la revista agraria nº 160 - marzo

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  • 8/12/2019 LA REVISTA AGRARIA N 160 - Marzo

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    AO 15 N. 160MARZO de 2014

  • 8/12/2019 LA REVISTA AGRARIA N 160 - Marzo

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    2 LA REVISTA AGRARIA / 160

    precios internacionales

    agroDATAAGROdata

    Una de las discusiones globales y con grandes implicancias en la

    seguridad alimentaria, el desarrollo rural y el futuro de la actividadagraria es la relativa al envejecimiento de los agricultores en todo elmundo. La estructura de la poblacin agrcola se concentra cada vezms en edades que superan los 60 aos en todas las regiones delplaneta (en mayor proporcin, en Europa y Asia Oriental). En estecontexto, cul es la situacin etaria1de los conductores agrope-cuarios peruanos? Existen diferencias de gnero y por departa-mentos? Qu retos o desafos se presentan en el futuro?

    En EE.UU., el porcentaje de conductores agropecuarios mayoresde 65 aos pas de 17% a 22% en dieciocho aos (de 1967 a 1987)2;en el Per, pasamos de 16% a 21%, tambin en dieciocho aos (vergrfico 1). Veinte aos ms tarde (2007), el porcentaje de conducto-res estadounidenses mayores de 65 aos alcanz el 30%. Asumien-do una tendencia similar a la estadounidense, uno de cada tres pro-

    ductores peruanos, en 2032, sera mayor de 65 aos.Un aspecto importante en la estructura de edades de los jefes dehogar agropecuarios es la mayor presencia femenina: si observa-mos la parte derecha de las pirmides poblacionales de ambos aos,notaremos una superposicin de las barras que representan el por-centaje de conductoras en 2012 sobre las de 1994, en todos losgrupos de edad. Factores como la mayor participacin de los varo-nes en actividades principales no agrcolas, la subdivisin de prediospor herencia, los cambios culturales, etc., pueden estar detrs deesta tendencia. Actualmente, la cantidad de conductoras asciende ams de medio milln, lo que representa el 31% del total de producto-res jefes de hogar (en 1994 fueron 352 mil, representando el 20%).

    Por su parte, la presencia de los conductores varones ha sufridouna cada importante que se refleja en una menor proporcin en tresde los cuatro grupos de edad considerados. La mayor cada seregistr en el grupo que va de los 30 a 44 aos de edad, donde sepas de 27% en 1994 a 21% en 2012. Lo que llama la atencin tantoen la estructura etaria de productores hombres como de mujeres essu concentracin en edades intermedias (30-45 aos) y edadesadultas cercanas al retiro (45-64 aos). En sntesis, resulta claro quela forma de la pirmide ha cambiado desde 1994, y tres son loscambios ms evidentes: una base ms estrecha, que implica unamenor proporcin de conductores menores de 30 aos; un despla-zamiento a la derecha, que revela una mayor proporcin femenina deproductores; y un techo ms ancho, que refleja el patrn de enveje-cimiento de los productores.

    Por ltimo, la informacin desagregada en departamentos permi-te identificar algunas diferencias (ver grfico 2). En un extremo, Icatiene la mayor cantidad de productores que sobrepasan los 50aos (72%), mientras que, en el otro extremo, Loreto, San Martn yUcayali contienen una alta proporcin de productores jvenes (68%),tanto en el grupo de edad entre los 30 y 49 aos como en el grupomenor de 30 aos. En once de los veinticinco departamentos, msdel 50% de los productores son mayores de 50 aos. Solo en dosdepartamentos (Loreto y Ucayali) el porcentaje de productores j-venes menores de 30 aos representa, a lo sumo, el 20% del totalde productores.

    Aunque el proceso todava no es crtico como en otras partes delmundo, en donde el proceso de envejecimiento es alarmante, s me-rece especial atencin. La rapidez o lentitud del cambio en la pirmidepoblacional depender de varios factores, como los cambios demo-grficos asociados a la fecundidad, la migracin interna del campo ala ciudad, los cambios climticos, los salarios relativos entre activida-des, etc. Estudios que midan el impacto de estos factores sobre la

    Envejecimiento o rejuvenecimiento

    del campo?Miguel ngel Pintado

    composicin de edades de los prximos aos, ayudarn a implemen-tar polticas adecuadas que cumplan los desafos asociados al enve-

    jecimiento del campo, as como a la mayor presencia femenina entrequienes conducen las unidades agropecuarias.

    Notas1 Etario(a): relacionado a la edad.2 Datos obtenidos del Economic Research Service/USDA.

    Grfico 1. Pirmides poblacionales de jefes de hogar, segn

    gnero

    Grfico 2. Distribucin etaria de los productores, 2012

    2%

    5%

    9%

    5%

    13%

    27%

    29%

    11%

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    8%

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    7%

    8%

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    14%

    30.00 25.00 20.00 15.00 10.00 5.00 0.00 5.00 10.00 15.00

    Menor a 30

    De 30 a 44

    De 45 a 64

    De 65 a ms

    Hombres, 2012 Mujeres , 2012 Hombres, 1994 Mujeres , 1994

    Gruposdeedad

    18%

    9%

    11%

    6%

    9%

    18%

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    3%

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    10%

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    12%7%

    18%

    7%

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    12%

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    42%

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    40%

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    31%

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    43%

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    38%

    49%

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    28%

    38%

    34%

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    35%

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    27%

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    5%

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    16%

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    5%

    11%

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    5%

    14%

    Amazonas

    ncash

    Apurmac

    Arequipa

    Ayacucho

    Cajamarca

    Callao

    Cusco

    Huancavelica

    Hunuco

    Ica

    Junn

    La Libertad

    Lambayeque

    Lima

    Loreto

    Madre de DiosMoquegua

    Pasco

    Piura

    Puno

    San Martn

    Tacna

    Tumbes

    Ucayali

    Per

    Menor a 30 aos De 30 a 49 De 50 a 69 De 70 a ms

    Fuente: Cenagro 1994, 2012. Elaboracin: Cepes.

    Fuente: Cenagro 2012. Elaboracin: Cepes.

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    MARZO de 2014 3

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    Cmo responden losagricultores peruanosfrente al problema de lasequa?

    Salud pblica versusintereses privadosPor qu no se aprue-

    ba el reglamento de laLey 30021 sobre ali-mentacin saludable?

    Aeropuerto enChinchero?Un grave impactocultural y ambiental

    MESA REDONDAPer, pas de andenes.

    Rescatando el pasadopara enfrentardesafos delfuturo

    LICENCIA CREATIVE COMMONSAlgunos derechos reservados

    Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar pblicamen-te esta obra bajo las condiciones siguientes:- Debe reconocer los crditos de la obra- Debe ser usada solo para propsitos no comerciales

    - No se puede alterar, transformar o generar una obra deri-vada a partir de esta obra.

    contenidocontenido

    editorial

    Son cada vez ms los mbitos en los que se evidencia que el Estado

    abandona su misin de velar por el inters pblico con la finalidad de

    favorecer el inters privado. Esto se ve claramente en el apoyo a lasindustrias extractivas, aun cuando estas pasen por encima de los derechos

    de las poblaciones locales y afecten el medio ambiente. Lo mismo se observa

    en la prestacin de servicios pblicos como la salud y la educacin, cada

    vez ms motivados por la lgica de la ganancia, al ampliarse los espacios de

    su privatizacin, donde las corporaciones financieras son dueas, al mismo

    tiempo, de las empresas de seguros y de las clnicas. Igual sucede en el

    caso del acceso a la tierra, no solo al permitir, sino tambin al estimular la

    concentracin de su propiedad, marginando a campesinos productores de

    alimentos. Se podran dar ms ejemplos ilustrativos de estas tendencias,

    aparentemente indetenibles.

