Pastoral Penitenciaria.Orihuela-Alicante. Nº 71

Septiembre-octubre 2010

Una apuesta por laJusticia restaurativa

ESPECIAL VII CONGRESO

DE PASTORAL PENITENCIARIA

SUMARIO

EDITORIAL

La cárcel de JesúsPágs. 2/3

Especial VII CongresoPastoral Penitenciaria

Págs. 4/5/6

Un auténtico regaloPág. 7

Y digamos quePágs. 8/9

MicrohistoriasPágs. 10/11

Justicia RestaurativaPágs. 12/13

La cárcel, sagrario...Págs.14/15

La contradicciónpenitenciaria en España

Págs. 16/17

No merece la penaPágs. 18/19

Oración del presoContraportada

Dirige:Pastoral Penitenciaria.

Obispado Orihuela-AlicanteColabora:

Universidad CEU Cardenal Herrera(Elche)

Fotografías:Cristina Ros. CEU-UCHConcepto gráfico:

Estudio Javier BlascoImprenta

Segarra Sanchez, S. L.

Este verano he tenido la suerte depoder viajar a Tierra Santa. Todas aquellastierras son una auténtica catequesis. Elmar de Galilea, navegar por él, e imaginara Jesús predicando en sus orillas ycalmando la tempestad, te ayuda enmucho a hacerte una idea más clara decuáles son los paisajes que el mismoJesús y los discípulos vieron con suspropios ojos.

Es un viaje de sensaciones, desilencios, de recuerdos y de resonanciasinteriores. Pero si tengo que elegir, elijodos momentos especiales: la oraciónnocturna que pudimos hacer en la Iglesiasituada en el Huerto de los Olivos, asícomo esos 10 minutos de silencio enmedio del huerto, escuchando el ruido dela noche e imaginando a Jesús rezando alpie de alguno de aquellos olivos yentregándose allí mismo a la voluntad delPadre por amor a nosotros. Y el segundomomento, la visita a la cárcel de Jesús.

No es que el resto de los lugares notengan su magia, pero imagino que a cadauno de nosotros, por nuestra propiaexperiencia de fe, hay cosas que nosresuenan y emocionan más que otras.

Otros muchos recuerdos y emocionesme he traído de Belén, Qumram, Betania,Nazaret así como de los mil rincones queen Jerusalén se pueden ver, pero si tengoque elegir uno me quedo con la cárcel deJesús.

La prisión de Jesús es un pequeñolugar que queda ahora situado a lasafueras de las murallas de Jerusalén, y porlo que pude intuir es un lugar de visita desegundo orden para muchos de losperegrinos que, como nosotros, vamos aTierra Santa. La prueba es que el libro

LA CÁRCELDE JESÚS

'Si tengo que elegir un recuerdo demi viaje por Tierra Santa, mequedo con la cárcel de Jesús'

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EDITORIAL

donde los sacerdotes que hemoscelebrado la Eucaristía en cualquierIglesia o Santuario de Tierra Santa, eneste sitio, en la prisión, no tenía tantasfirmas como en los demás.

El hecho de que fuera un lugar desegundo orden nos permitió poderlo vercon más tranquilidad sin esquivar otrosgrupos de Peregrinos. ¿Qué es lo queme cautivó? Me cautivó el imaginar aJesús preso. Estoy muy familiarizado porvocación y por trabajo a la imagen deJesús cautivo, pero nunca hasta ahorapude imaginar cuáles pudieron ser lascondiciones a las que tuvo queenfrentarse.

A la cárcel en la que estuvo Jesús seaccede ahora por unas escaleras, perono era así antaño.

Se accedía por un hueco del quedescolgaban una cuerda desde la cual elreo se dejaba caer hasta un pequeñofoso donde no había luz y apenasventilación.

Imagino a Jesús descolgándose poresa cuerda y esperando unas horas aque su nombre, “Jesús de Nazaret”, seescuchara en boca de alguno de losfuncionarios romanos y que indicaba queel preso sería llevado ante lasautoridades romanas.

En aquel foso es posible que hubieraotros reos y, por qué no decirlo, restos decomida, excrementos y algún que otroanimalillo.

Me imagino a Jesús de pie,esperando a que le llamaran, consolandoal resto de los reos e intentandocomprender por qué la voluntad de Dios,para hacernos entender su amor, teníaque pasar por su entrega, su sufrimientoy su muerte.

Me imagino a Jesús rezandopidiendo a Dios que le diera fuerzas,como en la noche anterior, a unos 2kilómetros de allí, asumiendo que loimportante era hacer la voluntad delPadre aunque la tentación fuera que

pasara de él el cáliz que tenía que beber,el de su sangre derramada para elperdón de los pecados.

E imagino a Jesús subiendo por esamisma cuerda a golpe de fuerza hastasalir de aquel foso que lo único que anun-ciaba era un juicio cruel, injusto y a todasluces incomprensible para nosotros.

Y agradezco mucho haberlo vivido,haber podido sentir por algunosmomentos lo que allí aconteció, porqueme facilita el hacerme una idea más realde lo que fueron los momentos másduros de la vida de Jesús y porque todoello me posibilita profundizar aún más enmi compromiso mercedario y comocapellán del Centro Penitenciario deAlicante.

Y lo agradezco también porque meayuda a poder mirar con otros ojos mitrabajo, mi día a día en la prisión, a cadauno de los internos con los que trabajo.

Hoy puedo vivir con mayor intensidadaquel “Venid benditos de mi Padre,porque estuve en la cárcel y vinisteis averme”. Gracias, Señor.

P. Nacho Blasco, director Pastoral

'Haberlo vivido me posibilitaprofundizar más en micompromiso mercedario'

La Pastoral Penitenciara en Españaestá de enhorabuena. Sólo hace unosdías un grupo de 17 voluntarios ycapellanes de nuestro Secretariadohemos participado en el último CongresoNacional que el Secretariado Nacionalde Pastoral Penitenciaria ha celebradoen la Fundación Pablo VI los días 10, 11y 12 de septiembre en Madrid.

