laznik penot marie christine - hacia el habla

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    HACIA EL HABLA

    Hacia el habla. Tres nios autistas en psicoanlisis

    Marie-Christine Laznik-Penot

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    Ttulo original:Vers la parole. Trois enfants autistes en psychanalyse

    Marie-Christine Laznik-Penot, 1995

    Traduccin: Santiago Algasi

    Revisin: Roberto Harari

    Editor digital: Titivillus

    ePub base r1.2

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    AGRADECIMIENTOS

    A Ren Berouti porque su confianza y su aliento permitieron este trabajoclnico;

    a Patrick de Neuter, que ha revisado muy amistosamente el conjunto delmanuscrito;

    a Gabriel Balbo, Jean Bergs, lisabeth Fortineau y Betty Miln, que me hanhecho conocer su valiosa opinin sobre numerosos captulos;

    a Talat Parman, que revis todas las palabras en turco;

    a Charles Melman que me sostuvo clidamente; con la ayuda paciente de O.Cherif Idrissi El Ganouni pude escribir este libro con una computadora.

    Para todos ellos, mi agradecimiento, as como para Bemard Penot, a quiendebo mi posibilidad de escribir en francs.

    A los nios Halil, Louise y Mourad

    que me han enseado tanto.

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    INTRODUCCION

    Esta mano que se tiende hacia la fruta, hacia la rosa, hacia el leo que derepente arde, este gesto para aprehender, atraer, avivar, es estrechamente solidariocon la maduracin de la fruta, con la belleza de la flor, con la llamarada del leo.Pero cuando sucede que, en este movimiento de alcanzar, atraer, enardecer, lamano lleg bastante lejos en direccin hacia el objeto, si de la fruta, de la flor, delleo, una mano sale y va al encuentro de esta mano que es la vuestra, y que en estemomento es su mano que se para frente a la plenitud cerrada de la fruta, abierta dela flor, frente a la explosin de una mano llameante, entonces lo que all se producees el amor.

    J. LACAN[1]

    Kanner, en su texto princeps[1b] declaraba que en el autista, el lenguaje noest al servicio de la comunicacin: no vea ninguna diferencia entre aquellosautistas que hablan y aquellos que no pronuncian palabras. Asimismo, sepreguntaba si la cantidad de salmos y poemas que algunos padres habanenseado a sus hijos autistas no era una de las causas de sus trastornos de

    comunicacin.

    En una investigacin que llev a cabo treinta aos despus, surge paradjicoel hecho de que son justamente aquellos nios que abrevaron en el lenguaje los quetuvieron las evoluciones ms favorables. Es difcil entonces dejar de pensar que sonaquellas palabras, aun aprendidas de memoria, las que produjeron en ellos efectosde mutacin estructural. Adems, desde 1946, Kanner hablaba de su asombrofrente a la capacidad potica y creativa del lenguaje de los nios autistas. Aun as,el anatema que haba lanzado sobre ese lenguaje pas a la posteridad, marcando

    con su influencia varias generaciones de educadores y terapeutas. Esto es lo queocurre en estos establecimientos asistenciales que no dan importancia a la escuchade trozos de palabras, cantinelas o pequeas canciones que el nio autista expulsaautomticamente. Se pasa por alto lo que se considera un ruido molesto para creerque lo nico verdadero es la instauracin de un lazo afectivo con el nio.

    Los tres nios autistas cuyas respectivas curas comentar me han enseado

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    que cierta escucha analtica de sus producciones sonoras por ms insignificantesque puedan parecer permite la emergencia de una palabra que el nio puedareconocera posterioricomo pertenecindole.[2]

    Lacan le contestaba a Romn Jakobson, quien observaba que el lenguaje delos muy pequeos era a veces un puro monlogo, lo siguiente: La comunicacinen tanto tal no es lo primero, ya que, en el origen, el futuro sujeto no tiene nada quecomunicar, por el hecho de que los instrumentos de la comunicacin estn del otrolado, en el campo del Otro, y que tiene que recibirlos de l.[3] Un analista, enconsecuencia, puede escuchar las producciones sonoras de un nio autista, aun side entrada no conllevan una funcin de comunicacin. Poco importa entonces queno haya intersubjetividad. Adems, la situacin del beb se encuentra en unarelacin fundamentalmente asimtrica con el Otro (que es en este caso la madre),un Otro gracias al cual adviene como sujeto.

    Cuando empieza el tratamiento de un nio autista, el analista apuesta a que,atribuyendo a toda produccin del nio, gestual o hablada, un valor significante, yconstituyndose l mismo en destinatario de lo que l considera a partir de estemomento como unmensaje, el nio podr reconocersea posterioricomo fuente delmensaje. El analista ocupa entonces, en algunas ocasiones, el lugar del Otroprimordial. Pero, adems, incurre en una anticipacin sobre el sujeto por advenir,interpretando toda produccin en tantoactoplanteado por el nio para tratar dealcanzar un orden simblico que lo preexiste.

    El trabajo con un nio autista se efecta al revs de la cura analtica clsica: lameta del analista no es interpretar los fantasmas del inconsciente ya constituido deun sujeto, sino permitir el advenimiento de tal sujeto. Se constituye entonces enintrprete, en el sentido detraductorde una lengua extranjera, tanto para el niocomo para sus padres. Sabemos hasta qu punto las conductas estereotipadas y lasreacciones paradojales de los nios autistas pueden desorganizar a sus padres,hasta ocultar para ellos el valor de acto o de palabra de tal produccin de su nio.Este primer trabajo de traductor va a permitir que los padres vean al nio en su

    fulgor de llama, ah donde slo solan ver un residuo. De este modo, la madrepodr recobrar su capacidad deilusin anticipatoria: o sea, su aptitud para escucharuna significacin all donde slo hay, quiz, masa sonora lo que Winnicott llamala locura necesaria de las madres.

    Poco importa aqu saber si la prdida de esta capacidad es causa oconsecuencia de los trastornos del nio. Tenemos que reconocer forzosamente que

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    un beb que no, llama, o que dej de llamar, que no mira, o que dej de mirar,desorganiza completamente a su madre. A partir de este momento se instala uncrculo vicioso que hay que romper como primera medida.[4]

    Tenemos acaso que tomar partido por tal etiologa excluyendo a tal otra? Eldesencadenamiento de las pasiones alrededor de esta patologa, en realidadbastante poco frecuente, indica principalmente que estamos en el corazn de lacuestin del sujeto del lenguaje, o sea, del sujeto humano. La existencia de factoresgenticos o qumicos predisponentes queda en el terreno de las investigacionescientficas.[5] Podemos ciertamente considerar que el dficit de unneurotransmisor, o una anomala cromosmica tengan su participacin en ladificultad del nio para enviar seales adecuadas a su madre; aquello no modificade ninguna manera el trabajo clnico que tenemos que realizar. Lacan nos enseque una palabra es palabra nicamente si alguien cree en ella. Nos toca entonces anosotros mostrar al nio aun cuando sus seales sean difciles de descifrar quelo que dice puede constituirse en mensaje cuyos destinatarios somos nosotros.Constatamos seguidamente que, segn su propio genio, el nio pondr en juegotoda una serie de procesos psquicos aptos para suplir lo que falta en sufuncionamiento mental.

    Un padre me escriba recientemente: Cuando la palabra es entendida comopalabra con una significacin, el nio puede atreverse a producir otras, dejardesplegar una red de sentido entre las oraciones. Sobre todo puede, construyendo

    frases, construirse de un modo diferente a como se encontraba anteriormente,cuando su palabra caa sistemticamente en el vaco.

    La clnica del autista remite a los primeros tropiezos del aparato psquico,tiempo inaugural poco tratado en psicoanlisis. Ella me ense mucho, nosolamente en lo que concierne a las primeras relaciones del sujeto con el lenguaje,sino tambin sobre las condiciones de instauracin de la imagen especular y de laimagen del cuerpo, el posicionamiento pulsional y el funcionamiento de lasrepresentaciones inconscientes. Las hiptesis metapsicolgicas que me fueron

    sugeridas sern el tema de otra obra.[6]

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    Captulo 1LA TRADUCCIN EN UNA CURA[7]

    Cmo podra hacer de su ser el eje de tantas vidas, l que no sabe nada de ladialctica que lo involucra con sus vidas en un movimiento simblico. Que conozca bien laespiral adonde su poca lo lleva en la obra perdurable de Babel, y que sepa la funcin deintrprete en la discordia de las lenguas

    J. LACAN[8]

    Hace unos diez aos, en una poca en la cual no saba nada del idiomaturco, tuve que involucrarme en un trabajo extrao sobre las lenguas al aceptarhacerme cargo de la cura de un nio de apenas dos aos de edad, Halil, con sumadre. Siendo autista, no hablaba para nada. Y ni su madre ni su padre hablabanel francs, o, en todo caso, muy rudimentariamente. La familia lleg a las primerasentrevistas acompaada por un familiar que oficiaba de traductor. Se trataba deuna familia musulmana, proveniente de una de las regiones ms tradicionalistas deTurqua. La madre quedaba encerrada en su casa con sus nios, mientras que su

    padre, desempendose en un ambiente turco, empleaba muy poco el francs.Qu fue lo que me llev a aceptar un trabajo en un idioma desconocido? Lossignificantes que el analista puede escuchar pertenecen a la historia del sujeto o a lalengua de su propio contexto familiar.

    Una experiencia anterior con otro nio autista de origen extranjero, nio quehaba sido introducido a la palabra en el francs de su cura, me haba enseado queeste lazo exclusivo con la lengua de su analista produca un corte con las fuentesvivas de los significantes de su entorno familiar.

    Es por este motivo que, luego de haber recibido a la madre de Halil, primerosola, luego con su nio, y luego con su marido, decid escuchar en turco.A

    posteriori, esta apuesta aparentemente insensata produjo efectos muy interesantes.

    Cuando recib a Halil por primera vez, haba padecido una larga exploracinneurolgica en un hospital parisino, antes de que se hubiere efectuado el

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    diagnstico de autismo y de que el servicio de psiquiatra infantil donde haba sidotransferido nos hiciera la derivacin para intentar un tratamiento ambulatorio. Elexamen neurolgico haba sido motivado no solamente por el aspecto general delnio, sino tambin a causa de terrores nocturnos particularmente violentos,

    durante los cuales se tenda como un arco, lleno de miedos, e indiferente a todapresencia que se acercara a l para intentar calmarlo.

    Halil es el cuarto nio de la familia, pero el primero nacido fuera de Turqua.La mayor es una pequea nia, fallecida a la edad de un mes. La madre aludiapenas al hecho, y con cierta indiferencia. Luego, tuvo dos nios, y Halil naci enFrancia. Halil haba llegado en un momento en el cual ella no deseaba tener mschicos; deca que haba sido un accidente, acontecido en un perodo en el cual sumarido estaba muy deprimido, viviendo mal la muerte de su propio padre quehaba permanecido en Turqua. El padre se mostraba manifiestamente muydeprimido, hecho que la madre destacaba. Ella se mostr durante mucho tiempocomo una mujer de mucho coraje, quejndose nicamente de la enfermedad de suhijo. El nico sntoma que dejaba traslucir era un endurecimiento importante de lanuca y de la espalda que la obligaba a sacudir la parte superior de su cuerpo, comopara desatarlo.

