lara amat y león, joan y antón mellón, joan (2009) - las retóricas neoconservadoras (1)

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[SEPARATA] JOAN ANTÓN MELLÓN JOAN LARA AMAT Y LEÓN “Las persuasiones neoconservadoras: F. Fukuyama, S. P. Huntington, W. Kristol y R. Kagan” en:

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Page 1: Lara Amat y León, Joan y Antón Mellón, Joan (2009) - Las retóricas neoconservadoras (1)

[SEPARATA]

JOAN ANTÓN MELLÓN JOAN LARA AMAT Y LEÓN

“Las persuasiones neoconservadoras: F. Fukuyama, S. P. Huntington, W. Kristol y R. Kagan”

en:

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Copyright :E: 2009

Todos los derechos resenados. I\i la totalidad ni paI1e de este libro puede reprodu­cirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico. incluyendofotocopia. grabación magnética. o cualquier almacenamiento de información y sistemade recuperación sin pelmiso escrito del autor y del editor.

En caso de enatas y actualizaciones. la Editorial Tirant lo Blanch publicará la perti­nente conección en la página \wb \\\\'\\'.tirant.com (http://ww\\..tirant.com).

Directores de la Colección:

ISMAEL CRESPO MARTÍNEZProfesor titular de Ciencia Política)

de la Administración en la Uni\ersidad de Murcia

PABLO OÑATE RUBALCABACatedrático de Ciencia Política y

de la Administración en la Universidad de Valencia

© RAMÓN MÁIZ (Comp.)

© TIRANT LO BLAI\CHEDITA: TIRANT LO BLANCHC/ Al'tes Gráficas. 1-1 - -16010 - ValenciaTELFS.: 96/361 00 -18 - 50FAX: 96/369 -1 1 51Email:[email protected]://\\\\'\\'.tirant.comLibrería virtual: http://w\\.\\..tirant.es

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LAS PERSUASIONESNEOCONSERVADORAS: F. FUKUYAMA,S. P. HUNTINGTON, W. KRISTOL y R.KAGAN

Joan Antón MellónUniversidad de Barcelona

Joan Lara Amat y LeónUniversidad de Barcelona

SUMARIO

1. Introducción2. Conservadurismo, Neoconservadurismo y Neocons3. Sobre el concepto de neoconservadurismo4. Los pilares del neoconservadurismo5. El neoconservadurismo en el final de la Guerra Fría: Francis Fukuyama y Samuel P.

Huntington5.1. El fin del pensamiento político5.2. Culturas en lugar de sociedades5.3. ¿Fukuyama vs. Huntington?

6. El neoconservadurismo tras el 11 /S: William Kristol y Robert Kagan6.1. Europa tras los pasos de Estados Unidos6.2. EEUU, un imperio amenazado

7. El fin momentáneo del ciclo neoconservador8. Conclusiones: la retórica, el intelectual orgánico y el "legado" neoconservador

8.1. La retórica neoconservadora8.2. El intelectual orgánico neoconservador8.3. El "legado" neoconservador

9. Bibliografía

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50S

1. INTRODUCCIÓN

'· ... /legó el dia en que la situación de emergencia se tUL'O por cosa na­tural, y se organizó la L'ida de tal modo que el trabajo recobró su rit­

mo y nadie l'o!t'ió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir."G_WRIEL GARct" :\IARQLEz, Cíen años de soledad

El presente capítulo analiza un tipo de discurso político y de prácticapolítica que ha venido a denominarse Neoconservadurismo. Realizareste estudio es una tarea particularmente apremiante en una época que

ha sido definida por el auge de una concepción del mundo neoconservadoraque ha llegado a impregnar discursos políticos de distinto signo. Para ello serecorre su trayectoria, se propone una definición y se analiza su concepciónsobre la Política. Es de especial interés para el estudio del neoconservadurismorealizar el contraste de los principales textos con el contexto histórico en el quese producen, puesto que de esta manera se muestra, por un lado, el grado enque este discurso depende de los acontecimientos históricos y, por otro, cómocumple funciones legitimadoras, lo que revela su rostro más ideológico.

Abordamos una visión global del neoconservadurismo, es decir, nos referimosa una aproximación a la vez conceptual e histórica que sea capaz de encontrarlo relevante tanto en los textos de teoría política como en los de otras disci­plinas a las que sea necesario acudir y en los que muchas veces se expresa elneoconservadurismo. Ello supone incluso acudir a textos de fuera del ámbitoacadémico, pero que han incidido fuertemente en el mundo político real. Tambiénes importante no perder una perspectiva histórica de esta corriente política ytrazar su continuidad ypersistencia. Esto último es muy necesario para calibrarel uso y abuso de los discursos neoconservadores y, a la vez, resulta muy útilcomo criterio de contraste de las ideas con su puesta en práctica.

Para ello se han escogido cuatro autores suficientemente representativos deesta corriente, y que ilustran dos momentos recientes del neoconservadurismo.Francis Fukuyama y 8amuel P. Huntington son los autores que elaborarán sudiscurso sobre el final de la Guerra Fría y su mayor difusión se dará durantela década de los años noventa, durante el gobierno de Bill Clinton. Y WilliamKristol y Robert Kagan son autores que elaborarán y difundirán tras el 11/8 ladoctrina neocon de la Administración de George W. Bush. A ello añadimos la;:últimas reflexiones de estos autores, en el contexto de crisis de esta ideología.como resultado de los fracasos en el intento de implantación de un unilatera­lismo estadounidense. Con esto último queremos mostrar el nivel discursivüde una realidad socio-económica de reconfiguración del "orden mundial".

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LAS PERSL~ASIOXES XEOCOXSERVADORAS...

2. CONSERVADURISMO, NEOCONSERVADURISMO yNEOCONS

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En la época actual de hegemonía neoliberaP, la diferencia entre el discurso"progresista" y el neoconservador (nos referimos a las ideologías que confluyenen los partidos políticos mayoritarios) ha quedado reducido a una política detipo cultural (postmaterialista según la repetida versión de Ronald Inglehart)ya un mayor o menor nivel de asignaciones presupuestarias a gastos sociales,que no afecta en lo fundamental al despliegue de una economía y unas políticasadaptadas a la teoría y práctica del neoliberalismo en un mundo cada vez másglobalizado. Estas adaptaciones a la nueva forma de hacer política han tenidocomo resultado la tercera L'Ía (en realidad la resurrección de una de las dos almasde la socialdemocracia: la liberal en detrimento de la socialista reformista) yel neoconservadurismo que serían las dos caras de Jan02 del neoliberalismo.De la misma manera que, para el "progresismo", la tercera vía ha supuesto elabandono del keynesianismo como motor de la política económica y su subs­titución por la doctrina económica del liberalismo, al defender no sólo unaeconomía de mercado sino incluso una sociedad de mercado, para la "derecha"el neoconservadurismo ha consistido en una adaptación de los postulados delviejo conservadurismo a los principios neoliberales3, al relegar al baúl de losrecuerdos las políticas asistenciales conservadoras que tanto éxito tuvierondurante etapas anteriores en evitar estallidos revolucionarios.

Prueba de esto es que este último no dispone de una política económica propiay original, pues delega este aspecto a la teoría económica neoliberal, substitu­yendo la política por la tecnocracia, en detrimento del Estado y privatizandola economía. Por eso sería un gran error pensar que el neoconservadurismoexiste sólo desde el 11 de septiembre de 2001, tal como parece que sea para laprensa y para algunos libros apologéticos~que lo presentan como un fenómenocoyuntural propio de George W. Bush y de sus halcones 5

• La realidad es sinembargo que estos neocons no son sino la última expresión de un fenómenopolítico de largo recorrido que hunde sus raíces enel final de la Segunda Guerra

Capella Hernández, Juan Ramón, "Tiempo de contrarrevolución", en Entrada en laBarbarie, Trotta, Madrid, 2007.Bermudo Ávila, José Manuel, "La logica Janica delliberalisme", en Vergés Gifra, Joan(ed.) Cons i neocons: el rerefons filosófic, Documenta universitaria, Girona, 2007.Según Irving Kristol, padre de W. Kristol, y uno de los artífices del ideario que nosocupa: "un neoconservador es un liberal asaltado por la realidad", véase Kristol, 1.:Neoconseruatism: The Autobiography ofan Idea, Chicago, Elephant paperbacks Ivan R.Dee Publisher, 1995, p. X.Un comentario sobre este tipo de libros en Lara Amat y León, Joan, "Un neoconserva­durismo para Europa", en El uiejo topo, n° 222-223, julio-agosto de 2006.Sobre las conexiones entre los intelectuales neocons y los funcionarios de la Adminis­tración Bush ver la página web: Right Web Exposing the Architecture of Power that' sChanging OUT World, http://rightweb.irc-online.org / about.php.

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Mundial. Siendo la denominada Xueya Derecha I no confundir con la europea I

quien más profundamente teorizó contra los denominados "derechos sociales"como nefasto error, "camino de ser;idumbre" y promotores de ingobernabilidaden términos políticos, ineficiencia en el plano económico, pérdida de autonomíaen el ámbito personal y cinismo amoral en su aspecto étic06• Como sintetizó elNozick de la reyolución teórica neoconseI'Yadoralneoliberal: toda redistribu­ción es un robo que atenta contra los derechos indiyiduales. Sacralización delos derechos indiyiduales y del mercado, éste ha sido el nueyo paradigma. Ycomo es lógico, el gran enemigo a batir son los principios asistenciales y redis­tributiyos de la cultura política socialdemócrata y socialista, reforzada por eltriunfo militar contra el fascismo y las otras opciones políticas triunfantes dela Derecha Radical en los años treinta del siglo XX.

Dichos principios defendían proteger a los indiYiduos de las variacionesdel mercado asegurándoles unos niyeles de bienestar. Se trataba, por tanto.de "desmercantilizar". Por ello, la reyolución ideológica neoconservadora/neo­liberal iba en el camino diametralmente opuesto: desmontar, en la medida delo políticamente posible, los denominados derechos sociales, disminuyendo elgasto público. Políticas que, para ser políticamente sostenibles, requerían eldesarrollo de una cultura política acrítica respecto al mercado, tras la rupturadel denominado "pacto social-liberal" por el cual entre 1945 y 1973 socialdemó­cratas y conservadores diferían en factores políticos y culturales, pero aplicabanparecidas políticas económicas redistributiyas.

