lecturas tragedizantes de la comedia...

11
LECTURAS TRAGEDIZANTES DE LA COMEDIA DE CAPA Y ESPADA: MARTA LA PIADOSA. DE TIRSO DE MOLINA Ignacio Arellono 1. El más reciente artículo sobre Morto Jo piadoso (abreviaré en lo que sigue M P) que conozco 1 vue 1 ve a la dimensión seria, y ácida, que es ya lugar común en la discusión acerca de la comedia. En sustancia se vienen sucediendo dos interpretaciones: la de una obra esencial- mente lúdica 2 y la que ve en ella una comedia amarga, cuyo tema moral estriba en la' hipocresía y el dolo. Un somero repaso a las varias opiniones de los estudiosos facilitará el planteamiento del problema. 2. Ya Hartzenbusch resaltaba el "pensamiento moral" de esta comedia en que Tirso" se propuso escarnecer la hipocresía en la persona. de doña Marta"3, comparándola. con el Tartufo de Moliere, lo mismo Que P. Chasles4. Blanca de los Ríos la pondera como una de las mejores comedias de su autor, precisamente por ser "de carácter", "la primera dramatización de la hipocresía"5. M. Penna también se ciñe a un juicio serio apoyado en considera- ciones éticas: 121

Upload: lamdung

Post on 28-Oct-2018

225 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

LECTURAS TRAGEDIZANTES DE LA COMEDIA DE

CAPA Y ESPADA: MARTA LA PIADOSA. DE TIRSO DE MOLINA

Ignacio Arellono

1. El más reciente artículo sobre Morto Jo piadoso (abreviaré en lo que sigue M P) que conozco 1 vue 1 ve a la dimensión seria, y ácida, que es ya lugar común en la discusión acerca de la comedia. En sustancia se vienen sucediendo dos interpretaciones: la de una obra esencial-mente lúdica 2 y la que ve en ella una comedia amarga, cuyo tema moral estriba en la' hipocresía y el dolo. Un somero repaso a las varias opiniones de los estudiosos facilitará el planteamiento del problema.

2. Ya Hartzenbusch resaltaba el "pensamiento moral" de esta comedia en que Tirso" se propuso escarnecer la hipocresía en la persona. de doña Marta"3, comparándola. con el Tartufo de Moliere, lo mismo Que P. Chasles4. Blanca de los Ríos la pondera como una de las mejores comedias de su autor, precisamente por ser "de carácter", "la primera dramatización de la hipocresía"5. M. Penna también se ciñe a un juicio serio apoyado en considera-ciones éticas:

121

"tutto codesto -non dimentichiamo nello sfondo l'ombra del fratello ucciso- a noi oggi fa l'impressione di qualche cosa poco meno che sacrílego, e costa fatica · pensare che sía stato scritto d'un fratre6r'.

N o extrañan, desde estos puntos de vista, opiniones de conjunto como las de Duncan l\1oir7, que califica a MP de "comedia agridulce y más bien ácida". A mostrar esta veta negativa ha dedicado J. Asensio distintos traba-jos, puntualizando los argumentos centrales en que se basa la interpretación seria o cuasi trágica. En "Casos de amor en la comedia de Tirso de Malina" da como ejem-plo de circunsttmcias del amor falseadas a MP, "en que los amantes apoyan su amor en elementos impuros: la tercería, la mentira y el dolo"a. En un segundo artículo9 examina con más detalle el problema de la tercería, problema que arranca de un artículo memorable de A.A. Ptirker 10 donde comparaba al Caballero de Olmedo con M P · a propósito de los desenlaces y la justicia poética. Parker necesitaba explicar por qué dos situaciones idénti-cas (en E 1 cobol/ero de Olmedo Inés dice haber hecho un voto religioso. como Marta en M P, para evitar sendos matrimonios no deseados) conducían a la muerte del protagonistu en Lope y a la boda (final feliz) en Tirso. Ll:l. solución propuesta poi' Par·ker involucraba la tercer·ía, aduciendo la presencia de Fabia corno elemento corruptor que justifica el final trágico en Lope, mientras que "en la ohrEt de Tirso no hay alcahueta; ninguna Celestina degrada el amor de la heroína, y su ingenio nos puede divNtir sir1 que haya ningl'm desatino que lamentar"ll. Frente a Parker, Asensio defiende la existencia de tercería en ~1 P. En efecto. Pastran~ se reconoce alcahuete y ponciera repetidame~te sus &.ctividades celestinescas 12:

