la television entra al aula
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ABURTO PUEBLA AGEDA CORAL DELGADO MARTÍNEZ MARIA ADILENE
PICAZO LEÓN ROMÁN EZEQUIEL RUIZ GONZÁLEZ JOCELINNE
VEGA VEGA VALERIA
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La televisión sigue siendo un medio de difusión temido, aunque cada vez mas la
anuencia magisterial para trabajar la televisión desde el aula, cobre fuerza como
tendencia entre el magisterio.
Para hacer de la televisión
comercial una aliada en educación
infantil, se requiere, ante todo, la
decisión firme de los maestros para
ejercer una mediación en las
percepciones, apropiaciones y usos
que los niños hacen de la
programación que regularmente
ven.
Lo esencial para iniciar una
mediación de la televidencia de los
niños desde el aula es voluntad,
apertura y sentido común y
educativo.
Permitir que la televisión entre a la escuela, no significa que la televisión haga de las
suyas con el beneplácito de los profesores, significa aprovechar crítica y eficazmente en
beneficio de los niños y de los objetivos educativos de la escuela.
Meter la televisión al aula es usar a ésta como objeto de aprendizaje y como recurso
didáctico para mejorar la educación de los niños.
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La premisa central del trabajo escolar con la televisión es que dado que no es posible
desterrar a la televisión de la vida actual de los niños, hay que facilitar su incorporación
crítica e inteligente en el desarrollo educativo.
La mediación magisterial frente a la televisión es, y así debe de asumirse, una opción
para descargar la practica docente, en la medida en que los referentes televisivos
pueden ser abordados como un estímulo al proceso de enseñanza y aprendizaje en el
aula así como un recurso didáctico para la educación integral de los niños.
La educación televisiva de los niños, su educación como televidentes, no solo es una
estrategia defensiva. Ante todo, debe ser una opción propositiva para desarrollar en
ellos una múltiple capacidad de interacción con su entorno, con el conocimiento, con la
imagen, con la información, con el drama, con la ficción, el suspenso y, por supuesto,
con la diversión. Es una manera de desarrollar en los niños su capacidad de
comunicación y sobre todo de expresión, tan frecuentemente reprimida en su proceso
educativo escolar.
El aprendizaje se logra, no en la memorización,
sino en la expresión de lo aprendido. En un
mundo donde el conocimiento está
multimediado por la televisión y los demás
medios de difusión, es necesario ser
alfabetizados múltiples para poder interactuar
con los diferentes lenguajes a través de los
cuales obtenemos nuestros conocimientos.
GUIA DEL MAESTRO DE EDUCACIÓN BÁSICA
La guía parte de un doble conocimiento. Por un laso, que, en cuanto televidentes, los
niños requieren una educación que les permita dejar de ser espectadores pasivos de la
programación y los oriente para ser sus interlocutores.
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Por el otro, que son los profesores, quienes desde el aula, pueden modificar su
televidencia a partir de una estrategia pedagógica enfocada a intervenir sus
percepciones, apropiaciones y usos de la programación televisiva que ven.
COMO SOMOS TELEVIDENTES
En las conversaciones cotidianas muchas veces abordamos de manera natural nuestros
gustos, preferencias, irritaciones, expectativas y horarios para ver televisión. Lo
hacemos espontáneamente. Nuestros interlocutores también lo hacen y terminamos
comparando nuestras maneras de ser televidentes. Nos percatamos, entonces, que
tenemos conciencias y también diferencias. Que un programa que nos gusto, nos gusto
a nosotros y a aquella con el que hablamos.
EL PROCESO DE TELEVIDENCIA
Al proceso de ver televisión se le ha denominado en forma tradicional como recepción
televisiva. En el campo de la investigación de la comunicación, el nombre con el que
comienza a reconocerse la recepción televisiva, es el de televidencia.
Ver televisión, entonces, es una interacción en varios sentidos: con los referentes
televisivos. Con la experiencia y conocimientos de los televidentes, con sus gustos y
expectativas, con sus intereses.
Los televidentes suelen estar absortos
durante lapsos determinados, con los ojos
fijos en el televisor. No obstante, en sus
mentes se realizan distintas operaciones y
tiene lugar también un consumo simbólico
y una inversión considerable de energía
psíquica.
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Las operaciones mentales que se realizan frente al televisor, aunque no sean
perceptibles por los televidentes, se dividen en cuatro tipos:
Atención
Comprensión
Evaluación
Almacenamiento
Regularmente se pone atención a la pantalla televisiva, aunque esto se realice de
manera automática. Si no hay atención, no es posible comprender aquello que se esta
viendo y escuchando. Y viceversa.
Cuando se ha logrado la comprensión, ha habido atención, y es
posible evaluar lo visto en el televisor. Esta evaluación tiene que
ver con el gusto, a la concordancia entre la nueva información o
las nuevas imágenes, las cuales posee cada televidente como
producto de su experiencia y de asimilaciones anteriores.
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Por ultimo, tiene lugar una operación de almacenamiento, por medio de la cual el
televidente se apropia o desecha la nueva información que le brinda la televisión.