Un cierto agotamiento del modelo keynesiano, el excesivo crecimiento dela burocracia y el cambio de coyuntura económica en 1973 ocasionó la oportu­nidad para la difusión de esta revolución ideológica del neoconservadurismo yel acceso al poder en EE.UU y Gran Bretaña de políticos dispuestos a aplicardecididas políticas según la concepción nuclear de que los individuos debenvivir en el Estado y no del Estado~.

El conservadurismo, aquella vieja ideologíaS que había nacido como reacciónaristocrática (moderada si se la compara al reaccionarismo contrarrevoluciona­rio-tradicionalista de De Maistre oBonald) al proyecto ilustrado-liberal, tuvo una

"La ::\ueya Derecha cree que el modelo de la ciudadanía pasiya no percibió hasta quepunto la satisfacción de ciertas obligaciones es una precondición para poder ser aceptadcéomo miembro pleno de la sociedad. En particular, al no poder cumplir con la obligacióLde satisfacer sus propias necesidades económicas, los desempleados de largo plazo sor.una fuente de humillación tanto para la sociedad como para sí mismos." Kymlicka, W. '.::\orman, \Y.: "El retorno del ciudadano. Lna reYisión de la producción reciente en teoríade la ciudadanía". Agora, n° 7 linyierno de 19971.Incluso Habermas expone una cierta "clientización del rol de ciudadano", en "Citizenshi;and T\acional Identity: Some Reflections on the Future ofEurope", Praxis InternatioI1C1'.nO 12, 1992, p. 10.Un intelectual neo-conser';ador, A. Quinton, reivindica el antiguo criterio conservadorde la convicción de la imperfección básica del individuo humano frente a la sabidurí¿política históricamente acumulada de la humanidad. encarnada en costumbres e insti·tuciones. Apud Honderich, T. El consen'Cldurismo, Península, Barcelona, 1993, p. 38.

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relación ambigua durante el período de entreguerras con los discursos fascistas(siendo uno de los enlaces culturales el socialdarwinismo). Esto sucedió tantoen Alemania como en Inglaterra y en los Estados Unidos. Podríamos recordaren este sentido: la Reuolución Conservadora de la época de la República deWeimar, la admiración que durante un tiempo sintieron Winston Churchill oFrancesc Cambó por el Duce Benitto Mussolini, o las tendencias antisemitas deRenry Ford9 (por no mencionar las del KKK, entre otras). Son predileccionesque se notaron en España con la falta de apoyo de las potencias occidentalesal gobierno legítimo de la República cuando éste hizo frente al golpe de esta­do del general Franco, a quien en cambio las potencias fascistas no tuvieronninguna duda en apoyar.

Es por este acercamiento del conservadurismo al fascismo por lo que, unavez acabada la Segunda Guerra Mundial, el primero necesitó actualizar suspostulados al triunfo democrático-liberal y al bloque capitalista. Era precisoaceptar la nueva realidad si quería continuar siendo una ideología aceptadaen Occidente. De ahí que el conservadurismo arrinconará en su ideario lasantiguas ambigüedades con los idearios de la Derecha Radical, modernizarasus postulados y actualizara su discurso.

Remos de tener en cuenta que lo que define al conservadurismo no es sólo"conservar", en el sentido fuerte de una añoranza por una sociedad aristocrática,aceptando los inevitables cambios de la modernidad, sino también el respetoa las instituciones legitimadas por la experiencia histórica; la voluntad polí­tica de adoptar sólo cambios graduales, el levantamiento de la bandera de laTradición en detrimento de los "excesos" del Racionalismo y la defensa de unateoría de los derechos naturales que cobran su auténtica dimensión social enconcretos marcos históricos 1o . De esta forma comprenderemos mejor sus suce­sivas adaptaciones a los diferentes momentos histórico-sociales. "Conservar ymejorar", al decir de E. Burke, el padre del conservadurismo moderno, seríasu divisa atemporal.

A pesar de esta capacidad de adaptación, el rasgo básico de esta ideologíadesde su mismo origen es la reacción elitista al proyecto ilustrado y a los valoresigualitarios de la Revolución Francesa, es decir una reacción contraria a la luchapor los derechos civiles, políticos y sociales encarnados en la idea de SoberaníaPopular y la Democracia (desde una perspectiva organicista11), a los que habríaque añadir los proyectos socialistas, tanto reformistas como revolucionarios.Pero, a la vez, una gran capacidad de cambiar "lo táctico" para mantener "lo

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Losurdo, Domenico, "El origen norteamericano de la ideologia del Tercer Reich", enmientras tanto, n° 102, primavera 2007.Ver Baqués Quesada, J.: El neoconservadurismo: Fundamentos teóricos y propuestaspolíticas, ICPS, Barcelona, 2000.Al respecto un conservador "clásico" como ;>,1. Herrero de ;>,Iiñón expone lo siguiente: "Lalibertad, pues, no es la discrecionalidad abstracta de la voluntad, sino la autonomía enel seno de un orden orgánico.", Herrero de l\Iiñón, M.: "Tipología del pensament conser­vador", Verges Gifra, Op. Cit, p. 46.

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estratégico", lo relevante y salvar, así, la continuidad histórica. Es necesariotener esto en cuenta para poder entender sus continuidades y rupturas.

Si tuviésemos que hablar del neoconseITadurismo desde sus inicios, esco­geríamos seguramente obras como El fin de las ideologías, Las contradiccionesculturales del capitalismo, El advenimiento de la sociedad postindustrial deDaniel Bell, o las Reflexiones de un neoconsen'ador de Irving Kristol, o bien Elcierre de la mente americana de Allan Bloom. Y destacaríamos como un rasgorelevante la reacción a Mayo del 68 y al Estado Social a partir, sobre todo, dela crisis del petróleo de la década de los setenta. O incluso podríamos recordarel informe de 1975 para la Comisión Trilateral de l\1ichel Crozier, Samuel P.Huntington, Joji Watanuki, con una introducción de Zbigniew Brzezinski,titulado La crisis de la democracia. Informe sobre la gobernabilidad de lasdemocracias, que tanto impacto tuvo en su época y cuyo objetivo fue definir ycoordinar nuevas políticas en el sistema capitalista para realizar el tránsitodel Estado de Bienestar al Neoliberalismo.

Pero al pensar en el Neoconservadurismo más reciente, es decir, desde lapost Guerra Fría, constatamos que en un contexto internacional de reconfi­guración del orden mundial han cobrado relevancia en la política exterior losdenominados Neocons, todos ellos relacionados con la Administración de Es­tados Unidos en la que trabajan con distintos cargos o figuran como asesoresen temas de política exterior.

3. SOBRE EL CONCEPTO DE NEOCONSERVADURISMO

Neoconservadurismo es una denominación que se ha extendido a pesar de laaparente contradicción en sus términos, "neo" vs. "conservadurismo", tal y comosucede con la expresión Nueva Derecha 12 , ya que normalmente las palabra:,"nuevo" y "conservadurismo" (o "derecha") no acostumbraban a ir unidas, y eiconservadurismo solía reivindicar un pasado idealizado (definido siempre ensus términos) y tendía a rechazar la novedad encarnada en la modernidad y elliberalismo. Sucede otro tanto con otra de las expresiones que se han utilizadopara hacer referencia a este tipo de política, la Revolución Conservadora 13

.

Esta denominación se hizo popular a raíz del triunfo de Ronald Reagan en laselecciones de 1980. También se ha llamado a sus defensores contrarrevolucio­narios, por oponerse a las revoluciones populares del tercer mundo (de hecho

12 Término que en Europa hace referencia a la derecha más extremista de los neopopu­lismos. Para este tema puede consultarse Antón ~Iellón, Joan (ed. J, Orden, jerarquía ycomunidad: fascismos, dictaduras y postfascismos en la Europa contemporánea, Tecnos.Madrid,2002.Con fuertes evocaciones al movimiento de regeneración de la cultura política conservadorade la Alemania de la República de Weimar que desembocaría luego en el nazismo.

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apoyaron a los paramilitares de la contra nicaragüense y a diversos grupos deeste tipo en otros países) y por último también reaccionarios, por oponerse a labúsqueda del progreso social, ya sea en forma de socialismo o de socialdemocra­cia, que se une a un feroz anticomunismo que lleva a confundir al comunismoy al socialismo con la socialdemocracia y a todo ello con el fascismo, bajo lavaga etiqueta de totalitarismo14

En un principio la denominación de neoconsercadores (creada como críticapor la izquierda) fue rechazada por los nuevos conservadores, hasta que lrvingKristolla asumió en el eslogan que de tantas veces repetido se ha convertidoen una definición: "Un neoconservador es un liberal asaltado por la realidad"!5.En cualquier caso, a pesar de las dudas sobre la idoneidad del término o dela definición de Kristol, lo cierto es que el neoconservadurismo es muy real yproduce transformaciones en el mundo. Por ello nos puede servir Neoconser­vadurismo para denominar un tipo de persuasión!6 política hegemónica que hareunido los suficientes apoyos y que ha realizado, y está realizando, cambiosradicales en la política, la economía, el derecho y la cultura que tienen fuertesimplicaciones en todo el mundo.

Además, no es posible pensar el conservadurismo estadounidense como unasimple trasposición del europeo. En primer lugar porque le falta la materiaprima histórica y social para ser un conservadurismo de iguales condiciones.Baste recordar que, debido al excepcionalismo estadounidense, ese país hacarecido de un sustrato premoderno, por lo que no existe una época feudal queañorar ni, sobre todo, una clase aristocrática que pueda reivindicar un pasadoglorioso de estilo feudaP'. Los neoconservadores, cuando hacen referencia a lahistoria de EE.UU., se remontan al espíritu de los Padres Fundadores, perono más allá. En este relato, la población anterior a la llegada de los colonosingleses no cuenta, ya que son considerados pueblos sin historia.

