las tres vocales significa asumir una posición de reivindicación y
revalorización de las culturas y las lenguas nativas, porque se está tomando como base la escritura del sistema lingüístico propio del idioma vernáculo, a partir del uso, que de él, hacen los hablantes campesinos monolingües en Quechua y Aymara.
Cada lengua, tiene su propio sistema fonológico, y por lo tanto, debe tener su propia
escritura, para no seguir dependientes del castellano. Por tanto, plantear las cinco vocales, es hacerse cómplices con la situación de opresión a la que los vernáculos hablantes, han sido sometidos por cinco siglos.
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5. Declaramos enfáticamente, que no basta ser hablantes de Quechua o Aymara, para poder decidir sobre problemas, tan importantes que requieren de estudios científicos especializados. Esta situación, se hace inadmisible cuando no se toma en cuenta experiencias ni trabajos científicos de estos problemas, ni siquiera experiencias en el campo educativo sobre la nueva realidad de la educación bilingüe.
6. Esta decisión de cinco vocales, pretende dividir y socavar los esfuerzos de
alfabetización y educación bilingüe en Quechua y Aymara de los últimos anos, que han producido materiales educativos con tres vocales.
7. Asimismo, denunciamos la acción desunificados del Instituto Lingüístico de
Verano, representado por el Sr. David Weber, a través de su influencia directa en las Academias Regionales de la lengua Quechua en Ancash, Huánuco, Junín y Cajamarca.
Esta institución evangelizadora norteamericana tiene por objeto el adoctrinamiento
de las poblaciones indígenas del país, bajo una aparente defensa de lo autóctono, propugna la marginación de estos pueblos, impidiendo cualquier tipo de gestión unificadora del pueblo quechua, lo cual no facilita acceso a la educación formal, la formación de federaciones, las posibilidades de intercomunicación entre la totalidad del mundo quechua hablante.
El ILV promueve la adopción de alfabetos locales del quechua y trabaja por impedir
que esta lengua logre el nivel de unificación escrita (no oral), que sí tienen las lenguas con tradición escrita, como el castellano, inglés, etc., con el uso de un panalfabeto único, para todas las variedades quechuas, que respete las que se hablan, no sólo en el Perú, sino en todos los países sudamericanos en los que se habla esta lengua. El Perú, ha dado el gran paso, hacia esa unificación con la Resolución N° 1218, del 18 de noviembre de 1985, Sin embargo, a pesar de la dación de este dispositivo legal, durante los últimos dos años, el ILV ha venido sistemáticamente oponiéndose a acatar esta resolución y ha logrado que en los departamentos: Ancash, Junín y Huánuco se den resoluciones directorales que modifican la Resolución Ministerial ya mencionada.
Como se puede apreciar la acción de esta institución evangelizadora no sólo va en
contra de los intereses de los pueblos Quechua Aymara, sino que cuestiona la majestuosidad de nuestra legislación, se infiltran en el pueblo para que, aparentemente, sean ellos los que gestionan la dación de resoluciones a todas luces cuestionables.
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Cusco, 14 de febrero de 1987. Universidad Nacional Mayor de San Marcos – Lima.
Dr. Gustavo Solís Fonseca Dra. Madelaine Zúñiga C.
Universidad Mayor de San Andrés La Paz–Bolivia, Dr. José G. Mendoza Quiroga Prof. Pedro Plaza Martínez
Universidad Nacional del Altiplano – Puno, Escuela de Postgrado
Dr. Luis Enrique López Quiroz L.E. 07812326 Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. Y Academia Regional de la lengua Ayacucho Chanca
Dr. Clodoaldo Soto Ruiz 28223442 Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.
