ldefensivos para los territorios de a llave de …

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En 1763, una vez consumada la Guerra de los Siete Años y en virtud de la Paz de París, Francia modifi- caba el panorama geoestratégico americano con la cesión de los territorios de Luisiana a España, he- cho rubricado en el Tratado de Fontainebleau. 2 Mediante este pacto, el país galo maquillaba la desastrosa participación española en el conflicto y aliviaba las consecuencias de la obligada permuta ejecutada con los británicos entre las ciudades de La Habana y Manila por los territorios hispanos en la Florida. 3 Como consecuencia de ello, Luisiana ocuparía un lugar de elevado interés para el en- tramado comercial y defensivo español estableci- do en el entorno del seno mexicano. Sin embargo, este intercambio trajo consigo una inversión nota- ble, no solo en términos económicos, sino tam- bién en la asimilación de una serie de nuevas res- ponsabilidades que garantizasen el correcto fun- cionamiento de la nueva provincia. Entre ellas, asimilar la gobernación de unos territorios admi- nistrados por manos extranjeras durante casi me- 113 [núm. 27, 2018] doi:10.7203/arslonga.27.11198 PEDRO CRUZ FREIRE orcid.org/0000-0003-3965-4717 * Fecha de recepción: 15 de enero de 2018 / Fecha de aceptación: 26 de febrero de 2018. 1 El presente trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigación HAR 2015-63805-P “Ingenieros Militares en el Caribe y el Golfo de México Durante el Siglo XVIII. Diálogo Cultural, Circulación Transnacional y Conflictos Globales”. 2 DEL CANTILLO, Alejandro, Tratados, convenios y declaraciones de Paz y de Comercio que han hecho con las potencias ex- tranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbón desde el año 1700 hasta el día. Madrid, imprenta de Alegría y Charlain, 1843, p. 485. 3 SAN MIGUEL PÉREZ, Enrique, “La crisis de la estrategia política española en Norteamérica: de Bernardo de Gálvez a Luis de Onís” en MARTÍNEZ PEÑAS, Leandro y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Manuela (Coords.), El ejército y la armada en el noroeste de América: Nootka y su tiempo. Madrid, Universidad Rey Juan Carlos, 2012, p. 30. ISSN 1130-7099 eISSN 2605-0439 L A LLAVE DE NUEVA ESPAÑA. PROYECTOS DEFENSIVOS PARA LOS TERRITORIOS DE LUISIANA (1770-1795) 1 Resumen: El presente estudio trata de analizar, a través de diferentes propuestas, el estado de las fortificaciones de la provincia de Luisiana y las líneas de actuación que para su defensa se llevaron a cabo en aquel territorio en el periodo comprendido entre 1764 y 1795. Para ello, han sido recopilados los diversos informes elaborados por el militar Francisco Bouligny y los ingenieros Francisco Sabatini y Juan María Perchet, entre otros, docu- mentos que han ayudado a reconstruir las principales cuestiones defensivas y estratégicas de la zona. Palabras clave: Nueva Orleans / Ingeniería Militar / fortificaciones / río Misisipi. THE KEY OF NUEVA ESPAÑA. DEFENSIVE PROJECTS FOR LUISIANA’S TERRITORIES (1770-1795) Abstract: The present study intends to analyze, through different proposals, the condition of fortifications in Louisiana and defensive procedures accomplished in that territory between 1764-1795. Thus, various reports performed by Francisco Bouligny, Francisco Sabatini and Juan María Perchet, among others, have helped to rebuilt defensive and strategic issues of this area. Key Words: New Orleans / Military engineering / fortifications / Mississippi. PEDRO CRUZ FREIRE Departamento de Historia del Arte. Universidad de Sevilla [email protected]

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En 1763, una vez consumada la Guerra de los SieteAños y en virtud de la Paz de París, Francia modifi-caba el panorama geoestratégico americano con lacesión de los territorios de Luisiana a España, he-cho rubricado en el Tratado de Fontainebleau.2

Mediante este pacto, el país galo maquillaba ladesastrosa participación española en el conflicto yaliviaba las consecuencias de la obligada permutaejecutada con los británicos entre las ciudades deLa Habana y Manila por los territorios hispanos en

la Florida.3 Como consecuencia de ello, Luisianaocuparía un lugar de elevado interés para el en-tramado comercial y defensivo español estableci-do en el entorno del seno mexicano. Sin embargo,este intercambio trajo consigo una inversión nota-ble, no solo en términos económicos, sino tam-bién en la asimilación de una serie de nuevas res-ponsabilidades que garantizasen el correcto fun-cionamiento de la nueva provincia. Entre ellas,asimilar la gobernación de unos territorios admi-nistrados por manos extranjeras durante casi me-

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doi:10.7203/arslonga.27.11198

PEDRO CRUZ FREIREorcid.org/0000-0003-3965-4717

* Fecha de recepción: 15 de enero de 2018 / Fecha de aceptación: 26 de febrero de 2018.1 El presente trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigación HAR 2015-63805-P “Ingenieros Militares en el Caribe yel Golfo de México Durante el Siglo XVIII. Diálogo Cultural, Circulación Transnacional y Conflictos Globales”.2 DEL CANTILLO, Alejandro, Tratados, convenios y declaraciones de Paz y de Comercio que han hecho con las potencias ex-tranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbón desde el año 1700 hasta el día. Madrid, imprenta de Alegría y Charlain,1843, p. 485.3 SAN MIGUEL PÉREZ, Enrique, “La crisis de la estrategia política española en Norteamérica: de Bernardo de Gálvez a Luis deOnís” en MARTÍNEZ PEÑAS, Leandro y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Manuela (Coords.), El ejército y la armada en el noroeste deAmérica: Nootka y su tiempo. Madrid, Universidad Rey Juan Carlos, 2012, p. 30.

ISSN 1130-7099eISSN 2605-0439

L A LLAVE DE NUEVA ESPAÑA. PROYECTOSDEFENSIVOS PARA LOS TERRITORIOS DELUISIANA (1770-1795)1

Resumen: El presente estudio trata de analizar, a través de diferentes propuestas, el estado de las fortificacionesde la provincia de Luisiana y las líneas de actuación que para su defensa se llevaron a cabo en aquel territorio enel periodo comprendido entre 1764 y 1795. Para ello, han sido recopilados los diversos informes elaboradospor el militar Francisco Bouligny y los ingenieros Francisco Sabatini y Juan María Perchet, entre otros, docu-mentos que han ayudado a reconstruir las principales cuestiones defensivas y estratégicas de la zona.

Palabras clave: Nueva Orleans / Ingeniería Militar / fortificaciones / río Misisipi.

