las danzas religiosas masculinas en el andevalo
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LAS DANZAS RELIGIOSASMASCULINAS
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EN EL ANDEVALOANTONIO LIMÓN DELGADO
En lo que respecta a las danzasdel Andévalo, lo conveniente parecedistinguir entre las directamente asociadas a un santo u otra advocaciónreligiosa y que sólo pueden bailarsecon ocas ión de su festividad (frecuentemente danzas de romería oprocesión) y las danzas profanasque en ocasiones pueden asociarsea una festividad o advocación religiosa pero que no están necesariamente asociadas a ellas.
De estos dos grandes grupospuede decirse en conjunto, que presentan ciertos caracteres diferenciadores: el más importante de ellos essin duda la distinción de sexos de losdanzantes que se observa enambas . Hablando siempre de estaforma general, el grupo de danzasasoc iado directamente a una advocación divina , santo o santa , al queaquí llamamos danzas de romería oprocesión, son danzas exclusivamente de hombres sin ninguna intervención femenina; mientras que elsegundo grupo, de danzas profanas,suele estar const itu ido por danzasmixtas de ambos sexos distr ibuidospor parejas casi siempre. Inclusocuando estas últimas danzas se asocian, ocasionalmente, a una fiesta designificac ión relig iosa , siguen presentando este carácter mixto.
Otra de las diferencias notablesque se observan entre ambos grupos es la de que el primero (danzasde romería o procesión) es muy difícil encontrar en su acompañamientomusical influencias de las formas flamencas, mientras que en las danzasprofanas esa influencia es evidentey ha sido anotada en otro trabajo aúnen prensa 1.
Como veremos más adelante, laasociación de ciertas danzas a losfestejos religiosos es muy posible quehaya sido tardía; quizás pudiéramoshallar en el fondo de esta cuestión unmecanismo histó.ico muy generaliza-
1 A. Limón Delgado. Musicolog ía del Andévalo: la sevillana en la fiesta de la Cruz deMayo. Homenaj e a Julio Caro Baroja (enprensa).
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do, que cons istir ía en asociar estasmanifestac iones en las épocas demayor puritanismo a conceptos religiosos , para defenderse contra lasprohibiciones que pesaban contra laprocacidad de las danzas, y escaparde esta manera indirecta e ingeniosamente popular, a la desaparición.Ésta podría ser la explicación de lasocasiones en que encontramos ciertas danzas a caballo entre lo religiosoy lo profano sin que se sepa realmente cómo catalogarlas con pureza ,danzas mixtas por otra parte, que enmuchas ocasiones son danzas degalanteo que chocan abiertamentecon que se realicen, a veces, delantede la Cruz dentro de una óptica de«asepsia» sexual como ha venido defendiendo la Iglesia.
Sobre prohibiciones de danzas ymúsicas tenemos una cons iderabledocumentación tanto ant igua comoreciente 2 y en algunos casos tenemos también documentado ese fenómeno de asociación de la profanidada la religión, sobre todo entre los siglos XIII al XVI e incluso en los bailes«modernos» actuales 3.
2 Hecu érdense laspronibiciones de danzas y manifestaciones asociadas al Carnavalen España tras la guerra civil que han cont ribuido tanto al agostamiento de este tipo de folklore.
3 Recuérdense las expansiones popularesmusicales que se producían durante los cantamisas y las prohibiciones eclesiales respecto asus degeneraciones. Recientemente va siendo resucitado el folklore musical de esta épocapor grupos dedicados al estudio de la músicaant igua, medieval y renacenti sta . En el año1973 el grupo «Capilla Musical del Seminariopara el estud io de la Música Antigua.., incorporaba a su repertorio un conc ierto de música bufa y procaz en el Medievo y el Renac imient o en que se incluían algunas piezasrelaci onadas con la descripción de los cantamisas.
Alusiones a este tipo de manifestación pueden verse en Cristóbal de Villalón: El Crótaton,Madrid, 1973 (3.· edición). También en la introducc ión de Cotarelo y Mori a la colección deEntremeses publicada por la Nueva Bibliotecade Autores españoles encontramos algunas referencias a las prohibiciones de la zarabandadurante el siglo XVI . (v. también el trabajo deAnglés publicado en las Memorias Musicales.Barcelona, 1955, 1. X, pág. 45).
Parece que en todo este fenómeno hay dos mecanismos que confluyen en un mismo resultado: por unaparte el afán del sector religioso porsantificar asimilando las danzas profanas , a veces de carácter pagano ,corr iente que podr ía detecta rse apartir del siglo x en España 4, y juntoa este afán asimilador un cierto afánobligado del pueblo a acogerse aeste asilo religioso como medio dehuir de las frecuentes prohibicionesque pesan sobre las danzas de tipoprofano.
DANZAS DE ROMERíAO PROCESiÓN
Dentro de este grupo de danzashemos podido registrar en El Andévalo seis manifestaciones asociadasa otras tantas festividades religiosasque en todos los casos se bailan eldía del patrón o patrona de una localidad 5 . La lista de las mismas indicando la fecha de su ejecución, población a la que se adscribe ycelebración religiosa es la siguiente:
1. La Puebla de Guzmán. Romería de Nuestra Señora de LaPeña. Último domingo de abril.
2. El Cerro de Andévalo. Romeríade San Benito. Primer domingode mayo.
3. San Bartolomé de la Torre.Proces ión de San Barto lomé.24 de agosto.
4. Alosna. Procesión de San JuanBautista. 24 de junio.
5. Villanueva de los Castillejos.Romer ía de la Virgen de Piedras Albas. Pascua de Resurrección (marzo-abril).
6. Alosna. Procesión de San JuanBautista. 24 de junio.
De estas seis danzas , las cuatroprimeras son danzas de espadas ylas dos últimas tienen otras caracte-
Por otra parte, es muy conocido el fenómeno, aunque desgraciadamente poco estudiadoden tro de l marco de la cosloloqía científica,que se produce dura nte los años sesenta denuestro siglo en muchos centros rurales españoles , en los que la llegada de las corr ientesde «música modern a», de procedencia anglosajona en casi su totalidad, y los ..bailes» asociados a ella, se encuentran ligados a los centros parroquiales que acog en el denominado..bai le de juventud» con un cierto sentido desupervisión y como pareciendo un mal menorel que se produzcan estas man ifestacionesdionisiacas del «baile moderno » bajo el amparo de la Iglesia, cuyos párrocos rurales hansido, en muchas ocasiones, encauzadores ymoderadores de este tipo de manifestac iones,cuando no prohibitores.
• V. bibliografía citada en nota 3.5 Tenemos noticias de otras dos danzas si
milares en El Granado y San Silvestre de Guzmán que no hemos podido recoger documentándolas personalmente.
rísticas que describiremos oportunamente.
Casi todas estas danzas están envías de descomposición o al menospresentan sintomas de ello con la excepción de dos de las mismas quetienen todavía una pujanza notable:la danza de la romer ía de NuestraSeñora de la Peña (Puebla de Guzmán) y la de la procesión de SanJuan Bautista (Alosna).
Algunas de ellas han desaparecido casi por completo, como es elcaso de la de San Anton io Abad(Alosna).
Todas estas danzas, incluyendolas que no se efectúan con espadas,tienen unas características comunes,aparte de las dos ya menc ionadas :son danzas de hombres exclus ivamente y no están influidas en suacompañamiento musical por el flamenco. Nos referimos a los movimientos o mudanzas que se ejecutanen ellas: al menos hay dos que soncomunes a las seis: el puente y loscruces de danzadores. También escomún a todas ellas el acompañamiento exclusivo de tamboril y flauta(gaita). Aparte de ellos entre el grupode danzas de espadas, hay otrasanalogías de ejecución que se especifican más adelante.
