libertad nº 56

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  • 8/2/2019 Libertad N 56

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    N56 SEPTIEMBRE~OC

    TUBRE2010

    BuenosAiresPUBLICACIN

    DELGRUPOANARQUISTA

    LIBERTAD

    PRECIO$3

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    S EPT I EMBR E ~ O C TUBR E 2010 3

    En Crecer con la televisin: perspectiva de aculturacin, sus autores (Ge-orge Gerbner, Larry Cross, Michel Morgan y Nancy Signorielli), dan una defi-nicin sobre la televisin al caracterizarla como un sistema centralizado paracontar historias. Sus dramatizaciones, noticiarios, publicidad y otros programas

    conforman un sistema relativamente coherente de imgenes y mensajes y los lle-

    van a cada hogar. Este sistema fomenta desde la infancia las predisposiciones y

    preferencias que antao se adquiran a partir de otras fuentes primarias. Ahorabien, esta frase por s sola no agrega nada nuevo a la idea de la televisin comosoporte tecnolgico de informacin, y menos an nos permite indagar sobre las im-plicancias sociales de este fenmeno cultural. Sin embargo, da una idea vaga, es-quemtica y tcnica para a partir de all intentar desgranar su preponderancia, inci-dencia y efectos sociales. Ese es el propsito del texto: hacer una aportacin al an-lisis sobre los mass media.

    La televisin es el medio de masas con mayor penetracin y protagonismo so-cial, y la principal fuente de entretenimiento y ocio en los hogares. Por ejemplo,Nancy Signorielli afirma, en el trabajo citado al inicio, que en los EEUU el televi-sor permanece prendido una media de siete horas al da, y que las personas de msde dos aos de edad ven con atencin al menos tres horas de programacin diarias.No es un hecho aislado, por el contrario, en mayor o menor medida esta particula-ridad es norma corriente en cualquier contexto social sin importar la idiosincrasia,los hbitos y costumbres propios de cada lugar. Sino pensemos mnimamente el na-

    cionalismo futbolero que se respir en la Argentina por el sndrome mundial, yque se destil en cualquier emisin de la televisin sin importar que sea un noti-ciero, un programa deportivo, de chimentos o una publicidad. Hasta la presidentey su plana de ministros estuvieron, calculadoras en mano, imaginando un escena-rio poltico favorable si la seleccin argentina de ftbol lograba coronarse campenmundial.

    A los medios de informacin desde hace aproximadamente tres dcadas se los hadejado de ver como meros canales por donde el flujo comunicativo llega a la gen-te de manera limpia, directa y sin interferencias. Por el contrario, los estudios cen-trados en la comunicacin hoy ms que nunca hacen hincapi en el protagonismoen la construccin simblica de los mass media. Esto se puede indagar en los tra-bajos de, por ejemplo, Eliseo Vern, Pierre Bourdieu o Anbal Ford por citar soloalguno de ellos. Es tal la importancia de los media que Nancy Signorielli hace unaanaloga entre la televisin y la religin ya que ambas se materializan en un ritualdiario, as como en las similitudes en relacin a las funciones sociales que ponenen juego, y que para esta autora son las continuas repeticiones de formas (mitos,

    ideologas, datos, relaciones) al momento de adjetivar el mundo, legitimando unorden social particular.

    Pero el anlisis no debe quedarse en la superficie, sino que debe inmiscuirse enlas causas de la mediatizacin social e indagar el porqu de la preponderancia dela televisin. Y para ello es necesario entender mnimamente su estructura y fun-cionamiento. Ese ser el horizonte argumental a seguir a partir de esto momento.

    La primera diferencia sustancial que la televisin establece con, por ejemplo, laradio y la prensa escrita es que requiere de nosotros una atencin privilegiada a suembrujo. Cualquier otra actividad ajena a la contemplacin exclusiva de sus men-sajes queda anulada como posibilidad ya que la televisin no apela al pensamien-to crtico, se contenta con que prioricemos aspectos emocionales de nuestra con-ducta al momento de sentarnos y mirar la pantalla. Bsicamente esto es as porquela propuesta comunicacional televisiva se centra sobre dos ejes: la produccin ycirculacin simblica en funcin de una grilla preestablecida de estereotipos.

    La televisin hace de la inmediatez, del ahora mismo, del discurso directo, la

    razn de ser de su propuesta. Y en este artilugio del instante presente como nicaposibilidad de relacin es que las instancias de raciocinio y crtica quedan caducasy solamente necesita de la contemplacin emocional. El pensamiento crtico que-da anulado porque la televisin nos induce, a travs del poder de la imagen, a vi-vir un mundo virtual de preconceptos arbitrarios y preestablecidos por la propues-ta televisiva, fomentando en los ocasionales espectadores, una pasmosa pasividadmental.

    Negar la influencia de los medios masivos de informacin en el quehacer diarioes no ver la preponderancia que tienen en la construccin social. Hoy da lo queno es visualizado por ellos no tiene entidad, no existe. Es una exigencia pasar pre-viamente por el filtro selectivo de los mass media para facilitar que un suceso cual-quiera deje de ser una posibilidad enunciativa y se convierta en una noticia. Y pa-ra ello no importa que sea verdad o mentira lo que enuncia, sino que alcanza conque sea espectacular e inclusivo, inmediato y fugaz.

    La televisin construye su discurso a travs de una batera infinita de imgenesinconexas ordenadas coherentemente para dar la idea de homogeneidad. Pero co-

    mo lo inmediato es lo que marca su curso, este rompecabezas de imgenes dismi-les, pero presentadas ordenadamente, pasan desapercibidas para el espectador. Esas que nada sorprende cuando desde un noticiero se pasa de una secuencia de im-genes sobre represin a otra sobre las nuevas tendencias en la moda de los famo-sos, para volver luego a las corridas de una persecucin policial y terminar con

    una publicidad sobre la elegancia de los autos de alta gama.De esta manera, la imagen acta de tal forma que no permite discernir sobre la

    funcin ideolgica que oculta la presentacin de su discurso. Nada es inocente ensu propuesta, por el contrario, el collage de imgenes fragmentadas que presentacomo un todo homogneo slo persigue un fin: confundir transformacin con re-produccin, o lo que es lo mismo, construccin meditica con reflejo social.

    El tiempo en la televisin no se detiene un instante, todo est marcado por la fu-gacidad y velocidad con que se muestran las imgenes. El tiempo que cuenta es elpresente, el cual se transforma en pasado en cuestin de segundos. Todo es vrti-go, y la relacin que establece la televisin con su espectador est dada por lo ins-tantneo. Teniendo en cuenta esta peculiaridad, y aunque parezca una obviedad, noest dems resaltar el carcter lineal, unidireccional y simplificado del mensaje te-levisivo. Y ms que de instancias de comunicacin (donde prima la bidireccionali-dad) debemos hablar de instancias de informacin.

    Comparada con otros soportes tecnolgicos, la televisin posibilita una grilla re-lativamente restringida para una pluralidad de intereses y pblicos por dems he-terogneos. Bsicamente los programas televisivos son comerciales por necesidad, pensados para audiencias amplias, heterogneas y acrticas. Como bien resaltaNancy Signorielli: La audiencia est constituida siempre por un grupo de perso-nas disponibles en un momento concreto del da, semana o estacin. La eleccin

    de programas depende mucho ms del reloj que del programa en s. La cantidad y

    variedad de eleccin al alcance del espectador cuando ste est en disposicin dever un programa, tambin est limitada por el hecho de que muchos programas di-

    rigidos a la misma audiencia general son similares tanto en apariencia como por

    su atractivo (La Televisin en la Sociedad. 1986)Hasta ac un pantallazo general de la estructura televisiva y de cmo ella incide

    en las relaciones sociales determinadas cada vez ms por las mediatizaciones pro-ducto de la preponderancia de los medios de informacin. A esta caracterstica pro-pia de fines del siglo XX el filsofo francs Guy Ernest Debord ya la defina en1967 bajo el concepto de sociedad del espectculo, intelectual para quien las re-laciones sociales dejan de ser mediatizadas por cosas y sustituidas cada vez mspor las imgenes: todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido enuna mera representacin. Esta condicin, en que la vida real es suplantada por laimagen es para Debord el momento histrico en el cual la mercanca completa sucolonizacin de la vida social.

