la Ópera

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Ópera. Historia de la Música II. 28 / 07 / 2,015

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Historia general de la opera en distintas regiones de europa

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Ópera. Historia de la Música II.

28 / 07 / 2,015

Abarca desde las tragedias griegas hasta el nacimiento de los musicales.

Las Tragedias griegas, tenían una unidad de texto, canto y movimiento. El teatro de Grecia cumplía una función ritual, metódica y casi religiosa, que iba mucho más allá de la simple creencia o el temor a los dioses.

No lo hacían con el deseo de infundir miedo, compasión o espanto, sino para que los asistentes tuvieran sentimientos de depuración y de catarsis, tal como dice Aristóteles (IV a.C. capítulo III, 1) en su Poética: “Es, pues, la tragedia representación de una acción memorable y perfecta, de magnitud competente, recitando cada una de las partes por sí separadamente, y que no por modo de narración, sino moviendo a compasión y terror, dispone a la moderación de estas pasiones.”

La tragedia griega se originó de una celebración religiosa dedicada a Dionisio, el dios tracio, de cuyos rituales y misterios toma forma la tragedia. Según la tradición, Dionisio moría cada invierno y renacía en la primavera, encarnado en esta renovación cíclica, la promesa de la resurrección de los muertos.

El término drama, viene de la palabra griega que significa hacer y por esto se relaciona con la acción. El teatro se utiliza como un medio para reunir grandes masas de personas en una celebración religiosa, comercial, política, de propaganda, como entretenimiento y como arte.

Todas estas características son interpretadas por los primeros compositores de ópera y a la vez modificadas con el fin de crear el gran Género musical: La ópera.

Orígenes de la ópera

La palabra «opera» significa “obras” en italiano (es el plural de la voz latina «opus», “obra” o “labor”) sugiriendo que combina las artes del canto coral y solista, declamación, actuación y danza en un espectáculo escénico.

El origen de la ópera, tiene lugar en Florencia donde se reunían un círculo de artistas y profesores llamados la Camerata Florentina, todos en torno al conde Giovanni Bardi, entre las décadas de 1570 y 1580.

Este grupo trataba de dar vida nuevamente al olvidado arte dramático de la antigua Grecia la “Tragedia Griega.” Entre ellos se encontraba Vicencio Galilei (compositor y teórico, padre del astrónomo Galileo Galilei y quién publicó por primera vez algunos fragmentos conservados de la música griega antigua) y Giovanni Caccini cantante y compositor.

Otro grupo que se empezó a reunir alrededor de 1590 en el palacio del comerciante Conde Jacopo Corsi, fueron el poeta Otavio Rinuccini y el compositor Jacopo Peri, e hicieron un drama pastoril de Giovanni Batista Guarini llamado Il pastor Fido (El Pastor Fiel).

La unión de Jacopo Corsi, Otavio Rinuccini y Jacopo Peri, generó la representación de Dafne generalmente considerada la primera ópera.

Este primer trabajo se perdió (sólo quedó el texto) y trataba del mito griego de la naturaleza que habla de la bella ninfa Dafne, tal como lo relata Ovidio en la Metamorfosis. El dios sol Apolo persigue a Dafne y la convierte en árbol. Este mundo mágico de dioses y semidioses de Ovidio siguió siendo un tema importante durante la temprana historia de la ópera.

Otro trabajo de Rinuccini-Peri fue un drama titulado Euridice, (Florencia, 1600) para celebrar el casamiento de Enrique IV de Francia y María de Medici. Euridice es una ópera basada en el mito de Orfeo, el cantor y tañedor de la lira tracio.

A partir de principios del siglo XVII, la estructura continuó evolucionando gracias al compositor Claudio Monteverdi. Nació en 1567, hijo de un médico de Cremona, ciudad de los constructores de violines.

A edad muy temprana empezó a componer madrigales. Toda la obra de este genial compositor tiene la convicción, de que la música debe conmover al hombre, expresando los más profundos sentimientos.

En sus últimos trabajos exploró la expresión de la emoción humana, otorgando a sus personajes vida y profundidad, únicamente comparables a los personajes de los escritos de Shakespeare (nacido tres años antes que Monteverdi) y años más tarde a los que crearon Mozart y Verdi.