THE KEY OF NUEVA ESPAÑA. DEFENSIVE PROJECTS FOR LUISIANA’S TERRITORIES(1770-1795)

Abstract: The present study intends to analyze, through different proposals, the condition of fortifications inLouisiana and defensive procedures accomplished in that territory between 1764-1795. Thus, various reportsperformed by Francisco Bouligny, Francisco Sabatini and Juan María Perchet, among others, have helped torebuilt defensive and strategic issues of this area.

Key Words: New Orleans / Military engineering / fortifications / Mississippi.

PEDRO CRUZ FREIRE

Departamento de Historia del Arte. Universidad de [email protected]

dio siglo, desarrollar una nueva política de pobla-miento, emigración y desarrollo financiero y des-plegar un renovado planteamiento defensivoacorde a las nuevas exigencias bélicas y las posibi-lidades geoestratégicas que ofrecía el paraje. Conrelación a esta última, se ha creído conveniente laredacción de este estudio, con el fin de valorar elingente esfuerzo llevado a cabo por la Corona es-pañola para salvaguardar un territorio de sumaimportancia para los intereses de la nación y elcontrol territorial de una zona tan delicada y con-flictiva como fue el entorno caribeño. Para ello, sehan analizado varios informes realizados por in-genieros y personalidades ligadas al entorno mili-tar que describen la situación defensiva de Luisia-na, examinan nuevos métodos de protección yproponen nuevos proyectos de remodelación oconstrucción de fortificaciones. De este modo, suestudio revela nuevas claves para comprender losprincipales procedimientos defensivos aplicados aeste territorio en el último tercio de la centuria.

Luisiana era una región de difícil protección dadasu extensa geografía y la imposibilidad de contro-larla totalmente, tanto por falta de recursos fi-nancieros como de personal humano. Así pues,dentro de este inabarcable territorio, el río Misisi-pi jugaba un papel fundamental articulando a lolargo de su cuenca la mayor parte de la actividadvital, comercial y defensiva. Por ello, no es deextrañar que los principales núcleos poblacionesse instalasen en las inmediaciones de su ribera,destacando entre todas ellas, la ciudad de NuevaOrleans.

Si bien el traspaso de poderes entre Francia y Es-paña se formuló de manera correcta y sin ningúntipo de incidencias, la corona no pudo evitar unespíritu de resistencia entre los habitantes deNueva Orleans, quienes no compartían la decisiónde su monarca. En 1768, tan solo cinco años des-pués de lo estipulado en el tratado de Fontaine-bleau, una partida de insurrectos colonos se rebe-ló con el objetivo de expulsar al por entonces go-bernador don Antonio de Ulloa, cuyo mandatosolo abarcó dos años.4 Bajo órdenes de pacificar yrecuperar su control, fue enviado el militar irlan-dés Alejandro O’Reilly, quien había desempeñado

hasta el momento un ejercicio excepcional decontrol de tropas y recursos militares en la ciudadde La Habana junto al conde de Ricla.5 Va a ser elpropio militar y político irlandés quien lleve a ca-bo una primera revisión de las opciones defensi-vas y tácticas más convenientes para la protecciónde la nueva provincia. No obstante, estas ideas,estudiadas por Morales Folguera, constituyeronun programa sumamente conservador y falto deinnovación. Según el plan, el grueso de las tropasdebía permanecer en la principal ciudad de laprovincia, Nueva Orleans, mientras que suprimíanumerosos puestos militares fronterizos como SanLuis de Natchez o Iberbila, a la vez que desaconse-jaba la edificación de nuevas construcciones de-fensivas.6 De esta forma, se reforzaba el puesto dela capital en detrimento de otras zonas de interésdefensivo, valiosas para contrarrestar acometidasde las numerosas tribus indias que habitaban enla región. Estas decisiones, por otra parte, invitana pensar en la poca consideración estratégica quese tenía hasta el momento de este paraje, a pesarde la necesidad, como se demostraría en el futu-ro, de mantener actualizado un enclave costeroen el interior del seno mexicano que neutralizaseel contrabando mercantil británico o cualquier in-tento de agresión extranjera.

No será hasta los albores del proceso de indepen-dencia americano cuando España vuelva a fijar suatención en Luisiana, gracias fundamentalmentea tres factores. Por un lado, al nombramiento deJosé de Gálvez como Secretario de Indias y de susobrino, Bernardo de Gálvez, como gobernadorde Luisiana, cuyos trabajos estimularon el impulsoque la región necesitaba. Por otro lado, al sanea-miento y crecimiento de los fondos económicosdestinados a defensa, gracias en parte al adelan-tamiento de las obras de reestructuración defensi-va llevada a cabo en La Habana durante la décadaanterior y que tantos recursos financieros consu-mió en su finalización. Por último, la ubicación deeste territorio, cuya gestión resultó fundamentalpara el éxito independentista norteamericano,acaparó la completa atención de la administra-ción española, sabedora de su importancia parafrenar las aspiraciones británicas en Florida.

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4 GUTIÉRREZ ESCUDERO, Antonio, “Entre España e Hispanoamérica: Antonio de Ulloa, un hombre de su tiempo. Sus escritosy publicaciones” en LOSADA, Miguel; VARELA, Consuelo (Eds.), Actas del II Centenario de Don Antonio de Ulloa. Sevilla, Con-sejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, Escuela de Estudios Hispanoamericanos. 1995, p. 263. 5 KUETHE, Allan J., “Imperativos militares: La Habana, San Juan y la Luisiana en la época de Carlos III” en Historia y Globaliza-ción. Ensayos en homenaje a Alfredo Castillero Calvo Panamá, Editora Novo Art S.A., 2017, pp. 68-69. 6 MORALES FOLGUERA, José Miguel, Arquitectura y urbanismo hispanoamericano en Luisiana y Florida occidental. Málaga,Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Málaga, 1987, p. 94.

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A raíz de estas circunstancias, Gálvez delegó enuno de sus hombres de confianza, el militar Fran-cisco de Bouligny, la realización de un detallado in-forme sobre la situación social de aquella provinciay las medidas más urgentes para su revitalización.7

Bouligny, nacido en Alicante en 1736, fue uno delos militares más reconocidos en esta época. Cono-cedor de los territorios de Luisiana, pues había par-ticipado junto con O’Reilly en las tareas de pacifica-ción de 1769, se erigió como la persona idónea pa-ra llevar a cabo esta tarea. Su proyecto, presentadoen agosto de 1776 y titulado Memoria de la Luisia-na, supone uno de los textos más completos y me-jor documentados de la situación de esta regióndurante la segunda mitad del siglo XVIII.8 El escritolo encabeza el siguiente texto:

Noticia con el Estado Actual del comercio y pobla-ción de la Nueba Orleans, y Luisiana Española, y losmedios de adelantar aquella provincia que presentaa Su Majestad Catholica por mano de su Ministro deIndias don Joseph de Gálvez, con el mayor respetodon Francisco Bouligny, capitán del batallón de in-fantería de aquella provincia.9

