la revolución traicionada. miquel amorós

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Miquel Amorós LA REVOLUCIÓN TRAICIONADA La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti

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  • Miquel Amors

    LA REVOLUCIN TRAICIONADALa verdadera historia de Balius

    y Los Amigos de Durruti

  • Ttulo:La revolucin traicionadaLa verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti

    Cubierta y maquetacin: Virus editorial

    Foto de la cubierta: Jos Brangul

    Primera edicin: junio 2003

    Copyright Miquel AmorsCopyright de la presente edicin:

    Lallevir S.L. / VIRUS editorialC/Aurora, 23 baixos08001 BarcelonaT./fax: 93 441 38 14C/e: [email protected]:www.viruseditorial.net

    www.altediciones.com

    Impreso en:Imprenta LUNAMuelle de la Merced, 3, 2 izq.48003 BilboT.: 94 416 75 18Fax: 94 415 32 98C/e: [email protected]

    I.S.B.N.: 84-96044-15-7Depsito legal:

  • Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5I. Escamots . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9II. Pars . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25III. Insurreccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43IV. Octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61V. Renacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81VI. Julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99VII. Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121VIII. Milicias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143IX. Retaguardia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171X. Crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191XI. Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213XII. Traicin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237XIII. Presos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263XIV. Aragn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285XV. FAI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307XVI. Alerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331XVII. Derrota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347XVIII. xodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369XIX. Paria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389XX. Hyres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409

    Principales archivos y publicaciones consultadas . . . . . . . . . . . 425Reediciones de las publicaciones de Los Amigos de Durruti . . 427Libros, artculos y folletos sobre Los Amigos de Durruti . . . . . 429Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431ndice onomstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437

    ndice

  • Escribir la biografa del insigne revolucionario que fue Balius para m ha sidocumplir una tarea pendiente de aos. A finales de la dictadura franquista mispasos en el anarquismo me haban conducido a la crcel y al exilio. La cons-tante agitacin social y la enfermedad de Franco suman a la emigracin pol-tica en cbalas ante el advenimiento de una poca de cambios. En sus clculosespeculativos la realidad espaola contaba poco al lado de otros componen-tes de ms peso, como por ejemplo las convicciones resultantes de esquemasideolgicos inamovibles y caducos o los deseos nacidos de esperanzas conti-nuamente frustradas, todo ello disimulado con desarrollos tcticos nebulososque dejaban traslucir o bien una desorientacin hasta cierto punto ingenua obien un declarado oportunismo. Lo peor eran las previsibles componendasentre el aparato franquista y una semioposicin montada sobre la marcha porel partido estalinista y los socialistas residuales con elementos descolgadosdel rgimen para dejar las cosas tal como estaban, al tiempo que los recinvenidos buscaban acomodo en la escena poltica del posfranquismo.

    Para quienes tenamos en cuenta las posibilidades revolucionarias queencerraban las dificultades de tal pacto por la ruptura poltica yo diramejor por la digestin tranquila del franquismo, dificultades incrementa-das por la intervencin inesperada de las masas proletarias desbordando elhorizonte reducido de una oposicin comprada, la fecha del 3 de Mayo de1937 era un smbolo. Con toda seguridad, el movimiento obrero, impulsa-do por recientes huelgas, imposible de encuadrar en los sindicatos vertica-les o en los embriones del futuro sindicalismo y enardecido por el debilita-miento de la represin, iba a avanzar durante un tiempo y a crear unasituacin favorable para la formulacin de un proyecto revolucionario. Unbando se constituira con el propsito de derrocar al Estado franquista yhacer la revolucin, y otro opuesto levantaran las fuerzas de oposicindemocrtica, decididas a formar con dicho Estado una gran coalicin deorden para vencer a la revolucin. La victoria pertenecera al contrincanteque hubiera sabido ganar por la mano a su enemigo. El paralelismo entreaquel hipottico desenlace y Mayo del 37, la ocasin perdida del primerasalto proletario a la sociedad de clases, era manifiesto.

    El inters que despertaban las alternativas de Mayo del 37 en tanto quegua del presente era evidente, por lo que el conocimiento de aquellas jor-nadas y de la historia de sus protagonistas indiscutibles, Los Amigos deDurruti, era fundamental como base histrica de un nuevo proyecto revolu-

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    Introduccin

  • cionario en Espaa. Entonces o hablar por primera vez de Balius, secretariode aquella agrupacin. En Pars, rue Vignoles, sede de la CNT, me facilitaronsu direccin, y le escrib ofrecindome para la publicacin de sus recuerdosde Mayo del 37 o de una antologa de textos comentados. Balius estaba deacuerdo, pero ni l ni yo disponamos de documentos ni de medio materialalguno con que ponernos manos a la obra. Adems, l estaba en Hyres y yoen Pars, y las condiciones precarias de ambos nos impedan vernos con laasiduidad que el calibre de la labor requera. Finalmente yo regres a Espa-a y otros tareas ms urgentes acapararon mi atencin, aunque tuve la satis-faccin de ver que Etctera y el Centro de Documentacin Social editabanbuena parte de la produccin de Los Amigos de Durruti.

    Pas el tiempo y pas la poca. Ha quedado atrs el siglo de la Revolu-cin Traicionada, que es como defini Camus la centuria que contuvo laRevolucin Espaola. El proletariado fue vencido y la fatalidad quiere queen su crepsculo como clase yo haya podido reunir tiempo y energas sufi-cientes para escribir esta historia, cuando menos til resulta, tan cierto esque la lucidez resplandece en el ocaso. Ahora el panorama intelectual espobre, la crtica historiogrfica no existe, los rastros de la memoria se vandifuminando y toda una prole de historiadores profesionales trabaja para elolvido. Como consecuencia, la generacin actual vive sin pasado. Los mto-dos de trabajo actuales pueden resultar impensables para quienes exiganrigor y erudicin: hoy parece que para historiar, por ejemplo, la vida de unpersonaje, pongamos por caso, de Jos Martnez, haya que empezar igno-rndolo todo sobre l. El punto de partida es la ignorancia.

    El papel que desempea la revisin historiogrfica moderna consiste enproporcionar una visin de la historia tan en la perspectiva del pensamientodominante que el pasado resulte un ensayo ms o menos imperfecto, ms omenos fallido, del presente. Algunas constantes ilustran este revisionismo: elrepudio de la accin directa y ms an de la violencia no estatal, la justifica-cin de las jerarquas y de sus unilaterales decisiones, la aceptacin de lapoltica como profesin de elegidos y juego entre camarillas, la incitacin alconsenso y a la unidad entre dirigentes, el protagonismo otorgado a trivia-les personajes, la ocultacin del papel de las masas (que cuando actan porsu cuenta son extremistas, romnticas, manipuladas por grupos radica-les, etc.), el silencio en torno a los revolucionarios... Para el historiador revi-sionista la lucha social siempre es un problema de personas; como mucho devanguardias, nunca de clases. Las masas no existen, slo los lderes que lasrepresentan. Las masas sin jefes no son masas, sino grupos de incontrola-dos. Y, por lo tanto, en el 36 nunca hubo revolucin ni revolucionarios; sim-plemente, conspiracin contra las autoridades legtimas. En ese sentido yen otros coinciden bastante con los historiadores estalinistas. El idealismode las masas que no siguen a los dirigentes es objeto de un psicoanlisis quelo disuelve en una suma de motivaciones particulares egostas basadas en laambicin, el resentimiento, la exaltacin, el delirio, la miseria, etc., a las quese opone con todo lujo de datos el prosaico inters cotidiano de la mayorapor la supervivencia. Ante todo es una historia de vencedores que ha de alec-

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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  • cionar a los sbditos en el sistema de valores de la actual clase media urbana,el segmento de la poblacin que mejor refleja los ideales de la dominacin.Por eso es una historia indulgente, sin malos ni buenos, slo con penososerrores y excesos lamentables que-no-han-de-volver-a-repetirse. Es uncuento con moraleja en el que el bien lucha contra el mal. El bien est encar-nado por personajes y partidos concretos cuyo comportamiento puede aco-plarse a la mentalidad dominante actual por ejemplo: Azaa, Companys, laPasionaria, la burguesa liberal, los treintistas; y el mal aparece caricaturi-zado y demonizado hasta ser casi inaprehensible, animando esperpentosextinguidos como el demagogo anticlerical, el falangista fantico, el curaintegrista, el seorito feudal... El bien es la democracia, el mal es el fascis-mo, conceptos que se presentan vacos de contenido, fantasmales.

    Los hechos no bastan, hay que preservar su memoria: tampoco los muer-tos estarn a salvo del enemigo cuando ste venza. Y este enemigo no hacesado de vencer (W. Benjamin). Primero se hace Historia, despus hay quecombatir por ella. La Historia, pues, es algo muy importante como para dejar-la en manos de los historiadores. Afortunadamente no todo ha sido desola-cin en ese campo despus de Bolloten. Siempre sale alguien que siguederroteros opuestos a la historiografa del sistema, como prueba de que elamor a la verdad no tiene remedio. Historiadores de otro tipo se vienen dedi-cando a la restauracin de la verdad de las luchas, el mejor servicio que se lepuede hacer a la causa de la libertad y la emancipacin; mencionar sola-mente a los relacionados con nuestro tema: Agustn Guillamn, Paul Sharkey,Hans Schafranek, Frank Mintz. No dir que para escribir la historia de unarevolucin haga falta haber participado en unas cuantas (aunque no estarade ms), pero creo que si no se hace historia sin pasin, al decir de Hegel,tampoco se escribe historia sin pasin. La objetividad se consigue simpati-zando con el objeto, no huyendo de l. Concretando: para hablar de nuestraguerra civil revolucionaria hay que implicarse en ella, escoger bando y nocontemplar su verdad desde la galaxia Andrmeda, tal como aconseja la his-toriografa moderna ms pretenciosa. De hecho, ella tambin ha escogido subando, el bando contrario, y su aducida neutralidad es slo un artificio paradisimular dicha eleccin. Por consiguiente, quienes mejor escribirn la histo-ria de Los Amigos de Durruti sern los que han sido o todava sean un pocoAmigos de Durruti. Esto no significa dar carta blanca a interpretacioneshagiogrficas y maniqueas, esta vez en sentido contrario al del revisionismo.Ni tampoco sentar ortodoxias: las vas del presente pueden iluminarse con laexperiencia del pasado, pero el presente no es el pasado. Escribir historiaquiere decir acercarse apasionadamente a los hechos, al punto en que stoshablen por s mismos y, consecuentemente, digan la verdad sobre s mismos;luego, que cada cual opine o juzgue. La manera de escribir ms autnticaempieza tratando de pensar como los protagonistas histricos, adoptando supunto de vista, lo cual no es trabajo sencillo. Es tan arduo que sospecho quea Balius le habr sido ms fcil hacer historia que a m tratar de restituirla.

