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Las TIC como recurso incentivador del Plan Lector Francisco Javier Bernad Morales
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LAS TIC COMO RECURSO INCENTIVADOR DEL PLAN LECTOR Francisco Javier Bernad Morales http://mimosa.pntic.mec.es/fbernad Introducción Todos percibimos que nuestros niños y jóvenes crecen en un mundo muy distinto del que nosotros conocimos a su edad. Algunos de nosotros, los más mayores, comenzamos a asistir al colegio en una época en que la televisión daba los primeros y titubeantes pasos en nuestro país. Recuerdo que mi familia fue la primera del portal en disponer de un receptor y que todas las tardes se reunían algunos vecinos en nuestra casa para disfrutar del nuevo pasatiempo. No es preciso insistir en que entonces las emisiones eran en blanco y negro y sólo había un canal. No obstante, y como correspondía a un recurso tan valioso, el aparato se situaba en un lugar preferente del salón y a tal altura que a los niños nos resultaba imposible alcanzarlo a menos que nos subiéramos a una silla. En cualquier caso, la osadía de encender sin permiso el televisor habría ocasionado la consiguiente regañina. Los más jóvenes, si han visto en alguna ocasión los primeros episodios de la serie Cuéntame podrán hacerse una idea, bien que superficial y en algunos aspectos sesgada, de los tiempos a que me refiero.
Ahora, nuestros alumnos disponen de los teléfonos móviles más avanzados, de videoconsolas y ordenadores, y los manejan con una soltura que a los adultos nos cuesta en el mejor de los casos mucho esfuerzo conseguir. Están acostumbrados a mantenerse en permanente e inmediato contacto con sus amigos por medio de mensajes SMS y del Messenger, a intercambiar música y fotografías, y disfrutan con juegos de gran calidad gráfica, cuyo contenido, a quienes nos tomamos la molestia de conocerlo, nos estremece a menudo por lo violento y degradante. Hace unos meses, tras una conversación con Alicia Romero, asesora de Educación Infantil en el CAP de Ciudad Lineal y experta en el análisis didáctico de los videojuegos, pregunté a mis alumnos de 1º y de 2º de ESO sobre los que más les gustaban. A la mayoría de los chicos les entusiasmaba San Andreas, un juego que se desarrolla en el ambiente de una gran ciudad, en la que un pandillero debe conseguir el respeto de los demás y progresar en la banda, para lo cual debe obtener dinero, triunfar con las mujeres, vestir de manera adecuada, etc. El dinero puede ganarlo robando, participando en diferentes actividades ilegales o incluso contratando a una prostituta y asesinándola y robándola tras disfrutar de sus servicios. El asesinato de policías es otra forma de ganar el respeto de los demás
Seguramente la mayor parte de los padres desconocen la manera en que sus hijos gustan de pasar el tiempo, aunque debemos matizar que en este caso la ignorancia no es una disculpa, sino un signo de la despreocupación con que los adultos observamos el mundo de los niños y adolescentes. Naturalmente, no todos los videojuegos tienen unas características tan obviamente antisociales. Al contrario, muchos de ellos constituyen formas excelentes de entretenimiento e incluso quizá puedan utilizarse como valiosos instrumentos de
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aprendizaje. Se me ocurren ejemplos como The Age of Empires, Faraón o Aztecas, que podrían servir para despertar la curiosidad y el deseo de profundizar en el conocimiento de otras épocas y sociedades.
Cuando yo aún estaba en edad escolar, esa función la cumplían ciertas novelas de
aventuras. Algunas, como las de Karl May o Emilio Salgari, quizá excesivamente ingenuas, otras, como las de Julio Verne, a menudo un pelín pesadas, con tanta descripción de cefalópodos u otros intempestivos alardes de erudición. Pero mis favoritas eran las de James Oliver Curwood. Con ellas me trasladaba a los remotos bosques y tundras del Canadá. Me identificaba con los protagonistas, siempre puros de corazón, forzados en un ambiente natural terriblemente hostil, a una imposible, pero finalmente victoriosa lucha contra el mal. Ahora comprendo que no todo era inocente en aquella literatura. La obra de Karl May —un autor que, según he leído después, era admirado por Hitler— y aún más la de Julio Verne están claramente impregnadas de prejuicios racistas. Por ejemplo, la novela de este último autor, Héctor Servadac no sólo es groseramente antisemita sino que trata a algunos otros pueblos, entre ellos el español, de manera despectiva. Al mencionar este rasgo me viene inmediatamente a la memoria la ausencia de personajes femeninos en gran parte de la obra de Verne. Si no recuerdo mal, en algunas de sus novelas más famosas ─Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, Veinte mil leguas de viaje submarino o La isla misteriosa─ no aparece ninguna mujer, aunque quizá sí se mencione a alguna de una manera episódica, por ejemplo, aunque no me atrevo a asegurarlo, preparando el desayuno a alguno de los héroes antes del inicio de la aventura. El de Verne es un mundo masculino, mucho más allá de los límites que pudiéramos considerar normales en su época, un universo en que la misoginia camina de la mano del racismo. Nada que ver con James Oliver Curwood, quien, por el contrario, con sus novelas históricas ambientadas en los últimos días de la Nueva Francia, despertó en mí una curiosidad por la confederación iroquesa, que pocos años después reverdecería tras la lectura de El origen de la familia, de la propiedad privada y el Estado, de Friedrich Engels, y desembocaría en un interés por la antropología cultural que ya nunca me ha abandonado.
