La renovación de Occidente: ebullición política y transformación del papado

Los mil rostros de la divinidadHistoria, arte y espiritualidad del siglo XV

Fernando Gallego, Cristo bendiciendo, 1492

Índice

1) El mundo de la reunificación: Europa en los 1400s 2) De Nicolás V a Pío II: la re-creación romana (divertimento y

nuevas fuerzas políticas)3) La dolce vita: la recuperación de la herencia romana4) Las reformas anteriores a la Reforma

Masaccio, Resurrección del hijo de Teófilo y San Pedro entronizado, Capilla Brancacci, Florencia, 1426-27

La Europa de Martín V y de Eugenio IV

Los pontífices vivirán en una Italia fragmentada por los intereses de las antiguas familias romanas y las nuevas dinastías que se iban enseñoreando de las ricas ciudades del norte (Sforza en Milán, Médici en Florencia, los Gonzaga de Módena). Sufriendo, además, la presencia de unos muy ambiciosos aragoneses en Sicilia y Nápoles

En el centro de Europa, una nueva dinastía llega al trono del Sacro Imperio Romano Germánico: los Habsburgo o casa de Austria que tanta relevancia tendrán en los destinos de la Iglesia latina

Un poco más al Este, la conversión al cristianismo del duque de Lituania, Jogaila, y su matrimonio con la heredera de Polonia (Eduviges), iniciarían un período de esplendor y crecimiento para esta región europea. Los sucesores, la dinastía Jagiellona, será la fuerza educadora (y europeizante) de la región, derrotando a la orden religiosa militar de los Caballeros Teutónicos

En el norte, los países escandinavos habían sido unidos bajo una corona común (la Unión de Kalmar) y podían competir comercialmente con las ricas ciudades alemanas de la Liga Hanseática, dominando así la economía del Báltico

Inglaterra y el ascenso de la casa de Lancaster

Enrique IV, hijo de Juan de Gante, asciende al trono (1399-1413). Con el apoyo incondicional de su familia y con un acercamiento diplomático con el Parlamento, Enrique logra evitar la tensión política dejada por su antecesor, Ricardo II de York. En cuestiones religiosas, Enrique IV nos parece bastante intolerante: es el primero en permitir que quemen a los herejes (Lolardos seguidores de Wycliffe) y en fomentar la devoción ‘milagrera’ a Tomás Becket, pidiendo, él mismo, ser enterrado en Canterbury (único rey en hacerlo)

El genio militar, empero, era el príncipe heredero, el futuro Enrique V (1413-22) quien humillará a los franceses en Agincourt en 1415. Ciertamente, el rey inglés cosechaba los frutos de la división en la corte de Carlos VI de Francia.

Enrique V es desposado con Catalina de Valois, hija del rey francés, y se le promete en herencia ser coronado rey de Francia (junto a su título inglés). Para arruinar este triunfo, el enfermizo rey francés sobrevivirá al robusto inglés que muere en 1422, perdiéndose así el momentum británico en suelo francés

Al otro lado del Canal: Francia en pedazos

Después de la vergüenza sufrida por Juan II de Valois, un rey prisionero, su hijo Carlos V había logrado recuperar territorio y cierta reputación para Francia entre 1360 y 1380

Los logros políticos y militares de Carlos tendrán corta vida. Otra herencia probará tener más largo alcance: su matrimonio con Jeanne de Borbón. Esta familia introducirá a la casa real, cierta disposición para la enfermedad mental

La política sediciosa de Carlos colaboró al Cisma de Occidente (dos papas), al proteger un candidato francés en Avignon opuesto a los papas de Roma.

Su hijo, Carlos VI, el bien amado, (1380-1422) hereda una Francia recuperada ante Inglaterra pero, frágil al interno. Su hermana Catalina, mientras tanto, se desposaba con Enrique V de Inglaterra, llevando nuevos genes y locura a la corte inglesa

Los primeros síntomas de la enfermedad mental de Carlos VI, ahora, el loco, permitirá la intervención de su poderoso tío Felipe, el valiente, duque de Borgoña.