Son ya más de 20 años los que estaPastoral “marginal”, que no marginada,lleva caminando a paso firme por toda lageografía española gracias al excelentetrabajo realizado por el director delSecretariado Nacional, el Padre JoséSesma, mercedario.

De aquellos capellanes funcionariosde antaño, hemos pasado a un nutridogrupo de capellanes en casi todas lasdiócesis de España y a unos millares devoluntarios que reparten cariño,comprensión y esperanza a los más de75.000 presos que habitan en nuestrasmuy saturadas prisiones.

Y nos hemos reunido para reflexio-nar más de 400 capellanes y voluntariosde todas las prisiones de España, pararezar por los presos, pero sobre todopara seguir formándonos, para crearespacios de reflexión crítica y, desdenuestra humilde experiencia, poderaportar a esta sociedad, tan contraria ala reinserción y hacia la prisión, miradasrenovadas sobre el sistema peniten-ciario, reflexiones sobre nuestras leyespenales y penitenciarias y cómo no,recordar que la Iglesia de Cristo es una

Iglesia que es madre de todos, tambiénde los presos.

Don Luis González-Carvajal, cono-cido teólogo español, nos iluminó sobrelos “desafíos del sistema penitenciario ala acción evangelizadora de la Iglesia”.Monseñor Vicente Jiménez Zamora,obispo de Santander y encargado de laPastoral Penitenciaria a nivel nacional,nos hizo reflexionar sobre los “derechoshumanos y colectivos vulnerables: unreto para la Iglesia”. Don Fernando VidalFernández, profesor de la UniversidadPontificia de Comillas, nos habló de “lainclusión a la reconciliación social”. Ydoña Manuela Carmena, magistrada ypresidenta de la Sala XVII de laAudiencia Provincial de Madrid, nosinvitó a pensar que “otro derecho penales posible.

Jesús estuvo preso, muchos de losdiscípulos estuvieron presos, la expe-riencia del amor de Dios tomó tintescarcelarios en determinados momentos.¡Por algo será!

Como Iglesia no podemos cerrar losojos a nuestras prisiones, pues en ellasse condensan todas las pobrezas denuestra sociedad. Es un deber de laIglesia el atenderlos, el crear “comu-nidad” eclesial dentro de las prisiones.

Todo eso y mucho más ha sido lovivido en estos días de Congreso. Nosquedamos con mucha información ennuestras cabezas y con muchosrecuerdos y emociones en nuestrocorazón.

También ha habido algunos presosen el congreso y un grupo de internas dela cárcel de Alcalá-Meco representó paranosotros una obra teatral en el auditoriodel Congreso que se llamó “Europaz”.

Fue también un momento de encuen-tro y convivencia de los que formamos

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ESPECIAL VII CONGRESO PASTORAL PENITENCIARIA

“IGLESIA, COLECTIVOSVULNERABLESY JUSTICIA RESTAURATIVA”

'Nos hemos reunido más de 400capellanes y voluntarios para

aportar miradas renovadas sobreel sistema penitenciario'

parte de este Secretariado Diocesano yque tan pocas veces conseguimos tener.

Un momento de encuentro, de risas,de fe y de deseos. Deseos de quenuestra Pastoral siga creciendo pero,sobre todo, deseos de que nuestraPastoral sea reflejo del amor de Dioshacia los hombres y que en la medida delo posible seamos capaces de seguiraquel “estuve en la cárcel y vinisteis averme” que nos dejó Jesús comotestamento de Merced, de Misericordia.

Declaración final del Congreso

Convocados por el Departamento dePastoral Penitenciaria de la ComisiónEpiscopal de Pastoral Social bajo ellema “Iglesia, colectivos vulnerables yJusticia restaurativa”, más de 400 miem-bros de la Pastoral Penitenciaria Cató-lica, procedentes de las diócesis espa-ñolas, hemos estado reflexionandosobre la realidad de nuestros sistemaspenal y penitenciario desde la miradacreyente, que es propia de nuestraconcepción de la vida.

Con tal motivo, proclamamos nuestrafe en Dios Padre. Nos ha regalado unatierra común para todos, nos ha creadoradicalmente iguales y libres, y quiereque todos los bienes de la tierra sedestinen sin muros ni fronteras alservicio de todos los hombres y mujeressin distinción.

Creemos en Jesucristo, que pasó porel mundo haciendo el bien, que curó yque cuidó, que proclamó la libertad paralos cautivos y que murió y resucitó enfavor de todos sin excepción.

Creemos en la fuerza vivificante eirresistible del Espíritu Santo, que nosinvita a la comunión, a ser fieles anuestra tradición y a abrirnos con auda-cia creativa a los nuevos retos que larealidad social y penitenciaria reclama yen los que está en juego la suerte de losmás pobres.

Justicia RestaurativaPor ello, la Pastoral de Justicia y

Libertad proclama su compromiso conlas personas privadas de libertad porcualquier causa. Ninguna de ellas estáirremisiblemente perdida.

Todas albergan un mundo inédito deposibilidades que reclaman el compro-miso de los poderes públicos, de lasociedad y de la Iglesia, para lograr quela igualdad y la justicia material seanefectivas.

Particularmente expresamos nuestraadhesión a los postulados de la JusticiaRestaurativa o reconciliadora.

A la luz de la Doctrina Social de laIglesia, optamos por un modelo dejusticia que proteja de manera efectiva ala víctima, que responsabilice al infractory que devuelva la paz social, minimi-zando el uso de medios coercitivos oviolentos.

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ESPECIAL CONGRESO PASTORAL

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ESPECIAL CONGRESO PASTORAL

Apostamos por todas las formas demediación penal comunitaria como unmodo de atender efectivamente lasnecesidades reales de las personasafectadas por el delito.

