la relación entre el doctor albiñana y la falange española de las jons

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ALBIÑANA Y LA FALANGE (I) Por RESTITUTO No entra en nuestro propósito el realizar una profunda irrupción en la turbulenta biografía de José María Albiñana Sanz (nacido en Enguera el 13 de octubre de 1883 y asesinado en la famosa matanza de la Cárcel Modelo de Madrid, el 23 de Agosto de 1936, tras haberse disfrazado de invidente, escondiéndose en casa de un amigo suyo, sacerdote, para refugiarse después en el Congreso, acogiéndose a su inmunidad parlamentaria, y terminar ingresado en la Cárcel Modelo donde tendrá trágico final), pues este objeto lo ha cumplido con creces la biografía del profesor Julio Gil Pecharromán, publicada en 2002 (editada por la UNED), bajo el título "Sobre España Inmortal, solo Dios. José María Albiñana y el Partido Nacionalista Español (1930-1937)". Por nuestra parte nos limitaremos, una vez que delimitemos los rasgos ideológicos del albiñanismo, basándonos sustancialmente en nuestro conocimiento, ya antiguo, del periódico "La Legión", órgano de prensa del Partido Nacionalista Español, a incidir en las relaciones del albiñanismo con los fundadores y las organizaciones que confluirán en Falange Española de las JONS, valorando los testimonios que en su día recogimos de algunos camisas viejas que mantuvieron alguna vinculación con el Partido Nacionalista Español, ya fuese fugaz, o más estrecha, caso de Eduardo Ezquer, a quien Albiñana quiso confiarle la jefatura de sus milicias. I.-ALBIÑANA Y LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO NACIONALISTA ESPAÑOL: Interesa señalar que el ambiente político en que el doctor Albiñana (era doctor en medicina y también cursó con posterioridad estudios de Filosofía y Derecho) se desenvuelve, a partir de comienzos de 1927, coincidiendo con sus artículos periodísticos en ABC , enviados desde Méjico, donde se había trasladado en 1921, y un año antes de su regreso a España, tras ser expulsado de aquel país,

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Texto que relata la relación de los primeros años del nacionalismo español y nacional sindicalismo a través del doctor Albiñana que estuvo confinado en la Hurdes cacereñas y el falangismo de José Antonio Primo de Rivera

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ALBIÑANA Y LA FALANGE (I)                                                                       Por RESTITUTO

No entra en nuestro propósito el realizar una profunda irrupción en la turbulenta biografía de José María Albiñana Sanz (nacido en Enguera el 13 de octubre de 1883 y asesinado en la famosa matanza de la Cárcel Modelo de Madrid, el 23 de Agosto de 1936, tras haberse disfrazado de invidente, escondiéndose en casa de un  amigo suyo, sacerdote, para refugiarse después en el Congreso, acogiéndose a su inmunidad parlamentaria, y terminar ingresado en la Cárcel Modelo donde tendrá trágico final), pues este objeto lo ha cumplido con creces la biografía del profesor Julio Gil Pecharromán, publicada en 2002 (editada por la UNED), bajo el título "Sobre España Inmortal, solo Dios. José María Albiñana y el Partido Nacionalista Español (1930-1937)".

 Por nuestra parte nos limitaremos, una vez que delimitemos los rasgos ideológicos del albiñanismo, basándonos sustancialmente en nuestro conocimiento, ya antiguo, del periódico "La Legión", órgano de prensa del Partido Nacionalista Español, a incidir en las relaciones del albiñanismo con los fundadores y las organizaciones que confluirán en Falange Española de las JONS, valorando los testimonios que en su día recogimos de algunos camisas viejas  que mantuvieron alguna vinculación  con el Partido Nacionalista Español, ya fuese fugaz, o más estrecha, caso de Eduardo Ezquer, a quien Albiñana quiso confiarle la jefatura de sus milicias.

 I.-ALBIÑANA Y LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO NACIONALISTA ESPAÑOL:

 Interesa señalar que el ambiente político en que el doctor  Albiñana  (era doctor en medicina y también cursó con posterioridad estudios de Filosofía y Derecho) se desenvuelve, a partir de comienzos de 1927, coincidiendo con sus artículos periodísticos en ABC , enviados desde Méjico, donde se había trasladado en 1921, y un año antes de su regreso a España, tras ser expulsado de aquel país,  coincide con los sectores ligados al primorriverismo y a la Unión Patriótica, representando un giro  en  la trayectoria de Albiñana, que provenía del monarquismo liberal del Conde de Romanones, habiendo ingresado  en la Juventud Liberal Monárquica en 1910, apoyando a los aliados en la Primera Guerra Mundial y teniendo como su jefe político a Santiago Alba, del que siempre guardará excelente recuerdo, a lo que hay que añadir la antigua filiación masónica de Albiñana.

