laregladevida-septiembre2013

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    Equipos de Nuestra SeoraCurso 2013-2014

    Nmero especial

    La Regla de vida

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    Con licencia eclesistica.Edita: E.N.S.

    c/ San Marcos 3, 1-128004 Madrid

    Tel./Fax: 91 521 62 82D. L. B 28055-1965

    Impresin: Imagraf

    Nmero especialLa Regla de vida

    NDICE

    Presentacin ..................................................................................................... 4

    Etapas recorridas .............................................................................................. 5

    Qu es la Regla de vida?.............................................................................. 6Mstica de la Regla de vida........................................................................ 8

    La eleccin de una Regla de vida ................................................................. 9Textos de apoyo ................................................................................................ 13

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    4 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    Presentacin

    Los Equipos de Nuestra Seora propo-

    nen una pedagoga muy concreta parael progreso en la vida espiritual y hu-mana, que ayuda a los matrimonios aseguir en pareja el camino trazado porCristo. Esta pedagoga se basa en trespilares: las Orientaciones de Vida, losPuntos Concretos de Esfuerzo y una

    Vida de Equipo.

    En este curso 2013-2014 el Movimientovive el 2 ao de las orientaciones reci-bidas en la Carta de Brasilia: Atreversea acoger y a ocuparse de los hombres.En este contexto, el Equipo Responsa-

    ble Internacional reunido en julio enBurdeos ha propuesto la Regla de vida

    como punto concreto de esfuerzo a cul-tivar especialmente.

    La mayora de los Puntos Concretosde Esfuerzo conciernen a la pareja yson comunes para todos los miembrosde los equipos. Sin embargo, la Reglade vida concierne particularmente a

    cada uno de los esposos y abre el ho-rizonte a cualquier aspecto que puedahacer progresar el perfeccionamientode cada cnyuge, respetando su propialibertad, sus diferencias espirituales ohumanas, as como el nivel de fe:

    La Regla de vida consiste en fijarseaquel o aquellos puntos en los cualescada uno de los miembros de la pareja

    decide personalmente concentrar susesfuerzos, con el fin de continuar mejoren su direccin de crecimiento y res-

    ponder con alegra a la llamada de amorque Dios les hace.

    En el curso de la historia de los Equiposde Nuestra Seora, los Puntos Concre-tos de Esfuerzo han conocido muchosajustes, a fin de hacerlos ms eficaces. LaRegla de vida, especialmente, ha teni-

    do varias definiciones distintas. Hemoselaborado este complemento al tema deestudio del ao persiguiendo un dobleobjetivo: el primero, clarificar y unifi-car el concepto de lo que es la Regla de

    vida; el segundo, recoger el sentir delERI que quiere revaluarla para que seacomprendida y practicada con ms faci-

    lidad en este prximo curso.No es un documento nuevo y original,sino una composicin a partir de textosexistentes, y en concreto:

    LaGua de los Equipos de Nuestra Seora.

    El documento oficial del ERI sobre laRegla de vida (1999).

    El documento La mstica de los PuntosConcretos de Esfuerzo y la participacin(2011), del Equipo Satlite de Pedago-ga, del ERI.

    Textos recopilados del material de pi-lotaje de la SR de Italia.

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    LA REGLA DE VIDA 5

    Estamos seguros de que los equipistasencontrarn en las pginas siguientesun material de utilidad para profundi-

    zar en la mstica y la ascesis de la Reglade vida, un punto de esfuerzo que nosaboca realmente a vivir encarnadamen-te la espiritualidad conyugal y nuestrarelacin con el prjimo.

    Pamplona, agosto de 2013Jos Antonio y Amaya

    Marcn-Echandi/ P. Gabriel Larraya ofm.capResponsables de la SR Espaa

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    6 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    Etapas recorridas

    Resulta difcil comprender bien lo que

    representa la Regla de vida, sin cono-cer las etapas que han llevado progre-sivamente a definir de una forma msadecuada el conjunto de los PuntosConcretos de Esfuerzo.

    1.- A lo largo de los primeros aos delmovimiento, la regla (que todava no

    se denominaba Regla de vida) com-prenda algunos puntos que se consi-deraban importantes para encuadrarla vida espiritual de las parejas de losEquipos de Nuestra Seora. Esos pun-tos consistan en: la frecuencia de lossacramentos de la Penitencia y de la Eu-carista, la oracin personal y familiar,

    as como unos primeros esbozos deldeber de sentarse.

    2.- En 1947, la Carta propone una se-rie de obligaciones para orientar yrespaldar los esfuerzos de los hogares.La primera de esas obligaciones era lade fijarse una regla de vida, para evitar

    la fantasa e incluso el caos en la vidaespiritual de la pareja. Esta regla devida (cada esposo debe tener la suyapropia), no es otra cosa que la determi-nacin del tiempo y lugar que cada unoconsidera reservar para la asistencia ala misa, al sacramento de la peniten-cia, a la oracin, a lo espiritual. Losaspectos humanos de la vida de pareja,no se haban tenido en cuenta todava.

    Recordemos, tambin, el importantepapel que se daba al sacerdote comodirector de conciencia que aconse-

    jaba y controlaba.

    3.- En 1970, la Regla de vida vuelve aser definida de una forma ms amplia (apartir de entonces, se tienen en cuentalos aspectos espirituales y humanos dela vida en pareja) y hace un llamamien-to especial a la conciencia personal. No

    solamente la oracin y la frecuencia asi-dua a la Palabra se desgajan del mbitode la regla de vida, para convertirse enPuntos Concretos de Esfuerzo inde-pendientes, sino que adems se exigeque la ascesis cristiana entre a formarparte de la vida de todo miembro de losequipos, de manera que cada uno sea

    responsable de su propia evolucin. Laascesis no debe interpretarse en el sen-tido estrecho de medio de mortifica-cin, sino ms bien como el sentido decrecimiento humano y espiritual quecada uno sigue bajo la inspiracin delEspritu Santo.

