la poesía de al-Ándalus y la mujer

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La poesía de Al-Ándalus y la mujer. La otra historia de Al-Ándalus, desvelamos la cara oculta de Al- Ándalus. Guión.

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Page 1: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

La poesía de Al-Ándalus y la mujer.

La otra historia de Al-Ándalus, desvelamos la cara oculta de Al-

Ándalus.

Guión.

Page 2: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

2

Contenido La otra historia de Al-Ándalus, desvelamos la cara oculta de Al-Ándalus. ................................... 1

La otra historia de Al-Ándalus, desvelamos la cara oculta de Al-Ándalus. ................................... 4

1. HASSANA AT-TAMIMIYYA BINT ABU-I-MASI (Elvira- El Jau [Santafé]) ...................................... 6

Al emir Abderramán II pidiéndole protección contra Yabir, gobernador de Elvira .................. 8

A Abderrahman II, agradeciéndole el haberle atendido a su petición ..................................... 8

2. AIXA BINT AHMED AHOR TOBIYA (Córdoba) .......................................................................... 10

Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles, .................................................................. 11

3. POESÍA DE WALLADA (Córdoba) .......................................................................................... 12

LA TRAICIÓN............................................................................................................................ 16

LA NOCHE ................................................................................................................................ 16

"¿Acaso hay para nosotros, ..................................................................................................... 16

Tu apodo es el hexágono, un epíteto ..................................................................................... 17

PURA PIEDRA .......................................................................................................................... 17

4. MUHYA BINT AL TAYYANI (Córdoba) ....................................................................................... 18

DEFIENDE LA LINEA DE SUS LABIOS ........................................................................................ 20

Wallada ha parido y no tiene marido ...................................................................................... 20

5. ITIMAD AL RUMAIKYYA (Sevilla-Córdoba)............................................................................... 21

Itimad .......................................................................................................................................... 24

Despedida: ................................................................................................................................... 24

A mi cadena ................................................................................................................................. 24

6. La Rakkunyya o la “Perla de Granada” .................................................................................... 26

¿Voy yo a ti o tú vienes a mí? .................................................................................................. 28

PREGUNTAD A LA NUBE .......................................................................................................... 28

Relámpago ............................................................................................................................... 28

MI BOCA ES UNA FUENTE ....................................................................................................... 28

7. UMM AL-HASAN BINT ABI YA 'FAR AT-TANYALI (Loja)............................................................ 30

LA BUENA LETRA NO APROVECHA A LA CIENCIA ..................................................................... 32

8. UMM AL-HANNA DE GRANADA SIGLO XII ............................................................................... 33

Ha llegado carta de mi amado ................................................................................................ 34

9. POESÍA DE QASMUNA ............................................................................................................. 35

FRUTO MARCHITO .................................................................................................................. 37

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10. HAMDA BINT ZIYAD AL MUADDIB, ........................................................................................ 38

II Cuando los intrigantes quisieron separarnos ....................................................................... 40

III Del ardor de la tierra calcinada ........................................................................................... 40

I Las lágrimas revelan mis secretos ........................................................................................ 40

11. NAZHUN BINT AL QALAI ........................................................................................................ 42

Insulto de Al-Majzumi ............................................................................................................. 43

POEMA NÚMERO DOS ............................................................................................................ 44

12 y 13 POESÍA AL-GASSANIYYA AL-BAYYANIYYA Y DE UMM AL-KIRAM ................................... 45

Poesía de Al-Kiram .................................................................................................................. 47

MARAVILLAOS, AMIGOS.......................................................................................................... 47

MARAVILLAOS ......................................................................................................................... 47

POESÍA DE AL-GASSANIYYA AL-BAYYANIYYA .............................................................................. 47

APRENSIÓN DE PARTIDA ......................................................................................................... 47

TE ENTRISTECEN QUE DIGAN .................................................................................................. 48

14. Butayna Bint Al-Mutamid (Sevilla, siglo XI) ........................................................................... 49

Escucha y atiende mis palabras, .............................................................................................. 51

Bibliografía .................................................................................................................................. 53

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La otra historia de Al-Ándalus, desvelamos la cara oculta de Al-

Ándalus.

(Antes de empezar activar el juego del mentimeter)

La historia de Al-Ándalus fue protagonizada por califas, guerreros y emires. Pero existe otra historia, la de las mujeres andalusíes que, tras el velo, lograron unas cotas de libertad y expresión muy superiores a sus contemporáneas en otros reinos musulmanes, y por supuesto cristianos. Desde luego, no llegaron a ser soberanas o profetas, pero sí místicas, médicas, qabilas (comadronas), profesoras y, sobre todo, poetisas.

El mayor número de escritoras andalusíes de Granada se da en el siglo XII, período que coincide con la invasión almohade, que traerá consigo un auge considerable de las letras, de la poesía, de la música y de las artes. Los almohades eran un pueblo bereber de tradición matriarcal, por lo que la participación activa de las mujeres en la transmisión de la cultura estaba garantizada. En ese tiempo las mujeres andalusíes participaban activamente en la vida cultural, y además se consideraba un signo de distinción y una virtud la declamación poética en fiestas y actos sociales.

Las mujeres de clase acomodada de al-Ándalus tuvieron un fácil acceso a la cultura al recibir una educación elemental en sus domicilios. Pero no todo fue tan fácil como pueda parecer. Pensad que las conocemos con los apellidos de “bint” (hijas de…) o “umm” (madres de…) seguido siempre del

Comentado [ELRH1]: Actividad motivadora con Mentimeter. (Diapositiva 2)

Comentado [ELRH2]: Diapositiva 1. (Apertura presentación) Canción de las tres morillas. (Lorquiana/ Ana Belén)

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nombre de un varón. Comparadas con las mujeres de los reinos cristianos antes y después de esta época y, por su puesto, con las mujeres en el Islam en épocas posteriores, incluidas, lamentablemente, las de la actualidad, sus casos son sorprendentes. Sería interesante estudiar el papel de la mujer en las ciudades y villas romanas del sur y este de Hispania o la relación que este fenómeno cultural pueda tener con la cultura oriental, pero lo cierto es que estamos ante una joya cultural que no podemos ni debemos olvidar.

Sin más preámbulo os dejo, emocionado, con “Las mujeres de Al-Ándalus, la otra cara de la poesía”.

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1. HASSANA AT-TAMIMIYYA BINT ABU-I-MASI (Elvira- El Jau

[Santafé])

Juana Cruz Sánchez

¡Hola! Me llamo Hassana At-Tamimiyya, hija de Abul Mafsi. Mi abuelo era un sirio de Damasco que se instaló en El Jau, ahora una pequeña aldea de Santafé. Yo nací a finales del siglo VIII en Elvira, por aquellos tiempos la capital de la Vega del Genil antes de que se trasladara a Granada; y estoy muy orgullosa de ser la primera poetisa árabe de Al-Ándalus.

Mi padre era un poeta panegirista del emir Abderramán I. También él fue el primer poeta árabe nacido en estas tierras. Pero tuvo la desgracia de despertar la ira del emir Hisam I cuando éste sólo era un príncipe. Sucedió que cayó en sus manos un poema escrito por mi padre en el que él creyó que lo ridiculizaba y que se burlaba de él, por lo que ordenó que le cortaran la lengua. Tan injusto castigo no podía quedar así y por eso milagrosamente le volvió a crecer en parte. Además, por esta injusta mutilación la familia Omeya indemnizó a mi padre con unas tierras y una pensión, que no hace tanto me querían arrebatar.

Desde pequeña mi padre me leía sus poemas y así aprendí a componerlos yo sola al estilo beduino. En realidad, ahora soy muy buena haciendo

Excavaciones

arqueológicas de

la ciudad de Elvira.