Prof. César N. Higuera B. Prof. Urbano López Romero
Nacional Agraria La Molina – Lima. Mgt. William Hurtado de Mendoza
Academia Peruana de la Lengua Aymara Rvdo. P. Domingo Llanque Chana
Academia Regional de la Lengua I Cultura Quechua de Puno Rufino Chuquimamani Valer L.E. 02389363
Instituto de Cultura Andina (INCA) – Lima Dr. Hernán Amat Olazábal
Academia de Quechua "Yachay Wasi" Demetrio Tupak Yupanqui L.E. 07240777
Departamento de Lingüística UNSAAC Irene Quispe Pinto 23875008
Departamento Académico de Lingüística _________________________________________ *(Suplemento JAYMA, No. 14–15, Enero–febrero de 1987, con el título de: FUNESTA REUNIÓN DE
ACADÉMICOS DEL CUZCO)
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SISTEMATIZACION DE LA ESCRITURA AYMARA:
Elisiones y recuperaciones vocálicas
Juan Carvajal Carvajal
CNC – CEPOS
La adopción de un alfabeto consensuado para el idioma aymara en 19831, fue un paso muy importante dentro de la normalización de la escritura de esta lengua, y dio fin a la anarquía de los sistemas alfabéticos, y otros problemas afines. Pero la práctica cotidiana de la escritura, principalmente con fines educativos, hizo que surgieran otras dificultades de carácter complementario, como los referidos a la normalización, la estandarización, y dentro de éstas la sistematización de la escritura aymara.
Los casos de elisión vocálica Un aspecto que tiene que ver con la escritura, que da lugar a frecuentes polémicas, es el
relativo a la elisión vocálica, un fenómeno morfofonémico que a nivel oral caracteriza a la lengua aymara. La elisión vocálica es la pérdida de determinados segmentos vocálicos en la construcción de las palabras aymaras y en la y producción de las frases u oraciones. En aymara se presentan dos tipos de elisiones vocálicas: Las elisiones morfológicamente condicionadas que se presentan al interior de la palabra, que afectan a la vocal de la raíz o tema y las elisiones sintácticamente condicionadas o las que se presentan en la vocales finales de palabra dentro de la frase u oración.2 (Cerrón, 1994).
Las elisiones morfológicamente condicionadas afectan a las vocales que se encuentran
al interior de las palabras, raíces o temas, producto de los procesos morfológicos de flexión y derivación tanto nominal como verbal. La recuperación de estas vocales tanto en el registro oral como escrito podría afectar al significado de los mensajes.
1 Este alfabeto mereció reconocimiento oficial mediante D.S. 20227 del 9 de julio de 1984. 2 Cerrón Palomino, Rodolfo. Quechumara Estructuras paralelas de las lenguas quechua y aymara.
Cipca, Nº. 42. 1994, La Paz
320
Las elisiones sintácticamente condicionadas se presentan en las vocales finales de las
palabras que forman la cadena oracional. Se da mayormente en las vocales finales de las palabras ubicadas al interior de la frase u oración, pero también, en la vocal final de la última palabra de la oración. Estas llamadas elisiones son productos de procesos morfofonémicos, y muy particularmente del ensordecimiento de las vocales. Las elisiones sintácticamente condicionadas, a diferencia de la anterior elisión, son fácilmente predecibles.
Sobre la desonorización ya Briggs, señalaba que, ―en todos los dialectos los sufijos
oracionales (…) suelen perder sus vocales finales cuando se encuentran al final de la frase dentro de la oración‖3. Efectivamente, algunas vocales finales se suprimen o desonorizan o mejor se ensordecen.
Se debe dejar claro que, la normalización en general y la recuperación vocálica en
posición final de palabra, en particular, solamente rige para la forma escrita, y no para el registro oral. Sin embargo, dentro del enunciado oral, si escuchamos con cuidado veremos que hay mayor elisión en los estilos de habla familiar o coloquial. En cambio en una alocución más formal, como las conferencias o el uso del aymara en la radio, los hablantes tienden a recuperar o pronunciar las vocales finales de las palabras.
Fundamentos para la recuperación vocálica La escritura de la lengua aymara recuperando las elisiones vocálicas sintácticamente
condicionadas exhibe razones que la fundamentan. De las que apuntamos algunas: Sistema de escritura frente a los niveles de análisis fonológico, en el análisis fonológico
de la lengua hay dos niveles, el fonético y el fonémico. Para el primer análisis es preciso recurrir a la transcripción fonética, que consiste en anotar lo más fielmente posible las realizaciones efectivamente percibidas, procurando la mayor fidelidad en la percepción y representación de los sonidos. (Lázaro; 1953)4 Aunque cada sonido es un evento único y no se repite incluso en la misma persona, es posible agrupar los sonidos en clases naturales caracterizadas por sus propiedades articulatorias más o menos comunes. El nivel fonético es de interés para los especialistas, pues los hablantes pasan por alto las variaciones que sufren los sonidos.
