las princesas no existen

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Las princesas no existen

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Entertainment & Humor


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Page 2: Las princesas NO existen

Tu cabello huele a sexo La Flaca y Mariano tuvieron sus encuentros, se seguían queriendo y jodidamente estaban disfrutando de lo complicado que era verse para estar juntos. -Ese perro -jajaja por qué perro, qué te hizo? - estábamos sentadas, tomando ese ron inagotable, parecía que Jesús había convertido el agua en ron aquella noche. -Ese es el resumen, PERRO -jajaja ay amiga, siempre hay amores perros de verano -Lo hicimos un año, UN AÑO -Oh, - me quedé pasmada, la vi detenidamente, su cabello ligeramente tapaba el lado izquierdo de su hermoso rostro, "pobre flaca", la seguí mirando, ya no hablaba, se decía todo por dentro, era como un retrato. Así que solo cogí mi celular y disimulé, como buena amiga que soy, lo hice por ella, la observé por casi 2 minutos que parecieron eternos. Sus ojos achinados miraban hacia el suelo, luego hacia el espejo, la ansiedad la cautivó por un segundo cuando cogió su labial y se pintó los labios. Esa intensidad, ¿era amor? ¿cómo pudo surgir algo así con él? -¿Cuál es su nombre? -Se llama...Mariano - respiró - Voy por un cigarro, ¿quieres? -No -Bueno, te cuento... "Era muy apasionado, aventurero y atractivo. Ja, recuerdo que era buen negociante, uno de los mejores de la empresa donde trabajaba, no sé si seguirá ahí, no tengo idea de lo que ha sido su vida en estos últimos años. Nos encontrábamos en hoteles, tomábamos champagne y lo hacíamos muy rico. Siempre que salía con él, elegía lo mejor de mi ropa, mi perfume Tommy Girl, mis cigarrillos Lucky Strike, creo que eran los roll sabor a menta, no sé, eso no lo recuerdo. Me vestía para él, para que me quitara todo lo que me vistiera en cualquier cama, en cualquier momento, en su auto, viendo el atardecer, en su boca me vine mil veces, en sus brazos dormí como nunca lo hice, lo besé, lo quise, lo amé. Lo amé tanto, que ahora lo odio. Lo odio mucho". Yo también lo odié, ahora no, pero en ese entonces sí. -¿Y ahora? -No sé, somos solo amigos que tiran -Entiendo, ¿pero por qué lo hacen? Ambos tuvieron conflictos en esa relación. -Porque huele a champagne, la piel se me eriza, mis dedos se contraen, me dan nervios antes, durante y después de estar con él. -¿Y no lo quieres? -Claro que lo quiero...para tirar. Verás amiga, en este momento de mi vida he aprendido a diferenciar el amor, el sexo y la pasión. -¿Cómo? Cuéntame porque yo siempre me enamoro del hombre con el que lo haga. -Creo que todo depende del tipo de chico con el que estés. -Ya Puso su boca en el cigarro, hizo esa mueca tan suya, tan irreverente, la mirada pausada había desaparecido, ahora era toda una leona, con máster en relaciones sexuales. -A ver...

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Cuento de hadas Todo este embrollo comenzó en el 2014. La Flaca vestía un vestido de falda corta, lo había comprado 3 horas antes de ir a la discoteca, como todo ritual de ladie's night fue a la casa de una amiga para producirse, contarse chismes, usar el maquillaje de la otra y reír, reír mucho. Esa amiga, era yo. Llegaron las otras dos, y de pronto pasaron los minutos hasta convertirse en unas ebrias horas. Nos paramos discutiendo de los hombres. "Perros, ¡todos perros!", decía una (ya te imaginarás quién) y al terminar su jocosa frase las demás nos unimos en alta voz para hacer el corillo legendario: "sí , sí, sí, ¡perros horribles!". Hicieron el último brindis, la flaca dejó un poco de licor en el vaso, le gustaba la forma tan apacible en que yacía aquel líquido de color intenso. Su vestido era bello, no muy llamativo, con un topless que le hacía lucir una cintura curva y unos pechos pequeños y firmes ("Dispuestas a todo", me decía). Esa noche conoció a Mariano, yo no lo recuerdo bien, pero sí recuerdo esto: La Flaca siempre se mentía de mil maneras para ocultar que seguía soñando en casarse de blanco, tener una familia y dedicarse a sus hijos, cosa que a los 20's NO deberías de siquiera mencionar, luego, cuando creces, te olvidas de esas tontas ideas. Luego de aquella noche, ella inició una cuasi relación con este chico, ella no nos comentaba con lujo de detalles lo que se traían ambos, es más, hasta diría que supo mantener alejada su relación de su mundo privado, interno. Él, vivía cerca de su casa, le llevaba flores, chocolates, a pasear por el teatro Larco, a tomar un café árabe, no sé, esas cosas llenas de detalles que ella tanto adoraba. Es una pena, da pena ver cuando tu amiga finge no sentir lo que se muere de ganas por decir, por gritar, por arrancarlo de adentro, pero no, a esa edad, ¿qué podemos hacer? El mundo se ve más complicado y sus problemas nos transforman en las que tienen problemas intrusos y ridículos, que nos llenan de dramas el día, y al final, no conseguimos consolar toda esa mezcla de hormonas, sentimientos y lógicas si no es con la persona que lo originó, nosotras mismas, y a veces, con uno que otro Mariano en nuestras vidas.