Derechos humanos y colectivos vul-nerables

Nos preocupan especialmente lassituaciones de extremada vulnerabilidadde las personas con enfermedadesmentales y discapacidades, de lasmujeres con cargas familiares, de losextranjeros sin arraigo, de los ancianos yde los menores de edad privados delibertad, así como de todas aquellasotras a las que a la falta de libertad sesuma la precariedad personal y social.

Reiteramos que la prisión no es larespuesta adecuada para estas situa-ciones, muchas veces previsibles ytratables en otros ámbitos más idóneos yeficaces. Menos aún aplicar la privaciónde un valor sagrado como la libertad porinfracciones administrativas en materiade extranjería.

Solicitamos, y esperamos de nues-tras autoridades, que fomenten demanera efectiva políticas preventivas dela criminalidad que atiendan a la saludmental, su diagnóstico y tratamientoprecoz, la atención integral a las drogo-dependencias y que desarrollen políticasde extranjería compatibles con losderechos humanos, la movilidad y eldestino universal de los bienes de latierra.

Sensibilización socialConsideramos importante cultivar

una pedagogía social que muestre ladesproporción entre las altísimas cifrasde personas en prisión y la circunstancia

de encontrarnos por debajo de la mediaeuropea en tasas de delincuencia.

Esta distorsión tiene su origenprincipalmente en la lenta ejecución delas sentencias penales, en la falta deatención personalizada a las víctimas,en la inexistencia de una cultura jurídicade cómo funciona el Derecho y susinstituciones y, por encima de todo, en laexplotación superficial, emotivista einteresada del sufrimiento.

En consecuencia, deseamos que losmedios de comunicación social, espe-cialmente los de la Iglesia, cuiden ycultiven los valores de la Justicia restau-rativa y eviten la apelación al miedo aldiferente y los estereotipos estigmati-zadores que alejan de la verdad.

Queremos seguir sensibilizando anuestra sociedad de que el Derechopenal no es la solución para todo y queno siempre la respuesta punitiva resuel-ve problemas que nacen de la desi-gualdad social.

La creación de vínculos sociales yeclesiales, y valores como la acogida, lahospitalidad, la incondicionalidad y elrespeto a la dignidad de las personas,constituyen un requisito fundamental enlos procesos de reconciliación social. Enellos tiene un papel imprescindible lafamilia como primer espacio de socia-lización en la alteridad y en la creaciónde vínculos permanentes.

Iluminados y movidos por nuestra fe,ponemos en manos de Nuestra Señorade la Merced el compromiso para seguirtrabajando infatigablemente en favor delos derechos humanos de todas laspersonas, singularmente de las másvulnerables, y promoviendo la JusticiaRestaurativa que nos acerca un pocomás al anhelo del Reino de Dios y de suJusticia que sólo consumará Quien esorigen, camino y meta de todo.

Madrid, 12 de septiembre de 2010

'No siempre la respuesta punitivaresuelve problemas que nacen de

la desigualdad social'

Desde hace casi tres años soyvoluntaria en el módulo 6, primer grado,en Fontcalent. He vivido con ellos, losinternos, momentos de alegría y dedolor. Hace cinco meses se fue enlibertad uno de los chicos, veinte y pocosaños.

A mi compañera y a mí nos diomucha alegría y le deseamos que fuerafeliz, pues ya sabemos todos quecuando salen es muy difícil no volver aentrar.

Hace unas semanas nos enteramosde que volvió a entrar. Está en el módulo1. ¡Qué dolor más grande sentimos ennuestro corazón cuando nos contó suhistoria! Su abuela, que hacía de madre,está en una residencia muriéndose; a supadre, con oxígeno y gangrena, ya lehan cortado tres dedos; su hermano nole ayuda porque su mujer le tiene miedo.

Nos contaba que cuando salía a lacalle a pasear le daba un poco de miedola gente, por lo que decidió irse al campodonde su padre y hermano tienen unacasa. Él vivía abajo y su hermano arriba.

Como no le echaba una mano, nisiquiera un bocata, y cuando bajaba alpueblo no encontraba trabajo, estuvocatorce días sin comer, por lo que seechó la manta a la cabeza y se fue arobar.

Vio, decía él, que no pertenecía aeste mundo, que su familia eran losamigos que había dejado en la cárcel, ysiguió robando hasta que lo pillaron.

Lo que más pena me da es quecuando fuimos a verlo era el hombre másfeliz del mundo. Y me pregunto: ¿De

verdad es sólo necesario dar de comer alpobre, echar en el cepillo, rezar porellos…?, ¿para qué?

Si luego no hacemos como el buensamaritano y volvemos la cabeza parano ver y que no nos molesten.

“Lo que hagáis a uno de estos mishermanos a mí me lo hacéis”

Pepa (voluntaria)

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OPINIÓN

UNAUTÉNTICO REGALO

'Vio que no pertenecía a estemundo, que su familia eran los

amigos que había dejadoen la cárcel'

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OPINIÓN

Y DIGAMOS QUE...No siempre nos paramos a pensar

y a observar con más detenimiento lassituaciones reales, las circunstanciasen que uno se mueve y, lo másimportante de todo... no nos paramos ahablar, preguntar y escuchar.

Por eso, cuando una idea o unjuicio se forja en la mente de uno, hayque ir analizando si esa imagen oreflexión se ajusta a la realidad.

Podríamos optar por escribir elguión de una película, o por escribir unlibro que nada tiene que ver con la vidadiaria...

Entonces, es cuando esos pensa-mientos emitidos pueden desarrollarse,crearse y expandirse en todas lasdirecciones posibles sin dañar a nadie.

Toda esa paráfrasis surge a raíz desituaciones en las que muchas vecesnos podemos ver envueltos comopersonas humanas en nuestro día adía, y como voluntarios en nuestralabor dentro y fuera de la prisión.

El primer contexto me lo encontréno hace mucho, cuando por una simpleinfluencia externa me permití emitir unjuicio erróneo sobre cierta personadurante un viaje en mis vacaciones.