. Monteverdi hizo representar Orfeo el 24 de febrero de 1607, escrito para las bodas del príncipe de Gonzaga con Margarita Saboya. L’orfeo, favola in musica, fue la primera ópera en alcanzar un lugar importante y estable en el repertorio operístico.

La acción la representan Orfeo y Eurídice, recién casados junto a ninfas y pastores. Cuando muere Eurídice, Orfeo va al mundo inferior para salvarla. A causa de su amor, infringe la orden de no volver su rostro y mirar a Eurídice en el camino de retorno.

Su esposa es condenada al Hades de nuevo. Apolo conduce a Orfeo al paraíso donde se reunirá para siempre con su amada.

Las óperas primitivas tendían a sustituir los finales trágicos por finales felices.

Nacen a partir de este momento reglas en la estructura dramática: el lieto fine (final feliz) alternancia de escenarios (idilio, mundo inferior, paraíso), la combinación de recitativos y números independientes, coros, danzas, airosos, ritornellos y canciones a varias voces.

La orquesta toma mayor importancia, utilizando instrumentos simbólicos para cada escena.

Monteverdi falleció en Venecia en 1643 y fue enterrado en la iglesia de Frari.

La ópera cortesana

La ópera nació como una institución exclusivamente cortesana. Era el espectáculo de los príncipes, interpretada solo para la nobleza. La ópera no conoció la taquilla, pues no se podía asistir a ella sin invitación.

Pensadas como fiesta para la vista y el oído, las obras escénicas musicales atraían la atención más por sus decorados y cantores que por su música.

En muchos relatos de la época se contienen amplias descripciones de los montajes, sin que se mencione siquiera el compositor de la época.

Los héroes de la mitología antigua aparecían en conflictos estereotipados entre el conflicto y el amor, y eran, realidad, alegrías apenas encubiertas del monarca reinante, en especial los de Francia.

Los prólogos habituales se dirigían de modo directo al gobernante en la llamada licenza, que establecía el nexo de unión entre la circunstancia de la representación y la acción representada.

Muchas cortes pequeñas no pudieron competir con las óperas de las grandes cortes, ni permitirse el lujo de una compañía estable.

Para satisfacer la demanda de los nobles menos ricos, se comercializó la ópera cortesana mediante compañías profesionales.

Este tipo de agrupaciones surgió muy pronto en Venecia, Nápoles, Hamburgo y Londres. En estos sitios la nobleza y los ricos patricios apoyaron las empresas mediante de un sistema de compra de acciones que permitía a sus suscriptores asistir a sus presentaciones.

Los palcos de la ópera de Venecia pertenecían a nobles de toda Europa, que solían reunirse durante la divertida temporada del Carnaval en esta ciudad proverbialmente libre. Las butacas se vendían en la taquilla y su precio era de cuatro liras cada una.

Los gondoleros venecianos cuyo conocido juicio musical con frecuencia determinaba el éxito o fracaso de una ópera, eran admitidos gratis a los asientos vacíos y constituían la claque.

Los libretos impresos se vendían con una pequeña bujía que permitía su lectura en el teatro cuando había menos luz. Existen libretos manchados con cera, lo que indica que hasta entre el público veneciano habían muchos asistentes que necesitaban el apoyo del libreto para guiarse atreves de los alrevesados argumentos.

Las compañías de ópera eran empresas inciertas y especulativas, al igual que otras especulaciones del período mercantil, como fueron Suoth Sea Company, de Inglaterra; la Tulip Swindel de Holanda y las compañías de John Law de Francia. Durante cierto tiempo fueron extremadamente lucrativas, pero a la larga siempre causaron la ruina. Los esfuerzos por convertir a la ópera en una propuesta rentable no tuvieron éxito, como demuestra el destino de la ópera en Hamburgo, Venecia y Londres.

La ópera comercial.

En Venecia, el drama musical dejó de dirigirse a una élite de aristócratas e intelectuales y adquirió el carácter de entretenimiento. Pronto varios teatros de ópera fueron surgiendo en la ciudad, presentando trabajos para un público pagado durante la temporada del Carnaval de Venecia.

