Opinión: el periódico 18-9-13

La primavera democrática

Con chubascos de sangre, terror y lágrimas.

Federico Bauer Rodríguez

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Entendemos como Primavera Democrática ese período que inicia el 20 de octubre de 1944 y termina en 1954 con la caída de Árbenz, pero a pesar de importantes avances en lo social, también hubo acciones no tanto democráticas durante este turbulento período.

Aunque la Constitución de 1945 prohibía el comunismo, ya en la práctica, la infiltración comunista con fuerte influencia soviética se dio efectivamente. Veamos:

Primero: Arévalo, en su ensayo Conservadores, liberales y socialistas, se declara socialista espiritual, visión por la cual el ser humano está obligado a engarzarse a los fines de la sociedad.

Segundo: en una carta fechada 18 de marzo (tres días de haber tomado la presidencia) de 1945, Arévalo le confirma al encargado de negocios de la URSS en México, que está dispuesto a eliminar a los miembros de la Junta Revolucionaria (Árbenz, Arana y Toriello) cuando la necesidad lo exija.

Tercero: en 1947 ya la sociedad estaba polarizada, y así como se aprobó el Código de Trabajo también se aprobó la Ley Mordaza, con lo cual la democracia ya era inviable.

Cuarto: en el Gabinete de Arévalo había personas no identificadas con el comunismo, pero Manuel Galich, Enrique Muñoz Meany, Víctor Manuel Gutiérrez, Carlos Manuel Pellecer y José Manuel Fortuny, todos afines a las distintas versiones socialistas, eran las figuras más influyentes.

Quinto: el 17 de julio de 1949 es asesinado Francisco Javier Arana, precandidato presidencial, dejándole la puerta abierta a Jacobo Árbenz, ya que los otros candidatos eran perseguidos políticos.

Sexto: Alfonso Martínez Estévez, hombre de confianza de Árbenz, era uno de los integrantes del grupo que emboscó a Arana, y Árbenz ya siendo Presidente lo nombró director del Departamento Agrario Nacional, encargado de llevar a la práctica el Decreto 900.

Séptimo: Árbenz utilizó a Rogelio Cruz Wer, director de la Guardia Civil, y a Jaime Rosenberg, jefe de la Policía Judicial, para torturar y asesinar a quienes él consideraba anticomunistas, por lo cual deslegitimizó toda su gestión y justificó el movimiento de 1954.

 

Octavo: José Manuel Fortuny fundó en 1952 el PGT de conocida tendencia marxista leninista. En conclusión, tuvimos una primavera con chubascos de sangre, terror y lágrimas.