(Granada)

Comentado [ELRH3]: Diapositiva 1 (3)

Comentado [ELRH4]: Diapositiva 2 (4)

Comentado [ELRH5]: Diapositiva 3 (5)

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panegíricos, es decir, poemas laudatorios. Los primeros se los dediqué al emir Al-Hakam I, quien me protegió como soltera y huérfana cuando mi padre murió y después se los dediqué a Abderramán II, el mismo que ahora nos tutela, a mí, en calidad de viuda, y a mi hijo, como huérfano.

Aquí os traigo dos fragmentos de sendos poemas que le escribí a Abderramán II con la intención de conservar los derechos que los Omeyas concedieron a mi padre, aquellos mismos que Al-Yabir quería usurparnos. En el primero le explicaba los pormenores de la situación y en el segundo le agradecía su intercesión.

Comentado [ELRH6]: Diapositiva 4 (6)

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Al emir Abderramán II pidiéndole protección contra Yabir, gobernador de Elvira

Hacia el de la generosidad y la gloria

fueron mis cabalgaduras, desde lejos,

abrasadas por el fuego del mediodía,

para que repare mis quebrantos,

pues es el mejor reparador,

y para que me proteja

del señor de la injusticia, Yabir.

Mis hijos sin padre y yo

estamos en sus manos,

como pájaros en las garras de un águila.

Mucho merezco que de mí se diga

que estoy aterrada por la muerte de al-Hakam

que era mi valedor;

¡caiga sobre él la lluvia!

Si viviese,

el destino feroz no me hubiese entregado

a la ferocidad de un poderoso.

¿Conseguirá Yabir borrar

lo que la mano de al-Hakam escribió?

Entonces la mayor maldad

se cometerá con lo que poseo.

A Abderrahman II, agradeciéndole el haberle atendido a su petición

¡Oh hijo de los dos Hisam!

el más generoso de los hombres,

el mejor pasto para quien lo anda buscando.

¡cuando entra en el combate,

blandiendo su lanza,

tiñe su extremo de purísimo rojo!

Decidle: ¡Oh el de más preclaro linaje

Comentado [ELRH7]: Diapositiva 5 (7)

Comentado [ELRH8]: Diapositiva 6 (8)

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de todos los humanos

de noble estirpe por sus padres y abuelos!

Has sido generoso conmigo

y no has consentido en mí injusticia:

por ello has de ser siempre alabado.

Si acampo, me cubres con tus dones,

y si parto, me das el viatico para el camino.

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2. AIXA BINT AHMED AHOR TOBIYA (Córdoba)

Alejandra Fernández Romero

¡Salam Malekum, amigas y amigos! Mi nombre es Aixa Bint Ahmed Ahor Tobiya y soy una poetisa cordobesa nacida allá por el 940. Mi padre, Ahmed Cadín, pertenece a la corte de Abdelrrahman III, el primer califa Omeya. De todas las poetisas, soy su preferida por la sensibilidad y erudición de mis poemas y, a pesar de pertenecer a una noble familia de la capital del califato, sin embargo, no he podido librarme de las intrigas del palacio. He sufrido cárcel y he llorado a mi tierra en el exilio. Mi historia es la de una persecución y, aunque mis enemigos intenten silenciarme no lo conseguirán. Aquí me veis ahora, ante la pira donde están quemando mi obra públicamente: cuando ya no les queda otra cosa que hacer para destruirme, alzo mi voz ante vosotros y recito estos versos con la esperanza de que alguien los rescate y de que perduren en el tiempo:

Comentado [ELRH9]: Diapositiva 1 (9)

Comentado [ELRH10]: Diapositiva 2 (10)

Comentado [ELRH11]: Diapositiva 3 (11)

Comentado [ELRH12]: Diapositiva 4 (12)

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Poesía de AIXA BINT AHMED AHOR TOBIYA

Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,

Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,

Y mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe.

Y es que, aunque queméis el papel

Nunca quemareis lo que contiene,

Puesto que en mi interior lo llevo,

Viaja siempre conmigo cuando cabalgo,

Conmigo duerme cuando descanso,

Y en mi tumba será enterrado luego

II

Soy una leona, ninguno llegará a satisfacerme durante toda mi vida.

Pero si escogiera esto, no accedería a un perro,

cuando he cerrado mis oídos tantas veces a un león.

III

Si no existieran las lágrimas, no temería a ningún censor.

Ellas son las que labran un camino hacia ti.

Comentado [ELRH13]: Diapositiva 5 (13)

Comentado [ELRH14]: Diapositiva 6 (14)

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3. POESÍA DE WALLADA1 (Córdoba)

Ilustración 1La corte en tiempos de Abderramán III

Wallada bint al-Mustakfi, la poetisa andalusí2.

Ana García Briones

Bueno, ahora me toca a mí. Os preguntaréis que quién soy. Oíd pues, mi nombre es Wallada y nací en Córdoba en el año 1006. Soy la hija del califa Muhammad al-Mustakfi y mi madre es Amin’am, “la esclava persa”. De pequeña ̶ ya casi ni lo recuerdo ̶ , gobernaba aquí el gran Almanzor… Pero pronto las guerras civiles se instalaron en Al-Ándalus hasta que, con el

1 https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/wallada-bint-mustakfi-poetisa-

andalusi/20171113082419145207.html

2 HYPERLINK "%20https:/www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/wallada-bint-mustakfi-

poetisa-andalusi/20171113082419145207.html"

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/wallada-bint-mustakfi-poetisa-

andalusi/20171113082419145207.html

Comentado [ELRH15]: Diapositiva1 (15)

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asesinato de su hijo, Al-Muzzar, el califato lleguaría a su fin.

Ilustración 2"Estoy hecha por Dios, para la gloria, y camino orgullosa por mi propio camino"

¡Miradme bien! Si en mí encontráis alguna belleza no es más que la sombra de la de mi madre. Estos ojos negro-azulados o este pelo negro azabache se los debo a ella como también mis espectaculares habilidades para la danza.

Mi infancia la pasé en una antigua villa romana de la sierra de Córdoba, la Munya del Romano, y mi maestro fue el poeta Ibn Hazm, quien supo apreciarme más por mis capacidades intelectuales que por mi físico. Transcurría el año 1018, cuando tuvimos que trasladarnos a Córdoba por motivos económicos. Entonces sólo tenía 12 años. Allí la inseguridad y el pillaje estaban a la orden del día y en medio de toda suerte de conspiraciones mi padre cayó en desgracia cuando los bereberes instalaron en el califato a Al-Qasim, aspirante contra el que él había luchado. Fueron unos momentos de incertidumbre absoluta para mí. Sin embargo, al-Qasim en lugar de orillarme, me convirtió en su invitada del harén porque le encantaba mi poesía. No sólo eso, sino que me otorgó tratamiento real, en contra de la opinión de sus visires y me instaló en una de las mejores habitaciones privadas de su palacio. Él me adoraba, pero nuestra relación no pasó más allá de ese amor platónico. Por entonces mi corazón lo turbaba un autor anónimo de unos poemas inflamados de amor, que recibía casi diariamente en los envoltorios más insospechados. Un día recibí uno de

Comentado [ELRH16]: Diapositiva 2 (16)

Comentado [ELRH17]: Diapositiva 3 (17)

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estos poemas firmados por Ibn Zaidún, un joven estudiante de Derecho partidario de los omeyas, al igual que yo, y, por tanto, mal visto por los bereberes.