    Halil presentaba ya un cuadro autista muy ntido, a pesar de su corta edad:no solamente no emita ningn llamado y tampoco contestaba, sino que ademsmantena la vista siempre baja, y su mirada muy oblicua nunca se fijaba en nadie.

    Poda mantenerse recostado mucho tiempo en el suelo, en un rincn,contemplando sus dedos y sus manos.

    Fundamentalmente, es el carcter espectacular de susterrores nocturnosloque haba movilizado precozmente a su entorno. Haban comenzado a la edad denueve o diez meses, justo antes del primer retorno de la familia a Turqua, despusde la muerte del abuelo paterno. La frecuencia casi cotidiana, y la intensidad de suscrisis, durante las cuales el cuerpo del nio se doblaba, tal como la arcada de untemplo griego, no reconociendo a nada ni a nadie, haban provocado varias

    hospitalizaciones; los exmenes neurolgicos, muy completos, haban reveladonicamente algunas alteraciones del trazo encefalogrfico.

    Cuando Halil llega del servicio para nios muy pequeos, que me lo derivpara una psicoterapia, presentaba todava signos de muy baja tensin muscular.Fue en el contexto de las consultas nio-madre, del servicio dirigido por el Dr.Fortineau, que se puso a caminar. Cuando lo encontr dos meses ms tarde poda

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    caminar, pero ya presentaba movimientos de balanceo lateral del cuerpo. A vecesdaba vueltas sobre s mismo y se golpeaba violentamente la cabeza contra la paredo el suelo.

    Los terrores nocturnos, acompaados por esta posicin en arcadadesaparecieron completamente al cabo de algunos meses de tratamiento depsicoterapia, y no volvieron a aparecer; lo mismo ocurri con ciertas alteracionesde las ondas frontales[9] detectadas en el E. E. G. en oportunidad de los exmeneshospitalarios, que no volvieron a aparecer en los exmenes de control efectuadosms adelante. En cuanto a los movimientos estereotipados, hizo falta un ao paraque desaparecieran.

    Los efectos de una psicoterapia precoz sobre signos delelectroencefalograma, como en este caso, dan una idea de la complejidad de laimbricacin de lo orgnico y de lo psquico en los sndromes autistas. El hecho deque algunas relaciones primarias no hayan podido instaurarse puede tener unarepercusin orgnica detectable y, eventualmente, reversible, si se toma a tiempo.

    Contexto de la cura

    El contexto inicial fijado para esta cura era el siguiente: reciba a la madre yal nio tres veces por semana, y la Dra. Marie-Annick Seneschal[10] internaencargada del caso, asista a dos de las tres sesiones semanales y tomaba nota detodo lo que poda a medida que se iban desarrollando las sesiones. Gracias a elladisponemos de la transcripcin de lo que iba ocurriendo y de todo lo que se decaen la sesin a menudo en turco. Me he dado cuenta de la dificultad de retenermentalmente enunciados, o simplemente palabras en un idioma desconocido. Me

    haca falta una marca de los significantes de la madre y del nio, que empezpronto a balbucear palabras una, dos, a veces tres en una sesin.

    No entender las palabras que escuchaba no era solamente un handicap. Lailusin de entender, gracias a la cual uno se siente aliviado frente a un autista, eraen este caso imposible. Haba que proceder a un trabajo especial de desciframiento,de traduccin y de interpretacin.

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    Halil, como muchos nios autistas, tena comportamientos repetitivos. Estassecuencias no me parecan merecer el nombre derepeticin, en el sentidometapsicolgico del trmino, porque tendan rpidamente a transformarse en

    estereotipos. Sin embargo, en este nio los comportamientos repetitivos tenan alprincipio valor de acto, testimonio de un comienzo de trabajo de representacin.Este trabajo, por razones que intentaremos comprender, fall luego, lo que ocurreprobablemente a menudo en otros casos de autismo: es muy llamativa la velocidadcon la cual en un nio autista, un acto puede vaciarse de todo lo que es del ordende un valor presimblico. Las estereotipias seran como las ruinas de antiguasciudades en el bosque tropical; atestiguan que tuvo lugar un trabajo humano, delcual no queda la huella.

    La temprana edad de Halil dejaba percibir este procesoin statu nascendi, loque permita la posibilidad de intentar intervenir. El trabajo deba apuntar arestaurar en tales comportamientos su valor de representacin; pero an haca faltaque los tradujera.

    En cuanto al trabajo entre la madre y el nio, implicaba tambin variosregistros de traduccin. Tena que escuchar en primer lugar lo que la madre decaen turco, y lo que deca eventualmente el nio; luego la traduccin que ella daba enfrancs, lengua de la cual tena en esta poca un conocimiento que se daba aconocer con balbuceos.

    Tena todava como analista otro trabajo que realizar: tratar de descifrar conel nio en el sentido de encontrar un nmero, un cdigo cierta cantidad devivencias afectivas, las cuales, por no haber podido nunca ligarse arepresentaciones de palabras, ejercan sobre l un efecto destructivo, igual al puroreal de una descarga motriz.

    Fragmentos de los cuatro primeros meses del trabajo clnico

    Fines de noviembre

    Hace dos meses que atiendo a Halil. Apenas llega, entra corriendo a lahabitacin, como manifestando su impaciencia para que la sesin empiece. Su

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    madre, al verlo deambular por la pieza, le ofrece juguetes y lpices, pero parece nover ni escuchar nada. Se dirige hacia la puerta metlica del placard, que hacemucho ruido cuando la golpea, lo que despierta la bronca de su madre. No soportasu alboroto. Este da, lo amenaza dicindole: Anne atta!, lo que quiere decir

    mam se va!

    Se vuelve a encontrar entonces con un objeto formado con dos piezas deMecano, de tamaos y colores diferentes, ajustadas entre s con una tuerca y untornillo. El azar puso este objeto en el placard de los juegos, pero Halil lo ubicdesde las primeras sesiones. Ha descubierto tambin que si las sacude, las partes seseparan, aunque todava no entendi que eso ocurre porque se cae el tornillo.Nuevamente, este da, las sacude mucho hasta que terminan separndose; Haliltriunfa.

    Entonces, la madre se precipita, le retira las piezas de las manos, las vuelve aatornillar para que no se separen ms, y se las devuelve. El nio empieza aprotestar y luego monta en clera y arroja violentamente al suelo varios pequeos

    juguetes. La madre retira la caja de juguetes antes de que siga tirando los otros. Eneste momento, Halil corre haca m y hacia la madre y nos pega. La madreretrocede, primero como frente a un acto incomprensible, luego acepta mejor lasituacin cuando le explico el porqu de la bronca de su hijo. Pero de repente Halilse pone muy triste; trata de acurrucarse entre los brazos de su madre, mas no llegaa calmarse y vuelve a bajar. Cae entonces en un estado de desamparo, al cual en

    general le sucede un repliegue autista muy rpido. Mientras le nombro sudesamparo, se esconde en un placard de juguetes, lo que le permite evitar unrepliegue autista.

    Prosigo mi trabajo de intrprete restituyendo a la madre el valor de acto quesu hijo acaba de realizar. Le digo que para Halil se trata de un intento derepresentar la separacin; una separacin que no destruye, ya que es posiblereencontrarse, como las dos piezas del Mecano, que pueden desatornillarse yvolver a atornillarse. Entonces, escucho a Halil, siempre recostado en el fondo del

    placard, enunciar Dede, que su madre a mi pedido traduce comopapi. Pienso,asombrada, en el difunto padre de su marido, con el sentimiento de que este nioestablece a su manera un lazo entre separacin y muerte. Es cierto que la muerte deestededeest ligada al tiempo de la concepcin de Halil, accidente acontecido enuna poca en la cual su padre estaba imposibilitado para efectuar un trabajo deduelo, con el agravante de que no haba podido viajar a Turqua para cumplir conlos ritos funerarios. Me enter ms tarde de que tambin para la madre de Halil

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    este abuelo representaba una figura patriarcal respetada. Cuando enviud, ellamantuvo su casa en Turqua. Haba criado all a sus dos primeros hijos, y a sucuado ms joven, mientras su marido trabajaba en Francia. Este ltimo, quepareca destruido, nunca haba tenido la envergadura y el prestigio del abuelo.

    En el curso de esta sesin, me pareci fundamental permitir a la madresoportar aunque fuera temporariamente que su hijo separara las dos partes delMecano, acto que parece tener importancia para l. Sin embargo, cuando su madretermina aceptndolo, Halil se encuentra demasiado desesperado parareencontrarse con el jbilo que le provoca su juego.

    Este escenario y su traduccin a la madre, y lo que representa dehumanizacin, Halil y yo lo repetiremos en varias oportunidades. La madreaceptar no interrumpir con la condicin de que yo le traduzca la escena. Noobstante, durante varios meses, no podr abstenerse, en el momento de la partida,de atornillar las dos partes del Mecano, balbuceando:A cass.

    Los trastornos autistas del nio, cualquiera sea su origen, provocan efectosdevastadores sobre el funcionamiento mental de los padres. El desnimo y elagotamiento pueden suscitar en ellos intolerancia, o llevarlos a una conductarelajada que, a menudo, no refleja por otro lado su manera de ser con los otros. Laincongruencia aparente de los gestos de un nio, desde el momento en que soninterpretados como destructivos, puede llevar al padre o a la madre a querer

    proteger los objetos de los alrededores, sin tener ya la posibilidad de diferenciar loque tiene un valor simblico para el nio de lo que efectivamente apela a unmovimiento de prohibicin. Estas formas de respuestas parentales generan a su vezun aumento de las defensas autistas en el nio, que lo vuelven ms extranjero a losojos de sus padres. Entonces, se instala un crculo vicioso en el cual el rol delanalista es introducir un corte.

    Mi trabajo de traductor supona, por lo tanto, una dimensin suplementaria:interpretar a la madre losactosde su hijo, para permitirle salir de esta situacin sin

    salida. Jacques Hassoun[11] propone una imagen que en aquella poca me interesmuchsimo. Se trata de losintermediarios, estos hombres que desde la Edad Mediatenan el trabajo de traducir, no solamente la lengua, sino tambin los actos y gestosde los pueblos lejanos. Su funcin consista en volverlos verosmiles a los ojos y losodos de los europeos que se aventuraban a emprender lejanos peregrinajes.

    Jacques Hassoun subraya que la actividad delintermediariopoda llevarse a cabonicamente con el precio de cierta provocacin, ya que se trataba de crear en

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    primer lugar la duda, la sorpresa, en estos europeos bien aferrados a sus certezas.