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Jugando con Mariano Era verano, hacía un calor de mierda, lo recuerdo porque mientras la noche iba avanzando, los hielos se iban terminando. La flaca usaba una falda larga, puesta en la cintura, un top de color negro, su piel estaba ligeramente tostada por el maldito sol, su maquillaje intacto, en realidad, no recuerdo por qué no nos fuimos a bailar esa noche, a cualquier antro, en fin, lo único que buscábamos en ese entonces era vivir, bailar, explorar, hasta volver a dormir como princesas. Me entusiasmé cuando me dijo que tenía ese concepto tan, no sé, no sé si era liberal, maduro, neoliberal, no sé, jamás me habían dicho algo así. Verás, yo crecí en una familia cristiana, mi mamá es evangélica, y mi padre católico, mi hermano mayor rige entre ambos bandos, digamos: un neocatólico. He visto relaciones durar años de años, hasta que al fin, uno de los dos, cansad@ de tanto dolor, termina la relación...y a los pocos meses encuentra al "amor de su vida", sí, ese que todos creemos gracias a la publicidad. Vamos, hay que aterrizar, ese amor, NO existe, igual que las princesas, ¿por qué? Porque para eso está la amorosa publicidad, para alimentar la lujuria, la fantasía, el deseo de vivir en un mundo que solo existe si la dejas existir. Por eso, hasta me fastidió que ella ya pudiera saber esa lógica, esa que una vez impulsó a una tía mía muy querida, esa lógica que logró crear mujeres de hierro, como Coco Channel, Edith Piaf, Janis Joplin. Esas mujeres, como la flaca, valen oro carajo. Me contó todo el rollo, sí, había sufrido mucho por Mariano, pero antes de él, sufrió por alguien más: José. La flaca, pucha, ella no sabía en lo que se estaba metiendo cuando conoció a José, era

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mayor, trabajador, hipócritamente bueno. La destrozó en mil pedazos, esos que ya no se pueden volver a armar, porque los trozos son tan pequeños, tan microoscópicos que, se dividieron, se dejaron llevar por el aire, como las palabras que el viento se llevó. -¿Y cómo llegaste a la onda de saber diferenciar lo que es placer, amor y amistad? -Bueno, paso número uno, el más importante para mí...-tosió, tocía delicadamente - es "la superación". Hay que superarlo Sol, no está bien quedarnos en el mismo sitio, o denigrarnos para "aguantar" el desastre. Tu país puede ser una mierda, puede que no te vaya bien en el trabajo, puede que tus padres te golpeen, pero todo eso se termina cuando "lo superas", me entiendes... -Claro, y osea, una relación no es insuperable, tiene sentido. -Exacto, de verdad, tienes que vivir algo súper intenso y delicado para que entiendas que, pase lo que pase, todo estará bien. Tú y yo creemos en Dios, bueno, para superar algo hay que tener fe. La flaca ya me estaba aburriendo, osea es cierto lo de Dios, pero yo quería algo más terrenal, "vamos, comienza con la lujuria", quería que me contara...no sé, era mi caja de pandora. -Bueno, no nos vayamos por las ramas. A Mariano, lo disfruté, muchísimo, pero ahora, es algo más ligero, y me gusta eso. Verás, con la vida que tengo, no necesito complicaciones, si tuviera ligeramente la idea de que voy a tener una relación con el chico que salgo, es porque él me daría pistas de "querer intentarlo", así que, al ver que él no hace eso, mejor para mí. -Pero, si Mariano quiere estar contigo y como te ve tan tranquila con tu vida, no lo hace. -Ah, es porque no es para mí, así de simple, no es mi yang, o ying, ay, ya olvidé. -Yang cojuda, los hombres son el yang. Ya deja de tomar oe. -Jajajaja, salud entonces! -Salud! -Oye, mañana no hay que ir a trabajar. -Ah, yo trabajo en mi casa. -Maldita sea, odio el verano, quiero que sea viernes YA. -¿Mañana salimos? -Claro que sí, te he puesto en lista para ir a Dragón del Sur. -Genial, con quiénes. -Con Jime. -¿Estás loca? Osea...hello, Jime irá con Mariano. -Ya lo sé cojuda, y no me interesa. En serio. -Estás loca, osea, no te entiendo, ¿hasta cuándo jugarán? -Hasta que él se canse, en verdad, yo lo estoy pasando súper bien, no hay ningún compromiso, y como que esa llama de lo secreto me empila más. -Pucha, estás jugando con fuego -A ver, vayamos por partes. Primero que nada, Jime sí sabía todo lo de hace un año, porque Mariano le contó. Me quedé en shock, pensé que nadie más que yo lo sabía, la flaca seguía hablando. -Segundo, nos gustamos, el roche de la mentira le cae a Mariano, porque yo no le estoy mintiendo a nadie, vamos. Osea, Jime siempre se hace la cojuda para salirse con las suyas, y piensa, alucina, que yo no sé nada, ya me imagino lo divertido y exhuberante que habrá estado pensando cuando dijo: "Ay, tengo su juguete". Maldita sea, por qué carajo es así, por qué no pensó en mí- Y bien, luego de tomar ron, le vino la chorreadera, las lágrimas de cocodrilo, yo en verdad me dejé llevar, así que la consolé. -Ya amiga, ella es así. Nadie cambia, solo se transforman. -Pero tú no eres así, yo no soy así. Qué egoísta. -Bueeeno, ustedes son solteras...

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-Tú también, no te hagas. Las lágrimas se secaron de inmediato, conociéndola, se había plantado una idea en su cabeza. -Yo tengo flaco, por si no lo recuerdas querida. -Pero...Mariano no sabe eso. -Ya, y? Sonrió, la puta de la flaca sonrió, me clavó la mirada como si quisiera sacarme algo por dentro, la inocencia, la juventud, no lo sé...no lo sabía en realidad. -Quiero que juegues con él. -Estás loca, no no no y NO -Te pago lo que quieras. -Oe, estás cojuda no? -Míralo así: "Conocerás un mundo de aventura, donde NADIE, ni tu flaco, ni tus padres, ni tú misma, lo limitará". No dije nada, pero lo pensé...

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Jugando con Mariano II -Mira, para comenzar, no tienes que hacer nada. Pero no puede conocerte por tu nombre, sino descubrirá que todo es mentira. Yo, seguía pensándolo, no sé, es como esas cosas que de pronto llegan y es como si las estuvieras esperando desde hace siglos, como una aventura predeterminada que el destino estaba guardando para regalarme. -No lo sé, qué se supone que debo hacer. -Nada, solo sé tú misma. -Pero...no te entiendo flaca. -Carajo, tú solo relájate, yo barajaré las cartas, tú, solo disfrutarás el momento. -Qué momento cojuda- Comenzaba a estresarme, sentía que ella no me había dicho algo importante. -Tranquilidad amiga, mañana iniciaremos.