    4.- En 1976, en el documento Qu esun Equipo de Nuestra Seora?, se enun-cia el punto concreto de esfuerzo comofijarse una regla de vida y revisarla to-dos los meses. Se refuerza la libertadde fijarse personalmente y en parejauna orientacin de crecimiento: Losequipos de Nuestra Seora no impo-nen a sus miembros ningn tipo deter-minado de espiritualidad: lo nico que

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    LA REGLA DE VIDA 7

    pretenden es ayudarles a comprome-terse en familia en el camino trazadopor Cristo. Pero este deseo de fijarse

    una direccin de crecimiento y escogerlibremente las Orientaciones de Vida,no bastan por s solos. Debemos des-confiar de quedarnos slo con nuestra

    buena voluntad. Es importante, en esteaspecto, contar con la ayuda mutua delos dems miembros del equipo: es loque se conoce por Participacin en

    las reuniones mensuales.5.- En 1988, el Movimiento adopta untercer documento fundamental, El se-gundo aliento, con el objetivo de ayudara los equipos a encontrar nuevos moti-

    vos de nimo y de orientacin para vivirlas aspiraciones de los ENS con toda

    la esperanza y vitalidad. Este segundoaliento percibe que en los Puntos Con-cretos de Esfuerzo no hay dispersin niarbitrariedades: tienen una profundacoherencia interior, una lgica que losune y encadena, y les da un sentido deconjunto. Los Puntos Concretos de Es-fuerzo, al ser asumidos, van a provocar

    un nuevo pensar, sentir y actuar, crean-do en nosotros actitudes de vida quepersiguen descubrir la verdad sobrenosotros mismos y sobre la voluntad deDios, para as aumentar nuestra capaci-dad de acogida y comunin.

    El Movimiento reconoce que, entre laspersonas que lo integran a lo largo delmundo, las diferencias son muy gran-

    des, tanto en el plano espiritual como enel humano. Tambin es importante evi-tar la dispersin de esfuerzos, as como

    la sobrecarga de compromisos que pue-da llevar al desnimo. Por ello no propo-ne ms Puntos Concretos de Esfuerzoal conjunto de sus miembros, dejandoque cada miembro emprenda iniciati-

    vas personales que le lleven ms lejos. Elmedio es: Fijarse una regla de vida, quees una invitacin a trabajar en la unifica-

    cin de la personalidad y a encontrar laverdad de lo que somos.

    Qu es la Regla de vida?

    A menudo olvidamos que lo que el Se-or nos pide es que respondamos cada

    da a su proyecto de amor y a su volun-tad sobre nosotros (nuestra autnticafelicidad), para transformar nuestra

    vida en un verdadero encuentro conl. Es en esta ptica que el Movimientopropone la Regla de vida como uno delos Puntos Concretos de Esfuerzo.

    La Regla de vida es la bsqueda de unobjetivo preciso con el cual empearseen la relacin con Dios y con el prjimo;objetivo hacia el cual tender de modoparticular durante un cierto tiempo,hasta construir un hbito o actitud (unmes, seis meses, un ao, incluso ms).De esta forma, con un objetivo preci-so, se conseguir progresar en el creci-miento humano y cristiano adecuando

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    8 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    el paso a los descubrimientos hechospoco a poco, y estimulados por los pe-queos xitos conseguidos. Por su na-

    turaleza, la Regla de vida es de carc-ter personal.

    La Regla de vida queda inscrita en lalgica de los dems Puntos Concretosde Esfuerzo. As, la Escucha de la Pala-

    bra y la Oracin personal le harn entraren contacto y dilogo con Dios, toman-

    do una mejor conciencia de nuestrarealidad en la verdad. El contacto per-sonal con Dios por medio de la Palabraes el cimiento de toda vida espiritual.Gracias a la oracin descubrimos y aco-gemos, da tras da, el proyecto concre-to que el Seor tiene sobre nuestra per-sona y nuestra pareja. As percibimos

    mucho mejor lo que eventualmentepuede oscurecer la voluntad, y por tan-to, lo que debemos mejorar o cambiaren nuestro comportamiento. De estaforma, haremos un examen personalque nos permitir hacer una mejor elec-cin de nuestra Regla de vida.

    Cuando se practican con asiduidad lalectura de la Palabra y la oracin perso-nal, la Oracin conyugal se convierte,de alguna forma, en la expresin de am-

    bas oraciones individuales hacindolams fcil y ms real, al haberla hechoms profunda. La oracin conyugal noshace percibir mejor a cada cnyuge elproyecto que Dios tiene sobre cada uno,contribuyendo as a construirnos un

    proyecto ms coherente y, sobre todo,ms dinmico de nuestra vida de pareja,percibiendo mejor las diversas reglas de

    vida posibles.

    El Deber de sentarse (que se hace en lapresencia del Seor) es una forma con-

    yugal del examen personal que debe di-rigir la eleccin de una Regla de vida ydesemboca en las decisiones concretasde progreso para el matrimonio y la fa-

    milia. Lo mismo el Retiro anual reali-zado en pareja es una ocasin para elresurgimiento espiritual ms preciso

    y de una puesta a punto ms profunda.Frecuentemente es tambin una posi-

    bilidad de mejorar el conocimiento delpensamiento divino y de las enseanzasde la Iglesia que, a menudo, tenemos de

    una forma fragmentaria o incompleta,por no hacer correctamente las lecturasde la Palabra, o por dejarnos influir porlos medios de comunicacin. Este reti-ro puede servir como examen generalde vida para relanzar nuestro caminode crecimiento.

    Mstica de la Regla de vida

    No se debe subestimar el valor de unaregla de vida, ni minimizar su importan-cia, pues ella abre horizontes personalesque pueden ayudar a cada uno a dar unpaso ms para responder al amor y ala llamada de Dios. No se puede olvidarque es grande la alegra en el cielo cuan-

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    LA REGLA DE VIDA 9

    do alguien da un pequeo paso en la di-reccin adecuada. As, en lugar de ser unpequeo punto concreto de esfuerzo,

    marginal y limitado, la Regla de vidainterpela directamente nuestra libertadde amar ms. Adems, es urgente quelos matrimonios cristianos de hoy sean

    verdaderos testimonios de adhesina la Palabra de Dios, tanto por sus con-

    vicciones personales como por su cohe-rencia de vida.

    Hay una palabra que aparece con fre-cuencia en los escritos del padre Caffa-rel: exigencia. l nos recuerda, enmuchos textos, su conviccin ntima deque al amor de Dios por el hombre, stedebe responder con un amor igualmen-te radical. La vida cristiana es exigente,

    pasa por la Cruz. Y, dirigindose a losmatrimonios, l los exhorta as: No hayvida cristiana sin exigencia. Como per-sonas y como parejas, en su amor y en sumisin, sed exigentes y nunca quedareisdecepcionados.

