PABLO EDUCADO POR DIOS

Las escasas noticiasque da sobre su conversión

son, todas ellas, confidencias

arrancadas por sus adversarios, polémicas

respuestasa injustificadas acusaciones.

De él surgieron,y en él quedan legitimadas, su misión personal y supeculiar evangelio. Pablo, que no quiso ocultar su pasadode perseguidor (1 Cor 15,9; Gál 1,3; Hch 7,58; 8,l;9,l-2),no dudará en presentarse a sus comunidades como cristianoy apóstol gracias sólo a una intervención personal deDios (Gál 1,15-17).

CONQUISTADO POR CRISTO

Filipenses 3,2-14 es, sin duda, el texto en el que Pablo hablade su conversión con mayor amplitud y con no poca implicaciónafectiva.

La carta queles dirigió es el escrito más entrañable (Flp 1,23-25) y

agradecido(Flp 4,15-18) de toda su

correspondencia.

Para expresar con mayor transparencia la profundidad

del cambio en él operado, se vale de un esquema narrativo

eficaz, al contraponer lo que era antes de su conversión

(Flp 3,5-6) a cuanto llegó a ser después de ella (Flp 3,7-11).

No habla del hecho en sí, menciona las circunstancias previas

y sus consecuencias. Tampoco identifica a Dios, ni a

Cristo, como causa y origen de lo acontecido; describe solo

sus vivencias personales.

Presenta su conversión como un acto «educador» de Dios, en concreto, como el salir obligado del «hogar» judío para entraren «la salvación que viene de Dios a través de la fe» (Flp 3,10). Pablo se siente salvado porque, educado por la gracia, abandonó un día el judaismo que amaba para amar el cristianismo que había perseguido.

De fariseo irreprochable y fogoso perseguidor...

(Flp 3,5-6)

Pablo no dejaver descontento ni reproche alguno con respecto a su vidaanterior; no se siente humillado por tener que hablarde un tiempo superado.

Pablo siempre se consideró judío, jamás renunció a su pasado (Flp 3,6; Hch 21,39; 22,3; 23,6; 26,5; 2 Cor 11,22; Rom 9,1-5; 11,1; Gál 2,15).

4En lo que a mí respecta, tendría motivos para confiar enmis títulos humanos. Nadie puede hacerlo con más razónque yo. 5Fui circuncidado a los ocho días de nacer, soy dellinaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo por loscuatro costados, fariseo en cuanto al modo de entenderla ley, 6ardiente perseguidor de la Iglesia, e ineprochableen lo que se refiere al cumplimiento de la ley.

Nacido en la diáspora, es de suponer que fuera educado en Jerusalén (Hch 22,3; 26,4; Gál 1,22), en donde residía una hermana (Hch 23,16-22.26). Jerusalén era la base permanente del movimiento fariseo; allí pudo Saulo hacerse miembro de esa comunidad que se atenía estrictamente a la ley. A llí habría frecuentado la escuela de Gamaliel I el Viejo,

Pablo presume de su orígenes y de su fidelidad a ellos, incluso siendo ya cristiano y apóstol de los paganos (Flp 3,5; Rom 11,1; Gál 1,14

ya cristiano, se confiesa «irreprochableen lo referente al cumplimiento de la ley» (Flp 3,6).

La confesión del mesianismo de Jesús de Nazaret, un maldito de Dios por haber muerto en cruz (Dt 21,23), pudoser muy bien una de las razones que expliquen su afán persecutorio.

La defensa de la ley que le llevó a promover la aniquilación de los transgresores, una actitud lógica en cualquier fiel (1 Re 19,10.14; 1 Mac2,24.54.58)

Es este celo religioso, y no el extremismo político de los zelotas, lo que le convierte en fanático perseguidor de los discípulos del Señor (1 Cor 15,9; Gál 1,13; Hch 8,3; 9,1-2; 24,4.19; 26,12).

