las primeras 2 obras de freud

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  • 8/13/2019 Las Primeras 2 Obras de Freud

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    I

    Seoras y seores: Dictar conferencias en el Nuevo Mundo ante un auditorio vido de saber

    provoca en m un novedoso y desconcertante sentimiento. Parto del supuesto de que debo ese

    onor solamente al enlace de mi nombre con el tema del psicoanlisis! y por eso me propon"o

    ablarles de este #ltimo. Intentar$ proporcionarles en la ms apretada sntesis un panorama acerca

    de la istoria! la "$nesis y el ulterior desarrollo de este nuevo m$todo de inda"aci%n y terapia.

    Si constituye un m$rito aber dado nacimiento al psicoanlisis! ese m$rito no es mo. &ver nota' (o

    no particip$ en sus inicios. )ra un estudiante preocupado por pasar sus #ltimos e*menes cuando

    otro m$dico de +iena! el doctor ,osef -reuer! aplic% por primera ve ese procedimiento a una

    mucaca afectada de isteria &desde /001 asta /002'. De ese istorial clnico y terap$utico nos

    ocuparemos3 aora. 4o allarn e*puesto con detalle en )studios sobre la isteria 5/0678!

    publicados lue"o por -reuer y por m. &ver nota'

    9na sola observaci%n antes de empear: no sin satisfacci%n me e enterado de que la mayora de

    mis oyentes no pertenecen al "remio m$dico. No ten"an ustedes cuidado3 no ace falta una

    particular formaci%n previa en medicina para se"uir mi e*posici%n. )s cierto que por un treco

    avanaremos unto con los m$dicos! pero pronto nos separaremos para acompaar al doctor-reuer en un peculiarsimo camino.

    4a paciente del doctor -reuer! una mucaca de veinti#n aos! intelectualmente muy dotada!

    desarroll% en el trayecto de su enfermedad! que se e*tendi% por dos aos! una serie de

    perturbaciones corporales y anmicas merecedoras de tomarse con toda seriedad. Sufri% una

    parlisis con ri"ide de las dos e*tremidades del lado dereco! que permanecan insensibles! y a

    veces esta misma afecci%n en los miembros del lado iquierdo3 perturbaciones en los movimientos

    oculares y m#ltiples deficiencias en la visi%n! dificultades para sostener la cabea! una intensa

    tussis nervosa! asco frente a los alimentos y en una ocasi%n! durante varias semanas! incapacidad

    para beber no obstante una sed martiriadora3 adems! disminuci%n de la capacidad de ablar! al

    punto de no poder e*presarse o no comprender su len"ua materna! y! por #ltimo! estados de

    ausencia! confusi%n! deliria! alteraci%n de su personalidad toda! a los cuales consa"raremos lue"onuestra atenci%n.

    ;l tomar conocimiento ustedes de semeante cuadro patol%"ico! se inclinarn a suponer! aun sin

    ser m$dicos! que se trata de una afecci%n "rave! probablemente cerebral! que ofrece pocas

    perspectivas de restablecimiento y acaso lleve al temprano deceso de los aqueados por ella.

    ;dmitan! sin embar"o! esta enseana de los m$dicos: para toda una serie de casos que

    presentan esas "raves manifestaciones est ustificada otra concepci%n! muco ms favorable. Si

    ese cuadro clnico aparece en una oven en quien una inda"aci%n obetiva demuestra que sus

    %r"anos internos vitales &cora%n! riones' son normales! pero que a e*perimentado violentas

    conmociones del nimo! y si en ciertos caracteres ms finos los diversos sntomas se apartan de lo

    que cabra esperar! los m$dicos no u"arn muy "rave el caso. ;firmarn no estar frente a una

    afecci%n or"nica del cerebro! sino ante ese eni"mtico estado que desde los tiempos de la

    medicina "rie"a recibe el nombre de isteria y es capa de simular toda una serie de "raves

    cuadros. Por eso no disciernen peli"ro mortal y consideran probable una recuperaci%n

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    una "rave dolencia que lo llev% a la tumba! y a ra de sus propios males debi% dear de prestarle

    esos au*ilios.

