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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XX, 1992/93
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE VALDEGOBIA), ALAVA
José Félix Alonso, Santiago Castellet, Eduardo Fernández
RESUMEN
En San Martín de Valparaíso, un pequeño valle cerca de la población de Villanueva de Valdegovía (Alava), se encuentran los restos de una antigua necrópolis altomedieval. En el abrigo rocoso, junto a ésta, se pueden apreciar los restos del antiguo poblado, y aunque todavía no se ha determinado la situación exacta de la iglesia que poseyó, existen evidencias de lo que pudo ser su emplazamiento.
Este complejo (necrópolis, poblamiento e iglesia) pudo pertenecería al establecimiento de pobladores de las primeras migraciones hacia la Meseta, después de la invasión musulmana, ocupando los territorios limítrofes de la Cordillera Cantábrica. El presente trabajo es una exposición del estado actual de conservación de estos elementos.
SUMMARY
The remains of an ancient Early Middle Ages necropolis, are situated in San Martín de Valparaíso, a small valley near the village of Villanueva de Valdegovía (Alava). In the rocky wall, next to the necropolis, we could detect the rests of the village. lt has not been discovered the exactly situacion of the church yet, but there exist evidences of what could have been its possible emplacement.
These complex (necropolis, village and church) could have belonged to the settlement of peoples from the first migrations toward the "Meseta" up to the Cantabriam mountains after the Muslim invasion. This work is an exposure of the actual conservation of these remains.
LABURPENA
Arabasko Villanueva de Valdegobiearen ondoan dagoen S. Martín de Valparaiso haranean, goi erdi i-aroko hilerri bateko hondarrak. Aurkitzen dira Arkaitzezko horman, hilerri alboan, aintxineko herriko hondarrak ikus daitezke, eta elizaren den leku exaktua aurkitu ez arren lekua zein zen ebidentziak badaude.
Musulmanen inbasio ondoren mesetarantz lehengo migrazioetako dire biztanleen establezimientoaren izan daiteke konplejy hau. Lau hau, ementoa (¿ ?) hauek nola <lauden gaurko egoerari buruzko erakusketa bat da.
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INDICE
l. INTRODUCCION Y METODOLOGIA.
2. EL YACIMIENTO.
2.1. Nomenclatura y emplazamiento. 2.2. Descripción.
2.2.1. Zona de poblamiento. 2.2.2. Necrópolis. 2.2.3. Iglesia.
3. LAS SEPULTURAS: DESCRIPCION Y TIPOLOGIZACION.
4. REVISION CRITICA DE LA BIBLIOGRAFIA EXISTENTE: ESTADO DE LA CUESTION.
5. CRONOLOGIA Y APROXIMACION AL CONTEXTO HISTORICO.
6. APENDICE GRAFICO:
7. BIBLIOGRAFIA.
Planimetría. Sepulturas.
Entrada al valle. En primer término el arroyo, a la izquierda se puede observar parte del perfil rocoso, un poco más adelante junto a los arbustos se encuentra el Sector I de la necrópolis.
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l. INTRODUCCION Y METODOLOGIA
El presente trabajo es el resultado de la consulta realizada, tanto a nivel arqueológico como bibliográfico, de un período histórico sumamente confuso y fragmentario como es el altomedieval en los territorios comprendidos entre la Meseta y la Costa Cantábrica. La necesidad de documentar y sacar del anonimato a este pequeño valle nos sirve de referencia para evitar su total desaparición, y servirá, a su vez, a futuros investigadores para continuar esta labor documental.
El trabajo de campo consistió en una prospección visual sin realizar ningún tipo de intervención que implicara remoción alguna del terreno. Se registraron un total de 30 tumbas, además de una serie de entalladuras realizadas a dos niveles a lo largo de un sector del cantil rocoso, que posiblemente sirvieron de apoyo a las cubiertas de viviendas (zona de poblamiento). Otro aspecto interesante es la localización de la supuesta iglesia, pero no constatamos evidencias determinantes del lugar de su posible ubicación.
Para la realización de tipologías, fichas y cuadros, hemos recurrido a los trabajos de Manuel Riu y Jordi Bolos; sus criterios respecto a las sepulturas hacen hincapié en la importancia del esqueleto (a menudo el único contenido de las sepulturas medievales, aunque no sea éste nuestro caso), por lo que proporcionan también un modelo de ficha para la recogida de toda la información relativa al mismo (posición, huesos presentes, etc.). El empleo de este tipo de fichas ha de proporcionar el marco de referencia fundamental para establecer comparaciones entre el resultado de diferentes investigadores, y supone un paso decisivo en el camino hacia el procesamiento informático de los datos.
Un artículo de Montserrat Pages, junto a Jordi Bolos, aborda la clasificación de un tipo concreto de tumbas medievales: las excavadas en roca, clasificación que se realiza en función de diferentes variables: situación, material en la que están excavadas, forma de la cabecera, forma de los lados, forma del pie, encaje de la losa (línea de cubierta), ángulos, simetría, medidas, proporciones, orientación, posible constructor y posible datación.
Estos trabajos constituyen parte del soporte metodológico con el que se ha trabajado en el yacimiento. Hemos intentado integrar los datos obtenidos dentro del contexto cultural de la Alta Edad Media, pero las dificultades, tanto desde el punto de vista temporal como desde el histórico, hacen arriesgado decantarse de forma absoluta por un momento determinado; sin embargo, esto no ha sido obstáculo para realizar una aproximación a partir de las fuentes consultadas.
En definitiva, es un registro de una parte del abundante material arqueológico disponible, que desgraciadamente, por falta de una protección adecuada, se va perdiendo. San Martín de Valparaíso se encuentra en un lugar privilegiado para el disfrute de su entorno, siendo proclive a su deterioro, dada la fragilidad de los elementos conservados y la afluencia, a veces, de un público poco respetuoso (1) con el lugar.
