las huellas del cantero romanico (rom7-2008)

9
Las huellas del cantero románico  Autor: Rodrigo de la Torre Martín-Romo  Localización: Románico: Revista de arte de amigos del románico ISSN 1885-8651, Nº. 7, 2008 , págs. 64-71.

Upload: erretemr

Post on 30-Oct-2015

19 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 1/9

Las huellas del cantero románico

•  Autor: Rodrigo de la Torre Martín-Romo

•  Localización: Románico: Revista de arte de amigos del románico

ISSN 1885-8651, Nº. 7, 2008 , págs. 64-71.

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 2/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 64

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

64 ROMÁNICO 7

LAS HUELLAS DEL CANTERO ROMÁNICORodrigo de la Torre

01 Pica. Procedencia y cronología indeterminadas

Colección del autor.

BAJO EL ALPENDRE

No hace mucho, entre la infinidad de cosas que hay enInternet, encontré un comentario sobre un capitel románico del

cual se decía que en él se aprecia perfectamente la huella dela gradina . Esto me hizo sonreír, ya que la fotografía que, porcierto, era muy precisa-mostraba nítidamente que la herramientaque había utilizado el anónimo escultor era un cincel plano.Imaginé que quizá el comentarista no distinguía las marcas quedeja una gradina de diente agudo, de las de un cincel en unacaliza dura, pues un ojo inexperto puede confundirlas. O acasoque, como la voz gradina no viene en nuestro Diccionario, leparecía más elegante utilizar esta palabra, presumiblemente deorigen francés, por la más corriente cincel pensando que setrata del mismo útil. Más recientemente, en un trabajo de inves-tigación y hablando de una estructura claramente románica,leemos textualmente: el abundante uso de gradina, la ausencia

de marcas de canteros, el material escantillado y el intento por seguir las pautas de la obra original, nos hacen pensar que no pertenece a los trabajos de la etapa posterior gótica, sino quees una actividad inmediata a la ruina y que no se separa muchode su construcción ya que sigue, con ciertas variaciones, dentrodel estilo románico . La anterior afirmación, redactada por unespecialista, es más preocupante, porque contiene un contra-sentido: realmente las huellas abundantes de las que habla sonlas del trinchante, que puede adscribirse a las técnicas de canteríarománica en un momento muy tardío, pero no la citada gradina,herramienta que sólo se empleará a partir del periodo gótico. Así que, en principio no puede asignarse una cronología románicaa una obra tallada con gradina, que además es un útil paratrabajos de pequeñas superficies, y no se emplea en los para-

mentos. Estas anécdotas nos han animado a querer recordarbrevemente cuáles son las técnicas de tallado que podemosencontrar en la arquitectura y la escultura pétrea románicas y que se deducen por las huellas dejadas por las herramientassobre el material.

La segunda vida de la piedra

Un apasionado investigador de la historia de las piedraspropuso una hermosa metáfora1: las piedras duermen en lanaturaleza su sempiterno sueño y son arrancadas de su entornomineral para ser el soporte de una creación humana. Tal acon-

02 Picomartillo o pico de mampostero. Útil de fabricaciónindustrial hacia 1970.Colección del autor.

03 Sillares y mampuestos en la fachadaoccidental de la iglesiade San Miguel de San Esteban de Gormaz. Hacia 1081.

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 3/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 65

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

CONSTRUIR Y DECORAR ROMÁNICO 7 65

04 Representación de un cantero acabando una carade sillar mediante apiconado. Claustro de la catedralde Gerona. Segunda mitad del siglo XII

tecimiento supone la muerte, pues al ser expuesta a la intemperiecada piedra es condenada a su deterioro y su final e inevitabledisgregación, pero a cambio adquiere una segunda vida efímera, en términos de tiempo geológico-pero útil y, algunas

 veces, incluso bella. Para cumplir este nuevo destino, el materialrocoso sufre una serie de transformaciones que comienzan en lacantera y acaban en la obra construida. Estas mudanzas sonfruto de un trabajo por lo general paciente y laborioso que enfrentaal hombre con la materia con ayuda de las herramientas. Comoen esta ocasión se trata de aportar una serie de referencias queayuden al lector a identificar los procesos de trabajo en el contextorománico, vamos a centrarnos en aquellas que dejan una huellareconocible en las superficies de estos monumentos. La totalidadde estas técnicas son de uso y difusión muy generales; su origenes anterior a la eclosión de la arquitectura románica en piedratallada y también se usarán después. Por esto debemos pedirencarecidamente al lector que se interese por estas cuestionesque no caiga en la tentación de invertir el razonamiento y etiquetarde románica una piedra aislada por el mero hecho de reconoceren ella una de las técnicas habituales del trabajo de la piedradurante los siglos XI y XII. Lo realmente interesante es el conjuntode detalles específicos que caracterizan las formas de trabajarla piedra durante este periodo, porque nos dan pistas para podercomprender mejor las ideas y los objetivos que subyacen al propiotrabajo.