A lo largo de los once capítulos que componen suMemoria, el alicantino describe detalladamente elescenario de esta provincia, analiza su producción,define a sus habitantes, aborda con detenimientosus posibilidades comerciales y expone un plan deampliación poblacional.10 No obstante, en los apar-tados diez y once despliega un programa de fortifi-caciones y un proyecto económico para sufragarlo,“no solo sin costo del Real Herario, pero con sumaventaja para el país”. La décima sección, titulada“Plan de fortificaciones esenciales a aquel país, pa-ra su defensa y resguardo”, comienza exponiendocuales son los principales enemigos a tener en con-sideración y qué parajes son los más vulnerables ynecesitados de una revisión defensiva. Según el ali-cantino, ingleses y tribus indias suponían el mayorpeligro en Luisiana, especialmente si aquellos pu-diesen aprovecharse del curso de los ríos o de loslagos que circundaban Nueva Orleans para ejecu-tar sus ataques. Por este motivo, Bouligny centró sudiscurso en fortalecer el acceso y el tráfico en aque-llos cursos fluviales que pusiesen en peligro lasprincipales poblaciones de la región.

En primer lugar, propuso la colocación de una fra-gata de cuarenta cañones del calibre 36 en el ríoMisisipi, haciendo las veces de batería flotante,“con un costado tan fuerte que ninguna –fragata–de los contrarios que pudiese entrar por el río, fue-se capaz de ponerse a su lado”. Seguidamente, re-comendó reforzar el pasaje llamado Torno de losIngleses, o detour des anglais, previamente fortifi-cado por los franceses, pero cuyas estructuras de-fensivas habían quedado desmanteladas. En esteparaje, distante 15 kilómetros al sur de Nueva Orle-ans, el río formaba un meandro de difícil navega-ción, donde las embarcaciones debían detenerse yesperar un cambio de viento para proseguir su ru-ta. Por ello, planteó la reconstrucción de dos bate-rías, una a cada lado del Misisipi, prestando espe-cial atención en escoger parajes libres de los habi-tuales desbordamientos del río. Además, apuntaba

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7 El estudio más completo sobre este personaje se debe a DIN, Gilbert D., Francisco Bouligny: a bourbon soldier in SpanishLouisiana. Nueva Orleans, Louisiana State University Press, 1993. 8 El informe presentado por el militar alicantino es una de las fuentes principales para conocer la realidad de la Luisiana es-pañola en la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente para la historiografía americana que ha trabajado sobre este perio-do. Por ello, merece traerse a colación la traducción al inglés de su memoria, publicado en: DIN, Gilbert D., Louisiana in 1776.A “memoria” of Francisco Bouligny. Nueva Orleans, Louisiana State University Press, 1977. 9 The Historic New Orleans Collection (De aquí en adelante, THNOC), Bouligny-Baldwin Family Papers, sig. MSS 171, 44, f.1.10 La memoria ha sido estudiada por: MORALES FOLGUERA, José Miguel, 1987 (6), pp. 94-97.

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Fig. 1. Plano de la batería proyectada para la entrada del cañode Mardi gras en el río Misisipi, para cruzar sus fuegos con losdel fuerte que se proyecta al otro lado del mismo río en lapunta del Torno de Placcamin. Joaquín de Peramas. NuevaOrleans, 20 de marzo de 1787. AGI, MP-FLORIDA_LUISIA-NA, 107.

que ambas estructuras debían estar “bien resguar-dadas por detrás”, con el fin de evitar incursionespor tierra a través de los diferentes bayous o lagu-nas que existían a poca distancia de aquella zona.11

Precisamente con el fin de dificultar el acceso a es-tas lagunas, el militar español recomendaba re-construir la pequeña batería localizada en el Bayoude San Juan, sobre el lago Pontchartrain, para

ponerlo al abrigo de todo insulto, pues si todos losingleses llegasen a poderarse de él, podrían sin elmenor imcombeniente remontar por agua las qua-tro o cinco leguas que ay hasta una poblazion llama-da el Bayú, que tenemos distante solo media leguade la ciudad, y como la Nueva Orleans no tiene de-fenza ahora por la parte de tierra, hazerse dueña deella a poca costa.

Igualmente, planteó la reconstrucción del fuerteManchack, cuya estructura se encontraba enorme-mente debilitada, y la construcción de otro puestode similares prestaciones en la orilla contraria delrío, con el objetivo de cruzar sus fuegos y evitarlas correrías de los piratas ingleses.12

Otros puntos de la geografía de Luisiana formaronparte de las recomendaciones de Bouligny para suplan. Así, recomendó establecer dos fuertes enPunta Cortada, un paraje situado a más de 400 ki-lómetros al norte de Nueva Orleans, con el fin deresguardar el río Colorado y evitar la navegaciónde ingleses o colonos americanos que, en caso deque lograsen la independencia, tuviesen como ob-jetivo el virreinato de Nueva España a través de Te-xas. Por otra parte, las regiones de Arkansas e Illi-noeses, del alto Misisipi, debían ser protegidas connuevas estructuras defensivas. Por último, conside-ró imprescindible circundar de murallas la ciudadde Nueva Orleans, tal y como estaba ejecutada enel momento con estacas, colocando un baluarte encada una de las esquinas de la ciudad.

Todo este programa constructivo, mucho máscompleto que el presentado varios años antes por

O’Reilly, suponía un cuantioso gasto para las ar-cas españolas. Por ello, el capítulo undécimo desu Memoria estuvo dedicado a desgranar un plande pagos que no supusiese un esfuerzo financie-ro. Según Bouligny, dos casas de comercio espa-ñolas con sede en Alicante se ofrecían a proveer aLuisiana una partida de 2.000 esclavos a menorprecio que la Real Compañía de Negros de La Ha-bana, hasta el momento la habitual suministrado-ra de esclavos en el entorno caribeño. Los prisio-neros deberían ser subastados a los habitantesmás poderosos de Luisiana, quienes mediante di-versos pagos y algunas retenciones tributarias,podrían sufragar la construcción de las fortifica-ciones previamente mencionadas sin coste algunopara el erario hispano. No cabe duda que el planpresupuestario presentado por Bouligny se anto-jaba utópico, a pesar de la convicción que él mis-mo depositaba en él.13

En las conclusiones de su Memoria, el militar ali-cantino puntualizaba que sus indicaciones debíanser puestas en funcionamiento con la mayor cele-ridad posible para debilitar definitivamente alejército británico en territorio norteamericano,pues “hallándose los ingleses, y sus colonias tandistraídas en una Guerra civil que les lleba toda laatención”, este se antojaba como el mejor mo-mento para llevar a cabo tales operaciones. Sinembargo, muchas de las observaciones apuntadaspor Bouligny no fueron puestas en funcionamien-to, y las que sí se tradujeron en proyectos definiti-vos, tardaron varios años en realizarse.