Así llegamos al 1022. Ya tengo 16 años y Yahya Alí ibn Hammud depone a al-Qasim. Inmediatamente me propone que sea su concubina y me promete toda clase de riquezas. Yo jamás acepté. Para doblegar mi voluntad me retiró todos los favores que tenía en el harén e incluso me alojó en las peores habitaciones del palacio, sin embargo, me mantuve firme en mi decisión. Yahya no correría mejor suerte que al-Qasin porque al año siguiente, en 1023 también fue depuesto y en su lugar nombraron al joven Abderramán V (Add ar-Rahman V), quien me devolvió todos mis privilegios y me colmó de atenciones. Incluso me nombró consejera de su gobierno. Y así fue como empecé a asistir a las reuniones de gobierno. Esta es la etapa de mi vida en que gocé de mayor libertad. Podía entrar y salir libremente del palacio, él me ofreció su amor y yo procuré y supe satisfacerlo plenamente. Pero nuestra relación no tenía ningún futuro, por lo que jamás accedía a casarme con él.

Al morir mi padre, todas sus riquezas pasaron a mí en calidad de única heredera y convertí su palacio en una escuela para mujeres. Todas tenían la puerta abierta para la poesía, desde aquellas de familias acaudaladas y nobles hasta las esclavas. No había allí distinción alguna. A nuestras clases acudían poetas y literatos y fue entonces cuando tomé la costumbre de bordar poesías en mis vestidos. Nunca tuve el menor empacho en participar en las competiciones literarias masculinas. Por todas estas cosas empecé a granjearme las envidias y enemistades de los integristas cordobeses para quienes no era más que “la perversa” en contra del aprecio que despertaba en otros intelectuales, como el famoso escritor de “El collar de la paloma” Ibn-Hazm.

Veo aquí también a una de mis mejores alumnas, a Muhya bint al-Tayyani, a quien acogí en mi escuela cuando sólo era la hija de un pobre vendedor de higos. A quien enseñé cuanto sabía de poesía. A quien también colmé de amor y placer y a quien finalmente acabé odiando al comprobar que me engañaba con uno de mis amantes.

En estos versos que vais a escuchar está la historia de mi amor con Ibn Zaydun. Él ha sido la copa donde he escanciado los versos más dulces y

Comentado [ELRH18]: Diapositiva 4 (18)

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delicados y el bacín en el que arrojé las sátiras más mordaces. Los primeros reflejan este amor en medio de una naturaleza pacífica y armoniosa, aunque también supe expresar después en otros toda la violencia y rabia que se destila tras una ruptura. Fiel a mi espíritu liberal, no tuve ningún remilgo en invitarlo en un poema a mi lecho… Pero el ingrato se enamoró de una criada negra mía y estallé en celos. Por eso, con un lenguaje libertino, brusco y desvergonzado, lo insulté en más de una ocasión en mis poesías. Despechada, empecé una relación amorosa con el visir Abu Amir ibn Abdús con la única intención de despertar los celos en Zaydun, pero no lo conseguí y terminamos rompiendo definitivamente. En contra, Abdús permaneció siempre a mi lado y me protegió hasta mi muerte en el año 1077.

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Poesía de Wallada

LA TRAICIÓN

Si hubieras valorado

el amor que siento por ti

no habrías preferido a mi esclava,

no te habrías apartado de la rama cargada de frutos

para inclinarte sobre la rama estéril.

Bien sabes que soy

la luna llena en el cielo,

pero para mi desgracia

¡te has enamorado de Júpiter!

LA NOCHE

Cuando caiga la noche

espera mi visita: la oscuridad

es la mejor encubridora de nuestros secretos.

Si lo que siento por ti

coincidiera con los astros

el sol no brillaría,

opacaría a la luna

y las estrellas no atravesarían el universo.

"¿Acaso hay para nosotros,

"¿Acaso hay para nosotros,

después de esta separación, una salida;

puede quejarse cada uno de nosotros

de lo que ha sufrido?

Pernoctaba yo en los tiempos

de nuestras visitas mutuas durante el invierno

sobre las brasas crepitantes por la pasión.

¿Cómo, pues, estando en la situación de este abandono,

ha apresurado el destino lo que yo temía?

Comentado [ELRH19]: Diapositiva 5 (19)

Comentado [ELRH20]: Diapositiva 6 (20)

Comentado [ELRH21]: Diapositiva 7 (21), otra versión. (Decidir cuál de las dos vamos a leer)

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Giran las noches y no veo el fin.

De nuestro distanciamiento,

ni la paciencia me libra

de la esclavitud de mi anhelo.

Riegue dios la tierra donde estés

con toda clase de lluvias copiosas".

Tu apodo es el hexágono, un epíteto

Tu apodo es el hexágono, un epíteto

que no se apartará de ti

ni siquiera después de que te deje la vida: pederasta, puto, adúltero,

cabrón, cornudo y ladrón.

Ibn Zaydun, a pesar de sus virtudes

maldice de mí injustamente y no tengo culpa alguna;

me mira de reojo, cuando me acerco a él, como si fuese a castrar a su Ali.

A pesar de sus méritos, Ibn Zaydun ama

las vergas que se guardan en los calzones;

si hubiera visto el pijo en las palmeras

se habría convertido en pájaro ababil.

PURA PIEDRA

Cuando te enteraste de lo mucho que te quiero

y supiste el lugar que ocupas en mi corazón,

y cómo me dejaba arrastrar por el amor, sumiso,

Yo, que a nadie más que a ti consentí que me arrastrara,

Te alegraste de que el sufrimiento cubriera mi cuerpo

y de que el insomnio pintara de negro mis párpados.

Pasa tus miradas por las líneas de mis cartas

y verás mis lágrimas mezcladas con la tinta.

Cariño mío: mi corazón se deshace

De quejarse tanto a un corazón de pura piedra".

Comentado [ELRH22]: Diapositiva 8 (22)

Comentado [ELRH23]: Diapositiva 9 (23)

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4. MUHYA BINT AL TAYYANI (Córdoba)

Ana Teresa Vera Delgado

Muy bien, muy bien Walada… Mira que ha pasado tiempo y siempre con la misma cantinela. Deja que sea yo quien me presente y que sean ellos quienes me juzguen. Yo soy Muhya Bint At-Tayyani, la alumna de Walada, y es un honor. He nacido y he vivido como tú también en Córdoba en este mismo siglo XI. Pero mi padre no pertenece a la alta nobleza, sino que es un triste vendedor de higos. ¡Claro que me acuerdo! Un día, trayendo la fruta al palacio te fijaste en mí. El desaliño de mi pobreza no podía ocultar mi hermosura y aunque aún era una ignorante, supiste reconocerlo y te quedaste prendada de mi ingenio aun sin pulir. Por eso te ocupaste de mí, por eso me abriste las puertas de tu escuela y me iniciaste en la poesía. Nos enamoramos, es cierto. Aún recuerdo esas tibias noches de placer y en su nombre te pido que no me odies. Me siento orgullosa de ser tu alumna, pero no te debo nada porque te lo estoy pagando con creces. Recuerda el

“Mi padre es un triste vendedor de higos”

Comentado [ELRH24]: Diapositiva 1 (24)

Comentado [ELRH25]: Diapositiva 2 (25)

Comentado [ELRH26]: Diapositiva 3 (26)

Page 19: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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dicho: “La grandeza del maestro se mide en la altura de sus discípulos”. Sabes bien que ante el nombre de Muhya Bint at-Tayyani todos se deshacen en elogios. Se admira tanto mi afilada lengua, que hay quienes comparan mis versos con las sátiras de Ibn ar-Rumí, el poeta de todos los poetas de oriente.

Walada, sabes bien que el amor no se puede apresar en una vasija, antes bien, de un mar en calma se troca en un océano donde navega o naufraga nuestra voluntad. Ambas nos quisimos, ambas nos enamoramos del mismo hombre y nuestro castigo está escrito en el eterno reproche de nuestros versos, en el permanente zaherir de nuestras palabras.