3 Briggs, Lucy Therina. El Idioma aymara – variantes regionales y sociales. Ediciones ILCA, 1993 La Paz. 4 Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Ed. Gredos. 1953, Madrid
321
En cambio, el análisis fonémico, corresponde a la comunicación, del que el hablante
tiene conciencia, pues tiene relevancia para los efectos de la comunicación. Los fonemas en cada lengua tienen un número determinado, estable o invariable, y refleja la conciencia lingüística del hablante.
Al nivel de la escritura, debemos indicar que los sistemas de escritura alfabética, como
el caso del aymara, tienen base y sustento en el análisis del nivel fonémico. En consecuencia, la escritura de la lengua aymara es un sistema de representación cuya base es el análisis del nivel fonémico superando las prácticas transcripcionistas. No confundir ―el nivel de transcripción fonética con la escritura fonológica‖5.
Sistematización de la escritura y la distinción entre lengua escrita y oral, hay la idea de que la escritura debe ser un calco de la expresión oral, como si existiera una total coincidencia entre la lengua oral y la lengua escrita. Sobre este aspecto se ha desarrollado dos teorías6, la―teoría de la continuidad‖ que sostiene, que la lengua oral y la escrita son en esencia medios lingüísticos equivalentes con funciones similares. La segunda, es la ―teoría de la gran línea divisoria‖ que sustenta que la lengua oral y la cultura escrita, aunque son interactivas, son diferentes. (Olson y Torrance) 7
Siguiendo la segunda teoría, los autores coinciden en señalar que el lenguaje escrito es diferente del oral. Se afirma que buscar la coincidencia entre el habla y la escritura es una pretensión anticientífica. Las personas escriben como los otros escriben, de manera distinta de cómo hablan. La lengua escrita exige una mayor reflexión metalingüística, una mayor atención a su estructura lógica y la forma, mediante la búsqueda y selección de palabras, construcciones y accidentes gramaticales, que por su carácter descontextualizado, son importantes para transmitir el mensaje y facilitar la recreación del significado por parte del lector.
Por norma, las palabras aymaras en su totalidad, terminan en una vocal. No se
encontrará en aymara palabras que en posición final terminen en consonante. Esta estructura se manifiesta también en los préstamos que se introducen al aymara, de manera
5 Jung, Ingrid El quechua en la escuela: la experiencia del Programa de Educación Bilingüe – Puno. En: El Quechua en
Debate. Ideología, normalización y enseñanza. Ed. Juan Carlos Godenzzi. CBC 1992 Cusco. 6 David R. Olson y Nancy Torrance Introducción. En: Cultura escrita y oralidad. Comps. Olson y Torrance. Gedisa ed. 1995 Barcelona. 7 David R. Olson y Nancy Torrance. Ob. Cit.
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que, si la palabra prestada termina en consonante, obligatoriamente se aumenta una vocal, generalmente la /a/, aunque no se descartan las otras vocales. Como cada regla tiene su excepción, ésta también presenta excepciones, que están referidos fundamentalmente a algunas interjecciones. Los sufijos aymaras tienen también una estructura parecida a las palabras. Por cuanto, todos terminan en una vocal.
Considerando la estructura de la palabra y los sufijos aymaras, y considerando que el
sistema de escritura debe representar cada palabra con una imagen léxica independiente,8 se propone que la escritura sistemática del aymara represente la genuina estructura de la palabra, con o sin sufijos, morfológica o sintáctica, sin las elisiones vocálicas que atentan contra su identidad e integridad.
Para concluir, me permito señalar que, la práctica elisionista de la escritura aymara es
reciente, producto de la corriente lingüística estructuralista norteamericano, ―que se limita a estudiar la parte exterior de las lenguas.‖ (Zimmermann; 1999:98)9 Concretamente se manifiesta a partir de los trabajos apoyados por la lingüista Helen Ross y otros posteriores. Los textos aymara anteriores están escritas en su forma completa.
Sin embargo, los seguidores de la escritura elidida, o corriente transcripcionista, no son consecuentes, no observan ninguna regularidad, constancia ni coherencia, por cuanto, una categoría de palabras que cumplen una misma función, unas veces es escrita en su forma elidida y otras veces no elidida, o se pasan al otro extremo, elidiendo en todos los casos.