    Un mbito en donde tambin se est evidenciando esta subordinacin

    del inters pblico al privado es el de los alimentos. Es cierto que en los

    ltimos aos se han dado varias normas orientadas, en principio, a fortalecer

    la seguridad alimentaria y a informar y mejorar el acceso de la poblacin a

    alimentos saludables. As, desde 2012, el Ministerio de Salud (Minsa) ha

    hecho recomendaciones acerca de alimentos que deben ser consumidos

    en los quioscos escolares; se expidieron normas que obligaban al etiquetado

    de los alimentos procesados, para informar al consumidor si contenan

    insumos transgnicos y grasas saturadas. Luego, en 2013, se aprob la

    Ley 30021, de Promocin de la Alimentacin Saludable para Nios, Nias

    y Adolescentes. Pero ninguna de estas normas se est ejecutando en la

    actualidad. Por qu razn?

    En su momento, cada una de ellas fue criticada por la industria alimentaria,

    con el argumento de que estas regulaciones inhiben las inversiones y limitan

    la libertad de opcin del consumidor. Esta oposicin de los industriales es

    explicable, pues toda regulacin resulta una amenaza a sus intereses privados.

    Pero lo que no es explicable es que el propio Estado ponga por delante

    del bien pblico los intereses privados de una minora de inversionistas al

    transformar la inversin en un fin en s, cuando esta debe ser, por el contrario,un medio entre otros orientado a lograr el bienestar general. Y lo que

    se supone que es el fin del Estado, el bienestar general, uno de cuyos

    principales componentes es la buena salud de la poblacin, queda, as, en

    un lugar subordinado. El Estado ha asumido este enroque de prioridades y

    responsabilidades, pero ha ido desplazando el objetivo de su propia

    existencia, que es el logro del bien comn y del bienestar de todos los

    ciudadanos, y lo ha reemplazado por lo que es el objetivo principal del

    capital: rentabilizar la inversin privada.

    Mal estamos.

    Publicacin del Centro Peruano de Estudios Sociales

    Av. Salaverry 818, Jess Mara, Lima 11/ PerTelf. (511) 4336610

    Email: [email protected]: www.larevistaagraria.orgFacebook: /LaRevistaAgraria

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    Directora fundadora

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    Comit editorial

    Laureano del Castillo, Javier Alvarado,Beatriz Salazar, Ricardo Marapi, Pedro

    Castillo, Jaime Escobedo, Miguel Pintado

    Correccin/DiagramacinAntonio Luya / Jos Rodrguez

    Distribucin gratuita con La Repblica elltimo mircoles de cada mes.

    Fernando EgurenDirector

    El abandono del inters pblico

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    4 LA REVISTA AGRARIA / 160

    En mayo de 2013 se promulg, con elnombre de Ley de Promocin de la Ali-mentacin Saludable para Nios, Nias yAdolescentes, la Ley 30021. Su reglamen-to deba salir sesenta das despus. Yahan pasado ms de trescientos, y no hayreglamento.

    Por qu se dio esta ley? Porque eraimpostergable dar una respuesta al peli-groso incremento en el Per de personascon sobrepeso y obesidad, dos importan-tes causas de las llamadas enfermeda-des no transmisibles, entre las cualesestn la diabetes y la hipertensin.

    Contra lo que se pensaba antiguamen-te, una persona con kilos de ms o so-brepeso no es necesariamente una per-sona saludable ni bien nutrida2. La des-nutricin y el sobrepeso son el resulta-do de una malanutricin; el sobrepesoresulta del exceso de consumo de gra-sas, sales y azcar, que se encuentranbsicamente en la denominada comidachatarra y en las bebidas azucaradas,sobre todo las gaseosas.

    Salud pblica versus intereses privadosPor qu no se aprueba el reglamento de la Ley 30021 sobre alimentacin saludable?

    Fernando Eguren1

    Los objetivos de la ley

    La Ley 30021 pretende que los nios,nias y adolescentes disminuyan el con-sumo de esos productos e incrementen elde alimentos sanos3, de tal forma que sereduzcan o eliminen dichas enfermedades.Es, como dice su primer artculo, un temade derecho a la salud pblica [y] alcrecimiento y desarrollo adecuado de laspersonas.

    Los instrumentos previstos por la leypara lograr la reduccin del consumo dela comida chatarra y alentar la de alimen-tos sanos son varios: a) promocin de la

    alimentacin saludable a travs de la edu-cacin escolarizada y no escolarizada; b)creacin de un Observatorio de Nutriciny de Estudio de Sobrepeso y Obesidad;c) obligacin de los quioscos y comedo-res escolares de brindar exclusivamentealimentos y bebidas saludables; d) pro-mocin del deporte; y d) regulacin de lapublicidad.

    Acerca de este ltimo punto la regu-lacin de la publicidad, un reciente in-

    forme del Ministerio de Salud concluyeque la publicidad influye en el mayor con-sumo, por parte de los nios, de los ali-mentos publicitados4. Y la publicidad quepromueve el consumo de alimentos nosaludables es abundante. Un estudio rea-lizado por el Consejo Consultivo de Ra-dio y Televisin del Per5mostr que enel primer trimestre de 2011 se propalaronpor la televisin, en Lima, 30,168 spotsdealimentos no saludablesy 5,650 de ali-mentos poco saludables; que mensual-mente se emitieron 68 horas de publici-dad de alimentos no saludables y 15 ho-

    ras de alimentos poco saludables; que seinvirtieron US$22.7 millones mensuales enspotspublicitarios de alimentos poco yno saludables, 4.4 millones de los cualesfueron a spots de alimentos no saluda-bles en programas de nios.

    Salud pblica versus interesesprivados

    La industria alimentaria y las empresasde publicidad criticaron duramente la Leyde Promocin de la Alimentacin Saluda-ble, con el argumento de que la inversinsera desincentivada y que se coactaba lalibertad de opcin de los consumidores.Algunos polticos secundaron este dis-curso: Pedro Pablo Kuczynski declar quela ley de comida chatarra del gobiernofue una decisin errada y que el con-sumo de gaseosas ha bajado 3% o 4% enlos ltimos meses por el temor de la gentey esto es muy preocupante. Por otra par-te, Keiko Fujimori expres sus temoressobre la iniciativa legal, pues, segn ella,la Ley de comida chatarra genera des-

    confianza en el empresariado. El propioEstado parece haber asumido con mspreocupacin los intereses de la indus-tria alimentaria que los de la salud pbli-ca. No deja de ser preocupante que la co-misin encargada de la elaboracin delreglamento de la ley se haya limitado aconsultar a la propia industria alimentariasobre las caractersticas de su contenido.Es decir, el Estado ha optado por acercar-se al sector donde se origina buena partede la produccin de la comida chatarra,pero no a otras organizaciones de la so-ciedad civil.

    El presidente Humala y la primera dama, Nadine Heredia, promovieron la mencionada ley

    durante 2013. Sin embargo, ahora existe el riesgo de que el reglamento favorezca a laindustria alimentaria.

    FotoPalaciodeGobie

    rno

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    La propia ministra de Salud, Midori deHabich, declar, cndidamente: Tengoentendido que en las reuniones [de la co-misin de reglamento] estn participandocorporaciones, empresas, y se observa quehay apertura [sic]. Mientras tanto, no hansido consultados Aspec, ni ForoSalud, niel congresista Jaime Delgado, principalgestor de la Ley 30021, ni las asociacionesde padres de familia, ni ninguna de las or-ganizaciones de la sociedad civil directa-mente vinculadas a la temtica alimentaria,

    ni las organizaciones agrarias.Por qu tanto secretismo?

    LRAtrat de entrevistar al presidentede la comisin que elabora el reglamentode la ley, Luis Len Garca, funcionariodel Minsa, para indagar sobre los gra-dos de avance de esa norma. Pero, luegode varios intentos, fuimos informados deque aceptara hacerlo slo despus deque el reglamento est listo y que nin-gn otro miembro de la comisin estaba

    autorizado a dar declaraciones. Llama laatencin tanto secretismo. Por su parte,Aspec, Foro Salud y el congresista Del-gado sostienen la hiptesis, compartidaporLRA, de que la comisin est siendopresionada por la industria alimentaria.

    Lo ms probable es que, cuando seapruebe y publique, el reglamento estsuficiente acomodado a los intereses dela industria alimentaria, que los parme-tros que definen lo que es la comida cha-tarra sern mucho ms permisivos6y quelos plazos para que la industria se adecuesern absurdamente largos.