En principio, conociendo a esapersona, no podía creer en la opiniónajena, pero aún así me dejé influir.

Suerte que esta vez mi concienciame dictó una actuacióninmediata y sencilla: hablar yconversar con dicha perso-na. De esa forma pude des-hacer el entuerto o, en esecaso, el falso veredictoemitido.

El segundo contexto noslo encontramos como voluntarios enmuchas ocasiones.

Dentro de la prisión, cuando nosmovemos entre los internos, no pode-mos evitar, por la simple observación

'Cuando ves las noticias, larealidad se distorsiona y no

creemos que alguna vez nos puedeocurrir a nosotros'

En ocasiones hablamospor hablar. La persona

humana es de tal condiciónque tiene facilidad paraemitir juicios sobre otras

personas... y la mayoría delas veces son equivocados

OPINIÓN

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de la forma de hablar, moverse e inclusopor su aspecto físico, emitir una opiniónde ellos, antes de poder conocerlos...

A veces, cuesta un esfuerzo romperel hielo, empezar a hablar, llegar aconocerlos y acabar siendo más omenos amigos o colegas... Cuestaporque te formas ideas que, aunque aveces puedan ser acertadas, son yserán siempre prejuicios.

Lo bueno es que conforme teadentras más en la labor de volun-tariado, llega un momento en que esasobservaciones ocultas que nos creamosdesaparecen y, en su lugar, surge laconversación directa, espontánea yfresca.

¿Y fuera de la prisión? Cuando veslas noticias en la prensa, televisión,etcétera, la realidad se distorsiona, eljuicio se nubla con las típicas frasesconcebidas (“se lo merecen”, “es unasesino”, “deberían estar muertos”...),no somos capaces de discernir la verdadde la ficción (los periodistas en muchasocasiones suelen recurrir al relato

novelado de cualquier delito), nosabemos buscar y analizar las razones ylas circunstancias en que se movía el“delincuente”, no pensamos de formaimparcial y, sobre todo, no creemos quealguna vez nos puede ocurrir a nosotroso a nuestro entorno...

Y digamos que "nada nos engañatanto como nuestro propio juicio"(Leonardo Da Vinci).

Neus M.R.'A veces cuesta un esfuerzo hablary te formas ideas que son siempre

prejuicios'

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MICROHISTORIAS

Si entra alguien con quien no suelotratar, lo saludo con un sonoro “buenastardes” en tono amistoso, y aún hoy meparece curioso cómo suele sorpren-derles que me dirija a ellos así, como siesperasen ser ignorados (en el mejor delos casos), y muchas veces eso essuficiente para que se les esboce unasonrisa.

Como de normal, J. aparece poraquí, a pesar de que no está apuntado altaller porque no le interesa lo de pintarcamisetas, pero le gusta estar un rato deconversación o escuchando música connosotros. Me dice que a ver si voy a lasfiestas de su pueblo, que acabanmañana, que seguro que me van agustar, que ojalá él pudiera ir.

Eso me recuerda que hace un añoque entró en prisión, porque lo primeroque hizo cuando nos conocimos fuepedirme que fuera a las fiestas de supueblo por él.

Hoy está más serio que otras veces,porque en verdad ha llevado bastantebien este año; asegura que es inocentede lo que le acusan y estaba convencidode que las pruebas hablarían a su favory no tardaría en marcharse de allícuando saliera el juicio, pero al final lehan caído cinco años.

Según él, uno con el que se habíapeleado le implicó en algo por vengan-za, y a pesar de que las pruebas eran

endebles, el testimonio del otro pesóbastante.

“Me lo ha quitado todo”, me dice conlágrimas en los ojos, “como me loencuentre por ahí te juro que lo mato”.Impotencia, sentimiento de ser tratadoinjustamente, rabia, deseo de vengan-za… todo eso se refleja en su caramientras con gesto duro aprieta loslabios.

¿Qué puedo decirle? Lo evidente:que si hace eso sí que se ha acabadotodo, etcétera. Pero las palabras suenantan pequeñas ante sentimientos tangrandes... Mentalmente elevo unaoración a Dios, para que J. puedaperdonar, o por lo menos recapacitar yno dejarse llevar por la venganza. O porlo menos que no se encuentre al otro…

De pronto una voz fuerte me saca dela conversación: “¿Me puedo quedaresta camiseta?” Me giro para ver quiénme habla, momento que J. aprovechapara levantarse y decirme que se va alpatio a dar una vuelta.

La camiseta en cuestión la estabapintando J.C. para su hija, y así se lohago saber a quien me había pregun-tado. “Ya lo sé, pero es que se lo hanllevado a Madrid, por eso lo digo”.

Esas palabras me impactan. Todavíano me he acostumbrado a esto, pero eshabitual en Foncalent, que de unasemana para otra los cambien demódulo o los trasladen a otra prisión.

Justo la semana anterior me habíapedido que le averiguara el código postalde una dirección, porque le había escritouna carta a su hija y le vino devuelta

OPINIÓN

'Es habitual que de una semanapara otra los cambien de móduloo los trasladen a otra prisión’

Una vez más el funcionario abre la puerta del lugar dondepintamos camisetas cada semana, y según voy sacando los

materiales del taller va entrando gente. Algunos son habituales,otros se acercan para curiosear. Al que conozco le pregunto qué tal

le va, o cómo ha ido la semana; lo suficiente para dar pie a laconversación, por si quieren hablar

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porque no lo había puesto, y yo,venciendo mi natural despiste, habíapuesto especial cuidado en acordarmede buscarlo, y aún así llegué tarde.

Además me resultó curioso que se lollevaran a Madrid, puesto que él es deAlicante y me contaba que saldría ennoviembre. Y esto me lo decía mientrasse esmeraba con la camiseta para suhija, porque por la bebida se le habíaquedado un pulso tembloroso, peroquería esforzarse para que le saliera lomejor posible.

