"la revista humor, simbolo de la denuncia contra la dictadura militar argentina ...
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Universidad Nacional de RosarioFacultad de Ciencias Políticas y Relaciones InternacionalesDirección de Comunicación Social
TESINA
LA REVISTA HUMOR, SIMBOLO DE LA DENUNCIA CONTRA LA DICTADURA MILITAR ARGENTINA (1976-1983)
Autor: Facundo Ariel Roldán Legajo: R-0394/8 España 344 6º A TEL: 4213269 [email protected] Rosario 2004
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Introducción
A principios de 1976, además de la violencia política reinante, la
inquietud obrera se estaba generalizando nuevamente; se cometían gran
cantidad de asesinatos políticos y cada tres horas estallaba una bomba. A
pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del
movimiento obrero recurrieron a ellas, así como a marchas de hambre,
trabajo a reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado
a cambiar la política económica del gobierno. Con una inflación
incontrolable, y al borde de la cesación de pagos internacionales, el
gobierno constitucional –bajo la conducción de Maria Estela Martínez de
Perón-había perdido el control de las variables claves del manejo
económico
Ante el caos económico, político y social, las FFAA lideradas por Videla
actuaron sagazmente, sin intervenir hasta que la situación empeoró, a tal
punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los cuarteles. Así
probaron la absoluta falencia del régimen constitucional y lograron que la
opinión pública apoyase o se resignase nuevamente ante la opción militar.
Se puede decir que el golpe del 24 de Marzo fue, a grosso modo, la
reacción militar al período abierto con las grandes movilizaciones
populares de fines de la década del ‘60 (Cordobazo, etc.) ante la
incapacidad de las gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la
evolución de estas luchas no pretendía sólo provocar la caída de un
gobierno, sino más bien, y fundamentalmente, transformar las relaciones
socio-económicas del país y reubicar a la Argentina en el plano
internacional, ésta no fue una intervención militar como tantas en la
historia argentina contemporánea. Esta vez las FFAA y sus aliados
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decidieron que el "problema argentino" era estructural, por lo que aplicaron
soluciones estructurales.
El 24 de marzo de 1974, sucedió lo que muchos esperaban, Isabel Perón
fue detenida y traslada a Neuquén, la junta de comandantes asumió el
poder, integrada por el teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante
Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti designó
como presidente de facto a Jorge Rafael Videla, dispuso que la Armada,
que el Ejército y la Fuerza Aérea compusieran el futuro gobierno, con
igual participación. Comenzó así, el autodenominado “Proceso de
reorganización nacional.”
José Martinez de hoz fue designado como ministro de economía, durante
su gestión, las deudas empresarias y la deuda externa pública se duplicaron.
La deuda privada se estatizó, cercenando aun más la capacidad de
regulación estatal.
Con este clima económico, la junta militar impuso el terrorismo de Estado
que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrollo un proyecto
planificado, dirigido a destruir todo tipo de participación popular. El
régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las
formas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de
someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en
la población y así imponer el orden sin ninguna voz disidente. Se inauguro
el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro
país. Estudiantes, sindicales, profesionales y otros fueron secuestrados,
torturados, asesinados y “desaparecidos”. Muchos también se exiliaron.
La lucha para aniquilar a la subversión fue lo que usaron siempre para
justificar lo que siguió, todos los errores-mejor dichos horrores -cometidos.
Usar barba o pelo largo iba en contra de las leyes implícitas del nuevo
orden militar. Las reuniones públicas estaban absolutamente prohibidas. La
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matemática de conjuntos era considerada subversiva y el amor y el sexo, un
desafío al orden público.
Los escritores y sus obras estuvieron en la mira desde el principio. Las
autoridades jamás pudieron disociar conceptualmente de la literatura de un
ejercicio esotérico con aroma a marxismo. Toda la filosofía era
conspirativa y prescindible y sus cultores, sujetos de temer.
Por supuesto los escritores politizados estaban excluidos del universo y
muchos fueron perseguidos y aún hoy están desaparecidos. Hasta el
inmaculado “Principito” de Antoine de Saint Exupéry fue quitado de todas
las librerías con argumentos por supuesto efímeros. La censura también
llegó a varios libros, Julio Cortazar era mala palabra, la historia patagónica
estaba prohibida, como muchas figuras de la música, del teatro y del cine.
El gobierno de facto también tomaba medidas diversas sobre el accionar
de la prensa. Por ejemplo creaba un nuevo reglamento para agencias
noticiosas ya que “elementales razones de seguridad aconsejan exigir la
inscripción registral de quienes habitualmente se dedican al suministro de
noticias e informaciones a fines de contar con los datos necesarios para su
adecuada individualización,”y se prohibida a las agencias extranjeras
suministrar noticias e informaciones argentinas de cualquier naturaleza
dentro del territorio nacional. También se emitía un decreto que preveía la
sanción de aquellos que en el campo laboral entorpezcan el normal
desenvolvimiento del Proceso de Reorganización Social. Otro de los
espacios en donde el ojo del censor vigiló con firmeza fue el de la literatura
infantil. Los militares se sentían en la obligación moral de preservar a la
niñez de aquellos libros que —a su entender— ponían en cuestión valores
sagrados como la familia, la religión o la patria. Gran parte de ese control
era ejercido a través de la escuela, tal como demuestran las instrucciones de
la "Operación Claridad" (firmadas por el jefe del Estado Mayor del
Ejército, Roberto Viola), ideadas para detectar y secuestrar bibliografía
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marxista e identificar a los docentes que aconsejaban libros subversivos.
Las indicaciones incluían:
(1) Título del texto y la editorial. (2) Materia y curso en el cual se lo utiliza.
(3) Establecimiento educativo en el que se lo detectó.(4) Docente que lo
impuso o aconsejó. (5) De ser posible se agregará un ejemplar del texto.
Caso contrario, fotocopias de algunas páginas, en las que se evidencie su
carácter subversivo. (6) Cantidad aproximada de alumnos que lo emplean.
(7) Todo otro aspecto que se considere de interés.
En esta sucia persecución de prohibirlo todo, quien también estuvo bajo
sospecha fue el humor político, uno de los principales críticos de la
realidad.
No está demás decir que el poder y el humor nunca se llevaron bien. Desde
las páginas del cura Castañeda, -creador de un periódico distinto para
atacar a cada adversario político, hasta nuestros días- fue mucha la tinta que
se vertió como corrosivo ácido sobre algunos gobernantes y hombres
públicos.