Los teatros de ópera empleaban una orquesta muy pequeña para ahorrar dinero. Una gran parte de su presupuesto era empleado en atraer a las estrellas del momento; éste fue el comienzo del reino del castrato y la prima donna.

Las temáticas de las nuevas óperas de Monteverdi y otros fueron generalmente extraídas de la historia romana o leyendas sobre Troya, con la intención de celebrar los ideales heroicos y la noble genealogía del Estado Veneciano. Sin embargo, no abandonaron el interés por el amor o la comedia.

La mayoría de las obras constaban de tres actos, no como las anteriores que normalmente tenían cinco. El grueso de la versificación era todavía en recitativo, sin embargo, en momentos de gran tensión dramática había a menudo pasajes en arioso, conocidos como arie cavate.

Bajo los sucesores de Monteverdi, la distinción entre recitativo y aria se tornó más marcada y convencional. Esto resulta evidente en el estilo de los dos compositores más exitosos de la siguiente generación: Francesco Cavalli y Antonio Cesti.

Los argumentos de la ópera comercial hacían hincapié, en especial a las intrigas amorosas, el inganno in amor, lo que proporcionaba una variedad infinita de situaciones desconcertantes. Desde el estreno de la coronación de popea, de Monteverdi, la ópera comercial prefirió a aqueos personajes derivados de la historia a los seres mitológicos de la ópera cortesana.

Los temas históricos se modernizaban de un modo anacrónico y picaresco, incluyendo los sentimientos sensacionales del día, los llamados accidenti verissimi, donde se presentaba a los protagonistas en una serie de situaciones embarazosas: en el lecho, con ropas del sexo opuesto, etc.

La mezcla de escenas cómicas y heroicas era una característica típica de la ópera comercial; sin embargo y a pesar de que muchas situaciones pueden parecernos burlonas en la actualidad, nunca fueron parodias intencionadas de la ópera heroica.

En la ópera comercial la importancia del coro se reducía a una función ornamental y a veces hasta se omitía en su totalidad. Los costos de las grandes orquestas y de los complicados atrezzi eran prohibitivos para la ópera comercial.

Las consideraciones económicas, no explican por qué en este tipo de ópera no se favorecía los coros ni los conjuntos de solistas, ni el estilo contrapuntístico. Los coros se hubieran podido formar de venecianos amantes de la música, que, sin duda habrían trabajado por poco dinero cuando no gratuitamente. Además y dado que innumerables óperas solo tenían unos cuantos número corales, no hubiese resultado costoso el utilizarlos con mayor frecuencia en la misma obra.

Operas Locales

Opera en Francia

Francia existía la Académie de Poésie et de Musique; sus integrantes no se salieron tan airosos del intento como los italianos en su empeño de rescatar el espíritu de los clásicos.

Hacia 1670, Jean Baptiste Lully desarrolló un estilo de ópera francés, bastante diferente al italiano, sus obras las llamó “tragedias musicales” y dominaron los escenarios de Francia durante casi todo el siglo XVII. Estos trabajos de ópera, poseían la seriedad de la ópera italiana, pero con las distinguidas presentaciones francesas de danza y grandes coros.

A principios del siglo XVIIl, nació el género de la Ópera Cómica en los pequeños teatros al aire libre, que se montaban con ocasión de las ferias anuales que se celebraban en las afueras de París, la Feria de Saint-Germain y la Feria de Saint-Laurent. En ellas comenzaron a interpretarse unos números musicales, llamados “Vaudevilles”, que básicamente eran canciones populares a las que se les modificaba la letra con intención festiva.

Opera en Francia

Francia existía la Académie de Poésie et de Musique; sus integrantes no se salieron tan airosos del intento como los italianos en su empeño de rescatar el espíritu de los clásicos.

Hacia 1670, Jean Baptiste Lully desarrolló un estilo de ópera francés, bastante diferente al italiano, sus obras las llamó “tragedias musicales” y dominaron los escenarios de Francia durante casi todo el siglo XVII. Estos trabajos de ópera, poseían la seriedad de la ópera italiana, pero con las distinguidas presentaciones francesas de danza y grandes coros.

