las diez vidas de hugo blanco entrevista

Click here to load reader

Upload: andreramoschacon

Post on 06-Apr-2016

214 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Hugo Blanco

TRANSCRIPT

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 83

    4plural2plural2Memoria viva

    Martn CuneoLas diez vidas de Hugo Blanco

    [Hugo Blanco no tiene madera de hroe, pero la lucha para buscar unaalternativa revolucionaria al capitalismo no necesita hroes. Hugo Blancotiene madera de campesino, de indgena, de sindicalista, de militante revo-lucionario indomable, Y todo eso s lo necesitamos, para tener compae-ros reconocidos internacionalmente en los que se pueda confiar, que seancomo enlaces compartidos entre las rebeliones y revoluciones del siglo XXy las de ahora mismo, en las que por cierto, sea en Tahrir, en las Casbah, enSyntagma o, ms modestamente en nuestros 15-M, Hugo se hubiera sentidocomo en casa.

    Hugo es capaz adems de contarnos su asombrosa vida (que el ttulo de estetexto escribe, justamente, en plural) con naturalidad, con una memoriaesplndida y con humor, o sea como lo hara un viejo y sabio campesino ind-gena cusqueo, curtido en mil batallas.

    Martn Cuneo ha sabido captar la personalidad de Hugo Blanco con talfidelidad que quienes le conocemos parece que lo tenemos ah al lado y quie-nes no lo conocen pueden hacerse una idea de una de las biografas militan-tes que concitan el respeto, el cario y la admiracin de mucha gente, enmuchos lugares, ms all de siglas e ideologas. El precioso dibujo de EmmaGascn que publicamos en la portada interpreta la personalidad de Hugo concario e inspiracin.

    Todas las colaboraciones son agradecidas y bienvenidas en nuestras pgi-nas. Pero se entender que sintamos una especial satisfaccin por publicaresta entrevista. M. R].

    El gato peruano tiene siete vidas, el gato sueco nueve... As que tengo derechoa que la prxima ya me toque, recita Hugo Blanco, sentado en la cafetera deun hostal en el casco histrico de Cusco. En sus 76 aos de vida, hasta nueveveces le vio la cara a la muerte, segn su propia cuenta. Sin embargo, a medidaque avanza en su relato queda claro que se ha dejado unas cuantas veces fuera.Condenas de muerte, tiroteos, secuestros, intentos de asesinato, alguna enferme-dad, catorce huelgas de hambre, torturas y crceles... Y siempre la muerte sali

  • perdiendo. Tan molesto ha resultado este histrico luchador campesino para lossucesivos Gobiernos peruanos que, en una de sus huelgas de hambre, el enton-ces ministro del Interior se solidariz con su situacin regalndole un atad.

    La reforma agraria empez desde abajoPese a nacer en una familia de clase media decidi, al igual que su admi-rado escritor Jos Mara Arguedas, ser indio. Un hecho marc su infancia:el hacendado Bartolom Paz orden marcar con un hierro candente sus ini-ciales en el trasero de un campesino indgena. Naturalmente el seor Pazno fue detenido, eso no se poda hacer con una persona de respeto.Probablemente ese hecho marc el sentido de mi vida, dijo Blanco des-pus de ser liberado de la ltima de sus detenciones en 2008. En esa oca-sin haba sido acusado de participar en la recuperacin de tierras quehaban sido arrebatadas a comunidades indgenas precisamente por el hijode aquel hacendado.

    Despus de estudiar y trabajar como obrero en Argentina y de participar en1958 en las manifestaciones contra la visita del entonces vicepresidente RichardNixon, volvi a su regin natal, el Cusco, para trabajar en una hacienda de LaConvencin. En esos aos, segua vigente el gamonalismo, un sistema semifeu-dal heredado de la colonia. El hacendado permita que el campesino cultivara unpedazo de tierra, pero en pago deba trabajar en la hacienda y realizar toda clasede labores para el patrn: sembrar sus tierras, trabajar como sirviente domstico(pongo) en la casa del seor, vender sus productos al hacendado a los preciosque l mismo decida, entre una extensa lista de abusos.

    Jos Mara Arguedas fue quien mejor retrat las humillaciones vividas porlos campesinos de las haciendas. El cuento El Sueo del Pongo sigue siendouno de los favoritos de Blanco. Un patrn maltrataba a su siervo da tras da,lo obligaba a ladrar y a arrastrarse como un perro o alzar las orejas a imitacinde las vizcachas. Un da, el pongo se acerca al seor y frente a todos los sier-vos le dice que la noche pasada so con l. El patrn le pide que le cuente elsueo. El campesino procede: el patrn y el pongo estn muertos, desnudos losdos frente a San Francisco. El santo ordena a un ngel traer una copa de orocon miel para verterla encima del patrn. As tena que ser, dice el hacen-dado. El pongo contina con el sueo: San Francisco ordena al ngel demenos valer que traiga un tarro de gasolina con excremento humano y quelo unte sobre el indio. As tena que ser, dice el seor. Pero el sueo delpongo no terminaba ah. San Francisco da su ltima orden: que se laman eluno al otro por toda la eternidad.