    Miquel Amors, octubre de 2001

    INTRODUCCIN

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  • Que se d, no ya la autonoma, que sta despus de todo es acepta-ble: que se d incluso la independencia a Catalua, y sabis quines

    seran los primeros en no aceptar la independencia de Catalua?Nosotros, no; de ninguna manera; nosotros nos entenderamos muy

    bien y pronto con la burguesa catalana. Sabis, repito, quines ser-an los primeros en no aceptar la independencia de Catalua? Los

    mercaderes de la Lliga Regionalista; la misma burguesa catalana.Salvador Segu, discurso en la Casa del Pueblo de Madrid, 4-X-19

    La pugna a principios del siglo XX entre los intereses econmicos de losfabricantes catalanes y los latifundistas castellanos y andaluces fue la quedetermin la creacin del partido Lliga Regionalista y dio lugar a que losintereses de la burguesa apareciesen en la escena poltica como cuestincatalana. Pero la burguesa nunca fue nacionalista; si se vesta con ese ropa-je era por objetivos de clase. La burguesa solamente se haba consolidadocomo clase en Catalua, de ah su programa localista. Demasiado conserva-dora para enfrentarse con la Monarqua espaola y dependiente del exiguomercado interior, una vez acabada la guerra del 14, haba traicionado a laoposicin de republicanos y socialistas para pactar su entrada en el Gobier-no de la oligarqua agraria, defendiendo desde all sus mercancas con aran-celes y los bajos salarios con la mano de obra que el propio campo andaluzy castellano le enviaba a espuertas. Las luchas obreras organizadas por unaCNT en auge, al desbaratar sus propsitos, la forzaron a organizar bandasde pistoleros y la empujaron en brazos del Ejrcito espaol, totalmenteanticataln, pero ltimo recurso contra el proletariado. Dijo Balius:

    Fueron los aclitos de Camb los que se aprovecharon del alud debrazos que cay sobre nuestros centros industriales. Los nacionalistasde la Lliga no sintieron el menor reparo de hacer dejacin de sus ideaspairalistas cuando se trat de cebarse en el dolor humano. Poco lesimport reemplazar un trabajador cataln por uno espaol que seofreca por una peseta menos [...] La burguesa catalana levant unequipo de mercenarios buena parte de ellos no eran catalanes quecon la pistola y la ayuda incondicional de las autoridades, que sonantpodas al nacionalismo, se empleaban contra los trabajadores

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    I

    Escamots

  • catalanes. La sangre derramada por Segu y otros entraables cama-radas, prueba de una manera inconcusa que el patriotismo o nacio-nalismo burgus es un apartado del programa de clases.1

    Balius recordaba en el exilio que la Monarqua espaola estaba en crisisal menos desde el desastre del Barranco del Lobo y la Semana Trgica en1909; pero en 1917 slo la traicin de la burguesa catalana, atemorizadapor el proletariado, detuvo su cada. El golpe de Primo de Rivera trat desalvar a las dos in extremis:

    De 1917 a 1923 la crisis poltica es manifiesta: en seis aos 13 crisisministeriales y 30 parciales. El Ministerio Maura-Romanones-Camb fra-casa. Maura se inclina hacia la intransigencia anticatalana. Cambvuelve a la oposicin con su famoso discurso: Monarqua? Repblica?Catalua!.2

    La burguesa catalana y la del Norte que podan haber hecho larevolucin democrtico-burguesa, se aliaron con los latifundistas portemor a la clase trabajadora. De esto tenemos pruebas bien patentes.El lder de la burguesa, Francisco Camb, en 1919 se entrega conarmas y bagajes a los latifundistas. La burguesa catalana se atemori-z con la huelga de La Canadiense.3

    La Dictadura primorriverista, si bien auspiciada por Alfonso XIIIpara soslayar las responsabilidades en el matadero de Annual, se ins-taur ante todo, para ahogar la amenaza de tipo social y para frenarlas arremetidas de un proletariado pujante y sobre todo de una CNTque haba conquistado grandes capas de la poblacin laboriosa.4

    La burguesa financiera e industrial puso todos sus recursos en latramoya militar. Restringieron los crditos, sabotearon la economa,implantaron el lock out, provocaron huelgas. Los burgueses catalanesrecibieron con grandes muestras de jbilo la polacada de los milita-res. La etapa de Primo de Rivera se ha de catalogar como un ensayo dela clase dominante para eludir el zarpazo de la clase trabajadora queen las etapas venideras se produce con trazos ms categricos.5

    Sin embargo, no era el nacionalismo patrimonio exclusivo de la bur-guesa catalana. Tambin reflejaba fielmente la idiosincrasia de las clasesmedias, patriotas de blusa y mandil, y resuma su sistema de valores. Lapequea burguesa que no vuela ms all del rea local, fragua un idealpropio, con el propsito de defender su escrofulosa economa. El naciona-lismo les cae al pelo.6 Especialmente a un sector heterogneo compuestopor pequeos negociantes, oficinistas, dependientes de comercio, mdi-cos, abogados y estudiantes muchos de ellos recin emigrados a Barcelo-na desde los alrededores, que se alejaba decepcionado de la poltica de

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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  • la Lliga (un sector de jvenes de la Lliga fund el partido de Acci Catalana,y el coronel retirado Francesc Maci, Estat Catal). Eran un puente entre lapequea burguesa y los obreros, necesario para un nacionalismo radicalsin demasiada afiliacin por lo tanto, sin influencia social y sin tradi-cin de combate, pero que crea en la insurreccin como arma poltica.

    La cada de los imperios tras la Gran Guerra haba propiciado la forma-cin de nuevos Estados y el resurgir del nacionalismo en Europa. Los jvenesnacionalistas se exaltaban con la idea del sacrificio por la patria y se con-vencan con facilidad de la necesidad de la lucha armada como nico mediode liberarla. Los gestos de Maci de presentarse en la Conferencia NacionalCatalana7 con la propuesta de formar un Gobierno cataln y alzarse en armaspara defenderlo y despus, cuando Primo de Rivera dio el golpe de Estado,de renunciar a su escao y exiliarse a Francia, impresionaron vivamente aljoven idealista Balius, que entrara en el nuevo partido, Estat Catal. Su pro-grama obedeca escuetamente a las reivindicaciones de libertad catalana. Sucontenido social, indefinido. Los fundadores fueron los Cardona, Pags, Mar-sans, Escal... Maci fue invitado a acaudillar esa fuerza.8

    Santiago Mara Balius naci el 13 de julio de 1904 en Barcelona, en el domi-cilio familiar de la calle Ausias March, 34, principal. Era hijo de Carmen MirPujol y Santiago Balius Perics, y tuvo tres hermanos9. Yo camaradas, no hesalido del taller ni de la fbrica. Procedo de una familia burguesa, dir sincomplejos en las pginas de El Amigo del Pueblo. Pablo Ruiz nos contaralgo ms de l: El compaero Balius proceda de una acaudalada familia.Nacido en Barcelona, cuando joven le hicieron entrar en un establecimien-to docente y al cabo de algn tiempo obtuvo el bachillerato y ms tarde, enla Facultad de Medicina, para el doctorado, pero una parlisis no le permi-ti concluir sus estudios.10 Su padre era corredor real de comercio y eljoven Balius estudi bachillerato en el colegio de los Jesuitas de la calleCaspe, de 1914 a 1918, continuando en Zaragoza los dos cursos siguientes.El ltimo curso, 1919-1920, lo hizo en Gerona y acto seguido se matriculen la Facultad de Medicina, aprobando sin problemas el curso preparato-rio.11 A partir de entonces se comprometi a fondo con el catalanismo radi-cal y desde sus estudios; solamente aprob Histologa y se examin demuy pocas asignaturas. El propio Balius cuenta:

    Por lo que a m respecta tengo que manifestar simplemente que en1921 empec mis estudios de medicina para ingresar luego en la Facul-tad de Medicina. En aquellos aos los estudiantes catalanes apoyba-mos a Francesc Maci, quien, tras renunciar a su acta de diputado porBorges Blanques, se dio de baja del ejrcito espaol para defender lalibertad del pueblo cataln frente a la Dictadura del general Primo deRivera, y frente a la monarqua borbnica.12

    El hecho de que escogiera la carrera de Medicina no es casual. La Sec-cin de Medicina era la ms activa del Institut dEstudis Catalans. Los jve-

    ESCAMOTS

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  • nes mdicos catalanistas no se limitaban a ejercer su profesin, sino quepredicaban con el ejemplo. Creaban revistas, investigaban, controlabaninstituciones, animaban campaas contra las enfermedades de origensocial y experimentaban con innovaciones teraputicas. No tena nadade extrao que la Facultad de Medicina fuera un vivero de nacionalistas yque Balius fuera captado all y se hiciera escamot es decir, miembro deuno de los grupos de accin del futuro Exrcit catal: en el ao 1924figur en los grupos de accin de Estat Catal, participando en varioshechos.13 Efectivamente, en el fichero del Exrcit Catal leemos: JaumeBalius i Mir, de Barcelona, 18 anys, estudiant de medicina, soci de lesmateixes entitats que lanterior, bona salut. Viu a Llria, 82, 1er 2. Elanterior es su compaero de estudios Josep Alzina i Bofill, de Palafrugell,hospedado en su casa, que es socio de la Protectora A.C. Lliga de N.D. deMontserrat y de la Agrupaci Catalanista dEstudiants.14 El primero enimportancia de estos hechos, sin duda, sera el del enfrentamiento con lapolica en el entierro de ngel Guimer, en julio de aquel ao. AbelardTona, que a la sazn trabajaba para el Directori del partido de Macihaciendo proselitismo, vendiendo el boletn Estat Catal y sellos de coti-zacin, relata en sus memorias:

    Jaume Miravitlles, el jovenssim i entusiasta amic que acabava defer, em pos en contacte amb altres estudiants nacionalistes i, a poc apoc, vaig estar en condicions de formar nuclis a les facultats dEngi-nyers i Dret. Durant tres mesos i escaig en vaig dedicar de ple a lob-jectiu, fins a mitjan mes de maig, quan es va produir el complot deGarraf i les seves derivacions. LEscola de Medicina, que era la msentusiasta, ja estava organitzada i controlada pels escamots dEstatCatal, s a dir, per Compte, Perell, Badia... Per a no suscitar compe-tncies, les quals calia llimar delicadament, vaig decidir amb el Dr.Aiguader de no intervenir-hi de moment. Recordo alguns noms dele-ments amb els quals mentenia: Duran, Balsi i Papasseit.15

    En otro escrito habla de su encuentro con Balius y de la enfermedadque ste arrastrar toda su vida:

    Entre les coneixences amb estudiants daleshores, vaig fer la deSantiago Balius, jovens afectus i agradable. Crec que mel va pre-sentar Papasseit, tamb de molt bon tracte. Ambds eren estudiants demedicina, certament no gaire aplicats. El darrer era qui minformavade la situaci de la nostra organitzaci en aquella Facultat, per taldincloure-la als reports que enviava a Pars a travs del Dr. Aiguader.Per aquell temps Balius comenava a sentir els efectes duna terriblemalaltia una parlisi progressiva, probablement la que porta elnom de Parkinson, dindubtable origen hereditari: Recordis lOs-wald dels Espectres dIbsen la qual cosa no semblava inclinat aadmetre-la lamic.16

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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  • Balius en realidad estaba aquejado de una encefalitis que le haba cau-sado lesiones cerebrales, el resultado de las cuales era una hemiplejia dellado izquierdo con espasmos. Inicialmente le provoc una cojera en lapierna izquierda y una torsin del brazo correspondiente. Pero el carcterprogresivo de la enfermedad, as como su recrudecimiento en los momen-tos de extenuacin, suspenda sobre su cabeza la espada de Damocles de laparlisis y le condenaba de por vida a depender de la asistencia mdica.Precisamente el estudiante Balius tuvo en los hospitales, lugar que visitaraasiduamente muchas veces en su vida como paciente, su primer contactocon el medio obrero, y adquiri en ellos conciencia social. Ms tarde des-cribir vivida y crudamente la realidad de la salud en la sociedad de clases:

    Dirijamos nuestros pasos a los hospitales y a los dispensarios. Lar-gas colas de menesterosos. Color cetrino. La vestimenta revela la tra-gedia social. Sfilis, tuberculosis, blenorragia, tullidos, lisiados. Todoun rosario de dolor. Pero esta desazn humana la vive en su plenitudel desheredado. Examinemos el porcentaje de enfermos que escupe laciudad. Es el proletariado quien tiene las entraas laceradas. Averi-gemos los medios con que cuentan los no favorecidos por la Diosafortuna, para contrarrestar la desigualdad social. Los tuberculososque emergen de los arrabales, han de practicar la cura de reposo en unandamio o cogiendo un pico en una carretera. Y cuando los pulmonesse hallan desgarrados por el bacilo que no perdona, terminan su vidaazarosa en el camastro de un hospital. Es la clase social de los pmu-los salientes, de las mejillas con manchas rojizas, de los ojos hundi-dos, de las orejas apergaminadas y de las espaldas dobladas.