    La Regla de vida es un poderoso

    medio de conversin y renacer cons-tante, como lo refleja la afirmacinde lvaro y Mercedes Gmez-Ferrer,antiguos responsables del ERI, en sudocumento Mstica de los Puntos Con-cretos de Esfuerzo y la participacin:Antes de fijarse una regla de vida senecesita conocerse, conocer las pro-pias debilidades, las heridas, los pun-tos sobre los que necesitamos traba-

    jar. Los dems nos pueden ayudar aescoger esa regla. El equipo tambinpuede ayudarnos porque podramos

    tratar de evitar asumir nuestra pro-pia responsabilidad. Se necesita com-prender que un camino espiritual noes siempre de un progreso continuo.Es un comenzar y recomenzar ince-sante. Por eso es que debemos revisarperidicamente esa regla.

    Una Regla de vida ayuda a modelarnuestra voluntad, no solo en la vida dia-ria sino en la vida espiritual, hacindo-nos menos impulsivos, menos egostas,ms unidos a las necesidades de nuestroalrededor. Con ella nos esforzamos paraalcanzar objetivos concretos a travs demedios concretos, ya sea por la profun-

    didad de nuestra vida de oracin perso-nal, conyugal o familiar, ya sea por la co-rreccin de malos hbitos u omisiones.El crecimiento espiritual obtenido a tra-

    vs de la Regla de vida nos puede traerms paz y serenidad, y esto ser un signode venida del Reino.

    La eleccin de unaRegla de vida

    Para que la Regla de vida escogidasea realmente la que mejor convengaa nuestro crecimiento, se requiere quehagamos un esfuerzo para conocernosa nosotros mismos. Necesitamos en-tonces, reflexionar y rezar, e incluso

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    10 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    pedir consejo. Una reflexin seria ba-sada en la oracin y en la meditacinpuede ofrecernos pistas importantes

    que nos ayudarn en esa eleccin. Si laRegla de vida tiene por objetivo lle-varnos a progresar en la vida cristiana,se necesita de un esfuerzo en una tri-ple direccin:

    Liberarse (de qu?)

    Alimentarse (con qu?) Ejercitarse (en qu?)

    La Regla de vida no puede ser igualpara todos, ya que somos diferentes.Dios tiene un proyecto para cada uno denosotros, que no siempre es fcil de en-

    tender. A travs de pasos cortos de cre-cimiento y desarrollando reglas de vidaapropiadas, gradualmente vamos amol-dando nuestra vida al plan que Dios tra-z para nosotros.

    ALGUNAS SUGERENCIAS PARA AYUDAR

    A ELEGIR UNA REGLA DE VIDA

    Abrirse al amor de Dios, por laoracin. Al sentirnos amados, nos ha-remos ms exigentes con nosotros mis-mos y esto nos impulsar a transformarnuestra vida. Para el desarrollo de una

    verdadera capacidad de escucha y dedilogo con Dios se necesita un tiempofuerte de oracin, en el que el Seor nosilumine sobre las decisiones concretas

    a tomar. Muchos equipistas escogen suRegla de vida durante un retiro espiri-tual.

    La Regla de vida es personal yapuntar, siempre que sea posible, alo esencial. Cada cnyuge es invitadoa fijarse una Regla de vida personal,que no debe limitarse a conseguir soloel progreso individual, sino el del matri-monio y de la vida familiar y social. Se

    trata, por lo tanto, de saber desarrollarnuestros dones y cualidades persona-les, as como poder corregir algunos denuestros puntos dbiles, para que se

    beneficien de nuestra mejora cuantosconviven con nosotros o tenemos cer-ca. Cuando se hace difcil definir unaregla de vida, muchas veces el cnyuge,

    el consiliario espiritual o un compae-ro de equipo nos puede orientar o in-dicarnos las tendencias que debemoscombatir, los dones que podramos de-sarrollar, un progreso que, segn ellos,podramos hacer. Pero sobre todo ha deser la propia conciencia, madura y for-mada, la que asegure esta eleccin con

    libertad. Flexible y exigente. La Regla de

    vida no es un fin en s misma, sino unmedio; algo para progresar. Por estarazn, debe limitarse a ser razonable yaccesible (hay que evitar ser demasiadoambiciosos). A su vez debe ser flexible yexigente. Flexible, para poder ser adap-tada, o incluso cambiada, segn la rea-

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    LA REGLA DE VIDA 11

    lidad vivida; y exigente por ser esencialen nuestra vida. La Regla de vida debeser simple, precisa y, por qu no, escri-

    ta, para recordarla mejor.

    La Regla de vida debe revisarsemensualmente. Es saludable, mes trasmes, darse cuenta del progreso realiza-do y del camino recorrido, as como delas dificultades encontradas en ese ca-mino. Esto ayuda a estimular el ingenio.

    Se cambia la Regla de vida cuando seha logrado un progreso, evitando la ten-tacin de posponer el cambio de una enla que se alcanz xito por otra que pue-de resultar un desafo mayor y necesariapara nuestro crecimiento.

    La Regla de vida en el seno de la

    pareja. Cada cnyuge debe tener supropia Regla de vida y puede concer-nir a temas muy diversos, como son losreferentes a la conciencia individual,ntima de cada persona, y a otros quese refieren a aspectos ms prcticos dela vida conyugal o familiar. En estos l-timos la complicidad y la ayuda mutua

    entre los esposos pueden ser muy efi-caces, mientras que en los campos dela conciencia ntima, la discrecin debeser preservada.

    Buscar consejo. La experiencia de-muestra que somos malos conocedo-res y jueces de nosotros mismos; quea veces necesitamos vernos con losojos de los dems. Ser cristiano signi-

    fica tener humildad para pedir ayuday consejo. Nadie puede sustituirnospara fijarnos nuestra Regla de vida,

    pero aquellos a quienes el Seor nos hapuesto al lado, nos pueden indicar unatendencia a combatir, un don a desa-rrollar o los progresos que segn ellospodemos hacer: El cnyuge: la Sentada es un momen-to propicio. El consiliario o el confesor: que nos

    ayuda a discernir lo esencial para nues-tra vida espiritual y propone mediospara mejorarla. Nuestro Equipo: participar nuestraRegla de vida no es obligatorio peropuede ser ocasin de dejarse ayudar, yaque los dems nos conocen mejor de loque pensamos.