    =asta aqu nos a resultado ventaoso avanar unto con los m$dicos! pero pronto nos

    separaremos de ellos. )n efecto! no esperen ustedes que las perspectivas del tratamiento m$dico

    ayan de meorar esencialmente para el enfermo por el eco de que se le dia"nostique una

    isteria en lu"ar de una "rave afecci%n cerebral or"nica. >rente a las enfermedades "raves del

    enc$falo! el arte m$dico es impotente en la mayora de los casos! pero el facultativo tampoco sabe

    obrar nada contra la afecci%n ist$rica. ?iene que dear librados a la bondadosa naturalea el

    momento y el modo en que se realice su esperanada pro"nosis. &ver nota'

    )ntonces! poco cambia para el enfermo al discernrsele la isteria3 es al m$dico a quien se le

    produce una "ran variaci%n. Podemos observar que su actitud acia el ist$rico difiere por

    completo de la que adopta frente al enfermo cr%nico. No quiere dispensar al primero el mismo

    "rado de inter$s que al se"undo! pues su dolencia es muco menos seria! aunque pareca

    reclamar que se la considere i"ualmente "rave. Pero no es este el #nico motivo. )l m$dico! que en

    sus estudios a aprendido tantas cosas arcanas para el le"o! a podido formarse de las causas y

    alteraciones patol%"icas &p. e.! las sobrevenidas en el enc$falo de una persona afectada deapoplea o neoplasia' unas representaciones que sin duda son certeras asta cierto "rado! puesto

    que le permiten entender los detalles del cuadro clnico. ;ora bien! todo su saber! su previa

    formaci%n patol%"ica y antomo

    como liberada y se vea reconducida a la vida anmica normal. )se bienestar! que duraba varas

    oras! daba paso al si"uiente da a una nueva ausencia! vuelta a cancelar de i"ual modo mediante

    la enunciaci%n de las fantasas reci$n formadas. No era posible sustraerse a la impresi%n de que@

    la alteraci%n psquica e*terioriada en las ausencias era resultado del estmulo procedente de

    estas formaciones de fantasa! plenas de afecto en "rado sumo. 4a paciente misma A que en la

    $poca de su enfermedad! asombrosamente! s%lo ablaba y comprenda el in"l$s! bauti% a este

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    novedoso tratamiento como BtalCin" cure EBcura de conversaci%nF o lo defina en broma como

    Bcimney

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    se esperaba a un ciruano de +iena que practicara la operaci%n. 4a madre se aba aleado por un

    rato! y ;nna estaba sentada unto al leco del enfermo! con el brao dereco sobre el respaldo de

    la silla. Hay% en un estado de sueo despierto y vio c%mo desde la pared una serpiente ne"ra se

    acercaba al enfermo para morderlo. &)s muy probable que en el prado que se e*tenda detrs de la

    casa aparecieran de eco al"unas serpientes y ya antes ubieran provocado terror a la

    mucaca! proporcionando aora el material de la alucinaci%n.' uiso espantar al animal pero

    estaba como paraliada3 el brao dereco! pendiente sobre el respaldo! se le aba Bdormido!

    volvi$ndosele anest$sico y par$tico! y cuando lo observ% los dedos se mudaron en pequeas

    serpientes rematadas en calaveras &las uas'. Probablemente io intentos por auyentar a la

    serpiente con la mano dereca paraliada! y por esa va su anestesia y parlisis entr% en

    asociaci%n con la alucinaci%n de la serpiente. Huando esta ubo desaparecido! quiso en su

    an"ustia rear! pero se le dene"% toda len"ua! no pudo ablar en nin"una! asta que por fin dio

    con un verso infantil en in"l$s y entonces pudo se"uir pensando y orar en esa len"ua. ;l recordar

    esta escena en la ipnosis! qued% eliminada tambi$n la parlisis r"ida del brao dereco! que

    persista desde el comieno de la enfermedad! lle"ando as a su fin el tratamiento.

