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LA VANGUARDIA ESPAÑOLA DOMINGO, 15 OCTUBRE DE 1972 EL MONUMENTO A COLON, Y SU AUTOR Cayetano Buigas, un arquitecto modernista poco conocido T A Puerta de la Paz, en Barcelona, es un espacio recuperado para la ciudad no hace muchos años. En 1868 se procedió al derribo del baluarte que cerraba ias Ramblas y éste pare- ció ser el anuncio de una serie de reformas que han reunido en el lugar un cúmulo de recuerdos marineros y, en especial, colombinos. El monumento a! gran almirante, la reproducción de la carabela «Santa María» y e! Museo Naval so¡i tres pun- tos que recuerdan el gran descubri- miento y el prólogo de la incorpora- ción de América a la historia del mundo occidental a través de la Coro- na de España- Colón, desde lo alto de su férrea columna, señala hacia el Nuevo Mundo, indiferente a los comentarios que su presencia en el lugar ha suscitado desde que, en vísperas de la I Expo- sición Universal, fue coíocado en su sitio merced a un famosísimo andamio metálico preparado por el arquitecto don Juan Torras Guardiola. Tan famoso fue aquel andamio, que parece haber oscurecido la persona- lidad del arquitecto que proyectó y di- rigió el monumento. Cayetano Buigas Monravá, padre del merecidamente famoso ingeniero y académico don Carlos Buigas, bien merece un comentario a su obra, que, si en el monumento a Colón halla su punto más brillante, tiene, además, un conjunto muy notable de aciertos en construcciones de diversa índole y de aún más diversa ubicación. Cayetano Buigas nació en Barcelo- na el 21 de ¡ulio de 1851, y en la pro- pia ciudad cursó sus estudios prima- rios y secundarios. En 1868 se trasladó a Madrid para empezar la carrera de arquitecto, que interrumpió en 1873 por causa de la guerra carlista, en fa que tomó parte en el bando del pre- tendiente alcanzando el grado de co- ronel de Ingenieros. En 1877 hubo de emigrar, no regre- sando hasta una vez calmados los áni- mos posbélicos. Existiendo desde 1871 Escuela de Arquitectura en Barcelona, terminó aquí su carrera, siendo su título libra- do el día 13 de mayo de 1879. Su formación fue, pues, pareja a la de Gaudí, Cascante, Serrallach, Olive- ras y los demás modernistas catala- nes. Este estilo modernista, o quizá mejor premodernista. está patente en sus obras primerizas. Ostentó diversos cargos oficiales en Pobla de Lillet, Tortosa, Sardanyoia y Masnou. En 1881 construyó la iglesia del Sagrado Corazón de Manacor y, al año siguiente, se le nombró director de las obras del manicomio de Sant 8o i También en 1882 fue nombrado ar- quitecto municipal de Sitges, donde construyó la escalinata a los pies de la iglesia, y el 3 de octubre recibió la noticia de haber sido galardonado con el premio del concurso para el monu- mento a Colón entre 47 participantes. Comenzó las obras en 1883 y las con- cluyó en 1888. Cuando la Exposición Universal fue director de la Sección Marítima, te- niendo a sus órdenes a los jóvenes arquitectos Gabriel Borrell y Buena- ventura Bassegoda. Construyó el via- ducto que, salvando la vía del tren, unía el Palacio de la Industria con el fuerte de San Carlos. Entre 1889 y 1898 realizó, entre otras obras, el mercado de Sitges, el Convento de Concepcionistas, el Pala- cio Cornelia en Vic, el asilo de Mas- nou, la restauración del castillo de Sardanyoia y el Balneario de Vichy Catalán en Caldas de Malavella. De pronto, y en plena euforia de trabajo profesional, dejó su país y se trasladó a Sudamérica. En 1903 se instaló en Buenos Aires y se dio a conocer presentándose a diversos con- cursos. A fines de aquel año pasó a Montevideo, donde, entre 1904 y 1907, construyó el Banco Popular. En 1908 hizo el proyecto neogótico del Monumento Santuario a la Virgen de Minas. Decididamente encarrilado en Uruguay, ganó el concurso para el Jockey Club y redactó proyectos para ia Universidad, Paseo Marítimo, etc. En 1913 regresó a España, donde se presentó al concurso para el monu- mento a Cervantes en Madrid. De este proyecto publicó una detallada memo- ria, como lo había hecho con el mo- numento a Colón, que da idea de la calidad de los trazos de Buigas. Falleció en Barcelona el 7 de no- viembre de 1919 a los 68 años de edad y 40 de profesión, de los cuales diez transcurrieron en tierras americanas. Parece como si el afán viajero de Co- lón se hubiese contagiado al arquitecto que hizo su monumento. Al final de la Rambla, y frente a las turbias aguas del puerto, el monumen- to a Colón es todo un símbolo. Es edificio popular, referencia o hito geo- gráfico que identifican a la ciudad. Desde la estatua del almirante, obra de Atohé, hasta los leones de Valí- mítjana. constituye un ejemplar pro- totípico de monumento. Casi podría decirse que es el monumento por an- tonomasia. Los enemigos de triunfalismos y de- dicaciones siempre lo han aborrecido, y el pintor y crítico Sebastián Junyent propuso, ya en 1902, su inmediata de- molición. Sin embargo, la columna de fundi- ción seguirá en su lugar porque la si- lueta de la ciudad lo exige y para me- moria del almirante y también del ar- quitecto que ¡o ideó. La obra premodernista de Buigas Monravá es notable. Así, el neogoti- cismo de su palacio Cornelia de Vic o el delirante neomudejarismo del bal- neario de Caldas hablan claramente de la enjundia del arquitecto, cuyo nom- bre ha quedado unido a! de Cristóbal Colón. Este controvertido Colón, genovés, catalán, gallego o mallorquín, descu- bridor de una tierra que, según Mada- riaga, conocía de antemano por rela- ción del onubense Sánchez y gracias a la habilidad marinera de los Pinzones. Colón, encaramado en lo alto de su columna barcelonesa, que facilita así la continuación de la controversia so- bre su naturaleza y para feliz recor- dación de un hecho histórico, el de- sembarco en Barcelona en 1493, total- mente ignorado por las crónicas muni- cipales contemporáneas. JUAN BASSEGODA NONELL Fotos: NICOLÁS G. 1. Monumento a Colón en le Puerta de la Paz cuya silueta se utiliza tantas veces como sím- bolo da Barcelona; su arquitec- to, sin embargo, es casi un des- conocido para los barceloneses, aunque gozó de alta estima tan- to en España como en América. 2. El dedo de Colón que, des- de hace muchos años, es, en su inamovilidad, símbolo de lo im- posible en el dicho popular. 3. Primer plano de la escultu- ra que corona el monumento. Pueden apreciarse detalles iné- ditos para sus admiradores a nivel del asfalto. 4.* Arriba, en la cúpula, sobre los datos del monumento, hue- llas de balas, huellas de épocas difíciles. 5. Desde lo alto, una hermo- sa panorámica del puerto, y un recuerdo entrañable del gran almirante: la carabela «Santa Marta».