    Pero la burguesa puede acudir a los sanatorios. En ellos hallar lapanacea para sus males. Los centros de salud son levantados por lostrabajadores que, para mayor sarcasmo, desprenden el sudor de sucuerpo para que sus enemigos reconforten su organismo diezmado,con el objeto de proseguir la lucha a muerte en que estn comprometi-dos el capital y el trabajo.17

    Las medidas del general Primo de Rivera tras el golpe de septiembre de1923, tales como la prohibicin del uso del cataln y de la bandera catalanaen las corporaciones, el cierre de la Associaci Protectora de lEnsenyanaCatalana, la destitucin de los ayuntamientos, la clausura de entidadesnacionalistas y otras disposiciones represivas anticatalanas (hasta el OrfeCatal y el Club de Ftbol Barcelona fueron clausurados), llevadas a cabomientras la burguesa catalana prestaba apoyo a la Dictadura, ofrecan unacoyuntura favorable para los mtodos de los nacionalistas radicales. Parastos, el nuevo rgimen demostraba que la va poltica era un fracaso y quesi se quera la independencia no quedaba otro camino que el de la subleva-cin. En consecuencia, Daniel Cardona y Manuel Pags, miembros delDirectori de Estat Catal, trataban de crear una verdadera estructura mili-tar partiendo de los grupos de accin. As pues, Los afiliados a Estat Cata-

    ESCAMOTS

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  • l se organizaban en grupos de once, a lo que se llam escamots. Su finali-dad no era otra que la ya sealada en el programa del partido.18 Cardona,perseguido por la polica, tuvo que exiliarse en agosto de 1924. Una vez enPars, qued decepcionado por el ambiente de adulacin que rodeaba aMaci y empez a dudar de la capacidad de ste para encabezar el movi-miento. Su propsito consista en proporcionar a los inquietos activistascatalanes objetivos prcticos con los que iniciarse en la lucha armada, peroMaci par sus iniciativas porque amenazaban con escapar a su control yconvoc para noviembre en Perpin una asamblea de escamots a la queasisti Balius. Un informe del propio Maci da cuenta de lo sucedido:

    Hi acudiren uns seixanta representants de Catalunya. Alguns dellsrepresentaven escamots, altres, comarques catalanes. Aix vol dir comsi a Perpiny shi haguessin reunit en aplec, alguns milers de catalans.

    Si es t en compte el vigilada que est la frontera en aquests tempsi que la majoria dels concorrents no duien documentaci, es veurlesfor que significa per part daquells seixanta joves haver acudit alAssemblea. La majoria dells hagueren de recrrer camins de mun-tanya eludint la vigilncia fronterera i fent de 12 a 15 hores de cam.Aquesta Assemblea la vaig convocar per tal de salvar una petita crisique travessava lorganitzaci a causa de petites discrepncies decarcter personalista entre certs elements del Directori de lEstat Cata-l de Barcelona. Lacte es va celebrar en mig de gran animaci. Elsvaig assabentar de lestat actual de les coses i dels treballs i plans queanvem realitzant.19

    Acordaron prescindir de los elementos del Directorio que no acudierona la Asamblea por lo tanto, de Cardona y formar un nuevo Directoriocon representacin directa de los escamots. Pags y el poeta Gassol anti-guo seminarista, funcionario del Ayuntamiento de Barcelona y poetapatritico quedaron encargados de ejecutar en Catalua los acuerdosasamblearios; pero a los dos das de haber vuelto a Barcelona se present lapolica en casa del poeta, y al da siguiente en la de Pags, pudiendo esca-parse ambos por los pelos y pasar de nuevo a Francia. Por entonces suce-dieron los hechos de Vera de Bidasoa y los provocados por el gobernadorde Barcelona, Martnez Anido, en las Atarazanas de Barcelona, lo cual lepermiti arreciar la represin contra el anarquismo varios militantes fue-ron fusilados y el nacionalismo radical:

    Un dels primers intents que se li endevin fou el de desorganitzarels escamots i dispersar-los. De la repressi que comen en reberen lesconseqncies 12 dels nostres que havien assistit a lAssemblea, entreells un capell. Han estat empresonats prop dun mes. Es de lloar les-perit i la moral que mantingueren tots ells, no deixant-se impressionarni per les promeses ni per les amenaces que els feien, negant tot el quehavien de negar [...] Un altre dels resultats fou el Front nic i lacord

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  • que hi ha entre tots els elements organitzats que creuen en laccidirecta i que estan disposats a anar a la lluita.20

    Balius perteneca al grupo Les Rondes Volants, que tena por jefe aMarcel Perell, en estrecho contacto con Cardona. Abelard Tona cont lospormenores del viaje a Perpin segn relato del propio Balius, cuya saludresult bastante maltrecha a causa de haver participat a lexcursi perassistir a la convocatria dassemblea de Perpiny, amb una infecci bleno-rrgica. En recordava el parlament inflamat de Ventura Gassol que els con-dua com un profeta. Barrejant-se amb la malaltia que patia i les circums-tncies que considerava casuals, professava un declarat i injust rancor alpoeta, que, s clar, no podia tenir cap responsabilitat amb les desventuresdel jove patriota. sta es la verdad sobre los rumores que posteriormentecircularon en los medios nacionalistas sobre el origen secreto de la enfer-medad de Balius. Al principio de la marcha todo iba bien, entre canciones,sermones patriticos y ancdotas a cargo de Gassol, pero los caminantestuvieron que pasar una noche al raso y al cabo de doce horas tothom esqueixava, particularment Balius, que com a metge en expectativa comena-va a adonar-se del disbarat que estava cometent. Tanmateix, lassemblea vasser una compensaci a les fatigues. Se celebr al curs dun dinar a lHotelde Frana, i un dinar entre joves sempre s motiu de refocilaci, animacique senard amb el discurs inflamat de Gassol, dedicat al capitost i a la sevaempresa dalliberaci.21 La asamblea acab con un improvisado homenajeal general Joffre, de visita por Perpin, pero conviene dejar claro que, sibien Balius consider despus a Gassol un cortesano y un bufn de Maci,en aquel tiempo no pensaba lo mismo, tal como demuestra la loa de una desus hazaas, sacada del retrato del poeta, que hizo en 1934:

    En la Seccin de Cultura del Ayuntamiento, durante la Dictadura,Gassol departa amigablemente con Ignacio Iglesias y con Ainaud. Yen el recinto de los ediles empez a tramar una vasta conspiracin.Recordamos a Gassol hablando con extrema reserva tras las columnasde la planta baja del Municipio. Y en el Ateneo Barcelons daba salidaa su inflamada verborrea. Gassol, de acuerdo con otros seores, orga-niz un levantamiento que no lleg a cuajar. Y en su fogosidad, pres-cinda de toda mediatizacin, llegando a proponer que se prescindie-se del entonces expatriado Maci. Pero la intentona se esfum y Gassolfue perseguido. Y recordando sus tiempos de seminarista, adopt eldisfraz de clrigo para burlar la vigilancia de la polica.22

    Maci, entretanto, se aprest en Pars a firmar un pacto de Libre Alian-za con la CNT y con el sector aberriano del Partido Nacionalista Vasco,en enero de 1925, al que se adhiri el Partido Comunista, y emprendi unviaje a la Unin Sovitica en busca de ayuda para su proyectada incursinarmada en Catalua, pero volvi con las manos vacas. En Catalua, suspartidarios se impacientaban y le acusaban a l y a sus lugartenientes,

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  • cmodamente instalados en Pars, de no tener en cuenta las necesidades dela lucha y frenar todo intento de protesta contra la Dictadura. Jaume Aigua-der, miembro del Directorio en Barcelona, reparta algunas promesas ydinero para herramientas, pero no pareca ser suficiente para acabar conel descontento. Muchos escamots se haban cansado de esperar inactivos y,convencidos de la inoperancia de la direccin de Pars, haban decididoactuar por su cuenta. Daniel Cardona, que diriga los grupos de Perpin yBeziers y prestaba ayuda a toda clase de refugiados espaoles tambin aanarquistas, mantena correspondencia con los disconformes, los cualesya le haban anunciado que una nueva entidad, La Santa Germandat Cata-lana (Bandera Negra) necessita una injecci de bona sang. Davant detanta por i tanta covardia, ja cercarem aquesta sang que manca. La SantaGermandat Catalana es va formant i dintre de poc en sentireu parlar.23 Enuna de las cartas se alude a un hecho protagonizado por Balius:

    Segurament us haureu assabentat de la protesta dels estudiants res-pecte de Martnez Vargas; b: el coix [Balius] demana a la Direcciunes quantes pipes per fer la feina; resultat: que no se li facilit res, ino es pogu fer res de seris. El coix, empipat, crec que sha donat debaixa, ell i els seus companys; jo els aguant, i mirar daprofitar llurestat dnim en profit del negoci. Formaran a la Santa Germandat. [...]Tot aix no vol dir que ens separem dEstat Catal. No. No estem percapelletes. o que volem s que tots actun com han dactuar. I si noactuen per por de ladversari, hauran dactuar per por de nosaltres.24

    El grupo de Balius tena como tapadera la sociedad Serra del Cad, sitaen la calle Vertrallans, n. 4, y all se reunan habitualmente, hasta el puntode ser ms conocidos en los ambientes nacionalistas como els de Vertra-llans. Decididos a la accin inmediata, haban formado un grupo secretoen el seno de los escamots. Maci, que estaba al corriente, haba escrito aCardona rogndole que les desautorizase para evitar donar la sensaci degent desavinguda i dividida; pero ste pensaba igual que aquellos jvenespatriotas que se haban adherido a su celebracin de Sant Jordi como dade Catalunya y que le consideraban cap natural. No los poda dejar en laestacada, por lo que acept la direccin de la empresa y puso las socieda-des que controlaba, el Catalua-Club de Perpin y el Casal Catal deBeziers, al servicio de la nueva organizacin, La Santa Germandat Catalana,La Bandera Negra. Aclara Cardona que Havem redactat lorientaci i lafinalitat de Bandera Negra, considerant-la una organitzaci ms petita, i apoder ser, ms secreta que E.C., sense significar una separaci daquest.Molt al contrari, essent, pel mateix, una organitzaci de control.25 As quemand imprimir unas hojas en cuya cabecera figuraba en letras de molde:La Bandera Negra, Sub-organitzaci dEstat Catal; y en letra menuda seexplicaba que La Bandera Negra onej en l11 de setembre de 1714 abansde la rendici de Barcelona. La Bandera Negra onej pels plans de Lleida icamp de Tarragona, segons la can popular La Dama de Reus. Aixs com

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  • el pur patriotisme cre lOrganitzaci dE.C., nic mtode de lliberar a laPtria, ara es crea La Bandera Negra per salvar aquells principis que han dedeslliurar-la.26 El acta fundacional, fechada el 3 de mayo de 1925, estredactada por Cardona en tonos picos:

    Lobjecte de LA BANDERA NEGRA (SANTA GERMANDAT CATALANA) sde defensa nacional, segons el mtode dacci directa de lOrganitza-ci dEstat Catal; essent-ne una Sub-organitzaci, que vetllar per-qu aquesta no abandoni els principis essencials lliberadors, ni modi-fiqui en el curs de les incidncies de la lluita per la Ptria la seva basedoctrinal, que s el sacrifici heroic.