Si nosotros nos identificábamos con los héroes de aquellas novelas, nuestros
jóvenes se transforman en los auténticos protagonistas de los videojuegos. No se trata ya de que sigan una trama más o menos atractiva, sino de que ellos mismos descubren las reglas que rigen el mundo de la aventura y toman las decisiones que condicionan el desenlace final. Si a esto le añadimos la posibilidad, cada día más frecuente, de jugar en red, de manera colectiva compitiendo o colaborando con otros usuarios, no extrañará que nos preguntemos si las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) son un enemigo frente al que la lectura poco puede hacer o si, por el contrario, podemos utilizarla para que nuestros alumnos desarrollen el gusto por los libros.
Quizá incluso debiéramos preguntarnos, por más que la simple duda parezca
blasfema a los oídos de los que nos hemos educado en un ambiente presidido por el inobjetable prestigio de la palabra impresa, qué aporta la literatura, por qué debemos obstinarnos en su defensa frente a formas mucho más atractivas e interactivas, como ahora se dice, de entretenimiento. No es mi deseo entrar ahora en un análisis detenido, así que me limitaré a enunciar unas proposiciones, dejando para otro momento la posibilidad de discutirlas y desarrollarlas. En los libros encontramos algo que no pueden darnos los
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medios tecnológicos actuales: riqueza de vocabulario, tiempo para la reflexión y profundidad de razonamiento. Por muy ricas y sugerentes que puedan ser las imágenes, los seres humanos para movernos en el mundo, para adaptarnos a él y ser capaces de transformarlo, necesitamos representarlo mediante palabras, debemos conocer el nombre de las cosas. Es más, el pensamiento sólo puede construirse sobre una sólida estructura sintáctica, y si esta falla, su lugar es ocupado por un emotivo balbuceo irracional, insensible al valor de los argumentos. Incluso para explicarnos nuestras propias vidas nos vemos obligados a darles la forma de relato. Por eso, el retroceso del libro equivale al avance de una nueva forma de barbarie.
Pero lo audiovisual, ya fundido con lo informático en eso que hemos venido a
denominar como multimedia, no es forzosamente un rival de lo literario. Nadie sustituirá el procesador de textos por una pluma de ave, y sólo un necio renunciará a las múltiples posibilidades de información accesibles mediante Internet. Bien está que nos quejemos del tiempo que nuestros jóvenes pierden delante del ordenador o de la videoconsola, pero acaso estemos adoptando una actitud melindrosa y falta de perspectiva, tal como la que llevo a ilustrados de la talla de Jovellanos o Leandro Fernández de Moratín, a condenar por inmoral no ya el teatro de mayor éxito en su época, el de los olvidados Comella o Zavala, sino incluso las grandes obras del siglo precedente. A la polémica dieciochesca del teatro, siguieron en tiempos posteriores otras similares, bien que revestidas en cada momento con la retórica de la época, referidas al cine y a la televisión. Al comparar el pasado con el presente incurrimos a menudo en el error de considerar que los autores más leídos eran aquellos que estudiamos en los libros de historia de la literatura, cuando en realidad, el público a menudo prefería a Cañizares, a Pérez y Pérez, a Mallorqui o a Corín Tellado, en la misma forma en que hoy le seduce Dan Brown. Libros de evasión que apenas dejan huella en el espíritu. Una observación que, por otro lado, es aplicable no sólo a las obras sin pretensiones que podríamos calificar de infraliteratura, sino también a todas aquellas que, por decirlo de alguna manera “siguen la moda”. ¿Qué quedará dentro de unos años de la filosofía posmoderna? Asumo sin vacilar la exclamación de Julien Benda (2005, 324):
¡Cuántos libros no habré dejado de leer desde hace sesenta años, libros que el siglo me gritaba que eran capìtales y cuyo nombre este siglo ni siquiera recuerda hoy día! 1
Volvamos al principio: el mundo cambia, eso es indudable, pero hay cosas que
permanecen. Una de ellas, la firme convicción de los adultos, claramente perceptible al menos desde la época de Sócrates, de que los jóvenes pierden el tiempo en lugar de prepararse adecuadamente para relevarnos el día de mañana, y, relacionada con ella, la seguridad de que la generación siguiente es menos responsable que la nuestra. En tiempos más recientes se les ha sumado la idea recurrente de que el libro está en peligro frente a nuevas formas de diversión. Yo tuve la fortuna de crecer en un hogar dotado de una notable biblioteca y de que mi padre fuera un gran aficionado a la literatura, que muchas noches, tras la cena, nos recitaba poesías de García Lorca o de Juan Ramón Jiménez, o nos contaba las historias de Aquiles, Áyax o Ulises, pero me consta que las veladas de mis compañeros 1 La cita corresponde a la tercera parte de sus memorias: Ejercicio de un enterrado vivo, cuya primera edición en francés data de 1946.