(1) Apenas unos meses transcurridos desde la elaboración del presente trabajo, hemos podido constatar, que desgraciadamente dos de las sepulturas más interesantes y mejor conservadas, n.º 6 y 7, han sido bárbaramente dañadas.
2. EL YACIMIENTO
2.1. Nomenclatura y emplazamiento
Denominación: San Martín de Valparaíso, Tipo: Necrópolis. Localización:
* * * *
Zona: V aldegovía. Ayuntamiento: Villanueva de Valdegovía. Entidad: Villanueva. Provincia: Alava.
Situación:
* * * *
Mapa 111. Orduña. Longitud: Oº 34' 51" Latitud: 42º 51' 33" Altitud: s.n.m.: 630 m.
Accesos: " ... a un kilómetro al norte de Villanueva se encuentra un espléndido valle rodeado por impresionantes crestas de piedra y ocupado por prados y juncales surcados por varios arroyos que se juntan en el fondo del vallejo ... " (2).
2.2. Descripción
El yacimiento se encuentra en la entrada de un valle estrecho formado por calizas margosas, orientado en dirección NS y atravesado por un pequeño riachuelo. Se trata de un lugar relativamente cerrado pero dotado de los recursos necesarios para la subsistencia (agua, caza, terreno cultivable ... ), hacia el O. el tope del valle está constituido por un cantil rocoso de unos 20 metros de altura; en las estribaciones de esta pared de roca se localiza el yacimiento, en el cual pueden distinguirse dos zonas claramente diferenciadas: la zona de poblamiento y la necrópolis.
2.2.1. La zona de poblamiento: Se encuentra en la parte meridional de la muralla rocosa y está atestiguada por la presencia en ésta de una serie de orificios labrados que sirvieron para sustentar la cubierta de las edificaciones. Estas entalladuras poseen forma semicircular y cuadrangular y se encuentran a una distancia de unos 4 metros del nivel actual del suelo. Los agujeros forman una línea más o menos regular, sin interrupción, pero es de suponer que este largo tramo estaría dividido en diferentes viviendas; la regularidad de la techumbre facilitaría el deslizamiento del agua de lluvia, impidiendo la formación de bolsas de agua en la cubierta.
(2) MONREAL JIMENO: Eremitorios rupestres Alto Medievales, pág. 97.
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Vista desde el E., se puede observar el perfil rocoso donde se encuentran las entalladuras del poblamiento, alineadas a lo largo del abrigo.
Detalle de entalladuras. También aparecen en forma semicircular.
Sector I de la necrópolis, donde se puede apreciar la dispersión del agrupamiento. Mientras que algunas se hallan en el perfil, otras apro
vechan afloramientos rocosos próximos al cantil.
En esta zona se constata una importante merma del nivel del suelo primitivo, posterior, con toda probabilidad, a la etapa de utilización. Esta pérdida del suelo primitivo, que es especialmente importante en el área de la base del cantil, se ha producido por lavado, como consecuencia del régimen irregular de los arroyos que atraviesan el valle. Esta erosión permite presumir la pérdida de los posibles restos arqueológicos que pudieran haber quedado enterrados en el subsuelo.
2.2.2. La necrópolis: Dado que la necrópolis constituye el principal objeto de estudio del presente trabajo, la hemos dividido en dos sectores separados por un pequeño recodo del cantil rocoso, que abandona la orientación norte que tenía en la entrada (en la zona del
Parte del abrigo donde se encuentran los dos sectores de la necrópolis y el lugar donde pudo estar situada la iglesia. El arroyo discurre en
dirección N-S, atravesando el vallejo.
Detalle del Sector I, "Las Gemelas" -tumbas 6 y 7- se encuentran a la derecha(.). Su orientación es más acorde con el agrupamiento de
las excavadas en el abrigo rocoso, cuyas cabeceras se encuentran dentro de la roca.
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poblado) para tomar una dirección N.O., creando un ramal secundario del valle.
*Sector I
Es el que se sitúa al sur del mencionado recodo, más cercano al poblado. En dicho sector hemos localizado un total de 19 tumbas. Este sector es heterogéneo, y sus tumbas aparecen distribuidas en diferentes grupos. Presentan en general una buena factura, conservando en muchos casos el encaje de la cubierta. En ocasiones se ha trabajado la parte exterior de la sepultura, de tal modo que en su momento debieron semejar sarcófagos exentos, por ejemplo tumbas de la 1 a la 7. La orientación es muy diversa, oscilando entre los 75º Este y 175º Sur. Las tumbas de uno de los agrupamientos tienen la cabecera introducida en el cantil rocoso siendo su orientación perpendicular a la de dicho cantil, son las tumbas 8 a la 13. La tumban.º 17 está excavada en lapared de roca y en su parte superior se ha tallado una semibóveda de forma bastante irregular; junto a ésta aparecen otras dos tumbas una de las cuales, la n.º 18, es de reducidas dimensiones lo que nos hace suponer que albergó el cuerpo de un niño. Las tumbas 6 y 7 están muy bien talladas y dispuestas de modo simétrico. Cerca de ellas se localiza un grupo de 5 tumbas, de la 1 a la 5, construidas en un mismo bloque de roca. Estos agrupamientos nos sugieren el posible enterramiento en grupos familiares.