    Gastn

    LA CAJA BOBA?

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    Contra el mercado: hacia una economa de lo concreto.

    Desde el inicio de la crisis financiera que actualmente sacude a gran parte del mun-do desarrollado, algunos polticos nacionalistas y populistas democrticos han pues-to en boga la contraposicin entre la economa real de la produccin y la falsaeconoma de la especulacin y la burbuja financiera. Segn este razonamiento,existira un capitalismo aceptable que estara relacionado con la produccin de bie-nes y servicios, y otro inaceptable (o de dudosa calidad moral) vinculado a la espe-culacin financiera, las hipotecas subprime o los mecanismos bancarios genera-dores del crdito y creadores del dinero. Esta falsa dicotoma -tan cara a la nuevaizquierda latinoamericana y a los adeptos al Socialismo del Siglo XXI- escondela relacin complementaria entre el sistema financiero y el complejo industrial,adems de consagrar al aparato productivo como un sinnimo de virtud y laboriosi-dad, sin tener en cuenta la cruda realidad de la explotacin del trabajador, la desi-gualdad en los ingresos, la imposicin del trabajo asalariado como nica forma ad-misible para el obrero (amenazado por el fantasma de la desocupacin), la destruc-cin del medio ambiente, la produccin para una sociedad consumista y que no tie-ne en consideracin las necesidades de los verdaderos productores (los trabajadores,no los empresarios).

    El capitalismo ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios histricos. Desde losinicios de la economa liberal que se origin en la Inglaterra del siglo XVIII, pasan-

    do por la expansin imperialista hacia los mercados perifricos, la cada delpatrnoro y la crisis financiera de los aos 30, el surgimiento del Estado de Bienestarensus diversas formas laNEPsovitica, elNew Dealkeynesiano, el auge del fascis-mo o el peronismo-, la adopcin delpatrn dlar, el retorno del neoliberalismo re-aganiano, hasta la cada del mundo sovitico y la globalizacin capitalista, con pre-ponderancia de los organismos financieros por sobre el aparato productivo. En todaesta historia econmica moderna hay un elemento preponderante -junto a la propie-dad privada y el trabajo asalariado, y no menos importante que estos- cuya denomi-nacin se ha convertido en sinnimo de capitalismo: economa de mercado.

    La economa de mercado es una condicin sin la cual el capitalismo no podra exis-tir. Segn los economistas clsicos, fundadores del liberalismo, en un mercado libre-es decir, sin intervencin externa (estatal o gubernamental)- los precios de las mer-caderas se establecen segn las leyes de la oferta y la demanda: cuando aumenta lademanda, aumentan los precios, y cuando disminuye la demanda, se reducen los pre-

    cios. El mercado segn esta teora, tendera a la autorregulacin, metaforizada con laimagen de la mano invisible. En contraposicin a la teora liberal, los discpulos deJohn Maynard Keynes sostienen que el mercado debe ser regulado e intervenido es-tatalmente, segn la planificacin econmica gubernamental, aceptando un mercadoregulado externamente. Este sistema de mercado con planificacin e intervencinministerial es el sistema ms difundido, y el que ha desarrollado ms variantes a lolargo de la historia, adoptando la forma de peronismo, eurocomunismo, chavismo,laborismo, etc., segn el caso histrico. Esta variante camalenica defensora delmercado social hoy seala con el dedo al neoliberalismo, acusndolo de todos losmales del capitalismo, como si ambas variantes no conformaran un sistema dual quese alterna en los ministerios de economa del mundo.

    Desde la crtica anarquista no se ha tenido una posicin uniforme con respecto almercado. Los anarco-comunistas de todas las variantes y los anarcosindicalistas engeneral, han rechazado vigorosamente al mercado como una herramienta vlida pa-ra el funcionamiento econmico del comunismo libertario. En cambio, los mutualis-tas de Benjamn Tucker especialmente -aunque tambin algunos aspectos de la teoramutualista proudhoniana- han conservado al mercado como el espacio virtual dondese realizan los intercambios econmicos. Lo que eliminan los mutualistas es el be-neficio o el fin de lucro, respetando el derecho de cada uno al producto de su tra-bajo. Consideran que en un mercado verdaderamente libre -sin un gobierno que in-tervenga - la competencia eliminar los monopolios. Proponen entonces un sistemade crdito libre que otorgara dinero a quien lo necesite para emplearlo en la pro-duccin, que proporciona a cada uno la oportunidad de recibir dinero prestado sin in-ters, tendera a igualar los ingresos y a reducir las ganancias a un mnimo, y elimi-nara de ese modo la riqueza lo mismo que la pobreza. Crdito libre y libre compe-tencia en un mercado abierto, dicen ellos, tendrn como resultado la igualdad econ-mica, mientras que la abolicin del gobierno asegurara la libertad igual. (El ABCdel comunismo libertario, Alexander Berkman).

    Esta idea ha sido impugnada principalmente por Kropotkin, que vea la economa co-

    mo una red de intercambio libre de bienes y servicios basada en principios soli-darios, que eliminara el fin de lucro y establecera un intercambio solidario. Elvalor del trabajo es imposible de calcular, ya que intervienen una multiplicidad deelementos que hacen imposible una asignacin en cifras. Esto diferencia al comu-nismo anarquista del marxismo, que habla de tiempo de trabajo socialmente nece-sario. El valor trabajo aunque en verdad es inconmensurable, no obstante puede

    ponrsele precio, que estar sujeto a las variaciones de la oferta y la demanda.Como lo sintetiza Berkman, en su obra clsica: El intercambio de mercancas me-diante los precios conduce a la realizacin de ganancias, a aprovecharse y a la ex-plotacin; en una palabra, conduce a alguna forma de capitalismo. Si suprimes lasganancias, no puedes tener ningn sistema de precios ni sistema alguno de salarioso pago. Eso significa que el intercambio tiene que ser de acuerdo con el valor. Perocomo el valor es incierto o no averiguable, el intercambio debe, consecuentemente,ser libre, sin un valor igual, puesto que algo as no existe. En otras palabras, el tra-bajo y sus productos tienen que ser intercambiados sin precio, sin ganancia, libre-mente, de acuerdo con la necesidad. Esto conduce lgicamente a la propiedad encomn y al uso colectivo (El ABC del comunismo libertario, Alexander Berkman).

    Si bien desde fines del siglo XIX hasta entrado el XX la produccin terica anar-quista alcanz su apogeo, lamentablemente, el retroceso mundial del anarquismo ydel movimiento obrero a partir de 1930, produjo un hiato terico en el anlisiseconmico-social del movimiento anarquista. La economa mundial, junto al Estadoy las sociedades humanas, han tenido dinmicos cambios y evoluciones que no siem-pre han sido analizados adecuadamente por los pensadores anarquistas, a veces a lasaga de las modas intelectuales que imponan los estudiosos marxistas. Hoy se estnhaciendo intentos por superar esta carencia, retomando la senda de la investigacin

    social y econmica, a fin de proporcionar elementos de anlisis para la accin, yapuntar a la construccin de una sociedad libre en todos los aspectos sociales, econ-micos y culturales. Estas iniciativas dismiles se reflejan en trabajos de economistascomo Abraham Guilln, Michael Albert con su propuesta del Parecon, en la creacinde centros de estudios como elInstituto de Ciencias Econmicas y de la Autogestin(ICEA) o el Centre dEstudis Llibertaris Francesc Sbat, por solo nombrar algu-nos ejemplos.