    Cmo vivir la participacinsobre la Regla de vida en la reuninde equipo?Es importante respetar la personali-dad y la evolucin humana y espiri-tual de cada uno. No es convenientecompartir el contenido de una regla

    de vida relacionada con aspectos nti-mos y personales. No obstante, siem-pre ser til, en la reunin de equipo,conocer si los dems siguen su reglade vida y se esfuerzan en mantenerla,para animarse mutuamente y ayudar-se con la oracin de los unos por losotros. La participacin sobre la Reglade vida, ms que correccin fraterna,implica escucha y acogida, compren-

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    12 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    sin y compasin, disculpa y perdn,bsqueda compartida e imaginacin y,sobre todo, animacin.

    ALGUNOS EJEMPLOS DE REGLA DE VIDA

    Es muy difcil presentar ejemplos de re-glas de vida que puedan corresponder ala direccin personal de crecimientoas como a la personalizacin de cadauno. Los ejemplos que se dan a conti-

    nuacin pueden dar algunas pistas deorientacin, as como los procedimien-tos que puedan ayudar a acertar consu eleccin. Evidentemente, cada unodebe hacer esa eleccin en plena liber-tad, tanto en sus mtodos como en suseguimiento.

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    LA REGLA DE VIDA 13

    CAMPO ORIENTACIN APLICACIN

    Vida espiritual:

    Por ejemplo, dificultad para

    encontrar tiempo suficiente

    para hacer oracin.

    Decisin de estar ms dis-

    ponibles a las llamadas del

    Seor.

    Levantarse, cada da, un

    cuarto de hora antes para

    hacer oracin en condiciones

    ptimas.

    Formacin espiritual:

    Dificultad para comprender

    textos de la Biblia, en su ade-

    cuada interpretacin.

    Voluntad para mejorar sus

    propios conocimientos.

    Obligarse a leer comentarios

    sobre los Evangelios. Comu-

    nicar los descubrimientos al

    cnyuge e hijos.

    Vida conyugal y familiar:

    Dificultad de prestar aten-

    cin a los dems, cuando se

    vuelve a casa despus del

    trabajo.

    Esforzarse en el sentido

    de pertenencia a un movi-

    miento de Iglesia.

    Tomarse un tiempo para la

    convivencia y la escucha, aun-

    que se est fatigado.

    Vida de Equipo:

    Ausencia de verdaderos con-

    tactos con otros equipos.

    Mejorar el sentido de perte-

    nencia a un movimiento de

    Iglesia.

    Participar en los encuen-

    tros regionales. Unirse en las

    oraciones al responsable desector. Tener contactos con

    equipos prximos. Leer y co-

    mentar la Carta.

    Vida profesional:

    Dificultad para conocer con

    profundidad a sus compae-

    ros de trabajo.

    Considerar a los dems

    desde el punto de vista de

    que son personas.

    Tomar ms en cuenta las

    dificultades o problemas de

    esos compaeros. Practicar

    la compasin. Hablarles de lo

    que nos hace vivir.

    Vida religiosa:

    Fcil crtica hacia la Iglesia y

    su jerarqua y orientacin.

    Amar y hacer amar la Igle-

    sia.

    Leer y hacerse explicar las

    enseanzas de la Iglesia. Ser

    ms acogedores con los sa-

    cerdotes y religiosos.

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    14 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    LECTURAS BBLICAS QUE AYUDAN A LA

    HORA DE ELEGIR LA REGLA DE VIDA:

    Elogio de la Ley Divina (Salmo 119)

    Las Bienaventuranzas (Mt 5, 3-12)

    Dilogo con Nicodemo (Jn 3, 1-21)

    La Vid y los sarmientos (Jn 15, 1-17)

    Captulo 12 de la Carta a los Romanos

    El gemido de la creacin y de los cre-yentes (Rom 8, 18-26)

    Entrega de Pablo a Cristo hasta la metaen Fil 3, 9-17

    Exhortacin de Pablo en1 Cor 15, 57, yparalelos (Jn 3,5s;1 Cor 6,8s;2 Cor 5,1-10)

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    LA REGLA DE VIDA 15

    Textos de apoyo

    DISCURSO A LOS EQUIPOS ANTE EL

    CARDENAL JULLIEN

    He de mencionar aqu, al final de estalarga enumeracin de ayudas que laCarta ofrece, un medio de progresarque tiene entre nosotros un lugar dehonor: pararnos peridicamente parasituar nuestra vida bajo la luz de la vo-

    luntad de Dios, para verificar, desde lalealtad y la generosidad, en qu medidapermanecemos fieles, para precisar lasmedidas que nos permitirn respondermejor:

    A nivel individual: Este mtodo en-cuentra su aplicacin en la Regla de

    vida. La Carta, que se ofrece a hogaresmuy diferentes en edad, cultura y for-macin espiritual, slo puede proponerun programa mnimo. Tambin pideque cada miembro se d a s mismo unreglamento de vida que determine lasobligaciones que l crea que se debe im-poner para responder mejor a la llama-

    da del Seor. A nivel de pareja, es el famoso Deberde sentarse.

    A nivel de equipo es la reunin de finde ao, llamada Balance, donde confranqueza y buena voluntad se acuer-dan aquellos cambios que convieneadoptar, los pasos que en adelante hay

    que proyectar para que la Vida de Equi-po progrese en el plano de la oracin, delestudio y de la amistad fraterna.

    P. Caffarel. II Encuentro Internacional,Roma 1959

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    16 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    LAS EXIGENCIAS DE CRISTO VAN

    VERDADERAMENTE LEJOS

    Este Cristo no desalentara a las almasde buena voluntad?

    Sin duda, al presentrsenos este ideal entoda su brillante pureza, l quiere queajustemos nuestra vida a l, pero quiere

    tambin, y antes que nada, que confron-temos nuestra manera de pensar y devivir con sus exigencias, para que descu-bramos todo lo que en nosotros las re-chaza, las contradice, para que, en unapalabra, nos concienciemos de nuestracondicin de pecadores.

    Y no ser eso lo que nos incomoda tancruelmente? Tenemos tanta necesidadde estar satisfechos con nosotros mis-mos, de poder aprobar nuestros actos;por otra parte, si abrimos el Evangelio,quedamos obligados a confrontarnos.

    El ideal evanglico es difcil de realizar,

    es cierto. Pero antes debemos aceptarlo,adherirnos a l, reconociendo hasta qupunto estamos alejados de l; cuandoqueremos con toda sinceridad confor-mar nuestra vida al Evangelio, la graciadel Seor vendr en nuestra ayuda.