    Esperamos que el reglamento sea pues-to al debate pblico antes de que sea apro-bado, para as darle a la ciudadana la opor-tunidad de que exprese su opinin acercade una materia de inters pblico y queesta opinin sea tomada en cuenta.

    Notas1 Presidente del Cepes.2 Paradjicamente, [el sobrepeso y la obesi-

    dad] coexiste[n] con altas tasas de anemia

    nutricional, de manera especial en menores decinco aos y mujeres en edad frtil. En uno decada cinco hogares peruanos hoy conviven unnio anmico y una mujer con sobrepeso.EnUn gordo problema: sobrepeso y obesidad enel Per. Ministerio de Salud. Lima, 2012.

    2 Sobre los alimentos sanos, ver las recomenda-ciones del Minsa en .

    3 Minsa.Eficacia de la regulacin de la publicidadde comida rpida, kioskos escolares y etiqueta-do de alimentos en promover la alimentacinsaludable en escolares.Lima: Ministerio deSalud. Instituto Nacional de Salud, 2013.

    4 ConcorTV. Anlisis de la publicidad de alimen-

    tos no saludables en la televisin peruana.2011. . En este infor-me se consideran alimentos no saludables:fast food, galletas baadas o rellenas, hela-dos, gelatina, golosinas, snacks, gaseosas,refrescos lquidos, refrescos en sobre. Son ali-mentos poco saludables: galletas, biscochos

    y jugos azucarados. Fuente: ConcorTV.5 Por lo menos, el reglamento debera adoptar

    los valores lmite de grasas saturadas, sodioy azcar establecidos por la OrganizacinPanamericana de la Salud y la Organiza-cin Mundial de la Salud, de las que el Peres miembro. Ver .

    Los quioscos escolares deben vender solamente alimentos y bebidas saludables, establece la Ley 30021. Sin embargo, a casi un ao depublicada, esta norma no se est ejecutando plenamente.

    FotoAndina

    Visite: www.observatorioseguridadalimentaria.org/

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    6 LA REVISTA AGRARIA / 160

    Cmo responden los agricultoresperuanos frente a la sequa?

    Beatriz Salazar

    Este verano, los productores agrope-cuarios peruanos nuevamente se vieronamenazados de falta de agua para el rie-go de cultivos y pastos, a causa de undficit de lluvias. En este artculo revisa-remos cmo se enfrent este problemaen las regiones de Lambayeque y Piura.

    Aumenta el uso del aguasubterrnea

    Las grandes empresas dedicadas a laagroexportacin fueron las que salieronmejor libradas de la crisis hdrica, debido aque cuentan con acceso al agua subterr-

    nea. Otto Zoege presidente de la Cma-ra de Comercio y Produccin de Lambaye-que (CCPL) admite que la sostenibilidadde los productores de capsicum, mango,uva, palta, entre otrosproductos de agro-exportacin, se basa en el agua de pozostubulares. No hay una afectacin actualen la produccin agrcola de exportacinporque se ha habilitado una serie de pozostubulares que respaldan la campaa, conresultados positivos, manifiesta.

    Sin embargo, los agroexportadores delnorte s estn preocupados por la ausen-cia de planes de contingencia en caso deque la escasez de agua se presente du-rante varios aos seguidos: su propues-ta es que se racionalice el recurso hdri-co, se promuevan otros cultivos queconsuman menos agua y, sobre todo, sehabiliten ms pozos tubulares para au-mentar el uso de agua del subsuelo. Losagroexportadores consideran que, deesta manera, no solo recibiran el volu-men de agua que necesitan, sino quetambin aliviaran el subsuelo, que est

    tan acuoso y que trae problemas a lasconstrucciones, indica Zoege1.

    En resumen, privilegian una solucinbasada en el aumento de la oferta deagua y la reconversin de cultivos comoel arroz y la caa de azcar, que ellos noproducen. Sin embargo, se presenta unproblema: si en el norte del pas siguencreciendo las compras de tierras paracultivos de agroexportacin, la demandade agua tambin aumentar y podra lle-gar a un nivel donde se repita la situa-cin de sobreexplotacin de acuferos quehoy sufre Ica. Es necesario realizar estu-

    dios de los acuferos antes de promoversu explotacin, y planificar su uso.

    Las empresas azucareras de Lambaye-que tambin han optado por usar aguasubterrnea para rescatar los cultivos decaa, a instancias del gobierno regional,que insisti en que las empresas agroin-dustriales usen los pozos que tienen. Elagua del subsuelo tambin debe ser apro-vechada y ellos [las empresas azucare-ras] cuentan con la logstica para traba-

    jar con ese recurso sin ningn proble-ma, enfatiz el presidente regional, Hum-berto Acua2.

    En concreto, las azucareras acordaron,con el Gobierno Regional de Lambaye-que y el Ministerio de Agricultura y Rie-go (Minagri), habilitar 400 pozos tubula-res, con el fin de mantener la actividadagrcola de este sector. El acuerdo impli-ca que las empresas azucareras rehabili-ten sus pozos; de esa manera, dejarande usar agua del reservorio Tinajones, laque podra ser usada por otros agricul-tores3. Sin embargo, a las azucareras lesresulta ms barato utilizar el agua super-ficial, debido a lo cual est por verse sirealmente cumplirn con el acuerdo unavez que las lluvias se normalicen.

    Los pequeos agricultores y ganade-ros sin acceso al agua subterrnea fue-ron quienes ms prdidas sufrieron, es-pecialmente en los distritos de Huanca-bamba, Chulucanas, Morropn y Aya-baca, en Piura, y en el distrito lambaye-cano de Olmos. En este ltimo, hasta el14 de marzo, 2,788 animales haban sidoafectados por el dficit hdrico, segn elInstituto de Defensa Civil (Indeci)4.

    Para aliviar la escasez de agua en Olmosen febrero,el PEOT5permiti el trasvase deaguas hacia el ro Olmos, con las que seirrigarn 1,500 hectreas de pasto para ga-nado. Sin embargo, esta medida solo bene-ficia a una parte del Valle Viejo (1,500 hect-reas), mientras que el resto de productoressigue esperando las lluvias para sembrar.

    La necesidad de declarar laemergencia hdrica

    La situacin en Olmos es tan graveque el Gobierno Regional de Lambaye-que decidi solicitar a la Presidencia del

    Consejo de Ministros (PCM) que decla-re en emergencia este distrito a fin deque se destine un fondo para ofrecerayuda humanitaria destinada a los dam-nificados y afectados, as como la distri-bucin de forraje seco como alimentopara el ganado, entre otras medidas.

    La declaratoria de emergencia del sec-tor agrario ha sido un punto de contro-versia en Piura y Lambayeque, pues lasentidades encargadas de emitir informesque respalden este pedido, como Sena-mhi, se han resistido a hacerlo, alegandoque se requieren estudios tcnicos y

    pronsticos meteorolgicos que no sehan concretado. Los agroexportadoresconcuerdan en que no debe declararseen emergencia el agro, sino optar por un

    En febrero, el ministro de Agricultura yRiego, Juan Manuel Benitez, entoncesviceministro, se reuni con autoridadeslambayecanas y anunci varias medidascontra la sequa; entre ellas, aumentar eluso de pozos subterrneos. Un remedioque puede agravar la enfermedad.

    FotoPrensaMinagri

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    MARZO de 2014 7

    Visite: www.observatoriocambioclimatico.org

    paquete de medidas preventivas. Sinembargo, las autoridades locales y regio-nales insisten en la declaratoria porqueconsideran necesario que el Gobiernocentral transfiera recursos que permitanatender el problema.

    El Gobierno central ha recomendadorehabilitar hasta 300 pozos tubulares queexisten en Piura; por el momento, ya seentregaron 48 equipos de bombeo paraextraer agua subterrnea en el Alto Piu-ra, donde, segn el Indeci, han sido afec-tados 11,239 animales, 1,500 hectreas depastos naturales y 4,740 hectreas decultivo. Por otro lado, en San Lorenzo sehan presentado problemas debido a lainformalidad de los regantes de aguasuperficial. David Reyes Len direc-tor regional de Agricultura de Piuraseala que en esta zona coexisten el sec-

    tor regulado y el no regulado; estos lti-mos extraen agua, sin autorizacin, pararegar cultivos de arroz; incluso, han to-mado el reservorio San Lorenzo para im-

    pedir la salida de agua destinada al riegode los frutales, ya que queran priorizarel riego del arroz. Estos problemas de in-formalidad y de insuficiente control serepiten en otras zonas afectadas por lasequa, en ambas regiones.