Es que el humor no es resignado, sino rebelde y muchas veces logra
triunfar sobre la adversidad de las circunstancias reales. El humor político
bien entendido, es decir crítico, deja siempre un mensaje ideológico y en
buena medida se pronuncia por un cambio.
Los críticos y humoristas argentinos eran inundados por las amenazas
cada vez menos indiscriminada de la Triple A –Acción Anticomunista
Argentina- que era una organización clandestina- secreta e ilegal- que había
formado el hombre de confianza de Isabel Perón, Lopez Rega, para
aniquilar a sus enemigos políticos y, en general a todos los “comunistas”.
Ese término “comunista” servía para deshacerse de cualquier adversario y
sirvió para señalar al diferente, al que no pensara igual que ellos.
Otra de las formas de censura del gobierno de facto era mediante
comunicados de la SIP, que era la Secretaria de Información Pública.
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El golpe de marzo de 1976 marcaría, hasta finales de 1977, un lapso casi
carente de crítica pública a través del humor.
Algunos humoristas habían aceptado la invitación a irse del país, otros
cambiaron de trabajo-mayormente la publicidad-o se reacomodaron en el
suyo. Fueron años de auge de la ciencia ficción, entre otros refugios.
Durante los tres primeros meses del golpe-cuenta el humorista gráfico
Carlos Loiseau, más conocido como Caloi- todo lo que publicáramos, por
lo menos los dibujantes, debía pasar por la SIP”.
Por aquel entonces las revistas de humor en circulación eran Chaupinela y
Mengano, hijuelas de Satiricón que fue clausurada por Isabelita por su
“sesgo zafado”. Hubo un largo juicio, antes que la editorial lo ganara, y
Satiricón volvió, pero solo por un mes, el primero del proceso. A sus
redacciones llovían cartas de la Triple A. Chaupinela desapareció para
regresar-por ese único mes-a Satiricón. Ella y Mengano fueron cerradas por
sugerencias verbales de la Secretaria de Información Pública, en manos
militares en abril de 1976.
Se las juzgó pornográficas. Después sobrevino el silencio. No hubo, en un
año y medio continuidad genealógica ni tampoco humor social ni político
en los quioscos.
Al borde del golpe, recuerda el guionista Carlos Trillo, “Llegaban a la
redacción de Mengano sobres con remitentes conocidos, digamos Juan
Carlos Marecco, lo que hacía el efecto más siniestro. Adentro había
amenazas de muerte con plazos cada vez más cortos para dejar el país.”
Mengano era tributaria del estilo y formato creado por Satiricón-fundada
por Oscar Blota- en el que se mezclaban los chistes unitarios y las
historietas con notas largas, algunas de ellas sin la menor pretensión
“graciosa.”
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Mengano, de editorial Julio Korn, era todavía más “hablada” que su
antecesora: su redacción la integraban jóvenes escritores como Mempo
Giardinelli, Osvaldo Soriano, y Juan Sasturain.
Chaupinela era su rival de mercado, más directamente emparentada con
Satiricón; sus editores era Jorge Guinzburg, Carlos Abrevaya, y Andrés
Cascioli, y todos habían firmado parte del proyecto de Blota.
Roberto Fontanarrosa recuerda que “los temas que se podían tratar eran los
que llamo friboluez: TV, jet set, deportes. Sobre todo los dos primeros
años. Cuando se empieza a aflojar hay más libertad para hacer humor con
la situación económica, la malaria y Martinez de Hoz.”
En 1977 reapareció Tía Vicenta (su primera época había culminado en
1966, cuando la cerró el general Juan Carlos Onganía) con el lema “La
revista del humor sanito”. En el quinto número público una suerte de
“manual de estilo”, de la inconfundible pluma de Juan Carlos “Landrú”
Columbres, que prohibía a sus redactores, por ejemplo,”…Chascarrillos en
los que aparezcan las palabras: ensalada soviética, huevos a la Moscovita,
cubana sello rojo, boeuff strogonof, diablos rojos y zurdo. El apellido
Martinez de Hoz solo se escribirá Martinez de H. (…) Cuchufletas sobre
los juegos Generala y Combate Naval y publicaciones de fotos del Soldado
Chamamé. El humor sanito de Landrú no alcanzó para liberarlo de una
citación que le cursó José Evaristo Ferrari, secretario del ministro el
interior, del general Albano Harguindeguy. Al ministerio habían llegado
rumores de que la revista estaba preparando un chiste”bravísimo” contra el
gobierno. El que estaba bajo sospecha –recuerda el autor- “era un dibujo de
Harguindeguy jugando al polo que, como estaba tan gordo, lo hice montado
en un caballo de dos plazas. Finalmente le dieron el visto bueno.
En 1978, comenzó en Argentina el Campeonato Mundial de Fútbol.
Ese fue el momento en donde la mayoría de los humoristas coincidieron en
hacer humor.
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Caloi dice que cuando la censura es grande, la actitud universal del
humorista es la de estar alerta para aprovechar cualquier resquicio. Él
mismo vio la grieta en los meses previos al mundial de fútbol. El gobierno
había lanzado desde la SIP una campaña de prensa muy agresiva destinada
a emprolijar a los argentinos para mostrarlos al mundo. “Nos trataban como
inadaptados, pero en realidad lo que temían era que se juntara gente en un
estadio después de dos año de toda prohibición.
El humor siempre se las arregla para filtrar elementos en su ambigüedad.
Caloi logró filtrar cosa en base a la complicidad con la gente. La
complicidad del personaje con el público es lo que permite esas
filtraciones. “Era más importante lo que se sugería , que lo que se contaba:
una guiñada de ojo de Clemente, una cruzadita de piernas o una mirada
sobradora le decían más al lector que una denuncia. Ya se había creado el
código. El asunto de los papelitos durante el mundial es un buen ejemplo.
Cuando se organiza el mundial, el gobierno hace una campaña por
televisión en que se aconseja a los taxistas no llevar a los turistas de paseo,
se desalienta la presencia de hinchadas en la cancha, en una palabra,
querían que los argentinos no nos juntáramos. ¡Si en la Argentina hay gente
que no se note! A esto se le sumó José Maria Muñoz, el relator de fútbol,
con la súplica de no tirar papelitos. “Ahí vi una brecha para Clemente y
empecé a insistir con que debían tirarse más papelitos que nunca. Esto fue
captado al vuelo por los hinchas, que tiraron más papelitos que nunca.
Aunque la policía les sacaba los diarios antes de entrar a la cancha, los
contrabandeaban superando hasta ocho vallas de seguridad”-comenta Caloi
El humor siempre se las arreglo para combatir la censura. En definitiva,
de alguna manera y siempre en complicidad con el público lograba filtrar
chistes que significaban mucho más que eso.