A su regreso a España, colabora asiduamente en el periódico "La Nación", órgano de los partidarios de Primo de Rivera, dirigido por Manuel Delgado Barreto, quien en marzo de 1933 sacará a la calle el  famoso periódico "El Fascio", como intento de refundar en España el fascismo, si bien alejado de interpretaciones revolucionarias, tarea ya iniciada anteriormente desde la revista "Bromas y Veras", también dirigida por Barreto. Es con Barreto con quien Albiñana se asocia en 1930,  fundando el Partido Nacionalista Español, bajo la consigna "España sobre todas las cosas y sobre España inmortal , solo Dios" y el trilema "Religión, Patria y Monarquía", utilizando como parafernalia el saludo brazo en alto, la camisa azul, no el "azul proletario" de los nacionalsindicalistas portugueses, adoptado posteriormente por Falange Española de las JONS, sino el "azul

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purísima" , la bandera nacional, que opondrá a la tricolor, "un trapo indefinido, manchado de permanganato", (1)  y el emblema de la Cruz de Santiago.

 Una característica esencial de Albiñana, dentro del primorriverismo, es su monarquismo a ultranza, considerando la monarquía consustancial con España, lo que le hace diferenciarse de otros primorriveristas no monárquicos, caso del propio general Sanjurjo, que siempre hizo buenas migas con Lerroux y que facilitará el tránsito de la monarquía a la República en su condición de Director General de la Guardia Civil, cuando traslada al Gobierno su  postura, tras el resultado de las elecciones de  abril de 1931 (2), sosteniendo que el Benemérito Instituto está dispuesto a "defender el orden", pero no a "defender al régimen", o el de otros casos más pintorescos, de elementos procedentes del primorriverismo, como Mauricio Carlavilla o Alcázar de Velasco (3), que acabarán significándose por su antiborbonismo. Esta era la posición de Albiñana en 1930, defensor a ultranza de la institución monárquica, que le hace poner incluso de ejemplo otros países donde el socialismo colabora con la Monarquía: "Los difamadores eligieron como víctima al rey de España y a su ministro de la Gobernación; es decir el soberano más demócrata de Europa y el gobernante más austero del mundo...El rey de España no puede fracasar nunca. El fracaso es siempre de los ministros  responsables. Además nuestro rey prodiga bondadosamente su confianza, depositando  a veces en personas que el tiempo demuestra que no fueron merecedoras de ella. La Monarquía inglesa, por su raigambre histórica, su desenvolvimiento básico y sus libertades, tan pregonadas, se pasea ante los ojos del mundo como un modelo de este régimen. En la gobernación colaboran todos los partidos y todos los ciudadanos. Y junto a los  "lores", estirados y magníficos, de abolengo centenario y aristocrático, gobiernan los laboristas de Mac Donald, que cuentan con 159 diputados y un índice de reivindicaciones desarrollado por los mismos laboristas desde el Poder. En su programa, no hay esas mondaduras de viejos idearios que nos ofrecen nuestros flamantes "renovadores" como plato del día. Otro tanto sucede en Bélgica, donde un  Monarca comprensivo y moderno tiene por relevantes colaboradores al jefe del socialismo, Vandervelde, que ha desempeñado la cartera de Negocios Extranjeros; y a otro caudillo socialista, Anseele, inteligente ministro de Comunicaciones".

Consecuentemente, y en cuanto atañe al caso español, Albiñana lanza su artillería contra los elementos contrarios a la monarquía, aunque estén lejos de los posicionamientos marxistas, casos de Marañón y de Unamuno, interviniendo, a porrazos, con sus legionarios, reventando el mitin de este último en Madrid en mayo de 1930. Por el contrario,  manifiesta su respeto por su antiguo jefe Santiago Alba, monárquico liberal enfrentado al primorriverismo. Podría llamar la atención el elogio que hace Albiñana del fundador del Partido Socialista Obrero Español, Pablo Iglesias, al que califica de "hombre ejemplar y austero" y "apóstol de la religión del trabajo", pero que "cometió un grave error, y fue ligar la suerte del socialismo español a la eventualidad de la forma republicana" (4), pero, en este aspecto, el fundador del Partido Nacionalista Español no hace sino identificarse con el punto de vista de un destacado miembro de la familia Real, la reina María Cristina de Hagsburgo Lorena, que por su origen y formación podría considerarse como una señora "muy clasista y de derechas", pero que siempre consideró a Pablo Iglesias, según ha referido el biógrafo de la reina, José Baró Quesada, como un hombre honrado

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 II.-ALBIÑANA FRENTE A LA REPÚBLICA:

 Implantada la República, Albiñana, que sufrirá en sus propias carnes la Ley de Defensa de la República, siendo desterrado a las Hurdes, arremeterá contra la nueva situación,  empleando un lenguaje apocalíptico y extremadamente ofensivo: "Desde el siniestro 14 de abril de 1931, fecha trágica en la historia de España, los españoles venimos gimiendo en la más angustiosa esclavitud, huérfanos de toda tutela protectora, sin ninguna de las libertades inherentes a los pueblos cultos; tratados a colmillazos por una piara incivil de porcinos acomodados a expensas de la traición; insultados y difamados por una prensa insolvente y canalla;  expoliados por unos tributos agobiantes para regodeo de vagos, perjuros y desleales. En una palabra: somos los modernos parias, víctimas de la Inquisición republicana, ejercida por homúnculos rencorosos y ridículos protegidos  y alentados por la Masonería extranjera, que ha encontrado en nuestro suelo una turba de agentes, destructores de la Patria, a cambio del pienso ignominioso que rumian en el pesebre nacional" (5). Su nostalgia de la monarquía le lleva a utilizar en su defensa  argumentos bastante toscos  que son perfectamente equiparables a los de los sectores franquistas agarbanzados: "De la Monarquía se heredó el teléfono, el telégrafo, el ferrocarril, la aviación, el automóvil, la radio, la maquinaria agrícola que ahora se destroza y las cátedras regaladas a los "revolucionarios", que a pesar de su odiosa procedencia, no las han renunciado. La Monarquía, y más personalmente, don Alfonso de Borbón, concibió, planeó y llevó a la práctica, la construcción de una Ciudad Universitaria, que legó a la República una Caja con SETENTA Y DOS MILLONES DE PESETAS. ¡Esto si que es herencia! Y esta herencia, que alimenta hoy a una porción de "alojados" de la situación, no cuenta para los políticos a sueldo. ¡Ni siquiera la nombran!" (6).

 También tronará contra la política secularizadora de la Segunda República, protestando contra la supresión de la festividad de la Inmaculada Concepción, como patrona de España, lo que no será óbice -"lo de siempre"- para que Albiñana se acoja a la Ley de Divorcio de la República para resolver su problema particular.

 (Fin de la parte 1 de 3)

 ...................................................................

NOTAS:

(1) "Confinado en las Hurdes. (Una víctima de la Inquisición republicana)". Imprenta. El Financiero, 1933,`pág, 39.

(2) "El resultado adverso en más de 40 capitales de provincia, y en casi todas las ciudades importantes, dio a la República el triunfo numérico en las urnas, porque los votos que necesitaba un concejal para salir elegido en Villanueva de la Serena, no eran numéricamente los mismos que precisaban y obtuvieron los candidatos en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla". Juan Ignacio Luca de Tena: "Mis amigos muertos".-Planeta.-Barcelona 1971, pág. 18.

(3) Mauricio Carlavilla del Barrio publicará en 1967,en la editorial Acervo, el libro "Borbones masones", y aunque encontrable, el régimen de Franco dificultará la difusión de esta obra. La tremenda diatriba contra la dinastía borbónica no le impide a Carlavilla

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mostrar su debilidad por las señoronas monárquicas, poseídas de un  entusiasmo digno de menor causa.

Ángel Alcázar de Velasco, apadrinado en su "carrera taurina" por don Miguel Primo de Rivera, calificará a las cabezas directoras del 23-F, Armada y Milans del Bosch (con este último había tenido alguna relación), como "robaperas monárquicos, a los que les está bien empleado lo que les sucede".

 (4) José María Albiñana Sanz: "Después de la Dictadura "Los Cuervos sobre la tumba", tercera edición. Compañía Iberoamericana de Publicaciones, Junio de 1930, páginas 75-88. 

  (5) Doctor Albiñana, Jefe del Partido Nacionalista Español: "Confinado en las Hurdes (Una víctima de la Inquisición republicana)". Imprenta El Financiero, Madrid, 1933, págs. 17-18..

 (6) "Confinado en las Hurdes...", ob. cit., pág. 74

ALBIÑANA Y LA FALANGE (II) III.- El ANTIJUDAÍSMO DE "LA LEGIÓN".

 Como cuestión previa, y frente a lo que se ha escrito, en la organización albiñanista, también conocida como "Legionarios de España", y que nominó a su órgano de prensa, como "La Legión", estimamos que nunca hubo  presencia significativa de ex-legionarios de África. Muchos más ex-legionarios podrían encontrarse en las filas de la CNT y en Falange Española de las JONS (7). Si hubo cierta recluta, aparte de la cantera primorriverista, en los Sindicatos Libres en Cataluña, favorecidos por Martínez Anido, y por esta vía si podrían encontrarse, aunque sin tener especial significación, algunos antiguos miembros del Tercio, y con estos mimbres Albiñana tratará de hacer un remedo de sindicato con la "Unión Nacionalista Obrera", que en realidad será una agrupación de esquiroles: "En casos de huelga, nuestros honrados proletarios sabrán cumplir con su deber, prestando a la sociedad amenazada la necesaria asistencia". (8)

 El examen del periódico "La Legión" del que conocemos siete números, que aparecen sin que se haga constar la fecha y únicamente su numeración, aunque por su contenido pueden situarse en el período de enero a abril de 1931, tiene interés para conocer un aspecto de la doctrina albiñanesca, como es su antijudaísmo,  de elaboración muy simplista, como simple es todo en Albiñana, que llegará a gritar un "¡Muera Cataluña!" en el Congreso de los Diputados,  aunque hay que señalar que el posicionamiento antijudaico en la época era común a las organizaciones de derecha confesional, lo que nos puede resultar chocante hoy en día,  cuando lo más florido de la derecha española ha evolucionado del antisemitismo al sionismo, circunstancia que también concurre en el falangismo, donde puede observarse un ancho sector pro-sionista. En la España de los años 30, hasta un obispo bonachón, como el diocesano de León. José Álvarez Miranda, que tratará de salvar del fusilamiento en 1936 al capitán Juan Rodríguez Lozano -abuelo del actual presidente del Gobierno- con ocasión de la Revolución de Octubre de Octubre