    LA BANDERA NEGRA (SANTA GERMANDAT CATALANA) no solamentlluitar doncs, contra lenemic, sin que castigar aquells que havent-se comproms no actuin dacord amb la virilitat que han de demos-trar arreu els separatistes catalans.

    Els que sotsignen, patriotes convenuts pel sacrifici, juren sobre lasagrada ensenya de la Ptria, no defallir ni abandonar els seus com-panys durant la lluita, acomplir els acords que la majoria mani, reco-neixent en cas de mancar a naquest jurament el cstic que li siguiaplicat.27

    A continuacin venan las firmas de Marcel Perell, Ramon Xammar,Enric Holgado, Josep Garriga, Jaume Juli, Josep Papasseit, Jaume Balius,Artur Cuss, Emili Granier-Barrera, F. Ferrer, Joan Bertran i Deu y MiquelBadia. Los doce juramentados que aspiraban al sacrificio personal en prode Catalua se reunieron en los bajos del caf Petit Versalles de la plazaUniversidad de Barcelona; y para tan solemne ocasin se confeccionaronunas capuchas y batas negras que nunca se utilizaron.28 Como grupo deaccin organizaron una rotura de placas de denominacin de las calles connombres de personajes relacionados con la Dictadura, colocaron banderascatalanas en lugares significativos de la ciudad, lanzaron petardos, tomaronparte en la campaa contra los almacenes El Siglo y proyectaron atenta-dos.29 La mayora asista a las clases de tcnica militar que imparta el far-macutico Miquel A. Balt, responsable de la Societat dEstudis Militars,institucin clandestina del partido rival de Maci, Acci Catalana. EstatCatal y la SEM haban trabajado conjuntamente en un plan insurreccionalque se esfum como los precedentes, pero del que resultaron unos cursospara la promocin de suboficiales del futuro Exrcit Catal. Cuenta uno delos protagonistas: en el fons, tot tenia un carcter de parada, de jugar asoldats. Una minoria que formava part daquesta agrupaci [la del Cam-ping Club, tapadera de la SEM] ho comprenia aix, i els seus esforos ana-ven orientats a altres finalitats ms immediates.30 La minora en cuestin,el Grup dels Set, al que pertenecan Tona, Miquel Ferrer y Ramn Fabre-gat, se convirti en grupo activista secreto y baraj la posibilidad de unatentado contra el rey aprovechando la visita de ste a Barcelona. Pidicolaboracin a los de La Bandera Negra, grupo que todava no haba hecho

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  • nada serio, y la idea les gust tanto que se la apropiaron.

    El grup de Vertrallans, oficialmente de E.C., o potser millor dit, elsdirectors del grup de Vertrallans, estaven dividits en quant a la tcticaque shavia dempendre. De un cant hi havia en Compte, contrari enabsolut a que es realitzessin atemptats, per disciplina i perqu el capsuprem nera contrari. De laltra banda, hi habia en Perell que rebia lesinsinuacions de Pags-Cardona, favorables a latemptat personal. Enuna paraula: es trobaven front a front el representant oficial de unaorganitzaci i el delegat de una divergncia, que actuava i feia actuaramb el nom de La Bandera Negra.31

    Balius, pocos aos despus, redujo lo que las autoridades llamaron elcomplot de Garraf a sus justas proporciones, es decir, las de un montajepolicial que magnific los hechos: En los aos de la Dictadura los jvenes deEstat Catal se comportaron bien. Conocemos su actuacin en Catalua y enel extranjero. El atentado de Garraf fue el hecho ms saliente. El suceso norevisti la menor importancia y no presupuso un incipiente peligro para lapersona del ex monarca, pero la polica barcelonesa, con el deseo de con-quistar entorchados, le imput un relieve insospechado.32 Los hechos trans-currieron del siguiente modo.33 La Bandera Negra se reuni en los stanosdel Petit Versalles para plantear una accin inmediata. Con toda formalidadse efectu un juicio al rey y se le conden a muerte por unanimidad. La fechade la ejecucin de la sentencia sera la del 26 de mayo, da de la llegada deAlfonso XIII a Barcelona, y se realizara mediante la colocacin de un artefac-to explosivo en la va del tren, dentro del tnel ms prximo a Barcelona, elde Garraf, que por encendido elctrico hiciera saltar por los aires el tren y ala realeza. A lo largo de la fabricacin del artefacto, que pesaba 43 quilos ymeda 40 centmetros, otros militantes se apuntaron al proyecto, como elescamot Miravitlles y el responsable de Serra del Cad y cap descamots jefe de escamots Jaume Compte. Dependientes de drogueras sustrajeronde sus existencias la cantidad necesaria de explosivo, Compte fabric el reci-piente, Civit puso la moto [...] Finalmente el artefacto fue llevado al tnelpero la grava apisonada de las vas se resista a las palas; entonces, fue sacadode all y ocultado lejos de la va, cubierto de matas. Pasaron los das y labomba no se pudo colocar por estar las vas vigiladas por la guardia civil. Elmismo da 26, se reuni de nuevo La Bandera Negra y acord que el rey fueraejecutado en Las Ramblas, el da 29, en la funcin de gala del Liceo. Decidipor sorteo el encargado del atentado y sali elegido Holgado, que no estabapresente, y como substituto, Juli. Balius, amigo de Holgado, fue a contrse-lo y ste declin el nombramiento. Entonces el ejecutor tendra que serJuli, que acept serlo, aunque despus no se present. Los conjurados,decepcionados y furiosos, decidieron hacer un ltimo intento colocando labomba al lado de las vas, dentro del tnel, y esperando que pasase de vueltael convoy con los reyes. El da 31, siete de ellos se dirigieron a Garraf y al lle-gar fueron detenidos. Uno de los siete, Joan Terrs, era un confidente de la

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  • polica infiltrado entre los escamots y les acompaaba a Garraf para marcar-los. Terrs haba sido presentado por el cap del grup Els Erions, EudaldCarbonell, en Vertrallans; y, dado que los jvenes conspiradores se fiaban delprimero que llegaba, se haba introducido en el complot con cierta facili-dad. Los detenidos fueron trasladados a la Jefatura, situada en el Paseo deIsabel II, y duramente interrogados. Como consecuencia de las confesionesarrancadas en los interrogatorios se practicaron nuevas detenciones, entreellas las de Balius y Jaume Compte, que fue torturado. El grado de improvi-sacin con el que se actuaba permiti a la polica arrestar a casi todo elmundo.34 Otros pudieron escapar y pasar la frontera y, una vez en Francia, sepusieron a las rdenes de Maci. Maci haba condenado pblicamente laintentona de magnicidio porque no haba contado con su autorizacin y,sobre todo, porque desaprobaba tal tipo de actos; pero se dio cuenta de lafuerza simblica del ejemplo de Garraf para la causa nacionalista y mandpublicar un manifiesto de solidaridad con los detenidos, llamndoles here-deros de las figuras literarias de la Renaixena en el Butllet dEstat Cataldel 10 de septiembre, editado en Pars. Entretanto, en la crcel, los malos tra-tos estaban a la orden del da y Compte se llev la peor parte hasta que losencerrados protagonizaron un plante. As lo cuenta Balius:

    Unos oficiales de la crcel se distinguan por sus continuadas pro-vocaciones. Era imposible permanecer impasibles. Y lleg el da en queanarquistas y separatistas iniciaron un plante. Recordamos a queri-dos amigos y compaeros que dieron muestras de una solidaridadexuberante. Y entre esos presos se encontraba Miguel Badia. Y Badiasostuvo la huelga de hambre como el resto de los protestatarios.

    En el patio de la Modelo, departamos amigablemente todos lospresos. La IV galera era un cenculo de soadores.35

    En el patio de la Modelo debati por primera vez con obreros de la CNT,como por ejemplo Dionisio Eroles, sobre las ideas anarquistas. Tambin esta-ban Progreso Rdenas, Adolfo Ballano, y los futuros dirigentes del BOCDavid Rey, Ramon Magre, Pere Bonet, etc. Balius confesara que durante suestancia en prisin inici su evolucin hacia el anarquismo. Muchos de losdetenidos fueron saliendo de la crcel al no haber pruebas contra ellos, pero,segn una escueta informacin de la prensa de aquellos das, quedandosujetos a proceso aunque por causas no directamente relacionadas con elcomplot.36 En julio solamente eran diez los procesados por el asunto Garraf.Balius guard de la experiencia un buen recuerdo de Compte, hombre gene-roso y desinteresado de puro idealista; y cuando ste muri luchando contralas tropas del general Batet durante la insurreccin de Octubre del 34 en loslocales del CADCI de Barcelona, Balius escribi unas lneas como testimoniode un respeto y una amistad que todava perduraba, aunque ya militaban enbandos alejados: Conocemos a Compte a travs de Garraf. Convivimos conJaume Compte en la crcel. Y hemos conocido a Compte despus de la Rep-blica del 14 de abril. Hemos sido buenos amigos. La losa sepulcral no ser

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  • obstculo para que le sigamos queriendo como a un amigo entraable.37 Encambio, el comportamiento de otro de los detenidos, Miquel Badia, futurojefe de polica de la Generalitat, le mereci la peor de las condenas, apenasmitigada por un comportamiento ms digno en la crcel:

    ...se comport en el atentado de Garraf como un cobarde. A lamenor indicacin de la polica, solt nombres y direcciones. Quiencarg con la represin que sigui al atentado de Garraf fue JaumeCompte. Sufri lo indecible en los calabozos de Jefatura y en las celdasde castigo de la Crcel Modelo de Barcelona.38

    Es digna de tener en cuenta la conducta del hoy fascista MiquelBadia Capell, que sin ser sometido a la ms leve tortura, por pusilani-midad o cobarda facilit a la polica los nombres de todos los queintervinieron en el hecho de Garraf. Hay pruebas concluyentes en elSUMARIO DE GARRAF.39