    Huando aos despu$s yo empec$ a aplicar el m$todo de inda"aci%n y tratamiento de -reuer a mis

    propios pacientes! ice e*periencias que coincidan en un todo con las de $l. 9na dama de unoscuarenta aos sufra de un tic! un curioso ruido semeante a un casquido que ella produca a ra

    de cualquier emoci%n y aun sin ocasi%n visible. ?ena su ori"en en dos vivencias cuyo ras"o com#n

    era que ella se aba propuesto no acer ruido al"uno! a pesar de lo cual! por una suerte de

    voluntad contraria! rompi% el silencio ustamente con aquel casquido: una ve! cuando al fin aba

    conse"uido acer dormir con "ran trabao a su ia enferma y se dio que aora tena que "uardar

    un silencio absoluto para no despertarla! y la otra! cuando durante un viae en coce con sus dos

    ias los caballos se espantaron con la tormenta! y ella pretendi% evitar cuidadosamente todo ruido

    para que los animales no se asustaran todava ms. 4es doy este eemplo entre mucos otros

    consi"nados en )studios sobre la isteria. &ver nota'

    Seoras y seores: Si me permiten ustedes la "eneraliaci%n que es inevitable aun tras una

    e*posici%n tan abreviada! podemos verter en esta f%rmula el conocimiento adquirido asta aora:Nuestros enfermos de isteria padecen de reminiscencias. Sus sntomas son restos y smbolos

    mn$micos de ciertas vivencias &traumticas'. 9na comparaci%n con otros smbolos! mn$micos de

    campos diversos acaso nos lleve a comprender con mayor profundidad este simbolismo. ?ambi$n

    los monumentos con que adornamos nuestras "randes ciudades son unos tales smbolos

    mn$micos. Si ustedes van de paseo por 4ondres! allarn! frente a una de las mayores estaciones

    ferroviarias de la ciudad! una columna "%tica ricamente "uarnecida! la Harin" Hross. )n el si"lo

    *iii! uno de los anti"uos reyes de la casa de Planta"enet io conducir a Jestminstet los despoos

    de su amada reina )leanor y eri"i% cruces "%ticas en cada una de las estaciones donde el

    sarc%fa"o se deposit% en tierra3 Harin" Hross es el #ltimo de los monumentos destinados a

    conservar el recuerdo de este itinerario doliente. &ver nota' )n otro lu"ar de la ciudad! no leos del

    4ondon -rid"e! descubrirn una columna ms moderna! eminente! que en aras de la brevedad es

    llamada B?e Monument. Perpet#a la memoria del incendio que en /KKK estall% en las cercanas

    y destruy% "ran parte de la ciudad. )stos monumentos son! pues! smbolos mn$micos como los

    sntomas ist$ricos3 asta este punto parece ustificada la comparaci%n. Pero! Lqu$ diran ustedes

    de un londinense que todava oy permaneciera desolado ante el monumento recordatorio del

    itinerario f#nebre de la reina )leanor! en ve de perse"uir sus ne"ocios con la premura que las

    modernas condiciones de trabao e*i"en o de re"ociarse por la uvenil reina de su cora%n L de

    otro que ante B?e Monument llorara la reducci%n a cenias de su amada ciudad! que empero

    ace ya muco tiempo que fue restaurada con mayor esplendor todava ;ora bien! los ist$ricos

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    y los neur%ticos todos se comportan como esos dos londinenses no prcticos. ( no es s%lo que

    recuerden las dolorosas vivencias de un leano pasado3 todava permanecen aderidos a ellas! no

    se libran del pasado y por $l descuidan la realidad efectiva y el presente. )sta fiaci%n de la vida

    anmica a los traumas pat%"enos es uno de los caracteres ms importantes y de mayor

    sustantividad prctica de las neurosis.

    4es concedo de buen "rado la obeci%n que qui formulan ustedes en este momento!

    considerando el istorial clnico de la paciente de -reuer. )n efecto! todos sus traumas provenan

    de la $poca en que cuidaba a su padre enfermo! y sus sntomas s%lo pueden concebirse como

    unos si"nos recordatorios de su enfermedad y muerte. Por tanto! corresponden a un duelo! y no

    ay duda de que una fiaci%n a la memoria del difunto tan poco tiempo despu$s de su deceso no

    tiene nada de patol%"ico! sino que ms bien responde a un proceso de sentimiento normal. (o se

    los concedo3 la fiaci%n a los traumas no es nada llamativo en el caso de la paciente de -reuer.