... a cristiano convencido, seducido por Cristo (Flp 3,7-12)

Pablo desvela sus consecuencias: Cristo Jesús le ha sacado de sus «casillas», de cuanto daba sentido y seguridad a su existencia; lo que tenía ganado por herencia natural, la raza y la fe judía, no vale la pena que se mantenga, merece ser dilapidado: nada resiste la confrontación con «el amor aCristo» (Fil 3,7),

Esta acumulación de expresiones, preñadas de intenso afecto, no son mera prueba de un repentino y definitivo enamoramiento, que lo son; se trata, sobre todo, de palabras de un nuevo conocimiento, que va a explicitar a continuación (Flp 3,10-11), un conocimiento vital, nacido de una vinculación personal, íntimo, con Cristo Jesús,

Pablo no ha dejado la ley por la fatiga que produce su puntual obediencia ni porque la considerase imposible de cumplir, sino porque no le ha conducido hasta Cristo, no le facilitado conocerlo ni sentirse por él salvado.

Pablo describe su cambio con tres términos, profundamente vivenciales: conocer al Resucitado, experimentar su poder y aceptar, solidario hasta la muerte, sus padecimientos (Flp 3,10). E l encuentro con Cristo no se reduce a un cambio de mentalidad y de valores, impone el ensimismamiento personal. Su vida anterior no había sido mala, era simplemente inútil. Y lo era porque no le llevó a «conocer» a Cristo. Cristo Jesús, encontrado en el camino de

Damasco, es el motivo, y el tema, de la experiencia cristiana de Pablo. Ha salido del judaísmo, porque ha «conocido» entrañablemente a Cristo; de ahora en adelante, «su Señor».

El proceso educativo, que incluye una mirada a la realidad religiosa judía, su enjuiciamiento y repulsa, le ha llevado a esperar una salvación quele es concedida, un amor que es oferta inmerecida.

El apóstol queda educado no porque abandone su hogar y sus seguridades o cambie de mentalidad y preferencias, sino cuando hace propios meta y camino de Cristo, recorriéndolos como él y en pos de él. Pablo es capaz ahora de reconocerse a sí mismo como cristiano, porque inaugurauna nueva relación con Cristo: ha empezado un nuevo camino, cautivo de su Señor, porque lo ha cautivado; el cazador ha sido, sorpresivamente y con cierta violencia, cazado (Flp 3,12).

ORAR: FILIPENSES 3,7-11Conocer a Cristo es saberse por él conquistado

Pablo no nos ha dejado testimonio escrito alguno sobre su conversión al cristianismo. Es más, el apóstol nunca utilizó la palabra «conversión» para definir su experiencia pascual,

No quiso «cambiar» de religión, permaneciósiendo judío cuando empezó a ser «mesiánico» (cristiano). Identificar la nueva secta judía como «cristiana» fue, probablemente, una invención pagana y posterior, diez años al menos, a su conversión (cf. Hch 11,26).

Para Pablo el paso a la fe en Cristo había sido la consecuencia de un inesperado, y gratuito, encuentro con el Resucitado. Ese encuentro fue origen y razón de su llamada al apostolado, contenido y fundamento de su evangelizació

Filipenses 3,7-11 destaca por ser el más amplio y el más íntimo.

PARA ENTENDER EL TEXTOContexto inmediato (Flp 3,1 b-4a)

Tras haber confesado su soledad y la añoranza que siente por ellos, Pablo ha prometido a los filipenses que les enviaría a Timoteo y haría regresar a Epafrodito (Flp 2,19-3,1 a). De forma brusca, sin causa aparente, el apóstol abandona el tono confidencial y se vuelve agrio y violento: advierte a su queridos filipenses del peligro quecorren por la presencia de un grupo que postula la circuncisión como necesaria para la vida cristiana.

Pablo parece «volver» a un tema conocido por sus lectores (3,1b). La advertencia, repetida tres veces, es grave; el tono, áspero; los argumentos, enfatizados, respiran inmisericordia con los adversario.

Llama perros (animal impuro, cf. Mt 7,6; 2 Pe 2,2), un calificativo despectivo que los judíos usaban para referirse a los paganos (cf. Mt 15,26; Ap 22,15), y malos obreros, falsos apóstoles, agitadores sin mandato (cf. 2 Cor 11,13).

● Adorar/servir a Dios en espíritu es lo contrario a trabajar en su reino para el proprio beneficio, como si el trabajo apostólico debiera «rendir ganancias» (Rom 1,9: Dios a quien rindo culto de todo corazón anunciando el evangelio de su hijo...).

●Gloriarse en Cristo es lo contrario a poner confianza en la carne (2 Cor 11,18: son tantos los que presumen de glorias humanas...). Carne es la debilidad humana que se disfraza de autosuficiencia (Rom 1,3), al apoyarse aquí en normas legales.

