HIERRO NUXA es ana DO científica codbin~ción orgánico e ~erro fosfatos My glicero-endado ~ar:y kico~­Oorosis, Debilº da em1a neral o. ne~o~ ge­como rec:onstita 1 en general. yente

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el color de I os años ju-veniles

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Distribuidor·

DOMINGO RO~ERO

Santa Clara , numero 7

Teléfono A.-1524

La Habana

D

La Manera de Eliminar · el Cutis Enferno

(De Moda• de Parla)

Los cosméticos no podrán nunca ser de utilidad para un mal cutis; a menudo, son positivamente per­judiciales. El método racional y sensato consiste en mudar el velo delgado de cutis desvitalizado y rfgido de la cara y en dar la opor­tunidad . para que la nueva piel, joven, vigorosa y hermosa que esta. debajo, se manifieste y respire.

Esto se logra mejor en una forma muy sencilla, con sólo aplicarse en l~ noche la cera mercollzaua, como s1 tuera cold cream, y en lavarse a la mañana siguiente. Puede ob­tenerse en cualquier !2otica hien provista. Absorbe la fea cutlcula de una manera gradual e inofensiva dejando un cutis de aspecto natural'. Por supuesto que tambi én elimina los defectos faciales. tales como las manchas, el paño, los barrillos y las espinillas, etc. Este a ntiguo reme­dio no lit,ne rival para ex tirpar las pecas y como embellecedor del cutis.

B L z EL FOTÓGRAFO DEL MUNDO ELEGANTE.

NEPTUNO 38. Tel. A-5501.

No se descuide usted. Cualquier afecci6n del pecho o pulmones por leve que parezca, puede conducir a pulmonía y otras graves y costosas enfermedades. Tome enseguida Emulaláa .de llcott, por más de medio siglo la preparaci6n preferida que sana y fortifica el aparato respiratorio y fortalece el organismo entero. Eficaz para todas las edades.

EL SEMANARIO NACIONAL Publicado por Sindicato de Artes Gráficas de In Hahana.

Acogido a . la franquicia postal r re ~istrado en Correos como correspon­dencia de segunda clase.

HEMEROTr::CA ALFREDO T. QUILEZ. .Director.

EMILIO ROIG DE LEUCHSENRINu__R_-_: _=:r::_-:··._:_. ~ Director Literario.

FRANCISCO DIEZ, OSCAR H. MASSAGUER, Gerente General Administrador.

Númtro suelto: 10 cts. Atrasado: 20 cts.

Oficinas: Edificio del Sindicato tie Artes Grá/ ic11s de la Habo116. Almcndarcs y Bruzón. Cable y Telé~rafo: CARTELES.

Tcléfon05: .U-2732yU-1651

Sin temor a la paradoja, podrí:i cionaban tener del día a ' la maiia­decirse muy justamente que el cine na tan vivos reflejos de la vida agi­es completamente un arte del Si- ta<la <l e las grandes urbes. glo XX. Sabemos que los primeros La pantalla, además, 90 ha reve­ensayos que se hicieron de "proyi:c- lado una serie de sólidos talentos, po­ciones animadas", origina<las por la blando la atmósfera artística de nue­v(eja y arcaica "linterna mágica" vas estrellas, cada vez más encanta­que conocieron nuestros abuelos, son doras, que supieron interpretar ma­relativamente recientes. gistralmente las farsas copiadas de

Además, algo por lo cual al arte la gran farsa de la vida. cinematográfico está completamen- Entre toda esa pléyade briÍlant~, te de acuerdo con la época en que no podremos olvidar a la bella ~ desenvuelve, es por su manera mis PAULINE STARKE, que siempre ma de reflejar la vida. Las imáge- · se ha destacado con poderoso relieve nes desfilan en la pantalla de un mo- en todas las importantes produccio­do breve, esquemát-ico, sintético, ab- nes en las cuales ha tomado parte soluta.mente relacionado con los como figura principal poniendo de ideales prácticos de un momento en manifiesto su exquisito talento, y su que, en todos los órdenes se persi- gran fuerza dramática. gue la rapidéz, y la economía de p A ULINE ST ARKE, que es fuerzas .. Como el automóvil, como actualmente actriz de la casa Pa­el te legra fo, el cinc apareció en un ramount, prepara una serie de f ilms momento crítico en que su presen- de primer orden, en los cuales de­cía era casi requerida por las cir- sempeñará ¡rapeles preponderantes cunstancias . Hay que añadir ade- Confiamos por lo tanto que nues­más, que el cine, por la facilidad con tros lectores aprobarán la elección la cual puede llevarse a cualquiera de su delicioso rostro, para embelle­lugar, ha sido un poderoso agente cer la portada del presente número de cultura en regiones que no ambi- de CARTELES. ·

PARA MAQUINAS DE COSER

ENGRASA. LIMPIA, '°1.E

B 0.-E..1

• ¿r ustedes, que opinan del Ba - Ta - Clán?

.· 4

i1 CARl'[t,i;;s B EL SEMANARIO NACIONAL

FUNDADO EN EL 1919 POR OSCAR H. MASSAGtJER

VOL. VIII. LA HABANA, FEBRERO 15 DE 1925. HEMEROTECA

RES:::RVA No. 7

Declaraciones

VERDADERAMENTE interesado se encuentra el

país, por el reiterado empeño con que el Presidente electo de la República, general Gerardo Machado, formula, espontáneamente, trascendentales y firmes declaraciones respecto a su gestión futura, una vez

que se encuentre instalado en el Palacio Presidencial. En el banquete-homenaje que le fué ofrecido por los oficiales

y jefes del Ejército Nacional, manifestó su propósito de convertir a Cuba en una república "sencilla y grande".

¡Notables palabras! Con excepción del señor Don Tomás Es­trada Palma, en la primera y fugaz etapa de su gestión, todos los de­más gobernantes cubanos han llevado, a la administración pública, el despilfarro, la incoherencia y la fastuosidad inútil.

En todas las oficinas del Estado, junto a cada funcionario útil y laborioso, por lo general, modestamente retribuído, bulle una mul­titud de parásitos inútiles, cuya influencia menos dañina consiste en no aportar al trabajo administrativo otra cooperación que la de cobrar el sueldo, en el día final de cada mes.

En la actividad de nuestras instituciones oficiales, contrastan la abundancia del personal adscrito a ellas y la exigüidad de la labor rendida.

En el servicio diplomático, pongamos por ejemplo, uno de los que debiera ser atendido con ·más sencillez y escrupulosidad, dadas la pecualiaridad de nuestras relaciones, casi estrictamente mer­cantiles, con los demás pueblos del mundo, y la necesidad de sos­tener con gran tesón nuestro crédito como nación modesta y orde­nada, parece que nuestros gobiernos se han complacido en montar una organización representativa de Embajadores -y Ministros tan extensa como la del país de relaciones internacionales más difíciles.

Con lo cual no se aspira a otra cosa que a encasillar personas cuyos servicios no pueden ser utilizados en ninguna . forma conve­niente; pues, en verdad, justo es reconocer que el descrédito aca­rreado sobre la República con tan insensato proceder, no debe in­cluirse entre los propósitos definidos de los culpables de tal des­barajuste. No se crea que esta mención especial de nuestro servi­cio diplomático obedece a una impresión excepcional; por cierto, en tan desastrosas o peores condiciones, se enc\lentran otros servi­cios atentos a funciones de trascendencia mayor, como el de la Instrucción Pública, por citar el de mayor importancia nacional y, probablemente, el más desorganizado y abatido.

Con posterioridad a la ocasión en que el General Machado pronunció aquellas palabras comentadas en las anteriores líneas, tu­vo oportunidad de oir la exposición de las condiciones lamentables en que se encuentra la enseñanza pública, elemental y superior,

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~lentadoras hecha por una personalidad de tantos prestigios intelectuales y mo­rales como la encarnada ·por el Dr. Enrique Roig.

Tan honda fué la impresión producida en el ánimo del futuro gobernante con el conocimiento de tales circunstancias, que, en un acto posterior, celebrado pocos días después, en honor suyo, hizo referencia a ellas, declarando que era su más firme propósito poner fin a tan desastrosa situación, dotando al país de las escuelas y de­más centros de enseñanza necesarios y atendiendo a la debida de­puración de todas las instituciones existentes.

Como si no bastara con todas estas declaraciones, en la con­memoración del n~talicio de Martí, ante el numeroso público con­gregado en torno de la estatua del Apóstol, repitió sus propósitos de inaugurar una nueva era, en la vida moral de las instituciones republicanas, afirmando que él llegaría a convertir a Cuba en una "Suiza americana".

"No tengo responsabilidad, dijo, en lo que ha ocurrido hasta este momento, ni en lo que pueda ocurrir de aquí al 20 de Mayo".

¡Tremenda condenación implícita de la conducta de los ac­tuales ·gobernantes! Ahora bien, conveniente parece consignar que, de este júbilo difundido a través de toda la sociedad cubana, no participan con la misma entusiasta fruición, precisamente, muchos de aquellos ciudadanos cuya posición política los indica como posi­bles colaboradores en el gobierno del General Machado.

Quizás, cuántos de ellos sueñan aún con llegar al Poder en calidad de jefes victoriosos, con la libertad indispensable para pro­ceder al reparto del botín, reservando para sí la proporción debida. Y, al señalar esta pequeña discordancia, no nos mueve un simple impulso de malignidad; sino el deseo de señalar a la opinión pú­blica, y, si fuera posible, al mismo General Machado, el escollo en que pueden estrellarse sus buenas intenciones.

Precisamente, el mismo en que fueron a chocar y a destruirse los propósitos de rectitud y buen gobierno que, sin duda alguna, animaron hasta el momento de tomar posesión de la Presidencia de la República, a sus malaventurados antecesores.

¿Será suficiente la experiencia de aquellos fracasos para ilumi­nar el pensamiento del nuevo Presidente?