    La justicia divina que el pongo de Jos Mara Arguedas consigui en la otravida gracias a un santo, los campesinos de las haciendas de La Convencin yLares la consiguieron gracias a una huelga indefinida. Imagnense lo aventu-

    84 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    RCHResaltado

  • rero que es el trostkista Blanco, que tiene a su sindicato en huelga nuevemeses, decan los estalinistas de la Federacin de Trabajadores del Cuzco,recuerda. Pero no era una huelga al uso. Cuando un obrero hace huelga, pier-de su salario y puede ser despedido. Pero, qu ocurre cuando un campesinohace una huelga que consiste en no trabajar para el seor y dedicarse a cuidarsu propia tierra y esa huelga se contagia a todas las haciendas de una regin?Es la revolucin. La reforma agraria desde abajo.

    Eso fue lo que ocurri en la provincia de La Convencin y en la zona deLares, en el departamento de Cusco, a principios de la dcada de los 60. Frentea los abusos de los patrones se formaron sindicatos en la zona de LaConvencin con abogados que defendan a los campesinos y exigan que sediscutieran los pliegos de reivindicaciones.

    Como la Polica y el poder judicial estaban en sus manos metan a loscabecillas en la crcel. A uno de esos sindicatos, en Chaupimayo, es que yoentr, dice Blanco, con su eterno sombrero de paja, su barba blanca y sussandalias de indio. Cuando ingres en el sindicato en el ao 1960, tres de susdirigentes estaban detenidos. Ah comenz la cosa para m. Hacamos mar-chas por los presos, cortbamos durante un da las carreteras y la actividadcomercial en la provincia, hacamos mtines, huelgas de hambre... Y as lossacbamos. Pero muchos hacendados se negaban a firmar los pliegos dereclamaciones, ni aceptaban reconocer a los sindicatos. Mucho menos discu-tir con los campesinos.

    Entonces algunos sindicatos decidieron ir a la huelga. Y el campesinoestaba feliz, porque tena ms tiempo para trabajar su chacra. Era como uninquilino que por huelga no paga el alquiler, explica. Las reclamaciones ini-ciales de los campesinos que se disminuyera los das de condicin, jornadasde ocho horas, el fin de los maltratos fsicos, libertad sindical... fueron sobre-pasadas por la huelga, que se convirti en un cuestionamiento directo a laestructura feudal de la tierra.

    Lleg a haber cien haciendas en huelga, cien haciendas con reforma agrariacon el nombre de huelga. La reforma agraria la haba hecho el campesina-do sin saber que estaba haciendo la reforma agraria, dice. Con la consignatierra o muerte, los campesinos de las haciendas lograron rebasar a la diri-gencia de la Federacin de Trabajadores del Cusco.

    Guerrilla en legtima defensaLos hacendados comenzaron a portar armas, a disparar al aire, a amenazar demuerte a los indios ladrones, tal como los llamaban. Los campesinosdenunciaron los hechos a la Guardia Civil pero se encontraban con un muro.Indios sinvergenzas, ustedes cara de quejarse, le estn robando la tierra alpatrn y l tiene derecho para matarlos como perros, fue una de las respues-tas que recibieron, segn cuenta Blanco.

    VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 85

    RCHResaltado

    RCHResaltado

    RCHResaltado

  • Ante la complicidad de la Polica, muchos afectados acudieron a la recin crea-da Federacin Provincial de Campesinos en La Convencin.

    Lo nico que nos queda es defendernos nosotros mismos dijo Blanco.Compaeros, ya saben que cuando nos emborrachamos podemos dispa-

    rarnos unos a los otros decan los burcratas. S, el compaero tiene razn respondi Blanco, puede suceder eso, pero

    para que no suceda lo mejor es que montemos comits de autodefensa bienorganizados.

    Y ah ya no tuvieron ms qu decir. Y se aprob. Cmo saban que enChaupimayo estbamos ya preparndonos porque ramos de los ms amena-zados, la asamblea me eligi a m por unanimidad para organizar los comitsde autodefensa, recuerda.

    Lo primero era conseguir armas. En previsin de un estallido, las autoridadesprohibieron su venta en el sur del Per. Pero como los comerciantes soncapitalistas dijeron ah, las armas estn prohibidas en el sur del Per, esoquiere decir que all tienen buen precio, vamos a llevar all. Slo faltaba eldinero para comprarlas. Una noche se llevaron el ganado del hacendado y lovendieron. Al da siguiente la carne se vendi ms barata que nunca. Coneso haba dinero para comprar armas. Tambin los amigos pirotcnicos de loscampesinos nos regalaban plvora para las escopetas. El capataz de unacarretera que se construa cerca de Chaupimayo nos dio dinamita y el inge-niero incluso nos ense a utilizarla. Nosotros sabamos que estallaba, perono que se necesitaban mechas y detonadores, se re Blanco. Mi camaradaTrotsky deca hay que armar al pueblo con la necesidad de armarse. Cuandola gente siente que tiene que armarse, de donde sea salen, brotan las armas.

    En un principio los grupos de autodefensa cumplieron con su objetivo: loshacendados rebajaron la violencia de las amenazas. Pero las crticas de laderecha al Gobierno militar por permitir esta alteracin del orden determinel inicio de una escalada represiva: Tal como anunci el jefe de la GuardiaCivil por radio, primero reprimieron en el sector de la sierra fra, que estabamenos organizado, mataron a un campesino en un mitin. Despus se fueron aLa Convencin y prohibieron que se rena la Federacin Provincial deCampesinos de La Convencin y Lares, a culatazos entraban a las asambleasde los sindicatos.