*Sector II
Constituye la zona peor conservada de todo el yacimiento debido a la erosión natural y la destrucción producida por la acción humana. Este sector está compuesto por 11 tumbas, que se encuentran en diferente estado de conservación y que, en todos los casos, siguen la dirección del perfil rocoso. La orientación es más estable que en el Sector I, variando entre los 140º S.E. y los 120º S.E. En este Sector hemos observado la presencia de tres detalles significativos ausentes en el Sector I:
A) La presencia de una serie de canales estrechos en forma de media caña cuya antigüedad y utilidad son difíciles de determinar. Se puede apreciar cómo uno de estos canales ha sido perforado a la altura del pie de la sepultura n.º 21.
Tumbas agrupadas del Sector Il. Algunas de ellas se encuentran cubiertas de maleza, otras, posible
mente hayan sido destruidas.
Tumba 21. Se puede apreciar el canal perforado al pie de la misma.
Supuesto de nicho 111.h.:,1hadl1.
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Posible ubicación de la iglesia. En algunos lugares se han conservado entalladuras muy profundas.
Vista del supuesto nicho inacabado sobre el grupo de tumbas del Sector II.
B) La existencia en el cantil, a unos 3 m. del nivel de las tumbas 27 y 28, de un supuesto nicho abovedado (de 2,3 m. de longitud, 0,5 m. de anchura y 1,10 de altura máxima). No tenemos datos para establecer una interpretación de la utilidad que tuvo esta oquedad tallada en la roca, pero nos parece verosímil atribuirla a una sepultura inacabada, única sepultura tallada a un nivel claramente superior a las demás, lo que tal vez indicara una cierta diferenciación social. También pudiera tratarse de una especie de "pudridero" en el que se expusiera el cadáver al aire libre, durante un período de tiempo determinado, antes de introducirlo en la sepultura de forma definitiva.
C) La tendencia al amontonamiento de las tumbas unas sobre otras, como si no existiera espacio suficiente, a diferencia del Sector 1 en el que las tumbas se encuentran en una relación de horizontalidad.
2.2.3. La iglesia: Hemos centrado su cronología a finales del siglo IX, en base a los siguientes datos: Ruiz de Loizaga la fecha en el año 919 en su obra sobre monasterios altomedievales (3); por otro lado, Monreal Jimeno alude en una de sus obras ( 4) a monasterios existentes en la zona, entre ellos a San Martín de Valparaíso, en tomo al siglo VIII. Nosotros hemos tomado como referencia el año 873 como más apropiado al acomodarse al movimiento poblacional que experimenta el territorio con "el presbítero Martín y sus socios, fundadores de varias iglesias", en el espacio geográfico de la cuenca del Omecillo-Ebro (5). Dos pudieron ser los lugares de ubicación. El primero de los posibles emplazamientos se sitúa justo al noroeste del recodo del cantil rocoso, entre los Sectores 1 y 11 de la necrópolis. En esta zona aparecen entalladuras en la roca, que denotan la existencia de una construcción. Cabe suponer que dicha construcción tuviera una función religiosa, ya que resultaría extraña una vivienda tan cercana a los enterramientos y tan alejada del núcleo de población. Por otro lado, también existe la posibilidad de que el templo estuviera ubicado al Noroeste del Sector 11, bajo un pequeño abrigo que existe en la pared rocosa. En esta zona también aparecen orificios labrados, pero en este caso situados a poca altura (aproximadamente 2 m.).
3. LAS SEPULTURAS: Descripción y Tipologización
Las 30 tumbas catalogadas corresponden al tipo que el profesor Riu denomina "excavadas en la roca". A partir de esta catalogación general pueden observarse algunas diferencias entre las tumbas del Sector 1 y del Sector 11.
(3) RUIZ DE LOIZAGA, S.: Monasterios Altomedievales del Occidente de Alava: Valdegovía, cómo nacen los pueblos. Diputación de Alava, 1982. Pág. 64.
(4) MONREAL JIMENO, L.A.: Eremitorios rupestres Altomedievales. El Alto Valle del Ebro. Universidad de Deusto. Bilbao, 1989. Nota 48, pág. 99.
(5) RUIZ DE LOIZAGA, S.: Repoblación y religiosidad popular en el Occidente de Alava. Siglas IX-XII. Diputación de Alava. Vitoria, 1989. Pág. 30.
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Tumba en buen estado de conservación, perfectamente integrada en el perfil rocoso. (tumbanº 17).
Las del primer Sector, que se encuentran en mejor estado de conservación, presentan una elaboración más trabajada y precisa; su orientación es diversa, encontrándose tumbas dispuestas en posición perpendicular a otras; todas las sepulturas están emplazadas aproximadamente en un mismo plano horizontal. Por el contrario en el Sector Il las tumbas presentan todas una orientación similar (aproximadamente S.E.); están dispuestas siguiendo la línea del cantil rocoso y a veces se amontonan unas sobre otras; su construcción parece menos trabajada aunque el estado de deterioro en que se encuentran no permite afirmar nada con seguridad.
En general todas las tumbas del yacimiento oscilan entre los tipos que Jordi Bolos y Montserrat Pages (6), denominan "rectangular", "trapezoidal", y "de extremos redondeados". En la mayor parte de los casos es difícil adscribir las tumbas a uno de estos tres tipos concretos, pero sí se puede señalar con rotundidad que ninguna tumba presenta separación tajante entre el espacio destinado al cuerpo y el destinado a la cabeza (sin cabecera diferenciada). Exceptuando la tumba "del niño", todas parecen responder a inhumaciones de individuos adultos. No se conserva ningún resto de las cubiertas, que estarían constituidas por una o varias losas, a una o dos vertientes. De este dato se desprende que no se conserva ningún resto humano ni ningún objeto de ajuar funerario, si es que los hubo (lo cual es poco probable en este tipo de enterramientos). Siguiendo los criterios de M. Riu (7), primer autor que ha propuesto una clasificación tipológica de las tumbas medievales, hemos elaborado unas tablas en las que quedan reflejados los datos esenciales de cada una de ellas (forma, medidas, orientación ... ).