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de 1934 había escrito una carta pastoral atribuyendo tales sucesos a "la raza deicida". Un hombre de la derecha liberal, Juan Ignacio Luca de Tena, gran amigo de José Antonio, sacará a la superficie su antijudaísmo en el enfrentamiento que mantendrá en plena guerra con el escritor Giménez Caballero, aludiendo a la producción literaria de carácter blasfemo de este último -singularmente la obra "Los Toros, las castañuelas y la Virgen"- en estos términos:"Sólo es comparable por su monstruosidad diabólica e inverosímil a los grandes sacrilegios que, según nos relata la Historia, realizaban en tiempos antiguos los hombres de la raza maldita, hipócrita, dispersa por la Tierra, diestra en el disimulo y en el engaño, acomodaticia y cruel, formada por los corre ve y diles (sic) del Mundo y que nunca tendrá paz ni sosiego porque crucificó a Nuestro Señor". (9)

La particularidad de Albiñana, respecto del resto de las fuerzas de derecha  de la época, reside en forzar hasta el límite la teoría conspirativa sobre la acción del judaísmo, englobando todos los problemas de España "en el único problema judío", que determinará que no sea tomado en serio ni por las autoridades gubernativas del régimen monárquico, como cuando el General Marzo, ministro de la Gobernación, contesta a Albiñana, que denunciaba la presencia en España de 100 agentes judíos que venían a promover disturbios, indicando que se trata de "agentes comerciales" (10)

 La campaña antijudaica de Albiñana tuvo  eco en el órgano oficial del Partido Nazi, el "Der Völkische Beobachter",  que se refirió  así al dirigente español. en su número 12: "Aunque el movimiento español tiene una orientación monárquica, que nosotros no tenemos, nos felicitamos de que también en España se ha reconocido al enemigo mundial" (11)

 No obstante, el antisemitismo de Albiñana, basado en "Los Protocolos de los Sabios  de Sión", tiene,  como ocurre en el caso de Onésimo Redondo, raíz jesuítica -los jesuitas fueron los mayores difusores de "Los Protocolos de los Sabios de Sión", y, referido al caso español, establece que la conspiración judaica contra España,  utiliza como medios al comunismo y a la masonería, frente a lo que hay que enfrentar el nacionalismo español:

"Hay nacionalismo en Francia, que actúa  valientemente frente al brutal imperialismo económico y político de la Rue Laffite, sede mayor del insolente Rostchild. Hay nacionalismo en Italia, vinculado en los varoniles fascistas, que han ahuyentado a los judíos. El enérgico Mussolini ha acabado con la Masonería italiana en nombre de la seguridad de su Patria ... En Alemania, el nacionalismo con Hitler al frente, ha tomado carácter de lucha de razas, atacando fuertemente a los judíos, que huyen despavoridos ante el temor de una matanza... El judaísmo actúa en nuestro país por medio de la Masonería; ella inspira los planes de la Prensa derrotada y escandalosa; ella se ha infiltrado en la Institución Libre de Enseñanza para dominar el profesorado y en la llamada FUE para movilizar a los estudiantes, copando con catedráticos y alumnos el imperio de la Universidad. Ella, que necesita masas proletarias para provocar conflictos sociales, ha colocado elementos masónicos en los directivos de la Confederación Nacional del Trabajo, Casa del Pueblo, Sindicato Único y Unión General de Trabajadores. Todos estos organismos disponen de fondos inagotables, atribuidos al comunismo, pero que no es más que dinero judío, repartido por manos soviéticas, para promover sangrientas perturbaciones como las que acabamos de presenciar. Triunfante la revolución comunista en España, sería inmediatamente

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abolido el decreto de los Reyes Católicos y los judíos entrarían triunfantes en nuestra Patria, vengándose de su destino secular, .Entonces, gracias a la absorción judía en todos los órdenes de la actividad nacional, España descenderá a simple colonia semita y los españoles seríamos esclavos de Israel.

 Este es el verdadero sentido de la revolución que actualmente presenciamos, ni republicana ni comunista. Es, sencillamente, una revolución judía, elaborada por su predilecto instrumento masónico.

 ¿Remedio? ¡El nacionalismo español! ¡La unión sagrada de todos los españoles en torno de los valores fundamentales de la Patria!

 Y cuando el orden quede restablecido, la paz consolidada y el porvenir en marcha, entonces será ocasión oportuna para abordar con serenidad el problema judío, causa de nuestras perturbaciones anteriores. ¿Cerrando definitivamente la puerta a toda acción semita? ¿Admitiendo a los sefardíes, como proponen algunos núcleos de la derecha? ¿Modificando nuestra legislación civil y política para que puedan desenvolverse en nuestra Patria los errantes judíos españoles?