    Pero en otros! como el del tic tratado por m! cuyos ocasionamientos se remontaban a ms de

    quince y a die aos! el carcter de la aderencia anormal al pasado resulta muy ntido! y es

    probable que la paciente de -reuer lo abra desarrollado i"ualmente de no aber iniciado

    tratamiento catrtico trascurrido un lapso tan breve desde la vivencia de los traumas y la "$nesis

    de los sntomas.

    =asta aqu s%lo emos elucidado el ne*o de los sntomas ist$ricos con la bio"rafa de los

    enfermos3 en este punto! a partir de otros dos aspectos de la observaci%n de -reuer podemos

    obtener una "ua acerca del modo en que es preciso concebir el proceso de la contracci%n de la

    enfermedad y del restablecimiento.

    )n primer lu"ar! corresponde destacar que la enferma de -reuer! en casi todas las situaciones

    pat%"enas! debi% sofocar una intensa e*citaci%n en ve de posibilitarle su decurso mediante los

    correspondientes si"nos de afecto! palabras y acciones. )n la pequea vivencia con el perro de su

    dama de compaa! sofoc%! por miramiento aca ella! toda e*terioriaci%n de su muy intenso asco3

    y mientras vi"ilaba ,unto al leco de su padre! tuvo el permanente cuidado de no dear que el

    enfermo notara nada de su an"ustia y dolorosa desa%n. Huando despu$s reproduo ante elm$dico esas mismas escenas! el afecto entonces inibido aflor% con particular violencia! como si

    se ubiera reservado durante todo ese tiempo. ( en efecto: el sntoma que aba quedado

    pendiente de esa escena cobraba su m*ima intensidad a medida que uno se acercaba a su

    causaci%n! para desaparecer tras la completa tramitaci%n de esta #ltima. Por otro lado! pudo

    acerse la e*periencia de que recordar la escena ante el m$dico no produca efecto al"uno cuando

    por cualquier ra%n ello discurra sin desarrollo de afecto. 4os destinos de estos afectos! que uno

    poda representarse como ma"nitudes desplaables! eran entonces lo decisivo tanto para la

    contracci%n de la enfermedad como para el restablecimiento. ;s result% foroso suponer que

    aquella sobrevino porque los afectos desarrollados en las situaciones pat%"enas allaron

    bloqueada una salida normal! y la esencia de su contracci%n consista en que entonces esos

    afectos Bestran"ulados eran sometidos a un empleo anormal. )n parte persistan como unos

    lastres duraderos de la vida anmica y fuentes de constante e*citaci%n3 en parte e*perimentaban

    una trasposici%n a inusuales inervaciones e inibiciones corporales que se constituan como los

    sntomas corporales del caso. Para este #ltimo proceso emos acuado el nombre de conversi%n

    ist$rica. 4o corriente y normal es que una parte de nuestra e*citaci%n anmica sea "uiada por el

    camino de la inervaci%n corporal! y el resultado de ello es lo que conocemos como Be*presi%n de

    las emociones. ;ora bien! la conversi%n ist$rica e*a"era esa parte del decurso de un proceso

    anmico investido de afecto3 corresponde a una e*presi%n muco ms intensa! "uiada por nuevas

    vas! de la emoci%n. Huando un cauce se divide en dos canales! se producir la con"esti%n de uno

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    de ellos tan pronto como la corriente tropiece con un obstculo en el otro.

    4o ven ustedes3 estamos en vas de obtener una teora puramente psicol%"ica de la isteria! en la

    que adudicamos el primer ran"o a los procesos afectivos.

    9na se"unda observaci%n de -reuer nos fuera aora a conceder una si"nificatividad considerable

    a los estados de conciencia entre los ras"os caractersticos del acontecer patol%"ico. 4a enferma

    de -reuer mostraba m#ltiples condiciones anmicas &estados de ausencia! confusi%n y alteraci%n

    del carcter' unto a su estado normal. )n este #ltimo no saba nada de aquellas escenas

    pat%"enas ni de su urdimbre con sus sntomas3 aba olvidado esas escenas! o en todo caso

    des"arrado la urdimbre pat%"ena. Huando se la pona en estado de ipnosis! tras un considerable

    "asto de trabao se lo"raba reevocar en su memoria esas escenas! y merced a este trabao de

    recuerdo los sntomas eran cancelados. 4a interpretaci%n de estos ecos abra provocado "ran

    desconcierto si las e*periencias y e*perimentos del ipnotismo no ubieran indicado ya el camino.

