lecturas 2a semana de marzo 2018 - … · coordinador/ robinson salazar-pÉrez . libros, revistas y...

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1 LECTURAS 2A SEMANA DE MARZO 2018 COORDINADOR/ ROBINSON SALAZAR-PÉREZ LIBROS, REVISTAS Y EVENTOS ACADÉMICOS REVISTA CRISIS http://www.revistacrisis.com.ar FEMINISMOS, PENSAMIENTO CRÍTICO Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS EN AMÉRICA LATINA Montserrat Sagot. [Coordinadora] http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20170828113947/Feminismos_pensamiento_critic o.pdf CONVOCATORIA #REVISTA #SOCIOLOGÍA

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L E CT U R A S 2 A S E M A N A DE M A R Z O 2 0 1 8

COORDINADOR/ ROBINSON SALAZAR-PÉREZ

LIBROS, REVISTAS Y EVENTOS ACADÉMICOS

REVISTA CRISIS

http://www.revistacrisis.com.ar

FEMINISMOS, PENSAMIENTO CRÍTICO Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS EN AMÉRICA LATINA

Montserrat Sagot. [Coordinadora] http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20170828113947/Feminismos_pensamiento_critico.pdf

CONVOCATORIA #REVISTA #SOCIOLOGÍA

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REPENSANDO LAS CRISIS AMBIENTALES: PERSPECTIVAS TEÓRICAS LATINOAMERICANAS PARA EL CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL.

Envía tu trabajo a través de la plataforma electrónica Open Journal Systems (OJS), en el enlace: https://t.co/hEUwZmQISw https://t.co/kwIyoRThAP -INFORME/ EVALUACIÓN DEL CESE AL FUEGO BILATERAL, TEMPORAL Y NACIONAL (CFBTN) Delegación Diálogos ELN http://www.rebelion.org/docs/238730.pdf

SOCIOLOGÍA DE LA IMAGEN: MIRADAS CH´IXI DESDE LA HISTORIA ANDINA Libro completo: http://bit.ly/2lm4RuX

LA IZQUIERDA TIENE QUE ENFRENTAR SU DERROTA… Y HACER CAMBIOS”: RUBÉN ZAMORA

VÍDEO

http://revistafactum.com/24910-2/

THEOTONIO DOS SANTOS, UN INTELECTUAL REVOLUCIONARIO

x Ivette Lozoya López / Theotonio Dos Santos

ENTREVISTA CON EL RECIENTEMENTE FALLECIDO INTELECTUAL MARXISTA BRASILEÑO THEOTONIO DOS SANTOS, UNO DE LOS FUNDADORES DE LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

https://scielo.conicyt.cl/pdf/izquierdas/n25/art11.pdf

EN LA FRONTERA/ VÍDEOS

http://www.publico.es/publico-tv/en-la-frontera/programas-completos

ESTIMADAS AMIGAS, ESTIMADOS AMIGOS: NOS REENCONTRAMOS CON LAS NOVEDADES Nº 584 DEL SITIO BIODIVERSIDAD EN AMéRICA LATINA Y

EL CARIBE

http://www.biodiversidadla.org

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REVISTA ANALÉCTICA

http://www.analectica.org

EMOCIONES, MOVILIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA

REVISTA DESAFÍOS

CONVOCATORIA VOLUMEN 31, NÚMERO 2 : JULIO – DICIEMBRE DE 2019

CONVOCATORIA ABIERTA: DOSSIER TEMÁTICO: EMOCIONES, MOVILIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA

http://laoms.org/emociones-movilizacion-social/

LIBRO: MÉTODOS Y TÉCNICAS CUALITATIVAS DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES

http://bibliotecapsicologia.org/Investigacion/-Metodos%20y%20tecnicas%20cualitativas%20en%20las%20ciencias%20sociales.pdf

https://www.alainet.org/es

LA CORRUPCIÓN: MÁS ALLÁ DE LA MORALINA AMÉRICA LATINA EN MOVIMIENTO 531, MARZO 2018

EDICIÓN DIGITAL: HTTPS://WWW.ALAINET.ORG/ES/REVISTAS/531

Contenido/Conteúdo: La corrupción nuevamente está en la escena político-mediática, pero poco se habla de sus causas estructurales. Esta edición explora diferentes facetas del eje capitalismo/ empresas/ sistema político/ corrupción y su carácter sistémico. Capitalismo y corrupción: un problema sistémico y sistemático Kjeld Jakobsen y Marcelo P. F. Manzano ¿Guerra contra la corrupción o contra las alternativas al neoliberalismo? Silvina M. Romano Piratas de saco y corbata Rodolfo Bejarano Bernal La nueva corrupción y la República de los Empresarios Oscar Ugarteche La mediatización de la corrupción Osvaldo León Brasil: El combate a la corrupción como instrumento político Roberto Amaral

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México: La corrupción y el sistema político Irma Eréndira Sandoval Ballesteros Ecuador: ¿Y la corrupción contra el fisco? Juan J. Paz y Miño Cepeda Argentina: el gobierno de Mauricio Macri CEOs al gobierno, corporaciones al poder Micaela Ryan y Fernando Vicente Prieto Colombia: La instrumentalización de la “lucha contra la corrupción” Carlos Alberto Lerma

YA ESTÁ DISPONIBLE PARA DESCARGAR EL Nº 86 DE TODO POR HACER (MARZO 2018)

https://www.todoporhacer.org/wp-content/uploads/2018/03/Todo-por-Hacer-nº-86-marzo-2018.pdf

RAZÓN CRÍTICA #4. EDICIÓN ESPECIAL SOBRE ´JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA

https://revistas.utadeo.edu.co/index.php/razoncritica/issue/view/110 TABLA DE CONTENIDO Editorial Martha Gutiérrez Artículos Una propuesta de análisis de trayectorias de justicia transicional Martha Gutiérrez Metodologías de sistematización de información sobre violaciones a los derechos humanos en Argentina Lorena Balardini Supreme Court, Institutional Change and Authoritarian Regimes: Argentina and Brazil (1964-1985) Andrés del Rio Desapariciones forzadas e impunidad en la historia mexicana reciente Silvia Dutrénit Bielous y Gonzalo Varela Petito

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Chile, 40 años de exigencias de verdad y justicia Boris Hau Análisis de la creación y modificación del Consejo de la Magistratura de la República Argentina Pablo Hunger Colombia: país donde abundan las leyes y escasea la legalidad Jairo Enrique Angarita Feo Reseña Mario Aguilera, Guerrilla y población civil: trayectoria de las FARC 1949 – 2013, Informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014 José David Moreno

YA SALIÓ EL SOCIALISTA CENTROAMERICANO NO 258.-

www.elsoca.org @elsocca Whatsapp: +502-46200519

MIENTRAS LA IZQUIERDA BUSCA CULPABLES, LA DERECHA AVANZA ASÍ

http://gestionandote.org/7621-2/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+gestionandote%2FHmjH+%28Gestionándote%29

VÍDEO/ GABRIELA MONTAÑO PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA NACIONAL BOLIVIA

Medium Videos, 2 de marzo de 2018. https://www.youtube.com/watch?v=lurl8qTcOt0

NOTICIAS DEL COMANDO SUR EN AMÉRICA LATINA

https://dialogo-americas.com/es/inicio Colombia adquiere capacidad para modernizar Tucanos AT-27 Ejército Brasileño destruye más de un millón de armas vinculadas a crímenes SOUTHCOM ayuda a Guatemala a mejorar la calidad educativa Mujeres de la Marina de Brasil ganan terreno en acciones de combate Argentina incorpora helicópteros Bell 412EP à sua frota Becas brindan oportunidades a jóvenes colombianos Marina de Guerra del Perú, guardiana de áreas naturales protegidas Fuerzas Militares de Colombia trabajan juntas en IV Expedición en Antártida La legitimidad la da la competencia Fuerzas navales del Triángulo Norte realizan patrullajes marítimos

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ASÍ TRABAJA EL COMANDO SUR EN AMÉRICA LATINA

BECAS BRINDAN OPORTUNIDADES A JÓVENES COLOMBIANOS

La Embajada de los EE.UU. y la Armada de Colombia promueven iniciativas educativas para minorías étnicas y de bajos recursos económicos. https://dialogo-americas.com/es/articles/grants-offer-opportunities-colombias-youth Mucho mas aquí: https://dialogo-americas.com/es/archivos

http://contrahegemoniaweb.com.ar CONTROVERSIAS SOBRE LA SUPEREXPLOTACIÓN Claudio Katz marzo 12, 2018 No hay comentariosen CONTROVERSIAS SOBRE LA SUPEREXPLOTACIÓN Nuestra reconsideración de la superexplotación ha suscitado dos críticas que desbordan el debate sobre las singularidades del salario. La mundialización neoliberal, el sentido de una teoría marxista de la dependencia… Leer más » Pensamiento emancipador Seguiremos en lucha hasta que todas seamos libres Georgina Alfonso Gonzalez marzo 11, 2018 No hay comentariosen Seguiremos en lucha hasta que todas seamos libres Este 8 de marzo cumpliremos 112 años de celebración del Día Internacional de la Mujer. Un día, esultado de muchos y principio de otros más, donde las mujeres damos cuenta… Leer más » Antipatriarcal, Nuestra América antipatriarcado, Cuba, mujeres cubanas, mujeres trabajadoras, paro de mujeres, paro internacional, Patriarcado “MATARON A MI NEGRITO” La Garganta Poderosa marzo 10, 2018 No hay comentariosen “MATARON A MI NEGRITO” * Por Mercedes del Valle Ferreira, abuela de Facundo, asesinado a los 12 años por la Policía. Ya no me quedan lágrimas. Nos destrozaron la vida. El Negro era un… Leer más » Argentina Documento completo del Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans #8M en Argentina

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Comunicado marzo 10, 2018 No hay comentariosen Documento completo del Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans #8M en Argentina Hoy estamos acá porque construimos juntas un segundo paro internacional feminista . Paramos contra los despidos, el ajuste del gobierno y por aborto legal, seguro y gratuito. Paramos porque venimos a… Leer más » Antipatriarcal Comunicado de la Mesa No a la Baja Tucumán Comunicado marzo 10, 2018 No hay comentariosen Comunicado de la Mesa No a la Baja Tucumán Las organizaciones, sindicatos, asociaciones, partidos, referentes y personas que individualmente firmamos este comunicado. REPUDIAMOS ENFÁTICAMENTE EL ASESINATO DE FACUNDO Y LA ESTIGMATIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN RECHAZAMOS LA… Leer más » Argentina Mujeres trabajadoras: estrategias de cuidado y sororidad en el contexto del 8M Graciela Zaldua marzo 10, 2018 No hay comentariosen Mujeres trabajadoras: estrategias de cuidado y sororidad en el contexto del 8M La emergencia del feminismo y del movimiento de mujeres en Argentina y en el mundo, no es un hecho episódico. El 3 de junio de 2015, la denuncia y demanda… Leer más » Antipatriarcal, Despatriarcalizar el pensamiento 8M, mujeres trabajadoras, paro de mujeres Críticas desde el otro lado del río: las murgas uruguayas y Macri Carlos A. Villalba marzo 10, 2018 No hay comentariosen Críticas desde el otro lado del río: las murgas uruguayas y Macri Murga es una golondrina que en su romántico vuelo barriletes de ilusiones va recortando en el cielo Murga es el imán fraterno que al pueblo atraído hechiza Es la eterna… Leer más » Ojo al Arte carnavales, murgas, Uruguay ¿Por qué insultan los pueblos a sus gobernantes? Fernando Buen Abad Domínguez marzo 10, 2018 No hay comentariosen ¿Por qué insultan los pueblos a sus gobernantes? “Si no hay Justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”. Emiliano Zapata Viejos como la lucha de clases, los insultos proferidos por los oprimidos suelen tener… Leer más » Argentina buen abad, gobernante, insulto, la puta que te parió, Mauricio Macri, mmlpqtp, presidente Verónica Gago en el Especial #8M de La luna con gatillo Mariano Pacheco marzo 10, 2018 No hay comentariosen Verónica Gago en el Especial #8M de La luna con gatillo El Paro Internacional de Mujeres no es un acontecimiento, sino un proceso, dice Verónica Gago, quien se posiciona desde un feminismo popular que, entiende, es un feminismo ligado a la… Leer más » Antipatriarcal 8M, antipatriarcado, cuento de la criada, gago, paro de mujeres, Patriarcado, verónica

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Después de Venezuela, Bolivia ¿Cómo se produce una “revolución de colores”? Rafael Bautista marzo 9, 2018 No hay comentariosen Después de Venezuela, Bolivia ¿Cómo se produce una “revolución de colores”? El concepto “revolución de colores” es medianamente novedoso en política. No es precisamente un concepto que nazca en la teoría política sino que proviene del ámbito militar. Es un componente… Leer más » Debates estratégicos, Desde abajo, Internacional, Nuestra América Bolivia, Pueblos originarios Álvaro García Linera: “Las fuerzas opositoras lograron irradiarse a escala nacional” Diario El Deber marzo 9, 2018 No hay comentariosen Álvaro García Linera: “Las fuerzas opositoras lograron irradiarse a escala nacional” ¿Cómo vio usted la movilización opositora por el 21-F?, ¿cree que perdió por goleada frente a la del MAS? Si hacemos un recuento numérico de las personas, está claro que… Leer más » Debates estratégicos, Internacional, Nuestra América Bolivia POR QUÉ ME TIENE HARTA EL GRITO “¡PRIMERO ES LA LUCHA DE CLASES!” Mariana Menéndez marzo 8, 2018 No hay comentariosen POR QUÉ ME TIENE HARTA EL GRITO “¡PRIMERO ES LA LUCHA DE CLASES!” Empecé a participar de la militancia social en la década del noventa, como muchxs de mi generación. El voto verde y los sucesos del filtro nos impactaron fuertemente. Luego vinieron… Leer más » Antipatriarcal, Debates estratégicos, Despatriarcalizar el pensamiento Feminismo, Izquierda, Violencia machista Silvia Rivera Cusicanqui Parte 1: “Un llamado a repolitizar la vida cotidiana” Redacción La Tinta marzo 8, 2018 No hay comentariosen Silvia Rivera Cusicanqui Parte 1: “Un llamado a repolitizar la vida cotidiana” En La Paz, Bolivia, todos los años Silvia Rivera Cusicanqui, socióloga, historiadora y ensayista integrante del colectivo Ch’ixi, lleva adelante una cátedra libre. “Sociología de la Imagen” se convierte así… Leer más » Antipatriarcal, Debates estratégicos, Internacional, Nuestra América, Saqueo y extractivismo Bolivia, Pueblos originarios Del lienzo a la performance: el cuerpo de la mujer en la historia del arte Marina Oybin marzo 7, 2018 No hay comentariosen Del lienzo a la performance: el cuerpo de la mujer en la historia del arte Hubo un largo derrotero de Courbet a Orlan, de la figura femenina desnuda y marmórea a la caída de la mirada patriarcal; ¿por qué durante tantos años las artistas fueron… Leer más » Ojo al Arte cuerpo, historia del arte, mujer, performances, pintura El Código Urbanístico de Angelo y Nicky Gabriela Massuh marzo 7, 2018 No hay comentariosen El Código Urbanístico de Angelo y Nicky Los amigos del Presidente avanzan con los negocios que antes no podían hacer FacebookGoogle+TwitteremailPinterestTumblrPrint

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REVISTA SIN PERMISO

http://www.sinpermiso.info El partido de la Revolución Leo Panitch 06/03/2018 Preludio del derrumbe patriarcal. Mujeres que quieren ser libres sin miedo Montserrat Vila Planas 11/03/2018 Hungría: La destrucción de la razón y la semidestrucción de un archivo Agnes Kelemen 11/03/2018 Sudáfrica: La emergencia del régimen 'Ramazupta' Patrick Bond 06/03/2018 La política británica en transición: la austeridad, Brexit y el desafío Corbyn Phil Hearse 06/03/2018 Trump provocará una guerra comercial Alejandro Nadal 07/03/2018 Catalunya: Investidura y división de poderes Javier Pérez Royo 10/03/2018 La dependencia de decisión de las mujeres. (Sobre renta básica y feminismo) Montserrat Llobet i Abizanda 11/03/2018 Miedo y pobreza. Italia después de votar Mario Pianta 11/03/2018 La forma de gobierno en Cuba y el nuevo presidente Julio César Guanche 07/03/2018 Feminista transversal Empar Moliner 11/03/2018 Italia: La "Tercera República" nace sin patrón tras el tsunami de liguistas y grillinos Dante Barontini 11/03/2018 Italia: Los idus de marzo Michael Roberts 11/03/2018 “El INTI es un espejo de los ciclos de la economía argentina”. Entrevista Diego Hurtado 11/03/2018 La huelga docente de Virginia Occidental recupera una histórica tradición de lucha Amy Goodman Denis Moynihan 11/03/2018

REVISTAS UNIVERSITARIAS PERUANAS EN SCIELO, SCOPUS Y ESCI/WOS

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• Publicado por Henry Chero V. el marzo 11, 2018 a las 1:30am • Ver blog

Revistas universitarias peruanas en SciELO, Scopus y ESCI/WoS El Observatorio de MediaLab UNMSM ha desarrollado estudios relativos a la gestión

editorial de las revistas académicas peruanas y ha identificado 29 revistas universitarias peruanas indexadas que publican solo 14 de las 143 universidades que existen en el Perú según datos de la SUNEDU. El siguiente cuadro detalla los nombres

y procedencia de las revistas. http://medialab.letras.unmsm.edu.pe/?p=3939

CURSO GRATUITO DEL MIT EN METODOLOGÍAS DE EMPRENDIMIENTO

http://gestionandote.org/curso-gratuito-del-mit-en-metodologias-de-emprendimiento/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+gestionandote%2FHmjH+%28Gestionándote%29

Cursos y Eventos

Curso virtual gratuito de Formulación de Proyectos Sociales 10/03/2018 Dayanny Cursos, Cursos online, Desarrollo Social, Formulación de proyectos, Gestión de Proyectos, Innovación,MOOC, Proyectos, Virtual A través de Emprenden.com en el programa Open E-LEarning se ofrece el curso en línea gratuito de Formulación de Proyectos Sociales. Este curso hace parte de una formación básica y esta disponible para personas de todo el mundo. Los cursos ofrecidos en el programa Open E-LEarning son gratuitos y se realizan en modalidad a distancia (a través de internet), lo cual permite a los alumnos capacitarse en el lugar y horario más conveniente para ellos. Acerca del curso

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En el curso se presenta la información con palabras simples e ideas claras que darán las herramientas para apoyar el desarrollo social de las personas y las comunidades que se benefician de las actividades que las organizaciones realizan. Contenido – Identificación de Necesidades; – Establecimiento de Objetivos; – Elaboración de un Plan de Trabajo; – Análisis de los Recursos; – Ejecución y Evaluación del Proyecto. Detalles del curso Horas programadas: 6 horas Idioma: español Costo: gratuito Para más información e inscribirse en este curso, por favor hacer clic AQUÍ. http://www.emprenden.com/cursos_becas.php?id=152

https://elordenmundial.com

http://www.arcoiris.com.co

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http://vientosur.info Huelga Feminista 8 de marzo

La conquista del derecho a ser: aquí estamos las feministas 10/03/2018 | Julia Cámara

Tiempo habrá de ver hasta qué punto estas potencias llegan a desarrollarse. Por el momento, aquí van algunos elementos de análisis para tratar de comprender colectivamente lo que ha pasado esta semana.

China

Campo libre para Xi Jinping 10/03/2018 | Pierre Rousset

Desde 2012 Xi Jinping se ha arrogado posiciones clave: presidente de la Comisión Militar Central, secretario general del PCC y presidente de la llamada República popular... Unas enmiendas constitucionales le permiten reinar todo el tiempo que quiera...y pueda.

Debates

Sobre Feminismo, Anticapitalismo y Soberanismo 10/03/2018 | Isidro Moreno

Es inconsecuente, o al menos muy insuficiente, aquí y ahora, ser anticapitalista y no ser, a la vez, feminista y soberanista (defensores del derecho de los pueblos y las personas a decidir por sí, libremente, sobre sus asuntos).

Cincuentenario de 1968

El año 1968 10/03/2018 | Jaime Pastor

La paradoja de una derrota política que abrió sin embargo un nuevo período de cambios llevaría a un sociólogo crítico español, Jesús Ibáñez, a concluir veinte años después lo siguiente: Mayo del 68 triunfó mediante su fracaso. Fracasada como revolución, triunfó como reforma.

1818 - 2018

Marx para todos los públicos 09/03/2018 | Iñaki Barcena Hinojal

Hace ahora un año, un grupo de universitarios vascos, jóvenes en su mayoría, nos embarcamos en la tarea de organizar un congreso con motivo del segundo centenario del K. Marx. La "Crítica de la Economía Política", esa herramienta analítica desarrollada por Marx y Engels a mediados del siglo XIX sigue siendo un buen instrumento para entender y tratar de transformar la realidad social.

eltemps.cat | País Valencià

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El catalán debe vertebrar todo el sistema educativo 09/03/2018 | Vicent Mauri

Para nosotros, un programa plurilingüe debía partir de la consideración que el catalán en el País Valencià es una lengua minorizada y que todo el alumnado tiene derecho a dominarlo y estar capacitado para utilizarlo, oralmente y por escrito, en igualdad con el castellano y ser competente en una o más lenguas extranjeras al acabar los estudios obligatorios.

Entrevista con Daniel Tanuro

Trump: un año de trumperias 09/03/2018 | Virginia de la Siega

Más allá de la figura del Presidente, el trumpismo combina un capitalismo salvaje sin caretas, la ascendente barbarie climática, el Estado autoritario y la determinación de mantener la hegemonía imperialista de EE UU.

17º Congreso de la IV Internacional Trabajar para revertir el caos mundial 08/03/2018 | Ernesto M. Díaz

Entre el 25 de febrero y el 4 de marzo de 2018, tuvo lugar el decimoséptimo congreso mundial de la IV Internacional. Representantes de más de 40 países se dieron cita en un pueblo belga con intención de intercambiar análisis y propuestas que refresquen el anticapitalismo mundial.

País Valencià

El mapa político de la Comunidad se escora a la derecha mientras el país se construye por la izquierda y por el derecho a decidir 08/03/2018 | Antoni Infante

Aunque un amigo me aconseja que para ser políticamente correcto tal vez debería decir que se desplaza hacia el centro, la verdad del viaje, valorado con hechos objetivos, nos indica que el desplazamiento va más allá y se escora claramente a la derecha pura y dura, al menos en determinados aspectos.

wordpress.com | Frome (Somerset, suroeste de Inglaterra)

La ciudad que ha encontrado la mejor receta para las enfermedades: la comunidad 08/03/2018 | George Monbiot

Frome, en Somerset, ha visto una gran reducción de los ingresos hospitalarios de urgencia desde el inicio un proyecto colectivo para combatir el aislamiento. El resto del país tiene mucho que aprender.

Huelga feminista 8 de marzo

La conquista del derecho a ser: aquí estamos las feministas- Julia Cámara

De dónde venimos, a dónde vamos- Justa Montero, Haizea Miguela

8M: Ni pedimos ni esperamos - Isa Serra. Sandra Ezquerra. Teresa Rodríguez. Paula Quinteiro

¿Hacia una feminización de las vanguardias?- Julia Cámara

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publico.es | 8 de marzo

De dónde venimos, a dónde vamos 08/03/2018 | Justa Montero, Haizea Miguela

La huelga feminista es un hecho histórico que marca un hito en la revolución que protagonizamos las mujeres. Una revolución que viene de lejos, que no surge de la nada. Para comprobarlo no hay más que recordar las sucesivas manifestaciones multitudinarias del 8 de marzo.

Entrevista a Emma Rees

Rebeldes con causa 07/03/2018 | Joanna Itzek y Hannes Alpen

"No basta con que haya mujeres en altos cargos. Las diputadas y los diputados han de proponer políticas que beneficien a las mujeres y es preciso cambiar las estructuras políticas que excluyen a las mujeres y las minorías".

Capitalismo

Controversias sobre la superexplotación 07/03/2018 | Claudio Katz

Nuestra reconsideración de la superexplotación ha suscitado dos críticas que desbordan el debate sobre las singularidades del salario. La mundialización neoliberal, el sentido de una teoría marxista de la dependencia y el significado político de la categoría discutida son los temas subyacentes

Solidaridad en defensa de las libertades

Visita y charla con el preso político Jordi Cuixart i Navarro en la prisión de Soto del Real 07/03/2018 | Carlos Vila Calvo

La prisión del presidente de la ANC, Jordi Sánchez, y de Òmnium, Jordi Cuixart, no responde a criterios legales sino a un uso ideológico del derecho que pone en evidencia la ruptura con el principio de la separación de poderes en el Estado español

elsaltodiario.com | 8 de marzo

Milenios después la mujer sigue siendo botín de guerra (y II) 07/03/2018 | Roberto Montoya

La ONU tardó 63 años en reconocer la violencia sexual como táctica de guerra, y en muchas de las misiones de pacificación sus propios 'cascos azules' se vieron involucrados en abusos y explotación sexual de niñas y mujeres a las que tenían que proteger

Entrevista a Gilbert Achcar ¿Qué evolución puede tener el proceso revolucionario en Egipto y en Siria? 07/03/2018 | Mathilde Rouxel

El régimen egipcio actual es más represivo que el de Mubarak antes de 2011. Suscita una gran frustración entre la juventud que estuvo en el corazón de las grandes movilizaciones de 2011 y 2013. Siria se ha convertido en el teatro privilegiado de todos los conflictos regionales -e incluso más allá

eldiario.es | 8 de marzo

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8M: Ni pedimos ni esperamos 07/03/2018 | Isa Serra. Sandra Ezquerra. Teresa Rodríguez. Paula Quinteiro

En la actualidad el feminismo es seguramente el único movimiento social con fuerza e influencia suficientes para tener un impacto en el debate público y transformarlo

Tribuna viento sur

Las divergencias encallan la investidura 06/03/2018 | Martí Caussa

Se puede aceptar que el gobierno efectivo que puede haber sea de carácter autonómico siempre que se ponga en marcha la lucha por defender las necesidades económicas, sociales, democráticas y culturales de la población con el objetivo de conquistar la República.

Estado español ¿Por qué no es prioritaria la equiparación salarial de las fuerzas de seguridad? 06/03/2018 | Antea Izquierdo, Acacio Puig

Entendemos que lo que debe caracterizar a las políticas de izquierda es priorizar la atención a las necesidades de los sectores sociales más desfavorecidos y no creemos que las condiciones salariales de las fuerzas de seguridad se encuentren la de los sectores más desfavorecidos.

8 de marzo

¿Hacia una feminización de las vanguardias? 06/03/2018 | Julia Cámara

Con la proximidad del 8 de Marzo han sido muchos los artículos publicados sobre los retos y las potencias del movimiento feminista tanto en el Estado Español como a escala internacional. La segunda Women’ March en Estados Unidos, la iniciativa Me Too en Francia o la entrada en el debate de personajes públicos procedentes del mundo de la cultura han animado la reflexión sobre las diferentes posiciones políticas desde las que se enuncia el feminismo y sobre el alcance de sus reivindicaciones. Las (...)

AGENDA 2030 Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE: UNA OPORTUNIDAD PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/S1700334_es.pdf?sequence=15&isAllowed=y

OFERTA PARA MEXICANOS

La Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) administra y difunde las convocatorias de becas que gobiernos extranjeros ofrecen a mexicanos. https://www.gob.mx/amexcid/acciones-y-programas/oferta-para-mexicanos

REVISTA LETRAS LIBRES

https://www.letraslibres.com/revista-actual

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LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS DE HOMBRES Y MUJERES JÓVENES. UNA APROXIMACIÓN DESDE EL ANÁLISIS DE SECUENCIAS

ALBERT JULIÀ CANO

http://papers.uab.cat/article/view/v103-n1-julia/2290-pdf-es

RESUMEN Sobre la base de la ENCUESTA A LA JUVENTUD DE CATALUÑA 2012, en este artículo se define una tipología de trayectorias educativas de los jóvenes para discernir cuáles son los factores que determinan los itinerarios académicos y en qué medida existen desigualdades significativas de género. Mediante el estudio de secuencias y el análisis clúster, se determinan tres categorías de trayectorias educativas («voluntariosos», «exitosos» y «desertores») que plasman el papel configurador de los factores sociodemográficos analizados. Los resultados obtenidos indican que ser mujer reduce la probabilidad de pertenecer a un itinerario con un alto grado de abandono educativo temprano, y que este se produce más a menudo entre los autóctonos que entre los jóvenes de origen inmigrante. Las mujeres cuyos padres han conseguido grados académicos elevados permanecen en mayor medida en el sistema educativo que los chicos. Los niveles altos de apoyo parental constituyen una mayor garantía en cuanto a la continuidad en los estudios de los jóvenes que el apoyo que proporcionan profesores o tutores.

REPOSITORIO DIGITAL DE LA COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

https://repositorio.cepal.org/handle/11362/43308#.WqKYzN-NOgw.google_plusone_share

VOL. 8 NÚM. 2 (2017): REVISTA CAMBIOS Y PERMANENCIAS

http://revistas.uis.edu.co/index.php/revistacyp/issue/view/636

Carta a los lectores Lina Constanza Díaz Boada 4-10 PDF Letras Relato de ceniza (Verbum, Madrid, 2016) (Novela) Maryse Renaud 11-39 PDF Solidaridades caribeñas en la violenta aventura del Canal de Panamá Maryse Renaud 40-52 PDF Renaud, Maryse. (2016). Relato de ceniza o La vida zarandeada de Cyparis el Superviviente de Martinica a Panamá. Madrid: Verbum, 216 p. Reseña de Gérard Brey Publicada en Les Langues Néo – Latines (Juin 2017), 381, pp. 100-102. Gérard Brey 53-55 PDF Autores Invitados La posguerra en Nicaragua y El Salvador 1990-2000. Violencia y lucha por la tierra Verónica Rueda Estrada 56-84

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PDF Artículos Germán Cardozo Galué: El hombre, la región y la historia Pablo Nigal Palmar Paz 85-102 PDF Relato de ceniza: la zarandeada vida de Cyparis el sobreviviente de Martinica a Panamá, novela de Maryse Renaud. El éxodo rural-urbano y el advenimiento de la modernidad a través del colonialismo y la guerra Jesús David Osorio Mejía 103-123 PDF El motivo del petróleo en la novela venezolana José Amador Rojas Saavedra 124-179 PDF Pensar y representar la muerte: aproximaciones desde Schopenhauer, Freud y Bauman Hernando Escobar Vera 180-211 PDF El vacío y el conjunto vacío en la ontología de Alain Badiou Sergio Andrés Rueda Sánchez 212-232 PDF Ideologías justificatorias y pensamiento progresista. La corta vida y la funesta importancia de las postverdades relativistas Hugo Celso Felipe Alberto Mansilla Ferret d’Arau 233-255 PDF La militarización en Colombia y el papel de Estados Unidos. Evocando la Doctrina de Seguridad Nacional Mauricio Puentes Cala 256-277 PDF Los pueblos urbanos, territorios en disputa ante el proceso de urbanización. El caso del pueblo de San Miguel Carrillo, Querétaro Lorena Erika Osorio Franco 278-305 PDF La evolución del delito en relación con los contextos económicos en la Argentina contemporánea (periodo 1990-2015) Lucia Cid Ferreira, Matías Lorenzo Pisarello 306-336 PDF Orientación educativa: una mirada a las representaciones sociales del orientador y su práctica en la escuela Sthephany Gisell Gamboa Vera, Cristhian David Sainea Moreno 337-378 PDF Modelo de Milleninials emprendedores Cruz García Lirios 379-395 PDF Investigadores en Formación

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El proceso de descentralización educativo en Colombia y sus implicaciones en Peñoncito Magdalena: una mirada desde la experiencia Eylenth Andrea Pinilla Cañón 396-414 PDF Reseñas Bonilla, Heraclio. (2014). Errata y el “bricolage” de la historia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 248 p. Edwin Cruz Rodríguez 415-420 PDF Lanteri, Ana Laura. (2015). Se hace camino al andar: Dirigencia e instituciones nacionales en la “Confederación” (Argentina, 1852- 1862). Rosario: Prohistoria Ediciones, 284 p. Maximiliano Camarda 421-423 PDF Recio Morales, Oscar. (2015). Las Revoluciones Inglesas del siglo XVII y la transformación de las Islas Británicas. Madrid, España: Editorial Síntesis, 254 p. Daniela Alejandra Carrasco 424-429 PDF Memoria Yo arriba, en el infierno Luz Helena Cordero Villamizar 430-443 PDF Artículos de prensa sobre el asesinato de Alberto Pineda Vanegas Luz Helena Cordero Villamizar 444 PDF Carta Alberto Pineda Vanegas 445 PDF Diario de la cárcel Alberto Pineda Vanegas 446 PDF Biografía de Zenaida Osorio Marín Gera . 447-500 PDF Memorias Festival Internacional de Caricatura Megaminería. “No Todo Lo Que Brilla Es Oro”, San Gil – Barichara, octubre de 2017 Organización Festival Internacional de Caricatura 501 PDF Memorias Festival Internacional de Caricatura Megaminería. “No Todo Lo Que Brilla Es Oro”, Cabrera, Santander. Noviembre 2 al 6 de 2017 Organización Festival Internacional de Caricatura 502 PDF Conceptos sobre Megaminería y Festival Internacional de Caricatura “En defensa del territorio, el agua y la vida”. Plan desarrollo departamental, 2016-2019, “En defensa del bien común”. (Agosto 2017). Quindío – Colombia: Consejo Territori

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Organización Festival Internacional de Caricatura 503 PDF Caricatura donada a la Revista Cambios y Permanencias por Arles Herrera "Calarcá" Arles Herrera "Calarcá" 504 PDF Dossier: La interdisciplinariedad en ciencias sociales Presentación del Dossier. La interdisciplinariedad en ciencias sociales: el ejemplo de los estudios sobre Memoria Histórica (versión en español) Iman Benchili, Yuber Hernando Rojas Ariza 505-514 Pdf Dossier Interdisciplinarité en sciences sociales: l'exemple des études de mémoire historique (Version française) Iman Benchili, Yuber Hernando Rojas Ariza 515-521 PDF La guerra de Castas en Península, Península, de Hernán Lara Zavala: el diálogo entre el discurso literario y el histórico Alma Alicia Piña Laynes 522-539 Pdf La realidad comunicable como discurso histórico decimonónico: los indígenas mayas durante la guerra de castas en Yucatán Miriam Edith León Méndez, Emilio Rodríguez Herrera 540-569 Pdf Pluriversidad: Educación superior intercultural para la descolonización de la vida Aquiles Alfredo Hervas Parra 570-594 Pdf Quito en sus voces e imágenes. Aproximación a sus correlatos fílmicos Wladimir Sierra Freire 596-617 Pdf Imaginario urbano y narrativas fílmicas. Quito recorrido desde el lente Sofía Luzuriaga Jaramillo 618-634 Pdf El memorialismo de Joaquim Nabuco. Recursos literarios, fines históricos Diego Alejandro Molina 635-653 Pdf Entrevista com elites políticas em investigação sobre mémoria: potencialidades e dafios do campo Vitor de Angelo 654-678 Pdf Vivencias de la Democracia colombiana: La experiencia de las Organizaciones sociales urbanas Adriana E. Castillo Hernández, Jeison H. Camacho Téllez 679-716 Pdf De víctimas a sobrevivientes: el reto de la reconstrucción de memoria histórica en Colombia Ledis Bohórquez Farfán, Yuber Hernando Rojas Ariza, Priscyll Anctil Avoine

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717-735 Pdf Memoria histórica y pluralidad cultural en México: un nuevo imaginario sobre el pasado “indígena” para un futuro posible Miriam Hernández Reyna 736-768 Pdf Mémoire sans frontières. De l’affaire Guadalajara à la Querelle Argentine: 2008-2017, Espagne Iman Benchili 769-784 Pdf Dossier: III Encuentro Nacional de Historia Oral y memoria Presentación del Dossier III Encuentro Nacional de Historia Oral y memoria: “Usos, construcciones y aportes para la paz” y II Encuentro Distrital de experiencias de Historia Oral: “Archivos, Historias de Vida, Memorias e Identidades”. Bogotá D.C. mayo 18 Fabio Castro B. 785-789 PDF Historias de vida de docentes: Trayectorias de pasados en conflicto, violencia política y escuela. Acercamiento al problema y avances del proceso de investigación Diana Esperanza Páez Robayo 790-805 PDF Educación en derechos humanos desde una perspectiva de memoria histórica. Estudio comparado de experiencias educativas en DDHH y Memoria en 4 instituciones educativas públicas en Santiago de Chile y Bogotá Noemí Pérez Martínez 806-822 PDF Violencia, migrantes y desplazados. El caso del barrio Nuevo Chile Fabio Castro B. 823-844 PDF Historia oral y comunicación: Aportes para la construcción de una teoría dialógica y crítica de la pedagogía del maestro Juan Felipe Nieto Molina 845-857 PDF La fotografía familiar como herramienta para la reconstrucción de la memoria histórica en el colegio Instituto Técnico Industrial Piloto: Avances y contribuciones del semillero de investigación Casa de la Historia Pedro Gómez, Ericson Rojas, John Freddy Rojas Rangel 858-877 PDF La fotonovela en la narración y enseñanza de la historia de barrio: El Cerro Sur del Indio Nelson David Oviedo Rojas 878-909 PDF (Est)ética del horror: imágenes de la “memoria dominante” en Colombia Alexander Aldana Bautista 910-932 PDF Las comisiones de la violencia más allá de la narrativa: Una posibilidad para la memoria histórica y las políticas de la memoria en la superación del conflicto Jessica Santamaría González

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933-948 PDF Las relaciones entre habla y oralidad: Asedios a Michel de Certeau y Jerome Bruner Edison Duván Avalos Flórez 949-963 PDF La historieta de vida como resolución del conflicto escolar Andrés Mauricio Páez Ochoa 964-979 PDF La enseñanza de la filosofía a partir del uso de la historia oral Edna Rocío Cerquera Beltrán, Janneth Ríos López 980-998 PDF Memoria Histórica y Conflicto armado: Elementos para la construcción de una educación para la paz en la escuela colombiana Claudia Yaneth Aponte Grisales 999-1009 PDF La enseñanza de la historia reciente en Colombia y los libros de texto escolar: Apuntes para la construcción de su campo investigativo Liliana del Pilar Escobar Rincón 1010-1026 PDF Aportes de la historia oral a la enseñanza de las ciencias sociales Deyanira del Pilar Daza Pérez 1027-1051 PDF Voces de mujeres y mujeres diversas en la Biblioteca Pública La Victoria Andrés Felipe Bedoya R 1052-1065 PDF De narrativas y representaciones en la escuela: Por cuenta del sistema sexo/género Lucia Platero Borda 1066-1084 PDF De la memoria individual a la memoria histórica razonada e incluyente Ivonne Suárez Pinzón 1085-1108 PDF Hacia una pedagogía de la memoria, el desacuerdo y el acontecimiento: El caso de la galería de la memoria “somos protagonistas de la historia” del Colegio IED Tibabuyes Universal Luis Felipe Caballero Dávila 1109-1124 PDF El Lugar de Memoria: Un espacio para el encuentro de las luchas por la memoria Alejandra María Portilla Arias 1125-1140 PDF Legado de una identidad institucional en el Colegio Francisco Antonio Zea de Usme – IED Marlon Arias Sánchez 1141-1156 Pdf Subjetividades diferenciales en las comunidades locales para la construcción de memoria colectiva

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Nemias Gómez Pérez 1157-1167 Pdf Imaginarios laureanistas Leidy Lorena Chacón Ortíz 1168-1182 Pdf Bioaprendiencia en la práctica pedagógica de una maestra Gladys Restrepo de Zabala 1183-1201 Pdf Los discursos de los docentes en los procesos de memoria Angélica María Valencia Murillo 1202-1216 Pdf La reconstrucción biográfico-narrativa del saber pedagógico en profesores del distrito con más de 20 años de experiencia profesional Nixon Alirio Medina Talero 1217-1233 Pdf Pares Evaluadores Pares Evaluadores

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Ars Poetica ¿Cómo se cuenta lo que pasa?, por Josefina Mastropaolo y Silvia Beatriz Adoue Separatas 150 k: El Capital en Uruguay: lectura, estudio e investigación, por Gustavo Melazzi El quehacer educativo. La palabra de los docentes: entrevista a María Ingold ¿E agora, Brasil?: brasil-brasa-llama: algunas notas sobre la situación brasileña, por Jean Tible El quehacer educativo. La palabra de los docentes: La RosKa y la Privatización Educativa, por Juan Geymonat y Pablo Messina Los de abajo: ¿Un SUNCA clandestino? Pensando un sindicato en plena dictadura, por Sabrina Álvarez y Álvaro Sosa Las armas de la crítica: El mapa y el territorio. Apuntes sobre estrategia, por Rodrigo Alonso Arte Engajado: La Red de Kim Ki Duk, por Silvina Pachelo Retruco: Acerca de los diagnósticos psicotécnicos, las adecuaciones curriculares y la repetición. ¡Qué pobres son los pobres!, por Carina Benoit y Julio Moreira Sobre Rodney Arismendi: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA (parte 2), por Fernando Moyano Artillería Liviana Decálogo de la cintura de un burro campero, por Buenaventura (a propósito de las mochilas del campo) HI Tv Neo-ruralismo uruguayo. Entrevista a Gabriel Oyhantçabal

METODOLOGÍAS EN CONTEXTO Intervenciones en perspectiva feminista/poscolonial/latinoamericana http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20180209122042/Metodologias_en_contexto.pdf

CONVOCATORIA| LA III BIENAL LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA DE INFANCIAS Y JUVENTUDES

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extiende su convocatoria. Investigadores, estudiantes, organizaciones, representantes de política pública y público pueden inscribir sus resúmenes de ponencias hasta 12/03. https://t.co/bn6ZydNFFf https://t.co/PgtF51d4BI

INFOGRAFÍA: ALARMANTE SITUACIÓN DE LOS REFUGIADOS A NIVEL MUNDIAL

https://www.hispantv.com/noticias/sociedad/370274/situacion-refugiados-desplazados-acnur-infografia

LA DEFENSA DE LA FILOSOFÍA COMO LUCHA POR UNA DEMOCRATIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA DE LOS SABERES

POR BRAULIO ROJAS CASTRO, DR. EN FILOSOFÍA.

https://www.elciudadano.cl/chile/la-defensa-la-filosofia-lucha-una-democratizacion-epistemologica-los-saberes/02/28/

Las tensiones disciplinares entre la enseñanza de la filosofía y la estructura institucional de la educación,

tramada hoy en día entre el Estado y el Mercado, han sido un lugar de conflicto, en el cual se excede lo

propiamente filosófico, instalándose como una lucha por una democratización de los saberes en el

curriculum escolar en el país.

Estas disputas adquieren notoriedad en la escena pública a partir del año 2001, cuando el Ministerio de

Educación, a través del Decreto Nº 220 del mes de junio de 1998, redistribuye los tiempos semanales,

anuales y totales vinculados a la Formación General y Formación Diferenciada del curriculum escolar, lo

que se traduce en la disminución de las horas de dedicación a la asignatura de filosofía en el curriculum

obligatorio de formación científico humanista y su eliminación del curriculum Técnico Profesional.

Esta situación movilizó la organización de estudiantes, profesores y académicos por la defensa de la

enseñanza de la filosofía en el país. La Unidad de Curriculum y Evaluación del Ministerio de Educación,

coordinada por Cristian Cox (1997-2006), que revisaría las modificaciones al decreto, tuvo como tarea

elaborar una propuesta que fuese concordada entre los distintos actores, para resolver los problemas que

bloqueaban la implementación de la reforma en la asignatura.

En esta comisión no se pudo acordar una posición consensuada entre sus miembros acerca de lo temas

en conflicto, a saber: 1) La ausencia de coherencia entre los contenidos de los programas de tercer y

cuarto año medio de filosofía en el curriculum de formación general científico-humanista. 2) La omisión

de la asignatura de filosofía en el programa de formación general del área técnico profesional.

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La comisión cerró sus puertas al diálogo, obligando a la movilización de las y los profesores de filosofía,

logrando revertir un decreto ministerial, y consiguiendo mantener la asignatura en la formación

Científico Humanista, pero se perdió del currículo Técnico Profesional y su condición optativa para la

Educación para Adultos

En el informe que remite el Ministerio de Educación a la Comisión de Educación del Senado sobre la

situación de la filosofía en el curriculum escolar el año 2004, se visibilizan dos perspectivas en la

manera de abordar la cuestión de la filosofía. Desde una primera perspectiva, se declara que “la filosofía

es un cuerpo de conocimientos constituido por obras e ideas filosóficas, que son un gran legado cultural-

histórico” [1], lo que significa asumir que hay temas propiamente filosóficos, y autores canónicos que

deben estar presentes, y autores que carecen de ese estatus, lo que implica una decisión política y

epistemológica de lo que es y no es filosóficamente relevante.

Una segunda perspectiva establece que “la filosofía se concibe más bien como un actuar o estar en el

mundo de modo esencialmente indagatorio y explorador”[2], lo que reduce a la filosofía a una serie de

competencias, actitudes y capacidades, que se transversalizan en el curriculum, por lo tanto, no son

relevantes como una disciplina por sí misma, asumiendo que cualquier profesor/a de cualquier área

podría instalarlas en su asignatura específica, lo que hace irrelevante la presencia de la filosofía en el

aula. Ambas miradas, construidas en ausencia y por la espalda de las y los profesores de las aulas

escoalres y de las universidades formadoras de profesores.

En agosto del 2016, estando una nueva reforma curricular en curso, nos enteramos de que estábamos

excluidos del Plan Común, lo que motivo que la Reprofich se rearticulase, generando un movimiento

que consigue que el Mineduc mantenga el compromiso de incluir filosofía en las bases curriculares,

siendo el Consejo Nacional de Educación (CNED) la instancia que rechazó en tres ocasiones las

propuestas curriculares surgidas desde la Unidad de Curriculum del Ministerio. Es esta entidad, que

situándose como un poder fáctico, la que se sobrepone a las discusiones, decisiones y acuerdos logrados

por los actores vinculados al sistema educacional chileno.

El actuar del CNED, tal como lo fue en su momento y en otro contexto, el Consejo de Seguridad

Nacional (COSENA) y aún el Tribunal Constitucional, se devela como una instancia de decisión

antidemocrática, por lo que es necesario revisar su rol, su composición y sus atribuciones, más allá de

este caso. No sólo la filosofía está en peligro de ser minorizada en su rol formativo integral, lo mismo ha

sucedido con las asignaturas de arte, ciencias, orientación, historia, música, atentando contra la

democratización de los saberes, y el derecho de todos y todas las y los niños y jóvenes de acceder a una

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formación escolar integral.Una vez más, las ciencias sociales, las artes y las humanidades, son

despreciadas por la tecnocracia educacional.

Quienes trabajamos en el campo de la filosofía, tanto en el nivel escolar, como en el nivel universitario,

tanto en docencia como en investigación, tenemos la convicción de la relevancia de su presencia en el

currriculum escolar, toda vez que aquello que posibilita la enseñanza filosófica, más allá de contenidos y

autores específicos, es una mirada cuestionadora, crítica y analítica del entorno social en el cual un

individuo vive, permitiendo la construcción de una sociedad más democrática, que sobrepase los marcos

de esta democracia tutelada por el autoritarismo económico imperante.

Lo que defendemos está en concordancia con las recomendaciones de la UNESCO en relación al valor

que se le asigna a la enseñanza y promoción de la filosofía: “La filosofía es una ‘escuela de libertad’ ya

que no sólo elabora instrumentos intelectuales que permiten analizar y comprender conceptos

fundamentales como la justicia, la dignidad y la libertad, sino que además crea capacidades para pensar

y emitir juicios con independencia, incrementa la capacidad crítica para entender y cuestionar el mundo

y sus problemas y fomenta la reflexión sobre los valores y los principios”. [3]

Esto fue enunciado por primera vez en la Comisión Preparatoria de la primera Conferencia General de la

Naciones Unidas (1946), luego en la Conferencia General de 1950, y ratificado en la Declaración de

París en favor de la filosofía (1995). En él es posible constatar a lo menos tres formas para abordar la

enseñanza de la filosofía. La primera de ellas vinculada a la comprensión y análisis de conceptos, la

segunda vinculada a la adquisición de capacidades para pensar y emitir juicios, y una tercera en la que se

indica con claridad que la culminación de este proceso considera entender y cuestionar el mundo y sus

problemas.

Estas declaraciones internacionales acerca del rol de la enseñanza de la filosofía en el sistema escolar

nos permiten indicar que la negativa del Mineducen su momento, del CNED ahora, por discutir los

problemas teóricos tras la disminución de la enseñanza de la filosofía en el curriculum escolar del país,

invisibiliza a lo menos dos grandes dimensiones que debe considerar toda construcción curricular: la

primera de ellas, de orden epistemológico, que en este caso considera dilucidar en qué consiste el

ejercicio filosófico distinguiendo entre lo teórico, actitudinal y procedimental que desarrolla, y que hace

de su ejercicio una acción propia, no sustituible por otro saber; y una segunda dimensión de orden

político, que cuestiona el «valor» que el propio Mineduc atribuye a la filosofía en el curriculum escolar,

y en la formación de los ciudadanos del país.

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Las decisiones curriculares son siempre una cuestión eminentemente política, toda vez que el curriculum

hace referencia a aquellos saberes que una sociedad o cultura determinada consideran dignos de ser

trasmitidos y preservados de una generación a otra, por lo cual, lo que queda fuera del curriculum puede

ser considerado como un tipo de saber que no tiene un estatuto tal que se considere necesario para ser

resguardado. Por ello, es necesario situar la defensa de la filosofía más allá de una mera defensa

corporativa. Se trata de resguardar la necesaria democratización epistemológica en la difusión y el

acceso a los saberes. Se trata de promover una sociedad democrática, no sólo formal, sino que se expresa

en la libertad a acceder de manera igualitaria al saber para los niños y niñas de Chile.

NOTAS

[1] Informe del Ministerio de Educación a la Comisión de Educación del Senado sobre la Situación de

Filosofía en el curriculum nacional al Senado, “Filosofía en la educación Escolar Chilena”, abril 2004, p.

4.

[2] Idem.

[3] Informe del Director General UNESCO relativo a una estrategia intersectorial sobre la filosofía,

2005.

https://distintaslatitudes.net

AYOTZINAPA: LA OTRA HISTORIA

https://desinformemonos.org/ayotzinapa-la-otra-historia/

Especial 8 de marzo MUJERES TRABAJADORAS: GÉNERO, SALUD MENTAL Y DERECHOS HUMANOS https://www.topia.com.ar

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V JORNADAS: “POLÍTICA DE MASAS Y CULTURA DE MASAS EN AMÉRICA LATINA” 2018 – PRIMERA CIRCULAR

https://revistahistoriaparatodos.wordpress.com/2018/03/06/v-jornadas-politica-de-masas-y-cultura-de-masas-en-america-latina-2018-primera-circular/

RESEÑA DE CONTRAPSICOLOGIA. DE LAS LUCHAS ANTIPSIQUIÁTRICAS A LA PSICOLOGIZACIÓN DE LA CULTURA. ROBERTO RODRIGUEZ LÓPEZ (EDITOR).

EDITORIAL DADO, COLECCIÓN DISTANCIAS 2: MADRID, 2016

En defensa de una psicología crítica http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238780 Luis Roca Jusmet Rebelión

El libro que nos ocupa hay que situarlo en el esfuerzo crítico de una serie de filósofos, sociólogos y psiquiatras, principalmente, de combatir ideológicamente la psicología académica e institucionalmente Antpsychologicum (Virus, 2006) puede considerarse un precedente en el empeño ( unos cuantos articulistas escriben en ambos) pero Contrapsicología , manteniendo el enorme interés del anterior, le gana en elaboración rigurosa. Es un libro que recoge un conjunto de artículos heterogéneos pero siguiendo un hilo conductor muy coherente. En este sentido, felicitaciones al coordinador, el profesor universitario de psicología social Roberto Rodriguez López, que realiza además un magnífico prólogo. La obra está muy bien estructurada en cuatro secciones : Historia, Epistemología, Ámbito Institucional y Ámbito Cultural. He de decir que ni uno solo de los artículos tiene desperdicio, los he leído todos con mucho interés. Voy a hacer una referencia a todos ellos y dejaré para la segunda parte de la reseña el comentario más pormenorizado de los que me han despertado mayor atención.

En la primera sección, al margen del de Nikolas Rose (que dejo para el final) tenemos un análisis histórico, escrito por Oscar Daza sobre el papel de la psicología en EEUU entre los años 1900 y 1940 que pone de manifiesto su lado más oscuro como instrumento de control social. Seguidamente, Fernando Álvarez-Uria, bregado sociólogo crítico, muy influenciado por Foucault ( del que fue un gran divulgador), nos ofrece una serie de materiales históricos de la primera mitad del siglo XX: sociología del sujeto ético individual, literatura sobre la interioridad del yo (Herman Hesse, sobre todo) y el psicoanálisis. Materiales que servirán para hacer una genealogía de la experiencia de un yo aislado, separado del mundo exterior, con la promesa de un universo interior personal e intransferible que hay que explorar y descubrir. En la sección de epistemología (al margen de Ian Parker y de Francisco Vázquez García) tenemos un trabajo crítico sobre las clasificaciones diagnósticas del CIE y, sobre todo del DSM en su V edición. Indispensable para entender lo que es realmente y los intereses que esconde la considerada biblia de psiquiatras (y que podríamos generalizar a psicólogos, médicos, educadores sociales...).

Respecto a los escritos del ámbito institucional (dejando para el final el de Julio Rubio). Comenzaremos por Mario Domínguez , que escribe un sugerente texto sobre el sistema jurídico penal y las ciencias psi y su alianza hacia un Estado penal. Eduardo Crespo y Amparo Serrano Pascual nos explica como a partir de la psicologización del malestar creado por la precariedad se consigue despolitizar el problema y trasladarlo a la esfera del supuesto desajuste individual. Teresa Cabruja-Ubach entra en terrenos más polémicos con la argumentación de una hipótesis fuerte: las ciencias psi ejercen implícitamente, en sus discursos y prácticas, formas de violencia de género. Guillermo Rendueles, con una amplia trayectoria en la psiquiatría crítica hace una reflexión crítica sobre la medicalización postmoderna de la vida, Los problemas humanos, su propia experiencia, queda reducida a expresiones de trastornos que requieren la intervención del médica, del psiquiatra o del psicólogo. El fracaso de las luchas de la antipsiquiatria en los años 80 tiene mucho que ver, para el autor, con este estado de las cosas.

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En los análisis del ámbito culturales hay también aportaciones muy destacadas. Empezando por el artículo escrito por el coordinador, Roberto Rodriguez López sobre el papel de la literatura de autoayuda en la gestión de las subjetividades en el proyecto neoliberal. Junto al de Jan de Vos (que insiste en el mismo tema y luego comentaré, tenemos el artículo conjunto de (S) García Dauder y Patricia Amigo Leache, que cuestión el sexismo de la ideología que se escuda en las neurociencias y que se manifiesta a través del programa Redes de Eduardo Punset. Finalmente Santiago López Petit concluye con un texto potente en el que reivindica con fuerza la radicalidad la politización de su verdad biográfica.

Paso ahora a los artículos que, sin desmerecer a los otros, me han llamado más la atención. El primero es el de Nikolas Rose, sociólogo inglés que ha elaborado un trabajo teórico y empírico muy interesante desde el camino abierto por Foucault con su noción de biopolítica. Hay que destacar que solo hay un libro traducido al español del autor ( que además no se distribuye en España) que es Políticas de la vida. El resto son artículos como el que me ocupa, "La psicología como ciencia social" (escrito en el 2008). Un texto que aborda una genealogía de la aparición de la psicología como ciencia social de lo individual desde su contexto sociopolítico ( malestar social, importancia educación, publicidad, marketing) y con una función normalizadora. Ello en el contexto histórico de las sociedades liberal-democráticas en su proyecto de introducir unos modelos determinados de racionalidad para moldear a los sujetos. Ello a través de una interiorización de los conceptos y discursos de la psicología a nivel cotidiano e institucional y a la aparición de un dispositivo académico importante : revistas, manuales, titulaciones, colegios profesionales, departamentos universitarios. Se trata entonces de entender que son las prácticas elaboradas para gobernar las conductas (en la escuela, la fábrica, cuartel, prisión, hospital ) las que llevan a la creación de la psicología como ciencia social. Porque de lo que se trata es de dar pautas sociales para la adaptación a la sociedad, paralelamente al médico que dará las pautas biológicas, y de diseñar mecanismos para corregir las anomalías. Psicología es, entonces, un híbrido entre lo administrativo y lo filosófico, aunque tiene un papel preciso: administrar la conducta de los sujetos en el seno de la variedad de proyectos políticos que aparecen en el siglo XX. Pero lo que se pregunta finalmente Nikolas Rose ( y la respuesta, como demuestran sus trabajos posteriores, será afirmativa) sino pasaremos del siglo de la psicología y la mente (siglo XX) al de las neurociencias y el cerebro (siglo XXI). Hay también otro artículo del psicólogo crítico también inglés, que es Ian Parker. Investiga en su artículo sobre los modelos de locura ( biologista, cognitivo-conductista, sistémico y psicoanalítico) para abordar sus diferencias epistemológicas y ontológicas y a y las derivaciones prácticas que implican. Pero es muy interesante como abre el problema a la noción de justicia social aplicado a la locura, que consistiría en abrirse a un quinto modelo que sería el que se elabora desde la voz de los propios locos. Se trata entonces de no aceptar el dominio de los expertos. Y también en situar su problemática en el contexto de una sociedad que, como bien analizó Marx, es una sociedad alienada.

El artículo de Francisco Vázquez García , en el ámbito de la epistemología como el anterior, es el que puede considerarse más estrictamente filosófico. Tiene un interés excepcional, porque nos permite aproximarnos a los trabajos de un gran y desconocido filósofo francés del siglo XX, Georges Canguilhem (1904-1956). Ya en el año 1956 di{o una conferencia en la que cuestionaba el estatuto epistemológico de la psicología y ponía de manifiesto su papel clave dentro de los mecanismos de control social. En el primer aspecto señaló su incapacidad para construirle manera autónomo su objeto de estudio y hace una genealogía de la psicología a partir de esta dispersión. Posteriormente va elaborando esta crítica a partir de problematizar la noción conductista de adaptación y de abordaje del comportamiento como respuesta a un estímulo. Por el contrario, Canguilhem, va armando la noción de normatividad vital, para hacer referencia a la manera como los organismos vivos (entre los cuales el hombre) va creando una manera propia de afirmar su autonomía frente al medio. También se muestra crítico con trasladar la noción biológica de adaptación a la sociedad. También criticó con rigor el reduccionismo de las neurociencias y los excesos farmacológicos. Criticó la medicina y la psiquiatría pero sin caer en las posiciones de la antipsiquiatría o la antimedicina. Pero también Georges Canguilhem apuntaba que otra psicología era posible. Excelente introducción a Georges Canguilhem, en todo caso, y a su rigurosa crítica de la psicología.

Jan de Vos sobre los procesos de psicologización y neurologización en la época digital. En la primera parte apunta como la literatura de autoayuda y la psicología popular acaban concluyendo en la necesidad de un experto, que es el psicólogo, que es el Gran Otro que te enseñará como gestionar tu vida. El paso al dominio de las neurociencias continua con el mismo planteamiento, pero situando la gestión en la supuesta materialidad del cerebro. Dice supuesta porque conduce a la digitilización, ya que el cerebro aparece como un espacio virtual. Hay un proceso en el cual uno se convierte en una

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especie de agente separado de si mismo, que es el objeto a gestionar con la ayuda de los expertos. Pero hay en el fondo, en nuestro interés por la psicología y la neuropsicología una especie de intento reconectar con un yo y un mundo real del que la modernidad parece habernos separado. Un artículo muy sugerente.

Hay finalmente un artículo desgarrador, vital, que no tiene nada que ver con los anteriores pero que nos golpea más que ninguno. Se trata de la "Criminalización de la infancia", testimonio de Julio Rubio Gómez que ningún psicólogo, educador social o profesor de adolescentes debería dejar de leer. Una interpelación de la que no nos deberíamos evadir.

Reseña de libro Carnaval de sangre: Microcuentos y otras brevedades de la palabra, de Ana María Fuster Lavín

Wilkins Román Samot Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238781 Ana María Fuster Lavín (Puerto Rico, 1967-) escribe. Lo esa desde una variedad de géneros literarios, tales como la poesía, el cuento, la microhistoria, el ensayo, la novela y el reporte de prensa. Formada en la Universidad de Puerto Rico en Música y literatura (M.A., Estudios Hispánicos), Ana María ha forjado una literatura que refleja su formación universitaria en la profundidad con la que escribe, pero también su mirada cotidiana a la vida y de la vida en su relación con el amor y la muerte, y la propia existencia.

Su trabajo creativo ha sido publicado en su país de origen, Puerto Rico, y en Cuba, República Dominicana, México, Uruguay, España, Argentina, Suecia, Francia e Italia. Parte de su obra creativa ha sido traducida al inglés, portugués e italiano. Su obra también ha sido premiada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (Verdades caprichosas, 2002; El libro de las sombras, 2006) y el Pen Club de Puerto Rico (Réquiem, 2005).

Carnaval de sangre: Microcuentos y otras brevedades de la palabra (2015), es su última colección de micro-relatos, una combinación de microcuentos y microhistorias. En una entrevista que le realizamos en el 2016, Fuster Lavín nos dice al respecto:

“Este libro se trata del carnaval nuestro de cada día, desde todos los aspectos de lo que somos, lo que aceptamos que somos y lo que ocultamos de ese lado oscuro que todos tenemos, es poesía, es realidad cruda, es romántico, también tierno y muy cruel y caprichoso. Un carnaval de pinceladas de lo que somos, incluyendo las pesadillas, pasiones y temores. Esas son las máscaras del carnaval. Por eso mismo dividí el libro en cuatro partes:

I. Sin ojos: habitantes de la ciudad silente — es crítica social, urbana, humor negro, reflexión sobre las rutinas, la apatía social ante los ‘otros’, y siempre, la soledad, la falta de solidaridad, la falta de equidad.

II. Bajo la cama: trece días en el abismo y un final feliz — (que fue la primera parte que escribí del libro) es un cuento gótico-sicológico-erótico (fragmentado) dividido en microcuentos, sobre una mujer que ha enloquecido, la soledad como refugio al haber matado a su familia que no acepta su lesbianismo (por razones religiosas), en las noches se transporta junto al insomnio (que es un personaje fantasmagórico) a otro mundo laberíntico debajo de su cama. Hasta que se reconoce a sí misma, a su amor, y comienza a liberar sus miedos, sintiendo nuevamente la fuerza de amar, de la pasión.

III. Carnaval de voces y sueños: amores caníbales — esta sección son micros que entran en la metaliteratura, el acto de escribir, de las voces que nos hablan y nos obligan, sobre la creatividad, también es son lírico, gótico, erótico, divertimentos, algunos crueles también.

IV. Los placeres de la muerte: carnaval de sangre — esta parte regresa a la atmósfera de la primera con pinceladas también de las dos anteriores, trata el lado cruel del ser humano, mucho humor negro,

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que refleja nuestros dolores, que critica nuestro lado oscuro, a veces el más ridículo hasta siempre en una cuerda floja entre la cordura y la locura.” (Román Samot 2016).

Carnaval de sangre, contiene en total unos 58 relatos, que ha decir de Ricardo Rodríguez Santos, “dialogan entre sí” (Rodríguez Santos 2016). La colección, publicada por la editorial de EDP University, es prologada por Emilio del Carril. Es Del Carril quien en su prólogo destaca el “marcado acento poético” que distancia los micro-relatos de Ana María.

“Gol” es el título del primer microcuento que contiene la colección. En éste, Ana María nos relata la vida culminante de Juan Claudio Morales Villa. Es la historia triste y con final de un portero boricua apostado por su familia al fútbol, todo por una mejor calidad de vida. Es, a su vez, ese final predecible, pero que no por tal pueden ver los habitantes de la ciudad silente, aquella que no le puede ocultar a él el recuerdo continuo de “la cara de aquel niño y su gatito, a los que atropelló borracho con la motora de su vecino; a quien sentenciaron a tres años de cárcel, de la cual el pobre hombre acaba de salir”.

A la segunda parte de Carnaval de Sangre pertenece “Quererse en silencio”. Es la confesión de amor de Insomnio consigo mismo: “Se miró al espejo, yo soy mi amor”. Se trata de ese juego de la vida que no es otro que el que resulta del encuentro del ser humano con su placer al descubrir el deseo siempre soñado:

“Insomnio se recostó, dos manos lo palpaban suavemente. Cuatro manos, seis, ocho, diez manos tocándolo rítmicamente. Le crecían los senos, se le endurecían los pezones, se le curveaban las caderas. Descubrió ese deseo: el siempre soñado. Fue sintiendo entre sus piernas un enorme laberinto en el que entraban todas las manos, también pasó sus dedos y descubrió la humedad de ser ella, de todos los dedos acariciando su vulva. Alcanzó el más gozoso orgasmo, y gritó tan fuerte que cayó de cantazo sobre la cama enredada a sus sábanas moradas, abrazada a su amado Insomnio. A fin de cuentas, todo fue consecuencia de aquella manía de quererse en silencio.” (negritas nuestras)

Ana María dedica uno de sus micro-relatos a Ivania Zayas. Más que un microcuento es una microhistoria del tránsito a la inmortalidad de Ivania. Es también una denuncia al silencio cómplice: “Los silencios pintaron de muerte la medianoche”. Se intitula: “Balada del silencio”. Fuster Lavín nos recuerda que Ivania no iba sola, pues estaba acompañada de la vida; a su decir: “También la vida sola cruzaba tomada de tu mano.” A su vez, Ana María nos recuerda que las canciones de Ivania “siguen lloviendo como pétalos en tiempo de balada a la eternidad, y él ya no existe.”

Si “Balada del silencio” es un micro-relato con perspectiva de género, “La viuda cuentista” es uno con perspectiva de clase y de género. Este último pertenece a la cuarta parte de Carnaval de sangre. Es una mirada crítica a quienes escriben desde el privilegio, o a quienes describen el privilegio desde sí mismo. Su final, no deja de ser una alentadora lectura con perspectiva de género:

“Llamó a su nuevo amor, mientras acariciaba el frasco de arsénico en la mano. Le preguntó qué pensaba sobre la literatura. El hombre le confesó que solo le gustaban las novelas pornográficas, lamentablemente él estaba demasiado cerca del balcón.”

Finalmente, cabe señalar y resaltar que Carnaval de sangre contiene una serie de micro-relatos que conversan con otros paisanos o autores contemporáneos a Ana María. Me refiero a que los dedica a David Caleb Acevedo, María de Lourdes Javier, Pabsi Livmar, José Ovejero, Francisco Font-Acevedo, y a su propio prologuista, Emilio del Carril. Los micro-relatos de Fuster Lavín retan a reflexionar con y entre nosotros, e invitan a cuestionar, a romper el silencio y con el silencio, y a superar nuestras propias sombras, nuestros propios temores y secretos. Vale la pena aprender leyéndoles.

Referencias:

Ricardo Rodríguez Santos, “Carnaval de sangre, de Ana María Fuster Lavín”, en Letralia, Tierra de Letras, Venezuela: 10 de junio de 2016 (https://letralia.com/lecturas/2016/06/10/carnaval-de-sangre-de-ana-maria-fuster-lavin/, accedido: 25 de febrero de 2018). ISSN: 1856-7983

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Wilkins Román Samot, “Entrevista a Ana María Fuster Lavín, escritora y editora puertorriqueña: ‘La literatura puertorriqueña me ha marcado desde pequeña y me obliga’”, en Rebelión, España: 12 de enero de 2017 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221563, accedido: 3 de marzo de 2018).

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

LA LARGA DURACIÓN DE THEOTÔNIO DOS SANTOS

Carlos Eduardo Martins Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238857 El pasado 27 de febrero, en la ciudad de Rio de Janeiro Brasil, falleció de cáncer de páncreas el intelectual marxista Theotônio dos Santos. Pensador latinoamericano destacado quien junto con Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra, es considero también como fundador de la teoría marxista de la dependencia. Theotônio luchó incansablemente por la soberanía de nuestros pueblos, por la democracia y por el socialismo. Fue, además, uno de los más importantes referentes del enfoque del sistema-mundo.

Cuadro dirigente de la POLOP, Theotonio fue profesor en la Universidad Nacional de Brasilia (UnB), de la que fue sumariamente despedido con el golpe de 1964, por Zeferino Vaz, entonces interventor nombrado por el mariscal Humberto Castelo Branco. Sólo se reincorporó a esta universidad en 1987 cuando, tras la amnistía política, recuperó sus derechos laborales. Sentenciado a prisión por la dictadura militar del gran capital, Theotônio salió de Brasil después de dos años de vivir en la clandestinidad, siendo contratado por el Centro de Estudios Socioeconomicos (CESO) de Santiago de Chile, por recomendación de Florestan Fernandes, donde asumió la dirección de investigaciones en 1968 y la dirección general en 1972. El CESO se transformó en uno de los principales centros de elaboración de la izquierda mundial en los años 1970 reuniendo, entre otros militantes e intelectuales, a Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra, Orlando Caputo, André Gunder Frank, Martha Harnecker, Emir Sader, Marco Aurelio Garcia, Cristóbal Kay, Tomás Vasconi e Ines Recca.

En Chile, Theotonio participó activamente en apoyo al gobierno de Allende y de la Unidad Popular, por lo que sufrió un segundo exilio, siendo intimado a presentarse inmediatamente al gobierno de la Junta Militar, bajo pena de fusilamiento. Él se refugió inicialmente en la Embajada de Panamá que, debido a sus pequeñas dimensiones, fue trasladada a la casa que recientemente él había comprado y que posteriormente le fue expropiada para ser transformada en centro de tortura de la DINA. Después de meses de negociación consiguió salvoconducto para dejar el país, estableciéndose en México, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde continuó con sus estudios. Allí se convirtió en profesor titular de las Facultades de Economía y de Filosofía; coordinó el doctorado en economía y dirigió el Departamento del Seminario Permanente sobre la Economía (SEPLA). De regreso a Brasil, fundó el PDT (Partido Democrático Trabalhista) tras participar del encuentro de Lisboa. Se postuló como candidato a gobernador en 1982 y como Diputado Constituyente en 1986, ambos por Minas Gerais. Después de retirarse de la UnB dictó clases en la Universidad de París VIII en 1991 y en la Universidad de Ritsumeikan, Kyoto, en 1992. En 1994 se convirtió en Profesor Titular del Departamento de Economía de la UFF (Universidad Federal Fluminense) y posteriormente fue nombrado Profesor Emérito. Dirigió la Cátedra sobre Globalización y Desarrollo Sostenible de la UNESCO-ONU realizando dos grandes encuentros internacionales en Río de Janeiro, entre los años 2003 y 2005 que reunieron, en cada oportunidad, cerca de 70 de los mayores intelectuales de la izquierda contemporánea con amplia cobertura en la prensa nacional e internacional.

Theotônio fue quien más internacionalizó la teoría marxista de la dependencia, concibiéndola como la primera etapa de la construcción de un enfoque global que partiera de la periferia y rompiera con el eurocentrismo. Él entendía el marxismo como un pensamiento de vocación universalista que estaba, en cierta medida, en contradicción con los propios marxistas, ya que necesitaba dialectizar la inmensa suma de conocimiento crítico fuera de este campo, no pudiendo reducirse a una secta o a una doctrina. De ahí viene su apertura crítica a autores como Braudel, Schumpeter y Polanyi y su proyecto

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de constituir una teoría marxista del sistema mundo, acercándose con convergencias y diferencias a autores como Immanuel Wallerstein, Giovanni Arrighi, Samir Amin y André Gunder Frank.

En el pensamiento latinoamericano introdujo conceptos claves para analizar las contradicciones del capitalismo contemporáneo como los de revolución científico-técnica y ciclos de Kondratiev, destacando las tendencias de larga duración que afirmaban la crisis de la hegemonía estadounidense, pero que hacían su imperialismo cada vez más peligroso, mientras que no fuera contenido por fuerzas sociales avanzadas. Sin embargo, se entusiasmaba con las perspectivas de una nueva geopolítica global, articulada por las fuerzas del Sur que retomarían el espíritu de Bandung bajo nuevas bases. En esta geopolítica tendrían papel destacado China y las nuevas potencias de dimensión continental, como Rusia, India, Brasil y Sudáfrica que, impulsadas por fuerzas de izquierda, centroizquierda y por el capitalismo de Estado, podrían hacer prevalecer el hinterland sobre las potencias atlánticas anglosajonas y europeas, diseñando las bases de una civilización planetaria mucho más inclusiva, democrática, pacífica y plural. Los golpes de Estado en América del Sur, desencadenados para desmontar esta alternativa, constituyen sólo una etapa más de la lucha abierta entre geopolíticas en confrontación que no se ha cerrado puesto que está en curso y probablemente dure décadas.

Sus libros anticipan y analizan estas tendencias constituyéndose en una referencia estratégica para la interpretación de la larga duración del capitalismo y su dinámica prospectiva. La crisis de la hegemonía estadounidense, del liberalismo político, la emergencia de una nueva geopolítica global desafiante del poder anglosajón; todo esto ya estaba presente en las obras de Theotonio a principios de los años 1970. De particular importancia es Imperialismo y dependencia (1978), reeditado por la Biblioteca Ayacucho en 2011, acompañado de un prólogo que escribí a petición del autor, donde sistematiza sus análisis de los años 1960-70, profundizados posteriormente en Revolução científico-técnica e capitalismo contemporâneo (1984), Revolução científico-técnica e acumulação de capital (1987), Economia mundial, integração regional e desenvolvimento sustentável (1993), Teoria da dependencia: balanço e perspectivas (2000), Do Terror à esperança: auge e declínio do neoliberalismo (2004) y en su último libro, Desenvolvimento e civilização: homenagem a Celso Furtado (2016).

Contrariamente a las posturas de Fernando Henrique Cardoso (FHC), la obra de Theotônio denuncia la mediocridad del capitalismo dependiente. Mientras FCH se impresionaba con los índices provisionales de crecimiento y desarrollo, expresados en el "milagro económico" de la dictadura militar, con la capacidad de inclusión que proporcionaría, y con su potencialidad democrática, una vez minimizados los "anillos burocráticos" en la lenta re-democratización y transfiriendo el poder político de la "burguesía estatal" para las transnacionales y el empresariado asociado. Theotônio destacó el carácter desigual y superexplorador, las limitaciones democráticas y la fuerte propensión al subdesarrollo de una burguesía que abandonó cada vez más la industria y las pretensiones de soberanía tecnológica para dedicarse a la financiarización y al agronegocio. Enfatizó que el neoliberalismo implicaba una fuerte intervención estatal y su control por una oligarquía burguesa rentista que está ampliando las amenazas a la democracia en América Latina y en el mundo.

Cardoso hizo lo que pudo para derribarlo y anularlo, pero no lo logró. Adepto del desarrollo dependiente y asociado, le imputó un estancamiento que jamás estuvo presente en sus trabajos. Pero mientras FHC se involucró en las tramas contra los pueblos latinoamericanos en el piso superior de las formaciones sociales, constituido por las transacciones entre el Estado y los lobbies empresariales, la vida pública de Theotonio siempre estuvo vinculada a las luchas por la democracia y contra el poder hegemónico del imperialismo y del capital en el mundo. Hoy, a pesar del gran poder de articulación que disfruta, de jactarse de poseer uno de los mayores think thanks de América Latina y dirigirlo para derribar a gobiernos populares electos democráticamente, FHC tiene un prestigio muy inferior al de Theotônio en los medios académicos brasileños, latinoamericanos y, quizás, mundiales, y no sólo debido a razones políticas.

El golpe de 2016 en Brasil y la dinámica de un Estado de excepción en curso evidenciaron las propensiones fascistas en condiciones de dependencia que Theotônio tanto denunció en sus trabajos. De gran importancia será la pronta publicación en Brasil de Socialismo o fascismo: el nuevo carácter de la dependencia y el dilema latinoamericano, clásico donde Theotonio renueva la teoría del fascismo, mostrando el núcleo duro de este fenómeno, sus variaciones históricas y las compatibilidades posibles con el liberalismo.

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Theotonio, Vania y Ruy no tuvieron tiempo para vivir lo que más querían: la época en que la teoría de la dependencia fuese pieza de museo. Pero si Theotonio se va físicamente de este mundo, el sueño de un socialismo democrático y la continuidad de su obra, vasta y compleja, permanecen como desafío abierto para las nuevas generaciones y para los muchos que directa o indirectamente ha influenciado.

Carlos Eduardo Martins es doctor en Sociología por la USP, profesor en el Programa de Estudios sobre Economía Política Internacional (UFRJ), coordinador del Laboratorio de Estudios sobre Hegemonía e Contra-Hegemonía (LEHC/UFRJ).

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA, CONOCIMIENTO REAL Y NATURALEZA EN LA ÉTICA

Agustín Ortega Cabrera Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238858 Como se sabe, hoy vivimos en tiempos de posverdad. En donde lo real y verdadero es construido por los diversos medios de comunicación, de opinión y redes sociales, que están en las manos predominantes de los poderes fácticos de todo tipo. La posverdad es alentada por modernidades, idealismos o postmodernidades con su individualismo y, su consecuencia, el relativismo. Ya no importa la esencia y naturaleza de las cosas, de lo real y humano. La verdad es sometida a la construcción cultural, social e histórica de las diferentes fuerzas e influencias que aspiran a controlar al poder, a detentar la hegemonía. ¿Pero es acaso importante lo real y verdadero, esta esencia y naturaleza de la realidad, por ejemplo en el campo de la ciencia y del conocimiento? Algunas corrientes, que se pretenden científicas, afirman que la materia y la realidad no existen, que todo es fluido, líquido y energético; que todo depende de nuestro punto de vista u observación. En esta línea, así caracterizó Z. Bauman a nuestra sociedad y mundo líquido.

¿Puede haber pensamiento crítico, ético y liberador sin está búsqueda de la verdad y de la realidad, la verdad real? Veamos pues. En un apasionante diálogo de Einstein con Bohr, denominado “el gran debate acerca de la realidad”, se estuvieron abordando todas estas implicaciones científicas y filosóficas. Se trataba de la trascendental cuestión de describir la naturaleza misma de la realidad. Y con toda razón, frente a todos estos idealismos e individualismos relativistas, Einstein no admitía el que “cosas no existen si no las estamos observando”. Afirma que “eso que llamamos ciencia se ocupa de decir qué es la naturaleza”. Trata de comprender la realidad tal como es, con sus características intrínsecas, independientemente de quién y cómo la observara. El mismo Einstein muestra que si uno no comienza con la persuasión de que el mundo es real, no se puede hacer ciencia, que existen unas causas y finalidades de lo real.

Esta actitud de búsqueda científica y honrada de lo real, en forma poética, se expresa muy bien en este himno del científico y pensador T. de Chardin. “Bendita seas, impenetrable materia, tú que, tendida por todas partes entre nuestras almas y el mundo de las esencias, nos haces consumir en el deseo de atravesar el velo inconsútil de los fenómenos”. Como es sabido, la actitud científica e intelectual de genios como Einstein, en sus anhelos de verdad, no estaba separada de su vida ética y militancia social. Profundo admirador de Gandhi, y como lo estudió F. Fernández Buey, Einstein desarrolla una ciencia con conciencia. En la búsqueda de la paz, de la justicia y de la equidad en la distribución de los bienes que le llevo a oponerse al mal e injusticia del capitalismo

Todo ello es lo que pretende conseguir la ciencia: conocer la realidad como es, no admitiendo ningún tipo de relativismo irracional; con el valor universal del conocimiento, en una serie de principios epistemológicos y filosóficos. En el conocer lo que son las realidades (principio de identidad), por ejemplo, lo que es la economía. Y que no puede ser otra cosa a la vez (principio de no contradicción). La economía no es lo mismo que la poesía. En esta línea, la realidad tiene una razón suficiente, unas razones y causas que la originan. Siguiendo nuestro ejemplo, la vida económica responde a nuestra

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constitutiva naturaleza biológica, material y corporal. El ser humano requiere de esos bienes y recursos que, con unas condiciones sociales e históricas, deben satisfacer las necesidades vitales que tenemos como es, por ejemplo, la alimentación.

Estas cuestiones científicas y filosóficas, que podrían parecer muy teóricas o abstractas, como se puede comprobar (en realidad) son de sentido común y vitales. ¿Podemos afirmar que las desigualdades e injusticias, como el hambre y la pobreza o las guerras, no existen porqué yo dejé de observarlas; o por el motivo de pensar que lo material y corporal no es real, no existe? ¿Es cierto que la materia y el cuerpo no son reales, no tienen una consistencia antropológica? Probemos por ejemplo a atravesar una pared o muro con la cabeza, o dejemos de comer sin alimentar a nuestro cuerpo. En la línea de Einstein , como nos muestra desde la filosofía Zubiri, es cada vez más necesaria e imprescindible una ciencia y conocimiento real, objetivo que se religue a la realidad. El ser humano es una animal de realidades y con sus sentidos, en una inteligencia sentiente, se fundamenta e implanta en lo real. Frente a los idealismos e individualismos, hay que acoger y aprehender la realidad en su respectividad estructural, en la religación de todas las diversas e inherentes dimensiones de lo real, y dinámica. Desde esta filosofía y antropología integral, sin oposición ni dualismo, es la co-relación inseparables entre la realidad física, biológica, material, corporal, personal, social, histórica y trascendente en su apertura con el dinamismo de lo real.

De lo contrario, como hace por ejemplo la ciencia social y psicología posmoderna, ante la injusticia de la pobreza nos quedaremos mudos y diremos que no podemos afirmarla, que no existe realmente…. Los hermanos y profesores Castro Nogueira, en sus diversas obras sobre la filosofía y metodología de las ciencias sociales, han resaltado la importancia de la naturaleza humana, con su realidad, creencias y relaciones; frente a la ciencia social estándar que engulle a la persona real, con un constructo (totalidad) social imaginario que domina y se impone al ser humano. En un célebre debate sobre la naturaleza humana, frente a Foucault, Chomsky nos transmite muy bien la relevancia e importancia de la naturaleza humana para el conocimiento y transformación de la realidad. El sujeto humano que se compromete por la justicia, para una sociedad más humana y un mundo mejor. Como nos ha mostrado el pensamiento y la filosofía, en Auschwitz no solo se exterminó físicamente al judío. Previamente, a través de la ideología y propaganda nazi con su construcción social de lo real, lo aniquiló antropológica, ética y metafísicamente. El judío no era un ser humano ni persona, no era nada, no tenía razón de ser ni de existir.

Aunque se ha hablado de una especie de falacia naturalista, en la que el ser y la naturaleza no tenían implicaciones éticas ni sociales, sin dejar de tener algo de razón esta falacia naturalista ha sido criticada y corregida. Fruto de una visión científico-empirista reduccionista, que no capta la globalidad de lo personal y humano, niega el ser real y a la naturaleza humana con razones sesgadas e insuficientes. Es cierto que, como se quiere argumentar con dicha falacia, hay aspectos naturales que no llevan a consideraciones éticas como el tener barba o no, el pelo corto o largo. Más hay dimensiones de la naturaleza humana, de lo real y personal como lo físico o biológico (material) y corporal, que si no son afirmadas ni respetadas llevan al mal y a la destrucción. Como muestra en la línea de Zubiri el pensamiento latinoamericano, por ejemplo autores como I. Ellacuría o E. Dussel, con su pasión por la real la ética debe encarnarse en toda esta realidad y vida física, material, corporal, social e histórica. La cual, si no se defiende y promueve, lleva a la muerte e injusticia como es el hambre, la pobreza o la violencia estructural con sus guerras. Todo lo que no respete ni promueva toda esta realidad y vida global e integral: es injusto e inmoral, no es ético.

La cuestión tan trascendental como es la ecología, con la dominación y destrucción de la naturaleza sin respetar su realidad natural con el orden de la vida ambiental, muestra hasta qué punto es tan importante todo lo que venimos exponiendo. A este respecto, como afirma Ellacuría frente a la civilización del capital y de la riqueza, es vital la civilización de la pobreza solidaria en la justicia con los pobres. Una civilización que, en palabras de Ellacuría, “lejos de ser en lo cultural consumista y activista, tiende a ser naturalista y a potenciar las actitudes contemplativas y comunicativas. Más que las activo-consumistas en unos casos y, puramente, pasivo-receptivas en otro”. La historia de la filosofía y del pensamiento nos ha mostrado esta naturaleza de la realidad y del ser humano, en sus diversos aspectos o matices. Con genios del pensamiento como Aristóteles, Tomás de Aquino, la escuela de Salamanca, Kant, Marx o los ya citados Zubiri y Ellacuría. Por ejemplo, Marx afirmaba la naturaleza humana que se realizaba en la vida física y en el cuerpo, en la relación y unión de un hombre con una mujer (Marx, 1981: 110, 114).

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La mencionada Escuela de Salamanca con Vitoria y en América con Montesinos, Bartolomé de Las Casas tan estudiado y querido por F. Fernández Buey, etc. revindican la naturaleza humana, libre y digna de los nativos americanos. En la defensa de sus derechos y de la justicia, frente a la dominación de los conquistadores que los oprimían y empobrecían. Tal como, por ejemplo, afirma Fr. Antonio de Montesinos en su célebre sermón, que se considera como un antecedente (pionero) de lo que luego se reconocería en los derechos humanos. “La crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?...¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos?”

Por tanto, nada más profundo, crítico y liberador que toda esta ciencia y conocimiento de las leyes naturales, antropológicas (humanas) y éticas por las que se afirman la vida y dignidad de la persona humana. En contra de los ídolos del capital, del mercado y del estado, de la economía y la política, que sacrifican la vida digna del ser humano en el altar del lucro, del poder y la violencia. Es la defensa de la vida y humanidad de las personas, ante todas estas idolatrías de la riqueza-ser rico y de la dominación violenta que causan tanto mal, desigualdad e injusticia. En este sentido, hay que mostrar que el ser humano es por naturaleza un ser personal y a la vez social, comunitario y solidario Por lo que la socialización universal de los bienes, con una justa distribución de los recursos, está antes que la propiedad que no es un derecho natural ni absoluto e intocable. Vemos pues toda la verdad, bien y belleza de toda esta trascendente realidad y naturaleza humana, social y ecológica que estamos llamados a cuidar y a defender con la promoción de la vida en todas sus fases y dimensiones. Es el buen vivir y la ecología integral con la comunión personal (ecología mental), con los otros en la justicia con los pobres de la tierra (ecología social) y con la naturaleza en la justicia (ecología) ambiental.

Agustín Ortega es trabajador social y doctor en Ciencias Sociales (Departamento de Psicología y Sociología). Asimismo ha realizado los estudios de Filosofía y Teología, doctor en Humanidades y Teología. Profesor e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y actualmente de la UNAE (Universidad Nacional de Educación) así como invitado en diversas universidades latinoamericanas. Autor de diversas publicaciones, libros y artículos.

LECCIONES DE ESCRITURA

SE DISTINGUE A UN VERDADERO MAESTRO COMO JAMES SALTER EN QUE CARECE DE ARROGANCIA. MUESTRA EL DELEITE DE IR APRENDIENDO, NO LA SOBERBIA DE SABER

https://elpais.com/cultura/2018/03/06/babelia/1520347994_609229.html

Leyendo las conferencias sobre el arte de la ficción que James Salter dio en la Universidad de Virginia en 2014, uno no puede creerse que esas palabras hayan sido escritas y dichas por un hombre de 89 años. Y el motivo no es el grado de lucidez que muestran y la agudeza de sus observaciones, sino el aire de asombro y de tanteo que irradia de ellas, de entusiasmo a la vez sobrio y romántico hacia el oficio de escribir y las posibilidades de la literatura. Al filo de los 90 años, después de una vida entera en la que hizo casi de todo, desde escalar montañas a pilotar aviones de

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combate en la guerra de Corea, después de sobreponerse durante mucho tiempo a la oscuridad que envolvía su trabajo, al desánimo de la falta de reconocimiento, James Salter habla delante de los alumnos de la Universidad de Virginia con una especie de cautelosa inocencia. En sus palabras no hay rastro de esa insufrible seguridad con la que tantas veces los escritores, veteranos o no, predican ante el público voluntarioso y cautivo de las escuelas o másteres o talleres de escritura, haciendo creer a sus estudiantes que la literatura es una cofradía extremadamente restringida a la que ellos, los profesores, pertenecen, por una especie de derecho dinástico, o de privilegio congénito, y a la que pueden facilitar el acceso, no sin gran condescendencia, al aspirante que reúna las cualidades exigidas —siendo la más valiosa entre todas el sarcasmo arrogante de saberlo ya todo—.

Hay quien antes de publicar e incluso de escribir ya habla como si fuera un escritor, como si formara parte de ese club, de ese gremio. James Salter, que pilotaba aviones a los 21 años, apenas conoció a nadie relacionado profesionalmente con la literatura hasta pasados los 40. Tenía 44 cuando se encontró en Nueva York con el profesor Robert Phelps, la primera persona que lo orientó en el descubrimiento de la literatura universal más allá de sus propias predilecciones y de los hallazgos del azar. En 2014, en sus conferencias de Virginia, Salter muestra cálidamente su gratitud hacia Phelps, y recuerda que fue él quien le hizo descubrir los cuentos de Isaak Bábel. Hasta entonces, dice Salter, había vivido al margen de cualquier vida literaria: “Hasta conocerlo a él, todo lo que yo sabía lo había aprendido por mi cuenta. Mis gustos los había formado yo mismo”.

Se distingue a un verdadero maestro como James Salter en que carece de arrogancia. Muestra el deleite de ir aprendiendo, no la soberbia de saber

Para entonces Salter había publicado ya varias novelas, y admiraba a los maestros americanos evidentes, Faulkner, Thomas Wolfe, Hemingway, Bellow. No es difícil imaginar el modo en que le influiría la lectura de Bábel. Frente al realismo tumultuoso y en gran medida egocéntrico de aquellos modelos, los cuentos de Bábel le sugirieron a Salter un aire de ligereza, tanto en el humor como en la tragedia, una contención expresiva, un despojamiento de poesía. “Bábel es un escritor que no interfiere”, dice Salter. “Se retira a sí mismo de la historia y la deja que concluya por sí misma, a veces de una manera abrumadora”.

En 2014, cuando dio estas conferencias, James Salter estaba viviendo una celebridad muy tardía, un reconocimiento más allá del círculo restringido de lectores que siempre lo había rodeado. Un año antes, a los 88, después de un largo silencio que todo el mundo consideraría definitivo, había publicado ALL THAT IS, una novela de un brío narrativo y una belleza que no parecerían posibles en un escritor de esa edad (Bellow se le acerca, pero no del todo, terminando RAVELSTEIN a los

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85). Me da envidia imaginarlo, alto y gallardo en la vejez, paseándose al sol de otoño por aquel campus de la universidad donde fue profesor William Faulkner, por los campos de césped y las columnatas blancas que diseñó Thomas Jefferson. Me da más envidia porque admirando tanto el estilo por escrito de James Salter me habría gustado escuchar su voz, y porque ese campus y esas arboledas y columnas neoclásicas las frecuentaba yo hace ahora 25 años, cuando daba allí mismo clases de literatura, en el mismo edificio en el que las había dado Faulkner, según me contaban.

Enseñar literatura es poco más que leer en voz alta y animar a la lectura atenta de lo que uno considera admirable. En sus conferencias, Salter se aparta de vez en cuando a un lado y lee un pasaje de una novela o de un cuento, un primer párrafo. “Los escritores que me gustan son los que son capaces de observar muy de cerca. Los detalles son todo”. Salter lee un pasaje de PAPÁ GORIOT y saborea y celebra la riqueza de los detalles en los que se fija Balzac, que arrastran hacia el espacio de las novelas lo que no aparecía en ellas desde los relatos originarios del Lazarillo y Cervantes: lo concreto, lo material, lo vulgar, lo significativo que solo se revela a través de lo trivial. Salter, que ambientó en la Francia recóndita de las ciudades de provincias una de sus mejores novelas, A SPORT AND A PASTIME, le debe mucho a la literatura francesa, y admira sobre todo a Flaubert, el maestro de la observación minuciosa y la pureza del estilo. Dice Richard Ford que las mejores frases de la prosa americana las ha escrito James Salter: da la impresión, leyéndolo, que Salter aspira a la misma precisión inflexible que Flaubert: a que una página de prosa, igual que en un poema, no haya una sola palabra que pueda ser sustituida por otra. La única lección es el trabajo incesante: “Ser escritor es estar condenado a corregir”. El oficio es una mezcla de exigencia y de abandono, de disciplina sin excusas y temeraria libertad. Salter habla y parece Flaubert: “No debe haber palabras erróneas ni palabras que degraden la frase o la página”. Pero ese control máximo solo importa si lo que se escribe está animado por un espíritu de radicalidad que estremece en un anciano de casi 90 años: “He mencionado antes la libertad del arte. Me refiero a la libertad de no dejarse atar por cualquier idea aceptada de moralidad ni por ningún catecismo… No debe haber ninguna prohibición en lo que está permitido imaginar o pensar”.

Se distingue a un verdadero maestro en que carece de arrogancia. Muestra la incertidumbre y el deleite de ir aprendiendo, no la soberbia de saber. En las breves páginas de estas charlas sobre el arte de la ficción se aprende tanto que uno tiene la sensación de escuchar la voz de James Salter

ENTREVISTA A LOÏC WACQUANT: “EL TRABAJO DE BOURDIEU ES UNA CRÍTICA DE LA DOMINACIÓN”

http://ssociologos.com/2013/02/28/entrevista-a-loic-wacquant-el-trabajo-de-bourdieu-es-una-critica-de-la-dominacion/?platform=hootsuite

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Por Patricio Dean. Loïc Wacquant, sociólogo y discípulo de Pierre Bourdieu, analiza la vigencia del pensador francés a diez años de su muerte.

Han pasado diez años desde el fallecimiento del sociólogo francés Pierre Bourdieu. En esta década, la difusión e influencia mundial de su trabajo han crecido exponencialmente, convirtiéndolo en el primer y único cientista social de la segunda mitad del siglo veinte en unirse a Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber como uno de los clásicos de las ciencias sociales. Este hito es destacado con la publicación de Sur l´État, libro basado en las clases que dio en el Collège de France entre 1989 y 1992, y por un conjunto de conferencias y dossiers publicados en importantes periódicos de varios países. En esta entrevista, Loïc Wacquant, su discípulo más destacado, discute el legado intelectual de Bourdieu y la creciente relevancia del trabajo de su maestro en las ciencias sociales y en el debate público contemporáneo.

¿Cómo fue su primer encuentro con Pierre Bourdieu?

Conocí a Bourdieu en una clase pública que estaba dando sobre “Cuestiones de política”, una noche gris en noviembre de 1980, en la École Polytechnique de las afuera de París. Luego de la clase, a la que hallé densa y obtusa, la discusión continuó de manera informal junto a un grupo de estudiantes, hasta la madrugada, en la cafetería de la escuela. Allí, Bourdieu escudriñó, con la maestría de un cirujano, las conexiones subterráneas entre la política y la sociedad en Francia, en vísperas de las elecciones de 1981 que condujeron a la victoria de Mitterrand. Fue una iluminación, e inmediatamente pensé: “Si esto es la sociología, eso es lo que yo quiero hacer.” Así fue que comencé a tomar el curso de sociología en la Universidad de París en Nanterre y a faltar a mis clases en la École des HEC (la escuela de economía más importante en Francia) para asistir a las conferencias de Bourdieu en el Collège de France, donde acababa de ser elegido. Al final de cada una de sus clases, lo esperaba pacientemente y lo bombardeaba con preguntas hasta dejarlo exhausto. Desarrollamos la costumbre de regresar a su casa caminando por las calles de París. Era una fabulosa clase privada para un aprendiz de sociología.

¿Cómo lo percibía en relación a otras luminarias del pensamiento francés como Claude Lévi-Strauss, Michel Foucault y Jacques Derrida?

Bourdieu ya era famoso como el autor de Outline of a Theory of Practice, que cuestionaba el estructuralismo mentalista de Lévi-Strauss al preocuparse por capturar las actividades más ordinarias de la gente en situaciones concretas, pero también por ser el autor de La distinción, que refutaba la visión filosófica del gusto defendida por Derrida al revelar que nuestras preferencias más íntimas están permeadas por nuestra posición y nuestra trayectoria en la sociedad. Pero, en ese momento, no comprendía a Bourdieu en relación a otros grandes pensadores, en primer lugar porque no tenía ambición intelectual alguna y también porque él era un hombre muy accesible, caluroso, tímido. Lo veía como el conductor de la revista Actes de la recherche en sciences sociales, a la que me había suscripto a pesar de mis grandes dificultades para leerla. Actes es una revista académica única porque lleva a los lectores a la cocina de las ciencias sociales: nos permite ver el proceso de producción de un objeto sociológico, que se construye rompiendo con el sentido común. Para una generación de investigadores, la mejor manera de aprender de Bourdieu fue leer esa revista que él fundó y editó por un cuarto de siglo. Luego otros descubrieron su pensamiento por medio de la serie de libros breves Raisons d’agir, que lanzó en 1996.

¿Qué adjetivos utilizaría para caracterizar la sociología de Bourdieu?

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Bourdieu es un sociólogo enciclopédico. Publicó 30 libros y casi 400 artículos que tratan de los temas más diversos, desde relaciones de parentesco en comunidades rurales hasta escolaridad, clase social, cultura e intelectuales, ciencia, ley y religión, dominación masculina, la economía, el Estado, y la lista sigue. Pero, debajo de una increíble variedad de objetos empíricos, uno puede encontrar un pequeño número de principios y conceptos que dan a su obra una llamativa unidad y coherencia. Bourdieu desarrolló una ciencia de la práctica, que alimenta una crítica de la dominación en todas sus formas: de clase, étnica, sexual, nacional, burocrática, etcétera. Esta ciencia es antidualista, agonística, y reflexiva. Antidualista porque escapa a las antinomias heredadas de la filosofía clásica y la sociología, entre el cuerpo y la mente, lo individual y lo colectivo, lo material y lo simbólico, y combina la interpretación (que busca razones) y la explicación (que detecta causas), así como los niveles micro y macro de análisis. Esta sociología es agonística porque postula que todos los universos sociales, incluso el que aparenta ser más conciliador como la familia o el arte, son sitios de luchas multifacéticas e interminables. Por último, la sociología de Bourdieu se diferencia de otras, incluyendo la de los padres fundadores, Marx, Weber y Durkheim, en que es reflexiva: los sociólogos deben de manera imperativa utilizar sus herramientas para con su oficio a los efectos de controlar las determinaciones sociales que pesan sobre ellos como seres sociales y como productores culturales.

¿Cuáles son los conceptos distintivos que forman el corazón de la sociología de Bourdieu?

Para Bourdieu, la acción histórica existe en dos formas, encarnada e institucionalizada, sedimentada en los cuerpos y concretizada en las cosas. Por un lado, se “subjetiviza” al depositarse en la profundidad de los organismos individuales bajo la forma de categorías de percepción y apreciación, conjuntos de disposiciones duraderas que él llamó habitus. Por otro lado, la acción histórica se “objetiviza” en la distribución de recursos eficaces, que Bourdieu captura con la noción de capital, y en microcosmos que poseen una específica lógica de funcionamiento, que Bourdieu denomina campos (político, jurídico, artístico, etcétera). La agenda de su sociología consiste en elucidar la dialéctica de la historia hecha cuerpo y de la historia hecha cosa, el contrapunto entre habitus y campo, disposición y posición, que nos lleva al corazón del misterio de la vida social. Bourdieu propone que las estructuras mentales (del habitus) y las estructuras sociales (campo) se interpelan, se responden y corresponden unas a otras porque están vinculadas en una relación genética y recursiva: la sociedad moldea las disposiciones, las formas de ser, sentir y pensar características de una clase de personas; las disposiciones guían las acciones por medio de las cuales las personas moldean a la sociedad. Sumemos a esto la idea central de la pluralidad y convertibilidad de las distintas especies de capital: en las sociedades contemporáneas, las desigualdades no surgen solamente de las diferencias entre capital económico (riqueza, ingreso) sino también entre capital cultural (credenciales educativas), capital social (lazos sociales efectivos) y capital simbólico (prestigio, reconocimiento). Si revuelve obtendrá la receta para una sociología agonística flexible y dinámica, capaz de rastrear las luchas materiales y simbólicas por medio de las cuales hombres y mujeres producen la historia.

¿Qué hacer con el compromiso político de Bourdieu, especialmente con sus intervenciones después de la agitación social de 1995, cuando millones de franceses tomaron las calles para protestar contra los planes del gobierno de reducción del Estado de Bienestar?

En verdad, el “compromiso” político de Bourdieu se remonta a sus trabajos de juventud, durante la crisis argelina, desatada luego del levantamiento nacionalista contra el poder francés en 1955-1962. Como recién graduado de la École normale supérieure, se reconvirtió

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de la filosofía a la antropología -esto es, de la pura reflexión a la investigación empírica- para absorber el shock de esta guerra horrible y para aplicar un ojo clínico sobre la descolonización, que conmovió y finalmente derribó a la Cuarta República. Hacer ciencias sociales fue siempre la forma en que Bourdieu contribuyó al debate cívico. Todos sus libros atienden y reformulan los asuntos sociopolíticos más importantes de la actualidad. Esto es cierto en La reproducción (1970), que devela el mito meritocrático de la escuela liberadora, como lo es de La nobleza de estado (1989) que muestra los mecanismos de legitimación del poder tecnocrático y, por supuesto, del estudio de campo que llevó a La miseria del mundo (1993), publicado dos años antes de su famoso discurso a los ferroviarios en la Estación de Lyon en diciembre de 1995, donde protestaban por los recortes al gasto público. Lo que cambió en este tiempo es la manera en que su compromiso cívico se manifestó. Al principio, enteramente sublimado y a través de su trabajo científico. Luego, asumiendo con gradualidad una forma más discernible, que finalmente lo llevó a acciones concretas, visibles ante el público general. Esto por dos razones. Primero, Bourdieu cambió: envejeció, acumuló autoridad científica y comprendió mejor el funcionamiento de los universos político y periodístico, adquiriendo una mejor capacidad para producir efectos en ellos. Pero el mundo también cambió: en los 90, la dictadura del mercado amenazó directamente los logros colectivos de las luchas democráticas, e intervenir sobre eso se volvió un asunto de emergencia social. Lo que permanece constante es la pasión arrolladora de Bourdieu por la investigación y su devoción a la ciencia, a la que defendió con uñas y dientes contra la usurpación representada en la “filosofía de revista” y el irracionalismo de los llamados posmodernistas.

¿En qué se diferencia la recepción de su trabajo en Francia de la que tuvo en Estados Unidos?

En el extranjero, se lee a Bourdieu sin interferencias políticas y sin el prisma distorsivo de su imagen mediática: como un autor clásico, que creó armas innovadoras y poderosas para pensar acerca de las sociedades contemporáneas y como una importante figura de acción intelectual, que extiende el linaje de Émile Zola, Jean-Paul Sartre y Michel Foucault. En el nido de arañas de París, los prejuicios son duros de matar y algunos han continuado de forma póstuma con la guerra de clanes académicos que enlodaron la recepción de Bourdieu mientras vivía. Mal para Francia…

En su propia investigación, ¿qué toma de Bourdieu y qué hace con él?

Extiendo y reviso sus enseñanzas en tres frentes: el cuerpo, el gueto y el estado penal. En Entre las cuerdas (2004), hago un doble test del concepto de habitus. Primero, como un objeto empírico: distingo cómo uno arma sus esquemas mentales, competencias kinéticas y deseos carnales que, puestos juntos, hacen al boxeador profesional apetente y competente. Segundo, como un método de investigación: adquirí el habitus pugilístico vía un entrenamiento de tres años en un gimnasio del gueto negro de Chicago para facilitar el camino hacia una sociología carnal que trata al cuerpo como un vector de su producción y no como un obstáculo para el conocimiento. En el frente de las inequidades urbanas y étnicas, mi libro Parias urbanos (2008) desarrolla los modelos de Bourdieu para mostrar cómo, con su estructura y políticas, el Estado da forma a la marginalidad urbana en el cambio de siglo, llevando a la emergencia del “hipergueto” en Estados Unidos y de los “antiguetos” de Francia y Europa Occidental. Finalmente, mi investigación sobre la difusión global de las temáticas de “la ley y el orden”, bajo el concepto de “tolerancia cero”, resumidas en Las cárceles de la miseria (1999, expandida en 2009), revela que el retorno de la prisión marca el advenimiento de un nuevo régimen de manejo de la pobreza, que une la “mano invisible” del mercado de trabajo desregulado con el “puño de acero” de un aparato penal intrusivo e hiperactivo. El

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neoliberalismo no sólo nos trae un “pequeño gobierno” sino también el cambio desde el estado de bienestar social (welfare) hacia el “workfare”, centrado en el trabajo individual, y la expansión masiva de un “estado carcelario” en el lado de la justicia penal.

Y, al contrario, ¿qué encuentra menos útil o menos relevante en Bourdieu?

La asunción de que existe una correspondencia cercana entre nuestras chances objetivas y aspiraciones subjetivas ya no es válida dada la universalización de la educación secundaria y la disrupción generalizada de las estrategias de reproducción de los hogares obreros, que se enfrentan a la degradación y el encogimiento del trabajo. El marco nacional desde el que Bourdieu construyó sus análisis debe ser ampliado y complementado por un análisis de los fenómenos transnacionales, para los que su propio trabajo provee herramientas conceptuales cruciales, como se desprende del reciente desarrollo de una rama de la teoría de las relaciones internacionales derivada de su trabajo. Como con todos los científicos, debemos tomar los postulados de Bourdieu y llevarlos hasta el límite. Bourdieu sería el primero en incitarnos a hacerlo.

Sus cursos en el Colegio de Francia de 1989 a 1992 acaban de publicarse con el título de Sobre el Estado (2012). ¿Qué es lo que agrega este voluminoso tomo a la sociología de Bourdieu y a la sociología en general?

En cuanto a su forma, es el primero de varios libros por venir, que nos permiten ver a Bourdieu en acción como profesor, yendo a tientas hacia ese “monstruo frío” que nombró Nietzsche; aquellas cosas que nos resultan tan familiares que ya no nos damos cuenta de que de hecho se nos han vuelto invisibles. Al clarificar por qué planteó los problemas del modo que lo hace (aproximarse al Estado a partir de pequeños actos mundanos, como llenar un formulario burocrático o firmar un certificado médico), al señalar las trampas de las que escapa, al revelar sus propios errores, dudas y ansiedades, Bourdieu nos invita a su laboratorio sociológico y nos ofrece una propedéutica sociológica en acción. En cuanto a sus contenidos, Bourdieu vigoriza la teoría del Estado caracterizándola como “el banco central del capital simbólico”: la agencia que monopoliza su uso legítimo, no solamente en términos de violencia física con la policía y el ejército (como propuso Max Weber hace un siglo) sino también la violencia simbólica. Esto es, la capacidad para otorgar categorías y asignar identidades, en particular desde el sistema escolar y el derecho, y entonces el poder de veridicción del mundo. El libro sigue los pasos a la increíble serie de invenciones históricas a través de las cuales “la casa del rey”, fundada en la apropiación y transmisión dinástica de poderes, se transformó rápidamente en “razón de Estado”, fundada en credenciales académicas y reproducida por medios burocráticos. El Estado, así, emerge como una institución de dos caras, como el dios Jano: por un lado, es un vehículo usado por aquéllos que construyen y mueven sus palancas, para crear un universalismo que los beneficie; por otro, es el medio a través del cual es posible avanzar hacia el universalismo y así promover la justicia.

¿Qué pensaría Bourdieu de la actual crisis económica europea y de la forma en que está amenazando sus concepciones del Estado como regulador y protector?

Con perspectiva en la larga duración, el libro provee herramientas precisas para capturar mejor lo que está en juego en las luchas políticas inducidas por el crash financiero y monetario que ha sacudido el mundo. Nos recuerda que son los Estados los que construyen mercados y, por lo tanto, quienes pueden reinar sobre ellos, siempre y cuando quienes los dirigen impulsen la voluntad política colectiva en esa dirección. El análisis de Bourdieu sugiere que las expresiones aparentemente científicas -como las agencias evaluadoras de deuda- en torno a

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las cuales el orden económico se hace fuerte no son más que una serie de golpes de Estado simbólicos. Descansan simplemente en la creencia colectiva, una confianza acicateada por quienes responden a esos mecanismos (comenzando con los medios masivos de comunicación). Sobre esto es bueno releer el capítulo del pequeño libro de Bourdieu titulado Contrafuegos (1998), donde critica lo que bautizó como “Pensamiento Tietmeyer” (tal era el apellido del alemán que presidía el Bundesbank el principal apóstol del euro), luego convertido en “Pensamiento Tricht” y “Pensamiento Draghi”. Es la idea de una dictadura financiera como ineluctable, cuando es fundamentalmente arbitraria y dura sólo a causa de la servidumbre voluntaria de los líderes políticos.

¿Qué es lo que más extraña desde la muerte de Bourdieu y qué deberíamos retener de su vida?

Personalmente, sus llamadas de teléfono a las dos de la mañana de Berkeley, que solían comenzar con un toque de ansiedad y culminaban invariablemente a las risas, y donde me infundía una energía eléctrica. Los desayunos que teníamos en su cocina diminuta, en los que se mezclaba todo: investigación académica, discusión política y consejos de vida, todo esto sumergido en sociología. Aunque lo niegue en La sociología es un deporte de combate, la película que Pierre Carles hizo sobre él, Bourdieu nunca se sacaba sus lentes sociológicos. Pero el autor de El sentido práctico (1980) está aún presente y vive entre nosotros, a través de la miríada de trabajos que su pensamiento estimuló en todo el planeta. Bourdieu es ahora el nombre de una empresa colectiva de investigación que atraviesa todas las barreras entre disciplinas y países, estimulando una ciencia social rigurosa, crítica del orden establecido y dispuesta a ampliar el espectro de posibilidades históricas.

Traducción: Ignacio Pardo y Javier Auyero. Derechos cedidos por 
Loïc Wacquant y Javier Auyero

Quién es Loïc Wacquant

Loïc Wacquant es profesor de sociología en la Universidad de California-Berkeley e investigador del Centre Européen de Sociologie et de Science Politique de París. Fue fellow de la MacArthur Foundation y recibió la Lewis Coser Award. Su trabajo de investigación se ocupa de la relegación urbana, dominación etnorracial, el estado penal, el cuerpo, la teoría social y la política de la razón. Sus libros fueron traducidos a veinte idiomas e incluyen la trilogía Urban Outcasts: A Comparative Sociology of Advanced Marginality (2008), Punishing the Poor: The Neoliberal Government of Social Insecurity (2009) y Deadly Symbiosis: Race and the Rise of the Penal State (próximo a aparecer en Polity Press en este año). Algunos de sus trabajos se encuentran publicados en www.loicwacquant.net.

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Estimados colaboradores, Les invitamos a consultar uno de los artículos del más reciente ejemplar de Cuad. Geogr. Rev. Colom. Greog. (vol. 27 n. 1 de 2018) https://lnkd.in/efBpppa

CARTOGRAFIA MINIMALE DELL'IMMAGINARIO AUTOBIOGRAFICO

https://www.academia.edu/36132087/Cartografia_minimale_dellimmaginario_autobiografico

SOCIEDAD 2020

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VOLKSWAGEN PRESENTA EL AUTOMÓVIL SIN VOLANTE NI

PEDALES

http://esinteresante.net/tecnologia/volkswagen-presenta-el-automovil-sin-volante-ni-pedales/

MÉXICO, ENTRE LOS PAÍSES MÁS CORRUPTOS DEL MUNDO

http://www.mexicosocial.org/index.php/82-arts-destacados-home-footer/356-mexico-entre-los-paises-mas-corruptos-del-mundo

LA TENDENCIA DE COMPARTIR LO COTIDIANO EN LAS REDES SOCIALES BANALIZA LA COMUNICACIÓN”

Publicado: 10 mar 2018 15:44 GMT 23 "Internet es un espacio donde todo puede ser controlado y donde, a la vez, tenemos enormes oportunidades de libertad", señala Gabriel Kaplún, educador y comunicador uruguayo, en Entrevista, de RT. ¿Tienen algún significado los ‘me gusta’ en la vida real? ¿Cuán cierta es la afirmación: "Me comunico, luego existo"? ¿Qué opina de las estrategias de comunicación de la izquierda en América Latina? https://actualidad.rt.com/programas/entrevista/265145-compartir-cotidiano-redes-sociales-comunicador-uruguayo-entrevista

NUEVA YORK, CAPITAL AMERICANA DE LA SOLEDAD

6 DE CADA 10 NEOYORQUINOS VIVEN SOLOS

EN LA GRAN MANZANA, INCLUSO LAS ACTIVIDADES SOCIALES SON AFRONTADAS COMO UN TRABAJO. MUCHOS DE SUS HABITANTES ESTÁN CADA VEZ MÁS AISLADOS, CON IMPORTANTES CONSECUENCIAS

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https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-03-08/nueva-york-capital-americana-soledad_1531697/

¿TURISMO EN UNO DE LOS PAÍSES MÁS POBRES DEL MUNDO?

Haití recibió medio millón de visitantes en 2015. La inestabilidad, la pobreza y las catástrofes naturales ocultan un espectacular patrimonio histórico, cultural y natural https://elpais.com/elpais/2018/02/19/planeta_futuro/1519070068_807926.html

UNA CIUDAD QUE NOS PERTENEZCA

Es necesario defender los espacios que protejan a la ciudadanía de un modelo urbano enfocado al turismo que la excluye y precariza https://elpais.com/elpais/2018/03/09/3500_millones/1520592731_808488.html

TODOS SOMOS INMIGRANTES

http://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/25176-todos-somos-inmigrantes.html

LOS 10 PAÍSES CON POBLACIÓN MÁS VIEJA Y MÁS JOVEN DEL MUNDO

https://www.hispantv.com/noticias/sociedad/370468/paises-viejos-jovenes-mundo-infografia

LA “REVOLUCIÓN” DEL WHATSAPP

Iulen Lizaso Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238830

…y la paralisis social creciente, coinciden con lo que de manera premonitoria ya lo anunciaban dos grandes escritores del siglo pasado a través de sus obras: “Un mundo feliz” y “1.984”.

Tanto Orwell como Huxlley ya en el siglo pasado se imaginaron como sería el mundo en el futuro. Coincidieron ambos en que las utopías sociales quedarían enterradas al poco de iniciarse el siglo XXI. Una vez adormecida la conciencia de reclamación a pie de calle, hacernos navegantes por las catacumbas de internet y redes (sin saber aún quien es la “araña”), hasta que la indignación y el miedo terminan colgados en el suspense del vaiven caprichoso del péndulo o trapecio político.

El primero en su obra, “1.984”, anunciaba la concentración de poder por parte de los estados, referido al control sobre lo económico-financiero, policial, mediático, científico, tecnológico, etc. y sus derivadas de influencia y privilegio personal-laboral, comercial, fiscal, etc. Tratos de favor recíprocos e intercambio de información privilegiada que se dan entre gobiernos y oligarquías de grandes corporaciones empresariales, del campo de la salud (oligopolio farmaceútico), agroalimentario, (oligopolio de productos fitosanitarios, semillas transgénicas, fertilizantes químicos, biocidas..) oligopolio eléctrico con el impuesto al sol, en combustibles fósiles, telefonía...pero muy en particular en el campo judicial y medios de comunicación, como rasgo de incivismo y déficit democrático, que

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nos lleva a la involución democrática y entropía gobernante que históricamente nos caracteriza, bien sea con gobernantes elegidos o monarcas en sucesión dinastica, o bien en una mixtura de ambos como hoy.

Aldous Huxlley con visión de estrategia mas refinada, también trazó con precisión de tiralíneas, la misma distopía que Orwell, pero no impuesta de manera represiva burda y bruta para inocular miedo y “respeto” al poder político-policial, como fórmula para el control y desactivación de la población, sino de una manera más astuta y sutil, en base a “inundar” el mercado de tecnología audiovisual para hiperestimulación de los sentidos, con la consecuencia de adormilamiento y colapso social, de una mayoría ciudadana ensordecida ante las llamadas a la solidaridad en la calle. Ciudadanos no educados en la cultura de la reclamación, manteniendo una queja permanente y acomodo mental en su zona de confort...a pesar de la cada vez mayor incertidumbre vital.

En su estrategia de mantenernos en esa caverna virtual, ellos cada día las sueltan mas gordas y de manera premeditada: hoy el gobernador del Banco de España, mañana el obispo de Donostia, pasado quien sea; el hecho es incendiar las redes y mantenernos horas ocupados mirando a nuestras pantallas, hasta el punto de llegar a interiorizar que reenviar y reenviar mensajes o audiovisuales, nos autojustifica como la mejor manera de ser contestarios activos para este tiempo, si no la única....entre tanto ellos menean su “cocido” alejados de las miradas incómodas de esa aún gran mayoría realmente deslumbrada y virtualmente enredada.

La “revolución” de los smartphone, haciendo rotar en nuestras pantallas y en nuestros cerebros, miles de imágenes e información al día, con el resultado de no quedarnos con ninguna... ahí hemos llegado. Un subconsciente invadido, el consciente aturdido y la conciencia o memoria de vida pasada al olvido, hace que la inmensa mayoría vivimos inconscientes de nuestra verdadera realidad de ser e ignorantes de la razón de nuestra existencia. Dos memorias impresas en el archivo cósmico-vital que traíamos al “aterrizar” en nuestro padre.

Sobre quien de los dos autores se acercó mas a la diana en donde nos quisieran tener atados a los díscolos sociales, recientemente leía que, en aquellos individuos fieles al predicamento oficial y los dados a la obediencia social, la distopía de Huxlley se asentaba de manera natural, pacífica y “libre”, porque en un primer momento la gente mayoritariamente obedece, incluso a consignas claramente injustas por parte del poder, sin sentirse tentado a lo contrario, merced a la propaganda política sostenida por unos medios de creación de opinión, mas dados a deformar la realidad y desvíar la atención, que a crear criterio individual desde el conocimiento real de los hechos, en pro de una toma de posición social y política, consciente, crítica y responsable.

Pero, ¿qué les pasa a aquellos pocos individuos, que a pesar de utilizar esos mismos medios, son capaces de alejarse del pensamiento inducido, para atreverse a pensar por si mismos, y a divulgar su pensamiento de manera “informal” (titiriteros, twiteros, grafiteros, blogueros...) o formal, como pintores, escritores, periodistas, editores, actores, profesores, cineastas.. como ocurre en el estado español de manera progresiva y con justificación infame?

Ante ello, el articulista dice: Cuando ante tanta injusticia y corrupción, una persona se desvía y empieza a levantarse para avisar al resto (Alegoría de la Caverna de Platón: https://psicologiaymente.net/psicologia/mito-caverna-platon), entonces reaparece la cara orweliana, la que manipula, la que censura, la que reprime, la que tortura y la que controla por el miedo. Cuando no actúa la sedación, actúa la represión.....dándose el culmen involutivo en su afán vengativo hacia quienes se atreven a pensar y molestar: la ley “mordaza”.

¿Que pasa en este país para que se de esa cada vez mayor distanciamiento entre élites y desheredados?...pasa cosas graves ocultadas sistemáticamente por los principales medios de comunicación: “Europa incluye a España en la “lista negra” de países sin libertad y el único del mundo que no admite una inspección.….Ahora las autoridades diplomáticas europeas no pueden comprobar el estado de las libertades ya que sus representantes son expulsados”…. Así finalizaba la nota diplomática de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) en 2.015...hoy tendrían mas motivo.

¿Que pasa en este país en donde cada vez se da mas distancia entre enriquecidos y empobrecidos?: “España es ya el primer país de la UE-15 con un mayor índice de desigualdad, según Oxfam Intermón,

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pues las 20 personas más ricas del Estado acumulan una fortuna declarada equivalente a la renta de casi 10 millones de sus ciudadanos con menos recursos”....burda incultura gobernante, pues a pesar de la deuda real, el déficit recaudador premeditado y quiebra económica enmascarada, siguen despreciando el dinero de los ricos.

Sobre cultura y estados del pensamiento a favor del civismo y educación en los valores, Jose Luis Sampedro asegura que el poder controla la educación y medios de comunicación, para mantener confundida a la ciudadanía entre lo que es opinión mediática y opinión pública, en sus campañas de propaganda para encuestas de opinión y captación de voto...también en su estrategia de acallar la contestación ciudadana.

Una propaganda incisiva costeada con el dinero de todos, para impedir pensar en libertad y ejercitarse en el autodidactismo, al embutirnos a los adultos de esa misma gran mayoría, en una molde de pensamiento sobre la realidad, totalmente mediatizado, y a los docentes en programas educativos mas dados a la acumulación de información que al desarrollo de valores y conocimientos para modulación de la mente y formación de la idea.

Asegura que: el miedo paraliza; el miedo hace que no se siga adelante...nos amordaza psicológicamente y al que no, la mordaza de la ley. Lo tienen todo sin necesidad de cambiar velas incluso cuando el viento les sopla en contra, ya que en lugar de ello, cambian la ley, o el juez, o el fiscal.... Cambio de jueces para que ante unos mismos hechos delictivos y en aplicación de un mismo artículo de la ley, se consiga retorcer el origen natural por el que se creó la justicia, violar a la dama de la justicia, hasta conseguir un cambio de rumbo en las sentencias o seguir manteniendo la impunidad que les otorga ese poder a pesar del delito.

Cambiar todo para que nada cambie....pero quedémonos con lo que nos invita Jose Luis Sanpedro:”A pesar de ello, hay que seguir adelante; las batallas hay que darlas se ganen o se pierdan...hay que darlas por el hecho mismo de darlas, porque eso nos junta, eso nos ratifica”.

Vientos de eterna juventud y modelo de pensamiento amable con la vida, para una sociedad necesitada de nueva savia que madure nuestro discernimiento … desde nuestra individualidad de ser.

Así que esta vez, sí; a pesar de sus reyes, gobernantes y mentiras históricas, esta vez si toca de verdad confiar en ese despertar que progresivamente se irá dando en la buena gente de este cálido país.... lleno de Luz.

¿CÓMO SERÁN LAS BIBLIOTECAS EN EL AÑO 2100?

NADIE PUEDE SABERLO, PERO QUIZÁS PODAMOS HABLAR SOBRE CÓMO DEBERÍAN SER LAS BIBLIOTECAS EN ESE FUTURO IMAGINARIO.

https://www.letraslibres.com/mexico/literatura/como-seran-las-bibliotecas-en-el-ano-2100

¿Cómo serán las bibliotecas en el año 2100? La realidad es que no falta tanto para la fecha. La próxima vez que veas a un bebé, considera que seguramente viva para ver el siglo XXII. ¿Cómo será el mundo de las bibliotecas en ese entonces? Nadie puede saberlo, pero quizás podamos hablar sobre cómo deberían ser las bibliotecas en ese futuro imaginario. Por ejemplo, ¿cuántas bibliotecas habrá? Se me ocurren dos respuestas buenas, que espero que sean correctas, y una muy mala respuesta, que espero que sea totalmente incorrecta.

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La primera respuesta correcta es simple. HABRÁ una biblioteca: una biblioteca completa y accesible de forma universal. Esta visión muestra que pensamos las bibliotecas como colecciones, que es uno de sus atributos. El antiguo modelo de biblioteca dependía de colecciones físicas de materiales que se distribuían de manera estratégica en lugares donde las comunidades o las instituciones pudieran crearlos, mantenerlos y cuidarlos. Si consultar la ENCICLOPEDIA BRITÁNICA era algo que valía la pena, entonces cada biblioteca para poder merecer dicho título tenía que comprar una nueva colección de manera periódica y pensar qué hacer con la edición anterior. Ahora la EB y muchos otros recursos se encuentran disponibles en línea. Sin embargo, las bibliotecas continúan “comprando” (ahora es más parecido a un alquiler) ejemplares, de a uno por vez, a precios que ellas consideran muy altos y las editoriales muy bajos. La absoluta ineficacia de semejante duplicación es absurda. Continuamos con esta tradición tanto por costumbre como por necesidad. La necesidad que persiste es que no podemos pensar en otra forma de financiar la creación y la divulgación de recursos de información complejos que no sea distribuyendo el costo ampliamente entre las instituciones y los usuarios. Eso tiene que cambiar. Cuando una enciclopedia, una base de datos, un periódico o un libro se encuentra digitalizado, no hay una BUENA razón por la que no debería ponerse a disposición de forma libre y universal, como tampoco hay una BUENA razón por la que no debería estar organizado y mantenido de manera centralizada. En este momento, las bibliotecas de universidades importantes albergan una gran abundancia de conocimientos y tesoros asombrosos; y no podemos compartirlos. La mayoría de las personas que hoy viven en el planeta no cuentan con acceso a fuentes de conocimiento a las que, desde un punto de vista técnico, podrían llegar hoy mismo a través de sus teléfonos celulares. Literalmente, HOY EN DÍA, podrían acceder dentro de la próxima hora si el proveedor eligiera permitir el acceso. Si eso TIENE que cambiar, CAMBIARÁ. Veremos la consolidación de las colecciones y una consolidación de la infraestructura técnica para presentarlas. (¡Ah! Y habrá redundancia y copias de seguridad, iguales a las que hay ahora, por ejemplo, para las búsquedas de Google, que se alojan en muchos servidores en muchas ubicaciones, que comparten la carga de manera transparente. Tal distribución acelera el servicio y mejora la resiliencia ante desastres o emergencias). Y veremos el surgimiento de modelos de negocios para pagar por lo que ahora consideramos “publicaciones”, que permitan un acceso completamente libre y abierto a los contenidos de esta biblioteca global. La segunda respuesta correcta a mi pregunta original es un poco más complicada: Habrá 3 millones de bibliotecas. El cálculo exacto es irrelevante, pero obtuve ese número tomando y extrapolando el dato estimado provisto por la Asociación Estadounidense de Bibliotecas de que ahora existen 119,000 bibliotecas en Estados Unidos. Hay razones para esperar que el crecimiento de la población humana alcance los 9 mil millones de personas en las próximas décadas. En base a la tasa per cápita actual de Estados Unidos, eso daría un promedio de 3 millones de bibliotecas: una por cada 3000 personas, lo que me parece bien. Pero estas bibliotecas habrán cambiado. Sus colecciones físicas serán lo que hoy llamamos “colecciones especiales”: materiales únicos que las bibliotecas poseen por el lugar donde se encuentran y por la historia que representan. En Arizona State University, donde soy bibliotecario, contamos con los documentos públicos del senador Barry Goldwater. [ASU se asoció con Slate y New America para crear Future Tense]. Nunca habrá más de una copia de esos documentos, pero tienen y tendrán un valor histórico y los atesoraremos. En algún punto

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es posible que TAMBIÉN los digitalicemos, pero si lo hacemos, no habrá ninguna buena razón para que no coloquemos la versión digitalizada en la biblioteca central global y la hagamos accesible de manera universal. No obstante, los lectores seguirán recorriendo los 3 millones de bibliotecas para ver las colecciones únicas que tienen, pero también seguirán encontrando en aquellos lugares mucho de lo que ahora van a buscar: personas inteligentes comprometidas a trabajar con los conocimientos y con la comunidad. Los bibliotecarios estarán allí como entrenadores, mentores, guías y facilitadores, mientras que otros miembros del público estarán allí para buscar conocimientos y compartirlos, y como emprendedores del espíritu y del mundo de los negocios. Las bibliotecas son el “tercer lugar” ideal para una sociedad libre y nunca perderán esa poderosa atracción. ¿Qué tan seguro estoy de que mis dos respuestas son correctas? Me sorprendo a mí mismo al decir que “en gran parte”. (Creí que era más cínico). La buena noticia es que si estoy en lo cierto, entonces muchas cosas realmente buenas le habrán pasado a la humanidad. Una sola colección global que sea accesible de manera universal significará que la raza humana ha dado grandes pasos para vencer el faccionalismo, la división, el sectarismo y la patología política. Si la biblioteca que imagino es accesible a todos los que viven en lo que ahora conocemos como Corea del Norte, sabremos que el mundo es un lugar mejor. Dije que tenía una tercera respuesta para ofrecer, que espero que esté equivocada. Esa respuesta sería profundamente pesimista: cero. Hay muchas formas en las que el pesimismo puede hacerse realidad. Una interacción desastrosa con armas nucleares, asteroides, un colapso climático: la pérdida de bibliotecas sería un síntoma menor de ruina en un futuro distópico. También podríamos perder las bibliotecas frente a la arrogancia y la falta de visión. “Ya no necesitamos bibliotecas; ahora todo es digital”. Todos hemos escuchado alguna versión de esa desestimación imperativa, completamente digna de ser escuchada en la etapa de debate entre candidatos presidenciales. Pero NECESITAMOS bibliotecas. En un mundo donde hay un exceso de información, las bibliotecas conservan, recopilan, discriminan y cuidan los buenos materiales: los materiales creados y preservados por personas realmente inteligentes, los materiales en los que puedes confiar cuando quieres comprender el mundo de forma profunda y precisa, los materiales que son demasiado complejos para surgir de una colaboración abierta por CROWDSOURCING, demasiado impopulares para que las corporaciones o los políticos nos los impongan. Los bibliotecarios —inteligentes, profesionales y apasionados por la verdad— son los caballeros Jedi del futuro de nuestra cultura y merecen ser respetados por eso. Y las bibliotecas como lugares físicos no serán menos valiosas de lo que son hoy. Aunque pueda parecer optimista, todavía resulta prudente comprender que las personas buenas, inteligentes e idealistas no serán las únicas en el planeta. Valorarán en ese momento al igual que ahora la oportunidad de buscar conocimientos y compartir perspectivas en compañía de otros. Si nos dejamos engañar por el tecno-optimismo y la indiferencia, y si permitimos que las bibliotecas se extingan, estaremos en un mundo más pobre. Hay muchas explicaciones históricas sobre la desaparición de la antigua biblioteca de Alejandría, pero mi opinión personal es que no fue víctima de Julio César, de los monjes cristianos ni de los guerreros islámicos. Es más posible que las bibliotecas desaparezcan porque los líderes responsables de una comunidad no les brindan apoyo, las dan por sentado, las tratan de manera despectiva. Pero todavía puedo ser optimista. La antigua biblioteca de Alejandría desapareció durante los primeros siglos de nuestra era, pero ha regresado. Con todos los desafíos políticos, religiosos y sociales que Egipto está enfrentando hoy en día, un nuevo y brillante edificio en el

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puerto de Alejandría cumple su segunda década como lugar de encuentro, de diálogo y —más importante— de lectura. Siempre necesitaremos un lugar para leer.