Comentado [ELRH27]: Diapositiva 4 (27)

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Poesía de Muhya Bint At-Tayyani

DEFIENDE LA LINEA DE SUS LABIOS

Defiende la línea de sus labios de los que los desean,

como se defiende la línea de la frontera de los atacantes;

a una la defienden los sables y las lanzas,

a la otra la defienden la magia de la mirada.

Wallada ha parido y no tiene marido

Wallada ha parido y no tiene marido;

se ha desvelado el secreto;

se parece a María,

pero la palmera que ella sacude es un pene erecto

Aleja de la aguada de sus labios

a cuantos la desean,

igual que la frontera se defiende de cuantos la asedian,

a una la defienden los sables y las lanzas,

y a aquellos los protege la magia de sus ojos.

Comentado [ELRH28]: Diapositiva 5 (28)

Comentado [ELRH29]: Diapositiva 6 (29)

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5. ITIMAD AL RUMAIKYYA (Sevilla-Córdoba)

Ilustración 3 Corte de Al-Mutamid

Rosa Martínez Marín

¡Ya está bien de celos! Dejaos de disputas vosotras y escuchadme a mí. ¿Sabéis quién soy? Yo creo que muchos de vosotros ya me conocéis porque en más de una ocasión Eduardo os ha hablado de mí. En realidad, no es él sino el laureado poeta castellano D. Juan Manuel en su libro de cuentos “El Conde Lucanor”. Exacto, soy Itimad al-Rumakyya, una sevillana nacida en 1011. Claro que vengo a enderezar un relato que la pluma del escritor cristiano tergiversó con maldad o desatino.

En el cuento XXX titulado “Lo que sucedió al rey Abenabe de Sevilla con su mujer Romaiquía” me retrata como una señora caprichosa que nunca estaba contenta con nada y me trata como una desagradecida. Para ello os cuenta dos anécdotas que, siendo verídicas, no definen en absoluto mi

Comentado [ELRH30]: Diapositiva 1 (30)

Page 22: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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carácter ni nuestra relación. Es cierto que, en una ocasión, al comentarle que me gustaría ver la nieve desde nuestro palacio como se ve desde la Alhambra, él, sin pensárselo dos veces, llenó de almendros las laderas de la sierra de Córdoba para que la esperada poesía de sus blancas flores impregnara de tranquila lujuria todos los poros de mi piel. Y también es cierto que en otra ocasión, cuando ya llevaba varios años como su preferida, vi por una ventana de palacio a unas mujeres humildes pisando barro para hacer ladrillos. La visión de esta estampa popular despertó en mí la añoranza de otros tiempos y le pedí, algo enfadada (también es cierto), que me permitiera hacerlo a mí también. ¿Cómo me iba a imaginar yo que Al-Mutamid iba a mandar traer grandes cantidades de almizcle y ámbar y que luego ordenaría que se mezclara todo con agua de rosas, azúcar y canela para que mis amigas, mis hijas y yo misma pisáramos la mezcla voluptuosamente? Así era él. Y así actuaban los andalusíes poderosos y ricos.

Pero yo no he sido una tonta consentida nunca. Don Juan Manuel se olvida de que yo era la esclava de un arriero. Es cierto que por entonces era muy joven y muy bella, pero no dejaba de ser más que una esclava anónima. Lo que pasa es que Al-Mutamid siempre tuvo una exquisita sensibilidad y por aquellos días gustaba pasear con lo más granado de su corte y distraerse improvisando versos. Cuando a alguien se le ocurría uno, lo recitaba y esperaba que otro continuara a partir del primero. Yo estaba lavando ropa en el río cuando se levantó una ligera brisa y Al-Mutamid dijo: “El viento teje lorigas en las aguas”. Como ninguno de sus acompañantes dijera nada, yo respondí: “¡Qué coraza si se helaran!”. Y tanto le gustó mi respuesta que no paró de buscarme hasta que me vio tras los juncos afanada en lavar la ropa y procurando pasar desapercibida.

Pues sí, podréis pensar que esto es un culebrón que ni siquiera se le ocurriría al mejor de los guionistas de Dysney, pero fue exactamente lo que pasó. A los pocos días recibí una invitación a palacio del por entonces príncipe heredero. Allí gobernaba ya en nombre de su padre y allí mismo me juró por su honor su intención de casarse conmigo. Así que, de la noche a la mañana pasé de ser Rumaikyya a Itimad y de ahí a “Al-Sayyidat Al-Kubra”, es decir,La Gran Señora.

Para nosotros el amor y la poesía son una cosa y la misma. En mí Al-

Comentado [ELRH31]: Diapositiva 2 (31)

Comentado [ELRH32]: Diapositiva 3 (32)

Comentado [ELRH33]: Diapositiva 4 (33)

Page 23: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Mutamid apreciaba mi candorosa conversación, mis réplicas ingeniosas, mi gracia natural y esta chispa infantil de la que nunca me desprenderé. Pero pronto en la corte empecé a despertar la envidia y pasé a ser el centro de calumnias e infundios a los que él jamás prestó oídos. Me culparon de haber arrastrado al emir a los placeres y voluptuosidades más lujuriosos y, los más fanáticos, me acusaron de alejarlo de la oración de los viernes en las mezquitas, de aficionarlo a los excesos del vino… ¡Cuánto nos lamentaríamos después de no haber reparado en esos momentos en el poder que iban acumulando esos jueces y en cómo influirían en la ruina de los abadíes, de toda Al-Ándalus y de nuestra vida en particular!

Así en 1091 los almorávides, apoyados por estos jueces traidores ocuparon Sevilla y Al-Mutamid y su familia fuimos desterrados a Tánger. ¿Cómo iba a abandonar yo a mi marido a su suerte? Claro que abracé el destierro como mío propio y enseñé a mis hijas a ganarse la vida hilando, volviendo así a mis orígenes de esclava. Esta es en realidad la “señora caprichosa y desagradecida” de la que habla don Juan Manuel.

Que cómo vivimos en el destierro, os preguntaréis. Muy fácil, recordando cómo en nuestros buenos años floreció tan brillantemente la poesía, no sólo en Sevilla, sino en toda Al-Ándalus. Estas chicas que me seguirán después son más o menos de mi época, unas de Almería, otras de Loja, de Granada o Guadix, pero todas ellas tan buenas como la mejor. Por entonces no había que ser de sangre noble para llegar a lo más alto de la poesía.

Permitidme que, aunque hoy sólo estamos leyendo poesías de mujeres, comience mi intervención con dos poemas de Al-Mutamid, porque él y yo somos uno. El primero es un acróstico que me dedicó y que guardo en el corazón; el segundo, el último poema que me escribió, cuando en su lecho de muerte, mientras hilábamos y tejíamos sin descanso, me cantó su despedida apasionada.

Comentado [ELRH34]: Diapositiva 5 (34)

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Poesía de Itimad y de Al-Mutamid

Itimad

Invisible a mis ojos, siempre estás presente en mi corazón.

Tu felicidad sea infinita, como mis cuidados, mis lágrimas y mis insomnios.

Impaciente al yugo, si otras mujeres tratan de imponérmelo, me someto con

docilidad a tus deseos más insignificantes.

Mi anhelo, en cada momento, es tenerte a mi lado: ¡Ojalá pueda conseguirlo

pronto!

Amiga de mi corazón, piensa en mí y no me olvides, aunque mi ausencia se larga.