    P. Caffarel - Carta mensual de los Equiposde Nuestra Seora, nov. 1963

    OTRA VEZ LA ASCESIS

    Si sabis amar, sabis lo que es la asce-sis. Quienes aman, practican necesaria-mente la ascesis. Ya que la ascesis no esuna exigencia arbitraria de un predica-dor taciturno, sino que es la exigenciafundamental del amor. No hay medalla

    sin reverso, no hay moneda que no ten-ga cara y cruz: amor y ascesis son las doscaras de la misma realidad.Jams progresar en el amor del otrosi no mortifico el amor de mi mismomientras contine siendo vivo y exigen-te. En efecto, no me es posible dar y to-mar al mismo tiempo, tener una actitud

    fundamental de entrega de m mismoy obedecer a mi codicia, ser oblativo ycaptativo, comprometerme y reservar-me, tener mi polo en m y en el otro.

    [] Ama a tu esposa, a tu marido y deseaamarle ms cada da; porque no existeamor en el corazn que diga ya es sufi-

    ciente y no desee amar siempre ms ymejor. No obstante comprobad que mu-chas cosas os frenan, entorpecen, ami-noran el arranque de amor. Por ejemplo,en la conversacin est esa necesidad deno ceder, de tener siempre razn; cuandosuena el telfono, la secreta esperanza deque estorbar al otro antes para contes-tar; el demonio del silencio que os impideentregar lo mejor de vosotros mismos,

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    LA REGLA DE VIDA 17

    por ejemplo, con ocasin de la oracinconyugal. Y todas esas impaciencias

    [] Sera bueno que os interrogaraistambin sobre las relaciones con los hi-

    jos. Cuntos reproches os los dicta ms

    el amor propio herido y no una verdade-ra ternura! Pero basta, el terreno es de-masiado amplio...

    He logrado demostrar que todo amorimplica una exigencia de ascesis, enten-dindola como una preocupacin, un ani-moso esfuerzo, leal, inteligente, metdi-

    co, perseverante, para mortificar el egos-mo que incesantemente estorba al amor,para cultivar en nosotros todo cuanto noshar acceder a un mayor amor?

    Y si el amor humano exige la ascesis,con cunta ms razn el amor a Dios!

    P. Caffarel, editorial de mayo de 1972

    LOS MEDIOS CONCRETOS DE ESFUERZO

    Los matrimonios practican estos me-dios teniendo en cuenta tres lneas di-rectrices:

    La gradualidad: El Seor nos esperaall donde estamos. No hay que quemar

    etapas ni forzar los tiempos; se trata deprogresar desde la situacin en que cadauno se encuentra.

    La personalizacin: No es posible elmismo ritmo para todos, pues la evolu-cin de este caminar es personal y dela pareja. Estos medios no se han dado

    para desanimarnos, sino como fuentede inspiracin y ayuda a lo largo de lavida.

    El esfuerzo: Lo mismo que no hayamor sin momentos de encuentro, nihay oracin sin momentos fuertes dedilogo y escucha, no hay conversin

    personal y de pareja sin una decisinde concretar los deseos difusos deprogresar, en acciones determinadasque modifiquen la vida y que nos vayanconstruyendo da a da.

    El Segundo Aliento, 1988

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    18 ENS/TEMA DE ESTUDIO

    LA REGLA DE VIDA

    COMENZANDO UN NUEVO EQUIPO

    Un alpinista no debe estar sobrecarga-do con equipaje innecesario. Debe De lamisma manera, en nuestra subida haciaDios, tenemos tres exigencias semejan-tes:

    Deshacernos de toda carga innecesaria. Una dieta bien balanceada de alimen-to espiritual.

    La necesidad de seguir en el camino dela santidad.

    En la medida en que subimos a la mon-taa del Seor (Salmo 23) necesitamoshacer pausas a intervalos regulares ycuestionarnos acerca de esas tres exi-gencias. Hay cosas de las que estamosinconvenientemente amarrados? Es-tamos tan absorbidos por el trabajo opor alguna aficin que no hemos tenido

    tiempo para la familia? Hemos alimen-tado suficientemente nuestra vida es-piritual? Deberamos ir a Misa con msfrecuencia? Hacemos lecturas espiri-tuales? Cules son nuestras debilida-des? Cmo podemos luchar para supe-rarlas? Qu dones recibimos que Diosquiere que desarrollemos?

    Sper Regin EE.UU.

    LA REGLA DE VIDA. TESTIMONIOS

    DE MATRIMONIOS

    El desarrollo espiritual se traduce engestos, en obras, para que nuestra fe nose limite a un hecho ntimo, casi a unarelacin sentimental entre nosotros yDios.

    En la Regla de vida de una persona ca-sada no debe perderse de vista el hechode que este camino se hace en pareja, yque es hermoso caminar juntos en lamedida de lo posible.

    Habitualmente, cuando cumplimos elDeber de sentarnos, hacemos balance

    de nuestra vida de pareja y de familia,vemos cmo hemos recorrido el mesexaminando nuestra relacin personal,conyugal y familiar con Dios, nuestrasrelaciones interpersonales en pareja yen familia; y despus, nuestra insercinen la sociedad y en la comunidad ecle-sial, nuestro compromiso de testimo-

    nio cristiano.Tras este Deber de sentarnos resulta tilponer por escrito los puntos que cadauno de nosotros quiere proponersepara el siguiente mes: la llamada Reglade vida. Podremos por ejemplo:

    Fijar los momentos, eventualmente ellugar y la forma de la oracin que habre-

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    LA REGLA DE VIDA 19

    mos de hacer cada da: un programa queno sea demasiado ambicioso sino, porel contrario, que sea ciertamente posi-

    ble llevar a cabo con un poco de buenavoluntad. El cnyuge y el confesor po-drn ayudarnos a buscar la forma ms

    idnea de orar. Comprometernos a corregir un defec-to (uno cada vez) o mejorar un aspectode nuestro carcter, preferiblementedecidiendo con el cnyuge la modali-dad del propsito.

    Prestar ms atencin a los otros y asus deseos, concretando esta atencinen algo prctico, que puede ser, porejemplo, una mayor manifestacin deafecto, el respeto de los horarios, unmayor dilogo con el anciano que en fa-milia tiende a aislarse.

    Programar una jornada con horariosno demasiado estrictos, de suerte quequede espacio para imprevistos y para

    vencer la tentacin de buscar eficaciapor encima de todo: no dejarse dominarpor el ansia cotidiana.

    Fijar los compromisos semanales omensuales de participacin en la vidaeclesial y de servicio social.