A principios del siglo XVIIl, nació el género de la Ópera Cómica en los pequeños teatros al aire libre, que se montaban con ocasión de las ferias anuales que se celebraban en las afueras de París, la Feria de Saint-Germain y la Feria de Saint-Laurent. En ellas comenzaron a interpretarse unos números musicales, llamados “Vaudevilles”, que básicamente eran canciones populares a las que se les modificaba la letra con intención festiva.

Feria de Saint-Germain y Feria de Saint-Laurent

el cardenal Mazarino contrató a un compositor italianopara que compusiera una ópera con motivo de la celebración de la boda del rey Luis XIV con María Teresa de Austria (Francesco Cavalli y su ópera Ercole amante (1662)).

 Giovanni Battista Lulli (su nombre afrancesado paso a ser Jean Baptiste Lully) vio lo que disgustaba a los franceses y lo cambió: las arias fueron más cortas, el idioma era el francés, y por supuesto no hubo castratis, también incluyó el tan  deseado ballet. Compuso Les noces de Cadmus et Ermione (1673). A partir de ahí compuso otras óperas que se representaban en la corte de Versalles y en París.

 En Francia la ópera estaba subvencionada por la monarquía, así que se podía contar con orquesta, coro, bailarines y lo que hiciera falta. Todo esto se había ido suprimiendo paulatinamente en Italia, ya que los empresarios de los teatros no podían pagar tantos sueldos.

 A pesar de la aparente facilidad para que la ópera fuera un éxito en Francia, no fue así, y el motivo era estrictamente musical. Al desechar todo lo italiano, los franceses también olvidaron algo imprescindible: la técnica, que sí tenían los italianos.

El 26 de diciembre de 1714 ambos teatros de ferias vieron el nacimiento de un nuevo teatro, el “Théâtre de lOpéra-Comique”, que intentaba competir con ellos en programar pantomimas y parodias de óperas, atrayendo a las compañías que actuaban en las ferias.

Después de la Revolución Francesa, en la última década del siglo XVIII, el nuevo estado simplificó la cuestión reduciendo el número de teatros de ópera en París a tres:

1. El “Théâtre de lOpéra”, donde se programaban óperas serias con recitativos sin diálogo;

2. el “Théâtre National de l’Opéra-Comique”, donde se representaban obras con diálogo hablado en francés

3. el “Théâtre-Italien”, que se reservaba laimportación de óperas italianas. Estos tres Teatros, desempeñarían un papel de liderazgo en Francia durante toda la primera mitad del siguiente siglo. La Poupée de Nuremberg Adolphe Adam.

Representación de Alceste (Versalles 4 de julio de 1674).

 Los inicios de la ópera en Viena

Una de las cortes con más influencia en la Europa barroca era la corte de Viena, que influía en todo el ámbito germánico de un modo decisivo. El italiano, Marco Antonio Cesti, que había ocupado el lugar que dejó vacante en Venecia, Francesco Cavalli como compositor fue el encargado de llevar la opera a Viena.

Cesti, en los veranos, suponemos que por la bonanza climatológica, se desplazaba hasta Austria para presentar sus óperas. Esto parece ser la simiente de los festivales de ópera de verano. Cuando el emperador Leopoldo I, que además de emperador era músico, conoció la ópera se entusiasmó vivamente y la apoyó para que en la corte vienesa también se pudiera ver ópera. Como hemos dicho anteriormente, Viena marcaba tendencia, y pronto las principales ciudades alemanas quisieron copiar el modelo vienés, y se empezaron a abrir teatros de ópera, con lo cual se popularizó saliendo de los ámbitos puramente palaciegos.

Wiener Staatsoper

La ópera en Alemania Se remonta al siglo XVII donde existía en la forma de singspiel, óperas

habladas y cantadas. Nos remontamos a autores como son Johann Thiele, Reinhard Keiser o Georg Philipp Telemann y también George Friedrich Handel, con su ópera Almira de 1705 o el mismo Mozart que compuso su ópera La flauta mágica en el más puro estilo singspiel.

Tras la Revolución Francesa de 1789, en Europa empezaron a adquirir una gran importancia los ideales del romanticismo. En concreto, el romanticismo alemán se conocía con el sugerente nombre de Sturm und Drang, tormenta e impulso. La literatura alemana de esa época tiene nombres como Schiller o Goethe, o incluso los cuentos de los hermanos Grimm. Estos autores supusieron una gran influencia para los libretistas que se inspiraron tanto en sus obras como en las temáticas que abordaban.