Y haciendo memoria me doy cuentade que no queda casi nadie de los querecuerdo del verano pasado. Algunossalieron a la calle, la mayoría fuerontrasladados, dejando en mí el regustoamargo de no haber podido despedirme.Y seguro que hemos oído mil veces esafrase que dice algo así: “ama como sifuera el último día”.

Y esa frase hay que cumplirla enFoncalent, porque la mayoría está depaso, y nunca sabes quién se habrá idode una semana para otra. Al final acabas

siendo testigo y parte de unamicrohistoria, y no hay tiempo para ponermala cara si has tenido un mal día,porque el interno no puede esperar hastaque tengas un buen día. En estamicrohistoria hay que decidir si eres solque ilumina o nubes que ocultan la luz.

Y no puedo resistirme a poner aquíestas palabras de Jesús: “Vosotros soisla luz del mundo. No puede ocultarseuna ciudad situada en la cima de unmonte. Ni tampoco se enciende unalámpara y la ponen debajo del celemín,sino sobre el candelero, para quealumbre a todos los que están en lacasa. Brille así vuestra luz delante de loshombres, para que vean vuestrasbuenas obras y glorifiquen a vuestroPadre que está en los cielos” (Mt 5, 14-16).

Alejandro Ruiz (Voluntario)

OPINIÓN

'No hay tiempo para poner malacara, porque el interno no puedeesperar a que tengas un buen día'

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OPINIÓN

Plantea un modo sensato y humanode hacer frente a todo tipo de conflictos.Por eso, se entenderá que la mediaciónno es un fin en sí misma. Sólo despliegala plenitud de su sentido dentro delmodelo de Justicia Restaurativa y comoforma pacífica y socialmente participativade afrontar los conflictos comunitarios.

En este sentido, conviene volver arecordar que la Justicia Restaurativa seopone frontalmente al modelo de laJusticia Vindicativa, por lo cual no puedeconvertirse en un mero complemento deesta sin quedar totalmente desvirtuada.

En efecto, la Justicia Vindicativa secentra primaria y monotemáticamente enel castigo del culpable y da una im-portancia casi única a las institucionesde control formal. Por su parte, la JusticiaRestaurativa procura la correspon-sabilidad de la sociedad y de todo eltejido social en la prevención y evitacióndel delito, y en el tratamiento y lainserción social de los infractores.

Mientras que la primera se asienta enla idea del monopolio de la violencia enmanos del Estado, la Justicia Restau-rativa insiste en el diálogo y el encuentropersonal como forma saludable y noviolenta de restablecer la paz quebradapor el delito.

La Justicia Vindicativa pone en actola función social y simbólica del Derechopenal mediante la amenaza de la pena yacudiendo a la privación de libertad enrégimen carcelario. Sin embargo, laJusticia Restaurativa acentúa la funciónde prevención y pacificación de losconflictos destacando la preocupación

por la atención efectiva de las necesi-dades reales de las personas, más enconcreto de las partes procesales.

En suma, mientras la Justicia Vindi-cativa retribuye y se venga, aunque seacivilizada, tarifada y proporcionalmente,no logra sino sacar lo peor de cada cual.Por su parte, la Justicia Restaurativarepara, responsabiliza, sana, pacifica, yhace corresponsable a toda lacomunidad, apelando a lo mejor de laspartes procesales, del sistema y de lacomunidad.

No estamos, por tanto, en presenciade una nueva herramienta, más humana,del sistema penal, sino de una formanueva de releer y cuestionar no sólo elsistema penal sino el propio sistemasocial. En definitiva, no se trata dehumanizar un modelo de justicia obse-sivamente centrado en la idea delcastigo y la expiación, sino de reformulartodo desde el diálogo, la reparación deldaño, la nivelación de las asimetríassociales y de procurar propiamente lajusticia.

Sin embargo, desde el punto de vistade su progresiva implantación, parallegar a constituirse en alternativa alsistema penal, primero habrá de serlo enel sistema penal. Para ello será perti-nente destacar la posibilidad de utilizar lamediación en todo tipo de delitos, puesse configura, ante todo, como underecho de la víctima a una explicación yconsiguiente reparación. (…)

Finalmente, la Justicia Restaurativareclama, una vez más, colgar el Dere-cho -no sólo el penal- de la idea de

JUSTICIA RESTAURATIVAVERSUS JUSTICIA VINDICATIVA

El marco desde el que deben contemplarse la mediación penal ypenitenciaria y otras iniciativas para la pacificación de los conflictoses el modelo de la Justicia Restaurativa. Es bastante más que unapátina humanitarista o un lavado de cara a la Justicia vindicativa

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OPINIÓN

justicia y de la satisfacción de lasnecesidades de las personas. Toda unainvitación a utilizar el sentido común enla administración de justicia procurandoque sus operadores jurídicos secomporten normalizadamente comopersonas más que como personajes,atendiendo a todas las dimensiones de lavida de las personas afectadas.

La Justicia Restaurativa confía en losjueces y fiscales. Por eso, es partidariade asegurarles la independencia y lasherramientas técnicas precisas para que,en cada caso concreto, puedan indivi-dualizar y aplicar con oportunidad larespuesta penal que en justiciacorresponda. Este modelo de Justiciareclama también de la dogmática jurí-dico-penal y de los procesos rituales,excesivamente formalizados, airearse unpoco con la vida real de las personas ysus contextos vitales para descubrir loque acontece detrás de los papeles y noquedarse en imponentes construcciones

legales de impecable factura peroayunos de humanidad.

Hace unos pocos años toda estacuestión de la Justicia Restaurativa nosparecía un sueño; hoy hablamos deproyectos de ley, de perspectivas defuturo, de estatuto del mediador.

Sin duda se abre un nuevo yapasionante momento que habrá deseguirse con la máxima atención. Almomento creativo suele continuar otro,normativo e institucionalizador, que debeprocurar no perder la “música” de la quebeben las experiencias que se estándesarrollando desde muchas plata-formas ciudadanas.

