la pesadilla de un mundo en red

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La pesadilla de un mundo en red. Por Amador Fernández-Savater Las distopías o “utopías negativas” son obras de cción que llevan hasta extremo de pesadilla elementos o tendencias reales ya activas en el presente. conocidas están por ejemplo 1984 de George Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley. No puedo evitar leer La hipótesis cibernética , del misterioso no-grupoTiqqun, como una obra de este tipo. Un relato, a la vez real e irreal, que advierte y alerta so qué? La pesadilla que se dibuja aquí es la de un mundo enteramente organizado en red : transparente, conectado, dinámico, autoorganizado, uido. Una lectura que prod vértigo, sobre todo entre quienes hemos pensado en algún momento la red como metá herramienta de emancipación. Quizá por eso, para protegerme, leo este ensayo c obra de ciencia- cción: “exageran, sólo es un mal sueño”. ¿Seguro? De la hipótesis liberal a la hipótesis cibernética Se dice que el liberalismo surgió como meditación sobre la guerra y anhel ¿Cómo podían evitarse de una vez por todas con ictos armados tan devastadores que asolaron Europa durante los siglos XVI y XVII? Era necesario encontrar otr los comportamientos humanos distinto a la pasión, al prejuicio, a la superstic poder. ¿Cuál? El liberalismo respondió: la razón y el interés. Un ser humano s racionalmente cuando, libre de la pasión, el prejuicio, la superstición o la v poder, actúa según su propio interés, bien entendido. Existe además, por analo mecánica de Newton, una “armonía natural” entre los intereses humanos: la famo “mano invisible”. Un buen gobierno, por tanto, es el que interviene lo menos p gobierno “liviano”. Suprimiendo progresivamente todas las injerencias externas modelo (en el mejor de los casos, por medio de la educación), la sociedad podrá nalment volverse pací ca, próspera, feliz. La izquierda en nuestros días sigue, por lo general, empeñada en atacar y desmontar la hipótesis liberal. Sin embargo, si prestamos oído a Tiqqun, erram pensar que nuestro enemigo es el neoliberalismo, entendido simplemente como actualización del liberalismo clásico. El liberalismo está muerto y enterrado, de batalla de las dos Guerra Mundiales, en los efectos de la crisis del 29, et bajo elimperio de otro paradigma, delque en todocaso elliberalismo eslacobertura ideológica: la Hipótesis Cibernética . La Hipótesis Cibernética (HC) surge también como meditación sobre la guer anhelo de paz. ¿Cómo pueden evitarse las matanzas de las guerras mundiales, lo desastres económicos, el antagonismo de las revoluciones comunistas? Hay algo hipótesis liberal que no funciona, que no da respuesta a estos interrogantes. inspira en la teoría cibernética (“ciencia del gobierno y el control sobre la animal”) fundada por los cientí cos e ingenieros Norbert Wiener, Claude Shanno Gregory Bateson o John Von Neumann, y con múltiples prolongaciones hasta nuest días (tecnologías de la comunicación, inteligencia arti cial, ciencias cogniti claves importantes de esta teoría serían, para lo que nos interesa:

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La Pesadilla de Un Mundo en Red

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La pesadilla de un mundo en red. Por Amador Fernndez-Savater

Las distopas o utopas negativas son obras de ficcin que llevan hasta un extremo de pesadilla elementos o tendencias reales ya activas en el presente. Entre las ms conocidas estn por ejemplo1984de George Orwell oUn mundo felizde Aldous Huxley. No puedo evitar leerLa hiptesis ciberntica, del misterioso no-grupoTiqqun, como una obra de este tipo. Un relato, a la vez real e irreal, que advierte y alerta sobre algo. Sobre qu? La pesadilla que se dibuja aqu es la de un mundo enteramente organizado en red: transparente, conectado, dinmico, autoorganizado, fluido. Una lectura que produce vrtigo, sobre todo entre quieneshemos pensado en algn momento la red como metfora-herramienta de emancipacin. Quiz por eso, para protegerme, leo este ensayo como una obra de ciencia-ficcin: exageran, slo es un mal sueo. Seguro?