En este sentido, uno de los ejemplos más notoriosfueron las edificaciones llevadas a cabo en el Tor-no de los Ingleses. Como bien indica Morales Fol-guera, los reductos llamados San Felipe de Placca-min y fuerte Borbón, fueron proyectados en 1787bajo la gobernación de Esteban Miró, aunque elprimero aun tardaría varios años en construirse.14

Estas fortificaciones, proyectadas por el ingenieromilitar Joaquín de Peramas,15 presentaban dos si-

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11 THNOC. Bouligny-Baldwin Family Papers, sig. MSS 171, 44, f. 110. 12 El fuerte, construido en 1775 bajo la gobernación de Luis de Unzaga y Amezaga, puede apreciarse en: Archivo General deIndias (De aquí en adelante, AGI) MP-Florida_Luisiana, 75. Plano del fuerte de San Gabriel de Manchac, en Luisiana Manchak,17 de abril de 1777. 13 Según se desprende de su informe, “es tan clara la ventaja de que esta operación resultará al Real Herario que con ella so-la se pueden hazer no solo las referidas obras, sino otras de mucha mayor concideracion, poniendo antes de diez años todoaquel país en tal estado de defensa que toda la Inglaterra junta no sea capaz de venirla a insultar”. THNOC. Bouligny-Bald-win Family Papers, sig. MSS 171, 44, f. 119. 14 MORALES FOLGUERA, José Miguel (6), pp. 136-137. 15 Para más información sobre este ingeniero, pueden consultarse: CAPEL, Horacio [et. al.], Los Ingenieros militares en Espa-ña, siglo XVIII: repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Barcelona, Publicacions i edicions de la Uni-versitat de Barcelona, 1983, p. 369. CRUZ FREIRE, Pedro, “Joaquín de Peramas. Un ingeniero militar en América” en LÓPEZCALDERÓN, Carme; FERNÁNDEZ VALLE, María de los Ángeles y RODRÍGUEZ MOYA, María Inmaculada (Coords.), Barroco Ibe-roamericano: identidades culturales de un imperio. Vol. 1. Santiago de Compostela, Andavira Editora, 2013, pp. 378-379.

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luetas completamente diferentes pero comple-mentarias entre sí. Por un lado, el fuerte Borbónse proyectó como una batería irregular compues-ta de tierra y madera, rodeada por un amplio fosoy glacis exterior. Su interior contaba con cuerpode guardia, cuarteles, almacén de pólvora y diver-sas estancias para el alojamiento de la tropa. En elnivel superior, al que se accedía a través de unapequeña rampa, se distribuían las diferentes cure-ñas para colocar los cinco cañones del calibre seisdestinados a su defensa, los cuales podían colo-carse bien enfilando hacia el río o al interior. Aho-ra bien, dentro de su configuración destacan doselementos que, por su particularidad, hacen deesta obra un exponente militar singular en terri-torio americano. En primer lugar, sobresale la ubi-cación de la plaza de armas, colocada sobre la es-carpa del foso y no en el interior del reducto, alque se anexiona mediante un puente levadizo.Por otra parte, la colocación de dos canales quecontrolaban el flujo de agua desde el Misisipi has-ta el foso, posibilitando al gobernador de la forta-leza alterar el interior del mismo de acuerdo a lasexigencias bélicas de cada situación.

El fuerte de San Felipe de Placcamin también es-tuvo proyectado desde 1787, como lo demuestrael Plano del fuerte proyectado para la punta delTorno de Placcamin en el río Misisipi…16 Ubicadoen la otra orilla del Misisipi con el objetivo de cru-zar fuegos con el fuerte Borbón, cumplía las mis-mas funciones que este, aunque su traza fuese to-talmente distinta. En este caso, Peramas proyectóun bastión hexagonal de medidas irregulares, contres baluartes enfilando hacia tierra y otros tantosal Misisipi. En el interior del mismo se distribuíanlas dependencias para alojamiento de los oficia-les, cuarteles, almacenes de pólvora, hornos, coci-nas y diversas estancias comunes. No obstante, re-pite elementos planteados en el fuerte Borbón,como la plaza de armas tras el foso, comunicadaal fuerte mediante un puente levadizo, o los ca-nales de transporte de agua hacia el fuerte. A pe-sar de estar aprobado desde 1787, no comenzó aconstruirse hasta 1792, bajo la dirección del inge-niero Gilberto Antonio de San Maxent y el gobier-no del XV Barón de Carondelet, dos de las perso-nalidades decisivas en la planificación defensivade Luisiana en la última década de siglo.

Solo un mes antes de la redacción de la Memoriade Bouligny, la declaración de independencia delos Estados Unidos, efectiva a partir del reconoci-miento que Francia hizo de la misma el 6 de fe-brero de 1778, modificaba enormemente el pano-rama político, social y territorial americano. Dichoacontecimiento afectó directamente a las posesio-nes españolas, con especial atención a Luisiana,pasando de ser un estado casi olvidado por la ad-ministración española a convertirse en un puestode primer orden para la conservación de los inte-reses comerciales y territoriales en el nuevo conti-nente. La emergente nación norteamericana, alia-da de España durante las operaciones comanda-das por Bernardo de Gálvez en la alta Luisiana yFlorida entre 1779 y 1781, pronto se postulaba, nocomo un aliado, sino como una potencia mundialasentada en sus fronteras.17 A las premonitorias, yde sobra conocidas, palabras del conde de Arandasobre los peligros que podría ocasionar EstadosUnidos,18 hay que sumarle diferentes considera-

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16 AGI, MP- Florida Luisiana, 106. Plano del fuerte proyectado, para la punta del torno de Placcamin en el rio Missisipi, paracruzar sus fuegos con los de la batería que se proyecta al otro lado del mismo rio, en el caño de Mardigras. Joaquín de Pera-mas. Nueva Orleans, 20 de marzo de 1787.17 SEGURA GARCÍA, Germán, “Operaciones militares en la Alta Luisiana durante la revolución americana” en Bernardo deGálvez. La presencia de España en México y Estados Unidos. Madrid, Ministerio de Defensa, 2015, pp. 238-239. 18 BEERMAN, Eric, España y la Independencia de Estados Unidos. Madrid, Editorial Mapfre, 1992, p. 27.