LAS DANZAS DE ESPADAS
Las danzas de espadas, así llamadas por ir armados sus ejecutantes con esta arma (a veces sustituidapor garrotes, palos, lanzas, etc.), esuna manifestaciónmuy extendida portoda Europa 6 .
Lo más común es que se piense,por la forma de ir armados sus ejecutantes, que es una danza guerrera yque se reproduce algún ejercicio bélico conmemorat ivo, de simple exhibición, etc. Sin embargo han sido interpretadas por algunos musicólogosalemanes del tipo de Marius Schneider -al que pienso que hay que leercon grandes reparos- con un sentido más simbó lico, del que vienen aresultar que son danzas curativas
6 M. Schneider. La danza de espadas y latarantela, Barcelona, 1948, págs. 31-63; P. Cixde Saint Aymour, « La dance en Escosse». enGr. Encycioped de France, artículo danza ; C.Sachs, WeltgeschicAte des Tanzes. Berlín,1933, pág . 82. (Cifr. Schneider, opus cit. pág .431 ; H. Baechto ld-Staeubl i, Handwoe rterbochdes deutschen Aberglanben , Berlín, 19321933. vol. VII, págs. 1544-50. (Cifr. Schne ider,op. cit. pág. 44) ; R. Wolfran . Alterklassen undMaennerbuende in Rumaenien M ittellungen d.Anthropology Gesellischaft, Viene, 1934, págs.112, 118-121 ; H. Meschke, Shwe rttanz undSchwerttanzpiet im German. Kulturkreis, 1931.(Cifr. H. Baechtold Staebli, opus cit. vol. VII, pág.1549); T. de Aranzadi, ..Acerca de la danza deespadas en Inglaterra». Rev. Intern. des Étudesbasques, 1913, vol. VII, págs. 178-179.
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emparentadas con las tarantelas 7 y,en este caso, las espadas blandidaspor los ejecutantes tendrían un sentido de defensa ante el mal que puedeatacar a las personas, animales,plantas, etc. Este sentido es difícil dedetectar, a nuestro parecer, en lasdanzas de espadas del Andéva lo, sino recurrimos a traer por los pelos«significaciones místicas » 8 de muydudosa catadura científ ica. Sólo enalguna ocasión: la danza asociada ala celebración de San Anton io dePadua en Alosna , en que aparecenanimales relacionados con la fiesta ,podría entroncarse con este sentidode protección curativa. Lo que sí podemos asegurar es que si alguna vezhubo esta significación, en la actualidad no ha sido conservada por lagente en cuyo seno se dan estas manifestaciones. En ninguno de loscasos hemos podido recoger una referencia directa o indirecta de nuestros informantes que haga suponeresta interpretación para las danzasde espadas en El Andévalo. Tampocoen las noticias que hemos recog idode otras regiones españolas en queexisten danzas de espadas aparecenclaras evidencias de estas características curativas. No es éste , sin embargo, argumento que impida desarrollar una teor ía est ructural sob resignif icantes y significados, peronuestro interés descriptivo queda, porel momento, a altura más prosaica.
En la literatura del siglo XVII tenemos algunas descripciones de estadanza; la más completa parece laque nos proporciona Cervantes conmotivo de las bodas de Camacho:
«De allí a poco comenzaron a ent rarpor diversas partes de la enramada muchas y diferentes danzas entre las cuales venía una de espadas, de hasta veinticuatro zaga les de gallardo parecer ybrío, todos vestidos de delgado y blanquísimo lienzo, con sus paños de tocar labrados de varios colores de fina seda , yal que los guiaba, que era un ligero mancebo, preguntó uno de los de las yeguassi se había herido alguno de los danzantes.
-Por ahora, bendito sea Dios, no seha herido nadie: todos vamos sanos.
y luego comenzó a enredarse con losdemás compañeros, con tantas vueltas yrevueltas y con tanta destreza que aunque Don Quijote estaba hecho a ver semejantes danzas, ninguna le había parecido tan bien como aquélla.. 9.
Es cur ioso que a continuación sedescribe otra danza, no directamenteligada a la danza de espadas citada,
7 M. Schneider, Opus cit., págs., 70-93.• M. Schneider, Opus cit., págs., 32-39.9 M. de Cervantes, El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote... 2.' parte , cap. XX (pág. 453 . enEd. de México. 1956).
en que aparece el acompañamientode tamboril y flauta:
«También le pareció bienla Don Quijote/otra/danza/ que entró de doncellashermos ísimas tan mozas , que, al parecer, ninguna bajaba de catorce ni llegaba a diez y ocho años (oo .). Hacíales elson una gaita zamo rana, y llevando enlos rostros y en los ojos a la honestidady en los pies a la ligereza, se mostrabanlas mejores bailadoras del mundo» 10.
y unas líneas más abajo se describe aún otra danza «de las que llaman habladas» también femen ina ,en cuya descripción se dice:
«Hacíanies el son cuatro diestros tañedores de tamboril y flauta.. ".
Es, sobre todo, importante a nuestro parecer la cita de estos instrumentos tan análogos a los queacompañan las danzas del Andévaloque describimos. Incluso hay ciertaposibilidad de que la «gaita zarnorana" que aparece en el texto puedaidentificarse con la flauta de tres agujeros que se conserva aún en estaprovincia y que es un instrumentoidéntico al que acompaña las danzasde que tratamos aquí como se verápor las descripciones que siguen.
El único aerófono utilizado en ElAndévalo es un instrumento muyextendido por toda Anda lucía Occidental: una flauta de pico (Sachs, IV.B.a .2) , de madera, de una solapieza , con boqu illa guarnecida decuero. Sus posibilidades musicalesse reducen a dos registros o agujeros colocados en la parte inferiorfrontal (accionados con índice, corazón y anular) y otro posterior o dorsal(accionado con el pulgar). Esta flauta, tamb ién conoc ida en algunas localidades como gaita, no sue le sobrepasar los cuarenta centímetros deenvergadura, y el grueso de tubo esde unos tres centímetros, con lazona superior de la boquilla algo másensanchada que el resto. Suele utilizarse para su const rucc ión maderade fresno y hemos podido localizar ados de sus constructores, aunque yano las fabrican, en Alosna.
El arte de su construcción estámuy ligado a la artesanía de los pastores de esta región.
Aparte de las características yamencionadas de esta flauta, puedeañadirse que su tubo va con frecuencia decorado por grabados o relievesdispuestos en motivos lineales o figurando formas animales o vegetales ;estos motivos alcanzan en ocasiones
10 M. de Cervantes. Opus cit. 2.' parte, cap.XX (Ed. cit., pág. 453 ).
11 M. de Cervantes. Op. cit. 2.' part e.cap. XX (Ed. cit., pág. 454).
una gran profusión hasta el punto deque llegan a cubrir por completo todoel derredor del cuerpo del tubo conexcepción de la boquilla y los registros.
La documentación de este instrumento la hemos hecho en puntosbien diferentes de esta comarca: Zalamea la Real (recogido por Garc íaMatos en las grabaciones de su Antología ), Alosna y Villanueva de losCastillejos,
Su ejecución se realiza sujetándolo entre la mano derecha y los labios,ya que la mano izquierda queda ocupada por el acompañamiento detambor, que inexcusablemente aparece asociado a este instrumento. Lasujec ión con la mano derecha, sehace pasando los dedos anular ymeñique bajo el dorso de la flauta yhaciendo pinza en el tubo entreestos dedos y los dos que accionanlos registros frontales; esto permiteque al liberar el registro dorsal queacciona el dedo pulgar , la flautaquede montando por abajo (dorso),sobre el meñique y anular, y no secaiga.
La posición del ejecutante es depie pues está acomodada al acompañamiento de danzas en diferentesfiestas o romerías.