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Todo era enigmático, esa noche, me preparé para "el ritual", iba a ser una chica llamada Alejandra, que las conocía de años en la universidad, era soltera y trabajaba en psicología, cuando en verdad me llamo Solange, las conozco desde pequeñas y me dedico a escribir en un blog de moda, pero no, eso ya no importaba en este mundo paralelo. Una de las promesas que le hice a la flaca, fue ser yo misma sin preocuparme por lo próximo que dijera, pensara o hiciera. Así que fui, la flaca me presentó, pero no le dijo quién era ni nada, solo que sí nos habíamos visto un par de veces en reuniones anteriores. -Hola, soy Mariano. -Hola Mariano, cómo estás. -Muy bien. Fue todo lo que conversamos aquella noche. En esa semana, sucedieron muchas cosas. Mi novio terminó conmigo, sobretodo eso, me demoré en procesar las palabras usadas. Con falta de argumento, porque había otra, él ya tenía un compromiso de años con otra persona. La propuesta de la flaca seguía en pie, no me animaba, no era mi prioridad, solo sabía que si sucedía, era el destino. Ya no era necesario mentirle a Mariano, ya no tenía novio, y podía mantener mi propio nombre, la única regla del juego era jugar siempre. La flaca me mentalizó a ser alguien más de lo que podía ser. Un día llegó a mi casa con ropa, boletos de viaje, maquillaje... -Esta eres la nueva tú. Puedes serlo cuando quieras, no solamente cuando estés con él. Trata de serlo siempre, mientras más cerca te mantengas del personaje, más rápido fluirás. Volvimos a salir con Mariano, pero tampoco fluyó, Me dio pánico, aunque no era de salir siempre con el innombrable de mi ex, no dejaba de pensar en él. -Ay Sol. Dime si de verdad lo quieres hacer. Fue ahí, que le dije totalmente decidida - Sí, necesito defogarme. Lo haré con él... Necesito distraerme, él será mi víctima. -Así se habla, ya decía yo, volverás a sentirte tú misma en un tiempo. -Soy yo misma ahora, lo odio, odio a todos los hombres.-Esa noche, no voy a excusarme porque no tuve remedio, me emborraché hasta borrar casset. Desperté en la casa de la flaca, yo vivía en Surco, y ella en La Molina, no vivíamos muy cerca, así que al despertar me dio un espasmo, tenía que visitar a mis padres, era domingo y la familia tendría una parrillada a las 4. Tenía que terminar de redactar una nota sobre tips para el cabello ondulado, que debía ser revisado por la directora el lunes a primera hora. Me vino un estrés tan poderoso que salté, cogí mis cosas llamé al chofer, y me fui volando. Trabajé como un demonio esa noche. Fue algo muy loco, me sentía destruida por dentro pero a la vez con ganas de terminar todo. Me dio un pequeño ataque de ansiedad que calmé con un café. Terminé de escribir y me fui donde la reunión familiar. Todo fue peor. Nadie sabía que ya no estaba con él. Me quería morir. El mundo se estaba riendo de mí, en mi propia cara. Me dio tristeza. Me sentí sola. Pero vino mi abuela y me dijo una frase que jamás voy a olvidar: -Dios está contigo, jamás estarás sola.

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Esa fe me levantó, y de pronto, recordé esa noche de ron con la flaca, recordé exactamente lo que me dijo: -Para superar algo hay que tener fe. Sentí nuevamente que era parte del destino, no sabía lo que sucedía a mi alrededor, pero comencé a disfrutar. A la semana siguiente lo disfruté más, decidí viajar, cambiar de trabajo, cambiarme de look, y conocer a Mariano.

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Jugando con Mariano III

Fue pan comido, la flaca le dijo que necesitaba unos cuantos consejos de redacción para una nota de la revista donde trabajaba, se trataba de "hombres solteros a los 30". Obviamente, Mariano jamás vería esa nota publicada, solo fue una excusa para que tomáramos unos tragos y quedáramos en una próxima salida, off the record. En realidad, él no me gustaba, porque implanté a un hombre imaginario en él. Debía tener todo lo que a mí me gustaba para que pudiera salir con él, porque "así nomás", no lo habría hecho, entre las amigas, afortunadamente, contamos con gustos diferentes. A mí me gustan delgados, no tan altos, con un gusto por la moda casi infinito, fumadores por excelencia, cultos en la música, cocineros, etcétera etcétera etcétera. -Siento que me desgasto con él, flaca-le confesé un día. -A ver, dime por qué- -No siento que nos complementamos -Ya se besaron? -No, pero sí tenemos ganas. -Maldi...ok, mira. Si quieres "dejar de desgastarte", como dices...Solo hazlo, creo que estás reteniendo cosas, solo úsalo. Todo era confuso, incluso comencé a sentirme como un maniquí. -Dime por qué quieres que yo, tu mejor amiga, salga con él. -Es simple, ya no lo deseo, pero aún queda algo entre nosotros, no quiero que me busque, pero solo dejará de hacerlo si conoce a alguien más...como tú. -Definitivamente perdiste un tornillo. -No solo yo, tú, él, todos. Estamos en un mundo en que nos hacemos los ciegos para ver lo ciegos que podemos estar. Cada vez me confundía más con su filosofía. -Creo que has vuelto a las drogas. -Jamás lo estuve -Entonces, no sé lo que tienes en el cerebro. Estamos denigrando nuestras vidas en crear historias que no son nuestras. -Es solo un juego. -Vamos, no lo necesitamos. -Yo no, pero tú sí. Y era verdad, maldita sea que lo era. Solo ella, mi querida caja de pandora conocía mi historia. Siempre arruinando los prematuros sueños que podía tener para agradarle a alguien más, sea mi pareja, mi familia, mi jefe...Había llegado al tope de la ridiculez pintándome como mujer ajena, vistiendo tacos y sacos que no eran míos, escribiendo cosas que pertenecían a otra historia, besando a los sapos que me designaron hacer, implantando sueños en los que no quería creer. Llegó el día, fue de casualidad, Mariano me llevaría a ver una obra de teatro, infantil, de un amigo. Luego, fuimos a un bar, frente a la playa, y ahí, casi sin aviso, sentí un latido en el corazón, tan fuerte como aquella ola que me seducía tras el vidrio de esa ventana, era invierno, y me parecía raro sentir calor por dentro. Mariano, su barba, sus ojos grandes, sus mejillas delgadas, sus labios marrones manchados de vino, su cabello despeinado porque el viento no remediaba en esos días, mirándome, fue ahí que caí en gracia: me miraba diferente. Los nervios se apoderaron de mí, me sentí nuevamente un maniquí, fui al baño, me lavé la