    No todos pueden usar aguasubterrnea

    Aunque la mayora de propuestas co-inciden en incentivar el uso de agua sub-terrnea para la agricultura, esta estrate-gia conlleva varios problemas. Uno deellos es la dificultad para controlar losvolmenes de extraccin de esa agua;por ejemplo, en algunos casos se otorgaderecho para el uso de 10 horas de bom-beo, pero muchos usuarios bombean las24 horas, lo que propicia la sobreexplo-tacin del recurso.

    Otro problema es la dificultad que tie-nen los pequeos productores para ac-ceder al agua subterrnea, pues se re-quieren equipos de bombeo y energa

    elctrica y/o combustible para su funcio-namiento, cuyo costo muchas veces estfuera del alcance de aquellos, sobre todocuando el recurso hdrico se encuentra amayor profundidad.

    Segn clculos de un especialista delMinagri6, en la costa, un metro cbicode agua superficial puede costar S/.2,mientras que el agua subterrnea pue-de alcanzar hasta los S/.10 debido a loscostos de instalacin. Por ejemplo, elProyecto Especial Alto Piura ha venidorehabilitando pozos tubulares para en-frentar la sequa, pero los agricultorespiden que se fije una tarifa elctrica so-cial, ya que consideran que las tarifasson muy altas y no estn al alcance desu bolsillo7.

    Creemos que se requiere informaciny estudios hidrometeorolgicos ms ac-

    tualizados y detallados a fin de decidirsi la estrategia de aumentar el uso deagua subterrnea es la ms efectiva ysostenible para enfrentar periodos desequas largos y si realmente beneficiaa los pequeos productores, dado sualto costo de implementacin y mante-nimiento. Tambin debera explorarse laposibilidad de mejorar las caractersti-cas de los seguros agroclimticos, paraampliar su cobertura8. Adems, se debemejorar el control de los volmenes deagua consumidos por los agricultores,tanto en el riego superficial como en eluso de pozos de agua subterrnea, ymejorar la eficiencia del riego, entre otrasmedidas.

    Notas1 Produccin de agroexportacin no sufre

    efectos de escasez de agua en Lambayeque.Agencia Andina (26/2/2014).

    2 Hoy azucareras debern aceptar trabajarcon el agua de sus propios pozos. La Re-

    pblica (21/2/2014).3 Abren las compuertas de Olmos y Tinajo-

    nes para paliar la sequa. La Repblica(22/2/2014).

    4 Indeci (2014). Informe de Emergencia n. 234.5 Proyecto Especial Olmos Tinajones.6 Agua de subsuelo para riego: cinco veces

    ms cara que la superficial. AgenciaAgraria.pe (19/2/2014).

    7 Nota de prensa del Proyecto Especial de Irri-gacin Alto Piura (12/3/2014). .8 El Gobierno de Mxico urge a los estados

    a agilizar las indemnizaciones por la sequa..

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    Los andenes se estn poniendo de moda,y con justificacin. Contribuyen a resol-ver dos graves problemas que hoy aque-

    jan a la sierra: la erosin (que afecta a 35millones de hectreas) y la falta de accesoal agua. En la actualidad, el Ministerio deAgricultura y Riego (Minagri) ejecuta unimportante proyecto piloto en Matucana

    (sierra de Lima), y pronto, gracias al apo-yo del Banco Interamericano de Desarro-llo (BID), ampliar este programa a onceregiones. De igual manera, la Sociedad Pe-ruana de Gastronoma (Apega) est im-pulsando un creativo programa, llamadoAdopta un andn, con el fin de esta-blecer una relacin entre este milenariosistema y los consumidores y restauran-tes del mundo. Y, como broche de oro, elprximo mayo el Per ser sede del Se-gundo Congreso Internacional de Terra-zas, donde se darn cita diversos exper-tos para analizar el futuro de los andenes.

    Cul es la importancia de recuperarnuestros milenarios andenes en el marcode una actual crisis mundial por proble-mas de inseguridad alimentaria y por elgrave impacto del cambio climtico?La

    Revista Agraria(LRA) organiz una mesaredonda con la participacin de cuatroreconocidos especialistas: el ingenieroAntonio Lambruschini Canessa, coordi-nador del programa de andenes de AgroRural; Hilda Araujo Camacho, investiga-

    dora del Centro de Investigacin y Tec-nologa para los Pases Andinos (Citpa);el economista Manuel Glave Testino, pro-fesor en la PUCP e investigador principalen temas de desarrollo rural de la ONGGrade; y el arquitecto Rodolfo Beltrn Bra-vo, exdirector de Agro Rural y actual coor-dinador del programa Adopta un andn,de Apega.

    LRA:Un sector de la opinin pblicapiensa que los andenes son una expresindel pasado y de lo antiguo. Sin embargo,en medio de la actual crisis energtica y

    el fuerte impacto del cambio climtico, esnecesario mirar su gran potencial comoalternativa econmica y sostenible para laagricultura peruana. Cul es su impor-tancia? Cules son los resultados delinventario que se ha hecho?

    Antonio Lambruschini: Antes de em-pezar el actual proyecto con apoyo del

    BID ejecutado por el Minagri a travsde Agro Rural se saba que existan unmilln de hectreas de andenes, aunqueesta cifra se basaba en documentos dems de veinticinco aos de antigedad.Por qu es importante hacer el inventa-rio de andenes y contar con esa informa-cin? Porque da una idea acerca del reaagrcola en la sierra, donde los andenespueden representar entre 25 y 30%: si semejoran las condiciones de trabajo en losandenes, se mejora tambin un 30% delrea cultivable de la sierra. Ah est suimportancia. Segn los datos del inventa-rio, hay cerca de 340 mil hectreas en onceregiones, como Amazonas, Lima, Junn yalgunos departamentos del sur, superfi-cie que, sumada a la existente en regionesno consideradas en dicho inventario, al-canza las 500 mil hectreas en el mbitonacional. Cun importante es la informa-cin recogida? Ahora, aparte del dato delas 340 mil hectreas, se conoce tambincuntas hectreas de andenes se encuen-tran en determinado nivel de altitud y, con

    ello, se concluye que el mayor porcentajese encuentra entre los 2,500 y 4,000m.s.n.m. Esta informacin es fundamen-tal, pues las condiciones de abastecimien-to de agua y de precipitacin estn referi-das a los niveles de altitud. Un punto sus-tancial en el inventario fue tener en cuen-ta las condiciones de abastecimiento deagua en cada uno de los andenes. Graciasa ltimos estudios y al resultado del in-ventario se sabe que cerca del 80% de losandenes han contado en algn momentocon un mecanismo de abastecimiento derecurso hdrico. Esto es importantsimo,

    MESA REDONDA

    Per,pas de andenes

    Rescatando el pasado para enfrentar desafos del futuro

    Fernando Eguren y Ricardo Marapi

    pues significa que, al construirlos, los in-cas y las culturas que los antecedieronno solo se preocuparon de ampliar la fron-tera agrcola, sino de que ello viniera acom-paado del principal recurso, es decir, delagua (por eso, existen reservorios y cana-les que facilitaban la distribucin delagua). Otro punto era averiguar si se con-taba o no con poblacin dispuesta a tra-bajar los andenes, pues no se obtienenada recuperndolos, dndoles agua, si

    no existe poblacin en el entorno. En re-sumen, varios aspectos se consideraron:1) conocer las condiciones en que se en-cuentran los andenes y cuntos estn enuso; 2) averiguar cuntos andenes tienecada una de las regiones, provincias y dis-tritos evaluados; 3) saber si se cuenta ono con una fuente de agua que facilite eltrabajo en los andenes; 4) definir si secuenta o no con poblacin que pueda tra-bajar en ellos y si existen mecanismos decomunicacin entre estas poblaciones ylos mercados. Todo ello se ha evaluadoen el inventario.