El tambor es de gran envergadura, de algo más de ochenta centímetros de altura y un diámetro decincuenta centímetros aproximadamente , con el cue rpo de madera yparche doble tensado por medio decinchos de madera al estilo de lapandereta. Estos cinchos , a su vez,van trenzados entre sí por un sistema de cordeles que pasan enzig-zag, de arriba a abajo alrededorde todo el cuerpo del tambor. El parche inferior, sobre el que no se golpea, lleva un bordón atravesándolo,mientras que el superior es un parche libre. Se utiliza en conjuncióncon una baqueta simple, de madera(palo), de unos cuarenta y cinco centímetros de largo.
La ejecución de este instrumentova asociada , como ya hemos dichoanteriormente, a la flauta. Se realizacolgándolo de la art iculación delbrazo-antebrazo derecho (que escon el que se toca la flauta), mediante una bandolera de cuero que correlongitudinalmente desde el cinchodel parche superior al del infer ior,mientras se golpea exclusivamentesobre el parche super ior con la baqueta sostenida por la mano izquierda. La percus ión se realiza sólosobre el parche mencionado ya queel instrumento queda apoyado, enposición inclinada, sobre la cara anterior del muslo derecho, dejandosólo el parche superior al alcance dela baqueta. Ésta se sostiene por el
extremo opuesto a la cabeza haciendo pinza entre los cuatro dedos mayores de la mano y el pulgar.
Aparte de las noticias histór icasque pueden incluso rastrearse hastael siglo XVIII 12 quedan aún manifestaciones de' estas danzas en zonasmuy diversas de la Península, comoson: Galicia, Aragón o Vascongadas,lo que hace suponer que ha sido untipo de danza muy generalizado en laPenínsula. Esto lo hace pensar incluso la manera en que Cervantes serefiere a ellas en la cita transcritamás arriba: no aparece allí como unadanza rara o local sino como unaclase genérica de danza:
«(oo .) entre las cuales /danzas/ veníauna de espadas."
Por otra parte , sus manifestaciones actua les se local izan , sobretodo, en zonas montañosas y éste esincluso el caso de las danzas de espadas del Andévalo. Este fenómenode localización en altura es unaconstante para un gran número deformas institucionales en proceso dedesinst itución. Las zonas aisladas ,deprimidas social o económicamentey de difíc iles accesos, func ionancomo receptáculos de arcaísmos deformas antes generalizadas y desaparecidas con mayor rapidez en lasregiones de geografía más despejada 13.
En Galicia conocemos estas danzas bien descr itas y documentadaspor C. Sampedro Folgar en su Cancionero Musical de Galicia, de lasque hace la siguiente descr ipción 14 :
«El capitán coge por la punta de lasespadas de los guías, siguiéndole losdemás individuos, y comienzan el bailecon varias marchas y contramarchas,vueltas y revueltas, como produciendo unverdadero laberinto; sigue una figura enlínea espira l, a la que llaman caracol, yterminan con un puente hecho con espadas cruzadas en el aire, que van deshaciéndose según los danzantes van pasando por debajo y llevándose la espadacorrespondiente. Por últ imo, se formaotro puente o pabellón con las espadas,bajo el cual pasan, como bajo una bóve-
12 V. Viera, Viaje a la Mancha en el año1774. Ed. por Morel Fatio (pág. 389 ).
13 Sobre esta mayor difusión puede citarsetambién la descripción hecha por Covarrubiasen su Tesoro de la Lengua Castellana (1611)bajo la voz «Danza de espadas..: «Esta voz seusa en el reino de Toledo y danzan en camisay en greguescos de lienzo con unos tocadoresen las cab ezas, y traen espadas blancas yhacen con ellas grandes vueltas y revueltas yuna mudanza que llaman la degollada porquecercan el cuello del que los guía con las espadas , y cuando parece que se lo van a cortarpor todas partes, se les escurre de entreellos ."
14 C. Sampedro Folgar, Cancionero Musi·cal de Galicia (1942), Vol. 1, pág. 189.
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da de honor, todos los santos , curas y autoridades.»
En Vascongadas fueron ya citadas y descritas por G. von Humboldten 1924 15
• Son caracteres comunesa estas danzas , tal como se describen en el artículo citado: 1) llevar espadas, palos, bastones o garrotes enambas manos ; 2) que el jefe reúnaen sus manos las puntas de cuatroespadas; 3) que, a su vez, los de lasespadas agarradas por el jefe (ensus puntas ) empuñen la punta de lade otros compañeros formando asílínea con ellos; 4) movimientos complicados y grandes contorsiones .Otras características apuntadas porSchneider 16 , que estudió esta danzaen Lezo (Guipúzcoa), son: 5) que secubran los danzantes con boina y lleven cascabeles atados bajo las rodillas, y 6) acompañamiento de chistuy tambor.
Este autor llega a describ ir hastacinco danzas de espadas, palo o garrote , bien diferenc iadas e, incluso,nos ofrece la transcripción mus icalde algunas de ellas 17 .
Este mismo auto r cita algunosdatos que le proporcionó A. de Larrea en que se mencionan danzas deespadas en las localidades de Jaca yYebra de Baza 18 en que además deindicarse las fechas del baile de esasdanzas y algunas caracter ísticas desus movimientos e indumentaria, seseña la también: 1) el acompañamiento de flauta y salterio golpeado
15 G. von Humboldt. - Los vascos- oRev. lnternacional des Études Basques, 1924, págs.3()()..301.
re M. Schneider, Op. cit., págs. 50 y 51.17 M. Schneider, Op. cit., pág. 189.
a modo de tambo r; 2) el que bailende cara el Santo (reliquias de SantaOros ia en Jaca ); 3) cascabeles enlas piernas (Yebra de Baza), y 4) losdanzadores tocan castañuelas mientras bailan.
La flauta que en conjunción con elsalterio golpeado acompaña a ladanza de Jaca, a juzgar por la fotografía que adjunta Schneider 19 , estambién una flauta de tres agujerosmuy parecida a la flauta utilizada enEl Andévalo y a la citada de la provincia zamorana.
Por último y con carácter másesporádico cita también Schnekíer "un texto de Bonifacio Gil depositadoen el Instituto Español de Musicologíasobre danzasde espadasen Logroño.
Veremos más adelante que todoeste material puede ser relacionado, en muchos aspectos sorprendentemente, con las danzas de espadas de l Andévalo que pasamosa describir.
a) Danza de espadas de laromería de Nuestra Señora dela Peña (Puebla de Guzmán)
Se realiza esta danza durante lacelebración de una romería al Santuario de Nuestra Señora de la Peñaentre los días 29 y 30 de abril y el1 y 2de mayo. Durante este período sebaila varias veces esta danza, que hasido descr ita por J. Caro Baroja en1950 dentrodel contextode la romería
,. M. Schneider, oo.cit., pág. 42.,. M. Schneider, Op. cit., pág. 68.20 M. Schneider, Op. cit., pág. 41.
94Danzadores. Puebla de Guzmán. Romería de Nuestra Señora de la Peña .
Danzadores. Romería de Nuestra Señora de la Peña. Puebla de Guzmán.
en que se ejecuta21 . La primera inter- Las mudanzas fundamentalesvenciónde los danzanteses el día de del baile son cuatro: 1 ) Cuadro; 2)la víspera de la fiesta, en que desde Corro; 3) Paso, y 4) Cruce, aparte dePuebla de Guzmán, se dirigeel pueblo la ya indicada del puente, que quedaen procesión hasta el santuario. El aislada del contexto del baile que seorden de la comitiva es el siguiente: realiza dentro de la ermita.1.°, «Los lanzadores» o danzadores; Durante muchos años ha sido2.0, el tamborilero; 3.0, mayordomo a tamborilero de esta romería Josépie con el simpecadoy el cura aliado ; González Cano, que vive en Cartaya4.°, los otrosmayordomos con las ma- e intervenía también en otras rome-yordomas vestidas de gabachas, a ca- rías del Andévalo (San Silvestre debailo; 5.°, todo el acompañamiento de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana y«hermanos» (de la «Herrnandad») y Castillejos). Viene pagado por laotros participantesa pie o a caballo. «Hermandad» y en 1950 cobraba
Al llegar a la ermita los danzado- 100 pesetas diarias según los datosres hacen un movimiento de puente recogidos por J. Caro Baroja 23 . Lapor el que pasan primero el cura se- flauta (gaita) que toca está hecha porguido de los mayordomos y mayor- él mismo de madera de fresno, condomas. Una vez dentro de la ermita, embocadura y final de cuerna y estáy tras el toque de órgano, bailan los tallada a navaja con diversosmotivos.danzadores en su interior al son del Toca de oído y conoce las melodíastamboril y la flauta. de los diferentesfestejosen que toca.