"Yo soy ya Celestino de Cahstott (vv. 1628 - 1629)

Esta presencia de tercer·ía, dice Asensío, obliga a pensar que los finales diferentes obedecen a una razón

122

más profunda, que radicaría en un elemento sobrenatural: tanto en el caso de Inés como en el de Marta hav un voto fingido que las hace, a los ojos de los demás, esPos&s de Dios. J .. a concepción popular, más supersticiosa, que sigue Lope, concedía valor a estos compromisos y de ahí que su héroe tenga que morir "pues es culpable indirec-tamente de rivalizar con Dios". Tirso, más teólogo, insisti-ría en que no hay tal consagración, y por ende no exige ningún castigo por el quebrantamientol3, El sentido moralizante es, para Asensio, obvio, y se desprende de la tercería, y el ataque a la hipocresía, como abunda en otro trabajo posteriorl4,

Distintas variaciones de esta visión fundamental se rastrean también en Schack, Hayes, Urtiaga, Patterson, Parajón, Sullivan o ter Horst 15,

La posición de J. W. Albrecht es la síntesis más reciente de esta línea. Insiste en una lectura tragedizante, dictaminando que "for a sister, to marry her brother's murderer is unacceptable" y que por tanto "with the brother's death, Tirso deliberately compromises the comic tone of the en tire play" 16, Si la muerte de don Antonio coloca a la comedia en un tono trágico, el ataque a la hipocresía de Marta 17, a su "false piety" y "sexual license" conformaría el sentido crítico moral, por vía de la sátira y la ironía, de toda la obra. Algunas afirmaciones de Albrecht 18 muestran su visión:

Marta is exactly the opposite of piadosa Tirso is being critical of Marta's hypocrisy and

false piety 3. Otra serie de críticos exculpan la hipocresía

de Marta o resaltan la vena cómica, pero continúan persi-guiendo una "profundización" de tipo moral, o planteando problemas relativos a la coherencia de la comedia, sobre todo en lo relativo a la muerte del hermano de las damas.

Para A. Lista y E. Juliá 19 Marta actúa obligada por las circunstancias. Oyuela20 acepta la hipocresía, pero justifica el amor al matador de su hermano por las costumbres del tiempo. Premraj Halkhoree, en un excelente análisis de la obra21 encuentra explicable el cnr.a"o de Marta, dada la absoluta negatividad del

123

vieJo padre don Gómez y respecto a la muerte de don Antonio, el hermano de Marta, apunta la vaguedad de detalles, que puede sugerir la falta de culpabilidad de don Felipe, y en todo caso, concluye, el amor lo perdona todo: la actitud de Marta sería perfectamente cristiana. 22

M. Loud23 ve una fase en que se critica el egoísmo y la imprudencia de Marta. Salva el problema del homicidio suponiéndolo más o menos accidental.

4. En este panorama, cuyo "estado de la cuestiÓn" he intentado trazar, destaca la aproximación de Marc Vitse, quiza la única que opta decididamente por el sentido cómico. Remito al trabajo de Vitse y al estudio preliminar de mi edición24 para este acercamiento global a la come-dia, y me cefiiré a la discusión de los principales argumen-tos tragedizantes: la muerte del hermano, la existencia de tercería v la hipocresía e inmoralidad de Marta.