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    Rodolfo Beltrn:La importancia del in-ventario que se est haciendo gracias alBID y al Minagri radica en el esfuerzo dedeterminar dnde estn ubicados los an-denes, qu necesitan y qu reas hay quereconstruir. En los ltimos meses, graciasal estudio que hacemos en Apega en elmarco del programa Adopta un an-dn, he notado que existen nuevosproyectos individuales en donde los pro-pios agricultores estn reconstruyendo

    sus andenes. Estos casos no han llegadoa ser contemplados por el Censo Agrope-cuario ni por el inventario y es necesarioapoyar a estas familias, que reconstruyenlos andenes por su cuenta y sin apoyodel Estado. Un aspecto fundamental es elrelacionado con la tenencia: hace pocoestuve en el distrito de Laraos (Yauyos,Lima) y entrevist a algunos parceleros;all los andenes pertenecen a la comuni-dad, pero el manejo es individual: muchasfamilias tienen una hilera de ellos. Es de-cir, ya no estamos hablando de una hec-trea o de un topo como unidad, sino de

    han sido aprobados para un proyecto deinversin pblica. Estamos planteandoque la intervencin se realice en zonasque tengan entre 50 y 200 hectreas deandenes; es decir, en aquellas zonas conmenos de 50 hectreas de ellos, no se jus-

    que, tratndose de la agricultura familiar,las familias son dueas de una fila de an-denes.

    A. Lambruschini: Gracias al inventariose ha podido establecer un ranking de 95distritos, previamente clasificados, que

    El director de LRA, Fernando Eguren, con los cuatro expertos que participaron en la mesaredonda. El consenso principal es la necesidad de rescatar el sistema de andenera comoherramienta de desarrollo de la agricultura familiar. Foto superior: Sistema de andenes en

    Andamarca (Ayacucho). El potencial turstico de los andenes se encuentra en su extraordina-rio valor paisajstico.

    Foto:gestionsostenibledelagua.b

    logspot

    FotoRicardoMarapi

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    tificara armar toda una infraestructuracomo acceso de agua. El otro punto es laimportancia de la comunidad. La mayorade los andenes est en terrenos comuna-les, donde la explotacin de los andeneses comunal o privada. En la mayor parte

    de los casos la tenencia es individual, peroexiste un porcentaje de reas donde sesigue trabajando en forma conjunta. Escomplicado recuperar los andenes en for-ma individual porque implica poner mu-cha mano de obra; normalmente, se hacea travs de faenas colectivas: Hoy datrabajamos el tuyo, maana trabajamos elmo y maana el del tercero. Ah se vanformando esfuerzos conjuntos para tra-bajar los andenes.

    LRA: Desde el punto de vista de la se-guridad alimentaria y el mantenimientode la biodiversidad, cul es la importan-cia de los andenes?

    Hilda Araujo: Hay que mirar al pasadopara entender el presente. Qu han sig-nificado los andenes para la regin andi-na? La construccin de andenes ha sidoun proceso largusimo que comienza enChavn, sigue con los Huari y termina conlos incas: han sido miles de horas de tra-bajo de seres humanos para transformartodas esas laderas en chacras y para do-

    mesticar y aclimatar una de las megadi-versidades ms grandes del planeta. Te-nemos que mirarlo desde esta perspecti-va: qu fuimos en el pasado, cul fue nues-tra contribucin, y aprender a negociarpolticamente en el mundo. Seores, so-mos el banco gentico del mundo! Ay-dennos! O quieren tener una crisis ali-mentaria?. Hay que valorar el desarrollodel pasado.

    Manuel Glave: La primera idea que quie-ro destacar es el concepto de infraestruc-tura, se trate de carreteras, canales de rie-go, lneas de transmisin, puertos, etc.;

    un concepto que siempre me lleva a pen-sar en cul es la responsabilidad pblicay cul la privada en la construccin, elmantenimiento y el uso de cualquier in-fraestructura en general. Por ejemplo,cuando hablamos de seguridad alimenta-

    ria, en el largo plazo, necesitamos una es-trategia sobre la responsabilidad pblicaen la inversin destinada a la construc-cin, la rehabilitacin y el mantenimientode una infraestructura necesaria para di-cha seguridad. El tema es ponernos deacuerdo, como sociedad, respecto a la res-ponsabilidad pblica. Hemos pasado deun modelo donde el Estado era el enteplanificador absoluto, a un discurso decasi una verdad absoluta segn el cualel Estado solo promueve, regula y facilita,pero no es responsable de invertir y todoes inversin privada. Luego, en esta lti-ma dcada, hemos entrado a las llamadasalianzas pblico-privadas. Dnde traza-mos la lnea de responsabilidad pblica yprivada para la rehabilitacin, el manteni-miento y el uso de los andenes? Una se-gunda idea se refiere a los servicios am-bientales o servicios de los ecosistemas.Por qu los andenes sobreviven a pesardel abandono? Ms all del tema culturalo de sociedad, hay un elemento producti-vo: claramente, la terraza juega un rol de

    control de erosin y de manejo del territo-

    rio, que le permite a una familia, una co-munidad, una sociedad, tener una mejorproductividad, as como resistir algunasvariabilidades climticas y adaptarse almedio.

    H. Araujo:Cul fue el reto para la so-ciedad de los Estados andinos? En prin-cipio, fue cmo garantizar una planifica-cin de la mano de obra, a fin de podermanejar labores culturales dismiles decultivos ubicados a ms de cuatro milmetros. La organizacin social y la orga-nizacin del trabajo tuvieron un papel cen-tral en el desarrollo andino. Aun cuando,ahora, la mayora de las comunidades cam-pesinas tiene una organizacin bastantedeteriorada, siguen contando con unaexperiencia de manejo de una diversidadclimtica, que debe ser aprovechada comoestrategia frente a los riesgos climticos,

    que siempre han existido en la cultura an-dina. Es necesario rescatar y potenciar eseconocimiento, pero primero hay que co-menzar a reconocerlo. El pasado nos mues-tra y nos ilumina el presente.

    M. Glave: Hay una serie de restriccio-nes que limitan la viabilidad de la infraes-tructura de terrazas, en particular en losAndes. Uno de los puntos centrales es eltema de la organizacin social para la asig-nacin de la mano de obra. Estamos ha-blando del concepto de control comunalde la mano de obra, que es el conceptocentral para discutir la viabilidad de la ges-tin de los andenes. En la medida en quela organizacin comunal tena un gradode control sobre la tierra y la mano de obra,el sistema de andenes se reproduca y semantena; pero en la medida en que el con-trol comunal va reducindose por ml-tiples motivos, como falta de desarrollocomercial, fragmentacin de la comunidad,falta de polticas pblicas, el grado decontrol comunal sobre la mano de obratambin va cayendo. Uno de los puntos

    fundamentales del inventario que est rea-

    Rodolfo Beltrn: Somos un pas de

    medianos y pequeos agricultores. Los

    andenes son el escenario ms propicio

    para la agricultura familiar!.

    Hilda Araujo: Es necesario rescatar y

    potenciar ese conocimiento, pero

    primero hay que comenzar a

    reconocerlo. El pasado nos muestra y

    nos ilumina el presente.

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    lizando el Estado debe ser identificar aque-llos espacios donde hay mayor posibili-dad de una accin colectiva, con algngrado de control colectivo, sobre la tierray la mano de obra, que permita hacer esetrabajo con andenes.