Muchas veces ésta se almacena en lo que se llama la memoria a corto plazo y se
mantiene solo por segundos, minutos u horas. Después de eso se olvida. Otras veces se
deposita lo visto en la televisión en la memoria a largo plazo y se recuerda por periodos
más largos.
Normalmente, la mayoría de los se ve en la televisión se almacena al corto plazo.
El consuno que tiene lugar frente a la televisión es simbólico. De lo ofrecido en la
pantalla, el televidente puede seleccionar, evaluar, aceptar sin pensar, apropiarse o
criticar y rechazar los significados, propuestas,
ideas, informaciones o valores que le son
ofrecidos. Cuando se acepta sin reparos, tiene
lugar un consumo irreflexivo y acrítico de la
televisión. Cuando se reflexiona sobre lo visto,
se despliega una actividad de negociación con
los referentes televisivos. Es entonces cuando
tiene lugar una televidencia activa, que
eventualmente puede llevar a un consumo
crítico de la televisión.
La energía psíquica que se invierte en ver televisión tiene que ver con las diferentes
emociones que son estimuladas por la programación televisiva.
En la medida en que siempre se presentan emociones, operaciones mentales y
consumos variados de los visto en la televisión, el proceso de televidencia es siempre
activo, independientemente de si son o no perceptibles dichas manifestaciones. La
supuesta pasiva de los usuarios es, en todo caso, un estadio adquirido, no natural,
construido y provocado por la televisión comercial para lograr mejor sus fines de
influencia.
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La televisión no solo entra y sale de la casa, sino también de la escuela.
Los escenarios de la televidencia de los niños: casa, vecindario, lugares de juego,
escuela.
En los escenarios donde trascurre la televidencia se llevan a cabo diversas interacciones
con todos aquellos que los conforman. Los grupos concretos que interactúan en cada
escenario constituyen comunidades de apropiación televisiva.
Los escenarios de la televidencia son una mediación situacional, porque en cada uno de
ellos hay ciertas posibilidades y ciertos límites, que favorecen en un sentido o en otro la
apropiación que los televidentes hagan de los referentes televisivos.
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La mediación escolar, se despliega a través de diferentes elementos. El maestro es clave
en esa mediación. Puede adoptar una postura frente a la televisión que ven sus alumnos
o, por el contrario, ejercer una actitud activa tendente a modificar las apropiaciones
televisivas de los niños.
Un componente clave de la mediación escolar en la televisión son los objetivos de
aprendizaje vertidos en los planes de estudio. Es necesario que en ellos se considere
explícitamente una educación televisiva, a fin de que se faciliten las posibilidades para la
intervención pedagógica del maestro y el florecimiento de la cultura critica de la
televidencia. Por eso es urgente que en los planes y programas de estudio futuros se
integren la televisión y los otros medios, no solo como recursos para facilitar la
enseñanza, sino como objetos de estudio y reflexión en el aula.
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Mediaciones de la televidencia:
Videotecnológicas: Lenguaje del medio, recursos técnicos, fidelidad de
reproducción.
Situacionales: Condicionantes espaciales de los escenarios, condicionantes
temporales de los escenarios, posibilidad de concentración/distracción.
Institucionales: Cosmovisión, objetivos, métodos y estilos de socialización. Tipo
de disciplina, reglas y sanciones culturales o institucionales.
Contextuales: Ambiente sociocultural, predisposiciones y sensibilidad social
hacia la TV. Historia y tipo de inserción social de la TV, proclividad a la
participación ciudadana; definición y funcionamiento de la TV, oferta cultural.
Personales: Destrezas comunicativas y cognoscitivas, capacidad analítica y
perceptiva, habilidad argumentativa y de negociación. Desarrollo de la
creatividad, gustos, expectativas y gratificaciones buscadas, experiencia personal,
género y clase social.
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COMENTARIO
Nuevas tecnologías son el mundo que está acaparando la actual sociedad, recursos
didácticos y dinámicos son los recursos a los que nos tenemos que acoplar en el siglo
XXI; para muchos, es difícil poder encontrarle un valor significativo a éste tipo de
comunicación pero realmente, en el ámbito laboral son de gran ayuda.
Encontrarle un buen uso y sobre todo de manera crítica a estas nuevas actualizaciones
para el aprendizaje cuesta mucho trabajo, pero ese trabajo es parte de la Pedagogía;
buscar nuevas maneras de comprensión y sobre todo significación para con los alumnos
es un reto que debemos y tenemos que cumplir. Es por eso que incorporar el mundo
televisivo y computarizado a las aulas de aprendizaje tiene mucho valor ya que así como
la tecnología va avanzando con el tiempo, la sociedad de igual manera va teniendo cada
vez más propósitos para su vida personal y conseguirlos va costando más trabajo cada
año que pasa, y mediante ellos, estos propósitos que nos vamos formando con el
tiempo son más fáciles de alcanzar.
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GUILLERMO OROZCO GÓMEZ