El primer dato que aporta la trama es el deJ homici-dio. La explicación que propone Vitse (imprescindible recurso teatral de suspensión)25 choca con la trascendencia que otros conceden a este elemento en MP. Que la inter-pretación de Vitse (dramática y estructural, frente a la temática moral y absoluta 26), es la certera, se evidencia en el valor de mecanismo tópico de la función "desafío" ,.n,.. rnuNtf> ... uh~iP"uiPntP huicla '! ocultamiento y las posibilidades de enrecio que tales circunstancias permiten. Cualquier revisión de unas pocas comedias de capa v espada oror}orcíona suficientes ejemplos que demuestra~ su valor de recurso técnico. Se da en También hoy duelo en las domos (Calderón); El cobo/lero, y El parecido en lo Corte (l\loreto) etc .. Las situaciones potencialmente trágicas se reducen en el género a lances que permiten la composición de tramas ingeniosas. Variantes muy parecidas a la de M P encontr·arnos, por ejemplo, en Los engaños de un engaño (Moreto, HA E, 39, p. 529); en No hoy amigo poro om1gc· (Rojas, HA E, 54) don Luis mata en desafío a don Félix. que resulta ser hermano de don t\lonso y de Aurora. La dama, enamorada de don Luis, en ningún momento consiJcra el homicidio un obstáculo para sus sentimientos de cof'respondcncia amorosa (BAE,

124

54, p. · 95, por ejemplo). Del mismo Rojas, Donde hoy agravios no hoy celos y Amo criado (BAE, 54) ofrece otro caso ilustrativo: don Lope burla a dofta Ana y mata al hermano de esta, don Diego. La dama sigue siempre enamorada de su galán. Al final se produce la boda, que significativamente (igual que en Los enga,os de un enga"o y otras comedias) se presenta como reparación: dice don Lope a don Juan (el otro hermano de dona Ana):

"Y puesto que honores gano, a satisfacer se allana con la mano de doña Ana la sangre de vuestro hermano" (BAE, 54,p. 167)

El valor puramente mecánico y de recurso conven-cional de estas muertes aparece con toda evidencia en obras como El escondido y lo topado de Calderón o Desde Toledo o Madrid del mismo Tirso. En la primera César ha matado a un caballero, hermano de una de las dos damas que corteja: debe esconderse. Por eso se justifica su ocultación en un aposento secreto de la casa de Celia. Calderón necesita ahora un motivo para que Celia abandone rápidamente la casa, dejando encerrado a César: ¿cómo justificar ese precipitado abandono? Haciendo que don Félix, el hermano de Celia y dueño de la casa, mate a otro en un desafío fortuito y equivocado, y deba por tanto mudar de habitación (cfr. Obras completos de Calde-rón, ed. Valbuena, Madrid, Aguilar, 1, 1973, pp. 684-685). Y en Desde Toledo CJ Madrid ¿qué sentido trágico

reviste la muerte de un pobre lacayo de doña Hayor, que deja mujer e hijos y que muere gratuitamente sin que sepamos por qué a manos de don Baltasar? Esa muer-te 27 sirve, como siempre, para que el galán vaya huyendo y se meta en el cuarto de doña Mayor, se enamoren y tracen los enredos necesarios. Plantearse la tragicidad del lance en MP resulta fuera de lugar si se observa el recurso sobre el fondo de las convenciones estructurales de la comedia de capa y espada: función tópica, innumera-blemente repetida en el género, no tiene otro sentido (utilísimo por otra parte) que facilitar la construcción

