la pobreza cuaderno 2

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El concepto de pobreza y la discursividad economicista Un análisis de la configuración del concepto de pobreza en los informes de desarrollo del Banco Mundial Sara Caputo

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El concepto de pobreza y la discursividad economicistaUn análisis de la configuración del concepto de pobreza en los informes de desarrollo del Banco Mundial

Sara Caputo

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El concepto de pobreza y la discursividad economicistaUn análisis de la configuración del concepto de pobreza en los informes de desarrollo del Banco Mundial

Sara Caputo

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Prólogo V

1. Introducción 1

2. El Banco Mundial y sus informes sobre el desarollo 32.1. El Banco Mundial 32.2. El informe sobre el desarrollo mundial 42.3. Género: ¿Divulgación científica o comunicación institucional? 6

3. Pobreza: Paradigmas y Significación 13

4. Marco teórico: una mirada desde las ciencias de la comunicación 21

5. La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes de desarrollo 27 mundial 1978 y 2000

5.1. Huellas discursivas en el nombre de la serie 275.2. La lógica argumentativa 325.3. La articulación temática 355.4. El lugar del enunciador 575.5. Elementos clave de la estratégia discursiva del BM en sus informes 61 sobre el desarrollo mundial

6. Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 71

7. La configuración del concepto de pobreza en la estratégia discursiva 83 del Banco Mundial

Índice

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Bibliografia 91

Anexos 95Anexo I. La historia de Basrabai 95Anexo II. La voz de los pobres 98Anexo III. “Los pobres sufren con frecuencia los malos tratos de los funcionarios” 99Anexo IV. La voz de los pobres. Citas textuales incluídas en el informe de 100 desarrollo mundial 2000, tomadas de grupos de debate

organizados especialmente

Cuadros

Cuadro 1. Definiciones de pobreza 18Cuadro 2. Desarrollo pero pobreza 38Cuadro 3. Informe 1978. Postulados básicos 45Cuadro 4. Informe 2000. Lucha contra la pobreza: oportunidad, 50 empoderamiento y seguridad

Cuadro 5. Informe 2000. Postulados básicos 56Cuadro 6. Palabras claves 58Cuadro 7. Breve análisis discursivo de la historia de Basrabai 59

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Prólogo

La presente publicación corresponde a la tesis de Maestría en Diseño de Estra-tegias de Comunicación de la Universidad Nacional de Rosario realizada por Sara Caputo bajo la dirección de Eliseo Verón.

A lo largo de los capítulos, la autora reflexiona sobre el proceso de construcción de discursos en la última mitad del siglo XX en el marco de la consolidación de la democracia y el reconocimiento de derechos civiles y sociales.

La tesis centra su interés en describir y comprender las estrategias discursivas que van conformando una visión global o internacional, así como la lógica argumenta-tiva que se apoya en el lenguaje propio de las ciencias como recurso para otorgar validez a un discurso institucional. Se aborda desde esta perspectiva la forma en que configura el concepto de “pobreza” - noción que durante el siglo veinte va ins-tituyendo su significado paralelamente a la noción de derecho ciudadano-.

Para llevar adelante este análisis discursivo, se seleccionaron dos textos del Banco Mundial, específicamente los Informes sobre el Desarrollo Mundial correspondientes a los años 1978 y 2000 – y se compararon sus estructuras, similitudes y diferencias-. Este examen permite delinear algunas hipótesis sobre la relación entre la discursi-vidad “economicista” y la impronta que han aportado a la trama de significados con que se opera sobre el diseño de políticas públicas.

Pocos trabajos reflejan de manera tan detallada y articulada cómo se va dando forma a una idea, y cómo se va construyendo y comunicando desde el discurso institucional, los niveles de significación asociados, en este caso, al término “pobre-za”. En este sentido, Sara Caputo, aborda la temática desde un marco teórico de las ciencias de la comunicación, proponiendo una interpretación novedosa, reflejo de su amplia trayectoria en materia económico-social. Consideramos que la presente tesis constituye un valioso aporte, contribuyendo al desarrollo de estudios futuros vinculados con la pobreza.

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Autora. Sara Caputo

Lic. en Ciencias Económicas por la Universidad Católica Argentina y Magister en Diseño de Estrategias de Comunicación por la Universidad Nacional de Rosario. Es especialista en desarrollo y políticas sociales, y autora del libro Microeconomía (AZ Editores, 1997). Ha publicado numerosos artículos sobre el concepto de pobreza, mercado laboral y metodologías de observación de procesos sociales. Ha sido becaria de investigación en el CONICET. Actualmente es miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Políticas Sociales, docente y consultora en temas de liderazgo, recursos humanos y políticas públicas.

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Introducción

El proceso de democratización y defensa de los derechos de ciudadanía ha es-tado relacionado en el último cuarto del siglo XX con un aumento de la percepción de lo “internacional”, “mundial” o “global”. La comunicación ha sido una de las protagonistas principales de este proceso; tanto en cuanto se reconoce a la cuestión mediática como uno de los factores principales de esta conciencia mundial, como que muchos atribuyen a Mc Luhan, en su libro La Aldea Global el reconocimiento de esta perspectiva planetaria al mirar el hombre, en su televisor, la tierra desde la luna. Dominique Wolton destaca, como parte de la consolidación de este proceso, la puesta en circulación de una serie de discursos que van dando forma a la lógica de intereses y valores que se mueven en el ámbito internacional, asignando tal importancia a este fenómeno que considera que “el proceso creciente de democra-tización ha llevado el campo de batalla a los discursos, que reemplaza a la pelea en territorio” (Wolton 1996: 13).

Este trabajo se sitúa en este interés por describir y comprender las estrategias discur-sivas que proveen una mirada global en este proceso de construcción de discursos en el marco de la consolidación de la democracia conjuntamente con el reconocimiento de derechos civiles y sociales. Se interesa también por la lógica argumentativa que se apoya en el razonamiento y en el lenguaje propio de las ciencias como recurso para otorgar validez a un discurso institucional.

Se ha elegido como campo temático el concepto de “pobreza”, noción que durante el siglo veinte va instituyendo su significado paralelamente a la noción de derecho

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ciudadano. No se pretende acá abarcar todas las instancias en las que se configura este concepto sino que se intenta hacer un ejercicio de análisis discursivo a partir de textos de un organismo internacional. Se ha elegido al Banco Mundial, por la importancia que ha cobrado esta institución en cuánto al diseño y la financiación de las políticas públicas dirigidas a la población en situación de pobreza -según las definiciones habituales por insuficiencia de ingresos o línea de pobreza-. La rele-vancia de este análisis discursivo en el corpus elegido radica en que las prácticas de intervención en lo social propuestas desde estos organismos e implementadas por los gobiernos, se apoyan en su propia concepción de la pobreza.

El trabajo comienza con una descripción del corpus elegido y con una delimitación del campo de significación de “pobreza” a los fines de esta tesis. Luego se funda-menta la perspectiva propuesta para el análisis discursivo en este corpus con un marco teórico desde las ciencias de la comunicación. A partir de allí se recorre el texto punteando las marcas retóricas, temáticas y enunciativas, siguiendo la entra-da analítica propuesta por Steinberg (1993). Se dedica un capítulo a destacar los elementos con los que se caracteriza a la pobreza dentro de la estrategia discursiva elegida por el enunciador y se concluye con los elementos principales que confi-guran el concepto de pobreza, atendiendo a los niveles de significación que se van construyendo en el discurso.

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El Banco Mundial El Banco Mundial (BM) es un organismo internacional, que fue creado en 1946,

originariamente con el nombre de Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco del Acuer-do de Bretton Woods para recomponer las relaciones económicas internacionales después de la Segunda Guerra Mundial. El BM y el FMI son instituciones que nacen hermanadas, la primera, como su nombre original lo expresaba, para financiar la reconstrucción de los activos físicos destruidos por la guerra y posibilitar la concre-ción de nuevas obras de infraestructura que impulsaran el crecimiento mundial. En ese momento histórico, el gobierno de los Estados Unidos entendió que había acumulado dinero y capacidad tecnológica cuya potencialidad dependía de que los países europeos recuperaran cierto poderío que habían perdido por las acciones bélicas. Se ideó entonces el Plan Marshall a través del cual parte de estos recursos se volcarían a préstamos subsidiados para recomponer las economías europeas y de los países que hubieran apoyado a los aliados. Paralelamente, el Fondo Monetario Internacional se concebía como un mecanismo de ayuda financiera para los países que ocasionalmente tuvieran dificultades en sus cuentas externas, para evitar una crisis de la magnitud de aquella de los años treinta, cuando las guerras comerciales de posguerra y, sobre todo, el manejo del tipo de cambio había llevado al quiebre del sistema monetario internacional. Las ideas de John Maynard Keynes fueron decisivas en la creación de estas dos instituciones.

El Banco Mundial y sus informes sobre el desarrollo2

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Actualmente el Banco Mundial y el FMI tienen sede en Washington (Estados Unidos). Se constituye como un organismo internacional del que forman parte la mayoría de los países miembros del sistema de Naciones Unidas2.

El BM ha tenido hasta el momento nueve presidentes, todos norteamericanos (EEUU), estableciéndose cierta tradición de que la presidencia del Banco Mundial la ocupa Estados Unidos y la presidencia del FMI le corresponde a un europeo3.

El informe sobre el Desarrollo Mundial

El Banco Mundial ha elaborado en los últimos años muchísimo material sobre distintas cuestiones y particularmente sobre la pobreza. Entre los diversos textos que ha publicado se ha elegido el “Informe sobre el Desarrollo Mundial” para ana-lizar la estrategia discursiva con que se configura el concepto de pobreza porque su carácter anual le ha dado una regularidad tanto en su formato como en su discurso. Este informe nace además con la intención explícita de proveer una descripción comprensiva sobre los acontecimientos mundiales y por ende, es de interés del Banco difundir este material. Inicialmente se enviaba a una lista de funcionarios públicos, académicos, institutos de investigación y bibliotecas. Actualmente se anuncia su aparición en la prensa, se entrega gratuitamente en algunos eventos preparados especialmente para tal fin y se lo puede conseguir en librerías especializadas. A los fines del análisis de la estrategia discursiva nos interesa también su pertenencia a ese universo de publicaciones anuales de los organismos internacionales que en la posguerra van dando forma al discurso sobre lo global.

Se han seleccionado para este trabajo dos ejemplares: el del año 1978 y el del año 2000. El primero porque es el que inicia la serie de estos informes anuales; el segun-do porque está especialmente dedicado al tema de la pobreza y realiza una síntesis de los aportes de otros informes sobre esta problemática.

Los primeros informes estaban dedicados genéricamente al “desarrollo mundial4” pero en la década del ochenta comenzaron a centrarse en algún aspecto en particu-lar de este tema central, por ejemplo la apertura comercial o la importancia de las comunicaciones. Actualmente se selecciona una cuestión específica, la que el Banco considera como la más relevante entre los que figuran en la “agenda internacional” -si es que cabe este término-, y se elabora un estudio particular sobre este punto, el que se nombra con un subtítulo al informe: por ejemplo el informe del año 1997 lleva el subtítulo “El Estado en un mundo en transformación” y el del año 1998 “El conocimiento al servicio del desarrollo”.

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En todos los informes la referencia a la pobreza aparece motivada por la cuestión del desarrollo. El informe del año 1980, el tercer informe, dedicó la mitad del contenido a analizar esta problemática, el del año noventa llevó por subtítulo “Pobreza”, y el del año 2000 tiene como subtítulo: “Atacando la pobreza”. Esta secuencia institucio-naliza la tradición de centrar el contenido del informe en el análisis de la pobreza al inicio de cada década.

Estos informes estaban dirigidos inicialmente a un público especializado, en parti-cular a los funcionarios públicos, que eran los interlocutores del Banco en materia de préstamos para el desarrollo. Estos eran los encargados de diseñar y gestionar las políticas públicas o entender en las relaciones internacionales, tema principal de los informes. Indirectamente esta publicación captaba el interés de las institu-ciones académicas y los investigadores estudiosos de estos temas. Esto ha cambiado radicalmente en el transcurso de estos últimos años, en parte por el avance de la “cultura de la comunicación” que ha generado la necesidad de construir desde las instituciones aproximaciones más directas al gran público, destacando el valor de su misión y las razones de su existencia, en parte por el creciente interés del público y de los medios de comunicación por estos discursos que proveen una interpretación de los acontecimientos desde una visión global. La cantidad de publicaciones de organismos internacionales ha aumentado de tal manera en los últimos años que ha dado lugar a librerías especializadas en distin-tos lugares del mundo que se ocupan de distribuir y comercializar este material5. Las primeras publicaciones de este tipo aparecen en la posguerra para difundir las estadísticas elaboradas a nivel mundial, como es el caso del Anuario Estadístico (Yearbook) de las Naciones Unidas; le siguen los textos dedicados a temas específicos (educación -UNESCO-, infancia -UNICEF-, alimentación -FAO, Comercio -GATT). Todos comparten la característica de proveer una mirada totalizadora de la reali-dad mundial, apoyados en una competencia profesional para proveer estadísticas de distintos países que permitan una comparación internacional, lo que implica una selección específica de datos que puedan ser agrupados porque cumplen con ciertos requisitos de homogeneidad. La elaboración de estos informes ha implicado no sólo la financiación de estudios especiales en cada país, para relevar y ordenar la información disponible y comparable a nivel internacional, sino también el au-mento del personal de estos organismos, con competencia para asesorar, evaluar y analizar esta información.

El Informe sobre el Desarrollo Mundial inicialmente se encargaba a una o dos perso-nas especializadas del staff técnico del Banco. Con el tiempo no sólo ha aumentado el personal dedicado a la investigación de temas de interés para el Banco6 sino que también se ha hecho habitual la contratación de destacados especialistas en la ma-

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teria, que trabajan en colaboración con los profesionales del Banco . En el caso del informe del 2000 se sometió a un proceso de consulta en distintos ámbitos, según lo relata en sus primeras páginas7.

Es Robert Mc Namara8, el quinto de sus presidentes, quién encara la publicación del primer número del Informe sobre el Desarrollo Mundial. En el prólogo que, como en este primero, siempre firmará el presidente de la institución, se lee:

“El Informe sobre el Desarrollo Mundial es la primera de una serie de publicaciones anuales que, junto con su sección estadística, brindará un aporte comprensivo de las principales cuestiones sobre desarrollo mundial9” (BM 78, Prefacio -la negrilla es nuestra).

Se especifican aquí los dos contenidos básicos que estructuran el informe:

7 Las “estadísticas” que miden o dimensionan ciertos hechos, cuya novedad en este caso

consiste en brindar la información de cada país de forma tal que sea comparable con la de

otros países y, por lo tanto, pueden ser sumadas para obtener cifras a nivel mundial.

7 El “aporte comprensivo” que describe y explica estos hechos desde una perspectiva

integradora, que trasciende el límite de las propias fronteras de los países.

Desde este primer número todos los informes mantienen la composición formal propuesta entonces: un prólogo de su presidente, un texto explicativo referido a la situación mundial y un anexo estadístico. La problemática de la pobreza se incluye de alguna manera en todos los informes como derivado de la preocupación central por el desarrollo mundial.

Género: ¿Divulgación científica o comunicación institucional?

Estos informes tienen algunas características que los encuadrarían dentro del género10 “textos de divulgación científica”. Comparten con estos la característica de estructurar el discurso con una lógica argumental impregnada por la matriz lógica y racional propia de las ciencias. Contienen también cuadros con informa-ción estadística, elaborados por especialistas, con aclaraciones que aparecen como indicios de una cierta rigurosidad científica y con abundantes citas bibliográficas que refieren tanto a libros como a artículos de revistas especializadas o trabajos de investigación producidos por académicos.

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Por otro lado, los informes del Banco Mundial pertenecen a este universo de publica-ciones, al igual que otras publicaciones de organismos internacionales, dedicados a la construcción de un discurso que se refiere a lo mundial, como una entidad distinta a la de cada uno de los países. En ellos y a partir de una determinada concepción de un todo global, se explican los acontecimientos y los vínculos que se van creando entre las naciones. En contraste con la “mundialización” de los conflictos bélicos del siglo XX, estas instituciones discurren bajo la bandera de generar espacios univer-sales para los derechos de las personas en nombre de la paz mundial.

Atendiendo a la importancia en torno a las relaciones económicas, políticas y so-ciales en el mundo que da Wolton (1996) a estos discursos, habría que considerar su ubicación dentro de un género específico, donde la retórica cuasi-científica se convierte en parte de la estrategia discursiva, como se analiza más adelante.

En los dos informes del Banco Mundial seleccionados como material de trabajo para esta tesis, se explícita el deslinde del compromiso de la Mesa Directiva de la Institución con el contenido del informe11. Esta notificación contrastaría con otras publicaciones que se ubican dentro de un género en donde la firma refuerza la pertenencia institucional del documento. Sin embargo esta marca puede tomarse como un recurso retórico al servicio de reforzar la competencia del Banco en su carácter de enunciador “experto”, no por la autoridad de su mesa directiva -que representa institucionalmente a los países miembros y que no puede comprometer con un único discurso- sino en su carácter de “consultor profesional” en temas de desarrollo mundial. Como ya hemos señalado, la institución ha ido conformando un equipo técnico especializado, al que asocia explícitamente a las condiciones de producción de este discurso en el que se va construyendo una determinada visión del mundo y de la relación entre distintos actores.

En el informe del 2000, al citar entre la autoría a destacados especialistas y mencio-nar un proceso de consulta exhaustivo, el texto adquiere mayor fuerza enunciativa al fundamentar su autoridad más allá de la figura institucional del emisor, apo-yándose en los discursos producidos por la academia y, paralelamente, presentán-dose como “describiendo lo real” por la inclusión de la “voz” de las organizaciones comunitarias y los protagonistas de la pobreza. A pesar de que la extensión con la que se utilizan las citas podría considerarse como “efecto de cientificidad”, hay en los textos gran cantidad de elementos que lo diferencian del discurso científico, ya que no guardan los requisitos mínimos para ser aceptado en cualquier ámbito académico como tal. Un ejemplo de esto es la falta de rigurosidad en la notación científica de los gráficos12.

Cabe apuntar también que en los veinte años que separan los dos textos elegidos ha

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habido una evolución estilística, desde una presentación visual muy seria y monó-tona, más propia de un texto de divulgación científica, hacia una mayor libertad en las ilustraciones de tapa y en la diagramación interior de los espacios. El primero de estos informes (1978) tiene un estilo serio y formal, más propio del ámbito aca-démico, donde se presentan estadísticas en cuadros descriptivos y se incluye un solo gráfico explicativo con un dibujo de barras; en él predomina el texto escrito en blanco y negro. En el informe del 2000 tanto la diagramación como el uso de los colores es mucho más “amigable”, más parecido a una comunicación institucional de cualquier empresa: cada tanto se intercalan recuadros con aclaraciones, se muestran gráficos más que cuadros estadísticos y se complementa el texto principal con relatos de experiencias y con aclaraciones sobre determinados aspectos de una temática, por ejemplo la historia de un emprendimiento social en un pequeño poblado o el papel de la tecnología en el desarrollo mundial. Estas diferencias no responden a un “cambio de género” sino a un “cambio de época” ya que tanto en el campo de la comunicación como del diseño gráfico, uno puede constatar esta transformación al observar y comparar la serie de cualquier publicación institucional en los últimos veinte años: la memoria de una empresa, el anuario de un museo, el informe de un ministerio.

A favor de la caracterización de estos informes dentro de un género específico vinculado a las

instituciones internacionales, cabe apuntar que la información que brindan sobre la situación

comparada de los países y el diagnóstico que realizan acerca de los problemas contempo-

ráneos en el mundo se ha convertido en una referencia casi obligada para la prensa escrita.

La necesidad de aludir al contexto internacional y a la perspectiva global para entender los

problemas nacionales le dan a la información que elaboran y distribuyen estos organismos

un espacio cada vez más destacado en los medios locales. Se reconoce su competencia en la

elaboración de estadísticas y la opinión que concitan de los expertos en distintas disciplinas

confiere un alto grado de verosimilitud a los relatos que presentan sobre lo que ocurre en

el mundo.

Estas publicaciones se insertan en una estrategia discursiva de los organismos internacio-

nales que en los últimos años se ha reforzado con otra serie de comunicaciones en formatos

diversos: el sitio en Internet, su participación en redes de difusión de noticias, convocatorias

a concursos sobre temas de interés, premios específicos, por lo que han ido ocupando un

lugar cada vez más relevante en los medios.

Se podría asimilar estas características a las de “comunicación institucional”, especialmen-

te para los informes anuales que producen la mayoría de los organismos internacionales,

aunque la trascendencia que están adquiriendo pareciera ir más allá de esta categorización,

pudiendo decirse incluso que se han constituido en mediatizadores de la cultura de lo glo-

bal, concomitantemente a la importancia que se asigna actualmente a los discursos que se

construyen en torno a la democracia y lo universal (Wolton, 1996)13.

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El Banco Mundial y sus informes sobre el desarrollo 9

2 Son miembros del Banco Mundial la mayoría de los estados nacionales reconocidos por las Naciones Unidas, incluyendo aquellos que llama de “economía centralmente planificada” por pertenecer a regímenes donde no funciona la economía de mercado (URSS, China, Cuba, Países de Europa Oriental, Corea, etc.). El primer préstamo del Banco Mundial fue otor-gado a Francia, en mayo de 1947, y al año siguiente concede, por primera vez, un financiamiento a un país latinoameri-cano, Chile, para un proyecto hidroeléctrico. En 1949 hace su primer informe económico, “acerca de los recursos y las nece-sidades de Colombia, con una recomendación acerca de las líneas más prometedoras para el desarrollo, los principales obstáculos en este camino y las medidas que deberían tomar para alcanzar el desarrollo”. Hasta 1962 el Banco financiaba sólo proyectos de infraestructura y es recién en 1962 que se aprueba el primer préstamo destinado a un emprendimiento educativo -en Túnez. En junio de 1956 se crea el “Instituto de Desarrollo Económico”, integrado por 14 profesionales del staff, patrocinado económicamente por la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller. Los datos están tomados de www.worldbank.org.

3 Recientemente los diarios locales comentaron este crite-rio ante las alternativas de la elección de un nuevo presi-dencia del FMI por la renuncia de Helmut Kohl, de origen alemán, quién había sucedido a Michael Camdesuss, de ori-gen francés. En el año 2004 fue nombrado para el cargo el español Rodrigo de Rato. El presidente del Banco Mundial, Wolfenshon, dejó el cargo en Abril del 2005 y lo sucedió el ex Ministro de Defensa de los Estados Unidos, como lo había hecho anteriormente Robert Mc. Namara.

4 La palabra desarrollo empezó a utilizarse a mediados de los sesenta como alternativa del término “crecimiento económico”, pretendiendo incluir en ella consideraciones de índole político/institucional y social que también influían en la capacidad de los países de integrarse a la dinámica de la economía mundial. Los países que lideraban este proceso recibieron, en el primer Informe de Desarrollo Mundial, la de-nominación de “Países industrializados”. Esta nomenclatura, en contraste con la de “Países en desarrollo” utilizada para países de menor ingreso/consumo relativo -medido a través del Producto Bruto Interno (PBI)- asume que el proceso de desarrollo económico va avanzando en forma de estadios o de etapas, que se van dando consecutivamente (Rostow, 1961). Como veremos más adelante la inclusión de la palabra “desar-

rollo” en el título, a diferencia de crecimiento o progreso, es una marca retórica de interés para el análisis discursivo.

5 En ellas uno puede encontrar gran diversidad de géneros, desde revistas para niños hasta libros con investigaciones so-bre una enorme variedad de temas. En Buenos Aires: World Publications, Av. Cordoba 1877 (1120) C. Bs. As.

6 En 1949 el Banco hace su primer informe sobre la situación económica de un país -Colombia- indicando las mejores alter-nativas para el crecimiento, los obstáculos que podría encon-trar y las maneras de resolverlos. En 1955 se crea, en el ámbito del Banco, el Instituto para el Desarrollo Económico, con el apoyo de las Fundaciones Ford y Rockefeller, con el objetivo de capacitar a especialistas en el estudio y la comprensión de los problemas mundiales. En los últimos 10 años el Banco Mundial se ha convertido en la mayor fuente de recursos económicos para financiar tanto la confección de estadísticas sobre pobreza como los programas gubernamentales diseña-dos para las poblaciones consideradas pobres. Información de la página del Banco Mundial sobre la historia del Banco, www.worldbank.org.ar.

7 Las actividades realizadas están mencionadas como nota de pie de página en el prólogo del Informe 2000, inmedi-atamente después de la firma del presidente en un recuadro de media página donde se describe un recorrido de consulta exhaustivo. Se citan nombres -algunos que pertenecen al staff del Banco, otros consultores externos- donde figuran perso-nas de reconocido prestigio, particularmente en la ciencia económica (Joseph Stigilitz, Nicholas Stern, Anthony Atkin-son, Amartya Sen, entre otros). Se mencionan también dos estudios “complementarios” de este informe, uno sobre el Desarrollo -”Quality of Growth” -citado en su título original en inglés- y otro sobre Pobreza -”La voz de los pobres”. Re-specto a este último se remarca el esfuerzo por incluir la per-spectiva cualitativa. Se comenta la realización de Congresos y de talleres de consulta en distintos países y con distintas instituciones, un debate electrónico sobre el proyecto del documento en la red de internet. Al final de la publicación se citan 52 “documentos de antecedentes” y se incluyen 23 páginas de referencias bibliográficas que se van citando en el texto. En agosto de l999 durante el XIII Congreso Mun-dial de Economía, en Buenos Aires, el economista jefe del Banco Mundial, Ravi Kanbú, presentó los lineamientos del que seria el Informe Mundial de 1999/2000, señalando que

Notas

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10 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

era la primera vez que se hacía una exposición pública antes de la publicación de este documento (Cronista Comercial, 26/10/99)

8 Robert Mc. Namara fue Ministro de Defensa de los Estados Unidos entre los años 1961 y 1968, y jugó un papel importante en la decisión de EEUU de participar en la guerra de Vietnam. Presidió el Banco Mundial entre 1968 y 1981. Su nombre al pie del prólogo podría tomarse como una marca discursiva. Algunos autores sostienen que en la década del 70 hubo un cambio importante en la política exterior de EEUU hacia los países menos desarrollados: en América Latina pasa de la “Alianza para el Progreso” a la influencia en las políticas económicas y sociales a través de los organismos internacio-nales, particularmente el FMI y el Banco Mundial. Al respecto puede verse Bitar (1984). El informe 2000, en su capítulo dedicado a la asistencia para el desarrollo realiza también un comentario en esta dirección: “Una explicación más prob-able (a la reducción de los flujos de asistencia al desarrollo) es que los donantes continúen considerando la cooperación para el desarrollo desde una perspectiva estratégica más que desde el punto de vista de la pobreza, y opinan que otros usos de sus recursos son mas importantes desde el punto de vista estratégico. Históricamente, las corrientes de la ayuda han respondido más a intereses políticos y estratégicos que al de-seo de reducir la pobreza”” (BM 2000:190). Nuevamente en el 2006, un ex Ministro de Defensa de Estados Unidos, con una actuación protagónica en la guerra contra Irak, es nombrado presidente del Banco Mundial.

9 Para la elaboración de estas estadísticas a nivel nacional el Banco Mundial ha otorgado financiamientos específicos para la confección de indicadores y, en los últimos diez años, para la elaboración de las Encuestas de Hogares con las que se realizan las mediciones sobre pobreza. En el informe del 2000 se destaca como un logro importante el hecho de que en el año 2000 el 85% de la población vive en países en los que se elaboran sistemáticamente encuestas sobre gasto e ingresos de los hogares (BM,2000:20). Se señala también que no obstante haber transcurrido 100 años desde la primera estimación cuantitativa de la pobreza “los conceptos básicos y la metodología empleada tiene fuertes similitudes” (BM, 2000:17, Box1.2)

10 Se denomina género a tipos relativamente estables de enunciados.

11 En las primeras páginas de ambos informes se aclara que las opiniones vertidas allí no comprometen al Banco como institución sino que son de exclusiva responsabilidad de los autores, explicitándose quién es la persona a cargo de la di-rección de la publicación y quienes son los autores directos del texto: el primer informe (1978) tiene un solo autor, mien-tras que en el último informe (2000) la mención de la autoría ocupa media página y se nombra casi a treinta personas como responsables directa o indirectamente de alguna parte del informe. Se cita a dieciséis asesores entre los que aparecen nombres que son casi una “marca registrada”, ya que tienen mucho prestigio en el estudio de temas de pobreza. Se hace alusión a distintos estudios del Banco Mundial que aparecen luego citados en el texto como referencias bibliográficas. Se menciona también a equipos especiales sobre temas especí-ficos. Se comenta finalmente la realización de un proceso de consulta con el ámbito académico, con líderes de cada país, con organizaciones no gubernamentales, representantes del sector privado y organizaciones de la sociedad civil.

