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La pandilla: de lo local a lo global Fernando Carrión M. El fenómeno de las pandillas no es nuevo, más sí lo es su creci- miento, transformación y percepción social. Las pandillas existen desde hace mucho tiempo. La crisis de las instituciones de socialización como la familia, la escuela y el trabajo; la inadecuación de los modelos de consumo que los medios de comunicación cons- truyen y que el mercado produce; la reducción de oportunidades para los jóvenes y la nece- sidad de construir mecanismos de auto defensa, entre otras, son razones para su existencia. En consecuencia, la pandilla se convierte en un sustituto institucional que le ofrece al joven la posibilidad de ser parte del mundo, compartiendo valores, representaciones y lenguajes. Las pandillas han crecido. Durante este último tiempo se percibe un aumento importan- te de su organización, a tal punto que se ha convertido en un tema de política pública. Se estima, según datos poco precisos que Quito tiene no menos de 150 pandillas y Guayaquil alrededor de 1.200 con una membresía de 65.000 pandilleros.... Las pandillas han cambiado. El proceso de constitución es impreciso y diferente en cada caso, pero se puede afirmar que pandilla, jorga, banda, nación e imperio son distintos, hacien- do difícil medirlos. Los miembros de la pandilla privilegian las relaciones secundarias, tienen organización, realizan actos contrarios al orden establecido, construyen identidades grupales y definen un territorio. Hoy, este anclaje es superado por un espacio virtual que trasciende y rompe las fronteras locales y nacionales, dando lugar a su condición global. En los años treinta -por la continuidad territorial de la frontera- nacen los pachucos, de quienes Octavio Paz dice:“son bandas de jóvenes de origen mexicano, que viven en las ciu- dades del sur y que se singularizan tanto por su vestimenta como por su conducta y su len- guaje”. Luego, en la década de los ochenta, los flujos continuos de emigrantes, dan lugar al naci- miento de las maras centroamericanas, que toman forma con la firma de los acuerdos de paz. Las dos nacen como estrategias de supervivencia de los grupos juveniles de emigrantes en los EEUU, que logran establecer lazos entre los lugares de origen y destino, primero, como territorios diferenciados y luego de carácter ubicuo. Esta condición la tienen los Latin Kings, gracias a su presencia en Madrid, Barcelona, Nueva York, Chicago, Quito y Guayaquil, a través de tres formas: a) Franquicia, donde grupos de jóve- nes en lugares distintos copian sus comportamientos, valores y símbolos sin formar parte del todo orgánico; b) Marca, en que ciertos grupos de jóvenes que admiran a los Latin Kings asu- men su nombre por el prestigio que tienen, reproduciendo sus actos y códigos principales; y c) Global, donde cada uno de los grupos es un nodo articulado en red. Las pandillas son estigmatizadas. La visión que la opinión pública ha creado de ellas es de un estereotipo negativo, como bandas de criminales, compuestas por jóvenes y pobres vio- lentos, convertidos en “ejército industrial de reserva” del crimen organizado. La respuesta a este fenómeno es la de una política hegemónica que plantea su elimina- ción y no, por el contrario, la de su incorporación al trabajo, la educación, la salud, la cultura y la ciudad EDITORIAL Página 1 ENTREVISTA Víctimas que se convierten en victimarios Entrevista a Nelsa Curbelo Página 2 Hay valores que se pueden rescatar Entrevista a George Asanza Página10 INTERNACIONAL Pandillas Manuel Dammert Guardia Página 3 TEMA CENTRAL Pandillas y naciones en Ecuador: diagnóstico de situación Andreina Torres Página 4 MEDIOS La representación de las pandillas en los medios Jenny Pontón Cevallos Página 12 EN CIFRAS Página 9 CORTOS Página 9 SUGERENCIA Página 11 3 MARZO 2 0 0 6 E D I T O R I A L C O N T E N I D O

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La pandilla:de lo local a lo globalFernando Carrión M.

El fenómeno de las pandillas no es nuevo, más sí lo es su creci-miento, transformación y percepción social.

Las pandillas existen desde hace mucho tiempo. La crisis delas instituciones de socialización como la familia, la escuela y el

trabajo; la inadecuación de los modelos de consumo que los medios de comunicación cons-truyen y que el mercado produce; la reducción de oportunidades para los jóvenes y la nece-sidad de construir mecanismos de auto defensa, entre otras, son razones para su existencia.En consecuencia, la pandilla se convierte en un sustituto institucional que le ofrece al jovenla posibilidad de ser parte del mundo, compartiendo valores, representaciones y lenguajes.

Las pandillas han crecido. Durante este último tiempo se percibe un aumento importan-te de su organización, a tal punto que se ha convertido en un tema de política pública. Seestima, según datos poco precisos que Quito tiene no menos de 150 pandillas y Guayaquilalrededor de 1.200 con una membresía de 65.000 pandilleros....

Las pandillas han cambiado. El proceso de constitución es impreciso y diferente en cadacaso, pero se puede afirmar que pandilla, jorga, banda, nación e imperio son distintos, hacien-do difícil medirlos. Los miembros de la pandilla privilegian las relaciones secundarias, tienenorganización, realizan actos contrarios al orden establecido, construyen identidades grupalesy definen un territorio. Hoy, este anclaje es superado por un espacio virtual que trasciende yrompe las fronteras locales y nacionales, dando lugar a su condición global.

En los años treinta -por la continuidad territorial de la frontera- nacen los pachucos, dequienes Octavio Paz dice: “son bandas de jóvenes de origen mexicano, que viven en las ciu-dades del sur y que se singularizan tanto por su vestimenta como por su conducta y su len-guaje”. Luego, en la década de los ochenta, los flujos continuos de emigrantes, dan lugar al naci-miento de las maras centroamericanas, que toman forma con la firma de los acuerdos de paz.Las dos nacen como estrategias de supervivencia de los grupos juveniles de emigrantes enlos EEUU, que logran establecer lazos entre los lugares de origen y destino, primero, comoterritorios diferenciados y luego de carácter ubicuo.

Esta condición la tienen los Latin Kings, gracias a su presencia en Madrid, Barcelona, NuevaYork, Chicago, Quito y Guayaquil, a través de tres formas: a) Franquicia, donde grupos de jóve-nes en lugares distintos copian sus comportamientos, valores y símbolos sin formar parte deltodo orgánico; b) Marca, en que ciertos grupos de jóvenes que admiran a los Latin Kings asu-men su nombre por el prestigio que tienen, reproduciendo sus actos y códigos principales; yc) Global, donde cada uno de los grupos es un nodo articulado en red.

Las pandillas son estigmatizadas. La visión que la opinión pública ha creado de ellas es deun estereotipo negativo, como bandas de criminales, compuestas por jóvenes y pobres vio-lentos, convertidos en “ejército industrial de reserva” del crimen organizado.