    No es fcil establecer una regla. Pero siinvocamos al Espritu, no nos faltarciertamente su consejo y su ilumina-cin. El Espritu intercede por noso-tros con gemidos inefables (Rom 8:26);

    basta con que nos pongamos en actitud

    de escucha. Y si antes de cumplir el De-ber de sentarnos, se lo pedimos, l esta-r con nosotros, ser la tercera personapresente que nos ayudar e iluminar.Tal vez es precisamente por esto por loque debemos ahondar profundamenteen cada uno de nosotros que, incons-cientemente, dejamos a un lado esta

    Regla de vida. Precisamente aqu, eneste mundo interior, es donde nos en-contramos cara a cara con el Seor, sin

    velos, directamente; donde nuestroslmites no slo pueden captar la dimen-sin de los obstculos sino convertirseen puentes tendidos hacia el infinito,hacia Dios.

    He aqu entonces una doble dificultadpara poner en prctica laRegla de vida:la capacidad de mirar dentro de uno mis-mo y el encuentro sincero con el Seor.Una vez ms, el silencio, la capacidad dedetenerse, el deseo de aislarse por un

    breve perodo de tiempo, se conviertenen instrumentos indispensables parapoder intentar este viaje interior.

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    LA REGLA DE VIDA

    No todo se realiza en un instante, sinopoco a poco, como en busca de una nuevatierra, a veces todava virgen, a veces par-cialmente conocida... Atencin: precisa-mente aqu est el gran obstculo, el mie-do a no ser capaces de conseguir en no-

    sotros aquellos cambios que no tendranotras excusas que nuestra incapacidad.

    Ahora bien: esto no debe considerarsecomo un drama o una situacin para-lizante; ser necesario caer en la cuen-ta de que podemos apoyarnos en unapiedra que otros constructores han

    desechado, para que llegue a ser piedraangulardentro de nosotros.

    Carta END n. 55. SR Italia

    Queridsimos amigos: entre los puntosconcretos de compromiso hay uno quemuy frecuentemente se deja a un lado

    o se utiliza mal porque no entendemosbien su esencia y su finalidad. Nos refe-rimos a la Regla de vida.

    Si hacemos referencia a la Carta, en-contramos esta definicin: La Reglade vida (por supuesto, cada uno de losesposos tiene que tener la suya propia)no es otra cosa que planificar los es-fuerzos que cada uno quiere imponerse

    para mejor responder a la voluntad deDios sobre l.

    Indudablemente, no ser intil analizarlos diversos elementos de esta defini-cin, para intentar comprender mejor su

    sentido y profundizar en lo que implica. Responder mejor a la voluntad deDios. He ah el fin nico de nuestra vida.Decir responder significa hablar deuna propuesta recibida. En efecto, noolvidemos que Dios tiene siempre lainiciativa y que, por tanto, la Regla de

    vida es ante todo una respuesta, unarespuesta para amar mejor, para amarms. Por consiguiente, la Regla de

    vida se presenta como un medio paraque lo mejor est en el horizonte denuestra vida.

    Que cada uno quiere imponerse.

    Recordemos ante todo que la Reglade vida es personal, que puede no sercomunicada al propio cnyuge, si bienen ciertos momentos de nuestra vidade pareja puede ser conveniente y has-ta necesario tener una Regla de vidacomn.

    Quiere imponerse: proponerse unaRegla de vida es una decisin, un

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    acto libre. Nuestras vidas estn hechasde grandes decisiones y de pequeasdecisiones. Nos construimos median-te nuestras decisiones; y si tenemos la

    voluntad de amar cada vez ms, nues-tra decisin debe ser asumida, no aca-

    tada, y realizada en el paso del tiempo.La Regla de vida no es un buen pro-psito que se hace y pronto se abando-na: en el amor no hay pausa, y el nicomedio que tenemos para avanzar en elamor es no dejar nunca de tender a l:se alcanza no dejando nunca de com-prometerse!

    Planificar los esfuerzos. En una cartaa los nuevos equipos del ao 1971 podaleerse: Lo que hay que encontrar antetodo es la orientacin general de la pro-pia Regla de vida que en un segundomomento se concretar en los puntosde aplicacin.

    El Padre Varillon, jesuita francs quepredic muchos retiros, dice casi lo mis-mo: ms que una decisin prctica, esuna orientacin profunda. La eleccinde la Regla de vida es, pues, ms seriade lo que parece a primera vista.

    Encontrar la orientacin profunda de lapropia Regla de vida tiene en cuenta

    varios supuestos previos:

    Ante todo, es una cuestin de discer-nimiento ligada a nuestra psicologa, aun profundo conocimiento de nosotrosmismos; por consiguiente, es preciso to-mar el tiempo necesario para conocerseen profundidad, reflexionar, analizar

    nuestra situacin en toda circunstancia; Tambin es preciso orar para com-prender en qu sentido Dios quiere queevolucionemos: Haced todo lo quel os diga! (Gen 41,55; Jn 2,5); tenemosriquezas y talentos: es voluntad de Diosque prefiramos lo positivo a lo negati-

    vo: slo despus de haber aclarado lo

    positivo podemos aclarar lo negativo,es decir el vino que falta (Jn 2,3).

    Por consiguiente, cuando hayamos es-cogido esta orientacin profunda denuestra Regla de vida, podremos es-tablecer el punto exacto en el que cen-traremos nuestro esfuerzo, y respon-

    der as a la invitacin de Mara en Can:Llenad de agua las tinajas! (Jn 2,6)No se trata aqu de enumerar los ejem-plos de Regla de vida: se podranllenar pginas con aquello de lo quetenemos que liberarnos, con aquellode lo que tenemos que alimentarnos,con aquello en lo que debemos ejerci-tarnos.

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    LA REGLA DE VIDA

    La eleccin de la Regla de vida es unacuestin de proporciones. San Igna-cio, por otro lado tan exigente, escribimximas de suma prudencia. Dice: Notenis que forzar demasiado a vues-tro caballo en las primeras etapas; si lo

    forzis demasiado, lo reventaris, y noquerr seguir adelante. Y aade: Nohay que cargar demasiado la barca: aca-

    bar hundindose.

    Por tanto, es necesario que nuestrasdecisiones sean proporcionales a loque podemos pretender de nosotros

    mismos en el momento preciso. Loque de suyo es lo mejor, no es necesa-riamente lo mejor para m ahora. Elcriterio para una buena eleccin es lapaz y el gozo!

