¿Qué le habrá dicho la Virgen al Niño en los meses de gestación?

Como todas las madres, seguro le hablaría, al menos en el silencio de su corazón. Ella adivinaba sus rasgos, ella tejía su futuro, ella lo abrazaba y besaba anticipadamente… porque el amor no sabe de esperas…

Acariciaba su vientre bendito ; y pensando en la redondez de su figura le diría: “Hijo, todo el círculo del mundo has de salvar. Tú eres el Centro y aquí yaces, en el centro de mi ser”

Y le cantaba alegres nanas anticipadas porque ya llegaría el tiempo de sufrir.

Y el Niño la pateaba con dulces caricias. La Vida estaba siendo gestada por una creatura humana. María no podía salir del extasis: “Et Verbum caro factum est”

La Luz crecía en sus entrañas y poco a poco las tinieblas de este mundo se iban disipando…; el calor que la arropaba iba aniquilando el hielo de un mundo si caridad.

Hasta que Lo vio!!! Dios se hizo rostro, y era su propio rostro; Dios se hizo carne, y era su carne!; Dios se hizo ternura y era su propio amor. ¡Te estábamos esperando desde hace siglos, gemíamos, gemíamos, muéstranos tu rostro, te decíamos! Y no eres un Padre airado, un Dios de justicia vengativa, eres un Niño indefenso, amoroso y lleno de ternura. “Yo te adoro –dijo la Virgen- yo te adoro, hijo de Dios e hijo mío, mi Dios y mi todo!”

R.P.Brian Moore