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LA VANGUARDIA ESPAÑOLA DOMINGO, 15 OCTUBRE DE 1972

EL MONUMENTOA COLON,Y SU AUTORCayetano Buigas, un arquitectomodernista poco conocido

T A Puerta de la Paz, en Barcelona,es un espacio recuperado para la

ciudad no hace muchos años. En 1868se procedió al derribo del baluarteque cerraba ias Ramblas y éste pare-ció ser el anuncio de una serie dereformas que han reunido en el lugarun cúmulo de recuerdos marineros y,en especial, colombinos.

El monumento a! gran almirante, lareproducción de la carabela «SantaMaría» y e! Museo Naval so¡i tres pun-tos que recuerdan el gran descubri-miento y el prólogo de la incorpora-ción de América a la historia delmundo occidental a través de la Coro-na de España-

Colón, desde lo alto de su férreacolumna, señala hacia el Nuevo Mundo,indiferente a los comentarios que supresencia en el lugar ha suscitadodesde que, en vísperas de la I Expo-sición Universal, fue coíocado en susitio merced a un famosísimo andamiometálico preparado por el arquitectodon Juan Torras Guardiola.

Tan famoso fue aquel andamio, queparece haber oscurecido la persona-lidad del arquitecto que proyectó y di-rigió el monumento.

Cayetano Buigas Monravá, padre delmerecidamente famoso ingeniero yacadémico don Carlos Buigas, bienmerece un comentario a su obra, que,si en el monumento a Colón halla supunto más brillante, tiene, además, unconjunto muy notable de aciertos enconstrucciones de diversa índole y deaún más diversa ubicación.

Cayetano Buigas nació en Barcelo-na el 21 de ¡ulio de 1851, y en la pro-pia ciudad cursó sus estudios prima-rios y secundarios. En 1868 se trasladóa Madrid para empezar la carrera dearquitecto, que interrumpió en 1873por causa de la guerra carlista, en faque tomó parte en el bando del pre-tendiente alcanzando el grado de co-ronel de Ingenieros.

En 1877 hubo de emigrar, no regre-sando hasta una vez calmados los áni-mos posbélicos.

Existiendo desde 1871 Escuela deArquitectura en Barcelona, terminóaquí su carrera, siendo su título libra-do el día 13 de mayo de 1879.

Su formación fue, pues, pareja a lade Gaudí, Cascante, Serrallach, Olive-ras y los demás modernistas catala-nes. Este estilo modernista, o quizámejor premodernista. está patente ensus obras primerizas.