 Interrogantes éstos que se ofrecen a nuestros políticos como absurdos problemas nuevos, cuando ya debieran estar resueltos desde hace muchos años. Nos va en ello el porvenir y la tranquilidad de la nación. Descartada la  amenaza judía, se acabaron todos los conflictos por ella creados". (12)

 III.- ALBIÑANA Y LA FALANGE

 ¿Qué relación tuvo Albiñana con la Falange?

 En su libro "Confinado en las Hurdes", escrito durante su destierro en esta comarca, y cuando aún no se había fundado Falange Española, Albiñana dedica su capítulo XIV a desarrollar su estrategia política y dicho capítulo lleva por título, precisamente, "La Falange". No faltarán falangistas que se muestren de acuerdo con el concepto de Falange que allí se establece: "Hace falta una falange heroica que cace a la bestia y la haga doblarse en tierra, soltando su presa, antes que la devore... Hay que formar inmediatamente el frente único de las derechas en las personas, en las colectividades y en la Prensa, para dar la batalla a la anarquía, al comunismo, al socialismo, que están embruteciendo al honrado trabajador español, llevándolo al crimen, al hambre y a la desesperación" .(13)

 Como puede inferirse de lo escrito anteriormente, el sustrato sociológico del albiñanismo era,  en gran parte, el mismo del grupo inicial Falange Española, pues hay que tener en cuenta que los elementos procedentes del "Frente Español", grupo entroncado con el republicanismo orteguiano, apenas tenían relevancia en la militancia falangista. Ya en la obra "Después de la Dictadura "Los Cuervos sobre la Tumba" (tomamos como referencia la tercera edición de Compañía iberoamericana de publicaciones, S.A., Madrid, 1930), en sus páginas 247 a 250, Albiñana transcribía el famoso artículo de José Antonio en "La Nación", que llevaba por título "La hora de los enanos". De otra parte, el Acto de afirmación nacional del teatro de La Comedia se intentó realizar en Burgos, poco antes, el siete de octubre de 1933, aniversario de la batalla de Lepanto, con apoyo de los albiñanistas de la localidad, principal feudo del

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Partido Nacionalista Español y donde Albiñana será elegido diputado en las elecciones de 1933 y 1936. A mayor abundamiento, miembros destacados del albiñanismo, como el burgalés Florentino Martínez Mata, jefe de la organización en dicha ciudad, se integrarán en Falange Española, como también sucederá con Alejandro Rodríguez de Valcárcel.

 Con ocasión del Acto de Afirmación Nacional del Teatro de Comedia, el periódico "La Nación", con fecha 31  de Octubre de 1933, publicó una carta de Albiñana, fechada el 28 de octubre y dirigida a José Antonio Primo de Rivera, marqués de Estella, en la que expresaba que "desde mi lecho de dolor, donde permanezco cinco semanas, liquidando con una terrible operación quirúrgica el criminal confinamiento de quince meses a que me condenó el siniestro Gobierno de Casas Viejas, le envío a usted la entusiasta adhesión del nacionalismo español y la mía personal".

 No era, pues raro, encontrar entre los fundadores del grupo Falange Española, quienes habían mantenido relación con Albiñana. Este era el caso de Eduardo Ezquer y Gabaldón, primer jefe provincial de Falange Española de las JONS de Badajoz y consejero Nacional de la organización en el Primer y Segundo Consejo Nacional. Ezquer había sido jefe de la Unión Patriótica en Don Benito y tenía gran amistad con el general Primo de Rivera, al que visitaba en Madrid en el Palacio de Buenavista, sede del Ministerio del Ejército, donde el mílite residía. Allí el general le presentará a su hijo José Antonio, años antes de la fundación de Falange Española. Eduardo Ezquer formará parte de aquellos grupúsculos que se enfrentarán al izquierdismo en ciernes que contribuirá al advenimiento de la República. Mantendrá estrecha relación con los hermanos Miralles y será dirigente del grupo Acción Ciudadana. Al advenimiento de la República será protagonista principal de un incidente con ocasión del mitin socialista de la Plaza de Toros, enfrentándose en solitario con una multitud de socialistas que descendía de uno de los autobuses que concurrían al mitin. Pese a la extraordinaria fortaleza física de Ezquer, que tenía fama de "puñetazo que daba tío al suelo", no pudo hacer frente, con eficacia, a la superioridad numérica de sus contrincantes, quedando tendido en el suelo, con el traje ensangrentando y acabando lleno de cicatrices, siendo recogido por el chófer del general Mola. Según manifestó a quien esto escribe, se había situado en aquellas filas, a falta de asidero político, por oposición al izquierdismo, pero, como ocurría con otros primorriveristas, no tenía apego esencial a la monarquía, y en una audiencia que tuvo con el rey, como dirigente de Acción Ciudadana, audiencia de la que se hizo eco el periódico ABC, a la que concurrió con elementos  pertenecientes a la juventud monárquica, le había manifestado al rey que "la monarquía está en precario". Como también le repugnaba el caciquismo, encontrará su lugar en Falange Española, declinando la invitación de Albiñana, que le había ofrecido la jefatura de sus milicias.