Desbastados

Por lo general lo dificultoso del transporte de cargas pesadaspor una red viaria deficiente, cuando no inexistente motivó quedurante la Edad Media se recurriera a las posibilidades de suministromás próximas, es decir, reaprovechamientos de construccionesmonumentales anteriores, romanas, o a la extracción en canteraslocales. La situación habitual será que el edificio románico estérealizado en la piedra del país.

Los bloques se desprendían del frente de cantera mediantefractura por sistemas diversos que varían en función de la naturalezade la piedra y de la disposición del yacimiento rocoso. Si en este

proceso de extracción (sacar la piedra) se obtenían planos muy irregulares, se procedía a un primer desbastado que facilitaba sumanipulación y evitaba el transporte de volumen sobrante. Aunqueestuvieran definidas sus dimensiones, las piezas se sacaban conun tamaño ligeramente mayor, las creces de cantera, evitandode este modo tanto sorpresas de última hora (las medidas erantan ajustadas que al final la pieza es pequeña para lo que sepretende de ella) como desperfectos en el transporte, irremediablessi la piedra ya tiene las dimensiones definitivas antes de llegar ala obra. Las herramientas que se utilizan son de tope (almádenaso escantillones),o picas, muy parecidas a las empleadas en la

05 Tambor de columna en granito, labrado con pica.Iglesia del antiguo monasterio de San Martín deCastañeda. Siglo XII

06 Detalle de paramento de sillar en calcarenita gris.Procede del antiguo monasterio de de Santa María deSanta Cruz de la Seros. Finales siglo XI

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 4/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 66

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

66 ROMÁNICO 7 RODRIGO DE LA TORRE

07 Maceta de campaña (porrillo) y punteros actuales defabricación artesanal. Colección del autor.

minería (imagen 01). El pico de mampostero o picomartillo.(imagen 02), es una combinación de las dos anteriores, esdecir, una herramienta que combina un extremo con untope y otro en punta, y que es el útil característico para daruna somera forma a los mampuestos, que recordamos-son piezas más o menos conformadas pero sin ser geomé-tricas como los sillares (imagen 03). Las huellas de estasherramientas por lo general no se ven en una obra de silleríaterminada, bien porque forman parte de los trabajos prelimi-nares al labrado de los planos, o bien porque se trata desuperficies sin acabar que quedan en el interior del muro, esdecir, ocultas.

Labrados

Una vez en el taller de la construcción, se procedía a darla forma definitiva a las piezas según su función en la obra,fase que se denomina labrado o tallado. La mayoría de ellasacabarán siendo sillares, es decir, bloques paralelepípedos(en teoría) que presentarán un paramento o cara vista o (dossi se trata de esquinas) y cuatro caras en contacto con laspiezas contiguas, formando planos de lechos (los horizontales)

 y  juntas (verticales). Por norma general, hay un mayor esmeroen acabar la cara visible, la del paramento, que ademásdebe de presentar una superficie homogénea; con regula-ridad las de los planos horizontales (lecho y sobrelecho), queen el caso de los sillares deben de estar trabajados a escuadrarespecto del paramento, para que haya una correcta trans-misión de cargas y, finalmente, una menor exigencia paralos planos de juntas. La superficie posterior (el trasdós), cuyacara sería paralela al paramento, no es relevante porque losmuros románicos son de tipo mixto, es decir, construidoscomo dos paredes paralelas formadas por sillares con elespacio intermedio macizado con una fábrica heterogéneade calicanto, y el trasdós de los sillares atañe a este macizointermedio, con frecuencia llamado impropiamente relleno.Una de las características de la cantería de época románica

es la gran regularidad de todas las caras trabajadas del sillar,con independencia de su posición en la fábrica, hasta talpunto que es fácil distinguir los sillares románicos de los deépoca posterior cuando se desmonta un muro porque lescaracteriza este elevado grado de geometrización.