(6) BOLOS, Jordi y Pages, Montserrat: Les sepultures excavades a la roca, en Necrópolis i sepultures medievals de Catalunya, anexo 1, Acta Medievalia, Universidad de Barcelona, 1982.
(7) RIU, Manuel, op. cit.
4. REVISION CRITICA DE LA BIBLIOGRAFIA EXISTENTE: ESTADO DE LA CUESTION
El primer estudio serio sobre sepulturas medievales excavadas en la roca es el de Alberto del Castillo (8). Este autor, siguiendo la tradición iniciada por Milá i Fontanals, denomina "tumbas olerdolanas" aquellas sepulturas antropomorfas excavadas en la roca, las cuales reciben este nombre por haber sido descubiertas por primera vez en Olerda, un alto situado en el Penedés, en la provincia de Barcelona.
A lo largo de su artículo, el profesor Del Castillo realiza un repaso de todas las estaciones con tumbas de este tipo en las que él ha trabajado, con el objeto de obtener una tipología y una cronología aproximadas.
Por lo que se refiere a la tipología distingue dos clases fundamentales de tumbas:
A) Tipo oriental: se localiza en Cataluña y se caracteriza por la forma trapezoidal, tanto de la tumba como del encaje para la cabeza. La profundidad de las sepulturas destinadas a adultos ronda los 30 cm. En las necrópolis que presentan este tipo de tumbas no suelen existir agrupamientos por familias.
B) Tipo occidental: Se extienden por Castilla y Navarra y se caracterizan por tener la cabecera en forma de arco de herradura. Las tumbas de este tipo suelen agruparse por familias.
Ambos tipos de sepulturas coinciden en su localización (en las inmediaciones de las iglesias), en su orientación, (generalmente hacia levante), y en poseer cabecera diferenciada.
En el terreno cronológico, el autor, apoyándose en diferentes criterios, en función de la necrópolis estudiada (9), llega a la conclusión de que este tipo de enterramiento debe datarse en torno al siglo X.
Poco después en el año 1972 el mismo autor publica la memoria (10) de las excavaciones que realizó en diversos yacimientos medievales, entre los que se encuentran varias necrópolis con tumbas excavadas en la roca. Se trata de un trabajo descriptivo más que interpretativo que mantiene su vigencia por la claridad de su redacción y la aportación de abundante material gráfico (planimetrías, fotografías, etc.).
En el mismo año aparece un artículo de Armando Llanos (11) en el que se realiza una recapitulación de la información
(8) DEL CASTILLO, Alberto: "Cronología de las tumbas olerdolanas", en el XI Congreso Nacional de Arqueolog(a, Secretaría General de los Congresos Arqueológicos Nacionales, Zaragoza, 1970. pp. 835-845.
(9) En algunos casos se fundamenta en la documentación escrita y en otros se apoya en principios estratigráficos (hay casos en los que se ha construido un templo encima de las sepulturas, lo cual proporciona un térrniono "ante quem").
(10) DEL CASTILLO, Alberto: Excavaciones altomedievales en las provincias de soria, Logroño y Burgos. Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas. Madrid, 1972.
(11) LLANOS, Armando: "Necrópolis altomedievales en la zona occidental de La Rioja Alavesa", en Estudios de Arqueolog(a Alavesa, 5, 1972, pp. 219-245.
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Vista desde la entrada al valle en dirección a Villanueva de V aldegovía, justo donde termina la zona cultivada comienza
el pueblo.
Camino acceso al interior del monte desde el vallejo de San Martín.
Al final del cantil rocoso aparece un abrigo camuflado por la curvatura de la masa rocosa. En caso de peligro suponía una ruta de
escape hacia el este.
extraída de varias necrópolis de tumbas excavadas en la roca, situadas en un espacio muy limitado en los alrededores de Labastida. El autor coincide con A. Del Castillo en la cronología (siglo X) y en ligarlas al fenómeno de la repoblación. Por el contrario pone en entredicho la división realizada por A. Del Castillo entre tumbas Olerdolanas occidentales y orientales, ya que la mayor parte de las tumbas de estas necrópolis riojanas presentan forma trapezoidal y cabecera con encaje anguloso (tipo oriental). Para Llanos la existencia en tierras riojanas de sepulturas orientales significaría la presencia en la Rioja de las mismas gentes que poblaban el oriente de la península, lo cual le parece poco probable. Por ello según él, la diferencia tipológica entre ambas clases de tumbas se debe a una evolución cronológica y no a una distinción geográfica o etnográfica. De cualquier modo no establece el orden cronológico, es decir, no señala la anterioridad de un tipo sobre el otro.
Por otro lado este texto resulta interesante para nuestros fines, porque es el primero que señala la presencia de sepulturas excavadas en Alava, llegando a citar el Valle de Valdegovía.
En las actas del XIV Congreso de Arqueología Nacional celebrado en Zaragoza aparece un breve trabajo escrito por Josefina Andrio en colaboración con Ester Loyola (12), que trata también el tema de los enterramientos medievales en roca. El texto se reduce a una somera descripción de la ermita rupestre de San Pedro (Tartalés de Cilla) y de las ruinas del Monasterio de San Juan de la Hoz (Cillaperlata) acompañada de referencias a sus respectivas necrópolis.
La aportación más interesante de todo ello es la mención de dos tumbas antropomorfas relacionadas con la ermita excavada en la roca, que presentan una orientación hacia el oeste. La autora manifiesta su extrañeza ante este hecho pero no propone ninguna explicación.