La respuesta a este fenómeno es la de una política hegemónica que plantea su elimina-ción y no, por el contrario, la de su incorporación al trabajo, la educación, la salud, la culturay la ciudad

EDITORIALPágina 1

ENTREVISTAVíctimas que se convierten

en victimariosEntrevista a Nelsa Curbelo

Página 2

Hay valores que se pueden rescatar

Entrevista a George AsanzaPágina10

INTERNACIONALPandillas

Manuel Dammert GuardiaPágina 3

TEMA CENTRALPandillas y naciones en Ecuador:

diagnóstico de situaciónAndreina Torres

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MEDIOSLa representación de las pandillas

en los mediosJenny Pontón Cevallos

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EN CIFRASPágina 9

CORTOSPágina 9

SUGERENCIA Página 11

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MARZO 2 0 0 6

E D I T O R I A L

C O N T E N I D O

¿Cómo definiría lo que es una pandilla?H ay diferentes denominaciones de pandillas, e ng e n e ral los muchachos que están en agru p a c i o-nes no se reconocen con ese térm i n o.Actualmente están llamándose más agru p a c i o-nes urbanas. La pandilla es un grupo que se hacey se deshace, tiene menos cantidad de miem-bros y son menos jera r q u i z a d a s , p a ra dife r e n-c i a rlas de lo que son las naciones, los clanes, l a sa s o c i a c i o n e s , el imperi o, e t c. Pero en térm i n o sg e n e ra l e s , a nivel de país,nosotros les decimos pandi-lla a los muchachos queestán en grupos callejeros.Las pandillas tienen una cul-t u ra que es propia, c o ncódigos de pertenencia ys i m b o l o g í a ; además sonc l a n d e s t i n o s , no se sabedonde están ni cuales sonlos jefe s , lo cual les da unpoder enorme y una capaci-dad de funcionamiento enr e d . Los pandilleros no sond e l i n c u e n t e s , pero sí se pue-den conve rtir y muy rápida-mente en escuela de delito.Muchas pandillas tienenmiembros que son delin-c u e n t e s , pero la ecuación“todos los pandilleros son delincuentes” es falsa,porque o sino no podríamos salir.

¿Entonces una pandilla no necesariamente sevincula a la violencia?No, no, porque el punto de arranque de los gru-pos es el afecto, es lo que nosotros hemosencontrado en su casi generalidad. Los mucha-chos y muchachas se reúnen porque buscan ungrupo que realmente sea una hermandad. Esahermandad le da una cantidad de proteccionesde la que después es difícil salir, porque hacen unjuramento de por vida y conocen códigos quelos que estamos afuera no conocemos, entonceses como que un miembro traiciona a ese grupodel cual hacía parte.

¿Qué repercusión tiene en la percepción deinseguridad la existencia de estos grupos?

Tienen una repercusión grave, porque ademásla sociedad los ha hecho casi los únicos respon-s a bles de la inseguri d a d , cuando ellos son fru t ode una sociedad absolutamente violenta, s o nvíctimas que se conv i e rten en victimari o s . E n -tonces el ejemplo y el modelo que la sociedadles está brindando no es el mejor. Los jóve n e sde Guayaquil entregaron arm a s , yo quisierasaber cuántos civiles y no civiles compran arm a sy las entregan, porque ésta es una sociedad

a rm a d a .

Si bien estos grupos dejóvenes son víctimas de vio-lencia, pero a la vez genera-dores de ella ¿Cómo abor-dar esta problemática?Nosotros estamos apostan-do a lo que mejor sabemosh a c e r, que es la prevención yla interve n c i ó n . Estamos tra-bajando con los líderes dealgunas de estas agru p a c i o-n e s , evidentemente no cont o d o s , y estamos apostandoa un cambio en la propuestade los líderes. Es decir, anosotros nos parece bienque los muchachos se reú-n a n , porque en una sociedad

tan individualista es muy positivo que lo hagan,lo que no tienen que hacer es reunirse con vio-l e n c i a .

Antes de finalizar esta entrevista quisiéra cono-cer ¿Cuál es la situación de las mujeres al inte-rior de las pandillas?En general es una cultura muy machista, con unpredominio claro de varones. A la larga las mu-chachas logran permear un poco el grupo, conel humanismo y la expresión de afecto, pero noen la toma de decisiones, no en la manera comose lleva a cabo la pandilla. Para mí es evidenteeso, lo cual abriga un elemento grave, porque yocreo que las repercusiones para las mujeres sonmás nefastas que para los varones. Existe muchap r o m i s c u i d a d , no hay control de relacionessexuales, no las hay, en ese sentido existenmuchísimos problemas

Flacso Sede Ecuador • Programa Estudios de la Ciudad2

“Víctimas que se conviertenen victimarios”

Nelsa CurbeloDirectora de

SerPaz

Los pandilleros no son delincuentes, pero sí se pueden convertir y muy

rápidamente en escuela de delito. Muchas pandillas tienen miembros que son

delincuentes, pero la ecuación“todos los pandilleros son

delincuentes” es falsa, porque o sino no podríamos salir.

E N T R E V I S T A

Ciudad Segura 3 - marzo 2006 3

Si bien el fenómeno de las pandillas no es un temareciente, es a mediados de los años sesenta queaparecen con mayor intensidad en los Estados

Unidos, especialmente en los barrios de las minorías étni-cas. En la actualidad, el Centro Nacional de PandillasJuveniles de Estados Unidos estima que existirían unos750 mil jóvenes miembros de pandillas, cifra que si bienpuede ser discutible (como todos los cálculos sobre elnúmero de pandilleros) muestra la relevancia de estaproblemática. De igual forma, en la década de los noven-ta, estos grupos hicieron su aparición en diversos paíseseuropeos, especialmente en ciudades con alta concentra-ción de jóvenes inmigrantes.

A inicios de los años nove n t a , el gobierno nort e a-m e ricano desarrolló una política de deportación dei n m i g rantes para afrontar el aumento de la cri m i n a l i d a d ,al asociar las pandillas al terr o rismo y al narcotráfi c o,considerándolo un problema de seguridad nacional. E neste sentido, m i e n t ras en 1996 se deportaron a 38 000p e rs o n a s , en el 2003 el número aumentó a 80 000, d elas cuales 2100 fueron a República Dominicana y 2000a El Salvador. D u rante los primeros dos meses del pre-sente año, 1400 jóvenes acusados de pandilleros hansido deport a d o s , de los cuales 344 tenían antecedentesd e l i c t i vo s .

Esta política tuvo un impacto importante en la proli-feración de las pandillas juveniles (maras) en Centro-américa, donde se calcula que existen alrededor de 250mil jóvenes miembros de las maras. Las de mayor presen-cia son la Mara-Salvatrucha y la M-18 que nacieron enLos Ángeles hace más de tres décadas, formadas porinmigrantes latinos. Luego, se instalaron en los países cen-

troamericanos y con el pasodel tiempo se han visto vin-culadas con bandas crimina-les. De esta forma, las marasse han convertido en unode los principales proble-mas que enfrentan paísescentroamericanos como ElS a l v a d o r, H o n d u ras yGuatemala.