Ostentó diversos cargos oficiales enPobla de Lillet, Tortosa, Sardanyoia yMasnou. En 1881 construyó la iglesiadel Sagrado Corazón de Manacor y, alaño siguiente, se le nombró directorde las obras del manicomio de Sant8o i

También en 1882 fue nombrado ar-quitecto municipal de Sitges, dondeconstruyó la escalinata a los pies de

la iglesia, y el 3 de octubre recibió lanoticia de haber sido galardonado conel premio del concurso para el monu-mento a Colón entre 47 participantes.Comenzó las obras en 1883 y las con-cluyó en 1888.

Cuando la Exposición Universal fuedirector de la Sección Marítima, te-niendo a sus órdenes a los jóvenesarquitectos Gabriel Borrell y Buena-ventura Bassegoda. Construyó el via-ducto que, salvando la vía del tren,unía el Palacio de la Industria con elfuerte de San Carlos.

Entre 1889 y 1898 realizó, entreotras obras, el mercado de Sitges, elConvento de Concepcionistas, el Pala-cio Cornelia en Vic, el asilo de Mas-nou, la restauración del castillo deSardanyoia y el Balneario de VichyCatalán en Caldas de Malavella.

De pronto, y en plena euforia detrabajo profesional, dejó su país y setrasladó a Sudamérica. En 1903 seinstaló en Buenos Aires y se dio aconocer presentándose a diversos con-cursos. A fines de aquel año pasó aMontevideo, donde, entre 1904 y 1907,construyó el Banco Popular.

En 1908 hizo el proyecto neogóticodel Monumento Santuario a la Virgende Minas. Decididamente encarriladoen Uruguay, ganó el concurso para elJockey Club y redactó proyectos paraia Universidad, Paseo Marítimo, etc.

En 1913 regresó a España, donde sepresentó al concurso para el monu-mento a Cervantes en Madrid. De esteproyecto publicó una detallada memo-ria, como lo había hecho con el mo-numento a Colón, que da idea de lacalidad de los trazos de Buigas.

Falleció en Barcelona el 7 de no-viembre de 1919 a los 68 años de edady 40 de profesión, de los cuales dieztranscurrieron en tierras americanas.Parece como si el afán viajero de Co-lón se hubiese contagiado al arquitectoque hizo su monumento.

Al final de la Rambla, y frente a lasturbias aguas del puerto, el monumen-to a Colón es todo un símbolo. Esedificio popular, referencia o hito geo-gráfico que identifican a la ciudad.

Desde la estatua del almirante, obrade Atohé, hasta los leones de Valí-mítjana. constituye un ejemplar pro-totípico de monumento. Casi podríadecirse que es el monumento por an-tonomasia.

Los enemigos de triunfalismos y de-dicaciones siempre lo han aborrecido,y el pintor y crítico Sebastián Junyentpropuso, ya en 1902, su inmediata de-molición.

Sin embargo, la columna de fundi-ción seguirá en su lugar porque la si-lueta de la ciudad lo exige y para me-moria del almirante y también del ar-quitecto que ¡o ideó.

La obra premodernista de BuigasMonravá es notable. Así, el neogoti-

cismo de su palacio Cornelia de Vico el delirante neomudejarismo del bal-neario de Caldas hablan claramente dela enjundia del arquitecto, cuyo nom-bre ha quedado unido a! de CristóbalColón.

Este controvertido Colón, genovés,catalán, gallego o mallorquín, descu-bridor de una tierra que, según Mada-riaga, conocía de antemano por rela-ción del onubense Sánchez y graciasa la habilidad marinera de los Pinzones.

Colón, encaramado en lo alto de sucolumna barcelonesa, que facilita asíla continuación de la controversia so-bre su naturaleza y para feliz recor-dación de un hecho histórico, el de-sembarco en Barcelona en 1493, total-mente ignorado por las crónicas muni-cipales contemporáneas.

JUAN BASSEGODA NONELL

Fotos: NICOLÁS G.

1. Monumento a Colón en lePuerta de la Paz cuya silueta seutiliza tantas veces como sím-bolo da Barcelona; su arquitec-to, sin embargo, es casi un des-conocido para los barceloneses,aunque gozó de alta estima tan-to en España como en América.

2. El dedo de Colón que, des-de hace muchos años, es, en suinamovilidad, símbolo de lo im-posible en el dicho popular.

3. Primer plano de la escultu-ra que corona el monumento.Pueden apreciarse detalles iné-ditos para sus admiradores anivel del asfalto.

4.* Arriba, en la cúpula, sobrelos datos del monumento, hue-llas de balas, huellas de épocasdifíciles.

5. Desde lo alto, una hermo-sa panorámica del puerto, y unrecuerdo entrañable del granalmirante: la carabela «SantaMarta».