De la hiptesis liberal a la hiptesis cibernticaSe dice que el liberalismo surgi como meditacin sobre la guerra y anhelo de paz. Cmo podan evitarse de una vez por todas conflictos armados tan devastadores como los que asolaron Europa durante los siglos XVI y XVII? Era necesario encontrar otro motor de los comportamientos humanos distinto a la pasin, al prejuicio, a la supersticin, al afn de poder. Cul? El liberalismo respondi: la razn y el inters. Un ser humano se comporta racionalmente cuando, libre de la pasin, el prejuicio, la supersticin o la voluntad de poder, acta segn su propio inters, bien entendido. Existe adems, por analoga con la mecnica de Newton, una armona natural entre los intereses humanos: la famosa mano invisible. Un buen gobierno, por tanto, es el que interviene lo menos posible, un gobierno liviano. Suprimiendo progresivamente todas las injerencias externas a este modelo (en el mejor de los casos, por medio de la educacin), la sociedad podr finalmente volverse pacfica, prspera, feliz.La izquierda en nuestros das sigue, por lo general, empeada en atacar y desmontar la hiptesis liberal. Sin embargo, si prestamos odo a Tiqqun, erramos el tiro al pensar que nuestro enemigo es el neoliberalismo, entendido simplemente como actualizacin del liberalismo clsico. El liberalismo est muerto y enterrado, en los campos de batalla de las dos Guerra Mundiales, en los efectos de la crisis del 29, etc. Hoy vivimos bajo el imperio de otro paradigma, del que en todo caso el liberalismo es la cobertura ideolgica: laHiptesis Ciberntica.La Hiptesis Ciberntica (HC) surge tambin como meditacin sobre la guerra y anhelo de paz. Cmo pueden evitarse las matanzas de las guerras mundiales, los desastres econmicos, el antagonismo de las revoluciones comunistas? Hay algo en la hiptesis liberal que no funciona, que no da respuesta a estos interrogantes. La HC se inspira en lateora ciberntica(ciencia del gobierno y el control sobre la mquina y el animal) fundada por los cientficos e ingenieros Norbert Wiener, Claude Shannon, Gregory Bateson o John Von Neumann, y con mltiples prolongaciones hasta nuestros das (tecnologas de la comunicacin, inteligencia artificial, ciencias cognitivas, etc.). Tres claves importantes de esta teora seran, para lo que nos interesa:- El orden (disminucin de la entropa) es poco probable, lo ms probable es el caos (o aumento de la entropa). Gobernar el comportamiento de personas o mquinas exige mecanismos de control que aseguren el orden, contrarrestando la tendencia a la desorganizacin.- La clave del gobierno (conducir la conducta) es la informacin. La informacin es estadstica por naturaleza y se organiza segn las reglas de la probabilidad. Conocer los patrones de conducta del presente nos permitir predecir y guiar las acciones futuras. La informacin (ya no el inters) es la linfa vital del orden ciberntico.- El control es, en definitiva, un problema de informacin y se consigue optimizando la comunicacin entre las partes: el feedback (o intercambio de informacin) es clave en la teora ciberntica.Por tanto, la HC ya no confa en la racionalidad del individuo (demasiado imperfecto, limitado, ignorante de s mismo), ni tampoco en la tendencia al equilibrio del conjunto (ms bien todo lo contrario), sino que trabaja en la construccin deliberada y consciente deun nuevo entorno social: un sistema-red de nodos transparentes, en conexin y desconexin permanente, organizado en torno a la gestin ptima de la informacin. El capitalismo ciberntico. La pesadilla.Ese nuevo entorno, el capitalismo ciberntico, sera:un mundo transparente, traducido ntegramente a informacin, donde cada gesto, cada servicio, cada decisin y cada proceso generan una masa de datos, a procesar posteriormente por mquinas, algoritmos, reglas automticas;una sociedad-red, donde toda relacin se establece como feedback o interaccin. Un vnculo electivo, altamente funcional, en el cual el otro aparece (y desaparece) a voluntad: conexin y desconexin entre nodos transparentes(perfiles); yun sistema dinmico, donde los flujos mercantiles se confunden con flujos de informacin. La lgica ciberntica no piensa en trminos de productos, estados o sujetos, ni de tiempo y espacio, sino de flujos, de medios fluidos, veloces y acelerados.