Beethoven estrenó en 1805 su única ópera en alemán, Fidelio, que refleja los ideales de justicia, libertad e igualdad, y aunque solo escribiera una, merece contarse como una de las grandes en la ópera alemana.

La ópera berlinesa «Unter den Linden»

Los inicios de la ópera en Inglaterra

En Inglaterra los inicios de la ópera fueron muy complicados por motivos políticos. El rey Carlos I estaba en guerra con el Parlamento, y la perdió, así que fue juzgado y ejecutado. No hubo mucho después de Henry Purcell (1659-1695) cuyo ‘Dido y Aeneas’ fue la primera ópera inglesa. El componía en el estilo Barroco Italiano; junto con su música de la iglesia y del estado hay 5 cantos. La pausa en la composición de la opera inglesa que vino después de su corta vida extiende hasta el siglo XX, a menos que incluyamos las operas de George Frederic Handel quien aunque vivía en Inglaterra era Alemán. Ha habido un renovado interés en sus operas recientemente, durante los últimos 50 años y muchas de ellas han sido grabadas (Su ‘Alceste’ actualmente forma parte del programa de la 'ópera inglesa en gira').

Se implantó la república de Oliver Cromwell, que con su puritanismo, no estaba por la labor de favorecer ningún espectáculo considerado frívolo. De hecho la música y el canto público estaban prohibidos. Cuando a Cromwell le sucede Carlos II, éste, en conflicto con Francia, sólo permite que llegue a la isla algo de ópera italiana.

Henry Purcell compone Dido y Eneas (1689), pero lo que podía haber sido el germen de una escuela inglesa, quedó truncado por la prematura muerte de Purcell, y se puede decir que hasta el S XVIII no se volverá a ver ópera italiana en Inglaterra.

¿Dónde no llegó la ópera en Europa?

No llegó a Rusia. La distancia, el clima y la cerrada monarquía rusa impidieron que la ópera llegara hasta allí.

En España tampoco se hacía ópera. La corte de Felipe IV era pobre, y si bien el virrey español de Nápoles, podía disfrutar de la ópera que se hacía en Italia, el rey en España no se lo podía permitir. Entonces es cuando nace la zarzuela, teatro musical y hablado, que era lo más parecido a la ópera que se podía ver en España.

Se distingue principalmente por contener partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros...) y partes habladas, aunque existen excepciones en las que estas últimas, las partes habladas, están completamente ausentes. El término «zarzuela», aplicado al género musical y teatral, procede del Palacio de la Zarzuela, palacio real español situado en las proximidades de Madrid y en el que se hallaba el teatro que albergó las primeras representaciones del género.

De una manera reductora y errónea se ha asimilado la zarzuela a la opereta, género de origen francés, principalmente por contener partes habladas o declamadas, pretendiendo así que «la zarzuela es la opereta española». Pero la zarzuela es históricamente muy anterior y esa característica ya se encontraba en otros géneros europeos, también muy anteriores a la opereta y no necesariamente anteriores a la zarzuela. En realidad en ese sentido la zarzuela sería más bien el equivalente español del opéra-comique francés o del singspiel alemán.

Dichos géneros de Francia y del mundo germánico se caracterizan por producir representaciones teatrales y musicales en las que, a diferencia de la ópera propiamente dicha, se alterna música con partes habladas o declamadas. La flauta mágica de Mozart, por ejemplo, no es una ópera sino un singspiel y, por consiguiente, tanto sentido tiene decir que «la zarzuela es la opereta española» como decir que «el singspiel es la zarzuela vienesa».

A pesar de todo, ha habido zarzuelas del género grande que por no tener partes habladas son parecidas al grand opéra francés o a la ópera seria italiana. Por lo tanto la zarzuela se definiría de una manera más adecuada, y más simple, como el arte lírico y escénico propiamente hispánico, pues aunque naciera en España, al poco tiempo de su aparición se extendió a la casi totalidad del mundo hispánico.

Interior del Teatro de la Zarzuela de Madrid.