LAS REDES SOCIALES NO ESTÁN DESTRUYENDO AL MUNDO

La cuestión fundamental es que Internet no es ni liberador ni represivo por naturaleza. Si alguna vez nos excedimos con nuestro entusiasmo en el uso de las tecnologías, parece ser que ahora vamos hacia el otro extremo. Emily Parker https://www.letraslibres.com/mexico/ciencia-y-tecnologia/las-redes-sociales-no-estan-destruyendo-al-mundo Cada que entro en alguna red social, parece que hay alguien advirtiendo sobre los peligros de las redes sociales. Las opiniones negativas son demasiadas como para enumerarlas, pero los temas principales son, entre otros, que Twitter difunde información errónea, que Facebook contribuyó al triunfo de Donald Trump, que Rusia está en una guerra de redes sociales con Estados Unidos y que los filtros burbuja arruinan la democracia. Básicamente, el debate postula que Facebook y Twitter están destruyendo a Estados Unidos y al mundo. Estos son solo algunos de los argumentos de los tantos que circulan. Si bien hay puntos válidos, cuando todos los alegatos se combinan contribuyen a formar una impresión general de que Internet hace más mal que bien. Pero no siempre fue así. El discurso mediático sobre Internet parece haber dado una vuelta completa y una opinión simplista reemplaza a la anterior. Hubo un tiempo en que Internet era visto como un catalizador para derrocar dictadores. Hoy en día, se considera una herramienta para los autócratas. Las redes sociales solían conectar a la humanidad; hoy en día nos separan. Lo que una vez sirvió como plataforma para disidentes valientes, hoy en día es un terreno fértil para promover el terrorismo, el racismo y la misoginia. Los medios no son los únicos que argumentan en contra de la red. Los responsables de elaborar políticas también. Theresa May, la primera ministra del Reino Unido, no tardó en culpar al Internet por el ataque terrorista que ocurrió en Londres a principios de mes. “No podemos permitir que esta ideología cuente con el espacio seguro que necesita para reproducirse”, dijo. “Sin embargo, es precisamente eso lo que proporciona tanto el Internet como las grandes compañías que brindan servicios de conectividad”. Actualmente, May planea trabajar en conjunto con el primer ministro de Francia, Emmanuel Macron, para multar a las compañías de tecnología que no tomen medidas contra el extremismo en línea. Incluso Barack Obama, el primer presidente de Estados Unidos en tener una gran presencia en las redes sociales, cambió su actitud. Se habló mucho de cómo las redes sociales ayudaron a que Obama fuera elegido en 2008, y, durante su presidencia, reinaba una sensación de optimismo con respecto a la tecnología. Por eso, resultó llamativo que en su discurso de despedida Obama haya mencionado a las redes sociales solo una vez y de forma negativa. Dijo que en las redes sociales nos rodeamos de gente que “comparte nuestras perspectivas políticas y nunca desafían nuestras conjeturas”. También habló de Internet de forma poco halagadora. “Si estás cansado de discutir con extraños en Internet, intenta hablar con uno en el mundo real”, dijo.

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Hillary Clinton también parece haber cambiado su opinión sobre las redes sociales. En una reciente participación en el Code Conference, Clinton resaltó el rol de las redes sociales al momento de difundir noticias falsas. Clinton ya había hablado de las ventajas y desventajas de Internet en otras ocasiones, pero su tono solía ser más optimista. Como Secretaria de Estado, dio dos discursos importantes sobre la libertad en Internet, en los que remarcó el poder de las tecnologías de conexión. Además, el Departamento de Estado de Clinton, donde trabajé, mostraba un gran entusiasmo por el poder de la diplomacia digital en Twitter. No sorprende que tanto Obama como Clinton desconfíen de Internet después del uso experto que hizo Trump de las redes sociales, del surgimiento de la “derecha alternativa”, de la interminable controversia por los correos electrónicos de Clinton, de la irrupción de WikiLeaks en el Departamento de Estado de Clinton, y del infame hackeo al Comité Nacional Demócrata. Sin embargo, durante las elecciones, el pesimismo tecnológico fue un tema en común de los dos partidos. Por ejemplo, los candidatos no hablaron demasiado sobre el poder liberador de las redes sociales. En lugar de eso, Trump hizo declaraciones como: “De ninguna manera quiero permitir que la gente que quiere asesinarnos y asesinar a nuestra nación use nuestro Internet” y “Debemos ser muy duros con los ataques cibernéticos y las ciberguerras”. Sí, Internet tiene desventajas muy graves, entre ellas, una cultura de redes sociales que no funciona. Pero, si bien es importante enfatizar los peligros de la tecnología, el pesimismo excesivo también tiene sus riesgos. Los responsables de elaborar políticas públicas pueden usar a las noticias falsas como justificación para la censura. Por ejemplo, en China, se amenaza con encarcelar a los que difundan rumores en línea. El temor al terrorismo también puede llevar a la formulación de leyes que obliguen a las plataformas tecnológicas a eliminar inmediatamente ciertos contenidos, lo que puede tener un efecto intimidatorio sobre la libertad de expresión. Algunos creen que esto es lo que sucederá en Europa. En una época en la que los activistas políticos necesitan la tecnología más que nunca, el pesimismo excesivo puede hacer que la gente pierda fe en el poder de las redes sociales como herramienta de resistencia. Los disidentes no pueden darse el lujo de ceder el campo de batalla de las redes sociales a los regímenes autoritarios. Si los gobiernos usan la tecnología para vigilar a la oposición y para difundir propaganda política, entonces los activistas deben usar la misma herramienta para difundir sus propios argumentos. Si Trump usa las redes sociales para atraer seguidores, la oposición debe poder aprovechar el poder movilizador de las redes sociales para contraatacar. La tecnología es al mismo tiempo un problema y una solución, dice Cory Doctorow, activista y autor de la novela Walkaway. Pero, según él, los usuarios de las tecnologías todavía tienen una ventaja enorme. “La única forma de reivindicar la resistencia popular contra el control autocrático de la tecnología es apoderándose de los medios de información. No es algo que vamos a lograr con latas y estambre”. Es posible que el pesimismo actual que provoca la tecnología sea, en parte, consecuencia de las expectativas poco realistas de que Internet nos “liberará”. Las sobredimensionadas revoluciones organizadas desde las redes sociales, como las de Irán, Egipto y la llamada “Occupy Wall Street”, han tenido resultados desalentadores. Algunos países, como China, han probado ser expertos notables en controlar la disidencia en línea. El optimismo tecnológico que alguna vez revoloteó en Washington y Silicon Valley contribuyó a formar iniciativas como la infame ZunZuneo, el intento fallido del gobierno de Estados Unidos de crear una red social en Cuba. Es necesario y hasta positivo que haya cierto grado de escepticismo tecnológico tanto

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de parte de los usuarios como de los responsables de elaborar políticas. Los disidentes necesitan saber cómo protegerse contra la vigilancia. También es importante entender hasta qué punto los extremistas y otros grupos peligrosos pueden manipular las redes sociales, y cómo las empresas de tecnología pueden contribuir para que las plataformas sean más seguras. La cuestión fundamental es que Internet no es ni liberador ni represivo por naturaleza. Si alguna vez nos excedimos con nuestro entusiasmo en el uso de las tecnologías, parece ser que ahora vamos hacia el otro extremo. No volvamos a cometer el mismo error. --- Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

¿QUIÉN ES REALMENTE UN MILENIAL?

Por LIAM STACK 5 de marzo de 2018 Para el Centro de Investigaciones Pew, las personas nacidas entre 1981 y 1996 son consideradas como milenialsCreditAli Asaei para The New York Times

https://www.nytimes.com/es/2018/03/05/quien-es-milenial-generacion/?action=click&contentCollection=noticias&region=rank&module=package&version=highlights&contentPlacement=1&pgtype=collection

¿Eres milenial? Te guste o no, podrías serlo. Es un grupo sin una definición exacta, pero el Centro de Investigaciones Pew ha intentado poner algo de orden al caos.

Si naciste entre 1981 y 1996, el grupo de investigaciones demográficas te considerará un milenial. Esa definición es un poco más restrictiva que la propuesta por la Oficina del Censo de Estados Unidos, que definió el rango entre los años de 1982 y 2000.

Sin embargo, aún podría resultarles chocante a algunos que creían ser parte de la generación anterior, la llamada generación X, o de la posterior, a la que el Pew mencionó que por ahora se referirá como la de los “posmilenials”.

¿Así que cómo decides dónde marcar la línea entre una generación y la siguiente?

No es una ciencia exacta y la determinación podría depender, en parte, de la intuición. Después de todo, aclaró el Pew, quienes nacieron en 1981 son “milenials de más edad, bien entrados en la adultez y llegaron ahí antes de que nacieran los adultos jóvenes de hoy”.

De acuerdo con una perspectiva algo más sistemática, un criterio personal para determinar la generación son los sucesos que dieron forma a los primeros años de una persona, dijo en entrevista Ruth Igielnik, una investigadora adjunta del Pew Research Center.

Por ejemplo, tanto milenials como personas nacidas después de 1996 estaban vivas durante los atentados del 11 de septiembre y las guerras de Irak y Afganistán, así como en la recesión global que empezó en 2007-2008. Sin embargo, estos eventos

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probablemente marcaron la vida de quienes el Pew califica como milenials, mientras que los más jóvenes o nacidos después de 1996 no necesariamente los recuerdan de manera tan vívida o no fueron tan impactados por ellos.

“Muchos milenials se hicieron adultos y entraron a la fuerza laboral en el punto culminante de la recesión económica, pero muchos adultos jóvenes actualmente están entrando a la fuerza de trabajo en una época de crecimiento económico y de bajos índices de desempleo”, agregó Igielnik.

La tecnología también es relevante. ¿Puedes recordar el sonido que solía hacer el módem de acceso telefónico cuando se conectaba a internet? ¿Alguna vez tuviste un celular plegable? ¿Aún puedes escuchar la vocecita de AOL que decía: “Tienes un correo”?

Es posible que la gente que nació después de 1996 no recuerde ninguna de esas cosas. Para muchos, el wifi de alta velocidad y los teléfonos inteligentes con pantalla táctil siempre han sido parte de la vida. Es por eso que Emma Morrow, de 20 años, dijo creer que su generación “posmilenial” debería conocerse mejor como la Generación Móvil.

“Nacimos en un mundo en el que las computadoras podían viajar con nosotros”, comentó. “Todo es móvil”.

UNA ALIANZA ENTRE GENERACIONES

Resolver las dificultades que afrontan los jóvenes es también mejorar los problemas de los pensionistas. https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/una-alianza-entre-generaciones Aurora Nacarino-Brabo

El bien común no existe. Los científicos sociales lo repiten a menudo, pero cabe recordarlo. Los recursos de un Estado son escasos. Eso quiere decir que no podemos gastar todo el dinero que nos gustaría en implementar políticas para todos a quienes nos gustaría satisfacer. Que los recursos sean limitados plantea necesariamente un conflicto sobre su uso, pues los intereses de los ciudadanos son diversos y obedecen a su posición dentro de algunas categorías: si son jóvenes o mayores, si viven en la ciudad o en el campo, si tienen un renta alta o baja, si tienen hijos o no los tienen, si son empresarios o asalariados, etc.

La democracia es un sistema que permite canalizar estas distintas preferencias para que se articulen de forma ordenada y mayoritaria. Los partidos políticos recogen las demandas de sus votantes y tratan de representar sus intereses para que vuelvan a confiarles su voto. Esto tiene ventajas indudables, pero también algún inconveniente. Por un lado, los partidos se preocupan por gustar a sus electores para que estos les premien electoralmente. Por otro lado, los partidos pueden verse

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paralizados por esa necesidad de resultar sexy: no es fácil implementar políticas audaces, aun si son necesarias para el país, cuando estas son impopulares o van en contra de los intereses mayoritarios de tu coalición de votantes.

En España, los dilemas generacionales han cristalizado en la transformación del sistema de partidos. La ruptura del bipartidismo y la consolidación de Ciudadanos y Podemos dan cuenta de lo lejos que los españoles más jóvenes se sienten de las viejas siglas. El PP es un partido con un electorado veterano: la edad media de sus votantes es de 57 años, y el 60% de ellos tiene más de 55 años. Solo el 12% de sus apoyos proviene de menores de 35 años. Algo parecido sucede con el PSOE, con un votante de 55 años de media y un 40% de electores mayor de 55 años.

Los pasados éxitos electorales del socialismo se construyeron sobre una coalición de votantes heterogénea, con apoyos transversales entre generaciones. Sin embargo, en los últimos años el PSOE ha ido tomando una deriva parecida a la de los populares, con un creciente peso de votantes pensionistas o cercanos a la edad de la jubilación. Por la composición de su electorado es comprensible que los viejos partidos estén más dispuestos a desarrollar políticas que beneficien a estos colectivos y a prestar mayor atención a sus demandas. En las últimas semanas los socialistas han hecho pública su intención de implementar medidas que permitan una subida de las pensiones.

Qué duda cabe de que a todos los partidos les gustaría poder subir de forma generosa las pensiones. Pero dado que los recursos son escasos y que todas las políticas generan ganadores y perdedores, es preciso preguntarse quiénes serían los perdedores de unas políticas que pongan a los pensionistas en el centro del debate público. La subida solo podría hacerse a costa de subir los impuestos a los trabajadores o bien de detraer dinero de otras inversiones públicas que afectarían especialmente a los jóvenes y a la infancia. Pero los jóvenes y los niños merecen dejar de ser los perdedores de un sistema que, especialmente desde la crisis, se ha cebado con ellos.

El paso de la recesión económica elevó la pobreza infantil en España hasta situarnos a la cabeza de Europa, solo por detrás de Rumanía y Grecia. Además, el 37,6% de las personas entre 16 y 29 años vive en riesgo de pobreza o exclusión social. Los

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jóvenes españoles son los europeos que padecen el desempleo y la precariedad en mayor medida, y su inserción en el mercado laboral es costosa y discontinua. El 80% de ellos aún vive con sus padres y no puede emprender un proyecto familiar propio.

La desolación de estos datos contrasta con la relativa buena situación en que viven nuestros jubilados: solo el 5% de ellos sufre pobreza, una de las tasas más bajas de la OCDE. Este es un dato para felicitarnos. Además, los mayores han sido un apoyo muy importante para sus familias, especialmente durante los años más duros de la crisis: cuántos hijos y cuántos nietos salieron adelante gracias a unos abuelos que tan generosamente compartieron su pensión. Pero este reconocimiento imprescindible no puede hacernos olvidar lo perverso del sistema. Ningún adulto debería tener que depender económicamente de sus mayores y ningún jubilado debería verse privado de la tranquilidad merecida después de una vida de trabajo.

Un país que trata dignamente a sus ciudadanos no es aquel que genera relaciones de dependencia entre unos y otros. Un país que trata dignamente a sus ciudadanos es aquel que provee iguales oportunidades para poder vivir una vida plena. Los viejos partidos han abandonado a los jóvenes por una razón muy sencilla: los jóvenes no les votan. Han preferido restringir sus atenciones a un electorado de mayor edad, en una estrategia que puede parecer racional, pero que tampoco está teniendo recompensa si echamos un vistazo a la evolución de las encuestas, con un peso relativo menguante del viejo bipartidismo.

Aunque hemos dicho que el bien común no existe y que los grupos sociales tienen intereses diversos y a menudo contrapuestos, eso no significa que estemos abocados a un enfrentamiento generacional. No es preciso escoger entre hacer políticas para los jóvenes y hacer políticas para los mayores. Lo que ha de hacer un partido con sentido de Estado es buscar los puntos en los que los intereses de ambos colectivos convergen e invertir políticamente en ellos. Un partido que aspira a gobernar ha de ser un partido capaz de coaligar a votantes de distintas generaciones.

No hay duda de que jóvenes y mayores tienen intereses convergentes. Todos tenemos interés en que el Estado de bienestar tenga estabilidad y continuidad, y eso implica una alianza entre generaciones. Los pensionistas necesitan tener la

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certidumbre de que podrán contar con una pensión digna cuando llega el momento de la jubilación, después de décadas de trabajo. Pero esas pensiones solo podrán pagarse con más trabajadores cotizando. Esto significa que tenemos que corregir las disfuncionalidades de un mercado laboral con un paro estructural completamente atípico y una dualidad que produce desigualdad entre trabajadores. Ambos problemas perjudican especialmente a los jóvenes, que son además quienes deberían tener hijos: de continuar la baja natalidad actual, España será el país de la OCDE más envejecido hacia 2050.

Por tanto, no se trata de escoger si queremos hacer políticas para pensionistas o para jóvenes, se trata de comprender que resolver las dificultades que afrontan los jóvenes es también mejorar los problemas de los pensionistas. La tranquilidad de los padres depende de un sistema en el que sus hijos encuentren oportunidades, y los jóvenes necesitan que eliminemos las trabas que les impiden poner en marcha un proyecto de vida propio. Ha llegado el momento de poner fin a las dinámicas perversas de subordinación y dependencia, y de permitir que jóvenes y mayores se miren como iguales. El futuro de España pasa por una alianza entre generaciones.

LA MS-13 EN ESTADOS UNIDOS ES UNA ‘AMENAZA LOCAL A LA SEGURIDAD PÚBLICA; NO A LA SEGURIDAD NACIONAL’

Por RON NIXON , LIZ ROBBINS y KATIE BENNER 6 de marzo de 2018 Volver al artículo https://www.nytimes.com/es/2018/03/06/trump-ms13-mara-salvatrucha/?action=click&rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es&contentCollection=inicio&region=rank&module=package&version=masinformacion&contentPlacement=3&pgtype=Homepage El presidente Trump ha usado a la MS-13 para justificar sus políticas migratorias de mano dura, pero la pandilla que busca expulsar del país fue creada en Estados Unidos. Credit Tomas Munita para The New York Times Read in English WASHINGTON — A principios de su mandato, el fiscal general Jeff Sessions les ordenó a sus principales investigadores que fueran tras el grupo criminal trasnacional MS-13 como una prioridad. Un año más tarde, grupos operativos antinarcóticos tienen nuevas atribuciones para combatir a la MS-13, más fiscales federales están presentando denuncias contra la pandilla callejera vinculada con El Salvador y se ha reclutado a aliados extranjeros para capturar a sus miembros. Pocos niegan la amenaza violenta que la MS-13 representa en zonas de Estados Unidos. Sus miembros empuñan machetes, asesinan a sangre fría e infunden terror, en su mayoría en comunidades inmigrantes.

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Sin embargo, los encargados de hacer cumplir la ley en los niveles local, estatal y federal describen la campaña del gobierno de Trump contra la MS-13 como una estrategia desproporcionada con respecto a la amenaza. El presidente Donald Trump ha aprovechado la brutalidad y la violencia de la pandilla como símbolo de los riesgos de la inmigración ilegal. No todos los miembros de la MS-13, o Mara Salvatrucha, son inmigrantes sin papeles. Además, la pandilla no sobrevive gracias al tráfico mundial de drogas, armas ni personas. La policía y los fiscales en áreas donde la MS-13 está más activa dijeron que este énfasis en la pandilla ha llegado a costa de combatir amenazas más extendidas para Estados Unidos, en específico los opioides y la trata de personas. Continue reading the main storyFoto Desde la izquierda, Robert Mickens, Elizabeth Alvarado, Evelyn Rodríguez y Freddy Cuevas, cuyas hijas fueron asesinadas por miembros de la MS-13 en Long Island, fueron invitados al informe de gobierno por la primera dama, Melania Trump. Credit Tom Brenner/The New York Times En una reunión con Sessions en marzo pasado, Chuck Rosenberg, entonces el director interino de la Administración para el Control de Drogas, dijo que no tenía mucho sentido enfocarse en la MS-13 en lugar de luchar contra organizaciones más peligrosas. Se rehusó a dedicar más recursos a la pandilla, de acuerdo con dos personas que tuvieron conocimiento de la reunión privada. Desde entonces, Rosenberg dejó el cargo. “La MS-13 en efecto es una amenaza, pero no de la manera en que la ha retratado el presidente”, dijo Tom Manger, jefe de policía en el condado de Montgomery, Maryland, un suburbio de Washington donde la pandilla tiene una de sus concentraciones más grandes. Los funcionarios de ahí solo lidiaron con cuatro incidentes policiacos relacionados con la MS-13 el año pasado —con un total de cinco homicidios— en comparación con 2013, año en el que no hubo ninguno. “Son una amenaza local a la seguridad pública, pero no son una amenaza a la seguridad nacional”, explicó Manger. Formada en la zona central de Los Ángeles por refugiados salvadoreños que escaparon de la guerra civil en la década de los ochenta, se cree que la pandilla tiene 10.000 miembros en cuarenta estados, de acuerdo con el FBI, pero predominantemente solo en tres áreas metropolitanas: Los Ángeles, Long Island en Nueva York y en los alrededores de Washington. La mayoría de sus 30.000 miembros adicionales vive en Centroamérica o México, de acuerdo con las autoridades. “Son una amenaza local a la seguridad pública, pero no son una amenaza a la seguridad nacional”. TOM MANGER, JEFE DE POLICÍA EN EL CONDADO DE MONTGOMERY, MARYLAND En su informe de gobierno en enero, Trump dijo que los miembros de la MS-13 aprovecharon las leyes migratorias para mudarse a Long Island y, en última instancia, asesinar a Kayla

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Cuevas, de 16 años, y a Nisa Mickens, de 15. Las chicas fueron golpeadas con bates y cortadas con machetes en un callejón sin salida cerca del estacionamiento de una escuela primaria en septiembre de 2016. Trump llevó a los padres de las adolescentes al discurso y les pidió que se pusieran de pie, como para exhibir el motivo de su mano dura contra la inmigración. La MS-13 opera en grupos locales dispersos, sembrando temor y violencia. No es un cartel de la droga global sofisticado y muchos miembros de la pandilla son indigentes. El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se ha enfocado en la MS-13, a la que ha comparado con los carteles de la droga colombianos y con la mafia. Credit Chang W. Lee/The New York Times Entrevistas con decenas de funcionarios de inteligencia y de la policía, así como una revisión de documentos, indican que la pandilla se dedica al tráfico de drogas a pequeña escala, a la venta de armas, la prostitución y la extorsión; algunos miembros reciben solo el dinero suficiente para sobrevivir. En un caso, el presunto líder de uno de los grupos más grandes de MS-13 en Maryland hace poco canceló un acuerdo de venta de drogas porque no tenía dinero suficiente para pagar la gasolina necesaria para conducir al lugar acordado, según un oficial de policía en el estado. Estados Unidos y los aliados extranjeros han presentado denuncias en contra de 4000 miembros de la MS-13, dijo Sessions a principios de este mes. En diciembre, anunció cuarenta nuevos puestos de asistentes de fiscal en todo el país para combatir a la MS-13 y otras pandillas, entre ellas dos en Long Island y tres en Maryland. Un funcionario en la oficina del fiscal estadounidense, que habló con la condición de conservar su anonimato, dijo que le preocupaba la presión reciente en los casos de la MS-13, dado el aumento drástico de los crímenes relacionados con opioides y un creciente problema nacional con la trata de personas. Aun así, el número de procesos federales en contra de la MS-13 en Estados Unidos es limitado. Solo once casos se presentaron entre octubre de 2016 y septiembre de 2017, de acuerdo con datos proporcionados por el Departamento de Justicia. Desde entonces, los procuradores han abierto trece casos más. Esta semana, Sessions les dijo a los fiscales generales estatales que quería trabajar con ellos en procesamientos locales en contra de la MS-13. “Vamos tras la MS-13. Queremos acabar con ellos”, dijo el martes. Mientras tanto, los investigadores de la Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) arrestaron a 796 presuntos miembros de la MS-13 el año pasado, un aumento en contraste con los 429 de 2016. La agencia dijo que también deportó a cerca de 5300 presuntos miembros de todas las pandillas durante el mismo periodo, un aumento en contraste con dos mil casos previos. A lo largo de un periodo de tres meses el otoño pasado, una operación de ICE llamada “Raging Bull”, atrapó a 214 miembros de la MS-13 en todo el país y arrestó a 53 más en El Salvador.

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En Nueva York, los agentes del FBI se han quejado de tener que enfocarse en la MS-13, de acuerdo con un funcionario sénior de la agencia; ha habido preocupación porque los agentes han arrestado a miembros de Trinitario, una pandilla dominicana, pero los presentaron como miembros de la MS-13 para aumentar el total de arrestos y cumplir con las expectativas, dijo un oficial estatal sénior de policía. Ninguno de ambos oficiales tenía autorización para hablar públicamente y hablaron bajo condición de conservar su anonimato. “Cualquier afirmación de que estamos presentando de manera engañosa a los miembros de las pandillas para aumentar nuestro total de arrestos es falsa”, dijo Nora Sheland, una vocera del FBI mediante una declaración. El FBI va tras toda actividad de pandillas como parte de su trabajo de combate a los crímenes violentos, agregó. Una subvención de 500.000 dólares al Departamento de Justicia prometida en octubre para combatir la violencia de las pandillas y los crímenes con armas de fuego en el condado de Suffolk, Nueva York, enfocó su análisis de delitos no solo a la MS-13, sino también a las pandillas de los Bloods y los Crips. El condado de Long Island, que hizo una solicitud para la subvención, fue uno de los catorce a los que se les otorgó para un total de 3375 millones de dólares. Los funcionarios dicen que aún no la han recibido. Timothy D. Sini, el fiscal de distrito del condado de Suffolk y excomisionado de policía, dijo que la MS-13 “constituye una amenaza de seguridad pública significativa” y era responsable de diecisiete asesinatos en quince meses en esa zona de Long Island. “Habiendo dicho eso”, dijo Sini, “el problema número uno de salud y seguridad pública que enfrenta el condado de Suffolk, como en otras comunidades, es la epidemia de narcóticos, que también es un blanco en movimiento”. Dijo que las sobredosis de opioides asesinaron a más de trescientas personas en el condado de Suffolk el año pasado, en comparación con seis muertes vinculadas con la MS-13. Continue reading the main storyFoto Personas reunidas para rendir homenaje a Nisa Mickens, de 15 años, quien fue golpeada brutalmente con bates de béisbol y cortada con machetes por miembros de la MS-13 en Long Island en septiembre de 2016. Credit Heather Walsh para The New York Times El gobierno de Trump en repetidas ocasiones ha buscado mostrar que los programas migratorios que intenta eliminar han permitido que prosperen la MS-13 y otras pandillas. Ha señalado el sistema de lotería de diversidad del país, los programas de inmigración para permitir que menores sin compañía crucen la frontera y las protecciones de deportación para personas que llegaron sin papeles a Estados Unidos cuando eran niños. Sin embargo, las cifras más recientes no reflejan eso. De acuerdo con las estadísticas de aprehensión de la Patrulla Fronteriza publicadas en diciembre, el número de miembros de la MS-13 atrapados en la frontera de hecho disminuyó hasta llegar a 228 en 2017, mientras que en 2014 la cantidad fue de 437. Ron Nixon y Katie Benner reportaron desde Washington y Liz Robbins, desde Nueva York. Michael S. Schmidt y Adam Goldman colaboraron con este reportaje desde Washington.

HACE UNOS MESES NO TENÍA TECHO. HOY HABLA EN LA ONU

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Los microcréditos han permitido a la colombiana Jessica Hernández salir adelante. Tiene un sueño: seguir emprendiendo. Lo acaba de contar en la sede de las Naciones Unidas https://elpais.com/elpais/2018/02/26/planeta_futuro/1519678923_913146.html

CÓMO PASAR UN FIN DE EN SÃO PAULO

LA CIUDAD MÁS POBLADA DE AMÉRICA DEL SUR OFRECE RESTAURANTES DE CLASE MUNDIAL, UN ENTORNO ARTÍSTICO SIEMPRE EXUBERANTE E INCONTABLES TESOROS POR DEBAJO DE TANTOS RASCACIELOS.

https://www.nytimes.com/es/2018/03/06/viajes-sao-paulo-que-hacer/?action=click&clickSource=inicio&contentPlacement=2&module=toppers&region=rank&pgtype=Homepage

Caóticamente refinada, frondosamente concreta, íntimamente colosal: la metrópolis más poblada de América del Sur era una zona poco extraordinaria hasta mediados del siglo XX, cuando una oleada de migrantes provenientes del noreste detonó un gran crecimiento que no da señales de detenerse.

Con rascacielos al parecer infinitos que casi bloquean el sol (si es que no lo hacen sus cielos célebremente nublados), los visitantes no siempre comienzan a disfrutar la ciudad de inmediato, y es que sus tesoros están más cerca de la superficie: restaurantes de clase mundial, música brasileña y un entorno artístico siempre exuberante, desde los teatros alternativos hasta los nuevos museos resplandecientes. Aunque los paulistanos a menudo son estereotipados como personas más agobiadas que los brasileños de otras partes del país, en comparación a los habitantes de otras megaciudades del mundo en realidad son muy afables.

Cada vez hay más que ver en esta urbe, conforme el fuego lento del progreso —¿o la gentrificación?— regenera el centro histórico alguna vez abandonado, cuadra por cuadra. Sin embargo, el área aún no es un paraíso HIPSTER: es tan vibrante y culturalmente vivaz como lo es rudo y un lugar donde abundan los carteristas (muchos residentes adinerados parecen preferir zonas más exclusivas). Desde luego, los visitantes pueden tener lo mejor de ambos mundos.

VIERNES

15:00 Paseo céntrico

El viernes por la tarde es el momento perfecto para explorar el viejo centro, cuando aún se escucha el ruido de los oficinistas que entran y salen de tiendas y restaurantes. Intenta trazar tus trayectos en un mapa de papel con anticipación, pues, como sucede en muchas metrópolis, los turistas que se la pasan viendo su celular atraen a los hábiles carteristas. Ya con eso, despreocúpate. Ve de las galerías gratuitas del Centro Cultural Banco do Brasil al Monasterio de São Bento, y después disfruta de un expreso y pastelillos portugueses en la ultratradicional Casa Mathilde. Dirígete al muy publicitado y nuevo centro cultural Sesc 24 de Maio, en su mayor parte público y de gran altura, cuyos puntos culminantes incluyen una galería de arte y una cafetería en el último piso. (Los miembros pueden disfrutar de la piscina en la

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azotea). Para ir de compras y aprovechar ofertas, toma un taxi o un Uber hasta la calle José Paulino en Bom Retiro, donde las CONFECÇÕES brasileñas son verdaderas tiendas de fábrica donde se venden prendas que más tarde podrían encontrarse, con precios más altos, en boutiques de todo el país.

Continue reading the main storyFoto

A Casa do Porco Bar se especializa en los platillos con puerco, entre ellos uno llamado "torresmo com goiabada": cubos de cerdo crujiente acompañados de un toque de pasta de guayaba. CreditDado Galdieri para The New York Times

18:00 Come cual cerdo

Si la cocina es un arte, entonces los platillos alucinantes que Jefferson Rueda crea a partir de cortes de cerdo son una sinfonía porcina. A Casa do Porco Bar (La Casa del Puerco) es probablemente el restaurante menos KOSHER y menos halal en Brasil, pero a los que no tienen esas restricciones alimentarias les encanta. El platillo máximo es el TORRESMO COM GOIABADA, una entrada que más que un aperitivo es una obra maestra: cubos de suculento cerdo crujiente unidos a una porción de carne suave mediante una capa de grasa y acompañados de un toque de pasta de guayaba. Es una entrada, un postre y un pecado para romper la dieta, todo en uno: seco, dulce y cremoso. El económico menú degustación (casi 100 reales, o 30 dólares) es por mucho la mejor opción y, para satisfacer todos los gustos, hay una nueva versión vegetariana de este menú con una imitación de carne porcina. No se aceptan reservaciones, por lo que debes llegar a las seis en punto para no pasarte toda la noche esperando una mesa.

21:00 A la vuelta de la esquina

Durante principios del siglo XX, el palacete ornamentado en el centro de la ciudad en la esquina de las calles Direita y Quintino Bocaiuva albergó una amada tienda de instrumentos musicales, a la radiodifusora Record y a Irmãos Vitale, una renombrada editora musical. La intersección empedrada fue apodada esquina musical, aunque por algunos años se perdió un poco la tradición musical. Eso cambió en 2017, cuando Casa de Francisca se mudó del elegante vecindario Jardim Paulista al segundo piso de este palacete, trayendo consigo un despertar cultural a una zona aún agitada y abatida. Reserva una mesa para escuchar la ecléctica alineación de bandas brasileñas, que tocan en un escenario circular en un espacio color verde agua que recuerda a La Habana Vieja. La sofisticación se extiende al bar y la cocina; la moda de los cocteles llegó tarde a São Paulo, pero es difícil notarlo ahora con un OLD-FASHIONED de primera categoría como el que ofrecen aquí (35 reales o 10 dólares).

Una escuela de baile celebra sesiones en las calles del centro e insta a los turistas a unirse.CreditDado Galdieri para The New York Times

SÁBADO

9:00 Frituras frutales

No puedes decir que visitaste São Paulo si no te has consentido con un PASTEL DE FEIRA: una empanada rectangular con el relleno que prefieras de diversas

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variedades —desde escarola, pollo y queso catupiry hasta “pizza”— que se fríe en el momento en puestos que se encuentran en prácticamente todos los mercados de la ciudad. ¿No crees que eso sea un desayuno? No les digas eso a los comensales que llenan las mesas y añaden una “vinagreta” estilo pico de gallo mientras beben jugo de caña recién hecho y maridado con piña o jengibre. Uno de los mejores mercados dominicales está en la calle Mourato Coelho en Vila Madalena, un vecindario que era jipi, después HIPSTER y más tarde de lujo. Después del pastel, da un paseo por los puestos para admirar las especias y los quesos, además de probar el mango, la papaya y, si está en temporada, la imperdible JABUTICABA o uva brasileña.

12:30 Arte comestible

Para un desayuno de lujo, pero asequible, ve a Pintar Materiais Artísticos, una tienda de artículos de arte (sí, leíste bien) en el vecindario Pompeia. En un espacio extraño con forma de ele, casi insertado con calzador en la tienda, está Petí Gastronomia, con menús de cocina contemporánea de precio fijo que siempre cambian a manos del alabado chef Victor Dimitrow. Sin embargo, puede que el verdadero héroe de Petí sea su contador: por solo 47,50 reales (15 dólares) podrás disfrutar de tres tiempos de, por ejemplo, carpacho de pulpo, costillas de cerdo con mole poblano y “cacao en cuatro versiones” como postre. Las bebidas creativas traen poemas escritos a mano en los portavasos, cortesía de los meseros. Si hay fila, explora los estantes de libros de arte o artistas latinoamericanos en lo que esperas.

Los clientes pueden tomar un expreso y pedir panes portugueses en la Casa Mathilde. CreditDado Galdieri para The New York Times

14:00 A callejonear

El arte urbano de São Paulo, renombrado internacionalmente, está en todas partes, pero la mayoría de los visitantes simplemente se dirigen al callejón de Batman, un laberinto de pasajes libres de tránsito cubiertos de obras impresionantemente creativas y repletos de cafeterías y de galerías de lujo, en Vila Madalena. Un recorrido con el guía Renato Goes te lleva primero ahí y después al Museo de Arte Urbano al Aire Libre —donde las obras se pintan con aerosol en los pilares bajo una línea elevada del metro— y al centro de la ciudad, donde las creaciones cubren costados enteros de edificios. No te sorprendas si hay una desviación: Goes sigue los mejores trabajos publicados en Instagram, así que nunca sabes si te detendrás al lado de una autopista para admirar una obra realizada la noche anterior. El recorrido de tres horas cuesta aproximadamente 490 reales (150 dólares) y los lugares se apartan a través de Around SP.

20:00 Del noreste

Cuando los migrantes del noreste llegaron a São Paulo el siglo pasado, trajeron consigo su cocina casera: carnes secas, un platillo de arroz y frijoles llamado BAIÃO A DOIS y tapioca en todas sus versiones posibles. Puedes encontrar esas tres cosas en el poco pretencioso pero elegante Fitó, donde se sirve comida inspirada en la cocina del estado de Piauí. Lo que de verdad vale la pena probar es el PAÇOCA, una mezcla de harina de mandioca con carne de sol deshebrada (res curada durante tres días, aunque ya no bajo el sol como lo dice su nombre). Una comida para dos con bebidas te costará cerca de 100 reales (30 dólares).

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22:00 Sean bienvenidos los refugiados

Las raíces árabes de Brasil son profundas —dos de los tres últimos alcaldes de São Paulo tienen ascendencia libanesa— pero la mayoría de las familias llegaron hace generaciones. Al Janiah es un extraordinario lugar nocturno y restaurante donde trabajan inmigrantes recientes, la mayoría refugiados sirios. El propietario, Hasan Zarif, un brasileño nativo hijo de refugiados palestinos, buscaba que el lugar fuera un bar y restaurante, aunque también se ha transformado en un centro comunitario, con lanzamientos de libros y clases de árabe. Sin embargo, los fines de semana todo gira en torno a la vida nocturna, con bandas en vivo y una vibra estudiantil claramente alternativa, además de su humus, de verdad increíble. El coctel Palestina Libre (25 reales o 7,5 dólares) es una mezcla deliciosa de arak con sabor de anís, zatar, pimientos dulces biquiño, limón, menta y CACHAÇA. Si las políticas de mescolanza del coctel (o del bar) te molestan, pues ahí está un letrero en la pared que advierte: “A VIDA TRANSTORNA” (la vida es perturbadora, la vida desconcierta, la vida agita).

DOMINGO

10:00 A la padoca

Evita los novedosos lugares de BRUNCH y opta por un auténtico desayuno dominical en una PADOCA, que en la jerga significa panadería. Sin embargo, una PADOCA no es una precisamente eso: es un restaurante de servicio completo que también es parte cafetería y parte charcutería; todos los vecindarios tienen uno, solo pregunta por ahí. Para tener una experiencia verdaderamente local, ordena el PÃO NA CHAPA, mitades de bollos con mantequilla y a la parrilla que los brasileños llaman pan francés, junto con un PINGADO —café fuerte con un poco de leche— y quizá un jugo de naranja recién exprimido. No temas probar los pasteles detrás del mostrador u ordenar un omelet. Solo no digas que es un BRUNCH.

12:00 Multitudes y cultura

Los domingos, la avenida Paulista está cerrada al tránsito vehicular y es atiborrada por ciclistas y peatones. Podrías entretenerte paseando por donde haya una manifestación política, un artista callejero, un vendedor de artesanías o una banda tributo de The Beatles, pero aún mejor es dar un recorrido cultural por las instituciones que rodean la vía principal de la ciudad. Están el Museu de Arte de São Paulo, de arquitectura brutalista, y el nuevo y brillante Japan House, pero el punto culminante actualmente es IMS Paulista, una nueva rama del Instituto Moreira Salles, donde las exposiciones innovadoras y con una amplia gama de temas les parecerán igualmente atractivas tanto a los aficionados al arte como a quienes simplemente les gusta ver imágenes.

ALOJAMIENTO

Toma en cuenta que el sistema del metro en São Paulo es algo limitado y sus autopistas casi siempre están atascadas, por lo que nada es más importante que la ubicación. Evita estar demasiado lejos de la avenida Paulista, donde encontrarás muchas alternativas de hospedaje. Quienes buscan una experiencia exclusiva estarán

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felices en el lujo tapizado de cuero de Fasano São Paulo, donde las habitaciones dobles tienen un precio inicial de casi 1700 reales (528 dólares). Las POUSADAS, u hosterías, generalmente se encuentran en los pueblos más pequeños, pero Pousada Ziláh tiene seis habitaciones en una casa que data de 1932 y que está llena de encanto sutil, a solo diez minutos a pie del barullo (y el metro) de la avenida Paulista. Cinco de los seis cuartos tienen balcones o terrazas exteriores, y un precio inicial de 345 reales (108 dólares, aproximadamente). Para estar más cerca de la emoción del centro de la ciudad, una buena opción económica es 155 Hotel, cerca de la plaza Roosevelt, llena de patinadores y rodeada por teatros alternativos. Las habitaciones dobles tienen un precio inicial de 150 reales (alrededor de 46,5 dólares).

CHILE EL PAÍS MÁS ATRASADO EN TASAS DE PARTICIPACIÓN LABORAL FEMENINA

http://rhmanagement.cl/rhm/participacion-laboral-femenina/?utm_source=2&utm_campaign=7e7e13f1bf-EMAIL_CAMPAIGN_2018_03_08&utm_medium=email&utm_term=0_204bed230d-7e7e13f1bf-298939889

NOTICIAS CORTAS

EL CAPO INVISIBLE QUE MANEJÓ MÁS DE LA MITAD DE LA COCA DEL PAÍS

Este hombre desconocido manejó la mayor producción de drogas de los últimos años. Con el alias de Platino, este hombre trabajaba a la par de los carteles mexicanos. Su historia es sorprendente. http://www.semana.com/nacion/articulo/el-capo-invisible-que-manejo-mas-de-la-mitad-de-la-coca-del-pais/559642

TRUMP RECHAZA EXIGENCIA DE EPN SOBRE MURO Y LE DIJO ¿ESTÁS LOCO?

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El presidente de los Estados Unidos da más detalles de la llamada que sostuvo con el mandatario mexicano el pasado 20 de febrero https://www.debate.com.mx/mundo/trump-rechaza-exigencia-pena-nieto-muro-20180311-0013.html

LA CIUDAD DE MÉXICO SE HUNDIÓ 25 CENTÍMETROS TRAS EL TERREMOTO DEL 19 DE SEPTIEMBRE: CIENTÍFICAS

Según estudio, los lugares con más hundimiento son las delegaciones Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa. https://aristeguinoticias.com/1003/mexico/la-ciudad-de-mexico-se-hundio-25-centimetros-tras-el-terremoto-del-19-de-septiembre-cientificas/

http://www.jornada.unam.mx/2018/03/07/opinion/006o1eco

TRUMP A LA UE: HABRÁ gran impuesto “POR NO TRATAR BIEN A WASHINGTON”

http://www.jornada.unam.mx/2018/03/07/economia/025n2eco

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“SI PIÑERA QUIERE GOBERNAR, TENDRÁ QUE NEGOCIAR CON NOSOTROS”: PAMELA JILES A HORAS DE ASUMIR EN EL CONGRESO

https://www.elciudadano.cl/chile/si-pinera-quiere-gobernar-tendra-que-negociar-con-nosotros-pamela-jiles-a-horas-de-asumir-en-el-congreso/03/11/

ISLAS ARRASADAS BUSCAN AGRICULTURA RESISTENTE

Los pequeños Estados en torno al Caribe solicitan fondos para proteger su exigua producción de alimentos de los cada vez más frecuentes desastres climáticos que azotan la región https://elpais.com/elpais/2018/03/08/planeta_futuro/1520470639_959701.html

UNA “REVOLUCIÓN ESTANCADA” PARA LA MUJER LATINOAMERICANA

América Latina y el Caribe ha achicado la brecha de género en educación y participación laboral, pero la violencia contra la mujer, la desigualdad salarial y las altas tasas de embarazo adolescente deslucen los avances https://elpais.com/internacional/2018/03/07/america/1520450509_220934.html

EL DÉFICIT COMERCIAL DE ESTADOS UNIDOS LLEGÓ AL MÁXIMO EN CASI UNA DÉCADA

En enero creció un 5% hasta los u$s 56.600 millones. También aumentó el rojo con China, México y Canadá. Prevén que Trump refuerce su política de "EE.UU. primero" https://www.cronista.com/internacionales/El-deficit-comercial-de-Estados-Unidos-llego-al-maximo-en-casi-una-decada-20180308-0013.html

"LE ENTREGÓ SU HIJA DE 10 AÑOS A UN HOMBRE DE 60 POR 30.000 PESOS": EL DRAMA DE LOS MATRIMONIOS INFANTILES EN AMÉRICA

LATINA

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43303994#

EL PLAN DEL NUEVO EMBAJADOR DE EE.UU. EN LA ARGENTINA: DEFENSA Y SEGURIDAD, CLAVES

Edward Prado compareció ante el Senado norteamericano y anticipó sus líneas de acción prioritarias desde la sede diplomática en Buenos Aires, donde también prometió mejorar el lazo comercial entre ambos países. También hubo una señal de respaldo al Poder Judicial local. https://www.cronista.com/economiapolitica/El-plan-del-nuevo-embajador-de-EE.UU.-en-la-Argentina-defensa-y-seguridad-claves-20180307-0113.html

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DEMOCRACIA Y CAPITALISMO EN TIEMPOS DE CRECIENTE DESIGUALDAD

http://www.laondadigital.uy/archivos/26675 El tema de la desigualdad, para muchos economistas, digamos ‘mainstream’, es un no-tema. No debería formar parte de las preocupaciones de esos especialistas ungidos a la categoría de profetas del pensamiento por el Dios Mercado. Unos ven hasta una seria amenaza a la teoría económica, como el Nobel de la Teoría de las Expectativas Racionales, Robert Lucas [1]. Otro, nuestro autóctono, la ridiculiza: “Desigualdad, para mí, es envidia” [2]. Otros más, aun, afirman que el problema es tan solo la pobreza, no la desigualdad, hasta porque después la torta crece y da para todos [3], en versiones de la célebre frase con que Delfim Netto, en sus tiempos de ministro de la dictadura enunció y ahora niega: “Primero vamos a hacer que la torta crezca, después distribuimos. Y aun están los que ven no sólo naturalidad en la desigualdad, sino también virtuosismo. Von Mises llega a escribir a un político: “Tenga usted el coraje de decirle a las masas lo que ningún político dice: ustedes son inferiores y todas las mejoras en sus condiciones de vida que ustedes simplemente asumen como garantizadas ustedes las deben al esfuerzo de hombres mejores que ustedes.”[4] Una versión más moderna del darwinismo económico y social de las versiones del primer párrafo es presentada bajo la máscara de la “meritocracia” que Thomas Piketty critica con datos y conocimiento en su libro “Capital en el Siglo 21” [5]. Mientras tanto, el tema, razonablemente olvidado hasta alrededor del año 2010, resurgió con mucha fuerza en esta década. Las razones son complejas, pero, sin duda, la profundización de la desigualdad en los países centrales de Occidente ayuda a explicarlas. Hoy está clara la asociación entre un empeoramiento de la distribución de la renta en los países desarrollados y la progresiva implantación de la pauta neoliberal. De 1980 en adelante, cuando comienza el período neoliberal cuyos demiurgos fueron Reagan y Thatcher, hay una fuerte y creciente tendencia a la profundización de la concentración de la renta y de la riqueza en las capadas superiores, como se ve en el gráfico, para los países anglosajones, Estados Unidos al frente. Y la crisis del 2008, en vez de detener, o invertir el proceso, como aconteciera en los años 30, inclusive por la desvalorización de la riqueza causada por el “crash”, al contrario, vino a acelerar el proceso aun más.

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Tanto los números recientes de la Oxfam, como los del Credit Suisse, entre otros, muestran esa progresiva y creciente concentración en el plano mundial. Ese proceso también alcanzó a Europa Continental donde, hasta la crisis del 2008, no había sido observada tal regresión. Allí, la mayor fuerza política de los trabajadores y la experiencia terrible de la Segunda Guerra mantuvieron una noción de igualdad en la población que impidió que los vientos neoliberales la alcanzaran antes. La concentración del capital, por otra parte, asumió un estadio espantoso. No hay sector importante de la economía en que una, dos, o pocas empresas, no controlen el mercado mundial. Las nuevas tecnologías sólo han acelerado dicho proceso, confirmando la visión de Marx de que el proceso de concentración y centralización del capital es inherente a esa forma de producción bajo el acicate de la competencia y el poder del capital acumulado. Al concentrarse el capital, la renta y la riqueza y sus consecuencias e interrelaciones son fortísimas con relación al poder político, de la comunicación, de los medios de comunicación y del sistema judicial. La socialdemocracia, que unión capitalismo y democracia en el período de posguerra, muestra hoy serios límites, una “vendetta” a posteriori de Von Mises y de los austríacos de Mont Pellerin. Las reformas laborales y de la previsión social que, en los años 2000, alcanzaron los países europeos en diferentes grados, desde Alemania y los países nórdicos, en versión digamos “light”, llegando más radicalmente a Grecia, a España y, más recientemente, con Macron, a Francia, evidencian la quiebra del arreglo político y social que permitió domar hasta hace poco las férreas leyes del capitalismo en sus tendencias intrínsecas a la concentración [6] durante mucho tiempo en la posguerra. Entiendo que el escenario de la discusión, en los días que corren, entre izquierda y derecha, en los términos de Bobbio, tendrá en la cuestión de la distribución un elemento central de la lucha cultural e ideológica. Las reacciones ya comenzaron, pero han sido insuficientes para detener al movimiento pro capital sin barreras. El desmonte del Estado de Bienestar Social está en pleno andamiento, aunque con una oposición creciente, pero aun dividida, entre un fascismo de derecha actualizado y una izquierda que aun no supo, de hecho, reaccionar. En realidad, el proyecto socialdemócrata parece estar desapareciendo en el marco ideológico del empresariado en Brasil y en el mundo. El conjunto de elementos que posibilitaron aquella experiencia única en la historia del capitalismo viene disolviéndose como arena en el agua. La fuerza de los sindicatos, la experiencia de creer en un país que acepta el precio a ser pago por una “sociedad civilizada” [6] que lleva a

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una tributación altamente progresiva, la regulación de las actividades económicas, particularmente las financieras, el compromiso social con el combate a la pobreza, la preocupación con la salud, la educación y la vejez, no constan más en la pauta de los intereses dominantes. En los años de intensificación de la globalización financiera, parecen considerar que el garrote es un sustituto más barato y más eficiente para una “gestión” competente de dominio social y político. La izquierda precisa reconocer su enflaquecimiento ante del “blitz” conservadora en términos políticos, sociales y culturales, y neoliberal en términos económicos. El año 2003 no se repetirá, ni siquiera como farsa. Y, encontrar su eje ante el desgaste de los tres grandes patrones organizativos de la sociedad que caracterizaron los tiempos posteriores a la segunda guerra mundial: la experiencia del socialismo real; la experiencia socialdemócrata; y la más reciente, en crisis, pero aun dominante, experiencia neoliberal. Es una tarea difícil y que, sin duda, costará sangre, sudor y lágrimas. Lo que no llega a ser un hecho nuevo. Notas [1] “Entre las tendencias más dañinas a la sólida teoría económica, la más seductora y, en mi opinión, la más venenosa, es el foco en las cuestiones distributivas”. In Wade, 2014. [2] José Márcio Camargo en una de sus clases. ¿Dudan? Aquí hallarán ese pasaje: https://www.youtube.com/watch?v=ZJKn6CHxBb8 [3] Deirdre McCloskey en entrevista al periódico Valor Econômico, 24/11/2017. [4] In Wade, 2014. [5] In Capital no Século XXI, 2013 [6] Oliver Holmes, juez de la Suprema Corte de los EUA, 1919: “Impuestos son lo que pagamos para tener una sociedad civilizada”. Bibliografía Bobbio, Norberto, Left and right – the significance of a political distinction. The University of Chicago Press, 1993. Credit Suisse Global Wealth Report 2017. 20171 Keynes, J.M. The economic consequences of peace. Freeland Press, 2015 OXFAM, An economy for the 99 %. Capturado en https://d1tn3vj7xz9fdh.cloudfront.net/s3fs-public/file_attachments/bp-economy-for-99-percent-160117-en.pdf Piketty, T. Capital no Século 21. Intrínseca Editora, 2014 Streek, W. (2013) Tempo comprado – a crise adiada do capitalismo democrático. Coimbra: Actual Wade, Robert H. The Piketty phenomenon and the future of inequality. In Real World Economic Review, n.69. 2014 o Carlos Eduardo Fernandez da Silveira

Economista, magister por la “New School for Social Research”, doctor en economía por lo Instituto de Economia de la Unicamp (IE/Unicamp)

Texto publicado em www.brasildebate.com.br

JAIR BOLSANARO: LA ULTRA DERECHA “A LA BRASILERA”

https://www.elciudadano.cl/latino-america/lula-advierte-no-presentan-pruebas-me-considerare-preso-politico/03/07/

En la mayoría de las elecciones de este año en Latinoamérica el clivaje será entre la izquierda y la derecha: en Colombia, entre Gustavo Pedro y Germán Vargas Lleras, o el candidato de Álvaro Uribe, Iván Duque; en México, entre Andrés Manuel López Obrador, vs el candidato del derechista Partido Acción Nacional, (PAN), Ricardo Anaya; en Brasil, (si la justicia no lo elimina), la disputa sería entre Ignácio Lula da Silva y el ultraderechista Jair Bolsanaro. América Latina -como podemos ver en el anterior cuadro electoral- no está exenta de los nacionalismos ultraderechistas que han aparecido también en distintos países de Europa. Brasil, antes una superpotencia política y económica, está viviendo una de sus peores crisis: ya se completan dos años de recesión, es decir, con un crecimiento negativo; el presidente Temer, después del golpe mediático, judicial y legislativo contra Dilma, cuenta con un 97% de rechazo ciudadano, pero aprovechando la mayoría parlamentaria, ha intentado imponer

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radicales reformas neoliberales, atentando contra las pensiones y privatizando las empresas estatales y los servicios básicos, como la educación y la salud. Jair Bolsanaro, actualmente diputado del Socialcristiano, donde milita la mayoría de los canutos brasileros (demás está decir que algunas sectas protestantes son más conservadas y cavernarias que la iglesia católica, que son enemigos a muerte del aborto, del matrimonio homosexual, del divorcio y, en general, de cualquier cambio progresista en la sociedad), es un ex capitán que sirvió en el ejército durante la dictadura militar brasilera, que gobernó al país de 1964 hasta 1985. Bolsanaro, en su programa de gobierno, propone volver al autoritarismo de la dictadura militar que, para él, fue el mejor período en la historia de Brasil. A diferencia de las ideas nacionalistas de los militares brasileros de los años ’60, Bolsanaro postula hoy para Brasil un Estado mínimo y además la copia de las ideas neoliberales, aplicadas por los Chicago Boys en Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Para este candidato a la presidencia de la República, quien ya cuenta con el 20% de apoyo en las encuestas, y que sólo es aventajado por Lula, las ideas centrales -como las de los Carabineros chilenos, “Orden y Patria”-, son que la sociedad tiene que estar regida por Dios y gestionada por la fuerza y la coerción, es decir, bajo el dominio de las armas del ejército. Max Weber, en sus obras La sociología de las religiones, y Ética protestante en el espíritu del Capitalismo, analiza la relación entre la ética luterana calvinista y el capitalismo, probando que las concepciones de Lutero y de Calvino fueron un motor principal en el desarrollo de este sistema. Antiguamente, los partidos políticos de inspiración cristiana, las Democracias Cristianas, en América Latina respondían a las encíclicas papales -Rerum Novarum y Quadragessimo Anno-, y por consiguiente, era críticos al capitalismo salvaje, es decir, buscaban superar el individualismo y el colectivismo; hoy, cuando se habla de partidos cristianos o socialcristianos hay que referirse a grupos que congregan, en su mayoría, a protestantes y de sectas, en su mayoría de origen norteamericano, de una moral en extremo conservadora y una sumisión al poder político mucho más radical que la concepción paulina. Los partidos cristianos son aliados de la derecha en la casi totalidad de los países latinoamericanos: en Colombia se muestran cercanos al uribismo, y en Brasil están aglutinando a los sectores más antidemocráticos de la sociedad carioca. Los canutos, mucho más que los católicos, han penetrado en los barrios pobres de los distintos países de América Latina: la zona sur de Bogotá, en Colombia; las favelas, en Brasil y las Villas Miseria, en Buenos Aires, Argentina, inoculando en las clases populares y de menor cultura política su visión conservadora y autoritaria de la sociedad y de la vida. La corrupción ha logrado minar los cimientos de la democracia en Latinoamérica, pero al contrario de lo que se piensa vulgarmente, la casi imposible tarea de erradicarla, pues es consubstancial al poder, ha llevado, en casi todos los países del mundo, a que los ciudadanos, espantados por el cinismo de las castas políticas y su podredumbre moral, elijan a personajes aventureros, infinitamente más ladrones y corruptos que los políticos tradicionales, con la diferencia de que este tipo de populismo de derecha no puede ser, ni controlado, ni expulsado del poder.

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En Brasil, la prolongada crisis política y económica está abriendo el boquete necesario para que la ultraderecha se apropie del poder. El eventual éxito de Bolsanaro es una campanilla de alerta, o lo que es peor, una pesadilla no muy lejana. Por Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

EL VERDADERO LEGADO DE BACHELET

A días de entregar el Gobierno a Piñera, un fuerte debate sobre el legado de Bachelet llena las páginas. La derecha caricaturiza para intentar su hegemonía política. La centroizquierda dividida pierde el rumbo o hace testimonio. El legado, está en otro lado. http://www.laizquierdadiario.mx/El-verdadero-legado-de-Bachelet-98166

TRUMP EXIMIRÁ DE ARANCELES A MÉXICO Y CANADÁ SI HAY UN NUEVO ACUERDO

Mientras se renegocia el tratado comercial norteamericano, desafió a los socios a mejorar propuestas a cambio de exceptuarlos de las próximas tarifas al acero y el aluminio https://www.cronista.com/internacionales/Trump-eximira-de-aranceles-a-Mexico-y-Canada-si-hay-un-nuevo-acuerdo-20180306-0023.html

"MONJAS PIZZA": LA PENOSA EXPLOTACIÓN DE MUCHAS RELIGIOSAS AL SERVICIO DEL CLERO MASCULINO EN LA IGLESIA CATÓLICA

http://www.bbc.com/mundo/noticias-43254029

LIGHTHIZER PLANTEA ACUERDOS BILATERALES EN LUGAR DE TLCAN

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/03/05/solo-terminamos-seis-de-30-capitulos-del-tlcan-lighthizer-3336.html

COMO GASTAN LAS FAMILIAS EN EL SUPERMERCADO: CHILE, ARGENTINA Y MÉXICO

Una encuesta de la consultora internacional In-Store Media evaluó cuánto gasta un consumidor promedio al mes en el supermercado y en qué. Las diferencias entre países latinoamericanos es notable. https://www.cronista.com/negocios/Con-que-llenan-el-changuito-los-argentinos-20180307-0031.html La visita a grandes supermercados puede ser más una excursión para muchas familias que una actividad vital para cubrir sus necesidades básicas. Las estrategias de marketing también ayudan, sobre todo para desviar las decisiones de compra y enfocar los deseos de los consumidores hacia productos que muchas veces no estaban en la "lista del super" original.

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Esto parece quedar demostrado sobre todo para los argentinos, que son los que más gastan en los supermercados en productos que no son alimentos y también los que mayor presupuesto destinan en bebidas alcohólicas en la región. Una encuesta de la consultora internacional In-Store Media en tres países midió cuánto gasta un consumidor promedio al mes en el supermercado: los chilenos destinan u$s 299,59; los argentinos, u$s 285,79, y los mexicanos, u$s 149,2. La investigación denominada "Observatorio Shopper Experience" fue replicada por la consultora en en tres países de Latinoamérica México, Chile y Argentina. "El mayor porcentaje del gasto mensual en los tres países es dedicado a la categoría alimentación y bebidas (no alcohólicas)", destacó Florencia Lovera, especialista en Marketing de in-Store Media. Ese gasto representa el 54% en Chile, el 50% en México y el 40% por ciento en la Argentina. Los argentinos son los que más gastan en la categoría de higiene y belleza (es un 25% en Argentina, 18% en México y 17% en Chile). También tienen un mayor gasto en bebidas alcohólicas (un 10% versus el 7% en Chile y el 6% en México). Otro rubro importante a la hora de definir las compras del mes es el que abarca a los productos de limpieza del hogar (que se lleva un porcentaje del 16% en los tres países). Según la investigación, sólo el 20% de los chilenos considera que la situación económica es buena. Algo similar ocurre con los argentinos con 19%, mientras que los mexicanos llegan a 10%. Pero al consultar sobre las expectativas de un mejoramiento a corto plazo los porcentajes son más optimistas: cuatro de cada diez argentinos confían que la situación económica de su país mejorará. En la misma línea se encuentra el 34% de los chilenos. Mientras que los mexicanos se muestras más escépticos y sólo el 10% se manifestó en forma positiva. "Es significativo el porcentaje de los consultados en los tres países que consideran que la situación económica no empeorará", destacó Lovera. En Chile el 54% expresó que la situación económica se mantendrá, en México lo hizo el 45% y en la Argentina el 28%. Entre los hábitos de consumo relevados, también se mostró que el punto de venta físico sigue siendo el canal de mayor relevancia para el consumidor al momento de definir su compra. "El supermercado e hipermercado físico es el principal canal de abastecimiento para los hogares de los tres países", destacó Lovera. Y es, además, el lugar "por excelencia" para enterarse de lanzamientos. "En México el 77% de los consultados afirman que conocen lasnovedades y promociones en el mismo supermercado, en Chile el 75% y en Argentina el 65%", precisó la especialista. La situación socio-económica de la región y en particular, en cada uno de estos tres países, fue una variable clave tomada por el estudio. "Observamos que la realidad económica influye en forma directa en la experiencia de compra del shopper argentino, chileno y mexicano. Este aspecto es algo que en mayor o menor medida preocupa en los tres países y tiene relación directa con el promedio de gasto mensual y las categorías privilegiadas por los shoppers en cada caso", concluyó el estudio.

OFENSAS POR DOQUIER

marzo 4, 2018 by Jordi Cabezas Salmerón Leave

http://ssociologos.com/2018/03/04/ofensas-por-doquier/?utm_campaign=newsletter&utm_medium=email&utm_source=newsletter Partiendo de la base de no considerar como imprescindible el faltar al respeto de los demás (lo cual parece no compartirse mayoritariamente en los tiempos que corren) debo manifestar,

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no obstante, sentirme asimismo sorprendido por la hipersensibilidad existente para considerarse víctima de ofensa ante cualquier cuestionamiento/crítica a las propias ideas o sentimientos. Lo cual no deja de resultar paradójico.

Por otro lado, resulta evidente que el conflicto entre el derecho a la libertad de expresión (derecho imprescindible en toda democracia como vehiculador de la necesaria confrontación de opiniones, en aras a conformar acuerdos -y con rango de fundamental en nuestra Constitución, en su artículo 20-), y otros derechos como al honor, intimidad, propia imagen, etc. (también con ese mismo rango constitucional), está servido.

Obviamente, la precitada libertad de expresión no puede ser absoluta en la medida en que existen determinados límites establecidos por la propia Constitución y desarrollados tanto en el ordenamiento civil (honor, imagen, etc.) como en el penal (calumnias, injurias, revelación de secretos, incitación al odio, delitos contra los sentimientos religiosos, etc.)

Tampoco tal libertad comporta que deba, necesariamente, aceptarse/compartirse/respetarse toda manifestación del sujeto que se expresa (emisor), la cual puede incluso resultar ingrata al receptor.

Sin embargo, lo que sí comporta aquella libertad es el respeto a que el citado emisor pueda proferir la tal manifestación.

La libertad de expresión no lo es por tanto, relativa únicamente a aquellas ideas que se comparten (pobre seria ese derecho, en este supuesto) sino, especialmente y también, a aquellas que no.

No se trata, pues, de respetar que puedan expresarse ideas que nos gusten sino también que puedan hacerlo las que nos disgusten.

Dado que, como se dijo, cabe que determinadas personas puedan sentirse ofendidas por las manifestaciones de otras, convendrá indicar también que el sentimiento de sufrir ofensa es muy subjetivo y por tanto del todo relativo.

Ello no es óbice para que puedan ”objetivarse” como ofensivas determinadas manifestaciones por su clara superación de los límites antes mencionados.

Y siempre deberá considerarse en esa evaluación tanto la intención y el contexto en que se efectúa la manifestación como el tono de la misma, así como el nivel cultural del emisor y el de los destinatarios del mensaje, si queremos ceñirnos a una mínima corrección y rigor.

En todo caso, las “expresiones” en sí mismas nunca serán censurables (al ampararse en el derecho a la libertad de expresión/o, aún mejor, de pensamiento) y en todo caso lo serán algunos “actos expresivos” orales, gráficos, etc. (considerando las antes citadas variables de entorno, tono, etc. y siempre que realmente posean potencialidad lesiva -y, por ejemplo, el hecho de que un sujeto mantenga que le “sacaría los ojos” al primer ministro de su gobierno cuando se halla distante de él y sin medios para ponerse en contacto, etc. carece, en principio, de tal potencialidad; no hemos de sucumbir por tanto ante el supuesto poder de las meras palabras, y en todo caso deberá actuarse con carácter restrictivo para no encorsetar en

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exceso a las libertades, vaciándolas de contenido con el consiguiente deterioro de la calidad democrática-.

Actualmente vienen proliferando –entiendo que en exceso- noticias sobre procedimientos judiciales iniciados a causa de presuntas ofensas a determinados sentimientos de ciertos colectivos e incluso por presuntas incitaciones al odio contra ellos.

Eligiendo el caso de la famosa imagen del Santo Cristo de la Amargura aparecida en las redes sociales, en que se ha sustituido la cara de la figura por la del autor del montaje fotográfico, procedo a exponer lo que entiendo recomendable al tratar estos entornos de supuestas ofensas, a los efectos de impedir la proliferación, por doquier, de sujetos que se sienten ofendidos y son comprendidos.

Así, parece ser que la tal fotografía ha ofendido a los miembros de la Hermandad a la que pertenecía el Cristo, por lo cual, y tras la oportuna denuncia, se inició un procedimiento penal por un presunto delito contra los sentimientos religiosos, que concluyó en condena.

Un supuesto, éste, en que aparece una colisión de derechos, siendo los derechos en conflicto, el de la libertad de expresión que nos ocupa, por un lado, y el de no ser ofendidos los sentimientos religiosos de los miembros de una confesión religiosa por otro.

En este punto, y dando por reproducido lo comentado al inicio de este artículo, parece oportuno reconocer la intrínseca complejidad de estas cuestiones, más allá de lo que parezca resultar evidente en un primer momento. Buena será la ponderación adecuada huyendo de automatismos.

Por ello, incluso aceptando que haya podido incardinarse el caso de este montaje fotográfico en una de las limitaciones existentes al ejercicio del derecho a la libertad de expresión, esta vez prevista en el artículo 525 del Código Penal cuyo tenor literal es: “INCURRIRÁN EN LA PENA DE MULTA DE OCHO A DOCE MESES LOS QUE, PARA OFENDER LOS SENTIMIENTOS DE LOS MIEMBROS DE UNA CONFESIÓN RELIGIOSA, HAGAN PÚBLICAMENTE, DE PALABRA, POR ESCRITO O MEDIANTE CUALQUIER TIPO DE DOCUMENTO, ESCARNIO DE SUS DOGMAS, CREENCIAS, RITOS O CEREMONIAS, O VEJEN, TAMBIÉN PÚBLICAMENTE, A QUIENES LOS PROFESAN O PRACTICAN”, convendrá considerar aquellas variables tales como la intención de ofender, el contexto y tono, niveles culturales etc. que hemos establecido como precisas para evaluar más “objetivamente” el nivel de la potencialidad real de ofensa. Ignoro si la sentencia condenatoria lo ha hecho.

Quizás tan solo se pretendía una broma o un mero efecto artístico sin buscar ni prever ofensa alguna, en un entorno joven y desenfadado…

Únicamente extremando tales prevenciones evitaremos caer en el absurdo.

En el límite y en este terreno religioso, alguien podría manifestar –además- que un ateo (niega la existencia de un Dios) o un agnóstico (no afirma ni la existencia ni la inexistencia de un Dios en tanto no sean demostrables, al entender que lo divino es inaccesible a nuestro conocimiento) pudiera sentirse, a su vez, ofendido simplemente por determinadas manifestaciones/actuaciones de quienes sí creen en un Dios.

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Y no se entendería como correcto neutralizar lo anterior indicando que no cabe extender la prohibición legal de ofender los sentimientos religiosos a los de quien no cree en ninguna religión. Y ello pues si en el ítem vital “sentimiento religioso/religión” de un sujeto tiene cabida la “religión a, b, c, etc.” debe poder tenerla asimismo la opción de “ninguna” como igualmente válida para ese ítem. Lo contrario sería vulnerar el principio de igualdad y de no discriminación por razón de creencia, lo cual no procede. En definitiva deberán protegerse los sentimientos religiosos y los “no religiosos/no creencia”.

De lo contrario, si cuando el “sujeto sin religión” llegase a sentir ofensa por alguna manifestación de otro “sujeto con religión” y aquella restase impune, estaría legitimado, en justicia, a ofender sin más a los “con religión”.

Afortunadamente, y no podía ser de otra forma, el precitado artículo 525 prevé también que: “EN LAS MISMAS PENAS INCURRIRÁN LOS QUE HAGAN PÚBLICAMENTE ESCARNIO, DE PALABRA O POR ESCRITO, DE QUIENES NO PROFESAN RELIGIÓN O CREENCIA ALGUNA.”, cerrando así ese debate. Veremos si aparecen noticias de denuncias en ese sentido

LULA PRETENDE FRENAR LA LUCHA DE CLASES Y DIALOGA CON LOS GOLPISTAS

http://www.laizquierdadiario.mx/Lula-pretende-frenar-la-lucha-de-clases-y-dialoga-con-los-golpistas En una entrevista a la Folha de Sao Paulo no solo reafirmó su respeto hacia la institucionalidad, sino que reforzó la idea de no convocar al pueblo a movilizarse. Simone Ishibashi San Pablo Lunes 5 de marzo | 11:54 En la entrevista concedida al diario Folha de São Paulo, Lula confirmó que seguirá con su campaña electoral, más allá de que esto sea cada vez menos factible. Ante la fuerte crisis orgánica que afecta al vecino país, donde la burguesía tiene gran dificultad de encontrar un nombre que hegemonice el centro político en las elecciones, el ex presidente de Brasil alega ser el único candidato viable para tal fin. Lula afirmó que la única política que llevará adelante será la de poner un freno a la movilización de la clase trabajadora, política llevada a cabo por el PT en las últimas décadas. Así como no lograron impedir el golpe, Lula tampoco hace una crítica a las reformas recientes, siendo coherente con su estrategia de defender concesiones mínimas a los trabajadores, mientras hace alarde de las grandes ganancias que los banqueros obtuvieron en su gobierno: «Durante mi gobierno los empresarios ganaron más dinero, los trabajadores tuvieron aumento salarial, hubo más empleos y menos paros. Me siento orgulloso porque supe cómo convivir con la sociedad brasileña» El ex mandatario incluso llegó a reivindicar la “valentía” de Temer al enfrentarse a TV Globo durante el escándalo por las denuncias de Joesley Batista, cuando se inició en el país un vacío de poder. En aquel entonces, si las centrales sindicales hubiesen quebrado el pacto con el gobierno, eso hubiera llevado a la caída de Temer y se hubiera puesto fin al aumento del autoritarismo del poder judicial, además de haberse frenado la infame Reforma Laboral.

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Con estas afirmaciones, queda claro que ni Lula ni el PT son capaces de defender las conquistas básicas democráticas, que hoy están siendo atacadas con la intervención federal en Rio de Janeiro y con la condenación arbitraria del propio Lula. Las conquistas ganadas deben ser defendidas por los trabajadores, a través de un frente único que englobe a grandes batallones de la clase trabajadora brasileña, abriéndose así un camino para luchar por la derogación de la Reforma Laboral y de la Reforma Previsional. En este sentido, la lucha para garantizar esta demanda democrática es la lucha contra el PT, contra Lula y su estrategia.

ELECCIONESEL SALVADOR: DEBACLE DE LA IZQUIERDA EN UN PAÍS MARCADO POR LA VIOLENCIA

A falta del recuento definitivo, el derechista Arena es el triunfador indiscutible. ALBERTO PRADILLA http://www.publico.es/internacional/elecciones-salvador-debacle-izquierda-pais-marcado-violencia.html El Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) sufrió una severa derrota en las elecciones celebradas el domingo en El Salvador. A falta del recuento definitivo, el derechista Arena es el triunfador indiscutible. La violencia y el descrédito del sistema político, que ha afectado especialmente a la izquierda, han marcado los comicios de uno de los países con mayor tasa de homicidios del mundo. “Son todos unos sinvergüenzas. Voy a votar nulo porque dar el apoyo a alguien sería facilitar que el partido reciba unos dólares, ya que el sistema les premia si les votas. La situación está muy mal, es muy peligroso”. Jorge López, un hombre que pasa de los 50, expresaba su descontento el domingo en el colegio en el centro de votación de la residencial Las Margaritas II, en Soyapango, departamento de San Salvador. Hablaba entre dientes y advertía continuamente de que hay que andar con cuidado, que la zona no está para bromas por el control que ejercen las pandillas. En el caso de la colonia en la que él reside, la versión salvadoreña de la Mara Salvatrucha (MS-13). Esta y el Barrio 18, que se divide entre las facciones denominadas Sureños y Revolucionarios, son las dos grandes grupos que, con diferentes características y sin constituir una única estructura, se extienden también por Guatemala y Honduras, además de EEUU, donde está su origen.

Las elecciones municipales y parlamentarias del domingo castigaron al gobernante FMLN. Se queda sin la alcaldía de la capital, San Salvador, sin casi todas las capitales que tenía en su poder, y queda en una posición muy debilitada en el Congreso. Con el 80% de los votos escrutados, ya que el sistema de votación es de listas abiertas, lo que ralentiza el recuento, Arena se lleva entre 38 y 39 escaños de 84. La derecha no ha incrementado su número de apoyos en términos absolutos, así que los resultados deben interpretarse más como castigo al FMLN que como premio para Arena.

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La izquierda, por su parte, se queda en 22 escaños, su peor resultado en lo que va de siglo y dejándose 300.000 votos por el camino, una cifra nada desdeñable en un país en el que votan algo más de dos millones de los cinco que están llamados a las urnas. El próximo año, cuando se celebren comicios presidenciales, se cumplirá una década con la izquierda en el poder, un hecho histórico desde los acuerdos de paz de 1992, que pusieron fin a 12 años de guerra civil y que transformaron al FMLN de fuerza guerrillera en partido. Las elecciones llegaban en un contexto de incremento de la violencia (entre enero y febrero de 2018 el número de homicidios llegó hasta los 627, un 26% más que hace un año) y descrédito del sistema político, cuya expresión ha tenido un mayor impacto sobre el FMLN. La posición de Jorge López era la elegida por aquellos que querían expresar su descontento de forma activa: depositar la papeleta pero con un mensaje de protesta. Un buen número de electores invalidaron su voto escribiendo en él insultos contra la clase política. Este movimiento de descontento, que de un modo indirecto ha sido alentado por figuras como Nayib Bukele, alcalde saliente de El Salvador, expulsado del FMLN y que se postulará a las presidenciales de 2019, ha tenido su impacto. Si se tratase de un partido, sería el cuarto, tras Arena, FMLN y Gana (escisión de los primeros), y por delante del PCN (partido identificado con sectores reaccionarios de los militares). En la capital, el voto protesta se ubica en tercer lugar. Esta fórmula, en la que también se incluyen las papeletas invalidadas por defectos de forma, ha pasado de 90.000 a cerca de 300.000, por lo que es evidente que muchos salvadoreños utilizaron su voto para quejarse del sistema, abriendo el camino para nuevas expresiones políticas.

La violencia y la percepción de corrupción, que lleva incluida el descrédito de la clase política, eran los principales asuntos de unas elecciones en las que se hablaba más sobre hasta dónde podía llegar la abstención. López, por ejemplo, trabaja en el ámbito de la seguridad, protegiendo camiones que trasladan mercadería. Los empleados de este sector, siempre armados, son parte del paisaje urbano. Casi un ejército paralelo. López se queja de que ha perdido la cuenta de las veces en las que le han asaltado y le han exigido que entregue su mercancía. “Mi vida no vale el producto que lleve”, afirma.

Los malos resultados dejan un panorama sombrío de cara al último año en el Gobierno del actual presidente, el exguerrillero Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, que tendrá que enfrentarse a un legislativo abrumadoramente opositor. En realidad la mayoría no la ha tenido nunca, puesto que Arena estaba por encima en la cámara. Sin embargo, con estos números ni siquiera da para alianzas tácticas entre la izquierda y Gana, por lo que la institucionalidad queda en manos de los conservadores. Estamos, pues, ante un giro hacia la derecha. Todo ello, con un futuro complejo. A los problemas ya existentes en el

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país se le suma el anuncio del presidente de EEUU, Donald Trump, de poner fin al estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) que daba cobertura a 190.000 salvadoreños desde 2001. A partir de noviembre de 2019 tendrán que regresar o se convertirán en inmigrantes ilegales. Más presión para un país como El Salvador, de apenas 6 millones de habitantes y con otros 3 millones trabajando en el extranjero.

DONDE LA VIOLENCIA ES LA GRAN PREOCUPACIÓN

En Soyapango, el municipio en el que votaba Jorge López, la principal preocupación es la inseguridad. Da igual a quién pregunte uno. “La violencia”, “la delincuencia”, “las pandillas”, son las inevitables respuestas. Con cerca de 250.000 habitantes según el censo de 2007 (con toda la cautela que deben tomarse estas cifras), este es el segundo núcleo del área metropolitana de San Salvador. Se trata de un barrio popular, con casitas de un piso, ordenadas, levantadas dentro de una planificación.

No hay muchos recursos económicos pero no estamos ante la imagen de una favela o de un terreno invadido, como también existen en todo Centroamérica. Uno de sus distintivos es que aquí existen barreras invisibles que sus habitantes conocen muy bien, porque no pueden franquearlas, pero que no son perceptibles a simple vista. Son las que marcan las pandillas, que controlan el territorio palmo a palmo. Por ejemplo: si uno vive en la colonia Las Margaritas, controlada por la MS-13 no puede cruzar a La Campanera, en poder del Barrio 18 Sureño. Los vecinos de colonias en manos de pandillas rivales son vistos como enemigos, aunque no tengan ninguna vinculación con esta estructura criminal. Aunque ellos mismos hayan sido sus víctimas. “La seguridad es el principal problema, esto lo compartimos todos y aquí sabemos quién manda”. Rosa Martínez, de 64 años, dice que por suerte ella no ha tenido que enterrar a ningún familiar, pero que reza cada vez que su nieto, de 19, sale por la puerta. Tiene familiares con los que solo se encuentra en el interior, porque residen en otra colonia, en manos del Barrio 18, y está vetado el paso en ambos sentidos. No quiere dar más detalles.

El fenómeno de las pandillas tiene su origen en EEUU. Tras la firma de los acuerdos de paz, miles de salvadoreños (también guatemaltecos y hondureños) fueron deportados desde el vecino del norte, importando un modelo de organización criminal que ha modificado por completo la estructura de la sociedad en Centroamérica. Sus principales representantes son dos: la MS-13 y el Barrio 18, roto entre Sureños y Revolucionarios. Solo el año pasado, en El Salvador, fueron asesinadas 3.954 personas, lo que implica una tasa de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes. Los homicidios pueden ser por

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disputas entre pandillas, por no pagar la extorsión o por ejecuciones extrajudiciales perpetradas por la Policía, entre otras razonas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que un índice de 10 por cada 100.000 es ya una epidemia de violencia. Por ponerlo en contexto: en España, en el mismo año, la tasa no llegó a un asesinato por cada 100.000 habitantes. “La seguridad es lo más importante. No se trabaja la prevención y, si no se aborda este ámbito, es difícil ir a por la reinserción”, señala Noemí Mancilla, de 50 años, mientras enumera una larga lista de causas: “familias desestructuradas, falta de trabajo, falta de incentivos”. “La violencia está a flor de piel”, afirma.

El gobierno de Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, ha apostado por la militarización para frenar a las pandillas. Esto, unido a que en una jornada electoral salen todavía más uniformados a las calles, ofrece una sensación de falsa seguridad. Sin embargo, un detalle. Entre el Centro Escolar Urbanización Las Margaritas y el centro de votación de Las Margaritas II hay una distancia de apenas cuatro cuadras. Cinco minutos caminando. A pesar de ello, un oficial de policía se ofrece a acompañar a los periodistas durante el trayecto. Realizar ese pequeño recorrido con escolta no sería una buena idea, teniendo en cuenta que siempre hay alguien que observa y caminar de la mano de la jura (que es como se conoce a los uniformados) no es buen cartel de presentación.

Simpatizantes de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) celebran el triunfo en la sede del partido de derecha en San Salvador (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura En esta colonia, definitivamente, la gran preocupación es la delincuencia. En lo que no se ponen de acuerdo los votantes es en la receta. Mientras que Juan Antonio Moliner cree que las políticas del FMLN “han incrementado la delincuencia”, María Rein González cree que el Gobierno no tiene responsabilidad, que ellos no pueden saber cuándo se va a producir un hecho delictivo. Ella forma parte del denominado “voto duro” de la izquierda, el que no se plantea cambiar de siglas. En un país con una historia bélica tan reciente, tanto el FMLN como Arena disponen de este caudal de apoyos. Quien decide los comicios es el descontento en las capas más amplias de la cebolla o la construcción de nuevas lealtades. Tiempo habrá ahora de analizar hasta qué punto ha influido esta variable en el descenso del FMLN. En 2012, durante el gobierno de Mauricio Funes (2009-2014), la izquierda llegó a auspiciar una tregua entre pandillas que rebajó de modo sustancial el número de homicidios. Aquella iniciativa fracasó y, desde entonces, el discurso general no se

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mueve del “manodurismo”. La situación llega a niveles de complejidad extremos con informaciones como la publicada recientemente por El Faro, que señalaba que un testigo protegido vinculó a Neto Muyshondt, futuro alcalde de San Salvador por Arena, con la entrega de 6 millones de dólares a la MS-13 que esta habría utilizado para la compra de cocaína. Investigaciones periodísticas han probado que tanto el FMLN como Arena han mantenido una retórica beligerante contra las pandillas pero, sin embargo, ambos han negociado en secreto con ellos para ganarse su apoyo.

Soyapango es reflejo del vuelco político del país. Anteriormente, la alcaldía estaba en manos del FMLN, pero después de las elecciones será gestionado por Arena.

RESIGNACIÓN COMO SENTIMIENTO TRANSVERSAL

Violencia al margen, un sentimiento transversal, que podía percibirse tanto en colonias populares como las de Soyapango como en colegios como el Complejo Educativo Viuda de Escalón, en la denominada Zona Rosada de San Salvador, donde votan clases más acomodadas, es la resignación. “Los partidos piensan en ellos mismos, no en los ciudadanos”, explicaba Salvador Telula, en el centro de votación de La Campanera, también en Soyapango, pero en este caso, territorio controlado por el Barrio 18 Sureños. Al contrario que en otros lugares, en esta colonia todavía son visibles los “placazos”, o murales de grandes dimensiones que delimitan el control por parte de una pandilla. En opinión de este transportista, la situación de El Salvador es “muy mala”, “no hay oportunidades de trabajo y la seguridad es nula”.

Lejos de allí, en otro contexto, votaban Fabricio Agudo y José Ramón Morales. “Votamos por el menos peor”, se resignaba el primero. “Solo esperamos que roben menos”, añadía el segundo. Agudo y Morales también están preocupados por la inseguridad. “Todos aquí hemos sido asaltados alguna vez”, dicen, casi a la vez. Sin embargo, existe una diferencia fundamental. Ellos perciben mayor protección si evitan “determinadas zonas”, en referencia a colonias populares. Decenas de miles de personas residen ahí y no tienen posibilidad de marcharse.

La situación económica permanece estancada y escasean las oportunidades. De hecho, una de las principales fuentes de ingresos son las remesas que llegan desde EEUU. En 2017, fueron más de 5.000 millones de dólares. Desde las bases del FMLN se advertía que un retorno de la derecha iba a poner fin a programas sociales como los que entregan uniforme, dos pares de zapatos y un vaso de leche a todos los estudiantes de primaria.

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“Debemos mantener lo que hemos logrado. Si no, volveremos a los 80, a los tiempos de la derecha, cuando una comía con pena en Navidad, pensando en si tendría para pagar la escuela de sus hijos”, dice María Rein González, que alerta de que un triunfo de Arena implicaría un auge en las políticas de privatización y extractivismo. El Salvador es uno de los pocos países que prohíbe la minería metálica. Proyectos de estas características generan fuertes conflictos sociales en las vecinas Honduras y Guatemala. En ocasiones, a la izquierda le cuesta explicar qué políticas públicas le diferencian de los conservadores. Rein González recita de memoria los avances. El mensaje, sin embargo, no ha calado entre los electores.

La derecha, por su parte, ha argumentado que los inversores veían con desconfianza los ejecutivos efemelenistas y la economía se estancaba. “Debemos implementar planes en seguridad, sanidad y educación”, dice, sin entrar en concreciones, Remo Matarrosa, representante de Arena en Las Margaritas II. Desde hace meses se viene hablando de una crisis del modelo político en El Salvador. Sin embargo, esta se ha expresado más en el castigo al FMLN. Los izquierdistas comparecieron el lunes en una breve rueda de prensa que no aceptó preguntas de los periodistas y anunciaron entrar en un “período de reflexión”.

En este ámbito, el alcalde saliente de El Salvador, Nayib Bukele, es un factor que no se puede sacar de la ecuación de la crisis de la izquierda. Accedió a la alcaldía capitalina por el FMLN pero en 2017 fue expulsado de la formación por el Tribunal de Ética. Desde entonces, ha promovido su propio perfil hasta el punto de que cuando se hagan públicos los resultados definitivos, él tiene pensado presentar su propia formación de cara a las presidenciales de 2019.

La victoria de Arena es también un triunfo que debe apuntarse la derecha regional. Este 2018, dos de cada tres ciudadanos en América Latina tienen cita con las urnas en un contexto de ofensiva neoliberal tras la victoria de Mauricio Macri en Argentina, el golpe de Estado contra Dilma Rouseff en Brasil y el fraude electoral perpetrado por Juan Orlando Hernández en Honduras. Todo ello, con EEUU instaurado en una ofensiva antiinmigración que llega a utilizar la violencia pandillera, una de las razones para escapar, como argumento para cerrar (todavía más) la frontera.

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REFLEXIÓN

NOAM CHOMSKY: “LA GENTE YA NO CREE EN LOS HECHOS”

A PUNTO DE CUMPLIR 90 AÑOS, ACABA DE ABANDONAR EL MIT (INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MASSACHUSETTS). ALLÍ REVOLUCIONÓ LA LINGÜÍSTICA MODERNA Y SE CONVIRTIÓ EN LA CONCIENCIA CRÍTICA DE ESTADOS UNIDOS. 'BABELIA' VISITA AL GRAN INTELECTUAL EN SU NUEVO DESTINO, ARIZONA

Noam Chomsky, en su despacho de la Universidad de Arizona en Tucson. APU GOMES

JAN MARTÍNEZ AHRENS

https://elpais.com/cultura/2018/03/06/babelia/1520352987_936609.html

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Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) hace tiempo que superó las barreras de la vanidad. No habla de su vida privada, no usa móvil y en un tiempo donde abunda lo líquido y hasta lo gaseoso, él representa lo sólido. Fue detenido por oponerse a la guerra de Vietnam, figuró en la lista negra de Richard Nixon, apoyó la publicación de los papeles del Pentágono y denunció la guerra sucia de Ronald Reagan. A lo largo de 60 años no hay lucha que se le haya escapado. Igual defiende la causa kurda que el combate contra el cambio climático. Tan pronto aparece en una manifestación de Occupy Movement como respalda a los inmigrantes sin papeles. Inmerso en la agitación permanente, el joven que en los años cincuenta deslumbró al mundo con la gramática generativa y sus universales, lejos de dormirse en las glorias del filósofo, optó por el movimiento continuo. No importó que le acusasen de antiamericano o extremista. Él siempre ha seguido adelante, con las botas puestas, enfrentándose a los demonios del capitalismo. Ya sean los grandes bancos, los conglomerados militares o Donald Trump. Incombustible, su última obra lo vuelve a confirmar. En RÉQUIEM POR EL SUEÑO AMERICANO (editorial Sexto Piso) vuelca a la letra impresa las tesis expuestas en el documental del mismo título y denuncia la obscena concentración de riqueza y poder que exhiben las democracias occidentales. El resultado son 168 páginas de Chomsky en estado puro. Vibrante y claro. Listo para el ataque.

—¿Se considera un radical?

—Todos nos consideramos a nosotros mismos moderados y razonables.

—Pues defínase ideológicamente.

—Creo que toda autoridad tiene que justificarse. Que toda jerarquía es ilegítima hasta que no demuestre lo contrario. A veces, puede justificarse, pero la mayoría de las veces no. Y eso…, eso es anarquismo.

Una luz seca envuelve a Chomsky. Después de 60 años dando lecciones en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el profesor se ha venido a vivir a los confines del desierto de Sonora. En Tucson, a más de 4.200 kilómetros de Boston, ha abierto casa y estrenado despacho en el Departamento de Lingüística de la Universidad de Arizona. El centro es uno de los pocos puntos verdes de la abrasada ciudad. Fresnos, sauces, palmeras y nogales crecen en torno a un edificio de ladrillo rojo de 1904 donde todo queda pequeño, pero todo resulta acogedor. Por las paredes hay fotos de alumnos sonrientes, mapas de las poblaciones indígenas, estudios de fonética, carteles de actos culturales y, al fondo del pasillo, a mano derecha, el despacho del mayor lingüista vivo.

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“La gente se percibe menos representada y lleva una vida precaria. El resultado es una mezcla de enfado y miedo”

El lugar nada tiene que ver con el rompedor espacio de Frank Gehry que le daba cobijo en Boston. Aquí, apenas cabe una mesa de trabajo y otra para sentarse con dos o tres alumnos. Recién estrenada, la oficina de uno de los académicos más citados del siglo XX aún no tiene libros propios, y su principal punto de atención recae en dos ventanas que inundan de ámbar la estancia. A Chomsky, pantalones vaqueros, pelo largo y blanco, le gusta esa atmósfera cálida. La luz del desierto fue uno de los motivos que le hizo mudarse a Tucson. “Es seca y clara”, comenta. Su voz es grave y él deja que se pierda en los meandros de cada respuesta. Le gusta hablar con largueza. La prisa no va con él.

PREGUNTA. ¿Vivimos una época de desencanto?

RESPUESTA. Hace ya 40 años que el neoliberalismo, de la mano de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, asaltó el mundo. Y eso ha tenido un efecto. La concentración aguda de riqueza en manos privadas ha venido acompañada de una pérdida del poder de la población general. La gente se percibe menos representada y lleva una vida precaria con trabajos cada vez peores. El resultado es una mezcla de enfado, miedo y escapismo. Ya no se confía ni en los mismos hechos. Hay quien le llama populismo, pero en realidad es descrédito de las instituciones.

P. ¿Y así surgen las FAKE NEWS (bulos)?

R. La desilusión con las estructuras institucionales ha conducido a un punto donde la gente ya no cree en los hechos. Si no confías en nadie, por qué tienes que confiar en los hechos. Si nadie hace nada por mí, por qué he de creer en nadie.

P. ¿Ni siquiera en los medios de comunicación?

R. La mayoría está sirviendo a los intereses de Trump.

P. Pero los hay muy críticos, como THE NEW YORK TIMES, THE WASHINGTON POST, CNN…

R. Mire la televisión y las portadas de los diarios. No hay más que Trump, Trump, Trump. Los medios han caído en la estrategia que ha diseñado Trump. Cada día les da un aliciente o una mentira para situarse él bajo los focos y ocupar el centro de atención. Entretanto, el flanco salvaje de los republicanos va desarrollando su política de extrema derecha, recortando derechos de los

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trabajadores y abandonando la lucha contra el cambio climático, que precisamente es aquello que puede terminar con todos nosotros.

P. ¿Ve en Trump un riesgo para la democracia?

R. Representa un peligro grave. Ha liberado consciente y deliberadamente olas de racismo, xenofobia y sexismo que estaban latentes pero que nadie había legitimado.

P. ¿Volverá a ganar?

R. Es posible, si consigue retardar el efecto letal de sus políticas. Es un consumado demagogo y SHOWMAN que sabe cómo mantener activa su base de adoradores. A su favor juega también que los demócratas están sumidos en la confusión y puede que no sean capaces de presentar un programa convincente.

P. ¿Sigue apoyando al senador demócrata Bernie Sanders?

R. Es un hombre decente. Usa el término socialista, pero en él significa más bien NEW DEAL demócrata. Sus propuestas, de hecho, no le serían extrañas a Eisenhower [presidente por el Partido Republicano de 1953 a 1961]. Su éxito, más que el de Trump, fue la verdadera sorpresa de las elecciones de 2016. Por primera vez en un siglo hubo alguien que estuvo a punto de ser candidato sin apoyo de las corporaciones ni de los medios, solo con el respaldo popular.

P. ¿No advierte un deslizamiento hacia la derecha del espectro político?

R. En la élite del espectro político sí que se ha registrado ese corrimiento; pero no en la población general. Desde los años ochenta se vive una ruptura entre lo que la gente desea y las políticas públicas. Es fácil verlo en el caso de los impuestos. Las encuestas muestran que la mayoría quiere impuestos más altos para los ricos. Pero esto nunca se lleva a cabo. Frente a esto se ha promovido la idea de que reducir impuestos trae ventajas para todos y que el Estado es el enemigo. ¿Pero quién se beneficia de que recorten en carreteras, hospitales, agua limpia y aire respirable?

“Trump ha liberado deliberadamente olas de racismo, xenofobia y sexismo latentes pero no legitimadas”

P. ¿Ha triunfado entonces el neoliberalismo?

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R. El neoliberalismo existe, pero solo para los pobres. El mercado libre es para ellos, no para nosotros. Esa es la historia del capitalismo. Las grandes corporaciones han emprendido la lucha de clases, son auténticos marxistas, pero con los valores invertidos. Los principios del libre mercado son estupendos para aplicárselos a los pobres, pero a los muy ricos se los protege. Las grandes industrias energéticas reciben subvenciones de cientos de millones de dólares, la economía HIGH-TECH se beneficia de las investigaciones públicas de décadas anteriores, las entidades financieras logran ayudas masivas tras hundirse… Todos ellos viven con un seguro: se les considera demasiado grandes para caer y se los rescata si tienen problemas. Al final, los impuestos sirven para subvencionar a estas entidades y con ellas a los ricos y poderosos. Pero además se le dice a la población que el Estado es el problema y se reduce su campo de acción. ¿Y qué ocurre? Su espacio es ocupado por el poder privado y la tiranía de las grandes entidades resulta cada vez mayor.

P. Suena a Orwell lo que describe.

R. Hasta Orwell estaría asombrado. Vivimos la ficción de que el mercado es maravilloso porque nos dicen que está compuesto por consumidores informados que adoptan decisiones racionales. Pero basta con poner la televisión y ver los anuncios: ¿buscan informar al consumidor y que tome decisiones racionales? ¿O buscan engañar? Pensemos, por ejemplo, en los anuncios de coches. ¿Ofrecen datos sobre sus características? ¿Presentan informes realizados por entidades independientes? Porque eso sí que generaría consumidores informados capaces de tomar decisiones racionales. En cambio, lo que vemos es un coche volando, pilotado por un actor famoso. Tratan de socavar al mercado. Los negocios no quieren mercados libres, quieren mercados cautivos. De otro modo, colapsarían.

P. Y ante esta situación, ¿no es demasiado débil la contestación social?

R. Hay muchos movimientos populares muy activos, pero no se les presta atención porque las élites no quieren que se acepte el hecho de que la democracia puede funcionar. Eso les resulta peligroso. Puede amenazar su poder. Lo mejor es imponer una visión que te dice que el Estado es tu enemigo y que tienes que hacer lo que puedas tú solo.

P. Trump emplea a menudo el término antiamericano, ¿cómo lo entiende?

R. Estados Unidos es el único país donde por criticar al Gobierno te llaman antiamericano. Y eso supone un control ideológico, encender hogueras patrióticas por doquier.

P. En algunos sitios de Europa también pasa.

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“Las grandes corporaciones han emprendido la lucha de clases, son marxistas pero con los valores invertidos”

R. Pero nada comparable a lo que ocurre aquí, no hay otro país donde se vean tantas banderas.

P. ¿Teme al nacionalismo?

R. Depende, si significa estar interesado en tu cultura local, es bueno. Pero si es un arma contra otros, sabemos a donde puede conducir, lo hemos visto y experimentado.

P. ¿Cree posible que se repita lo que ocurrió en los años treinta?

R. La situación se ha deteriorado; tras la elección de Barack Obama se desencadenó una reacción racista de enorme virulencia, con campañas que negaban su ciudadanía e identificaban al presidente negro con el anticristo. Ha habido muchas manifestaciones de odio. Sin embargo, Estados Unidos no es la República de Weimar. Hay que estar preocupados, pero las probabilidades de que se repita algo así no son altas.

P. Arranca su libro recordando la Gran Depresión, un tiempo en el que “todo estaba peor que ahora, pero había un sentimiento de que todo iría mejor”.

R. Me acuerdo perfectamente. Mi familia era de clase trabajadora, estaba en paro y no tenía educación. Objetivamente, era un tiempo mucho peor que ahora, pero había un sentimiento de que todos estábamos juntos en ello. Había un presidente comprensivo con el sufrimiento, los sindicatos estaban organizados, había movimientos populares… Se tenía la idea de que juntos se podía vencer a la crisis. Y eso se ha perdido. Ahora vivimos la sensación de que estamos solos, de que no hay nada que hacer, de que el Estado está contra nosotros…

P. ¿Tiene aún esperanzas?

R. Claro que hay esperanza. Aún hay movimientos populares, gente dispuesta a luchar… Las oportunidades están ahí, la cuestión es si somos capaces de tomarlas.

Chomsky termina con una sonrisa. Deja vibrando en el aire su voz grave y se despide con extrema cortesía. Luego sale del despacho y baja las escaleras de la facultad. Afuera, le esperan Tucson y la luz seca del desierto de Sonora.

EL PODER DE LAS PALABRAS, LAS PALABRAS DEL PODER

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Réquiem por el sueño americano. Los diez mandamientos de la concentración de la riqueza y el poder. (Basado

en el documental del mismo título realizado por Peter Hutchison, Kelly Nyks y Jared P. Scott). Traducción de

Magdalena Palmer. Sexto Piso, 2017. 160 páginas. 16,90 euros.

Porque lo decimos nosotros. Ideal democrático, estrategias de poder y manipulación en el siglo XXI.Traducción

de Albino Santos Mosquera. Paidós, 2017. 254 páginas. 22 euros.

Estados fallidos. El abuso de poder y el ataque a la democracia.Traducción de Gabriel Dols Gallardo. Ediciones

B, 2017. 364 páginas. 8 euros.

Optimismo contra el desaliento. Sobre el capitalismo, el imperio y el cambio social. Entrevistas de C. J.

Polychroniou. Traducción de Francesc Reyes Camps. Ediciones B, 2017. 17 euros.

El miedo a la democracia. Traducción de Mireia Carol. Crítica, 2017.419 páginas. 18.90 euros.

¿Qué clase de criaturas somos? Traducción de Jorge Paredes. Ariel, 2017. 192 páginas. 18.90 euros.

¿Por qué solo nosotros? Evolución y lenguaje. Con Robert C. Berwick. Traducción de Fina Marfá. Kairós, 2016.

224 páginas. 16 euros.

EL PENSADOR QUE NO DUERME

https://elpais.com/cultura/2018/03/06/babelia/1520355450_318763.html

LA GRAN CONTRIBUCIÓN DE NOAM CHOMSKY A LA CIENCIA Y LA CULTURA CONTEMPORÁNEAS ES EL ESTUDIO DEL LENGUAJE COMO VENTANA HACIA LA MENTE Y NO SOLO COMO INSTRUMENTO PARA COMUNICARSE

Animado por Juan Uriagereka, vi a Noam Chomsky por primera vez en octubre de 2005, en su despacho del MIT, el mismo que utilizaba hasta hace pocos meses. Nervioso, vi entrar a un tipo en vaqueros, zapatillas y el pelo sin arreglar. Recuerdo que, mientras discutíamos ideas de mi tesis (que no le convencían y siguen sin convencerle), sacó un bocadillo y me preguntó si gustaba y si me importaba que comiese. Más tarde, su secretaria me explicó que intentaba organizarle reuniones cortas, porque él no pararía ni para estirar las piernas. Me pareció un personaje tan excepcional como sencillo, y estamos hablando de un hombre que va a cumplir 90 años y que responde cientos de correos a diario.

La principal contribución de Chomsky a la lingüística se fundamenta en la idea de que el lenguaje es una facultad biológica del cerebro humano, el único “programado” para procesos

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computacionales lingüísticos. Chomsky nos invita a considerar, por tanto, que, además de sus dimensiones artística, social y regulativa, el lenguaje es un objeto cognitivo-biológico que puede estudiarse científicamente: hay en ello una “ventana hacia la mente” y no solo un “instrumento para comunicarse”.

Explicar las implicaciones de este enfoque es complicado. Chomsky lo intenta recientemente en¿POR QUÉ SOLO NOSOTROS? (Kairós, 2016) y¿QUÉ CLASE DE CRIATURAS SOMOS? (Ariel, 2017). En charlas divulgativas, cuenta que la investigación lingüística cuando él era joven resultaba aburrida. Investigar consistía en seleccionar unos datos y aplicar un análisis de manera mecánica, como quien aplica un protocolo. Los estudiantes pensaban que no había preguntas que hacer, cosas que descubrir. Todo ello recuerda mucho la forma en que John Keating, en EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, nos dice que no debe analizarse la poesía (cuando pide a sus alumnos que arranquen la primera página de un manual de literatura, esa que mide los poemas en sistemas de coordenadas).

En su obra, Chomsky anima a sorprenderse con (y hacerse preguntas sobre) lo más simple y obvio de la realidad, ya que es entonces cuando empieza la ciencia. En el estudio del lenguaje, no obstante, rara vez sucede eso. He dado clase a alumnos en los primeros años de universidad durante mucho tiempo y su respuesta ante este planteamiento ha ido desde la perplejidad hasta la indignación. Hay muchos hechos “simples y obvios” en el lenguaje, a los que no damos importancia. Un ejemplo trivial: en español, el sujeto concuerda con el verbo en número y persona. No es normal preguntar por qué. Al fin y al cabo, ¿para qué querríamos saberlo? ¿Qué tiene de interesante? Simplemente sucede. Ciertamente: sucede. Como sucede que caen las manzanas de los árboles (y Newton decidió sorprenderse al verlo). En el colegio nos limitábamos a memorizar esas observaciones y a aplicarlas usando el tipo de análisis mecánico que critica Chomsky. Sin embargo, esa concordancia no se da en chino y en vasco afecta también a los objetos: luego algo hay que pasa aquí pero no allá, y deberíamos explicarlo.

La filosofía chomskyana parte del hecho de que sabemos más de lo que nos enseñan. Hay un componente innato en el ser humano que no se potencia lo suficiente

El interés por la lingüística de algunos de mis colegas proviene de su afinidad con las ideas políticas de Chomsky. ¿Cuál es la conexión entre ambas? La filosofía chomskyana parte del hecho de que sabemos más de lo que nos enseñan. Hay un componente innato en el ser humano que no se potencia lo suficiente. Eso se ve claramente en el lenguaje, pero puede extrapolarse a la ética y la

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estética. Así pues, si se considera que hace falta desarrollar las capacidades de todo el mundo, se está cerca de un modelo anarquista, en el sentido de contrario a un modelo creado por una élite, y en contra de las limitaciones impuestas por el tal modelo. No sé si Chomsky estaría del todo de acuerdo con esta formulación, pero creo que sí.

He tenido el privilegio de trabajar con él puntualmente, pero me resulta difícil explicar mi experiencia. Lo dejo para Howard Lasnik: “Recuerdo perfectamente llegar a las nueve de la mañana a su casa el primer día después del final del semestre. Chomsky me llevó a su estudio y CADA palmo del suelo estaba cubierto: con libros, revistas y periódicos de todo el mundo. Los libros y revistas eran de lingüística, filosofía, psicología, historia, política y muchos otros temas. Él los había leído, o estaba leyéndolos, TODOS. Tuvo que abrir un camino para que pudiera entrar, darme una silla y una mesa para escribir —sí, escribir: aún no había ordenadores—. […] Seguimos reuniéndonos así durante unas dos semanas, excepto cuando tenía que ir a algún sitio a dar una clase (algo que hacía un par de cientos de veces al año). […] Noam me dijo una tarde: ‘Creo que está bastante bien: tenemos un argumento sólido sobre todas estas cuestiones y sabemos cómo queremos expresarlo. ¿Por qué no me dejas todo el material y yo me encargo de redactar un primer borrador?’. Me había dicho eso a las siete de la tarde. A las nueve de la mañana siguiente se plantó en mi casa con un manuscrito de cincuenta páginas”.

Lasnik también comenta —no por escrito— que el segundo día de trabajo decidió llevar bocadillos para ambos, porque el primero no se detuvieron ni para comer. Alguien me contó una vez que preguntaron a Chomsky cómo hacía para trabajar tanto. Que si no dormía. Parece que respondió: “Para nada: yo duermo cuatro horas diarias, como todo el mundo”.

ÁNGEL J. GALLEGO ES LINGÜISTA Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA

¿SE ACABARÁN LAS GUERRAS CIVILES?

Las luchas fratricidas no responden a una maldición inevitable. Un recorrido por 2.000 años de historia de estos destructivos conflictos ofrece lecciones para evitarlos

https://elpais.com/internacional/2018/03/09/actualidad/1520589929_746901.html

No iba buscando el tema de las guerras civiles, pero tuve la sensación de que me había atrapado, y en un lugar inesperado. Hace 12 años, en el apogeo de la segunda guerra del Golfo en Irak, estaba trabajando en la magnífica Biblioteca Huntington, a las afueras de Los Ángeles. El centro alberga una colección de arte y jardines de fama mundial y uno de los mejores archivos de manuscritos y

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libros raros de Estados Unidos. Ocupa unos edificios neoclásicos que parecen relucir bajo un sol perpetuo, así que no es precisamente el escenario en el que uno pensaría que se va a topar con las acciones más salvajes cometidas por un ser humano contra otro. Y, sin embargo, fue allí donde me encontré con el tema de mi libro LAS GUERRAS CIVILES: UNA HISTORIA EN IDEAS.

El conflicto de Irak fundió ante mí el pasado y el presente en torno al tema de la guerra civil. En aquella época, finales de 2006 y principios de 2007, la guerra provocaba aproximadamente 3.000 muertes al mes. Los comentaristas no tenían claro cómo etiquetar una violencia tan persistente y letal. ¿Era insurgencia? ¿Terrorismo? Algunos lo llamaban “guerra civil”; entre otros, Kofi Annan, entonces secretario general de Naciones Unidas. Otros negaban categóricamente que lo fuera, como el primer ministro iraquí Nuri al Maliki y el Gobierno del presidente estadounidense George W. Bush.

Se discutía con pasión qué era exactamente una guerra civil. ¿Se definía en función del número de víctimas o de la comunidad que la padecía? ¿Dependía de la identidad de los combatientes o de los objetivos de los bandos enfrentados? Las acepciones del término eran volátiles y parecía que no hubiera forma de ponerse de acuerdo. Descubrí entonces que esa misma confusión ya se había producido antes, en la década de 1860, durante la Guerra de Secesión de 1861 a 1865, un conflicto que los estadounidenses denominan la Guerra Civil.

El pasado no se repite, según una frase que atribuyen al escritor estadounidense Mark Twain; pero desde luego se parece mucho. Y así, en el soleado sur de California encontré una notable semejanza entre la guerra de Irak y la guerra civil estadounidense. La Biblioteca Huntington tiene los papeles de Francis Lieber, un abogado prusiano que en el siglo XIX emigró a EE UU y durante la Guerra de Secesión elaboró las primeras leyes de guerra, el antecedente directo del Convenio de La Haya y los Convenios de Ginebra que rigen los conflictos bélicos todavía hoy. Cuando estaba redactándolas, pensó que tenía que ofrecer una definición de guerra civil para situar el tipo de conflicto al que se aplicarían las normas. No pudo encontrar ninguna descripción legal de guerra civil y dedicó mucho tiempo a crear una.

Usar una categoría como guerra civil para definir lo ocurrido en Siria o Irak tiene consecuencias morales y políticas dentro y fuera de allí

En California, mientras arreciaba el debate sobre cómo llamar al conflicto que asolaba Irak, leí las cartas de Lieber en las que se quejaba de cuán resbaladizo resultaba el concepto de guerra civil. En 1863 era difícil definirlo porque no existían precedentes. En 2006 también, porque había

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demasiados, y porque el término estaba cargado de política e ideología. ¿Serían quizás esos dos momentos parte de una misma cadena de la historia? Tardé casi 10 años en responder esa pregunta.

Nunca imaginé que la investigación me empujaría a recorrer 2.000 años de historia. Seguí la pista de lo que denomino la “historia de las ideas” en torno a guerras civiles desde la invención del concepto en el siglo I a. C. hasta sus controvertidos significados en nuestra época. Al hablar de “historia de las ideas” me refiero al relato, hilado durante mucho tiempo, a través de sucesivas batallas, sobre el significado y la aplicación de determinados conceptos; en este caso, en torno a guerra civil. Mi objetivo era demostrar que los debates contemporáneos sobre lo que es y lo que no es una guerra civil, en países como Irak y Siria, nacieron del choque entre concepciones de lo que es una guerra civil opuestas y heredadas del pasado.

LAS HERIDAS MÁS PROFUNDAS

IDEAS

David Armitage repasa en su ensayo LAS GUERRAS CIVILES la historia intelectual del enfrentamiento

fratricida, sobre el que se teorizó por primera vez durante la Roma clásica. “Nuestras ideas sobre la guerra civil

transmiten el dolor de dos milenios. Y ese dolor continúa perturbando nuestra política incluso hoy”, escribe el

profesor de Harvard.

1. La ‘stasis’ de los griegos

Los griegos vivieron numerosos enfrentamientos entre las diferentes ciudades Estado (polis), pero no acuñaron el

término de guerra civil. Se referían a esas luchas internas como STASIS, un concepto con el que definían el mal

que dividía a las diferentes polis. Aunque viene del adjetivo “estático” —de hecho, es una palabra que se utiliza en

griego moderno para designar una parada de autobús—, pasó a significar “tomar posición” en una discusión y

finalmente se transformó en una actitud política hostil y divisoria. “Para los atenienses, la política era en realidad la

cura de la STASIS”, escribe Armitage. Para el gran historiador heleno Tucídides, autor de La guerra del

Peloponeso, la STASIS era una desgracia “cada vez más permanente mientras la naturaleza humana siga siendo la

misma”.

2. Cruzar el Rubicón

Tanto la República romana como el Imperio, tras la muerte de Julio César y la llegada al poder de Augusto,

vivieron terribles enfrentamientos fratricidas. Fueron ellos los que acuñaron el concepto, en apariencia

contradictorio, de BELLUM CIVILE, guerra civil porque no existen conflictos tan inciviles como los internos. El

poeta cordobés del siglo I de nuestra era, Lucano, sobrino del filósofo Séneca, fue el primer gran narrador de una

guerra civil en sus versos. “Jamás una espada extranjera se ha hundido / de esta manera: son las heridas infligidas

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por manos de conciudadanos las que más profundamente han penetrado”. El símbolo de las guerras civiles romanas

fue cuando Julio César decidió cruzar el Rubicón y entrar con sus legiones en Italia, lo que estaba prohibido para

cualquier general.

3. Matanza en París

Michel de Montaigne, autor del libro que inventó un género, los Ensayos, fue testigo de las guerras de religión que

se abatieron sobre Francia durante el siglo XVI. De hecho, Europa vivió durante los siglos XVI y XVII un

interminable periodo de guerras civiles, que en Francia fueron especialmente crueles, con episodios terribles como

la matanza de San Bartolomé, durante la que fueron asesinados miles de hugonotes (el nombre que recibían los

protestantes) en varios días de agosto de 1572. “En verdad, una guerra extranjera no es en absoluto tan peligrosa

como una civil”, escribió el gran sabio.

4. Revolución o conflicto interno

“La necesidad de distinguir entre guerra civil y revolución es un supuesto fundamental de la política moderna”,

escribe Armitage. La revolución americana es un ejemplo claro: para algunos historiadores fue claramente una

guerra civil en la que combatieron entre sí los propios americanos más que contra tropas extranjeras. Lo mismo

puede decirse de la Revolución Francesa. El pensador conservador Edmund Burke se mostró muy hostil con esta

revolución, que calificó de enfrentamiento civil. Curiosamente, muchos historiadores le darían hoy la razón por

episodios como las matanzas de la Vendée.

Los abogados han intentado definir la guerra civil. Los científicos sociales han analizado numerosos ejemplos. Yo he querido abordar el reto de definir la guerra civil con los instrumentos del historiador. Mi tesis es que estos conflictos no son ni eternos ni inexplicables. Este tipo de enfrentamientos bélicos tiene una historia con un principio identificable, aunque todavía no se vea el final. Conocer esa historia puede ayudarnos a comprender por qué la compleja historia de las guerras civiles ha conducido a semejante perplejidad en nuestro tiempo.

Mi historia de las guerras civiles abarca desde la antigua Roma hasta el presente. En primer lugar investigo las distintas concepciones de la guerra civil desde el siglo I a. C. hasta el siglo V d. C. Los romanos inventaron el concepto de guerra civil para referirse a conflictos entre conciudadanos —en latín, CIVES, palabra de la que derivan “civil”, “civismo” y “civilización”, entre otras— que adquirían el carácter de guerra. Los griegos no tenían más que tumultos y sediciones, apuntaban los romanos: nosotros fuimos los primeros que tuvimos guerras civiles.

Las ideas romanas influyeron de manera decisiva en los debates sobre la guerra civil, sobre su normativa y su definición legal, sobre cómo reconocer sus síntomas, sobre su génesis, sobre las probabilidades de que se repita. Las guerras civiles fueron tan frecuentes en la historia de la

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República de Roma y las primeras décadas del Imperio Romano que parecían formar parte del tejido mismo de la vida pública. Esta terrible historia dio lugar a un relato —a una serie de relatos— en el que Roma figuraba como una civilización propensa a la guerra civil, incluso condenada a ella, una idea que persistiría durante siglos e inspiraría interpretaciones de la guerra civil en la edad moderna, en Europa y más allá. Durante más de milenio y medio, la guerra civil se vio a través del prisma romano.

Los modelos romanos proporcionaron el repertorio del que los pensadores posteriores en Europa y América extrajeron sus propias nociones de guerra civil hasta bien entrado el siglo XIX. Para entonces había surgido un rival conceptual a la concepción establecida sobre guerra civil: la idea de revolución. Desde la Ilustración, las dos categorías conceptuales, guerra civil y revolución, se habían ido apartando y diferenciando entre sí, con connotaciones morales y políticas muy definidas cada una.

La guerra civil parecía retrógrada, destructiva y reaccionaria; la revolución, por el contrario, era fértil y progresista, y miraba hacia el futuro. A las guerras civiles que triunfaron —como la de la independencia de EE UU— se les cambió el nombre para denominarlas revoluciones, y los participantes negaban que hubieran librado jamás una guerra civil. Todo esto desembocó en una conjugación política muy moderna: yo soy revolucionario, tú eres rebelde, ellos están envueltos en una guerra civil.

La gran contribución del siglo XIX a la historia de las ideas en torno a la guerra civil fue el intento de “civilizarla”, de regirla por medio del derecho, empezando por la redacción de las leyes de la guerra iniciada por Lieber en la década de 1860 y que tuvo su continuación en las revisiones de los Convenios de Ginebra tras la II Guerra Mundial.

En el siglo XX, la guerra civil se extendió a todo el mundo. Los límites de la comunidad en la que se libraban estos conflictos se ampliaron más allá de los de los Estados y los imperios para abarcar a toda la humanidad, bajo la idea de “guerra civil global”, que apareció por primera vez en la década de 1960, en el contexto de la Guerra Fría.

Esta noción de una guerra civil mundial resucitó envuelta en islamofobia después de los atentados del 11-S, para designar la expresión a escala mundial de la división fundamental entre suníes y chiíes dentro del islam como motor del terrorismo internacional.

En la conclusión, las antiguas ideas de la guerra civil permanecen en el ADN de las organizaciones internacionales, los órganos periodísticos y los debates académicos. Son lo que causa gran parte de

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nuestra confusión conceptual sobre qué es, y qué no es, una guerra civil. La historia sedimentada de los conceptos en torno a la guerra civil se remonta a la República Romana y sobre ella se añadieron después las capas legislativa —con el lenguajes del derecho— y la de las ciencias sociales. Todo esto genera controversias en nuestras propias interpretaciones del concepto.

La elección de una categoría como guerra civil para definir lo ocurrido en Irak o Siria tiene consecuencias morales y políticas. Decidir si lo que estamos viendo es una guerra civil puede tener repercusiones políticas, militares, legales y económicas tanto para los que viven en el país desgarrado por la guerra como para quienes están fuera de él. Puede ser cuestión de vida o muerte para decenas de miles de personas, normalmente las que tienen menos capacidad de forjar su propio destino. Y todo esto parece especialmente urgente en nuestra época porque los principales conflictos que se libran hoy en el mundo —como Afganistán y Yemen— son guerras civiles.

Ahora hay 50 guerras civiles en el mundo, pero parece que son cada vez menos numerosas después de que alcanzaran un pico en 1989

Las guerras civiles han causado más de 25 millones de muertes desde 1945 y se calcula que cuestan más de 123.000 millones de dólares (casi 100.000 millones de euros) al año, aproximadamente la misma cantidad que destinan los presupuestos de los países del hemisferio norte a ayudar a los países del sur. Nuestro mundo sigue siendo un mundo de guerra civil.

A pesar de los horrores que describo, mi tesis es que la guerra civil no es una maldición congénita de la humanidad, como han dicho muchos, sino una enfermedad de la que podemos curarnos gradualmente.

A pesar de que en este momento hay casi 50 guerras civiles abiertas en el mundo, da la impresión de que son cada vez menos numerosas, después de que alcanzaran un pico en 1989. En los últimos años han terminado dos guerras civiles importantes, la primera en Sri Lanka (1983-2009) y luego en Colombia(1964-2016), tras décadas de muerte y destrucción. El hemisferio occidental está totalmente libre de guerras civiles casi por primera vez en dos siglos.

Tal vez la humanidad esté a punto de DESINVENTAR lo que inventaron los romanos hace algo más de 2.000 años. Hasta que esto ocurra, creo que necesitamos la historia —y una visión muy larga de la historia— para evaluar y sopesar las posibilidades de huir de uno de nuestros males más destructivos.

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David Armitage ocupa la cátedra Lloyd C. Blankfein de historia en la Universidad de Harvard y es autor, entre otros libros, de LAS GUERRAS CIVILES: UNA HISTORIA EN IDEAS (Alianza Editorial), que se publica esta semana.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

NICARAGUA/ LA EXORBITANTE SEGURIDAD PERSONAL DE ORTEGA Y MURILLO

https://confidencial.com.ni/la-exorbitante-seguridad-ortega-murillo/

“ES UNA PSICOSIS DE SEGURIDAD Y MUESTRA DE LEALTAD A ORTEGA POR PARTE DE LA POLICÍA”, AFIRMA ROBERTO CAJINA

• Wilfredo Miranda Aburto

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El comandante Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo salen muy poco de El Carmen, su residencia personal desde la cual despachan su Gobierno. Sin embargo, cuando la pareja presidencial no teledirige los actos de su administración y en cambio se aprestan en persona a asistir a ellos, las calles de Managua quedan bajo una fuerte custodia policial.

El operativo paraliza las vías que los mandatarios sandinistas recorren en sus Mercedes Benz G63 V8 AMG blindados. La última vez fue el sábado 25 de febrero, cuando la pareja se trasladó a la Iglesia Hosanna para entregar la ciudadanía nicaragüense y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío al pastor David Spencer, fundador de esa congregación religiosa y quien, el pasado enero, reveló que sufre cáncer terminal. Desde El Carmen a Hossana hay una distancia de 8.5 o 7.7 kilómetros, en dependencia de la ruta que se escoja. Durante todo ese tramo la Policía Nacional apostó el sábado una media de tres agentes cada 200 metros para resguardar el paso de la caravana presidencial. Es decir, unos 40 puestos de vigilancia, equivalente a un aproximado de 120 agentes en total. Además, a esa cifra debe sumarse el total de agentes de tránsito apostados en cada semáforo de ese trayecto para detener el tráfico al momento del paso presidencial. Pero no solo los oficiales uniformados vigilan la caravana presidencial. Una fuente policial relató que en la vía trazada para los recorridos hay agentes de policía encubiertos, vestidos de civil. Así como los llamados “Camisas Azules”, un grupo paraestatal y con reconocimiento de la Policía Nacional, que está también a cargo de la seguridad de Ortega y Murillo.

Cada vez que la pareja presidencial sale de El Carmen, ya sea en conjunto o de forma personal, el dispositivo de seguridad se activa de la siguiente manera: Dos patrullas y seis motos se disponen a custodiar a los mandatarios cuando salen de su casa. En las patrullas viajan, al menos, cinco efectivos. A medida que la caravana deja El Carmen, otros vehículos se van sumando.

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Según la fuente, cuando la vicepresidenta Rosario Murillo sale sola (durante los años 2013 y 2014 visitó a diario a Reparto San Juan y a los Robles a clínicas medicinales, de acuerdo a la fuente) la acompañan los siguientes vehículos en este orden: Tres motorizados, dos móviles policiales, el Mercedes Benz, y cuatro vehículos más, dos particulares y dos con el distintivo policial. El Mercedes en el que viaja la vicepresidente suele ser conducido por su jefe de escoltas. Cuando Murillo llega a sus destinos, la periferia de ellos son cerrados, lo cual ocasiona molestias en la ciudadanía.

Eventos oficiales, la protección se triplica Sin embargo, cuando la pareja presidencial sale a eventos oficiales, el número de vehículos aumenta hasta 14, como sucedió el sábado que viajaron a la iglesia Hossana. Otra fuente, que perteneció a los anillos de protección del mandatario, relató que cada vez que ocurren estas movilizaciones alrededor de 300 oficiales y miembros de las Fuerzas Especiales son empleados para despejar las vías y brindar protección.

El Presupuesto General de la República 2018 detalla que para “Protección de Personalidades” fueron destinados 211 millones 322 mil 888 córdobas, unos 6 millones 928 mil 629 dólares al cambio oficial. “Protección a Personalidades” está cifrado bajo el “Programa 017” en el presupuesto de la institución policial proyectado para este año. Su función es, según el documento oficial, “determinar cronogramas de eventos y actividades del presidente, vicepresidente, y miembros de Poderes del Estado”. Sin embargo, no detalla el dato específico destinado para la seguridad de Ortega y Murillo en particular.

La Policía tiene previsto ejecutar “802 planes de aseguramiento y protección al presidente y vicepresidente de la República” este 2018, pero no ahonda en mayores detalles.

Presupuesto aumenta cada año En los últimos tres años el presupuesto para “Protección de Personalidades” ha venido aumentando. En el año 2017 fue de 176 millones 286 mil 751 córdobas. Un año antes, en 2016, fue los 144 millones 286 mil 844 córdobas.

Para este 2018 el monto para “Protección de Personalidades” supera cinco veces el destinado para “Seguridad Vial”, que es de 44 millones 900 mil 305 córdobas.

Tampoco está claro quién financia el despliegue de los “Camisas Azules”, que en su mayoría pertenecieron a las filas de la extinta Dirección General de Seguridad de Estado (DGSE) en los años ochenta.

El aparato de seguridad destinado para las salidas de Ortega y Murillo es triplicado para fechas especiales, como la conmemoración del Repliegue Táctico a Masaya o el aniversario de la Revolución Sandinista cada 19 de julio. En la edición del Repliegue de 2017, Ortega viajó a Masaya en bus custodiado por un grueso anillo policial y los fieles “Camisas Azules” con WalkieTalkies dirigiendo el paso del mandatario.