Durante la última déca-da, los gobiernos centroamericanos han venido impulsan-do diversas reuniones con el fin de lograr acuerdos quepermitan afrontar de manera eficaz los problemas asocia-dos a la presencia de pandillas transnacionales. Se hanrealizado dos reuniones de presidentes centroamerica-nos con este objetivo y durante la primera semana deabril del presente año se llevó a cabo en El Salvador, laSegunda Convención Antipandillas, con la participaciónde las delegaciones policiales de los países centroameri-canos, México y Estados Unidos. Los objetivos de la reu-nión fueron compartir información entre los diversos paí-ses y producir recomendaciones sobre seis temas: cen-tros penales, inteligencia, migración, prevención, interven-ción y leyes.Algunas recomendaciones que se plantearonson: homologar las leyes penales y procesales en los paí-ses centroamericanos con el fin de facilitar la extradicióno deportación de los pandilleros involucrados en actosdelincuenciales en diferentes países; crear leyes de pro-tección de testigos que colaboren en investigacionesdesde cualquier país; y la creación de bases regionales conel fin de compartir información, entre otras

PandillasManuel Dammert Guardia

I N T E R N A C I O N A L

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Las “pandillas” o agrupaciones juveniles son untema que interesa al debate de la seguridad ciu-dadana en la medida que éstas pueden o no

ve rse relacionadas con fenómenos violentos y/odelincuenciales y no tanto por la representación quese ha construido de estos grupos como “anti” socia-les, “enemigos” del bien común y agentes de la “inse-guridad”. Por otro lado, es necesario entender queestas agrupaciones pueden ser un reflejo de fenóme-nos de exclusión y violencia que afectan a los y lasjóvenes que las integran y no sólo de las violenciasque se ejercen desde y por los jóvenes. Con esto sepretende generar un diagnóstico preliminar que pro-mueva un debate más concienzudo sobre el tema,con el fin de aportar a la construcción de políticaspúblicas de seguridad más integrales y mejor estruc-turadas. En principio hago una descripción breve delos estudios existentes en el Ecuador sobre el tema,planteo interrogantes sobre la definición de “pandi-llas” y presento algunas clasificaciones aceptadas. Porúltimo, presento algunas reflexiones sobre la relaciónentre pandillas y criminalidad, un análisis de las políti-cas públicas que se han generado en torno al tema yuna reflexión final sobre las violencias en las cuales seenmarcan las vidas de los y las jóvenes del país.

Estudios sobre pandillas en el Ecuador1

A modo de introducción, se puede decir que el temade las pandillas es un área de análisis que sufre de unaprofunda “incomprensión”, está teñido de estereoti-pos, y visiones moralistas, lo cual se agudiza por elhecho de que aún en el país la producción científicasobre el tema es fragmentaria y no existe un debateserio entre diferentes posturas y autores/as. La mayo-ría de las investigaciones se concentran en Guayaquil,mientras que en Quito y el resto de ciudades, dondeestas agrupaciones también han tomado fuerza, losestudios son pocos si no inexistentes.

No obstante, dentro de los estudios realizados seobservan algunos esfuerzos por evadir miradas este-reotipadas sobre los y las jóvenes en general y sobrelas pandillas en particular. Los trabajos de MauroCerbino (2000, 2004), por ejemplo, se abocan a “com-prender” a estos grupos, poniendo un especial énfasisen el análisis de sus “saberes”, consumos culturales,formas de expresión, etc. Por otro lado, existen estu-dios de corte cuantitativo realizados por organizacio-nes no gubernamentales con fines muy específicos,como la generación de acciones y programas concre-tos.Tal es el caso de una encuesta aplicada en Cuencapor la Fundación Paul Rivet y en Guayaquil por la cor-poración SERPAZ, en el año 2004 (no se encontró un

estudio similar en Quito). Estos datos ayudan a carac-terizar cuantitativamente el fenómeno, aunque care-cen de la minucia del trabajo cualitativo.

El trabajo investigativo de SERPAZ, y en particularde Nelsa Curbelo, se destaca por estar apoyado en laestrecha colaboración que existe entre la ONG y dis-tintos grupos juveniles de la ciudad de Guayaquil, porlo tanto constituye un trabajo valioso.

También cabe destacar que aún no se estudia elg rado y la fo rma de participación de mujeres jóve n e sen las pandillas ni las relaciones de género que se esta-blecen al interior de ellas, pues éstas aún son conside-radas principalmente como organizaciones masculinas.

Un aporte importante de las investigaciones exis-tentes es que demuestran la necesidad de trascenderlas tendencias represivas y moralistas que predominanen el tratamiento del tema de las agrupaciones juve-niles. No obstante, representan esfuerzos aislados queno han sido incorporados al diseño de políticas porparte de los organismos del Estado, lo cual se reflejaen el discurso oficial que manejan las institucionesencargadas de estos temas.

¿Qué es una pandilla?

Es pertinente planterase esta pregunta pues, comoafirma Nelsa Curbelo (2004), “[l]a aplicación del tér-mino “pandillas” tiene una connotación política queestigmatiza a sectores juveniles de estratos popula-res”. El término “pandillas” ha adquirido una connota-ción negativa, que es alimentada por los medios decomunicación y los organismos que se ocupan de su“control”. Entre los y las jóvenes que conforman estosgrupos, el término tiene poca aceptación.

El modo como se define lo que es una pandilla,entonces, tiene repercusiones políticas tangibles. Porejemplo, la mayoría de las definiciones que circulanestablecen una asociación automática entre pandillas ydelincuencia. Por ejemplo,Torres Chávez (2003) defi-ne a la pandilla como “un grupo de tres o más indivi-duos con un interés común, un enlace o actividadcaracterizada por conducta criminal o delincuente” yen el Diario la Hora se las definió como “organizacio-nes delincuenciales juveniles”.

El organismo encargado del control y monitoreode estos grupos, la Policía Especializada en Niños,Niñas y Adolescentes (DINAPEN), define a las pandi-llas exclusivamente como agrupaciones juveniles queparticipan en algún campo delictivo. Operativamente,esto puede ocasionar que agrupaciones de jóvenescon ciertos rasgos “pandillescos” sean asociados auto-máticamente con acciones delictivas y se conviertanen “sospechosos”. Finalmente, la definición de una

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Pandillas y naciones en Ecuador:diagnóstico de situaciónAndreina Torres

T E M A C E N T R A L

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pandilla o un “pandillero” se convierte en un procesoaltamente visual, que se presta a la estigmatización yla confusión. Si bien no se puede ignorar las conexio-nes que existen entre el pandillerismo y acciones vio-lentas o delictivas, el énfasis o la importancia ontoló-gica que se le otorga a dichas acciones debe ser rela-tivizada, es decir, existen también otras razones y finespor los cuales se forman estas agrupaciones juveniles.