    Esta imagen puede ilustrar mi trabajo de analista entre el nio y la madre, yaque consiste en permitir a la madre aceptar los hechos y los gestos de su hijo,

    proveyndola de los medios para mirarlo como a un ser digno de respeto en sucombate para llegar a la condicin de sujeto, combate que, para un analista, merecela ms grande estima.

    Principios de diciembre

    Para intentar entrar en contacto con este nio tan retrado, la madre de Halil,como muchas otras en circunstancias parecidas, haba tomado la costumbre derequerirlo mucho, y de seguirlo por todos lados, actitud frente a la cual el nio seprotega como frente a una intrusin. Este da, va tomar la palabra para defendersu espacio. Hay en efecto un rincn de la pieza donde se refugia habitualmente, ydonde la madre no ha irrumpido an. Esta vez, queriendo seguirlo, penetra en elespacio. El nio entonces se acurruca en el rincn exclamando:Atta!

    S queattaes una palabra de la lengua turca, porque la madre la emplea amenudo. En el momento, no le encuentro la significacin. Por su parte, ella noreacciona; es como si nada se hubiera dicho. Pero cuando la interrogo sobre el

    significado de la palabra, ella contesta:Salir, sal.

    Algunos das ms tarde, me enterar con la ayuda de una persona[12] de queen realidadattaes una manera infantil de invitarla a pasear, unir a pasear. Lamadre lo escuch bien, pero eso no parece tener algn sentido para ella, no es unmensaje. No hubo comunicacin. Hace falta que yo crea que Halil enuncia unmensaje para que produzca,a posteriori, un efecto sobre ella un efecto devastadorcuya violencia los deja, a ella y a su hijo, asustados frente a esta palabraseparadora.

    El hecho de que la madre no haya reaccionado en seguida es un fenmenohabitual al principio del trabajo teraputico con padres de autistas. Cuando lepeda la traduccin de uno o dos fonemas que me parecan articulados, mecontestaba a veces que eso no quera decir nada, que su hijo cantaba. Es cierto quela manera con la cual el nio enuncia la palabra puede desorientar: no solamenteno se dirige a nadie, sino que tambin parece salida de la boca del nio bajo el

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    efecto de una descarga motriz como es el caso en la emisin de ruidos y no envirtud de un deseo de comunicar. En cambio, si los sonidos se constituyen enmensajepara un tercero, que lo recibe como tal, se producen efectos sobre el mismonioa posteriori; se puede entonces reconocer como agente del mensaje. Eso es

    verdad, en todo caso, en los nios de poca edad. Para el beb normal, hace falta queun otro la madre por ejemplo pueda creer que hay un mensaje en los sonidosque emite, y un mensaje que sera personalmente dirigido a ella. Lacan deca queuna palabra es palabra en la exacta medida en que alguien cree en ella.[13] Lamadre viene a efectuar en la masa sonora escuchada ciertos cortes que precipitanuna significacin que puede entonces restituirle a su beb. Acaso no es lo queWinnicott designaba cuando hablaba dela locura necesaria de las madres? Locurapara escuchar una significacin all donde no hay ms que masa sonora, perotambin derecho exorbitante de elegir una significacin en detrimento de todas lasotras posibles. Ahora bien, la mayora de los padres de autistas manifiestanincapacidad a otorgar un sentido de este modo. Es evidentemente difcil de esperarque esta posibilidad de aislar una significacin se haya mantenido en una madrecuyo nio tiene ya dos o tres aos. Sin embargo, en el trabajo con el analista, lamayora de las madres reencuentran rpidamente esta capacidad. Podemos sinembargo pensar que algunas formas larvadas de depresin materna puedenimpedir a una madre esta capacidad. Es por eso que me parece indispensableintervenir cuanto antes con ella y con el beb. Eso supone un diagnstico muyprecoz de los trastornos del autismo, pero tambin que las familias puedan serorientadas hacia psicoanalistas atentos a estos problemas.

    Mitad de diciembre

    Vamos a ver surgir una segunda variante deljuego, esbozada en laseparacin de las partes del Mecano, pero esta vez hablada. Empleo aqu el trmino

    juego en su sentido ms radical detrabajo del pensamiento. Halil parece ilustrar muybien lo que Lacan dice a propsito del juego de la bobina del nieto de Freud: el

    hombrepiensa con su objeto.[14] Este Mecano me parece una herramienta adecuadapara pensar la separacin.[15] En la primera sesin, el escenario estaba todavamudo. En sta aparecer una primera modalidad hablada del juego delfort-da.

    Se interesa desde hace un tiempo en una serpiente hecha de pedazos deplstico de todos colores, que se enganchan los unos con los otros. Este da, agarrala serpiente, la deshace, y luego se pone muy triste. Su madre se acerca a l y rene

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    los pedazos pero el nio se va, y luego se dedica a desplazar una banqueta quehace mucho ruido en la habitacin. Vuelve a la serpiente, que corta en dos partes.

    Entonces, se pone a hacer un gran alboroto con la puerta del placard. Como

    este hecho pone inevitablemente fuera de s a su madre, le pregunto si l cree quesu mam debe estar enojada porque ha roto la serpiente, en cuyo caso podradecrnoslo. Utilizo la expresinmam enojadaporque ha pasado a ser un especie decdigo compartido entre nosotros. Se pone entonces a jugar a la escondida con sumadre. Sonre y se divierte mucho. Cuando emerge detrs del silln, le dice:Buenda Halil, pero de repente, como ella le tiende la mano, se pone muy triste y mirasus dedos. Trata entonces de hacer una serie de cosas que sacan a su madre dequicio: llevar pinturitas a su boca, armar un alboroto, primero con el placard, yluego arrastrando la banqueta. Evidentemente, tiene bronca, pero parece necesitarde la bronca de su madre. Arroja los juguetes fuera de su caja, se sienta sobre lamesa desparramando en el suelo todo lo que all encuentra. Luego pareceencontrar la calma y retoma el juego interrumpido de las escondidas.

    Toma entonces una pequea barrera que arroja varias veces al suelo, luegoagarra una segunda de forma y de color diferentes. Las junta una sobre la otracomo si quisiera reuniras. Su madre parece adivinar su intencin porqueinterviene, enganchando las dos barreras de tal manera que forman un ngulorecto, de modo que no se encuentran confundidas. Halil se pone muy contento. Lastoca y dice:Bir biri. La madre me explica que eso significa:lo uno y lo otro.[16]Se

    da cuenta entonces de que su hijo ha dicho algo. Le dice:Iki(lo que significados).Si la madre no puede dejar de transformar esteuno y otroen undos, Halil agrega,frente a nuestro asombro,Baba(pap).

    Bir-biri, el uno, el otro, esta alternancia fonemtica recuerda la de O, A(Fort, Da), juego que Lacan interpreta comoacto que tiene lugar como representacin dela ausencia.[17]Para Lacan, cuando el nieto de Freud hace desaparecer el carretel yluego lo hace aparecer, no se trata de una operacin tendiente a dominar ladesaparicin de su madre. Es ms bien la puesta en escena de la divisin operada

    en l mismo por la partida de la madre. El carretel que el nio hace caer no es unarepresentacin en miniatura de la madre, segn como se interpreta generalmente.Es el propio nio en tanto esa parte de la madre alejada desde la desaparicin delcarretel. Y Lacan agrega que el nio podr identificarse con este objeto en tantosujeto. Halil pone en acto pero tambin en palabras la separacin y la cada de unapequea parte del todo.

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    Fines de diciembre

    Halil ha encontrado otro objeto que permita pensar.[18] Se trata de una

    jabonera de plstico cuya superficie est recubierta alternativamente de agujeros yde puntas. La madre teme que la lleve a su boca, porque estsucia. Sin embargo, eslo que hace Halil.

    La madre:Ach! Ach!

    Halil:Dada!

    En su lenguaje,beb Ach! ach!correspondera acaca, ydadaabon-bon.

    Entonces, la madre le ordena:At Halil! At!

    Halil repite el significanteaty arroja al objeto lejos de l. Aprender msadelante que esteates la segunda persona del singular del imperativo:Tir!

    Podemos desde ya notar que este enunciado le viene del otro sin ningunainversin en la forma. Esto evoca el automatismo de repeticin, seguidoinexorablemente por la obediencia al mandato materno. No constituye unasorpresa el hecho de que, seguidamente, Halil efecte un repliegue autstico total.

    Para sacarlo del mismo, nombro su bronca, pero tambin propongo una expresinmmica: pataleo. Entonces Halil patalea a su vez y puede ir a buscar su Mecano,cuyas dos piezas se separan, cosa que me anuncia en francs dicindome:yaest!

    Mitad de enero

    En el curso de esta sesin, el nio va a presentar lo que llamo su terceraversin delfort-da.

    Deseando verlo dibujar, la madre le agarra la mano de una manera bastanteapretada para dirigir bien el lpiz. Propongo entonces que cada uno tome su lpiz.Halil dibuja en el suelo, mientras su madre dibuja dos hombrecitos que enumerannombres, los del padre y de sus dos hermanos. Como los pronuncia con el mismo

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    tono de voz, la Dra. Seneschal, nuestra observadora, nota que se trata denombres denios. Halil repite los nombres con su madre, se apodera de una revista que hatrado de la sala de espera y separa muy delicadamente la tapa. La madre se quejaentonces de que desgarra loslibros, rompe todo y destruye todo. Conozco el

    respeto de los musulmanes hacia el libro. Le hago notar que se trata solamente deuna revista, y le propongo considerar lo que hace su hijo como un trabajo derepresentacin de la separacin. Se lo interpreto como un equivalente del trabajocon el Mecano. Puede entonces, por intermedio de una identificacin especularconmigo, reencontrar una imagen valorada de su nio, lo que le permitir ver yescuchar de otro modo lo que har.

    Halil, con cuidado y con atencin, fabrica bandas de papel. Las contamos enturco:bir, iki, lo que quiere deciruno, dos. Y repentinamente, escuchamos a Halilemitir un:Utch.

    Me doy vuelta hacia la madre y le pregunto si eso significa algo.Es tres,me dice.

    Tres das despus

    Veremos surgir lo que llamar una cuarta versin delfort-da. Estas

    variaciones no tienen que inducirnos a error en cuanto al sentido de lo queconstituye el trabajo del nio.

    Durante esta sesin, la madre se acerc demasiado a l en algn momento,mientras tena en su mano dos pequeas barreras. Halil est jugando lo quetenemos que entender como algo absolutamente serio, un acto apuntando a lasignificancia;[19] es as como Lacan nombra el juego delfort-da,[20]Halil juegaa arrojar en todas las direcciones la jabonera con puntas y agujeros. El tono es de

    jbilo y acompaa cada vez su gesto con la exclamacin:At!Cada vez, vuelve a

    buscar el objeto con puntas diciendo:Buldu!, con la misma insistencia repetitivaque el otro con su carretel.