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En los años siguientes y con el comienzo del fin de la dictadura los
humoristas se animaban a más, así como también emprendieron el regreso
a su país, varios que se habían exiliado
Hay una buena definición de humor según Jorge Rivera, que no por
amplia, imprecisa: “el humor es territorio evasivo, terreno de las entre
líneas, de la indirecta alusión al contexto, de los límites rígidos y
paradojalmente extensible, se puede hablar simultáneamente de su carácter
hedonístico, provocativo, crítico, enmascarado, catártico, sustitutivo,
reflexivo, analítico, compensador, etcétera, con una permisividad que
admite los más variados y contrapuestos enfoques”.
El humor, como juego de expresiones, entrelíneas y rebeldía se hizo notar
y valer a través de la revista Humor Registrado. Tal vez la revista que más
desafío al gobierno militar, la que más censuras y escollos tuvo que superar
por ese entonces.
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Nacimiento de la revista Humor
La revista Humor apareció el 6 de junio del 78, cuando ya se estaba
armando el mundial de fútbol. Era mensual y era editada por Ediciones de
la Urraca SA. Su director editorial era Andrés Cascioli. “Había un gobierno
tiránico, era horroroso, y para limpiar su imagen organizaron el mundial de
fútbol, nosotros quisimos hacer algo distinto y decidimos hacer Humor. Al
principio fue algo muy precario no sabíamos que íbamos a tener tanta
repercusión”-asegura Cascioli.-
Estaba compuesta por Tomas Sanz como Jefe de Redacción, Nora
Grinberg, en Coordinación, Aquiles Fabregat de Secretario, Carlos Alberto
Perez Larrea y Maria Fernanda Baaro Gil en Producción Gráfica; Eduardo
Grossman en Fotografía; Gustavo Peralta, Oscar Cabral y Alejandro
Blanco en Laboratorio; el Director de Ventas era Ruben Alpellani; el
Gerente Administrativo era Raúl Varela y Ricardo Portal como Director
Comercial. Además contaba con colaboradores especiales de gran
renombre como Mona Moncalvillo en los reportajes, Alberto Speratti como
corresponsal en España e Italia, Alejandro Dolina, Enrique Vazquez, El
negro Fontanarrosa, Jorge Sábato, Jose Pablo Feinman, Norberto Firpo,
Aquiles Fabregat, Crist, Viuti, Cilencio, Ceo entre otros.
El grupo con que se había hecho la revista ya había trabajado en Satiricón,
una revista que Isabel Perón cerró en el 74, y aunque después le ganaron un
juicio al estado y retomaron, eso fue justamente en el 76, aunque casi no se
la publica porque aparecieron Videla Y “compañía” y debían mostrar los
originales al Comando en Jefe del Ejercito. “Yo he tenido que hacer colas
con otros editores y ellos nos rechazaba el material, hacíamos todo de
nuevo y volvían a rechazarlo, al final, la gente de Massera, que era la que
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se encargaba de cultura, empezó a amenazarnos de muerte” asegura Andrés
Cascioli.
Después, durante un año Cascioli hizo otras revista llamada Chaupinela
que también cerró el gobierno de Isabel Perón, esa es una vieja costumbre
del peronismo, ya Perón había cerrado una muy buena revista llamada
Cascabel.
Antes de salir Humor, en el 78 ya había amenazas para que no
saliera.”Aunque el enemigo era la dictadura, sabíamos que si nos
exponíamos demasiado no podríamos sacar ni siquiera el número uno, por
eso armé una revista de humor satírico, con mucha carga de cultura y
espectáculos, tratando en lo posible de no meternos demasiado en política”
comenta Cascioli.
El objetivo principal de la publicación era: ser una revista de humor hecha
por humoristas. Es decir había que olvidarse de los anteriores
emprendimientos-tal como ellos mismo lo aclaraban-y pensar a esta
publicación como humorística, ni política, ni de otro género, simplemente
chistes. De acuerdo con Andrés Cascioli, Humor deseaba ser una revista de
humor y no más que eso: “fue concebida, como su nombre lo indica, como
una revista de humor; y de pronto me encuentro con una revista casi
política”.
Para el director de la revista el rol del humorista cambia, no por propia
voluntad, sino por las condiciones que impone el contexto. En el sumario
del primer número se señala “les proponemos tratar de olvidar, como
tratamos nosotros, anteriores modelos. (…)Este es un divertido ensayo de
juntar buenos dibujantes, humoristas con gracejo y gente que piense con
cierta fineza y profundidad acerca de algunas cosas que pasa. Nada más”.
El primer número de la revista salió calificada de “exhibición limitada”,
pese a no tener nada, se tuvo que defender esa revista frente a una comisión
de censura compuesta por tres miembros de la iglesia y dos periodistas, que
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señalaban a otros compañeros periodistas, uno de ellos se llamaba Pedro
Grossi.
Aquella primera revista tenia en la tapa una caricatura que era una mezcla
de la cara de Menotti, (el director técnico de fútbol) y la de Martinez de
Hoz (el ministro de economía). Por aquel entonces dos temas intocables: la
economía puesta en marcha y el mundial de fútbol.
(primera revista Humor)
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Construir una Identidad:
Entre las características gráficas más llamativas de la revista se puede
nombrar las tapas, los pies de página y los dibujos.
Las tapas: Como lo había echo en Satiricón, aquí también Andrés Cascioli
estaba a cargo de la confección de ellas. Estas eran siempre dibujos, mejor
dicho caricaturas, casi siempre de personajes conocidos. En la mayoría de
los casos se buscaba ridiculizar a quien hacia mención.
Andrés Cascioli aseguraba “nuestro objetivo era ridiculizar a los militares,
mostrar a alguien que les pegara una patada en el trasero, o mostrarlos con
las ropas sucias o rotas era todo un desafío. Atacar su embestidura y sus
símbolos los debilitaba.