    )l estudio de los fen%menos ipn%ticos nos aba familiariado con la concepci%n! sorprendente al

    comieno! de que en un mismo individuo son posibles varios a"rupamientos anmicos que pueden

    mantener bastante independencia recproca! Bno saber nada unos de otros! y atraer acia s

    alternativamente a la conciencia. )n ocasiones se observan tambi$n casos espontneos de estandole! que se desi"nan como de Bdouble conscience EBdoble concienciaF. Huando! dada esa

    escisi%n de la personalidad! la conciencia permanece li"ada de manera constante a uno de esos

    dos estados! se lo llama el estado anmico conciente! e inconciente al divorciado de $l. )n los

    consabidos fen%menos de la llamada Osu"esti%n pos

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    BtalCin" cure! el maestro Harcot aba iniciado en Pars aquellas inda"aciones sobre las

    ist$ricas de la Salp$triere que daran por resultado una comprensi%n novedosa de la enfermedad.

    )ra imposible que esas conclusiones ya se conocieran por entonces en +iena. Pero cuando una

    d$cada ms tarde -reuer y yo publicamos la comunicaci%n preliminar sobre el mecanismo psquico

    de los fen%menos ist$ricos 5/06a8! que tomaba como punto de partida el tratamiento catrtico de

    la primera paciente de -reuer! nos encontrbamos enteramente bao el sortile"io de las

    investi"aciones de Harcot. )quiparamos las vivencias pat%"enas de nuestros enfermos! en

    calidad de traumas psquicos! a aquellos traumas corporales cuyo influo sobre parlisis ist$ricas

    Harcot aba establecido3 y la tesis de -reuer sobre los estados ipnoides no es en verdad sino

    un refleo del eco de que Harcot ubiera reproducido artificialmente en la ipnosis aquellas

    parlisis traumticas.

    )l "ran observador franc$s! de quien fui discpulo entre /007 y /00K! no se inclinaba a las

    concepciones psicol%"icas3 s%lo su discpulo Pierre ,anet intent% penetrar con mayor profundidad

    en los particulares procesos psquicos de la isteria! y nosotros se"uimos su eemplo cuando

    situamos la escisi%n anmica y la fra"mentaci%n de la personalidad en el centro de nuestra

    concepci%n. =allan ustedes en ,anet una teora de la isteria que toma en cuenta las doctrinas

    prevalecientes en >rancia acerca del papel de la erencia y de la de"eneraci%n. Se"#n $l! laisteria es una forma de la alteraci%n de"enerativa del sistema nervioso que se da a conocer

    mediante una endeble innata de la sntesis psquica. Sostiene que los enfermos de isteria son

    desde el comieno incapaces de coesionar en una unidad la diversidad de los procesos anmicos!

    y por eso se inclinan a la disociaci%n anmica. Si me permiten ustedes un smil trivial! pero ntido! la

    ist$rica de ,anet recuerda a una d$bil seora que a salido de compras y vuelve a casa car"ada

    con una montaa de caas y paquetes. Sus dos braos y los die dedos de las manos no le bastan

    para dominar todo el c#mulo y entonces se le cae primero un paquete. Se a"aca para reco"erlo! y

    aora es otro el que se le escapa! etc. No armonia bien con esa supuesta endeble anmica de

    las ist$ricas el eco de que entre ellas puede observarse! Qunto a los fen%menos de un

    rendimiento disminuido! tambi$n eemplos de un incremento parcial de su productividad! como a

    modo de un resarcimiento. )n la $poca en que la paciente de -reuer aba olvidado su len"ua

    materna y todas las otras salvo el in"l$s! su dominio de esta #ltima lle"% a tanto que era capa! sise le presentaba un libro escrito en alemn! de producir de primer intent% una traducci%n intacable

    y fluida al in"l$s leyendo en vo alta.