12 Como ejemplo puede comentarse el gráfico 3. 1 que se incluye, entre otros, para fundamentar la relación positiva entre crecimiento y disminución de la pobreza. Tanto el título como el contenido desvirtúanla implicancia específica de una metodología científica a la que remite el gráfico . Como en la mayoría de los gráficos, el título no es una referencia descrip-tiva del contenido del gráfico, sino que toma la forma de una conclusión: “En general, cuanto más rico es un país, menor es la incidencia de la pobreza”. En él se muestran dos gráficos, con sus respectivos ejes cartesianos donde se ubican una serie de puntos; los ejes cartesianos tienen puesta correctamente su notación, aclarando que se trata de “escala logarítmica”, un término que parece al servicio de marcar esa conexión con el discurso científico que busca la imagen ya que no aporta al lector poco experimentado con esta notación; una nota al pie de los gráficos aclara de manera difusa qué significan los pun-tos: “Los datos se refieren a 65 países en desarrollo y a varios años del decenio de 1990” ¿Son todos los datos disponibles? ¿Son años seleccionados con algún criterio? ¿Se refieren a una muestra representativa de países? La indicación de la fuente para confeccionar el gráfico no aporta mayor precisión: “Es-timaciones del personal del Banco Mundial en base a datos de Chen y Ravallion (2000)”. La cita de Ravallion, es una marca discursiva que vuelve a referir al discurso científico entre las condiciones de producción de este gráfico, ya que se trata de alguien reconocido como una autoridad académica en ma-

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El Banco Mundial y sus informes sobre el desarrollo 11

teria de medición de pobreza. Ravallion es funcionario del Banco pero se lo cita en su carácter de autor de un estudio específico. Otro caso a destacar es el cuadro 6.2 que lleva como título “La corrupción es un impuesto regresivo”, donde la afirmación del título se fundamenta sobre datos para un solo país, tomados de una encuesta preliminar sobre cierto número de empresas y hogares. Casi los mismos comentari-os pueden hacerse de muchos de los cuadros incluidos en el texto al servicio de una argumentación propositiva a favor de una forma de generar crecimiento económico, apoyada en la liberalización de los mercados y la apertura al comercio in-ternacional. Del total de 37 gráficos que incluye este informe, 34 tienen como título una conclusión en vez de la descripción de la información que contienen.

13 Aún más cabría apuntar que varios autores relacionan el proceso contemporáneo de mundialización con la “american-ización” describiendo nuevas modalidades para “dominar” o construir un imperio en nombre de la libertad, la calidad de vida y el bienestar. En este sentido los textos que discurren sobre la globalización y en particular la de los organismos internacionales con sede en Estados Unidos, tendrían una connotación política vinculada claramente a cuestiones de poder. Al respecto puede verse Salama-Valier (1994) y Verdú (1996)

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13

Pobreza es un término cuyo significado está fuertemente investido por la cul-tura14. Se lo ha considerado un castigo divino, una lacra social, el producto de la explotación, la razón de ser de la caridad, un valor evangélico, por enumerar algunos ejemplos. Un primer requisito para analizar la configuración de este concepto en estos documentos es acotar el nivel de significación de este término.

Para los fines de esta tesis lo limitaremos a la forma en que el término pobreza va adquiriendo su significado según se va conformando la idea de un ciudadano sujeto de derechos, en especial durante el siglo veinte (Martínez Nogueira, 1995). En esta contextualización el concepto de pobreza va a estar asociado a una carencia, es decir deviene de la confrontación del binomio necesidad/ausencia de “algo” que se requiere para conformar un “todo”; en este caso este todo está representado por la descripción de aquello que circunscribe la identidad del hombre sujeto de ciertos derechos. Es en el marco de este ideal igualitario de la sociedad democrática y en la interpretación de cuáles son los bienes básicos necesarios para alcanzar un mí-nimo considerado culturalmente razonable para cualquier ser humano, que se va definiendo la carencia y se establece una delimitación entre el que es pobre, porque no puede acceder a determinados bienes, y el que no lo es.

Hay acá una primera cuestión filosófica que atraviesa todo el trabajo: ¿Este mínimo se refiere a una cuestión simplemente material? ¿es posible separar en cuanto a la satisfacción de las necesidades del hombre lo material de lo no material? Desde muy temprano, bienes como salud y educación, que no son estrictamente materiales, han sido considerados como bienes básicos para garantizar al ciudadano el ejercicio de sus derechos, pero ¿Cómo se tratan los bienes tales como la libertad, la autoestima, la conciencia de la propia dignidad?En los últimos cien años, en relación a cómo va

Pobreza: paradigmas y significación3

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14 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

instituyendo su significado el concepto de pobreza y de una manera muy sintética, pueden distinguirse tres paradigmas que van configurando esta idea15. El primero es el del positivismo, que predomina en el primer cuarto del siglo pero que aún mantiene su influencia en muchas ciencias, sobre todo la economía. El segundo es el paradigma que pone énfasis en lo social, que surge desde la antropología, que cobra fuerza a mediados de siglo. Finalmente habría un último paradigma, que al-gunos autores señalan como incipiente a partir de algunas indicios de ruptura con los paradigmas anteriores (Ruby, 1995). Este último paradigma no han conformado un cuerpo suficiente de autores y teorías que puedan ser leídos como fundacionales, al decir de Verón (1996).

En el paradigma del positivismo, las carencias que determinan quién es pobre se refieren a bienes materiales; aquellos necesarios para el sustento de la vida humana; básicamente alimentación, vestido y techo, aunque también se incluye educación. Se atribuye a Charles Booth (1840-1916), sociólogo y empresario naviero, la introducción del término “línea de pobreza” por una analogía con la línea de flotación en el mar, debajo de la cual no es posible sobrevivir16. Pertenece también a este paradigma la confianza de que los beneficios de la técnica asociados a la industrialización se expandirían horizontalmente a todo el mundo, y verticalmente a cada rincón de cada país, hasta eliminar la pobreza. Algunos lo han llamado “el mito del eterno progreso”, que implica, según una expresión de Tennyson (1809-1892), que “la rueda del mundo no detendría jamás su carrera sin fin sobre los rieles del progreso” (cfr. Debray, 1993).

Más adelante es Townsend (1979) el que justifica, dentro del paradigma de la ciencia moderna, la utilización de la línea de pobreza como una herramienta objetiva para determinar quién es pobre o no lo es: “Hemos supuesto que existen dos grupos; uno, generalmente más pequeño, en ‘privación múltiple’ (pobres) y uno más grande que sufre menos privación (no pobres). Dado que hay una relación directa entre ingreso y privación, el nivel de ingreso (o estrecha franja de niveles de ingreso) en el que estos dos grupos pueden ser ‘objetivamente’ separados de la mejor manera, puede ser considerado como la linea de pobreza” (citado por Boltvinik 1999:44) El segundo paradigma es el de una “ciencia humanística e interpretativa que recono-ce la necesidad de los métodos cuantitativos y cualitativos” (Ruby, 1995). Este autor cita a continuación como referencia de esta postura un párrafo tomado de Gunnar Myrdal (1953), economista sueco, Premio Nóbel de Economía en 1974, uno de cuyos aportes es el trabajo interdisciplinario (Zalduendo, 1981:88). Suele mencionarse a Karl Polanyl (1945), citado como un hito en cuanto a cuestionar, en este marco de análisis, la automaticidad del equilibrio económico y las leyes del mercado para satisfacer las aspiraciones del hombre (Guariglia, 1995). En este segundo paradigma -circa 1950- la noción de pobreza está enmarcada en un sentido más amplio de lo que

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Pobreza: paradigmas y significación 15

se considera carencia, incluyendo los derechos a la educación, a la salud, al esparci-miento, al trabajo, a la seguridad social; lo que da lugar a los llamados “bienes prefe-rentes”, aquellos que deben ser accesibles a todo ciudadano, independientemente de su nivel de ingreso. Esta concepción se inserta en lo que se ha llamado la “sociedad salarial” (Castels, 1999) o el “Estado del Bienestar” (Van Parjis, 1995): la forma de organización social que prevaleció después de la segunda posguerra, uno de cuyos fundamentos son las ideas del economista J. M. Keynes (1883-1946)17. El nombre proviene de una especie de acuerdo social dentro del sistema capitalista, en el que el Estado interviene para garantizar la universalización del acceso a determinados bienes –básicamente educación y salud- elementos indispensables para sumarse al mercado de trabajo e ingresar así a los beneficios del progreso18. Esta visión le asigna un rol muy importante al Estado en tanto asume, a raíz de la experiencia de la crisis del año 1930 y los problemas de posguerra, que los mecanismos de mercado no resultan automáticos, como se suponía en el paradigma anterior.

Sin embargo persiste la confianza en que la pobreza es una situación acotada y que puede resolverse con las políticas públicas adecuadas: las situaciones de pobreza que detectaban las estadísticas se explicaban ya por la pertenencia a poblaciones marginales dentro de un país avanzado en el proceso de industrialización –grupos étnicos, bolsones rurales de baja productividad, migración de trabajadores del cam-po a la ciudad-, ya por el “atraso” de un país dentro de una concepción del desarrollo en etapas sucesivas y casi automáticas, una vez iniciado el proceso de crecimiento económico -o “despegue”- (Rostow, 1961). Dentro de esta concepción de un desa-rrollo inclusivo por su propia naturaleza, aunque con algunas limitaciones que el Estado debía corregir con sus políticas sociales, surgió la necesidad de contar con una medición complementaria a la línea de pobreza, que permitiera conocer más concretamente las carencias asociadas a esta situación: por ejemplo ausencia de agua potable o sistema cloacal, niños que no asisten a la escuelas por falta de esta-blecimientos- y poder ocuparse de ellas. Se elabora así el indicador llamado NBI, sigla que refiere a Necesidades Básicas Insatisfechas (INDEC, 1990).

En la mayoría de los países la elaboración de las bases estadísticas para el diag-nóstico y la evaluación de las políticas públicas relacionadas con las poblaciones en situación de pobreza han sido financiadas por Organismos Internacionales, en particular por Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. La disponibilidad de encuestas de hogares para la elaboración de los indicadores de líneas de pobreza y de poblaciones con necesidades básicas insatis-fechas en los últimos quince años, ha reforzado la recomendación de los organismos internacionales por políticas dirigidas estrictamente a las poblaciones consideradas “pobres”, que han tomado el nombre de políticas “focalizadas” en contraposición a las políticas “universales” que tradicionalmente proveían salud y educación a toda la población.

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16 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

En la década del 60 los cuestionamientos a la modernidad y a su noción del progre-so se generalizan desde innumerables ámbitos, dando lugar a nuevos planteos. Se cuestiona “la deseabilidad incondicionada del crecimiento en razón de problemas relacionados con la población y su crecimiento, la contaminación del medio ambiente que provoca el desarrollo industrial, la persistencia del nivel de pobreza en algunos países subdesarrollados, el deterioro de las condiciones políticas que perjudican la libertad y la justicia frente al uso de la fuerza, etc..” (Zalduendo, 1981:64). Comienza también la preocupación por la distribución del ingreso.

Entrada la década del sesenta aparece en Europa el término “exclusión social” para expresar la preocupación por esa parte de la población que permanecía al margen de los beneficios del crecimiento, tanto porque no aceptaban las condiciones de la sociedad: jóvenes rebeldes, drogadictos, alcohólicos, delincuentes -”inadaptados sociales”- como porque no tenían las habilidades suficientes para participar en el proceso productivo -discapacitados- (Paugman, 1996). En ese momento el fenóme-no aparecía, al igual que la pobreza en el paradigma anterior, como una cuestión marginal, un residuo inevitable que llamaba la atención porque -con excepción de los discapacitados- el resto parecía tener a su disposición todos los elementos para disfrutar de los bienes que les brindaba la sociedad pero no lo hacían. Si bien el término “exclusión social” recibió muchas críticas desde el punto de vista acadé-mico, por la ambigüedad de su significado, fue ganando popularidad al captar una nueva manera de referirse a los problemas sociales: superaba el criterio tradicional de medición de la pobreza por insuficiencia de ingresos, y también la connotación ideológica de términos como marginados o explotados. Reforzó su significación en los años ochenta al aplicarse a las situaciones de desempleo prolongado de personas con suficientes credenciales educativas. Si bien es un término que ha dado lugar a muchos cuestionamientos, el debate actual en torno a la exclusión social intenta ir más allá de la desigualdad de los ingresos para explicar los fenómenos de ruptura social y de crisis de identidad que son propios de las sociedades modernas. “El éxito de la noción de exclusión es que pone el acento, al menos implícitamente, en la crisis de los lazos sociales, remarca la oposición de intereses entre grupos y la lucha por el reconocimiento en la comunidad, pero sobre todo la ausencia de reivindicaciones organizadas y de movimientos susceptibles de reforzar la cohesión identitaria de la poblaciones desfavorecidas”19(ídem: 15)

Paralelamente a “exclusión social” surge otra noción, la de “nuevos pobres”, más propia de los análisis de la sociedad estadounidense, que destaca los problemas de fragmentación y violencia social en un clima de alta competencia y gran movilidad social. Los nuevos pobres son los que no se adaptan al cambio vertiginoso de la so-ciedad, los que no alcanzan a reciclarse laboralmente, los que no adoptan las pautas culturales de la modernidad, los que quedan rezagados porque tomaron “malas decisiones” a pesar de que se les garantizó igualdad de oportunidades.

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Pobreza: paradigmas y significación 17

Estos planteos no alcanzan a definir un paradigma diferente pero implican un claro cuestionamiento al paradigma anterior: no se entiende qué está pasando pero las cosas no están resultando como se había pensado que serían. Algunos autores tratan de reformular aquella concepción democrática e igualitaria, como John Rawls que, en su Teoría de la Justicia (1971), que va a incluir, entre aquellos bienes primarios necesarios para el desarrollo humano, la libertad, la posibilidad de participar, las bases sociales del respeto a sí mismo, lo que algunos han llamado bienes simbóli-cos. Amartya Sen, Premio Nóbel de Economía en 1998, cuestiona, tanto la forma de plantear los problemas desde la ciencia económica como la insuficiencia de los indicadores como el PBI o la línea de pobreza para medir el grado de bienestar de los países y las personas20. En su último libro “Desarrollo como Libertad” (2000) este autor pone énfasis en la importancia de generar condiciones de libertad para que las personas puedan convertir sus propias capacidades en recursos suficientes para desarrollar su propio proyecto de vida, superando así la pobreza. Pierre Bourdieu (1999) en “La miseria del mundo”, hace un recorrido a través de historias persona-les en un intento por comprender mejor las razones de la pobreza, reconociendo la limitación de las herramientas tradicionales de análisis sociológico.

Comenzando el nuevo siglo la conceptualización de la pobreza parece haber esca-pado de los moldes a los que se la quiso someter con los criterios ordenadores del positivismo, del cual son hijos el análisis económico y sociológico tradicional. Los intentos de ampliar la primera versión, incluyendo lo social y las herramientas más blandas de la antropología o la psicología, no fueron suficientes para detener la incertidumbre sobre la complejidad de los problemas que enfrentan actualmente las sociedades: urbanas y pobres, ricas y fragmentadas, comunicadas y en busca de sentidos. El estudio de la configuración del concepto de pobreza en la estrategia discursiva del Banco Mundial trata de aportar algunos elementos para comprender esta trama de significados que operan sobre el diseño de políticas públicas.

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18

Cuadro 1

Definiciones de Pobreza

9 Diccionario de la Lengua Española: “condición del wque no tiene lo necesario para vivir” (García

Pelayo, 1983), “necesidad, falta, escasez” (Diccionario Enciclopédico Sopena).

9 Banco Mundial 1978: “una condición de vida caracterizada por la desnutrición, el analfabetismo,

la enfermedad, el deterioro del medio ambiente, alta mortalidad infantil y baja esperanza de vida,

hasta estar más allá de cualquier definición razonable de decencia humana” (BM 1978: Prólogo).

9 Banco Mundial 1980: distingue entre “pobreza absoluta” y “pobreza relativa”. Esta última se define

“en relación con” los niveles medios de vida: “El punto focal del análisis es la pobreza absoluta,

condición de vida caracterizada a tal punto por la desnutrición, el analfabetismo y las enfermeda-

des que escapa a toda definición razonable de la dignidad humana. Sin embargo, en el seno de

una sociedad determinada en una época dada, la pobreza se define (y para muchos fines debiera

definirse) en relación con los niveles medios de vida. Sería erróneo, por ejemplo, utilizar la misma

pauta de pobreza al evaluar las políticas de Argentina y Bangla Desh. La pobreza relativa es también

importante porque la distribución de bienes, ingresos y poder tiene profundas repercusiones en las

perspectivas de aminoración de la pobreza absoluta” (BM 1980:39).

9 Banco Mundial 2000: “En el presente Informe se acepta la concepción tradicional de la pobreza

(recogida, por ejemplo, en el Informe sobre el desarrollo mundial 1990), que engloba no sólo la priva-

ción material (cuantificada mediante un indicador adecuado del ingreso o el consumo) sino también

un bajo nivel de instrucción y de salud (...) En el presente Informe se amplia también el concepto de

pobreza de manera que se incluya también la vulnerabilidad y la exposición al riesgo, y la falta de

representación y la impotencia. Todas estas formas de privación limitan gravemente lo que Amartya

Sen llama las “capacidades con que cuenta una persona, es decir, las libertades sustantivas que le

permiten disfrutar de un tipo de vida valioso para él o para ella” (BM 2000:15).

9 Adam Smith (1779): Suele citarse esta frase de La Riqueza de las Naciones: “Actualmente, en gran

parte de Europa, cualquier trabajador se sentiría avergonzado de mostrarse en público sin una camisa

de hilo”. La presencia del sentimiento de vergüenza sería el indicador de que la carencia observada

es una carencia básica (Boltvinik, 1999 :41).

9 Amartya Sen (1984): comentando a Smith señala “El ámbito de las propias capacidades -en lo que

esencialmente constituye el estándar de vida- escapar de la pobreza tiene un requerimiento absoluto:

evitar este tipo de vergüenza. No tanto tener mayor o menor vergüenza que otros, sino no sentirse

avergonzado, absolutamente”.

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19

9 Martin Ravallion (1994): “Puede decirse que la pobreza existe en una determinada sociedad cuando

uno o más personas no alcanzan un nivel de bienestar económico considerado un standard mínima-

mente razonable para esa sociedad”.

9 Anthony Atkinson y Francois Bourguignon (1999): “Inadecuado dominio sobre los recursos”.

9 Gary Fields (2001): “La falta de habilidad de un individuo o de una familia para tener dominio sobre

los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas”.

9 Eduardo Amadeo (2002): “... es aquella situación en la que se hallan las personas obligadas a funcio-

nar socialmente sin poder desarrollar las potencialidades suficientes para satisfacer las necesidades

consideradas básicas y poder interactuar con su medio construyendo un proyecto de vida”.

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20 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

13 Aún más cabría apuntar que varios autores relacionan el proceso contemporáneo de mundialización con la “american-ización” describiendo nuevas modalidades para “dominar” o construir un imperio en nombre de la libertad, la calidad de vida y el bienestar. En este sentido los textos que discurren sobre la globalización y en particular la de los organismos internacionales con sede en Estados Unidos, tendrían una connotación política vinculada claramente a cuestiones de poder. Al respecto puede verse Salama-Valier (1994) y Verdú (1996)

14 Una descripción de la evolución del concepto de pobreza puede verse en González (1997). En cuanto al término cul-tura tomaremos la definición de Geertz (1987:20), que la con-sidera, siguiendo a Max Weber, esa urdiembre de tramas de significación que el hombre mismo va tejiendo.

15 Utilizamos la palabra paradigma en el sentido que le da Kuhn (1962). No tomaremos el pensamiento de Carlos Marx como un paradigma diferente principalmente por dos moti-vos. El primero es que hace una crítica radical del pensam-iento clásico que cambia la perspectiva de la ciencia al punto que se establece desde entonces una contraposición entre un análisis marxista y no marxista. El segundo es que sus ideas han impregnado a las ciencias sociales de tal manera, que esta exploración merecería una tesis aparte.

16 La referencia está tomada de Fernández López (1995). El concepto es similar al de salario de subsistencia de la economía clásica.

17 John M. Keynes interviene activamente en los planes para superar la crisis del 30 y los problemas de la posguerra. En base a estas ideas, y con su participación en las reuniones que tuvieron lugar en el Instituto Smithoninano (Estados Unidos) al final de la segunda guerra mundial, se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se lo considera el padre de la Macroeconomía y con él nace el estudio de los mecanismos de Política Económica capaces de garantizar ciertos objetivos de bienestar en la población: pleno empleo, equilibrio externo, estabilidad de precios y crecimiento del producto. Una frase de Keynes, expresada poco antes de morir, refleja su optimismo respecto a las po-sibilidades del crecimiento: “Levantemos nuestras copas en honor de la Royal Economic Society, de la Economía y de los economistas, que no son los depositarios de la civilización sino de la posibilidad de la civilización” (citado por Hig-gins,1970:19).

18 Otro nombre que se asocia a este período donde el bien-estar va asociado a la asalarización es el de Henry Ford. Se cuenta que un día este empresario norteamericano, decidió duplicar los salarios de sus empleados: “Quiero que mis ob-reros puedan comprar mis autos”, declaró. Se dice que, en realidad, pretendía dar un estímulo a la producción en ca-dena en sus fábricas. Independientemente de sus verdaderas razones, su decisión se vio más que compensado por un for-midable aumento de sus ganancias (Cohen, 1998). Se utiliza el término “fordismo” para expresar una relación virtuosa entre productividad y salarios que mitigó el enfrentamiento clásico entre capitalistas y trabajadores, e impregnó un marcado op-timismo sobre las posibilidades de progreso en la sociedad salarial. El trabajo era sinónimo de ingresos suficientes para alcanzar un nivel de vida adecuado, cobertura médica para la familia, acceso al crédito para la vivienda y otros bienes durables, seguridad social para la vejez, facilidades para el descanso vacacional, etc. Imperaba un clima de movilidad social ascendente. En este sentido se comparte con el paradig-ma anterior la confianza en el progreso, vocablo que derivó en el otro más específico de “crecimiento económico”, y pos-teriormente en desarrollo para incluir el balance equilibrado entre los aspectos económicos y sociales.

19 Dentro de este planteo cabe también citar los trabajos de Rosanvallon (1995), Fitoussi (1996) y los del CASE (Center for the Analysis of Social Exclusion) del London School of Economics.

20 El ha participado en la elaboración del Indice de Desar-rollo Humano que utiliza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Notas

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21

El análisis de la estrategia discursiva en el corpus elegido se realizará a partir de la lógica argumentativa, para considerar cómo se va configurando en ella el concepto de pobreza, que es el punto central de esta tesis.

La descripción de la lógica argumentativa que caracteriza estos informes puede ser encarada desde distintas perspectivas. La primera y más habitual es la que compete a la epistemología y se refiere a las lógicas del conocer, comprender y explicar. La segunda, más en relación con la semiología, es la que se refiere a los modos que se ponen en juego para convencer o seducir: el “logos” de la antigua retórica. La terce-ra, muy ligada a las otras dos pero que va tomando cada vez una envergadura más propia, se refiere a las estructuras de sentido que se apoyan y se derivan de estas lógicas. Esta es una dimensión surgida de la pregunta sobre las palabras en su relación con el mundo, donde la realidad y las formas de comprender o hablar de lo real no corren por caminos paralelos sino que se van entrelazando para construir un tejido de significados que, a la vez que contienen e interpretan al sujeto y su mundo, lo van descubriendo y modificando continuamente. Es decir que, más allá de los métodos científicos aceptados en relación a los criterios de verdad o validación de las teorías que estructuran la lógica argumentativa de un discurso, o a la forma en que se des-pliegan las herramientas retóricas en un texto para explicar algo o persuadir a un lector, queda un tercer campo de análisis, que es el que nos interesa, en relación a la construcción de sentido en este entramado discursivo que interpreta y resignifica el mundo permanentemente.

Marco Teórico: Una mirada desde las ciencias de la comunicación.4

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22 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Esta perspectiva se ubica dentro de la línea de análisis propuesta por Verón (1996) cuando cuestiona una concepción lineal de la comunicación, poniendo en evidencia el desfazaje entre “condiciones de producción” y “condiciones de reconocimiento” en los discursos científicos, instancia que abre la dimensión a lo que él llama la semiosis social21. Verón postula una teoría de los discursos que incluya un pensamiento ter-nario, asumiendo a Fredge y a Peirce en sus condiciones de producción, aunque no llega a completarla en todo lo que ella implica.

La distinción que hace Verón entre condiciones de producción y reconocimiento es originariamente una herramienta de análisis, referida al discurso científico, para poner en evidencia lo que él llama un “malentendido epistemológico” en relación al tratamiento que hace Saussure del objeto de estudio de la semiología en su fun-dación. Esto da lugar a problematizar la correspondencia directa (funcional o prag-mática) de la relación entre el sujeto y el sentido, abre el espacio a la circulación de sentido y fundamenta un vínculo constitutivo entre el sentido y lo social: la semiosis social. Más allá de las consideraciones filosóficas y epistemológicas que esto plantea, da lugar a una propuesta metodológica para un observador/analista de un discurso que se pregunta por la construcción de sentido, ya que estas instancias -producción y reconocimiento- se han convertido en las coordenadas desde donde elige ubicarse para trabajar un discurso.

Así, el “análisis en producción” es aquél que reconoce que los discursos son engen-drados a partir de determinadas condiciones sociales y productivas, lo que da lugar a ciertas “marcas” y “huellas” que el observador puede rastrear para puntear rasgos discursivos. Este tipo de acercamiento es muy útil tanto para el análisis de material publicitario como de la prensa escrita.

En otra instancia se encuentra el análisis “en recepción”, que es aquél que reconoce interpretaciones posteriores que se han hecho de un texto describiendo sistemá-ticamente determinadas reglas de lectura del mismo. En los últimos años se han utilizado distintas técnicas, muchas originadas en la antropología, en la sociología o en la psicología, para llegar al sujeto que es interpelado por la comunicación. Esto ha dado lugar a los estudios de audiencias, más relacionados con la televisión como también a la observación y descripción de las lógicas que se construyen alrededor de las marcas a través de la publicidad. En los últimos años se ha despertado un gran interés entre los analistas sociales por aplicar estas técnicas, en particular los grupos focales, al estudio de la problemática social, en referencia al imaginario social o a la identidad de los actores sociales (Svampa, 2000)

Verón (1983) construye el concepto de “contrato de lectura” para analizar la relación entre producción y reconocimiento en la prensa escrita, tomando como referente el aporte de Benveniste y la teoría de la enunciación: hay distintas maneras de decir

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Marco Teórico. Una mirada desde las ciencias de la comunicación 23

las cosas, el que enuncia debe elegir una, en la que se enuncia a sí mismo frente al mundo y, en esta elección, se juega el sentido. El análisis de las estrategias de comunicación surge a partir del hecho de que un mismo enunciado (lo que se dice) puede tener varias maneras de enunciarlo (enunciación). Ubicándose en el lugar del receptor, se establece cierta complicidad entre el que enuncia y el que percibe el enunciado de modo tal que lo hace propio: “me gusta leer este diario, por eso lo compro”. Este tipo de análisis ha sido muy fructífero para abordar las estrategias de comunicación de los medios (Verón, 1985,1991)

En este trabajo el análisis se limita a las condiciones de producción, aunque el Infor-me 2000 refiere permanentemente a las condiciones de recepción del discurso del Banco Mundial. Es decir, que se opera sobre un material en el que conviven produc-ción y recepción, tanto porque el emisor vuelve sobre su propia interpretación de la pobreza en diálogo con otros discursos, debido a la polémica que ha generado en distintos ámbitos su discurso, como que busca incluir -como parte de sus condiciones de producción- la percepción que el sujeto pobre tiene sobre su propia experiencia de carencia de bienes y sobre su lugar social, lo que ellos llaman “las voces de los pobres” (BM, 2000, Narayan,2000).

Se plantea entonces la dificultad de sortear cierta brecha metodológica, que tiene que ver con cómo se trata esta relación entre condiciones de producción y reco-nocimiento en una comunicación institucional que está construyendo sentidos en diálogo con distintos actores: los gobiernos, la academia, las personas en situación de pobreza. Este punto está en el centro de la pregunta acerca del sujeto y el sentido, una cuestión que no ha sido aún totalmente sorteada por la semiótica. Muchas de las metodologías de análisis para trabajar con los discursos obvian o no explicitan esta conexión ni los supuestos con los que se trabaja, soslayando la problemática de pasar de lo simple a lo complejo, de lo dicotómico a las terceridades, de lo lineal a los procesos, de lo cuantitativo a lo cualitativo. Este es un asunto que supera los alcances de esta tesis, pero que se encuentra en el nudo de las dificultades metodo-lógicas para encarar el análisis de las estrategias discursivas que han llevado a la configuración del concepto de pobreza en el corpus elegido.

Verón (1999:189) destaca que la equivalencia entre la producción de sentido entre un actor A y otro B presupone la construcción de un tercero C. Uno quisiera poder entender cuál es la coincidencia o la distancia entre el C de A y el C de B: la percep-ción/conceptualización de la pobreza para uno u otro actor, y eventualmente para otros actores. Para Verón: “Si se postula un observador O -el analista del discurso- (...) su posición se define por la composición de dos terceridades: O-C-A y O-C-B”. El observador tiene frente a sí un “dispositivo de terceridades”, un conjunto complejo de elementos en donde C de A y C de B pueden o no ser equivalentes, en cuanto que la circulación de sentido se parece a los que los físicos llaman “un sistema alejado

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24 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

del equilibrio”. Y agrega: “La equivalencia entre el tercero de A y el tercero de B es indecidible. Para el actor (A o B) la cuestión de la equivalencia entre su propio tercero y el de su interlocutor es del orden de la profecía de autocumplimiento, es una equivalencia cuya validez depende de la creencia”22. Verón señala que para volver visible la indecibilidad de A o B respecto a C “basta colocarse en la posición O, es decir, ponerse fuera de juego, suspender la creencia”.

¿Cómo suspender la creencia? ¿De qué orden es esta creencia en el corpus que nos ocupa? (Entendiendo que suspender la creencia es descorrer un velo para que se ponga en evidencia un proceso significante)

La dificultad es que el juego discursivo en el corpus elegido entremezcla por lo menos tres niveles de significación:

7 El primer nivel se ubica en torno a las teorías del conocimiento o de representa-ción de lo real. Uno podría acotar este nivel al campo de la epistemología, que se refiere a las distintas formas de comprender y explicar que se han ido siste-matizando a lo largo del tiempo. En esta dimensión uno podría preguntarse: ¿Cómo se conoce la pobreza? ¿Desde dónde se habla de la pobreza? ¿Cómo se perciben las sensaciones vinculadas a la pobreza? Estas preguntas, aunque van más allá del texto, están presentes en él de dos maneras; en primer lugar por el lugar predominante que ocupa la ciencia económica entre sus condiciones de producción, en segundo lugar por la referencia a otros modos de conocer, como es la perspectiva del sujeto.