Los militares aparecieron como objeto de la caricatura de la tapa un poco
más tarde, cuando la revista estuvo más afianzada en el mercado. Recién en
el número 24 podemos ver una caricatura que muestra a Videla que se
hunde en el mar, con una banda en donde se lee: “Industria Nacional”.El
título de la revista marca: “Contra las pirañas de la importación”. El
editorial de ese número se planteaba una imaginaria reunión editorial para
decidir la tapa. ¿Debe hacerse la tapa o no? Videla, ¿debe aparecer lindo o
feo? Había, además una referencia directa al sentido del humor de
Videla… “No me lo imagino clausurando una revista porque no le gustó
una caricatura”. Eran épocas en que la industria se hundía junto a la
economía del libre mercado. Al momento de la edición de este número, la
revista Humor tenía una tirada de 30.000 ejemplares (promedio) por
edición, y por sus páginas habían pasado entrevistas a varios artistas
(Barbara Mujica, Maria Elena Walsh) y personajes polémicos (como Tato,
el censor, Menotti, entre otros).Este juego entre las tapas y los editoriales
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va a ser una herramienta que los directores de la revista van a saber utilizar
cada vez que sea necesario, incluso durante el período de la apertura
democrática. Además la revista pasaba de ser mensual a quincenal.
Entre las tapas más destacadas podemos mencionar las siguientes:
*En la edición nº 7, diciembre del 79, aparecen los reyes de España y
López Rega escondido entre las polleras de la Reina. La salida de esta
revista se impidió hasta que partieran los reyes.
*Nº 24, diciembre de 1979. Ilustraba a Videla sumergiéndose en el agua y
siendo a atacado por pirañas. El título decía contra las pirañas de la
importación.
Humor denunciaba la importación de una gran cantidad de productos que
atentaba contra la industria nacional.
Humor Nº 24
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*En enero de 1980, la revista nº 26, muestra en la tapa a Martinez de Hoz
con una guadaña en su mano y el título que decía “Un corte más y no
volvemos” “Martinez Pescador ¿me dejará pasar el 80”?
*Nº 39, julio de 1980, Harguindeguy y la lucha contra eso que después se
llamó desinformación, pero que con cualquier nombre, siempre fue o
mismo: el silencio oficial o, en todo caso, la verdad adulterada.
Humor Nº 39
*Nº 45, octubre de 1980, caricatura de Perez Esquivel, censurado e
innombrable, a quien se le otorgaba por esa época el Previo Nóbel de la
Paz.
La revista seguía identificada con las campañas en pro de los Derechos
Humanos y con los intentos de defender a la cultura, sofocada en todos los
terrenos.
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*Nº 46, noviembre de 1980, foto de Rockefeller, juntos y disfrazados de
superamigos. En esa edición la revista denunciaba como publicaciones
argentinas-incluso material grafico del mismo estado-se imprimía en el
exterior.
Humor Nº 46
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*Nº 49, diciembre de 1980-reflejaba la realidad del cercano traspaso del
poder de Videla a Viola. Un país medio fundido, al que le faltaba un tiro de
gracia.
En esa edición denunciaba que en ciertas boleterías, sus críticos del
espectáculo, solían ser rebotados.
Humor Nº 49
*Nº 55, marzo del 81, asumía Viola, después de “seis meses de
transición”. Ni los ñoquis de ese 29 de marzo salvaban al país. En su
interior: reportaje a Ernesto Sábato, que decía o siguiente “Si al crimen del
terrorismo se responde con el crimen del terrorismo estatal, ha triunfado el
terrorismo”.
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Humor Nº 55
*Nº 62, Julio del 81, caricatura de Minguito junto al Preso-personajes
populares de la tira Polémica en el Bar-. El título decía “Minguito y el
Presi”.
En su interior, reportaje a Raúl Alfonsin.
Humor Nº 62
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*N º68, octubre de 1981, tapa con Harguindeguy, como el gordito travieso,
haciendo alusión a la siguiente declaración del ex funcionario: “habrá
gobierno militar hasta que nosotros lo decidiéramos”.
En su interior Humor denunciaba que se estaban retirando medidores de
luz por falta de pago. Además reportaje a Mercedes Sosa, por ese
entonces prohibida.
Humor Nº 68
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*Nº 73, diciembre del 81, en su tapa mostraba a un barco llamado
“Proceso”, que se hundía. En él estaban Viola y los personajes que
acompañaron al proceso. Del naufragio se puede ver que emerge Galtieri
como hombre fuerte, pero no mucho.
En este número, la revista emite una lista con algunos de los cientos de
cargos de todo tipo, ocupados por militares.
Humor Nº 73
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*Nº 77, marzo de 1982, muestra en la tapa a Galtieri-tercer presidente del
Proceso, sin contar los provisionales- en donde se lo cuestionaba si podía o
no podía. En su interior reportaje a Héctor Alterio.
*Nº 81, mayo de 1982.Se lo ve a Galtieri en una cama con cara de susto,
tapado con una frazada. Era plena guerra, Humor denunciaba las muertes y
la cama que nos habían echo desde afuera y desde adentro.
Galtieri tenía los días contados y en medio de un extraño y deprimente
clima, se decidía mandar al equipo de fútbol al Mundial de España 82,
como para distraernos.
*Nº 86, julio del 82, la tapa mostraba a los tres comandantes atados todos
juntos dentro de un mismo saco. Por ese entonces se convocaba
nuevamente a un acto comicial propio, en donde elegirían a Bignone.
Reportajes a Pérez Esquivel, Lautaro Murua y a Mercedes Sosa.
*Nº 92, octubre de 1982, mostraba a los comandantes tapando una gran
olla llena de “suciedades”.
El país, más que nunca era una gran olla tapada, con más de seis años de
lenta cocción. En su interior reportaje a las Madres de Plaza de Mayo.
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*Nº 97, enero del 83, mostraba a la justicia y a Nicolaides, jefe del
ejercito, en patineta y tambaleándose. Esta edición fue secuestrada, por
orden del poder ejecutivo, antes de salir a la calle. Finalmente la justicia
falló a favor de la editorial.
* Nº 98, en esta edición aparecían los tres comandantes con cuerpos de
mono; uno ciego, otro sordo y uno mudo y un título que decía: Prohibido
mirar, hablar y escuchar.
Humor Nº 98
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*En mayo de 1983, en la tapa aparecen Videla, Viola, Masera,
Harguineguy y Galtieri, los cinco, uno al lado del otro, con cara de orgullo
y una frase sobre ellos que decía: “fue un acto de servicio.
e e
e
En diciembre del 83, se lo puede ver al Gral. Bignone cosiendo la banda
presidencial, mientras se jura la constitución y mirando para atrás el
General Cristino Nicolaides, Jefe del Ejército en ese momento.
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*Nº 107, mostraba a ala junta militar diciendo “Acá esta la democracia que
les dejamos”, junto a la imagen de una gorda idiota, estrellándose un
helado en la cara.