¿Sabrá encontrar, en sus patrióticos anhelos, la energía nece­saria para vencer la presión de las aspiraciones ilegítimas y de las ambiciones bastardas, coordinadas ya, fuertemente, en torno suyo, resueltas a lograr satisfacción?

Pendiente: de la soluci6n de estos conflictos silenciosos, se en­cuentra el pueblo entero de Cuba, transido, a veces, por la inquie­tud; pero animado también, por crecientes y risueñas esperanzas.

-~~'íteeuerdos de Chlá!2o fji c:Joeíedacl llabanera de /19 ..

/)or 1{019 de Leueh.sennn.g

RECORRIENDO las páginas, venerables por su antigüedad, del

primero de nuestros pe­riódico, el Papel Perió­

dico de la Habana, podemos encon­trar en los numerosos artículos de costu~bres y poesías humorísticas que contiene dicha incipiente y ru­dimentaria publicación, datos, docu­mentos, observaciones y detalles, que

nos sirvan para. reconstruir en lo posible, los usos y costumbres tanto

públicos como privados, de la socie­dad habanera durante los años de 1791 a 1804.

Aunque desde el año de 1782 existía en la Habana una Gaceta, dedicada tan solo, según nos dice Bachiller y Morales, a noticias y anuncios, la primera publicación periódica literario - económica de Cuba no aparece hasta el . 3 I de

Octubre de 1790, en que, gracias a las iniciativas y trabajos de don Luis de las Casas, llegado a Cuba tr:es meses antes, vió la luz el pri­mer número del Papel Periódico de la Habana.

.En ese año y en el siguiente de 1791, durante los cuales se pµbli­caba el periodico una sola ve7, a la semana en el imprenta del Go­bierno, no hemos encontrado más qut" un artículo, el 22 dé Diciem­bre .de 1791, Reflexiones sobre la manía de versar. Desde Enero de 1792 empezaron a tirarse dos nú­meros a la semana, los jueves y los domingos, y ya en ese mismo mes y año podemos leer en las páginas en cuarto del Papel, artículos de cos­tumbres publicadas, no de tarde en tarde, sino con bastante frecuen­cia, como obedeciendo a un propó­sito que vernos confirmado en un artículo, Discurso sobre el Perió-

dico que aparece en el número de 5 de Febrero de 1792. Uno de los fines de este periódico, dice el mencionado artículo, será: "Atacar los usos y costumbres que son perjudiciales en común y en particular; corregir los vicios, pintándolos con sus pro­pios colores para que mirados con horror :sie detesten, y Tetratar c;n . contraposición el apreciable atractivo de las virtudes''. Y en otro párrafo incita a los aficionados a la litera­tura para que colaboren "por serna-

nas alternativamente o según qui­siesen acordarlo". Y así, añade, "con el tiempo tendrían la satisfacción de ver alguna enmienda en las cos­tumbres o vicios contra que decla­masen".

. Y, efectivamente, por el Papel Periúdico . podemos conocer el ca­

El carácter y costumbres de las movimiento social, necesidades, ,,10-das, lecturas.

Muy aficionadas eran a las no­velas las muchachas de ,:ntor.ci:s, se­gún parece, pues en el número del Papel de 16 de Enero de 1792, un señor, qse firma con el s !Udón.mo de . T eamo, dirige una carta "A las señoritas de la Hahana", recomen­dándoles desechen, po;. n0dva," la lectura de lib:os de novelas.

Sobre educación, hav un ar.tlculo en el número de 19 de. Enero <¡l!e

cimebre de 1792, vemos un anun­cio: "Se a visa a los señores que hoy hay baile", encontramos .una anima­da controversia. José Fallotico tra­ta de introducirlo y publica e) pro­grama de los bailes que piensa dar, entrando después en consideraciones sobre esta diversión, siendo ayuda­do en su empresa por un señor que ocultándose en el seudónimo de losé de · ta Habana, lo defiende y llega hasta prop.oner en el número de 25 de Noviembre ''que todos los años en el último baile la señorita que se hubiese port.ado con más mo­destia y gracia ,Y que hubiese agra­dado más a todos según el juicio del Parque, fuese honrada con una cor~na, de· mano d:Cl Magistrado y distinguida con d título de Rei­na dél Baile, que llevaría todo el año."

nos da a conocer pe.rf<!ct:\,lllcnte el Otros varios · señores y principal­atraso en que se encontraba la 'en- mente un tál don Miguel de Cádiz señanza y los maltratos y castigos combaten rudamente el baile por que sufrían los muchachos. Basta · inmoral y perjudicial a la sociedad, leer· solamente el título del trabajo: sacando a colación, en sus ataques, "Pensamientos sobre los medios yio- a Herodes, a Salomé, a ¡Ana de lentos de que se valen los maestros Bolena, y citando textos latinos y de escuela p.ira educar a los niños". de los Santos Padres.

En los números de 22 de Enero y 2 de F ebrem se reproducen, por ser aplicables .1 Cuba, dos cartas del Mercurio. Pt·ruano, firmadas por Eustachio Philomates, sobre el ,.{~ so de que los hijos tuteen a sus pa­dres. Se diserta también en esos me­ses sohre las Amas de leche.

El carácter y costumbres de las habaneras los encontramos descritos por EL Europeo Imparcial.

Era el habanero, supersticioso y fanático, el trato, político y afable, el culto divino y de los santos, qu~ no es común como muchos. opinan, el cultivo de sus rep,ublicanos, el aseo que inspira a su genio, hasta en los que no lo han usado, la mag­nificencia de sus trenes, saraos, con­vites, concurrencias, funciones, así sa­gradas como profanas, su paseo por lo que mira a la multitud de ca­rruajes en el todo brillantes, mani­fiestan altamente, que la Habana ha hecho, no algo, sino mucho, como es notorio, por su fomento y lus­tre"

Sobre el baile, que entonces parece era muy raro se celebrase alguno, pues en el número de 16 de Di-

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Haríamos demasiado extenso ese trabajo si .continuásemos ciund~ to­dos y cada uno de los artículos que sobre nuestras costumbres contiene el Papel ·Periódico hasta el mes de Mayo .de 1805 en que dejó de publi­carse para . aparecer el 2 de Junio de_l mismo año con el título de Aviso de la Habana, cambiando nueva­mente este nombre por el de Diario en 1810.

Encuéntranse también en éstos, mu­chos artículos de costumbres, de los que no diremos nada tampoco por la razón antes expuesta. Vamos a mencionar tl!:n solo algunos de los trabajos que hemos ~;¡minado en la colección del Papel Periódico del año 1804- y 5. :

En el número de 17 de Mayo dé 1804 hay un soneto, Drooción de un peti~tre el día de fiesta, en el que se pintan las c-ostumbres v mo­das de éstos.

Sobre las modas de los hombres se trata también en el número de 17 dt Marzo de 1805, Moda del día . Pare~e que entonces se usaban unas pr~ndas muy largas y oQras muy cortas, pues nos dice Sigorito, el ar-

ticulista, que los hombres vestían: "Calzón, corbata y botas, en -ere­

( ciente . "Casaca, chaleco y pelo en men­

( guante . Durante el mes de Septiembre de

1804 sostienen una animada polémi­ca sobre el lujo, Buenaventura So­carrillo y el Redactor Interino.

Pésimo, aunque no tañto tal vez como ahora, era, según leemos en el número de 13 de Noviembre, el estado de suciedad y abandono en que se encontraban las calles; y pé­simas eran también, Octubre 30 de 1804, las condiciones del Teatro Principal .

El Criticón de la Habana, censu­ra en el número de 20 de Noviem­bre de 1804 y en un trabajo, Paseo . de la Alameda, la costumbre~ qü~ el considera risible, qu:-; tienen los habaneros de pasear . El paseo se re­duce, según él, a dar un millón de vuel~ en los volantes, desde la me­dµ, tarde hasta después que el sol desaparece, alrededor de fa fuente y la, Alameda . "Gracias, dice, que allí se puede contemplar a las mu­jeres y · ver sus brazos de alabastro arrostrando el pudor y despreciando la intemperie, y que allí, pot último, es donde el carmín vivificante, triunfando de la injuria de los años presenta una multitud de máscaras juveniles, bajo cuyo barniz se ocul­tan .Jas palideces y las · arrugas". · Termina criticando la costumbre que tienen las mujeres de pintarse.

Y por último, en el número de 4 de Diciembre de 1804 hay un . Extracto de lo que sU{!le acontecer en los velorios, en el que se nos da a conocer cómo éstos llegan . a ser verdaderas fiestas, al extremo de que encontrándose el articulista frente a una casa. donde se vehba un cadá­ver, se le acercó uno de los amigos del muerto a decirle: "Entre u;ted a divertirse en el v,elorio, que P~!°3· todas hay y para l!l_as que vengan .

En esta especie de fotografía so­cial que nos ha ofrecido el Papel Periódico de la Habana hemos visto cuáles eran las costumbres, sencillas y en cierto modo patriarcales, · de nuestros antepasados; y, comp:ctán­dol'as con las nuestras, podemos ob­servar el pro¡¡reso y adelanto que en ciertos órdenes de la vida ha alcan­zado nuestra sociedad y el estanca­miento y atraso lamentable que e~ muchas . co.sas padecemos todavía .

BETTY COMPSON, la bella actriz, ha demostrado que su talento rahía aplicarre fu era de los dominios de la panta­lla. En esta fotografía la vemor reproduciendo nada menos

que el perfil de Adolphe Menjou.

(Foto. Paramount)

Con permiro de nuestras lectoras, publicamos este interesan­te retrato de RICARDO CORTEZ que, según opinan mu­chas niñas, está a la altura de los Navarros y Valentinos .

MARY ASTOR e JAN KEITH, en una de lar er­cenar capitaler d6 un film diril(ido por Georger Ar­~hinhaud, que pron to raldrá de lor ertudior de la First

National. (Foto First National)

Tres veces en mi vida he temdo miedo.