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discurrían por cauces diferentes. Cuando vemos a nuestros alumnos entusiasmados con los videojuegos, incluso si son tan abominables como San Andreas, debemos tener presente que quizá sean los primeros en su familia que han tenido acceso a un período de escolaridad prolongado, aunque tampoco debemos olvidar que el país más cultivado de Europa se dejó arrastrar en los años treinta del siglo pasado por la criminal irracionalidad del nazismo. El futuro está abierto y en nuestra mano queda el hacer que se incline a uno u otro lado. Obviamente, no es esta una idea nueva. Ya Sófocles la expone con toda claridad en el primer estásimo de Antígona, cuando tras cantar el imperio del hombre sobre la naturaleza, concluye que éste:
Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar, la destreza para ingeniar recursos, la encamina unas veces al mal, otras veces al bien. (Antígona, 364-365) Las TIC son, como en una primera aproximación cualquier otra tecnología, algo
neutro. Nos abren inmensas posibilidades, pero también nos exponen a graves peligros. Tratemos, pues, de aprovechar las primeras y de evitar los segundos.
Las TIC en la educación Las TIC están presentes en todos los aspectos de la vida cotidiana: utilizamos Internet para conocer el estado de nuestras cuentas bancarias, hacer transferencias, pagar impuestos; sacamos dinero del cajero automático, nos comunicamos mediante un teléfono móvil, cuyo funcionamiento depende de un satélite geostacionario, vemos la televisión digital, nuestros automóviles incorporan sistemas de navegación GPS… Podríamos alargar la lista, pero basta con lo dicho. Imaginemos ahora un fallo generalizado de los sistemas informáticos. Algo similar a lo que se temió que podría ocurrir al llegar el año 2000. ¿Recuerdan esos temores, que de alguna manera venían a ser una versión actualizada y tecnológica de los supuestos terrores del año 1000? Los sistemas de transporte, financieros, industriales, de comunicación, etc., quedarían paralizados, sumidos en el caos más absoluto. Quizá la vida sólo siguiera su curso normal en remotas regiones de la Amazonia, de Nueva Guinea o del África Central. Aunque quién sabe, puede que ni siquiera allí. Quién osará decir que pasado mañana, en algún documental de National Geographic sobre los nambikwara o sobre algún pueblo perdido de Papúa no veremos a un indígena que, ataviado tan sólo con el estuche peniano, maneja un teléfono móvil.
Obviamente, la escuela no puede mantenerse como una isla incomunicada al margen de la sociedad. Ya todos los centros cuentan con aulas de informática y con conexiones a Internet de alta velocidad. Son, por otro lado, muy numerosos los recursos didácticos en soporte digital al alcance del profesorado. El problema en los centros escolares no es tanto la escasez de medios electrónicos —aunque nunca faltaremos quienes los consideremos insuficientes— como de desorientación y falta de preparación y de tiempo para utilizarlos adecuadamente. Se ha avanzado mucho en el terreno de la alfabetización digital del profesorado, si bien esta, a menudo, se ha limitado a una ligera
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capacitación en ofimática, orientada a un manejo básico del procesador de textos, pero la gran asignatura pendiente, sigue siendo la utilización pedagógica de las TIC.
Cazas del tesoro2, webquest, blogs y comunidades virtuales configuran el momento
actual en lo que a utilización de las TIC en la enseñanza se refiere. Temo que al profano sus nombres le suenen a esotérico, a saber arcano reservado a algunos iniciados. Nada tienen, sin embargo de misterioso o complicado3, y es por ellas por las que debería, en mi opinión, encaminarse la formación del profesorado en el uso de las TIC.