Humor Nº 107
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Sus contenidos:
Además de las notas, que buceaban en los temas marginales como la
homosexualidad, o los escabrosos como la censura, se le daba una especial
importancia a la realidad política, al sexo, a las cosas de la vida cotidiana
al espectáculo, y a los deportes, en especial el fútbol.
También se podían encontrar las siguientes secciones:
Nada se pierde: ocupaba casi siempre las primeras páginas. Contenía
versos, chistes de gallegos, cómo se dice, comentarios, citaba errores y
artículos irrisorios de otros diarios y revistas, además trataba ciertas
perlitas que ocurrían en la radio o televisión.
Dentro de esta sección solía estar-no siempre- la editorialoide, que era la
editorial y en donde contestaba u opinaba con dureza por ciertos temas.
Por finales de 1981 la editorial denunciaba que a un asesor del gobierno
no le caía en gracia la revista y que estaba poniendo en juego sus poderes e
influencias para interrumpir la publicación. Lo cual era contestado bajo el
título Intolerancia de la siguiente manera:
Hace ya muchos años-demasiados-que los medios de difusión no
complacientes con los gobiernos de turno deben caminar por débiles
alambres tendidos sobre el vacío.
Y nosotros no escapamos a la regla.
Está mal visto el no aplaudir cada una de las decisiones o actitudes de
quienes manejan a su antojo los destinos argentinos.
Hay en las altas esferas quienes dicen que nosotros “traspasamos los
límites de la libertad de prensa”. En la frase, la contradicción. En una
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verdadera libertad de prensa, los únicos límites deben ser los fijados por los
propios medios, de acuerdo a la función que cumplen.
Sabemos que en el extranjero se mira nuestra revista como un ejemplo de
la libertad que reina en la argentina para disentir públicamente.
Paradójicamente, servimos para fortalecer la imagen argentina en el
exterior. Pero el asesor citado ello no parece preocuparle.
Tampoco se ponen en el tapete otras nimiedades, como por ejemplo que
humor sea una importante fuente de trabajo para muchas familias, que va
desde el taller donde se imprime hasta el kiosco donde se vende.(……..)
Pero es así, para mal de gobernados y gobernantes. Hay quienes siguen
creyendo que el camino a la democracia incluye toda supresión de toda voz
que no esté de acuerdo con ellos.
Nosotros continuamos pensando que hay veintisiete millones de voces
para escuchar. Y confiamos en la cordura de los que han llegado arriba si
tapiar sus oídos.
Esta editorial demuestra a las claras la posición de la revista, no callarse
nada y enfrentar al enemigo sin ningún tipo de temor.
Sumario: En esta carilla figuraba el staff que componía la revista, como
así también contaba lo que había costado sacar ese número, a veces en
serio, otras en broma. También apelaba al chiste interno, contando
intimidades o situaciones puntuales de sus componentes.
Carta de Lectores: denominada Quema esas Cartas: estaba dedicada a la
opinión de los lectores, algunos felicitando, otros criticando. Esta sección
ocupaba las primeras páginas-tres o cuatro- después de la página principal.
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En la mayoría de los casos eran contestadas. Aludía al ingenio y a la
complicidad de los lectores.
-Historias de barrio, por Alejandro Dolina, llamado Crónica del Ángel
Gris, se trataba de un análisis de ciertos personajes como el traga, los
amarretes, los idiotas o de cuestiones como la “decadencia de la bolita”, “la
mina de la esquina no me da bola”, etc.
Los reportajes de Mona Moncalvillo: eran extensos reportajes a
personalidades destacadas, y que en su mayoría estaban prohibidas por el
gobierno de facto.
Entre los personajes más destacados se puede mencionar Tato Bores,
Maria Elena Walsh, Mario Benedetti, Mercedes Sosa, Menotti, etc.
Lo más destacable de Mona Moncalvillo era la inteligencia para sacarle el
máximo jugo a los entrevistados, eran entrevistas que ocupaban entre dos y
tres páginas de muy interesante contenido y en donde no quedaba nada por
preguntar.
Deportes: el noventa y nueve por ciento era referido al fútbol, y parodiaba
el comportamiento de algún jugador o técnico en especial. También
hablaba de cuestiones irrelevantes como si el suplente se debía bañar o no,
o porque no poner un arco más grande que el otro. Además hacia un
análisis del torneo de fútbol de primera división.
Había una parte seria, de denuncia, a cargo de Walter Clos.
Durante el mundial fue muy jugosa esta sección ya que no sólo denunciaba
ciertos hechos, como el dinero empleado para la realización del
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campeonato del mundo, sino que apelaba en todas la ediciones a ridiculizar
a José María Muñoz, que era el relator de Radio Rivadavia, un vocero del
gobierno de facto. Entre los personajes que más se los cuestionaba y o se
los ponía en ridículo estaba Menotti, técnico de la selección; Julio
Grondona, presidente del fútbol argentino; Reuteman, corredor de Formula
1; y al tenista Guillermo Vilas.
Espectáculos: Esta sección se denominaba Picadillo Circo y tenía varias
partes: Carlos Bracamonte, analizaba las propuestas teatrales y el contenido
de algunos programas de televisión. La mayoría de las veces denunciaba
cuestiones tales como la situación de Mirta Legrand con ATC- en este caso
la gran cantidad de dinero destinada a ese programa que fue un fracaso - .
Gloria Guerrero realizaba un análisis del espectáculo, haciendo mayor
hincapié en la música. También trataba temas como la moda, los
comportamientos de los roqueros, “los nenes de mamá”, “por qué los punk
se hacen los malos”etc.
Cortes y Confesiones, bajo el subtítulo Cine: en busca del tiempo
afanado: esta sección mencionaba todas las películas censuradas y las que
habían sido cortadas en algunas de sus partes por “algo en especial”.
Infamias, Calumnias, bajezas: era otra subsección de espectáculos y trataba
las frivolidades y chimentos del espectáculo.
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Música: contenía una página dedicada al análisis de los últimos discos. Su
precio, su calidad, su contenido. Aquí los lectores también mandaban sus
recomendaciones u opinión de determinados trabajos discográficos.
Literatura: sección dedicada a los últimos trabajos literarios. Comentaba
su contenido y en algunas ocasiones mostraba el arte de tapa.
Consagraciones: era una especie de bibliografía de alguna persona
destacada.
Página de la mujer: Estaba a cargo de Rosario Zubeldía y trataba temas
como “estrategias para conseguir marido mujeriego”, “chicas: aprendamos
a usar la histeria” y realizaba análisis de los mejores piropos, de cómo
vestirse para una determinada ocasión, etc.