    De la clandestinidad a la crcelEn el contexto de esta contraofensiva, un hacendado acompa a un policapara capturar al secretario general del sindicato local. No encontraron ms quea un nio de once aos.

    Dnde est tu pap?

    86 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    RCHResaltado

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 87

    No s, seor. Cmo que no sabes? grit el hacendado y amenaz al nio con el arma

    del polica en el pecho.Si no hablas, te mato.

    El chiquito, como no saba dnde estaba, empez a llorar y de un balazoel patrn le rompi el brazo, en presencia de la Polica. Entonces el compa-ero vino a buscar ayuda. A m ya me perseguan en esa poca, cuenta.

    A qu autoridad puedo quejarme? pregunt el padre desesperado.Reunidos cuatro sindicatos se decidi enviar una comisin encabezada por

    Hugo Blanco. Tenamos que pasar dos puestos de la polica antes de llegara esa hacienda. Uno logramos eludirlo, pero el otro no. Vimos que haba genteque iba corriendo a avisar, dice Blanco. Frente al puesto de la Guardia Civil,un guardia haca como que lea el peridico.

    Seor, quiero hablar con usted dijo Blanco.S, pase el polica lo invit a entrar.Sabe que en esta hacienda el patrn ha herido a un nio? Ahora nos estn

    mandando en comisin para pedirle cuentas al hacendado, pero como notenemos la suficiente cantidad de armas estamos viniendo a llevar las armasde ac... deca Hugo Blanco mientras iba sacando el revlver . As que ustedlevante las manos y qudese tranquilo, nosotros vamos a sacar las armas y nova a pasar nada.

    Ah, si ustedes quieren las armas yo se las voy a dar... Usted qudese tranquilo, levante las manos o disparo subi la voz Hugo

    Blanco. El polica se puso de pie y en vez de levantarlas meti una de lasmanos en el bolsillo para sacar el arma. Hugo Blanco dispar. El polica alcan-z a sacar el revlver y a disparar, pero ya se caa. Un segundo ms me demo-raba y era yo el muerto, cuenta. Me abalanc y le quit el revlver. Salimosy rodeamos el puesto. Empez el tiroteo. Slo despus de una granada demano casera, se rindi el otro guardia.

    Trajeron al enfermero de Pujiura, el pueblo donde se encontraban, pero nofue suficiente para salvar al polica herido. Segn Blanco, el agente era elguardia que le haba dado el arma al hacendado para que disparase al nio,por eso no quera rendirse.

    Poco tiempo despus, la columna organiz una emboscada. Yo no quera quemuriera gente. Como no sabamos de qu lado iban a venir los policas, pusimosa un viga de cada lado para que nos avisara. Dije que nadie dispare mientras yono lo hiciera, porque pensaba salir a amenazarles y que nos entregaran las armas.Pero mis compaeros se pusieron nerviosos y mataron a dos policas. En el pro-ceso judicial Hugo Blanco asumi la responsabilidad por las tres muertes. Ahoraque el caso est cerrado puedo decir que yo no fui, admite.

  • 88 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    Esos tiempos de clandestinidad, entre tiroteoscon la polica y noches a la intemperie, contribu-yeron a la creacin de decenas de sindicatos y laextensin de la huelga campesina. Pero el cercose estrechaba alrededor de la columna de HugoBlanco. Segn su propio relato, la Guardia Civiltena rdenes de apresarlo muerto, mientras quelas rdenes de la Polica de Investigaciones delPer (PIP) eran encontrarlo vivo.

    La suerte volvi a estar de su parte. Un agentede la PIP fue el primero en verlo. Ac est,

    grit. Pero la Guardia Civil estaba con ellos. Dispare fue la orden que emi-ti el jefe de la Guardia Civil. Como la orden que tena era apresarlo vivo, elpolica de la PIP dispar al aire.

    Quieto, saca las manos! dijo el polica. Voy a sacar las manos o voy a estar quieto? contest Blanco. Muchas

    veces en mi vida he tenido miedo, pero en esos momentos acostumbro a estartranquilo, dice.

    Era mayo de 1963. En el momento de la detencin estaba descalzo. Tena unoszapatos que dejaban una huella caracterstica. Por eso los haba ocultado enuna cueva cercana junto con otra documentacin que por nada del mundodejara que la polica encontrase. Hugo Blanco fue trasladado sin zapatos a laoficina de la PIP en Quillamba, capital de La Convencin. De ah fue trasla-dado en helicptero al cuartel del ejrcito en el Cusco. Cuando me sacaronde la oficina para llevarme al helicptero, la gente que se haba agolpado enla calle me aplaudi y yo grit Tierra o Muerte!. Me haban capturado peroeso no significaba el final de la lucha, recuerda. Comenzaban sus aos deprisin.