7 El segundo nivel de significación es del orden del discurso, donde las preguntas al texto son más específicas: ¿Cuál es la lógica predominante en este discurso? ¿Cómo se articula la argumentación? ¿Hay alguna apertura a distintos tipos de discurso? ¿Cómo se va delineando una determinada estrategia de comu-nicación? Este nivel de análisis es el que predomina en las páginas que siguen, tratando de utilizar las herramientas del análisis discursivo para ir describiendo una determinada estrategia discursiva que va configurando el concepto de po-breza.

7 El tercero tiene que ver con la evolución más reciente de las teorías de la comu-nicación, en las que uno puede situarse en una postura pragmática, asumiendo cierto carácter lineal de la comunicación, o internarse en la problemática más compleja de la semiótica que intenta entrelazar los tres niveles en busca del sentido.

En este último campo, que es el ámbito de la semiótica, podría decirse que nos en-contramos dentro ese ámbito de construcción y circulación de sentido que aún no

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Marco Teórico. Una mirada desde las ciencias de la comunicación 25

tiene “dueño” y está a la espera de que alguien lo materialice en lo que posteriormente se reconocerá como un acto fundacional (Verón, 1996). Las preguntas sobre la rela-ción entre el sentido y lo social, entre el conocimiento y las prácticas concretas, entre las formas de percepción/conceptualización y la construcción de vínculos sociales, y entre las relaciones que se van generando entre cada una de estas dimensiones están en el centro de las cuestiones que interesan en esta tesis de maestría, aunque sólo se esbozan algunas cuestiones asociadas a ellas.

De manera similar al planteo que hace Verón sobre el desdoblamiento del objeto de la semiología en Saussure, el sociólogo Bourdieu (2000:15) destaca otra fragmentación del objeto de estudio, muy propia del espíritu positivista, en relación a la economía, disciplina que impregna el discurso del Banco Mundial: “La ciencia que llamamos economía descansa en una abstracción originaria, consistente en disociar una cate-goría particular de prácticas -o una dimensión particular de cualquier práctica- del orden social en que está inmersa toda práctica humana”. Es en esta tensión de los supuestos epistemológicos de las ciencias positivistas en donde se inscribe la estrate-gia discursiva del Banco Mundial, pues elige el discurso económico como eje central de sus condiciones de producción mientras intenta incluir aquello de lo cual se ha hecho una “abstracción originaria”: las dimensiones sociales en la que está inmersa toda práctica humana.

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26 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

21 Las condiciones de producción son las reglas capaces de dar cuenta de la generación de un texto. Las condiciones de recepción son las que dan cuenta de las reglas de lectura e interpretación de un texto (Verón 1996) Se llama semiosis a una red de signos que remiten unos a otros sin cesar, donde el sujeto no es fuente de sentido, sino que se construye en la circulación de sentido. “Por semiosis social entiendo la di-mensión significante de los fenómenos sociales: el estudio de la semiosis es el estudio de los fenómenos sociales en tanto procesos de producción de sentido”.

22 Un ingrediente interesante del caso particular que nos ocupa es que la relación de A y B -y la posibilidad de la pro-fecía autocumplida- está mediada por las intervenciones sociales diseñadas especialmente para modificar el C de B, pero que a la vez modifican el C de A.

Notas

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27

Huellas discursivas en el nombre de la serie

Utilizaremos el título general de las publicaciones analizadas, “Informe sobre el Desarrollo Mundial”, para puntear algunas marcas que son huellas discursivas privilegiadas para analizar la estrategia discursiva del Banco Mundial a partir de la cual se configura el concepto de pobreza en estos dos informes.

Informe, hace referencia a la competencia para reunir información estadística y proveer una interpretación sobre los hechos, objetivo explicitado en el prólogo del primer número de esta serie. Informe es una palabra que proviene del discurso científico y su ubicación en el título, prepara al lector para una presentación obje-tivada de un hecho.

Desarrollo Mundial ubica al lector en una temática determinada. Desarrollo alude a la problemática del crecimiento económico, con la óptica particular de poner en consideración sus aspectos sociales, mientras que Mundial apunta a la novedad de la perspectiva, la referida al conjunto de los países. “Desarrollo” y “Mundial” encuentran sus significados en torno al tema del poder político y económico, a las formas de generar riqueza y de distribuirlas, a los lugares que ocupan distintos ac-tores sociales y su representación en el imaginario social. Como el término pobreza, estas palabras -desarrollo y mundial- han ido constituyendo su significación durante este siglo en el marco de los discursos sobre la universalización de los derechos del

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ciudadano, en este caso los derechos sociales, tanto en los ámbitos nacionales como internacionales.

Las palabras “progreso”, “crecimiento” y “desarrollo” son claves en el análisis de las condiciones de producción de este discurso, en particular en su relación con la interpretación de la pobreza, y aparecen en la primera página del primer informe:

“El progreso, en sentido amplio, y el crecimiento sostenido de la capacidad de los países en desarrollo de administrar sus economías son, efectivamente, logros impresionantes” (BM 1978:1)

Estas tres palabras tienen una larga historia semántica, acorde con el cambio de paradigmas que se describe en el tercer apartado de esta tesis:

Progreso es un término que está muy ligado al positivismo de fines del siglo die-cinueve. Tiene una connotación política y social referida a los valores de la moder-nidad23.

Crecimiento, es un término utilizado por la ciencia económica para expresar la posibilidad de medir, a partir del indicador de Producto Bruto Interno (PBI)24 la capacidad de generar riqueza de los países. Este es un término que fue fuertemente cuestionado en la década del 60 por algunos pensadores latinoamericanos (Zalduen-do, 1996) pero ha cobrado nuevo vigor en los últimos diez años con el resurgimiento del discurso económico “neoliberal”25.

Desarrollo es un término que intenta incluir la dimensión social del crecimiento. Se empieza a utilizar a fines de los años sesenta -complementariamente y a veces en contraposición a crecimiento- y destaca la necesidad de ampliar la mirada hacia aspectos menos cuantificables del desenvolvimiento económico y social de un país, tomando en cuenta las preferencias culturales de las distintas comunidades y la estimación del grado de bienestar que alcanzan las personas26.

“Progreso”, “crecimiento” y “desarrollo” son entonces tres palabras claves en base a cuyos juegos retóricos se va configurando en estos documentos el concepto de pobreza como aquello que “queda afuera”, “que está en contradicción con”. Como se verá más adelante la relación entre crecimiento económico y disminución de la pobreza es uno de los nudos interpretativos más conflictivos en la argumentación del Banco Mundial.

La forma en que se relacionan estos términos es una huella discursiva importante, ya que cuando se utilizan como sinónimos queda implícito que el crecimiento eco-nómico de por sí genera condiciones de bienestar para el hombre, erradicando todo

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 29

signo de pobreza. Se soslaya así la complejidad de las relaciones entre la dimensión económica, política y social. Esta es una huella discursiva que nos remite al para-digma económico ortodoxo27 como fundamento de los nudos interpretativos para describir, entender y conceptualizar la pobreza en los informes del Banco Mundial. Esta lógica argumentativa está centrada en el aspecto material y cuantificable del objeto de análisis, ingrediente principal del paradigma positivista de la ciencia, basado en la abstracción inicial de los aspectos y significados conflictivos del pro-blema (Bourdieu, 2001).

Este planteo da lugar a la primer pregunta de nuestra tesis: en qué medida la estrategia discursiva del Banco Mundial configura el concepto de pobreza sobre una lógica que deja afuera las dimensiones de orden social en que está inmersa, por más que se expliciten taxonómicamente las condiciones sociales que la caracterizan.

Un primer ejemplo de esta cuestión analítica puede darse en relación al cambio en la utilización de estas palabras, crecimiento y desarrollo, en los dos informes que nos ocupan. En el informe del año 1978 estos términos se utilizan mayormente como sinónimos, mientras que en el informe del año 2000, ya desde el prólogo, se las ca-lifica con un adjetivo tal como “desarrollo eficaz” o “crecimiento integrador”, lo que implica una aceptación de la ambigüedad con que se utilizaban habitualmente:

“Hemos aprendido que los elementos tradicionales de las estrategias para fomentar el crecimiento -estabilidad macroeconómica y reformas favorables al mercado- son fundamentales para reducir la pobreza. Pero ahora comprendemos también la nece-sidad de hacer hincapié en sentar las bases institucionales y sociales para el proceso de desarrollo y en corregir la vulnerabilidad y alentar la participación para llegar a un crecimiento integrador” (BM 2000:vi) -la negrilla es nuestra- .

A diferencia del informe 2000, el párrafo siguiente, del informe 1978, se refiere al crecimiento en su sentido más ortodoxo, minimizando las consecuencias sociales de un aumento en la desigualdad de los ingresos:

“En general la experiencia sugiere que la distribución del ingreso tiende a empeo-rar con el crecimiento económico. Sin embargo, aún si aumenta la disparidad en los ingresos, lo que reciben los pobres puede aumentar. Particularmente, cuando las personas están en el margen de su supervivencia, son sus niveles de ingresos, más que su posición relativa en la distribución del ingreso, lo que reclama urgente atención”28.

Este párrafo tiene en sus condiciones de producción a la teoría de Simon Kutznets 29, un economista muy reconocido por sus aportes en esta materia. Más allá de su

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30 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

consistencia lógica en el marco de la ciencia económica, este tipo de argumenta-ción ha sido utilizada reiteradamente para proponer políticas y justificar reformas que, en la práctica, han perjudicado directamente a los más pobres30. La relación entre crecimiento y pobreza, sobre la que volveremos permanentemente, es uno de los nudos interpretativos de mayor complejidad en estos informes y es una de las claves del análisis de la estrategia discursiva del Banco Mundial, en la medida que se resuelve simplificando la problemática con un marcado componente ideológico, como se verá más adelante.

Esto nos remite a la segunda pregunta movilizante en esta tesis, pregunta difícil de sortear en el análisis discursivo de estos documentos y que plantea una cuestión metodológica ¿Cómo distinguir el componente ideológico del discurso desde el punto de vista del observador o “suspender la creencia” al decir de Verón?

Volviendo al título como marca discursiva, encontramos en la palabra “mundial”, que acompaña a desarrollo, la punta de este ovillo. Mundial es también un térmi-no que ha ido conformándose durante el siglo pasado y ha ganado sustancia con fenómenos reconocidos como “del mundo”, una instancia que trasciende las fron-teras nacionales. Son ejemplo de ello las dos guerras, por primera vez mundiales; acontecimientos como la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la realización de eventos deportivos de carácter mundial o la repercusión mundial de una noticia como el atentado a las torres gemelas en Nueva York. Tanto la referencia a lo internacional como a lo universal tiene antecedentes anteriores a estos últimos ciento cincuenta años; pero este sentido de un espacio común, de una pertenencia planetaria, es un fenómeno contemporáneo y reciente, que está inmerso en el avance de las tecnologías de comunicación31.

Puede decirse que “mundial” y “global” son términos en donde esta relación entre los significados y los fenómenos sociales que llamamos semiosis social está en plena actividad32. La configuración temática alrededor de cuestiones económicas y socia-les “mundiales” nos introduce entonces en una cuestión central en el análisis de la lógica argumentativa: el “ethos” de la antigua retórica, entendido como la lógica de intereses y valores con las que estructura su discurso el enunciador.

Este es un pilar crítico para describir la estrategia discursiva en torno al concep-to de pobreza ya que en estos informes las recomendaciones sobre políticas están dirigidas principalmente a los países “menos desarrollados”, bajo el supuesto de que tienen un “atraso” respecto al estadio ya alcanzado por los países centrales o “desarrollados” sin poner en consideración las relaciones de poder que son parte principal del problema, ni las estrategias originales y diversas que pueden surgir de los propios países, ni los conflictos de intereses y valores que se expresan en el campo

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de las relaciones internacionales. En los últimos años muchos autores, aún dentro del pensamiento económico ortodoxo han cuestionado el discurso y las prácticas del Banco Mundial en este sentido33. No compete al análisis discursivo descifrar las intencionalidades del sujeto enunciador, aunque sí puntear marcas que remiten a determinadas condiciones de producción, entre ellas aquellas que descifran un marco ideológico.

Las dimensiones de análisis sugeridas por el título de estas publicaciones, nos propo-nen entonces dos elementos claves de la estrategia discursiva del Banco Mundial:

7 Se trata de un tipo de discurso con pretensión de cientificidad, es decir, tomará la forma propia del discurso científico con la impronta positivista que dio origen a las ciencias sociales. Este tipo de discurso se caracteriza por presentar una es-tructura argumentativa lógica, racional y lineal, apoyada en el encadenamiento de premisas que constatan hechos reales, apoyados por la información empírica. Sobre estas premisas se derivan las conclusiones, cuya validez se apoya en el fundamento de los datos y la rigurosidad del razonamiento34. La ciencia econó-mica es la que predomina entre las condiciones de producción, lo que se deduce tanto por el tipo de argumentos que se utilizan como por los autores que se citan como referencia35. Esto lleva a la pregunta sobre la abstracción originaria de la ciencia económica de las condiciones sociales en la que está inmersa toda acti-vidad humana, al decir de Bourdieu (2003)

7 Se ubica dentro de un campo temático donde las relaciones de poder y la diná-mica de los valores e intereses que se disputan en esa arena son una cuestión de la mayor relevancia. En este sentido, cuando estos elementos son soslayados, en el marco de un discurso con pretendida “objetividad científica”, se plantea la cuestión de cómo se desentraña el componente ideológico en la estrategia discursiva elegida para configurar el concepto de pobreza.

Hay una pregunta “de época”, al decir de Steinberg, que está detrás de estas dos cuestiones: ¿Hasta donde los criterios de racionalidad del discurso científico po-sitivista están inseparablemente al servicio de mantener determinadas relaciones de poder? La respuesta a esta pregunta excede los alcances de este trabajo pero la explicitamos porque está íntimamente ligada a las cuestiones que se analizan en este texto, en la medida que en el corazón del positivismo, que dio origen a las cien-cias sociales, estuvo la intención de separar los juicios de valor de los juicios de la realidad, elementos indisolubles para los pensadores llamados “clásicos”36. Aunque esto no se haya logrado, en la mayoría de las ciencias sociales modernas prevaleció esta ficción y este elemento confiere un alto grado de verosimilitud a los discursos propositivos que van acompañados por estadísticas, estrategia discursiva elegida para estos informes.

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32 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

La lógica argumentativa

Ubicándose en el desarrollo mundial como eje temático articulador, la referen-cia a la pobreza aparece inmediatamente en estos textos como una contradicción:

“El último cuarto de siglo ha sido un período de cambios y progresos sin precedentes en los países en desarrollo. Y sin embargo, a pesar de este impresionante logro, cerca de 800 millones de individuos continúan atrapados en los que yo he llamado37

la pobreza absoluta: una condición de vida caracterizada por la mala nutrición, el analfabetismo, la enfermedad, la falta de higiene ambiental, alta mortalidad infantil y baja esperanza de vida, por debajo de cualquier definición razonable de decencia humana” (BM, 78:Prefacio) -la negrilla es nuestra-.

El Prefacio del Informe 2000 comienza con la frase:

“La pobreza en medio de la abundancia es el mayor desafío mundial” (BM 2000:v)

La lógica que sustenta esta argumentación sería del tipo:

7 Primer Premisa: DESARROLLO igual NO POBREZA.7 Segunda Premisa: HAY POBREZA (las ESTADISTICAS registran casos de POBREZA).7 Conclusión: Entonces, todavía no ha llegado el desarrollo.

Este tipo de argumentación pone en juego la ambigüedad en el uso de las palabras crecimiento y desarrollo según comentáramos anteriormente; el primero, como término específico de la ciencia económica, como variable mensurable a través del PBI, y el segundo, con una connotación a un proceso complejo que incluye los ele-mentos sociales. En la perspectiva de la ciencia económica puede decirse que hay una relación casi tautológica entre aumento del PBI -variable para medir el creci-miento económico- y aumento en el ingreso de las personas -variable para medir el nivel de pobreza-, siempre y cuando la distribución del ingreso y el número de habitantes permanezca constante. En un modelo económico simple (sin gobierno, sin comercio exterior), típico de un libro de texto de la ciencia económica, cuando el PBI aumenta un 10%, el ingreso de las personas aumenta 10% -ceteris paribus -si todo lo demás permanece constante.

Podría decirse también que dentro del razonamiento propio de la ciencia económica no hay lugar para la pobreza como tal: el PBI alcanza posiciones de equilibrio dentro

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de un modelo general en el que se determinan precios, tasas de interés y nivel de empleo compatibles con el equilibrio externo. Entre las pautas explicativas de la ciencia económica y la evidencia de situaciones de pobreza a partir de las estadísti-cas, aparecen diversas cuestiones cuya comprensión genera grandes interrogantes y más controversias que consensos, tanto en la esfera de significación de la economía clásica o neoclásica como en versiones críticas como la economía marxista o neo marxista.

La relación entre crecimiento y disminución de la pobreza, lejos de poder tomarse como una premisa verdadera, constituye el nudo problemático cen-tral de la temática que se aborda en estos informes38. Sólo cuando se ubica la relación crecimiento y aumento del ingreso (disminución de la pobreza) en el marco de los supuestos de la ciencia económica (lo cual implica restringir la dimensión política y social del problema) puede sustentarse una premisa principal como la que apoya una argumentación de este tipo. En el marco de este tipo de argumentación el concepto de pobreza se configura como algo que queda afuera, que es una excepción a lo que debería esperarse de la secuencia lógica del crecimiento económico. Por esta razón la argumentación requiere incluir una serie de tópicos que den cuenta de la persistencia de situaciones que no se presentan conforme a lo esperado y de prever una serie de acciones para acomodar este desfazaje; en otras palabras “luchar contra la pobreza”.

Dentro de esta estructura argumentativa la evidencia de situaciones de pobreza lleva a concluir que el desarrollo todavía no ha llegado, no se ha desplegado con las caracte-rísticas que le son propias y deberían manifestarse como ausencia de carencias. En esta lógica, las carencias pueden admitirse solamente como transitorias y deben justificarse con alguna retórica que explique porqué permanecen en el tiempo. Esta retórica, que configura el concepto de pobreza desde la transitoriedad de estas situaciones, se apoya en la evidencia de los países “desarrollados” que, como sus estadísticas lo muestran, tienen muy bajos índices de pobreza absoluta por ingresos. En ambos prólogos se reconocen los esfuerzos que han hecho los países “menos de-sarrollados” y los “enormes” logros obtenidos en los últimos años PERO, la pobreza persiste, por lo tanto, se concluye, se requieren esfuerzos mayores:

“El progreso, en sentido amplio, y el crecimiento sostenido de la capacidad de los países en desarrollo de administrar sus economías son, efectivamente, logros impresionantes. Pero mucho queda todavía por hacer. Muchos de estos países no han completado la transición hacia sistemas económicos y sociales modernos, y su crecimiento está limitado por una variedad de factores, tanto internos como internacionales. Más aún, cerca de 800 millones de personas todavía viven en la pobreza absoluta 39” (BM 1978:1)

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34 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

“El crecimiento económico en los países en desarrollo ha superado las expectativas originales, y su capacidad para encarar el desarrollo se ha fortalecido (...) PERO, a pesar de este éxito, cerca de 800 millones de personas en los países en desarrollo todavía viven en la pobreza absoluta...” (BM: 1978:3)

“El desarrollo económico ha traído mejoras en la calidad de vida PERO el pro-greso ha sido lento y desigual (...) cerca del 40% de la población de los países menos desarrollados todavía viven en la pobreza absoluta” (BM: 1978:7)

“Cara al rápido crecimiento de la población, el sustancioso progreso de los últi-mos veinte años en acelerar el ritmo del crecimiento económico, modernizar las economías y aumentar el standard de vida no ha sido ni suficientemente rápido ni suficientemente extendido para reducir el número de personas que viven en la pobreza absoluta” (BM: 1978:11)

“El progreso del desarrollo en los últimos veinte años ha superado las expectati-vas iniciales en muchos aspectos. No obstante, cerca de 800 millones de personas, más de un tercio del total de la población, todavía vive en la pobreza absoluta. Los objetivos centrales de la tarea de desarrollo internacional deberán ser el crecimiento económico y la reducción de la pobreza” (BM, 1978:65)

En el informe 2000 el énfasis está puesto más directamente en la lucha contra la pobreza:

“ En el siglo XX se han conseguido grandes progresos en la lucha contra la pobreza (...) No obstante, al comienzo del nuevo siglo, la pobreza continúa siendo un pro-blema mundial de grandes proporciones” (...) Indudablemente es mucho lo que debe hacerse todavía para reducir la pobreza en sus múltiples dimensiones y para promover la libertad humana, hoy y en los años próximos” (BM 2000: vi)

“Entre 1965 y 1998 el ingreso medio se duplicó con creces en los países en desarro-llo, y sólo entre 1990-98 el número de personas en situación de pobreza se redujo en 78 millones. No obstante al comienzo del nuevo siglo la pobreza continúa siendo un problema mundial de grandes proporciones” (BM 2000: prólogo)

“Nuestro mundo se caracteriza por una gran pobreza en medio de la abundancia. (...) Esta situación de miseria persiste a pesar de que las condiciones humanas han mejorado más en el último cuarto de siglo que en todo el resto de la historia de la humanidad: la riqueza mundial, los contactos internacionales y la capacidad tecnológica son ahora mayores que nunca. Pero la distribución de esas mejoras ha sido extraordinariamente desigual” (BM 2000:3)

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 35

“Los mercados son importantes para los pobres (...) El buen funcionamiento de los mercados contribuye a impulsar el crecimiento y ampliar las oportunidades (...) Sin embargo el desarrollo de los mercados y de las instituciones que los respaldan es un proceso dificil y prolongado. A veces, las reformas introducidas con ese fin fracasan rotundamente. Y cuando tienen éxito muchas veces producen efectos negativos en ciertos grupos de la sociedad. Cuando entre los perjudicados por las reformas se cuentan los pobres, particularmente vulnerables a los trastornos externos, los países tienen la obligación de aliviar los problemas causados por las reformas. Incluso cuando los mercados funcionan como es debido, la sociedad debe ayudar a los po-bres a superar los obstáculos que les impiden participar sin trabas y en condiciones equitativas” (BM2000:61)

Esta argumentación no cuestiona el supuesto de la primer premisa sino que utiliza la evidencia de la situación de pobreza para confirmar que “todavía” no se ha alcan-zado el desarrollo: “no han completado la transición hacia sistemas económicos y sociales modernos”; “es mucho lo que debe hacerse todavía” o “el desarrollo de los mercados y de las instituciones que los respaldan es un proceso difícil y prolongado”. Una argumentación crítica destacaría que, en las condiciones históricas y concretas en las que se desenvuelve el progreso social y económico, no se está verificando la premisa principal, entonces desarrollo y pobreza podrían convivir. Otra argu-mentación, más radical aún, destacaría que determinadas formas de organización económica y social son generadoras de pobreza 40. En el informe 78 esta lógica argumentativa predomina claramente en cada una de las configuraciones temáticas que se abordan, como se describe más adelante, explicando a lo largo de sus capítulos las distintas razones del fracaso por superar la pobreza y poniendo énfasis en lo que “debe hacerse” o lo que “todavía” falta por hacer. En el informe 2000 esta lógica es menos evidente, ya que la línea argumen-tativa se bifurca permanentemente para dar lugar a consideraciones que relativizan la fuerza del discurso económico entre sus condiciones de producción. Sin embargo puede decirse que su presencia se refuerza cuando son las recomendaciones las que organizan el discurso en este informe. La organización de las configuraciones temáticas a partir de las recomendaciones pone en primer lugar al “deber ser” del desarrollo y permite incluir una variedad enorme de motivos o tópicos que aparecen como distorsiones -impedimentos, fallas y obstáculos- que deben removerse para lograr los objetivos de un “mundo sin pobreza” a partir de una estrategia de lucha contra estas imperfecciones que distorsionan la lógica economicista.

La articulación temática

A partir de la lectura sistemática y comparativa de ambos informes se detecta

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36 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

una estructura organizativa de la temática que responde a un esquema del tipo:

a. diagnóstico: Descripción de la situación problemática vinculada al crecimiento económico, donde se destacan los esfuerzos realizados en pos de alcanzar deter-minadas metas que sin embargo han resultado insuficientes. Dentro de la lógica argumentativa “desarrollo pero pobreza”, el desarrollo ubica el lugar del deber ser y la pobreza el lugar de aquello que no se ha hecho lo suficientemente bien y que explica la persistencia de situaciones que no se corresponden con un estadio superior de desarrollo como el de otros países. En el informe 2000 se hace más referencia a las acciones específicas en torno a la pobreza.

b. explicitación de premisas: Confirmación de la/las “postulados básicos”, espacio donde se puntualizan las condiciones necesarias para el desarrollo o para una estrategia de reducción de pobreza, asociadas, en el marco de un predominio de la ciencia económica entre sus condiciones de producción, a la incorporación de tecnología, al funcionamiento libre de los mercados y a la apertura externa. En el informe 2000 se pone más énfasis en “la institucionalidad”, como condicionante del éxito o fracaso en los logros esperados.

c. recomendaciones: Se prescriben, como corolario de los dos primeros puntos y siguiendo cierta linealidad discursiva, una serie de acciones, programas y polí-ticas, dirigidas principalmente a los Países menos Desarrollados (PMD).

Esta estructura actúa como un esqueleto sobre el cual se van presentando diversos motivos vinculados al tema de las relaciones de poder político y económico en la compleja trama internacional donde muchos países quedan rezagados en términos comparativos con los de mayor crecimiento económico.

El informe de 1978 presenta una configuración temática más simple que el del 2000 y resulta más sencillo el análisis de cómo se van ordenando las argumentaciones secundarias con referencia a la lógica central “desarrollo pero...”. El informe 2000 tanto por su extensión como por el cuidado con el que fue redactado para dar res-puesta a las controversias suscitadas por el propio discurso del Banco, presenta una enorme variedad de tópicos y contra argumentaciones que hacen más complejo la descripción del árbol temático, esto se simplifica si se entra a partir de las recomen-daciones que son las que básicamente organizan la disposición temática.

A continuación se tratará cada uno de los informes en forma separada para realizar luego una comparación a fin de analizar las similitudes y diferencias en su estrategia discursiva.

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 37

! 1978: El primer informe Este primer informe no tiene un capítulo especialmente dedicado al tema de la po-breza sino que éste aparece vinculado a la argumentación sobre desarrollo. Suele decirse que fue Robert Mc Namara, presidente del Banco Mundial entre 1968 y 1981, el que introdujo el tema social dentro de la perspectiva del Banco, elemento que va tomando una dimensión cada vez mayor entre sus objetivos hasta ubicarse como la motivación central de las actividades de la institución41.

El diagnóstico, según el esquema anterior, se presenta en el capítulo “La experiencia del desarrollo entre 1950 y 1975”, período que se ubica temporalmente en el espacio histórico de la existencia del Banco Mundial. Como marca discursiva debe apuntarse que este capítulo no incluye ninguna referencia directa al papel de la Institución en ese período. Lo “no dicho” al respecto es una ausencia significativa por la centralidad de la disputa por las ideologías en la arena internacional en el marco de la guerra fría y el protagonismo que en estos años adquiere Estados Unidos en el campo polí-tico como económico y social. Cabe señalar que Robert Mc Namara, quién firma el prólogo de este primer informe, es un actor principal en esta trama, ya que ha sido Secretario de Relaciones Exteriores y Ministro de Defensa de Estados Unidos en esos años42. Desde el análisis discursivo la retórica respecto a una pretendida neutralidad refuerza la figura de un enunciador que se presenta como observador imparcial de este proceso de desarrollo que va a describir una realidad objetivada, al servicio de los países miembros de la institución o de la “comunidad internacional”.

En todos los capítulos -ocho incluyendo la introducción y las conclusiones- se tratan distintos aspectos de la temática propuesta bajo el título “Desarrollo Mundial” a cuyas connotaciones ya nos hemos referido. Se dedican dos capítulos a un análisis general; uno describe el contexto internacional signado por las decisiones de po-lítica económica de los “países industrializados”, donde mayormente se explicitan las premisas principales de la argumentación; el otro comenta las perspectivas de crecimiento y alivio de la pobreza para los próximos años donde, apoyado en el marco propositivo del capítulo anterior, se hacen las recomendaciones. Se dedica un capítulo a cada uno de los tres grupos de países “en vías de desarrollo”, agrupados según niveles o estadios de desarrollo más que por regiones: países del África subsa-hariana -los más “atrasados”-; países de ingresos bajos de Asia; y países de desarrollo intermedio. Finalmente se cierra con un capítulo que sintetiza las conclusiones.

Se han detectado cuatro configuraciones temáticas principales, 1. La primera contiene los tópicos principales que describen e interpretan la expe-

riencia de desarrollo entre 1950 y 1975. Se destaca como el elemento centrali-zador de la argumentación el énfasis en la industrialización, como el elemento

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38 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

más dinámico del crecimiento, sobre todo asociado a la exportación de bienes manufacturados. La lógica “Desarrollo pero Pobreza”, se sostiene al contraponer la experiencia de los países más exitosos -los del sudeste asiático que tienen una mayor apertura al comercio exterior- con la mayoría de los países que presentan situaciones de pobreza -que han seguido la estrategia de sustitución de impor-taciones, orientada al mercado interno, lo que implica protección alta y salarios altos43. Reiteradamente se describen los avances con sus “peros”, en tanto se puntualiza su insuficiencia, como puede verse en el Cuadro 2 donde se han sin-tetizado algunas argumentaciones.