En las líneas siguientes intentaré mostrar algunos de los recursos existentes en la red
que podemos utilizar en el empeño de aficionar a nuestros alumnos a la lectura, y, por último, esbozaré ciertas ideas sobre la manera de usarlos.
Literatura infantil: Recursos en la red Internet es actualmente la mayor biblioteca y fuente de recursos de que disponemos. Basta con que tengamos un ordenador y una conexión, preferiblemente de alta velocidad, para que un inmenso mundo de extraordinaria riqueza se abra ante nosotros. Pero existe también el peligro de que nos extraviemos, de que perdamos la ruta y recalemos en lugares inhóspitos que nada sino confusión pueden ofrecernos. Es mucho y de muy desigual valor lo que podemos encontrar, así que me limitaré a exponer una pequeña muestra de aquello que a mi juicio resulta más interesante. Me gustaría que dedicáramos un rato a explorar estas páginas para conocer sus posibilidades. Literatura infantil en Internet Pequenet http://www.pequenet.com/cuentos/index.asp En esta página encontramos gran cantidad de cuentos infantiles, además de trabalenguas, adivinanzas, chistes, dibujos para colorear, juegos, etc.
2 Es un calco de la expresión inglesa Treasure Hunt. Lo utilizo porque se ha generalizado, pero opino que en nuestro idioma sería más correcto decir Búsqueda del tesoro o En busca del tesoro. 3 A los interesados les recomiendo la visita a Eduteka (http://www.eduteka.org/webquest.php3 ) y a Aula Tecnológica Siglo XXI (http://www.aula21.net/index.htm ), donde podrán aclarar conceptos y encontrar ejemplos de aplicación práctica.
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Léeme un cuento http://www.leemeuncuento.com.ar : Cuentos, poesías, trabalenguas. Existe además la posibilidad de que se publiquen cuentos escritos por los niños.
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Las aventuras de Bhubb http://www.area3.net/portafolio/bhuhb/index.html : Cuentos escritos por Federico Joselevich e ilustrados por Paola Stefani
El cuentacuentos http://personales.mundivia.es/llera/cuentos/cuentos.htm Algunos cuentos. En ocasiones los dibujos de fondo dificultan la lectura.
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El caserón de Milagros Oya http://www.encomix.es/users/milaoya Juegos y cuentos
Garabato http://pacomova.eresmas.net Página personal de Paco Mozos Valero, profesor de Educación Infantil en Tomelloso. Contiene cuentos, adivinanzas, trabalenguas, teatro infantil, fábulas, etc.
Mil Cuentos http://milcuentos.galeon.com Cuentos narrados oralmente. Se pueden imprimir fichas para colorear.
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Tu página de teatro infantil http://www.teatroinfantil.tuportal.com Página con obras de teatro para representar.
Biblioteca de literatura infantil y juvenil http://www.cervantesvirtual.com/seccion/bibinfantil Portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, dedicado a la literatura infantil y juvenil.
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Taller de lectura Página de la Junta de Castilla y León. Desde http://www.educa.jcyl.es/educacyl/cm/zonaalumnos/ accedemos a Lengua y desde allí a Biblioteca. Para entrar hay que pulsar el timbre del mostrador. A partir de aquí nos atenderá un ratoncito. Hay dos opciones: el Cuentacuentos y Crea tu propia historia. Es imprescindible el sonido.
Página personal de Francisco Javier Bernad Morales http://mimosa.pntic.mec.es/fbernad Contiene varias obras de teatro.