    Segunda persona del singular del imperativo, esteatsupone entonces unotro que ordena. Es unvamos, vos tirs!En cuanto abuldu, es una forma del pasadodel verboencontrary su terminacin es la marca de la tercera persona.

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    Elvamos, vos tirs!corresponde a unl ha encontrado, forma enunciativareferida a un otro. Se trata efectivamente de una variante verbal delfort-da,testimonio del trabajo de la significancia, pero tambin de la toma alienante delsignificante sobre quien ser, quiz ms adelante,un sujeto. La formulacinl ha

    encontradodifiere bastante poco de unHalil ha encontrado, que podra escucharse enun pequeo neurtico.

    Este fenmeno no es especfico, a mi criterio, ni del autismo, ni aun de lapsicosis. Tal como muchos nios autistas[21] Halil, sin embargo, la mayora de lasveces habla de s mismo en segunda persona, o sea que retoma un enunciado talcomo el otro se lo dirige. Podramos decir que su discurso no le llega del Otro en suforma invertida, sino directamente. Si invirtiera los pronombres, podramos tenerla ilusin de que es l en tanto sujeto que habla, mientras que de esta manera sualienacin al discurso del Otro se hace evidente.

    Fines de enero

    En el curso de una sesin, Halil pasea con las partes sueltas de la serpientede plstico. No tenemos la seguridad de que se trata, para l, de una serpiente,pero, por lo menos, de un todo fraccionable en sus partes.

    Halil exclama varias veces:Dame, dame!y luegono! no!

    En el momento, fui incapaz de descifrar el texto, que sin embargo estaba estavez en francs.

    Dame, dame!es una palabra que su madre pronuncia a menudo, y, en lassesiones en todo caso, siempre en francs. Es la forma por excelencia de la intrusinmaterna. Durante los primeros meses del tratamiento, este enunciado surga cadavez que el nio agarraba algo con su mano. En aquella poca, se desencadenabainvariablemente en el nio un retraimiento autstico tpico: una desinvestiduradel

    objeto y de la zona complementaria[22]que se traduce por una baja tensin musculardel brazos y una desinvestidura completa de la mirada, dejando el nio caer alobjeto.

    Por otro lado,noes la respuesta que ofrezco a Halil hace un tiempo comoalternativa a este repliegue autstico. Pods decir no aanne fueron mis palabras, yaque, hasta ahora, nunca se lo haba podido decir.

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    En turco,nose dicehair, trmino que la madre no empleaba. En suvocabulario, esat!que viene a reemplazar ano, esteat!que puede traducirse portir!o biensolt!

    Tres das ms tarde, Halil se hace traductor

    Este da estn atrasados. Cuando llegan, la puerta de mi consultorio estcerrada. Halil golpea varias veces, con fuerza. Pero deja pasar a su madre primero;ella explica que la culpa es del taxi. Halil entra y patea un coche grande con el cual

    juega a veces; luego, busca un cochecito que tambin tira. A continuacin, se va aacostar en el placard mientras llama suavemente a su mam, lo que no es paranada habitual. Agarra la serpiente que est en el placard y la deshace en pedazos,al mismo tiempo que se acerca a su madre, como para mostrrsela.

    Su madre le dice entonces:Dame, Halil, dame!

    Me escucho contestarle:Quers drselos aanne obien prefers que ella te

    mire?. Se trata para m de una interpretacin hecha a la madre; es a ella a la queindirectamente me dirijo. Trato de hacerle entender algo as como: Una madrepuede tambinmirar, puede Ud. quiz privarse de tomar.

    Halil pronuncia entonces con voz fuerte:Back!

    La palabra no me es conocida, interrogo entonces a la madre que mecontesta:Quiere decir mir!

    De modo que este nio entiende el francs y traduce en turco. El final de lasesin lo va a confirmar. A su analista, no le diceattaque pronuncia cuando sequiere ir sino:Hasta luego.

    Sin embargo, esta sesin est atravesada por varios momentos difciles. Laadmiracin que su traduccin suscita en su analista es para Halil un primer triunfoque manifiesta subindose a la mesa. Pronto, se baja de la misma, pidiendo ayuda

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    primero a su padre ausente, luego a su madre. Encuentra entonces un zapatito demueca que lleva a su boca. En este momento, las cosas se complican. Su madre lepide que tire el zapato. Pero en seguida, sin tener en cuenta elnoque Halil expresacon su cabeza gesto que nunca haba observado anteriormente, trata de

    distraerlo con la serpiente para recuperar el zapatito. Halil termina aceptandotomar la serpiente, que se rompe entre sus manos. Entonces, arroja el zapato y sepone a girar sobre s mismo como un trompo, mientras mira fijamente la lmparadel techo. Para sacarlo de este hechizo, rompo violentamente la serpiente en dospedazos. Su mirada se detiene en este momento sobre la serpiente, los ojosexorbitados en primer lugar, y luego interesados; agarra de vuelta la serpiente y elzapato.

    Este remolino sobre s mismo constitua un ritual estereotipado, habitual ensus repliegues autsticos. Lo veremos ceder ms adelante, sin duda comoconsecuencia de una interpretacin que le brindara sobre los derviches giratorios,esos musulmanes msticos que entran en trance dando vueltas horas sobre smismos. No s lo que pudo entender de esta interpretacin, pero su madreapareci muy interesada. Los derviches giratorios son en efecto oriundos deKonya, ciudad prxima al pueblo natal de la madre, en el cual gozan de muchoprestigio. He subrayado ya la religiosidad de esta mujer. A la edad de once mesesen oportunidad de una de sus crisis de terror, Halil fue llevado a un imn. Elterapeuta tradicional haba aconsejado a los padres hacer una consulta al hospitalde Ankara y haba dado a Halil un amuleto que llev durante aos bajo su ropa.

    Me parece que mi interpretacin tuvo por lo menos un efecto: el de cambiarradicalmente la mirada de la madre sobre su hijo en estos momentos. Pasando delestatuto de insensato al de mstico, poda de aqu en ms ocupar un lugar de ideala los ojos de la madre. Eso probablemente bast para que lo reinvistieralibidinalmente, haciendo intil desde este momento el repliegue autstico.

    Principios de febrero

    Por primera vez desde el comienzo de nuestro trabajo, la madre se ausentardurante una parte de la sesin. Tiene cita este da con el mdico de consulta queatiende a los padres en entrevistas teraputicas. Le explico la situacin a Halil en lasala de espera, y le pregunto si me quiere seguir. Me contesta con una especie des!sonoro y entra al consultorio sin dudar, contrariamente a lo que habitualmentesucede.

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    Va a buscar un pedazo de la serpiente y un pedazo del Mecano. Miraentonces extraado el silln donde habitualmente est sentada su madre, luego lova a golpear, diciendo repetitivamenteanne. Mientras le repito lo que ocurre,asegurndole que su madre volver, retrocede con la mirada fijada al silln vaco,

    hasta que aterriza en mis brazos. Vuelve a encontrar luego la otra parte delMecano, y se esconde en el fondo del placard, dndome la espalda, lo que le hagonotar. Sale entonces y cierra la puerta del placard. Vuelve entonces a mirar la sillavaca de su madre y se digna, por primera vez, jugar durante un breve instante conel coche que est en el suelo. Luego, teniendo siempre en su mano un pedazo de suMecano, se dirige hacia la puerta de entrada y la golpea llamandoanne(mam). Seva entonces hacia el ventanal que da sobre el patio, y golpea nuevamente llamandoa su madre. Luego, juega conmigo a un juego de escondidas detrs de la cortina. Sedetiene, va a buscar la jabonera con puntitas y agujereada y la tira a lo largo de lahabitacin, diciendo cada vezat!Le digo que, en efecto, su mam se ha ido.

    Cuando llega su mam, est sentado sobre el escritorio, frente a la pared,entretenido con pinturitas. Ni siquiera se da vuelta. Pero antes de que pueda deciralgo a la madre, agarra unas tijeras y se las lleva a la boca. La madre quiereintervenir en seguida pero logra sentarse nuevamente cuando le hablo (me pareceque, en efecto, Halil no tiene la ms mnima intencin de cortarse o incluso de abrirlas tijeras). La madre explica entonces que siempre tiene miedo de que Halil hagaalguna macana o se lastime. Agrega que ahora, durante la noche, llama. Halil haceentonces tal alboroto con las pinturitas que impide hablar a su madre. Ella protesta,

    se frena para no intervenir, y luego se tapa los odos. El nio detiene en seguida elruido. Le digo que taparse los odos es una buena manera de mostrar a su hijo queno le gusta eso. Pero apenas su madre vuelve a hablar, empieza nuevamente con elalboroto. Ella entonces tapa las orejas de su hijo con las manos. Halil interrumpe elruido, toma las pinturitas, finge romperlas, y luego se ensucia un poco la cara,alrededor de la boca. La madre se pone entonces francamente enojada, pero secuida an de intervenir. Halil se pone a hacer trazos en una hoja.

    Ms tarde, al final de la sesin, encuentra de vuelta el zapatito de mueca de

    plstico que se pone en la boca. La madre se lo arranca brutalmente, el niomanifiesta mucha bronca. Le explico a la madre que su hijo no soporta que ellaquiera ser el jefe de la boca, porque no sabe entonces a quin pertenece la boca;es suya o bien es de la madre? Halil, tranquilizado, aprovecha para saborearostensiblemente una goma.

    En el momento de la partida, la madre toma a Halil en sus brazos; furiosa

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    por verlo embadurnado con las pinturitas, le acerca su cara a un espejo para que sevea. Nunca se haba mirado. Este da tambin se va a replegar completamente, lamirada ausente, perdida. Me parece que esta brutalidad de la madre, que no eshabitual, aparece justamente el da en que una parte de la sesin transcurre sin ella,

    lo que todava la encuentra sin medios para soportarlo. Halil, al contrario, semostr capaz de nombrar el lugar vaco creado por la ausencia de la madre. Elautismo de su nio es generalmente vivido como un fracaso tal de su parte que sele torna muy difcil soportar que otro pueda ocuparse de l en su reemplazo.

    Sesin siguiente

    Este da, el hermano de Halil los acompaa. Halil no manifiesta nada enrelacin con su presencia. Entra al consultorio muy sonriente, y va a agarrar laserpiente y el Mecano que ahora designamos comoberaber, lo que quiere decir

    juntos. Su madre, desde el silln donde se encuentra, le dice:Dame!Halil se va aacostar al fondo del placard: establezco en voz alta el vnculo entre la demanda dela madre y el retraimiento del nio.