    Pero, una vez ms: nunca hay que per-der de vista el fin que se persigue: la

    bsqueda del verdadero amor, la bs-queda de la santidad. Ya en el siglo XVIIdeca Feneln que cien veces se prefe-rira hacer por Dios algunos grandessacrificios, pero la gracia del verdaderoamor se alimenta con la fidelidad en lascosas pequeas.

    As, pues, el compromiso que requierela Regla de vida es una pequea cosaque se repite en cada momento, que

    pone continuamente a prueba nuestroorgullo, nuestra pereza, nuestra vehe-mencia, etc. Se trata de ejercitarse enhacer extraordinariamente bien las co-sas ordinarias, como los sirvientes de lasBodas de Can.

    Benoit e Marie Odile Touzard MontSaint-Again - France

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    LA REGLA DE VIDA 23

    ROMANO GUARDINI. CARTAS SOBRE

    LA AUTOFORMACIN. LETTERA SETTIMA.

    LA LIBERT

    Por qu imponerse una Regla devida?

    As, pues, cundo merece un hombreel calificativo de libre? Cuando exter-namente es dueo de sus decisiones.

    Cuando se independiza del influjo dehombres y de cosas y se comporta se-gn el dictamen de su propia intimidad.Pero sobre todo cuando lo ms profun-do del hombre, su conciencia, imponesu seoro sobre todo el mundo de ins-tintos y pasiones.

    La primera clase de libertad es buena ydigna de que se luche por ella. Sirve parapreparar el camino, pero no supera la ex-terioridad. Ms importante es la segun-da: penetra ms profundamente en elinterior; sin ella carece de valor la prime-ra. Hace al hombre libre en funcin de laactualizacin de su esencia; hace que no

    viva y obre como su ambiente, sino con-forme a las exigencias de su propio ser,que sea idntico a s mismo, que sientasegn postulados propios, que piensetal como a l le parece evidente, que obrecomo le parezca ms justo, que en todasu conducta exprese la imagen de lo querealmente es. Slo esta segunda libertadda valor a la primera. Pero la tercera clasede libertad, la ms ntima, tiene un valor

    verdaderamente decisivo, si el hombrese abre al espacio hacia la libertad moral;si ha de ser su conciencia -voz de Diosen l- la que impere, y no el instinto, lapasin o el egosmo; si el hombre se con-

    vierte en una persona, si la conciencia

    sirve a Dios y domina todo en nombre dela voluntad de Dios; entonces el hombrees verdadera y plenamente libre. Por-que ser libre quiere decir pertenecerse as mismo, ser uno consigo mismo. Y miyo verdadero y propio es la conciencia;a ella debe pertenecer todo, y yo, si hede ser libre, debo hacerme uno con ella.

    Slo esta libertad da a la externa su valor,porque hace que sea libertad de hombre,no libertad de un pjaro. Tambin pres-ta su valor al segundo modo de libertad,haciendo de ella libertad digna de unhijo de Dios y no un mero despliegue deenergas naturales. Slo ella es fuente detoda vitalidad y de todo impulso noble y

    fructfero.Ahora podemos preguntar: es libre pornaturaleza el hombre? No. Tiene quehacerse. Es libre en esa forma elemen-tal de poder ir por la derecha o por laizquierda -como quiera- en el cruce dedos caminos. Pero la libertad autntica,la espiritual, tiene que ser conquistada.

    Y cuesta una lucha tenaz, infinitamen-

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    LA REGLA DE VIDA

    te ardua. Es curioso que cuando uno seacerca a la gente que ms alardea de li-

    bertad, advierte con frecuencia que ape-nas saben algo de la libertad verdadera.Los que saben verdaderamente qu esla libertad, los que aspiran realmente a

    ella y han experimentado en difcil luchacun lejos est el hombre de poseerlaplenamente, ni la mencionan.

    Pero cmo llegar a ella? Tres caminosllevan a la libertad: conocimiento, dis-ciplina y unidad. La verdad os har li-

    bres, dijo el Seor. Uno est ms pro-

    fundamente hundido en la esclavitud,cuanto menos se reconoce esclavo. Sisu situacin empieza a hacrsele ma-nifiesta, empieza a amanecer la libera-cin. El que, por ejemplo, participa ocolabora en la crueldad de otros sim-plemente sin reflexionar, se vincula porentero a tal situacin. Quien con abso-

    luta naturalidad comparte las locurasde la moda, de los tpicos en el hablar ode la opinin pblica, las malas costum-

    bres, los hbitos depravados de los con-discpulos, de los compaeros de oficioo de los amigos, naturalmente tambines esclavo. Pero si una experiencia cual-quiera o un consejo llega a despertarlela conciencia y hacerle ver cun servil-mente se porta, cun inexactamente

    juzga, cun perniciosa resulta cualquierrutina..., entonces puede que experi-mente como que una venda se le cae delos ojos. Se avergenza. l mismo nocomprende cmo ha podido ser y com-portarse de ese modo. Las tinieblas se

    han disipado, y ha quedado abierto elcamino hacia la libertad. Ve cul es lasituacin y comprende a qu objetivostiene que aplicar su esfuerzo. Ante todotiene que clavar la mirada en su interior.No basta saber y decir: soy grosero conlos dems. Debe preguntarse: porqu? con quin en particular? Tal vez

    entonces se dar cuenta de que aque-llo que le enfrentaba con el otro hastael punto de mostrarse insolente conl, era una envidia oculta o unos celossecretos. No basta saber simplemen-te: soy negligente en mi trabajo. Hayque preguntarse: por qu? Puede serpura pereza o quiz cansancio. Pero

    habr que ver si este cansancio est asu vez causado por no guardar ningnorden, por acostarse demasiado tarde,por querer solucionar al momento to-dos los asuntos que se ofrecen. No essuficiente saber: soy irascible con losdems, despiadado en el juicio, impa-ciente con quienes me rodean. Se re-quiere la pregunta escrutadora: porqu?. Entonces tal vez se comprender

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    cmo en ltimo trmino todo procedede la pasin; cmo alienta, no domina-da todava, algn ciego instinto, causade nuestra insatisfaccin.

    Para comprenderse, pues, a s mismo,

    conviene preguntar: en mis relacio-nes exteriores, dnde hay lazos queyo pueda romper sin lesionar mis de-beres? dependo de los dems por laimitacin, la vanidad o el respeto hu-mano? me hacen esclavo de las cosasla ambicin, la envidia, la codicia? soyesclavo de mi naturaleza por alguna

    pasin, por mis defectos o por mis des-rdenes? cules son mis defectos msdestacados? cmo se manifiestan alexterior?.