En 1982 la Revista de Estudios Medievales ACTA MEDIEV ALIA publicó un Anexo (13) titulado "Necrópolis i Sepultures Medievals de Catalunya" y constituye un auténtico hito en el estudio del mundo funerario medieval. En este anexo se incluyen, entre muchos otros trabajos de interés, dos artículos que dejándose de circunloquios acometen el siempre propuesto problema de la tipología de las tumbas medievales.
A mediados de los 80 Francisco Reyes Tellez (14) en el Primer Congreso de Arqueología Medieval Española aporta
(12) ANDRIO, Josefina, "Aportaciones a la arqueología medieval en el Valle del Ebro", en XIV Congreso Nacional de Arqueología. Secretaría General de los Congresos Arqueológicos Nacionales, Zaragoza, 1977, pp. 1221-1225.
(13) El anexo es el citado Necrópolis i sepultures medievals de Catalunya, en el que además del reseñado artículo (cita 3) de Jordi Bolos y Montserrat Pages, destaca un trabajo de Manuel Riu y el propio Jordi Bolos, titulado "Observacions metodologicques, esquernes i fitxes de treball per a !' estudi de les sepultures", pp. 11-28.
(14) REYES TELLEZ, Francisco, "Excavaciones en la ermita de Santa Cruz (Valdezate, Burgos)", en Actas del I Congreso de Arqueología Medieval Española, Diputación General de Aragón, Zaragoza, 1986, pp. 273-286.
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nuevos datos sobre las sepulturas medievales relacionadas con la ermita de Santa Cruz en Valdezate (Burgos). Este artículo saca a la luz los resultados de las campañas de excavación desarolladas entre 1981 y 1984. El texto gira en tomo a tres aspectos fundamentales del yacimiento: el centro de culto (cuyo origen se remonta a época precristiana) el centro económico (un conjunto de silos destinados al almacenamiento de cosechas y simientes), y la necrópolis. En ésta, debido a su extenso período de utilización (siglos IV al XVI), coexisten sepulturas de muy diversos tipos, pero, centrándonos en el objeto de nuestro estudio, fijaremos nuestra atención en las sepulturas altomedievales excavadas en la roca: su cronología parece situarse entre los siglos VII y XI; el cadáver se depositó en posición de decúbito supino, con los brazos cruzados sobre el pecho; están orientados siempre en dirección Este; contienen en algunos casos ajuares, de cuantía y calidad muy diversas; se observa una reutilización de las tumbas acumulándose los osarios en la cabecera, en los pies, e incluso sobre la cubierta. Reyes Tellez interpreta esta reutilización como un enterramiento de tipo familiar ya que las características de la necrópolis impiden atribuirla a una falta de espacio.
En cualquier caso, en este trabajo se aprecia una importante laguna gráfica ya que no incluye dibujos ni fotografías que ayuden a una mejor comprensión de las dimensiones y forma de las tumbas.
En su "Yacimientos arqueológicos medievales del sector central de la montaña cantábrica" (15) Bohigas realiza un recuento de las estaciones medievales que se localizan en esta zona, entre las que se encuentran varias necrópolis. Su interés radica en presentar un repertorio de yacimientos a modo de carta arqueológica.
En el año 1987 Josefina Andrio vuelve a publicar un artículo (16) sobre sepulturas medievales, recogido en las actas del segundo Congreso de Arqueología Medieval Española. Se trata de un trabajo mucho más denso e interesante, en el que tras una introducción sobre la evolución en el conocimiento de las sepulturas labradas en la roca (desde los inicios "amateur" hasta los primeros estudios científicos del tema), realiza, un recuento estadístico de los diferentes tipos de tumbas que se encuentran diseminados en 30 yacimientos repartidos por el curso alto y medio del Ebro y en el curso alto del Duero. Es en este artículo donde encontramos un primer intento de establecer una cronología en función del tipo de sepultura; según esta autora pueden distinguirse cuatro períodos en la realización de enterramientos: a) Siglos VIII-IX. Se utilizan sepulturas de bañera y hay un inicio de estructuras antropoformas. b) Siglos IX-X. Sepulturas biformes y con encaje de la cabeza redondeado. c) Siglos X-XI. Tumbas con encaje de
(15) BOHIGAS ROLDAN, Ramón, Yacimientos arqueológicos medievales del sector central de Ja montaña Cantábrica, Asociación Cántabra para Ja defensa del Patrimonio Subterráneo. Santander, 1986.
(16) ANDRIO, Josefina, "Formas de enterramiento medievales en los valles del Ebro y Duero" en 11 Congreso de Arqueología Medieval Española, Asociación Española de Arqueología Medieval, Madrid, 1987, III, pág. 273-286.
la cabeza en arco de herradura trapezoidal y cuadrangular. d) Siglos XI-XII. Tumbas de lajas y sarcófagos exentos.
Esta cronología resulta sugestiva, pero la autora no proporciona ningún tipo de dato que sirva de apoyo. A nuestro juicio esta cronología se basa en el concepto de seriación, según el cual los objetos más evolucionados y más complejos son más modernos que los más simples. Contra esta teoría se alzan muchos ejemplos concretos y en nuestro caso específico basta con recordar la temprana ejecución de los sepulcros de Argiñeta (Elorrio ).
