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1 LAS TRES SALIDAS DE DON QUIJOTE Lo que cuenta el Quijote son los tres viajes que hace el protagonista en busca de aventuras. PRIMERA SALIDA: En su primera salida, que ocupa los cinco capítulos iniciales de la primera parte de la novela, don Quijote viaja solo, y Cervantes nos da a conocer los disparates que engendra la imaginación de su personaje por medio del expediente socorrido de entrar en su pensamiento y transcribir sus monólogos. En esta primera salida, don Quijote desfigura una y otra vez la realidad que ven sus ojos, acomodándola a las fantasías de los libros de caballerías: confunde, por ejemplo, las ventas con castillos, y a unas mujeres de baja calaña con doncellas de alta alcurnia. Además, sufre continuos desdoblamientos de personalidad, pues unas veces cree que es Valdovinos y otras que es Abindarráez o Reinaldos de Montalbán, personajes de ficción que se hicieron famosos por medio del romancero. SEGUNDA SALIDA: En la segunda salida, que ocupa el resto de la primera parte de la novela y lleva a don Quijote por tierras de la Mancha y Andalucía, el protagonista ya no cambia de personalidad, sino que en todo momento dice ser don Quijote. En adelante, tampoco volverá a viajar solo, sino que contará en todo momento con la compañía de Sancho Panza, con el que don Quijote dialoga, discute y razona, y al que alecciona siempre que es preciso. Sancho se encarga de señalarle a su señor que las cosas no son como imagina: le advierte de que los gigantes son en verdad molinos, de que los ejércitos son rebaños y de que los castillos son ventas. Pero don Quijote no le hace caso, por lo que siempre acaba malparado tras cada aventura, si bien justifica sus desgracias alegando que unos encantadores que le tienen manía y no quieren verle triunfar son los que convierten los gigantes en molinos y los ejércitos en rebaños. TERCERA SALIDA: La tercera salida ocupa toda la segunda parte de la novela. Don Quijote abandona su aldea con el propósito de llegar a Zaragoza para participar en unas justas, pero la aparición de la falsa segunda parte de Avellaneda motiva que el héroe modificara su itinerario. Para desmentir al apócrifo, don Quijote abandona Aragón y decide encaminarse hacia Cataluña. En esta tercera salida, a don Quijote ya no le engañan los sentidos, sino quienes le rodean. Sancho le hace creer que Dulcinea es víctima de un encantamiento y que se ha convertido en una vulgar labradora, y unos duques que acogen a don Quijote en su palacio organizan toda una serie de farsas para divertirse a costa de su locura haciéndole creer que vive en el mundo fantasioso y exuberante descrito por los libros de caballerías. Entre otras cosas, fingen que unas mujeres necesitadas de ayuda acuden en busca de don Quijote y que el hidalgo viaja con su escudero en un caballo volador llamado Clavileño. También Sancho Panza será víctima de la ficción creada por los duques, pues se convertirá por unos días en gobernador de una ínsula donde no lo pasará bien y tendrá que azotarse las posaderas para desencantar a Dulcinea. La llegada de don Quijote a Cataluña supone un cambio radical en la novela, pues enfrenta al personaje por vez primera con una aventura real. En la Mancha y en Aragón, todos los sucesos extraordinarios que ha vivido don Quijote o bien han sido creados por su desaforada imaginación o bien han sido creados a propósito por quienes rodeaban al personaje. En cambio, en Cataluña

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LAS TRES SALIDAS DE DON QUIJOTE

Lo que cuenta el Quijote son los tres viajes que hace el protagonista en busca de aventuras.