Dulce es tu nombre. Acabo de escribirlo, acabo de trazar estas amadas letras:

ITIMAD. (Al Mutamid)

Despedida:

El corazón persiste y no cesa;

la pasión es grande y no se oculta;

las lágrimas corren como las gotas de lluvia,

el cuerpo se agosta con su color amarillo;

y esto sucede cuando la que amo, a mí me está unida:

¿Qué sería, si de mí se apartase?

(Al Mutamid)

A mi cadena Cadena mía, ¿no sabes que me he entregado a ti?

¿por qué, entonces, no te enterneces ni te apiadas?

Mi sangre fue tu bebida y ya te comiste mi carne.

No aprietes los huesos.

Mi hijo Abu Hasim, al verme rodeado de ti,

se aparta con el corazón lastimado.

Ten piedad de un niñito inocente que nunca temió

Comentado [ELRH35]: ITIMAD, (voz en off Luis) Diapositiva 6 (35)

Comentado [ELRH36]: Diapositiva 7 (36)

Comentado [ELRH37]: Diapositiva 8 (37)

Page 25: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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tener que venir a implorarte.

Ten piedad de sus hermanitas, parecidas a él

y a las que has hecho tragar veneno y coloquíntida.

Hay entre ellas algunas que ya se dan cuenta,

y temo que el llanto las ciegue.

Pero las demás aún no comprenden nada

y no abren la boca sino para mamar. (Itimad)

Page 26: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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6. La Rakkunyya o la “Perla de Granada”

Antonia Naranjo París

¡Hola chicas y chicos! Me siento muy halagada al comprobar el interés que hemos despertado en vosotros. Y estoy convencida de que lo que os voy a contar sobre mi vida os va a resultar sorprendente al igual que es doloroso para mí. Como sabréis, nací en Granada allá por el año 1135 y mi verdadero nombre es Hafsa bint al-Hajj, más conocida por el sobrenombre de Al-Rakkunyya. Soy famosa por la elegancia de mis versos, aunque también se me conoció porque viví una doble historia de amor. Doble y trágica. Amé al poeta Abú Yaffar, pero también al gobernador almohade de la ciudad. Estos apasionados romances simultáneos me inspiraron ingeniosos cruces de poemas donde se asoman románticas alusiones a celos, el secreto de nuestros encuentros y, sobre todo, el temor, porque el gobernador tenía

Una historia de amor doble y trágica

Comentado [ELRH38]: Diapositiva 1 (Adaptar al público) (38)

Page 27: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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derecho de vida y de muerte sobre sus súbditos y en nuestro juego la vida de Abú Yaffar corría peligro. Sin embargo, no quiero adelantar acontecimientos y voy a empezar por el principio.

Mirad, yo pasé mi infancia y juventud en Granada en un momento políticamente convulso, entre la caída de la dinastía Almorávide y la instauración del califato de los Almohades. Mis dos vocaciones, la poesía y la enseñanza centraron de tal forma mi vida que apenas tuve tiempo para otra cosa y la fama, que no sé si merezco, traspasó las fronteras de Granada hasta el extremo de que me enviaron a Rabat ante el califa Add-al-Mumin con un grupo de poetas de Granada.

Pues bien, estando en la corte de la ciudad de la Alhambra, conocí al poeta Abu Yaffar Ibn Said. Lo conocí y me enamoré; y en ningún momento ocultamos nuestra relación ante los demás. Sin embargo, por el año 1156, llegó a Granada como Gobernador Abú Said Utman, hijo del califa Abd-al-Mumin. Para qué os voy a mentir, entre que ya estaba yo un poco cansada del poeta, entre que mi familia me presionaba y ante la insistencia del joven gobernador, — quien no tuvo otra en la que poner los ojos—, dejé que se enfriara mi relación con Abú Yaffar. Y como una cosa trae a la otra, al poeta, creo yo que movido por los celos, no se le ocurre nada más que escribir unos poemas satíricos contra el gobernador, con quien en un primer momento había entablado una franca amistad. Y no solo los poemitas dichosos, sino que también participó en una revuelta contra él, por lo que al final el infeliz terminó encarcelado y después crucificado en 1163 en Málaga.

¡Qué queréis! A mí esto me destrozó, porque en parte me sentía culpable del funesto desenlace de este triángulo amoroso. Así que, abandoné la corte y la poesía y, como ya me daba igual ocho que ochenta, en contra de la opinión y voluntad del gobernador vestí el hábito de viuda por Abu Yaffar. En fin, al final acepté otra invitación de Abú Yusuf Yukub al-Mansur para dirigir la escuela de los príncipes almohades en Marrakesh donde permanecí hasta mi muerte en 1191.

https://www.hammamalandalus.com/blog/la-voz-femenina-de-al-andalus-envuelta-en-

poesia/

Comentado [ELRH39]: Diapositiva 2 (39)

Page 28: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Poesía de Rakkunyya

¿Voy yo a ti o tú vienes a mí?

¿Voy yo a ti o tú vienes a mí?

Mi corazón acepta lo que digas.

A salvo te hallarás de la sed y del sol

cuando ocurra tu encuentro conmigo,

pues mi boca es dulce fuente cristalina,

las ramas de mi pelo, sombra umbrosa,

Respóndeme enseguida…

PREGUNTAD A LA NUBE

Preguntad a la nube palpitante,

con el tiempo en calma y sereno,

si ha pasado la noche con mi amado

recordándome.

Ay, que a mi corazón le ha dado su palpitar

y, por mi vida,

ha ofrecido a mis párpados la lluvia

con que se inundan mis mejillas.

Relámpago

Preguntad al relámpago tremolante,

mientras la noche está en calma,

cómo es que me produce debilidad, al recordar a mis amados.

Su efecto ha sacudido en mi corazón un palpito

y la abundante lluvia de su nube,

me hizo llover el parpado.

MI BOCA ES UNA FUENTE

¿Iré yo a ti o vendrás tú a visitarme? pues mi corazón sigue siempre a tu deseo.

Comentado [ELRH40]: Diapositiva 3 (40)

Comentado [ELRH41]: Diapositiva 4 (41)

Comentado [ELRH42]: No hay diapositiva, versión de la anterior

Comentado [ELRH43]: No hay diapositiva, versión de la primera.

Page 29: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

29

Da por seguro que no tendrás sed y que estarás satisfecho si me dices que vaya. Mis labios son una fuente dulce y cristalina, las ramas de mis cabellos dan tupida sombra. Contéstame enseguida, ¡no hagas esperar a tu Butayma, oh Yamil!

http://mezquitacordobesa.blogspot.com/2013/09/la-poesia-andaluza-cantos-de-amor.html

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30

7. UMM AL-HASAN BINT ABI YA 'FAR AT-TANYALI (Loja)

Ilustración 4 Alcazaba de Loja

Puri Teruel Robledillo

¡Hola amigas! Yo no tengo mucho que deciros. Mi biografía no ha

despertado tanto interés como la de mis compañeras, aunque mi gran

cultura y lo ilustre de mi personalidad, (está feo que sea yo quien lo diga),

son las responsables de que tanto Málaga como Loja se me disputen. En

realidad, soy malagueña de nacimiento, aunque buena parte de mi corazón

estará siempre en Loja. Para que quede claro, sabed que mi padre vino a

esta bonita ciudad de Granada a cubrir una plaza de cadiazgo. Como sabéis,

a este alto puesto judicial sólo se accedía con una edad respetable y ya

podréis imaginaros que en el otoño, si no ya en el invierno de la vida, mi

padre tendría pocas ganas de concebirme.

Pero lo que interesa en realidad son mis méritos intelectuales y artísticos

que me granjearon tal fama dentro y fuera de Loja que cierto día se

presentó en nuestra casa una personalidad para valorar mis habilidades.