2. La segunda configuración temática es la que se refiere directamente a la pobre-za. Bajo el subtítulo “El impacto de la pobreza” el argumento toma esta forma: el crecimiento genera oportunidades PERO los más pobres tienen dificultades para participar de los beneficios del crecimiento porque “no tienen los activos

Cuadro 2

Desarrollo pero pobreza

9 La industrialización ha estado acompañada por la migración del campo a la ciudad PERO la insuficiente

absorción de mano de obra ha dado lugar en las ciudades a trabajos informales de baja productividad,

al aumento del empleo público y a la aparición de barrios marginales.

9 Hubo un importante crecimiento de las instituciones dedicadas a la economía y al desarrollo, PERO

hay dudas respecto a la calidad de estas instituciones.

9 Se registra una mejora en los niveles de vida y en la esperanza de vida PERO esto ha derivado en un

aumento excesivo de la población en relación a los PD, lo que hace presión sobre los recursos esca-

sos.

9 Ha habido un aumento en la inversión que estimula el crecimiento PERO el ahorro interno es insufi-

ciente, lo que ha aumentado la dependencia de los préstamos y las inversiones externas.

9 La estrategia industrial orientada a la exportación produjo mejores resultados que la estrategia sus-

titutiva de importaciones, PERO estos resultados son escasos, en tanto sólo ocho países tuvieron un

crecimiento en sus exportaciones superior al 10% anual.

FUENTE: Elaboración propia en base al texto del Informe 1978

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 39

productivos necesarios para generar ingresos -tierra, créditos, educación y em-pleos en el sector moderno-” (BM 78:7)

“Pero, en la mayoría de los países, los pobres son dejados de lado por el crecimiento... [apt to be bypassed by growth...]”(BM78:26)

Se inserta aquí el nudo problemático central que conecta la temática del desarrollo mundial con la conceptualización de la pobreza: la relación entre el crecimiento económico y la pobreza. Este tópico ha sido un punto clave y muy crítico en el discurso del Banco y en referencias al discurso del Banco44.

Se incluye en este informe, en alusión a las dimensiones sociales y mediando la rela-ción entre crecimiento y pobreza, el motivo de la distribución inicial de los activos, en particular en referencia a los países de economía centralmente planificada, como se verá más adelante.

Las preguntas que se hacen al respecto son del tipo: ¿Hay que priorizar el crecimiento para luego distribuir sus frutos o hay que distribuir los activos para fomentar el cre-cimiento? ¿Hay un único camino hacia el crecimiento o hay distintas “idiosincrasias” de crecimiento? Más allá de las distintas teorías, opiniones y puntos de vista, el aná-lisis discursivo de estos informes pone en evidencia un recurso retórico, incipiente en el informe del 1978 y que se refuerza en el Informe 2000, que consiste en hacer una afirmación y complementariamente relativizarla, mencionando extensivamente otras consideraciones que están presentes alrededor del tema, para luego, al mo-mento de la conclusión, enfatizar una de ella. Este tipo de recurso retórico otorga un alto grado de ambigüedad a un tema de por sí complejo y que tiene implicancias políticas y sociales importantes.

En el informe del 78 es claro el énfasis en la posición de que los objetivos del creci-miento son prioritarios, aunque inicialmente empeore la distribución del ingreso y eventualmente puedan aumentar los indicadores de pobreza. Se incluyen para relativizar estas afirmaciones menciones a otras experiencias que han tomado cami-nos diferentes y han sido exitosas en el logro de los objetivos respecto a la pobreza, como por ejemplo, este texto:

“En general la experiencia sugiere que la distribución del ingreso es probable que empeore en el curso del crecimiento económico. Sin embargo, aún si aumenta la des-igualdad en los ingresos, lo que reciben los pobres puede aumentar. Particularmente, cuando la gente está en el margen de su supervivencia, es su nivel de ingreso más que su posición relativa en la distribución del ingreso, lo que requiere la atención más urgente” (BM78: 8)45

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40 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Este párrafo se complementa con un comentario sobre el caso de tres países -Taiwán, Corea y Yugoslavia- que se presentan como una excepción, ya que han tenido altas tasas de crecimiento y además sus beneficios se distribuyeron equitativamente de-bido a políticas deliberadas de mejorar previamente la tenencia de activos entre la población más desprotegida:

“Esto (la distribución equitativa del crecimiento) podría ser explicado por una importante característica que comparten estos tres países: previo a su rápido cre-cimiento, tenían una base extendida de capacidades y una equitativa distribución de activos, incluida la tierra, como resultado de las reformas agrarias de Taiwan y Corea, y la reforma al régimen de propiedad de Yugoslavia, incluyendo la propie-dad social y la gestión obrera. Estas condiciones iniciales, sin embargo, no son las características de la mayoría de los países menos desarrollados” (BM 78:7).

El subrayado es nuestro para mostrar el condicional y la operación retórica de rela-tivizar esta afirmación. Más adelante, al realizar las proyecciones para los próximos veinte años se confirma la opción que la institución realiza sobre la prioridad que debe darse al crecimiento por sobre la distribución de los activos:

“El modelo combina las tasas de crecimiento del PBI proyectadas por diferentes grupos de países con el supuesto de que la desigualdad de ingresos seguramente au-mentará en los primeros estadios del desarrollo y luego disminuirá en los siguientes estadios, lo que implica que los ingresos de los sectores más pobres de la población crecerán más lentamente que el ingreso promedio por persona en el período pro-yectado” (BM78: 33)

Cabe citar otros ejemplos donde un párrafo en que se afirma la prioridad asignada al objetivo de estimular el crecimiento se relativiza luego:

PARRAFO ASERTIVO: “El requerimiento más importante para progresar en el alivio de la pobreza es la aceleración del crecimiento en los países de más bajos ingresos. (...)

PARRAFO RELATIVIZADOR a continuación: “Mientras se sostienen algunas teorías generales, muchas interacciones entre crecimiento y pobreza, entre ingre-sos y crecimiento de la población, y entre sistemas de incentivos a la producción y aumentos en el producto permanecen poco claras. Aún más inciertas es la posible naturaleza y tasa de cambio de las estructuras sociales, y el impacto del cambio social en la producción y su distribución”(BM, 78:12)

Otro ejemplo:

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 41

PARRAFO RELATIVIZADOR: “El progreso en los países en desarrollo requerirá una combinación de tres elementos: mantener una tasa alta de crecimiento en los ingresos; modificar el patrón de crecimiento para aumentar la productividad y los ingresos de los más pobres; mejorar el acceso de los pobres a los servicios públicos básicos”.

PARRAFO ASERTIVO: “El aumento de la tasa de crecimiento económico es un elemento central para continuar el proceso de modernización, fortalecer las insti-tuciones, diseminar la educación... . (El crecimiento) provee los recursos necesarios para mejorar el standard de vida y expandir los servicios públicos. (BM78: 26)”

En el informe del año 2000, sobre el que volveremos más adelante, la estrategia de “incluirlo todo” es más marcada, como en estos dos párrafos:

“Las pautas de crecimiento y los cambios en la distribución de los ingresos y opor-tunidades y el ritmo de la reducción de la pobreza son resultado de un complejo conjunto de interacciones entre las políticas, las instituciones, la historia y la geo-grafía de los países” (BM: 2000).

“Las grandes diferencias en el crecimiento son resultado de la interacción de nume-rosos factores: condiciones iniciales, instituciones y políticas de los países y crisis externas, sin olvidar la buena suerte” (BM2000:49)

Como ya se señaló, la afirmación de que el crecimiento es necesario para reducir la pobreza es casi una obviedad (y hasta una tautología bajo determinados supuestos). Lo que se destaca aquí es que, tomando la ciencia económica como un ingrediente central entre sus condiciones de producción, el discurso enfatiza esta relación po-sitiva entre crecimiento y disminución de la pobreza, y minimiza la relevancia de las condiciones sociales -pasadas, presentes y en transformación- que son el meollo de la problemática del desarrollo y de las relaciones de poder que caracterizan el escenario internacional. En este paso desde los textos de la ciencia económica a las recomendaciones de política económica, se hace omisión de la abstracción origina-ria de las condiciones sociales implicada en los supuestos fundantes de la ciencia económica en su versión neoclásica46.

3. La tercer configuración temática gira en torno a “lo mundial”, o el ámbito de lo internacional. Se destaca en este informe la creciente “interdependencia” entre los países (BM78:13) y esta se caracteriza con la descripción de los flujos económicos: movimiento de bienes/servicios y capitales, a la que se agrega, como nota de actua-lidad, la migración y el turismo. Reconocer la interdependencia mundial y acotarla al movimiento de mercaderías, individuos y dinero, minimizando las dimensiones políticas y sociales de estos fenómenos confirma la elección de una estrategia dis-

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42 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

cursiva que soslaya los elementos que se refieren a las relaciones de poder y a la dinámica de los intereses que se ponen en juego en torno al desarrollo mundial47. El ámbito de lo mundial se concibe entonces, con la misma lógica de abstraer las dimensiones político sociales, como un espacio neutro donde hay intercambio de bienes y servicios entre los países de distinto grado de desarrollo. Esta caracterís-tica asimila este texto al género de las comunicaciones de tipo institucional que otorgan prioridad a la estilización del mensaje; esto contribuye a otorgarle cierta “naturalidad” al relato de lo que acontece en el ámbito de lo mundial.

Se enfatiza aquí el aumento del intercambio de mercaderías entre 1950 y 1975, cuyo elemento más dinámico ha sido la corriente de bienes manufacturados entre los propios países industrializados, desacelerado por la crisis del petróleo de 1973.

Se destaca la experiencia exitosa de los que han logrado un aumento importante de las exportaciones industriales, aunque sólo un pequeño grupo - ocho países- ha seguido esta estrategia. No se menciona que pudieron hacerlo en virtud de una relación muy particular con la economía japonesa que, a diferencia de otros países, transfería a los países que estaban en su área geográfica más próxima las industrias donde el margen de rentabilidad disminuía en la medida que los salarios de los trabajadores japoneses iban aumentando48.

En cuanto a los flujos de capitales destaca que no se ha mantenido el compromiso asumido en Naciones Unidas por los PD de destinar por lo menos un 1% de su PBI en forma de subsidios e inversiones privadas en obras de desarrollo para los países más pobres. En 1975 este porcentaje llegaba al 0,6% (BM 78:67). Se menciona también que ha aumentado la proporción de capitales en el mercado privado de préstamos, que creció a fines de los sesenta y “aumentó dramáticamente” a partir de 1973 por la oferta de los excedentes de los países petroleros. También se hace referencia al aumento en los ingresos por turismo y de las remesas de los trabajadores migrantes que se trasladaron a otros países en busca de mejores oportunidades de empleo, elementos que irán cobrando cada vez mayor fuerza en los años subsiguientes, en parte como expresión del aumento de las desigualdades de ingresos y oportunidades a nivel internacional.

Hay un párrafo que merece destacarse en relación a las discusiones actuales sobre las implicancias ideológicas de las recomendaciones liberalizadoras y la experiencia de los últimos veinte años en cuanto a la distribución de la riqueza entre países de distinto grado de desarrollo49. Se refiere a las exportaciones de los PMD, cuya tasa de crecimiento fue relativamente baja:

“...porque el aumento de la población y los ingresos aumentó la demanda doméstica mientras que los incentivos por aumentar la productividad fueron insuficientes,

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 43

por lo tanto las exportaciones de los PMD fracasaron en mantenerse a tono con el crecimiento de la demanda mundial de productos agrícolas” (BM78)

Este comentario minimiza el conflicto de intereses que suele tener un país entre el aumento del bienestar de la población -aumento de ingresos y demanda interna- y las exigencias por competir internacionalmente -aumento de la productividad /nivel de salarios y tipo de cambio- en particular con productos agrícolas cuyos precios históricamente han perdido valor frente a los bienes industriales y cuya demanda tiene menor dinamismo -o menor tasa de crecimiento relativo-. Argumentaciones en torno a estas cuestiones dieron lugar, en la posguerra, a la estrategia sustitutiva de importaciones como promotora de un “crecimiento hacia adentro”50. En este tema juega un papel sustantivo las relaciones de poder, en particular, en torno a la apropiación y la transferencia de los frutos de la innovación y la distribución/rega-lías de los adelantos tecnológicos. En el informe del 2000 se incluye por ejemplo el tema de los subsidios agrícolas de los PD, que perjudican las exportaciones de bienes primarios de los PMD, que no se mencionan en el Informe de 1978..

La argumentación en torno a la dimensión internacional remite a otro nudo inter-pretativo, que va a adquirir una mayor dimensión en el transcurso de los veinte años que separan ambos informes: la libertad de comercio (barreras arancelarias y no arancelarias) y su repercusión en el patrón de crecimiento, en particular la forma en que el aumento de las importaciones y el estímulo a la competitividad o al cambio tecnológico repercute en la elasticidad empleo/producto. En los últimos años la relación entre el cambio tecnológico, el desempleo y el aumento de la pobreza, ha sido una cuestión crítica.

Cabe introducir aquí la distinción que realiza Verón (1996:22), para un análisis en el nivel de las condiciones de reconocimiento o recepción del discurso, entre el efecto de sentido “cientificidad” y el “ideológico”. En el primero se reconoce una particu-lar relación con lo real que explica los fenómenos ateniéndose a las condiciones de producción (epistemológicas/metodológicas) de la ciencia. En contraste la carac-terística del efecto ideológico es la de producir cierta ‘naturalidad’, como si hubiera una relación lineal y directa con lo real51. Las operaciones discursivas que se han señalados como propias de este texto utilizan permanentemente como recurso de autoridad a la ciencia económica, y por lo tanto apelan permanentemente al efecto cientificidad, sin embargo, al poner el discurso al servicio de realizar recomenda-ciones en una sola dirección son cada vez más reconocidos por su efecto de sentido ideológico. Esta es otra característica del discurso que confirma su clasificación dentro del género “comunicación institucional” y no del de “divulgación científica” como se comentara anteriormente.

4. La última de las configuraciones temáticas se articula en torno a la descripción

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44 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

del sendero de crecimiento de la economía mundial, argumentación que está al servicio de hacer explícitos las premisas principales, que coinciden con lo que podría denominarse los “postulados básicos” que fundamentan las reco-mendaciones: apertura externa -a bienes e inversiones- e incorporación de tec-nología avanzada (Cuadro 3). Actualmente estos postulados se reconocen como “paradigma económico neoliberal” dado que en la década del noventa tomaron consistencia como tales al ser enunciados como el “Consenso de Washington”, cuyos puntos principales se explicitan como fundamentaciones básicas para el desarrollo en el Informe del BM 200052. Podría decirse que es aquí donde el efecto ideológico del discurso adquiere su mayor fuerza.

Los principios básicos del crecimiento se puntualizan haciendo alusión a la experien-cia exitosa de los Países Desarrollados (PD) en los últimos años, en su relación con el comercio internacional, lo que da lugar a formular una serie de “recomendaciones” para los países que esperan alcanzar un estadio superior de desarrollo y consecuen-temente erradicar la pobreza. Se enuncian como “reglas de oro” en la experiencia de los PD, pero están allí para la atención de los PMD poniendo énfasis en las ventajas de la liberalización del comercio y la entrada de capitales incorporadores de tecnología como la puerta de acceso a todos los beneficios del crecimiento.

Se presenta acá otro nudo interpretativo, que se ha complejizado en el transcurso de estos veinticinco años: la insuficiencia de ahorro interno de los PMD para financiar las exigencias del desarrollo y el endeudamiento externo en el mercado privado, antecedente de los movimientos especulativos de capitales que van a caracterizar la década del noventa.

! 2000: “Attacking poverty” 53

El informe del 2000 se fue preparando con mucha anticipación, dada la repercusión en la academia, en los gobiernos y en la prensa, lograda por el informe del año 1990, bajo el título POBREZA. Anticipando la publicación del Informe 2000 se hizo público el hecho de que la pobreza aparecería como tema central de los informes cada 10 años, y se hiceron preparativos especiales tanto por la elaboración de estudios pre-vios como con otras actividades de difusión y discusión en distintos ámbitos54.

Una de estas presentaciones se realizó en Buenos Aires, en agosto de 1999, durante el XIII Congreso Mundial de Economía. En este evento el economista a cargo del informe, Ravi Kanbú, presentó los lineamientos del que seria el Informe Mundial que aparecería al año siguiente55. Uno de los temas centrales del Congreso era la desigualdad en la distribución del ingreso. El expositor, un economista de India, remarcó que era la primera vez que el informe se ponía a consideración de un panel

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 45

público externo al Banco. Señaló que, estableciendo una tradición, al igual que el del año 80 y el del año 90 este informe estaría dedicado al tema de la pobreza. Destacó la necesidad de ligar dimensiones económicas y no económicas en el tratamiento del

Cuadro 3

Informe 1978. Postulados Básicos

^ “Las políticas comerciales abiertas hacen una importante contribución al sendero de crecimiento de

los países industrializados: fomentan la división del trabajo que acelera la mejora en la capacitación

y en la productividad del trabajo en la industria; estimula el progreso tecnológico; al proveer un flujo

de bienes manufacturados a precios más bajos, incrementa el poder de compra en términos reales

y reduce las presiones inflacionarias que inhiben el sendero de crecimiento a partir de la expansión

de la política monetaria y fiscal; y, al estimular el crecimiento de los PMD, son causa de una nueva

expansión en los mercados de los PD” (BM78: 14)

^ “La disminución sistemática de estas barreras (arancelarias y no arancelarias) es una de las grandes

tareas incompletas en las negociaciones comerciales multilaterales y algo que es una fuerte apuesta

para los PMD” (BM 78:15)

^ “Al demorar los cambios estructurales, el proteccionismo demora el paso de la mano de obra desde

actividades con baja productividad, como los textiles, confecciones y calzado, hacia industrias donde

la productividad del trabajo es alta, como maquinarias o químicos” (BM, 78:16)

^ “EL efecto del aumento de las importaciones en el empleo es menor que el que se produce por otras

variables, como el cambio tecnológico y el cambio en la demanda (estimuladas por la apertura del

comercio exterior), que son las fuerzas que conducen a los cambios estructurales y al crecimiento de

la economía” (BM 78:17)

^ “Para la economía en su conjunto, y para cada sector de actividad, las mayores importaciones sólo

tendrán un pequeño efecto neto en el empleo” (BM 78:17)

^ “Dado que el continuo aumento del comercio internacional es para beneficio de todos los países,

también lo es el progreso que se hace, internacionalmente, en ajustarse a los cambios en las ventajas

comparativas “ (BM 78:17)

FUENTE: Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo 1978

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46 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

tema de la pobreza, se preguntaba por la interconexión de las inequidades económi-cas, institucionales, sociales y políticas y el impacto que esto tenía en el crecimiento. Mencionó también los avances en los estudios referidos a los bienes públicos inter-nacionales y su accesibilidad, adentrándose en la necesidad de plantear la cuestión distributiva a nivel mundial. El nivel de la exposición fue muy bueno, tanto por los temas tratados como por la apertura a la consideración de diferentes perspectivas por parte del disertante, sin embargo el discurso del Banco Mundial fue duramente criticado tanto por los comentaristas como por el auditorio.

El primer comentarista invitado para este panel, Richard Freeman, economista de la Universidad de Harvard, se mostró muy sorprendido por esta visión del Banco Mundial que consideró “an extremely radical view”56. Criticó duramente la posición del Banco Mundial por intentar “ser la voz de las masas empobrecidas”(Cronista Comercial, 26/10/99) y preguntó si acaso los contribuyentes de los países occiden-tales estarían dispuestos a financiar objetivos como el “empoderamiento” de los pobres (ibid). Otro comentarista, un reconocido economista latinoamericano, Víctor Urquidi, atacó al Banco y a su informe desde otro lugar, en parte por su vinculación con el FMI y las políticas restrictivas que repercuten sobre los pobres, y también por su tradición de “no escuchar” a los Países menos Desarrollados, en particular en cuanto a las tesis latinoamericanas sobre estructuralismo y dependencia. Destacó la forma en que se minimizan temas importantes como las desigualdades iniciales en la distribución de activos en estos países, como también la ausencia de referen-cia a la existencia de circuitos mafiosos, las restricciones en el acceso al crédito, la corrupción en los estamentos públicos, los patrones de consumo de los pobres, entre otras. El último comentarista fue un economista chino, Daniel Quah, que hizo una presentación muy técnica, destacando que en su país, cuyos números influyen enormemente en las estadísticas mundiales por la cantidad de su población, había aumentado la desigualdad de los ingresos pero había disminuido la pobreza absolu-ta, porque el ritmo de crecimiento había sido muy alto. El caso de China, un país que por su organización política y económica no es reconocido internacionalmente como una economía de mercado, y que hizo en el marco de una revolución comunista una inversión importante en la distribución de activos, paradójicamente es el caso que ejemplifica en estos últimos años que la relación entre crecimiento y disminución de la pobreza ha sido altamente positiva.

La tensión entre las condiciones de producción y las condiciones de recepción del discurso –que se escenificó en el evento comentado anteriormente- está presen-te en el texto del Informe 2000, y se pone en evidencia a través de una retórica que juega alrededor de la lógica racional y economicista (desarrollo pero pobreza), apartándose y sujetándose a la misma intermitentemente para incluir tópicos y motivos que aluden a cuestiones políticas y sociales complejas. En este documen-to se incluyen gran cantidad de comentarios, reflexiones y acotaciones haciendo

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 47

referencia explícita o implícita a otros discursos como puede comprobarse en las referencias bibliográficas que ocupan varias páginas. La mayoría son citas de textos producidos en el ámbito académico, con predomino de aquellos provenientes de la ciencia económica.

La delimitación de las configuraciones temáticas como se hizo con el Informe 78 resulta muy difícil debido no solo a la extensión de este informe sino también a la gran cantidad de temáticas que se incluyen, como dando respuesta a distintas con-troversias surgidas de este intercambio previos con los receptores del discurso. Para sortear esta dificultad acotaremos el análisis, en esta tesis de maestría, haciéndole al texto dos preguntas: en qué medida se mantiene la línea argumental propuesta por el Informe 78 y cómo se utilizan los recursos retóricos para modificar (o no) la estrategia discursiva elegida para el primer informe.

El primer párrafo del prólogo nos anticipa la respuesta a estas preguntas57:

“La pobreza en medio de la abundancia es el mayor desafío mundial (...) Estamos convencidos que un desarrollo eficaz debe ser una tarea ambiciosa, diversificada y debidamente integrada” (BM:2000, Prólogo)

Este comienzo ubica al lector en la línea argumental del tipo “desarrollo pero pobre-za”, ya que la abundancia hace alusión a los recursos materiales y técnicos con que se cuentan en el estadio del desarrollo que han alcanzado muchos países pero, a pesar de muchos logros, la pobreza persiste según lo constatan las estadísticas. Como ya se señaló, esta lógica implica aceptar los supuestos de la ciencia económica que hacen abstracción originaria de las dimensiones políticas y sociales del desarrollo y que llevan a centrar la argumentación en “aquello que ha fallado”, más que en cuestionar la lógica o buscar formas diferentes de abordar la complejidad de la temática.

El adjetivo eficaz que cualifica a “desarrollo”, es una marca retórica que remite a la lucha discursiva en torno a los términos crecimiento y desarrollo que hemos comen-tado anteriormente. Este adjetivo está puesto al servicio de mostrar una amplitud de la mirada del Banco, respondiendo a cuestionamientos críticos recibidos desde distintos ámbitos en el tiempo transcurrido entre los dos informes analizados. En distintos párrafos se utilizan términos y se hacen consideraciones que pretenden querer incluir todas las dimensiones del crecimiento para que sea “eficaz”, “integral”, “integrador”, “diversificado”, “sustentable”, entre otros calificativos utilizados.

Como lo explicita más adelante:

“En el presente informe se intenta ampliar la comprensión de la pobreza y de sus causas y se proponen acciones para conseguir un mundo libre de la pobreza en todas

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48 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

sus dimensiones” (BM, Prólogo, v)

Este propósito explícito de ampliar el enfoque da lugar a una retórica discursiva rela-tivamente híbrida, ya que el hilo de la argumentación permanentemente se bifurca hacia aclaraciones, situaciones especiales, casos en uno o dos países, excepciones, entre otros elementos discursivos puestos al servicio de mostrar apertura ideoló-gica. En algunos párrafos parece que el discurso se hiciera tan laxo, por incluirlo todo, que pierde fuerza enunciativa. La mención extensiva de distintos enfoques, miradas, perspectivas, estudios, se repite al punto de hacerse tedioso en la lectura la enumeración de planteos alternativos en relación a la temática planteada.

Distintos párrafos se identifican con la línea argumental “desarrollo pero pobreza”, coincidente con el Informe 78. La misma se mantiene como un hilo conductor que se enfatiza cuando se elige a las recomendaciones para ordenar la configuración temática del Informe 2000.

“En el siglo XX se han conseguido grandes progresos en la lucha contra la pobreza y en la mejora del bienestar (...) (Estos progresos se cuantifican a continuación con las cifras correspondientes al aumento de la esperanza de vida, disminución de la tasa de mortalidad infantil, y de las tasas de fecundidad, aumento de la matrícula escolar primaria, aumento del ingreso medio y disminución de la pobreza extrema) No obstante, al comienzo del nuevo siglo, la pobreza continúa siendo un problema mundial de enormes proporciones” BM 2000:vi y se presentan en el párrafo las cifras de pobreza. (BM 2000:v)

En el último párrafo del prólogo se conectan las recomendaciones centrales del informe -oportunidad, empoderamiento y seguridad- con la “meta de un mundo sin pobreza” (BM2000, prólogo, vii).

“La adopción de medidas simultáneas en apoyo de la oportunidad, el empodera-miento y la seguridad puede ofrecer una nueva dinámica a favor del cambio, capaz de acabar con la privación humana y crear sociedades justas que sean al miso tiempo competitivas y productivas. Si el mundo en desarrollo y la comunidad in-ternacional suman sus fuerzas para adjuntar a esta visión unos recursos reales adecuados, tanto financieros como personales e institucionales -experiencia, co-nocimiento e imaginación- el siglo XXI conocerá un rápido progreso en la lucha contra la pobreza” (BM 2000: 12)

Este párrafo, puesto a modo de conclusión de la introducción del informe, clara-mente minimiza la tensión que existe entre “sociedades justas” y sociedades “com-petitivas y productivas”, sorteando ligeramente uno de los nudos interpretativos más críticos en la temática propuesta: el conflicto entre las relaciones productivas

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 49

y las relaciones sociales.

Desde el punto de vista epistemológico, cabe apuntar que el reconocimiento de esta disociación entre las relaciones económicas y sociales tiene su origen en la crítica que la teoría marxista hace a la ciencia económica clásica. Este es un punto cuya profundización implica internarse en lo que llamamos el primer nivel de significa-ción del discurso: los modos de conocer y representar lo real58. Esto nos remite a una tensión que se refleja permanentemente en este texto: por un lado el discurso intenta sujetarse a cierta ortodoxia económica clásica; por otro lado, obligado por la tematización de la pobreza, incorpora elementos sobre las condiciones políticas y sociales que son explícitamente excluidas en la lógica de razonamiento de la eco-nomía como ciencia.

Sobre este marco discursivo híbrido y a veces contradictorio, la lógica racional y lineal predomina en el intento de articular las distintas configuraciones temáticas en torno a la “promesa” del progreso tecnológico, capaz de lograr “un mundo sin pobreza”. Esta característica recrea en estos textos la fuerza del paradigma positi-vista59. El soporte de esta lógica es tan central que permite que sean las recomen-daciones las que organizan el Informe, lo que facilita tanto la descripción de la configuración temática como la clave para detectar el lugar donde se ratifican los postulados básicos.

Las recomendaciones se estructuran en tres “esferas” de acciones: Oportunidad, Empoderamiento y Seguridad. Estos términos dan el título a cada una de las tres secciones centrales del informe, que contienen, a su vez, dos o tres capítulos, según el caso. El informe del 2000 comienza, como el de 1978, con una sección introducto-ria, con dos capítulos sobre el tema de la pobreza, contiene una parte central donde se amplían las consideraciones sobre distintas problemáticas en varios capítulos y cierra con una sección final que considera la dimensión internacional del proble-ma, volviendo al desarrollo como eje central de la argumentación. En el cuadro 4 se presenta una síntesis de cada sección.

Es decir que se mantiene la organización del primer informe: una introducción donde se plantea la problemática y se hace una síntesis de todo el documento, una parte central donde se presenta una gran diversidad de tópicos y una parte final más general dedicada a la visión internacional.

Este informe recoge el avance en cuanto a la recopilación y organización de la in-formación sobre pobreza en muchos países61. Esta característica lo asemeja en su contenido al primer número -aunque lo supera por la extensión y diversidad de la información que presenta- y remite al objetivo inicial propuesto para esta serie de documentos en el prólogo del primer número. La información para cada país y en

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50 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Cuadro 4

Informe 2000. Lucha contra la pobreza:

oportunidad, empoderamiento y seguridad

El informe del 2000 está estructurado tomando como eje las recomendaciones, que ponen el énfasis en la

necesidad de que las “reformas de mercado” sean efectivas para los pobres a través de estas tres “esferas”

de acción:

# Oportunidad: lo que implica revisar el concepto tradicional de igualar oportunidades, garantizando el

acceso a los “activos” necesarios para poder participar en el mercado. Esta línea de argumentación

permite conectar las reformas para liberalizar los mercados -condición del crecimiento en la mirada

del Banco- con la incorporación de los pobres a los beneficios que el crecimiento conlleva. Se des-

taca el rol de las instituciones que garantizan el buen funcionamiento de los mercados y regulan la

competencia.