PRIMERA SALIDA:

En su primera salida, que ocupa los cinco capítulos iniciales de la primera parte de la

novela, don Quijote viaja solo, y Cervantes nos da a conocer los disparates que engendra la

imaginación de su personaje por medio del expediente socorrido de entrar en su pensamiento y

transcribir sus monólogos. En esta primera salida, don Quijote desfigura una y otra vez la realidad

que ven sus ojos, acomodándola a las fantasías de los libros de caballerías: confunde, por ejemplo,

las ventas con castillos, y a unas mujeres de baja calaña con doncellas de alta alcurnia. Además,

sufre continuos desdoblamientos de personalidad, pues unas veces cree que es Valdovinos y otras

que es Abindarráez o Reinaldos de Montalbán, personajes de ficción que se hicieron famosos por

medio del romancero.

SEGUNDA SALIDA:

En la segunda salida, que ocupa el resto de la primera parte de la novela y lleva a don Quijote

por tierras de la Mancha y Andalucía, el protagonista ya no cambia de personalidad, sino que en

todo momento dice ser don Quijote. En adelante, tampoco volverá a viajar solo, sino que contará

en todo momento con la compañía de Sancho Panza, con el que don Quijote dialoga, discute y

razona, y al que alecciona siempre que es preciso. Sancho se encarga de señalarle a su señor que

las cosas no son como imagina: le advierte de que los gigantes son en verdad molinos, de que los

ejércitos son rebaños y de que los castillos son ventas. Pero don Quijote no le hace caso, por lo que

siempre acaba malparado tras cada aventura, si bien justifica sus desgracias alegando que unos

encantadores que le tienen manía y no quieren verle triunfar son los que convierten los gigantes en

molinos y los ejércitos en rebaños.

TERCERA SALIDA:

La tercera salida ocupa toda la segunda parte de la novela. Don Quijote abandona su aldea

con el propósito de llegar a Zaragoza para participar en unas justas, pero la aparición de la falsa

segunda parte de Avellaneda motiva que el héroe modificara su itinerario. Para desmentir al

apócrifo, don Quijote abandona Aragón y decide encaminarse hacia Cataluña. En esta tercera

salida, a don Quijote ya no le engañan los sentidos, sino quienes le rodean. Sancho le hace creer

que Dulcinea es víctima de un encantamiento y que se ha convertido en una vulgar labradora, y

unos duques que acogen a don Quijote en su palacio organizan toda una serie de farsas para

divertirse a costa de su locura haciéndole creer que vive en el mundo fantasioso y exuberante

descrito por los libros de caballerías. Entre otras cosas, fingen que unas mujeres necesitadas de

ayuda acuden en busca de don Quijote y que el hidalgo viaja con su escudero en un caballo

volador llamado Clavileño. También Sancho Panza será víctima de la ficción creada por los

duques, pues se convertirá por unos días en gobernador de una ínsula donde no lo pasará bien y

tendrá que azotarse las posaderas para desencantar a Dulcinea.

La llegada de don Quijote a Cataluña supone un cambio radical en la novela, pues enfrenta al

personaje por vez primera con una aventura real. En la Mancha y en Aragón, todos los sucesos

extraordinarios que ha vivido don Quijote o bien han sido creados por su desaforada imaginación o

bien han sido creados a propósito por quienes rodeaban al personaje. En cambio, en Cataluña

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Sancho y su señor topan con bandoleros de verdad y se embarcan en una galera que acabará por

enfrentarse a un bergantín turco. Don Quijote y Sancho no sólo presencian cómo el bandolero

Roque Guinart mata a dos personas, sino que ven morir en la galera en la que se han embarcado a

dos soldados españoles, que son alcanzados por disparos de los turcos. Cervantes aprovecha el

episodio para poner de manifiesto la extraordinaria distancia que existe entre la auténtica valentía

de los héroes reales y las hazañas ridículas e inverosímiles de los protagonistas de los libros de

caballerías. Por eso cuando aparece la aventura real don Quijote deja de cometer locuras, pues

queda de manifiesto que su heroísmo es una falsedad y que el personaje ni es un caballero ni posee

la fuerza y la valentía que tanto ha pregonado.