Pandillas y naciones

Existe una dive rsidad de grupos (pandillas, c l a n e s , g a n g s ,n a c i o n e s , i m p e ri o s , e t c.) que son llamados de manerai n d i ferenciada “ p a n d i l l a s ” . No obstante, en el Ecuadordos definiciones han sido más o menos aceptadas, e l l a splantean una distinción entre “ p a n d i l l a ” y “ n a c i ó n ” .

Entre grupos como SERPAZ, la definición deestos dos tipos de agrupaciones evade la asociaciónentre agrupación juvenil y delito. Nelsa Curbelo defi-ne a las pandillas como “grupos de jóvenes entre 20-30 integrantes con edades que van desde los 13 a los30 años. Están compuestas por jóvenes de ambossexos, se reúnen en parques, para conversar, planearpaseos, “echar cabeza” o “ver quien pasa” (Curbelo,2004). Estos grupos son de un carácter más efímeroy su conformación puede estar ligada a procesos másbien improvisados. Generalmente, carecen de unaestructura de organización piramidal, presentan unagran diversidad en sus características y no tienen line-amientos claros. Por estas características se conocemuy poco de estas agrupaciones pues están en cons-tante cambio. En Quito, existen pocas “naciones” perose conocen pandillas de una gran importancia numé-rica como los Bayardos, Slimmers, MKS, Nenes Lindos,Hechiceros, Punto y Coma, etc… En Guayaquil laspandillas más notorias son Los Contras, La Muerte,Los intocables y Los Rusos, entre otras.

Según SERPAZ (2003) las “naciones, clanes o aso-ciaciones, son grupos juveniles más extensos y orga-nizados que obedecen a una cadena de mando segúnla antigüedad y méritos obtenidos. Cuentan con unmínimo de 100 integrantes y se dividen en célulassegún la ley de las calles”; su extensión territorial tras-ciende el espacio del barrio pues abarcan el ámbitonacional y hasta global. Se conoce además que lasnaciones cuentan con una organización jerárquica ypiramidal, similar a la de un ejército u organizaciónmilitar, pues cuentan también con un sistema de cas-tigos y retribuciones. Además, practican una serie derituales que constituyen procesos iniciáticos en losque deben superar algunas pruebas tendientes ademostrar la lealtad y respeto de los y las aspiranteshacia sus líderes y hacia la nación (estos rituales vandesde el robo de la insignia de un vehículo hasta elasesinato de un miembro de un grupo rival).

La pertenencia a la nación también supone elpago de una cuota mensual que puede ser de 5 a 20dólares, dinero que es destinado a la organización defiestas, graffitis y compra de armas. Según SERPAZ,“suprincipal objetivo es el poder y el dominio sobre elterritorio y el reconocimiento de las demás agrupa-ciones”. Parte de este poder se mide en base alnúmero de adeptos, por lo que el reclutamiento deotros jóvenes es importante.

Otro rasgo que define más claramente a lasnaciones son sus lazos trasnacionales. En Quito, lasnaciones más conocidas son la de los Latin Kings y losVatos Locos, que están en guerra entre sí, y enGuayaquil se distinguen los Ñetas y los Latin Kings,también agrupaciones rivales en esa ciudad, aunqueexisten muchas otras (Masters, Rebel People, Hierro,Big Clan, New People, Némesis, etc.). Sus orígenes seconectan con el surgimiento de las gangs latinas enEstados Unidos como resultado de fenómenos migra-torios de larga data.

Por ejemplo, según Feixa y Muñoz (2004), losLatin Kings se originaron en Chicago, a finales de losaños 40, época en que confluyen diversas gangs depuertorriqueños, dominicanos, cubanos, etc., pero suapogeo ocurre a finales de los ochenta en NuevaYork. En 1996, bajo un nuevo liderazgo, adquieren ras-gos más políticos enunciados alrededor de la reivindi-cación de la identidad latina.Adopta entonces el nom-bre de Almighty Latin King Nation (todopoderosanación de los reyes latinos) y luego se adhieren lasLatin Queens. Se generan entonces una serie de pro-ducciones culturales que luego pasan a conformar laBiblia LK. Poseen rasgos my distintivos, que son adop-tados a nivel internacional, por ejemplo, en su vestua-rio priman los colores negro y dorado o amarillo y sesaludan mostrando tres dedos en forma de corona(su símbolo).

Naciones como la de los Latin Kings y Ñetas sedifundieron nacionalmente en Estados Unidos y luegoen algunos países de A m é rica Latina y Europa, r e f l e j a n-do un proceso de globalización y confo rmando lo queH e d g e h o rn (2001) denomina “bandas postindustri a-l e s ” , es decir, “ ya no se trata de grupos estri c t a m e n t et e rri t o riales sino de identidades “ h í b ri d a s ” que mezclan–a la manera de bricolaje- elementos culturales de losr e s p e c t i vos países de ori g e n , de los países de adopcióny de estilos trasnacionales que circulan por intern e t ”(Feixa y Muñoz, 2 0 0 4 ) . A s í , en Ecuador se han genera-do mitologías locales sobre el orígen de estos gru p o sy también de sus ri ñ a s . En Quito, el orígen de los LatinKings se asocia con un joven ecuatoriano que vivió enel Bronx de Nueva Yo rk y trasladó su experi e n c i acomo miembro de la pandilla a su país de ori g e n .

En Ecuador, el fenómeno de las pandillas en gene-ral surge alrededor de los años ochenta. Aunque seconoce poco sobre sus orígenes se presume que fue-

Ciudad Segura 3 - marzo 2006 5

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ron agrupaciones a través de las cuales los/as jóvenescompartían intereses artísticos, como el baile, los graf -fitis y otras expresiones asociadas a la cultura del hip-hop. Pero a medida que estas organizaciones se fue-ron fortaleciendo surge una lucha por el reconoci-miento entre estos grupos (SERPAZ, 2003). En todocaso, la aparición de estos grupos no parece tener lasconnotaciones étnicas (producto de procesos migra-torios internacionales) que se observan en la expe-riencia estadounidense. No obstante, es posible quetengan relación con procesos de migración internacomo lo demuestra el caso de los “Bayardos” enQuito, conocidos como un grupo de jóvenes prove-nientes de Cayambe que se dedican a actividades enel área de la construcción y son altamente “temidos”entre los vecinos de sectores como El Inca.