    A duras penas pudo mantenerse organizada La Bandera Negra con Pere-ll, Juli, Badia, Garriga, Ferrer y Granier-Barrera presos con peticionesde pena de muerte para los cinco primeros, por lo que la seccin france-sa, es decir, Cardona y Pags, actu por libre y proyect la creacin en Parsde un Consell Nacional Catal que abarcara todas las organizaciones separa-tistas, incluida la misma Bandera Negra, en una clara maniobra para despla-zar a Maci de la cabeza del nacionalismo. Alguien de Barcelona asisti a lareunin de Perpin del 7 de octubre con Cardona y los militantes del Ros-selln, donde se consum la escisin con Estat Catal. Entre los acuerdosantimacianistas destacaban un ultimtum y una declaracin de ruptura:

    1. Fer present al Directori dEstat Catal, illegalment constitut aPars, que si dins duna setmana aquesta Organitzaci no rep satisfac-ci en les seves repetides peticions de constituci dun Consell Nacio-nal Catal, el comit directiu daquesta Organitzaci comenar aactuar paralellament o en contra de la Oficina de Pars i elementsadherits. 2. La publicaci en doble full dels dos peridics que iniciarena Catalunya el maximalisme nacionalista La Tralla y Estat Catal,amb idntiques capaleres, per considerar-nos hereus, en la doctrina ien el sacrifici personal i econmic, daquestes publicacions. 3. Anardecididament i separats dels elements de Pars a una Organitzaci decarcter militar. 4. Com que ens considerem igualment soldats de laPtria, com els que segueixen altres organitzacions, trametem aquestsacords a Amrica perque creiem tenir dret als diners i a les eines.40

    La mayora de centros americanos no concedieron importancia a LaBandera Negra y continuaron apoyando a Maci. Pero la propia suborgani-zacin escribi a Cardona mostrndose disconforme con la idea de publi-car un butllet de Estat Catal y La Tralla en Perpin, viendo una contra-

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  • diccin en su deseo de realizar un Front nic y el de demostrar al mismotiempo la ilegalitat de la constituci del Directori de Bois-Colombes. Elauge que empezaba a tomar la causa catalanista representaba un hecho dela mayor importancia, por lo que La Bandera Negra consideraba

    ...del tot inoport en el precs moment que comencen les gestionsper a constituir el Front nic, vulguer publicar un peridic destinat adesacreditar la part bsica sobre la qual t que crear-se ledifici de laUnitat.

    Es evident que no pot sser mai perjudicial per al nostre movimentla publicaci dun peridic ques dediqui a fer propaganda de les nos-tres idees de radicalisme nacionalista. En aquest sentit no podemmerixer ms que b de la Patria. Per no duptem pas quel vostre clarjudici vos fara veure esser indispensable abstenir-se de tota campanyaen contra dels homes que actualment constitueixen el Directori dEsttCatal.41

    Cardona sin embargo public sus crticas en Som!, lo cual motiv porparte de varios miembros de La Bandera Negra una carta de desaprobacinms dura que la anterior:

    Nosaltres que com sabeu vos perteneixem a La Bandera Negra ambms dret que no pas vos mateix, com vos tamb ja sabeu interiorment,car no hi heu tingut altra intervenci que la de voler-la aprofitar percrear noves divisions en el camp separatista, ben lluny de la intencidels que la crearen, us desautoritzem per la nostra part en les cam-panyes defetistes com les que esteu fent [...]

    No voleu un front nic? Prediqueu uni i germanor i no sembreudiscordia. En aix Estat Catal us ha donat un exemple que s el silen-ci amb que escolta els vostres atacs i responent-vos posant-se al costat,interessant-se en tots els sentits per els presos de La Bandera Negra,com vos no haveu dignorar.42

    En noviembre de 1925 empez una nueva tanda de detenciones porgrupos, espaciadas para no alertar a la poblacin catalana con una nuevapersecucin de patriotas, evitando la publicidad involuntaria de la causanacionalista que se dio en lo de Garraf. Es probable que Badia o algnotro cantase las clases de teora militar de la SEM, porque Balt fuedetenido en agosto y se le encontr un fichero con nombres de alumnosy otros documentos comprometedores. A su debido tiempo se procedicon otros cincuenta y ocho entre noviembre y febrero, siendo Balius unode los primeros, adems de Abelard Tona, Eudald Carbonell, Miquel Ferrer,Joan Bertran i Deu i Artur Cuss.43 Eran detenidos para ms escarnio porlos Mossos dEsquadra, a la hora de la comida o de la cena, quedando lapolica al margen. Despus eran llevados al Palacio de la Diputacin y luegoa la crcel. En lo que respecta a Balius, las diligencias de procesamiento

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  • dicen: Resultando que fue detenido el paisano Santiago Balius Mir perte-neciente al grupo o escamot Sierra del Cad, acusado de formar parte delas rondas de este grupo, cuyos principales componentes estn encartadosen la causa por delito de Lesa Majestad ya aludida [el asunto de Garraf], yconsiderando que los hechos realizados se dirigan sin duda alguna al fun-cionamiento y direccin de un Ejrcito, con los fines de lograr por mediode las armas la separacin de las provincias catalanas de las espaolas. Con-siderando que los hechos perseguidos pueden ser constitutivos del delitode rebelin militar,44 se le decreta prisin sin fianza. Por diciembre, elgrupo de Batista i Roca public una hoja volandera denunciando el sigilosoprocedimiento y la existencia de un centenar de nacionalistas presos. Lee-mos en el lugar n. 15 de la lista de prisioneros: Jaume Balius Mir, 19 anys,estudiant de Medicina. Detingut pel juny. Acusat destar allistat a lExrcitCatal.45 Con las nuevas detenciones el grupo de la Bandera Negra queda-ba completamente desarticulado. Tambin el Grup dels set y todos losdems. Quienes no fueron detenidos se exiliaron.

    Paradjicamente, Maci sali reforzado con la persecucin de naciona-listas desatada en Catalua, porque los grupos dados a la disidencia habansido disueltos y sus oponentes ms preocupantes (como Cardona) no slose quedaban sin infraestructura suficiente para llevar a cabo una operacininsurreccional, perdiendo la posibilidad de convertirse en una seria alter-nativa de lAvi, sino que ni siquiera podan auxiliar a los jvenes huidos.46En cambio, Maci y su gente disponan de contactos internacionales y admi-nistraban cantidades respetables de dinero enviadas principalmente porlos centros catalanistas de Amrica. El joven Balius sali de la crcel entra-do el ao 1926, posiblemente en febrero, con la salud resquebrajada, einmediatamente se dirigi a Perpin, donde no sabemos si se entrevistaracon Daniel Cardona, pero s que se vio con otros escamots. Desde allmand una escueta misiva a Maci:

    Sr En Francesc MaciMolt senyor meuDesitjaria que em dongus hora, per parlar amb vos i lloc.Prego que dongueu resposta.[Firmado] Jaume Balius i Mir47

    Y continu su camino hacia Pars. All se encontraban muchos de suscamaradas y la cruda realidad del exilio separatista, con Maci rodeadopor los trnsfugas y por las legiones de desaprensivos que merodean lasinmediaciones de los centros que huelen a sopa-boba.48 Empezaba paraBalius la etapa del destierro.

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  • Notas

    1. El Nacionalismo y el Proletariado, folleto de Jaime Balius, editorial Renacer,Barcelona, 1935, AS.

    2. La Historia es inexorable, Jaime Balius, Le Combat Syndicaliste, Pars, 10-II-66.3. Es la hora del proletariado, Jaime Balius, Le Combat Syndicaliste, 7-IV-66.4. La Historia es inexorable, Balius.5. Hacia una Nueva Revolucin, folleto de Los Amigos de Durruti, s. f., AEP.6. El Nacionalismo y el Proletariado, Balius.7. El hecho ocurri en la sala del CADCI, Centre Autonomista de Dependents delComer i de la Indstria, en junio de 1922, y cont con la oposicin del nuevopartido creado ad hoc, Acci Catalana. El 8 de julio, en la misma sala, quedarafundado Estat Catal, dirigido por un directorio nombrado directamente porMaci. El concepte de Maci, les formes davinena amb lEstat espanyol havienfracassat i calia reemprendre la tradici militar i guerrera de Catalunya si es voliareconquistar la llibertat (Maci i la seva actuaci a lestranger, vol. I, deRamon Fabregat, Lletra Viva, Barcelona, 1978).

    8. Por los fueros de la verdad. Estat Catal 1923-1931, Jaime Balius, SolidaridadObrera, Barcelona, 5-VIII-33.

    9. Datos del acta de nacimiento y del impreso de los Serveis Correccionals de Cata-lunya, en el que consta su ingreso en el Preventorio de Barcelona en calidad dedetenido, el 18 de julio de 1937, AS.

    10. Elogio pstumo de Jaime Balius, en Le Combat Syndicaliste, 9-I-81.11. Expediente acadmico, en los archivos de la Universitat de Barcelona.12. No es hora de subterfugios, Jaime Balius, Solidaridad Obrera, 20-XII-78.13. Carta de Balius a Burnett Bolloten, 10-VI-46 (Balance, cuaderno n. 16, HI).14. En el Fons Maci del ANC.15. Memries dun nacionalista catal, de Abelard Tona i Nadalmai, Abadia de

    Montserrat, 1994.16. Entre Estudiants, Abelard Tona, Ressorgiment, Buenos Aires, gener de 1972,

    PR.17. El Nacionalismo y el Proletariado, Balius. Balius hizo dos aos de prcticas en

    el Hospital Clnico y all pudo comprobar el descuido y la presin religiosa delas monjas con los enfermos (Los hroes de la retaguardia. El Hospital Clnico.El cuerpo de mdicos, Jaime Balius, Solidaridad Obrera, 27-IX-36).

    18. Por los fueros de la verdad. Estat Catal 1923-1931, Balius.19. Documento reproducido en Maci i la seva actuaci a lestranger, R. Fabregat.20. Ibdem.21. Memries dun nacionalista catal, A. Tona.22. De Prats de Moll a la ley de contratos de cultivo, Jaime Balius, Solidaridad

    Obrera, 11-VII-34.23. Carta de Marcel Perell a Cardona, de marzo de 1925, reproducida en Res de

    Nou al Pirineu, Vibrant (Daniel Cardona), Barcelona, 1933.24. Carta de Perell a Cardona, del 9-IV-25, en Res de Nou al Pirineu.25. Res de Nou al Pirineu, Vibrant.26. Premsa catalana clandestina i dexili (1917-1938), de J. Crexell, El Llamp, Bar-

    celona, 1987.27. El escrito con las firmas apareci pblicamente por primera vez en el libro Cata-

    lunya, poble dissortat, de J. Casals y R. Arrufat, Imp. Vil, Barcelona, 1933.28. Testimonio de Perell recogido por J. Crexell en el libro El Complot de Garraf,

    Abadia de Montserrat, Barcelona, 1988.29. Maci i la seva actuaci a lestranger, R. Fabregat.30. Relation du Complot de Garraf, redactado en cataln por Ramn Fabregat

    (segn J. Crexell), FM-ANC.31. Ibdem.32. El Nacionalismo y el Proletariado, Balius.33. El Complot de Garraf, de J. Crexell, basado en relatos de los protagonistas.

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  • 34. Carbonell dice que no vaig enterar-me de la detenci fins el dilluns al vespre[casi dos das despus] i encara era una suposici que ferem amb en Balius deguta la manca de noves, (en Per a donar una clara afirmaci en lassumpte Talave-ra [Terrs], FM-ANC).