El primer miedo que me hizo es­tremecer y me puso los pelos de pun­ta obedeció a una causa insignificante pero extraordinaria.

Para pasar el rato fuí un día a la estación_ a recoger los periódicos.

Era una tarde caliente del mes de julio, silenciosa y calma como las hay en medio del verano; a veces se suceden así sin interrupción una y dos ;emanas, y acaban repentinamente con una tormenta y un sober.bio cha­parrón.

El sol había desaparecido y todo estaba envuelto en una sombra gris. El aire, inmóvil, hallábase impregna­do del perfume penetrante de las flo­res y de las hierbas campestres.

Yo iba en un carro ordinario. De­trás, colocada la cabeza en un saco de avena, dormía dulcemente el hijo del jardinero Pachka, niño de ocho años, que venía conmigo por si fuera nece­sario cuidar del caballo.

lbamos por el estrecho camino ve­cinal que se escondía como una ser­piente en medio del trigo. lniciábas< el crepúsculo. La raya luminosa de poniente era velada por una nube es trecha, que semejaba un hombre en­vuelto en una manta . . Anduve uno, dos, tres kilómetros, y en el fondo claro del crepúsculo destacáronse unos tilos altos y delgados; detrás de ellos se veía el río, y como por encan­-tamiento apareció delante de mí un hermoso cuadro. Hube de parar el caballo, porque la vertiente era es­carpada. Estábamos en la cúspide del monte. Aba jo, en el es12acio lleno de crepúsculo, se encontraba el pueblo, guardado por hileras de tilos y cer­cado por el río . . . Sus ~. la to­rre de la iglesia, los árboles, se re­flejaban en la superficie del agua, la cual aumentaba el aspecto fantás­tico del paisc je. Todo dormía.

Desperté a Pachka a fin de im­pe<l írle que se cayera j'el carro, y em-pecé a bajar lentamente.

-¿Hemos llegado a Luvoco?­pr:eguntó Pachka, incorporándose pe­rezosamente.

-=-sí; ten las riendas. Cogí el caballo del ramal para de­

tenerlo en la bajada y observé. Al primer vistazo fuí sorprendido por una circunstancia extraordinaria: en lo alto de la torre, a través de una ventanilla, brillaba una lucesita. Es­ta luz parecía la de una lamparita, v

ora se apagaba, ora resplandecía con llenaban mi cabeza, mientras yo guia­mayor fuerza. · ha el ca:ballo; al llegar abajo tomé

Su procedencia me era completa- asiento en el coche y miré otra vez mente incomprensible. No podía ar- en dirección de la torre. La luz cen­der tras las ventanas, porque en el telleaba como antes. campanario no habíl! habitantes ni -¡Qué raro!-pensé, haciendo lamparitas; lo sabía perfectamente; diferentes suposiciones-, ¡qué extra­allí no se encontraban sino vigas, te- ordinario! !arañas y polvo; además, era imposi- Y poquito a poco sentí ct',mo una ble llegar allí, porque la entrada es- angustia se apoderaba de mí. Al taba clavada. Me figuré que la lucesi- principio pensé que era el disgusto ta podía ser el reflejo de alguna otra de no encontrar la explicación el e un exterior; pero en vano trataba de en- fenómeno raro; pero luego, cuan­contraria. Todo el inmenso espacio do volví la cabeza, comprendí que estaba obscuro, menos aquel único era el miedo . Agarré a Pachka punto luminoso. Tampoco había Iu- y una sensación de soledad y de te­na, el pálido rayo del poniente no po- rror apoderóse completamente de mi día reflejarse en el ca{Jlpana_rio, alma. Parecíame estar solo en un porque este último se orientaba del abismo obscuro y que la torre me ob­lado opuesto. Todas estas reflexiones servaba con. su único ojo encarnado.

La mariposa loca, rompiendo su crisálida, se echó a volar sin rumbo por el espacio inmenso; las ignot~s .regiones más altas saben de su absurdo volar indirecto y fué ludibrio de los cuatro vientos.

Una noche la luz de la luna, atrayendo su inquieta mirada despertó en la fátua mariposa, ignara de la ciencia que estudia los astros un vehemente deseo de consumirse en la remota llama que irradiaba tan nítidos rayos; y el loco insecto hacia el satélite emprendió su vuelo.

:La pobre mariposa vuela, vuela sin tregua dejando atrás las luces de la tierra. Una vana esperanza la impulsa hacia el fanal que, en la lejana altura, es ya su sola, imperativa meta.

Fué su esperanza una ilusión efímera: aún veía las luces de la tierra cuando rindió sus miembros la fatiga, la faltaron las fuerzas y descendió del cielo con violencia.

A la noche siguiente, en la llama de un cabo de vela, la mariposa se quemó las alas.

1 )

- .'. ¡Pachka!--exdamé a:rrando los ojos.

-¿Qué? -¡ Pachka ! ¿ Qué brilla arriha

en el campanario? Pachka miró a la torre por enci­

ma de mi hombro, bostezó y •dijo tranquilamente :

-¡Quién sabe! Este pequeño coloquio con el ni­

ño me calmó; pero no por iargo ra­to. Pachka, al notar mi inquietud fijó nuevamente sus grandes ojos en la lucesita, me miró a mí y excla­mó:

-Tengo miedo . Entonces, sin darme cuenta de

mis actos, estrech é al niño contra mi pecho y di un latigazo al ca­ballo. -¡ Qué tontería !-pensaba in­

teriormente-. Esta aparición me turha porque no me la explico; to­do lo incomprensihle inspira miedo.

Así trataba de tranquilizarme; pero a pesar de esto no paraba de fus­tigar al caballo.

Al llegar a la estación, me · entre­tuve una hora en charlar con el je­fe ele la misma, leí dos o tres perió­dicos; pero el malestar no me aban­donaha. Al regreso, ya no vi la lu­cesita; pero las casas, los tilos y el monte me parecían animados.

A estas horas todavía no he podi­do averiguar la procedencia de aque­lla luz.

* * * La segunda vez que me ·sentí pre­

sa de terror fué igualmente por una causa insignificante. Volvía de una cita amorosa ... ; era la una de la noche .. . , hora en que la Natu­raleza está sumergida en el más pro­fundo y dulce sueño, el sueño que precede a la madrugada. Sin embar­go, esta vez la Naturaleza no dor­mía y la noche no se podía llamar tranquila. Los ruiseñores trinaban; los grillos lanzaban sus estridencias; otros insectos producían ruidos mis­teriosos. U na ligera niebla se ex­tendía a ras del suelo, y por delan­te de la, luna pasaban, corric;ndo, una nuhe tras otra. La Naturaleza no dormía, como temerosa de per­der estos momentos encantadores.

Caminaha por una estrecha vere­da, al lado del terraplén ·de la vía frrrea. Los rayos de la luna desliza­banse por los rieles cuhíertos de ro-

( Continú• en l• páz. 29 l

¿Purde pedirse algo decorativo que esta bella fo­to grafía de la encantadora JACQUELIN E LOGAN estrella de la Pflramount?

(Foto Pflramount ) t

Esta fldmimble )' emocio­nmzte escen.fl ntá rnwrla de 1111a de las últimfls ¡;randes produccionrs de !fl Metro. Goldwyn, que tiene por protngonistfl a ELEANOR

BOA RDMAN ( Foto M rtro-Goldwyn )

He aquí a E D D l E PHI­LLIPS, colocado en una si­tuación más bién difícil. Está actuando de juez en un certá­men de belleza, }' dos lindas muchachas tratan de vampi­rearlo para que falle en m favor. /1,fiss New Jersey, con­fi.; en el sortilegio de sus ojos, mient;·as que Miss New Méxi­co, cree en la virtud de un sua-

ve apretón de manos .

Con una brillante fiesta fu é cefrbrada el domingo pasado en el Unión Club, la exaltación a la Primera Mal(istratu· ra de la R epública de uno de sus socios máI antiguos, el general CERA RDO MACHA DO . Esta fotol(rafía nos muestra uno de los aspectos de las me­sas del banquete alrededor de las cua­les se congregaron más de doscientos

cincueni.a com"ensales .

Los repre.seutantcs liberales por Oriente ofrecieron en el Hotel Telégrafo un almuerzo homenaje al sc,jor J osé R Barceló, G obernador de esa bella pro­'Uincia . La f oto grafía nos presenta al sdior Barceló en compañía de los Pa dres de la Patria de quienes tanto espe­ra la muy pintoresca, aunque abando­nada región orient.al, y · con · ella todos /01 cubano1 que aspiran a esa recons­trucción nacional de la qup solo se oy<

htnr en los #ríodos electorales .

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Un aspecto de la presidencia del ban­quete que fué ofre cido el dvmingo pasarlo t:11 el Unión Cluh al presiden-. te electo Gral . GERARDO MA­CHADO. A le derce!za del homena­jeado aparecen Los Sres. REGINO TRUFFIN, Presidente del Club; CARLOS DE LA ROSA, Vice­presidente eb.·o,~o; GUILLERMO DE ZALDO, ELOY MARTI­N EZ, ex-presidente de la sociedad; RAFAEL ITURRALDE, Secre­tario dt: G obernación v FEDERI­CO MORA . A la i-.::.q,,ícrda, el ge· ncral FREYRE DE ANDRADE, y el doctor CLEMENTE V AZ­QUEZ BELLO, Presidente de'

Partido Liberal .

(Fotos L ópez. y L ópcz)

. 1 \, 1

~/ ...