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cara, me miré al espejo, dios, estaba nerviosa, quería irme, esconderme, recordé mi trauma de los 5 años, con tantos niños alrededor, me dio vértigo, "¿me va a venir la regla?", pensé. Algo había pasado, me miré de nuevo, mis ojos, yacían brillando, y una sonrisa, la del deseo, se había apoderado de mí. Era el vino, definitivamente lo era, de no ser por eso jamás nos habríamos besado. Fue muy apasionado al hacerlo, me sacudió con los brazos, era alto, así que no le fue complicado, después de eso me llevó en el auto, de paseo por la playa, lo miré y de nuevo sentí esa pasión, era la de la aventura, la música flotaba, estaba en el éxtasis, de no sentir ni mis dedos, ni mis risas, ni mi cabello, solo sentía sus besos, adictivos, y entendí a la flaca, a jime, a las otras que pudieron probar ese fruto del deseo.

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Efecto princesa

Al día siguiente, una sed inmensa me contrajo en la cama, y la pereza yacía rebosante, una y otra vez, algo más palpitaba por dentro. Me serví el desayuno, miré mi celular, ningún mensaje de él "menos mal", me dije, pero era mentira, creía que luego de ese beso tan esperado por lo menos me llamaría. Creo que yo tampoco le gustaba lo suficiente, éramos como dos seres buscando reemplazarnos por figuras de historias paralelas. Aún no olvidaba a mi ex, respiraba y sentía su veneno en mí. El peor licor que he probado en mi vida entera ha sido el ron, y él era el ron más despreciable, apestoso y barato del mundo. A él jamás le importé, verás, luego de 5 años de relación, decidió comprometerse con una mujer que ni me alcanzaba a los talones. Gonzalo, el nombre de mi ex, aún me seguía escribiendo, con la premisa de que había cometido un error y que aún me extrañaba. -Sí, mientras se la tira, me está extrañando. Qué tal príncipe eh. -Vamos Sol, hasta cuándo vas a seguir en eso. -No entiendo. La flaca y Jime se miraron, ¿qué era yo?, me sentía como una niña intentando comprender el mundo adulto, ser soltera ya no era tan fácil como se veía en la vitrina. -A ver. Él terminó contigo por alguien más, y sigues pensando en él. -Sí, pero no lo quiero, lo odio. -Claro, él jamás fue el hombre que te dijo ser... -Exacto. -Y aún así, quiere que tú sigas pensando así, en el príncipe que te busca atravesando fuego y dragones. -Bueno, no tanto así...-me miraron- Sí, bueno, es que ha sido el único, me enamoré de él como una imbécil. -Ya va, es normal hacerlo a los 20's, pero no vas a vivir de eso. -No entiendo nada. - me puse triste, últimamente me desconocía, mis estados de ánimo eran los de una cojuda, no me entendía a mí misma, era casi insoportable. -Verás, cuando conocí a Mariano- Jime prendió su cigarro, mientras la flaca y yo cruzamos miradas- No me imaginé que lo iba a querer, era más como un buen amigo para salir y divertirme. Luego, con el tiempo, hemos llegado a complementarnos. -Ah, ¿ya conoces a su familia?-le preguntó la flaca. -No, todavía, él vive solo aquí, cuando lo visiten me los presentará.-retiró la ceniza del cigarrillo, con una sonrisa de placer-Nos divertimos a chorro, la otra noche me lo hizo como una diosa. Crack, dejé caer más hielos en mi vaso. A cuál noche se refería... -Qué hizo, cuéntamelo todo - le dijo la flaca. -Bien, era de noche, luego de día, fue como sumergirme en un submarino. Me dijo que quería probar cosas nuevas y lo hizo. -Y cuándo fue eso?-le pregunté -Creo que hace 2 días, sí, fue cuando me recogió a la medianoche y me llevó a su apartamento. Al día siguiente visitamos a mis padres, almorzamos ahí y me sorprendió .... Fue esa noche, la de nuestro primer beso, quería ir y desfigurarle el rostro, maldito pendejo, aunque supuestamente él era la víctima, me sentía yo, yo la que estaba

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perdiendo, pero, ¿perdiendo qué? Si no lo quería, perdiendo qué maldita sea...Cric, crac...me vino el vértigo de nuevo, me colgué, el devaneo de sentir que no soy nada, de que la vida me valía madre, me venía, me venía entre cuento y poesía, nada era realidad, las amigas no lo eran de verdad. Mi mundo se deshizó, -¿Estás bien?- miré a la flaca, sus ojos inquietos se veían preocupados, frunció los labios, se fue por un vaso con agua. Y Jime pinchaba una y otra vez el teclado del celular. "Qué tanto hablas con él", miré el mío, ni siguiera un "Hola q tal", quería coger su estúpido celular y tirarlo por el excusado, decirle que yo también me lo había tirado, aunque no fuera verdad, al menos así podría sentirme feliz de ver que ella tampoco podía serlo, la odié, la odié hasta que vino la flaca y me llevó a la tienda. -Ya cálmate. Caminamos en silencio bajo esa garúa, la tienda que pisáramos sería la más lejana que encontráramos. Mis brazos no se soltaban, mi cabello estaba suelto, estaba idiotizada, me vendría la regla, era obvio, y todo el mundo era mi enemigo. -No sé lo que me está sucediendo, amiga. -Estás madurando, o al menos - me miró casi sonriendo - aparentas estarlo. Volteó y siguió caminando, su cabello estaba algo ondulado por el frío, pero se notaba feliz, como si ya nada le pesara en esta vida. -Quisiera sentirme como tú en este momento. -No puedes, no quieres dejar ir. -A Gonzalo... Me puse a llorar, las lágrimas a chorro, jamás quise venirme de esa manera, golpeando con cada lágrima las gotas de lluvia, el frío denso que se pegaba a mis labios, mi boca de cachorro sin madre, el llanto de una pelota sin aire. La flaca solo me abrazó, me sobrecogió en un intenso calor para remediar el daño que otro había causado. -Lo odiaré siempre. -Solo lo harás hasta que logres madurar.