“Es una psicosis de seguridad y, por otro lado, es una forma cómo la policía muestra lealtad a Ortega. Claro que debe tener seguridad, pero es exagerado”, criticó Cajina. Según el especialista, con el dinero invertido para la protección presidencial bien pudo haberse invertido en las desaparecidas Comisarías de la Mujer. “No es un tema de presupuesto, porque sí hay para escolta. Es un tema político, de invisibilizar la violencia de género”, ejemplificó Cajina.

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Una dirección de protección para Ortega Cortesía Presidencia. La expresidenta Violeta Barrios de Chamorro y el expresidente Enrique Bolaños tenían una custodia modesta comparada a la de Ortega. Mientras que Arnoldo Alemán, el caudillo liberal y procesado por corrupción, se movilizaba con tres motos, dos patrullas de seis policías cada una, y en su vehículo viajaba con el jefe de escoltas.

“La escolta de Ortega no se compara en absoluto con la de los presidentes anteriores. En los noventa, Sergio Ramírez caminaba con un conductor y dos escoltas. Lo de hoy es una exhibición de poder”, afirmó Cajina.

De hecho, la Policía Nacional creó la Dirección de Protección Presidencial, según aparece en su organigrama desde el año 2016. La instancia atiende y protege de forma especial al mandatario sandinista, como la hace, en teoría el Servicio Secreto de Estados Unidos. Sin embargo, en ninguno de los presupuestos se detalla la cantidad de recursos que necesita para funcionar. “Ortega se siente natural en ese ambiente. Le encanta la adulación”, continuó Cajina. Según el experto en seguridad, si el “estribillo” de que la pareja presidencial tiene una buena reputación ante la población como dicen las encuestas, y que Nicaragua es el país más seguro de la región, “debería andar a pie en las calles”, como lo hace el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien suele ir al supermercado a hacer sus propias compras o a ver fútbol a bares. Siempre con una escolta proporcionada.

EL EXLÍDER DE AUTODEFENSAS JOSÉ MANUEL MIRELES NO ESTÁ ARREPENTIDO

Por MARINA FRANCO 5 de marzo de 2018 https://www.nytimes.com/es/2018/03/05/jose-manuel-mireles-libro-autodefensas/?action=click&clickSource=inicio&contentPlacement=1&module=toppers&region=rank&pgtype=Homepage José Manuel Mireles en una escena de “Tierra de cárteles”, documental que retrata el levantamiento de las autodefensas en 2013 CreditThe Orchard

CIUDAD DE MÉXICO — Hace cinco años, el 23 de febrero del 2013, comenzó una insurrección en el estado mexicano de Michoacán. Grupos de agricultores, granjeros y habitantes locales en zonas como La Ruana, Buenavista y Tepalcatepec, hartos de los constantes secuestros, las violaciones tumultuarias, los asesinatos, la violencia derivada del crimen organizado y la aparente desidia o colusión de las autoridades, decidieron tomar las armas.

En estos cinco años, los grupos de autodefensa que se formaron en ese y otros estados han sido cooptados, desmovilizados y varios de sus integrantes detenidos, con contadas excepciones. ¿Tomar las armas sirvió para cambiar algo?

“Creo que valió la pena la lucha”, asegura José Manuel Mireles, quiendirigió por un tiempo el grupo de Tepalcatepec y fue vocero del Consejo General de las Autodefensas michoacanas. “Hay pueblos en llamas”, sostiene, incluida la zona de Apatzingán, pero también otros “donde ya hay paz, productividad, seguridad, tranquilidad”, como Aquila o Tancítaro.

Al lado de algunos de esos municipios michoacanos con autodefensas, señala Mireles, “está el estado de Colima, que es primer lugar en homicidios en toda la nación y eso que ahí hay [soldados] marinos, [policías] federales, estatales,

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ministeriales, municipales. ¿Por qué en donde los autodefensas somos la única ley ya no se roba ni un alfiler?”.

El año pasado fue el más violento en México desde que hay registro, pero la cifra de homicidios en Michoacán disminuyó. Aunque la menor incidencia delictiva reportada en zonas dirigidas por autodefensas también podría deberse en parte al hecho de que no necesariamente avisan de posibles delitos a los ministerios públicos, cuyos archivos se utilizan para contabilizar los registros oficiales.

Mireles,de 59 años y médico de formación, salió de la cárcel en mayo pasado. Estuvo 47 meses en prisión por cargos de posesión de armas de uso exclusivo del ejército después de haber acordado entregar su armamento; él asegura que las armas le fueron sembradas y se trató de una trampa. “Tengo armas y muy buenas”, dice, “pero no las usé en ninguna guerra y nunca las traía en mano en ningún combate”. (Y añade: “No soy fachoso, ¿de verdad cree que voy a andar con cuernos de chivo oxidados?”, en referencia al apodo de las AK-47, como las que habrían sido halladas en el auto en el que viajaba cuando fue detenido en junio de 2014). Salió bajo fianza mientras terminaba su juicio, durante el cual lo intentaron procesar por otros dos cargos que después fueron desechados. Según afirma Mireles, el juicio cerró el mes pasado y solo queda pendiente el fallo.

El único fundador del movimiento de las autodefensas michoacanas que no se sumó a la Fuerza Rural Estatal —el mecanismo con el que el gobierno federal buscó incorporar a esas policías comunitarias— aprovechó su tiempo detrás de las rejas para escribir un libro en el que plasma sus experiencias, Todos somos autodefensas: El despertar de un pueblo dormido (Grijalbo, 2017). A pesar de las explicaciones que ha dado, sigue siendo difícil entender por completo a este doctor y líder de autodefensas recientemente excarcelado.

Dice que es solamente “un cirujano, humanista por formación”. Pero también es alguien que no duda antes de declarar públicamente en entrevista: “A mi casa puede llegar cualquier uniformado a tumbarme mi puerta y lo recibimos a balazos”. Asegura que no se arrepiente porque “no quedó otro camino” y “la lucha fue en apego a la Constitución”, y que no cambiaría la manera en que actuó —a excepción de haber confiado en el gobierno federal respecto de los acuerdos para formar la Fuerza Rural—, pero en su libro ofrece “disculpas a quien haya ofendido directa o indirectamente” y durante su tiempo en prisión dijo lamentar “la desobediencia civil”. En el libro destaca que es “un humilde campesino” con el único sueño “de ser libre”; en entrevista añade que “va a estar en los libros de historia de la nación mexicana”.

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Mireles recientemente declaró que consideraría postularse a un cargo en el congreso de ser invitado por el candidato puntero en las encuestas para la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, de Morena. Este partido ya anunció que una de sus contendientes al senado por medio de listas plurinominales —legisladores que no son votados directamente, sino que acceden a 32 escaños divididos según el porcentaje de respaldo al partido que los postule— será la exlideresa de autodefensas en Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado. (Al igual que Mireles, ella estuvo en prisión por cargos de secuestro y homicidio. El Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU consideró que su detención se dio de manera ilegal, y fue absuelta y salió libre en marzo de 2016).

Sin embargo, ante la pregunta de si cree que se puede llevar a la política lo que aprendió sobre gestión como parte de las autodefensas, Mireles hace una mueca y

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sugiere que él no querría ser candidato: “No me parece así. El luchador social no necesariamente… jamás debe ser político. Porque ¿qué político sigue siendo luchador social?”.

¿A usted no le interesa nada incursionar en la política?

NO ME INTERESA EN ABSOLUTO. MANUEL MIRELES NO ES DE NINGÚN PARTIDO POLÍTICO NI ES MATRAQUERO [ALGUIEN QUE HACE RUIDO A FAVOR DE OTRO, COMO CON MATRACAS] DE NINGÚN POLÍTICO.

¿Entonces rechazaría ser parte de alguna candidatura o lanzarse como Nestora Salgado?

MIS RESPETOS PARA LA COMPAÑERA, QUE YA TIENE LA OPORTUNIDAD DE PARTICIPAR EN LA TOMA DE DECISIONES… QUIZÁ PODRÍA YO TRABAJAR CON ALGUIEN QUE SÍ SE PREOCUPE POR CAMBIAR LAS COSAS EN UNA NACIÓN, ESO SÍ.

AQUELLAS PERSONAS QUE HEMOS INICIADO UNA LUCHA SOCIAL PARA INTENTAR MEJORAR LAS CONDICIONES DE UNA COMUNIDAD DEBEMOS TENER ESA CABIDA DE ESTAR EN ESPACIOS DE TOMA DE DECISIONES, PERO NO ESTOY DE ACUERDO QUE EN EL CONGRESO SE PRETENDA CUPULARMENTE RECONSTRUIR EL TEJIDO SOCIAL DE UNA PATRIA QUE ESTÁ DESGRACIADA POR LOS MISMOS POLÍTICOS EN EL SENADO Y EL CONGRESO Y ENCABEZADOS POR QUIEN ENCABEZA AHORITA EL GOBIERNO DE LA NACIÓN.

Como ejemplo menciona la reciente Ley de Seguridad Interior, que pretende legitimar el despliegue de las fuerzas armadas en distintas zonas del país como parte del combate a la delincuencia organizada. “El senado aprobó la ley como si fuera algo a toda madre, pero ¿cuándo consultaron al pueblo?”, espeta Mireles. Varias organizaciones civiles y la ONU han criticado la medida como una que abre la puerta a la violación de garantías y pidieron que fuera revisada antes de su aprobación; la Comisión Nacional de Derechos Humanos después la impugnó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Un integrante de las autodefensas en Tancítaro, Michoacán CreditBrett Gundlock para the New York Times

NINGÚN SENADOR O DIPUTADO DEBERÍA PODER APROBAR UNA LEY SIN CONSULTARLA CON SUS BASES Y NOS VAMOS A ENCARGAR NOSOTROS DE QUE ASÍ SEA, PORQUE CUALQUIER LEY PENDEJA QUE APRUEBE EL CONGRESO SIN CONSULTAR AL PUEBLO, EL PUEBLO JAMÁS LA VA A RESPETAR.

¿Entonces considera que una opción sería tomar las armas a nivel nacional? JAMÁS VOY A CONVOCAR YO A LA GUERRA. YO NO QUIERO SER EL LÍDER UNA REVOLUCIÓN, NO ES MI TRABAJO. LA GENTE ESTÁ HARTA, AUNQUE ¿QUÉ HACE EL PUEBLO? NO VEO PROTESTAS.

Mireles dice que “no importa quién quede presidente” este próximo 1 de julio porque “ya vimos que no ocupamos apoyo de ninguna institución del gobierno, federal, estatal o municipal”.

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LOS MEXICANOS ESTAMOS MAL ACOSTUMBRADOS A PENSAR: “EN SEIS AÑOS VA A HABER CAMBIOS PORQUE LLEGARÁ UN GOBERNANTE CON MEJORES INTENCIONES”. ¿Y SI NO SE DA? ¿QUÉ VA A PASAR?

Aunque, acto seguido, se queja de que el Estado mexicano no ha asumido sus responsabilidades.

No obstante, al cierre de la entrevista Mireles recalca que ahora lo importante es reconstruir el tejido social para prevenir que jóvenes que son “presa fácil del crimen organizado porque ahí les ofrecen qué tragar y dinero” se sumen a esas filas, y que eso solo lo puede hacer el pueblo. “¿O acaso sabe de alguien que construyó una casa sólida empezando por el techo en vez de los cimientos?”. Y asegura que esa es ahora su tarea. Sin las armas.

EL DILEMA DE LAS PENSIONES EN BRASIL: ENTRE EL RIESGO ECONÓMICO Y LA CRISIS POLÍTICA

Por SHASTA DARLINGTON 5 de marzo de 2018 https://www.nytimes.com/es/2018/03/05/brasil-jubilacion-pension-retiro-reforma/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es&action=click&contentCollection=noticias&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=2&pgtype=collection Ejercitándose en Río de Janeiro. Brasil tiene uno de los sistemas de pensiones más generosos del mundo.CreditFelipe Dana/Associated Press

SÃO PAULO — En gran parte del mundo, a los trabajadores les sería difícil imaginar que podrían jubilarse a los 55 años y recibir el 70 por ciento de su último salario durante el resto de su vida.

Sin embargo, en Brasil, esa ha sido la regla durante décadas, lo que ayuda a explicar la abundancia de corredores de cabello cano a lo largo de la playa Copacabana en Río de Janeiro a las once de la mañana de un día entre semana.

También representa un tercio de todo el gasto gubernamental en Brasil, lo cual ha contribuido a un déficit presupuestario récord en 2016.

Analistas y políticos de todo el espectro político han reconocido desde hace tiempo que el sistema de pensiones es insostenible, así como un factor muy importante en las permanentes dificultades económicas del país.

“Brasil tiene uno de los sistemas más generosos del mundo”, dijo Chris Garman, director administrativo para el continente americano de Eurasia Group, una empresa asesora de riesgos políticos. Si no hay una reforma a las pensiones, añadió, “Brasil se dirige a la insolvencia y a una crisis de deuda”.

Un recordatorio de esto se dio en enero, cuando Standard & Poor’s bajó la calificación crediticia de Brasil, la economía más grande de Latinoamérica, con lo que la envió aún más profundamente al llamado “territorio basura”; es decir, por debajo del grado de inversión. Esa rebaja en la calificación ocurrió cuando se diluyeron las esperanzas de que el Congreso de Brasil reformara el sistema de seguridad social del país durante este año electoral.

La agencia calificadora estaba en lo correcto. El presidente Michel Temer y el Congreso han renunciado oficialmente al intento de aprobar cualquier legislación

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sobre pensiones, con lo que dejan el problema para después de las elecciones de octubre.

El 23 de febrero, Fitch Ratings siguió el ejemplo y también rebajó la calificación crediticia de Brasil.

Temer había jurado que la reforma a las pensiones sería uno de sus logros distintivos cuando rindió protesta como presidente después de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016. Sin embargo, en lugar de poner en vigor lo que propuso como una agenda favorecedora para los negocios, su presidencia se ha distinguido por la turbulencia y los escándalos.

El gobierno de Temer trabajó con el Congreso para crear una legislación de reforma a las pensiones para trabajadores de los sectores tanto público como privado que, entre otros cambios, establecería la edad mínima para el retiro en 65 años para los hombres y 62 para las mujeres. Actualmente no hay una edad mínima para jubilarse.

Temer buscó generar apoyo para la propuesta con una advertencia simple y lúgubre que fue subida a los sitios web oficiales y promovida a través de una campaña en redes sociales: “Todos por la reforma a la seguridad social para que Brasil no se vaya a la bancarrota”.

Sin embargo, a pesar de la anunciada determinación de Temer, este mes tomó una decisión que bloqueó efectivamente cualquier movimiento hacia la reforma del sistema de pensiones. Firmó un decreto para poner al Ejército a cargo de la seguridad en Río de Janeirocon el fin de frenar los delitos violentos y, según la Constitución brasileña, los legisladores tienen prohibido hacer cambios legales profundos durante cualquier intervención militar.

En un inicio Temer insistió en que aún podría votarse respecto de la reforma a las pensiones levantando temporalmente el decreto sobre seguridad. No obstante, la funesta advertencia sobre la bancarrota desapareció de los sitios web del gobierno la semana pasada y tanto el presidente del Senado, Eunício Oliveira, como el ministro de Asuntos Políticos, Carlos Marun, han dicho desde entonces que la propuesta se archivó.

“Después de debatir y consultar con jueces del Supremo Tribunal Federal, la conclusión es que la reforma se suspende como resultado del decreto para la intervención”, les dijo Marun a los periodistas recientemente.

La opinión del tribunal no fue el único factor. “No tenemos los votos para aprobar la reforma”, reconoció Marun.

Incluso algunos de los simpatizantes de Temer dijeron que el presidente emitió el decreto de seguridad en parte para evitar una vergonzosa derrota en el Congreso.

“Fue una excusa para evitar la votación, lo que acabó de impedir la reforma a las pensiones”, dijo el congresista Alex Canziani, miembro de la coalición gobernante.

El momento para llevar a cabo el debate sobre las pensiones no pudo ser peor para quienes apoyan la reforma. Con la celebración de elecciones en otoño, pocos legisladores están dispuestos a decirles a los votantes que tendrán que trabajar más tiempo y luego obtener menos dinero en sus años dorados.

Venderle ese mensaje al electorado es especialmente difícil dado lo impopular que se ha vuelto la élite política del país debido a la avalancha de escándalos de corrupción

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y a un creciente escrutinio de los altos salarios y las generosas ventajas que disfrutan los legisladores y otros empleados federales.

“No va a tener éxito cuando los votantes están enojados con los políticos”, dijo Garman. La reacción de los electores, añadió, ha sido de indignación: “¿Nos están robando y ahora esperan que trabajemos más?”.

Elisabete Lopes Santos, una jubilada de 57 años, está de acuerdo. “Todos contribuimos al sistema de pensiones, ¿cómo puede estar en la quiebra? Desviaron el dinero”, dijo.

Los brasileños han salido a las calles a manifestar su enojo no solo en manifestaciones y huelgas, sino también en los desfiles del carnaval. Grupos de sindicatos en São Paulo cantaron las siguientes palabras con un pegajoso ritmo de samba: “Señor diputado, señor senador, tenga cuidado, vea la rebelión. Si vota por la reforma de Temer, usted no volverá”.

En Brasil los hombres se retiran en promedio a los 56 años y las mujeres a los 53, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que concluyó que el sistema es insostenible.

Cuanto más trabaja alguien, más obtiene al retirarse. Los jubilados reciben un promedio del 70 por ciento de su salario previo al retiro, y la cantidad se indexa de acuerdo a un salario mínimo constantemente en ascenso. Cuando los pensionados mueren, sus viudos o viudas pueden heredar la pensión completa de su cónyuge y sumarla a la propia.

El gasto por pensiones en Brasil subió al 8,2 por ciento del producto interno bruto en 2016, en contraste con el 4,6 por ciento en 2014. La población de Brasil es joven en comparación con el promedio mundial y el gasto por pensiones podría aumentar hasta el 17 por ciento de su PIB para 2060 si las reglas no cambian.

La Cámara de Diputados moderó en varias ocasiones el alcance de los cambios propuestos y retrasó la votación con la esperanza de que más facciones políticas se sumaran. Sin embargo, los cómputos más recientes muestran que el gobierno está aún por lo menos cuarenta votos debajo de la mayoría de dos tercios necesaria para la aprobación.

La propuesta de ley parecía cobrar impulso hasta que en mayo Temer quedó implicado en el cada vez más extenso escándalo de corrupción y se le acusó en dos casos criminales. Obtener aliados en el Congreso para impedir que los casos prosiguieran supuso un gran gasto del capital político de Temer, lo que echó hacia atrás de forma trascendente su agenda más amplia.

Después de posponer la votación sobre las pensiones en diciembre, el gobierno cambió de táctica y recurrió a una nueva campaña enfocada en las desigualdades del sistema y dirigida a quienes pertenecen al sector público y ganan mucho.

“La reforma a las pensiones tiene el propósito de combatir los privilegios”, dijo Temer, señalando los beneficios que los políticos y los servidores públicos de alto nivel obtienen. “Lo que hace la reforma es proteger a los pobres, quienes pagan por aquellos en el sector público que ganan mucho”.

Quizá Temer no era la figura ideal para promover ese mensaje. El presidente ha estado cobrando pensión durante más de dos décadas, pues se retiró como fiscal estatal a los 58 años, lo que ha inflado considerablemente sus ganancias como funcionario electo.

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No obstante, a pesar de la propia historia del presidente con su pensión, el gobierno trató de sacar ventaja del enojo y la frustración sobre la desigualdad en Brasil, señalando que las pensiones de los ricos han estado subsidiadas en gran parte por los trabajadores pobres.

La distribución de las pensiones es muy desigual, de acuerdo con el Banco Mundial; un 35 por ciento de los subsidios para pensiones —la parte de la pensión no devengada de las contribuciones de los trabajadores— se paga al 20 por ciento de los más ricos. El 20 por ciento de los más pobres recibe solo el cuatro por ciento de los subsidios a las pensiones.

“Sé que no habrá dinero suficiente para mi retiro si el gobierno no hace algo”, dijo Edmilson Santos, un conductor de Uber de 28 años. “Pero no tengo fe en que dejen de ayudar a los mismos políticos y servidores públicos que siempre se han beneficiado”.

Lis Moriconi colaboró con este reportaje desde Río de Janeiro.

LAS MUJERES VOLVEREMOS A GOBERNAR EN AMÉRICA LATINA

Por LAURA CHINCHILLA MIRANDA 5 de marzo de 2018 https://www.nytimes.com/es/2018/03/05/opinion-chinchilla-mujeres-presidentas-america-latina/?action=click&contentCollection=opinion&region=rank&module=package&version=highlights&contentPlacement=2&pgtype=collection

SAN JOSÉ, Costa Rica — Cuando gané las elecciones de 2010, me convertí en la primera presidenta de Costa Rica. En los primeros días de mi gobierno visité escuelas en las que me hablaron de una tendencia: muchas niñas habían presentado sus candidaturas para ser las presidentas de curso. Durante los siguientes cuatro años una escena se repitió a menudo a donde iba: niñas y colegialas me decían que cuando fueran grandes ellas también serían presidentas.

Ese entusiasmo de las mujeres por llegar a la presidencia era un fenómeno nuevo. Entendí que el hecho de que una mujer fuera la presidenta de su país podía ser un punto de inflexión para toda una generación de mujeres jóvenes en Costa Rica. Y no era la única presidenta en América Latina: durante los años de mi gestión, de 2010 a 2014, Michelle Bachelet concluyó su primer mandato en Chile; Cristina Fernández de Kirchner era presidenta de Argentina, y Dilma Rousseff llegaba a la presidencia de Brasil un año después, en 2011.

En los últimos doce años la región no ha dejado de tener al menos a una mandataria. Ese ciclo de mujeres en el poder terminará en unos días, cuando Bachelet deje la presidencia de Chile. Pero no será para siempre.

¿Por qué no hubo relevos femeninos después de nuestras presidencias? En alguna medida se debe al estándar de valoración inusualmente drástico al que las mujeres en el poder fuimos sometidas. El caso más dramático quizás es el de Rousseff, destituida de su cargo en 2016. En su salida anticipada hubo un elemento misógino. Ella lo ha dicho: “Había dobles estándares para los hombres y para las mujeres. Me acusaron de ser dura y severa; a un hombre lo habrían considerado firme y fuerte”.

Es también mi caso. Pese a que la economía mantuvo una tasa de crecimiento promedio de un 4,5 por ciento interanual, de que se generaron más empleos que

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antes, de que después de mi gestión la tasa de homicidios cayó en un 30 por ciento y de que denunciamos graves casos de corrupción, la valoración de mi mandato fue una de las más bajas de la historia reciente del país.

Las cuatro presidentas latinoamericanas recibimos ataques incesantes y sesgados, y no se puede descartar que un efecto intimidatorio haya desanimado a muchas políticas a lanzarse como candidatas. En el ciclo electoral de este año solo dos mujeres —Margarita Zavala en México y Marta Lucía Ramírez en Colombia— están en la contienda por la presidencia.

Durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Chile en 2013, el primer ministro de España, Mariano Rajoy, saluda a los presidentes Laura Chinchilla, Evo Morales, Dilma Rousseff, la primera ministra de Alemania Angela Merkel y a la entonces presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner. CreditEliseo Fernandez/Reuters

Sin ánimo de justificar los errores cometidos en nuestras presidencias, los gobiernos de las mujeres experimentaron un escrutinio desigual al de los hombres por parte de los medios de comunicación y de la opinión pública. Y esto no es exclusivo de nuestra parte del mundo.

De acuerdo con el Proyecto de Monitoreo Global de Medios, del análisis de 22.136 artículos publicados en 2015 surgió que las mujeres constituyeron solo el 24 por ciento de los sujetos informativos, porcentaje que disminuye al 16 por ciento en las noticias que informan sobre política y gobierno. Pero no solo se trata de un problema de invisibilización de las mujeres en las noticias, sino también de la forma sesgada como se les cubre.

El peso de los estereotipos y el sexismo en los medios condicionan una cobertura de las mujeres asociada a temas domésticos más que laborales; a atributos emocionales o físicos más que intelectuales, y a caracterizaciones de nuestras personalidades como de débiles o volubles. De las noticias analizadas sobre política en América Latina, el 90 por ciento reforzó estos estereotipos de género. Muchas veces, la notoriedad política de las mujeres se reduce a lo que llevamos puesto.

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A Bachelet le preguntaban de manera insistente por su vida sentimental y era común que a mí me preguntaran si había llorado después de algún evento dramático. Ser mujer se convirtió en la causa que explicaba nuestros errores: los yerros que comenten los hombres se quedan con el individuo, pero los errores que cometemos las mujeres los paga todo el género.

Esa es la lógica detrás de las encuestas que, en el momento más bajo de nuestras gestiones, preguntaban: “¿Volvería usted a votar por una mujer?”. Nunca hemos visto que después de una crisis económica, de un escándalo de corrupción o de abusos de poder de presidentes, se pregunte a los electores si volverán a votar por un varón.

Pese a todo, el actual vacío de liderazgo femenino en las presidencias de los gobiernos de América Latina no es definitivo. El crecimiento de la participación femenina en los congresos de la región ha trasladado el liderazgo político de las mujeres del poder ejecutivo al legislativo. Con excepción de Brasil, donde el porcentaje de mujeres en el congreso sigue siendo tan solo del 11 por ciento, en Argentina, Chile y Costa Rica el número de legisladoras ha crecido. Después de las elecciones de 2017 en Chile, la representación femenina en ambas cámaras pasó de

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un 15 al 23 por ciento. En Costa Rica, los resultados electorales del 7 de febrero de este año incrementaron dicha representación del 33 al 46 por ciento.

De acuerdo con la Unión Interparlamentaria, América Latina es la segunda región del mundo con más representación femenina en los órganos parlamentarios (28,8 por ciento), un porcentaje que aumentará durante el ciclo electoral de este año por las leyes de paridad aprobadas en varios países.

Puedo decirlo desde mi experiencia: la acción afirmativa es un mecanismo eficaz para impulsar la equidad de género en la política. Fui parte del primer congreso costarricense que en el año 2002 se constituyó con 35 por ciento de mujeres y pese a que pertenecíamos a partidos políticos distintos, nos unimos para elegir mujeres en los cargos de la Corte Suprema de Justicia y así balancear su composición.

Con más mujeres en puestos de decisión política, en América Latina se han impulsado medidas que incentivan más nuestra participación, como la aprobación de leyes para combatir el acoso y normas que obligan a los partidos políticos a asignar recursos para la capacitación política de las mujeres. Los espacios políticos que hemos conquistado gracias a las medidas de acción afirmativa se convertirán en almácigos donde germinarán nuevas lideresas.

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A estas políticas se suman otras conquistas de los doce años de gobiernos de presidentas: no fue hasta la gestión de Fernández de Kirchner que se introdujo la figura penal del feminicidio en Argentina. Durante el segundo periodo de Bachelet el aborto se reguló en Chile y con Rousseff se alcanzó la paridad en la educación primaria, secundaria y terciaria. Entre los logros que más me enorgullecen de mi gestión están la creación de un programa de corresponsabilidad por parte del Estado en el cuidado de los niños y adultos mayores, y la implementación de medidas que permitieron que hacia el final de mi mandato la tasa de feminicidios disminuyera en un 70 por ciento.

Aun sin ocupar los puestos más altos del gobierno, la generación de mujeres latinoamericanas que está participando en la política, ya sea en sus partidos o en los parlamentos, será garantía de que los logros de una década se mantengan y se profundicen.

Es una mala noticia que en la región no habrá presidentas en 2018, pero a largo plazo las cosas lucen distintas. Con los congresos más igualitarios y diversos —un hecho que ya es irreversible—, las jóvenes lideresas de América Latina serán las protagonistas de la política de los próximos años. No pasará mucho tiempo más sin que haya mujeres en el poder. Las mujeres latinoamericanas ya saben que pueden ser presidentas. Falta mucho por avanzar, pero en nuestra parte del mundo, el techo de cristal se quebró.

Laura Chinchilla Miranda fue presidenta de Costa Rica de 2010 a 2014. Es profesora de la escuela de gobierno del Tecnológico de Monterrey e investigadora en la Universidad de Georgetown.

TRES ESCENARIOS EN BÚSQUEDA DEL FUTURO DESARROLLO ECONÓMICO DE CHILE DESAFÍAN AL NUEVO GOBIERNO Y OPOSICIÓN

por Omar Villanueva Olmedo (Chile)

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http://piensachile.com/2018/03/tres-escenarios-busqueda-del-futuro-desarrollo-economico-chile-desafian-al-nuevo-gobierno-oposicion/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Suscripciones%3A+piensachile+%28piensaChile%29 Publicado el 6 marzo, 2018 , en Desarrollo I.- INTRODUCCION Y COMPROMISO.

Este artículo trata de cómo y cuándo lograr un futuro desarrollo de Chile. Hay que tener presente que ese futuro sólo existe en nuestra mente y a él se puede aspirar de diferentes maneras. Es por eso que, usando la metodología de escenarios, ésta nos puede conducir a resultados muy diferentes, siendo uno de ellos de alto desarrollo.

El desarrollo económico del país ha sido una preocupación casi permanente por décadas y se ha argumentado de muchas maneras con respecto a el o los caminos más apropiados para que se genere una tasa de crecimiento anual del PIB que lleve a que finalmente se alcancen rentas per cápita del orden de los 25 mil a 30 mil dólares anuales en vez de los 14 mil dólares actuales (sin paridad de poder adquisitivo). Para que eso ocurriera, con la actual población, sería necesario duplicar el actual producto interno bruto (PIB).

El gobierno que se inicia el próximo 11 de marzo ha propuesto aplicar un programa de desarrollo, que acogemos sin desinterés y que dice: “en nuestra capacidad de transformar a Chile en el primer país desarrollado y sin pobreza de América Latina”. Y agrega que: “Nuestra misión es transformar a Chile en ocho años en un país desarrollado y sin pobreza; y desarrollo es mucho más que crecimiento”. Por otra parte, es válido recordar un anuncio publicado en abril de 2010, hace 8 años atrás, atribuido a miembros del gobierno de entonces que señalaba: “el objetivo es convertir a Chile en un país desarrollado para el año 2018”, o sea, en el presente año. Por otra parte, un ministro saliente señaló que su gobierno “acercó a la sociedad chilena estructuralmente a ser un país desarrollado”.

Las afirmaciones del nuevo gobierno nos llevan a considerar que el propósito ahora es que alrededor del año 2026 la población nacional esté viviendo los beneficios de ser un país plenamente desarrollado. Si este desarrollo no ocurriera sería una nueva frustración para toda la comunidad nacional.

II.- TRES POSIBLES ESCENARIOS CON METODOS DE ANTICIPACION.

En nuestra aplicación sobre anticipación de los futuros solicitados por instituciones privadas y públicas, en los últimos 30 años, hemos explorado en diferentes sectores, industrias y empresas. Es una materia compleja que utiliza diferentes metodologías relacionadas como: (1) Escenarios: políticos, económicos, tecnológicos, sociales, ambientales para Chile, construidos con el apoyo de diferentes especialistas nacionales y extranjeros, (2) Delfos sobre: productos forestales, agrícolas y ganaderos y para servicios sociales y financieros, (3) Análisis de tendencias para: productos y servicios tradicionales y productos innovadores y (4) aplicaciones de “suavizamiento exponencial” (5) inteligencia artificial y sistemas expertos para escudriñar en diferentes sectores: salud, educación superior, automotriz, madera, fruticultura, etc. y sus tasas potenciales de variación hacia el futuro.

Con estos antecedentes metodológicos procedimos a preparar varios escenarios de los que presentamos una breve síntesis de tres de ellos y como un aporte a la comunidad, sobre lo que podría ocurrir en Chile hacia fines de la década del 20, o sea, para los años 2029-2030, cuando ya se completarían 3 gobiernos de 4 años cada uno. Advertencia: los escenarios no son deseos ni opciones de los autores sino unos descriptores de estados posibles del futuro, que surgen del seguimiento de los caminos que se irían recorriendo para llegar a la descripción respectiva.

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III.- UN ESCENARIO UNO DE DESARROLLO MENOR O DE CONTINUIDAD DEL SUBDESARROLLO.

Ccorresponde a llegar a un nivel de desarrollo poco significativo consecuencia de un crecimiento anual de la economía cercano al 2,6 % (que es el promedio de los crecimientos de los años 2006 a 2009 y 2014 a 2017) con lo cual el anhelado desarrollo se reposterga y se aumenta la brecha con aquellos países desarrollados que crezcan a tasas superiores. Y representaría un resultado similar al logrado en ocho años por los llamados “gobiernos progresistas”.

A este escenario a 12 años se llegaría posiblemente por la continuación de políticas de reparto social, incremento del tamaño del Estado y endeudamiento, con menor aumento de la producción nacional, sin introducir cambios importantes en la explotación de los recursos naturales, sin mayores cambios del mix exportador, con aumento en las restricciones a la competencia, al mercado y actividades con fines de lucro y, un aumento del empleo precario por cuenta propia.

En este escenario de crecimiento bajo, y en los otros, están presentes, entre otros, factores que han sido o están siendo importantes: (1) el rol de la política en favor o no del desarrollo económico y los acuerdos o desacuerdos en el tema, (2) los precios de las divisas y del cobre, (3) las inmigraciones y emigraciones de nuestros mejores talentos, (4) los riesgos de turbulencia y polarización de tendencias por las expectativas de demandas insatisfechas, especialmente por la repartición de los aumentos de riqueza que cada escenario representa (sueldos, pensiones, salud, vivienda, educación, etc.), los riesgos inherentes al cambio no deseado y los diferentes episodios geopolíticos que ocurran en el periodo.

IV.- SEGUNDO ESCENARIO DE SEMIDESARROLLO O DESARROLLO MEDIO.

Es un escenario de desarrollo mediocre que podría darse con tasas anuales de crecimiento del PIB del orden del 5 % anual y con ello se obtendría un PIB per cápita del orden de los US$ 20.000, que, comparado con el actual, del orden de los 14 mil dólares anuales, estaría cercano al actual de Portugal de US $ 19.900, y muy lejos de los ingresos per cápita de Italia de US$ 30.600, o de Canadá de US $ 43.200 en el presente.

Este escenario de desarrollo medio podría ser realidad si se incrementara la inversión en infraestructura y en nuevas empresas, con incrementos importantes en la explotación de los recursos naturales, el aumento de las exportaciones de productos tradicionales, como consecuencia de un crecimiento sostenido de las economías de China, Asia, USA y la Unión Europea, con modernización moderada del aparato público, con más venta de empresas nacionales a extranjeros, que aportan más productividad y tecnologías al país, pero que contribuyen muy poco a la exportación nacional. Y con relativamente escasa incursión en la instalación de empresas de nuevas tecnologías e innovación para incrementar el consumo nacional y la exportación y que por ende incrementen débilmente el PIB local.

Como los aspectos políticos que considera cada escenario son fundamentales es necesario incorporar el hecho de que en la primera vuelta presidencial del año pasado la centroizquierda ganó y por, ciertas diferencias internas, no lo repitió en la segunda. Por eso este escenario considera que el nuevo gobierno, y los continuadores, negociarán y lograrán acuerdos más o menos sistemáticos con los sectores políticos de oposición, para que prime un desarrollo económico medio y cansino como fuente para futuras redistribuciones de la riqueza, se modernice: la función pública, y la transparencia, se reduzcan las brechas de la corrupción, se aborden problemas ambientales en forma desideologizada, se reduzca al mínimo el nepotismo y haya una atención focalizada de los problemas sociales urgentes y prioritarios.

En lo político en este escenario presume que la campaña política del año 2021 podría mantener desunida a la izquierda nacional y, aunque sea reñida, podría ser reelegida la centroderecha. En

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este caso se podría llegar a los umbrales del desarrollo económico recién al cabo de 12 años a la fecha. La alta dependencia de las materias primas y actividades extractivas impone riesgos a ese posible resultado por la variancia de la demanda de los commodities y de sus precios internacionales.

V.- UN TERCER ESCENARIO DE CHILE PAIS DESARROLLADO.

Que mostraría un país que llegaría a igualar a ciertas naciones que ya lo han logrado, que tendría que ser el resultado de tasas de crecimiento del PIB superiores al 7% anual, (como lo logró el país entre los años 1991 y 1998 con un crecimiento promedio de 7,3%). Es decir, se podría disponer, hacia el 2030, de un ingreso per cápita del orden de los US$ 30.000, cercano al actual de Italia.

Para este nivel de desarrollo hay que hacer acciones que, aunque hemos conocido en el historial del país, deben adecuarse a las nuevas exigencias que se manifestarían en la próxima década en términos de inversión, productividad, modernización del Estado, educación para la incorporación de las neo tecnologías, innovación, etc. Se requeriría de cambios en la cultura empresarial para hacer: (1) mayúsculas inversiones – nacional y extranjera – de muchos miles de millones de dólares para incrementar la producción para la exportación de recursos naturales, (2) incentivar el ingreso de empresas extranjeras que incorporen más tecnología y valor a los actuales productos y servicios para el mercado nacional y para la exportación, (3) incentivar la entrada de compañías que estén dispuestas a instalarse en el país para abastecer con nuevos productos y servicios a los mercados globales, (4) incrementar los servicios atractivos para el mercado internacional como: turismo, transporte, finanzas, astronomía (5) así como la invitación a compañías que se instalen en el país a la manufactura de bienes y servicios con base en las nuevas tecnologías, innovación sistemática, valor agregado, emprendimientos complejos de tamaño mayor con alta complejidad, etc.

Es fundamental una gran inversión en infraestructura para que los aumentos de producción tengan las carreteras y otras vías, las comunicaciones, los puertos y los aeropuertos con características modernas, necesarios para duplicar o más que duplicar sus capacidades de pasajeros y carga en esa década.

VI.- ESCENARIOS Y LA ESTRATEGIA PAIS.

Recordando que los escenarios enunciados son una síntesis, sin duda que un Escenario de País Desarrollado con un crecimiento + 7% base anual solo ocurrirá si se van haciendo grandes acuerdos políticos, empresariales, sociales y laborales con visión de estado en la comunidad nacional, que, por ejemplo, pueden elegir postergar algunos beneficios en el corto plazo en la medida que se reconozca y se identifiquen los medios que los respectivos gobiernos utilizarán para las indispensables mejoras de las condiciones de reparto equitativo de la riqueza agregada a lo largo del decenio para todos los actores. Pero al mismo tiempo, hacer uso del beneficio de ser el mejor país de América en términos del Índice de Desarrollo Humano (IDH), después de Estados Unidos y de Canadá y aspirar a mucho más en estas materias dado que el Desarrollo Nacional va mucho más allá del crecimiento económico.

AL TÉRMINO, RECORDAR QUE: (1) EL VERDADERO DESARROLLO ECONÓMICO EXPUESTO EN EL PUNTO V TIENE COMO CONDICIÓN PREVIA LA DEFINICIÓN DE UNA Estrategia País Consensuada (EPC), LO QUE ES MATERIA DE OTRO ESFUERZO QUE PODRÍAMOS ENUNCIAR, MÁS ADELANTE, SI ESTE MEDIO GENTILMENTE NOS LO PERMITE Y (2) LOS CHILENOS ESTAREMOS ORGULLOSOS “de gozar, al fin, de los beneficios de un País Desarrollado para todos”. Final: ¿Y PARA UD. CUÁLES SON LOS POSIBLES ESCENARIOS DE DESARROLLO PARA CHILE Y LA ESTRATEGIA PAÍS REQUERIDA PARA ABORDARLOS?

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GEOPOLÍTICA, REDES SOCIALES Y LA ELECCIÓN EN MÉXICO

EL INTERNET Y LAS REDES SOCIALES SON EL NUEVO CAMPO DE BATALLA GEOPOLÍTICA. ESTADOS COMO RUSIA USAN TECNOLOGÍAS DIGITALES PARA POLARIZAR LA OPINIÓN, SEMBRAR CONFUSIÓN ENTRE LOS CIUDADANOS Y MINAR SU CONFIANZA EN LAS ELECCIONES Y LA DEMOCRACIA. MÉXICO NO ESTÁ EXENTO DE ESTAS AMENAZAS.

https://www.letraslibres.com/mexico/revista/geopolitica-redes-sociales-y-la-eleccion-en-mexico Arturo Sarukhán

Un reto crucial este año para el sistema internacional –y para México y sus comicios en julio– es la disrupción digital en la política y la geopolítica, un fenómeno que hace a la narrativa más importante que los hechos, que las personas descalifiquen más de lo que debaten y que los algoritmos determinen nuestra visión del mundo. El internet no fue concebido como una infraestructura global de la cual dependieran todas las sociedades. Que una tecnología diseñada en los años setenta haya funcionado tan bien y hoy le dé soporte a cerca de dos mil millones de usuarios es un hito. Pero esa conectividad abre vulnerabilidades, pues en la simpleza de su objetivo –enlazar– radica también su amenaza: cualquiera con acceso a estas redes puede usarlas para infligir daño. Propicia, además, un efecto que es a la vez transformativo y disruptivo, y que presagia trastornos profundos para la manera en que instrumentamos políticas públicas y garantizamos la seguridad, el bienestar y nuestros derechos individuales y colectivos.

La gran paradoja es que, a lo largo de la historia, las sociedades han sido exitosas en función de sus interconexiones humanas; una de las tensiones seminales del sistema internacional del siglo XXI se da precisamente entre sociedades abiertas y sociedades cerradas. La fase de globalización que hoy vivimos está definida más por la divergencia que por la convergencia: estamos interconectados pero no unidos. Lo que más nos vincula, el internet, se ha convertido en el principal campo de batalla –tanto de las ideas como de la seguridad y el poder militar y económico– de las relaciones internacionales de este siglo, y las nuevas tecnologías digitales están siendo usadas como armas para un nuevo tipo de enfrentamiento. Desde que las

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fronteras se hicieron más porosas a la información, a las actividades del crimen organizado trasnacional, a los flujos de capital y de datos o a las interacciones de la cultura popular, el tipo de globalización que nos heredó la Guerra Fría ha hecho más complejo el trabajo del Estado. La seguridad nacional es hoy mucho más difícil de preservar que hace tres décadas.

Con el “deshielo bipolar”, varios analistas predijeron que la expansión de instituciones globales y economías regionales “eliminaría” la necesidad del Estado-nación. Eso, como es evidente, no ocurrió, pero la merma de su poder e influencia sí caminó de la mano con la vertiginosa integración del dinero, las ideas y la cultura a raíz de la posguerra fría, erosionando así su autoridad y autonomía. Las consecuencias de esa hiperglobalización se intensificaron después de la crisis financiera mundial de 2008, provocando movimientos políticos disruptivos tanto de izquierda como de derecha. Muchos, en especial aquellos ciudadanos interconectados digitalmente, están menos comprometidos con la idea de un Estado-nación que las generaciones anteriores. Buscan, en cambio, identidades comunes alternativas –animados ya sea por la cultura, la fe, la etnia, el idioma, la clase social o la orientación sexual–. Potenciadas por las redes sociales, las fisuras que han generado las políticas de identidad están ejerciendo una nueva presión sobre el Estado. La combinación de esta disrupción digital, vía redes sociales, y el empoderamiento del individuo –la creación del HOMO DIGITALIS– está en el corazón de una de las tensiones seminales de este siglo, entre Estado y ciudadano. Los Estados-nación –que, por lo regular, tienen sistemas burocráticos torpes y reflejos lentos, son adversos a tomar riesgos y ahora están faltos de credibilidad social– han tardado en adaptarse a los retos internos y externos que todo esto conlleva.

Este nuevo desorden global digital tiene tres características. Es asimétrico: la conectividad, las plataformas y las redes digitales nivelan el terreno de juego, de modo que los actores no estatales –o incluso naciones menos poderosas– pueden minar la seguridad de las potencias, la de sus aparatos burocráticos y su infraestructura vital. Es vulnerable: entre más conexiones existen, hay más puntos de acceso para ciberataques o ciberespionaje, y cualquier Estado, organización, corporación o persona es actor o blanco de estas actividades. No está regulado: hay una ausencia real de medidas diplomáticas o de mitigación de riesgo eficaces. Y los

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gobiernos no están estructurados para responder de manera ágil y flexible al cambio. En este momento es prácticamente imposible contener, por su rango y origen, las amenazas digitales y, mientras se construyen formas más eficaces de protección (mediante acuerdos internacionales), los gobiernos, el sector privado y la sociedad tendrán que encontrar mecanismos que nos blinden del abanico de las amenazas cibernéticas, pero que al mismo tiempo preserven la fluidez, la libertad y la independencia en las redes.

A su vez, la demanda de soluciones para problemas trasnacionales sigue en aumento, pero no hay paradigmas que puedan darnos claridad estratégica para confrontar todos los retos o que, al menos, propicien la unidad alrededor de un mismo propósito. El sistema internacional se había tardado en reaccionar: ya en 2010 se perfilaban problemas inconmensurables, cuando ese mismo año hubo un ataque a Google que penetró su seguridad, WikiLeaks publicó miles de archivos gubernamentales filtrados y Estados Unidos e Israel crearon un virus (Stuxnet) para detener el avance del programa nuclear bélico iraní.

DE TUCÍDIDES A TWITTER Las relaciones internacionales se han transformado de manera radical en el último lustro, como resultado de tres tendencias en particular: I) el desarrollo de tecnologías de información y comunicación, II) el papel de actores ajenos al Estado y la emergencia de una nueva agenda de seguridad internacional ante una fluidez cada vez mayor y, III) el surgimiento de potencias que retan al STATU QUOde la posguerra fría y la explosión de nuevos actores que inciden en la seguridad y las relaciones internacionales. Las tres están relacionadas y se retroalimentan entre sí, lo cual explica que las redes sociales ya se usen como arma y que el internet sea uno de los principales teatros de batalla y cálculo geopolítico. Hoy existen 3.4 mil millones de usuarios de internet, se emiten cerca de quinientos millones de tuits diarios y cada segundo se sube el equivalente a siete horas de video a YouTube. Con 1.7 mil millones de usuarios, Facebook podría ser el país más grande del mundo. El 62% de las personas en Estados Unidos obtiene sus noticias de las redes sociales. Y eso que no estamos en la cresta de la ola; casi la mitad de la población adulta del mundo todavía no está en línea. Pero las redes sociales ya revolucionaron nuestras vidas, desde comprar un producto hasta encontrar una pareja, redefiniendo así los

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mecanismos de interacción social. Las redes, es cierto, son un espejo que refleja todo tipo de intereses y tendencias humanas; por ello, abarcan de manera ineluctable al poder. No sorprende que las plataformas digitales estén cambiando la manera de hacer política y el modo en que se relacionan las naciones y los actores no estatales. Si en el siglo XIX Carl von Clausewitz concebía la guerra como la continuación de la política por otros medios, no nos debe extrañar que, en el sistema internacional de hoy, las redes sociales se estén erigiendo en la continuación de la guerra por otros medios.

En el corazón de estos cambios en las relaciones internacionales contemporáneas hay un cariz adicional: la línea divisoria entre la guerra y la paz se ha desdibujado. Pocas facetas del sistema internacional de este siglo apuntan tanto a este cambio como lo hace el papel que juegan las redes sociales y el internet en la teoría del conflicto (y en cómo lo hemos entendido y abordado) y en la caja de herramientas de poder con la que el Estado y los actores no estatales cuentan para conseguir sus objetivos.

La noción de que las redes sociales podían ser usadas para detonar transformaciones políticas arrancó con las elecciones de 2009 en Moldavia y adquirió fuerza durante la Primavera Árabe de 2011. El común denominador de esa lectura era que los gobiernos autoritarios o cerrados estaban amenazados por el poder del individuo y de los colectivos sociales que empleaban herramientas de las sociedades abiertas, como el internet. Sin embargo, rápidamente se desató una opinión a contracorriente. Como apuntó poco después el sociólogo canadiense Malcolm Gladwell, pronto fue evidente que la revolución no podría ser tuiteada. A cinco años de convulsión en el norte de África y Medio Oriente, hoy Egipto es gobernado por el ejército, Arabia Saudita bombardea a los rebeldes hutíes en Yemen y la oposición siria fue aplastada. Esto no implica que no se utilice a las redes sociales para desestabilizar el STATU QUO. Terroristas, grupos sociales y el Estado mismo echan mano de estas plataformas y de su capilaridad para difundir propaganda y miedo; controlar, desinformar y fragmentar; potenciar troles, BOTS y campañas negativas en internet, o como un instrumento más en el arsenal del “poder duro” de una nación, tradicionalmente asentado en lo militar y lo económico. El uso de estas herramientas, ya sea por parte del Daesh o en la elección presidencial de Estados Unidos, es un ejemplo claro de estos patrones.

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Por un lado, las operaciones en tierra y la propaganda en línea del Daesh están entrelazadas a tal grado que cuesta trabajo distinguir una de la otra. Hace dos años, a medida que sus combatientes invadían el norte de Irak, el Daesh inundaba las redes sociales con un BLITZKRIEG de imágenes y datos de sus triunfos y sobre lo que deparaba a quienes se oponían a su avance (Twitter informa que ha borrado más de 125 mil cuentas vinculadas al Daesh desde mediados de 2015). Este fue el primer grupo terrorista en controlar territorio tanto físico como digital. Por el otro, la elección estadounidense conjuga dos de estas tendencias de ruptura. Primero, el aparente uso de verdaderas granjas de troles por parte de una nación para socavar la confianza en los sistemas electorales de otro país, obtener y filtrar información y hacer lo que ahora se denomina ASTROTURFING, la simulación de opinión y la movilización de bases. Y, segundo, el empoderamiento de la extrema derecha –etiquetada de manera eufemística como “derecha alternativa”– a través de tribalismo y silos ideológicos en línea, e impulsada por narrativas simplistas de “nosotros contra ellos” y por las mentiras y noticias falsas sobre las cuales se construyó el triunfo de Donald Trump.

La tecnología está en el centro del poder disruptivo de todos estos actores. Somos testigos del inicio de una revolución mayor, una que está empezando a reconfigurar, por un lado, las conductas y el comportamiento de los grupos sociales y, por el otro, las estrategias político-militares de los actores no estatales y las potencias mundiales. Insisto: en el actual sistema internacional, lo que más nos conecta es también lo que nos hace más vulnerables. El poder de una nación en 2018 se expresa de maneras que habrían sido impensables hace tan solo unas décadas. La proyección y el uso del poder y su militarización en las relaciones internacionales y la geopolítica atestiguan un arco que va de Tucídides a Talleyrand hasta llegar a Twitter. Y no obstante, Sun Tzu, el estratega chino del siglo v a. C., reconocería lo que hoy ocurre con el uso del internet, las redes sociales, el hackeo y la posverdad: “El arte supremo de la guerra es dominar al enemigo sin haber luchado.”

GUERRA FRÍA 2.0 Desde la administración de Ronald Reagan, en plena Guerra Fría, Rusia no tenía un sitio tan prominente en la vida política estadounidense. A la sorpresiva victoria electoral de Trump –la cual fue recibida en el parlamento ruso con vítores y

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champán– le siguieron acusaciones sobre el hackeo ruso a la campaña demócrata. Dos semanas antes de la toma de posesión de Trump, el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, divulgó un informe que concluyó que Moscú había instrumentado una campaña para dañar a Hillary Clinton, fortalecer a Trump y “minar la confianza pública en el proceso democrático estadounidense”. Estas acusaciones se han acrecentado a la luz de las subsecuentes revelaciones de vínculos y potencial colusión con Rusia del equipo de campaña y transición del ahora presidente de la Unión Americana, de las denuncias formales contra varios integrantes de este equipo y de la presión por parte del Congreso para que el fiscal especial Robert Mueller avance en la investigación.

No cabe duda que Rusia es el país que mejor ha en- tendido, en un mundo plenamente interconectado, el papel de las redes sociales como un instrumento clave en la caja de herramientas del poder duro de un Estado en el siglo XXI. Ninguna otra nación ha concebido y aplicado de manera tan eficaz esta nueva doctrina montada sobre un arsenal híbrido, militar, digital y propagandístico, tal y como quedó demostrado en 2008 en el conflicto con Georgia por el control de Osetia del Sur –la primera ocasión en que operaciones militares convencionales se llevaron a cabo de la mano de ciberataques– y luego en 2014 con la invasión a Ucrania y la ocupación de Crimea –una de sus facetas centrales fueron las granjas de BOTS, que sembraron confusión y desinformación entre los ucranianos–. Esta estrategia de DEZINFORMATSIYA –el uso y diseminación de información falsa para descalificar y desacreditar datos duros, a la prensa o a la verdad misma– estuvo acompañada de la articulación de una amplísima campaña de diplomacia pública hacia el exterior. La narrativa que se propala de manera masiva e iterativa a través de redes sociales se ha convertido en un arma más.

La elección presidencial estadounidense dio una oportunidad para aplicar –sin el componente militar– esta nueva doctrina. Era patente la animadversión de Vladimir Putin hacia el presidente Obama y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, junto con el recelo por la forma en que, desde su punto de vista, Estados Unidos había copado a Rusia desde el deshielo bipolar. Aunado a ello, todas las encuestas sobre política pública, valores sociales y filiación partidista muestran una y otra vez que los estadounidenses nunca habían estado tan polarizados ideológicamente en las últimas tres décadas como ahora. Esa balcanización mediática y de opinión pública

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alimentó una serie de conspiraciones, desde el presunto lugar de nacimiento de Obama (Kenia) hasta el supuesto instigador de la “falsa tesis” del cambio climático (China), ambas defendidas por el actual presidente de Estados Unidos. Al labrar su identidad y marca políticas, Trump promovió su visión de complots en un entorno que facilitaba la diseminación de las narrativas “nosotros contra ellos”, alimentando la certeza emocional a costa de la racionalidad de los datos duros.

Investigaciones periodísticas, de agencias de inteligencia europeas y estadounidenses y de las propias empresas de tecnología indican que un grupo ruso, activo desde hace una década y conocido como APT28 –al que se le vincula con el GRU, el servicio de inteligencia militar rusa, aunque Moscú ha negado de forma reiterada cualquier conexión con APT28, si bien el ministro de Defensa ha reconocido que existen “tropas de información”–, hackeó al Comité Nacional Demócrata y divulgó miles de correos electrónicos para desacreditar a Clinton y poner en duda la confianza de los ciudadanos en el sistema electoral y en la misma democracia estadounidense. En febrero de este año, el fiscal Mueller presentó acusaciones formales contra una granja de troles rusa (Internet Research Agency) que operó en territorio estadounidense durante la campaña y contra trece de sus empleados, de nacionalidad rusa, vinculados con actividades de hackeo y desinformación.

Estados Unidos no fue el único blanco. Un reportaje del FINANCIAL TIMES, de febrero de 2017, dio a conocer que los ciberataques contra la OTAN y las instancias de la Unión Europea aumentaron en 60% y 20%, respectivamente, con relación al año anterior; también, que se habían vulnerado computadoras de partidos políticos en Francia y Alemania, dos naciones que celebraron elecciones nacionales ese año. Es patente, además, que la combinación de hackeo a las campañas y los registros estatales electorales, el uso de granjas de troles y la diseminación masiva de desinformación –por medio de cuentas y SPOTS pagados en redes sociales– pudo haber ayudado a decantar los 77 mil votos en tres estados (Michigan, Wisconsin y Pensilvania) que otorgaron a Trump la victoria en el Colegio Electoral. Tanto Twitter como Facebook han efectuado investigaciones internas en los últimos meses; recientemente alertaron que cientos de miles de sus usuarios se relacionaron con cuentas, información y contenidos alimentados por BOTS y cuentas provenientes de Rusia, a los que incluso retuitearon. El principio operativo era

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sencillo: sembrar –por medio de millones de interacciones y miles de cuentas– discordia y dudas en un país polarizado y capitalizar –a través de contenidos e información falsa– asuntos de la guerra cultural y de la política de identidad que hoy dividen a los estadounidenses –como el aborto, el derecho al matrimonio igualitario, la legalización de la cannabis, el papel de la religión en las escuelas o el racismo.

Hoy el poder se desplaza hacia los Estados, las corporaciones y los grupos religiosos y sociales que entienden y despliegan narrativas. Una de ellas, la narrativa “armada”, busca socavar a su rival creando confusión, falsedades y cismas políticos y sociales; esta narrativa puede usarse tácticamente, como herramienta en un conflicto particular, o estratégicamente, para debilitar, neutralizar o derrotar a un adversario. En las elecciones pasadas, el objetivo táctico fue apoyar a Trump; el estratégico, debilitar a Estados Unidos. Pero una vez que Trump subió al poder, se desvanecieron las aspiraciones rusas de un descongelamiento en la relación con Washington –en especial, la revocación de sanciones aplicadas por Estados Unidos contra empresarios y funcionarios rusos–, pues el presidente no ha podido reconducir la relación con Moscú (como prometió) y, a medida que avanza la investigación sobre los vínculos de su campaña con actividades rusas, el Congreso ha redoblado su presión para mantener y ampliar las sanciones, pese a la resistencia del mandatario.

Hay que decirlo sin rodeos: las acciones cibernéticas y de desinformación rusas no son las responsables del Brexit, la victoria de Trump o el surgimiento de movimientos chovinistas y demagogos en Europa. Mayor peso han tenido el resentimiento contra la globalización y la dislocación socioeconómica, producto de la desindustrialización. Pero lo que sí es un hecho es que esta fragmentación política e ideológica, así como la embestida de Trump contra las alianzas y las instituciones de la posguerra, proveen a Rusia de un espacio para minar el actual sistema internacional basado en reglas, uno que Moscú considera geopolíticamente desfavorable. Alexei Venediktov, editor en jefe del ECO DE MOSCÚ, no podría haberlo explicado mejor: “Hay que crear turbulencia al interior de Estados Unidos. Un país que se sume en la turbulencia, se ensimisma y se cierra al mundo.”

¿Y EN MÉXICO? MIRÁNDONOS EL OMBLIGO

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En el país estamos en pañales ante esta nueva realidad global. Frente a los retos que se avecinan, debemos dejar de nadar de muertito y de enterrar la cabeza en la arena. De entrada, es bien sabido en círculos de inteligencia internacionales que en México hay numerosos actores –del sector privado, los gobiernos estatales, los partidos políticos y los grupos criminales– que poseen herramientas, programas y equipo de intercepción y disrupción digital tanto o más sofisticados que los del Estado mexicano, y que también movilizan granjas de BOTS. Si a ello se suma la posibilidad –real– de que estos sean utilizados, por intereses variopintos, para incidir en nuestros comicios presidenciales de 2018, para vulnerar las instituciones electorales o sembrar desinformación, confusión y ruido, se vuelve incuestionable nuestro deber de hacer mucho más –y de hacerlo ya– para mitigar los riesgos. No minimizo en absoluto las prácticas y los frentes internos que se han usado en procesos electorales estatales recientes de nuestro país y que también se deben cuidar. Pero esto no significa que seamos invulnerables en el frente extranjero. Hay que blindar a México de amenazas que provengan del exterior y protegerlo de actores internos que, por diseño geopolítico o designio político, puedan dañar sus instituciones y su democracia. Se debe repensar la ciberseguridad, tanto en su vertiente interna como externa, para adecuarla a la compleja red global, donde la conectividad, la velocidad, la apertura, la oportunidad y las capacidades abren nuevos horizontes para nuestra economía y bienestar, pero que encierran retos fundamentales para el diseño e instrumentación de políticas públicas para nuestra seguridad y gobernanza.

Estamos a escasos meses de acudir a las urnas para elegir al próximo presidente de México. Mientras los partidos, la sociedad civil, los medios de comunicación y los analistas, encuestadores y empresarios se enfocan en los candidatos y en sus estrategias y propuestas de campaña, también habría que levantar la vista y poner atención a lo que sucede en el resto del mundo. Pese a que muchos crean con ingenuidad que los sucesos del exterior poco importan y poco nos afectan –o bien, que México, por alguna razón mágica, no forma parte de los cálculos geopolíticos globales–, los asuntos internacionales suelen ser muy tercos, y en ocasiones llegan a impactar los procesos políticos internos, tal y como podría suceder en nuestra elección presidencial. Dos factores convergentes hacen de esto un escenario posible: el primero tiene que ver con la ubicación de México y el actual contexto

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geoestratégico global; el segundo, con la debilidad institucional del país frente a un alto nivel de malestar político y social, que atestiguará una elección muy reñida y con un voto atomizado.

No es descabellado, pese a los pregones de muchos analistas y usuarios de redes sociales, que la gran estrategia rusa para replegar del mundo a los intereses estadounidenses –y, hasta cierta medida, los europeos– se enfoque en México. Bajo esa premisa, la siguiente oportunidad importante para crearle un frente de distracción a Estados Unidos se halla en su frontera sur. A diferencia de aquel país, donde hay cincuenta sistemas electorales, algunos de ellos digitales, en México hay un solo padrón electoral, electrónico, nacional y centralizado. En lugar de hackear diez registros electorales, como ocurrió allá, aquí solo habría que penetrar uno. Si se pudo hacer en una nación que tiene estándares y protocolos de ciberseguridad elevados, es fácil imaginar lo que podría ocurrir en un país con instituciones y protocolos rudimentarios en estos temas. Además, el contexto político mexicano se presta a ello: el nuestro es un país polarizado, con gran rechazo a los partidos y las instituciones gubernamentales, en el que diversas voces han puesto en entredicho la credibilidad del INE y la FEPADE y donde se cuestiona la imparcialidad, transparencia y equidad en todos los ámbitos de la vida nacional. También aquí los BOTS, como mecanismos de desinformación o intimidación, han echado raíces y se tiene documentada la presencia de empresas como Cambridge Analytica –actor en el triunfo del Brexit y de Trump– y de plataformas de propaganda oficial (Russia Today, RT, por ejemplo) que han sido usadas en otras naciones como vehículos de narrativas “armadas”. Por si fuera poco, en las dos últimas elecciones presidenciales mexicanas se presentaron acusaciones de fraude.

De darse este escenario en 2018 –hay que decirlo con claridad y contundencia– no estará necesariamente dirigido contra México sino contra Washington. Y, a diferencia de lo que presenciamos en Gran Bretaña o Estados Unidos, su propósito esencial no es necesariamente apoyar un resultado electoral determinado o a un candidato en particular. Con mayor probabilidad buscará, antes que nada, provocar incertidumbre, confrontación y conflicto en el vecino “incómodo” de la administración Trump. No podemos ignorar que se ciernen un peligro para nuestro proceso electoral y una profunda y real amenaza a la seguridad nacional mexicana. Es tiempo de que entendamos que la combinación de nuestra geografía con nuestras

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divisiones internas y flaquezas institucionales puede ser aprovechada para esparcir desinformación, posverdad y crisis, minando de paso nuestra gobernabilidad democrática. ~

NO ES LA TECNOLOGÍA, ES LA CULTURA POLÍTICA

LA INTERACCIÓN EN REDES SOCIALES NOS HA HECHO CREER QUE AHORA TENEMOS MÁS POSIBILIDADES DE PARTICIPAR EN LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS, CUANDO LO CIERTO ES QUE LAS TECNOLOGÍAS REPRODUCEN PRÁCTICAS TRADICIONALES, COMO EL CLIENTELISMO.

Cynthia Ramírez https://www.letraslibres.com/mexico/revista/no-es-la-tecnologia-es-la-cultura-politica

PLUS ÇA CHANGE, PLUS C’EST LA MÊME CHOSE. Jean-Baptiste Alphonse Karr

Un año antes de que en Estados Unidos se publicara la Ley de Tele- comunicaciones de 1996 –la primera revisión importante desde 1934 y en la que por primera vez se incluía internet y su potencial para cambiar la forma en que trabajamos, vivimos y aprendemos–, la Casa Blanca y la National Science Foundation convocaron a un grupo multidisciplinario de investigadores cuya tarea era proponer una agenda para el internet del siglo XXI. Kerric Harvey –actual directora asociada del Centro de Medios Innovadores en la Universidad George Washington y editora de la ENCYCLOPEDIA OF SOCIAL MEDIA AND POLITICS– fue una de las investigadoras convocadas y cuenta que, para sorpresa de la mayoría del grupo, el extenso compendio de predicciones, preguntas y propuestas de investigación resultante estaba muy orientado hacia las ciencias sociales, en buena medida porque el grupo asumió como punto de partida que internet dejaría muy pronto de ser una herramienta de recolección de información para adquirir una especie de presencia social y que ello cambiaría el modo en que se cría a los niños, la forma en que las personas encuentran amigos y parejas y la manera en que los hogares se relacionan con el resto del mundo. Predijeron también que las relaciones humanas se subordinarían o por lo menos dependerían de la tecnología; que la naturaleza básica del trabajo dejaría de estar anclada a un tiempo y un lugar; que las guerras, el terrorismo y el espionaje nunca volverían a ser lo mismo y que se abrirían nuevos canales para dar cauce a un discurso político cada vez más diverso en el que los

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actos de votar y de participar en la política cambiarían para siempre. Veinte años después las predicciones de Harvey y sus colegas resultan no solo sorprendentemente atinadas, también las preocupaciones y preguntas de ese entonces suenan particularmente vigentes. Por supuesto, tenemos más información que cuando se redactó ese primer diagnóstico y movimientos como #ArabSpring, #OccupyWallStreet, #GuarderíaABC, #YoSoy132 y más recientemente #MeToo nos han mostrado el poder de convocatoria y organización de las redes sociales. Hemos visto cómo WhatsApp y YouTube han jugado roles importantes en la manera en la que nos involucramos políticamente, pero de ahí a tener una idea mucho más clara sobre cuáles serán los saldos de la irrupción de las nuevas tecnologías de información y comunicación en la forma de hacer política y participar en ella, hay un largo trecho. Por otro lado, solemos perder de vista que no solo somos los ciudadanos quienes exploramos y sacamos ventaja de estas nuevas herramientas para exigir e influir en las decisiones públicas, sino que también los políticos –y sus muchos asesores de comunicación y MARKETING– echan mano de ellas ya sea para alcanzar nuevos y potenciales votantes, para posicionar mensajes clave que no encuentran espacio en los medios tradicionales, para enturbiar el ambiente o para reforzar en línea las viejas prácticas políticas. Hace unos años Jill Lepore, historiadora en Harvard y REDACTORA del NEW YORKER, escribió que, en el siglo pasado, nada alteró más el funcionamiento de la democracia estadounidense que la aparición de la consultoría y del MARKETING político, una industria desconocida hasta la creación de Campaigns, Inc. Eso fue en 1933. Casi un siglo después el sector no solo se ha afianzado sino que se ha vuelto digital. ¿Alguien imagina a algún consultor en MARKETING político que hoy día no aconseje a su candidato APOSTAR POR LO DIGITAL?

CAMPAÑAS POLÍTICAS Quizá la irrupción más orgánica y evidente de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la política ha sido en las campañas. Pippa Norris>, que el año pasado fue reconocida con el SIR ISAIAH BERLIN PRIZEpor sus aportaciones al pensamiento político y al desarrollo de la democracia, distinguía, en un trabajo publicado en el año 2000, tres formas de hacer campaña dependiendo del tipo de comunicación política por el que se decantan. Los tipos de comunica- ción que identifica no son estados puros y la comunicación de una campaña puede

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adaptar elementos de uno u otro dependiendo del sistema político, la coyuntura y las regulaciones electorales de cada país.

CAMPAÑA PREMODERNA. Sus orígenes datan del siglo XIX y se basa en la comunicación uno a uno entre candidatos y ciudadanos. Se planifica a nivel local, a corto plazo y el tono se adecua al discurso del partido. Los diarios, la radio y los panfletos son los medios característicos de este tipo de campaña.

Campaña moderna. Comienza en 1950 con el auge de la televisión. Se distingue por una planificación a nivel central a cargo de los líderes del partido que son asesorados por consultores externos y encuestadores. El ciudadano tiene un rol más pasivo, pues hay menos interacción directa con los candidatos.

CAMPAÑA POSMODERNA. Esta nueva manera de hacer campaña, centrada en el candidato y no en el partido, se da en medio de una creciente fragmentación de los canales de comunicación (noticieros de veinticuatro horas, estaciones de satélite y de cable, noticias por internet y redes sociales) de los que es posible retroalimentarse en tiempo real. Esto obliga a hacer ajustes constantes en la comunicación, por lo que se crea una especie de “campaña permanente” en la que la gestión estratégica se comparte por igual entre políticos, consultores en publicidad, opinión pública y MARKETING.

Una derivación natural, y posterior, de estos tipos de campaña bien podría ser el E-CAMPAIGNING, entendido como la utilización intensiva de internet, redes sociales y aplicaciones relacionadas para crear canales activos de comunicación que diseminan mensajes dirigidos a audiencias cada vez más fragmentadas y recolectan bases de datos que les permiten conocer y posteriormente activar a sus seguidores. Si hay que reconocerle la paternidad del E-CAMPAIGNING a algún candidato seguramente sería a Howard Dean, exgobernador de Vermont y miembro del Partido Demócrata, que en 2004 contendió en las primarias presidenciales. Dean fue el primer candidato que utilizó activamente internet para llegar a los ciudadanos de a pie y recaudar fondos. Si bien los otros contendientes también crearon sus propios sitios web, estos eran completamente pasivos: se compartían algunos vínculos, se colocaban pendones y se posteaban noticias generales de la campaña. En cambio, Dean debutó como bloguero de su propio sitio, subió videos en los que se le veía

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comer un sándwich en mangas de camisa y pedir dinero a sus simpatizantes y lanzó una plataforma de registro llamada MEETUP, que permitió centralizar los esfuerzos de sus seguidores y organizar mítines OFFLINE y reuniones de apoyo. Dean terminó perdiendo la contienda pero, después de su campaña, ningún político volvió a pensar en las TIC como un medio pasivo de comunicación.

CAMPAÑAS HÍBRIDAS EN AMÉRICA LATINA Utilizando una tic de llamadas por internet gratuitas (Skype) conversé con Carlos de la Torre, doctor en sociología de la Universidad de Kentucky quien, junto con Catherine Conaghan, ha estudiado el tema de las campañas híbridas en Ecuador. La larga historia de partidos políticos débiles y líderes populistas fuertes en este país, me cuenta De la Torre, hace que las campañas centradas en los atributos de los candidatos no sean un fenómeno nuevo y las circunstancias que rodearon a las elecciones de 2006, cuando los partidos políticos vivieron una severa crisis de legitimidad, establecieron las condiciones para una campaña muy personalizada por parte de los dos punteros: Álvaro Noboa y Rafael Correa. En ese entonces, ambos candidatos siguieron modelos similares de comunicación política: organizaron estructuras a través de las cuales movilizaron gente (comités familiares o vecinales) para hacer campaña de puerta en puerta y, para coordinar sus estrategias de comunicación, recurrieron a especialistas en relaciones públicas y encuestadores. Ambos usaron la televisión para proyectar su personalidad, aunque Correa venció a Noboa en la calidad y la creatividad de sus comerciales, utilizando el humor para encasillar a su adversario como parte de la “corrupta clase política”. La radio, continúa De La Torre, fue vital para que Correa sumara apoyos en las zonas rurales ya que no optó por pagar publicidad sino que su equipo reclutó ayuda de emisoras locales que simpatizaban con sus propuestas. Y, aunque en 2006 el uso de internet en Ecuador estaba entre los más bajos de América Latina, el sitio web de Correa y el uso de listas de correo electrónico fueron un intento obvio para llegar a los votantes jóvenes y de clase media. Según De la Torre, Correa reconoció la importancia de internet e hizo un esfuerzo sistemático para convertirla en una herramienta para hacer campaña. Después de ganar las elecciones, Correa incorporó a su gobierno muchas de las técnicas de comunicación que aprendió en las elecciones y con ello logró un tipo de “campaña permanente” muy efectivo.

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El comentario final de De la Torre apunta a que, si bien esta nueva forma de hacer campaña toma mucho del modelo estadounidense, “en América Latina la naturaleza híbrida de las campañas políticas no solo se caracteriza por echar mano de distintas estrategias de comunicación (radio, internet, mítines) sino también de usar las retóricas y prácticas clientelares más arraigadas”. Esto es: las nuevas herramientas de comunicación política no suponen nuevos mensajes políticos ni nuevas maneras de hacer política. El medio no es el mensaje, aunque esté suscrita a la lista de correos de un candidato y cada semana me mande correos que empiezan con “Estimada Cynthia”.

CIBEROPTIMISTAS VS. CIBERESCÉPTICOS Entre la campaña de Dean (2004) y la primera de Obama (2008), las expectativas alrededor del E-CAMPAIGNING y sus promesas de integración, horizontalidad, capacidad de acción y reacción pronto se dividieron en dos bandos. Por un lado, los ciberoptimistas que consideran que las TIC cambiarán la manera en la que se hace política y redistribuirán el poder porque genuinamente empoderan al ciudadano y fortalecen la democracia al incentivar la conversación política y facilitar la participación. Por el otro, están los ciberescépticos para quienes las TIC son un medio sobrevalorado que en realidad solo replica o complementa en línea las relaciones de poder ya existentes. En la nuez de este debate hay un dilema muy similar a la pregunta de si fue primero el huevo o la gallina: ¿las instituciones políticas y las organizaciones sociales son las que moldean la tecnología o es la tecnología la que tiene el poder de dar forma a la sociedad y la política? No hay respuestas únicas, ni simples.

CIBERCLIENTELISMO María Lucía Vidart-Delgado es una doctora en antropología cultural del Massachusetts Institute of Technology que desafía la generalizada noción de que el E-CAMPAIGNING está en las antípodas de las prácticas clientelares. Uno de sus trabajos más recientes muestra cómo la adopción de métodos de MARKETINGpolítico estadounidense en la campaña presidencial colombiana de 2010, lejos de modernizar la forma en la que se hacían las campañas, en realidad “proporcionó un nuevo marco para preservar los tradicionales acuerdos políticos clientelares”. Sobre su investigación y su fundado escepticismo respecto a las

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TIC en las campañas políticas, charlamos, vía WhatsApp (otra conocida tic), una tarde a inicios de febrero.

Para ella, el error radica en suponer que en el contexto de una campaña política las TIC desempeñan un papel democratizador y que proporcionan a los votantes una plataforma para comunicarse directamente con sus representantes, debilitando con ello la injerencia de los intermediarios locales y la política basadas en favores. No lo hacen. La dinámica misma de una campaña exige acciones disciplinadas, centralizadas y coordinadas por una cadena de mando completamente jerarquizada. El rol que sí juegan estas tecnologías es el de coordinar, centralizar y difundir la información que ya ha sido previamente validada por los coordinadores de campaña. Pensemos en Obama, me dice: es un consenso que sin el uso de las TIC no habría logrado ganar la presidencia, pues fueron estas las que le permitieron organizar a sus seguidores, pero esos miles de seguidores y voluntarios no tuvieron ninguna incidencia en las decisiones de la campaña. Fueron instrumentos eficaces para replicar un mensaje que los estrategas de Obama habían definido mucho tiempo antes. La campaña digital de Obama fue una campaña que buscaba ganar, no crear una red horizontal de conversación política.

El análisis de Vidart-Delgado crea una extraña disonancia; por un lado, a todos nos resulta una obviedad que el objetivo de una campaña política es ganar y que, para ello, ha de identificar su diferenciador y construir una narrativa alrededor de él para influir en la percepción del electorado. Pero cuando nos dicen que esta campaña es digital tendemos a creer que en ella no solo importa nuestra opinión, ¡sino que también es tomada en cuenta!, porque el candidato le ha dado “ME GUSTA” a mi tuit. Para Vidart-Delgado esto sucede porque hemos perdido de vista la neutralidad original de las tecnologías: no hay tal cosa como tecnologías buenas, autoritarias, asistencialistas o empoderadoras. Todas dependen siempre del contexto y de los objetivos que se pretenden alcanzar con ellas. Si se usan con una lógica político-electoral, responderán y replicarán la manera en la que sabemos y solemos hacer este tipo de política. Las TIC no van a enseñarnos a hacer un nuevo tipo de campaña, sino que muy probablemente reforzarán las redes clientelares locales. En el caso colombiano, estudiado por Vidart-Delgado, la ley de HABEAS DATA –que prohíbe que las campañas accedan a los datos personales de los votantes sin su consentimiento explícito–, la multiplicación de actores políticos interesados en

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contender y unas reglas electorales que cambiaban constantemente llevaron a los partidos políticos a apoyarse aún más en los intermediarios locales para levantar la información de los votantes. Es decir, como la información del votante no estaba disponible, la intermediación política clientelar se hizo indispensable para el MARKETING político. Esta observación, señala Vidart-Delgado, sugiere que las tecnologías políticas inspiradas en Estados Unidos también pueden actuar para “reforzar las democracias iliberales en las que las élites políticas conservan la forma democrática, pero desalientan el debate público y el ejercicio de los derechos civiles”.

Cuando triunfó Santos, los seguidores de Antanas Mockus estaban sorprendidos. Claramente Mockus había ganado el espíritu de las redes sociales y la promesa de la “ola verde” había permeado entre los jóvenes liberales que utilizaban intensivamente las TIC. Pero, como narra Vidart-Delgado, los expertos políticos no lo estaban tanto, pues sabían que Santos ganaba aupado en el “voto de estructura” (votos que se consideran “asegurados” porque alrededor de ellos se tejen redes de lealtades políticas diversas). Por el contrario, los “votos de opinión”, esos que hacían mucho ruido a favor de Mockus en los medios y en las redes sociales, nunca se pueden contar como seguros porque no tienen ningún interés invertido ni ninguna lealtad comprometida en las elecciones.

NO SON LAS TECNOLOGÍAS, ES EL CONTEXTO En ROUTLEDGE HANDBOOK OF INTERNET POLITICS, Nick Anstead y Andrew Chadwick novadores en una campaña digital. Para ellos, una separación de poderes débil, un federalismo frágil, partidos políticos muy centralizados y jerarquizados, membresías partidistas permanentes, la selección acotada del candidato y el financiamiento público como principal vía para financiar una campaña son las condiciones idóneas para que en una E-CAMPAIGNING solo se repliquen las viejas prácticas de hacer política. Cualquier parecido con México no es casualidad. Nuestros candidatos podrán usar los formatos más innovadores y cumplir a pie juntillas con los diez mandamientos del MARKETING digital en campañas políticas pero, al final, los mensajes de fondo y el objetivo último de la campaña son los mismos que los de cualquier otra. Solo que ahora en lugar de un panfleto vemos un meme, en lugar de un pendón nos mandan un gif, las propuestas

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del plan nacional de desarrollo vienen en formato infografía y además de tener que llevar a quince personas al mitin, hay que conseguir treinta seguidores diarios para la página de fans del candidato. PLUS ÇA CHANGE, PLUS C’EST LA MÊME CHOSE.

Por otro lado cuando los consultores políticos y estrategas digitales afirman que las campañas políticas se dirimirán en la arena virtual supongo que tienen en mente las campañas suizas o las japonesas, porque de acuerdo con la ocdenuestras cifras de penetración de banda ancha móvil por cada cien habitantes nos colocan en el lugar 33 de 36 países miembros, y en servicio de banda ancha fija estamos en el último lugar.

En México hay pocos trabajos que hayan analizado la influencia del E-CAMPAIGNING, y el triunfo de Trump en Estados Unidos sin duda distorsiona nuestras expectativas sobre sus resultados. Pero no es la tecnología la que define ni el uso ni el resultado de este tipo de herramientas de comunicación, es la cultura política, la historia, el grado de desarrollo tecnológico y el entramado legal e institucional de cada país los que determinan las formas, los alcances y los resultados de estas campañas virtuales. Las campañas por los 3,406 cargos de elección popular a nivel nacional que se renuevan este año representan un laboratorio excepcional para ahondar en nuestro conocimiento local sobre el E-CAMPAIGNING mexicano: ¿Qué buscan los candidatos con sus campañas en línea: captar nuevos votantes, darle mantenimiento a su “voto de estructura”, reconfirmar los prejuicios de su base respecto a los otros candidatos, enturbiar el ambiente digital para que nada se dirima en él? ¿En verdad existe el “votante indeciso” que se convence a través internet y las redes sociales? Numeración 1

El ímpetu polémico podrá gobernar nuestros personalísimos perfiles en redes sociales, pero lo cierto es que en ciudades pequeñas, medianas y semiurbanas la participación política en las redes sociales está muy influenciada por las relaciones sociales interpersonales Numeración 2

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y nadie quiere postear un disenso político que amenaza con dañar la relación con el vecino. Más aún, ¿qué pasa si con mis contactos en redes sociales no solo me une una amistad VOYERISTA, sino un entramado de antiguas lealtades vecinales y políticas? ¿Cómo se van a desenvolver las redes clientelares en este ecosistema digital? ¿Cómo van a ser las charlas familiares entre un joven que vio en Facebook el documental de un candidato y sus padres que, gracias a la intermediación de un vecino afiliado a otro partido, lograron colarse a la lista de espera del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México?

Sigamos de cerca las campañas digitales de los candidatos y, en julio, con los resultados de la elección en la mano, empecemos a desentrañar la relación entre política, MARKETING político y clientelismo. ~

“EL NIVEL DE INFLUENCIA DE INTERNET DEPENDERÁ DE LO COMPETIDA QUE SEA LA ELECCIÓN”

A UN MES DE QUE INICIEN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES, LA REDACCIÓN DE LETRAS LIBRES CONVERSÓ CON LUIS FERNANDO GARCÍA Y DANYA CENTENO, MIEMBROS DE LA RED EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DIGITALES (R3D), UNA ORGANIZACIÓN QUE PROTEGE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, LA PRIVACIDAD Y EL CONOCIMIENTO SIN RESTRICCIONES EN EL ESPACIO VIRTUAL. EL ACCESO INEQUITATIVO A INTERNET, LAS REPERCUSIONES DE LAS POLÍTICAS EMPRESARIALES DE MONOPOLIOS COMO FACEBOOK, LAS CAMPAÑAS DE DESINFORMACIÓN, LOS ATENTADOS CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA DIGITAL Y EL USO ILEGAL DE DATOS PRIVADOS SON ASPECTOS RELEVANTES DE ESTA ARENA DONDE TAMBIÉN SE LIBRA LA CONTIENDA POR LOS CARGOS PÚBLICOS.

https://www.letraslibres.com/mexico/revista/el-nivel-influencia-internet-dependera-lo-competida-que-sea-la-eleccion

Pese al aumento de usuarios de internet, SMARTPHONES y redes sociales en los últimos años, estos siguen siendo un grupo minoritario en el país. Siendo así, ¿la arena virtual tendrá alguna repercusión en las elecciones? ¿Qué tipo de repercusión podría tener?

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Es muy preocupante el tema de la brecha digital; si esta persiste, pueden aumentar otras brechas –las económicas, sociales y políticas– que afectan a quienes ya viven en una situación de desigualdad. Al respecto, las personas que en México están conectadas a internet habitan principalmente en zonas urbanas y suelen ser jóvenes –aunque las estadísticas que miden el uso de internet son en buena medida imprecisas.

Además de este perfil predominante, hay que tomar en cuenta el rezago en la calidad del acceso a internet que padece nuestro país. Hay quienes solo navegan por la red a través de su teléfono y que usan ciertas aplicaciones –WhatsApp, Facebook, Twitter– de manera muy restringida, pero no mucho más. Esto se debe a las limitaciones que imponen la mala calidad del acceso a internet, las fallas en la cobertura del servicio y la misma desigualdad económica.

Por otra parte, no vivimos en una democracia perfecta. No todas las opiniones impactan o pesan, en la práctica, de la misma forma. Algunas resuenan más que otras: el sector más activo en internet es el que tiene más influencia económica, social, política, lo que de manera automática lo hace relevante para las campañas.

De manera más general, no se puede descartar la influencia de las tecnologías digitales en las campañas. En primer lugar, porque el sector mayoritario del padrón electoral está integrado por jóvenes, que tienen más acceso a internet y a las redes sociales. En segundo lugar, porque la arena virtual no está aislada de otras: quienes están conectados a internet comentan lo que leen y lo que ven con quienes no lo están. También hay indicios de retroalimentación entre los medios de comunicación tradicionales y los digitales. Entonces, lo digital tiene poder e influencia, y eso explica por qué los candidatos le dedican cada vez más recursos. Aunque, finalmente, el nivel de influencia de internet dependerá de lo competida que sea la elección; en una contienda muy reñida, cualquier cosa puede tener una influencia considerable.

¿Cuál ha sido el desempeño del gobierno en cuanto a la conectividad, es decir, en el intento de enlazar a un mayor porcentaje de la sociedad por medio de internet?

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Al principio del sexenio se aprobó la reforma constitucional que reconoció el derecho de acceso a las tecnologías de información y comunicación, incluidos la banda ancha y el internet. En R3D consideramos que la Constitución fija un horizonte de conectividad universal y, para conseguirlo, determina que el Estado debe organizar su aparato administrativo y jurídico. La ley es un buen avance, pero se queda en lo normativo. En la práctica es difícil saber si las cosas han mejorado porque se modificó la forma de medir el acceso a internet, lo que impide calcular el aumento en la conectividad e incluso dificulta saber a qué causa atribuirlo –¿a la política pública?, ¿a otros factores?

Por su parte, México Conectado se ha vendido como el programa que otorga conectividad universal cuando, en realidad, hay muchos indicios de irregularidades y fallas en la operación. Hemos documentado, por ejemplo, que varias zonas y edificios públicos fueron conectados a internet, aunque su acceso al servicio no era tan precario y pese a que habría beneficiado mucho más hacerlo en puntos de mayor necesidad. Además, las compañías de telecomunicaciones ganaron buena parte de las licitaciones, de modo que el programa resultó en una transferencia de recursos públicos a empresas privadas para que estas, a su vez, otorgaran conectividad a ciertos edificios públicos. Por si fuera poco, la medida no parece estar teniendo un impacto muy significativo en la conectividad general.

Las fallas de México Conectado se deben a que el gobierno se ha empeñado en interpretar la reforma constitucional de manera muy restrictiva, al rechazar la participación directa del Estado y limitar su papel a facilitar que la industria privada se encargue del problema. Las empresas tienen un objetivo de rentabilidad que no alcanza para conectar a los lugares sin acceso a internet, y ahí es donde el Estado debería tener una participación activa: con programas claros y transparentes, pero también facilitando y no entorpeciendo la conectividad. No ha habido, en suma, un compromiso real por parte del gobierno.

México es el quinto país del mundo con más usuarios de Facebook, ¿qué papel jugará esta red social en las elecciones?

Los cambios frecuentes en las políticas de Facebook hacen que sea difícil predecir el tipo de información a la que podrán acceder los usuarios en tiempo electoral. Sin

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embargo, nos preocupan sus efectos en México, pues las medidas fueron diseñadas como reacción a la coyuntura estadounidense. La compañía anunció, por ejemplo, que priorizará el contenido local, pero no estamos seguros de que en nuestro país sea fácil segmentar el contenido nacional del local. Además, en ocasiones anteriores, las políticas de Facebook han perjudicado a algunos sitios y beneficiado a otros sin que sean muy claros los criterios de diferenciación. Hace poco la empresa dijo que buscará crear un mecanismo para que los usuarios juzguen la credibilidad de los medios de comunicación y, a partir de ello, se priorice en los TIMELINES la información de los mejor calificados, una medida con la que tampoco coincidimos.

Más allá de las elecciones, las políticas de Facebook tienen un impacto en la manera en que se consume y se comparte información. El número de usuarios de esta plataforma debería, por sí mismo, suscitar una conversación pública sobre el poder que tienen los monopolios de internet: un cambio en sus políticas tiene más incidencia en la libertad de expresión que la reforma legal o la sentencia de un juez en Turquía. México debe tener esa conversación a nivel nacional y global, y participar en los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas de las políticas de este tipo de empresas.

En este sentido, se podría empezar exigiendo más transparencia en los recursos y la implementación del convenio de colaboración celebrado recientemente entre esta red social y el INE. En especial, deberíamos conocer los criterios de selección de información y los consecuentes resultados de búsqueda detrás del botón Elector Informado, cuyo objetivo, de acuerdo con el comunicado del INE, será brindar información sobre el proceso electoral y la ubicación y horarios de apertura de las casillas. El uso no supervisado de este mecanismo fácilmente podría dar pie a irregularidades.

Ahora bien, no debemos caer en la ingenuidad de creer que “internet no está regulado”, ni afirmar que “no hay nada que hacer”. Es falso que la arena virtual sea un descampado ajeno a la ley. El tema, más bien, es el objetivo de esa regulación. Al respecto, en R3D, tenemos la posición de que la gobernanza del internet debe estar orientada a proteger y maximizar el ejercicio de los derechos humanos, no a restringirlos, y aunque hay diferencias fuera y dentro de lo virtual, el cúmulo de derechos que teníamos antes de las tecnologías digitales persiste en ellas. El punto es

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cómo evitar que los derechos humanos sean afectados y cómo garantizar que sean respetados y promovidos en la arena virtual. Porque, claro, existen otros intereses. Las empresas tienen intereses económicos. Algunos gobiernos tienen la pulsión de regular, no para maximizar los derechos, sino para restringirlos en su beneficio. Y esto es justo lo que se debería atacar.

Desde la victoria de Donald Trump, cuando se habla de elecciones y redes sociales, destacan la desinformación y las noticias falsas como focos rojos. ¿Es posible combatir este fenómeno? De ser así, ¿de qué manera se les puede enfrentar?

Primero hay que decir que estos no son fenómenos nuevos. Las tecnologías digitales solo rompieron el monopolio de las noticias falsas y las campañas de desinformación que tenían los gobiernos y los intereses privados. Al decir esto, no pretendemos negar el fenómeno, sino contextualizarlo: este problema no lo trajo la tecnología, es causa de lo que está detrás de ella. En R3D nos desagrada el término de noticias falsas porque contribuye a crear un ánimo general de falta de credibilidad –con expresiones como “ya no puedes creer nada”, “vivimos en la posverdad”–. El término incita a creer que este es el STATU QUO y que no podemos hacer nada al respecto. No queremos fomentar esa visión, pues más bien sucede que pasamos del paradigma de la escasez de información al de la abundancia, y el cambio nos está costando trabajo. Muchos procesos cognitivos y de credibilidad en la información ya no son válidos y superarlos tomará tiempo.

A la par, hay muchas soluciones para contrarrestar la desinformación. Algunas están pensadas bajo el paradigma de la escasez –es el caso de la censura, nosotros no consideramos que sea un camino válido para atajar la desinformación–. En cambio, apostamos por la educación. Lo primero es fomentar un acercamiento crítico a la información y, en especial, exigir fuentes. Pronto lanzaremos, junto con otras organizaciones, una campaña para darle a la gente herramientas que mitiguen la desinformación. Algunos medios, como las cadenas de WhatsApp, son particularmente difíciles de contrarrestar, porque es casi imposible rastrear la ruta que siguió la desinformación hasta su origen. Una buena estrategia que derivó del sismo del 19 de septiembre del año pasado fue la de verificar información en el

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lugar de los hechos. Es algo que intentaremos hacer, con sus limitantes, durante el proceso electoral.

También hay que considerar que cuando existe demasiada información, los usuarios buscan quién la filtre. En este mundo de abundancia, los medios y los comunicadores tendrán que cuidar mucho su reputación y credibilidad. Antes era sencillo controlar los medios y, con ello, a gran parte de la opinión pública. Ahora es más difícil. Los ciudadanos perdieron confianza en el gobierno y en los medios de comunicación tradicionales porque estos abusaron de su poder; con el tiempo, fueron exhibidos gracias a que internet nos permitió conocer información alternativa.

Muchos tienen responsabilidades en el asunto: desde los medios que publican noticias que no se encuentran debidamente fundamentadas hasta los candidatos que desestiman investigaciones objetivas y luego amenazan e intimidan a los medios que las publicaron. Para contrarrestar las noticias falsas, los candidatos tendrán que demostrar que son transparentes y capaces de rendir cuentas sobre el ejercicio de su poder, y los medios deberán hacer lo propio respecto a lo que publican. Esto sería benéfico, pues en la medida en que haya más lugares donde consultar información confiable –y voluntad política para reconocerla como tal– las cadenas de WhatsApp dejarán de recibir tanta atención.

¿El actual panorama de desinformación y de poca verificación de las noticias por parte de los usuarios alentará las campañas negativas y de desprestigio personal contra los candidatos?

Nosotros estamos esperando lo mejor, pero preparados para lo peor. Sobre todo en esta elección, porque el candidato que ya ha sido puntero ha sido atacado en otras ocasiones con campañas de desinformación. Suponemos que, en la desesperación, sus rivales seguirán el manual electoral de irse a la yugular: BOTS, campañas de hostigamiento, el tipo de espionaje que reportó el NEW YORK TIMES.

Pero los avances tecnológicos han posibilitado nuevas tácticas. Una de ellas relaciona las estrategias de desinformación con la explotación de datos personales. Cambridge Analytica, la empresa que fue acusada de influir en las más recientes

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elecciones estadounidenses –aunque parece que no tuvo mucha injerencia en ellas–, tiene oficinas en México. No sabemos con certeza quiénes son los candidatos que están contratando sus servicios, y los de otras similares, pero sabemos que lo están haciendo, que le están apostando a la recolección y la explotación masiva de datos para generar perfiles psicográficos de los votantes y, a partir de ello, manipularlos. Al respecto es crucial el tema de los derechos humanos, desde cómo consiguen la información personal y qué control tenemos de esta práctica hasta qué perfiles construyen de nosotros y qué consecuencias tienen para nuestra experiencia en línea.

De nuevo, hay que hablar de responsabilidades compartidas, de las campañas que acceden a estos métodos de manera poco transparente y de las empresas que ofrecen dichos servicios. Casi no sabemos acerca de los medios que usa Cambridge Analytica –se alega que colabora de cerca con Facebook y Google–. Tampoco sabemos si los datos obtenidos se utilizarán, por ejemplo, en campañas de desinformación. Estamos investigándolo; quizá no contaremos con un diagnóstico antes de la elección, pero es probable que tengamos una autopsia después de julio.

¿Las instituciones en general, pero la autoridad electoral en específico, han manejado de manera adecuada los problemas surgidos de las plataformas digitales?

Están un poco perdidos, aunque es cierto que tienen facultades bastante limitadas. La fiscalización del gasto electoral en publicidad en línea es el ámbito donde la autoridad debe hacer su principal contribución. En ello también tienen responsabilidades las empresas, como Google y Facebook, que controlan ese mercado. Es muy fácil triangular y esconder flujos de dinero a través de empresas intermediarias. El INE tendrá que demostrar mucha iniciativa para evitar el gasto en internet que atente contra la equidad de la contienda. Las plataformas también deberían transparentar la forma en que llevan a cabo este y otro tipo de procesos, como el procedimiento que siguen para atender los reportes y los criterios que usan para responder a ellos.

Twitter es la red social con menor número de usuarios activos en México, sin embargo, ocupa un lugar importante en la percepción política. Además,

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es una plataforma en la que priman la violencia verbal y la provocación. ¿Qué escenario se avecina dado este entorno?

La ventaja de Twitter es su efectividad para los eventos en vivo. Las noticias que están sucediendo se comentan mejor en esta red social porque la discusión es más rápida y vivaz. El uso de Twitter por parte de muchas figuras públicas también la hace influyente, más allá del número de usuarios inscritos en ella.

Twitter ha empezado a mitigar los efectos del hostigamiento, las amenazas y las campañas de desprestigio. No queremos minimizar las consecuencias de estas prácticas cuando se dirigen a políticos, pero nos preocupa más su impacto en personas que no son figuras públicas. Es ahí donde debería prevalecer la discusión. Los líderes de opinión y los políticos tienen menos privacidad y están más expuestos a la opinión de los demás; por ello, deben hacerse de una piel más gruesa. Hay muchas expresiones groseras, exageradas, impopulares o chocantes en su contra, pero son legítimas en la democracia como ejercicios de la libertad de expresión. En cambio, es común que personas que no son figuras públicas –en especial, mujeres y grupos vulnerables– sean blanco de ataques en redes sociales, y que estos sean ignorados o minimizados. Al respecto, en R3Dtrabajamos con otras organizaciones en la elaboración del informe LA VIOLENCIA EN LÍNEA CONTRA LAS MUJERES EN MÉXICO. El documento concluye que, en nuestro país, va en aumento la violencia en contra de las mujeres cometida en el entorno digital. Nos llama la atención que el Estado y las plataformas estén esforzándose más en atender las sensibilidades de los personajes públicos que no saben aceptar la crítica –como cuando el presidente Enrique Peña Nieto dijo que las redes son irritantes– que en enfrentar los casos que exponemos en el informe. Nosotros, en R3D, pedimos más solidaridad con las víctimas de la verdadera violencia en línea. Se hace más escándalo cuando alguien le dice cosas feas a un senador o cuando dos figuras públicas se pelean que cuando una horda de BOTSextorsiona, acosa o amenaza de violación o de muerte a una mujer. Por lo tanto, en lo que concierne al contexto electoral, debemos poner más atención en los ataques dirigidos en contra de candidatas y periodistas, y asegurar su protección.

¿Qué otras preocupaciones deberíamos tener en mente en tiempos electorales?

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La primera es el hostigamiento en contra de los medios de comunicación en línea, principalmente de los estados, para que eliminen información. Hay despachos que representan a políticos y empresarios que envían amenazas legales a los medios; con una interpretación errónea de la ley de datos, pues alegan que se hace un uso no autorizado de los datos personales del agraviado. Por miedo o ignorancia, muchos ceden a la presión y bajan esas notas, lo que arrebata a la ciudadanía información relevante acerca de los candidatos. Si los medios reciben una asesoría adecuada, las más de las veces, los despachos desisten porque sus amenazas no tienen sustento.

El segundo tema es la privacidad. Nos preocupa que los gobiernos intervengan comunicaciones privadas para influir en las elecciones. No sabemos si en estas elecciones se usará la información obtenida por medio de operaciones de inteligencia. El espionaje que dio a conocer el NEW YORK TIMES es grave y obliga a los candidatos a tener una postura y soluciones a este problema; también lo son la impunidad y el abuso de poder por parte de funcionarios de alto nivel, lo que implicó la asignación ilegal de recursos públicos.

¿Qué harán entonces los candidatos para que no persista la impunidad en este caso? ¿Qué están dispuestos a hacer para darnos la certeza de que el espionaje por parte del gobierno no volverá a ocurrir? No se trata de un riesgo hipotético. Ocurrió y sigue impune. Insistimos en la responsabilidad de los candidatos: ¿seguirán participando en el espionaje y en el abuso de poder o le pondrán un freno de una vez por todas? Es importante que fijen una postura al respecto ya que, a la fecha, ninguno lo ha hecho. ~

"HAY UNA CRISIS DE LA MASCULINIDAD PORQUE SE CULPA A LOS

HOMBRES POR EL MERO HECHO DE SERLO": LA ENTREVISTA VIRAL DE JORDAN PETERSON/ INCLUYE VIDEO

POR: PIJAMASURF - 02/17/2018 http://pijamasurf.com/2018/02/quothay_una_crisis_de_la_masculinidad_porque_se_culpa_a_los_hombres_por_el_mero_hecho_de_serloquot_la_entrevista_viral_de_jordan_peterson/

EN UN MUNDO DONDE TODOS SE CUIDAN DE DECIR LO POLÍTICAMENTE CORRECTO Y NO OFENDER, PETERSON PREFIERE DECIR LO QUE CREE QUE ES VERDAD Y EJERCER SU DERECHO A OFENDER

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En el último mes el profesor de psicología de la Universidad de Toronto, Jordan Peterson, se ha convertido en el intelectual más popular de Internet. El NEW YORK TIMES lo llamaba hace unas semanas "el intelectual más influyente del mundo occidental en este momento". Por otro lado, muchos intelectuales han atacado a Peterson diciendo que su filosofía es perfecta para las masas no letradas. La revista canadiense MACLEAN'S lo llamó "el hombre inteligente de las personas estúpidas". Se habla de que está en contra de las minorías, de los transexuales, de las mujeres, de los liberales y demás. Es de notarse que la mayoría de estos ataques a la inteligencia de la audiencia de Peterson y a su pensamiento han sido realizados por personas que no tienen logros comparables a los del profesor -y que difícilmente podrían sostener una discusión con él-. Peterson, además de emerger como un gurú de autoayuda, es uno de los psicólogos clínicos más citados en su campo. Alguien que sí podría debatir con él, Slavoj Zizek, recientemente criticó las ideas de Peterson, lamentablemente sin antes haber estudiado realmente lo que dice el psicólogo y basándose en puros lugares comunes, como si sólo hubiera recibido un compendio de lo que dicen los tabloides de su pensamiento unos minutos antes de escribir su artículo. Probablemente existe envidia en la academia ante su éxito y literalmente una operación de contención y contraataque, ya que Peterson ha sido especialmente severo en sus pronunciamientos contra las instituciones académicas, a las cuales considera dominadas por un timorato pensamiento progresista posmoderno. Por otro lado, es lamentable que se utilicen fáciles parangones entre el nazismo y Peterson, cuando el profesor canadiense se ha dedicado extensamente a entender y criticar fenómenos como el nazismo y el stalinismo y en su primer libro, MAPS OF MEANING, hace un estudio profundo sobre qué es lo que se debe evitar para que estos fenómenos infernales vuelvan a ocurrir. Es bastante obvio que Peterson no es un radical de ultraderecha -lo cual es la crítica principal que se le hace-; el hecho de que critique a la izquierda no lo coloca por DEFAULT en esta categoría. Él mismo se ubica cercano del centro, si acaso tiene una tendencia moderadamente conservadora.

Los intelectuales se cuestionan por qué las personas lo encuentran tan convincente. La razón es evidente: Peterson habla con sinceridad, con pasión, y articula lo que muchos piensan. Peterson es un idealista que cree que el ser humano puede alcanzar, más que la felicidad, el bien y el significado espiritual, e intenta inspirar a las personas a conseguir

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esto. Eso es algo que la mayoría de los intelectuales no logran hacer, ya sea porque no conectan con el ZEITGEISTdesde sus torres de marfil, porque no tienen el valor de decir lo que realmente piensan -sobre todo si ello les hace correr el riesgo de perder su plaza en la academia- o porque ellos mismos están desencantados, no creen que la vida tenga significado y carecen de fe en el potencial del espíritu humano. Una de las ideas centrales de Peterson, que toma de Nietzsche y de Jung, es que la "muerte de Dios" deja un vacío existencial en el ser humano, porque éste necesita sentido y propósito existencial para vivir. Nietzsche hizo el llamado a que el hombre ejerciera su voluntad y se proveyera a sí mismo de valores y sentido; Jung creía que el ser humano por sí mismo no podía crear estos valores, debía buscarlos en cosas trascendentes. Son pocos los "UBERMENSCH" capaces de valerse y encontrar el por qué en sí mismos y, por otro lado, según Jung existen estructuras de orden que trascienden la existencia individual. De alguna manera Peterson se mueve en ese vacío y se dirige a individuos que sienten esa necesidad de encontrar sentido, porque el mundo actual no lo provee. Nietzsche predijo con acierto que de este vacío -de esta pérdida de un centro de referencia moral- se producirían fenómenos de control totalitario y enajenación de masas -el siglo XX es un testimonio de las atrocidades que pueden ocurrir cuando el individuo, por no tener sentido en su propia vida, lo busca en una identidad grupal que devora su individualidad-. Peterson mantiene que este es el peligro esencial que enfrenta el ser humano cuando no logra encontrar significado y propósito en su propia existencia. Sin embargo, el significado del individuo se encuentra no en hacer lo que se quiere, sino lo que se debe; no en buscar la felicidad sino en buscar la verdad; en introyectar un sentido moral de la existencia, en aspirar a lo bueno y verdadero, en asumir responsabilidades y en vivir en armonía con principios de orden y razón cósmica (lo que los griegos llamaban el Logos). En su primera entrevista en un medio español, EL MUNDO, Peterson explicó:

Mi mensaje a los jóvenes es sencillo. Espabilad. Dejad de pudriros en casa. Dejad de quejaros y de culpar a los demás. Sed honrados, rectos y disciplinados. Haced algo útil. Asumid vuestra responsabilidad. Buscad sentido a la vida. Haced como las langostas: caminad erguidos con los hombros hacia atrás.

La historia reciente de Peterson es una historia de polémicas. Primero cobró popularidad por oponerse a la ley C-16 en Canadá, que impone el uso de pronombres neutros para dirigirse a los transexuales:

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En lugar de él, ella o ellos, palabras como ze, hir o zir. Yo dije, y repito, que no voy a usar esos términos. Primero, porque la imposición de palabras por ley es inaceptable y no tiene precedentes. Y, segundo, porque son neologismos creados por los neomarxistas para controlar el terreno semántico. Y no hay que ceder nunca el terreno semántico porque si lo haces, has perdido.

Confucio había dicho que quien controla el lenguaje controla a la sociedad. El fenómeno viral de Peterson, más allá de que su discurso responde a las principales inquietudes de los jóvenes, y es ininteligible sin la polémica y la polarización que genera. Por otro lado era imposible que no sucediera esto en la medida en que su mensaje se difundía, justamente porque crítica el STATU QUO ideológico de nuestra cultura que, cree él, se basa en la interrogación posmoderna de la estructura del poder, haciendo énfasis en los derechos y no en la responsabilidad individual. Peterson cree que la gran pérdida de sentido que vivimos a partir de la "muerte de Dios" vaticinada por Nietzsche se acentúa porque las personas, particularmente los hombres, viven en una sociedad liberal en la que no se asumen responsabilidades, sólo se ejercen derechos en busca del placer y se cuidan las apariencias.

La popularidad de Peterson acabó de explotar después de una entrevista con la periodista Cathy Newman de la BBC en el TOUR promocional de su libro 12 RULES FOR LIFE, el cual se ha convertido en el más vendido de Amazon. Newman asumió de entrada que Peterson era el vocero de la masculinidad tóxica y el poder patriarcal y se dirigió a él con estos prejuicios sin realmente tomar en cuenta lo que decía, poniendo palabras en su boca, hablando con un concepto ideológico, no con una persona. Peterson mantuvo una calma de NINJA ante la agresividad de la entrevistadora y respondió con elocuencia inusitada. La entrevista no tiene desperdicio.

Es obvio que gran parte de la popularidad de Peterson se debe a que se ha atrevido a decir lo que cree, aunque esto genere incomodidad y ponga en entredicho algunos de los valores o seudovalores que permean nuestra cultura. Lo que lo distingue es que no parece tener miedo a ofender en el ejercicio de su libertad de expresión. En un mundo donde todo debe ser políticamente correcto, donde las personas hipócritamente suelen preferir no decir lo que piensan sino lo que será mejor aceptado por la ideología dominante -creyendo que así cuidan sus propios intereses como expertos políticos- y en el que incluso la verdad suele ser maquillada o suavizada para no agredir a los oprimidos, Peterson ha

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encontrado una audiencia ávida de ver expresadas las ideas que no se atreven a expresar, particularmente entre hombres jóvenes, quienes constituyen la mayoría de su público (con decenas de millones de VIEWS en YouTube).

No hay derecho a pensar sin derecho a ofender. Porque nada de lo que yo pueda decir será universalmente aceptado y asumido. ¿Y quién decide qué es ofensivo? Tu interlocutor. ¿Y si hablas con mil personas? Como mínimo una de ellas se ofenderá. ¿Y entonces qué haces? Dejas de hablar. Te limitas a decir obviedades: "Este suelo parecería ser de color gris". Con un agravante: cuando acaba el debate empieza la bronca.

También es un aire fresco la defensa de la moralidad fuerte: Peterson, con Nietzsche, cree que quien no tiene voluntad y poder -el llamado NICE GUY-, una persona débil, no puede realmente ser una personal moral. Su ejemplo de esto es una persona que tiene una espada (un fuerte guerrero), pero decide no usarla. Igualmente refrescante es su énfasis a llevar una vida con significado y buscar la verdad, en la llamada era de la posverdad. La filosofía de Peterson está basada en el principio de "decir la verdad y apuntar hacia el máximo bien posible". A diferencia del relativismo moral posmoderno, Peterson cree que existen cosas que son buenas (que están alineadas con principios o valores universales) y cosas que son malas, que producen caos y destrucción. Es posible que se equivoque en algunas cosas, pero no se le puede acusar de no mostrar congruencia con lo que predica. Peterson es un científico social y enseña basándose en estudios científicos, pero a la vez da voz al pensamiento religioso, particularmente bajo la interpretación jungiana de la psicología profunda o arquetípica. Peterson creen que la ciencia describe cómo es el mundo, pero la religión describe cómo debemos actuar, y de esta manera provee metaverdades que son esenciales para evitar la pérdida del sentido y los abismos de los estados totalitarios, los cuales, basándose en el trabajo de Aleksandr Solzhenitsyn, considera que son producto de la falsedad, de la corrupción moral de los individuos. El infierno, señala, se produce cuando todos dicen mentiras. Por otro lado, cuando el ser humano dice la verdad y alinea su vida con lo verdadero, con los principios universales, genera cosmos sobre el caos, orden y bien que se imponen sobre el desorden, la destrucción, el mal.

Peterson es un acérrimo crítico del relativismo posmoderno y su noción de que la verdad no existe y es sólo una interpretación. Asimismo es

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crítico de la ideología neomarxista posmoderna que cree que permea las universidades y ha secuestrado el verdadero desarrollo intelectual con una guerra ideológica, una guerra de sexos o el llamado IDENTITY POLITICS. Sus críticos lo encasillan como un intelectual de derecha, de la llamada ALT-RIGHT, e incluso lo comparan con los supremacistas blancos. Sin embargo, Peterson no tiene posturas políticas en contra del movimiento LGBT, del aborto, a favor de las armas y demás; sin embargo, es especialmente crítico del feminismo radical y de la izquierda neomarxista. Hay que señalar que Peterson ha dicho en diversas entrevistas que cree que los logros del feminismo son importantes en materia de equidad y de justicia, que es lo que se debe buscar, no la radical igualdad. Su crítica está centrada en la radicalización del feminismo y en el discurso que coloca a los sexos en guerra. En cuanto a la desigualdad en general, Peterson ha señalado que la considera el problema central que la izquierda debe intentar abordar -ya que a la derecha no le interesa- y es algo letal para el mundo, esto es, que no exista un campo parejo para que las personas puedan desarrollarse y en el cual competir justamente. No obstante, hace énfasis en que la desigualdad no es culpa sólo del capitalismo; todas las sociedades han sido desiguales en cierta medida, si bien actualmente existe un grupo reducido de individuos que ha llevado esto a una escala inaudita.

Peterson cree que es importante crear igualdad de oportunidades para las mujeres y las minorías, pero no igualdad de resultados. Mantiene que no sólo la igualdad es irrealizable -porque la biología dicta diferencias-; es, también, indeseable. "Hemos pasado de intentar convertir a las mujeres en hombres a intentar convertir a los hombres en mujeres. Y eso no conviene a ninguno de los dos sexos", señala. Cita diversos casos en Escandinavia donde se ha tratado de reducir factores socioculturales para promover completa igualdad y aún así se han mantenido grandes diferencias, como el hecho de que los trabajos de ingenieros siguen siendo preferidos por los hombres y trabajos como el de enfermera son preferidos por las mujeres, lo cual confirma las conclusiones de varios estudios que sugieren que los hombres están más interesados en las cosas y las mujeres en las personas. "¿Y qué ha pasado? Exactamente lo contrario de lo previsto: ¡las diferencias de personalidad entre hombres y mujeres se han acentuado! Es un descubrimiento científico impresionante: si erradicas las diferencias culturales, maximizas las diferencias biológicas". Peterson sostiene que esto se debe a que el hombre no es una TABULA RASA, sino que tiene una biología que en gran medida determina su personalidad e intereses. Contrario a la

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ideología posmoderna neomarxista que cree que las jerarquías deben ser eliminadas, Peterson mantiene que la jerarquía es algo que existe a lo largo y ancho la naturaleza, desde las langostas hasta los seres humanos, y juega un papel importante en la evolución que no tiene por qué ser eliminado:

La izquierda posmoderna y sus guerreras feministas han logrado imponer la idea de que la jerarquía es una construcción social del malvado y corrupto patriarcado occidental. Sepultan la biología bajo su ideología. Niegan la naturaleza para culpar al varón. Es absurdo. Sus ideas no tienen base fáctica alguna. La biología evolutiva y la neurociencia demuestran que las jerarquías son increíblemente antiguas. Más que los árboles.

Una de sus afirmaciones más polémicas, aunque sustentada en evidencia, es que la brecha salarial es multifactorial y no se debe solamente a la discriminación sexual, sino que obedece también a diferentes factores como la personalidad y los intereses que hacen diferentes a las mujeres -por ejemplo, los hombres son más competitivos y menos agradables (AGREEABLE)-. Entre las varias causas:

La edad es una. La personalidad es otra, muy importante. Y la más importante son los intereses. Un dato contracorriente: las mujeres solteras de menos de 30 años cobran más que los hombres en esa misma franja de edad. La personalidad: las personas agradables cobran menos que las personas desagradables. Les cuesta más pedir un aumento de sueldo. Triste pero cierto. Y resulta que, en promedio, las mujeres son más agradables que los hombres. Dato científico, ¿eh? Esto produce un ligero sesgo a favor de los hombres, que no es fruto de ningún prejuicio machista; si acaso, es una injusticia con las personas amables del sexo que sean. Finalmente, los intereses: a los hombres les interesan más las cosas y a las mujeres, las personas. Y las profesiones relacionadas con las cosas están mejor pagadas que las profesiones relacionadas con las personas. Ingeniero y enfermera. Banquero y maestra.

Peterson alerta que la guerra de los sexos que se está produciendo en la cultura no es buena para los hombres ni para las mujeres, y señala que en las sociedades occidentales existe una crisis de la masculinidad:

Hay una crisis de la masculinidad. La "tóxica masculinidad", dicen las feministas. Los chicos reciben de la sociedad moderna un mensaje

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devastador y paralizante. Primero, se les recrimina su agresividad, cuando es innata y esencial a su deseo de competir, de ganar, de ser activamente virtuosos. Luego se les dice que la sociedad es una tiranía falocéntrica corrupta de la que ellos, por supuesto, son culpables de origen por el mero hecho de ser hombres...

Lo peor que han hecho los posmodernos es propagar la confusión entre poder y competencia, aptitud, habilidad. Las jerarquías no son de dominación, sino de competencia. Lea la luminosa obra de Frans de Waal. Los chimpancés tiránicos acaban muy mal: destrozados a pedazos. Los chimpancés más exitosos -también sexualmente- son los que interactúan mejor. Los que hacen amigos y tratan bien a las hembras. La competencia es más eficaz que el poder puro y duro.

Sólo los hombres débiles intentan dominar a las mujeres. Otra lectura imprescindible: MACHOS DEMONÍACOS, de Richard Wrangham. Hay tres géneros de orangutanes: las hembras; los machos dominantes, que cautivan a todas las hembras; y los machos débiles, que morfológicamente parecen adolescentes y que, como no logran aparearse, recurren a la violación. ¡Violan! La lección es evidente: sólo los perdedores recurren al poder para obtener más sexo del que, necesitándolo, pueden alcanzar.

A diferencia de la idea del feminismo radical de despojarnos de todo poder masculino, Peterson sostiene una idea que es irrefutable desde la perspectiva biológica -ya que las mujeres ciertamente eligen a hombres en los estratos altos socioeconómicos más altos para reproducirse- pero que es sumamente polémica desde la perspectiva social actual: que las mujeres lo que quieren son hombres poderosos, y en esto hacen bien:

Hemos pasado de intentar convertir a las mujeres en hombres a intentar convertir a los hombres en mujeres. Y eso no conviene a ninguno de los dos sexos. Tampoco a las mujeres. Las mujeres tienen tanto interés como los hombres en acabar con la crisis de la masculinidad...

Una mujer sensata no quiere un párvulo como pareja. Quiere un hombre. Y si es lista y competente, quiere un hombre incluso más listo y más competente que ella...

Y es también un grave error estratégico. Porque cuando anulas a un hombre, aumentas su amargura y su resentimiento. Lo conviertes en

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un ser inepto, atormentado, carente de sentido. Y las vidas sin sentido son desdichadas. Y el hombre anulado se enfada. Y entonces sí se vuelve agresivo. El despotismo de los débiles es mucho más peligroso que el despotismo de los fuertes...

En otras palabras, Peterson sugiere que lo propiamente "masculino" en los hombres y lo "femenino" en las mujeres, así como también "lo femenino" en los hombres (el ANIMA) y lo masculino en las mujeres (el ANIMUS), no deben suprimirse y neutralizarse sino explorarse y desarrollarse para bien de todos Por ejemplo, es bueno que los juegos de los niños tengan cierta agresividad, pero que aprendan a controlarla y saber cuáles son los límites; una de las reglas de Peterson es: "No intervengas cuando los niños están andando en patineta". La idea es que desarrollen su potencia, y esto incluye desarrollar su propio género en toda su fuerza e integrar el otro -para lo cual es necesario ir a los lugares agresivos de la personalidad, lidiar con nuestra propia monstruosidad-, lo que Jung llamaba individuarse, hacerse todo lo que son en todo su potencial.

No hay algo intrínsecamente maligno en la masculinidad sino, por el contrario, los elementos tóxicos que generan abuso son resultado de la pérdida de la masculinidad y los valores integrales de una cultura moral. Más que un signo de fuerza, los abusos y demás son un signo de debilidad, y esa debilidad, esa cobardía debe combatirse no suprimiendo la masculinidad y la naturaleza competitiva del ser humano sino guiándolas y complementándolas a partir de la moralidad y el propósito. Lo más alto es la unión del poder y la bondad. Un ejemplo de la crisis de la masculinidad puede verse en el caso de las mujeres exitosas e inteligentes que no suelen encontrar pareja, justamente porque los hombres no se atreven a acercarse a ellas:

[Las mujeres quieren lo mismo que] los hombres si los hombres fuesen los que paren: desplegar todo su potencial y competencia, pero también tener bebés.

A los 19 años, las mujeres anteponen su carrera a la familia. A los 28, ya no tanto. Es una realidad de la que nadie habla. Salvo algunas mujeres de 37 a 40 años que han desaprovechado la ventana de oportunidad reproductiva y se sienten infelices.

Los hombres están peor configurados que las mujeres para el cuidado de niños de menos de 2 años. Esto es así. Podemos

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aleccionarlos. Pero, ojo: también hay mujeres -inteligentes, fuertes, formadas- que libremente deciden ser ellas las que cuidan de los niños. Lo hacen porque quieren, no porque nadie se los imponga. Y esa decisión les lleva a tomar otra, previa. Cada hijo exige unos 3 años de intensa dedicación. Es mucho tiempo. Y para una madre, una causa objetiva de vulnerabilidad. ¿Qué hacen entonces las mujeres? Practican la hipergamia: buscan pareja en el mismo o en un nivel superior competencial que ellas. Hablemos claro: de igual o más capacidad socioeconómica que ellas. Esto ocurre en todas las culturas. Es una de las revelaciones más notables de la biología y la psicología evolutivas. Y en el caso de las mujeres hipercompetentes, es un problema. Cuanto más alto el coeficiente intelectual de una mujer, más baja la probabilidad de que encuentre una pareja estable.

[Los hombres no se atreven] ni a invitarlas a salir. He trabajado durante décadas con abogadas altamente cualificadas. Me contrataban para mejorar su productividad laboral y sus relaciones afectivas. Sus vidas. Lo tenían durísimo para encontrar pareja. Fíjese en este dato del Pew Research Center. En los últimos 15 años, el interés de las mujeres por el matrimonio ha subido muchísimo. En cambio, el de los hombres se ha desplomado. Una pésima combinación.

[...] El 95% de los delitos son cometidos por el 5% de la población. La mayoría de esos criminales actúa una o dos veces. Pero existe un pequeño segmento que actúa de forma serial. Depredadores sexuales. Pederastas. Psicópatas que dejan un reguero de víctimas. A partir de ahí, cualquiera puede convertir a todos los hombres en depredadores al manipular la definición de "violencia sexual". Porque no hay un hombre en el planeta que no haya hecho alguna vez un avance sexual no correspondido. En parte por torpeza o falta de sofisticación. En parte porque no sabía cuál iba a ser la respuesta.

La izquierda posmoderna exige a la vez expresión sexual ilimitada, de cualquier gusto o color -ahí está el orgullo gay- y seguridad sexual absoluta. A ver cómo cuadran ese círculo. Su última ocurrencia es una maravilla: el consentimiento afirmativo. Cada paso y etapa de un encuentro amoroso o sexual debe quedar debidamente registrado para evitar equívocos. ¡Es tan orwelliano! Sólo un pobre ingenuo de 13 años puede considerar que esto es no ya positivo, sino viable. A veces da la impresión de que nuestra cultura ha sido tomada por

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gente con graves trastornos de personalidad. Lo digo seriamente. Clínicamente.

Es evidente que Peterson se enfoca en la perspectiva del hombre, siendo que obviamente tiene mejor conocimiento de este género y su particularidad. Y aunque habla desde su experiencia clínica y con datos precisos de estudios científicos es posible que en algunos aspectos sea demasiado duro, implacable y poco conciliador. Ciertamente podría hacer más énfasis en la importancia de distribuir mejor el poder entre los sexos, aunque esto no refleje el instinto competitivo o la noción de que cada puesto deba pertenecer a quien se lo gane -sin importar su sexo o raza-, sino que esté orientado a capitalizar algunas de las virtudes de la propia personalidad femenina -por ejemplo, existen estudios que han descubierto que las mujeres en puestos de poder son más honestas-. Podríamos crear un sociedad más equitativa a través de las diferencias, más que de lo igual, siendo capaz de dar valor a lo femenino y a lo masculino en aquello en lo que se destacan.

Es importante aplicar también una conciencia crítica a lo que dice Peterson, pues se puede equivocar, y en estos momentos está alcanzando el estatus de gurú de millones de personas. La audiencia debe juzgar por su propia cuenta. Lo que es indudable es que el atractivo de Peterson es un fenómeno masivo genuino, que está encontrando tierra fértil en los escuchas por su gran elocuencia y autenticidad, y esperamos que no polarice más de lo inevitable, sino que encuentre lectores y oyentes maduros que puedan reflexionar sobre lo que dice sin ponerse una camisa ideológica y sentirse aludidos y ofendidos. Más que las ideologías, que se piensen las ideas, que se pueda estar en desacuerdo y a la vez aprender de aquello en lo que no coincidimos del todo. Lo que ciertamente se puede decir de Peterson es que está completamente abierto al debate y no tiene miedo de decir lo que piensa -esto es algo que podría parecer peligroso, pero es vital para la salud de nuestra cultura-. Peterson cree que el arquetipo del héroe es fundamental para la salud de la cultura en tanto que son los individuos auténticos, que asumen responsabilidades, que defienden lo que creen que es la verdad y que son capaces de afrontar lo desconocido, de luchar contra los dragones simbólicos de su propia psique y de la sociedad, los que sirven como contrapeso para los estados totalitarios y para el conformismo hedonista de la sociedad.

En lo que Occidente ha atinado, según he podido ver, es en esta vieja idea, mucho más vieja que Occidente. Y es que el individuo que

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pone atención y dice la verdad es quien sirve como la fuerza que revitaliza al Estado cuando éste se vuelve corrupto y arcaico. Así entonces, la razón por la cual el individuo debe ser considerado como soberano es que, sin el individuo soberano, el Estado se convierte en corrupto y estático.

LEE TAMBIÉN: Las 42 reglas del doctor Jordan Peterson para tener una vida llena de significado

LAS GUERRAS DE LAS QUE NADIE SE ENTERA

LA DESMOVILIZACIÓN DE LA SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238705

Stephanie Savell TomDispatch

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García

Los costos ocultos de las guerras de Estados Unidos

Introducción de Tom Engelhardt

Tratándose de las guerras de Estados Unidos, al fin –después de 16 años– nuestros generales tienen sus victorias. Por supuesto, no en tierras lejanas en las que esos conflictos bélicos son machaconamente interminables, sino en el sitio que importa: Washington. ¿Podría haber una señal más asombrosa que el ascenso de tres de esos generales a puestos claves en la administración Trump? Si cualquiera de ellos se viniera abajo en poco tiempo, las guerras que este país ha estado librando en el extranjero no serían las responsables, aunque un comandante retirado, John Kelly –ahora jefe de personal en la Casa Blanca– fuera tocado la semana pasada cuando hizo una última tentativa contra el movimiento #MeToo.

En todo caso, las últimas semanas han brindado una notable evidencia de lo victoriosos que realmente pueden ser los más perdidosos jefes militares y sus colegas cuando están en la capital de nuestro país. En el estilo bipartidista que en estos días por lo general se reserva solo a las fuerzas armadas de EEUU, el Congreso acaba de acordar el otorgamiento al Pentágono de 165.000 millones de dólares adicionales en los próximos tres años como parte de una fórmula para mantener el funcionamiento del gobierno. Casualmente, el presupuesto de 2017 para el Pentágono ya era tan abultado como el de la suma de los siete países que siguen al nuestro en gasto militar. Y eso fue antes de que todas esas decenas de miles de millones de dólares extras hicieran que el presupuesto militar para 2018 y 2019 superara los 1,4 billones* de dólares.

Esta es una suma de dinero que solo se destina a los ganadores, no a los perdedores. Dado el deprimente historial de las fuerzas armadas en la realidad de las guerras libradas por Estados Unidos desde el 11-S, si al lector todavía le parece un poco extraño lo único que puedo decirle es: no

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mencione este tema. Hace mucho tiempo que no es educado ni apropiado quejarse de nuestras guerras, de quienes las libran y de cómo las financiamos; esto no debe suceder en una época en la que cada soldado estadounidense es un “héroe”, es decir, que todo lo que ellos están haciendo en Afganistán, Yemen, Siria y Somalia es ciertamente heroico.

En un país en el que no existe el servicio militar obligatorio, de quienes no forman parte de nuestras fuerzas armadas ni están relacionados con ellas solo se espera que les den las “gracias” a los guerreros y nos ocupemos de nuestros asuntos como si sus guerras (y el caos que continúan provocando más allá de nuestras fronteras) no fuesen asuntos de la vida de todo el mundo. Esto es la definición de una sociedad desmovilizada. Si sucede que en estos días usted es la más extraña de las criaturas de nuestro país –alguien que se opone activamente a esas guerras–, tiene un problema. Esto significa que Stephanie Savell, que codirige el Proyecto Costo de la Guerra y periódicamente entrega información bien documentada y devastadora sobre la propagación de esas guerras y el dinero constantemente dilapidado en ellas, realmente tiene un problema. Ella es muy conciente de ello; hoy lo describe vívidamente aquí.

--ooOoo--

Hablar a un país desmovilizado

Tengo entre 30 y 40 años; eso quiere decir que después de los ataques del 11-S, cuando este país empezó la guerra en Afganistán e Iraq –lo que el presidente George W Bush llamó la “Guerra global contra el terror”, yo todavía estaba estudiando. Recuerdo que participé en un par de manifestaciones contra la guerra en un campus universitario y, en 2003, mientras trabajaba de camarera, haber disgustado a algunos clientes que pedían “patatas de la libertad” en lugar de “patatas a la francesa” para protestar contra la oposición de Francia a nuestra guerra en Iraq (da la casualidad que mi madre es francesa; por lo tanto, yo sentía aquello como una ofensa doble). Durante años, como muchos estadounidenses, eso fue lo único que pensaba de la guerra contra el terror. Pero una elección de carrera me llevó a otra, y en estos momentos codirijo el Proyecto Costo de la Guerra en el instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad Brown.