Miniaturista francés, Lamento sobre el Cristo muerto, pergamino de la Biblioteca Nacional de París, 1418

Herederos desafortunados: la tragedia de los Valois

A la muerte del regente Felipe de Borgoña, en 1404, se abren las puertas para un conflicto creciente entre los miembros de la familia real.

Más de 70 años durará este conflicto entre los herederos de la casa real y los borgoñones inclinando la balanza de la guerra de los cien años especialmente cuando, el partido de Borgoña no interviene en la lucha contra los ingleses y prefiere controlar París

El rey francés es derrotado en Agincourt, bastante mal, desconoce a su propio hijo, el delfín Carlos, y promete entregar el país a su yerno Enrique V de Inglaterra

Carlos, el Delfín, parecía acomodarse a la situación de su país; sin embargo, un respaldo inusitado aparece, una joven que se dice emisaria del cielo: Juana de Arco, la “doncella de Orleáns”.

Un giro inesperado: mujeres soportan la corona de

FranciaDesafiando negativas del ejército francés, Juana recibirá

una oportunidad en 1429. ¿Sería militarmente talentosa o un testimonio que levantaba la moral del ejército? Aún hoy se debate. El hecho es que, en cerca de tres meses, había llevado al ejército a recuperar innumerables ciudades y a tomar Reims, cumpliendo así su propósito de coronar a Carlos VII (1422-61)

La diplomacia inglesa, haciendo pactos con el nuevo duque de Borgoña, logra en 1430 capturar a Juana y encarcelarla. La resolución del obispo de Beauvais, Pierre Cauchon, pro-borgoñón e inglés se impone ante la negativa del Papa Martín por condenar a aquella mujer. En 1431 muere en la hoguera

Carlos VII recibirá apoyo de otra mujer, “un corazón de hombre en un cuerpo de mujer”: Yolanda de Aragón, su suegra. La política francesa más hábil durante los siguientes años. La señora “de los cuatro reinos” (sin tener ninguno) auxiliará a su yerno con los recursos de Anjou y con consejeros que le permitirán al rey ir recuperando territorios y reduciendo la presencia inglesa en territorio franco

Los azares del destino: ¡nuevas voces llegan a Roma!

Si Francia había sido la fuerza más inmediata tras los pontífices de los 1300s, en un rincón un tanto olvidado de Europa, Iberia, se iniciaba un proceso que transformaría tanto la política civil como la política religiosa en los siglos venideros

Una caída del caballo terminaba con la vida del rey Juan I de Castilla en 1390. Dejando como heredero a su hijo mayor, Enrique III, el doliente, primer en llevar el título de príncipe de Asturias (1390-1406). Un giro afortunado permitiría que Fernando, llamado el de Antequera, hijo menor de Juan I fuese elegido como rey para la Corona de Aragón que quedaba acéfala con la muerte de Martín I, el humano, sin pleitos de por medio

Así, dos hermanos de la familia de Trastámara tenían prácticamente el control de lo que hoy es España (excepto Navarra que gravitaba bajo el influjo francés)

Enrique III envía colonizadores a las Islas Canarias; es el afortunado poseedor de una compañía naval que mejoraba con el tiempo. España ampliaba los horizontes de Europa

El esperado descendiente, Juan II de Castilla, era un niño de menos de dos años cuando muere su padre (1406). Seguirá un reinado largo, 49 años, en que Castilla sufrirá a un rey derrochador, vividor y débil.

La potencia de Aragón

Fernando de Trastámara quien había recibido la Corona de Aragón (1412-16), gobierna con prudencia. Durante su reinado logra evitar que el anti-papa Luna (Benedicto XIII) continúe luchando contra la unión eclesial promovida por el concilio de Constanza

Mientras su sobrino Juan dejaba a Castilla en manos de regentes; el reinado de Fernando y el de su hijo, Alfonso (1416-58), llevan a Aragón a transformarse en el más importante reino de Occidente durante la primera mitad del siglo XV.