Comentado [ELRH44]: Diapositiva 1 (42)

Comentado [ELRH45]: Diapositiva 2 (43)

Page 31: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

31

Tristemente sólo se conservan dos fragmentos de sendos poemas míos más

largos. Y ahora quisiera recitaros la respuesta que di a este examinador

cuando me preguntó sobre la caligrafía.

Page 32: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Poesía de Umm Al-Hasan Bint Abi Ya 'Far At-Tanyali

LA BUENA LETRA NO APROVECHA A LA CIENCIA

“La buena letra no aprovecha a la ciencia,

Es un adorno en el papel tan solo;

El estudio es mi meta y no deseo otra cosa

Pues según su saber, se eleva el hombre sobre los mortales”

Comentado [ELRH46]: Diapositiva 3 (44)

Page 33: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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8. UMM AL-HANNA DE GRANADA SIGLO XII

Ilustración 5 Puerta de la Justicia. Alhambra.

M.ª Teresa Martín Ruiz

¡Hola! Yo sí que no os voy a cansar con mi vida. Como Umm al-Hasan, fui

hija de un cadí. Lo poco o mucho que aprendí se lo debo a él. Es una pena

que sólo se conserve de mí un poema, pero mirad cómo se parece a la

poesía popular femenina (jarchas, cántigas o villancicos) que conserváis de

vuestra literatura.

Comentado [ELRH47]: Diapositiva (1) 45

Page 34: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Poesía de Umm Al-Hanna

Ha llegado carta de mi amado

Ha llegado carta de mi amado,

en la que dice que vendrá a visitarme,

y mis párpados han desprendido lágrimas;

la alegría me ha invadido de tal modo

que el exceso de mi contento me ha hecho llorar.

¡Oh ojos que siempre lloráis

unas veces de alegría, otras de tristeza!

¡Haced que esté alegre el día del encuentro

y dejad las lágrimas para la noche de la separación!

Comentado [ELRH48]: Diapositiva 2 (46)

Page 35: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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9. POESÍA DE QASMUNA

Ilustración 6 Ubicación de la judería de Granada. Plataforma de Vico, Detalle. 200 Historia de Granada • Luces y sombras en la historia judía de Granada. José Ramón Ayaso Martínez

Evenu Shalom Alehem. ¡Qué nerviosa, perdón! Ante todo, gracias por

escucharme. Yo no soy tampoco ni de tan alta alcurnia, ni de tan baja que

mi existencia haya sorprendido a generaciones posteriores, pero aquí

estoy. Me llamo Qasmuna y soy una poetisa sefardí del siglo XII aunque mi

lengua sea el árabe. Mi caso es verdaderamente excepcional porque no se

conocen mujeres poetas en Al-Ándalus. Mi padre, Samuel Ben Negrela es el

ministro del rey Zirí de Granada, Badis be Habús. No esperéis que os diga

dónde nací ni donde me enterraron. Sigan descansando mis huesos por

siempre que ya deambuló mi pueblo bastante por todo el Mediterráneo.

Mi padre y yo nos entreteníamos muchas veces haciendo poesías. Él me

Comentado [ELRH49]: Diapositiva 1 ( 47)

Comentado [ELRH50]: Diapositiva 2 (48)

Page 36: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

36

decía algo en un poema y yo le replicaba. Creo que algunas de estas

composiciones aún están rodando por ahí. Pero es el amor el sentimiento

del que más me gusta hablar: el despertar a la sexualidad y la angustia de

no encontrar la persona merecedora de mi amor me produce gran

desasosiego.

¡Quedaos con esto! Soy mujer, soy sefardí y soy poeta. Siempre las

mujeres lo hemos tenidos difícil, pero cuando llevas algo dentro que no

puedes contener, siempre encuentras la forma de liberarlo. La poesía es

libertad.

Page 37: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Poesía de Qasmuna

FRUTO MARCHITO

La joven adolescente se mira en el espejo.

Contempla un jardín con sus frutos en sazón

y sin un jardinero que extienda su mano para cosecharlos.

Qué lástima:

se marchita su juventud perdida

y queda en mí, solitario,

lo que no me atrevo a nombrar.

Comentado [ELRH51]: Diapositiva 3 (49)

Page 38: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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10. HAMDA BINT ZIYAD AL MUADDIB,

Sonia Rodríguez Molina

¡As-salāmu ʿalaykum [ السلام عليكم]! Por fin me toca a mí. Yo soy Hamduna, mi nombre completo es Hamada bint Zaidun bint Ziyad al Muaddid y nací en Guadix (Granada). No conozco mejor cuna. Cuando hablan de mí, se refiere siempre mi hermosura y riqueza, mi sabiduría y siempre, siempre, mi honestidad. Antes de contaros mi historia permitidme que retome las palabras de Qasmuna: “La poesía es libertad”. También lo es para mí y ya veréis. (A buen entendedor, pocas palabras bastan). Mirad, aquí en Al-Ándalus, la participación de las mujeres en las fiestas y veladas poéticas se reservaba a las viudas de posición acomodada, a las solteras que no tuvieran hermanos varones y a las prostitutas y ¡ojo!, siempre que fueran cubiertas con un velo para preservar el decoro (no es harina todo lo que blanquea…) Lo cierto es que mi amor por la literatura me llevó a mezclarme con los hombres de letras con absoluto decoro e integridad. ¡Qué delicia! Bien al aire libre en jardines o en fincas de recreo por los alrededores de Guadix, bien en las casas de otros poetas e incluso en los baños, pero siempre deleitando el paladar y el olfato con dulces y te y el espíritu con delicados versos… Esta fue la vida y la vocación que nos dejó en herencia mi padre el Muabdid (el profesor de literatura, que ese es su sobrenombre) Mi poesía loa califican de erótica y aunque me gusta describir la belleza del cauce del Arenal (de Guadix), su vega…; o a pesar de que más de una vez

Comentado [ELRH52]: Diapositiva 1. (50)

Comentado [ELRH53]: Diapositiva 2 (51)

Page 39: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

39

haya tenido que pararles los pies a los intrigantes que continuamente intentaban difamarnos devolviéndoles agudos poemas satíricos, la verdad es que el poema que más recuerdo y con el que quiero terminar mi intervención es el que le dedique a una amiga que me acompañaba en un paseo por mi río. Su belleza cautivó desde entonces todos mis sentidos y mi corazón y la conservo prisionera en estos versos como en el frasco, el mejor perfume.

Page 40: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Poesía de Hamda Bint Ziyad Al Muaddib

II Cuando los intrigantes quisieron separarnos

Cuando los intrigantes quisieron separarnos

y no podíamos pedir venganza de ellos,

cuando al asalto se lanzaron de nuestra buena fama

y al verlo escasearon mis defensores y aliados,

contestaste a su ataque con tus ojos

y con mis lágrimas y aliento

que eran espada, torrentes y fuego.

III Del ardor de la tierra calcinada

Del ardor de la tierra calcinada

nos guarda un río que se nutre

con las constantes lluvias generosas.

Bajo sus árboles hicimos alto

y doblaban sus ramas protegiéndonos

igual que las nodrizas con los niños.

Para calmar la sed

nos ofrecía el río un agua fresca

más dulce que la charla del amigo.

Impedían los árboles que el sol

nos viese cara a cara, lo velaban,

y el paso de la brisa permitían.

Los guijarros del río se asustaban

de las doncellas de joyas adornadas,

y estas tocan con sus manos

sus collares de perlas bien colocadas.