Hacer que todo ello brote de laJusticia Restaurativa es el mejor modode no malograr el intento.

José Luis Segovia Bernabé(Coordinador del área Jurídica delDepartamento de P. Penitenciaria CEE ymiembro de la asociación APOYO)

'La Justicia Restaurativa procurala corresponsabilidad de lasociedad en la prevención y

evitación del delito’

Jesús, en el colmo de la osadía y enclaro enfrentamiento con la teología yascética del templo, se identificó contodos y cada uno de los que él atendió,sanó, liberó, perdonó. Se mezcló con lachusma social de su templo, comía ybebía con ellos, se dejaba tocar depublicanos, prostitutas y gente de malvivir. Y en el colmo de la novedad delReino de los pobres, nos dejó bienclaro que él se identificaba plenamentecon los pobres, desheredados, margi-nados y excluidos por la sociedad y eltemplo, diciendo taxativamente: “Todolo que hicisteis con estos, mis humildeshermanos, conmigo lo hicisteis”.

Y es que Jesús, a diferencia denosotros, no tuvo que llegar a haceruna “opción por lo pobres”, no seidentificó ni se decidió a defender a lospobres sin más. Él mismo, desde quenació en Belén hasta que fue cruc-ificado en el Gólgota, fue realmentepobre, pues “el Hijo del hombre notiene donde reclinar la cabeza”.

De ahí que la primera novedadtraída por Cristo la constituye el hechode que la suya es la pobreza de unDios; es decir, la expresión de un Diosque se compromete asumiendo en todoy por todo su condición: Belén, Naza-ret, la vida pública y la cruz constituyenuna línea progresiva de un despojocada vez mayor.

De Belén a la cruz, Jesús avanzapor un camino de anonadamiento y devaciamiento total que lo convierte en elpobre por excelencia. No solo ensentido material, sino que es el pobre

de espíritu por antonomasia: manso yhumilde de corazón, se confía total-mente al Padre en la más plena unidadde proyectos y de vida, en el cum-plimiento de una misión, que atañe a lahumanidad entera, a través del sufri-miento y de la muerte. Es el justo quemuere por la salvación de todos, queda su vida por los otros.

Dios no sólo se comprometeasumiendo en sí mismo la situación delpobre de espíritu, sino que se dirigecon presencia a los pobres a quienesestá destinado su reino y él proclamabienaventurados. Bienaventurados sonlos pobres en su doble pobreza,material y de espíritu. Ellos lo rodeancontinua-mente: mendigos, enfermos,viudas, publicanos…

Constituye una característica delministerio de Jesús la de dirigirse a losdesheredados, a los oprimidos, a losinfelices hasta el extremo de identi-ficarse con ellos, transformándolos ensacramento de su propia presencia.

Por tanto, Dios mismo, por mediode su Hijo Jesús, se alinea en la partede los pobres. Es una opción bienprecisa y escandalosa que los hebreoscontemporáneos de Jesús compren-dieron muy bien, sobre todo los bienpensantes, los fariseos, que se veíanexcluidos de la obra de Cristo.

Desde esta perspectiva, acercarnosal mundo de la prisión es adentrarnosen una tierra árida, desértica, pobladade aullidos, jauría humana, marcadapor sufrimientos insospechados, devoces que gritan no sabemos qué, deangustias desgarradas por la soledad yla pérdida de la libertad. Pero noolvidemos, que es, sobre todo, un“lugar sagrado”.

Nuestro padre Dios es sorpren-dente, no se deja manipular por elhombre ni por sus estructuras religio-

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OPINIÓN

LA CÁRCEL, SAGRARIO YPRESENCIA DE CRISTO REDENTOR

Y LIBERTADOR

'Aún hay católicos que creen enun Dios que castiga a los

delincuentes, porque son unospecadores'

OPINIÓN

sas y, donde menos te lo esperas, allí sepresenta él con mil rostros diferentes, delas formas más variopintas y singulares,saliéndose de nuestros esquemas reli-giosos y sociales prefabricados.

Que se lo digan al bueno de Moisésquien, huyendo de la quema de Egipto,se refugia en el desierto de sus ovejas,llevando una vida tranquila y sinsobresaltos. Pero llega Dios y se lepresenta en una zarza que arde y no seconsume y, ante la curiosidad deMoisés, le dice: “Descálzate, que ellugar en que estás es tierra sagrada”.

El lugar al que nos acercamos, lacárcel, para Dios es un lugar sagrado;para Cristo Jesús es el lugar donde seencuentran sus preferidos, los pobres,marginados, excluidos y víctimas.

En nuestra ascesis religioso-piadosatenemos la tendencia de rebajar lasexigencias evangélicas del amor radicala los hermanos, especialmente a losmas desfavorecidos; somos muy dadosal reduccionismo, buscando siemprenuestra comodidad; y reducimos el reinode Dios, al Evangelio de la vida y elcompromiso por la transformación yliberación del hombre y de la sociedad,a una religión del pietismo, del rito y laceremonia que huele a incienso y cera,y hasta a latín.

Una religión que se encierra una vezmás en el templo en sus grupos ymovimientos, que se mira más profun-damente al ombligo de la autocom-placiencia; una religión que reconoce ycree sin dudar del sagrario de Jesús, aJesús imagen, pero que es incapaz dereconocerlo y descubrirlo en la personapobre, marginada, presa, inmigrante ovíctima.