Los danzadores van ataviados de Tras el baile descrito en la ermitala siguiente forma: «Llevan alpargata los danzadores forman de nuevo elnegra, media blanca, pantalón corto puente y acompañan a los mayordo-negro con cuatro botones de plata, mos a sus respectivas casas, bailan-faja roja, camisa de color asalmona- do un paso al son del tamboril. Con-do pálido, con encajes pequeños en ducidos de nuevo a la ermita y oídael cuello. El de la cabeza y el del la misa, vuelven a efectuar el puenterabo llevan pañuelo rojo a modo de de salida; a continuación se realiza laturbante ; los del medio, el pañuelo procesión en que los danzadores in-de la misma forma pero blanco. Son tervienenbailando y efectuando lasen total nueve» 22. Están entre eda- mudanzas citadas delante de lades que van aproximadamente de misma; y más tarde, cuando la ima-los veinte años a los setenta y suelen gen vuelve ' a la ermita, bailan deser casi todos parientes. Al que cie-nuevo ante ella colocada de espaldarra la fila se le conoce con el nombre ~ .• al·Santuario. Por último, tras el puende Rabeón. " te de rigor, acampanan de nuevo a
los mayordomos y al cura a suscasas respectivas 2 •
21 J. Caro'Baraja. «Dos romerías de la provincia de Huefva- , Rev.de Dialecto log ía y Tra·diciones Populares. 1957, t. XIII, Cuaderno 4.°.Este artículo se rewod~ asimismo en Estudios sobre la vida .tradicional española, Barcelona, 1968, del que citamos las páginas ennuestras referencias.
22 J. Caro Baraja, Opus cit.. pág. 27.
23 J. Caro Baraja. Opus cit. , pág. 27.24 Otros datos complementarios que am
bientan esta danza y dan idea más extensa yexacta de la celebración se hallan en el artículo mencionado de Julio Caro Baraja.
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b) Danza de espadasde la romería de San Benito(El Cerro de Andévalo)
Esta otra danza de espadas se celebra con una semana de retraso (primer domingo de mayo) con respectoa la de Nuestra Señora de la Peña yalgunos de sus datos han sido recogidos por J. Caro Baroja en el trabajoya mencionado 25. En la víspera de lafiesta los danza(d)ores se insertan enla comitiva de la manera siguiente:1.°, tamborilero en burro; 2.°, mayordoma acompañada de las jamugueras y galanas en mulas; 3.°, mayordomo, autoridades y clero, a caballo; 4.°,danzadores; 5.°, romeros; 6.°, el queexpende la bebida.
Los danzadores son siete y vanvestidos con medias, calzón y camisa,sobre las que llevan una banda blanca; en 1950, Caro Baroja observó quetambién llevaban alguna verde26; además, llevan un pañuelo al cuello.
Mientras danzan llevan éstos en lamano una especie de lanza (por loque también son llamados lanzadores) que agarra uno por un extremo yel otro por el otro formado una cadena que realiza movimientos circulares, cruces y puentes. El último de lacade na, llamado rabeón , blande,además de ir aga rrado a la lanza,una espada con la que realiza diversos movimientos en el aire. El baileen conjunto se llama baile de lalanza.
Las intervenciones de los danzadores durante la romería son las siguientes: Tras la noche de la vísperaen que pernoctan allí los danzadores
25 J . Caro Baraja, Opus cit ., págs. 41·54.26 J . Caro Baraja. Opus cit.,. pág. 50.
(en los aledaños de la ermita) en uncuarto adyacente de que dispone laermita para este efecto, viene el domingo en que bailan dentro de la ermita al son del tamboril, efectuandolas mudanzas mencionadas y dandosiemp re la cara al Santo mientrasbailan. Tras de la misa se organizauna procesión en la que también intervi enen tras la comitiva del Santoen el orden siguiente: 1.°, tamboril;2.°, imagen del Santo; 3.°, mayordo-
Romería de San Benito. El Cerro de Andévalo.
96Danza de espadas de San Benito . El Cerro de Andévalo.
Romería de San Benito. El Cerro de Andévalo.
mo, mayordoma, jamagueras y galanas, y 4.°, danzadores.
Por último, intervienen el lunescon ocasión de la nueva elección delmayordomo, y el rabeón intervi enetambién en el repar to de los confeites (trozos de turrón) que ha derepartir pinchándolos en la punta desu espada. También intervienen losdanzadores en algunas otras funciones ajenas al baile que son descritas por Caro Baroja en el contexto dela romería citada.
e) Danza de espadasde San Antonio de Padua(Alosna)
Esta danza ha desaparecido porcompleto; primero desapareció circunstancialmente en los años de laguerra civil de 1936 y después de algunos años volvió a reanudarse subaile , desapareciendo de nuevo ydefinitivamente durante la década delos cincuenta.
Lo único que hemos podido recoger de esta danza ha sido su recuerdo en el que se incluyen algunosdatos sobre indumentaria, nomenclatura , part icipantes, las espadasarrumbadas y la flauta que, junto conel tamboril, acompañaba la danza.
Por nuestros informantes hemosllegado a saber que la danza se celebraba el primer día de la Feria, eldía central era un domingo y la danzase celebraba el viernes anterior. El
Z7 La única Hermandad constituida canónicamente en este pueblo. desde no hace muchotiempo, es la de san Juan Bautista. cuyo bailesin espadas describimos luego; anteriormente. esta Hermandad era también una asociación de devotos.
baile estaba sostenido y fomentadopor una asociación de devotos (noconstitu ida en Hermandad) 27 . Estasasociaciones de devotos las promovía una familia adinerada del puebloque por especial devoción familiar aun santo determ inado organizabauna serie de actos para honrarlo. Poreste motivo, los danzadores solíanser, antiguamente. miembros de estafamilia, o bien, afectos a ella por unau otra razón, laboral, económica, etc.Iban vestidos estos lanzadores odanzadores con camisa blanca, calzón negro y alpargatas ; además llevaban un pañuelo rojo al cuello.
Por las descripciones de nuestros informantes hemos deducidoque los danzantes efectuaban movimientos de cruce (de danzantes)y puentes de espadas bajo los cuáles iban pasando los danza(d)oreso lanza(d)ores a medida que se ibahaciendo por delante y deshaciendo por detrás el puente. También alúltimo que cerraba la fila que se formaba en estos movimientos dedanza, se le llamaba rabea(d)or, deforma parecida a como ocurría enlas danzas descritas de la romeríade la Virgen de la Peña y de larome ría de San Beni to. Este rabea(d)or de la danza de San Antonio, cuando cerraba un movimiento(sea, por ejemplo, cuando pasababajo el puente ) produc ía un sonidoraspajeante arrastrando la espadapor el suelo.