La definición de estas superficies se realiza con diversasherramientas, dependiendo de la época y de la naturalezade la piedra. Para piedras duras o vivas, se siguen utilizandolas mismas picas que en la cantera, pero golpeando verti-calmente el plano de trabajo, como podemos apreciar en

08  Autorretrato de Miguel, escultor de la arquivolta de la iglesiade San Cornelio y San Cipriano de Revilla de Santulán, manejandolas misma herramientas de la ilustración anterior. Mitad s XII

09 Dos escodas. Siglo XIX XX. Colección del autor

10 Sillares de caliza dolomítica labrados a escoda. Muro surdel transepto de San Isidoro de León. Principios siglo XII

11 Detalle de paramento en arenisca trabajado a escoda ymarca de cantero. Crucero de la catedral de Santo Domingo dela calzada. Mitad siglo XII

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 5/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 67

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

CONSTRUIR Y DECORAR ROMÁNICO 7 67

12 Pormenor de lailustración de la torre deBabel. En primer plano unarepresentación de doscanteros trabajando sobreun gran sillar cúbico. El dela izquierda acaba el

paramento a pica. El de laderecha cincela las aristascon una uñeta. Herrard deLansberg. Hortusdelicarium.1181

el célebre relieve de los picapedrers del claustro de Girona(imagen 04). De esta manera se controla el volumen y laregularidad de la superficie, y la textura acabada presentauna serie de picados o apiconado (imagen 05), que obser-

 vados en detalle se presentan como un conjunto de diminutoscráteres distribuidos más o menos uniformemente (imagen06). Como las picas son herramientas grandes, con las queno se puede obtener una gran precisión es decir, se tienepoca puntería con ellas-este trabajo se puede complementarcon los punteros, que son el mismo tipo de herramienta enla versión golpeada con mazo (imagen 07). De hecho, el

desbastado de molduras, y el modelado de otras formasornamentales se realizaba con la maceta y el puntero,siempre que la dureza y la cohesión de la piedra lo aconse-

 jaran. Son los hierros (la herramienta, en la terminología deloficio) que escogió maese Miguel para inmortalizarse en laarquivolta de Revilla de Santullán (imagen 08). En piedras

 mollares, francas o blandas, se podían utilizar estas mismasherramientas para el desbastado, pero se golpeaba conellas formando un cierto ángulo respecto del plano de trabajo,

 y entonces la huella resultante no es un cráter sino un surcodel que se ha desprendido una lasca. Podemos encontrarestas huellas en piedras románicas pero nunca como unatextura de una superficie finalizada, sino como evidencia de

un desbastado. Los acabados apiconados en este períodoson siempre mediante golpes perpendiculares. Es la huellaque se suele encontrar en las fábricas de sillería románicamás antiguas, independientemente del tipo de piedra em-pleado.

Un poco más adelante, a partir de las últimas décadasdel siglo XI, vemos que los sillares presentan en el paramentouna serie de marcas planas paralelas, que se obtienen aleliminar el desbastado a picón mediante cortes con laescoda, o tallante (imagen 09). Esta herramienta es comoun hacha de filo plano, y puede decirse que es el instrumentotípico para acabar los paramentos (imagen 10). La técnicarománica del escodado se caracteriza por ser bastante

regular, golpeando con la herramienta bastante vertical peroen una posición inclinada respecto de las aristas del planodel paramento es decir, aproximadamente en el sentidode la diagonal del rectángulo que forma esta cara-y seejecuta con herramientas de filo no muy ancho, a lo sumounos 5-8 cm. (imagen 11). En el caso de superficies curvadas(fustes, boceles), los golpes de escoda siguen la direcciónde las generatrices, siempre con gran regularidad. Al igualque para las picas y los punteros, existe una versión deherramienta de filo plano manejada con mazo, que esgenéricamente el cincel . Este útil puede ser de anchura de

13 Trinchate de fabricaciónartesanal, hacia 1940.Colección del autor.

14  Acabado a trinchatesobre sillar de caliza.Dormitorio del antiguomonasterio de Santa Maríade Alcobaça. Siglo XIII

15 Sillares escodados enarenisca ferruginosa. Ermitarománica de Nuestra SeñoradeTresfuentes. Hacia 1215

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 6/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 68

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

68 ROMÁNICO 7 RODRIGO DE LA TORRE

18 Detalle del acabado del fuste en mármol blancode una de las columnas de la Puerta del Perdónde la colegiata de San Isidoro de León. S. XII

filo muy variable, en función de su uso. Puede apre-ciarse su huella en los bordes de los sillares, en lasmolduras, en las tallas, puesto que es la herramientapor excelencia para definir las formas en la piedra(imagen 12). Si la piedra es muy mollar, los cincelesanchos o uñetas sustituirán a los punteros como herra-mientas de desbastado.