Ahora, cuando voy a cenar con amigos y les cuento cómo me gano la vida, me he acostumbrado a las miradas perdidas y comentarios vagamente aprobatorios como “qué bonito”, mientras la conversación toma otros rumbos. Si empiezo a hablar con vehemencia sobre el sorprendente alcance mundial de las actividades antiterroristas de las fuerzas armadas de EEUU o de la enorme deuda de guerra que estamos dejando desconsideradamente a nuestros hijos, la gente tiende a seguirme la corriente. Sin embargo, en términos de compromiso, mis oyentes me hacen preguntas agudas y se sienten mucho más interesados por otra investigación mía: la actuación policial en las grandes favelas o los barrios bajos de Brasil. No quiero decir que a nadie importan las interminables guerras de Estados Unidos, solo que 17 años después de que empezara la guerra contra el terror es una cuestión que parece interesarnos a unos pocos, mucho menos lanzarnos a la calle para manifestarnos, como pasó en los tiempos de la guerra de Vietnam. El hecho es que desde entonces ha pasado dos décadas; aun así, la mayoría de nosotros no nos vemos como “en guerra”.

No llegué a este trabajo que hoy llena mi vida desde el activismo pacifista o el antibelicismo apasionado. Llegué por un camino más largo: todo comenzó cuando me interesé por la militarización de la policía, durante la elaboración de mi trabajo de graduación en antropología cultural en la Universidad Brown, donde tiene su sede el Proyecto Costo de la Guerra. Estando en ello, me uní a las directoras Catherine Lutz y Neta Crawford, que juntas habían creado el proyecto en 2011 en el 10º aniversario de la invasión de Afganistán. Su objetivo era centrar la atención en los costos –ocultos y no reconocidos– de nuestras guerras contra el terror en Afganistán, Iraq y unos cuantos países más.

En estos momentos, sé –y me importa– más que lo que nunca había imaginado sobre la devastación ocasionada por las guerras de Washington posteriores al 11-S. A juzgar por las reacciones suscitadas por nuestro trabajo en el Proyecto Costo de la Guerra, veo que mi indiferencia anterior no era algo raro. En la época que siguió al 11-S ha sido todo lo contrario: la indiferencia ha sido lo fundamental en nuestro país.

Unas cifras pasmosas

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En semejante clima de falta de compromiso, me he dado cuenta de que al menos hay algo que despierta la atención de los medios. En lo más alto de la lista están las cifras que te dejan con la boca abierta. Por ejemplo, contrastando con las relativamente limitadas estimaciones dadas a conocer por el Pentágono, el Proyecto Costo de la Guerra se ha presentado con una estimación exhaustiva de lo que ha costado realmente –desde 2001– la guerra contra el terror a este país: 5,6 billones de dólares. Por lo desmesurada, es una cifra casi incomprensible. Aunque, imaginemos si hubiésemos invertido esos dineros en investigar más el cáncer o en la reconstrucción de la infraestructura de Estados Unidos (entre otras cosas, los trenes de Amtrak** no habrían tenido tantos accidentes mortales como los que hoy tiene).

Esos 5,6 billones de dólares incluyen tanto el dinero necesario para cuidar a los veteranos tras el 11-S como lo que se gasta en la prevención de ataques terroristas en territorio estadounidense (la “seguridad interior”). Este guarismo y sus actualizaciones anuales son noticia en medios como el Wall Street Journal y la revista Atlantic, y mencionadas habitualmente por algunos periodistas. Sospechamos que incluso el presidente Trump las conoce; en su peculiar modo, exageró nuestro trabajo cuando en su comentario a fines del año pasado dijo que EEUU había “gastado tontamente 7 billones de dólares en Oriente Medio” (apenas unos meses antes –más en línea con nuestra estimación– había dicho 6 billones).

Es usual que los medios utilicen otro conjunto de sorprendentes cifras que nosotros publicamos: nuestros cálculos de bajas –tanto de estadounidenses como de extranjeros– en Afganistán, Pakistán e Iraq. Respecto de 2016, alrededor de 14.000 soldados y contratistas de EEUU y 380.000 habitantes de esos lugares resultaron muertos. A estas estimaciones es necesario agregar la muerte de por lo menos 800.000 afganos, iraquíes y pakistaníes más, víctimas indirectas del desastre causado por las guerras en sus respectivos países; entre otras cosas, por desnutrición, enfermedad y degradación ambiental.

Sin embargo, aunque el lector logre superar el impacto de las cifras, es mucho más difícil conseguir la atención de los medios (o la de cualquiera) en relación con las guerras de Estados Unidos. Ciertamente, los costos humanos y políticos en tierras lejanas interesan muy poco en nuestro país. Hoy en día, es difícil imaginar la portada de un medio hegemónico de prensa con una foto de una guerra devastadora, mucho menos de una estimulante manifestación, como las que se hacían –hoy convertidas en icónicas– en los tiempos de la guerra de Vietnam.

En agosto, por ejemplo, el Proyecto Costo de la Guerra publicó un informe en el que se revelaba la dimensión de explotación a la que eran sometida trabajadores inmigrantes en zonas de guerra de Iraq y Afganistán. Llegados de países como Nepal, Colombia y Filipinas, trabajan para las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus contratistas privados desempeñándose en la cocina, la limpieza y las guardias de seguridad. Nuestro trabajo documentaba la servidumbre y las violaciones de derechos humanos con los que se enfrentaban cada día. Por lo general, los inmigrantes debían permanecer allí y vivir en condiciones peligrosas y precarias, recibiendo una paga mucho menor que la prometida en el momento de ser reclutados y sin posibilidad alguna de solicitar protección por parte de las fuerzas armadas estadounidenses, los funcionarios civiles o las autoridades locales.

Aunque las revelaciones de nuestro informe eran –pensaba yo– dramáticas, en su mayor parte permanecieron desconocidas en la sociedad de EEUU; una razón más para exigir el fin de nuestras interminables guerras en Afganistán e Iraq. Eran también un importante demérito contra las empresas de contratistas privados que durante años tanto se han aprovechado de esas guerras. No obstante, el informe apenas conseguía cobertura mediática, tal como siempre sucede cuando se trata del sufrimiento humano en las zonas de guerra (al menos cuando lo que sufren no son los soldados de Estados Unidos).

¿Es acaso verdad que a los estadounidenses no les importa? Al menos, esa parece haber sido la opinión de los muchos periodistas que recibieron nuestro comunicado de prensa sobre el informe.

La verdad es que esto se ha convertido en algo parecido a una realidad de la vida de hoy en Estados Unidos, una realidad que solo se ha hecho más extrema debido a la fascinación total de los medios con el presidente Donald Trump –desde sus tweets hasta sus insultos y sus disparatadas afirmaciones–. Él –o mejor dicho, la obsesión de los medios por cada uno de sus gestos– solo

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representa el último desafío para prestar alguna atención a lo que realmente nos cuestan (y le cuesta a todo el mundo) las guerras de nuestro país.

Una forma que encontramos de sortear el torbellino mediático es acudiendo a comunidades de interés ya existentes, como los grupos de veteranos. En junio de 2017, por ejemplo, publicamos un informe sobre las injusticias que debieron enfrentar los veteranos de las guerras iniciadas tras ell 11-S, que fueron dados de baja de las fuerzas armadas con “mala documentación” o expulsados, normalmente por actos de mala conducta de poca importancia, actos que a menudo son consecuencia de traumas sufridos en el servicio militar. Esa documentación mala hace que los veteranos no puedan acceder a la asistencia sanitaria, educacional y habitacional del departamento de Asuntos de los Veteranos. Mientras el informe consiguió muy poca atención de los medios, las noticias relacionadas con él circularon mucho en los blogs que se ocupan de los veteranos, en las páginas de Facebook y en Twitter, creando mucho más interés y comentarios. Fue incluso –lo supimos más tarde– utilizado por esos grupos en su intento de influir en la legislación relacionada con los veteranos.

Guerra hasta el horizonte, y una sociedad y un Congreso desmovilizados

En el fondo, sin embargo, fuera cual fuese nuestro limitado éxito, continuamos enfrentando una desalentadora realidad en este momento del siglo XXI, una realidad que existe desde mucho antes de la presidencia de Donald Trump: la falta de conexión entre la sociedad estadounidense (incluso yo misma alguna vez) y las guerras en tierras remotas que se libran en nombre de nosotros. Lógicamente, esto va de la mano de otra realidad: para tener un conocimiento cabal de lo que está pasando realmente en los conflictos que en estos momentos se extienden desde Pakistán hasta el corazón de África, debes meterte totalmente en el mundo de la guerra, debes ser alguien que esté siguiendo casi sin cesar lo que está sucediendo.

Después de todo, hoy en día en Washington, el secretismo es lo fundamental; su necesidad se invoca en aras de la “seguridad” de Estados Unidos. Como investigadora en estas cuestiones, me veo continuamente enfrentada con lo impenetrable de la información gubernamental en relación con la guerra contra el terror. Hace poco tiempo, por ejemplo, dimos a conocer un proyecto en el que he estado trabajando durante varios meses: un mapa de los lugares en los que –de una manera u otra– las fuerzas armadas de EEUU están realizando alguna operación contra el terrorismo; ¡son 78 países!, el 40 por ciento de los que hay en el planeta (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236423&titular=el-mapa-de-un-mundo-infernal-).

Por supuesto, aunque parezca extraño, en estos momentos, cuando nuestro gobierno es tan poco transparente en muchas cosas, el hecho de estar investigando la guerra contra el terror ha significado un marcado alivio para mí. Me dejó atónita lo difícil que puede ser encontrar la información más elemental, desperdigada en muchas páginas web –a menudo de acceso restringido–, y algunas veces imposible de localizar. Por ejemplo, una fuente poco conocida pero fundamental para confeccionar nuestro mapa, resultó ser un catálogo del Pentágono llamado Global War on Terrorism Expeditionary Medals Approved Areas of Eligibility (Requisitos aprobados para autorizar las medallas en la guerra contra el terror). A partir de este catálogo, mi equipo y yo pudimos saber que las fuerzas armadas consideraban que sitios como Etiopía y Grecia formaban parte de esa “Guerra contra el terrorismo”. Después pudimos verificar esta información con la publicación Country Reports on Terrorism del departamento de Estado, que documenta oficialmente –país a país– los incidentes terroristas ocurridos y lo que hace el gobierno de cada país en materia de contraterrorismo.

Este trabajo de investigación hizo que me diera cuenta cabalmente de que la indiferencia que sienten muchos estadounidenses en relación con las guerras posteriores al 11-S se corresponde con la opacidad de la información gubernamental acerca de esas guerras –incluso se alimenta de esa opacidad–. Sin duda alguna, esto proviene –al menos, en parte– de una tendencia cultural: la desmovilización de la sociedad estadounidense. El gobierno no le reclama nada a la gente, ni siquiera una acción mínima como sería la compra de bonos de guerra (como se hizo durante la Segunda Guerra Mundial), lo que permitiría no solo compensar la cada vez mayor deuda por el gasto militar, sino también provocaría una preocupación e interés reales por esas guerras (aunque el Estado no gastara un dólar más en sus conflictos bélicos, nuestra investigación muestra que aún deberemos pagar unos pasmosos 8 billones de dólares adicionales en intereses por préstamos de guerra hasta fines de los años sesenta de este siglo).

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De hecho, nuestro mapa de la guerra contra el terror obtuvo cierta atención mediática pero, como ocurre tan frecuentemente, aunque llegamos a algún congresista teóricamente comprensivo, no tuvimos respuesta alguna del exterior de nuestro entorno: ni pío. Eso es lógico, por supuesto, ya que al igual que la sociedad estadounidense, el Congreso ha sido en buena parte desmovilizado en relación con las guerras de Estados Unidos (aunque no sea ese el caso cuando se trata de invertir todavía más dinero federal en las fuerzas armadas de este país).

En octubre del año pasado, cuando los medios se ocuparon del asesinato de cuatro Boinas Verdes por parte de una filial de Daesh en un país del oeste de África, los debates en el Congreso revelaron que los legisladores estadounidenses apenas tenían idea de en qué lugar del mundo estaban destacados nuestros soldados ni qué estaban haciendo allí; tampoco de la extensión de la actividad antiterrorista entre los varios comandos del Pentágono. Aun así, la mayoría de esos representantes continúa apresurándose a firmar cheques en blanco a pedido del presidente Trump para alimentar el cada vez mayor gasto militar (como también lo hacía a solicitud de los presidentes Bush y Obama).

En noviembre, después de haber ido a algunas oficinas de congresistas, mis colegas y yo caímos en la cuenta de que hasta los más progresistas entre ellos estaban hablando de asignar un poco –subrayo, un poco– menos de dinero al presupuesto del Pentágono, o ayudar a algunas menos de los cientos de bases militares que Washington mantiene en todo el mundo. La idea de que sería posible avanzar hacia el final de las “guerras eternas” de este país era absolutamente tabú.

Un tema como este solo podría acontecer si los estadounidenses –sobre todo los más jóvenes– se entusiasmaran con la tarea de poner freno a la propagación de la guerra contra el terror, últimamente considerada prácticamente una “lucha generacional” por las fuerzas armadas de Estados Unidos. Para que nada de esto cambie, el apasionado apoyo del presidente Trump al crecimiento de las fuerzas armadas y de su asignación presupuestaria, además de la inercia –basada en el miedo– que conduce a los legisladores al apoyo incondicional a cualquier campaña militar, tendría que toparse con una vigorosa reacción. A partir del compromiso de un significativo número de ciudadanos preocupados se podría revertir la realidad de la guerra a cualquier costo y contener el crecimiento de la marea del contraterrorismo bélico de EEUU.

Con esta finalidad, el Proyecto Costo de la Guerra continuará diciéndole a quien quiera escuchar cuál es el costo la guerra más larga de la historia de Estados Unidos para los estadounidenses y para quienes habitan este planeta.

* Resulta difícil imaginar esta cantidad; para que el lector tenga una idea, un billón se escribe con la unidad seguida de 12 ceros. (N. del T.)

** Amtrak es la red estatal de ferrocarriles de Estados Unidos (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Amtrak). (N. del T.)

Stephanie Savell es codirectora del Proyecto Costo de la Guerra del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos con sede en la Universidad Brown. En su calidad de antropóloga, ha investigado acerca de la seguridad y el compromiso cívico tanto en EEUU como en Brasil. Es coautora del libro The Civic Imagination: Making a Difference in American Political Life (La imaginación cívica: su influencia en la vida política estadounidense).

Fuente: http://www.tomdispatch.com/post/176386/tomgram%3A_stephanie_savell%2C_the_hidden_costs_of_america%27s_wars/#more

FAO ALERTA SOBRE ALARMANTE AUMENTO DE OBESIDAD EN AMÉRICA LATINA

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238726 IPS

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El director general de la FAO, José Graziano da Silva, urgió hoy a los gobiernos de América Latina y el Caribe a mantener la lucha contra el hambre en lo más alto de la agenda política y, a la vez, hacer frente a los alarmantes niveles de sobrepeso y obesidad con una transformación radical de los sistemas alimentarios.

“Erradicar el hambre no debe ser la única preocupación en una región en la que el sobrepeso afecta al 7 por ciento de los niños menores de cinco años y en la que el 20 por ciento de los adultos en 24 países son obesos”, afirmó Graziano da Silva en la apertura de la XXXV Conferencia Regional para América Latina y el Caribe (LARC).

En un hecho sin precedentes, la cita, que se realiza entre el 5 y el 8 de marzo, reúne en esta ciudad jamaiquina a representantes de 33 países de la región.

“Debemos lograr sistemas alimentarios realmente sostenibles en los que la producción, comercialización, transporte y consumo de los alimentos garantice una alimentación realmente nutritiva”, dijo Graziano da Silva.

Recoró que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 urge a erradicar todas las formas de malnutrición. “El consumo de productos locales frescos que remplacen a los alimentos altamente procesados también es fundamental”, añadió.

El director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) destacó que el mundo asiste a una “epidemia global” de sobrepeso y obesidad que va en aumento tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo.

Según los últimos datos de la FAO, más de 1.900 millones de adultos padecen sobrepeso en el mundo y, de estos, más de 650 millones son obesos. La situación es especialmente preocupante en América Latina, donde la obesidad afecta a 96 millones de adultos.

El hambre sigue siendo un problema pero su erradicación es posible

Graziano da Silva recordó que en 2015 América Latina y el Caribe se convirtió en un ejemplo global al ser la primera región del mundo en cumplir las dos metas internacionales de reducción del hambre. Sin embargo, según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017, el número total de personas que sufre hambre en la región ha aumentado de 40 a 42,5 millones.

A pesar de este retroceso, el director general de la FAO se mostró convencido de que el mismo compromiso político que permitió alcanzar ambas metas logrará revertir esta tendencia.

Los países, afirmó, deben seguir apostando por políticas sociales, económicas y productivas más inclusivas, y por el desarrollo de los sistemas legislativos y de gobernanza necesarios para promover la seguridad alimentaria. “Esto es fundamental para alcanzar el compromiso de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para alcanzar el hambre cero en 2025”, añadió.

En ese sentido, el Director General de la FAO agradeció el exitoso trabajo de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre, establecidos ya en 19 países de la región.

Más protección social y fortalecimiento de la agricultura familiar

En su discurso, el Graziano da Silva afirmó que la combinación de medidas de protección social con el fortalecimiento de la agricultura familiar, que genera desarrollo local y contribuye a la dinamización de los territorios, es crucial para reducir la pobreza rural y hacer frente a las distintas formas de malnutrición.

También alentó a los gobiernos a aprovechar la oportunidad que ofrece el Decenio de la Agricultura Familiar proclamado por la ONU (2019-2028), que pretende llamar la atención sobre las personas que

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producen más del 80 por ciento de los alimentos del planeta y que, paradójicamente, a menudo son las más vulnerables al hambre.

Mitigación y adaptación al cambio climático

El cambio climático está afectando profundamente a los sistemas agroalimentarios de todo el mundo y, de forma particularmente virulenta, a los países de la región que recientemente han sufrido desastres naturales como el terremoto de México o los huracanes que devastaron enormes territorios en Centroamérica y el Caribe.

Por eso, el director general de la FAO apremió a los países a promover la adaptación de la agricultura al clima cambiante, especialmente para proteger a las comunidades rurales pobres.

En ese sentido, Graziano da Silva brindó el apoyo de la FAO para diseñar proyectos y movilizar apoyo financiero a través, entre otros, del Fondo Verde del Clima (FVC).

Al finalizar febrero, el Fondo aprobó la primera propuesta de financiación de la FAO: un proyecto de mitigación y adaptación al cambio climático por valor de 90 millones de dólares EEUU, desarrollado conjuntamente por la FAO y el Gobierno de Paraguay.

Graziano da Silva también llamó la atención sobre la importancia de preservar la biodiversidad en la región, hogar de una gran variedad de especies de plantas y animales importantes para la agricultura, la alimentación y el turismo.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2018/03/fao-alerta-alarmante-aumento-obesidad-america-latina/

EL BREZO DE LAS ALMAS DEL IMPERIALISMO ESTADOUNIDENSE Y EL GOLPE DE ESTADO BIOPOLÍTICO EN BRASIL

Luis Carlos Muñoz Sarmiento y Luis Eustáquio Soares Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238701 1. Un axioma de las ciencias humanas: no existe la humanidad La primera organización internacional de los trabajadores fue la Liga de los Justos, formada en 1836 por revolucionarios alemanes exiliados en París. En 1847, Karl Marx y Friedrich Engels militaron ardientemente para que la Liga de los Justos dejase de lado su fundamento moral, expresado en el propio nombre, y asumiera, más allá del desafío de ser una organización anticapitalista, la tarea de militar por una sociedad pos capitalista, de los trabajadores. Así, surge en 1847 la Liga de los Comunistas. El Manifiesto Comunista de 1848, redactado por Marx y Engels, es el documento de este cambio cualitativo histórico en la organización de los trabajadores. Un axioma histórico está en la base de esta transformación revolucionaria en la conciencia de los trabajadores, a saber: “¡No existe la humanidad! En cualquier sociedad basada en la opresión de clase, como es el capitalismo, la humanidad no existe en sí y fue, es y estará irremediablemente dividida entre opresores y oprimidos”. Así como no se puede hacer ciencia, en el campo de la Física, sin la Ley de la Gravedad Universal, de Newton, o la Teoría de la Relatividad, desarrollada por Albert Einstein, en 1905, también es imposible cualquier tipo de justicia cualitativa, como el combate al racismo y al machismo, por ejemplo, sin el siguiente axioma histórico: “¡No existe la humanidad, sino una humanidad dividida!” Constituye un irrecuperable error histórico para las trabajadoras y trabajadores de cualquier lugar del mundo el desconocimiento de este axioma y, más allá de eso, su presuntuoso desprecio.

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Esta grave ignorancia condena al mundo del trabajo al retorno ocultista del mundo de la Teoría de la Generación Espontánea; al misticismo medieval. Asumir la conciencia de que “la humanidad está dividida” es lo mismo que observar que no existen “la mujer”, “el negro” o “el gay”, porque si la mujer, el negro o el gay, al ocupar la posición de clase de los opresores, actuando en nombre de éstos, serán irremediablemente enemigos de las mujeres, de los negros y de los gays; serán, respectivamente, machistas, racistas y homofóbicos, al margen de ser mujeres, negros o gays. 2. Imperialismo estadounidense y guerra biopolítica Ocupar la posición de clase, explicamos mejor, no significa solo una cuestión concreta de transformarse en dueño de los medios de producción, sino que primero que todo habla respecto a una percepción imaginaria, anclada en el deseo de instalarse al lado de la humanidad que oprime y, de este modo, transformarse, consciente o no, en un factor subjetivo que acciona la objetividad opresora del capital. Este factor subjetivo en la actualidad es la línea frontal de la dominación gringa mundial, que puede y debe ser analizado como una forma sui generis de medios de producción. Si el imperialismo surge con la amalgama entre el capital industrial y el financiero, la forma que se inscribe en esa unión indiscernible entre capital industrial y financiero será: el lado industrial es, en términos de la tradición marxista, el de la infraestructura económica productiva; el lado financiero puede ser interpretado, a su vez, como constituyente de la superestructura de la dominación yanqui. Como señaló Franz Schurmann (1926-2010), uno de los principales teóricos contemporáneos de la dominación estadounidense, en su libro The Logic of the World Power (1974) o La lógica del Poder Mundial: la burocracia del poder gringo se define como una gerencia mundial de guerra y de crisis y se expande y complejiza más y más cuanto más administra no solo guerras y crisis históricamente constituidas, sino primero que todo las guerras y las crisis que esa misma burocracia estimula, provoca, engendra, a partir de las contradicciones y diferencias históricamente constituidas y realmente existentes en el “tablero mundial”, con sus disonancias ideológicas, étnicas, religiosas, fronterizas, económicas. En este caso cabe la siguiente pregunta: ¿cuáles son los sujetos históricos de esa burocracia? ¿Cuáles son sus instituciones? En primera instancia, los Estados Unidos en sí mismos, como un Estado imperial, son al mismo tiempo la infraestructura y la superestructura, capital industrial + capital financiero, de su propia burocracia mundial de guerra y de crisis. Eso tiene otro nombre: complejo industrial-militar-financiero. Por otro lado, el factor subjetivo de esta dominación, el biopolítico, no puede ser despreciado. En este contexto es posible señalar: la americanización (o agringuización en tanto referida solo a EE.UU) subjetiva del mundo tiene como efecto la transformación inmanente de las personas, con sus identidades, sexualidades, deseos, en burócratas cotidianos de la dominación gringa, constituyéndose como una especie paradójica de “base militar” personal-subjetiva de Tío Sam. 3. El poeta Carlos Drummond de Andrade es el “himno nacional” del autogolpe burócrata-subjetivo como forma biopolítica de dominación estadounidense El mayor callejón sin salida de Brasil (no es un caso específico) tiene relación con el hecho de que históricamente se ha constituido como un laboratorio cultural de la burocratización cotidiana-subjetiva del imperialismo gringo. Esta burocratización subjetiva fue uno de los efectos más perversos del golpe de Estado de 1964, tanto como lo fue la represión, estando presente como factor de autogolpe biopolítico. ¿Cómo así, autogolpe? Autogolpe porque en general combatimos el golpe por medio de vectores biopolíticos de la subjetividad estadounidense. Como, por lo tanto, burócratas de la “humanidad” agringada. En este contexto, se retoma el axioma del marxismo, inaugurado por Marx y Engels, a partir del impulso objetivo de la lucha de clases del siglo XIX: no existe la humanidad, razón por la cual, es posible inferir, hemos combatido el golpe con nuestra inexistencia histórica, como brasileñas y brasileños.

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Al respecto, vale la pena un diálogo con el poema Himno Nacional, de Carlos Drummond de Andrade, publicado en 1934 en el libro Brejo das almas o Brezo de las almas, teniendo en cuenta la siguiente estrofa: “¡Necesitamos, necesitamos olvidar al Brasil! / Tan majestuoso, tan sin límites, tan desproporcionado, / él quiere descansar de nuestros terribles cariños. / ¡El Brasil no nos quiere! ¡Está harto de nosotros! / Nuestro Brasil está en otro mundo. Este no es el Brasil. / Ningún Brasil existe. ¿Y acaso existirán los brasileños?” Brejo das almas es también el nombre de un municipio de Minas Gerais que produce cereales, tocino, ricino, huevos, caña de azúcar. Una pequeña ciudad agraria que exporta sus productos para las dos mayores ciudades de las mediaciones: Montes Claros y Belo Horizonte. Irónicamente, como sugiere el título del libro de Drummond, Brasil ha sido dicho “brezo de las almas”, esto es, un país históricamente “condenado” a ocupar el sector primario de la economía, a exportar unos cuantos productos y a importar las almas de los colonizadores. Hemos sido el efecto biopolítico de esta extraña forma híbrida: cuanto más hemos sido el estilo de vida del destino de nuestras exportaciones primarias, más estamos condenados a este sector de la economía y, así, más no existimos sino como brezo de las almas. Así, el brasileño no existe y, así, no existiendo, no puede superar un golpe que en última instancia está lastrado por su no existencia. Por otro lado, como primer pilar histórico del imperialismo gringo se inscribe la “Doctrina Monroe” de 1823, basada en la siguiente sentencia de muerte: “América para los americanos”, es decir, se aclara, América, el continente y, por ahí derecho, más tarde, el mundo, para los estadounidenses, no para el resto de americanos, claro: tal vez sea el caso de deducir que el Brasil fue y ha sido un importante laboratorio histórico de la dominación mundial estadounidense, cuyo imperialismo se basa en la estrategia del “brezo de las almas”, a saber: exportar sus almas subjetivas, como si fuera la humanidad, para que la parte de la humanidad que vive del sudor de sus rostros quede condenada al sector primario de la economía. La actual fase de esta burocrática exportación subjetiva gringa, al estilo “brezos de las almas”, está basada precisamente en la confesión subjetiva: soy mujer, soy negro, soy gay, soy yihadista, chiita, kurdo, sunita. Ahora bien, con Drummond, ¿existirán las mujeres, los negros, los gays, los chiitas, los kurdos, los sunitas? Para que la dominación gringa se concretice, es preciso que dejemos de existir, históricamente hablando; la mejor forma de no existir es desear existir como “brezo de las almas” subjetivos de la burocracia biopolítica de la dominación estadounidense. Objetivamente hablando, la situación histórica de Brasil hoy es esta: antes de ser un golpe institucional, como epicentro de la alianza entre el poder judicial y el poder mediático, el golpe de Estado en Brasil es subjetivo. Somos una sociedad que se transformó de forma hegemónica en “brezo de las almas” de la dominación estadounidense. Esto es: ya estábamos golpeados antes del golpe que derribó a Dilma Rousseff en 2016. Ya no para ser, libres, independientes. 4. ¿Qué hacer? Es, en este sentido, que solo existe una salida: pasarnos a existir de hecho, asumiendo integralmente la parte que nos cabe del axioma marxista “no existe la humanidad”, que es: solo existiremos en potencia y en acto por medio del trabajo de la lucha de clases contra la burocracia subjetiva gringa. Solo existiremos como pueblos libres, cuando nos desburocratizemos abandonando el “brezo de las almas” biopolítico de la dominación estadounidense.

LA ERA POST-SANTOS Y LA ESTAFA ELECTORAL PRESIDENCIAL

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238729 Carlos Meneses Reyes

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Rebelión

Abordar el tema electoral a una semana de la fecha de elección de Senadores y Representantes a la Cámara del Congreso colombiano, es tarea atípica para un análisis desde la óptica de la izquierda desarmada en Colombia. ¿Existe esa izquierda?; o mejor aún, comenzar por explicar qué es la izquierda en Colombia.

No se puede descontextualizar el panorama colombiano del latinoamericano y mundial. Por izquierda se entendía una teoría propia para la acción en la lucha contra el sistema capitalista dado, a fin de cambiar esas estructuras, en la búsqueda del fin de la explotación del hombre por el hombre, propia del escenario de la lucha de clases y en la que una ideología: la del proletariado o clases explotadas, buscan la toma del poder por y para los trabajadores, mediante la creación de un partido, que tiene como brújula la toma de ese poder, con la finalidad de la construcción del socialismo. Esta es una concepción propia de la izquierda revolucionaria y guía para la acción de los cuadros revolucionarios. No ha finiquitado en el escenario de la lucha por las utopías. Pero hoy, en el sistema globalizado y el orden económico mundial imperante se habla de una izquierda enfocada en la consecución de las grandes transformaciones sociales, que tome las riendas de un gobierno y/o el manejo de las riendas del Estado, mediante la consolidación del poder político, bajo la fórmula de gobiernos alternativos ante la etapa más salvaje del capitalismo, conocido como el neo liberalismo privacionista o de privatizaciones.

Se concibe una izquierda como brújula dirigida a elevar el nivel de calidad de la población. El paso a los gobiernos alternativos se surte bajo prontuarios progresistas y socialdemócratas; operados o imbuidos bajo políticas frentistas o de frente. En esta concepción el salto cualitativo de la izquierda es la toma del gobierno, no la toma del poder. Esto es lo sucedido durante los últimos treinta años en Latinoamérica con la conformación de gobiernos alternativos o triunfos de gobiernos de izquierda (Venezuela, Brasil. Ecuador, Bolivia, Nicaragua). No han significado la toma del poder político. Así entendido, el Estado de la Revolución Bolivariana, es un Estado capitalista. Explicable, que las negociaciones del gobierno bolivariano con la oposición venezolana en Santo Domingo enmarcan dentro de las relaciones capitalistas. Cuando el hecho político de una negociación se da, en cualquier país del mundo, es para que lleguen a feliz término. Pueden sucederse varios intentos, pero el derrotero final será el acuerdo. Es propio del carácter imperativo de los pactos sociales. Si el Estado bolivariano fuera de y/o para los trabajadores, pues no hubiere conversaciones con la oposición; puesto que significaría que triunfó la revolución socialista; en la que no existe oposición sino unidad nacional en torno a la construcción del Socialismo. Otra cosa es que la injerencia del imperio haya dado al traste con las conversaciones en Santo Domingo entre el gobierno bolivariano y las fuerzas opositoras y se haya circunscrito un acuerdo, así explicado y comprendido, con un espectro menos amplio de la oposición venezolana, actualmente, en torno a las próximas elecciones en ese país.

Volviendo a la realidad colombiana, me acojo a que entiende por izquierda Boaventura de Sousa Santos: Izquierda significa el conjunto de teorías y prácticas transformadoras que, a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, han resistido a la expansión del capitalismo y al tipo de relaciones económicas, sociales, políticas y culturales que genera, y que surgieron con la convicción de que puede existir un futuro poscapitalista, una sociedad alternativa, más justa por estar orientada a la satisfacción de las necesidades reales de los pueblos, y más libre, por estar centrada en la realización de las condiciones del efectivo ejercicio de la libertad.(1). Véase Boaventura de Sousa Santos: «Una izquierda con futuro», en Rodríguez Garavito, C., et al., La nueva izquierda en América Latina. Sus orígenes y trayectoria futura, Bogotá: Norma, pp. 437-457 (2005).

Antecedentes para abordar la era post santos

Comencemos por rememorar por qué se da la conversación del fin del conflicto armado y su conclusión a feliz término entre el Establecimiento colombiano y la insurgencia de las Farc-ep. Ello obedeció a que los factores de poder predominante en Colombia, esencialmente oligárquicos y excluyentes, tornaron en una corriente de fuerza conjunta, ante el fracaso del experimento contrainsurgente paramilitar, representados en la política de “seguridad democrática” del duplo gubernamental de Uribe Vélez (conocido como el innombrable). Así entendido, se impuso una política de CENTRO. En doctrina política, lo de Centro corresponde a un espacio político esencialmente autónomo. A el confluye, no en forma mecánica, sino en un proceso dialéctico de historia, la capacidad de recibir todas las aspiraciones positivas, que en un momento dado sintetiza las aspiraciones de una

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sociedad. De tal manera que el Centro- en política- no es la identidad de un individuo, sino la síntesis de creatividad (política) de la organización política, expresada en partidos, que inducen su energía propulsora a encauzar las fuerzas que confluyan en proyectos comunes, en el escenario de las conquistas sociales de los pueblos. Ese sería el panorama predominante que podemos registrar durante el duplo gobernante del presidente Santos, hasta la firma del Acuerdo de La Habana y el Teatro Colón, que selló el fin del conflicto armado interno con la insurgencia de las fuerzas armadas de Colombia, farc-ep. Esa tendencia del bloque oligárquico de poder predominante cambió y sus variables se notaron en el debate de la implementación de los Acuerdos. No hubo necesidad de hacerlos “trizas” como pregonó el discurso de la derecha militarista. Los proyectos comunes y la filosofía de armonía y equilibrio de poderes se enfrentaron con el juego del poder legislativo y la enredadera del poder judicial, aunada la incidencia de un activismo de la Fiscalía, que no representa función de control constitucional; el asomo de la Procuraduría, como para no quedarse atrás y el desface de una Contraloría, a contrario del mandato constitucional de incidencia en la suerte de los fondos para la materialización de la implementación de lo Acordado. Por lo dado y así analizado, podemos concluir, que logrado el desarme de la insurgencia fariana, como fin primordial del Establecimiento y ya en las postrimerías del desgobierno del presidente Santos, la tendencia política de Centro, cesó, se extinguió, para dar paso a una política de derecha en consolidación al bloque de poder oligárquico imperante, con la sumatoria de réditos políticos que ha implicado la entrega de las armas de las antiguas farc-ep y su extinción como fuerza beligerante contra el Estado colombiano.

De manera que como faro de referencia tomaremos la era Post Santos como de una tendencia predominante de derecha.

Sustentacion de lo anterior

Sin necesidad de acudir a un mayor esfuerzo del racionamiento expuesto y en lógica consecuencia del funcionamiento de la política, importa detenerse en los actores y/o espectadores que intervienen en el actual devenir histórico de la vida política nacional. Para ese escenario las fuerzas propulsoras que ejecutan proyectos comunes o de identidad partidaria giran – en la actualidad en Colombia- entre la Derecha y la Izquierda. No es dable hablar de Centro.

Partiendo de lo entendible que significa la Derecha en el ejercicio de la permanencia del Establecimiento, o estados de cosas actual; detengámonos en el ejercicio por comprender qué es la Izquierda en Colombia.

Tradicionalmente se identifica la izquierda revolucionaria la adepta a cambios revolucionarios a través de la lucha armada. Desde la teoría del foco guevarista no se concebía izquierda que no fuera revolucionaria y no fuera armada. Esta izquierda siempre permaneció dividida entre varias organizaciones político- militares armadas. Por cuenta del Frente Nacional, etapa en que los partidos tradicionales de interés oligárquico se repartieron el botín burocrático del Estado colombiano milimétricamente entre ellos dos, excluyendo cualquier expresión de izquierda opositora; turnándose la presidencia los dos partidos que originaron la Violencia y por ende actores y coautores del genocidio político, que costó la vida a más de trescientos mil colombianas y colombianos. Durante el llamado Frente Nacional (1958 a 1974, dieciséis años) surgieron las guerrillas insurgentes comunistas FARC-EP, ELN, EPL y surgió una guerrilla, el M-19, a raíz del robo de las elecciones al Partido Anapo, el 19 de abril de 1990; por el que la oligarquía instauró al último presidente del llamado Frente Nacional Misael Pastrana Borrero. Guerrilla que se alejó del marxismo-leninismo, de inspiración y postura nacionalista- militarista. Esa guerrilla de extracción pequeñoburguesa de las ciudades y también vinculada al trabajo campesino, en menor escala, actuó desde el año de 1974 a 1994, caracterizándose por sus acciones espectaculares en las ciudades. Se desmovilizó durante el gobierno del presidente Virgilio Barco (1990-1994).

Luego del llamado Frente Nacional continuaron los mismos partidos oligárquicos tradicionales alternándose el poder. Periodo conocido como de las “dictaduras civiles” con estatutos de seguridad incluidos; violación a los derechos humanos y al Estado de Derecho e incremento de la guerra contrainsurgente con la aplicación de la doctrina militar, la del enemigo interno y saturación de la barbarie e ignominia de la crueldad de la guerra sucia con la asunción de la creación del experimento

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paramilitar y la conducción de un modelo estatal a una economía subterránea de subsistencia con el narcotráfico, que ha llevado a la configuración de un Narco-Estado, hoy en día.

El proyecto de terminación del conflicto armado con la insurgencia de las Farc-ep no se proponía alcances de reformas políticas y económicas de fondo. Alentaba en la aspiración de desarmar las fuerzas de esa guerrilla, para garantizar que el capitalismo nacional y extranjero, minero, energético y desbastador del patrimonio ecológico tuviera libre acceso a la tierra y a los territorios que les eran vedados. Lo de la implementación se enredaría. Esa es una verdadera victoria política cantada del bloque de poder oligárquico. Y al así resonar esa diana ensordecedora en la conciencia del movimiento popular y esas ondas sonoras hicieron saltar en añicos la tendencia de Centro en Colombia, para darle paso al predominio de la tendencia de Derecha, sin matices, ni asomos edulcorantes.

La tendencia de Centro comienza por superar la disputa existente entre Santos y el innombrable. Desde las alturas del poder dominante o bloque de poder oligárquico, se trata de proponer la llamada “tercera vía” de Santos, carente de autenticidad y trasplantada mecánicamente al escenario político colombiano. Pero la respuesta en el imaginario social y popular es la identificación de esos matices engañosos en la consideración que se trata de ambas caras de una misma moneda. No hay tal “centro derecha”, ni “extrema derecha uribista” (o “uribeña”). Utilizando un lenguaje especifico, por las características comunes que comparten, en el escenario político colombiano, ellos o ambos, se identifican con un criterio de clasificación único y por ende comparten una misma jerga, un discurso especifico idéntico. Con categorías identificables de intereses comunes, de reconocida identidad en lo retrogrado, violento, corrupto y regresivo. Asistimos a la consolidación del poder oligopólico, como el escenario de un mercado dominado por pocos vendedores, siendo el país movido por los grandes empresarios, como Carlos Ardila Lule, quien centra los monopolios de RCN, industrias de las gaseosas e ingenios azucareros y deportes masivos con el Atlético Nacional. Luis Carlos Sarmiento Angulo con el Grupo Aval, Fondo de Pensiones Porvenir, El Tiempo, Clubes de Futbol como Millonarios y América de Cali. El capital especulativo del Sindicato Antioqueño, con el usufructo de la Banca, conformado por Bancolombia, Grupo Argos, Grupo Nutresa, Grupo Sura, Fabricato. La industria de la construcción de la Costa Atlántica, con el cacique senador Fuad Char, dueño de la cadena Olímpica y del Junior de Barranquilla. Todos beneficiarios directos del fin del conflicto armado parcial, primando sus intereses sobre el de las víctimas del conflicto, orondos sobre el gatopardismo de que todo cambie para que nada cambie.

Algo sobre la estafa electoral que avecina

El espinoso tema electoral tiene dos vertientes: Una, la elección de Senadores y Representantes a la Cámara. Dos, la elección de presidente de la República. Competir con los analistas de derecha sobre el tejemaneje electorero es tarea ardua. Parten de presupuestos y de suposiciones. Toman el acumulado de lo ilegitimo histórico de los resultados pasados de un sistema electoral corrupto de entronización de la ilegitimidad y también de la ilegalidad. Proyectan sobre lo falsario; bajo la egida de la dictadura mediática y del conduccionismo de la opinión pública. Sin ningún reato de conciencia, no cumplen pena, luego de haberse absuelto el pecado del fraude. Estériles elucubraciones sobre cuantos podrán salir, con la seguridad absoluta que el uno sí, que el otro, no. Son verdaderos prestigiadores, ilusionistas, como expertos en la combinación de trucos y habilidosas verborreas, sorprendiendo con encuestas y entrevistas viciadas en el arte de hacer aparecer y desaparecer electores y descubrir lo inocultable. Al escucharlos y leerles rememoro la invocación del cuadro del pintor flamenco El Bosco “El prestidigitador y el ratero”, de la coloquial toma grafica del truco de la bolita: ¿Dónde está la bolita? Levanta la tapa y en esta otra tampoco. En esa labor de rateros y embolatadores de la opinión pública, ocultan, cohonestan y participan en el engaño, el mentís y la burla para el incauto que carece de malicia y se deja engañar. De cuando acá que el partido tal perderá un congresista y que el del innombrable crecerá en número de elegidos o que el palo de sorpresa va a ser tal. Confieso la imposibilidad para competir en tan inmoral juego.

Pero intentemos abordar un análisis de la situación electoral, sin los referentes de las encuestas, los programas manipuladores de opinión, las entrevistas preconcebidas en el tejemaneje impositivo de la dictadura de los medios, sin soporte probatorio fidedigno.

Partir de hechos concretos como ha de ser la política. Partiendo que en política se suma y no se resta; la perdida de oportunidad del candidato Sergio Fajardo de llegar a una coalición con el también aspirante De La Calle, los colocó – recíprocamente- en una situación de desventaja. La candidatura de

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Vargas Lleras reposa sobre el supuesto de los cuatro millones de firmas recogidas, que a la postre se redujeron en un cincuenta por ciento. La consulta del 11 de marzo no solo medirá el pulso del fraccionado Centro Democrático, para la escogencia de su candidato, avalando que el aspirante Iván Duque ha modificado el discurso agresivo de su mentor, acudido a soportes académicos e identidades de relaciones con sus contendores de clase e intereses, buscando apoyo en sectores de la derecha diferentes a su partido; lo cual causa escozor en su interior.

Pero el centro gravitacional de cara a la primera vuelta presidencial radica en el fenómeno Petro. En esto de las lides electorales también juega quien pega primero, pega dos veces y la campaña presidencial de Petro tomó ventaja, al menos con un mes de antelación, optando por el lleno de las plazas públicas (Sincelejo, Valledupar, Comuna 13 de Medellín, Ciudad Bolívar, etc.). Ello implica, indudablemente trabajo organizativo. El único que ha respondido ha sido Vargas Lleras, con la manifestación en Cúcuta, en un derroche costoso de dinero; colocando diez mil sillas plásticas en dos cuadras de la encerrada céntrica avenida quinta, doblando, visualmente, el efecto de sus asistentes. También con su presencia en la Plaza de Bolívar, al acudir a los fanáticos de una mega-iglesia de una tal Castellanos de elevados costos invertidos en el traslado de feligreses y la difusión, en la gran prensa de foto montajes del evento.

El sorprendente interés que ha desplegado la candidatura presidencial de Gustavo Petro ha colocado la encuesta partidaria a realizarse el próximo domingo 11 de marzo, en el mejor instrumento para medir el alcance de sus aspiraciones. La expresión que las bases del Polo y las del Partido Verde, pidieron pista a sus directivas para permitirles públicamente depositar voto a su favor en esa contienda, demuestra el peso específico de esa aspiración y la ratificación que la izquierda unida colombiana se identifica con su propuesta. Un factor material de análisis carentes de fementidas encuestas, que al tomarlas nos permite deducir la existencia de algo, es la disponibilidad del activismo socialdemócrata y liberal a no dejar pasar las expresiones de la extrema derecha fascista y militarista representada en un candidato del Centro Democrático. En tal sentido admite que un grueso de ellos participe en la consulta a favor de Gustavo Petro. Repito, la consulta del 11 de marzo se constituye en optimo barómetro, en el que, de manera explícita y clara, por no decir gráfica o virtualmente se va a definir la suerte entre el candidato Petro y el candidato Iván Duque. A ojo de buen cubero, a promisión para el interés del candidato Gustavo Petro, ha de superar el total de los votos emitidos en esa consulta, mínimo en un 50% a total de la votación de la consulta del Centro Democrático. Y cómo después de la quema se ve el humo quedará la figura del delfín Vargas Lleras, que tiene que ver directamente con los intereses de los grandes cacaos ya mencionados; puesto que ellos no arriesgan equivocarse en quien represente sus intereses, su proyección financiera especulativa y planes a futuro.

Analicé que la división entre la izquierda reformista y la izquierda revolucionaria, adepta a cambios radicales a través de la lucha armada fue algo del pasado. Ello permite avalar que la imagen de la izquierda no requiere “purificarse” ante los ojos del establecimiento, ni retocarse ante los ojos de la dictadura mediática, con tintes de derecha, para ser bien vista. Aquí no opera- como insiste la mediática en imponérnoslo- el fenómeno relacionado con los candidatos “antisistema”, en los cuales opera como efecto de las redes sociales y de las denominadas “fake news” de propagación rápida, una repetición sobre el sorprendente resultado del plebiscito por el NO. Aquí no se puede injertar el resultado del “Brexit” en el Reino Unido; o, así como sucedió en las últimas elecciones en Guatemala; o del citado efecto “fake news” con relación a Trump, o el salto de un desconocido a la presidencia de Francia.

Siendo que objetivamente no ha concluido el conflicto armado interno en Colombia, es evidente la injerencia de la diplomacia de las cañoneras por parte del imperialismo de los Estados Unidos. Es constante en el propósito del destino aciago que causa tristeza y dolor al pueblo colombiano, por defender, en nuestro territorio, los intereses económicos de sus empresas, los intereses geoestratégicos, por la ubicación de Colombia, para consolidar su dominio intervencionista continental, aunada a los intereses de las oligarquías colombianas, como sus aliadas incondicionales gracias a su docilidad y el poderoso despliegue de las fuerzas armadas colombianas, como si fueren el agente político mas próximo del imperio, dispuestos a jugar un papel crucial en los proceso políticos internos del país. Pero el Actual debate electoral va dejando en claro que el vértice no es la incidencia en la situación de la vecina Republica Bolivariana de Venezuela; como tampoco el que se patee o no la Mesa de Conversaciones con el ELN en Quito.

Obviamente, corresponderá analizar los resultados electorales del 11 de marzo. Quede claro, por el momento, que tal como esta la equivalencia de juego de fuerzas e intereses conviene ubicar dentro

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del bloque de poder oligárquico las candidaturas de Vargas Lleras, la de Iván Duque, De La Calle y Sergio Fajardo. De ser así el indicativo, preparémonos para que la torcida de las encuestas contra Gustavo Petro sea adyacente a la hipótesis política que circula en portales y medios alternativos de información, en el sentido que “Petro podrá ganar las elecciones, pero será Vargas Lleras (Gé Vé Llé) con su mafia de Cambio Radical quien será el próximo presidente de Colombia. A Petro lo estafaran…” Y es vox populi: “o lo asesinarán”.

CRISIS Y REALIDAD

Raúl Prada Alcoreza

DEDICADO A CARLOS SAVRANSKY, FILÓSOFO CRÍTICO Y ÁCRATA.

https://www.bolpress.com/2018/03/08/crisis-y-realidad/ Parece que siempre es indispensable preguntarse qué se entiende como realidad, incluso, si se entiende que se trata del referente absoluto de la totalidad de la existencia, preguntarse qué es la realidad. Mi amigo filosofo Carlos Savransky dice que es un constructo social, lo que implica que es también un constructo cultural y un constructo teórico. Enunciado coherente y aceptable, pues se trata de un concepto que se vincula con el referente en cuestión, a partir de la estructura categorial que hace de mirada ordenada para dar cuenta de la experiencia existencial. La palabra realidad no puede abarcar ni absorber la integralidad de la complejidad dinámica, que es el referente del concepto. El concepto de realidad da cuenta del estado del saber acerca del referente absoluto que llamamos realidad; no dice la verdad sobre la realidad. No podría hacerlo, salvo si se lo dice desde una concepción esencialista o sustancialista, es decir, metafísica. ¿Por qué es conveniente preguntarse sobre el estado del saber acerca del referente denominado realidad? Porque es menester no solo entender la concepción que se tiene de realidad y cómo funcionan las interpretaciones, además de ponderar el alcance de las aplicaciones y prácticas respecto a la llamada realidad, sino porque se trata de comprender la arqueología del constructo conceptual y su incidencia en el desenvolvimiento de las sociedades humanas; además de comprender de qué manera lo que llamamos realidad, que nos contiene, incide en las genealogías de las participaciones sociales en la realidad. Pierre Bourdieu habla, en las Reflexiones pascalianas1 , de las condiciones de posibilidad sociales que sostienen y condicionan las teorías, ya sean filosóficas o científicas; condicionan la actitud de los intelectuales. Una sociología del conocimiento ayuda a comprender las conductas y comportamientos intelectuales, incluso, por esto mismo, la producción de los discursos teóricos, sus pretensiones y sus estilos, fuera de los alcances de lo que se dice. Si bien da cuenta de la producción teórica, sobre todo, académica, incluyendo la escolástica, no resuelve el problema de la pregunta qué es la realidad, aunque da cuenta de la pregunta de cómo se concibe la realidad. Estos son los límites de una sociología crítica del conocimiento o, si se quiere, de una sociología crítica de las teorías filosóficas o científicas. No es pues desde una ciencia, en este caso, la sociología, por más crítica e investigativa que sea, que se puede resolver el problema de la pregunta. Menos, y en esto estamos de acuerdo con Bourdieu, desde la filosofía. La situación mejora si tratamos de responder la pregunta desde la perspectiva multidisciplinaria, que exige la perspectiva de la complejidad; sin embargo, en este caso, el pensamiento complejo no se plantea responder a la pregunta, porque la realidad es sinónimo de complejidad dinámica. La realidad no es algo sobre lo que se puede responder, sino que es la vida misma, en sentido restringido y en sentido amplio2 . Es lo que acontece en el multiverso, en sus distintas escalas, de una manera integral y simultánea, en constante devenir. Forman parte de la realidad, incluso los conceptos y las concepciones de realidad que se tienen, comprendiendo las materialidades productivas de esas concepciones, pasando por condiciones de posibilidad concretas e institucionales. ¿Qué es lo que importa? Que se logren concepciones más complejas e integrales y dinámicas de la realidad, dependiendo de los alcances de la experiencia humana, amplificada por los instrumentos tecnológicos y la acumulación del conocimiento científico. Entender que las concepciones sobre la realidad son mejorables, ayudando a ampliar los ámbitos de las relaciones de las sociedades humanas con el multiverso. En esta definición compleja de la realidad no entra algo así como la discusión filosófica de si la realidad existe o no existe. Esta discusión dada en la historia de la filosofía solo es

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concebible a partir de un mismo referente y concepto compartido por las corrientes filosóficas encontradas, la de la realidad como materialidad. Unos rechazan esta aseveración, otorgándole a la idea el papel primordial, que llaman espíritu; en cambio, los otros, parten de las condiciones de posibilidad de las ideas, por lo tanto, del espíritu, son materiales. Empero, el concepto de realidad, que es el referente de la discusión, en ambos casos, en ambas corrientes filosóficas, es restringido. Ambas concepciones, opuestas, parten de que la realidad es, es ser; esencia o sustancia, ya sea material o espiritual, para resumirlo esquemáticamente. El zócalo epistemológico de la física relativista y cuántica nos lleva a pensar una realidad no en los términos del esquematismo dualista filosófico de lo que es o de lo que no es, la estructura inherente del concepto ser, sino como una sincronización integral, en distintas escalas, del multiverso, sincronización que supone la creación y recreación de la existencia y de la vida. Se podría decir, para recoger un término aportado por la filosofía, sobre todo antigua, que se trata del devenir constante en distintas escalas, dado de manera integral, simultánea y dinámica. Sin embargo, para hacerlo y decirlo, se requiere re-semántizar y reconceptualizar el término y la metáfora del devenir. ¿A qué viene todo esto? Aunque inquieta el debate teórico, sea epistemológico, filosófico o científico, interesa, de una manera práctica, mejorar el análisis social, político, económico, cultural, de las sociedades humanas, en una coyuntura, periodo y contexto, configurados por lo que denominamos la crisis ecológica. En este contexto planetario, se trata de comprender la crisis política. ¿Cómo funciona, cómo se da? ¿Qué composiciones contiene? ¿Cómo interpretarla desde la perspectiva de la complejidad? En anteriores ensayos, dejamos claro, el haber abandonado los esquematismos dualistas, que entran en juego en los análisis políticos; tanto el esquematismo político del amigo y enemigo, como el esquematismo dualista inherente del fiel e infiel. También, por lo tanto, el esquematismo dualista de los buenos y los malos, así como el esquematismo moralista del bien y el mal. Las teorías de la conspiración, que circulan y se usan en los análisis políticos, emplean estos esquematismos. También lo hacen otras teorías que no acuden a la conjetura de la conspiración. El problema de estas teorías es que juzgan, se colocan en el papel de jueces; en un caso, de jueces que interpelan a grupos secretos y oscuros que manejan los decursos del mundo; en el otro caso, que denuncian la incidencia del mal, también de los malos, en los desencadenamientos de las crisis. Estas tesis resuelven el problema de una manera simple; la conspiración, en sus variadas formas, explica la crisis; el mal, la intervención de los malos, su corrupción, explica la crisis. El problema de estas teorías es que circunscriben el mundo a unos cuantos planos de intensidad, a un conjunto de variables controlables, por lo tanto, a escenarios de novela. En otras palabras, la narrativa ya contiene las respuestas; se encuentran en la trama. No importa lo que ocurra en la complejidad de la realidad efectiva. Estas interpretaciones se desentienden de los entramados, de los tejidos, de las dinámicas complejas de la realidad efectiva. Lo que se toma en cuenta es la imagen estructurada como prejuicio social de la realidad. Vayamos a un ejemplo concreto; ¿que una autoridad, algunas autoridades o varias autoridades, estén involucradas en la corrosión institucional y en las prácticas de corrupción resume la explicación del problema de la crisis política? Yendo a lo singular y especifico, ¿que una autoridad gubernamental sea accionista de una empresa trasnacional extractivista resume y explica el problema de la crisis política? Hay como una tendencia a inclinarse a decir que si, por lo menos, en parte. Puede parecer hasta obvio; sin embargo, la respuesta se adelanta a señalar en el culpable la causa y la explicación de la crisis. Esto es volver a la genealogía de la moral, a la genealogía de la consciencia culpable. No decimos que al que se señala culpable no tiene responsabilidad, sino que su papel en la degradación política no explica el desenvolvimiento de la crisis política. Tampoco se trata de salir de la genealogía de la moral para cubrir sus falencias con la arqueología del determinismo, sea económico o de otra índole; sino de comprender los funcionamientos estatales, institucionales, políticos, gubernamentales, en los contextos estructurados de las sociedades humanas. Comprender estos funcionamientos no como una generalidad, una regularidad, unas constantes, sino comprender estos funcionamientos en sus momentos, coyunturas y contextos singulares. Vamos al punto, si no es un culpable, con nombre y apellido, sería otro, con otro nombre y apellido, aunque lo haga de otra manera. El problema no radica en la persona que, ciertamente no pierde ni está exenta de su responsabilidad, sino en los funcionamientos y estructuras de las mallas institucionales y en las máquinas de poder, en coyunturas específicas, por lo tanto, también en periodos. Las crisis políticas no son explicables sin lo que pasa en las mallas institucionales, en los Estados, en las máquinas de poder. Las crisis políticas se dan en estas instancias, cobran materialidad y se manifiestan en estas instancias. Las crisis

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políticas son crisis institucionales, del Estado, del poder. Hay que enfocar entonces la mirada del análisis, de la crítica, que suponen investigaciones, en estas instancias estructuradas. ¿Los Estados, en sus despliegues y desarrollos, en sus ciclos, ingresan a la fase de crisis, en la etapa de su decadencia, o conviven con la crisis estructural como factor inherente? ¿En la medida que pasa el tiempo, es decir, la historia política, la crisis, tanto inmanente como trascendente, se hace cada vez más evidente y palpable? En todo caso, ¿por qué se da la crisis, ya sea inmanente o trascendente? Parece que hay que buscar, por así decirlo, el origen de la crisis en las historias de las relaciones de las sociedades humanas con sus entornos, con sus ecosistemas, con el planeta, con los ciclos vitales. Los decursos de las sociedades humanas, sobre todo, en la llamada modernidad, han establecido relaciones de separación entre sociedad y naturaleza, entre cultura y naturaleza; relaciones de separación institucionalizadas y que definen economías políticas de disociación entre lo humano y la vida. Aunque lo humano pertenece a la vida, se hace como que la vida humana es superior al resto de las formas de vida. Esta valorización de lo humano y desvalorización de lo no humano corresponde a una economía política que sostiene la dominación del hombre sobre la naturaleza, aunque esta dominación sea perentoria, imaginaria e institucionalizada. Entonces, la crisis de la que hablamos, en todas sus formas, sobre todo políticas, se origina en esta disociación y pretensión insostenible de las sociedades institucionalizadas. Esta disociación fundamental se complica e incrementa cuando las sociedades humanas logran conforman otras economías políticas que valorizan lo abstracto y desvalorizan lo concreto; ocasionando que la dominación sobre la naturaleza irradie en otras formas de la dominación, sobre todo, correspondientes a la misma sociedad estratificada. La dominación institucional sobre los cuerpos, la inscripción del poder en los mismos, induciendo conductas y comportamientos. La dominación de género, diferenciando roles del hombre y roles de la mujer; la diferenciación racial, diferenciando el hombre blanco del hombre de color. Economía política racial que sostiene la economía política colonial, que diferencia salvajes, bárbaros y civilizados, atribuyendo la “civilización” a las sociedades, pueblos, Estados, del hombre blanco. La separación entre Estado y sociedad, entre Estado-nación y pueblo, convirtiendo al Estado en la sociedad política que representa, orienta, dirige, gobierna, a la sociedad civil, plural y caótica. Todas estas economías políticas, que hacen a la economía política generalizada, intensifican y expanden las formas y despliegues de la crisis. En pocas palabras, la crisis es crisis del poder en sus variadas formas, es crisis de las dominaciones polimorfas. Ahora bien, como dijimos, este acontecimiento de la crisis no exime de responsabilidad a los gobernantes, a la clase política, con todas sus castas, tampoco a las sociedades y pueblos que permiten que los gobernantes hagan lo que hacen. Pero, no se trata de juzgarlos, que es otra pose de poder; no se entienda esto como que no se tiene la responsabilidad de denunciarlos, de interpelarlos, de criticarlos, incluso de derribarlos. Se trata, en definitiva, de diseminar las estructuras, mallas institucionales, máquinas de poder, de deconstruir las formaciones discursivas, las ideologías, las leyes, que legitiman estas dominaciones. Para decirlo de manera ilustrativa y metafórica, se trata de desandar el camino, llegar a ese origen, por así decirlo, de la economía política generalizada, y comenzar otras rutas posibles, sobre todo, reinsertadas a los ciclos vitales del planeta.

Notas

1.- Leer de Pierre Bourdieu REFLEXIONES PASCALIANAS. Anagrama; Barcelona 1999. 2.- Ver IMAGINACIÓN E IMAGINARIO RADICALES. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/imaginaci__n_e_imaginario_radicales.

LOS NICHOS ECO-SOCIALES DE LAS CIUDADES

Raúl Prada Alcoreza

https://www.bolpress.com/2018/03/06/los-nichos-eco-sociales-de-las-ciudades/

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Como dijimos en un ensayo anterior1 , se puede considerar a las ciudades como nichos eco-sociales, desde la perspectiva de la complejidad, haciendo redundancia en el concepto de nicho ecológico, del que formaría parte el nicho eco-social. Las ciudades, sobre todo, las ciudades modernas, no pueden explicarse solo como acontecimientos sociológicos, menos como acontecimientos económicos; las ciudades no se desentienden, no pueden hacerlo, de las territorialidades donde están involucradas, tampoco de los ecosistemas, a los cuales pertenecen. Las ciudades no solamente forman parte de las cartografías urbanas, incluso de las geografías políticas, sino que, en cuanto son conformaciones complejas de entrelazados circuitos sociales, involucrados en ciclos vitales, forman parte de sistemas de vida complejos. La complejidad de estos nichos eco-sociales se incrementa con las llamadas metrópolis; pues, en este caso, la densidad del nudo urbano llega a insidiar preponderantemente en las composiciones del ecosistema, a tal punto que puede desequilibrarlo, quizás, mejor dicho, descuajeringarlo, rompiendo toda posibilidad de armonización. Es entonces indispensable, volver a estas problemáticas urbanas y de las ciudades, trabajadas por la sociología, también por la economía, así como por la historia. Las concentraciones poblacionales de las ciudades modernas no solo tienen que ser atendidas como fenómenos de un tipo de formación económico social y de un modo de producción, el capitalista, sino que funcionan como entrelazamientos complejos de circuitos, no solo demográficos, sociales y económicos, además de culturales, sino que, al entreverarse y formar nudos complejos, dan lugar propiamente a lo que denominamos nicho eco-social. Esta concentración demográfica, por cierto, densa y compleja, vive como palpitante nicho, conformado por nudos, que articulan tejidos y circuitos sociales, afincados en espesores territoriales. Las ciudades respiran, consumen agua, además de las formas de energía, tecnológicamente administradas; entonces, define sus interdependencias con lo que comúnmente se llama medios ambientes, mejor dicho, entornos; empero, lo más adecuado es llamarlos ecosistemas. Por lo tanto, la primera consecuencia que debemos sacar de estas situaciones de interdependencia, es que las ciudades no pueden desentenderse de sus ecosistemas. Si lo hacen como suele ocurrir, como un comportamiento generalizado de las gobernaciones municipales, departamentales y nacionales, es que estas instancias muestran palpablemente su desajuste respecto a la problemática ecológica. Estas instancias administrativas y políticas, administran recursos, definen políticas, basadas en normas y en leyes; empero, están lejos de gobernar; no hablamos aquí del término más restringido de gobierno, el de la política institucionalizada, sino que recurrimos al sentido propio del término, gobernar fuerzas. Las fuerzas involucradas, no solo sociales, correspondientes a la sociedad humana, sino la orgánicas y las relativas a los ciclos vitales, las exceden en demasía, a estas instituciones pretensiosas. La crisis urbana, que aparece a momentos en su gravedad intensa, en situaciones de crisis económica, como colapso urbano, es un síntoma elocuente de lo que ocurre. El hacinamiento urbano no es sostenible; más aún cuando se da en las condiciones diferenciadas, tal como se manifiestan, en lo que el discurso marxista llama la sociedad de clases. Para mantener estos monstruos urbanos, las metrópolis, se tiene que recurrir a la destrucción sistemática de los ecosistemas. Estas monstruosidades requieren de gigantescas magnitudes de energía, las que se consiguen mediante la expansión intensiva y expansiva del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Se puede observar, que la proyección de estas descomunales concentraciones poblacionales urbanas no es sostenible, salvo por una irreversible destrucción de los ecosistemas. Por lo tanto, si es sostenible a mediano plazo, mediante el procedimiento del “desarrollo” económico, que implica la destrucción extractivista, no lo es a largo plazo. Del colapso de las metrópolis se pasa al colapso del planeta. Las ciudades, sobre todo, las ciudades capitales, se han convertido en espacios saturados de competencias soterradas, de mercados despiadados de suelos urbanos, de mercadeo especulativo de viviendas, de tarifas en contante incremento de los servicios. A las densidades demográficas, se suman las densidades de edificios, que se arriman, quitándose luz, expandiendo su sombra a sus entornos, enturbiando los ambientes urbanos, de por sí agresivos. Lo que deberían ser tratados como nichos eco-sociales, son administrados como espacios especulativos de los circuitos financieros y la inflación de los precios. Las ciudades se vuelven impagables, salvo para las minorías o minorías convertidas en mayorías, llamadas “clases medias”; las mayorías marginadas son empujadas a las periferias, a los espacios suburbanos, incluso ganados en los recovecos de las mismas urbes o en sus montañas aglomeradas. En estas condiciones lamentables, se puede hablar de tasas decrecientes de los servicios, respecto al crecimiento vegetativo y al crecimiento social de las ciudades. Lo que significa, integralmente, la pauperización y el deterioro de las condiciones de vida, aunque haya subido el indicador relativo para las minorías o las minorías-mayorías de las llamadas “clases medias”. Los alcaldes, los gobernadores, hasta el mismo presidente, se deleitan inaugurando obras. Las mismas

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que tienen un valor simbólico en la concurrencia política; empero, son monumentos a la especulación política, cuando el conjunto de las necesidades sociales y ciudadanas no son atendidas en la cobertura que requieren, en la calidad que es indispensable, en la integralidad que exige la problemática. Es menester pues desatar debates y discusiones ciudadanas sobre la problemática urbana y de las ciudades. Debates que solo son posibles si se sale de la diatriba política, entre posiciones aparentemente “opuestas”, empero, equivalentes en cuanto a su desconocimiento de la problemática, así como análogas en su pretensiosa demagogia y vociferantes promesas. Las ciudades, tal como se han desarrollado, se ha convertido en amenazas; cuando deberían ser espacios-tiempos de realizaciones sociales. Además, claro está, desde la perspectiva de la complejidad, en nicho eco-sociales situados de nichos ecológicos vitales, que recrean la vida proliferante. En cambio, la muerte ronda en las ciudades. La responsabilidad de los y las ciudadanas, es decir, de los y las que viven en las ciudades, en las polis, de donde vine la palabra, es asumir el desafío de la crisis urbana. Retomar las ciudades por lo que son, nichos eco-sociales, aprovechar esta condición ecológica para reinsertarlas a los ciclos vitales, para que sean nudos articuladores y palpitantes de la vida. Las políticas municipales son un fracaso; así mismo, las políticas de los gobiernos departamentales, de la misma manera, las políticas nacionales, con respecto a la crisis urbana. Estas políticas no solamente son restringidas, como lo hicimos notar, sino que son parte de la crisis urbana, la reproducen en sus formas de administrar la crisis. Ciudadano es una palabra que proviene de ciudad, de las polis; por lo tanto, también supone la democracia, como gobierno del pueblo; entonces, la responsabilidad de los y las ciudadanas es asumir el gobierno como pueblo. Es decir, hacerse cargo de los problemas y de las fuerzas que hay que gobernar, en el sentido antiguo del término; gobierno de las fuerzas con las que se enfrentan capitán y tripulación de la nave, usándolas para el buen viaje de la embarcación. Los problemas que enfrentan los y las ciudadanas de los pueblos del mundo son los que describe la explicación de la crisis ecológica; en este sentido, hacerse cargo implica hacerlo respecto a la crisis ecológica desatada, que amenaza a la sobrevivencia humana. Hacerse cargo significa hacerse cargo en cada lugar, en cada nación, en cada región, en el mundo; esto abarca e implica hacerlo en cada ciudad, en cada población, en cada territorio. Hay que empezar hacerlo cuanto antes. No se puede perder el tiempo; hay premura. La crisis ecológica ha avanzado mucho, incontenible. Cualquier argumento político, de los que se suele escuchar, tanto de los gobiernos nacionales, así como de los organismos internacionales, no tiene consistencia ante la envergadura de la crisis; son argumentos burocráticos, que obstaculizan la comprensión colectiva y social de la amenaza que cierne sobre las sociedades. Es imprescindible que los y las ciudadanas reaccionen cuanto antes; una manera de comenzar a hacerlo es socializar toda la información tenida al respecto; conformar debates, discusiones, análisis sobre la problemática de la crisis ecológica. Abrir las compuertas de la comunicación de masas a los y las científicas, a los y las investigadoras. Abrir las escuelas, las universidades, las instituciones de formación, a la fluida difusión de lo que describen las ciencias y la interpretación que dan, sobre todo, las proyecciones que suponen las hipótesis vertidas. No hacerlo es ocultar a los pueblos lo que ocurre y los niveles de la crisis ecológica; se lo haga por pusilanimidad, burocratismo, por no alarmar o sencillamente por ignorancia, igual da. Es ocultar información, es distraer a los pueblos, es empujar a las sociedades a los cataclismos, sin hacer nada. Se puede entender que esto ocurra con los Estados y los gobiernos nacionales, además de los organismos internacionales; hay una larga historia del comportamiento institucional, que, al hacerse cargo de las representaciones de los pueblos, de sus conducciones administrativas y políticas, decidiendo el decurso de sus destinos, que induce a que esta conducta persista. Pero, donde no puede concebirse, desde el atributo de la libertad, que supone la política, en sentido amplio, una actitud pusilánime en las sociedades. Si esto pasara, que no es de esperar, los pueblos y las sociedades habrían perdido lo más preciado que tienen, la voluntad, la voluntad de vivir, la voluntad de potencia, la potencia creativa de la vida.

Notas Ver Re-sincronización planetaria. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/resincronizacion_planetaria.

Amarelle <[email protected]> 7 de marzo de 2018, 8:55

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NAOMI KLEIN: “NECESITAMOS UNA CONTRANARRATIVA QUE EXPLIQUE EL PLAN ALTERNATIVO DE LA GENTE”

http://www.claridadpuertorico.com/contentpdf.html?news=AB884B30D5B6BF82F4B60D1D0545B6FD La periodista, escritora y activista canadiense Naomi Klein, en Barcelona. Andreu Dalmau EFE Naomi Klein: “Necesitamos una contranarrativa que explique el plan alternativo de la gente” Naomi Klein es una reconocida periodista, autora y activista en temas relacionados al capitalismo, el cambio climático y los movimientos altermundistas. Klein estuvo en el país invitada por el colectivo Profesorxs Autoconvocadxs en Resistencia Solidaria (PAReS) para visibilizar los problemas del capitalismo del desastre y las alternativas para una transformación justa y ecológica de este archipiélago tras el paso del huracán María. Esta entrevista ocurrió en el Bo. Mariana de Humacao, al final de un encuentro de organizaciones en resistencia que luchan por otro país posible y necesario. PAReS: ¿Qué te parece lo que está ocurriendo en Puerto Rico en cuanto a la organización de la resistencia al capitalismo del desastre? Naomi Klein: Es fantástico estar aquí en una reunión de organizaciones donde las personas están uniéndose y acercándose para generar una visión compartida. Me parece que la Federación de Maestros está lista para esta lucha. Mientras que otras organizaciones están muy agotadas y no representan una oposición fuerte [al capitalismo del desastre]. Entonces pienso que esta es una de esas situaciones en que las personas que tienen la fuerza y la capacidad deben compartirlas y ayudar a los demás a levantarse. Algunas organizaciones estaban muy bien preparadas para este momento, habían hecho sus análisis, tenían soluciones listas y estaban en una mejor posición [para responder], como Casa Pueblo que ya tenía una visión de un mundo libre de esta dependencia extrema, con soberanía energética y alimentaria. Las personas que ya iban en esa dirección se han levantado en este momento de formas extraordinarias. Pero a las personas que piensan de manera centralizada, les toma tiempo adaptarse. PAReS: En tu experiencia como activista, periodista y escritora, ¿cómo se construye el poder desde la base? ¿cómo se moviliza a las personas eficazmente? Naomi Klein: En este momento es necesario tener algún tipo de plan y una visión sobre cómo salir de estas múltiples crisis, que se intersectan y superponen, y que afectan a Puerto Rico ahora. Creo que están en una mejor posición de lo que parece. Hace unos meses [el 1 de mayo de 2017], salieron a la calle cerca de 100,00 personas contra la austeridad. Además, estaba la huelga estudiantil. Ese movimiento no ha desaparecido. Es posible movilizar a la gente. Estas movilizaciones ocurrieron por la deuda y la austeridad. Me parece que ahora hay que hacer un análisis coherente de los factores que provocaron la crisis e, igualmente importante, de cuáles son las soluciones reales. En este momento, a la población se le están imponiendo muchas “soluciones” falsas e increíblemente peligrosas. En verdad, es una carrera contra el tiempo. La idea de explotar la crisis,

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acentuar la desigualdad y la dependencia, imponer más privatización y más austeridad estuvo en pausa por un breve periodo de tiempo, pero ha regresado con más fuerza. De hecho, ocurrió estando yo aquí con el anuncio [de la privatización] de la AEE y el plan fiscal que se estaba develando. Necesitamos una contra–narrativa que explique el plan alternativo de la gente para responder a este plan brutal que ha emergido. Creo que oponerse a los planes [del capitalismo del desastre] nunca ha sido suficiente. Y cuando el status quo es totalmente inaceptable, como ahora, ninguna lucha que sea exclusivamente defensiva va a lograr una movilización, no porque no tengan la capacidad de organizarse, sino porque no va a inspirar a la gente. El rol de los organizadores y los intelectuales en este momento es ampliar “el menú” de posibilidades. Ahora mismo, solo hay dos opciones falsas: el status quo, que está fallándole a la gente brutalmente, o la promesa, aunque falsa, de que, si se les da a las corporaciones más de lo que piden, las cosas se van a arreglar. Este es un momento de cambio, la gente lo quiere, por tanto, hay que ampliar “el menú” del cambio. PAReS: Dado que la lógica subyacente al activismo se ha centrado mayormente en el “no”, es decir, la oposición a ciertos proyectos, ¿crees que cambiar la política de izquierda a una política del “sí” requerirá necesariamente un cambio de táctica? Naomi Klein: Sin duda requiere un compromiso con la política. No sé qué forma tendrá; tal vez tomar un partido político existente; tal vez crear un partido político nuevo; tal vez iniciar una plataforma del pueblo, que incluya un proceso para decidir cuál será su manifestación política. Pero, si queremos cautivar a la gente, necesitamos manifestaciones políticas que reflejen la urgencia de este momento histórico; y eso requiere un compromiso con la política, con P mayúscula, al nivel más alto que podamos llegar. Esto no quiere decir que no nos organicemos en nuestras ciudades y nuestras comunidades. Pero dejar que otros se encarguen de la política es una forma de abdicar en este momento. El trabajo a pequeña escala no va reducir las emisiones significativamente, ni va a combatir la desigualdad; tampoco va a crear una nueva dinámica de poder. Creo que debemos ser más ambiciosos. Los millennials están mucho más dispuestos a ensuciarse las manos. Son mucho menos puristas que mi generación. Nosotros decíamos: “Cambiemos el mundo sin ocupar el poder”; “No me voy a ensuciar las manos”; “No tenemos líderes”. La gente está viviendo en la contradicción: hay “anarquistas por Bernie Sanders” [risa colectiva]. Lo están haciendo a todos los niveles porque sienten la urgencia y están cansados de no ganar. Es asombroso. En el Reino Unido, muchas organizaciones que se habían mantenido al margen de la política ahora están haciendo campañas. Y hacen falta políticos dispuestos a trabajar con estos movimientos, como Sanders y Corbyn. PAReS: Recientemente estuviste en Barcelona donde hay una fuerte lucha política en torno a la soberanía nacional, que a menudo se presenta como si se tratara de escoger entre la independencia nacional y el anticapitalismo. ¿Qué piensas de estos debates? Naomi Klein: Quebec es una formación colonial que les robó la tierra a los indígenas. Uno de los problemas en donde existen movimientos de soberanía fuertes, es la forma en que éstos pueden borrar las complejidades de las jerarquías al interior de estos territorios; las elites pueden hacerse pasar por oprimidas y borrar sus propias prácticas opresivas. No estoy cuestionando si deben ser soberanos o no. Pero uno de los problemas de los movimientos de liberación que no han tenido éxito en largos periodos de tiempo es que

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están al servicio de un aplazamiento eterno de atender la dinámica interna y otras amenazas a la soberanía. Siento mucho respeto por Ada Colau [alcaldesa de Barcelona] y el papel que ha desempeñado en la compleja dinámica al interior de su partido, Barcelona en Comú. Ella está tratando de sostener una discusión sobre las muchas formas de amenaza a la soberanía —la soberanía del agua y la vivienda— y que lograr la soberanía nacional no significa necesariamente que se resolverán estos otros problemas. Debemos ser capaces de discutir las formas de soberanía que hay que reivindicar y no permitir que una sola definición englobe a las demás. Este es un asunto que no puede dejarse para después que se logre la soberanía nacional. En esta etapa de la integración económica global en la que surgen pequeños jugadores económicos, pequeños territorios recién independizados, a menudo se hallan bajo una creciente presión de establecer acuerdos pro corporativistas. En Groenlandia, por ejemplo, hay movimientos por la soberanía indígena que por fin están logrando victorias, pero su vulnerabilidad económica es tal, que la única forma en que pueden adquirir la libertad económica es perforando pozos de petróleo en la capa de hielo que se está derritiendo bajo sus pies. Por eso, si no se lidia con estos problemas, ¿de qué le vale la soberanía a un pueblo ártico cuya supervivencia económica depende de que se vuelvan cómplices de su propia aniquilación cultural? Muchos han hablado del huracán María como un develar, y pienso que lo que se ha puesto al descubierto es lo que significa no tener soberanía en tantos aspectos de la vida; lo que significa la dependencia alimentaria y energética cuando el sistema sufre una falla significativa. Creo que ahora la mayoría de los puertorriqueños lo sabe porque lo están viviendo, pero tiene que hacerse un diagnóstico adecuado para que el gobernador no pueda decir: “El problema es que necesitamos una compañía que venga de afuera y nos haga el trabajo.” Cuando estuve en Barcelona en noviembre, poco después del referéndum, la situación era muy intensa. Hubo mucha violencia del estado cuando la gente trató de votar y arrestaron a todo el gabinete. Barcelona en Comú respondió ampliando la definición de soberanía; definió su proyecto político como uno de múltiples soberanías. Está construyendo un mundo donde haya soberanía del agua, soberanía alimentaria y soberanía económica hasta el punto de que cualquier municipalidad pueda ejercer al máximo su poder en una economía global. Creo que este es el proyecto político más interesante del planeta en este momento. Lo más preocupante de lo que está ocurriendo en Cataluña es que [los nacionalistas] no están resolviendo su visión política antes de luchar por la soberanía. Hay coaliciones de izquierda increíbles con una visión anarcosindicalista para una Cataluña independiente. Y están los neoliberales acérrimos que no quieren pagarle nada al resto de España. Esto me parece épicamente peligroso. Es más realista construir la soberanía desde la base, a partir de una experiencia vivida —el agua, la energía, la comida o la vivienda— que permita construir un proyecto de soberanía nacional liberador, especialmente en el sur de Europa —Grecia, España, Portugal— donde todos saben lo que significa que las finanzas internacionales te arrebaten la soberanía. PAReS: Luego del huracán María parecería haber un aumento en la capacidad y el interés de la diáspora puertorriqueña en Estados Unidos en incidir en los procesos de ayuda en la

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emergencia y la reconstrucción. ¿Conoces otros ejemplos en que hayas visto una relación similar? Naomi Klein: No creo que haya muchos ejemplos de lo que dices en contextos posdesastre. Lo que mencionas es algo nuevo. Creo que el rol de los verdaderos aliados de la diáspora es darles poder a los puertorriqueños, no venir a salvarlos. Creo que mientras más planes puedan hacer, más gente les dará el apoyo que necesiten. Esta carrera contra el tiempo puede causar mucho miedo. Ellos [los capitalistas] ya tienen un plan y quieren que ustedes lo acepten. Y ustedes no tienen un plan. Alguien dijo hoy [en el encuentro] que la velocidad a la que se desarrollan los movimientos es muy distinta a la que se desarrolla el capitalismo del desastre porque a ellos no les importa un bledo la democracia, y porque son autócratas. Por eso creo que hay que pensar en cómo hacerlo; es como “crear un espacio” para la autodeterminación. No hay que tener el plan completo para decir “exigimos ese espacio”; y las precondiciones para ese espacio deben ser: “no pueden vender todos nuestros recursos” o “no reconocemos la ley PROMESA”, lo que sea. Pero que nadie se crea que esa es la solución o la meta final; es la precondición para comenzar. Creo que hay que articularlo como un derecho; el derecho a la propia determinación de la reconstrucción, la recuperación, la transformación, o como quieran llamarla. Ese derecho ha sido violado por esta especie de venta de liquidación que les ha caído de sopetón. Es muy distinto a decir simplemente “No privaticen la AEE”. Tienen que resistir la privatización para poder transformar porque tienen ese derecho. *La entrevista fue realizada por Federico Cintrón Moscoso, Gustavo García López, Mariolga Reyes Cruz, Juan Carlos Rivera Ramos y Bernat Tort; transcrita por Damián Irizarry y Luis López; y traducida al español por Aurora Lauzardo.

ENTREVISTA | Naomi Klein

NAOMI KLEIN: "NO PODEMOS GANAR A LOS NACIONALISTAS SIENDO MEJORES NACIONALISTAS QUE ELLOS"

https://www.eldiario.es/internacional/Naomi-Klein-podemos-nacionalistas-mejores_0_705880501.html

La autora canadiense está en Barcelona para hablar de su libro, del independentismo y del Gobierno de Mariano Rajoy, al que acusa de estar practicando la "doctrina del shock" con la población española Ser independiente sin más no cambia el poder hegemónico del capital transnacional. No cambia tu destino, no cambia el hecho de que el cambio climático va a redibujar las fronteras por ti, no cambia las desigualdades El jueves participa en un único acto público de apoyo a la alcaldesa Ada Colau Marta Peirano 08/11/2017 - 22:10h - EL DIARIO es. Naomi Klein en Barcelona, presentando su último libro, Decir NO no basta ©SANDRA

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LÁZARO Viene de comer con Yanis Varoufakis, que está en Barcelona para hablar del conflicto catalán. Están de acuerdo en casi todo: "Creo que se debería suprimir el artículo 155 y liberar a las personas que han sido encarceladas, llevar a cabo un proceso democrático y que el conflicto se solucione a través de la no violencia", ha dicho esta mañana en la presentación de su último libro, Decir NO no basta, editado por Paidós. También ha dicho que Rajoy está practicando la doctrina del shock que describió en su segundo libro, y que consiste en inyectar políticas neoliberales, como la privatización o la austeridad, aprovechando o produciendo una catástrofe que deje aterrorizada a la población. Puede ser un tsunami, una crisis financiera o, aparentemente, la crisis catalana. Klein asegura que Rajoy ha creado "una atmósfera de crisis nacional permanente" y que se trata de una estrategia premeditada "para desviar la atención de los fracasos de su Gobierno centrándose en una retórica hipernacionalista". La canadiense se declara defensora de la autodeterminación de los pueblos y observa que sería inimaginable que el Gobierno de Justin Trudeau arrestara al de Quebeq por organizar un referéndum independentista. Su último libro es un manifiesto urgente para contrarrestar, precisamente, las "políticas del shock", con Donald Trump como modelo protagonista. Klein lo considera una especie de obra de arte distópico que nos muestra el mundo en el que vivimos, llevado a su conclusión lógica y devastadora. Como Adam Curtis, que estuvo en Madrid esta semana, la famosa autora de No Logo piensa que la única manera de combatir la ola nacionalista pasa por ofrecer una visión utópica del futuro, un plan que complemente la resistencia (a la guerra, a los recortes, a las políticas de inmigración) con un pacto ilusionante que limpie el desencanto de la población. Sus ejemplos en este sentido son Bernie Sanders y Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico. Y Ada Colau, con la que comparte cartel en una esperada conferencia que tendrá lugar este jueves 9 de noviembre a las 19h en el Auditori del Centre Cívic Cotxeres de Sants. El título del libro viene de una conversación con Alexis Tsipras justo antes de ser elegido como presidente de Grecia. Tsipras estaba seguro de que era el momento de decir no, de oponer resistencia. Pero yo creo que ya no basta: necesitamos nuestra propia estrategia, nuestras propias soluciones. Y creo que lo que ha sucedido en Grecia es un ejemplo del peligro que corremos si no establecemos una visión alternativa de futuro y conseguimos traer a la ciudadanía a ese lugar. No basta con estar furiosos contra las élites y resistir a un gobierno injusto. El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que sin ellos no hay alternativa. Nosotros o el caos. Exacto: sin nosotros es el caos: terrorismo, inflación, colapso económico. Expulsión de la UE. Jeremy Corbyn, el antilíder de los laboristas británicos EFE Usted encuentra esas visiones alternativas en Bernie Sanders y Jeremy Corbyn. Sí, pero también en ciertas políticas municipalistas. Creo que la energía que ha puesto a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona es una política diferente, una nueva política, un nuevo espacio híbrido entre la política tradicional y los movimientos por los derechos civiles. En Italia también, a nivel municipal, hay algunas alternativas, al menos en lo que respecta al tratamiento de los refugiados. El alcalde de Palermo [Leoluca Orlando] es un

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gran ejemplo: estar en la primera fila de lo que llaman una crisis de refugiados puede ser una magnífica expresión de humanidad, solidaridad. En EEUU tenemos a Pittsburgh, Pennsylvania. Cuando Trump dijo públicamente que sacaba a los EEUU del Acuerdo de Paris porque le había elegido la gente de Pittsburgh, no la gente de París, el alcalde de Pittsburgh salió a declarar que, de hecho, habían votado por Hillary Clinton, y presentó un plan de 100% energías renovables para 2030. En cuanto a los estados, también hay esperanza. El partido verde holandés tuvo unos prometedores resultados en las últimas elecciones [ganaron 14 escaños en 2017] y es un ejemplo de partido que no está centrado en la personalidad de un líder. Por otra parte, Corbyn es más bien un antilíder, y cuando cantan el himno en un estadio lo hacen de manera irónica. ¡Si parece un profesor de geografía! Ha dicho que la respuesta de Rajoy a la crisis entre Catalunya y el estado es un ejemplo clásico de Doctrina del Shock. ¿Qué ha querido decir con eso? Está claro que ha visto una oportunidad de mejorar su fortuna política haciéndose pasar por un líder fuerte, cambiando la conversación hacia el ultranacionalismo. Este es un terreno en el que claramente se siente mucho más cómodo y seguro de sí mismo, donde no se discute la economía ni el paro ni el fracaso de sus medidas. Y está por verse cómo aprovecha el método, aún no hemos visto el efecto que va a tener a largo plazo. Lo que está claro es que no está reduciendo el shock de la población sino que aprovecha cada paso para subirlo al máximo posible. Ha comparado el movimiento independentista quebequés con el catalán, y ha dicho que las medidas tomadas por Rajoy le parecen incendiarias e impensables en otros sitios. Pero su crítica principal es a la Unión Europea. Totalmente, porque es una postura moralmente corrupta. Y coincido con Varoufakis en que no es una posición sostenible por parte de la UE. Las fronteras cambian y cambiarán aún más, hay otros movimientos independentistas. Tiene que haber una manera de gestionar eso que no sea tomar partido por el Estado, independientemente de lo que haga. Usted misma ha dicho esta mañana que la Unión Europea ha hecho cosas que el propio Trump no se atrevería a hacer, como dejar morir a decenas de miles de inmigrantes en sus costas o colaborar para que los manden a sitios que son lo más parecido que tenemos a campos de concentración. ¿Podemos esperar que defiendan la autodeterminación de Catalunya cuando han asimilado y burocratizado estos procesos? Es verdad. El linaje progresista del proyecto europeo se ha caído en pedazos. Y lleva mucho tiempo cayéndose. ¿Hay un futuro para la Unión Europea? Yo estaría dispuesta a darle a Varoufakis una oportunidad. Están construyendo un movimiento para transformar la Unión Europea. Es muy ilusionante. Y una nueva visión del futuro. Exacto. ¡Hoy he aceptado formar parte de su gabinete de asesores! La independencia catalana también ofrece una visión, pero no es nueva. Dentro del proyecto independentista catalán hay más de una visión. Y es peligroso asumir que la que a ti te gusta es la que va a prevalecer al final. No podemos ganar a los nacionalistas siendo mejores nacionalistas que ellos. Está pasando en toda Europa. Como [Jean-Luc] Melenchon vistiéndose con la bandera con este discurso de ser el más francés de los franceses. ¿Qué sentido tiene crear nuevas fronteras cuando sabemos que el cambio climático las va a cambiar de manera poco democrática en un futuro no muy lejano? Soy agnóstica en lo que se refiere a la independencia. Un movimiento independiente es excitante siempre que se trate de liberar a un grupo grande de gente para recuperar el

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poder en este contexto de crisis que vivimos ahora. Ser independiente sin más -tener tus propias fronteras- no cambia el poder hegemónico del capital transnacional. No cambia tu destino, no cambia el hecho de que el cambio climático va a redibujar esas fronteras por ti, no cambia las desigualdades. Solo si cambias estas estructuras, entonces la independencia será liberadora. Pensar que la independencia sola puede hacerte fuerte contra los poderes transnacionales es una fantasía peligrosa. Especialmente ahora que la gente necesita desesperadamente algo que les haga recuperar el control de sus vidas. Eso fue lo que pasó con el Brexit, con Trump. Un intento desesperado de una población desesperada por demostrar que todavía pueden tener poder sobre algo. El sistema está roto y te quieres salir. Pero lo que importa no es cómo sales sino lo que haces después.

EL GRAN ERROR DE LAS IZQUIERDAS RADICALES INDEPENDENTISTAS www.vnavarro.org

por Vicenç Navarro Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Pompeu Fabra, profesor en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore. Columnista en el periódico Público de España. Cuando era joven, a finales de los años cincuenta y principios de los años sesenta, participé en la resistencia antifranquista y viví una experiencia que creo relevante para la situación actual que estamos viviendo en este país. A raíz de la visita a Barcelona del dictador, el general Franco, varios miembros de la organización clandestina a la que pertenecía propusieron a la dirección del partido organizar un atentado contra el dictador. A los pocos días se les comunicó, también clandestinamente, en los términos claros y contundentes característicos de la narrativa de aquellos tiempos, que “las condiciones objetivas no eran favorables a realizar tal acción”. Es más, se subrayaba que esa decisión sería contraproducente pues, en el caso poco probable de que tal acto fuera exitoso, no existían posibilidades de que a dicha acción siguiera una movilización popular que forzara el cambio de régimen. Lo más probable, se les dijo, es que dicho acto creara una enorme respuesta represiva que haría un gran daño a la infraestructura de la resistencia antifranquista, que estaba desarrollándose y se encontraba todavía en fases iniciales. Recuerdo el desencanto y la frustración que tal orden generó entre los miembros jóvenes que tenían una visión distinta de “las condiciones objetivas” que les decían los mayores. Naturalmente que se obedeció la orden, a pesar del desacuerdo, aunque más tarde se llegó a la conclusión

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de que la dirección del partido estaba cargada de razón. Este acto hubiera originado en realidad toda una serie de pasos por parte del Estado represor fascista que, en lugar de ayudar a avanzar, hubieran servido para retroceder en el proceso de liberar al país de aquella dictadura tan represiva. Cito esta anécdota de un acto que ocurrió hace más de medio siglo porque es un caso muy significativo, pues un acto puede percibirse como necesario en un movimiento de liberación, pero al ser evaluado en un contexto más amplio, puede tener un efecto precisamente opuesto al deseado, frenando, debilitando y haciendo retroceder al mismo proceso de liberación que se desea realizar. En una estrategia de cambio, la lectura correcta de la correlación de fuerzas en cada momento es clave. Las consecuencias de la estrategia independentista (llamada en Catalunya el “procés”) apoyada por las izquierdas radicales independentistas Esta observación viene a cuento a raíz de las propuestas hechas por partidos independentistas de sensibilidad de izquierdas (que se definen explícita o implícitamente como revolucionarios) en su estrategia de conseguir lo que consideran una “liberación nacional”. Ni qué decir tiene que las condiciones entre hoy (año 2018) y entonces, son muy disímiles pues, entre otras diferencias, hay que subrayar que España estaba entonces, en mi juventud, bajo una de las dictaduras más represivas que hayan existido en Europa Occidental en el siglo XX (según el Profesor Malekafis de la Universidad de Columbia en Nueva York, uno de los mayores expertos en el fascismo europeo, por cada asesinato político que hizo Mussolini, Franco hizo 10.000), mientras que hoy el régimen español del 1978 es una democracia que aun siendo enormemente limitada (con aparatos del Estado claramente influenciados por la cultura del régimen anterior), tiene un nivel de represión que no es comparable al régimen dictatorial anterior. Y, para subrayar más diferencias entre entonces y ahora, está el hecho de que el acto que se proponía en aquel momento era un acto de naturaleza militar mientras que las acciones realizadas por la izquierda radical independentista han sido siempre actos de desobediencia civil pacífica, lo cual aplaudo. Ahora bien, a pesar de las enormes diferencias hay también elementos comunes que merecen ser resaltados, pues se puede ver que hay un elemento común que se aplica en muchas situaciones. No tengo dudas de la honorabilidad y nobleza de la causa defendida (la cual respeto pero no comparto) pero, en los dos casos, la aplicación de las medidas y

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estrategias para alcanzar los objetivos era previsible que llevaría a un resultado opuesto al deseado, y ello como consecuencia de no haberse entendido y/o considerado la correlación de fuerzas que definía lo que era o no posible que ocurriera. Creo que es obvio que la aplicación de la estrategia de la izquierda independentista (conocida como el “procés”), realizada significativamente con otros partidos independentistas, ha llevado a una situación precisamente opuesta a la deseada. Hoy la respuesta del Estado central español ha sido de una represión que ha incluido la pérdida de la capacidad del gobierno de la Generalitat de poder gestionar su ya limitada autonomía, así como una considerable pérdida de derechos políticos, laborales y sociales. Lo que es extraordinario es que tales fuerzas políticas no parece que se dieran cuenta de las consecuencias de sus resultados (ver “Los independentistas son también responsables de la enorme crisis en Catalunya”, Público, 8 de diciembre de 2017). Y lo que es también muy significativo, es que tal “procés” ha creado una inmensa polarización dentro de Catalunya, en la que la mayoría de la clase trabajadora catalana (que es principalmente de habla castellana) está movilizada no a favor sino en contra de su estrategia autodefinida como de liberación. Esta oposición debiera ser un motivo de máxima preocupación, pues debiera ser claro y obvio que sin el respaldo de la clase trabajadora un proyecto emancipador tiene poquísimas posibilidades de éxito. El apoyo material para un proyecto de transformación nacional y social (que consta en sus propuestas de cambio) requiere del apoyo de la clase trabajadora. La experiencia histórica así lo demuestra. Creo pues que era fácil ver que tal “procés” nos llevaría a una situación en la que un alto porcentaje de tal clase acabaría apoyando a una fuerza política, Ciudadanos, que es la más hostil al proyecto de liberación nacional (y la más agresiva en la aplicación de medidas económicas reaccionarias como el endurecimiento de la reforma laboral o los recortes de gasto público) que dañarán a las clases populares catalanas. Y lo que ha pasado desapercibido, a pesar de ser enormemente inquietante, es que las derechas ultraliberales se han reforzado considerablemente en la situación actual. Nunca antes los partidos más ultraliberales (no solo Ciudadanos sino también PDeCAT, ambos de la familia política ultraliberal) habían estado en posición de mayor fuerza. El equipo económico de Ciudadanos es lo más parecido que España haya tenido al reaganismo (padre del trumpismo) mientras que en el PDeCAT

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la candidata a la Presidencia Elsa Artadi es una economista, discípula entusiasta del economista más ultraliberal en Catalunya, en España y en Europa, defensor de las políticas públicas reaganianas, Xavier Sala i Martín, cuyos libros ha traducido al catalán. En realidad, no hay nada tan semejante (desde la perspectiva económica) a un neoliberal de Ciudadanos como un neoliberal del grupo Sala i Martín. Y lo que alcanza niveles de difícil comprensión es que partidos que se consideran de izquierdas, como ERC y la CUP, apoyen que tal persona sea presidenta del gobierno catalán. La incoherencia ha llegado a unos niveles extremos. El reforzamiento de la ultraderecha Y por si no fuera poco, hay que señalar que tal “procés” ha reforzado al nacionalismo españolista extremo en España, despertando de nuevo al fascismo, como bien ha señalado Pablo Iglesias. Su estrategia de liberación nacional, que ignora los cambios positivos que estaban ocurriendo en España (donde casi el 50% de la población adulta estaba a favor de un referéndum pactado), presentándola como “incambiable”, ha creado una hostilidad generalizada entre las clases populares españolas que ha debilitado a las izquierdas españolas, herederas del 15M. Éstas estaban luchando para conseguir una España plurinacional que respetara el derecho de autodeterminación, derecho que, por cierto, durante la clandestinidad no sólo las izquierdas catalanas sino también las españolas -como el PSOE- habían incluido en sus programas para cuando la deseada España plurinacional y democrática se consiguiera. Tal aceptación del principio de autodeterminación para los distintos pueblos y naciones en España por fuerzas políticas que se consideraban españolas no era para romper España sino para facilitar el establecimiento de otra España, plurinacional, justa socialmente y más democrática, donde la unión se consiguiera por voluntad y no por la fuerza. Es cierto que tal compromiso se abandonó por parte del PSOE durante la transición inmodélica de la dictadura a la democracia, resultado de la enorme y antidemocrática influencia de la ultraderecha (que controlaba todos los aparatos del Estado, convirtiéndose el PSOE en una columna esencial del régimen del 78). Pero los pueblos tienen memoria y como consecuencia del cuestionamiento de tal régimen por parte del 15M y, más tarde, del surgimiento del movimiento político-social que le siguió –Podemos- en la aparición en el panorama político de otras fuerzas también estimuladas por el 15M a lo largo del territorio español, muchos cambios han estado ocurriendo, del cual el más relevante es su cuestionamiento del régimen monárquico del 78 y su compromiso con el

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establecimiento de una España plurinacional que permitiera recuperar el principio y la práctica de la autodeterminación. Lo que es sorprendente, y que traduce una visión enormemente sectaria, es que en lugar de aliarse con tales nuevas izquierdas españolas para intentar cambiar España, las izquierdas presuntamente revolucionarias las consideraron como parte de esta España, supuestamente incambiable, intentando conseguir su objetivo, la secesión en contra de España (teniendo además a gran parte de la clase trabajadora catalana en contra). Tal visión llegó a extremos como que en una asamblea de la CUP, partido central en esta estrategia, se llegó a abuchear al Secretario General de Unidos Podemos por considerarlo parte del problema en lugar de parte de la solución. En realidad, expresaban con su abucheo la versión ampliamente extendida entre todas las fuerzas independentistas de que les era favorable para su estrategia del “procés” presentar a toda España como antipática y opresora, facilitando tensiones que favorecieran la polarización de Catalunya y España. La realidad ha mostrado el enorme error y falsedad de tal percepción. Hoy las izquierdas españolas plurinacionales están pagando un coste político enorme por haber luchado por un proyecto que habría posibilitado alcanzar uno de los objetivos de la izquierda independentista, la realización del referéndum. El enorme retroceso que el “procés” ha significado no solo para Catalunya sino también para el resto de España no podía ser mayor. Y ello era muy pero que muy predecible. Soy testigo de reuniones habidas entre las izquierdas independentistas radicales y las nuevas izquierdas españolas en las que estas últimas señalaron a las primeras que, de tirar adelante la independencia exprés, ocurriría lo que ha ocurrido. Y paso por paso así ha ocurrido. ¿Es esto lo que querían? Hoy las clases populares de Catalunya y de España están mucho peor que antes del inicio del fracaso de la línea exprés al independentismo. Su responsabilidad histórica es considerable. Y confirman que no es revolucionario el que se define a sí mismo como revolucionario sino el o la que, en sus acciones, crea las condiciones para que pueda realizarse el proyecto de transformación profunda deseada. ¿En realidad creen que hoy estas condiciones son más favorables para este cambio profundo? Dudo que lo crean. 13.02.1918 *Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Ha sido también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University

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(Baltimore, EEUU). Fuente: www.vnavarro.org

PHILIP ALSTON, RELATOR DE LA ONU SOBRE POBREZA: "EL SUEÑO AMERICANO

ES UNA ILUSIÓN"

ESCRITO POR HERNÁN GARCÉS (EL DIARIO.ES) http://www.elclarin.cl/web/entrevistas.html 15 de diciembre de 2017. Mientras en Wall Street empieza a correr el champán por la inminente aprobación de la última reforma fiscal, Philip Alston, relator especial de las Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, presenta ante la prensa nacional e internacional el preinforme de su visita oficial a Estados Unidos. Es un informe devastador: 40 millones de pobres, de los cuales los niños representan el 32,6%, y casi la mitad de ellos viviendo en pobreza extrema. Para Angus Deaton, premio Nobel de Economía, el informe Alston demuestra que "EE UU tiene un problema urgente y ya no puede ocultarlo". Alston es una de las grandes eminencias del derecho internacional humanitario, profesor de la Universidad de Nueva York después de serlo en Harvard y autor de manuales ya clásicos en la materia. Lejos de apoltronarse en una torre de marfil, Alston lleva años recorriendo medio mundo como experto independiente de las Naciones Unidas consiguiendo con sus informes, por ejemplo, desde llamar al orden al Banco Mundial por ignorar deliberadamente los derechos humanos a que las Naciones Unidas hayan aceptado su responsabilidad por haber introducido la epidemia del cólera en Haití.

¿En qué consiste su trabajo como relator de las Naciones Unidas? ¿Qué consecuencias tienen sus informes?

Es un principio básico que los Estados han aceptado un grado de responsabilidad sobre los derechos humanos. Es un grado muy limitado, pero aun así permite que los denominados expertos independientes visiten sus países y hagan un informe para verificar si persiste la tortura, la violencia contra las mujeres, etcétera. En mi caso, es verificar si existe pobreza extrema hasta el punto de ser incompatible con los derechos humanos. No cabe duda de que las consecuencias son limitadas, porque no tengo ningún poder. No puedo acometer cambios por mi cuenta y mis únicas armas son las herramientas analíticas que me permiten llamar la atención sobre la situación y ser el catalizador de un debate político estimulante.

En su informe preliminar señala que "el sueño americano se está convirtiendo rápidamente en una ilusión". ¿En qué consistió dicho sueño? ¿Por qué se ha convertido en una ilusión?

En el pasado de EE UU, tanto por la legislación laboral como por factores económicos, hubo una gran nivelación de ingresos económicos. En primer lugar, EE UU fue la tierra de las oportunidades por la expansión de la frontera hacia el Oeste y la fiebre del oro de California. Siguió habiendo muchas oportunidades de hacer fortuna durante el periodo inicial de la industrialización. Luego hubo un gran periodo de desequilibrio económico, desde la Primera Guerra Mundial hasta la Gran Depresión, que finalizó con el New Deal y la economía de guerra, lo que originó una nivelación de los ingresos económicos hasta finales de los años setenta. Por lo tanto, hay razones económicas de peso para argumentar que seguía siendo un país de oportunidades, incluso para los más pobres. Sin embargo, esto ha comenzado a cambiar económicamente en términos de cifras de desigualdad y, en particular, de movilidad social, que es la más baja de cualquier país de la OCDE. Por lo tanto, considero que es una ilusión decir que el sueño americano está vivo y que la gente puede fácilmente pasar de ingresos bajos a más altos cuando en realidad es mucho más difícil.

¿En qué momento EE UU pasó de ser la tierra de las oportunidades a tener 40 millones de pobres?

Sorprendentemente, muchos académicos están de acuerdo en que incluso en tiempos de Richard Nixon había una gran predisposición para abordar la desigualdad, vestigio de las iniciativas sociales de Lyndon Johnson. Cabía esperar que Jimmy Carter siguiese con las mismas políticas; sin embargo, las estadísticas comienzan a ser mucho más negativas y luego, a partir de Ronald Reagan, se disparan. Respecto a Reagan, más importante aún que su política fiscal fue la actitud social y la revolución conservadora que lo acompañó. Desde la perspectiva de los derechos humanos -hablamos de derechos económicos y sociales-, éstos recibieron apoyo nivel nacional en EE UU hasta 1982, con la llegada de la Administración Reagan. También se empezó a cuestionar, de forma sistemática, la noción de que estos derechos fueran derechos humanos, y esto no ha cambiado desde entonces, ni siquiera con Clinton y Obama. Hicieron esfuerzos puntuales, diciendo: “sí que apoyamos estos derechos”. La realidad es que no sólo no los han apoyado, sino que

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estaban constantemente bloqueando iniciativas a nivel internacional. A su vez, la retórica interna neoliberal se ha hecho más fuerte asociando los derechos sociales a una dependencia del sistema del bienestar, apareciendo por ello como algo negativo.

A diferencia de muchos países europeos, en EE UU hay una parte considerable de la sociedad que recela del Estado y, por lo tanto, de sus programas sociales. ¿A qué se debe?

Esta actitud tiene su origen en la Revolución Americana y es muy interesante compararlo con la Revolución Francesa. Esta última tenía como objetivo reemplazar la monarquía y el clero por un Estado que trajese justicia social, equidad, etcétera. Esta visión aún perdura en Francia y en gran parte de Europa, donde se ve el Estado como algo beneficioso para asegurar que las elites no abusen del poder, mientras que en la Revolución Americana el punto de inflexión fue en la dirección opuesta. El Estado, encarnado por el Rey, era visto como algo muy negativo y el gran reto era limitar el poder de las autoridades que lo remplazasen. El resultado es una desconfianza del Estado y una fuerte presunción de que la sociedad se las arregla mejor por su cuenta. Sin embargo, esto es problemático, porque a fin de cuentas es un mito. El Estado en EE UU siempre ha sido muy poderoso y activo al dirigir la política social y económica, pero no en función de los intereses de la ciudadanía, sino de las elites económicas y industriales.

En su informe preliminar afirma de forma contundente que "algunas élites políticas [en EE UU] tienen un fuerte interés propio en mantener a la gente en la pobreza". He leído en entrevistas suyas que un posible contraejemplo es China, donde también realizó una visita oficial para analizar la pobreza extrema.

Uno siempre corre el riesgo de que se le malinterprete al decir que el modelo chino es el modelo de política económica y social más eficaz. Es indudable que China es un sistema autoritario que no respeta los derechos civiles y políticos. Sin embargo, hay un auténtico compromiso de las altas autoridades para erradicar la pobreza extrema. Aun estando definido en términos muy vagos, la realidad es que el presidente Xi Jinping está absolutamente decidido a que en 2020 no haya ni una sola persona debajo de la línea de pobreza extrema que ha sido fijada. Por el contrario, en EE UU, donde hay un 14% de pobreza, no hay voluntad alguna de eliminar sistemáticamente la pobreza, y asumen que otras políticas indirectamente ayudarán a eliminarla. No hay una política PER SE para la pobreza porque es un problema de los individuos y, por lo tanto, se las tienen que arreglar ellos solos. En mi opinión, la comparación es muy dramática.

Esta comparación no habrá caído muy bien en EE UU...

Los comentaristas estadounidenses me responden: "claro que Xi Jinping quiere erradicar la pobreza, pero lo hace para asentar el poder del partido y crear una cierta legitimidad a ojos de la sociedad". También me dicen que es porque se quiere mantener en el poder. A lo que respondo: "¿acaso el único objetivo de los políticos americanos no es mantenerse en el poder?". Creo que sería algo positivo que para mantenerse en el poder eligiesen eliminar la pobreza. Pero hacen todo lo contrario: quieren mantenerse en el poder, pero no les importa lo más mínimo el 20% inferior de la población.

En su informe usted afirma que si algo distingue a EE UU de los demás países es su falta de empatía con los pobres. En España, aporofobia (fobia a las personas pobres o desfavorecidas) ha sido elegida palabra del año y ha sido incluida en el diccionario de la RAE. Parece que se está convirtiendo en un fenómeno global.

Considero fascinante que se haya acuñado esta palabra. Va en línea con las presunciones de la economía neoliberal y la filosofía libertaria que se resume en que cada persona se las tiene que arreglar por sí sola en vez de desarrollar la solidaridad social. No es algo exclusivo de EE UU, pero sí creo que lo ha llevado a las últimas consecuencias.

En una conferencia que impartió en la London School of Economics en diciembre de 2016 usted se mostró crítico con la comunidad de los derechos humanos por no interiorizar los derechos económicos y sociales como derechos humanos. ¿Puede desarrollar esta idea?

Creo que la comunidad de los derechos humanos ha aceptado la ideología diametralmente opuesta a la ideología comunista, es la que EE UU y otros países han promocionado: la idea de que si toda la sociedad disfruta de sus derechos civiles y políticos, inevitablemente disfrutará de sus derechos económicos y sociales porque el sistema electoral asegurará que haya una cierta distribución de los recursos. En mi opinión, la comunidad de los derechos humanos ha comprado esta idea aun cuando existen indicios muy claros de que un sistema político dinámico puede ignorar al 20% de la población más pobre o cualquiera que sea ese ratio. Tomemos el ejemplo de EE UU. Su elite política ha erigido sistemáticamente barreras para impedir la participación política de los pobres. Por lo tanto, incluso si crees que el pleno disfrute de los derechos civiles y políticos acarreará inevitablemente que se traten los derechos económicos y sociales, en realidad se han tomado las medidas necesarias para que los pobres estén excluidos del sistema electoral. A este respecto un político me preguntó: “¿conoces algún distrito electoral donde haya muchos pobres y vaya algún político a hablarles?” La respuesta es negativa. Su incidencia en las elecciones es tan marginal que ya han asumido que son irrelevantes.

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También señala que en muchas ocasiones se ignora la política fiscal, cuando resulta capital para los derechos humanos.

Sí, la comunidad de los derechos humanos suele estar dominada por abogados y estos suelen estar familiarizados con ciertos fenómenos, como la función de los tribunales, de la policía y en general de los derechos civiles. ¿Pero qué ocurre con la política fiscal? Es algo capital. En EE UU, como en el resto del mundo, es determinante para saber quién tiene qué, qué grupos se benefician, qué grupos se penalizan, etcétera. A mi parecer, una política integral de los derechos humanos que ignora la dimensión fiscal es una mera ilusión.

Recientemente la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Arden, ha indicado que "si tienes cientos de miles de niños viviendo en hogares que no cuentan con lo necesario para la subsistencia, sólo se puede decir que el sistema ha fracasado". ¿Está de acuerdo? ¿No deberían los gobernantes pensar en un sistema económico diferente?

El profesor David Garland ha escrito un libro sobre el Estado del bienestar, en la famosa colección A VERY SHORT INTRODUCTION de Oxford University Press, donde argumenta de manera convincente que el Estado del bienestar siempre fue concebido como una barrera de contención indispensable del sistema capitalista. Es decir, que el capitalismo, por definición, hace que mucha gente fracase al fomentar una competencia feroz entre las empresas. Por consiguiente, la única manera de que el capitalismo sea sostenible es con una estructura de bienestar social que respalde a los que inevitablemente se ha abandonado. Mi respuesta a la señora Arden es que debería preguntarse cómo hemos llegado a la eliminación de gran parte de la estructura del bienestar social y por lo tanto dejando de reconocer que el capitalismo provoca víctimas y que en un mundo ideal el capitalismo solo sería sostenible si es capaz de resolver esa terrible situación. Si sigue la evolución actual, de una subversión total de la idea, de que es indispensable la estructura de bienestar social, supongo que la única conclusión es que necesitamos un sistema económico diferente. Sin embargo, no hay que tener muchas esperanzas porque el neoliberalismo ha conquistado todo el espacio político.

Usted considera que es fundamental desarrollar un régimen jurídico de los derechos, los económicos y sociales.

La comunidad de los derechos humanos nunca ha comprendido la importancia de los derechos económicos y sociales y han seguido el mismo camino de muchos gobiernos, equiparándolo con el desarrollo. Si, por ejemplo, se estableciese el derecho a la salud, muchos dirían que eso significaría gastar centenares de millones de dólares. Eso estaría muy bien, pero no es indispensable. Se empieza por desarrollar un sistema jurídico e institucional que empiece a cobrar forma, pero eso no significa que de la noche a la mañana todos los ciudadanos tengan acceso a una asistencia sanitaria. Los derechos humanos representan inevitablemente una aspiración y no son respetados por sí solos, sino con voluntad política y posibilidades económicas. Sin embargo, creo que se han abandonado los derechos sociales y sólo tenemos programas sociales que no están relacionados con un régimen jurídico. No es intentando convencer a la gente que la situación va a mejorar, sino hacer que se cumplan ciertos objetivos y obligaciones. Por ejemplo, Human Rights Watch y Amnistía Internacional poco a poco están empezando a comprender los derechos económicos y sociales porque se están dando cuenta que algo tiene que cambiar, pero no han desarrollado todavía el régimen jurídico sistemático compatible con sus métodos de trabajo para intentar expandir la promesa de los derechos humanos a una mayor parte de la población. Todavía están asustados por estos derechos al estar preocupados de que sus bases no lo comprendan y de que les acusen de ser comunistas o algo por el estilo.

El alto comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra’ad Al Hussein, no repetirá mandato. Ha dicho que debido al “contexto geopolítico actual, podría significar hincar la rodilla para suplicar; silenciar una denuncia; rebajar la independencia y la integridad que debe tener mi voz”. ¿Cuáles son las consecuencias?

La figura del alto comisionado fue creada en 1993 y desde el principio tuvo destacados oponentes, como por ejemplo Boutros Ghali, secretario general de Unidas. Los secretarios generales no se han sentido cómodos con esta figura y nunca han querido personas con poder por derecho propio. El resultado es que no ha habido ningún clto Comisionado que haya llevado a término su segundo mandato porque cualquiera que haga un trabajo razonable se va a encontrar con la oposición de muchos gobiernos. Zaeid ha hecho un trabajo excelente, por lo que era completamente previsible que esto iba a ocurrir. Ahora, el gran riesgo es que el secretario general estará sometido a mucha presión para que nombre a alguien que no sea igual de enérgico. Personalmente, doy casi por sentado que va a buscar a alguien mucho más complaciente y moderado. La última vez que esto ocurrió fue con el nombramiento del dócil y gentil Sérgio Vieira de Mello porque sus rivales eran mujeres de alto perfil. Querían un perfil humanitario antes que un defensor de los derechos humanos, pero su trágica muerte en Irak dio paso al nombramiento de una mujer de alto perfil, Louise Arbour.

Tanto en España como en Europa la pobreza extrema no deja de aumentar. ¿Va a realizar una visita oficial?

Es posible que visite un país europeo este año, pero todavía no estoy en posición de confirmarlo.

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SILVIA FEDERICI: EL PARO COMO MOMENTO DE COMPRENSIÓN Y TRANSFORMACIÓN

x Mariana Menéndez https://www.lahaine.org/mundo.php/silvia-federici-el-paro-como Conversamos con Federici sobre el paro internacional de mujeres y la actualidad de la lucha feminista

ARTÍCULO PUBLICADO EN La Haine EL 27/02/2017, QUE REPRODUCIMOS AHORA POR SU ACTUALIDAD. Desde que la conocemos, las conversaciones con Silvia han sido siempre muy fértiles. No solo por su lucidez y agudeza teórico-política, sino también por su generosidad infinita en el relato de su experiencia, en esa búsqueda de coherencia entre lo que se hace y se piensa. En la previa del 8 de marzo, conversamos con ella sobre el paro internacional de mujeres y la actualidad de la lucha feminista. Elegimos volver a escucharla hoy, en este contexto tan intenso donde la lucha de las mujeres se despliega con una fuerza por momentos inesperada. Donde cada una desde su comunidad de mujeres pone empeño en organizar, difundir y participar del 8 de marzo y del paro histórico que sucederá en más de treinta países alrededor del mundo. En lo vertiginoso de estos acontecimientos nos venimos diciendo unas a otras: no aceptemos más la violencia, potenciemos nuestra fuerza para multiplicar nuestro ya basta, organicemos encuentros, espacios y marchas que hagan temblar la tierra. Pero también nos repetimos una y otra vez: hagamos más denso el tejido del entre mujeres; potenciemos nuestra ayuda mutua, nuestro autocuidado y reciprocidad; estemos cada vez más movilizadas pero también robemos tiempo para sentir y pensar cómo seguimos, cómo nos auto organizamos cada vez más y qué desafíos está alumbrando la lucha. Dicho de otro modo, al desplegar la lucha ésta ilumina nuevos problemas políticos. De nada sirve hacer sin pensar. Pensemos a partir de lo que estamos experimentando y abramos los espacios para construir los cómo seguir. Nuestras compañeras y hermanas nacidas en las luchas que nos antecedieron portan experiencias que es preciso recuperar para no empezar de cero, para nutrirnos y cambiar. Por eso esta conversación busca ser un espacio-momento para que Silvia nos comparta palabras que nos ayuden a pensar lo que está sucediendo. ¿Qué está sucediendo con la lucha de las mujeres? ¿Qué has reflexionado sobre las últimas manifestaciones en EEUU? Aquí es un momento en el que se está dando una movilización muy fuerte de todos los movimiento sociales, y sobre todo del movimiento de las mujeres. Hemos visto estas marchas en Washington, en Nueva York, en varias ciudades. Mujeres de todo tipo, de todas las edades se están movilizando, sintieron la necesidad de salir a la calle. Y pienso que no es solamente una necesidad de responder a Trump, es la expresión de un gran descontento que se ha acumulado en estos años, porque las situación de las mujeres en todos los niveles, con excepción de una minoría, se ha deteriorado desde hace mucho tiempo, enfrentando una crisis en su vida cotidiana. Esta es una crisis de trabajo, una crisis de falta de tiempo para sí mismas, una crisis de la relación con los otros, es el no tener recursos, no tener tiempo ni acceso a los servicios más fundamentales. Además de enfrentarse continuamente a la violencia, que es violencia individual pero también del estado, de la policía, en las cárceles, es la militarización de la vida

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que aquí es cada vez más fuerte. Creo que ahora estos son los elementos que unifican y pueden unificar al movimiento feminista. Es un movimiento contra la violencia y los abusos institucionales, pero también es una manifestación de deseo, de voluntad de construir una sociedad diferente. En estas marchas, en Nueva York por ejemplo, se podía ver una gran creatividad, mucha fuerza y energía, por eso se puede comparar con lo que sucedió en los años setenta. Es un movimiento que ha crecido mucho en los últimos años, sobre todo a partir de la desilusión que tantas mujeres han experimentado. Se pensó que trabajar fuera de la casa posibilitaba conseguir autonomía. Y no nos dio autonomía porque el trabajo es precario, no da seguridad. Lo que vemos es un gran número de mujeres, y hombres también, cargadas de deudas. Han luchado por entrar a las universidades, como se luchaba en los años setenta, y ahora con la privatización de la educación deben un montón de dinero para poder estudiar. Muchas jóvenes con veinte años no pueden ver cuál va a ser su futuro. ¿De qué luchas previas se nutren estas manifestaciones? Porque al mirar las imágenes -no podíamos dejar de mirar lo que pasaba, la cantidad de personas- desde el sur nos preguntamos ¿de dónde se están nutriendo? ¿de dónde nació ese desborde? ¿qué había previamente organizado? Creo que la decisión de una parte del establishment americano de apoyar a Trump ha sido una respuesta a las luchas que ya se estaban dando. Por ejemplo, la lucha por el aumento del salario mínimo ha involucrado a muchas mujeres muy fuertemente, y siempre se cruzaba con la lucha de los migrantes. Porque son sobre todo las mujeres y las personas migrantes las que tienen salarios muy bajos. También ha crecido un movimiento estudiantil contra la deuda generada por la falta de gratuidad. Por otro lado, muchos han apoyado a Trump pensando que sería el presidente que cortaría las deudas e implementaría una educación gratuita. Es también creciente la movilización contra el control del cuerpo. Por ejemplo, en muchos estados se redujo drásticamente el acceso al aborto. Hoy las mujeres se enfrentan con dificultades en todos los lugares donde están, con cortes en servicios como la educación y la precariedad de la vida, ninguna sabe si tendrá o no trabajo. Sobre todo entre jóvenes y mujeres no se ve qué tipo de futuro se tendrá. También la rabia y la indignación contra estos abusos, la violencia institucional continua, la matanza de la policía sobre los y las jóvenes de color, migrantes, latinos. La conciencia de que vivimos en un régimen muy brutal, que no es una novedad, pero que ahora ya no se puede no ver. En los últimos años casi todos los días un joven negro fue asesinado con una impunidad absoluta. Entonces, hay un descontento muy fuerte, económico y no económico, porque los dos están conectados. Porque está claro que esta violencia se justifica y se sostiene en la represión y en la precariedad económica. ¿Cómo estás viviendo estos mismos movimientos en el plano internacional, por ejemplo lo que está siendo en este momento la organización del paro internacional de mujeres? Es una idea muy excitante, sobre todo esta dimensión internacional de las luchas es muy importante. En las últimas semanas ha sido muy importante ver tantas movilizaciones en todas las ciudades al mismo tiempo, el sentimiento de ser parte de algo que se está moviendo en muchas partes del país y del mundo. Así como la respuesta al llamamiento de paro de las compañeras en Argentina en octubre pasado que fue muy fuerte. También aquí muchas compañeras salieron a la calle. Todavía es difícil saber, pero es claro que solamente algunas podrán hacer el paro porque hay tantas dificultades prácticas para organizar un paro de las mujeres, sobre todo en un país como EEUU, donde existen realidades tan diferentes y hay grupos de mujeres tan diversas, en una situación donde faltan los servicios sociales, donde muchas mujeres son solteras y no tienen un marido que pueda sustituirla. Pero se envía una señal importante, es una posibilidad de compromiso con las nuevas formas de lucha y de organización. Ojalá sea un compromiso para crear redes de comunicación entre mujeres de

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diverso tipo. Crear un tejido social más fuerte, capaz de resistir a lo que está sucediendo y también empezar a construir nuevas relaciones. Empezar a implementar lo que se viene hablando sobre formas de auto gobernarnos, reclamar el control de nuestra vida, empezar el proceso de no solamente ponernos en contra sino ir definiendo qué tipo de sociedad queremos, cómo vamos a construirla, qué precisamos de inmediato y cuáles son los objetivos del futuro. Yo creo que es importante hoy abrir una visión estratégica, no solamente salir a la calle, sino salir a la calle con una visión de lo que deseamos e intentamos construir. Sería una pena si vamos a la calle todas contentas y después regresamos a casa y no se une este momento con la construcción de algo distinto. Por eso es importante no solo demandar a un estado que no responde, sino comprender contra qué luchamos, que no son personajes. Estos personajes son la expresión de un mal que es el sistema. Comprender lo que está sucediendo a nivel económico, político, ecológico y empezar a hacer las conexiones. Es verdaderamente la misma lucha: luchar contra la contaminación, contra el capitalismo, la precarización de la vida y el despojo y luchar contra el patriarcado son momentos diferentes de una misma lucha. Pienso que esta movilización puede ayudar a crear conciencia sobre la interconexión de estas luchas. Ojalá tengamos la capacidad crear un terreno de unificación entre mujeres distintas. Nosotras sentimos que nos entusiasma el paro y la movilización porque es un mensaje, es una disputa en varios planos, también simbólica. Acá en el sur, sobre todo la idea de la doble jornada, el trabajo doméstico, ha tomado mucha fuerza porque al discutir el paro hubo que intercambiar sobre qué precisábamos para parar. Eso dio lugar a un montón de discusión entre mujeres. Muchas han planteado que no pueden parar porque están solas con sus hijos e hijas, entonces vemos formas diversas de parar y participar. No nos proponemos hacer un paro en el que si no podés parar las veinticuatro horas no formás parte de la jornada y de la lucha, sino hacer un paro que diversifique las opciones y todas podamos participar. Justamente, yo pienso que a partir de las dificultades de hacer este paro, de las dificultades de las mujeres que no pueden dejar a sus hijos, es importante comprender cuál es el paso próximo. Porque, ¿qué pasa con estas mujeres que están encarceladas por el trabajo doméstico todos los días y que no tienen a nadie que las pueda ayudar? El paro es un momento de comprensión y de transformación, porque mirando estas dificultades organizativas se puede ver qué necesitamos, qué se puede hacer como cosa urgente. Ver que existen tantas mujeres que no pueden ir a una reunión, al cine, porque son prisioneras de ese trabajo. Cuando estuve en Bruselas unos meses vi que allá las compañeras han impulsado la iniciativa de describir su jornada de trabajo y luego han recogido esos testimonios. Han dicho también al estado “todo esto es lo que las mujeres hacen”, están intentado decir “esta es la cuenta por todo lo que hemos realizado”. Este tipo de acciones pueden incrementar la conciencia y permiten pensar nuevas prácticas. Porque si estamos encarceladas en el hogar entonces ¿qué estructura necesitamos en lo urbano, en el barrio, para dar respuesta?, ¿cuáles son las necesidades inmediatas y urgentes? En esa clave, al pensar el paro lo estábamos concibiendo como un momento pedagógico para nosotras y para todas las mujeres, por tanto para señalar los desafíos en todos los sentidos que vos nombras, para pensar qué movimiento tenemos que construir, bien atado a la vida y la cotidianidad. Pero también señalar los límites de la izquierda, los límites de ciertas formas de hacer política, lo que sucede con el sindicalismo. El paro iluminó muchas cosas, no solo para el propio movimiento de mujeres sino para muchas más personas.