    Con objeto de avanzar en esa direccin, intentaremos indagar en el pensamiento delbrillante economista hngaro Karl Polanyi (1886-1964). De ideas socialistas de-mocrticas, aunque no marxista, el pensamiento de Polanyi es sumamente original.Lejos de aceptar sus ideas polticas, no vinculadas al pensamiento anarquista, toma-remos algunos aspectos de su pensamiento econmico compatibles con el anarquis-mo: su crtica a la sociedad de mercado (formuladas en su obra de 1944, La GranTransformacin); su propuesta de economa incrustada en la sociedad, y no sepa-

    rada de ella, como es la sociedad de mercado capitalista; la categorizacin del pro-ceso econmico en base a los conceptos de reciprocidad, redistribucin e intercam-bio. Polanyi es considerado el fundador de la disciplina Antropologa Econmica,que se especializa en el estudio de las sociedades primitivas y las sociedades et-nogrficas.

    Karl Polanyi y la economa de mercado

    El mercado segn los economistas liberales- no puede ser afectado ni debe ser in-fluido por las otras instituciones de la sociedad, las cuales debern permanecer almargen, sin intervenir. Estos economistas clsicos han impuesto la idea de que laeconoma de mercado es producto de una tendencia natural del hombre al intercam-bio que denominan presuntuosamente como homo economicus- y cuyo punto msalto de racionalidad es la economa de mercado. All los agentes individuales ac-tuaran buscando maximizar sus beneficios dentro de las leyes de la oferta y la de-

    manda. El comportamiento econmico sera consecuencia de una propensin uni-versal y natural del ser humano al comercio, es decir, a comportarse segn la racio-nalidad capitalista.

    Contrariamente a esta idea, en su obra La Gran Transformacin, Polanyi sostieneque el capitalismo subordina todas las dimensiones humanas al aspecto econmico,organizando las actividades productivas y distributivas en un sistema de mercadoque controla la economa. As, la economa de mercado no es la forma econmicanatural, ni la consecuencia de ninguna tendencia universal de los seres humanos alcomercio. La economa de mercado sera un producto histrico moderno del Occi-dente europeo, surgido a mediados del siglo XVIII. El mercado se abalanz sobre laeconoma y se apoder de ella, convirtindose en la nica expresin de la economaoccidental. El mercado se impuso como modelo econmico concomitantemente alsurgimiento de los Estados nacionales, y a la expansin imperialista europea. SegnPolanyi: El laissezfaire no tena nada de natural;...el propio laissezfaire fue im-puesto por el Estado... el laissez-faire no era un cometido para el logro de algo, sino

    lo logrado() A esta paradoja se sum otra; mientras que la economa del laissez-faire era el producto de una accin estatal deliberada, las restricciones subsecuentesal laissez-faire se iniciaron en forma espontnea. El propio liberalismo, que de-fenda el mercado autorregulado, era un producto de la planificacin estatal. Loseconomistas liberales nunca dejaron de pedir la intervencin estatal para contrarre-tar la legislacin sindical y las leyes antimonoplicas.

    4 SE P TI E MBR E ~ O CTU BR E 2010

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    Para Polanyi, la economa de mercado y el estado-nacin no son instituciones se-paradas, sino que constituyen la sociedad de mercado. El estado moderno se de-sarroll conjuntamente con las economas de mercado y ambos han evolucionadocomplementariamente. El Estado transform la sociedad y destruy a las comuni-dades campesinas y la sociedad tradicional a fin de instaurar una economa capita-lista competitiva. Por primera vez en la Historia la economa se separaba de la so-ciedad, y sta quedaba en una posicin subordinada a la primera. Todo se habaconvertido en mercadera: el trabajo, la tierra, los alimentos, las herramientas, el di-nero, etc. El Hombre y la Naturaleza haban quedado a merced de las leyes de laoferta y la demanda, sacrificados en el altar del mercado. El fracaso de la economa

    liberal sumi al mundo en una crisis sin precedentes en la dcada de 1930, y la sa-lida fue el intervencionismo estatal. El proteccionismo social fue una reaccin a ladesintegracin social generada por el mercado libre. La gran transformacin -lamercantilizacin absoluta de la propia sociedad- dio lugar a la dislocacin socialmasiva, y a movimientos espontneos de la sociedad para intentar protegerse. Eneste contexto se pueden comprender mejor las adhesiones de los obreros a los go-biernos populistas, fascistas-corporativistas, socialistas, nacionalistas y estalinis-tas, debido a que el Estado apareci frente a sus ojos ya no como el instrumento degobierno y represin de la clase dominante, sino como el defensor de los interesespopulares, como la encarnacin de la comunidad. Ya conocemos actualmente lasconsecuencias de la intromisin del Estado en los asuntos de la comunidad, algoque Polanyi nunca percibi cabalmente.

    La polmica con la economa formalista

    El principal aporte de Polanyi a las ciencias sociales ha sido la contundencia conque desbarat el credo de los economistas en los principios universales de la racio-nalidad econmica y en una teora general de lo econmico. Segn postulaba el sa-ber convencional, la economa es la ciencia que estudia el comportamiento huma-no como una relacin entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos. Es-ta definicin es lo que se denomina el paradigma formalista: el significado de loeconmico es una relacin derivada del carcter lgico de la relacin medios-fines,en referencia a la posibilidad de eleccin racional de los individuos entre los dis-tintos usos de los medios insuficientes (escasos). La calidad de lo econmico im-plicara un comportamiento universal de la especie humana, tendiente a la maxi-mizacin de algn fin deseado (Robbins Burling, Teoras de maximizacin y el es-tudio de la antropologa econmica). En la sociedad de mercado este comporta-miento est orientado a la obtencin del mximo lucro, es decir, los agentes indi-viduales hacen sus elecciones maximizando sus ganancias segn las leyes de laoferta y la demanda. En eso reside toda la racionalidad del pensamiento econmi-co. En verdad, el paradigma formalista basado en los autores liberales de la eco-

    noma clsica es una transpolacin a todas las sociedades humanas del comporta-miento ideal de los agentes econmicos en un sistema de mercado formador de pre-cios.

    Todo el edificio de la economa moderna se basa en estos principios. El propioconcepto de economa aparece separado de la nocin de sociedad, como dos enti-dades perfectamente separadas. En este modelo, la economa ocupa un lugar cen-tral y determinante para con el resto de las prcticas sociales y culturales. Estaidea reduccionista de la centralidad de la economa sobre el cuerpo social fue unlegado que el marxismo recibi del liberalismo, proyectando sobre la historia so-cial el determinismo econmico. Polanyi fue crtico de Marx y sus seguidores eneste punto: las relaciones sociales no pueden ser subsumidas bajo las relacionesde produccin. Con gran claridad Fernando Alvarez-Ura y Julia Vrela puntuali-zaron la reprobacin de Polanyi al paradigma formalista: La crtica de la racio-nalidad econmica, el cuestionamiento de un corpus tcnico-cientfico de carcter

    formal y universalizante que pretende convertirse en la ltima ratio, es decir, enrazn fundante de la produccin y de los intercambios, constituye un punto departida para evitar que las polticas sociales se vean supeditadas a los tecncratasquienes, al divinizar los parmetros econmicos, se convierten en los sumos sa-cerdotes del orden social. La tan manida retrica sobre la recuperacin de exce-dentes, el crecimiento de la economa, e incluso el milagro econmico o lamodernizacin, funciona como una cscara vaca cuando se la desvincula de laspoblaciones directamente concernidas y del modo como los distintos grupos so-ciales se ven afectados por esos parmetros macroeconmicos (Prlogo aLaGran Transformacin, de Polanyi)

    Polanyi, un estudioso de las sociedades etnogrficas, demostr que las motivacio-nes de lucro no son las que mueven al hombre a producir, y que tampoco se co-rresponden con un comportamiento universal de la especie. Por otro lado, en lasociedad capitalista, el mercado tiende a eliminar la decisin humana, reem-plazndola por los mecanismos de leyes de oferta y demanda. As, el supuestocomportamiento econmico racional de los individuos, en realidad sera unaficcin alejada de la realidad. Ya en la dcada de 1920, el etnlogo britnico Bro-nislaw Malinowski haba cuestionado la universalidad del homo economicus delos economistas clsicos, mientras que su contemporneo francs Marcel Maussen las su influyente obraEnsayo sobre el don sugera que no est todava todo

    clasificado en trminos de compra y venta. Las cosas tienen un valor sentimentaladems de su valor venal, si hubiera valores que se pudieran clasificar solo comode este tipo. Tenemos otras morales, adems de la del mercader (Mauss, Ensayosobre el don). Fuera de los parmetros del mercado formador de precios, el para-digma liberal pierde toda su relevancia para el anlisis econmico.