La fecha de la ejecución de estadanza de espadas presenta el únicocaso, entre todas las del Andéva lo,en que no era coincidente el santoral, bajo cuya advocación se celebraba, con el día en que, en realidad, sebailaba. Puede ser éste un indiciosobre el posible carácter profano an-
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terior a la ligazón al culto de un santode estas danzas de hombres, hipótesis de la que ya hemos hablado másatrás. Según esto se habría conservado la antigua fecha de ejecuciónde la danza a pesar de haberse asociado, poster iormente, a un santocuyo día no coincidía con ella.
Parece que la danza es antiguaaunque la primera restauración de laque se conserva memoria remontasólo a unos sesenta o setenta años.Las espadas que aún hemos podidodocumentar son una reproducción ,de esta época, de las antiguas quese hallaban muy deterioradaspor entonces.
La hija del restaurador de la danza(que hoy tiene setenta años) nos informa de que el baile se parecía bastante al que documentamos, másadelan te, en San Bartolomé de laTorre, aunque, al parecer, teníamenos mudanzas que esta otra.
Los últimos lanzadores que bailaron después de la guerra civil, recuerdan aún el baile, pero no pareceque haya ningún interés por revivirlo.
d) Danzas de espadas deSan Bartolomé(San Bartolomé de la Torre)
El día 24 de agosto se celebra enSan Bartolomé de la Torre una danzade espadas que se ejecuta con ocasión de la fiesta del patrón del pueblo: San Bartolomé.
Esta danza ha sufrido algunasmodif icaciones que se resumen entres aspectos:
1) Duración durante el período defiestas.
2) Indumentaria de los lanzadores o danzadores.
3) Música de gaita y tambor.4) Algunas nuevas mudanzas.
Hace unos cuarenta años existíaun período de ensayo de la danza enque podía part icipar cualquiera ,desde los niños a los espontáneos,fueran o no autént icos lanzadores.Para el ensayo se valían de palos ocosas similares.
Ese período coincidía con el de lanovena que se celebraba desde eldía 15 de agosto en honor de SanBartolomé. En la actualidad el período previo, que tenía una función fundamental de aprendizaje, ha sidoprácticamente suprimido y el baile sereduce a la víspera cantada del día23 y a la procesión del 24.
Los lanzadores
Los lanzadores son devotos delsanto, siempre de sexo masculino,
Procesión de San Bartolomé de la Torre. Danza de espadas .
que heredan su puesto, frecuentemente, por tradición familiar. Particlpan siempre en número impar quepuede ser siete , nueve u once. Locomún es que sean sólo siete. Nuestro informante, Manuel Feria, el lanzador de más edad, ha conocidomuy pocas ocas iones en que sehaya elevado el número.
En el baile de 1976 los participantes son todos hombres jóvenes queno llegan a los treinta años, a excepción del rabea(d)or que representaalgo más de cincuenta años.
Indumentaria
Estos lanzadores van vest idosahora con pantalón negro de terciopelo, de pernil abierto con abotonadura a los lados con filetes rojos. Elpantalón les llega hasta la mitad dela pantorrilla y cae sobre una bota«campera» de caña alta y colornegro, de las que se utilizan paramontar a caballo. La camisa esblanca rematada en el pecho conuna chorrera acorbatada , tambiénblanca ; las mangas son largas,abombadas en los extremos y cerradas en un puño simple con unbroche que representa, por el exterior, una espec ie de botón de bisutería. Va abrochada delante, desdeel cuello hasta abajo, con botones
Danza de San Bartolomé de la Torre .
comunes que quedan bajo la chorrera.
Sobre la camisa llevan un chalecosin mangas, de color rojo asalmonado con un moteado en tono claro. Enla cintura, bajo el chaleco, llevan unafaja roja y se anuda ésta al lado derecho sujeta , además, con dos imperdibles grandes; hacia abajo cuelgan sus dos extremos terminados enflecos. Esta indumentaria es bastan-
te dist inta de la que se usó hasta1957 a excepc ión del cha leco quesigue siendo el de la ropa antigua. Lacamisa era antes de tirilla con chorrera de encajes, el pantalón cerradoabajo y el calzado abotinado cerradoa un lado. En torno al cuello y con laspuntas sujetas delante, se llevaba unpañuelo de espuma (de flecos) ,como ocurre en todos los casos dedanzas masculinas que hemos documentado en el Andévalo, resultanser, ahora, estos danzadores de SanBartolomé de la Torre, los únicos queno llevan el trad icional pañuelo alcuello. La ' indumentaria actual secompleta con una espada larga conguarda ancha para la mano y unlargo gavilán recto. Las actuales sonuna reproducción hecha en 1957 delas antiguas; estas de ahora fueronhechas en la fábrica de armas de Toledo por encargo de un teniente coronel apellidado Vázquez Limón quefue, también, el que promovió las innovac iones del traje . Este hombreconserva en su casa uno de losejemplares viejos que no hemos podido ver, pero, al parecer, difieren enpocos detalles de las actuales espadas.
Es algo dist into del descrito elcolor de algunos elementos del trajedel lanzador que va en cabeza , queluego describiremos.
Acompañamiento musical
La danza es acompañada con lagaita y el tambor, instrumentos comunes a todas estas danzas de espadas y otras danzas masculinastambién rel igiosas. El tamborileroque encontramos en San Bartoloméen 1976 es el conocido por el apodode «el Pollo". Este personaje cubre
Danza de espadas de San Bartolomé. (San Bart olomé de la Torre).
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gran parte de los acompañamientosde danzas de esta zona; lo hemosencontrado ya en la romería de Piedras Albas (Villanueva de los Castillejos) , va tam bién a la de la Peña(Puebla de Guz mán) y, fuera delAndévalo, a Villablanca y otros lugares.
Toca, en un solo ritmo de tambor,una melodía en la gaita en compásde 3/4 que repite a lo largo de todoel tiempo que dura la danza . Peroesta melodía no es la auténtica música de la danza de San Barto loméaunque sí lo es el ritmo del tambor.La antigua melodía es menos cortada y se interpreta en una flaut a detubo algo más angosto que la quelleva «el Pollo», aunque con sus mismas caracte rísticas. Las flautas loca les tienen el son ido más agudo ycuesta más tocarlas: «hay que soplar más».
En la actualidad quedan aún algunos gaiteros viejos y jóvenes que nose «prestan» a acompañar el ba ile,unos por des idia y otros porq ue noencuentran ningún aliciente en ello ono han sido «suficientemente requeridos» para ello. De uno de estos gaiteros sólo conseguimos registrar enla grabado ra un pequeño fragmentode la antigua música, que no da piepara efec tuar su transcripción completa. Si no se convence a alguno delos que aún conocen la melodía antigua, es posible que desaparezca porcomp leto. El gaitero más viejo y, aldec ir de los danzadores , el mejor,era un anc iano que aba ndo nó estatarea al quedarle amp utado el dedopulga r de una mano a causa de unaccidente.
Encontramos durante la investigación a una mujer de unos sesentaaños que sabía silbar la melodía antigua, pero el luto que mantenía poruno de sus hijos difunto, nos impidiórecoger este documento, pues resultaba muy violento pedirle que silbara(el silbido no se considera, además,propio de la mujer, en El Andévalo)esa melodía en su estado. En cambio se prestó a canta rnos unas copias devotas de San Bartolomé porconsiderarlas «cosas de iglesia» queno contravenían el luto.
Es curioso esta cons ideracióndel carácter profano de la músicade la danza que hacía esta informante, a pesar de se r una músicaqu e transcurre durant e la procesión , en el mismo co ntexto en quese can tan las copl as que le graba mos luego.
Esta consideración viene a reforzar otras razones que venimosdand o sobre la autonomía de estasdanzas masculinas con respecto a lareligiosidad a que hoy se hallan asociadas.