Discrepancia en los datos

Dadas estas dificultades de “definición”, existen pro-blemas para cuantificar el número de pandillas queexisten en el país. Se observa grandes discrepancias

de los datos provenientes de distintas fuentes. Porejemplo, SERPAZ afirma que sólo en Guayaquil exis-ten alrededor de 1.200 a 2.000 agrupaciones. Porejemplo, en ocho bloques del barrio Bastión Popularse han identificado 84 grupos distintos. En estas cifrasse incluye un cálculo de 50 naciones. En total se cal-cula que alrededor de 65.000 jóvenes participan enpandillas, lo cual constituye un 7% de la poblaciónentre 12 y 20 años de la ciudad.

Por otro lado, según datos de la DINAPEN seregistran 1368 pandillas en el país, sin plantear un esti-mado del número total de miembros (ver gráfico 1).En la provincia del Guayas se calcula 750 grupos, datoque difiere notablemente del estimado de SERPAZ.Estas limitaciones presentan retos al momento demedir y cualificar el fenómeno en el país.

La relación pandillas-delitos

Esta es una relación que debe ser problematizada puesno todo pandillero es delincuente, aunque no se puedeo bviar la relación entre pandillas y violencia. C o m ovimos anteri o rm e n t e, existen ciertos ritos y exigencias(cuotas) que implican actos violentos y hasta delictivo s(robos) y cri m i n a l e s . Por ejemplo, según el testimoniode un jove n , se le otorga un “ t r o fe o ” a quien mata a unmiembro de la pandilla enemiga. Entre los Vatos Locosel “mero mero” (líder principal) debe ser un joven queh aya obtenido muchos trofeos (en Herr e ra y Guzmán,2 0 0 5 ) . Según SERPAZ (2003) las agrupaciones tambiéni n c u rsionan en el delito como una fo rma de genera rmedios de subsistencia.

Xavier Andrade advierte que “no se puede enten-der el problema [de las pandillas] desde su supuestaactuación como ejércitos callejeros al servicio del nar-cotráfico y de mafias organizadas”. En relación a lasnaciones añade que “todavía queda por determinarhasta qué punto este nuevo tipo de formación socialopera efectivamente como una forma delincuencialmás sofisticada, o si es en gran parte una imagenmediática que ha sido importada como parte de laretórica de la globalización” (Andrade, 2004: 91).

Hasta el momento las estadísticas y los registrosexistentes no permiten establecer una relación claraentre los distintos tipos de agrupaciones urbanas y losniveles de inseguridad que se viven en distintas ciuda-des del país ni los diversos delitos que se cometen anivel nacional. Los datos estadísticos que ofrece SER-PAZ sobre la conexión entre pandillas y delitos estánbasados en un análisis de los medios de comunicación;por tanto, son poco confiables y nos dicen poco de laincidencia real que tienen las pandillas en fenómenosdelictivos. Por ejemplo, en el siguiente cuadro, la infor-mación que se presenta sólo sirve para identificar alos Latin Kings como el grupo más violento, en rela-ción a otras pandillas, mas no se presentan datos ofi-ciales de la participación que tienen las pandillas en latasa de homicidios de la ciudad.

Las estadísticas sobre adolescentes aprehendidospor la DINAPEN, sólo nos indican algunas tendenciassobre los delitos y contravenciones por los que estánsiendo detenidos los y las menores de edad, más nose puede establecer si estos/as jóvenes están vincula-dos a agrupaciones juveniles. En todo caso, los datosdejan entrever que la cantidad de adolescentes apre-

Flacso Sede Ecuador • Programa Estudios de la Ciudad6

Gráfico 1: Porcentaje de pandillas por provincia

Fuente: DINAPEN

Gráfico 2: Porcentaje de muertes atribuidas a diferentes pandillas en la ciudad de Guayaquil

Fuentes: SERPAZ (2003), datos obtenidos de los Diarios El Universo y El Comercio.

hendidos ha experimentado un aumento del 115, 2%entre 1999 y 2005 (alcanzando la cifra de 7.772 apre-hensiones en el 2005).

Al observar la información sobre los delitos máscomunes cometidos por menores de edad destacanlos robos con un 36,4%, les siguen los asaltos y roboscon 13,7% y en tercer lugar se ubica la tenencia dearmas de fuego (6,7%). Llama la atención la cantidadde menores detenidos por “tenencia” de drogas, quedeben ser más bien casos de consumo, y las detencio-nes por violaciones (ver tabla 1).

En relación a los datos de aprehensiones por contra-venciones que registra la DINAPEN sorprende quelos “escándalos” (28,6%) y los “operativos policiales”(22,2%) representan el grueso de detenciones, esdecir, que las aprehensiones de menores están sujetasa una alta discrecionalidad (o arbitrariedad) de losagentes policiales. En resumen, no se observan enestos datos los delitos más “dañinos” que comúnmen-te son asociados a las pandillas (tráfico de drogas, sica-riato, asesinatos, etc.) y el robo puede ser visto comouna respuesta a procesos sociales excluyentes y unaforma de supervivencia socioeconómica no exclusivade los jóvenes que pertenecen a pandillas.

También se observa en estos datos que el grue-so de las detenciones corresponden a la provincia delGuayas, lo cual podría ser considerado como un indi-cativo preliminar de una asociación con el fenómenode las pandillas, dada la visibilidad del fenómeno prin-cipalmente en Guayaquil. Para el caso de jóvenesmayores de 18 años, los datos son de difícil acceso.

Un fenómeno que empieza a visualizarse y es unclaro indicativo de la relación entre pandillas y violen-cia es el porte de armas entre jóvenes pandilleros.Según SERPAZ (2003), solamente en Guayaquil secalcula que de los 65000 jóvenes que se estima par-ticipan en agrupaciones juveniles, el 15-20% portaarmas (9750 jóvenes). Los motivos del uso de armasson: defensa (59%), problemas con otras organizacio-nes (17%), robo (8%) y asalto-robo-defensa (8%). Sediagnosticó también que la edad de inicio más fre-cuente en el porte y manejo de armas es de 14 años.El arma más común es el revólver (o fuego de un pro-yectil que se puede adquirir por un precio de 20 dóla-res), le siguen las cartucheras y armas blancas. Existentambién una variedad de armas artesanales cuyosmateriales son de fácil adquisición. Muchas veces, el

acceso a las armas se facilita en el hogar. SERPAZ esti-ma que si las tendencias actuales persisten, en el año2007, el 82% de los jóvenes que participan en estasagrupaciones portará un arma y un 54% estará vincu-lado a actividades delictivas como robo y asaltos.

Otra asociación común es la que se estableceentre jóvenes-pandillas-consumo de drogas-delito.Nuevamente, estas asociaciones deben ser manejadascon mayor cuidado. En el caso de las pandillas, se esti-ma que alrededor de un 20% de miembros/as consu-men drogas y, en este sentido, se puede afirmar queel consumo es mayor en relación a los datos naciona-les, aunque no se cuenta con datos exactos sobre quétipo de drogas se consumen con mayor frecuencia.Cabe mencionar que algunas pandillas incluso tienenrestricciones y normas sobre el consumo de drogas,lo cual choca fuertemente con la idea generalizada delas pandillas como espacios a los que acuden los y lasjóvenes para “drogarse”. La relación entre el consumode drogas y el delito también suele ser una afirmaciónque parte del “sentido común”.