Alfonso será rey de Aragón, Baleares y Sicilia, después Córcega y Cerdeña serán parte de su reino; más adelante entre heredero y conquistador en Nápoles

El magnánimo es uno de los primeros monarcas renacentistas tanto en su amor por las artes (dedicado a las letras [un tanto cursis], como por su actitud bélica y por sus conflictos con los pontífices en franca actitud retadora...

B. Martorell, San Jorge y el dragón, 1430s, actualmente en Chicago

Una familia ejemplar: la ínclita generación portuguesa

Para finales del siglo XIV, la reinante rama portuguesa de la casa de Borgoña (llamada Afonsina) quedaba sin herederos: la guerra sucesoria permitió el ascenso de un hijo ilegítimo del rey Pedro, Joao I de la casa de Aviz

Ante los intentos castellanos por conquistar Portugal para la reina Beatriz, Joao saldrá triunfante, iniciando un periodo largo (1385-1433) de consolidación y crecimiento

El escritor Luis de Camões llamó a esa familia real, la ínclita generación: su hijo mayor, el futuro rey Duarte, poeta y escritor; su hermano, el erudito viajero Pedro, duque de Coimbra, futuro regente; Henrique, hermano menor, que pasará a la historia apodado como “el Navegante” y con quien los portugueses descubren y pueblan las islas Azores y las Cabo Verde, superan el temor del Cabo Bojador y siguen la costa africana trazando los primeros mapas de la costa occidental de este continente; su hermana menor, Isabel se casará con Felipe III de Borgoña, de quien recordamos ser el modelo para el estilo cortesano de la época

Nuno Gonçalves, altar de San Vicente, panel de los infantes

Reyes de los mares

•Madeira, 1420•Azores, 1427-30•Gil Eanes pasa el Cabo Bojador, 1434•Tristao y Goncalves en Cabo Blanco, 1441•Dinis Dias en Senegal, 1447•Sierra Leona, 1462• Barolomeu Dias llegará al Cabo de Tormentas en 1488

Claustro del monasterio de Santa María de la Victoria, Batalha. Construido por el rey Joao I

Un ‘nuevo mundo’

Mientras los franceses y los alemanes quieren imponer sus intereses a los papas, aquí aparecen un par de reinos dispuestos al diálogo, a conceder un lugar privilegiado a la voz de los pontífices, ansiosos de ser reconocidos (tanto los Trastámara hispanos como los Aviz de Portugal son familias ‘nuevas’) y validados por la Iglesia

Si en el extremo oriental de Europa las puertas se cierran con la presencia de los otomanos, estos nuevos reinos abren rutas comerciales y sostienen la promesa de ‘llegar a Oriente’, de poder rodear a los musulmanes para arrebatarles Jerusalén, de contactar a los míticos reyes (preste Juan); España y Portugal, con una mentalidad de cruzada mucho más fresca que la de los demás reinos de Occidente, entrarán al relevo de la Cristiandad latina

Índice 1) la reunificación pontificia: pontífices contra

conciliaristas 2) De Nicolás V a Pío II: la re-

creación romana (divertimento y nuevas fuerzas políticas)

Miniatura inglesa del siglo XV, Transit, ilustra un poema denominado “disputa entre el cuerpo y los gusanos”

J. Fouquet, Virgen rodeada de ángeles, 1450Se dice que la modelo para esta témpera fue Agnes Sorel, amante del rey Carlos VII de Francia

Llega el renacimiento

Nicolás V (1447-55) había trabajado en Florencia como tutor de familias ricas. El contacto con las ideas humanistas y el arte le marcarán de por vida

Hábil negociador renacentista logrará con dinero (año jubilar de 1450) y diplomacia cierta paz dentro de una conflictiva Italia. Si bien, sentirá resentimiento de los príncipes que hacen sus tratados sin tenerle a él en consideración

Nicolás es el fundador de la Biblioteca Vaticana, fascinado por las letras griegas tiene un enorme número de copistas y traductores.