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Así es. Antes existieron sindicatos que se ocupaban de la vida, del barrio, que luchaban tomando en cuenta toda la vida de las trabajadoras y trabajadores, no solo sobre las ocho o nueve horas. Ahora es una forma burocrática que ya no funciona más, que no puede dar respuestas. He estado hablando con una compañera que organizó en Islandia el paro de 1975, desde allí las mujeres se han organizado en espacios urbanos donde se conversa, se circula información, en todas las ciudades están estos espacios que son experiencias colectivas para las mujeres. Estos lugares han facilitado mucho la organización, porque cada uno ha sido un punto de expansión de la información, de la táctica. Me gusta mucho pensar que se pueden crear estos lugares, espacios de las mujeres. Crear, desde donde una vive, espacios donde cuidarnos y dar discusiones entre mujeres. Insistir en la capacidad de crear, reclamar el espacio, el derecho a la ciudad. Es importante pensar este momento como un momento histórico, lo que está pasando con el Encuentro de Mujeres en Argentina, que se organice algo internacionalmente de forma autónoma sin los recursos y la intervención de la ONU. Se han hecho acciones todos los 8 de marzo, pero este año está la dimensión internacional. Esta jornada está reviviendo el sentido del 8 de marzo y dando lugar a un nuevo internacionalismo. Pero es importante pensar estratégicamente qué es lo que queremos. Claro que no podemos saber muchas cosas, pero sí qué precisamos saber. Necesitamos una visión estratégica más allá de la manifestación. También la memoria histórica es importante para crear resistencia, la memoria sobre lo que ha significado este día para la lucha de la mujeres, sobre el internacionalismo feminista y el significado de eso en la actualidad. Creo que hoy las mujeres debemos estar más presentes en las luchas contra la guerra. En estas manifestaciones en EEUU no se le ha dado suficiente atención a la problemática de la guerra. Este punto es importante desde la perspectiva latinoamericana y también nos preguntamos por esto que nombras. La gente se moviliza cuando puede, cuando hay conciencia y voluntad, pero ¿qué piensa sobre las invasiones y la guerra el pueblo estadounidense? Ahora se ven límites que no se veían y se empieza a insistir en la necesidad de la lucha contra la guerra. Han estado y están bombardeando con drones Yemen, han destruido Medio Oriente. Existe una relación fuerte entre la guerra permanente y la militarización de la vida aquí, por eso es importante esta temática. ¿De qué internacionalismo hablamos si no? Es importante que todos digamos que no se puede excluir a las personas de ningún país, pero también que no se debe bombardear ni destruir la vida en ningún país. Pienso que en los materiales que se van a preparar y escribir es importante tener esta visión histórica del internacionalismo feminista. Con respecto a la memoria histórica, al crecer bastante la auto organización de las mujeres en varias ciudades de Uruguay, las compañeras plantean una sensación de ser huérfanas, de empezar una lucha sin saber que otras mujeres lucharon antes, desconociendo qué problemas tuvieron y cómo se organizaron. ¿Tuvieron esta sensación en los años setenta cuando el movimiento desbordaba las calles? Para nosotras fue muy importante el trabajo de comenzar a reconstruir la historia de otras mujeres, de comprender de dónde venimos, cuales fueron nuestras madres, reconstruir y pensar en el feminismo liberal, en el feminismo socialista -del que nace el 8 de marzo-, saber lo que planteaban sobre la liberación de la mujer. De la historia del feminismo en América Latina he descubierto dos años atrás la lucha de las mujeres en Argentina, a Virginia Bolten y su consigna “ni patrón ni marido” y su periódico La Voz de la Mujer. Las historias locales, en el Río de la Plata, también son muy potentes. Por ejemplo, la consigna de las mujeres en Uruguay en los años ochenta era

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“nosotras queremos cambiar la vida”. Es hermoso reconectar con esas luchas. Es imprescindible conversar con estas mujeres que son libros vivientes, libros de la historia de las luchas. Esta concepción que planteas es importante para construir una memoria larga. Tú te sientes parte de algo, no puedes mirar el futuro sin mirar el pasado. Solamente cuando ves toda la historia de lucha, los límites, los problemas de las experiencias organizativas pasadas, intentas no repetir las mismas cosas. No puedes identificar lo que estás haciendo si no miras que se ha hecho antes y cuáles son las diferencias, aprender de esa experiencia, no pensar que has inventado todo. ESCASOS DÍAS NOS SEPARAN DEL PARO DEL 8 DE MARZO. LAS PALABRAS DE SILVIA, QUE SON LAS DE UNA LUCHADORA QUE REFLEXIONA Y TEORIZA A PARTIR PREOCUPACIONES QUE TAMBIÉN SON LAS NUESTRAS, SEGURAMENTE SERÁN FÉRTILES PARA SEGUIR CONSTRUYENDO ESTE CAMINO, QUE ES EL SUYO Y EL DE MILES DE MUJERES QUE POR TODO EL MUNDO VAN DICIENDO ¡YA BASTA! www.zur.org.uy / www.dariovive.org TEXTO COMPLETO EN: HTTPS://WWW.LAHAINE.ORG/SILVIA-FEDERICI-EL-PARO-COMO

Mundo del trabajo

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CONOCÉ LAS 8 TENDENCIAS GLOBALES DE LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI

http://noticias.universia.com.ar/en-portada/noticia/2015/02/06/1119615/conoce-8-tendencias-globales-educacion-siglo-xxi.html

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JEAN TIROLE / PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA. AUTOR DE ‘LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN’

“NECESITAMOS MÁS FLEXIBILIDAD PARA LOS TRABAJOS INDEFINIDOS Y MENOS PARA LOS TEMPORALES”

http://ctxt.es/es/20170607/Politica/13173/CTXT-Jean-Tirole-economia-Nobel-trabajo.htm JORGE MORUNO / SOCIÓLOGO. AUTOR DE ‘LA FÁBRICA DEL EMPRENDEDOR’ “La crisis de régimen es la crisis de la sociedad del empleo” http://ctxt.es/es/20170503/Politica/12528/Moruno-empleo-renta-basica-la-fabrica-del-empendedor.htm

NO HACE FALTA UNA RENTA BÁSICA: CINCO MEDIDAS PARA AFRONTAR LA AMENAZA DEL DESEMPLEO TECNOLÓGICO

El debate sobre cómo responder a la revolución digital será una de las discusiones más importantes durante los próximos años http://ctxt.es/es/20170329/Politica/11828/renta-basica-desempleo-tecnologico-revolucion-digital-politica.htm

TENDENCIAS EN EL MERCADO LABORAL EN EL SIGLO XXI

https://www.gestiopolis.com/tendencias-en-el-mercado-laboral-en-el-siglo-21/

TENDENCIAS DEL EMPLEO Y LA COHESIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/article/wcms_195944.pdf

OIT: LAS MUJERES SIGUEN TENIENDO MENOS POSIBILIDADES QUE LOS HOMBRES DE PARTICIPAR EN EL MERCADO DE TRABAJO EN GRAN PARTE

DEL MUNDO http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_619550/lang--es/index.htm

PERSPECTIVAS SOCIALES Y DEL EMPLEO EN EL MUNDO – TENDENCIAS 2018

OIT: El desempleo y los déficits de trabajo decente permanecerán elevados en 2018

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El informe de referencia de la OIT muestra que si bien la tasa de desempleo mundial se está estabilizando, el desempleo y los déficits de trabajo decente se mantendrán a niveles persistentemente altos en muchas regiones del mundo. http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_615695/lang--es/index.htm

DESEMPLEO DE LAS MUJERES LLEGÓ A 9,8% EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

El deterioro de las condiciones laborales afecta más a la fuerza de trabajo femenina. Es importante insistir en buscar una mayor igualdad en el empleo, dijo el Director Regional de OIT, José Manuel Salazar, en un artículo* difundido esta semana con motivo del Día Internacional de la Mujer.

http://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_546521/lang--es/index.htm

OIT: EN 2017 EL DESEMPLEO AUMENTÓ POR TERCER AÑO CONSECUTIVO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, PERO BAJARÍA EL PRÓXIMO AÑO

La tasa bajará en 2018 si se mantienen los pronósticos de crecimiento económico, dijo la OIT al presentar el informe anual Panorama Laboral de América Latina y el Caribe. La región presentó desempeños mixtos, con algunas señales de mejoría y otras de deterioro en los promedios regionales y subregionales.

http://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_614125/lang--es/index.htm

PANORAMA GLOBAL LABORAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, 2017

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_613957.pdf

El futuro del trabajo que queremos. La voz de los jóvenes y diferentes miradas desde América Latina y el Caribe .

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_561498.pdf

Capacidades emprendedoras, los emprendimientos, el empleo y la innovación social de las y los jóvenes

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_533609.pdf

SALARIO MINIMO

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http://salariominimo.com.mx

PALABRAS-AMO: LO LIBERTARIO, LO UTÓPICO, LO SUBVERSIVO

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238782 Laura Ciancaglini Rebelión

La palabra libertario es difusa: apenas luce en el credo de pensadores anarquistas de otros siglos, quienes se afirmaban sobre el mundo que les había tocado desde la rebelión de una libertad sin gobierno, leyes ni fronteras; abrían sus ataques de romántica frontalidad contra un estado autoritario desde su fundación, y en ese romanticismo cifraban una mística y una metodología.

El liberalismo del siglo veinte también va tragando a su paso las conquistas y luchas frustradas de la historia de los pueblos, y se apropia en el camino de toda jerga o vocabulario que pueda servirle, despojándolo de un sentido que evoque fuerza y rebelión ante los poderes de facto.

Está visto que hoy y siempre, el sistema acuña palabras bien utilizadas por viejas generaciones; las revuelve en el caldero brujeril de una lexicografía de lo lícito, y las echa al ruedo del habla a través de sus esbirros tertulianos y blogueros. Sin darnos cuenta, estandariza lo maldito, revienta la poesía de voces que dijeron palabras malquistadas con los amos a la hora de levantamientos populares y revueltas. Las desactiva, las vuelve anodinos comodines en el caos parlanchín de las radios, y en las verborreas del supermercado de la tele.

Sin embargo, nos siguen asombrando todavía los románticos anarquistas, por la obstinación secreta de esa furia huraña e insociable, casi privada y de justicia propia, que podría revertir un orden prepotente y territorial. Pero esas certezas de hierro, forjadas al calor del ideario de una concepción de libertad de seres apartados, no fueron más que estallidos y focos aislados de gente que molestaba a los mandones y a los terratenientes, dándoles razones para endurecer aún más las leyes represivas de la época. Y como parece que la libertad es un bien individual, las luchas sólo podían desarrollarse desde inconformistas solitarios que militaban en nombre de otras libertades no luchadas o impotentes. Casi como picaduras de mosquito para un león desprevenido.

Siguiendo con el ejemplo, el liberalismo económico norteamericano, validado por su fiel intelligentsia, adoptó el término libertario durante la segunda guerra mundial para nombrar a los partidarios de un orgulloso individualismo que defendía la propiedad privada por sobre todas las demás libertades. El término evolucionó luego hacia libertarismo, y por fin, a nuestro liberalismo actual, siendo así devuelto su significado primigenio al término, aunque hoy nadie lo use más que como sinónimo de ensoñación de cambios impracticables en la realidad material.

Nunca deja de sorprender que la palabra liberalismo no aluda a la libertad sexual o a la liberación de las clases oprimidas, sino a un sistema económico que en última instancia tiende a revocar estas libertades de forma sofisticada e indirecta. Libertad de comerciar, de pagar lo menos posible al fisco, de hacer negocios en lo ilimitado de un intercambio natural y espontáneo. La libertad a la carta para sacar el mayor provecho de la depredación sin repuesto de los recursos naturales; la libertad de expoliar el planeta y sus riquezas; la libertad empresarial de someter a las masas trabajadoras con contratos basura y derechos laborales mínimos y pisoteados. La libertad de que a ningún depredador, ávido y codicioso, se le pise el poncho en el éxito de su “emprendimiento” (palabra-acto que encierra una nueva ilusión de lo imposible).

¿Qué palabras quedaron vigentes para nombrar lo que hoy reedita su versión en resonancia y ecos de lo mismo?

El comunismo no es una amenaza ya para el mundo, por lo tanto no hacen falta ahora políticas de bienestar social ni paritarias, ni subsidios que implanten la convicción de que en las democracias neoliberales también hay una distribución justa e igualitaria, y que no se necesitan radicalismos de

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izquierda. Como el cuco rojo pasó de moda, hoy la mascarada del Bienestar Social cae de manera impúdica sobre la memoria lábil de los pueblos indignados.

En aquella versión originaria de lo libertario, la palabra pivote era resistencia. Aplicada al mundo de hoy se trataría de una resistencia jurídica ante el avance de decretos camuflados de leyes parlamentarias; resistencia ciudadana en un mundo administrado por empresarios y políticos accionistas y asesores de lobbies. Y precisamente, son ellos quienes hacen circular un puñado de conceptos de los que se apodera el periodismo, portavoz y gendarme de la propiedad privada comunicadora.

Nos alienamos entonces en categorías, sin más, y no es necesaria ya la fuerza bruta ni el abuso de poder para convencer a nadie de que lo establecido como verdad es lo justo y adecuado, o sea, lo normal. El resto de lo que cae por fuera del discurso será lo patológico, lo medicable, lo absurdo o peligroso.

En base a estos conceptos acatados por la masa televidente, oyente de radio y lectora de periódicos, se estandariza lo subversivo de un mensaje que haga ruptura en el discurso social, para desactivarlo o negativizarlo en su posible efecto revolucionario. De esta manera, aquello que podría subvertir un orden vertical se sataniza y devalúa un decir aceptable que baja a imponerse, al mejor estilo de los Artículos de Fe de la Iglesia durante su período teocrático.

Es interesante la sutil diferencia entre los conceptos atopía y utopía, y su morbosa confusión por parte de los habladores intelectuales del medio periodístico. La atopía es aquello que no comparece en ningún tiempo y lugar.

A través de la literatura política, filosófica, e incluso la narrativa, el discurso social busca convencernos de que la utopía es exactamente lo mismo que la atopía, cuando en realidad, es lo que no ha acontecido todavía en tiempo y lugar, pero que sin embargo podría acontecer algún día remoto si se dan para ello las condiciones materiales. Algo bien diferente y contrario a los determinismos de los que mandan, y que debe volverse un faro que alumbre un cambio revolucionario de la vida.

Tenemos aquí el carácter subversivo del concepto utopía, y por qué es preciso deshabilitarlo como posible por los que frenan toda chance de terminar con el hambre en el mundo y una repartija saqueadora, de pulsión apoderante y criminal asimetría.

Desde luego que si la lengua construye la concepción del mundo de quien habla, ella misma no escapa al control de los manejos lingüísticos que el poder ejerce sobre sus hablantes. En definitiva, pensamos y hablamos como se precisa para no perturbar la dirección ideológica que toma el discurso social, implantado en la comunidad que dice lo que habla.

En la cosmovisión medieval del hablar, ejemplos del control moral de la Iglesia sobre las palabras son los términos infidelidad, compasión, abstinencia, caridad, pecado, libertinaje, indecencia, suplicio, renuncia, culpa, sacrificar, resignación, etc. Todas estas palabras indican una legalidad monádica que se metía por los entresijos más privados de la vida de la gente. Las categorías de pensamiento construidas alrededor de estos conceptos atravesaban como lanzas el hablar de nuestros antepasados, sujetándolos a una prisión verbal que maniobraba a su antojo el mundo simbólico de cada existencia.

En lo colectivo de la comunicación, la subjetividad se alineaba en el zumbar absolutista de estas mismas palabras, repetidas una y otra vez. Palabras que maniatan con un significado que domina la escena, y excluyen la experiencia que se oponga a su sentido. El sexo, las traiciones, la enfermedad, la muerte y el dolor físico, el hambre, la continuidad milagrosa de una vida; las pestes como castigo divino o complot vengativo de los judíos de Europa, etc. Todos esos rumores pasados de aldea a aldea por los caminantes y juglares. Palabras que construyen la realidad magnífica de todo lo que nadie puede ver ni tocar.

Las palabras medievales condensaban la vida en un perímetro perfecto. Se aceitaban como andariveles certeros para desarrollar una vida sin preguntas. ¿Es acaso hoy una reedición sofisticada de aquel oscurantismo que ponía en la boca de todos lo que era preciso decir para estar hablando de algo? ¿Cuáles serán hoy las palabras que equivalen a aquellas de la era medieval? Buen ejercicio, el

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de tantearlas en un semillero de canjes, reemplazos semánticos y arcaísmos recobrados para mencionar cosas absurdas y fugaces. Palabras que perdieron el vigor fundacional de su emergencia política, repetidas sin énfasis por bocas que saben mentirlas con talento.

Apagados los imaginarios de otros mundos que tuvimos, las palabras subversivo o subversión han sido despojadas de su sentido original en una esfera que apuntala lo más simbólico del término, esto es, aquella acción o mensaje que busca agrietar siempre lo dado, ponerlo en falta y amenazar su perpetua y aparente condición de natural.

En cambio, la connotación que soporta la palabra para la audiencia es la de algo maligno que introduce lo siniestro. No es casual que subversivo sea hoy un concepto leído como sinónimo de terrorista. En este rumbo , la condena es la realidad instituida y no instituyente, traducida en el recorte de lo que vemos en la pantalla de la tele a diario, y en las noticias con que los medios (hegemónicos, por antonomasia) van esculpiendo la opinión pública; the common sense, como quería Stuart Mill.

En las dictaduras latinoamericanas de los años setenta, los subversivos eran los jóvenes secuestrados en sus casas, arrancados de sus camas calientes en plena madrugada. Los militantes de base, los operadores sociales y alfabetizadores de barriadas y villas de emergencia, los obreros gremialistas, los docentes politizados, y un número extenso de estudiantes y profesionales liberales que pertenecían a sectores medios. Todos ellos, desarmados.

La palabra subversivo fue reflotada por los gobiernos militares genocidas para presentar un enemigo bien nombrado a la sociedad. Como parecía imposible combatir lo innominado, según los manuales castrenses, hubo la restauración semántica de un término casi no utilizado antes en el habla coloquial. Un término que nombraba a aquellos anarquistas que ponían bombas en lugares públicos y casas particulares de gente del poder. ¿Para que robar el significado de palabras corrientes, existiendo ya la palabra adecuada?

Subvertir un orden representaría la ignominia del asocial que corrompe el cuerpo de la sociedad que lo ha producido como individuo. La biopolítica da sus peores metáforas corporativas: el gusano que corroe y pudre manzanas humanas, el cáncer que avanza ganando tejidos a la enfermedad del cuerpo social, lo tóxico que es necesario bloquear para que no haga estallar el organismo entero.

Acepciones de subversivo son: levantisco, agitador, rebelde, guerrillero, peligroso, golpista, perturbador, sedicioso.

¿Quiénes deciden los contenidos de los diccionarios de cada lengua? ¿Existía el concepto de subversivo antes de los movimientos insurgentes en las revoluciones americanas? ¿Se habría acuñado antes de la Comuna de París, de 1871, o de la revolución de 1905 en la Rusia zarista?

¿Cómo nos necesitan los Señores Feudales contemporáneos para conservar su dominio sin interrupción?: incultos, apolíticos, escépticos o desencantados (pues se acabó el hechizo del Ideal), superfluos charladores, ideológicamente confundidos, jamás comprometidos con el otro semejante, racistas, patriarcales, devotos perseguidores del dinero, antisemitas, consumidores conspicuos de toda mitología (zodíaco, tarot, ufologías, conspironoia, preppers, orientalismos ortopédicos, etc.), fanáticos voyeurs del fútbol, amnésicos de los avatares de la historia, los genocidios y las guerras; obsecuentes con los fuertes, ávidos de objetos y artefactos; sufridores en la íntima tragedia de un cuarto miserable, en la entrega cotidiana de esa libra de carne a un Shylock de turno, sin lumbre sindical de lo que cierta vez fueron derechos; la obscena precariedad en su asunción de lo dado como inapelable. La negación de lo colectivo como proceso solidario de recuperación social. Lo libertario, triunfante en su acepción norteamericana.

La libertad de la que gozamos es la del consumo, la de los créditos, la de anhelar posesiones y viajes que nunca gozaremos más que a través de los refuerzos publicitarios y esa probabilística engañosa de los juegos del azar. La libre libertad del libre mercado, en el que nada de lo que haremos carece de valor. Las palabras hechas realidades que predican: precio, activos, gasto, insumo, flujo, ahorro, inversión, crédito, prorrateo en plazos que duran la completa existencia del deudor. La tasa de un

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interés que flota en la angustia de uno mismo. La libertad de entrar al cepo para obtener bienes, sin quedar del otro lado de la alambrada.

Lo único que queda para echar mano al rescate conceptual es la coherencia que persiste de aquella utopía libertaria de fines de siglo XVIII, delatando la gran farsa en la que los ciudadanos desesperados rastrean una chispa de fuego eterno dentro de su celdilla en la colmena.

Poner el dedo para señalar y dejar la falta a la vista; ser aquel tábano socrático sobre el lomo del caballo aletargado, para que éste despierte a otra realidad potente y en potencia.

Lo subversivo hoy será, entonces, poder discriminar el espectro consumista que se nos propone para perpetuarnos en un sistema que nos conviene en varios aspectos, pero que también nos deja encadenados a una inmovilidad política sin precedentes.

La resistencia a la estupidez (naturalizada como cultura de masas), la recuperación de una ética que rompa la ecuación mortífera del dios Capital ("Tanto tienes, tanto sirves para algo"); todo este trabajo de desalienación de conciencias sería la llave de lo libertario, en aquel sentido de los románticos y utópicos.

Los rebeldes, los insurrectos de hoy son los que no aceptan las reglas de sujeción a un plan de dominio intelectual, sostenido con fiereza de atlas en cada uno de los aparatos ideológicos de Estado. El proyecto (sin plan documentado) ha sido desde siempre adormecer a las nuevas generaciones en la escuela, en el cine, en el fomento dedicado del consumo de sustancias y de alcohol, en las pronto olvidables series de quince temporadas; en los programas reality de insolencia chabacana; en las universidades y sus currículas pagadas por los lobbies alimentarios, farmacológicos, agropecuarios, empresariales, etc.; en la literatura de lectura cada vez más fragmentada, cada vez más baladí e innecesaria. La literatura de pie de foto, de frase circulante de cartel; aquello superfluo que borra sin disimulo la historia de la poesía de las cosas. La aniquilación voluntaria de toda forma de concebir la vida fuera de los términos que el neoliberalismo sobredetermina desde el primer descubrimiento del mundo de la Cultura. La poesía hecha humo, reliquia sólo analizable en sesudas cátedras de teoría literaria. El twitter, como pretensión de coagular lo principal en lo liviano pasajero. El instagram, como habitáculo instituido de una imagen que no vale ni siquiera tres palabras. La banalidad de la estulticia, remedando a Hanna Arendt.

Atontar con nuevos contenidos y palabras para la desmovilización política y poética, para esa libertad que facilita la desgracia individual, intramuros, en una tragedia singular que se llora a sí misma, culpable por no obtener logros y capacidades que el sistema demanda con violencia sutil, etérea, seductora. Atontar para el aburrimiento en horas de ocio, para el dócil empuje de años que transcurran en torno a escenas parecidas. Atontar para tocar el riesgo y la velocidad en deportes desafiantes de la ley de gravedad, obligándonos a apostar a una adrenalina en alto como única manera de comprobar que estamos vivos.

Atontar mientras somos nosotros ahora los que seguimos vaciando de sentido las palabras aguerridas, palabras que inscribieron cierta vez gloriosas gestas en la historia. Palabras que hoy se escuchan ampulosas y de otros tiempos más lentos y menos productivos. Palabras que contienen en sí mismas una realidad hecha de significados que ya no comparecen.

Si la lengua la hacen los hablantes, nuestro hablar deshilacha lo bien dicho en imaginarios sepultados; la dominación que aliena en un decir actual que nos atropella lo que no volveremos nunca a decir del mismo modo. Prueba de este cinismo es el discurso de la clase política en el poder: nada de lo que se diga (o desdiga) quedará registrado como escándalo o motivo suficiente para una dimisión o una auténtica condena popular. En tiempos de caballeros y duelistas, la palabra dada implicaba, incluso llegar al suicidio por oprobio o escándalo público de corrupción.

Las órbitas del intercambio se unifican en un código que ablanda y desconecta lo inaudible como tal. Lo adultera antes de soltarlo al ruedo de lo posible, lo disfraza de impostergable y de normal, de accesible y demasiado humano, para que lo recibamos desde la empatía. Todos nos apropiamos de lo ofrecido, lo echamos a la cadena de montaje verbal que acopia y hará circular lo que se permite decir

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hoy sobre las cosas del mundo, aquellas cosas que habrá que considerar para darle algún tipo de sentido a lo dado.

Como los dioses griegos, los que mandan hoy se muestran sin disimulo con sus debilidades humanas, en una apertura discursiva sin sanción, para que nos identifiquemos en la cercanía de sus errores personales. Las palabras cínicas que construyen realidades esquivas y tendenciosas. El sofisma viaja cómodo de arriba hacia abajo, moviéndose en la univocidad discursiva que lo ampara y convalida. Ya no se precisa el conductismo para atrapar a la gente en monotemas, modismos o clichés. Lo subliminal es una pieza del museo de los recursos de penetración de mercado. No queda nadie para convencer: somos Capitalismo, somos Consumo, somos la legión zombie que marca el paso en la urdimbre de la especie.

Las palabras nos van conversando en una ronda de códigos, nuevos decires, desencuentros, puros equívocos que nunca saben aclararse. Tallan y bordan caminos que se cruzan con los otros para hablar. Alzan proyectos dichos, pronunciables; apagan sueños contados a viva voz, cambian sobre la marcha lo posible por lo cierto, y sostienen en automático el control de nuestras pequeñas barbaries cotidianas. No usamos palabras al azar para decir lo nuestro: escogerlas es un destino predeterminado que partirá de la ideología y su mirada del mundo. Es una flecha disparada en el aprieto existencial de seres que se hablan sin parar nunca, metidos de los pelos en un corredor de balbuceos y revuelos neuróticos que dicen y dicen sin cesar.

Decir lo que el amo quiere que digamos es la batalla mejor ganada desde el poder hacia la masa. Es el bastión que domina sin esfuerzos la vida humana en su transcurrir globalizado. ¿Y qué querrá el amo lingüístico que pongamos en el melodrama del decir? ¿Cuáles palabras inventan hoy imaginarios que amaestrean para la inmovilidad política y el consumismo?

Palabras asociadas a la política institucional, como usina de desmanes, latrocinio y corrupción. La política fusionada a lo político, en la remota injerencia de un ciudadano que debe resignarse a leer las noticias en el diario. Palabras-estuche de contenido sorpresa, ¿cómo leer palabras que enjuagan los significados, según la conveniencia del que habla? No decimos de casualidad lo que creemos decir, y las palabras que usamos no son nuestras en la elección instantánea de su uso. No hay palabras inocentes ni robadas. Desde la biopolítica otra vez, seremos un cuerpo tenso y extenso, impasible, amnésico y robusto de palabras que se prestan y avasallan. Pero en ese mecanismo eficiente del hablar, un discurso supremo tirará siempre con fuerza de los hilos.

BRASIL: “HAY DISPUTA AL INTERIOR DEL PROPIO EJÉRCITO”, CONSIDERA ESPECIALISTA

Para el profesor Alexandre Fuccille, de la Universidad Estadual Paulista (UNESP), los generales Eduardo Villas Bôas y Sérgio Etchegoyen encabezan dos vertientes opuestas del Ejército: una profesional y otra conservadora. http://www.laondadigital.uy/archivos/26499 Villas Boas y Etchegoyen: El primero nombrado por Dilma, el segundo alineado a Temer. (foro de Marcelo Camargo/Agência Brasil e Wikimedia Commons) La intervención federal decretada por el presidente Michel Temer el viernes 16 puede ser inédita, pero no es la primera vez que militares son convocados para ir a las calles en Rio en plena democracia. Desde 1992, se trata de la 37ª operación en involucrar la presencia de fuerzas armadas en la Ciudad Maravillosa. No porque sí, Alexandre Fuccille recurre con frecuencia a las experiencias anteriores con el Ejército para explicar la situación actual. “No se busca combatir el crimen organizado o mejorar las condiciones de seguridad de la población fluminense. Hay otros intereses”, afirmó el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Estadual Paulista (Unesp). La int1ervención tiene todos los elementos para no funcionar, dice el especialista.

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Fuccille, que trabajó en el Ministerio de Defensa durante el primer mandato del ex-presidente Lula y presidió la Asociación Brasileña de Estudios de Defensa, ve el servicio militar como esencial para la seguridad interna y defiende un debate claro entre militares y civiles. El especialista considera que hay una disputa al interior del propio Ejército sobre qué conducta debe ser asumida. “Hay por lo menos dos vertientes del Ejército brasileño”, afirma. Una es la del Comandante del Ejército (el general Villas Bôas) que encuentra temeraria esa banalización del empleo de las fuerzas armadas en misiones de Garantía de la Ley y el Orden (GLO). La otra vertiente es la encabezada por el ministro-jefe del gabinete de Seguridad Institucional, [el general] Sérgio Etchegoyen, que dice no ver ningún problema y utiliza la vieja máxima entre los militares de que misión dada es misión cumplida. Fuccille es también un optimista. Para él, la intervención es una oportunidad para que avance en la población el diálogo sobre el papel del Ejército en la sociedad — y una prueba de que la mentalidad militar no cambió en nada en las últimas décadas. ENTREVISTA – Carta Capital: ¿A qué refiere la intervención federal en Río sobre la relación entre los militares y el poder político? – Alexandre Fuccille: Ahí tiene un debate de fondo que no está siendo encarado – principalmente por parte de la Presidencia de la República – que son las cuestiones sociales. Se deben resolver los problemas sociales del Brasil y de Río para acabar con la violencia y la criminalidad. Otra cuestión importante es la ausencia de un debate más serio sobre la cuestión de las drogas o de la descriminalización de las drogas. Rio de Janeiro no tiene frontera con ningún otro país y la mayor parte das drogas consumidas en el Brasil viene de afuera. Eso sí es una atribución del gobierno federal, que no ha respondido a satisfacción. A partir de la “PEC do Teto” [Promulgada Enmienda Constitucional sobe el Techo en Gastos Públicos], la implementación del sistema de monitoreo de fronteras camina a paso de tortuga. El tercer punto de ese debate es la reforma de las policías, un problema fundamental que se arrastra desde la redemocratización, en 1985, y que hasta el momento no tuvo ninguna respuesta apropiada por parte del poder político. Los diferentes sistemas policiales, prácticamente la única estructura del Estado no período post autoritario, no pasaron por ningún tipo de reforma. Y así, continúan estructurados básicamente de la misma forma que en el régimen de excepción. – CC: ¿Qué mensaje lleva consigo la elección de un general para comandar una intervención civil? – AF: Para una democracia robusta y saludable, no es la mejor decisión. La forma como es construida esa cadena de mando – o sea, el hecho de que el general no se reportará al comandante del Ejército, e sí al presidente de la República – no es deseable. En el limite, eso puede encaminarse para que Braga Netto [General de Brigada Walter Souza Braga Netto, interventor militar en Río, que tuviera a un hermano asesinado, también en Río de Janeiro) tenga bajo su responsabilidad a 50 mil hombres del Ejército, o un cuarto de los efectivos de la fuerza terrestre del país. – CC: ¿Cuáles son las consecuencias de la intervención en la rutina del Ejército, especialmente en Río? – AF: Los términos aun están muy nebulosos, pero creo que lo que mude sea muy poco. El efecto es mucho más pirotécnico que real o de cambio de la situación concreta. El riesgo es que los militares acaben contaminados por la criminalidad. Eso ya ocurrió una que otra vez con militares siendo aprehendidos con drogas y armamentos (ilegales). Hasta porque el soldado vigila durante el día, pero regresa, cuando termina, a la favela en la que vive. Obviamente, no es sólo en la policía de Río donde hay “bandos corrompidos”, y que el Ejército no conseguirá resolver eso en seis meses, un año o dos años. La preparación militar es completamente distinta de la preparación para la seguridad pública. La preparación militar es la preparación para la guerra. Usted no declara la guerra contra conciudadanos. Desde el punto de vista de la falta de respeto a los derechos humanos, hay un riesgo muy grande. – CC: Para el sector más conservador del Ejército – a ejemplo del general Mourão, el año pasado, y de Bolsonaro, que criticó la intervención -, ¿la medida representaría una pérdida de autonomía para la entidad? ¿Qué puede venir de la resistencia de esos militares? – AF: Hay por lo menos dos vertientes del Ejército brasileño. Una es la del Comandante del Ejército, (el general Villas Bôas), que encuentra temeraria esa banalización del empleo de las fuerzas armadas en misiones de Garantía de la Ley y el Orden (GLO). La otra vertiente es la encabezada por el ministro-jefe del gabinete de Seguridad Institucion1al, [el general] Sérgio Etchegoyen, que dice no ver ningún problema y utiliza la vieja máxima entre los militares de que misión dada es misión cumplida. Hay una disputa al interior del propio Ejército sobre cuál debe ser la conducta a ser asumida. Desde el punto de vista político, Etchegoyen está mucho más cerca del presidente Temer, hasta porque fue nombrado por él

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en la reorganización del gabinete, que había sido extinguido por la ex presidente Dilma. En tanto que Villas Bôas fue nombrado por el gobierno Dilma. Me parece mucho más prudente la posición del Comandante, que inclusive saldrá en marzo – y ahí entrará alguien más alineado a Temer, lo que veo con mucha preocupación. – CC: El ministro Marco Aurélio Mello, del Supremo Tribunal Federal (STF), afirmó que la intervención puede desgastar al Ejército, tanto en imagen como en la parte logística. En su visión, ¿es eso probable? – AF: Sin duda. El Ejército y las fuerzas armadas pueden salir con su imagen chamuscada ante la opinión pública brasileña al final de esa intervención. Hoy ellos gozan de un prestigio bastante elevado ante la población, conforme lo indican varias encuestas de opinión. La población siempre apoya eso. Cuando la operación (Rio I, en la cual el entonces presidente Itamar Franco movilizó 20 mil soldados para ocupar las favelas tenidas como peligrosas) termina en 1995, y las encuestas indicaban casi un 90% de apoyo a las fuerzas armadas. Un tanque de guerra con la torre de tiro vuelta hacia la favela, un soldado armado en el bulevar de Copacabana — eso trae, principalmente entre la clase media, una sensación de mejora de la seguridad pública. Las personas se sienten más seguras, pero es una percepción equivocada. Hay un gran show, el gobierno [está] haciendo un gran espectáculo para la sociedad, y una buena parte de los grandes medios de comunicación está yendo detrás y saludándolo por eso. Me parece una gran maniobra por parte de Temer, mucho más una jugada política por parte de su gobierno — que adolece de una legitimidad impugnada, una popularidad bajísima, con serias dificultades para aprobar la reforma de la Previsión Social — de crear una cortina de humo para el proceso electoral que se avecina. La cuestión logística (de la intervención) comprende un costo extremamente caro. Usted tiene viáticos, alimentación, una serie de cosas que, se estuvieran siendo destinadas originalmente para el área social, o a la experiencia de las UPPs [Unidades de Policías Pacificadoras] — que comenzó de manera interesante y acabó degenerándose completamente — podría resultar en algo diferente. El área de la seguridad pública incomoda a todos y alcanza desde el rico al pobre de forma indistinta. Obviamente que la comunidad pobre, “favelada”, negra, siente eso literalmente en la piel, pero yo diría que no hubo ningún hecho de envergadura que justificara la intervención. Río continúa viviendo un proceso de degradación muy triste, y nada cambió substantivamente. – CC: ¿Debe aumentar la desconformidad de esa ala “más profesional” del ejército? – AF: Puede aumentar, pero yo espero que siga apenas como desconformidad. Es importante recordar que el presidente da República es también el comandante en jefe de las fuerzas armadas. O sea, es Temer quien tiene la legitimidad para decidir acerca del empleo de las fuerzas armadas a la luz de la Constitución. Él, como profesor de derecho constitucional, sabe muy bien como hacer eso. Encuentro positivo que las fuerzas armadas mantengan esa posición profesional. Aun tenemos el Ministerio de Defensa que en su interior está muy militarizado, y es importante fortalecer la ocupación por parte de civiles de varios cargos claves (del ministerio). No es que una persona por cambiar el uniforme por un pijama vaya a cambiar la socialización de quien pasa veinte, treinta años, con una mentalidad militar. – CC: ¿Cómo ve usted la declaración de Villas Bôas de que los “militares precisan tener garantías para actuar sin el riesgo de surgir una nueva Comisión de la Verdad”? – AF: Quedé boquiabierto al oír esa declaración. Lo que muestra que ellos no entendieron nada de lo que significa la Comisión de la Verdad. Más aun, muestra que no habrá cambio de fondo en la mentalidad de nuestras fuerzas armadas. Es obvio que los militares deben tener garantías para actuar, pero eso no es un cheque en blanco para que ellos actúen como quieran. – CC: Aun sobre Villas Bôas: en la reunión del Consejo de Seguridad, el general sugirió un mandato de búsqueda y aprehensión colectivo en Río, que fue atendido por el presidente y debe seguir para el poder Judicial. ¿Cuál es su evaluación sobre esa decisión? – AF: Imagino que ese tipo de presión sobre el Comandante venga de la corporación. Es absolutamente lamentable. Obviamente, el mandato colectivo no es para entrar en una residencia en la avenida Atlántica, en la avenida Cinco, entre otros lugares. Sabemos para donde apunta ese mandato colectivo, y los resultados prácticos que eso acaba teniendo. Tal vez mi lectura sea demasiado optimista, pero creo que (los mandatos) estén mucho más para que el Ejército cuente con una carta en la manga antes que para ser utilizados rutinariamente. La criminalidad y las facciones se sentirían perseguidas a partir de un mandato colectivo y tendría un enfriamiento de la onda de violencia por un período temporario. Si tuviéramos un STF efectivamente guardián de la Constitución, no aceptaría eso de ninguna manera. Sabemos sobre quien recae el costo real y concreto (del mandato). Eso tiene dirección geográfica, color y classe social. No debería constar ni en la Constitución en aquella parte que dice que las fuerzas armadas son responsables por la garantía de la ley y del orden.

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Lo que es ley para una persona es relativamente pacífico, pero el orden es un concepto absolutamente subjetivo. Ese tipo de redacción acaba sirviendo de medio para que las fuerzas armadas sean utilizadas en defensa del gobierno e no del Estado, como debería ser. – CC: Usted defiende un debate claro y transparente entre la sociedad civil y el sector militar. El nuevo papel dado a las fuerzas armadas en Río ¿adelanta o retrocede el diálogo? – AF: La intervención es lamentable, pero el debate que suscita es absolutamente positivo, porque permite puntuar los riesgos a los que la población está expuesta, en especial la población de bajos ingresos y más fragilizada socialmente. Tiene un acceso pedagógico para nosotros podamos discutir con un número mayor de personas el tipo de riesgo que ese empleo trata. Es para decir: “Mira, ¿a qué intereses sirve esa intervención en Rio de Janeiro?” Es un debate importante porque las personas, en el día a día, no se dan cuenta de eso. Muchas veces, ellas encuentras que los militares van (a las calles) para garantizar la vida de las personas. No estoy diciendo que los militares sean mal intencionados, ellos fueron colocados en eso por el presidente, pero es importante enfrentar ese debate. En varios países las fuerzas armadas tienen prohibido el ser empleadas internamente, porque existen para ser empleadas contra extranjeros, lo que no es el caso. – CC: La intervención debe ir hasta inicios del 2019. En caso de que la situación de seguridad en Río no mejore, ¿los militares pueden incomodarse con el hecho de asumir tal responsabilidad? – AF: Eso puede traer consigo un descontento en el interior de la caverna, y una eventual irritación de ánimos entre esas dos alas del Ejército. Pero más allá de eso, es difícil pronosticar. – CC: ¿Temer puede beneficiarse de esa maniobra? De ser así, ¿hasta qué punto? – AF: Él puede llegar a beneficiarse, pero es difícil revertir la situación de un gobierno cuya aprobación no llega a los dos dígitos. Hubo especulaciones en la prensa de que la intervención podría impactar en la posibilidad de su relección, lo que me parece fuera de la realidad. Eso confunde todo el juego. Tiene varios aliados, de Rodrigo Maia a Alckmin, que son precandidatos a la Presidencia. En razón de todo ese complejo proceso, es difícil imaginar cuál va ser el resultado que tenga esa operación. Pero es cierto que el gobierno espera facturar dividendos políticos con la intervención en Río. No se busca combatir el crimen organizado o mejorar las condiciones de seguridad de la población fluminense, ahí hay otros intereses. Está por verse si él lo conseguirá o no. Encuentro improbable que lo consiga. – CC: El presidente señaló la creación de un Ministerio de Seguridad Pública, aun sin titular, que estará subordinado al Ministerio de Justicia. ¿Qué efectos tendrá la existencia de una cartera más? – AF: La creación de un ministerio más es mucho más mediática, en el sentido de señalar a la sociedad que el gobierno está haciendo algo, antes que presentar resultados prácticos. No veo sentido en la creación de una estructura ministerial para eso. Interesa mucho más la ausencia de políticas públicas efectivas en otras áreas, que podrían traer consigo la reducción de la violencia. Hay una serie de medidas que podrían ser tomadas y no se está haciendo. También me preocupa un posible desplazamiento de Etchegoyen como ministro de Seguridad Pública. Continuamos yendo en la dirección errada. – CC: ¿La intervención en Río puede abrir camino para posibles guiñadas aun más autoritarias en el país? – AF: Creo que no se trata de una guiñada autoritaria, aunque no sea deseable. Lo que sucede es que se dan una serie de movimientos en que los militares están ganando protagonismo nuevamente, debido a la inercia de la sociedad civil. Conforme abrimos los periódicos, percibimos cómo los militares están implicados en Río; en la cuestión de los inmigrantes y en otros lugares, porque los civiles están tirando eso en las espaldas uniformadas. Por Laura Castanho Fuente: CARTA CAPITAL, www.cartacapital.com.br (21.02.2018) Traducido por Héctor Valle para La ONDA digital

JODI DEAN / FILÓSOFA

“LAS MUJERES ESTÁN A LA VANGUARDIA DE LA NUEVA POLÍTICA DE LA CLASE TRABAJADORA”

MAXIMILLIAN ALVAREZ (THE BAFFLER)

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http://ctxt.es/es/20180307/Politica/18249/Entrevista-Jodi-Dean-filosofia-EEUU-socialismo.htm Jodi Dean (1962) es filósofa, profesora de Ciencia Política en Nueva York y miembro del Comité Nacional de Planificación del Paro Internacional de Mujeres. Dean aboga por el feminismo socialista antirracista, que “busca derrocar las estructuras de opresión de las mujeres”, y coloca a la mujer en la cima de la nueva política de las clases obreras. “Lo vemos en las iniciativas de trabajadoras de hoteles, trabajadoras domésticas, de restaurantes, profesoras y enfermeras. Todas estas luchas son hoy en día frentes de la lucha de clases”. Hay un movimiento político que impulsa el Paro Internacional del 8M. ¿Cómo son las mujeres que lo integran? Son fieras, están movilizadas y están radicalmente en contra de dejar que el feminismo blanco liberal corporativo de las celebridades y del Partido Demócrata dirija el movimiento. El Paro Internacional de Mujeres en Estados Unidos está en una posición interesante. De un lado, el Día Internacional de la Mujer es un gran asunto en todo el mundo. Hay preparativos importantes en Argentina y en Reino Unido, por ejemplo, asambleas masivas y mítines previos. Y esto es parte de una larga tradición. El Día de la Mujer incluso tuvo un papel en la Revolución Rusa. China Mieville lo cuenta en su fantástico libro OCTUBRE. Ayudó a encender la Revolución de febrero. Estados Unidos ha sido un triste caso aislado de la falta de celebración del 8M. Visto desde una perspectiva internacional, solo estamos poniéndonos al día. Por otra parte, hay algo específico y emocionante sobre la forma en la que el Paro Internacional de Mujeres ha tomado forma en Estados Unidos: el componente de oposición a Trump el año pasado, y las manifestaciones del 20 y 21 de enero de este año, donde vimos a mujeres protestando a una escala que no habíamos visto en el movimiento desde hace mucho tiempo. Las mujeres están molestas. Hartas. Y se han sentido inspiradas por las campañas #MeToo (#YoTambién), #UsToo (#NosotrasTambién) y #TimesUp (#SeAcabóelTiempo). Para muchas mujeres esta es la primera vez que participan en manifestaciones masivas, la primera vez que protestan.

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No es un paso fácil: se están moviendo para entenderse a sí mismas, para entender la política como algo nuevo. En las protestas del 20 de enero, vimos muchísimos esfuerzos para impulsar a las mujeres en las campañas electorales y una sensación de que los problemas profundos de Estados Unidos –el racismo y el supremacismo blanco, el militarismo y el imperialismo, la violencia contra las mujeres y las minorías sexuales, la hostilidad hacia los inmigrantes, el sistema carcelario y la agresividad policial, el rechazo a lidiar con el cambio climático y, por supuesto, la siempre creciente desigualdad económica– no se resolverán a través de unas elecciones. El trabajo de BLACK LIVES MATTER, el movimiento STANDING ROCK SIOUX, las organizaciones radicales feministas, y los esfuerzos de muchos otros luchadores hicieron que esto fuese posible. Como el año pasado, una meta clave del paro de este año es construir y dar voz a un feminismo para el 99 por ciento. Este es un feminismo que rehúsa dejar que el éxito de una mujer blanca y rica menoscabe las condiciones reales de vida de la mayoría de mujeres. En efecto, son todos elementos de una sola lucha en contra del patriarcado capitalista y racista, y a favor de una sociedad para la mayoría. ¿Sería equivocado o ingenuo decir que, en lo que respecta al futuro de la izquierda, las mujeres están en el asiento del conductor? ¡Sería correcto, sí! Ahora, esta es la parte compleja: ¿significa esto que los hombres de izquierda están finalmente reconociendo el trabajo que las mujeres de la izquierda más combativa han hecho durante años? Una forma de aproximarnos a esta cuestión es considerar qué ha cambiado. Un análisis materialista señalaría los cambios concretos en la composición de la fuerza de trabajo, en la educación universitaria, etcétera, y esto nos llevaría a la manera en la que un gran número de mujeres a través del trabajo remunerado han generado condiciones en las que su liderazgo es necesario para la supervivencia. Desde este ángulo, parecería que los cambios en las circunstancias económicas y educativas de las mujeres nos han puesto en una posición de mayor oportunidad y capacidad para el liderazgo. Las mujeres están tomando

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la delantera en tantos sectores del movimiento. Estamos llenando un vacío.

SÍ, LA IZQUIERDA TIENE MÁS POTENCIAL Y MÁS CAPACIDAD DE LA QUE NOS

DAMOS CUENTA, Y DEBEMOS ENTENDER “DARSE CUENTA” COMO

“RECONOCER” Y COMO “HACER POSIBLE” ¿Diría que la izquierda actualmente tiene más potencial del que muchos, incluida la gente de izquierda, se dan cuenta? ¡Sí, sí, sí! Tenemos que ver la “rebelión trumpiana” como una reacción. En efecto, esta marca una reacción al poder de izquierdas, pero, para ser honesta, podríamos caer en un optimismo infundado. En realidad la derecha sí reacciona al poder de izquierda. De hecho, ¡la derecha percibe a la izquierda con más poder de lo que la izquierda se percibe a sí misma! Podemos decir que la “rebelión trumpiana” es una reacción a un conjunto de desarrollos diferentes y combinados. Sí, están las fuerzas de la desigualdad extrema y el fracaso de la izquierda en mantener una visión despierta, extendida y clara del socialismo, junto a una decadencia en las percepciones del hombre blanco sobre sus oportunidades de vida, esto es, la menor probabilidad de que sus vidas sean mejores que las vidas de sus padres y la sensación de que Hollywood y las élites demócratas se están burlando de ellos. Entonces sí, la izquierda tiene más potencial y más capacidad de la que nos damos cuenta, y debemos entender “darse cuenta” como “reconocer” y como “hacer posible”. Nuestra capacidad tiene que ser realizada en la práctica, esto es, a través de la organización, que es exactamente lo que intenta el Paro Internacional de Mujeres. Cuando Nancy Fraser –intelectual feminista e integrantes del Comité Nacional de Planificación del Paro– advierte de que, en la estela de la crisis estructural del neoliberalismo, el feminismo podría emerger radicalmente transformado, como un movimiento social pero también como “un significante vacío del bien”, ¿qué piensa? Mi primera reacción sería decir que fue el feminismo de Hillary Clinton el que funcionaba como un “significante vacío del bien”, que

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era el feminismo blanco, MAINSTREAM, liberal, capitalista y carcelario del “neoliberalismo progresista” (el término adecuado que propone Fraser) que circula sin esfuerzo a través de la cultura popular como un marcador débil de lo “progre”. Funciona ideológicamente como un refuerzo del capitalismo, da a la brutalidad capitalista un rostro de mujer. Tenemos entonces el feminismo de Lena Dunham, el feminismo de Katy Perry, y la reducción de la lucha política al desarrollo personal. Pero ¡no me gustaría asociar la Huelga Internacional de Mujeres con este tipo de feminismo! Parte del asunto es la utilidad de un concepto como el de “significante vacío”. No creo que nos diga demasiado. En el caso del feminismo, los diferentes usos de “feminismo” no apuntan a la vacuidad de “feminista” como significante. “Feminismo” siempre significa una política enfocada a mejorar la vida de las mujeres. El significante no está vacío. Al contrario, la posiciones políticas necesarias para llevarlo a cabo son discutidas, divergentes, en conflicto unas con otras. Puesto en los términos de la vieja escuela de los WOMAN STUDIES de los años 80: hay diferentes feminismos, feminismo liberal, feminismo radical, feminismo socialista, etcétera. El feminismo del Paro Internacional de Mujeres para el 99 por ciento es un feminismo socialista y antirracista. En vez de pensar que el feminismo puede ser reducido al énfasis liberal sobre la meritocracia y la igualdad de oportunidades, el feminismo socialista antirracista busca derrocar las estructuras de opresión de las mujeres –supremacismo blanco, capitalismo, heteropatriarcado, el estado imperalista y carcelario–. Reconoce que forman parte de una misma estructura y que las posturas políticas que movilizan son frentes diferentes de una lucha común. Mi segunda reacción me lleva a pensar por qué es el feminismo precisamente el que está a la vanguardia de la política contemporánea. La respuesta involucra la renovada atención sobre la teoría feminista de la reproducción social, como desarrollan los trabajos de Silvia Federici, Mariarosa Della Costa, Selma James, Maria Mies, entre otras. Tithi Bhattacharya tiene un excelente nuevo volumen editado de

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trabajos en este área, y la revista VIEWPOINT publicó un número dedicado a la reproducción social hace algo más de un año. El colectivo activista del Reino Unido Plan-C ha hecho de la reproducción social un punto central de su organización. Las feministas canadienses también han estado trabajado en esta temática hace tiempo. La reproducción se está volviendo incluso una fuerza para colectivos en pequeñas ciudades y comunidades rurales. Por ejemplo, la Asamblea de Mujeres de Ginebra ha colocado la reproducción social en el centro de la organización de nuestro paro y de nuestro trabajo político. La misma Fraser ha escrito un par de excelentes artículos sobre la actual crisis de la reproducción social. Como yo lo veo, la reproducción social es el área más emocionante de trabajo teórico y práctico tanto para feministas como para socialistas. ¿Es entonces la reproducción social la que estructura el movimiento que sostiene el Paro Internacional de Mujeres? Un paro de mujeres pone al frente el trabajo invisible que ha sostenido el sistema y que está siendo atacado. Nos hace a todos concienciarnos de cuánto trabajo es requerido solamente para sobrevivir y cómo los capitalistas hacen cualquier cosa para despojarnos de todo –vida social, tiempo con amigos y familia, salud, ocio, un futuro–. La plataforma del paro reclama servicios sociales plenos, lo que significa hacer frente a las necesidades sociales y asegurar los medios de vida. Este reclamo surge de un análisis de la reproducción social.

ES EL ANÁLISIS DE LA TRIPLE OPRESIÓN EL QUE NOS PERMITE VER CÓMO

TRABAJADORES DIFERENTES ESTÁN CONECTADOS, CÓMO EL SISTEMA

CAPITALISTA DESPLIEGA RACISMO Y PATRIARCADO PARA DIVIDIR A LA CLASE

TRABAJADORA ¿Qué significa –o qué debería significar– la solidaridad aquí? ¿Podemos llamarla SOLIDARIDAD DE CLASE o es algo más? La huelga está construyendo solidaridad de clase a través del feminismo. En este punto recuerdo la perspectiva de Claudia Jones sobre la triple opresión de la mujer negra –como negra, mujer y trabajadora–. Es el análisis de la triple opresión el que nos permite ver

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cómo trabajadores diferentes están conectados, cómo el sistema capitalista despliega racismo y patriarcado para dividir a la clase trabajadora, controla los salarios, otorga a algunos trabajadores pequeñas ventajas sobre otros (el hombre que viene a casa donde está su esposa, la mujer blanca que puede mandar a la mujer negra que limpia su hogar). La organización de un feminismo antirracista y socialista demuestra que este truco es un medio de opresión y explotación, que no es un sustituto para la igualdad verdadera. Bajo el capitalismo, la lucha de clases permea cada aspecto de nuestras vidas. Cuando el dinero compra la libertad, cuando el dinero es necesario para el ejercicio de la libertad o los derechos de uno, solamente son los ricos los que son libres. Las mujeres están a la vanguardia de la nueva política de la clase trabajadora, que es la política que se desenvuelve de manera transversal al campo social, desde los espacios de trabajo y vecindarios hasta las prisiones y gasoductos. Lo vemos en las iniciativas de trabajadoras de hoteles, trabajadoras domésticas, de restaurantes, profesoras y enfermeras. Lo vemos en la lucha contra el estado carcelario. Lo vemos en las campañas por la justicia ambiental. Todas estas luchas son hoy en día frentes de la lucha de clases. La burguesía, la clase dominante, el uno por ciento no tiene que juntarse en las calles. Las corporaciones son dueñas del sistema político. Los ricos no protestan; sino que compran a los políticos que necesitan (pregúntenle a Charles Koch y Rebekah Mercer). Bajo el capitalismo, la solidaridad no es automática. Los trabajadores tienen que mantenerse juntos, tienen que apoyarse unos a otros para continuar unidos incluso de cara a las dificultades reales materiales de la huelga. Y las huelgas dependen de las familias y comunidades de trabajadores también –los trabajadores necesitan ver que otros también los ven como si lucharan en el bando de los buenos–. La solidaridad, entonces, es la unidad en la lucha –mantenerse juntos y cuidarse las espaldas–. Significa no dejar que los capitalistas, con sus ideologías de individualismo y competencia, nos dividan.

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La Huelga Internacional de Mujeres representa una posición política de izquierdas amplia, de múltiples tendencias, que reconoce las diversas formas y espacios de trabajo y la naturaleza entrelazada de la opresión. Apunta a hacer visible el trabajo de las mujeres, se opone a las variadas y profundas formas de violencia que atraviesan nuestra sociedad, y ejerce presión hacia la reorganización de la sociedad para que “el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos”. ------------------ Traducción de I. M. Calderón. Esta entrevista es un resumen de la publicada originalmente por THE BAFFLER el 28 de febrero de 2018.

ANTROPOFAGIA DEL TITÁN

BRASIL ESTUVO CERCA DE LA QUIMERA PRIMERMUNDISTA CUANDO ESTAMPÓ LA PRIMERA LETRA DE LOS PODEROSOS BRICS, PERO LA ILUSIÓN DURÓ POCO Y AHORA SE HUNDE EN UNA CRISIS ESTREPITOSA. LA GUERRA ENCARPETADA ENTRE LA CORPORACIÓN JUDICIAL Y LA POLÍTICA AYER SUMÓ OTRO POLÉMICO CAPÍTULO CON LA CONFIRMACIÓN DE LA CONDENA POR CORRUPCIÓN A LULA, QUE PONE EN SERIO RIESGO SU CANDIDATURA PRESIDENCIAL. APUNTES SOBRE LA POSDEMOCRACIA VERDEAMARELA.

POR: HEBER OSTROVIESKY - BRUNO LEVY IGLESIAS http://www.revistacrisis.com.ar/notas/antropofagia-del-titan En una entrevista para el programa Na Sala do Zé, Lula admitió en 2017 por primera vez que el Partido de los Trabajadores (PT) se equivocó al aceptar financiar campañas según los usos y costumbres del sistema político y que uno de sus mayores errores fue no haber hecho una reforma política profunda. El dos veces presidente terminó así de revelar que en Brasil ya no hay partidos grandes incontaminados por las filtraciones judiciales o los carpetazos. Lo que durante décadas se ocultó ahora flota en la superficie y amenaza con llevarse puesta a toda la clase política y empresaria.

Sin embargo, la condena del caudillo del PT dictada por el juez Sergio Moro, y su confirmación en segunda instancia por parte del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, constituyen una intervención en el proceso político de extrema

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gravedad. Por su dramatismo y evidente hipocresía. El líder popular más importante del siglo veintiuno en Latinoamérica está así a un paso de la prisión. Además, quedaría inhabilitado como candidato a un nuevo mandato presidencial, aunque encabeza ampliamente todos los sondeos. El desenlace se conocerá en el curso de los próximos dos meses pero la tensión y la incertidumbre están alcanzando niveles irreversibles. La posdemocracia ya llegó.

el elefante sentado

Michel Temer es el cadáver político insepulto de la Nueva República. La alianza entre el PT y el PMDB que sostuvo al gobierno de Dilma Rousseff le dio un poco más de cuerda al sistema político instaurado tras la última dictadura militar. Desde la llegada del PT al poder se avizoraba que esta componenda podía terminar como la fábula de la rana y el escorpión. El origen del impeachment que derivó en la destitución de la presidenta el 31 de agosto de 2016 significó la ruptura del matrimonio por conveniencia entre los dos partidos dominantes de una alianza entre once, que pretendía sostenerse en una suerte de “presidencialismo de coalición” amparada por la constitución de 1988.

Temer, vicepresidente y sucesor de Dilma, tapado de acusaciones de corrupción, es la ficha coronada por el PMDB, un partido de notables que funciona desde el fin de la dictadura como la columna vertebral del parlamento, y cuyo mayor logro es haber metido por la ventana a tres presidentes no electos.

Resquebrajada la retórica de los primeros meses y con la imagen de Temer por debajo del seis por ciento de aprobación, queda claro que el golpe de estado parlamentario le permitió a la derecha brasileña regresar al poder después de cuatro derrotas electorales consecutivas. Pero el sistema nacido bajo la Nueva República ha quedado al desnudo y su descomposición parece no tener retorno. La crisis está a punto de engullir de un bocado a todos los partidos tradicionales.

Sin embargo, el proceso de reconversión de la economía brasileña no se detiene. La locomotora de agrobusiness y producción de materias primas para exportación recupera el crecimiento de los tiempos de Lula, mientras consiguen aprobar reformas impositivas y laborales.

el subsuelo de la república

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Marcos Nobre calificó a la dinámica política de la Nueva República como un “inmovilismo en movimiento”. La creación de nuevos Estados al final de la dictadura, un sistema electoral distorsionado por la sobrerrepresentación de las gobernaciones, la proliferación de partidos artificiales, y la imposible tarea para cualquier presidente elegido de conseguir mayoría parlamentaria, transformaron a la gobernabilidad en un mal endémico. Ministerios, cargos y nuevos gastos presupuestarios estaduales son canjeados en febriles negociaciones con los congresistas. La fragmentación resultante y la cultura del acuerdo sedimentada en el PMDB trascienden ideologías y programas políticos y constituyen un blindaje que bloquea cualquier transformación real.

Definidas por la Constitución de 1988, las elecciones para cargos legislativos en Brasil tienen elementos difíciles de comprender para el ojo argentino, acostumbrado a la disputa por la lapicera que designa lugares en las listas. Si bien los cargos ejecutivos (presidente, gobernadores y prefeitos) se dirimen por mayoría, las bancas en el congreso se obtienen a partir de un sistema proporcional con listas abiertas y posibilidades de concretar coaliciones. Las listas abiertas habilitan al elector a votar por un candidato individual necesariamente inscripto en un partido que, a su vez, integrará probablemente una coalición. El voto por su persona se contabiliza primero para la coalición y luego para sí mismo. Una vez definido el número de espacios que le corresponde a cada coalición en función de los votos obtenidos, los cargos se distribuyen entre los candidatos más votados.

Este sistema favorece la construcción de frentes sellados con saliva gracias a componendas y loteo de cargos. Se diluyen las identidades partidarias. Se tejen alianzas puramente electoralistas para obtener más lugares, aunque las diferencias ideológicas sean sustanciales. Figuras populares sin ningún tipo de trayectoria política o que pertenecen a partidos muy pequeños, como pastores evangélicos, bichos de la tv y hasta payasos, acceden con facilidad al parlamento. No es extraño entonces que la compra de votos en el Congreso y el financiamiento privado de las campañas electorales sean la norma.

El cogobierno entre el PMDB y el PT fue gestado en los años de Lula y nació con las mismas reglas. Si bien compusieron la coalición electoral recién en las elecciones de 2010, el expresidente ya había tendido puentes a partir de la oferta de ministerios y el ofrecimiento del comando de las cámaras de diputados o senadores. En el momento del impeachment contra Dilma, el PMDB contaba con la presidencia de ambas cámaras y la vicepresidencia, pero 59 de sus 67 diputados votaron a favor de eyectar a la presidenta. No fue el único socio con tal predisposición para el cambio. De los 246 diputados de la “base aliada” 184 (¡el 75%!) votó en contra de Dilma.

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olviden todo lo que escribí

Ya en tiempos de la presidencia de Fernando Henrique Cardoso circulaban teorías sobre un buraco oscuro al interior de la democracia brasileña, eufemismo acuñado para referirse al sistema de componendas entre empresarios y políticos. Esa zona gris de amoralidad, para ser eficaz, debía administrar una cierta línea de tolerancia de la opinión pública. Un pacto tácito en el que algunas cosas debían mantenerse con reserva para evitar la indignación nacional. Y que impedía cualquier democratización cierta del poder y la riqueza.

Lula durmió la reforma política y en 2005 se destapó el primer escándalo. El llamado mensalão terminó con altos funcionarios presos y la desafección de una parte sustancial del electorado histórico del PT. No se trataba de una crítica de la vida privada de los dirigentes y empresarios, sino de un cuestionamiento de las instituciones antidemocráticas. Pero Lula ya había optado por un new deal para el capitalismo brasileño que incluía, en el mismo combo, garantía de beneficios para los ricos y una redistribución de los ingresos que beneficiara a los más pobres.

mecha larga

Hasta las manifestaciones de 2013, Dilma conservó altos niveles de popularidad. Sería un error establecer una continuidad lineal entre aquellas protestas callejeras espontáneas capaces de quebrar la hegemonía petista, con los grupos que más tarde clamaron por el impeachment de la mandataria. Pero quizás por esos días comenzó a cocinarse la agenda que habilitó el regreso de la derecha más rancia. Las clases medias y la gran burguesía se abrazaron a un potente antipetismo e incluso reaparecieron grupos nostálgicos de la dictadura que pedían por el regreso de los militares para terminar con “la guerrillera Rousseff”.

El Lava Jato no solo desnudó los vínculos non sanctos entre empresas públicas como Petrobras, o sociedades como Odebrecht y las instituciones, sino también el compromiso entre las principales fuerzas políticas para sostener ese sistema promiscuo. Dilma está fuera de toda sospecha por enriquecimiento personal, pero no podía desconocer la existencia de una maquinaria corrupta tan bien aceitada. Lubricadas por la elite industrial paulista y conducidas por grupos “espontáneos” como Brasil Livre y Vem Pra Rua, las multitudinarias marchas de marzo de 2015 y 2016 fueron capitalizadas por una oposición al mando del PSDB, que venía denunciando el afán lulo-petista de perpetuarse en el poder. Visto desde el futuro tiraron un chasquibum en un polvorín.

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reseteo catastrófico

El telón de fondo del drama político brasileño es la guerra entre el partido judicial y la corporación política, que advierte sobre el peligro de hacer saltar el sistema por los aires. Los magistrados privilegian los recursos espectaculares. Se rodean de fuerzas de seguridad, cámaras de televisión y utilizan las delações premiadas que salpican a los principales actores políticos y empresariales. En este contexto los partidos y grupos de poder que hoy controlan el Estado no consiguen refrendar un gran acuerdo nacional que les garantice la subsistencia. Pero la falta de estabilidad institucional no parece poner en riesgo el avance de las políticas neoliberales impulsadas por Temer. El gobierno consiguió la aprobación de una reforma laboral draconiana, un rápido realineamiento geopolítico con Estados Unidos, y el espectacular avance del Proyecto de Enmienda Constitucional 241, que congeló por veinte años la inversión y el gasto público. La medida le quita al parlamento la potestad de discutir el presupuesto. Y fue anunciada por Henrique Meirelles, actual ministro de Finanzas pero también expresidente del Banco Central durante los ocho años de la gestión de Lula.

Temer resiste los desplantes. Y emite señales solo para entendidos, dirigidas a los miembros más sombríos de su actual coalición, para dejar en claro un mensaje de alerta: su rol en el drama político brasileño es contener una guerra descontrolada entre las corporaciones políticas y la judicial.

Antes de confirmar su candidatura, puesta en duda por la encerrona procesal, Lula fue consultado sobre su posible apoyo a una salida pactada por medio de elecciones indirectas. La posibilidad ni siquiera llegó a considerarse seriamente, lo cuál es un índice de la ruina del sistema de mediaciones que garantiza la estabilidad de las élites. A ellas les habló el político más popular, ahora contra las cuerdas: “Tengo que decirle a la élite brasileña: esperen porque vamos a volver”.

El final incierto al que asistimos no se debe únicamente a la crisis de un proyecto redistributivo que supo ser exitoso, o al extraordinario proceso de reconversión económica en marcha, sino también a la impotencia general para desactivar un sistema político vigente desde aquel decisivo 1988. En palabras de un experimentado economista paulista, “quien diga que sabe lo que va a pasar, está apenas mal informado”.

Final del formulario

EL MIEDO A LA MUJER

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Raúl Prada Alcoreza https://www.bolpress.com/2018/03/08/el-miedo-a-la-mujer/ El machismo, en el fondo, es el miedo a la mujer. El macho la siente como alteridad, por eso busca cautivarla o, en su defecto, violarla. Tiene que poseerla para confirmar lo macho que es. Sin embargo, esta exageración denuncia, más bien, que teme no ser tan macho, teme ser mujer. El problema del macho con la homosexualidad es eso, miedo a la mujer, miedo a ser mujer. Se pueden explicar, de esta manera, el uso abierto de esos términos comunes despectivos: no seas maricón, no seas mujercita. Aunque se exprese en tono de broma o, incluso, en tono de reproche, connota también la trascendencia del miedo a ser la otra, la otredad. La violencia sobre la mujer se explica también por este miedo; de la misma manera, la violencia en contra de los homosexuales – usando la jerga del lenguaje cotidiano – se explica por el miedo a la mujer, a ser mujer. Se dan incluso conductas paradójicas, acompañadas por expresiones paradójicas; algunos pretendidamente muy machos llegan a decir “ese hombre ha sido mi mujer”, como pretendiendo descalificar y estigmatizar a ese hombre-hembra. Olvidan que la homosexualidad requiere de, por lo menos, dos, el hombre-hembra y el hombre-hombre; ambos son cómplices del acto homosexual, usando los términos de la jerga en boga. Ambos son homosexuales, hombre-hebra y el hombre-hombre. Este exacerbado machismo no solo denota, lo que dijimos, el miedo a la mujer, el miedo de ser mujer, sino también connota la homosexualidad oculta y luego practicada, aunque sea como hombre-hombre. Esto pasa no solamente con los muy machos, sino en todos los juegos de las fraternidades. Los “viernes de soltero”, las “despedidas de casado”, incluso los juegos torpes, donde se explaya violencia, las competencias masculinas, las agrupaciones, los club, de puro hombres; todas estas formas de fraternidad marcada, todos estos comportamientos masculinos, expresan, en el fondo, la homosexualidad escondida, reprimida, oculta; develan esa sombra temida. Por eso, también, aunque parezca paradójico, la violencia desatada entre hombres, en el fondo es la descarga sobre el otro por el miedo a la mujer, por el miedo de ser mujer. Ciertos fundamentalismos, ciertos “radicalismos” exacerbados derivan de este miedo; la excesiva violencia con la que se quiere demostrar el “radicalismo”, en el fondo es el miedo a la mujer, el miedo a ser mujer. No se equivocan las feministas de-coloniales en interpelar a izquierdistas, a de-coloniales, también a feministas – los conservadores, los derechistas, no cuentan, pues ellos asumen como verdad ineludible la diferencia natural entre hombre y mujer; en cambio, desde la izquierda y las otras posiciones críticas se pretende una cierta apertura a estos temas tabú -, con que la dominación colonial se estructura sobre la dominación del cuerpo de la mujer. No entender esto es ser un inconsecuente de-colonial o descolonizador. Este es un tema ciertamente crucial. Si la multiplicidad de las dominaciones se construye sobre la matriz de las estructuras y relaciones patriarcales, entonces, no se puede pretender la emancipación plena, no se puede pretender la liberación, sino se destruye la dominación patriarcal. Si se pretende mantener esta dominación a nombre de las tradiciones no se hace otra cosa que justificar las dominaciones presentes con un pretendido recurso a las costumbres, olvidando que el colonialismo se afincó precisamente en ciertas tradiciones fragmentadas y des-contextuadas para edificar el poder colonial y la dominación capitalista. Si estas tradiciones se mantuvieron, supuestamente, bajo una interpretación improvisada y discutible, obviamente no sustentada, es porque fueron funcionales a la dominación colonial y capitalista. En cambio, desaparecieron las tradiciones resistentes, alterativas del orden colonial y de la hegemonía capitalista. Este tipo de posiciones fundamentalistas, que son sustancialistas y esencialistas, es decir, metafísicas, estas conductas exageradas, estas expresiones exacerbadas, muestran un profundo conservadurismo, mas bien, afín a las perduración de las dominaciones, tanto coloniales como capitalistas. Ya lo dijimos antes, una de las paradojas de los “revolucionarios” es que en los pretendidos libertadores se anidan los tiranos[1]. Esta clase de hombres en el poder descargan su furia no solamente contra las mujeres, a quienes les dictan normas estrictas de conducta, sino también contra los hombres, a quienes los reduce a una gradación minuciosa de feminización. En el caso de los que consideré enemigos, que incluso pueden ser antiguos compañeros, los convierte en monstruos, en anormales, para así mejor, no solo estigmatizarlos, sino justificar toda clase de violencia demoledora contra ellos. Estas conductas machistas, que no solamente vienen de los hombres, sino también de las mujeres asumidas como mujeres plenas, son indicaciones de desgarramientos profundos en la subjetividad constituida. Son estos sujetos desgarrados los que buscan compulsivamente compensar su carencia con el poder. Se legitime esta búsqueda con un discurso

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“revolucionario” o con un discurso conservador no hace una distinción; el poder es la utopía anhelada para resarcirse de todos los males, de todos los sufrimientos; en el fondo, para vengarse. Hay quienes confunden la revolución con la venganza. Esta es una de las razones por lo que las revoluciones se han entrampado en círculos viciosos, que no son otra cosa, que el retorno a las viejas dominaciones por otros caminos y con otros discursos. Por más que se invistan con símbolos de anteriores revoluciones, por más que sus discursos imiten a los de los anteriores “revolucionarios”, eso no los convierte en sujetos de la emancipación y de la liberación, sino, irónicamente sus cuerpos son usados como significantes vacíos para llenarlos con los significados de la simulación. La máscara del “revolucionario” esconde el rostro del déspota. La descolonización no puede ser otra cosa que el desmontaje, el desmantelamiento, la de-construcción y la destrucción de todos los mecanismos de dominación, llegando a su matriz inaugural, la dominación patriarcal. No hacerlo, es no solamente quedarse en el discurso, sino usar el discurso de-colonial y anti-colonial como dispositivo para encubrir el deseo de poder; que no es otra cosa que el deseo del deseo, pues le poder no es más que deseo; por lo tanto imposible de cumplirlo. No es pues casual que los que se conducen de esta manera, que los que se posicionan así, los que se expresan de ese modo, exijan desesperadamente reconocimiento, además de suponer que conllevan una verdad indiscutible; por eso, también conllevan el autoritarismo manifiesto y practicado. Hay como un chantaje; yo soy, yo encarno, la verdad de mi pueblo, por eso, por lo que yo soy, por lo que encarno, reclamo reconocimiento, exijo aceptar lo que digo como verdad. Sobre este sentimiento descomunal generalmente se construyen discursos débiles, reiterativos, repetitivos, recurrentes, muy parecidos a los discursos “ideológicos” de la dominación que se pretende interpelar. Lo único nuevo es el referente, quién lo dice; ha cambiado el locus. Por lo tanto, discursos conservadores pretenden pasar como discursos de vanguardia solo por el hecho del quién lo emite es otro. Como el mundo moderno se ha convertido en el mundo de la simulación, también el de la impostura, las confusiones se dan recurrentemente. Se toma a los caudillos por lo que dicen, por lo que creen que son, también se toma a los caudillos por la imagen construida de ellos, por los propios interlocutores. Es la expectativa y esperanza la que les juega una trampa a estos interlocutores, al pueblo prometido, prefieren creer que el que les habla era al que esperaban. Este es el mesianismo inherente en movimientos que se parecen más al milenarismo que a una guerra anti-colonial. Pareciera que la historia efectiva se jugara con los personajes y protagonistas del drama; enemigos jurados, conservadores y liberales, burgueses y “revolucionarios”, patrones y subalternos, colonialistas y “anti-coloniales”, terminan formando parte de la trama del poder. Al ejercerlo se parecen, a pesar de los métodos, de los discursos, del quién. El poder hace que el lugar sea ocupado por cualquiera, no importa si son enemigos; lo que importa es se preserve el poder, por lo tanto, la estructura inmanente de las dominaciones. Por eso, debido a la experiencia política acumulada por las sociedades, la lección es que no se puede tomar el poder, pues es el poder el que te toma. Lo que hay que hacer es destruir el poder. La destrucción del poder requiere de una condición de posibilidad subjetiva; requiere que se de- construya la internalización del poder en nosotros mismos, que se des-constituyan las relaciones y estructuras de dominación cristalizadas en los huesos, entre estas y fundamentalmente, las de las estructuras de dominación patriarcal. En este sentido, es indispensable no delegar ni otorgar la voluntad a las representaciones; es urgente romper con delegaciones y representaciones, con formas de organización jerárquicas, que usurpan la voz, la voluntad, el pensamiento. Es imprescindible recuperar la autonomía de cada quien, de cada asociación, de cada comunidad; es primordial recuperar la capacidad creativa, liberar la potencia social. Descolonización y despatriarcalizacion A propósito del miedo a la mujer, de la dominación masculina, del Estado patriarcal, en Acontecimiento político[2] escribimos: La política, más allá del amigo y enemigo El concepto de lo político se ha estructurado a partir de esa dicotomía del amigo y enemigo, primordialmente a partir de la identificación del enemigo. Como si se hubiera hecho política contra el enemigo, de la misma manera como se le ha hecho la guerra. Desde esta perspectiva habría pues un continuo entre guerra y política, política y guerra. Izquierdas y derechas parecen compartir este arquetipo. Empero, este modelo es el único posible para la política, en todas sus versiones, incluyendo a la política en sentido pleno, lo que comprende la lucha de clases y las luchas por las emancipaciones. Jacques Derrida pone en cuestión esta estructura en Políticas de la amistad, hace una interpretación crítica, deconstructiva,

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de los sedimentos discursivos que sostienen la historia de la política pensada a partir de la diferenciación amigo/enemigo. En esta deconstrucción se abre a otras posibilidades de concebir la política, ya no desde la dicotomía amigo/enemigo, poniendo en consideración también la interpretación crítica de las políticas de la amistad. Ahí aparece la figura alterativa de la mujer como absoluta alteridad, también aparecen consideraciones criticas de las éticas, alumbrando otras posibilidades de las experiencias humanas, afectivas, lúdicas, estéticas, éticas y lúcidas. Es conveniente un repaso por estas perspectivas que posibilitan la comprensión de la política ya no como la continuación de la guerra por otros medios, ya no como identificación del enemigo, sino en términos de las políticas de la amistad[3]. El primer capítulo lleva el sugestivo título de Oligarquías: Nombrar, enumerar, contar. Comienza con una frase, atribuida a Aristóteles, que la recoge Montaigne, la frase dice: Oh, amigos míos, no hay ningún amigo. A lo largo del texto, para no entrar en la discusión del origen de esta frase, pues se convierte en rumor, que atraviesa los tiempos, Derrida figura un cuadro donde el sabio moribundo reúne a los amigos para decirles eso, que no hay ningún amigo. La discusión sobre los significados de esta frase forma parte de las reflexiones del texto. Esta frase es contrastada con la de Nietzsche, quien se expresa de manera opuesta, empero, con la misma lógica: Oh, enemigos, no hay ningún enemigo. Esta frase también tiene su cuadro y su personaje, se trata del loco viviente. Ambas frases nos dicen que no hay amigo, que no hay enemigo. Haciendo con esto desaparecer la política como confrontación. Las significaciones de las implicaciones de que no haya enemigo también son expuestas y reflexionadas a lo largo de la interpretación crítica. En ambos casos lo que llama la atención es que no se tenga en cuenta a la mujer, en las consideraciones de la amistad. ¿Es que la mujer no puede ser amigo? ¿Tampoco enemigo? Lo que pone en juego las estrategias de la fraternidad, las formas de la amistad entre hombres. ¿Por qué la mujer es tan difícil de asumir por la filosofía? Este es el tema, ¿cuáles son los límites de la amistad? Cuando entra la mujer, más allá del erotismo y la religión, ¿qué espacio abre? ¿Qué clase de relación? No hablamos sólo de la amistan entre mujeres, la sororidad, sino lo que políticamente propone su presencia activa, su interpelación. ¿Qué forma de política se libera? ¿Más allá del amigo y enemigo? ¿Más allá de la confrontación? No parece tratarse del retorno al matriarcado, como utopía buscada en el pasado más remoto, sino otra forma de relación, construida como contrapoder. ¿Más allá de los constructos histórico-culturales de género, de sexo? ¿A qué clase de subjetividades ingresaríamos? Al respecto, también debemos preguntarnos sobre los alcances demoledores de la des-patriarcalización, demoledores en cuanto a la historia de la institucionalidad, la institucionalidad como agenciamientos concretos de poder. Entra también en juego la familia, las figuras de la familia, la escuela, las formas instituidas de escuela. La liberación femenina da lugar a otro comienzo, pues demuele no sólo las estructuras institucionales, sino los arquetipos sobre los que se han basado estas estructuras y estas instituciones. Hablamos de la posibilidad de la construcción de otras relaciones, prácticas y concepciones de la política, hablamos de la política no patriarcal, tampoco conformada en base a la identificación del enemigo y la dicotomía amigo/enemigo. Esta posibilidad, la posibilidad de esta experiencia también tiene que ver con otra atmósfera de sensaciones y sensibilidades, también otra ética. La pregunta es pertinente: ¿Cómo sería el mundo sin las instituciones patriarcales, fundadas en esta matriz y arquetipo del poder que es el patriarcalismo? Esta pregunta induce a otra: ¿Cómo serían los sujetos y las intersubjetividades en este mundo des-patriarcalizado? Estos temas son fuertes e importantes en lo que respecta al horizonte abierto por el debate de la descolonización, por las exigencias políticas de la descolonización. Las formas de la dominación colonial, formas múltiples, son relaciones de poder que atraviesan los cuerpos e inscriben en ellos historias políticas, también modelaciones e identidades, constructos culturales. La dominación masculina sobre las mujeres, el cuerpo de las mujeres, pasa por estas construcciones culturales y modelaciones. ¿Qué pasa cuando las mujeres se liberen de estas representaciones sociales, de estos constructos culturales, de estas identidades, qué potencialidades se liberan, no sólo en las mujeres sino también en los hombres? Estos problemas nos llevan a volver a la cuestión de la genealogía del Estado. Esta institución macro-política, que también corresponde al imaginario del poder, que es el gran cartógrafo y la instrumentalización compleja de las tecnologías de poder que atraviesan los cuerpos. No sólo entendido como un instrumento separado de la lucha de clases, para mejor servir a la burguesía dominante. Sino una maquinaria fabulosa construida sobre la experiencia política de la modulación y modelación de los cuerpos, podríamos decir colonización de los cuerpos. Con estos tópicos la problemática de la colonización se agranda enormemente, pues se encuentra íntimamente vinculada con la expansión y proliferación de las

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tecnologías de poder, tecnologías de poder que tenían que atender a las tareas de domesticación de los cuerpos en los extensos territorios conquistados y colonizados. Ya no se trata solamente de disciplinar los cuerpos, sino inscribir en ellos formas de comportamiento de subordinación, sometimiento, supeditación, convertirlos en cuerpos marcados, pero también aptos no solo para el trabajo y la producción sino también como flujos de energía, como recursos biológicos, de los que se puede absorber información genética y prácticas útiles a la acumulación y concentración del poder. Entonces se trata de pensar la posibilidad de una práctica y concepción política sobre la base de la descolonización radical, que pone en suspenso los múltiples mecanismos de dominación que atraviesen los cuerpos. La liberación entonces de las potencialidades corporales, estéticas, éticas, creativas, de nuevos ámbitos de relación, de nuevos espacios de prácticas, de nuevos imaginarios, universos simbólicos, lingüísticos y figurativos. Un nuevo horizonte político, de la política y de lo político, de las prácticas, de las fuerzas y de las relaciones, un mundo alternativo, otra alternativa civilizatoria y cultural, ya no estructurados en la dicotomía amigo/enemigo, sino más allá. ¿Qué es el más allá del amigo/enemigo? Esta es una pregunta primordial cuando nos preguntamos sobre los umbrales y horizontes de la política. Será una pregunta latente a lo largo del análisis[4]. El mensaje de Políticas de la amistad es ir más allá del poder, más allá de la política, más allá del dualismo estructurante de amigo/enemigo, más allá de la dominación patriarcal. Asumir la alteridad absoluta de la mujer, que recuerda la absoluta alteridad de los cuerpos, de la vida, de la potencia social. Asumir el constante devenir de los cuerpos. La alteridad y alternativa civilizatoria a la modernidad radica en la posibilidad de atravesar estos límites, estos horizontes de la civilización universal de las dominaciones, del poder, de las clasificaciones fijadas, de las formas patriarcales, desde las más explícitas hasta las más implícitas y disimuladas. Civilización que se pretende ser el fin de la historia, la culminación de la evolución y el “desarrollo”. La mujer es parte del constructo cultural de género, constructo cuya historia es ciertamente antigua, diferida, geográficamente y culturalmente diferenciada, particular y singular; empero, es en la modernidad, es con la conformación del sistema-mundo capitalista, cuando este constructo cultural adquiere institucionalidad universal. Es la “ideología” del sistema patriarcal o, por lo menos, el eje vertebral de este sistema de dominación masculina. Sistemade dominación que no solamente se ejerce sobre las mujeres sino también sobre los otros, los hombres, subalternados, interpretados desde una gama minuciosa y detallada de clasificaciones, que vienen desde el muy macho hasta el menos macho, donde las características del macho desaparecen. La jerarquía piramidal del poder, que se manifiesta en la jerarquía piramidal de la sociedad institucionalizada, es, por así decirlo, jugando con la metáfora psicoanalítica, fálica. Como decía Derrida, el falo-centrismo, el logo-centrismo, el fono-centrismo, son los centros gravitantes de la civilización moderna; centros simbólicos, pero, también efectivos, de la estructuración de las dominaciones[5]. El centro antropológico es el hombre, cuya pretendida dominación sexual se ejerce sobre el cuerpo dócil de la mujer o, en su caso, el cuerpo dispuesto ofertado de la mujer, tal como las publicidades comerciales la presentan. El centro es la lógica y el lenguaje hegemónicos; la lógica identitaria, como la denominaba Cornelius Castoriadis[6]; el lenguaje institucionalizado como tal. El centro es la fonación, por lo tanto, las lenguas construidas a partir de estas unidades empíricas fonológicas, parecidas al soplo, por lo tanto al espíritu[7]. Las dominaciones sobre los cuerpos se estructuran sobre estos campos gravitatorios, el símbolo fálico, el símbolo de la razón, el símbolo oral, que en la contemporaneidad se ha convertido en el símbolo virtual. En esta episteme moderna, la mujer, los cuerpos, están descalificados de entrada; la mujer, en tanto es la ausencia del falo; los cuerpos en tanto aparecen en su desmesura erótica, en su plasticidad, en su devenir lúdico. La mujer tiene que ser dominada, domesticada, subordinada, convertirla en la entrega, en la predisposición constante. De esta manera se puede explicar la descarnada violencia sobre las mujeres, a quienes no solamente se las viola sino incluso se las asesina. Si se puede hablar así, todo esto esta inconscientemente justificado, pues cuando la mujer no obedece a las determinaciones desnudas de la civilización patriarcal, la consecuencia inmediata en los actos de los machos es la violencia desatada. Los cuerpos tienen que ser marcados, moldeados, domesticados, disciplinados, controlados, simulados, pues los cuerpos son las resistencias, los espesores, que contienen la energías a capturar, que requiere la civilización de la producción interminable. Volviendo a la “ideología” de género, una de las “ideologías” de la cultura moderna, a lo que podemos llamar, consecuentes con la crítica de la economía política generalizada, economía política de los cuerpos, sobre todo en el sentido de la economía política de género, podemos decir, como ya lo dijimos, que el hombre, la figura del hombre, la

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imagen del hombre, es el valor abstracto de la relación dual hombre/mujer, donde la mujer es el cuerpo concreto[8]. Mediante esta economía política de género se valoriza abstractamente la figura del hombre, que es convertido en la imagen ideal, en tanto que se desvaloriza el cuerpo concreto de la mujer. La mujer no es exactamente concebida como ideal, al contrario, es mas bien, el símbolo del cuerpo, de las desmesura del cuerpo. La imagen que se ventila de la mujer es la modelación sofisticada del cuerpo; no hay ninguna valorización abstracta; la imagen de la mujer en el imaginario machistas aparece como la imagen acompañante del valor abstracto, del ideal civilizatorio, el hombre moderno, hombre de mundo, cosmopolita, individuo pleno. Para las iglesias la mujer era el demonio, la seducción, la invitación al pecado. Las iglesias monoteístas y trascendentales fueron, de las instituciones iniciales, los más poderosos despliegues represivos de la edificación temprana del Estado patriarcal, los más poderosos despliegues de la inscripción de los dispositivos de poder masculinos sobre el cuerpo de las mujeres. En el caso del mal llamado “occidente”, no es pues casual que se haya desatado una guerra contra las mujeres durante tres siglos, el largo periodo de la “caza” de brujas. Tampoco es casual que en las sociedades de hegemonía de las religiones monoteístas y trascendentales se despliegue sobre el cuerpo de las mujeres toda una indumentaria que busca ocultar sus encantos. Son religiones atormentadas por la mujer, el cuerpo de la mujer; en el fondo manifiestan el deseo de la mujer, deseo imposible de cumplirlo, pues, otra vez, se trata del deseo del deseo. Incumplimiento absoluto que se encubre con la más descarnada violencia masculina. Nuevamente, los fundamentalismos desorbitados muestran el miedo a la mujer, el miedo a ser mujer, el terror del valor abstracto civilizatorio, hombre, a los cuerpos, a la exuberancia de los cuerpos, que en el fondo es la angustia por la vida, a la que se teme.

Notas [1] Ver de Raúl Prada Crítica de la economía política generalizada. Ediciones Rincón; La Paz 2014. Dinámicas moleculares; La Paz 2014. [2] Ver de Raul Prada Alcoreza Acontecimiento político. Ediciones Rincón; La Paz 2014. Dinámicas moleculares; La Paz 2014. [3]Jacques Derrida: Políticas de la amistad. Trotta 1998; Madrid. [4] Acontecimiento político. Ob. Cit. [5] Ver de Jacques Derrida De la gramatología. Siglo XXI; México. [6] Ver de Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad; tomo I y II. Anthropos; Barcelona. [7] Ver de Jacques Derrida La voz y el fenómeno. Pre-Textos. [8] Ver de Raúl Prada Alcoreza Crítica de la economía política generalizada. Ediciones Rincón; La Paz 2014. Dinámicas moleculares; La Paz 2014.

LA DIFICULTAD DE VIVIR: UNA ENTREVISTA A JACQUES LACAN

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¿EL PSICOANÁLISIS PERDERÁ VIGENCIA CUANDO EL SER HUMANO SEA CAPAZ DE COMPRENDER SU VIDA?

El psicoanálisis ha conocido un desarrollo histórico peculiar, oscilante entre la aceptación y aun la fascinación por un lado y, por el otro, el rechazo y la denotación más furibunda. Con todo, el psicoanálisis persiste. ¿Cuál es la causa de dicha persistencia? Una respuesta seria pasa, necesariamente, por el malestar del ser humano, para el cual, hasta ahora, la cultura no ha encontrado un solo remedio efectivo. O, mejor dicho: sí los ha encontrado, desde el pensamiento de

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los VEDAS y el budismohasta las “reglas para vivir” del Dr. Jordan Peterson, de Platón y los estoicos a las ideas de Nietzsche o las reflexiones de Byung-Chul Han, el malestar que al parecer acompaña inevitablemente a la existencia humana ha sido objeto de estudio e investigación filosófica, de lo cual, a su vez, se han derivado diversos intentos de respuesta a las preguntas que en algún punto asaltan la vida humana: ¿es posible vivir sin malestar? ¿es posible vivir sin miedo? ¿es posible vivir sin sufrimiento y sin angustia? ¿es posible vivir sin ira? Estas preguntas fundamentales tienen respuesta, pero a diferencia de otras disciplinas, sistemas de pensamiento o corrientes filosóficas, doctrinas espirituales y religiosas, la postura del psicoanálisis es clara al respecto: es el propio sujeto quien debe elaborar por sí mismo dicha respuesta. Sin duda, parece más sencillo adherirse a una solución ya hecha: seguir tal o cual serie de mandamientos, tomar el antidepresivo o el ansiolítico, intentar ser hoy hedonista y mañana probar el minimalismo, etc. Y nos parece más sencillo porque así es como aprendemos a vivir: obedeciendo, adoptando las formas de vida que nos enseñan y que, se nos dice, son necesarias para ser aceptados por otros (en la comunidad de lo humano). Pero frente a esto, el psicoanálisis llama al sujeto a detenerse para preguntarse si eso es lo que realmente quiere, si esa es la vida que desea o es aquella que le enseñaron a desear. Cabe decir que dicha confrontación no es sencilla y mucho menos en una cultura que nos empuja justamente a lo contrario: a vivir sin reflexionar, sin interrogar ni emprender un esfuerzo propio y auténtico de cambio. Compartimos estos párrafos a manera de introducción para una entrevista que le hizo Emilia Granzotto a Jacques Lacan en 1974. De todas las personas que han intentado seguir el método elaborado por Sigmund Freud, quizá Lacan ha sido el único que aportó verdaderamente al desarrollo del psicoanálisis, por el hecho simple pero al parecer muy difícil de realizar de que su único interés a lo largo de su trayectoria fue leer atentamente la obra de Freud. Originalmente, la entrevista se publicó en la revista italiana PANORAMA, en su número del 21 de diciembre del año referido. La transcribimos íntegra, en razón de los varios puntos de interés que Lacan tocó en aquella ocasión y porque creemos que a lo largo de la charla se teje una cohesión que vale la pena conservar así para entender las palabras del psicoanalista. *** Panorama: Prof. Lacan, se escucha hablar más y más a menudo de la crisis del psicoanálisis, se dice que Sigmund Freud está superado, que la sociedad moderna ha descubierto que su doctrina no alcanza a comprender al hombre ni a interpretar a fondo su relación con el ambiente, con el mundo… Lacan: Son historias. En primer lugar, la crisis no existe, no está. El psicoanálisis, al contrario, no ha alcanzado del todo sus límites. Hay aún muchas cosas para descubrir tanto en la práctica como en la doctrina. En el psicoanálisis no hay solución inmediata, sino solamente la larga y paciente investigación acerca de los porqués. En segundo lugar: Freud. ¿Cómo se lo puede juzgar como superado si no lo hemos comprendido enteramente? Lo que sabemos es que ha dado a conocer cosas totalmente novedosas que no se habían imaginado antes de él, problemas… del inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, del acceso a lo simbólico al sujetamiento a las leyes del lenguaje. Su doctrina ha puesto a la verdad en cuestión, un asunto que concierne a cada uno personalmente. Nada que ver con una crisis. Repito: estamos lejos de los objetivos de Freud. Es porque su nombre ha servido para cubrir muchas cosas que ha habido desviaciones, los epígonos no han seguido siempre fielmente el modelo, eso ha creado la confusión. Después de su muerte en 1939, algunos de sus alumnos pretendieron hacer el psicoanálisis de otra manera, reduciendo su enseñanza a algunas pequeñas fórmulas banales: la técnica como

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rito, la práctica reducida al tratamiento del comportamiento y, como objetivo, la readaptación del individuo a su entorno social. Es decir, la negación de Freud, un psicoanálisis acomodaticio, de salón. Él mismo lo había previsto. Decía que hay tres posiciones imposibles de sostener, tres tareas imposibles: gobernar, educar y psicoanalizar. Hoy día poco importa quien tiene las responsabilidades de gobernar y todo el mundo se pretende educador. En cuanto a los psicoanalistas, ¡ay!, por desgracia prosperan como los magos y los curanderos. Proponer ayudar a las personas significa el éxito asegurado y la clientela detrás de la puerta. El psicoanálisis es otra cosa. Panorama: ¿Qué exactamente? Lacan: Lo defino como un síntoma, revelador del malestar de la civilización en la cual vivimos. No es ciertamente una filosofía; yo aborrezco la filosofía, hace ya tiempo que ella no dice nada interesante. No es tampoco una fe y tampoco me va llamarla ciencia. Digamos que es una práctica que se ocupa de aquello que no anda, terriblemente difícil, ya que pretende introducir en la vida cotidiana al IMPOSIBLE y al IMAGINARIO. Hasta ahora, ha obtenido ciertos resultados, pero no dispone aún de reglas y se presta a toda suerte de equívocos. No hay que olvidar que se trata de algo totalmente nuevo, ya sea en relación con la medicina, la psicología o las ciencias afines. Es asimismo muy joven. Freud murió apenas hace 35 años. Su primer libro, LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS, fue publicado en 1900 y con muy poco éxito. Creo que fueron vendidos unos 300 ejemplares en aquellos años. Tenía pocos alumnos que pasaban por locos y ellos mismos no estaban de acuerdo acerca de la manera de poner en práctica y de interpretar aquello que habían adquirido. Panorama: ¿Qué es lo que no anda en el hombre hoy en día? Lacan: Hay una gran fatiga de vivir como resultado de la carrera hacia el progreso. Se espera del psicoanálisis que descubra hasta dónde se puede llegar arrastrando esa fatiga, ese malestar de la vida. Panorama: ¿Qué es lo que empuja a la gente a analizarse? Lacan: El miedo. Cuando al hombre le llegan las cosas, incluso las cosas que ha querido, que no comprende, tiene miedo. Sufre de no comprender y poco a poco entra en un estado de pánico. Es la neurosis. En la neurosis histérica el cuerpo deviene enfermo del miedo de estar enfermo sin estarlo realmente. En la neurosis obsesiva el miedo pone cosas bizarras en la cabeza … pensamientos que no se pueden controlar, fobias en las cuales formas y objetos adquieren significaciones diversas y espantosas. Panorama: ¿Por ejemplo? Lacan: El neurótico llega a sentirse empujado por una necesidad espantosa de tener que verificar docenas de veces si la canilla está cerrada de verdad o si tal cosa está bien en su lugar, sabiendo con certeza que la canilla está como debe estar y que la cosa está en su lugar. No hay pastilla que cure eso. Tú debes descubrir por qué eso te llega y saber lo que eso significa. Panorama: ¿Y el tratamiento? Lacan: El neurótico es un enfermo que se trata con la palabra, sobre todo con la suya. Debe hablar, contar, explicar él mismo. Freud lo define así: asunción de la parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro. El psicoanalista no tiene mas remedio que ser el rey de la palabra. Freud explicaba que el inconsciente no es tanto algo profundo sino, más bien, es inaccesible a la profundización

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consciente. Y decía también que en ese inconsciente ello habla: un sujeto en el sujeto trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis. Panorama: ¿Palabra de quién? ¿Del enfermo o del analista? Lacan: En el psicoanálisis, los términos ENFERMO, MÉDICO, MEDICINA no son exactos, no son utilizados. Incluso las fórmulas pasivas que son utilizadas habitualmente no son justas. Se dice "hacerse psicoanalizar". Es falso. Aquel que hace el trabajo en análisis es aquel que habla, el sujeto analizante mismo si él lo hace según el modelo sugerido por el analista que le indica cómo proceder y lo ayuda con sus intervenciones. Las interpretaciones que les son proporcionadas parecen dar sentido en un primer abordaje a aquello que el analizante dice. En realidad, la interpretación es más sutil, tiende a borrar el sentido de las cosas por las cuales el sujeto sufre. El objetivo es el de mostrarle, a través de su propio relato, que su síntoma, digamos la enfermedad, no está en relación con nada, que está desanudado de todo sentido. Incluso si en apariencia es real, no existe. Las vías por las cuales esta acción de la palabra procede piden mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la ponderación son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber ponderar la ayuda que se le da al analizante; es por esto que el psicoanálisis es difícil. Panorama: Cuando se habla de Jacques Lacan, se asocia inevitablemente ese nombre a una fórmula: el retorno a Freud. ¿Qué significa eso? Lacan: Exactamente eso que es dicho. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que referirse a Freud, en sus términos, en sus definiciones, leídas e interpretadas en su sentido literal. He fundado en París una escuela freudiana justamente para eso. Hace 20 años, o más, que vengo explicando mi punto de vista: el retorno a Freud simplemente significa despejar el campo de las desviaciones y de los equívocos, de las fenomenologías existenciales —por ejemplo— tanto como del formulismo institucional de las sociedades analíticas, retomando la lectura de su enseñanza según los principios definidos y catalogados en su trabajo. Releer a Freud quiere decir solamente releer a Freud. Aquel que no hace esto en psicoanálisis, utiliza formas abusivas. Panorama: Pero Freud es difícil. Y Lacan, dicen, lo torna incomprensible. Se le reprocha a Lacan hablar y sobre todo escribir de tal manera que solamente aquellos iniciados pueden esperar comprender. Lacan: Lo sé, tengo la reputación de ser un oscuro que esconde su pensamiento en nubes de humo. Yo me pregunto por qué. A propósito del análisis, respeto conjuntamente con Freud que sea el juego intersubjetivo a través del cual la verdad entre en el REAL. ¿No está claro? Pero el psicoanálisis no es una cosa simple. Mis libros tienen reputación de incomprensibles. ¿Pero por quién? No los he escrito para todos, para que sean comprendidos por todos. Al contrario, no me he preocupado ni un instante de complacer a algunos lectores. Tengo cosas para decir y las digo. Me es suficiente tener un público que lee, y si no comprende, paciencia. En cuanto al número de lectores, tengo más oportunidad que Freud. Mis libros son muy leídos; estoy asombrado por eso. Estoy convencido de que dentro de 10 años como máximo, quien me lea me encontrará transparente como una buena jarra de cerveza. Es posible que entonces se diga: ¡ese Lacan, es banal! Panorama: ¿Cuáles son las características del lacanismo? Lacan: Es un poco apresurado decirlo, ya que el lacanismo no existe aún. Se percibe apenas un olor, como un presentimiento.

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Sea lo que sea, Lacan es un señor que practica el psicoanálisis hace 40 años y que estudia desde hace más tiempo. Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje. He escrito en uno de mis libros que aquello a lo cual nos devuelve el descubrimiento de Freud es a la importancia del orden en el cual hemos entrado, en el que somos, si se puede decir, nacidos por segunda vez, saliendo del estado llamado justamente INFANS, sin palabra. El orden simbólico sobre el cual Freud ha fundado su descubrimiento está constituido por el lenguaje, como momento del discurso concreto universal. Es el mundo de las palabras que creó el mundo de las cosas, inicialmente confusas en el devenir del todo. Solamente las palabras dan un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras, nada existiría. ¿Cuál sería el placer sin el intermediario de la palabra? Mi idea es que Freud, al enunciar en sus primeras obras (LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS, MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER, TÓTEM Y TABÚ) las leyes del inconsciente, formuló —como precursor de su tiempo— las teorías con las cuales algunos años más tarde Ferdinand de Saussure abrió el camino de la lingüística moderna. Panorama: ¿Y el pensamiento puro? Lacan: Sometido, como todo el resto, a las leyes del lenguaje, solamente las palabras pueden introducir y darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no daría un paso hacia el frente en las investigaciones acerca del pensamiento. Del mismo modo para el psicoanálisis. Sea cual sea la función que quisiéramos atribuirle –agente de cura, de formación o de sondeo– no hay más que un médium del que se sirve: la palabra del paciente. Y cada palabra pide respuesta. Panorama: ¿El análisis como diálogo? Hay gente que lo interpreta, sobre todo, como un sucedáneo laico de la confesión… Lacan: ¿Pero qué confesión? Al psicoanalista no se le confiesa nada. Se va a decirle simplemente todo lo que se le pasa por la cabeza. Palabras precisamente. El descubrimiento del psicoanálisis es el del hombre como animal parlante. Es asunto del analista poner en serie las palabras que escucha y darles un sentido, una significación. Para realizar un buen análisis, hace falta un acuerdo, una afinidad entre el analizante y el analista. A través de las palabras de uno, el otro busca hacerse una idea de lo que se trata y encontrar más allá del síntoma aparente, el difícil nudo de la verdad. Otra función del analista es la de explicar el sentido de las palabras para hacer comprender al paciente qué puede esperar del análisis. Panorama: Entonces es una relación de una extrema confianza. Lacan: Sobre todo un intercambio, en el cual lo importante es que uno habla y el otro escucha. Aun en silencio. El analista no plantea preguntas y no tiene ideas. Da solamente las respuestas que hace falta dar a las preguntas que suscitan sus buenas ganas. Pero –a fin de cuentas– el analizante va siempre adonde el analista lo lleva. Panorama: Eso es la cura. ¿Y acerca de las posibilidades de curación? ¿Se sale de la neurosis? Lacan: El psicoanálisis tiene éxito cuando vacía el campo tanto del síntoma como del REAL, y así llega a la verdad. Panorama: ¿Podría explicarme ese concepto de una manera menos lacaniana? Lacan: Yo llamo síntoma a todo aquello que viene del REAL. Y EL REAL es todo aquello que no anda, que no funciona, eso que hace obstáculo a la vida del hombre y a la afirmación de su personalidad. El REAL vuelve siempre al mismo lugar, se lo encuentra siempre allí con las mismas manifestaciones. Los científicos disponen de una bella fórmula:

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que no hay nada de imposible en EL REAL. Hace falta ser un caradura para hacer afirmaciones de ese género, o bien, como yo lo sospecho, una ignorancia total acerca de lo que se hace y de lo que se dice. El REAL y el IMPOSIBLE son antitéticos; no pueden estar juntos. El análisis empuja al sujeto hacia EL IMPOSIBLE, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, esto es, imaginario y sin ningún sentido. Mientras que el real, como un pájaro voraz, no hace otra cosa que nutrirse de cosas sensatas, de acciones que tienen un sentido. Se escucha siempre repetir que hay que darle un sentido a esto o a aquello, a sus propios pensamientos, a sus propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero de la vida no sabemos nada de nada, como se sofocan los científicos por explicar. Mi miedo es que, por culpa de ellos, EL REAL, cosa monstruosa que no existe, termine tomando la delantera. La ciencia está en camino de sustituir a la religión, con otro tanto de despotismo, de oscuridad y de oscurantismo. Hay un dios átomo, un dios espacio, etc. Si la ciencia o la religión lo logran, el psicoanálisis está acabado. Panorama: ¿Qué relación guardan entre sí hoy día la ciencia y el psicoanálisis? Lacan: Para mí la única ciencia verdadera, seria para seguir, es la ciencia ficción. La otra, aquella que es oficial, que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas y a locas y comienza a tener miedo de su sombra. Pareciera que a los científicos también les llegó el momento de angustia. En sus laboratorios asépticos revestidos de sus guardapolvos almidonados, esos viejos niños que juegan con cosas desconocidas, manipulando aparatos siempre más complicados e inventando fórmulas siempre más oscuras, comienzan a preguntarse qué es lo que podrá sobrevenir mañana y qué terminarán aportando sus investigaciones siempre novedosas. En fin, digo: ¿Y si es demasiado tarde? Se llamen biólogos, físicos, químicos, para mí están locos. Solamente por el momento, mientras están en vías de destruir el universo, se les ocurre preguntarse si por azar eso que hacen no sería peligroso. ¿Y si todo saltara? ¿Y si las bacterias tan amorosamente cuidadas en los blancos laboratorios se trasmutasen en enemigos mortales? ¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de esas bacterias con toda la mierda que lo habita, comenzando por los científicos de los laboratorios? Hay tres posiciones imposibles dichas por Freud: gobernar, educar y psicoanalizar. Agregaría una cuarta: la ciencia. Tan cerca como las demás, los científicos no saben que están en una posición insostenible. Panorama: Es una definición bastante pesimista de aquello que comúnmente se llama progreso. Lacan: Para nada, no soy para nada pesimista. El hombre no llegará a nada, por la simple razón de que es un bueno para nada, incapaz de destruirse a sí mismo. Una calamidad total promovida por el hombre, eso lo encontraría personalmente maravilloso. Sería la prueba de que finalmente ha logrado fabricar alguna cosa con sus manos, con su cabeza, sin intervención divina, natural o de otra especie. Todas esas bellas bacterias bien nutridas que se pasean por el mundo, como las langostas bíblicas, significarían el triunfo del hombre. Pero eso no llegará jamás. La ciencia tiene su buena crisis de responsabilidad. Todo regresará al orden de las cosas, como se dice. Lo he dicho, EL REAL tendrá la superioridad como siempre y nosotros estaremos jodidos como siempre. Panorama: Otra de las paradojas de Jacques Lacan. Nos lanza no solamente la dificultad del lenguaje y la oscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, los divertimentos lingüísticos, los acertijos a la francesa y precisamente las paradojas. Aquel que lo escucha o lo lee debe de sentirse desorientado…

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Lacan: No bromeo del todo, digo las cosas muy seriamente. Salvo que utilice las palabras como los científicos, de los que hablamos antes, utilizan sus alambiques y sus aparatos electrónicos. Busco siempre referirme a la experiencia del psicoanálisis. Panorama: Usted dijo: EL REAL no existe. Pero el hombre medio sabe que EL REAL es el mundo, todo aquello que lo rodea, lo que se ve ante el ojo desnudo, se toca, es… Lacan: De entrada rechacemos a este hombre medio que, él, para comenzar no existe, es solamente una ficción estadística. Existen los individuos y eso es todo. Cuando escucho hablar del "hombre de la calle", de los sondeos, de los fenómenos de masa o de cosas parecidas, pienso en todos los pacientes que he visto pasar sobre el diván de mi consultorio en 40 años de escucha. No hay uno solo que sea parecido a otro, ninguno con la misma fobia, la misma angustia, la misma manera de relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre medio, ¿quién es? ¿Yo, usted, nosotros, mi conserje, el presidente de la república? Panorama: Hablamos del REAL, del mundo que todos vemos … Lacan: Precisamente. La diferencia entre EL REAL (a saber: eso que no va) y el SIMBÓLICO y el IMAGINARIO (a saber: la verdad), es que el REAL es el mundo. Para constatar que el mundo no existe, que no es, hace falta pensar en todas las cosas banales que una infinidad de gente estúpida creen que es el mundo. E invito a los amigos de PANORAMA, antes de acusarme de paradoja, a reflexionar acerca de lo que acaban de leer. Panorama: Aún más pesimista, se diría… Lacan: No es cierto. No me coloco entre los alarmistas ni entre los angustiados. Estupendo si un psicoanalista no ha dejado atrás su estado de la angustia. Es cierto, hay alrededor de nosotros cosas horripilantes y devorantes, como la televisión, por la cual la mayoría de nosotros se encuentra regularmente fagocitado. Pero es únicamente porque las personas se dejan fagocitar que llega a inventarse un interés para aquellos que lo ven. Luego hay otros aparatos monstruosos, tan hambrientos: los cohetes en la luna, las investigaciones en el fondo del mar, etc. Cosas que devoran. Pero no hay por qué hacer un drama. Estoy seguro de que cuando hayamos tenido los cohetes, la televisión y todas las otras malditas investigaciones para la vida, encontraremos otras cosas para ocuparnos. Hay una reviviscencia de la religión ¿no? ¿Y qué mejor monstruo hambriento que la religión, una feria continua con la cual es posible entretenerse durante siglos, como ya se ha mostrado? Mi respuesta a todo ello es que el hombre siempre supo adaptarse al mal. El solo REALconcebible al que tenemos acceso es precisamente este y hay que darse una razón. Dar un sentido a las cosas, como se dice. De otro modo, el hombre no tendría angustia, Freud no se habría vuelto célebre y yo no sería profesor universitario. Panorama: Las angustias, ¿son todas ellas siempre de ese tipo, o bien hay angustias ligadas a ciertas condiciones sociales, a ciertas etapas históricas, a ciertas latitudes? Lacan: La angustia del científico que tiene miedo de sus propios descubrimientos puede parecer reciente, pero, ¿qué sabemos nosotros de aquello que les llegó en otras épocas, de los dramas de otros investigadores? La angustia del obrero remachado a la cadena de montaje como al remo de una galera, esa es la angustia de hoy día. O más simplemente, está ligada a las definiciones y a las palabras de hoy. Panorama: Pero, ¿qué es la angustia para el psicoanálisis? Lacan: Algo que se sitúa en el exterior de nuestro cuerpo, un miedo, un miedo de nada más que del cuerpo –comprometido el espíritu– pueda motivar. En suma, el miedo del miedo. Muchos de esos miedos, muchas de esas angustias, al nivel donde lo percibimos, tienen alguna cosa que ver con el sexo. Freud decía que la sexualidad para el animal parlante que se llama el

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hombre, no tiene ni remedio ni esperanza. Uno de los deberes del analista es el de encontrar en las palabras del paciente el nudo entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido. Panorama: Ahora que se coloca al sexo en todas las salsas –sexo en el cine, en el teatro, en la televisión, en los diarios, en las canciones, en la playa– se dice que la gente está menos angustiada respecto de los problemas ligados a la esfera sexual. Los tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo… Lacan: La sexomanía galopante es solamente un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa seria que comporta, y lo repito, una relación estrictamente personal entre dos individuos: el sujeto y el analista. No existe psicoanálisis colectivo, como no existen angustias o neurosis de masas. Que el sexo sea puesto a la orden del día y expuesto en todos los rincones de las calles, tratado de la misma manera que no importa cuál detergente en los carruseles televisivos, no constituye absolutamente promesa alguna de beneficio. No digo que esté mal. Ciertamente, eso no sirve para aliviar las angustias y los problemas singulares. Eso forma parte del mundo, de esa falsa liberación que nos es proporcionada como un bien acordado desde lo alto por la susodicha sociedad permisiva. Pero eso no sirve al nivel del psicoanálisis.

¿EXISTE UNA NUEVA DERECHA EN AMÉRICA LATINA?

Ava Gómez y Bárbara Ester CELAG

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238832 El avance de los gobiernos neoliberales desde la segunda década del siglo XXI, ya sea por la vía de procesos electorales o por la activación de golpes en contra de la institucionalidad -como sucedió en Brasil y Paraguay-, ha hecho resurgir en el imaginario colectivo y, en particular, en el entorno de los analistas y especialistas de la política, la idea del retorno de la derecha política al poder, desde una perspectiva de “fin de ciclo” de los gobiernos progresistas latinoamericanos.

Y es que los líderes latinoamericanos, que sustituyeron gobiernos de corte progresista por vías democráticas o a punta de golpes de Estado, manifestaron en una y otra ocasión estar en las antípodas de discursos innovadores y políticas progresistas. Así, recordando el decálogo de los años ´90, Temer ha establecido en Brasil una actividad orientada a la articulación de un discurso favorable y acorde con las políticas de ajuste fiscal, reformas laborales y previsionales que contraen derechos, represión de la protesta social y privatizaciones. En Ecuador, desde que Lenín Moreno llegó al poder de la mano de Alianza PAIS y Rafael Correa, ha hecho lo posible por desmarcarse del ejercicio progresista de su antecesor, articulando y desarrollando estrategias de acercamiento a la vieja política, por medio de –entre otras acciones– un Referéndum Constitucional con el que buscó reestructurar el sistema político basándose en el acercamiento a los poderes económicos y políticos tradicionales, así como a sus medios de comunicación. Por su parte, Horacio Cartes, el presidente empresario del Partido Colorado en Paraguay, está en la recta final de un Gobierno de amplios ajustes en todos los sectores sociales, que han impactado en el aumento de la pobreza y la desigualdad.

Argentina, un híbrido entre lo nuevo y lo viejo

Mauricio Macri en Argentina logró instalar la percepción de que existe un nuevo tipo de político innovador, que articula en sus luchas políticas las concepciones de una sociedad cosmopolita con jóvenes interconectados en la “Aldea Global”, cuya pirámide de necesidades “New Age”, los hace ser parte de un target muy diverso. Esta perspectiva de “la nueva política” de Cambiemos, ha servido también para que los consultores de la nueva derecha enarbolen sus banderas y se posicionen (convirtiéndose en best sellers y en estrellas de la asesoría política) en todos los rincones de América Latina. Pero ¿cuál es su impacto en América Latina? más allá de Macri, con todas las dudas que puede suscitar llamar a su discurso “de renovación”.

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El caso de Argentina fue utilizado de arquetipo por José Natanson para definir el nuevo estilo de la denominada “nueva derecha”. Natanson encuentra diferencias sustanciales del macrismo con otros gobiernos neoliberales “clásicos” cuya máxima expresión fueron los presidentes latinoamericanos de la década del ´90. Fundamentalmente en cierta construcción hegemónica, gracias a la acertada elección de formas y targets que el Pro y Cambiemos le endosaron a la política[1].

Analizaremos punto por punto cada una de las características de la novedad, o más bien de un nuevo híbrido, en el que lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que no termina de morir.

1. La profesionalización de la campaña política

Con las campañas políticas ha pasado lo mismo que con los negocios, han encontrado en las nuevas tecnologías informáticas terreno fértil para vender desde productos hasta ideas. En este sentido, Cambiemos ha logrado medir los tiempos, los modos y las formas. Si antes el problema era la falta de información, hoy la desinformación es producto de la sobrecomunicación. Ya no son sólo los medios de comunicación, aunque la visualidad se imponga y confluya en los grandes medios de comunicación, “cada muro es un mundo”.

De la misma forma en que las empresas compran información para saber el comportamiento de sus usuarios y crear mejores estrategias de venta, la política ha desarrollado un mercado de propaganda política, desde la masificación de líderes políticos en redes sociales, hasta ejércitos de perfiles anónimos denominados “trolls” que logran imponer tendencias en redes. Este tipo de estrategia agresiva de venta se encuentra en las antípodas de toda la cultura política previa.

La innovación y las campañas en redes sociales llegaron para quedarse, todos los partidos políticos competitivos -aunque rezagadamente- se han adaptado y cuentan hoy con perfiles y circulación en redes –especialmente los comentarios polémicos en twitter- y presencias en programas de T.V. En este punto la derecha ha sabido capitalizar las nuevas tecnologías y establecer una ventaja, interpretando la modernidad en clave simmeliana[2], con el predominio de la forma por sobre el contenido.

2. Política económica

En cuanto a la política económica, presenta diferencias y similitudes con la década de los ´90. En primer lugar, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Presidencia se mantuvo el carácter estatal de los servicios públicos, aunque con sucesivos aumentos de tarifas y la baja en las jubilaciones mediante la polémica reforma previsional. Pese a ello, hasta ahora su política no ha sido la de privatizar, es decir no ha presentado una política antiestatista -aunque sí de recorte al gasto público- pero es posible que ante la inviabilidad de seguir tomando deuda sea una opción[3].

Los despidos masivos, son asunto complejo ya que no fueron de una vez sino en sucesivas oleadas. Solo durante el mes de enero de 2018 el Centro de Economía Política Argentina (CEPA)[4] ha registrado un total de 6.639 despidos y suspensiones en todo el país. Cifra que representa casi el doble que la registrada por el mismo organismo en enero de 2017 (3.692 casos) y también en diciembre 2017, donde se contabilizaron 3.346 despidos. En el desglose de los casos mencionados, casi el 60 % de los despidos corresponde al sector público y se concentran en los organismos descentralizados de la administración. Mientras tanto, el viraje hacia la supremacía del sector financiero arroja por la borda a los trabajadores del sector privado.

3. Local vs. Público

Sin lugar a dudas la verdadera novedad de Cambiemos se desarrolló en su gestión en la Ciudad de Buenos Aires, donde logró imponer un imaginario de administración eficiente y moderada, modernizando la política de transporte, la oferta cultural y el mejoramiento de espacios verdes y plazas[5]. En este sentido, tampoco presenta una innovación dado que el concepto de Alcaldización de la política[6] da cuenta de cómo en el caso chileno el régimen militar logró reformular la política, sacándola de sus escenarios históricos y trasladándola a los espacios micro –comunas–, donde transcurría la vida cotidiana de las personas, hecho que constituía una nueva institucionalidad y formaba parte del proceso de resocialización del pueblo chileno emprendido en 1973.

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4. Escenificación de la política

Natanson señala un aspecto clave, el discurso de la cultura del trabajo enarbolado por lo que denomina “herederos meritocráticos”. En cuanto a su Gabinete de ministros, destaca la presencia de outsiders nuevos en la política como el actual Jefe de Gabinete, Marcos Peña, politólogo (Universidad Torcuato Di Tella). Sin embargo la coexistencia con miembros de la política tradicional como Patricia Bullrich, quien ejerció como secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios en los años 1999 y 2000, fungiendo también como ministra de Seguridad Social en los años 2000 y 2001, en vísperas del estallido social. En el mismo sentido Horacio Rodríguez Larreta, el Jefe de Gobierno porteño, no sólo pertenece a la aristocracia argentina sino que se ha desempeñado largamente en el ámbito público[7]. La novedad es la incorporación de CEOS ejecutivos del sector privado, quienes se sumaron –incompatibilidad de intereses mediante- al sector público, tales como Guillermo Dietrich o Guillermo Aranguren[8]. Sin embargo, este hecho no ha tenido mayores repercusiones en la opinión pública en parte porque la política puede consumirse como una representación de la realidad y no la realidad en sí misma. El mejor ejemplo en este sentido lo constituye la escenificación del timbreo, ficción diseñada para parecer espontánea e informal, pero al ser una ficción bien lograda consigue el mismo efecto –apelar a sentimientos, sensación de escucha y, una vez más, cotidianeidad- homologando al ciudadano con el vecino y bajando la carga política.

5. Hegemonía cultural

Sin duda su gran logro es la apelación a una idiosincrasia New Age, una identidad global e individualista con preocupaciones ecológicas y ávidas de cuidado de uno mismo. Estos ciudadanos que adscriben a hábitos saludables ven con buenos ojos la revalorización de lo cotidiano y lo “normal” ante lo que consideraban como una exaltación de la política por parte del kirchnerismo. “La gente quiere estar tranquila” –léase que aspiran a disminuir la centralidad de la política en su cotidianeidad-. En este sentido, suscribe a una “renovación modernizante” frente al sacrificio totalizante que le proponía como modelo de vida el Gobierno anterior.

Por último, además de la estrecha relación en términos económicos, en lo concerniente a la esfera cultural y de construcción de sentido, Cambiemos ha tenido gestos de condescendencia para con la última dictadura militar[9] [10]. Desde declaraciones oficiales negacionistas hasta el beneficio de la prisión domiciliaria a ex represores[11], sin olvidar el retorno a una política de mayor represión. En este aspecto, poca es la diferencia con políticos como Pedro Pablo Kuczynski (PPK) –quien otorgó la prisión domiciliaria nada menos que al ex dictador Alberto Fujimori-, a la reivindicación de Alfredo Stroessner por parte del candidato del Partido Colorado Mario Abdo Benítez –hijo del ex secretario privado del dictador-, de los festejos con el busto de Pinochet ante la victoria de Sebastián Piñera[12] o los elogios a la dictadura brasileña que profesara Jair Bolsonaro, candidato presidencial que se ubica en segundo lugar de preferencias, por debajo de Lula da Silva.

A modo de conclusión

En su mayoría, los nuevos gobiernos de la derecha regional no desarrollaron un cambio radical en sus discursos y tampoco en los articulados legislativos. En todo caso, hicieron un ejercicio de réplica de procesos de ajuste provenientes de finales del siglo XX. La oleada del discurso progresista impactó en menor medida en los países que mantuvieron regímenes políticos continuistas como México, donde el PRI de Enrique Peña Nieto se mantuvo firme en su enfoque de políticas neoliberales, al igual que Santos en Colombia, cuyo salto a la paz se convirtió en una nueva oportunidad para amplificar el proceso de apertura económica del país. Finalmente PPK, quien comenzó su mandato buscando apelar al apoyo de una derecha más liberal que conservadora en Perú, se encontró con un entramado mucho más conservador que el imaginado. Para subsistir no pudo recrear imaginarios globalizados como en el caso argentino, sino que desempató la grieta más honda que polariza al país -la misma que lo convirtió en presidente- inclinándose por el poder real mediante el indulto a Fujimori[13].

Ni los regímenes continuistas ni los rupturistas asumieron un cambio del eje discursivo ni tampoco una nueva forma de “hacer política”. Sin embargo, el halo del cambio sí está presente en algunas campañas, pero con poca permeabilidad en el electorado más conservador, que parece movilizarse masivamente ante posiciones “duras” en torno a la familia, el aborto, la denominada “ideología de género” y, que generalmente, están articulados en torno a actividades eclesiásticas. Un caso ejemplar es el de Costa Rica[14], en donde el líder político Fabricio Alvarado, candidato presidencial del partido

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de corte religioso–conservador, Restauración Nacional, ganó la primera vuelta de las recientes elecciones del país centroamericano.

Ahora bien, es cierto que en Argentina Cambiemos logró imponer una lectura de época por sobre la épica de la gestión anterior, más la época no es homogénea y su estrategia triunfal no es necesariamente extrapolable a la política latinoamericana en su conjunto. En parte porque el pentecostalismo ha logrado un gran arraigo en el imaginario social de grandes sectores y ha fortalecido la visión de una sociedad con valores conservadores: familia, trabajo e iniciativa privada[15] [16].

No se trata de que hoy –a diferencia de los contextos de dictaduras de los años ´70/´80– las derechas sean más democráticas por convicción, sino tal como sostiene Guillermo O´Donnell, las burguesías nacionales atraviesan períodos contingentes en los que pueden coincidir con la democracia. Actualmente, en los casos en que las derechas han tenido un largo rol opositor (Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil y Venezuela) han logrado articular un discurso consensualista que intenta presentarse como “post-ideológico”, apelando a “los problemas de la gente”. En cambio, en otros casos donde la derecha ha gobernado sin interregnos progresistas, las derechas no han tenido la necesidad de reactualizar -en términos generales- ni sus discursos ni sus políticas, por el contrario han consolidado su posición.

Notas:

[1] Sobre el carácter “democrático” Martín Granovsky ha problematizado el concepto en su artículo ¿Derecha democrática? desde una perspectiva de democracia plena y no meramente electoralista. Sobre este punto más en: http://www.celag.org/hablamos-cuando-hablamos-democracia/

[2] Simmel, Georg; con prólogo de Carlos Astrada. El conflicto de la cultura moderna, 1a ed. – Córdoba : Universidad Nacional de Córdoba; Encuentro Grupo Editor, 2011. En: https://rdu.unc.edu.ar/bitstream/handle/11086/1164/El%20conflicto%20de%20la%20cultura_Simmel.pdf?sequence=3&isAllowed=y

[3] http://www.celag.org/elecciones-argentina-rol-la-economia-la-politica-la-victoria-pro/

[4] https://gallery.mailchimp.com/e9c6f62a4dc825f6a9dab4e88/files/66b0b87b-9928-4763-b5bc-f0bb928362cc/Informe_laboral_enero_2018_CEPA.pdf

[5] http://www.celag.org/blancas-prolijas-y-seguras-ciudades-derechas/

[6] Valdivia, V. y Fritz, K. La alcaldización de la política: los municipios en la dictadura pinochetista. Santiago de Chile: LOM Ediciones, (2012).

[7] Horacio Rodríguez Larreta fue nombrado gerente general de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) en 1995 y subsecretario de Políticas Sociales en la Secretaría de Desarrollo Social en 1998. En noviembre del año 1999, fue designado interventor del Programa de Atención Médica Integral, dependiente del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados. Durante su gestión, el 29 de julio de 2000 se suicidó el reconocido cardiocirujano René Favaloro, entre otras razones, debido a la millonaria deuda que el PAMI mantenía con su fundación. Asimismo, el ministro de Trabajo Jorge Triaca es hijo del dirigente gremial y político Jorge Alberto Triaca, quien había encabezado el mismo Ministerio entre 1989 y 1992.

[8] Más información en: http://www.celag.org/cartel-ministerial/

[9] http://www.celag.org/cronica-de-una-venganza-anunciada-por-barbara-ester/

[10] http://www.celag.org/del-nunca-mas-al-2×1-los-ddhh-en-argentina/

[11] http://memoria.telam.com.ar/noticia/organismos–la-libertad-de-etchecolatz-es-un-limite_n8335

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[12] https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2017/12/17/festejan-triunfo-de-pinera-con-busto-de-augusto-pinochet.html

[13] http://www.celag.org/peru-la-noche-los-indultos/

[14] http://www.celag.org/alvarado-proximo-presidente-costa-rica/

[15] http://www.celag.org/iglesias-evangelicas-poder-conservador-latinoamerica/

[16] http://www.celag.org/la-re-espiritualizacion-la-politica/

Ava Gómez y Bárbara Ester son investigadoras del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)

Fuente: http://www.celag.org/existe-una-nueva-derecha-america-latina/

COYUNTURA Y PERSPECTIVAS EN CHILE

Tendencias complejas Patricio Quiroga Z. El Ojo Izquierdo

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238800

Introducción. Este documento tiene por objeto contribuir a la reflexión/discusión en un momento internacional, latinoamericano y nacional muy complejo. Los problemas de la guerra (Siria), los golpes de Estado blandos (Brasil), la diferencia de ingresos (Chile), son algunos de los problemas que afectan a la humanidad. Se trata, entonces, de una contribución orientada a como aportar para resguardar la sobrevivencia del planeta, a meditar sobre las tendencias en la región y desencadenar la discusión sobre el Buen Vivir para Chile. El norte de esta comunicación es poner el tema de la crisis planetaria que se vive, advertir sobre la mercantilización de la vida social, incentivar la disputa sobre relaciones sociales basadas en la reciprocidad, ayudar a la recuperación de los vínculos entre los seres humanos y la naturaleza, de construir una relación entre territorios y democracia directa. En fin, se trata de desplegar un debate que tenga como foco recuperar el humanismo, enterrado por el mercado.

Pero esto no es todo, vivimos una crisis civilizatoria que se está ahondando y que por ahora tiene dos salidas.

Por un lado, se contempla el incremento de la guerra. En efecto, es posible que la guerra en Oriente Medio se expanda por el conflicto entre Irán e Israel y que también llegue a Venezuela. Ahora bien, estos peligros no se producen por un choque de civilizaciones, ni por el altruismo de reponer la democracia, se trata de lo que se denomina como la acumulación-militarizada, es decir, una salida a la crisis de la economía-mundo, a través de la inversión en medios militares, la destrucción de fuerza viva del enemigo e infraestructura y la consiguiente reconstrucción de los territorios asolados. Así se salió de otras crisis de acumulación, solo que hoy se considera como guerra, o parte de esta, el enfrentamiento con el terrorismo, las drogas, las deportaciones de migrantes, la vigilancia fronteriza, la construcción de prisiones, etc.

La otra vía de salida, es ahondar en la especulación financiera. Los efectos de la recesión 2014-2016 tenderán al agotamiento luego del repunte de 2017 y probablemente 2018. Pero los riesgos financieros están aumentando por la reaparición de la inflación, la debilidad del mercado de bonos y el caos del mercado bursátil. La baja de intereses hace que la productividad esté en caída y vaya acompañada con la profundización del desempleo estructural, por lo que la desigualdad seguirá

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creciendo. Aunque lo fundamental es que se viene una nueva oleada de especulación financiera, sostenida en los avances tecnológicos que se prevé podría reemplazar muchas de las actuales fuentes de trabajo.