 De otros destacados falangistas hemos tenido noticia de su anterior militancia albiñanista. Además de Alfredo Jiménez Millas, que se puede decir no evolucionó en sus planteamientos, nos encontramos con Narciso Perales, habiéndonos confesado su esposa, la jonsista Justina Rodríguez de Viguri, como Narciso se había situado en las filas del Partido Nacionalista Español, posiblemente como reacción a la política anticlerical de la Segunda República.

 El jefe provincial de Falange Española de las JONS de Zamora, Ricardo Nieto Serrano, también reconoció ante quien esto escribe, haber tenido un fugaz contacto con el albiñanismo, si bien Nieto se opondrá rotundamente al confesionalismo de la

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organización, que tendrá cierta recepción en la Falange durante el transcurso de la guerra civil. (14)

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NOTAS:

(7) Albiñana recibirá la adhesión del entonces comandante laureado Heli Rolando de Tella y Cantos. Sin embargo Tella se hará famoso en la Legión como teniente coronel jefe de la Segunda Legión, con base en Melilla, en las postrimerías de la Segunda República, siendo cesado en el mando en vísperas del Alzamiento. Anteriormente había sido un famoso jefe de Regulares, participante en los clásicos "piques" Regulares-Legión. Como dato curioso, según pudimos comprobar en el Archivo General Militar de Segovia, cuando se le instruyó expediente contradictorio para la concesión de la laureada, siendo  capitán de Regulares, condecoración que al final le fué concedida, testificaron en su contra los mandos de la Legión, teniente coronel Franco Bahamonde y el entonces teniente, antiguo oficial alemán, Carlos Tiede Zeden.

 8) "La Legión", Número 1.

 (9) Juan Ignacio Luca de Tena: En propia defensa. Contestación a Giménez Caballero, Burgos, 13 de diciembre de 1938.

 (10) "La Legión", Número 1. Discurso del doctor Albiñana en Acto en Granada el 4 de diciembre de 1930..

(11) "La Legión", Número 5.

 12)   "La Legión", Número 1. "La ofensiva contra España". 

 (13) "Confinado en las Hurdes...", ob. cit., págs. 111-113.

 (14) Cuando el autor conoció a Ricardo Nieto, hacia el año 1977, el antiguo jefe provincial de Zamora, de aquella sin militancia en ningún grupúsculo falangista, puso de manifiesto ciertas discrepancias en cuanto a determinadas actuaciones de la Falange Española de las JONS Auténtica ("payasadas de los auténticos" las calificó), manteniendo firmemente, en todo caso, que la actuación  política nacionalsindicalista sería inviable, si previamente no se llevaba a cabo la tarea más urgente: "el desenmascaramiento de la falsificación franquista". En el recorrido que conmigo hacia de la historia mostró su desacuerdo no ya con el confesionalismo albiñanista, sino con la deriva de la Falange en la guerra civil -donde los falangistas llegaron a acudir en formación "al cumplimiento pascual"- así como a la utilización de la consigna, singularmente en los escritos oficiales, del "Por Dios España y la Revolución Nacionalsindicalista". Para Ricardo Nieto no había por qué mezclar a Dios con España, la Falange y la Revolución.

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ALBIÑANA Y LA FALANGE (y III)IV.- ALBIÑANA Y EL JONSISMO

Aquí sí que podemos sostener, refiriéndonos al nacionalsindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos, que la conexión ideológica con Albiñana fue nula. Hay que hacer la salvedad de Onésimo Redondo, que visitó a Albiñana durante su destierro en las Hurdes, pero hay que tener en cuenta que Onésimo –contestado por el ala izquierda de su organización vallisoletana- procedente de la escuela de Ángel Herrera, se había encasillado a sí mismo en algunas ocasiones dentro de la extrema derecha, lo que no le impedirá, en contraste con Albiñana, valorar desde “Libertad”, las trayectorias de Unamuno, Ortega y Gasset y Estelrich como defensores de la unidad de España (15). En todo caso, Onésimo Redondo llegará a calificar al periódico “Libertad como un periódico de extrema derecha, si bien populista”:

"Se fundó Libertad con quinientas pesetas de capital. La opinión, sin embargo, se fue aclarando rápidamente, percatada de que era un semanario valiente, español sobre todas las cosas, y aunque de extrema derecha, amigo declarado de los obreros y de ningún modo carca o cavernícola" (16)

Ramiro Ledesma Ramos, por el contrario, en visión retrospectiva, calificará en “¿Fascismo en España?” a la actuación de Albiñana como “gesticulación reaccionaria al servicio de la aristocracia terrateniente y de los sectores más regresivos del país, y que quiso presentarse, desde luego, como émulo del Duce Fascista de Italia” (17).

El semanario “La Conquista del Estado” se referirá al albiñanismo como un enemigo al que la Revolución Hispánica debe extirpar, y así lo señalará en uno de sus “entrefiletes”:

“Hay que cortar de raíz el pistolerismo a sueldo y el albiñanismo inmundo. La hora española requiere, más que nunca, sinceridad y coraje”. (18)

Y la obsesión antisemita de Albiñana, servirá a Ledesma, radicalmente alejado del sionismo, para ridiculizar al simplista dirigente del Partido Nacionalista Español. Así, en el número 1 del periódico, correspondiente al 14 de marzo de 1931 aparece una viñeta, en la que figura una camisa con la cruz gamada, y debajo la “Canción de los Judíos Españoles”:”"¡Ay! ¡Mira que te lo disí,! Simplicio Albiñana, que no te metieras en camisa de once varas!".