    Frente a este modelo, Polanyi va a proponer un paradigma sustantivo: el signi-ficado sustantivo de lo econmico deriva de la dependencia del hombre, para susubsistencia, de la naturaleza y de sus semejantes. Se refiere al intercambio con elmedio ambiente natural y social, en la medida en que este intercambio tiene como

    resultado proporcionarle medios para su necesaria satisfaccin material (Polanyi,El sustento del hombre).

    Lo importante pasa a ser lo concreto, lo real, la interaccin humana con su medioambiente para la satisfaccin de las necesidades materiales. La economa es unproceso institucionalizado: los movimientos de produccin, distribucin y apro-piacin de los bienes y servicios se encuentran atravesados por valores culturalesincrustados en instituciones no econmicas. La economa aparece como un entra-mado de relaciones, una red que atraviesa a toda la sociedad y no es por completoseparable de la sociedad que le da sentido. Esta concepcin es perfectamente com-patible con el ideal expresado por Kropotkin que representaba a la sociedad comouna red entretejida, compuesta de una infinita variedad de grupos y federacionesde todos los tamaos y grados, locales, regionales, nacionales e internacionales,temporales o ms o menos permanentes, para todos los objetivos posibles: produc-cin, consumo e intercambio, comunicaciones, servicios sanitarios, proteccin mu-

    tua, defensa del territorio, etc.; y, por otra parte para la satisfaccin de un nmerocreciente de necesidades cientficas, artsticas, literarias y de relacin social(Anarquismo, artculo para la Enciclopedia Britnica; enFolletos Revoluciona-rios).

    Ms an, la definicin de economa que propugnaba Kropotkin, es una anticipa-cin del punto de vista de Karl Polanyi. Todo el enfoque y la investigacin del grananarquista ruso trazada en Campos, Fbricas y Talleres, podra situarse dentro delparadigma sustantivista. Tambin Kropotkin criticaba los enfoques de los econo-mistas clsicos a los que considerabaprecientficos- centrados en las variacionesde precios, la renta, los intereses del capital, etc. Asimismo, define a la economacomo una ciencia dedicada el estudio de las necesidades de los hombres, y de losmedios de satisfacerlas con la menor perdida de energa, esto es, en una especie defisiologa de la sociedad. Pocos economistas, sin embargo, han reconocido hastaahora que este es el dominio propio de la economa, tratando de considerar a suciencia bajo este aspecto. El punto fundamental de la economa social, esto es, laeconoma de la energa necesaria para la satisfaccin de las necesidades humanas,es, por consiguiente, lo ltimo que uno debe esperar hallar tratado en forma con-creta en obras de economa. Ambos autores intuyeron que el conocimiento de lassociedades primitivas posibilitaba un contraste con la sociedad capitalista del cualse podran obtener enseanzas para una recomposicin de la sociedad en trminosde igualdad y libertad, en armona con el medio ambiente ecolgico.

    La idea kropotkiniana de la economa y la sociedad como imbricadas en una red deintercambios libres y recprocos, tiene una fuerte impronta etnogrfica -al igual quela obra de Polanyi- debido a que el ruso gegrafo de profesin- bas los resulta-dos de su obraLa ayuda mutua, en sus investigaciones sobre la cooperacin en lassociedades primitivas. En este mismo punto, Polanyi profundizar estas intui-ciones y desarrollar un enfoque original, que se basar en tres formas de integra-cin econmica a las que contrastar entre s para comprender las formas histri-cas que tomaron las relaciones econmicas en las distintas culturas. Estas son la

    reciprocidad, la redistribucin y el intercambio. Las analizaremos no para apli-carlas al estudio de la sociedad primitiva, sino a fin de confrontarlas con las formasde organizacin propuestas histricamente por el anarquismo.

    Patrick Rosineri

    (Contina el prximo nmero)

    SE PT I EM BR E ~ O CT UBR E 2010 5

    Pueden visitar las pginas de los compaeros:El Surco (Publicacin anarquista de Chile)

    www.elsurco.netSociedad de Resistencia Mendoza

    www.socderesistenciamza.blogspot.com

    Le comentamos a los compaeros que el puesto de difusin delParque Centenario dejar de funcionar como punto de encuentro.Para comunicarse con el Grupo Editor se deber realizar a travs

    del correo electrnico momentaneamente.

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    6 SEPT IEMBRE ~ OCTUBRE 2010

    FUTURO MINADOLa fe en el crecimiento econmico ilimitado como so-

    lucin a los males sociales ha sido inherente al rgimen

    capitalista, pero no fue hasta los aos cincuenta del si-

    glo pasado cuando dicha fe, bajo el nombre de desarro-

    llismo, se convirti en una poltica de Estado. A partir

    de entonces, la Razn de Estado fue principalmente

    Razn de Mercado () Pronto, el desarrollismo se ha

    convertido en una amenaza no slo para el medio am-

    biente y el territorio, sino para la vida de las personas,reducida ya a los imperativos laborales y consumistas.

    La alteracin de los ciclos geoqumicos, el envenena-

    miento del entorno, la disolucin de los ecosistemas, po-

    nen literalmente en peligro la continuidad de la especie

    humana. La relacin entre la sociedad urbana y el en-

    torno suburbializado ha sido cada vez ms crtica, pues

    la urbanizacin generalizada del mundo conlleva su ba-

    nalizacin destructiva no menos generalizada: uniformi-

    zacin del territorio mediante su fcil accesibilidad;

    destruccin territorial por la contaminacin y el ladri-

    llo; ruina de sus habitantes por inmersin en un nuevo

    medio artificializado, sucio y hostil. El desarrollismo, al

    valorizar el territorio y la vida, era inherente a la de-

    gradacin del medio natural y la descomposicin social,

    pero, a partir del momento en que

    cualquier forma de crecer devino fun-damentalmente una forma de destruir,

    la destruccin misma lleg a ser un

    factor econmico nuevo y se convirti

    en condicin sine qua non ()

    Las lneas que preceden son el hiloargumental de la crtica que MiguelAmors en el texto Nosotros, losantidesarrollistas lleva a cabo delas nuevas formas que tom el capita-lismo como tal desde la dcada de1950 en adelante. Bsicamente, laidea de este autor puede incluirse den-tro de lo que comnmente se denomi-na como antiindustrialismo o anti-

    progresismo. Dicho compendio deideas descansa en argumentos que ha-cen hincapi en: un rechazo radicalde la idea de progreso a cualquiercosto, una crtica a los conceptos demodernidad/modernismo, un posi-cionamiento en contra de la fetichi-zacin de la tecnologa como accin liberadora y, porende, una crtica a la posibilidad de una tcnica to-talmente neutral. stos son los lineamientos generalessobre los que se estructura la crtica del autor respecto alo que considera como desarrollismo, y a partir deellos intentar darle forma a las intenciones de este es-crito.