FRANK B. KELLOGS, de Minnesota, embajador de los Estados Unidos en In­glaterra, que dl'Spués del cuatro dr Mar­zo próximo sucederá a Charles Evnns Hu-

uhes en la Secretaría de Estado. ' (Foto lntcmatiuunl)

EVERE'J'T S!l'1Vf>J::RS rlr !nrlia11a, r¡1u: ha sido nombrarlo Sccrrtario Privarlo rlrl PrcJÍ­dcntc C oulirlge, en swtituci/,n rle Mr. C. Bnscom Slcmp, r¡uicn solicit,í su retir o hace

· ni gún tiempo. ( Foto l ntcrnationnl)

May"r Grncrnl J O H N PER$HI.NG, G e­•1rrnl r·n lr'fe del Ejt=rcito Amaicnno d11-rn11tc In g11errn, q11c iLegnrá a Sn11tingo de C11hn c11 los primeros rlíns riel próximo mes rle Marzo. El ob jeto del Gn1nnl Pcr­shi11g, cu su viaje, es visitar· In Es taciún Na­val y Carbo11rrn de Gumitrí11am o, )' . pasar

una corta temporaria entre nusotros .

(Foto Bnchrach)

I CO R STR AV / NSJ<r, r·I 71/ fl)'Or de los ro mpusitorn rusos act11nlrs, r¡11 e se halla rlrsrle hna algtÍn tirmpo rn los E starlos Unirlos, rlonrlr: marte orii;innl e iconoclastñ, y su t,:cnica f ormirlablc han sirio ju::::.garlos del mor/o m1Ís con-

tradictorio por la crítica.

11

ARTURO ALFONSO ROSELLO, .hri_ liante periodista y uno de los sólidos va!o­res de n11cstra lúcratura joven, cuyo reciente libro de pot·mm En nombre de la noche, ha sirio recibirlo ¡ , tenerales elogios por la crí-

tica v en ,. ··os círculos intelectuales. 1 (Foto Blez ) .

V r-v ALFREDO RO(lCO, ex-presidente d el Parla.mento it11li1mr,, )' .una de las figura s prommentcs en la actual política de su pais, que ha sido nombrado Ministro de I UJticia en _el G_11bú~etc de M11ssolini, cu

sust1t11c101i de S. Ovillio.

eon ·q_>erm Dos encantadoras bmiistas de Filadelfia, que repre­sentarán d;,:namcnte s,-s ciudad en el certa~n de belleza que se celebrará .es­te año én Atlantic City, y que muchas lindas mucha­chas americanas están es-f>e·

rando ansiosamente.

(Fotos. fntcrnntinnnl)

Ln he L la rlrmzarinn, Miss. HELEN BROA'DHURST, en una de sus más artísticas poses. Esta artista acostumbra pasarse cada año algunos me­ses en la Florida, donde ensa­

ya sus h11i~es al aire libre.

12

~ ·--r- --

¡La verdad rs que cruln día se in-ventan cosas má.r admirables! . . Presentamos en c-sta fotografía a la bella Miss. HE LE­NE LEVIELE, de San Francisco, que ha tenido la curiosa idea de confe;cionar­

·se un traje dr. bajío con cabello . . . ondu­lado a lo Marce!. Ese atavío original

. .será exhibido próximamente en el Insti­tuto de Belleza de París.

de tos _fficlorec5.

GILDA GRAY, la famosa bailarina de shimmy, ha presr.ntado hace poco una lujosa revista en Miami. Miss Gray, que cuidó de los menores detalles de la decoración y mise en scene de su espectáculo, aparece aquí, · · acompañada por algunas 'coristm dirigiendo uno de los ensayos.

(Foto lnternati,mal)

. Mal tina ''TI VOL 1' ': V i.g o r, N u tri e i ó ~, Be 11 e za

13

..

ffes fflbrfJ/of rk@lll f}¡f!Ja '- . -;;-- V /i)OP

. ~~ne¡¡co_frcJnc(monlyne

eN Esuasburgo se acaba de siste en que los ricos sean todos igual- ñe a la vieja cuestión social. Entre ro, magistrado sangumario, mandó hacer un gran descubri- mente ricos. Platón, a pesar de su ge- . el cordobán, las leznas y el cerato, cortarles la cabeza. Mucho despué~ miento. Revolviendo có- nio, no creía . . . en la revolución los maestros de obra prima de Ron- en el siglo XVIII, Enrique Buch, dices y a_ntiquísimos pape- desde abajo, sino. en el colérico des· fach, percatáronse al punto de que le bon H enri fundó la hermandad

• les que reposaban desde contento arriba. Propuso su plan ni· no hay principio alguno de justicia de los zapateros, convirtiendo a luengos siglos en los anaqueles de la velatorio a Dionisia de Siracusa, que que se · imponga por su propia bon- Crepino y Crepinian~ en santos pa­bibloteca municipal, se ha encontrado lo rechazó ~on muy líuen acuerdo. dad, sin emplear en mayor o menor tronos del gremio . Esta decisión una vieja y rara crónica relativa a El filósofo introdujo entonces algu_ medida, alguna forma de violencia. de Buch fué aceptada por todos los ' Ronfach, pueblo natal del mariscal nas reformas en su libro de las Leyes; No existe ningún procedimiento zapateros del universo, prueba evi­Lefebvre. El curioso documento data pero no halló en Creta quien pusiera persuasivo para abrir· las ostras. Las dente de la justicia que encerraba 'la del año 1428 y contiene la reseña .de en prktica su pensamiento de igual- sanciones de los códigos, carecerían elección. Pero, andando el tiempo, la primei:a huelga que hubo en el dad . . entre los ricos'. Aristóteles de eficacia si no las hiciei:an efec- y por razones .que escapan a mis cor­mundo. combatió . este original comunismo tivas los sables, cadenas y cepos de la tos conocimientos hagiográficos, los

La hicieron Íos zapateros_4e aquella platónico. ,y Aristófanes, que ya ha- policía. Toda nueva norma de vida dos saintos patronos de los zapateros localidad, por la misma causa que bía ridiculizado en Las Nubes a Só- social requiere, después de discutir- quedaron reducidos a uno, a San origina las · huelgas modernas o · sea, crates, contribuyendo no poco a su la Y formulada, una acción com- Crispín . Y sería ardua tarea averi­aumento de salario y disminución de proceso y muerte, burlóse igualmente pulsiva;on movimiento obligatorio. guar, después de haber . llovido tanto, horas de trabajo. Los patronos se opu- de,Platón en La asamblea de las mu- Según la~ investigaciones realiza- · si San Crispín es Crepino O Crepi-sieron a las peticiones zapateriles, y el jeres. das, en Estrasburgo, los zapateros niano paro se extendió a todas las zapaterías Nada más interesante que el lar- de Ronfach, l}l organizar la prime- * * * de la orilla izquierda del Rhin, sien- . guísimo período de literatura soña- ra huelga demostraron al mundo do n·ecesaria la intervención de las dora y fantasista que tiene su orí- por primera vez la singular parado- Lo que no tiene duda es que aque­autóridades de Bale y Mulhos~ para gen en el socialismo. Supera en be- ja de que es necesario el paro para llos remotísimos santos zapateros de­pacificar a Jos hombres de la _lezna y lleza a las mejores novelas y poemas que las ideas anden. cidieron declarase en huelga los lu­el tirapié. · de todos los tiempos.· Basta citar Uto- El rosario de huelgas que ha nes, según admitida tradición, qtJe

Corresponde, pues, a los zapateros, pía de Thomas Moore, inspirada en seguido a la realización hace cinco vale tanto ll)mo la historia . De ma­según ·el erudito bibliógrafo, o biblio- La República de Platón; Citta del siglos en Ronfach, revela cuán pro- nera que la primera huelga ne ocu .. tecario de Estrasburgo, la invención Sote de Campanella; los ensayos co- funda fué la visión zapateril. El rrió hace quinientos· años en Ron­de la huelga. El socialismo utópico munistas de los jesuitas en el Para- principio quedó sentado por los que fach, sino hace 1638 en Soissons.' o 'fantasista tiene un orígen remotísi- guay; la organización falansteriana sentados trabajan. Todos los gremios No hay posibilidad de saber si esta mo; 'se pierde, como vulgarmente se de Fourier; la teoría de las capaci- deben a los zapateros la eficacia que resolución del holgar los lunes se de­dice, en la noche de los tiempos. Y dades, de Saint-Simón; el Banco de en el transcurso de los tiempos ha . bió a Crepino O a Crepiniano . Pro­abarca un período larguísimo, casi has Cambio, de Proud'hon. Y mil teo- tenido su descubrimiento. . bablemente los dos socios y hermanos ta nuestros días, pues sólo con Marx, rías más enderezadas a lograr la fe. Pero yo no he quedado compÍeta·· coincidieron en el mismo pensamien la doctrina adquiere carácter cientí- licidad universal. mente convencido de que· la primera to huelguista, ya que tanto en aque-fico. M. Cognetti, erudito investiga· Pero la huelga, la acci<Ín violen- huelga fuera la de Ronfach. Como llos como en estos tiempos es más dor, ha demostrado que en la más re- ta y coactiva, creíamos que era co- ;e sabe, el s¡¡nto patrono y protec- fácil ponerse de acuerdo para no mota antigüedad, hubo socialismo en sa de los tiempos modernos. El do- tor de las artes zapateriles, es. San trabajar que para continuar en la la China y la India. Lo hubo igual_ mento aparecido en la biblioteca de Crepino, o San Crispín. En reali- tarea . mente entre los estoicos y los prime- Estrasburgo, nos demuestra que la dad, son dos los protectores : San Por otra parte, los' beneméritos ros cristianos. "Jesús---dice Aquiles primera huelga ocurrió hace la frio- Crepino y San Crepiniano. Estos santos zapateros, no dedicaban los Soria- muéstrase toda su vida, se- lera de 496 años. santos eran hermanos. Propagaron el lunes a ocios orgiásticos y taberna-gada en flor, socialista ferviente, y * * Evangelio en el norte de las Ga7 rios, sino a propagar la doctrina sus doctrinas comunist1s no son, en lias. Para poder vivir sin ser gravo- evangélica, que en el fondo es lo verdad, ajenas a su trágico fin". El sos a los neóf itos, dedicái-onse al mismo que dedicarse a difundir el socialismo nace del orígen del aolor Los zapateros, por razón, sin du- oficio de zap~teros. Daban sus con· .sodalismo . Así lo comprendió tarn-económico. da, de su oficio sedentario, han sido ferencias en balde . · No se parecíar bién Ricciovaro, el bárbaro · pretor