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Fig. 2. Plano del Torno de Placcamin y sus contornos. Joa-quín de Peramas. Nueva Orleans, 20 de marzo de 1787. AGI,MP-FLORIDA_LUISIANA, 109.

ciones realizadas por otros clarividentes persona-jes de la esfera política y cultural del momento,caso del cirujano, marino y escritor Pedro Gatell.19

En 1780, Gatell redactó la Memoria de la que sedemuestra la absoluta necesidad en que se hallala corte de España de poblar y fortificar la Luisia-na, especialmente lo correspondiente a las riberasde los ríos Misisipi, Misuri y el de San Bernardo, ylas grandes ventajas y utilidades que resultan detan importante execusión.20 Su discurso es unaprueba más de la inquietud y la enorme preocu-pación instalada en torno a la nación americana:

¿Quién creyera que esta república con unos princi-pios tan débiles había de estender sus pabelloneshasta en las regiones más remotas del Globo en po-co más de un siglo? ¿Quién pensará que havia de serapetecida para aliada de las Potencias más fuertes?En fin, ¿Quién diría en aquel entonces, que estable-cida en un suelo tan esteril havia de ser, como la ve-mos, el almacén del mundo? Pues si sobre tan flacassimientas se ha herigido una potencia capás de dis-putarle a Roma y Cartago su conducta en materiasde Estado y Gobierno, ¿Qué hemos de esperar delnuebo Congreso del Norte de América, rico por lafertilidad de su terreno y orgulloso viéndose compe-tidor con ventaja de la nación reputada hasta el díapor guerra y dueña de todos los mares?21

Para el marino español, una sólida defensa de losterritorios de Luisiana podría contrarrestar posi-bles deseos de expansión territorial, cuyos objeti-vos podrían centrarse no solo en la propia Luisia-na, sino también en el virreinato de Nueva Espa-ña. En su opinión, existían tres puntos clave paramantener a la otrora provincia francesa como an-temural del vecino virreinato. En primer lugar, de-claraba que fortalecer algunos puntos del río Mi-suri no solo resultaría beneficioso para facilitar eltráfico en el interior de la provincia, sino tambiénpara controlar incursiones de británicos desde Ca-nadá y americanos desde Virginia, asegurando lasconfluencias de los ríos Ontario, Flineo, y el lagoSuperior. En segundo lugar, el río San Bernardo,cercano a los dominios mexicanos, conectaba cer-ca de su desembocadura en el Golfo de Méxicocon un afluente que transcurría desde el interiordel virreinato. Según Gatell, cualquier enemigo

que intentase penetrar por tierra en el Reino deMéxico debía servirse de este cauce, por lo queaconsejaba guarnecer los puntos más vulnerablesde su curso. Por último, aunque no hace menciónalguna a fortificaciones o puestos defensivos en laribera del Misisipi, si lo cataloga como un motor ygenerador de riquezas para la provincia y la pro-pia corona española, por lo que su cuidado permi-tiría afrontar económicamente las propuestas desu memoria.

En un territorio interior de tanta amplitud y conuna acotada línea de costa como Luisiana, la na-vegación fluvial adquiría una enorme trascenden-cia. De esta forma se explica la preocupación deGatell por mantener bien guarnecidos los princi-pales cauces de aquella región, sobre todo si setiene en consideración que desde la Paz de Parísde 1763, Gran Bretaña era libre de navegar por elMisisipi con fines comerciales. Si bien este acuerdoparecía agotarse una vez España había derrotadoa los británicos en Florida y fuese reconocida la In-dependencia de las antiguas Trece Colonias me-diante el Tratado de Versalles de 1783, la cuestiónfluvial se agravó tras estos años. Tal y como indicaAndreu Ocariz, Inglaterra, “en un acto de refina-da venganza”, otorgó a Estados Unidos el dere-cho a la libre navegación en el Misisipi.22 Un con-tratiempo que España había tratado de superardurante el proceso de independencia americano,cuando Benjamin Franklin intentó negociar con elconde de Aranda la asistencia en la toma de SanMiguel de Panzacola a cambio de este derecho, sibien fue rechazado.23 Sin embargo, a partir de1785 la administración española tuvo que lidiarcontra esta adversidad, por lo que la atención de-positada sobre los ríos durante los próximos añosse reforzaría de manera significativa, viéndose re-flejada en los planes de defensa ejecutados du-rante la siguiente década.

Los más importantes proyectos defensivos plante-ados para Luisiana se elaboraron bajo la goberna-ción de Luis Francisco Héctor de Carondelet, XVBarón de Carondelet (1791-1797), quien había su-cedido a Esteban Miró en la administración de laprovincia. El Barón de Carondelet, nacido en Cam-

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19 Para más información sobre Pedro Gatell, puede consultarse: PESET, José Luis, “La melancolía en la obra de Pedro Gatell, ci-rujano y marino ilustrado” en Asclepio, 66 (1), 2014, p. 33.20 SERRANO Y SANZ, Manuel (Ed.), Documentos históricos de la Florida y Luisiana, siglos XVI al XVIII. Madrid, Librería Generalde Victoriano Suarez, 1912, pp. 353-361. 21 Ibidem, p. 353.22 ANDREU OCARIZ, Juan José, Luisiana Española. Zaragoza, Talleres Editoriales Librería General, 1975, p. 47.23 ARNAL SIMÓN, Luis, Arquitectura y urbanismo del septentrión novohispano II. Fundaciones en la Florida y el seno mexica-no, siglos XVI al XVIII. México, Universidad Nacional Autónoma de México-Facultad de Arquitectura, 2006, p. 299.

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brai en 1747, fue uno de los militares y políticosespañoles más laureados durante la segunda mi-tad del siglo XVIII. Antes de tomar las riendas dela administración de Luisiana, sirvió como caballe-ro de la Orden de Malta en la Guerra de los SieteAños, asistió al sitio de Argel en 1775 y a la tomade Panzacola en 1781. Como político, fue nom-brado gobernador de la provincia de San Salvadordesde 1789 a 1791, año en que se le asigna la go-bernación de Luisiana y Florida.24

Durante su mandato, Carondelet tuvo que en-frentarse a numerosas adversidades políticas y so-ciales que afectaron al correcto desarrollo de suadministración. Entre ellas, las consecuencias de larevolución francesa, la invasión gala en el norestede España, tensiones territoriales en la fronteracon Estados Unidos o el incendio de 1794 quearrasó buena parte del sector suroeste de la ciu-dad de Nueva Orleans. No obstante, supo respon-der a estos contratiempos con una política ejem-plar alabada por la historiografía.

