letras que quiebran nÚmeros

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Es un libro cargado de letras que le hacen apología a la desaparición de las presunciones mezquinas en la sociedad.

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Page 1: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS
Page 2: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS
Page 3: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS
Page 4: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS

Aragón, Linda- 1995Letras que quiebran números / 2013Linda Aragón -Barranquilla

Editorial Genialillo

Literatura Colombiana

Todos los derechos de adaptación y de edición de la presente obra pertenecen en su totalidad a Editorial Genialillo. Se prohibe su reproducción total o parcialmente sin permiso expreso de la Editorial Genialillo.

“Las dedicatorias no son más que flechas cuyo trayecto prospera en una mirada cálida

y sonriente.”

Para todos los lectores, un saludo humano y fraternal.

Linda Aragón

Page 5: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS

7Letras que quiebran números

El despertarse todos los días es cuestión de los ojos, poner los pies en el suelo es cuestión de la vida por-que ella es quien debe charlar con la muerte para que me deje en paz dentro de la burbuja social, en donde es necesario cumplir un rol profesional para encajar en hormas que no son más que escapularios colgando en el cuello del demonio; desearía ir des-nudo a mi trabajo, los trapos diplomáticos sólo sirven para reflejar en las pupilas de quienes me observan la imagen del “contador bien plantado”, la desnudez no es sinónimo de cueros en libertad, simplemente es el derecho que se le otorga a la piel para que haga una huelga, ya que vive resentida, pues la lluvia es pro-miscua y la piel no se siente cómoda sabiendo que sus poros hacen orgías con el manantial que se des-maya de las nubes.

Soy contador, de ahí que los números han llegado a ser la cuchara con la que doy respuesta al hambre y han llegado a ser la conciencia en blanco sobre la que pinto con lápices de saliva los pensamientos que arropan el futuro intrigado de mi existir en un maña-na que posiblemente se jacte del ayer o del presente desasosegado. Mi trabajo me inspira sólo para seguir siendo un contador, pero mi experiencia me inspira para saber que no se cierran los ojos solamente para perderse en el sueño, despejarse del mundo agobian-te requiere de conquistar a las ilusiones, ingeniarse un mundo construido con cemento de albedrío y por supuesto, aceptar que respirar es la labor más anhe-lada de mis manos.

Page 6: LETRAS QUE QUIEBRAN NÚMEROS

98Linda Aragón Letras que quiebran números

Si yo hubiese sido poeta, a través de la inspiración habría hecho reconocer a toda la Tierra el desigual andamiaje de un billete y el de una pluma de tinta, puesto que el olor de éste es sinónimo de susurros de cartón, sin embargo el olor de ésta lleva consigo la fecundidad de las letras, el colchón del billete tiene cinco pilares, no obstante el colchón de la pluma es un papel que seduce las ideas que vagan en la cabe-za; posiblemente soy amante de frases adictas al su-dor de los sentimientos enardecidos y no de números acartonados, soy lo que soy tal vez por desconocer en un pasado la diferencia entre un billete y una plu-ma, quizá si hubiese sido poeta estuviera rodeado de soledades en las que me inspiraría alguna mujer a la que le dedicaría todas mis solitudes, y no estuviera rodeado por fórmulas con las que debo hallar el des-tino casi predecible de cifras numéricas, es por eso que si en algún instante glorioso de mi vida llegase a tener retoños no los educaré para que sean ricos, lo haré para que sean felices, así cuando crezcan sa-brán el valor de las cosas y no su precio…

-¡Varón!, agilice, mire que hay un tumulto de gente que quiere ingresar- exclamó una doña

- Usted no sabe que el hacer estas interminables fi-las para ingresar al Transmetro me permiten echar un vistazo al entorno, y no al sujeto que está delante de mí y mucho menos al reloj. No se preocupe, señora, ya agilizaré

Esos eran los pensamientos o quizá la usual reflexión de aquel “contador bien plantado” mientras hacía

parte de una fila perpetua y mientras observaba a un mendigo harapiento leyendo un libro, hasta que la doña que estaba a sus espaldas le tocó el hombro e implacablemente lo desparpajó.