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La vitamina C se encuentra entre los suplementos alimencios que la población puede tomar para protegerse del coronavirus SARS-CoV-2. D urante la actual pandemia de COVID-19 que azota el mundo, muchas personas han hecho compras masivas de vitamina C pensando que podría servirles contra el coronavirus que la provoca. ¿Existe información cienfica que apoye esta idea? La doctora Armida Báez Saldaña, invesgadora del departamento de Biología Celular y Fisiología del Instuto de Invesgaciones Biomédicas de la UNAM, explica que en la literatura angua el escorbuto, enfermedad provocada por la deficiencia de vitamina C, estaba asociado con la neumonía como causa terminal en estos enfermos. Aunque en nuestros días el escorbuto es raro, en la angüedad era frecuente entre marineros después de pasar dos o tres meses en altamar. La vitamina C o ácido ascórbico fue aislado por primera vez en 1928 por Albert Szent-Gyorgy, quien también demostró su propiedad anescorbúca en 1932. En 1953, James Lind descubrió la cura del escorbuto por medio del consumo de frutos cítricos. Actualmente se sabe que el consumo diario de estos frutos ricos en vitamina C está relacionado con pulmones saludables. La doctora Báez Saldaña refiere que “muchas infecciones aumentan lo que se conoce como estrés oxidavo. Como parte de este proceso, los fagocitos, células del sistema inmunitario que se encuentran en la sangre, liberan agentes oxidantes que se llaman especies reacvas de oxígeno. Esto desacva virus y mata bacterias”. Asimismo, los fagocitos usan un sistema especial de importación de ácido dehidroascórbico, que es una forma oxidada de la vitamina C. Cuando el ácido dehidroascórbico entra a la célula, se transforma en vitamina C y la protege por su potente acción anoxidante. Cuando el sistema inmunitario responde a patógenos como la influenza A y el catarro común, disminuyen los niveles de vitamina C en plasma, leucocitos y orina. Estos efectos han llevado a que algunos médicos suplementen con esta vitamina a las personas con catarro común o influenza, evitando que se reduzcan sus niveles en los leucocitos y en el plasma. El sistema inmune Infección por el SARS-CoV-2 La vitamina D también puede contribuir El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la infección COVID-19, está compuesto por una cadena de ARN envuelta por una proteína; cuando ésta se une a la proteína llamada AC2, que existe en las células del pulmón, llamadas neumocitos po II, permite que el virus se mulplique dentro de la célula y, al hacerlo, termina matándola. Mientras esto sucede, el ARN del coronavirus es reconocido por las células del pulmón como un patógeno y se producen citocinas, sustancias que provocan inflamación y fiebre; éstas, a su vez, reclutan otras células del sistema inmunitario llamadas neutrófilos, que idenfican la amenaza del patógeno y reaccionan destruyendo las paredes entre los alveolos pulmonares y los capilares sanguíneos. Esto úlmo ene como resultado final que el líquido corporal se escape y se acumule en el pulmón causando asfixia. En la literatura cienfica existe evidencia del efecto protector de altas dosis de vitamina C intravenosa, en experimentos de sepsis (fuerte infección en la sangre que provoca falla mulorgánica) inducida. Administrada vía intravenosa, la vitamina C ayuda a mantener la barrera epitelial alveolar y a reducir la acvidad de los neutrófilos que producen inflamación sistémica provocada por la sepsis. En China hay un protocolo de invesgación en el Hospital Zhongnan que ene como objevo evaluar la eficacia clínica y la seguridad de la vitamina C en el tratamiento de la neumonía por COVID-19. Plantean que la infusión de vitamina C puede mejorar el pronósco de las infecciones agudas graves del tracto respiratorio. La vitamina D aminora algunas respuestas de las células del sistema inmunitario y regenera el recubrimiento endotelial. Hay evidencias de que ene un efecto protector contra infecciones agudas, por bacterias y virus, en el tracto respiratorio. Sin embargo, la suple- mentación con vitamina D debe ser controlada por médicos o nutriólogos ya que un exceso produce daño toxicológico. Ante la pandemia de COVID-19, la doctora Báez Saldaña recomienda consumir todos los días algún po de fruta, de preferencia cítrica, verdura, cereal y carne, con lo que el cuerpo estará en condiciones de contender mejor cualquier infección. También sugiere tomar suplementos de vitaminas (entre ellas la vitamina C) y minerales en periodos cortos e intermitentes, siempre bajo la supervisión de especialistas. ¿útil contra el coronavirus? Vitamina Director General: Dr. César A. Domínguez Pérez Tejada; Director de Medios: Ángel Figueroa; edición: Andrés Fernández; coordinación de información: Claudia Juárez; coordinación de diseño: Jareni Ayala; distribución: Cristina Martínez y Liliana Morán; soporte web: Aram Pichardo © 2020 DGDC-UNAM TextoNaix'ieli Castillo; diseño: Jareni Ayala; imágenes Shutterstock.com Escríbenos a [email protected] o llámanos en la CDMX al 55 5622 7303 Busca más información en www.ciencia.unam.mx www.unamiradaalaciencia.unam.mx La UNAM presenta el quehacer de los científicos al alcance de nuestros lectores

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Page 1: La UNAM presenta el quehacer de los cientí˜cos al alcance ...€¦ · de Biología Celular y Fisiología del Ins˛tuto de Inves˛gaciones Biomédicas de la UNAM, explica que en

La vitamina C se encuentra entre los suplementos alimen�cios que la población puede tomar para protegerse del coronavirus SARS-CoV-2.