    La poltica de privatizaciones iniciada en la dcada de1990 en Argentina habilit un nuevo marco jurdico a las

    empresas, sobretodo a aquellas vinculadas al sector mi-nero de capitales trasnacionales al permitir que stas co-participen junto al estado argentino en las directrices delsistema productivo. No slo se abri el juego a las in-versiones, tambin se habilit y legaliz la investigaciny explotacin de los recursos naturales. De esta manera,al clsico modelo agro exportador que caracteriz du-rante dcadas a la economa Argentina se le agreg elmodelo vinculado a la exploracin y extraccin minera.En el perodo que va desde 1990 hasta el 2000 la inver-sin en el sector minero fue de un aumento del 90% a ni-vel mundial, mientras que en Sudamrica alcanz el

    400%1. Crecimiento exponencial al servicio del capital,otorgado, ratificado y fortalecido por el estado argentino,sus instituciones y leyes con el fin de permitir la rapiay acumulacin de las trasnacionales mineras.

    Ahora bien, cuando hablamos de minera no nos refe-rimos a las formas tradicionales de extraccin excavan-do galeras subterrneas, sino que hacemos mencin a laconocida como minera a cielo abierto, modalidad uti-lizada a lo largo de los 5 mil kilmetros de pre cordille-ra y cordillera, desde Jujuy a Santa Cruz. Esta nueva for-

    ma de extraccin de minerales por sus consecuencias in-mediatas sobre los ecosistemas, encaja perfectamente enla crtica antidesarrollista de Amors, sobre todo en loconcerniente al fetichismo de la tecnologa y la tcnicaal servicio del progreso capitalista.Una breve descripcin

    La minera a cielo abierto se diferencia de la mineratradicional no slo por la forma en que extrae los mine-

    rales de la montaa, sino porque sta implica niveles ma-yores de destruccin del medio ambiente y un uso des-medido de recursos, entre ellos el agua. La relacinasimtrica e invasiva que establece con los ecosistemasse debe a que esta forma de extraccin se lleva a cabo di-namitando la roca superficial, hasta reducir la montaa a

    pequeas dimensiones, agotando el suelo hasta dejarloinutilizable. La minera a cielo abierto utiliza de maneraintensiva, importantes cantidades de cianuro afectando ycontaminando las aguas freticas o subterrneas. De es-ta forma, este tipo de extraccin repercute directamentesobre las formas de desarrollo autctono (agricultura,

    pastoreo, cra de animales), no slo por la contaminacindel agua sino tambin por su uso excesivo.

    De esta manera, la mega minera se contrapone nega-

    tivamente a las formas tradicionales de relacin hom-bre/naturaleza basados en el respeto de los ciclos natura-les. Por el contrario, este nuevo modelo minero altera yagota los recursos persiguiendo el fin nico del mayor

    beneficio al menor costo posible y las consecuencias dela implantacin de esta metodologa depredadora ya

    pueden verse a lo largo de la cordillera.Radiografa Minera

    La constitucin de este modelo productivo es relativa-

    mente nuevo en Argentina ya que data desde principiosde la dcada de 1990 cuando los grupos trasnacionalescomienzan a ganar terreno en el andamiaje econmico.Como qued explicitado en lneas precedentes esta si-tuacin fue causa directa de las privatizaciones compul-sivas durante el menemismo, al permitirle a los gruposeconmicos ir monopolizando poco a poco sectores cla-ves de la economa como por ejemplo, el sector ganade-ro, pesquero, petrolero y por ltimo, el minero.

    A diferencia de pases mineros por excelencia comoChile, Bolivia o Per, la Argentina no tiene un pasadocaracterizado por la preponderancia de este sector. Sinembargo, en la actualidad ocupa el sexto puesto en elmundo en cuanto a su potencial minero, y los informesconsignan que el 75% de las reas atractivas para la mi-

    nera todava no han sido sometidas a prospeccin.2

    La minera a cielo abierto en fase de exploracin o deextraccin confirmada est presente en 12 provincias yes por ello que el suelo argentino es la cenicienta de em-

    presas de Estados Unidos, Canad, Japn y Australia pordos motivos claves. El primero por el potencial recursovirgen, y segundo, por que las empresas en sus pases de

    origen encuentran trabas por el marco jurdico que pro-tege a la naturaleza y sus recursos. Proteccin que no en-cuentran en Argentina lo que posibilita que puedan ins-talarse, presentar proyectos y coparticipar con las pro-vincias en la exploracin y extraccin de metales.

    La mega minera, en fase de exploracin o ya en ins-tancias de extraccin, se encuentra presente en, porejemplo, Andalgal (Catamarca) con el nombre de Mi-

    nera La Alumbrera y en Antofagasta de La Sierra (Salardel hombre muerto); En San Juan (Veladero, Pascua La-ma y Pachn); Chubut (Navidad, El Desquite); Ro Ne-gro (Calcatreu); Neuqun (Andacollo); Jujuy (Pirquitas,Minera Aguilar); Mendoza (San Jorge), Santa Cruz (Ce-rro Vanguardia, Manantial Espejo y San Jos HuevosVerdes) y La Rioja (Famatina), por nombrar algunasdonde la controversia y el rechazo social comienza a vi-sualizarse.Resistencias: el oro es un lujo intil. Y sin agua nohay vida

    La minera es una actividad meramente extractiva

    con mltiples consecuencias, tanto a escala econmica

    como ecolgica, social y cultural. Es un hecho compro-

    bado que las regiones mineras del mundo son publicita-

    das inicialmente como regiones ricas y lle-

    nas de oportunidades, pero terminan sien-do las ms pobres, afirma un comunicadode la Asamblea de Vecinos Autoconvoca-

    dos de Ro Negro3.A medida que se iban instalando estos

    mega proyectos mineros fueron aparecien-do, primero tmida y aisladamente uno deotros, pequeos focos de resistencia con elobjetivo de concienciar al resto de la pobla-cin afectada directamente, pero ajena a lalucha en s. Estos grupos bsicamente devecinos autoconvocados, fueron ganandoterreno y experiencia, y pese a que los me-dios de informacin, por desidia o compli-cidad no hablaban de lo que estaba suce-diendo, poco a poco empezaron a conectar-

    se hasta nuclearse muchos de ellos en laUnin de Asambleas Ciudadanas (UAC),creada en 2006 y posicionada hoy da comoterritorios de fuerte resistencia a la megaminera.Uno de los casos pioneros de lucha contrala minera a cielo abierto fue el protagoni-

    zado por la poblacin de Esquel en Chubut contra la mi-nera canadiense Meridian Gold en marzo de 2003, y queculmin en un plebiscito donde el 80% de la poblacinle dijo no a la mina. Este caso emblemtico, conocidocomo efecto Esquel, tuvo un arrastre multiplicador so-

    bre otras poblaciones con los mismos problemas socio-ambientales. A diferencia de otros pases donde las re-sistencias provienen de los pueblos campesinos y origi-narios, en Argentina la particularidad est dada en la si-

    tuacin de que son asambleas de contenido multisecto-rial localizadas en pequeas ciudades las que levantan la

    bandera de la lucha, y pese a que cada vez es ms noto-ria la presencia de militantes ambientalistas y ecologis-tas, la resistencia al proyecto minero lo componen los

    pobladores que ven amenazado sus formas de vida.Como Bien destaca Maristella Svampa en el libro Mi-

    nera transnacional, narrativas del desarrollo y resis-tencias sociales, los nuevos movimientos contra la mi-nera a cielo abierto son conscientes de que han sido

    arrojados a un campo de difcil disputa y de posiciones

    claramente asimtricas, en el cual los adversarios van

    consolidando cada vez ms una densa trama articulada,

    con efectos multiplicadores y complejos, en pos de la le-

    gitimacin del modelo minero. As, el correlato del dis-

    positivo hegemnico, puesto al servicio de un modelo de

    desarrollo, va desde el avasallamiento del territorio, ladestruccin de patrimonios arqueolgicos, la instala-

    cin de explotaciones en zonas protegidas, hasta las ms

    diversas estrategias de disciplinamiento y negacin de

    consultas populares.