    Sale entonces del placard y esboza un juego de coches conmigo. Va a mostrarel Mecano a su madre. Acerca la tuerca a su boca, como si se percatara, finalmente,de la existencia de esta pieza que juntaba entre s las dos partes. Mientras frota eltornillo de plstico que retiene el conjunto, pronuncia dos palabras que la Dra.Seneschal transcribe sin que, en este momento, ni ella ni yo pudiramos ponerlesalguna significacin:Gel de, anne deLa madre declara no saber lo que quierendecir. Pienso en el momento queanne dees quizs una deformacin infantil deanne(mam). La Sra. Seni nos ensearque gel decorresponde al imperativoven![23] El

    de, que surge como terminacin deanne, puede ser entendido o bien comomamtambin, o bien comomam adentro. En todo caso, la palabra tuvo que tener algneco en la madre, ya que se levanta y va a jugar con l, lo que encuentra muy buenaaceptacin de parte del nio este da.

    Nuestro trabajo sobre la lengua se vuelve ms difcil porque desde estemomento el nio articula palabras relacionadas entre s, ya no se trata de simples

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    palabras aisladas. Conjuntamente, ubica por primera vez la tuerca y el tornillo quearticulan las dos piezas de su Mecano elbiry elbiri, como los haba nombrado.Quizs la ausencia de su madre, en la sesin anterior, haya permitido al niodescubrir el tornillo como lazo de articulacin, y producir un enunciado invitando

    a su madre a venir a jugar con l.

    Mitad de febrero

    Durante la sesin siguiente, tuvo lugar una secuencia cuyas prolongacionesen m misma me llev mucho tiempo descifrar.

    Halil est acompaado por su madre, y nuevamente por el ms joven de susdos hermanos mayores, que quisiera tambin participar en la sesin; le explico queno es posible. Halil quiere igualmente quedarse en la sala de espera. Alcanzo acontener a su madre que quiere ir a buscarlo y traerlo por la fuerza. Luego entrapor su cuenta, toma el Mecano y se dirige hacia su hermano. Interrumpo el gestode su madre que quiere impedrselo, dicindole que quiere mostrar suberabera suhermano. Se re un poco nerviosamente, luego accede. Parece serenarse con estaexplicacin que humaniza a su hijo a sus ojos. Personalmente, noto que Halil,finalmente, parece querer establecer una relacin especular con este hermano, lque ni siquiera reacciona con su imagen en el espejo! Halil entra, sale de vuelta;puedo nuevamente contener a la madre dicindole que necesita estar seguro de

    poder entrar y salir. Luego, decide quedarse. Va hacia el coche, que est siempre enel mismo lugar; lo hace andar; y de repente su mirada queda capturada por elespacio vaco dejado por el coche. Lo hace rodar hacia su madre, que se lodevuelve cada vez. Pero el coche acapara ms su atencin que su madre, como essu costumbre.

    Luego retoma su Mecano y se vuelve completamente ausente. Gira sobre smismo como los derviches. Me levanto de mi silln, me acerco a l, lo llamo por sunombre tocando su brazo con mi dedo. Vuelve a nuestro mundo, el hechizo ha

    terminado. Las dos partes del Mecano se han separado de golpe, se da cuenta deello y muestra una imagen de jbilo. Atraviesa la pieza, va detrs del silln de sumadre, y, en este lugar, pronuncia claramente:Aldim!

    La madre escucha pero no reacciona, como si esta palabra no tuvierasignificacin alguna. Como la interrogo, me explica, mientras me toca el pecho conel dedo ndice, que eso quiere decir:Tom! tom vos!

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    Le digo entonces que, si eso significatom!, que tome!, que le tienda lamano, por una vez que l se lo propone! Lo hace, Halil la mira, esboza unmovimiento como para darle algo, luego cambia de idea y vuelve para atrs. La

    madre se endurece. Le digo que es muy importante que le pueda deciraldim,alcanzarle algo y jugar a entregrselo. La madre parece darse cuenta de que hayalgo que falla en su traduccin dealdim; intenta explicrmelo nuevamente, pero nopuede ms que repetirse. Termina entonces participando del juego; entonces Halille entrega juguetes. Sigue el primer largo intercambio entre ambos; l da, ella toma,l toma, y as sucesivamente.

    Pasa luego delante de un espejo que es demasiado alto para que pueda verreflejada su cara. Sin embargo, levanta las manos de modo que pueda contemplarlas partes separadas de su Mecano, que tiene en cada mano.

    En este momento me encuentro tambin cerca del espejo. Va a buscar misilln de mimbre, que parece inmenso en comparacin con su estatura, lo empujapor la habitacin hasta donde me encuentro. Vuelvo a ocupar entonces mi lugar. Esentonces la primera vez que accede al espejo accederse entiende aqu en elsentido propio y figurado, ya que se sube arriba de un pequeo banco para verse yver a su madre que lo mira. Pienso que ha alcanzado el estadio del espejo.[24]Ahora bien, ya que la Dra. Seneschal que tomaba nota no estaba, decido, una vezterminada la sesin, transcribirla. En el momento en que escribo la secuencia sobre

    los intercambios entre la madre y el nio, siento un sueo irresistible y me duermoen pocos instantes. Quizs es una especie defading.[25]Un sueo sobreviene:Veo aalguien que lleva un objeto frgil y valioso, formado por dos partes atadas entre s porcadenas. La parte inferior se desprende, cae y se rompe en el suelo. En ese momento, medespierto, no teniendo ms sueo, y transcribo el resto de la sesin, el momento enel cual Halil coloca en su lugar al analista y accede al espejo.

    No me sorprender cuando, algunos das ms tarde, la Sra. Seni diga queAldimno significa unvos toms, sino unhe tomado. La lengua turca permite la

    indicacin de la persona del verbo a travs de la inflexin de su terminacin, lo quehace redundante el empleo del pronombre personal. Podemos tambin notar quelo inconsciente de la madre aprovecha de las lagunas de su conocimiento delfrancs. En efecto, esta inversin de la primera a la segunda persona le es habitual.

    Tengo el sentimiento, en este corto lapso del sueo, de haber sidocompletamente tomada en eldeterminismo de la cadena significanteen el cual el sueo

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    constituira un efecto del mismo.[26] De otro modo, podemos decir que el sueopone en escena una problemtica que no parece de carcter personal, sino quehubiera sido suscitado por la gran cercana que tena entonces con la pareja madre-nio.

    Mi hiptesis es que tuve que ocupar el lugar de un Otro capaz de soportar laprdida de un objeto, de soportar su cada, o sea la imagen de una mutilacin, deuna incompletud radical. Ahora bien, simultneamente, se produca para este niola posibilidad de acceder al espejo, y tambin de sostener, por primera vez, unenunciado en tanto sujeto. Sin embargo, el sujeto del enunciado no es quizs msque un primer registro de la cuestin del sujeto; no garantiza an que el sujeto deldeseo pueda alguna vez constituirse como tal.

    En estos casos, el analista tiene que ocupar un lugar similar al de un espejoplano, en el cual la madre podr ver cmo se forma una imagen unificada de suhijo e investirla libidinalmente, en consonancia con un ideal posible para ella. Setrata de hacerle ver que los hechos y gestos de su hijo pueden no ser consideradoscomo puros actos de destruccin a los cuales ella deber, cual una Erinnia,oponerse con todo el peso de su estatura, lo que para el nio no deja otra salidams que el repliegue autstico. Mi estima para este nio, mi sincera admiracin encuanto a la lucha que lleva a cabo en este camino hacia la simbolizacin, permite,gracias a una revalorizacin narcisista, que esta madre pueda tolerar la privacinnecesaria a la cual la someto.

    La posicin de tercero del analista era la nica sostenible en estacircunstancia: traducir los actos del hijo en trminos que los vuelvan dignos derespeto. Cualquier otra actitud me hubiera hecho pasar de Guatemala aGuatepeor, tanto si yo hubiera asistido como espectadora de la situacin: la madreacorralando, a su pesar, al nio hacia su repliegue, como si, cual una sper Erinnia,me hubiese constituido en un supery acusndola por lo que era incapaz de hacer.

    Por el contrario, si el analista se deja sorprender por lo que le es dado

    escuchar y tambin ver, puede hacerse traductor,intermediariodel nio. Entonces,bajo su mirada, el gesto se vuelve acto, y el sonido insignificante pasa atransformarse en un fonema.

    Reflexiones a propsito de la lengua materna

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    He subrayado, al principio de este captulo, el desafo que constitua el hechode escuchar al nio y a su madre en una lengua que no conoca. Ahora bien, elmaterial clnico lo comprueba, mi ignorancia en cuanto a los significados de lasenunciaciones escuchadas ha hecho posible una dinmica de la cura. Sin embargo,

    otorgar tal lugar al turco en mi escucha implicaba que si algn da este nio iba ahablar, su lengua materna sera el turco lo que de hecho sucedi. Me encontrabade esta manera confrontada con la cuestin: Qu es una lengua materna?

    El lugar central que Lacan otorga al habla en la cura psicoanaltica haba yasuscitado trabajos sobre esta cuestin.[27] Estos ltimos se desarrollaron a partir dereflexiones sobre curas de analizantes cuya lengua en la primera niez no era la delmedio ambiente. Ciertos autores distinguan en aquella poca dos registros, inclusodos rdenes de lenguajes. Habra por un lado la lengua de la relacin dual, lenguade la melopea, de las vocalizaciones, portadora de la voluntad arbitraria de lamadre.[28] A este registro alienante de la lengua primera se opondra la lenguamaterna, capaz de operar el corte necesario para que advenga el sujeto despus deuna reparacin con la madre, de instaurar una instancia tercera y, por ello, permitirel acceso a lo simblico.

    Al principio del tratamiento de Halil, podra haber pensado que la madrereal de los orgenes no sera portadora de esta lengua materna que vendraa

    posterioria privarla de sus poderes. Consecuentemente, hubiera concluido que lacura de este nio autista de dos aos tena que haber transcurrido no en turco sino

    en francs, transformndose este ltimo idioma en sulengua materna, mientras queel turco hablado por la madre hubiera mantenido una confusin alienante.

    Es cierto que el registro de la melopea parece prevalecer en los dilogosentre un beb y una madre. Las investigaciones recientes sobre el lenguaje en losprimeros meses de vida muestran en efecto que, cuando una madre se dirige a su

    beb, imprime cierta cantidad de modificaciones a la cadena sonora de suenunciado. Este fenmeno es, al parecer, universal, y se produce casiautomticamente en la mayora de las personas que se encuentran en una situacin

    maternal frente a un beb. Son indispensables para que el registro sensorial de esteltimo est en condiciones de percibir y de registrar los sonidos que le sondirigidos. Sin estas alteraciones, la cadena sonora producida por el enunciado deladulto quedara inaudible para el lactante y no sera registrable. La psicopatologadel lactante nos permite conocer casos bastante poco frecuentes donde lamadre se dirige a su beb como si le hablara a un adulto. Entonces, las reaccionesdel nio parecen indicar que no puede sostener el discurso materno, que tiende a

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    agotarse, ya que la madre no puede dirigir la palabra a su nio.

