la reproducción de las fuerzas de trabajo

2
La reproducción de las fuerzas de trabajo La fuerza de trabajo se asegura dándole el medio material para que se siga reproduciendo: el salario. Pero no basta con asegurar la fuerza de trabajo, y las condiciones materiales de su reproducción para que se reproduzca como tal, debe ser competente, apta para ser utilizada en el complejo sistema del proceso de producción. Debe ser calificada según las exigencias de la división socio- técnica del trabajo, en sus distintos “puestos” y “empleos”. La calificación de las fuerza de trabajo tiende a asegurarse no “en el lugar del trabajo”, sino fuera de la producción, por medio del sistema educativo, diseñado para aumentar la fuerza de trabajo. En la escuela se aprenden “habilidades”, además de técnicas y conocimientos, pero también se aprenden las “reglas” de convivencia que debe observar todo agente de la división del trabajo según el puesto que está destinado a ocupar: reglas de moral y conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social y técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase. La reproducción de la fuerza de trabajo no solo exige una reproducción de su clasificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su sumisión a la ideología dominante. Así nace el sometimiento a la clase dominante. No solo la escuela sino también otras instituciones de Estado como la iglesia, el ejército o los medios de comunicación, son los que enseñan las habilidades bajo formas que aseguren tal sometimiento. La reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las formas de sometimiento ideológico. Entonces reconocemos la presencia eficaz de una nueva realidad: La ideología.

Upload: cristobaltorre

Post on 12-Jan-2016

10 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

L. Althusser

TRANSCRIPT

Page 1: La Reproducción de Las Fuerzas de Trabajo

La reproducción de las fuerzas de trabajo

La fuerza de trabajo se asegura dándole el medio material para que se siga reproduciendo: el salario. Pero no basta con asegurar la fuerza de trabajo, y las condiciones materiales de su reproducción para que se reproduzca como tal, debe ser competente, apta para ser utilizada en el complejo sistema del proceso de producción. Debe ser calificada según las exigencias de la división socio-técnica del trabajo, en sus distintos “puestos” y “empleos”.

La calificación de las fuerza de trabajo tiende a asegurarse no “en el lugar del trabajo”, sino fuera de la producción, por medio del sistema educativo, diseñado para aumentar la fuerza de trabajo.

En la escuela se aprenden “habilidades”, además de técnicas y conocimientos, pero también se aprenden las “reglas” de convivencia que debe observar todo agente de la división del trabajo según el puesto que está destinado a ocupar: reglas de moral y conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social y técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase.

La reproducción de la fuerza de trabajo no solo exige una reproducción de su clasificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su sumisión a la ideología dominante. Así nace el sometimiento a la clase dominante. No solo la escuela sino también otras instituciones de Estado como la iglesia, el ejército o los medios de comunicación, son los que enseñan las habilidades bajo formas que aseguren tal sometimiento. La reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las formas de sometimiento ideológico. Entonces reconocemos la presencia eficaz de una nueva realidad: La ideología.

¿Cómo se asegura la reproducción de las relaciones de producción? Para responder esa pregunta hay que rescatar primero dos cuestiones.