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Publicaciones electrónicas de literatura infantil Abareque. Revista de Biblioteca Escolar: http://web.educastur.princast.es/proyectos/abareque/scripts/portada.php Publicación del C.P.R de Oviedo
Animalec. Animación a la lectura http://animalec.com/mambo/index.php
Revista Babar http://revistababar.com/web
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Imaginaria. Revista sobre literatura infantil y juvenil http://imaginaria.com.ar
Otros CEPLI. Centro de estudios de promoción de la lectura y literatura infantil. http://www.uclm.es/cepli
Observatorio del libro y la lectura en Extremadura: http://www.observatorio-lectura.info/extremadura
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Plan de fomento de la lectura http://www.planlectura.es/index.html Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
SOL (Servicio de orientación de lectura infantil y juvenil) http://sol-e.com
Actividades sobre cuentos, creadas mediante las TIC En las páginas precedentes hemos visto como en Internet encontramos multitud de recursos relacionados con la literatura infantil: cuentos, adivinanzas, poesías, teatro, etc., que bien pueden leerse directamente en la pantalla o imprimirse; pero las posibilidades de las TIC van mucho más allá. Veamos algunos ejemplos: Cuentos con JClic JClic es una actualización del conocido Clic 3.0, desarrollada, al igual que el programa original por Francesc Busquets, y que permite crear actividades didácticas variadas — rompecabezas, asociaciones, juegos de memoria, etc.— de una manera sencilla. Las actividades se agrupan en proyectos que pueden guardarse como applets de Java para ser incluidos en una página web y ejecutados en línea. Para que funcionen es imprescindible
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tener instalada en el ordenador la máquina virtual Java4. Es muy probable que a quien no esté algo familiarizado con la informática lo que acabo de decir le resulte casi tan incomprensible como si hubiera hablado en amárico, por poner una lengua que seguramente desconocemos todos los presentes, pero unos pocos ejemplosaclararán de qué se trata. Paco “El Chato” http://clic.edu365.com/db/act_es.jsp?id=3156 La primera página ofrece información sobre la aplicación. No es necesario que la instalemos en el ordenador, basta con que pulsemos sobre verlo (applet).
Una vez que se carga el applet, aparece una pantalla en la que podemos elegir cuento o actividades. Es recomendable escuchar o leer el cuento antes de realizar las actividades.
4 La máquina virtual Java es una aplicación gratuita que se descarga en http://www.java.com/es/download
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Si elegimos cuento, al hacer clic sobre la imagen escuchamos y leemos la historia:
Unos botones situados en la parte inferior izquierda nos permiten avanzar a la siguiente viñeta o retroceder a la anterior.
Con la opción actividades, accedemos a rompecabezas, asociaciones, etc. relacionadas con el cuento.
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Otros cuentos con JClic: En la página oficial de Clic http://clic.edu365.com/es/ podemos encontrar proyectos similares. Accedemos a una pantalla principal, en la que debemos escoger la opción Biblioteca de actividades.
En la nueva ventana seleccionamos Buscar actividades
En Área, seleccionamos Lenguas, en Idioma, Español, en Nivel Primaria, y por último apretamos el botón Buscar
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El buscador nos muestra los proyectos que cumplen las condiciones especificadas:
Haciendo clic sobre el título accedemos a una pantalla de información. Probamos, por ejemplo, con Actividades sobre El Quijote. Como en el caso anterior elegimos Verlo (applet)
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Una webquest sobre El Quijote: Las webquest, ideadas por Bernie Dodge, profesor de Tecnología Educativa de la universidad de San Diego, son actividades de aprendizaje diseñadas por el docente mediante recursos disponibles en Internet, a los que deben acceder los alumnos para desarrollar una tarea concreta. En nuestro caso exploraremos la webquest Recreamos El Quijote, diseñada por José Mª González-Serna Sánchez, a la que podemos acceder en la dirección http://www.auladeletras.net/material/quijote/index.html
El menú de la izquierda nos permite acceder a los distintos elementos que encontramos en toda webquest. Debemos tener presente que en todo momento el alumno debe saber qué tiene que hacer y cómo se va a evaluar su trabajo.
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La vaca Paca, un cuento interactivo http://roble.pntic.mec.es/fblanc1/Cuentos/Vaca/vaca1.htm Se trata de una actividad desarrollada en el CEIP Almanzor de Candelada.
Blog El cuento viajero: http://cuentoviajero.blogspot.com El C.E.I.P. Príncipe de Asturias de Móstoles (http://www.educa.madrid.org/web/cp.principeasturias.mostoles) desarrolla esta experiencia, en la que el cuento viaja a través del ciberespacio para recoger las aportaciones de las familias de los alumnos:
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Ten presente que la mayor parte de los recursos que te hemos presentado son el fruto del trabajo de unos compañeros que generosamente nos ofrecen a los demás la posibilidad de aprovechar el resultado de su esfuerzo. Por eso, siempre que incluyan una dirección de correo, sería justo que, si has podido aplicarlos con provecho con tus alumnos, les enviaras un mensaje de agradecimiento. Bibliografía BENDA, Julien (2005) Memorias de un intelectual. Espasa Calpe. Madrid EDUTEKA (2005) “Ejemplos de webquest en español” http://www.eduteka.org/webquest.php3 MUÑOZ DE LA PEÑA CASTRILLO, Francisco. Aula Tecnológica Siglo XXI. http://www.aula21.net/index.htm SÓFOCLES (2002) Tragedias, Biblioteca Clásica Gredos. Madrid. Traducción de Assela Alamillo.