    La mecha de la reforma agrariaPese a su detencin, la reforma agraria en el sur de Per ya estaba en marcha.Hugo Blanco reconstruye la reflexin de los militares que estaban en el poder:Estos indios se han acostumbrado durante ms de diez meses a vivir sin tra-bajar para la hacienda. Cmo vamos a conseguir que vuelvan a trabajarpara el patrn? Eso se va a convertir en un incendio. Mejor sacamos una leyde reforma agraria, pero slo para esta zona. Y eso fue lo que hicieron.

    Pero cmo era de esperar, la rebelin se extendi por otras zonas de Per.Para esos aos Fernando Belande Terry (1963-1968) haba reemplazado alGobierno militar. A La Convencin le han dado tierras porque agarraron lasarmas, y a nosotros nada era, a su vez, la reflexin de los campesinos que selanzaban a la toma de tierras en todos los rincones del pas. Belande haca

    Estuvo un fiscalcuando le detuvieron?Puede ser queestuviera, debe deser alguno de losencapuchados queme golpeaban contest

    RCHResaltado

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 89

    cortar la rebelin a balazos y hubo masacres como en Soltera Pampa en eldepartamento del Cusco, dice. En esos aos tambin surgieron las guerrillasde Luis Felipe de la Puente Uceda y del Ejrcito de Liberacin Nacional(ELN), guerrillas clsicas como la cubana, con la idea de crear un foco guerri-llero. Entonces los militares dijeron este Belande va a incendiar todo elpas, mejor nosotros tomamos el poder y lo que hemos hecho en LaConvencin lo hacemos en todo el Per, explica Blanco.

    Y as lo hizo el Ejrcito, comandado por Juan Velasco Alvarado, que tomel poder en 1968 con un programa nacionalista y popular, combinado conrecortes en las libertades pblicas. La expropiacin de las petroleras, la nacio-nalizacin de sectores claves de la economa y una amplia reforma agraria queacab definitivamente con el gamonalismo fueron algunas de las medidas deeste general que gobern de facto entre 1968 y 1975. La reforma agraria de1969 reparti millones de hectreas entre comunidades campesinas e indge-nas y cre grandes cooperativas producto de la unin de diversas haciendascon el nombre de Sociedades Agrcolas de Inters Social (SAIS).

    El gamonalismo de todas formas hubiera muerto, pero hubiera sido susti-tuido por el capitalismo agrario. Ahora el Per sigue siendo, a pesar de queha avanzando la agroindrustria, el pas de Latinoamrica que tiene mayorporcentaje de la tierra en manos de los campesinos, ya sea individual o colec-tivamente, gracias a la lucha del campesinado, reconoce.

    Sin embargo, a los campesinos no le gustaba eso de las SAIS. Tericamenteeran ms revolucionarias que la revolucin rusa, toda la tierra estaba colectivi-zada, pero en la prctica, quienes se aprovechaban del trabajo colectivo eran treso cuatro burcratas, cuenta Blanco. La lucha de los campesinos contra la SAISse convertira en los siguientes aos en fuente de conflicto con el Estado.

    En 1989, durante la primera presidencia de Alan Garca, Hugo Blanco era secretariode Organizacin de la Confederacin Campesina del Per (CCP). Se rumoreaba quela gente de Puno quera tomar las tierras. Pido entonces que me manden a Puno.Entonces la lucha era contra el Gobierno de Alan Garca, la polica y el ejrcito, con-tra la Confederacin Nacional Agraria que era la central campesina que haba for-mado Velasco y contra Sendero Luminoso, que nos acusaba de traidores al campe-sinado porque decamos que haba otra forma de lucha que no era la lucha armada.Pero contra todo eso logramos recuperar 1.250.000 hectreas de las SAIS para lascomunidades, reformando la reforma agraria de Velasco, afirma orgulloso.

    Tierra o muerteTras su detencin permaneci tres aos incomunicado a la espera de juicio. Untribunal de la Guardia Civil iba a ser el encargado de condenarle. Antes de quecomenzaran las sesiones, en 1966, este tribunal mand un mensajero para lle-gar a un acuerdo.

    RCHResaltado

    RCHResaltado

  • 90 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    Usted est entre la pena de muerte y los 25 aos. Pero hay una posibilidadpara que se libre. Usted se declara enfermo, nosotros ratificamos que estenfermo y lo deportamos al pas que usted elija.

    Gracias, gozo de perfecta salud respondi Blanco. Hubiera sido unatraicin al pueblo peruano aceptar la oferta, pues as perda la oportunidadde denunciar en la audiencia pblica, el horror del sistema de hacienda y elrol servil de la polica, explica.

    El juicio se realiz en Tacna, una ciudad cercana a la frontera con Chile, enmedio del desierto, que nada saba de su caso. Aprovechamos polticamente laaudiencia. Durante tres aos les haban repetido a los compaeros que detuvie-ron conmigo que lo nico que tenan que decir para librarse es que eran cam-pesinos analfabetos, que el comunista Hugo Blanco los haba engaado. Peroninguno dijo eso. Cuando Hugo Blanco entr en la audiencia pblica despusde no saber de sus compaeros en tres aos vio que eran como 20.