También en este segundo Congreso de Arqueología Medieval Española aparecieron dos estudios referentes al tema que nos ocupa. Uno de ellos está realizado por Kliemann (17) y analiza el problema de la orientación de las sepulturas, que a pesar de su interés ha sido muy poco estudiado. La autora considera que la orientación normal de las tumbas medievales es de Oeste a Este, esto es con la cabecera al Oeste y los pies hacia el Este. La razón de esta orientación parece pertenecer al terreno de la simbología cristiana (Jerusalén está hacia el Este, la luz de Dios viene del Este, Cristo aparecerá por el Este en el Juicio Final, etc ... ), si bien no hay que olvidar que el cristianismo no hace más que asimilar en este caso tradiciones anteriores en época precristiana). Según Kliemann esta orientación normal puede ser objeto de "desviaciones" provocadas por los siguientes motivos: el deseo de orientar la tumba hacia el recorrido del sol durante el día (esto determina orientaciones hacia el Sur o hacia el Sureste); la necesidad de aprovechar las características geológicas del terreno o de utilizar el espacio libre entre sepulturas; y por último la intención de colocar las tumbas siguiendo la orientación de los muros de la iglesia. El trabajo introduce también la teoría del "Arco solar", según la cual, en principio es posible fijar el momento del año en que se construyeron o fueron excavadas las tumbas. Esta teoría, que se asienta en la premisa que la orientación de las sepulturas se realizaba en relación a la posición del sol en el momento de su salida, ha sido aplicada por arqueólogos ingleses y alemanes que han obtenido resultados poco convincentes: el análisis indica que la mayor parte de las tumbas fueron construidas en primavera, verano u otoño. Así pues, suponiendo que la construcción de las tumbas corresponda al momento de defunción del individuo, este dato significaría que la mortalidad era más baja en el período más frío y de mayor escasez de víveres (en invierno). La propia investigadora, cuya postura nunca queda del todo clara, termina poniendo en entredicho la validez del método que poco antes había presentado con entusiasmo.
En conjunto, el artículo resulta superfluo, ya que se limita a refundir la bibliografía existente sin aportar datos tomados sobre el terreno. Se echan en falta esencialmente una relación entre los distintos tipos de tumbas medievales y las distintas posibilidades de orientación. Asimismo, es asombrosa la falta de tablas de porcentaje en un aspecto que tan fácil se presta al tratamiento informático.
(17) KLIEMAN, Katja, "La orientación de las sepulturas medievales", en 11 Congreso de Arqueología Medieval fapañola, III, pp. 495-501.
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Mayor interés tiene el trabajo de Bosch i Casadeval en colaboración con Valles i Cuevas (18). Resulta extremadamente curioso que sea en un artículo destinado al estudio de las tumbas de lajas (de su tipología y de los tipos de necrópolis donde suelen aparecer) donde se encuentre un primer intento de explicación del fenómeno de las sepulturas excavadas en la roca, si bien limitado al entorno de Cataluña y alrededores.
Los autores consideran que en el ámbito catalán el origen de las tumbas excavadas se encuentra en las comarcas del Pirineo y Prepirineo, zonas superpobladas donde era necesario un aprovechamiento del terreno al máximo; por ello, en el momento de establecer el lugar destinado a la necrópolis se escogen las zonas marginales donde la poca potencia del estrato de tierra fértil o incluso la aparición de la roca en la superficie hacían imposible el cultivo; esta es la razón de que las tumbas, relegadas a estos espacios improductivos, tuvieran que excavarse en la roca.
Posteriormente durante los siglos IX y X se desarrolla un movimiento colonizador hacia la llanura y el litoral, que se traduce en la construcción de castillos, iglesias y poblados en lugares fáciles de defender. Estos hábitats se localizan pues, en zonas rocosas y, a consecuencia de ello, el fenómeno de las tumbas excavadas en la roca se extiende por la montaña oriental, el altiplano central y algunas zonas de la región mediterránea. Por último a medida que se van ocupando los valles y las llanuras, las tumbas horadadas en la roca son sustituidas por las sepulturas de lajas.
Finalmente, en las conclusiones de su minucioso y metódico estudio, los investigadores señalan que el fenómeno de las tumbas excavadas es completamente distinto al de las tumbas de lajas: ambos responden a momentos diferentes de la sociedad medieval catalana. A su juicio estas diferencias entre ambos tipos de inhumación se demuestran por la variada localización de las necrópolis de las tumbas de lajas, mientras que las excavadas se sitúan mayoritariamente en relación a un centro cristiano. Señala igualmente, que aunque ambos tipos de sepulturas están orientados hacia el Este, las condiciones del terreno afectan más a la orientación de las excavadas.
Este recorrido a través de la bibliografía existente sobre las tumbas medievales excavadas en roca, muestra la cantidad de trabajo que aún queda por hacer. Este vacío es especialmente importante por lo que se refiere al País Vasco, precisamente una de las zonas más necesitadas de investigación arqueológica ante la escasez de testimonios escritos. Se hac~, pues, necesario seguir estudiando las diferentes necrópolis medievales siguiendo unos criterios de trabajo normalizados para llegar a realizar una descripción científica y exhaustiva. Sólo cuando se haya alcanzado este estadio en el proceso de investigación podrá emprenderse con éxito la tarea de cronologización.
(18) BOSCH I CASADEV ALL, Josep y VALLES I CUEVAS, Jordi, "Sepultures tipus cista de !loses i/o "tegulae" a Catalunya: hipótesi interpretativa", en II Congreso de Arqueología Medieval Espa11ola, III, pp. 327-338.
S. CRONOLOGIA Y APROXIMACION AL CONTEXTO HISTORICO DEL YACIMIENTO
El yacimiento de San Martín de Valparaíso se ubica históricamente dentro del período Altomedieval alavés, desde el final del siglo VIII, después de las invasiones musulmanas (19) hasta los siglos X y XI. Por lo tanto, desde el punto de vista cultural, al tiempo del postvisigotismo, como lo atestiguan las estructuras construidas en la roca, dentro del marco geográfico de la cuenca del Omecillo, y la aparición de los primeros movimientos repobladores hacia la Meseta castellana.