    (contina en la pgina 7)

  • 8/2/2019 Libertad N 56

    7/8

    SE PT I EM BR E ~ O CT UBR E 2010 7

    Segn estadsticas oficiales de la Coordinadora contra la represin policial e ins-titucional (Correpi), desde el 2003 hasta la fecha se han registrado en Argentina1320 casos del denominado gatillo fcil (Hay algn gatillo difcil de apretar pa-ra la polica del estado argentino?). Lo escalofriante de esta cifra es que no englo-ba a las personas en situacin de desaparecidas por el accionar de las fuerzas re-presivas, de las cules no se tiene ninguna informacin precisa, slo la confirma-cin de que el aparato policial est detrs de todo este andamiaje de violencia ins-titucional y de que se trata de pobres de los barrios perifricos, asentamientos y vi-llas.

    El asesinato de Diego Bonefoi en Bariloche, y las de Nicols Carrasco y SergioCrdenas luego de la represin ante la pue-blada espontnea de los habitantes del ElAlto barilochense, una suerte de ghetto adonde centenares de familias han sido co-rridas para no opacar el encanto tursticode la Suiza Argentina, debe incluirse comouna de las ltimas manifestaciones de re- presin y muerte en manos de las fuerzaspoliciales argentinas.

    Durante das enteros los noticieros televi-sivos, las radios y diarios con tirada nacio-nal se encargaron de realizar innumerables

    hiptesis para entender el porqu de estehecho puntual. Los periodistas presentarondiferentes anlisis sociolgicos a travs deexpertos sociales sobre lo que denomina-ron la explosin social en Bariloche. To-dos, sin excepcin, se ocuparon del tema.Pero ninguno de ellos al indagar el proble-ma parti de la premisa bsica de que a ca-da consecuencia en la realidad, la generauna causa social; a cada accin una res-puesta. De esta manera, si se pretende conocer el porqu de estos hechos inevita-blemente debe conocerse el contexto.

    Segn el censo poblacional de 2001 vivan en Bariloche 93000 personas. Ha-ciendo una proyeccin en base al crecimiento demogrfico, se estima que actual-mente viven en la ciudad cerca de 130000 habitantes. De ese nmero, slo el 44%est efectivamente en actividad, por consiguiente, el 56% es pasivo. En cuanto a las

    tasas de desempleo y subempleo los nmeros tambin son altos: 9,11% y 10,13%respectivamente, lo que juntos arrojan un ndice de 20%.

    Estos nmeros1 se agudizan si se tiene en cuenta que entre 2005 y 2009 los pre-cios minoristas aumentaron 140%, un 30% ms que en el Gran Buenos Aires. EnSan Carlos de Bariloche una familia con ingresos menores a $1400 por mes debeser considerada indigente para las estadsticas oficiales, y si no llegaba a $3000 co-mo pobre. (Particular forma de segmentar la pobreza para los popes econmicos.No slo hacia arriba las diferencias de clases son generadoras de estatus, sino quehacia abajo se pretende hacer lo mismo, creando la falsa idea de que se puede es-tar mejor, slo es cuestin de proponrselo. Pero volvamos a los nmeros, que nopor eso dejan de ser un reflejo de lo que muchos viven). Teniendo en cuenta esteparmetro de medicin, 7400 hogares se encuentran bajo la lnea de pobreza, sien-do 2600 hogares indigentes. O sea, el 32% de los hogares en Bariloche son pobres.A ello hay que sumarle que cerca del 35% de las familias estn afectadas por el d-ficit habitacional.

    Altos y bajos: ciudad europeizada, ghettos argentinizados

    En el imaginario social Bariloche est asociada a la idea de ser una ciudad prs-pera y pujante gracias al turismo que saca rditos de sus hermosos lagos y vegeta-

    ciones en los meses de calor, y de la nieve y sus centros de sky en invierno. Desdehace dcadas esta imagen idlica de la ciudad viene siendo sostenida desde las es-feras del poder, los medios de informacin y por aquellos con intereses directos enla zona. Sin embargo, esta imagen engaosa de la que descaradamente han dado enllamar la Suiza Argentina, oculta la realidad de explotacin, miseria y violenciaque viven cotidianamente miles de personas.

    La fragmentacin social es tal que los sectores que se autodenominan el centroy los kilmetros se vanaglorian del supuesto empuje y progresismo econmicoque le otorgan a la ciudad, culpando a los otros, los ocultos, los que deben ser in-visibilizados, de todos los males habidos y por haber. Es tal la fragmentacin que

    estos estereotipos en el imaginario socialtienen su correlato en la geografa de Ba-riloche.

    Mientras unos constituyen sus barrioscon arquitectura y aires europeos en lazona noroeste de la ciudad, lindante al la-go Nahuel Huapi; los otros han sido des-plazados o como cnicamente se sostienedesde el poder, relocalizados en las zonasaltas del sur sobre la ruta 40 camino a ElBolsn, alejadas del casco urbano.

    El Alto es, por consiguiente, la parte de

    Bariloche que debe ser ocultada, negada,invisibilizada para no entorpecer el pro-greso de los habitantes honrados delcasco urbano. Ser por eso que los ma-pas que se reparten en las oficinas de tu-rismo omiten este sector de Bariloche?

    Sin embargo, como bien sostienen Ge-rardo Wilgenhoff y Mariana vila en lainvestigacin Detrs de la blanca nie-ve. El Bariloche que no se ve: Resul-

    tara absurdo, asimismo, adjudicar al Alto caractersticas homogneas, ya que

    en realidad existen importantes diferencias en cuanto al origen de su poblacin, de

    sus rasgos culturales, de su poder adquisitivo o de su situacin habitacional. La

    multiplicidad de barrios del Alto habla de su heterogeneidad: Arrayanes, Coo-

    perativa 258, Seis Manzanas, Frutillar, 400 Viviendas, San Ceferino, Nuestras

    Malvinas, Nahuel Hue. Sin embargo, hablamos siempre de asentamientos con vi-

    viendas inestables, hechas con madera, cartones y chapas, y cuyos rasgos carac-tersticos son el amontonamiento y la precariedad. Se trata sin dudas de barrios

    obreros.

    El Poder y sus muertos: Gatillo Fcil? Poltica de Estado!

    El jueves 16 de junio fue asesinado de un tiro en la cabeza el joven Diego Bone-foi de tan slo 15 aos, por un polica de la comisara 28 del barrio Boris Furmandel Alto. La excusa policial? La actitud sospechosa del joven.

    Las protestas y posteriores enfrentamientos entre los familiares y amigos con lapolica origin dos muertes ms: las de Matas Carrasco de 16 aos y la de SergioCrdenas de 29 aos.

    La solucin propuesta desde el Poder? El envo desde Ro Negro de la Brigadade Operaciones Rpidas y Antitumulto (BORA), la seccin policial encargada deapalear y detener menores en El Bolsn.

    Negligencia estatal? Errores humanos? Abuso de poder? Excesos? GatilloFcil?

    No! Poltica de Estado al servicio de sus ricos para seguir sosteniendo la raznsocial del capitalismo: la explotacin del hombre por el hombre.

    Gastn

    Bariloche y sus contrastesDe causas y efectos: ocultamientos por conveniencia

    (viene de la pgina 6)

    Cualquier artimaa es vlida para el Poder al momento de buscar los justificativospara legitimar sus acciones, y si no lo puede lograr por el camino de la persuasin tie-ne el sustento de la estructura jurdico-legal. Sino pensemos la cacera de brujas co-mo consecuencia de la crisis de 2001 cuando la judicializacin y criminalizacin dela protesta social encerr y proces a ms de cuatro mil personas, en su mayora pro-venientes del movimiento piquetero y militantes sociales (sindicalistas de base, ma-estros, empleados, etc).

