la sillería del coro del convento de san agustín en el

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de justicia determinante; los cuatro jinetes del apocalip- sis, símbolo de la ira de Dios, y la gran ramera sentada so- bre siete montes es la repre- sentación de todas las con- cupiscencias en la Tierra. El grafismo del que Tomas Xuárez y Salvador de Ocam- po abrevaron para la talla de cada panel está inmerso en ese ambiente del siglo XVI, entre el caos apocalíptico y la narrativa del concilio tri- dentino que dictaban puntal observancia en la represen- tación de las imágenes. La representación de animales como camellos, leones, pe- ces y demás, parecieran sur- gir de los bestiarios medie- vales que ellos replicaban sin precisión alguna, los grutes- cos de cabezas de león ru- giente tallados bajo los silla- res, que se levantan y bajan a discrecionalidad, son co- nocidos como misericordias. Su nombre viene de que es- tos modillones funcionaban como recargaderas para los viejos integrantes de la orden que a la hora de los himnos y cantos litúrgicos no resis- tían seguir de pie. El milenarismo no fue un fenómeno exclusivo de los agustinos; tanto francisca- nos como dominicos tuvie- ron puntos de encuentro en torno a esta doctrina, quizás debido a que las tres órde- nes surgieron en un contex- to histórico que transcurrió entre el fin de una era en la que la peste, los conflic- tos entre reinos y las crisis económicas enrarecían el ambiente de un mundo en transformación. La sillería del coro del convento de San Agustín en el Colegio Jesuita de San Ildefonso (III/III) #CulturaUNAMenCasa #QuédateEnCasa #ContigoEnLaDistancia #CapitalCultural #LaSanaDistancia #SanIldefonsoEnCasa #SanIldefonsoEnElTiempo E n el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra es- taba desordenada y vacía y Las tinieblas esta- ban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas, y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Así comienza el libro de Gé- nesis, un mensaje traducido en el tablero de la sillería del convento de San Agustín, especialmente en los pasa- jes que ilustran cada uno de los días en los que Jehová creó el universo. La narrativa escultórica de esta sillería, llena de evo- caciones místicas, cumplía dos posibilidades: por un lado, era funcional con la orden y por otro, con los resabios doctrinales que, tras la conclusión del conci- lio de Trento, en la segunda mitad del siglo XVI, debían de acatar tanto el clero se- cular y regular como todo el orbe cristiano. Con los descubrimientos del siglo XVI, el mundo se amplió y el Nuevo Mundo se convir- tió en un lugar donde la la- bor evangelizadora habría de ser ejecutada con orden para que se cumpliera el manda- to divino y el milenarismo, una tendencia que sustenta- ba que la predica de Jesús seria efectiva después de ser conocida por todos. Las guerras de religión en Eu- ropa y el temor de que estas alteraciones se propagaran en el Nuevo Mundo debía de ser evitadas a toda costa con estricta observancia y perma- nente difusión de lo estable- cido en el Concilio. Por ello, cada pasaje seleccionado en la sillería contiene un sentido litúrgico: al momento de uti- lizarla, los integrantes de la orden tenían presente toda la historia, no por mera casua- lidad, el posicionamiento or- togonal del salón, dispuesto de oriente a poniente, coin- cide con el sitio del coro en el convento, según el milena- rismo que planteaba que Je- sús habría de venir con el sol, mientras que el juicio final llegaría por el otro extremo: y el mar entregó los muertos que había en él, y la muer- te y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. Podría decirse de la sillería es un una Biblia de cedro, su factura excepcional, la se- lección de los pasajes y su narrativa se sujeta a la ex- pulsión del paraíso, sinóni- mo de desobediencia; el sa- crificio de Isaac, símbolo de fe ciega; la torre de babel, la soberbia humana; el juicio del rey Salomón, sinónimo BIBLIOGRAFÍA • Maquívar, Ma. Del Consuelo. “La Sillería de El Generalito” en Antiguo Colegio de San Ildefonso, México, NAFIN, 1997. • Martínez Assad, Carlos. La Sillería de San Agustín. México, UNAM, 2017 • Boorstin, Daniel J. Los Creadores. España, CRÍTICA, 2005. • Osborne, Roger. Civilización, Una historia crítica del mundo occidental . España. Crítica, 2006. ¿Quieres saber más sobre la historia del Colegio de San Ildefonso? Escríbenos a [email protected] Tomás Xuárez, Eva y Adán en jardín del Edén, relieve sobre madera. Sillería del ex convento de San Agustín Cd. de México, S. XVIII Tomás Xuárez, El cuarto sello, la muerte, re- lieve sobre madera. Sillería del ex convento de San Agustín Cd. de México, S. XVIII

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de justicia determinante; los cuatro jinetes del apocalip-sis, símbolo de la ira de Dios, y la gran ramera sentada so-bre siete montes es la repre-sentación de todas las con-cupiscencias en la Tierra.