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Más sabe el diablo por viejo, que por diablo Jime, para mí y para muchas otras personas que la conocían, era una perra. Sí, disfrutaba que le dieran todo a ella, y los demás "bien, gracias". En esa época solo la interesaban los chicos guapos, las amigas solteras, los tragos gratis, y algunas veces, las drogas como el cigarro, la marihuana, el alcohol y "la droga del amor". La detesté por mucho tiempo, no solo porque era la favorita de Mariano... -Oye, te cuento algo pero no le vas a decir a Jime. -No, para nada, qué chucha le voy a hablar si sigo molesta con ella. -Ya, bueno. Ingresé por casualidad, o sea no tanto así, a su cuenta de Facebook. No solo sale con Mariano, hay otros más. -¿Cómo dices?...-otro fraude de mi querida manzana de la discordia. -Sí, hay varios chicos atrás. -Es que es guapa. -No tiene nada que ver que lo sea, puede serlo y a la vez mostrarse como una dama, ¿no crees? -Ella es de todo, menos dama. -Ella es drama jaja -Bueno, ¿por qué me cuentas eso? -Tengo una idea, tonta -A ver... -La idea es que hagamos que Mariano la descubra... -No, flaca eso ya es mucho para mí, cómo haría. -Tú sola, imposible! Yo te ayudaré, ya he unido algunos hilos para que esto suceda en un mes. -¿Seguirá saliendo con otros en un mes? -Sí, también está hablando con Gonzalo.

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Me quedé en shock. Sentía que la ansiedad que había sido calmada días antes, esta vez se la jugaría por partida doble con mis emociones. Ella, la odié, la quería matar. Por qué no podía ser una buena amiga, por qué hablaba con él; pero la bomba vino luego. -Ellos tiraron, Sol.-Sus palabras fueron fuertes, ahora entendía por qué me había invitado a un café en Larcomar, quería que estuviera frente al mar, como me gusta hacerlo cuando vienen los problemas. Quería matarlos a ambos, suicidarlos como por juego, y luego usar unos muñecos vudús, de los que mi mamá había aprendido a hacer, para practicar con mis peores sentimientos. Miré la playa, y luego me vino la idea de tirarle el mar completo a Gonzalo, que se mojará en el infierno de mi corazón, con esas palabras, la decisión estaba tomada. -Ok, haré lo que tú me digas, porque sola, en estos momentos, no puedo pensar en todo. -Te entiendo, entonces harás lo siguiente...

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Las almas quieren bailar y el corazón crecer

Mi corona de rosas se había caído por completo. Esa semana me vi con Mariano y con dos chicos más, ya no quería involucrar ningún sentimiento, al parecer, a ellos tampoco les importaba. Se despertó en mí un fuego inconsumible, el agua que caía por las mañanas, tan tibia y serena era lo único capaz de darme un minuto de paz. Pero la mayor parte del día era una mezcla de feos sentimientos, quería matar a mi peor enemiga, a Jime. Qué irónica es la vida, aún lo recuerdo, me quise vengar emborrachándola y dejándola tirada en un bar. Eran mis niñerías, hablaba mal a sus espaldas, pero lloraba, lloraba mucho mirando por fuera lo que no iba a encontrar aquello que nacía por dentro. Hasta que un día, me miré al espejo. No me gustaba a quien veía; para los desconocidos me seguía viendo igual, para la flaca, mi abuela Aidé, y algunas personas más, todo en mí lucía distinto. Te cuento que hasta los días más dolorosos, los de la regla, habían cambiado, me dolía más que de costumbre, fueron dos semanas inquietantes, en busca de respuestas. Así que chapé mi maleta, pedí unos días libres del laburo y planeé un viaje, sola. Le dije a Mariano que nos veríamos a mi regreso, que necesitaba reponerme de lo que ya le había contado sobre mi ex novio y su amante, él sin saber que esa mujer era su actual novia, la maldijo, los maldijimos juntos. ¡Que se pudran en el infierno! Yo no me merecía eso.- le dije la noche de mi despedida, me había encontrado con varios amigos en el Sargento; luego nos iríamos a Victoria para la tocada de una banda poco conocida, era el plan perfecto. Verás, amo la música, me encanta descubrir nuevas melodías y voces, es una de mis adicciones. -Tranquila, te estás yendo de viaje para reponer tus energías. -Sí. Tienes toda la razón. ¡Salud por eso! La noche había terminado, yo había sucumbido a los encantos de Mariano. -Mierda. Son las 9 y viajo a las 12. Tengo mucha flojera.- La flojera me abatía, tenía una duda existencial de elegir entre mi cama o un avión que volaría por hora y media hacia Cusco. -¿Mariano? - Dónde se había metido. Seguramente había ido a pasear a Lobo, un pastor alemán que merecía salir tres veces al día, no solo porque era enorme sino porque en esos días tenía novia y Mariano lo llevaba a la casa de una señora para visitar a Camila, la mamá primeriza de 3 años. Así que, me paré, cogí el móvil y lo llamé. No respondía, seguramente debía estar manejando, pensé. Así que llamé a la flaca, sería genial despedirme de ella en el aeropuerto, tomando un café. Me sacudió esa linda sensación de vivir un momento a gusto con mi mejor amiga. -Oye, pero qué tal peda la de ayer webona. Me terminé yendo con ese chico pero no pasó nada. -Jaja, yo volví a la casa de Mariano. -Jaja, justo lo vi hace un rato, estaba con Jime y la mascota. Me enfrié. Decidí no decirle nada (todavía) iba a verme como una cojuda que se había

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quedado todo el día en la casa de su amante. -Ah, verdad. Oye, ¿por qué no me acompañas al aeropuerto? -Sí! Justo te quería decir eso, ahí almorzamos, o desayunamos que tengo un hambre de la san punta. -Precisa! Voy a tu casa, luego vamos a mi depa por las maletas y viajamos al aeropuerto. -Qué rico que te estés yendo a Cusco webona. Yo también quiero. La oí, la oía algo afligida, así que no me costó nada convencerla para irnos juntas. -No vamos a brichear webona. Que eso quedó en el cole. -Qué hablas cojuda (le mentí) Primera parada: Ecco Packers, ahí nos pondremos a descansar y en la noche brindaremos con un buen vino.