Políticas públicas en torno a las pandillas

Las acciones que se han tomado frente al tema seubican en un amplio espectro que incluye visionesaltamente represivas, generalmente provenientes delsector público y enfoques “alternativos” que repre-sentan, en su mayoría, iniciativas privadas que no pue-den atender a todos los y las jóvenes que participanen estas agrupaciones. Guayaquil ofrece, tal vez, elejemplo más claro de esta “escición”, pues por unlado encontramos las duras políticas represivas, cuyoactor principal lo constituye la policía y por otro tene-mos las iniciativas de “pacificación” y “reconocimien-to” que llevan a cabo organizaciones como SERPAZ yCEFOCINE.

Las acciones del sector público en torno a laspandillas en Guayaquil han tendido a ser de corterepresivo. En 1986, surgen instancias de vigilancia enbarrios marginales como el denominado “escuadrónvolante” con el objetivo de monitorear y reprimir lasya evidentes actividades de asociación entre jóvenes;en 1987, se confo rma el GEA, G rupo EspecialAntipandillas; en 1997, se instaura un “toque dequeda” para menores de edad a partir de las 10 de la

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Gráfico 3:Adolescentes aprehendidos (delitos y contravenciones) 1999-2005

Fuentes: DINAPEN

Tabla 1Adolescentes aprehendidos por delitos a nivel nacional (2005)

Delitos No. %Robo 1478 36,4Asalto y robo 555 13,7Tenencia de armas de fuego 273 6,7Tenencia de drogas 227 5,6Daños a la propiedad 221 5,4Violación 171 4,2Agresión física 147 3,6Hurto 111 2,7Otros 875 21,6Total 4058 100

Fuente: DIANPEN. Elaboración propia.

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noche, el cual fue abolido por presiones de la socie-dad civil y retomado en 2001; y en el 2002, en unesfuerzo interinstitucional se diseña un plan “antipan-dillas” que fracasa al poco tiempo, pues la propuestase limitó a la acción represiva de detención de adoles-centes (SERPAZ, 2003).

Según SERPAZ uno de los efectos más claros deestas acciones represivas ha sido el surgimiento de lasnaciones, que constituyen agrupaciones que garanti-zan la clandestinidad de sus miembros.

La internación en centros para “menores infracto-res” y en cárceles (en el caso de mayores de 18 años)también ha surgido como una respuesta que presen-ta sus propias dificultades, que no pueden ser desliga-das de las carencias generales que sufre el sistema de“rehabilitación” del país. Además, los procesos de“internación” refuerzan la estigmatización y exclusiónde estos jóvenes y los expone a las ya conocidas“escuelas del delito”.

Por otro lado, las intervenciones privadas, alterna-tivas y/o pacificadoras (que incluyen actividades comoel desarme, creación de empresas productivas, abrirespacios para actividades culturales y reconocimientopúblico, etc...) resultan experiencias altamente valiosasque se contraponen a las iniciativas oficiales. En febre-ro de 2006, alrededor de 240 jóvenes miembros deagrupaciones urbanas que han venido trabajando conSERPAZ, entregaron voluntariamente alrededor de 60armas que fueron destruidas en un acto público2,constituyéndose en uno de los múltiples logros alcan-zados por la ONG en sus distintos programas. Noobstante, estas iniciativas sólo pueden cubrir a unnúmero limitado de jóvenes (se calcula que el trabajode SERPAZ llega a 5000 jóvenes) y están expuestas ala inestabilidad de las fuentes de financiamiento.

Por tanto, se evidencia la necesidad de plantearuna política pública de alcance global que vaya másallá de intervenciones puntuales de corto plazo, quetrasciendan el enfoque represivo, recuperen la expe-riencia de instituciones como SERPAZ y CEFOCINE yque logre afectar los patrones culturales y las condi-ciones estructurales que generan un contexto regidopor dinámicas de violencia y conflicto, en las cualesemergen pandillas que cier tamente se involucran enacciones violentas y delictivas.

Jóvenes como víctimas de múltiples violencias

A modo de conclusión es necesario afirmar que uncambio de enfoque también sugiere ver a los y lasjóvenes como sujetos/as que están inmersos en rela-ciones sociales violentas. A este respecto Bourgois(2005), establece un continuum entre distintos tiposde violencias: política (represión militar, tortura poli-cial, resistencia armada, etc…); estructural (desigual-dad social, precarización del trabajo, etc…); simbólica(internalización de las desigualdades, consentimientoinconsciente de los dominados); cotidiana/interperso-nal (generan un sentido común o ethos de la violen-cia).

Esto quiere decir, por ejemplo, que la “desestruc-turación familiar” debe ser entendida dentro de uncontexto más amplio, que incluye otros tipos de vio-lencias que afectan tanto a los jóvenes como a sus

familias. La “familia” es frecuentemente consideradacomo la panacea y la respuesta principal al problemade las pandillas, sin tomar en cuenta que no es una ins-titución exenta de conflictos y que contiene condicio-nes que la hacen un espacio privilegiado para el ejer-cicio de la violencia. El maltrato infantil y la violenciaintrafamiliar constituyen problemáticas agudas y vela-das sobre cuya incidencia se sabe poco dado que ape-nas se comienza a desarrollar una cultura de denunciade estas situaciones. Otras instituciones “reproducto-ras de violencias” como la escuela, también necesitanrevisión.

En términos de la violencia estructural existendiversos estudios que dan cuenta de las precariascondiciones de vida y limitados prospectos de futurode los y las jóvenes, a pesar de que el Ecuador es unpaís eminentemente joven. Por ejemplo, en el censodel año 2001 se logró diagnosticar que: “[l]a pobrezarepresenta la mayor forma de exclusión que afrontanlos y las jóvenes en el Ecuador. Según la medición dela pobreza por NBI, aproximadamente 3 de cada 5jóvenes son pobres en el país (...) Los adolescentesentre 15 y 18 años son afectados en mayor propor-ción por la pobreza que los jóvenes entre 20 y 24 yentre 25-29 años” (Indice 7- SIISE, s/f: 6). Asimismo,tres de cada diez jóvenes viven en condiciones deextrema pobreza. Otras condiciones (brechas salaria-les, tasas de desempleo y subempleo, acceso restringi-do a la educación), a pesar de presentar diferenciacio-nes de género y etnia, determinan las experiencias deexclusión que afectan al grueso de la población jovenecuatoriana.