Desde el punto de vista cronológico, una fecha "ante quem" lo situaría a partir de la fundación de Villanueva de V aldegovía. Creemos, con cierta lógica, que atraería a los pobladores de San Martín, dada la expectativa de mejoras respecto al anterior poblamiento, al gozar ahora de la protección de la nobleza y del clero dirigente de los movimientos repobladores del entorno, principalmente de los "bellatores".
La fundación de Villa Nova está documentada para el año 948, aunque ya existen noticias de una iglesia de tres naves en el término de San Martín hacia el año 919, como ya hemos comentado anteriormente (20).
El período "Post quem" es más difícil de precisar. Podemos tomar dos referencias geográficas y culturales. La primera será el resultado del descenso del poblamiento desde los montes inmediatos, lo que implicaría un continuismo respecto a las zonas más alejadas (el pico de San Pedro donde han aparecido restos del Hierro, así como cerámica medieval) (21).
Supondría la huída al interior en caso de peligro musulmán y luego el consiguiente descenso al río en épocas de tranquilidad. La segunda referencia vendría a corroborar los efectos de la invasión musulmana con el consiguiente desplazamiento de grupos huidos de las "razzias", y el asentamiento de nuevos grupos poblacionales.
Si seguimos lo propuesto por Ollich (22), la pervivencia de entalladuras en la pared de roca, tumbas excavadas en roca, poblamiento primitivo, parte de habitación excavada en la roca y una iglesia en el entorno nos permiten aproximar la cronología a los siglos IX-X.
En definitiva opinamos que este yacimiento se basa en la fundación de un poblamiento en un pequeño valle escondido de la vía principal de comunicación (la actual carretera Soncillo-Villanueva-Gurendes). Localización ideal en un momento de inestabilidad política y social, más aún en un territorio de carácter fronterizo como éste.
En cuanto a la Alta Edad Media en el País Vasco opinamos que la documentación que existe en la actualidad es poca y fraccionaria para el período Alto Medieval. Los estudios han
(19) MONREAL JIMENO, op. cit., pp. 97-98 (20) RUIZ DE LOIZAGA, S., op. cit., pág. 32. (21) BARANDIARAN, J.M., "Excavaciones en el MOntico de
Charratu y en Sarracho", Estudios de Arqueología Alavesa, II. Vitoria, 1967.
(22) RIU, Manuel y BOLOS, Jordi, en Acta Medievalia et Archeologica, Universidad de Barcelona, Barcelona, 1982, pág. 147.
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE VALDEGOBIA) ALAV A 167
intentado responder a fenómenos determinados como son la "cristianización", la "aculturación", la "sociedad", basándose exclusivamente en fuentes escritas y sin el apoyo de una labor arqueológica sistemática, con objeto de contraste o verificación de datos, salvo honrosas excepciones.
Dada la orografía del territorio vasco, las corrientes culturales en el tiempo y el espacio han conformado un carácter fraccionario y poco conocido para el período Altomedieval. En líneas generales nos encontramos con un Norte delimitado por el mar y el territorio pirenaico, a través del cual hubo intercambios poblacionales, al mismo tiempo que la cordillera de los montes cantábricos suponía el aislamiento de corrientes provenientes del sur, a pesar de las vías de penetración naturales, ríos como el Ebro, valles de orientación Norte-Sur, o las llanadas Alavesa y Navarra que sufrieron de forma más continuada la presencia externa.
Las características de poblamiento son poco conocidas, es a partir del siglo XII cuando lo medieval comienza a tomar forma, tanto en lo documental como en lo arqueológico. Hasta entonces se habla de poblamiento de tipo agrícola-pastoril, de trashumancia, grupos aislados, atrasados e impermeables a los procesos de aculturización que sufre el resto de la península (23). Es a partir de la invasión musulmana cuando las
(23) GARCIA DE CORTAZAR, F., Organización social del Espacio en la España, Del Cantábrico al Ebro. Ed. Ariel. Barcelona 1982, pp. 69-77.
noticias, de forma fragmentaria y limitadas a la zona de contacto de la meseta comienzan a ser más frecuentes de lo que venían siendo hasta ese momento.
A todo esto hay que añadir la importancia de la invasión musulmana que desplazará población hacia los territorios limítrofes montañosos de la zona vasca.
La reconquista a partir del centro asturiano supuso el asentamiento de poblaciones en zonas antes peligrosas aunque no será hasta finales del siglo XIII cuando comiencen a aflorar testimonios mejor conocidos que nos permitan una construcción histórica más acorde con el período precedente.
En consecuencia, la época de actividad de San Martín podría situarse en los prolegómenos de las primeras repoblaciones y creaciones de "villas", dada la proximidad a la futura Villanueva.
6. APENDICE GRAFICO
Planimetría. Sepulturas. Fotografías.
168 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET - EDUARDO FERNANDEZ
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE V ALDEGOBIA) ALA VA
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SAN NARTIN
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VALPARAISO
Villanueva de Valdegovia
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170 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET - EDUARDO FERNANDEZ
SAN MARTIN DE VALPARAISO
Distribucion del entorno
cota 70QmR1i----O
poblamiento -------
a Vil lanueva 800m.
' ZONA DE POBLAMIENTO
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ZONA DE POBLAMIENTO
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174 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET - EDUARDO FERNANDEZ
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176 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET - EDUARDO FERNANDEZ
SAN MARTIN DE VALPARAISO
NECROPOLIS
TUMBA ~ CONSERVACION LONGITUD LONG. TRANSVER. PROFUNDIDAD CUBIERTA ORIENTACION OBSERVACIONES
Nº SECTORI 8 TOTAL PARCIAL TOTAL Csb. LM. 'les Csb. L.M. i>les Un.Cub . Variac.