    De este modo ha de ir consiguindosepoco a poco un cuadro exacto de s mis-mo. Resulta sumamente prctico re-

    flexionar tan pronto como nos ha ocu-rrido una cosa. Despus de un choque,de un altercado, preguntarse: cmohan llegado las cosas a tal punto? dequ soy culpable? Ahora que, buscarcon nobleza la verdad! que no puedael amor propio retorcer las cosas de talmodo que aparezca uno inocente! Unfilsofo ha dicho: Cuando la memoriaafirma: Esto lo has hecho t, el orgullo

    replica: Yo no puedo haber hecho talcosa. Y la memoria se rinde.

    Pero veamos un poco cul es la situa-cin. Qu es lo que se ha posesionadotan perfectamente de m, que me ha

    llevado tan lejos? Si hemos hecho algomalo, debemos ser rigurosos con noso-tros mismos y preguntarnos: por quhe llegado a tal extremo? me ha ocurri-do esto ya otras veces? hay algo en mclavado que me arrastra hacia aqu?.

    Despus de un fracaso, examinarse:

    qu es lo que ha fallado? cul fue lacausa? irreflexin, desorden, debili-dad, desconfianza...?. En semejantesocasiones la conciencia est ms des-pierta, la mirada ms limpia, la voz in-terior ms clara. Es preciso aprovechar-las.

    En el repaso general del mes, del semes-tre, o de cualquier tiempo pasado, ha-cerse seriamente las preguntas siguien-tes: cmo ha ocurrido? qu hice bien?en qu fall? cmo hice mi trabajo?cmo me port con los parientes, conlos compaeros, los profesores, los su-periores e inferiores?. Puede tambinutilizarse para esto el examen de con-ciencia que precede a la confesin y ob-

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    LA REGLA DE VIDA

    servarse por un cierto tiempo respecto auna falta determinada.

    Lejos de m pretender con todo lo dichoque hayamos de estar siempre contem-plndonos, observndonos y analizn-

    donos. Semejante actitud destrozaranuestro espritu. La ansiedad, que ve fal-tas por todas partes; la escrupulosidad,que en todo cree haber pecado, son to-dava peores que una ceguera ingenua,pues falsean la conciencia y la sumen enla inseguridad. Pero es necesario querer

    ver claro. Para ello hay que examinarse

    de vez en cuando, y hacerlo con todasinceridad, con una mirada que quierarealmente ver, con un ojo incorrupti-

    ble, apreciando lo malo como malo, loimportante como importante. Sin dis-culpar ni paliar nada, sino buscando laluz. De ah procede aquella libertad quehace libres.

    Mas la pura teora no es aun absolu-tamente nada. Se necesita tambin laprctica: disciplina y sacrificio. La ver-dadera libertad brota y crece tan slo enla disciplina. Si alguien te habla de liber-tad, y ves que sta no procede en l dedisciplina, no le creas. Es pura patraa,por magnficas que suenen las palabras.Nosotros somos libres de derecho, no

    de hecho. As, pues, por libertad en-tiendo la libertad espiritual, no solo elhecho de poder ir a nuestro antojo porla derecha o por la izquierda. Pues bien,conquistar o no tal clase de libertad, de-pende de la disciplina, pero de una dis-

    ciplina rigurosa y sincera, que implicauna lucha constante, observada da trasda contra los lazos externos y sobretodo internos, y un constante esfuerzopor vencerse a s mismo.

    No hay que dejarse vencer por el des-nimo!

    Para corregirse a s mismo es necesariauna disciplina rigurosa y sincera, queimplica una lucha constante, observadada tras da contra los lazos externos ysobre todo internos, y un constante es-fuerzo por vencerse a s mismo.

    Pero no debemos proponernos hacerdemasiadas cosas; bastan unas pocas, talvez una sola. Por ejemplo, basta propo-nerse trabajar concienzudamente y de-dicar toda la atencin al logro de este fin.Mejorando en este campo determinado,las consecuencias se reflejarn tambinen todos los dems, porque el hombre esun todo viviente. Acaso sea de ms efica-cia concretar an ms: preparar esme-

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    radamente mis trabajos de clase o mislabores domsticas. Tenemos que bus-car algo totalmente claro y preciso. Porla noche examinarnos cmo nos hemosportado (examen de conciencia). Porla maana renovar el propsito. Y todo

    esto practicarlo por un cierto tiempohasta notar que ha echado firmes racesen el alma. Entonces ya podremos em-prender otra cosa. Los propsitos pier-den intensidad con el tiempo; se acos-tumbra uno a ellos. Es, pues, necesariode cundo en cundo hacer uno nuevo,refrescando de este modo el empuje y el

    entusiasmo.sta es la verdadera disciplina: lucharcon herosmo y renovarse constante-mente. Preprate desde el principiopara una larga lucha. Las menudenciaspueden superarse pronto, pero las faltas

    verdaderas se asientan tan profunda-

    mente en el meollo del hombre, que serequieren aos para terminar con ellas.

    Incluso puede suceder que al principiode la lucha empeoren las cosas. Mientrastodo se deja marchar libremente, no sesiente nada especial: no advertimos demodo especial la gravedad de la situa-cin. Pero en cuanto nos decidimos aocuparnos decididamente en el alma,

    todo se pone en movimiento. La aten-cin y la lucha contra un defecto concre-to hacen que irrumpa con toda su fuerza.Se trata entonces de no titubear ni des-concertarse, sino de perseverarQuisiera llamar especialmente la aten-

    cin sobre un punto: puede sucederque no se progrese nada: siempre losmismos errores, de suerte que llega adecaer el nimo. Pero hay que cono-cer la naturaleza humana. Quiz no seadvierta progreso especial en el puntoescogido, pero se dar en otro. Puedeocurrir, por ejemplo, que uno combata

    largo tiempo la ira sin acabar con ella;pero, sin notarlo l, se habr hecho msbondadoso con los dems. Justamenteel hecho de que ha tenido que luchartan duramente y ha sentido tan profun-damente su debilidad, le ha llevado aese resultado. Otro se afana por ser msordenado y esmerarse ms en el traba-

    jo, y falla siempre. Pues bien, a pesarde todo, an sin l advertirlo, domina-r con mayor facilidad una pasin. Lalucha constante que ha sostenido parallegar a ser ordenado, le ha dado fuerza,

    y as ya no se deja arrastrar ms por elinstinto.

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