la política es así

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La política es así El azar democrático Nelson Acosta Espinoza La construcción política democrática no es tarea fácil. Un conocido profesor universitario y activista político acostumbra a señalar que esta actividad resulta más complicada que la física. Y no le falta razón. La lógica sobre la cual se construye este accionar es azarosa e indeterminada. La incomprensión de esta circunstancia ha sido responsable de innumerables errores tácticos y omisiones estratégicas: por ejemplo, los sucesos del año 2002 y el “carmonazo”. Los procesos políticos no son determinables, rígidos y absolutos. No se pude pretender que una vez esclarecida su naturaleza y la orientación de su marcha se pueda prever con total certidumbre su itinerario y desenlace final. En fin, es importante tener en mente este aprendizaje de cara a las elecciones del 2012. Lo que se intenta no es descalificar a granel la capacidad de personas y grupos para construir un proyecto político. No es la intención de este breve escrito. Antes por el contrario. Mi pretensión es llamar la atención sobre la necesidad de dimensionar este ejercicio. Requerimiento, a mi juicio, indispensable para evitar salidas “infantiles” desprovista de la necesaria madurez que exigen las circunstancias actuales. Veamos. La construcción política democrática no puede soslayar la dimensión del poder. Es válido plantear, entonces, esta interrogante ¿Posee la Mesa de la Unidad Democrática la fuerza discursiva para persuadir a las grandes mayorías de la población? ¿Es el acceso al gobierno más que el poder lo que subyace en este acuerdo? No es fácil dilucidar estas interrogantes. La política, insistimos, es azarosa. Es por ello que ubicación y desplazamiento no siempre coincide en estos sujetos políticos. Sin embargo es posible reducir estos márgenes de indeterminación. Se requiere la observancia de tres supuestos que a pesar de su obviedad no forman parte de la cultura que prevalece en nuestros partidos políticos. En breve: formulación de un proyecto de país; elección de las personas capaces para representarlo y eficacia para convencer a vastos sectores de la sociedad de que se ostenta la mejor de las opciones existentes. Desde luego, estos componentes no se implican mutuamente. No existe una causalidad lineal que provoque entre estos términos una seguidilla connotativa. Proyecto país, candidato y seducción poblacional no se equivalen mutuamente. Lo azaroso, lo casual, siempre se encontrará presente. Estas incertidumbres pueden achicarse. Después de todo la política pertenece al mundo de la cultura. Las cuánticas no constituyen las reglas que regulan este orden simbólico. La acción humana cuenta. En otras palabras, es indispensable un accionar político que pueda exhibir una compresión global del marco histórico dentro del cual se tiene que actuar. Reconocer su plenitud diversa y adoptar su orientación general. En este marco la unidad adquiere un nuevo significado. Es “algo” que va mas allá de sus componentes y que no puede reducirse, por ejemplo, a un ejercicio de mercadeo político. La apuesta es la unidad en la diversidad. Parafraseando al poeta Antonio Machado “Ni el pasado ha muerto. Ni está el mañana ni el ayer escrito”.

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Artículo de opinión política sobre el azar democrático

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La política es así

El azar democrático Nelson Acosta Espinoza

La construcción política democrática no es tarea fácil. Un conocido profesoruniversitario y activista político acostumbraa señalar que esta actividad resulta máscomplicada que la física. Y no le falta razón.La lógica sobre la cual se construye esteaccionar es azarosa e indeterminada. Laincomprensión de esta circunstancia ha sidoresponsable de innumerables errorestácticos y omisiones estratégicas: porejemplo, los sucesos del año 2002 y el“carmonazo”. Los procesos políticos no sondeterminables, rígidos y absolutos. No sepude pretender que una vez esclarecida sunaturaleza y la orientación de su marcha sepueda prever con total certidumbre suitinerario y desenlace final. En fin, esimportante tener en mente este aprendizajede cara a las elecciones del 2012.

Lo que se intenta no es descalificar agranel la capacidad de personas y grupospara construir un proyecto político. No es laintención de este breve escrito. Antes por elcontrario. Mi pretensión es llamar la atenciónsobre la necesidad de dimensionar esteejercicio. Requerimiento, a mi juicio,indispensable para evitar salidas “infantiles”desprovista de la necesaria madurez queexigen las circunstancias actuales.

Veamos. La construcción políticademocrática no puede soslayar la dimensióndel poder. Es válido plantear, entonces, estainterrogante ¿Posee la Mesa de la UnidadDemocrática la fuerza discursiva parapersuadir a las grandes mayorías de lapoblación? ¿Es el acceso al gobierno más queel poder lo que subyace en este acuerdo? No es fácil dilucidar estas interrogantes. La política,insistimos, es azarosa. Es por ello que ubicación y desplazamiento no siemprecoincide en estos sujetos políticos.

Sin embargo es posible reducir estosmárgenes de indeterminación. Se requiere laobservancia de tres supuestos que a pesar desu obviedad no forman parte de la cultura queprevalece en nuestros partidos políticos. Enbreve: formulación de un proyecto de país;elección de las personas capaces para

representarlo y eficacia para convencer avastos sectores de la sociedad de que seostenta la mejor de las opciones existentes.Desde luego, estos componentes no seimplican mutuamente. No existe unacausalidad lineal que provoque entre estostérminos una seguidilla connotativa. Proyectopaís, candidato y seducción poblacional no seequivalen mutuamente. Lo azaroso, lo casual, siempre se encontrará presente.

Estas incertidumbres pueden achicarse.Después de todo la política pertenece almundo de la cultura. Las cuánticas noconstituyen las reglas que regulan este ordensimbólico. La acción humana cuenta. En otraspalabras, es indispensable un accionar político que pueda exhibir una compresión global delmarco histórico dentro del cual se tiene queactuar. Reconocer su plenitud diversa yadoptar su orientación general. En este marcola unidad adquiere un nuevo significado. Es“algo” que va mas allá de sus componentes yque no puede reducirse, por ejemplo, a unejercicio de mercadeo político. La apuesta es la unidad en la diversidad. Parafraseando alpoeta Antonio Machado “Ni el pasado hamuerto. Ni está el mañana ni el ayer escrito”.