Lógicamente, las desavenencias con Francia en Eu-ropa propiciaron que España se enfrentara a nu-merosos desafíos, especialmente en los límites geo-gráficos de Luisiana. Por una parte, las graves con-secuencias internas desarrolladas en la propia pro-vincia, donde el sentimiento francés aún no habíasido abolido completamente. Por otra parte, laamenaza de Inglaterra por mar y desde Canadá.Todo ello sin olvidar la incómoda presencia nortea-mericana en la periferia de la región. Como pro-ducto de estas presiones, el Barón planteó una se-rie de medidas defensivas que permitieron a la ac-tual región norteamericana afrontar cualquier in-tento de sublevación interior o asalto por parte deEstados Unidos o Gran Bretaña. Tal y como apuntaMorales Folguera, a Carondelet se le debe la ejecu-ción de todo el complejo arquitectónico militar deNueva Orleans, el impulso de las obras en el Tornode los Ingleses, diversas baterías en el lago Pont-chartrain y la actualización de los sistemas defensi-vos de San Miguel de Panzacola, Mobila, Natchez,Nogales, Manchack, San Marcos de Apalache yotros puntos estratégicos de la zona.25 Para ello, sesirvió de la opinión de quienes mejor interpretabanlas necesidades defensivas de la provincia, es decir,

los ingenieros militares. En un periodo de dos años(1792-1794), se reciben otros tantos informes de es-tos profesionales, en el que detallan las líneas deactuación necesarias para asegurar bajo dominioespañol aquel territorio.

El primero de estos planes se debe al arquitecto dela corte e ingeniero militar Francisco Sabatini.26 Supropuesta,27 redactada el 15 de agosto de 1794,comenzaba con una descripción del territorio deLuisiana y un análisis de los posibles escenarios enlos que la región podría esperar un ataque. Segúnel ingeniero, existían tres puntos viables dondepodría ejecutarse un asalto, bien mediante un de-sembarco en la costa en el entorno del Golfo deMéxico, bien por tierra o bien a través de la nave-gación del río Misisipi. No obstante, el ingenieroitaliano se mostraba confiado en que ninguna de

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24 BEERMAN, Eric, “XV Barón de Carondelet, Gobernador de la Luisiana y la Florida (1791-1797)”, en Hidalguía, GráficasUguina, 1978, pp. 6-7.25 MORALES FOLGUERA, José Miguel (6), pp. 98-105.26 Un estudio sobre el proyecto defensivo de Francisco Sabatini puede encontrarse en: CABRERA, Leoncio, “Francisco Sabatiniy la Fortificación de Luisiana”, en Trabajos y Conferencias. Madrid, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Madrid, II,1958, pp. 142-149.27 Archivo Histórico Militar de Madrid. (De aquí en adelante, AHMM). Índice General de Documentos, leg. 5-1-7-7. S/F.

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Fig. 3. Mapa de los límites de los Cherokees con los inglesesy de los conseguidos y pretendidos por los norteamericanosen la vertiente oriental de la cuenta del Mississippi. AGI,MP-FLORIDA_LUISIANA, 152. Barón de Carondelet. NuevaOrleans, 1793.

estas opciones pudiera ocasionar daños significati-vos a la provincia. En primer lugar, descartaba unataque por mar debido a la imponente presenciaespañola en esta región. Las defensas establecidasen Nueva Orleans, Mobila, San Miguel de Panza-cola e hipotéticos refuerzos desde La Habana difi-cultarían enormemente esta empresa.

Si se hiciese el ataque por medio de un desembarcoen la Costa, además de hallarse sus principales pun-tos como son Panzacola, la Movila y Nueva Orleanscercanos a ella y en tal disposición que pueden serbien defendidos, se agrega la proporción de que losentren socorros así de los establecimientos que tieneel Rey en el seno mexicano, como de las islas de bar-lovento, y con especialidad de la Havana.

Si Sabatini creía improbable un acercamiento ma-rítimo, igualmente consideraba un ataque por tie-rra como una opción de remotas posibilidades. Laúnica potencia preparada para este tipo de asaltosería Estados Unidos, pero esta era una nación ca-rente de disciplina táctica y de recursos ofensivospara efectuar una operación de tanta envergadu-ra. Por ello, juzgaba este intento como “impracti-cable, aun quando fuese auxiliada de los mencio-nados indios que habitan el país”. Finalmente, laopción del río Misisipi también parecía una em-presa de difícil ejecución, dada las pocas facilida-des que ofrecía el cauce para transportar artille-ría, víveres y demás preparativos militares.

Sin embargo, Sabatini recelaba de la nueva na-ción. Aunque expresaba que las antiguas coloniasno estaban preparadas en aquel momento paraejecutar planes ofensivos contra Luisiana y Florida,remarcaba que “es indispensable precautelarsepara todo evento, haciendo un plan de defensaque ponga a cubierto dicho establecimiento de laLuisiana y las demás posesiones del Seno Mexica-no”. Para llevar a cabo tal proyecto, Sabatini plan-teaba la ejecución de un examen de las distintasplazas y puestos defensivos de Luisiana, con espe-cial atención a Nueva Orleans y Mobila, las dos ciu-dades mejor posicionadas para proteger la provin-cia por mar o el Misisipi, depositar los pertrechosde guerra y víveres suficientes durante un ataquey recibir socorros desde La Habana. Igualmenteaconsejaba examinar los fuertes de Natchez, Placa-

minas y demás puestos avanzados en el interior dela provincia, especialmente los que custodiasen eltráfico fluvial entre diferentes regiones. El estudiode todos estos puestos debía ir acompañado poruna serie de planos y perfiles donde se detallasenlas mejoras necesarias para cada una de las fortifi-caciones, así como la ejecución de un mapa en elque se especificasen las distancias entre las ciuda-des anteriormente mencionadas, los cauces de losprincipales ríos y la frontera norteamericana. Con-juntamente a estas indicaciones, recomendaba de-sarrollar una política de acercamiento con los in-dios pobladores de la provincia, a los cuales consi-deraba como aliados beneficiosos contra la jovennación norteamericana.28

La última parte de su informe la dedicó a ratificarlo aprobado por Junta de Generales el 10 de octu-bre de 1787, en relación a las fortificaciones deSan Miguel de Panzacola, cuya propuesta defensi-va fue diseñada por el ingeniero Joaquín de Pera-mas.29 Al ser esta plaza el principal punto defensi-vo de Florida junto con San Agustín, Sabatini re-frendó la decisión de continuar con la construc-ción del fuerte de San Carlos de Barrancas y la ba-tería baja de San Antonio, así como el fuerte deSanta Rosa, al otro lado de la bahía, para que am-bas estructuras cruzasen fuegos en el acceso a larada norteamericana:

que se lleve a debido efecto la construcción del fuertede San Carlos y su batería baja de San Antonio, segúnse proyectó con la sola diferencia que se omita el ca-mino cubierto de dichos fuerte de San Carlos como loestá en San Antonio dejando las dos medias plazas dearmas de los flancos: también debe establecerse elfuerte de Santa Rosa en la punta de Sigüenza.30