A 1 X o.o. 33 o.o. O.O. 33 78 34 SI 85 E almohada
A 2 X 186 39 38 24 27 29 27 170 s almohada
A 3 X 180 39 34 31 24 D.O. O.O. 175 s A 4 X 180 43 46 30 29 ).0. 32 175 s almohada
A 5 X O.O. 43 o.o. O.O. 37 1 ).0. o.o. 170 s A 6 X 174 46 43 36 30 32 27 SI 120 SE almohada A 7 X 172 40 36 36 26 30 26 SI 120 SE A 8 X 180 40 38 30 32 34 34 SI 90 E almohada
A 9 X C.T. 44 42 C.1 68 C.i .C.1 SI 90 E A 10 X C.T. 44 40 C.l 31 C.1 C.1. SI 90 E A 11 X C.T. 40 40 33 33 C.1 .c.1. SI 80 E A 12 X 174 40 36 30 23 C.l .C.T SI 80 E A 13 X 184 38 40 30 35 37 e: . SI 70 E almohada o.o 14 X O.O. O.O . 31 o.e D.e 0.D D.D. 150 SE o.o 15 X O.O. O.O. 31 o.e .o.e o.e o.e 150 SE A 16 X 186 39 39 36 34 36 34 SI 150 SE almohada
A 17 X 191 36 50 42 35 29 27 SI 175 s almohada
B 18 X o.o. 38 36 o.o 30 o.o O.O 160 SE
B 19 X 66 20 23 22 13 13 13 75 E
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE VALDEGOBIA) ALA VA
SAN MARTIN DE VALPARAISO
NECROPOLIS ..
TUMBA ~ CONSERVACION LONGITUD LONG. TRANSVER PROFUNDIDAD CUBIERTA Nº
SECTORll 8 TOTAL PARCIAL TOTAL Ceb. L.M. Ples Cab. LM. 'les Un.Cub
A 20 A 21 B 22 B 23
C.T 24 A 25 B 26
e.e. 27
A 28
B 29 B 30
LEYENDA:
Cab: Cabecera
L.M.: Línea Media
X
X X
X
X
X
X X
X
X
X
L.Cub.: tínea Cubierta
Corte A
146
181
177
o.o. 186
183
170
C.T.
C.T.
o.o. 167
u
26 55 55
36
43
D.O.
36
\40 o.o.
30 30 36
40 34
33
41 32 40 39
40 33
45 37
36 30
o.o o.e o.e. NO
29 36 27 SI 43 43 43 SI
O.o o.e ID.e. C.T C.1 O.D. SI
o.r.: 34 35
35 36 35 SI C.1 C.1 .C.1
32 C.1 C.l. SI O.[ 0.D o.e. o.e 0.D O.D.
C.T.: Colmatada
O.O.: Oestrufda
Corte B
V Profundidad.- tomadas de la línea de cubierta (si conserva)
Longitud Total.- se ha tomado las medidas interiores
Conservación: Total.- más de un 70% conservado
ORIENTACION
o 11ariac.
140 SE 140 SE 130 SE 140 SE 140 SE 140 SE 140 SE 120 SE
140 SE 140 SE
140 SE
177
OBSERVACIONES
almohada
ORIENTACION
TUMBAS dirección
cabecera····· >pies
SECTOR 1 SE/E 19tumbas 50º-130º /90º-70
-
SECTOR 11 SE 11 tumbas 140º-120º
SEGUN TERMINOLOGIA DE RIU
CONSTRUCCION FORMA SITUACION ..
LATERAL HORIZONTAL RECTANGUL ,, BAÑERA" 1 AGRUPADAS 1 AISLADAS 1 EDAD
(pared) (suelo) - ---------
SI SI SI SI 1 SI
SI --- --- SI 1 SI
DISPOSICION en relación a:
OTRAS TUMBAS
HORIZONTALI VERTICAL
SI
SI 1 SI ---~----- ···-. ---
----- -- ·---- -----~--------- --- ---·---------·---- ·--- ·-
MEDIDAS MATERIAL CUBIERTA -----~-------
fUMBAS Adultos N1ños
Roca caliza
> 1,5m < 1,5 m
SECTOR 1 SI
NO-Algunas conservan 19tumbas Sl/18 Sl/1
linea de cubierta
SECTOR 11 Sl/10 SI
NO-Algunas conservan
---11 tumbas linea de cubierta
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---CAB ECERA 1 COSTADOS
No diferenc
-redondead
-alguna con
No diferenc
-redondead
-alguna cor -·--·-- ..
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a J 1 O y 11 por desvío
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almohada
Rectos-excepto
9 por desvlo del
terreno.
PIE 1 BASE
Redondeado
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Redondeado
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LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE V ALPARAISO (VILLANUEV A DE VALDEGOBIA) ALAV A 181
SECTOR 11
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SECTOR 11 Tumbas n.
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Tumbas n.
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SECTOR 11
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE VALDEGOBIA) ALA VA 183
Vista del interior donde se pueden apreciar la almohada y la línea de cubierta en la cabecera.
Aparecen en la cabecera restos de golpe de escoplo, como si no hubiera sido terminada de forma definitiva.
184 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET- EDUARDO FERNANDEZ
Estado actual de conservación de algunas tumbas. El Sector II, tal vez debido a su orientación y ubicación, ha soportado peor el paso
del tiempo. Un ejemplo es esta tumba.
Algunas sepulturas parecen haber sido destruidas con el fin de reutilizar la roca. Conservación parcial de una de ellas.
LA NECROPOLIS DE SAN MARTIN DE VALPARAISO (VILLANUEVA DE VALDEGOBIA) ALA VA
Una de las tumbas mejor conservadas, al encontrarse protegida por la pared. La cabecera se introduce en el cantil rocoso.
185
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186 JOSE FELIX ALONSO - SANTIAGO CASTELLET - EDUARDO FERNANDEZ
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