En este contexto no debería sorprender enton-ces que los y las jóvenes se aboquen a las agrupacio-nes juveniles en búsqueda del poder, respeto, recono-cimiento, afecto y procesos de identificación que deotro modo les son negados. En una sociedad regidapor fuertes desigualdades en las relaciones de género,la “masculinidad”, definida en base a ciertos valores yactitudes (agresividad, valentía, poder, riesgo, dinero,etc…), encuentra en las pandillas un medio de realiza-ción, mientras que queda por definir cómo negociansu “feminidad” y cual es la situación/posición de lasmujeres que forman parte de estas agrupaciones. Lacreación de “nuevas familias” donde se encuentranhermanos y hermanas y el “amor de corazón” o ver-dadero responde a necesidades de los y las jóvenesque derivan de sus situaciones y posicionamientos enla sociedad en general

Notas:

1 Basado en Torres (2005). “La seguridad ciudadana enEcuador, un concepto en construcción. Estado del artede investigaciones producidas sobre el tema entre losaños 2000 y 2004”. Informe de investigación no publica-do.

2 Según un joven que ha colaborado con estas iniciativas,a diferencia del trabajo de SERPAZ, la Policía demuestrauna gran torpeza al momento de generar procesos denegociación pues relata que la Asociación Ñeta estabadispuesta a iniciar un diálogo con los agentes hasta quedetuvieron a su líder.

Flacso Sede Ecuador • Programa Estudios de la Ciudad8

11Ciudad Segura 3 - marzo 2006 9

E N C I F R A S

•Según una encuesta realizada por el departamento dejusticia de Estados Unidos en el año 2001, el 100% de lasciudades con población mayor o igual a 250.000 habitan-tes reportó actividades de pandillas.

•Según la policía española entre el 3 y 5% de los jóveneslatinoamericanos residentes legales en su país son miem-bros de una pandilla.

•En valencia, el 08 de febrero del presente año, se captu-ro a uno de los líderes de los Latin King en Madrid, elecuatoriano Romel Vinicio, alias King Jordan por unasupuesta relación con dos homicidios.

•Se calcula que en 1999, el 47% de los miembros de laspandillas en Estados Unidos era de origen hispano, 31%afroamericanos, 13% blancos y 7 % eran asiáticos. Estosporcentajes parecen permanecer estables en el tiempo.

C O R T O S

Comparación de jóvenes armados a nivel internacional

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¿A qué agrupación de jóvenes perteneces?

Soy líder de una agrupación llamada “Nación deHierro”, y portavoz de una agrupación quereúne cinco naciones que se llama “El Imperio”.

¿Qué te llevó a ti a ser parte de una agrupación de jóvenes?

Conocí a un grupo de jóve-nes en discotecas, los cualesteníamos algo en común,que bailábamos, y decidimosp o n e rle un nombre alg ru p o. Luego de eso yae s t ru c t u ramos reglas, f u euna cadena de mando y ahífuimos ya “Nación deH i e rr o ” , yo vengo manejan-do el grupo como líderd u rante doce años, d e s d elos catorce años.

¿Cuál es la diferencia entrepandilla, nación e imperio?

Una nación se mu e ve en diferentes partes de lac i u d a d , lo que nosotros llamamos “ c h a s t a s ” , q u eson los puntos de reunión y tienen uno pri n c i-pal que es la centra l . Una nación está confo rm a-da por reglas, por cadenas de mando, cosa queno hay en las pandillas. En una nación no tienesque ser el más violento ni el más bravo, sino lle-var a la gente al camino corr e c t o. Nosotros enla nación estamos ligados a muchas reglas y lapandilla no las tiene, esa es la dife r e n c i a . El impe-rio es la reunión de varias naciones, o sea, en elámbito de naciones hay agrupaciones que se lla-man clanes, o t ras se llaman asociaciones. E li m p e rio al que yo pertenezco está confo rm a d opor cuatro naciones y un clan.

¿Cómo es la organización en una nación?

La organización es una cadena de mando deacuerdo a la antigüedad, o sea cada grupo, cadachasta, tiene un líder diferente que es parte dela directiva. Después vienen los soldados, queson los miembros nuevos de la agrupación, o los

miembros antiguos que no se involucran delleno en el grupo.

¿Cuál es el motivo de organizarse de esta manera?

Es hacer hermandad, hacer amigos para siempre,t ra t a rse de apoyar en lasbuenas y en las malas. Somosgrupos de amigos que seconfraternizan, pero no ami-gos de dos días sino amigospor siempre, que despuésnos manejamos mediantereglas y conformamos unacultura diferente.

¿Cómo se identifican?

Nos identificamos por colo-res, en este caso con la utili-zación de collares, pero hoyen día hemos prohibido quese usen por los miembros dela agrupación por el proble-ma de los enfrentamientos.

También por los tatuajes, cuando alguien tieneun tatuaje que solo nosotros lo sabemos, nosdamos cuenta que ahí hay otro “hierro”.

¿O sea que dentro de tu nación no todos seconocen?

No, es imposible que se conozcan todos; inclusi-ve hay gente de otras ciudades. Estamos ubica-dos en casi todo Guayaquil, y en diferentes ciu-dades como Machala, Cuenca, Santo Domingo,Loja, Quito, Milagro, Naranjal, también en Madrid– España.

¿Porqué entonces existen grupos que tienden aser violentos?

Quizás por territorio, quizás no han pasado pordiferentes procesos. Hay una sed de querer serel más popular, el más poderoso y existe unafalta de ideas comunes que enseñen que la vio-lencia no es todo, sino que hay valores que sepueden rescatar dentro de la misma hermandad,lo cual no implica dejar de ser grupo, sino seguirunidos pero con otra finalidad

Flacso Sede Ecuador • Programa Estudios de la Ciudad10

“Hay valores que se pueden rescatar”

Somos grupos de amigos que se confraternizan, perono amigos de dos días, sinoamigos por siempre, que después nos manejamos

mediante reglas y conformamos una cultura

diferente.

George AsanzaPromotor

Movimiento Paz Urbana

E N T R E V I S T A

Las políticas públicas orientadas al tema de las pandillas no debentener un carácter represivo. Con ello no se afirma que el Estadono esté en la obligación de sancionar los delitos que sean cometi-dos por pandilleros/as, sino que la relación jóvenes – crimen es tansólo una arista del fenómeno de las pandillas. La elaboración deuna política acorde con las necesidades y demandas de la juventudrequiere de un enfoque integral. En esta línea se recomienda tener encuenta tres elementos:

1. La relación entre los y las jóvenes pandilleros y sus familias.

2. Brindar oportunidades de inserción en el campo laboral.

3. Monitorear la relación entre la Policía Nacional y las agrupacionespandilleras desde una perspectiva de los DDHH.

Finalmente, para el diseño de las políticas públicas sobre pandillas enEcuador valdría considerar la experiencia de Barcelona, ya que en dichaciudad se ha implementado un modelo basado en mecanismos de inclu-sión, respeto y representación.