Chile. Tras la derrota de la Nueva Mayoría, se ha producido una inflación de notas en las redes sociales, abundantes, por cierto, de lamentos, recriminaciones y mucha frase pomposa. Pero ya pasado el vendaval es necesaria la reflexión, partiendo por recopilar la información y procesarla antes de emitir juicios apresurados, se trata de buscar la explicación con toda la carga de pena y frustración que significa que muchos compatriotas modestos hayan optado por Piñera. Incluso habrá que preguntarse, ¿por qué miles de chilenos humildes votaron por la salida extremo-neoliberal?, ¿por qué, miles de chilenos, abandonaron la reforma que ofrecía la Nueva Mayoría? El tema entonces, no es recriminar, sino tender una mano con una invitación creíble, es decir, un nuevo proyecto de país.

Perspectiva difícil porque, por ahora, no se cree en las propuestas de los derrotados.

Más aún, la opinión pública percibe un derrumbe sin autocrítica. Lo que ve es una democracia cristiana dividida, al borde del colapso y sin proyecto. Ve un PC estancado, con poco trabajo territorial y sin proyecto, ve al PS como la sumatoria de fracciones institucionalizadas, adscrito al neoliberalismo financiero, afectado por el narcotráfico y sin proyecto; ve al Frente Amplio intentando organizarse. En este campo el PPD vendría a ser la suma de todos los miedos. Pero, a pesar del inmovilismo de los partidos, y de la clase política, con errores y matices se ha construido una sociedad sólida y estable. La macroeconomía funciona (aunque millones no la comparten), la democracia, que técnicamente es una poliarquía (casi democracia), funciona y avanzó con el cambio del sistema electoral. Las relaciones internacionales son normales. No hay terrorismo ni grupos paramilitares de derecha operando y las organizaciones y los partidos de la futura oposición tienen un arma sólida en el reconocimiento y en la mantención de la vía político-institucional. Incluso siendo extremadamente crueles, podríamos decir que ahora administrarán y conducirán el sistema sus “propios dueños”.

Pero tras estas constataciones se esconde la posibilidad de que la derecha, aprendiendo de sus errores, consiga quedarse más de un período en el gobierno. Esa será la carta que jugará a sabiendas del estado de postración, fragmentación y desideologización de la izquierda.

¡Es lo que hay que enfrentar!

La derecha. Este es un buen momento para el credo derechista, aunque podría verse aún más favorecido en el largo plazo.

En primer lugar, por los errores de la Concertación que parten de un acuerdo mantenido en el tiempo. Como es sabido, para posibilitar la transición, debió renunciar a una política comunicacional propia. No fue todo, a poco andar terminaron asfixiando a sus propios medios de comunicación, así fue como desaparecieron, diarios (La Época), revistas (Apsi) y se transfirieron o vendieron radios (Corporación). Al abandono de la política comunicacional se agrega, por diversos motivos, la cancelación de la reflexión teórica al interior de los partidos, como asimismo la formación política, reemplazadas por el pragmatismo-operativo. Súmese el poco apoyo a las ciencias sociales en las universidades y la supresión (hasta hace poco) de la formación ciudadana en los colegios y se comprenderá como el conocimiento para la acción política se descompuso. De esa manera al abandonarse el campo ideológico-cultural se tornaron, con el correr de los años, difusos los contornos que diferenciaban a izquierdas y derecha preparándose la derrota.

El peso de la noche neoliberal, de una u otra forma, envolvió a los analistas de la NM. Acostumbrados a mirar la superficie no lograron ver las corrientes internas. Ni los observadores de los partidos, ni los analistas de Palacio, lograron percatarse que desde su salida del gobierno, para posicionar su futura candidatura, Piñera comenzó a poner en ejecución un plan comunicacional que durante cuatro años se dirigió a desmoralizar a las huestes de la NM, mostrando un panorama deprimente del país, estrategia acompañada del quiebre de la imagen presidencial. Simultáneamente ese sector se concentró en la arquitectura de un nuevo discurso. Finalmente, en la construcción de una nueva visión de país, ha logrado unificar a diversas corrientes provenientes del liberalismo, del nacionalismo, neoliberales, integristas y grupos autoritario-militares; sectores a los que se suman las diversas representaciones del empresariado.

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El nuevo relato tiene campo abonado por los años de abandono ideológico de la izquierda, lo que seguramente posibilitará la irrupción de un autoritarismo social, que sin abandonar la legalidad, oriente su norte a la expulsión de las mayorías del precario contrato social de la sociedad chilena, a través de la eliminación de derechos sociales, políticos, económicos y culturales en un agudo equilibrio entre democracia y autoritarismo. Probablemente, el nuevo gobierno, intentará arrasar con parte de las precarias conquistas sociales, la composición del nuevo gabinete con figuras neoliberales extremadamente ideologizadas lo confirma. Aunque este desmontaje podría ser gradual, porque saben que para mantener sus niveles de riqueza y evitar la movilización y la protesta deben reformar el sistema, no obstante convivir con el pinochetismo, el racismo y la manipulación del miedo. Y para imponer gradualmente su modo de vida, jugarán la carta de la unidad nacional, para a través del consenso llegar a acuerdo con sectores vacilantes y neoliberales de la maltrecha Nueva Mayoría. Ahora bien, en todo caso, es poco probable una regresión autoritaria como la que se vivió. La sospecha es más grave, porque la expansión por la vía del convencimiento de la visión-de-mundo de la derecha, podría terminar por captar a la mayoría por largo plazo.

Los fríos datos marcan una tendencia preocupante, el nuevo gabinete demuestra que el próximo presidente articuló un proyecto de gobierno, sustentado en un acuerdo con las dos vertientes de la derecha: la política y la económica; renunciando a su anterior propuesta de fortalecimiento de una derecha liberal. Sobre la base de esta unidad, a la que se suman pinochetistas y ultranacionalistas, aspira mediante la teoría del crecimiento económico, base a su juicio, de la creación de empleos, a ejercer el poder por ocho años. Dicho en otras palabras, el nuevo gobierno está decidido a profundizar el neoliberalismo, aumentar las ganancias y forzar a un mayor “chorreo” para lo cual existe la acumulación de la sobreexplotación por casi 45 años.

La tendencia internacional también le es favorable. La crisis del sistema-mundo se intenta remontar con más neoliberalismo y específicamente con una combinación de medidas económicas (alargamiento de la vida laboral), mensaje cultural (pos verdad), violencia destructiva de carácter militar (guerras en Oriente Medio) y destrucción del medio ambiente. Además, ya es una tendencia aceptada reconocer que la economía mundial funciona lentamente y que permanentemente se está descubriendo como hacerla funcionar. La situación tiene además correlato con el resurgimiento de la extrema derecha en Europa (Austria, Alemania, Holanda, Francia) y en Argentina, Brasil, Colombia y Perú. En Brasil acompañada por un golpe blanco y en Venezuela con un cerco mediático y una posible invasión.

Si estos factores continúan combinándose y sin repuesta, es posible que tengamos gobiernos de derecha dura para más de cuatro años.

El cuadro interno. En el contexto señalado anteriormente, la perspectiva es favorable para la derecha, por lo cual es necesario ubicar los factores que permitieron su triunfo… ¡idealmente, para no repetirlos!

Entre estos se registran las querellas al interior de la alianza de gobierno, la ansiedad por ocupar cargos de representación, la tardanza en ungir al candidato, la no realización de primarias y por lo tanto la no participación en la franja electoral, la falta de conducción del gobierno, la disociación entre el candidato y los responsables del área económica, la inercia sustentada en la sobre satisfacción de las realizaciones, el interés personal por sobre el colectivo (en la primera vuelta los dirigentes que eran candidatos no estuvieron presentes en la campaña), la decepción que produjo la irrupción del tema narcotráfico en el PS y la participación en el mercado de capitales, la falta de un programa coherente con las aspiraciones de los electores en temas como el de las AFP y otros, el empleo de un lenguaje equivocado (“meter la mano al bolsillo”), la falta de mística movilizadora, la burocratización partidista (lo que chocó con la independencia del candidato) y los errores pos-primera vuelta (permanecer en lo institucionalizado sin hacer concesiones al Frente Amplio). Por otra parte, el miedo a la rebaja del status, la campaña del miedo y la poca oferta laboral, sellaron la suerte.

Entre otros factores debe tomarse en cuenta el abandono del rol mediador del PS. La derrota de Lagos fue un momento rutilante, si se quería levantar un nuevo proyecto-país. Pero no fue más que una maniobra-operacional de tres “lotes” del socialismo para desplazar al proyecto y actores por actores sin proyecto. Aquí estriba la responsabilidad principal, porque esa operación, no obstante mantener la representación parlamentaria, impidió las primarias y la participación en la franja, produjo el alejamiento de la DC y condujo a candidaturas paralelas para la presidencial y parlamentarias. A través de una maniobra-operacional, se desplazó un proyecto que, aunque insuficiente, estabilizó al

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país, e incluso obligó al primer gobierno de Piñera a permanecer dentro de los márgenes del neoliberalismo corregido. En suma, no obstante el malestar ciudadano, se persistió en la mantención del modelo…y tampoco se hizo caso de la progresiva pérdida de votación durante años.

Por otra parte, al no haber una postura sobre las transformaciones mundiales, se generó una severa incomprensión de los cambios producidos en medio de una crisis civilizatoria. La permanencia por tanto tiempo en el gobierno de la Concertación/Nueva Mayoría, rutinizó su mensaje, permaneciendo en categorías y conceptos propios de los primeros años. Esto le impidió ver, que su propio cuerpo de ideas, se transformó en pensamiento universal. Pero al carecer estas ideas de profundización y renovación fueron tomadas por todos los actores del sistema político y por la ciudadanía en general. Dicho de otra forma, en tiempos de crisis civilizatoria, viejos conceptos propios de la izquierda, pasaron a ser parte del acervo de la derecha, desprovistos de su contenido original. Este descuido, impidió ver que la derecha se había apropiado del discurso de la izquierda, sin posibilidad alguna de ser contrarrestado por el abandono teórico que se había experimentado anteriormente. Un ejemplo de esto es la utilización del concepto “Funa”, empleado para denunciar a quienes cometieron delitos que conculcaron los derechos humanos.

El extravío teórico. No obstante sus errores, la Concertación/Nueva Mayoría logró estabilizar el país, insertarlo en los mercados mundiales y mediante la teoría del crecimiento y los mecanismos del “chorreo”, evitar la protesta por la abusiva mala distribución del ingreso. Pero cegada por sus logros y por el apego al poder, olvidó la importancia del factor ideológico y sus consecuencias, siendo el más importante de estos, el no haber dimensionado el significado y la consecuencia política y cultural del neoliberalismo.

Necesariamente, para resituar el problema, hay que retrotraerse a la historia, un aspecto de la vida social un tanto desconocido para las nuevas generaciones que actúan hoy-y-ahora.

En circunstancias muy complejas, como fue el de la transición institucional, había poco espacio para reformas profundas ante un poder militar intacto y con apoyo civil. Por eso se negoció, pero esa negociación contenía el germen del conflicto. El precio, fue el abandono del Programa de la Concertación, el denominado “Programa Olvidado”. La salida fue apresurada porque la transición a una nueva etapa de desarrollo del capitalismo, ya la habían iniciado los militares y sus asesores civiles. La fase abierta en el gobierno de Aylwin, pese a declaraciones y enmascaramientos (supuestamente la suya fue una economía social de mercado), admitió las propuestas fundamentales de la Escuela de Chicago, pasando por alto que esta se basa en la tesis de que los precios están determinados por la cantidad de dinero circulante en el mercado, que las ventajas comparativas deben regir las relaciones comerciales, que la economía debe tolerar el juego oferta-demanda, que había finalizado la industrialización quedando trunca. Como si fuera poco se olvidó, que fueron reducidos los salarios y los sueldos, que el país se abrió al capital extranjero sin condiciones, que se inició el desarrollo de un fuerte sector financiero y que se liquidaron las reformas económicas y sociales.

Así, en el convencimiento que no existía otra alternativa (idea puesta por los neoliberales), se inició la transformación ignorándose las otras dimensiones de la decisión.

En este caso no se advirtió la dimensión de la ideología, concepto que permaneció en el olvido por un cuarto de siglo, reducido a polvo ideológico al irrumpir el concepto sobre-ideologización (proveniente del ultra nacionalismo). Al tomarse la economía como una ciencia cerrada en sí misma, se perdió de vista la totalidad de la sociedad; la apostasía de la izquierda a la dimensión ideológica y cultural terminó por sellar el camino. La renuncia a la teoría social crítica (en cualquiera de sus dimensiones), debilitó al proyecto nacional-popular. Al olvidar a viejos y nuevos autores, como Gramsci y Althusser o Zizek y Harvey, que recomiendan no descuidar el rol de los aparatos ideológicos de Estado (medios de comunicación, escuelas, es decir, las instituciones que forjan la opinión), despojó al subalterno de mirada crítica y relegó el tema del sentido común. Autores no marxistas, pero de mirada crítica como Düssel, desde la filosofía de la liberación, recomendaban lo mismo. Incluso Bourdieu fue más allá, recomendando enfrentar el sentido común del grupo dominante, confrontando frases como, “mano dura, no es la falta de trabajo sino la flojera, todo está mal nosotros lo compondremos, los ricos tienen la plata cuidémoslos, etc.”

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Dicho de otra manera, la izquierda gubernamental contribuyó al adormecimiento social, dejando el campo ideológico para que el sentido común del capitalismo neoliberal, se trasformara en sentido común incluso de la izquierda.

El abandono de la reflexión teórica posibilitó la expansión de la violencia simbólica; una forma sutil e inadvertida de violencia, que permitió la colonización mental del otrora subalterno, es decir, de aquellos ciudadanos que luchaban contra el sistema con un proyecto de sociedad. Así, miles de dominados adhirieron al orden establecido, incluso sin darse cuenta asumieron gustos y modales…cambiando incluso el lenguaje, olvidando que la palabra no es neutral. La otra parte de este cambio dramático, es que desde la colonización de la mente se está produciendo el disciplinamiento social que conduce a un extremo individualismo, hecho que hizo germinar un nuevo tipo de ciudadano dispuesto a votar por los dueños de Chile, perdiéndose por esos vericuetos la presencia del sujeto histórico, es decir, del actor de cambio de un determinado período, reemplazado ahora por una poco estudiada clase media, alejándose las posibilidades de la emancipación popular; en circunstancias que la libertad de mercado terminó concentrando el poder económico/político/simbólico, generando una creciente incompatibilidad entre neoliberalismo y democracia; tendencia que de no tener contrapeso acrecentará el despotismo histórico de la derecha.

Entonces, el neoliberalismo no fue la solución a los problemas de Chile. Los teóricos de la transición (Boeninguer, Foxley), al parecer vieron solo una cara de la medalla… la del funcionamiento del sistema económico. Pero existía un trasfondo no contemplado por el reduccionismo economicista y que surgió al cabo de varias décadas. En otras palabras, las ventajas obtenidas en el plano de la economía por la derecha, por la vía de la manipulación (pos verdad), el control (de los aparatos ideológicos) y la colonización (de la subjetividad), han puesto en tensión la profundización de la democracia y traen de vuelta la práctica autoritaria apoyada por ahora, por la “mano invisible” de la violencia simbólica. El tema entonces, es como enfrentar esta grave perspectiva, habida cuenta que esta no es una simple alternancia en el poder, sino un proyecto de largo plazo que puede hacer desaparecer lo que queda de izquierda.

La recomposición universal. Por lo expuesto más arriba, también debe explorarse el tema de las crisis del capitalismo contemporáneo.

En efecto, salvo contadas excepciones, la intelectualidad de izquierda/centro izquierda/progresista (?) se alejó del tema internacional y lo entregó a especialistas, desapareciendo la temática de la recomposición mundial del capitalismo (iniciado en 1974). Una omisión grave en circunstancias que durante décadas se había debatido sobre el carácter de la época, una discusión fundamental en plena guerra fría. Aún más, un sector mayoritario de esa generación concluyó que el desplome del capitalismo era inminente, que este estaba en su última fase y que se vivía “bajo las condiciones de una transición universal del capitalismo al socialismo a escala mundial” (E. Correa). Por entonces no se vislumbró que el sistema había entrado en una depresión cíclica (1968-1974), que finalmente llevó a la cancelación de la fase del capital monopólico. En otras palabras, en coincidencia con los golpes de Estado en Chile y Argentina, el capital monopólico cedió espacio al financiero. Fueron los años en que el sistema-mundo cambió, pero esto no estuvo en el centro de la reflexión de las direcciones de la izquierda de antaño.

Lo que se perdió de vista no es menor, porque desde mediados de los años setenta, fueron derrotados todos los movimientos de contrapoder en América Latina (modernización desarrollista, estrategias político-institucionales y procesos guerrilleros); contexto en que surgió un nuevo tipo de Estado, el Estado de excepción, que barriendo la democracia preparó el camino para la recomposición. Además, en otras latitudes, doblegado el movimiento obrero (Inglaterra), se expandió la revolución neoconservadora por Europa y luego por Asia, compitiendo así tres modelos que llevaban en sus alforjas, la recomendación neoliberal y la hegemonía del capital financiero. En los ochenta se produjo una coyuntura inversa, mientras la economía norteamericana se estabilizaba, luego de una fuerte recesión, la crisis de la deuda se enseñoreó en América Latina. Así Norteamérica en 1992 logró tomar el camino del crecimiento, pero ese impulso fue gracias a una creciente burbuja especulativa que finalmente condujo a la crisis a México, Turquía, Rusia, Brasil, Argentina, a los “tigres asiáticos”, etc. En otras palabras, la recomposición no se estabilizaba, porque no había crisis globales, sino dificultades ubicadas geográficamente. Pero fue un efímero sueño, la crisis de las subprime en 2008 desató un nuevo vendaval que tres años más tarde llegó a Europa afectando la economía global, tendencia profundizada desde 2015.

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Años después, aún estamos pagando las consecuencias de la obsecuencia. La crisis de 2008 se enfrentó con capitales estatales (apalancamiento) y con profundización del modelo neoliberal, garantizando los “derechos” del 1% de la población mundial; dicho en otras palabras, la situación fue sorteada afectando a los “de abajo”, aunque sin lograr restablecer la rentabilidad del capital, quedando espacio libre para nuevas crisis. Diez años después la situación sigue siendo compleja y aunque los especialistas del FMI vaticinan un crecimiento estable, otros auguran una recesión mundial en los próximos cinco años. Aún más, de acuerdo a sus cálculos la probabilidad sería del 70%. La economía norteamericana que mostraba signos de recuperación (en los parámetros neoliberales), se debilitará con los acontecimientos que se han producido en Medio Oriente, con las recientes tendencias inflacionarias, con el posible reventón bursátil y el del mercado de bonos.

Hipótesis.- En fin, a todo nivel el panorama es sombrío. China se ve más promisoria, pero sin alcanzar los niveles de hace unos pocos años, aunque la penetración en los mercados con tecnología de punta y la ofensiva financiera que iniciará con los Petroyuanes, la seguirán fortaleciendo. Que la tendencia no es halagüeña, lo muestra que Japón aún está en contracción y que en Alemania (según Der Spiegel) está reapareciendo la pobreza. Por otra parte, la guerra, entendida como un mecanismo de acumulación económico, con diversas variables, se extiende. A la desmembración de Estados (Libia, Irak) se suman ahora las guerras olvidadas (Yemen), la transformación de territorios en zona de desolación (Afganistán) y las guerras étnicas de la decapitación masiva (República Democrática del Congo), etc. Todo un festín para los capitales que operan con comodities, para los que intervendrán en la reconstrucción y para la industria de armamentos.

En fin, nuestra hipótesis es que en los últimos cien años el sistema-mundo experimentó tres grandes crisis (1874-97,1929-46, 2008?), las dos primeras fueron sorteadas con cambios en la modalidad de desarrollo del capitalismo, en tanto, la tercera aún es incierta, porque con el paso del tiempo no ha logrado superarse y pareciera estar guiando a la humanidad hacia su holocausto. He aquí el desafío de pensar desde donde no hemos pensado. Las dos primeras crisis trajeron brutales consecuencias, tanto para la región como para nuestro país. Ahora bien, a nuestro juicio la tercera crisis no ha logrado estabilizarse viviéndose bajo las condiciones de crisis intermitentes, por una sencilla razón: no logró cerrar el ciclo prosperidad/recesión/depresión/recuperación, quedando abierto el camino a una sucesión de crisis. De la última caída de la tasa de ganancia, el sistema aún no se recupera y está saliendo de ella con más neoliberalismo. Es decir, la combinación entre el capital financiero, la guerra, la depredación de la naturaleza y la expansión de la naturalización de las formas de vida neoliberales.

La tarea entonces, es reflexionar sobre como contribuir no solo al cambio mundial, sino a evitar la destrucción de un planeta al borde de una nueva guerra mundial; además de otras carencias como el agotamiento del agua, un efecto terrible anticipado por la ciencia ficción y que ahora se hace realidad en Sudáfrica. Al igual que las economías nacionales, que dependen de una economía-mundo, los países dependen de un sistema-mundo, lo que implica el esfuerzo de comprender en forma interrelacionada las fases de desarrollo del capitalismo histórico y hacer la tarea desde Chile.

El gobierno que viene. Si el nuevo gobierno no logra éxitos arrolladores desde un principio, podría ser un gobierno de transición hacia un nuevo espacio político. En ese caso, antes de entrar al nuevo espacio, lo que seguramente predominará son cuatro años de probable inmovilismo y de guerrilla parlamentaria. Por ejemplo, en el caso de un supuesto acuerdo entre NM/DC/Independientes/FA, podrían sumarse los votos de 24 senadores y 83 diputados; cifra que solo alcanzaría para leyes simples. En el senado, leyes de más envergadura requieren de 25, 26 y 29 votos. Para leyes orgánicas o reformas en la cámara de diputados se requieren 89, 93 y 103 votos, lejos de los 79 que tendría ese hipotético conjunto. Por su parte, para Piñera, será más complejo porque tiene 19 votos en el senado y 72 en la cámara de diputados, lo que no alcanza ni para una ley simple. Aunque, probablemente la última palabra la podría tener la DC, independientes y descolgados.

Por lo tanto, no estamos solo ante un nuevo ciclo, sino probablemente ante el inicio de un cambio de período histórico, mediado por un periodo transicional (2018-2022). Los ciclos marcan momentos de continuidad, los período marcan rupturas trascendentes. Pero estos no se incuban solos, tienen etapas de maduración. En fin, estamos pasando de un momento apacible a otro en que todo se acelerará y en que probablemente aparecerá un sujeto de cambio movilizando a la sociedad y probablemente ocupando la calle para hacer sentir su voz.

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Ahora bien, para continuar con esta previsión de acontecimientos, debe despejarse un tema clave, el de la transición. La transición a un nuevo modelo de desarrollo capitalista la condujeron los militares y sus colaboradores civiles, estrategia favorecida por la recomposición universal. La transición a un nuevo estadio de desarrollo capitalista, entonces, la iniciaron los militares jugando un rol de primer orden el Estado de Excepción que perduró entre 1973-1990. Luego vendría la transición a la democracia con P. Aylwin a la cabeza, fase que ha dado lugar a numerosas polémicas respecto a su extensión. Desde nuestro particular punto de vista, a diferencia de lo que opinan numerosos analistas, lo que terminó con el reciente triunfo de la derecha no es la transición, la transición a la democracia se produjo con el cambio de un gobierno militar autoritario con apoyo de civiles a un gobierno democrático liberal, dejando para una fase siguiente la eliminación de los enclaves autoritarios (1990). Ahora bien, esto fue posible por la aplicación del modelo sociológico funcionalista. Por su parte, las políticas de la Concertación/Nueva Mayoría consolidaron (con correcciones) ese modelo culminando con la aparición de un nuevo Estado en Chile. Se trata de un Estado neoliberal en lo económico, acompañado en lo político con la aparición de una poliarquía (casi una democracia, pero no una democracia sustantiva/plena) y conservador en lo cultural

Entonces, lo que está a la orden del día no es el fin de la transición, ni el inicio de una II transición, como ha sido planteado recientemente, sino, ¿el cambio de Estado? Claro, solo la historia dirá qué tipo de Estado emergerá; pero, ese es un dilema aún no resuelto.

Cambio de Estado. El tema del cambio de Estado es algo normal desde un punto de vista histórico. Sociológicamente corresponde a las necesidades de cambio en sociedades que requieren expandirse y a las que la sociedad anterior les quedó estrecha. El problema reside en el ámbito político, porque cualquier tipo de Estado representa intereses y esos intereses se convierten en oposición a la transformación. Es lo que explica los conflictos del cambio del Estado excluyente (1880-1920), las tensiones que mostró el Estado “gelatinoso” (1920-1938) y su transformación en capitalismo de Estado (1938-1973). En otras palabras, el Estado no es inmutable y puede y debe transformarse cuando ha cumplido una etapa; siendo el indicador del cambio la exigencia de la mayoría de la sociedad que mostrando el malestar que la corroe demanda la transformación. El Estado, entonces, es una forma de organización transitoria y dependerá de la fuerza del subalterno su cambio y trasmutación en otro tipo y forma.

El Estado, filosóficamente hablando, es una categoría que cambia permanentemente. Ahora bien, en Chile hemos experimentamos varios cambios en el siglo XX, algunos convulsos. Pero el momento más terrible en que se empleó la violencia aniquiladora fue en 1973, prolongada hasta 1989. El resultado fue una dictadura, que desde un Estado de Excepción (1973-1990), que emergió de la reacción capitalista ante la posible transformación, en sentido socialista, posibilitó la aparición del Estado neoliberal. Ese Estado, favorecido por la recomposición universal del capitalismo, es el lugar en que en trance de agotamiento, se iniciará una gran pugna durante los próximos cuatro años. Ahora bien, esto da lugar a una hipótesis que debe perfeccionarse, porque deja en entredicho la exigencia de una mera lucha contra el neoliberalismo, exigencia que nos llevaría ¿a donde?, ¿a la reconstrucción del capitalismo de Estado?, ¿a un neoliberalismo con “rostro humano”?… ¿a una nueva forma de Estado capitalista?, o ¿simplemente a lo que exigen vastos sectores socialistas como es la construcción de un Mundo Posible para el Buen Vivir?

Como es sabido, numerosos personeros han asumido una cruzada contra el neoliberalismo, ¿pero basta ésta sola exigencia?, ¿no es el neoliberalismo una fase en el desarrollo del capitalismo? Entonces, ¿no habrá que retomar una visión más amplia, que tiene que ver con la teoría de la existencia del capitalismo histórico?, es decir, con una trayectoria que proviene desde los siglos XV XVI, y que ha ido atravesando por distintos momentos históricos, para solventar sus crisis de crecimiento. Pareciera entonces, que la exigencia anti neoliberal, se inscribe en la reforma posible y no el cambio sistémico y profundo, que se requiere para llegar a un estadio más avanzado de convivencia humana como sería un Estado de derechos sociales (diseño que aún no está).

En suma, una ofensiva y alianza anti neoliberal, debería entenderse como una propuesta para enfrentar el gobierno que se viene encima, a condición de proyectarla como una lucha anti capitalista. En otras palabras, lo que sigue estando en el horizonte, es la confrontación con el capitalismo, cuya fase actual es el neoliberalismo. En el inicio de esta lucha están las exigencias de derechos universales y de igualdad de oportunidades, en educación, salud, vivienda, empleo, satisfacciones culturales, así como el combate a la discriminación racial, a la extrema pobreza, la dignificación del rol de la mujer y la defensa de quienes emigran buscando una mejor calidad de vida. Para esto, Chile lo tiene todo,

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pero debe disponer de sus recursos desprivatizándolos para garantizar los derechos sociales. Insistimos: en educación, salud, vivienda, seguridad social, reponiendo –además- los derechos de los trabajadores. Dicho de otra manera, se trata de asegurar un buen pasar para todos.

Ahora bien, no se trata de proponer la construcción de un Estado socialista en la hora presente, pero sí de recordar que en 1938, la fuerza del Frente Popular logró sentar en la mesa de negociaciones a la derecha, para iniciar la industrialización y por ende la construcción de una nueva forma de Estado que mejoró la condiciones de vida de amplios sectores (Capitalismo de Estado).

La “familia” socialista. ¿Podrán los socialistas ponerse a la altura de estas demandas? Pregunta gravitante porque hace ya largo tiempo que sus direcciones se distanciaron de los principios proclamados en su acta de fundación (1933).

Con el correr de los años, se produjo la pérdida del horizonte de lucha contra el capitalismo histórico, leyéndose la realidad del Chile profundo en clave capitalista. Sin embargo, esta es también una gran oportunidad para un debate franco, con el objetivo de recuperar el sitial de izquierda. Favorecería esta posibilidad; i) el declive de la estrategia DC/Renovación que se impuso por treinta años; ii) la cuasi desaparición del pensamiento ortodoxo; y, iii) la falta de programa y proyecto. Entonces, este es también el momento ideal para colaborar con la construcción de una fuerza de cambio en la que confluyan todas-las-izquierdas, por-la-izquierda. Chile lo necesita y la vía político institucional lo permite, además, no somos un país en crisis, por lo tanto, hay tiempo político antes que el vendaval arrase, ¿pero lo permitirán los apetitos personales que necesitan del cascaron socialista para sus objetivos?

Aunque una propuesta de esta naturaleza debe tomar en cuenta que el socialismo, progresivamente abandonó la teoría crítica del conocimiento, se acercó a la socialdemocracia, se alejó del latinoamericanismo, olvidó a S. Allende, perdieron la relación con los movimientos sociales e hicieron suyo el credo neoliberal (intentando reformarlo). Todo esto los llevó a perder su vigencia histórica, es decir, la representación de los sectores más postergados. Acto seguido, transformado en un partido compuesto por militantes-fichas, se convirtió en una organización al servicio de los intereses personales de los dirigentes de una diversidad de fracciones, incluidos los sectores de izquierda. Así, el partido abandonó la decisión-discutida y fundamentada por la maniobra-política de corto alcance. Bajo estas condiciones se comprenderá que la legalidad partidaria es una fachada para legitimar la opinión y decisiones de los “barones” invitados a la mesa del confite.

La actuación del socialismo entre los Comités Centrales de enero de 2017 y enero de 2018 así lo confirma. Los acuerdos tendenciales pasaron por alto las resoluciones de un Congreso y dos Comités Centrales, en el sentido de llamar a Elecciones Primarias para llenar los cargos de representación, luego en medio de trifulcas entre ellas mismas, voltearon la candidatura de Lagos, proclamaron - sin programa - a Guillier; mientras tanto las tendencias se repartían proporcionalmente los cupos parlamentarios, sin incidencia ni de la ciudadanía ni de la militancia. Pero esto no es todo, ya pronto explotarían varios escándalos graves; a saber: las trampas en el reclutamiento de la militancia, la compra de votos para los cargos del Comité Central, la participación en el mercado de capitales, y la presencia de la narco-política. Mientras tanto, se seguía perdiendo apoyo ante una militancia estupefacta, que en un par de años vio cómo su coalición perdió el soporte de 900.000 compatriotas.

El resultado fue la pérdida de las elecciones presidenciales.

Bajo estas circunstancias es posible que se establezcan cuatro vías para resolver los temas de futuro; a saber, i) la-respuesta-desde-el silencio, ii) la posible izquierdización-oportunista, iii) la salida socialdemócrata, y iv) el reclamo desde las bases. La respuesta-desde-el-silencio, es ya una vieja táctica conocida y practicada a todo nivel, las cosas quedan inmóviles y como están, porque el reclamo se termina disolviendo en el aire, como está ocurriendo. La izquierdización-oportunista es muy posible porque viene una oleada de reclamos y perfectamente la actual dirección, podría ponerse a la cabeza por la izquierda, en este caso tendría que optar entre una opción de cambio o movilizar al socialismo para que nada cambie y mantener las cuotas de poder. La salida socialdemócrata es muy posible porque une centro e izquierda y mantiene el statu quo. La movilización desde las bases, podría revertir la tendencia, pero es también la más difícil de las probabilidades, dado el control del aparato partidario por las tendencias.

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Ahora bien, también es posible que se produzca una combinación de estas posibilidades. Pero sea cual sea, esta es una inmejorable oportunidad para revisar una serie de tópicos, en la perspectiva de afinar el análisis para enfrentar lo que viene. Políticamente sería útil, examinar las responsabilidades en la toma de decisiones sobre el tipo de transición que se experimentó y sobre todo del Estado que emergió. Ideológicamente sería útil, examinar el abandono del ideario socialista y la consiguiente entrega de la hegemonía cultural. Orgánicamente sería útil, examinar la transformación del partido en caja de empleo, la mutación del militante en militante-ficha y la irrupción del individualismo aspiracional. Internacionalmente sería útil, examinar la inserción de Chile en el sistema-mundo, lo que implica ir más allá de la integración en los mercados.

Esta podría ser la gran tarea de la actual dirección, pero ello demanda democracia interna. Ahora bien, este no es solo un procedimiento orgánico, la democracia tiene un sustento fundamental en los partidos políticos; pero ¿puede haber democracia si los partidos políticos no la practican? El partido político, se entiende, debe ser una escuela de democracia para contribuir a su profundización en la sociedad y proyectar cambios; pero ¿qué pasa si el partido no es democrático? El resultado no es otro que la pérdida de vigencia, la transformación en una orgánica de clientela y la conversión en una empresa de administración de aspiraciones personales.

Esa exigencia debería estar en manos de la Izquierda Socialista, pero como toda fuerza emergente está afectada de tensiones que aún debe depurar: nepotismo, fraccionalismo interno, personalismo, carencia de proyecto, falta de audacia, silencio ante el tema de la autodeterminación de los pueblos, silencio ante situaciones complejas al interior del propio PS; además, algunos sectores, sin dimensionar el peso de su derrota, han responsabilizado al FA de la debacle, en tanto, otros intentan convertirse en el puente de plata con ese sector. Por otra parte, tampoco se ha escuchado una crítica profunda sobre los errores de los gobiernos de la Concertación/Nueva Mayoría, sus opiniones son emitidas aún, desde un presente sin pasado…algo muy cercano a la postura pos moderna y lejano de la autocrítica. En ese contexto siguen considerando a la organización-madre como de izquierda, sin reconocer que pasó al bando de la centro-izquierda, con todo lo que implica táctica y estratégicamente. No obstante aún constituye una esperanza.

En fin, el abandono del giro hacia la centro izquierda puede corregirse retomando, con voluntad política, el eje central del allendismo; es decir, un proyecto de sociedad (Mundos Posibles), un programa de gobierno nacional-popular (para las mayorías), una estrategia que contemple claramente el tiempo político (vía institucional), una política de alianzas amplias (desde la izquierda), con vistas a la creación de un Instrumento/partido-movimiento que amplíe, organice y proyecte la oposición con convicción, desde la institucionalidad (parlamento), y recupere la épica de la izquierda desde los territorios movilizados social y políticamente. Aunque este último aspecto demandaría un trato muy cuidadoso, habida cuenta del fracaso del partido de ciudadanos, así como la cuasi imposibilidad de volver al centralismo democrático por la irrupción de las nuevas formas de organización desde la base y de las tecnologías de la comunicación. Pero nada de esto será posible si no se reinician los embates/desconocimiento de la Constitución de 1980, la fuente de poder de la derecha.

¿Estrategia sin autocrítica? A simple vista, la perspectiva para enfrentar los desafíos se ve compleja.

En efecto, después de la derrota, en forma soterrada, se están enfrentando varias concepciones. En primer lugar, están aquellos sectores que han levantado la alternativa de construcción de un frente que abarque desde la DC hasta el FA (PC, PS). Su debilidad es que es una respuesta coyuntural bajo los efectos de la derrota y que no contempla autocrítica, ni muchos menos la formulación de un proyecto. Ahora bien, hasta ahora su principal detractor es la propia DC. En un proyecto popular, los proyectos políticos responden a las necesidades originadas en el mundo del trabajo, o sea, en sujetos políticos y sociales que no se inventan. Por lo tanto, llamar a la constitución de una alianza de esta naturaleza, sin proyecto de sociedad y sin programa, no es sino, la constitución de una estructura cuya finalidad es captar votos para mantenerse en el sistema. Es seguir en la política desde arriba.

Por otro lado, importantes intelectuales (Arrate) y muchos socialistas históricos (Benado) abogan por la unidad entre el FA/PC/PS (sectores). Propuesta interesante porque cambiaría por completo el panorama político con la construcción de una nueva izquierda. Incluso si tienen éxito, podrían reconstruir el tercio histórico de la izquierda. Pero el Frente Amplio aún está en proceso de

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definiciones, el PS está transformado en una organización de centro izquierda y el PC en un partido republicano. De manera que, ¿qué podría salir de esta alianza?, ¿no sería más importante iniciar una discusión sobre un proyecto y un programa común, de acuerdo a la realidad de estos días?, ¿una alianza para qué?, ¿para rebasar el orden establecido o para permanecer en el sistema?

También desde sectores que mordieron el polvo de la derrota, preocupados por un cambio en la política de alianzas, comienza a levantarse la propuesta que sigue optando por el diseño de la unidad entre socialdemócratas y social cristianos (centro-izquierda). Sin ejercer la menor autocrítica en foros y seminarios, defendiendo la política económica de estos años, afirmando haber desarrollado la economía social de mercado, y sin reconocer el rol del neoliberalismo, dando un giro lingüístico hacia la izquierda, están planteando que es la falta de unidad la que ha llevado a esta a la derrota, preparando el reencuentro desde Chile 21, la emblemática organización financiada por SQM. Estamos ante una clase política que intenta evitar reconocer su responsabilidad en el deterioro de la izquierda y que se aferra al poder.

Finalmente, comienza a emerger una propuesta que demanda acuerdos para la elaboración de un programa mínimo, que enrumbe la estrategia para la construcción de una nueva sociedad, acorde con los tiempos actuales. Se trata de una fórmula que contempla, previa formulación de un proyecto histórico de carácter democrático y popular, la confluencia entre sectores del FA/PC/PS /Movimientos Sociales/Colectivos-Territoriales-anti-sistémicos y la recuperación de los cientos de miles de votantes inactivos. Evidentemente esta propuesta demanda estudios actualizados de la estructura social, porque lo que se vislumbra, es la construcción de un Instrumento/partido-movimiento. ¿No habrá llegado la hora de pensar que de esa confluencia podría emerger la organización del cambio para el siglo XXI? Empero, el desconcierto, el temor a la reedición de los viejos 3/3, el rechazo a repetir la subordinación de la izquierda a la DC (que llevó a la izquierda al centro), el individualismo, la inexperiencia y la falta de lineamientos, por ahora, evidentemente se convertirán en un obstáculo.

La esperanza. La irrupción del Frente Amplio está conteniendo precariamente la oleada cultural que se impuso. La emergencia de una fuerza aún en construcción, pero con nuevas miradas de la sociedad, formas de organización, de alianzas y proyecto, contuvo la mirada derrotista.

Lo que logró el Frente Amplio en este campo no es menor, llega en el preciso momento en que los límites del pensamiento de la izquierda y de la derecha tradicional, se tornan difusos, y en que está reapareciendo el autoritarismo y en que la propuesta liberal intenta generar un mito movilizador, que vaya más allá de las fórmulas de la economía. Otro importante mérito del Frente Amplio, es demostrar que existe una alianza con representación nacional y movilizada por transformaciones profundas, y que esa aspiración de cambio está conectada con el cambio cultural y generacional, que jubiló de facto al partido del orden, y a una generación de intelectuales pro-orden. En fin, aquí radica otro éxito del Frente Amplio. Además sacó la sociología a la calle, iniciando la recuperación del sentido común, emergiendo sin miedo a la movilización social, contenida desde 1988.

Pero esto no basta. Lo que apareció es un primer muro de contención ante la ofensiva de la derecha. No puede relativizarse el hecho que el FA no es una fuerza homogénea y que su tiempo político es corto para soportar los embates que vendrán desde el gobierno y de las diversas agrupaciones de la NM. Pero, este no es el único desafió que deberá enfrentar. Los desafíos teóricos producto de la convivencia entre liberales, con posmarxistas y socialdemócratas, se convertirán en un obstáculo. Por otra parte, también serán asediados por un tema recurrente y en expansión, como es la relación con el tema de género. Además, estará presente la tensión interna entre corrientes de mayoría (RD) y corrientes en proceso de contracción (ND); tensiones que seguramente conducirán a procesos de convergencia, como es el caso de la intención manifestada, entre otros, por MA/ND/Libertarios. Tendencias sumamente complejas, porque estarán cruzadas por razonamientos ideológicos, políticos y personales, cuestión que no puede asombrar porque el FA, también refleja la triste realidad nacional.

Epílogo. El momento actual es lo que podría denominarse como una coyuntura compleja.

La derecha se jugará por la mantención en el gobierno a largo plazo, con un neoliberalismo profundizado y bendecido por la ola derechista y belicosa desencadenada por D. Tramp. Ahora bien, este contrapunto se dará en medio de importantes problemas no resueltos, como el malestar ciudadano, el conflicto mapuche, la autonomización de las fuerzas armadas (baste citar el caso de Carabineros de Chile), las desigualdades sociales, el clima de desconfianza que abarca a todas las

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instituciones de la nación, la fractura de las eticidades nacional y los temores a una regresión respecto a las reformas de la Nueva Mayoría.

La derecha intentará quebrantar el contrato social, pero sabe que para mantener las cuotas de acumulación, requiere de reformas y estabilidad laboral, solamente así evitará la movilización social y la protesta política, de manera que jugará la carta de la unidad nacional, buscando consensos. Esta es una vieja idea que ronda en ese sector, la cual, se está desarrollando en el nuevo discurso. Por primera vez en mucho tiempo la derecha armará un relato con tinte social, que profundizará la colonización mental, con el objetivo de subordinar la política y lo simbólico a la economía, profundizando así la incompatibilidad entre neoliberalismo y democracia. La dominación se continuará ejerciendo a través del balanceo, en un hilo muy delgado entre los aparatos ideológicos y los aparatos represivos de Estado, es decir, entre consenso/consentimiento y represión. Por las posturas enunciadas por los nuevos ministros, pareciera que es la derecha quién está reponiendo la olvidada lucha de clases, en función de sus intereses.

Para la izquierda lo que está en juego, de no mediar una profunda reacción, es el paso a convertirse en intrascendental. Ahora bien, apostar por la recuperación, implica tocar un tema incómodo, como es el de la historia reciente, olvidada y relegada.

En ese sentido, debe tomarse en cuenta que la vieja izquierda, perseguida y aislada desde 1973, solo tuvo tiempo para sobrevivir y escasamente para especular. Además, sus dirigentes erraron el análisis, al calificar el cambio como “fascista” (habidas excepciones). En fin, en medio del repliegue, el proyecto político alternativo al capitalismo fue derrotado y desde allí la izquierda se quedó sin proyecto, proceso finalizado con el certificado de defunción de la Unidad Popular en 1982. La incapacidad de levantar un nuevo proyecto, que reemplazara las tesis del Frente Antifascista y de reconstruir la fuerza política, posibilitó la cooptación de un sector importante por parte del centro político, diluyéndose la izquierda histórica; tanto que, desde mediados de los ochenta, una pequeña elite, aglutinada tras el concepto renovación, terminó aceptando las nuevas condiciones históricas, asumiendo la responsabilidad de incorporar a Chile al cambio neoconservador, bajo las presiones de los Acuerdos de Santa Fe (el encuadre norteamericano para las transiciones latinoamericanas) y del recién aparecido Consenso de Washington.

En conclusión, la subordinación a otras visiones-de-mundo, las presiones norteamericanas, las del Vaticano, las de la socialdemocracia y la urgencia de estabilizar la economía nacional, hicieron perder su punto de vista al conjunto de la izquierda. Así, mientras la renovación iniciaba el peregrinaje, que terminó en las catedrales neoliberales, sectores de la ortodoxia se convirtieron en furgón de cola del nuevo fundamentalismo. Mientras tanto, grupos ya marginales, seguían sin decir adiós a las armas…miles de izquierdistas fueron aislados… otros tantos, presos de la confusión, pasaban a concentrarse en el tesoro de sus recuerdos.

Los procesos sociales son así. Pueden terminar abruptamente, como en este caso. Pero las derrotas pueden revertirse.

La izquierda ya no puede seguir disfrazando que está fracturada entre izquierda y centro-izquierda. La primera, es una sombra confusa de lo que fue al haber perdido el sujeto histórico al que representaba y haberse subordinado a otras hegemonías. Desde la coyuntura podría reconstruirse a condición de reponer el tema ideológico, dotarse de un proyecto de sociedad, un programa, una política de unidad y una línea para el período que se avecina. Condicionantes que podrían conducir a la formación del Instrumento/partido-movimiento conductor de una amplia alianza. Pero nada de esto será posible sino contempla una estrategia en dos niveles, uno desde la institucionalidad parlamentaria y otro movilizando la sociedad desde fuera de la institucionalidad. Por su parte, la centro-izquierda persistirá en la alianza con el centro. Pero el resultado de la transición, el peso de la reciente derrota, el debilitamiento de la democracia cristiana, los cambios en el centro, los retrocesos mundiales de la socialdemocracia y la maduración de una nueva estructura social, dificultarán sus perspectivas… pero tiene una gran maquinaria, relaciones y experiencia.

Ahora bien, nada de esto podría ser posible si no se sale del “Ojo de Dios”, es decir, de la hegemonía cultural euro-norteamericana. Lo que no quiere decir que haya que desechar los pensamientos provenientes de esas regiones; muchos de ellos convertidos en universales del saber. Se trata de recobrar la conciencia de lo que es una lucha liberadora, entender que el socialismo al abandonar su

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teoría social, le quebró la mano a su producción de conocimientos, facilitando el credo liberal, habidas excepciones, por supuesto. Por eso, le ha costado tanto, desde un lenguaje propio, navegar por grandes temas, como la interculturalidad, género, sexualidad, espiritualidad, etnicidad, eticidad, colonialidad, etc. Temas lejanos al reduccionismo económico. Se trata, en suma, de recobrar con nuevos lenguajes y propuestas el latinoamericanismo en época de globalización, en una perspectiva de lucha contrahegemónica; aun cuando se deba abandonar los códigos y categorías eternizados en discursos ya superados del siglo XIX y XX.

Indudablemente esta podría ser una operación dolorosa, porque requiere una crítica al eurocentrismo y al pensamiento colonial, que han tapado los patrones de poder, en el moderno sistema-mundo. Implica abandonar incluso la idea de modernidad, que ha rebajado significativamente nuestras posiciones, al considerarnos pre-modernos y atrasados. Se trata de encontrar nuestro sitio en la epistemología del SUR, es decir, en la producción de conocimiento para los “Condenados de la Tierra”, como diría F. Fanon. Esto significa que la historia no está pre-escrita y que por lo tanto, las categorías socialdemócratas, así como las ortodoxas, deben ceder espacio a una historia construida por seres humanos, desde su propia realidad, seres humanos sufrientes, que también tienen anhelos, sed de cambios y proyecto de vida, lo cual significa abandonar toda pretensión de que solo algunos poseen la verdad e iniciar el intercambio de ideas.

En suma, se trata de derribar viejos paradigmas, con el fin de revertir una situación que puede y debe superarse, como tantas veces lo ha hecho la izquierda.

En fin, recuérdese que la derecha y la centro izquierda dejaron en un limbo la participación del 51% de los chilenos… quien los movilice tendrá el futuro en sus manos. De paso, terminará con la legalidad institucionalizada en la Constitución de 1980 y la reemplazará por una nueva legitimidad social.

FRAGMENTO DE "SER NIÑA EN AMÉRICA LATINA"

El silencio más grande de todos los del Ecuador Isabela Ponce GK

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238813 Paola Andrade rompió el silencio, de manera pública y para siempre, el martes 1 de septiembre de 2016 sentada en el set del noticiero matinal más visto del Ecuador. Llevaba una camiseta y un saco negros, el pelo recogido y templado hacia a un lado. A las siete y veintiséis de la mañana contó lo que diez años antes le había dicho a su madre: tres parientes cercanos abusaron sexualmente de ella cuando era niña, durante años. Cuando terminó de hablar miró hacia un costado y apretó los labios, como obligándose a hacer una pausa.

Su testimonio serviría para que durante los siguientes catorce meses ciento cinco mujeres llegaran a los grupos de apoyo de la organización Ecuador Dice No Más, que Paola fundó en 2016 para luchar en contra del abuso sexual infantil. De esas 105 mujeres, 93 fueron abusadas por un familiar cuando eran niñas. O dicho de la manera más cruda posible: fueron víctimas de incesto.

—Es una palabra que pocos quieren escuchar —dice Paola. El ceño fruncido, la voz ronca, firme, segura.

Paola nació hace 45 años en Guayaquil, la ciudad costeña y más poblada del Ecuador. Pasaron apenas 5 hasta que sus tres parientes —uno de ellos vivía en su misma casa— empezaran a abusar de ella. La historia de Paola no es un caso aislado, es la historia de miles de niños —pero sobre todo niñas— que han sido víctimas de incesto en el Ecuador, América Latina y el resto del mundo. Es un problema global: sigue siendo un tabú pero es más común de lo que las estadísticas oficiales muestran.

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Y los datos que se pueden recoger evidencian que muchas veces la casa no es un lugar seguro.

En Inglaterra, según un informe de 2015 del Comisionado para los Niños, dos tercios de los abusos los cometió un familiar o un amigo cercano a la familia. En Filipinas, se denunciaron 2.770 casos de incesto entre 2011 y 2016: 99% de las víctimas eran niñas. En 2016, un estudio hecho en Sudáfrica determinó que el 30% de los abusos sexuales contra niñas lo cometió un familiar. La fundación De la oscuridad a la luz —que trabaja para acabar con el abuso sexual infantil— dice que en Estados Unidos cerca del 30% de los abusadores es un familiar. El incesto no ha dejado de ocurrir, diaria, silenciosa, perniciosamente. Ocurre y se calla. En todo el mundo. Ocurre y se calla.

En medio de la bulla de una cafetería de Guayaquil en la que la temperatura del aire acondicionado contrasta con el calor abrasivo que hay afuera, Paola continúa el relato de sus más de veinte años de silencio. Toma un sorbo de Coca-Cola light y lo dice:

— El incesto es más común de lo que todos se imaginan. Es una epidemia silenciosa.

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CAPÍTULO 2: LA DIFERENCIA HUMANA

La prohibición del incesto nos une como especie. En su libro Las estructuras elementales del parentesco, el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss escribió en 1949 que la única norma que compartimos en todas las sociedades es la decisión de no aparearnos con nuestra descendencia. La regulación de los comportamientos sexuales diferencia al ser humano, continuó Lévi-Strauss. La existencia de reglas de convivencia, más allá de los limitantes naturales, es lo que llamamos cultura. Y una de nuestras primeras convenciones culturales fue prohibir el incesto. Encontrar el punto exacto en que nació es difícil, pero como lo escribe la psicóloga estadounidense Debra Lieberman es probable que la constatación de que los hijos de parejas no incentuosas tenían mejores probabilidades de sobrevivir haya convencido a nuestros ancestros. La regulación de nuestro comportamiento sexual nos ha hecho evolucionar.

El incesto resulta más grave aún si ocurre entre un adulto y un menor de edad porque implica una relación entre desiguales. La escritora y activista Sandra Butler explica en su libro La conspiración del silencio: el trauma del incesto que una relación sexual entre un menor y un adulto jamás puede ser consentida porque los niños aún no han desarrollado la comprensión o la sexualidad que les permitan una reacción libre y consciente ante el comportamiento del adulto. En 1929, el antropólogo británico Bronislaw Malinowski escribió que la familia es el lugar donde los hijos aprenden, son protegidos, alimentados y reciben afecto. Por ello, el incesto debía ser prohibido.

En principio, el rechazo al incesto es generalizado. Pero hay evidencia de que ese repudio no es tan tajante y definitivo como se pensaría: se calcula que en Estados Unidos viven al menos 3.5 millones de mujeres víctimas de incesto —es la misma cantidad de gente que vive en Uruguay.

Según la Federación de Mujeres de Sucumbíos, en los primeros seis meses de 2016 un 66% de los delitos sexuales cometidos en el Ecuador fueron en contra de niños y niñas menores de 14 años. De esos, nueve de cada diez fueron niñas. De esas nueves niñas, ocho fueron víctimas de alguien que estaba en su entorno más cercano.

El incesto es más común de lo que todos se imaginan. Es una epidemia silenciosa.

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CAPÍTULO 3: SANDRA, LAS FOTOS, LA LLUVIA

Sandra tiene quince años, el cabello largo, lacio, negro. Su hijo cumplió uno. Sobre una sábana de rayas celestes que ha perdido su color por el tiempo, el pequeño juega con una radio vieja que es casi de su tamaño: mueve la perilla del volumen, jala la antena plateada y cuando está a punto de lastimarse, Sandra —el cabello lacio, negro y largo— se la quita. Lo carga y se acerca a una mesa

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plástica con mantel celeste con lunas y estrellas para mostrarme las pulseras que ha hecho en las últimas semanas: son hilos de distintos colores convertidos en trenzas adornadas con chaquiras brillantes.

— Me gusta pintar, hacer jarrones con papel y goma. Antes me gustaba ir a la escuela, sumar y escribir. Ya no me gusta —dice Sandra, con una voz delgadísima que se pierde en la lluvia de la tarde.

Sandra habla de sus pulseras. Las llama manillas. Habla de los chuzos que vende con una amiga en las tardes. Habla de los dibujos que le gusta a hacer. No habla de la relación con su hijo, no habla de su familia que no ve hace casi dos años, no habla de su abusador, su padre, y padre de su hijo.

Sandra observa cómo tomo fotos de sus pulseras sobra la mesa.

— ¿Te gusta tomar fotos?

— No.

— ¿Y que te tomen?

— Me gustaba, antes de quedar embarazada.

El padre de Sandra la violó incontables veces. Las primeras ella se quedó callada pero cuando le dijo que iba a contar lo que él le hacía, él intentó asesinarla. La golpeó hasta dejarla inconsciente. Tenía trece años y unos pocos meses de embarazo. Su padre y padre del hijo que esperaba creyó que estaba muerta. Unos vecinos la rescataron y la llevaron a una casa donde le dieron refugio. Su madre nunca le creyó que su papá la violaba, el resto de su familia le dejó de hablar.

Sandra ya no es bienvenida en su casa.

Hoy, con su hijo en brazos, dice que extraña a su familia, que quiere volver a ver a sus hermanos pequeños. Nadie la ha ido a visitar al albergue donde vive.

— Me gusta cuidar a mi hijo, pero también me cansa.

Sandra es una niña que tiene un hijo que es también su hermano. Que es toda la familia que le queda.

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CAPÍTUO 4: LA ABOGADA Y LA PSICÓLOGA

Ruth Ramos es una abogada mulata de cejas delineadas, cabello lacio negrísimo agarrado en una cola de caballo. Tiene una determinación de hierro que lleva a las cortes donde persigue delitos sexuales.

Ruth cree que la ausencia de la palabra incesto en el Código Penal ecuatoriano lo esconde a plena vista: de los 45 crímenes sexuales que ha llevado entre enero y octubre de 2017, 38 sucedieron dentro de la familia. En 15, los agresores eran padres, padrastros y abuelos.

Cifras del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam) muestran un panorama similar. Durante los tres años (2004-2007) que duró el proyecto Fortalecimiento de los Derechos Humanos de las Mujeres —para brindar servicios de atención legal, psicológica y social a las víctimas— se registraron 196 casos de delitos sexuales: 6 de cada 10 fueron incesto.

Los números conocidos son escandalosos pero los ocultos son peores. Rossana Viteri —de Plan Internacional— explica que el incesto no se denuncia: “Con la idea de que los trapos sucios se lavan

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en casa y lo que pasa en la familia se queda dentro de la familia se callan la gran mayoría de estos casos”.

Cuando una niña es abusada sexualmente por un familiar, dice la psicóloga Gabriela Aguilar, lo primero que ocurre es que se viene abajo un esquema de seguridad: en su propia casa, donde debe sentirse protegida, ocurre lo contrario. Gabriela Aguilar, quien atiende a niñas víctimas de incesto, asegura que las circunstancias en las que se perpetra el crimen varían: el abuso se puede dar con o sin violencia física, con o sin la presencia de otro familiar.

“Lo que sí tienen en común es que la niña se da cuenta de que no le agradan esas caricias, porque invaden su cuerpo de una manera que no es normal y la hacen sentir rara”. El incesto, como los demás delitos sexuales contra niñas viene con la presión del abusador que exige silencio, y amenaza si es que ella decide hablar. Hay una relación de poder: el perpetrador es una figura de autoridad cercana en la que, supuestamente, debería poder confiar: un familiar. La víctima suele sentirse sucia, mala, culpable: busca explicaciones, y como los adultos más cercanos le piden que no diga nada o se desentienden, se pregunta ¿Por qué a mí? ¿Por qué pasó esto? Yo no hice nada, yo no dije nada. Sin respuestas, suele convencerse de que ella provocó la situación. El sentimiento de culpa y la falta de explicación a lo que les ocurrió altera la vida de las víctimas. Es común que sufran pesadillas y otros desórdenes del sueño. La depresión e intentos de suicidio son también síntomas comunes”.

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CAPÍTULO 5: LA ACTIVISTA

Amparo Peñaherrera es la coordinadora de la Federación de Mujeres de Sucumbíos, donde funciona la Casa Amiga, un lugar que da apoyo legal y psicológico a mujeres víctimas de violencia. A este espacio han llegado niñas víctimas de incesto. Cuando llegan, dice Peñaherrera, las niñas ya han denunciado el crimen porque un profesor (o un familiar) se dio cuenta de la situación y la acompañó a la Fiscalía. “Hay que entender que estamos frente a una adolescente que ha sido víctima de un delito grave, que su vida ha quedado dividida en dos y que está siendo obligada a la maternidad. Entender que una adolescente aquí o en cualquier parte del mundo tendría que estar estudiando no cuidando un bebé que no deseó, que encima es su medio hermano”.

El que parece no entender es el Estado ecuatoriano: lugares con atención personalizada son escasos en el Ecuador. La Casa Amiga de Lago Agrio es parte de una red de casas de acogida privadas en el país que incluye tres más: una en Guayaquil, otra en El Coca y otra en Cuenca. Desde hace quince años Geraldine Guerra ha trabajado por los derechos de las mujeres y hoy es la coordinadora de la red. Dice que aunque cada casa tiene características particulares (unas pertenecen a organizaciones religiosas, otras a grupos feministas) en 2008 se aliaron y crearon un modelo de atención para atender a las mujeres víctimas de violencia de género, que incluye, entre otras cosas, parámetros como el mínimo personal que debería tener —una psicóloga, una trabajadora social, una abogada, una educadora y una coordinadora— para atender integralmente a la víctima. Su modelo de atención es el que hoy utiliza el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos.

Las cuatro casas —que tienen un convenio con el Estado para financiar parte de su personal— están enfocadas en mujeres víctimas de violencia y no deberían recibir niñas. “Pero ¿cómo les vamos a negar la entrada?”, dice Guerra y agrega que acogerlas requiere procesos administrativos y legales que son complejos y costosos. El Estado, continúa, no tiene un lugar adecuado para los casos de violencia sexual que ocurren en la familia, ni provee los servicios necesarios para proteger a las niñas. “Hay muy pocos sitios públicos para niñas y adolescentes porque resultan súper caros. Si una niña llega a los doce años, por ejemplo, mínimo se quedará seis más”.

El Estado no se hace cargo de las niñas que sufren la violencia más cruel de todas. En 2013, por decreto ejecutivo, se eliminó el Infa, la institución privada financiada con fondos estatales que durante cincuenta y siete años se dedicó exclusivamente a proteger a los niños. El gobierno de ese entonces entregó las funciones del Infa al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Cuatro años después, en febrero de 2017, el mismo gobierno le quitó esas funciones al MIES y se las traspasó al Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, que además de administrar las cárceles del país debe “gestionar y proveer servicios de acogimiento familiar de niños y adolescentes, y otorgar los

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servicios especializados de protección especial para la restitución de derechos vulnerados de niños y adolescentes y sus familias”.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social aún se encarga de las políticas relacionadas al desarrollo infantil, pero solo para niños de 0 a 3 años de edad a través de la Subsecretaría de Desarrollo Infantil Integral, una de las siete subsecretarías del Ministerio de Inclusión. El Ministerio no respondió qué servicios prestan en casos de violencia sexual que ocurren dentro de las familias.

Artículo completo: http://ser-nina.org/el-silencio-mas-grande-de-todos-los-del-ecuador/

Regular a las empresas para defender los derechos humanos: un desafío global

Erika González, Juan Hernández y Pedro Ramiro Revista Pueblos

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238844 Las voces de activistas y comunidades afectadas por los impactos de las empresas transnacionales se volvieron a expresar en octubre del pasado año en la sede de Naciones Unidas en Ginebra. Era la tercera sesión del grupo de trabajo intergubernamental que tiene el mandato de crear normas que obliguen a las compañías multinacionales a respetar los derechos humanos.

Joércio Pires da Silva, habitante de un quilombola, territorio ancestral de las comunidades afrodescendientes de Brasil, era una de estas voces. Afirmaba que la mayor parte de las comunidades que habitan los quilombolas sufren actualmente violaciones continuas de los derechos humanos por parte de las empresas transnacionales. Como él, numerosas personas procedentes de todos los continentes constataban, a través de sus testimonios, la ausencia de mecanismos eficaces que frenen los impactos de las grandes corporaciones, y reclamaban la necesidad y la urgencia de aprobar un instrumento jurídico de estas características en el ámbito internacional.

El control sobre las transnacionales en Naciones Unidas

El grupo de trabajo intergubernamental de control sobre las transnacionales de Naciones Unidas tiene su origen en una resolución aprobada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2014. Hasta ese momento, la lógica de la voluntariedad y la responsabilidad social corporativa había prevalecido, aunque en los últimos cuarenta años no ha dejado de haber propuestas para que este organismo apruebe normas internacionales de carácter vinculante para las grandes corporaciones.

El primer intento se presentó en la década de los setenta, con el encargo de elaborar un código de conducta obligatorio para estas compañías y la creación de instancias que tenían por objeto el seguimiento de sus actividades. Veinte años después no había ni código ni instancias. Todo fue desmantelado por las presiones y la oposición de las potencias económicas y los lobbies empresariales como la Cámara Internacional de Comercio y la Organización Internacional de Empleadores. En su lugar, la ONU creó el Global Compact, basado en códigos voluntarios de conducta.

A principios del siglo XXI, en la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos se planteó una nueva tentativa de superación de la voluntariedad, basada en un proyecto de normas sobre multinacionales y derechos humanos. Su recorrido fue el mismo que en las anteriores décadas: la oposición de las grandes patronales, Estados Unidos y la UE, dio como resultado que esta iniciativa se metiera en un cajón. Al mismo tiempo, se aprobaron los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos en 2012. De ellos no se deriva ninguna nueva obligación jurídica. Pero dos años después, este mismo órgano aprobó la resolución que permitía avanzar hacia un instrumento vinculante.

¿Cómo fue posible que el Consejo cambiara tan rápidamente de orientación? Uno de los factores que influyeron en la decisión fue una alteración en la correlación de fuerzas al interior de este órgano de Naciones Unidas. Como su composición va rotando, en 2014 había una presencia mayoritaria de

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países que ven necesario incrementar el control sobre las empresas transnacionales y los derechos humanos. Entre ellos, quienes encabezaban la propuesta: Ecuador y Sudáfrica.

Además, la Alianza por el Tratado, una amplia articulación de más de 1.000 organizaciones sociales y de derechos humanos de todo el mundo, estaba desarrollando una intensa actividad de incidencia a favor de la resolución. El mismo representante de Ecuador reconoció entonces que “nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil”. [1]

Tras aprobarse la resolución sobre el instrumento vinculante, volvieron a escenificarse las conocidas posiciones de los países centrales y las empresas transnacionales. Estados Unidos no reconoció la votación y dijo que no asumiría el resultado que tuviera el proceso.

Por su parte, la UE sí decidió participar y ha estado en las tres sesiones de trabajo realizadas hasta ahora. Eso sí, lejos de contribuir al objetivo del mandato, se ha empleado a fondo para bloquearlo a través de la imposición de cuestiones que desvirtúan y enmarañan los debates. Aunque el objetivo de la resolución es elaborar un instrumento vinculante, continuamente se desacredita este debate y se intenta imponer los Principios Rectores como única propuesta legítima de la ONU. Se afirma que un mayor control sobre las grandes corporaciones es discriminatorio frente al resto de empresas.

¿Cómo continúa el grupo de trabajo intergubernamental?

La sombra del bloqueo definitivo acompañó toda la tercera sesión celebrada del 23 al 27 de octubre de 2017. Llegó a su momento de mayor alcance el último día, cuando se debía aprobar un informe que recogía las conclusiones de los debates y establecía los siguientes pasos a dar. Los países de la UE no dejaron de mostrar su oposición al mandato del grupo hasta el último minuto. De hecho, cuando el presidente del grupo de trabajo golpeó su mazo para expresar la aprobación por consenso del informe, el representante de la UE estaba levantando su tarjeta para seguir interponiendo trabas. Vaciló unos minutos, tras la incorporación de una propuesta suya, y el intervalo fue aprovechado por el presidente para cerrar la sesión con la mirada puesta en 2018.

“Es una victoria para quienes defendemos el proceso encaminado a un tratado”, decía la campaña global Desmantelemos el poder corporativo en un comunicado [2] .Celebraba que se había superado un momento crítico y veía la oportunidad de centrar la atención en lo más importante, el contenido del futuro tratado. Sin embargo, mucho nos tememos que el debate que se plantea ahora va a girar en torno a la burocracia y los largos procedimientos que han caracterizado este tipo de procesos en Naciones Unidas. No se puede ignorar qué ha ocurrido en anteriores ocasiones cuando se ha tratado de controlar a las grandes corporaciones. Tampoco la actual relación de poder, que favorece de forma dominante a las elites políticoeconómicas.

Una de las formas más utilizadas para descarrilar las propuestas en la ONU es eternizar los procesos [3] a través de la burocracia, la ambigüedad en los textos, los cuestionamientos del procedimiento utilizado y las diferentes formas de interpretar las resoluciones. Las potencias económicas y las corporaciones no han hecho más que empezar su estrategia de bloqueo. El mismo informe aprobado tiene varias interpretaciones.

Según Alejandro Teitelbaum, jurista que ha trabajado durante varias décadas en Naciones Unidas, hay razones para preocuparse [4] por el futuro del proceso: en las conclusiones de este informe se recomienda un cuarto periodo de sesiones, mientras en anteriores informes se convocaba directamente a la siguiente sesión. A su vez, el documento plantea consultas informales a las partes interesadas sobre “el camino a seguir para la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante”. Eso le recuerda a Teitelbaum cómo se diluyó el proyecto de Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, presentado en 1990. En vez de aprobar el proyecto de Protocolo, lo que hizo el Comité del Pacto fue nombrar a un relator especial. Tras 19 años de debates, se aprobó un Protocolo muy diluido y claramente insuficiente.

Es lo que puede ocurrir en las próximas reuniones del Consejo de Derechos Humanos, que tendrán lugar en marzo y junio del presente año. El cuestionamiento del grupo de trabajo puede ser esta vez más eficaz porque ha habido un cambio en la composición de ese organismo. Ahora, la mayoría de los Estados que han entrado a ocupar un asiento permanente en el Consejo hasta 2020, incluido España,

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son hostiles al instrumento vinculante. Así, parece probable que los países alineados con la UE y EEUU presenten resoluciones para hacer caer este proceso de creación de normas que obliguen a las transnacionales a cumplir los derechos humanos.

¿Qué hacer?

Las organizaciones sociales que han venido trabajando para la aprobación de esta normativa internacional vinculante siguen apostando por ella, incluso en un escenario que se torna cada vez más adverso. Pero parece prioritario reflexionar sobre las estrategias a seguir para no perderse en procesos largos y burocráticos, así como para no generar falsas expectativas y, a la vez, poder fortalecer la capacidad de denuncia, movilización e incidencia.

Lo primero es valorar el espacio que se da a las Naciones Unidas en las campañas contra el poder corporativo. No puede ser central, sino una herramienta más de trabajo. El objetivo de este planteamiento es evitar que la acción social y política de los colectivos y movimientos en resistencia quede condicionada a los tiempos del Consejo de Derechos Humanos.

La apuesta, entonces, puede dirigirse a seguir potenciando lógicas contrahegemónicas en lo local, regional, nacional y global. Algunos buenos ejemplos en este sentido son las alianzas frente a los acuerdos y tratados de comercio e inversiones, frente a las privatizaciones y por la remunicipalización de servicios públicos, el apoyo a la huelga global de las mujeres y la lucha contra la Organización Mundial del Comercio. Todo ello, sin renunciar a la aprobación de normas internacionales de carácter obligatorio.

En el plano jurídico la propuesta se sostiene en tres claves. Primero, fortalecer la idea de un Derecho Internacional desde abajo, un uso alternativo del Derecho construido por organizaciones y redes sociales, comunidades afectadas por las transnacionales y sectores críticos de la academia. Segundo, poner límites al enriquecimiento de las élites económicas a través de un nuevo acuerdo internacional que deje fuera de la acumulación del capital a los derechos humanos, medioambientales y laborales. Y, tercero, invertir la pirámide jurídica internacional, es decir, crear un marco normativo que exprese claramente que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos es jerárquicamente superior a las normas de comercio e inversiones.

Estas ideas fuerza pueden plasmarse en campañas y demandas para la incorporación de cláusulas socioambientales en la contratación pública de las administraciones locales y regionales, como primer criterio de selección. También en el trabajo dentro de los plenos municipales y parlamentos autonómicos para llevar adelante declaraciones institucionales y mociones a favor de este tipo de normas.

Se puede seguir la senda iniciada por las organizaciones sociales que en Catalunya consiguieron introducir el debate y dar los primeros pasos para crear un centro público con el objetivo de vigilar la actividad internacional de las empresas con sede en su territorio.

Una instancia así, que además asegure la participación social, es un buen primer paso. El siguiente puede ser la presión para la completa transformación de las políticas autonómicas y estatales de internacionalización de la empresa, con situar los derechos humanos el marco de actuación económica internacional, la eliminación de medidas que vayan en su contra, la exclusión de compañías que hayan vulnerado derechos humanos de los incentivos previstas y ampliar la participación en este ámbito a entidades sociales y sindicales [5].

Fortalecer el discurso y crear leyes

El contexto en Naciones Unidas puede favorecer la creación de leyes nacionales sobre el control de las grandes corporaciones y el cumplimiento de las obligaciones extraterritoriales de los Estados. El debate sobre la necesidad de avanzar hacia normas vinculantes ha dejado de ser una cuestión exclusiva de organizaciones sociales y de derechos humanos: ahora ha vuelto a estar en el centro de la agenda internacional y, por lo tanto, la propuesta de replicar este proceso en la escala estatal puede tener una entrada más fácil en los parlamentos nacionales.

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El ejemplo de Francia y su ley de debida diligencia de las empresas transnacionales en su cadena de suministro puede servir de aprendizaje. El proceso de elaboración de esta ley duró varios años hasta que aprobada en 2017 y, tras numerosas negociaciones para impedir su bloqueo, la ley resultante ha quedado muy diluida en sus exigencias y no tiene mecanismos de sanción ante su incumplimiento.

Por lo tanto, el estudio de este proceso puede ayudar a identificar y definir estrategias ante las barreras políticas y jurídicas que van a interponerse en la creación de una normativa estatal más exigente. Hay que contemplar, en función de cómo evolucione la tramitación de una ley de este tipo, que es mejor no aprobar una mala norma a tener una que pueda cercenar las posibilidades a futuro de conseguir un resultado más ambicioso.

En el ámbito internacional es imprescindible contrarrestar el discurso empresarial e institucional que limita la responsabilidad empresarial a la voluntariedad de los Principios Rectores. Por ejemplo, señalando la ausencia de mecanismos e instancias de control en los planes nacionales sobre empresas y derechos humanos que se están aprobando en la UE y en diversos países de América Latina.

Estos planes, basados en los Principios Rectores, tienen como medidas centrales para el sector empresarial los incentivos y la sensibilización. Así ocurre con el Plan de Acción Nacional de Empresas y Derechos Humanos aprobado por el gobierno español en 2017. Como se dice al inicio del documento, el Plan “contribuye a fortalecer la ventaja competitiva de las empresas españolas en el mercado global”. Su aprobación, además, se ha caracterizado por el secretismo y su contenido consolida la lógica de la autorregulación [6].

¿Cómo seguir en Naciones Unidas?

La campaña global Desmantelemos el poder corporativo ha venido acompañando el grupo de trabajo intergubernamental de Naciones Unidas, poniendo sobre la mesa diferentes propuestas para avanzar hacia el tratado vinculante. Desarrolló seis principios fundamentales que deben ser una guía para este tratado. Entre ellos están las obligaciones de las corporaciones, los Estados y las Instituciones Económico Financieras Internacionales, así como las instancias y los mecanismos necesarios para hacerles cumplir con su responsabilidad.

A partir de estas premisas elaboró su propuesta de Tratado sobre empresas transnacionales y derechos humanos, que recoge la participación de numerosos movimientos, colectivos y especialistas. Es un reflejo del derecho creado desde abajo, desde las luchas y resistencias de las comunidades. Queda por delante toda una tarea de divulgación del texto de forma pedagógica y cercana a las bases de los movimientos sociales y comunidades.

Hasta el momento de la negociación de un tratado al uso en las Naciones Unidas, la campaña global se puede mover con documentos y propuestas alternativas con textos contundentes, claros, precisos y con ideas-fuerza muy nítidas al margen de la lógica voluntaria. Cuanto más detallado y complejo jurídicamente sea el texto que proponen más se exponen a las críticas, a los procedimientos opacos y a las interpretaciones muy formales y restrictivas y, además, vinculadas al poder corporativo del Derecho Internacional.

El inicio de la negociación marca el momento en el que la colaboración de juristas especializados en diferentes ramas del Derecho puede ser clave para la traducción al lenguaje jurídico de sus propuestas. Esa traducción podrá consistir en la adaptación de las mismas al derecho internacional existente, en la búsqueda de grietas del mismo para forzar interpretaciones favorables o en apostar por modificaciones normativas de carácter contrahegemónico.

En este tipo de negociaciones hay que cuestionar el consejo del “realismo”. Se orienta especialmente a las organizaciones sociales en sus reclamaciones a que sean pragmáticas y tengan “altura de miras” si quieren llegar a algún acuerdo. El problema es que la idea de realismo de movimientos y comunidades no es la misma que tienen los gobiernos de los países centrales y las empresas transnacionales [7] . El realismo del que hablan se basa en una negociación asimétrica que suele terminar en resultados vacíos y poco precisos. Se necesita un tratado con contenidos, no un tratado a cualquier precio.

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Notas

[1] González, E.; Kucharz, T.; Marco, I.; Palacios, A.M.; Martí, J.; y Vargas, M. (2014): “Un pequeño paso contra la impunidad de las transnacionales”, Diagonal, nº 226.

[2] Comunicado de prensa de 2 de noviembre de 2017 de la Campaña Global para Reivindicar la Soberanía de los Pueblos, Desmantelar el Poder Corporativo y Poner Fin a la Impunidad: “El tratado sobre empresas transnacionales y derechos humanos entra en modo de negociación”.

[3] Hernández Zubizarreta, J.; y Ramiro, Pedro (2017): “Naciones Unidas y el consenso de los poderosos”, La Marea.

[4] Teitelbaum, Alejandro (2017): “Activismo triunfalista vs. realidad de los hechos”, Rebelion.org.

[5] Martija, G.; Fernández, G.; Plaza, B.; y Hernández, J. (2017): Análisis de la política de internacionalización empresarial del Gobierno Vasco, Coordinadora de ONGD de Euskadi.

[6] Hernández Zubizarreta, J.; y Ramiro, Pedro (2017): “Los derechos humanos como ventaja competitiva”, La Marea.

[7] Ver nota 3.

Erika González, Juan Hernández (@JuanHZubiza) y Pedro Ramiro (@pramiro_) son investigadores del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.

Artículo publicado en el nº 76 de Pueblos – Revista de Información y Debate, primer cuatrimestre de 2018, monográfico “Tratados comerciales, ofensiva contra nuestras vidas”.

EL CAPITAL DE MARX Y LAS LUCHAS ACTUALES EN AMÉRICA LATINA

Rafael Agacino Rebelión

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238859 Para Tamara Sol Farías Vergara, joven militante cautiva cuya vida encarcelada sintetiza todo el poder represor y castigador del capitalismo chileno. Como exigen sus abuelos, Luisa Toledo y Manuel Vergara, su madre Anita Vergara Toledo y quienes aún profesan la solidaridad como disposición práctica: ¡Tamara Sol a la calle! (8 de marzo 2018). ¿Cuál es la principal enseñanza que los movimientos revolucionarios en América Latina pueden rescatar hoy de El Capital? [2] Es una pregunta difícil porque los movimientos revolucionarios se conectan más con los análisis políticos de Marx que con El Capital ; como actores políticos dialogan mejor con las dimensiones estratégicas que con las leyes que rigen la sociedad moderna, el objeto de El Capital . Todo ello sin contar con el hecho que las apreciaciones de Marx sobre los movimientos independentistas de América Latina fueron superficiales y alejadas de su foco de análisis principal: Europa y su periferia [3] . No obstante, podemos reenfocar la pregunta considerando que el capitalismo se ha vuelto dominante y en el único modo de vida realmente existente. En estas circunstancias históricas, una pregunta adecuada sería: ¿Qué puede extraerse de El Capital en la perspectiva de las luchas estratégicas por la emancipación humana?

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A este respecto, lo primero que debe relevarse es la categoría misma de capital y su desarrollo, más allá incluso de lo que el propio Marx alcanzó a presentar en el tomo I de su obra. Esto suena abstracto pero no hay nada más concreto que el capital y su dinámica. El capital no es una cosa inanimada ni tampoco una con cuerpo y alma, y sin embargo existe. ¿Pero cómo existe si no se toca ni se ve, no se huele ni se sabe o escucha? Pues como relación social; una relación objetiva cuál si fuera cosa porque impone conexiones forzosas entre los individuos y entre éstos y la naturaleza, y que se repite día tras día como si fuera un orden natural, un orden que “siempre ha existido”. Esta categoría capital ha pasado por muchas fases en el transcurso del capitalismo, pero es en ésta precisa época histórica, que se vuelve una categoría letal, una máquina de moler carne humana y trituradora de materia natural que funciona sin ningún control. Paradojalmente, no ha sido el Estado el que se ha vuelto el verdadero Leviatán, sino el capital. Y esto claramente lo prevé Marx en el capítulo I de la obra citada, tanto en sus borradores como en sus sucesivas variantes. Desde de este punto de vista – y a contrapunto de las luchas del XX- ahora la humanidad está obligada a desacoplarse tanto del cuerpo como del espíritu (razón) de este Leviatán total que es el capital y que la ha vuelto enemiga de sí misma. El orden sin control del capital está destruyendo no sólo las bases naturales de la existencia social sino antes también, las bases comunitarias e incluso las bases cognitivas que hacen posible inteligencia humana [4] . Por ello, mirando el mundo de hoy no puedo sino responder la pregunta argumentando que la tarea de los revolucionarios es advertir, explicar y oponerse activamente al camino de inmolación por el cual la humanidad está siendo conducida bajo una irracionalidad hecha sentido común. Desde el punto de vista de las posibilidades actuales, los revolucionarios de hoy deben levantar una línea de resistencia global y local contra la fatal lógica del capital. Es imprescindible construir una fuerza social capaz de enarbolar un Programa de Resistencia y Autodefensa, lo cual dicho sea de paso, implica una oposición radical a las tendencias fundamentalistas, fascistas y maniacas que seducen a una sociedad disminuida por la fragmentación, la ignorancia, la lumpenizaciòn y la guerra [5] . Sólo en el curso de esas luchas es plausible reponer e imaginar los valores de un proyecto emancipador, o dicho de otro modo: no hay posibilidad de un proyecto emancipador sino se levanta desde ya una política de autodefensa estratégica frente a los efectos letales de la dinámica descontrolada del capital. La humanidad tiene derecho a defenderse y a disponer de todos los medios para ello, más cuando se ha cruzado un cierto umbral crítico que pone en juego la vida misma. Llevando más allá una idea seminal de Marx, podríamos afirmar que el fetichismo de la mercancía se consuma a la misma velocidad en que la vida colectiva muere. Y frente a ello, no hay más que anteponer una voluntad radical contra ese modo de vida fetichizado. Hemos arribado a la época en que la Revolución se ha vuelto una cuestión de vida o muerte. ¿Qué otro mensaje más potente puede deducirse de El Capital leído en este umbral de la historia? ¿Cree que en la actualidad hay espacio en América Latina para reivindicaciones democrático-burguesas que presenten potencialidades de transformación revolucionaria del capitalismo? De haberlas, ¿cuáles serían y quiénes serían los actores llamados a llevarlas a cabo? No; y paradojalmente es el capital el que clausura esta posibilidad e impone frente a la barbarie la necesidad de la revolución. Por ello urge la convergencia de las luchas, la convergencia social y programática de las fuerzas anticapitalistas. Y esto lo digo en un sentido mucho más amplio de cómo se concibieron las alianzas en el siglo XX. En las últimas décadas constatamos desplazamientos en los escenarios, actores y contenidos de las luchas sociales. En los países en que el capitalismo tomó la forma de desarrollismo industrial, la clase obrera “clásica” del siglo XX se ha reducido y prácticamente desaparecido de la escena social y política, mientras la nueva clase trabajadora nace con dificultades y no logra aún constituirse. Los casos de Argentina, Brasil, Uruguay y Chile sirven de ejemplo. En paralelo, sin embargo, el campesinado y/o las comunidades indígenas rurales, irrumpen contra el capital desde los campos impactando la política y los centros urbanos de poder. Son los campesinos del Cauca colombiano, los pueblos amazónicos de Bolivia, Perú y Brasil, los pueblos originarios del sur chileno y de la pampa argentina, etc., los que emergen en cientos de conflictos a lo largo del continente. Y si bien se enfrentan frontalmente a las transnacionales – hoy la personificación del capital- la razón argumentativa de sus demandas y sus fuentes de inspiración organizativa, se fundan en recursos subjetivos muy diferentes a los que solidificaron la conciencia de clase del obrero y el sindicalismo “clásicos”. No argumentan la justeza de sus luchas a partir explotación de la fuerza de trabajo (la extracción de plusvalía), ni sus fuentes inspiradoras de organización son la estructura ocupacional

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(oficios) o industrial (ramas) como fue con la antigua clase obrera. No; sus razones evocan la memoria histórica pre capitalista e incluso pre colonial como sucede con los pueblos originarios; y sus fuentes inspiradoras de lucha y organización, se arraigan a sus espacios vitales: la comunidad y su orden sociopolítico, y el hábitat y su modo de habitarlo. Es evidente que la “profundidad histórica” de estas razones y fuentes, ambas constitutivas del sujeto como fuerza socio-cultural, explica con mucho su mayor resistencia a las radicales transformaciones impulsadas por las contrarrevoluciones neoliberales. No así con la clase obrera clásica que, atacada por las nuevas formas de organización industrial (fragmentación productiva) y la flexibilización del mercado de trabajo (con precariedad laboral), rápidamente se desestructura. Sus formas de lucha y organización son más inefectivas y sus recursos subjetivos menos sólidos pues apelan a un capitalismo que mutó: el oficio/profesión, el empleo, la empresa o la rama industrial, típicos del industrialismo, se han vuelto fuentes difusas y febles de subjetividad social. Toda la conciencia de clase configurada en referencia a los grandes complejos industriales, al empleo más o menos formal y al Estado regulador, se disipa hasta confundirse con la subjetividad de las “nuevas y vulgares capas medias integradas” que caracterizan las sociedades urbanas modernas de Latinoamérica. Lo inverso ha sucedido con los pueblos originarios. Sus referentes culturales ancestrales pre capitalistas y pre coloniales, reemergieron con todo su sentido, primero, superando el lugar en que los colocó la izquierda del siglo XX – la tesis del campesinado- y luego, enfrentando desde la comunidad y el hábitat, la guerra ideológica y material declarada por el neoliberalismo. Así, mientras en las ciudades el movimiento de trabajadores entra en un largo ciclo de desconstitución objetiva y subjetiva, desde los poros rurales y los campos, emergen las resistencias de pueblos originarios enarbolando un nuevo discurso contra el capital transnacionalizado. Y este discurso no clama por la reducción de la tasa de explotación o por una mejor distribución del ingreso, sino por el acceso a recursos naturales, la defensa del hábitat, la autonomía y el autogobierno, la identidad cultural y la recuperación de un modo de vida propio. Incluso en algunos casos, sobre la base de un llamando a refundar los modos de vida y producción acorde a otros valores y concepciones de lo común, ponen en circulación un discurso de alcance más general como lo fue antes el de la clase obrera que hizo coincidir sus intereses históricos con el interés común de la humanidad. La lucha de las organizaciones indígenas y campesinas, asumen hoy un carácter más universal pues su resistencia se asocia directamente a la defensa de las condiciones que hacen posible la vida misma. Sus demandas se empinan estratégicamente por encima de las luchas puramente redistributivas de la clase obrera y movimientos populares urbanos y a la vez que enfrentan radicalmente el descontrol del capital, inauguran posibilidades de autodefensa para una humanidad crecientemente acorralada. Pero estas luchas no completan el mosaico actual de América Latina. No podemos obviar el antiimperialismo y su forma más reciente y original: el bolivarianismo. El antiimperialismo del siglo XX fue una reedición - bajo nuevas condiciones- de las luchas independentistas del siglo anterior cuya fuerza se basó en las franjas criollas anti peninsulares, los artesanos y trabajadores “blancos” y mestizos, y la población afrodescendiente esclava de las plantaciones. En los lugares en que se configuró este tipo de bloque anti colonial, las luchas independentistas tomaron un tinte transversal, y más tarde proveyeron una base poli clasista, interétnica y popular a las luchas antiimperialistas de los estados nacionales del siglo XX. Este fue el antecedente de la fuerte conciencia nacional popular que permitiría en el siglo pasado y el actual, la emergencia de las corrientes populares de diverso tipo, incluida la bolivariana. Lo que logró Fidel en Cuba al fundir el antiimperialismo con socialismo, lo reeditaría Chávez en Venezuela al dotar al movimiento popular emergente de un discurso que fusionó, en la imagen de Bolívar, los idearios de la segunda independencia y el socialismo [6] . Sin embargo, el bolivarianismo - así como otras corrientes más cercanas a un nacional populismo - enfrenta fricciones cada vez más frecuentes con las luchas indígenas y campesinas. El discurso antimperialista y nacionalista que reclama inversión y crecimiento para garantizar el desarrollo y la independencia, no convoca a los nuevos movimientos indígenas. Y esto tiene antecedentes históricos largos: las propias luchas por la independencia no contaron con la presencia decisiva de los pueblos originarios porque aquellos que lograron resistir la guerra colonial y no fueron exterminados, consiguieron un cierto orden de coexistencia con los peninsulares. Un caso paradigmático es el acuerdo entre mapuche y españoles – el Parlamento de Quilín de 1641- que fijó fronteras y autonomía político-cultural, manteniendo el comercio y el tránsito bajo ciertas reglas [7] . En este sentido ¿por qué los mapuche habrían aliarse con las fuerzas de San Martín y O´Higgins y romper con la corona, si los independentistas reclamaban los mismos territorios que tras siglos de guerra, el rey había sido forzado a reconocer como tierras indígena? La realidad continental del siglo XIX nació preñada de una contradicción de base: a fin de cuentas,

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criollos o peninsulares, por más que se enfrentaran a muerte en las guerras de independencia, se disputaban la soberanía sobre territorios que los pueblos indígenas consideraban propios y de los cuales habían sido expulsados. Esta misma contradicción originaria emerge nuevamente hoy entre el nacionalismo neo desarrollista y los pueblos indígenas resistentes a la dinámica del capital sea éste nacional o transnacional, estatal o privado, estadunidense, europeo o chino [8] . Y dicho al pasar, esta no apareció en el imaginario afrodescendiente que no reclamó propiedad alguna sobre esta tierra de esclavitud y muerte; su añoranza estaba allende los mares y su idea radical fue la libertad y el retorno. Así, no es extraño que la alianza de los independentistas con afrodescendientes, bajo la promesa de la abolición de la esclavitud, fuera mucho más extendida y sólida que la alianza con los pueblos originarios pues, para éstos, ni la abolición de la encomienda ni el prometido estatus de “ciudadano” en los nuevos estados, sustituía la necesidad de recuperar sus tierras y su historia pre colonial. Estas experiencias históricas diversas permiten entender la configuración social y subjetiva de las luchas actuales en América Latina y develar los límites de los gobiernos progresistas o bolivarianos. Desde el último tercio del siglo pasado hasta hoy, el continente ha marchado al paso de una contra revolución neoliberal mundial. Y si bien los procesos nacionales de contra revolución discurrieron con tiempos y profundidades dispares, incluyendo aquellos como Venezuela en que la oleada popular chavista conjuró su puesta en escena u otros que intentaron una senda capitalista “menos” neoliberal, en ninguno de aquellos las medidas democrático burguesas, de resistencia o acomodo, han abierto posibilidades revolucionarias. O si lo hicieron, no hubo quien las aprovechara pues la izquierda del siglo XX desaparece, el sindicalismo clásico desfallece y la nueva clase trabajadora aún no se constituye como tal. Unos carecen de independencia política y se muestran estériles para enunciar una hipótesis estratégica para América Latina que incluya tales matices; y la nueva clase trabajadora, que podría aprovecharlas incluyendo de paso otras luchas como la anti patriarcal, el antirracismo y la sustentabilidad eco-social, recién asoma en el nuevo siglo. Mirado desde otro ángulo, esta impotencia es la otra cara del fracaso de los gobiernos progresistas que han capitulado frente al neoliberalismo – el Brasil de Lula o la Argentina de Cristina- o que, entrampados en un nacional desarrollismo imposible, como Venezuela o Bolivia, son apalancados por el nuevo imperialismo asiático, el futuro gran hermano de Latinoamérica: China. Y no podía ser de otro modo pues sin sujeto no hay posibilidad de realizar lo que pudo estar en potencia. En este largo ciclo de luchas, las contra revoluciones neoliberales finalmente han predominado sobre los progresismos de toda laya, aumentando el desarme de las franjas obreras y populares [9] . Marx entendió el socialismo como una "asociación de hombres y mujeres libres que emplean conscientemente medios de producción colectivos". ¿Qué ocurrió que los intentos de construcción de sociedades socialistas se alejó tanto de esta idea? ¿Qué mecanismos deberían estar presentes para evitar transitar por los mismos caminos del siglo XX? Responder requeriría una larga reflexión que no puedo hacer. En subsidio, sugiero la lectura de dos textos del economista canadiense Michael Lebowitz: “ Las contradicciones del socialismo real. El dirigente y los dirigidos ”, que tradujimos con Pedro Landsberger para LOM (en prensa), y “ La Alternativa socialista. El verdadero desarrollo humano ”, publicado por Escaparate el año 2012. Encontrarán allí un detallado análisis del fracaso del socialismo real y las líneas matrices de una alternativa socialista. No obstante, aprovecho de insistir en una idea inicial: la urgencia de levantar una política por la autodefensa de la humanidad y contra el descontrol del capital que nos conduce al suicidio. Esta línea, aparentemente de pura resistencia, contiene en potencia una propuesta estratégica y programática, pues la defensa de la vida sólo puede hacerse concibiendo otro modo de vida, un modo que posibilite la soberanía sobre las necesidades colectivas. Hoy “nuestras necesidades” son aquellas que el capital impone – alimentación basura, salud basura, educación basura, etc.-, para satisfacer su irrefrenable necesidad de acumular. Es hora qué la humanidad debata sobre sus necesidades genuinas, por su sobrevida y por su emancipación respecto del orden fetichizado del capital. Es hora qué imagine un nuevo arreglo social para responder colectivamente aquellas preguntas que nos formularon en la escuela: “qué”, “quién” y “cómo” producir; una sociedad capaz de decidir cómo y con qué fines utilizar el trabajo social colectivo, el talento creativo del cual dispone en cuanto especie. El autor es Profesor universitario e investigador independiente chileno. Notas:

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[2] Una versión resumida y sin notas de una entrevista que aparecerá publicada en la edición Nro. 894 (marzo 2018) de la revista Punto Final. [3] Conocidos son los irónicos y adversos comentarios de Marx respecto de Simón Bolívar y sus batallas por la independencia. Al respecto véanse artículo “Bolívar y Ponte” y cartas “De Marx a Engels” en K. Marx y F. Engels: Materiales para la historia de América Latina , Argentina, Cuadernos PyP Nro. 30, 1972, pp. 76-94. Una explicación de este desacierto de Marx que se distancia de las acusaciones de eurocentrismo o de la simple ignorancia de fuentes, la proporciona J. Aricó: Marx y América Latina , Argentina, FCE, 2010, Capítulo VIII y Apéndice Nota VI. [4] Mészáros, ya desde mediados de la década de los noventa, caracterizaba la ascensión histórica del “régimen del capital” bajo la forma de capitalismo, como un excepcional momento en que éste opera sin condiciones – la incontrolabilidad- salvo sus propios límites absolutos a los cuáles se acerca ya aceleradamente. Véase I. Mészáros: Más allá del Capital , Caracas, Vadell Hermanos Editores, 2006, Parte I. [5] Jappe va más allá y constata una verdadera “regresión antropológica”, una “infantilización masiva” de los miembros de la sociedad, como resultado directo de la exacerbación del narcicismo en el capitalismo actual. A. Jappe: Crédito a muerte. La descomposición del capitalismo y sus críticos , España, Pepitas de calabaza, 2011, p. 232. [6] Fernando Martínez, investigador social e historiador cubano, caracteriza el proceso cubano como una revolución socialista de liberación nacional que combina “la lucha de clases anti capitalista y la de liberación Nacional”; y Amílcar Figueroa, historiador venezolano y miembro del Parlatino, releva el “árbol de las tres ricez” evocando a Simón Rodriguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, como las fuentes inspiradoras de la revolución bolivariana de Venezuela. Al respecto véanse: F. Martínez H.: El corrimiento hacia el rojo , La Habana, Letras cubanas, 2001, págs. 45-66; y A. Figueroa S.: ¿ Reforma o revolución en América Latina? El proceso venezolano , México DF, Ocean Sur, 2009, págs. 3 y 28. [7] Bengoa, investigando en los archivos de la Biblioteca Nacional de España, dio con el Tratado de Quilín; un hallazgo notable, pues, como señala, éste fue incluido en la Colección de Tratados de paz, alianza, neutralidad, garantías, etc., etc ., acordados por la corona española con sus similares europeas y con los “pueblos de otras partes del mundo”. Su inclusión allí otorga a los acuerdos entre mapuches y españoles un carácter jurídico al amparo del derecho internacional público, utilizando el léxico actual. Véase J. Bengoa: El tratado de Quilín , Santiago de Chile, Catalonia, 2007. [8] Un ejemplo es el “ Manifiesto Junio 22 ” en que disidentes del MAS denuncian, en junio de 2011, que el “proceso de cambio” en Bolivia “ha dado un giro a la derecha, al autoritarismo, la sordera y la sumisión a intereses transnacionales”. García Lineras, vicepresidente de Bolivia, en respuesta publicó en julio del mismo año el texto “Oenegismo, enfermedad infantil del derechismo”, el cual a su vez fue replicado airosamente por el mismo colectivo disidente. El Manifiesto y otros artículos de los autores originales se reunieron en un libro editado en Bolivia y Argentina. Véase Colectivo Manifiesto Junio 22: La MAScarada del poder, Buenos Aires, Herramienta Ediciones, 2012. [9] Esto contrasta con el optimismo que inundaba a la izquierda en la década pasada y que llevó a intelectuales y dirigentes sociales a hablar incluso de una “primavera democrática en América Latina”. Franck Gaudichaud, aunque advierte la posibilidad de “nubes negras", recoge esta atmósfera en una selección de artículos que refieren a la situación de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba, Brasil, Argentina, Chile, México y Colombia. Véase F. Gaudichaud: El volcán latinoamericano. Izquierdas, movimientos sociales y neoliberalismo al sur del Rio Bravo , Santiago de Chile, Ediciones Escaparate, 2011, Segunda y Tercera Parte.

MATERIALISMO Y PRAXIS EMANCIPATORIA EN ALFRED SCHMIDT

Riccardo Bellofiore http://www.sinpermiso.info/textos/materialismo-y-praxis-emancipatoria-en-alfred-schmidt

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EL CONCEPTO DE NATURALEZA EN MARX de Alfred Schmidt es uno de los clásicos de la segunda generación marxista de la Escuela de Frankfurt. De hecho, es un libro que ha marcado profundamente el desarrollo del debate de los años 60 y 70 y que ha recibido amplia acogida, en Italia también, gracias al trabajo de Lucio Colletti. Ahora regresa a las librerías de la mano de ediciones Punto Rosso y gracias a la edición de Riccardo Bellofiore, de cuya introducción al texto de Schmidt publicamos aquí un amplio extracto, cortesía del editor y el autor. Alfred Schmidt fue uno de los últimos herederos de la tradición de Adorno y Horkheimer en la Escuela de Frankfurt, en los años en que se puede decir que todavía producía una ‘alta teoría’ desde el Instituto de Investigación Social, cuando todavía estaba viva, y orgánica, una relación interna con la teoría de Marx, fuera de la ortodoxia estéril y alejada de los estilismos del marxismo-leninismo. El lector italiano, especialmente aquellos que, como yo, se formaron entre finales de los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX, tuvieron la buena fortuna de que casi todo Schmidt fue traducido a nuestro idioma, por así decirlo, en tiempo real. Por lo tanto, Schmidt, al menos el primer Schmidt, puede leerse en nuestro idioma, recurriendo a las bibliotecas, porque la mayoría de los textos que mencionaré están agotados. Por esta razón, es bienvenida la iniciativa de las Ediciones Punto Rosso para volver a publicar su libro quizás más conocido, EL CONCEPTO DE NATURALEZA EN MARX, ampliado con otros nuevos materiales. Sobre el concepto de naturaleza en Marx En el corazón de la configuración del volumen se encuentra esencialmente una doble perspectiva, que le da cuerpo y sangre al materialismo de Schmidt: por un lado, una lectura de la relación entre el ser humano y la naturaleza como una relación entre sujeto y objeto en el trabajo; por otro, la misma relación como una definición de la originalidad de Marx en el terreno de la Teoría del conocimiento. La primera vertiente define el anti-idealismo del autor de EL CAPITAL; la segunda aclara en qué sentido Marx se coloca tras los pasos de Hegel. La interdependencia de la naturaleza y la sociedad tiene lugar dentro de la naturaleza: una teoría válida de la sociedad se basa únicamente en el supuesto de un materialismo naturalista, por lo que nunca la naturaleza puede entenderse como derivada de la idea. El punto de partida no es el Espíritu Absoluto, sino los seres humanos de carne y hueso. Hegel, por supuesto, reconoce la diferencia abrumadora entre concepto y realidad: la ‘devalúa’, pero atribuyéndola a la parte subjetiva como una mera determinación del intelecto abstracto. El primer capítulo trata sobre Marx y el materialismo. Si existe -como existe, y no se puede eliminar- una prioridad de la naturaleza externa, la referencia no es, sin embargo, ‘ontológica’, a la realidad extrahumana como objetividad inmediata. La prioridad de la naturaleza extrahumana siempre ha estado (y lo está cada vez más) dentro de la ‘mediación’, de modo que la naturaleza es, al mismo tiempo, un momento de praxis humana y la totalidad de lo que existe. En este horizonte, el mundo está tan mediado por el sujeto humano (en sí mismo parte de la naturaleza), como lo afirman el idealismo kantiano y postkantiano: la objetividad nunca se resuelve sin dejar trazas en la praxis humana, entendida ésta como un proceso. En otras palabras: la no-identidad nunca se disuelve en la identidad, y la diferencia se reafirma en última instancia, y con ella la necesidad (permanente) del trabajo. La naturaleza, en este sentido amplio, es el único objeto de conocimiento, donde es posible distinguir entre el ser humano y su trabajo, por un lado, y la naturaleza y sus materiales, por el otro. En la unidad de los polos, el mundo sensible ‘se produce’, en si mismo, de forma natural. La discrepancia sobre la que Marx opera aquí es doble. Por un lado, niega el ‘en sí mismo’ de una naturaleza no mediada por el ser humano (una posición que atribuye a Spinoza). Por otro, critica la autonomía de la conciencia (en la línea Fichtiana). La unidad de las dos observaciones debe afirmarse de una manera históricamente concreta: Schmidt se distancia de lo que él define como el disfraz metafísico de esta unidad creada por Hegel. En esta lectura, el materialismo

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marxiano, aunque mantiene una deuda con el materialismo anterior, se revela inseparable de una orientación hacia la ‘práctica’: es esto lo que lo aleja de Feuerbach, y que requiere que supere (y al mismo tiempo mantenga) la verdad parcial de Hegel. Ni el espíritu ni la materia son un principio unitario de explicación del mundo. De ahí surge una doble controversia, que se extiende a lo largo del libro: contra parte de la reflexión de Engels; y contra toda la dialéctica materialista de la torsión soviética, marcada por el ‘teleologismo’. El tercer capítulo es el central, dedicado a la relación entre sociedad y naturaleza, por un lado, y el proceso cognitivo, por el otro. El punto clave aquí es que el proceso de adquisición de conocimiento no es un proceso teórico-abstracto, sino concreto: es decir, no separado de –en realidad, es en el fondo lo mismo- el trabajo como una práctica en la que los seres humanos aprenden las 'formas' o leyes que expresan la estructura y esencia de la naturaleza. Si el ser humano ‘depende’ del mundo objetivo y sus leyes, ese mundo es ‘frágil’ con respecto a la práctica transformadora del ser humano. En este momento ‘práctico’ de la mediación, el peculiar ‘realismo’ de Marx (no ingenuo, pero sí epistemológico) y su ‘subjetivismo’ (socialmente orientado) se compenetran. Veamos en qué sentido. El conocimiento no es para Marx, como lo será en gran medida para Lenin, un ‘reflejo’ pasivo de las estructuras objetivas. Después de Kant, es imposible pasar por alto el hecho de que aquello que se da inmediatamente está mediado conceptualmente: ya no es posible hacer caso omiso de esta cuestión, de manera que se hará cada vez más precisa, el hecho de que sujeto y objeto se co-determinan, y que el método es inseparable del contenido. En Marx, sin embargo, los conceptos no son el reflejo de objetos externos, sino que emergen de las relaciones históricamente mediadas de los seres humanos con los segundos. El momento de la 'crítica' en el sentido kantiano ya no es formal y abstracto -la cuestión sobre la posibilidad de un conocimiento independiente del contenido- pero tal vez sólo con referencia a un contenido concreto (éste es uno de los aspectos críticos del subtítulo de EL CAPITAL). Esta objeción a Kant, de origen hegeliano, se hace concreta y práctica en Marx transfiriéndola desde el universo del conocimiento al ámbito de las relaciones de trabajo: una vuelta de tuerca 'práctica’ dentro del discurso teórico que muta la reflexión gnoseológica, cual construcción especulativa-idealista, en el nuevo materialismo de la ‘constitución’ de la objetividad histórico-social (y por tanto, también natural). La tesis materialista que es propia únicamente de Marx -subraya Schmidt- es que en este entramado, el cambio de acento del objetivismo al subjetivismo «refleja los niveles prácticos de la producción y su paso histórico de uno a otro» (P. 107) El proceso de producción en la realidad se convierte en una ‘ciencia experimental’. La industria y el experimento científico, así como el proceso de la vida social se hace un todo con la acción revolucionaria, remitiendo a la dimensión 'práctica' reivindicada por Marx contra Feuerbach en su segunda tesis: «en la práctica, el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y la potencia, el carácter terrenal de su pensamiento». En el terreno de la Teoría del conocimiento, más precisamente de la posición de Marx entre Kant y Hegel, Schmidt, en unas pocas líneas, resuelve con nitidez los problemas que han desgastado inútilmente a generaciones de intérpretes, antes y después de él: «existe entre Marx y Kant una relación hasta ahora no suficientemente considerada. Al igual que para Kant, también para Marx, la forma y la materia del mundo fenoménico se pueden separar solo en abstracto, no en el plano real. Para Marx, como para Kant, la forma y la materia permanecen en el exterior»(página 112). Aquí la referencia a Hegel es realmente esencial, gracias a la cual la dialéctica de Marx transforma la ‘constitución’ en el sentido kantiano en el plasmación social de una naturaleza en si ya formada: «Entre Kant y Hegel, Marx asume una posición mediadora que es difícil de definir. Su crítica materialista de la identidad hegeliana del sujeto y el objeto, lo trae de vuelta a Kant, aun cuando Marx no vuelve a concebir el ser no-idéntico con el pensamiento como un 'inconocible en si mismo’[...] Marx, manteniendo la tesis de Kant

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de la no-identidad de sujeto y objeto, sin embargo, reafirma la posición postkantiana de no descuidar la dimensión histórica y puede ver al sujeto y objeto entrar en síntesis y relaciones mutables "(112-113). El cuarto capítulo está dedicado a la utopía de la relación entre el hombre y la naturaleza. Aquí Schmidt aclara lo que ya estaba claro antes: que, si bien no se da una 'ruptura epistemológica' entre el Marx de los MANUSCRITOS y el Marx de EL CAPITAL, las categorías juveniles vienen todas redefinidas a partir del punto crucial que suponen los GRUNDRISSE (un punto al que Colletti se resiste injustamente). Como ya he dicho en otro lugar, el Marx joven debe ser leído desde el Marx de EL CAPITAL, y deben ser rechazadas por tanto las lecturas que presentan una discontinuidad radical, como la de Althusser, y que insisten en ver el trabajo que desarrolló una mera continuación, si no una empobrecimiento, del primer Marx. En el Marx ya maduro, crítico de la economía política, no habrá ya más alienación, plenitud natural de la vida, realización de la esencia humana, retorno del ser humano a si mismo, culto romántico y feuerbachiano de la naturaleza, de la mujer, del ser humano. La utopía marxiana afirma las limitaciones insuperables del ser humano y las condiciones de posibilidad de una libertad concreta, sobre la base del principio de comprender y dominar lo que es socialmente necesario. No existe una exaltación suprahistórica de las relaciones económicas y las fuerzas productivas, en todo caso, un materialismo que en perspectiva se ‘supera’. El reino de la libertad no suprime el reino de la necesidad, incluso ni el trabajo, como la condición natural eterna de la vida humana y común a todas las formas de la sociedad. Por otro lado, Schmidt es muy consciente que Marx no propone ninguna ontología ahistórica basada en la estructura del proceso de trabajo, porque este último está históricamente mediado. Marx, como Freud, «debe ser considerado como uno de los grandes pesimistas de la historia» (P. 129). La naturaleza no es un principio metafísico positivo: «[la] utopía secreta del psicoanálisis, tal como se expresa en FUTURO DI UNA ILLUSIONE, es en el fondo, la misma utopía de Marx, ‘vista desde dentro’» (p.130). No es posible, como en el fondo hace Ernst Bloch, seguir a Hegel al pensar que la naturaleza es un sujeto absoluto que intermedia consigo mismo. Sin embargo, Bloch tiene razón cuando, retomando un tema de Schopenhauer, aboga por una resurrección de la naturaleza extrahumana en las condiciones de una sociedad racional. Sin embargo Schmidt teme que hubiera tenido razón Walter Benjamin cuando observa que las posibilidades técnicas abiertas al ser humano se traducen en fuerzas destructivas, y que la transformación mutua de sujeto y objeto, pensada por Marx, se convierta en la destrucción mutua. El DARSTELLUNG como una categoría clave en la crítica de la economía política, y la 'segunda recepción' de Hegel por Marx En las numerosas reediciones de su libro sobre la naturaleza se destacan dos adiciones significativas, que en parte cambian el acento del razonamiento. Se trata del apéndice de 1965 sobre historia y naturaleza en el materialismo dialéctico, y la nueva introducción a la edición alemana de 1993 (traducida al francés el año siguiente, y más recientemente disponible en español, y también incluida en esta nueva edición italiana). Pero antes de volver a estos dos textos, hay que decir lo que en ellos supone de un deslizamiento progresivo del discurso, es importante por tanto, seguir el camino de la reflexión de Schmidt después de la publicación de su tesis doctoral. Es un camino con dos etapas principales, la primera que va hasta mediados de los años setenta (y a la que pertenece al Apéndice 1965) y la segunda que se extiende a lo largo de los años posteriores (y sobre cuyos antecedentes se comprende el tono de la introducción de 1992 ). El texto de la que "Zum Erkenntisbegriff der Kritik der Politischen Ökonomie", incluido en el volumen que editó con Walter Euchner, KRITIK DER POLITISCHEN ÖKONOMIE HEUTE. 100 JAHRE "KAPITAL", a partir de un coloquio en Frankfurt en septiembre de 1967 para celebrar el centenario de la publicación de la primera edición de EL CAPITAL. Justo acaba de hacer

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cincuenta años ahora. Es un ensayo fundamental (con otra supervisión de Colletti en su introducción), y es totalmente parte de lo dicho, y de hecho, en muchos aspectos, el origen del renacimiento de los estudios marxianos de aquel tiempo, a partir de los seminarios de Adorno, de los que luego se distanciará la NEUE MARX-LEKTÜRE: basta recordar el nombre de Hans-Jürgen Krahl, Hans-Georg Backhaus (del cual hace poco se ha publicado en Mimesis, editado por Thomas Redolfi Riva y por mi, RICERCHE SULLA CRITICA MARXIANA DELLʼECONOMIA. MATERIALI PER LA RICOSTRUZIONE DELLA TEORIA DEL VALORE), Helmut Reichelt, Oskar Negt, así como el propio Schmidt. Es en estos escritos en los que se evidencia el concepto clave de 'representación' (DARSTELLUNG), y el significado de la dialéctica para nuestro autor, «En el estado actual de la discusión internacional [Schmidt cita en particular el ensayo de Jacques Rancière en LIRE LE CAPITAL] ya no puede haber ninguna duda de que una adecuada comprensión del método de Marx en EL CAPITAL se mantiene o cae con el concepto de 'representación' (Schmidt 1968, p 97). La representación -como lo había observado Horkheimer en los años treinta- permite atribuir nuevos significados a las contribuciones individuales de las distintas e unilaterales 'scienze', como la economía política, significados inaccesibles si la totalidad se divide en partes que parecen no tener relación: de tal modo que la representación del sistema del capital, se propone al mismo tiempo como crítica del capital. La atención a este aspecto metódico del sistema marxiano proviene de la creencia que Schmidt ha madurado de que la comprensión del CAPITAL requiere al lector la conciencia de que la obra madura de Marx, desde los GRUNDRISSE en adelante, está marcada por una segunda 'recepción' de Hegel por parte de Marx. La obra de referencia en este caso es LA CIENCIA DE LA LÓGICA, que tiene para la estructura metodológica de la crítica de la economía política tanta importancia como había tenido LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU para el período anterior a la revolución de 1848. En esto, solo nos ayuda hasta cierto punto Marx, porque la autocomprensión que el autor de EL CAPITAL nos ha entregado en algunas declaraciones, no siempre sistemáticas y no siempre consistentes, es más pobre de lo que el propio autor nos dice, de hecho, a través de su propia construcción teórica. Y por otra parte tampoco esto es sorprendente, ya que en Marx el discurso sobre el método no se da por separado y en abstracto, sólo en estrecha relación con el objeto de investigación. Schmidt parte de la observación de que no hay ‘hechos’ que puedan entenderse dentro de los límites disciplinarios tradicionales. El verdadero 'objeto de conocimiento' es el conjunto de la sociedad y, por lo tanto, el capital como totalidad. No se trata de partir de las condiciones, empíricamente dadas, de producción: Marx, por el contrario, adoptará una crítica de la teoría y de la categoría de ciencia 'burguesa’ . Por lo tanto, es necesario mantener tanto la circunstancia de que el objeto de la crítica solo puede ser captado ‘indirectamente’, como el hecho de que esto, sin embargo, siempre se da en si mismo ‘objetivamente’. La teoría y su contenido objetivo están relacionados, pero no están identificados. Esta es la razón por la cual el método de investigación es formalmente diferente del método de representación. El método de investigación procesa el material de la historia, la economía política, sociología, estadística, y así sucesivamente, a través del 'aislamiento y del análisis' propio del intelecto abstracto. El método de la representación, por el contrario, debe llevar estos hechos aislados a una unidad concreta. La representación procede del ser inmediato a la esencia mediada, donde la esencia es la base del ser. El hecho esencial debe manifestarse fenoménicamente (estamos tratando con un ERSCHEINUNG), y esta ‘apariencia', que también vive en parte de su propia vida, es el presentarse concreto de la esencia: sólo a través de la manifestación fenoménica se puede acceder a la esencia que así se revela . La representación cambia los resultados logrados desde el desarrollo histórico, de cualquier forma osificados, y revela su origen histórico y humano: pero no en el sentido de sucesión de hechos concretos, si acaso, siguiendo el camino contrario. Schmidt nunca se cansa de recordar

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que es la anatomía del ser humano la que explica la de los simios. Eliminar de Marx la dialéctica que otorga su impronta a la representación significa eliminar del CAPITAL el lado ‘negativamente racional’ que hace posible la comprensión crítica del todo, y lo que quedarían son conexiones entre fenómenos específicos planteados subjetivamente por el investigador. Schmidt insiste en que, en primer lugar, es necesario ‘leer’ a Marx, y este enfoque, si es estrictamente filológico, puede ayudar a disolver una serie de cuestiones que se han ido incrustando con el paso del tiempo. Por otro lado, agrega, una lectura seria solo puede sacar cuestiones problemáticas y asuntos pendientes, cuya interpretación se puede tratar de superar. En mi opinión, creo que la interpretación, si permanece dentro del marco de referencia única a Marx, no es suficiente para resolver los nudos y las ambigüedades, no es suficiente para construir un sólido edificio teórico. Las ambivalencias y dificultades de Marx son más profundas de lo que uno podría pensar al comienzo del camino de la lectura y la interpretación: se necesita un tercer modo de relación con el autor, que definiría como ‘reconstrucción’, donde nos movemos con más libertad incluso más allá de las intenciones del autor. Uno debe estar dispuesto a pasar de 'Marx según Marx' a 'Marx contra Marx'. Algunas referencias en esta dirección me parece que están presentes en KORREFERAT de Oskar Negt, que también se traduce en este volumen, con un prefacio de Stefano Breda. El fruto más maduro de esta segunda fase de la reflexión schmidtiana, que se desarrolla profundamente en el ensayo de 1968, es el libro 1971, GESCHICHTE UND STRUKTUR [Historia y estructura], que también fue traducido al italiano con prontitud por De Donato, en 1972. Alfred Schmidt reanuda con fuerza la tesis del Horkheimer de los años treinta, que también era claramente crítico a las posiciones ‘metafísicas' que postulaban que se puede decir algo positivo en lo absoluto, y, en el otro polo, con las afirmaciones de una empirista ciencia 'positiva': si queremos reducirnos a lo esencial, contra Heidegger y contra el neopositivismo. De acuerdo con Horkheimer, «la legalidad que se trata de descubrir en la historia no es ni una construcción A PRIORI ni un registro de hechos por parte de un sujeto epistemológico pensado como independiente, se produce por el pensamiento mismo involucrado en la praxis histórica»(página 16 de la nueva edición de Mimesis de CRITICAL THEORY publicada en 2014). En el Marx que nos presenta Schmidt el uso del método 'dialectico' nos permite el conocimiento mucho más crítico del movimiento histórico (desde el presente como historia sedimentada), y al mismo tiempo, la negación del estado de cosas existente. El criterio utilizado por la dialéctica marxista es por lo tanto doble: histórico y lógico. Histórico, sin embargo, no debe entenderse aquí como historicista, como si la estructura lógica de la interpretación debiera recorrer descriptivamente la historia de su objeto. Más bien, según el autor «para Hegel, como para Marx, la realidad es un proceso: totalidad ‘negativa’. Esta última aparece en el hegelianismo como un sistema de la razón, es decir, como una ontología cerrada con respecto a la cual la historia humana se degrada hacia un derivado, un mero caso de aplicación. Marx, por otro lado, enfatiza la irreductibilidad y la apertura del proceso histórico, que no está envuelto en una lógica especulativa a la que todo ser obedecería para siempre. Por lo tanto, la ‘negatividad’ se convierte en algo limitado en el tiempo y la ‘totalidad’ se transforma en el conjunto de relaciones de producción modernas»(Schmidt 1973, p.45) Aunque las relaciones modernas de producción se ha tomado siguiendo un criterio histórico-concreto -no surge de la nada o de la idea, dice el Marx maduro, con una intención polémica evidente contra Hegel, no demasiado lejos de sus críticas juveniles- esas relaciones, una vez constituidas, forman un sistema que puede explicarse a partir de sí mismo. Aquí reside la verdad de la proposición de que lo que Marx toma de Hegel es el método de la suposición-posición (punto en el que me recuerda lo reanudado por Roberto Finelli desde los años ochenta, aunque desarrollado con diferentes acentos). La lógica inmanente del capital, desarrollada con rigor, debe conducir a una doble apertura: con respecto al pasado y a un

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futuro posible. Jugar aquí con la distinción ya mencionada entre 'objeto de conocimiento' y ‘objeto real' que constituye un punto tangencial con la escuela de Althusser, aunque criticado en profundidad en este libro, como en un largo ensayo de dos años antes, "Der strukturalistiche Angriff auf die Geschichte” en BEITRÄGE ZUR EN MARXISTISCHEN ERKENNTNISTHEORIE(este largo ensayo fue traducido al italiano como un breve libro de Lampugnani Nigri, en 1972, bajo el título: LA NEGACIÓN DE LA HISTORIA DEL MARXISMO Y EL ESTRUCTURALISMO DE ALTHUSSER Y LEVI-STRAUSS). La historia ‘racional’ del capital, que se deriva de su propia lógica, sigue sus movimientos reales, no los contingentes. No hay paralelismo entre la secuencia histórica y la secuencia lógica, en todo caso, como se ha visto, la segunda sigue un curso opuesto a la primera, pero, sin embargo, sin llegar a tener autonomía plena. Las categorías lógicas que permiten comprender constructivamente la realidad del capital son formas de pensamiento ‘socialmente válidas’, por lo tanto, ‘objetivas’, de las relaciones de producción de un modo de producción social históricamente determinado. Por esto la representación 'racional' de una totalidad estructurada -la cadena de deducciones dialécticas que hace que sea comprensible- es mayor, tanto para Schmidt como para Adorno y Horkheimer, en comparación con la búsqueda inductiva y especializada a través de esferas de investigación independientes. En ausencia de conexión interna entre abstracciones ‘intelectuales’ destrozadas, la tradición de pensamiento que deriva de los dos fundadores de la Escuela de Frankfurt otorga la etiqueta, tal vez un poco desdeñosa, de 'empirismo'. En la recuperación que de Hegel hace Marx, Schmidt identifica dos movimientos, que se encastran el uno en el otro: por un lado, la determinación progresiva del principio (hasta cierto punto, la 'concretización' a la que hice referencia); de otro, el regresivo encuentro de ese mismo comienzo (hasta cierto punto también, el círculo de la ‘posición de la suposición’), en una secuencia en espiral. El movimiento progresivo-regresivo del discurso de Marx no escapó a Jean Paul Sartre, observa nuestro autor. Se hizo evidente que en este planteamiento a las categorías lógicas no pueden atribuírseles una validez solo ‘temporal', y también que es el método lógico en sí el que debe mostrar los puntos donde la consideración histórica y la de la política se convierten en esenciales (un punto importante también para Cesare Luporini). Escribe Schmidt: «el ‘fundamento’ mediador del principio -el mundo ya dado de las mercancías- hacia el que tiende el conocimiento, no es un concepto absoluto, pero la HISTORIA, que rompe toda lógica inmanente no acepta ser espiritualizada»(Schmidt 1973, pp. 73-74). Se hace evidente aquí que la critica del empirismo, para el Schmidt alumno de Horkheimer, no se trata de una cancelación de la dimensión empírica de la teoría de Marx, así como la crítica al historicismo no se traduce en una expulsión de la historia del proceso de conocimiento. El apéndice de la edición de 1965 y el prefacio de la edición de 1993 Llegamos al ensayo en el apéndice de 1965. Aquí Schmidt argumenta que el materialismo marxiano no puede entenderse excepto en una estrecha conexión con el contenido de la economía política. La misma atribución de una dialéctica al proceso histórico-humano más que al natural debe tomarse con gran cautela. Aquí es necesario diferenciar los estadíos pre-burgueses del modo de producción capitalista. Y es en este punto en el que Lucio Colletti no capta bien toda su importancia, y que en cambio fue fundamental en mi investigación (el título de mi primer ensayo, “Sobre el concepto del trabajo en Marx”, era claramente un guiño a Schmidt, y dependía mucho en su contenido del ensayo añadido en la segunda edición). La 'sociedad’, en un sentido estricto, está constituida solo por el capital, solo en él la producción se vuelve verdaderamente ‘socializada’ - tengo la intención de publicar un pequeño libro sobre LAS AVENTURAS DE LA SOCIALIZACIÓN en la discusión marxiana en breve-. El texto clave aquí son los GRUNDRISSE, donde Marx se distancia definitivamente de los MANUSCRITOS ECONÓMICOS Y FILOSÓFICOS de 1844, incluso cuando los retoma (me

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refiero a mi ensayo de 1979 sobre «Investigación económica» para más detalles). En el manuscrito de 1857-1858 se mira a las formas pre-capitalistas de producción desde el punto de vista de la modernidad capitalista: desde la etapa del trabajo 'libre', y el intercambio se contrapone al dinero, para la explotación y reproducción del capital. La historia pre-burguesa tiene un carácter ‘natural-ahistórico’. La cooperación y la división del trabajo son originalmente ‘naturales’, basadas en la propiedad común de la tierra y otras condiciones de producción, en el hecho de que el individuo no está aislado de la comunidad. Sin embargo, los individuos, en un sentido propio, son concebibles solo como órganos particulares de un todo abstracto e inmediatamente homogéneo. Por lo tanto, son el resultado de un largo proceso histórico de desintegración de esa conexión natural. En las etapas pre-capitalistas, los sujetos se refieren a la tierra como una naturaleza inorgánica de su propia subjetividad y como una condición dada. Está sí está ya mediada por una totalidad en la historia, pero por una totalidad que no sale completamente de su etapa natural: algo que es totalmente posible sólo con la 'separación' entre las condiciones inorgánicas de la existencia humana, y esa misma existencia; es así, por lo tanto, cuando el TRENNUNG se da entre capital y trabajo. En las etapas pre-capitalistas, el trabajo en sí es una condición inorgánica de la producción: las condiciones objetivas del trabajo son la tierra-naturaleza como ‘presupuestos’ ya existentes, y que incluyen el sujeto y la comunidad. En la etapa capitalista, por otro lado, todas las relaciones son 'dadas' por la sociedad. Además, el trabajador es ‘pobreza absoluta’: en otras palabras, capacidad de trabajo puramente subjetiva, desprovista de objetividad. Por un lado, el capital se apropia de la ‘fuerza de trabajo’. Por otro, el capital que se apropia de esa fuerza de trabajo lo hace en la compra-venta del mercado laboral, lo que constituye una verdadera sujeción formal y monetaria del trabajo al capital. El capital debe incluir la fuerza del trabajo ‘viva’ dentro de sí y debe ponerlo a trabajar, y al hacerlo así, determina formalmente la misma estructura técnica del proceso de trabajo. La forma del valor penetra dentro de la misma dimensión del valor de uso. Por esta razón, -y aquí se produce el malentendido de quienes persiguen una ontología social ahistórica del proceso de trabajo- el reacondicionamiento del proceso de trabajo a los elementos comunes a los diferentes modos de producción es falaz, es una apariencia. Lo que es cierto es la inversión, «idéntica a la autocirculación del capital que produce su CONTENIDO» (página 172). En el mundo pre-burgués, la relación entre el elemento natural y lo histórico forma parte del gran contexto de la naturaleza; en el mundo burgués, incluso en lo que respecta a la naturaleza aún no apropiada, esa relación es parte de la historia [...] el curso de la historia para Marx es, por lo tanto, mucho menos lineal de lo que generalmente se concibe; no obedece a ninguna idea que constituya su unidad y su significado, sino que se recompone continuamente a partir de procesos originales individuales. De esta manera, la formación de la sociedad burguesa cumple un papel metodológicamente decisivo en el materialismo dialéctico, ya que desde el principio se desarrollan tanto el pasado como las posibilidades del futuro. (p 171) La constitución histórica del capital es absorbida en un sistema que puede considerarse en su inmanencia pura (175). Una ‘crítica de la economía política’ -como crítica, al mismo tiempo, de la alienación, el fetichismo y la ideología- se hace posible cuando los antagonismos objetivos (y el de capital-trabajo lo es) alcanzan el punto en que la posibilidad real de superar la realidad capitalista es concebible. La dialéctica marxiana es válida solo en la sociedad del capital en su desarrollo completo. La objetividad de las leyes sociales desaparece cuando se resuelven en acciones racionales y se desgarra la opacidad de la estructura social (aquí se retoma el tema del ‘método sujeto a revocación’, así como la parte tangencial, pero también la crítica, con el estructuralismo). Pasemos ahora al prefacio de 1993. En él, el tono es un tanto diferente. La preocupación por la destrucción de las bases naturales de la vida social, ya mencionada en el prefacio a la edición

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alemana de 1971 (que no se encuentra en la edición italiana ni en la inglesa), está en el centro del escenario, ya no se atribuye SIC ET SIMPLICITER al capitalismo, sino a las formas de industrialismo y 'progreso'. La acusación de un co-responsabilidad de Marx y Engels en esta deriva 'manipulatoria' de la naturaleza a efectos del dominio por parte los seres humanos, en la línea de pensamiento que va de Bacon a Descartes, no se rechaza por completo. El 'marxismo de las fuerzas productivas' presume un legítimo descenso de un exceso de 'optimismo' de los dos autores por la dimensión progresista del capital, también del entusiasmo, incluso enmascarado por el cosmopolitismo de la edad de la burguesía, de ahí en parte el 'cinismo' con el que a veces la mutilación del individuo es declarada como una supuesta ventaja del desarrollo de la especie. Se puede ver bien aquí que todavía hay una visión ‘estadial’ de la filosofía de la historia, que también Schmidt se había empeñado en relativizar: por lo menos en aquellos pasajes de Marx donde el desarrollo establece las bases materiales del socialismo, y donde el capitalismo es una transición necesaria para la formación de una individualidad rica y universal capaz de controlar colectivamente el propio destino. Sobre esta base, y al agregarle un cuestionamiento de la idea marxiana de una ‘superación’ del capitalismo excesivamente fácil y mecánica, se puede iniciar una seria crítica a la (a veces unilateral) antropología marxiana, ‘sin tirar al bebé junto con el agua sucia’, como ha ocurrido demasiado a menudo en el feminismo y el pensamiento ‘verde’ (con los que he tratado de dialogar en un artículo de 1988, “Il rosso, il rosa e il verde. Considerazioni inattuali su centralità operaia e nuovi movimenti”, I QUADERNI DEL CRIC, n. 3, 1988). Schmidt, sin embargo, agrega a estas consideraciones una búsqueda cuidadosa de pasajes muy diferentes, especialmente de Marx, en los que una ‘sensibilidad ecológica’ ya está bien presente. Es Marx quien denuncia en la mirada económica una perspectiva meramente ‘instrumental’, que degrada y desprecia la naturaleza; el que introduce el tema del ‘límite’ en el intercambio material con la naturaleza, y subraya la necesidad de restablecer las condiciones, puestas en riesgo por la agricultura capitalista, para garantizar su permanencia; eso imputa al capital no solo la explotación del trabajo sino también el agotamiento de la tierra, es decir, la erosión dramática de las dos fuentes de riqueza. En lugar de una conclusión Se me permitirá un recuerdo personal. Cuando organicé una conferencia internacional sobre el tercer libro de EL CAPITAL en la Universidad de Bérgamo, en 1994, pensé que sería bueno ampliar la discusión sobre el Marx crítico de la economía política más allá del ámbito de la ‘economía’. En particular, traté de construir una mesa redonda que tuviera como protagonistas a cuatro filósofos, aquellos que de alguna manera despertaron mi profundo interés casi desde el comienzo de mis estudios. El lector puede sorprenderse, porque sus nombres identifican lo que en inglés se denominaría compañeros inverosímiles: Chris Arthur, Étienne Balibar, Wal Suchting y, precisamente, Alfred Schmidt. Arthur aceptó y nació una gran amistad personal, no solo una sintonía teórica. Balibar no pudo, pero nos mantuvimos en contacto. Suchting me escribió que desde hacía muchos, muchos años, había decidido no participar en conferencias, que en gran parte eran una pérdida de tiempo y, en cualquier caso, le distraían de la reflexión y la escritura: sin embargo, comenzó una correspondencia continua, lo que también me permitió disfrutar del hecho de que Wal me envió muchos de sus manuscritos inéditos, la mayoría de ellos aún sin publicar. Schmidt, si mal no recuerdo, me respondió muy cordialmente, y me dijo, sin embargo, que desde hacia algún tiempo sus intereses teóricos habían tomado otro giro. Los nombres mencionados son de algún interés para el propósito de esta introducción. Arthur, en sus escritos, en completa sintonía, más allá de los detalles, con muchos aspectos de la NEUE MARX-LEKTÜRE, sobre todo en su primera fase (Backhaus y Reichelt) que, a partir de las contribuciones del Schmidt de los años sesenta, e incluso del de principios de los años setenta del siglo pasado, profundizó en el tema de la similitud entre el GEIST hegeliano y EL

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CAPITAL marxiano. El Schmidt de los años sesenta tuvo que seguir un camino que comenzó el Horkheimer de la Teoría crítica de los años treinta -que saldaba la relación con el idealismo alemán, con los contenidos de historia pasada y presente, y el compromiso de una afirmación de una libertad concreta- pero que iban más allá. En ese Horkheimer la teoría no es reflejo, sino construcción, pero la construcción hace referencia a una historiografía como sucesión temporal de etapas: por el contrario ya hemos visto cómo debería existir para Schmidt (históricamente determinada) la prioridad de la lógica sobre lo histórico, lo que determina el carácter 'histórico natural’ del proceso capitalista en sí mismo, un carácter ‘naturalista’ que también se trata de superar. Riccardo Bellofiore catedrático de economía en la universidad de Bergamo, Italia. Fuente: https://www.sinistrainrete.info/marxismo/11723-riccardo-bellofiore-materialismo-e-prassi-emancipatrice-in-alfred-schmidt.html Traducción: Ana Jorge

LA CORONACIÓN DEL FRACASADO NEOLIBERALISMO: DE GUINDOS AL BCE

Vicenç Navarro http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/03/10/la-coronacion-del-fracasado-neoliberalismo-de-guindos-al-bce/ Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Ha sido también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 48 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España. Es uno de los investigadores españoles más citados en la literatura científica internacional en ciencias sociales

http://www.vnavarro.org/

De alguna manera, el nombramiento del Ministro de Economía, Industria y Competitividad del gobierno Rajoy, el Sr. Luis De Guindos, como vicepresidente del Banco Central Europeo puede verse como el “premio” que el establishment financiero y económico que gobierna la Unión Europea da a la ortodoxia neoliberal promovida por tal economista (ortodoxia que ha caracterizado también a todos los Ministros de Economía y Finanzas de los gobiernos anteriores, incluyendo los del gobierno del PSOE, presidido por el Sr. Zapatero). Dicho nombramiento es el intento de promover las políticas públicas neoliberales, tales como las reformas laborales y las políticas de austeridad y recortes del gasto público, impuestas a la población española por el gobierno Rajoy, las cuales quieren presentarse por parte de aquel establishment financiero y económico europeo

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como punto de referencia para el resto de países de la Unión Europea. Con este nombramiento se señala la coronación de tales políticas neoliberales y de uno de sus arquitectos, el Sr. Luis de Guindos, que pasa a ser el segundo de a bordo del Banco Central Europeo. En realidad, pocas figuras representan tan bien el ser miembro de la estructura de poder que domina el Estado español como el Sr. Luis de Guindos. Ha trabajado en gran número de puestos en la administración pública, iniciándose como director general de Política Económica y Defensa de la Competencia con el Sr. Aznar. Y también predeciblemente pasó a servir a los grandes grupos empresariales, habiendo sido director para España y Portugal del fallido Lehman Brothers, así como ejecutivo de PriceWaterhouseCoopers y consejero de Endesa y del Banco Mare Nostrum. Como ministro ha jugado un papel crucial en promover las políticas neoliberales, causa de que sea, junto con el ministro Montoro, uno de los ministros más impopulares del gobierno Rajoy. Entre el establishment político-mediático liberal ha sido enormemente popular al ser considerado como el ideólogo de tales políticas, responsable del supuesto saneamiento de la economía y de la tan promovida recuperación económica, tal como lo presentó recientemente Rubén Amón en las páginas del mayor rotativo de aquel establishment, EL PAÍS (“‘Action Man’ llega a Frankfurt”, 04.03.18). Las falsedades del neoliberalismo El enorme dominio que los principales grupos financieros tienen sobre los mayores medios de comunicación explica que las enormes falsedades que sustentan el dogma neoliberal hayan podido mantenerse en una posición dominante, y ello a pesar de que la evidencia científica que apoya los supuestos que sustentan el edificio ideológico neoliberal es prácticamente nula. En realidad, el conocimiento científico, reflejado en datos fácilmente accesibles, muestra la enorme falsedad de dichos supuestos. Veamos los datos. 1ª falsedad. Las políticas neoliberales han sido muy exitosas. La supuesta recuperación económica expresada en un gran crecimiento económico avala la efectividad de tales políticas En primer lugar, hay que señalar que fueron precisamente las políticas neoliberales –las reformas laborales de los gobiernos Zapatero y Rajoy, así como sus políticas de austeridad con los enormes recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social- las que contribuyeron en gran medida a la profundidad de la Gran Recesión, que causó el mayor deterioro social que España ha vivido durante su periodo democrático

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(ver mi libro ATAQUE A LA DEMOCRACIA Y AL BIENESTAR. CRÍTICA AL PENSAMIENTO ECONÓMICO DOMINANTE, Anagrama, 2015). El elevadísimo desempleo, el enorme aumento de la precariedad, el descenso salarial, la inestabilidad laboral, la gran reducción de la protección social, el deterioro de la sanidad y educación públicas (y de los otros servicios públicos del Estado del bienestar), así como el descenso de las transferencias públicas como las pensiones, junto con la reducción de los derechos laborales, sociales y políticos son todos ellos resultado de las medidas neoliberales impuestas por los gobiernos, tanto del PSOE como del PP (con el apoyo de Ciudadanos en España, y de Convergència –rebautizada en varias ocasiones para ocultar sus vergüenzas- en Catalunya). Y repito, digo impuestas pues ninguna de estas políticas públicas estaba en sus programas electorales. El hecho de que haya habido un ligero descenso del desempleo (debido a causas en gran parte ajenas a las políticas seguidas por el gobierno Rajoy) no puede exculpar la enorme responsabilidad que tales formaciones políticas tienen en la creación de esta Gran Crisis Social. Fueron ellas las que la crearon. La enorme crisis social generada por la aplicación de las políticas neoliberales El desempleo hoy continúa en España siendo de los más altos de la UE-28 y de la OCDE. En 2017 fue de un 17% (siendo más del doble de esta cifra entre los jóvenes), y ello a pesar que 1,7 millones de personas han emigrado de este país durante este periodo de crisis. Según el último informe del FMI (IMF COUNTRY REPORT Nº 17/319), alrededor del 45% de desempleados lleva sin trabajar más de un año. El porcentaje de personas que están en situación de pobreza es de casi un 28%, siendo el porcentaje de trabajadores en pobreza el más alto de la UE-28 (después de Rumanía y Grecia). La mayoría de nuevos trabajos creados son trabajos temporales. El crecimiento de los contratos temporales (porcentaje de variación interanual) fue de un 7% en el segundo trimestre de 2017, frente a un 2% de los contratos indefinidos. En el mismo informe del FMI mencionado, se alerta sobre que más de una cuarta parte de los trabajadores están bajo contratos temporales y sobre que el empleo involuntario a tiempo parcial permanece extremadamente alto (un 60% de los españoles con contrato temporal, lo tiene de manera involuntaria), muy por encima de la media de la UE (un 28%). Y una consecuencia de todo ello es el gran crecimiento de las desigualdades, pasando a ser uno de los países con desigualdades más grandes hoy en la UE-28. El ingreso entre el 20% superior de renta y el 20% inferior es 6,6 veces mayor. Y ello como consecuencia

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primordialmente del elevado desempleo y falta de trabajo entre las clases populares. El enorme fracaso de la devaluación doméstica La mayor excusa que se ha dado para aplicar las reformas laborales que han deteriorado enormemente el mundo del trabajo ha sido que el descenso salarial (que era el mayor objetivo de tales reformas laborales) era necesario para incrementar las exportaciones, haciéndonos más competitivos en una era marcada por la globalización (ver mi artículo: “España es el país de la Unión Europea con peores condiciones de trabajo”, PÚBLICO, 22.02.18). Según tal explicación, la famosa devaluación doméstica (que quiere decir bajar salarios) era condición para hacernos más competitivos. Los datos, sin embargo, muestran la falsedad de dicho supuesto. Si miramos el crecimiento neto de las exportaciones (que es el diferencial entre exportaciones e importaciones) vemos que apenas creció, pues aun cuando las exportaciones subieron, también lo hicieron las importaciones, con lo cual el estímulo a la economía que pudiera representar el incremento del neto de las exportaciones ha sido muy limitado. En un reciente artículo sobre la economía española (“NOTES ON SPAIN’S ECONOMIC RECOVERY”), del bien conocido economista Mark Weisbrot, se muestran los datos, extraídos del FMI, del impacto tan limitado que el crecimiento neto de las exportaciones ha tenido sobre la supuesta recuperación de la economía española. Pero la mayor evidencia del error de la tesis de reducir la demanda doméstica (reduciendo los salarios y el gasto público) a fin de poder competir en el mundo globalizado es la experiencia de los países escandinavos. El pequeño tamaño de cada uno de ellas hace que estén altamente integrados en la economía globalizada (la suma de las exportaciones e importaciones sobre el PIB es de los más elevados en el mundo). Y en cambio tienen salarios muy elevados (de los más altos en la UE-28) y un extenso Estado del bienestar. ¿Cómo puede ser esto, cuando han seguido políticas opuestas a lo que propone el dogma neoliberal? En realidad, la aplicación de tales políticas neoliberales, como la devaluación doméstica, ha sido un fracaso enorme, causa del gran deterioro social. Los únicos que se beneficiaron fueron los grupos empresariales (los propietarios y gestores del mundo empresarial), que han visto crecer sus rentas del capital a costa del descenso de los salarios. Durante la época de la Gran Recesión, las rentas derivadas de la propiedad crecieron astronómicamente mientras que las rentas derivadas del trabajo bajaron. Es a los primeros a los cuales las

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políticas neoliberales sirven. Esta es la realidad ocultada por la gran mayoría de los medios que han estado promoviendo tal dogma. El objetivo del neoliberalismo no era recuperar la economía deprimida, sino aumentar los beneficios empresariales Y mientras la ocultación continúa, los beneficios del mundo del capital han alcanzado unos niveles sin precedentes a costa de reducir los salarios de los trabajadores o de la apropiación de los recursos monetarios de las clases populares mediante el forzamiento de precios abusivos que reducen su capacidad adquisitiva. Un ejemplo, entre miles, es el caso escandaloso de ENDESA (que fue privatizada por el gobierno del Partido Popular), que obtuvo durante la Gran Crisis Económica unos beneficios sin precedentes, a la vez que el Estado le permitía exigir los precios más altos de la energía que existen en la Unión Europea. Como bien cita Juan Torres en su artículo “La recuperación de Rajoy no da para subir las pensiones” (ELDIARIO.ES, 04.03.18), en 2014 repartió el mayor dividendo de la historia de España, 14.600 millones. Y otro resultado del maridaje entre tales compañías eléctricas y el Estado es que España, el país con más sol en Europa, tiene doce veces menos energía solar que Alemania. Este maridaje y complicidad entre el mundo financiero y económico por un lado, y el Estado español por el otro, es la principal característica de la escasez democrática de tal Estado. En casi ningún otro Estado de la UE-15 existe el nivel de complicidad que hay en España, lo cual afecta muy negativamente a los intereses de las clases populares españolas. Así los seis mayores bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) no han pagado desde el inicio de la crisis ningún impuesto de sociedades, pese a haber tenido unos beneficios de 84.000 millones. Si, como indica Juan Torres en el citado artículo, hubieran pagado el 10% de estos beneficios al Estado, este podría haber dado 1.600 euros a los 5,22 millones de pensionistas españoles que tienen una pensión de menos de 1.000 euros al mes. Y mientras, la comunidad bancaria recibió 54.353 millones de euros como ayuda pública durante la crisis, un préstamo del que el Estado solo recuperará, según los informes más optimistas, 15.000 millones. Y así una larga lista de indicadores de la complicidad entre el mundo del capital y el Estado que está en la raíz de los problemas de la llamada insostenibilidad del Estado del Bienestar español (uno de los menos financiados en la UE-15) y de sus pensiones.