Por eso es importante que losseguidores de Cristo empecemos porubicar su presencia y descubrirle allídonde él quiere que lo reconozcamos ylo adoremos en espíritu, y en verdad, allídonde él se encuentra con los suyos. Y¿por qué no emplear los términos de“sagrario” o “tierra sagrada” en loslugares donde se encuentran los presos,

o sea, la cárcel? Porque, desde elEvangelio, los lugares sagrados paraDios y para Cristo tendrían que seraquellos donde se ubican, se encierrano habitan sus hijos y hermanos prefe-ridos. Es decir, las prisiones, hospitales,los campos de refugiados, las pateras-cayucos y los centros de internamientode los inmigrantes, las minas donde seexplotan a los niños, los polígonosindustriales plagados de niñas expues-tas al baboseo y la denigración sexual,los prostíbulos y los clubs de alterne,donde se explota y se veja a lasjóvenes, que viven una nueva forma deesclavitud.

Por desgracia, estas realidades

humanas de degradación, humillación yanulación de la persona, como hija deDios, siguen siendo tachadas por losbien pensantes, por los nuevos fariseosde la religión y de la sociedad, comolugares malditos y pecaminosos donde,por supuesto, Jesús está ausente ydonde nadie, con un mínimo de decoroy dignidad, y menos una personareligiosa, debe acudir.

Aún sigue latiendo en muchasconciencias la convicción ancestral de lareligión católica de que Dios siguecastigando a los malos, y de que lospobres, o muchas de las expresiones depobreza y no digamos los presos, esosmalditos delincuentes, tienen el castigoque merecen, no sólo de la justicia hu-mana, sino también de la divina, porque,en el fondo, son unos pecadores.

P. Pedro Fernández Alejo(Capellán Sevilla II)

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'Jesús se alinea en la parte de lospobres, opción ya escandalosa

en su época'

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OPINIÓN

La tasa española de presos por cada100.000 habitantes es la mayor de laUE. La causa, políticas represivas queencarecen costes, muy alejadas de laprevención y reinserción que practican elresto de los Estados miembros.

Los progresivos endurecimientos delcódigo penal español han llevado al paísa una situación insostenible que quedaevidenciada cuando se compara conEuropa. España es uno de los países delentorno de la UE con menos tasas dedelincuencia, sin embargo, es uno de losestados miembros con más gente enprisión.

La política legislativa que se hadesarrollado en los últimos años enEspaña ha endurecido los delitos antesconcebidos como leves incluyéndolos enel grupo de delitos penados con cárcel.Esto entraña una profunda contradicciónya que el país tiene un sistemalegislativo orientado a la reinserción y lareeducación de los ciudadanos quecomenten faltas.

España se sitúa en una tasa decriminalidad comparada de 45,8 porcada 1.000 habitantes, lo cual constituyeuna de las tres más bajas de Europa ymuy por debajo de la media Europea(69,1).

Sin embargo, también protagoniza elprimer puesto en cuanto a tasa depresos por cada 100.000 habitantes(153,6).

Las cifras sorprenden por su enver-gadura: desde el año 2000 el número dereclusos en España ha aumentado un65,1%. La cifra de internos del 1990 seha duplicado hasta el 2009 hastasituarse en 76.090 reclusos, el 22% delos cuales se encuentra en prisiónpreventiva.

Represión antes que prevenciónEl giro legislativo hacia un marco

jurídico más severo propone queprácticamente todo se resuelva con lacárcel. No obstante, nuestro códigopenal tiene más instrumentos que seningunean en pro de penas más severasque suelen entrañar la entrada enprisión. La reinserción social que propo-ne una reparación en la medida de loposible del ciudadano que ha cometidoun delito propone el castigo como últimasolución, solamente contemplable cuan-do la reeducación ha agotado susrecursos y ha fracasado. ¿Por quéentonces cultivar políticas que generanleyes dirigidas al castigo y no a larecuperación de individuos conflictivos?

Algunos expertos hablan de unalegislación hecha a base de encuestas ypopulismo a partir de la alarma socialgenerada, por ejemplo, a partir de lamagnificación que hacen de algunasnoticias los medios de comunicación.

Algunos ejemplos del endureci-miento penal los han protagonizadoleyes como la de Protección Integral porViolencia de Género, que ha llenado lascárceles españolas de hombres que hanvisto deslegitimarse su derecho a lapresunción de inocencia.

LA CONTRADICCIÓNPENITENCIARIA EN ESPAÑA:HAY MENOS DELINCUENCIA QUE EN

EUROPA PERO MÁS PERSONAS EN PRISIÓN

'¿Por qué cultivar políticasque generan leyes dirigidas alcastigo y no a la recuperación?'

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OPINIÓN

Otra reforma del código penal que haprovocado la sobreabundancia en lascárceles españolas es el endurecimientode las sanciones por delitos de tráfico,sin que haya quedado demostrada unarelación directa con el descenso devíctimas mortales por esta causa.

Lo que resulta obvio es que laspolíticas preventivas ahorran recursos,mientras que las represivas encarecenlos costes. De los 689 millones que costómantener cárceles y reclusos en el año2000, el gasto se ha disparado a los1.250 millones que ha desembolsado laAdministración.

La Justicia se aleja de la rehabili-tación del penado para introducirse enuna tendenciosa realidad de juiciosmediáticos que incapacitan perpetua-mente al encausado en contextos máscercanos a la venganza social que a lajusticia.

Por ello, la Administración deberíaser más eficiente en el diseño y laaplicación de políticas preventivas;desarrollar un ordenamiento jurídico decalidad con normas precisas y claras;implementar medidas alternativas a lareclusión que descongestionen elsistema penitenciario español; y recon-siderar el uso de la prisión provisional

para evitar que sea una suerte decondena anticipada.

Al fomentar el castigo por encima dela reinserción, el Estado promueve larepresión penal como referente jurídico,un circulo vicioso que entraña gravesriesgos en términos de sostenibilidadsocial y económica, que promueve unmarco legal enfermizo y que retroali-menta el sistema penitenciario español.

Forum Libertas(Juan Francisco Jiménez Jacinto)

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DESDE EL INTERIOR

Hace doce años, cansado de gastarmetodo mi dinero consumiendo cocaína,pensando que ése era mi problemaprincipal, me reuní con mis cinco hermanasy mi ex-mujer.