    Tierra o muerte! grit Blanco. Venceremos! gritaron los 20.Uno de los fiscales solicit la pena de muerte para Hugo Blanco. Cuando el jui-

    cio estaba acercndose al final pareca claro que la sentencia sera condenatoria.Tiene algo que agregar? dijo el juez.Sdijo Blanco . Si los cambios sociales que ha habido en La Convencin

    merecen la pena de muerte, estoy de acuerdo con ella. Pero que sea ste[sealando al que la haba pedido] quien dispare con su propia mano! Queno manchen con mi sangre las manos de un subalterno porque ellos son hijosdel pueblo y por lo tanto mis hermanos!

    Antes de que la sentencia fuera leda, Hugo Blanco volvi a gritar Tierra omuerte, pero en esa ocasin, adems de sus antiguos compaeros, todo elpblico respondi la arenga. El juez no tard en desalojar la sala. Veinte aosdespus Tacna fue la ciudad que ms vot por l cuando se present como can-didato a la Asamblea Constituyente.

    La condena fue al final de 25 aos. La campaa internacional para pedir suliberacin y contra la pena de muerte fue masiva. Personalidades como JeanPaul Sartre o Simone de Beauvoir fueron las caras ms visibles. AmnistaInternacional me defendi ardorosamente. Y eso que sus estatutos sealabanque no defenda a quienes ejerzan o pregonen la violencia. Comprendieronque actu en legtima defensa. Su seccin sueca me declar el preso del ao ysac un enorme afiche, dice. La campaa funcion. La opcin de la pena demuerte fue desechada, no as la condena de prisin.

    Los exilios de Hugo BlancoCuando el general Juan Velasco Alvarado lleg al poder en 1968, Hugo Blancollevaba cinco aos en la crcel. En diciembre de 1970 Velasco me mand unamensajera, una compaera del Partido Comunista, recuerda.

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 91

    Si t te comprometes a trabajar para la reforma agraria de Velasco maa-na mismo sales de esta prisin.

    No, gracias, ya me he acostumbrado a vivir ac . Blanco se explicamientras se sirve otro mate de coca: No iba a trabajar para un gobier-no. Una cosa es ser diputado, ser alcalde, ser regidor, donde uno puededecir lo que piensa. Otra cosa es trabajar para un Gobierno, donde unotiene que decir que todo est bien. Otros dos presos polticos se habancomprometido a trabajar con Velasco y fueron liberados. Qu iba adecir la gente si los liberaba a ellos y a m me dejaba preso? As queliber a todos, pero a m me prohibieron salir de Lima y por ltimo medeportaron.

    Tras un breve paso por Mxico volvi a Argentina, donde haba vivido enlos aos 50. Antes de viajar visit el consulado argentino en Mxico, dondeconsigui una visa por tres meses, a pesar de que no era necesaria. Cuando lle-vaba un mes en Argentina fue encarcelado en la prisin de Villa Devoto, pre-cisamente, por permanencia ilegal. Era el ao 1971, gobernaba el generalAlejandro A. Lanusse.

    En un principio lo destinaron con los presos comunes. All lo reconocieron.Che, vos sos peruano?S, soy peruano. Mis respetos, viejo, ustedes trabajan muy bien dijo un recluso. Pero no

    por la lucha en el campo. El preso era carterista y entre los carteristas losperuanos son los mejores, se re.

    Entre todas las prisiones por las que pas, Villa Devoto sigue siendo de la queguarda peor recuerdo: Pronto se dieron cuenta de que era poltico y me man-daron con los del Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP). Pucha, ah larepresin fue jodida. Llegaban y gritaban alto! y todos tenamos que que-darnos quietos y decan squense la ropa, desndense!, agarren suscosas, afuera, a la celda de al lado, vstanse, de cara a la pared, sin hablar!.Mientras tanto, escuchbamos ruido en nuestro pabelln. Al volver al ajedrezle faltaban seis piezas, haban roto las cartas de la mam, de la enamorada,las fotografas....

    La denuncia internacional de su encarcelamiento le abri las puertas del Chilede Salvador Allende. El primer golpe militar en Chile contra el gobierno deAllende, en junio de 1973, lo sorprendi cuando militaba en el cinturn indus-trial Vicua Mackenna, donde era el responsable del boletn informativo.Hugo Blanco se encarg de sealar en el boletn los siniestros parentescos conlos alzamientos militares que acabaron con el gobierno de Juan DomingoPern en Argentina. En ambos casos, el golpe de prueba fue en junio, el defi-

  • 92 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 201192 VIENTO SUR Nmero 114/Enero 2011

    nitivo en septiembre. En estos cuatro golpes de Estado, Blanco fue un testigoprivilegiado.

    Argentina y Chile, junio y septiembreEn 1954, antes de convertirse en lder campesino, haba viajado a Argentinapara estudiar Agronoma en La Plata, donde viva su hermano. Desde antes,se empezaba a preparar el golpe. El ambiente en la universidad se hacairrespirable, porque todos los estudiantes eran de clase media y estaban conel golpe. Le dije a mi pap que no me enviara ms dinero, que no iba a estu-diar ms, cuenta.

    Haba empezado a trabajar de obrero en Berisso, cerca de La Plata, cuandola fuerza area bombarde la Plaza de Mayo dejando 364 civiles muertos. Erael golpe militar del 16 de junio. Todos a los camiones, golpe en BuenosAires, fue la consigna. Los del Gran Buenos Aires fueron los primeros enllegar, asaltaron las armeras, quemaron las iglesias, quemaron el arzobispa-do, recuerda.