El gobierno cibernticoQu significa gobernar en el paradigma ciberntico, en qu consistira un gobierno ciberntico? El trmino"Kubernesis significa piloto o regulador. Y justamente esa es la funcin del poder en la HC: pilotar en medio de superficies en movimiento, regular permanentemente flujos en circulacin.Gobernar, as, no sera tanto imponer o legislar, sino coordinar racionalmente los flujos de informaciones y decisiones que se producen 'espontneamente' en el cuerpo social. Pensemos en Google, en Facebook, en los proyectos desmart cities... Se trata siempre de monitorizar la realidad, de recoger, procesar y conectar datos, de dar acceso y hacer de cada usuario un co-desarrollador, de buscar la cooperacin pblico-privada, etc. Cuanto ms sepamos, ms capacidad de gestin en tiempo real y ms capacidad de anticipacin tendremos. Gobernar es hacer predecible.Tambin, por supuesto, los comportamientos desviados, los crmenes.En tres sentidos al menos, estamos ante un tipo de poder diferente. En primer lugar, el gobierno ciberntico no es vertical ni autoritario, al menos en primera instancia, porque as perdera demasiada informacin. Por el contrario, es un gobierno que sabe pegarse a los territorios que gestiona, a travs de una red de sensores o captores inteligentes de informacin (humanos o mquinas). No gobierna como una instancia ajena y exterior, sino que produce en lo posible a los gobernados como fuente de feedback (participa", "habla).En segundo lugar, el gobierno ciberntico no es un gobierno sedentario o esttico, sino ms bien una dinmica de autoorganizacin Un tipo de orden que no niega el caos, ms bien busca permanentemente el equilibrio en el desequilibrio. Un gobierno capaz de seguimiento de flujos, procesos, devenires, a travs de dispositivos nmadas de rastreo y trazado (ms un brazalete electrnico que una crcel). Un gobierno siempre a la escucha, a travs de sondeos, encuestas y estudios.Por ltimo, el gobierno ciberntico no es un gobierno centralizado, sinomediador. No slo interconecta mquinas, procesos, informacin, personas y capitales, sino que borra las viejas fronteras de la arquitectura liberal del poder (pblico-privado, etc.) articulando esferas heterogneas: fragmentos de Estado, sociedad civil, movimientos sociales.Leda en nuestro contexto particular, la distopa de Tiqqun produce un cierto escalofro. Uno no puede dejar de pensar que la nueva poltica es el agente histrico destinado a acometer el pasaje del viejo al nuevo capitalismo (ciberntico) en el plano de las instituciones. Los pilotos de la HC no puede ser gente viejuna que teme o desconoce las redes, sino que han de ser nativos digitales que la asumen como paradigma o imagen del mundo: una forma de ser, de hacer, de pensar y, ahora tambin,de gobernar.

