las cuevas del desfiladero del río carranza

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Las cuevas del Desfiladero del río Carranza Rober Areizagaren argazkiak

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Dossier sobre las cuevas del desfiladero del río Carranza

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Las cuevas del Desfiladero del río Carranza

Rober Areizagaren argazkiak

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Sarrera Irtenaldi hau aldez aurretik prestatzerakoan ibilbide batzu egin ditu, zeinetan argazki pilo nahiz politak atera ditudan, nahikotxo irakurri egin dut eta bertako jendearengandik ere informazio interesgarriak jaso. Lagundu nauten guztioi bihotzeko eskerrak emanez, nire ikasleek Karrantza eta bere altxor naturalak hobeto ezagutzeko eta pixkat gehiago balioan emateko lana izango dela espero dut. Azkenean, “Las cuevas del desfiladero del río Carranza” izendatu dut lan-koadernotxo hau, ba, elkarbizitzan bezalaxe, garrantzitsuena taldea da. Horrez gain, gaur egungo gizakiok geografi, político, hizkuntz eta goiburu mugak jartzen ditugun arren, paleolito gizakiak mugarik gabeko mundu batean bizi ziren eta ehiza errazteko taldekatzen ziren, ehiza eta kobazuloak konpartitzen.

Internetetik ateratako marrazkia Introducción: Preparando esta salida me he dado unos buenos paseos en los que he sacado muchas y bonitas fotografías que me ayudarán a ilustrar este cuadernillo, he leído bastante y también he hablado con la gente de la zona, que me han contado cosas interesantes siempre. Dando mis sinceras gracias a quienes me han ayudado, espero que esto sirva para que mis alumnos y alumnas puedan conocer mejor Karrantza y los tesoros naturales de su entorno y también darle el valor que se merece. Tras pensarlo despacio, le he puesto el título de “Las cuevas del desfiladero del río Carranza” porque, como casi siempre en la vida, lo más importante es el conjunto. Y, además, los que llamamos hombres civilizados establecemos fronteras geográficas y políticas, también idiomáticas y de símbolos; pero para los que llamamos hombres prehistóricos del paleolítico no tenían sentido estas fronteras, para ellos la vida era cuestión de supervivencia y se unían en grupos para cazar, compartían la caza y también las cuevas en que habitaban.

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Geografía e importancia del desfiladero El río Carranza, de unos 16 km de longitud y también denominado por otr@s río

Mayor, discurre en el occidente de Bizkaia, recogiendo casi todas las aguas del Valle de Carranza a través de numerosos arroyos y pequeños ríos (Escaleras, Presa, Argañeda, Las Callejuelas, Rioseco, etc.), y desemboca en el río Asón, cántabro, que va de S a N hasta desembocar en el Mar Cantábrico.

El desfiladero de Carranza (también denominado desfiladero de Venta Laperra y popularmente conocido en el valle como el Salto La Vieja) es la única salida natural del valle, por lo que el río, la carretera y el ferrocarril circulan prácticamente paralelos en el desfiladero, comunicando Karrantza (Bizkaia) con Ramales y otros pueblos de Cantabria.

Imagen del desfiladero desde Peña Rebuño: en el centro se ve el pequeño núcleo de casas del

bario de Venta Laperra y también se observa el transcurrir casi paralelo de la carretera, la vía férrea y el río.

Fotografía de Rober Areizaga Es un paraje de gran belleza, a pies de la Peña Ranero (Pico o Picón del Carlista,

fuera de Euskadi) y de Peña Rebuño.

Esta garganta cuenta con numerosos yacimientos prehistóricos, que demuestran la actividad de los cazadores paleolíticos, y que esconden decoraciones rupestres de la época.

Las cuevas más importantes de este desfiladero son Las Cuevas de Venta Laperra, las Cuevas del Arco, la cueva de Pondra, la cueva del Morro del Horidillo, la cueva de Sotarriza y Cueva Negra. Todas ellas, excepto el conjunto de cuevas de Venta Laperra, se encuentran en territorio cántabro.

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El desfiladero es considerado como un punto estratégico en las rutas paleolíticas, tanto para las manadas de animales salvajes (cápridos, cérvidos, caballos y uros) en movimiento estacional, como para los grupos de cazadores-recolectores de la prehistoria. Estas rutas naturales de la zona cantábrica podrían ir desde Covalanas (Ramales de la Victoria, Cantabria) hasta Arenaza (Galdames, Bizkaia)), los dos conjuntos rupestres más importantes de la comarca.

El valle de Carranza se corresponde con un espacio montañoso de relieves escarpados y elevados, con altitudes superiores a los 1.000 m. El valle está limitado en su extremo sureste por la cordillera de Ordunte y la sierra de Mesada, al este por las sierras de La Escrita y Fuentefría, al norte por las Peñas de Ranero y al oeste por las Peñas de Ranero y la sierra de Lombera. El interior del círculo montañoso se caracteriza por la alternancia de fuertes pendientes con ondulaciones del terreno, a modo de cerros o suaves colinas.

El clima actual es suave y húmedo y paisajísticamente destacan las praderas para

pasto de ovejas y vacas, principalmente, y pinares, pero abundan los castaños, las hayas y los robles. En la actual fauna destaca el zorro, habiendo también jabalíes, lobos y buitres leonados, habiendo desaparecido el oso pardo.