Ciudad Segura 3 - marzo 2006 11

Libros

Francisco Ferrándiz y Carles Feixa (Eds.)Jóvenes sin tregua Culturas y políticas de laviolencia Libros de la Revista Anthropos 237 pp. ISBN84-7658-729-5

El presente libro intenta abordar el estudio de la violenciajuvenil desde una perspectiva transcultural, a partir de la pre-sentación de una serie de estudios etnográficos que cubrenun amplio espectro geográfico y cultural. Con ello se preten-de situar a la sociedad frente al espejo, para intentar formularmejor las preguntas sobre las culturas y las políticas de la vio-lencia ejercida y sufrida por jóvenes de todo el planeta, querenace con el nuevo milenio y ante cuyas imágenes retóricasno parecen existir respuestas fáciles.

María L. Santacruz Giralt, Alberto ConchaBarrio adentro: La solidaridad violenta delas pandillas.Instituto Universitario de Opinión PúblicaUniversidad Centroamericana “José SimeónCañas”, Organización Panamericana de laSalud, San Salvador, 2001, pp. 170.

El objetivo principal de este estudio es hacer un análisis deíndole cuantitativo sobre el problema de las pandillas en San

Salvador. Para ello se recurrió a la aplicación de una encuestade 75 preguntas aplicadas sistemáticamente a 938 miembrosde pandillas violentas y no violentas por medio de la par tici-pación de ex miembros de pandillas que colaboraron en estetrabajo. Esto permitió evitar el sesgo del entrevistador y conesto, mejorar la descripción de la agresión y victimizaciónpracticada dentro de las pandillas, así como un mejor conoci-miento del medio ambiente y sus experiencias al interior degrupo. Este trabajo es un buen instrumento para la toma dedecisiones en política pública de prevención de la violencia ensociedades donde el tema de pandillas ha crecido dramática-mente.

Páginas Web

•www.actualidad.terra.es/sociedad/articulo/latin_kings_secta_delinque_buscar_714032.htm

• www.20minutos.es/noticia/82765/0/Latin/King/legalizarse/

• www.gripe4rkids.org/his.html• www.gangresearch.net/• www.ngcrc.com/

S U G E R E N C IA S D E D OC U M E NTO S

S U GE R E N C IA S D E PO L Í T IC A

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Pa ra analizar las representaciones que losmedios de comunicación escritos crean entorno a jóvenes miembros de pandillas, he

realizado un mes de seguimiento a todas las noticiaspublicadas respecto al tema en los principales diarios

del país, concretamente dellunes 30 de enero al martes28 de febrero del 2006.Escogí este período debido aque en esos días se llevó acabo una entrega de armaspor parte de varias agrupa-ciones de jóvenes de la ciu-dad de Guayaquil, acto quetuvo gran cobertura en todoel país. Un total de 12 noti-cias se difundieron duranteese tiempo, cinco correspon-dientes a El Universo (EU),cinco a El Comercio (EC) ydos a El Diario Hoy (DH). Mehe centrado en los titularesde los mencionados reporta-jes, los cuales se autoclasificanen dos tipos de mensajes

opuestos: los negativos y los positivos. Los primerosnarran actos violentos cometidos por jóvenes miem-bros de pandillas: “Mapasingue vive a fuego cruzado”(EC 30-01-06), “Un ‘Rey’ fue el primero que murió”(EC 30-01-06),“Las pandillas marcan su territorio enEsmeraldas” (DH 03-02-06), “Periodista fallece porun disparo de pandilleros” (DH 15-02-06),“20 muer-tos por pandillas en solo 46 días del 2006” (EU 16-02-06), “Menor muerto y otro herido por pandille-ros” (EU 25-02-06), “15 ecuatorianos de los LatinKing presos en España” (EU 25-02-06). Mientras lossegundos hacen referencia al desarme y a la rehabi-litación: “Jóvenes entregaron sus armas para que elMunicipio construya monumentos a la paz” (EU 02-02-06),“Adiós a las armas” (EU 05-02-06), “Seis pan-dillas inician un plan de desarme” (EC 03-02-06), “La

pandilla se extingue y se adapta a la nación o al clan”(EC 11-02-06), “Robos quedaron atrás para 15 expandilleros” (EC 27-02-06).

En el primer grupo de titulares es evidente eluso de categorías tales como “pandilleros” para refe-rirse a jóvenes involucrados en hechos violentos odelictivos; las acciones de disparar, matar, herir, asesi-nar y delinquir son asociadas directamente a ellos,aún cuando no se citan pruebas concretas quedemuestren que quienes cometieron el delito perte-necían a estos grupos. Frases como “supuestos pan-dilleros”, “supuesto Latin King”, “quizá fue asesinadopor pandilleros”, “parecía provenir de una riña depandilleros”, recorren los textos noticiosos recopila-dos. El segundo grupo de encabezados, si bien deno-ta noticias “positivas” al mencionar que estos jóvenesbuscan la paz y reincorporarse a la sociedad (comosi antes no hubieran sido parte de ella), no dejan deestigmatizarlos por haber sido o ser miembros degrupos catalogados como peligrosos. Es decir, en estecorpus noticioso se está calificando de pandilleros alos jóvenes que se congregan, de violentas a todas laspandillas y de criminales a todos sus integrantes.Generalizaciones peligrosas que a la vez crean distin-ciones antagónicas, entre “ellos” -los delincuentes- y“nosotros” -las víctimas correctas- (Vasilachis 2005).En este sentido, las noticias que abordan temas depandillas en los diarios analizados, utilizan represen-taciones dicotómicas: buenas vs. malas noticias, noso-tros vs. ellos, culpables vs. inocentes. La problemática,entonces, se aborda desde visiones esencialistas quecrean la necesidad de aumentar el control sobre lasociedad e inciden en la adopción de medidas inme-diatistas y sin dirección por parte de gobiernos loca-les. La seguridad ciudadana requiere ser repensadadesde las causas que originan los hechos violentospara a par tir de ello poder establecer políticas delargo plazo que prioricen el bienestar de toda la ciu-dadanía y no sólo de un sector en desmedro deotros. De esta manera las soluciones evitarán caer enlas mencionadas oposiciones mediáticas

Flacso Sede Ecuador • Programa Estudios de la Ciudad12

La representación de las pandillasen los mediosJenny Pontón Cevallos

Las noticias que abordantemas de pandillas utilizan

representaciones dicotómicasque crean la necesidad de

aumentar el control sobre lasociedad e inciden en la

adopción de medidas inme -diatistas y sin dirección porparte de gobiernos locales.

Director FLACSO: Adrián Bonilla • Coordinador del Programa Estudios de la Ciudad: Fernando Carrión Coordinador del Área de Violencia y Ciudad: Jorge Núñez Vega • Coordinador del Boletín: Daniel Pontón

Tema central: Andreina Torres • Entrevistas: Jenny Pontón Colaboradores: Manuel Dammert GuardiaEdición: Alicia Torres • Diseño: Antonio Mena • Impresión: Exseption

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M E D I O S