El texto (Flp 3,4b-12)

Habla de su encuentro con el Resucitado, sin narrar los hechos que podrían ser bien conocidos de sus lectores pero explicando las consecuencias que introdujo en su vida.

Es posible que los adversarios del apóstol hubieran aludido a sus «credenciales», impecables dentro del judaísmo como argumento a favor de la circuncisión.

Pablo ha renegado de su pasado judío. Más aún, el apóstol acepta el reto de sus opositores y afirma con seguridad que les gana en títulos y en méritos.

La afirmación, inaceptable, si es que comprensible, para un judío piadoso, señala una cesura brusca con lo anterior. Más decisivo aún, aporta la visión que Pablo tiene del cambio que ha introducido el encuentro con Cristo Resucitado.

No cambió la realidad, más bien su forma de verla y valorarla. ¿Por qué este cambio de valoración? Por una persona, mejor dicho, por haber conocido a una persona, Jesús; algo, un suceso no mencionado aquí, tuvo un inesperado resultado, le confirió una nueva comprensión: conoció a Jesús como Mesías y Señor.

Conocer, aquí, no tiene el sentido habitual, propio de la cultura griega, de comprender algo, poder distinguirlo de otras realidades, abarcarlo e identificarlo, poseerlo en alguna forma y lograr manejarlo; es más bien, en sentido bíblico, un entrar en comunión de vida con una persona y permitirla que tome el destino de la propia vida: es un conocimiento que lleva aparejado el amor, mejor dicho, el ser amado. Conoce a Jesús en verdad quien vive de él enamorado.

Como Cristo y Señor es aceptado Jesús por Pablo, quien ha adquirido un nuevo saber sobre una persona, un saber excelso, que sobrepasa todo conocimiento anterior. Este conocer de Jesús ha sido la causa que ha producido una radical subversión de los valores que daban sentido (ganancia versus pérdida) a una vida interior, no se olvide, siempre ajustada a los designios de Dios.

E1 «descubrimiento» de la persona de Jesús es, pues, el elemento determinante de su experiencia cristiana: Pablo no se reconoció pecador, conoció a Jesús como su Mesías y Señor. A lo que ya tenía, se le añadió un nuevo saber, el saberse salvado por Cristo Jesús. Al reconocerse salvado por Cristo ese es el contenido del eminente conocimiento adquirido, todo lo que tenía antes es ahora «considerado» inválido; más aún,desventaja y pérdida. No porque así lo fuera/sea, sino en comparación con cuanto le aporta Cristo Jesús.

2. Objetivo: ganarse a Cristo

Su testimonio, sin dejar de ser teológico, respira realismo y autenticidad, es pura confidencia íntima: Pablo se deja ver profundamente afectado por Cristo Jesús, de una forma radical y permanente, tanto como para afectar su forma de «ver» las cosas; y no cualquier cosa, sino su misma relación con Dios, su forma de verse ante Dios. El encuentro con Jesús, su reconocimiento de que es su Señor, afecta a su relación con Dios: es el cambio máximo que puede darse en un judío creyente.

Pablo no renuncia a algo malo (la vida según la ley, los privilegios del pueblo judío), prefiere algo mejor (Cristo).

Pablo se explica muy mal, enredándose en varios sobreentendidos. Mediante la fe en Cristo, dice, y no por el cumplimiento de la ley; es decir, viviendo de la gracia no por el esfuerzo, dejándose regalar por Dios, aceptando a Cristo como salvador, no ilusionándose con obligar a Dios a serle propicio. Se gana a Cristo quien lo acepta, se encuentra en él quien lo recibe como gracia, en 1.1 confianza de obtenerlo. Encontrarse en él es hallarse en Cristo muerto y resucitado, quererse en comunión, conocer la fuerza de 1.1 resurrección (cf. 3,20-21).

Aparece, pues, Cristo Jesús como necesario para la salvación, un «re-conocimiento» que a nosotros hoy nos puede parecer obvio pero que no lo era para Pablo, minutos antes de toparse con él camino de Damasco.

Pablo se «convirtió» cuando Jesús de Nazaret, «maldito según la ley» (Cál 3,13), se le convirtió en Cristo y Señor, cuando él aceptó —eso es la fe— serle su siervo y propagandista.