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Ubicación de la comarca de Enkarterri en el mapa de la Península Ibérica y mapa de la situación de sus principales pueblos (Balmaseda, Sopuerta, Artzentales, Turtzios eta Karrantza) y ríos (Cadagua, Barbadun, Aguera y Carranza, que es afluente del Asón); así como los pueblos cercanos de Ramales y Soba (Cantabria).

Datos de las cuevas del desfiladero Seis de los veintiocho yacimientos arqueológicos documentados en el desfiladero del

Carranza muestran representaciones paleolíticas. El radio de 1 km entre ellos demuestra que esta zona es una de las más densas de la región cantábrica.

Los conjuntos rupestres se distribuyen esencialmente por la margen derecha del desfiladero, en cuevas de notables condiciones de habitabilidad por la amplitud de sus vestíbulos y su excelente orientación al mediodía (S), o al sur-suroeste. En esa ladera se suceden de Este (E) a Oeste (W), las cuevas de Venta Laperra, las cuevas del Arco, la de Pondra y la cueva del Morro del Horidillo. En el lado izquierdo del desfiladero, más húmedo e inhóspito, están la de Sotarriza y Cueva Negra (ésta sin representaciones paleolíticas). Todas ellas no se alejan más de diez o quince minutos del curso del río Carranza.

Representaciones Cuevas Venta

Laperra

Cueva del

Arco A

Cuevas del Arco

B-C

Cueva Pondra

Morro del

Horidillo Sotarriza

Cueva Negra Suma total

Bisonte 4 / 1 1 / 1 - / - - / - - / - - / - - / - 5 / 2 7 Uro - / - 1 / - - / - - / - - / - - / - - / - 1 / - 1

Caballo - / - 1 / - - / - 3 / - - / - 1 / - - / - 5 / - 5 Cabra - / - 1 / - 2 / 1 - / - - / - - / - - / - 3 / 1 4 Cierva - / - - / - 2 / - 2 / - - / - - / - - / - 4 / - 4 Ciervo - / - - / - - / - 1 / - - / - - / - - / - 1 / - 1

Oso 1 / - - / - - / - - / - - / - - / - - / - 1 / - 1 Mamut - / - - / - 1 / 1 - / - - / - - / - - / - 1 / 1 2

Cuadrúpedo ind. - - 2 - - - - 2 Figuración, resto 2 2

Signos 3 / 3 - / 1 1 / - 4 / 4 8 Puntos, series 1 1 1 3 Manchas rojas 1 12 10 1 24 Líneas pintadas 1 3 5 9 Grabados no fig. 3 3 4 10

Unidades gráficas paleolíticas 9 8 39 27 2 1 86 Marcas negras 12 3 1 1 1 18

Zarpazos 6 1 2 1 10 Inscrip. / Pintadas 1 2 8 11

Unidades gráficas valoradas 9 27 45 38 2 3 1 125 Tabla de las representaciones y motivos parietales en las cuevas del desfiladero del río Carranza.

Para las categorías paleolíticas más definidas se indica el número de ejemplares de identificación segura o muy probable y, a la derecha de la barra, el de las figuras de identificación dudosa.

A continuación, otra tabla que recoge datos muy interesantes de las cuevas del desfiladero.

Nº Nombre Otros nombres Altitud Orientación Longitud desarrollo

Habita- bilidad

Piezas líticas

Piezas óseas

Restos cerámicos Fauna

Restos óseos

humanos Arte

Paleolítico Prehist.oria

reciente

1 Cueva del Bortal 215 S 75-123 m Escasa - - Abun- dantes - - - Sí

2 Cueva de Venta Laperra A El Rincón 203 S 45 m Regul. 1 1 1 - - - Sí

3 Abrigo al pie de Venta Laperra 195 SO 1,5 m Regul. 2 - - Escasa - - -

4 Cueva de Venta Laperra C. de Venta Laperra

C, C. de los Grabados

195 S 37 – 250 m Buena Abun-

dantes - Escasos Sí - Sí Sí

5 Cueva del Polvorín C. de Venta Laperra D, C. de los Gitanos 185 S 70 – 550

m Buena 1.467 7 Varios Sí Sí - Sí

6 Cueva de Venta Laperra E 185 S 10 m Escasa 3 - 4 - - Sí Sí

7 Yacimiento al aire libre de Venta Laperra 115 - - -- 7 - - - - - -

8 Cueva de las Caldereras 225 S 22 -30 m Muy buena 5 - 2 Sí - - Sí

9 Cueva de La Trinchera Cubil del Cura 225 SO 15 m Regul. - - - Sí - - -

10 Cueva del Arco A 200 O 66 – 125 m

Muy buena 13 1 3 Sí - Sí Sí

11 Cueva del Arco B 200 S 76 – 280 m

Muy buena 93 - 1 Sí - Sí Sí

12 Cueva del Arco C 200 S 25 – 67 m Buena 6 - 2 Sí - Sí Sí

13 Cueva del Arco Ch 200 S 10 – 12 m Escasa 1 - - Sí - - -

14 Cueva del Arco D 195 S 21 – 25 m Escasa 6 - 16 Sí Sí - -

15 Cueva del Arco E 190 S 1,5 m Escasa - - 1 - - - Sí 16 Cueva del Arco F Cueva de Esquiente 180 S-SO 22 m Buena 19 - 2 Sí - - Sí 17 Cueva del Arco G Cueva del Cubillo del

Cura 185 S 18 m Reg. 2 - - - - - - 18 Cueva de Pondra 200 O y S 136 - 175

m Muy

Buena 5 - 5 Sí - Sí Sí 19 Cueva de Las Negras 475 O 71 m Escasa - - 1 Escasa - - Sí 20 Cueva de la Hiedra 460 O 1m Escasa - - - - - Sí ¿?