·Platón fué un socialista original, siempre un poco filósofos. Sentados a los conferenciantes ·europeos que de Soisson, cortando la cabeza a los · parecido a los cultores chinos e índi- constantemente, su profesión, limi- van a Am.érica, cobrando en las zapateros! por instigación próbable­cos de esta doctrina: En su Repúbli- tada a la actividad sin gran esfuerzo taquillas de los teatros sus peroratas, mente-no quiero calumniar al de­&a admite cuatro clases sociales: escla- y casi maquinal, les permite lanzar mucho menos evangélicas . Por el legado romano--de los ricos . de vos, pueblo, guerreros y magistrados. la mente por el vasto campo de la año 286 de nuestra era, los zapa te- aquella villa de las Galias . Como A su juicio, nada más justo que los especulación filosófica y aun de los ros Crepino y Crepiniano cayeron, el Cristianismo, tiene el socialismo esclavos y los artesanos trabajen para más complicados problemas de la como tantos otros, bajo la bárbara ·su martirologio . y es muy posible los otros dos grupos, los hombres de sociología y de la metafísica. Y así reacci6n anticristiana de Dioclecia- que Crepino y Crepiniano fueran armas y los hombres de ley. Pero en ~ explica que fueran los primeros no. Los dos remotos maestros de horriblemente decapitados, no sólo bs dos dases superiores no deben en llevar hasta sus últimas conse- obra_ pri~a se hallaban en Soisson, por prediear el Evan'o-elio sino tam existir d°esigualdad en la posesión de cuencias' las teorías chinas, índicas, predicando en los ratqs de ocio la bién· por negarse a ;ntr:gar en un bienes. El socialismo de Platón con_ plat~nicas y cristianas en cuanto ata- nueva doctrina . El preto,r Ricciova- . lunes.Jos zapatos a Ricciovaro .

14

Gé/1/r():Jf l!le/ica

" ~ Esta importante y magnífica foto­grafía nos muestra al atleta del e a­nal Zone ejecutando el salto que le dió la supremacía sobre los atletas

costan'Ícences

Costa Rica y la Zona del Canal acaban de celebrar una interesante Olim­piada; en la que se rompieron varios records sud-americanos. Esta foto nos muestra a los atletas de varias riaciones haciendo el juramento de ritual

. antes de comenzar las competencias.

Arráncad<J de. la carrera' de los diez mil metros gan'aáa por Antonio Rodríguez, campeón costarricens:. El se­gundo lugar correspondió al portorriqueño Antonio Mo-reno. En esta foto aparecen marcados, respectivamente,

' con los números uno y dos . .

Costa Rica considera los toros como un deporte y aquí ve­mos practicando al arriesgado banderillero, una interesante

suerte _que le val~ó un caluroso aplauso del respetable.

is:

Un aspecto del enorn¡¿ amontonamiento de tubos de ca,íón que están esperando el m om ento de entrar en las fundiciones :Je las fábricas Krupp . Alemania, con esta destrucción de ar-

. mas, cumple con las cláus11la;- del tratado de paz.

En Balín se: lia venÍ'ica- _ ! . do, con excdentes resul­tados, una prueba d~l 1111c·vo sistema de salvavi-das que aparece aquí. Con l'Sll! aparato, 11n !tomhre puede permanecer varios días de~ztro del agua, sin !11 menor m olestia, te­•!Ícndo hasta 11na ... ven-

tanita para Jumar.

Esta f oto grafía nos muestra la gigantesca cámara que Jué wada en N ew Y ork, por la Fairchild A e r ¡ a I Camera Corp. fara f otografiar la ce! i pse de sol que ht'JO lugar

el mes pasado.

16

-.

.) ·.-.... ....

, reciente f otograf í_a E sta es la ;;~T, c.rpow del pr~~l-de Frau E Alemania, )' rn lu¡o, dente Ebert, ; : sw paseos !tabit11alcs durante 11110 ll • . de Berlín

por las ca es

. ellaRUTH MALC~L-H e aq m a 1:: obtuvo el /ion roso trtu-M SON,_ q America, en el certamen de lo de Miss brado el a1io pasado en belleza. cel~ . foto ~aj iada junto .ª Adantlc C,ty,_, d gl T ily-lio la cc-

d c1on e ª ' ttná reproo:: de V anderbilt, !techa en-lcbre car;eram~nte de tabaco.

17

G obemadr;ra de T exas, pro­MIRIAM A. FERG USON, elecI posesión de m alto cargo, 1111

111111ciando 1111 disc11rs fJ en ':u~~:;:,ª T ; xas.

( Fotos lntemational N ewsreel)

~ 2l~~q :/Y~~ . e

18

E1to1 niiio1 neurasténi­coi , on 101 atletas del V. T . C., que no quiiieron retra,tarie haita ocupar el pueito de honor en el campe011ato de hasket­

J,all r.mior qtte ie viene ft!tf!.bi'a11do con 1m éxito ~dable en 101 terre­:11os de la Asociación de ' ·tl111iguos Alumnp1 de la · Salfto. R esponáen a 101 11ombrc1 de MACHA­DO, DIAGO, ULA­CIA, SILVA, DOC­TOR AIXA-LA, AV/­LES y TRELLES. Al cerrar esta plana están a dos puntos del Hahana Yacht Club, que owpa

el segundo

La enorme concurrencia q11e invade los palco¡ del haiket-hall, ia· le cada noche más complacida de la brillante exh ibición que vie­nen ofreciendo los Seniors del hasket-h~ll de Cuha. Nóteie como no hay un solo lugar vacante en las amplias gradas del petit stadium.

Es curioso ver el entusiasmo de nuestt·as damitas por los diferentes incidentes del. juego y el conoci,:niento profundo J~

tienen de las reglas de tan interesante deporte.

(Fot. José Luis).

Est~ !mtantánea no1 mtteitra al maravilloso jugador Sampedro, recihz~ndo del delegad~ ~ la Unión Atlética el trofeo conme­morativo d~ iu_ honroia victoria en el ·pasado campeonato de basket-hall ¡!'mor. Sampedro y !US boys dieron tma página más

de gloria a la pre.rtigioia sociedad Habana Yaclit Cluh

BENNETT HILL, el driver chiquillo, que ganó la carrera de 250 millas de Culver City. Cubrió la distancia de 250 millas, a la increíble veloci­dad de 126.7 millas por ho­ras. El veterano Harry Hartz

_que¡fó en segundo lugar

huésped de esta capital, ha­biendo dedicado los más calurosos elogios a' nuestra capital, a w clima y, sobre todo, a nttestros · fanáticos del base hall. Landis cree que Cuba será un gran cen­tro deportivo y quedó gra­tamente impresionado de la 1111cva j11ve11t11d cubana, las futuras estrellas del ma-

1ía11a

19

.iVAN .ZAIKIN, luc~or fa~si, dé Moscou, que acaóa dé l~gar a New York para enfrentarse con Wayne Munn, cham­P.•on del .colcMn. Zaikin mide seis pier de alt11ra, y pera 272 lióras. Tiene solamente 41 añor, estando en la.mayor plenit,d

de rus f acultader como artirta de luchas

LAS PLANT.AS CARNIVORAS

& XISTE~ plantas real­

mente carnívora..? En­traña esta pregunta una de las cuestiones que más disc.usiones ha pro­

vocado en los dominios de la Historia Natural.

Ciertas especies de · plantas atraen pequeños insectos en las corolas de sus flores, con el auxilio de una sa7 via que desempeña -aquí un papel d< anzuelo, y tan pronto los imprud:n· tes han penetrado en la trampa, que­dan encerrados y condenados muerte.

¿ Pero esas presas son digeridas por la flor e intervien_en en la ali­mentación de la planta? Ese es el punto que los sabios discuten des­de el año 1770, fecha de la publica­ción de un estudio, hecho por el na­turalista Ellis.

Después, una serie de grandes sa~ bios salieron a la palestra, comba­tiendo a favor o en contra de sus .opiniones. Uno de los más famo­sos es nada menos que Carlos Dar­win, el autor de El Orígen de lar Es ,pecies, que ·publicó en 1875 un li­bro titulado lnsectivorous Plants, en el cual trataba de demostrar que cier­tas especies vegetales ·son cal"nívoras.

A pesar de todos los trabajos em­prendidos sobre la materia, la cues­tión está aún sin respuesta categó­rica. Muy amenudo, y especialmente en la drosera, especie que abunda en todas las regiones cálidas o templa­das del globo, se observa que la pre­sa es rápídamente desintegrada por acción de un ácido diluido en la savia.

-:-jRediola! ¡Treinta y ocho días sin· dejar; de llover! ¡,1 'ver sí re- . sulta que esto es dilui•:O!

(De "Buen Humor", Madrid)

no puede ser más interesante, y da vez primera llevó sus planos a las márgen a jugosas meditaciones. Tullerías, fué acogido con marcada

·Un autor muy malo decía a una ~ ñora que se aburría soberanamente leyendo sus comedias: . -¡ Ha recibido usted el ejem­

plar de mi última obra? -Sí, señor-respondió muy ale­

gre la señora.-Pero, j qué amable es usted! ¡ De veras será la última?

Sordera convencional: -Recuerde usted que me debe

diez duros. -No oigo. Como soy tan sordo. - ¡ ¡ Que me debe usted veinte

duros!! -Hombre, antes ha dicho usted

diez. Ahora veinte. A ver, restemos. Primero diez; luego otros diez; de diez a diez no va nada. 'Bueno, enton­ces estamos en paz.