El malestarUn amigo viaj hace poco a una ciudad lejana que desconoca. Sali del aeropuerto y fue en autobs hasta el centro, all sac el mvil y activ Google Maps. La pantalla llamaba su atencin claramente sobre un icono, pinch y era su hotel, muy cerca de donde se encontraba. Felicidad. Pronto podra descansar en lugar seguro. Pero... un momento, un momento, cmo demonios saba Google cul era su hotel? Qu cruce de datos...? Misterio. Esta sencilla ancdota, que puede resonar en cada uno con una historia similar, nos habla del carcter doble, ambivalente, del orden ciberntico. Por un lado, las mil posibilidades que nos ofrece de conexiones, saber, visibilidad, ajustndose a nuestra vida como si fuera un guante; por otra, una cierta sombra de inquietud, un ruido de fondo de malestar (que no se reduce ni mucho menos a la cuestin de la privacidad).Vamos a detenernos ahora en esa parte de sombra, que es de donde podran surgir las rebeliones y alternativas a la HC. De qu tipo es ese malestar? Algunas intuiciones, recogidas de conversaciones, libros o de la observacin de m mismo:1) La transparencia, en el orden ciberntico, implica quedar reducidos a perfiles. Convierte la experiencia en estadstica. Pero no somos perfiles, sino singularidades con tonos, vibraciones y acentos propios. No somos signos, abstracciones comunicables e intercambiables, sino algo mucho ms parecido a un jeroglfico, un laberinto, una rugosidad. No somos muros, donde todo el mundo ve de nosotros las mismas cosas y al mismo tiempo, sino seres en situacin: distintos segn el contexto que atraviesan, la trama de relaciones en la que se encuentran, etc. La perfilizacin es una mutilacin de la multidimensionalidad de la vida, por exigencia de representacin.Adems, la transparencia sustituye las relaciones de confianza por relaciones de control. Deja pasar la luz, pero una luz que quema: lamirada del inquisidor. En lugar de darnos confianza, construyendo situaciones y contextos de igualdad, nos volvemos vigilantes y jueces unos de otros, en una especie de panptico distribuido, participativo.2) La velocidad, en el orden ciberntico, significa poner la vida entre parntesis. Hay que correr siempre ms, producir para seguir produciendo, actualizar permanentemente nuestra imagen, muro o perfil. No hay tiempo, ni espacio, slo flujos en aceleracin permanente. La urgencia es la temporalidad propia de la ciberntica (y los nervios a flor de piel, su clima afectivo). Hay que eliminar todo lo que estorbe y nos haga ms lentos, los lentos son perdedores. Pero una relacin, un proceso de crianza, un duelo, tienen sus propios tiempos, heterogneos a la temporalidad de la urgencia. A mucha velocidad no se puede elaborar nada, slo aplicar respuestas automticas, superficiales, descuidadas. No se puede cambiar de sentido, girar, bifurcar, slo correr hasta la gran bofetada. No se puede pensar o crear si nada nos opone resistencia.3) La conexin, en el orden ciberntico, reduce la relacin a interaccin. Pero los seres humanos no nos conectamos, nos afectamos, chocamos, peleamos, nos herimos, etc. No comunicamos, descodificamos una sintaxis o desciframos una informacin, sino que vivimos en el malentendido, traduciendo una y otra vez a los dems (es decir, traicionando el original). Un encuentro no es unlinko un feedback (me gusta, etc.). El malestar, aqu, consiste en la pobreza y la superficialidad de las interacciones. Tan fciles como insatisfactorias. En la conexin hay vnculo instrumental, puntual, a placer. En la relacin hay deseo comn, sentido compartido, viaje con el otro.