El Neoconservadurismo es un conservadurismo reconciliado con elliberalis­mo, del que ha extraído nuevas fuerzas. Ha integrado el discurso sobre un libremercado ligeramente matizado, redefiniendo la democracia y la participaciónpolítica en términos elitistas. Este enfoque le permite a Nisbet distanciarse deun conservadurismo tradicional que, junto con el socialismo, sería el enemigoclásico del liberalismo: "Ambos grupos de tradicionalistas -conservadoresburkeanos y socialistas marxistas- están obligados a vivir bajo el Estado

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Tal es el caso de Hayek en Camino de Servidumbre, Alianza, Madrid, 2005.La palabra liberal del contexto anglosajón se aproximaría a socialdemócrata en el eu­ropeo, véase nota n° 3."Persuasión" es el término utilizado para caracterizar al Neoconservadurismo por IrvingKristol enNeoconservatism. TheAutobiography ofan Idea, Elephant Paperback, Chicago,1999, p. ix., y también en "The "Ieoconservative Persuasion", en The Weekly Standard,vol. 8, n° 47, 25 de agosto de 2003.Boron, Atilio A., "La crisis norteamericana y la racionalidad neoconservadora", en Per­spectiva latinoamericana. Cuadernos Semestrales. Estados Unidos, n° 9, Buenos Aires,1981.

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benefactor liberaL que a ellos les disgusta. aunque sea por razones diferentes,y ambos grupos ideológicos producirán, como yienen haciendo ya desde hacetiempo, guerrillas culturales cuyo futuro más oh\'io es el uso del pasado paraatacar en y al presente."E

Estas "nueyas fuerzas" proYienen de discursos elaborados en el periodo deentreguerras (\Veber, Schumpeter, Hayek entre otros) que fueron retomadosal finalizar la segunda guerra mundiaL en un principio como opciones minori­tarias durante la época de postguerra (en la cual el neoconseryadurismo tuvorelaciones estrechas con la elA a traYés del propio lrYing Kristol cuando ésteera editor de Encounters, tal y como él mismo ha reconocido19), pero que final­mente lograron ocupar una posición hegemónica durante la época republicanade la década de los 80 e inicios del siglo XXI.

Entre las características de esta corriente cabe destacar la apropiación dellenguaje y los símbolos de la Ilustración, frente a la cual se alzaron variasgeneraciones de conseryadores tradicionales. Aunque frente a la ilustracióncontinentaL inspiradora de revoluciones yutopías políticas, los neoconservadoresse reclaman herederos de una ilustración más matizada y respetuosa con elpoder, la ilustración escocesa, a la que reinterpretan (e incluso tergiversan20

) yse presentan como valedores de la mano im'isible y de su forma de gestionar lapolítica. También ha habido además un intento de apropiación del lenguaje dela propia izquierda marxista (algo que también practicaron los conservadoresde la época de la república de \'leimar), que se trasluce en el uso de términoscomo revolución, ideología, imperio, irnperialismo, intemacionalización,capita­lismo, etc., los cuales han sido vulgarizados por y para el neoconservadurismo(y que son utilizados con frecuencia en los títulos de las publicaciones de lospropios autores neoconservadoresl. Por ello Alain Finkielkraut21 habla de laapropiación de la imaginación u tópica que los neoconservadores llevaron a caboen revancha a la contracultura de los aúos 60, la cual, y paradójicamente, hapasado a ser reivindicada desde el propio capitalismo, un capitalismo todavíano realizado y regido por el libre mercado que se presenta como una verdaderautopía capitalista.

Otro de los rasgos del neoconservadurismo es la transversalidad, ya queno es posible asociarlo en exclusiva con un sólo partido o ideología tradicionaL

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19

21

Nisbet, Robert, Consermduris771o, Alianza, :.\Iadrid, 1995, p. 153.Kristol, Irving, "].\Iemorias de un guerrero frío", en Refle:áones de un neoconservador.GEL, Buenos Aires, 1986. Saunders, Frances Stonor, La CIA y la guerra fría cultural.Debate. )'Iadrid. 2001.Véase Méndez Baiges. Víctor, El Filósofo y el jlercadel~ Filosofía, derecho y economía erAdam Smith, FCE, J.\Iéxico, 2004, libro comentado en Lara Amat y León, Joan, ''Adan:Smith: ¿el profeta del neoliberalismo':''', en El Viejo Topo, Barcelona: n° 202, enero dE'2006, pp. 96-97: véase también Frank, André Gunder: "Las teorías de Friedman eLChile: equilibrio a punta de bayoneta" (19761. en Crítica y anticrítica. Ensayo sobre le.dependencia y el reformismo, Zero, :.\Iadrid, 1978, p. 213.FinkielkrauL Alain, La nueva derecha. (La rn'ancha y la lltopía) ,Anagrama, Barcelons..1982. (Nos referimos al Finkielkraut de la época en que firmaba con Foucault).

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pues ha influenciado tanto a partidos de derecha, su campo natural, como asectores de la izquierda, de la tercera vía principalmente. Esta transversalidadtambién puede ser entendida como el signo de una derechización del espec­tro político, cuyos diferentes partidos se van pareciendo cada vez más entresí. Fijémonos en que idénticos postulados han sido utilizados para legitimarla guerra de Irak por los miembros del trío de las Azores: un gobernante delPartido Republicano en EEUU, otro del Partido Laborista en Gran Bretaña yuno del Partido Popular en España.

También podemos apreciar una disminución de calidad y rigor en los dis­cursos neoconservadores desde la época de las décadas de los 70 y 80 hastala actualidad. En los 70, por ejemplo, aparecían las obras de Nisbet o de Bell.En cambio en la actualidad los referentes son Fukuyama o Huntington, cuyaspublicaciones adoptan una forma de ensayo bestselleriano que busca más influirpor el título que por el contenido y que contiene un discurso más doctrinal quecientífico. En la retórica política neoconservadora se crean así "falsos" debatesque definen los límites de cualquier discusión posterior y que persiguen mono­polizar el discurso que irradia a través de los medios de comunicación. Pruebade esto es la eficacia discursiva del Final de la historia de Fukuyama, o delChoque de civilizaciones de Huntington, los cuales han modelizado el debate enla aparente oposición entre sus tesis, dejando el abanico de posicionamientos aestar a favor de uno o del otro. No se busca en ellos a un público erudito, sinollegar a la mayoría silenciosa y apelar a posiciones simples de blanco/negro,amigo/enemigo, bueno/malo, en el que las zonas grises e intermedias o lasmatizaciones desaparecen en un discurso claro y didáctico que sólo pide unacosa: la adhesión incondicional.

4. LOS PILARES DEL NEOCONSERVADURISMO

El proceso de modernización del conservadurismo al que nos hemos referidoacabó dando a luz en los años 70 a la construcción de una nueva persuasiónneoconservadora que se fundaba en tres pilares básicos: en economía, la acep­tación del neoliberalismo; en la cultura, la defensa del neotradicionalismo yen política, la construcción gradual de una doctrina imperialista que ha tenidosu apoteosis durante la Administración Bush (hijo).

El neoliberalismo, con su defensa de la primacía del mercado, sus criteriosanti-intervencionistas22 y sus propuestas desregularizadoras, sirvió como ba­se teórica para materializar la gran reestructuración del sistema capitalistainiciada en los años setenta, la cual consistió en la creación y/o mayor articu-

22 Como afirmaba incansablemente F. Hayek, en célebre aforismo repetido por R. Reaga':l:"el Estado no es la solución de nada sino el origen de todos los problemas".

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lación de nuevos mercados y la privatización de grandes áreas de la economía,a costa de desmontar tanto como fuera posible el Estado Social y atribuirlefunciones asistenciales del mercado23

, privatizando los beneficios y sociali­zando las pérdidas. Sus principales teóricos fueron premiados con el Nobel deeconomía, tal es el caso de Friedrich Hayek en 1974 Yde -:\Iilton Friedman en1976. Esta corriente se presentaba como heredera de la mano invisible de unAdam Smith reinterpretado y tergiversado"\ defendía un concepto de libertadradicalmente individualista13 y radicalizaba los criterios antisocialistas de suspredecesores doctrinarios.

El neotradicionalismo, por su parte, se presentó como un tradicionalismoreligioso integrista (bajo diferentes formas: evangelista, metodista, baptis­ta, cristianos renacidos, etc.) y neodarwinista. Depurado de sus elementosdisfuncionales al sistema capitalista, se reafirmaba en sus clásicas posturaspatriarcales y en la vieja crítica conservadora al hedonismo liberal (añadien­do ahora el nihilismo y el postmodernismol, reivindicando ahora las viejasvirtudes y valores del capitalismo inicial: trabajo, ahorro, esfuerzo yausteri­dad. Entre sus seguidores se incluían en una amalgama populista-patriótica,sectores del protestantismo reaccionario, los partidarios de la adaptación delcatolicismo al espíritu capitalista, los contrarios a la teología de la liberacióncomo Michael Novak. Habría que añadir un neotradicionalismo filosófico comoel de Leo Strauss, autor de profunda influencia sobre el neoconservadurismonorteamericano1G, cuya filosofía política era partidaria de una "recuperación"de los clásicos por la "alta filosofía" de la élite dirigente donde tuvo una granacogida, así como Allan Bloom y su crítica a los cambios culturales de los añossesenta y setenta.

El imperialismo constituiría el tercer pilar de la persuasión neoconserva­dora, unas veces explícito y otras, escondido bajo formas más sutiles de undiscurso sobre la hegemonía de una gran potencia cuya misión, sería exportarla libertad27 y la democracia. El imperialismo respondía a las necesidades del

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"(. .. ) en lugar de aceptar la ciudadanía como una condición política y social, los conser­vadores modernos han intentado reafirmar el rol del mercado y han rechazado la ideade que la ciudadanía confiere un status independiente del nivel económico", Plant, R.:Modern Political Thought, Blackwell, 1991.Véase nota 19.De ahí que Hayek rechazara la etiqueta de conservador, a pesar de que Robert Nisbetlo clasifica como tal en su libro Conservadurismo.Leo Strauss dio clases en la Uni,'ersidad de Chicago a P. Wolfowitz, A. Bloom, W. Bennet,D. Quayle, \Y. Kristol y J. Podhoretz, entre otros. Leo Strauss, quien tuvo una relaciónintelectual con Carl Schmitt, propugnaba en los años treinta una solución políticafuera del paradignla liberal. Ruiz Simón, "Leo Strauss i la superació de l'horitzó liberal(1932-1936)", en Vergés (2007), Véase también Campderrich Bravo, Ramón, "Política,elitismo y engaño en el ideario neocon: la influencia de Leo Strauss sobre los neocons",en mientras tanto, nO 95, Barcelona, verano 2005.Canfora, Luciano, Exportar la libertad. El mito que ha fracasado, Ariel, Barcelona, 2008y Crítica de la retórica democrática, Crítica, Barcelona, 2003.