    35. De Prats de Moll a la ley de contratos de cultivo, Balius.36. Vase El Complot de Garraf, J. Crexell.37. Octubre Cataln, folleto de Jaime Balius, en Editorial Renacer, Barcelona, 1935,

    AS. Terminaba su homenaje de este modo: Sean estas lneas como unas floresque depositamos con la emocin de la amistad que nos uni en el sepulcro delhombre que vivi por una idea y muri por ella.

    38. El Nacionalismo y el Proletariado, Balius.39. Por los fueros de la verdad. Estat Catal 1923-1931, Balius.40. Memorias inditas de Miquel Ferrer, Tomo 1, en la Fundaci Jaume Bofill i

    Matas. Ni que decir tiene que Maci, viendo amenazada su autoridad, les expulsde la organizacin.

    41. Carta de La Bandera Negra a Daniel Cardona, sin fecha, FM-ANC.42. Carta de un grupo de militantes de La Bandera Negra a Daniel Cardona, sin fecha

    aunque seguramente escrita a finales de 1925, FM-ANC.43. Las diligencias de procesamiento aluden a actuaciones practicadas en relacin

    con la causa 1140/1925 por delito de Lesa Majestad, FM-ANC.44. En el FM-ANC.45. Hoja con el ttulo de Els Presoners Catalans, CA.46. Cardona cuenta en Res de Nou al Pirineu cmo los escamots de Beziers tuvieron

    que dispersarse al quedarse sin trabajo.47. Carta con membrete del Grand Caf du Castillet, de Perpin, sin fecha, FM-ANC.48. El Nacionalismo y el Proletariado, Balius.

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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  • Quin puede negar que la Confederacin Nacional del Trabajo,durante unos aos, ha constituido la fuerza organizada ms formi-dable de Espaa? Quin puede negar que en Espaa nadie podahacer nada, en sentido revolucionario, sin contar con esta fuerzaorganizada? [...] Si los anarquistas nos juzgbamos incapacitadospara establecer el comunismo libertario, no era de sentido comn

    ofrecer esa fuerza organizada, a fin que el progreso poltico de Espa-a no quedase estancado? Y qu tiene de particular que el ofreci-

    miento fuese hecho a las izquierdas burguesas?Juan Peir, en LOpini, n. 32, 22 de septiembre de 1928

    Una vez en Pars, Balius se mantuvo activo. Se puso en contacto con loscompaeros refugiados y trat de luchar por los amigos presos.1 Estuvocon Gassol, hombre de Maci, y con Pere Pruns, que le serva de contactocon Carbonell, Josep Rovira y Roc Boronat, de la Oficina de Toulouse deEstat Catal, desde donde preparaban el levantamiento de Prats de Moll.En julio se instal en el Hotel de Flandes de la rue Cujas, cerca de La Sor-bona, en el corazn del Barrio Latino. Rovira le envi a Tona su direccin.El hotel reciba el nombre de El Hotel de la Revolucin espaola porquepor all pasaban todos cuantos conspiraban contra la Dictadura: republi-canos como Marcelino Domingo, sindicalistas como Carb o Pestaa,nacionalistas como Cardona o Gassol... Su familia le pasaba una asigna-cin mensual con la que iba tirando. Balius se daba una vuelta por LaRotonde, en el bulevar Montparnasse, por aquel entonces repleto de inte-lectuales y polticos exiliados, o por el Casal Catal, acabando en un cafdel bulevar Saint Germain, frente a la estatua de Danton, donde se reunacon sus compatriotas. Todos los grupos conspiraban, pero los campeonesen la materia eran los separatistas catalanes. Su indiscutible jefe, Maci,era descrito as por Gorkin, en aquella poca comunista de obedienciamoscovita:

    Anciano ya, alto y ms bien flaco, anguloso, de blanco y onduladocabello, perfil agudo, maneras distinguidas con un fondo semiapost-lico, idealista y como iluminado, dotado de una extraordinaria ener-ga interior. Su traza fsica y su fe inspiraban respeto [...] un solo nom-bre en su boca: Catalunya, Catalunya. Por Catalua pareca

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    II

    Pars

  • dispuesto a dejarse quemar vivo. [...] Los catalanes se preparabanincluso militarmente. Eran los nicos en estos preparativos concretos.Contaban con el concurso de algunos italianos, mitad hroes y mitadaventureros. Y con un aliado simblico: Riciotti Garibaldi.2

    Balius, que vea las cosas ms de cerca, no se senta impresionado porlas apariencias, sabedor de que estaban destinadas a mantener las esperan-zas de los seguidores y conseguir dinero de los patriotas acomodados.Lejos de describir la residencia de Maci en Bois Colombes, suburbio resi-dencial de Pars una especie de Sarri francs, como el Cuartel Gene-ral de la ansiada insurreccin, lo haca de un modo ms prosaico:

    La oficina de Estat Catal se compona de una mesa, un par desillas, un balancn y una mquina de escribir. La habitacin que ser-va de oficina era el garage de la casa seorial que ocupaba Maci. Aun espritu observador y retentivo no se le pueden olvidar las escenasque se vivan en el recinto de la farndula revolucionaria. Carner-Ribalta oprima con sus dedos de patriota el teclado de la mquina.El carro de la mquina empezaba a funcionar y Gassol dictaba laarenga que haba de arrancar lgrimas a los polemistas y tena queencender pasiones volcnicas en los corazones de los varones deCatalua sojuzgada. En el balancn se solazaba algn que otropatriota. En la puerta de la oficina se discuta de las posibilidades deun prximo levantamiento. Y haba quien buscaba caracoles con unaregadera. Y quien jugaba a la pelota. Y quien lanzaba una miradafurtiva a la sirvienta de Maci. Y en medio de esa efusin patritica,surga R. Fabregat con unos pantalones en la mano para que se losprobase Maci. Y don Francisco, con la mxima seriedad, se vesta degeneral en jefe.3

    Balius, corto de numerario, visitaba con alguna frecuencia la torrepara pedir dinero y estaba obligado a la diplomacia y el tacto con el cap-dill, de ah su resquemor con el personaje y su squito a los que tildaba decharlatanes y aprovechados:

    El poeta Ventura Gassol fue el cantor de las canas del viejo ex mili-tar y de las lgrimas del llorn nacionalista [...] y se hizo ms de untraje a cuenta del maana gubernamental. Se ha hablado mucho de labondad de Maci. Es un mito tal leyenda. Recibi importantes canti-dades de Amrica que las reparta entre sus aduladores. Quien no ren-da culto a la vanidad del abuelo no perciba un cntimo. Podramoscitar el caso de un poeta Carner-Ribalta que se granje una secre-tara por el simple hecho de haber dedicado unos versos al abuelo.Secretara que presupona pesetas. Pero los pobres diablos que no sehallaban en este caso, se vean obligados a trabajar de pen y a man-tener el equilibrio en un andamio.4

    LA REVOLUCIN TRAICIONADA

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  • Al parecer el apasionado Balius no estaba satisfecho con la marcha delas cosas. El demasiado pregonado plan secreto de Maci era lo nico quehaba, segn departa con Rovira:

    Jo Rovira, estic disposat a sacrificar-me per Catalunya en qualsevolmoment, la meva vida ja no t ms finalitat que aquesta. Les raons perles que no es va fer el nostre pla ja les sabeu [...] Jo crec Rovira que loque ara tenim que fer es esperar aquest pla den Maci, per si daqua quatre mesos, a ms tardar, no ha fet res, a llavors tots els separatis-tes catalans disposats al sacrifici tenim que obrar pel nostre compte.5

    La visita que realiz a Pars en julio de 1926 el dictador Primo de Riverarevolvi los ambientes de los refugiados: Numerosos fueron los incidentesque se produjeron durante el trayecto y a su llegada. Recordamos la ener-ga que tuvo que emplear la gendarmera parisin para apartar la multitudque silbaba estrepitosamente y que intentaba acercarse al coche del dicta-dor.6 El poeta Gassol result apaleado por protestar ante un comisario depolica por los malos tratos infligidos a unos italianos. Hubo detencionesde separatistas. Balius, que particip en la pitada, informaba a Rovira de loshechos, aunque sus preocupaciones apuntaban a lo de siempre. Rovira leaconsejaba actuar al margen de Maci: feu-vos ms hum el problema deCatalunya i veureu com el vostre esperit tan fortament sentimental no essentir tan sol en les seves decisions i aquestes sern ms conseqents [...];tingueu el convenciment que una indisciplina inspirada en alts i nobles finses una virtud.7 La inactividad le exasperaba y desconfiaba de los planesque surgan de Bois-Colombes:

    Quan tu em dius que tot anir b i tal com jo desitjo em fa aca-bar de creurer que aquest cop no sho emportar tot el vent com elsaltres cops, sin que se arribar a una cosa seria [...] Fa uns quantsdies que vaig parlar amb en Gassol; varem parlar de diferents assump-tes i jo li vaig recalcar la necessitat dactuar sigui com sigui.8

    La impaciencia en las filas nacionalistas creca. Un grupo se haba presen-tado en Pars en el momento de la visita de Primo pidiendo dinero para pre-parar un atentado contra l, y Maci se haba opuesto a ello, pues afirmabaestar preparando un levantamiento en Catalua para fecha prxima que leaconsejaba economizar todas las fuerzas para la insurreccin catalana.9 Lapresin continuaba. Haba sucedido la intentona fallida bautizada con el nom-bre de la Sanjuanada, llevada a cabo por jvenes oficiales en contacto con elcomit de Pars que presida Maci; y Balius en el caf DHarcourt le contaba aCardona que otro grupo se haba desplazado a Barcelona para atentar contrael juez instructor del asunto Garraf, cansado de esperar la gesta liberadoraque anunciaba lAvi. Maci estaba fuera de s y se lamentaba frente a Balius:si aquests xicots fan alguna cosa, com quedo jo? Para ambos no es podia ferres deficcia, car la direcci del bureau dEstat Catal, a Bois-Colombes,

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  • portava la cosa dall ms desgavellada. Los dos hablaron de la posibilidad deun acto de desesperacin que otorgase dignidad a la causa. Cardona describeal Balius de aquellos das de otoo: Llavors Balius, malalt, que es passava totel dia a la seva cambra daquell hotel fams de la rue Cujas i que sols sortia alcapvespre, perqu la gent no sadons de les seves sabates esqueixades i delsseus mitjons que ensenyaven els turmells, es vei obligat a demanar al senyorMaci un ajut econmic per a pagar el metge.10 Y efectivamente, en la cartaque escribi a Maci expona la penosa situacin en la que se encontraba y lepeda 600 francos para el tratamiento mdico:

    Si vost no em pot ajudar em trobar sense poder menjar i curar-me. Si no sigus per molestar-lo li exposaria detalladament la fraccique vaig gastar dels diners que vost mha deixat fins a la data. Lirepeteixo que tot lo que mha deixat li tornar i que aquest s lltimcop que li demano diners. En cas que no pogus ajudar-me contestimigualment i jo quedar igualment agrat dels favors que he rebut devost. No sestranyi que no hagi vingut personalment, per visc moltlluny i lenfermetat de la cama mimpideix fer distncies llargues [...]Em despedeix i per poguer sser (tot seguit que estigui restablert) deutilitat a la nostra Santa Ptria.