Ejecución
El baile del día 24 comienza en la«Casa de la Hermandad »; de ellasalen bailando los lanzadores y se dirigen al Ayuntamiento que se hallaenfrente, a poca distancia. En supuerta hacen un puente con las espadas colocándose en dos filas a loslados de la entrada y bajo él pasanlas autoridades que se encaminancon ellos a la iglesia, en cuya entradavuelven a repet ir el puente. Bailanluego en la iglesia poco tiempo ysalen con el Santo para iniciar la procesión, una vez acabada la misa. Losdanza ntes van delante del Santo,preced idos por el tamboril y aún portres monag uillos con una cruz y dosvaras. Tras el paso van las autoridades y el pueblo. En 1976 falta el cura,que tradicionalmen te presidía estegrupo de auto ridades revestido decapa pluv ial. El actua l párroco, unhomb re joven que se llama don Celestino, según los propios danzadores, cons idera poco religioso esteacto y no asiste a él. Luego en el momento de la puja de los bancos(andas), lo vi en la puerta de la iglesia riéndose de las evoluciones quehacían con el paso del Santo parasubastar los puestos de los que llevarán las andas el próximo año.
Los movimientos de la danza sonen total siete y sus evoluciones resultan parec idas a las descritas para laromería del Ce rro y para la de laPeña (Puebla de Guzmán), másatrás. Los danzantes hacen un pasode calle sobre el que luego ejecutanlos movimientos con las espadas. Enese paso van colocados en filaform and o una cade na, pues los deatrás van sosteniendo con la manoizqui erda la punta de la espada delque va delante; sólo el último, que recibe el nombre de-rabeatdjor lleva suespada sue lta . El pr imero de la filarecibe el nombre de «el cabeza o elde csbeze »; se diferencia de losotros en que su traje lleva el chalecoy la faja verde, en vez de color rojoque hemos descrito para los otrosdanzantes . Este mismo color verdelo hemo s encontrado también en eldanzante que abría el baile de la romería de Piedras Albas.
Este puesto de cabeza se considera más lucido, pero, en realidad, elbail e más vistoso resulta ser el delrabea(d)or, que lleva el paso cambiado, siempre al contrario de losdemás y al cer rar los movimientosarrastra la espada por el sue lo yluego la levanta blandiéndola en alto.Éste es otro de los elementos máscomunes a las danzas de espa dasque vamos describiendo.
Los movimientos que predominanmás son dos: uno en que los dan-
zantes forman un círculo dando elrabea(d)or la punta de su espada alque va en cabeza y, a continuación,sin soltar nunca las espadas, vandando una vuelta uno tras otro metiéndose en este movimiento bajo laespada de sus compañeros de delante. El movimiento comienza siempre por el danzante de cabeza .
El otro movimiento más repetidoconsiste en que el de cabeza se introduce por debajo de la espadaque llevan sus compañeros de atrásarrastrando toda la cadena quevuelve luego a reproducir el movimien to en sentido inverso hastaque el cabeza se co loca de nuevoen su sitio. El mismo movim ientopuede producirse empezando poratrás el rabea(d)or. Los otros movimientos resultan variantes de estosdos.
En conjunto, estas evoluciones resultan enrevesadas y parece «milagroso» que se deslíen los remolinosque forman hombres y espadas sinque ninguno tropiece con el otro o setrabe con el arma.
Cada uno de los danzantes tieneun puesto predeterminado en el queacostumbra a bailar y si no es en élno se halla «a gusto». Requ ierenmayor especialización los puestos derabea(d)ory cabeza. El baile que observamos lo dirige el rabea(d)or, quees el danzante de más edad, aunquelos movimientos los inicie el cabeza.Los siete movimientos trad icionalesse suceden en un orden preestablecido, bien de adelante hacia atrás ode atrás hac ia adelante o, en algunos casos, de la mitad hacia atrás ohacia adelante.
Estas evoluciones pueden habersido acordadas por los lanzadoresantes de comenzar el baile o bienson indicadas de palabra o seña porel rabea (d)or mientras se va danzando.
En la procesión se recorren variascalles importantes del pueblo y sólose para la danza una vez, al comenzar la calle Márquez, que es muyempinada, reanudándose al final dela misma, pues la gran pend ientede ésta dificultaría las evoluciones delos danzantes.
La procesión sólo tiene una parada fija en la puerta de la casa de unantiguo Hermano Mayor ya fallecido,que desempe ñó este cargo durantemuchos años . En esta ocas ión danlos danzantes una vuelta alrededordel paso sin soltar nunca la cadenade espadas. En otras paradas secundarias repiten este movimiento.
Pequeñas paradas se sucedencada vez que los danzantes suspenden el paso de calle para iniciar unode los «remolinos» en que se ensarzan.
Aparte de los movimientos o mudanzas mencionados, existen otrosque el rabea(d)or a que antes nos referimos ha inventado con ocasión dealgunos concursos de bailes a losque ha concurrido este grupo ; así elconocido . como la cruz en que elrabea(d)or baila suelto (cosa insólitaen los movimientos tradicionales) esde su invención.
La procesión termina nuevamenteen la puerta de la iglesia, donde sesuspende la danza y los danzadoresmarchan a sus casas o a tomar unrefresco (ponche de vino y melocotón que ofrece la Hermandad). Conesto termina su intervención en lafiesta.
Por la tarde toman las espadas lajuventud del pueblo y ejecutan ladanza sin gran propiedad acompañada por el tamborilero que aún siguetocando. En 1976 hemos visto agregarse a estos danzantes improv isados algunas mujeres.
DANZAS SIN ESPADAS
Hasta aqu í llegan los datos quehemos pod ido reun ir sobre estascuatro danzas de espadas en el Andéva lo. Las otras dos danzas quehemos enumerado al comienzo deeste apartado , hemos optado por llamarlas, para entendernos , en el contexto de esta descripción, danzas sinespadas; aunque esto, no diga nadaen principio de sus caracter ísticas internas, nos sirve para delimitarlasfrente al grupo que acabamos dedescribir.
a) Danza de la romería de NuestraSeñora de Piedras Albas(Villa nueva de los Castillejos)
Se celebra esta danza durante laromería que tiene lugar el día dePascua de Resurrección (marzoabril) y se ejecuta ante la procesiónde la Virgen pues se efectúa en losaledaños de la ermita situada a pocadistancia de Villanueva de los Castillejos.
El orden en que se coloca n losdanzadores dura nte la celebració nde esta procesión , según pudimosobservar por la doc umentac iónhecha en el año 1973, es el siguiente: 1.°, los danzantes de cara a la Virgen; 2.°, tamborilero vuelto de espaldas al paso y de ca ra a losdanzantes ; 3.°, (a cierta distancia delos danzantes), estandartes ; 4.°, inmediatamente detrás, el paso de laVirgen ; 5.°, el pueblo as istente sedistr ibuye alrededo r de los danzantes o del paso de la Virgen. Como laproces ión tiene un recorr ido muy
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Danza de los palos. Villanueva de los Castillejos.
corto, no hay lugar para que los asistentes se agrupen en una posiciónconcreta, sino que , en general, deambulan alrededor de los elementosenumerados.
Los danzantes van vest idos conalpargatas y medias blancas ; las alpargatas van provistas de unas cintas con que se ajustan a la pantorrillasobre las medias; pantalón de panaque llega hasta algo más arr iba delos tobillos , con una abertura lateralen el final de los perniles, adornadacon madroños (bolas de lana rojas yblancas). La camisa es blanca ysobre ella llevan una bandelora roja.Se completa el atuendo con un tocado a base de un pañuelo rojo con lunares blancos que les cubre porcompleto el cabello, ajustándolo a la
frente y atándolo en la nuca, y unafaja también roja.
Aparte de esta indumentaria, llevan en las manos unos palillos (castañuelas) provistos de cintas blancasy rojas.
Todos los danzan tes van así ataviados, a excepc ión del que abre elbaile que lleva de distinto color, verdeen este caso, el pañuelo de tocado,la faja y la bandolera.