Les dije: “Hermanas, tengo que decirosque estoy enganchado a la cocaína ynecesito ayuda, porque no puedo continuarmás así”.

Imaginaos las caras de mis hermanas ymi ex. Mis hermanas lloraban y me decíanque no podía ser, que yo sólo fumaba porrosy tal. ¡Qué inocentes!

Después de todo aquello decidí ir a laUCA de Elche, donde me pude quitar deencima la cocaína a base de medicamentosque me dejaban completamente dormido.

¡Cambié una droga por otra! Pero lo queme hacía caer en las borracheras era elalcohol. Empezó a ser una pesadilla. Dejo lacoca pero recaigo en la bebida. Una recaídafuerte. Que de herencia tengo tres infartos.

Empecé a mejorar cuando retomé eltratamiento y recaí otra vez cuando meseparé, y hasta ahora sigo luchando.

Seguramente habrá quien más y quienmenos se sienta identificado con lo que voya decir. Todo es real, penoso e injusto paralos que están a tu alrededor, porque encierto modo les implicamos.

El alcohol me ha traído aquí. ¡Quévergüenza! He consentido que mis hijos mehayan visto borracho. Avergonzándolos,humillándolos, aunque yo no recordaranada al día siguiente.

Quiero que penséis una cosa. Estarsereno es lo mas bonito del mundo. Fijaos loque os digo a mis 48 años. Lo digo ahoraque es cuando me doy cuenta. ¿Qué osparece? A mi edad esto es un disparateporque he perdido media vida embriagado.Pensando que molaba, pero en realidadhacía el ridículo. Si, ridículo. He perdido ami familia y mi trabajo.

Con este pensamiento, creo que estavez voy a tener fuerzas suficientes para

NO MERECE LA PENAHola. Me llamo José

María Gonzálvez y soyalcohólico. Digo “soy

alcohólico”, porque desdehace doce años lucho

contra esta enfermedadque, al final, si no lepongo remedio, me

destruirá del todo. Escomplicado

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DESDE EL INTERIOR

dejarlo. Yo he ayudado a gente a dejarlo,¿por qué yo no puedo hacerlo? Ahora eshora de tomar las riendas de mi vida. ¡Lovoy a hacer!

Esto se puede aplicar a cualquieradicción. He quemado mis ahorros, mifamilia y todo lo que tenía. ¿Realmentevale la pena que las drogas se lleventodo el esfuerzo de tu vida? Por esoestoy en Fontcalent.

Creo que dentro de cada uno denosotros habita una gran persona. Hayque ser uno mismo y pensar que sin unomismo no podemos sobrevivir en estajungla que es la vida. Dicen que la vidaes mitad amarga y mitad dulce. Hay queser positivo y lo soy, porque la parteamarga ya la pasé. Voy a trabajarme ladulce. Soy joven. Todos tenemos sue-ños. ¿Cuándo los vamos a realizar?,¿en la otra vida?, ¿qué vida? Esto es loque hay que vivir. El día a día. Demostrara nuestros seres queridos que puedendormir tranquilos. Que en realidad, les

queremos. Pero que nunca se lo hemosdemostrado debidamente.

Los sueños hay que alcanzarlos ya.Paso a paso, como la vida misma. Es unhilo medio negro y medio blanco. Sigueel hilo blanco de la vida. Al otro lado estáel territorio de los sueños. Vamos aconseguirlos.

Podría escribiros muchas cosas yhablaros de temas diferentes, pero todoestaría relacionado con lo mismo: elalcohol. Pero eso son otras historias.

No quiero beber nunca más. Voy acuidar de mí, de mí primero. Si cuido demi, seré yo mismo. Si soy yo mismo, serépara los demás, y la vida será mejor paratodos.

José María Gonzálvez Pérez(C.P. Villena)

'Esta vez voy a tener fuerzaspara dejar el alcohol y tomar las

riendas de mi vida'

ORACIÓN DEL PRESO

Señor, hágase tu voluntad en todos nosotros que presosen Fontcalent estamos. Danos sabiduría y entendimientopara poner a salvo nuestros buenos pensamientos.Señor, limpia nuestras almas de todos los malospensamientos, que estos muros de ladrillo y hormigón ypuertas blindadas no nos alejen del bien y nos haganreflexionar para cuando salgamos en libertad.Que el Espíritu Santo nos ilumine para poder librar estabatalla. Señor, bendice la celda donde estamos y el patio,para que en ellas reine la paz y la calma.Abatida hasta el polvo está mi alma. Glorifícanos segúntu Palabra. Te he manifestado mis caminos y me hasrespondido, responde también a los que en ellos andanperdidos.Enséñanos tus estatutos, haznos entender tusmandamientos para que meditemos sus maravillas. Sedeshacen nuestras almas en ansiedad por nuestralibertad, danos templanza y paz, paciencia para que esedía haya de llegar y por nuestro nombre esa libertadllamará.Hemos puesto nuestros juicios delante de ti, eres elcreador de la tierra y el universo, tú eres el que dasaliento a los prisioneros en la cárcel en la que moramos.Guárdanos y guíanos, pon por pacto a nuestrosfuncionarios, abre los ojos y el corazón de los jueces queno ven o no quieren ver y nos saques de esta cárcel a losque presos aquí estamos.Acuérdate también de nuestros compañeros deenfermería, alíviales el dolor y extiende tu manto, yprotege a los del psiquiátrico de Fontcalent, que moranen tinieblas, y dales fuerzas y fe para poder aliviar sumente y su alma.Te lo pido, Señor, protege de todo mal y peligro pormediación de la Santísima Virgen Nuestra Señora de laMerced, redentora de presos y cautivos, a nuestrasfamilias y seres queridos, para que asuman esta etapa denuestras vidas con serenidad y templanza.Te lo rogamos, Señor

Francisco R. V. (M2-Fontcalent)

Detalle de la cárcel de JesúsFotografía de Nacho Blasco, director Pastoral P.