la venta de la empresa

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LA VENTA DE LA EMPRESA Hay que recordar de nuevo que el candidato en un proceso de caza de talentos no se ha presentado voluntariamente a un proceso de selección. Por el contrario, el candidato se halla, debe suponerse, cómodamente asentado en un puesto que certifica su exitosa trayectoria profesional. Es decir, en principio el candidato no solamente no tiene interés en presentarse a ningún proceso de selección sino que, presumiblemente, no siente ningún interés tampoco por cambiar una situación que le es conocida y favorable. Por ello al caza-talentos se le incorpora una obligación adicional: la de vender” la nueva empresa a su o a sus potenciales candidatos. Naturalmente esto no puede significar que el headhunter pueda inventarse una ficción alejada de la realidad, porque ello conllevaría un fracaso futuro cierto, al ver el candidato frustradas sus expectativas y provocaría también el desprestigio profesional del consultor. El headhunter tiene por lo tanto la necesidad de informar con carácter previo a la empresa que contrata sus servicios de la situación de mercado, de los salarios, de otras ventajas extra salariales que sirvan de referencia, … Con ello debe poder configurar una oferta atractiva que eventualmente interese a personas que encajen con el perfil deseado. Complementa la oferta y suele ser relevante a estos efectos, el aportar datos objetivos con respecto a la situación patrimonial de la empresa, sus planes de futuro, sus proyectos de expansión,... Todo este conjunto de elementos debe conocerlos el headhunter para “abordar” a las personas que identifique como idóneas en potencia para cubrir el puesto ofertado y conseguir moverlas a interesarse por cambiar de empresa.

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Page 1: La venta de la empresa

LA VENTA DE LA EMPRESA

Hay que recordar de nuevo que el candidato en un proceso de caza de talentos no se ha presentado voluntariamente a un proceso de selección. Por el contrario, el candidato se halla, debe suponerse, cómodamente asentado en un puesto que certifica su exitosa trayectoria profesional. Es decir, en principio el candidato no solamente no tiene interés en presentarse a ningún proceso de selección sino que, presumiblemente, no siente ningún interés tampoco por cambiar una situación que le es conocida y favorable.

Por ello al caza-talentos se le incorpora una obligación adicional: la de “vender” la nueva empresa a su o a sus potenciales candidatos.

Naturalmente esto no puede significar que el headhunter pueda inventarse una ficción alejada de la realidad, porque ello conllevaría un fracaso futuro cierto, al ver el candidato frustradas sus expectativas y provocaría también el desprestigio profesional del consultor.

El headhunter tiene por lo tanto la necesidad de informar con carácter previo a la empresa que contrata sus servicios de la situación de mercado, de los salarios, de otras ventajas extra salariales que sirvan de referencia, … Con ello debe poder configurar una oferta atractiva que eventualmente interese a personas que encajen con el perfil deseado.

Complementa la oferta y suele ser relevante a estos efectos, el aportar datos objetivos con respecto a la situación patrimonial de la empresa, sus planes de futuro, sus proyectos de expansión,...

Todo este conjunto de elementos debe conocerlos el headhunter para “abordar” a las personas que identifique como idóneas en potencia para cubrir el puesto ofertado y conseguir moverlas a interesarse por cambiar de empresa.