    Vostre i per Catalunya,Jaume Balius i Mir11

    Cardona y Balius sentan toda la tragedia de la Patria y el primero, des-pidindose, lamentaba la mala suerte de su joven camarada: En sortir alcarrer, ens sembl que aquelles gotes finssimes de la pluja ens queien alcor. En Balius salluny vers aquella cambra don quasi no sortia. Vaig con-templar-lo fins al trencar la cantonada, amb el seu bra esquerre caigut,arrossegant una cama, pllid. Un altra tragdia vivent: la salut perduda i lacarrera de metge truncada.12 (Balius no haba pasado del segundo curso dela carrera mdica). La lrica descripcin de Cardona no permite suponer unacomplicidad entre ambos. Los dos coincidan en lamentar la falta de accin,pero nada ms. Balius estaba a pesar de todo con Maci y defenda la inicia-tiva de Prats de Moll, al revs de Cardona, que no obstante se haba com-prometido a apoyarla. En la carta anterior a Rovira se refiere a la cuestin:Sobre lo que em dius de Perpignan et prego que mho especifiquis [...]sembla que Cardona hagi tornat enrera de la decissi que va prendre.

    Por desgracia, buena parte del exilio de Pars estaba al corriente de lasintenciones de Maci, mientras que ste gestionaba la compra de arma-mento. En vsperas del movimiento de Prats de Moll de noviembre, ungrupo de nacionalistas lleg desde Buenos Aires, entre ellos Ramn Xam-mar, un miembro de La Bandera Negra. Balius fue a cenar con ellos a CanBorrs, restaurante cataln del Faubourg Montmartre, y escucharon en lamesa de al lado retazos de una sorprendente conversacin:

    Yo estoy sin un cntimo.

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  • Yo tambin. Maana me voy a Bois-Colombes. Dicen que Macientrega dinero, zapatos y una camisa. Ya ser algo.13

    Si los planes de Maci eran de dominio pblico era de suponer que lapolica espaola, que posea confidentes y observadores repartidos en losdiferentes grupos de refugiados, estaba informada de lo que se preparaba,y no digamos la polica y los servicios secretos franceses. A Cardona se loconfirm un agente provocador con problemas de conciencia y a travs deBalius advirti a Maci, pero a ste la cosa pareci no importarle. Cardonase convenci de que Maci no pensaba realmente atravesar la frontera conEspaa, sino que esperaba que la polica francesa se lo impidiese.14 Enprincipio, el plan consista en concentrar las fuerzas comprometidas en lafrontera para atravesarla en dos columnas a cargo de Rovira y Mart Vila-nova, respectivamente, que se apoderaran del depsito de armas deOlot, y proclamar por radio la independencia de Catalua, al tiempo que laCNT declaraba la huelga general. La polica y la gendarmera francesas deja-ron hacer primero, y despus detuvieron a todo el contingente armado sinmayor problema. Balius, que no haba podido formar parte de la expedi-cin a Prats de Moll por estar enfermo, se repona muy cerca de all en unsanatorio termal de Vernet Les Bains. As relat los hechos:

    La primera expedicin de voluntarios catalanes fue detenida enEstagel. La Polica francesa estaba al corriente de lo que se tramaba,pero para presionar a los gobernantes espaoles, permiti que llega-sen cerca de la frontera. Las otras expediciones corrieron la mismasuerte. En Prats de Moll, en Perpin [...] fueron capturados todos losinsurrectos. Y es de remarcar que en la no entablada batalla de Pratsde Moll tuvo una nutrida representacin el anarquismo [...]

    En la Villa Denis [villa de Prats de Moll alquilada para servir desede del Estado Mayor de la invasin] se reuni el Estado Mayor con elobjeto de deliberar. Y se acord que se pusiese a votacin la conve-niencia de intentar un esfuerzo desesperado. El resultado del escruti-nio fue adverso a toda intentona fronteriza. Pero hubo quien insisti ycogiendo unos fusiles que estaban depositados en unas cajas, hizo unademn blico. Cual no sera el pavor de Gassol que a grandes gritosrequiri al exaltado cataln para que depusiese tal actitud; en mediode la mayor inquietud voceaba: Cuidado, que las armas pueden dis-pararse!.

    El jefe de las fuerzas catalanas fue detenido junto al lecho. En lamesita de noche fue hallada una pistola que, segn la prensa, donFrancisco tena junto a l para poner fin a su vida. El Jefe, con todo elEstado Mayor, fue trasladado a Perpin, de donde partieron haciaPars con el objeto de deponer ante el juez. Y en la Sant de Pars, res-petando la jerarqua de jefes y subordinados, los insurrectos catalanesaguardaron apaciblemente la vista de la causa [...] Para dar mayorgravedad a la permanencia en la crcel parisin se constituy el

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  • Gobierno provisional cataln. Y se celebraban los correspondientesconcilibulos ministeriales.15

    A posteriori, Balius juzg la tentativa de Prats de Moll como una piezade guiol que Maci hubo de montar para justificar los envos de dinerode los catalanes de Amrica; y la verdad es que Maci estaba presionado porla Federaci de Clubs Separatistes Catalans constituida en Cuba, que aglu-tinaba a muchos grupos esparcidos por las repblicas latinoamericanas yde quien dependa econmicamente. Por otra parte, el Gobierno francscontaba utilizar la presencia de italianos para poner en entredicho alGobierno de la Italia fascista y presionar a Primo de Rivera, recin aliado deMussolini, con la amenaza de sostener a una posible repblica catalana sino se rompa la alianza mediterrnea entre Italia y Espaa:

    Prats de Moll es el segundo acto y ltimo de Estat Catal quemereci nuestras simpatas en aquella poca. La intentona tartarines-ca de don Francisco Maci no pas de pieza teatral. La poltica fran-cesa hizo suyo el gesto del abuelo. A la sazn se ventilaba el pleito delMediterrneo. Francia sirviose de la astracanada catalanista paraponer a raya los coqueteos de Primo de Rivera con Mussolini. En estafecha se eclips la migrada espiritualidad que encerraba la quimerade unos cuantos iluminados.16

    En aquel momento, Balius no solamente aplaudi la intentona de Maciy se sinti solidario con los presos catalanes de la Sant, sino que criticseveramente a Cardona en una carta que envi a la crcel dirigida a lAvi:

    Es tracta de que la B. N.[La Bandera Negra] torna a reorganitzar-se, no s en quin sentit, per lo ms comprensible s que en Cardonaveient-se descartat desprs de lactuaci de lE. C.[Estat Catal], vul-gui aprofitar aquests moments de desorganitzaci, degut a que vostest a la pres, per rehabilitar-se davant del poble catal. Tamb hi haun altre perill i es que la B. N. miri datreures en Mass i Llorens perpoguer fer alguna cosa [...] En fi vs direu, si vs voleu que es torni areorganitzar lE. C. tot seguit vs direu, si vs voleu que es faci quel-com ms, teniu la paraula.

    Un abra a tots els presos.VostreJ. Balius i Mir17

    Maci y los considerados jefes de la intentona, diecisiete en total, fue-ron procesados. El juicio dur tres das, el 20, 21 y 22 de enero, y fue unverdadero triunfo para l, puesto que le dio notoriedad internacional ypopulariz en Europa la cuestin catalana. Numerosas personalidadesfrancesas, espaolas e italianas en el exilio testificaron a favor de los proce-sados. Uno de los excursionistas, Jaume Miravitlles, contara:

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  • En el curso del proceso a Maci y a sus compaeros, que alcanzmomentos picos, los abogados defensores del lder cataln pudierondemostrar que Ricciotti Garibaldi denunci el intento de Prats deMoll a Mussolini y ste lo puso en conocimiento del Gobierno deMadrid. De ah la alarma de Pars y la gran concentracin de fuerzasrepresivas en la frontera del mes de noviembre. Se puso en evidenciaque Ricciotti Garibaldi organizaba en Francia complots contra losjefes fascistas y avisaba a la polica secreta italiana para que los detu-viera a su llegada a Italia.18

    Los procesados fueron condenados a dos meses de crcel y, como yahaban cumplido la pena, fueron puestos en libertad y aclamados por todoslos presentes en la sala y en la calle. Balius recordar las sesiones del pro-ceso celebrado en Pars a propsito de la farndula de Prats de Moll. Elproceso fue una diseccin del fascismo. Cuando el defensor de Garibaldi sesenta seriamente acosado, recurra al problema cataln para disipar losnubarrones. En una de estas salidas, Garibaldi aseguraba que Maci le habahablado de una repblica federal. A lo que Maci replic que sus anhelosse cifraban en una Catalua independiente.19 Maci y sus compaeros,entre los que estaban Rovira, Boronat y Carbonell, fueron expulsados deFrancia y se instalaron en Bruselas, donde confraternizaron con todos lostrabajadores que les haban seguido. Pero pronto Maci emprendi unatriunfal gira por tierras americanas, y los que se quedaron en Blgica vieroncmo decaa la solidaridad belga y cmo sus preocupaciones se reducan aencontrar comida diaria, situacin que aprovecharon los comunistas parahacer proselitismo. Con todo, las continuas expulsiones efectuadas por lasautoridades francesas haran de Bruselas, a partir de 1927, el centro delactivismo separatista y anarquista.20 Tambin haban enviado all a Durruti yAscaso por preparar un atentado contra Alfonso XIII en las afueras de Pars.Balius se haba quedado en Perpin, en casa de Sim Llahoneta, y ashaba evitado la redada que ocasion el segundo complot cataln deoctubre de 1927 y las consiguientes detenciones y expulsiones a Blgica,como las de sus amigos Carles Duran del entorno de lAvi en Bois-Colom-bes, Pere Caball o Joaquim Nez, del grupo de Toulouse. Caball lecontaba la situacin real del independentismo tras la debacle francesa:Cada dia venen per quedar-se companys. Deurem ser entre vint i vintidsa Brusselles i sabem que en tots els moviments nhi ha de dissidncies.Pensa que diversos grups sn petits per aqu nhi ha divuit a lEstat Catal.De tota manera ells sn igualment separatistes. Com crec que no ets alcorrent, en febrer nhi haur una assemblea de tots els grups separatistescatalans i perqu ho spigues tenvio la cpia del questionari. LAvi tambparticipar.21 De nuevo se trataba de una asamblea constituyente parareorganizar las fuerzas separatistas en sus tres aspectos, nacional, poltico ymilitar, dirigidas por un Consell dEstat Catal-Comit Separatista Revolu-cionari, al cual perteneceran la gente de Maci y algunos de sus opositores.Es probable que Balius, que afirm haber recorrido varios pases, viajase

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  • entonces a Bruselas. La experiencia de los viajes, segn l, le convenci dela vaciedad del concepto de nacin, abstracto y metafsico.