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L-'iS PERSUASIONES NEOCO:,\SERVADORAS". 517

"complejo militar-industrial" al que ya se refirió Eisenho\ver, al que se ha incor­porado el "neorrealismo" de la época de Ronald Reagan y el "realismo políticoultraconservador"2s del grupo de neocons asesores del presidente George W.Bush, ideas que fueron defendidas por autores como W. Kristol y R. Kagan. Co­mo se sabe, aportaron el discurso legitimador de la invasión de Irak, la "guerrapreventiva", la "extensión de la democracia", el "cambio de régimen", etc., unideario que ha producido una hipertrofia de la legislación de excepción29 y quetiene como paradigma la prisión de Guantánamo. Es un discurso que tiene enla teoría del mantenimiento de la superioridad militar mundial estadounidensesu clave de bóveda30, y que se aleja así del clásico aislacionismo y realismo delconservadurismo norteamericano.

Es cierto que todos estos materiales son en apariencia contradictorios, peroel neoconservadurismo los administra con una lógica pragmática31, buscandola oportunidad para cada uno de ellos. Por ejemplificar estas contradicciones,podemos señalar que un neotradicionalismo buscador de esencias y partidariodel organicismo social no enlazaría a priori demasiado bien con un neolibera­lismo individualista. Tampoco el neoliberalismo casaría con un imperialismoque dispara el gasto militar e intranquiliza a los mercados. No obstante, y porejemplo, una agresiva política exterior puede permitir asegurar los "interesesnacionales" y cambiar las reglas deljuego a escala internacional si es necesario,complementando al libre mercado cuando éste no ha conseguido sus objetivos.El neoliberalismo puede servir también para desarmar las economías de los

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Riutort, Bernat, "Nuevo orden mundial y conflicto político global", en Riutort, Bernat(ed.), Conflictos bélicos y nuevo orden mundial, Icaria, Barcelona, 2003, p. 145.Campderrich Bravo, Ramón, "La cabeza de Jano. El derecho de excepción norteamericanoen el primer mandato de George H. W. Bush", en mientras tanto, nO 102, 2007."La doctrina Bush abre una nueva fase en la política exterior de los EE.UU. al alejarsede las políticas de contención y de disuasión que había seguido el país durante la GuerraFría. Se caracteriza por justificar las guerras preventivas y las acciones unilateralesbasadas en una superioridad militar indiscutible, así como por adoptar un compromisoclaro de extender la democracia, la libertad y la seguridad a todas las regiones delmundo. Según los analistas, el presidente George W. Bush habría establecido las líneasde esta doctrina en un discurso ofrecido elIde junio de 2002 y lo habría formalizadoen el documento The Nacional Security Strategy ofthe United States ofAmerica, de 20de septiembre de 2002." Vergés Gifra, J.: "Introducció", en Verges Gifra, J. (ed.). Op. cit.nota 28.De forma similar Alain Bihr caracteriza al pensamiento de la derecha radical queengloba diferentes manifestaciones de lo que entendemos por derecha. Puesto que surasgo principal es ser accidentalista, es decir, independiente de la forma le interesasobre todo el contenido. "(".) existe una estructura permanente del pensamiento de laextrema derecha (.,,) esta estructura articula tres conceptos, temas y valores esenciales:la identidad, la desigualdad y la vida como combate (.,,) El fetichismo de una identidadcolectiva, establecer a la desigualdad como categoría ontológica y axiológica fundamentaly la afirmación de una concepción guerrera de la existencia que glorifica la lucha comouna forma suprema de existencia (oo.) todo ello da lugar a una verdadera Weltanschauung,una forma específica de representar el mundo". Alain Bihr, !}actualité d'un archai'sme.La pensé d'extréme droite et la crise de la modernité, Page deux, Lausanne, 1999, p. 16.

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países de la periferia y de esta forma asegurar el mantenimiento de los términosde una relación de intercambio desigual. Y finalmente el neotradicionalismo,por su parte, puede dar una cobertura ideológica e identitaria que legitima lapolítica en términos morales y de justicia. diferenciando el discurso en épocaselectorales y proporcionando además alimento a una cierta ilusión de organi­cidad social, adaptada a los tiempos de la sociedad post-industrial.

El Neoconservadurismo es un tipo de discurso que admite la contradiccióninterna, pues de lo que se trata es de dar diferentes formas a los mismos obje­tivos. Sigue la dinámica de cateh -al! party y genera un espectro de discursossuficientemente amplios que siryen para captar el mayor número de los apoyosque después se transformaran en yotos que legitimaran sus acciones. Por elloDaniel Bell, por ejemplo, se ha definido a sí mismo como: "socialista en lo econó­mico, liberal en política y conseryador en la cultura"32. El mismo autor definíala política de Reagan como la de un hipogrifo político: "Por un lado defiendeun individualismo populista, antielitista y antiautoritario, destacando unaserie de derechos y justificándolos ampliamente en el terreno económico, perodefendiendo en el terreno cultural una custodia moral, basada en los "valorestradicionales" y una noción poco atractiya de la fría virtud. El Reganismus esun hipogrifo político"33.

El neoconservadurismo es una ideología que ha ido desplegando sus diferentesrostros en función del contexto político del momento y que sólo es entendible enrelación con él. La coherencia de todos sus discursos no es teórica, sino práctica.Está formado por distintas ofertas teóricas al servicio de la legitimación deunos objetivos que son comunes y que no se cuestionan. En la década de los 60primó en él una virulenta crítica a la contracultura de izquierdas y una reivin­dicación de valores conseryadores; en los 70, tras la crisis del petróleo, inició lascríticas al Estado del Bienestar y fue difundiendo el discurso neoliberal; en losaños 80, con la subida de Reagan al poder, sonó la hora de la recuperación dela moral perdida en la guerra de Vietnam y del espíritu patriótico, de ampliasreducciones en los gastos sociales, aunque con aumentos del gasto militar. Enlos 90 difundió una apología del libre mercado y del neoliberalismo como modelohegemónico, acompañados de un apoliticismo y una yisión tecnocrática de lapolítica. A partir de 2000, finalmente se detecta un cierto retorno del discursoneoconservador a la política3", con la guerra como motor, caracterizado por elenorme aumento del presupuesto en defensa reduciendo el gasto social y poruna legitimación de la guerra directa.

Apud Nisbet, Robert, ConserL'CIdllrismo, p. 132.Miliband, Ralph, Panitch, Leo, Saville, John ícomp.J, El neoconservadllrismo en GranBretaila y Estados Unidos, .:Ufons el Magnanim, Valencia, 1992 [1987], p. 24.Por ejemplo, Paul \Volfowitz fue nombrado director del Banco :\Iundial, lo que significadesignar para el puesto a un teórico político I por supuesto neoconsen-ador), algo impen­sable, al menos teóricamente, en los 90, cuando el ideal era el técnico economista.

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L\S PERSL-ASIONES NEOCONSERVADORAS...

5. EL NEOCONSERVADURISMO EN EL FINAL DE LAGUERRA FRÍA: FRANCIS FUKUYAMA y SAMUEL P.

HUNTINGTON

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En el presente apartado nos proponemos recorrer la teoría política implícitaen los discursos de dos de los más destacados exponentes del neoconservadu­rismo: Francis Fukuyama y Samuel P. Huntington. Estos autores proponenuna interpretación global de nuestra época, con implicaciones directas en elconcepto de la política y en su aplicación práctica, tanto a nivel nacional comointernacional. Fukuyama defiende el fin de la evolución ideológica de la huma­nidad como una nueva etapa en la que ha entrado la humanidad, o al menosparte de ella, yeso lo diferencia claramente de Huntington, el cual piensa quees el choque de culturas el rasgo característico de esta nueva época. El objeto desu tratamiento conjunto en el presente texto es debido a que sus afirmacioneshan trascendido el ámbito de la disciplina de las Relaciones Internacionales,campo del que ambos son profesionales, y se ha ido extendiendo a ouos ámbitosdel conocimiento, hasta tal punto que incluso la Ciencia Política y la FilosofíaPolítica han permitido que penetren en su propio discurso sin demasiadascríticas. La importancia de estos autores radica en la fuerte influencia quehan tenido en la definición de la política mundial al nivel de los principios y laabundante discusión teórica que han suscitado. Mostraremos cómo detrás dela aparente oposición de sus planteamientos se encuentra una lógica comúnque les hace complementarios.

5.1. El fin del pensamiento político

Cuando Francis Fukuyama publicó en 1989 el ¿Fin de la historia?35, ocupaba elcargo de director adjunto de la oficina de Planificación Política del Departamentode Estado y era analista de la RAND Corporation (cuyo lema es A non-profitinstitution that addresses the challenges facing the public and private sectorsaround the world). El texto está basado en la conferencia que impartió en elthinh tanh neoconservador Center Jo/m M. Olin de la Universidad de Chicagopara la investigación de la teoría y la práctica de la democracia, publicada en larevista, también neoconservadora, The National Interest en el verano de 1989.Posteriormente, ya sin interrogaciones en el título, Fukuyama desarrolló lastesis de su artículo en forma de libro.

Fukuyama, Francis, "¿El fin de la historia?", en ClaL'es de la razón práctica, n° 1, abril,:\Iadrid, 1990. Publicado originalmente en "End of History?", en The National Interest,verano 1989, n° 16. Y más tarde el libro: Fukuyama, Francis, El fin de la Historia y elúltimo hombre, Planeta, Madrid, 1992.

