las cuatro vidas de lurgio gavilan

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literatura

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    Fue terrorista, militar, novicio franciscano yhoy es antroplogo. Desde Ayacucho, la increble historia del soldado desconocido.

    Mi relato representa a los pobres. Es un llamado de atencin a todos los peruanos. Hay abandono del Estado y Sendero Luminoso lo supo capitalizar como lo quiere hacer hoy el Modavef.

    Lurgio Gaviln entrevistado por Roberto Bustamante para CARETAS en la Universidad San Cristbal de Huamanga, Ayacucho. Al lado, las postales de su azarosa aventura. Es un milagro que est vivo, dice.

    4Las Vidas deLurgio Gaviln

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    Con el hbito franciscano que visti por varios aos. Abajo, con oficiales del cuartel Los Cabitos.

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    El militar al mando no lo ejecut, como se dice que ocurra con algunos detenidos, sino que le perdon la vida y lo incorpor como soldado al cuartel de Huanta. Cuando era sargento EP junto al exjefe del Ejrcito, general Nicols Hermoza Ros (al centro).

    EL prximo 10 de abril se pre-sentar en Huamanga, Ayacu-cho, el libro Memorias de un soldado desconocido. Autobiografa y antropologa de la violencia, de Lur-gio Gaviln Snchez.

    Desde que fuera publicado en 2012, el libro autobiogrfico de este ayacuchano ha recorrido el mundo, pero es la primera vez que llega a su tierra natal.

    La historia es increble: Gaviln tena apenas 12 aos cuando se enro-l en las filas de Sendero Luminoso en Ayacucho. Era enero de 1983.

    Aquel nio hurfano, analfabeto y quechua-hablante debi empuar el fusil para encontrar a su hermano que militaba en las huestes de Abi-mael Guzmn.

    No lo encontr.Tres aos despus, en 1986, fue

    capturado por una patrulla del Ejr-cito. El oficial al mando no lo ejecut, como se dice que ocurra con algunos detenidos, sino que le perdon la vida y lo incorpor al Ejrcito.

    Mxico, donde radic desde entonces y escribi el libro.

    Es un milagro que Lurgio Gaviln sobreviviera a esta azarosa aventura. Pero acaso sea todava ms notable que, despus de haber experimentado el horror por tantos aos, haya salido de l sin sombra de amargura, limpio de corazn, y haya podido dar un tes-timonio tan persuasivo y tan lcido de un perodo que despierta an grandes pasiones en el Per, escribi el lau-reado escritor Mario Vargas Llosa en el diario El Pas de Espaa.

    Es cierto. Es un milagro que est vivo, reflexiona Gaviln, mientras recorre las calles de Huamanga.

    Se conserva delgado como un mucha-cho y habla con la pausa y los adema-nes sencillos de un fraile franciscano. Est casado y tiene dos hijos: Erick, de 18 aos, y Estela, de ao y medio.

    CARETAS lo entrevist en exclu-siva en Ayacucho.

    Por qu titul su libro Memorias de un Soldado Desconocido?

    El nombre del libro es una met-fora. Mi relato representa a los pobres de nuestros andes, a los des-

    posedos, a los campesinos. Los ms pobres fueron atrados por Sendero Luminoso, y lo mismo sucedi con los soldados que fueron reclutados para luchar contra los senderistas. Eran recogidos de los lugares ms lejanos y ms pobres de la serrana.

    Cul es el mensaje que quiere tras-mitir con su historia?

    Es un llamado de atencin a todos los peruanos de todos los nive-les. La gente sigue siendo pobre; nuestro sistema econmico es muy desigual, an existe abandono, ham-bre y necesidades bsicas. El factor pobreza nos lleva al analfabetismo, y lo tenemos desde la primaria, y tam-bin en la Universidad. Hay abando-

    no del Estado y Sendero Luminoso lo ha capitalizado como lo quiere hacer ahora el Modavef. Es el mismo len-guaje y debemos estar alertas para evitar que se repita la historia.

    En su relato menciona a un teniente del Ejrcito de sobrenombre Shogn. Quin fue?

    Lo considero mi padre militar. Cuando yo enfilaba en Sendero Lumi-noso, hubo una emboscada militar y l se compadeci de m y me perdon la vida. Jams conoc su nombre verdade-ro. En una ocasin me envi una carta y despus no supe nada ms de l.

    Qu enseanzas le dej su paso por el convento franciscano?

    He pasado cuatro aos estudian-

    do en el convento. No fue un tiem-po perdido. Ha sido un espacio muy bueno para aprender a perdonar como lo hizo Dios. Pude llegar a los ms pobres. Asimismo, aprend las cinco declinaciones del latn.

    En el libro se menciona que visit a monseor Juan Luis Cipriani por reco-mendacin de una monja a fin de ingresar al seminario. Cul fue el resultado?

    S, lo fui a visitar en Ayacucho y le dej saber que yo era militar y que tena deseos de convertirme en sacer-dote. Me respondi: cada uno en su sitio. (En su relato, Gaviln sostiene que Cipriani saba que al cuartel acu-dan prostitutas y, por tal razn, no poda estar en el sacerdocio. Cipria-

    ni le habra dicho: vuelve a tu pueblo y sigue rezando a Dios. Gaviln sali casi llorando de la reunin con Cipria-ni y regres a Huanta donde trabaj como pen, cargando piedras y juntan-do pencas de tuna. Despus se volvi a encontrar con la monja y sta le dijo: tocaremos otra puerta. Me present a las madres franciscanas de Huanta y me dieron folletos de convocatorias de seleccin para ser franciscanos. Gavi-ln Snchez recibi el hbito francis-cano el 16 de marzo de 1998).

    Si pudiera conversar con el presiden-te Humala, qu le dira?

    Le pedira que se ocupe ms de la comunidad campesina, que la asisten-cia llegue mucho ms a los trabajado-

    res del campo. Le hablara de mi libro, porque l (Humala) ha sido un militar y me sentira alegre si pudiera leerlo como lo hizo el escritor Vargas Llosa.

    Se siente seguro ahora caminando por Huanta?

    No podemos confiarnos ni siquie-ra en Ayacucho. Vivimos en un mundo inseguro. Como antroplogo, yo pienso que debemos darle prioridad a la segu-ridad ciudadana. Debemos enderezar nuestra casa. Necesitamos una mejor educacin y la sociedad civil no debe estar aparte, vemos que hay una poltica, un gobierno, y una sociedad separadas entre s. Hay que juntar-nos, hay que unirnos. (Entrevista de Roberto Bustamante Flores) Q

    Aquel pequeo de 12 aos hurfano, analfabeto y quechua-hablante debi empuar el fusil para encontrar a su hermano que militaba en las huestes de Abimael Guzmn.

    El quinceaero Gaviln sirvi en el cuartel Los Cabitos 51 de Huan-ta y visti el uniforme verdeolivo por una dcada. Lleg a ser sargento pri-mero, luego de lo cual pidi su baja para ingresar a la orden franciscana.

    Fue novicio en Lima y Junn. Se dedic a la meditacin y a impartir catequesis en los centros misioneros de la sierra y ceja de selva hasta que, en 2000, colg los hbitos para estu-diar antropologa.

    Fue nombrado profesor auxiliar de la Universidad San Cristbal de Huamanga y, en 2008, gan una beca de la Fundacin Ford para estu-diar una maestra en Antropologa en la Universidad Iberoamericana de

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