125

de las ingeniosas máquinas en que estas obras consisten. Algo semejante sucede con el problema de la

tercería. La comparación con El cobol/ero de Olmedo debe colocarse en otro plano: aunque se acepte como hipótesis de trabajo que la tercería cause el final trágico en la obra de Lope28 no tiene por qué suceder lo mismo en MP porque, pese a lo que sostienen Parker y Asensio, la situación dista de ser idéntica, por la perogrullesca razón de que el falso voto y la tercería se insertan en el caso de Lope en una tragedia y en el caso de Tirso en una comedia ("comedia cómica"). Las sugerencias relativas a Pastrana son, de nuevo, un recurso tópico, ahoPa chistoso. Criadas y criados se califican burlescamen-te de terceros y celestinas, con numerosos juegos de palabras humorísticas: Moreto, Lo confusión de un ;orrlin, RAE, 39, p. 511, BAE, 39, p. 191, Trompo orle/ante, BA E, 39, p. 144, Los engot'Jos de un engot'Jo, RAE, 39, p. 534; Rojas Sin honro no hoy amistad, BA E, 54, p. 305, Donde hoy ogro vi os no hoy celos, BA E, 54, p. 1 56, Primero es lo honro que el gusto, BA E, 54, pp. 441-2,446 etc. etc. Véase, en fin, del mismo Tirso Por el sótano y el torno donde la actuación de l\1ari Ramírez, la posadera, y del criado Santarén remiten a los moldes celestinescos con mayor intensidad que en MP, y con chistes parecidos:

"Di parte a Mari Ramírez, y como obispar desea si vaca Corozaín y está tu amor a su cuenta, bajo al sótano conmigo"29

La hipocresía, en fin, sería la responsable del tono de amargura de una comedia edificada sobre el enJraf'lo. En este punto estoy de acuerdo con quienes la niegan en Marta (Lista, Juliá, Halkhoree, Vitse). Actúa obligac'a por las circunstancias para evitar un matrimonio injusto. Permítaseme añadir un par de observaciones a las que, pertinentemente, han hecho

126

los estudiosos mencionados30. Resulta significativo que la hipocresía no aparezca en el 1 acto, al que corre!ll-ponde la exposición: el final del acto, con el anuncio c1e un voto fingido (que nadie suponía en Marta) sorprende a todos en un golpe inesperado. Las referencias a la hipocresía empiezan en el acto JI (nudo): en otras palabras, la "hipocresía" no está ligada al "carácter" del personaje -en ese caso hubiera aparecido desde el comienzo de la obra 3L, sino al desarrollo del enredo.

En los actos 11 y 111 de MP aparece el motivo de la hipocresía, y se reitera aplicado a Marta. Pero las calificaciones de los personajes no pueden tomar ahsolutamente, desligadas de la situación, estructura global, y del propio locutor. De hipocresía hablan la propia Marta (vv. 1571-1572), don Juan (v. 1706), don Felipe (vv. 2123-2130), y salvo en non ,luan -explicable por el despecho -no ponemos percibir carga peyorativa sohre ~1arta 32: por el contrario, non Felipe ponoera la admirable discreción oe su clama para lleyar aoelante el enrecio. En estos casos la calificación no tiene matiz negativo, como no lo tiene en el v. 1246 de MP oonoe las galeras españolas "al hipócrita retratan" ni en Bei/CJCO sois, Cómez, donde tamhién sirve de ponoeración a Petronila 33,

r,1arta, en suma, no es hipócrita, no lo era antes del anuncio ele la hoda con Urhina, y se{!'uiría sin finrrir ningún voto de no existir tal rroyecto. ~u invención tiene el mismo ranP,'o cómico que otra serie oe recursos dilatorios oe diversas protagonistas como, por ejemplo, y dentro de la obra oe Tirso, la fingida sordera de doña Lucía en No hCJy peor sordo o la novela ofrecic1a por nona Elisa a la Vir~en oe A tocha en Los ,.,CJ/cones de fo.forlrid. Es un arclio típico de estas comec1ias que estriban en el in~enio, segtín resaltan los mismos invento-res, pues,

"las trazas de amor, si no hacen prodigios, ni se estiman ni se alaban (Id. En Madrid y Pn

uno coso, ODC, III, pp. 1285, 11.98)

127

Melchora, amor que no inventa no vale dos caracoles (Id. Be/loco sois, Gomez,

ODC, m, pp. 1380, 1396)

Etc. La propia Marta considera un "i~enioso enredo" (v. 1463) los planes acordados con don Felipe. Y este es, en mi opinión, precisamente, el núcleo primordial de MP: el inge-nioso enredo.