21 Cueva del Morro del Horidillo Morro del Horadillo, C. de la Garganta del

Desfiladero 150 O 3,5 – 12

m Escasa - - - - - Sí -

22 Cueva de “Lorao” 500 SE y NE 67 m Regul. - - 4 - - - Sí 23 Cueva Chiquita Cueva Chica 170 NE 60 -170 m Buena 13 - . Sí - Sí - 24 Cueva del Jabalí 525 NE 50 m Escasa - - 1 - - - Sí 25 Cueva Negra Covanegra 225 N 134 – 193

m Escasa - - - - - Sí - 26 Cueva de Sotarriza 220 N-NE 117 – 218

m Escasa - - - - - Sí - 27 Cueva del Sauco 400 NE 64 m Escasa - - 2 - Sí - Sí 28 Cueva del Cubillón 510 E 33 m Regul. 1 - 1 - - - Sí

Descubrimientos e investigaciones en las cuevas del desfiladero Algunas de las representaciones rupestres se conocen desde inicios del siglo XX

(Venta Laperra, Sotarriza y Cueva Negra), y otras se han descubierto más recientemente (Pondra y Morro del Horidillo y Arco A y B), en 1983, por el CAEAP (Centro para la Aplicación de Estudios Arqueológicos Prehistóricos).

La investigación de estas cuevas parece que fue motivada por la puesta en marcha

del ferrocarril de vía estrecha (inaugurado en la década de los años 80 del pasado siglo XX). Desde el tren, a su paso, se aprecia el frente rocoso de Venta Laperra y sus oquedades y también los arbotantes de las Cuevas del Arco.

Fue el padre Lorenzo Sierra, superior de Limpias, quien descubrió el 16 de agosto de

1904, un oso grabado en la pared derecha de la cueva de Venta Laperra. También una pintura de caballo negro en Sotarriza, en 1906, y diversas marcas negras en las paredes de Cueva Negra

Ya en 1902, M. Cartailhac y el abad Breuil al pasar el ferrocarril por esta zona,

hicieron propósitos de volver a ella. Cumplieron su promesa con motivo del hallazgo del oso, regresando en 1906. En esta visita descubrieron una figura de bóvido, dos bisontes y una serie de incisiones en el portal de entrada.

Con motivo de estos descubrimientos y otros más en la zona

cantábrica, en 1912 se editó un libro titulado Les cavernes de la region Cantabrique, por Alcalde del Río, Henrri Breuil y Lorenzo Sierra, publicado bajo los auspicios del príncipe Alberto I de Mónaco.

Entre 1914 y 1931 no se trabajó en las cuevas del desfiladero.

El 30 de agosto de 1931, los doctores Aranzadi y Barandiaran comienzan las excavaciones en la Cueva del Polvorin y en la de los Grabados. También exploran la Cueva del Bortal, donde habían aparecido dos urnas funerarias.

Tras el oscuro paréntesis de la Guerra Civil Española (1936-1939), las

investigaciones se reinician hacia 1950 por parte de profesores vascos (Barandiarán, Maeztu, J. M. Apellaniz, J. Altuna y E. Nolte) y de la Universidad de Zaragoza. En cambio, desde Cantabria, se abandona el estudio de este espacio limítrofe. También en 1950, Don Manuel López, Arcipreste de Carranza, halló una nueva figura de bisonte en la Cueva de Los Grabados. Es en esta época cuando se ordenan y denominan las bocas de Venta Laperra.

El 17 de marzo de 1963 el grupo de espeleología G.U.M. localiza otra figura de

bisonte en la Cueva de Los Grabados.

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En las dos últimas décadas, las investigaciones de los yacimientos conocidos en el desfiladero han sido desarrolladas por estudiosos de Cantabria y País Vasco (Universidad de Deusto). Los primeros se han centrado en los fenómenos artísticos y los segundos en los yacimientos de habitación.

En Sotarriza y Cueva Negra, en 1983, se descubrió la existencia de un paso interior

entre ambas grutas.

En Venta Laperra destacan los trabajos de A. Baldeón, en 1990; de R. Ruiz Idarraga, entre 1989 y 1999; de A. Arrizabalaga, en 1995 y de X. Gorrotxategui, en 1997.

Cuevas de Venta Laperra Situación

Las Cuevas de Venta Laperra (también Venta La Perra) son cuevas prehistóricas que

fueron habitadas por los cazadores neardentales y cromañones en sus correrías de caza en la zona de la cornisa cantábrica próxima al valle del río Asón, en el que desemboca el río Carranza. Estas cuevas contienen el más oriental de los conjuntos rupestres del desfiladero, y el primero que se descubrió, en 1904, por Lorenzo Sierra.

Dibujo: F. Caso Guedan

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El conjunto de las cuevas lo constituyen cuatro cavidades muy próximas entre sí y que tienen los siguientes nombres:

- Cueva de Venta Laperra 1, “D”, o Cueva del Polvorín de Venta Laperra. - Cueva de Venta Laperra 2, “C”, o Cueva de los Grabados de Venta Laperra. - Cueva de Venta Laperra 3, “B”, o Cueva de Venta Laperra del Medio. - Cueva de Venta Laperra 4, “A”, o Cueva de Venta Laperra del Rincón.