    Investigaciones ms profundas podran permitir interrogar las causas sobretal ausencia del estilomamanais(habla materna) en una madre.[29] Se tratara de

    un estado depresivo en ella que producira un endurecimiento de la cadena sonoradel enunciado materno? O bien se tratara del hecho de que la falta de signos derecepcin del beb frente almamarais(habla materna) hubiera interrumpido suproduccin en la madre? En todo caso, la ausencia de esta forma particular delhabla tiene como efecto que el nio quede afuera, ms all de todo discurso. Hayprobablemente una relacin entre la ausencia de este modo de hablar en la madre yla sordera aparente de muchos autistas, que, como por otro lado lo sabemos, essordera en particular a la voz humana, ya que reaccionan al ruido de mquinas yde distintos aparatos.

    Encontramos ciertamente a nios con trastornos autsticos capaces dereproducir la cadena meldica del enunciado materno, pero sin ningunainterrupcin, sin dejar ningn espacio que permita la aparicin de unasignificacin cualquiera. Sabemos que, tomados en tratamiento, tales nios accedenmucho ms fcilmente al discurso que aquellos que se mantienen impermeables ala melopea materna. Los trabajos sobre estahabla materna (mamanais)muestran queuna de las caractersticas principales consisten en el alargamiento de los tiempos decesuras entre palabras, como si, desde el vamos, la madre se empeara enconfeccionar los cortes que permitiran el surgimiento de la significacin. Segn

    estas reflexiones, me parece que no corresponde distinguir dos roles antagnicosentre dos lenguas positivas, ni dos planos separados en una misma lengua, sinoms bien dos registros antagnicos incluidos en toda lengua. Ya que, si lanecesidad del registro de comunicacin en el cual la lengua opera como corteno plantea ninguna duda, tenemos que remarcar tambin la necesidad intrnsecade la alienacin. La alienacin en la melopea materna y la operacin de corte queproduce la significacin son dos registros necesarios para que la escucha se vuelvaposible.

    Entre Halil y su madre, ciertas palabras, aun en turco, pueden operar unaseparacin bastante violenta. As es elatta!que profiere al principio del mes dediciembre. En un primer tiempo, el sonido pronunciado parece no significar nada;no es otra cosa que melopea, ya que la madre no reacciona. Hace falta que elanalista interrogue a la madre sobre su significacin para que se revele la fuerzadel significante:va a pasear!que ella escucha como unandte!Varios otrosejemplos en este material clnico testimonian que la dificultad mayor para esta

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    madre es atribuir una significacin a los enunciados d su nio. Ahora bien, latraduccin al francs destaca cada palabra de una manera definitiva y le devuelvesu estatuto de significante; pero sobre todo la confrontacin entre las dos lenguasrevela la imposibilidad de esta madre de creer que los enunciados de su hijo

    significan algo.

    Lacan ha planteado que el grito de necesidad del beb debe ser traducido enel contexto del tesoro de los significantes del Otro materno para podertransformarse en demanda, lo que, por este mismo hecho, lo aliena a no ser msque demanda del Otro, ya que es expresada en los significantes de aqul. Pero esen este mismo lugar del Otro que el hombrecito encontrar las palabras que darncuenta, para l, de la separacin con el Otro primordial, la madre; de la prdidavivenciada necesariamente como desgarro de l mismo, de su propio yo. Es en eltesoro de los significantes matemos, en la lengua alemana hablada por su madre,donde el nieto de Freud encuentrafortyda. Es en turco, lengua materna de suspadres, que Halil encuentra estos pares de oposicin a l mismo, elbiren relacinconbiri, elat!que lo aliena mientras se opone abuldu. Estos dos registros de lalengua indican que hay efectivamente dos operaciones de causacin del sujeto, laalienacin y la separacin, y que no es posible separar lo que no ha sidopreviamente alienado.

    Segn Charles Melman,[30] la lengua materna sera aqulla donde la madreestara prohibida para el nio. Ahora bien, no hay ninguna duda sobre el hecho de

    que es en turco donde podra formularse una prohibicin cualquiera concernientea la madre de Halil. El padre habla casi nicamente esta lengua. Los tos del nio,que tienen un rol importante en las representaciones de la madre, que viven endistintos pases de Europa, siguen hablando este idioma, que es entonces el nicocomn a esta familia. Quedo an escptica hoy con respecto al valor que puedetener para la madre la palabra del padre de Halil, pero es efectivamente en turcoque las madres de esta familia son prohibidas para sus hijos. El hecho se destacaclaramente en lo que concierne a los dos hermanos de Halil nacidos en Turqua, enla casa del abuelo paterno.

    Charles Melman agrega una reflexin interesante relativa a los problemascon los inmigrantes. En su criterio, cuando la madre no est incluida en la lenguaque habla el nio, habr dos madres en juego: una madre simblica, la de la lenguaque habla el nio, que relega a la otra a no ser mas qu una madre real; noreconocida como verdadera pariente de su nio. Este mismo fenmeno puedeproducirse en cuanto al padre. Melman concluye diciendo que hablar una lengua

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    extranjera implica una verdadera despersonalizacin para el nio, ya que tiene queencontrar un nuevo padre y una nueva madre.

    De este modo, permitindole a Halil acceder al turco, no saturaba el lugar de

    un padre-madre simblico, que hubiera relegado a sus progenitores al rango depadres reales.

    Aun cuando, en los primeros dos aos del tratamiento, retom a menudo loque se deca empleando yo misma una palabra en turco, de hecho hemos trabajadosobre la distancia entre ambas lenguas; no solamente porque me vea obligada amenudo a pedir la traduccin, sino tambin por el hecho de que pronto recurrimosa un diccionario que tronaba como tercero entre nosotros sobre la mesa. Quizsencarnaba la presencia oscura de la Sra. Seni, Otro, representante del tesoro de lossignificantes de la lengua de los padres. Pero sobre todo, hacorporizadoel hecho deque yo crea que los enunciados de Halil constituan un mensaje, aun si noaprehenda el sentido y tena que buscarlo. El diccionario representaba entoncespara el nio lo que faltaba a su analista; pero tambin el lugar donde lasdificultades de traduccin, la polisemia de las palabras poda aparecer, ya que, aveces, ninguna de las traducciones propuestas nos satisfaca plenamente, ningunade las dos lenguas era biunvoca. El hecho mismo de aislar un sonido y deinterrogarse sobre su traduccin produca ya un recorte de significaciones posibles.Ms tarde, cuando Halil se puso a emitir verdaderas masas sonoras, eso se volviaun ms patente.

    La traduccin haca de la palabra pronunciada un significante, ya queremita a otro significante. As, a partir del hecho de queattaremite a unandte,Halil se encuentra confrontado con una relacin binaria entre significantes. Se poneplido, ya que se vuelve sujeto de un enunciado portador de una significacin, y, almismo tiempo, vacila frente a un sentido que lo aliena y lo supera. Del mismomodo, a partir del momento en que el sonidoaldumse traduce porvos toms(anteriormente incluso a la traduccin correcta), la palabra adquiere su carcter designificante: representa al sujeto para otro significante. Y frente al sentido develado

    por la traduccin, es el analista que viene a ocupar el lugar del sujeto que sedesvanece en el sueo. Es entonces gracias al trabajo efectuado en las dos lenguasque este sonido adquiere su valor significante.

    El trabajo sobre las dos lenguas cava as un espacio, una hiancia entre lossignificantes. Ahora bien, uno de los problemas de los nios autistas consiste enque a menudo no hay un espacio entre las palabras.[31] Constatamos en muchos de

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    ellos, aun despus de haber empezado a hablar, que las cesuras faltan, que algoqueda irremediablemente pegado entre los significantes. Aquello se expresaclnicamente en el lenguaje llamado post-autstico; alguna vez de maneracaricatural con los fenmenos llamados deholofrase(una palabra-todo), alguna vez

    con el empleo de palabras-signos donde la dimensin del equvoco se encuentrasuprimida. Aqullos no funcionan entonces como significantes, ya que no remitena otro significante, y toda posibilidad de representar a un sujeto se encuentrasustrada por este hecho.

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    Captulo 2CORTES MUTILANTES Y CORTES ESTRUCTURANTES

    Entonces Yahv hizo caer sobre el hombre un sueo profundo, y el hombrese durmi. Tom una de sus costillas, y cerr la carne en este lugar. Luego, de lacostilla que haba sacado del hombre, Yahv molde una mujer y la trajo alhombre. Entonces, ste exclam: Aqu est el hueso de mis huesos y la carne de micarne. Ser llamada mujer, porque fue extrada del hombre, sta.[32]

    El sujeto se funde en una experiencia de corte

    Halil, lo hemos visto, plantea una cuestin comparable a la del nieto deFreud con su carretel. Lacan le da su marco a propsito de la compulsin a larepeticin.[33] Esta repeticin aparece primero, nos dice Lacan, bajo una formaque no est clara, que no es evidente, como unapresentificacin en acto.[34] Cuandohable de acto, ser en el sentido, que le otorga Lacan en este seminario: como unapuesta en relacin de la repeticin con lo real. Para Lacan, el acto, con su insistenciarepetitiva, no cesa de trabajar para que algo de lo simblico se articule con un real

    que evidentemente an no est tomado.

    Lacan otorga a la compulsin de repeticin una funcin totalmentegeneradora del orden simblico, un rol de agente de humanizacin incluso, ya que,haciendo del hombrecillo un sujeto para la muerte, le permite al mismo tiempoadvenir al lenguaje. Esto supone que el nio ha pasado por un momento,traumtico o no, que lo funda como sujeto. En el anlisis que hace de esta famosaescena del nio con su carretel, Lacan nos proporciona precisamente su lectura deeste tiempo. A su criterio, el carretel es una pequea cosa que se desprende del

    sujeto, siendo, al mismo tiempo, atado todava a l por un hilo. Es la experiencia deuna prdida de una parte de su propio cuerpo, una experiencia de automutilacin.Sin embargo, la repeticin de la desaparicin de su madre es causa de la divisin,de la escisin en el nio escisin es el trmino ms usado por Lacan para traducirSpaltung. El juego del carretel se acompaa en el nio de la emisin del O-A,fort-da,una de las primeras oposiciones en el habla que produce. Para Lacan, elsignificante es la marca primera del sujeto; por lo tanto, concluye que el objeto al

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    cual esta oposicin significante se aplica en acto, el carrete, es lo que hay quedesignar comosujeto! Y Lacan agrega: A este objeto le daremos posteriormente sunombre en el lgebra lacaniana la a pequea.[35] Esta proposicin paradjica deLacan puede, ella sola, dar cuenta de la constitucin del sujeto a partir del objeto

    cado, tal como apareci en la cura de Halil, y tambin en la de otro pequeoautista, Mourad.[36]

    Continuacin del caso Halil

    Antes de abordar la parte del tratamiento de Halil que transcurre desde susdos aos hasta sus dos aos y medio, debo evocar un episodio traumtico que tuvolugar antes del principio de la cura y que me fue contado por una educadora, quehaba soportado mal la violencia de la escena. El nio y su familia haban sidosometidos a un tratamiento ambulatorio durante algunos meses, por un servicio dela temprana infancia con el cual me toca trabajar a veces. Cuando empec a recibirregularmente a la madre y al nio, la educadora que trabajaba en este equipo quisohablarme de una sesin de juego que haba sido para ella verdaderamentetraumtica. Participaban de dicha sesin la madre, el nio y el padre. Reproduzcolas notas de la Dra. Seneschal, que ya oficiaba como observadora.