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520 JO~~'\ "~"TÓN .\IELLÓN y JO.~'\ LARA A..\IAT Y LEÓN

El texto de Fukuyama defiende la victoria del liberalismo económico y po­lítico, descartando las alternativas al capitalismo. Por eso recorre diferentesteorizaciones sobre los cambios en la historia para terminar defendiendo lapostura de un idealismo hegeliano y su continuación, según Fukuyama, en MaxWeber. Su análisis se generaliza al orden internacional, donde se evalúan lasposibles consecuencias de su tesis en diferentes ámbitos y los retos que, segúnél, han de afrontar los EEUF

Fukuyama escribe en el ambiente político del final de la Guerra Fría que sevivía a finales de la década de los años ochenta. El autor describe un escenariosobre la historia política del siglo XX al que caracteriza como la lucha del libe­ralismo contra toda clase de enemigos, entre los cuales mezcla el fascismo y elcomunismo. Pretende diferenciar su tesis del fin de la historia de elaboracionesanteriores, como la sostenida por Daniel Bell en los años sesenta acerca del finde la ideología o las tesis que propugnaban una síntesis entre capitalismo ysocialismo. El "fin" de Fukuyama tampoco sería una constatación del final dela Guerra Fría. Su propuesta es un canto a la victoria del liberalismo sobre elcomunismo, algo que no deja de repetir constantemente de modo que no quepaninguna duda: para el autor se trataría del "triunfo irrefutable de la demo­cracia liberal occidental", "la victoria del liberalismo económico y político", "eltriunfo de occidente, de la idea occidental. .. el agotamiento total de alternativassistemáticas viales al liberalismo occidental". Como prueba de la rotundidaddel "triunfo" argumenta que no sólo se ha dado en la alta cultura, sino sobretodo en la cultura de masas, y pone como ejemplo los modelos consumistas deconducta que según él se dan tanto en China como en la antigua URSS.

Pero Fukuyama quiere ir en realidad mucho más allá en este canto de vic­toria. No sólo es el triunfo del liberalismo y de occidente lo que ha sucedido,sino sobretodo el fin de la historia del pensamiento político. En palabras delautor, es "el fin de la historia en sí misma; es decir, el último paso en la evo­lución ideológica de la humanidad y en la universalización de la democraciaoccidental como forma final de gobierno humano". No obstante, se da prisa enagregar que esta "victoria" no es en el campo de los fenómenos de la vida real,sino que se trata de una victoria en el mundo de las ideas. Según Fukuyama"la victoria del liberalismo se produjo inicialmente en el campo de las ideaso del conocimiento y, así mismo, continua siendo incompleta en el ámbito delmundo material". Es por esta razón por lo que todavía continuarán pasandocosas aunque, eso sí, dentro del nuevo y definitivo marco.

Sin embargo, su diagnóstico no es muy atractivo, ya que en el mundoposthistórico que describe Fukuyama "no existiría ni arte ni filosofía; noslimitaremos a cuidar los museos de la historia de la humanidad", y añora­remos tiempos pasados. Tal como agrega al final de su texto: "quién sabe siesta misma perspectiva de aburrimiento, al final servirá para que la historiavuelva a comenzar".

A pesar de todo, la propuesta de Fukuyama no es muy novedosa. Ya muchoantes y desde Francia nos habían invitado a dar por clausurado el terreno de laevolución ideológica, por ejemplo en el texto de Raymond Aron titulado El fin

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LAS PERSUASIONES NEOCO:'\SERVADORAS... 521

de la época ideológica. También Daniel Bell profetizó El fin de las ideologíasen los años sesenta. Y en nuestro ámbito, ya en 1965 Gonzalo Fernández dela Mora, el que fuera ministro de Obras Públicas del dictador Franco, habíapublicado El crepúsculo de las ideologías, una adaptación de las tesis de Bella la idiosincrasia española de la época. En aquella obra Fernández de laMora defendió la sustitución de las ideologías, que según él habían quedadoagotadas, por un tecnocratismo en conjunción con la fe. La propuesta de esteautor se enfrentaba así a la visión tradicionalista del nacional-catolicismo queconsideraba a la razón como enemiga de la fe.

5.2. Culturas en lugar de sociedades

Al igual que Fukuyama, Samuel P. Huntington presentó su tesis en primerlugar en un artículo, ¿Choque de civilizaciones?36, con el título interrogativoy posteriormente lo amplió a formato libro como una afirmación, Choque decivilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Lo significativo del plan­teamiento de Huntington es que se "opone" aparentemente a Fukuyama, aldesplegar un hobbesianismo de rostro culturalista. Él cree que lo definitoriode las sociedades es su pertenencia a una civilización, término que Huntingtonequipara a cultura, entendida en el sentido herderiano. Pero lo cierto es que elreduccionismo de Huntington las hace parecer mónadas, substantivadas, casicerradas en sí mismas y casi sin relación con el exterior. Esto permite su fáciloposición y la clasificación entre culturas amigas y enemigas.

Para Huntington la relación entre culturas es fundamentalmente de conflic­to. Por esta razón se puede decir que su noción de cultura no es muy pacífica.La interacción más relevante de una cultura con el exterior sigue, según él,el patrón del conflicto, y esto le lleva a describir un panorama internacionaloscuro, donde las alianzas están previamente determinadas por la matriz cul­tural a la que se pertenece. Es por ello por lo que, en el binomio cooperacióno conflicto, se decanta casi exclusivamente hacia el conflicto, que pasa a serla esencia de las relaciones internacionales. Aunque dice hablar de culturas,acaba haciendo referencia a una visión idealista casi religiosa, en la cual sereduce la cultura a las religiones como determinantes de una matriz de valo­res, y por lo tanto de una ética, una política, un derecho y una economía. Asínos encontraríamos un mundo poblado por cristianos, musulmanes, judíos,budistas... en lucha permanente.

36 Huntington, Samuel P. ¿Choque de civilizaciones?, Tecnos, Madrid, 2002, publicadooriginalmente en "Clash of Civilizations?", en Foreign Affairs, verano 1993. Y en formade libro: Huntington, Samuel P. Choque de civilizaciones y la reconfiguración del ordenmundial, Paidós, Barcelona, 1997.

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522 JOAK A.'\TÓX ~IELLÓX ~- JO~'L" LAR\ A~LU y LEÓX

El hecho de no contemplar los sucesos históricos dentro del análisis filosóficoy de las ciencias sociales hace perder una perspectiva que, en muchas ocasio­nes, aporta un significado relevante a la interpretación de los textos. Esto esparticularmente sangrante en el caso de Huntington. Como nos recuerda EricWolf escribiendo un texto sobre ese autor: "Inevitablemente, quizás estas cate­gorías abstractas a las que se atribuía realidad se convirtieron en instrumentosintelectuales en la prosecución de la Guerra Fría. (... ) La horrible consecuen­cia de este modo de concebir el mundo fue la teoría de la "urbanización delreclutamiento forzado"3~, según la cual a los vietnamitas se les podría llevara la modernización obligándolos a concentrarse en las ciudades gracias a losbombardeos aéreos y la desfoliación de sus campos. Los nombres se volvieroncosas y las cosas señaladas con una X se las podía considerar como blancosde guerra."'3:'

La continuación de la tesis del "choque cultural" se extendió a ¿Quiénessomos? Los desafíos a la identidad nacional estadounidense, libro donde suracismo culturalista es mucho más explícito. El texto ha tenido menos difusióninternacional al concentrarse de manera excluyente en la pregunta sobre el "serestadounidense", a la cual se da una respuesta previsiblemente identitaria, en laque se reclama una recuperación de los valores tradicionales, de la fe religiosa ydel patriotismo, muy próxima al ya conocido modelo de culto a lo WASP (Whitt:Anglo-Saxon Protestant). La finalidad del discurso es defender una pretendidaidentidad permanentemente amenazada que es electoralmente rentable parael pensamiento neoconservador. Por esta razón este texto, lleno de prejuicios.fue rápidamente contestado, entre otros, en Otro sueño americano39

5.3. ¿Fukuyama vs. Huntington?

Contrariamente a lo que parece, Huntington no se opone a Fukuyama, sino quelo complementa, incluso lo actualiza. Sólo sucede que escriben en dos moment05históricos, Fukuyama durante la caída de Bloque del Este, y Huntington en e~

momento que se plantea la reconfiguración del orden internacional, y con éllE~

vuelta al conflicto internacional que caracteriza nuestra época.Estas dos visiones aparentemente contradictorias han tenido la función de

llenar el imaginario político con metarrelatos sobre el sentido de la historia. SL

Huntington. Samuel F.. "The Bases of Accommodation", en Foreign Affairs, n° 46, 1965.p.655.Wolf Eric R., Europa y los pueblos sin historia, FCE, ~Iéxico, 2005 [1982], p. 20.Huntington. Samuel F. "El reto hispano a EELL", en Foreign Poliey, marzo-abril d~

2004, ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional estadounidense, Paidó:,Barcelona, 2004, el cual fue respondido por Escalante Gonzalbo, Fernando (coord.), Ot."­suello americano. En tomo a ¿Quiénes somos? de Samuel P. Huntington, Paidós, Méxic~2004.

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L\S PERS~L\SIO~ESNEOCO:'\SERI'ADORAS. 523

utilidad no se basa tanto en la veracidad o no de cada uno de los planteamientosespeculativos (difícilmente contrastables), sino en delimitar lo pensable, lostérminos de lo que ha de ser un debate teórico-político o metapolítico. Tras lacaída del enemigo del Imperio del Mal, se dio una perspectiva triunfal con elfin de la historia y el canto a la caída por implosión del bloque soviético. Peroun EEUU sin enemigos vino a ver como fuerzas internas antes cohesionadascontra el comunismo, empezaron a disgregarse del marco político, desde laderecha más radicaL incluso con actos terroristas, (recordemos que se produ­jeron atentados contra edificios gubernamentales, por parte de grupos de laextrema derecha estadounidense). La reinvención de la figura del enemigo vinoa cargo de Huntington y el retorno a una concepción de un EEUU amenazadopor nuevos enemigos, esta vez culturales o religiosos.

Por ello había que sustituir al enemigo vencido antes que las miradas delos ciudadanos se dirigieran al interior de su política. Era necesario plantearunos escenarios que centrasen las discusiones políticas en la política exterior,un relato del triunfador que dibuja un glorioso futuro aunque con amenazasde los envidiosos, ya sea de los que todavía están en la historia o de los que nopertenecen a la cultura protestante de los liberales.