Estas grutas están situadas a escasos metros del límite geográfico con la provincia de Cantabria, a media altura de la escarpada ladera sur de la Peña Ranero (Picón del Carlista fuera del País Vasco), bajo el escarpe denominado Salto del Pollo, a unos 195 metros de altitud sobre el nivel del mar y a algo menos de 100 m sobre el cauce del río.

A sus pies comienza el desfiladero por donde sale toda el agua del valle de Carranza,

a través de su río. Por ser la única salida natural de este enorme valle, el más grande de Bizkaia, también discurren paralelas al río la vía ferroviaria y la carretera que va desde Karrantza hacia Gibaja/Ramales, de la que distan unos 100 metros.

Fotografía: J. L. Pascual

Tras pasar el pequeño barrio de La Cadena, o Venta Laperra, las vemos a la derecha, cerca de la zona denominada El Bortal, y nos podremos acercar a ellas ascendiendo por un prado y pasando una alambrada hacia la derecha. Sin embargo, no se pueden visitar, porque están cerradas al público.

Sus bocas son de gran tamaño, en un farallón rocoso, y habrían sido formadas por el

agua que se drenaba en la masa calcárea de Peña Ranero.

Al estar en la muga han sido investigadas por estudiosos de ambos territorios, lo cual ha creado controversias sobre su denominación (Venta Laperra o Venta de la Perra). Parece ser que su nombre se debe al carácter de frontera fiscal de la venta que allí existió, entre el Señorío de Bizkaia y la Montaña. Hoy se puede ver el mojón limítrofe en la parte trasera de una de las casas del barrio.

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Fotografía de Rober Areizaga La historia e importancia de Venta Laperra

Es el santuario más antiguo de todo el País Vasco, ofrece una interesante muestra de varias figuras que los hombres prehistóricos grabaron durante el paleolítico Superior hace 20.000 y 26.000 años.

Los grabados de la cueva de Venta Laperra se componen de varias

representaciones de bisontes, a los que se suma un oso, una posible cierva y grupos de trazos más o menos rectilíneos. Todos ellos se sitúan en el amplio vestíbulo de entrada, iluminados por la luz solar. La técnica utilizada es el grabado profundo mediante el raspado continuo de un instrumento lítico sobre el soporte, dando lugar a representaciones esquemáticas de contornos inacabados (en ningún caso se ha trazado la cabeza de los bisontes).

La técnica del grabado es común a todas. Se comienza por diseñar un boceto

piqueteando la pared con un cincel, para después repasar lo piqueteado hasta dejar terminado el surco.

Estudios recientes han llegado a la conclusión de que, con toda probabilidad, cada una de las figuras fue ejecutada por un autor diferente.

A tenor del ajuar de sílex y ofita hallado en la cueva de Venta Laperra de los Grabados, se atribuye a esta cavidad un primer asentamiento Musteriense. Hace 70.000 años el hombre de Neardenthal habitó en las cuevas del desfiladero de Karrantza. Desde

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entonces, y de manera ininterrumpida, lo ha venido haciendo hasta en Eneolítico, hace 2.000 años, y tal vez en fechas más recientes.

Posteriormente, tras un largo período de desocupación, fue utilizada como lugar de enterramiento por grupos de pastores, que son los que construyeron también los dólmenes de Karrantza.

Sin duda, su mayor apogeo tuvo lugar en el período Auriñaciense, que es cuando se

hicieron los grabados, unos 25.000 años atrás, aproximadamente. Era un nuevo hombre, el de Cromañón, quien plasmó en la roca viva, a golpe de buril de sílex la muestra de arte parietal más antigua de Bizkaia.

Fotografía: http://www.kultura.ejgv.euskadi.net

Karrantza daría más vestigios prehistóricos en sus cuevas, como enterramientos de

los períodos Mesolítico y Neolítico, pero no ya como habitáculo. Con la entrada de la cultura pastoril cambia radicalmente el modo de vida, que se realiza en construcciones al aire libre y se comienza a enterrar también al aire libre, en la multitud de dólmenes que se ubican sobre los montes que rodean al valle.

Estas cuevas están relacionadas con las de Covalanas (Ramales de la Victoria-

Cantabria), pero allí no se utilizó la técnica del grabado, sino la pintura con tampón, que consiste en marcar un punteado tan seguido que supla a la línea continua.

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El resto de cuevas de Karrantza y Lanestosa sólo se han utilizado como lugares de enterramientos, pero no como viviendas de la época prehistórica.

Vista del barrio de La Cadena

o Venta Laperra (parte es Bizkaia y parte es Cantabria). El prado que se ve es el que hay que subir para acercarse a las cuevas de Venta Laperra.

Siguiendo la carretera, a la derecha, se va hacia Ramales, y a la izquierda, a Karrantza.

Fotografía de Rober Areizaga

Descripción de las cuevas de Venta Laperra Cueva de Venta Laperra 1, “D”, o Cueva del Polvorín de Venta Laperra

Es la más próxima al límite con Cantabria.

Su boca de entrada es de 3,5 m. de alto por 5 m. de ancho. Tras este amplio pórtico, donde se han realizado excavaciones arqueológicas, continúa la cavidad entre bloques y coladas estalagmitas, 70 m. más por las galerías que forman este piso superior.

Esta es la primera vista que se

tiene de la cueva según te vas acercando. Lo primero que distingues es el nombre pintado de rojo en la roca.