En sus esfuerzos por embellecer la ciudad (nuevas murallas y acueducto) despoja al Coliseo del mármol. Una de sus mayores frustraciones será el ser víctima de un atentado de un pro-republicano romano (Stefano Porcaro)

La gran ‘derrota’ de Nicolás (y sus sucesores) será la falta de respuesta de los cristianos a la llamada de Cruzada para rescatar a la ciudad de Constantinopla de manos de los turcos Fra Angelico, Cappella Niccolina, Vaticano,

1447-49

Cerrando un periodo: el final de la guerra de cien años

Con sus propios méritos, el rey Carlos VII de Francia logra unificar todo el territorio bajo un rey y una ley. Formaliza un ejército profesional, reinicia la tarea universitaria

Gracias a la diplomacia pontifica, Carlos y Nicolás logran terminar con el intento de cisma iniciado en el concilio de Basilea

La mayor crisis francesa es la pésima relación entre el rey y el Delfín, futuro Luis XI, quien vive su mayoría de edad refugiado en la corte de Borgoña. Curiosamente este dispendioso príncipe llegará a convertirse en un hábil político

Luis, como rey, logrará negociar con los ingleses y obtiene “con paté, carne de venado y buen vino” lo que sus antepasados no habían logrado con las armas: un tratado de paz definitivo con Inglaterra

El carácter enfermizo del rey Enrique VI de Inglaterra y su matrimonio con una Anjou le inclinaban hacia la paz. Solamente algunos nobles querían mantener la guerra en suelo francés.

Las tensiones irán en aumento debido a las crisis mentales del rey, el carácter de la reina Margarita, y los reclamos de los otros parientes reales (los York) contra la sucesión de los Lancaster. El estira y afloja conducirá a la llamada “guerra de las rosas” (1455-87) que alejará a Inglaterra de la política internacional

Los conflictos internos permitirán a los reyes de Francia recuperar sus posesiones y establecer condiciones de desarrollo.

Un difícil juicio para Nicolás VIndudablemente su diplomacia permitió a los

pontífices entrar a la política europea por la puerta grande

Más ambivalente resulta su amor hacia el humanismo imperante y su amistad con Lorenzo Valla, por un lado, latinista brillante y renovador de un método crítico de análisis; por otro lado, cruel en sus opiniones de los demás, con tendencia a descalificar a los que pensaban distinto

Si el Renacimiento significó la tarea de embellecer Roma, también supuso un ideal más optimista y relajado de la existencia: espíritu que irá empapando a toda la Curia

Más negativo aún, al papa Nicolás debemos la bula Dum diversas concediendo a los reyes de España y Portugal el permiso de invadir, buscar, capturar y someter a los Sarracenos, a los paganos y a cualquier otro incrédulo y enemigo de Cristo quienquiera que sea y donde se encuentren, como también someter sus reinos, ducados, principados y otras propiedades […] reduciendo sus personas a esclavitud perpetuaFra Angelico, Armadio deglio Argenti, San Marco Florencia, 1450

“rechacen a Eneas, escuchen a Pío”

Después de Nicolás tenemos los pontificados de Calixto III (1455-58) y del habilidoso Pío II (Piccolomini, 1458-64) en que notamos un verdadero esfuerzo por recuperar un liderazgo moral y político (cruzada por Constantinopla), si bien marcados por un favoritismo regional y familiar

Calixto, primer pontífice de origen hispano, tiene un carácter ascético, riguroso y caritativo pero, terco. No puede ser recordado como un papa humanista en el sentido renacentista; si bien, la herencia que nos deja de un sobrino cardenal de 20 años, Rodrigo, dejará huella cuando éste ocupe el trono pontificio

Pío, por el contrario, era la esencia del humanismo de la época. Diplomático, viajero, escritor de novelas amorosas (Chrysis incluso, erótica), vivirá una enfermedad que lleva a su ‘conversión’ y entrada al sacerdocio en 1446. Empleará, entonces, su talento y carisma para derrotar a los grupos conciliaristas

Los intentos por organizar una cruzada nunca se vieron apoyados, cuando Pío II decide él mismo encabezarla, morirá.