El conocimiento de Cristo no es externo a él, no es objetivo, ni depende de lo mucho que sobre él se sepa; es un conocer por compartir vida y muerte, es un quererse como él, vivo o muerto, y repetir su «camino» vital o tener sus mismos sentimientos, como dice en Filipenses 2,5.

En el sufrimiento se realiza la adhesión, una experiencia que rechazan muchos, «de los que están entre vosotros» —dirá Pablo «con lágrimas en los ojos»— es decir, «los enemigos de la cruz de Cristo» (3,18). Este vivir «conformado» con la muerte de Cristo es posible gracias a la fuerza experimentada de la resurrección de Jesús, ya consumada, y de la nuestra, aún por confirmar.

3. Vivir en esperanza

El encuentro con el Resucitado le ha abierto unas posibilidades que no son todavía de su completa posesión.

La esperanza encubre cierta inseguridad o duda y por tanto unale que ha de ser probada de llegar a la meta; pero su confianza está fundada en el don, en una llamada: llegará cuando sea conquistado.

La gracia, pues, no exime del esfuerzo, más bien lo exige para confirmarse.

1.2. Por Dios evangelizadoy enviado a evangelizarDios ha «educado» al apóstol Pablo dándole a conocer, desvelándole, instruyéndole que el Señor Jesús, a quien perseguía (Hch 9,5), es su propio Hijo. Un nuevo, revolucionario, conocimiento de Cristo es el motivo, razón y contenido, de la educación divina.

De furioso perseguidor y fanático tradicionalista... (Gál 1,13-14)

Pablo no parece avergonzado de su pasado, cuando, ya apóstol maduro, lo recuerda a los gálatas.

Será el único personaje que intervino en la primera persecución de la Iglesia recordado por su nombre y sus acciones por Lucas: «Saulo se ensañaba contra la Iglesia, entraba en las Casa, apresaba a hombres y mujeres, y los metía en la cárcel (Hch 8,3).

La eficacia de su implicación excedía con creces lade sus coetáneos; su apasionado celo por las tradiciones patrias era la causa más profunda. Si perseguía cristianos, no era porque fuera sanguinario o malévolo, sino porque, practicante convencido, no soportaba deserciones ni desviaciones de la fe tradicional. De esta fidelidad extrema a La ley lo sacó su Dios.

a conocedor del Hijo y apóstol de los paganos (Gál 1,15-17)

Al menos, a nivel sintáctico, la fuerza expresiva recae en la consecuencia, la misión entre gentiles, y no en el acontecimiento mismo, la benevolencia que le tuvo Dios al hacerle reconocer a Cristo como su Hijo.

No se convirtió Pablo en un hombre nuevo, Dios le dio a conocer la identidad de Jesús.

Se reconoció querido por Dios y conoció a Cristo Jesús como el hijo querido de Dios. La suya no fue, en realidad, otra conversión más; fue una excepcional experiencia de Dios, que le aportó dos nuevos «saberes»: saber que Dios era el Padre del Señor Jesús (Gál 1,16) y saberse él destinado a anunciarlo a los paganos (Gál 1,15).

Dios «educó» a Pablo en la gratuidad cuando, dándole a conocer a Cristo, le impuso la misión como tarea de por vida Si su anterior vida de perseguidor no había impedido a Dios hacerle «apóstol de los gentiles» (Rom 11,13), Pablo comprendió así que en adelante su vida no tenía otro sentido: qué sería de él, si no evangelizara! (1 Cor 9,16).

ORAR: GÁIATAS 1,13-17«Revelar a su Hijo en mí»,contenido de la experiencia pascual de Pablo

Escribiendo a los gálatas, Pablo tieneque recordarles, una vez más, cuanto le había ocurrido yendo a Damasco.

El apóstol no se dirige a fieles discípulos, sino a «gálatas estúpidos», que, con prisas, han abandonado la gracia de Cristo y se están pasando a «otro» evangelio (Gál 3,1; 1,6). Deberían saber, en realidad, que no existe otro evangelio (Gál 1,7); másaún, «maldito sea quien os anuncie un evangelio diverso al que yo Os anuncié» (Gál 1,8).

Para defender su ministerio, Pablo se presenta como «apóstol no por disposición humana, ni por intervención de hombre alguno, sino por designio de Cristo Jesús y de Dios Padre» (Gál 1,1).