Estructura profunda y estructura superficial en la escritura sistemática, la identificación
de la estructura profunda y estructura superficial de las lenguas, fue desarrollada profusamente por el lingüista norteamericano Noam Chomsky y sus seguidores. En el entendido de que, ―Toda lengua puede considerarse como una particular relación entre el sonido y el sentido‖, entendiéndose aquí por sonido aquella forma fonética determinada por la estructura superficial, y por sentido, el contenido semántico determinado por la estructura profunda.
8 Saenger, Paul. La separación de las palabras y la fisiología de la lectura. En: Cultura escrita y
oralidad. Nancy Torrance y David R. Olson (compiladores) Gedisa, 1995 Barcelona 9 Zimmermann, Klaus. Política del lenguaje y planificación para los pueblos amerindios: Ensayos de
ecología lingüística. Vervuert Iberoamericana. 1999 (98). Madrid
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(Velilla; 1974:82) Sin embargo, se debe aclarar que esta teoría fue objeto de un análisis y desarrollo bastante complejo por su autor, aquí solamente se tomará la sección pertinente para los propósitos de la presente nota.
Para hacer breve un extenso análisis diremos que, ―...la representación sintáctica de una oración comprende, esencialmente, dos partes: una estructura profunda, representada por el conjunto de los marcadores sintagmáticos subyacentes e interpretable semánticamente (sentido) y una estructura superficial, representada por el marcador sintagmático derivado final e interpretable fonéticamente (sonido).‖10 (Ruwet; 1978:416).
Este aspecto nos induce a tomar conciencia de que el nivel oral responde a la estructura
superficial de la lengua, que como consecuencia de las transformaciones, tiende a suscitar situaciones ambiguas. En cambio, el lenguaje escrito corresponde a la estructura profunda, que tiene un sentido claro y preciso. Por eso, la escritura de la lengua aymara debe reflejar la estructura profunda de la lengua con la finalidad de hacer comprensible la comunicación y no una transcripción fonética, como sucede con las elisiones vocálicas, donde las oraciones pueden adquirir un significado ambiguo y confuso.
Escritura sistemática coherente con la estructura de la palabra aymara, como la
definición de la palabra en las lenguas en general y en aymara en particular, es muy controversial, adoptamos la que considera como la unidad libre mínima, intercambiable, y limitada por dos pausas o por un signo de puntuación y una pausa y viceversa. Puede constar de una raíz con o sin sufijos flexivos y/o derivativos, y que sirve para diferenciar frases. Y de acuerdo a la clase de sufijos añadidos a la raíz, se dan dos clases de palabras: la palabra morfológica y la palabra sintáctica. La palabra morfológica es la forma libre susceptible de tomar sufijos oracionales y/o independientes. La palabra sintáctica es una forma libre que consiste de una palabra morfológica más sufijo o sufijos independientes y/o oracionales.11
1 Ruwet, Nicolás. Introducción a la Gramática Generativa. Trad. Elena Bombín y Marcos Martínez
Hernández. Segunda Edición. Ed. Gredos. 1978. Madrid. 1 Briggs. Ob. cit.
10 Ruwet, Nicolás. Introducción a la Gramática Generativa. Trad. Elena Bombín y Marcos Martínez
Hernández. Segunda Edición. Ed. Gredos. 1978. Madrid. 11 Briggs. Ob. cit.
