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Download LEEMOS MEJOR DÍA A DÍA - · PDF file¿Seguiremos siendo amigos? Que nuestro mejor amigo tuviera que irse a vivir a otro lado y ya no pudiéramos verlo sería una catástrofe. ¿O

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  • ADMINISTRACIN FEDERAL DE SERVICIOS EDUCATIVOS EN EL DISTRITO FEDERAL DIRECCIN GENERAL DE OPERACIN DE SERVICIOS EDUCATIVOS

    COORDINACIN SECTORIAL DE EDUCACIN PRIMARIA

    LEEMOS MEJOR DA A DA

    Tercer entrega

    Quinto grado

    Quinto grado

  • LEEMOS MEJOR DA A DA QUINTO GRADO

    QUINTO GRADO

    51. Fidencio, aprendiz

    La estampa que vamos a leer muestra la vida de un nio que est comenzando a prepararse para ser

    zapatero, hace ms de cien aos, en la capital del pas.

    Don Tefilo quera que su hijo perfeccionara el oficio de zapatero en la Escuela Industrial

    de Artes y Oficios de San Jacinto, que acababa de abrir sus puertas. El establecimiento

    posea un edificio muy grande, casi de una manzana; tena por lo menos dos pisos y ofreca

    clases para artesanos de diversos oficios.

    Don Tefilo fue a entrevistarse con el director, y le dijo:

    ste es mi hijo Fidencio, ya sabe leer y est aprendiendo el oficio de zapatero

    conmigo. Quisiera que estudiara por las tardes, aqu con ustedes.

    Ahora slo tenemos lugar para alumnos internos lo ataj el hombre de barba y

    bigote engominado, y agreg-. Venga en enero.

    Como su pap lo necesitaba en el taller, Fidencio se conform con tomar clases de

    dibujo dos noches por semana en la Academia de San Carlos. La mayora de los

    compaeros de Fidencio eran artesanos. Cerca de ochenta tomaban clases en un saln de

    paredes despintadas y mal alumbrado. Para complementar las clases, cuando podan, los

    jvenes acudan al gabinete de lectura para artesanos que haba en la biblioteca de

    Catedral.

    El hijo del zapatero juntaba los materiales que sobraban en el taller. Poco a poco

    reuni la cantidad suficiente para hacer unos zapatos, los primeros que elaboraba

    ntegramente. Cuando remat las ltimas puntadas, Fidencio pens para s: Los voy a

    llevar al tianguis de San Hiplito a ver quin quiere comprarlos.

    El joven esper con impaciencia la llegada del domingo. Aquel da se levant ms

    temprano que de costumbre, sirvi agua en una palangana y rpidamente se lav la cara.

    Despus, se sent a desayunar un poco de atole y pan que le sirvi su madre.

    -Por qu ests tan nervioso? le pregunt en la mesa doa Remedios.

  • LEEMOS MEJOR DA A DA QUINTO GRADO

    QUINTO GRADO

    Yo creo que no va a ir a Tacubaya con nosotros porque quiere vender en el

    mercado los zapatos que hizo -interrumpi Dolores con picarda.

    -Ten cuidado!, el jefe militar decret antier el estado de sitio y hay que guardarse

    temprano en las casas -dijo su padre, preocupado.

    -Regreso pronto -contest con resolucin el muchacho.

    Tacubaya era una villa cercana a la ciudad. Sin embargo, ir a pie resultaba cansado.

    Slo los que tenan dinero hacan el viaje a caballo o en diligencia y arribaban a la villa en

    menos de media hora.

    Carlos Illades, El nio zapatero. Mxico SEP-FCE, 2004.

    52. Volver a clases

    Sin saber cmo ni cundo, se me acabaron las vacaciones. Siento otra vez lo mismo que el

    ao pasado, que el ao antepasado, que todos los aos desde la primera vez que fui a un

    colegio (el estmago, la cabeza, el corazn me cambian de lugar a mil por minuto). Hoy

    me siento peor que nunca: acabo de llegar a esta ciudad. Nada es igual: el colegio es

    nuevo, la gente es nueva, el pupitre, el saln, todo es nuevo. En este colegio no conozco a

    nadie... y nadie me conoce a m.

    Abro y cierro los cuadernos nuevos, recin marcados. Miro las caras de los nios que

    desfilan frente a mi por el patio y no reconozco a ninguno. A las nias no las miro ni de

    reojo (en el tema de las nias debe de ser igual vivir en el pueblo que en la ciudad: los

    nios y las nias slo pueden hablarse cuando llegan a sptimo grado, no s por qu).

    Supongo que en los recreos de este colegio se juega futbol (prefiero el beisbol, pero

    los de la costa somos los nicos que sabemos jugarlo) y se cambian figuritas del lbum (me

    traje un arsenal de repetidas en el bolsillo). Por lo menos, hoy no tengo que ponerme al

    da con las tareas que no entend en la casa (en Tol tena que corretear a los mejores de

    la clase para que me prestaran los cuadernos). Como me sobra tiempo para pensar, todo

    se me revuelve por dentro mientras suena la campana. Aqu y all odio los primeros

    minutos de colegio, los ms difciles del ao, porque nunca s lo que me va a pasar, pero

  • LEEMOS MEJOR DA A DA QUINTO GRADO

    QUINTO GRADO

    siempre me imagino lo peor. A ratos me siento grande, a ratos chiquito. No valen los

    conjuros ni las oraciones que me ense la abuela. No vale que cruce los dedos ni que

    saque la cuenta de las promesas de toda la semana pasada.