    Pero los militares argentinos aprendieron la leccin. El siguiente golpe, enseptiembre del mismo ao, no se inici en Buenos Aires, sino en Crdoba, enel interior del pas. Pern dijo ustedes tranquilos, yo voy a sofocar eso.Mand una guarnicin para que aplastara a los insurrectos y la guarnicinse pleg al golpe. Pern deca que la obligacin de los obreros es ir de lacasa al trabajo y del trabajo a la casa, que no haba que hacer como esoscomunistas que quemaron las iglesias y asaltaron las armeras. Pero habasido el pueblo peronista el que haba hecho eso. Hasta que slo qued BuenosAires, relata. La marina amenaz con bombardear la capital si Pern seguaen el poder. Pern finalmente dimiti y huy del pas.

    Para Hugo Blanco, en Chile pas algo parecido. Cuando lleg el golpe dejunio, los obreros del cordn Vicua Mackenna organizaron la resistencia.

    Ya han nombrado a los mensajeros para comunicarse con las otras fbri-cas? pregunt Hugo Blanco.

    Compaero, esto no es Chaupimayo, ac hay telfono le dijeron. Han cortado!! se escuch el grito poco despus cuando las lneas que-

    daron inutilizadas por el ejrcito.

    Unos compaeros estaban encargados de la defensa armada, y tenan quereunirse... pero no se reunan. Va a haber reunin o no va a haber reu-nin?, preguntamos. Hasta que al final nos dijeron la verdad. Tal fulano delpartido socialista lo frena a Allende, Allende lo frena a [Carlos] Altamirano,Altamirano frena al sector Cordillera y el sector Cordillera nos frena a noso-tros. No quieren que nos armemos porque hay militares constitucionalistas

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 93

    que apoyan el rgimen y el partido no quiere perder su apoyo. Uno de esosmilitares constitucionalistas era Augusto Pinochet. Frenaban, frenaban, hastaque ya fue demasiado tarde..., se lamenta.

    Pero a Hugo Blanco le quedaban todava muchas vidas. El subjefe de ope-raciones meti fuego a los archivos y se defendi a tiros. Lo mataron, peropudo destruir los archivos. Desde la clandestinidad empez a buscar la formade abandonar el pas, pero todas las embajadas estaban custodiadas por la poli-ca. En esta ocasin no fue la suerte ni su pericia lo que le salv la vida, sinola ayuda del embajador sueco Harald Edelstam. El embajador mand que meafeitara, que me pusiera el terno de su hermano, corbata negra, anteojos, mehizo lavar la cara, me hizo sacar una foto y me dio un carn: Hans Blum, con-sejero de la embajada sueca. En su carro sal, mostr el documento, no abrla boca por supuesto y me dejaron pasar. Y all en la residencia del embaja-dor mexicano haba muchos extranjeros ms. Nos acompaaron cinco carrosde las embajadas, porque a otros exiliados los capturaron entre la embajaday el avin. De ah fui a Mxico. Una vez all, de Chile me dieron la noticia deque me buscaban y ofrecan recompensa por mi captura, recuerda.

    Secuestrado en la operacin CndorEn 1973 Hugo Blanco se instal en Suecia. Despus de recorrer buena partede los pases de Europa Occidental dando charlas sobre el golpe de Chile,emprendi una gira por EE UU. Cuando estaba por concluir su recorrido por48 ciudades hablando sobre James Carter y la violacin de los derechos huma-nos en Amrica Latina, estall una gran huelga general en Per. Era julio de1977. Dejaron entrar a los exiliados, llamaron a la Asamblea Constituyentey yo regres con mi proyecto de Constitucin ultraizquierdista bajo el brazo,cuenta. Catorce aos despus de su detencin Hugo Blanco volva a pisarsuelo peruano como un hombre libre y como candidato a la AsambleaConstituyente por el Frente Obrero Campesino, Estudiantil y Popular(FOCEP). Haba espacios de televisin gratuitos para los candidatos, y enese momento se haba vivido un paquetazo, una alza de precios tremenda, yyo estaba deprimido, pensaba que lo iba a hacer mal, recuerda. Pero no tarden inspirarse.

    Bueno, compaeros, acabamos de sufrir un paquetazo terrible dijo HugoBlanco en la televisin. Qu hacer contra eso? Votar por m? No, quevoten por m o que no voten por m da igual, lo que tenemos todos nosotrosque hacer es estar todos como un puo los das 27 y 28 que ha llamado laConfederacin Nacional de Trabajadores del Per a un paro. Todos en elparo!

    El espacio gratuito era para hacer campaa electoral, no para fomentar lahuelga. A las cinco horas, as candidato y todo, volva a estar preso. Peroesta vez el Gobierno peruano tena pensado un destino diferente para el lder

  • campesino, una solucin definitiva para su caso:la Argentina del general Videla. En un avin delejrcito Hugo Blanco, junto con otros detenidospolticos, fue conducido hasta Jujuy, en el norteArgentino.

    Bueno, pueden salir en libertad les dijeronlos militares argentinos.