También el discurrir político del albiñanismo suministra munición abundante para la sección humorística de Ledesma, denominada “Águilas y angulas”: “Los albiñanas estrenaron su precioso himno el Viernes Santo. Una beata solterona los tomó por las hijas de María, y se fue con ellos haciéndoles coro. Todavía no ha regresado” (19).

Por todo ello, no es de extrañar que la campaña de Ledesma causase malestar entre la militancia del Partido Nacionalista Español, según pone de manifiesto una consigna de “La Conquista del Estado”:

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“Algunos ateneístas, discípulos del cabileño doctor Albiñana, babean por ahí su propósito de asaltar nuestras oficinas. ¡No asustarse, camaradas!, ¡buena puntería!”.(20)

La fundación de las JONS, que representa una inflexión en “La Conquista del Estado”, tras su aproximación a la CNT, planteando la batalla a la embestida marxista contra la Patria “en el terreno de la rivalidad revolucionaria”, hace que se oriente el proselitismo de la militancia a núcleos juveniles ajenos al sindicalismo revolucionario y en algunas organizaciones, junto a los grupos de procedencia revolucionaria en las organizaciones sindicales, se integran, fundamentalmente entre los de procedencia estudiantil, algunos elementos que, en determinados casos, han tenido contacto con el albiñanismo. En general, por tratarse comúnmente de hombres jóvenes, asimilan los nuevos planteamientos y cuando se realiza la fusión con FE, suelen identificarse con el sector revolucionario, enfrentándose con los viejos primorriveristas de Falange Española. Caso paradigmático es el del albiñanista santanderino, más tarde consejero nacional de Falange Española de las JONS, Manuel Yllera que hará causa común con el fundador del jonsismo cántabro, Pancho Cossío, oponiéndose a la dirección primorriverista en Santander, formada por antiguos oficiales retirados de la Ley de Azaña y que dará origen al choque entre los dos sectores en abril de 1935, narrado por García Venero en la versión francesa de la editorial Ruedo Ibérico de “Falange en la guerra de España, la Unificación y Hedilla”, donde relata el incidente entre el propio José Antonio y los sindicalistas amarillos de la Agrupación Regional Independiente, que llegaron a encañonar con sus pistolas al jefe nacional de la Falange. La crisis se resolverá con el nombramiento de Manuel Hedilla, a propuesta de Manuel Yllera, como jefe provincial de Santander.

V.- ALBIÑANA FRENTE A FALANGE ESPAÑOLA DE LAS JONS

La fusión de Falange Española con las Juntas de Ofensiva Nacionalsindicalista el 13 de febrero de 1934, que no fue vista con buenos ojos Albiñana, generará un deterioro de las relaciones entre el fundador del Partido Nacionalista Español y José Antonio Primo de Rivera. Recién estrenada la fusión, este último trata de ofrecer una nueva imagen desvinculada del derechismo y, así, en el mitin de Carpio de Tajo, saluda a los campesinos con un ¡Salud y Revolución!. De otra parte, con ocasión del Acto de El Escorial, organizado por la JAP, al que asiste la periodista catalana Irene Polo, esta última aprovecha para entrevistar a José Antonio Primo de Rivera, lo que reprodujo el periódico “Luz”, en estos términos:

“-Y Albiñana ¿Qué le parece? -No me lo pregunte a mí. Pregunte eso a un especialista; es una cosa de manicomio. Yo no soy de derechas, como la gente cree, en absoluto. Tanto es así, que puesto a escoger entre la obra reaccionaria y la revolucionaria actuales en España, prefiero, sin ningún asomo de dudas, a los sindicalistas” (21)

Por aquellas fechas, y frente a la actuación de un sector albiñanista, encabezado por José Martin Villapecellín, que utilizaba indistintamente las denominaciones “Liga Patriótica Española” y “Fascismo Español”, José Antonio Primo de Rivera, con la famosa nota publicada en el Diario “Luz”, el 13 de abril de 1934, desvinculará a Falange Española de las JONS del grupo denominado “Fascismo Español”:

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“Ha surgido una nueva entidad denominada Fascismo Español, que quiere especular también con el ambiente del momento. Falange Española de las JONS quiere hacer constar que tampoco tiene nada que ver con ese movimiento ni con los actos de propaganda que organiza”.(22)

El fundador del Partido Nacionalista Español acusará a la influencia jonsista de orientar a la Falange en el sentido del laicismo y el antimonarquismo, criticándola también de ser tributaria del lenguaje de la izquierda con la utilización del término “camarada”, frente al de “hermanos” propugnado por Albiñana, así como echar en cara a los falangistas sus contactos en Barcelona con Pestaña y Durruti. (23)

Para concluir, cabría plantearse esta pregunta: ¿Se puede considerar a Albiñana como el precursor de la Falange? Para contestarla no utilizáremos otro “falangistómetro” que el empleado por Albiñana. En relación con una Falange, “partida de la porra”, simple “mamporrera de la derecha”, en ningún caso sería pertinente negar la condición falangista de Albiñana, esto es, su pertenencia a “La Falange”, término que el utilizó ya en su libro “Desterrado en las Hurdes”. Si la referencia se hace a la Falange nacionalsindicalista, la Falange Española de las JONS, nadie mejor que el propio Albiñana para mostrar su rechazo en sus declaraciones, fechadas el 4 de diciembre de 1934, al periódico “El Castellano”, cuando la califica de “partido político de izquierdas, que como todos ellos, actúa en menoscabo del espíritu tradicional español”.