Estrategias de subversinCul es el problema con la HC? Podra pensarse que se trata de una hiptesis buena, correcta, pero an no realizada plenamente. Se tratara entonces, desde esta posicin, de reclamar ms transparencia, ms comunicacin, ms participacin, ms redes, ms cercana entre gobernantes y gobernados, una mejor representacin, en definitiva.La apuesta de Tiqqun es sin embargo muy otra: considerar mala y errada la HC. Ya desde un punto de vista filosfico: por la idea del ser que implica. Para Tiqqun, la vida no es informacin, ni puede reducirse a ella sin dao. Los cuerpos no son nodos transparentes, los encuentros no son enlaces, el tiempo no es eltiempo real. Aunque la HC se piense y presente como un poder horizontal, en realidad sigue siendo una forma de poder normativa, coactiva, exterior. Destructora, por tanto, de todo verdadero habitar.Para Tiqqun entonces no se trata tanto de perfeccionar o radicalizar la HC, sino de convertirnos, devenir irrepresentables: opacos a su ojo de cclope, ilegibles para sus mquinas binarias de sentido, impredecibles para sus tcnicas de control.Cmo? En su contra-fbula, Tiqqun propone numerosas estrategias. Lo hace poticamente, porque no se trata de convencer, ni de orientar la opinin y la accin de nadie, sino ms bien de insinuar y sugerir formas de resistencia que luego cada cual tendr que configurar, ensayar, etc. La resistencia a la HC tiene que empezar ya por los modos de comunicarse. Lo contrario de la transparencia no es el hermetismo, sino elpoema. Es decir, formas de escribir que no embrutecen, que no atontan, que dejan espacio y libertad al lector.Vamos a apuntar entonces, ya para acabar, tres de estas estrategias, dejndolas deliberadamente imprecisas para que vuele la imaginacin:lentitud, ritmo y niebla.Lentitudno es ir despacio, sino desacelerar: aprender a desconectar y desconectarnos de los flujos del capitalismo ciberntico. Desconectar nuestra propia cabeza, en primer lugar. Es el arte de la interrupcin: fuga, sabotaje sutil o levantamiento colectivo. Si la velocidad implica la respuesta automtica y superficial, la insensibilizacin hacia el entorno, la irritacin constante ante lo que nos hace obstculo, la desaceleracin de los flujos abre por el contrario la posibilidad del proceso y el encuentro. Permite darse tiempo. Para mirar hacia los lados y no slo hacia adelante. Para ver, sentir o pensar las situaciones que habitamos. Para que lo nuevo pueda acontecer.Ritmo: no se trata de ir lentos o rpidos, sino de encontrar nuestro propio tiempo. Pero el ritmo, dice Tiqqun, es necesariamente cojo. Es bellsima la metfora de la cojera en Tiqqun. Caminamos, pero nunca un paso es igual a otro. Hay siempre imperfeccin, disonancia. La vida va y viene, entre la palabra y el silencio, lo visible y lo invisible, etc. Un ritmo vital ser, pues, necesariamente cojo. Nunca el ritmo automtico y unilateral de la mquina (que descarta lo pensado, lo lento, las asperezas, etc.). Tampoco el ritmo musical, armnico, que sigue paso a paso la partitura (el programa). En todo caso, el ritmo delfree jazz:plural, disonante, abierto a la improvisacin. Un ritmo que asume eincorporalos silencios, las mareas bajas, los fallos, los accidentes, etc.Niebla.La HC, como hemos visto, gobierna extrayendo y procesando informacin, pero la informacin slo es la parte codificable de la comunicacin humana. La niebla sera la estrategia que confunde las exigencias de transparencia, de univocidad, de identificacin. Lo que protege de la mirada inquisitorial ("quin eres?") y permite que una experiencia pueda darse, desarrollarse, encontrar su propio ritmo, sus propias palabras para nombrarse y compartirse (lo que podramos llamar la autogestin del sentido).En cada gesto de desaceleracin, en cada cojera que encuentra su ritmo, en cada foco de niebla, se genera un pequeo apagn. Una zona de opacidad, disimulo, libertad, vida. Intermitente o duradera, personal o compartida, pequea o grande. Pueden coordinarse estas experiencias, amplificarse hasta generar un cortocircuito fatal para la mquina ciberntica? S, pero desde luego no agrupndose en algn no-lugar (partido, organizacin o plataforma), sino mediante un efecto dereverberacin: cada una desde su lugar, en medio de la vida, pero resonando e intensificando su efecto con las dems. Hasta alcanzar un da, tal vez, quin sabe, un punto crtico de desestabilizacin del sistema y provocar elGran Apagn.