Fotografía de Rober Areizaga

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Frontal de la Cueva del

Polvorín, con su verja y con el nombre pintado en la roca, a la derecha de la entrada.

Fotografía de Rober Areizaga

A unos 50 m. de la entrada y a la izquierda, hay una desviación en forma de gatera en la que se abre un boquete a una sima de 40 m de profundidad, a la que se desciende por una bella colada estalagmítica, y tiene otro piso inferior donde se alcanza los 50 m., máxima profundidad de la sima.

En dirección S.O. tiene un lago de 17 m. de longitud por 4 m. de ancho y otros 2 m.

de profundidad, con amplia dotación de estalactitas, estalagmitas y columnas, en un tercer piso de la sima.

El desarrollo total de la sima supera los 550 m. El nombre de esta cueva se debe a que en la última guerra carlista se utilizó como

polvorín. Hay que decir que las gentes del lugar también la denominan Cueva de los Gitanos.

El 30 de agosto de 1931, Aranzadi y Barandiaran comienzan su excavación a 3,5 m.

de la entrada en una cuadrícula de 4 X 3 m. y una profundidad de 3, 5 m. dividida en siete niveles distintos. El primer nivel corresponde a la Edad del Bronce, y predominan los restos de cabra y diverso ajuar lítico de sílex y cuarzo, a base de raederas, buriles, raspadores y lascas. El segundo nivel, entre 15 y 30 cm., tiene restos de caballo, oso, bisonte y dos tipos de molusco. Después hay otros 3 m de profundidad (niveles 3 a 6) casi estériles. Y, finalmente, en el nivel 7, que va desde los 3,20 m. a los 3,5 m., hay gran cantidad de lascas de sílex y huesos afilados, que podrían pertenecer al período Auriñaciense.

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A pesar de la importante excavación realizada en esta cueva, no se puede decir que sea un habitáculo pródigo en restos prehistóricos. En esta cavidad no se han realizado grabados.

Cueva de Venta Laperra 2, “C”, o Cueva de Venta Laperra de los Grabados

Se encuentra a 10 m. de distancia de la anterior, y a otros 15 m. de desnivel por encima de ella. Tiene unas verjas que la protegen, por lo que se identifica fácilmente. Su entrada es circular, de unos 5 m. de diámetro, y está casi colgada de la pared rocosa.

La Cueva del

Polvorín queda a su izquierda, y por un estrecho senderito te aproximas hasta las escaleras de piedra que van subiendo hacia ella, acercándote al pie del cartel que indicador, que se ve en el centro de la imagen, delante de la verja.

Fotografías de Rober

Areizaga

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De la sala de entrada parte una galería que, tras 12 m., vuelve a salir al exterior por una ventana natural abierta en el paredón. Continúa la cavidad unos 20 m. más hasta dar a una sima de 15 m. de profundidad, que descendida conecta con una pared de galerías de 250 m., comunicadas nuevamente con el exterior a través de la Cueva de Venta Laperra del Medio.

Al pie de la sima de 15 m. existe un gran

cono de derrubios que es donde se encuentra el verdadero yacimiento prehistórico. Esta cavidad está protegida por rejas en varios puntos, por lo que para explorar sus galerías hay que entrar por la cueva del Medio.

Son 8 los grabados que adornan esta sala, siete de los cuales están sobre las paredes y uno en el suelo. De día pueden contemplarse con la luz natural exterior.

Grabado nº 1. Se trata de un oso común o Ursus arctus, de 80 cm. de longitud y 60 cm. de altura; situado según entramos en la pared derecha, casi al fondo de la pequeña sala.

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Grabado nº 2. Un bóvido, sin cabeza y cola, teniendo bien marcado el lomo superior, abdomen y parte trasera, de 70 cm. de longitud y 35 cm. de altura. Está situado por encima del grabado nº 1, casi pegando.

Grabado nº 3. En la misma pared y saliendo de la cueva, a 2,20 m. de la figura anterior, se encuentra el grabado de un bisonte. Marcada la parte trasera, le falta la cabeza, que tampoco se encuentra en el resto de los bisontes. Tiene 66 cm. de longitud y 40 cm. de altura. Destaca una doble incisión en el abdomen, con la intención de dar así sensación de relieve.

Grabado nº 4. En la pared izquierda, frente al anterior grabado, hay la figura de otro bisonte, representado por su cuarto trasero, destacando su cola levantada. 40 cm. x 45 cm. son sus medidas.

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Grabado nº 5. A la entrada del portalón, a mano derecha y antes de alcanzar una serie de pequeños conductos conectados con la galería que vuelve a desembocar al exterior del paredón, casi al borde del corte rocoso de la entrada, hallamos una serie de líneas incisas grabadas sobre el suelo y en todas direcciones. No tienen interpretación.

Grabado nº 6. En la pared izquierda, a 2 m. de la entrada y a otro tanto del suelo, hay un tercer bisonte, representado también por su cuarto trasero exclusivamente. Está en posición de salto con la mitad de la cola erguida. Tiene 30 cm. de longitud y otros 30 cm. de altura.

Grabado nº 7. Pared izquierda, enfrente del oso y a 4 m. del bisonte del grabado nº 4, se hallan unas incisiones esquemáticas que, aprovechando la forma de la pared, quieren representar un bisonte. Tienen una longitud de 40 cm. por otros 40 cm. de ancho.