D urante la actual pandemia de COVID-19 que azota el mundo, muchas personas han hecho compras masivas de vitamina C pensando que podría servirles contra el coronavirus que

la provoca. ¿Existe información cien��ca que apoye esta idea?

La doctora Armida Báez Saldaña, inves�gadora del departamento de Biología Celular y Fisiología del Ins�tuto de Inves�gaciones Biomédicas de la UNAM, explica que en la literatura an�gua el escorbuto, enfermedad provocada por la de�ciencia de vitamina C, estaba asociado con la neumonía como causa terminal en estos enfermos. Aunque en nuestros días el escorbuto es raro, en la an�güedad era frecuente entre marineros después de pasar dos o tres meses en altamar.

La vitamina C o ácido ascórbico fue aislado por primera vez en 1928 por Albert Szent-Gyorgy, quien también demostró su propiedad an�escorbú�ca en 1932. En 1953, James Lind descubrió la cura del escorbuto por medio del consumo de frutos cítricos. Actualmente se sabe que el consumo diario de estos frutos ricos en vitamina C está relacionado con pulmones saludables.

La doctora Báez Saldaña re�ere que “muchas infecciones aumentan lo que se conoce como estrés oxida�vo. Como parte de este proceso, los fagocitos, células del sistema inmunitario que se encuentran en la sangre, liberan agentes oxidantes que se llaman especies reac�vas de oxígeno. Esto desac�va virus y mata bacterias”.

Asimismo, los fagocitos usan un sistema especial de importación de ácido dehidroascórbico, que es una forma oxidada de la vitamina C. Cuando el ácido dehidroascórbico entra a la célula, se transforma en vitamina C y la protege por su potente acción an�oxidante.

Cuando el sistema inmunitario responde a patógenos como la in�uenza A y el catarro común, disminuyen los niveles de vitamina C en plasma, leucocitos y orina. Estos efectos han llevado a que algunos médicos suplementen con esta vitamina a las personas con catarro común o in�uenza,evitando que se reduzcan sus niveles en los leucocitos y en el plasma.

El sistema inmune

Infección por el SARS-CoV-2

La vitamina D también puede contribuir

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la infección COVID-19, está compuesto por una cadena de ARN envuelta por una proteína; cuando ésta se une a la proteína llamada AC2, que existe en las células del pulmón, llamadas neumocitos �po II, permite que el virus se mul�plique dentro de la célula y, al hacerlo, termina matándola.

Mientras esto sucede, el ARN del coronavirus es reconocido por las células del pulmón como un patógeno y se producen citocinas, sustancias que provocan in�amación y �ebre; éstas, a su vez, reclutan otras células del sistema inmunitario llamadas neutró�los, que iden��can la amenaza del patógeno y reaccionan destruyendo las paredes entre los alveolos pulmonares y los capilares sanguíneos. Esto úl�mo �ene como resultado �nal que el líquido corporal se escape y se acumule en el pulmón causando as�xia.

En la literatura cien��ca existe evidencia del efecto protector de altas dosis de vitamina C intravenosa, en experimentos de sepsis (fuerte infección en la sangre que provoca falla mul�orgánica) inducida. Administrada vía intravenosa, la vitamina C ayuda a mantener la barrera epitelial alveolar y a reducir la ac�vidad de los neutró�los que producen in�amación sistémica provocada por la sepsis.

En China hay un protocolo de inves�gación en el Hospital Zhongnan que �ene como obje�vo evaluar la e�cacia clínica y la seguridad de la vitamina C en el tratamiento de la neumonía por COVID-19. Plantean que la infusión de vitamina C puede mejorar el pronós�co de las infecciones agudas graves del tracto respiratorio.

La vitamina D aminora algunas respuestas de las células del sistema inmunitario y regenera el recubrimiento endotelial. Hay evidencias de que �ene un efecto protector contra infecciones agudas, por bacterias y virus, en el tracto respiratorio. Sin embargo, la suple-mentación con vitamina D debe ser controlada por médicos o nutriólogos ya que un exceso produce daño toxicológico.

Ante la pandemia de COVID-19, la doctora Báez Saldaña recomienda consumir todos los días algún �po de fruta, de preferencia cítrica, verdura, cereal y carne, con lo que el cuerpo estará en condiciones de contender mejor cualquier infección. También sugiere tomar suplementos de vitaminas (entre ellas la vitamina C) y minerales en periodos cortos e intermitentes, siempre bajo la supervisión de especialistas.

¿útil contra el coronavirus?

Vitamina

Director General: Dr. César A. Domínguez Pérez Tejada; Director de Medios: Ángel Figueroa; edición: Andrés Fernández; coordinación de información: Claudia Juárez; coordinación de diseño: Jareni Ayala; distribución: Cristina Martínez y Liliana Morán; soporte web: Aram Pichardo © 2020 DGDC-UNAM

TextoNaix'ieli Castillo; diseño: Jareni Ayala; imágenes Shutterstock.comEscríbenos a [email protected] o llámanos en la CDMX al 55 5622 7303 Busca más información en www.ciencia.unam.mx

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