    Respecto a la problemtica ambientalista desde las esferas del poder la receta pare-ce ser la misma ya que a excepcin del problema ambiental de Gualeguaychu contrala pastera Botnia sobre el ro Uruguay con fuerte presencia meditica, la norma sueleser el silenciamiento de las resistencias en primer lugar, y el aislamiento, persecuciny ahogo en una segunda instancia. De esta manera, podemos trazar un paralelismo en-tre la explosin social de 2001 con la actual situacin de rechazo a la mega minera.

    Paralelismo basado no en las causas, sino en las consecuencias que ambas situacionesoriginaron sobre quienes decidieron luchar contra el poder avasallador de turno: per-secucin y hostigamiento sobre los ms activos en las luchas en una primera instan-cia para dar paso despus al aislamiento y criminalizacin de la protesta social. Estaes y ser siempre la posicin del Poder, buscar romper la lgica de la atomizacin es-tatal-empresarial debe ser el horizonte a seguir.

    Gastn

    1

    Hacia una discusin sobre la mega minera a cielo abierto. Maristella Svam-pa y Mirta Antonelli2 Hacia una discusin sobre la mega minera a cielo abierto. Maristella Svampay Mirta Antonelli3 Las minas de la polmica: breve recorrido por los 17 emprendimientos mscontrovertidos de Argentina. www.lavaca.org

  • 8/2/2019 Libertad N 56

    8/8

    En este espacio nos abocaremos a informar sobre la situa-cin procesal, los hostigamientos judiciales y los encarce-lamientos de compaeros anarquistas en la lucha diariacontra el Estado y sus instituciones.

    * El Juicio contra los 11 de Lisboa (Portugal) termi-na con todos los acusados absueltos: En el da 14 de Ju-lio, en el 1 Juzgado Criminal de Lisboa, el juez ley el ve-redicto del juicio contra los 11 de Lisboa, detenidos du-rante la represin policial sobre la manifestacin anti-auto-ritaria contra el fascismo y el capitalismo de 25 de Abril de2007. Todos los acusados fueron absueltos, una vez que eljuez consider que no existan pruebas para condenarlos.*Proceso contra los Seis de Belgrado (Serbia): El jue-ves 16 de junio, los seis anarcosindicalistas serbios fueronabsueltos de todos los cargos despus de nueve meses deproceso judicial. Segn el juzgado de Gerasimovic no hayevidencias para apoyar la tesis judicial de Terrorismo In-ternacional, excusa que los mantuvo presos hasta el dadel juicio.*: Los Presos Polticos del Gobierno del Distrito Fede-

    ral (Mxico): Vctor Herrera Govea Abraham Lpez yAdrin Magdaleno Gonzlez, son tres jvenes anarquistas presos por sus actividades antiautoritarias en diferentesreclusorios de la Ciudad de Mxico.En favor de la excarcelacin de estos tres compaeros sedesarrolla una enrgica campaa a lo largo y ancho del te-rritorio mexicano. La solidaridad se ha hecho presente demltiples maneras: marchas, mtines, plantones e inconta-bles explosiones en bancos y otras dependencias del Esta-do han tenido lugar en solidaridad directa con los liberta-rios represaliados.Vctor Herrera Govea, se encuentra preso en el Recluso-rio Sur desde hace casi 10 meses, acusado de dao a pro-piedad ajena y robo en pandilla a una tienda de la ca-dena Oxxo, durante la manifestacin conmemorativa dela masacre de Tlatelolco, el pasado 2 de octubre.

    Abraham Lpez, fue arrestado el 15 de diciembre del2009, vinculado a una accin reivindicada por el Frente deLiberacin de la Tierra (FLT), donde fueron incendiadosvarios autos y saboteada una concesionaria de motocicle-tas.Adrin Magdaleno Gonzlez, est encarcelado en el Re-clusorio Norte, desde el 4 de Febrero de 2010, acusado deatentar contra la paz social y daos a propiedad priva-da. Fue detenido al detonar una bomba de gas butano den-tro de un vagn del metro (totalmente vaco) en la estacin-terminal Taxquea, al momento en que ste se trasladabaal rea donde pernoctan una vez concluidos los servicios.La bomba no logr su objetivo, sin embargo, se le endilgla explosin de otro artefacto en una sucursal bancaria dela cadena Banamex, reivindicado por un Grupo de Afini-dad Anarquista, el 25 de Septiembre del ao pasado en laDelegacin de Milpa Alta, de la Ciudad de Mxico.

    SECONS

    IGUEEN:

    G R U P O A N A R Q U I S T A L I B E R T A D

    correo electrnico: [email protected]

    CAPITAL FEDERALSalta y 15 de NoviembreBrasil 1142: entrada Est.Brasil 1110: kioscoBrasil 390: kioscoBolivar y MorenoBolivar 225: kioscoAv. de Mayo 575: kioscoCorrientes 1312: kioscoCorrientes 1587: kioscoCorrientes 1555:LiberarteCorrientes y Scalbrini OrtizCorrientes y Av. DorregoPueyrredn 91: kioscoH.Yirigoyen1784: kiosco

    Rivadavia 1779: kioscoRivadavia 3860: kioscoRivadavia y CampichueloPlaza Primera Junta: kioscoentrada al subteF. Lacroze 4169: kioscoGalera Comercial F. La-croze: kioscos de columna25Freire y EcheverraEcheverra 1685: kioscoConstituyentes 5516De los Constituyentes y Al-

    barellos: kioscoConstituyentes 6175

    Beragaa 2325: kiosco

    Nmeros anteriores en:Boyac 1301 esquina LuisViale. Despensa Boyac

    SubtesEst. Constitucin, subte C:kiosco andn centralEst. Av. de Mayo , subte C:kiosco andn RetiroEst. Lima, subte A: andn aPlaza de MayoEst. Diag. Norte, subte C:kiosco andn Retiro

    Est. Congreso: andn a Pri-mera JuntaEst. Miserere, subte A:kioscos de andenesEst. Primera Junta: kioscode andnEst. Alem, subte B: kioscoEst. Pueyrredn: kioscos deambos andenesEst. Bolivar, subte E: kios-co de andnEst. Carranza, subte D:kiosco andn a CatedralEst. Palermo: kioscoTrenes

    Est. Constitucin: hall cen-tral altura andn 11Est. Retiro, FC Mitre: en-trada andenes 4-5Est. Retiro, FC Belgrano:kiosco de andnEst. Retiro, FC San Martn:kiosco hall centralEst. Palermo: kiosco andna ChacaritaEst. Once: hall centralEst. Caballito: andn 1Est. Flores: kioscos de am-

    bos andenesEst. Chacarita: Corrientes yla vaEst. F. Lacroze, FC Urqui-za: kiosco andn 5Est. Pueyrredn: andn aRetiro: kioscoEst. Rivadavia: andn a aTigre, kiosco

    LA PLATADiag. 77 y Plaza Italia:

    El Aleph

    Calle 12 n 1244:El AlephCalle 7 e/ 59 y 60:Librerade la Campana

    Calle 6 e/48 y 49:El AlephEst. La Plata: kiosco salidaPlaza San Martn: Feria dedifucin Libertaria, juevesdesde 16 hs.

    LA MATANZAVilla Madero

    Est. Madero, andn Catn

    Laferrere

    Lpez May 3086 esq. Av.Luro: kiosco

    EZEIZAKiosco frente. Estacin:Andn a Retiro

    MORNEst. Haedo: andn centralEst. Morn: andn MorenoEst. Morn: andn OnceMORENOTimoteo Gordillo 1306: localdel UAZO

    HURLINGHAMEst. W. Morris: kiosco

    SAN MIGUELPlaza de San Miguel, esqui-na Mitre y Pern, domingosdesde 17 hs:puesto de pro-

    paganda anarquista.