Los movimientos del baile, por loque pudimos observar, no están muyconjuntados, debiéndose, quizá, a ladescomposición que, en conjunto ,sufre esta celebración.
Bailan habitualmente formandodos filas, y realizando algunos crucesentre ambas; y, en conjunto, el bailese reduce a un movimiento acornpa-
102Danza de palos. Vlllanueva de los Castillejos.
Nue stra Señora de Piedras Albas (Villanueva de losCastillejos).
Tamborilero. Romería de Nuestra señala de Piedras Albas(Villanueva de los Castillejos).
sado de los brazos (mientras se alzauno, se recoge el otro sobre el cuerpo). Los palillos (castañuelas) sehacen sonar al compás del tambor.
El acompañamiento musical detamboril y flauta (gaita) tiene las mismas características del descrito paralas otras romer ías, aunque la melodía es diferente. Corre a cargo deltamborilero conocido como «elPollo»; que encontramos tambiénacompañando la danza de espadasde San Bartolomé de la Torre.
La flauta que tocaba en esta ocasión se adapta junto con el tambor alas características que hemos ya señalado.
b) Danza de los cascabelesdurante la procesiónde San Juan Bautista (Alosn o)
Se ejecuta esta danza durante laprocesión de San Juan Bautista, quetiene lugar en Alosna (sin que sesalga para nada del casco de estavilla) el día 24 de junio. La danza duradesde la salida de la procesión hastasu final, y tras ella, tiene una prolongación que describiremos detalladamente más adelante. Nuestras observaciones más recientes de estadanza se remontan al año 1973 y elorden en que aparecen los danzantesdurante el desarrollo de la procesiónobservada en este momento es el siguiente: 1.°, aparecen el estandarte ylas cruces llevados por los monaguillos; 2.°, los danzantes; 3.°, el tamborilero; 4.°, el clero acompañado de lasautor idades ; 5.°, el paso del Santoportado por los «hermanos» (de la«Hermandad»). Los cascabelerosparticipantes están entre edades quevan por lo común de 20 a 70 años.
A la danza se le llama cascabeles,baile de los cascabeles y a los danzantes, como hemos dicho, cascabeleros, por lo que a veces se llamatambién la danza baile de los cascabeleros.
Los cascabeleros van vest idoscon pantalón corto de color asalmonado oscuro que acaba en el comienzo de la med ia blanca , caladacon diferentes labores (lisas pocasveces), sobre la que se calza zapatonegro. La camisa es blanca con encajes en el cuello y en ocasiones vaadornada en la pechera con diferentes labores de calado o bordado;sobre ella se lleva un chaleco depana moteada muy parec ido en suaspecto y hechura al que pintó Sebastián Garcia al representar el trajede un antiguo ma~ordomo de la Virgen de la Peña B. Completa este
2. El cuadro de Sebastián Garcia se encuentra actualmente en et Museo de Ar tes yCostumbres Populares de Sevilla y fue pintadopara el concurso naciona l de pintura sobre trajes regiona les de España en 1934, donde consiguió. el segundo premio.
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Cascabeleros. Fiestas de San Juan Bautista. El Alosna.
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atuendo una bandolera de color rojoen la que va bordada la leyenda[Viva San Juan Bautista!, unas brazaderas de cuero completamenterellenas de pequeños cascabelesengarzados que se ajustan a los tobillos y unos palillos (castañuelas) enlas manos sujetos en el dedo corazón, a diferencia de como se sujetanpara efectuar otros bailes de carácterprofano (sobre todo sevillanas) enque se utiliza el pulgar.
Durante la celebración de SanJuan Bautista (patrono de Alosno), ladanza de los cascabeles se distribuye en tres intervenciones delimitadascon gran claridad : la prime ra y demayor duración, es la que se efectúaacompañando a la procesión desdeque sale de la iglesia hasta que regresa a ella.
Puede decirse sin ningún tipo deinexactitud, que el baile es continuodurante todo este tiempo, pues incluso mientras se avanza, los danzadores van ejecutando, sin parar, unpaso de marcha que consiste en unmovimiento acompasado que va señalando con taconazos el compásdel tambor mientras se adelantan, alternat ivamente, una o la otra pierna.Este paso, se interrumpe con motivode una ser ie de paradas suces ivasde la comitiva durante las cuales seefectúan mudanzas más comp licadas , cons istentes en cruces dedanzantes, pasadas con diferentesfiguras y un puente en el que losdanzadores se colocan en parejasuno frente a otro con los brazos alzados , cada cual hacia su pareja; losdanzantes van pasando de uno enuno bajo este puente deshaciéndoloy volviéndolo a hacer del modo quedescribíamos para la danza de espadas de la romería de San Benito (El
Cerro de Andévalo). Estas mudanzas indicadas se desarrollan a medida que cambia el ritmo del tambor yla flauta que las acompañan, y se ordena el cambio de las mismas por elmayordomo que lleva una larga varade plata coronada de un capitel concascabeles con cuyo sonido, indicalos camb ios. Hemos podido observar, sin embargo, que hay más variedad de mudanzas o movimientos debaile que de toques distintos de tambor y flauta (de estos toques pasaremos a hablar más adelante).
El movimiento de los brazos de losdanzantes se reduce a dos posturas;la una consiste en colocarlos en «jarras», apoyando las manos en las caderas , y la otra en alzarlos hacia elfrente como hemos descrito para elmovimiento de puente. Mient ras laprimera postura coincide con melodías de ritmo más pausado, la segundase reserva para los ritmos más vivosque coinc iden con una especie deapoteosis de la danza con que, además, los danzantes hacen sonar lospalillos (castañuelas) con un ritmoacompasado a los golpes del tambor.
Esta primera parte de la danza,que acompaña a la procesión, finaliza con un movimiento de baile efectuado de cara al Santo, colocadoéste de espa ldas a la puerta de laiglesia, en que se efectúan unos cruces de fila combinados con un movimiento de avance en una de las filasy de retroceso en la otra , en que amed ida que van llegando los danzantes ante el Santo, hacen una genuflexión y vuelven hacia atrás. Estemovimiento dura hasta que todos losdanzantes han efectuado la genuflexión ante el Santo y coincide con unode los movimientos de apoteosis enque se hacen sonar los palillos.
En su conjunto, la marcha resultade una gran marcialidad, los movimientos son muy conjuntados y elritmo del tambor va siempre acompañado estrechamente por el sonido delos cascab eles que llevan los danzantes en los tobillos, y, además, porel sonido de los palillos que, como seha dicho, acompañan 'algunos movimientos.
Tras esta primera parte de ladanza que hemos descrito, tienenlugar otras de características análogas, ejecutadas dentro de la Iglesia,después de la Misa , y, por último,vuelve a bailarse ante el Ayuntamiento, bajo el balcón de este edificio(en el paseo o plaza del pueblo). Enesta última intervención, tras repetirse los movimientos del baile, se efectúa una danza de característicasmuy diferentes a la descrita, denominada Fandango Para(d)o ; en estadanza, sólo interviene una pareja decascabeleros y no todos la sabenbailar, aunque no parezca que vayaa desaparecer, pues comienzan aaprenderla algunos jóvenes. El Fandango Para(d)o es una danza deritmo muy vivo, en que se muevenlos brazos como lo hacen los hombres para las sevillanas, y los piesllevan un ritmo desenfrenado produciendo un vaivén del danzante quees correspondido en sentido inversopor el que está frente a él; tambiénhay una mudanza en que se permutan los lugares que ocupa cada danzante y, por último, una en que undanzante se para mient ras el otrocontinúa bailando y al par de esto elque se ha parado , toca las palmasacompañando al que baila (este movimiento lo ejecutan alternativamentelos danzadores cambiando en cadacaso la función de uno por la delotro). Durante el baile, al permutarseel lugar de los danzantes, éstos giransobre sí mismos 1800 y en este girose ladean hasta tocar, en ocasiones,el suelo con una de las manos.