261

2ª Falsedad. Los recortes del gasto público para conseguir la reducción del déficit público eran necesarios para que los intereses de la deuda pública fueran bajos Igualmente falsas han sido las políticas de austeridad. La justificación de que tenía que recortarse el gasto público se basaba en tranquilizar al capital financiero, (reduciendo el déficit público), que así, una vez tranquilizado, podría prestar dinero al Estado. Por lo visto, se nos decía que reducir el déficit era la condición para que los intereses de la deuda pública fueran bajos. Este dogma se mostró también falso. Hoy los intereses de la deuda pública son de los más bajos que hayan existido durante muchos años. Los intereses de los bonos públicos a 10 años son solo de un 1,5%, (más bajos que la inflación) sin que ello tenga nada que ver con el tamaño o reducción del déficit público. En realidad, el hecho de que estos intereses sean incluso más bajos que la inflación hace que el Estado pudiera endeudarse fácilmente. Este crecimiento de la deuda permitiría -como acentúa Mark Weisbrot en su artículo- una notable expansión del muy poco financiado sector público, creando empleo. El hecho de que los intereses sean tan bajos se debe a la política del BCE de garantizar los bonos públicos del Estado español (lo cual ha bajado sus intereses) y también al “quantitative easing”, que significa un préstamo masivo (incluyendo al Estado) que ha estimulado la economía, la española inclusive. La reducción del gasto público como resultado de las políticas de austeridad, junto con la reducción de los salarios, han tenido un impacto muy negativo al reducir la demanda doméstica y, con ello, el estímulo y el crecimiento económicos. La llamada recuperación respondió a causas externas, tales como las citadas en este artículo, habiendo sido las políticas neoliberales las responsables de la enorme caída de la actividad económica y de la Gran Crisis Social. Y lo que es lamentable es que los partidos neoliberales (PP, Ciudadanos y el PDeCAT) y socioliberales como el PSOE, no han hecho ninguna autocrítica de sus políticas públicas que han causado y continúan causando tanto dolor. Y lo que es peor es que las políticas públicas que están proponiendo continúan dentro del marco neoliberal. Lo que hemos estado viendo todos estos años es la aplicación de políticas diseñadas para beneficiar a una minoría de la población a costa de la mayoría, y muy en particular de la calidad de vida y bienestar de las clases populares. Así de claro.

ARGENTINA: UNA VERSIÓN DE LA DERROTA ANTICIPADA/ALBERTO FERNÁNDEZ RECUERDA LA HISTORIA DE UNA RESOLUCIÓN “MAL HECHA”

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“POR NO QUERER CORREGIR PERDIMOS TODO”

Con serios problemas técnicos y sin discusión previa con el campo, la 125 terminó siendo un fracaso para el flamante gobierno de Cristina y, para su entonces jefe de Gabinete, el comienzo de la política maniquea. Por Fernando Cibeira https://www.pagina12.com.ar/100800-por-no-querer-corregir-perdimos-todo

Los días que transcurrieron entre el 11 de marzo de 2008, cuando se firmó la resolución 125,

hasta la madrugada del 17 de julio del voto no positivo de Julio Cobos, fueron decisivos para

Alberto Fernández. Jefe de campaña de Néstor Kirchner, la natural continuidad como su jefe de

Gabinete y luego la misma tarea con Cristina Kirchner, la disputa por la 125 lo distanció tanto

que terminó renunciando. Enfrascado en la tarea de volver a unir al peronismo, hoy cuenta

algunas cosas de aquellos días y en otras prefiere no avanzar para no herir susceptibilidades,

aunque reconoce errores y asegura que aprendió mucho de lo que sucedió.

–¿Cuando comenzaron a hablar de una resolución para fijar retenciones móviles

imaginaron lo que sucedería después?

–Lo que vislumbramos en aquel momento con Martín Lousteau fue que iba a haber un conflicto

fiscal generado por la crisis que se desató después en Estados Unidos con la caída de Lehman

Brothers. Eso generaría una fuerte caída en las economías centrales e incidiría en nuestras

exportaciones. Lo que pensamos originalmente fue ir reduciendo en forma paulatina, en un

plazo de cinco años, los subsidios a la energía y al transporte. Pero Cristina entendió que eso

podía significar un enfriamiento de la economía así que nos pidió que buscáramos otras

alternativas. En el medio apareció una propuesta de Guillermo Moreno que proponía aplicar

retenciones del 65 por ciento a cualquier exportación del campo, lo que nos pareció una locura.

Lousteau entonces ideó las retenciones móviles, que en contraposición sonaban muy lógicas.

–¿Por qué?

263

–Eso que si subía el precio, subían las retenciones, y si bajaban, bajaban las retenciones, estaba

muy bien. Al lado de lo de Moreno parecía un juego de niños.

–Incluso la presentación fue a la prensa, no hubo acto como se hizo con otras medidas,

¿no?

–Yo me desentendí del tema. El 11 de marzo me llamó Cristina a su oficina para pedirme que

fuera porque Lousteau tenía listo lo de las retenciones. Martín nos explicó cómo era la medida,

las retenciones móviles a la soja y que bajaría las de maíz y trigo. Yo escuché un poco por

arriba y le pregunté: “¿esto lo hablaste con la gente del campo?”. “Está todo arreglado”, me

dijo. Fue la única pregunta que le hice. “Bueno, okay entonces”, le dijimos. Bajó a la sala de

prensa y anunció ahí “su” resolución, porque no había intervenido nadie, sólo él.

–¿Todo quedó ahí?

–Sí, incluso no le di mucha trascendencia. A la hora recibo el primer llamado, que fue de

Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria. “¿Qué es esto que hicieron?”, me preguntó. “¿Cómo,

no lo hablaron con ustedes?”, le dije yo. “¡Cómo van a hablar esto con nosotros!”, se indignó.

Al rato me llama Luciano Miguens, de la Sociedad Rural. Estaba todo el mundo conmocionado.

Me vuelve a llamar Buzzi y me avisa que iban a hacer un paro por tiempo indeterminado. Ahí

agarré y lo llamé a Lousteau para preguntarle si de verdad hablado sobre la resolución. Por lo

que me contestó supuestamente era su segundo, el secretario de Finanzas, que había hablado

con alguien de la Federación Agraria. “¿Quién de la Federación Agraria?”, le pregunto. “No sé,

un asesor”, me respondió. Ahí arrancó el quilombo. Empecé desesperado a tratar de arreglar el

asunto, pero era muy complicado porque técnicamente la resolución estaba mal hecha.

–¿Por qué estaba mal hecha?

–Porque tenía un punto en el que se volvía confiscatoria. Porque cuando la soja llegaba a un

valor de 600 dólares, todo lo que se cobraba por encima de eso quedaba en un 95 por ciento

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para el Estado. Eso claramente estaba mal. Corregimos muchas cosas, pese a que después se

dijo que fuimos inflexibles. Aun antes de que el proyecto fuera al Congreso eximimos a los

pequeños productores de la retención, que podían compensar lo que se les quitaba. Pusimos

subsidios a los fletes para abaratar los costos, nos comprometimos a todo lo que ingresara en

este concepto iba a estar destinado a gastos de salud y educación. Y finalmente lo mandamos al

Congreso, donde se le hicieron otros cambios. Así también se nos presentaron obstáculos

impensados porque cuando ideamos que los pequeños productores recibieran una

compensación, obviamente necesitábamos que estuvieran registrados en la AFIP y resultó que

ninguno estaba inscripto, estaban todos en negro.

–¿Cómo se vivió dentro del Gobierno cuando vieron el rechazo a la resolución y la

pulseada política que se generó?

–Cristina acababa de ganar una elección por 45 a 22. La oposición estaba absolutamente

diezmada y sin líderes. Ellos vieron un sector que podía liderar una acción contra el Gobierno y

se colgaron ahí. Cuando los partidos opositores comenzaron a sumarse al reclamos del campo,

la cuestión se convirtió en algo ciento por ciento política. Cuando todavía me preguntan por

qué se hizo una cuestión contra el campo, les digo que porque la oposición se sumó y vieron la

posibilidad de aglutinar gente. Ahí todo se complicó el doble. No era una discusión con Buzzi o

con Miguens sino con Lilita Carrió o Francisco de Narváez, todos esos personajes. Por eso se

llegó a ese nivel de confrontación.

–¿Evaluaron la posibilidad de dar marcha atrás cuando notaron ese nivel de

confrontación?

–La verdad es que yo propuse derogar la resolución. Que cuando renunció Lousteau se dejara

sin efecto. Básicamente por una cuestión práctica. ¿Por qué tenía que seguir discutiendo una

resolución que hizo él, que estaba técnicamente mal? Se lo dije a Cristina. “¿Por qué no

terminamos con esta discusión y empezamos de vuelta?”. Pero Cristina interpretó que eso podía

ser tomado como un gesto de debilidad y seguimos adelante.

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–¿Cuando el proyecto pasó al Senado imaginaron que podía perder?

–Primero estábamos medianamente cómodos. La cosa comenzó a complicarse cuando a

Guillermo Moreno se le ocurrió ir al Senado. Ahí perdimos dos o tres senadores. Me acuerdo

que me llamó Miguel Angel Pichetto y me pidió que por favor no lo mandara más. Después

hubo mucha presión en los pueblos sobre los senadores. Las sociedades rurales locales te

marcaban la casa, te estigmatizaban socialmente. Varios no aguantaron la presión y se dieron

vuelta. Y todavía tengo muchas dudas sobre lo que pasó con el senador santiagueño (Emilio

Rached). No se lo vio en todo el día y recién apareció a la noche para votar en contra. (El

gobernador Gerardo) Zamora me había garantizado que estaba todo bien.

–¿Cuándo comenzaron a sospechar sobre lo que haría Julio Cobos?

–Cobos había hecho todo lo “políticamente correcto”, entre comillas. Recibía a las asociaciones

del campo, a los gobernadores afectados, pero estaba todo bien. En el momento que se dio

cuenta que tenía que desempatar porque el senador de Santiago votaba en contra, se desesperó.

Nadie se movió más que Cobos para conseguir el voto para que el Gobierno gane, pero porque

no quería votar él. Quería que el costo por la resolución lo pagáramos nosotros. Cuando vio que

no había conseguido ese voto que faltaba, cayó en ese pozo anímico en el que se lo ve al

momento de votar.

–¿Lo llamó antes del voto?

–El me llamó. Me contó que había hablado con su hija y que ella le había dicho que no iban a

poder caminar por la calle ni ir a los shoppings si votaba eso. Ahí yo le dije: “Pucha, que mala

suerte, de haber sabido la ponía a tu hija de vicepresidente y trataba con ella directamente”. La

verdad es que tuve siempre una muy buena relación con Cobos. Lo que también le dije ese día

fue que él no era un senador, era el vicepresidente del Poder Ejecutivo y que estaba ahí en

representación del Gobierno, no de las provincias. Por lo tanto tenía que votar a favor aunque le

pareciera mal. “Hacé un discurso diciendo que votás por tu responsabilidad institucional pero

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que no te parece que sea la solución y que le pedís a la presidenta que al día siguiente convoque

a todos para seguir discutiendo el tema”, le dije. Pero me di cuenta que tenía un agobio

tremendo, parecía que había perdido a un ser querido. Nunca pensó que iba a tener que votar.

–Después de eso ocurrió su salida del Gobierno después de cuatro años como jefe de

Gabinete de Kirchner.

–Sí, la verdad es que no quiero recordar mucho esos días de crisis posteriores. Los vivimos

Néstor, Cristina y yo. Néstor murió, quedamos Cristina y yo, y no quiero volver a aquello. Se

dijo después que yo inventé lo de la renuncia, pero lo cierto es que fue Néstor el que empezó a

llamar a todos para despedirse. Llamó a diputados, a intendentes. Cuando salí de Olivos, luego

de una tremenda discusión que tuvimos, tenía como 70 mensajes de texto que me preguntaban

si renunciaban. Pero lo que digo ahora es que no tiene mucho sentido volver sobre eso porque

Cristina no renunció. Si alguna vez lo pensó, lo cierto es que no lo hizo.

–¿Hoy hace una autocrítica de lo que pasó, tanto antes como después?

–Yo en ese momento era el gobierno, así que si hago una crítica me critico a mí. Me hago

responsable de todo lo que hicimos. Creo que nosotros como gobierno nos equivocamos.

Tercamente sostuvimos una resolución que sabíamos que estaba mal hecha. La sostuvimos

porque pensamos que esa marcha atrás podía interpretarse como un acto de debilidad de un

gobierno que recién empezaba y que por primera vez tenía una mujer al frente. Mirando

retrospectivamente aprendí algunas cosas. No hay motivo para poner en vilo a la sociedad

durante tantos días tan sólo por la terquedad de que nadie te doble el brazo. Admito que la

política es un juego de intereses. Cuando tomás una decisión, afectás un interés y beneficiás a

otro. Pero el secreto de gobernar es armonizar intereses. Aprendí que cuando vas por todo

corrés el riesgo de quedarte sin nada. Reivindico cada vez más la idea del diálogo y de

encontrar soluciones consensuadas.

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–Pero hay muchos que sostienen que la pelea por la 125 sirvió para sacar a relucir lo

mejor del kirchnerismo y que su mejor etapa es la que vino después con la ley de medios,

la estatización del sistema jubilatorio, la AUH, el matrimonio igualitario.

–Esa es una lectura muy maniquea. Uno podría decir que ahí empezó la hecatombe. El déficit

fiscal, el déficit comercial, el cepo cambiario. No quiero hacer esa composición de lugar. El

segundo mandato de Cristina estuvo signado por la ampliación de derechos, pero en términos

económicos empezó el relajamiento. Lo que ocurrió con la 125 fue que empezó la idea de la

política maniquea, que dividió aguas entre buenos y malos. Y creo que fue muy nocivo. Esta es

mi visión. Cristina la impuso muchas veces pero no se notó tanto porque tenía la resistencia de

los grandes medios de comunicación. Mauricio Macri perfeccionó esa política con la anuencia

de los grandes medios de comunicación, por eso el daño que hace Macri es infinitamente mayor

que el que hacía Cristina. A esta altura ya deberíamos darnos cuenta de que es una mala

política. Nosotros, con la 125, nos pusimos en contra a la Federación Agraria, una cosa

increíble.

–Pero cuando se afectan intereses siempre va a haber resistencia. ¿No es difícil encontrar

siempre una solución consensuada?

–Por supuesto. Por eso digo que podríamos haber dejado algo de la Resolución 125 corrigiendo

otras cosas y haber ganado. Pero por no querer corregir perdimos todo.

EL SACRIFICIO DE LULA

ANÁLISIS JURÍDICO Y POLÍTICO DE LA PERSECUCIÓN CONTRA EL EX PRESIDENTE DE BRASIL

https://www.pagina12.com.ar/100781-el-sacrificio-de-lula El martes comenzará en Bahía, Brasil, la nueva edición del Forum Social Mundial. En ese marco la UMET y Clacso realizarán un coloquio sobre el estado de excepción, que contará con la participación de Carol Proner, una de las mayores juristas de Brasil. Aquí va un adelanto de su postura. Por Carol Proner

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La expectativa que genera el destino político del precandidato a la presidencia de la República

Luiz Inácio Lula da Silva será el tema central de la política brasileña hasta las elecciones de

octubre de 2018.

Lula sabe que será el gran protagonista del pleito electoral. Cuando lo atropellaron, los próceres

del Poder Judicial no percibieron que estaban pisando el acelerador de la unión de las

izquierdas. Juntas, ya denuncian que “una elección sin Lula es un fraude”.

“Heridos pero no muertos”, dicen al mismo tiempo las fuerzas de izquierda para animar a su

militancia y desmentir las tapas de las revistas de la derecha rabiosa. Estas ofrecen imágenes

del líder supuestamente moribundo que, para desesperación de los editorialistas, se atreve a

crecer cada día más en los sondeos de intención de votos. Lula dice estar listo para ir preso. Tal

vez sea el sacrificio necesario para que sea desenmascarada la politización en el sistema de

administración de justicia.

Desde el punto de vista del derecho, la crítica debe seguir con la incansable tarea de denunciar

las chicanas que salen de sectores del Poder Judicial, del Ministerio Público y de la Policía

Federal, respaldados por la selectividad de los grandes medios de comunicación. Preocupa

percibir la unanimidad orquestal de los votos de los camaristas de Porto Alegre. Parecen haber

salido de un happy hour en el Country Club de Curitiba. Produjeron un juzgamiento aún más

extremo que el piso al que había llegado la sentencia del “colega” Sergio Moro.

Es exasperante constatar que funcionarios públicos con la misión de administrar justicia

ignoren normas y principios legales consolidados y puedan producir un resultado que afecta

directamente el derecho de cuma sociedad de escoger su representante soberano. Afecta

inclusive el derecho de no escoger a ese candidato y compromete la salud del proceso electoral.

Ese es un dilema para toda la izquierda: entender las consecuencias de la politización de

sectores del Poder Judicial y la falta de limites de un poder descontrolado. Entretanto, coincido

con los penalistas que afirman la necesidad de insistir en un análisis técnico.

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Incluso si somos conscientes de la intensa selectividad, es fundamental analizar la deficiencia

técnica del Poder Judicial de excepción para constatar los abusos de una decisión inquisitorial y

primitiva a los ojos del mundo. Y no es necesario ir muy lejos. Basta el socorro de las fuentes

más elementales de la teoría del Derecho, las que exigen “no más que un mínimo” de técnica,

para percibir que el tribunal alimentó un monstruo, confirmó la decisión ajena al derecho y le

dio ímpetu al potencial disciplinador que ya produjo víctimas en otras jurisdicciones.

Soy parte de un grupo de juristas que adelantó lo que llamamos “sentencia anunciada contra

Lula”, buscando entender el fundamento de una decisión que, ya lo sabíamos, sería

condenatoria. Escribimos más de un centenar de artículos para alertar sobre que teníamos la

percepción de una derivación autoritaria en el derecho, con el uso de la guerra jurídica que

desfiguró en su momento las operaciones de combate a la corrupción, promovió juzgamientos

políticos y alejó al Lava Jato de las garantías del debido proceso legal.

Muchos de nosotros, crédulos, estábamos esperanzados en una sentencia reformada por el

tribunal. Eso se debía tanto a la falta de rigor técnico –(in) competencia del juicio, dosaje de la

pena fijada mucho más allá de lo común, delaciones y ausencia de nexo causal y de pruebas–

como por la vasta violación de principios del proceso justo, la falta de respeto por la

presunción de inocencia, el uso de pruebas ilícitas, la violencia contra las prerrogativas, la

conducción escandalosamente parcial del juez acusador de primera instancia, el desprecio por

el principio de “paridad de armas”, regla medieval que se remonta a los tiempos de la orden de

caballería como base de la legitimidad de un juicio justo incluso en el derecho de guerra.

Todo es tan espantoso que no sería exagerado preferir el ius in bello como forma de mejorar las

chances del ex presidente. El derecho penal de Curitiba, como después también el de Porto

Alegre, excede cualquier límite reconocido en los marcos internacionales de protección a un

acusado. Decidieron condenarlo por ser quién es y no por lo que hizo o dejó de hacer. Un

juzgamiento presumido, tomado de una falsa erudición y lleno de extranjerismos para

embellecer la lectura de los votos de los jueces en cadena nacional, estigmatizando al acusado,

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atacándolo institucionalmente como ex Presidente, vulnerando su propia honra y la de sus

familiares y amigos y alcanzando también al Partido de los Trabajadores.

De los 300 periodistas acreditados para asistir al juzgamiento, 53 eran extranjeros. A los ojos

del mundo, la democracia de Brasil está en decadencia. “El espectáculo lamentable de un viejo

mundo político, de una sociedad de castas donde los dirigentes no obedecen las mismas reglas

de los miserables”, dijo Le Monde. Un columnista de The New York Times, Mark Weisbrot,

resumió los elementos técnico-políticos del juzgamiento con la idea de que la democracia

brasileña está siendo empujada hacia el abismo no solo por el golpe contra Dilma Rousseff sino

también por el protagonismo espectacular del Poder Judicial, en alianza con sectores de la

prensa. El manifiesto que denuncia el riesgo de fraude en las elecciones alcanzó solo en los

primeros días a 250 mil firmas de intelectuales del mundo entero, escandalizados con la falta de

decoro de los funcionarios públicos de la Justicia que, valiéndose de sus cargos, actúan como

un tribunal político con el fin de retirar un candidato y todo lo que representa en la competencia

electoral.

En el terreno jurídico nos preguntan qué hacer a partir de la fase colegiada de lawfare. Si vale la

pena insistir en los aspectos técnicos para desenmascarar aún más las nulidades y los vicios. Si

debemos alertar en busca de un mínimo sentido de responsabilidad ante el inminente incendio

de los ánimos de la verdaderas víctimas de ese proceso anunciado de destrucción democrática.

Tiendo a pensar que la respuesta está muy lejos de articular una comitiva de expertos que

visiten la presidencia del Supremo Tribunal, que por otra parte ya dio señales de que hará oídos

sordos después de una reunión con Shell, Coca-Cola, Souza Cruz y Siemens. Sabemos que el

proceso contra Lula está lejos de ser solamente una batalla jurídica. Somos conscientes de que

no se agota en el recinto deslegitimado de las togas que hablan con plurales mayestáticos. Es

evidente que el proceso tiene mucho más que ver con la desdemocratización de las sociedades

mundiales y sus ofensivas para desarmar soberanías.

271

En la serie de golpes que se abate sobre Brasil, ya pasó la fase del golpe parlamentario y

estamos en la etapa jurídica. Es preciso tomar prestadas las herramientas de análisis de la

sociología y la ciencia política, de autores como Laval y Dardot cuando describen “la nueva

razón del mundo”, la racionalidad neoliberal que corrompe todas las esferas de la existencia

humana, que va de lo individual a lo estatal pasando por nuevas formas de gestión del

capitalismo financiero que borran la separación entre público y privado, entre derecho público

y derecho privado, entre funcionario público y empresario lobbyista, entre el Estado y el

mercado.

Hay una incomparable crisis de regresión de derechos. Sociedades enteras en vías de catástrofe

no resisten eficazmente lo que pueda pasar. En el plano jurídico es impresionante percibir las

modificaciones y la sumisión del derecho a la racionalidad privada en las últimas décadas. Es el

paso del derecho administrativo tecnocrático al derecho penal del enemigo, pasando por la

modernización flexibilizadora del derecho del trabajo y por subordinación del derecho

constitucional a los principios de austeridad económica.

La Escuela de Chicago ya pregonaba, a mediados del siglo XX, la necesidad de formar jueces y

convencerlos, por medio de cursos y seminarios, de las tesis de desregulación del sector

privado en favor de un laissez-faire absoluto. Controlar las cortes y los tribunales arbitrales

pasó a ser una meta en busca de un poder ilimitado que, junto al control de los grandes medios

y de las fuerzas armadas, garantizarían el triunfo del capitalismo contemporáneo. Un

capitalismo extremadamente agresivo, que prescinde de cualquier acuerdo democrático y cuya

cara política es el neoconservadorismo nacionalista.

A partir de ese panorama hay razones de sobra para una inminente prisión de Lula, o al menos

su inhabilitación jurídica para competir en las elecciones de octubre. Eso no pasará sin una gran

oposición de las fuerzas democráticas que ya demuestran su predisposición a confrontar.

Después de la grotesca persecución jurídica, Lula sale más grande, más altivo. Seguirá

liderando los procesos democráticos dentro y fuera del país. Ayudará a pensar instrumentos

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revocatorios y reformas austericidas. Y sobre todo, será el eje de los proyectos que restauren los

derechos usurpados.

* Doctora en Derecho, profesora de la la Universidad Federal de Río de Janeiro, directora del

Instituto Joaquín Herrera Flores.

MILITARES EN PUESTOS CLAVE

Por Eric Nepomuceno https://www.pagina12.com.ar/100783-militares-en-puestos-clave

En silencio, como corresponde, el débil y confuso gobierno de Michel Temer abre espacio

creciente para que militares ocupen puestos clave. No hay nada parecido a una militarización

del régimen civil, pero merece atención ese movimiento sin antecedentes desde el final de la

dictadura militar que se impuso a lo largo de 21 años, entre 1964 y 1985.

Son tiempos sombríos, desde el golpe parlamentario que destituyó a la presidenta Dilma

Rousseff e instaló en el poder un conglomerado de lo que hay de más sórdido en la política

brasileña, a empezar por el mismo Temer, sobre cuya cabeza flotan dos denuncias formales por

corrupción, un pedido judicial de quiebra de sigilo bancario y dos investigaciones que

seguramente se transformaran en nuevas denuncias.

Lo protege, de momento, el fuero especial asegurado por la Constitución. Pero a partir del

primer día de 2019 Temer volverá a ser un ciudadano más, y a su espera habrá algún tribunal de

justicia. Con el escenario político salpicado de barro sucio por donde se mire, se abrieron

vacíos inquietantes. En sectores todavía insignificantes de la opinión pública se reiteran pedidos

de ‘intervención militar’. Y en sectores todavía restrictos, pero claramente visibles, de las

fuerzas armadas, especialmente del ejército, son frecuentes las manifestaciones contundentes

criticando al gobierno de Temer en particular y a la clase política en general.

El pasado diciembre, por ejemplo, el general Antonio Martins Mourão, que ocupaba un alto

puesto en la burocracia interna del ejército, dijo en una charla cuyo público era formado por

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apoyadores y nostálgicos de la dictadura militar que “el presidente Temer anda a los tropiezos y

gracias a un balcón de negocios trata de llegar al final de su mandato”. Tres meses antes, frente

a público idéntico, Mourão pidió que el ejército “imponga una solución” para la crisis política.

Y en febrero, al pasar para la condición de general retirado, se despidió elogiando al fallecido

capitán Brilhante Ustra, uno de los más sanguinarios torturadores de la dictadura.

Lo que más llamó la atención fue la reacción complaciente del comandante-general del ejército

Eduardo Villas Boas, al no imponer ningún castigo contundente a su colega de tropa. A

mediados de febrero Temer determinó la intervención militar en el estado de Río de Janeiro,

entregando a un general, Walter Braga Netto, todo lo que se refiere a la seguridad pública. El

caso sigue como tema de discusión y debate entre especialistas y estudiosos de seguridad

pública.

Ha sido, en realidad, un vuelco radical en la política de Temer. Al darse cuenta de que no

lograría hacer aprobar, en el Congreso, la reforma del sistema de jubilaciones –y perder su

bandera de “reformista” y el rumbo que pretendía imponer a su política económica– el

presidente optó por abrazar una causa de fuerte apelo popular, la seguridad pública, en un país

cada vez más violento.

Tan visible movimiento, sin embargo, abrió ventanas para que otros movimientos llevados a

cabo en silencio también se hiciesen visibles. Y, claro, preocupantes. Uno de los primeros actos

de Temer, en el último trimestre de 2016, cuando recién se había apoderado del sillón

presidencial sin un único y miserable voto popular fue recrear el Gabinete de Seguridad

Institucional, que la presidenta Dilma Rousseff había disuelto.

Se trata de un puesto vital, que controla todo el sistema de información e inteligencia del

gobierno. Temer eligió para el cargo a un general, Sergio Etchegoyen, quien viene de una

tradicional familia de militares, cuyos antecedentes no son exactamente los mejores: varios de

ellos están relacionados a denuncias de violación de derechos humanos durante la última

dictadura.

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Siempre en silencio, y en contradicción, nombró a un general como secretario ejecutivo de la

Casa Civil, una especie de jefe de gabinete del gobierno. Al crear el ministerio de Seguridad

Pública, entregó el Ministerio de Defensa, creado en 1999 por el entonces presidente Fernando

Henrique Cardoso, a otro general. Ha sido el primer militar a ocupar un puesto que siempre

tuvo un civil, precisamente para no privilegiar una de las fuerzas armadas sobre las otras dos,

marina y fuerza aérea.

Y más: en el Ministerio de Justicia, la Secretaría de Estado de Seguridad Pública tiene a la

cabeza, por primera vez, a un general. Retirado, pero general. Y otro general está, sin que exista

explicación alguna, al frente de la Fundación Nacional del Indio, responsable por todos los

complejos y delicados temas relacionados a los indígenas brasileños.

Otro detalle: hace poco, gracias a un proyecto de ley que tramitó con velocidad y silencio en el

Congreso, el gobierno logró determinar que crímenes de militares contra civiles fueran

juzgados no por la Justicia común, sino por la justicia militar. Cuyos tribunales, como

corresponde, no son formados por juristas, sino por oficiales.

Por ahora no se avistan señales de peligro por semejante avance de militares sobre puestos

antes destinados a civiles. Puede que no sea más que otra muestra de incompetencia e

insensibilidad de un presidente ilegítimo. Pero conviene estar alertas. Para qué, no sé. Pero la

verdad es que ando un tantito inquieto por todo eso. También por todo eso.

MIENTRAS LA IZQUIERDA PIENSA Y REPIENSA SI EN VERDAD SE EQUIVOCÓ, LA ULTRADERECHA FRANCESA EN SU LABERINTO BUSCA

RECOMPONER SU ESTRUCTURA Y EJERCICIO DE PODER

Las bases y el nombre del partido creado por su padre, Jean-Marie Le Pen, en los años 70, se transformarán a lo largo de dos días en un congreso excepcional organizado en la norteña localidad de Lille, con Steve Bannon como invitado.

Por Eduardo Febbro

https://www.pagina12.com.ar/100777-la-ultraderecha-francesa-en-su-laberinto

DESDE PARÍS

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Los movimientos de las opiniones públicas contemporáneas están con ella. Nunca, desde la

Segunda Guerra Mundial, la extrema derecha había gozado de tanto crédito en las democracias

de Occidente. Con esa evidencia como telón de fondo, con resultados electorales dignos de

partidos de gobierno, la ultraderecha francesa emprende este fin de semana su proceso de

cambio. Su actual dirigente, Marine Le Pen, lo llama “refundación”. Las bases y el nombre del

partido creado por su padre, Jean-Marie Le Pen, en los años 70 se transformarán a lo largo de

dos días en un congreso excepcional organizado en la norteña localidad de Lille y cuyo invitado

especial fue una de las estrellas de los ultras del planeta: Steve Bannon, el ex consejo

presidencial del presidente norteamericano Donald Trump y artífice de su victoria en el tramo

final de la campaña electoral. Bannon, que es el representante de la derecha norteamericana

más dura y supremacista, le dijo a los militantes frentistas: “la historia está de nuestro lado y va

a conducirnos a la victoria”.

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DEMORAS PARA REFORMAR LA UE

Toda la cultura y la estrategia de la extrema derecha estaban en sus palabras. “Ustedes forman

parte de un movimiento mundial que es más grande que Francia, más grande que Italia, más

grande que Hungría, dijo Bannon en la primera jornada del congreso”. El ex consejero

trumpista y ex director de Breitbart news prolongó la moda que consiste en atacar a los “medios

del establishment” y restó legitimidad a las definiciones que aún envuelven a la extrema

derecha. Según dijo, “si luchan por la libertad los tratan de xenófobos. Si luchan por su país los

tratan de racista. Pero los tiempos de esas palabras asquerosas se han terminado “. Más allá de

la presencia sorpresiva de Bannon, la líder del muy pronto ex Frente Nacional se enfrenta a una

situación contradictoria. Al mismo tiempo que las ideas de la ultraderecha nunca tuvieron tanta

influencia como hoy, ella, como líder, está cuestionada en su capacidad para llevar las ideas del

FN al poder y, a la vez, aparece en los sondeos de opinión (el último fue realizado por la

consultora Odoxa) como la personalidad más rechazada por el conjunto de los franceses. La

doble derrota en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017 ante al actual jefe

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del Estado, Emmanuel Macron, y en las legislativas, abrió un poderoso frente disidente en el

seno de la extrema derecha francesa. Pese al resultado obtenido por Marine Le Pen, 10, 6

millones de votos, casi un 34% de total, electores, militantes y dirigentes pusieron en tela de

juicio la línea que adoptó y exigieron una retorno a los valores fundamentales del partido.

Muchos consideras que Marine “está acabada”. Ella no. Contra vientos y mareas internas y una

escisión dentro del FN que acarreó la ruptura con su ex mano derecha, Florian Philippot (se fue

y fundó el movimiento Los Patriotas), Marine Le Pen se mantuvo y apostó por este congreso

con el objetivo de reformular el acervo de la ultraderecha, cambiarle el nombre al FN y ponerlo

en la trayectoria de victorias futuras.

Pocas dudas hay sobre la reelección de Marine Le Pen a la cabeza del movimiento. No hay,

todavía, rivales de peso que le puedan arrebatar la victoria. La transformación del nombre

tampoco está en dudas. Aunque estrecha (52%), hay una mayoría que está de acuerdo con ese

principio que terminaría de sacar definitivamente al FN de la herencia de su creador, Jean-

Marie Le Pen. El padre dijo en el canal BFM que sentía “compasión” por su hija porque estaba

en “una situación muy difícil”. Le Pen deploró la desaparición del nombre porque, dijo, “es una

referencia”. Las consultas internas realizadas en los medios militantes traducen las fracturas y

la crisis del Frente Nacional. Sólo 30 mil militantes respondieron al cuestionario enviado antes

del congreso. 67 por ciento declaró estar de acuerdo con que Francia salga del euro pero sin

que, como antes, este tema sea prioritario. 90 por ciento se pronunció a favor de un “referendo”

para decidir si Francia sale o no de la Unión Europea. Y sin sorpresas, 98% está de acuerdo con

reducir la inmigración.

Entre tantos los obstáculos, Marine Le Pen tiene un aliado consistente: el populismo

nacionalista cuentan con una pirámide social y política muy sólida. La victoria presidencial del

europeísta Emmanuel Macron no alejó los espectros del populismo gris, tanto más cuanto que

el Partido Socialista ha prácticamente desaparecido del panorama político francés. La

ultraderecha francesa se ha expandido ideológicamente en todo el territorio. La mayor crisis la

encarna la perdida de legitimidad de Marine Le Pen, derivada no sólo de la derrota presidencial

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sino del debate que precedió la elección donde la candidata frentista hizo un ridículo

cinematográfico. Los electores sintieron esa humillación como propia. El castigo se tradujo

luego en las elecciones legislativas de junio, donde el FN se vistió de partido casi invisible con

apenas 8 diputados en la Asamblea Nacional. Hoy, “refundación” quiere decir sobre todo dejar

de lado las propuestas que antes eran prioritarias como la salida del euro para romper el muro

que separa al FN de muchos electores que si bien comparten sus narrativas contra la

inmigración, no coinciden con que Francia deje el euro o se vaya de la Unión Europea. Estos

pilares retóricos del FN podrán pasar al olvido en el futuro, lo que facilitaría las alianzas con

otros sectores de la derecha y, por consiguiente, la ampliación del abanico electoral. “El Frente

Nacional cambió de naturaleza y es preciso que ese cambio se traduzca en un cambio de

nombre”, explicó Marine Le Pen en varias ocasiones. Para ella, se trata de proseguir con la

tarea que inició en 2011 cuando accedió a la dirección del FN y se propuso como meta esencial

desdiabolizar al partido de su padre. Ello tuvo como consecuencia más votos pero, también,

cierta ruptura con la base. Marine Le Pen no piensa cambiar de metodología. Según explicó

hace unas semanas, “el Frente Nacional llegó a la edad adulta. En su juventud, era un partido de

protesta. Luego pasó de ser un partido de oposición a un partido de gobierno”.

La historia la ayuda en su proyecto, más allá de su personalidad. Las ideas de la ultraderecha

suben a las cumbres con una impunidad dolorosa. El diario New York Times reveló que Steve

Bannon viajó a Europa con la ambición de “fundar una infraestructura planetaria para el

movimiento populista mundial”. La extrema derecha está convencida de que ha llegado el

momento de recuperar el poder. A su manera, el ex estratega de Trump es un hijo del Frente

Nacional francés. El antiguo partido marginal europeo trazó un camino y él viene a decirles hoy

que no “están solos”, que la historia juega para ellos y que los “propulsará de victoria en

victoria”. No importa la fragancia descompuesta de sus retóricas, el racismo y las agresiones de

todo tipo. La ultraderecha vuelve a irrumpir para demostrar que incluso está permitido matar

con la palabra sin que nadie se inmute.

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LOS RETOS Y LOGROS QUE PIÑERA HEREDA DE BACHELET, EN SUS PALABRAS

Por ERNESTO LONDOÑO 10 de marzo de 2018 https://www.nytimes.com/es/2018/03/10/chile-bachelet-pinera-proyectos-entrevistas/?action=click&contentCollection=noticias&region=rank&module=package&version=highlights&contentPlacement=2&pgtype=collection

SANTIAGO – Es la tercera vez, en los últimos doce años, que dos destacadas figuras políticas de Chile se intercambian los poderes presidenciales. En parte, eso sucedió porque las leyes de ese país no permiten la reelección consecutiva.

La lideresa socialista Michelle Bachelet hizo historia en 2006 al convertirse en la primera mujer en ser elegida para ejercer la presidencia en Chile. Pero cuatro años después, los votantes cambiaron de dirección política y escogieron al empresario multimillonario Sebastián Piñera.

Bachelet volvió a gobernar en 2014 y Piñera ganó las elecciones presidenciales del año pasado, por lo que su nuevo mandato comienza este domingo.

La salida de Bachelet también marca el fin de una era de empoderamiento político de las mujeres en América Latina y consolida un giro hacia la derecha en la región.

En 2014, cuando asumió el cargo por segunda vez, Argentina y Brasil estaban gobernados por mujeres de izquierda: Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff. Sin embargo, después de este 11 de marzo, todos los países del continente serán liderados por hombres.

En una entrevista en el Palacio de la Moneda, a una semana del fin de su mandato, Bachelet dijo que estaba orgullosa de su legado.

“No hemos hecho todo lo que hemos querido ni todo salió perfecto”, admitió. “Pero la verdad es que hemos hecho más de lo que muchos creían posible”.

Es el fin de una era transformadora en Chile, un país con alrededor de 18 millones de habitantes, aunque muchos dudan sobre la viabilidad a largo plazo de varios de los cambios promovidos por Bachelet para impulsar derechos civiles o el acceso a la educación terciaria.

“Creo que hubo muchos avances para las mujeres durante sus dos gobiernos”, dijo Alicia Moreno, trabajadora social de 47 años. “Pero le faltó fuerza para las grandes reformas que todos esperábamos”.

En 2006, la primera elección de Bachelet fue un hito que la convirtió en icono global del empoderamiento femenino (después fue la primera directora de ONU Mujeres), un estatus que la ayudó a ganar duras victorias el año pasado.

La elección de Piñera en 2010 también allanó caminos, pues fue el primer líder conservador que ganaba una votación desde el regreso de Chile a la democracia en 1990, después de diecisiete años de una dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet.

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El primer mandato de Sebastian Piñera fue de 2010 a 2014. En su segundo gobierno prevé que será necesario "recuperar la confianza en el país". CreditTomás Munita para The New York Times

En este punto de inflexión político —según sugieren las entrevistas con la mandataria saliente y el presidente electo que regresa a La Moneda— hay varios temas en los que ambos están de acuerdo. Dicen que el país debe seguir impulsando el libre comercio. Los dos quieren fortalecer los vínculos con China, el principal socio comercial chileno, y han rechazado las advertencias hechas desde Washington de que Pekín se quiere consolidar como un poder colonial o explotador en América Latina.

Los dos líderes reafirman que Chile debe transformarse en un fuerza motriz de energías renovables y verdes, al igual que fungir como un líder global del combate al cambio climático. Y ambos creen que Chile debe seguir siendo un país que acepta migrantes, incluso en momentos en que la llegada de personas desde Haití y Venezuela han despertado cuestionamientos sobre la capacidad de la nación para recibir a tanta gente.

“No hemos hecho todo lo que hemos querido, ni todo salió perfecto. Pero la verdad es que hemos hecho más de lo que muchos creían posible”. M ICH EL LE BAC H EL ET

Sin embargo, hay muchos temas en los que no están de acuerdo. El primero de ellos es el legado de Bachelet: una reforma tributaria ambiciosa, cambios a las leyes laborales y a la educación pública. Piñera argumenta que Bachelet se extralimitó y que, a su parecer, la manera de gobernar de su antecesora partía de una lógica equivocada de que la nación requería una “retroexcavadora que pasara por encima destruyendo todo”.

Por su lado, la presidenta dice que deja el cargo después de haber cumplido con la nación.

“Este país cambió”, dijo Bachelet. “La gente está mucho más empoderada y la clase media también está mucho más consciente de sus derechos y de sus necesidades”. Aunque también reconoció que “cada vez más, las instituciones políticas son vistas con un mayor nivel de desconfianza y con mayores deficiencias”.

Durante su último mandato de cuatro años, la red eléctrica de Chile fue transformada para que una nación con pocos combustibles fósiles dejara de depender tanto de hidrocarburos con la construcción de un sistema cada vez mayor de producción solar y eólica que ha logrado que la electricidad sea más limpia y barata.

“No pongo en duda las buenas intenciones de la presidenta Bachelet, pero usted sabe que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”. S EBAS TIÁN P IÑ ERA

Su gobierno también creó varias áreas marinas protegidas y una amplia red de parques naciones en la región de la Patagonia que protegerán a buena parte de las costas y bosques del país.

A Bachelet le dan crédito por haber fortalecido las protecciones a los consumidores, a los trabajadores y por aprobar una reforma electoral que volvió más inclusivo al sistema político chileno con el rompimiento del bipartidismo y el aumento en la participación de mujeres. El cambio electoral también puso límites a la influencia de los fondos del sector privado en las campañas.

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Su victoria legislativa más duradera quizá sea lograr que un congreso muy dividido respaldara la despenalización del aborto en ciertos casos.

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Piñera promete agilizar la burocracia y buscar más enfáticamente las inversiones extranjeras.CreditTomás Munita para The New York Times

Beatriz Sánchez, política del Frente Amplio que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de la elección presidencial, dijo que con “el correr del tiempo” quedarán claros los efectos de los cambios impulsados por Bachelet.

“Para mí, su mayor logro está en haber propuesto, muy convencida, una agenda de cambios reales, y eso lo que hizo fue cambiar la conversación en Chile, sobre una sociedad de derechos y no solo de mercado”, dijo Sánchez, cuyo partido está más a la izquierda que la coalición con la que gobernó Bachelet.

Aunque Piñera asegura que mucho de lo hecho por su predecesora “no es un buen resultado” para Chile.

“No pongo en duda las buenas intenciones de la presidenta Bachelet”, dijo durante una entrevista en su oficina en Santiago. “Pero usted sabe que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”.

Entre los cambios más polémicos en la gestión de Bachelet está su fomento para expandir el acceso a la educación universitaria gratuita por medio de programas que le dan cobertura a unos 340.000 estudiantes. La iniciativa fue costeada con mayores impuestos para las empresas, que Piñera y otros críticos dicen que terminaron por alejar a inversionistas.

Piñera dice que, pese a que fue una meta loable, la reforma educacional no es sostenible en parte porque “no se preocupó de lo más importante, que es la calidad de la educación”.

Fue difícil financiar ese programa y otros ante un desaceleramiento económico atizado por la caída del precio mundial del cobre, la principal exportación chilena. En 2017, el déficit fiscal del país superó los 8000 millones de dólares, alrededor del 2,8 por ciento de su producto interno bruto; un nivel que Piñera tildó de irresponsable.

Cuando Piñera, de 68 años, se postuló por segunda ocasión, se volvió viral una grabación de él en un mitin en el que bromea sobre la violación. Eso no lo afectó tanto; en diciembre derrotó con bastante holgura al candidato favorecido por Bachelet, el senador y experiodista de izquierda Alejandro Guillier, con un mensaje que exaltaba sus capacidades para lograr que despegue la economía.

Piñera asegura que reducirá los “cuellos de botella” burocráticos, buscará inversionistas extranjeros de una manera más agresiva que su antecesora y promoverá la unidad en cuanto a la política económica dentro de un congreso considerablemente fragmentado y con tendencia a la izquierda. “No va a ser fácil”, dijo. “Primero se requiere recuperar la confianza en el país, y eso requiere también una actitud de buscar la unidad entre los chilenos”.

Indicó que el crecimiento económico del país seguirá dependiendo considerablemente de la relación robusta con China, que desplazó a Estados Unidos como el principal socio comercial desde 2010.

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“La relación de Chile con China creo que ha sido una buena relación, ha sido una relación que se está extendiendo, no solamente al área comercial, sino también al área de inversiones, y a la colaboración en materia de ciencia y tecnología, de medioambiente, y de muchos otros frentes”, dijo Piñera.

“China ha ido ganando presencia en América Latina, en parte porque así lo ha buscado, y en parte porque Estados Unidos se ha estado retirando”, añadió.

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El ministro de Interior de Bachelet Mario Fernández, la presidenta saliente, la ahora primera dama Cecilia Morel y Piñera durante una reunión de transición en diciembre CreditEsteban Felix/Associated Press

Piñera dijo que estaba decepcionado con el gobierno de Donald Trump porque no ha tenido una política diplomática coherente hacia América Latina, pese a sus advertencias de que la región se acerca demasiado a Pekín.

“Hemos visto señales: la construcción de un muro en la frontera con México, la deportación de migrantes, el proteccionismo”, dijo. “Pero una política clara, que nos permita evaluar la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina, todavía no está sobre la mesa”.

En una muestra de lo confuso que ha sido el enfoque del gobierno de Trump, Piñera comentó que en una conversación que sostuvo con el presidente estadounidense después de la elección del año pasado este se sorprendió cuando le dijo que Estados Unidos tenía un superávit comercial con Chile.

Sin embargo, es muy poco probable que la política exterior sea de los temas más complejos para Piñera en este nuevo mandato, sobre todo dada la diversidad política en el congreso. Ante la posibilidad de enfrentarse a una oposición política fuerte, Piñera ha prometido que será un moderado que logre fomentar el diálogo.

“Quiero remplazar la perversa lógica de la retroexcavadora que pasa destruyendo por la sabia cultura del diálogo, de los acuerdos, de la colaboración”, indicó.

Piñera ya extendió una mano amiga en cuanto a una iniciativa que Bachelet no pudo consolidar al prometer apoyar una propuesta de ley de identidad de género para que las personas trans puedan actualizar sus nombres y géneros en documentos legales.

Sin embargo, mantiene su oposición a la legalización del matrimonio igualitario con el argumento de que se trata de “situaciones que son diferentes” y que no deben “necesariamente tratarse de igual forma, con las mismas medidas”.

Sánchez, la candidata del Frente Amplio, dijo que mientras el presidente busca acelerar el crecimiento económico, los chilenos estarán monitoreando de cerca para ver si la distribución de la riqueza es equitativa.

“Si buscan mantener las cosas tal como están, donde la acumulación de la riqueza crece y está hiperconcentrada en poquitas manos, mientras los sueldos de la mayoría apenas cubren los gastos elementales, no le será fácil buscar acuerdos en el parlamento”, recalcó Sánchez.

Los estudiantes universitarios, que realizaron protestas masivas durante el primer mandato de Piñera, también podrían volverse una molestia constante si reduce los subsidios educativos establecidos por Bachelet.

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“Piñera promete más trabajo y crecimiento pero justo como en su primer gobierno va a gobernar para los ricos y los empresarios”, acusó Pablo Vilches, estudiante de 22 años.

Pascale Bonnefoy colaboró con el reportaje.

ÁLVARO VERZI RANGEL/LA SEGUNDA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ: ¿YA NO QUEDAN ROJOS-ROJITOS?

http://www.surysur.net/la-segunda-muerte-de-hugo-chavez-ya-no-quedan-rojos-rojitos/ Dicen que existen varios tipos de muerte: la física, la moral y la desaparición en los sentimientos y amores de la gente. Y esta nota puede llegar a ser la indeseada necrológica de la revolución roja-rojita a manos de los cambios de imagen dispuestos por los “modernos” asesores del presidente Nicolás Maduro, aspirante a la reelección. Los asesores extranjeros de Maduro eligieron los colores blanco y violeta para la campaña. Cero rojo, cero simbología chavista, ausencia total de rojo. Los cambios en la simbología se vienen mostrando poco a poco: nada de música llanera o folclórica venezolana, sino música disco (incluso un regatón), en lo que pareciera aparentar que la modernidad llegó a Venezuela para rescatarla del arcaismo chavista. Nada de Bolívar ni de Chávez: el culto es a la personalidad del candidato. Maduro continúa escuchando los consejos de sus asesores europeos, que siguen sin entender la idiosincrasia venezolana, su cultura, el sincretismo (y la aparición de pajaritos), entre ellos Ignacio Ramonet y otros socialdemócratas franceses y españoles, pero la nueva puesta en escena quedó en manos de un chileno que mostró sus artes en la presentación oficial del Petro y la Cumbre del Alba. El mítico Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores fue transformado, eliminando los cuadros de Bolívar. En la presentación de El Petro, telones negros. En la Cumbre del Alba, fondos blancos. Los asesores quieren que Maduro se mueva. Sigue apareciendo muy estático. En el acto oficial por el Día de la Mujer se lo vio caminando en una pequeña pasarela. Buscan sus mejores ángulos, sin llegar a que desfile cual modelo. Roy Chaderton, embajador y negociador internacional de Venezuela, dijo en una entrevista en televisión que desde la asunción de Maduro, desde Europa se pasaron el tiempo mandando para acá ex izquierdistas… o (jocoso) izquierdistas chilenos… que pueden ser bombas de tiempo. Y señaló el caso del excandidato presidencial chileno Marco Enriquez Ominami quien le hizo “–con gran arrogancia- una miserable entrevista al presidente Maduro”, dando como ciertas –en sus preguntas- las infamias de la oposición. Un tiro directo y no tan diplomático: Chaderton dio en el blanco del nuevo asesor comunicacional (al menos) de Maduro. Ser hijo de revolucionario (el asesinado líder del MIR chileno Miguel Enríquez) no garantiza nada, y menos con grandes derrotas electorales a cuestas junto con denuncias de corrupción. Muchos no saben todavía en Caracas quién es o qué hace ahí ese señor entrecano que se mueve para aquí y para allá, y a quien Maduro parece prestarle mucha atención, a la hora del “espectáculo”. Aún así, muchos parecen conscientes de que una de las mayores fallas del gobierno bolivariano ha sido en la comunicación. Incluso el canciller Jorge Arreaza, en el acto de solidaridad “Todos somos Venezuela”, ante más de un centenar y medio de invitados, señaló que “hoy no basta con las manifestaciones, movilizaciones, banderas, hay que innovar”. Y luego confesó que en sus primeros años de gobierno a Maduro se le acercaron muchos zamuros (buitres) que le decían “usted tiene que tener su propio estilo, no nombre tanto a Chávez, que es el pasado, ese Plan de la Patria solo era posible con Chávez y su liderazgo…” mientras lo exhortaban a desplazarse de la izquierda al centro, “a ser socialdemócrata, que es la traición más grande que existe en política”. El presidente Maduro los fue despachando, desplazando…

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Persiste en Venezuela el modelo de (in) comunicación de las medidas y de la explicación de los fenómenos que se enfrentan, junto a una evidente sobreexposición de Maduro, muy, muy lejos de la capacidad de comunicación con el pueblo que tenía Chávez. Hay una generación para la que el golpe de Estado de 2002 es parte de la historia (han pasado 16 años), pero el periodismo que se sigue haciendo desde los medios estatales es de plaza sitiada, reactiva (a los ataques del enemigo, siguiendo la agenda de ellos) y no proactiva, marcando la agenda propia. Las muchas muertes Con Hugo Chávez ya ocurrió la primera muerte hace cinco años, en la tarde del 5 de marzo de 2013, momento desde el cual el uso y abuso de la imagen del presidente fallecido ha dejado su cuota negativa en la percepción pública. Para muchos la muerte de Chávez también fue el fin de la democracia participativa dentro del Psuv, y los candidatos fueron escogidos dedocráticamente mediante el consenso de la cúpula que heredó el poder. Los críticos insisten en que la revolución bolivariana está suicidada. El sueño del socialismo del siglo XXI parece quedar sepultado mientras los miembros de la élite chavista usan relojes Cartier, trajes Ives Saint Laurent y esconden sus ojos de lo que acontece con lentes Dior. Hablamos mucho de socialismo, pero en realidad en nuestra economía se sigue imponiendo la dictadura del capitalismo, que controla la mayor parte de la producción de las mercancías de uso diario, las cadenas de distribución y los precios, dice Néstor Francia. El analista Guillermo Almeyra señala que el gobierno de Maduro, a diferencia del de Chávez, utiliza el apoyo de los trabajadores para mantener el statu quo, es decir, el régimen capitalista y su propia administración, no para intentar construir las bases del poder popular. El PSUV –agrega- es sólo un aparato burocrático ultracentralizado y sirve apenas para la lucha meramente electoral contra una oposición cuyos diversos aparatos partidarios son igualmente electoralistas. Hay sectores que plantean una necesaria revisión interna en el PSUV, revisionista del madurismo, reivindicatoria del chavismo, que trate de reconectar a la gente con otra figura distinta a Maduro que represente el legado de Chávez, quien mantiene todavía niveles de respaldo popular muy relevantes, pese a los esfuerzos hechos por los asesores extranjeros del gobierno para sepultar su imagen y echarle la culpa de los desaguisados actuales a la herencia dejada por su gobierno. Muchos, muchos de los que defienden al gobierno, manifiestan que lo hacen en respeto al último designio de Chávez, mientras parte de ese mismo pueblo está indignado y desesperado por la agobiante situación del país, y resisten como pueden, con más sabiduría popular que ideología, el embate para achacarle al Comandante la responsabilidad por lo que está ocurriendo. En esta segunda muerte, también se trata de enterrar el pensamiento bolivariano. Chávez citaba con frecuencia fragmentos de los escritos y discursos de Bolívar, por ejemplo el célebre discurso de Angostura: “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor de seguridad social, y la mayor suma de estabilidad política”. ¿Es éste el entierro de todo un ideario político, de las luchas y conquistas sociales de un líder junto a su pueblo, del sentimiento de igualdad y justicia social que se expandió alrededor del mundo? Chávez aupaba la búsqueda de conciencias, pero hoy lo importante es la búsqueda de los votos. Se desmoviliza todo el movimiento popular, y se lo utiliza solo como parte imprescindible de la aceitada maquinaria electoral. En Venezuela proliferan mafias corruptas que han desangrado las finanzas públicas, teniendo como blancos preferidos las importaciones, y los dólares a precios preferenciales, y donde –todos saben- están involucrados altos funcionarios, banqueros, empresas de maletín y militares-funcionarios prófugos y hoy al servicio de EEUU. Pero la Fiscalía no los ha acusado, quizá porque hay sobradas pruebas. La Fiscalía pareciera tener como única meta allanar el camino para la reelección de Maduro, ensuciando y mancillando el nombre (bajo la genérica acusación de corruptos) a quien pudiera ser un escollo no solo para la reelección sino para los planes que parecieran estar acordados con empresas trasnacionales sobre el futuro del petróleo venezolano.

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Por ejemplo, Maduro arremetió contra Rafael Ramírez, exministro de Energía y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) cuando Chávez, luego de que este lo acusara de no haber implementado a tiempo las medidas necesarias para solventar la crisis financiera que atraviesa la estatal petrolera. Ramírez era el embajador ante Naciones Unidas y el presidente lo destituyó. Mientras se acusa livianamente a exfuncionarios de Pdvsa y se los encarcela, y muere el exembajador en Washington Bernardo Álvarez, se produce la caída abrupta de la producción petrolera, motivada principalmente por la falta de inversión y mantenimiento en la industria. La entrega de los principales recursos del estado a las trasnacionales rusas y chinas se usa para cubrir los cráteres dejados por la mala administración. Y es muy grave, asimismo, que el gobierno haya mancillado la figura de Bernard Mommer quien, entre otras cosas, manejó la estrategia legal que derrotó a los despachos de abogados de la Exxon Mobil. Esas victorias para el Estado venezolano se convirtieron en sentencia de muerte para la mafia de los cárteles petroleros, que intentaron apropiarse de los activos físicos y financieros de Pdvsa. Hoy hay mucha gente, incluso dentro del gobierno, interesada en olvidarse de la defensa de la soberanía nacional, de que el Estado es dueño de los recursos naturales y accionista único de Pdvsa y, que se ha tardado una eternidad –bueno, 18 años- en definir un nuevo rol para el sector privado, nacional y extranjero. ¿Y Chávez? Hoy por hoy en Venezuela, parece que las palabras de Chávez: “unidad, lucha, batalla y victoria”, se traducen como “votas lo que te digo o te trato como enemigo”. Muchos discrepan de las decisiones de la cúpula partidista: unos apenas exigen que haya más democracia interna, menos candidaturas impuestas desde arriba, pero muchos otros cuestionan el rumbo económico asumido o reclaman acciones más contundentes contra la corrupción en sus niveles más elevados, y no mero diversionismo para liberarse de adversarios internos o potenciales candidatos. Haber hecho de lado a Chávez ha resultado de una torpeza que sólo se explica desde los abismos de una personalidad insegura, inestable, manipulable y de la acción sistemática e influencia muy poderosa de sectores de poder, que siempre estuvieron allí, agazapados para truncar la experiencia revolucionaria, explica Rafael Ramírez, desde un diario regional. Lo único que queda es salvar a Chávez de su segunda muerte. *Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la) CRISIS DE LA MÁQUINA POLÍTICA Raúl Prada Alcoreza https://www.bolpress.com/2018/03/10/crisis-de-la-maquina-politica/

La metáfora de la máquina ha ayudado a elaborar interpretaciones maquínicas del funcionamiento del poder; por eso, ha sido apropiado hablar de máquinas de poder, también de máquinas de guerra, así como de máquinas económicas, también hablamos de máquinas extractivistas. En los ámbitos del denominado lado oscuro del poder, hablamos de máquina del chantaje1 . La interpretación maquínica permite escapar al esquematismo dualista de la política, que se configura en la contradicción del amigo y enemigo, también, como hemos venido apuntando, al esquematismo religioso subyacente del fiel y el infiel; por lo tanto, al esquematismo moralista del bien y el mal. La metáfora maquínica se concentra en el funcionamiento de las máquinas; evita caer en el acto de juzgar, recuperando el juicio, en sentido kantiano, es decir, en el sentido instrumental, que adecua los medios a los fines. Entonces, convirtiendo al juicio en un rizoma que articula, compone y combina las facultades de la experiencia, las facultades del entendimiento, mediadas por las facultades de la imaginación. Por lo tanto, se trata de comprender el funcionamiento de las máquinas sociales, sobre todo, cuando se convierten en máquinas de poder. En este sentido hablaremos de máquina política.

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La máquina política funciona como máquina de convocatoria y de legitimación, máquina de gobierno y de administración, máquina operativa y de acción. De entre las máquinas de poder, es la máquina que realiza al Estado, de la manera más efectiva posible, recurriendo a la heurística institucional. El ejercicio del poder cuando se realiza como ejercicio político adquiere el carácter de compromiso social e institucionalización del contrato social. La máquina política no se reduce a ser máquina ideológica, tampoco, en su generalidad, a ser máquina de poder. El poder se puede ejercer de múltiples maneras, recurriendo a plurales formas, desde las más sutiles hasta las más violentas; pero, cuando se ejerce de manera política, cuando aparece como máquina política, no solo que el ejercicio del poder aparece como práctica legítima, sino que es parte de los habitus sociales. En la compleja heurística del poder, en el complejo entramado maquínico del poder, la máquina política es el núcleo del funcionamiento de esta heurística, respecto a las combinaciones y composiciones maquínicas que realizan el Estado. La heurística del poder no solo tiene esta finalidad, la de la realización del Estado; tiene también otras finalidades inherentes. Dependiendo de estas finalidades, las composiciones y combinaciones maquínicas cambian, por lo tanto, también, varían lo que podemos identificar como núcleos de esta heurística compleja del poder. Cuando las finalidades tienen que ver con el cumplimiento de formas de dominación más descarnadas, entonces la máquina política deja de ser el núcleo heurístico; en otros casos, los núcleos pueden ser dispuestos ya sea en la máquina del chantaje o en la máquina de guerra. Concentrémonos en la máquina política, en los diseños de sus funcionamientos. Un diseño abstracto, que tiene que ver con la apariencia de legitimación, tiene que ver con el cumplimiento de la Constitución, con el funcionamiento del sistema jurídico-político, con el funcionamiento de la malla institucional del Estado. Pero, este diseño, por ser abstracto, no es del todo cumplible o susceptible de corroboración. Por eso, la máquina política requiere de otros diseños menos abstractos, más operativos. Otro diseño es el relativo al sistema político, propiamente dicho, que incluye lo que podemos llamar el sistema de representaciones, también sistema de partidos. En este caso, la apariencia es “democrática”; el ejercicio de la política se realiza como “ejercicio democrático”, en los marcos de la democracia institucionalizada, formal, circunscrita. La máquina política se retroalimenta en el juego democrático, básicamente electoral; los ciudadanos están comprometidos en esta reproducción política. Hasta ahí ciertas características compartidas por los Estado-nación, donde funciona la democracia institucionalizada. Empero, de acuerdo a los contextos diferenciales y singulares de estos Estados, no funciona todo esto como regularidades establecidas; se dan, más bien, paralelismos y diferencias, dependiendo de las problemáticas políticas de los países. Se dan contextos nacionales, en coyunturas determinadas, donde no es suficiente el sistema de representaciones restringido a los partidos políticos, sino que se requiere incorporar a la construcción de representaciones políticas a sindicatos, corporaciones o movimientos que se institucionalizan. En este caso, el juego político como que se amplia, por lo menos, el espectro donde se irradia. Sin embargo, estas amplificaciones de los referentes de la representación no son estables, por lo tanto, duraderos, en el largo plazo; después de un tiempo, manifiestan patentemente las inconsistencias del sistema de representaciones. No se crea que esto ocurre porque se ha ido más allá del sistema de partidos, como creen los liberales; de manera sorprendente, mas bien, muestra las falencias ocultadas de la representación circunscrita del juego democrático formal. Si se llega a la situación donde el acontecimiento político hace emerger otros actores políticos es porque el sistema de partidos, en el marco liberal, ya entró en crisis; ya no representa o ya no puede sostener la representación diferida y delegada del pueblo. En consecuencia, se pone de manifiesto la crisis política en el plano de intensidad de las representaciones políticas, ya sean las circunscritas al marco liberal o las ampliadas al marco populista. De modo diferente, en vez de ampliarse el panorama de los actores del juego democrático, puede, mas bien, reducirse más acá de la circunscripción liberal; puede ocurrir que un solo partido, que se convierte en partido-Estado, sea el que monopolice la representación institucionalizada del pueblo. En este caso, la crisis política del sistema de representaciones se busca resolver por el repliegue a una sola forma organizada de representación. En este caso, la crisis se hace institucional, de manera patente y estructurada; el monopolio de un solo partido significa que el Estado ya no puede soportar el juego ambivalente de las representaciones; entonces, congela la representación del pueblo a una sola forma de organización. Esto quiere decir, de manera clara, que ya no hay representación, sino la institucionalización de una forma de Estado, de una forma de gobierno, sin representación, sino con la narrativa ideológica de que la representación del pueblo se ha logrado plenamente. Por lo tanto, ya no se requiere la construcción de la representación; es el fin de la historia política.

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Estas son las tres formas de la crisis política de representación; la estrictamente liberal, la populista y la socialista-real. El substrato de la crisis política de representación se encuentra en la construcción misma de la representación. La voluntad general, siguiendo el discurso rousseauniano, es suplantada por la voluntad operativa de los partidos, después por la voluntad operativa de sindicatos y corporaciones, o, en el tercer caso, por la voluntad operativa centralizada de un solo partido. En términos democráticos, no formales, ni institucionales, sino efectivos, participativos, la representación es dinámica; en consecuencia, la construcción de la representación no puede ser sino dinámica, fluida, abierta a las contingencias, a las correlaciones de fuerzas, a las coyunturas, a los contextos y a las problemáticas en cuestión. Cuando la crisis de representación llega a fondo, es cuando se ha tocado los límites de la máquina política; cuando se ha ido más allá de lo que puede. Entonces es como llegar al fin de la política, cuando se pasa a los agenciamientos de otra máquina de poder. Diremos, exagerando un poco, empero, a su vez, ilustrando, que la máquina política queda inutilizada o saturada, por lo tanto, se vuelve ineficaz y se desplaza el núcleo del poder a otra máquina de poder. En el caso del populismo exacerbado, después de su periodo de convocatoria, se pasa a la máquina del chantaje; en el caso del socialismo-real, después del periodo revolucionario, se pasa a la máquina de guerra.

Los círculos viciosos de la crisis de representación política Cuando la crisis le toca al sistema liberal, el proyecto populista se considera a sí mismo como la superación de la crisis; habría logrado una representación más genuina del pueblo. Cuando el sistema liberal u otro sistema de poder, por ejemplo, monárquico o de dictadura militar, entra en crisis y, dadas las circunstancias y condiciones de posibilidad histórico-políticas, el proyecto socialista emerge de la revolución social, este proyecto no solo se considera como superación de la crisis de representación, sino que considera que el mismo pueblo trabajador se encuentra en el poder; en consecuencia, ya no hay necesidad del juego democrático, de la construcción de representaciones. La política se habría realizado con la dictadura del proletariado, por lo tanto, ya no se requiere de la construcción de la representación. Las tres formas son formas de la crisis política; se trata de la suspensión de la política, en el sentido pleno de la palabra, política como suspensión de los mecanismos de dominación. Como dice Jacques Rancière, no se trata de política sino de policía; los dos términos provienen de polis. El ejercicio del orden, es decir, del orden policial, se da de manera mediada, por mediación del Estado de derecho, en el caso liberal. El ejercicio policial se da como desplazamiento del orden hacia innovaciones populistas, es decir, un orden difuso, empero, efectivo, por lo menos en una primera etapa, en cuanto al logro de la legitimación. En cambio, en el caso del socialismo-real, la sustitución plena de la política por lo policial se da de manera absoluta, el Estado-nación se convierte en un Estado policial. La ilusión liberal de salir de la crisis política consiste en creer, una vez que se manifiesta la crisis de legitimidad de la forma de gubernamentalidad clientelar del populismo, que con el retorno a la condición liberal del marco de las representaciones se resuelve el problema. No ve, no puede ver, debido a la ideología, que lo que pretende no es otra cosa que salir de una forma de la crisis política para volver a la forma matricial de la crisis política. Otra manera de la ilusión liberal se expresa con la creencia de que, dada la crisis del socialismo-real, se supera esta crisis retornando a las formas de la democracia liberal; no ve, no puede ver, que lo que se propone es salir de la forma de la crisis del Estado policial para ingresar a la crisis del ejercicio de la política restringida al orden policial, mediada por los recursos jurídico-políticos e institucionales liberales. No hay forma de salir de la crisis política moviéndose en el círculo vicioso de la crisis de las representaciones políticas. Salir efectivamente de la crisis política es volver a las dinámicas efectivas y fluidas de las representaciones, devolver la construcción participativa de las representaciones a la potencia social. Se trata de autorepresentaciones de los autogobiernos de los pueblos.

Notas

1.- Ver SUBALTERNIDAD Y MÁQUINAS DEL SISTEMA-MUNDO. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/subalternidad_y_m__quinas_del_siste_8f9c2bc7a950e0.

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“LA HISTORIA DE LA ESCLAVITUD SIEMPRE SE HA ESCRITO DESDE LA MIRADA DE LOS BLANCOS”

AGNESE MARRA http://ctxt.es/es/20180307/Culturas/18254/Entrevista-Conceicao-Agnese-Marra-Brasil-esclavitud.htm Conceiçao Evaristo es mujer, negra y escritora. Tres condiciones que funcionan como vasos comunicantes para esta brasileña que se agarra a la memoria como quien araña el único pilar de la casa que sobrevivió al incendio. Mujeres e historias. Así es como Evaristo resume su infancia, el lugar al que vuelve en todos sus libros para llenar esa grieta que se abre entre el recuerdo y el olvido, nos dice. Una niñez que pasó en la favela de Pendura Saia -Belo Horizonte- rodeada de limpiadoras, planchadoras, cocineras. Sus tías y su madre alrededor de la mesa. Y las historias. Esta mujer de ojos pequeños e inquietos, considerada una de las autoras negras más importantes de Brasil, también limpió casas, fue vendedora ambulante, cocinera, hasta que después de haber leído “todos los libros” de la biblioteca pública en la que trabajaba una de sus tías, se atrevió a salir de casa para estudiar Letras en Rio de Janeiro. Fue allí donde descubrió que Machado de Assis -el Cervantes de las letras brasileñas- era negro, que Lima Barreto también lo era, supo que existía Carolina de Jesús, negra y escritora. Desde entonces la literatura y la raza son dos temas que le obsesionan. Como la esclavitud, la diáspora, la necesidad de pertenencia y el racismo que recorre la historia de su país. Tiene la triste suerte de ostentar algunos récords como el de ser la primera autora negra en ganar el premio nacional Jabuti en categoría de cuentos por Ojos de agua (2015), o el de haber sido la primera escritora brasileña negra en ser invitada al Festival Literario de Paraty en 2017. Su cuerpo grande y su melena afro, desteñida por las canas, le dan una apariencia de hechicera africana de EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS. Se sienta, clava su mirada sobre la periodista, toma su brazo y comienza hablar con un tono bajo, casi un susurro. Como en su literatura, Conceiçao se expresa desde los orificios de la máscara, y a sus 71 años no tiene pelos en la lengua, ni pretensiones. Es precisa y dura cuando lo cree necesario, siempre muy bajito. La escuchamos. Suele decir que su casa no tenía libros sino historias. Cuéntenos una que recuerde. Cuando era niña me marcaron muchas. Pero mi tía contaba una que recuerdo con cariño. Es la historia de una una esclava que tenía un patrón que la golpeaba mucho, le daba latigazos y le dejaba la espalda llena de cicatrices. Pasó el tiempo y ese patrón se hizo una herida que no conseguía curar y fue a la hechicera de la casa para ver qué le pasaba. Entonces ella le respondió que su herida no iba a sanar hasta que desaparecieran las cicatrices de la espalda de su compañera. En ese momento mi tía se levantaba la camisa y nos mostraba su espalda. Ella no tenía ninguna cicatriz, pero le encantaba hacer teatro y nos dejaba fascinados. He oído de otras personas negras decir que hay un momento en el que de repente se dan cuenta de que su color de piel representa un problema. ¿A usted le sucedió? Sí, claro. Cuando somos muy pequeños no imaginamos que hay racismo, no sabemos lo que es, y creo que todos guardamos esa primera vez. En mi caso fue a través de un libro LA MUÑEQUITA NEGRA, una historia que me encantaba y en el colegio nos pidieron que la dramatizáramos y me eligieron como protagonista. Al año siguiente esperaba volver a repetir pero escogieron a una niña blanca y la pintaron de negro, fue mi primera gran

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decepción. Pero la idea de racismo más clara la descubrí en la adolescencia, cuando empecé a ver las diferencias de trato, de posibilidades. Las horas que pasaba mi madre trabajando y lo pobres que éramos. Y curiosamente el libro que más me marcó en aquella época fue EL DIARIO DE ANA FRANK. El contacto con autores negros llegó cuando entré en la universidad. Allí supe que Machado de Assis era negro, conocí a Lima Barreto, a Carolina de Jesús. Ahora que comenta lo de Ana Frank es curioso porque hay varios autores judíos cuya literatura está muy marcada por esa noción de pérdida, de memoria y diáspora. ¿Es equiparable a lo que sucede con algunos escritores africanos? Es cierto que nos une esa mirada hacia nuestro pasado. Nuestra necesidad de memoria se debe a que nuestro pasado es un problema del presente. Los africanos y sus descendientes todavía sufrimos las consecuencias de la esclavitud en las Américas. Los pueblos colonizados no han estudiado ese pasado, de ahí la necesidad de contar nuestra diáspora. Pero contar el pasado esclavista no es apenas una narrativa de dolor, sino de resistencia. Nuestra memoria necesita ser elaborada desde nuestro punto de vista porque la historia de la esclavitud siempre se ha escrito desde la mirada de los blancos que suelen reforzar el victimismo. Cuando nosotros hablamos de sufrimiento lo contamos desde una resistencia porque cada vez que se victimiza a un pueblo se le niega la posibilidad de reaccionar y resistir. “CADA VEZ QUE SE VICTIMIZA A UN PUEBLO SE LE NIEGA LA POSIBILIDAD DE REACCIONAR Y RESISTIR” Usted define esa narrativa como “hablar a través de los orificios de la máscara”. Sí, utilizo la imagen de la esclava Anastasia, un personaje muy importante en nuestra historia oral. Es el mito de una esclava que iba a ser violada y cuando se rebeló le pusieron una máscara con un orificio. Es una imagen que impresiona mucho y te lleva a pensar inmediatamente en la esclavitud. En el centenario de la abolición la convertimos en madre del pueblo negro, es nuestra santa. Pero para que veas como el pasado reverbera, incluso ahora han intentado callar a Anastasia porque hace hace poco su imagen estaba en una iglesia católica en el centro de Rio de Janeiro y toda la comunidad iba allí a cantarle y a bailar hasta que el obispo decidió sacarla y la envió a una iglesia de las afueras. Su imagen no solo simboliza la voluntad de silenciarnos, también demuestra cómo el silencio se puede transformar en gritos porque la situación de subalternidad siempre encuentra orificios para comunicarse. Yo misma hablo lento, de una forma dulce -extremadamente dulce podemos confirmar- pero digo todo, denuncio lo que creo injusto, mi literatura habla por los orificios de la máscara. “LA NECESIDAD DE MEMORIA SE DEBE A QUE NUESTRO PASADO ES UN PROBLEMA DEL PRESENTE” Por trabajos como CALLEJONES DE LA MEMORIA o OJOS DE AGUA la crítica la ha definido como una escritora memorialista. ¿Está de acuerdo? Me identifico más con la idea de ESCRIVIVENCIA, un concepto inventado por mí -suelta una amplia carcajada-. En mi cabeza siempre están las historias que escuchaba de niña, la memoria oral es algo que me preocupa mucho y que busco reconstruir cuando escribo. A veces escribo tal y como hablo y me interesa escribir la ficción como si escribiera realidad. Muchos me preguntan si mis libros son autobiográficos y yo siempre repito que nada de lo

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que está escrito en aquel libro es verdad y nada es mentira. Me interesa jugar con la tensión de la memoria. Mi trabajo está en ese espacio de fricción que queda entre el recuerdo y el olvido, donde se cose esa vivencia con la escritura, la ESCRIVIVENCIA -ríe de nuevo-. “MI TRABAJO ESTÁ EN LA FRICCIÓN DE ESE ESPACIO QUE QUEDA ENTRE EL RECUERDO Y EL OLVIDO” Usted dice que la crítica no sabe leer el lado existencial de los autores negros, que se queda en la denuncia social y no ve más allá. No digo que suceda siempre pero creo que en general nos leen mal. Suelo dar el ejemplo de Carolina de Jesús, una escritora negra fundamental de la literatura brasileña y desconocida para una mayoría. Sus textos más que del hambre o de la pobreza, hablan de momentos llenos de soledad. En EL CUARTO DE DESPEJO la protagonista es un sujeto errante, no consigue trabajar como empleada, es tan autónoma que no quiere tener un patrón. Y no se puede leer simplemente como una víctima negra de la sociedad, porque en realidad es una mujer con agencia. Es un personaje profundamente complejo y existencial, pero no se lee así. Y es curioso porque ante un texto de Clarice Lispector todos entienden que la autora habla de un vacío existencial, y en Carolina de Jesús no lo reconocen porque pareciera que las mujeres negras solo tuviéramos sentimientos o necesidades vinculadas a lo material, al hambre, y no a la soledad. Pero usted también reivindica un lado político en su literatura. Me importa lo político no tanto en el plano literario sino como una reivindicación, exigir que los escritores negros tengamos un espacio donde expresarnos. Creo que todo texto tiene el deber de crear dudas, de cuestionar el pensamiento único, de quebrar el estatus quo y eso también es político, pero no panfletario. Tengo plena consciencia de que lidio con el arte de la palabra y cuido cada una de ellas, las escojo de manera obsesiva hasta llegar a la frase exacta. Y después me releo en alto continuamente para escuchar el ritmo. Si no tiene música, no sirve. ME RELEO EN ALTO CONTINUAMENTE PARA ESCUCHAR EL RITMO. SI NO TIENE MÚSICA, NO SIRVE. Usted tardó muchos años en publicar y ha comentado en más de una ocasión que el mercado editorial discrimina a los autores negros. ¿Qué dificultades ha enfrentado? Pasaron más de veinte años hasta que publiqué mi primer libro y como muchos autores empecé editándomelos yo. El mercado editorial es complicado para cualquier escritor, pero si eres negro lo es todavía más, y eso se aplica a otras facetas de la cultura. Incluso en las áreas que parecen más abiertas para los negros hay determinados estatus donde estamos prácticamente vetados. En la música por ejemplo, vemos a muchos en el samba, en el rap, pero es muy difícil ver a uno como maestro de orquesta. En la danza sucede lo mismo, se ve gente bailando samba pero apenas ves bailarines clásicos. En la literatura lidiamos con uno de lo mayores bienes simbólicos, que es el lenguaje. El hecho de que los negros y negras utilicemos la lengua como instrumento literario es algo que no está en el imaginario social. Es como si el don de la escritura perteneciera a los hombres blancos, y después a las mujeres, pero mucho después de los hombres. Además de la dificultad de publicar también hay determinadas instancias que legitiman la literatura. Si uno consigue publicar pero sus libros no llegan a las bibliotecas o no aparecen en los medios, la autora no será premiada y no participará en los grandes concursos de literatura, en los festivales literarios, que son instancias muy importantes para legitimar a los autores. En Brasil ya vivimos en el colmo de la contradicción porque el fundador de la Academia de las Letras Brasileñas fue Machado de Assis, quizás el escritor más famoso de nuestra literatura y mucha gente no sabe que era negro, jamás se le estudia desde esta perspectiva.

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El pasado año se convirtió en la primera escritora negra brasileña invitada al Festival Literario de Paraty (Flip) al que usted definió como “fiesta de blancos”. Es que siempre ha sido eso, una fiesta profundamente elitista para autores blancos consagrados. En 2016 varios autoras negras fuimos al festival como espectadoras y yo fui quien leyó un manifiesto donde denunciábamos la discriminación. Curiosamente al año siguiente me llamaron para participar. Pero esa invitación no creo que signifique un cambio real para que haya más presencia de escritores negros en festivales, lo que sucedió es que Joselia Aguiar –la comisaría de la edición de 2017– tiene una sensibilidad muy especial. No hablo sólo de la inclusión de la cultura negra, sino de su idea de democratizar el espacio. Fue la primera vez que las conferencias se podían ver a través de pantallas instaladas en las plazas de la ciudad. Joselia entendió la literatura como un derecho de todos y acabó con ese aire elitista del Flip. La forma de narrarse de Brasil siempre ha ido de la mano del mito del país de la mezcla de razas, la democracia racial de la que hablaba Gilberto Freyre. Pero el 80% de los muertos por violencia son negros, la misma cifra se da entre los presos de las cárceles, etc. ¿Hay que revisar ese mito? El mito de la democracia racial que propagó Freyre es un elogio al mestizaje brasileño porque se piensa que el país se puede blanquear. El gran deseo de nuestra historia es hacer una nación más blanca. Pero cuando se oscurece y las personas mestizas se sienten más negras, eso ya no se acepta. En los años 80 este mito empezó a desvanecerse gracias al movimiento negro dentro de las universidades. Después el propio gobierno de Fernando Henrique Cardoso reconoció que nuestro país era racista. Para nosotros no era una novedad pero fue importante que se dijera públicamente. Últimamente vemos a muchos racistas que han salido del armario, que dicen lo que realmente piensan en las redes sociales, que insultan a actores negros. Brasil siempre ha sido un país racista. EL GRAN DESEO DE LA HISTORIA DE BRASIL ES HACER UNA NACIÓN MÁS BLANCA ¿Usted ha pasado por muchas situaciones de racismo? Por varias, infinitas, todos los días. El racismo se revela en los gestos mínimos, cómo te miran al entrar a una tienda, darte cuenta que el chico de seguridad te vigila porque cree que vas a robar. Después están las situaciones más dramáticas como el genocidio de los jóvenes negros -de los 60.000 asesinados en 2015, al menos 28.000 eran negros menores de 25 años, según datos de Amnistía Internacional- que existe en este país y del que apenas se habla. Las madres negras viven en estado de terror porque saben que sus hijos pueden morir en cualquier momento a manos de policías que por norma los confunden con ladrones o traficantes. En nuestro país lo que es excepcional es no sufrir racismo. Como mujer negra se identifica con aquel personaje del cuento de Carolina de Jesús: errante, siempre en los márgenes. Sí, siempre me he sentido un poco así. El haber tenido que dejar mi ciudad muy joven para estudiar fuera me provocó una sensación de “no lugar”, de estar lejos de mi territorio. Más allá de mi experiencia individual creo que esa sensación de estar en los márgenes la hemos pasado todos los negros en este país. Cuando uno va a un restaurante ve pocos consumidores negros, lo mismo sucede en un teatro, en una feria de libros, en la televisión. No encontramos un espacio por eso lo que nos sustenta es la fuerza colectiva, formar parte de un grupo. En una escuela de samba, en una misa de candomblé, son los lugares donde encontramos a nuestros pares, donde nos reconocemos y donde recuperamos una noción de pertenencia.

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¿Falta mucho para tener ese espacio en la literatura? No me gusta ser pesimista, pero sí que falta mucho. En los últimos cinco años hemos visto algunos cambios con los festivales literarios undrergound que se hacen en las periferias con una mayoría de autores negros, pero seguimos en los márgenes. La literatura es uno de los espacios de creación de la identidad de una nación y valorar la literatura escrita por brasileños negros es permitirnos el pensamiento literario dentro de una nación que nos pertenece, que nosotros construimos. Por eso es tan importante reconocer la autoría negra, al igual que la blanca o la indígena, todos somos partes de esa construcción nacional. Pero a la hora de narrarnos, los negros y los indígenas, seguimos excluidos.

EL MARXISMO PLEBEYO DE JOHN W. COOKE // DIEGO SZTULWARK

Publicada en 11 marzo, 2018 http://lobosuelto.com/?p=19006

EL POPULISMO ES, PARA MAZZEO, “UNA ESTRATEGIA PARA DILUIR LOS CONTENIDOS POPULARES MÁS RADICALES EN UNA TOTALIDAD QUE LOS INCLUYE PERO QUE LOS SUBORDINA A TRAVÉS DE SIGNIFICANTES FLEXIBLES”, UNA “ESTRATEGIA DE REGULACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES” Y UN JUEGO DE “POLARIZACIÓN SOCIAL LIMITADA Y CONTROLADA”.

A Manuel, el Negro Molina EL VERDADERO OXIMORÓN DE NUESTROS DÍAS ES EL PERONISMO DE BASE Miguel Mazzo La primera vez que escuché hablar de John William Cooke fue a través de dos personas que lo conocieron bien: Eduardo Luis Duhalde y Manuel “el Negro” Molina. Duhalde, compilador de su Obra Completa en cinco tomos,[1] hablaba de “el Bebe” en charlas de “formación” en un local de la calle Perón, a fines de los años ochenta. Lo ubicaba como figura contrapuesta a Juan José Hernández Arregui; ambos representaban dos modos opuestos de cruzar marxismo y peronismo. El Negro, en cambio, hablaba en voz baja y en charlas de uno a uno.

El Negro, procedente de Mendoza, llegó a Buenos Aires a fines del primer peronismo. Una tarde de 1955, una requisa militar hizo bajar por la fuerza a un contingente de trabajadores que viajaba en colectivo por la zona de Plaza de Mayo, y el Negro se vio arrastrado a lo que sería su bautismo de fuego en la resistencia, rompiendo veredas y apedreando uniformados en defensa de Perón. Luego fue dirigente sindical de los barraqueros, en Avellaneda (donde Herminio Iglesias era su chofer y juntos salían a tirar “miguelitos”), y apoyó activamente la campaña de Andrés Framini como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, en 1962. Mucho más adelante, participó en la fundación de SUTEBA (fue compañero de Mary Sánchez) y fue próximo al ignoto grupo Proa (Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos).[2] Cooke aparecía siempre en sus conversaciones de los años noventa. El Negro estaba horneado en ese peronismo obrero referenciado en Amado Olmos y en un marxismo antiimperialista fuertemente moldeado por la Revolución Cubana. Él había sido parte de un grupo de trabajadores seleccionados por el propio Cooke para recibir formación política. Pablo Levin –varias décadas más tarde inspirador de Axel Kicillof– le daba clases sobre EL CAPITAL. Bajo el hechizo de las narraciones del Negro, no quedaba otra que sumergirse en la lectura atenta de los libros de Cooke y maravillarse con su escritura. El Negro siguió en contacto con los compañeros y compañeras de

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la ARP (Acción Revolucionaria Peronista), la organización fundada por Cooke a su vuelta de Cuba, hasta el final de sus días.

Durante la segunda mitad de la década de los noventa y como parte de la irrupción de los llamados “movimientos sociales”, comenzaron a circular numeroso trabajos sobre Cooke (recuerdo sobre todo los libros de Richard Gillespie, JOHN W. COOKE. EL PERONISMO ALTERNATIVO;[3] de Norberto Galasso, COOKE, DE PERÓN AL CHE;[4] y las páginas de RESISTENCIA E INTEGRACIÓNde Daniel James[5]). Cooke era parte del debate militante universitario y de las organizaciones sociales. Manuel Gaggero, que lo había conocido bien, hablaba de él en las Cátedras Che Guevara, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Cooke impresionaba por el uso diestro del lenguaje, certero y literario, por su radicalidad política, sus tensiones con Perón y su amistad con el Che; también por la complejidad de su dialéctica en la que la lucha de clases era concebida como una contradicción entre peronismo y antiperonismo y, simultáneamente, como un antagonismo interno en el propio peronismo. Pero por sobre todas las cosas, cautivaba su tentativa de ligar teoría y práctica política en un mismo movimiento, un marxismo plebeyo (el célebre “hecho maldito del país burgués”) con eje en la experiencia concreta de la radicalización obrera de la época de la resistencia. Años más tarde, ya en medio del conflicto por la 125, Horacio González –siempre interesado por Cooke, y autor de un artículo mítico sobre la correspondencia con Perón publicado en la revista UNIDOS– le preguntó por Cooke al ex presidente Néstor Kirchner, en el transcurso de una de las asambleas de Carta Abierta, en la Biblioteca Nacional. ¿Era viable ese engarce entre cookismo y kirchnerismo? Otro que hablaba de Cooke era León Rozitchner: habían sido amigos en La Habana y polemizaron sobre peronismo y revolución en la revista LA ROSA BLINDADA.[6]

En paralelo a estos recuerdos, el nombre de Cooke siempre estuvo en boca de Miguel Mazzeo: desde su militancia en el grupo Retruco y en el activismo universitario en La Mariátegui, hasta su participación en el Movimiento de Desocupados de la Zona Sur del conurbano y luego en el Frente Popular Darío Santillán, Mazzeo no dejó nunca de investigar y publicar sobre Cooke. Su libro EL HEREJE, APUNTES SOBRE JOHN WILLIAM COOKE[7] no es una tesis académica sino el resultado de una prolongada pasión intelectual y vital. Se trata de una biografía política y de una toma de partido en el campo de las ideas, de una investigación histórica y de una fuerte afirmación en las discusiones recientes sobre peronismo y revolución (subtítulo del libro SUBLUNAR, de otro historiador de la UBA de la misma generación, Javier Trímboli[8]). Además del repaso sistemático y al detalle de los textos de Cooke en EL HEREJE, Mazzeo realiza una serie de afirmaciones que permiten apreciar la calidad e incluso la vigencia de Cooke como pensador político argentino. Enumero algunas:

1. Los planteos de Cooke no se adecúan a los planteos de la izquierda peronista que asumió como opción al kirchnerismo, ni a las teorías populistas a la Laclau.[9] Mientras que Cooke concibió la transformación social con la dinámica de radicalización popular, las teorías populistas identifican el cambio político con el control del Estado. El peronismo, al que el Bebe le reclamaba las tareas propias de un frente de liberación nacional y social, quedó reducido a un movimiento de regulación de la lucha de clases y, en versiones más progresistas –dice Mazzeo– a gestionar del modo más inclusivo posible los ciclos del capital.

2. La práctica política de Cooke fue la de una pedagogía múltiple y dinámica, explicaba el peronismo a la izquierda y la izquierda al peronismo, y argumentaba ante el propio Perón sobre la necesidad de una palabra suya que autorizara a quienes como él sostenían posiciones socialistas. Esta pedagogía combinaba una fina percepción de la realidad argentina –y del peronismo– como una pluralidad en estado de desfasaje entre las palabras y las cosas, junto a una pasión intelectual por traducir fenómenos difíciles de armonizar en una estrategia revolucionaria (radicalidad obrera, burocracia sindical, ambigüedad entre el carácter encarnado y mítico del liderazgo). Para Cooke –no olvidemos que su

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muerte ocurrió en 1968–, el peronismo estaba recorrido por una tensión constitutiva que lo volvía incompatible objetivamente (radicalización obrera) y compatible subjetivamente (influencia de la burocracia) con el capitalismo. Se trataba, por lo tanto, de orientar esa subjetividad hacia la revolución (lucha de clases dentro del peronismo).

3. El propio Cooke fue tomado por este proceso de radicalización plebeya que arrasaba el país y el continente. En una carta de 1961, le explica a Perón que en la Argentina “los comunistas somos nosotros”, los peronistas; cinco años más tarde, el mítico “delegado de Perón” sustituiría la conducción estratégica del general por la del Che Guevara (sin que quepa reducir este mix cookeano armado de guevarismo y peronismo a ninguna estrategia de tipo foquista).

4. Si hubo algo así como un “cookismo” –y hasta un “walshismo” –, dice Mazzeo, resultaría completamente incomprendido sin reparar en el “grupo Avellaneda”, referenciado en Domingo Blajaquis y Raymundo Villaflor, emergentes de una cultura obrera autodidacta y politizada, que hacía su propia traducción plebeya del marxismo y que elaboró las premisas del alternativismo expresado por las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y el Peronismo de Base. Cooke converge con el grupo Avellaneda en la comprensión del peronismo como territorio de disputa entre autonomización y subordinación de contingentes obreros a la influencia de la burocracia –sindical, intelectual y política– que hizo del peronismo un fenómeno de contención de un amenazante movimiento obrero.

5. Las aporías de Cooke se plantearon sobre todo con relación a los dobles de Perón: el Perón de carne hueso (cada vez más alineado con los valores occidentales) y el Perón mítico (invocado por todas las fracciones del movimiento). ¿Cuál de ellos podía ser utilizado a favor de la revolución? ¿Cuál de ellos la frenaba? Mientras que el lenguaje político de Perón era oscilante e “incierto” (finalmente decantó en posiciones abiertamente contrarrevolucionarias), el de Cooke era preciso y buscaba las definiciones que el general evitaba; mientras que la concepción de la política de Perón estaba dentro de los marcos del equilibrio y de la contención, la de Cooke era la del desborde y la ruptura.

6. Si algo enseña la lectura de la lucha de clases en la Argentina de Cooke es a distinguir PLEBEYISMO de POPULISMO. El peronismo supo contener -sobre todo luego del 55, fecha a partir de la cual Cooke da por agotado el programa del 45- dos vertientes antagónicas de lo nacional-popular: una resistencia obrera antiimperialista en constante radicalización, y un sistema de liderazgos estratégicos conservadores, incapaces de ir más allá del horizonte burgués marcado por la intervención del Estado en la regulación del conflicto. Si el plebeyismo es un movimiento de descodificación y ruptura con el mando del capital, el populismo –lo nacional y popular desde arriba– es una praxis de imitación de captura de lo plebeyo y de imitación de lo popular desde abajo. El peronismo, dice Mazzeo, subsiste como fenómeno de simulación.

7. Cooke se hizo marxista de adulto y fue un gran lector del Marx de la alienación y de Lukács. No fue leninista sino un crítico del centralismo y del elitismo de la vanguardia, más próximo a un luxemburguismo de la autodeterminación popular. Sí fue un prematuro gramsciano que concibió al intelectual como organizador de la hegemonía de las clases subalternas. Mazzeo no deja de señalar con razón que Cooke fue injustamente ignorado por los estudiosos del gramscismo en la Argentina, mayormente reformistas y populistas

Sobre el final del libro, los apuntes de Mazzeo trazan un perfil –los rudimentos de una biografía– de la compañera de Cooke, Alicia Eguren, una figura tan fascinante como eludida por buena parte de las militancias, y relata una triste escena ocurrida en 2014, en ocasión de la ceremonia durante la que se arrojaron las cenizas de Cooke en el Río de la Plata, con presencias del ESTABLISHMENT peronista. Una cita de Horacio González le sirve para sintetizar un sentimiento: “Toda la política argentina media frente a Cooke muestra su carácter incompleto y desdichado”. El libro se abre con un prólogo de Guillermo Cieza y cierra con un epílogo a cargo de Mariano Pacheco: un modo de enlazar al menos tres

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generaciones en el interés por la singular figura de este “Trotsky del peronismo”. El COOKISMO histórico que Mazzeo nos presenta en su articulación política puede valer, ante todo, como introducción a una comprensión actual de lo “plebeyo” como conjunto de desacatos al mando neoliberal y al paternalismo populista.

[1] Eduardo Luis Duhalde (comp.), OBRAS COMPLETAS DE JOHN W. COOKE (5 tomos), Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2007-2011.

[2] De Proa, organización clandestina que funcionó entre 1974 y 1977, sólo supe de oídas por Duhalde, Molina y otros amigos. Disponemos de la investigación de Gabriel Rot: ITINERARIOS REVOLUCIONARIOS, EDUARDO L. DUHALDE/HAROLDO LOGIURATO. DE LA RESISTENCIA PERONISTA AL PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS ARGENTINOS, La campana de palo, Buenos Aires, 2016.

[3] Richard Gillespie, John William Cooke. El peronismo alternativo, Buenos Aires, Cántaro Ediciones, 1989.

[4] Norberto Galasso, Cooke, de Perón al Che. Una biografía política, Buenos Aires, Editorial Nuevos Tiempos, 1997.

[5] James, Daniel, RESISTENCIA E INTEGRACIÓN: EL PERONISMO Y LA CLASE TRABAJADORA ARGENTINA, 1946-1976, 2ª ed., Buenos Aires, Siglo Veintuno,Editores, 2010.

[6] En la compilación que hizo de la revista –LA ROSA BLINDADA, UNA PASIÓN DE LOS ’60. Buenos Aires, La Rosa Blindada, 1998- Néstor Kohan reproduce un fragmento de una entrevista con León Rozitchner en la que este último le cuenta sus conversaciones con Cooke en La Habana sobre Perón: “Él era muy crítico de Perón. Me mostró las cartas, tenía copia de todo. Lo único que no podía hacer, para seguir siendo peronista, era revelar la verdad y decir públicamente que Perón era un cabrón (…). Yo le planteé mis críticas en Cuba y él me reconocía que Perón era un hijo de puta pero que había que pincharlo al viejo para ver si podía inscribirlo en un campo determinado, diferente, de izquierda, y no de derecha. Y no fue viable porque Perón era de derecha. El punto ciego, no sólo de Cooke sino de toda la izquierda peronista, era que lo que decía no podía escribirlo y publicarlo”.

[7] Miguel Mazzeo, EL HEREJE, APUNTES SOBRE JOHN WILLIAM COOKE, Buenos Aires, el colectivo, 2016.

[8] Javier Trímboli, SUBLUNAR. ENTRE EL KIRCHNERISMO Y LA REVOLUCIÓN, Buenos Aires, Cuarenta Ríos, 2017.

[9] El populismo es, para Mazzeo, “una estrategia para diluir los contenidos populares más radicales en una totalidad que los incluye pero que los subordina a través de significantes flexibles”, una “estrategia de regulación de la lucha de clases” y un juego de “polarización social limitada y controlada”.

EL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN

Leo Panitch http://www.sinpermiso.info/textos/el-partido-de-la-revolucion

Una nueva explicación fresca y cautivadora de la Revolución Rusa para recordar su centenario, concluye con un tributo a los bolcheviques por actuar como

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los GUARDAGUJAS de la historia, un término derivado de las pequeñas casetas que salpicaban el trazado ferroviario del Imperio Ruso en las cuales, desde hacía ya tiempo, los revolucionarios se reunían clandestinamente. Contra los llamados “marxistas legales”, que en 1917 usaron el término como epíteto para menospreciar a aquellos que tratarían de desviar la locomotora de la historia en su ruta desde la estación política feudal a la estación capitalista –a la cual estaba programada su llegada antes de que pudiera partir a su estación socialista final–, China Miéville pregunta en OCTUBRE: “¿Qué podría ser más perjudicial para cualquier vestigio de teleología que aquellos que tenían en cuenta las vías alternativas de la historia?” Lo que hace que octubre de 1917no sea solo “en última instancia trágico” pero aun “en última instancia inspirador” es que mostró que era posible actuar de forma decisiva como para acoplar, dicho con Miéville, “los cambios de aguja hacia las vías ocultas, a través de la historia más salvaje”.

No había, por supuesto, vías ocultas. Si se siguiera haciendo uso de la metáfora, se necesitaría reconocer que las vías que hubieran formado un ramal ajeno al desvío que llevaba a la insurrección de octubre de 1917 tenían aún que ser forjadas y colocadas. Los bolcheviques que lideraron la insurrección, sobre todo Lenin y Trotsky, ciertamente no pretendieron construir un ramal paralelo. Más bien creían que aquellos trenes, ya de por sí más adelantados que los rusos en las vías de la historia, estaban programados para llegar de manera inminente a la estación final del capitalismo (la “superior” como Leninla había designado en su panfleto de 1916 sobre imperialismo). Y esperaban que aquellos trenes se apresurarían para salir de esa estación inspirados por la determinación de los guardagujas rusos, quienes entonces reacoplarían los cambios de aguja para incorporarse a la vía de la historia dirigida a la terminal socialista. Sin embargo, como rápidamente señaló el fracaso de la revolución comunista alemana de 1919, los trenes de la vía principal no lograron partir de la estación capitalista. El resultado, tal y como Miéville lo plantea, fue que “los años y meses siguientes verían a la revolución acosada, asediada, aislada, osificada, rota. Nosotros sabemos hacia dónde se está dirigiendo esto: purgas, gulags, hambrunas, asesinatos en masa”.

El ramal ferroviario que en realidad fue construido –serpenteando tortuosamente desde la Guerra Civil, atravesando la mercantilizada NEP de los primeros años de Lenin hasta la industrialización centralmente planificada y la colectivización agraria forzada de Stalin– convirtió el periodo de vía doble en una realidad durante la mayor parte del siglo XX. Los revolucionarios que rompieron más bruscamente con la práctica del “socialismo de un solo país” y sufrieron gravemente por sus particulares métodos, aún creyeron, como Trotsky dijo exiliado en 1932, que “el capitalismo ha sobrevivido a sí mismo como un sistema mundial”. Incluso en medio del dinamismo capitalista liderado por los estadounidenses del periodo posterior a 1945, fue la vía soviética de industrialización la que más impresionó a los revolucionarios –y a buena parte de los reformistas– de los países desarrollados. Y aun así, resultó ser el ramal paralelo construido por la Revolución de Octubre el que culminó en una vía muerta de la historia. Antes de que terminara el siglo, observando los trenes de alta velocidad recorriendo ahora la vía

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capitalista, los nuevos guardagujas parecían todos demasiado ansiosos por acoplar los cambios de vía una vez más e incorporarse por la que el capitalismo corría hacia el siglo XXI hasta quién sabe dónde.

Ya es hora de prescindir de la metáfora. Y de lo que también deberíamos prescindir es de nuestra tendencia a proclamar el inminente “fin del capitalismo”. Por muy útil que siga siendo el materialismo histórico para revelar cómo el capitalismo desplazó anteriores modos de producción –y por tanto para revelar la posibilidad de un futuro post-capitalista– no hay vías ocultas en la historia. Lo que hay es solo gente tratando de hacer historia bajo condiciones que no han elegido. Y por muy esenciales que puedan ser los análisis marxistas de las viejas y nuevas contradicciones del capitalismo para entender tales condiciones, ni las limitaciones en el desarrollo de las fuerzas productivas, ni las crisis económicas, ni siquiera las ecológicas serán por sí mismas el final del capitalismo. Solo gente capaz de hacer historia puede hacer tal cosa, y si esa nueva historia ha de ser socialista, también deberán ser capaces de hacer todo lo anterior.

En este sentido, cabe apuntar que también hay fuertes rastros de teleología inherentes a la tan frecuente perspectiva según la cual, al haber desviado a Rusia de su presumible “camino natural de desarrollo”, Octubre de 1917 simboliza un acto arbitrario organizado a espaldas de la sociedad rusa por un grupo de ideólogos marxistas inclinados a llevar a cabo su llamado “experimento socialista” a cualquier precio. En realidad, lo que todavía provee de “legitimidad histórica” a Octubre, como David Mandel nos recuerda en otro nuevo libro conmemorando el centenario, es cuán extenso fue su apoyo. Escribe: “Octubre fue de hecho una revolución popular”.

En tanto que el centenario de la Revolución Rusa es ocasión para nuevas reflexiones sobre la posibilidad de una transición del capitalismo al socialismo un cuarto de siglo DESPUÉS del fin del comunismo, debemos recibirlo de buena gana, con dos cláusulas. Primera, que el lugar acertado para empezar es un cuarto de siglo ANTES de 1917, por ejemplo, con el novedoso fenómeno político de la amplia emergencia de partidos socialistas de masas organizados, profundamente incrustados en las clases trabajadoras. Y segunda, que el sentido de esta vuelta a atrás debe identificar y aprender, no solo las posibilidades que mostraron sino también sus confusiones y limitaciones para ver mejor cómo estas pueden ser, si no evitadas, al menos trascendidas en nuevos intentos que sin duda serán llevados a cabo bajo las condiciones capitalistas del siglo XXI; para desarrollar nuevos partidos políticos que actúen como eje organizacional y estratégico entre la formación de la clase obrera de un lado y la transformación del estado capitalista del otro.

El legado de la socialdemocracia

Las clases subordinadas han participado a través de la historia en revueltas de esclavos o en motines del pan normalmente liderados por mujeres, pero una construcción institucional prolongada como la que implicaron los masivos partidos

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políticos de clase trabajadora engendrados a finales del XIX fueron un fenómeno histórico totalmente nuevo. No salieron de la nada. Normalmente supusieron la confluencia de diversas formaciones previas que habían sido incapaces de aglutinar a las clases trabajadoras o de sostenerse en el tiempo. Pero fueron los partidos socialistas que en su mayor parte emergieron entre las décadas de 1870 y 1920 de intentos previos de organización política y sublevaciones, así como una miríada de luchas sindicales los que, como afirma Geoff Eley en FORGING DEMOCRACY, “empujaron consistentemente las fronteras de la ciudadanía hacia afuera y hacia delante, pidiendo derechos democráticos donde el antiguo régimen los denegaba, defendiendo logros democráticos contra los sucesivos ataques, presionando por cada vez mayor inclusividad. Los partidos socialistas y comunistas –los partidos de la izquierda– a veces consiguieron ganar elecciones y formar gobiernos, pero más importante aún, organizaron la sociedad civil como la base desde la cual los logros democráticos existentes pudieran ser defendidos y otros nuevos pudieran surgir”. Como una vez señaló C.B. Macpherson, incluso “el principio introducido en la teoría liberal pre-democrática en el siglo XIX para convertirla en liberal-democrática (...) [fue] una idea del hombre como al menos potencialmente agente, autoridad y promotor y beneficiario de sus capacidades humanas, más que un mero consumidor de servicios”. El avance práctico de tal concepción dependió en gran medida de la emergencia de estas formas de acción política totalmente nuevas, las cuales explícitamente apuntaban por una “maximización de la democracia” a través de “una revolución en la conciencia democrática de las clases trabajadoras”.

Buena parte de la inspiración que estos partidos recibieron del Manifiesto Comunista de 1848 de Marx y Engels provino del acento que había puesto sobre la “organización de los proletarios como clase, que tanto vale decir como partido político”[1]. Y cuando Marx y Engels habían sostenido incluso antes que “es necesaria una transformación en masa de los hombres, que sólo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución”, sus nociones de “movimiento” y “revolución” fueron ambas concebidas, no como un momento espontáneo y catártico de insurrección sino más bien como involucrando un largo proceso de organización de clase y construcción institucional, mediante los cuales las capacidades de los trabajadores pudieran ser desarrolladas y así “volverse capaces para fundar una sociedad sobre nuevas bases”. Aquí posiblemente pensaban algo similar a la Sociedad Educativa de Trabajadores Alemanes fundada en Londres en 1840, que publicitaba en uno de sus carteles: “El principio fundamental de la Sociedad es que los hombres solo pueden alcanzar la libertad y la conciencia de sí mismos mediante el cultivo de sus facultades intelectuales. En consecuencia, todas las reuniones vespertinas están dirigidas a la instrucción. Una tarde se enseña inglés, en otra, geografía, historia en una tercera, en la cuarta, dibujo y física, en una quinta, canto, en una sexta, baile y en la séptima, ideas políticas comunistas”.

Los miembros de la Liga Comunista, que como parte de “su misión histórica para cambiar el mundo” habían fundado esa sociedad educativa y más tarde encargado el Manifiesto –por no hablar de “los cuarentayochistas que pronto abarrotaron las

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calles de París”–, difícilmente podrían calificarse como partido en el sentido que esta palabra tomaría cuatro décadas después, cuando la Segunda Internacional de partidos socialistas de masas fue fundada en el Día de la Bastilla de 1889. Cuando la Liga Comunista se desintegró en medio de una disputa faccional, Marx se refirió al asunto tras la fatal ruptura como la diferencia entre el materialismo de su bando y el idealismo del otro en lo que se refería a sus enfoques de los tiempos revolucionarios: “El punto de vista materialista del Manifiesto se ha rendido al idealismo. La revolución no es vista como el producto de la realidad de la situación sino como el resultado de un esfuerzo de la voluntad. Mientras que decimos a los trabajadores: Tenéis que atravesar quince, veinte, cincuenta años de guerra civil para alterar la situación y entrenaros a vosotros mismos para el ejercicio del poder, se dice que debemos tomar el poder de una vez o, de lo contrario mejor quedarnos en la cama”.

La cronología de Marx para la construcción de partidos fue señaladamente premonitoria. Los nuevos partidos socialdemócratas que emergieron en los siguientes quince, veinte, cincuenta años, con implicación masiva de las clases obreras durante esas décadas, fundamentaron sus actividades en la comprensión de que, con palabras del propio Engels en 1895, “la época de ataques sorpresa, de revoluciones llevadas a cabo por pequeñas minorías conscientes liderando masas inconscientes, ha pasado. Donde sea que esté la cuestión de una transformación completa de la organización social, las masas mismas deberán estar ahí también, ellas mismas deben haber comprendido ya qué es lo que está en juego, qué es lo que tratan de conseguir, en cuerpo y alma. La historia de los últimos cincuenta años nos ha enseñado eso. Pero para que las masas puedan entender lo que ha de hacerse, se requiere un largo y persistente trabajo”.

El legado marxista sobre el cual estos nuevos se nutrieron y, con no menor alcance, manufacturaron, implicó traer de vuelta al Manifiesto de su relativa oscuridad, como una ayuda clave para el propio papel de estos partidos en la formación de “los proletarios como clase”. Esto era visto explícitamente como un proceso paciente de construcción organizativa y educación popular masiva. El análisis más reciente y exhaustivo de los programas de partidos socialistas anteriores a 1914 –empezando con el fundacional programa alemán de Erfurt de 1891, pero también cubriendo los de los partidos socialdemócratas belgas, suecos, franceses y rusos así como el del Partido Laborista británico– demuestra con claridad que las inspiradoras metas socialistas estuvieron siempre ligadas a la articulación de reformas más inmediatas. Estas iban desde aquellas diseñadas para mejorar las condiciones de vida y trabajo hasta las que apuntaban a la extensión del sufragio, la libertad de asociación y el imperio de la ley; hasta aquellas concebidas para garantizar la completa igualdad a las mujeres, la separación de iglesia y Estado, la educación universal laica y la democratización del arte y la cultura. Mostraron a las clases trabajadoras ampliamente entendidas, en palabras de August Bebel, que los partidos “estaban actuando para ellos en la práctica, y no simplemente remitiéndoles a algún futuro Estado socialista, del cual nadie conoce la fecha de llegada”. Con todo, también eran vistos como cruciales “para equipar intelectual y culturalmente a la clase obrera en el control de su

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propio destino político”, lo cual supuso, por encima de todo, el desarrollo de las capacidades de autogobierno de las clases trabajadoras.

Ciertamente, la temprana reprimenda de Marx en su CRÍTICA DEL PROGRAMA DE GOTHA de 1875 al partido socialdemócrata alemán por sus tendencias estatistas, en agudo contraste con la admiración que había expresado por las formas de administración democráticas brevemente probadas en la Comuna de París, resalta como un notable hito de que había algo que ahí andaba equivocado. En cualquier caso, para cuando Marx murió, bajo ningún concepto estaba tan claro que el SPD sobreviviría a su ilegalización por la Ley Antisocialista de 1878. Forzar la derogación de la ley en 1890 fue una victoria histórica, pero también fue notable que la crítica de Engels al programa de Erfurt de 1891 del SPD avisara de que “temiendo una renovación de la Ley Antisocialista”, un cierto “oportunismo” estaba ganando terreno en el partido. Engels vio esto reflejado, no solo en la aparente aceptación de que todas las exigencias del partido podrían ser conseguidas dentro del “presente orden legal en Alemania”, sino incluso más aún en la conclusión del programa según el cual “la sociedad actual está desarrollándose hacia el socialismo”.

Lo que Engels estaba percibiendo aquí, AVANT LA LETTRE de Bernstein por así decirlo, era lo que más tarde sería conocido como “revisionismo”. El asunto no era tanto sobre si era posible una senda pacífica al socialismo; era más bien sobre lo que el “oportunismo” representaba en términos de la creciente autonomía del liderazgo del partido sobre las masas de afiliados, en medio de una multitud de prácticas internas de partido que inhibían más que desarrollaban las ambiciones revolucionarias de los obreros y sus competencias democráticas. En la primera década del siglo XX esto llegó tan lejos que Robert Michels pudo concluir su célebre estudio sobre el funcionamiento de “la ley de hierro de la oligarquía” dentro del SPD, fijando en su lugar sus esperanzas en un sistema público de educación “para aumentar el nivel intelectual de las masas y que estén capacitadas, dentro de lo posible, para contrarrestar las tendencias oligárquicas del movimiento de clase obrera”. Aun así, Michels no deseó “negar que cada movimiento revolucionario de clase obrera, y cada movimiento sinceramente inspirado por el espíritu democrático, pueda tener cierto valor como contribución al debilitamiento de las tendencias oligárquicas”.

Fue este espíritu democrático el que inspiró los famosos artículos de Rosa Luxemburgo de 1898-99, REFORMA O REVOLUCIÓN, escritos como una respuesta directa a la justificación explícita de Eduard Bernstein y su elaboración de la visión según la que “la sociedad actual está desarrollándose hacia el socialismo”. Bernstein afirmó que las reformas producidas por el sindicalismo y la acción parlamentaria, sostenidos por la concentración y socialización de la producción y las finanzas que acompañaban el pleno desarrollo del capitalismo, probarían tener un carácter inherentemente socialista. Contra esta visión, Luxemburgo discutió que perseguir únicamente este tipo de reformas aseguraría que “la práctica diaria de la socialdemocracia pierda toda conexión con el socialismo”. Con afilada nitidez, Luxemburgo anticipó que una perspectiva estratégica fundamentada en la

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compatibilidad de los intereses capitalistas y los de clase obrera, con el partido asumiendo “resultados prácticos inmediatos, reformas sociales (...) como el objetivo principal”, solo podría llevar a la adopción de una “política de la compensación, una política de tira y afloja, y una actitud prudente de conciliación diplomática”. Y en este contexto, la perspectiva revolucionaria basada en una “inequívoca, irreconciliable perspectiva de clase” sería vista por el partido como un obstáculo que superar.

Lo que de este modo estaría anticipando es “la gran significación socialista de las luchas sindicales y parlamentarias”; pues era precisamente que “a través de ellas la sensibilización, la conciencia del proletariado se vuelve socialista y este es organizado como clase. Pero si son consideradas como instrumentos para la socialización directa de la economía capitalista, no solo pierden su supuesta eficacia, sino que también cesan de ser medios para la preparación de la clase obrera para la conquista proletaria del poder”. Luxemburgo resumió lacónicamente la perspectiva revolucionaria como sigue:

El socialismo solo será la consecuencia de las crecientes contradicciones de la economía capitalista y de la comprensión por parte de la clase obrera de la inevitabilidad de la supresión de dichas contradicciones mediante una transformación social. Cuando la primera condición es negada y la segunda rechazada, como hace el revisionismo, el movimiento obrero es reducido a simple movimiento cooperativo y reformista, y se dirige en línea recta hacia el abandono total de la perspectiva de clase.

Esto fue inicialmente articulado a finales de la década de 1890 como una defensa de la estrategia revolucionaria del partido “sobre la cual hasta ahora todo el mundo estaba de acuerdo”: sin embargo, capturaría de manera precisa la predominante práctica revisionista de la socialdemocracia, sin duda desde el cambio de siglo hacia delante. Culminaría en 1914 con la histórica división de la Segunda Internacional socialdemócrata entre aquellos que, por un lado, apoyaron a cada Estado y clase dominante particular en los albores de la Gran Guerra, y por otro a los que sostuvieron la perspectiva revolucionaria.

