la transformación digital de la banca, a examen · lucionar a la velocidad y en la forma que...

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4 2 al 8 de julio de 2018 RATING BANCA Análisis Rocío Sánchez Barrios Directora de Public Policy Asociación Española de Banca La historia está repleta de eviden- cias de cómo la adaptación a los cambios tecnológicos es un requi- sito para sobrevivir el paso del tiem- po. Pero la historia se olvida fácil- mente o se analiza con insuficiente perspectiva. Con frecuencia las empresas tradicionales en una indus- tria se despistan respecto de lo que está pasando a su alrededor y cuan- do de verdad aprecian lo que ocu- rre en su entorno, es demasiado tar- de para reaccionar. No es el caso del sector bancario, descuiden. Hay tres motivos principales por los que una empresa o una indus- tria se puede ver arrasada por un contexto de disrupción tecnológica en su sector. El primero es la falta de visión res- pecto de lo que está pasando (negar la realidad). Un ejemplo tradicional en este sentido es Nokia, que con- fió en exceso en su éxito pasado y la fuerza de su marca, despreció la importancia y la rapidez de los cam- bios tecnológicos (smartphones) y pasó de ser líder en el sector de la telefonía móvil tener apenas un 3% de cuota de mercado global en una década. El segundo es la falta de capaci- dad para adaptarse y competir en el nuevo entorno. Los cambios que requiere la innovación son costosos y no siempre fáciles de identificar. Se precisa invertir en investigación, en tecnología y equipos, en capta- ción y adaptación del talento nece- sario… Y todo ello para preparase ante un escenario totalmente incier- to difícil de valorar con las métricas a las que las empresas están acos- tumbradas. En tercer lugar, a veces las empre- sas se ven encorsetadas en un mar- co regulatorio demasiado rígido y exigente como para permitirles evo- lucionar a la velocidad y en la forma que requieren los cambios del momento. En el contexto actual el sector bancario se enfrenta a la aparición de innumerables tecnologías de gran potencial (blockchain, big data, inte- ligencia artificial, computación en la nube) y cambios notables en la sociedad en lo referente a su com- portamiento digital. El nuestro, podría ser, de hecho, uno de los sectores en los que el proceso trai- ga más cambios en términos de modelo de negocio ¿Cómo está reaccionando el sector a estos cam- bios? ¿Cómo responde a los tres aspectos mencionados que podrí- an amenazar su negocio futuro? En primer lugar, los bancos tie- nen una visión realista de los des- arrollos tecnológicos y sus implica- ciones y no están parados. Hay una clara conciencia en el sector de que la coyuntura tecnológica actual abre una etapa de cambios importantes y nuevas oportunidades de negocio que abrazar. La banca tiene de par- tida un fuerte componente tecnoló- gico y está ya acostumbrado a inno- var, aunque lo anterior no implica que el sector no afronte un reto mayúsculo. Es difícil encontrar hoy un banco que niegue el fenómeno y no esté embarcado en algún tipo de transformación interna hacia la digi- talización. En mayor o menor medi- da, casi todas las entidades están innovando y haciendo evolucionar su modelo de negocio conscientes de los cambios sociales y tecnoló- gicos. La industria, por lo tanto, no peca de falta de visión respecto del cambio que se avecina. ¿Qué capacidad tiene el sector bancario de adaptarse al nuevo entorno? Sin menospreciar el reto, hay que decir que tiende a exage- rarse el fenómeno como amenaza y a infravalorar la capacidad de res- puesta real de la industria y la opor- tunidad que el momento ofrece. Suele interpretarse que una de las principales amenazas reside en el creciente apetito de nuevos entran- tes por la actividad financiera. Por un lado, nuevas start-ups, nativas digitales, se benefician de modelos de negocio que les hacen ágiles para captar las necesidades de los clien- tes y diseñar respuestas para satis- facerlos. Por otro, las grandes tec- nológicas americanas y asiáticas ya están entrando en algunos segmen- tos del negocio financiero como el de los pagos o los créditos. ¿Tienen estos competidores la capacidad, como algunos auguran, de fagoci- tar el negocio de los bancos? Ana- licémoslo. Por un lado, creemos que el con- texto actual se presta más a la cre- ación de un ecosistema de innova- ción que a un campo de batalla competitivo. Bancos, start-ups inno- vadoras y grandes tecnológicas con- forman y tienen la oportunidad de profundizar un ecosistema colabo- rativo con margen para innumera- bles alianzas cuyo resultado, posi- blemente, no lo puedan alcanzar las empresas de manera individual. Un ecosistema, además, en el que ganan casi todos, empezando por los clientes; pierden posiblemente los que no se sumen a la dinámica de innovación. Por otro lado, y sin que sirva de argumento