324
325
Contenidos INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………3
I LOS PIONEROS DE LAS LENGUAS ANDINAS
1. LA REVITALIZACIÓN DE LAS LENGUAS INDIGENAS* ……………………………… …….……………… 9
A. Lenguas indígenas y evangelización ………………………… …………………………………….……….… 11
B. Congreso Internacional de Americanistas (ICA) ……………………………… ………………………….15
C. XLVI Congreso Internacional de Americanistas ……………………………… ………………………… 17
D. Congresos Indigenistas Interamericanos (CII) ……………………………… …………………………..20
E. El manifiesto de Tiwanaku y su impacto ……………………………… ………………………………..……..22
F. Revalorización de las lenguas indígenas ……………………………………………………………………….26
G. Revalorización: una exigencia del pueblo ……………………………………………………………… ……28
2. LAS VOCES DE LOS PIONEROS ……………………………… ……………………………… ………………………..34
Introducción
A. Carlos Felipe Beltrán (1816-1898) ……………………………… ………………………………………………..35
B. Don Felipe Pizarro García ……………………………… …………………………………………………………….37
D. Paul Rivet: El Bibliógrafo del aymara y quechua ……………………………… ……..…………………40
E. Juan de Dios Yapita ……………………………… ………………………………………………………… ………… 42
F. El discurso de Juan Lechín Oquendo ………………………………………………………………………….. 45
G. Luchas por varios frentes ……………………………… …………………………………………………….…… 48
II LA ESCRITURA Y LAS LENGUAS ANDINAS
INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ………… 51
1. SISTEMAS DE ESCRITURAS Y LENGUAS UNIVERSALES ………………………………………..…… 53
2. HISTORIA DE LA ESCRITURA ANDINA ……………………………… ……………………………………..…… 55
3. SISTEMAS DE ESCRITURA PREHISPÁNICOS ……………………………… ….…………………………… 56
326
A. Alfabeto de Enrique Valls – 1976 ……………………………… ………………………………………….… 58
B. Escritura jeroglífica de Ibarra Grasso ……………………………… ……………………………….… ..60
C. José Huidobro Bellido – 1987 ……………………………… ……………………………… …………….…….62
D. Inka: Waskar Chukiwanka – 2003 ……………………………… ………………………………………...… 65
E. El quipu incaico ……………………………………………………………….…………………………………………...67
4. INICIATIVAS DE ESCRITURAS ANTI-LATINAS ……………………………… ……………………………….70
A. Alfabeto de Claudio Payi – 1973 ……………………………… ………………………………………….…… 71
B. Alfabeto de Hernán Mena Bustillo – 1976 ……………………………… …………………………….…. 73
5. LA ESCRITURA LATINA DEL AIMARA ……………………………… ……………………………………….…. 75
A. La importancia del sistema latino ……………………………… ………………………………………….… 75
B. Las razones de la escritura latina ……………………………… ………………………………………..… 78
C. Los precursores de la escritura latina ……………………………… ……………….………………...… 80
D. La naturaleza de la escritura latina ……………………………… ……………………………………..… . 83
E. La escritura aymara en la actualidad …………………………………………………………… ……….…..86
F. Los alfabetos aymaras modernos ……………………………… ………………………………………….……88
G. La unificación de alfabetos aymaras ……………………………… …………………………..…… ……….92
H. Surgen nuevos problemas menores ……………………………… ………………………………..…..……..94
I.. Algunos objetivos lingüísticos ……………………………… ……………………………… ………..……..…...98
III LOS INSTRUMENTOS LINGÜÍSTICOS
INTRODUCCIÓN……………………………… ……………………………… ……………………………… …………. ..101
1. LOS INSTRUMENTOS LEGALES ……………………………… ……………………………… ……………………...103
2. EL ALFABETO: INSTRUMENTO NUMERO UNO ……………………………… …………………………………105
A. El alfabeto ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………… ...105
B. La pelea de alfabetos cosa del pasado ……………………………… ……………………………….. …. 107
C. El alfabeto oficial ……………………………… ……………………………… …………………………………. ….111
D. Explicaciones técnicas ……………………………… ……………………………………………………..…… …. 113
a) Consonantes aymaras ……………………………… ……………………………………………………....113
b) Las vocales aymaras ……………………………… ………………………………………………………….115
3. LOS DICCIONARIOS 118
A. Diccionarios clásicos coloniales ……………………………… ………………………………… .120
327
B. Diccionarios y vocabularios post-clásicos ……………………………… ………………121 a). De la época republicana ……………………………… ……………………………………………….. 122
b). Diccionarios actuales ……………………………… ……………………………… ……………………. 125
c. Diccionarios aymaras inéditos ……………………………… ……………………………………….. 126