Para el neoconservadurismo, la ventaja de este tipo de interpretacionesweberianas de la historia, de estas retóricas del final, es que transforman lahistoria en una narración del éxito moral en la cual, por supuesto, y por lapropia definición, en la moraleja se encuentra el éxito del propio narrador. EricWolf en 1982, escribía acerca de este tipo de metarrelatos:

"Nos han enseñado, tanto en las aulas como fuera de ellas, que existe unaentidad llamada Occidente, y que podemos pensar en este Occidente como sifuera una sociedad de civilización independiente de, y opuesta a, otras socieda­des y civilizaciones. Inclusive muchos de nosotros crecimos creyendo que esteOccidente tenía una genealogía, conforme a la cual la Grecia antigua dio origena Roma, Roma a la Europa cristiana, la Europa cristiana al Renacimiento,el Renacimiento a la Ilustración y la Ilustración a la democracia política y ala Revolución industriaL La industria, cruzada con la democracia, produjo asu vez a los Estados Unidos, en donde encarnaron los derechos a la vida, a lalibertad y a la búsqueda de la felicidad.""o

-lO 'Nolf, Eric R., Europa y los pueblos sin historia, FCE, México, 2005, p. 17. Para una apli­cación a la historia identitaria de Europa se puede consultar el incisivo libro de JosepFontana, Europa ante el espejo, Crítica, Barcelona, 2008.

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524 JüA....\ .~\TÓ.:\ .\IELLÓ,:\ y Jü.~\ Lill.-\ A.\LH Y LEÓ':\

6. EL NEOCONSERVADURISMO TRAS EL 1l/S: WILLIAMKRISTOL y ROBERT KAGAN

6.1. Europa tras los pasos de Estados Unidos

El libro de Robert Kagan Poder)' debilidad41 surgió en una época de falta deentendimiento relativo entre Estados Unidos y Europa, que fue debido a laposición unilateralista en los asuntos internacionales que adoptó el primeroy que le llevó al desprecio de las instituciones internacionales. Es la época enla cual, por ejemplo, John Bolton, quien fue elegido embajador de EEUU en laONU, dijo públicamente que "si el edificio de la ONU en Nueva York perdieradiez pisos, daría absolutamente igual", o en la que Richard Perle publicó enThe Guardian un artículo con el ilustrativo título "Gracias a Dios por la muertede las Naciones Unidas. Su abyecto fracaso sólo nos puede traer la anarquía.El mundo necesita orden"-l2.

En el texto parece que se destile una especie de teoría sobre el "espíritudel pueblo" (Volkgeist) estadounidense y europeo, en la que se caracterizarespectivamente a Europa como vieja, cómoda, burguesa y débil (algo quecorresponde con la típica crítica conseryadora a la burguesía liberal), con unagran predilección por la Yía diplomática en los asuntos de política exterior y enel otro extremo, un Estados Unidos portavoz de un espíritu emprendedor, unanación fuerte con confianza en sí misma, que no tiene miedo de asumir unalínea dura en política exterior, aunque sea de manera unilateral, un EstadosUnidos que recuerda en sus atributos al superhombre nietzscheano, portadorde valores aristocráticos.

Se caracteriza así a Europa por su predilección hacia la vía diplomáticay a los Estados Unidos por la vía bélica, Kant y Hobbes serían los filósofospredilectos respectivos. Si se prefiere una versión más didáctica, a la quetambién alude Kagan, y claramente sexista, Europa estaría representado porVenus y Estados Unidos encarnaría a Marte, una óptica de género que permiteenlazar estos enfoques con los criterios de los pensadores más extremistas dela Derecha Radical europea como Julius Evola (líder teórico del postfascismoradical italiano que goza de amplia repercusión en Europa43 ). Así pues, eneste libro Kagan reclama el acercamiento de EEUU y UE. En sus propiaspalabras, Europa en el ámbito internacional ha pasado a "alejarse del poder,se está trasladando más allá del poder a un mundo autosuficiente regido por

Kagan, Robert, Poder y debilidad. Europa y Estados Unidos en el nuevo orden mundial,Taurus, Madrid, 2003.Perle, Richard, "Thank God for the death of the UX Its abject failure gave us only an­archy. The world needs order", en The Guardian, 21 de marzo de 2003.Antón l\Iellón, Joan, "Julius Evola 11898·19741. Ideólogo de la Derecha Radical EuropeaContemporánea", en Simón, '\'Iiguel Ángel, La extrema derecha en Europa desde 1945 anuestros días, Tecnos, Madrid, 2007.

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LAS PERS'CASIOXES .\'EOCO.\'SER\-_illORAS... 525

normas de negociación y cooperación transnacional, al mismo tiempo que seadentra en un paraíso posthistórico de paz y relativa prosperidad. Mientrastanto Estados Unidos sigue enfangado en su historia, ejerciendo su poder en unmundo anárquico y hobbesiano en el que el derecho y los usos internacionaleshan dejado de merecer confianza y donde la verdadera seguridad, la defensay el fomento de un orden liberal sigue siendo dependiente de la posesión y eluso del poder militar".

Se trata básicamente de una invitación a Europa a que siga los pasos deEstados Unidos en un momento en que esta potencia se siente suficientemen­te superior al resto y capaz de resolver los temas que afectan a sus interesesde manera unilateral iléase "imperialista"). Consecuencia de ello serían lasinvasiones de Afganistán e Irak.

6.2. EEUU, un imperio amenazado

Peligros Presentes~~ se puede considerar como una especie de libro de doctrinaneoconservadora. Este texto tiene como antecedente un artículo titulado "Poruna política exterior neo-reaganiana" que fue publicado en Foreign Affair, en1996, y en el que ya se reclamaba el retorno a una política de un imperialismode "poder duro", al estilo de la década de Ronald Reagan. Tanto el artículocomo el libro recogen la herencia del Comité Peligro Presente, que fue fundadoen 1950. En el año 2004 este comité defendía el incremento del gasto militarpara mantener a los Estados Unidos en una posición dominante en la escenamundial. En su declaración de principios se puede encontrar que sus objetivoseran "proteger y extender la democracia mediante la victoria en la guerra globalcontra el terrorismo y los movimientos e ideologías que los dirigen". Hemosde tener en cuenta que el "peligro presente" del que se habla no es un peligrofundamentalmente exterior, sino que es un peligro de base interior que consisteen la pretendida decadencia propia de una potencia que ha bajado la guardia,sobre todo durante las Administraciones de Clinton, lo que se interpreta enclave moral como una pérdida de valores y del carácter de Estados Unidos. Espor esta razón que el libro hace un repaso a la situación moral del país a finde reformarla para que pueda mantener y aumentar su posición de dominioen el ámbito internacional.

El libro está formado por textos de los principales autores neoconservadoresy su compilación está a cargo de William Kristol y Robert Kagan, miembros dela segunda generación de neoconservadores, hijos de Irving Kristol y Donald

Present Dangers ha sido parcialmente publicado en castellano en Kristol, William yKagan, Robert, Peligros presentes: soluciones de la 7l uec'a administración Bush ante unacivilización amenazada, Almuzara, Córdoba. 2005, y en Contra el eje del mal, Almuzara,Córdoba, 2005.

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Kagan respectivamente. Tiene una parte dedicada a las supuestas amenazasa la política exterior de EEFl', en la cual se incluyen capítulos dedicados aChina, Rusia, Irak Irán y Corea del ::\orte, estos tres últimos consideradosparte del Eje del }vfal lel capítulo dedicado a Irak fue realizado por el propioRichard Perlel. Otra sección del libro está dedicada a la posición de los alia­dos de EELU, de la UE, Asia e Israel. Se dedican dos capítulos al sector mi­litar, uno sobre su presunto declive de Frederick \Y. Kgan y otro, de WilliamSchneider, trata sobre la importancia de los misiles y la proliferación de lasarmas. La última sección está dedicada al liderazgo de EEUU, y en ella, seda una visión moralista de las relaciones militares, apelando al carácter y ala moralidad (\Villiam Bennen al estatismo (Paul Wolfowitz) y a la fuerza yvoluntad (Donald KaganJ.

Los títulos de los capítulos son lo suficientemente explícitos respecto a loscontenidos, y dejan clara la postura neoconservadora acerca de una llamadaa EEUU para que adopte una posición imperial en el nuevo orden mundial,mediante una escalada belicista.

7. EL FIN MOMENTÁNEO DEL CICLO NEOCONSERVADOR

En los últimos años del gobierno de George W. Bush se presentaron síntomas deagotamiento de la ideología neoconsen'adora debido a sus excesos de belicismo,con fracasos incluidos, y a la crisis económica interna. Ello provocó la pérdidade la mayoría republicana en el Congreso. Ante esta situación, los autoresneoconservadores han iniciado una anticipación a las críticas de sus discursos,con textos que admiten errores tácticos, matizan opiniones, pero sobre todo,y lo que habría que destacar es que dejan intacto el grueso fundamental deldiscurso neoconservador. La diferencia radica en el desplazamiento hacia untipo de argumentación más realista, menos idealista, que admite otros métodos,pero deja intactos sus fines.

La importancia fundamental del libro de FukuyamaAmérica en la encruci­jadé5 es que marca el fin de una etapa y pone de manifiesto el agotamiento dela efectividad de la persuasión neoconservadora. Con este texto Fukuyama sedesmarca del neoconservadurismo, ya que, según él, "el neoconservadurismo, ensu doble condición de símbolo político y cuerpo de pensamiento, ha evolucionadohasta convertirse en algo que ya no puedo apoyar". En este texto, Fukuyamaquiere distanciarse tanto del "neoconservadurismo", como del "realismo" deKissinger, del "internacionalismo liberal" y del "nacionalismo jacksoniano", yesboza su propia propuesta de una nueva visión para las relaciones interna-

Fukuyama, Francis, América en la encrucijada. Democracia, poder y herencia neocon­seruadora, Ediciones B, Barcelona, 2007.

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LAS PERSLASIONES XEOCO.:\SER"ADORAS... 527

cionales, el "wilsonismo realista" (según la terminología de Fukuyama); unasolución de compromiso que consiste en tener como objeto de interés lo que sucedeen el interior de los otros países y recurrir a la utilización de las institucionesinternacionales como medio para legitimar el poder estadounidense.