En la intimidad: La esposa está cantando sentada

ante el piano y el marido lee un pe­riódico.

La mujer.-Me pasaría la vida' cantando. ¡Sí, Ricardo, quisiera ser pájaro!

El marido.-¡Y yo, escopeta!

Leyendo los sucesos: - ¡ Qué horror! ¡Un muchacho

de doce años que se ha suicidado por celos!

-¡Vaya un principio!-exclamó uno.-¡ Ese muchacho no puede aca­bar bien!

Un sujeto que habitualmente es­tá borracho, comparece ante el juez p~r haber apaleado a un niño:

- ¡ Cómo !-le dice el juez.­¿ Otra vez aquí?

El caso de esas droseras, de las EL ANIVERSARIO DE LA cuales se ha catalogado un centenar GRAN OPERA DE PARIS

frialdad. Ante sus planos una voz augusta, una, voz femenina decía : "¿ Qué estilo es este? No es griego,

-Sí, señor. En bebiendo una co­pita de más, ya sabe usted lo que pasa.

de especies, es sorprendente. La ba­se · deL tallo floríf ero está rodeado por una collareta de hojas extrañas, cuyos contornos r parte superior es­tán erizados de tentáculos en cuyas extremidades aparece una glándula que aeja caer una gota de líquido que centellea al sol.

Los insectos se equivocan y vie­nen a· beber en esas falsas gotas de rocío.

En contacto con ellos, los tentácu­los se tuercen y entremezclan, apre­

. san al intruso y lo condenan a muer­te. Su cadáver es atacado por el lí­quido ácido en el cual los químicos han descubierto la existencia de cier

ta cantidad de pepsina, y pronto el cue~ es digerido. Y la trampa se .:1bre nuevamente en espera de nue­va víctima.

Esto es lo que ha podido demos­trarse en cuanto a las plantas. carní­fJoras. Hay que confesar que el tema

En los primeros días del mes pa- ni Luis XV, ni Luis XVI". -¡Portera! . t

sado se celebró el quincuagésimo Garnier respondía nerviosamente: -¡ No dé usted . tantas voces. j aniversario de la inauguración de la "Pero, es que esos estilos han tenido ¿Qué quiere usted? Gran Opera. . su época. Le hago a ustedes un edi- -¿ Hace el favor de decirme si

Sahemos que los planos de ese · ficio estilo Napoleón III, y todavía vive aquí el vecino del principal? gran teatro fueron trazados por el se quejan". . Los chambelanes . arquitecto Charles Garnier, que ob- murmuraban; el director de las edi­tuvo el primer premio en un concur- ficaciones municipales hacía lo posi­so organizado por el emperador Na- ble por detener el artista, pero una poleón III, para edificar la Opera. voz augusta,-de hombre esta vez Pero, todo no era éxito para Gar- -le decía: "No se preocupe. Ella nier, que tenía que luchar contra la no entiende nada en estas cosas". augusta antipatía de la emperatriz . El mal humor de la emperatriz

Un delicioso historiador, Larrou- no duró mu~o. Algún tiempo más met, nos relata en breves palabras tarde, hallándose en Compiegnes,­una escena curiosa que estas circuns- llamó al arquitecto ·y le dijo con to­tancias motivaron : "El enorme tra- no compungido: bajo comenzó para Garnier, acom- --Confiese, señor Garn ier,. que pañado por mil reveses que caían he sido algo majadera con usted . sobre una naturaleza admirablemen- Ahora me arrepiento sinceramente. te preparada para soportarlos. Pri- Y Garnier que tenía una ruda meramente, la independencia de sus franqueza, le respondió: principios lll'quitectónicos le habían -Sí, señora. Vuestra Majestad acarreado enemistades. Cuando por ha estado ·odiosa .

20

El general pasa revista a un re­~imiento, y se detiene delante de la cantinera.

- ¡Perfectamente !-exclama­¡ Ojalá todos los hombres de la bri­gada. estuvieran tan bien form·ados como usted!

Secreto de confesión: -Acúsome, padre, de que me

agrada mucho que me l'lamen her­mosa. ¡ Es esto pecado?

-Sí, hija mía. No se debe fo­mentar la mentira. . .

Leemos en una pescadería: "Se dan ·quince ostras por docena" Aritmética, eres u'na palabra vana.

lkr/Je fÍf JiJJ/ilÍtll Por .JJ.anro1c5 ÍO/Jp~ .

E S la víspera de navidad gener~l, muy delgado · y de luenga d~l año 1811, y desde las c~bellera, _montado en un drom~da­d,ez de la noche, Napo- no. A orillas del Ganjes, para el león está trabajaindQ pesado Emperador de levita gris, se­solo, en su bufete, en el rá necesario el elefante de Poro.

palacio de las Tullerías. · El sabe cómo se arrastra a los pue-El vasto aposento está en obscu- blos y cómo se les fanatiza. ~

ridad casi completa. Aquí y allá, Allá, mandará soldados de color en la sombra, brilla vagamente al- de bronce con turbantes de. blancas guno que otro objeto dorado, el muselinas; verá, mezclados con su . marco de un cuadro invisible, las estado mayor, a rajáes cubiertos de dos cabezas de león de un sillón, pedrerías; e interrogará, respecto de la pesada borla de una cortina. su destino, a los monstruosos ídolos

Con su pantalla de metal, las que levantan sus diez brazos por en­velas de cera de los dos candelabros cima de su mitra de diamantes,

no alumbran más que la anchurosa puesto que en o~ros tiempos, en mesa atestada de map~ geográficos Egipto, la esfinge de granito de y d~ voluminosos registros encu~- rostro achatado, ante la cual soña­dernados con marroquí verde y ba, con las dos manos apoyadas en timbrados con la N y la corona. su sable curvo, no le reveló su &e-

El soberano trabaja desde hace creto. !¡Emperador de Europa! casi dos· horas, inclinando sobre los j Sultán de Asia! Estos son los úni­mapas geográficos y los cuadros en cos títulos que se grabarán en su que está señalada la situación dtt- mausoleo. sus ejércitos, su frente formidable Rusia es un obstáculo inmenso. · coronada por un mechón negro, su Pero ya que no ha podido fijar la frente cargada de pensamientos, pe- veleidosa amistad de Al,~ jandro, lo sada como el universo cuya conquis- vencerá. .ta medita. · Y la diminuta ~ano del Empe-

El mapa abierto es un mapa de r:idor hojea con avidez los gruesos Asia; y la mano del Emperador, volúmenes verdes, las listas que le nerviosa, femenina, encantadora indican exactamente los efectivos busca lentamente con el: índice, allá del enorme ejército, que se está r.iu­muy allá, al través de I¡t Persia, un niendo ra a orillas de Niemen. camino hacia el Indostán. ¡Sí, vencerá al autócrata del Nor-

Sí, las Indias. ¿ Por la vía te- te y lo arrastrará, al Czar vasallo, rrestre?" ¿Por qué no? Ya que su seguido por sus hordas de cosacos marina estaba vencida y destruída, salvajes, a la conquista de las Indias! n? le queda al conquistador más ,i Emperador de Europa ! ¡ Sultár que ese camino para ir bajo las pal- de Asia! La obra no es superior ni mas de las selvas fabulosas, seguido a su deseo ni a su genio. Y cuando por sus. aguilas, cuyo oro centellea la haya fundado ese prodigioso im-­en medio del acero de las bayonetas, perio no correrá el peligro de que, a herir al inglés en el mismo c~ra- un día, sus tenientes se lo repartan zón, es decir, en su imperio colo- entre sí, como sucedió con el de lo! nial, en su mismo tesoro. Macedonios.

El Nilo lo ha visto un día, de lC~ntinúa en ltJ fág. 25 )

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(Fotos López.

y López.)

CARLOS M . MARTINEZ y BASILIO ARTOY:'1, -los dos únicos supervivientes de la expedición dJ' general N úñez, cuyo último desembarco f ué conmemorado sole~nemente en

Matanzas, con la erección de un obeluco.

El señor Presidente de la República, doctor AL­F RE DO ZAYAS, y sus ,acomf;añantes, .a su

lleiada a Matanzas.

Momentos en que el general BETANCOURT, descubrió el obelisco de Caleta del Barco, en uno de los extre11.os de

lri bahía de Matanzas .

-:;; l«

R~cientemente V con iran rolemnidad . fué inaugurado en la ciu­dad de Matanzas un obelisco conmemorando la fecha del último iesembarco del general Núñez. y once expedicion:arios . AJ pie del obelisco aparece el Presidente · del Centro de Veteranos, ieneral LOYNAZ {)EL CASTILLO, autoridades y personalidades que ·

asistieron al acto .

Los más ilustres visitantes de Matanzas, en la inauguración del obelisco conmemo­rativo, fueron obsequiados con un banque· te por la guarnición de la ciudad, acanto- ' nada en f:l Castillo de_· San Severinc. El uñor Presidente de la República, Dr. AL-

. FREDO ZdY dS, el general CROTfl_ DER, y el Sr. CdRLOS DE L,1 ROSA, aparecen en la_ presidencia de la mern .

.Un aspecto del té que se celebró el sti­hado pasado en el Club Femenino de Cuba, al cual 'fueron invitados algunos intelectuales y distinguidos miembro!

de la prensa habtmera. 23

Un grupo de invitados al ti que tuvo lugar el sábado pasado ;n el Club Fc:menino de Cuba

t .

(Foto. López y López.)

Personas que integraban la comisión de altos empleados del Departamento de C o­municaciones de los Estados Unidos, que visitó recientemente las oficinas de nues­tro Departamento de Comunicaciones, emitiendo juicios halagadores acerca de · la organización de nuestros servicios pos-

tales.