En ocasiones encontraremos que los paramentosse han acabado como acabamos de describir, perola herramienta deja una marca diferente, porque tiene

un filo dentado. Se trata del trinchante (imágenes 13 y 14). Podemos encontrar esta huella en muros romá-nicos, pero será en monumentos de una cronologíamás reciente. Aunque el trinchante parece ser uninvento romano para desbastar y modelar el mármol,ámbito en el que fue frecuentísimo a partir del s.I d.C.2

no se encuentran testimonios medievales anterioresa aprox. 1140, fecha en la que se detecta en elterritorio de Chartres3. A finales del siglo es una huellaque aparecerá regularmente en canterías de piedracaliza. Nosotros hemos supuesto que su introducciónen la Península Ibérica se debe a los cistercienses4.Por su diseño, el trinchante es un útil apto para el

desbastado y el tallado de piedras calizas no muy duras, ya que la forma de hacer saltar la lasca permitecontrolar la definición de las superficies en este material.

 Al mismo tiempo hay que señalar que hay zonas enlas que nunca se ha empleado porque el materialdominante es otro; por ejemplo, cuando la piedra delpaís es una arenisca poco compacta (imagen 15). Eltrinchante será la herramienta por antonomasia de lacantería gótica, que la empleará hasta la saciedadpara todo tipo de piedras, en ocasiones con un

 virtuosismo admirable. En resumen, aunque perfecta-mente podemos encontrar acabados a trinchanteen monumentos románicos, la cronología que nosindica esta huella es tardía, como se ha indicado, a

partir de bien entrado el siglo XII.

 Acabados

 Afortunadamente para nosotros, los canteros deantaño no hicieron sólo sillares, sino que nos dejaronlabores más complicadas en las que vertían su capa-cidad estética. La norma general del románico serádejar las superficies muy acabadas y limpias. Paraello, tras el tallado de una pieza viene el acabado

17 Imposta en la puerta meridional de la iglesiade Santa María de Tera. Siglo XII

16 Capitel en calcarenita gris. Puerta del Mercadode la Catedral de Jaca, inicios del siglo XII.

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 7/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 69

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

CONSTRUIR Y DECORAR ROMÁNICO 7 69

20 Detalle de capitel en el claustro del antiguo monasteriode Santa María de Vilabertrán. Siglos XII-XIII

propiamente dicho, que esencialmente consiste en eliminarlas huellas de la talla proporcionando una textura lisa. Estafase sólo se aplicará a las piezas que tienen una funciónornamental. El procedimiento general es el raspado, que enesta época consiste en frotar con el filo de la propia herra-mienta en sentido transversal al de la dirección del cincelado,a modo de raspador (imagen 16).

Piezas un poco especiales, como los fustes de las colum-nas, sobre todo si están realizados en mármol o en piedradura tienen un acabado diferente, el apomazado, es decir,

un semipulimento realizado por abrasión mediante el frotadocon una piedra muy dura que deja en la superficie minúsculasestrías paralelas (imagen 17). Los materiales habituales paraeste procedimiento son rocas como la piedra pómez, el sílex o el corindón que no estaban siempre al alcance de lamano y que seguramente eran sustituidas con frecuenciapor otras rocas abrasivas, como granitos muy silíceos ocuarcitas.

La observación detenida de los trabajos decorativospermite deducir cómo se organizaba el trabajo: así, por logeneral las molduras cinceladas y netamente definidas setrabajan sobre bloques previamente escuadrados y tratadoscomo sillares, sin que a nadie parece que le molestara lacoexistencia en la misma pieza de dos acabados distintos,el del labrado y el de la decoración: en la fotografía (imagen18) vemos que el motivo a base de lazos ha sido tallado acincel, repasando los planos y los fondos, sobre una piezapreviamente labrada a escoda. Esto probablemente indicauna especialización del trabajo mayor que la que habitual-mente estamos dispuestos a reconocer, y a la presenciahabitual de tallistas que continuaban el trabajo donde lodejaban los simples oficiales canteros.