    H. Araujo: En el tema de la institucio-nalidad, que es un problema central, hayque distinguir dos cosas bsicas: prime-ro, cmo reforzamos ese control colecti-vo de la organizacin comunal para la pro-duccin; y, segundo, cmo reforzar la or-ganizacin de las comunidades para la co-mercializacin. Son dos cosas totalmentedistintas. Para reforzar la organizacin alnivel interno, hay que trabajar con lasmujeres y valorar su labor. Las mujeresrurales que he conocido, en diversos pro-yectos, tienen un afn increble de trans-formacin para el mercado; estn con las

    pilas ya puestas. Hay que trabajar conellas, pues los hombres salen a trabajaren construccin, en la hoja de coca y encualquier otra cosa, mientras que las mu-jeres se quedan con las chacras, los ni-os y los animales. Las mujeres son lasresponsables del ciclo agrcola ms quelos hombres! Hay que trabajar con ellaspara comenzar a reforzar la organizacincomunal. All se necesitan dos objetivosprincipales: primero, ordenar nuestro es-pacio y territorio, para ubicar los cultivosms rentables y, al mismo tiempo, nutriti-vos, con el fin de tener ingresos; y, se-gundo que a veces pareciera que no secompatibiliza con el primero, recuperarla agrobiodiversidad, pues estamos per-

    diendo miles de aos de trabajo de acli-matacin y domesticacin de cultivosnativos que constituyen uno de nuestrosgrandes puntales.

    R. Beltrn: Respecto a la intervencindel Estado y de la empresa privada enlos andenes, pienso que todas las inicia-tivas son importantes. Existe un gran pro-

    yecto piloto de Agro Rural y el Minagrien Matucana, que deriv en el inventa-rio de andenes, y tambin est el proyec-to del BID en 95 distritos peruanos, conuna inversin de 25 millones de dlares.Pero en los gobiernos regionales tambin

    hay interesantes experiencias: por ejem-plo, la regin Lima tiene un proyecto derecuperacin de 70 hectreas de ande-nes, en Laraos, y, de manera similar, hayotros proyectos en diversos municipios.En la va privada, muchas comunidades,por cuenta propia, estn recuperando an-denes, en algunos casos con el apoyode las ONG. All es importante el tema dela comercializacin y la organizacin delas comunidades para que participen. Elrol de la mujer es importantsimo, puesellas son las que guardan las semillaspara las prximas campaas. Tambin es-tn las ferias, que son un escenario decomercializacin: recientemente, el Go-bierno ha identificado cien ferias, a nivel

    nacional, que cada vez suman ms y ms;incluso, Apega y la municipalidad del dis-trito de San Miguel tienen la feria De lachacra a la olla y otras ferias agrope-cuarias. El otro producto que estamosarticulando en Apega es el de Adoptaun andn, donde a travs de nuestroposicionamiento internacional promove-

    mos que los restaurantes compren direc-tamente, con cosechas a futuro. Y Ape-ga no es el nico; otros tambin lo po-drn hacer. El resultado es que los agri-cultores se sienten muy orgullosos al verque esas reas, que estaban abandona-

    das y constituan una herencia, por finhan sido rescatadas. Por ltimo, hay quedestacar que somos un pas de media-nos y pequeos agricultores. Los ande-nes son el escenario ms propicio para laagricultura familiar! No son el escenariopara los cultivos masivos o para los trans-gnicos, no, sino un escenario de biodi-versidad y de agricultura familiar.

    LRA: Los ms escpticos opinan quela recuperacin de los andenes refleja unaespecie de arqueologa del desarrollo.

    Es decir, las miles de obras que se hanhecho en el pasado, funcionan mientrasexiste apoyo externo; cuando se retira elagente externo que las apoyaba, dichasobras se abandonan. A pesar de sus bene-ficios ambientales y su importancia es-tratgica en la biodiversidad, los ande-nes son una visin de largo plazo que noes asumida por los gobiernos. Algunoscuestionan que la recuperacin de ande-nes sea una propuesta para una econo-ma de subsistencia. Cmo responder

    frente a ese escepticismo?A. Lambruschini: Para no convertir

    este tema en arqueologa del desarrollo,la propuesta es no solo mejorar un canalde riego porque as llegar ms agua alandn, sino tambin las condiciones paraque la produccin sea mejor y est ligadaa la biodiversidad: si mejoran las condi-ciones de produccin en ese andn, loscampesinos y las familias podrn llegar aun mercado. Es necesario realizar toda esacadena productiva y de comercializacin,pues de lo contrario todas esas experien-cias se convertiran en unos cinco o

    Manuel Glave: Ah no hay ministro

    Castilla que valga!, salvo que se sufra

    de una miopa histrica y se quiera

    desconocer la importancia que jueganlos andenes.

    Antonio Lambruschini: Otro punto era

    averiguar si se contaba o no con

    poblacin dispuesta a trabajar los

    andenes, pues no se obtiene nada

    recuperndolos, dndoles agua, si no

    existe poblacin en el entorno.

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    diez aos en un archivo de estudios oen una arqueologa del desarrollo. Lapropuesta es no solo mejorar las condi-ciones de dotacin de agua, sino tambinsu uso y que se sepa para qu la usan.Cuando comenz nuestra experiencia enMatucana, una de las propuestas era lo-grar la seguridad alimentaria, aunque, ini-cialmente, el 90% de los productores sem-braba flores. Nos preguntbamos, enton-ces: cmo lograr su seguridad alimenta-ria con flores? Empezamos a incorporarnuevos cultivos, como hortalizas, queestn ligadas al suministro de minerales yvitaminas para las familias campesinas.Eso signific una ayuda en su seguridadalimentaria; incluso, empeza-ron a comercializarlas. Esdecir, la recuperacin de lainfraestructura debe ir acom-

    paada de una serie de in-tervenciones que ayuden alas familias a producir mejory de una manera ms renta-ble. La combinacin de fac-tores va a facilitar que estetema no se convierta en ar-queologa del desarrollo.

    M. Glave: Frente a ese es-cepticismo que mencionas,la respuesta est en la nece-sidad de polticas pblicaspara la agricultura familiar,pero actualmente no existeuna poltica pblica dirigidaa este tipo de agricultura. Esees el gran debate. El asunto es lograr queel Estado tenga una poltica sensata depromocin de la agricultura familiar y dela organizacin comunal, porque la comu-nidad es un actor central de ese tipo deagricultura. En ese marco, hay que incor-porar el tema de los andenes. Ahora, unsegundo argumento frente a los minis-tros Castilla del mundo es el asunto de

    la adaptacin al cambio climtico. Ah nohay Castilla que valga!, salvo que se su-fra de una miopa histrica y se quiera des-conocer la importancia que juegan los an-denes, los camellones y la infiltracin deaguas como prcticas de adaptacin alcambio climtico. Este es un tema de lar-go plazo, de todo el siglo XXI y de gene-raciones futuras. Ah se requiere contarcon una poltica pblica.

    R. Beltrn: Por qu invertir en el futu-ro de los andenes? Inicialmente, cuandovimos el asunto con el BID, se deca: questructura que ustedes financian ha du-

    rado mil quinientos aos y va a durar milquinientos aos ms? No la hay. No hayedificio ni puerto que dure ms all de dos-cientos aos. Ese es un argumento exce-lente acerca de la sostenibilidad de losandenes. Otro punto importante es anali-zar el actual escenario internacional de losalimentos: no es el mismo escenario dehace diez o veinte aos. Ahora se hablade los speralimentos, es decir, de lo quesembramos ac: la quinua, la kiwicha, lacaihua, etc. Sin embargo, lamentablemen-te, en el Per solo consumimos tres o cua-tro kilos al ao, de un total de 540. Hayuna moda internacional en el consumo desperalimentos funcionales y saludables.

    Esa es la demanda; es lo que el mercadoest pidiendo! All hay que destacar la im-portancia del origen del producto: nece-sitamos identificar, en el Per y el mundo,que un producto viene de los andenes. Yno es una cosa romntica, sino que existeun sustento tcnico en la forma como secultiva en esta tierra, que tiene cientos deaos. En Apega hemos reservado una

    marca, que es el sello de andn, que resul-ta un paso importantsimo para la comer-cializacin. Otro punto es que todo unpueblo se identifique con un producto:un producto, un pueblo. Por ejemplo, enHuarochir (Lima) existen la Feria de lapalta y la Feria de la chirimoya. Es im-portante establecer la identidad territorialde un producto.