PARA ENTENDER EL TEXTO

Pablo se pone a contar qué habíahecho antes y después de su encuentro con el Resucitado, evitandohacer crónica de lo sucedido.

Ambas partes del relato son fidedignas, aunque sumarias, centradas en la «conducta» de Pablo, judío y cristiano. El apóstol cuentalos hechos sin adornarlos, no busca tampoco la benevolencia desus oyentes.

A diferencia de Filipenses3, Gálatas 1 desvela un nuevoelemento, más objetivo y fundamental: Dios ha sido el protagonistade su cambio. No fue tanto una mudanza en la conducta, ni reemplazoen la fe: «Dios tuvo a bien revelarme a su Hijo y hacermesu mensajero entre los paganos» (Gál 1,16).

AntecedentesUn tiempo de cruel persecución de la Iglesia (Gál 1,13-14)

Pablo no se muestra avergonzado de su pasado

Tener que recordar su «conducta anterior» (Gál 1,13) no le resulta embarazoso ni se siente culpable; precisamente por ello suena a sincera e incontrastable su nueva posición: heredar una fe y tradiciones que no llevan a Cristo no sirve para nada.

No está interesado en justificarse. Afirma, eso sí, el propósito que guiaba su intervención (destrozar la Iglesia de Dios), las consecuencias (aventajara muchos compatriotas de su edad) y el motivo más personal (el apasionado celo de las ti adiciones patrias). Perseguía con ensañamiento a los seguidores del «camino» no porque fuera sanguinario o un malvado, sino porque, fiel convencido, no soportaba defecciones ni desviaciones de las tradiciones de sus padres. De esta fidelidad extrema a la ley lo tuvo que liberar Dios en persona.

ConsecuenciasLlamado a conocer al Hijo de Diosy a anunciarlo a los gentiles (Gál 1,15-17)

Resulta un tanto insólito que Pablo haya puesto en relieve más cuanto él hizo inmediatamente después de ser llamado (dirigirse a Arabia y después otra vez a Damasco) que cuanto había hecho Dios en él (elegirlo, llamarlo, revelarle a su Hijo y convertirlo en su enviado). Desde un punto de vista sintáctico, el acento de la formulación recae, ciertamente, sobre el efecto, una inmediata evangelización, que sobre el mismo hecho, la benevolencia divina que le hizo conocer a Jesús como Hijo de Dios.

Pablo no se presenta como sujeto activo de la experiencia, sino como su beneficiario, receptor de una intervención, tan gratuita como inesperada, de Dios en él.

El apóstol la define como un conocer a Dios que reconoce ahora como Padre del Resucitado o, mejor, como un darse a conocer de Dios, que desvela, manifestando definitivamente, su ser padre de Jesús.

Dios se le ha identificado como Padre de Jesús y Pablo se siente identificadocomo su apóstol entre las gentes.

Pablo no se convirtió en un hombre menos malo, ni más celoso; en él no hubo cambio de fidelidades ni abandono de la fe judía. Dios le concedió un saber nuevo: vino a conocer la identidad verdadera de Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y en ella descubrió la auténtica identidad de Jesús, el Hijo de Dios.

Pablo veía que toda su existencia, incluido el largo período de judío celoso y diestro perseguidor, había estado bajo el poder de la benevolencia divina.

Dios, que se había comportado con Pablo usando gratuidad, lo educó» a la gratuidad en la misión, liberándolo del servicio a la ley para que sirviera al Señor Jesús:

Pablo entendió que, en adelante, su vida no tendría otro sentido ni otro objetivo que no fuese el anuncio de Cristo y éste crucificado (1 Cor 2,2

PARA ILUMINAR LA VIDA

La conversión de Pablo fue, en realidad, además de un repentino cambio de profesión» (de perseguidor a propagandista), sobre todo una experiencia de Dios. De ella nació, y en ella se enraizó Ia conciencia apostólica de Pablo.

Pablo imaginaba al Dios que lo había llamado como un Dios que se había complacido llamándolo

Después de un tiempo de vida apostólica, escribiendo a los gálatas, Pablo ha visto toda su existencia también el tiempo en el que perseguía a la iglesia de Dios como parte y camino de un único proyecto divino.

Pablo percibió que era enviado por Dios en el momento en el que experimentó a Dios. Su cambio de vida fue el resultado evidente del cambio que se había dado en Dios