    Huando lue"o me apliqu$ a continuar por mi cuenta las inda"aciones iniciadas por -reuer! pronto

    lle"u$ a otro punto de vista acerca de la "$nesis de la disociaci%n ist$rica &escisi%n de

    conciencia'. Semeante diver"encia! decisiva para todo lo que aba de se"uir! era foroso que se

    produese! pues yo no parta! como ,anet! de e*perimentos de laboratorio! sino de empeos

    terap$uticos.

    Sobre todo me animaba la necesidad prctica. )l tratamiento catrtico! como lo aba eercitado

    -reuer! implicaba poner al enfermo en estado de ipnosis profunda! pues s%lo en el estado

    ipn%tico allaba este la noticia Lle aquellos ne*os pat%"enos! noticia que le faltaba en su estado

    normal. ;ora bien! la ipnosis pronto empe% a desa"radarme! como un recurso tornadio y por

    as decir mstico3 y cuando ice la e*periencia de que a pesar de todos mis empeos s%lo

    conse"ua poner en el estado ipn%tico a una fracci%n de mis enfermos! me resolv a resi"nar la

    ipnosis e independiar de ella al tratamiento catrtico. Puesto que no poda alterar a voluntad el

    estado psquico de la mayora de mis pacientes! me orient$ a trabaar con su estado normal. )s

    cierto que al comieno esto pareca una empresa sin sentido ni perspectivas. Se planteaba la tarea

    de averi"uar del enfermo al"o que uno no saba y que ni $l mismo saba3 Lc%mo poda esperarse

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    averi"uarlo no obstante )ntonces acudi% en mi au*ilio el recuerdo de un e*perimento muy

    asombroso e instructivo que yo aba presenciado unto a -erneim en Nancy 5en /0068. -erneim

    nos demostr% por entonces que las personas a quienes $l aba puesto en sonambulismo

    ipn%tico! aci$ndoles vivenciar en ese estado toda clase de cosas! s%lo en apariencia aban

    perdido el recuerdo de lo que vivenciaron sonmbulas y era posible despertarles tales recuerdos

    aun en el estado normal. Huando les inquira por sus vivencias sonmbulas! al comieno

    aseveraban por cierto no saber nada3 pero si $l no desista! si las esforaba! si les ase"uraba que

    empero lo saban! en todos los casos volvan a acudirles esos recuerdos olvidados.

    >ue lo que ice tambi$n yo con mis pacientes. Huando aba lle"ado con ellos a un punto en que

    aseveraban no saber nada ms! les ase"uraba que empero lo saban! que s%lo deban decirlo! y

    me atreva a sostenerles que el recuerdo usto sera el que les acudiese en el momento en que yo

    les pusiese mi mano sobre su frente. De esa manera conse"ua! sin emplear la ipnosis! averi"uar.

    de los enfermos todo lo requerido para restablecer el ne*o entre las escenas pat%"enas olvidadas

    y los sntomas que estas aban deado como secuela. Pero era un procedimiento trabaoso!

    a"otador a la lar"a! que no poda ser el apropiado para una t$cnica definitiva.

    Mas no lo abandon$ sin e*traer de las percepciones que $l procuraba las conclusiones decisivas.;s! pues! yo aba corroborado que los recuerdos olvidados no estaban perdidos. Se encontraban

    en posesi%n del enfermo y prontos a aflorar en asociaci%n con lo todava sabido por $l! pero al"una

    fuera les impeda devenir concientes y los constrea a permanecer inconcientes. )ra posible

    suponer con certea la e*istencia de esa fuera! pues uno re"istraba un esfuero E;nstren"un"F

    correspondiente a ella cuando se empeaba! oponi$ndosele! en introducir los recuerdos

    inconcientes en la conciencia del enfermo. 9no senta como resistencia del enfermo esa fuera que

    mantena en pie al estado patol%"ico.

    ;ora bien! sobre esa idea de la resistencia e fundado mi concepci%n de los procesos psquicos

    de la isteria. Hancelar esas resistencias se aba demostrado necesario para el restablecimiento3

    y aora! a partir del mecanismo de la curaci%n! uno poda formarse representaciones muy precisas

    acerca de lo acontecido al contraerse la enfermedad. 4as mismas fueras que oy! comoresistencia! se oponan al empeo de acer conciente lo olvidado tenan que ser las que en su

    momento produeron ese olvido y esforaron EdrRn"enF afuera de la conciencia las vivencias

    pat%"enas en cuesti%n. 4lam$ represi%n Eesfuero de desalooF a este proceso por m supuesto! y

    lo consider$ probado por la indiscutible e*istencia de la resistencia.