    El Sr. y la Sra. X estimula [sic!] alternativamente a su hijo. El nio lleva un

    pequeo juguete a su boca, que se pone a chupar. El Sr. X, desde su silla, trata deimpedir que el nio succione el juguete. La educadora propone entonces un

    bibern con agua. El nio va a tomar del bibern, apretndose contra su madre; elnio mira sus dedos y se aleja. Luego va a buscar una soga que se usa para saltar yle chupa el mango. Dicebaba, y luegoanne. En este momento, ya que se paseapor la habitacin teniendo la soga, su educadora decide agarrar el otro extremo.Esta ltima me dir ms tarde, con mucha honestidad: Estaba harta de no existir,le decaquiero jugar con vos, se imagina con qu resultado!

    La educadora ahora describe la continuacin de la sesin: Como el nio vahacia otra direccin, la soga resiste y l tira sin mirarme, tira nuevamente, y luegocae en un desamparo atroz. Ya no puede ignorar que esta soga no es una simplecontinuacin de su yo. Durante todo este tiempo, le habla, en vano. Acaba deimponerle un corte intolerable. La educadora le habla del sentimiento insosteniblede haberle arrancando parte de su cuerpo. La desesperacin y el desamparo delnio son inmensos; por ms que ella trate de devolverle el extremo de la soga, eso

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    no cambia nada. La madre lo toma en sus brazos, pero la desesperacin sigue. Eseda, la tarea de calmarlo fue extremadamente difcil.

    Retomemos el texto de esta observacin: El Sr. y la Sra. X estimula

    alternadamente a su hijo. Una falta de tipiado se desliz en esta parte: Lasecretaria tipi la palabra en singular. Esta equivocacin parece tener el carcter deun lapsus que indica una verdad que el Sr. y la Sra. X hacen uno, el padrecombinado de la prehistoria infantil, segn Melanie Klein. De hecho, el padreparece ser un doble de la madre, no instaurando ningn corte entre ella y el nio.

    En los otros elementos de la observacin: el nio va a tomar del bibernapretndose contra su madre; mira sus dedos y se aleja. Luego el nio dicebabayanne, nada indica una interaccin entre la madre y el nio cuando ste se acerca aella; y, sobre todo, nada seala que alguien haya percibidobaba o annecomo siendopalabras pronunciadas por el nio. De todos modos, en aquella poca, los padres yel ambiente mdico lo presentan como carente de lenguaje. Ahora bien, estas dospalabras significan en turcopapymam! En cuanto a la escena de la soga,constituye efectivamente una herida; y la educadora tiene una buena vivenciacuando habla de un corte intolerable, como si le arrancara parte de su cuerpo.Durante mucho tiempo, la educadora quedar bajo los efectos de esta experienciadolorosa que ella vive como una mutilacin que no podr ser aliviada por laspalabras.

    Por qu este corte no pudo producir que un sujeto advenga a lo simblico ydej un puro sujeto del sufrimiento? Los padres unidos parecen formar un todo sinfallas. La educadora se encontraba en condicin de pedir un reconocimiento:Hubiera querido que el nio reconociera que exista! Consecuentemente, l seencontraba, por esta demanda, en el lugar del Otro del cual vendra elreconocimiento de existencia. Una subversin de roles de esta caracterstica esfrecuente cuando se trabaja con nios autistas. Por el solo hecho de que no habla, elque lo I tiene a su cargo corre el riesgo de encontrarse en una posicin dedemandante, confrontado con un nio todopoderoso por el hecho de su supuesta

    negativa a otorgar lo que se le pide, la palabra.

    Si en el episodio desgarrador de la soga no se introdujo ningn ordensimblico, fue porque el corte no remita a ningn otro, y sobre todo a ningn corteen el Otro. Empleo aqu el concepto del Otro en su funcin de lugar psquico. Estelugar se construye a partir de las relaciones que el nio teje con los personajes de suentorno que ocupan un lugar de Otro real para l, ms especficamente con sus

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    padres. La ausencia de corte en el Otro para un nio puede provenir de ladificultad experimentada por sus padres, en tal momento de su vida, para asumir osignificar algo del orden de la incompletud para este nio. Algunas formaslarvadas, una depresin por ejemplo, podran incapacitar a un padre para asumir

    su falla delante de su nio.

    Segunda escena con la soga, un ao ms tarde

    Esta hiptesis se encuentra apuntalada por otro episodio aparentementesimilar, pero cuyo efecto fue totalmente diferente. Tuvo lugar un ao ms tarde, enel contexto de la cura. Haca nueve meses que atenda a Halil con su madre, tresveces por semana; pero, desde haca un mes, vena solo en la primera media horade una de sus sesiones semanales. En ese entonces ya deca varias palabras. Nosencontrbamos en la misma habitacin donde haba tenido lugar la escena de lasoga. Surge entonces el episodio siguiente: Halil va a buscar esa misma soga ypasea, arrastrndola detrs de l, tal como lo haba hecho en otras oportunidades.En un momento dado, me trae la soga, me pone un rollo de la misma en las manos,dicindome:Al! al!en turco, el imperativo del verbotomar. Lo tomo entonces,como me lo pide. Luego, las cosas se precipitan: se va, mientras tengo todava en lamano el rollito de soga; la soga resiste, y me grita de nuevo:Al! al!, mientrastira de la soga. Entonces, aparentemente se reproducen el mismo desamparo, el

    mismo dolor, el mismo sentimiento de desgarramiento.

    Durante todo ese tiempo, tengo en la cabeza la escena que describiera laeducadora. Sin embargo, no suelto la soga a pesar de que todo mi sentimientome llevara a hacerlo. La madre estaba extremadamente plida; yo tambin, sinduda. Quisiera evitarle ese dolor, esos gritos de alguien al que mutilan, pero sigofirme. Si no suelto, es gracias a dos puntos de anclaje. Primero, su palabra: acasono me ha dicho en reiteradas oportunidadestom? No puedo hacer ms querepetirle que no soy Halil, que no soy l; que si me dijeradamepalabra que ya

    emple en francs y en turco se la dara gustosamente; pero que no tengo elpoder de transformar untomen undame. Estoy, tal como sus padres, sometida allenguaje; por otro lado, s que laescisindel sujeto se produce siempre en unaexperiencia vivida imaginariamente como un dao, como una mutilacin.[37] Noest a mi alcance evitar que Halil la viviera.

    Durante todo el tiempo que dura la escena, pienso que, inevitablemente, en

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    nuestra profesin estamos obligados a sostener lugares insoportables. Veo a lamadre sumida en un sufrimiento intolerable; hara cualquier cosa para que eso seinterrumpa. Mientras recuerdo nuestro sometimiento al lenguaje, Halil parecerenunciar. Sigue un pequeo momento de depresin. Luego se endereza,

    transformado; est feliz, designa objetos que nombra, corre hacia su madre, muycontento, y le muerde el brazo mientras declara:Ben isirdim!La madre se re yme explica que su hijo acaba de decir:yo muerdo. Ahora bien, el trminoisirdimsolamente se traduce porhe mordido, y el empleo del pronombre insiste sobre elsujeto. La traduccin es entonces:yo, he mordidoya que se trata de un hechopasado. Halil asume un acto en tanto sujeto. Las sesiones siguientes mostrarn quese trata para l de saber si un gran Otro materno, originario, puede tener falla.

    La costilla de Adn

    La constitucin de un no-yo, en tanto tiene que ser arrancado de un granTodo (de un yo indiferenciado madre-nio), forma la experiencia desgarradora,mutilante, el dao imaginario por excelencia de todo nio. Este sufrimiento noprovoca en los otros nios el grito del autista. Para cada uno de nosotros, ha cadoen el sueo del olvido, o ha sido ocultado por un dolor de muelas que obligaba anuestras madres a mecernos de noche.

    Uno de los elementos del mito de Adn, amputado de su costilla, muestra alas claras que hay escisin; si no Yahv no hubieracerrado de vuelta la carne en estelugar. Ahora bien, esta escisin vivida por Adn, y que permite el surgimiento delsujeto Eva a partir de unobjetoa, su costilla, ocurre durante el sueo. Cmo puedeser que el sufrimiento de la mutilacin haya sido suprimido para Adn? Estesueo sera la metfora de un olvido, de una represin originaria?

    Lacan evoca el mito de la costilla de Adn en su seminario de 1968[38] parailustrar la cuestin del rol delobjeto aen el deseo de un hombre para una mujer.

    Por qu Adn ha deseado justamente a esta Eva, constituida a partir de una faltaen s mismo? Y Lacan retoma entonces la cuestin delobjetoa y la gnesisconcomitante del sujeto.

    Podemos comparar el deseo entre un hombre y una mujer con el vnculoentre una madre y su nio? Teniendo en cuenta la manera con la cual Lacanplantea la cuestin a propsito de Adn y Eva, la respuesta puede ser afirmativa.

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    Digamos que para que un nio sea deseable a los ojos de su madre conviene quesea portador, para ella, de lo que le falta.

    Recordemos el momento descrito en el captulo anterior donde, en el

    momento en que estoy a punto de transcribir una sesin, me duermo y sueo quealguien lleva un objeto frgil, formado de dos partes, una de las cuales, la inferior,se desata, cae, y se rompe al llegar al suelo. Es probable que, en el planotransferencial, haya jugado una rivalidad entre la madre y yo, la analista, quepodra enunciarse como la pregunta sobre cul de las dos tiene la pertenencia delnio. Pero eso no es lo ms importante. Dicho sueo deba ser estructuralmentenecesario para que este nio pueda finalmente hablar como sujeto y acceder alestadio del espejo. Si, en el momento mismo en que el sujeto surge de una palabra,yo viv esta experiencia defading, es quiz porque alguien tena que ocupar el lugarde un Otro primordial soportando la privacin, la prdida de algo. Mi posicin desujeto tuvo una vacilacin en este sueo incontenible. En el sueo me encontraba,como Adn, como quien pierde un pedazo, como quien se desprende de una parte.No es acaso a partir de este sueo que Halil adquira el valor de objeto precioso,deobjeto a, de parte faltante por lo menos en transferencia para m, su analista?

    Algunos meses ms tarde, redactando un artculo[39] sobre la secuencia enla cual Halil enunciayo tomo, me encuentro sorpresivamente con el mismo deseoirresistible de dormir, y me duermo nuevamente! Este nuevofadingme indic quesegua yo ocupando, en la transferencia, al lugar de un Otro que poda ser

    borrado.