Paralelamente al informe de Sabatini, redactadodesde Madrid en 1794, se presentó en Luisianauno de los textos más detallados y completos deesta década sobre la situación defensiva de NuevaOrleans, producto del trabajo del ingeniero mili-tar Juan María Perchet. Existe muy poca informa-ción disponible sobre este personaje, aunque seconoce su participación en la remodelación defen-siva de Nueva Orleans durante la década de 1790,además de en otras zonas de la región, pues hayestudios que lo sitúan proyectando el fuerte de

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28 Conseguir el favor de las tribus indígenas fue una constante dentro de las políticas de expansión territorial española enAmérica durante la Edad Moderna. En este aspecto, los ingenieros militares también desarrollaron un papel decisivo. Pruebade ello, puede consultarse: GÁMEZ CASADO, Manuel, “La pacificación de la Guajira por el ingeniero Antonio de Arévalo. So-bre el proyecto de defensa de Sabana del Valle”, en Laboratorio de Arte, nº 20, 2016, pp. 373-386.29 Para más información sobre el proyecto de defensa de San Miguel de Panzacola tras su recuperación en 1781, puede con-sultarse: CRUZ FREIRE, Pedro (15), pp. 375-388.30 AHMM. Índice General de Documentos, leg. 5-1-7-7. S/F.

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San Fernando de Barrancas, en el actual estado deTennessee.31 Dentro de su trabajo como ingenieroayudante en el Nuevo Conteniente, su Relaciónde la fortificación de la Plaza de Nueva Orleans enel año de 1794, documento inédito hasta el mo-mento, sintetiza de manera excepcional el estadode los diferentes puestos defensivos de aquellaplaza y las condiciones estratégicas que propicia-ron sus construcciones.32

La descripción geográfica de la capital copa lasprimeras líneas de su discurso, en el que se desa-rrolla significativamente un apartado dedicado alciprés, cuya madera cobró enorme importanciapara la arquitectura local por su “buena calidadpara construcción, aventajándose en esto al mejorpino, en ser más consistente para obras debaxodel agua, en la qual dura muchísimos años sin co-rromperse”.33 A continuación, un halago a la la-bor de fomento arquitectónico llevado a cabo porel Barón de Carondelet le sirvió para introducir lasmodificaciones defensivas ejecutadas en ese mo-mento. En primer lugar, aludía a la construccióndel circuito amurallado de la ciudad, el cual ya ha-bía sido planteado previamente por FranciscoBouligny en la década de 1770 y que finalmentese construye bajo la dirección de Gilberto Guille-mard a partir de 1792.

Indicaba Perchet que “por los años de 1791, se ha-llaba esta plaza abierta por todas partes, expuestaa los insultos de los indios o de qualquiera otranación que quisiese hacerse dueña de esta colo-nia”. No obstante, temores a un pronto enfrenta-miento propiciaron la construcción de una líneadefensiva conectada por medio de cinco reductos,llamados de San Carlos, San Juan, San Felipe deBorgoña, San Fernando y San Luis, cuyo objetivono era otro que resguardar el núcleo poblacionalde la ciudad. Además, este cinturón pétreo es unejemplo extraordinario dentro del contexto ame-ricano, pues fue concebido no solo como última lí-nea defensiva ante cualquier enemigo invasor, si-no también como primera defensa ante la posibi-lidad de un ataque perpetrado por los propios ha-bitantes de la ciudad. Una medida razonada aten-diendo al pasado francés de la provincia y la vi-gente declaración de guerra entre ambas nacio-nes. Por esa razón, afirmaba Perchet, se aumentóla proporción del reducto de San Carlos, “colocan-

do además sobre su camino cubierto algunas pie-zas de grueso calibre y un puente levadizo sobreel foso, con la mira de hacerse fuerte en el casode infidelidad de parte de los vecinos”.34 Además,las cortinas de unión entre los reductos poseíancamino cubierto, estacada y glacis.

Posteriormente, el ingeniero pasa a describir for-malmente cada uno de estos reductos, con espe-cial atención al de San Carlos.

Consta de unos lados igualmente que los demás,contiene dentro un capaz repuesto de pólvora, yotro sobre el camino cubierto, alojamiento para la1º compañía de granaderos del regimiento fixo deLuisiaina y cuerpo de guardia con un tinglado bajoel que se conservaría efectos de artillería. Tienemontados 32 cañones a saver 5 del calibre de a 30, 1del de a 27, 2 de bronze del calibre de a 24 y 3 delmismo calibre de a 18 y 3 del de a 8 dentro del re-ducto y 2 morteros contra la ciudad.

Por su parte, el reducto de San Juan contenía ensu interior un cuerpo de guardia y un repuesto depólvora colocado sobre el glacis, con una artilleríamontada de los calibres 12, 8 y 4, las mismas ca-racterísticas que los de San Felipe de Borgoña ySan Fernando. Por último, indicaba que el de SanLuis “es el menos capaz, y el más irregular”, debi-do fundamentalmente a los problemas que oca-sionaba el terreno donde se fundaron sus cimien-tos, poco sólido y de mala calidad.

Junto con estos reductos, la defensa de la ciudadse amplió con una batería encarando el río, deno-

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31 CAPEL, Horacio [et. al.] (15), pp. 369-370. PATRICK, James, Architecture in Tennessee: 1768-1897. Knoxville, The Universityof Tennessee Press, 1981, p. 77.32 THNOC, Sig. MF92, reel 2. Account of the fortification of the plaza of New Orleans. By Perchet. 1794. S/F.33 Idem.34 Idem.

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Fig. 4. La batería de San Antonio en Pensacola. Fotografía:autor.

minada de San Francisco. Construida en piedra yfajina y recubierta en posteriores reparacionescon tablones de madera, preocupaba al ingenieropor su poca consistencia y durabilidad, “pues elmismo fuego que hacen en las salvas los desenca-jan y desclavan”.

Por otra parte, es obligatorio subrayar el esfuerzocon el que Perchet describe las dificultades pre-sentadas a la hora de construir aquel perímetroamurallado. Debido a las características pantano-sas del terreno que todavía circunda la ciudad,edificarlo fue únicamente posible gracias al infati-gable trabajo de la gobernación, ingenieros y ma-no de obra empleada en aquella empresa. Porello, instaba a un continuo cuidado de las instala-ciones, pues solo así “podrán mantener algún po-co tiempo en pie estos reductos”.