    Hemos recorrido diversos pases. Convivimos con ciudadanos devarias naciones. En todos ellos hemos descubierto dos clases de indivi-duos. Los seres connacionales estn distanciados por un puado deproblemas. No hay quien pueda refutar lo que vamos a afirmar. Que lostrabajadores forman una nacin que se desenvuelve aparte de lanacin que integra la burguesa. No es necesario enfocarlo en un plande gran demarcacin. En la ms pequea localidad del rincn msignorado del globo terrqueo, descubrimos criaturas humanas que semueren de hambre y otros congneres que se atiborran el estmago conlos ms selectos manjares. Hallamos seres acosados por la miseria yquienes viven en un ocano de placeres y de lujo. Observaremos el cam-pesino que se levanta a la punta del da para empuar la herramientade trabajo y el seorito que se acuesta a la misma hora que da comien-zo la tarea cotidiana del campesino, despus de un da de juerga. Divi-saremos el explotado y el explotador. Y no podremos rehuir la emocinque nos causarn las lgrimas de los miserables. Pero inmediatamentesurgir el contraste social. Aparecer radiante ante nuestros ojos elsarcasmo que inunda el rostro del potentado.22

    En otro lugar Balius especificar las etapas de su evolucin ideolgica:a travs de la sala de diseccin, de los hospitales, de las crceles y del des-tierro he ido superando mi procedencia hasta identificarme absolutamentecon el proletariado.23 Lo cierto es que despus del juicio por los hechos dePrats de Moll se separ definitivamente de Maci. Por entonces, se estabaintroduciendo entre los nacionalistas un debate sobre el importante papelde la clase obrera, o lo que en Catalua vena a resultar lo mismo, de laCNT, en el proceso de emancipacin nacional. No habra libertad para Cata-lua sin una clase obrera emancipada, razonamiento que converta losnacionalistas en obreristas y que les forzaba a predicar catalanismo en lasfbricas, terreno en el que sucedera inevitablemente la confrontacinideolgica con el anarquismo. La vocacin dirigente de los nacionalistas yel dogma del Estado cataln los conduciran hacia el leninismo.

    Entretanto, Maurn, dirigente comunista, haba salido de la crcel y haballegado a Pars a finales de 1927. Regentaba una librera en la calle La Roquet-te financiada por el Komintern. Persona original en sus anlisis e indepen-diente en su manera de pensar, era buen orador y escritor proletario, ambi-cioso, con gran capacidad de organizacin y fuerte poder de conviccin. Eraun jefe de partido sin partido, a quien visitaba mucha gente: anarquistascomo Ses, comunistas disconformes como Gorkin y sobre todo nacionalis-tas en busca de fundamentos tericos. Arquer, Miravitlles y muchos otrosescamots se hicieron marxistas tras hablar con l. La evolucin hacia el nacio-nalbolchevismo mauriniano afect con mayor o menor intensidad a muchosotros escamots, como Abelard Tona, Miquel Ferrer, Josep Rovira, etc. Maurn,

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  • con buen sentido de la oportunidad, haba aprovechado la nueva plataformadel semanario LOpini, fundado en febrero de 1928, que de acuerdo con lostiempos adoptaba un tono obrerista, para polemizar con Peir y exponer susideas sobre el socialismo y el anarquismo.24 Durante un tiempo LOpini fueel peridico de la izquierda en Catalua, interesada en debatir la necesidadde una poltica obrera y, como corolario, la de un partido obrero. En1929, varios antiguos escamots ya tenan organizado un Partit ComunistaCatal, y un ao despus, a medida que volvan del exilio o salan de la crcel,muchos nacionalistas se planteaban la posibilidad de convertir la heterog-nea organizacin de Estat Catal en un partido obrero.25 Balius, a quiengustaba estar bien informado y conversar con revolucionarios de distintastendencias, no poda quedar al margen de toda esta agitacin, mxime cuan-do el nacionalismo de accin no haca nada. Para la polica era un peligro-so terrorista. En 1928 haba ido a Pars una seccin de la polica especial de laMonarqua para investigar las actividades de los exiliados y preparar dossiers,y se haba interesado por l.26 Mientras tanto, los acusados por el asuntoGarraf fueron juzgados en Consejo de Guerra, en el que se dictaron penasseveras. En enero de 1929, el juez instructor militar comunicaba la causa alos abogados defensores de los procesados por el asunto del Ejrcito cata-ln. El Consejo de Guerra se celebr en la crcel Modelo de Barcelona yBalius fue juzgado en rebelda.27 Pero 1930 trajo la cada de Primo de Rivera.Ni la burguesa ni los terratenientes ni los militares sostenan ya la Dictadura,que se derrumbaba sola. La semidictadura de Berenguer que le sigui nopoda ser la solucin.28 En agosto, los republicanos y los socialistas firmaronuna alianza con los nacionalistas catalanes y polticos ex monrquicos, elPacto de San Sebastin. Estos ltimos, viejos representantes de la oligarquaagraria, convencidos del final ineluctable de la Monarqua, entraron en octu-bre de 1930 en los Comits Revolucionarios, compuestos por representantesde todos los partidos incluso de la CNT pero donde los jefes polticos dela burguesa desempeaban el papel principal. Se decret una amnista res-tringida, que se ampli a los condenados por el complot de Garraf:

    La Monarqua se tambalea de una manera visible. Las injusticias yatropellos cometidos exacerban los nimos del alma popular. Losrehenes de Garraf encarnan todo el periodo de vergenza e ignominia.Empieza la campaa pro amnista; se pide la vuelta de los prisioneros;se da preferencia a los encarcelados por las costas de Garraf. Un hechofortuito adelanta la salida de los encarcelados: Alfonso XIII, ante suprxima visita a Catalua quiere ganarse la simpata del pueblo cata-ln con una merced. Con este fin se ordena la liberacin de los conde-nados.29

    Sin embargo, el indulto no alcanz a los delitos que afectan a la Patria,y muchos exiliados Balius entre ellos no pudieron regresar. Maurn yMiravitlles fueron encarcelados nada ms pisar suelo espaol. Maci vuel-ve a Blgica para internarse en Espaa durante la dictadura de Berenguer.

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  • Por equivocacin de Berenguer es conducido a la frontera para volver pocoantes del 14 de abril.30 En un folleto posterior Balius describe el procesoque culminar con la revuelta de Jaca, encabezada por el capitn FermnGaln, el de la Sanjuanada:

    Primo de Rivera recibi el pasaporte de su seor. El general jereza-no traspas la frontera y se instal en un hotelillo de la capital de larepblica vecina. El ex capitn general de Catalua cabalg un baga-je de amargura. Las Uniones Patriticas desaparecieron por encanto.Los fieles de la etapa primorriveriana renegaban de una situacin defavor. Se esfumaron las insignias. Saltaron por los balcones de los cen-tros dictatoriales las efigies del hombre que gobern por espacio desiete aos. En Pars lanz su adis a la vida el militar gobernante.

    Recogi la herencia de la Dictadura el general Berenguer. La polti-ca espaola atravesaba una crisis lgida. La economa y la haciendahaban sufrido un duro revolcn. El espritu inquieto del pobladorpeninsular se irritaba por instantes. Las algaradas callejeras fueron lanota del da. Las huelgas revestan carcter insurreccional. La claseestudiantil volc en la calle el desasosiego juvenil. El menor sucesocobraba un volumen inusitado. Barcelona y Madrid rivalizaban enlas protestas colectivas.31

    Un Comit Pro Libertad, en el que estaban representados los partidos ylas centrales sindicales, organiz una manifestacin multitudinaria en Bar-celona el 14 de septiembre para exigir la liberacin inmediata de todos lospresos polticos. Este comit se transform en el Comit Revolucionariode Catalua y entonces Maurn lo abandon, por entender que la conspi-racin prorrebublicana solamente pretenda consolidar el dominio bur-gus. La CNT se limit a colaborar en el cambio de rgimen. La CNT pedaarmas pero los delegados de la burguesa catalana, dirigentes de la Lligacomo Sol Caizares, convencieron al Comit Revolucionario de Madridpresidido por el monrquico Alcal Zamora de lo peligroso que seraarmar al proletariado cataln porque, aunque los lderes cenetistas erande confianza, las masas y la guarnicin eran incontrolables. Se acord apli-car el plan Maura,32 que consista en sublevar a toda Espaa menos Bar-celona, en donde la CNT haba de decretar una huelga general pacfica.Incapaces de comprender las tcticas de sus representantes, los sindicatosdeclararon en Barcelona la huelga general el 17 de noviembre, y stos, aindicacin de los polticos, se emplearon a fondo en detener el movimien-to.33 Convocado definitivamente el levantamiento contra la Monarquapara el 15 de diciembre, los conjurados de la guarnicin de Jaca y de Cua-tro Vientos se echaron a la calle con la intencin de desencadenar un cam-bio revolucionario. La burguesa aprovech la ocasin para abandonar asu suerte a los capitanes Galn y Garca Hernndez que, solos y derrota-dos, se entregaron y acabaron fusilados por el Gobierno monrquico. ParaBalius, Galn era un revolucionario y por eso estorbaba a la burguesa y a

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  • su apndice socialista que no llam a la huelga general, ya que estabaen juego la seguridad del estatus de las clases dirigentes:

    La traicin infamante de los socialistas y contrarrevolucionarioscoligados, al no paralizar las actividades del pas en diciembre de1930, y el compromiso contrado por el Comit contrarrevolucionarioen el ltimo Gobierno de la Monarqua Aznar-Ventosa de respetarel statu quo econmico, poltico y religioso de la Monarqua junto conla vida del ex rey y la de todos los culpables de la sangre vertida porlos pobladores de la Pennsula [...] han conducido fatalmente a unaRepblica monrquica.34

    Al poco, llegaron a Pars los escapados de la sublevacin fallida de Jaca:militares, estudiantes madrileos, polticos como Marcelino Domingo oIndalecio Prieto, componentes de los Comites Revolucionarios que habapodido sortear su detencin... Enseguida se apropiaron del Caf Napolitain,cerca de la pera, que se transform en lugar casi turstico. La ltima hor-nada de refugiados era bulliciosa, individualista y despreocupada. Recibanayuda un poco de todas partes y las nuevas conspiraciones empezaban aaflorar cuando lleg la noticia de la proclamacin de la Repblica.35 TodosBalius tambin volvieron. En Catalua Maci arrastraba multitudes. A sualrededor se formaba una coalicin de organizaciones Estat Catal, losrepublicanos catalanistas de Companys, la Uni de Rabassaires, la USC deAlomar y Aiguader, el grupo de LOpini con Lluh y Tarradellas llamadaEsquerra Republicana de Catalunya, que contaba con el apoyo explcito dela CNT, apoyo que signific la victoria en las elecciones municipales.36 Euf-rico con su gran triunfo, Maci acababa de proclamar la Repblica Catalana,lo cual despert ilusiones y esperanzas olvidadas. La escueta carta que leescribi Balius nada ms pisar Barcelona es una prueba:

    Sr En Francesc Maci.Ciutat. Al costat del vostre triomf queda molt poca cosa, aquesta

    humil enhorabona. Rebeu-la de tot cor.Recordeu que ha sigut el poble, el que us ha posat en el lloc que ocu-

    peu; serviu-lo, no el defraudeu.Esperant que posareu el vostre triomf al servei de la justicia social,

    us abraaJ. Balius37

    Balius, una figura para los nacionalistas, poda haberse aprovechado dela situacin y haber aceptado los cargos o sinecuras que le ofrecan, perofiel a s mismo, rechaz las prebendas con las que la pequea burguesacatalanista lo quiso comprar y se dispuso a aportar su grano de arena alproceso revolucionario. Hizo lo que su amigo Rovira, que en retornar delseu exil arran dels fets de Prats de Moll ingress a lAteneu [EnciclopdicPopular]. Lambient que hi regnava era la mesura de les seves inquietuds:

    PARS

    35

  • donar una orientaci obrera al catalanisme.38 Se vio con Jaume Compte,dirigente de una tendencia obrerista en Estat Cat