I Las lágrimas revelan mis secretos

Las lágrimas revelan mis secretos

Comentado [ELRH54]: Diapositiva 2 (52)

Comentado [ELRH55]: Diapositiva 3 ( 53)

Comentado [ELRH56]: Diapositiva 4. (54)

Page 41: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

41

junto a este río donde la belleza

deja evidentes huellas:

arroyos que rodean los jardines

jardines que bordean los arroyos,

y hay entre las gacelas un antílope amable

que cautiva mi mente y mi alma posee,

tiene unos ojos lánguidos que cierra

para dar órdenes que el sueño me prohíbe,

y cuando suelta sus cabellos sobre el rostro

es igual que la luna

en la tiniebla de la noche,

y se diría que a la aurora

se le ha muerto un amigo y de tristeza se

ha vestido de luto.

Page 42: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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11. NAZHUN BINT AL QALAI

Ilustración 7 Torres Bermejas, (Legado Nazarí)

Rocío Cruz Sevilla

Difamaciones, poemitas satíricos a mí, que si decoro, que si honestidad. De mí cuando un poeta se ponía farruco, se llevaba siempre dos tazas. Perdón, soy Nazhun Al Qalai y ya veis el humor que me gasto, sobre todo al escuchar la historia de mi amiga Hamduna. Yo nací en la Granada de los poetas de mediados del XII Ibn Quzman, el mejor zejelero de toda Al-Ándalus, de Al Kutandi y del ciego Al Mahzumi (quien no se irá hoy sin un buen repaso). Con lo que ha llovido desde entonces no penséis que quiero quitarme años, realmente viví también en una parte del siglo anterior (XI). ¿Qué es poesía?... ¿Recordáis la pregunta de Bécquer? Pues para mí no existe la poesía si no revela el sello del ágil ingenio o si no es pronta a la réplica. Se me ha acusado de libertina y por eso se toleraba en parte que mi poesía también lo fuera. Pero cuando le callas la boca a más de uno en tantas ocasiones ya no se reconoce tu ingenio, sino que comienzan los insultos. Así que “¿mujer desvergonzada?”, sí, y a mucha honra. A pesar de todo, siempre he contado con buenos amigos como por ejemplo

Comentado [ELRH57]: Diapositiva 1 ( 55)

Page 43: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

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Ibn Said quien me defendió en más de una ocasión diciendo "sus poemas a veces son superiores a los de los hombres". Cierto día me invitaron a la casa del gobernador de Granada Abu Bakr Ibn Sa’id, quien había organizado unas veladas poéticas. Allí coincidí con Al Majzumi, el poeta ciego de marras. Empezamos como siempre con leves discusiones hasta que al final pasó lo que tenía que pasar. —¿Quién es esta mujer tan distinguida? —pregunto Al-Majzumi. — Una vieja, —contesté yo — que podría ser tu madre. — Mientes, —dijo el ciego— no es esa la voz de una vieja, sino el acento de una puta en celo cuyo hedor se huele a una legua de distancia. En ese momento intervino Abu Bakr Ibn Sa'id para calmar los ánimos: —Maestro, esta es Nazhun bint la poetisa. —He oído hablar de ella; — replicó al-Majzumi— ¡que Dios no le permita oír nada bueno ni le muestre más que vergas! Y ya no pude contenerme más así que le grité: —Viejo infame que te contradices y chocheas, tú que presumes de tu arte, ¿qué tipo de bien puede escuchar de ti una mujer? Al cabo de un rato, después de meditar un bastante tiempo, al Majzumi recitó estos repugnantes versos:

Insulto de Al-Majzumi

Sobre la cara de Nazhun hay una sombra de belleza

y bajo sus vestidos aparece la vergüenza;

los que a Nazhun acuden, dejan a las demás

quien se dirige al mar,

menosprecia las acequias.

No sabía él con quien se las gastaba así que en menos que canta un gallo le respondí:

Comentado [ELRH58]: Diapositiva 2 (56)

Comentado [ELRH59]: Diapositiva 3 (57)

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POEMA NÚMERO DOS

Di a ese hombre rastrero unas palabras

que se repitan hasta el día del juicio:

en Almodóvar te criaste,

donde la mierda extiende su perfume,

donde incivilizados nómadas caminan con orgullo,

por eso te enamoras de todo lo redondo;

naciste ciego y amas a los tuertos.

He pagado poema por poema; por mi vida,

ahora dime quien es mejor poeta;

si soy mujer por mi naturaleza

mi poesía es hombre.

FRAGMENTO

Has de encender el fuego y una lluvia

de sedas desordene

la firmeza final de tu mirada...

Comentado [ELRH60]: Diapositiva 4 (58

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12 y 13 POESÍA AL-GASSANIYYA AL-BAYYANIYYA Y DE UMM AL-

KIRAM

UMM AL KIRAM. — ¡Yo no salgo!

AL -GASSANIYYA. —¡Anda ya! ¡Venga, anímate!

UMM AL KIRAM. —Y encima nos dejan las últimas. Nada. Yo mi vida no la

cuento, que me da lache.

AL -GASSANIYYA. —Pero, ¡qué lache, ni qué tonterías! Tengo una idea. Tú me

presentas a mí y yo a ti y así no tienes que contar nada que te avergüence,

so timidorra.

UMM AL KIRAM. —Venga, vale.

(Al público)

AL -GASSANIYYA. —¡Hola chicos y chicas! Yo me llamo Al Gassaniyya Al

Bayyaniyya y mi amiga es Umm al-Kiram. Nosotras venimos de Almería.

Venga, Umm al Kiram, cuéntales mi vida.

(Al público, pero con un poco de timidez)

UMM AL KIRAM. — Bueno, mi amiga Al-Gassaniyya es de la época de las Taifas

y nació en Bayyana, de ahí su sobrenombre. Esta hermosa ciudad ahora la

conocéis con el nombre de Pechina. Entonces a las mujeres de letras las

llamábamos “adivas” y si alguien merece tal apelativo es ella. La sensualidad

Recreación de las murallas de

Bayyana. (J J Tonda)

Palacio de Almutacín en la Alcazaba

de Almería

Comentado [ELRH61]: Diapositiva 1 (59)

Comentado [ELRH62]: Diapositiva 2 (60)

Page 46: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

46

de su poesía amorosa convive con el desgarro de la conciencia de la vejez o

de la proximidad de la muerte. No os extrañéis que la belleza de sus versos

se corresponda con su hermosura. En toda Al-Ándalus se reconocía así.

AL -GASSANIYYA. —Muchas gracias, Umm al-Quiram. No merezco la gentileza

de tus palabras. Ahora me toca hablar de ti. Así que, escuchad todos con

atención. Mi amiga Umm al Kiram es otro ejemplo vivo de la lucha por la

libertad. Si nadie puede poner puertas al campo tampoco se las puede

poner al corazón. Umm al-Kiram bint al-Mut’asim B. Sumadish conocida

entre los castellanos como Umm al-Quiram, es una princesa y poeta

andalusí del siglo XI, hija de Almotacín, rey de la Taifa de Almería (que se

corresponde aproximadamente con la actual provincia de Almería.

Ella vive durante la segunda mitad del siglo XI, entre 1051 y 1091. Y

pertenece a la dinastía de los Banu Sumadih o sumadihíes. Sus otros tres

hermanos también son poetas, dos de los cuales fueron Raf al-Dawla ben

Muhammad y Ubaid Allah ben Muhammad. En el Al-Bayan al-Mughrib de

Ibn Idhari, se afirma que su inteligencia es tal que su padre la educó junto a

sus hermanos, pero que pronto se dio cuenta de que los superaba a todos

en el arte de Ia composición poética de casidas y moaxajas. Especialmente

interesantes son los poemas de amor dedicados a as-Sammar, el eunuco de

su harem. As-Samar es originario de Denia y participaba del gobierno en la

corte almeriense, por eso pudo frecuentar a la princesa. Ahora la veis triste

y dolorida porque al final su padre, el rey Almotacín, se enteró de sus

amoríos y lo hizo desaparecer.