# Empoderamiento: Es la traducción de “empowerment” para significar la estrategia de lograr una mayor

participación de los pobres en distintos ámbitos. Se utiliza aquí el término capital social, vocablo de

uso reciente en cuestiones sociales que se refiere a las externalidades positivas de la asociación y la

cooperación entre las personas y las comunidades 60.

# Seguridad: Se refiere a la implementación de mecanismos que permitan disminuir la vulnerabilidad de

la gente pobre frente a los riesgos, tanto económicos -falta de ingresos, pérdida de patrimonio- como

naturales -ciclones, inundaciones- o vitales -enfermedad, incapacidad-. Se menciona la prevención en

cuanto a la reducción de los riesgos, es decir a minimizar la posibilidad de que los hechos calamitosos

ocurran, como a su asegurabilidad, es decir la capacidad de afrontar sus consecuencias en caso de que

no se haya podido evitar el siniestro. Para ello se plantea la necesidad de “redes de protección”.

La última sección se refiere a las acciones globales, en las que, a diferencia del informe de 1978 que

dedicaba gran parte a la “ayuda para el desarrollo” se refiere a acciones que deben impulsar los países

más desarrollados en orden a “abrir sus mercados” a los productos de los países menos desarrollados,

en particular los bienes agrícolas, en referencia a los subsidios a la agricultura en Europa y EEUU, a

promover la estabilidad financiera en el ámbito mundial, ya que la “volatibilidad” o las fluctuaciones

en el sendero de crecimiento ha resultado muy perjudicial para los países mas pobres, y el financia-

miento de bienes públicos internacionales.

FUENTE: Elaboración propia sobre la base al Informe 2000

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 51

comparación con el resto de los países se presentan en una sección aparte bajo el título “Indicadores seleccionados del desarrollo mundial”. Esta sección ocupa el 20% del informe.

En relación a la configuración temática de este informe, nos referiremos acá única-mente al nudo interpretativo que vincula crecimiento y pobreza, en comparación con el primer informe, para luego tratar otros puntos al referirnos a la caracterización de la pobreza en este informe.

Al respecto cabe citar el párrafo introductorio del capítulo 3:

“A medida que se enriquecen los países, la incidencia media de la pobreza de ingresos disminuye. Otros indicadores de bienestar, como los niveles medios de educación y salud, suelen mejorar también. Por estas razones, el crecimiento económico es un poderoso instrumento de reducción de la pobreza. Pero eso no es toda la verdad, ya que cabe preguntarse qué es lo que provoca el crecimiento económico y por qué países con tasas de crecimiento semejantes pueden tener ritmos muy diferentes de reducción de la pobreza” (BM:45)

Este se articula con la misma lógica del Informe 78 (“desarrollo pero...”), ya que enfa-tiza la importancia del crecimiento para la disminución de la pobreza, y se pregunta porqué en muchos casos no se han logrado los resultados esperados. A lo largo del capítulo se presentan gran cantidad de consideraciones, teóricas y empíricas, sobre este punto. Se pone en evidencia aquí el recurso retórico que marcábamos en el primer informe: la combinación de un párrafo asertivo con otro que intenta incluir otras argumentaciones, que luego se minimizan para dar fuerza a aquella. En tér-minos generales se afirma una relación definitivamente positiva entre crecimiento económico y reducción de la pobreza, y complementariamente se reconocen las evidencias de factores intermedios que generan un quiebre en esta relación, dando lugar a las justificaciones correspondientes. Las argumentaciones giran en torno a que el crecimiento no llega a los más pobres cuando las desigualdades iniciales en la distribución de los activos son muy marcadas, o que el crecimiento puede no ser lo suficientemente inclusivo cuando las instituciones no son suficientemente sólidas y dan lugar a burocracias excesivas o a casos de corrupción que perjudican principalmente a los más pobres.

PARRAFO ASERTIVO: “La llegada del desarrollo económico moderno abrió la po-sibilidad de que el crecimiento pudiera mejorar significativamente las condiciones de vida de los pobres -y de todos los demás (...) “(BM2000:45)

PARRAFO RELATIVIZADOR: “Pero.... Más bien, las pautas de crecimiento y los cambios en la distribución de los ingresos y las oportunidades y el ritmo de reduc-

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52 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

ción de la pobreza son resultado de un complejo conjunto de interacciones entre las políticas, las instituciones, la historia y la geografía de los países (BM2000:45)

PARRAFO ASERTIVO: “La comprensión de las políticas e instituciones que dan lugar a un crecimiento económico sostenido y sostenible es el primer paso para la formulación de estrategias que permitan mejorar la suerte de los pobres” (BM2000:49)

PARRAFO RELATIVIZADOR: “Las grandes diferencias en el crecimiento son resul-tado de la interacción de numerosos factores: condiciones iniciales, instituciones y políticas de los países y crisis externa, sin olvidar la buena suerte” (BM2000:49)

PARRAFO ASERTIVO: “El debate sobre el tema de las reformas no gira en torno a si son o no necesarias: si no se adoptan medidas encaminadas a establecer merca-dos dinámicos y competitivos e instituciones sólidas, las economías nacionales se estancarán y a la larga decaerán” (BM 2000:62)

PARRAFO RELATIVIZADOR: “Incluso en los casos en que los mercados fun-cionan, no siempre resultan tan beneficiosos para los pobres como podrían” (BM2000:62)

“En síntesis, las reformas que facilitan el funcionamiento del mercado se han difun-dido aunque en forma despareja por todo el mundo en desarrollo. En general, han contribuido a reducir la inflación y promover el crecimiento, que son dos factores importantes para reducir la pobreza de ingreso. Pero las reformas también pueden descarrilarse y ello tiene penosas consecuencias para los pobres. Los fracasos se han debido a la falta de instituciones que las respalden, a errores en las secuencias de los cambios y al hecho de que individuos o sectores dominantes hayan monopolizado el proceso de reforma” (BM 2000:64)

Es preciso reiterar que nadie puede negar la importancia del crecimiento en cuanto a la disminución de la pobreza. Como se señaló anteriormente, es casi una tautología en términos de medición en los datos del PBI, cuando no cambian la distribución del ingreso ni el número de habitantes en ese período de tiempo. Lo que se resalta es que se minimizan las consecuencias de las transformaciones sociales propias del crecimiento económico y el cambio tecnológico sobre distintos sectores de la pobla-ción. Estos cambios han repercutido desfavorablemente incluso en personas con estándares adecuados de salud y educación, amparados con políticas efectivas de protección social, como ha ocurrido en países como Inglaterra, por citar un ejemplo entre los países con más recursos económicos y tecnológicos, y con un “estado de bienestar” extendido y relativamente bien organizado62.

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 53

El siguiente párrafo, entre otros, es otro ejemplo de la ambigüedad y superficialidad con que se incluyen algunas problemáticas sociales:

“En general estos costos (los de las reformas de mercado) no anulan los beneficios que se describen más arriba. No obstante ponen de manifiesto la importancia de adoptar políticas sociales para aliviar la carga de las reformas. Esto es particular-mente necesario en el caso de los pobres, cuyos activos, sobre todo el capital humano de sus hijos, puede verse afectado irreversiblemente, incluso por los costos a corto plazo. Estos costos también nos recuerdan que el aumento o la disminución del in-greso medio no es la única medida del éxito o del fracaso de las reformas. Los datos de las encuestas realizadas en América Latina indican que las reformas pueden ser impopulares no sólo cuando generan mayores riesgos y más incertidumbre, como ocurre en muchos casos, sino también cuando causan esa impresión en el público” (BM2000:66)

Cabe remarcar, en relación a este párrafo, que la decisión de un padre de sacar de la escuela a su hijo para que colabore a generar ingresos, puede considerarse muy “racional” en la línea de Gary Becker63 (1981), ya que aunque privilegie el corto sobre el largo plazo se ubica en el contexto de una familia que está en el límite de la su-pervivencia, por lo cual el largo plazo podría no ocurrir nunca. La forma discursiva toma como “natural” o “normal” la situación extrema en la que se encuentran “los pobres”: esta implicancia resulta discursivamente más fuerte que la consideración sobre las consideraciones sociales a tener en cuenta en el caso de las reformas.

Otro ejemplo que habla por si solo:

“Los mercados de factores disfuncionales también pueden crear trampas de la pobreza o agravarlas. Un ejemplo es el trabajo infantil. Cuando sobreviene una crisis y los hogares no pueden pedir préstamos, o cuando el desempleo de adultos es elevado o los salarios son bajos, se saca a los niños de la escuela para que vayan a trabajar. La pérdida de escolaridad significa que esos niños verán reducida de por vida su capacidad para obtener ingresos. Es así como las deficiencias de los mercados de crédito o de trabajo trasmiten la pobreza y la vulnerabilidad de una generación a otra”. (BM 2000:146)

Con una cuidadosa redacción el Informe 2000 realiza un recorrido exhaustivo por diversas consideraciones sociales vinculadas con el análisis de la problemática de la pobreza, acompañado de información estadística y bibliográfica. Se incluyen re-ferencias a un enfoque “multidimensional” de la pobreza que enfatiza los aspectos del bienestar y de la libertad más allá de la insuficiencia de ingresos, se destaca la utilización de técnicas cualitativas entre los métodos de investigación y la mención a estudios sociológicos, políticos y etnográficos.

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54 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

¿En qué medida esta inclusión modifica la estrategia discursiva del Banco en relación a su primer informe?

Se sostiene aquí que, manteniendo una misma lógica argumentativa, se los inclu-ye como elementos retóricos puestos al servicio de mostrar que la institución se ubica en la “frontera del conocimiento” en lo que hace a los saberes académicos para estudiar el tema haciendo gala de una apertura intelectual y política hacia otras interpretaciones. Se consideran elementos retóricos en tanto su inclusión no modifica sustancialmente la visión economicista que, como se señaló, es un tipo de discurso que deja afuera en sus supuestos básicos la dimensión social en la que está inmersa. Este recurso, válido en los ámbitos académicos y bajo ciertas condiciones de rigurosidad científica, es aplicado indiscriminadamente a favor de las recomen-daciones que se promueven.

Las referencias a “dar poder a los pobres” (empoderamiento) o de propiciar politicas de “reforma agraria basadas en el mercado o de otro tipo”64 son dos ejemplos donde esta contradicción se expresa más crudamente. En ambos casos se presentan pro-blemáticas complejas desvestidas de toda su connotación política y social.

Muchas veces la inclusión de las perspectivas que amplían el marco de significación a otras dimensiones es tan general que el discurso pierde fuerza enunciativa por ser demasiado abarcativo, como por ejemplo:

“El éxito o el fracaso de este intento dependerá de cómo funcionen los mercados, las instituciones y las sociedades y de las posibilidades de intervención pública en el plano mundial, nacional y local” (BM 2000: v)

“Como los pobres se encuentran entre los beneficiados como entre los perjudica-dos, no se puede sacar la conclusión general de que las reformas son buenas (o malas) para todos ellos en todos los casos. No obstante, de los ejemplos de reformas introducidos en tres aspectos -la agricultura, la política fiscal y el comercio- se desprenden observaciones importantes sobre los factores que determinan el éxito o el fracaso de las medidas adoptadas, la manera como esas medidas afectan a los pobres y la posibilidad de mitigar los efectos negativos de los que se ven perjudica-dos”. (BM2000:76)

La ambigüedad en el lenguaje se extiende a los gráficos, cuya imprecisión podría aceptarse en la medida que son utilizados como recurso didáctico. Sin embargo, ellos se utilizan como un elemento de validación de la argumentación por su relación con lo real, cuya función es aceptable siempre y cuando respeten las condiciones de producción que el discurso científico exige. Muchos cuadros contienen correlaciones estadísticas poco claras y referencias poco rigurosas. Podría decirse también que el

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 55

uso de los gráficos es un recurso retórico al servicio de lograr un efecto de sentido “cientificidad” que naturaliza las recomendaciones.

También al servicio de reforzar el contacto con la realidad, se incluyen los comen-tarios tomados de “La voz de los pobres”, intercalados en letra de color verde entre el texto principal, al servicio de aportar otro elemento de validación a lo que dice el texto, casi como si fuera una foto que ilustra una situación comentada en un texto escrito65. Al utilizarse de esta manera, el ingrediente cualitativo que pudiera haber aportado este estudio queda desvirtuado ya que no incorpora un elemento novedo-so a la comprensión de la pobreza sino que convalida la argumentación propia del discurso y las conclusiones que de ella se derivan66.

Lo que hemos llamado “postulados básicos” en el Informe 78 puede identificarse también en el Informe 2000, incluyendo la explicitación de (Cuadro 5). Cabe destacar que su enunciación no es tan directa como en el primer informe ya que, como ya se señaló, aparecen muchas veces entre párrafos relativizadores o ambiguos. Otra característica de este informe es que incluye frases que claramente responden a críticas que se han recibido en relación al propio discurso, como por ejemplo:

“Eso significa que la apertura debe estar bien concebida con especial atención a las características específicas del país y a las trabas institucionales y de otra índole. El orden de introducción de las políticas deberá alentar la creación de empleo y controlar la destrucción del mismo. Una liberalización mas favorable a los pobres no tiene que ser necesariamente más lenta: un avance acelerado puede crear más oportunidades para los más necesitados. Por otro lado, algunas políticas deben orientarse a compensar los costos transitorios que pueden recaer sobre los pobres, como en el caso de las donaciones para pequeños productores de maíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)” (BM 2000:8)

“Las acciones (recomendaciones) no pueden limitarse a los países en desarrollo considerados individualmente. En fundamental encauzar las fuerzas mundiales a favor de los países y de las personas pobres. Se requieren medidas para promover la estabilidad financiera mundial, y para evitar que los países pobres no sean olvidados por los avances de la tecnología y de la investigación científica y médica. Los merca-dos de los países ricos deben abrirse a los productos de los países pobres y hay que aumentar la asistencia y el alivio de la deuda para ayudar a los pobres a ayudarse a sí mismos. Finalmente los países y personas pobres deben tener la oportunidad de hacerse oír e influir en los foros internacionales” (BM 2000: 33-34)

“Estos resultados podrían indicar que las políticas para mejorar la distribución del ingreso y los activos pueden tener un doble beneficio: aumentar el crecimiento e incrementar la parte del crecimiento que va a parar a los pobres. Ello no quiere decir

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56 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Cuadro 5

Informe 2000. Postulados Básicos

^ “Por lo tanto, el debate sobre el tema de las reformas (pro mercado) no gira en torno a si son nece-

sarias o no necesarias: si no se adoptan medidas encaminadas a establecer mercados dinámicos y

competitivos e instituciones sólidas, las economías nacionales se estancarán y a la larga decaerán”

(BM 2000:62)

^ “... estas reformas ... reflejan los principios del llamado Consenso de Washington, en el que se

establecieron 10 objetivos prioritarios en materia de políticas...” Los diez principios se incluyen el

Recuadro 4.1 (BM 2000:63)

^ “... estas reformas ... reflejan los principios del llamado Consenso de Washington, en el que se

establecieron 10 objetivos prioritarios en materia de políticas...” Los diez principios se incluyen el

Recuadro 4.1 (BM 2000:63)

^ “Las reformas se evalúan indirectamente a través de los cambios de variables tales como el volumen

del comercio, las tasas arancelarias, las tasas de inflación y los déficit presupuestarios. En estos

estudios se observa una clara correlación entre las reformas y el aumento de la tasa de crecimiento”

(BM2000:64)

^ “En los modelos de desarrollo orientados hacia el interior, la estructura de los obstáculos arancela-

rios y no arancelarios, y en muchos casos el tipo de cambio son desfavorables para la agricultura.

Las reformas del mercado que han reducido este sesgo en contra de la agricultura y han permitido

desmantelar los mecanismos de intervención estatal en general han estimulado el crecimiento de

este sector. Ciertas reformas de políticas como la privatización, la reducción de las reglamentaciones

y la liberalización del comercio y los precios, han tenido un efecto positivo en muchos países” (BM

2000:67)

^ “Se ha comprobado que la ayuda es eficaz para promover el crecimiento y la reducción de la pobre-

za en los países pobres con políticas económicas e instituciones válidas -e ineficaz en ausencia de

estas67“ (BM 2000:196)

FUENTE: BM 2000. La negrilla y el subrayado es nuestro.

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 57

que todas las políticas favorables a la equidad produzcan estos efectos deseados. Si la reducción de la desigualdad se consigue a expensas de otros factores de creci-miento, los beneficios de la redistribución pueden desaparecer. La expropiación de activos en gran escala puede dar lugar a agitaciones políticas y violentos conflictos, lo que echaría por tierra el crecimiento” (BM 2000:57)

“Sin embargo, el desarrollo de los mercados y de las instituciones que los respal-dan es un proceso difícil y prolongado. A veces, las reformas introducidas con ese fin fracasan rotundamente. Y cuando tienen éxito, muchas veces producen efectos negativos en ciertos grupos de la sociedad. Cuando entre los perjudicados por las reformas se cuentan los pobres, particularmente vulnerables a los trastornos ex-ternos, los países tienen la obligación de aliviar los problemas causados por las reformas. Incluso cuando los mercados funcionan como es debido, la sociedad debe ayudar a los pobres a superar los obstáculos que les impiden participar sin trabas y en condiciones equitativas” (BM 2000:61)

El lugar del enunciador

Desde el primer informe se define un enunciador que habla desde un lugar pri-vilegiado en cuanto al saber, tanto por su capacidad para comprender los hechos más relevantes del desarrollo global como para la elaboración de estadísticas a nivel mundial que acompañan esta interpretación. Se utilizan los términos “proveer com-prensión”, “suministrar información”, “tratar los problemas de las economías menos desarrolladas”, “explorar las relaciones de estas economías menos desarrolladas con las tendencias subyacentes en la economía internacional” para referirse a la finalidad de estos informes en su primer edición (1978). En el informe 2000 se destacan las palabras: “hay que..”, “Se precisa...”, “... deberá...”, “... es necesario...”

Al comparar el primer informe y el del año 2000 una diversidad de rasgos ponen en evidencia un cambio enunciativo. Desde la presentación visual hasta el uso del lenguaje, el informe del 2000 muestra un despliegue de recursos didácticos que no está presente en 1978. El lenguaje es también menos economicista, como se destaca al puntear las palabras claves (Cuadro 6). Como ya se señaló, los elementos asociados al “conmover” como recurso argumentativo están presentes en ambos informes, pero se utilizan con mayor frecuencia en el del 2000 y en particular en relación a la utilización del material “Voces de los pobres” que permite incluir comentarios extraídos de las entrevistas a personas en situación de pobreza. Este elemento, no modifica aquella estrategia basada en la utilización de la estructura argumentativa propia del discurso científico, sino que la refuerza, agregando a las estadísticas otro elemento que enfatiza la conexión con lo real de este discurso: las palabras extraí-

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58 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

das de los protagonistas confirman en cada caso la argumentación presentada por el Banco.

El informe del 2000 trata de ser más personal, de llegar a un público menos especiali-zado, de acortar las distancias con el destinatario, aunque mantiene una situación de asimetría, privilegiando la posición del que enuncia desde el saber, lo que se refuerza por la preeminencia que adquiere su capacidad de “resolver” o proveer soluciones efectivas. Un relato, bajo el título la “Historia de Basrabai”68 (BM 2000:1), ubicado en el tercer párrafo del primer capítulo a modo de ejemplo de lo que se argumenta en la introducción e intercalado en el texto como un recuadro, brinda elementos importantes para describir el lugar del enunciador que elige el Banco Mundial (BM)

Cuadro 6

Palabras Claves

Informe 1978

9 “Crecimiento económico (ritmo, tasas de)

9 Industrialización (estrategias de)

9 Productividad (del trabajo humano, de la agricultura)

9 Libre comercio/proteccionismo

9 Ventajas comparativas

9 Capacidad de los pobres de aprovechar el crecimiento

9 Migraciones de trabajadores hacia los PD en busca de mejores remuneraciones

Informe 2000

9 Capital humano

9 Redes de protección/manejo de riesgos

9 Promover oportunidades

9 Facilitar el empoderamiento

9 Respeto a las decisiones locales, elección de su propia estrategia

9 Exclusión

9 Cambio global

9 Vulnerabilidad - gestión de la vulnerabilidad

9 Desigualdades en todo sentido

9 Fuerzas mundiales/globalización (integración, comunicación, avance tecnológico en relación a)

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 59

para referirse a la pobreza. Utilizando “La historia de Basrabai”, cuyo análisis por-menorizado se presenta en el cuadro 7, se caracteriza el lugar del enunciador

Cuadro 7

Breve análisis discursivo de la Historia de Basraba69

El texto “La historia de Basrabai” relata una visita del personal del B. M. a un poblado rural en India. En

ella pueden distinguirse dos grupos de actores: el BM, que llega circunstancialmente, y los protagonistas

locales que interactúan entre sí y en el ámbito internacional.

La referencia al Banco Mundial es siempre en la primera persona del plural: nosotros. No se sabe si es

el presidente, en representación de la institución, si son los directivos, los especialistas en desarrollo o

los técnicos encargados de las encuestas cualitativas. Somos un “nosotros” que refiere al párrafo: “En el

Banco nos hemos propuesto como misión combatir la pobreza con pasión y profesionalismo” e invita

al lector a incluirse en esta misión.

Entre los actores locales están:

9 Los protagonistas que coinciden con la definición de pobreza del Banco Mundial: los pobres.

9 Los representantes del gobierno nacional y local.

9 Actores económicos con cierto poder en el mercado.

Los pobres tienen una relación próxima con el Banco ya que se los menciona con su nombre de pila:

Basrabai y Meeraben. Se trata de una mujer y un artesano de productos regionales. Se incluye también a

la población de la aldea, que vive una situación de pobreza caracterizada por el tipo de vivienda -chozas

de paja-, la falta de instrucción y la dedicación a tareas rurales y domésticas. Esta población aparece

como desprotegida lo que da lugar a ser amparada en el relato por los visitantes.

Los otros actores pertenecen al gobierno y a grupos de poder económico. Estos tienen una relación

distante con el Banco: se los menciona en forma impersonal y se les atribuyen acciones que perjudican

a los pobres.

En el relato se cuentan tres acontecimientos: uno pasado (el ciclón) y tres que transcurren durante la

visita del Banco (la conversación con el maestro de escuela, la reunión del consejo -autoridad local- y

el accidente del hermano de Basrabai). Estos están al servicio de caracterizar:

a. la situación de indefensión de los pobres: el maestro no cumple con sus deberes públicos, los niños

trabajan en tareas rurales y domésticas porque no concurren a clase, las autoridades no dan cuenta

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60 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

de los fondos para indemnizaciones por el ciclón, el accidentado no tiene acceso a los servicios de

salud.

b. la corrupción del Estado: el maestro se ampara en la protección oficial, se anuncian los planes de

indemnizaciones y no se cumplen, los funcionarios reciben dinero a cambio de permisos de pesca

c. la concentración del poder en perjuicio de los pobres: los grandes barcos pesqueros que violan las

normas de protección ecológica que restringe la pesca de los pescadores del poblado, los mercaderes

que compran las artesanías a precios bajísimos en relación a su precio en los centros urbanos.

d. la acción promotora del Banco a favor de los pobres: destaca las leyes de acción afirmativa que posibi-

litan la participación de las minorías -en esta caso Basrabai, una mujer- en el consejo local; posibilita

el reclamo de los pobres, en este caso, por la visita se logra que concurra el maestro; muestra el

interés por los procesos participativos locales ya que la visita se incluye en una reunión del consejo

local donde se discute el pago de las indemnizaciones no cobradas y los problemas de pesca; facilita

el acceso a los servicios públicos, en este caso se hace posible la asistencia médica a un accidentado

y el acceso a los mercados, en este caso a través de SEWA, organización que agrupa artesanos que

trabajan en sus hogares que busca la llegada directa a los mercados internacionales (esta institución

“hizo los arreglos” para la visita del Banco Mundial al poblado)

Los atributos de los objetos que se mencionan con relación a los actores ponen en contraste los ámbitos

del desarrollo y la pobreza: hormigón/chozas de paja, jeep/dificultades de acceso, instruidos/no instruidos,

trabajadores protegidos y bien remunerados/trabajadores por cuenta propia, comercio internacional/pro-

ducción local sin acceso a los mercados.

El logos “desarrollo pero” que se presenta en el relato es similar al del informe de 1978:

9 Hay logros pero son insuficientes (carretera pero intransitable cuando hay lluvia, construcciones de

hormigón pero pocas)

9 Hay servicios públicos (escuela, médico) pero hay dificultades de acceso

9 Hay producción de bienes pero no obtienen los beneficios del libre mercado

9 Hay producción rural, hay tractores, pero falta tecnificación (dependen excesivamente de las lluvias)

9 Hay leyes pero instituciones débiles (corrupción)

En los párrafos finales, a modo de conclusión se destaca:

a. La autoridad del Banco sobre el tema, con fundamentos en lo real: “Nuestros contactos con los pobres

a quienes consultamos”

b. La universalización de la problemática: “los pobres de todos los lugares del mundo (...) plantean

siempre los mismos temas”

c. Las recomendaciones: “organización (de los pobres) para defender sus derechos, aprovechar las opor-

tunidades que brinda el mercado y protegerse contra los riesgos”.

FUENTE: Elaboración propia sobre el texto que se presenta en el Anexo I, tomado del Informe sobre el Desarrollo

Mundial, Banco Mundial, 2000

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 61

a. Se recurre a la primera persona del plural, “nosotros”, que se utiliza también en el prólogo del documento, al servicio de acortar la distancia con el lector, invitándolo a una identificación con la misión que se propone: “En el Banco, nos hemos propuesto como misión combatir la pobreza con pasión y profesionalismo” (BM 2000: prólogo)

b. La explicitación de la posición del Banco del lado del “desarrollo”, en tanto se ubica facilitando el acceso de los pobres a lugares de decisión, a los servicios públicos y a recursos para protegerse.

c. La inclusión del Banco como “dador de voz”, en cuanto da lugar a la expresión concreta de reclamos frente a las autoridades públicas o frente a la concentración de poder privado.

d. La referencia al “saber hacer” del Banco, tanto por sus conocimientos como por su contacto con la realidad.

e. La existencia de “postulados básicos”, que pueden aplicarse “universalmente” y que explicitan un “deber ser” que aparece en la forma de recomendaciones.

Elementos claves de la estrategia discursiva del BM en sus informes sobre el desarrollo mundialA modo de síntesis podemos decir que la estrategia discursiva del Banco Mundial

en los informes 1978 y 2000 sobre el desarrollo mundial presentan las siguientes características:

7 Estructura la argumentación de acuerdo a una lógica racional, basada en el encadenamiento de premisas y conclusiones, lo que deriva naturalmente en las recomendaciones.

7 Utiliza el discurso científico, en particular el de la ciencia económica, como ele-

mento principal de sus condiciones de producción y se refiere a él en gran can-tidad de citas bibliográficas a lo largo del texto.

7 Utiliza elementos retóricos propios del discurso científico, aunque no respeta la rigurosidad exigida a los textos científicos.

7 En muchos casos ordena los elementos puestos en juego en la argumentación de manera confusa, relativizando alguna de sus afirmaciones para incluir algún elemento que muestre, retóricamente, una apertura en su línea de pensamiento.

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62 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Se dice que esta inclusión es retórica porque se aparta, por algún momento, de la lógica principal pero se introduce muchas veces de manera confusa y con una marcada debilidad enunciativa.

7 Enumera distintos elementos que pertenecen al ámbito de lo social y de las rela-ciones de poder pero estas cuestiones son accesorias a la argumentación principal en torno a las posibilidades y realidades del proceso de desarrollo que se centran en las variables económicas.

7 El nudo interpretativo principal gira en torno a la relación entre el crecimiento económico y la disminución de la pobreza, lo que hace crítica la cuestión de cómo se incluyen en el discurso las condiciones sociales y políticas que median en esta relación.

7 En ambos informes, el enunciador se ubica en un lugar privilegiado en cuanto al saber y toma distancia frente a la problemática que analiza en el texto. Se posi-ciona retóricamente “a favor de los pobres”, tanto promoviendo las acciones del desarrollo (1978) como favoreciendo la “voz” y el acceso de los pobres a las opor-tunidades (2000). Se distancia discursivamente de los “gobiernos” y de los actores principales de las relaciones internacionales, con los que, efectivamente, mantiene una relación cercana en su operatoria y en sus relaciones institucionales.

¿Podría haber elegido el Banco Mundial una forma discursiva distinta? ¿Cuáles eran las estrategias de comunicación alternativas disponibles?

Un primer camino para contestar estas preguntas sería comparar el discurso del Banco Mundial con el de otros organismos internacionales, en particular aquellos que también se refieren a las relaciones económicas y sociales a nivel mundial, como por ejemplo los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o los informes de la Comisión Económica de Comercio y Desarrollo (OCDE). Esta comparación excede los alcances de este trabajo, sin embargo, si se revisan superficialmente los informes de otros organismos se reconoce inmediatamente la presencia de algún componente político o cultural tratado de manera muy diferen-te al de las publicaciones del Banco Mundial. Para citar algunos ejemplos de estas diferencias, el Informe de Desarrollo Humano (1998) del PNUD, bajo el título “La rebelión contra el materialismo del consumo en la religión”, puntea rasgos muy dis-tintos a los occidentales en la valoración cultural de cierto modo de vida por distintas comunidades; en otro apartado, se permite una referencia crítica al consumismo norteamericano expresado en un aumento de las expectativas respecto al “sueño americano” (PNUD, Informe de Desarrollo Humano, 1998: 40 y 61). En estos y otros informes de Naciones Unidas es frecuente la inclusión de denuncias sobre situaciones de iniquidad o falta de justicia en la distribución de ingresos. Este tipo de elemento

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 63

está ausente en el informe del 78 y, aunque se incluyen varios comentarios de este tipo en el informe del 2000, como por ejemplo la mención a a la desigualdad en la distribución mundial de los ingresos o la denuncia de corrupción en los PMD, esta parece estar al servicio de la argumentación principal: ya se convierte en un PERO, esto que no ha permitido que el crecimiento económico terminara con la pobreza, ya es una calificación a los aspectos culturales de los PMD vinculados a la pobreza. Una hipótesis para explicar esta diferencia, coincidente con la argumentación que se presenta en esta tesis, es que en estos otros informes la ciencia económica no constituye un elemento tan central en sus condiciones de producción.