    Desde lue"o! caba pre"untarse cules eran esas fueras y cules las condiciones de la represi%n

    en la que aora discernamos el mecanismo pat%"eno de la isteria. 9na inda"aci%n comparativa

    de las situaciones pat%"enas de que se aba tenido noticia mediante el tratamiento catrtico

    permita ofrecer una respuesta. )n todas esas vivencias

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    personalidad anmica.

    4es referir$! entre mucos! uno solo de mis casos! en el que se disciernen con bastante nitide

    tanto las condiciones como la utilidad de la represi%n. Por cierto que para mis fines me ver$

    obli"ado a abreviar este istorial clnico! deando de lado importantes premisas de $l. 9na oven

    que poco tiempo antes aba perdido a su amado padre! de cuyo cuidado fue partcipe

    noticia cierta del doloroso suceso! Huando la mucaca ubo lle"ado ante el leco de su ermana

    muerta! por un breve instante aflor% en ella una idea que poda e*presarse apro*imadamente en

    estas palabras: B;ora $l est libre y puede casarse conmi"o. )stamos autoriados a dar por

    cierto que esa idea! delatora de su intenso amor por el cuado! y no conciente para ella misma! fue

    entre"ada de inmediato a la represi%n por la revuelta de sus sentimientos. 4a mucaca contrao

    "raves sntomas ist$ricos y cuando yo la tom$ bao tratamiento result% que aba olvidado por

    completo la escena unto al leco de su ermana! as como la moci%n odiosa y e"osta que

    emer"iera en ella. 4a record% en el tratamiento! reproduo el factor pat%"eno en medio de losindicios de la ms violenta emoci%n! y san% as.

    ;caso me sea lcito ilustrarles el proceso de la represi%n y su necesario ne*o con la resistencia

    mediante un "rosero smil que tomar$! ustamente! de la situaci%n en que aora nos encontramos.

    Supon"an que aqu! dentro de esta sala y entre este auditorio cuya calma y atenci%n eemplares yo

    no sabra alabar bastante! se encontrara empero un individuo revoltoso que me distraera de mi

    tarea con sus impertinentes risas! carla! "olpeteo con los pies. ( que yo declarara que as no

    puedo prose"uir la conferencia! tras lo cual se levantaran al"unos ombres vi"orosos entre

    ustedes y tras breve luca pusieran al barullero en la puerta. ;ora $l est Bdesaloado

    &reprimidoF y yo puedo continuar mi e*posici%n. ;ora bien! para que la perturbaci%n no se repita si

    el e*pulsado intenta volver a in"resar en la sala! los seores que eecutaron mi voluntad colocan

    sus sillas contra la puerta y as se establecen como una Bresistencia tras un esfuero de desaloo&represi%nF consumado. Si ustedes trasfieren las dos localidades a lo psquico como lo Bconciente

    y lo Binconciente! obtendrn una ima"en bastante buena del proceso de la represi%n.

    ;ora ven ustedes en qu$ radica la diferencia entre nuestra concepci%n y la de ,anet. No

    derivamos la escisi%n psquica de una insuficiencia innata que el aparato anmico tuviera para la

    sntesis! sino que la e*plicamos dinmicamente por el conflicto de fueras anmicas en luca!

    discernimos en ella el resultado de una renuencia activa de cada uno de los dos a"rupamientos

    psquicos respecto del otro! ;ora bien! nuestra concepci%n en"endra un "ran n#mero de nuevas

    cuestiones. 4a situaci%n del conflicto psquico es sin duda frecuentsima3 un afn del yo por

    defenderse de recuerdos penosos se observa con total re"ularidad! y ello sin que el resultado sea

    una escisi%n anmica. 9no no puede recaar la idea de que acen falta todava otras condiciones

    para que el conflicto ten"a por consecuencia la disociaci%n. ?ambi$n les concedo que con la

    ip%tesis de la represi%n no nos encontramos al final! sino s%lo al comieno! de una teora

    psicol%"ica! pero no tenemos otra alternativa que avanar paso a paso y confiar a un trabao

    pro"resivo en ancura y profundidad la obtenci%n de un conocimiento acabado.