Comentado [ELRH63]: Diapositiva 3 (61)

Comentado [ELRH64]: Diapositiva 4, (62

Page 47: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

47

Poesía de Al-Kiram

MARAVILLAOS, AMIGOS.

Maravillaos, amigos,

de lo que ha cosechado una pasión ardiente,

pues, de no ser por eso, no habría bajado,

en compañía de la luna de la noche,

desde su cielo altísimo a la tierra.

Mi pasión por quien amo es de tal suerte

que si de mí se separase el corazón lo seguiría.

Ay, ojalá supiera

Si hay algún medio de estar solos

donde no lleguen los oídos del espía.

Qué maravilla

a solas quiero estar con un amado

que vive, aunque se vaya, en mis entrañas y en mi pecho.

MARAVILLAOS

La enfermedad del amor

logra hacer descender la luna

desde los cielos a la tierra

en la oscuridad de la noche.

Lo amo de tal manera

que si él se alejase de mí

mi corazón le seguiría.

POESÍA DE AL-GASSANIYYA AL-BAYYANIYYA

APRENSIÓN DE PARTIDA

¿No te acuerdas acaso, cuando

decían que era hora de partir las caravanas?

Comentado [ELRH65]: Diapositiva 5, (63)

Comentado [ELRH66]: Diapositiva 5 bis ( 63 bis [64]) Otra vdersión

Comentado [ELRH67]: Diapositiva 6, (64 [65])

Page 48: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

48

Corazón, ya no tienes paciencia

para soportar la partida.

Tras la marcha no queda sino la muerte,

pues la vida se carga de tristezas.

Yo solía vivir a la sombra de tu amor

¡entonces sí era agradable la vida!

Y el jardín del amor era florido y tierno:

Noches felices sin reproches,

ni el abandono rompía nuestra unión.

Ojalá pudiera saber

ahora que continuamos separados

si las noches serían iguales a las de antes.

TE ENTRISTECEN QUE DIGAN

¿Te entristecen que digan

Han partido los palanquines de las mujeres?

¿Cómo podrás soportarlo, ay de ti,

Cuando se vayan?

No hay más que muerte a su partida,

Y si no, una resignación

Como acíbar y tristeza;

La vida era dulce

Bajo la sombra de su presencia,

Y el jardín de la unión amorosa

El más fragante perfume;

¡Qué felices noches en las que no temía a los reproches

Por la pasión,

Ni me asustaba que hubiese huida

a nuestra unión!

¡Ojalá supiera, ahora en la separación

Si todo será después como fue antes!

Comentado [ELRH68]: Diapositiva 6 bis (64 bis [66])

Page 49: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

49

14. Butayna Bint Al-Mutamid (Sevilla, siglo XI)

Perdonad mi intromisión. No, no. Que no se vaya nadie sin antes decidme

quién de vosotras es Itimad Al-Rumaikyya, La Gran señora.

(Itimad se adelanta)

-Señora, traigo nuevas que espero compensen las lágrimas que desde

vuestro destierro han secado esos ojos.

“Como bien recordaréis, cuando los almorávides sitiaron a Al-Mutamid en

Sevilla y se apoderaron de la ciudad, el palacio fue saqueado y vuestra hija

Butayna desapareció con un grupo de cuativos. Entretanto, con esa

angustia atroz tuvisteis que partir al exilio, dolor que sin duda

Mausoleo de Al- Mu'tamid en Agmat, a las afueras de

Marraquech. XURXO LOBATO

Comentado [ELRH69]: Diapositiva1 (65 [67])

Page 50: La poesía de Al-Ándalus y la mujer

50

empequeñecía todos los bienes materiales que allí dejabais. Es cierto que

la disteis por muerta y que con ese sufrimiento tuvisteis que convivir para

no desatender vuestras obligaciones con sus hermanos.

Como tantas mentiras han circulado sobre esta desgracia, antes de venir,

mandamos hacer este retrato que intenta reflejar su belleza y que, al

contemplaros, me confirma su identidad, tal es el parecido que guarda con

vos.

Con esta garantía de la fidelidad de mi historia, me atrevo a contaros que

mi padre, un rico comerciante de Sevilla la compró como concubina, con la

intención de regalármela después a mí. Por eso se desvivió en colmarla de

atenciones y prepararla bien. Sin embargo, cuando quise consumar

nuestras relaciones con ella, Butayna me lo impidió apelando a su linaje y

me dijo: “No seré tuya más que mediante un contrato matrimonial, si mi

padre lo consiente”. Todo esto lo podéis comprobar si escucháis este

poema donde se cuentan los detalles y que, rodando de boca en boca, ya

es famoso entre el pueblo del occidente musulmán. Oíd pues y dirigíos

urgentemente a Agmat, donde el desdichado Al Mutamid sigue preso y

lleno de tristezas. Aquí quedo yo a la espera de vuestra resolución pues mi

amor y mi vida dependen de que regrese con vuestro consentimiento y con

la firma de Al Mutamid como testigo en el contrato matrimonial.

Si el parecido del retrato de vuestra hija con vos misma os ha convencido

de la verdad de mis palabras, comprobad, pues, que también ha heredado

de vos el ingenio y la facilidad para la poesía.

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Escucha y atiende mis palabras,

iEscucha y atiende mis palabras,

pues esta es la actitud de los nobles!

Sabréis que fui hecha cautiva,

yo que era hija de un rey de las Banu Abbad,

un gran rey en una época ya lejana,

pues el tiempo conduce siempre a la ruina.

Cuando Dios quiso separarnos

y nos hizo probar el sabor de la tristeza,

se alzó la hipocresía contra mi padre en su reino

y la separación, que nadie quería, se hizo presente.

Salí huyendo y se apoderó de mi un hombre

que no fue justo en sus actos, pues me vendió como esclava,

aunque a alguien que de todo me protege

excepto de la adversidad

y quiere casarme con un hijo suyo,

casto, adornado de las bellas cualidades de los nobles

y que ha ido a ti a pedirte si estás de acuerdo:

ya ves que actuó correctamente.

Ojalá, padre mío,

me hagas conocer si esperar puedo mi amor,

y ojalá Rumaykiyya, la real, con su favor,

pida para nosotros la felicidad y la dicha.

Butayna Bint Al-Mutamid

Comentado [ELRH70]: Diapositiva 2 (66 [68])

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Creo que no es necesario decir que Al Rumaykyya y él se alegraron de saber

con vida a su hija y opinaron que esa boda era lo mejor que Butayna podía

desear, pues sabían que era el resultado de la situación, el remedio de las

desdichas y el menor de los males, aunque el velo de la tristeza cubrió el

corazón de Al Mutamid que firma como testigo en el contrato matrimonial

entre Butayna y ese joven.

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Bibliografía Además de las páginas reseñadas en algunas de las entradas que hemos leído, reconocemos que

esta recopilación de poemas y autoras no habría sido posible sin el magnífico blog del poeta

Fernando Sabido “Poetas Andaluces 2221 -Biblio Poemas+Cantares+Coplas Editor: Fernando

Sabido”

https://fernando-sabido-andalucia.blogspot.com/

www.publico.es/culturas/erotismo-andalusi.html

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/wallada-bint-mustakfi-poetisa-

andalusi/20171113082419145207.html

Eduardo Luis Rubio Hidalgo. Profesor de Lengua castellana y Literatura del SIPEP “Fanny Rubio”,

Linares. Jaén

Rosario Cruz García, profesora de Historia del Arte, Geografía e Historia de la SIPEP “Fanny

Rubio”, Linares. Jaén

Comentado [ELRH71]: Diapositiva final de la presentación, (66[69])