    A. Lambruschini: Tenemos un proyec-to piloto sobre andenes que ha sido bas-tante exitoso. Ahora estamos formulandoel nivel de factibilidad, que debe pasar ne-cesariamente por el Ministerio de Econo-

    ma y Finanzas. La idea es que el progra-ma se ejecute en once regiones y se con-vierta en lo que ustedes han mencionado:una poltica pblica para el futuro, dondeel Estado disponga recursos para trabajaresto. Y respecto a la opinin del ministroCastilla acerca de los andenes, solo debodecir que l ha sido quien ha dado pase alestudio de factibilidad de este proyecto.l est enterado de este programa y hamostrado su acuerdo con que el BID apo-ye la formulacin de ese estudio de facti-bilidad. Es decir, el Ministerio de Econo-ma ha dado su visto bueno.

    M. Glave: Me parece fundamental quese consolide el tema de los andenes como

    programa presupuestal, por-que as se internalizar en lagestin pblica nacional. Enel corto plazo, a 2015 o 2016,

    se debe contar con un pro-grama presupuestal de unprograma de andenes. Sinembargo, uno de los desa-fos de los programas presu-puestales es que no permi-ten la integracin entre sec-tores del Estado; es decir, nose puede tener un programade inversin pblica en an-denes si no existe antes unprograma de inversin pbli-ca en gestin de recursos h-dricos, en caminos rurales oen educacin rural. Cmo seintegran los objetivos estra-

    tgicos, componentes, productos y acti-vidades de un programa presupuestal deandenes, con los componentes, produc-tos y actividades de otros programas? Serequiere una capacidad de integracin delos programas presupuestales.

    H. Araujo: Creo que nos falta ligar elpotencial de los andenes con los valorespaisajsticos y el turismo. En nuestro via-

    je a China vimos que aprovechaban esevalor paisajstico, pues haban ubicado mi-radores en varios niveles de las terrazas,y esos miradores haban sido construi-dos por empresas. Los habitantes chinosde otras zonas visitaban los andenes ypagaban una entrada, un porcentaje de lacual va a las comunidades y otro al go-bierno regional; es decir, se asegurabande que una parte volviera a las comunida-des. Debemos ligar el tema de los ande-nes con el turismo. La experiencia que he-mos visto al respecto en China me parecemuy importante.

    Inventario andenes Agro Rural 2014 (hectreas)

    Abandonados En uso Total general

    Amazonas 539.68 11,121.77 11,661.44

    Apurmac 13,475.02 30,652.48 44,127.50

    Arequipa 7,680.05 35,276.36 42,956.41

    Ayacucho 9,723.89 36,655.33 46,379.22

    Cusco 16,029.81 43,273.09 59,302.90

    Huancavelica 4,244.55 17,634.44 21,878.99

    Junn 1,501.34 6,511.13 8,012.48

    Lima 20,927.97 35,066.91 55,994.89

    Moquegua 1,739.77 11,247.23 12,987.01

    Puno 2,828.65 20,705.62 23,534.27

    Tacna 2,709.33 11,174.67 13,884.00

    TOTAL 81,400.06 259,319.04 340,719.11Fuente: Agro Rural. Elaboracin propia.

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    Subsidios a la agroindustria costea:cifras millonarias

    Lorenzo Eguren, economista

    Afinales de 2013 se realiz un exhausti-vo estudio1para estimar la magnitud delos subsidios estatales en los principa-les proyectos de irrigacin en la costa,privatizados sobre todo a partir de 1990.

    Los proyectos de irrigacin conside-rados fueron Chavimochic, Chinecas,Chira-Piura, Jequetepeque-Zaa, Majes-Siguas, Olmos y Pasto Grande, cuyo cos-to de inversin en conjunto se estim enUS$6,321 millones, monto que es casi eldoble del costo publicado por el Minagrien su pgina web, debido a que este lti-mo est en precios corrientes2y se basa

    en informacin de 2000.La evidencia es muy clara en sealarque hubo un gran subsidio en la inver-sinen estos proyectos. Se ha estimadoque los ingresos obtenidos por el Esta-do debido a la venta de la extensin denuevas tierras y otros bienes y servicios

    solo lograron cubrir el 7% de la inver-sin pblica realizada en dichos proyec-tos; es decir, hubo un subsidio del 93%del costo total de estos.

    Por otro lado, se estim el subsidio enla venta de tierras, entendindose comotal la diferencia entre el precio estimadode mercado de la tierra y el precio obteni-do en la venta de las tierras en los proce-sos de privatizacin. Conociendo las di-ficultades de definir un precio de merca-do terico para las tierras privatizadas,se utiliz como referente el precio oficialdefinido en las bases al inicio de las su-

    bastas de tierras. De esta forma, se con-sider que el nico proyecto que no fuesubsidiado respecto al precio de merca-do fue el de Olmos; en los dems pro-yectos s hubo subsidio, aunque inferioral subsidio a la inversin, pues fue dealrededor de 25% en promedio.

    Las agroindustrias tambinreciben subsidios tributarios

    El estudio hall tambin, de acuerdocon la magnitud de los ingresos de lasempresas ubicadas en los proyectos deirrigacin, que el sector de agroexporta-cin sera el principal contribuyente delsector agrcola. Sin embargo, el impactoen la tributacin en este sector, desde 1998a 2012, nunca logr superar el 0.73% deltotal recaudado en el pas, porcentaje que,sumado al del subsector azucarero, ape-nas llega al 1%. Esta participacin margi-nal en la recaudacin tributaria peruana

    interna no corresponde a la importanciaque posee el sector agrcola en el produc-to bruto interno (PBI) peruano, similar alminero. La razn de esto se debera, ade-ms del predominio de la baja rentabili-dad, al hecho de que la mayor parte delsector agrcola tiene tradicionalmente untratamiento tributario especial.

    Dadas estas condiciones, el impactode tener o no tener un subsidio especfi-co, como por ejemplo, de pagar solo 15%como impuesto a la renta, es de impor-tancia marginal para el total de la tributa-cin nacional. Esto es interesante por-que, dados los subsidios tributarios alsector agroexportador y la baja tributa-cin del sector, aun considerando todoslos ingresos tributarios del sector agr-cola en su conjunto, la recaudacin acu-mulada desde 1998 a 2012 solo hubieraalcanzado para financiar la sexta parte dela inversin total ejecutada en los pro-yectos de irrigacin (US$1,000 millonesversus US$6,300 millones).

    Resulta evidente que los grandes pro-

    yectos de irrigacin no fueron disea-dos para que el Estado recupere la inver-sin, sino, por el contrario, para que seansubsidiados casi en su totalidad. Dadoque, finalmente, fuimos todos los perua-nos los que financiamos esta infraestruc-tura, cabe preguntarnos si este modelode explotacin es la mejor alternativapara proveer bienestar al pas.

    Notas1 El estudio se realiz por peticin del Centro

    Peruano de Estudios Sociales (Cepes).2

    El valor nominal exacto del momento enque fueron considerados.Infraestructura de riego en Chinecas. El Estado subsidia millonarias inversiones en losproyectos de irrigacin, que al final no logra recuperar.

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    Aeropuerto en Chinchero?Un grave impacto cultural y ambiental

    Jos Canziani1

    El proyectado aeropuerto del Cusco, enla localidad de Chinchero, constituye untema evidentemente controvertido. Hay,

    por un lado, motivos tcnicos para pen-sar en su traslado. El actual aeropuertodel Cusco es uno de los ms complica-dos, especialmente para las maniobrasde aterrizaje, debido a su emplazamiento,a la topografa en la que se encuentra yal hecho de contar con una sola pista,donde se deben alternar aterrizajes y de-colajes. Estos mrgenes de riesgo se hanacrecentado por dos factores concurren-tes: la total urbanizacin de su entornoinmediato y el incesante incremento de

    las frecuencias de vuelo.El afn mercantilista detrs del

    turismo

    Sin embargo, hay que advertir queexiste un peso, aun ms fuerte, en la de-cisin de trasladar el aeropuerto: el afnmercantilista que se propone hacer cre-cer el turismo hasta lmites insospecha-dos y con consecuencias que ya sonmuy perceptibles y previsibles y que sepueden constatar en los acelerados cam-bios que afectan de manera crtica a la

    ciudad del Cusco, como la descomposi-

    cin de los centros histricos, que pier-den su poblacin originaria y sufren sureemplazo por el comercio y los servi-

    cios tursticos.A esto se suma la conversin de los

    complejos arqueolgicos del rea en unasuerte de parques temticos, rodeadosde ferias del baratillo. Adems, se estproduciendo una acelerada degradacinterritorial y paisajista de la cuenca delHuatanay, urbanizada y cubierta de ce-mento hasta sus cabeceras.