    SAN MARTNEst. Migueletes, FC Mitre:andn RetiroEst. Malaver: andn RetiroEst. San Martn: a Retiro

    Jos Len SurezEst. Jos L. Surez:andn Retiro

    GRAL. PACHECORuta 197 esquina Mozart.KioscoDerqui 220. Los Troncosdel Talar

    MALVINASARGENTINASRuta 197 y vas de Est. Pa-

    blo Nogus: kioscoEst. Gran Bourg: vereda

    VICENTE LPEZEst. de Aristbulo del va-lle,andn a Villa Rosa.

    PILAREst. Pilar: andn a Retiro

    SAN ISIDROEst. Bolulogne, FC Belgra-no: andn Retiro

    SAN FERNANDOEst. Victoria: andn 3 a Ca-

    pilla del SeorEstacin Carup , Andn aRetiro

    TIGREEst. Tigre: andn RetiroKiosco de Diarios: Liniersy Pirovano

    ZRATEAv. Anta 27: kiosco

    CHASCOMSPuesto de DiariosMitre y Lastra

    MAR DEL PLATAAv. Edison y 12 de Octu-

    bre: kioscoAteneo Anarquista:Italia esq. Chacabuco

    NEUQUENPaseo de los artesanos deAvenida Argentina los do-mingos desde las 19 hs.

    ROSARIOBiblioteca "Alberto Ghiral-do"Sarmiento 1418

    BAHA BLANCASaavedra 113:Librera Rai-cesBrown 426:Librera KlasOhiggins 71, loc. 22:Del

    AngelSan Jun y 12 de Octubre,1: CEHumZelarrayan 584: kioscoVillarino y BeruttiDonado 373Fitz Roy y ChiclanaVieytes y Juan MolinaGrupo Anarquista Bahien-

    se:

    [email protected]

    SAN JUNPlaza 25, martes a partir delas 19:30 hs.Facultad de Ciencias Socia-les, Complejo Islas Malvi-nas, mircoles desde 17hs:

    puesto de propagandaanarquista .

    MENDOZA*puesto de libros de Km. 0(Garibaldi y S.Martn)*puesto de libros en Ala-meda (Alberdi y S.Martn)

    CHILESantiago de ChileA travs del grupo editorel Surco:elsurcoanarquista@g m a i l. c o m

    El PODER sembrando el terror en el alto valle-comunicado anarquista

    Como organizaciones integrantes del movi-miento anarquista de la regin con militancia pbli-ca, no podemos permanecer ajenos ante el circo me-ditico desatado a partir del suceso ocurrido en laciudad de Cipolletti en el que perdi la vida un tra-bajador municipal como consecuencia del estallido

    de una bomba.Damos a conocer nuestra posicin al respec-to y manifestamos que este hecho se utiliz desde unprincipio por los gobiernos, su sistema de represin ylos medios de comunicacin aliados con la finalidadde alarmar injustificadamente a la sociedad mediantela manipulacin meditica.

    Pretendieron victimizar a la polica, cuestio-nada y desprestigiada socialmente por sus asesinatosy su corrupcin para sacarla del ojo de la tormenta ycentrar la atencin de la opinin pblica en el su-puesto terrorismo.

    La estrategia del los gobiernos consiste encriminalizar la protesta social y desatar la persecu-cin de anarquistas y de todo militante, que no transecon los medios polticos que ofrece el sistema paracanalizar la rabia y descontento ante tanta opresin,explotacin e injusticia, obligndonos a invisibilizar-nos.

    Desde los discursos oficiales transmitidospor los medios de desinformacin de la reginestn realizando un montaje que tiene como nicofin desprestigiar a travs de acusaciones basadas soloen presunciones al movimiento anarquista, hacindo-lo aparecer ante la sociedad como terrorista.

    Esto no es ninguna novedad, a lo largo de lahistoria se ha utilizado el repetido clich de mostrar-nos a los anarquistas como antisociales y solitariostirabombas.

    Los anarquistas a lo largo de la historia ycomo parte del pueblo oprimido han recurrido y re-currirn a la violencia para repudiar y combatir estesistema, pero siempre en respuesta a la agresin y

    violencia del estado y su aparato represor.La finalidad del anarquismo no ser vanguar-dia, ni tomar el poder, por ningn medio, tampocosembrar el caos. La finalidad del anarquismo es unasociedad sin opresores ni oprimidos, organizada des-de la libertad y autonoma del ser humano basada enel apoyo mutuo, respeto, solidaridad y autogestin delos medios de produccin.

    Es bueno hacer un poco de memoria y noolvidar que dos partidos polticos como peronismo yradicalismo, han recurrido a lo largo de su historia ala violencia tomando las armas para asesinar oponen-tes polticos y sindicales, poniendo bombas y que-mando iglesias, diarios y bibliotecas, y al fraudeelectoral con la sola intencin de hacerse del poderpoltico del estado para seguir gobernarnando al pue-blo. Y ni hablar del estado nacin argentina que co-mo todo estado ha sido fundado en base a la guerra,exterminando a quienes originariamente ocupaban elterritorio.

    La persecucin mediante la criminalizacinque aqu se intenta aplicar, los compas anarquistas en$hile la vienen sufriendo desde hace varios aos, sonperseguidos y encarcelados, sus domicilios y CentrosSociales Okupados allanados. Lo mismo sucede alpueblo mapuche que no se somete aun al poder esta-tal. Se les juzga con la ley antiterrorista que fue im-pulsada desde EEUU y aprobada en nuestro pas porel popular gobierno K sin ningn tipo de debate. Estaes una ley demasiado general, que deja un gran mar-gen de arbitrariedad a los estados para acusar de te-rrorismo a cualquier organizacin; hasta Greenpeacepodra ser juzgada como terrorista mediante esta in-fame ley.

    Adems el intendente de Cipolletti hizo evi-dente parte de este plan oficial al anunciar pblica-mente la compra de cmaras de vigilancia, que segu-ro beneficiar con millones de pesos del pueblo aalgn empresario amigo.

    Todo este combo de miedo no es ms quela poltica utilizada por EEUU para instaurar un esta-do policaco que anula los derechos civiles, que cen-tra la opinin publica en temas tales con inseguridady ahora terrorismo y financiar con dinero pblicogastos de guerras en lugares geopolticamente es-tratgicos.

    Por todo lo expuesto, declaramos responsa-

    bles a las instituciones policiales de Ro Negro yNeuqun de los recientes asesinatos de Diego Bone-foi, Sergio Crdenas, Nicols Carrasco, y Jos Do-mingo Maciel y recordamos los nombres de algunasms de sus muchas vctimas como Teresa Rodrguez,Carlos Fuentealba, Otoo Uriarte, Sergio Avalos,Atahualpa Martnez, entre otros. Sepan que no espe-ramos ni creemos en la justicia de este sistema y to-dos los crmenes de la polica sern vindicados por elpueblo.

    Tambin hacemos responsables por la vida eintegridad fsica de todo compaero libertario, a todofuncionario y agente de gobierno, policial y a todoslos medios de desinformacin que hoy levantan ca-lumnias contra el movimiento anarquista y la protes-ta social.

    Nos declaramos enemigos de este sistema defalsa democracia, de explotacin, aparato polticoclientelar y de la mafia policial gerente de las redesde prostitucin y drogas.

    Por ltimo reconocemos todo medio de lu-cha contra este sistema opresor y explotador de todoser y saludamos y alentamos a tod@s l@s comp@sque se animan a enfrentarse a los verdugos del poder.Instamos al pueblo movilizado y en lucha a conti-nuar con la organizacin y la accin anticapitalista.

    Hacia la revolucin social!Mientras exista miseria habr rebelin!

    Axion NegraS.R.O.V. Sociedad De Resistencia de Oficios VariosNeuquen

    Anarquistas

    COMUNICADOSOLIDARIDAD!