    Desistan! por otra parte! del intento de situar el caso de la paciente de -reuer bao los puntos de

    vista de la represi%n. )se istorial clnico no se presta a ello porque se lo obtuvo con el au*ilio del

    influo ipn%tico. S%lo si ustedes desecan la ipnosis pueden notar las resistencias y represiones y

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    formarse una representaci%n certera del proceso pat%"eno efectivo. 4a ipnosis encubre a la

    resistencia3 vuelve e*pedito un cierto mbito anmico! pero en cambio acumula la resistencia en las

    fronteras de ese mbito al modo de una muralla que vuelve inaccesible todo lo dems.

    4o ms valioso que aprendimos de la observaci%n de -reuer fueron las noticias acerca de los

    ne*os entre los sntomas y las vivencias pat%"enas o traumas psquicos! y aora no podemos

    omitir el apreciar esas intelecciones desde el punto de vista de la doctrina de la represi%n. ;l

    comieno no se ve bien c%mo desde la represi%n puede lle"arse a la formaci%n de sntoma. )n

    lu"ar de proporcionar una complea deducci%n te%rica! retomar$ en este punto la ima"en que antes

    usamos para ilustrar la represi%n Eesfuero de desalooF. Honsideren que con el distanciamiento del

    miembro perturbador y la colocaci%n de los "uardianes ante la puerta el asunto no necesariamente

    queda resuelto. Muy bien puede suceder que el e*pulsado! aora enconado y despoado de todo

    miramiento! si"a dndonos qu$ acer. )s verdad que ya no est entre nosotros3 nos emos librado

    de su presencia! de su risa ir%nica! de sus observaciones a media vo! pero en cierto sentido el

    esfuero de desaloo no a tenido $*ito! pues aora da a afuera un espectculo insoportable! y

    sus "ritos y los "olpes de puo que aplica contra la puerta estorban mi conferencia ms que antes

    su impertinente conducta. )n tales circunstancias no podramos menos que ale"rarnos si! por

    eemplo! nuestro estimado presidente! el doctor Stanley =all! quisiera asumir el papel de mediadory apaci"uador. =ablara con el miembro revoltoso a afuera y acudira a nosotros con la

    e*ortaci%n de que lo deramos rein"resar! ofreci$ndose $l como "arante de su buen

    comportamiento. bedeciendo a la autoridad del doctor =all! nos decidimos entonces a cancelar

    de nuevo el desaloo! y as vuelven a reinar la calma y la pa. )n realidad! no es esta una

    fi"uraci%n inadecuada de la tarea que compete al m$dico en la terapia psicoanaltica de las

    neurosis.

    Para decirlo aora ms directamente: mediante la inda"aci%n de los ist$ricos y otros neur%ticos

    lle"amos a convencernos de que en ellos a fracasado la represi%n de la idea entramada con el

    deseo insoportable. )s cierto que la an pulsionado afuera de la conciencia y del recuerdo!

    aorrndose en apariencia una "ran suma de displacer! pero la moci%n de deseo reprimida perdura

    en lo inconciente! al aceco de la oportunidad de ser activada3 y lue"o se las arre"la para enviardentro de la conciencia una formaci%n sustitutiva! desfi"urada y vuelta irreconocible! de lo

    reprimido! a la que pronto se anudan las mismas sensaciones de displacer que uno crey%

    aorrarse mediante la represi%n. )sa formaci%n sustitutiva de la idea reprimida

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    Disc#lpenme ustedes si no e lo"rado e*ponerles de una manera claramente apreensible estos

    puntos capitales del m$todo de tratamiento aora llamado psicoanlisis. 4as dificultades no se

    deben s%lo a la novedad del asunto. Sobre la ndole de los deseos inconciliables que a pesar de la

    represi%n saben acerse or desde lo inconciente! y sobre las condiciones subetivas o

    constitucionales que deben darse en cierta persona para que se produca ese fracaso de la

    represi%n y una formaci%n sustitutiva o de sntoma! daremos noticia lue"o! con al"unas

    puntualiaciones