    Yo no quiero salir en libertad dijo, con lacerteza de que una vez que firmara la libertadsera asesinado, como ocurri con tantos otros

    desaparecidos de las dictaduras latinoamericanas. Los militares lo trasladaron en una avioneta a Buenos Aires, donde volvi a

    visitar los calabozos de la polica de investigaciones. Pero los tiempos habancambiado. En los das siguientes fueron llegando los otros detenidos peruanos.Afortunadamente un periodista de Jujuy vio cmo bajbamos del avin ysac una foto, por eso no nos desaparecieron, explica. Segn Hugo Blanco,el secuestro era parte de la operacin Cndor. Investigaciones posterioresapuntan a que Francisco Morales Bermdez, presidente peruano de facto entre1975 y 1980, permiti el secuestro y deportacin de cuatro miembros delgrupo Movimiento Peronista Montonero residentes en Per. Su eliminacinsera un favor a cambio de este servicio prestado. Pero aquella foto desbaratsus planes. Quedaba Hugo Blanco para rato. Tuvieron que darme un pasa-porte y dejarme ir, dice.

    Caf MolidoPoco despus de ser elegido para la Asamblea Constituyente, Hugo Blanco regre-s a Per. En 1980 fue elegido diputado por el Partido Revolucionario de losTrabajadores (PRT), seccin peruana de la Cuarta Internacional, en una histricavotacin. Un viejo conocido, Fernando Belande Terry, volva a ser presidente einauguraba la poltica de violaciones de los derechos humanos en la guerra contraSendero Luminoso. En 1983, ante los ataques indiscriminados de Sendero y lapoltica de tierra arrasada del Ejrcito en las zonas de emergencia, un juez deprovincia propuso iniciar negociaciones con Sendero. Ante los ataques a este juez,Blanco defendi la postura de la negociacin en una sesin parlamentaria.

    Precisamente es con nuestros enemigos con quienes tenemos que conver-sar. Por ejemplo yo no tendra ningn problema en conversar con asesinoscomo Hitler, Pinochet o el General Noel dijo Blanco en referencia al militarimpuesto como jefe poltico del departamento de Ayacucho.

    Que retire la ofensa!! Ha dicho que el general Noel es un asesino saltun diputado de la derecha.

    S, es verdad, tiene razn fue la respuesta de Hugo Blanco, retiro lo deasesino, el general Noel no es asesino, es genocida.

    94 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    Cuando me sacaronde la oficina para lle-varme al helicpte-rogrit: Tierra oMuerte!. Me habancapturado pero esono significaba el finalde la lucha

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 95

    Cuatro meses de suspensin fue el resultado de la sesin parlamentaria. Losperiodistas lo rodearon y Blanco explic las razones polticas de su actitud.

    Y de qu va a vivir? le pregunt un reportero de un peridico chicha[sensacionalista].

    He sido obrero, pero ninguna fbrica me va a contratar, he sido campesi-no, pero no voy a volver a sembrar, he vendido caf molido, algo de eso harcontest Blanco.

    Al da siguiente no publicaron ninguna de sus declaraciones polticas.Solamente un peridico chicha titul Hugo Blanco no patear latas, ven-der caf molido, probablemente en referencia al mayor xito internacio-nal del msico venezolano Hugo Blanco, Moliendo Caf. Me dio rabiaque no hayan publicado nada de lo que haba dicho, pero pens y si mepongo a vender caf? Voy a ser el ambulante ms publicitado del Per.

    Y as fue. El diputado suspendido se instal a las afueras del mercado central,no muy lejos del Parlamento. El caf era bueno y Hugo Blanco era buen recla-mo publicitario, as que no le cost mucho hacerse un lugar junto a los otrosvendedores callejeros. En una ocasin, un periodista se acerc al vendedorambulante ms famoso de Lima.

    Oiga, no le da vergenza estar vendiendo caf molido?Mire, a pocas cuadras de ac los otros parlamentarios estn vendiendo el

    pas, pregnteles a ellos si eso no les da vergenza.

    PucallpaDespus de terminar su mandato en el Congreso, fue elegido secretario deorganizacin de la Confederacin Campesina del Per (CCP). Desde allconoci de primera mano el carcter especialmente sangriento del pre-sidente Alan Garca. Durante su primer Gobierno [1985-1990] habaofrecido comprar la cosecha de maz de los serranos que vivan en la cejade selva en la zona de Pucallpa. La gente en principio estaba contenta,pero el Gobierno llevaba meses sin pagar por el maz que haban compra-do. En febrero de 1989, los campesinos de la regin amaznica deUcayali fueron a la huelga para que el Estado pagara lo que deba, entreotras reivindicaciones.

    Como representante de la CCP, Blanco viaj a la selva. Las comunidadesnativas y campesinas cortaron carreteras con troncos y bloquearon ros con susembarcaciones. Los suministros dejaron de llegar a Pucallpa. Despus de tressemanas de huelga y paralizaciones, los campesinos consiguieron resolveralgunas demandas locales y acordaron terminar con la medida con un mitin decelebracin y levantamiento del paro. Cuando los campesinos estaban en laplaza central cantando el himno nacional la polica empez a disparar a la

  • 96 VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011

    multitud. Murieron 23 campesinos y otros 28 fueron declarados desapareci-dos, segn un informe de la organizacin de defensa de los derechos humanosAprodeh.