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Uno en un millón

Era tan divertido hablar con la flaca en el avión, estábamos recontra emocionadas. "Ya, llegamos y lo primero que yo quiero hacer es darme una ducha recontra caliente y tomar un vino" "Yo caminaré por el mercado de San Pedro y comeré unos helados" "Si puedes me compras un libro" "Vale. He llamado a Karla, una amiga, estará esperándonos en el aeropuerto para acompañarnos a Ecco Packers" "Buenísimo. Me encanta." "Listo reyna, estamos a solo 30 minutos de pisar Cuscooooooooooooooo"- la energía era inaguantable, quería que saliera de mi cuerpo, era todo lo contrario a una noche de peda, el fino alcohol que emana en ese tipo de casos apesta y se termina yendo, la buena vibra de un viaje es todo lo contrario, me sentía en mis laureles. No vería a ningún chico conocido de Lima, me vería a mí misma, escribiría como loca, no me llamarían del trabajo. Era yo, me sentía yo, luego de miles de veces de haber caído, era yo nuevamente. Todo comenzó apenas llegamos al hostel, nos recibieron dos chicos guapos, altos, que habían llegado a Cusco el mismo día y se quedarían dos días más, uno se llamaba Max y el otro Milo, el primero tenía ojos azules claros, ambos eran altos, y, a mi parecer Milo era más guapo. - Ya, entonces esta noche es. - La flaca estaba en otra, quería ir a bailar a Mushrooms y descansar a las 2 de la madrugada, yo no. Olvidaba ese gentío de mala vibra limeña y ya quería recorrer como el correcaminos toda la ciudad de Cusco. -Sí claro. Iré a caminar, ya vengo- -Besos Fui por la plaza central, las luces de los faroles comenzaron a prenderse, se escuchó un trueno a lo lejos. La gente iba desapareciendo, mis sueños iban apareciendo. Vi mi café favorito, Café La Plaza, y fluí, como no fluía hace tiempo Subí peldaño por peldaño, oyendo el crujir de la madera y oliendo a lo que llaman un queque de zanahoria con naranja. -Dos copas de vino por favor, una de blanco helado y otro tinto. -Solo tenemos Cabernet Sauvignon Casillero.. -No, entonces, dos blancos Tacama. Gracias. El mesero se fue, yo también dejé el lugar. Me aproximé a mi segundo lugar favorito del mundo: las terrazas, de mil maravillas, si te contara para que vivas lo mismo, es imposible, era un sentimiento propio, miraba el cielo, las luces.... -Aló? -Gorda te espero en el bar del hostel, me he reunido con Max y Milo. -Soooooool, Sooool where are you girl? -¿Who is? -Milo girl -Ohhhh jaja -Ya, te espero. -Me tomaré una hora más, ahí llego, chau. -Dale

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Vi desde esa acogedora terraza un cielo impresionante, el vino iba haciendo un efecto inspirador en mí y me puse a escribir, a componer para ser más precisa. Escribí sobre mi relación cuasi-amante con Mariano, con la de mi ex, y con la que platónicamente me gustaría tener. Volví al hostel, tuvimos una noche muy linda, resultó que Milo había llegado con más amigos y querían viajar a Machu Picchu a la mañana siguiente. Así que nos despedimos temprano, cada uno fue a su habitación, y, para mi sorpresa la flaca no me siguió. -¿No me dijiste que descansarías temprano? -¿Qué?¿Ah? -Hey, baby, Are you coming with us? -¿Es en serio? Apenas se conocen. -Solo iremos a pasar un buen rato. Resulta que la flaca le había echado el ojo a mi querido Max, digo querido, porque era todo un galán y no se hacía bolas al hablar en español, aunque amara comunicarse en inglés. La mañana siguiente fue mucho más graciosa que aquella noche. Llega la flaca, mi amiga, apestando a licor y a sexo. Llegó y me abrazó en la cama, en sí, me asusté en principio porque seguía dormida. -¡Hola amiga! -¿Qué tal tu juerga? -De mil maravillas, no sabes, vamos por un café a la plaza.- la notaba muy despierta para solo haber dormido un par de horas -Sigo cansada flaca -Entonces no te cuento nada -¿Qué taaaanto me quieres contar? -Nada, soy feliz simplemente- Se echó a mi costado abrazándome y plin, durmió como un tronco hasta las 11 de la mañana. Su celular no dejaba de sonar así que tuve la genial idea de atender la llamada, era Max. -Hi Max, is Sol -Hi Sol, is your friend there? -She's sleeping -Ok, would you tell her that i called? -Ok, bye -Bye... Era extraño, no me parecía adecuado que un chico de barra, un fuck body, etc, como lo quieras llamar, llamara y sonara nervioso, yo lo noté, no era necesario hablar el mismo idioma. Miré a mi amiga, y le tiré el celular cerca, se movió, abrió sus ojitos, y ni se percató de que la estaba observando. Se arregló el cabello y miró hacia el cielo, sus labios estaban hinchados, sus ojos somñolientos, y siguió mirando como si estuviera buscando algo perdido, y suspiró, luego de nuevo siguió mirando y mirando hasta que me harté de paciencia y le dije: -Oye, ¿qué hiciste ayer ah? -No nada, solo bailé con Max y...ya. -Sí, te llamó ah. -¿En serio?¿Qué dijo?-se movió de costado para abrir la botella de agua que usaba cada vez que se iba de peda. -Que quería verte... -Ay, qué lindo es. Eso me dijo todo, "lindo" no era parte del vocabulario de mi querida amiga, la babosa se

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había hipnotizado. Me contó, sí, me contó con lujo de detalles, y yo, volví esa noche a mi café favorito, me senté y esa vez decidí probar algo que no me gustaba hacer, un vino tinto Casillero del Diablo, decidí que luego de la aventura de mi amiga, no me negaría a vivir la mía, o las miles que pude haber tenido si no me hubiera mofado del placer que las circunstancias espontáneas te sirven en un plato caliente de cosas nuevas. Y, de pronto, como si mi mente lo hubiera maniobrado, llamó Milo...