autocomplaciente, con- viene tener presente dos fortalezas del sector bancario que son clave en el negocio: la confianza y la segu- ridad en el manejo de los datos financieros. El dinero no es un bien cualquiera. Huelga decir que no es lo más importante para los indivi- duos, pero es muy importante; no da la felicidad, pero contribuye a ser feliz y a cubrir necesidades. El dine- ro es, de hecho, una de las princi- pales preocupaciones de los indivi- duos y, por ello, estos son extrema- damente exigentes con aquellos que gestionan sus finanzas y sus aho- rros; la confianza en la gestión del dinero no se otorga tan fácilmente. Lo anterior hace que, por exten- sión, el dato financiero tampoco sea un dato cualquiera: es de hecho un tipo de dato altamente monetizable, es decir, se le puede sacar mucho valor. Ello contrasta con el negocio de las grandes tecnológicas, gene- ralmente basado en datos de alta frecuencia y volumen en compara- ción con los datos del negocio ban- cario, pero de menor valor relativo (menos monetizables). De ahí el inte- rés que despierta el mundo finan- ciero en este sector. El cliente bancario ha otorgado tradicionalmente su confianza a los bancos para la gestión de sus finan- zas y sus datos financieros. Incluso a pesar de la mella reputacional que ha sufrido en la última década el sector bancario, cuando a los clien- tes se les pregunta si confían en su banco, una amplia mayoría respon- de afirmativamente. Esto es fruto de la especial atención que la industria bancaria otorga a la seguridad (y la ciberseguridad) y la protección de datos, ambos orientados, en esen- cia, a la protección de las finanzas de los individuos y las empresas. La confianza del cliente bancario, sin embargo, no es tan fácilmente trasferible. Las grandes tecnológi- cas tienen muchas cosas buenas de las que puede aprender la industria bancaria, pero a la hora de asegu- rar la seguridad y la confidenciali- dad del tratamiento de los datos, no son necesariamente un ejemplo y eso puede mermar significativamen- te su capacidad para entrar en este sector. ¿Son estas virtudes en el ámbito de la seguridad y la gestión del dato y otras suficientes para afrontar el futuro? No, en este contexto no hay lugar para la autocomplacencia. Los bancos tienen que digitalizar su acti- vidad y ser conscientes de las posi- bilidades que ofrecen los canales móviles en su negocio. No es tanto una cuestión de eficiencia, en la que también hay ganancias, sino de cambio de estrategia de negocio, de relación con el cliente, de cultu- ra y estructura interna, de moderni- zación de infraestructuras internas y todo ello requiere incorporar o des- arrollar capacidades humanas orien- tadas a las nuevas tecnologías y estrategias. Abordemos por último el papel que la regulación bancaria ¿juega a favor o en contra de la transforma- ción del sector bancario? La regu- lación que caracteriza al sector está esencialmente justificada por moti- vos de estabilidad financiera y de protección al consumidor, objetivos que deben prevalecer independien- temente de quién realice la activi- dad financiera concreta. En la actua- lidad, la entrada de nuevos actores al panorama financiero está gene- rando una la asimetría en contexto regulatorio financiero que, en bue- na medida, se deriva de que buena parte de los nuevos entrantes reali- zan actividades financieras que no requieren licencia bancaria, por lo que la regulación que les aplica se limita a la atribuida a dichas activi- dades, si la hay. En el caso de los bancos, la regulación prudencial que se deriva del hecho de tener licen- cia bancaria y es muy demandante (requerimientos de capital, liquidez, apalancamiento…), aplica como paraguas a toda su actividad. En definitiva, una misma actividad, dependiendo de si la realiza un ban- co o no, está sometida a unas exi- gencias regulatorias u otras. No se cumple por lo tanto el principio de que una misma actividad esté some- tida a la misma regulación indepen- dientemente de quién la realiza. Esta asimetría, aparte de ser penalizado- ra para la banca desde el punto de vista competitivo, pone en riesgo la consistencia con la que se vela por la estabilidad financiera y la protec- ción del consumidor. En conclusión, el sector bancario está concienciado e ilusionado con la revolución tecnológica que vivi- mos en estos momentos y tiene capacidad para adaptarse y com- petir en el nuevo contexto. Queda pendiente el reto de que la regula- ción y la supervisión financiera se adapten a este nuevo entorno para preservar tanto las condiciones de estabilidad financiera, seguridad y protección del consumidor, como para asegurar un marco competiti- vo adecuado. La transformación digital de la banca, a examen “Hay una clara conciencia en el sector de que la coyuntura tecnológica actual abre una etapa de cambios importantes y nuevas oportunidades de negocio que abrazar”