Notas de la vida social: eran notas dedicadas a cotidianidades de la vida
social como por ejemplo:”la vida de un petizo.”, “cómo manejan los
taxistas”, “cómo pasarla bien en Mar del Plata”, “recetas para conseguir un
hombre”. Estaban a cargo de esta sección Alicia Galotti, Reynoso, claudio
Bazan, Kreimer, Oski, Guillermo Saccomanno.
Por su parte, Grondona White hacia una historieta en donde parodiaba con
situaciones cotidianas o cuestiones tales como las amantes, la suegra, la
moda, el coche “el mejor amigo del mecánico”, el lenguaje de los
argentinos, etc.
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Frabegat trataba cuestiones un tanto irrisorias y fuera de lo común como
“cuidado su vecino puede ser un extraterrestre”, o “los animales superiores:
una raza en extinción”.
Panorama Internacional: estaba a cargo de Alberto Speratti. Era el
corresponsal desde España e Italia. Realizaba reportajes, a veces en serio, a
veces fraguados, con figuras internacionales. También analizaba ciertas
conductas de la gente del otro continente.
El último café: Estaba a cargo de Enrique Vázquez, esta sección estuvo en
los últimos años de la revista humor, estaba destinada a denunciar algún
hecho en concreto, como por ejemplo dinero destinado a la lucha contra el
tabaquismo, que nunca apareció o la ausencia de algún funcionario por
cuestiones vacacionales.
Había muchísimas secciones y no siempre estaban todas juntas. Había
ciertas notas que aparecían en determinadas ocasiones o alguna
colaboración especial de algún escritor o profesional hablando de
determinados temas.
Tampoco estuvieron los mismos escritores durante la duración de la
revista. Parte del staff se iba renovando año tras años.
Otra de las características con que contaba la revista eran frases sobre el
margen superior de la revista. A veces con un humor al paso y otras tantas
denunciando algún echo o ridiculizando al gobierno de turno. Por ejemplo:
“sea adulto en 18 meses”, “Qué lastima, un poquito más y Vilas ganaba”,
“a falta de Pan AM, buenas son Aerolíneas”, “En ATC por ahora lo único
que hay a todo color es plata”.
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Los dibujos:
Estaban hechos en color y blanco y negro. Entre las más celebre historias
podemos encontrar: La clínica del Doctor Cureta, en donde Meiji y Ceo
eran sus autores, guionistas y dibujantes. Tenía un humor bastante ácido y
buscaba parodiar la atención hospitalaria y la administración de la salud del
país.
Las puertitas del señor López, Vida interior, de Tabaré, Boggie, el
aceitoso, de Fontanarrosa, y muchísimas historietas y chistes de humoristas
como Viuti, Jericles, Crist, Marin, Cuel, Fati, Lacury, Limura, Cilencio,
Ortiz, Caton, Blopa, Maicas, Guls, Izquierdo Brown, Tacho, Rafael
Martinez, Angel, Trillo, Suar, Reynoso, Fortín, Rep, Almeida entre otros.
Eran dibujos que apuntaban directamente a ofender la postura y el
pensamiento del gobierno militar. En la mayoría de las ocasiones
totalmente explícitos. A contuinación algunos ejemplos de ellos:
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(Fontanarrosa)
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(Cilencio)
(Maicas)
(Tabaré)
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(Almeida)
(Lawry)
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Censuras:
Los problemas más serios con la revista comenzaron a partir de la sexta
tirada. Para esa fecha venían de visita los reyes de España. En su tapa
estaba el dibujo de Lopez Rega, escondido entre la ropa de la reina Sofia.
Ese número también fue calificado de exhibición limitada, lo levantaron y
lo censuraron.
Al respecto Tomas Sanz dice “cuando empezamos con las denuncias
fuertes empezaron a reaccionar, pero creo que reaccionaron tarde, porque
hay que tener en cuenta que 300.00 ejemplares son cerca de un millón de
lectores, y si la hubieran tocado, la gente iba a reaccionar”.
Tomas Sanz comenta -“sabíamos que hablaban de la revista y que había
posturas. Unos, como Harguindeguy nos quería borrar, otros en cambio
pensaban en el costo beneficio para limpiar su imagen con respecto al tema
de la libertad de prensa”.
Durante los primeros cinco años Humor sufrió innumerables amenazas,
presiones de intentos de censura. Pero hubo una edición que fue
secuestrada” en realidad el número no era nada de otro mundo-recuerda
Cascioli-pero el gobierno nos estaba tratando de cerrar de cualquier modo y
eligieron ese número para actuar. Era la edición 97 de la revista, en su tapa
tenia a la imagen de la justicia,- que en ese momento era presionada por el
gobierno militar para que no investigue las violaciones de los derechos
humanos- y a Nicolaides, Jefe del ejército, tambaleando arriba de una
patineta.
En la demanda judicial los abogados de la junta alegaban que “ningún
militar y menos un Jefe del ejercito, tendría que tener problema alguno para
manejar un artefacto que fuere un juego de niños”.
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Levantando la revista de los quioscos nos quitaban la posibilidad de
afrontar la enorme inversión que requería sacar esa revista” Como la tirada
de Humor era muy grande, se distribuía por tandas, eso permitió que los
distribuidores pudieran salvar cerca de cien mil ejemplares, que llegaron a
los quioscos.
“Nos ayudó mucho el Cholo Pacheco, que en esa época comandaba la
sociedad de distribución-explica el director de Humor-, el tenía interés en
que la revista saliera porque justo en ese número había un reportaje al
doctor Favaloro, que era socio suyo” Los canillitas, que estaban enterados
de la medida, escondieron los ejemplares en comercios vecinos, así fue
cómo más de un lector terminó comprando el número en un bar o una
farmacia.
La venta clandestina fue un éxito, el número 97 vendió noventa y seis mil
ejemplares. Los abogados de Humor actuaron rápido y mediante un recurso
de amparo lograron revocar la medida.
“Yo creo que había alguien dentro de la revista que estaba con ellos,
porque ese fue un número que no había salido a la venta todavía, estaba
por salir y lo clausuraron, muy raro”-comenta Andrés Cascioli.
El número siguiente, el 98, si que fue fuerte-recuerda Tomas Sanz-, en la
tapa se veía a los tres comandantes con cuerpo de monos, uno ciego, uno
sordo y uno mudo, el título era: Prohibido mirar, hablar y escuchar”. Todo
el contenido era comprometido y, como suele suceder con estas medidas, el
resultado fue contraproducente: vendimos los trescientos treinta mil
ejemplares que tiramos, y si hubiéramos tirado quinientos mil también los
vendíamos”.