4. GRAMÁTICAS AYMARAS ……………………………… ……………………………… …………………………. 129
A. Gramáticas aymaras publicados ……………………………… …………………………………………. 131
B. Gramáticas coloniales ……………………………… ……………………………………………………………..132
C. Gramáticas Post-clásicos ………………………………………………………………………………………...133
D. Gramáticas Modernas ……………………………… ……………………………… …………………………….133
E. Gramáticas aymaras inéditas Félix Layme……………………………… ………………………………134
5. MANUALES ORTOGRÁFICOS ……………………………… ……………………………… ………………………….136
IV El DESARROLLO LITERARIO AYMARA INTRODUCCIÓN……………………………… ……………………………… ……………………………… ………….. 139
1. PROLEGÓMENOS ACLARATORIOS ……………………………… ……………………………… ……………….. 141
A. Definiciones: ……………………………… ……………………………… ………………………………………….. 141
B. La fiesta trabajo-aymara……………………………… ……………………………… ………………………. 143
C. Los nuevos resurgimientos ……………………………… …………………………………………………... 146:
D. Los tiempos regresan: ……………………………… ………………………………………………………….. .147
2. REVISANDO LA HISTORIA LITERARIA AIMARA……………………………… ………………………… ....150
A. La literatura andina pre-hispánica ……………………………… …………………………………… …..150
B. La literatura aymara-quechua en la colonia ……………………………… …………………….. …153
C. En la primera etapa de la era republicana ……………………………… …………………………. .156
D. El resurgimiento: post 1952 de las lenguas andinas …………………………………………… .158
3. PERSPECTIVAS DE LAS LENGUAS INDÍGENAS ……………………………………………………….…. .161
A. Los nuevos paradigmas ……………………………… …………………………………………………………… 161
C. El redescubrimiento de lo propio ……………………………… ………………………………………….. .163
4. PRODUCCIÓN LITERARIA AYMARA EN LA RR EE (199?-2005) ………………………………….165
Introducción ……………………………… ……………………………… ……………………………………..…… ..165
A. Antecedentes de la producción aymara actual ……………………………… ……………………. .167
328
B. Producción literaria aymara de 1990 a 1999 ……………………………… …………………………… 170
a). El contexto ……………………………… ……………………………… ………………………………………….. 170
b).Textos aymaras peruanos ……………………………… …………………………………………….…..… 172
c) Producción de THOA ……………………………… …………………………………………………………….. 173
d) PEIB (Libros preparados por Juan Carvajal). ………………………………………… ………….. 173
e) Producción de Félix Layme Pairumani …………………………………………………………………...174
f). Producción literaria aymara inédita …………………………………………………………..………….175
g). Problemas históricos y socioculturales ………………………………………………………….…….178
5. LA LITERATURA EN LENGUAS AYMARA Y QUECHUA ……………………………………………………...181
V LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA AYMARA INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………………………………………………………..185
1. BASES PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS ………………………………………………………………….….187
2. LOS COMPONENTES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS …………………………………………….……189
A. Los estudiantes ……………………………… ……………………………… …………………………………………..189
B. Componente cultural ……………………………… ……………………………… ………………………..………..192
3. LAS INSTANCIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS ………………………………………………….194
A. Enseñanza de lenguas en educación regular ………………………………………………………………195
B. Enseñanza de lenguas en educación alternativa ……………………………………………………. ..195
C. Enseñanza de lenguas en educación superior……………………………………………………..… .. 196
4. LA IMPORTANCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS …………………………………………………….…. .196
5. LAS RAZONES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS 3.905………………………………………………..198
A. ¿Por qué la enseñanza de lenguas indígenas? …………………………………………………… ……198
B. Para los propios indígenas ……………………………… …………………………………………………… …200
C. Para los no indígenas ……………………………… ………………………………………………………………. 201
6. NUESTRAS TAREAS PRIORITARIAS ………………………………………… ……………………………… ….202
VI INTRODUCCIÓN A LA EDUCACION BILINGÜE INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………………………205
1. LA UNESCO Y LAS LENGUAS VERNÁCULAS …………………………………………………………………..208
2. PRECURSORES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE ……………………………………………………………...210
329