El grafismo del que Tomas Xuárez y Salvador de Ocam-po abrevaron para la talla de cada panel está inmerso en ese ambiente del siglo XVI, entre el caos apocalíptico y la narrativa del concilio tri-dentino que dictaban puntal observancia en la represen-tación de las imágenes. La representación de animales como camellos, leones, pe-ces y demás, parecieran sur-gir de los bestiarios medie-vales que ellos replicaban sin precisión alguna, los grutes-cos de cabezas de león ru-giente tallados bajo los silla-res, que se levantan y bajan a discrecionalidad, son co-nocidos como misericordias. Su nombre viene de que es-tos modillones funcionaban como recargaderas para los viejos integrantes de la orden que a la hora de los himnos y cantos litúrgicos no resis-tían seguir de pie.

El milenarismo no fue un fenómeno exclusivo de los agustinos; tanto francisca-nos como dominicos tuvie-ron puntos de encuentro en torno a esta doctrina, quizás debido a que las tres órde-nes surgieron en un contex-to histórico que transcurrió entre el fin de una era en la que la peste, los conflic-tos entre reinos y las crisis económicas enrarecían el ambiente de un mundo en transformación.

La sillería del coro del convento de San Agustínen el Colegio Jesuita de San Ildefonso (III/III)

#CulturaUNAMenCasa #QuédateEnCasa #ContigoEnLaDistancia#CapitalCultural #LaSanaDistancia#SanIldefonsoEnCasa #SanIldefonsoEnElTiempo

E n el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra es-taba desordenada

y vacía y Las tinieblas esta-ban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas, y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Así comienza el libro de Gé-nesis, un mensaje traducido en el tablero de la sillería del convento de San Agustín, especialmente en los pasa-jes que ilustran cada uno de los días en los que Jehová creó el universo.

La narrativa escultórica de esta sillería, llena de evo-caciones místicas, cumplía dos posibilidades: por un lado, era funcional con la orden y por otro, con los resabios doctrinales que, tras la conclusión del conci-lio de Trento, en la segunda mitad del siglo XVI, debían de acatar tanto el clero se-cular y regular como todo el orbe cristiano.

Con los descubrimientos del siglo XVI, el mundo se amplió y el Nuevo Mundo se convir-tió en un lugar donde la la-bor evangelizadora habría de ser ejecutada con orden para que se cumpliera el manda-to divino y el milenarismo, una tendencia que sustenta-ba que la predica de Jesús seria efectiva después de ser conocida por todos.

Las guerras de religión en Eu-ropa y el temor de que estas alteraciones se propagaran en el Nuevo Mundo debía de ser evitadas a toda costa con estricta observancia y perma-nente difusión de lo estable-cido en el Concilio. Por ello, cada pasaje seleccionado en la sillería contiene un sentido litúrgico: al momento de uti-lizarla, los integrantes de la orden tenían presente toda la historia, no por mera casua-lidad, el posicionamiento or-togonal del salón, dispuesto de oriente a poniente, coin-cide con el sitio del coro en el convento, según el milena-rismo que planteaba que Je-sús habría de venir con el sol, mientras que el juicio final llegaría por el otro extremo: y el mar entregó los muertos que había en él, y la muer-te y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras.

Podría decirse de la sillería es un una Biblia de cedro, su factura excepcional, la se-lección de los pasajes y su narrativa se sujeta a la ex-pulsión del paraíso, sinóni-mo de desobediencia; el sa-crificio de Isaac, símbolo de fe ciega; la torre de babel, la soberbia humana; el juicio del rey Salomón, sinónimo

BIBLIOGRAFÍA• Maquívar, Ma. Del Consuelo. “La Sillería de El Generalito” en Antiguo Colegio de San Ildefonso, México, NAFIN, 1997.• Martínez Assad, Carlos. La Sillería de San Agustín. México, UNAM, 2017• Boorstin, Daniel J. Los Creadores. España, CRÍTICA, 2005.• Osborne, Roger. Civilización, Una historia crítica del mundo occidental. España. Crítica, 2006.

¿Quieres saber más sobre la historia del Colegio de San Ildefonso? Escríbenos a [email protected]

Tomás Xuárez, Eva y Adán en jardín del Edén, relieve sobre madera. Sillería del ex convento de San Agustín Cd. de México, S. XVIII

Tomás Xuárez, El cuarto sello, la muerte, re-lieve sobre madera. Sillería del ex convento de San Agustín Cd. de México, S. XVIII