Un segundo camino, en orden a distinguir alternativas discursivas, lo encontramos en las corrientes críticas al discurso científico positivista. Desde la epistemología se ha cuestionado al racionalismo como elemento de validación de un discurso, sobre todo en cuanto a los criterios de verdad que le confiere a las conclusiones que se utilizan para determinar “lo que debe hacerse” y “lo que no debe hacerse”. Algunos autores consideran que, en este tipo de argumentación, la razón es ella misma una respuesta y por lo tanto un problema. Una estrategia alternativa sería la de “proble-matizar” donde “La razón debe construir su propia discursividad como una respuesta susceptible de dar cuenta de las preguntas y los problemas que se plantean” (Mayer, 1995). En el informe 2000, a pesar de la incorporación de gran variedad de tópicos, así como de elementos de última generación en el pensamiento científico, como las metodologías cualitativas, las referencias a los aspectos multidimensionales o a la dimensión personal y comunitaria de la libertad, la lógica argumentativa se man-tiene dentro de un marco de racionalidad positivista que acota la significación de la apertura que se pretende mostrar a una problemática compleja.

Hay otra vertiente crítica al discurso positivista y racional en el interior de la misma ciencia económica, representada por Mc Closkey, Bell, Macantyre70 quienes sostie-nen que la rigurosidad lógica del discurso le confiere al mismo una falsa pretensión de pertinencia, en cuanto capaz de describir e interpretar la realidad, sin tener en cuenta los supuestos a los que debe ajustarse para constituir los modelos de pensamiento (Nadeau, 1995). Esta corriente crítica, dentro del análisis económico ortodoxo, plantea objeciones no tanto al método científico sino a los discursos pro-positivos con recomendaciones de políticas concretas que se apoyan en metodologías que inicialmente hacen abstracción de lo real. El Banco Mundial incluye entre los autores consultados en su informe del 2000 a Amartya Sen, autor que se ubicó en algún momento dentro de esta línea crítica de pensamiento y que actualmente es reconocido por la creatividad con la que enfoca la problemática de la pobreza. Como se señaló anteriormente, esta cita debe considerarse más como un recurso retórico que como una apertura en la línea argumentativa principal.

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64 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

23 “La noción de progreso, que comenzó a cobrar vigencia en los siglos XVII y XIX para universalizarse después, es tal vez la idea clave de la modernidad occidental” (Morin, 1993: 25).

24 El PBI mide la sumatoria del valor agregado de todas las actividades productivas de un país. Los primeros intentos de medición son de mediados del siglo XIX. Hacia fines de siglo comienza una preocupación por las estadísticas a nivel in-ternacional y se hace más pronunciada al promediar el siglo XX. Ya la Liga de las Naciones, antecedente de las Naciones Unidas, se plantea entre sus objetivos la confección de estadís-ticas que permitan la comparación de las cifras entre países y la agregación a nivel mundial. Después de 1950 se realizan varias conferencias internacionales y reuniones de expertos para posibilitar una unificación en los criterios estadísticos de cada país. Actualmente la mayor parte de los organismos internacionales proveen cifras estadísticas del ámbito de su competencia, tanto por países como en agregados por grupos de países, por regiones, etc. Para una definición del PBI puede consultarse Caputo (1992).

25 Se conoce como “neoliberalismo” a una corriente de pen-samiento económico predominante en los años 90 que para América Latina se materializó en una serie de recomenda-ciones de política económica referidas como el “Consenso de Washington”. En el informe 2000 se explicitan 10 objetivos de política económica recomendados en el Consenso de Washing-ton: disciplina fiscal; reorientación del gasto público para au-mentar las inversiones en educación, salud e infraestructura; reforma fiscal; tasas de interés determinadas por el mercado y positivas (pero moderadas) en términos reales; tipos de cam-bio competitivos; liberalización del comercio (eliminación de las restricciones cuantitativas y establecimiento de aranceles uniformes y bajos); apertura a la inversión extranjera directa; privatización de empresas estatales; desregulación (elimina-ción de los reglamentos que obstaculizan el acceso a los mer-cados o limitan la competencia, salvo los que estén justificados por razones de seguridad y de protección del medio ambiente y de los consumidores, y supervisión de las instituciones fi-nancieras); garantías jurídicas de los derechos de propiedad (BM,2000:63).

26 Es utilizada en contraposición al crecimiento por econo-mistas latinoamericanos, que cuestionaban las premisas del pensamiento económico ortodoxo a la realidad de sus países.

Esta corriente de pensamiento estuvo asociada inicialmente al economista argentino Raúl Presbisch y su equipo de traba-jo en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo de las Naciones Unidas, creado a mediados de los cincuenta con sede en Chile. Los estudios y debates acerca de las condiciones que hacían posible en crecimiento económico en América Latina dio origen a lo que se llamó “el estructu-ralismo latinoamericano” entre los que se incluye a Osvaldo Sunkel, autor de la tesis de la “inflación estructural” , a Fer-nando Enrique Cardoso, a Helio Jaguaribe, a Pedro Paz, entre otros, quienes van a formular luego lo que se llamó “Teoría de la Dependencia”. Al respecto puede verse “El pensamiento de la CEPAL” Editorial Universitaria, Chile, 1969, serie dirigida por Cardoso, Pinto y Sunkel. También, Sunkel, O y Paz, P: “El subdesarrollo latinoamericano y la teoría de la dependen-cia”, Siglo XXI Editores. México DF. 1975. En parte a raíz de estos cuestionamientos comienza a elaborarse -en el marco del Proyecto de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)- un indicador para medir otras variables distintas al PBI, que tengan en cuenta la calidad de vida del hombre, lo que da lugar al Índice de Desarrollo Humano -fines de los 80- para evaluar y comparar la perfomance de los países a nivel mundial. Na-ciones Unidas financia la elaboración en cada país de este indicador y los publica en el informe anual de su Programa para el Desarrollo (PNUD). En Argentina se elaboran y pu-blican estos indicadores, al respecto puede verse www.undp.org.ar.

27 Entendemos como “paradigma económico ortodoxo” aquel que sigue la línea de los economistas clásicos y adop-ta su configuración como ciencia a fines del siglo pasado en el marco de la “revolución marginalista” iniciada por Alfred Marshall en 1890. Al respecto puede verse Résico (2000:32) quién resume sus postulados básicos en cuatro tesis funda-mentales: a) la racionalidad de los agentes, que se preocupan por maximizar su interés personal o su utilidad, b) la capaci-dad de coordinación armónica de estos intereses individuales a través de mercados competitivos capaces de autorregularse, c) la posibilidad de formalizar estos comportamientos en mo-delos matemáticos, c) la potencialidad de ampliar el campo explicativo hacia otros ámbitos no económicos (propio de la anterior escuela clásica).

28 En el Informe 2000, después de hacer distintas conside-raciones sobre la relación entre crecimiento y distribución del ingreso se lee: “No siempre la mayor desigualdad de los ingre-

Notas

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 65

sos debe considerarse como un resultado negativo. Conforme se desarrollan las economías la desigualdad de los ingresos puede aumentar (...) Estas tendencias no deben considerarse como negativas si se dan las siguientes condiciones: - Los ingresos de la parte inferior aumentan o al menos no dis-minuyen- El proceso de desarrollo ofrece oportunidades para todos- Las tendencias observadas no son resultado de fuerzas disfun-cionales como la discriminación- El número de personas pobres disminuye” (BM 2000:55).

29 Kuzntes comprueba, en base a un análisis de las estadís-ticas de varios países industrializados, que la distribución del ingreso empeoró en un primer estadio del crecimiento para luego mejorar. Se suele hacer referencia a sus conclusiones como la teoría de la “U” invertida, por la forma que tomaba el gráfico donde analizaba la correlación entre crecimiento y distribución del ingreso en varios paises, dando lugar a la interpretación de que es tolerable, en un primer estadio, una cierta inequidad en la distribución, ya que este “sacrificio” redundará luego en un mayor crecimiento. Ver nota 29.

30 Sobre el tema puede verse Núñez del Arco, ed. (1995): “Políticas de ajuste y pobreza: Falsos dilemas, verdaderos problemas” Banco Interamericano de Desarrollo. También Ganuza, Enrique et al (2001): “Liberalización, desigualdad y pobreza: América Latina y el Caribe en los 90”. Eudeba, Bs. As.

31 Muchos se refieren a la obra de Mc Luhan (1966) “La al-dea global” como el hito que instaló el término al destacar la implicancia para el hombre en cuanto a la percepción de su medio, eh hecho de haber visto la imagen de la tierra desde la luna. Otros autores se han detenido a estudiar la influencia de las tecnologías de la comunicación en las formas de entender los acontecimientos (Havelock, 1996 y 1999, Olson y Torrance, 1995).

32 Marc Augé acaba de publicar un libro sobre las implican-cias del atentado del 11 de septiembre donde se refiere a las nociones de “mundialización “y “globalización” en relación a los cambios políticos, económicos y sociales de los últimos años.

33 Anteriormente nos hemos referido a la crítica latinoame-ricana respecto a la concepción unilateral del crecimiento.

Más recientemente algunos economistas han cuestionado la sobrepromesa de desarrollo asociada a los beneficios de la globalización, como por ejemplo Dani Rodrik (2000), de la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Joseph Stiglitz, ex economista en jefe del Banco Mundial, Premio Nóbel de Economía para el año 2001, hace también una fuerte crítica al “fundamentalismo de mercado” del Banco Mundial en su último libro. Al respecto puede verse Finkman, Javier (2002): “Stiglitz y la globalización” en Desarrollo Económico, No. 166, Julio-Septiembre. Bs. As.

34 Para Van Dijk (1978) “la estructura básica del discurso científico consiste en una conclusión y su justificación, en un planteo del problema y una solución”. También señala que “el esquema básico de las estructuras de argumentación y demostración lo constituye la secuencia hipótesis (premisa)-conclusión (...) La tarea consiste en convencer al oyente de la corrección o verdad de la aseveración aduciendo suposiciones que la confirman y la hagan plausible o bien suposiciones a partir de las cuales puede deducirse la aseveración” (Citado por Arnaux, Apuntes Cátedra, Tomo 7:108) . Por otro lado Ma-yer (1995) cuestiona este tipo de lógica argumentativa que encadena premisas y se fundamenta en un Primer Principio, infundado: la razón. Sostiene que la razón misma es una res-puesta y por lo tanto, parte del problema. Problematizar puede constituirse también en una forma de argumentar. Señala que “la razón debe construir su propia discursividad como una respuesta susceptible de de dar cuenta de las preguntas y los problemas que se plantean” (Mayer, 1995: ). La nota biblio-gráfica del informe del 2000 tiene 60 páginas de las 330 que tienen el informe.

35 La referencia al mercado y sus mecanismos de asignación /distribución de recursos en una economía libre no quiere ser peyorativa. En otras llamadas de pie de página nos hemos referido a los postulados básicos de la economía neoclási-ca. Un manual de economía de mi autoría explica: “¿Cómo se conectan consumidores y productores para determinar QUE cantidad de bienes desean, QUE cantidad de servicios productivos requieren, COMO se combinarán los recursos para elaborar los bienes, QUE ingresos recibirá cada uno por su participación, QUE precio deberán pagar por los precios elaborados? Estas preguntas se resuelven en el MERCADO. El mercado es algo que no fue inventado por nadie. Surgió como una forma de organización de la vida económica y ha resultado ser el medio más eficiente para resolver el dilema

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66 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Notas (continuación)

entre las necesidades, es decir los que demandan, y los que dis-ponen de los elementos para satisfacer estas necesidades, es decir, los que ofrecen” (Astelarra, 1992:11). Este texto incluye el artículo de Carlos Moyano Llerena “El endiosamiento del mercado”, economista argentino, vinculado al pensamiento clásico, que sin embargo señala: “El mercado es una institu-ción utilísima y muy difícilmente sustituible, pero no es más que un instrumento. Sin embargo hay quienes lo consideran como un verdadero ídolo, cuyo culto demanda incluso sacri-ficios humanos”, incluido en Astelarra, 1992:31. En el informe del Banco Mundial se lee: “Por ello, si bien ha terminado la época de la fe ciega en el Estado o en el mercado entre esos extremos hay un sin numero de opciones y el debate acerca de ellas dista mucho de haber concluido” (BM 2000: 192).

36 La ciencia económica es paradigmática en esto: Marx, a mediados del siglo XXVIII, hace una ruptura epistemológica y política con el pensamiento de Adam Smith (1778) y David Ricardo (1830), haciendo de la teoría del valor trabajo una teoría de la explotación que deriva en un llamado a la revo-lución proletaria a través de la apropiación violenta de los medios de producción. A fines del siglo XIX los marginalistas, con Alfred Marshall (1890) logran separarse de los conflictos que acarreaba la teoría del valor trabajo en su relación con la formación de los precios y la distribución del ingreso. A partir de allí se diseña un andamiaje teórico en base al supuesto de un individuo racional, utilitarista e individualista en cuanto maximizador de beneficios cuyos intereses se compatibilizan con el resto de los individuos a partir de la interacción de los mercados que alcanzan un equilibrio maximizador de los beneficios de la comunidad (Pareto). Algunos autores sostie-nen que, cuando claramente comenzaba su declinación en la esfera de la epistemología de la ciencia, paradójicamente el positivismo logra imponer su hegemonía en el marco de la ciencia económica. Un texto de Wassly Leontief, prestigioso economista y matemático, conocido por la elaboración de la matriz con la que se realizan los cálculos del Producto Bruto Interno, en su presentación ante la American Economic As-sociation en 1971 hace referencia a esta crisis epistemológica: “Los resultados persistentemente poco brillantes en el terreno de las aplicaciones prácticas constituyen de hecho un sínto-ma de un desequilibrio fundamental en el estado de nuestra disciplina. La fundamentación empírica débil y de lento de-sarrollo claramente es incapaz de sostener a la proliferante superestructura de la teoría económica pura, o por mejor decir, especulativa” (Videla, 2000:34).

37 El prefacio está firmado por Robert Mc Namara, presiden-te del Banco Mundial entre 1968 y 1981 (Nota 7). Esta firma es una marca discursiva importante ya que Mc Namara fue Secretario de Relaciones Exteriores y Ministro de Defensa de los Estados Unidos entre 1961 y 1968, actor importante en la Guerra de Vietnam. Cabría preguntarse si el uso de la primera persona del singular en la definición de pobreza absoluta debe tomarse literalmente, como que el es el autor del término, o se trata de un recurso retórico para remarcar su compromiso con la temática. En el informe del 2000, el presidente de la Insti-tución, James Wolfenshon, en el prefacio, también hace uso de la primera persona, en este caso del plural: “En el Banco, nos hemos propuesto como misión combatir la pobreza con pasión y profesionalismo, colocando esta lucha en el centro de todas nuestras actividades”.

38 El Informe de Desarrollo Mundial de 1980 dedica la mitad del documento a la relación Pobreza y Desarrollo Humano; en un apartado trata la relación entre crecimiento y disminución de la pobreza relativizando la fuerza unívoca de esta relación pero concluyendo que, “no obstante las salvedades hechas, (el crecimiento económico) es fundamental para aminorar la pobreza” (BM 80:44), enfatizando la argumentación que pone a la tasa de crecimiento en la primer prioridad a la hora de elegir políticas alternativas. Estudios más recientes, dentro del paradigma de la ciencia económica clásica, -algunos de los cuales se citan en BM2000- revelan que no existe correla-ción directa ni inmediata entre el crecimiento económico y la disminución de la pobreza (D Janvry-Soudulet, 1998). Algu-nos autores han comprobado que las medidas económicas de ajuste tomadas en aras de aumentar las tasas de crecimiento, tienen más relación con la agudización de la pobreza que con su erradicación (Lustig, 2000). Un artículo reciente, de un destacado académico, señala “la torpeza intelectual con que la institución solía abordar el tema del crecimiento” (Rodrik, 2002a). Según informes de Naciones Unidas en las tres últimas décadas y con una tasa de crecimiento promedio del 3% anual, la pobreza en términos relativos en América Latina ha dismi-nuido apenas del 40% al 39%, y esto significa un incremento de millones de pobres en términos absolutos. Otro fenómeno que suele destacarse es que, si bien ha habido cierto alivio de la pobreza extrema, tradicionalmente rural, se ha ensancha-do la pobreza de los sectores asalariados y de la clase media, típicamente urbanos, dando lugar a nuevas problemáticas y a una mayor complejidad para resolver los problemas asociados

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 67

a la pobreza..39 Las mayúsculas y el subrayado es nuestro.

40 A este tema ya nos hemos referido. Una crítica absolu-tamente radical es la que hace el pensamiento marxista al sistema capitalista. Con un tono menos radical se ha citado la “Teoría de la dependencia” donde se sostenía que el crecimien-to de los países más desarrollados se sustentaba en la succión de riquezas de los países menos desarrollados (Sunkel y Paz, 1975).

41 En el prólogo del informe 2000 se lee: “En el Banco, nos hemos propuesto como misión combatir la pobreza con pasión y profesionalismo, colocando esta lucha en el centro de nuestras actividades” (BM 2000:v).

42 Ver nota 7.

43 Sobre el tema puede verse: Ganuza et al (2001) .

44 Ver Nota 29 respecto a los comentarios de Joseph Stiglitz y nota 33.

45 La frase con la que comienza el párrafo (“la experiencia sugiere...”) alude a un difundido trabajo de Simon Kutznets (Ver nota 25). Este tipo de argumentación ha dado lugar a decisiones de política que han perjudicado directamente a los más pobres, en aras de estimular el crecimiento. Al respecto puede verse Cornia (2000).

46 Al respecto ya se ha hecho una aclaración en la nota de pie de página Nº 37. Dani Rodrik, reconocido profesor de Harvard expresa: “... la economía que se enseña en un curso es muy distinta a la economía que practican el Banco Mundial o el FMI. O para decirlo a mi manera: el neoliberalismo es a la economía neoclásica como la astrología es a la astronomía. En ambos casos se necesita mucha fe ciega para pasar de una a la otra” Rodrik (2002b:24).

47 En relación a este punto cabe señalar que en el informe 78 se incluye una llamada de pie de página que aclara que se ex-cluye del análisis de la experiencia de desarrollo la estrategia elegida por Cuba y China que distribuyeron activos como pre-condición al proceso de crecimiento. “Es de especial interés la experiencia de algunos países que han centrado su estrategia de desarrollo sobre importantes medidas para mejorar el standard

de vida de los grupos de menores ingresos. Entre estos países se encuentran la República Popular de China y Cuba. Nuestro conocimiento directo de esas experiencias es extremadamente limitado, a pesar de que son miembros del Banco Mundial, los datos son escasos y las discusiones en la literatura están general-mente basadas en información parcial” (Nota al pie, Capítulo 2, Pág. 3). En los datos del informe 2000 China es el país que ha tenido los mejores logros en cuanto al mejoramiento de sus indicadores de pobreza, aunque esta circunstancia no se destaca especialmente en relación a las diferencias en cuanto a su concepción política y económica respecto a otros países. La aparente neutralidad que persigue el discurso conspira muchas veces con la coherencia lógica que pretende darse al discurso.

48 Sobre el tema se generó amplia bibliografía en la década del setenta.

49 En relación a las discusiones actuales sobre la alternativa entre estrategias de crecimiento centradas en el aumento del PBI y aquellas que enfatizan la distribución de activos entre la población puede verse Ricardo Paes de Barros: “Articulación entre políticas económicas y políticas sociales”. Conferencia Inaugural del II Congreso Nacional de Políticas Sociales, Men-doza, Argentina, Septiembre 2004, en www.aaps.org.ar . Al respecto también puede verse Cornia, G. (2000).

50 Nos hemos referido anteriormente a este punto en relación al pensamiento de Raúl Presbisch , la CEPAL y el estructura-lismo latinoamericano. El caso argentino es particularmente paradigmático en este punto: la devaluación de su moneda en el 2002 repercutió directamente en los salarios reales ya que aumentó el precio de los bienes salario exportables (harina, pan, aceite, carne, leche, miel) y dio lugar a la recuperación industrial por la protección implícita de un tipo de cambio devaluado que encarece los bienes importados.

51 Verón (1996:22 y sgtes.) señala: “Es precisamente en el nivel de los efectos de sentido, es decir, en el nivel de las con-diciones de recepción (o de ‘reconocimiento’) donde es no sólo posible sino necesario introducir una distinción con respecto a dos tipos de efectos: el que se puede llamar cientificidad y el que se puede llamar efecto ideológico. (...) Para resumir lo esencial, podemos decir lo siguiente: ‘la cientificidad’ es el efec-to de sentido por medio del cual se instaura, en relación con un dominio determinado de lo real, lo que se llama el ‘conocimiento

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68 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

científico’; puede tener lugar en el interior de un cierto tipo de discurso (el de la ciencia o el de las ciencias) que está (como todo discurso socialmente producido) determinado ideológicamente en sus condiciones de producción (...) el efecto de sentido ‘cien-tificidad’ puede aparecer en discursos que no fueron produci-dos por el sistema productivo de las ciencias”. Más adelante agrega: “el efecto de sentido que se puede llamar ‘ideológico’ es precisamente la anulación de toda posibilidad de desdobla-miento: bajo el efecto ideológico, el discurso aparece como te-niendo una relación directa, simple y lineal, con lo real; dicho de otro modo aparece como siendo el único discurso posible sobre su objeto, como si fuera absoluto”. Finalmente sintetiza: “Lo que hace a un discurso que se supone describe lo real sea un discurso científico no es una pretendida ausencia de ideo-logía. Lo ideológico está siempre necesariamente presente en el discurso de la ciencia: está presente en la medida que este último, como todo discurso, está sometido a condiciones de producción determinadas. La distinción entre cientificidad y el efecto ideológico es un asunto de reconocimiento y no de producción. Lo que hace de un discurso un discurso científico es la neutralización del efecto ideológico como resultado de la relación que el discurso establece con sus relaciones con lo real, desdoblamiento que define el efecto de cientificidad. Por lo tanto este desdoblamiento no implica en absoluto un ‘desprendimiento’ del discurso en relación con lo ideológico; instaurando una relación con sus relaciones con lo real, el dis-curso no se libera de no sé que ‘prisión’ a la que habría estado sometido hasta ese momento, puesto que ese desdoblamiento no es otra cosa que la puesta en evidencia por el discurso de su sujeción a determinadas condiciones de producción . En otras palabras; en un discurso, es la exhibición de su ideológico lo que produce la cientificidad”.

52 Ver nota 24.

53 El título del informe “Lucha contra la pobreza” -en su original en inglés “Attacking poverty”- tiene mayor fuerza enunciativa que el que inicia la serie “Pobreza”. Este título, asociado en el texto a la misión del Mundial de erradicar la pobreza en el mundo (Prólogo) puede resultar de un efecto contrario para quién es sensible a la problemática de la pobre-za desde un lugar de compromiso con el otro, de identificación con la situación que padece el pobre, de valorización de la pobreza en otros múltiples aspectos, aún en su contraposi-ción a la valoración negativa de la “Riqueza”, asociada a la acumulación de poder y apropiación abusiva de los recursos

disponibles para el conjunto de la población mundial. Todas estas dimensiones se mencionan a lo largo del texto del Banco Mundial sin embargo la marca discursiva del título indica ya que la pobreza se concibe como algo que queda afuera de la línea argumentativa principal del desarrollo y por lo tanto le cabe el término “atacar” en tanto es un elemento extraño y externo al sistema.

54 Ver nota 6.

55 El siguiente es un relato presencial de la presentación, apoyado por su desgrabación y su repercusión en la prensa local.

56 Literalmente esta frase se traduciría “una visión extre-madamente radical”. Cabe señalar que esto connota general-mente en Estados Unidos un pensamiento “de izquierda”.

57 El subrayado y la negrilla de las citas es nuestro.

58 El primer nivel se ubica en torno a las teorías del cono-cimiento o de representación de lo real. Uno podría acotar este nivel al campo de la epistemología, que se refiere a las distintas formas de comprender y explicar que se han ido siste-matizando a lo largo del tiempo. En esta dimensión uno podría preguntarse: ¿cómo se conoce la pobreza? ¿desde dónde se habla de la pobreza? ¿cómo se perciben las sensaciones vincu-ladas a la pobreza?. Estas preguntas, aunque van más allá del texto, están presentes en él de dos maneras; en primer lugar por el lugar predominante que ocupa la ciencia económica entre sus condiciones de producción, en segundo lugar por la referencia a otros modos de conocer, como es la perspectiva del sujeto. Pag.32 de esta tesis.

59 La lógica racionalista “ha establecido como puntos de re-ferencia centrales las ideas de certidumbre, de evidencia, de verdad, atribuyendo al método una función criterial de mayor importancia” (Carrilho,1995:171). Algunos autores analizan esta promesa, en el discurso del BM y del FMI, y la asimilan a una cuestión de fe- Al respecto puede verse Jung Mo Sung, 1999.

60 En relación al término capital social, su génesis y su uti-lización, puede verse CEPAL (2002), Capítulo IV.

61 En el Recuadro 1.2, de la página 17, se destacan los pro-

Notas (continuación)

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La estrategia discursiva del Banco Mundial en sus informes sobre el desarrollo 1978 y 2000 69

gresos que se han realizado en la década del 90 en cuanto a la elaboración de encuestas de hogares elaboradas nacional-mente sobre una población representativa que cubre el 88% de la población mundial.

62 Al respecto pueden verse los trabajos del Centre of Analy-sis in Social Exclusion (CASE) del London School of Econo-mics.

63 Gary Becker (1981) “Tratado sobre la familia”, Alianza Edi-torial, Madrid, 1987. Gary Becker, Catedrático de Economía y Sociología de la Universidad de Chicago, aplica los criterios económicos de maximización de beneficios a la institución familiar, por lo que recibió el Premio Nóbel de Economía.

64 “Las políticas deberían concentrarse en la acumulación de activos humanos, de capital y físicos de los pobres, utilizando sabiamente la capacidad redistributiva del gasto público y, por ejemplo, medidas de reforma agraria basadas en el mercado o de otro tipo” BM 2000: 57 y Capítulo 5, recuadro 5.12.

65 En el Anexo IV se incluyen todas las citas tomadas de “La voz de los pobres” en el informe de referencia. Se analizan más adelante.

66 Este comentario no implica un juicio de valor sobre el tra-bajo original de Deepa Naraayan (2000) sino que se refiere a la forma en que es utilizada esta información en el Informe 2000.

67 Se destaca la referencia a la “validez” de cierta institu-cionalidad y no de otras. Esta dimensión, la institucional, ha cobrado gran interés en los últimos años.

68 “La historia de Basrabai sirve de marco para analizar la naturaleza y las causas de la pobreza y las medidas que puedn adoptarse para abordar este problema” (BM, 2000:1) El texto completo de “La historia de Barrabai” se incluye en el Anexo 4.

69 Texto completo en el Anexo 4 de esta tesis.

70 Al respecto puede verse Videla (2000).

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70

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71

En el primer informe la referencia a la pobreza se concentra en la frase ya citada de Mc. Namara en el prólogo, donde se la describe como:

“una condición de vida caracterizada por la desnutrición, el analfabetismo, la en-fermedad, el deterioro del medio ambiente, alta mortalidad infantil y baja espe-ranza de vida, hasta estar más allá de cualquier definición razonable de decencia humana” (BM 1978: Prólogo).

Al interior del texto la referencia se hace luego más indirecta y en relación a su contraste con la falta de desarrollo71.

En el informe 2000 se pasa revista al contenido y a las recomendaciones de los infor-mes anteriores, especialmente al de 1990, y explícitamente se confirma la posición del Banco en el tratamiento de este tema:

“Las nuevas pruebas y la mayor amplitud de los nuevos planteamientos no echan por tierra las estrategias anteriores como las del Informe sobre el Desarrollo Mun-dial 1990. Pero sí demuestran la necesidad de ampliar el programa. Para combatir la pobreza se requieren se requieren intervenciones que vayan más allá del ámbito económico. La acción pública no puede conformarse con intervenir en servicios so-ciales y eliminar los sesgos contra la mano de obra en las intervenciones estatales en la economía.

Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 6

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72 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Dada esta necesidad de ampliar el programa, en el presente informe se propone un marco general de acción en tres áreas igualmente importantes: Oportunidad, empoderamiento y seguridad” (BM, 2000:33)

Este texto ejemplifica la ambigüedad con la que se resuelve la tensión entre el dis-curso clásico del Banco Mundial y la inclusión de elementos que van “más allá de o económico”. Las referencias a las diversas consideraciones teóricas que han enrique-cido la temática de la pobreza junto a la provisión de gran cantidad de información estadística otorgan un valor importante a este informe. Sin embargo, se sostiene en esta tesis que la manera en que son presentadas las argumentaciones y el uso de la evidencia estadística, se sujetan a una estrategia discursiva que tiene un anclaje en una versión estilizada y simplificada del pensamiento económico, donde la pobreza se explica por las fallas de los mecanismos de mercado y la salida es avanzar aún más en “reformas” que permitan la incorporación tecnológico a través de la apertura del sector externo, minimizando la complejidad de las relaciones políticas y sociales. La ciencia económica, como elemento central de las condiciones de producción se utiliza para dar sustento a las argumentaciones y recomendaciones, soslayando el hecho de que existe una distancia entre la economía según se enseña en la acade-mia, con los supuestos que le son propios, y el uso de la ortodoxia económica para fundamentar ideológicamente un discurso.