La incógnita acerca de cómo una revista tan controvertida y abiertamente
opositora no fuera cerrada, se puede entender en algunas cuestiones cómo
las siguientes: la revista llegó a vender unos trescientos mil ejemplares, o
sea cerca de un millón de personas, o sea que había un fuerte apoyo de la
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gente, otra de las cuestiones posibles pueden ser que el gobierno
estadounidense de Carter le exigía a los militares cierta pátina de
democracia. Y finalmente otra fue el hecho de ser una revista de humor,
que en su tapa decía Humor, con dibujos en vez de fotos, hacía que no se lo
tomaran demasiado en serio al comienzo.
La publicación pasó por diferentes etapas; tuvo un período de crítica,
desde sus inicios hasta 1980,fue una especie de “tanteo”, en donde se
comenzó con la idea de hacer humor e ir ridiculizando a personajes del
gobierno, un momento en donde se tomó una posición combativa hacia el
gobierno militar (hasta 1983), algo así como animarse a más. Las
caricaturas y las denuncias eran cada vez más fuertes y no solo eso, en sus
reportajes comenzaban a aparecer personas prohibidas por del gobierno de
facto. Y por último hubo un período democrático pluralista (de 1984 en
adelante), en este período se actuaba con cierta clemencia hacia la
embestidura del gobierno. Fue también una etapa muy difícil para la revista
ya que se la tildaba de oficialista y perdió durante ese período una gran
cantidad de lectores.
En términos de un discurso ideológico la revista fue a través de estas
etapas (que implicaron una toma de posición respecto del régimen militar),
definiendo un adversario y delineando un ideario democrático. Primero, a
través de la crítica y la ironía-haciendo las aclaraciones necesarias que las
caricaturas eran simples bromas- y paulatinamente, a través de la
ridiculización de los diferentes personajes políticos, hasta colocarse en una
posición combativa especto del proceso y los militares.
El interlocutor de la revista no fue un grupo identitario de intereses y
valores (como pueden serlo los trabajadores, los militantes, los jóvenes,
etc.).La estrategia editorial fue apelar a la ciudadanía a través de un
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discurso inclusivo basado en los preceptos de la independencia y la libertad
de expresión.
A través del ideario democratizante que mantuvo la empresa durante la
etapa, Humor comenzó a construir una red de consenso en la opinión
pública, es decir, obtuvo una legitimación social más allá de los lectores.
Hacia mediados del ochenta tuvo lugar un fenómeno que desde diversas
perspectivas de análisis se dio a llamar de “desencanto político”, con la
consecuente merma de participación e intervención de la ciudadanía en la
agenda pública.
Aunque Humor, en sus editoriales nunca se dijo ser una revista política
paradójicamente cuanto más de humor independiente se decía, más política
era. En el momento en que la sociedad ya no acompañó este guiño
cómplice, este hacer política desde un lenguaje satírico y alegórico, la
revista no pudo mantener su statu quo.
Durante los primeros años de la década del ochenta, en el colapso del
régimen militar, la revista asumió la eficacia de un discurso político y
alcanzando una relevante utilidad social muy conveniente en un período
signado por el vaciamiento partidario. Pero cuando esta utilidad, este pacto
recíproco basado en lo que Pierre Bourdieu llama “el sentido práctico”, ya
no fue necesario, la que fuera una “boca de expresión del pueblo”
progresivamente fue tomando su verdadero cuerpo: una revista de humor
gráfico entre otras.
Altuna, uno de sus escritores comenta que “las puertitas del Señor López,
por ejemplo la gente encontraba mensajes implícitos, que en algunas
ocasiones sí los había, pero en otras no. Esto habla de una necesidad por
parte de la gente”
Tanto Sanz como Cascioli coinciden en que el momento más fuerte de la
revista fue durante el 81 y 82, “estábamos muy afianzados, teníamos
muchos lectores, empezaba a ser sostenida por el incipiente movimiento
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político, los políticos empezaban a resurgir y nos apoyaban. Inclusive
tenían mucha repercusión en el exterior, porque los exiliados la leían y la
difundían mucho.”
Rep, dibujante de la revista, coincide con que los mejores años de la
revista fueron 81 y 82, “la revista tenia su propia identidad, muchos
lectores, además comenzaba la apertura de la política y de los derechos
humanos”
A finales del 81 Ramón “palito” Ortega trae a la Argentina al cantante
Fran Sinatra y la revista Humor decide realizar un espectáculo paralelo a
ello.
“Nosotros decidimos hacer un gran recital en Obras Sanitarias, pero con los
perseguidos por la dictadura, había roqueros como Luís Alberto Spinetta,
estaba Baglietto, Fito Páez y también había tangueros como el Sexteto
Tango o Puchi Leguizamón. Después “Palito” dijo que yo, junto con el
zurdaje le había arruinado el negocio.”- Cuenta Andrés Cascioli.
“La cultura necesitaba una luz y nosotros se la empezábamos a dar, fue
muy importante”- dice Rep.
En diciembre de 1981, el mensaje estaba explícito en la tapa: la caricatura
mostraba un barco llamado “El Proceso” que se hundía, y en él
naufragaban Martínez de Hoz, Harguindeguy, Videla, Viola, entre tantos
otros; solo se salvaban Massera y Mirta Legrand que huían en un bote.
Como es bien conocido, Massera había sido artífice de un diálogo continuo
con las diferentes fuerzas políticas de la Argentina de esos años, con el
objetivo de proporcionar una salida electoral controlada.
Los cambio en la junta militar que iniciaron el año 1982, hacían que la
revista se preguntara si: “¿Cambió Viola-el nuevo presidente-o cambió el
proceso? “Si realmente fue Viola el que cambió o pretendió cambiar,
¿cómo puede ser que haya sido él el equivocado si era-junto a Videla el
papá del proceso, mucho antes de que ambos llegaran a ser, por turnos,
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comandantes en jefe? ¿Cómo puede ser que Galtieri sepa mejor que Viola
qué es y dónde apunta el proceso, si Vila tiene todas las respuestas desde
1973, cuando empezó a soñar con el golpe? El discurso era claro y carecía
de todo contenido humorístico, era una nota que ponía en cuestionamiento
el sustento ideológico del régimen y de los militares.