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No hay gaviotas sin él

Y volvimos a Lima. Ya nada era igual, Milo volvería a Canadá en dos días y a pesar de eso nos seguíamos viendo. Desaparecí del planeta en ese tiempo, ya no importaba en qué ciudad ni en que horario me encontraba, porque estaba con él y todo se volvió perfecto. - Aló. - Hola amiga, ¿estás ocupada? - Sí. ¡Te llamo en un rato! Me había dado un bajón, ni siquiera hablaba con él porque no quería romper mi fragilidad, me sentía bien, todo se había vuelto maravilloso, estaba enamorada. - Ya, ahora sí. ¿Cómo estás? - Mal, quiero conversar. - Ya, Mira, yo tb tengo algo que contarte, termino de atender a un cliente y te busco :) ¿Qué quieres hacer? - Vamos a la playa - ¡Listo huevonaza! - Jajaja - ¿Mi voz era tan intensa que ...? Me recogió, me senté en el copiloto. Prendí un cigarro, ella puso Bossa Nova, agaché la mirada, mi cabello no quería ser tocado por nadie que no fuera él, la flaca me sirvió una copa de vino; sí, había traído dos vinos para la ocasión, qué bien me conocía... Tres cosas que amo y me suben el ánimo; música, playa y vino. No uso drogas, quizás cuando hay una reunión de aquellas en los que todos prueban de todo, soy capaz. No suelo bailar con cualquiera, siempre he tenido buena intuición para elegir a mis acompañantes. Y... mucho menos... me enamoro.

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Mariano y la flaca

Como ya lo conté anteriormente, estos chicos guapos se conocieron en una noche de música y baile, el lugar era una discoteca, llamada Dalí... - Hola - le dijo Jimena a Mariano. - ¡Hey qué tal! (Ay, me encanta) -Bieeen, ¿eres amigo de Gonzalo? - ¿Quién es Gonzalo? (Genial, no se conocen) - Es un amigo - claro, Jime jamás le iba a decir que por ese entonces Gonzalo era mi novio, con el cual había tenido encuentros clandestinos mientras yo trabajaba, veía Netflix, cocinaba, y lo peor, aún lo amaba. - Ayaa, oye, ¿cómo se llama la del top blanco? - Ella es la flaca, se llama...

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- ¡Oe webón! - un chino flaco y guapo se acercó al grupo. - Oeeee cuñado, ¿cómo estás webón? Hace tiempo no te veía. ¿Qué haces acá? - Acá pes, dando la hora. ¡Eh, eh! - y se puso a mover el esqueleto, era Mau, uno de los promotores de esa y tantas discos limeñas, decían que lo hacía por diversión, que le gustaba conocer personas nuevas y sobretodo, chicas. - Holaaa, ¿quieres bailar?- y Jime no lo dudó ni un segundo, sabía que con él tendría box y trago gratis. Se esfumó, la chica ya no quería hablar con Mariano, así que... - ¡Ay, cuidadoooo! - gritó la flaca mientras caminaba con un vaso de gin tonic, no miró a Mariano, solo pensó "¡Putamadre qué webonazo!" Yo la esperaba en el baño, tenía que safar de ahí, Gonzalo me recogería para visitar a su familia por la mañana, y aún no terminaba de redactar la nota que me dejó la estúpida de mi directora, la odiaba en ese entonces, creo que porque era muy perfeccionista. - Ya dale, con cuidado nomá - me dijo la flaca. Llegué a mi cuarto y me tiré a dormir una siesta riquísima, soñaba y soñaba con que algún día conocería España. Al otro lado de la ciudad, según me contó mi mejor amiga, ella y Mariano comenzaron a hablar de política. Sí, sucede que Mau los invitó a un after party en su casa, como vivían cerca, decidieron ir y coincidieron, o eso, al menos, pensó la flaca. (Puta, ¿cómo le hablo?), pensaba Mariano. Quizás la agregaría a Facebook y, si le ligaba, la conocería más. Para suerte de él, ella necesitaba un encendedor urgente. Se acercó y le ofreció junto al fuego, una copa de vino. - No, gracias - (la estúpida se había puesto toda princesa) - Bueno, ¿por qué no? - ¿Por qué quieres saberlo? - Puta solo vi que querías fuego, y pensé que eso lo podías acompañar con una copa. ¿Segura que no quieres? Fue entonces que lo miró directo a los ojos (en realidad lo quería mandar al fucking center) y se desencantó de la noche, de la fiesta, y atinó a coger la copa y decirle con una sonrisa algo tímida - Gracias - Mariano babeó totalmente (conchesumare qué rica) - ¿Y no vas a tomar conmigo? - ella le preguntó. - No, ya tomé mucho. Tengo que descansar en un rato. La cagó, eso le encantaba. - Ah, está bien. Prendieron su cigarro y hablaron por largos minutos que parecieron segundos infinitos arrullados por el planeta Venus.