Pinturicchio, el Papa Pío II canoniza a Catalina de Siena, fresco en la catedral de Siena, 1502-08

Índice

1) la reunificación pontificia: pontífices contra conciliaristas 2) De Nicolás V a Pío II: la re-creación romana (divertimento y nuevas

fuerzas políticas)

3) La dolce vita: la recuperación de la herencia romana

Sandro Botticelli, La primavera, témpera pintada entre 1485-87, Uffizi

La dolce vita: Roma aprende

El rechazo a los ‘sieneses’ y a pontífices demasiado autónomos, promoverán el ascenso al trono de Pablo II (1464-71); vanidoso en extremo y de pocas luces intelectuales, Pablo se opondrá al humanismo italiano. En sus conductas se vislumbra ya el Renacimiento

Tanto él, como sus sucesores, Sixto IV (1471-84), Inocencio VIII (1484-92) y Alejandro VI Borgia (1492-1503) mostrarán ciertos rasgos compartidos:

a) Embellecen Roma tanto con obra pública como con grandes palacios para ellos y para sus familiares (nepotismo: Sixto IV ordenó 34 cardenales, 6 sobrinos suyos)

b) Se meten en intrigas políticas para mantener equilibrio y cierta paz (debilidad) de los estados italianos

c) Buscan reconocimiento internacional (Pablo II buscando unir la iglesia rusa a la latina; Sixto aprobando la Inquisición española; Inocencio reconociendo a Enrique VII Tudor como legítimo rey inglés)

d) Sufrirán con la Francia de Luis XI (1461-83) y su ‘Sanción de Bourges’ y con la Alemania de Federico III (emperador entre 1440 y 1493) y sus intentos por exigir el control sobre las iglesias locales

e) Todos ellos posponiendo la solicitada reforma de la administración eclesial

Los papas renacentistas

Todos ellos, hombres de contrastes: Pablo II es capaz de organizar carnavales y acumular perlas y joyas para sus vestimentas, mientras intenta organizar cruzadas contra los cada vez más agresivos otomanos o introduce la imprenta a los Estados Pontificios

Sixto IV della Rovere puede embellecer Roma y transformarla en una ciudad brillante (Santa María del Popolo, Sta. María de la Paz, Capilla Sixtina) mientras tolera a los nefastos sobrinos cardenales que le involucran en crímenes que desatarán una guerra contra Florencia

Los cardenales, casi todos nombrados por Sixto, se han vuelto grandes señores; así se explica que hombres ambiciosos, mundanos, como Inocencio VIII Cibo o Rodrigo Borja (Alejandro VI) jamás fuesen presionados para llevar a cabo las reformas que los concilios y varios reyes habían demandado

Inocencio recibirá, por otro lado, las buenas noticias de que Fernando e Isabel de Castilla, han expulsado a los moros de Granada. Siendo este Para quien les otorgue el título de Reyes católicos

Paradójicamente, si en lugar de pontífice Alejandro VI hubiese sido otro príncipe italiano, sería reconocido como un admirable administrador y un talentoso diplomático (con toda la mano negra que suponía serlo en esa época)

Una agridulce herencia...