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Page 1: La transformación digital de la banca, a examen · lucionar a la velocidad y en la forma que requieren los cambios del momento. En el contexto actual el sector bancario se enfrenta

4 2 al 8 de julio de 2018

RATING BANCA Análisis

■ Rocío Sánchez Barrios Directora de Public PolicyAsociación Española de Banca

La historia está repleta de eviden-cias de cómo la adaptación a loscambios tecnológicos es un requi-sito para sobrevivir el paso del tiem-po. Pero la historia se olvida fácil-mente o se analiza con insuficienteperspectiva. Con frecuencia lasempresas tradicionales en una indus-tria se despistan respecto de lo queestá pasando a su alrededor y cuan-do de verdad aprecian lo que ocu-rre en su entorno, es demasiado tar-de para reaccionar. No es el casodel sector bancario, descuiden.

Hay tres motivos principales porlos que una empresa o una indus-tria se puede ver arrasada por uncontexto de disrupción tecnológicaen su sector.

El primero es la falta de visión res-pecto de lo que está pasando (negarla realidad). Un ejemplo tradicionalen este sentido es Nokia, que con-fió en exceso en su éxito pasado yla fuerza de su marca, despreció laimportancia y la rapidez de los cam-bios tecnológicos (smartphones) ypasó de ser líder en el sector de latelefonía móvil tener apenas un 3%de cuota de mercado global en unadécada.

El segundo es la falta de capaci-dad para adaptarse y competir enel nuevo entorno. Los cambios querequiere la innovación son costososy no siempre fáciles de identificar.Se precisa invertir en investigación,en tecnología y equipos, en capta-

ción y adaptación del talento nece-sario… Y todo ello para preparaseante un escenario totalmente incier-to difícil de valorar con las métricasa las que las empresas están acos-tumbradas.

En tercer lugar, a veces las empre-sas se ven encorsetadas en un mar-co regulatorio demasiado rígido yexigente como para permitirles evo-lucionar a la velocidad y en la formaque requieren los cambios delmomento.

En el contexto actual el sectorbancario se enfrenta a la apariciónde innumerables tecnologías de granpotencial (blockchain, big data, inte-ligencia artificial, computación en lanube) y cambios notables en lasociedad en lo referente a su com-portamiento digital. El nuestro,podría ser, de hecho, uno de lossectores en los que el proceso trai-ga más cambios en términos demodelo de negocio ¿Cómo estáreaccionando el sector a estos cam-bios? ¿Cómo responde a los tresaspectos mencionados que podrí-an amenazar su negocio futuro?

En primer lugar, los bancos tie-nen una visión realista de los des-arrollos tecnológicos y sus implica-ciones y no están parados. Hay unaclara conciencia en el sector de quela coyuntura tecnológica actual abreuna etapa de cambios importantesy nuevas oportunidades de negocioque abrazar. La banca tiene de par-tida un fuerte componente tecnoló-gico y está ya acostumbrado a inno-var, aunque lo anterior no implicaque el sector no afronte un retomayúsculo. Es difícil encontrar hoy

un banco que niegue el fenómeno yno esté embarcado en algún tipo detransformación interna hacia la digi-talización. En mayor o menor medi-da, casi todas las entidades estáninnovando y haciendo evolucionarsu modelo de negocio conscientesde los cambios sociales y tecnoló-gicos. La industria, por lo tanto, nopeca de falta de visión respecto delcambio que se avecina.

¿Qué capacidad tiene el sectorbancario de adaptarse al nuevoentorno? Sin menospreciar el reto,hay que decir que tiende a exage-rarse el fenómeno como amenaza ya infravalorar la capacidad de res-puesta real de la industria y la opor-tunidad que el momento ofrece.Suele interpretarse que una de lasprincipales amenazas reside en elcreciente apetito de nuevos entran-tes por la actividad financiera. Porun lado, nuevas start-ups, nativasdigitales, se benefician de modelosde negocio que les hacen ágiles paracaptar las necesidades de los clien-tes y diseñar respuestas para satis-facerlos. Por otro, las grandes tec-

nológicas americanas y asiáticas yaestán entrando en algunos segmen-tos del negocio financiero como elde los pagos o los créditos. ¿Tienenestos competidores la capacidad,como algunos auguran, de fagoci-tar el negocio de los bancos? Ana-licémoslo.

Por un lado, creemos que el con-texto actual se presta más a la cre-ación de un ecosistema de innova-ción que a un campo de batallacompetitivo. Bancos, start-ups inno-vadoras y grandes tecnológicas con-forman y tienen la oportunidad deprofundizar un ecosistema colabo-rativo con margen para innumera-bles alianzas cuyo resultado, posi-blemente, no lo puedan alcanzar lasempresas de manera individual. Unecosistema, además, en el queganan casi todos, empezando porlos clientes; pierden posiblementelos que no se sumen a la dinámicade innovación.