5. La interpretación seria, caracterol6gica o tragedizante se explica por dos desviaciones: una histórica y circunstancial, y otra metodológica. La primera es la comparación constante que se ha hecho de l\fP con el Tartufo de Moliere, universalmente conside-rada "de carácter", y a la que se ha querido asimilar. La desviaci6n metodolcSgica consiste en la visión indiscri-minada de la comedia áurea como un todo homogéneo, sin distinguir subgéneros que responden a convenciones y estructuras diversas. Tomando de modo absoluto una serie de valores y situaciones sin tener en cuenta la estructura global, no se puede percibir correctamente su funcionamiento. Aspectos como el desafio y la muerte o la tercería deben interpretarse dentro del marco genérico: el Pinciano recuerda en su Filosofía antiguo poético que "la diferencia que hay de los temores trágicos a los cómicos es que aquestos se que<ian en los misMos actores solos y aquellos pasan de los representantes R los oyentes; y ansi las r.1uertes tragicas son lastimosas, mas de lAs de las comedias, si alguna hay, son de gusto y pasatiempo"34. Lo que me interesa retener del Pinciano es, como ha formulado Vitse35 que "no en la materia de las acciones representadas reside el principio clasifi-cador, sino en la naturaleza del efecto <iominante producido sobre el pÚblico", y este efecto, añado, se produce de acuerdo con el horizonte de expectativas, que a su vez depende del rénero en que se inscrihe una obra.

¿Implican dimensiones trágicas el desafío, la muerte de don Antonio, la tercería tópica en MP? En mi opinión, el análisis de estos aspectos, situado en

128

el marco genérico que le corresponde (la comedia de capa y espada) revela, la dimensión esencialmente lúdica del artificio ingenioso que con tanta perfección ha construido Tirso.

Universidad de Navarra

IlOTAS

1 J. W. ALBRECHT, "The Satiric Irony of Marta la piadosa", Bulletin of the Comediantes, 39, 1, 1987, 37-45.

2 Esta defiendo en el estudio preliminar de mi edición Marta la piadosa . Don Gil de las calzas verdes: Barcelona,~ 1988, por la que siempre citare MP.

3 "Examen" de la comedia en Teatro escogido de fray Téllez, I, Madrid, Yenes, 1839, 240. 4 Italie et Es~agne. Voyaqes d'un critique a travers et les livres. L· Pans, 1M9, 337-350.

5 Obras dramáticas completas de Tirso, II, 339 (cito que s1gue ODC: Madrid, Agu1lar, tomo I, 1969; t. II, t. I I I , 1 968) •

6 Don Giovanni e il mistero di Tirso, Torfno, 1958, 131.

Gabriel

1 a vi e

en lo 1952;

7 Historia de la literatura espai\ola 3, Barcelona, Ariel, 1974. 159. 8 "Casos de amor", Cuadernos hispanoamericanos, 289-290, 1974, 53-85, cita en p. 67.

9 "¿Hay tercería en Harta la piadosa?". RA8~1. 78, 1975, 599-604.

129

10 "Aproximación al drama espallol del Siglo de Oro", Calderón y la crítica, 1, Madrid. Gredos. 1976. 329-357.

11 "Aproximad ón". 340.

12 Cfr. vv. 1586-89 y 1617-20 y las notas en mi edición.

13 Cfr. "Hay tercería". 604. y 600. nota 5 de Asensio.

14 "Tirso vestir hipócrita o de anascote", Estudios, 146-147, 1984, 433-443.