Si para la ciudad de Roma y para los que admiramos el arte no podemos sino agradecer a estos pontífices su patronato a hombres como Sandro Botticelli, Ghirlandaio, Perugino, que dejarían un legado pictórico invaluable

Como creyentes no podemos sino ofendernos por la pobre calidad moral de estos obispos de Roma: su vida licenciosa, sus intrigas políticas, su nepotismo

Entendemos perfectamente el coraje del dominico Savonarola en Florencia, cuando se topa con un espíritu renacentista que parecía tan hedonista, tan groseramente libertino, que no puede sino gritar en su contra (y contra el papa Borgia) mientras organiza la quema de las vanidades

Índice 1) la reunificación pontificia: pontífices

contra conciliaristas 2) Nicolás V: la re-creación romana

(divertimento y nuevas fuerzas políticas)

3) La dolce vita: la recuperación de la herencia romana

4) Las reformas anteriores a la Reforma

Gil de Siloé, retablo de la cartuja de Miraflores, ca. 1496

Un catolicismo radical: el ascenso de Isabel de Castilla

Los reinados de Juan II (1406-54) y su hijo, Enrique IV (1454-74) en Castilla habían estado marcados por la debilidad y por la marcada dependencia de favoritos y nobles.

El nacimiento de Juana, ‘hija’ de un rey apodado el impotente, molestó tanto a las Cortes que se buscarán alternativas: siendo los medio hermanos reales (hijos de Juan II y su segunda esposa, Isabel de Portugal) la opción lógica. El varón, Alfonso, morirá en 1468, dejando así el terreno preparado para una guerra civil de sucesión (1475-79) entre los partidarios de Juana, la hija de Enrique, y de Isabel, quien pasará a la historia como la católica

Esta última, sagazmente, siempre apoyó la causa real evitando levantarse en armas (excepto en el matrimonio; a pesar de la oposición de Enrique, Isabel logra desposar a Fernando, heredero de Aragón en 1469, la muy religiosa novia obtuvo una dispensa al parentesco de manos, nada más y nada menos, que del legado pontificio Rodrigo Borja, el futuro papa Alejandro VI)

Fernando e Isabel lograrán el triunfo. En 1479, Fernando es coronado rey de Aragón. La pareja Católica reorganizará Castilla mediante un nuevo sistema económico, legal y judicial. El brazo derecho sería el nuevo cardenal de Toledo, Pedro González de Mendoza, confesor de la reina. Isabel contará, además, con otro decisivo apoyo de parte de la Iglesia: en 1483 la Inquisición hacía su aparición en Castilla y Tomás de Torquemada será su brazo ejecutor.

Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando: una habilidosa distancia que rendirá sus frutos. De la conquista de Granada al ‘descubrimiento’ de América

La vanguardia de fe: los reyes católicos

Isabel y Fernando no serán los primeros monarcas en querer controlar a ‘su’ iglesia. La mentalidad de cruzada (contra Granada) había encendido una mecha nacionalista que terminará por implementar medidas drásticas de reforma: a) la expulsión de los Judíos (no olvidemos que Inglaterra y Francia los habían expulsado mucho antes), las dudas sobre los conversos y las demandas de pureza de sangreb) la forja de una Inquisición dependiente de la Corte; estricta hasta el extremo de ser vista como un peligro por las mismas autoridades religiosas (el joven confesor real, Francisco Cisneros, futuro Cardenal)c) el apoyo a los religiosos observantes (franciscanos) en un programa de reforma que llegará a perseguir toda forma de ‘mística’ independiente (los alumbrados)

Los papas Sixto IV y Alejandro VI apoyarán las iniciativas hispanas como ‘remedio’ a los ataques contra sus personas venidos de todas partes

Pedro Berruguete, Santo Domingo y los albigenses, témpera y óleo, 1497, el Prado

Una ‘explosiva’ fe: el catolicismo ibérico

NO es la primera vez que los religiosos buscan mayor recogimiento, sí lo es el hecho de encontrar tanto apoyo de la monarquía y del pueblo