Aún así había mucho de profundamente problemático en la articulación de esta perspectiva revolucionaria contra la revisionista en el cambio de siglo. Y esto reflejaba problemas muy arraigados en el legado marxista tal y como fue heredado y manufacturado por los partidos socialistas de masas. El primero de ellos tenía que ver con lo que Luxemburgo había simplemente denominado “el colapso”. Mediante el rechazo de lo que Bernstein afirmó como la propensión del capitalismo a la “adaptación” –la cual suavizaría sus contradicciones y facilitaría su transformación en socialismo–, Luxemburgo insistió en que en la teoría socialista, el “punto de partida para una transición al socialismo” no solo era “una crisis general y catastrófica” sino la “idea fundamental” según la que, como resultado “de sus propias contradicciones internas”, el capitalismo llega a un punto en el que “se vuelve simplemente imposible”. Engels había admitido en su prefacio de 1895 a la obra de Marx LA LUCHA DE CLASES EN FRANCIA(publicada originalmente tras las

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derrotas de 1848) que Marx y él mismo –“y todos los que son de nuestro parecer”– estuvieron equivocados al pensar en aquel momento que las condiciones estaban “maduras para la eliminación de la producción capitalista” en tanto que la segunda mitad del siglo XIX había probado que el capitalismo todavía tenía “una gran capacidad para la expansión”. Pero hacia finales de siglo, la mayoría de marxistas revolucionarios, Engels incluido, compartieron generalmente la opinión de Luxemburgo de que esa misma expansión había “acelerado la llegada de un declive general del capitalismo”. En contra de la posición de Bernstein según la cual la propagación de créditos financieros acompañados de la concentración de capital en cárteles, permitidos por la movilidad del capital para superar las “fuerzas productivas limitadas”, Luxemburgo insistió en que esto solo reflejaba la “creciente anarquía del capitalismo” y agravaba “la contradicción entre al carácter internacional de la economía capitalista mundial y el carácter nacional del Estado capitalista”.

Esta perspectiva –tan fundamental para la estrategia revolucionaria en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial como después (de hecho, hasta la Gran Depresión de los años 30)– ni predijo la capacidad del Estado capitalista para la adaptación a graves crisis capitalistas ni tampoco la continua dinámica expansiva de las fuerzas productivas. Y es precisamente esto lo que ahora nos permite ver exactamente cuán problemática fue la estrategia que presentó al socialismo como una “necesidad histórica”, como Luxemburgo indicó, sobre la base de la expectativa de un colapso capitalista sistémico a escala mundial a comienzos del siglo XX.

Siendo justos, para los revolucionarios que estaban, si acaso, obsesionados con la importancia de la agencia de la clase trabajadora, la idea del socialismo como una “necesidad histórica” no implicó, IPSO FACTO, una concepción economicista de la historia. Más bien subrayó la importancia, partiendo de las condiciones materiales y las contradicciones que el capitalismo había creado, de involucrarse activamente en la formación de la clase obrera para desarrollar el potencial de su agencia revolucionaria. En efecto, Luxemburgo rechazó manifiestamente “una concepción mecánica del desarrollo social (...) planteando para la victoria de la lucha de clases un momento fijo, externo e independiente de la lucha de clases”. En su lugar, ella argumentó –pues era “imposible imaginar que una transformación tan formidable como el paso de la sociedad capitalista a la socialista pueda ser realizado en un solo acto”– que el proletariado “necesariamente” habría de “tomar el poder ‘demasiado pronto’ una o varias veces antes de que pudiera mantenerse en el poder perdurablemente por sí solo”.

Hubo sin embargo una disyuntiva fundamentalmente problemática entre, por un lado, una orientación estratégica basada en el colapso inminente del capitalismo (combinada normalmente, además, como para la propia Luxemburgo, con una expectativa del “abandono de la sociedad burguesa de las conquistas democráticas ganadas hasta el ahora”) y, por otro lado, un reconocimiento estratégico de la auténtica cantidad de tiempo y espacio político que sería necesaria para “preparar la clase obrera para la conquista proletaria del poder”, en

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palabras de Luxemburgo. Esto fue ulteriormente agravado por la entusiasta adopción de la no menos problemática concepción estratégica de esta “conquista” en términos de “dictadura del proletariado”, un concepto que solo posteriormente oscureció el “largo y persistente trabajo” implicado en los obreros “entrenándose a sí mismos para el ejercicio del poder”. La opinión de Luxemburgo permitió, citando a Marx, la posibilidad de “el ejercicio pacífico de la dictadura del proletariado”, incluso mientras insistía en que era imposible imaginar que “el gallinero del parlamentarismo burgués” pudiera guiar en “la transición social más formidable en la historia, el paso de una sociedad de la forma capitalista a la socialista”. Pero su REFORMA O REVOLUCIÓN dejó completamente de lado lo que ella misma celebérrimamente identificaría como “el problema de la dictadura” veinte años después de sus comentarios críticos a EL ESTADO Y REVOLUCIÓN de Lenin:

Lenin dice: el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase trabajadora; el Estado socialista, de la burguesía. Hasta cierto punto, dice, es solo el Estado capitalista patas arriba. Esta visión simplificada pierde la cuestión más esencial: el gobierno de la clase burguesa no necesita el entrenamiento político y la educación de la entera masa del pueblo, al menos no más allá de ciertos límites estrechos. Pero para la dictadura del proletariado este es el elemento vital, el mismo aire sin el cual no es capaz de existir.

La Revolución rusa

El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) siempre fue algo atípico entre los partidos de la Segunda Internacional. Las condiciones sociales y políticas en Europa Occidental durante la década de 1890 que llevaron a Engels a insistir en que la insurrecciones eran cosas del pasado simplemente no se aplicaban a la Rusia de por aquel entonces. Aunque el POSDR asentó sus bases en el rápido crecimiento de un proletariado industrial en las ciudades del Imperio ruso, el campesinado continuó siendo, por mucho, la clase dominada más abundante. A comienzos del siglo XX Rusia continuaba pareciéndose más a cómo Alemania había sido en 1848 que a lo que esta habría de convertirse medio siglo más tarde. Además, el régimen zarista de Rusia apenas permitió una parte del espacio político del que disponían el SPD y sus sindicatos en Alemania durante la década de 1890. Precisamente por esto Lenin dijo en el primer congreso del POSDR que “en Rusia, los socialdemócratas necesitarían trabajar en la clandestinidad, crearse falsas identidades y confiar en otras formas de engaño”. Como abiertamente indicó: “Sin un fortalecimiento y desarrollo de las disciplinas revolucionarias, la organización y la actividad clandestina, la lucha contra el gobierno es inviable”.

Como Lars Lih muestra en LENIN REDISCOVERED, la organización del POSDR como un partido liderado por una vanguardia fue una cuestión propia de su funcionamiento bajo el régimen zarista más que oposición de Lenin al modelo alemán de partido socialdemócrata masivo. Lo que está claro es que Lenin se

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alineó firmemente con el ala revolucionaria de la socialdemocracia alemana: ¿QUÉ HACER? comienza con un decisivo rechazo a la “tendencia” revisionista bernsteiniana en la socialdemocracia por su intento de cambiarla “de partido de revolución social a partido democrático de reformas sociales”. Aun así, el acento que este ensayo fundamental puso sobre “el entrenamiento en la actividad revolucionaria” no tenía nada que ver con el dominio de técnicas de insurrección violenta sino con el desarrollo de competencias hegemónicas. “La conciencia de la clase obrera no puede ser genuina conciencia política a menos que los trabajadores sean entrenados para responder a todos los casos de tiranía política, opresión y abuso, sin importar qué clase sea la afectada (...) a menos que aprendan a aplicar en la práctica el análisis materialista de todos los aspectos de la vida y de la actividad de todas las clases, estratos y grupos de población”. Esto solo podría enraizar en el partido mediante el desarrollo de la capacidad de “organizar rápidas denuncias lo suficientemente amplias y llamativas contra todas las bochornosas atrocidades (...) descubrir a las masas obreras raudas denuncias sobre todos los temas posibles (...) profundizar, expandir e intensificar las denuncias y la agitación política”.

Aquí el énfasis era similar al de Luxemburgo en términos del papel clave que juega el partido en “la preparación de la clase trabajadora para la conquista proletaria del poder”. Pero Lenin le dio mucho menos peso que ella a las luchas sindicales y parlamentarias a través de las cuales “la conciencia del proletariado se vuelve socialista, y es organizado como clase”. Esto solo era esperable dado cuán restringidas estaban todas esas actividades en Rusia. Una muestra significativa de cuán limitadas se habían vuelto las actividades sindicales y parlamentarias en la misma Alemania en términos del desarrollo de las capacidades de clase fue que Luxemburgo acabara viendo las huelgas masivas de 1905 en Rusia como evidencias espontáneas de que el propio SPD necesitaba ponerse en sintonía con ellos. El argumento central de su famoso panfleto de 1906 al respecto fue que “la huelga masiva en Rusia no representa el producto artificial de premeditadas tácticas fruto de los socialdemócratas sino un fenómeno histórico natural”.

El desarrollo en la Rusia absolutista de “la industria a gran escala con todas sus consecuencias de división moderna de clases, agudos contrastes sociales, vida moderna en grandes ciudades y moderno proletariado” ha llegado en una época en la que “el ciclo completo de desarrollo capitalista había llegado a su fin” en los países capitalistas más avanzados. El resultado de esto, afirmaba, era que las burguesías –no solo en Rusia, sino en todos lados– eran “en parte directamente contrarrevolucionarias, en parte y débilmente, liberales”. Y eso a su vez significaba que Rusia, lejos de ser la excepción en las que habrían de ser las consideraciones estratégicas de la Segunda Internacional, se había convertido en la vanguardia. Como Luxemburgo escribió en HUELGA DE MASAS, PARTIDO Y SINDICATOS:

La presente revolución hace realidad, para el caso particular de la Rusia absolutista, los resultados generales del desarrollo internacional capitalista y se muestra, no tanto como la última sucesora de las viejas revoluciones

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burguesas sino como precursora de una nueva serie de revoluciones proletarias en Occidente. El país más atrasado de todos, solo porque ha llegado imperdonablemente tarde a su revolución burguesa, muestra nuevos caminos y métodos de lucha de clases al proletariado alemán y al de los países capitalistas más avanzados.

Si esto era, en sustancia, similar a la teoría del “desarrollo desigual y combinado”, fue más allá de lo que incluso Trotsky, no digamos Lenin, podrían afirmar, al menos en términos de las implicaciones estratégicas que se deducen de ello. Lo que aquí estaba en juego fue señalado por Luxemburgo cuando se dirigió al quinto congreso del POSDR en 1907, condenando “la muy negativa actitud hacia la huelga general que se impuso entre las filas del Partido Socialdemócrata Alemán; fue pensada como una puramente anárquica, lo cual significaba una consigna reaccionaria, una dañina utopía”. Pudo haber sido más ilusorio que certero cuando fue a contarles que el mismísimo proletariado alemán “vio en la huelga general del proletariado ruso una nueva forma de lucha (...) y se dieron prisa por cambiar fundamentalmente su actitud hacia la huelga general, reconociendo su posible aplicación en Alemania bajo ciertas condiciones”. Pero lo que está claro que ocurrió es que tanto el sindicato como los líderes del partido estaban determinados a que sus afiliados no percibieran las cosas de esta manera; de ahí las sucesivas polémicas de Luxemburgo contra la tozuda insistencia de Kautsky en que la huelga masiva mostraba en realidad el atraso de Rusia y que emularla en Alemania sería una metedura de pata estratégica. La lucha interna del SPD entre revolucionarios y reformistas fue así llevada a otro nivel, vaticinando la ruptura histórica que pronto iba a llegar.

Sin embargo, Luxemburgo también andaba preocupada con lo que la huelga masiva reveló sobre el partido Ruso, al cual criticó tan pronto como en 1904 y también sucesivamente, por la letal combinación de centralismo extremo con faccionalismo vanguardista. También ocurría con los “partidos que tratan de ganar tiempo (...) en Alemania y en cualquier lado”, Luxemburg discutió que no podía aceptar “el rol insignificante de una minoría consciente en la determinación de tácticas (...) frente a grandes actos creativos, frecuentemente espontáneos, lucha de clases”.

En cualquier caso, en medio de la represión masiva del estado y del evidente debilitamiento de la ola de huelgas entre 1907 y 1911, el POSDR se desmoronó desde los más de cien mil miembros a tan solo unos miles. Mientras el ala menchevique del partido anhelaba más y más una alianza estratégica con la pequeña burguesía liberal, Lenin se aferraba, como nos cuenta Miéville, “a un lamentable optimismo, tratando de interpretar cualquier bagatela –una caída de la economía aquí, un repunte de las publicaciones radicales allá– como un ‘momento de inflexión’”. Cuando los bolcheviques fracasaron la predicción del renovado resurgimiento de los trabajadores en Rusia entre 1912-1914, se pareció confirmar la reivindicación general de Luxemburgo de que “la iniciativa y el liderazgo consciente de las organizaciones socialdemócratas jugó un papel extremadamente significativo” en tales desarrollos.

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A pesar de ello, esto no previno que los bolcheviques se convirtieran desde entonces en “la fuerza política dominante en el movimiento obrero”. Después de las manifestaciones masivas del 9 de enero de 1917 –el duodécimo aniversario del “domingo sangriento” de 1905– fueron los bolcheviques quienes sintonizaron plenamente con el ritmo de las muchas oleadas de protestas y huelgas que golpearon el antiguo régimen hasta el momento de su colapso a finales de febrero. Con lo que anduvieron especialmente sintonizados fue con que durante el curso de este resurgimiento popular “ser un ‘trabajador’ cobró un importante significado social y político, incluso si uno trabajaba de camarero en un café de Petrogrado o de taxista en Piatogoirsk”, como Koerner y Robinson han indicado en un reciente volumen sobre este periodo. Como muestra su fascinante estudio sobre la prensa de la época, lo que distinguió especialmente a los reportajes bolcheviques de las huelgas fue el reconocimiento de que “el comportamiento activista de obreros generalmente ‘inactivos’ como los tenderos y las mujeres empleadas de las lavanderías, era ya por sí solo un asunto de verdadera relevancia política”. Además, no solo los editores de periódicos bolcheviques sino “editores socialistas de todas las sensibilidades parecieron retratar la lucha de clases, ilustrada por el movimiento de las huelgas, en los términos más amplios posibles, animando a diversos segmentos de la fuerza de trabajo a abandonar sus estrechos intereses y a identificarse con una clase obrera que trascendía los límites de las industrias manufactureras”. La conclusión que de esto se sacó fue especialmente importante:

La sola identificación de los tenderos con los peleteros, de las lavanderas con los trabajadores industriales, no pudo sino sugerir una amplia coincidencia de intereses y una clase obrera colectiva, legítimamente autorizada según estas razones para participar en la determinación del futuro político de Rusia. En estas circunstancias, la identidad competitiva de “ciudadano” (...) estaba seriamente comprometida (...) y los valores liberales en los que se basaba la autoridad del Gobierno Provisional se encontraban asimismo debilitados.

La monumental HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA del propio Trotsky, escrita en los primeros años tras su exilio de la URSS forzado por Stalin, capturó la cuestión relatando dos incidentes significativos en los días inmediatamente posteriores a la Revolución de Febrero, ambos de un jaez que suele hacer que queden sin registrar en la mayoría de explicaciones. El primero describe un encuentro callejero entre obreros y cosacos que un “abogado observaba desde su ventana y lo comunicó a un diputado (...) [Esto] se les antojaba a ambos un episodio de un proceso impersonal: la masa gris de la fábrica había chocado con la masa gris del cuartel. Pero no era así como veía las cosas el cosaco que se había atrevido a guiñar el ojo al trabajador, tampoco el trabajador, que instantáneamente decidió que el cosaco ‘le había guiñado de un modo amistoso’. El proceso de intercambio molecular entre el ejército y el pueblo se efectuaba sin interrupción. Los obreros observaban la temperatura del ejército y se dieron cuenta inmediatamente de que se acercaba el momento crítico”[2].

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Trotsky da cuenta del segundo incidente basándose en una cita de un informe de un senador enfurecido contra un conductor de tranvía (“No he podido olvidar el rostro del silencioso conductor: una expresión decidida y rencorosa, que tenía algo de lobo”) quien al encontrarse una manifestación callejera dijo inmediatamente a todo el mundo que se bajara. Trotsky comenta: “Aquel resolutivo conductor, en quien el funcionario liberal pudo ver en un segundo el aspecto “de lobo” debería haber estado dominado por un profundo sentido del deber como para detener en plena guerra y en una calle del Petersburgo imperial un tranvía lleno de funcionarios. El conductor del bulevar Liteina era un factor consciente de la historia, a quien alguien tenía que haber educado”. De este modo, Trotsky introduce su brillante crítica de la “espontaneidad”:

La leyenda de la espontaneidad no explica nada. Para apreciar debidamente la situación y decidir el momento oportuno para emprender el ataque contra el enemigo, era necesario que las masas o su sector dirigente, tuvieran sus postulados ante los acontecimientos históricos y su criterio para la valoración de los mismos. En otros términos, era necesario contar, no con una masas en abstracto, sino con la masa de los obreros petersburgueses y de los obreros rusos en general, (...) era necesario que en el seno de esa masa hubiera obreros que hubiesen reflexionado sobre la experiencia de 1905, que supieran adoptar una actitud crítica ante las ilusiones constitucionales de los liberales y de los mencheviques, que asimilaran la perspectiva de la revolución, que hubieran meditado docenas de veces acerca de la cuestión del ejército, que observaran celosamente los cambios que se efectuaban en el mismo –trabajadores que fueran capaces de sacar consecuencias revolucionarias de sus observaciones y de comunicarlas a los demás–. Era necesario, en fin, que hubiera en la guarnición misma soldados avanzados ganados para la causa, o, al menos, interesados por la propaganda revolucionaria y trabajados por ella.

En cada fábrica, en cada taller, en cada compañía, en cada café, en el hospital militar, en las estaciones de trasbordo, incluso en las aldeas desiertas, el pensamiento revolucionario realizaba una labor callada y molecular. Por dondequiera surgían intérpretes de los acontecimientos, obreros precisamente, a los cuales podía preguntarse, ¿qué hay de nuevo?, y de quienes podían esperarse las consignas necesarias. Estos caudillos se hallaban muchas veces entregados a sus propias fuerzas, se orientaban mediante las generalizaciones revolucionarias que llegaban fragmentariamente hasta ellos por distintos conductos, sabían leer entre líneas en los periódicos liberales aquello que les hacía falta. Su instinto de clase se hallaba agudizado por el criterio político, y aunque no desarrollaran consecuentemente todas sus ideas, su pensamiento trabajaba invariablemente en una misma dirección. Estos elementos de experiencia, de crítica, de iniciativa, de abnegación, iban impregnando a las masas y constituían la mecánica interna, inaccesible a la mirada superficial, y sin embargo decisiva, del movimiento revolucionario como proceso consciente.

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Fue la sintonización de todo esto lo que llevó a los bolcheviques, gradualmente y no sin considerables divisiones entre los líderes, a moverse estratégicamente como hicieron entre febrero y octubre. Aunque inicialmente hubieran aceptado lo que Trotsky admitió como la “errónea fórmula de la ‘dictadura democrática’” en referencia a las alianzas interclasistas de partidos constituidas en la Duma “en un periodo en el que el programa oficial socialdemócrata era aún común para bolcheviques y mencheviques”, los bolcheviques se mantuvieron fuera de cualquiera de esas alianzas parlamentarias. Su agudo olfato les decía que la burguesía rusa, independientemente de las promesas que hicieran, no sería capaz de acomodarse realmente siquiera a la jornada laboral de ocho horas, no digamos ya, como dice David Mandel, a “la reforma agraria tal y como la querían los campesinos –sin compensación–”, o a las generalizadas exigencias de los obreros para el derecho a elegir representantes a los consejos de fábrica, que “supervisarían las normativas internas de trabajo”. Como los bolcheviques se alejaban cada vez más de los diferentes intentos que otros partidos socialistas llevaban a cabo para sostener alianzas con los diputados de las clases propietarias, su apoyo popular creció cada vez más.

La innovadora noción de “poder dual”, que situó la caótica democracia de varias capas de representación de los consejos de obreros y soldados (“soviets”) en el centro de la estrategia bolchevique, fue desarrollada en este contexto. Pero hubieron de pasar muchas conmociones y sobresaltos, implicando bastante controversia entre los líderes, hasta que los bolcheviques adoptaron una postura inequívoca, justo antes de la insurrección de octubre, en favor de una inmediata “dictadura del proletariado” bajo la cautivadora consigna de “Todo el poder para los soviets”.

Sin duda, esta fue la inclinación de Lenin desde el momento en que llegó a Petrogrado volviendo de su exilio a comienzos de la primavera, una vez que observó, como lo haría Trotsky después, con qué intensidad estos “elementos de experiencia, de crítica, de iniciativa, de abnegación, iban impregnando a las masas y constituían la mecánica interna, inaccesible a la mirada superficial, y sin embargo decisiva, del movimiento revolucionario como proceso consciente”. Aun así, lo que se ha de tener en cuenta es que el mensaje central de Lenin en las célebres “Tesis de abril” –que ya proclamaban el paso “del primer estadio de la revolución (...) a su segundo estadio, en el cual se debe depositar el poder en manos del proletariado y los segmentos más pobres del campesinado”, como Tariq Ali lo describe– no estaba concebido principalmente con la intención de comenzar lo que los anti-revolucionarios ridiculizaron como un irresponsable “experimento” socialista al día siguiente de haber tomado el poder. Más bien estaba, como siempre había estado, estratégicamente dispuesto para romper la cadena capitalista en su eslabón más débil, esto es, atado a lo que el decisivo final de la participación rusa en la terrible guerra imperialista conseguiría: inspirar una revolución en Alemania y en todos los otros países capitalistas más avanzados. Lenin, como Trotsky, aún pensaba que esta era la condición SINE QUA NON para posibilitar cualquier transición del capitalismo al socialismo.

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El difuso pero palpable enfado con el sufrimiento y el caos de la continua participación rusa en la Gran Guerra, junto con la creciente intuición de que una revolución pro-zarista pudiera triunfar contra el débil y vacilante gobierno Kerensky, es lo que descansaba tras el soporte popular masivo de la Revolución de Octubre. Dicho esto, David Mandel es completamente convincente al valorar que un factor decisivo adicional fue el miedo entre trabajadores militantes con conciencia de clase –quienes no solo estaban influidos por los bolcheviques, sino que a su vez atraían buena parte de la atención de estos sobre sus inclinaciones– de que los patrones estuvieran a punto de recurrir de nuevo a los cierres patronales que desbarataron el levantamiento de 1905. Incluso en términos de lo que pasó tras la conquista del poder de los bolcheviques, Mandel no resulta menos convincente al mostrar que “la organización bolchevique en la capital casi desapareció al año siguiente de la Revolución de Octubre. Los trabajadores políticamente activos –y la mayoría de ellos estaban organizados en el partido bolchevique– sintieron que ahora que la gente tenía el poder en sus manos, la tarea consistía en trabajar en los soviets, en las administraciones económicas, en la organización del Ejército Rojo”.

A esto habría que añadirle las reveladoras observaciones de Sheila Fitzpatrick sobre cómo “los intelectuales radicales que sabían (...) poco sobre el funcionamiento de la burocracia (...), a quienes el estudio de Marx les había otorgado alguna comprensión del interés económico pero nada acerca del institucional” respondieron una vez entraron en las altas oficinas del viejo Estado. “Para los miembros del primer gobierno soviético resultó chocante darse cuenta de que ser socialistas, atados por la disciplina del partido, no producía automáticamente consensos una vez estaban a cargo de un sector particular –industria, educación, el ejército–; y empezaron a ver el mundo a través de sus ojos”. La idea de que crear un Estado totalitario era todo el objetivo del ejercicio revolucionario fue siempre, o bien una fantasía de las imaginaciones contrarrevolucionarias, o bien una cínica flecha desplegada desde su caja de herramientas ideológica. La posición de los historiadores antimarxistas siempre fue la reivindicación de la contingencia en lugar de la inevitabilidad en lo que respecta a la propia revolución pero como Fitzpatrick escribe, “cuando la contingencia en cuestión se aplicó al resultado de la revolución estalinista (...) se insiste en la inevitabilidad”. No hubo ningún paso directo del liderazgo de Lenin al de Stalin, e incluso bajo este último, como todo el excelente trabajo histórico de Fitzpatrick acerca de la URSS ha mostrado, tanto el partido como el Estado eran mucho menos monolíticos, si no menos burocráticos, de lo que parecen desde fuera.

La antipatía del propio Lenin al estatismo burocrático era evidente en EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN, escrito justo antes de la Revolución de Octubre. Al tiempo que exaltaba algunos aspectos de la capacidad de planificación del Estado alemán en tiempos de guerra (especialmente su servicio postal), su preocupación primordial era mostrar cómo un “Estado de los trabajadores”, fundado en los soviets que se habían formado en el proceso revolucionario, desplazaría al “Estado burgués” con algo así como “destreza y facilidad”.

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Incluso si todo esto es considerado más como retórica irrealista que como una sobria estimación de posibilidades, Lenin también estaba preocupado por mostrar que no era ningún “utópico” en este aspecto, reconociendo explícitamente que “un obrero sin cualificación o un cocinero no pueden ponerse inmediatamente con la responsabilidad propia de la administración del Estado”. La clave reside en que al desafiar el prejuicio según el cual solo “los funcionarios elegidos de familias ricas son competentes en la administración del Estado”, Lenin estaba definiendo explícitamente el trabajo revolucionaria principal: la preparación de los obreros para esta esta tarea. El primer anuncio de Lenin tras la Revolución de Octubre “A la población” como presidente del nuevo consejo de comisarios del pueblo echó mano de esta perspectiva: “¡Camaradas, pueblo trabajador! Recordad que ahora vosotros sois los que estáis al timón del Estado. Nadie os ayudará si vosotros mismos no os unís y os hacéis cargo de los asuntos de Estado con vuestras propias manos. Vuestros soviets son ahora los órganos de la autoridad del Estado, cuerpos legislativos con plenos poderes”.

Cualesquiera que fueran las competencias que los trabajadores y los soldados pudieron tener mediante los soviets a lo largo de 1917, hasta qué punto pudiesen responder adecuadamente a tal exhortación, estaba determinado a ser puesto a prueba severamente, especialmente en la estela de la fallida revolución alemana, durante la guerra civil, tan agravada por las intervenciones, militares y de otro tipo, de los victoriosos Estados capitalistas de la Primera Guerra Mundial. Como Miéville señala: “bajo tan implacables presiones, estos son meses y años de innombrable sufrimiento, hambruna, muertes masivas, el casi completo final de la industria y la cultura, de bandolerismo, pogromos, tortura y canibalismo. El asediado régimen desata su propio Terror Rojo”. Lejos de la democracia soviética de obreros y campesinos que los revolucionarios habían concebido y prometido, fue establecida la dictadura de lo que por aquel entonces, en 1918, se conocía como el Partido Comunista Ruso (los bolcheviques). Si en algún sentido fue dictadura del proletariado, fue solo una que representaría “como mucho, la idea de clase, no la clase por sí misma”, como Isaac Deutscher apuntaría más tarde con perspicacia. Los bolcheviques no solo se habían “aferrado al poder por su propio bien”, insistía. Mediante la identificación del destino de la república con el suyo propio –prohibiendo partidos de oposición y reconstruyendo los soviets y los sindicatos como agentes del nuevo partido del estado, como “la única fuerza capaz de salvaguardar la revolución”–, rechazaban firmemente permitir que “el famélico y emocionalmente voluble país pudiera votar a su partido fuera del poder y así mismo en un sangriento caos”. Sin embargo, la cuestión fundamental era esta:

Siempre habían asumido tácitamente que la mayoría de la clase trabajadora, habiéndoles respaldado en la revolución, seguiría apoyándoles inquebrantablemente hasta que hubieran completado todo el programa del socialismo. Inocente suposición, brotó de la noción según la cual el socialismo era la idea proletaria PAR EXCELLENCE y que el proletariado, habiéndose adherido una vez a ella, nunca la abandonaría… A los

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marxistas jamás se les ocurrió reflexionar si era posible o admisible intentar establecer el socialismo sin tomar en cuenta la voluntad de la clase obrera.

Lo que Rosa Luxemburgo percibió durante el primer año de la Revolución de Octubre, pronto marcaría definitivamente el resultado. El mismo partido revolucionario se convertiría en un “asunto de compadreo” ya que “en realidad, solo una docena de brillantes cabezas hacen de guía y de vez en cuando se invita a las reuniones a una élite de la clase trabajadora para que aplaudan los discursos de los líderes y para que aprueben unánimemente las resoluciones propuestas”. El gran peligro, predijo Luxemburgo, era que en un Estado “sin elecciones generales, sin la libre liza de la opinión, la vida muere en cada institución pública, se torna en mera apariencia de la vida, en la cual solo la burocracia permanece como el elemento activo”.

En 1923, el propio Lenin admitió que prácticamente no se había conseguido ningún progreso en el desarrollo de las competencias para la administración popular. Lamentaba que las instituciones del Estado aún portaban íntegros vestigios de la “despiadada, controladora y centralizada burocracia rusa, heredada en su mayor parte del sistema zarista”. Tamas Krausz recientementeha sintetizado la disyuntiva de Lenin, resuelta poco antes de su muerte:

Debido a los límites impuestos por las circunstancias históricas y la mortalidad individual, Lenin no fue capaz de proponer nada más que una limitada repuesta marxista a la cuestión de tener que recurrir a la dictadura, incluso contra su propia base social, por mor de la preservación del poder soviético. Por un lado, intentó compensar la opresión política proclamando, oponiendo al remanente y cada vez más fuerte poder del Estado que “la clase obrera se debe defender a sí misma contra su propio Estado”. Dejó sin explicar cómo podría hacerse eso mismo con el apoyo del propio Estado. Dicho de otro modo, los trabajadores deberían confrontar al Estado y al mismo tiempo defender a ese mismo Estado y a todas sus instituciones. No había ninguna solución dialéctica para tal contradicción.

Los efectos de esto sobre la conciencia de la clase obrera y sus competencias democráticas, fueron tenebrosamente captados por lo que el líder del comité de un sindicato local de la planta de automóviles Volga expresó en 1990, justo antes del colapso de la URSS: “Si acaso los trabajadores estuvieron atrasados y subdesarrollados, fue porque de hecho no ha habido educación política real desde 1924. Los trabajadores se quedaron idiotas por culpa del partido”. Las palabras aquí deben tomarse literalmente: a los trabajadores no solo se les tomó por idiotas sino que SE HIZO QUE SE QUEDARAN idiotas; su competencia democrática fue socavada. La Revolución rusa no produjo tanto un “Estado obrero deformado” en los regímenes comunistas autoritarios, como una clase obrera deformada. Ciertamente hay aquí una lección. Si el partido de la revolución, tras un largo y activo proceso de formación de la

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clase, se prueba incapaz de provocar una transformación del Estado que de hecho produzca una “maximización de la democracia”, el resultado será la deformación de la clase.

Conclusiones

Desde nuestra perspectiva propia del siglo XXI, en medio del capitalismo neoliberal y global, está claro que la opinión de los revolucionarios durante la Segunda Internacional –esa concentración capital más reforma social, lejos de inclinar gradualmente el capitalismo hacia el socialismo, solo podría, como mucho, mejorar ciertas contradicciones y conflictos en el capitalismo al tiempo que intensifica otros– se ha probado totalmente acertada. Aún más, las democracias liberales hoy día, en las que las cada vez más precarias y desorganizadas clases trabajadoras han sido dejadas, políticamente desnudas, a merced de las arengas xenófobas, revelan trístemente con su peligrosa situación las consecuencias de la ausencia de partidos socialistas de masas involucrados en el desarrollo de las competencias democráticas a través de su papel en la formación de la clase. Y esto nos devuelve al lugar por el que comenzamos: al de la importancia histórica de dichos partidos como eje entre la formación de la clase y la transformación del Estado.

Recuperar este hecho histórico no es cosa de nostalgia. Con buenas razones, Simon Signoret tituló hace cuarenta años su autobiografía NOSTALGIA ISN’T WHAT IT USED TO BE [LA NOSTALGIA YA NO ES LO QUE ERA]. Tampoco es cosa de la “melancolía de la izquierda”, tan afligida por “las derrotadas revoluciones del pasado” como para quedarse inmóvil en el presente, negando así el admirable sesgo positivo que Enzo Traverso propone dar a la noción de “melancolía fructífera”, la cual “no significa abandonar la idea de socialismo o la esperanza en un futuro mejor; significa repensar el socialismo en una época en la que la memoria está perdida, oculta y olvidada, y necesita ser redimida. Esta melancolía no significa lamentar ninguna utopía perdida sino repensar el proyecto revolucionario en tiempos no revolucionarios”.

Los diversos intentos que se han hecho por “redimir el proyecto revolucionario” mediante nuevos partidos leninistas en la resaca del embriagador espíritu de 1968 se han probado estériles precisamente porque no alentaron ese repensar. Como Ralph Miliband apuntó en “Moving On”, su famoso ensayo de 1976 en SOCIALIST REGISTER: “Todas estas organizaciones tienen una percepción común del cambio socialista en términos de la toma revolucionaria del poder según el modelo bolchevique de Octubre de 1917. Este es su común punto de partida y de llegada, el guion y el escenario que determina su entero modo de ser”. Antes que algún innato “sectarismo, dogmatismo, aventurerismo y autoritarismo”, fue esta “perspectiva básica” la que explicaba, no solo por qué “fallaron convertirse en partidos masivos o en grandes partidos”, sino incluso “por qué apenas se

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convirtieron en partidos”, y fue “su aislamiento el que, si no completamente, al menos en parte, produce sus desagradables características”.

El final de los regímenes comunistas autoritarios entre 1989 y 1991 poco podía importar por sí mismo a una generación de izquierda de los sesenta que había sido radicalizada, no debido al socialismo sino más bien a despecho del ejemplo del “socialismo realmente existente”. Tampoco fue necesario esperar a que el “realismo sin imaginación”, que ansiaba reconciliación con el neoliberalismo de la blairista “tercera vía” a finales de los 90, reconociera que el curso histórico reformista de la socialdemocracia había llegado a su final. Mientras los seguidores tradicionales de clase obrera de los partidos socialdemócratas y comunistas fueron despojadas del arsenal ideológico –por no hablar del material– contra el grotesco aumento de las desigualdades de clase de principios del siglo XXI (capitalismo avanzado, desigualdad avanzada, podríamos llamarlo); no debería ser sorprendente verles hoy sucumbiendo al patriotismo de granujas políticos.

La acumulación de errores tanto de los partidos comunistas como de los socialdemócratas durante los últimos cincuenta años, estuvo acompañada de un marcado desplazamiento de la izquierda radical hacia un amplio “movimientismo” –tanto en su forma de protesta o como grupo de presión–. Como Jodi Dean ha discutido recientemente, aquellos que tratan de escapar de esta forma “de las limitaciones del partido” frecuentemente lo han reducido a “la realidad de sus errores” mientras que “su papel como aglutinador de aspiraciones colectivas y afectos ha sido menoscabado, cuando no olvidado”. Observa que más y más actores de los propios movimientos “reconocen en mayor medida las limitaciones de la política concebida en términos de activismo basado en temas e identidades, de demostraciones masivas que a todos los efectos son esencialmente únicas y localismo momentáneo de anarquista lucha callejera. De este modo se preguntan de nuevo por la cuestión organizacional, reconsiderando las posibilidades políticas del partido”. Es justo esto lo que también sirve para realzar la importancia, y aun las inconveniencias, de Syriza y Podemos entre los partidos más nuevos, así como las de las insurgencias de Corbyn/Momentum y de Sanders/Our Revolutionentre los viejos.

Estos han surgido en respuesta directa a los graves efectos desmovilizadores, incluso frente a sus propias bases, del reformismo socialdemócrata de viejo cuño. Pero también han considerado claramente al modelo bolchevique como anacrónico. Qué nuevas formas de partido surgirán para triunfar ante estas dos condiciones tan diferentes del siglo XXI, con todo lo que implicarán tanto para la formación de la clase como para la transformación del Estado, aún está por ver. La cuestión del partido –que parece haber caído en algún pozo de la historia, al igual que las locomotoras a vapor que una vez impulsaron ciertas representaciones teleológicas del materialismo histórico– está palpablemente de vuelta en el orden del día de la izquierda.

Notas:

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[1] N. del T.: para las citas del Manifiesto Comunista se ha usado la convencional traducción de Wenceslao Roces de 1932.

[2] N. del T.: para los pasajes de HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA se ha usado, con algunas modificaciones y cotejando con la inglesa, la traducción castellana de Andreu Nin, revisada por Emilio Ayllón y reeditada en 2017 por Capitán Swing.

Leo Panitch

Es profesor de ciencia política en la Universidad de York y co-editor de Socialist Register. Su último libro, escrito con Sam Gindin, es The Making of Global Capitalism.

Fuente:

https://jacobinmag.com/2017/12/russian-revolution-bolsheviks-lenin-party

Traducción:

David Guerrero

ENTREVISTA CON DANIEL TANURO

Trump: un año de trumperias http://vientosur.info/spip.php?article13574 09/03/2018 | Virginia de la Siega

Daniel Tanuro sigue de cerca la situación estadounidense. En la última universidad de verano del NPA, a finales de agosto de 2017, introdujo un taller sobre Trump y el trumpismo, y su libro Frankenstein en la Casa Blanca. Trump y el interregno globalse publicará muy pronto en castellano, editado por Sylone y viento sur. Le hemos pedido su valoración del primer año de esta nueva administración.

Donald Trump ha entrado en funciones hace poco más de un año. Los medios hablan de un balance insignificante, incluso de un fracaso completo. El muro con México ni ha empezado, el Obamacare sigue ahí...¿Qué piensas de todo esto?

No pienso que el balance de Trump sea insignificante para gente rica y capitalistas. Quienes se dedican a las finanzas en Wall Street están a punto de obtener la neutralización de las tímidas medidas de regulación puestas en pie tras la crisis de 2007-2008. Goldman Sachs quiere desactivar la regla Volcker, que impide a los bancos la especulación con sus fondos propios (lo que hacían a veces contra los intereses de sus clientes). Es la misión de la gente llamada "Goldman boys" en el seno del equipo Trump -Cohn y Mnuchi-, y están lográndolo.

El sector carbonero está liberado de las restricciones del Clean Power Plan. El sector petrolero obtiene la autorización de perforación offshore a lo largo de todas las costas estadounidenses (algunos Estados protestan), la explotación en la gran reserva natural ártica, la luz verde a los oleoductos que deben llevar los hidrocarburos de Atlanta hacia el Golfo de México... Las compañías mineras han vuelto a tener la

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autorización para corromper a los gobiernos de los países del Sur para arrancar concesiones. Las empresas fabricantes de armas se alegran del enorme aumento del gasto militar. Las acciones de las compañías de prisiones privadas se han disparado desde la elección de Trump, pues la gente detenida para ser expulsada es encarcelada entre sus paredes.

Detalle curioso: la llamada prensa de calidad es muy crítica respecto a Trump, pero todos los medios, escritos y audiovisuales, se benefician del interés público por los caprichos, las torpezas y las provocaciones del presidente. Las empresas del sector de la construcción y de las obras públicas esperan con impaciencia el gran plan de infraestructuras (estará basado en asociaciones público-privado, no en la inversión pública). A esto se añaden el apoyo de la mayor parte de los medios de negocios a la política de desregulación en todos los sectores -el objetivo es suprimir las tras cuartas partes de las restricciones legales- y su entusiasmo por la reforma fiscal adoptada en diciembre -80% de beneficios de ésta irán al uno por ciento más rico de la población... Desde el punto de vista de la gente rica y de la patronal, el balance de Trump es escandalosamente positivo, y esto se traduce en la euforia bursátil.

Por otra parte, el propio Trump ha admitido que muchas de sus promesas electorales eran puramente retóricas. Los medios le toman al pie de la letra pero no en serio, mientras que su base le toma en serio pero no al pie de la letra. Ahora bien, Trump hace todo lo que puede para conservar el apoyo de esta base. Ciertamente, el muro no está en obras y México no está dispuesto a pagarlo. Ciertamente, el Obamacare no se ha derogado. Pero el Presidente crea la imagen del tío que lucha por respetar sus promesas reaccionarias, a pesar de las resistencias del "pantano" de Washington.

De hecho, no está inactivo y no hay que subestimar su balance. El Muslim Ban ha sido bloqueado, pero se han enviado directivas a los Estados para reforzar las medidas de control, el acceso al territorio se ha vuelto mucho más complicado para la ciudadanía de los siete países señalados, las expulsiones de sin papeles baten récords, las ciudades "santuario" que se niegan a colaborar en el acoso son penalizadas, etc.

Lo mismo en lo que se refiere al Obamacare: se han tomado un gran número de medidas con el objetivo de desestabilizar el sistema. No son como para no ser tenidas en cuenta: por ejemplo, cincuenta y cinco millones de mujeres padecerán el decreto que suprime la obligación de las empresas a ofrecer a las trabajadoras un seguro de salud que incluya al menos un método contraceptivo. Trump multiplica las medidas de este tipo para movilizar a su base evangélica. En algunos Estados, como Texas, ya no hay prácticamente clínicas que practiquen la interrupción voluntaria del embarazo: la mayor parte han debido cerrar como consecuencia de la supresión de las subvenciones.

El paro está en su punto más bajo, los salarios remontan, Wall Street va bien y hay empresas que repatrian incluso sus capitales a los Estados Unidos. ¿Hay que atribuírselo a Trump?

El muy bajo nivel de paro (4,2%) no es una conquista de Trump que farolea con las cifras y los hechos. Desde su elección, el ritmo de creación de empleos ha sido de 169.000 por mes; era de 185.000 por mes durante los siete años precedentes. Trump se vanagloria de relanzar la industria manufacturera, pero el número de empleos en esta rama sigue siendo inferior en un millón al que había antes de la crisis de 2007-2008.

El presidente intenta sobre todo seducir a los y las trabajadoras del automóvil, pero los hechos están lejos de darle la razón: si Ford comenzó el año 2017 anunciando el abandono de la producción mexicana de ciertos modelos (anticuados), lo ha terminado decidiendo que su SUV 100% eléctrico sería fabricado al sur del Río Grande. Chrysler planifica la transferencia de la producción de pikups de México hacia Michigan, pero la fábrica mexicana sigue operativa: será reorientada hacia la producción de vehículos comerciales para el mercado mundial. El caso de Harley-Davidson es típico: hace un año, Trump recibía al patrón y los y las trabajadoras, saludaba su patriotismo y suprimía una multa de tres millones de dólares por no respeto de las leyes sobre la polución del aire; hoy, la empresa anuncia varios centenares de pérdidas de empleos y el cierre de una fábrica en Kansas.

Trump intenta suscitar la idea de que está levantando la economía gracias al "genio muy estable" (el 6 de enero de este año él mismo se definió así en un twit ndt) que ha hecho fortuna, pero es evidentemente una ficción: las inversiones de las transnacionales no siguen las exhortaciones a corto plazo de la Casa Blanca, sino los planes estratégicos de medio y largo plazo elaborados por los consejos de administración. Toyota no decidió en apoyo a la política de Obama en 2011 abrir una nueva fábrica en Mississipi, sino porque el mercado estadounidense es decisivo en la competencia con Volkswagen para el primer puesto en el podium.

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Por otra parte, el empleo en el sector automovilístico estadounidense es ligeramente inferior hoy a lo que era hace un año.

Los salarios aumentan, pero igualmente a un ritmo más bajo que a finales del segundo mandato de Obama. El hecho a señalar no es por otra parte que aumenten. El hecho notable es que la política neoliberal haya permitido bloquearlos tanto tiempo (a pesar de un paro muy bajo) y que no aumenten más rápidamente hoy, en una situación de casi pleno empleo.

En cuanto a las repatriaciones de capitales, se trata en lo esencial de un efecto del chollo de la reforma fiscal. Apple ha anunciado que invertiría 350 mil millones de dólares en los Estados Unidos de ahora a 2023, pero la mayor parte de esta suma no es sino la continuación lineal de su política de los últimos años: la inversión realmente nueva sube a 37 mil millones, y nada dice que servirá para crear empleos.

Precisamente: hablemos de la reforma fiscal. Beneficia a la gente más rica y a las empresas, pero aumentará con fuerza la deuda y el déficit. ¿No es insensato? ¿Cual es la coherencia de esta política?

La coherencia es la de una clase capitalista cada vez mas ávida a corto plazo, que quiere pagar cuanto menos impuestos posibles -de preferencia ninguno- y que apuesta por un refuerzo de la austeridad para tapar el agujero presupuestario. La Oficina del Presupuesto del Congreso estadounidense estima que de aquí a 2027, las personas contribuyentes que ganan entre 40.000 y 50.000 dólares por año pagarán 5,3 millardos de impuestos más, mientras que quienes ganan más de un millón de dólares al año pagarán 5,8 millardos menos. Las entradas del Estado federal bajarán en 1.600 millardos de dólares, lo que hará pasar la deuda pública del 77% a más del 100% del PIB.

El partido republicano ha adoptado su reforma en medio de la euforia, pretendiendo que aseguraría la prosperidad de "la economía". Trump se vanagloria repitiendo que esta reforma y el aumento de los gastos militares son dos elementos clave de su proyecto para "devolver a América su grandeza". Pero esa gente y su base Tea Party son adversarios feroces de la deuda y del déficit. Ahora que han obtenido su reforma fiscal, van a abogar por recortes presupuestarios en los presupuestos sociales, en los presupuestos para el medio ambiente, en la investigación pública, en los equipamientos colectivos, etc. Los derechos de las mujeres y de las comunidades así como la escuela pública están particularmente amenazados.

Se puede decir que esta política es irracional desde el punto de vista del interés de la sociedad en su conjunto, pero es importante comprender que esta irracionalidad no es producto de un individuo. Trump es una personalidad peligrosamente perturbada, pero el peligro viene del hecho de que su sinrazón entra en sintonía con la del sistema. Cuarenta años de neoliberalismo triunfante han favorecido el desarrollo de una ideología mortífera. Ésta se enraíza en la forma financiera que sirve al capital entero de palanca para volver a lo que Michel Husson llama un "puro capitalismo".

Como mostró Marx, esta forma (D-D´, dinero-más dinero) es la que oculta más perfectamente la realidad social. La industria deja aún adivinar que el capital se apropia de las riquezas producidas por la naturaleza y el trabajo, destruyendo una y otra como consecuencia de la competencia por las ganancias. La finanza, por el contrario, porque invisibiliza trabajo y naturaleza, lleva a la perfección la ilusión de que el dinero es la única fuente de la riqueza, que la produce "tan naturalmente como una peral produce peras". Como consecuencia, el trabajo y la naturaleza aparecen como "cargas" que gravan la producción de riqueza por el capital.

"De izquierdas" o "de derechas", las políticas llevadas a cabo desde hace cuarenta años derivan de esta visión: recortes implacables, en las "cargas sociales", de una parte, y rechazo a tomar medidas ecológicas que darían demasiado peso a las "cargas medioambientales" de las empresas, de la otra. Que las ganancias capitalistas hayan estallado en estas condiciones no es una sorpresa. No obstante, nada está resuelto. Las sociedades continúan hundiéndose en al abismo de las destrucciones sociales y medioambientales denominado "la crisis" y los responsables son impotentes para sacarlas de ahí. La lógica neoliberal les impide sencillamente ver una salida diferente a más neoliberalismo, más mercado, menos "rigideces", menos "cargas", más crecimiento y más ganancias para la gente rica.

La política de Trump es la expresión paroxística, cínica y desacomplejada de esta tendencia. Sus victorias en las primarias republicanas y las presidenciales son accidentales, pero la orientación que pone en marcha no lo es: sus principales elementos están elaborados desde hace años por poderosos tink tanks neoliberales y

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libertarios (en Estados Unidos el Libertarian Party es un partido ultraliberal ndt), que rivalizan en influencia entre sus colaboradores y colaboradoras.

¿No son contrarias la política exterior de Trump y su proteccionismo a los intereses del gran capital estadounidense? ¿No estará tentado éste de librarse del alborotador?

El proteccionismo proclamado por Trump en la campaña es, en efecto, contrario a los intereses del capital transnacional estadounidense. Éste está además opuesto a un freno de toda inmigración, al racismo, a la expulsión eventual de los "dreamers" (las cerca de 700.000 personas que entraron ilegalmente en los Estados Unidos con sus padres y madres, cuando eran niños y niñas). Visto el casi pleno empleo, el agrobusiness y la construcción quieren poder continuar contratando personas ilegales con bajos salarios. En cuanto a las joyas multinacionales de la economía estadounidense, el racismo es contrario a su estrategia mundial de reclutamiento, a su política de personal y a su estrategia comercial en los mercados globalizados.

Es por otra parte evidente que la política exterior de Trump tiende a desacreditar y a aislar a los Estados Unidos en la arena internacional. Incluso sus aliados internacionales desconfían ya. El giro a favor de una alianza con Rusia contra China y contra la "amenaza terrorista islámica" ha sido frenado en seco por la sospechas de connivencia con la injerencia rusa en la campaña electoral (que está demostrada). Es además probable que el rápido despido de Flynt, luego el de Bannon, hayan provocado desorientación en un Trump que no conoce nada de la política exterior, confunde la República de China y la República Popular de China, cree que Bruselas es un país, mezcla Irak y Siria, y ve las relaciones internacionales con el prisma de sus (proyectos de) inversiones por todas partes.

Dicho esto, quien ha sido elegido ha sido Donald Trump, no Hillary Clinton. Y la clase dominante no tiene otro remedio que acomodarse a ello. El impeachment podría ser una solución en última instancia, pero el procedimiento puede durar tres años y el resultado es incierto. El vicepresidente y los ministros podrían decir que Trump debe ser destituido porque no está en su sano juicio, pero esto parece poco probable.

De una parte, como señalaba Mandel, el capital juzga a sus representantes políticos ante todo por la extracción de la plusvalía, la política exterior viene después. De otra parte, destitución e impeachment costarían muy caras al Partido Republicano, que está en mala posición y depende de la popularidad de Trump para movilizar a su electorado. Significativo: estos últimos días, la militancia republicana se ha alineado completamente tras la tesis de un complot del FBI contra Trump, ofreciendo a éste la posibilidad de dar un golpe de fuerza contra Mueller y de acabar con la investigación sobre el tema ruso.

No queda por tanto mas que una solución: intentar controlar al presidente para limitar los daños en la medida de lo posible. Es el camino seguido por, creo, Cohn, Mnuchin y Tillerson, y sobre todo por los generales, Kerry, McMaster y Matis. No es posible anular la retirada estadounidense de la asociación transpacifico (Washington intenta recomponer la situación evocando ahora un "espacio indo-pacífico"). Pero los Estados Unidos no buscan la ruptura de las conversaciones con Canadá y México sobre la reforma del ALENA, que Trump prometía sin embargo tirar a la basura.

Un índice importante ha sido el giro de 180 grados de Trump sobre Afganistán: "veo las cosas de forma diferente desde la Casa Blanca", ha declarado anunciando un refuerzo de la presencia militar en ese país. Se señalará también la ausencia de toda consecuencia visible de las fanfarronadas de Trump sobre "el fuego y la furia" que supuestamente iban a abatirse sobre Corea del Norte.

Ningún equipo presidencial ha contado jamás con tantos generales, y ciertos elementos indican que los militares se sienten cada vez más a cargo de la política del imperialismo estadounidense (este elemento no está puesto suficientemente de relieve en mi libro). No es particularmente tranquilizador, dado que la doctrina estratégica adoptada desde la guerra en Irak constituye por decirlo así una anticipación del eslogan "America First".

Al mismo tiempo, no pienso que esta relativa normalización borre completamente el proteccionismo y el aislacionismo de la política estadounidense. Trump no se echará atrás de la salida del acuerdo de París sobre el clima (hay que mirar lo que hace, ¡no lo que dice!). Si no ha concretado su promesa de una tasa del 45% sobre los productos chinos, una cierta dosis de proteccionismo parece necesaria para combatir el declive de la potencia económica estadounidense. La decisión reciente de tasar los paneles fotovoltaicos y las

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lavadoras chinas y coreanas se inscribe en este marco, igual que la evocación de una tasa del 20% sobre las importaciones provenientes de la UE.

La cuestión de la propiedad intelectual es otra fuente de tensión en el marco de una posible guerra comercial. De una forma general, el mundo capitalista se caracteriza por una competencia cada vez más dura de todos contra todos. La eficacia económica de la dictadura liberal-nacionalista-burocrática china -la superpotencia ascendente- sacude los equilibrios, empuja a acentuar drásticamente la austeridad. Pero la declinación "mundialista" y "políticamente correcta" de ésta está muy desacreditada. En este contexto, las tendencias nacionalistas-racistas-sexistas-autoritarias y climato-negacionistas se ofrecen claramente como un medio de darle una base "popular", en particular en la pequeña burguesía. Estas tendencias eran perceptibles antes de Trump y su victoria las ha acelerado.

Para determinada gente el trumpismo sería un fascismo o un prefascismo...

No hay partido de masas, no hay secciones de asalto. Hay una radicalización pequeñoburguesa reaccionaria (es el núcleo duro de la base de Trump), pero su movilización es esencialmente electoral. Una fracción capitalista unida por los hermanos Koch conspira para instalar un poder reaccionario, pero no paga matones: financia a candidatos de derechas (Mike Pence, por ejemplo). Con excepción de los multimillonarios Robert y Rebekah Mercer (propietarios de la página Breitbart News), esta fracción no apoyaba a Trump (libertarios (ultraliberales), los Koch están en contra del proteccionismo): se ha unido a él después de las elecciones, con su propia agenda.

El propio Trump es un aspirante déspota que tiene rasgos fascistoides (demagogia social, racismo, antisemitismo, sexismo, denuncia de los "fake news", llamamiento a la violencia y al odio), pero parece más cerca de Berlusconi que de Mussolini. Sus objetivos personales parecen primar sobre todo lo demás. Bannon es un fascista, pero Trump se ha librado de él (y los Mercer han hecho igual luego). La clase dominante estadounidense, hoy, no tiene necesidad del fascismo para disciplinar a la clase obrera. Poder fuerte, guerras, racismo y barbarie climática: se están amontonando peligros enormes. Las comparaciones históricas nos ayudan a identificarlos pero solo hasta cierto punto...

4/03/2018

Revue L’Anticapitaliste n°95 (février 2018)

https://npa2009.org/idees/international/entretien-avec-daniel-tanuro-un-de-trumperies

Traducción: Fustino Eguberri para viento sur

ÁLVARO GARCÍA LINERA: “LAS FUERZAS OPOSITORAS LOGRARON IRRADIARSE A ESCALA NACIONAL” INCLUYE VARIOS VÍDEOS

http://contrahegemoniaweb.com.ar/alvaro-garcia-linera-las-fuerzas-opositoras-lograron-irradiarse-a-escala-nacional/

¿Cómo vio usted la movilización opositora por el 21-F?, ¿cree que perdió por goleada frente a la del MAS?

Si hacemos un recuento numérico de las personas, está claro que el MAS fácilmente multiplicó por cuatro o por cinco la capacidad de movilización que tienen las fuerzas opositoras. Ellos plantearon que nos iban a disputar el poder en las calles, es legítimo que lo intenten, pero les mostramos que no les es tan fácil y que el MAS no solamente tiene los dos tercios de la Asamblea, sino también en las calles.

¿Algo que reconocer?

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Sí, las fuerzas opositoras lograron irradiarse a escala nacional, eso es notable y hay que reconocerlo. Lo lograron después de mucho tiempo, quizás desde 2008. Mostraron una fuerza territorial a escala nacional, y ese es un mérito democrático.

Sin embargo, también el 21-F ha visibilizado otro tema muy importante, que es la cualidad clasista de las movilizaciones. Hay un malestar moral de la clase media tradicional frente al Gobierno.

A la vez, claramente también hay una cualidad muy plebeya, muy popular, de la movilización que apoya al MAS. Esto no estaba claro tiempo atrás. En esta movilización, reflejada en la forma de bloqueo de la clase media, sus asientos, sus parrilladas, haciendo fitness, era un bloqueo fit… Está bien, están en su derecho, y enfrenta a la movilización muy popular, muy plebeya, muy de la gente humilde de nuestras bases, pero los lenguajes son también claramente clasistas.

Esos sectores urbanos tradicionales, a pesar de que se amarran la bandera boliviana, son muy racistas, y lo que está ocasionando eso, y no lo había visto yo hace un mes o dos atrás, es una especie de cohesión de lo popular, que recordó la vieja tradición excluyente de clases medias tradicionales.

Parecía que eso se había disuelto en los últimos años, pero volvió a emerger ahora con claridad. Yo veía las imágenes de la TV en Santa Cruz y La Paz, no hablo de los marchistas, sino de la gente de los minibuses, que se molestaba frente a cuatro familias que habían colocado un cordón y juguetes para bloquear, salían a decirles: “Capitalistas, ¿por qué nos odian a los campesinos?”.

Las fuerzas opositoras tuvieron la virtud de distribuirse nacionalmente, pero lo hicieron a riesgo de diferenciarse como clase media, y al hacer eso distanciarse de lo popular, que fue agredido. La virtud de este 21-F fue que volvió a tensionar un espíritu de cuerpo en lo popular.

¿Qué tan peligrosa puede ser esa clase media para el proceso de cambio?

Hay unas élites económicas divididas, una parte diciendo que es preferible hacer negocios antes que política con el Gobierno, y otras que optan por enfrentarlo. La Confederación de Empresarios Privados hace acuerdos y se distancia de compromisos políticos, frente a la Cámara de Comercio de La Paz diciendo que hay que ir al paro, alineándose con las fuerzas conservadoras. Vemos indecisión.

Lo popular cohesionándose, no solamente como lo campesino, lo obrero, lo vecinal, sino también en instancias como la COB. Esa es una señal muy potente de rearticulación después de casi cinco años de enfriamiento y de reflujo popular. La pelea está en la clase media, ese es el objeto de estudio y el escenario de la gran disputa política.

¿Por qué?

Es que en la clase media tenemos dos sectores: la clase media tradicional, de varios oficios, profesiones, propietarios, comerciantes, de profesiones prestigiosas, de ubicaciones y reconocimientos acumulados a lo largo de una o dos generaciones, y una clase media emergente creada por nuestro proceso. Según el PNUD, la clase media pasó de un millón a cerca de tres millones de personas, creció dos tercios.

Entonces, ambos son clase media, pero una es más tradicional, más conservadora, en cambio la otra, que ahora accede a puestos de trabajo, entró a la universidad, tiene un comercio, dos o tres minibuses, dejó lo popular.

La clase media tradicional tiene una política muy definida, es conservadora. Está en contra del Gobierno no solamente por un motivo moral, sino por otro económico muy práctico.

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En una silla en la que antes una persona estaba cómoda se le aumentaron otras cuatro personas más, por ello, la que antes estaba tranquila mostrará incomodidad. Lo que antes era un espacio de privilegio y reconocimiento, ahora lo tiene que compartir con otras tres personas más.

Eso generará una fricción interclasista. Lo que intentará hacer esa persona es empujar a los advenedizos que acaban de llegar, porque no tienen corbata, pero están en la clase media.

La madre y el padre vienen del sindicato, del gremio, pero su hijo ha ascendido, ya no tiene gremio. Este nuevo segmento de la clase media es el gran sujeto de la disputa política.

¿Eso quiere decir que no está con el proceso entonces?

No necesariamente, por eso será el sujeto de disputa. El que antes estaba cómodo, en su malestar, quiere empujar pero a la vez lo quiere conquistar a ese nuevo integrante de la clase media. Y él, de alguna manera, quiere imitar al tradicional, pero tiene otros gustos y trayectoria. Arrastra algo de la lógica popular, pero también quiere ascender socialmente y ser distinto. Quien logre conquistar ideológicamente a ese sector nuevo de la clase media, va a tener la victoria.

¿La victoria?

Los dos tercios o solo mayoría.

¿Ahí será la lucha para las elecciones de 2019?

Sí, y con una cosa más. Este 21-F visibilizó que este sector de posición política indefinida, indecisa, siente malestar por influencia de la clase media tradicional, pero siente raíz con los suyos, que vienen de lo popular. Dependerá de lo que hagamos nosotros o lo que haga la oposición, para que vayan a uno u otro lado.

¿Cómo conquistarlos?

Estas personas no son sujetos de organización territorial, ya no tienen vida sindical, ya no tienen vida gremial ni corporativa, son sujetos desterritorializados. Tienen agua, luz, alcantarillado, celular, un ingreso por encima de los 4.000 o 5.000 bolivianos, aceptable o más en algunos casos. Lo nuevo es que han encontrado otra forma de sindicato: las redes sociales, una forma de sindicalismo virtual.

No van a las reuniones de sindicato ni junta de vecinos, pero tienen su grupo de WhatsApp del colegio, de los residentes de la provincia Ingavi, de cuidado de animales, de cumbieros, y a través de ellos se informan, pasan ideas, construyen identidad.

En momentos, esta fuerza virtual se territorializa: iremos a la marcha para enfrentar al Evo, se visibilizan, salen a la calle y luego regresan a su comunidad virtual. Esto es lo novedoso de la lucha política ahora, no había eso hace cinco u ocho años.

La oposición maneja muy bien las redes sociales.

Claro, de hecho nos llevan la delantera, porque ellos siempre estuvieron en la clase media tradicional y en las clases altas que nunca votaron por nosotros, ni lo harán. Arrastrando a esos 2,2 millones de personas, se puede llegar a ser una potencia política. Hay que encontrar los vínculos para que se genere un diálogo entre padres e hijos, tender puentes entre el lenguaje, el discurso y la tecnología de ambos,

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para nosotros es la clave de la acción política del siguiente año y medio. La clave para los opositores es ahondar esas diferencias y seducirlos.

¿Pelear contra la mentira?

No solo eso, aunque la han usado y mucho, sino que es un soporte material de una condición de clases, que te modifica la forma de ver la política. Debemos resignificar el concepto de democracia, no solo como el cumplimiento de normas, que es la lógica liberal, sino la democracia como norma, pero también como participación y con igualdad.

¿Y los operadores?

Un fenómeno importante, tanto la clase media tradicional como la nueva, se esfuerzan también por llegar a lo popular, pero lo hacen fundamentalmente a partir de un segmento de intermediarios políticos que anteriormente militaban en la izquierda, porque la derecha no tiene esa capacidad de ‘interlocutar’ con lo popular. Es más, se lavan las manos después de saludarlos.

Los que tienen la capacidad de cabalgar por la clase media tradicional y popular son exmilitantes de la izquierda. Iván Arias, Guillermo Mariaca, Marcela Revollo, Juan del Granado, Pablo Solón, Alejandro Almaraz, gente que militaba en la izquierda que no encontró reconocimiento ni espacio para consolidar su liderazgo y que ahora está al servicio mercenario de fuerzas conservadoras. Ya lo hicieron antes.

Esta defección que pone sus habilidades y capital organizativo al servicio de fuerzas conservadoras no es nueva, lo hizo la gente del trostkismo y del PS-1 con Sánchez de Lozada.

¿El Conade está en eso?

Sí, definitivamente. Es un poco la repetición de lo que hicieron cuando el gonismo estaba en auge, en los 90 con Silvia Rivera, Roger Cortez, Carlos Toranzo, Jorge Lazarte, Carlos Hugo Molina y toda una camada de izquierdistas que tras la caída del muro de Berlín, todo el capital organizativo y la militancia los pusieron a su servicio. Ahora hay otros grupos, con estas mismas personas y otras, que hacen lo mismo. Ofrecen mercantilmente sus servicios y se meten a un intento de que el pensamiento conservador jale a la clase popular. Es lo que hizo Iván Arias con Adepcoca en Yungas, o gente de las ONG en el norte de Potosí. Todo en una especie de neopirismo, el PIR fue un partido de izquierda comunista que se plegó a las fuerzas oligárquicas para enfrentar a Villarroel y al MNR, y acabó en el basurero de la historia, porque ya nadie se acuerda de ellos. Ojo, no es otra posición de izquierda, no funciona intentar una segunda izquierda, así es la historia. Solo tienden la cama para el ingreso de las fuerzas conservadoras. Nosotros en 12 años tuvimos la habilidad de crear un cinturón, una nueva clase media, entonces, la tradicional tiene que primero traspasarla antes de llegar a la popular, y no lo puede hacer.

¿No son un riesgo?

Numéricamente no, pero te pueden hacer perder los dos tercios.

El presidente dijo que la oposición se apropió de su discurso, el de DDHH y democracia, ¿es realmente así?

Intentan. Ni la misma derecha se da cuenta de lo que hace. Esta clase media tradicional, que ya se movilizó en 2007 y en 2008, sacó lecciones de sus fracasos, todos aprenden. Entonces se movilizaron con más fuerza que ahora, en Santa Cruz hasta lo popular estaba del lado de la autonomía. Nos costó

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mucho, el 2005 sacamos un 22% en esa región. Había una hegemonía, hay una ruptura, por eso en Santa Cruz no pudieron hacer una gran movilización la noche del miércoles, la habían convocado y eso EL DEBER no dijo. Publicaron 15 páginas con el No y no reflexionaron por qué no salió la gente. Nosotros sacamos 150.000 y ellos no llegaron ni a 10.000. ¿Dónde quedaron los grupos, las comparsas y las promociones? Están cohesionados, pero no construyeron puentes necesarios con lo popular. Por eso buscan símbolos universales como la bandera nacional, quieren dar un lenguaje de inclusión. Vino viejo en vasijas nuevas. Se apropian de las banderas rojas del comunismo, pero con un lenguaje antiguo. Ojo, el discurso racista disfrazado llevará a alejarlos del sector popular.

Hay polarización, pero no regresó el empate catastrófico, ¿eso es lo que se puede interpretar de lo que dice?

Exacto. Hay polarización, pero no hay empate catastrófico, que es una categoría gramsciana de crisis estatal, y debe tener tres requisitos. Primero, un nuevo proyecto de Estado. Segundo, fuerza de masa, y eso sí hay, se han movilizado, serán la cuarta parte de nosotros, pero lo hicieron, no se puede ser ciego frente a ello; conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y ganarás las mil batallas. Se movilizaron, y en buena cantidad. Y tercero, debe haber estructura política con capacidad de liderazgo. Solo tienen el segundo, por lo tanto, no hay empate catastrófico.

Hay una indignación moral, no proyectos de país. El 2004 estaba en agenda la Asamblea Constituyente, la nacionalización, el gobierno indígena, algo que, más allá de que estuviera escrito, estaba en las calles. No hay un líder y una cabeza, están en competencia para saber quién será el candidato.

El presidente volvió a decir que ustedes son yuntas y que es irremplazable, la presidenta de Diputados dijo que ojalá que usted vaya en la dupla y en Sucre la movilización proclamó al binomio, ya no es un pedido, hay presión, ¿usted sigue diciendo que no irá?

Agradezco estas muestras de apoyo y cariño, pero no está en debate. Saben mi opinión, mi posición sigue siendo la que tomé, pero gracias por los apoyos, ellos saben que estaré en el camino, soy comunista, soy socialista. Soy hombre de convicciones fuertes y compromiso, seguiremos con este proceso hasta el último momento en que tengamos latiendo el corazón.

¿No como vicepresidente? En el proceso, sí.

¿Cuánto pesó dar marcha atrás en una ley que ya estaba aprobada: el código penal?

Es un retroceso costoso porque envalentonas a tu opositor, se insufla, le da fuerza aparente, pero era necesario porque a través de la mentira, de las emociones, sabemos que la política es mitad materia, mitad idea. Y de la idea, mitad razón, mitad emoción. Ellos usaron la emoción con la mentira. Si era solamente cosa de clase media, lo aguantábamos, pero cuando esas mentiras comenzaron a influir en nuestra base social, eso es peligroso y por eso cortamos. Lo fundamental era mantener cohesionada la base social. Lo mismo pasó con la gasolina, que yo también firmé. Cuando los sindicatos se molestaron, nos echamos para atrás.

¿No preocupa la popularidad del presidente?, ¿no cree que lo que usted mencionaba de que la oposición logró articular una protesta nacional tiene que ver con esa molestia que generó la repostulación?

Es un dato que no se puede despreciar, porque la clase media es influyente. Su fuerza política no es igual a su fuerza numérica, pueden aumentar su fuerza política mediante la irradiación ideológica, es un dato de cuidado.

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¿El presidente no dudó ni un momento en desistir?, ¿será el candidato?

Totalmente, y tiene una justificación política muy importante. Gramsci decía que las clases dirigentes se constituyen en el Estado, eso dialogando con mis amigos anarquistas. Es una palabra muy fuerte, las clases subalternas son subalternas porque siempre están fragmentadas, porque son dominadas y dirigidas. Cuando las clases subalternas se convierten en clase dirigente solamente lo pueden hacer a través del Estado. Son poder estatal.

En la larga historia de las clases subalternas, 500 años de subalternidad, es decir de fragmentación, de manera excepcional, heroica se vuelven clase dirigente en el Estado Plurinacional, ¿usted cree que eso (la repostulación de Morales) lo vamos a rifar por un apego abstracto a la norma?, las clases subalternas son las portadoras de lo democrático, hay democracia cuando hay construcción de igualdad, construcción de justicia, participación.

¿Apego a la norma? Abstracto, subrayo, lo democrático y lo popular, es norma, pero también es igualdad, es norma pero también es justicia, es norma pero también es participación. Esta dimensión de lo democrático no la podemos perder. Entonces, si las clases subalternas se vuelven dirigentes solo en el Estado, lo que ha permitido ser Estado a las clases subalternas es su unificación en torno a un proyecto y un líder. Este es un hecho excepcional que no se repetirá de aquí a muchos años.

Usted no puede deshacerse tan fácilmente ni del proyecto ni de la persona que corporaliza la unidad de los subalternos y lo hace dirigente. Renunciar a la candidatura de Evo es decir regresamos a la subalternidad. Eso no pasará. Constitucionalmente, aprovechando los espacios que tenga la CPE, la candidatura de Evo es un hecho necesario para el proceso revolucionario.

SILVIA RIVERA CUSICANQUI PARTE 1: “UN LLAMADO A REPOLITIZAR LA VIDA COTIDIANA”

Redacción La Tinta marzo 8, 2018 No hay comentariosen Silvia Rivera Cusicanqui Parte 1: “Un llamado a repolitizar la vida cotidiana”

http://contrahegemoniaweb.com.ar/silvia-rivera-cusicanqui-parte-1-un-llamado-a-repolitizar-la-vida-cotidiana/

EN LA PAZ, BOLIVIA, TODOS LOS AÑOS SILVIA RIVERA CUSICANQUI, SOCIÓLOGA, HISTORIADORA Y ENSAYISTA INTEGRANTE DEL COLECTIVO CH’IXI, LLEVA ADELANTE UNA CÁTEDRA LIBRE. “SOCIOLOGÍA DE LA IMAGEN” SE CONVIERTE ASÍ EN UN ESPACIO DE FORMACIÓN PARA DESCOLONIZAR NUESTRAS MIRADAS. ESTUVIMOS UN MES COMPARTIENDO ESE ESPACIO Y HACIA EL FINAL DEL MISMO, LA ENTREVISTAMOS CON LA INTENCIÓN DE SEGUIR COMPRENDIENDO NUESTROS FEMINISMOS LATINOAMERICANOS.

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Por Redacción La tinta

Silvia Rivera Cusicanqui considera que su postura personal la ha colocado en cierto modo, “al costado” de toda la problemática planteada por el feminismo desde la década de 1960. “Digo al costado, no porque no me sienta interpelada por las ideas y esperanzas feministas, sino porque siempre he vivido la identidad femenina desde el interior histórico y político del colonialismo interno, donde la mujeridad se construye también colonizada”, narra Silvia en su libro VIOLENCIAS (RE) ENCUBIERTAS EN BOLIVIA.

En la entrevista que le realizamos, le preguntamos acerca de esto que ella nombra como una “forma práctica de ser mujer feminista, sin estar militando en grupos feministas”. Ella considera que ha sido, ante todo indianista, pensando que la opresión femenina y la opresión india son homólogas. Silvia nos planteó que hoy, el indianismo está totalmente abocado en un discurso nacionalista de buscar un estado aymara y una nación aymara y que para ella, “el nacionalismo es lo más antifemenino que hay. Es una vocación de poder totalmente centrada en un ethos masculino”. En esta primera entrega de la entrevista que le realizamos, conversamos con ella acerca de los encuentros y desencuentros entre indianismo y feminismo, los modos en que se estructura la violencia de género hoy y los vestigios coloniales que hay allí.

—NOS GUSTARÍA COMPRENDER CÓMO IDENTIFICAS LA PRESENCIA DEL PATRIARCADO EN DISTINTOS MOMENTOS HISTÓRICOS, CÓMO ÉSTE SE FUE EXACERBANDO O CONSTITUYENDO CADA VEZ CON MAYOR FUERZA HASTA LA ACTUALIDAD. Y EN PARALELO, PENSAR CÓMO SE ESTRUCTURÓ EL PODER Y LA SUPERVIVENCIA DE LAS MUJERES EN ESTOS SIGLOS DESDE LA CONQUISTA ESPAÑOLA.

—Como les decía, hay elementos patriarcales en la estructura pre hispánica andina, pero yo creo que atenuado por el paralelismo de género, por el carácter bilateral de la autoridad y la existencia por un lado de panakas y aillus que permitían un espacio autónomo de las mujeres donde además el papel ritual que tenían ellas, era además un papel productivo: es un conocimiento de las recetas, de la chicha, de los tejidos, de las canciones y todo eso como un saber femenino reservado interiormente a las mujeres del cual no tenían conocimiento los varones. Por lo tanto había como una cierta autonomía y las fuentes de poder tenían esa doble naturaleza, el ancestro femenino y el ancestro masculino.

Todo eso va a ser trastocado por la invasión, sobre todo la parte ritual, pero debido a la propia ceguera de los colonizadores que enfocaron todas sus herramientas de exacción sobre el varón como jefe de familia, hubo como cierta invisiblidad de las mujeres. El rol de ellas como ritualistas de los márgenes se trasladó al margen del comercio, en tanto el varón estaba desarrollando su actividad en el centro de la comunidad, en el espacio de la producción, la mujer cada vez más tendía a ir a intercambiar fuera de la comunidad. De eso surge toda esa presencia que les impresionaba a los españoles de las mujeres en los tambos. En el siglo XVII hubo un censo y ellos planteaban “esas mujeres qué hacen ahí, deben estar vendiendo sus cuerpos”. O sea, desde la experiencia de ellos en España, la presencia de mujeres en el espacio público sólo podía interpretarse como prostitución en tanto que en realidad, las mujeres fueron claves en el nexo entre la coca y la plata en Potosí y también en el Cuzco.

Entonces a lo largo del siglo XVII, XVIII, esta presencia femenina en las ciudades se estableció como una suerte de tercera república y permitió el surgimiento de ciudades matricentradas donde el papel de estas mujeres era central. Además había un proceso como de aculturación e imitación de las mujeres españolas que terminó generando una sociedad que se podía reproducir a sí misma y que estaba en el intersticio entre la sociedad comunitaria del campo y la sociedad estamental de las ciudades. Esta presencia ha sido persistente. Tu has visto en la rebelión de Tupac Katari, el papel militar, incluso de las

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mujeres, llegó a ser importante y a lo largo del siglo XIX también. Entonces esos momentos de crisis de la economía exportadora eran momentos de auge del mercado interior y ahí el papel de las mujeres era muy importante. En todo esto, obviamente se ha reproducido el patriarcado porque ha habido una suerte de alianza tácita entre los varones de la sociedad dominada y la sociedad conquistadora.

Entonces, en cada caso ha habido mecanismos como de defensa de todo tipo, pero el destino de las mujeres en las ciudades oscilaba entre el comercio y la servidumbre doméstica. Y ahí ya hay todo un fenómeno de mestizaje asociado a los hijos ilegítimos de mujeres que prestaban servicios en las casas y tenían hijos para el patrón. Entonces todo eso genera una sociedad despreciada por su promiscuidad y todos estos estigmas de género. Pero a la vez, una cierta fortaleza por el carácter colectivo que tenían estas opciones. Esto lo ves ya a principios del siglo XX con la fuerza que tienen los sindicatos de mujeres, tanto de las culinarias como de las vendedoras de los mercados, las lecheras, etcétera que van a constituir los sindicatos más fuertes y perdurables en su adhesión al anarquismo.

Va a llegar al punto en que en un tiempo post guerra del Chaco, las mujeres eran la columna vertebral de la Federación Obrera Local (FOL). La Federación Obrera Femenina (FOF), llegó a ser el principal aglutinante de las y los trabajadores una vez que varios gremios de los varones fueron cooptados por el Estado y por los partidos políticos. Ahí hubo como una cierta tenacidad de las mujeres de mantener su espacio de autonomía al punto que los varones tuvieron, de alguna manera, que plegarse a las luchas de las mujeres.

Todo eso se vino abajo con la Revolución del 52, que entre otras cosas instala la forma moderna del partido y de la sociedad basada en la división de lo público y lo privado y la reclusión femenina en los hogares, a pesar de que había un grupo que se llamaban las Barsolas que no eran más que una suerte de grupo de choque femenino. En realidad las mujeres terminaron siendo muy secundarias en la política hasta los años ochenta o noventa: esta presencia de las mujeres en la política era marginal y lo sigue siendo hasta cierto punto.

—CUANDO VOS NOMBRÁS LA POLÍTICA, ¿A QUÉ TE REFERÍS? ¿A LAS FORMAS DE HACER POLÍTICA MÁS AUTÓNOMAS?

—Al espacio público en general. Si bien hay una apertura a nuevas formas de trabajo fuera de la casa, son formas que reproducen los roles femeninos tradicionales: enfermeras, educadoras.

—VOS NOMBRABAS QUE EN LA REVOLUCIÓN DEL 52, LA “HIGIENIZACIÓN” FUE UNA POLÍTICA DE ESTADO QUE APUNTÓ A QUE LA LLEVARAN ADELANTE LAS MUJERES EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO.

—Eso es una política estatal que viene de la época de la oligarquía de los últimos años, del Servicio Cooperativo Interamericano de Educación del departamento de Estado. Allí se introduce toda una cuestión de que la causa de la pobreza indígena es la mugre. Y además, esto viene a ser como un mercado para los detergentes, jabones y todo esto y tiene como efecto el intento de encerrar a la mujer en el hogar al cuidado de los niños y la limpieza del hogar para separar a las mujeres de las labores productivas. Obviamente que esto no lo logran de completo, porque es importantísima la labor productiva en la agricultura, la mujer es fundamental, pero de todas maneras hay un intento muy serio de instalar, pues, el american way of life generalizado a través de políticas higienistas.

—EN EL ARTÍCULO “MUJERES Y ESTRUCTURAS DE PODER EN LOS ANDES: DE LA ETNOHISTORIA A LA POLÍTICA”, VOS HACÉS UNA HISTORIZACIÓN ACERCA DEL PAPEL DE LA MUJER ANTES DE LA COLONIA, Y MARCÁS COMO LA SOCIEDAD BOLIVIANA, ES UNA SOCIEDAD QUE TIENE UNA HISTORIA DE LA MUJER

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HABITANDO LOS ESPACIOS PÚBLICOS DE MANERA MUY FUERTE, CUESTIÓN QUE HOY PARECIERA HA QUEDADO UN POCO OCULTA. TENIENDO EN CUENTA ESTA HISTORIA DE ESTAS MUJERES, NOSOTRAS NOS PREGUNTAMOS CÓMO CONSTRUIR HOY UN FEMINISMO “CON LOS PIES EN LA TIERRA”.

—Yo veo que el terreno de unión es la defensa de la madre tierra. Y el nexo con las luchas territoriales y ambientales sobre todo de indígenas de tierras bajas en Bolivia. Yo creo que ahí está el lugar del nexo más fructífero porque une las reivindicaciones feministas con las luchas más territoriales y ambientales de los pueblos indígenas. De hecho yo creo que en este gobierno van de la mano las agresiones a las comunidades y las agresiones a las mujeres, de la mano de un gran incremento de los femicidios, esto es impresionante.

—LAS MUJERES SON LAS QUE MÁS ESTÁN PONIENDO EL CUERPO EN LAS LUCHAS SOCIOAMBIENTALES, NO SOLAMENTE ACÁ EN BOLIVIA SINO EN TODA AMÉRICA LATINA.

—Sí. Y es un nexo fructíferamente fuerte en términos teóricos. Se ha pensado siempre que el cuidado, el alimento, son las cosas del mundo privado, son las cosas de las mujeres y que las mujeres debían salir de eso, salir al mercado del trabajo… eso es un feminismo burgués, de la modernidad. Pero hoy en día, procurar el alimento tiene implicaciones cósmicas. Cuidar de la salud, del cuerpo y de la vida, son cosas de una implicación política mucho más grande a través de este nexo con el tema de la Madre Tierra. Una política de los afectos y del cuidado es hoy una forma de hacer política, es un llamado universal a repolitizar la vida cotidiana.

*Por Redacción La tinta / Fotos: Colectivo Manifiesto.

*Entrevista realizada por Sofía Bensadon y Débora Cerutti

DESPUÉS DE VENEZUELA, BOLIVIA ¿CÓMO SE PRODUCE UNA “REVOLUCIÓN DE COLORES”?

Rafael Bautista marzo 9, 2018 No hay comentariosen Después de Venezuela, Bolivia ¿Cómo se produce una “revolución de colores”?

http://contrahegemoniaweb.com.ar/despues-de-venezuela-bolivia-como-se-produce-una-revolucion-de-colores/

El concepto “revolución de colores” es medianamente novedoso en política. No es precisamente un concepto que nazca en la teoría política sino que proviene del ámbito militar. Es un componente estratégico de las “guerras de cuarta generación” y está diseñado para implosionar procesos democráticos inconvenientes para la hegemonía gringa. A diferencia del “golpe suave”, no depende de la injerencia directa o de una orquestada propaganda mediática (exterior e interior) que interpele a las propias instituciones, para hacerlas patrocinadoras y ejecutoras de una destitución gubernamental. Una “revolución de colores” acude a factores mucho más complejos y que precisa, no sólo de un conocimiento detallado de la realidad política y del bloque en el poder, sino de la posibilidad de interferir en la propia gestión gubernamental para minar, desde adentro, la legitimidad que le sostiene. Por eso es conceptuada como una “revolución”, porque aparece y se desarrolla mediante una “transferencia de legitimidad”, que crece inversamente proporcional a la pérdida de legitimidad del gobierno y que es, en última instancia, lo que acaba ungiendo a la oposición con un aura democrático y revolucionario.

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Pero el contexto actual y su hiper-complejidad hace que, la implementación metódica de estas figuras puedan entremezclarse, generando escenarios de multi-dimensionalidad, cuasi imposibles de comprensión en el análisis político usual. Ya no estamos en el siglo XX para confiar en diagnósticos simples, lineales causa-efecto. Tampoco los procesos que vivimos pueden explicarse al modo del análisis periodístico. Gran parte de la confusión reinante proviene de la miopía intelectual (oficialista y opositora) que se empecina en ver los hechos de modo fragmentado y pretender explicar un fenómeno con otro fenómeno. Ya el análisis se queda impotente a la hora de ver el uso de medios inusitados, recreados de modo local y dislocando eficientemente un proceso democrático, sin poder reconocerlos anteladamente y resignándose a su implementación creciente.

Lo cual se agrava cuando advertimos que, ya no se trata del simple remplazo de gobiernos sino de la condenación de países y regiones enteras al limbo del caos generalizado, una vez que se halla en marcha una reconfiguración geopolítica del mapa global, acelerada, a su vez, por el agotamiento de los recursos energéticos. El Imperio en decadencia opta también por la sobrevivencia en un nuevo orden tripolar y por ello promueve desestabilizaciones en regiones geoestratégicas para diseminar el llamado “caos constructivo”, amenazando a las potencias emergentes (cuando estas regiones hacen frontera con esas potencias) y a gobiernos que puedan aspirar a salirse de su esfera de influencia.

Las formas de dominación que se habían desarrollado en el siglo XX y que, además, habían impulsado las instituciones globales, se hallan completamente deslegitimadas; lo cual precisa una más sofisticada resignificación y restauración de las relaciones de dominación global centro-periferia. Las formas pasadas de intervención política y militar son difíciles de reditarse de modo directo; por eso ahora, “las formas indirectas” son las que se desarrollan y están dirigidas a restituir las áreas de influencia gringa, que la aparición del fenómeno BRICS había comenzado a disipar. Esto empieza en el Medio Oriente donde, precisamente, se hallan las mayores concentraciones de recursos hidrocarburíferos. La creciente demanda del primer mundo –y ahora de las potencias emergentes– de energía, es el contexto de las disputas globales en torno a la dislocación del tablero geopolítico que había promovido Occidente, es decir, USA y Europa.

En Venezuela son obvias las razones geopolíticas que pesan en los intentos desestabilizadores que se operan desde afuera. Allí se vio, en abril del 2002, una forma clásica de “golpe suave”, cuyo antecedente ha sido algo que la izquierda latinoamericana nunca ha sabido comprender: el golpe de Estado a Salvador Allende (que fue el laboratorio de todas las formas de injerencia que vemos hoy actualizadas). Hoy el “golpe suave” no basta, porque el interés ya no radica en la sustitución gubernamental sino en la destrucción de toda posible democracia popular. Por eso, ingresando en el capítulo boliviano, lo que se puede advertir de mejor modo, son los factores conducentes que operan para producir una “revolución de colores”.

No se trata de una clásica operación externa sino de un operativo provocado desde adentro. Es desde adentro que se generan las condiciones para implosionar una estabilidad política, como condición del “caos constructivo” que se impone como la nueva fisonomía que adquiere un país sin más remedio que la intervención. Ahora bien, ¿cómo desde adentro se provoca una implosión? Para ello cabe hacer hincapié en el concepto de colonialidad, porque para explicar el por qué de la connivencia entre intereses externos e internos, debemos mostrar la diferencia entre el colonialismo clásico y esta nueva forma de dominación que ha producido el mundo moderno.

No se trata de una mera tributación económica porque, si de tributación hablamos, lo que la periferia tributa es, en definitiva, voluntad de vida. Cuando, por ejemplo, se habla de colonialidad del poder, no se tiene en cuenta que la periferia es la que cede voluntad de poder al centro, de modo que el poder real mundial es producto de ese acto de transferencia unilateral que hace la periferia a un centro cuyo poder es producto de esta renuncia que hace la propia periferia. Por eso podemos hablar de “Estado aparente”, porque su soberanía es sólo formal, cuando transfiere soberanía real al centro. Son las elites las encargadas de esta transferencia, porque son precisamente formateadas en la dependencia al centro,

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incluso la “elite revolucionaria”. A eso llamamos “colonialidad subjetivada”; porque esa dependencia se encuentra ya naturalizada y consiste en aspirar a ser como el centro, es decir, a renunciar a ser centro de sí mismo y condenarse a ser “conciencia satelital”, o sea, “periférica”. De este modo, el centro halla, en esa suerte hasta fatídica, el mejor modo de reponer su hegemonía desde el propio ámbito periférico.

Entonces, en el caso boliviano, no es precisamente la derecha (como brazo político de la oligarquía y de la hegemonía gringa), la gestora de una situación ideal para la aparición de una “revolución de colores”, sino que son las propias contradicciones gubernamentales las que nos arrinconan a una situación, ya no sólo de repliegue popular sino de “transferencia de legitimidad”. Es decir, si desde los inicios del “proceso de cambio”, la legitimidad se había constituido en patrimonio popular, cuando ésta es apropiada por la derecha es entonces cuando la insurrección oligárquica recupera vitalidad, porque la condición de legitimidad que se le ha transferido es lo que puede reorganizar ahora al conjunto de las oposiciones en un cuerpo unificado. Se puede decir que, en este sentido, la insurrección oligárquica ya no necesita de la oligarquía como actor visible sino que la clase media y hasta sectores populares se convierten en el contingente de arremetida social que provoca la desestabilización necesaria para generar caos.

Esto empieza desde el gasolinazo del 2010, pero se agudiza con el conflicto del TIPNIS el 2012. Allí se produce –usando la terminología del vicepresidente García Linera– una “bifurcación” en el propio gobierno, porque desde entonces, las banderas de “defensa de la Madre tierra”, el “vivir bien”, la “descolonización” y “lo indígena” son, paulatinamente, cedidos por un gobierno que, cuanto más se aleja del horizonte plurinacional, más legitimidad transfiere a los actores que se empoderan de modo creciente. De ese modo el gobierno y el MAS van, poco a poco, enajenándose del espíritu que les había conferido una legitimidad novedosa en el campo político (la lucha política había incluido un nuevo actor que lo indígena instaló como reivindicación histórica: lo nacional-popular se había hecho telúrico, o sea, la política debía resignificarse desde lo ecológico).

Lo novedoso y lo singular del proceso boliviano, que era lo que confería de sentido trascendental al nuevo Estado plurinacional que se quería constituir, era a lo que se renunciaba y dejaba a la administración gubernamental reditar un otro ciclo estatal, dentro de los márgenes de acción que la sustancia liberal del Estado colonial pudiese permitir. Esto quería decir que, la propia dirigencia gubernamental, renunciaba al sentido mismo del cambio y, de ese modo, reponía a un espíritu señorial que, inevitablemente, iría a “normalizar” la gestión estatal, una vez que lo plurinacional se condenaba a constituirse en mera retórica demagógica.

Pero, con esto, no sólo el gobierno se enajenaba de la nueva legitimidad sino que dejaba al pueblo huérfano de la mística que había hecho posible su reconstitución en sujeto histórico y que inauguraba la posibilidad de producir un nuevo concepto de lo político y lo democrático. Por eso la oposición empezaba a apropiarse del lenguaje plurinacional de modo instrumental para vaciar definitivamente al pueblo de un discurso necesario para su reconstitución en sujeto político. O sea, no es la astucia de la derecha sino la renuncia que hace el propio gobierno del carácter plurinacional que debía ser su nueva sustancia política, lo que promueve la articulación de la derecha en oposición democrática (siendo ahora lo democrático patrimonio del bloque opositor).

Esto significa la renuncia a lo político y la capitulación a lo económico. Otra vez y como una maldición, lo político se hace un subsidiario del poder económico y sus necesidades. Pues si todo consiste en sólo “hacer buenos negocios” o subordinar las expectativas populares a las necesidades de la economía del crecimiento (que la crisis climática se encargó ya de poner en crisis), entonces ya no podemos hablar de un nuevo proyecto político, o de una economía para la vida, sino de que la política se hace, otra vez, un accesorio procedimental de las prerrogativas del capital. La paulatina adopción de la lógica que impone la inversión extranjera muestra cómo una economía es moldeada, otra vez y sistemáticamente, en la dependencia.

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Porque si de política hablamos, lo político de la existencia consiste en hacer realidad el horizonte utópico que se propone un pueblo en cuanto sujeto histórico; pero si ya no hay proyecto entonces la política se resume a ser una mera agenciadora del orden vigente (lo cual se traduce en una mera lucha por el poder). Por eso no es raro que, no sólo la derecha, sino hasta el gobierno recurra repetidamente al argumento técnico en vez del político. Ambos se acusan de hacer política y ambos reniegan de ello; lo cual muestra el abandono de lo político y esto significa la confrontación, por eso podemos notar el alto grado de déficit en la discusión, contaminada con la pura calumnia y la mentira, para el festín del circo mediático. La renuncia a la política es, en definitiva, la renuncia a la resolución racional del conflicto creciente.

Entonces, esto que representa el vaciamiento ideológico de una nueva apuesta histórica es lo que sirve de caldo de cultivo de la reposición señorial promovida por una directriz gubernamental que, renunciando al horizonte plurinacional, vacía al propio pueblo del horizonte que se proponía en cuanto sujeto histórico. De ese modo, la vuelta a la “normalidad” se describe en los términos que la misma derecha esgrime: el cambio prometido nunca llegó sino que, hasta la corrupción se apoderó del gobierno del cambio. Entonces, la “transferencia de legitimidad” es lo que inicia la insurrección porque, además, una vez que el pueblo se encuentra vaciado de su propia mística, entonces se enfrenta a un bando conservador esgrimiendo sus mismas banderas, dejando al pueblo en la impotencia de verse ahora bajo el estigma anti demócrata y dictatorial.

Si el pueblo, en pleno proceso constituyente, hasta el 2010, era el heraldo de la mística democrática (lo cual debía haber llevado a un nuevo concepto de lo democrático), ahora se encuentra expropiado de su propia creación y recluido a un papel secundario de mero obediente de una política gubernamental que, para colmo, ya no muestra interés en reivindicar el horizonte indígena que le garantizo llegar al poder (y eso lo demuestra el último discurso del vicepresidente en el día del Estado plurinacional).

Lo que ahora permanece y delata una entusiasta asimilación a la cultura política tradicional –que era lo que había que transformar–, es el puro cálculo político de la acumulación de poder. Ello otorga a la derecha los argumentos para denunciar todas las iniciativas oficiales –incluso las mejores– como un accionar autoritario. Entonces, no es que la oposición descomponga el carácter popular del nuevo Estado sino que es, desde adentro, que aquella descomposición empieza a suceder. Lo que hace la oposición es atizar la desestabilización como reflejo de aquella descomposición. Y éste es el escenario desde donde se hace posible una “revolución de colores”.

Se llamaría así porque es promovida con toda la fisonomía democrática que fue usurpada al pueblo; de este modo, los sectores contrarios a la nueva Constitución y a los principios de una revolución democrático-cultural, se ven en las mejores condiciones de recuperar el patrimonio estatal. Entonces se puede provocar una insurrección señorial que puede movilizar grandes contingentes de masa social para destruir un proceso democrático con banderas democráticas y, de ese modo, inviabilizar una recomposición popular.

Esto quiere decir que, una “revolución de colores”, precisa generar su legitimación desde la propia pérdida de legitimidad del gobierno; el modo de esa transferencia es lo que garantizaría el éxito de la “revolución”. Por ello los think tanks del Pentágono utilizan este concepto, aprovechando e instrumentalizando el carácter popular-democrático de una revolución para, mediante ella, reponer su hegemonía recuperando un sistema democrático útil a sus intereses. Eso es lo que, a nombre de democracia, defienden los analistas de la oposición (y hasta del gobierno): un concepto creado por la Comisión Trilateral en la década de los 70 para, precisamente, acabar con toda revolución popular (por eso, como en Brasil, hoy se pueden hacer hasta “golpes democráticos”).

A nombre de la democracia, se puede acabar con la democracia y ese es el propósito de una “revolución de colores”. Lo que llenaría de colores a esta asonada contra-revolucionaria es el uso premeditado de símbolos que expresan valores irrenunciables. Como el gobierno ya no es capaz de contener los valores

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morales que la oposición esgrime ahora como su patrimonio único, entonces nos encontramos ante una situación en la que hay buenos y malos, y los medios se encargan de canonizar esta dicotomía belicosa. Por eso, para presentarse como “revolución”, debe primero imbuirse de esa “legitimidad transferida” que ya no puede recuperar el gobierno. Una vez que cede, mediáticamente, el patrimonio de la agenda política a una oposición que ahora aparece investida del espíritu democrático, es entonces cuando las contradicciones gubernamentales aparecen hasta premeditadas (las “tensiones creativas” del vicepresidente) y tienden a vaciar aún más la exigua legitimidad que tiene y ampararse sólo en la pura legalidad (para la mantención exclusiva del poder), lo cual conduce, inevitablemente, al uso de la fuerza coercitiva, como último recurso estatal.

Ahí es donde empieza la “revolución de colores”, haciendo de la derecha, en la plataforma mediática, la nueva depositaria de la legitimidad usurpada al sujeto del cambio. Lo que sale entonces a las calles, al enfrentamiento violento, bajo la rúbrica de pueblo, no es un pueblo en tanto que pueblo, porque esto significaría un sujeto histórico que apuesta por un nuevo horizonte de vida, sino que, lo que ahora se constituye en actor empoderado, es un contingente que defiende el orden hegemónico señorial, colonial y liberal y, por ello mismo, hasta podría exigir una intervención imperial.

La oligarquía misma, bajo el paraguas mediático de una “revolución de colores”, no puede constituirse en autora de la revolución, porque esa es una de las condiciones para movilizar incluso a sectores populares y congregarlos en una “multitud” “multicolor”, “diversa” y “pluralista” que le unifica sólo una fijación: sacrificar al chivo expiatorio. Son las propias contradicciones, al interior del bloque oficialista, las que inclinan las expectativas sociales a una apuesta conservadora porque, además, aquellos desvaríos son acompañados por un paulatino abandono de lo que generó, en el pueblo, un nuevo horizonte de creencias. El bloque en el poder se hace conservador y aparece una elite que se constituye en sujeto sustitutivo del sujeto plurinacional.

Este sujeto sustitutivo impone su manera de entender el “proceso de cambio” y establece un culto a la personalidad como garantía de una fidelidad que sustituye al proyecto por el líder. Pero con aquel culto no hace sino vaciar de legitimidad al líder y convertir su liderazgo en una aventura personal. Inventa el “evismo”. Es decir, diluye en el líder toda la significación del “proceso de cambio”, convirtiendo al cambio en la extensión de un ego que ya no responde a nada sino a sí mismo. Lo que llamamos “llunquerío” es la obediencia tributaria que ahora no sólo des-constituye al líder sino al pueblo mismo. Ya no hay relación crítica con el líder y, sin ésta, el líder ya no se relaciona con el pueblo como sujeto. Las dirigencias asumen una verticalidad análoga, porque lo sagrado de la política ha sido abandonado y, en consecuencia, todo se corrompe. Todo se resume a defender el poder logrado. Una vez diluida la mística y el espíritu –lo sagrado de la política–, del cual era depositario el pueblo como sujeto histórico, lo único que queda es el poder y el cálculo político. La revolución popular se aburguesa, entonces el bando opositor puede decir: “son como nosotros, iguales o peores”.

Se genera una elite que se constituye en círculo concéntrico en torno al líder. Una vez que se ha abandonado el horizonte del “vivir bien”, la mística y el espíritu plurinacional, lo único que queda es el culto al líder. La fidelidad ya no es a un proyecto sino a la permanencia de la figura entronizada y esto termina no sólo reduciendo al pueblo sino al mismo líder, pues esto conduce a sumirlo en un solipsismo irremediable. Esto empieza con el llamado al referéndum del 21 de febrero de 2016.

Desde allí aparece una empecinada tarea de minar el liderazgo, pues toda opción se reduce a una y ésta consiste en el sacrificio del líder. El círculo se cierra en torno a la figura presidencial, porque ésta es la única garantía de la permanencia de ese círculo; de ese modo, el sujeto sustitutivo provoca el desgaste permanente del líder. Por sublimarlo terminan por sacrificarlo.

El referéndum era anacrónico y aquella tozudez sólo denotaba una insistencia que iría, en lo sucesivo, mermando y desgastando aún más la figura presidencial. Si hacemos un poco de recuento, podríamos

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advertir que fue en las “mesas de concertación” del 2010 (la “negociación” entre gobierno y derecha para aprobar el texto constitucional), donde aparece la negativa a una re-elección. El gobierno no fue capaz de esgrimir, aquel entonces, un argumento que mostrase el carácter chantajista de la derecha, porque la derecha condicionaba su aceptación con un requerimiento dirigido a un alguien señalado como “el causante de todo”; esa miopía hizo carne en el gobierno y en el MAS, porque, en efecto, todo empezó a concentrarse en el señalado por la derecha. Cuando después el gobierno, en el segundo mandato, se jacta de haber promovido una trampa a la derecha, da la razón a los chantajistas y el presidente aparece como el único tramposo.

Entonces, las expectativas populares empezaron a diluirse cuando el gobierno del cambio adoptaba la política tradicional y generaba un giro conservador. Bien podía el gobierno, en aquel entonces, proponerse honestamente constituirse en un gobierno de reconstrucción nacional (lo cual debía traducirse en una reforma moral) y plantear una continuidad de largo aliento en el liderazgo gubernamental, como sucedió, por ejemplo, con la reconstrucción de la Alemania post-segunda guerra (donde Konrad Adenauer fue canciller 14 años). Pero la falta de visión, con el paulatino abandono del nuevo horizonte utópico, hizo ya merma en la argumentación oficialista. Incluso, cuando gozaba el presidente del máximo de popularidad, cuando era el momento oportuno de hacer un lapso en la presidencia y hacer una retirada estratégica para volver por la puerta grande (que es a lo que debiera siempre apostar un político), se determina insistir en una irreflexiva re-postulación, incapaz de advertir lo que eso traería. El tufo del poder ya no permitía visión estratégica.

Empezó un curioso proceso de desgaste, que ya parecía deliberado, y bastante preocupante, que terminó por hacer de cada acto electoral un evento plebiscitario. ¿Cómo, si no, se explica, por ejemplo, la sentencia del tribunal constitucional a favor de la re-postulación del presidente, horas antes de la elección judicial, como para detonar un repudio que se verificó en el apabullante voto nulo?

El código penal tampoco se iba a salvar, aun cuando fuese perfecto, porque ya todo se encontraba viciado del repudio a una nueva re-postulación del presidente (que pasaba por alto un referéndum propiciado desde adentro del gobierno, apelando al soberano, para desconocerlo después). Pues una vez abrogado el código penal, la derecha admite que el código era apenas una excusa y a lo que se apunta es, como en Brasil, a inviabilizar una nueva presidencia de Evo. Es el propio MAS el que se mete en este entuerto, al sacrificar a su principal ficha y mermar casi definitivamente una legitimidad que ahora hace aguas. Sólo el “núcleo duro” del MAS apuesta por la continuidad, pero esta apuesta ya no es meditada sino el resultado de la revancha irreflexiva; además opacada por un desencantamiento creciente en las propias filas masistas, cuando no sólo se ve una pérdida de sentido en la movilización popular sino en la ratificación de actores ajenos al proyecto popular en puestos claves de decisión.

El “Termidor” y la despolitización del “Proceso de cambio”

Ya hemos señalado la importancia de la figura del “termidor” en el aburguesamiento de una revolución popular en otro escrito (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=222945). Por aburguesamiento queremos señalar el vaciamiento sistemático de los contenidos alter-nativos que poseía el proceso boliviano. Ese vaciamiento no es accidental sino premeditado y señala responsables, y tiene que ver con la discrepancia entre el llamado socialismo del siglo XX y el “vivir bien”. Aun cuando se proponga un nuevo “socialismo del siglo XXI”, su sola enunciación no basta y lo que debiera ser una auténtica auto-crítica no es sino una auto-afirmación de las mismas premisas que condujeron al fracaso histórico de la izquierda. El “socialismo comunitario” oficialista, dista mucho de ser un nuevo proyecto, siendo apenas una mixtura posmodernista, prescrita para los oídos de una izquierda continental que, en las conferencias del vicepresidente boliviano, se cura de la nostalgia pero no de la ortodoxia; pues festejan un discurso que nunca cuestiona la idiosincrasia eurocéntrica de esa izquierda: la singularidad del proceso boliviano no existe sino que pareciera que en Bolivia funcionan todos los credos del siglo XX.

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En ese sentido, ya no conviene centrarse en el último discurso presidencial (en el día del Estado plurinacional) sino en el discurso del vicepresidente. Porque allí vamos a encontrar el modo cómo procede el vaciamiento de sentido histórico popular y que, en la coyuntura actual, ratifica la “trasferencia de legitimidad” hacia una oposición que, empoderada por la abrogación del código penal hecha por el propio Evo, tiene despejado el camino para generar una “revolución de colores”, por medio de la negativa ciudadana a una nueva re-postulación del presidente.

En aquél discurso se ha podido notar un viraje definitivo, que confirma una ya desideologizada y despolitizada visión del llamado “proceso de cambio”. Ese vaciamiento de contenidos es la culminación del abandono de “lo político de una revolución”.

Cuando ya señalaba el vicepresidente (en una infausta declaración anterior) que nos encontramos en “estado de guerra” y, en consecuencia, llamaba a “defender el proceso de cambio a toda costa”, no hace sino confirmar una exigua comprensión de lo político, típico de los términos hostiles de una realpolitik que ya se creía superada. Porque, precisamente, la política, incluso en el puro pragmatismo, es el desplazamiento de la guerra. Quien sigue pensando la política como “la continuación de la guerra por otros medios”, es porque nunca ha entendido en qué consiste lo político. Por eso hasta sus diagnósticos se convierten en profecías de malagüero porque, si de “empate catastrófico” hablásemos, es la “transferencia de legitimidad” la que habría logrado aquello, como la confirmación de un premeditado accionar que horada las bases mismas de legitimación popular del “proceso de cambio” y del supuesto gobierno del cambio.

Lo que hace el discurso del vicepresidente es vaciarle al pueblo de la mística necesaria que le había constituido en pueblo; cuando de lo que se trataba, en plena asonada derechista, era de ungir al pueblo nuevamente con el espíritu democrático y de reconstituir su politicidad de sujeto histórico. Y esto pasa necesariamente por recuperar el horizonte indígena, que era la marca país del proyecto que había generado tanta expectativa a nivel mundial. Pero, con ese vaciamiento, porque en el discurso vicepresidencial no hay ya, una sola mención, al “vivir bien”, o a la “descolonización”, menos a la Pachamama o al Estado plurinacional, le transfiere a la oposición la mística de lo democrático, empoderándola como abanderada de la democracia y dejando al pueblo como un usurpador de aquello.

Un pueblo sin espíritu deja de serlo y cede su soberanía a la recomposición del espíritu señorial que restituye la oposición. En el discurso, como ya no hay ninguna mención al horizonte indígena-popular, todos sus buenos deseos acaban siendo coherentes con cualquier política hasta neoliberal. Eso demuestra que el viraje se concluyó y la propia derechización del gobierno es ya patente. El ideólogo que debiera dar línea y recomposición al sujeto del cambio, deja al pueblo huérfano de toda referencia trascendental y lo subsume en las misma expectativas que cualquier proyecto neoliberal podría proponer.

Toda aquella apología de la tecnología actual (que Marx diría que no es sino el componente orgánico del proceso de maximización de la tasa acumulativa del capital global) muestra una ingenuidad sospechosa. La tecnología es una mediación y nunca un fin. Quienes son ofuscados por lo tecnológico, no hacen sino declarar su más exacerbado desarrollismo y su falta de comprensión de la singularidad de un proyecto político que generó un nuevo desiderátum epocal y que supo poner las cosas en su sitio. Las últimas tecnologías no son precisamente las que nos van a salvar del desastre ecológico que se viene (es más, habría ya que preguntarse: ¿entre tanta ciencia y tecnología, somos mejores seres humanos?, ¿la tecnología nos hizo mejores personas?; más bien, habría que señalar que, a mayor composición tecnológica, mayor devastación natural).

Volver a lo natural no es un romanticismo ingenuo; en muchos casos ha de ser la más sensata respuesta a la agudización de la crisis climática. Pero la ceguera desarrollista, que es la formalización de la clasificación antropológico-racial que produce la modernidad para legitimar sus pretensiones expansionistas, sólo ve como posible lo que el desarrollo prescribe, dejando lo que podría constituirse

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como independencia científico-tecnológica –la revalorización y actualización de nuestro propio horizonte cultural y civilizatorio– como algo cancelado por la carrera desarrollista (credo del capitalismo y de una izquierda eurocéntrica).

La desideologización deja al pueblo inerme, sin contenido político y sólo con el déficit democrático de quedar relegado a mero defensor de una figura. Si el pueblo no es sujeto político entonces no es pueblo, pero si lo político se reduce sólo a lo partidario, entonces todo se reduce a defender a alguien y ya no a un proyecto de vida. Lo político es la clarificación autoconsciente del proyecto que constituye a un pueblo en tanto que pueblo, o sea, lo político debiera ser patrimonio de un sujeto constituyente autor de un nuevo horizonte de vida.

La propia agenda gubernamental que declara el discurso del vicepresidente, queda diluida en un mero decálogo prescriptivo que nos propone asumir al componente orgánico del capital –la apología de lo tecnológico– como única política estatal, y esto desnuda la ausencia de clarificación de un horizonte alter-nativo. Hay que recalcar que, incluso, para ninguna potencia, la tecnología constituye una política de Estado; porque lo gravitante en una política de Estado consiste en clarificar el proyecto de vida propio y no una mera apología de la ciencia y la tecnología, o del “progreso moderno” (que es lo que precisamente ha puesto en crisis el calentamiento global). Ello no hace sino descubrir al vicepresidente como un positivista más del siglo XIX.

El anacronismo se hace explícito cuando nos dice que “las nuevas obras que nos demanda la población ya no significa más mano de obra sino uso intensivo de tecnología”. Eso no sólo es un discurso demagógico dirigido a una clase media que ya no ve en él un actor creíble, sino que posterga definitivamente a los pobres de todo protagonismo en el proyecto que se imagina; es más, requerir sofisticadas tecnologías significa comprarlas, o sea, seguir siendo consumidores de un conocimiento que está diseñado para depender.

Si hasta ahora no se observa ninguna voluntad de revalorización de un conocimiento dormido y nunca apreciado por la academia, como son los saberes indígenas, resulta que ahora nos plantea el gobierno un abandono definitivo de aquella esperanza. La ausencia del concepto “vivir bien” en el discurso del vicepresidente no es casual; él mismo se encargó de excluir paulatinamente el lenguaje plurinacional en su versión liberal de la política estatal; cuando nos exige “colocarnos a la altura de la historia”, habla como el expresidente Mesa cuando nos exigía “someternos al imperio de la ley”. Hasta Jürgen Habermas se reiría de aquella encomienda, porque eso significa una relación pre-convencional con la ley, donde hay ausencia de relación crítica y de sujetos.

Para el vicepresidente, “colocarnos a la altura de la historia” significaría que desistamos de toda recuperación cultural, que los logros civilizatorios de nuestras culturas están condenados al puro pasado, o sea, que lo nuestro ya no sirve para “desarrollarnos” (al modo euro-gringo-céntrico). Si la tecnología deshumanizadora del primer mundo es la solución, entonces ¿de qué “revolución democrático-cultural”, “des-colonizada”, promotora del indio como “reserva moral de la humanidad”, de los “derechos de la Pachamama” y abanderada del “vivir bien”, estamos hablando? Si todo fue un engaño, ¿quién nos engañó?

Ahora que la oposición se siente empoderada, el gobierno sólo sabe optar por la beligerancia y esa parece ser la única carta que puede ofrecer el “termidor” en su discurso. Pero hace del pueblo ya no un sujeto histórico sino apenas un batallón de infantería. El sujeto sustitutivo conforma su cuartel general en una guerra anunciada y pone como única bandera de lucha la defensa de los generales.

El 2008 se pudo derrotar al golpe cívico-prefectural porque el pueblo estaba imbuido de la mística democrática y constituyente; ahora es la derecha la que tiene en bandeja de plata esa mística bajo la bandera democrática, gracias a la “transferencia de legitimidad” que hace un gobierno que ha perdido el

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horizonte plurinacional. Por eso en el discurso del “termidor” hay una ausencia total de ese horizonte y eso constata que ese jamás fue el horizonte que se propuso el “termidor” y nunca tuvo como propósito político estampar el horizonte indígena-popular en la política gubernamental.

Si el pueblo recuperase su papel protagónico, tendría que tomar consciencia de la usurpación que se hizo de una revolución popular; produciendo, desde adentro, la contrarrevolución. Esto que se inicia a partir del referéndum y en los sucesivos intentos de re-postulación, denota que, más que errores, se trata de una meditada conspiración, desde adentro, para horadar la legitimidad, ya no solo del líder sino del proyecto popular que éste representa.

Continuamente, la elite gubernamental, ha dado las mejores muestras de brindarle a la derecha argumentos para confirmar los prejuicios en contra del gobierno, que se han ido restituyendo decisivamente gracias al accionar mediático. Lo cual también manifiesta una ceguera en cuanto a política comunicacional, que decepciona en cada episodio crítico (mientras toda la mediocracia bombardeaba contra el código penal, los canales estatales y sus radios estaban perdidos en el Dakar; el colmo sucede cuando, en horario estelar, el canal estatal inaugura un programa conducido por uno de los personajes más aciagos del racismo mediático). El gobierno carece de política comunicacional y eso pretende subsanarlo con pura propaganda, pero ni con ello remedia ese déficit.

La asonada social contra el código penal, muestra que, si se contase con verdaderos operadores políticos, lo más adecuado, para prevenir el estallido de un conflicto mayor, era socializar el código en todo el tiempo de su gestación; además que ya teniendo un conflicto anterior con el sector médico, el gobierno ya debía de entrar en cuenta que en ese conflicto hay un rehén de por medio, que es la propia población. Si el gobierno se proponía enfrentar al poder que tiene ese sector (que se atribuye además la salud como su propiedad privada), debía primero proporcionarle a la población alternativas para no quedar como rehén en medio del conflicto. La creación de clínicas populares, revalorizando la medicina tradicional y alternativa, debiera de haber sido prioridad en un gobierno que se propone reformar el sistema de salud.

La falta de política comunicacional merma toda recuperación política del lado popular; si el canal estatal, los paraestatales y las radios oficialistas no tienen la capacidad de responder a la asonada beligerante que provocan los medios privados, eso devela una excesiva e ingenua confianza de la elite gubernamental en apostar por el desgaste de los conflictos. Otra vez, eso no es un simple error y ya huele a una rancia recurrencia al ninguneo de actores que se hacen cada vez más beligerantes. El que ningunea es porque se cree autosuficiente e infalible. Ese no es ni siquiera el “hombre nuevo” del que hablaba el Che y menos el que se propone el “vivir bien” como horizonte de vida.

La oposición y la derecha ya han declarado que el foco de la movilización, que congrega una creciente masa social sobre todo citadina, es la capitulación del presidente. Los resabios señorialistas de la movilización dejan ver, de ese modo, que, en medio de un descontento social comprensible, se cuela una repuesta insurrección señorial que atiza el conflicto mediante la exacerbación del racismo implícito en las dirigencias que aparecen liderando a la oposición. La fijación en el presidente es una fijación en lo que representa y eso se nota en la intransigencia que también hace mella en la oposición.

El desprendimiento presidencial, que sería la mejor forma de descolocar una insurrección de la oligarquía camuflada de “revolución de colores”, no es lo que se ve y eso agudiza más la situación. Mientras la derecha ningunea al núcleo duro de apoyo al presidente, que es la descualificación del pueblo como actor político, lo cual provoca su señalamiento negativo por parte de un radicalismo racista renacido; la elite gubernamental hace lo mismo con toda la oposición, no sabiendo discernir niveles de conflictividad y de actores que no pueden ser tratados con la misma vara. Todo eso no hace sino conducirnos al estallido social, es decir, a una “revolución de colores”. Frente a eso, cuando se debiera dar línea política estratégica de reposición hegemónica popular, el “termidor” opta por el enfrentamiento. Quien nunca ha podido producir hegemonía y tampoco ha permitido la politización del

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sujeto del cambio, es decir, la constitución del pueblo en sujeto (porque sólo le interesó reducirlo a obediente de los dictámenes de arriba) es quien se constituye en el “termidor” que se dedica, para su propia desgracia, a restituir el Estado que quería transformar. Si su proyecto de vida fue ser un viabilizador de la asunción de un indio al poder, ahora reafirma que nunca creyó en el indio ni en lo que cree el indio.

Los ingenuos y los oportunistas líderes de la oposición, tampoco se dan cuenta que sus aspiraciones acabarán, si se concretara la insurrección de la oligarquía, en la reposición de un orden que sí hará realidad sus miedos. Serán barridos como simples peones de un juego que acabará con una más férrea injerencia de nueva clase. Como en la Argentina de Macri, o el Brasil de Temer, una reposición oligárquica-liberal conculcará la democracia y todas las conquistas sociales y populares alcanzadas estos últimos años. Otra vez se reditará el episodio del gobierno de Torrez, cuando la izquierda también provocó el golpe militar.

No se dan cuenta que la derecha no actúa ni siquiera para sí misma y que, en su debido momento, el componente fascista se impondrá y desplazará a todos los ingenuos que, liderando interesadamente las marchas y los paros, habrán servido, en bandeja de plata, el poder a la insurrección de la oligarquía. El desenlace hasta burlesco que podría provocar la digitación externa de una “revolución de colores”, para terminar por descomponer una recomposición del campo popular, sería la entronización de otro indígena en el poder (no en vano un ex vicepresidente indígena es el más entusiasta crítico del gobierno), con la siguiente amonestación: “con un indio quisieron soñar en cambiar todo, con otro indio les enseñaremos que nada se puede cambiar”.

Rafael Bautista S. autor de “Del mito del desarrollo al horizonte del vivir bien. ¿Por qué fracasa el socialismo en el largo siglo XX?”. Dirige “el taller de la descolonización”.

EL PODER DEL CINE: PELÍCULAS QUE INSPIRAN CAMBIOS SOCIALES

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'UNA MUJER FANTÁSTICA' ES EL LARGOMETRAJE CHILENO QUE HA GANADO EL OSCAR A MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA DE ESTE AÑO. ESTA PIEZA NO SÓLO HA SIDO RECONOCIDA POR SU EXCELENCIA ARTÍSTICA SINO QUE HA REABIERTO EL DEBATE SOBRE LA DISCRIMINACIÓN DE LAS PERSONAS TRANSGÉNERO EN CHILE, ACELERANDO EL TRÁMITE DE LA LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO. EN ESTE ARTÍCULO, OS HABLAMOS DE ESTA OBRA Y DE OTRAS TRES PELÍCULAS QUE TUVIERON UN IMPACTO SOCIAL TAN GRANDE QUE PROVOCARON CAMBIOS INIMAGINABLES.

Chile ya cuenta con su segundo Oscar. El pasado domingo, UNA MUJER FANTÁSTICA fue galardonada como mejor película de habla no inglesa. Este triunfo, además de ser un motivo de orgullo para la industria del cine, sirvió para volver a generar debate sobre la discriminación contra las personas transgénero en Chile y acelerar el trámite de la Ley de Identidad de Género, una norma que facilitaría el cambio de nombre

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y sexo en los documentos de identidad. Dicha ley se encontraba circulando entre las dos cámaras del parlamento desde 2013, año en el cual el proyecto fue presentado ante el Senado por la organización OTD (Organizando Trans Diversidades). Desde esa fecha, pasó por una serie de debates y consultas. La principal controversia fue la posibilidad de extender el alcance de la ley a los menores de edad. UNA MUJER FANTÁSTICA, la historia de una mujer transgénero que sufre la muerte de su pareja y el rechazo de la sociedad en la que vive, se estrenó en el Festival de Cine de Berlín en el año 2017. A partir de entonces, comenzó una exitosa trayectoria en la cual ha acumulado varios premios, entre ellos el Oso de Plata, el Fénix, el Goya, el Teddy Award y, finalmente, el Oscar. A través de su prestigio artístico, esta película ha ido incrementando también su influencia social. Si bien no fue realizada expresamente con fines de activismo, ha logrado, mediante su éxito internacional, cambiar el rumbo de la Ley de Identidad de Género en Chile.

Después del otorgamiento del Oscar, la presidenta Michelle Bachelet felicitó al equipo de la

película y estableció que el proyecto de ley sea tratado como asunto de suma urgencia. En los días siguientes, representantes de organizaciones sociales en favor de la diversidad sexual como la OTD y la Fundación Iguales realizaron un gran trabajo mediático hasta convertir el tema en “una presión fantástica” para los legisladores, en palabras del diario La Tercera. De este modo, se ha logrado que el proyecto supere el estancamiento en el Senado y sea enviado a una comisión mixta del próximo congreso que se reunirá bajo el gobierno de Sebastián Piñera. Es cierto que para ello se tuvo que excluir del proyecto a los menores de edad, pero se espera que luego puedan ser reincorporados por la comisión mixta. De manera similar a UNA MUJER FANTÁSTICA, otras películas también han contribuido al avance de causas sociales en diversas partes del mundo. A continuación recomendamos tres de ellas y contamos brevemente su historia de impacto.

TREVOR (1994)

TREVOR es un cortometraje estadounidense dirigido por Peggy Rajski. Se ambienta en el año 1981 y cuenta la historia de un adolescente homosexual llamado Trevor, quien vive apasionado por la música de Diana Ross y enamorado de uno de sus compañeros de clase. Pero detrás de esta vida aparentemente divertida, sufre la falta de atención de sus padres y, sobre todo, el rechazo de sus compañeros cuando ellos descubren que se siente atraído por su mejor amigo. Entonces intenta suicidarse, pero afortunadamente no lo consigue. En 1995, esta película ganó el Oscar a mejor cortometraje en un empate con FRANZ KAFKA’S IT’S A WONDERFUL LIFE de Peter Capaldi. Posteriormente, inspiró la creación de THE TREVOR PROJECT, una organización que brinda apoyo emocional para jóvenes LGBTIQ entre los 13 y los 24 años en Estados Unidos. Dicha organización fue fundada por los mismos realizadores de la película para cubrir el vacío de ayuda e información con el que se encontrarían los jóvenes que en ese momento estuviesen pasando por los mismos problemas que el personaje Trevor. En 1997, cuando se vendió la película a la cadena HBO, la directora Peggy Rajski se dio cuenta de que debería existir una línea telefónica de prevención del suicidio destinada específicamente a la población joven LGBTIQ. Entonces, ella dirigió el reclutamiento de expertos en salud mental y gestionó la infraestructura para el proyecto, mientras que el guionista James Lecesne colaboró con el financiamiento. En 1998, la línea telefónica fue inaugurada bajo el nombre de THE TREVOR LIFELINE. En la actualidad, THE TREVOR PROJECT es una iniciativa muy completa que incluye, además de la línea de ayuda, un blog, foros, eventos, recursos informativos para jóvenes, educadores y trabajadores

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sociales, así como oportunidades para involucrarse con el proyecto a través de donaciones y trabajo voluntario.

PÍNTAME DE AMARILLO (2006)

RANG DE BASANTI, que puede traducirse como PÍNTAME DE AMARILLO (o de color azafrán, símbolo del sacrificio), es un drama de Bollywood dirigido por Rakeysh Omprakash Mehra. Cuenta la historia de Sue, una joven británica que viaja a la India para grabar un documental sobre las luchas por la independencia de dicho país. A través del diario de su abuelo, un ex oficial de la policía imperial, Sue se familiariza con la vida de los revolucionarios anticoloniales. Comienza a admirar su valentía, idealismo y deseos de cambio. Al llegar a la India, sin embargo, los jóvenes a quienes recluta como actores no están interesados en protagonizar un film patriótico, pues se sienten decepcionados de su país. Pero conforme avanza el rodaje, el espíritu revolucionario de los personajes se va impregnando en los actores. Comienzan a darse cuenta de que su propia situación es similar a la de antaño. La corrupción sigue frenando el desarrollo de la India tanto como antes. Entonces, se motivan a ser protagonistas del cambio. De manera paralela, un piloto pierde la vida en un supuesto accidente que fue posible debido a que las partes del jet en que volaba fueron inadecuadas y se compraron ilegalmente. Es más, el Ministro de Defensa y el padre de uno de los actores estuvieron implicados en la compra. Este hecho es el detonante para que los jóvenes lideren una protesta pacífica, la cual luego se torna violenta debido a la represión policial. Finalmente, todos ellos mueren en una escena de sacrificio muy similar a la que Sue tenía en mente al comenzar el rodaje. El estreno de esta película se dio en el día nacional de la India, lo cual refuerza su carácter patriótico. En cuanto a la crítica, fue medianamente exitosa. Ganó el Premio Nacional de Cine de India y fue nominada como mejor película en idioma extranjero a los Premios BAFTA, los Globos de Oro y el Oscar. Su impacto social ha sido documentado en un artículo de Ritesh Mehta, de la Universidad del Sur de California, y se concentra en dos áreas: en el espacio virtual (blogs), incrementó la discusión sobre temas políticos y sociales; en el espacio “real”, inspiró protestas pacíficas en contra de un juicio injusto en un caso de asesinato. El 29 de abril de 1999, Jessica Lall, una modelo que se encontraba trabajando como camarera para colaborar con la campaña publicitaria de un nuevo restaurante de alta gama en Nueva Delhi, fue asesinada por Manu Sharma, hijo del político Venod Sharma. Este caso fue llevado a la corte, donde se estancó por varios años. Se sospecha que algunos testigos fueron sobornados y el arma homicida supuestamente se perdió. En febrero del año 2006, solo cuatro semanas después del estreno de la película, el veredicto otorgó la libertad al acusado por falta de pruebas. Este hecho desencadenó la indignación ciudadana y el semanario nacional TEHELKA convocó una manifestación en la Puerta de la India, un monumento famoso de la ciudad y el mismo en el que se desarrolló la protesta pacífica en la película. Acudieron 2.500 personas, muchos de ellos jóvenes estudiantes, y realizaron una vigilia con velas muy similar a la que aparece en el film. En marzo de 2006, el caso fue readmitido en la corte y se presentaron nuevas pruebas. Finalmente, el 18 de diciembre, Manu Sharma fue sentenciado a cadena perpetua.

UNA CHICA EN EL RÍO: EL PRECIO DEL PERDÓN (2015)

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Terminamos este artículo comentando UNA CHICA EN EL RÍO: EL PRECIO DEL PERDÓN, un cortometraje documental dirigido por Sharmeen Obaid-Chinoy. Esta película cuenta la historia de Saba Qaiser, una joven pakistaní que sobrevivió a un intento de asesinato por honor, una práctica extendida en países islámicos que consiste en matar a una persona de la propia familia (por lo general a una mujer) porque se cree que ha cometido un acto deshonroso, como por ejemplo negarse a contraer matrimonio, ser homosexual o, como en el caso de la protagonista, involucrarse en una relación sentimental que la familia no aprueba. Saba sobrevivió al ataque de su padre y su tío, quienes le dispararon, la colocaron en una bolsa y la dejaron abandonada en el río. Sin embargo, incluso después de haber sobrevivido, las víctimas como Saba se enfrentan a una enorme presión social para perdonar a sus agresores, ya que la ley contempla una cláusula del perdón que deja impunes a los perpetradores.

Esta película ganó el Oscar a mejor cortometraje documental en el año 2016, lo cual

significó el segundo premio de la Academia para la directora, quien ya lo había ganado

cuatro años antes por SAVING FACE, un documental sobre los ataques con ácido que

sufren las mujeres en Pakistán. En cuanto a su influencia social, esta película llevó a que Nawaz Sharif, el Primer Ministro de Pakistán, prometiera endurecer las penas para los perpetradores de crímenes de honor. Inmediatamente se activó una petición en la plataforma Avaaz.org para exigirle que no olvide su promesa, así como para pedir un mayor involucramiento del presidente Mamnoon Hussain y de los parlamentarios en la lucha contra este tipo de crímenes. Ese mismo año, bajo la presión mediática desatada por el triunfo de la película y el asesinato de la celebridad Qandeel Baloch, se aprobó una reforma legal que restringe las condiciones para aplicar la cláusula del perdón. Actualmente, es posible librar a un agresor de la pena de muerte, pero no de la condena en la cárcel, lo cual constituye un primer paso en la lucha contra la impunidad.