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Grabado nº 8. Pared derecha, a escaso metro del grabado nº 3, según salimos de la caverna, se encuentran estas incisiones sin significado posible debido a su simplificación.

Cuando en 1931, Aranzadi y Barandiaran realizaban la primera cata en el suelo de la caverna, superficialmente aparecieron trozos de cerámica negra, junto a dientes y huesos de carpidos, puntas y trozos de pedernal retocados entremezclados con huesos diversos. A los 70 cm. apareció una pieza de ofita de aspecto Musteriense, coincidente con el último período del Paleolítico Inferior, cuando aún no había hecho su aparición el hombre de Cromañón.

Otra vista de La Cueva de Los Grabados de Venta Laperra. Fotografía de Rober Areizaga

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Es junto con Axlor en Dima el vestigio más antiguo de la prehistoria en Bizkaia.

Añadimos que el yacimiento no ha sido excavado en su totalidad, y que el verdadero potencial de restos se encuentra en el cono de derrubios de la sima, por lo que puede reservarnos ciertas sorpresas.

Los grabados son finos, estilizados y de una sola incisión. Se encuentran

relativamente difuminados y a veces se confunden con los relieves y canalillos de la roca. Se les sitúa en la primera época del Paleolítico Superior, período Auriñaciense,

coincidiendo con el nacimiento del arte rupestre, de 25.000 a 30.000 años aproximadamente. Tienen un extraordinario parecido con las figuras de la gruta Pair-Non-Pair, en Seine et Marne (Francia). Pudiendo ser, perfectamente, 20.000 años más antiguos que las pinturas de Santimamiñe.

Otras instantáneas de esta cueva Fotografías de Rober Areizaga

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Cueva de Venta Laperra 3, “B”, o Cueva de Venta Laperra del Medio

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A escasos 20 m. por debajo de la anterior y al pie de la pared escarpada, se abre una boca de 1,5 m. de alto por 0,90 m. de ancho, empleada habitualmente como redil. Tras los primeros 30 m. de su galería, con una altura constante de 2 m., nos muestra en el lado izquierdo, un estrecho conducto de estalactitas por el que comunicamos con el piso inferior de la cueva de los Grabados. Próxima a ésta se abre una sima de 25 m.

En esta cavidad no se han hallado restos prehistóricos. La exploración de las galerías debía de hacerse antes por este acceso, al estar la

otra verjada; pero como se aprecia en las imágenes, en la actualidad todas tienen verjas que impiden el acceso a su interior.

Cueva de Venta Laperra 4, “A”, o Cueva de Venta Laperra del Rincón

Se trata de la cueva más lejana y elevada de todas ellas. Su entrada de grandes proporciones es casi circular. Tras este amplio pórtico se eleva una rampa hasta alcanzar la horizontalidad. A los 30 m. de la entrada, el suelo, formado por bloques desprendidos del techo, se transforma en barro arcilloso, finalizando hacia a los 45 m.

Fotografía de Rober Areizaga

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En 2004, sorprendentemente, ya que esta cavidad se conocía desde siempre, y, además, dista escasamente 25 m de la de Los Grabados, se descubrieron representaciones por parte de Jesús Ruiz y su equipo.

Todo parece indicar que la cavidad fue utilizada por gentes del Paleolítico y de la

Edad del Bronce, ya que se encontraron buriles e instrumentos de silex. Denominaron “grabados de abrigo” a un

grupo de 15 líneas simples y en varios casos profundas que se encuentran sobre un gran bloque entre vestíbulo y zona de galería interior. El resto de las manifestaciones se encuentran en la zona final de la cueva y se distinguen por estar alejadas de la iluminación natural.

En resumen, en esta cueva existe un

pequeño conjunto de arte rupestre paleolítico muy significativo por la presencia de animales heridos, un tema infrecuente. Su antigüedad puede ser de entre 15.000 y 18.000 años.

Imagen exterior desde el acceso a la cueva del Rincón. Fotografía de Rober

Areizaga

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Detalles de los grabados de Venta Laperra

Son grabados realizados mediante la técnica de abrasión, incisión reiterada con la que se obtienen surcos profundos y anchos, que sirven para llamar la atención del espectador y dotan a la figura de sentido escultórico, al producirse un efecto óptico que provoca sensación de relieve.

Se observa una reducción de las figuras a sus líneas básicas de contorno, resaltando

algunas partes anatómicas, pero sin detalles anatómicos secundarios. Hay tendencia aun desequilibrio de proporciones entre la región del tronco,

generalmente alargado y masivo, y el resto de las regiones anatómicas. Las figuras no tienen perspectiva; están representadas desde un único punto de

observación, es decir, en perfil absoluto.

Fotografía de la ladera sur de las Peñas de Ranero, que alberga la gran mayoría de las cuevas del desfiladero, distinguiéndose las Cuevas de Venta Laperra (sobre el barrio del mismo nombre o también barrio de La Cadena), en territorio vasco, y Las Cuevas del Arco, cántabras, en la parte derecha de la carretera que va desde Karrantza (Bizkaia) hacia Ramales (Cantabria). Fotografía de Rober Areizaga desde Peña Rebuño.

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Cuevas del Arco

Situación

A pocos metros de la divisoria, pero ya en Cantabria, se encuentran estas arcadas de belleza singular, que forman un extraordinario abrigo y un excepcional punto de vigía sobre el desfiladero.