Durante el siglo XVI la multiplicación de conventos y monasterios en Castilla – Aragón es sorprendente; los textos de devoción y espiritualidad se multiplican

A diferencia del humanismo italiano, las ideas de Erasmo llegan a España desde la institución con el sucesor de Mendoza y una de las mentes ‘reformadas’ más brillantes de su época: Francisco Jiménez, Cardenal Cisneros, y su universidad de Alcalá

A nivel popular nos toparemos con dos vías espirituales en crecimiento: a) místico-visionarias-milenaristas: fascinados por las visiones de Juana de la Cruz, la Beata de Piedrahíta, María de Santo Domingob) profético-mesiánica: tendencia iluminada pero, alejada de todo maravillosismo

F. Gallego, Madonna de los reyes católicos, Entre 1490 y 95, museo del Prado

El baluarte ibérico contra los aires ‘heréticos’

Castilla, a la muerte de Isabel en 1504, permanecerá unida a Aragón diríamos que, por accidente. El príncipe de Asturias, Juan, morirá antes que su madre. Su primogénita, Isabella, reina de Portugal, morirá al poco tiempo de dar a luz al heredero portugués que, para decepción del rey Manuel I, morirá al poco tiempo.

Mientras tanto, Fernando, esposo de Isabel, será regente de Castilla mientras su tercera hija, Juana, ahora heredera, andaba en los Países Bajos con su muy hermoso Felipe de Austria. Los castellanos prefieren al Habsburgo que al aragonés y Felipe I quien había dejado en Castilla a su cada vez más insana esposa, regresa en 1506 muriendo a los meses de su llegada (Juana y sus hermanas menores, María y Catalina, vivirán sus propias tragedias)

Fernando de Aragón y el Cardenal Cisneros serán los regentes electos para cuidar al heredero: Carlos de Gante. Futuro Carlos I. En una situación tan delicada, Carlos verá en la unidad religiosa una condición para la estabilidad de sus extensísimos dominios

Juan de Flandes, Retrato de Juana de Castilla, óleo, ca. 1500, Viena

Catolicismo de exportación: España y Portugal

Protegidos por los monarcas ibéricos, los conventos vivirán una reforma profunda: son los tiempos de los observantes franciscanos

Desde ahí, con el tiempo, nos llegarán los primeros misioneros a tierras de América; por lo mismo, cargados de esa vinculación iglesia-Estado y de esa pasión por el rigor moral y la obediencia

Los años por venir verían, de nuevo, romperse la Cristiandad. La parte latina encontrará caminos distintos entre un norte, culturalmente ya alejado y molesto, que querrá tomar distancia de Roma y, un sur que, si bien permanece fiel al Papa lo hará a su modo

Nos atreveríamos a adelantar que los creyentes latinoamericanos somos católicos “al modo hispano” en nuestras raíces

Fernando Gallego, flagelación, panel en madera, 1506, Salamanca

Un Nuevo Mundo: final de los 1400s

Por los nuevos actores europeos: Portugal y España inyectando oro, nuevas rutas comerciales, nuevas armas pesadas, y (desde 1452) un redituable comercio de esclavos que había sido monopolizado por los musulmanes

Por la revitalización del papel pontificio: las nuevas dinastías ibéricas (lo mismo hará pocos años después la inglesa con los Tudor) buscarán la aprobación de Roma, dando así un inesperado giro al declinar de los papas del siglo anterior

Por una intolerancia hispana hacia los judíos (expulsados en 1492), incluso a los conversos, y hacia los musulmanes (moriscos) que impone una unidad religiosa que refleja la hegemonía real sobre los nobles españoles y presagia las formas de absolutismo posteriores

Por la alianza matrimonial entre los hijos de los reyes católicos y los Habsburgo: consolidando la fuerza de un imperio que controlaría las fuerzas continentales por buena parte del siglo XVI

Pedro Machuca, Virgen y almas del purgatorio, óleo, 1517, el Prado