Estas f otografías nos muestran distintas fas es ríe una in­dustria original f' interesante. Mrs. O. H. STUBERGH de San_ Frañcisco, q~e ~~arece a1uí, es la única muja qu; se dedica a la f abncaczon de mwiecas de cera, como fa ., que se utilizan en las tiendas. Estas resultan de rara per­fección, ,pues el procedimiento empleado para crearla: con­siste en hacer un molde de yeso directamente sobre el cuerpo, la cara y los brazos de una m odelo, m olde que sir­fJe para reproducir fielmente la figura humana. Una vez. hecha la muñeca, se le cubre la cabeza con una peluca ri­zmia, y los ojos, mejillas y labios se le retocan al pincel. La TTWdelo que vemos .en las. presentes f otografías er

Miss KATBERIN~, hija de Mrs. Stubergh.

( Fotos. lutrrnational)

24- .

. ·ÓJllltJJe ~n(ol{_ Ñs l!l!!JÓ!Jde (}/ii

Desde el veinte de Marzo Na­poleón tiene un hijo, un heredero de su gloria y de su poder, y los la­bios del Emperador se entreabreñ en una hermosa sonrisa, al pensar en la criatura que duerme , tan cer­ca de él, en el palacio silencioso.

Pero, de pronto levanta la cabeza con movimiento de sorpresa. En el bufete tan bien cerrado, sin embar­go, y cuyas espesas cortinas están corridas, ¿ de dónde proviene ese extraño y profundo murmullo1 Pa­rece que las gruesas abejas de oro, bordadas en la seda de los cortina-jes, se ponen todas a zumhar. El Emperad0r escucha con más aten­ción y en medio de ese rumor, per­cihc las vibrac iones del hroncc.

(Continuación de la pág. 2 z. )

su alma y prometerle la l .. rga dura­ción de ésta.

Entre tanto, esa noche las cam­panas, tan alegres y triunfales como para celebrar Austerlitz o Wagram, repican, en la noche fría y clara, en honor del humilde niño, el hijo del carpintero nacido sobre la paja de un establo, hace ya tantísimo tiempo, mientras que unas voces misteriosas clamaban en los espacios del firma­mento estrellado:

"¡-Gloria a Dios y paz en la tie­rra!"

El emr,erador escucha las campa­nas de Navidad. Se queda pensativo· recuerda su niñez oscura y salvaje, la misa de gallo de su tío el archidiáco­no en la catedral de A jaccio; el re­

¡Ah! Sí ¡Navidad! misa del gallo!

La greso de la numerosa familia a la antigua mansión, testigo de tanta po­breza dignamente sufrida, y la be­lleza de matrona de su madre, que presidía la cena de Navidad, donde comían castañas. Su hijo, el hijo del Emperador "Victorioso v de la archiduquesa de ·Austria, no ha de conoc·er 1esas miserl16: :ierl dueño del universo.

Son, en efecto, las campanas de todas las iglesias de París, que cele­bran el nacimiento de Jesús de Be­lén; esas campanas que en otros tiem­pos Bonaparte ha restablecido en las torres y los campanarios, en aquella época en que, cónsul pacificador, re­conciliaba, en Francia, a tantos her­manos enemistados. ¡ Cuántas veces no se han puesto en movimiento en su honor, para los gloriosos "Te Deum" ! Y, ¡ cúmo, hace apenas unos pocos meses, taiiían a todo vuelo una \'ez más el día del nacimiento del Rey de Roma, fecha memorable en que su cielo al conceder un hijo al héroe, parecía estar en connivencia con él, reconocer la leJ!imitidad de

Afuera, en la noche helada, las campanas tañen a todo vuelo en ho­nor de la Navidad. En las puertas de las Tullerías, el viejo veterano, con su gorra de pelo, que camina a gran­des pasos furiosos para calentarse los pies, delante de su garita, se acuerda

tal vez en ese momento, de alguna pleg_aria aprendida de memoria, en

(Continúa en la pág. 2 7 )

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otros tiempos, en la aldea, en las Sobre esa candidez, sobre esa pu- , faldas de su madre, y tal vez, en ceza, sobre esa inocencia de la, cria­

su labio cubierto de- espeso bigote, tura en la cuna, la ancha cinta de asoma una sonrisa al pensar en el moaré escarlata cruza como un río niño Jesús en su pesebre. . de sangr~ que se va a derramar, con

El Emperador no oye el piadoso la esperanza de · que esa cabecita to­llamado de las campanas; sólo píen- davía. tan frágil, lleve un día la más sa en su hijo y de pronto se apodera pesada de las coronas, de que esa ma­de él un imperioso deseo de verlo. necita, ahora delicada y hermosa co-

Se levanta, llama con las manos. mo una flor, empuñe más tarde todo En el acto se abre una puerta disimu- un haz de cetros. lada detrás del cortinaje. Roustán · Napoleón contempla a su hijo, y aparece; a una señal del Emperador, nunca el orgullo humano acarició coge uno de los candelabros y Na- tan deliciosamente un corazón, y poleón, alumbrado por el fiel mame- pien53: en que los grandes dignatarios luco, atraviesa los corredores desier- de la corte, sus generales más ilus­tos, y va derecho al departamento tres que los héroes de Homero, sus del reyezuelo; entra; con uri ademán ministros y sus senadores cubiertos de la mano, despide al alma y demás de oro, se inclinan todos ante esa mujeres, y se queda de pie, al lado de cuna con respetuoso temblor, y ·en la cuna del prodigioso recién nacido. aquellos mismos jacobinos renegados,

.El Rey de Roma duerme profun- los viejos regicidas que ahora llevan <lamente. En la blancura de la ropa la librea imperial,· no se atreverán y de los encajes que cruza el gran siq;1 iera a ambicionar el besar esa cordón de la Leirión de Honor. el bo- mano de criatura. nito· rostro medio hundido en. la al- El emperador está meditabundo, y mohada, el rostro de ojos cerrados, en el confuso rumor de las campanas con la boca entreabierta, con una go- que tañen para la misa del .gallo, se ta de leche en la comisura de los la- figura oir la marcha acompasada de bios, y una de las manos diminuta, sus tropas y el rodar de los furgones regordeta, adorable, que descansa en allá, en los caminos helados de Ale­e! cobertor, forman como dos man- manía y de Polonia. chas de carne, de tierna carne de Embriag-ado por su ambición pa-criatura. (Continúa ·en id pág. 29. )

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-" .. . tenie,ul<:, el hombre los mismos sentidos que los ani­

males sus intr1iciones fundamentales deben ser las mismas"

( Da,-win, La selección natural) .

,

. (

fJ()c/;e de ... terna!, IT'.ás que nunca piensa en el Gran Ejército y en la conquista de Rusia }' de las Ind ias, y hace la pro­mesa formal de dejar a su herede­ro tocios los tronos del Viejo Mundo. Ya le ha dado la ciudad de San Pedro como sonajero; el reci ' nacido pron­to tendrá entre sus _ju¡:, .c:tes otras ciu­dades santas. ¡ Emir de la Meca l ¡Rajá de Benarés l ¿No son esos tí­tulos dignos del Rey de Roma? ¡Ahl ¡ Por qué no son más fecundas las mujeres de Francia? ¿Por qué no tiene bajo sus órdenes, él, el capitán invencible, a un millón, a dos millo· nes de soldados? Entonces, sería el universo entero, el mismo globo el que colocaría en esa manecita. .

El Emperador está meditabundo, permanece sordo a la voz de las campanas santas, sin un pensamientc, para Aquél que reina en los c-ietos, y que considera los más vastos imperios como hormigueros. Está meditabun­do y no ve, en el porvenir, a ~u in­menso ejército sepultado en las nieves del Beresina; y no ve el último tro­feo de sus águilas, segado por la me­tralla inglesa, con el batallón sagrado

(Contínua'<ión de la pág. 27 )

de W aterloo, y no ve en medio del Océano el peñasco dando lo esperan las torturas de Prometeo; y no ve, sobre todo, en el parque de Schoen-: brün, bajo un cielo de otoño, a ese pálido y triste joven, con la cruz de una orden austriaca en su uniforme blanco, que tose en tanto que camin, y va pisando las hojas muertas.

Y mientras el Emperador persi­gue su monstruosa quimera, sueña con el reinado de su hijo, y de los

sucesores de su hijo sobre el universo entero y por último, se figura que él

mismo, Napoleón, en fa iontananza de los tiempos y de la leyenda, ha lle­gado a ser un mito fahuloso, un

nuevo Marte, un Dios solar vencedor en medio del Zodíaco de sus doce ma­riscales, las campanas siguen tañendo alegremente, a todo vuelo, en hono­del pobre niñito, nacido en Belén, el cual ha conquistado verdaderamente al mundo, hace diez y ocho siglos, no con sangre y victorias, sino con el Verbo de paz y de amor, y que se­guirá reinando sobre las almas por los siglos de los siglos .

@¡e d O. . . (Continuación de - la pág. 8 . )

cío. Las sombras de las nubes co­rrían por el terraplén. A lo lejos billaha la luz ':erde del guarda.

- Todo está en orden . . . -pen­sé mirándola.

Lo propio que en mi alma. Vol­vía de una cita, no tenía para qué apresurarme, no tenía Sueño, la ju­ventud rebosaha en mí.

Ignoro lo que yo e~perimentaba; lo que si: ·decir es que me hallaba bien.

C.iminé así cerca de un kil,',mr-

•

tro, cuando escuché detrás de mí un ruido semejante al murmullo de un gran arroyo. Se acercaba a cada ·instante, crecía, aumentaba en in­tensidad. Me volví; detrás aparecía la silueta negra del bosque que aca­baba de atravesar. El terraplén tor­cía a la derecha }' trazaba un boni­to semicírculo, yendo a perderse en

' la arboleda. Me detuve asombrado y esperé.- Inmediatamente una des­mesurada forma obscura se mostró

(Continúa en lo pág. 30 ,)

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GI m1er10. .. en la curva de la vía, abalanzóse hacia mí y siguió adelante con una velocidad vertiginosa. Antes que transcurriese medio minuto la for­ma desapareció .. .