Al igual que en la memoria de Bouligny o el infor-me de Sabatini, Perchet también incluyó en su dis-curso una relación de las principales vías o puntospor donde podría ser atacada la ciudad. Para ana-lizar las diferentes opciones de ataque, el ingenie-ro se apoyó en una copia que hizo del mapa ejecu-tado por el ingeniero francés Jacques-Nicolas Be-llin, titulado Cours du fleuve Saint Louis, depuis

ses embouchures jusqu’à la rivière d’Iberville etcostes voisines y que hoy se conserva en la Biblio-teca Nacional de París.35 Según su estudio, la pri-mera de las posibilidades sería una incursión desdeel seno mexicano a través de la desembocaduradel río Misisipi. Sin embargo, la dificultad de cru-zar el curso fluvial a contracorriente y el apoyo de-fensivo instalado en el Torno de los Ingleses difi-cultaban enormemente esta posibilidad. Una se-gunda opción consistiría en un ataque desde el la-go Pontchartrain y el lago Borque, tal y como ad-virtieron los informes precedentes. En este senti-do, alertaba de la posibilidad de que cualquier es-cuadra pudiese instalarse en una bahía tras la islallamada de los Navíos, en las inmediaciones del la-go Borque, desde donde podrían conducir sus tro-pas sin ser vistos y penetrar por el norte de la ciu-dad. Una tercera vía se planteaba también desdeel lago Pontchartrain, a través de un estero nave-gable que estaba tímidamente defendido por labatería de San Juan. Sin embargo, esta batería, re-alizada en madera y cerrada con una estacada, po-día ser asaltada fácilmente por la espalda dadoslos cimientos tan pobres de su fábrica. Por estosmotivos, y dado que aquel fuerte era “una defen-sa tan necesaria” recomendaba construir un fuertede mampostería, en tanto en cuanto considerabaa aquel puesto como “la llave de esta plaza”.

Para finalizar el informe, el ingeniero elaboró uncapítulo relativo a las ventajas y desventajas de lasfortificaciones de Nueva Orleans. En él, trató ex-clusivamente las características del terreno dondese fundaba la ciudad. Por una parte, admitía queedificar y mantener los diferentes puestos defen-sivos de la ciudad resultaba ser un arduo trabajoque dependía de una constante preocupación yun considerable desembolso económico. No obs-tante, este inconveniente se volvía a favor cuandoera el enemigo quien debía realizar un ataque.

Los pantanos que la circundan con las cipreras y bos-ques que al tiro de cañón la rodean, favoreceríanmui poco a los ataques del enemigo. Situado en unterreno orizontal y descubierto por todas partes, condificultad executaria su aproche, si muchos imcom-benientes debe renunciar a abrir trinchera en suelode tal calidad que excavando en quailquier parage,a 3 pies de profundidad, a menos de 24 horas, en-contrara sus trincheras llenas de agua.36

Asimismo, exponía que la conducción de artilleríasobre tal superficie limitaría enormemente el pro-greso del enemigo, lo que podía ser aprovechado

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35 Biblioteca Nacional de París (de aquí en adelante, BNP). Cours du fleuve Saint Louis, depuis ses embouchures jusqu’à la ri-vière d’Iberville et costes voisines. Collection d’Anville, Département Cartes et plans, CPL GE DD-2987 sig. 8820. 1764.36 THNOC, Sig. MF92, reel 2. Account of the fortification of the plaza of New Orleans. By Perchet. 1794. S/F.

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Fig. 5. Cours du fleuve Saint Louis, depuis ses embouchuresjusqu’à la rivière d’Iberville et costes voisines. Jacques-Nico-las Bellin Collection d’Anville, Département Cartes et plans,CPL GE DD-2987, sig. 8820, 1764

por las milicias de la ciudad que, conocedoras delos terrenos circundantes, tendrían ventaja estra-tégica para emboscar y repeler cualquier ataque.

Por otra parte, alababa la edificación del reductode San Carlos, al que consideraba como el máscompleto de todos los fuertes de la ciudad. Encambio, creía que un revestimiento de mamposte-ría sería necesario para convertirlo en ciudadelaen caso de que los demás puestos hubiesen sidodestruidos o tomados por el invasor. Además deello, consideraba que “si se le hubiese formadocontra ella un fuerte capaz de una cortina y dosmedios baluartes –es decir, un hornabeque ane-xo– cubriendo la puerta con un pequeño rebellino plaza de armas atrincherada dando espacio pa-ra ello el terreno que media a las calles y casas dela ciudad”, la defensa de este puesto estaría com-pletamente asegurada.

Remataba su discurso con un alegato a favor de laprovincia, destacando las capacidades de su culti-vo y la importancia del río Misisipi para la defen-sa, no solo de Luisiana, sino también de los veci-nos territorios mexicanos. Por ello advertía, comohicieron otros personajes con anterioridad, que lanación norteamericana era consciente de las ven-tajas que ofrecía este paraje y de la posibilidad deque en el futuro se convirtieran en un enemigo atener en consideración. Todas estas circunstanciasno hacían más que reforzar lo planteado por Per-chet en cuanto a la necesidad de mantener actua-lizado de forma constante las defensas de la ciu-dad. Por ello, finalizaba con lo siguiente:

Las capitales de los Reynos y Provincias parece queson el móvil y agente que govierna lo restante, si es-tas no se hacen respetables, mal lo serán sus territo-rios subalternos. ¿Cómo podrá serlo una plaza, cuyasfortificaciones cuesta tanto de mantenerlas en pieaun si haver experimentado los extragos del cañónenemigo? Donde apenas alcanzan las tropas paraguarnecer los puestos del rio arriva, tan interesantesquanto de su conservación depende la de la mismaplaza en particular los socorros de víveres. ¿Y quiénsería más dueño del golfo mexicano que el que losea del río Mississipi?37

A partir de los datos ofrecidos pueden alcanzarsediversas conclusiones. En primer lugar, parece evi-dente el esfuerzo y la preocupación constante exhi-bidas por la monarquía española en estos territo-rios, un hecho que no ha sido lo suficientementevalorado por la historiografía española. Reforzardefensivamente la Luisiana se convirtió en un apa-sionante reto para para el gobierno hispano duran-

te cuatro décadas, debido a las numerosas confron-taciones territoriales que surgieron entre Francia,España, Inglaterra y la joven nación norteamerica-na. Todo ello a pesar de numerosos inconvenientes,entre ellos la falta de personal cualificado encarga-do de supervisar los principales puntos estratégicosde la provincia o la exigua financiación recibida pa-ra edificaciones militares. Tales inconvenientes deri-varon en una escasa aportación defensiva, tanto enelementos construidos como en la innovación delas propuestas presentadas, donde prácticamentese reproducen los planes ejecutados décadas atráspor los ingenieros militares franceses. Ello se hacevisible principalmente en la ejecución del circuitoamurallado de la ciudad o en los proyectos paraproteger el Torno de los Ingleses olas baterías inte-riores de los lagos Borque y Pontchartrain, tal y co-mo se ha analizado previamente en este estudio.No cabe duda de que aún quedan pendientes mu-chas incógnitas que plantear y resolver sobre estetema. Sin embargo, se espera que con el presenteestudio se haya podido aclarar las principales medi-das de seguridad adoptadas por la corona paramantener bajo su gobierno este valioso territorioen el entorno del seno mexicano.

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