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La curiosidad mató al gato

- No sé, no sé, no lo sé. - ¿Qué tanto misterio flaca? - estábamos en la playa, yo iba pensando en que Milo había sido la mejor ola que el mar me había traído, iba por mi segunda copa de vino, y la flaca comenzó a prender un cigarrillo. - Ya, te cuento. - Sigue... - Conocí a un hombre. Y plin! Mis ojos de "ya sé lo que me vas a contar" se activaron en piloto automático, igual me hice la cojuda, verás, una amiga como ella suele ser predecible en estas circunstancias, si bien no ama a nadie, no es ajena al amor, y menos al sexo. - Sí, se llama Mateo. Tiene unos ojos azules encantadores, es alto, barba semi afeitada,

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viste elegante todo el tiempo porque trabaja en el área de proyectos. - ¿Trabajan juntos? - Sí, ah, es que no lo conocía porque recién llegó a Perú, y lo que es más perfecto...solo se queda dos meses, de ahí a su sitio. Es argentino. - Qué onda con los argentinos ah? Me dicen que son excelentes en la cama. - ¿Quién te lo dijo? Jajaja, es verdad, es verdad. - Ya, ¿y por qué no me lo habías contado? Es solo un tire, ¿o qué onda? - No, no es solo eso. Estoy pensando que quizás, si Dios me hace el milagro, el tío se puede convertir en mi siguiente pareja. - Amor de lejos... - Felices los cuatro. Osea, yo no estoy enamorada de él, solo que es tan perfecto, si lo ves, te le tiras encima, así te lo pongo. - No lo creo. - Bueno, en mi caso sí, así fue como sucedió. - ¿Y es soltero? - Imagino que sí. - Imaginar no significa ser real. Volvimos a Lima esa misma noche, y de nuevo sentía esa inexplicable sensación de que Milo estaba a mi lado. Dios, lo extrañaba tanto, felizmente me había llamado. - Hi sol, how are you? - Very good, and you? - Me too. If you want, im going to see some friends and play poker, there will be other girls too, just if you want of course - Yo estaba muy cansada, y tampoco quería seguir frecuentándome con sus amigos, me iba a doler más si los seguía viendo, porque al verlos vería una parte de él en ellos, sí, así de jodidamente enamorada platónicamente estaba. - No Milo, if you want you can come to my house, i just wanna do something to relax. - Are you ok? - I dont feel very well. - I will visit you in two hours, ok? - Perfect. Esa noche, fue la última que nos vimos, fue tan triste, ambos teníamos miradas melancólicas, abrazados bajo mis sábanas, besándonos en todos lados, tomando un vino melancólico, lagrimeaba en el baño para que no lo notara, iba a extrañar esa historia como ninguna otra. ¿Cómo es posible enamorarse así? Era como si nuestros corazones se hubiesen estado buscando desde hace mucho. (Riing, riing)... -Aló, flaca, qué onda - No sabes webona. - Qué fue - El estúpido es casado.

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¿Cómo se olvida un amor?

La relación con Mariano se estaba volviendo insostenible. Sí, adoraba el aroma de su cabello, del perfume en sus camisas, cuando me abrazaba y pensaba en Jimena. -¿Sigues pensando en él, verdad? - me preguntó. Y aunque quise obviar la respuesta, no lo hice. -Sí, aún me jode - lo miré con la expresión de que algo obvio estaba sucediendo. -¿Y por qué no logras olvidarlo?. -Si no logro olvidar una canción, ¿cómo coño pretendes que olvide un amor? -¿Lo amaste? - su filosofía me estaba hostigando, por Dios. -¿Eres webón o qué? No Mariano, estuve con ese sujeto por 5 putos años y no, no lo amé. Bien bruto te pones, enserio, ¿qué te pasa? -Ya, tampoco es para que me grites - y vi, esa cara coquetona a punto de reírse, era un día tranquilo y la rutina le había enseñado que llevarme al límite de mis casillas era la mejor manera de sacarme ventaja. -Ok, ¿quieres un poco más? -No, así estoy bien, gracias. Habíamos comprado un troncho de marihuana, sí, se nos había dado la aventura de hacerlo. La amiga de un amigo había resultado ser dealer, así que, por nuestras vacaciones habíamos decidido alejarnos mentalmente de esta ciudad caótica. -Deberíamos viajar alucina. -No lo sé, ¿a dónde te gustaría ir? -A la selva. -Ah, yo al norte, vamos ps. -Yo quiero selva, preciosa. -Y yo norte - mi cara de pocos amigos volvía a la transparencia, había decidido fumar con él, sin embargo, me estaba arrepintiendo.

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-Te vas conmigo a la selva he dicho. -jajaja mejor no hablemos de tus viajes. -Ay, ya vas a meter a Jimena. -Sí, obvio, ¿por qué no viajas con ella? - mi sonrisa victoriosa y mis ojos chinos fueron el broche de esa conversación. Se quedó en silencio, uno tranquilo, de aquellos que nacen en la primavera. Se tocó el cabello, miró el escenario, estábamos en una banca, dentro de un bosque, rodeados de arbustos, y mucho más allá, los autos viajando a un centro comercial o a la casa de un familiar.

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Luego del final

Y Mariano, hizo conmigo algo similar a lo que vivió con la flaca. Me recogía a caminar por el parque El Olivar, me hacía observar las pocas estrellas del firmamento, me llevó a viajar cerca de Lima, no importaba nada cuando estábamos juntos. - ¿Qué ves ahí? - Una vaca. - Una vaca, ¡wau! - se quedaba mirando conmigo intentando descubrir aquella vaca y sonreía. Me miró esa noche como nadie lo hizo - Sabes que te quiero y eres especial para mí. Me besó, luego nos besamos, rozó su mano en mi pecho, y comencé a sentir un aguijón que salía de ahí, era como si me estuviera quitando las espinas del corazón. Esas espinas que muchos otros habían plantado y de pronto, aquella coraza que tanto me había costado construir para no sentir que me venía abajo, en un solo instante, él pudo atravesar. No podía dormir. Era irónico, no dormir y revolcarme sola en una cama, mientras él, estaba con Jimena revolcándose en otra. Me había acostumbrado o quizás asumido que siempre seríamos dos amantes, sin nada más que hacer, que amarse. Jamás le pedí que la dejara, es más. Creo que ni siquiera yo quería eso, verlo, ver cómo la miraba cuando nos reuníamos, me daba igual. Porque sabía que lo que teníamos era mucho más fuerte, dos almas gemelas, que sin querer se habían encontrado al fin. Continuará.