3. EXPERIENCIAS DE EDUCACIÓN BILINGÜE EN PERÚ ……………………………………………………..212
4. EDUCACIÓN BILINGÜE Y LA REFORMA EDUCATIVA NEOLIBERAL ……………………………… 214
5. PRECUSORES DE MATERIALES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE ……………………………… …….218
A. Cartillas de alfabetización……………………………… ……………………………… ………………………. 218
B. Los textos de lectura y escritura en aymara ……………………………… ……………..…………..222
6. LA NUEVA EDUCACIÓN QUE SE BUSCA ……………………………… ………………………………………. .224
VII HACIA LA EQUIDAD LINGÜÍSTICA INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………229
1. LOS MEDIOS ORALES ……………………………… ……………………………… ……………………………………. .231
2. LOS MEDIOS ESCRITOS DEL AYMARA ……………………………… ………………………………………… .233
3. LA TRADICION DE LECTURA Y ESCRITURA ……………………………… ……………………………… ….239
A. Los lectores de los periódicos indígenas ……………………………… ……………………………… …239
B. Proyección ……………………………… ……………………………… ……………………………………………….. .240
4. POLÍTICA LINGÜÍSTICA DEL PERIODISMO AYMARA ……………………………………………………….241
Introducción ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………….241
A. Antecedentes de nuestra política lingüística …………………………………………………………. 243
B. Escollos coloniales ……………………………… …………………………………………………………………… 246
C. Nuestra política lingüística ………………………………………………………………………………… …… 250
BIBLIOGRAFIA …………………………………………………………………………………………………. 255
330
ANEXOS ……………………………… ……………………………… …………………………………………………..266
1. LOS INCAS TUVIERON UNA ESCRITURA LOGOGRÁFICA Por Enrique Valls …………………….….267
2. LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE ORURO Por Dick Edgar Ibarra Graso …………………………..270
3. ESCRITURA INCA Por: HERNAN MENA BUSTILLOS …………………………………………………………...273
4. PRIMER SEMINARIO NACIONAL SOBRE LENGUAS NATIVAS ……………………………………………. 282
5. CONCLUSIONES DEL PRIMER CONGRESO DE LENGUAS NACIONALES Centro Portales….. 289
6. OBSERVACIONES SOBRE ENSEÑANZA DE LECTURA Y ESCRITURA EN LENGUA QUECHUA
Centro Portales ……………………………… ……………………………… …………………..………………………………295
7. PREJUICIOS RELATIVOS AL USO DE LAS LENGUAS NATIVAS Centro Portales …………………301
8. DECLARACIÓN DE PATZCUARO SOBRE EL DERECHO A LA LENGUA* ……………………………….. 306
9. SOBRE EL INSTITUTO LINGÜÍSTICO DE VERANO ……………………………… ………………………………308
10. ¿POR QUÉ ESCRIBIMOS EN AYMARA CON SÓLO 3 VOCALES? …………………………………….…… .311
11. DECLARACIÓN DE LOS DISIDENTES ……………………………… ……………………………………………………..316
12. SISTEMATIZACION DE LA ESCRITURA AIMARA ……………………………… …..………………………………..319
331
Félix Layme Pairumani
Doctor Honoris Causa, UCB/2005 Premio Mundial: Hiroshima
Foundation for peace and culture, Stockolm, January 1998. “Por su labor en pro de la equidad lingüística, rescate de la lengua aymara, por sus esfuerzos pioneros para transformar los postulados del plurilingüismo en una realidad cotidiana y por apoyar a la conservación de su legado cultural”.
• Catedrático de Lengua y Cultura Aymara de la Universidad Católica Boliviana (1984 al presente).
• Ex-Docente de la Lengua Aymara de la UMSA, La Paz, 1983-1988.
• Investigador del Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) del entonces IBC, 1983 -1989.
• Fundador y Director del Suplemento Trilingüe “Kimsa Pacha” del periódico “La Prensa”.
• Encargado del suplemento de lenguas indígenas “Jayma” en el Matutino Católico “Presencia”, (2000- 2001).
• Técnico del Proyecto de Educación Intercultural y Bilingüe (EIB) Convenio MEC/UNICEF, 1989-1992.
• Autor de más de una treintena de libros en lengua aymara y castellano, entre ellos de literatura e instrumentos lingüísticos, publicados por el Ministerio de Educación y el Unicef.
• Asistió a varios eventos internacionales: Estocolmo-Suecia (1998). Berlín-Alemania (1992). Amsterdam-Holanda (1988). París-Francia (1984).
• Profesor: Egresado de Warisata 1971.
• Secundaria en Colegio Nacional “Gualberto Villarroel” y Tiwanaku.
• Formación autodidacta. Nacido en 1949, en Titïri del cantón Jesús de Machaca, Provincia Ingavi-La Paz.
www.aymara.ucb.edu.bo [email protected]