Era un vagón de mercancías. El mismo, de por sí, no tenía nada de extraordinario; pero su aparición sin locomotora me dejó perplejo. ¿ De dónde venía y qué fuerzas lo empujaban con aquella velocidad?

Si yo fuera supersticioso, hubiese creído que eran brujas y diablos di­rigiéndose hacia el sabaot, y hubie­se continuado tranquilamente mi camino; pero esta aparición me de­jó turbado; no sabía si creer lo que mis ojos veían y me perdía en mil suoosiciones, como la mosca en una telaraña .. . .

U na sensación de soledad se apo­deró de mi corazón. El vasto espa­cio se me antojaba de mal agüero. La noche perdió para mí su encanto; millares de ojos observaban mis mo­vimientos; los ruidos extraños y las aves nocturnas pareCÍaí!lme existir tan sólo para. angustiarme. Sin dar­me cuenta aceleré los pasos, y lue­go me eché a correr con toda la ve­locidad de que era capaz, y al pun­to escuché el llanto lastimoso de los alambres telegráficos, que no había notado antes.

-¿Qué ocurre--pensaba, tra­ta11d_o de tranquilizarme-. Es co­bard!a, estupidez .

Pero el terror era más fuerte que la razón. Detuve mis pasos al ll egar a la luz verde, al lado de la casa del guarda, cuya figura distinguí en el terraplén.

-¿ Has visto?-le interrogué ja-deante.

¿-A quién? ¿Qué tienes. - ~Ha pasado por aquí un vagón? -Ha pasado . -replicó apáti-

camente el aldeano-; se despren­dió del tren de mercancías. A vein­te kilómetros hay un declive . Lo~ vagones suben tirados de la má­quina . Por lo visto, las cadenas eran viejas y se rompieron, y volvió atrás ... Trabajo les va a costar co­gerlo .

El fenómeno estaba aclarado y el misterio se desvaneció igual que el miedo . Proseguí mi camino sin otras aventuras.

* * * El tercer susto lo pasé una vez,

en primavera, volviendo de caza. Obscurecía. El ca:mfoo atrave!saba un bosque. El suelo estaba impreg­nado de agua después de una lluvia torrenciar. El poniente rojo atrave­saba el follaje y pintaba de color ro­sa los troncos blancos de los árboles. Encontrábame cansadísimo, apenas podía con mi alma.

Faltaban a1 · cinco o seis kilóme-

30

(Continuación de la pág. 29 -)

tros para llegar a mi casa, cuando repentinamente percibí delante de mi un gran perro negro. Al cruzar­nos, el perro miróme fijamente a la cara y siguió corriendo. ·

-¡Qué hermoso animal!-pen­sé-. ¿ De quién será?

Volví la cabeza. El perro estaba parado a unos diez pasos y me con­templaba sin apartar los ojos. Nos quedamos así algunos momentos ob­servándonos mutuamente; en fin, el perro, halagado por mi atención, acercóse a mí meneando el rabo

Yo seguí mi camino; el perro .de~ trás.

-¿ De quién será? ¿Cómo ha venido a parar al bosque?

Y o conocía a todos los propieta­rios de la comarca, y sabía que ningu­no de ellos poseía un perro seme- ~ jante. ¿C ómo había venido a parar a este bosque, a un camino por don­de no pasaba nadie y que sólo utili­zaban los leñadores? Me repetí que no podía haber~e extraviado, porque no era un camino para personas po-seedoras de perros de lujo. ·

Sentéme en un tronco a descan­sar, y entretanto examinaba a mi comp<}ñero, que se había echado frente a mí y clavaba su vista en mi rostro . Miróme largo rato sin pestañear. No sé si bajo el influjo del silencio que me rodeaba, o por el cansancio que me .deprimía, sentí un malestar extraño ante la mirada f ija de aquel perro para mí deseo-· nocido. M e acordé de Fausto y de su bull dog y de que las personas ner­viosas suelen tener alucinaciones a consecuencia de una gran fatiga. Me levanté bruscamente y proseguí rá­pido mi ruta. El perro detrás ..

-¡Vete!-le grité. Mi voz debió ser del agrado del

animal, porque al oirme dió Ún sal­to alegre y echóse a correr delante de mí.

- ¡ Vete !-le grÍté nuevamente.' El perro volvió la cabeza, miró­

me otra vez y, satisfecho, meneó _el rabo.

Era evidente que no · me temía. Lo más natural era que yo lo aca· riciase; pero el recuerdo del bull dog de Fausto no me abandonaba, Y un sentimiento me torturaba. ~ntre tanto obscureció del todo; mi tur· bació~ aumentó, y cuando el perro se acercó y me tocó co~ su rab:~~: .rré cobardemente los OJOS, repi dose. la misma historia que en otro tiempo se había verificado con la l~­cesita del campanario Y con el vago~ de mercancías: perdí la cabeza y eche

a ci:e~~ . encontré un huésped, uñ antiguo amigo; después de saluda:· nos contóme que el cochero se equ1· vocó de camino y le hizo atravesar un bosque, en el cual hubo de e~tra­viársele un hermoso perro.

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DEL GRAN PERFUMISTA PARISIEN

PRIMER PREMIO: UN VIAJE A PARIS con pasaje de ida y vuelta en Primera Clase•en uno de los lujosos vapores de la Compañía Tr:>satlántica Francesa,- incluyendo hospedaje durante quince

dias en uno de los mejorés hoteles de la gran capital francesa. ·

(El viaje podrá efectuarse dentro de los tres me~~s posteriores a la terminación del concurso pudiendo · cederse la opción a algún familiar o amigo, aunque no podrá venderse)

VEINTE Y CUATRO PREMIOS consistentes en lujosos frascos de perfumes "ARYS" y o~je­tos de arte, todo!'. de fabricación francesa a los que, ocupen aproximaciones al primer premio.

BASES DEL Para participar en el concurso será requisito indispensable dirigir:nos ha jo sobre cerrado una hoja de papel, después de haber copiado en ella las preguntas que aparecen en el cupón que insertamos al pié de esta plana, con sus respues­tas correspondientes, o si se desea puede utilizarse el cupón para más comodidad de los concursantes, enviándolo tam­bién bajo sobre cerrado.

IMPORTANTE - Y a que este concurso y sus premios son reservados EXCLUSIVAMENTE a los consumido­res de "ARYS", para probar serlo será INDISPENSA-­BLE pegar sobre la hoja o al respaldo del cupón la tapa de abajo de una caja de polvo de "ARYS" o una de las pequeñas etiquetas que llevan sus po~os en que aparecen el nombre de "ARYS".

Las cartas o cupones que no llenen estos requisitos o que no estén redactadas con claridad, no serán aceptadas en el

PERFUME TRIUNFADOR será considerado aquel cu­yo nombre aparezca en mayor número de cartas o cupones en contestación a la primera pregunta.

CONCURSO H. PRIMER PREMIO Y LOS SUBSIGUIENTES­tocarán por orden de mayor aproximación a las personas que despues de haber acertado el nombre del perfume triun.fadpr (segunda pregunta) y el que más se acerque al núln.ero de votos que obtendrá el perfume triunfador en la tucera pregunta..

ESTE CONCURSO empezará a regir el .día 15';de Fe­brero y tern,ina¡rá el 15 de Abril de 1925.' El escrutinio se efectuará con las cartas y cupones que se reciban hasta esa fecha inclusive. Todos los sobres para ei concurso permanecerán cerrados hasta el día 20 de Abril en que sé celebrará el escruti­nio ante notario, efectuándose la c1asificación' correspon­diente.

El resultado del escrutinio con el, nombre y la dirección de las personas agraciadas se publicará en el número de CARTELES correspondiente al día 10 de Abril de 1925. Los que obtengan estos premios podrán pasar a recogerlos en seguida, y de residir fuera de La Habana estos le serán remitidos por expreso.

NOMBRES DE LOS PERFUMES DE "ARYS"

Y SU TRADUCCION.

"Secret de Arys" (Secreto de Arys). "Le Bonheur dans l'Air" (Dicha en el Aire) . "Un Jardín la Nuit" (Un Jardín de .Noche) . "L'Amour dans i'Coeur" (Amor en el Corazón) . "Parlez-lui de Moi" (Háblele de mí) . "Vouloir c'est Pouvoir" (Querer es Poder) .

"L'Heure Heureuse" (La hora feliz") . "Fox-Trot" (Fox-Trot) .

"Premier Oui" (Prime sí) .

"Faisons un Reve" (Soñemo1) .

"Un Jour Viendra" (Un Día Vendrá).

"L'Anneau Merveilleux" (Anillo Milagroso). "Rose sin Fin" (Rosa sin Fin).

"Faites-lui mes Aveux" (Dígale mi cariño) . "En Fermant les Yeux" (Cerrando los Ojos)

"Ambar" - "Chypre" - "Violeta" - "Jazmín" - "Lilas" - "Muguet" "Heliotropo" - "Cyclamen" - "Iris" - "Clavel"

Si usted no encuentra en lugar donde reside los productos "ARYS" y para cualquiera aclaración !')ertinente a este concurso, pida informes a

AGENCIA "ARYS" SAN RAFAEL NUM. 1, (Altos) HABANA, TELEFONO A.5766

1.-El perfume de "ARYS" que más me gusta es . . . . . . . . . .

2.-El que alcanzará mayor número de votos será . .

3.-La cantidad de votos que obtendrá el perfume triunfador será

Mi nombre es . . . .

Dirección

Escriba con letra clara, los detalles, nombre y ciirección, bien en carta aparte o utilizando 'F.te cupón con su etiqueta de "ARYS" o respaldo de caja de polvos, se~ se expresa anteriorn;iente y envíesc h~jo sobre cerrado.