El punto de inflexión que permitió a la revista colocarse en una posición
combativa respecto del Proceso fue el mismo hito histórico que precipitó la
rápida vuelta a la democracia, y la salida de los militares del ejercicio de
poder: la derrota de Malvinas. La posición que esta publicación tomó
respecto del conflicto de Malvinas tiene sus variaciones: en un primer
momento, se mostró expectante respecto de la decisión de Galtieri de llegar
a un enfrentamiento bélico, ya que consideraba que se trataba de un
reclamo justo. A pesar de esto, llamaba a no equivocarse, y alertaba a sus
lectores del peligro de engañarse por el patriotismo utilizado por los
militares. Los militares toleraron la presencia de la revista, ya sea por la
necesidad de investirse de un halo democrático, ya sea porque
menospreciaron el efecto que la sátira política podía tener sobre su imagen
pública. Lo cierto es que la reacción de los militares fue más bien tardía.
Los hechos de censura más claro que vivió Humor se presentaron como
amenazas en 1982, y como un acto real de secuestro del número en la calle,
en enero de 1983 (una vez que la Guerra de Malvinas se había perdido y el
final del Proceso era inevitable).
La revista Humor fue y será todo un símbolo de esa época, un claro
reflejo del oscuro pasado que nos envolvió durante una década.
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Humor y la apertura a la democracia.
A partir de la derrota de Malvinas y con la consecuente apertura
hacia la democracia, se fueron incorporando nuevos columnistas y
periodistas que presentaron diversas posiciones ideológicas respecto de la
situación política. Durante 1983 las tapas y los editoriales intensificaron sus
críticas al gobierno militar, al equipo económico, y demandaron una rápida
salida a la democracia. En los reportajes la revista comenzó a dar espacio a
personalidades políticas o de la cultura que estaban prohibidos o exiliados,
produciendo un efecto de apertura en el clima político. En las tapas, los
militares eran descalificados en sus funciones de gobierno: la Junta Militar
bajo un paraguas mientras le llueven tomatazos, en otra tapa Videla, Viola,
Massera, Harguindeguy y Galtieri diciendo: “Fue un acto de servicio”, con
el fondo de la República Crucificada. En el número 107 la tapa mostraba a
la cúpula militar: “Acá está la democracia que les dejamos”, una gorda,
idiota que se estrella un helado en la frente. El editorial analizaba el
documento final de la Junta de Gobierno. Comenzaba criticando la posición
en la que los militares se han colocado como gestores de la democracia
(“el gobierno de las Fuerzas Armadas se ha autodenominado responsable y
gestor del alumbramiento de la democracia. Esa democracia, admitámosla
endeble e imperfecta a la vez, que destruyó en 1976”), descalifica las
opiniones de varios militares, y del informe final, planteando el no
cumplimiento de las promesas de los militares, y los discursos engañosos.
La imagen de la República vuelve a aparecer nuevamente en la iconografía
del humor político argentino, lo interesante es que está vez la forma que
toma es la de una república deformada, mancillada, envejecida.
Esta publicación, un clásico del período de la última dictadura argentina,
representó de una forma bastante completa el imaginario político de más de
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una década, comenzó como una revista pequeña a las cuatro años de
existencia estaba vendiendo más de cuatro millones de ejemplares al año.
La transición a la democracia la encontró demasiado identificada con el
alfonsinismo, al compás de una sociedad que entraba en una nueva
“experiencia feliz” y que ya no necesitaba de la crítica mordaz para
reforzar sus expectativas.
El campo del humor político, que tanto se había enriquecido durante un
siglo, se volvió – debido a las sucesivas crisis económicas y al desencanto
político – un espacio reducido, donde el humor político gráfico retornó a
las páginas de los diarios serios. En este sentido, este es el estado actual de
estas manifestaciones del imaginario político. La crítica que el humor
político puede ejercer sobre la escena política actual, acotada a los copetes
y recuadros incluidos en el cuerpo principal de los diarios, no deja de tener
efectos de desgaste, al mismo tiempo, esclarecedores sobre el revés de la
trama de la política actual. La intención de echar luz sobre el dominio
público, a partir de la caracterización de los políticos y de un discurso que
reflexiona y polemiza con el discurso serio. La crisis de diciembre de 2001
puso en evidencia esta situación, los humoristas reflexionaron de modos
diferentes frente al conflicto de los cacerolazos.
42
Bibliografía:
* Decíamos ayer, de Eduardo Blaustein, editorial Colihue 1997,
* Nunca Más, Conadep, Editorial Eudeba,
* Bosquivia, el Humor en la Dictadura Militar Argentina, por Laura Vasquez,
*Al menos me expreso, Claudio Kappel,
*Argentina, un chiste del destino, de Oscar Milicich,
*La historia de Tía Vicenta, Sudamericana, Bs as, 1994, Edgardo Russo,
*Hanna Arendt, ¿Qué es la Política?, Barcelona, Anagrama, 1994,
*Crónica del Humor Político en la Argentina, Palacio,J. Edición Sudamericana 1993,
*Teoría y estética de la novela, Bajtin,M, 1989,
*Revista Imaginaria, nº 48 del 4 de abril de 2001, Revista quincenal de literatura infantil y juvenil, lectura “Los Libros Infantiles Prohibidos por la Dictadura Militar en Argentina”,
*Revista La Maga, Bs as, 20 de setiembre de 2001, entrevista a Andrés Cascioli y a Tomás Saenz,
43
*Diario Clarín, octubre de 1991, entrevista a Andrés Cascioli,
*Diario Clarín, Suplemento Zona, 8 de abril de 2001, “El Humor en los Años de la Mordaza”, de Liliana Moreno,
*Diario Clarín, 3 de octubre de 1986, entrevista a Caloi,
*Revista 3 puntos; 2001, “Batifondo con Humor”, entrevista a Andrés Cascioli,
*Diario El Ciudadano, Rosario, suplemento Calidad de Vida, El Humor por Sigmund Freud,
*Página 12, Bs As, 24 de marzo de 2000, Los Dueños de la Espada; por Miguel Bonasso,
*El Cronista Comercial, 6 de mayo de 1990, entrevista a Caloi,
*Revistas Humor, Ediciones la Urraca, de 1976 a 1983.
44
Anexo:
*Programa de televisión en Canal A, especial Revista Humor, emitido el 22 y 23 de septiembre de 2003.
*Internet: Areópago, “El Humor Político en la Argentina”, 24 de enero de 1994,
*Internet: Tebeosfera, “Lo que pasa en Argentina no es Chiste”, Ana Von Rebeur,
*Internet: Página oficial de Andrés Cascioli
*Archivo de Hemeroteca de la Biblioteca Juan Alvarez de Rosario,
*Archivo de Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso, de Capital Federal
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