En muchos casos la referencia a situaciones dramáticas asociadas a la pobreza se realiza de manera vaga e imprecisa, lo que les confiere una atmósfera algo aséptica, como si fuera una pieza de laboratorio. Como ejemplo puede tomarse un fragmento del informe 2000 bajo el título “Causas de la pobreza” (BM2000:34) donde se pone énfasis en los síntomas y se atribuyen los mismos a deficiencia en el acceso y en el funcionamiento de los mercados que impide obtener los beneficios del desarrollo a quienes están en situación de pobreza.

“Un medio para investigar las causas de la pobreza es examinar las dimensiones puestas de manifiesto por los mismos pobres:

& Falta de ingresos y activos para satisfacer las necesidades básicas: alimentos, vivienda, vestido y niveles aceptables de salud y educación

& Sensación de impotencia y falta de representación en las instituciones del Estado y de la sociedad

& Vulnerabilidad ante las crisis, debido a la incapacidad de hacerles frente.

Para comprender los determinantes de la pobreza en todas sus dimensiones, con-viene tener en cuenta los activos a disposición de los pobres y su rentabilidad (o pro-

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Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 73

ductividad) e inestabilidad. Los activos son de varias clases72 (...) La rentabilidad de estos activos depende del acceso a los mercados y de todas las influencias mundiales, nacionales y locales sobre el rendimiento de esos mercados. Pero depende no sólo de la evolución de esos mercados sino también del comportamiento de las instituciones estatales y sociales 73 “ BM2000:34

Cabe destacar de este párrafo:

7 Comienza con una referencia a “las dimensiones puestas de manifiesto por los mismos pobres”, es decir, el lugar de la enunciación aparece vinculado a las con-diciones sociales y con la autoridad que confieren los propios actores sociales en situación de pobreza,

7 Se hace referencia a variables cuantitativas (falta de ingresos y activos) y cua-litativos (sensación de impotencia, vulnerabilidad), poniéndose a tono con una modalidad discursiva abierta a las dimensiones sociales, es decir, aquella que incluye en sus condiciones de producción a ciencias más blandas como la antro-pología o la psicología.

7 Se enfatiza la argumentación centrada en el mercado (“la rentabilidad de estos activos depende del acceso a los mercados”) como elemento efectivo en la distri-bución de ingresos y rentas, por lo que se deja afuera las consideraciones de tipo social que se realizaron anteriormente.

7 Se relativiza esta afirmación incluyendo nuevamente elementos diversos que, al ser muy generales, tiene muy poca fuerza enunciativa y se desdibujan en la argumentación (influencias mundiales, nacionales y locales, comportamiento de las instituciones74).

Otro ejemplo: después de relatar el caso de familias pobres en distintos lugares del mundo, el texto concluye:

“¿Qué tienen en común las familias que sufren esos efectos desfavorables a largo plazo sobre la nutrición y la educación de sus hijos? Poseen pocos activos (físicos, humanos, sociales) y tienen poco o ningún acceso al crédito y a los mercados de seguros, lo que constituye una trampa crónica para los pobres, que son incapaces de acumular activos en cantidad suficiente para escapar a la pobreza. Si los hogares carecen de un mínimo de activos, se ven obligados a tomar medidas defensivas para proteger los activos que sí tienen. Según un estudio, las familias pobres que adopta-ban esa estrategia podrían haber reforzado sus ingresos un 18% con una estrategia de gestión más emprendedora (pero que exige acceso al crédito).

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74 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Los mercados de factores disfuncionales también pueden crear trampas de pobreza o agravarlas. Cuando sobreviene una crisis y los hogares no pueden pedir préstamos, o cuando el desempleo de adultos es elevado o los salarios son bajos, se saca a los niños de la escuela para que vayan a trabajar. La pérdida de escolaridad significa que esos niños verán reducida de por vida su capacidad para obtener ingresos. Es así como las deficiencias de los mercados de crédito o de trabajo trasmiten la pobreza y la vulnerabilidad de una generación a otra” (BM 2000:146)

Cabe reiterar que las referencias al mercado que se realizan en esta tesis no implican un juicio de valor en cuanto a las bondades o no de los mecanismos de mercado. El mercado es una institución indispensable para la organización económica, pero ni este mecanismo ni las instituciones que de él se derivan, tienen la capacidad de articular todas las relaciones de una sociedad. Si bien esto es reconocido en diversas consideraciones que hace el texto analizado, la argumentación refuerza constantemente su enfoque economicista para relativizar, simplificar o minimizar la complejidad de la temática abordada, por más que alude a esta complejidad y a sus dimensiones permanentemente.

En los últimos años, aún dentro del paradigma de la ciencia convencional, algunas investigaciones han intentado aportar elementos novedosos desde una perspectiva que integre de una manera más amplia las dimensiones económicas y sociales a partir de estudios de la psicología o la antropología pero, como se señalara ante-riormente, aún queda mucho por avanzar en este sentido. Un estudio, en el marco de la ciencia económica clásica, que trata de evaluar las alternativas de política económica en relación a la percepción de bienestar de la población en distintos países señala que muchas veces las reformas pro mercado han sido favorables para los pobres, en particular si redujeron los niveles de inflación. Este mismo estudio señala: “Los estudios sobre la felicidad, que se concentran principalmente en las economías desarrolladas, encuentran una escasa correlación entre las tasas de creci-miento económico de un país y los niveles promedio de bienestar subjetivo. En otras palabras, no encuentran evidencias de que aumente la felicidad a medida que las sociedades resultan más ricas o que las sociedades más ricas sean mas felices que las mas pobres -por encima de un nivel absoluto de ingresos mínimos- y ni siquiera que los ricos sean más felices que los pobres dentro de cada sociedad en particular” (Graham y Pettinato, 2003;19).

En relación a la forma en que se caracteriza a la pobreza en los dos informes anali-zados se pueden puntear las siguientes similitudes y diferencias:

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Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 75

En la mayor sofisticación en cuanto a la descripción de la pobreza, el informe 2000 amplía la descripción de los dos elementos centrales que apoyan la lógica discursiva “desarrollo pero pobreza”: la pobreza como ausencia de desarrollo (DESARROLLO IGUAL NO POBREZA) y la promesa de superación de esta situación asociada al

Similitudes Diferencias

! La pobreza es subsidiaria al tema del desarrollo

y aparece como residuo evitable si se aumenta

la productividad de los activos de los pobres.

! El informe del 78 toma como activo la fuerza de

trabajo. En el informe 2000 se amplía el concepto

de productividad de mano de obra para conside-

rar otros activos distintos a la fuerza de trabajo.

Se habla de mejorar el rendimiento de los activos

de los pobres.

! Pobreza entendida como carencia. ! En 1978 predomina el criterio de línea de pobreza.

En 2000 se hace referencia al enfoque multidimen-

sional de la pobreza, incluyendo elementos como

la falta de voz, de libertad o de acceso al poder.

! Se caracteriza a la pobreza desde condiciones de

privación en relación a los consumos considera-

dos básicos.

! En 1978 la caracterización de la pobreza es impre-

cisa y se refiere vagamente a la falta de vivienda,

salud, educación, infraestructura sanitaria, entre

otras carencias. En 2000 las situaciones de po-

breza pueden describirse y cuantificarse con

precisión. Se cuenta con gran cantidad de infor-

mación cuantitativa -encuestas de hogares de los

respectivos países-, a la que se agregan estudios

de tipo cualitativo -grupos focales y de discusión,

entrevistas en profundidad- Se han realizado gran

cantidad de estudios sobre el tema que confirman

afirmaciones realizadas en el texto 75.

! Se introduce el análisis del riesgo como compo-

nente dinámico en el análisis de la pobreza.

! En relación a las situaciones de pobreza se señala

que las debilidades institucionales de los PMD en

relación a los PD son un freno al desarrollo.

! En 2000 se hace una fuerte crítica al Estado y al

sistema político de los PMD, que no sólo no cum-

plen con sus deberes básicos sino que permiten

un alto grado de corrupción.

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76 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

progreso tecnológico (SI HAY EVIDENCIA DE POBREZA ES QUE TODAVIA NO HA LLEGADO EL DESARROLLO).

1. pobreza como ausencia de desarrollo:

La mayor disponibilidad de información sobre la situación de la población en situación de pobreza en distintos países permite una ampliación de la descripción del estado de carencia, que incluye diversos aspectos que contrastan con la evidencia del mundo desarrollado.

“Los pobres no tienen acceso a libertades fundamentales de acción y decisión que los más acomodados dan por descontadas. Con frecuencia carecen de viviendas y alimentos y de servicios de educación y de salud adecuados, y estas privaciones les impiden adpotar el tipo de vida que todos deseamos para nosotros mismos. Tam-bién son sumamente vulnerables a las enfermedades, los reveses económicos y los desastres naturales. Por si todo esto fuera poco, son tratados en forma vejatoria por las instituciones del Estado y la sociedad, y carecen de poder para influir en las decisiones clave que los afectan” (BM 2000:1)

2. la promesa tecnológica:

La argumentación se apoya en muchísimos relatos de situaciones contrastantes donde se muestra que el acceso a la tecnología o a un programa de desarrollo viabiliza una mejora efectiva para un grupo de pobres.

“El ‘mercado virtual’ facilita el acceso de los artesanos en el Oriente Medio y Notre de Africa” (BM 2000:73)

“La telefonía celular aumenta el poder de negociación de las mujeres en Bangladesh” (BM 2000:73)

“Utilización de programas de desarrollo para poner fin al poder de las elites agrarias en India” (BM 2000:123)

Se presenta a continuación un análisis de dos recursos retóricos en los que la carac-terización de la pobreza se pone al servicio de esta argumentación: la utilización del estudio “las voces de los pobres” (Narayaan, 2000) y la descripción de la experiencia en la lucha contra la pobreza de distintos países.

! Las voces de los pobres

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Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 77

El recurso novedoso del estudio cualitativo llevado a cabo en distintos países del mundo -la voz de los pobres76- se utiliza a favor de la argumentación principal y permite incorporar –desde la voz de los otros- una fuerte crítica a un actor clave para la mediación entre el crecimiento, la distribución del ingreso y la eliminación de la pobreza: el Estado.

Si se recorre todo el texto punteando las referencias directas a la “voz de los pobres”, es decir, aquellas que aparecen visiblemente destacadas, se las encuentra en dos formas: a) Como síntesis, presentadas en recuadros coloreados independientemente del texto principal, generalmente citadas en el mismo a modo de ejemplo de las ca-racterísticas de la pobreza; b) Intercalando en el texto frases textuales muy breves, tomadas de los grupos focales realizados con motivo de este estudio cualitativo, diferenciadas del texto principal por su color y por un tipo de fuente más grande, incluyendo una referencia al país de origen del testimonio que se transcribe, a veces con un nombre propio como firma77.

Más allá de las formas textuales en que se presentan, estas referencias pueden agru-parse según estos dos ejes de la lógica argumentativa: 1. pobreza como ausencia de desarrollo: a través de la descripción o ejemplifi-

cación de la situación de carencia

Por ejemplo el recuadro 1 (BM, 2000:3), con el título “La voz de los pobres”, transcri-be 5 citas de personas que participaron de este estudio en distintas partes del mundo que refieren a situaciones de vivienda y ropa precaria, jornada extendida y salarios bajos, falta de ingresos, enfermedades, humillación, inseguridad. Se incluye este texto en el Anexo II de esta tesis.

2. barreras para acceder al progreso que trae la incorporacion tecnológi-ca, donde la descalificación al Estado ocupa un papel central.

Puede citarse como ejemplo el recuadro 6.1 (BM, 2000:100) que, bajo el título “Los pobres sufren con frecuencia los malos tratos de los funcionarios” enfatiza “los innu-merables ejemplos (aportados por los pobres) de actos delictivos, abusos y corrupción en sus contactos con las instituciones públicas”. Transcribe 5 citas que refieren a la relación de los pobres con el sector público y expresan maltrato, falta de transparencia en el uso de recursos, malversación de fondos públicos, discriminación, negligencia en los servicios públicos. Se incluye este texto en el Anexo III de esta tesis.

Las citas textuales intercaladas a lo largo de todo el texto -cuya frase de referencia está indicada en los números entre paréntesis que remiten a al Anexo IV donde se

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78 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

trascriben literalmente- pueden clasificarse según los mismos motivos en relación a a la pobreza:

1. ausencia de desarrollo/descripción de situaciones de carencia:

! Dificultad para conseguir trabajo, jornada excesiva y salarios insuficientes (1) ! Dificultad de acceso a mejoras tecnológicas (fertilizantes) (2) ! Fatalidad. Impotencia en contraste con la posibilidad de la riqueza (3) ! Falta de acceso al trabajo, a un ingreso razonable y a bienes básicos (alimentos, vestido, salud, educación) (4) ! Degradación del medio ambiente: falta de agua (5) ! Discriminación por razones étnicas (7) ! Dependencia del Estado como empleador (9) .! Falta de activos (tierras) (10) ! Falta de acceso a los mercados (11)! Falta de acceso al crédito. Falta de transparencia de la información (12) ! Valoración del progreso como solución a varios problemas (carretera) (13) ! Miedo al futuro (24)! Vulnerabilidad (25) ! Reproducción intergeneracional de la pobreza (niños que trabajan y no estu- dian) (28) ! Exposición a desastres climáticos (29)

2. barreras de acceso/descalificación del rol del Estado:

! Despojo de sus activos por parte del Estado (desvalorización del ahorro jubi- latorio por la inflación) (6) ! Descrédito del poder político en contraste con la valoración del mercado (8)! Los recursos públicos que se destinan a los pobres no llegan a ellos (14) ! Los empleados públicos no cumplen con sus funciones (15) ! Los partidos políticos engañan (16) ! No cuentan con servicios públicos esenciales (alcantarillado, cloacas, limpie- za) (17) ! Ineficiencia de los gobiernos locales (18) ! Corrupción en la esfera pública (19) ! Desvalorización del Estado como proveedor de bienes básicos (Necesidad de la acción conjunta para peticionar) (20) ! Desvalorización del Estado como protector frente a los monopolios y la violen- cia / Sobrevaloración de la organización propia en forma de cooperativa (21)! Estratificación social rígida (mujeres analfabetas) (22) ! Ausencia del Estado, uso de recursos propios para afrontar la vida y la muerte (23)

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Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 79

! Falta de protección por parte del Estado (26) ! Inseguridad (27) ! Exposición a degradación del ambiente (30) ! Falta de voz (31)

La descripción de las situaciones de pobreza que realiza el Banco Mundial a través de estos relatos es conmovedora y coincide con la realidad de muchas personas que viven en situación de pobreza. Incluso se podría hacer una analogía con textos que describen la situación de los trabajadores en el siglo XIX, muchas veces nombrados como explotados o marginados.

Como en otros textos, la problemática social adquiere un tono dramático a través de los testimonios por la gravedad de la situación que es descripta, pero contrasta con ellos cuando se pone al servicio de fundamentar una argumentación en una sola dirección de recomendaciones, lo que da al discurso un marcado tono ideológico, como veremos más adelante.

Incluso la descalificación del Estado, más que aparecer como una denuncia, da lugar a una connotación que es contraria a las políticas públicas de promoción del desa-rrollo: abre una sospecha sobre su rol como ordenador de las relaciones económicas, políticas y sociales al servicio de la justicia, la equidad y el bienestar general, rol que el mercado no puede sustituir.

! La experiencia de los países en su lucha contra la pobreza

El discurso hace referencia permanentemente a planes y programas sociales que se han diseñado e implementado en distintos países del mundo. Estos relatos se ubican ya en el texto principal, a modo de ejemplos, ya en recuadros apartes ha-ciendo referencia a un país (por ej. Brasil, Pág. 32 o China, Pág. 33), o a una política determinada en uno o varios países (por ej. “La evolución de la sociedad civil y la reforme del Estado” en México, pág.115, o “Las organizaciones de servicios jurídicos ayudan a los pobres a gozar de la protección que les ofrece el servicio jurídico” en Camboya, Bangladesh y Sudáfrica, Pág. 105).

La característica general de estas presentaciones es que se hace una estilización78 de la experiencia comentada, en parte por razones de síntesis, en parte por razones didácticas. Esta modalidad discursiva tiene la ventaja de dar a conocer en forma sencilla muchas prácticas novedosas que se han llevado a cabo en distintas partes del mundo, lo que es habitual en un material de comunicación.

Desde otro punto de vista puede decirse que este recurso didáctico retrata la problemática

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80 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

del diseño e implementación de las políticas sociales de una manera ingenua, como si la resolución de los problemas que trata de resolver carecieran de conflictos y dificultades, inherentes a la propia situación de tránsito desde la pobreza hacia el desarrollo.

Un ejemplo de la superficialidad con que se tratan estas experiencias y el abuso de la argumentación economicista es la referencia a las políticas de empleo como mitigadores del riesgo social

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Caracterización de la pobreza en los informes del Banco Mundial 81

71 En estos primeros informes es recién el de 1980 el que contiene una descripción más extensa de la pobreza. Se distingue entonces entre dos definiciones de pobreza: “po-breza absoluta” y “pobreza relativa”, que se utilizarán luego en otros informes. “El punto focal del análisis es la pobreza absoluta, condición de vida caracterizada a tal punto por la desnutrición, el analfabetismo y las enfermedades que esca-pa a toda definición razonable de la dignidad humana. Sin embargo, en el seno de una sociedad determinada en una época dada, la pobreza se define (y para muchos fines debiera definirse, en relación con los niveles medios de vida. Sería erróneo, por ejemplo, utilizar la misma pauta de pobreza al avaluar las políticas de Argentina y Bangla Desh. La pobre-za relativa es también importante porque la distribución de bienes, ingresos y poder tiene profundas repercusiones en las perspectivas de aminoración de la pobreza absoluta” (BM 1980:39)

72 Se desciben activos humanos, naturales, físicos, finan-cieron y sociales (BM:2000:14)

73 Sigue aquí un texto que ejemplifica la ambigüedad que carateriza el discurso cuando quiere incluir todo: “Más allá de la propiedad de los activos y de su rentabilidad se en-cuentran fuerzas que son no sólo económicas sino políticas y sociales. El acceso a los activos depende de la estructura jurídica que determina y aplica los derechos de propiedad privada o normas tradicionales que determinan los recursos de propiedad común. El acceso puede verse también condi-cionado por una discriminación ....”(BM 2000:34)

74 Cabe señalar que las instituciones son una construcción social, por lo cual la referencia a las instituciones requiere de por sí un tratamiento específico.

75 Casi la mitad del texto es ocupado por las notas bibliográ-ficas y los datos estadísticos que se agrupan al final al modo de anexos.

76 La “voz de los pobres” alude a un estudio específico llevado a cabo en 60 países, de los que participaron alrede-dor de 60.000 personas definidas como pobres por el Banco (Narayan, 2000). Se presentan como testimonios, “basados en lo real” (BM:3)

77 La totalidad de los textos referidos a las Voces de los

Pobres, tanto como recuadros como en frases breves, se in-cluyen en los Anexos, II, III y IV.

78 Se usa el término estilización en tanto se realiza una descripción simplificada que remite a un caso concreto y que puede ser reconocido por su contigüidad con la realidad a la que alude.

Notas

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82

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83

Al presentar el marco teórico que fundamenta este trabajo se distinguieron tres niveles de significación que se entrecruzan en un texto como el que se analiza aquí: el epistemológico, el del discurso y el del sentido. Como señalamos allí estos tres niveles se van anudando en el texto y la tarea del analista / observador del discurso es develar cómo se va dando forma a una idea, cómo se va construyendo y comunicando aquello que se nombra en este caso como la pobreza.

La posibilidad de desarticular los ligamentos que va produciendo el discurso sobre la pobreza en los documentos del Banco Mundial tiene una doble trascendencia; por un lado la persistencia de la pobreza en el tiempo y su coexistencia con avances tecnológicos que han superado cualquier predicción, plantea cuestiones políticas y éticas a las sociedades democráticas del tipo: ¿No se puede o no se quiere erradicar la pobreza? Por otro lado el Banco Mundial se constituye en un enunciador relevante, tanto por la cantidad de estudios y de recopilación de estadísticas que promueve y financia, como por la importancia que tiene en el diseño e implementación de po-líticas sociales79. Puede decirse que a una conceptualización de la pobreza se sigue un modo de actuar sobre ella.

En el análisis discursivo de estos dos Informes del Banco Mundial, se detectaron gran cantidad de huellas que remiten a la ciencia económica en su vertiente neoclá-sica como elemento predominante de sus condiciones de producción. La estrategia discursiva se estructura sobre la base de una lógica argumentativa donde la orga-nización económica de libre mercado es la que ordena las relaciones sociales y la

La configuración del concepto de pobreza en la estrategia discursiva del Banco Mundial 7

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84 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

pobreza aparece como un subproducto contrastante con el logro de un crecimiento económico en el cual la apertura comercial y la incorporación de tecnología son los elementos dinamizadores. Como ya se señaló la línea argumentativa principal toma la forma “desarrollo pero pobreza”, donde el término “desarrollo” tiene una dimensión temporal asociada a la palabra progreso -en su acepción de fines del siglo pasado- ya que expresa la apropiación paulatina de la tecnología por parte de los países y sus ciudadanos, a un ritmo -crecimiento- cuyo dinamismo depende de la extensión de la libertad con que se deja actuar al mercado, la “institución” que garantiza una asignación eficiente de recursos y su distribución. Si bien se reconoce la existencia de otras dimensiones y la importancia del rol de otras instituciones, estas consideraciones se incluyen con una marcada debilidad enunciativa, con for-mas retóricas que dan una gran ambigüedad al discurso.

Dentro de esta lógica la referencia a la pobreza aparece nombrada a través de:

a. La descripción de las características de la pobreza; cuánto más grave y aguda es esta caracterización, mayores son los esfuerzos que justifican la apli-cación de las recomendaciones propuestas por el enunciador.

b. La descripción de las fallas en los mecanismos de mercado, que son los que entorpecen o impiden que los beneficios del progreso tecnológico lleguen a los pobres. En el informe 2000 se puntualizan situaciones de debilidad institucional, principalmente por deficiencias en los PMD del poder político.

En la comparación de los Informes de 1978 y 2000 se observa que la lógica con la que se estructura el discurso es la misma: se considera a las situaciones de pobreza como estadios transitorios que constituyen casi una excepción a la expansión de las ventajas que conlleva el crecimiento económico. La diferencia radica en tres rasgos retóricos presentes en el Informe 2000: una modalidad discursiva más accesible al gran público, el aumento de las referencias al discurso científico -citas, datos, casos- y la inclusión de “la voz de los pobres” y referencias concretas a experiencias en distintos países en la lucha contra la pobreza. Estos ingredientes están al servicio de mejorar la descripción de las situaciones tanto del tipo “a” (síntomas detectados) como del tipo “b” (ineficiencias detectadas) para actuar sobre ellas, de modo de eliminar los efectos temporarios mientras se resuelven las fallas del mercado y se expanden los beneficios del crecimiento.

En este caso un mismo enunciador juega con las formas enunciativas para ponerse a “tono de época” pero sin modificar básicamente el enunciado, al decir de Benveniste. Si, como señalan algunos autores, en los últimos años se ha operado un giro cultural que va “desde un mundo de identidades dadas a otro de identidades construidas” (Tomasini, 2000:63), para la noción de carencia del Informe 78 alcanzan un par

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La configuración del concepto de pobreza en la estrategia discursiva del Banco Mundial 85

de párrafos mientras que en el Informe 2000 se despliegan diversos instrumentos retóricos para asignar atributos culturales y simbólicos a la pobreza.

En el marco de la estrategia discursiva del Banco Mundial, la sofisticación en la descripción de estas carencias constituye un elemento que puede tener un efecto de sentido más vinculado a la estigmatización que a la comprensión de la realidad que se describe80. Esto sucede porque la enumeración de los signos visibles de la pobreza material y de las debilidades de los sistemas institucionales de los países menos desarrollados está al servicio de una lógica argumentativa que admite nombrarlos en forma paralela al eje principal del discurso. Las dimensiones políticas y sociales pertenecen a esferas de significación diferentes de la económica y circulan por carri-les que no contaminan esa lógica, por ejemplo puede hablarse de los monopolios, el corporativismo, las barreras arancelarias en tanto fallas del mercado; la referencia a la insuficiente cantidad y calidad en bienes públicos como justicia, salud, educación, son falta de acceso a los mercados; y la corrupción, el incumplimiento de deberes de Estado y la discriminación se atribuyen a la debilidad institucional. A estas va-riables se las manipula nombrándolas taxativamente entre los efectos no deseados del “desarrollo” pero no integrándolas a los fundamentos de la argumentación. El discurso se abre para luego cerrarse permanentemente sobre la lógica principal para no desmoronar una arquitectura argumentativa marcadamente economicista.

Este tipo de argumentación permite tratar tanto las situaciones de pobreza descrip-tas, aún por los mismos protagonistas, como las políticas públicas o acciones colecti-vas implementadas en el marco de situaciones de pobreza, de un modo sumamente estilizado, despojado de los aspectos más conflictivos inherentes a la temática de las relaciones de poder, la política y la pobreza.

Inicialmente se hicieron dos preguntas a estos textos: ¿En qué medida la estrategia discursiva del Banco Mundial configura el concepto de pobreza sobre una lógica que deja afuera las dimensiones de orden social en que está inmersa, por más que se expliciten taxonómicamente las condiciones sociales que la caracterizan? ¿Cómo distinguir el componente ideológico del discurso desde el punto de vista del obser-vador o “suspender la creencia” al decir de Verón?

En el análisis discursivo se ha hecho referencia a la primera pregunta en varias ocasiones. Puede decirse que se evidencia una disociación entre las dimensiones de orden social propias de la problemática de la pobreza y los elementos materiales (u objetivados) que articulan la argumentación. Como lo destacan Verón (1996) para la semiología y Bourdieu (2001) para la economía, esta es una característica propia del positivismo científico: una abstracción originaria del objeto de estudio que puede servir a los fines de la ciencia en tanto sea explicitada como recurso metodológico. En este caso la abstracción de las dimensiones sociales se realiza a través del mismo

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86 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

recurso retórico que produce un efecto de cientificidad, rasgo que impregna predo-minantemente la estrategia discursiva analizada. La lógica argumentativa principal se apoya en los postulados básicos de la ciencia económica neoclásica produciendo recomendaciones en una sola dirección. Estos postulados, a modo de prescripcio-nes incuestionables, son los que marcan el límite hasta donde puede flexibilizarse el discurso para mencionar distintos aspectos de la complejidad social propia de la pobreza sin que estos interfieran en la línea argumentativa principal. Tanto la forma en que se utilizan los cuadros y gráficos como los elementos tomados de los estudios cualitativos, alimentan la ficción de la verosimilitud en su conexión con lo real y apelan retóricamente a la capacidad de la ciencia para interpretar los fenómenos que se describen e interpretan en los textos81.

Esto lleva a la segunda pregunta planteada en esta tesis, acerca del componente ideológico del discurso. Verón (1996:21) aporta un elemento clave acerca del status de este nivel de análisis: “Lo ideológico es una dimensión constitutiva de todo sis-tema social de producción de sentido (...) Lo ideológico no es el nombre de un tipo de discurso sino una dimensión presente en todos los discursos producidos en el interior de una formación social, en la medida que el hecho de ser producido en esa dimensión social ha dejado sus huellas en el discurso (...) Lo ideológico es el nombre de una lectura que, en principio82, siempre puede hacerse en todo discurso, aún en el de las ciencias”. En el análisis se han punteado una gran cantidad de huellas que identifican el discurso del Banco Mundial con un marco de ideas determinado por el pensamiento predominante en el liberalismo económico con acento en su ver-sión norteamericana -si se permite esta acepción en contraposición al pensamiento liberal europeo que puede tener una postura diferente en cuanto al rol del Estado como agente de bienestar ciudadano- . La dimensión ideológica de este discurso es dominante en tanto (el discurso) “aparece como teniendo una relación directa, sim-ple y lineal, con lo real; dicho de otra forma: aparece como siendo el único discurso posible sobre su objeto, como si fuera absoluto” (Verón 1996:23)

Estos dos rasgos de la estrategia discursiva, la abstracción de las condiciones so-ciales que proviene de su asimilación con el discurso de la ciencia económica y la absolutización del enunciado como rasgo de su dimensión ideológica, recrean entre uno y otro informe un concepto de pobreza que se va configurando a través de operaciones retóricas que describen situaciones de carencias en relación a un estadio ideal. Como ya se señaló la caracterización de estas carencias giran sobre dos ejes: la falta de ingresos, activos, bienes y servicios (materiales y/o simbólicos) y las fallas de los mecanismos de mercado o de las “instituciones” necesarias para que estos funcionen.

¿Qué efectos de sentido crea esta manera de configurar la pobreza? ¿Qué implica para la comprensión de la pobreza y su modo de actuar sobre ella? En primer lugar,

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La configuración del concepto de pobreza en la estrategia discursiva del Banco Mundial 87

lo que parece concluirse es que el límite impuesto por la estrategia discursiva a la configuración del concepto de pobreza no le permite salirse del molde del paradigma positivista: es un fenómeno acotado, medible y que está afuera de la lógica interna de un progreso que se extiende inexorablemente a todos los rincones del mundo.

En la medida que prevalece el supuesto de que se trata de un estado transitorio, que será superado con la difusión y expansión del progreso económico, la pobreza se materializa como algo que siempre queda afuera. No es algo que es inherente al sistema de relaciones sociales, porque este, cuando funciona adecuadamente, no admite estas situaciones.