La obra de Fukuyama aparece justo en el momento a partir del cual comienzala decadencia del muvimiento neoconservador, que en la práctica supondría lapérdida de su influencia en la política de manera directa, con deserciones dentrode la Administración Bush, el juicio mediático contra Paul Wolfowitz... lo quequedaría reflejado en la pérdida por parte los republicanos de las elecciones alCongreso de 2006. Aunque la verdadera preocupación que recorre el libro seala de preservar y transmitir el legado neoconservador, se reconocen algunoserrores tácticos, eso sí, una vez han pasado los hechos.

En un artículo,6 posterior, Fukuyama, siguiendo esta línea, se ratifica enuna solución que además del imperialismo de "poder duro" militar, incluyael "poder blando", por ejemplo a través de acciones humanitarias de "trabajosocial".

De forma análoga en el texto de Robert Kagan El retorno de la historia y elfin de los sueíios"~, que viene a ser una síntesis actualizada y matizada de Podery debilidad y Peligros Presentes, se reduce la agresividad del lenguaje que seempleaba y tras disculpar algunos errores tácticos de los neoconservadores, sevuelve a defender un imperialismo norteamericano, esta vez más inteligente,que sea capaz de respetar las instituciones internacionales cuando le puedanser útiles. En una polémica intra-neoconservadora en que Kagan critica aFukuyama ya Huntington, propone que la "verdadera" división del mundo nose produce entre países fuera y dentro de la Historia, ni entre las diferentesculturas del mundo, sino entre lo que denomina países "democráticos" y países"autocráticos", los cuales estarían preocupados por su soberanía nacional, porlo que propone una alianza mundial de democracias frente a las autocraciasque pueda actuar al margen de la ONU. El texto finaliza en términos de unimperialismo claramente neoconservador: "El futuro del orden internacionalserá establecido por aquellos que tengan el poder y la voluntad colectiva dedarle forma. La cuestión es si las democracias liberales del mundo volverán aestar a la altura de ese reto", previamente el autor ha exigido la reducción delgasto social europeo para afrontar el enorme incremento de gastos militaresque supone este "reto". Estas son las concesiones de Robert Kagan a un ordeninternacional que se desplaza rápidamente desde el unilateralismo americanoa un multilateralismo de potencias, en donde no cabe plantear la posibilidadde un orden mundial justo.

46 Fukuyama, Francis, "El fin de la hegemonía americana", El País, 31 de julio de 2008.Kagan, Robert, El retorno de la historia y el fin de los sueños, Taurus, Madrid, 2008.

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528 JO."'-.'\ ."'-.'\TÓX }IELLÓX y JO."'-.'\ LAR\ A}L\T Y LEÓX

8. CONCLUSIONES: LA RETÓRICA, EL INTELECTUALORGÁNICO Y EL "LEGADO" NEOCONSERVADOR

8.1. La retórica neoconservadora

Tal y como hemos visto, tanto desde un punto de vista general como en loscasos concretos de Fukuyama, Huntington, Kristol y Kagan, la perspectivamayoritariamente culturalista~S y reduccionista de los neoconservadores lespermite tratar los temas fundamentalmente como resultado de un conflictoen el mundo de las ideas. Con este tipo de modelización, la cultura da paso alos valores y, en último término, a la religión, Y es que las culturas que no son"la nuestra" son descritas por los neoconservadores como entidades aisladas,homogéneas, donde pretendidamente rige la tradición atávica (con discrimi­nación de la mujer incluida) y el irracionalismo. Este tipo de reduccionismopermite a los pensadores neoconservadores imaginar de forma simplista unasociedad liberal que ha superado contradicciones graves, que es heterogéneay que disfruta de la igualdad de sexos, en la cual impera un liberalismo sintradiciones primitivas, en fin un liberalismo libre. En ese planteamiento hayun sistema de ideas normalizado, el liberal-capitalista, y el resto de discursoses mostrado como fruto de degeneraciones, o incluso, como una nueva figuradel enemigo. Esto permite hablar de las otras "culturas" sin necesidad de refe­rirse a las desigualdades sociales nacionales e internacionales, ya que cuandose refieren a un determinado acto lo hacen desconociendo su función social.Por ello en el neoconservadurismo se manifiesta explícitamente un racismode corte culturalista.

En el discurso neoconservador ha habido un deslizamiento claro hacia laretórica. Así como durante la Guerra Fría las ideas que se enfrentaban eranel liberalismo y el marxismo, a través de discursos elaborados y mutuamentecriticados, tras la desaparición del enemigo marxista ha tenido lugar la re­creación de un nuevo enemigo cultural: el integrismo. Para hacerle frente eldiscurso ha radicalizado su forma retórica, posiblemente porque su destino es elde ser difundido a través de los medios de comunicación de masas, y porque aloponente se le ha asignado la condición de bárbaro (es decir aquel cuyo hablares un ininteligible sonido carente de razón: bar-bar... ).

Los neoconservadores se amparan en la sombra de Weber49, en la cual han

acentuado los rasgos más derechistas, lo que les sirve para dar pedigrí a susretóricas de la intransigencia, a su enfoque culturalista, a su historicismo idea-

12

-19

Fraser, Nancy, Escalas de Justicia, Herder, Barcelona, 2008, ver sobre todo el apartado"De la redistribución al reconocimiento: el desdichado matrimonio entre culturalismo yneoliberalismo" del capítulo 6: "::'llapa de la imaginación feminista: de la redistribuciónal reconocimiento a la representación".J'vIardones, José ::'vlaría, "La asunción neo-conservadora de 'Weber: el espíritu del capitalis­mo y la ética neo-conservadora", en Sistema: Rel'ista de ciencias sociales, n° 83,1988.

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LAS PERS'CASIONES NEOCOXSERVADORAS... 529

lista, a la religión como explicativa del funcionamiento del sistema económico­social, a sus críticas a la burocracia estatal (no en cambio a la empresarial), asu apelación al desencanto del mundo (racionalidad y perdida de religiosidad),así como a un concepto de la democracia en clave elitista.

La carga retórica que integra el discurso neoconservador ha hecho que algu­nos autores, como J osé María Mardones60

, hayan pensado que nos encontramosno ante una filosofía política, sino ante la religión verdadera del capitalismo,o quizás ante una nueva forma (¿la última?) de la Teología Política que en losaños treinta teorizó Carl Schmitt51 •

8.2. El intelectual orgánico neoconservador

Cuando nos acercamos a las obras de Fukuyama, Huntington, Kristol y Kaganel carácter retórico del pensamiento neoconservador se nos hace evidente. Enla lectura de esas obras lo primero que tendríamos que tener en cuenta esque no nos hallamos ante unos teóricos desinteresados, sino ante ejecutivos yteóricos de la política internacional que compaginan su labor de asesores conla de publicistas, y que han estado vinculados, y aún lo están, a los aparatosdel estado y a las organizaciones empresariales. En el caso de Huntingtones sabido que fue incluso miembro de la Comisión Trilateral62 que, en 1975,elaboró el informe sobre la gobernabilidad de la democracia en las sociedadesoccidentales. Habría que recordar que esa comisión no era ningún centro deestudios independiente, y que en su cúpula estaban el banquero David Roc­kefeller y el que fuera asesor de Seguridad Nacional del presidente JimmyCartel', Zbigniew Brzezinski. Compuesta por grandes empresarios, políticos ysindicalistas afines, en la Comisión Trilateral estaban representadas las tresáreas del mundo capitalista desarrollado (Estado Unidos, Europa y Japón) y sumisión fue la de definir y coordinar nuevas políticas en el sistema capitalista.Una de sus recetas fue la de favorecer el tránsito del Estado de Bienestar alNeoliberalismo.

En la actualidad, los neoconservadores parecen haber generado una alterna­tiva al intelectual comprometido de los años sesenta que tanto criticaron en sutiempo y que se centra en la propuesta de un modelo de intelectual "orgánico",ligado a los aparatos del Estado ya los intereses empresariales. No es por ca­sualidad que se haya construido un puente entre cargos de la Administracióny del mundo empresarial. Es ilustrativo el caso de Dick Cheney, quien pasó

60

.'JI

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530

de la dirección de Halliburton a la vicepresidencia de los EE.UU. También loes el de Fukuyama, miembro de la AEI (American Entreprise Institute) y elde Huntington. Práctica que no le era ajena a Gonzalo Fernández de la Mora,ministro en la época franquista.

Parece que todos los discursos neoconservadores coinciden en un mismoproyecto: tratan de poner en juego nuevos consensos y nuevas actitudes degobierno -de carácter post-liberaL post socialdemócrata, conservador- quesantifiquen el actual status quo.

Resulta un mal síntoma respecto del estado de la teoría el que estos auto­res hayan penetrado en el discurso teórico-político. _Pulte la falta de crítica ola presencia de una crítica débil desde la filosofía y la ciencia política, estosautores han llegado a situarse en régimen de oligopolio (si se me permite lacomparación con uno de los estados más habituales de los mercados), cerrandoel horizonte de la reflexión de forma que las posiciones parezcan ser estar afavor de uno o de otro.

Pero lo peor es que esa oligopolización del debate parece haber dado sentidoa los acontecimientos de los últimos años. Es de lamentar sobre todo que unaposición acrítica haya permitido esto. Las críticas neoconservadoras de losaños setenta al intelectual comprometido con su época y con su sociedad handesembocado en una triste propuesta a favor de un experto encargado de ge­nerar discursos legitimadores de las prácticas políticas al servicio de intereseseconómicos muy concretos. Los autores neoconservadores se hallan más cercade la filosofía de empresa que de la Ciencia Política. Esto quizás haya sidoconsecuencia de lo que supuso una década de "pensamiento único", Quizás seaalgo que no deberíamos olvidar para no caer en la ingenuidad.

8.3. El "legado" neoconservador

Durante el 2008 se celebra el 40 aniversario de Mayo del 68, y durante el 2009el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín. Esta es una buena manerade probar el estado del pensamiento político en nuestra época, que parece designo neoconservador, aunque los republicanos pierdan las elecciones. No espor casualidad que durante la campaña electoral francesa de 2007 NicolásSarkozy le declarase la guerra al espíritu de Mayo del 68, el cual, según él,"había contribuido a debilitar la moral del capitalismo".