Al parecer, quedan noticias deque en este baile jugaba algún papeluna navaja , que cogían o soltabanen el suelo los danzantes; pero esteelemento ha desaparecido del baileen la actualidad y nos ha sido imposible verificarlo con seguridad.
Parece bastante claro, tanto por eltenor de esta danza, como por la melodía particular que la acompaña, ypor el momento en que tiene lugar(epílogo de las fases de la danza deprocesión descrita) que se halla desconectada de la danza de procesióny su matiz religioso, en caso de quelo tuviera alguna vez, está en la actualidad muy atenuado pues nohemos visto bailarla jamás ante elSanto , ni hay memoria de que sehaya hecho alguna vez. Por tanto,
este matiz se limitaría a su celebración con ocasión de esta fiesta decarácter religioso en el amplio sentido de la palabra.
Volviendo de nuevo a la danza deprocesión, hay que decir que las partes en que encontramos dividida suejecución, corresponden con bastante exactitud a una concepc ión ritual-quizás de reverencia- tripartita: a)baile ante el pueblo (durante la procesión), b) baile ante el clero (dentrode la iglesia), e) baile ante las autoridades (ante 'el Ayuntamiento).
Esta estructura, junto a algunosotros datos que van luego, noshacen pensa r que su asociación alcampo religioso no haya sido su «patrón» esencial predominante.
En cuanto al acompañamientomusical la danza de los cascabe leslleva también incorporados los mismos elementos, flauta y tamboril,que hemos descrito para el resto delas danzas de esta comarca. El tamborilero que acompaña es de Alosnoy representa una edad de unos 40años y los instrumentos se adaptan alas descripciones ya hechas.
Todas las danzas de espadas delAndévalo ofrecen un gran parec idoen sus movimientos de ejecución,parecido que se extiende, incluso, aalgunos movimientos de las otrasdanzas de palillos, y las descr ipciones de otras danzas de este tipo proporcionadas por los autores que citamos en el apartado documentalcorrespondiente, se adaptan bastante a ellas en líneas genera les. Lasdescripciones antiguas conservadasparecen indicar, por su parte, que eluso de estas danzas tenía una grandifus ión en la Península y const ituían, por lo que deja entrever Cervantes, una especie de género y no,como aparecen ahora, estilos localesmuy particulares.
La documentac ión de estasdanzas en el Andéva lo no nos hapermitido apreciar el sent ido queSchneider les atribuye de danzasmedicinales. Su asociación frecuentea romerías que tienen un origen deprotección, sea agrícola o ganadera,o bien contra cualquier calamidadpública, sea la peste o las invasionesbélicas de los portugueses tan frecuentes en esta zona que hemos citado, es lo único que puede relacionarse con la " prodigiosa» teoría deeste autor. Pero esta asoc iación almarco religioso parece tardía a juzgar por los indicios que hemos encontrado, los cuales tienden a darlesun carácter profano. Es posible queese sentido de protección le venga aestas danzas de un momento anterior a su asociación con elementosde la religión cristiana, pero ya en elpasaje mencio nado de Cervantes
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aparecen como atracción entre otrasdanzas, en el marco de la celeb ración de una boda.
Hay que contar también con elproceso de asimilació n religiosa delas formas profanas de expresión populares que es aún más evidente enel caso de las danzas mixtas quehemos encontrado asociadas al cultode la cruz 29, manteniendo todavía sufunción de emparejamiento.
En toda la coma rca del Andéva loexiste un substrato uniforme de melodías ejec utadas con la flauta detres agujeros y el tambor. Estas melodías se hallan casi siempre asociadas a feste jos religiosos (romerías,fiestas patronales, etc.) y son acompañadas de danzas de hombres, ungran porcentaje de las cuáles, comose ha visto, son danzas de espadas .
Junto a este substrato, caracterizado, sobre todo, por la flauta, hallamosotro representado por las sevillanas,cantadas o tocadas con guitarra, decarácter más profano aunq ue en algunas localidades se asoc ie déb ilmente al culto de la Cruz.
Al lado de ambos puede aún hacerse un tercer grupo de melodíasvocales bien religiosas (cantos de romería, de proces ión , vill ancicos,etc.), o profanas (cantos de trilla, dequintos, etc.).
El primer grupo que hemos caracterizado por la flauta parece el demayor antigüedad y debe relacionarsecon el fenómeno de la repoblación tardía del Andévalo, o, al menos, con lainfluencia de grupos de poblacionesleoneses asentados en la zona de laSierra, al norte de esta comarca.
Hay dos razones de peso para defender esta raigambre:
1.o La toponimia: es obvia lapresencia de leoneses en la sierra,atestiguada por topónimos como cañaveral de León, Segu ra de León,Arroyomolinos de León y Fuentes deLeón, ya en Badajoz .
2.0 La morfología de los instrumentos. La gaita o flauta de madera,de tres aguje ros, puede rastrearseininterrumpidamente sin que cambiesus características, subiendo por Extremadura hasta Zamora y León, y esmuy posible que la gaita zamorana citada por Cervantes no tenga nadaque ver con el instrumento de fuelle ,sino que se refiera justamente a esteinstrumento, que en gran part e delAndévalo se llama también gaita.
El tambor sufre un alargamiento amedida que baja por Extremadura,pero la forma de conjunt arse con laflauta, tocándolas ambas el mismo
29 A. Umón Delgado. Opus cit., nota 1.
ejecutor (flauta, mano izquierda, tambor colgado del antebrazo izquierdoy percutido con la derecha) es idéntica en toda esta zona hasta elmismo Andévalo.
No hay aún evidencia histórica deque los pob ladores leoneses seasentaran en El Andévalo, pero sí esbastante plausible defender un fenómeno de asimilación por contacto deformas musicales bajadas de la Sierra , sin que hayan sido tra ídas porasentamientos de los propios leoneses en el Andévalo.
Parece claro que los asentamientos leoneses se circunscriben deforma general a la Sierra, para lo queexisten dos buenos motivos: primero,las mayores posibilidades de defensaque brinda el terreno, y segundo, lamayor riqueza del mismo con respecto al Andéva lo y una cierta analog íacon las zonas montañosas de origen;lo que vendría a explicar que al bajardel norte y toparse con el paisaje serrano, no se adentraran en la aridezdel Andévalo, sino quizás esporádicamente. De estas incursiones esporádicas existe aún una prueba lingüística que es válida para la zona centralde esta coma rca. En 1850 don Pascual Madoz dice en su Diccionetio'"refiriéndose al Andévalo:
«Sus costumbres sencillas y supronunciación pura castellana, entérmino que en el Cerro y en Calañas se habla con tanta cor recc ióncomo en el reino de Toledo."
Si confrontamos esta referenciacon los datos recogidos por M. Alvaren su Atlas... 31, vemos que, efectivamente, las transcripciones fonéticasde la información recogida en estosdos pueblos revela que se mantieneuna clara diferencia entre la pronunciac ión de la C y de la S, mientrasque en muchas otras poblaciones setiende al fenómeno del «seseo». Elmismo fenómeno puede constatarse,muy localizado, con respecto a losfonemas y-II.·
Algunas de estas reflexiones aque nos lleva la documentac ión etnográfica están faltas de una apoyatura históri ca que'sólo puede part irde la ínvestlqaci ón.en los archivosmunicipales y parroquiales de estacomarca práct icamente intactos porel momento. Esperamos que los histor iadores se decidan a comenza resta tarea.
FOTOS: Juan Pedro Garrido Roiz
30 P. Madoz , Diccionario...• véase voz Andévalo.
31 M. Alvar, Atlas L.E.A. Ver referencias enlos tomos I y 11 a los puntos H. 300, H. 301, H.302, H. 303 Y ss.