Escultura

Como se ha apuntado, la norma del trabajo acabadorománico es la claridad de la superficie y la nitidez del dibujode las formas ornamentales y escultóricas, aunque esto noimpide que haya excepciones: los interesantes escultoresdel entorno del maestro de Frómista (imagen 19), por ejemplo,consideran el cincelado parte de la expresividad de su obra,

 y por lo tanto, no se plantean un acabado ulterior, en ungesto de afirmación de la textura como parte integrante dela forma que es sin duda apreciable para el espíritu delhombre contemporáneo.

En otras ocasiones, y habrá que esperar también muchotiempo para volver a encontrar recursos semejantes, se juega

19 Detalle del capitel en dolomita de la Puerta delCordero de la colegiata de San Isidoro de León. 1090

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 8/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 70

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

70 ROMÁNICO 7 RODRIGO DE LA TORRE

21 Detalle de cimacio en la galería de la iglesia de SanMiguel en Andaluz. Segunda mitad siglo XII.

22 Detalle de capitel y fuste de la sala capitular delantiguo monasterio de La Santa Espina. Siglo XIII.

con las texturas que dejan las distintas herramientas como parteintegrante del acabado. El artista de Vilabertrán, a partir de bloquescuidadosamente tallados a trinchante esto ya nos da una pistade la cronología de la obra-, ha labrado unos capiteles formalmentemuy sencillos, pero muy complejos en cuanto a sus acabados,creando visualmente cierta tensión entre la textura trinchada delos planos rectos, el apiconado minucioso de las superficies delcapitel, y las aristas exquisitamente cinceladas de las volutas(imagen 20). Es un interesante ejemplo de barroquismo a pesarde su austeridad formal.

La caja de herramientas del escultor del románico tendría másherramientas que unos punteros y un juego de cinceles planos pararealizar su labor: buriles, mediacañas, gubias estas huellas seaprecian bien en las esculturas de épocas posteriores, pero parecepor lo menos hasta donde nos ha sido posible examinar su trabajo-que no eran muy amigos de complicarse la vida con un utillaje

 variado. Sí que se evidencia el uso de taladros, en ocasiones conprofusión, aunque recordamos que no se trataba del sistema debroca helicoidal que todavía estaba por inventar5 -y que en lamayoría de los casos ni siquiera era un trépano ( o violín ) artilugioaccionado por el frotamiento de vaivén de una cuerda, ya conocidoen el antiguo Egipto, ni un  berbiquí  sino un simple barrenadogolpeando un buril más o menos puntiagudo perpendicularmente

 y con movimientos de un cuarto de vuelta (imagen 21). Mientrasque los tallistas bizantinos de la misma época empleaban lostaladros como método de desbastado de zonas difíciles, o paratroquelar relieves en el mármol, sus compañeros de Occidenteparece que los utilizaron principalmente como recurso decorativo.

Huellas poco o nada románicas

Hemos indicado que las técnicas del trabajo de la piedra delmundo románico proceden del mundo antiguo, algunas redescu-biertas o vueltas a difundir a partir de un momento determinado.Las aquí descritas se prolongarán hasta los albores del mundocontemporáneo y la aparición de las formas industriales del trabajode la piedra, pero cada época impondrá su particular forma detrabajar. Así, a modo de ejemplo, los escodados y trinchados ensentido de la diagonal, se irán haciendo perpendiculares al lechode los sillares a partir del gótico, y en el siglo XVIII será impensableque un cantero los realice de otra manera, salvo en el caso deuna obra rural y sin ninguna pretensión estética.

Otros procedimientos se recuperarán en épocas posteriores.Una de ellas será el uso del la gradina o cincel dentado, cuyautilización, semejante a la del trinchante, es incluso posterior, yaque se trata de una herramienta característicamente gótica.

 Aportamos una imagen (imagen 22) de un trabajo cisterciense en23 Representación del aserrado de un mármol. RabanoMauro. De Natura Rerum. Sigli XI

7/16/2019 Las Huellas Del Cantero Romanico (ROM7-2008)

http://slidepdf.com/reader/full/las-huellas-del-cantero-romanico-rom7-2008 9/9

romanico7.FH10 Mon Jan 05 21:29:07 2009 Página 71

Composición

C M Y CM MY CY CMY K

CONSTRUIR Y DECORAR ROMÁNICO 7 71

el que el capitel se talló con una gradina fina y el fuste conun trinchante. En la misma sala capitular, es decir, en elmismo lugar y aproximadamente en el mismo momento,otros artesanos sobre idénticas piedras tallaron capitelescincelados y fustes escodados. La coexistencia de diferentestécnicas indican cambios, adaptaciones, novedades, influen-cias, tradiciones; unas sugerentes huellas que proponen sinduda una investigación que algunos encontramos apasio-nante.