El legado neoconservador viene determinado por sus ideas fuerza: guerrapreventiva (preventive self defence), estado de guerra contra el terrorismo,doctrina de la seguridad nacional, posibilidad de exportar la democracia, paxamericana, doctrina de la superioridad militar y de la capacidad de manteneral menos dos guerras simultáneas, todo ello gracias a un incremento constantede los gastos militares.

La guerra preventiva hace alusión al derecho que se otorga EEUU de in­tervenir militarmente como y cuando considere que sus intereses están ame-

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nazados. Recordemos que esta acción bélica se realiza contra una amenaza yno contra una acción del enemigo.

Por otra parte, la doctrina de la seguridad nacional ha supuesto en su pues­ta en práctica el abandono de los principios básicos de un estado de derecho:presunción de inocencia, habeas corpus, derecho a defensa, etc. Por todo elloel despliegue por G. W. Bush de este conjunto de ideas neocons demuestra,una vez más, que más importante que las ideas políticas es el uso que se hacede ellas. Las ideas neocons en acción han llevado a una pérdida de prestigiomundial por parte de Estados Unidos de grandes proporciones.

Lo evidentemente doctrinario de este conjunto de ideas viene dado porquela síntesis ecléctica entre ideas conservadoras y liberales se ha realizado desdeuna óptica en la que el socialdarwinismo y el integrismo cristiano juegan unpapel muy relevante y complementario. El unilateralismo defendido por losteóricos y aplicado por los funcionarios neocons de la Administración Bushsolo se explica por la creencia53 de que el más poderoso siempre debe mandary tiene razón, y además es el elegido de Dios en su lucha contra las fuerzasdemoníacas. En clara actitud mesiánica, la teoría neocon defiende que el triun­fo militar sobre sus enemigos supone el triunfo del bien y el progreso de lahumanidad. Como expone el propio presidente Bush en su discurso del 11 deseptiembre de 2002: "Se nos ha encomendado el deber de defender a Américay la libertad... El ideal de América es la esperanza de toda la humanidad". Elpropio Bush, un cristiano renacido que inmediatamente llegado al poder integróen su Administración, al más alto nivel, a los más destacados intelectualesneocons, se refiere constantemente al hablar de que sólo los Estados Unidospueden imponer la paz en el mundo triunfando contra el demonio (euil's tace).y como defiende sin ambigüedades en su discurso del 17 de marzo de 2003:"Los Estados Unidos de América, poseen la autoridad soberana para haceruso de la fuerza en situaciones como esta en la que trata de afianzar su pro­pia seguridad nacional... El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hahecho dejación de su responsabilidad, así que nosotros daremos buena cuentade la nuestra".

A estas alturas, posiblemente lo más preocupante del neoconservadurismosea su legado, una herencia de degradación de la democracia y de las institucio­nes internacionales, de retroceso en los derechos civiles, de confusión entre losintereses privados y los públicos (como ha quedado de manifiesto en la Guerrade Irak), de pérdida de la laicidad del Estado y de una grave reducción de laspolíticas sociales ... Y es por ello, y no por casualidad, que tras estas últimasdécadas de predominio del neoliberalismo económico y neoconservadurismopolítico y cultural, Paul Krugman, el economista liberal, haya escrito: "LosEstados Unidos previos al New Deal eran, al igual que los Estados Unidos delsiglo XXI, un lugar de desigualdades manifiestas por lo que respecta a la dis­tribución del poder y la riqueza yen el que un sistema político nominalmente

Recordemos el viejo aforismo de Ortega: "las ideas se tienen, en las creencias se está".

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democrático no representaba. de hecho, los intereses de la mayoría"O". Es éstauna afirmación que fácilmente puede ser extendida a todo el resto del mundoque se ha dejado influir por este tipo de política. Difícilmente un nuevo gobiernoque esté dentro del paradigma postmaterialista repudiará esta herencia. Entodo caso será su continuador bajo ésta o una nueva marca política. Sería dedesear que en el futuro no nos quejemos ni nos sorprendamos, ni invoquemoschoques culturales, cuando este legado neoconselTador sea adoptado por po­tencias emergentes como China, Rusia, India...

Las ideas políticas cobran vida en la medida en que sirven para justificaractos políticos. Y los actos políticos se miden y juzgan por sus consecuencias.El gran valedor de los intelectuales neocons, el presidente Bush, posiblementeserá juzgado como uno de los peores presidentes de ese país y sus Adminis­traciones como unas de las más doctrinarias por pretender imponer sus ideasfuerza, sin importarles el coste social y humano. En la Historia Universal dela infamia, seguro que se reservaría un capítulo para todo lo que ha provocadola defensa neoconservadora de la libertad y la democracia: Abu Ghraib, lascárceles y centros de torturas secretos repartidos por todo el mundo, Guan­tánamo, entre otros. Una Historia en la que los sueños imperiales provocanpesadillas globales.

Barcelona, agosto de 2008

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Los comentarios o cuestiones sobre el texto pueden enviarse a:

Joan Lara Amat y León Universidad de Barcelona

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íNDICE

Prefacio a la Segunda Edición revisada y ampliada... 11Ramón j1¡Jáiz IComp.)

1. La inclasificable teoría política de Hannah Arendt: poder,acción y juicio................................................................................. 13Rafael del Águila

2. Pluralismo versus monismo: Isaiah Berlin 27Elena García Guitián

3. Leo Strauss y la omnipotencia en política......... 45Javier Roiz

4. Michel Foucault: una insurrección de los saberes someti-dos...................................................................................................... 61Julián Sauquillo

5. John Rawls: logros y límites del último liberalismo políticotradicional........................................................................................ 91Ferrán Requejo y Eduard Gonzalo

6. Teoría del discurso y acción comunicativa en Jürgen Haber-mas..................................................................................................... 135Fernando Vallespín

7. Teoría normativa y empírica de la Democracia en RobertDahl................................................................................................... 163Ramón Máiz

8. La virtud tradicional contramoderna: El pensamiento políticode Alasdair Maclntyre................................................................... 191Carmelo Moreno del Río

9. Charles Taylor: democracia y reconocimiento........................ 211Carlos Thiebaut

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10 Í:'\DICE

10. Michael Walzer: Los fundamentos básicos del liberalismo enentredicho: pluralismo cultural, ciudadanía y justicia.... ..... 233Ricard Zapata-Barrero

11. Seyla Benhabib: hacia un universalismo interactivo y glo-balizado................................ 271Cristina Sánchez },1uflOZ

12. Contrato moral-contrato político: David Paul Gauthier....... 311Ma Pilar González Altable

13. Nancy Fraser: lajusticia como redistribución, reconocimientoy representación............................................................................. 335l'vIaría José Guerra Palmero

14. Martha C. Nussbaum: Liberalismo político de las capaci-dades.................................................................................................. 365¡"'¡Ja Xosé Agra Romero

15. La política sin teoría de Richard Rorty 399Ángel RiL'ero

16. Capacidades, libertades y desarrollo: Amartya Kumar Sen 417J Francisco Áh'arez

17. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe: hacia una teoría radicalde la democracia .. , , , ,.. ,........................ 433Marta Lois

18. Andrew Dobson: La política verde se transforma en teoríapolítica "., .. , ,.. , , ,................................. 455Ángel Valencia Sáiz

19. Diferencia, Justicia y Democracia en Iris Marion Young..... 477A1áriam Martínez

20. Las persuasiones neoconservadoras: F. Fukuyama, S. P. Hun­tington, W. Kristol y R. Kagan...................................................... 507Joan Anton A1ellón y Joan Lara Amat y León

Sobre los autores..... 537

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SOBRE LOS AUTORES

JüAN ANTÓN MELLÓN ([email protected]) es catedrático de CienciaPolítica y de la Administración de la Universidad de Barcelona. Director delÁrea de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Rovira i Virgilide Tarragona. Director del Área de Cultura Política y Valores Democráticosdel Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH). Hapublicado, entre otras obras, Ideologías y movimientos políticos contemporá­neos (Tecnos, 2006), Las ideas políticas en el siglo XXI (Ariel, 2002), Orden,jerarquía y comunidad (Tecnos, 2002) y Pensamiento Político en la EspañaContemporánea 1800-1950 (Teide, 1992).

JüAN LARA AMAT Y LEÓN ([email protected]) es investigador en Filoso­fía del Derecho y Política de la Universidad de Barcelona. Coordinador delSeminario de Filosofía Política de la UB. Investigador del Área de CulturaPolítica y Valores Democráticos del OSPDH y del Grupo de InvestigaciónConsolidado: "Crisis de la Razón Práctica". Es autor de "Cosmopolitismo yanticosmopolitismo en el neoconservadurismo: Fukuyama y Huntington",en Espinosa, J. (ed.l, Filosofía y política en el siglo XXI (Akal, 2008) y de "Laespalda del mundo: Sobre las causas del fracaso de los Derechos Humanos",en García, R. y Ruiz, M. (ed.), El discreto encanto de la Ley. El Derecho en elcine españ.ol contemporáneo (Tirant lo Blanch, 2008). En la actualidad realizasu tesis doctoral sobre El neoconservadurismo: implicaciones en el derecho, lapolítica y el orden internacional.

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Ramón Máiz (Compilador)

Autores: Mª Xosé Agra Romero (USC), J. Francisco Álvarez (UNED), Joan Antón Mellón (UB),

Rafael del Águila (UAM), Elena García Guitián (UAM), Mª Pilar González Altable (UV), Eduard Gonzalo (UPF), Mª José Guerra (ULL), Joan Lara Amat y León (UB),

Marta Lois González (USC), Ramón Máiz (USC), Máriam Martínez (UAM), Carmelo Moreno del Río (UPV), Ferrán Requejo (UPF), Ángel Rivero (UAM), Javier

Roiz (UCM), Cristina Sánchez Muñoz (UAM), Julián Sauquillo (UAM), Carlos Thiebaut (UC3), Ángel Valencia Sáiz (UMA), Fernando Vallespín (UAM) y

Ricard Zapata-Barrero (UPF).

TEORÍAS POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS 2º edición Revisada y ampliada

Tirant lo Blanch, Valencia, 2009, 542 páginas. ISBN: 978-84-9876-463-5