Esto tiene una implicancia directa en la manera en que va tomando forma el sujeto pobre en este tipo de discurso:

7 El informe 1978 concibe al sujeto en situación de pobreza como alguien que debe ser asistido temporalmente por el Estado hasta que logre alcanzar los niveles de socialización -o aumento de su productividad- compatibles con el acceso al merca-do laboral, que a su vez garantiza un ámbito de seguridad social y bienestar. Esta concepción tiene su correlato en el diseño de Políticas Sociales en las que el énfasis está puesto en la “asistencia” o en la recuperación de cierto “déficit” respecto a standards considerados normales (en nutrición, salud, infraestructura sanitaria, vivienda, etc.). Para ello se hace imprescindible contar con las estadísticas sufi-cientes para medir y cuantificar la cantidad de personas con carencias para poder implementar los programas, o políticas focalizadas, que llegan directamente a las poblaciones con más deficiencias en los bienes considerados básicos. Las formas imperfectas en que se han desarrollado las instituciones propias de un Estado que acompaña el crecimiento y que retrasa el logro de los resultados previstos, se subsanan con la propuesta de circuitos más eficientes en la implementación de estas políticas focalizadas.

7 En el informe del 2000, se mantiene esta posición y se agregan otras perspectivas en relación a la pobreza, asociadas a las “múltiples dimensiones de la pobreza”, llamado también el “enfoque multidimensional de la pobreza”. Sin embargo, al insertarse este nuevo enfoque dentro de la misma estrategia discursiva que remarca el carácter transitorio y esporádico de estas situaciones, esta apertura se limita a hacer más amplias las especificaciones sobre la carencia de bienes y sobre los mecanismos para “proteger” al sujeto pobre de las vicisitudes a la que está expuesto. Se construye discursivamente al sujeto pobre como alguien que “quiere pero no puede” apropiarse de los beneficios del progreso porque no tie-ne los activos mínimos indispensables, tanto por sus propias dificultades –falta de niveles suficientes en educación, salud y capacitación técnica- como por las restricciones institucionales impuestas por su propio entorno -ineficiencia del

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88 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Estado, baja calidad de los servicios educativos y de salud, corrupción política, falta de seguridad jurídica, desorden civil, etc.-. Las recomendaciones en cuanto a políticas públicas tienden a centrarse en el sujeto como eje de las acciones, a través de un proceso de individuación que le permitiría convertirse en un agente económico y así alcanzar determinadas metas. En este sentido se entendería la transferencia de cierta cuota de poder (empowerment), lo que debería acompa-ñarse con ciertas reformas que debe impulsar el Estado para la remoción de los obstáculos institucionales que hacen accesible los beneficios del crecimiento a través del funcionamiento de los mercados.

La retórica del informe 2000, si bien puede aparecer revindicando al sujeto como constructor de su propio proyecto de vida83, también puede leerse como un discurso que traslada la carencia hacia el sujeto mismo, mostrándolo como incapaz de cons-tituirse en individuo que actúa racionalmente con el comportamiento esperado. Esto puede implicar, al reforzar en el imaginario social la figura de un sujeto “que no alcanza a...” (Trata pero...) el deslinde de la responsabilidad social frente a la pobreza, en la medida que se pone el acento en el individuo y sus aptitudes para desempeñarse con las reglas de juego del espacio económico organizado por la tec-nología. Desde la perspectiva del sujeto pobre, esta percepción puede resultar muy exigente y sobre todo, desalentadora para una persona que vive en un medio que cercena permanentemente las capacidades que son inherentes a toda persona y que, en una sociedad democrática que garantiza igualdad de oportunidades, se deberían distribuir aleatoriamente84.

Esta última lectura podría ser funcional a la operación de exclusión de la sociedad que actualmente se pone de manifiesto como comportamiento de los sectores medios que quieren escapar de la pobreza, en la medida que activa un efecto de sentido que recrea una divisoria social muy marcada: separa en forma tajante a los que “perte-necen” al sistema y los que “quedan afuera”85. Esta conceptualización es capaz de recrear un contexto de conflicto entre ricos y pobres, entre el que tiene y el que no tiene, tal vez tan marcado como el de las clases sociales.

Como señala Tomassini (2000:87), citando a otros autores, la búsqueda de iden-tidad del sujeto puede llegar a constituirse en “una fuerza política subversiva de grandes proporciones (T. Roszak,1979) (...) lo que es subversivo no es el proyecto centrado en la reflexión sobre el sujeto, lo que ocurre más bien es que el ethos del crecimiento personal revela las grandes transiciones sociales de la última etapa de la modernidad en su conjunto: un pujante cuestionamiento a las instituciones, la liberación de las relaciones sociales frente a sistemas abstractos y la consecuente interpenetración entre lo local y lo global (C. Lasch, 1988)”. Esta dimensión de la subjetividad, como otros aspectos de la pobreza como circunstancia que pone a la persona y a la sociedad frente a las preguntas más radicales de su existencia quedan

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La configuración del concepto de pobreza en la estrategia discursiva del Banco Mundial 89

radicalmente afuera, valga la redundancia, en la estrategia discursiva elegida por el Banco Mundial aunque se las mencionen de diversas maneras en el texto. En la lógica argumentativa predominante en esta estrategia discursiva el concepto de pobreza no logra configurarse sino como algo que es una contradicción y que queda afuera de un estadio ideal de desarrollo. Por esta razón hay que combatirlo porque se lo concibe como un apéndice, como un elemento extraño a la propia dinámica de un sistema económico y social que se supone inclusivo.

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90 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

79 Si bien en relación a la totalidad del gasto social mundial, los recursos para financiar los programas sociales provenien-tes de organismos internacioneles y de otros fondos de ayuda internacional son relativamente bajos, la influencia que tiene el discurso de estos organismos en el diseño de programas y políticas sociales es alta.

80 Este es un punto que merecería una investigación tanto para el uso del término estigmatización como en torno a las condiciones de recepción del discurso y su dimensión estig-matizante.

81 Como señala Bourdieu (2001:) “Sólo una forma muy particular de etnocentrismo, disfrazada de universalismo, puede inducir a atribuir universalmente a los agentes la ap-titud del comportamiento económico racional, y suprimir así la cuestión de las condiciones económicas y culturales del acceso a esa aptitud (erigida en tal modo en norma) y, al mismo tiempo, la de la acción indispensable si se pretende universalizar dichas condiciones. En efecto, sólo si se rompe de manera radical con el prejuicio antigenético de una llama-da ciencia pura, es decir, fundamentalmente deshistorizada y deshistorizante, por estar basada (como la teoría saussu-riana de la lengua) en una puesta entre paréntesis inicial de todo el arraigo social de las prácticas económicas, se puede devolver a su verdad de instituciones históricas realidades sociales cuya aparente evidencia ratifica y consagra la teoría económica”.

82 ”Digo en principio para distinguir el criterio teórico de nuestra capacidad de satisfacer en la hora actual las exigen-cias de tal lectura: aún estamos muy lejos de poder aplicar, de una manera sistemática y completa, la lectura ideológica de los discursos sociales” (Ibíd., 21)

83 Esta perspectiva se asocia con el trabajo de Amartya Sen (2000) quién describe las distintas dimensiones de la libertad que una sociedad debe garantizar para que la propia capaci-dad del sujeto pueda desplegarse.

84 En relación a la experiencia argentina un estudio recien-te comenta: “La insatisfacción identitaria se convierte en el problema central del individuo moderno, ‘fatigado de ser uno mismo’, obligado a convertirse en ‘uno mismo’ (...) así, es po-sible observar cómo tiende a profundizarse la brecha existente entre, por un lado, los que viven positivamente la radicaliza-

ción de la individualización y el distanciamiento reflexivo apo-yados sobre estructuras de integración y marcos de protección colectiva y, por otro lado, aquellos otros que padecen una situa-ción de vulnerabilidad y caída social y por ello tienden a vivir las exigencias de la individualización en términos negativos” (Svampa, 2000:13,15). Otros estudios también ponen énfasis en el deterioro de las capacidades de las personas que atra-viesan por situaciones prolongadas de pobreza. Al respecto puede verse: Universidad Católica Argentina-Observatorio de la Deuda Social Argentina: “Las grandes desigualdades”. Número 1. 2004.

85 Puede tomarse a la línea de ingresos (o línea de pobreza) que define quién es pobre y quién no como la línea divisoria. En relació a este efecto de sentido tan tajantemente divisio-rio puede mencionarse que algunos autores han propuesto alternativas de medición para flexibilizar esta marca hacia arriba y hacia abajo con conceptos como vulnerabilidad so-cial, incidencia de la pobreza, entre otros. Al respecto puede verse Boltnivik (1999)

Notas

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Page 105: LA Pobreza Cuaderno 2

95

Anexos

Anexo I

La historia de Basrabai1

”Basrabai vive en Mohadi, un poblado del estado de Gujarat en la India, situado en la costa del mar

Arábigo a 500 kilómetros de Ahmedabad. Es la primer mujer que ha ocupado el cargo de presidenta

del consejo local gracias a las enmiendas de la Constitución en virtud de las cuales un tercio del total

de escaños y un tercio de las presidencias de los consejos locales se reservan a las mujeres.

Para llegar al poblado de Basrabai tuvimos que recorrer un largo trayecto por carretera y atravesar

una pequeña ensenada utilizando un camino que es intransitable cuando la marea está alta. La primera

edificación que divisamos fue una estructura de hormigón de reciente construcción, la escuela primaria.

El año pasado, cuando el poblado fue azotado por el ciclón más intenso que se recuerde y las chozas

de paja fueron destruidas por el vendaval, la gente se refugió en la única construcción sólida que había

en el pueblo: la escuela. Cuando se iniciaron las actividades para reparar los estragos causados por el

ciclón, los residentes solicitaron que se construyeran más edificaciones de hormigón, y ahora el poblado

tiene alrededor de una docena.

Fuimos a la casa de hormigón de Basrabai, con una sola habitación, situada junto a una choza de

paja. Tras los saludos de rigor, hablamos de la escuela. Como era un día de semana, preguntamos si

podríamos asistir a una clase. Basrabai nos dijo que el maestro no estaba, y que hacía tiempo que no

daba señales de vida. En realidad, sólo venía una vez al mes, o menos. Como gozaba de la protección

del oficial de educación del distrito, en general hacía lo que quería.

El maestro vino al pueblo al día siguiente, en cuanto se enteró de que había visitantes. Fue a la

casa de Basrabai, y nos pusimos a hablar de la escuela y de los niños. Convencido de que los recién

llegados, por ser personas instruidas, compartirían sus opiniones, empezó a recitar una letanía de

sus problemas y de las dificultades con que tropezaba para enseñar a sus alumnos. Se refirió a ellos

despectivamente, llamándolos “criaturas de la jungla”.

Meeraiben, miembro de SEWA, la organización de trabajadores por cuenta propia que había he-

cho los arreglos para nuestra visita, no pudo contenerse. Señaló que el maestro ganaba 6.000 rupias

al mes (cifra seis veces superior a lo que se considera como umbral de pobreza en la India) y gozaba

Page 106: LA Pobreza Cuaderno 2

96 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

de seguridad en su empleo, y que como mínimo tenía la obligación de presentarse a trabajar. Los

padres desean que sus hijos aprendan a leer y a escribir, aún cuando el hecho de que éstos vayan a

la escuela supone que no van a ir a pescar con sus padres y que las niñas no pueden ayudar a sus

madres en el acarreo de agua y leña ni en las faenas agrícolas.

Esa noche Basrabai dirigió una reunión del consejo en la que se trataron dos temas principales. El

primero era el de la indemnización por los estragos causados por el ciclón; a pesar de que los planes

de rehabilitación se habían anunciado con bombo y platillo en la capital del estado, su aplicación a

nivel local dejaba mucho que desear y los funcionarios de la localidad no tomaban cartas en el asunto.

Las organizadoras de SEWA anotaron los nombres de las personas que todavía no habían recibido la

indemnización a que tenían derecho, y se acordó que, junto con Basrabai, se reunirían con funcionarios

locales la semana siguiente.

El segundo tema tratado se relacionaba con una prohibición de pescar en las aguas costeras dictada

por el gobierno para proteger las poblaciones de peces. Aunque las responsables de la sobrepesca eran

las grandes embarcaciones de arrastre, quienes pagaban las consecuencias eran los pequeños pescado-

res. Las embarcaciones grandes podrían proseguir sus actividades pesqueras siempre y cuando hicieran

llegar dinero a manos de las autoridades competentes.

Durante la reunión se produjo un imprevisto. El hermano de Basrabai había recibido una cornada

en la cara cuando trataba de separar dos vacas que se estaban peleando. Si la herida no se trataba

inmediatamente, se infectaría. Pero eran altas horas de la noche, y el médico más cercano estaba en un

poblado situado a 10 kilómetros de distancia. En otras circunstancias, habría sido imposible que recibiera

atención médica inmediata. Pero, como teníamos nuestro Jeep, pudimos llevar al hermano de Basrabai

al médico.

Durante nuestra estadía también pudimos admirar las artesanías de que las mujeres del poblado

vienen haciendo desde hace varias generaciones. Gracias a la inmensa popularidad internacional que

gozan los productos de la India y al interés en volver a sus raíces que tiene la creciente clase media del

país, hay una gran demanda de los tradicionales objetos bordados y teñidos utilizando el método de

atar las prendas antes de teñirlas. Pero, debido al aislamiento de las mujeres, los intermediarios que

compran esos objetos los pueden pagar a precios bajísimos.

El gobierno nacional y los gobiernos estatales tienen numerosos planes para respaldar las artesanías

tradicionales, pero ninguno funciona muy eficazmente. Por esta razón, SEWA está procediendo a organizar

a las artesanas que trabajan en sus hogares y a proporcionarles acceso directo a los mercados interna-

cionales. Vimos una prenda bordada que podría venderse por 150 rupias en el mercado internacional y

por 60 rupias en las tiendas gubernamentales, pero que los intermediarios adquirían por 20 rupias.

El último día de nuestra visita fuimos al campo que cultiva Basrabai, situado a una hora de camino

Page 107: LA Pobreza Cuaderno 2

Anexos 97

de su casa. Allí pudimos observar claramente los riesgos que entraña la agricultura. Debido a la falta

de lluvia, el terreno estaba duro y seco. Si no llovía en los próximos, se malograría la cosecha de mijo y

Basrabai perdería la inversión que había hecho contratando un tractorista con el dinero obtenido de la

venta de sus artesanías. Cuando vimos a Basrabai unos días después en Ahmedabad, todavía no había

llovido.

Nuestros contactos con Basrabai y los muchos miles de personas pobres a quienes consultamos para

la preparación de este Informe ponen de relieve una serie de cuestiones recurrentes y bien conocidas.

La gente pobre habla de la ausencia de oportunidades para obtener ingresos, de los deficientes enlaces

con los mercados y de la indiferencia de las instituciones estatales ante sus necesidades. Mencionan los

problemas de inseguridad, por ejemplo, los riesgos en terrenos como la salud, el empleo y las activida-

des agrícolas, que hacen que cualquier ganancia que puedan obtener siempre sea frágil. Las historias

que relatan los pobres en todos los lugares del mundo -desde los poblados de la India hasta las favelas

de Río de Janeiro, los barrios de tugurios aledaños a Johannesburgo y las explotaciones agrícolas de

Uzbekistán- plantean siempre los mismos temas.

Pero las conversaciones con Basrabai y otras personas pobres también revelan las posibilidades

existentes. Aunque los funcionarios locales y las instancias estatales todavía no están obligadas a rendir

cuentas a Basrabai y la gente de su poblado, la política explícita de acción afirmativa que permitió la

elección de Basrabai como presidenta del consejo local de su poblado pone de manifiesto lo que puede

lograse mediante la acción estatal. Y SEWA demuestra que los pobres pueden tener influencia cuando se

organizan para defender sus derechos, aprovechar las oportunidades que brinda el mercado y protegerse

contra los riesgos.”

1. Fuente: Banco Mundial (2000:2): “La historia de Basrabai” . La negrilla y el subrayado es nuestra y se utiliza para resaltar

los parrafos comentados en este trabajo

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98 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Anexo II

La voz de los pobres

El estudio “La voz de los pobres” basado en casos reales de más de 60.000 hombres y mujeres pobres

de 60 países, se realizó como base para el Informe sobre el desarrollo mundial 200/2001. Consta de dos

partes: un exámen de los recientes estudios sobre la pobreza con particiación de los intersados, llevados

a cabo en 50 países con interveción de unas 40.000 paersonas pobres, y un nuevo estudio comparativo

realizado en 1999 en 23 países con intervención de unas 20.000 personas pobres. En el estudio se ob-

serva que los pobres demuestran capacidad de iniciativa en su vida personal, pero muchas veces son

impotentes para influir en los factores económicos y sociales que determinan su bienestar.

Las siguientes citas son una ilustración de lo que significa vivir en la pobreza.

“No me pregunten qué es la pobreza porque la han encontrado fuera de mi casa. Miren la casa y cuenten

los agujeros. Miren mis utensillos y la ropa que llevo. Miren todo y escriban lo que ven. Eso que ven, eso

es la pobreza” (Hombre pobre, Kenya)

“Nuestra actividad agrícola es reducida; todo lo que compramos en las tiendas es caaro; la vida es

dura: trabajamos pero ganamos poco dinero, compramos poco, hay pocos productos, no hay dinero y

tenemos la impresión de ser pobres. Si hubiera dinero...” (De un grupo de debate de hombres y mujeres

pobres, Ecuador)

“Cuando mi marido se pone enfermo, la situación es catastrófica. Nuestra vida se paraliza hasta que se

recupera y vuelve al trabajo” (Mujer pobre, Zawyet Sultan, Egipto)

“La pobreza es humillación, es tener la sensación de depender de ellos, y de verse obligada a aceptar

las malas maneras, los insultos, la indiferencia cuando buscamos ayuda. (Mujer pobre, Letonia)

“Al principio tenía miedo de todos y de todo: de mi esposo, del jefe de la aldea, de la policía. Hoy, no

temo a nadie. Tengo mi propia cuenta bancaria. Dirijo el grupo de ahorro de mi aldea... Hablo a mis

hermanas acerca de nuestro movimiento. Y contamos con una asociación de 40.000 miembros en el

distrito” (De un grupo de debate de hombres y mujeres pobres, India) .

Fuente: Informe sobre el desarrollo mundial 2000, Recuadro 1, pag. 3 La negrilla es nuestra y se utiliza para resaltar los parrafos

comentados en este trabajo.

Page 109: LA Pobreza Cuaderno 2

Anexos 99

Anexo III

“Los pobres sufren con frecuencia los malos tratos de los funcionarios”

“Los hombres y mujeres pobres que participaron en el estudio La voz de los pobres han hecho hincapié

en la indiferencia de los funcionarios. Han aportado innumerables ejemplos de actos delictivos, abusos

y corrupción en sus contactos con las instituciones públicas han reconocido que son raras las veces

que recurren a la justicia. Al describir sus contactos con las instituciones los pobres también llaman la

atneción sobre las humillaciones y vejaciones de que son víctimas como consecuencia de la arrgancia,

la grosería y el desdén.

‘Cuando te atienden, te tratan como si fueras un mendigo... pero no somos mendigos... pagamos im-

puestos... Debe haber transparencia en las actuaciones públicas, el dinero de nuestros impuestos debe

ser bien empleado... Se inventan esas construcciones inútiles y se quedan con nuestro dinero...’ (Un

hombre pobre, Vila Junqueira, Brasil)

‘Unos nos reciben; otros no. Es espantoso... Te insultan... Te tratan casi como a un perro... La municipa-

lidad sólo hace caso a los que cuentan...’ (De un grupo de debate, Esmeraldas, Ecuador)’

‘Los funcionarios del departamento de asistencia social son descorteses y hasta groseros con la gente de

la aldea. Yo voy allí para recoger la presación social que recibo para mis hijos. Tengo que esperar dos

horas; me tratan muy mal. Si lloro y grito que mi hijo está enfermo me dan algo. Pero esto no sucede

muy a menudo’ (una mujer, Novy Gorodok, Federación de Rusia)

‘En el campo nos levantamos a las seis de la mañana para tomar el autobus. Llegamos. Vamos al hospital

a ver al doctor. A veces se llega a las ocho de la mañana, y a veces no se llega hasta la una de la tarde.

Te quedas allí hasta la tarde, sin poder comer, sin poder beber... Pasas horas y horas con hambre. Tienes

que volver antes que te haya visto el doctor. Pierdes el autobus. Tienes que arreglártelas como puedes

para regresar...’ (Una madre de 25 años de edad, Los juríes, Argentina)

‘Preferimos cuidarnos solos que ir al hospital, donde una enferera enojada nos podría inyectar una

medicina equivocada’ (un joven pobre, Kituai, Tanzania).

Fuente: Informe sobre el desarrollo mundial 2000:100

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100 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

Anexo IV

La voz de los pobres:

Citas textuales incluídas en el Informe de Desarrollo Mundial 2000, tomadas de grupos de debate organizados especialmente.El estudio completo fue publicado por el Banco Mundial bajo el título “Voices of the poor ¿can anyone here us?” (Narayan, 2000)

1. “Si tienes la suerte de conseguir trabajo, trabajas demasiado y no te pagan los suficiente.”

Mujer joven de Dimitrovegrad, Bulgaria - (BM2000: 34)

2. “Algunos tienen tierra, pero no pueden comprar fertilizantes; los que consiguen trabajar como teje-

dores, están mal pagos; los jornaleros no reciben un jornal justo.”

-Indio Cackchiquel, Guatemala - (BM 2000: 34)

3. “Hace tres años la situación fue terrible. Las inundaciones se llevaron todos nuestros cultivos, y

pasamos mucha hambre, a tal punto que muchos murieron de inanición. Fueron por lo menos una

docena, en su mayoría niños y ancianos. Nadie pudo ayudarlos. Sus parientes que vivían en el pueblo

tampoco tenían nada que comer; nadie tenia bastantes alimentos para sus propios hijos, y todavia

menos para los hijos de su hermano o primo. Y muy pocos tenían en algún otro lugar un pariente

más rico que pudiera ayudarlos.”

Campesino pobre, Benin (BM 2000: 36)

4- “ [La pobreza es]... bajos salarios y falta de empleo. Pobreza es no tener medicinas, ni alimentos, ni

vestido.”

De un grupo de debate, Brasil (BM 2000: 46)

5. “ El agua es vida: como no tenemos agua, nuestra vida es miserable.”

De un grupo de debate, Kenya. (BM 2000: 52)

6. “Cuándo me jubilé tenia 20.000 rublos en mi cuenta de ahorro... Pero, ¿Qué hizo el gobierno a quien

habíamos confiado nuestros fondos? ¡Decidió aplicarles la tasa de inflación, que acabo con ellos! Ese

dinero ahora no alcanza ni para comprar pan y agua.”

-De un grupo de debate, Ucrania (BM 2000: 53)

7. “A los mayas nos han excluido siempre, nos han discriminado. Cortaron el árbol pero se olvidaron

de arrancar las raíces. El árbol esta brotando.”

-De un grupo de debate, Guatemala.( BM 2000: 56)

Page 111: LA Pobreza Cuaderno 2

Anexos 101

8. “Nuestros dirigentes anunciaron que habría una transición a un nuevo sistema de mercado, pero

luego nos abandonaron a nuestra suerte...”

Grupo de debate, Georgia.( BM 2000: 66)

9. “A medida que se contrae el sector publico, se esfuman las oportunidades de empleo.”

-Grupo de debate, Ucrania. (BM 2000: 67)

10. “Todos nuestros problemas se deben a la falta de tierras. Si tuviéramos mas tierras, podríamos pro-

ducir lo suficiente para alimentar a nuestras familias, construir nuestros hogares y educar a nuestros

hijos.”

-Observación de un hombre pobre de Nigeria. (BM 2000: 68)

11. “Creemos que la tierra es generosa, pero, ¿qué incentivo tenemos para producir mas de lo que ne-

cesitan nuestras familias si no hay caminos de acceso a los mercados para vender allí lo que nos

sobra?”

Grupo de debate, Guatemala. (BM 2000: 69)

12. “Hay ahora muchas instituciones de crédito, pero no son nada transparentes. La gente no sabe como

ponerse en contacto con ellas. Los que han tratado de hacerlo se han sentido desalentados por las

enormes garantías que exigen.”

Grupo de debate, Malawi (BM 2000: 75)

13. “Si tuviéramos una carretera podríamos conseguir todo lo demás: un centro comunitario, empleo,

una oficina de correos, agua y teléfono.”

Mujer de un grupo de debate, Little Bay, Jamaica. (BM 2000: 77)

14. “He oído rumores sobre la asistencia para los pobres, pero nadie parece saber donde se encuentra.”

De un grupo de debate, Tanjugrejo . Indonesia. (BM 2000: 85)

15. “Algunas veces, después de varias horas de espera para poder ver a un medico, llega una enfermera

y me dice que el doctor no va a venir o que, aunque venga, no va a poder verme”

Mujer pobre, El Mataria. Egipto. (BM 2000: 86)

16. “Según las declaraciones oficiales del partido, la gente sabe, la gente debate, la gente actúa, pero

aquí solo es verdad la ultima parte: que la gente actúa.”

De un grupo de debate, Ha Tinh, Viet Nam. (BM 2000: 90)

17. “Las aguas sucias pasan justo por delante de nuestra puerta; cuando llueve, el agua se mete en la

casa y hay que poner las cosas en alto... Con el agua sucia vienen algunos visitantes desagradables:

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102 El concepto de pobreza y la discursividad economicista

tenemos ratas, cucarachas, arañas y hasta serpientes y escorpiones.”

De un grupo de debate, Nova California, Brasil. (BM 2000: 94)

18- “No es fácil encontrar en el municipio a la persona que necesitas, y cuando la encuentras te dice: <

Lo siento, no puedo ayudarle. >”

-De un grupo de debate, Zenica, Bosnia y Herzegovina. (BM 2000: 98)

19. “Hay cuatro dragones: la corte de justicia, la oficina del fiscal, el Khoimiat y el jefe de policía. Nadie

puede conseguir nada sin saciarlos antes.”

De un grupo de debate, Oitamgali. Uzbekistán. (BM 2000: 102)

20. “Si no nos organizamos y no nos unimos no podemos pedir nada.”

Mujer pobre, Florencio Varela. Argentina. (BM 2000: 108)

21. “Antes de que nos organizáramos como cooperativa de la SEWA, los intermediarios podían engañar-

nos. Pero ahora puedo negociar con ellos como representante de nuestra cooperativa y como miembro

elegido de nuestro consejo local. Un día, cerca de la parada del autobús, oí a un par de hombres

que decían: Esa es la mujer que nos esta causando tantos problemas. ¿ Le damos una paliza?. Yo les

dije: Dádmela si os atrevéis. Tengo 40.000 mujeres detrás de mí.”

Mujer trabajadora en una intervención en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y el Futuro,

Ginebra, Junio de 2000. (BM 2000: 117)

22. “Como no hemos ido nunca a la escuela, somos casi analfabetos. A veces no sabemos siquiera hablar es-

pañol; no sabemos sumar. Los dueños de las tiendas nos engañan, porque no sabemos contar y todo eso.

Compran a los precios que quieren y pagan menos. Nos engañan porque no tenemos instrucción.”

-Mujer indígena de la asociación 10 de agosto, Ecuador (BM 2000: 123)

23. “Siempre que hay un entierro, trabajamos juntos... Las mujeres sacan agua, buscan leña y recogen

harina de maíz entre los amigos... mientras que los hombres cavan la tumba y entierran al muerto...

Trabajamos juntos en proyectos comunitarios, por ejemplo, haciendo ladrillos para una escuela...

Las mujeres trabajan también juntas para limpiar los alrededores de los pozos.”

Intervención en un grupo de debate, Mbwadzulu, Malawi. (BM 2000: 128)

24. “Estar bien es saber que me va a pasar mañana.”

Hombre de edad mediana, Razgrad, Bulgaria.( BM 2000: 135)

25. “Como si la escasez de tierras fuera poco, vivimos en constante tensión pensando en la lluvia: ¿lloverá

o no lloverá? Vivimos en constante tensión.”

Mujer, Kajima, Etiopía, (BM 2000: 140)

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Anexos 103

26. “No tenemos donde trabajar. Nos ponemos enfermos y no tenemos dinero para pagar un medico ni

para comprar medicinas, que son muy caras. El gobierno hace que todo resulte caro. No tenemos

dinero para comprar fertilizantes ni semillas; todo es en dólares. No tenemos nada para comer. Todo

es muy caro.

De un grupo de debate de mujeres adultas durante una crisis bancaria, Juncal, Ecuador. (BM 2000:

161)

27. “[La seguridad es]... la capacidad de las personas de hacer frente a los desastres.”

De un grupo de debate, Little Bay, Jamaica. (BM 2000: 161)

28. “Incluso nuestro limitado acceso a la escuela y a la salud esta comenzando ahora a desaparecer.

Tememos por el futuro de nuestros hijos ¿cómo se explica que tengamos que enviar cada día a

nuestros hijos a los vertederos para mantener a la familia?”

Comentarios de un padre y una madre sobre la necesidad de sacar a los hijos de la escuela después

de una crisis económica, Tailandia. (BM 2000: 161)

29. “La mayor desgracia que hemos sufrido fue el huracán Gilbert;... cuando paso, lo único que encon-

tramos fue una silla de madera.”

-Mujer, Millbank (Jamaica)170

30. “Por desgracia para mí, la tierra donde instale mi granja se encontraba en una zona pantanosa y

cuando llovió toda la finca quedo sumergida bajo el agua y destruida.”

Anciano, Atonsu, Bokro, Ghana. (BM 2000: 170)

31. “Por lo menos, los de arriba nos escucharán. Antes, nadie nos preguntaba que pensábamos nosotros.”

-Hombre pobre, Guatemala (BM 2000: 187)

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