Por otro lado, y sin que sirva deargumento autocomplaciente, con-viene tener presente dos fortalezasdel sector bancario que son claveen el negocio: la confianza y la segu-ridad en el manejo de los datosfinancieros. El dinero no es un biencualquiera. Huelga decir que no eslo más importante para los indivi-duos, pero es muy importante; noda la felicidad, pero contribuye a serfeliz y a cubrir necesidades. El dine-ro es, de hecho, una de las princi-pales preocupaciones de los indivi-duos y, por ello, estos son extrema-damente exigentes con aquellos quegestionan sus finanzas y sus aho-rros; la confianza en la gestión deldinero no se otorga tan fácilmente.

Lo anterior hace que, por exten-sión, el dato financiero tampoco seaun dato cualquiera: es de hecho untipo de dato altamente monetizable,es decir, se le puede sacar muchovalor. Ello contrasta con el negociode las grandes tecnológicas, gene-ralmente basado en datos de altafrecuencia y volumen en compara-ción con los datos del negocio ban-cario, pero de menor valor relativo(menos monetizables). De ahí el inte-

rés que despierta el mundo finan-ciero en este sector.

El cliente bancario ha otorgadotradicionalmente su confianza a losbancos para la gestión de sus finan-zas y sus datos financieros. Inclusoa pesar de la mella reputacional queha sufrido en la última década elsector bancario, cuando a los clien-tes se les pregunta si confían en subanco, una amplia mayoría respon-de afirmativamente. Esto es fruto dela especial atención que la industriabancaria otorga a la seguridad (y laciberseguridad) y la protección dedatos, ambos orientados, en esen-cia, a la protección de las finanzasde los individuos y las empresas.

La confianza del cliente bancario,sin embargo, no es tan fácilmentetrasferible. Las grandes tecnológi-cas tienen muchas cosas buenas delas que puede aprender la industriabancaria, pero a la hora de asegu-rar la seguridad y la confidenciali-dad del tratamiento de los datos, noson necesariamente un ejemplo yeso puede mermar significativamen-te su capacidad para entrar en estesector.

¿Son estas virtudes en el ámbitode la seguridad y la gestión del datoy otras suficientes para afrontar elfuturo? No, en este contexto no haylugar para la autocomplacencia. Losbancos tienen que digitalizar su acti-vidad y ser conscientes de las posi-bilidades que ofrecen los canalesmóviles en su negocio. No es tantouna cuestión de eficiencia, en la quetambién hay ganancias, sino decambio de estrategia de negocio,de relación con el cliente, de cultu-ra y estructura interna, de moderni-zación de infraestructuras internasy todo ello requiere incorporar o des-arrollar capacidades humanas orien-tadas a las nuevas tecnologías yestrategias.

Abordemos por último el papelque la regulación bancaria ¿juega afavor o en contra de la transforma-ción del sector bancario? La regu-lación que caracteriza al sector estáesencialmente justificada por moti-vos de estabilidad financiera y deprotección al consumidor, objetivosque deben prevalecer independien-temente de quién realice la activi-dad financiera concreta. En la actua-lidad, la entrada de nuevos actoresal panorama financiero está gene-rando una la asimetría en contextoregulatorio financiero que, en bue-na medida, se deriva de que buenaparte de los nuevos entrantes reali-zan actividades financieras que norequieren licencia bancaria, por loque la regulación que les aplica selimita a la atribuida a dichas activi-dades, si la hay. En el caso de losbancos, la regulación prudencial quese deriva del hecho de tener licen-cia bancaria y es muy demandante(requerimientos de capital, liquidez,apalancamiento…), aplica comoparaguas a toda su actividad. Endefinitiva, una misma actividad,dependiendo de si la realiza un ban-co o no, está sometida a unas exi-gencias regulatorias u otras. No secumple por lo tanto el principio deque una misma actividad esté some-tida a la misma regulación indepen-dientemente de quién la realiza. Estaasimetría, aparte de ser penalizado-ra para la banca desde el punto devista competitivo, pone en riesgo laconsistencia con la que se vela porla estabilidad financiera y la protec-ción del consumidor.

En conclusión, el sector bancarioestá concienciado e ilusionado conla revolución tecnológica que vivi-mos en estos momentos y tienecapacidad para adaptarse y com-petir en el nuevo contexto. Quedapendiente el reto de que la regula-ción y la supervisión financiera seadapten a este nuevo entorno parapreservar tanto las condiciones deestabilidad financiera, seguridad yprotección del consumidor, comopara asegurar un marco competiti-vo adecuado.

La transformación digitalde la banca, a examen

“Hay una clara concienciaen el sector de que lacoyuntura tecnológicaactual abre una etapa decambios importantes ynuevas oportunidades denegocio que abrazar”