A unos 200

metros del barrio de Venta Laperra, en dirección a Ramales, a

mano derecha, se abren sus dos arcos en el farallón rocoso, en el barrio de Pondra.

Los investigadores las relacionan directamente con las Cuevas de Venta Laperra por su proximidad, por haber comprobado a simple vista, y en superficie, la existencia de restos prehistóricos.

Una sola de ellas da paso a una única galería unidireccional. El resto forman

soportales en la roca, que panorámica y estéticamente merece la pena visitar. Son tres cuevas (“A”, “B” y “C”) y dos covachas.

Imágenes, las dos de esta página,

obtenidas en Internet

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Descripción de las cuevas del Arco Cueva del Arco “A”

Plano de la Cueva del Arco A

Tiene 66 m de longitud y destaca su amplio abrigo exterior que alberga restos “muy perdidos” de un antiguo yacimiento.

Tiene forma de Y, y se conoce desde 1983, aunque la primera referencia sobre su

arte parietal y yacimiento tuvo lugar en 1991; recuperándose piezas líticas, óseas y fragmentos de cerámica. Los trabajos de documentación del arte rupestre se llevaron a cabo entre 1993 y 1996.

La primera representación paleolítica se describió como una hilera de puntos rojos.

En 1996 se amplió el repertorio con un caballo, un bisonte, un uro, una cabra, un bovino, un trazo (3 zarpazos de oso) y dos manchas. Y en 2001 se publica una monografía, que recoge todo el conjunto pictórico, por César González y Carmen San Miguel.

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Las imágenes de esta cueva tienen

diferente estado de conservación. Mientras que unas pinturas rojas tienen una deficiente conservación, la pareja de bisontes y la cabra presentan un estado óptimo. Sin duda el agua filtrada ha perjudicado a las figuras de manchas rojas, como el ciervo y el caballo.

Esta cueva ha sido utilizada como refugio para el ganado, por lo que su techo presenta manchas negras de las teas, que se creen de origen medieval.

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Rober en el Arco, en mayo de 2012.

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Vista tomada desde la Cueva del Arco A, donde se ve su amplia y soleada zona exterior y el Arco que da nombre a las cuevas. Fotografías de Rober Areizaga

La pared que se ve al fondo del arco queda situada justo a la izquierda de las cuevas B y C y, en la actualidad, es utilizada por grupos de jóvenes deportistas de la zona para hacer escalada, al igual que el farallón que está en la cueva A. Cueva del Arco “B”

Está a 30 m de la anterior. Goza de un amplio vestíbulo maravillosamente orientado al S, que da paso a una galería de unos 75 m de longitud. El vestíbulo tiene doble arco y su

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zona interna es amplia (4 m de altura y 8 m de anchura). Después, en la galería hay muchos bloques caídos por lo que es una zona un tanto caótica, y al final hay oseras y gateras.

A unos 25 m de la entrada y en la pared derecha está la “Sala de las Pinturas”., de forma ovalada. A la izquierda, un pequeño conducto comunica con la Cueva del Arco “C”.

La Sala de las Pinturas es reducida, se accede reptando y fue documentada entre

1993 y 1996 por César González Y Carmen San Miguel, encontrándose piezas de material lítico, realizadas en cuarcita, silex, arenisca, marga y ofita. También se encontraron huesos de Cervus elaphus y de Capra pyrenaica. Cueva del Arco “C”

Fotografía de Rober Areizaga Comparte con la

cueva del Arco “B” su amplio vestíbulo, con dos entradas y escaso desarrollo. La entrada principal se sitúa en una galería en cuyo lado derecho existe una pequeña sala, denominada también Sala de las Pinturas, de techo bajo y reducidas dimensiones, a la que se accede tumbado y arrastrándose por el suelo, entre excrementos de cabra y oveja. Las representaciones están muy mal conservadas.

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En estas fotografías se observa a un joven de Ramales realizando escalada en el farallón rocoso que está situado en la parte más occidental del complejo de las cuevas del Arco. Fotografías de Rober Areizaga

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Cueva de Pondra

A unos 250 m al NW de las cuevas del Arco “B” y “C”, con dos bocas orientadas al W y S, fácilmente visibles. Desde las aquellas se llega a ésta bordeando el acantilado de la ladera del desfiladero. Desde la misma carretera parte también un camino empinado que conduce prácticamente hasta la cueva.

Las dos entradas convergen en un vestíbulo amplio y seco, con excelentes

condiciones de habitabilidad. El suelo desciende en ligera pendiente hacia el interior. Al final del vestíbulo se sitúan también las manifestaciones rupestres.

Se aprecia que ha sido usada por los vecinos de la zona para guardar rebaños.

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El interior de esta cueva alberga pinturas de tres caballos, dos ciervas, un ciervo, y

varias manchas y líneas más. Cueva del Morro del Horidillo

Es la más occidental de las valoradas en este desfiladero. Se trata de una pequeña oquedad, a unos 40 m al N de la carretera, ladera arriba, y a unos 400 m al W de la cueva de Pondra, con la que comunica por unos senderos. Se trata en realidad de un covacho orientado al W SW, de apenas 4 m de profundidad y unos 2 m de anchura en su única sala practicable.