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NOTAS:

(15) “Libertad”, Año I, Nº 8, 3 de agosto de 1931. “Voces imperiales”.

(16) “Libertad”, Año II, Número 53, 13 de junio de 1932 “Un pequeño balance”

(17) “Roberto Lanzas” ¿Fascismo en España? (Sus orígenes, su desarrollo, sus hombres), Primera Edición, Ediciones “La Conquista del Estado”, Madrid 1935 Concesionario de venta: Librería Enrique Prieto, página 52

(18) “La Conquista del Estado”, Nº 10, 16 de mayo de 1931:

(19) “La Conquista del Estado” Número 3, 29 de marzo de 19318sKNº3, (19)2

(20) “La Conquista del Estado”, Número 9, 9 de mayo de 1931.

(21) (Declaraciones a la redactora de L´Opinió” Irene Polo, a raíz del Acto de El Escorial, organizado por la JAP y recogidas en “Luz” el 25 de abril de 1934.).-“Últimos Hallazgos de Cartas y Escritos de José Antonio Primo de Rivera”, Recopilación de Agustín del Río Cisneros y Enrique Pavón Pereira.-Ediciones del Movimiento, 1962.

En el periódico de “La Nación”, de fecha de 27 de abril de 1934, precisa algunos extremos de las declaraciones a L`Opinió”, indicando “que lo que más me interesa rectificar, porque, de ser cierto, envolvería una crueldad de mal gusto, es que haya publicado la opinión que se me atribuye del doctor Albiñana, persona para quien guardo, en medio de toda discrepancia ideológica, una afectuosa consideración

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personal”. Apreciamos que la rectificación obedece a tener cierta consideración con Albiñana, habida cuenta de la comprensión de este último con el general Primo de Rivera, pues en el texto taquigráfico del juicio de Alicante ha quedado constancia de que Primo de Rivera “vuelve a las andadas”, calificando a Albiñana “entre las personas que considero tienen una representación política o intelectual algo inferior”.

(22) El grupo “Fascismo Español” organizará un mitin el 24 de abril de 1934 en el teatro de la Comedia. Este sector del albiñanismo era el más proclive a la Falange. José Martin Villapecellín, que coincidirá en la cárcel modelo de Madrid con José Antonio Primo de Rivera en la primavera de 1936, ingresará en Falange Española de las JONS, convirtiéndose en biógrafo de José Antonio Primo de Rivera. Su compañera Dora Maqueda, terminará de dirigente de la Sección Femenina y, al igual que Justina Rodríguez de Viguri , descollará, intelectualmente, muy por encima de Pilar Primo de Rivera.

El “Partido Nacionalista de Español”, muy mermado de efectivos –en el frente no pondrá en combate más de tres compañías- se acabará integrando en la Comunión Tradicionalista en enero de 1937.

(23) Conferencia pronunciada por José María Albiñana Sanz en Madrid el 15 de febrero de 1934, reproducida en el periódico “El Cruzado Español”, de 20 de febrero de 1934. Curiosamente, dentro de Falange Española de las JONS, un palma de plata “muy peculiar”, Ángel Alcázar de Velasco, también se opondrá a la utilización del término “camarada”: “Tenía explicación la voz en la época en la que se le dio vigencia, en la zarista, cuando sólo había dos clases de rusos, quienes habitaban ricas mansiones, y los no palaciegos de vida infrahumana cohabitando en promiscuidad en una pequeña “tova” (habitación), en la que se cobijaban hasta dos familias numerosas y tres, si no lo eran tanto. De aquí que lo de “Camarada” lo discutí con José Antonio y los demás teóricos. Ya en esto, como con la maldita camisa azul, comenzó la demagogia embustera a la que decíamos combatir. Camarada, como los comunistas, y camisa azul, como la de los •”chíviris” –algo más clara-, según llamábamos a los socialistas, quienes entre sí se llamaban “azules” –los azules-, Dejé bien sentado que no me gustase lo de camaradas, y sí la palabra “Caminante”, teniendo en cuenta la definición que de ella tenía hecha Unamuno, mi maestro. Los caminantes, no sólo, como Machado dijo, “hacen camino al andar”, sino que crean el paso y mientras descansan, primero pasadas, después en derredor el pueblo y la capital, y sí el río les sale al paso lo vadean” (Testimonio escrito, de 24 de diciembre de 1978, remitido al autor).