Hay otras huellas que serán una invención de tiempos

relativamente recientes: a las herramientas de acabado delescultor, que se citaron por ausencia en el apartado anterior,pueden añadirse los raspines, limas y escofinas.

El aserrado era una costosa y frecuente labor en el mundoromano, que gustaba de los aplacados en mármoles vistosos.Es una huella que queda eliminada por el pulimento posterior

 y habrá que esperar todavía unos siglos para reseñarlo, apesar de alguna imaginativa ilustración de la época (imagen23). El anónimo miniaturista del De natura rerum ilumina eltexto de Mauro con la figuración de una técnica para éldesconocida, mediante lo que conoce: imagina a dosesclavos antiguos serrando un bloque de mármol como sifueran trabajadores de un taller de carpintería. Si bien la

tronzadora podía ser parecida, la lama para el aserrado depiedra trabaja por abrasión, no por corte, y por eso de filocontinuo y no, como nos quiere hacer creer, con dientes. Laherramienta dibujada no es operativa, pero al mismo tiempo,tiene algo de mágico, porque da la impresión de que unmaterial duro como el mármol es vencido con un poco deingenio. El curioso artefacto para fijar el lastrón de mármolal suelo, seguramente también imaginado, merece -ennuestra opinión-un elogio por su ingeniosidad. En realidad,desde el Bajo Imperio romano hasta el siglo XVII parece queno se aserraron las piedras, salvo las extremadamente blandascomo el alabastro.

En este repaso de los útiles románicos, no echamos en

falta la bujarda, una herramienta de desbaste que paramuchos es la quintaesencia de las herramientas de la cantería,

 y que en España no es anterior al primer tercio del siglo XVIII,es decir, cuando buena parte de nuestro patrimonio pétreoera ya viejo6. Basta detectar la presencia de esta texturacon marcas semejantes a la del apiconado pero másregulares y uniformemente distribuidas-en una construcciónrománica para sospechar la sustitución o reposición de unelemento, o, lo que es peor, un retundido, es decir, la des-trucción de la textura original, usurpando así la huella denuestros antepasados.

Orientación bibliográfica

Una propuesta de lectura sobre el aba-nico general de las técnicas tradicionalesdel trabajo de la piedra, no solamente enel periodo románico:

- Jean-Claude BESSAC, Loutillage tradi-tionnel du tailleur de pierre, Paris, 1987

-Rodrigo DE LA TORRE, Técnicas prein-dustriales de la talla en piedra, en Losretablos: técnicas, materiales y proce-dimientos, GEIIC, Madrid, 2004

- Guía práctica de la cantería, León,1993

- Rudolf WITTKOWER, La escultura: proce-sos y principios, Madrid, 1980

Las ilustraciones son del autor con excepciónde los números 12 y 23 que proceden de:Jean GIMPEL, Les bâtisseurs des catedrales,Paris, 1980

Pies de pagina

1. René SANSEN, Lointains messages de la pierre, Braîne-le-Château, 1975

2. Jean-Claude BESSAC, Loutillage, p. 67

3. Eugène Emmanuelle VIOLLETLE-DUC, Dictionnaire raisonné de larchitecturefrançaise du XIe au XVIe siècle, Paris,1856; t. IX, p.4

4. Rodrigo DE LA TORRE, El taller de laconstrucción cisterciense a través desus marcas de cantero, en Revista deSoria, núm 21, Soria, 1998, p.31. Eltrinchante se atestigua en Borgoña ha-cia 1200 (v. VIOLLET-LE-DUC, op. cit .),país de origen de la Orden del Císter,

 y su presencia en la Península no esanterior hasta donde sabemos-a losmonumentos de esta institución.

5. La broca actual fue inventada en 1860por Martignon

6. El caso más antiguo que hemos cons-tatado está fechado en 1723. Cf. Ro-

drigo DE LA TORRE, Técnicas, p.16.8.Lamentamos tener que recordar quehace años encontramos la bujarda enuna exposición dedicada al Pórtico dela Gloria (1988) como una de las herra-mientas que se empleó en la épocadel Maestro Mateo.