15 Algunos juicios "serios" sobre la comedia o su protagonista: A. URTIAGA, "El indiano en la dramática de Tirso de Mol ina", Estudios. 21. 1965. 527-779; A. G. PATTERSON. ed. de La venganza de Tamar. Cambridge. University Press, 1969. p. 9; ~RAJOlf; "tl amor médico y t-1arta la ~iadosa". Cuadernos hispanoamericanos, 316, 1976, 185-196, p. 94; R. sOlLIVAN, Tirso de 11oliña and the Drama of the Counter Reformation. Arrlsterdam, Rodop1, 1976, 154; R. ter RORST. "Half in [ove with Easeful Oeath: la comicidad de Marta la piadosa", Estudios. Homenaje a Tirso, 1981, 439-446.

16 "The Satiric 1rony". 43, nota 2 y p. 37 para las citas. También S. Maure l. en L 'Uni vers dranatique de Tirso de Mol ina, Po it i e rs , Un i ve rs i te, .::....,¡1;;9~7-rt.::., ~4..;7;:.;3r:_:r47;;::4r:-:..:ar.a~~:n:;-;u.::,chi:':a:-=';r.:m;;;p';;'o=rtr.a:-:n:::c-ri a a la muerte de don Antonio.

17 Para Albrecht la hipocresía es evidente e injustificada: p. 38 art. cit.

18 "The Satiric Irony", pp. 39. 40, 42.

19 Lista, El Censor, X, 1821, 449-453; Juliá, ed. de la comedia en Zaragoza. Ebro, 1958, 17-18.

20 "Marta la piadosa", en Estudios Literarios. I, Buenos Aires, Academ1a A gentina de letras, 1943, 173-183.

21 Capítulo IV de su tesis Social and Literart Satire in -Ttwher-.rC:...:o""mwe~dt:-:i e:..:s~o,.,.f_T.:.,.i:..;.r-::=sr;o..,.,.::::de::.....:MO:!o:..:.l...;.i =-"a. Tes f s O ni vers1 dad (fe Ed 1 nburgo, 1969. Debo su lectura a la amabilidad del prof. Ruano de la Haza.

22 Sobre la incitacion al perdón que hace Marta, escribe Halkhoree: "Marta's attitude is Christian, and 1t is the only attitude which can provide a suitable justif1cation for her continuing to love Felipe", p. 202 de su tesis.

23 "Tirso's comic masterpiece: Marta la piadosa•, llispanófila, 1974. 1, 81-94. Cfr. pp. 83 y 92.

24 Vitse, "Introducción a Marta la piadosa", Criticón, 18. 1982, 61-95.

25 "Introducción" cit. p. 83.

130

26 Quiero significar con "absoluta" una interpretación ideológica y moral del homicidio, que prescinde del género dramático. 27 Gratuita desde el punto de vista de las motivaciones sicológi-cas o morales; necesaria para explicar la fu9a nocturna de Ba 1 tasar y dar motivo a 1 a intempestiva i rrupc1on en e 1 cuarto de la dama. 28 Lo que no es necesario aceptar. Sin la presencia de Fabia el desenlace sería igualmente trágico, y se justifica en el plano de la acción.

29 ODC. I 11, 589.

30 Cfr. mi edición, pp. 22 y ss. para este punto, y los trabajos ya citados supra. 31 Y ~tarta, que solo quiere eludir el matrimonio con el viejo, nunca ha pretendido antes pasar por santa. Cfr. vv. 1033, 1038-40, 1444.

32 En otros pasajes (vv. 2263-2265, 2298) don Felipe llama "hipócrita" a ~1arta delante de Luda, pero es evidente que no piensa en ello y que todo va dirigido a engañar a Lucía. 33 ODC, I 11 , p. 137 4.

34 Cito por Prece~t i va dramática es~año 1 a de SANCHEZ ESCRIBANO y PORQUERAS MAYO. adr1d, Gredas, 197 , lOO. 35 "Notas sobre la tragedia áurea", Criticón. 23, 1983, 15-33, cit. en p. 16.

131