    Retorno sobre el material clnico

    Para entender mejor lo que sigue, retrocedamos un poco, hasta la ltimasesin anterior a la de la soga. En aquella poca, haba ya instaurado, en una de lastres sesiones semanales, un tiempo de trabajo con el nio sin su madre. Describo

    uno de esos momentos.

    Halil entra enunciando algo as comoteuta ia ia ia(tata il y a, il y a, il y a?)[ta, hay, hay, hay]. Luego, tira una serie de objetos al suelo. A continuacin, secoloca contra mis rodillas y separa dos pedazos de la serpiente de plstico.Encuentra una mueca a la que le arranca los pelos, arroja lejos una marionetacocodrilo diciendoanne, luego lanza una serie de fonemas en los cuales se reconoce

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    una serie detatata, teunteun, tountoun.

    Tal como lo haba hecho en otra oportunidad, recorto en esta masa sonora eltata. Se lo restituyo interpretndolo, no solamente como un significante de la

    lengua francesa, sino adems decidiendo que l mismo designa a su analista.[40] Sepone entonces a inspeccionar mi boca. Le pregunto:Diente, se dice dis?Nocontesta nada. Empuja el tacho de basura lejos, diciendo:Gitti(sali), para luegoencontrarse con el mismo, recostarse en el suelo y deciranne. Luego, trata de abrirla puerta de la sala de espera, donde est su madre. No alcanza a hacerlo, yrenuncia a su propsito, mientras le pregunto si tiene miedo de queannese hayaido como el tacho de basura que ha alejado. Despus de haber arrancado todavaalgunos pelos a la mueca, diciendotatata-tatata, viene hacia m y muestra lapuerta, detrs de la cual se encuentra su madre, luego el silln vaco dondehabitualmente se sienta. Finalmente, se instala en el bao para mirarse en el espejo,hacer muecas y besar la boca del chico del espejo.

    Un rpido repaso de esta sesin muestra que las ausencias reiteradas de lamadre, aunque sean cortas, producen varios efectos.[41] El nio nombra a sumadre y su ausencia (anne gitti- mam ida) y muestra su silln vaco, comotambin la puerta, lugar donde la haba dejado. Efecta tambin un corte,arrancndole parte de los pelos a la mueca, llamada en la ocasin tata.Contrariamente a la madre, que lo soporta muy mal, este hecho de arrancar lospelos me recuerda lo que Lacan haba dicho de los cortadores de trenza en China:

    este acto, segn l, era una tentativa de producir una marca en un Otro que noasume simblicamente su castracin. La sesin que sigue es la de la soga en la cualdir Yo he mordido.

    Fragmentos de la sesin siguiente a la de la soga

    En la primera parte de esta sesin, mientras no est con su madre, Halil me

    alcanza la serpiente hecha pedazos, mientras dicetata. Luego, nuevamente,arranca los pelos de la mueca. Me muestra despus una revista que ha trado de lasala de espera y en la cual hay una hoja arrancada, y dice gitt (salido). Separauna hoja y dicetata tata. Entonces le contesto algo extrao, que la Dra. Seneschal,como buena observadora, transcribe: Pero no! Es de Halil, no de Tata. Cres quepertenece a Tata cuando est separado? Ahora bien, Halil no est hablando delpropietario de la revista, tal como me pareca en el momento. Me nombra como

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    siendo ese todo del cual se separa una parte. El aspecto defensivo de mi respuestasalta a la vista. Ese da, me resultaba difcil soportar el hecho de ser el lugar de laescisin!

    Halil va a buscar entonces la marioneta cocodrilo, que tira al suelo; luego lamuestra con el dedo mientras diceaie!. Pronuncia luego una serie de palabras enturco, que pueden entenderse como:Escuch, decs, l ha tocado, que desde luegocomprender ms adelante. Por el momento, le confieso mi ignorancia. Se acercaentonces y me toca la boca y los dientes, se los nombro en turco, los repite luego.Le digo que quiz teme que su analista muerda como el cocodrilo, habiendoolvidado que el da anterior me haba dicho que l morda.

    Un poco ms tarde hace hilos con su saliva y se pone a recortar bandas depapel muy pequeas. Le digo que parece triste recortando pedazos de papel muypequeos, pedazoskoca. Me asalta una duda, le pregunto:Koca, es gordo o

    pequeo?

    Contesta:Pequeo, pequeo, ape o, luego agrega, con el acento de su madrecuando habla en francs:gorda.

    En realidad, me he equivocado, ya quekocasignificagrandeogordo. Pero meparece que mis errores le permiten captar lo que le falta a su analista; y yo asumoesta incompletud. Adems, estas equivocaciones introducen una discordancia, una

    distancia en la lengua cuyos deslizamientos significantes constituyen su riqueza.Cuando se domina perfectamente un idioma, frente a un nio como Halil, algolleva a pegarse al sentido, lo que no simplifica la tarea. Yo, por mi parte, noformulaba las cosas de esta manera, estaba sobre todo asombrada de que accedieraa contestarme.

    Luego comienza la segunda parte de la sesin, en la cual participa su madre.Halil le lleva una hoja de papel y le diceSana!lo que quiere decirpara vos.Luego, hojea las pginas de una revista, mientras dice:Xor tonton Hala

    Moustapha, Yacine.Por primera vez, la segunda persona aparece, con muy buenadeclinacin, bajo su forma genitiva. Nombra as una serie de personajes que tienenimportancia para l: un super-hroe, un to paterno que lo quiere mucho, y dosprimos pequeos.

    Nuevo episodio traumtico a la sesin siguiente (mitad de junio)

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    Esta sesin (madre-nio) tiene lugar tres das ms tarde. Halil empieza porarrancar los pelos de la mueca, lo que su madre soporta difcilmente. Lo vive

    como un aspecto destructivo en l. Es cierto que se trata de un acto reiterado quepodra transformarse bastante rpidamente en un comportamiento estereotipado.Halil va a refugiarse en el placard, juega a cerrar y a abrir la puerta mientras nossonre. Es un juego decoucouen el cual su madre participa gustosamente, si nofuera que, apenas la puerta se cierra, ella le grita:Acitde!(esolastima). Cuentaque su hijo le dice eso cuando la pellizca y explica que es como si fuera l mismo aquien le duele; ahora bien, ella misma grita como si fuera la mueca, suponiendoque Halil le arranca los pelos adentro del placard. Como ella vuelve a gritar, lehago un chisme, preguntndole si ella ve a travs de las puertas. De todos modos,su hijo no puede escuchar que cuando l cierra la puerta, su madre grita que leduele.

    Una vez terminado el juego, Halil hojea una revista cuando, de repente, semuestra muy inquieto. Se ha detenido delante de una pgina cuya parte inferiorest arrancada, de modo que la mujer que figura en la misma ya no tiene piernas.Trato de decirle algo, pero, metido en su bronca, no escucha ms. Arroja lejos un

    bibern vaco, escupe y estira entre sus dedos un hilo de saliva. Luego, se dirigehacia la cartera de su madre, que se niega al principio a entregrsela. No accede alpedido. Halil se golpea violentamente contra la pared, mientras su madre grita

    como si ella misma sintiera el dolor. Pero entonces acepta mirar con l sucontenido. Halil deja de golpearse, pero no se acerca; se pone a llorar cerca de lapuerta, las lgrimas salen de sus ojos, es una verdadera pena. Termina porinstalarse sobre las rodillas de su madre y se interesa en la cartera. Saca de lamisma una bolsita de plstico de supermercado, en la cual hay un paquete depauelos. La madre grue, exasperada:Rompe todo!Parece haber entendidoantes que yo que quiere romper la bolsita de plstico, con la condicin de que estvaca. Pero no quiere vaciarla l mismo, ni pedir que alguien vace su contenido. Alagarrar la mano de su madre, ella esboza el gesto de hacerlo. Le digo que si va

    seguir haciendo todo en lugar de que lo haga su hijo, seguir enfermo siempre. Medirijo a l para decirle que es grande, que lo sabe hacer solo, y que no quiero queannelo haga. Entonces se pone furioso, grita y se debate, hecho que agita la carterade la cual finalmente cae la bolsita. Pero en este momento no manifiesta ningunaalegra, y no se pone a desgarrar la cartera como acostumbra hacerlo, segn sumadre. Se pone a gemir de una manera mecnica debajo de la mesa donde ha cadoluego de su acceso de bronca. Me he arrodillado a su lado, mientras le hablo. De

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    repente, se para; me dirijo a mi silln donde me alcanza, sonriendo. Designa todauna serie de objetos en la habitacin; luego, despus de haber mostrado la estufasobre la cual ha jugado mucho a hacer ruido, muestra a su panza con su dedocomo para indicar:a m. Siguen una serie de juegos con el espejo y el cocodrilo.

    Una vez finalizada la sesin, y mientras los sigo haca la sala de espera, lo veosealar su panza mientras dice claramenteBenim(a m), luego la de su madrediciendoSenin(a ti).

    La necesidad de un corte en el Otro

    Halil ha recorrido todo un camino desde la indiferenciacin entre yo y no-yo, hasta la posibilidad de pronunciar una men oposicin a un ati. En el nivelmismo de la lengua, la indiferenciacin primera se haca entendible en eltom!enlugar de dame. Del mismo modo, la madre seala que Halil gritaeso duelecuando la pellizca, lo que parece ubicarse en el mismo sentido: quiere decir que esefectivamente en el Otro que se habla.[42]

    Entre las dos escenas traumticas que tuvieron lugar en dos sesiones muycercanas en el tiempo, una diferencia se hace evidente. En la primera, la de la soga,el corte se efecta entre Halil y su analista. Es l mismo quien cae del gran todo queconstitua conmigo, y es el analista quien siente haber perdido una parte de su

    cuerpo. Es lo que Halil trata, en la sesin siguiente, de representar, primeronombrandotatalas partes de la serpiente que se separan, luego la revista de la cualsaca una hoja. En la segunda secuencia traumtica, el corte tiene lugar entre elcuerpo de la madre y el propio. Esta nueva escisin permitir el surgimiento delpar opuesto de los significantesa m y a ti, atribuibles al cuerpo de su madre y a sucuerpo. Le toca al analista privar a la madre de ser la prolongacin del cuerpo desu hijo, lo que al principio no poda dejar de ser vivido por el nio como unafrustracin mutilante, ya que la mano de su madre ya no le perteneca. Cualquieraque se haya ocupado de nios autistas conoce esta situacin: el nio agarra una

    mano, herramienta para cualquier uso, sin reconocer al final de esa mano la msmnima existencia de un otro separado de l mismo. Es la clnica ms cotidiana, yKanner la ha descrito. Ahora bien, sabemos que impedirle tomar esa mano noconduce a nada, sino a gritos, o