    Apenas empezaron las balas me escurr de ah, me fui al local de laFederacin y me encerr en un cuarto. Empezaron a golpear la puerta y tuveque abrirla antes de que la rompieran. Me tumbaron en el suelo y me sacaronentre golpes. Con la cabeza tapada con una de las mantas me metieron en uncarro, relata Blanco. De la sede de la federacin local lo llevaron al cuartelde la polica donde lo arrodillaron entre patadas y puetazos. Cuando estabacansado me sentaba y a puntapis me levantaban, cuenta.

    Pero tampoco iban a poder acabar con Hugo Blanco en esa ocasin. Un inte-grante de la Confederacin Campesina fue testigo de la detencin y telefonea la central nacional en Lima. Desde all llamaron inmediatamente a la secre-tara general de Amnista Internacional en Londres. Cuando llevaba dos horasdetenido, el presidente Alan Garca comenz a recibir cartas pidiendo la libe-racin de Hugo Blanco. Entonces ya no me podan hacer desaparecer,cuenta. Lo trasladaron a Lima y un juez volvi a tomarle declaracin.

    Estuvo un fiscal cuando le detuvieron?Puede ser que estuviera, debe de ser alguno de los encapuchados que me

    golpeaban contest.

    El cuarto exilioHugo Blanco fue elegido senador en 1990, pero perdi su escao dos aos des-pus por el autogolpe de Alberto Fujimori. La escalada represiva del rgimenvolvi a poner en riesgo su vida. A la sentencia de muerte del ServicioNacional de Inteligencia encabezado por Vladimiro Montesinos se le sumotra amenaza: Sendero Luminoso tambin lo haba incluido en su lista negra.Sendero me sentenciaba por traidor, porque todos los que no estaban conellos eran considerados traidores, por haber participado en la traidora luchapor la tierra de Puno, porque deca a los campesinos que hay otra forma delucha que no sea la lucha armada. Por eso, mi cuarta deportacin fue volun-taria.

    Las consecuencias de 20 aos de conflicto armado (1980-2000) contribuye-ron a desarmar el poderoso movimiento campesino peruano. Hubo 70.000muertos, la mayora de ellos indgenas. La Comisin de la Verdad dice queSendero ha matado ms, yo no creo eso, pero Sendero tambin mat amuchos, ha matado a dirigentes obreros, ha matado a dirigentes de tomas detierra... Tambin sirvi como excusa al Gobierno para asesinar a lderes cam-pesinos, para meterlos presos, para torturarlos... Todo eso llev a un retrasotremendo. Antes de Sendero, la Confederacin Campesina del Per tenabases en casi todo el pas. Despus de la guerra interna, en tres o cuatrodepartamentos, nada ms. sa es una de las razones de ese retraso frente a

  • VIENTO SUR Nmero 117/Julio 2011 97

    Bolivia y Ecuador, donde el movimiento indgena ha impulsado todo tipo detransformaciones, explica.

    Desde Lucha Indgena, el peridico que dirige desde Cusco, Hugo Blancoha conseguido incluir en su discurso una interpretacin de las luchas socialesa medida de los nuevos tiempos. Muchos de los principios del zapatismo, delmovimiento indgena y de las luchas por el medioambiente han ido actualizan-do su visin del mundo.

    La diferencia fundamental es que ahora la agresin del neoliberalismo ala naturaleza es mucho ms grave. Y la principal vctima de esa agresin sonlos pueblos indgenas. Toda la gente se alimenta de vegetales y animales, perola gente en las ciudades cree que todo eso lo produce el supermercado. Poreso no les importa lo que suceda en el campo. La gente del campo, que es laque menos disfruta de las ventajas de la civilizacin, es la que est ms liga-da a la tierra y sabe que de la tierra le viene la vida. Por eso es que se juegala vida, como en Bagua, como hoy en da en Espinar, como hoy en da enCanchis o en Cocachacra, dice Hugo Blanco en referencia a tres de las prin-cipales luchas ambientales en Per que han conseguido detener hasta ahora laactividad depredadora de las multinacionales.

    Quin manda ac? Manda la [minera] Southern Peru y su sirviente elEstado peruano, o manda la colectividad de Cocachacra organizada? Mandala colectividad de Cocachacra organizada. Dicen que no hay vanguardia pol-tica en el Per. Hay vanguardia poltica, est en Canchis, en Espinar, enCocachacra, sa es la vanguardia poltica. Y a esa vanguardia debemos apo-yar, sostiene.

    Empieza a anochecer en Cusco. Una tarde apenas alcanza para asomarse alas diez vidas de Hugo Blanco. Cuando se cumplen los cien aos del naci-miento del Jos Mara Arguedas, sostiene que este antroplogo se sentirafeliz por los avances del movimiento indgena y el fortalecimiento de losprincipios que definen a estos pueblos: No solamente defienden a la madretierra sino tambin una forma de organizacin democrtica. Donde hay pue-blos indgenas hay comunidades. Y en algunas partes ya existen comunidadesde comunidades. En el Cauca (Colombia), o los indios kuna en Panam, estnconstruyendo tambin la nueva sociedad. Como dijo el subcomandanteMarcos, no se trata de tomar el poder, se trata de construirlo. Ellos lo estnconstruyendo sin conocer la existencia del sub o de los zapatistas, concluyeBlanco.

    Martn Cuneo es periodista.