    Sigue el desfile de nios a mi alrededor y cada vez me siento ms solo (y ms

    asustado, aunque me duela reconocerlo) en este patio lleno de extraos.

    Desde ah puedo mirar lo que pasa dentro y fuera (casi siempre me interesa ms lo de

    afuera: padres asustados que llegan a entrevistas, alumnos enfermos que salen antes de la

    campana, vendedores de refrescos, seoritas cargadas de muestras de libros...) sin que la

    profesora se fije en m.

    -Encontrar en este saln una ventana para volverme invisible...?

    Y a ustedes les sucede lo mismo?

    Irene Vasco, Las sombras de la escalera. Mxico, SEP-FCE, 2007.

    53. La calle es libre

    Un da, estaban brincando en la calle cuando pas el camin del verdulero. El chofer les

    grit:

    -Qutense del medio que no dejan pasar los carros!

    La calle es libre! contestaron los nios. Pero el

    camin era mucho ms grande y poderoso que ellos, as que

    fueron a la parte alta del barrio a volar papalotes. En media

    hora, todos, toditos los papalotes se perdieron, enredados

    en los cables de la luz.

    Los nios volvieron a bajar y se quedaron en una escalinata jugando pelota. Pero la

    pelota siempre caa en un patio o en los techos de las casas.

    Una vecina muy enojada se asom a la puerta.

    Se me bajan de ah o les doy un escobazo!

    La calle es libre! -contestaron bajito. Pero no les qued ms remedio que irse.

  • LEEMOS MEJOR DA A DA QUINTO GRADO

    QUINTO GRADO

    Cabizbajos, los nios volvieron a las escaleras de la biblioteca y all se sentaron a

    pensar.

    -Y si la calle es libre, por qu no podemos jugar? pregunt uno.

    Vamos a ver al gobernador y le pedimos una cancha dijo otro.

    Dnde vive? pregunt Carlitos, el ms chiquito. Los nios se miraron. Nadie

    saba.

    Vamos al Consejo Municipal, que queda cerca.

    Pero hay que ir con la gente del barrio, para que nos escuchen dijo Camila, que

    tena unos grandes ojos tristes.

    Y los nios fueron de casa en casa a pedir a los vecinos que los acompaaran al

    Consejo Municipal. Era ms grande de lo que haban imaginado. La puerta era muy alta, y

    tena un hombre ancho y gordo parado enfrente.

    Por aqu no pueden pasar dijo.

    Venimos a pedir un parque contestaron los nios.

    Vyanse a sus casas a hacer sus tareas, y no molesten gru el hombre gordo.

    Queremos ver a los seores del Consejo. Los que nos pueden hacer un parque...

    Hay que buscar este libro para ver si lo consiguieron. Ustedes, juegan en la calle? Hay

    algn parque cerca de sus casas? La calle es peligrosa, y los parques?

    Kurusa, La calle es libre, Monika Doppert, ilus. Mxico, SEP, 2003.

    54. Amigos del alma

    No puede haber dos amigos mejores que Lulai y Arturo; van juntos a la escuela, se sientan

    juntos, juegan juntos en el patio y a los dos les entran juntos ganas de

    hacer pis.

    Tan amigos son que un da decidieron casarse. Los cas Adrin

    Carro, que dijo que saba casar, porque su padre trabajaba en el

    Ayuntamiento y ya haba casado a un montn de gente. Y s que es

  • LEEMOS MEJOR DA A DA QUINTO GRADO

    QUINTO GRADO

    verdad que Adrin Carro saba casar, porque lo hizo mejor que cualquier cura y cualquier

    alcalde, con unas frases tan bien dichas que pareca que se haba pasado la vida casando a

    la gente.

    Arturo, quieres a Lulai por siempre y por jams en el calor y en el fro, en enero y

    en agosto y hasta que despus de la Resurreccin?

    Y los invitados, que eran Pedrito Gmez, Carbajo y Paula, exclamaron impresionados:

    iOoohhhhhh!

    Era un Oh! de admiracin, como diciendo: Qu bien habla este juez!

    Y Arturo contest:

    S; si, pero le puedo dar ya el beso a la novia, que tengo mucha prisa?

    -No, todava no, aprovechado dijo Adrin Carro, que la novia todava no ha

    contestado a las preguntas.

    -Lulai empez Adrin-, quieres a Arturo para casarte con l y quererlo por la

    noche y por la maana, una hora detrs de otra aunque haya das que no te apetezca ni

    una pizca?

    Ante tal pregunta, la novia se qued dudando un rato y al final contest:

    -Bueno, pero estar casada un da s y un da no, porque si no me aburro.

    Y los invitados a la boda, que dieron esta respuesta por buena, no dejaron que Adrin

    Carro dijera aquello de yo los declaro marido y mujer. Tiraron cada uno un puado de

    tierra en las cabezas de los novios, y entonces son la campana y echaron todos a correr

    hacia la clase, todos menos el novio que fue muy despacio y muy desilusionado, porque

    cuando uno se hace la ilusin de besar a su novia es muy difcil volver a clase.

    Pero bueno, no hay que dramatizar, porque despus de este da Lulai y Arturo se

    casaron unas cuantas veces ms y Arturo siempre procuraba que la ceremonia fuera

    rpida para llegar al bes