    El impacto en el valle delUrubamba

    Tambin hay que alertar sobre el pro-ceso de creciente urbanizacin del lla-mado Valle sagrado de los incas. Loscambios de uso del suelo rural, para suurbanizacin informal en zonas de ries-go; la conurbacin2a lo largo de las ca-rreteras y en las mrgenes de los ros; laconstruccin de proyectos hoteleros; lasustitucin de predios agrcolas por ca-sas de campo de limeos adinerados ode forasteros provenientes del mundoglobalizado; adems de la compulsivaexpansin urbana de los asentamientos

    instalados en el valle, son algunos de

    los indicadores fsicos del grado de alte-racin que est sufriendo el valle del Uru-bamba.

    Esta grave situacin afecta sus posi-bilidades futuras de desarrollo territorialy destroza los excepcionales paisajesculturales que, en cuanto patrimonio,estn ligados de forma integral e indiso-luble a los monumentos arqueolgicos.

    Asimismo, en el soporte de este tipode decisiones no es ajeno un cierto ni-mo imperial cusqueo que aspirara aconectarse de manera directa con el mun-do global y puentear as a Lima y a suodioso centralismo, por medio de un ae-ropuerto internacional en condicin derecibir directamente del extranjero avio-nes de gran envergadura. Pero, paradji-camente, puede tambin suceder que elpropio Cusco resulte puenteado porChinchero y por los centros tursticos

    instalados en el valle del Urubamba.El impacto en Chinchero

    En cuanto a la discusin estricta, refe-rida no solo a la decisin de trasladar elaeropuerto del Cusco, sino a la de hacer-lo precisamente a la localidad de Chin-chero, hay que prestar atencin a los no-tables y crticos impactos. En los planosdisponibles se observa que se proponeemplazar el aeropuerto prcticamentecomo un anexo al oeste del casco urba-no de Chinchero y de su rea arqueol-

    gica. Es decir, se puede prever nueva-

    Construir el aeropuerto del Cusco en Chinchero, no solo ocasionara un impacto en la zona, sino tambin en todo el valle de Urubamba.

    FotoInternet

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    MARZO de 2014 15

    Las barreras al crecimiento

    econmico en Huancavelica.

    Paredes, Carlos E. y Juan Mi-

    guel Cayo. Lima: Banco Inte-ramericano de Desarrollo

    (BID), Consorcio de Investiga-

    cin Econmica y Social

    (CIES) y Universidad de San

    Martn de Porres. 2013.

    Estudio promovido por el BID y que

    cont con la coedicin del CIES, se-

    leccion a Huancavelica por cons-tituir un dramtico ejemplo de po-

    breza y exclusin. Una de las principales preguntas que

    intenta responder es: cules son las restricciones u obs-tculos ms graves que explican el estancamiento de largo

    plazo de la economa huancavelicana y su lenta recupera-cin de los ltimos aos? Se emple el marco analtico dediagnstico de crecimiento desa-

    rrollado por Hausmann, Rodrik y

    Velasco (2005), adaptado para suaplicacin al contexto regional.

    Recuperacin de andenes y

    manejo del agua en la comu-

    nidad campesina Barrio Bajo

    de Matucana. Adaptacin al

    cambio climtico y seguridad

    alimentaria. Velzquez Man-

    tari, Jos. Matucana: Minis-terio de Agricultura y Riego,

    Agro Rural y Banco Interamericano de Desarro-

    llo, 2013.

    El proyecto Recuperacin de andenes en la comunidad

    campesina Barrio Bajo de Matucana es una propuesta dedesarrollo sostenible, que pasa por recuperar el sistema de

    andenera, utilizar y manejar el agua, as como conservar el

    medio ambiente, en el contexto del cambio climtico y la se-guridad alimentaria. Sus objetivos son mejorar la calidad de

    vida, generar iniciativas de desarrollo socioeconmico ren-tables e incentivar el valor agregado de los productos agro-

    pecuarios orgnicos. Esta publicacin contiene las leccio-

    nes aprendidas durante la implementacin del proyecto pilo-to de andenes, realizado por Agro Rural en Matucana.

    El derecho y la gestin local del agua en Santa Rosa

    de Ocopa, Junn, Per. Guevara Gil, Jorge Arman-

    do. Lima: Iproga, Universiteit van Amsterdam, 2013.Trabajo que estudia la gestin y elderecho local de aguas en Santa

    Rosa de Ocopa, en la provincia de

    Concepcin (Junn), y muestracmo las organizaciones sociales

    y las instituciones se las han inge-niado para regular localmente el

    aprovechamiento del agua. A travs

    de un relato histrico y etnogrfico,la publicacin analiza las comple-

    jas prcticas, las relaciones socia-

    les en torno al agua y los procesos

    que se desarrollaron en la zonapara manejar el recurso hdrico.

    blicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespub

    mente la colindancia perniciosa entre lafutura expansin urbana de Chinchero ylas reas asignadas para el desarrollo delas pistas de aterrizaje y las dems insta-laciones aeronuticas.

    No hay que ser adivino para preverque el proyectado aeropuerto segura-mente quedar inscrito en un contextourbano cuya expansin sera detonadacon el inicio de las operaciones del aero-puerto, con la instalacin de serviciosde transporte, hoteles, restaurantes ytiendas comerciales y el acompaamien-to de la cadena de otros servicios. Esdecir, existe una escasa planificacin yproyeccin acerca de sus previsibles con-secuencias.

    Obviamente, habra una severa afec-tacin del paisaje del territorio rural, desus condiciones productivas y de su

    identidad cultural. Es previsible, tambin,la afectacin del entorno del paisaje cul-tural excepcional que forma parte inte-gral de la arquitectura del establecimien-to real Inca de Chinchero y que, por lomismo, debiera contar con una ampliarea de amortiguamiento.

    Tomar en cuenta el factorgeolgico

    No menos importante en la evaluacincrtica del emplazamiento propuesto parael nuevo aeropuerto es la necesaria consi-deracin de la compleja geomorfologa ygeodinmica que caracteriza la altiplaniciede Chinchero-Maras. Es conocido que enella se producen fenmenos krsticos3,generados sustancialmente por la disolu-cin del agua de las rocas calizas, que creangaleras y cuevas subterrneas que, porhundimiento parcial, forman una suerte decrteres como los que se pueden apreciaren el sitio arqueolgico de Moray.

    Igualmente complejo es el sistema hi-drolgico que provoca este fenmeno, conel avenamiento4de aguas subterrneas ysu posterior afloramiento en manantiales,muchas veces ricos en sales, como los que

    dan origen a las clebres salinas de Maras.Bastara considerar estos aspectos, parasopesar con mayor criterio las severas con-secuencias que podra traer el riesgo deinfiltracin de sustancias contaminantes,con la instalacin aeroportuaria en un sis-tema tan complejo y delicado.

    En resumen, podemos coincidir enel requerimiento tcnico que plantea eltraslado del aeropuerto del Cusco. Sinembargo, el emplazamiento propuestoen Chinchero no parece ser el ms con-veniente y, por lo tanto, deben estu-diarse otras alternativas que impliquenun menor impacto en el territorio, des-de el punto de vista productivo y cul-tural, como tambin un menor margende riesgo por los factores geolgicosy de compromiso ambiental que hemossealado.

    Notas1 Docente investigador del Departamento de

    Arquitectura y Urbanismo de la PUCP.2 La conurbacin se refiere al proceso y el

    resultado del crecimiento poblacional y laexpansin fsica de varias ciudades, pue-blos grandes y otras reas urbanas.

    3

    Se refiere a la formacin de relieves en lasuperficie terrestre por la descomposicinde minerales y rocas cuando entran en con-tacto con la atmsfera, la hidrosfera y labiosfera.

    4 Tcnica mediante la cual se canaliza, a tra-vs de zanjas y caeras, la salida del aguao la excesiva humedad de los terrenos.

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