Esta cueva entró en los

catálogos arqueológicos al hallar el CAEAP, en 1983, un círculo pintado en color rojo al fondo de la sala. En ese momento se la denominó Cueva de la Garganta del desfiladero”, al situarse en uno de los puntos donde se estrecha el valle, o también “Morro del Oridillo”. Sin embargo, más tarde se ha sabido que en la comarca de Ramales se denominan “horaos” a

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las cuevas con doble boca, a manera de túnel, en clara abreviación del término “horadado” (“agujereado por ambas partes”). Por tanto el nombre que usan los pobladores de Venta Laperra y Pondra para esta cueva (“Morro del Horidillo” o cueva del “Horadillo”) hace referencia a su entrada doble y a su pequeño tamaño.

La cavidad es bien conocida en la zona y ha debido servir de refugio ocasional en múltiples ocasiones.

En su interior no se han encontrado restos de industria ni de fauna prehistórica. En 1998 se colocó una reja metálica en su entrada. Al final de la cueva es donde se han encontrado manifestaciones rupestres (círculo

rojo y marcas rojas alrededor, de muy deficiente conservación, por la filtración de agua y la introducción de ganado en su interior. El color se encuentra apagado y cubierto por líquenes y algas.

Las cuevas de la margen izquierda del río Carranza: Cueva Negra y Sotarriza Situación

Estas dos cuevas se abren en la ladera N de Peña Rebuño, sobre la margen izquierda

del desfiladero del río Carranza, y están situadas frente a la del Morro del Horidillo. Sus bocas están muy próximas, a unos 75 m, y en 1983 se comprobó que ambas comunican por su interior a través de unos pasos muy angostos, que fueron agrandados en algunos puntos. Se tiene la certeza de que en la Prehistoria no estaban comunicadas, por lo que se consideran dos grutas diferentes.

Se accede por un sendero desde el barrio de Venta Laperra, en dirección W, hasta

superar la parte alta de unos prados de forraje. Allí se entra en una zona de monte bajo, de notable pendiente, donde alternan la vegetación baja y los pedregales. La escasa visibilidad de las bocas impone, en este punto, una inspección detenida de los alrededores para localizarlas: Cueva Negra al E y Sotarriza al W, unos metros más elevada que la anterior.

En un nivel inferior también está la Cueva Chiquita, sobre el barranco, a 25 m sobre

el río. Al estar semiocultas entre la vegetación son muy poco visitadas y se conservan muy

bien, sin verjas de protección.

Pertenecen al pueblo de Pondra, término municipal de Ramales (Cantabria).

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En esta fotografía, realizada desde el sendero que hay entre las Cuevas del Arco y las de Venta Laperra, se señala la zona baja de Peña Rebuño en donde se encuentran las cuevas de Sotarriza y Cueva Negra.

Fotografía de Rober Areizaga Descripción de las cavidades

La boca de Cueva Negra se orienta al N, tiene una amplia estancia exterior, que se prolonga 16 m por la derecha hacia el interior. En la pared derecha hay trazos realizados con carbón vegetal.

Poco después, y en la misma pared, se abre un paso estrecho que conduce a una amplia galería, donde se observan antiguas camadas de oso en el suelo y zarpazos en las paredes. Tras 1983, esta zona dejó de ser el final de la cueva y se encontró paso hasta Sotarriza.

Sotarriza, por su parte, se abre al N-NE, en serpenteante galería de

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más de 100 m de longitud, orientada al S. A 6 m de la entrada se abre una gatera descendente que da paso a una galería secundaria de unos 90 m. por el lado izquierdo. También existe un lago interior en la galería principal, en el lado derecho tras la bifurcación, no sin dificultades de acceso, y más interiormente hay otra sala donde se localizó la pintura de un caballo. Esa zona da acceso a diferentes gateras que marcan el final de esta cueva.

Interiormente tiene gours y en invierno alcanza hasta más de 1 m de agua.

Investigaciones en Cueva Negra y Sotarriza

Se descubrieron en 1906 por Lorenzo Sierra, que detectó marcas de carbón y garrazos de origen animal en Cueva Negra, y una representación paleolítica de caballo, pintado de negro, al fondo de Sotarriza.

El caballo tiene un perfil de cabeza sumario, la línea cérvico-dorsal es muy suave,

poco marcada y no se aprecia cola. Se le aprecia ojo, línea de crines, quizás, lanza clavada en el pecho y no se aprecia la parte inferior de las patas.

Esta pequeña figura se sitúa a unos 140 cm del suelo, a unos 110 m de la entrada y

es muy visible en la sala donde se encuentra. Su tamaño es de unos 40 cm. Calco del caballo de

Sotarriza de H. Breuil

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Bibliografía:

· “Valle de Carranza / Karrantzako Arana”, Ángel Álvarez Ortega. · “Las cuevas del desfiladero. Arte rupestre paleolítico en el valle del río Carranza (Cantabria-

Vizcaya), César Gonzalez Sainz y Carmen San Miguel Llamosas. · “La Cueva de Venta Laperra”, Marcos García Díez y Joaquin Eguizabal Torre (colaboración de

Álvaro Arrizabalaga). · “Conoce Covalanas”, Marcos García, Javier Angulo y Joaquin Eguizabal. · “Valle de Karrantza Karrantzako arana. Pozalagua, Torca del Carlista y Venta Laperra”, Ángel

Álvarez Ortega. · Publicaciones varias del Excmo. Ayuntamiento de Karrantza · Informaciones varias encontradas a través de Internet

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Zona donde se estrecha el desfiladero. Fotografía de Rober Areizaga Vista del grupo

de casas de Venta Laperra descendiendo de las Cuevas del Arco.

Fotografía de Rober Areizaga